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MÓDULO DE MODERNA
Las estructuras y la vida política de los municipios, tanto de realengo como de señorío, sufren
alteraciones significativas a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. En los cabildos
señoriales, el nombramiento de los oficios de alcalde y regidores continúa en manos de los
señores. En los municipios de realengo, el patriciado continúa con su protagonismo en la vida
política local a través de la patrimonalización de las regidurías.
La situación municipal de señorío en el siglo XVIII estará marcada por una pérdida del poder
señorial pasando a imponerse el poder real. Una causa de esta decadencia era el absentismo
de los señores. Junto a ello, el secuestro de los “quintos”, iniciado el siglo anterior y, el
desgaste del poder señorial procedente del fuego cruzado que contra él emprenden
conjuntamente el Comandante General y la Audiencia. La reforma municipal de 1766,
extendida por la Real Cédula de 1772 a los municipios señoriales de Canarias, contribuyó a
aminorar el poder señorial.
♦ REAL AUDIENCIA.
El siglo XVII es, sobre todo, tanto en el realengo como en sus ramificaciones en el señorío, la
época en la que se produce el reforzamiento del poder real. Hasta entonces faltaba una
institución que cumpliera esta función: la Real Audiencia. En estos momentos se creaban
instituciones desde el poder real porque tenían una misión específica. Se consideraba
imprescindible la institución superior de gobierno para que coordinara toda la actividad que
se generaba no sólo en las islas de Realengo, sino que también sirviera de agente coordinador
para el señorío. La Real Audiencia se crea en Las Palmas en 1526. Hay muchas instituciones
en esta ciudad: el obispado canariense, el tribunal de la Santa Inquisición y, ahora, la
Audiencia. El poder religioso y el real tienen conflictos, y por lo tanto el monarca quería que
el poderío creciente del clero y la Inquisición fuesen controlados por otra institución de
confianza, la Audiencia.
A finales del XVII el azúcar sólo queda como curiosidad testimonial y para un mercado
externo muy reducido. Surge entonces otro producto exportador que ya existía desde el siglo
XVI y que sustituirá la exportación azucarera: el viñedo. La explotación del viñedo, unido al
crecimiento demográfico, se fue proporcionando por la liquidez que había producido el
cultivo azucarero. Era conocida desde el siglo XVI, con dos tipos: malvasía y vidueños. El
cultivo de exportación más apreciado hasta las primeras décadas del XVIII será la malvasía.
El vidueño se vinculaba al comercio interior y, la malvasía, al exterior.
Al hablar del vino debemos tener en cuenta el marco institucional y la normativa económica
de Canarias. Las normativas excepcionales frente al ámbito peninsular. Esto tiene una fuerte
repercusión económica, ya que estas medidas institucionales permiten un desarrollo muy
importante del comercio vitícola. Esta excepcionalidad creará conflictos. Los comerciantes
peninsulares, gaditanos y sevillanos, protestaban por lo que consideraban un “trato desigual”.
La protesta era por la práctica del contrabando que, en términos cualitativos, fue muy
abundante y vinculada a productos extranjeros que, procedentes de los mejores textiles de
Holanda e Inglaterra pasaban a América aprovechando la ausencia de aduanas en Canarias.
En épocas de crisis hay conflictos por el mercado entre la clase propietaria y los mercaderes.
Surgen planteamientos de carácter económico. La Edad Moderna se va a dividir entre; el
proteccionismo y el libre cambista. El vino va a tener una gran importancia. Desde la época
de Crómlech, el modelo ultraproteccionista hace que los vinos vayan retrocediendo. Van a
existir conflictos constantes porque se baja el precio de las malvasías, enfrentamientos entre
productores… Al mismo tiempo, se da una competencia de los portugueses o vinos
peninsulares. El cultivo del vidueño y malvasía sufre un gran retroceso. Repercute en todo el
archipiélago, pero no se produce con la misma intensidad. Una de las más afectadas por la
crisis será la isla de Tenerife.
Clero Regular: Tenemos un clero regular tanto masculino como femenino. La mayoría de
los frailes, su horizonte social, se vinculaba con los sectores inferiores de la sociedad;
campesinos, artesanos, etc. Esto consistía en un refugio de los sectores bajos de la sociedad
(clero regular masculino). Otro caso era el clero regular femenino. Aquí el convento se
convierte en un refugio de muchas hijas de las élites que no encuentran un matrimonio
adecuado en un mercado muy restringido. Son las famosas monjas de velo negro. El resto de
las monjas como son las denominadas monjas de “velo blanco” que no tenían la suficiente
cantidad de dinero para entrar en el convento, podían pagar una parte de ella y otra trabajando
dentro del mismo. Algunas habitaciones de estos conventos formaban parte también de los
mayorazgos, eran un recurso que se pasaba a las hijas de esta élite, con lo cual formaba parte
del mayorazgo, sino que se pasaban a los familiares.
Clero Secular: Párrocos, componentes del cabildo catedralicio, todos aquellos que
constituyen la cúspide de la élite eclesiástica. Cabildo catedralicio: esta élite eclesiástica
estaba formada por un grupo poderoso, influyente por su poder económico y por su
relevancia social. De esta élite durante el siglo XVI y XVII sabemos muy poco, no obstante,
en el siglo XVIII ya tendríamos una mayor información sobre los mismos. Nos encontramos
con un cabildo catedralicio muy vinculado con la élite de Canarias. La mayor parte gente de
esta élite pertenece a las islas de realengo. No solo funciona en un aspecto estrictamente
eclesiástico. La mayoría de estos son segundones de familias poderosas. El caso tinerfeño es
uno 12 de los más destacados, es decir, donde se observa la presencia de estos segundones.
Dentro del clero secular también existe este clero catedralicio, pero también existe un tipo de
clero mayoritario, poco conocido, como es el denominado clero secular general. Este clero
secular se situaba tanto en localidades urbanas como en pequeñas localidades del mundo
urbano.
♦ Policultivo.
Un sector que siempre había sido la clave para el crecimiento económico era el policultivo.
Tuvo un papel imprescindible, pero va a experimentar cambios. Los grandes propietarios van
a desarrollar estrategias. La crisis del sector exportador va a incrementar el desarrollo y una
mayor valoración de este policultivo de subsistencia. En primer lugar, aumentando la
superficie cultivada. En algunos territorios alcanzará el 90% de la tierra cultivada. El factor
trabajo; hay una abundancia relativa de mano de obra que siempre está amenazada por la
emigración. El proceso de emigración se ha interpretado desde 2 puntos de vistas; por un
lado, amortigua la necesidad de mantener a una población cuyo alimento de subsistencia son
capaces de mantenerlos, y, por otro lado, evita la conflictividad. A lo largo del siglo XVIII, se
produce un crecimiento de la emigración. Los grandes propietarios también pierden. Un
elemento importante sería la mano de obra; jornaleros especializados en el cultivo de la vid,
con unos sueldos razonables. Se crea un sistema de contrato muchas veces de palabra (no
escrito) denominado la medianería. Esto significaba que los grandes propietarios dividían sus
propiedades en parcelas, donde se practicaba un policultivo intensivo erradicando el barbecho
(trigo, leguminosas, trigo y papas). Con frecuencia se relacionaba a una ganadería mayor.
Edad Contemporánea
El preámbulo del Real Decreto de Puertos Francos fue publicado el 11 de julio de 1852 en
el número 6.595 de la Gaceta de Madrid. Se trata de un texto legislativo que establece la
condición de puerto franco para las Islas Canarias, hecho que impulsará la economía de las
Islas y llevará a la consolidación del sistema capitalista en el Archipiélago. Su autor fue Juan
Bravo Murillo, quien ostentó el cargo de presidente del Consejo de ministros de España en
los años 1851 y 1852, durante el reinado de Isabell II (1843 – 1868). Fue la medida liberal de
mayor repercusión en Canarias, con este Real Decreto del ministro Bravo Murillo se logró el
reconocimiento de las peculiaridades de Canarias:
- Su lejanía de Europa
- La fragmentación territorial
Las medidas tomadas previas al año 1852 se habían entendido por la burguesía canaria
como insuficientes. El Arancel de Aduanas de 1820 impulsado durante el Trienio Liberal, así
como el Arancel de Aduanas de la Década Ominosa (1826) habían sido incapaces de
consolidar el sistema capitalista en Canarias y de mantener en auge la economía isleña, que
tras el año 1815 con la restauración de la paz en el continente europeo había iniciado un
fuerte descenso que tocaría fondo en 1840.
Las consecuencias a corto y largo plazo del Decreto fueron rápidamente visibles. La
economía de producción contó con una nueva oferta agroexportadora basada en la cochinilla,
y el librecambio facilitaba e impulsaba la diversificación de la producción. El hecho de abrir
los puertos insulares al tráfico atlántico permitió el desarrollo de un comercio d comisión y el
desarrollo de economías de escala gracias a las infraestructuras portuarias, hecho que a su vez
propició el surgimiento de la actividad turísticaCon este régimen arancelario y comercial
exento se cumplieron las aspiraciones de la oligarquía canaria ligada al ámbito económico,
que tras una larga gesta adquirió de nuevo los beneficios fiscales que entendían como
herencia del pasado.