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DE LA POLICÍA Y DE
MINISTERIO LA GUARDIA CIVIL
GUARDIA CIVIL
DEL INTERIOR
Dirección Adjunta Operativa
Agrupación de Tráfico
Sector de Valencia
Subsector de Castellón
N O T A I N T E R I O R
S/REF:
N/REF: AMR/erg
FECHA: 14 de noviembre de 2010
ASUNTO: Protocolo de actuación para la instrucción de diligencias por los delitos contra la Seguridad Vial.
En azul, lo “novedoso”
1. INTRODUCCIÓN
C/Benicarló, 21-bis 2
12003-CASTELLON
CORREO ELECTRÓNICO: Tel. 964224600, Ext. 272
Tel. 964233013, 964227081
Interno(GroupWise):2361-31A FAX: 964228060
Internet:cs-sst-castellon@guardiacivil.org
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Las normas dictadas en Nota de Servicio 2/09, de fecha 3 de octubre de 2009, por el
Fiscal Delegado de Seguridad Vial para Andalucía y visadas por el Excmo. Sr. Fiscal de
Sala Coordinador de Seguridad Vial y por el Excmo. Sr. Fiscal Superior de Andalucía, a las
que habrán de ajustarse los atestados que se elaboren por hechos relativos a los delitos contra
la Seguridad Vial, en algunos aspectos relativos al art. 384 del Código Penal, relacionados con
las Motos de competición, Minimotos o Minibikes y Quads. Trasladado por la Jefatura de la
Agrupación en Escrito nº 202660 de fecha 2-11-2009. (Nota Servicio 2/09, FDSV
Andalucía).
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Opinión del Excmo. Sr. Fiscal de Sala Coordinador de Seguridad Vial, a consulta
elevada por el Ilmo. Sr. Fiscal-Jefe de la Audiencia Provincial de Zaragoza, con respecto a la
consideración de “travesía” a los efectos del control de velocidad. (Opinión FSSV Consulta
30-07-2010)
1.1.1. VELOCIDAD
Hay que tener en cuenta que la velocidad de referencia a rebasar puede ser tanto la
velocidad genérica o específica de la vía, como la específica del conductor (novel), o vehículo
(autobús, camión, vehículo especial,…).
(JFDSV C4) 4. Los límites de velocidad a computar en el delito del art. 379.1 no son sólo los de la
vía sino los correspondientes a la clase de vehículo y condición del conductor (noveles art. 52.1c RGC
y otras circunstancias personales art. 52.1b5 RGC) y restricciones y limitaciones de circulación (art.
2.3 del Reglamento de Conductores de 30-5-1997 RD 772/976, en adelante RGCo), de acuerdo con lo
dispuesto en los arts. 19.2 del Texto A... y arts. 48-52 RGC, con inclusión de lo previsto en el art. 51
RGC.
Los errores de los cinemómetros han de ser debidamente considerados, así como
distinguir si se trata de un radar fijo o móvil.
(JFDSV C10) 10. Con respecto a los errores de tales instrumentos deberá atenderse a los recogidos
en los documentos anteriormente citados, así como a lo dispuesto en la mencionada Orden conforme a
la cual ha de distinguirse según se trate de cinemómetros que hayan obtenido la aprobación de modelo
antes de la entrada en vigor del RD 889/2006 o después; cinemómetros con menos de un año desde su
puesta en servicio o que ya han superado una verificación periódica; cinemómetros que hayan sido
reparados o modificados y, por último, y en todos los casos, deberá distinguirse si se trata de un radar MINISTERIO
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fijo o móvil, para lo cual es necesario que los agentes actuantes hagan constar en el atestado si el
radar había sido ubicado en una instalación en movimiento o no.
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Es necesario incluir en las diligencias una detallada inspección ocular del lugar donde
se detecta el exceso de velocidad, tomando fotografías e incluyéndolas en el atestado, además
del fotograma donde se refleja el vehículo objeto de la captación del cinemómetro y otros
datos.
(JFDSV C5) 5. De conformidad con lo prescrito en los dos apartados anteriores en los atestados
habrán de consignarse las circunstancias de la vía, meteorológicas, densidad del tráfico, riesgos
concurrentes y las demás a que alude el art 19.1 del Texto A10 (en este sentido Consulta 1/2006
FGE). También ha de hacerse una descripción con fotografías de la señal, ubicación, visibilidad y
estado material. Junto a ello deberán indicarse, asimismo, las características del vehículo y las
circunstancias del conductor a efectos de determinar las limitaciones de velocidad aplicables. Se
adjuntará, en su caso, un informe del titular de la vía o responsable de la señalización sobre el
procedimiento y antecedentes para realizarla. Los Fiscales-Jefes darán instrucciones a la Policía
Judicial de Tráfico en este sentido. Debe señalarse que no hay limitación de medios de prueba sobre
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los hechos delictivos. Los mismos podrán investigarse no sólo con instrumentos de detección sino con
informes técnicos sobre el accidente, huella de frenada, declaraciones de testigos, confesión del
acusado etc…
(JFDSV C6) 6. Cuando se trate de señalización de límites de velocidad específicos (arts. 19.211 y 3
Texto A.12 y art. 47 del RGC) habrá de atenderse tanto a la señalización permanente como a la
variable (art. 144 del RGC). El art 1.2.d) del Texto A., al definir el objeto de la Ley, alude a los
criterios de señalización que pueden obedecer a las legítimas finalidades de fluidez y control del
tráfico, seguridad de bienes y personas, calidad de vida en ciudades y evitar la contaminación
contempladas en el Texto A.
(Documentación a Incluir en los Atestados JFDSV) 1.- Deben constar en el atestado las
circunstancias de la vía, meteorológicas, densidad del tráfico, riesgos concurrentes y las demás a que
alude el art 19.1 del Texto Articulado. También ha de hacerse una descripción con fotografías de la
señal, ubicación, visibilidad y estado material. Junto a ello deberán indicarse, asimismo, las
características del vehículo y las circunstancias del conductor a efectos de determinar las
limitaciones de velocidad aplicables. Se adjuntará, en su caso, un informe del titular de la vía o
responsable de la señalización sobre el procedimiento y antecedentes para realizarla, según la
conclusión 5 de las precitadas jornadas.
(Documentación a Incluir en los Atestados JFDSV) 3.- Debe constar uno de los siguientes
certificados, según los casos:
-Si el modelo ha sido aprobado antes del 30-10-2006, el cinemómetro no ha sufrido reparación o
modificación alguna y la medida está hecha durante el primer año de servicio del cinemómetro, el
documento que debe constar es el “certificado de verificación primitiva 2ª fase”.
-Si el modelo ha sido aprobado después del 30-10-2006, el cinemómetro no ha sufrido reparación o
modificación alguna y la medida está hecha durante el primer año de servicio del cinemómetro, el
documento que debe constar es el “informe de verificación de producto después de instalación”.
-Si el cinemómetro ha sido reparado o modificado el documento que debe constar es el “certificado
después de reparación o modificación”.
-Si ha transcurrido más de 1 año desde la puesta en servicio del cinemómetro o desde su reparación o
modificación, el documento que debe constar es el “certificado de verificación periódica”.
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1.1.5. AUTORIA
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También, hay que recordar, que se puede cometer el delito de conducción bajo la
influencia de bebidas alcohólicas para los casos de tasas inferiores a las señaladas
anteriormente.
(IFGE 3/2006):
“VI. CONDUCCIÓN BAJO LA INFLUENCIA DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS.
Como ya advirtiera la STS de 22 de febrero de 1989, “la conducción bajo la influencia de bebidas
alcohólicas constituye un factor criminógeno de primer orden y así se comprueba en el ranking de los
más graves accidentes circulatorios” pese a lo cual, sigue constituyendo un hábito fuertemente
arraigado en nuestra sociedad, tal como evidencia el elevado número de procedimientos que se
tramitan por esta causa, a los que habría que sumar aquellos supuestos que, por diversas razones, no
llegan a los tribunales.
No obstante, y a pesar de su cotidiana presencia en la práctica forense, no existe una interpretación
judicial uniforme del tipo del art. 379 CP, discrepancia interpretativa que se ha visto favorecida por la
sede natural de enjuiciamiento de estas conductas y su limitado acceso a la instancia casacional.
La cuestión principal radica en determinar cuándo la ingesta alcohólica ha influido en la conducción y
como consecuencia de ello ha puesto en peligro la seguridad del tráfico, fundamentalmente cuando la
presencia del alcohol se detecta con ocasión de un control policial preventivo.
Así, mientras para algunas interpretaciones es bastante demostración indicativa de que la ingestión ha
afectado a la capacidad psicofísica del conductora partir de los signos externos de afectación etílica
que se manifiestan en el mismo, para otras es preciso que dicha influencia se traduzca en una
conducción anómala e incluso, para una tercera opinión, no resultaría suficiente la coexistencia de
conducción irregular y la presencia de signos externos de embriaguez si entre éstos no aparece la
afectación de la capacidad de expresión o de ambulación del sujeto. MINISTERIO
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Ante esta falta de uniformidad y su negativa incidencia en los principios de seguridad jurídica e
igualdad ante la Ley, algunas Fiscalías han adoptado acuerdos para unificar criterios de actuación del
Ministerio Fiscal en sus respectivos ámbitos territoriales en supuestos de controles preventivos, fijando
limites a partir de los cuales se considera que la ingesta de alcohol influye necesariamente en la
conducción. Mas como se deduce del capítulo específico de las Memorias de dichas Fiscalías, esos
límites no siempre resultan coincidentes, razón por la cual se hace necesario definir pautas desde la
Fiscalía General del Estado que puedan resultar orientativas a nivel nacional a la hora de valorar el
ejercicio de la acción penal en tales casos, propiciando, en la medida de lo posible, una interpretación
más unitaria del ordenamiento jurídico.
Por ello, siguiendo el criterio fundado en reiterada doctrina jurisprudencial sobre las fases y
consecuencias de la ingesta alcohólica (SSTS 1133/2001, de 11 de junio y de 22 de febrero de 1989),
pueden establecerse como pautas exegéticas, sin perjuicio de que en ocasiones hayan de ser moduladas
en atención a las circunstancias concomitantes, las que siguen:
Cuando el grado de impregnación alcohólica sea superior a 1,2 gr. de alcohol por 1.000 c.c. de sangre
o su equivalente de 0,60 mg de alcohol en litro de aire espirado, podrá estimarse que esa elevada
hemoconcentración etílica evidencia por sí misma una merma de las facultades psicofísicas exigibles
para la conducción segura de un vehículo a motor en cualquier conductor, con el consiguiente riesgo
para la seguridad vial, habida cuenta de que constituye cuestión prácticamente unánime entre
especialistas en las ciencias toxicológicas que a partir de tal grado de intoxicación etílica los reflejos y
capacidad de percepción se encuentran objetivamente afectados, si bien con ligeras variaciones
dependientes de las características orgánicas del sujeto. No obstante , si excepcionalmente dicha tasa
de alcohol no fuera acompañada, pese a su carácter levado, de sintomatología que revelase signos
externos de afectación etílica en el conductor, ni constase acreditada maniobra irregular alguna en la
conducción de la que deducir la misma, corresponderá a la acusación, y en consecuencia al Ministerio
Fiscal, proponer prueba acerca de la influencia necesaria de esa tasa de alcohol en las facultades
psicofísicas para la conducción del vehículo a motor del imputado (STC 2ª nº 68/2004, de 19 de abril),
a cuyo efecto puede ser de interés la pericial de médicos forenses o especialistas en ciencias
toxicológicas.
En aquellos supuestos de alcoholemia comprendidos entre 0,8 y 1,2 gramos de alcohol por 1.000 c.c.
de sangre, o lo que es lo mismo, entre 0,40 y 0,60 mg. de alcohol por litro de aire espirado, las Sras. y
Sres. Fiscales acusarán por delito contra la seguridad del tráfico cuando concurran circunstancias
tales como la existencia de síntomas de embriaguez en el conductor, la comisión de infracciones
reglamentarias que denoten una conducción peligrosa o descuidada o el haber provocado un
accidente de circulación.
Por último, si la tasa de alcohol es inferior a 0,80 gr. de alcohol por 1.000 c.c. de sangre ó 0,40 mg. de
alcohol por litro de aire espirado, las Sras. y Sres. Fiscales no ejercitarán la acción penal por delito
del artículo 379 CP derivando los hechos a la vía sancionadora administrativa, salvo en aquellos casos
singulares en que por concurrir circunstancias que evidencien una efectiva afectación de la
capacidad psicofísica para la conducción del imputado, existan indicios bastantes de la comisión de
dicho delito.”
Recordando lo dicho sobre los márgenes de error que deben ser respetados según la
normativa vigente, las tasas para que se cometa delito quedan como sigue:
- Si el etilómetro es nuevo: se comete delito de 0,64 mg/l.aire en adelante (0,64
incluido).
- Si el etilómetro ha sido reparado, modificado o revisado: se comete delito a partir
de 0,65 mg/l.aire espirado (0,65 incluido).
(JFDSV C12) 12. Tanto el delito del art 379.1 como en el 379.2 (tasa de alcoholemia de 0´60 mg/l
aire espirado), precisamente por su configuración objetiva requieren la constatación de que se han
cumplido todos los requisitos sobre el uso de los instrumentos de detección del alcohol y drogas, que
ahora adquieren una importancia decisiva. Por todo ello ha de cumplirse la normativa legal (Ley de
Metrología de 8-7-2005, RD 21-7-2006 y OM ITC/3699 y 3707 de 22-11-2006). Los atestados han de
ser completados con lo expuesto en éste y en los apartados anteriores dándose por los Fiscales-Jefes
las órdenes oportunas a la Policía Judicial de Tráfico. En concreto han de unirse respecto de los
alcoholímetros los mismos documentos a que hacíamos referencia para los cinemómetros. En cuanto
a los márgenes de error aquí ha de atenderse en todo caso a los normativos previstos en los arts. 3, 9
y 15 de la O.M. ITC/370719, según se trate de etilómetros nuevos, reparados o modificados o que
lleven más de un año en servicio y hayan superado una verificación periódica. Los errores valorados MINISTERIO
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en un caso y en otro han de tenerse en cuenta para el cómputo del exceso de velocidad y de la tasa de
alcohol.”
(Documentación a Incluir en los Atestados JFDSV) 4.- ERRORES: Los errores que deben tenerse
en cuenta según la conclusión 12 de las citadas jornadas son los siguientes:
-En los etilómetros que se encuentran durante su primer año de servicio y que no han sido reparados o
modificados el error es del 5%, por tanto el valor medido ha de ser igual o superior a 0,64 para que se
cumpla el tipo sólo por la tasa. - En los etilómetros que llevan más de un año en servicio o han sido
reparados o modificados el error es del 7,5%, por tanto el valor medido ha de ser igual o superior a
0,65 para que se cumpla el tipo sólo por la tasa.
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Pero deben hacerse algunas matizaciones en relación con la posibilidad de contar como pericia
forense que informara sobre las razones de la diferencia de tasas y aportará explicación científica
sobre la curva de alcoholemia. Debe ponderarse que el art 379.2 no se refiere a “pruebas” como el art
383 “sino a “tasa” y la que interesa desde luego es aquella con la que se realiza la acción típica,
siendo la primera la más próxima temporalmente a esta última y la más indicativa. También ha de
valorarse el tiempo transcurrido entre la conducta imputada y la realización de las pruebas.
(Documentación a Incluir en los Atestados JFDSV): 2.- Debe constar la documentación del
etilómetro utilizado que exprese la fecha de puesta en servicio de ese etilómetro, la fecha de
aprobación del modelo y la indicación de si ha sido reparado o modificado y la fecha de la reparación
o modificación y ello con el objeto de comprobar que el certificado que se adjunta es el que
corresponde y poder calcular el error aplicable según la conclusión 12 de las citadas jornadas.
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(Documentación a Incluir en los Atestados JFDSV): 3.- Debe constar uno de los siguientes
certificados, según los casos:
- Si el modelo ha sido aprobado antes del 30-10-2006, el etilómetro no ha sufrido reparación o
modificación alguna y la medida está hecha durante el primer año de servicio del etilómetro, el
documento que debe constar es el “certificado de ensayos de verificación primitiva”.
- Si el modelo ha sido aprobado después del 30-10-2006, el etilómetro no ha sufrido reparación o
modificación alguna y la medida está hecha durante el primer año, el documento que debe constar es el
“la declaración de conformidad basada en la verificación de producto”.
- Si el etilómetro ha sido reparado o modificado, el documento que debe constar es el “certificado
después de reparación o modificación”.
- Si ha transcurrido más de 1 año desde la puesta en servicio del etilómetro o desde su reparación o
modificación, el documento que debe constar es el “certificado de verificación periódica”.
(Documentación a Incluir en los Atestados JFDSV): 4.- ERRORES: Los errores que deben tenerse
en cuenta según la conclusión 12 de las citadas jornadas son los siguientes:
- En los etilómetros que se encuentran durante su primer año de servicio y que no han sido reparados
o modificados el error es del 5%, por tanto el valor medido ha de ser igual o superior a 0,64 para que
se cumpla el tipo sólo por la tasa. - En los etilómetros que llevan más de un año en servicio o han sido
reparados o modificados el error es del 7,5%, por tanto el valor medido ha de ser igual o superior a
0,65 para que se cumpla el tipo sólo por la tasa.
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delito del art. 379.1 y tras las indagaciones de la policía judicial y con el debido fundamento se
propondrá que el titular del automóvil declare ante el Juez como imputado con instrucción de los
derechos del art. 118 LECrim. Si en uso de ellos se niega a identificar al autor se comprobará su
versión exculpatoria (art. 396 LECrim.) y se solicitarán, en su caso, investigaciones en el entorno
familiar, social o profesional acerca de quien conduce habitualmente el vehículo y cuantos extremos
puedan llevar al descubrimiento del autor, siempre con el debido respeto a las garantías procesales.
(JFDSV C13) 13. El párrafo 1 del art 380 recoge sin variación el tipo tradicional de conducción con
temeridad manifiesta y concreto peligro. El art. 380.2 contiene una interpretación auténtica de
supuestos comprendidos en el concepto de temeridad manifiesta pero no la define con carácter de
numerus clausus. Reducirla al supuesto del párrafo 2 es interrumpir una inveterada tradición histórico
legislativa que la conceptúa como conducción despreciando las más elementales normas de
precaución, gravemente irregular y contraria al ordenamiento jurídico de tráfico que ha absorbido
una variada modalidad de conductas (SSTS 1-4-2002 y 20-12-2004). La intención de legislador es
desde esta perspectiva dejar claro que tanto la conducta del art 379.1 como la del art 379.2 son ya por
su peligrosidad conducciones con temeridad manifiesta que cuando generan una situación de peligro
concreto han de subsumirse en el art 380.1.
En la Instrucción 3/2006 del FGE, se mencionan unos supuestos específicos en los que
se debería considerar que existe imprudencia punible, haciendo referencia a las sentencias del
Tribunal Supremo que las refieren, que copiada en la parte que aquí interesa, dice:
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una u otra de tales modalidades (…). Las circunstancias del caso concreto son las que sirven de guía
para calificar una conducta imprudente como grave o como leve.
Es por tanto extraordinariamente difícil, por no decir prácticamente imposible, establecer criterios
genéricos que, más allá de una mera función orientativa, puedan automatizar en alguna medida ese
proceso selectivo, pero, pese a todo, parece oportuno recordar algunos pronunciamientos
jurisprudenciales sobre esa delicada delimitación, que, a modo de criterios rectores, puedan ayudar a
superar ese factor de desviación en la calificación jurídica anteriormente mencionado.
En concreto se ha estimado gravemente imprudente atendidas las circunstancias concurrentes en el
caso enjuiciado: circular a velocidad excesiva rebasando el vehículo que se encontraba detenido ante
un paso de peatones (STS 720/2003, de 21 de mayo), conducir con exceso de velocidad en una
población (SSTS 12.12.89 y 8.5.97), salirse de la calzada e invadir la calzada opuesta (SSTS 145.4.02 y
19.6.87), la inobservancia de preferencias de paso en un cruce(STS 22.4.87), rebasar semáforos en
rojo (SSTS 1920/2001, de 26 de octubre, 95/1997, de 27 de enero), adelantar sin visibilidad (STS
26.4.1990) o conducir sin prestar atención alguna a las incidencias viarias (STS 14.11.92)”
La Memoria de la Fiscalía General del Estado 2010 se ocupa también de los artículos
380 y 381 del Código Penal, en cuanto a lo que se considera uno de los fenómenos de
violencia vial más generalizados, el del ACOSO AL AUTOMOVILISTA.
Sin ánimo de agotar la variada casuística, cita la Memoria, tres situaciones:
a). El de los que se colocan “pegados” al que circula por delante y con sujeción a
las normas para que los deje pasar, aun cuando la maniobra sea ilegal o peligrosa.
b) El del que adelanta con gestos hostiles e insultantes y se coloca delante sin
distancia de seguridad para obligarle a frenar.
c) El del que efectúa “persecución” a la víctima, realizando en torno a ella
maniobras que la ponen en situación de peligro.
Todos ellos, en un contexto siempre de violencia, logrando al final que el conductor
vejado acabe en la cuneta o sufra resultados lesivos. En supuestos como los descritos se
contiene una modalidad de peligro diferente y es la creación de una situación de presión y
hostilidad con alteración psicológica, generadora de graves riesgos de pérdida de control de la
conducción.
Una gran parte de estos reprobables comportamientos son subsumibles en los tipos de
ILÍCITO ADMINISTRATIVO del art. 65.4 y 5 LSV.
Pero cuando se genera PELIGRO CONCRETO podría caber, en función de la
gravedad de los hechos y circunstancias del caso, la subsunción en los TIPOS (DELITOS)
DE LOS ARTS. 380 Y 381 CP. (42)
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cuatro ocasiones al vehículo que precedía al del acusado, es de tal intensidad que excede de la mera
conducción temeraria para integrarse en la figura penal aludida, de conducción con consciente
desprecio por la vida de los demás; no sólo se crea una situación de riesgo concreto para los demás
usuarios de la vía, que se advierte indudablemente ya en la situación misma de acoso a que se vio
sometido el denunciante, exteriorizada en la acción del acusado de aproximar exageradamente su
vehículo, y en la circunstancia de situarse delante y frenar bruscamente, sino que se produce un
verdadero salto cualitativo que intensifica de manera muy notable la entidad de la situación de peligro
creada, y que ciertamente se sitúa en la posición de la culpa consciente característica del tipo, ya
próxima al dolo eventual del homicidio en tentativa (Sentencias de 25 de octubre de 1999 y 11 de abril
de 2001), dolo inaplicable precisamente porque no consta la aceptación de dicho resultado. Estos
estados intermedios fueron el motivo de la introducción en su día de la figura penal estudiada...”
Pasa a estar incluido, tras esta reforma, la negativa a efectuar las pruebas legalmente
establecidas dentro de los específicos delitos contra la seguridad vial, y por tanto el
imputado/detenido por estos hechos, puede prescindir de la asistencia letrada en la
manifestación que presta ante las fuerzas y cuerpos de seguridad.
Recordar en este sentido lo que dice el preámbulo de la Ley 15/2007: “La negativa a
someterse a las pruebas legalmente establecidas para detectar el grado de alcoholemia o de
impregnación tóxica, en cambio, pierde su innecesario calificativo de delito de
desobediencia y pasa a ser autónomamente castigada.”
(JFDSV C14) 14. El delito del art 383 ha extendido su ámbito de aplicación a todos los supuestos del
art. 21 RGC20 como lo revela la modificación en la fórmula típica. En la infracción penal hasta ahora
vigente del art. 380 se decía “pruebas legalmente establecidas para la comprobación de los hechos
descritos en el artículo anterior”, lo que permitió a la doctrina jurisprudencial mayoritaria de
Audiencias a partir de la STS 9-12-2001 (de entre las más recientes SAP Pontevedra de 27-4-2007)
entender como punible sólo la negativa en los casos del art 21 a) y b) y en los de c) y d) cuando hubiera
signos de embriaguez, dado que los “hechos descritos en el artículo anterior” eran los del delito de
conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas que exigía tales signos. Ahora se habla de “…
pruebas legalmente establecidas para la comprobación de las tasas de alcoholemia…”, lo que obliga
a incluir sin matizaciones todos los supuestos del art. 21 citado. En concreto los controles preventivos
sin signos de embriaguez.
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(Sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas de Gran Canaria, Sección 1, de fecha 08-02-
2007, 74-2007)
“…ante la manifestación del acusado de que no podía soplar por razón de enfermedad se le debía
haber dado la oportunidad de que se le efectuasen otro tipo de pruebas previstas legalmente…”
“…si el acusado invoca la existencia de una enfermedad que le impidiere cumplir con la prueba con
etilómetro debe informársele de la existencia de PRUEBAS ALTERNATIVAS, y únicamente en el
supuesto de que se negare a ello habrá incurrido en desobediencia grave (actual delito del 383)”.
“En suma,…se debía haber posibilitado la práctica de otras pruebas…”
Hay que precisar que no cometen el delito del art. 383 del C.P. y por tanto deberán
ser denunciados por una infracción muy grave contemplada en el artículo 65.5.b de la
LSV, los conductores de bicicletas y de vehículos de tracción animal (que están obligados a
someterse a las pruebas en los cuatro supuestos del art. 21 RGC), y los otros usuarios de la
vía, como el conductor de un animal o animales, los peatones o los ocupantes de un vehículo
(que están obligados solo a someterse a las pruebas de alcoholemia en el primer supuesto del
art. 21 RGC (accidente).
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los agentes encargados de la vigilancia del tráfico. A petición del interesado o por orden de
la Autoridad judicial se podrán repetir las pruebas a efectos de contraste, pudiendo consistir
en análisis de sangre, orina u otros análogos.
El personal sanitario vendrá obligado, en todo caso, a dar cuenta del resultado de las
pruebas que realicen a la Autoridad judicial, a los órganos periféricos de la Jefatura Central
de Tráfico y, cuando proceda, a las autoridades municipales competentes.
3. Reglamentariamente podrán establecerse pruebas para la detección de las demás
sustancias a que se refiere el apartado primero del presente artículo, siendo obligatorio el
sometimiento a las mismas de las personas a que se refiere el apartado anterior.”
“Art. 796
1.7ª. La práctica de las pruebas de alcoholemia se ajustará a lo establecido en la
legislación de seguridad vial.
Las pruebas para detectar la presencia de drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias
psicotrópicas en los conductores de vehículos a motor y ciclomotores serán realizadas por
agentes de la policía judicial de tráfico con formación específica y sujeción, asimismo, a los
previsto en las normas de seguridad vial. Cuando el test indiciario salival, al que
obligatoriamente deberá someterse el conductor, arroje un resultado positivo o el conductor
presente signos de haber consumido las sustancias referidas, estará obligado a facilitar
saliva en cantidad suficiente, que será analizada en laboratorios homologados,
garantizándose la cadena de custodia.
Todo conductor podrá solicitar prueba de contraste consistente en análisis de sangre,
orina u otras análogas. Cuando se practicaren estas pruebas, se requerirá al personal
sanitario que lo realice para que remita el resultado al Juzgado de Guardia por el medio más
rápido y, en todo caso, antes del día y hora de la citación a que se refieren las reglas
anteriores.”
(Documentación a Incluir en los Atestados JFDSV) 1.- El acta de sintomatología debe constar en
todo caso conforme a la conclusión 11 de las jornadas de fiscales delegados de seguridad vial
celebradas los días 17 y 18 de enero de 2008 y visadas por el FGE.
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En las diligencias se debe hacer una inspección ocular lo más pormenorizada y precisa
posible, en la que se detallen los hechos y circunstancias específicas de cada caso, así como
todo lo relacionado con el obstáculo, situación, dimensiones, zona de afección en la calzada,
posibilidad de paso, distancia desde la que se puede apreciar el obstáculo (PPP), etc. Todo
ello con incorporación de fotografías de la zona. También debe hacerse mención a las posibles
situaciones de riesgo concreto que se han producido así como al riesgo abstracto.
La idea de que la seguridad vial es responsabilidad de todos, de los que circulan por
las vías, de todos los ciudadanos y de los responsables de entidades públicas, hace que se
penalice el incumplimiento de obligaciones relativas no a la conducción, sino al estado de la
vía. El tipo del art. 385 CP es de aplicación como posibles sujetos activos del mismo al
incumplir sus deberes de cuidado a peatones, terceras personas ajenas al tráfico, funcionarios
de la Administración y empleados o directivos de empresas que realizan obras de
señalización, conservación o construcción de vías públicas por las que discurre el tráfico
viario. En este sentido se pronuncia la Junta de Fiscales Delegados de Seguridad Vial, cuando
dice:
(Nota de Prensa JFDSV 25 y 26-01-2009, Apart 2)
2.1 El Delito del art. 385 CP: Creación de graves riesgos para la circulación.
El bien jurídico protegido por este tipo penal son las condiciones de seguridad de las vías, de las
infraestructuras y de los elementos relacionados con ellas. Aporta un enfoque distinto y
complementario con los demás que le preceden. En él se penaliza el incumplimiento de obligaciones
relativas no a la conducción sino al estado de la vía por donde discurre. El estado de las
infraestructuras tiene incidencia directa en la segundad vial. …
El tipo del art. 385 CP fue introducido en la Reforma penal de 1962, siendo desde entonces un tipo de
escasa aplicación en la praxis de los Tribunales. Tal aplicación es nula cuando nos referimos a
funcionarios públicos como posibles sujetos activos del mismo al incumplir sus deberes de cuidado.
Se trata además de un tipo en que los posibles sujetos activos pueden ser peatones, terceras personas
ajenas al tráfico, funcionarios de la Administración y empleados o directivos de empresas que realizan
obras de señalización, conservación o construcción de vías públicas por las que discurre el tráfico
viario. Ofrece, por tanto, como decíamos, un enfoque de responsabilidades compartidas en mantener en
buen estado nuestras carreteras y calles y evitar así tragedias personales derivadas de accidentes.
La gran mayoría de obligados con la vía cumplen sus deberes y sólo una minoría los desatiende. El
Derecho penal debe quedar reservado en virtud del principio de intervención mínima para los hechos
que revistan singular gravedad. En lo demás, son suficientes frente a estas conductas minoritarias la
potestad sancionadora de la Administración y su responsabilidad patrimonial.
La acotación principal en este sentido es la de que el delito exige que se origine "un grave riesgo para
la circulación". Una interpretación ajustada a las exigencias del Derecho penal nos lleva a requerir
que las conductas delictivas incrementen de modo notable o intenso las probabilidades de sufrir
accidentes, SIN que se precise el PELIGRO CONCRETO de los arts. 380 y 381 CP.
La creación de la situación de riesgo o el no hacerla desaparecer han de significar el incumplimiento
o infracción de deberes normativos de cuidado previstos en las normas legales. Así citamos el art. 13
de la Ley de Carreteras de 29-7-1988 que impone deberes de conservación en condiciones de seguridad
y señalización de la vía a la Administración estatal y los correlativos de la legislación autonómica de
carreteras que los imponen a autoridades de este orden. El art. 57 de la Ley de Seguridad Vial, LSV
(Texto articulado de 2-3-90) los prescribe, en general, a los titulares de las vías públicas que pueden
ser también Diputaciones o Ayuntamientos y en materia de señalización de obras así como, en su caso,
a las empresas adjudicatarias.
De otra parte, cuando el peligro está debidamente señalizado de manera que puede ser percibido por el
conductor sin que se alteren las condiciones de seguridad con que conduce puede no ser de aplicación
el delito que estudiamos, sino que los hechos constituirían infracción administrativa.
La primera modalidad de conducta típica del art 385.1º es la "colocación de obstáculos imprevisibles".
La doctrina jurisprudencial de Audiencias condena por supuestos de colocación o abandono de objetos
en la vía. Citamos, en vía de ejemplo, el hacerlo a altas horas de la madrugada originando que los
vehículos tuvieran que circular en dirección contraria (SAP Córdoba 17-6-2005), dejar un bidón vacío
por la noche en carretera con gran densidad de tráfico (SAP Murcia de 28-5-2002), volcar MINISTERIO
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contenedores de basura (SAP Pontevedra 11 -4-2001) y arrojar objetos desde el coche a la calzada
(SAP Guipúzcoa 6-4-2005). También por arrojar objetos a otros vehículos en circulación (SAP Madrid
27-9-2004).
El propio vehículo puede constituir obstáculo imprevisible cuando se detiene en mitad de la calzada
sin señalización (SAP Soria 17-10-2001). También el propio peatón cuando deambula por la calzada
en estado de embriaguez o por lugares no habilitados originando en los vehículos maniobras
peligrosas para terceros (SSAP Guipúzcoa 18-3-2003 y 23-4-2004). Los últimos datos estadísticos
nacionales sobre siniestralidad apuntan a que cerca de un 50% de peatones cruzaron la calzada
antirreglamentariamente (en reciente procedimiento del Juzgado de Instrucción 28 de Madrid la
Fiscalía ha acusado a un peatón de delito de imprudencia al deambular descoordinadamente por la
M-40 y generar un accidente de tráfico ante las maniobras de frenada y elusión de otros conductores
con lesiones para sus ocupantes)
También pueden ser obstáculos imprevisibles la realización de obras no autorizadas en las vías (arts.
4 y 139 .4 Reglamento de Circulación y 31a) y b) de la Ley de Carreteras) o actividades o instalaciones
peligrosas o insalubres (arts. 31.4 c) de la Ley de Carreteras) o las que no están debidamente
señalizadas (arts. 57.3 LSV y 139 y 140 Reglamento).
El derramamiento de sustancias deslizantes o inflamables se refiere a acciones de dejar caer o verter
y tiene su contrapunto administrativo en las prohibiciones del art 10.4 LSV. El tipo se estima en casos
de vehículos que derraman en la calzada arena, gasóleo (SAP Guipúzcoa 23-4-2004) u otros elementos
de la carga que generan peligros de deslizamientos y obligan a maniobras de riesgo.
La mutación y anulación de señales son conductas que pueden consistir en pintarlas, taparlas,
doblarlas y otros comportamientos que reduzcan gravemente su visibilidad o induzcan, también de
modo grave, a confusión como colocar sobre ellas o en sus inmediaciones placas, carteles, marcas,
publicidad u otros objetos que produzcan este efecto (arts. 58.2 y 3 LSV y 142 Reglamento de
Circulación). La sustracción en arrancarlas y llevárselas. La jurisprudencia de Audiencias sanciona
así a quien tumba señales de dirección obligatoria, dirección prohibida y prohibido estacionar (entre
otras, SAP Barcelona de 17-2-2005) o tira las vallas y pivotes que señalizan una obra (SAP Zaragoza
de 3-9-2003).
La expresión "por cualquier otro medio", para que sea conforme con el principio de taxatividad, ha de
reputarse incluyente de una clausula de analogía con las modalidades anteriores. Aquí podríamos
incluir la emisión sobre las de perturbaciones electromagnéticas, ruidos, gases y otros contaminantes
(art. 10.5 y 7.4 del Reglamento LSV). Del mismo modo la quema de rastrojos, vertederos de residuos y
basuras con peligro de que el humo producido por la incineración de basuras o incendios
ocasionales pueda alcanzar la vía y poner en riesgo la circulación (arts 6.1 LSV y 6 y 7.4 del
Reglamento).
También la conducción con emisión de perturbaciones electromagnéticas y niveles de ruido, gases o
humos y contaminantes en valores superiores a los permitidos o en los casos de haber sido objeto de
reforma de importancia no autorizada (art. 10.6 LSV) o la circulación con escape libre sin el
preceptivo dispositivo silenciador de explosiones (art. 7.2 del Reglamento). Siempre que todo ello
origine un gravé riesgo para la circulación en los términos apuntados y con sujeción al principio de
intervención mínima, para los casos de mayor gravedad de injusto, dejando en lo demás que
intervengan las potestades sancionatorias de la Administración.
Hemos de decir que la seguridad vial se halla íntimamente unida a la protección del medio ambiente
como revelan las Directivas y normativa europea apuntada y que una interpretación progresiva del
bien jurídico protegido en los delitos de los arts 379 y ss. debe llevar a asumir esta perspectiva de
indisoluble unión.
En la expresión legal también podemos incluir los casos de destrucción, deterioro o sustracción de
farolas de alumbrado, vallas, medianas u otros elementos auxiliares de la vía que cumplan funciones
de seguridad (arts. 31.4 b) y c) Ley de Carreteras.
En la modalidad típica del art. 385.2 nos hallamos ante un de delito de comisión por omisión que ha
de relacionarse con el art 11 CP. La alteración en las condiciones de seguridad de la vía que obliga a
restablecerla puede originarse por su mera utilización, por causas fortuitas o por cualquier otra
circunstancia.
Ha de aclarase que pueden ser sujeto activos los particulares que fortuita o imprudentemente
realizaron las conductas del art 385.1 CP y que de acuerdo con los arts 10.3 LSV, 5.1 y 3 del
Reglamento y 10.3 LC no lo hagan desaparecer los antes posible y lo señalicen adecuadamente. En la
jurisprudencia de Audiencias las SSAP Alicante 23-9-99 y SAP Asturias 5-4-2001 sancionan a los que
arrojan accidentalmente sustancias deslizantes y conscientes posteriormente no hacen nada para
eliminarlo a advertir a los demás. La SAP Segovia de 23-9-2005 penaliza el dejar barro por los
camiones de una escombrera sin adoptar tampoco medidas pese a los requerimientos de terceros.
De este tipo y de modo principal pueden ser sujetos activos, como dijimos, los funcionarios públicos
respecto de los que no hay ninguna sentencia de condena en la jurisprudencia.
La omisión dolosa puede originarse cuando desde la construcción de la vía hay trascendentales déficits
(trazados de curvas claramente peligrosos, firmes claramente irregulares, graves errores en la MINISTERIO
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señalización) de los que son conscientes el funcionario o funcionario y que incumplen la Ley de
Carreteras y normativa complementaria originando un grave riesgo para la circulación. También
puede incidir en este comportamiento el contratista que lleva a cabo la construcción con estas graves
irregularidades. Ello ocurrirá cuando no coloque en la vía las calidades, materiales y elementos
exigidos por la adjudicación y la legislación vigente. En todo caso, los concesionarios cuando
incumplan similares deberes.
Las responsabilidades también pueden surgir en el mantenimiento de la vía, tanto por los
funcionarios como por empleados o directivos de empresas ejecutoras de obras o adjudicatarias del
mantenimiento de la vía urbana o interurbana cuando por su utilización o por cualquier otra razón o
por la defectuosa realización de obras se han originado relevantes carencias de segundad (estado del
firme, señalización etc...) de idéntico signo que asimismo originen un grave peligro para la circulación.
En este caso, como en el anterior, es preciso que el funcionario o particular tenga deberes normativos
de cuidado, de conformidad con el título competencial, contractual o de concesión derivado de sus
concretos cometidos y obligaciones (funciones de inspección, vigilancia o actuación) y con las
exigencias del art. 11 CP (arts. 57.1 LSV y 139.1 Reglamento).
Es preciso, de otra parte conforme al principio de culpabilidad que tales deberes le sean exigibles y
que se pruebe el conocimiento de la situación de peligro.
En materia de túneles el Decreto 635/2006 de 26-5 de incorporación de la Directiva antes citada que
extiende sus efectos a todas las carreteras del Estado, señala deberes normativos a la autoridad
competente, a la empresa explotadora de la gestión del túnel y al responsable de seguridad.
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La Memoria de la Fiscalía General del Estado 2010 se ocupa también del artículo 385
del Código Penal, en los términos siguientes:
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…
Si las actuaciones preventivas que son las más eficaces devienen insuficientes, bajo el principio de
intervención mínima pueden proponerse acciones penales cuando haya situaciones de intenso riesgo
exigibles al concreto funcionario (atendiendo a los medios con que se cuente) con deberes específicos
en la materia y conocedor de la situación. De conformidad con el art. 5.2 del Reglamento de
Circulación, los badenes, resaltos, RDV o BTA que no se ajusten a la legalidad se convierten en
“obstáculos” en la vía en el sentido del art. 385.1 CP. De no suprimirse, lo cual es más exigible, la
conducta encajaría en el art. 385.2 CP, por no restablecer la seguridad de la vía cuando hay
obligación de hacerlo.
Nota de Servicio sobre el Delito de Conducción sin permiso, de la Fiscalía de la Audiencia Provincial
de Alicante, aprobada en Junta de Fiscales celebrada el día 15 de mayo de 2008.
1.- El bien jurídico protegido.
“Aunque el bien jurídico protegido es la seguridad vial, el delito es eminentemente formal y se comete
“con independencia de la pericia o habilidad que pueda tener el conductor, pues lo que el precepto
sanciona es precisamente el hecho de conducir vehículos (aparatos de por sí peligrosos), sin que los
organismos oficiales correspondientes hayan constatado la capacidad técnica del conductor”…..”
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el 8-12 vigente RD 772/97) B, BTP (asimismo nueva) C, C-1, D, D-1 más los E correspondientes (art
4), con la anterior licencia de ciclomotores (art 11.a .de este último Reglamento), ahora llamada
permiso AM.
… la licencia de conducir ciclomotores es considerada o conceptuada en el nuevo Reglamento como
“permiso” en la exposición que de ellos lleva a cabo el art 4. Todo ello con vigencia desde el 8-12-
2009, pues la disposición transitoria 1ª establece un régimen de equivalencia manifestado en la
disposición transitoria 2ª que permite la expedición del nuevo AM en cualquier momento. Tales
licencias se convierten ya, en definitiva, en permisos.
A más de ello las normas jurídicas de la CE, de obligada referencia y estudio cuando se habla de un
espacio europeo de seguridad vial, abocan a la misma conclusión. Centrados en la Directiva
2006/126/, recordemos que es –como se intitula- una refundición de la normativa comunitaria que se
inicia con la Directiva 91/439/CEE del Consejo, sobre “el permiso de conducción”. En su articulado se
esboza un concepto comunitario y régimen jurídico unificados del mismo, con los compromisos de
incorporación al derecho nacional que establece el art 16.
El art 4 sobre “categorías, definiciones y edades mínimas “se refiere, entre otros al “permiso” de la
categoría AM. Por su parte el art 2 prescribe que “los permisos de conducción expedidos por los
Estados miembros serán reconocidos recíprocamente“. La norma significa que la hasta ahora
licencia se convierte en permiso y con ello nuestro país queda obligado como los demás a reconocerlo
y considerarlo como tal.
…el ilícito administrativo ya contenido en la anterior LSV en el art 65.5.j) calificado como muy grave
y consistente en “conducir un vehículo careciendo de la autorización administrativa correspondiente”,
ha sido mantenido de forma idéntica en el art 65.5 k) en la modificación operada por la reciente ley
18/2009 de 23-11-2009. El empleo persistente en la legislación administrativa sancionadora y no en
la penal de la expresión “correspondiente”, es revelador del designio legislativo de mantener estas
conductas pese a su singular gravedad, fuera de la órbita penal.
De esta manera, una vez confeccionadas las diligencias por la patrulla de servicio
que lo observa, o en su caso el equipo de atestados (generalmente cuando se solicite
abogado), se entregaran en el Juzgado correspondiente, haciéndole saber a la Autoridad
Judicial, mediante la diligencia correspondiente, que se continúan las gestiones, y por
tanto las diligencias, por el GIAT, quién realizará las investigaciones necesarias en orden a
determinar si el extranjero posee, o ha poseído alguna vez, permiso de conducir en su país, o
que el español residente en el extranjero lo ha obtenido en algún país, de cuyo resultado el
GIAT dará oportuna y diligente cuenta a la Autoridad Judicial.
Desde la entrada en vigor del art. 384 del Código Penal el día 1 de mayo de 2008, se
han venido planteando algunos problemas interpretativos de la norma, en lo referente a
determinados vehículos (motos de competición, minimotos y quads) que por sus
características técnicas, podrían originar confusión en cuanto al tipo de licencia o permiso MINISTERIO
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necesarios para su uso. Para resolver las dudas surgidas en este sentido, el Fiscal Delegado de
Seguridad Vial para Andalucía, ha emitido la Nota de Servicio 2/09, de fecha 3 de octubre de
2009, la cual ha sido visada por el Excmo. Sr. Fiscal de Sala Coordinador de Seguridad Vial y
por el Excmo. Sr. Fiscal Superior de Andalucía, y en ella se dictan las normas a las que
habrán de ajustarse los atestados que se elaboren por hechos relativos a los delitos contra la
Seguridad Vial, en los aspectos relativos al art. 384 del Código Penal, relacionados con las
motos de competición, minimotos o minibikes y quads. Tras definir de modo exhaustivo
teniendo en cuenta la legislación que les afecta a cada uno de este tipo de vehículos, las
conclusiones a las que llega son las siguientes:
(Nota Servicio 2/09, FDSV Andalucía)
Conclusiones
1.- Motos de competición.
A la vista de las normas antes dichas, debe considerarse que el uso de esos vehículos (cualquiera que
sea su clase), en vía pública abierta y fuera de los casos de competición, debe someterse a la aplicación
de las normas generales que les corresponda, según sus características técnicas y cilindrada. Por ello
sí le es de aplicación el art. 384 del C.P. si su conductor no está en posesión del permiso o licencia
que le habilite legalmente para su manejo, con independencia de las sanciones administrativas que
les corresponda por falta de otros requisitos.
2.- Minimotos o “minibikes”.
El uso de estos vehículos (Minimotos o “minibikes”) en cualquiera de sus modalidades, antes descritas,
no integra el tipo del art. 384 del Código Penal, ya que no requieren permiso o licencia.
3.- Quads.
Para la conducción de este tipo de vehículos se precisa:
Quads automóviles: Permiso de conducir clase B o clase A con requisitos.
Quads Vehículo especial: permiso clase B,
Quads ciclomotor: permisos A-1, A y B o licencia de conducción.
En consecuencia se podrá aplicar el art. 384 del Código Penal por falta de la habilitación
correspondiente, si se circular con ellos en cualquier vía pública de acuerdo con el concepto general
del art. 2 LSV especificado en el art. 1 del Reglamento.
La Memoria de la Fiscalía General del Estado 2010, cuando se refiere al artículo 384
del Código Penal, con respecto a “impedir que el vehículo sea conducido por quienes nunca
hubieren obtenido el permiso o la licencia de conducción correspondiente”, así como al
hecho de que “sólo los conductores de vehículos de motor y ciclomotores precisan de
autorización administrativa para conducir en función de las distintas categorías sin que las
minimotos puedan acceder a la circulación rodada por lo que su conducción no cabe
considerarla delito”, se expresa en los términos siguientes:
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administrativa presenta un tipo subjetivo imprudente, en tanto que la participación penal requiere un
tipo subjetivo doloso.
De otra parte de acuerdo con el citado art. 9 bis el deber reseñado junto al conexo de facilitar el
número del permiso de conducir del tercero conductor (a quien está constreñido a identificar) o la
copia de la autorización administrativa si no figura en el Registro de Conductores, recaen en el
conductor habitual o arrendatario a largo plazo cuando el titular así lo haya comunicado al Registro.
Como cuestión previa debe dilucidarse si sólo el titular del vehículo y en su caso conductor habitual o
arrendatario a largo plazo puede ser partícipes de la conducción del permiso. Entendemos que no y
por ello el sujeto activo puede ser la persona que con mayor o menor título está utilizando o
disfrutando del vehículo en el momento en que realiza la acción.
7.4.3.- Las minimotos y bicicletas eléctricas.
Los propios comerciantes avisan de que han de usarse sólo en recintos privados, dado que hacerlo
en vía pública puede generar elevados riesgos. La prohibición legal de que lo hagan deriva del art.
61.LSV y 1.1 del Rglto de Vehículos. Están incluidos en la definición de vehículo del art. 2 del
RD7/2001 en cuanto “vehículo idóneo para circular por la superficie terrestre e impulsado por motor”
y susceptible de generar hechos de la circulación (art. 3), pero todo ello sólo a efectos de la necesidad
del seguro obligatorio de responsabilidad civil. Es opinión generalizada entre los Fiscales Delegados
la de que sólo los conductores de vehículos de motor y ciclomotores precisan de autorización
administrativa para conducir en función de las distintas categorías sin que las minimotos puedan
acceder a la circulación rodada por lo que su conducción no cabe considerarla delito. El supuesto no
tiene encaje en los arts. 4, 5 y 6 del Reglamento de Conductores ni en las definiciones del Anexo 2 del
Reglamento de Vehículos. (52)
52.-En términos semejantes resuelve la SAP de Murcia de 12/3/09 al considerar que las minimotos por
sus características es imposible adecuarlas para su uso por la vía pública al no cumplir con la
normativa vigente para circular por ella, entendiendo que para su utilización no es necesario permiso
o licencia alguna. Sin embargo la SAP Madrid 3-9-2007 argumenta que aun cuando sólo pueden ser
utilizados en circuitos cerrados, son vehículos de motor y su simple uso en vía pública constituye un
presupuesto objetivo de la temeridad (art. 380 CP).Podría sostenerse que encaja en la definición de
vehículo de motor a que antes nos referimos y que la circulación por vía pública cumpliría los
requisitos de este tipo, aun cuando no los del art. 384 inciso último. Sobre esta cuestión hay que seguir
profundizando. En cualquier caso el comportamiento no quedaría sin respuesta, ya que podría
estudiarse su sanción de conformidad con el art. 65.5.K de la LSV y en todo caso cabe la
inmovilización del art. 84.1.a).
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La Fiscalía de Navarra cita alguna resolución absolutoria por estar impugnado el acto administrativo
y creer el acusado que podía conducir. En el supuesto de la creencia de que interponiendo un recurso
jurisdiccional se puede conducir hay que realizar algunas matizaciones. Es difícil negar el general
conocimiento de que las resoluciones administrativas obligan aun cuando se interponga recurso
jurisdiccional y que la pérdida de puntos impide la conducción. En los casos excepcionales en que no
fuera así nos hallaríamos ante un error vencible de prohibición con la penalidad atenuada del
artículo14.3 del Código Penal. Finalmente no pueden olvidarse las frecuentes actitudes fraudulentas de
quienes conociendo que han cometido o cometen una pluralidad de infracciones, en concierto con otras
personas acuerdan frustrar los mecanismos de notificación y eluden las sanciones. En estos casos el
Fiscal debe ordenar investigaciones al respecto e instar notificaciones policiales.
(JFDSV C15) 15. En lo atinente al delito del último inciso del art 384 (conducir sin haber obtenido
nunca el permiso o licencia), la expresión legal excluye los casos de pérdida de vigencia de los arts
63.4 y 63.6 del Texto A21 (por falta de los requisitos para conducir o pérdida de puntos) y de los arts.
60.4 Texto A22 y 16 y 1723 del RGCo (falta de renovación, supuesto derogado por el RD 25-1-2008),
dado que en estos casos no puede decirse que nunca se haya obtenido el permiso de conducir. Por las
mismas razones procede la exclusión de permisos extranjeros de la CE que no alcanzan validez en
España por falta de reconocimientos médicos o finalización del período de vigencia de conformidad
con el art. 2424 del Reglamento mencionado.
También deben excluirse los casos de permisos de países no comunitarios del art 30.225 del RGCo,
válidos en el período de 6 meses desde la residencia normal, cuando no se cumplan los requisitos de
vigencia ni los de edad. Del mismo modo los supuestos de falta de canje transcurrido el plazo
indicado (art 30.3 a 6 RGCo). El fundamento exegético para la exclusión es que el art 384 habla de la
obtención, no de la validez en nuestro derecho del permiso con el que se conduce. No se distingue si el
permiso o licencia se ha obtenido dentro o fuera del territorio nacional. La expresión “nunca” refuerza
esta interpretación.
En estos supuestos es precisa la constancia de la autenticidad y validez del permiso o licencia
extranjeros conforme a la legislación del país emisor (art. 30.4 p 2 RGCo) que debe haberse cumplido
rigurosamente. Los Fiscales deben investigar las falsificaciones y obtenciones fraudulentas de
permisos tanto a nivel individual como de organizaciones delictivas que pueden constituir delitos de
falsedad del art. 390 o 393 CP y cuando se conduce con aquellos delitos además del art 384. MINISTERIO
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Uno, de carácter objetivo: Facilitar el uso del vehículo a motor o ciclomotor, elemento material
imprescindible para cometer el delito.
Otro, fundamentalmente de carácter subjetivo: La constancia de que el usuario no tiene el permiso o la
licencia necesaria que le habilite para el uso del vehículo, y el conocimiento general de cualquier
ciudadano, de que conducir sin él es delito, por lo que su conducta facilita la consumación.
Conocimiento que parece evidente en el ámbito familiar con menores, en relaciones de dependencia
laboral y de prestación de servicios.
No cabe duda, en aplicación de lo antes expuesto, que la participación del propietario en estos casos
colma los requisitos doctrinales y jurisprudenciales para considerarle cooperador necesario, pues sin
su decisiva aportación no sería posible cometer el delito por parte del conductor no propietario.
En consecuencia, CON LA DEBIDA PONDERACIÓN, deberán dirigir sus actuaciones de
investigación no sólo sobre los conductores sin permiso o licencia, sino también sobre los
propietarios para determinar su participación en los hechos y en su caso, cumplidos los requisitos
antes referidos, imputarles el delito del art. 384 del Código Penal, si tras la investigación quedara
acreditado su participación en el hecho punible como COOPERADOR NECESARIO.
Los atestados incoados en los casos de conductores sin permiso o licencia y que además son
propietarios del vehículo o van acompañados de éste, se deberán tramitar como juicios rápidos.
En los demás atestados en los que deba investigarse la identidad y participación del propietario,
teniendo en cuenta que la instrucción de estas causas no reviste especial complejidad, podrán
presentarse como juicios rápidos, una vez concluida esa mínima investigación.
Investigación que además facilitará lo ya acordado en la Inctrucción 2/2008 - y que más abajo se
expone- en aras a acordar en su caso el comiso.
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están dentro del concepto de vehículo a motor o ciclomotor. SÍ lo están las “minimotos” que por su
potencia, cilindrada o velocidad encajen en el concepto de ciclomotor o vehículo a motor del ANEXO
1 la LSV.
Estos vehículos, no pueden circular por las vías públicas, pero si lo hacen, cuando se puedan
considerar ciclomotores o vehículos a motor, precisarían de autorización administrativa (permiso o
licencia) para su conducción, por lo que en consecuencia cometen el delito del articulo 384 del C.P.
quienes realicen la conducción de los mismos careciendo de dicho permiso o licencia.
A la vista de lo expuesto no se imputará la comisión de un delito por la conducción sin permiso o
licencia cuando se circule con una moto eléctrica. En relación a las “minimotos” sí en cuanto por sus
características tengan encaje en la categoría de ciclomotor o vehículo a motor.
(Escrito de fecha 27 de mayo de 2008 del Excmo. Sr. General Jefe de la Agrupación de Tráfico,
dirigido al Director General de Tráfico, elevando consulta sobre la conducción de minimotos y mini-
bikes en los supuestos contemplados en el artículo 384 del CP.)
La Instrucción número 051S-79 de esa Dirección General de Tráfico, de fecha 6 de junio de
2005, sobre “MINIMOTOS” o “MINIBIKES”, describe las características de este tipo de vehículos
referentes a su capacidad de carga, velocidad, cilindrada y dimensiones, e imparte instrucciones ante
la detección de éstos cuando circulen por las vías públicas y no estén dotados de la correspondiente
autorización, ante lo que se procederá a formular denuncia contra el conductor, de acuerdo con el
principio general de responsabilidad previsto en el artículo 72.1 de la Ley sobre Tráfico, Circulación
de Vehículos a Motor y Seguridad Vial.
Asimismo, y de acuerdo con el informe de la Dirección General de Seguros y Fondos de
Pensiones, de fecha 14 de marzo de 2005, también citado en su Instrucción 05/S-79, los citados
vehículos tienen la consideración de vehículos a motor a los efectos de responsabilidad civil derivada
de la circulación de vehículos a motor y de la obligación de estar asegurados, por lo que si circularan
sin tener concertado el seguro de responsabilidad civil de suscripción obligatoria, sus propietarios
deben ser denunciados. Por otra parte, en el caso de que el propietario no proceda a la retirada del
vehículo de la vía, se deberá adoptar la medida cautelar de inmovilización que permite el artículo 70
de la Ley sobre Tráfico, Circulación dé Vehículos a Motor y Seguridad Vial, y tal como prevé el
artículo 71 de la citada Ley, la Administración podrá proceder a retirar el vehículo de la vía y a
quedar en depósito.
A pesar del contenido de la Instrucción 05/S-79, lo cierto es que este tipo de vehículos no se
ajusta de forma clara a las definiciones de “vehículo”, “vehículo de motor” y “ciclomotor” contenidos
en la Ley de Seguridad Vial y Reglamento General de Vehículos.
De hecho, la realidad es que este tipo de vehículos, al no estar homologados y no poder
circular por las vías públicas, tampoco pueden matricularse ni sería necesario poseer,
consecuentemente, permiso o licencia de conducción para su uso.
Dada esta situación, quizás fuera más acertada la consideración de este tipo de vehículos
como asimilados a juguetes, aplicándose como infracción a la norma su prohibición de circular por las
vías públicas (sólo podrían hacerlo por zonas residenciales señalizadas como tales, o en lugares al
efecto —circuitos—, en recintos privados, o incluso en zonas peatonales pero a velocidad de paso
humano), o también podría serles de aplicación la legislación sobre máquinas (Real Decreto
1435/1992, de 27 de noviembre, por el que se dictan las disposiciones de aplicación de la Directiva del
Consejo 89/392/CEE, relativa a la aproximación de las legislaciones de los estados miembros sobre
máquinas), seguridad de los productos (Real Decreto 1801/2003, de 26 de diciembre, sobre seguridad
general de los productos), o consumo (Real Decreto 1945/1 992, de 22 de junio, por el que se regulan
las infracciones y sanciones en materia de defensa del consumidor y de la producción agro-
alimentaria; Ley 26/1984, de 19 de julio, general para la defensa de los consumidores y usuarios; y Ley
44/2006, de 29 de diciembre, de mejora de la protección de los consumidores y usuarios).
Por todo lo expuesto, y a raíz de la entrada en vigor el día 01.MAYO.08 de la modificación del
artículo 384 del Código Penal, donde se tipifica como delito la conducción de vehículos a motor o
ciclomotor sin haber obtenido nunca permiso o licencia, habiendo perdido los puntos o por retirada
por decisión judicial, elevo consulta a V.l. sobre la forma de actuar cuando se detecta al conductor de
una minimoto circulando por una vía pública abierta al tráfico en los supuestos contemplados en el art.
384 del Código Penal, al objeto de conocer el criterio de esa Dirección General sobre la problemática
planteada, de tal forma que el mismo sirva para unificar el procedimiento de actuación al respecto.
(Escrito de fecha 20 de Junio de 2008 del Director General de Tráfico, dirigido al Excmo. Sr.
General Jefe de la Agrupación de Tráfico.)
En contestación al escrito de V.E. del 27 de mayo, sobre la consulta acerca de la conducción de
minimotos y mini-bikes en los supuestos contemplados en el art. 384 del vigente Código Penal, le
participo lo siguiente:
A pesar de que no se encuentran definidas en el anexo II del Reglamento General de Vehículos, las
minimotos pueden ser consideradas como vehículos en sentido amplio, vehículos que no han sido MINISTERIO
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autorizados para circular por las vías a las que se extiende el ámbito de aplicación de la Ley sobre
Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial.
De acuerdo con lo previsto en el artículo 60 de dicha Ley, sólo los conductores de “vehículos a motor y
ciclomotores” precisan de autorización administrativa para conducir, de aquella que el Reglamento
General de Conductores determina, en función de las distintas categorías en que clasifica dichos
vehículos.
El artículo 383 del Código Penal, en la redacción dada por la Ley Orgánica 15/2007 de 30 de
noviembre, refiere la conducta que tipifica como delito a los vehículos y autorizaciones a los que se ha
hecho referencia en el apartado anterior. Por tanto, como las minimotos no se encuentran entre dichos
vehículos, su conducción no puede considerarse constitutiva del referido delito.
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Este delito no está dentro de los incluidos en el CP como de los delitos contra la
seguridad vial, pero teniendo en cuenta que ha sido objeto de especial atención en la última
reunión de Fiscales Delegados en Seguridad vial, se ha considerado oportuno introducirlo en
este protocolo.
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encuentra en grave peligro como consecuencia directa de una previa actuación a él imputable lo que
conlleva que la conducta se castigue más gravemente; así la Sentencia de la Audiencia Provincial de
Alicante de 16 de junio de 2008 nos recuerda que "no cabe excluir la comisión de un delito de omisión
del deber de socorro porque el hecho se produjese en presencia de terceros; ello no elimina la
situación de desamparo de la víctima, lo que acontece en accidentes provocados por el sujeto que huye,
aunque haya en el lugar otras personas que pudieran prestar auxilio al necesitado, pues el deber de
prestar auxilio a la víctima de un accidente de circulación originado por el propio conductor
constituye una obligación personalísima de éste, de lo que no queda liberado por más que pudieran
existir otros sujetos capaces de prestar la atención necesaria, deber que sólo cesa cuando exista la
certidumbre de que el auxilio, en la medida que él mismo pudiera proporcionarlo, ya ha sido
prestado".
Por otro lado, el art. 196 del Código Penal castiga con las penas de los artículos anteriores en su mitad
superior e inhabilitación para empleo o cargo público, profesión u oficio por tiempo de seis meses a
tres años, al profesional que causa un grave riesgo a la salud de una persona por haberle denegado
asistencia sanitaria o por haber abandonado el servicio que estaba prestando; sancionando así la
conducta inactiva del profesional sanitario se encuentra íntimamente vinculada con el riesgo grave
para la salud de las personas, debiendo tenerse en cuenta que por su condición de técnico en medicina
la prestación de auxilio es exigible aún en el caso de un inmediato y previo fallecimiento a fin de
constatar cuanto menos si las labores de reanimación pudieran resultar útiles.
Por último hay que recordar que, para cuando no concurran los presupuestos de los mencionados
artículos del Código Penal, puede ser sancionable la omisión del deber de socorro desde el punto de
vista administrativo.
Así, tanto en el art. 51.1º de la Ley de Tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial como
en el art. 129.1 del Reglamento General de la Circulación se exige la obligación de auxilio a "los
usuarios de las vías que se vean implicados en un accidente de tráfico, lo presencien o tengan
conocimiento de él estarán obligados a auxiliar o solicitar auxilio para atender a las víctimas, si las
hubiera, prestar su colaboración para evitar mayores peligros o daños, restablecer, en la medida de lo
posible, la segundad de la circulación y esclarecer los hechos.
Y en el art. 129.2 se exige que: Todo usuario de la vía implicado en un accidente de circulación deberá,
en la medida de lo posible:
d) Prestar a los heridos el auxilio que resulte más adecuado, según las circunstancias, y,
especialmente, recabar auxilio sanitario de los servicios que pudieran existir al efecto.
e) Avisar a la autoridad o a sus agentes si, aparentemente, hubiera resultado herida o muerta alguna
persona , así como permanecer o volver al lugar del accidente hasta su llegada, a menos que hubiera
sido autorizado por éstos a abandonar el lugar o debiera prestar auxilio a los heridos o ser él mismo
atendido; no será necesario, en cambio, avisar a la autoridad o a sus agentes, ni permanecer en el
lugar del hecho, si solo se han producido heridas claramente leves, la seguridad de la circulación está
restablecida y ninguna de las personas implicadas en el accidente lo solicita.
Los Fiscales procurarán una eficaz aplicación de estas normas para que las víctimas de accidentes,
cuyos derechos están obligados a proteger, reciban desde el principio sin retrasos o demoras en que se
juegan la vida o limitaciones permanentes, una eficaz asistencia por los viandantes, conductor
implicado, demás conductores , agentes públicos y servicios sanitarios
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Por otro lado nuestro Código Penal también incrementa la exigencia a los profesionales sanitarios,
basada en sus deberes normativos, sancionándose en el artículo 196 del Código Penal la conducta de
inactividad al originar riesgo grave para la salud de las personas. Debe tenerse en cuenta que en los
casos de condición de técnico en medicina la prestación de auxilio es exigible aún en el caso de un
inmediato y aparente fallecimiento a fin de constatar cuanto menos si las labores de reanimación
pudieran resultar útiles, tal y como expresa la STS de 28 de enero de 2008. Los retrasos de estos
servicios en acudir al lugar pudieran llegar a ser delictivos en función de las concretas circunstancias,
exigibilidad (según los medios disponibles en cada caso) y tardanza en llegar al lugar.
Por último, hay que recordar que, para cuando no concurran los presupuestos de los mencionados
artículos del Código Penal, puede ser sancionable la omisión del deber de socorro desde el punto de
vista administrativo, según lo dispuesto en el artículo 51.1.º de la Ley de Tráfico, circulación de
vehículos a motor y seguridad vial como en el artículo 129.1.º y 2.º del Reglamento General de la
Circulación.
Este delito no está dentro de los incluidos en el CP como de los delitos contra la
seguridad vial, pero teniendo en cuenta que ha sido objeto de especial atención en la Memoria
(2009) de la Fiscalía General del Estado, se ha considerado oportuno introducirlo en este
protocolo, reflejando en el mismo las tendencias hacia las que se dirigen la Fiscalía.
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disposiciones en materia social en el sector de los transportes por carretera, donde se regulan, entre
otras cuestiones, los períodos temporales de actividad y descanso.
En el curso de estos años se ha demostrado que las presiones económicas y la competencia en el
transporte por carretera han llevado a determinadas empresas y conductores a no respetar ciertas
normas, en particular las relativas a los tiempos de conducción y descanso, cuyo incumplimiento
origina una grave puesta en peligro de los usuarios de la vía.
Las autoridades europeas se han visto obligadas a realizar sucesivas modificaciones legales con el
fin de combatir más eficazmente tales riesgos.
Uno de los mayores problemas radicaba en la propia debilidad del tacógrafo analógico, al permitir
amplias posibilidades para su manipulación, surgiendo la necesidad de crear un nuevo sistema de
registro dotado de dispositivos con el mayor grado posible de invulnerabilidad.
Este sistema se concretó en el Reglamento 1360/2002, de 13 de junio de 2002, por el que se adapta
por séptima vez al progreso técnico el Reglamento CEE 3821/85 del Consejo relativo al aparato de
control en el sector de los transportes por carretera siendo su objetivo fundamental garantizar la
seguridad del sistema para lo cual se estableció la obligación de introducir el denominado tacógrafo
digital.
En el ámbito europeo, según las investigaciones realizadas por los expertos del Joint Research
Centre (JRC), se ha demostrado que son conocidas en el sector del transporte por carretera diferentes
manipulaciones destinadas a alterar los datos que debieran ser recogidos por los tacógrafos,
constatándose que los intentos de falsear los sistemas de los aparatos de control han sido continuos, y
ya no sólo en los vehículos equipados con los tacógrafos analógicos sino en los más modernos, y
teóricamente inviolables, tacógrafos digitales. Estos últimos aunque resultan difícilmente
manipulables, sí pueden verse afectados por alteraciones en los campos electromagnéticos generados
entre el sensor de movimiento y la caja de cambios.
Es tal la dimensión de los hechos y riesgos generados que con el fin de poner freno a estos ilícitos
comportamientos, la Comisión de las Comunidades Europeas se ha visto en la necesidad de aprobar
tanto la Directiva 2008/4/CE de la Comisión de 23 de enero de 2009 relativa a las medidas para
prevenir y detectar la manipulación de los datos de los tacógrafos por la que se modifica la reseñada
Directiva 2006/22/CE, como la Recomendación de 23 de enero de 2009 sobre directrices de buenas
prácticas en materia de inspecciones de los aparatos de control realizadas con ocasión de controles en
carretera o por talleres autorizados. Todo ello porque los controles, inspecciones y sanciones no pare-
cen haber disuadido a aquellos conductores u operadores que están dispuestos a falsear el sistema.
Atendida la realidad expuesta, vistos los graves peligros que supone y las recientes orientaciones
de la UE, la Fiscalía se plantea ya resueltamente en esta Memoria el estudio de la posibilidad de
incardinar penalmente las conductas de manipulación de los aparatos de control más recientes. Ya
que por otro lado y sobre este asunto son prácticamente inexistentes los pronunciamientos de los
tribunales, lo cual puede deberse tanto a las aparentes dificultades técnicas como de encuadre en los
delitos de falsedad documental hoy vigentes.
Para ello resulta preciso un breve examen del estado de la cuestión, ya que tal y como se expresó
en la Memoria de esta Fiscalía del pasado año «la manipulación de tacógrafos cuando sea de orden
material y no ideológico podría asimismo constituir delito de falsedad de los artículos 392 y 390.1 del
Código Penal con la participación, en su caso, del empresario que induce a realizar los hechos».
Como cuestión preliminar recordemos las diferencias básicas entre los tacógrafos analógicos y los
digitales –ya que actualmente conviven ambos sistemas– que pueden afectar y clarificar la
correspondiente valoración jurídico penal de la conducta.
Sea como fuere, a esta visión limitadora, se ha impuesto jurisprudencialmente la que dimana del
texto literal del artículo 26 del Código Penal, el cual permite considerar documento no sólo a
aquellos que son la corporización de la declaración de pensamiento de una persona, sino también a
«todo soporte material que… incorpore datos, hechos…con eficacia probatoria o cualquier otro tipo
de relevancia jurídica». De este modo encajan en el concepto todas las modalidades falsarias típicas
del Código Penal.
También resulta preciso abordar la clase de documentos que constituyen las hojas registro y los
datos informáticos. Aunque inicial o aparentemente pudieran tener la condición de documentos
privados si atendemos al hecho de que la instalación del aparato supone una obligación legal
(nacional y comunitaria) sometida a las homologaciones y controles descritos y que nacen con la
exclusiva finalidad de que por las autoridades españolas y europeas se ejerzan facultades plasmadas
en procedimientos administrativos de vigilancia y control sobre actividades de riesgo, hay que concluir
sin demasiado esfuerzo que tienen el valor de documento oficial por destino o incorporación.
Las manipulaciones que se realizan sobre los correspondientes tacógrafos con independencia del
sistema empleado, tienen por finalidad, como ya sabemos, alterar el registro de la velocidad real o
mutar la realidad de los tiempos de conducción y descanso a fin de que se plasme en los discos
diagramas o en la VU un menor tiempo de conducción y correlativamente un mayor tiempo de
descanso.
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Por tanto, básicamente, las más habituales y recientes consisten en impedir de algún modo que la
señal generada por los giros de la caja de cambios transmitidos por el emisor de impulsos eléctricos
que se coloca en la misma, sea recibida por la VU, con lo que se genera la falsa apariencia de que el
vehículo se encuentra en descanso aunque se halle en movimiento.
En el tacógrafo digital de este modo se crea un documento previamente inexistente, ya que la
actuación manipuladora sobre la VU genera registros o datos electrónicos nuevos y totalmente
ficticios, por lo que las conductas son subsumibles en los artículos 392 y 390.1.2.º En este caso la
«falsificación»» es el documento electrónico inauténtico así, y en expresión de la STS de 26 de
febrero de 1998, se daría una falsedad material por afectar al documento mismo y no una falsedad
ideológica del artículo 390.1.4 que sería la afectante a su contenido. El documento se confecciona
deliberadamente con la finalidad de acreditar en el tráfico jurídico una realidad jurídica
absolutamente inexistente.
Respecto a la participación como señala múltiple jurisprudencia (por todas la STS de 19 de
noviembre de 2003) caben todos los supuestos de los artículos 28 y 29 157, no existiendo dificultad
para la aplicación del tipo del artículo 400 del Código Penal, cuando consten actos de fabricación o
tenencia de útiles, materiales, instrumentos, programas o aparatos de ordenador, específicamente
destinados a la comisión de los delitos antes señalados.
En nuestro Código Penal, dada la amplitud de la definición de documento que se recoge en el
artículo 26 del Código Penal, se puede entender innecesaria una tipificación expresa de la
manipulación de los aparatos técnicos semejante a la establecida en el StGB o en el Código Penal
portugués.
Respecto a las manipulaciones sobre tacógrafos analógicos la Fiscalía tiene en estudio las mismas
para examinar del mismo modo su subsunción penal, habiéndonos centrado en las conductas más rele-
vantes hoy en día.
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Artículo 492
La Autoridad o agente de Policía judicial tendrá obligación de detener:
-A cualquiera que se halle en alguno de los casos del artículo 490.
-Al que estuviere procesado por delito que tenga señalada en el Código pena superior a la de prisión
correccional...
-Al procesado por delito a que esté señalada pena inferior, si sus antecedentes o las circunstancias del
hecho hicieren presumir que no comparecerá cuando fuere llamado por la Autoridad judicial.
Se exceptúa de lo dispuesto en el párrafo anterior al procesado que preste en el acto fianza bastante, a
juicio de la Autoridad o agente que intente detenerlo, para presumir racionalmente que comparecerá
cuando le llame el Juez o Tribunal competente.
-Al que estuviere en el caso del número anterior, aunque todavía no se hallase procesado, con tal que
concurran las dos circunstancias siguientes: Que la Autoridad o agente tenga motivos racionalmente
bastantes para creer en la existencia de un hecho que presente los caracteres de delito. Que los tenga
también bastantes para creer que la persona a quien intente detener tuvo participación en él.
Como dice el Guión de Derecho Procesal de Tráfico, abajo transcrito, existen una serie
de casos en los que la actuación del personal de la Policía Judicial se limitará a realizar la
imputación de los hechos constitutivos del delito, no procediendo por tanto la detención del
presunto autor:
- Delitos castigados con pena no privativa de libertad.
- Delitos castigados con pena privativa de libertad de tres años o inferior a tres años
(en delitos menos graves y leves). Salvo que se den las circunstancias descritas en el artículo
492 LECrim ya tratado.
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… A partir de la Ley 38/2002 la determinación del concepto de imputado es adecuada a toda persona
a quien se atribuya más o menos fundamentalmente un acto punible, sin necesidad de que exista un
acto formal de imputación por la autoridad judicial. Porque, precisamente, se delimita o utiliza
legalmente el término imputado antes de la intervención del Juez, con la finalidad de que la Policía
Judicial informa al imputado no detenido de sus derechos constitucionales y legales, superando la
determinación de la condición de imputado que estableció la Ley 53/1978 en el importante artículo 118
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que no aclaró el momento que en el proceso penal se producía la
adquisición del carácter de imputado.
3 REGULACION LEGAL DE LA IMPUTACION
El artículo 771.2 dispone que en el tiempo imprescindible y, en todo caso, durante el tiempo de la
detención, si la hubiere, la Policía Judicial practicará las siguientes diligencias:
Informará en la forma más comprensible al imputado no detenido de cuáles son los hechos que se le
atribuyen y de los derechos que le asisten. En particular, le instruirá de los derechos reconocidos en los
apartados a), b), c) y e) del artículo 520.2”.
Constituye un acierto importante esta disposición, puesto que al fin la Ley de Enjuiciamiento Criminal
ha venido a determinar expresamente cuáles son los derechos del imputado no detenido, de los que
destaca especialmente los contenidos en los apartados que se mencionan del artículo 520.2 LECrim,
que desarrolla los derechos del detenido contenidos en los artículos 17.3 y 24.2 CE.
4 SUPUESOS EN QUE PROCEDE LA IMPUTACION POLICIAL.
Existen una serie de casos en los que la actuación del personal de la Policía Judicial se limitará a
realizar la imputación de los hechos constitutivos del delito, no procediendo por tanto la detención del
presunto autor:
- Delitos castigados con pena no privativa de libertad.
- Delitos castigados con pena privativa de libertad inferior a tres años, en delitos menos graves y leves.
Salvo que se den las circunstancias descritas en el artículo 492 LECrim ya tratado.
- Los delitos cometidos por imprudencia (homicidio, lesiones,…). A excepción de los mismos supuestos
que en el punto anterior.”
Teniendo en cuenta las penas señaladas para los diferentes delitos contra la seguridad
vial, solo uno de ellos, el de conducción temeraria, en su grado más alto, tiene señalada pena
Grave (más de tres años de prisión), por lo tanto, en principio y sin perjuicio de lo que
después se dirá con respecto a otras circunstancias concurrentes con los delitos contra la
seguridad vial en general, sólo en los casos en que se aprecie temeridad manifiesta grave,
habría que detener y proceder a poner a disposición judicial al acusado de dicho delito, por
supuesto y además de los casos que previene el artículo 492 de la LECRim.
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En los delitos contra la seguridad vial, según prescribe el art. 520.5 LECrim, el
detenido puede renunciar a la asistencia letrada
(JFDSV C18) 18. En lo relativo a asistencia letrada son de aplicación los arts. 118, 520.5 y 796.2
Leer. Es renunciable en “delitos contra la seguridad del tráfico” (STS 8-7-2005). La nueva expresión
“delitos contra la seguridad vial” debe incluir no sólo los delitos antes cobijados en la rúbrica
(actuales arts. 379, 380, 381, 382, 383, y 385) sino también las nuevas tipificaciones del art. 384. El
argumento es que la penalidad de estas figuras es inferior a las de las demás del capítulo y la
configuración y finalidades de los de los nuevos tipos similar a los anteriores.
Dado que los menores de edad conducen de forma habitual vehículos tipo ciclomotor
y motocicletas de baja cilindrada, hay que tener en cuenta en la detención de estas personas,
las particularidades del procedimiento en estos casos.
(Instrucción Verbal FCSV de CS) “Tener en cuenta en las detenciones las particularidades de
procedimiento de la detención de menores.”
Por dicho motivo se incluyen unos breves apuntes sobre la Instrucción 11/2007, de la
Secretaría de Estado de Seguridad, norma básica procedimental en la actuación policial con
menores de edad, tanto en tareas de protección como de investigación policial (penal y
administrativa) y de reforma; no modifica nada de lo establecido hasta la fecha, sino que
refunde en un protocolo único y sistematizado, la diversa normativa existente sobre la
materia, unificando los criterios de actuación de las fuerza policiales y evitando la disparidad
interpretativa.
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- En las identificaciones Seguridad ciudadana se les identifica con trato acorde a su condición; se les
puede realizar control superficial de efectos personales, cachear (si hay sospechas de delito). Si se
aprecia riesgo se avisa a los padres.
- Riesgo o desamparo existe cuando se detecta en peligro (inminente o no, psíquico, moral, alcohol,
drogas, mendicidad, vagabundeo). Hay que localizar a los padres y entregárselo (de forma
documentada) informando al Fiscal.
- Desamparo existe cuando sus padres o adulto responsable no están cerca o pueden estarlo.
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Comisión Provincial de Coordinación de la Policía Judicial (CPCPJ). (Punto 4.6.2 del Manual de
Policía Judicial-2006) En escrito de la J.O. de fecha 04-07-08 se trasladó el criterio del Comité
Técnico de Unidades de Policía Judicial expuesto en correo electrónico de 31-07-08 respecto de la
reseña de los autores de los delitos introducidos en materia de seguridad vial por la L.O. 15/07 y
continuado en correo electrónico de fecha 18-11-08 de E. Mayor en el que se participa que se modifica
el punto 4.6 del Manual de Policía Judicial en el sentido de que:
1.- En los delitos de seguridad vial, con carácter general, no se efectuará la reseña policial de los
detenidos, en los casos en los que no exista duda sobre la identidad del presunto delincuente, bien por
conocimiento personal, bien por estar acreditada la identidad (mediante DNI, permiso de conducir,
pasaporte o NIE)
2.- Si estos delitos se encuentran en concurso con otro delito grave (tal como desobediencia,
resistencia, atentado, homicidio, conducción temeraria grave) o pueda suponer alarma social, bien por
lo desproporcionado de la conducta delictiva, o bien por la magnitud del resultado (múltiples
lesionados o daños) se procederá a la reseña policial de sus presuntos autores.
Todo lo anterior se entiende salvo que exista indicación en contra o instrucciones específicas de la
Fiscalía provincial.
En correo electrónico de la J.O. de fecha 30-01-09, se trasladó también correo electrónico de la
Dirección Adjunta Operativa de la Guardia Civil (Estado Mayor, Operaciones, Área de Servicios), que
dice: “En relación con la entrada en vigor de la Ley Orgánica 15/2007, y con el fin de unificar
criterios en cuanto a la reseña de los detenidos por delitos contra la Seguridad Vial, se ha determinado
que dicho cometido lo realizarán las Unidades de Policía Judicial.
Asimismo, y como continuación al mensaje de este Estado Mayor de fecha 18.11.08, sobre el asunto y
en relación al contenido del tercer párrafo del punto 4.6.3 del Manual de Policía Judicial, las
Comandancias (UOPJ,s) no podrán habilitar a los Equipos de Atestados, en sus actuaciones por delitos
contra la seguridad del tráfico, para la realización de reseñas, sin autorización expresa de este Estado
Mayor”.
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También se trata sobre este asunto en el apartado tercero de la Nota de Prensa emitida
por la Junta de Fiscales Delegados de Seguridad Vial, de su reunión celebrada los días 25 y 26
de enero de 2009 en León. Recordar solamente a este respecto que en todo caso será el
Fiscal quien valorará si es procedente o no interesar el comiso.
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fundada en el principio de proporcionalidad y flexibilidad apreciando las circunstancias del caso y del
conductor.
La principal finalidad que guía a la interpretación propuesta es unirnos a las últimas tendencias del
Derecho comparado europeo en que tiende a concebírselo como sustitutivo de las penas de prisión. En
efecto, la imposición del comiso permite llevar a las penas alternativas no privativas de libertad
optando por ellas en lugar de por las de prisión (art. 379 y 384).Cuando haya de imponerse esta última
constituiría un fundamento cualificado para la suspensión de su ejecución prevista en los arts. 80 y ss
CP (en estos últimos casos y en los del art. 380). Finalmente, cuando el marco penal contuviera
sanciones que por su extensión obligaran al ingreso en establecimiento penitenciario (art. 381), el
comiso fundaría asimismo el optar por la pena mínima que lo impidiera.
La aplicación del comiso que se propone está restringida a los supuestos más graves de delincuencia
vial. En primer lugar, a los delitos de conducción temeraria y con manifiesto desprecio de los arts. 380
y 381 generadores de un intenso riesgo para la seguridad de los demás usuarios. También cuando se
trata de delitos de conducción embriagado, con exceso velocidad o del art. 384 CP y exista una
relevante reiteración de condenas próximas en el tiempo que revelen el inminente peligro de que se
acaben produciendo efectivas lesiones o muerte a los demás usuarios de las vías.
Resaltamos desde nuestra perspectiva los relevantes fines de prevención especial y educativos del
comiso. En particular, para los conductores en los que se ha generado una relación criminógena con
los vehículos de motor a los que se utiliza como instrumento de afirmación de status, poder y
competitividad y en particular de violencia, agresividad y menosprecio a las leyes.
Proponemos que la expresión "comiso parcial" del art. 128 pueda entenderse no en relación al objeto
sino al derecho que se ostenta sobre él, buscando una mayor proporcionalidad e individualización. En
concreto cabría realizar una graduación entre la privación total de titularidad y las limitaciones a la
misma como prohibiciones de uso durante determinado lapso temporal, la obligación de realizar
modificaciones en el automóvil, introducir elementos que permitan una menor contaminación o
establecer cualesquiera otras condiciones o limitaciones tendentes a la educación en seguridad vial y a
la preservación de riesgos.
Habría que tener en cuenta en todo caso las circunstancias personales y del hecho. Así serían datos
que no aconsejarían el comiso la difícil situación económica o laboral del penado. También su opción
por vehículos y planteamientos tendentes a una conducción con energías alternativas y respetando el
medio ambiente. Por contra lo recomendarían la utilización de inhibidores de radares o de vehículos
con placas de matrículas alteradas para no ser captados por ellos. Asimismo las manipulaciones en el
automóvil (vehículos tuneados) y la emisión de sustancias contaminantes por encima de los límites
exigidos.
En los casos de privación definitiva de titularidad se propone una interpretación de la normativa
vigente y de no ser posible modificaciones legales o reglamentarias que permitan dedicar el importe de
la venta del vehículo decomisado a las víctimas de accidentes de tráfico.
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Para ello, el apoyo del GIAT, consistirá en la práctica de aquellas actuaciones que
demanden el empleo de servicios o medios específicos de investigación, dejando constancia
de éstas en las diligencias que se instruyan, tanto por los Equipos de Atestados como por los
servicios de vigilancia de carretera, para conocimiento de la Autoridad Judicial.
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Para facilitar la labor de todos y a la vez que exista una uniformidad de criterio en el
formato de las diligencias que son remitidas a la Autoridad Judicial, es conveniente que éstas
se confeccionen (principalmente aquellas diligencias iniciadas por las patrullas de servicio de
vigilancia de carreteras, transportes y radar), empleando los modelos que la Agrupación ha
facilitado, y cuyo formato adaptado se remitirán a cada Unidad por este Subsector.
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En consecuencia, en los casos que los agentes de la autoridad remitan una denuncia a la Jefatura
Provincial de Tráfico por la comisión de una infracción, por la que hayan elaborado atestado,
deberán hacerlo constar expresamente en el boletín.
* De ser necesario remitir Fax para el Colegio de Abogados de Castellón, unir éste
junto con el “reporte” de haberlo enviado correctamente, al atestado, haciéndolo constar en la
diligencia de entrega.
“Artículo 89 (CP)
1. Las penas privativas de libertad inferiores a seis años impuestas a un extranjero no residente
legalmente en España serán sustituidas en la sentencia por su expulsión del territorio español, salvo que
el juez o tribunal, previa audiencia del Ministerio Fiscal, excepcionalmente y de forma motivada,
aprecie que la naturaleza del delito justifica el cumplimiento de la condena en un centro penitenciario en
España.
Igualmente, los jueces o tribunales, a instancia del Ministerio Fiscal, acordarán en sentencia la
expulsión del territorio nacional del extranjero no residente legalmente en España condenado a pena de
prisión igual o superior a seis años, en el caso de que se acceda al tercer grado penitenciario o una vez
que se entiendan cumplidas las tres cuartas partes de la condena, salvo que, excepcionalmente y de
forma motivada, aprecien que la naturaleza del delito justifica el cumplimiento de la condena en un
centro penitenciario en España. …”
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comunitarios que se detengan. Aquellas Unidades que carezcan de fax, lo remitirán vía
correo electrónico al COC, quien lo imprimirá y remitirá vía FAX al CNP, y una vez recibida
la respuesta lo transmitirá a la Unidad solicitante…”, resaltando en el mencionado correo del
Subsector que “…aquellas Unidades de este Subsector que carezcan de fax, lo remitirán vía
correo electrónico al COTA, quien lo imprimirá y remitirá vía FAX al CNP y una vez
recibida la respuesta lo transmitirá a la Unidad solicitante;…”.
* Hacer fotocopia de las diligencias y entregar el original y cada una de las copias a
sus destinatarios:
- original al Juzgado (Fiscalía de Menores, en su caso).
- copia para Fiscalía.
- copia debidamente sellada por el Juzgado receptor cuando se entrega el original, para
archivar en la Unidad, y
- en caso de juicio rápido hacer una copia mas y entregarla en el juzgado junto al
original (para el abogado de la defensa)
* Comunicar al GIAT, en caso necesario, para que realicen las investigaciones que
requieran una acción prolongada en el tiempo, así como localizar a los implicados y demás
circunstancias necesarias para el esclarecimiento de los hechos; los instructores del atestado
(servicios de vigilancia y equipos de atestados), dejaran constancia por escrito en las
diligencias que confeccionen de esta circunstancia, para conocimiento de la Autoridad
Judicial.
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Deberá distinguirse si se trata de un radar fijo o móvil, para lo cual es necesario que
los agentes actuantes hagan constar en el atestado si el radar había sido ubicado en una
instalación fija (estacionamiento) o bien se encontraba en movimiento.
Se recuerda que en este Subsector están dadas instrucciones para que en todos los
servicios realizados en los vehículos de cuatro ruedas e inexcusablemente en los nocturnos, se
lleve instalado y en orden de servicio un etilómetro evidencial o de precisión.
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Se realizará una Diligencia de Inspección ocular del lugar, en la que se incluyan las
fotografías tomadas del punto donde han sucedido los hechos con la señalización permanente
y circunstancial que hayamos instalado con ocasión del Punto de Verificación de Alcoholemia
u otras actividades similares. Se tendrá en cuenta los datos aportados por la fuerza que
interviene inicialmente, que por sus características pudieran haber variado, circunstancias
climatológicas, luminosidad, circulación, etc.
En caso de estar realizando este tipo de servicios y el conductor de un vehículo hace
caso omiso a la señal del agente, obligando en algunos casos a apartarse para no ser
atropellado (tener en cuenta la posible comisión de un delito de los de “atentado contra la
autoridad o sus agentes”), y no se pueda detener al vehículo y su conductor, se realizaran en
el lugar de los hechos las diligencias iniciales imprescindibles, (Exposición de Hechos, y la
parte de la Inspección Ocular que por sus características puedan sufrir modificación).
En la exposición de hechos hay que ser muy precisos y concretos, sin que por ello
obviemos información alguna, a la hora de detallar todas las circunstancias que puedan ser
luego objeto de valoración por la Autoridad Judicial.
En la exposición de hechos hay que ser muy preciso y concreto, sin que por ello
obviemos información alguna, a la hora de detallar todas las circunstancias que puedan ser
luego objeto de valoración por la Autoridad Judicial.
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En cuanto al criterio a seguir, tener en cuenta el último párrafo del apartado 1.6.1. y
apartado 1.6.2, este último sobre la posible responsabilidad en los hechos de un cooperador
necesario.
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GUARDIA CIVIL
DIRECCIÓN GENERAL
53
CODIGO
NOMBRE UNIDAD DESTINARARIA
UNIDAD
Una vez creado el hecho, se disponen de cuatro días para introducir todos los datos
correctamente y pueda ser validado.
GUARDIA CIVIL
DIRECCIÓN GENERAL
54
5. ESTADISTICA
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