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Tramitar una ley exigiendo que, a partir de su vigencia, las frutas y verduras frescas
empacadas que se comercialicen en Colombia deben contener una etiqueta que advierta
sobre la no presencia de microplásticos. La ley incluiría un mecanismo de observancia para la
realización de pruebas a los alimentos con el objetivo de comprobar que no contienen
residuos de microplásticos.
Una vez se tiene certeza sobre la propuesta como un reglamento tecnico, debe analizarse la
idoneidad de la misma:
(i) Fin legitimo: salud pública, el medio ambiente y la seguridad alimentaria constituyen
un objetivo legitimo a la luz del artículo XX literal b del GATT.
(ii) Relacion entre medio y fin: la relación entre el medio (verificar la ausencia de
microplásticos en los alimentos) y el fin (protección de la salud pública y del medio
ambiente) está presente al verificar la ausencia de estas microparticulas en los
productos beneficia directamente la salud de sus consumidores.
(iii) No discriminatoria: la propuesta no resulta discriminatoria porque aplica a un
grupo determinable de productos sin tener en cuenta su origen, ni esconde
proteccionismo porque no resulta mas estricta con productos importados que
nacionales. Por el contrario, la medida responde a criterios científica y técnicos que
acreditan a presencia o ausencia de micro plásticos en las frutas y verduras.
Con todo, la propuesta que impone de un etiquetado “libre de micro plásticos” es viable en
tanto cumple con los requisitos de un reglamento técnico y resulta idónea para la protección
de la salud pública y del medio ambiente.
3. Prohibir la importación de productos e insumos de plástico provenientes de países que
actualmente no tengan en vigor normatividad vinculante sobre reciclaje o economía circular.
Quedan excluidos los países de la Comunidad Andina, de la Alianza del Pacífico, y cualquier
otro acuerdo comercial regional celebrado por Colombia.
Nación más favorecida -> no pasaría esta normativa porque está configurando.
Así las cosas, la propuesta termina siendo una medida que va en contra de los principios
fundamentales de la Organización Mundial del Comercio (OMC), específicamente atenta
contra el principio de Nación Mas Favorable (NMF), consagrado en el artículo I del GATT el
cual ordena dar el mismo trato en cuanto a aduanas, aranceles y semejantes a productos
similares, independiente de su origen.
No obstante, como señala Steinberg (2007), como se citó en Cancino Gómez, D. R. (2013), los
acuerdos comerciales regionales no suponen una amenaza directa al multilateralismo que
propugna la OMC, sino que, en la mayoría de los casos, refuerzan al sistema por servir como
laboratorios para probar políticas que luego pueden elevarse al nivel multilateral. Por ello, es
posible que Colombia otorgue un trato preferencial a sus socios de acuerdos comerciales
regionales, pero debe velar que la medida no sea contradictoria al numeral 4 del artículo
XXIV del GATT, que señala como requisito para el establecimiento de zonas de libre
comercio o uniones aduaneras, el facilitar el comercio entre los territorios constitutivos sin
obstaculizar el comercio de terceros países. Para dar seguridad de lo anterior, se sugiere al
Estado colombiano que notifique y negocie primero con aquellos países que no formen parte
de los acuerdos regionales, de forma tal que den luz verde a la exención que se plantea en la
medida y, asi mismo, se tomen medidas secundarias que sirvan de ajuste compensatorio
mutuamente satisfactorio para Colombia y para los países que no son miembros de los
acuerdos.
La clave para determinar la legalidad de tal trato preferencial es asegurarse de que esté en conformidad
con las reglas y procedimientos establecidos por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y que no
constituya una discriminación injustificada contra otros miembros de la OMC. En este caso, la
justificación de la medida y su coherencia con las reglas de la OMC serían factores importantes a
considerar en la evaluación de su legalidad.
Las condiciones o requisitos deberán ser neutrales frente al origen de los productos, es decir, que cualquier país
de la OMC pueda aplicarlo.
Discriminación de facto.
Ejemplo: caso de las focas. Si se prohíbe la comercialización de productos derivados de focas, con la excepción
de focas cazadas por indígenas. Esto implica que en los territorios indígenas donde se pueden cazar focas, habrá
productos exentos de la prohibición. Eso es una ventaja, pues las comunidades indígenas tenían prevalencia en
determinados territorios y tenía una ventaja de acceder a otros mercados europeos. Es decir que, en la práctica,
no era una discriminación neutral por el origen porque hay productores (indígenas) que tienen mejores
condiciones para competir en el mercado.