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WALTER PEÑALOZA

Walter Peñaloza Ramella (1920 – 2005) Realizó sus estudios secundarios en el


colegio Anglo - peruano de Lima y sus estudios superiores en la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Se graduó de bachiller en Filosofía en 1943 con la tesis
“Evolución del conocimiento helénico” y posteriormente se graduó de doctor en
Filosofía con la tesis “La deducción trascendental y el acto de conocimiento racional”.

Desde 1940 fue profesor en el Colegio Anglo - peruano (hoy San Andrés); en
dicho colegio había terminado tres años antes su secundaria. Allí tuvo éxitos en la
aplicación de una nueva metodología para la enseñanza del Castellano, donde el alumno
se convirtió en el protagonista de su propia enseñanza y la asignatura dejó de centrarse
en el aprendizaje de la gramática para ceder paso al desarrollo de la expresión oral,
lectura y escritura.

Fue profesor por horas de Historia de la Cultura Peruana y de Estudios


Supervisados en el Colegio Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe el año de 1944.
Trabajando allí observó que la pedagogía era deficiente ya que al alumnado se le
preparaba para los exámenes y no para saber. Durante ese año inició su funcionamiento
el Colegio Militar “Leoncio Prado”, promovido y fundado por el General José del
Carmen Marín. Este colegio era de educación secundaria bajo un régimen militar y con
elevadas exigencias de rendimiento estudiantil y profesoral. Convocaba concursos
públicos para que los profesores se incorporaran a su cuerpo docente. Fue el primero y
el único en tener a todos sus profesores estables y donde se realizaba el trabajo en
equipo. En 1945, Walter Peñaloza se presentó al concurso y fue nombrado profesor de
Historia de la Cultura y luego de Psicología y de Lógica. Posteriormente, por concurso,
llegó a ser jefe de curso. En esta época, la tesis con que obtuvo su Bachillerato en la
Universidad alcanzó el premio nacional de Filosofía y fue publicada como libro por la
sociedad peruana de Filosofía.

Fue llamado a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para dictar el curso de
griego, por insistencia de José Tola Mendoza, director del Instituto Lingüístico de la
Universidad, y en 1945 fue llamado a la Facultad de Letras para la asignatura de
Estética.
Debido a problemas políticos entre el APRA y el partido del Gobierno de
Bustamante y Rivero, partido político por el cual participó, en 1946, no quisieron
renovarle el contrato en la universidad de San Marcos, pero la protesta de los
estudiantes determinó que su contrato fuera extendido y poco después la Facultad de
Letras le encargó el curso de Lógica.

En 1948 le propusieron iniciar la Cátedra de Filosofía en la Facultad de Estudios


Generales de la Universidad de Puerto Rico. Solicitó licencia a su Facultad, en la
universidad de San Marcos, y a fines de agosto de ese año viajó a Puerto Rico con su
esposa. Allí le dieron la noticia que se incorporaba a dicha universidad el gran novelista
peruano Ciro Alegría. La realidad de nuestra educación en esta época era demasiada
academicista y memorista y no preparaba para la vida ni para los estudios ulteriores.

Peñaloza consideraba que una forma de enfrentar esta realidad era abordando la
formación de los maestros. En 1951 le llegó la propuesta para el proyecto de la Escuela
Normal Central, destinada a renovar la formación de los maestros de todas las ramas:
primaria, secundaria común y secundaria técnica. La propuesta que se le hizo era para
asumir la dirección de esa institución. Peñaloza se encontraba en Puerto Rico en la
Universidad de Río Piedras, donde había sido llamado para crear el curso básico de
Filosofía, dentro de la Facultad de Estudios Generales. Allí recibió la carta del entonces
ministro de Educación del Perú, coronel Juan Mendoza Rodríguez, comunicándole el
proyecto para establecer una institución formadora de Maestros, en un moderno campus
que se construiría a 40 kms. de Lima, en un lugar denominado La Cantuta, en Chosica.

“La idea era transformar los antiguos Instituto Pedagógico Nacional de Varones
e Instituto Pedagógico Nacional de Mujeres, situados en Lima, en la Escuela Normal
Central, ubicada en La Cantuta”189, la cual sería una institución coeducacional.
Al llegar al Perú y al Instituto Pedagógico Nacional de Varones que debía dirigir, tuvo
ciertas dificultades que superar: deficiencia de profesores en la enseñanza superior,
irregularidades en las becas, discriminación entre profesores de primaria y secundaria,
(estos últimos se sentían superiores a los otros), los currículos preparados carecían de
coherencia interior, exceso de materias pedagógicas y repetitivas, ciertos cursos
referente a los contenidos sorprendían por su inmediatez. Por otro lado, tuvo que tratar
que los profesores trabajaran a tiempo completo. Solicitó también un capellán para el
Instituto que viviera cerca de los alumnos como consejero religioso. Su propósito era ir
más allá del asfixiante círculo del maestro enseñante, atado a sus lecciones y fórmulas
metodológicas, interesado en la trasmisión de trozos de conocimientos y en el
cumplimiento puro de planes y programas durante las 33 ó 35 horas de clase por
semana; era formar maestros que, con dominio de sus materias y de los aspectos
metodológicos indispensables, poseyeran un buen dominio de la cultura y conciencia de
la realidad del país.

El 6 de Julio de 1953 se inauguró la Escuela Normal Central con presencia del


presidente de la República en las instalaciones de La Cantuta, en Chosica - Lima, con la
dirección de Walter Peñaloza Ramella, iniciándose la gran experiencia formadora de
maestros que este insigne educador evocara años después en su obra: “La Cantuta. Una
Experiencia en Educación”, obra de la cual hemos recogido los datos de su biografía.

En el año de 1955 la Escuela Central de Varones, a propuesta de José Antonio


Encinas, se transformó en la Escuela Normal Superior con el nombre de “Enrique
Guzmán y Valle”. Por Ley N° 12502, se convirtió en una institución autónoma con
categoría universitaria, en reconocimiento de sus méritos en la acción educativa. En el
año 1960, la Escuela Normal Superior “Enrique Guzmán y Valle” La Cantuta, fue
despojada de su categoría universitaria, al derogarse por Ley N° 13417 la Ley N°
12502, la misma que le fue devuelta en el año 1965, con la dación de la Ley N° 15519,
convirtiéndola en Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle”,
hecho que se concretó el 23 de marzo de 1967.

Walter Peñaloza fue director durante 10 años de la Escuela Normal, institución


en la que se hicieron cambios radicales en la formación universitaria en general y en la
formación del magisterio en particular. El año 1960 dejó La Cantuta y empezó a trabajar
en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), a partir del año 1961. Luego, fue
llamado para desarrollar la temática correspondiente a Metodología de la Enseñanza
Universitaria en la Universidad Nacional de San Marcos. En el año 1963, durante el
gobierno de Fernando Belaúnde, fue llamado a asumir otra vez la dirección de la
Escuela Normal Superior, pero no aceptó.

Asumió en 1969 la Dirección de Evaluación de Universidades del Perú en el


Concejo Nacional de la Universidad Peruana (CONUP) y viajó por muchos lugares del
territorio nacional.

Fue miembro de primer orden de la Comisión Nacional que elaboró la Reforma


Educativa Peruana de 1972, importante propuesta educativa en la cual conjuntamente
con Augusto Salazar Bondy proyectó sus valiosos conocimientos y experiencias. En
1978 fue contratado por la Universidad del Zulia en Venezuela como asesor del Vice -
Rectorado de Regionalización. En 1986 fue Asesor Académico de la Universidad Rafael
Urdaneta. En 1994 fue Asesor de la Sección de Planificación y Desarrollo del Currículo
de la Universidad de Zulia.

En 1992 fue distinguido como Profesor Emérito de la Universidad Nacional


Mayor de San Marcos. Este mismo año fue designado Rector Vitalicio (Ad Honorem)
de la Universidad Nacional de Educación. “Enrique Guzmán y Valle”.
A partir del año 2,000 su presencia en el Perú fue más frecuente participando como
conferencista magistral en innumerables eventos promovidos por universidades del país,
la Derrama Magisterial y otras instituciones académicas del Perú. En el año 2,001
asesoró la reestructuración de los planes curriculares de la Universidad Nacional San
Luis Gonzaga de Ica. Participó últimamente en el Forum Internacional de Educación
Encinas 2,002 demostrando ser un símbolo paradigmático de la educación peruana e
internacional.

El 6 de agosto del 2002, en un apoteósico acto presidido por el Ministro de


Educación Dr. Gerardo Ayzanoa del Carpio, su discípulo, el gobierno del Perú le impuso
las Palmas Magisteriales en el Grado de AMAUTA, máxima condecoración otorgada en
reconocimiento a sus excepcionales aportes a la educación, la ciencia y la cultura.
Centenares de asistentes a este acto, muchos de ellos sus discípulos, ovacionaron de pie
al “Gran Amauta del Perú” en el auditorio principal del Museo de la Nación en la ciudad
de Lima. Actualmente es jefe - el Gabinete de Asesores del Ministro de Educación.
APORTES EN LA EDUCACIÓN

Las principales aportes teóricos-científicos y prácticos al desarrollo de la educación,


con énfasis en formación de docente, son:

1. Creación de nivel de Educación Inicial

Con una filosofía educativa distinta a la llamada educación preescolar, creó el nivel
educativo inicial en el sistema educativo peruano en 1972, mientras se desempeñaba
como miembro de la Comisión de Reforma Educativa, con el aporte del Dr. Carlos
Castillo. En el proceso, enfatizó su concepto original de educación: el proceso de
humanización, enculturación y socialización (Peñaloza, 1996).

La humanización debe entenderse como el proceso mediante el cual el infante


desarrolla todo el potencial físico y mental propio de esa edad sin interferencia de
factores económicos, sociales o culturales. La culturalización debe entenderse como el
proceso de apropiarse o internalizar la cultura local, regional y nacional para que los
bebés puedan dominar su espíritu cultural y así evitar la alienación cultural; mientras
que la socialización debe entenderse como el proceso de aprender a coexistir con otros
pares, es decir, compartir y tolerar.

La creación de este nivel no es un simple cambio de nombre, como algunos creen,


de preescolar a educación inicial, sino que se basa en investigaciones previas realizadas
por Charlotte Bühler de Varela-Moncada, Venezuela; Cravioto y Robles, en México;
Enrique Pollit y Reynaldo Alarcón, en Perú, sobre la desnutrición y el abandono, la
inteligencia y el rendimiento intelectual de los niños en edad escolar (Peñaloza, 1996: 7-
9). Estos estudios muestran que la educación inicial es crucial para evitar que nuestros
bebés ingresen a niveles de educación primaria sin potencial físico, físico y mental, y
que la educación inicial debe abarcar no sólo los tres a cinco años de edad, sino también
el embarazo hasta los cinco años de edad. Amauta amplió esto a 6 años.

2. Igualdad en la formación de los futuros docentes


El segundo paso es lograr la igualdad durante la formación, para lo cual, en
coordinación con el Ministerio de Educación, se estipula que los docentes de
primaria egresen en un plazo de tres años y reciban el título de maestro normal
urbano luego de un año de trabajo. Este año regresaron a La Cantuta para continuar
sus estudios durante dos semestres de verano y obtener el título profesional de
maestro de educación primaria.
Cabe aclarar que antes de esto, en casi todos los países latinoamericanos, a
excepción de Bolivia, la formación de docentes de primaria se realizaba durante los
dos últimos años de la educación secundaria, en las llamadas escuelas secundarias
normales o arbitrales, además de otros cursos ordinarios de secundaria, también se
aceptan algunos cursos y metodologías de pedagogía. Por otro lado, en las escuelas
normales reconstruidas por el presidente de la República José Pardo y Barreda y
bajo el liderazgo de Jorge Polar como ministro de Educación, la formación de los
docentes de primaria es postsecundaria, tiene una duración de dos años.
Peñaloza puso fin al despreciable prejuicio en la formación de docentes de
educación primaria, secundaria o técnica. Su noble intención era elevar la profesión
docente y luchar por su consolidación bajo una alianza docente unificada. Las reformas
innovadoras impulsadas por Peñaloza condujeron a una mejora notable en la calidad de
la educación. A lo largo de una década, la importancia y reputación de los docentes de
educación primaria, así como de educación secundaria y técnica, experimentaron un
aumento notable. De hecho, los directores de escuelas secundarias o universidades
participaban en una competencia amistosa, compitiendo por atraer instructores de
primer nivel, ofreciéndoles puestos de tiempo completo o contratos docentes
permanentes, junto con varios otros beneficios. Como resultado, la población en
general, incluidos los padres, sentía un profundo respeto por los graduados de La
Cantuta.

3. Introducción del Currículo Integral

Uno de los logros más destacables de Amauta Peñaloza fue su importante


contribución al brindar a los estudiantes una educación integral e integral. Esto
implicaba no sólo impartir conocimientos, como había sido la práctica predominante en
muchas instituciones educativas en todos los niveles, ya fuera primario, secundario,
superior o universitario, sino también ofrecer formación profesional en los niveles
inicial y básico, así como experiencia práctica en los niveles superiores. y niveles
universitarios.

Peñaloza propuso una tercera dimensión o aspecto del currículo integral, que gira en
torno a actividades no cognitivas. Estas actividades sirven como un medio para que los
estudiantes interioricen y adopten valores, fomentando actitudes positivas. Por último,
la cuarta dimensión o aspecto se centra en la tutoría o asesoramiento, con el objetivo de
cultivar estudiantes con buen comportamiento. Las áreas o dimensiones del currículo
integral, según palabras del Amauta, en su obra titulada El currículo integral, eran las
siguientes

 Área de conocimientos
 Área de Práctica Profesional
 Área de Actividades no cognoscitivas
 Área de Comportamiento (Orientación y Consejería)
 Área de investigación.

OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS

Peñaloza publicó varias obras, entre las cuales destacan: Estudio acerca del
Conocimiento (1953); El Conocimiento Inferencial y la Deducción
Trascendental (edición de su tesis doctoral, 1962); El Discurso de
Parménides (1973), Estudio sobre las Categorías de Aristóteles (1973); El Problema
de los Conceptos Puros del Conocimiento (1978), Tecnología Educativa (1980); El
Algoritmo de la ejecución del curriculum (1986), La Cantuta. Una experiencia en
educación (1989), El Currículo Integral (1995), La enseñanza del lenguaje (2001)
y Los propósitos de la educación (2003). Considero que el maestro debería ser formado
íntegramente para que actue con compromiso, eficiencia y eficacia en la educación,
cuyo fin es de formar integralmente al hombre como persona, ser social y como agente
promotor de su cultura.

Los propósitos de la educación (2003): Según Peñaloza, los propósitos de la educación


deben centrarse en el desarrollo integral de la persona, fomentando el pensamiento
crítico, la creatividad, el desarrollo emocional y social, así como la adquisición de
habilidades prácticas que permitan a los estudiantes desenvolverse en la sociedad.
Además, Peñaloza enfatiza la importancia de una educación inclusiva que atienda las
necesidades individuales de cada estudiante y promueva la equidad.

Currículo integral (1995): Es un enfoque educativo que se centra en el desarrollo


integral del estudiante, teniendo en cuenta sus aspectos cognitivos, emocionales,
sociales y físicos. Este currículo se basa en la idea de que el aprendizaje es un proceso
continuo y que debe ser significativo para el estudiante.

El currículo de Peñaloza se caracteriza por:

 Ser flexible y adaptable a las necesidades de cada estudiante.


 Promover el desarrollo de habilidades y competencias que permitan al estudiante
desenvolverse en diferentes ámbitos de la vida.
 Fomentar el trabajo colaborativo y el aprendizaje en equipo.
 Utilizar recursos y materiales diversos para facilitar el aprendizaje.
 Evaluar el progreso del estudiante de manera continua y formativa.
CONCLUSIONES

Podemos concluir que el Dr. Peñaloza es el más grande maestro del Perú, lo que
lo convierte en un modelo para el magisterio en todo el país, sin desmerecer a los demás
grandes maestros de la primera mitad del siglo XX. . contribuir. Sin embargo, nadie,
como Amauta, se dedicó de todo corazón a la tarea de formular el proyecto y lo llevó a
cabo con tenacidad y perseverancia, incluso a costa de su futuro personal y familiar. La
prueba de su gran talla moral e intelectual es que nunca pensó en enriquecerse con su
cargo, por lo que podemos decir que vivió en condiciones difíciles.

Peñalosa es un ejemplo de dignidad, eficiencia, dedicación, estudio e


investigación, luchando por los grandes principios de la educación y la responsabilidad.
REFERENCIAS

Paitán, H. (2014). Vigencia y aportes del pensamiento del Amauta Walter Peñaloza a la

educación del Perú y América Latina. Pacarina del Sur

https://www.pacarinadelsur.com/dossier-11/933-vigencia-y-aportes-del-pensamiento-

del-amauta-walter-penaloza-a-la-educacion-del-peru-y-america-latina

El legado del Amauta Walter Peñaloza y su aporte a la educación. (2019). Universidad De

Ciencias Y Humanidades. https://www.uch.edu.pe/uch-noticias/p/el-legado-del-amauta-

walter-penaloza-y-su-aporte-la-educacion

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