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Servicio Andaluz

de Salud (SAS)

Temario Específico Volumen 2

Auxiliares
de Enfermería
Servicio Andaluz de Salud (SAS)
Autores
Mª de los Ángeles Hermosilla Cotán Beatriz Rodríguez Moreno
Diplomada Universitaria en Enfermería Licenciada en Psicología

Sergio González Limones Sergio Hidalgo Varela


Diplomado Universitario en Enfermería Diplomado en Fisioterapia
Técnico Superior en Dietética
Carolina Elizabeth Córdova Cisneros
Licenciada en Medicina María Belén del Río Sánchez
Licenciada en Medicina y Cirugía.
Antonio J. Osorio Montero Licenciada en Biología (Especialidad,
Licenciado en Psicología Biología Clínica)
Diplomado Universitario en Enfermería
Especialista en Salud Mental

©
Ediciones Rodio, S. Coop. And.
©
Los autores
Segunda edición, abril 2017 (228 páginas)
Diseño de portada: Ediciones Rodio, S. Coop. And.
Edita: Ediciones Rodio, S. Coop. And.
Alameda de Hércules, 32-33. 1.ª planta. 41002-Sevilla
Teléfono: 955 28 74 84. Fax: 955 09 38 48
www.edicionesrodio.com
email: info@edicionesrodio.com
ISBN: 978-84-16963-10-2
ISBN Obra completa: 978-84-16963-15-7

Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las
correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en
todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte
o comunicada a través de cualquier otro medio, sin la preceptiva autorización.
Índice
Tema 20. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de alimentación: Clasi-
ficación de alimentos, dietas, vías de alimentación. Manipulación y administración de
alimentos (nutrición enteral...) ........................................................................................................................................ 11
Tema 21. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de movilización. Mo-
vilidad e inmovilidad física, factores que afectan la movilidad. Técnicas de ayuda a la
deambulación. Movilizaciones del sistema músculo-esquelético. Posiciones corpora-
les. Procedimientos de traslado del paciente. Riesgo de caídas, medidas preventivas.
Uso correcto dispositivos de ayuda.............................................................................................................................. 29
Tema 22. Reanimación cardio-pulmonar básica, soporte vital básico. Concepto de ur-
gencia y prioridad. Carro de parada: reposición y mantenimiento del material .................. 53
Tema 23. Medicamentos: tipos de medicamentos, vías de administración, precaucio-
nes previas, durante y tras la administración. Conservación y almacenaje de los medi-
camentos. Vacunas ..................................................................................................................................................................... 83
Tema 24. Atención y cuidados de las úlceras por presión: Concepto, factores de riesgo.
Localización. Etiología. Medidas de prevención. Movilización y cambios posturales...... 103
Tema 25. Atención y preparación del paciente para una exploración o intervención
quirúrgica: Posiciones anatómicas. Atención en las fases: pre-operatorio, intervención
y post-operatorio ......................................................................................................................................................................... 117
Tema 26. Atención y cuidados al paciente de salud mental en los ámbitos hospitalario
y comunitario: concepto de Trastorno Mental Grave, cuidados de necesidades básicas
durante la hospitalización y en atención domiciliaria al paciente y familia cuidadora.... 147
Tema 27. Atención y cuidados en el anciano: Concepto de ancianidad, cambios físicos
asociados con el envejecimiento. Apoyo a la promoción de la salud y educación sani-
taria. Medidas de apoyo a la persona cuidadora del anciano dependiente. Atención a la
mujer en el embarazo y planificación familiar ................................................................................................... 177
Tema 28. Atención y cuidados del paciente en situación terminal/cuidados paliativos
y persona cuidadora. Duelo, tipo y manifestaciones, apoyo al cuidador principal y
familia. Cuidados post-mortem...................................................................................................................................... 203
Referencias ...................................................................................................................................................................................... 221
Presentación

El equipo editorial de Ediciones Rodio, con más de 20 años de experiencia en el sector del
libro para la preparación de oposiciones, pone a tu disposición este eficaz manual para la prepa-
ración de las pruebas de acceso a la categoría de Auxiliares de Enfermería del Servicio Andaluz
de Salud, según el Programa Oficial último.
Este segundo volumen, del temario Específico para esta categoría, comprende nueve
temas (del 20 al 28) convenientemente desarrollados y actualizados.

Con el deseo de ofrecer al opositor un manual eficaz y de garantía, hemos incluido las
respuestas a algunas preguntas solicitadas, referidas a los temas expuestos, en últimas convoca-
torias del Servicio Andaluz de Salud.
De este modo, a lo largo del desarrollo de cada tema, el lector encontrará este icono:
que indica el párrafo donde está situada la respuesta de una pregunta de Exámenes oficia-
les del SAS para esta categoría.
Con estos recursos didácticos, pretendemos dotar al opositor de herramientas útiles
para afrontar con garantías las pruebas selectivas.
Ediciones Rodio presenta el programa completo de Temas para Auxiliares de Enferme-
ría del SAS, dividido en cuatro volúmenes:
– El Temario Común y test (temas y test 1 al 9).
– El Temario Específico, Volumen 1(temas del 10 al 19).
– El Temario Específico, Volumen 2 (temas del 20 al 28).
– El Cuestionario, tipo test, de los Temas Específicos (test del 10 al 28).
Las actualizaciones que se realicen desde este momento hasta la fecha de publicación de
la Convocatoria en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) podrán consultarse en
nuestra página web https://www.temariosoposiciones.com/.
Sólo nos queda desearte el mayor de los éxitos.

Tu triunfo es nuestro triunfo.


ueremos felicitarte por el paso que has dado. Sabemos que
afrontar unas oposiciones es una decisión importante, una
tarea que precisa, entre otras cualidades, de grandes dosis
de constancia y determinación. Pero no solo eso, también es importante
poder contar con ayuda.

La colaboración es nuestra piedra angular, porque la razón de ser del


cooperativismo está en la persecución de un beneficio común, aunando
voluntades, afianzando recursos y mejorando la situación de quienes
forman parte de un mismo proyecto.

Fieles a nuestros principios fundacionales, las cooperativas mantenemos


un compromiso ético en aras de una sociedad más justa, a través
de valores como la democracia, la transparencia, la responsabilidad
social, la equidad o la solidaridad. Así como la Igualdad de género, y la
sostenibilidad empresarial y medioambiental, que tienen carácter
transversal al resto de principios.

Porque nosotros mismos hemos adoptado la fórmula del emprendimiento


cooperativista, apreciamos el valor de contar con el apoyo de quienes
confían en un mismo proyecto. Por eso, en nuestro compromiso con el
empleo, queremos decirte que no estás solo en tu propósito. Desde este
momento formamos contigo un equipo, y estamos convencidos que, con
los recursos que ponemos a tu disposición, podrás obtener el máximo
provecho al esfuerzo invertido y alcanzar con éxito tus objetivos de empleo.
Servicio Andaluz de Salud
(SAS)

20
Temario específico
Vol. 2

Tema
Atención y cuidados del paciente
en las necesidades de alimentación.
Servicio Andaluz de Salud (SAS)

Clasificación de alimentos, dietas,


vías de alimentación.
Manipulación y administración de
alimentos (nutrición enteral)
Auxiliares de Enfermería

Sergio Hidalgo
Diplomado Universitario en Fisioterapia
Técnico Superior en Dietética
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Índice esquemático
1. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de alimentación.

2. Clasificación de alimentos y dietas


2.1. Clasificación de alimentos
2.2. Dietas

3. Formas de alimentación
3.1. Administración intermitente
3.2. Administración continúa
3.3. Alteraciones en la Alimentación del Paciente

4. Administración de alimentos
4.1. Alimentación enteral
4.2. Alimentación parenteral

5. Tipos de sondas

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Tema 20. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de alimentación

1. ATENCIÓN Y CUIDADOS DEL PACIENTE EN LAS


NECESIDADES DE ALIMENTACIÓN
Durante el ingreso de un paciente en el hospital, el auxiliar de enfermería debe
realizar una serie de cuidados al paciente en las necesidades de alimentación.
Según el tipo de vía de alimentación del paciente, el auxiliar de enfermería deberá
realizar unos cuidados u otros.
Si el paciente no puede comer por sí mismo, y hay que proporcionarle ayuda para
suministrarle la alimentación, el auxiliar deberá elevar la cabecera del paciente en
posición flowler o de semi-flowler. Esto facilita la deglución y disminuye el riesgo de
bronco aspiración y atragantamiento.

Para poner al paciente en posición de


Fowler, coloca un par de almohadas
debajo de las rodillas

Posición de Fowler

Antes de que llegue la bandeja hacer una limpieza de manos para no ocasionar
infecciones y otras enfermedades, y limpiar debidamente la mesa donde se colocará
la bandeja.
Se le debe colocar al paciente una toalla o servilleta bajo la barbilla para proteger
la bata de manchas.
Se deberá tener precaución con la temperatura de la comida, los alimentes ca-
lientes no deben enfriarse ni los fríos calentarse, ya que pueden ocasionar problemas
digestivos.
La bandeja de la comida debe tener una limpieza adecuada y estar bien posiciona-
da en todo momento para la comodidad del paciente.
Para comenzar, hay que preguntar con qué alimento desea empezar el paciente
para que en todo momento se encuentre cómodo.
Una vez que finalice la ingesta de comida, se deberá recoger todo adecuadamente
y, si es necesario, limpiar al paciente para que no le queden restos de comida.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

2. CLASIFICACIÓN DE ALIMENTOS Y DIETAS


La nutrición es el conjunto de procesos por los que el organismo recibe,
transforma y utiliza las sustancias químicas contenidas en los alimentos,
que son esenciales para el mantenimiento de la vida en condiciones de
normalidad.

2.1. Clasificación de alimentos


La alimentación es la forma y manera de proporcionar al organismo los ali-
mentos que le son indispensables.
La necesidad de alimentación consiste en que cada célula para vivir necesita ener-
gía, líquidos y elementos, como oxígeno, glucosa, aminoácidos, vitaminas, minerales,
como el calcio entre otros.
Entre los grupos alimenticios encontramos:
– Carbohidratos; son la mejor fuente de energía para el crecimiento y la activi-
dad física y mental.
– Fibra; produce heces abundantes y blandas, combate el estreñimiento y las en-
fermedades intestinales.
– Vitaminas; regula los procesos químicos del cuerpo y ayuda a convertir las
grasas en energía.
– Grasas; proporcionan energía y forman, bajo la piel, una capa de tejido que
conserva el calor del cuerpo.
– Proteínas; son la materia prima de las células y tejidos, y producen hormonas y
otras sustancias químicas activas.
– Minerales; ayudan a construir los huesos y controlan el equilibrio líquido y las
secreciones glandulares.

2.2. Dietas
Una dieta es el conjunto de sustancias alimenticias que componen el comporta-
miento nutricional de los seres vivos. El concepto proviene del griego díaita, que sig-
nifica “modo de vida”.
La dieta, por lo tanto, resulta un hábito y constituye una forma de vivir. En oca-
siones, el término suele ser utilizado para referirse a los regímenes especiales para
bajar de peso o para combatir ciertas enfermedades, aunque estos casos representan
modificaciones de la dieta y no la dieta en sí misma.

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Tema 20. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de alimentación

Dieta Terapéutica

Son aquellas dietas que se necesitan para el tratamiento de determinadas enferme-


dades y que sirven para curarlas o compensarlas, a veces, como único tratamiento o
como tratamiento combinado con otras medidas terapéuticas.
Dieta es todo aquello que consumimos dentro de las 24 horas. Se caracteriza por
ser una dieta completa, equilibrada o balanceada, higiénica, suficiente, variada.

Dieta Líquida

Comprende caldos sin grasa, infusiones, zumos, batidos. Se dan a pacientes que
necesitan alimentos de fácil digestión y consumo, evitando los condimentos.
Se prescribe para iniciar la vía oral, después de una cirugía, para la preparación de
exámenes radiológicos y endoscópios, algunos casos en pacientes que no toleran la
vía oral por alguna infección del tubo digestivo o por diarreas agudas.
En diarreas está totalmente contraindicado que se disminuya la ingesta de
líquidos.

Dieta Líquida Completa

Consiste primordialmente en líquidos o alimentos semilíquidos, triturados o en


papilla. Satisface casi todos los requerimientos nutritivos normales, demandando el
mínimo esfuerzo para la digestión y absorción.
Comprende bebidas lácteas, zumos, caldos, sopa de cremas, mantequilla, huevos,
margarina, cereales precocidos, gelatina.
Está indicado después de intervenciones quirúrgicas, después de haber iniciado la
dieta líquida clara, en infecciones agudas, en casos en que el paciente tenga dificulta-
des para deglutir o con inflamaciones del tubo digestivo.
Las sopas son alimentos indicados para prevenir la sequedad de boca en el
anciano.

Dieta Blanda
Es un tipo intermedio entre una dieta líquida y una corriente, comprende alimen-
tos blandos conocidos, asados, no se permiten fritos ni alimentos condimentados, las
carnes deben ser en puré o trituradas.
Está indicada en pacientes con trastornos gastrointestinales, como úlcera y en pa-
cientes con algún impedimento para la deglución o la masticación.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Dieta Según Tolerancia


Se solicita cuando pueden cambiar el apetito del paciente, su capacidad para co-
mer y la tolerancia ante algunos alimentos.
En el primer día del postoperatorio, un paciente puede recibir una dieta líquida
clara, si no aparece nauseas, se recupera la movilidad intestinal normal demostrada
por los ruidos intestinales activos y si el paciente dice que emite gases y tiene ganas de
comerl. La dieta puede avanzar a una dieta líquida completa, una dieta ligera o una
dieta normal.

Dieta Fraccionada
Es una dieta balanceada, en los requerimientos incluye seis comidas al día y com-
prende los alimentos incluidos en la dieta blanda.
Está indicada en pacientes con intolerancia a las comidas, pacientes con cirrosis,
úlceras de estómago, duodeno, con infartos agudos de miocardio.

Dieta Corriente
Contiene todos los requerimientos nutricionales y no requiere modificación en su
consistencia, debe incluirse alimentos crudos y cocidos.

Dieta Rica en potasio


Indicada para prevenir la depleción de potasio del organismo (anorexia) debido a
una dieta pobre en potasio, abuso prolongado de diuréticos, abuso de laxantes, pérdi-
das digestivas, diarreas.
Se previene mediante una dieta que proporcione de 5 a 6.5 kg. de potasio al día, el
aporte habitual de potasio en una dieta adecuada es de 1.5 a 3.5 kg /día.
La dieta rica en potasio se recomienda en la hipertensión arterial. Alimentos ricos
en potasio; zanahoria, frutas y verduras y leguminosas como las alubias y el plátano.

Dieta Hiposódica
Es una dieta baja en sodio, en la cual se restringe la sal. En la alimentación normal
se aportan entre 10 y 15 gr de sal al día. Un gramo de sal contienen 393 miligramos de
sodio, una cucharadita rasa de sal contiene 2600 miligramos de sal.
La dieta hiposódica es la base del tratamiento dietético de la hipertensión arterial,
cardiopatías, afecciones renales, hepáticas, corticoterapia prolongada, cirugía cardíaca.
La dieta puede variar, en estándar (1500-200 mg Na/día), estricta (600-1000mg
Na/día), severa (200-400mg Na/día).

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Tema 20. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de alimentación

Dieta Hipoglúcida
Se controlan los glúcidos y los hidratos de carbono. Esta dieta está indicada en pacien-
tes diabéticos, obesos, con triglicéridos altos, previene que los niveles de azúcar se eleven.
Se recomienda aumentar la ingesta de productos integrales, vegetales, frutas y pro-
ductos lácteos descremados, aceite ricos en grasas mono insaturadas (aceite de oliva,
aguacate, cacahuetes) para así disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos.
A la utilización de la proteína de soja se le ha atribuido un papel importante en el
control de la concentración plasmática de colesterol y de glucosa.
Los monosacáridos son carbohidratos que constan de una sola molécula de azú-
car. Estos azúcares simples le dan un sabor dulce a la comida. No tienen que romperse
durante la digestión ya que son lo suficientemente pequeños como para ser absorbi-
dos. Se absorben en el intestino delgado, donde pasan a través del revestimiento mu-
coso hacia el flujo sanguíneo. El nivel de dulzura y la capacidad para afectar los niveles
de azúcar en sangre varían dependiendo del tipo de monosacárido.
Son monosacáridos:
– Galactosa.
– Glucosa.
– Fructosa.
– Pentosas.
– Alcoholes del azúcar.

Dieta Hiperproteica
Se utiliza para prevenir o corregir la mala nutrición proteinoenergética que está
ligada a una mortalidad u morbilidad elevadas. Mínimo proteico teórico 0.8 gramos
de proteína/kg de peso corporal (ideal).

Dieta Baja en Fibra


Está indicada en pacientes en la fase aguda de la colitis ulcerativa o colitis infeccio-
sa, cuando el intestino está inflamado.

Dieta Alta en Fibra


Se utiliza para aliviar los síntomas de la enfermedad diverticular, se indican tam-
bién en casos de estreñimiento crónico, los alimentos que más contienen fibras son:
guisantes, almendras y nueces, salvado.

Dieta astringente
Es aquella dieta pobre en residuos.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

3. FORMAS DE ALIMENTACIÓN

3.1. Administración intermitente


Es la forma que más se acerca a un horario de alimentación normal. Se espacian
las tomas al igual que se espacian las comidas a lo largo del día. Se puede hacer con
tres sistemas:
– Bolo con jeringa; se administra la dieta a emboladas de 200-400 ml, utilizando
jeringas de gran volumen (50 l) y espaciando las tomas cada 4-6 horas.
– Gravedad; utilizando un sistema de goteo similar al empleado en sueroterapia.
Se administra la dieta en tomas, 4 o 5 a lo largo del día.
– Bomba de infusión; igual al anterior, pero en vez de utilizar un sistema de goteo
convencional se hace con bomba de infusión, que regula exactamente la veloci-
dad a la que administramos la dieta.

3.2. Administración continua


En este caso, la administración de la dieta se realiza por goteo lento (40 – 150
ml/h) y continuo durante las 24 horas del día, o bien dejando unas horas de descanso
nocturno.
El método de elección para una nutrición enteral continua es una bomba de infu-
sión, que es mucho más exacta que un sistema de goteo.
Estas bombas de nutrición permiten una mejor tolerancia a la alimentación; ad-
ministran un volumen constante a una velocidad también constante, que es la que
nosotros hemos programado; son silenciosas; van provistas de un sistema de alarma
en caso de obstrucción o cualquier anomalía; pesan poco y permiten al paciente la
movilización.

3.3. Alteraciones en la alimentación del paciente


En ocasiones, los pacientes pueden sufrir alteraciones en las necesidades de la ali-
mentación, entre ellas cabe destacar:
– Nauseas: sensación desagradable referida al epigastrio y al abdomen, que a ve-
ces se acompaña de vómitos.
– Vómito: es la expulsión violenta y espasmódica del contenido del estómago a
través de la boda.
– Pirosis: es un síntoma digestivo muy frecuente que consiste en la sensación de
ardor o quemazón, generalmente localizada en la zona alta del abdomen y/o en
el tórax por detrás del esternón.

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Tema 20. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de alimentación

4. ADMINISTRACIÓN DE ALIMENTOS
4.1. Alimentación enteral
Es una técnica que suministra, el total o parte de los nutrientes necesarios, al pa-
ciente mediante una vía oral o por una sonda conectada al tracto gastrointestinal.
Cuando es por vía oral, el tubo puede ingresar por la nariz o por la boca, y su ex-
tremo donde los nutrientes son depositados, es decir el estómago, duodeno yeyuno.
Si la vía es gastrointestinal, el tubo se ingresa por una apertura del tracto gastroin-
testinal comunicando al exterior del abdomen. Se denomina alimentación por tubo
enterostomía.
La alimentación enteral está indicada a los pacientes que no pueden alimentarse
por vía oral, o con problemas en el tracto gastrointestinal en su función digestiva
parcial o total.
La alimentación por tubo naseoentérico está indicada cuando el soporte nutricional
es de corta duración, menos de 6 semanas y el tubo por enterostomía más de 6 semanas.
Este tipo de técnica es usada en pacientes con las siguientes características:
– Desnutrición crónica moderada con inanición prolongada.
– Adaptación intestinal por mala absorción, por resecciones intestinales parcia-
les o por transición entre la alimentación parenteral a enteral.
– Pacientes con cáncer.
– Pacientes neurológicos en fase inicial de su alimentación, durante la cual se
emplea una terapia mixta con nutrición parenteral.
– Fallo de órganos y sistema respiratorio, cardiaco renal, hepático, intestinal, sis-
tema nervioso central, fallos de órgano múltiple.
– Enfermedad gastrointestinal-obstrucción esofágica, enfermedad inflamatoria
intestinal, fístulas del aparato digestivo.
– Hipermetabolismo-traumatismo, quemaduras, sepsis y post operatorio de ci-
rugía mayor.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

4.1.1. Sonda nasogástrica


Cuando la alimentación enteral se realiza durante un periodo corto de tiempo, es
decir sobre unas 4 semanas, se utiliza la sonda nasogástrica. Esta técnica se usa cuan-
do están conservadas casi todas las funciones de digestión del paciente, a excepción
del proceso de masticar y deglución.

El objetivo de la sonda nasogástrica es asegurar la correcta colocación de la sonda


y evitar escoriaciones en la nariz y piel.
La sonda debe fijarse a la piel de la mejilla o de la nariz con esparadrapo hipoaler-
génico de seda o mediante sutura subcutánea adhesiva.
El esparadrapo deberá cambiarse diariamente y siempre que esté despegado, de
forma que sostenga bien la sonda para que no se mueva. La piel debe estar bien limpia
con agua caliente y jabón.
Para cambiar la zona de contacto de la sonda con la nariz, mover cuidadosamente
y comprobar la correcta situación de la sonda, tomando como referencia la medida
del segmento exterior, es decir, desde la salida de la nariz hasta el extremo.
Hay que limpiar diariamente la parte externa de la sonda con agua tibia, y el inte-
rior de la sonda, inyectando de 30-50 cc de agua con la jeringa, después de cada toma
si la alimentación es discontinua y cada 6-8 horas si es continúa, para evitar que se
depositen residuos de fórmula que puedan obstruir la sonda.
Cambiar la sonda siempre que este ennegrecida u obstruida si presenta grietas y
orificios, en caso de extracción voluntaria o accidental.
La nariz y la boca también debe limpiarse, la nariz con un palito de algodón, pre-
viamente mojado con agua caliente. Puede lubricarse el orificio nasal con un lubri-
cante hidrosoluble.

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Tema 20. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de alimentación

Cepillarse los dientes y la lengua con cepillo y pasta de dientes dos veces al día.
Hay que evitar los labios secos, usando crema hidratante y vaselina.
Por último para retirar la sonda hay que tener en cuenta que las manos del auxiliar
deben estar bien limpias y usar guantes en todo momento. Colocar al paciente en
posición de Fowler y pinzar o taponar la sonda.
Quitar el esparadrapo de fijación con sumo cuidado y solicitar al paciente que
haga una inspiración profunda y una espiración lenta, retirar la sonda suavemente,
con un movimiento continuo y moderadamente rápido.

Complicaciones de la sonda nasogástrica.

Pueden ocasionar úlceras de la nariz, faringe, esófago y estómago. Anudamiento


del tubo, otitis media, ruptura de varices esofágicas, perforación del esófago o neu-
monía de aspiración.

4.1.2. Sonda nasoyeyunal


Está indicada en pacientes con alteraciones neurológicas, aunque no evita por
completo el riesgo de aspiración pero si lo disminuye.
La colocación de la sonda hasta el duodeno o yeyuno es dispendiosa, por lo cual
debe pasarse bajo fluoroscopio, administrando al paciente una dosis de 20 mg de me-
toclopramida 10 minutos antes de la introducción de aquella, y retirando previamente
cualquier sonda o tubo que el paciente tenga colocado.
Para colocar a un paciente la sonda nasoyeyunal hay que hacer una valoración
previa. Se debe comunicar al paciente todo el procedimiento, el paciente debe cola-
borar y cooperar y, por último un examen de fosas nasales y seleccionar la que tenga
mayor flujo de aire.
El paciente deberá está en posición de Fowler o semi fowler, se debe hacer un
cambio de la tela adhesiva para la sujeción de sonda cada 12 horas. Realizar el aseo de
cavidad nasal y oral cada 12 horas y administrar nutrición enteral en infusión conti-
nua, utilizando bomba de infusión.

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Se debe suspender la infusión antes de realizar la terapia respiratoria o física.


Verificar la permeabilidad de la sonda y evitar labios secos aplicando vaselina.

4.1.3. Enterostomías
Una enterostomía es la creación quirúrgica de una abertura a través de la pared
del abdomen hacia el estómago, el duodeno, o el yeyuno, para colocar una sonda de
alimentación.
Las enterostomías se colocan para proporcionar una vía para dar nutrición a indi-
viduos que son incapaces de tomar una cantidad adecuada de nutrición por vía oral, y
que requieren apoyo nutricional a largo plazo (durante más de un mes). Muchos me-
dicamentos también pueden administrarse por medio de la sonda de enterostomía.
El tipo más frecuente de enterostomía es la colocación de una sonda de en-
terostomía en el estómago (gastrostomía). La gastrostomía es ventajosa porque
las alimentaciones pueden administrarse a intervalos en grandes volúmenes
(alimentación en bolo). Las enterostomías colocadas en el yeyuno (yeyunosto-
mía) o en el duodeno (duodenostomía) exigen administración continua. Una
yeyunostomía o duodenostomía se usa cuando hay riesgo de reflujo de la solu-
ción de alimentación hacia los pulmones (aspiración pulmonar).
La alimentación por enterostomía sólo puede emprenderse cuando hay digestión
y absorción normales. Se dispone de diversas soluciones nutricionales para adminis-
tración a través de un tubo de enterostomía. Muchos individuos viven en su hogar
con una sonda de enterostomía.

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Tema 20. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de alimentación

Está indicada en pacientes que van a requerir de un soporte nutricional enteral


prolongado, es decir, mayor de cuatro semanas.
Para los cuidados de las enterostomías se debe mirar a diario el aspecto de la piel
donde se encuentra el orificio, lavar el estoma cada día utilizando agua y jabón. Vigilar
la posible pérdida de alimento o jugo digestivo a través del estómago y mantener la
zona siempre seca. Si hay escape, éste se debe limpiar inmediatamente y colocar una
gasa alrededor de la sonda.
El disco de plástico, que es el soporte externo de la zona, puede levantarse un poco
para limpiar mejor la zona del estómago.
Por último, hay que comprobar muchas veces la integridad del balón que se en-
cuentra al final de la sonda y cuya misión es impedir que ésta se desplace fuera del
estómago o intestino.

Complicaciones de las enterostomías

Las complicaciones pueden incluir infección de la herida, colocación incorrecta


de la sonda, desprendimiento de la sonda, obstrucción intestinal, taponamiento o es-
cape de la sonda, y separación de la incisión (dehiscencia). Puede haber complicacio-
nes gastrointestinales con la alimentación en sí.
Otras complicaciones relacionadas con alimentaciones son diarrea, malabsorción,
cólicos en el abdomen, náuseas y vómito, y distensión abdominal.
Ocurren efectos secundarios gastrointestinales en una minoría de quienes están re-
cibiendo alimentaciones por sonda. Pueden ocurrir complicaciones relacionadas con
metabolismo anormal, incluso anormalidades de líquidos y electrólitos, azúcar alta en la
sangre (hiperglucemia), y función inadecuada de los riñones (hiperazoemia prerrenal).

Gastrostomía quirúrgica

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

4.1.4. Gastrostomía quirúrgica


Consiste en la implantación directamente en el estómago de una sonda de silicona
que se fija a éste y que sale al exterior a traces de la pared del mismo.
Se usa para alimentación enteral a largo plazo, más de 6-8 semanas en pacientes
con tracto gastrointestinal funcional. Suelen utilizarse en pacientes con trastornos de
la deglución secundarios por problemas neurológicos, cáncer de cabeza y cuello. En
niños, se implanta en casos de quemados, fibrosis quística, enfermedad cardiaca-con-
génita, enfermedad de Crohn, malformaciones congénitas.

Ventajas de la gastrostomía

Es mucho más cómoda y estética para el paciente. Menor riesgo de regurgitación


y aspiración que la sonda nasogástrica y menor riesgo de extubación involuntaria.
Sencillez de manejo, el procedimiento es relativamente sencillo, ya que solo re-
quiere anestesia local y sedación. La intervención dura unos 15-30 min.

Inconvenientes de la gastronomía
La gastrostomía está contraindicada en pacientes con ascitis masiva, fístula diges-
tiva altas, diálisis peritoneal, obesidad mórbida y trastornos de la coagulación.

La gastrostomía endoscópica percutánea (PEG) también está contraindicada en


paciente con obstrucción esofágica y da lugar a riesgo de aspiración en paciente debi-
litado o con reflujo gástrico.

4.2. Alimentación parenteral


La alimentación parenteral es un tratamiento intravenoso que permite que
el paciente mantenga o reponga los nutrientes necesarios que necesitan.
Entre sus cuidados principales destaca la hidratación del paciente, para evitar la
deshidratación, la sed, los edemas y sobrecarga de líquidos. Y los balances diarios de
líquidos, para evitar pérdidas extraordinarias y pérdidas por sonda nasogástrica.

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Tema 20. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de alimentación

En todo momento, debe mantenerse un control exhaustivo del catéter, para pre-
venir la septicemia. Se debe hacer un buen lavado de manos y unas técnicas estériles
adecuadas, mantener la zona de punción limpia, cubierta y protegida. En el cambio
del apósito se recomienda cada 4 días o según protocolo del hospital, y por el contra-
rio, el cambio del equipo es cada 48 o 24 horas.
Se debe tener especial cuidado con el manejo de la vía, ya que la alta concentración
del azúcar en la mezcla aumenta el riesgo de infección.

4.2.1. Parenteral total


La nutrición parenteral total o NPT, es una terapia por la cual todos los nutrientes
son administrados por la ruta endovenosa. Generalmente se emplea la vía central.
Debe contener proteínas (en forma de aminoácidos), carbohidratos, lípidos, vitami-
nas, electrolitos, minerales y agua en cantidad. Todo lo similar dado por la vía gas-
trointestinal.
La nutrición parental total se usa en pacientes que reúnan alguna de las siguientes
características.
– Incapaces de absorber nutrientes a través del tracto gastrointestinal.
– Aquellos sometidos a quimioterapia en altas dosis.
– Terapia con radiación o trasplante de medula ósea.
– Pancreatitis aguda grave.
– Desnutrición severa en presencia de un tubo digestivo disfuncional.
En todo momento hay que mantener ciertas medidas de bioseguridad, explicar al
paciente el procedimiento, utilizar técnicas de aséptica estricta y no extraer muestras
de sangre, para exámenes de laboratorio, por la vía de la administración de nutrición
parenteral.

La mezcla de la nutrición no debe ser manipulada, ya que ésta es preparada por


la farmacia del hospital. El auxiliar debe estar alerta de signos de infección, como
enrojecimiento, inflamación, aumento de la temperatura. Sobre todo estar alerta de
signos de trombosis.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Ventajas de usar la N.P.T


Entre las ventajas encontramos; la absorción del 100% de los nutrientes, infusión
continua, la cual impide exceso de déficit de algún componente y no usa tubo digesti-
vo, lo que es útil para algunos pacientes.
Desventajas de usar N.P.T
No usa el tubo digestivo y éste debe usarse siempre que se pueda, puesto que así
no se altera la calidad de vida y el tránsito intestinal. Es mucho más cara y requiere
mayor manipulación, sus complicaciones son graves y requiere un recambio de todo
el sistema.

4.2.2. Parenteral parcial


La nutrición parenteral parcial, es una terapia en la cual algunos nutrientes, son
administrados por la ruta endovenosa, pueden usarse la vía central o la periférica.

Ventajas de la N.P.P
Sencillez para buscar y cateterizar la vía permitida, y no se requiere un personal
muy especializado, es más simple de realizar y las mezclas son más simples de hacer.

Desventajas de la N.P.P
La osmolaridad de la mezcla nutritiva es una de las principales causas de la apa-
rición de flebitis, y su duración es limitada. No puede superar los 8 o 10 días de per-
manencia.

4.2.3. Complicaciones de la nutrición parenteral


Mecánicas
Las complicaciones mecánicas hacen referencia al catéter, ya que éste puede per-
forar diversas estructuras como el pericardio o la pleura, y como consecuencia, la
solución nutritiva puede ser introducida en un lugar inapropiado.
Este tipo de complicación intenta ser evitada con la realización de un control ra-
diológico del catéter.
Metabólicas
Las complicaciones metabólicas hacen referencia a la cantidad del agua y electro-
litos bien por exceso o bien por defecto. Pueden producirse hiperglucemias por tener
niveles muy altos de glucosa en sangre.
Estos pacientes deben someterse a un estrecho control analítico diario, el hígado
graso es una de las complicaciones que obliga a suspender la nutrición parenteral.
Sépticas
Pueden ser por contaminación de la piel en la zona de la entrada de catéter, por
contaminación durante el cambio de las líneas y, la menos frecuente, por contamina-
ción de las mezclas administradas.

26 © Ediciones Rodio
Tema 20. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de alimentación

4.2.4. Vía central y periférica


– La vía central, es una vena de gran diámetro, usualmente la vena cava superior.

– Vía periférica, nutrición a través de una vena pequeña, hacia el corazón me-
diante un catéter llamado cavafiz o drums usualmente de antebrazo.

© Ediciones Rodio 27
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

5. TIPOS DE SONDAS
Los sondajes pueden ser quirúrgicos y no quirúrgicos. Los sondajes quirúrgicos
o gastro-enterostomías comunican alguna parte del aparato digestivo (generalmente,
estómago o intestino delgado) con el exterior a través de un catéter o sonda que per-
fora la piel.
Los sondajes no quirúrgicos o nasoentéricos consisten en la introducción de una
sonda a través de la nariz hasta el estómago o intestino.
Las sondas son tubos largos y huecos de distinto diámetro. Pueden ser flexibles,
rígidas o semirrígidas. El extremo proximal queda en el exterior y el distal es el que se
introduce en el aparato digestivo.
El calibre de la sonda viene indicado en unidades french. El diámetro se calcula
multiplicando el número de la sonda por 0.33 (una sonda del número 14 tiene un
diámetro de 4.6 mm; para ello multiplicamos 14 x 0.33).
Hay varios tipos de sonda:
– Según el número de vías de entrada que posean:
▷ De una sola vía:
q Rígidas.
q Pezzer.
q Malecot.
▷ De dos vías: como las de Foley y las de silicona.
▷ De tres vías: como las de Foley.
– Según el calibre.
– Según la punta de la sonda:
▷ De punta roma.
▷ De punta olivar.
▷ De punta en pico de flauta.
– Según la dureza:
▷ Rígidas.
▷ Semirrígidas.
▷ Blandas.

28 © Ediciones Rodio
Servicio Andaluz de Salud
(SAS)

21
Temario específico
Vol. 2

Tema
Atención y cuidados del
paciente en las necesidades de
Servicio Andaluz de Salud (SAS)

movilización. Movilidad e
inmovilidad física, factores
que afectan la movilidad.
Técnicas de ayuda a la
deambulación. Movilizaciones
del sistema músculo-esquelético.
Auxiliares de Enfermería

Posiciones corporales.
Procedimientos de traslado del
paciente. Riesgo de caídas,
medidas preventivas. Uso
correcto dispositivos de ayuda

Sergio Hidalgo
Diplomado Universitario en Fisioterapia
Técnico Superior en Dietética
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Índice esquemático
1. Movilidad e inmovilidad física, factores que afectan la movilidad
2. Ayuda a la deambulación
2.1. Instrumentos de ayuda a la deambulación
2.2. Procedimientos y técnicas a seguir
3. Movilizaciones del sistema músculo-esquelético
3.1. Arcos de movilidad
4. Posiciones corporales
4.1. Decúbito supino o dorsal
4.2. Decubito prono
4.3. Decúbito Lateral
4.4. Sims o semiprona
4.5. Fowler
4.6. Trendelenburg
4.7. Antitrendelenburg o Morestín
4.8. Rose
4.9. Ginecológica o de litotomía
4.10. Genupectoral o mahometana
5. Cambio postural en paciente encamado
5.1. Procedimiento para colocar al paciente en decúbito lateral
5.2. Procedimiento para colocar al paciente en decúbito prono
6. Procedimientos de traslado del paciente
6.1. Traslado de la cama al sillón
6.2. Traslado de la cama a la camilla
7. Riesgo de caídas, medidas preventivas
7.1. Caídas y factores
7.2. Como actuar antes una caída
7.3. Prevención
8. Uso correcto de dispositivos de ayuda

30 © Ediciones Rodio
Tema 21. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de movilización

1. MOVILIDAD E INMOVILIDAD FÍSICA, FACTORES QUE


AFECTAN LA MOVILIDAD
El deterioro de la movilidad física es un problema de gran relevancia en la socie-
dad española, dando lugar a una mayor dependencia de estas personas en las activi-
dades de la vida diaria, mayor necesidad de cuidados domiciliarios, mayor tasa de
reingresos, etc.
Entendemos por deterioro de la movilidad a la limitación del movimiento inde-
pendiente, intencionado, que padece la persona en el conjunto de su cuerpo o de una
o más de sus extremidades. (NANDA).
La falta de movilidad se caracteriza por:
– Limitación de las habilidades motoras finas y/o gruesas.
– Inestabilidad postural durante la ejecución de las actividades de la vida diaria.
– Enlentecimiento que puede ir acompañado de temblor, al realizar los movi-
mientos.
– Cansancio.
– Mayor dependencia para la elaboración de las actividades de la vida diaria e
instrumentales.
– Insomnio.
– Deterioro en los movimientos en la cama.
– Deterioro en la deambulación.
Cabe destacar que existen una serie de factores relacionados como malestar o do-
lor, disminución de la fuerza y/o masa muscular, desnutrición de algún miembro o
generalizada. Además, también habrá que prestar atención a los efectos secundarios
de la falta de movilidad, tales como el riesgo de calidad, incontinencia urinaria, dete-
rioro de las habilidades para la traslación, deterioro de la interacción social y deterio-
ro de la integridad cutánea.
La acción de la auxiliar de enfermería se centrará en completar, aumentar o sus-
tituir la fuerza o la voluntad de la persona con falta de movilidad, con el objetivo de
que alcance lo antes posible su máxima independencia. En los casos en los cuales la
movilidad está deteriorada a un nivel mayor, el auxiliar de enfermería deberá centrar
sus acciones en darle autonomía al paciente, cubriendo sus necesidades y previniendo
las consecuencias de la falta de movilidad.
Existen unos índices que sirven para la valoración del estado del paciente:
a) Índice de Barthel: Fruto de un equipo multidisciplinar, está recomendada por
la British Geriatrics Society. Evalúa 10 tipos de AVBD puntúa de 0-100 y clasi-
fica a los pacientes en cuatro grupos de dependencia.
b) Índice de Katz. Fue elaborado por un equipo multidisciplinario: consta de seis
ítems con tres posibilidades de respuestas que nos permitirá clasificar los pa-
cientes en siete grupos: mayor dependencia a mayor independencia.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

c) Escala de Tinetti. Detección del riesgo de caídas a un año vista. Realiza un ras-
treo previo realizando la pregunta ¿teme usted caerse?
d) Escala heteroadministrada. Se cumplimenta entre 8 y 10 minutos. El evalua-
dor debe revisar el cuestionario previamente a la administración. Caminando
el administrador, alrededor del anciano, se le solicita que responda a las pre-
guntas de la subescala de marcha. Para contestar la subescala de equilibrio el
entrevistador permanece de pie junto al anciano (enfrente y a la derecha). La
puntuación se totaliza cuando el paciente se encuentra sentado.
Para llevar a cabo estas actividades de cuidado deberá tener en cuenta una serie
de factores:
– La función muscular o esquelética del paciente: la función muscular permite la
contracción del músculo según el movimiento, y la esquelética es la capacidad
funcional de los huesos para soportar el cuerpo y posibilitar el movimiento.
– Nivel del dolor: la intensidad del dolor referido o manifestado.
– Cuidados personales: actividades instrumentales de la vida diaria, como las
actividades del hogar.
– Control del peso: acciones para conseguir o mantener peso óptimo para su
salud.

2. AYUDA A LA DEAMBULACIÓN
La deambulación o marcha es la forma en la que el paciente camina. Lo normal
es hacerlo en forma activa, con control de los movimientos, en los que se nota coor-
dinación y armonía. La persona se desplaza de acuerdo a su voluntad, siguiendo las
trayectorias que decida. Es normal que presente algún grado de braceo, que no se
desvíe en forma involuntaria del trayecto que desea seguir, que el punto de gravedad
del cuerpo esté centrado sobre su base de sustentación o ligeramente adelante, que los
pasos sean de un tamaño parecido, etc. Esta forma de deambular se altera en distintas
enfermedades. (Manual de Semiologia, 2007).
Los trastornos de la marcha en general se deben al dolor, problemas de articulacio-
nes, debilidad muscular o falta de control del movimiento.
Movimientos pasivos son los que el paciente realiza con ayuda de otra
persona.
Las ayudas a la deambulación son el conjunto de medidas encaminadas a
favorecer el desplazamiento del enfermo, ayudándose de un elemento de apoyo, como
pueden ser muletas, bastones o andadores.
Estos instrumentos son dispositivos que proporcionan un apoyo adicional del
cuerpo al suelo durante el desarrollo de la marcha.
Con esto se pretende que el paciente amplíe su base de sustentación, facilitarle su
desplazamiento, aportarle estabilidad, disminuir una cantidad de peso en ciertas articu-
laciones o aminorarle el dolor por la carga de peso o la lesión de una extremidad inferior.

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Tema 21. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de movilización

Se clasifican en dos categorías:


– Fijas: son barras fijadas a una superficie y dan un apoyo adicional al paciente,
ayudándose de ellas para desplazarse.
– Móviles: son instrumentos de carácter individual, y su función es la prolonga-
ción de los miembros superiores hasta el suelo. Dentro de los móviles, encon-
tramos los estables como los andadores o los inestables como las muletas.

2.1. Instrumentos de ayuda a la deambulación

A) Andadores
Paciente erguido o en decúbito supino. Colocar
el andador delante y al lado del paciente. Los pies
de apoyo del andador deben reposar sobre el suelo
o estar parejos con las suelas de los zapatos del pa-
ciente, que ha de situarse mirando hacia delante, a
15 cms. de distancia el uno del otro.
Con las caderas y las rodillas rectas procuran-
do que las punteras de los pies no se desvíen hacia
adentro o hacia fuera. Por último se debe ajustar la
altura, de forma que la empuñadura del andador
quede a nivel del pliegue cubital de la muñeca.

B) Bastón común o unipodal


Paciente erguido o en decúbito supino. La longi-
tud del bastón será equivalente a la existente desde
el trocánter mayor del paciente al suelo. El bastón
debe ir colocado paralelo a la pierna y comprobar
que la punta toca el suelo.
Se debe coger el bastón con la mano contraria
al lado afectado distribuyendo el peso entre el pie
sano y el bastón.

C) Dos bastones o muletas


El auxiliar debe colocarse en el lado afectado, li-
geramente detrás del paciente. El paciente debe pa-
sar todo el peso al pie sano y desplazar las muletas
hacia delante, haciendo oscilar la pierna afectada
hacia delante.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

2.2. Procedimientos y técnicas a seguir


Una vez conocido todos los instrumentos posibles que ayudan a la deambulación
del paciente, habrá que tener en cuenta una serie de técnicas o procedimientos a se-
guir por el auxiliar.
– Asegúrate de que el procedimiento no está contraindicado.
– Explica el procedimiento al paciente y solicita su colaboración. No olvides ad-
vertirle que durante la deambulación es mejor fijar la vista al frente y no al suelo.
– Tranquiliza al paciente para que se sienta seguro y no fracase el procedimiento.
– Frena la cama.
– Ayúdale a ponerse la vestimenta y el calzado adecuado.
– Colócate a su lado y pasa un brazo alrededor de su cintura. El paciente apoya su
mano y antebrazo sobre el hombro tuyo que queda más alejado. Puedes sujetar
la mano libre del paciente con tu mano libre.
– Mientras se realiza el desplazamiento, vigila en todo momento los cambios que
se puedan producir en el paciente (palidez, sudoración, cansancio...). Si alguno
de estos cambios ocurre, interrumpe la deambulación y solicita ayuda para
trasladar al paciente a su cama o al sillón.
– Cuando finalice la deambulación, deja al paciente perfectamente acomodado
en su unidad.
– Informa del procedimiento realizado y señala las observaciones si las hubiere.

3. MOVILIZACIONES DEL SISTEMA MÚSCULO-ESQUELÉTICO


Cuando el paciente permanece encamado, o su movilidad disminuye o desaparece,
en ocasiones pierde fuerza y tono muscular. Por ello, hay que realizar movilizaciones
y actividades adecuadas para que este tipo de situación no desencadene contracturas,
atrofias musculares, problemas respiratorios, úlceras por presión, etc.
La movilización son una serie de ejercicios con la finalidad de conseguir que se
restablezcan las funciones disminuidas por la enfermedad, mantener el alineamiento
corporal, la fuerza y el tono muscular, estimular la autonomía, el autocuidado.
Dependiendo del paciente clasificamos las movilizaciones en activas o pasivas, en
términos generales, aunque también se consideran las movilizaciones activas-asisti-
das y activas-resistidas según la acción del terapeuta sobre el paciente.

A) Activas
Son aquellas movilizaciones que puede llevar a cabo el paciente por sí mismo, aun-
que debe estar supervisado por un profesional. Consta de movimientos musculares y
articulares de la zona del cuerpo que interese ejercitar.
El auxiliar de enfermería estimulará al paciente encamado, para que mueva los
brazos y las piernas.

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Tema 21. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de movilización

B) Activas-asistidas
Es realizado por el mismo paciente con sus propias fuerzas, de forma voluntaria o
automática refleja, corregidos o ayudados por el terapeuta, o bien mediante sistemas
instrumentados. Con el objetivo de mantener o recuperar el trofismo muscular y el
balance articular y evitar rigideces articulares.

C) Activas-resistidas
El paciente realiza una movilización activa contra resistencia externa que se opone
al movimiento. Ellas imponen la participación voluntaria del paciente y descansan en
el trabajo muscular. El objetivo principal será el de recuperar o mantener la función
muscular y facilitar los movimientos articulares, integrándolos en el esquema corpo-
ral, evitando la atrofia muscular.

D) Pasivas
Son aquellas movilizaciones realizadas por el terapeuta sobre el paciente. Este tipo
de movilidad suele ser usada en pacientes que tienen parálisis o algún tipo de aneste-
sia, es decir pacientes que no pueden hacer esfuerzo físico.

3.1. Arcos de movilidad


Los arcos de movimientos es el grado de movilidad que permite una articu-
lación del cuerpo. Esta movilidad varía según una articulación u otra o según la
persona, puesto que está condicionado por la edad y la condición física. Siendo
el arco de movimiento normal el desplazamiento total de los segmentos corpo-
rales propios de una articulación dentro de sus límites anatómicos, antes de ser
detenido por estructuras óseas, ligamentosas o musculares.
La menos móvil de las articulaciones es la sinatrosis.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Arcos de movimiento del hombro y del codo

Arcos de movimiento del tobillo y del pie

Arcos de movimiento del cuello

Arcos de movimiento de la muñeca

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Tema 21. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de movilización

Arcos de movimiento de la mano y dedos

Arcos de movimiento de cadera

4. POSICIONES CORPORALES
Las posiciones corporales nos ayudan a la exploración del paciente, su tratamien-
to, la realización de diversas técnicas y pruebas diagnósticas, la prevención de lesiones
y su comodidad cuando está encamado.

4.1. Decúbito supino o dorsal


El paciente está tumbado sobre la espalda, con los brazos y las piernas extendidas
y pegados al cuerpo, es decir paralelos al suelo.
El uso de esta posicion corporal sirve para las exploraciones médicas, en el
post-operatorio, en la estancia en cama. Para facilitar la postura se pueden colocar
cojines que favorecen la alienacion del cuerpo.
a) Colocar uno bajo el cuello y los hombros par evitar la hiperextensión del cuello.
b) Bajo el tercio inferior del muslo, para elevar el hueco poplíteo.
c) Bajo la parte inferior de las piernas para elevar los talones.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Decúbito supino o dorsal

4.2. Decúbito prono


El paciente está tumbado boca abajo, paralelo al suelo, con las piernas extendidas
y la cabeza girada hacia un lado. Los brazos pueden estar extendidos a lo largo del
cuerpo o extendidos a ambos lados de la cabeza.
Esta figura es frecuente en pacientes operados de la zona dorsal, en exploraciones.
Los cojines en esta postura setas colocados en:
a) Bajo la cabeza.
b) Bajo el diafragma, para evitar hiperextensión de la curvatura lumbar y la pre-
sión excesiva en las manos, este cojín es opcional.
c) Bajo el tercio inferior de las piernas, para que los dedos del pie no rocen con la
sábana.

Decúbito prono

4.3. Decúbito Lateral


El paciente está tumbado sobre el lateral del cuerpo, paralelo al suelo. La espalda
deberá estar recta y los brazos flexionados y próximos a la cabeza. La pierna inferior
está en extensión o ligeramente flexionada y la superior permanece flexionada por la
cadera y la rodilla.
Esta postura se aplica para la higiene, la estancia en la cama, dentro del plan de
cambios de postura. Conviene colocar almohadas en:
a) Bajo la cabeza y bajo el brazo y el hombro para favoreces el alineamiento
b) Bajo el muslo y la pierna superior, para elevar la pierna y la cadera.
c) Detrás de la espalda, para mantener una buena alineación.

Decúbito lateral

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Tema 21. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de movilización

4.4. Sims o semiprona


Es la posición intermedia entre el decúbito prono y el decúbito lateral. La cabeza
esta ladeada y el brazo inferior entendido hacia atrás y separado del cuerpo. El brazo
superior está flexionado próximo a la cabeza. La pierna inferior está semiflexionada y
la superior flexionada por la cadera y la rodilla.
Se emplea en pacientes inconscientes y en posiciones alternativas. Los cojines en
esta postura se colocan:
a) Bajo la cabeza y el hombro la parte superior del brazo.
b) Bajo el muslo y la parte superior de la pierna.
Ésta es la posición adecuada para la aplicación de enemas.

Sims o semiprona

4.5. Fowler
El paciente permanece semisentado, con las rodillas ligeramente flexionadas. El
respaldo de la cama, forma un ángulo de 45º. La posición de Fowler alta es aquella en
la que la cabecera de la cama esta elevada 90º respecto de los pies, y la de semi-Fowler
aquella en la que la elevación es de 30º.
Se emplea en paciente con problemas cardiacos o respiratorios para facilitar acti-
vidades como comer o leer.
Ésta es también la posición anatómica correcta en el procedimiento de co-
locación de una sonda nasogástrica en un paciente consciente y colaborador.
Las almohadas deberán colocarse de la siguiente manera:
a) Detrás del cuello y los hombros
b) Detrás de la zona lumbar.
c) Bajo antebrazos y las manos, para evitar la tensión en los hombros y sujetar los
brazos y manos, si el paciente no los utiliza.
d) Debajo y a los lados de la parte superior de los muslos.
e) Bajo el tercio inferior de los muslos, bajo los tobillos, para elevar talones.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Fowler

4.6. Trendelenburg
El paciente permanece tumbado, en decúbito supino, sobre la cama o cami-
lla, en un plano oblicuo de 45º respecto al suelo, con la cabeza más baja que los
pies.
Se emplea para el tratamiento quirúrgico de los órganos pelvianos, como paso
previo para recolocar al paciente, y ante lipotimias y otras situaciones que requieran
un buen aporte sanguíneo cerebral.

Trendelenburg

4.7. Antitrendelenburg o Morestín


Es una posición similar a la anterior, pero en esta la cabeza está más elevada que
los pies, mientras el paciente descansa en un plano inclinado de 45º respecto al suelo.
Está indicada en pacientes con problemas respiratorios y hernias de hiato.

AnƟtrendelenburg o Moresơn

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Tema 21. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de movilización

4.8. Roser
El paciente está tumbado sobre el dorso de su cuerpo, con la cabeza colgando y sus
hombros coinciden con el extremo superior de la superficie de apoyo. Los brazos se
mantienen extendidos a lo largo del cuerpo.
Puede emplearse en exploraciones, en intervenciones quirúrgicas y en algunas ac-
tividades de enfermería, como el lavado de pelo del paciente encamado.

Roser

4.9. Ginecológica o de litotomía


El paciente estará tumbado sobre el dorso de su cuerpo, con la cabeza colgando y
sus hombros coinciden con el extremo superior de apoyo. Los brazos se mantienen
extendidos a lo largo del cuerpo. Las piernas estarán elevadas, flexionadas y separadas.
Puede emplearse en exploraciones e intervenciones ginecológicas, sondajes, lava-
dos y en intervenciones quirúrgicas.

Ginecológica o de litotomia

4.10. Genupectoral o mahometana

El paciente se apoya sobre sus rodillas,


con el tronco inclinado hacia adelante, los
brazos cruzados sobre la superficie de apoyo
y la cabeza sobre ellos.
Se emplea en exploraciones rectales, en
esta postura hay que prestar atención por si
el paciente siente malestar.
Genupectoral o mahometana

© Ediciones Rodio 41
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

4.11. Posición de punción lumbar


El paciente estará tumbado de lado, en posición fetal o sentado con la espalda
flexionada. Puede emplearse en punción lumbar y en aplicación de anestesia epidural.

4.12. Posición sentado


El paciente estará con el torso levantado.
Indicada en tratamiento de oxigenoterapia y en
la administración de medicamentos.
Las almohadas deberán colocarse de la siguien-
te manera:
a) Detrás del cuello y los hombros.
b) Detrás de la zona lumbar.
c) Bajo antebrazos y las manos, para evitar la
tensión en los hombros y sujetar los brazos
y manos, si el paciente no los utiliza.

4.13. Bipedestación
Paciente en posición vertical sobre los pies. Postura indicada para pruebas radio-
lógicas.

5. CAMBIO POSTURAL EN PACIENTE ENCAMADO


Los cambios posturales son las modificaciones realizadas en la postura corporal
del paciente encamado, que forman parte de la enfermería preventiva. La posición se
mantiene durante 2-3 horas como máximo.
Las posiciones más frecuentes en la realización de cambios suele ser de decúbito
supino, decúbitos laterales derecha e izquierda y decúbito prono, y ocasionalmente la
posición de Fowler.
Cuando el paciente no puede realizar los cambios posturales por sí mismo deberá
ser ayudado por el auxiliar, que deberán tener en cuenta las normas de mecánica
corporal.

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Tema 21. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de movilización

5.1. Procedimiento para colocar al paciente en decúbito


lateral
Una vez lavadas las manos, se explica al paciente el proceso de actuación para que
colabore lo más posible.
Frenar la cama y ponerla en horizontal, si no existe ningún tipo de contradicción,
retirar las almohadas y destapar al paciente
Mover al paciente al lado de la cama contrario al que se le va a girar, para ello, los
dos auxiliares se situarán en el lado hacia donde van a desplazar al paciente, uno de
ellos le sujetará con su mano el hombro más lejano y colocara la otra bajo su zona
lumbar. El otro auxiliar situada un brazo bajo los glúteos y el otro bajo el tercio inferior
de los muslos. Y de forma simultánea, tirarán del paciente hacia la orilla de la cama.
Por último, deben flexionar la pierna y el brazo del paciente hacia la orilla, sepa-
rándole el brazo contrario, para evitar que ruede sobre él.
Una vez realizado todo ello, se debe acomodar nuevamente la cama, comentar a la
enfermera las observaciones realizadas.

5.2. Procedimiento para colocar al paciente en decúbito


prono
Es la modificación de postura corporal de decúbito supino a decúbito prono. Para
llevar a cabo este cambio postural el paciente debe estar en la orilla de la cama, y
flexionar el brazo más próximo a la orilla y acercar a su cuerpo el otro brazo para que
ruede con él.
Cruzar la pierna más cercana al cuidador sobre la más alejada, para que ruede
mejor, y hacerle girar a decúbito prono.
Por último alienar correctamente, recolocar la cama y lavarse las manos, una vez
hayamos comunicado las observaciones a la enfermera.

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6. PROCEDIMIENTOS DE TRASLADO DEL PACIENTE


El traslado del paciente es el desplazamiento de un lugar a otro tanto en el hospital,
ir de un área a otra, como en el domicilio particular. El traslado del paciente se realiza
mediante una camilla o silla de ruedas.
Antes de nombrar los distintos desplazamientos existentes, explicaremos las nor-
mas y el correcto protocolo a seguir para realizar un desplazamiento seguro.
– Mantener en todo momento una buena higiene, para ello habrá que lavarse las
manos antes y después de estar en contacto con el paciente.
– Tener todos los materiales e instrumentos necesarios preparados con antela-
ción, como pueden ser mantas, sábanas, la silla de ruedas.

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Tema 21. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de movilización

– Comunicar al paciente en todo momento cómo se realizará el traslado y pedir


su colaboración.
– En el caso de un hospital o de una habitación compartida, proporcionar inti-
midad al paciente, mediante un biombo o cortina.
– Durante el traslado no descuidar al paciente en ningún momento ni dejarlo sin
compañía, es decir no abandonarlo.
– El paciente en todo momento tiene que tener una buena sujeción, proporcio-
nándole seguridad.

6.1. Traslado de la cama al sillón


Dentro de un traslado se pueden dar dos tipos de situaciones, que el paciente co-
labore o no. Para trasladar al paciente del sillón a la cama se realizarán las mismas
técnicas y los mismos pasos.

6.1.1. Cuando el paciente colabora


Para realizar este traslado es suficiente con un auxiliar de enfermería solo. Co-
menzaremos situando el sillón cercano a la cama o a los pies de ésta, posteriormente
ayudaremos al paciente a sentarse en la orilla de la cama, según la técnica descrita en
el apartado anterior. Una vez incorporado, comprobar que el paciente está en buen
estado y no ha sufrido ningún tipo de mareo.
Tras vestirlo adecuadamente, el auxiliar debe situarse frente al paciente, le sujetará
por la cintura con ambas manos mientras el paciente se apoya en los hombros del au-
xiliar, de esta forma, las rodillas de ambos quedaran muy próximas proporcionando
mayor control del traslado.
Por último, girar al paciente de forma simultánea hasta situarle delante del sillón,
donde se le sentará.

6.1.2. Cuando el paciente no colabora


Para realizar este traslado hace falta dos auxiliares de enfermería. Comenzaremos
situando el sillón cercano a la cama, si se trata de una silla de ruedas, quitaremos el
soporte del brazo próximo a la cama, levantaremos el soporte de los pies y se frenará.
Un auxiliar se colocará detrás de la silla de ruedas o del sillón, y el otro frente al
paciente en la cama. El primer auxiliar colocará los brazos por las axilas del paciente,
sujetándole con las manos por el extremo inferior de los antebrazos, que el paciente
tendrá cruzados sobre el tórax.
El segundo auxiliar le sujetará por debajo de los muslos, y en un movimiento si-
multáneo, trasladarán al paciente a la silla o al sillón.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

6.2. Traslado de la cama a la camilla


Dentro de un traslado se pueden dar dos tipos de situaciones, que el paciente co-
labore o no. Para trasladar al paciente de la camilla a la cama se realizarán las mismas
técnicas y los mismos pasos.

6.2.1. Cuando el paciente colabora


Para empezar hay que situar la camilla, la cual debe estar cubierta con una sábana,
en paralelo a la cama y frenar ambas para evitar desplazamientos imprevistos.
Pedirle al paciente que colabore y se situé sobre la camilla con ayuda del auxiliar,
después taparle y acomodarle.
En estos casos, si el paciente no supone una gran diferencia de tamaña físico con
el auxiliar puede realizar el traslado solo una persona.

6.2.2. Cuando el paciente no colabora


A diferencia del traslado anterior, en éste es necesario mínimo dos personas, de-
pendiendo del estado del paciente y de su tamaño físico.
Comenzaremos colocando una sábana en la camilla, ésta estará perpendicular a la
cama, de forma que contacten los pies con la cabecera.
Después frenaremos la cama y la camilla, colocaremos los brazos del paciente so-
bre el tórax y retiraremos la almohada. Los tres auxiliares deberán sujetar al paciente,
poniéndose preferiblemente el más alto a la altura de la cabeza del paciente, colocán-
dole un brazo debajo del cuello y los hombros. El segundo auxiliar deberá sujetarle
por la cintura y bajo los glúteos, y el tercero y último por los muslos y las piernas.
Por último trasladar al paciente en un movimiento simultáneo hasta la camilla,
donde se le depositará con suavidad.

46 © Ediciones Rodio
Tema 21. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de movilización

7. RIESGO DE CAÍDAS, MEDIDAS PREVENTIVAS


7.1. Caídas y factores
Según la OMS, una caída es la consecuencia de cualquier acontecimiento
que precipite al individuo al suelo en contra de su voluntad.
La NANDA establece el riesgo de lesión y el riesgo de traumatismo, como parte
importante del patrón de seguridad y protección.
La prevención de todos los profesionales es fundamental para evitar caídas y ries-
gos posibles que puedan alterar al paciente, evitando consecuencias negativas y asis-
tiéndoles en todo momento.
Los riesgos que pueden sufrir los pacientes se dividen en extrínsecos e intrínsecos.

7.1.1. Factores Extrínsecos


Son, por ejemplo, las caídas accidentales, ya que se producirán cuando la persona
esté en estado de alerta y sin ninguna alteración para caminar, es decir que la caída se
produce por algún tropezón o por un resbalón o contratiempo.

7.1.2. Factores Intrínsecos


No son accidentales. Los podemos encontrar de dos tipos, en uno de ellos se pro-
duce una perdida súbita de la conciencia en personas activas el otro en aquellas per-
sonas que tienen una alteración de la conciencia, por medicamentos o por problemas
en la marcha.

7.2. Cómo actuar ante una caída


Si a pesar de aplicar las medidas preventivas se produce una caída, se debe actuar
rápidamente, tratando de disminuir el tiempo de espera del paciente en el suelo.
– Valorar el estado del paciente y las consecuencias de la caída.
– Avisar al médico y llamar al servicio de urgencias , si es preciso
– No incorporar ni movilizar al paciente si se sospecha fractura o, en todo caso,
realizar una movilización correcta y trasladarlo a la cama o camilla.
– Realizar tratamiento o mantenerlo en observación, en función de la lesión que
se haya producido.

7.3. Prevención
Antes de enumerar los pasos para realizar una buena prevención, deberemos
asegurarnos de que, en la medida de lo posible, los lugares donde se encuentran los

© Ediciones Rodio 47
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

pacientes reciban la suficiente luz natural y estén provistos de la luz artificial adecua-
da para proteger la seguridad y la salud de los trabajadores. También deberemos ase-
gurarnos de que, en el suelo, no existen obstáculos, desniveles o aberturas peligrosas
y, en el caso de que los haya, colocar señales de seguridad.
A continuación, describiremos los pasos, a seguir para la prevención de riesgos:
– Identificar los problemas y planificación: Es preciso identificar las zonas claves
de riesgo de resbalones, tropiezos y caídas.
– Organización: Deben establecer con claridad las responsabilidades, para ga-
rantizar la seguridad y la salud en las distintas zonas.
– Control: Comprobar, durante los procesos, todas las actividades, y asegurarse
de que se realizan de forma adecuada las actividades de limpieza y manteni-
miento.
– Supervisión y revisión: Se requiere una revisión periódica.

8. USO CORRECTO DE DISPOSITIVOS DE AYUDA


Los dispositivos de ayuda van a ser útiles a aquellos pacientes que precisan una
ayuda total o parcial para realizar sus desplazamientos, evitando o disminuyendo el
riesgo de deformidades y de caídas.
Podemos contar con:

A) Grúas
Permiten mover pesos muertos de forma segura y son fáciles de manejar. Se com-
pone de un arnés con bandas que pasan por debajo de las piernas, donde se entrecru-
zan y enganchan en los puntos correspondientes; la banda de la pierna izquierda en el
gancho derecho y la derecha en el gancho izquierdo.

48 © Ediciones Rodio
Tema 21. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de movilización

B) Andadores
Proveen mayor soporte y mejor equilibrio. Utilizan 4 puntos de apoyo y se colo-
can delante del paciente, a unos 15 centímetros. El andador puede ser fijo o de altura
regulable y la empuñadura debe quedar a la altura de los trocánteres mayores. En
andadores con apoyo del antebrazo la altura correcta será la distancia del antebrazo
al suelo con el codo flexionado a 90º. Los pies de apoyo del andador deben reposar
sobre el suelo y evitaremos que los pies del paciente vayan hacia dentro o hacia fuera.
Se indica en pacientes con debilidad de miembros inferiores, trastornos del equili-
brio, tras periodos prolongados de inmovilidad, con debilidad generalizada o en una
marcha inestable.

C) Bastones
Permiten una marcha autónoma y segura.
1. Bastón común o unipodal: la empuñadura del bastón estará a la altura del tro-
cánter mayor del paciente. El bastón quedará paralelo a la pierna a unos 15 o
20 centímetros hacia un lado y 15 centímetros por delante del pie más cercano.
El codo quedará en ligera flexión, en torno a los 15 o 25º.
La mirada del paciente será hacia delante. El bastón y la extremidad que nece-
sita soporte avanzan simultáneamente.
Marcha con un bastón:
El bastón será colocado en el lado contrario a la pierna afectada. La marcha
se realizará paso por paso, primero avanzamos la muleta o el bastón, después
avanzamos la pierna afectada y de este modo la pierna en buen estado soporta
el peso del cuerpo y por último avanzamos la pierna sana.
2. Muletas o bastón doble: Nos colocaremos en el lado afecto del paciente, lige-
ramente por detrás. Los bastones se usarán de forma contralateral al miembro
afecto. La carga se repartirá entre la pierna y el bastón, evitando sobrecargar
tanto el miembro inferior sano como el dañado.
Marcha con dos muletas
Una vez puesto en pie con las dos muletas, para comenzar la marcha, adelan-
tamos las dos muletas posicionándonos de manera firme en el suelo, y descar-
gamos el peso en ellas para liberar la carga en las piernas. Después avanzamos
la pierna afectada, para que la pierna en buen estado soporte el peso y, por
último, avanzamos esta.

D) Sillas de ruedas
Permite el transporte del paciente en sedestación. Si el paciente tuviera que usar
esta ayuda de forma permanente se tendrá que adaptar a la utilización de la misma.

© Ediciones Rodio 49
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

E) Barandillas
Evitan que el paciente caiga de la cama, otorgándole seguridad y puede ser una
ayuda para incorporarse en la cama o hacer determinados cambios posturales.

F) Tabla de transferencias
Son útiles para mover al paciente de una camilla a una cama, de la cama a una silla
de ruedas o de una silla de ruedas a un automóvil.
Algunas de estas tablas llevan rodillos o funda de tela o de vinilo para reducir la
fricción al realizar la transferencia y prevenir pellizcos. Para este mismo fin, se reco-
mienda usar una sábana entre el paciente y la tabla.
Para realizar la transferencia de la cama a la silla de ruedas:
– Colocar la silla de ruedas próxima a la cama y en un ángulo de 30º.
– Bloquear los frenos de la silla y quitaremos los estribos y el reposabrazos del
lado más cercano al paciente.
– Ayudar al paciente a inclinarse y, cuidadosamente, deslizar un extremo de la
tabla de transferencia debajo del muslo que está más cerca de la silla de ruedas.
Mientras se hace esto, apuntar el extremo de la tabla hacia abajo en la cama,
para no pellizcar la piel del paciente.
– Coloca el otro extremo de la tabla horizontal sobre el asiento de la silla de
ruedas, apuntando hacia la esquina del asiento trasero más alejado de la cama.
– Realizar con el paciente varios movimientos rápidos y cortos sobre la tabla. Si
la misma está a la izquierda del paciente, hacerle inclinar la parte superior del
cuerpo ligeramente hacia la derecha antes de cada movimiento. El paciente
puede colocar sus manos sobre la cama y descansar un poco de su peso sobre
sus manos, para que sea más fácil moverse en el tablero.
– Asegurarse de que el paciente no se caiga mientras se mueve a través de la tabla
en varios movimientos pequeños, hasta que esté sentado en la silla de ruedas.
– Retirar la tabla y colocar de nuevo reposabrazos y estribos.

G) Silla para la bañera


Permite el lavado e higiene del paciente. La prevención de caídas es uno de los
aspectos más importantes para aquellas personas que experimentan inseguridad o
dificultad al utilizar una bañera. Diseñados para utilizarlos con la ayuda de otra per-
sona que con un mínimo de esfuerzo introducirá las piernas del usuario dentro de la
bañera. No requiere obras ni mantenimiento, y se puede retirar al instante para dejar
libre la bañera.

H) Agarraderas
Se colocan en paredes y puertas, evitan resbalones y caídas. Su principal función es
la sujeción del paciente en ellas, sirven para pacientes que tienen todavía cierto grado
de autonomía.

50 © Ediciones Rodio
Tema 21. Atención y cuidados del paciente en las necesidades de movilización

ANEXO

Huesos del cráneo

La cabeza está formada por huesos planos, que van a ser el frontal, el parie-
tal (hueso doble), y el occipital.

Huesos del cuerpo

Parietal Hueso Frontal


Tabique Nasal
Maxilar
Vértebras Mandíbula
Cervicales Cabeza del Húmero
Manubrio del Externón
Clavícula
Escápula Cuerpo del Externón
Húmero XII Vértebra Torácica
XII Vértebra Costilla
Costillas
Cresta Ilíaca
Radio Hueso Sacro
Ilíaco Coxis
Cúbito Cabeza del Fémur
Cuello del
Carpo
Fémur
Fémur
Rótula
Cóndilo
Cóndilo Lateral
Interno
Cóndilo Cabeza de Peroné
Externo
Tibia
Peroné Maleolo Interno
Maleolo Externo

II Cuneiforme

© Ediciones Rodio 51
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Músculos del cuerpo

Cuello
Occipital
Esternocleidomastoideo
Trapecio
Brazo Hombro Deltoide
Tríceps braquial Infraespinoso
Braquial Redondo mayor
Antebrazo Romboide mayor
Braquiorradial Dorsal ancho
Extensor cubital del carpo Cadera
Cubital Glúteo medio
posterior Glúteo mayor
Extensor
digitorum

Muslo
Aductor mayor
Pierna
Bíceps femoral
Gastrocnemio Semitendinoso
Semimembranoso
Sóleo
Peroneo lateral largo
Tendón de Aquiles

Facial Facial
Frontal
Temporal
Orbicularis oculi
Maseter
Cigomático
Hombro Platisma Orbicularis oris
Trapecio Esternohioideo
Deltoide Esternocleidomastoideo
Brazo Pectoral menor Tórax
Tríceps braquial Pectoral mayor Serrato anterior
Bíceps braquial
Braquial Intercostales
Antebrazo Recto mayor Abdomen
Pronador redondo Oblicuo externo
Braquioradial Oblicuo interno
Palmar mayor Transverso
Pelvis-muslo Palmar menor Muslo
Iliopsoas Tensor de la fascia lata
Pectíneo Sartorio
Aductor largo
Muslo Grácil
Recto femoral
Vasto lateral
Vasto medio
Pierna

Pierna
Peroneo largo Gastocnemio
Extensor largo de los dedos Sóleo
Tibial anterior

52 © Ediciones Rodio
Servicio Andaluz de Salud
(SAS)

22
Temario específico
Vol. 2

Tema
Reanimación Cardiopulmonar Básica,
Soporte Vital Básico.
Servicio Andaluz de Salud (SAS)

Concepto de urgencia y prioridad.


Carro de parada: reposición y
mantenimiento del material
Auxiliares de Enfermería

Carolina Elizabeth Córdova Cisneros


Licenciada en Medicina
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Índice esquemático
1. Generalidades

2. Definiciones
2.1. Concepto de paro respiratorio
2.2. Concepto de paro cardíaco
2.3. Concepto de paro cardiorrespiratorio (PCR)
2.4. Concepto de resucitación cardiopulmonar (RCP)
2.5. Soporte vital
2.6. La Cadena de Supervivencia
2.7. DEA (Desfibrilador Externo Automático)

3. Soporte vital básico en adultos

4. Soporte vital básico pediátrico

5. Obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño (OVACE) en adultos


5.1. Obstrucción leve de la vía aérea en pacientes conscientes
5.2. Obstrucción severa de la vía aérea en pacientes conscientes
5.3. Obstrucción de la vía aérea en pacientes inconscientes

6. Obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño (OVACE) en la edad pe-


diátrica

7. Recomendaciones 2010. Principales cambios de las guías para la resucitación

8. Concepto de urgencia y prioridad

9. Carro de parada: reposición y mantenimiento del material

54 © Ediciones Rodio
Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

1. GENERALIDADES
La causa más frecuente de paro cardiorrespiratorio (PCR) en el adulto es la car-
diopatía isquémica. En Europa, la principal causa de muerte súbita es de origen car-
diaco, lo cual sucede en la vía pública, en el trabajo, en el domicilio, es decir, fuera de
las instituciones sanitarias. Las posibilidades de sobrevivencia son mayores cuando
el evento ha sido presenciado y cuando los pasos de la Cadena de Supervivencia se
realizan de forma correcta. De ahí que el conocimiento de estos pasos y de la Reani-
mación Cardiopulmonar (RCP) y su adecuada ejecución aumentan las posibilidades
de supervivencia.
Antes de iniciar con la descripción de las distintas maniobras de reanimación,
debemos explicar ciertos conceptos.

2. DEFINICIONES
2.1. Concepto de paro respiratorio
Significa el cese de la respiración funcional de forma espontánea, lo cual provoca
la pérdida del nivel de conciencia de manera progresiva y, como consecuencia, la pa-
rada cardiorrespiratoria (PCR) en menos de 5 minutos.
Es una interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la
respiración y circulación espontánea.
Causas:
a) Obstrucción de la vía aérea.
b) Intoxicaciones.
c) Traumatismos torácicos y craneales.
d) Accidentes cerebrovasculares (ACV).

2.2. Concepto de paro cardíaco


Consiste en el cese de los latidos cardíacos que conduce a la pérdida del estado de
conciencia en cuestión de segundos y, en consecuencia, al paro respiratorio en menos
de 1 minuto.

2.3. Concepto de paro cardiorrespiratorio (PCR)


Es la interrupción de la circulación y la respiración de forma brusca, inesperada,
que es potencialmente reversible, provoca el cese del transporte de oxígeno a los órga-
nos vitales y, en consecuencia, la muerte biológica irreversible.

© Ediciones Rodio 55
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

2.4. Concepto de resucitación cardiopulmonar (RCP)


Es el conjunto de maniobras secuenciales, que tienen el objetivo de revertir el paro
cardiorrespiratorio. Específicamente nos referimos a dos maniobras fundamentales:
compresiones torácicas y respiraciones de rescate. Estas dos maniobras, aplicándolas
conjuntamente, pueden salvar la vida de personas. Las compresiones ayudan a que la
sangre continúe fluyendo a través del organismo, y a través de las respiraciones se lle-
va oxígeno a los pulmones. El cerebro y el corazón son los dos órganos principales que
sufren lesiones durante una parada, por lo que mediante la RCP se previene el daño a
estos órganos. Si la RCP se aplica correctamente, es más probable que la desfibrilación
sea efectiva, en caso de que el paciente requiera desfibrilación.

2.5. Soporte vital


El soporte vital se refiere al conjunto de maniobras que se realizan con la finalidad
de revertir una parada cardiorrespiratoria, lo que implica sustituir de forma artificial
la respiración y la circulación hasta lograr restaurar dichas funciones de forma espon-
tánea. Cuando la vida de una persona se encuentra en situación de riesgo inminente,
estas maniobras permiten seguir manteniendo las funciones vitales para evitar la pa-
rada cardiorrespiratoria. Además de ello, es importante conocer las formas en que se
da la alerta a los servicios de emergencia.
No obstante, la importancia que tienen las maniobras para sostener la respiración
y la circulación, también es de suma importancia conocer el contexto en el que se
desarrolla la parada cardiorrespiratoria. Esto significa que el conocimiento de las dis-
tintas etapas, realizadas de forma ordenada y consecutiva en un tiempo lo más breve
posible, influirá en la supervivencia. En otras palabras, la asistencia del paciente que
se encuentra en parada cardiorrespiratoria (PCR) comprende cuatro pasos o eslabo-
nes fundamentales, lo cual se conoce como la Cadena de Supervivencia.
En definitiva, el Soporte Vital es un concepto amplio, que integra, junto con
las maniobras de RCP, contenidos referidos a la prevención y difusión de los
conocimientos a la población.
El soporte vital puede ser básico o avanzado.

2.5.1. Soporte vital básico


El soporte vital básico puede ser realizado por cualquier persona que tenga los co-
nocimientos mínimos necesarios sobre el tema. No es necesario que sea un sanitario.
Tampoco involucra el uso de medicamentos. Para que estas maniobras sean efectivas,
deben aplicarse antes de los primeros 4 minutos de haber sucedido la parada cardio-
rrespiratoria. Con ello, se intenta mantener las funciones vitales a la espera de que
acuda el personal sanitario especializado.

2.5.2. Soporte vital avanzado


Comprende las maniobras de reanimación, así como aquellas medidas para pre-
venir la aparición del paro cardiorrespiratorio. Aquí interviene un equipo sanitario

56 © Ediciones Rodio
Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

especializado. Para la aplicación del soporte vital avanzado se necesitan la realización


previa del soporte vital básico, independientemente de que la proporcione equipo
médico especializado o no.

2.6. La Cadena de Supervivencia


Son los pasos que deben seguirse, en un orden establecido, a la mayor brevedad
posible:
1. Reconocimiento precoz de los síntomas de gravedad del paciente y activación
de los Sistemas de Emergencia Médicos.
2. Inicio precoz de maniobras de reanimación.
3. Desfibrilación precoz.
4. Cuidados postreanimación.
1. Reconocimiento precoz de los síntomas de gravedad del paciente y acceso a los
sistemas de emergencia
Este paso consiste en detectar los síntomas de una posible parada cardiorrespirato-
ria, como pueden ser: dolor muy intenso en el centro del pecho, que no desaparece con
el reposo, que se irradia hacia el brazo, el cuello o la mandíbula, que se puede acompa-
ñar de mareos, sudoración, palpitaciones. Si se piensa que la persona se encuentra en
parada cardiaca, hay que llamar urgentemente al 112. Otras circunstancias serían he-
morragia, un accidente, ahogamiento, atragantamiento, pérdida del conocimiento, etc.
2. Inicio precoz de maniobras de reanimación (soporte vital básico)
Son las maniobras que realizará un testigo presencial, si posee los conocimientos para
hacerlo. En caso de una parada cardiaca, hay que realizar de inmediato compresiones
torácicas y las respiraciones de rescate, en tanto llega el equipo del soporte vital avanzado.
3. Desfibrilación precoz
El desfibrilador es imprescindible para revertir algunos tipos de PCR, como la
fibrilación ventricular. De hecho, es el único tratamiento efectivo en caso de determi-
nadas arritmias. El uso de los DEA (desfibrilador externo automático) permite reali-
zar la desfibrilación por personas inexpertas. El DEA es un aparato a través del cual
se realiza la desfibrilación , que consiste en el paso de corriente eléctrica determinada
a través del miocardio, cuyo objetivo es restablecer la actividad eléctrica de forma
coordinada. Hoy en día hay desfibriladores automáticos y semiautomáticos, fáciles de
usar. Debido a estas características se encuentran disponibles en los aeropuertos, en
los centros comerciales, instalaciones deportivas, etc.
Importante: cuando se tenga que utilizar el desfibrilador, hay que tener en cuenta que
por cada minuto de retraso, la posibilidad de éxito de la desfibrilación se reduce en un 10%.
4. Cuidados postreanimación para restaurar la calidad de vida
Aquí podemos tener dos escenarios:
a) Personas inexpertas o expertas que han realizado la RCP con éxito (y no cuen-
ten con ningún equipo). En este caso, el cuidado postreanimación se centraría
en la colocación del paciente inconsciente en la posición de recuperación.

© Ediciones Rodio 57
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

b) Si, por el contrario, después de una RCP exitosa acuden los profesionales sa-
nitarios especializados, los cuidados postreanimación consistirán en la apli-
cación de técnicas avanzadas para mejorar la recuperación de los pacientes
(soporte vital avanzado). Para que sea efectivo debería iniciarse antes de los
primeros 8 minutos de iniciada la parada cardiorrespiratoria.

Cadena de supervivencia

El soporte vital básico y el avanzado pueden ser para adultos y Pediátrico.


Hay que tener en cuenta en la Cadena de Supervivencia que el primer eslabón
varía cuando se trata de niños, ya que se hace énfasis en la prevención de accidentes
en niños y lactantes. Esto significa que no debe dejarse al alcance de los niños objetos
con los cuales pueda atragantarse, o sustancias tóxicas que puedan ser ingeridas por
ellos, o no dejarlos solos cerca de las piscinas, etc. Es de suma importancia tener en
consideración las edades, ya que las causas que desencadenan PCR son diferentes, en
los adultos son principalmente de origen cardíaco, en los niños se relaciona con las
vías respiratorias.

2.7. DEA (Desfibrilador Externo Automático)


2.7.1. Generalidades
El DEA es un aparato que analiza el ritmo cardíaco de las víctimas y luego realiza
una descarga sincronizada y de una magnitud suficiente para restaurar la actividad
eléctrica cardíaca, si la requiere. Cuando el DEA analiza el ritmo cardíaco, nadie debe
tocar a la víctima.
No todos los ritmos son desfibrilables. Esto significa que la descarga eléctrica, que
emite el DEA, no es para todos los ritmos cardíacos, sino solo para la fibrilación ven-
tricular (FV) y la taquicardia ventricular sin pulso (TVSP). Si una víctima requiere de
desfibrilación, por cada minuto que pasa entre la parada y la desfibrilación, la mortali-

58 © Ediciones Rodio
Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

dad aumenta alrededor del 10%. Pero si se inician las maniobras de RCP, este porcen-
taje disminuye. Por ello, la sobrevivencia de la víctima puede duplicarse o triplicarse
cuando se realizar una RCP precoz.
El objetivo de la desfribilación es que la actividad eléctrica cardiaca se restaure y,
por consiguiente, la circulación espontánea.
Debido a que las paradas cardiorrespiratorias suceden fuera del ámbito hospitala-
rio, se han colocado DEAs en distintos lugares donde, por estadística, suelen ocurrir,
tal es el caso de los aeropuertos, centros comerciales, etc. Estos aparatos son fáciles de
usar, las instrucciones, dadas por mensajes de voz, son muy claras y sencillas.
También se cuenta con el DESA, que es un desfibrilador externo semiautomático.

DEA 1, 2 y 3

2.7.2. El DEA en los niños


Se ha comentado que el origen de la parada cardiorrespiratoria en los niños es
por lo general en las vías respiratorias por hipoxia, intoxicaciones, hipotermia, etc. ,
siendo el porcentaje de origen cardíaco menor.

© Ediciones Rodio 59
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

En los niños de 8 años en adelante, se puede usar el DEA estándar, pero en los
niños de 1 a 8 años se deben utilizar parches pediátricos o un modo pediátrico. No
obstante, si no se cuenta con ellos, usar el DEA del que se disponga. Si el fabricante del
DEA ha puesto en la etiqueta que puede ser utilizado en niños menores, podrá usarse
como lo indiquen las instrucciones.

2.7.3. Observaciones del DEA


– Si la víctima está mojada (por sudor, agua de mar, etc.), debe secarla antes de
colocarle los parches del DEA.
– Si la víctima tiene piercings o joyas, que no puede quitar, los parches deben
colocarse apartados de ellos. Nunca colocar los parches sobre joyas o piercings.
– Si la víctima tiene un marcapasos, colocar el parche por debajo del marcapasos
o a un lado. Por lo general, los marcapasos se pueden visualizar a través de la
piel por debajo de la clavícula.
– Si el vello resulta un problema para el análisis del DEA, recorte de forma ur-
gente. Por lo general, el vello no es un problema.
– En caso de que la víctima tenga parches sobre el tórax (de medicamentos) o
vendajes u otro tipo de material que tenga en el tórax, debe ser retirado.

2.7.4. Medidas de seguridad


1. Seguridad para el reanimador
NUNCA debe tocar a la víctima cuando:
– El DEA esté analizando el ritmo cardíaco: porque puede interferir en el reco-
nocimiento del ritmo de la víctima.
– Durante la carga.
– Durante la descarga.

2. Seguridad para el resto de personas


NADIE DEBE TOCAR A LA VÍCTIMA cuando:
– El DEA esté analizando el ritmo cardíaco.
– Durante la carga.
– Durante la descarga.
– Gritar “Todos fuera”, y verificarlo visualmente.

2.7.5. Equipo DEA


Dentro del DEA debe haber siempre:
– Toalla pequeña/ pañuelos de papel.

60 © Ediciones Rodio
Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

– Guantes.
– Maquinilla de afeitar.
– Mascarilla facial.

2.8. Posición lateral de seguridad (o posición de


recuperación)
Se refiere a la posición en que debe colocarse a una persona, dependiendo de su
estado de conciencia. Esta posición permite:
– Mantener libre la vía aérea en aquellos pacientes que se encuentran con pérdi-
da del estado de alerta.
– Evita que la lengua bloquee la vía aérea.
– Evita la broncoaspiración, al drenar hacia fuera los líquidos de la boca.
Conducta por seguir:
– Si la víctima está CONSCIENTE: hay que dejarla en la posición en que se en-
contró. Intentar averiguar qué ha sucedido y reevaluarla con regularidad.
– Si está INCONSCIENTE y respira con normalidad: colocarla en posición late-
ral de seguridad.
Técnica:
– Si la víctima tiene gafas, retirárselas.
– Colóquese al lado de la víctima, arrodillada, y coloque, las dos piernas de la
víctima, rectas.
– Coloque en ángulo recto el brazo que se encuentre más cerca suyo, flexione el
codo. La palma debe quedar hacia arriba.
– Colocar la palma de la otra mano de la víctima, la que está más alejada de
usted, sobre la mejilla homolateral (si es la mano derecha, sobre la mejilla iz-
quierda y viceversa). Para ello deberá cruzar el brazo más alejado sobre el pe-
cho de la víctima.
– Mientras sostiene, con su mano, la mano de la víctima sobre la mejilla, con la
otra mano tome la pierna más alejada por la rodilla y tire la pierna hacia arriba,
flexionándola, de tal manera que el pie permanezca sobre el suelo.
– En esta posición (mano sobre la mejilla y la otra mano sobre la rodilla en fle-
xión), gire a la víctima hacia usted.
– La pierna de arriba debe quedar flexionada, haciendo ángulo recto con la ca-
dera y con la rodilla.

© Ediciones Rodio 61
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– La cabeza debe inclinarse hacia atrás para mantener la vía aérea libre. Incluso,
puede colocar la mano de la víctima por debajo de la mejilla.
– Vigile la respiración de forma regular.
La posición correcta en que debemos colocar a un paciente inconsciente que
necesite cuidados de reanimación cardiopulmonar es en decúbito supino con la
cabeza en hiperextensión.

Posición lateral de seguridad en adultos

3. SOPORTE VITAL BÁSICO EN ADULTOS


Hay diferencias entre pacientes adultos y pediátricos. En los primeros, el origen de
la parada cardiorrespiratoria es, por lo general, cardíaco; en los segundos, alteraciones
en las vías respiratorias.
Una RCP precoz puede duplicar o triplicar las posibilidades de supervivencia
del paciente, y aumentan si la desfibrilación se realiza en los primeros 3-5 minutos
después de la parada.

62 © Ediciones Rodio
Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

Resucitación cardiopulmonar (RCP)


En la RCP hay dos acciones primordiales:
a) COMPRESIONES TORÁCICAS y
b) RESPIRACIONES DE RESCATE

Algoritmo

1. Acercarse a la víctima con precaución, de forma segura


Esto significa que debe verificar que no exista peligro para usted, peligro para la
víctima o para cualquier otro testigo. Hay distintas circunstancias que deben conside-
rarse: si es un accidente automovilístico, el tránsito debe estar controlado antes de que
usted pueda acercarse a media carretera, donde los coches avanzan a gran velocidad.
Otros ejemplos serían un incendio, un escape de gas, etc.

2. Comprobar el estado de conciencia de la víctima


Preguntarle a la víctima si se encuentra bien.
a) Si no responde, moverla ligeramente de los hombros, dado que no sabemos si
puede tener lesión cervical, y preguntarle si está bien.
b) Si respondió, solo hablándole o al moverla, hemos corroborado que está cons-
ciente.

VeriĮcar estado de conciencia

SI ESTÁ CONSCIENTE
En este caso:
– Dejamos a la persona como está, sin moverla. Si hubiese algún peligro para la
víctima, tendríamos que alejarla del lugar.
– Investigar qué le ha pasado, y si fuera necesario pedir ayuda.
– Estar reevaluando a la víctima de manera frecuente.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

SI ESTÁ INCONSCIENTE…

3. Gritar pidiendo ayuda


Si la víctima no responde al hablarle ni al moverla, corroboramos que está IN-
CONSCIENTE. Qué hay que hacer?
– Gritar pidiendo ayuda.
– Si hay alguien o llega alguien, pídale que se quede con usted porque podría
necesitarlo.
– Si no llega nadie en su ayuda, entonces grite con fuerza para intentar llamar la
atención, sin separarse de la víctima.
4. Abrir la vía aérea
Abra la vía aérea. Para hacerlo:
– El paciente debe estar poca arriba, luego coloque una mano sobre la frente de
la víctima e incline la cabeza hacia atrás con suavidad.
– Después levante el mentón. Coloque dos dedos de su otra mano por debajo del
mentón y levántelo.
Con este procedimiento impedimos que la lengua obstaculice la parte posterior
de la garganta. Cuando las personas están inconscientes, la lengua puede bloquear la
vía aérea.

Maniobra frente-mentón adulto

5. Comprobar la respiración
Mientras mantiene abierta la vía aérea, debe VER, OIR y SENTIR en no más de
10 segundos.

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Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

– VER: si hay algún movimiento en el pecho.


– OÍR: escuchar la presencia de ruidos respiratorios.
– SENTIR: si siente la respiración de la víctima en su mejilla, al acercarse, no
hay que confundir una respiración anormal (irregular, o superficial y ruidosa,
o agónica) con la respiración normal. Y si, transcurridos los 10 segundos, no
sabe si respira o no, entonces PROCEDER COMO SI NO RESPIRARA.

Mirar oir y escuchar si respira

6. Llamar al 112
a) Si respira:
▷ Llamar al 112.
▷ Colocar al paciente en posición lateral de seguridad o de recuperación, de
preferencia sobre el lado izquierdo, sin presionar el tórax, y que la vía aérea
esté accesible para poder estar revalorando la respiración. Siempre hay que
tener en consideración que puede haber lesión de la columna.
▷ Vigilar la respiración de la víctima.
b) Si no respira y está solo:
▷ Llamar al 112 y pedir una ambulancia. Si es necesario, tendrá que dejar a la
víctima para llamar.
▷ Busque un DEA (desfibrilador externo automático).
▷ Si hay DEA, aplíquelo.
▷ Si no hay DEA, comience con la RCP.
Si no está solo, hay alguien con usted:
▷ Pídale a la otra persona que llame al 112 (dé su nombre, el lugar donde está,
y decir que la víctima está en parada cardíaca).
▷ Luego dígale que consiga de inmediato un DEA.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Mientras tanto, usted inicie con maniobras de RCP.


SI NO HAY UN DEA, INICIAR LA RCP.
Comenzar con las compresiones torácicas.
COMPRESIONES TORÁCICAS
– Colocar al paciente boca arriba, y si es posible, colocarlo sobre una superficie
dura.
– Comprimir el esternón hacia la columna vertebral.
– Realizar 100 compresiones en un minuto, no más de 120 en un minuto.
Técnica:
– El talón de la mano debe colocarse en el centro del pecho.
– El talón de la segunda mano sobre el de la primera, con los dedos entrelazados.
– Los hombros deben estar sobre el pecho y los codos rectos.
– Comprimir el esternón 5-6 centímetros, y luego se libera la presión sin perder
el contacto con el cuerpo del paciente.
– Hay que realizar 30 compresiones torácicas, que puede contar en voz alta.
Observaciones:. cuidar de no ejercer presión sobre las costillas, sobre la parte su-
perior del abdomen, ni sobre la parte inferior del esternón. Si hay otro reanimador,
deben relevarse cada determinado tiempo para evitar el agotamiento.
RESPIRACIONES DE RESCATE
Después de las 30 compresiones, dar 2 respiraciones de rescate.
Técnica:
– Con la maniobra frente-mentón, utilice los dedos de la mano que están en la
cabeza para pinzar la nariz. Con la mano que tiene el mentón elevado deje que
se abra la boca.
– Tome aire y coloque sus labios alrededor de la boca de la víctima y exhale
durante 1 segundo a un ritmo constante. Si es posible, observar si el pecho de
la víctima se eleva al insuflar el aire. Con cada respiración, se podría elevar el
pecho de la víctima, como si fuese una respiración normal.
– Manteniendo la maniobra frente-mentón, retire su boca de los labios de la víc-
tima y deje salir el aire que ha insuflado al mismo tiempo que vuelve a tomar
aire para la segunda inflación. Cuando retira su boca de los labios de la víctima,
puede observarse que el pecho de la víctima desciende.
– Repita el procedimiento.
OBSERVACIONES
– Con cada respiración de rescate, el pecho de la víctima debería elevarse, si no
lo hace, hay que revisar la boca del paciente en busca obstrucciones visibles,

66 © Ediciones Rodio
Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

y luego hay que verificar que la maniobra frente-mentón la esté realizando de


manera correcta.
– Si no se puede realizar la respiración boca a boca, debido a problemas con la
boca de la víctima, las respiraciones serán boca-nariz.
– Si la víctima tiene una traqueotomía, serán boca-traqueotomía.
– Si no se desea o no se puede realizar la respiración boca-boca, por distintas
razones, se realizarán únicamente las compresiones torácicas.
– Existen válvulas unidireccionales que impiden la transmisión oral de microor-
ganismos. Es preciso que los reanimadores tomen medidas de seguridad.

Compresiones torácicas en adultos

Cuándo detener la RCP:


– Hasta que llegue ayuda.
– Si la víctima comienza a respirar normalmente.
– Si el reanimador está agotado.
En caso de que no quiera o no pueda realizar las respiraciones de rescate, haga solo
las compresiones torácicas. Como no habrá respiraciones, las compresiones deberán
ser continuas a un ritmo de 100 por minuto, no más de 120 por minuto.
INFECCIONES
– Existe cierto temor a sufrir contagio de enfermedad durante la RCP, no obstan-
te, por estadística, no se ha reportado ningún caso de contagio de VIH ni de
hepatitis B durante la realización de estas maniobras.
– Si la piel del reanimador no está intacta, entonces sí aumenta el riesgo de trans-
misión de enfermedades. Por tanto, evitar tener contacto con los fluidos cor-
porales como sangre, sudor, esputo, lágrimas, vómito.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

ALGORITMO SOPORTE VITAL BÁSICO EN ADULTOS

¿NO RESPONDE?

Grite pidiendo ayuda

Abra la vía aérea

¿NO RESPIRA NORMALMENTE

Llame al 112

30 compresiones torácicas

2 ventilaciones de rescate

30 compresiones

SI HAY DEA
1. Póngalo en funcionamiento.
– Cuando abre el aparato, puede activarse de inmediato. Si no se activa de inme-
diato, es que hay que oprimir el botón ON.
– Enseguida quítele la ropa del pecho a la víctima
2. Tome los parches.
– Dentro de los envoltorios se encuentran los parches, sáquelos.

68 © Ediciones Rodio
Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

– La forma en que se debe colocar los parches sobre el pecho de la víctima viene
descrito en los envoltorios o en los mismos parches.
3. Colocar el primer parche.
Este parche debe ir por debajo de la axila izquierda.
4. Colocar el segundo parche.
El segundo parche debe colocarse por debajo de la clavícula derecha a un lado del
esternón (paraesternal).
5. No tocar a la víctima.
Una vez que se han colocado los parches, nadie debe tocar a la víctima mientras
que el DEA realiza el análisis del ritmo cardíaco.
6. Seguir las instrucciones del DEA.
Cuando el análisis ha finalizado, el DEA puede dar dos instrucciones:
a) ADMINISTRAR LA DESCARGA:
▷ Indique que NADIE toque a la víctima y verifíquelo luego.
▷ Apretar el botón de descarga.
b) COMENZAR LA RCP.
▷ Si el DEA lo indica, debe iniciar con la RCP inmediatamente comenzando
por las compresiones torácicas, y luego con las respiraciones de rescate.
Si la víctima se despierta, se moviera, abriera los ojos o comenzara a respirar con
normalidad, DETENGA LA RCP. No retire aún los parches. Déjelos. Si la víctima res-
pira con normalidad, pero sigue inconsciente, colóquelo en posición de recuperación,
y vigile la respiración.

4. SOPORTE VITAL BÁSICO PEDIÁTRICO


INDICACIONES: Este algoritmo se aplica además de a los niños a:
– Ahogados.
– PCR por asfixia.
– Intoxicados.
Se considera edad pediátrica en términos generales hasta los 15 años. Esta con-
sideración obedece a que las causas de parada cardiorrespiratoria en niños y adultos
son diferentes, y porque también existen diferencias tanto anatómicas como fisiológi-
cas respecto al adulto.
El hecho de que en los niños el origen de la PCR sea con más frecuencia de ori-
gen respiratorio, lo hace ser potencialmente más reversible en los niños que en los
adultos. Por tanto, y a diferencia de los adultos en quienes primero buscamos ayuda
y luego iniciamos con la reanimación, en los niños comenzaremos primero con las
maniobras de reanimación durante al menos 1 minuto antes de solicitar ayuda. Aquí
se hace hincapié en las ventilaciones a diferencia de los adultos que se hace énfasis en
las compresiones.

© Ediciones Rodio 69
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Las recomendaciones de soporte vital básico pediátrico distingue dos tipos de


edad:
– Lactante, menor de un año.
– Niño: cuya edad se encuentra entre 1 año y el inicio de la pubertad.
Pasos:
1. Verificar la seguridad del niño y del rescatador.
2. Determinar el estado de consciencia:
▷ Con cuidado, estimule al niño hablándole o sacudiéndolo levemente.
▷ Si hay sospecha de que puede tener una lesión cervical, no sacudirlo.
Puede haber dos situaciones: que responda o que no responda.
a) Responde, habla o se mueve, es decir, está consciente.
▷ Dejarlo, entonces, en la posición que se encuentra, si no existe peligro para
él.
▷ Comprobar su estado y pedir ayuda, si es que lo considera necesario.
▷ Valorarlo con frecuencia.
b) No responde, porque está inconsciente.
▷ Gritar pidiendo ayuda SIN dejar al niño, ya que hay que iniciar las manio-
bras cuanto antes.
▷ Comprobar la respiración.
3. Comprobar la respiración, porque está inconsciente en no más de 10 segundos:
a) Respira.
q Colocar al niño en posición de recuperación, que es la misma que para el
adulto. Podemos usar una almohada. Recordar que su boca debe quedar
inclinada hacia abajo. La vía aérea debe quedar visible para su control.
q Vigilar la respiración con frecuencia.

Posición lateral de seguridad en el niño

70 © Ediciones Rodio
Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

b) No respira o tiene una respiración agónica (bocanadas).


▷ Dar cinco ventilaciones de rescate iniciales.
▷ Un minuto de maniobras con secuencia 30/2 antes de abandonar a la vícti-
ma en busca de ayuda, si es que solo hay un reanimador.
▷ Continuar con la reanimación hasta que llegue ayuda cualificada, o que se
esté agotado, o que el niño muestre señales de vida.
Si el espacio es muy reducido y no se pueden dar las compresiones del lado lateral
del paciente, se pueden realizar por encima de la cabeza de la víctima. El masaje se
realizará sobre la mitad inferior del esternón intentando que las compresiones se rea-
licen con la máxima verticalidad.
– Si se dispone de un DEA o un DESA colocar los parches (si está mojado secar
antes de colocarlos), mientras continuar con RCP, no suspender.
– Una vez que esté listo, no tocar al paciente y seguir las mismas instrucciones
dadas antes para el uso del DEA.
Técnica RCP pediátrico:
1. Dar cinco ventilaciones de rescate iniciales, haciendo antes un barrido previo, a
ciegas, de la cavidad oral.
– En los lactantes boca/boca-nariz, y si no es posible boca/nariz del lactante ce-
rrando su boca.
– En los niños: boca a boca, cerrando la nariz con los dedos.
– Se sopla uniformemente dentro de la boca o boca nariz durante 1 seg o 1 ½
segundos observando cómo se eleva el diafragma.
Posición de la vía aérea para realizar las ventilaciones de rescate:
– Lactantes: con la posición neutra ya se tiene una apertura adecuada de la vía
aérea, por lo que solo hay que elevar el mentón. Se colocan los dedos debajo de
la barbilla y se eleva, sin presionar de manera excesiva los tejidos blandos que
podrían bloquear la vía aérea.
– Niños: utilizar la maniobra frente-mentón, como en los adultos.
Observación: si en lactantes como en niños se sospecha lesión cervical (por trau-
matismo, por ejemplo), solamente elevaremos la mandíbula para realizar las ventila-
ciones.
2. Iniciar compresiones torácicas deprimiendo el esternón 1/3 de éste a un ritmo
de 100 latidos por minuto, combinando con respiraciones de rescate a una relación
30:2.
– Lactantes: a nivel de apófisis xifoides y comprimir el esternón por encima de
ese punto.
– Niños: colocar el talón de la mano sobre el tercio inferior del esternón y com-
primir levantando los dedos en posición vertical sobre el tórax con el brazo
recto.
– Niños mayores: se colocan ambas manos y se entrelazan.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Compresiones toracicas niño lactante

VenƟlaciones de rescate lactante

5. OBSTRUCCIÓN DE LA VIA AÉREA POR CUERPO EXTRAÑO


(OVACE) EN ADULTOS
La causa de obstrucción más común es debida a alimentos, como la carne, el pollo
y el pescado, principalmente el pollo. En los niños, por su parte, se debe a monedas o
a juguetes y también debido a golosinas. Como las obstrucciones son más frecuentes
con los alimentos, por lo general hay personas que pueden presenciar el evento. La
víctima que come experimenta ahogo, puede tomarse del cuello y luego presentar pér-
dida del estado de conciencia. De ahí la importancia de no confundir la obstrucción
con un síncope, o un problema cardíaco que pueden provocar dificultad respiratoria
y, por consiguiente, cianosis.
La obstrucción puede ser leve o grave.

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Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

Obstrucción en paciente consciente

Manifestación Preguntar ¿te estás atragantando? Otros signos

Obstrucción leve Sí No puede hablar, toser y respirar

No puede respirar, hay aumento trabajo


Obstrucción grave No puede hablar
respiratorio inconsciencia

5.1. Obstrucción leve de la vía aérea en pacientes


conscientes
Un paciente que tiene una obstrucción leve de la vía aérea es capaz de emitir soni-
dos claros, puede toser o incluso hablar, y está consciente.
En este caso, hay que animar al paciente a toser y no realizar ningún otro tipo de
maniobra, se mantiene en observación el estado general de paciente, vigilando que no
se deteriore. El mecanismo de la tos produce una presión positiva en la vía aérea, por
lo que es la maniobra más efectiva para que la víctima expulse el cuerpo extraño que
está ocluyendo la vía aérea.
Hay dos resultados:
– se resuelve favorablemente, o
– no se resuelva favorablemente, es decir, que la tos no ha sido efectiva y el pa-
ciente persiste con la obstrucción, y su estado general puede deteriorarse. Sien-
do así, se maneja como obstrucción grave.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

5.2. Obstrucción severa de la vía aérea en pacientes


conscientes
En este caso, el paciente está consciente, tiene cianosis, no puede emitir sonidos
claros, y tiene importante dificultad para respirar, y se puede observar un enorme
esfuerzo o trabajo respiratorio (tiraje suplaclavicular, intercostal). Aquí la tos no es
eficaz. En esta obstrucción severa, el paso que sigue es la inconsciencia y un paro
cardiorrespiratorio.

Pasos
– Identificar que el paciente consciente no puede respirar bien, no puede hablar,
no puede emitir sonidos claros.
– Inclinar hacia delante el tronco del paciente, mientras se apoya el pecho sobre
su antebrazo y con la mano se le sujeta la mandíbula. Enseguida dar 5 golpes
enérgicos con la palma de la mano sobre la espalda, en la zona interescapular.
Hacer 5 intentos.
– Si después de 5 intentos no se ha logrado liberar la vía aérea, hay que co-
locarse por detrás del paciente, y abrazarlo por debajo de sus brazos. Una
mano se cierra en puño colocando el dedo pulgar por dentro de la mano.
Esta mano se coloca entre el ombligo y la última porción del esternón
(apéndice xifoides). Con la otra mano sujete la muñeca y comprima con
fuerza hacia arriba 5 veces. (Maniobra de Heimlich).
– Si persiste la obstrucción, alternar los cinco golpes en la espalda con las cinco
compresiones abdominales, hasta que el paciente pueda expulsar el cuerpo ex-
traño o hasta que el paciente quede inconsciente. En caso de que no se resuelva
la obstrucción y el paciente pierda el conocimiento, realizar RCP 30:2.

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Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

5.3. Obstrucción de la vía aérea en pacientes inconscientes


– Avisar al 112.
– Colocar a la víctima en el suelo (con cuidado), de preferencia sobre una super-
ficie lisa y dura.
– Iniciar las maniobras RCP 30:2.
Observaciones
– Al iniciar RCP, cuando se abra la boca hay que corroborar la existencia de al-
gún cuerpo extraño.
– Se recomienda que para el retiro de cuerpos extraños en la boca estos deben ser
visibles, se ha de intentar evitar introducir los dedos en la cavidad oral a ciegas.
– Cuando el tratamiento de una OVACE ha tenido éxito, es posible que todavía
haya cuerpos extraños en el tracto respiratorio del paciente. Por otro lado, las
compresiones abdominales pueden provocar daños graves, por lo que en am-
bas circunstancias los pacientes deben ser valorados por un médico.

Valore la gravedad

Obstrucción grave de la vía aérea Obstrucción leve de la vía aérea


(tos inefectiva) (tos efectiva)

Inconsciente Consciente Anime a seguir tosiendo


Inice RCP 5 golpes Continúe valorando que no se deteriore
interescapulares hacia tos inefectiva o hasta que se
5 compresiones resuelva la obstrucción
abdominales

6. OBSTRUCCIÓN DE LA VÍA AÉREA POR CUERPO EXTRAÑO


(OVACE) EN LA EDAD PEDIÁTRICA
El niño o el lactante puede estar consciente o inconsciente.
a) Consciente
1. Si puede toser en forma efectiva, animarlo a que lo haga, y vigilar su estado
general para ver que no se deteriore.
2. Si el niño no puede toser o la tos no es efectiva: pedir ayuda.

© Ediciones Rodio 75
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

3. Dar 5 golpes en la espalda a los lactantes con el talón de la mano entre


los omóplatos (postura del lactante consciente: colocar al lactante con la
cabeza hacia abajo en posición prona sobre el antebrazo o sobre el rega-
zo del reanimador. Sujetar la cabeza por la barbilla y mantener la boca
abierta).
En los niños, cuando por su tamaño no se les pueda colocar en la posición
del lactante, inclinarlos hacia delante, como los adultos, y colocar el talón
de la mano entre los omóplatos.
4. Si los golpes no son suficientes, dar 5 compresiones torácicas en los lactan-
tes, y en los niños 5 compresiones abdominales (maniobra de heimlich).
Postura del lactante: colocarlo sobre el antebrazo o regazo del reanimador
de forma supina y con la cabeza hacia abajo identificar el punto de compre-
sión torácica y luego comprimir como si fuese una reanimación cardiopul-
monar a una menor frecuencia.
5. Continuar mientras el objeto no sea expulsado y mientras la víctima siga
consciente.
6. Si el objeto ha sido expulsado exitosamente verificar que no queden restos
en el tracto respiratorio. Si hay dudas, debe ser valorado por un médico.
Asimismo la valoración médica procede, dado que las compresiones abdo-
minales pueden producir lesiones internas.

b) Inconsciente
▷ Iniciar maniobras de RCP, y eliminar la obstrucción de la vía aérea que sea
evidente, y evitar hacer barridos con los dedos a ciegas antes de realizar las
ventilaciones.
▷ Hacer reanimación durante 1 minuto antes de salir a buscar ayuda.

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Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

Evaluar la gravedad
Tos inefectiva Tos efectiva
Incosciente Consciente Animar a seguir
Abrir la vía aérea 5 golpes en la espalda tosiendo, comprobar
5 ventilaciones 5 compresiones (en el pecho en lactantes) continuamente que no
Iniciar RCP (abdominales en niños mayores de 1 año) se deteriora hacia tos
inefectiva o hasta resol-
ver la obstrucción

7. RECOMENDACIONES 2010. PRINCIPALES CAMBIOS DE


LAS GUÍAS PARA LA RESUCITACIÓN
Las actuales recomendaciones son el resultado de un proceso que el Comité Inter-
nacional de Coordinación sobre Resucitación (ILCOR) comenzó en el año 2006, en el
que trabajaron un total de 281 expertos de todo el mundo.
Después de conseguir el consenso de todos los grupos de trabajo, el Consejo Euro-
peo de Resucitación (ERC) emitió, en octubre del año 2010, las recomendaciones que
han de servir para todos los países europeos. Dichas recomendaciones están basadas en
el documento de consenso del ILCOR, pero teniendo en cuenta también las diferencias
geográficas, económicas y médicas que presenta Europa respeto al resto del mundo.
Estas últimas recomendaciones pretenden conseguir dos objetivos:
– Simplificar los protocolos y diferenciar lo mínimo posible el protocolo de adul-
tos del de niños, para así mejorar la enseñanza y facilitar la retención en la
memoria.

© Ediciones Rodio 77
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Aumentar la efectividad de los protocolos haciendo algunas modificaciones


en estos.
No obstante, las directrices que se describen en este manual no son la única forma
en que se debe actuar, simplemente representan una recomendación ampliamente
aceptada de cómo llevarse a cabo una reanimación de forma segura y efectiva. La
publicación, en un futuro, de nuevas recomendaciones no implica que éstas no sean
seguras o efectivas.

Resumen
– Los operadores de los teléfonos de emergencias deben ser entrenados para in-
terrogar a las personas que llaman. Esta información debería centrarse en el
reconocimiento de la ausencia de respuesta y la calidad de la respiración. Se
enfatiza la importancia de las boqueadas o “gasping” como signo de parada
cardíaca.
– Todos los reanimadores, entrenados o no, deberían proporcionar compre-
siones torácicas a las víctimas de parada cardíaca. Hacer especial énfasis en
aplicar compresiones torácicas hasta una profundidad de, al menos, 5 cm y
a una frecuencia de, al menos, 100 compresiones/min, permitir el retroceso
completo del tórax, y reducir al máximo las interrupciones de las compresio-
nes torácicas. Los reanimadores entrenados deberían también proporcionar
ventilaciones con una relación compresiones-ventilaciones (CV) de 30:2. Para
los reanimadores no entrenados, se fomenta la RCP con sólo compresiones-to-
rácicas guiadas por teléfono.
– Los dispositivos con mensajes interactivos durante la RCP permitirán a los
reanimadores una retroalimentación inmediata, y se anima a su utilización.
– Se destaca la importancia de la realización temprana de compresiones torácicas
sin interrupciones. Mucho mayor énfasis en minimizar la duración de las pau-
sas antes y después de los descargas; se recomienda continuar las compresiones
torácicas durante la carga del desfibrilador.
– Se destaca también la reanudación inmediata de las compresiones torácicas
tras la desfibrilación; junto con la continuación de las compresiones durante la
carga del desfibrilador, la descarga de la desfibrilación se debería conseguir con
una interrupción de las compresiones de no más de 5 segundos.
– La seguridad del reanimador sigue siendo fundamental. Se reconoce que el
riesgo de daño de un desfibrilador es muy pequeño, sobre todo si el reanima-
dor utiliza guantes. La atención se centra ahora en una rápida comprobación
de seguridad para minimizar la pausa pre-descarga.
– Cuando se trata de una parada cardiaca fuera del hospital, el personal de los
servicios de emergencias médicas (SEM) debería proporcionar RCP de cali-
dad, mientras se dispone de un desfibrilador, se coloca y se carga, pero ya no
se recomienda la realización de forma rutinaria de un período previo de RCP
(por ejemplo, dos o tres minutos) antes del análisis del ritmo cardiaco y la des-
carga. Para algunos SEM que ya han implementado completamente un perío-

78 © Ediciones Rodio
Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

do pre-determinado de compresiones torácicas antes de la desfibrilación a sus


pautas de actuación, dada la falta de datos convincentes que apoyen o rechacen
esta estrategia, es razonable que continúen con esta práctica.
– Se estimula un mayor desarrollo de los programas de DEA – es necesario un
mayor despliegue de los DEAs tanto en áreas públicas como residenciales.
– En el supuesto de que le ocurra un accidente laboral, el Auxiliar de enferme-
ría debe acudir, para recibir la asistencia de primeros auxilios y urgencias, a
la Unidad de Urgencias que le corresponda al Centro Asistencial en el que
se encuentre prestando sus servicios.

8. CONCEPTO DE URGENCIA Y PRIORIDAD


Según la O.M.S.:
Urgencia: es la situación o el evento que no amenaza la vida de la persona de
forma inminente, es decir, que no peligra ningún órgano vital de su organismo.
Si sucediera, sería en cuestión de horas de evolución. La atención no debe ser
superior a 6 horas.
Emergencia: es aquella situación en la que la vida de la persona está en peligro o
algún órgano o parte vital del organismo. Debe resolverse durante la primera hora a
partir de su desenlace.
Prioridad: este término hace referencia a la anterioridad de algo respecto de otra
cosa, en términos de tiempo o de orden. Las prioridades se determinan a partir de
una comparación. Por tanto, para determinar la prioridad respecto a determinadas
atenciones, o tareas o actividades se han de tener en cuenta distintos aspectos. En el
campo de la medicina de urgencias y emergencias, la prioridad 1 pone en riesgo la
vida del paciente, por lo tanto, amerita una atención inmediata, sin demora.
Por ejemplo, una situación de emergencia puede ser cuando un accidentado,
tras un accidente automovilístico, sufre la amputación de un brazo, en este caso
debe trasladarse el miembro amputado hasta el hospital dentro de una bolsa,
y ésta, a su vez, dentro de otra que contenga hielo, pero sin estar en contacto
directo con el miembro.

9. CARRO DE PARADA: REPOSICIÓN Y MANTENIMIENTO DEL


MATERIAL
Para atender los casos de parada cardiorrespiratoria, son indispensables los carros
de parada, los cuales deben encontrarse en condiciones óptimas. Para ello, el carro
debe disponer de todo el material indispensable para la atención urgente e inmediata
del paciente en PCR. En tal sentido, el material debe estar bien organizado, ordenado,

© Ediciones Rodio 79
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

con medicación no caducada, de tal forma que su disposición agilice y no entorpezca


la atención rápida de los pacientes.
El carro de parada debe ser revisado diariamente y por turnos.

Además de la revisión de los medicamentos, también es imprescindible revisar el


funcionamiento de los aparatos: desfibrilador, el laringoscopio, que funcionen bien
las bombillas, las pilas de repuesto, etc.
El material que debe estar incluido y en buenas condiciones es el siguiente:

1. Vía aérea y ventilación


a) Equipo de intubación:
– Laringoscopio con palas de varios tamaños.
– Pilas y bombillas de repuesto.
– Tubos orotraqueales adultos.
– Mascarillas laríngeas adultos.
– Tubos de Guedel de varios números.
– Pinzas de Magill adulto y pediatría.
– Fiador para tubo orotraqueal.
– Fijación del tubo (esparadrapo y cinta de retorta).
– Respirador manual (ambú) con reservorio de oxígeno y con diversas mascari-
llas faciales.
– Sondas de aspiración (yankauer).
– Lubricante hidrosoluble.
– Jeringa de 20 cc (para insuflar el neumotaponamiento).
– Mascarillas de oxígeno: Ventimask®, reservorio y aerosoles.
– Kit de cricotomía.
– Bombona de oxígeno con manómetro.
– Alargadera de oxígeno.
2. Circulación
a) Tabla.
b) Equipo de perfusión:
– Compresor.
– Llaves de tres pasos.
– Cánulas tipo Abbocath® de varios calibres.
– Equipo de goteo.
– Apósitos para sujeción.
– Vía intraósea (nº 14G y 18G).
– Kit de vía central.

80 © Ediciones Rodio
Tema 22. Reanimación Cardiopulmonar Básica, Soporte Vital Básico

– Jeringas varios tamaños.


– Agujas.
– Sistemas de suero.
– Sistemas de sangre.
– Sistemas de bomba de infusión.
– Tubos para analítica (bioquímica, hemograma, coagulación).
3. Medicación
– Adrenalina.
– Atropina.
– Flumazenilo.
– Morfina.
– Adenosina.
– Sulfato de magnesio.
– Bicarbonato 1 M.
– Cloruro cálcico.
– Dopamina.
– Dobutamina.
– Nitroglicerina.
– Naloxona.
– Diazepam IV.
– Amiodarona.
– Glucosmón R-50®.
– Sueroterapia:
▷ Fisiológico 100 cc y 500 cc.
▷ Glucosado 5% 500 cc.
▷ Suerlo Voluven 500 ml.
▷ Bicarbonato 1 M.
4. Otros
– Carro de paradas.
– Desfibrilador (DEA, DESA).
– Gel conductor.
– Parches del desfibrilador.
– Povidona yodada, esparadrapo, apósitos, guantes, guantes estériles, gasas, etc.
– Sedas rectas.

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Servicio Andaluz de Salud
(SAS)

23
Temario específico
Vol. 2

Tema
Medicamentos. Tipos de
medicamentos, vías de
Servicio Andaluz de Salud (SAS)

administración, precauciones
previas, durante y tras la
administración. Conservación
y almacenaje de los
medicamentos. Vacunas
Auxiliares de Enfermería

Mª de los Ángeles Hermosilla Cotán


Diplomada Universitaria en Enfermería
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Índice esquemático
1. Introducción
2. Definición de medicamento
2.1. Tipos de medicamentos

3. Vías de administración de los medicamentos


3.1. Indirecta o Enteral
3.2. Directas o Parenteral

4. Precauciones previas, durante y tras la administración

5. Conservación y almacenamiento de los medicamentos

6. Vacunas
6.1. Tipos de vacunas
6.2. Calendario de vacunación
6.3. Inmunidad

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Tema 23. Medicamentos

1. INTRODUCCIÓN
En este tema se aborda la descripción de los medicamentos, haciendo una especial
mención a los fármacos administrados por la vía oral y por la vía rectal, y a los pro-
tocolos de actuación. Se desarrolla todos los puntos a tener en cuenta en relación a la
administración, conservación y almacenamiento de los fármacos.
Se proporciona una información actualizada sobre la farmacoterapia dirigida al
Auxiliar de enfermería/TCAE, para apoyar y orientar las intervenciones en el uso y
manejo de los medicamentos.
La auxiliar de enfermería/TCAE colabora en la administración de medicamentos
por vía oral y rectal, así mismo aplica enemas de limpieza, salvo en casos de pacientes
críticos. Por ello, el profesional tiene que formarse en este tema y ser responsable, a
la hora de administrar los medicamentos. Con el fin de evitar al máximo cualquier
error, se utiliza siempre la regla de los cinco correctos: usuario correcto, medicamento
correcto, dosis correcta, hora correcta y vía correcta.

2. DEFINICIÓN DE MEDICAMENTO
Sustancia o fármaco que, integrada en una formula farmacéutica, y administrada
interior o exteriormente a un organismo, tiene propiedades para diagnosticar, preve-
nir, tratar, curar o aliviar una enfermedad, síntomas o signos patológicos.
Un fármaco tiene varios nombres:
– Marca registrada: es el nombre comercial, el nombre con el que se vende (As-
pirina).
– Nombre químico: denominación química del nombre del fármaco, o principio
activo (Ácido acetilsalicílico).

2.1. Tipos de medicamentos


En este apartado, se clasifican los medicamentos según la acción que ejercen sobre
el organismo, los más utilizados son:

2.1.1. Analgésicos
Son aquellos medicamentos que tienen como fin aliviar o eliminar el dolor.
Se dividen en:
– Alivio del dolor de intensidad alta: se usan los opiódides, en el dolor agudo o
crónico de cualquier origen. Entre los más utilizados se encuentra la codeína,
tramadol y morfina.
– Alivio del dolor de intensidad moderada a leve: entre los más utilizados se en-
cuentra el paracetamol que también tiene un efecto antitérmico o antipirético.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

2.1.2. Antibiinfecciosos
Son aquellos medicamentos que tienen como fin prevenir o eliminar los microor-
ganismos.
Dentro de este grupo se encuentran:
– Antisépticos: son aquellos compuestos medicinales, productos químicos, usa-
dos para desinfectar, piel, heridas y cavidades del organismo, es decir, para
eliminar los virus, bacterias u hongos presentes en piel y mucosa.
Entre los antisépticos más conocidos están el alcohol, agua oxigenada, povido-
na iodada y clorhexidina.
– Antibacterianos: utilizados para combatir y eliminar las infecciones produci-
das por bacterias.
– Antivíricos: utilizados para combatir y eliminar las infecciones producidas
por virus.
– Antimicóticos o antifúngicos: utilizados para combatir y eliminar las infec-
ciones producidas por hongos.

2.1.3. Antiinflamatorios
Son aquellos medicamentos que tienen como fin disminuir o eliminar la inflamación.
Se distinguen dos clases dependiendo de si contienen o no esteroides.
– Antiinflamatorio no esteroideo (AINE): se usan para reducir la inflamación
de leve a moderada, calmar el dolor y bajar la fiebre. Entre los más utilizados se
encuentra el ibuprofeno o el naproxeno.
– Antiinflamatorio esteroideo: son los corticoides, tienen una acción antiinfla-
matoria muy potente.

2.1.4. Antihistamínicos
Son aquellos medicamentos que tienen como fin eliminar o disminuir los efectos
causados por la histamina, agente responsable de las reacciones alérgicas.
Algunos de los principios activos con efecto antihistamínico son la ebastina o la
fexofenadina.
Como efecto secundario más importante de los antihistamínicos está la somno-
lencia.

2.1.5. Anestésicos
Son aquellos medicamentos que tienen como fin provocar la insensibilización de
una o más partes del cuerpo. Se dividen en:
– Anestésicos generales: ejercen sus efectos en todo el cuerpo y provocan un
estado de inconsciencia en el paciente.

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Tema 23. Medicamentos

– Anestésicos locales: ejercen su acción sobre una parte del cuerpo, y no provo-
can estado de inconsciencia.

2.1.6. Antidepresivos
Son aquellos medicamentos que tienen como fin combatir los síntomas provo-
cados por una depresión. Normalmente se toman en forma de pastillas durante un
tiempo prolongado, pues no ejercen sus efectos de forma inmediata.

2.1.7. Ansiolíticos
Son aquellos medicamentos que tienen como fin disminuir o eliminar la ansiedad,
dentro de este grupo se encuentran las benzodiacepinas que tiene un carácter hipnó-
tico, es decir inducen al sueño.
Entre los mas utilizados se encuentra diazepam, lorazepam, alprazolam.

2.1.8. Diuréticos
Son aquellos medicamentos que tienen como fin favorecer la diuresis.
Entre los más utilizados se encuentran la furosemida y espironolactona. Se utili-
zan para disminuir los edemas en patologías cardiacas y renales.

2.1.9. Laxantes
Son aquellos medicamentos que tienen como fin favorecer el tránsito intestinal,
tratar el estreñimiento y facilitar la defecación.

2.1.10. Antidiabéticos
Son aquellos medicamentos que tienen como fin disminuir y regular los niveles de
glucosa en sangre.
Dentro de este grupo se encuentran:
– Insulinas: la insulina en condiciones normales, es producida por el organismo
en las células del páncreas. Cuando la función del páncreas falla, se sustituye
por insulinas sintéticas como:
▷ De efecto rápido, insulina Lispro comienzo de acción de 5 a 15 minutos.
▷ De efecto corto, insulina Regular comienzo de acción en 30 minutos.
▷ De efecto intermitente, insulina Lenta comienzo de acción de 1 a 3 horas.
▷ De efecto prolongado, insulina Ultralenta, comienzo de acción de 4 a 6 horas.
– Antidiabéticos orales:
▷ Dentro de este grupo de medicamentos el más conocido es la metformina.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

3. VÍAS DE ADMINISTRACIÓN DE LOS MEDICAMENTOS


3.1. Indirecta o Enteral
Los fármacos administrados por vía indirecta o enteral son absorbidos por vía
gastrointestinal, tracto respiratorio o por la piel.

3.1.1. Vía gastrointestinal


Se incluye dentro de este grupo la nutrición enteral. La nutrición enteral se puede
administrar por boca (oral), sonda nasogástrica, nasoduodenal, nasoyeyunal, o por
sonda de gastrostomía. La alimentación por sonda nasogástrica se conoce también
como alimentación forzada.

3.1.1.1. Oral
Consiste en la introducción de medicamentos por la boca, no suelen ser absorbi-
dos a nivel del estómago, generalmente se absorbe a nivel del intestino delgado, donde
existe gran irrigación.
Es una vía muy utilizada por su comodidad, y en la gran mayoría de las veces el
paciente puede tomarlo por sí solo. Es una vía muy segura y económica.
Los medicamentos son absorbidos de una forma lenta, por ello, su eficacia es re-
lativa y existen varios factores que influyen en su absorción, el ph del estómago y la
presencia de alimentos.
Estos medicamentos suelen presentarse de la siguiente forma:
– Sólidas: comprimidos, cápsulas, drogas, etc.
– Líquidas: soluciones, suspensiones, jarabes, etc.
A) Procedimiento de administración de medicamento por vía oral
– Higiene de las manos y colocar guantes.
– Preparación del material: vaso con agua, batea y medicamento prescrito.
– Emplear la técnica de los cinco correctos: usuario correcto, medicamento co-
rrecto, dosis correcta, hora correcta y vía correcta.
– Informar al paciente en todo momento de los pasos a seguir, y explicarle la
importancia de tomarse correctamente el medicamento prescrito.
– Acomodar al paciente en Posición de Fowler o Semi-Fowler (semisentado),
siempre que no esté contraindicada.
– Valorar, en todos los casos, antes de la administración del medicamento, la
capacidad de deglución del paciente.
– Facilitar al paciente el medicamento junto con agua u otro líquido para ayudar
su llegada al estómago.
– Informar al paciente y familiar del nombre del medicamento y la dosis admi-
nistrada.

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Tema 23. Medicamentos

– En el caso de administrar por vía oral varios medicamentos siempre se debe


tomar en último lugar las formas líquidas, como por ejemplo los jarabes.
– En pacientes con sonda nasogástrica, se debe introducir antes y después de la
administración del fármaco de 30 a 50 ml de agua por la sonda, y se debe dejar
la sonda pinzada durante 1 hora, para facilitar la absorción del medicamento.
– Una vez administrado el medicamento, acomodar al paciente de una manera
segura y tranquila.
– Desechar material de acuerdo a lo establecido en el reciclado de material hos-
pitalario.
– Higiene de las manos como medida de seguridad para prevenir y controlar las
infecciones nosocomiales.
– Anotar en el libro de terapéutica, el medicamento administrado hora, fecha y si
hubo reacciones adversas, informar a la enfermera responsable.
B) Protocolo de actuación para la administración de medicación por sonda nasogástrica
– Higiene de las manos y colocar guantes.
– Preparación del material: vaso con agua, jeringa, pinza, batea y medicamento
prescrito.
– Emplear la técnica de los cinco correctos: usuario correcto, medicamento co-
rrecto, dosis correcta, hora correcta y vía correcta.
– Informar al paciente en todo momento del procedimiento que se va a realizar.
– Acomodar al paciente en Posición de Fowler o Semi-Fowler (semisentado),
siempre que no esté contraindicada. La cama del enfermo debe tener una ele-
vación de unos 40º.
– Comprobar, antes de la administración de la medicación, la posición y per-
meabilidad de la SNG.
– Aspirar el contenido del estómago, registrar volumen, y devolver lo aspirado,
si se observa un gran volumen avisar al médico antes de administrar la medi-
cación.
– Instilar 50 ml de agua, administrar la primera dosis de mediación.
– Tras la última dosis de la medicación, añadir de 30 a 50 ml de agua, para evitar
la obstrucción de la sonda.
– Pinzar la sonda durante 1 hora para que se absorba la medicación.
– Tras la administración, el paciente debe mantenerse en posición de Fowler o
sobre el lado derecho con el cabezal elevado durante 30 minutos, para evitar
el reflujo.
– Una vez administrado el medicamento, acomodar al paciente de una manera
segura y tranquila.
– Desechar material de acuerdo a lo establecido en el reciclado de material hos-
pitalario.
– Higiene de las manos como medida de seguridad para prevenir y controlar las
infecciones nosocomiales.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Anotar en el libro de terapéutica, el medicamento administrado, hora, fecha y


si hubo reacciones adversas informar a la enfermera responsable.

3.1.1.2. Sublingual
Es una vía rápida de absorción, el efecto es más rápido que por vía oral, por la gran
vascularización que presenta esta zona.
Se coloca el comprimido debajo de la lengua hasta su completa degradación, se
debe informar al paciente que no debe fumar ni beber líquidos, así como no tragar ni
masticar el comprimido.

Existen pocos preparados para este tipo de vía.

3.1.1.3. Rectal
Consiste en la introducción del medicamento a través del ano, hacia el interior del
recto. Se utiliza esta vía cuando existen circunstancias que impiden la vía oral como,
por ejemplo, en el caso de existir vómitos. Es una vía muy utilizada en pediatría. Den-
tro de esta vía se incluyen los supositorios y los enemas.

A) Enemas
Un enema es la introducción por el ano de un líquido destinado al intestino grueso.
Los enemas siempre se deben administrar bajo prescripción médica, y bajo la su-
pervisión de la enfermera.
Nunca se debe de administrar un enema en pacientes que hayan sufrido un trau-
matismo abdominal o intestinal, en pacientes con obstrucción intestinal, apendicitis,
peritonitis y tras intervención quirúrgica reciente.
Si durante la técnica de administración el paciente manifiesta dolor, se debe dete-
ner el procedimiento e informar a la enfermera.
Pueden ser de diversos tipos:
– Enema de limpieza o evacuador. Se administran para favorecer la eliminación
de las heces en caso de estreñimiento, para limpieza, ya sea para una prueba
diagnóstica como una endoscopia, o antes de una intervención quirúrgica.
Existen varios tipos de enemas de limpieza:
▷ Salinos: compuesto de agua templada y sal común.

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Tema 23. Medicamentos

▷ Oleosos: compuesto de diversos aceites.


▷ De agua jabonosa: compuesto de agua templada a 37 grados y jabón neutro
disuelto en ella.
▷ Comerciales desechables: preparados farmacéuticos a base de soluciones
hipertónicas.
– Enema Medicamentoso y de contraste. Este tipo de enema deben de ser rete-
nidos el tiempo prescrito por el médico, que suele ser aproximadamente de 20
a 30 minutos.
Se engloban dentro de este grupo:
▷ de contraste: los opacos, y papillas de sulfato de bario, para realización de
pruebas radiológicas,
▷ antihelmíntico: para destruir los parásitos,
▷ astringente: con efecto vasoconstrictor,
▷ sulfato de magnesio:para disminuir el edema cerebral,
▷ agua fría: para reducir la fiebre.
– Enema Carminativo. Se utilizan para expulsar los gases. Se engloba en este
grupo el enema 2-2-2, enema de leche y melaza y el enema de Mayo.
B) Protocolo de actuación para la administración de enemas
– Higiene de las manos y colocar guantes.
– Preparación del material necesario y del enema a utilizar según prescripción mé-
dica. Además de lubrificante para la punta del enema.
– Informar al paciente en todo momento del procedimiento a seguir.
– Ofrecer la máxima intimidad al enfermo.
– Acomodar al paciente en posición de decúbito lateral izquierdo con pierna de-
recha flexionada, posición de Sims.
– Cubrir con la sábana de manera que sólo se muestre las nalgas, utilizar salva
cama para no mojar la cama del paciente.
– Durante la administración, el paciente debe colaborar, realizando inspiracio-
nes lentas y profundas para relajar el esfínter anal externo.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Para que sea efectivo el enema, el paciente debe retener de 5 a 10 minutos el


preparado, si el paciente no puede desplazarse al cuarto de baño, se le propor-
cionará una cuña.
– Una vez expulsado el enema, se realizará la higiene perianal del paciente.
– Observar si existe alguna reacción adversa en el paciente.
– Una vez administrado el medicamento, acomodar al paciente de una manera
segura y tranquila.
– Recoger todo el material y desecharlo de acuerdo a lo establecido en el recicla-
do de material hospitalario.
– Higiene de las manos como medida de seguridad para prevenir y controlar las
infecciones nosocomiales.
– Anotar en el libro de terapéutica, el medicamento administrado, hora, fecha, la
cantidad y aspecto de las heces, y si hubo reacciones especiales.

3.1.2. Vía Respiratoria


El objetivo es introducir partículas, gases o
líquidos volátiles en el organismo para que se
absorban en el epitelio alveolar.
Si la inhalación se realiza por la nariz, el fár-
maco se deposita mayoritariamente en el tracto
respiratorio superior.
Si la inhalación se realiza por la boca, las
partículas del fármaco llegarán hasta los pul-
mones.
Se incluyen dentro de este grupo, la admi-
nistración de oxígeno, los gases medicinales
como los anestésicos y los aerosoles.
Mediante la oxigenoterapia se pretende dis-
minuir el trabajo respiratorio, tratar la hipoxe-
mia, evitando así el sufrimiento tisular y dismi-
nuir el trabajo miocárdico.
El oxígeno ya preparado se puede adminis-
trar a través de: cánula o gafas nasales, mascari-
lla tipo venturi o mascarilla para traqueotomías.
Los cuidados a tener en cuenta tras la admi-
nistración de un aerosol o inhalador presuriza-
do son los siguientes:
– Mantener la piel limpia y seca, evitando
la irritación cutánea. Aerosolterapia
– Enjuagar la boca con agua bicarbonatada, para evitar la irritación orofaríngea.
– Vigilar puntos de presión y aparición de lesiones, en el caso de utilizar mascarilla.

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Tema 23. Medicamentos

3.1.3. Vía tópica


La vía tópica utiliza la piel y las mucosas para la administración de fármacos.

3.1.3.1. Cutánea
Es la aplicación de un medicamento directamente sobre la superficie de la piel,
incluye los medicamentos dermatológicos, como lociones, pastas, ungüentos, cremas,
polvos y parches. Con esta vía, se puede conseguir un efecto local, o general como en
el caso de los parches.

3.1.3.2. Ocular
Es la aplicación de un medicamento sobre el surco conjuntival anterior (pomada),
en la cavidad conjuntival (colirios), con fines de tratamiento, diagnóstico y lubrica-
ción ocular, y de esta manera se logra la absorción del medicamento ejerciendo una
acción local.

3.1.3.3. Genito-vaginal
Es la aplicación de un medicamento en la mucosa genital o a través de la vagina en
forma de óvulo, gel, crema o pomada, comprimidos vaginales y dispositivos intraute-
rinos, para lograr la absorción del medicamento ejerciendo una acción local.

3.1.3.4. Nasal
Es la aplicación de un medicamento en forma de gotas o pomada a través de los
orificios nasales, y de esta manera se logra la absorción del medicamento ejerciendo
una acción local.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

3.1.3.5. Ótica
Es la aplicación de un medicamento por instilación a través del conducto auditivo
externo, deben estar a temperatura corporal de 37 grados centígrados, ya que el tím-
pano es muy sensible al frío, y se debe de evitar administrar más de 3 gotas en cada
oído.

3.2. Directas o Parenteral


Los fármacos administrados por vía directa o parenteral son absorbidos a través
del tejido subcutáneo o muscular, o bien son depositados directamente en el interior
de un vaso sanguíneo, como ocurre en la vía intravenosa.

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Tema 23. Medicamentos

Se dividen en:

3.2.1. Extravascular

Entre las mas utilizadas están:


– Intradérmica:
El fármaco se deposita entre la dermis y la hipodermis, solo se administra a ba-
jos volúmenes (0,1-0,2 m). Se utiliza en pruebas de alergias y algunas vacunas.
– Subcutánea:
Tiene un efecto más rápido que en la administración por vía oral.
Se utiliza para la administración de insulinas y algunas vacunas.
– Intramuscular:
Tiene un efecto más rápido que la vía subcutánea.
Las zonas de punción intramuscular más utilizadas suelen ser glúteos, cara ex-
terna del muslo y zona superior del brazo.

3.2.2. Intravascular
Entre las mas utilizada está la Intravenosa.
En esta vía no hay absorción, se deposita directamente el medicamento, en el in-
terior de una vena.
Se consigue una respuesta inmediata del fármaco.
La nutrición parenteral se administra a través de esta vía.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

4. PRECAUCIONES PREVIAS, DURANTE Y TRAS LA


ADMINISTRACIÓN
Antes de administrar un medicamento a un paciente se deben seguir las siguientes
precauciones:
La regla de los cinco correctos:
– Identificar al paciente, que sea el usuario correcto.
– Medicamento correcto, verificar con la hoja de tratamiento.
– Dosis correcta.
– Hora de administración correcta.
– Vía de administración correcta.
Durante la administración, los medicamentos se deben de seguir las siguientes
precauciones:
– No dejar en la mesa del paciente ningún fármaco, excepto cuando su utiliza-
ción esté indicado a demanda del paciente.
– No administrar medicamentos en un recipiente mal rotulado.
– Nunca debe administrarse un medicamento, cuya preparación lo realice otra
persona.
– No se debe abandonar en ningún momento la bandeja de medicamentos, siem-
pre tenerla controlada.
– Informar en todo momento de los cambios que se realicen en la prescripción
del medicamento.
– Los fármacos de sabor desagradable se administrarán mezclados con zumo.
Tras la administración los medicamentos se deben de seguir las siguientes precau-
ciones:
– En caso de negativa del paciente a la toma del fármaco se debe anotar su nega-
tiva e informar a la Enfermera.
– Si un paciente vomita tras la toma de un fármaco, hay que avisar a la enfermera
responsable.
– Los medicamentos no usados nunca se regresan a los recipientes, se devuelven
a farmacia.

5. CONSERVACIÓN Y ALMACENAMIENTO DE LOS


MEDICAMENTOS
Los medicamentos deben almacenarse según los requisitos descritos en cada enva-
se, aunque se pueden seguir una serie de normas generales:
– Emplear los protocolos de actuación de cada unidad de trabajo.

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Tema 23. Medicamentos

– Los medicamentos deben almacenarse en lugares protegidos de la luz, hume-


dad, temperaturas extremas y separados de cualquier otro tipo de material.
– Los medicamentos se deben separar en cuatro grupos: medicamentos en dosis
unitarias, medicamentos de frigorífico, nutrición enteral y fluidoterapia intra-
venosa.
– En armarios siguiendo un orden alfabético, se rotulan con el nombre del prin-
cipio activo y forma farmacéutica, manteniendo una correcta limpieza.
– Los lotes de medicamentos más antiguos y próximos a caducar se dispondrán
delante.
– Los medicamentos caducados, deteriorados y sobrantes se deben devolver a
farmacia.
– Los estupefacientes deben de guardarse en cajón o caja con llave, y debe con-
trolarse las entradas y salidas en un libro de registro.
– La zona de almacenamiento debe revisarse con periocidad, llevar un control de
la caducidad de los medicamentos y control de la temperatura del frigorífico,
con su correspondiente registro.
– Existen medicamentos especiales como los citostáticos, que nunca se deben
de almacenar en las unidades, siempre que sean precisos, deben de pedirse
a los servicios de farmacias.
– Cada unidad hospitalaria tiene asignado por el servicio de farmacia un stock
máximo.
Los medicamentos deben conservarse según los requisitos descritos en cada enva-
se, aunque se pueden seguir una serie de normas generales:
– Deben conservarse lejos de la humedad, evitar dejar cajas de medicamentos
en el suelo.
– Los medicamentos fotosensibles deben conservarse en sus envases originales,
protegidos de la luz (frascos opacos).
– De forma general, los medicamentos deben conservarse a una temperatura
ambiente entre 22º-25º C, excepto los medicamentos que precisan de frío, que
se guardarán en la nevera a una temperatura de entre 2º y 8º C.
– La conservación de los medicamentos siempre tiene que estar en frigorífico
independiente de los alimentos y bebidas
– Hay que tener especial atención con:
▷ colirios: una vez abiertos se desechan en 20 días.
▷ pomadas oftálmicas: una vez abiertas entregar el envase a cada paciente.
▷ soluciones orales, pomadas y cremas: deben ser desechadas transcurrido 1
mes desde la fecha de apertura.
▷ los jarabes y gotas, una vez abiertos se guardan en la nevera.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Zona de almacenaje. Medicamentos guardados en neveras


a temperatura de 2º a 8 º C.

6. VACUNAS
6.1. Tipos de vacunas
6.1.1. Según el estado del Microorganismo

6.1.1.1. Vivos o atenuados


Se componen de microorganismos mutados que han perdido su virulencia.
La inmunidad provocada por estas vacunas es de larga duración y muy intensa,
parecida a la originada por la enfermedad natural.
Se administran por inoculación, por vía respiratoria o digestiva.
Vacunas virales: contra fiebre amarilla, paperas, rubéola, sarampión, varicela, po-
liomielitis oral.
Vacunas bacterianas: contra tuberculosis, tifus cepa Ty21a oral, cólera cepa CDV-
103 Hgr.

6.1.1.2. Muertos o inactivados


Se obtienen mediante inactivación por medios físicos o químicos de bacterias o
virus, totales o fracciones.

98 © Ediciones Rodio
Tema 23. Medicamentos

En general, la respuesta inmunitaria es menos intensa y duradera y fundamental-


mente, de tipo humoral. Se necesitan varias dosis para mantener un nivel adecuado
de anticuerpos séricos.
Por lo general, se administran por vía parenteral.
Vacunas virales : contra rabia, hepatitis A, gripe, poliomielitis parenteral.
Vacunas bacterianas: contra cólera, tifus, peste.

6.1.1.3. Toxoides
Los toxoides se obtienen a partir de las toxinas bacterianas producidas por Clos-
tridium tetani y del bacilo diftérico, causantes del tétanos y de la difteria, respectiva-
mente.
Vacunas toxoides: contra tétanos, difteria.

6.1.1.4. Acelulares
Consisten en una mezcla de componentes subcelulares purificados del patógeno
contra el que se quiere inmunizar.
Vacuna bacteriana: contra tosferina.

6.1.1.5. Recombinantes de subunidad


Se utiliza la tecnología del ADN recombinante para introducir, el gen codificante
para un antígeno altamente inmunogénico, en el genoma de un microorganismo.
Vacuna viral: contra la hepatitis B.

© Ediciones Rodio 99
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

6.1.2. Según la composición de la vacuna


– Monovalentes:
Vacunas que sólo protegen contra una única enfermedad.
– Polivalentes:
Vacunas que contienen varios serotipos de un mismo microorganismo.
– Combinadas:
Vacunas que contienen antígenos de varios agentes infecciosos.

6.2. Calendario de vacunación

100 © Ediciones Rodio


Tema 23. Medicamentos

6.3. Inmunidad
La inmunidad es la resistencia de los seres vivos ante la acción patógena que pro-
viene de microorganismos u otras sustancias extrañas. Existen distintas clases de in-
munidad:
– Inmunidad natural
También conocida con el nombre de innata.
Sirve en la defensa contra gérmenes del medio ambiente. Está formado por
barreras físicas como la piel, y células como los fagocitos.
– Inmunidad adquirida o adaptativa
Puede ser de dos tipos:
a) Natural.
1. Pasiva: transmitida de madre-hijo.
2. Activa: adquirida una vez pasada una infección.
b) Artificial.
1. Pasiva: adquirida a través de inmunoglobulinas.
2. Activa: adquirida a través de las vacunas.

© Ediciones Rodio 101


Servicio Andaluz de Salud
(SAS)

24
Temario específico.
Vol. 2

Tema
Atención y cuidados de las úlceras por
presión: Concepto, factores de riesgo.
Servicio Andaluz de Salud (SAS)

Localización. Etiología. Medidas de


prevención. Movilización y cambios
posturales
Auxiliares de Enfermería

Mª de los Ángeles Hermosilla Cotán


Diplomada Universitaria en Enfermería
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Índice esquemático

1. Introducción
2. Concepto
3. Factores de riesgo
4. Localización
5. Etiología
6. Medidas de prevención
7. Movilización y cambios posturales
7.1. Movilizaciones
7.2. Cambios posturales

104 © Ediciones Rodio


Tema 24. Atención y cuidados de las úlceras por presión

1. INTRODUCCIÓN
El problema más frecuente, de los pacientes encamados de larga duración, son las
úlceras por presión (UPP). En este tema, se aborda las medidas terapéuticas actuales
para su prevención. Se desarrolla el tema, ofreciendo una actualización de los cono-
cimientos y de la evidencia científica en la materia, sirviendo de apoyo para poner en
práctica los últimos avances en la prevención y tratamiento de la UPP.
Abordaremos los diferentes factores de riesgo, localización de las úlceras, etiolo-
gía, y sus distintas etapas, se hará una extensa descripción de las medidas de preven-
ción, cambios posturales y la movilización, que significa una mejora importante en
el uso, para evitar su presentación. Realizar una buena evaluación inicial del paciente
ayuda para detectar el riesgo de sufrir úlceras por presión, y es la primera etapa para
su prevención: descripción de la Escala de Nortom.
Los individuos encamados y que presentan una limitación del movimiento, son
los que presentan un aumento del riesgo de sufrir una úlcera por presión. Se incluye
dentro de este grupo las personas mayores, personas paralíticas, personas con enfer-
medades neurológicas degenerativas…

2. CONCEPTO
Una úlcera por presión es una lesión de origen isquémico, afecta dermis,
epidermis y capas profundas, debido a una compresión prolongada.
Una UPP puede aparecer en cualquier parte del cuerpo que no esté protegida por
músculos o tejido graso.
En decúbito supino, las partes corporales más expuestas son, principalmente, el
sacro, los talones y los codos, mientras que en decúbito lateral son el trocánter menor
del fémur y los tobillos.

3. FACTORES DE RIESGO
El factor causal principal es la presión, sin embargo la humedad, la fricción de la
piel y desgarro de los vasos capilares que la nutren contribuyen a aumentar el riesgo.
Los factores de riesgo que conducen a las úlceras por presión son:
Factores intrínsecos:
– Alteraciones en el estado de salud:
▷ Sistema inmunológico: carcinomas, infecciones.
▷ Estado de conciencia: desorientación, Alzheimer, demencias.
▷ Piel: heridas, anasarca, falta de elasticidad, sequedad de piel.
▷ Sistema circulatorio: úlceras varicosas, mala circulación.
▷ Nutricionales: diabetes, caquexia, obesidad, desnutrición, deshidratación.

© Ediciones Rodio 105


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

▷ Psicomotricidad: ataxia, paresia, parálisis.


▷ Eliminación: falta de control de esfinteres.
▷ Edad avanzada.
Factores extrínsecos:
– Contexto del individuo:
▷ Déficit de educación sanitaria a los pacientes y familia.
▷ Déficit de formación específica de los profesionales sanitarios.
▷ Situaciones de dolor crónico, el estrés, la fatiga, puede dar origen a la apa-
rición de inmovilidad.
▷ La presencia de arrugas en ropa de camas, pijamas, fricción sobre la piel.
▷ Emplear detergentes muy agresivos en la colada de la ropa.
– Procedimiento terapeútico:
▷ Inmovilizaciones secundarias a procedimientos terapeúticos: férulas, trac-
ciones, respiradores…
▷ Emplear diferentes tipos de sondas: vesicales y nasogástricas.
▷ Farmacoterapia: inmunosupresores, corticoides, citostáticos, radioterapia…
– Pacientes pediátricos:
▷ Emplear inmovilizaciones en los recién nacidos prematuros en unidades de
cuidados intensivos.
▷ Emplear pañales en bebes.

4. LOCALIZACIÓN
Las UPP habitualmente, se desarrollan en los puntos de apoyo del cuerpo que
corresponden a las prominencias óseas. También nos podemos encontrar UPP en
pacientes portadores de sondas urológicas y nasogástricas, en el empleo prolongado
de mascarillas o gafas de oxígeno, bajo las férulas de inmovilización y prótesis.
De una forma general, se puede decir que, cualquier parte del cuerpo que sufra
una presión aumentada sobre ella, y ésta se prolongue en el tiempo, tiene un riesgo de
aparición de úlceras.
Por orden de frecuencia en su aparición, se encuentra: sacro, talón, maléolos ex-
ternos, glúteos, trocánteres, omóplatos, isquión, occipucio, codos, crestas ilíacas, ore-
jas, apófisis espinosas, cara interna y externa de rodillas, maléolos internos y bordes
laterales de los pies.
Según la posición del paciente la localización de las upp son:
– Decúbito supino o dorsal: la persona está tumbada sobre su espalda, con los
brazos y las piernas extendidas y próximas al cuerpo, sobre un plano paralelo
al suelo.
Las zonas de mayor riesgo son talones, sacro, codos, omoplatos, y zona occipital.

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Tema 24. Atención y cuidados de las úlceras por presión

Decúbito dorsal

Cabeza Omóplato Talones


Codos Sacro

– Decúbito lateral: la persona está tumbada (en un plano paralelo al suelo) so-
bre un lado de su cuerpo. La cabeza debe mantenerse en el mismo plano del
cuerpo.
Las zonas de mayor riesgo son orejas, acromion, costillas, caderas, trocánter,
cóndilos y maléolo.

Decúbito lateral
Acromión

Oreja Maléolo
Costillas Trocánter Cóndilos

– Decúbito prono: la persona está tumbada sobre el abdomen, con la cabeza


girada hacia un lado y los brazos y piernas extendidas, sobre un plano paralelo
al suelo.
Las zonas de mayor riesgo son dedos de los pies, rodillas, crestas iliacas, mamas
en mujeres, pene y testículos en hombres, costillas, mejilla, acromión y orejas.

Decúbito prono
Acromion

Dedos Genitales
Rodillas Mejilla
(hombres) Mamas
(mujeres)

– Sentado o posición Fowler: la persona permanece sentada sobre una super-


ficie.
Las zonas de mayor riesgo son omóplatos, codos, coxis o nalgas, huecos poplí-
teos, gemelos, talones, glúteos.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

5. ETIOLOGÍA
La etiología o causa principal de las ulceras es “la presión”. Ya sea una presión alta
ejercida durante un periodo de tiempo corto, o bien una presión corta ejercida durante
un periodo de tiempo largo. Son más susceptibles el tejido subcutáneo y el músculo, bas-
tando presiones de 60-70 mmHg durante 1-2 horas para producir daños irreversibles.
El segundo componente esencial en la aparición de la úlcera es la “isquemia”, es-
pecialmente en las prominencias óseas. La presión ejercida en dichas áreas oprime los
vasos sanguíneos, cuando transcurre un corto periodo de tiempo aparece un eritema.
Las úlceras se clasifican según su extensión en:
– Estadio 1: eritema de la piel que no se blanquea.
– Estadio 2: pérdida cutánea que se limita a la epidermis o dermis.
– Estadio 3: necrosis cutánea con compromiso del tejido subcutáneo.
– Estadio 4: compromiso muscular u óseo.

Estadio 1 Estadio 2

Estadio 3 Estadio 4

108 © Ediciones Rodio


Tema 24. Atención y cuidados de las úlceras por presión

6. MEDIDAS DE PREVENCIÓN
Las úlceras por presión son evitables, aproximadamente en un 95%, por lo que la
obligación de la prevención es la prioridad principal, mejor que centrarse únicamente
en el tratamiento de las úlceras ya establecidas.
En el protocolo general de tratamiento se emplea suero fisiológico, cremas
a base de colágeno y cubrirlo con apósitos estériles, evitándose soluciones an-
tisépticas.
Existen una serie de factores que se deben tener en cuenta a la hora de prevenir la
aparición de una úlcera. Los factores a tener en cuenta son:
– Vigilancia de la piel:
▷ Conservar la piel del paciente aseada y libre de humedades.
▷ Observar el estado de la piel con regularidad.
▷ Emplear geles de ph neutro.
▷ Emplear agua templada para la higiene del paciente.
▷ Secado minucioso y sin roces.
▷ No emplear perfume directamente sobre la piel.
▷ Emplear loción hidratante.
▷ Disminuir la fricción con apósitos protectores.
– Vigilancia de la dieta:
Un correcto estado nutricional del paciente contribuye de manera positiva en
la prevención. Es preciso controlar, de modo particular, la dieta de ancianos
con depresión, problemas gastrointestinales, disfagia, pérdida de apetito o
cualquier otra alteración que conlleve un descenso en la cantidad o calidad de
los alimentos ingeridos.
La dieta debe ser equilibrada, rica en proteínas, vitaminas y minerales.
Por las lesiones, se elimina gran cantidad de líquidos. La hidratación evita que
la piel se arrugue, formando excesivos pliegues. Se debe facilitar con regulari-
dad el aporte de líquidos como agua, leche, zumos, infusiones, etc. En pacien-
tes que presenten disfagia, se pueden ofrecer gelatinas o zumos espesos.
– Vigilancia de la incontinencia del paciente:
▷ Observar y mudar siempre que precisen los colectores, pañales, empapade-
ras…
– Vigilancia en la movilización:
▷ Conservar una alineación corporal y distribución del peso de forma ade-
cuada, impidiendo el contacto directo con las prominencias óseas entre sí.
▷ Prevenir el movimiento de arrastre.
▷ En posición de decúbito lateral, no sobrepasar un ángulo de 30º.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

▷ Disminuir la presión en los puntos de riesgo mediante:


q Cambios posturales: es la medida preventiva primordial cuando el pa-
ciente no puede movilizarse por sí solo. Se modifica la posición del en-
fermo cada 2 ó 3 horas, siguiendo un ciclo programado para impedir la
lesión en las zonas de riesgo. Siempre se debe repartir el peso del cuerpo
por igual; registrar los horarios de cada cambio y nunca arrastrar al pa-
ciente.
q Paciente encamado: decúbito supino, decúbito lateral y decúbito prono.
q Paciente sentado: levantarse del sillón durante unos segundos, aproxi-
madamente cada hora. Si el paciente deambula, motivar a levantarse
cada 15-30 minutos. Si esto no fuera posible debido al estado del enfer-
mo, se llevará a cabo inclinaciones laterales a la derecha y a la izquierda
con soporte de almohadas para prevenir los deslizamientos.
▷ Contraindicado utilizar cojines en forma de anillo o flotadores para sentar
al paciente, producen edema y congestión venosa.
Para un mejor control en la prevención de las úlceras también existen una serie de
medios complementarios como son los dispositivos dinámicos y estáticos.
Entre los dinámicos se encuentran:
– Colchón antiescara de aire o presión alternante, colchón Alternanting.
– Colchón de agua.
– Colchón de viscoelástica.
Entre los estáticos se encuentran:
– Protectores locales de tobillos y codos.
– Soporte textil como las empapaderas.
– Barreras líquidas como aceites o cremas.
– Apósitos de hidrocoloide y poliuretano.
Otro punto a tener en cuenta en la prevención de la UPP, es una buena valoración
inicial del paciente. Para ello se debe elegir un método de valoración en donde se
identifica los riesgos de cada paciente, y en donde se registren las actividades llevadas
a cabo diariamente.
Para llevar a cabo un buen método de valoración existen diversas escalas:
– Escala de Nortom, es la más utilizada.
– Escala de Braden.
– Escala de Arnell.
– Escala Nova 5.
– Escala Emina.
– Escala de Waterlow.

110 © Ediciones Rodio


Tema 24. Atención y cuidados de las úlceras por presión

Escala de Nortom

ESTADO ESTADO
ACTIVIDAD MOVILIDAD INCONTINENCIA
GENERAL MENTAL
4. BUENO 4. ALERTA 4. CAMINANDO 4. TOTAL 4. NINGUNA
3. DÉBIL 3. APÁTICO 3. CON AYUDA 3. DISMINUIDA 3. OCASIONAL
2. MUY
2. MALO 2. CONFUSO 2. SENTADO 2. URINARIA
LIMITADA
1. DOBLE
1. MUY MALO 1. ESTUPOROSO 1. EN CAMA 1. INMÓVIL
INCONTINENCIA

Interpretación
Presenta un rango total de 1 a 20 puntos.
Una puntuación total de 14 puntos o menos, indica que el paciente es de riesgo y
deben adoptarse medidas preventivas.
Cuanto más bajo sea el total de puntos, el riesgo es mayor.
Interpretación orientativa de la puntuación:
– De 5 a 9 puntos: Riesgo muy alto.
– De 10 a 12 puntos: Riesgo alto.
– De 13 a 14 puntos: Riesgo medio.
– De 14 puntos: Riesgo mínimo/sin riesgo.

7. MOVILIZACIÓN Y CAMBIOS POSTURALES


El concepto de movilizar supone cambiar la posición de una persona sobre una
misma superficie, o de una superficie a otra, como, por ejemplo, pasar de la cama al
sillón. Cuando se realizan movilizaciones del paciente en la cama, se llevan a cabo los
cambios posturales, como, por ejemplo, de decúbito supino a decúbito lateral.

7.1. Movilizaciones
Para realizar las movilizaciones existen unas normas generales tales como:
– Organizar el espacio donde se va a trabajar, eliminando los componentes que
puedan estorbar.
– Evaluar la carga a trasladar (medidas somatométricas del individuo).
– Efectuar el impulso con los músculos mayores y más fuertes (muslos y piernas).

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Evaluar el grado de incapacidad del paciente, solicitar su cooperación cuando


sea oportuno.
– La piel debe estar libre de humedad, para evitar el incremento de la adherencia
de la piel al tejido y así no se forman lesiones por roces, es preferible deslizar y
empujar, que levantar.
– Ofrecer un ambiente de seguridad al paciente.
– Si los recursos lo permiten, siempre se debe trabajar con más de una persona.

7.1.1. Tipos de Movilizaciones

7.1.1.1. Movilización del paciente hacia la parte superior de la cama

A) Paciente colaborador
La movilización se realiza de la siguiente manera:
En este caso con una sola persona es suficiente.
1. Colocarse próximo a la cama del enfermo, frente a él y a la altura de su cadera.
2. Solicitar al paciente que se sujete a la cabecera de la cama y flexionando sus ro-
dillas, debe poner la planta de los pies apoyadas sobre la superficie de la cama.
3. Situamos nuestros brazos por debajo de las caderas del paciente.
4. Solicitar al paciente para ejercer fuerza con sus pies y brazos e intentar elevarse.
5. En ese momento cuando la auxiliar con sus brazos deben facilitar al paciente
subir hacia la cabecera.
6. En pacientes ágiles, puede realizar él solo esta movilización.

B) Paciente no colaborador
La movilización se realiza de la siguiente manera:
Realizar la movilización entre 2 personas.
1. Colocarse cada persona a un lado de la cama, frente al paciente.
2. Debemos colocar los pies separados así como las rodillas ligeramente flexiona-
das.
3. Retirar la ropa superior de la cama así como la almohada del paciente.
4. La auxiliar de enfermería/TCAE introduce un brazo por debajo del hombro
del paciente y el otro debajo del muslo. Sujetan al paciente y lo levantan con
cuidado hasta llevarlo a la posición deseada. Se recomienda, para realizar esta
técnica, el uso de una entremetida.

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Tema 24. Atención y cuidados de las úlceras por presión

7.1.1.2. Movilización del paciente de decúbito supino a lateral


La movilización se realiza de la siguiente manera:
1. Frenar la cama y colocarla en posición horizontal, retirando las almohadas y
destapando al paciente, siempre resguardando su privacidad).
2. En pacientes corpulentos debe realizar esta técnica entre dos personas.
3. El Auxiliar de Enfermería/TCAE se coloca en el lado de la cama hacia el cual
va a trasladar al enfermo y colocar el brazo más próximo del paciente sobre su
tórax.
4. Pasar un brazo bajo la cabeza y cuello del paciente hasta agarrar el hombro más
lejano.
5. Colocar el otro brazo por debajo de la zona lumbar.
6. Una vez asegurado con ambos brazos, tirar suave y simultáneamente del pa-
ciente hacia la posición deseada.
7. Una vez desplazada esa parte del cuerpo, situar uno de nuestros brazos bajo los
glúteos y el otro bajo el tercio inferior de los mismos, procediendo a desplazar
la otra parte del cuerpo del paciente hacia la posición deseada.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

7.1.1.3. Movilización del paciente para incorporarlo en la cama


La movilización se realiza de la siguiente manera:
1. Colocarse al lado de la cama del paciente, a la altura de su tórax.
2. Colocar un brazo por debajo de los hombros del paciente.
3. El otro brazo debe de colocarse debajo de la axila del paciente, sujetando por
detrás de ésta, a la altura del omoplato.
4. Incorporamos al paciente a la posición de sentado.

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Tema 24. Atención y cuidados de las úlceras por presión

7.1.1.4. Movilización del paciente para sentarlo en el borde de la


cama
La movilización se realiza de la siguiente manera:
1. Colocar la cama del paciente en posición de Fowler.
2. El Auxiliar de enfermería/TCAE adelanta un brazo, el más próximo a la ca-
becera, y rodea los hombros del enfermo, y el otro lo coloca en la cadera más
lejana del paciente. Mantener la espalda recta, y las rodillas ligeramente flexio-
nadas.
3. Las piernas y caderas del paciente giran de modo que queden colgando del
borde de la cama; con el otro brazo ayuda a erguir el tronco (en un solo mo-
vimiento, debemos de elevar sus hombros y rotar su cuerpo moviendo con
nuestro brazo las piernas y rodillas hasta que quede sentado con las piernas
colgando en la cama).
4. Una vez sentado el paciente, se le debe tomar el pulso.

© Ediciones Rodio 115


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

7.2. Cambios posturales


Antes de realizar los cambios posturales en el paciente, hay que tener en cuenta
una serie de normas generales:
– Los cambios posturales se deben realizar cada 2 o 3 horas en personas encama-
das y cada hora cuando la persona permanezca sentada.
– Nunca se debe arrastrar al paciente.

– Evitar movimientos bruscos que pueden originar dolor o molestias.


– Siempre que sea posible, el paciente debe realizar por si mismo los cambios
posturales.
– Elaborar un esquema de cambios adaptados, en la que se registra las diversas
posturas en la que vamos posicionando al paciente a lo largo del día. Para cal-
cular de la frecuencia de los cambios se tendrá en cuenta:
▷ Individuos que no pueden moverse solos:
En las personas encamadas, los cambios de posturas deben realizarse cada
2-3 horas durante las 24 horas del día, colocando a la persona en las tres
posiciones de decúbito, siempre que no existan complicaciones.
En las personas que permanecen en sedestación durante largos períodos de
tiempo estos cambios se realizarán incluso con una mayor frecuencia, cada
15-30 minutos, siempre que no exista contraindicación.
▷ Individuos que se pueden mover por sí mismos o con ayuda:
Si la persona permanece sentada, debe levantarse del sillón durante unos
segundos aproximadamente cada hora.
Si puede moverse de forma autónoma, invitarle a hacerlo cada 15 o 30 minutos.
Si esto fuera imposible, debido a su estado, se pueden alternar inclinaciones
laterales a la derecha y a la izquierda, con ayuda de cojines, para evitar el
deslizamiento.

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Servicio Andaluz de Salud
(SAS)

25
Temario específico
Vol. 2

Tema
Atención y preparación del paciente
para una exploración o intervención
Servicio Andaluz de Salud (SAS)

quirúrgica. Posiciones anatómicas.


Atención en las fases: pre-operatorio,
intervención y post-operatorio
Auxiliares de Enfermería

Carolina Elizabeth Córdova Cisneros


Licenciada en Medicina
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Índice esquemático
1. Generalidades

2. Las cirugías
2.1. Clasificación de los procedimientos quirúrgicos
2.2. Factores de riesgo
2.3. Fases de la cirugía

3. Drenajes quirúrgicos
3.1. Tipos de drenaje

4. Curaciones
4.1. Generalidades
4.2. Técnica curaciones
4.3. Seguimiento de las heridas
4.4. Complicaciones de las heridas
4.5. Secreciones que pueden drenar a través de las heridas

118 © Ediciones Rodio


Tema 25. Atención y preparación del paciente para una exploración o intervención quirúrgica

1. GENERALIDADES

El papel del auxiliar de enfermería en los pacientes que serán sometidos a inter-
venciones quirúrgicas es fundamental. Por lo general, el paciente se encuentra an-
sioso, con estrés ante la proximidad del evento quirúrgico. Y si bien es cierto que
enfermería tiene un rol activo en la preparación física como psicológica del paciente,
el auxiliar de enfermería, dada su cercanía con el paciente, puede transmitir confianza
y seguridad al paciente.
Entre las funciones del auxiliar de enfermería en la exploración del paciente
se encuentran:
– Recibir y orientar a las personas que acuden a la consulta.
– Calmar la intranquilidad y la ansiedad del paciente mediante una información
clara y concisa.
– Ayudar a desvestirse y vestirse, si es preciso, a la persona por explorar.
Antes de que un paciente sea intervenido, debe cumplir con una serie de requisi-
tos. Dentro de este círculo intervienen muchos profesionales, el o la auxiliar de enfer-
mería, celadores, médicos, enfermeras, personal administrativo, etc., y cada uno debe
cumplir funciones específicas. Para el buen desempeño del trabajo y volver más ágiles
los procesos con miras a que la atención al paciente sea la mejor, que es el objetivo
primordial, es importante conocer el funcionamiento del sistema.

2. LAS CIRUGÍAS

Las intervenciones quirúrgicas se puede dividir en dos apartados: las programa-


das (o electivas) y las urgentes. Las electivas o programadas se refieren a aquellas
operaciones que se realizan con antelación. Se cuenta con el tiempo suficiente para
preparar al paciente, solicitarle los estudios que necesita, es decir, se cuenta con el
tiempo suficiente para darle tiempo para que esté en las mejores condiciones antes de
someterse a la operación. Por esta razón, el porcentaje de morbimortalidad es menor.
Esto significa que el riesgo de enfermedad que corre el paciente a consecuencia de la
cirugía, o de fallecimiento, se reduce. No sucede lo mismo con las cirugías de urgen-
cia, en donde el paciente es operado de inmediato, ya que su vida está en peligro. Son
situaciones inesperadas que no dan tiempo a una preparación mayor, sino a las mí-
nimas necesarias para que el paciente pueda resistir la intervención urgente. Por esa
razón, el riesgo de enfermedad o de muerte es mayor que en las cirugías electivas o
programadas. Las situaciones que pueden poner en peligro la vida de la persona son
hemorragias, obstrucciones por tumores, etc. De ahí que también las cirugías pue-
dan clasificarse en mayores o menores, según el grado de riesgo que corra el paciente.
Ahora bien, en el transcurso de los años, y debido al avance científico, los días
de hospitalización de los pacientes se han ido reduciendo. La aparición de la cirugía
ambulatoria, que es una cirugía sin ingreso, ha aumentado de manera considerable,

© Ediciones Rodio 119


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

lo cual ha redundado en una disminución de las infecciones nosocomiales, menos


efectos secundarios con los anestésicos, ya que se metabolizan más rápidamente, y
reducción de costes hospitalarios.

2.1. Clasificación de los procedimientos quirúrgicos


Los procedimientos quirúrgicos pueden clasificarse de acuerdo a su gravedad, ur-
gencia y objetivo.
a) Por su gravedad:
▷ Mayor: implica una reconstrucción o alteración extensa y gran riesgo para
el paciente.
▷ Menor: implica una alteración mínima y un riesgo menor.
b) Urgencia:
▷ Programada: se programa para una fecha determinada.
▷ Urgente: es necesaria hacerla para prevenir problemas adicionales.
▷ De emergencia: es una cirugía que debe hacerse sin demora, de inmediato,
ya que pone en riesgo la vida del paciente.
c) Objetivo:
▷ Diagnóstica: es para confirmar un diagnóstico de presunción.
▷ Ablativa: se refiere a la escisión de una parte afectada del cuerpo.
▷ Paliativa: es para aliviar o disminuir las molestias de un paciente, pero no
es curativa.
▷ Reconstructiva/restaurativa: es aquella que normaliza la función o el aspec-
to de los tejidos que han sido dañados.
▷ Trasplante: extirpación de órganos o tejidos para trasplante en una persona
a quien se le ha diagnosticado muerte cerebral.
▷ Constructiva: persigue normalizar las funciones que están disminuidas o
ausentes por nacimiento (congénitas).
▷ Estética: esto implica las intervenciones para mejorar el aspecto de las per-
sonas.

2.2. Factores de riesgo


Existen ciertos estados que aumentan el riesgo quirúrgico del individuo, entre
ellos, la edad, la obesidad, su estado nutricional, el desequilibrio hidroelectrolítico, el
embarazo, la radioterapia, patologías agregadas, como la diabetes mellitus.
En el caso de la edad, el estado fisiológico inmaduro, como sería la situación de
un lactante, o deteriorado, en el caso de la gente mayor, aumentan este riesgo. Una
persona malnutrida no tolera de manera adecuada la anestesia, puede presentar alte-
raciones en la coagulación, en el sistema inmunológico, en su capacidad para regene-
rar los tejidos, etc. Por su parte, la obesidad predispone a infecciones en la herida, a

120 © Ediciones Rodio


Tema 25. Atención y preparación del paciente para una exploración o intervención quirúrgica

desarrollar problemas respiratorios, por ello, las funciones respiratoria y cardiaca se


ven disminuidas.
La respuesta de un paciente sometido a cirugía es la misma que si ha sufrido un
traumatismo. En las pacientes embarazadas hay que tener en cuenta que se está tra-
tando a la madre y al feto.

2.3. Fases de la cirugía


Hablamos de tres procedimientos, áreas o fases de la cirugía.
a) Área preoperatoria.
b) Área intraoperatoria.
c) Área posoperatoria.

2.3.1. Procedimientos preoperatorios


Esta fase comienza desde el momento en que se toma la decisión de operar a un
paciente hasta que la persona entra al quirófano. Todo paciente que será intervenido
requerirá de cuidados de enfermería. Estos también dependerán del tipo de procedi-
miento que se le realizará. Es así que habrá procedimientos que se puedan realizar de
forma ambulatoria y otros en los que será necesario ingresar al paciente para control
posoperatorio. Por lo tanto, las intervenciones pueden realizarse por motivos diag-
nósticos, curativos, paliativos o cosméticos.
En este contexto, se precisa la vigilancia del paciente antes, durante y después del
procedimiento, según las características propias del paciente y de la intervención que
se le realizará. No es extraño, por tanto, que el personal de enfermería y los auxiliares
sean quienes detecten previamente el estado de preocupación del paciente días pre-
vios a una intervención. Los pacientes pueden experimentar miedo y ansiedad una vez
ingresen y se encuentren ya en sala de espera, ya que suelen relacionar la intervención
con malestar, dolor… incluso hasta con la muerte. Intentar tranquilizar al paciente y
que comprenda los procedimientos puede ayudarlos a relajarse. Los comentarios de
pasillos pueden intranquilizarlos, o las explicaciones muy detalladas. Estas últimas, es
preferible que queden a cargo ya sea de enfermería o de los médicos tratantes, para
evitar discrepancias con la información proporcionada por los médicos.
Otro aspecto de consideración es el consentimiento informado. Tanto por moti-
vos éticos como legales, antes de realizar cualquier procedimiento, el paciente debe
entender el por qué de su intervención, los riesgos que conlleva el procedimiento,
el procedimiento en sí mismo, qué se espera de la intervención, y los tratamientos
alternativos. Y quien tiene la responsabilidad de informar al paciente es el médico. Si
el paciente está inconsciente, no comprende, o se encuentra bajo los efectos de algún
medicamento, no se considera que esté informado. Idealmente antes de ingresar, el
paciente debería haber firmado el consentimiento informado.
En los días previos, durante la etapa preoperatoria, se procede a la valoración mé-
dica. Se realiza la historia clínica, y la enfermera también procede a realizar la historia

© Ediciones Rodio 121


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

clínica enfermera. Se toman los signos vitales, se citan alergias, hábito tabáquico, ingesta
de alcohol, todas las intervenciones realizadas con anterioridad, enfermedades crónicas,
medicamentos que toma el paciente (si toma anticoagulantes, tranquilizantes, antibió-
ticos, diuréticos, etc.), exploración física, etc. Se solicitan: ECG, radiografía de tórax o
estudios complementarios. El papel del auxiliar es colaborar en lo que se le solicite para
facilitar la realización de los mismos. Además de lo anterior, hay que observar al pacien-
te: si tiene indicios de alguna infección, tos, fiebre, dificultad para respirar e informarlo.
Los pacientes no pueden comer entre las 6 a 12 horas previas a la intervención,
ni ingerir agua en las últimas horas tampoco. Si el estómago se encuentra lleno, los
pacientes podrían vomitar y parte de este contenido podría irse a las vías respirato-
rias inferiores (pulmones). Esta preparación también comprende nutrición, descanso,
medicamentos, etc.
En cuanto a los remedios de herbolario, estos deben ser suspendidos por lo menos
2 semanas antes de la cirugía.
Una vez que el paciente ha ingresado, portará su pulsera de identificación. El pa-
ciente debe defecar en las horas previas. En ocasiones se solicita la administración de
un enema de limpieza. Corroborar que el paciente no haya comido ni bebido nada
dentro de los horarios estipulados. Verificar que no porte prótesis, ni joyas, lentillas,
audífonos, dentaduras movibles… El paciente debe ducharse antes de la cirugía. Hay
instituciones donde se les pide a los pacientes que se duchen por la noche o por la
mañana, antes de la intervención. Las uñas deben estar cortadas y sin pintar. Los pa-
cientes no deben entrar al quirófano maquillados. Y dependiendo del procedimiento
será preciso colocarles un gorro quirúrgico. Si el cabello es largo, se puede trenzar. El
descanso adecuado previo a la cirugía es recomendable.

2.3.1.1. Preparación de la zona quirúrgica


Es aconsejable rasurar al paciente 1 hora antes de la cirugía de esta manera se
intenta que las bacterias no proliferen en las erosiones cutáneas que se realizan al
rasurar. Verifique la presencia de erupciones, pústulas, irritaciones, exudados, vegeta-
ciones, etc. El rasurado debe hacerse siguiendo la dirección del crecimiento del pelo
para evitar las heridas cutáneas. Los aparatos eléctricos o las que utilizan pilas se pre-
fieren a las afeitadoras para prevenir la irritación cutánea. El cabezal de la maquinilla
debe ser desechable, y el mango debe ser desinfectado.
Materiales
Crema de afeitar o espuma, guantes, una bandeja con agua tibia, navaja de afeitar
de un solo uso, antiséptico (povidona yodada en solución alcohólica al 10%), gasas
estériles, esparadrapo, bata, acetona, pulsera de identificación.
Técnica
– Lavado de manos y colocarse los guantes.
– Retirar prótesis y joyas, y colocarlos donde la paciente desee. Si usa gafas y es
colaboradora, dejárselas, y retirarlas cuando la vengan a buscar.
– Retirar el esmalte de las uñas con acetona.
– Ducharla, o ayudarla si no es autónoma.

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Tema 25. Atención y preparación del paciente para una exploración o intervención quirúrgica

– Antes de rasurar, solicitar a las demás personas que se retiren, para respetar la
intimidad del paciente. Se colocará una toalla por debajo de su cuerpo para que
el agua que se derrame sea absorbida en la toalla. Si se tiene que rasurar la zona
perianal, se colocarán un orinal por debajo de los glúteos.
– Si el procedimiento es en la cabeza, conviene antes de rasurar cortar el cabello
en dicha zona con unas tijeras. Una vez cortado, antes de afeitar, se humedece
la zona con agua tibia, puede ayudarse colocando un poco de espuma y dejar
que actúe por un minuto.
– Rasurar el área quirúrgica indicada, según el procedimiento que se va a realizar.
– Lavar la zona rasurada con agua tibia para eliminar todos los restos de jabón,
espuma o pelo.
– Aplicar enseguida antiséptico, enjuagar y secar.
– Revisar la piel.
– Aplicar la solución alcohólica de povidona yodada con gasas estériles.
– Cubrir la zona con una gasa estéril, ayudándose con esparadrapo.
– Ayudar a la persona a colocarse la bata, si puede, sino, colocársela.
– Identificar que sea el paciente y, una vez corroborado, colocarle la pulsera de
identificación, y dejarla en un lugar cómodo.
– Quitarse los guantes, desecharlos, lavarse las manos, anotar el registro, e infor-
mar alguna incidencia.

2.3.1.2. Zonas quirúrgicas


La norma indica que es necesario: rasurar, lavar y desinfectar un área amplia alre-
dedor del punto de incisión. Esto es por dos razones: para reducir el riesgo de infec-
ción y como medio preventivo por si se necesita ampliar la incisión, de tal forma que
la piel ya esté preparada, y se reduzcan las posibles complicaciones.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

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Tema 25. Atención y preparación del paciente para una exploración o intervención quirúrgica

Tipos de zonas que deben lavarse y desinfectarse dependiendo de la operación quirúrgica a realizar

2.3.2. Traslado al quirófano


El celador es quien se encarga de ir a buscar al paciente para llevarlo al quirófano.
Dependiendo de su estado, podrá llevarlo en camilla o en silla de ruedas. Antes de
llevarlo deberá comprobar que se trata del paciente, corroborándolo con su pulsera
de identificación. Debe portar con el paciente su historia clínica.
Una vez que el paciente ha sido trasladado al quirófano, hay que preparar la ha-
bitación para cuando regrese. Para entonces, hay que contar con un esfigmomanó-
metro, estetoscopio, termómetro, recipiente para vomitar, ropa de hospital limpia,
toallas, pañuelos faciales de papel, soportes para las soluciones endovenosas, equipo
de aspiración (si es necesario), equipo de oxígeno (si lo requiere), almohadas extras,
almohadillas para proteger la ropa de cama de las secreciones, y tener elevada la cama
a la altura de la camilla para pasar al paciente de una a la otra.
No olvidar que el objetivo primordial de esta fase es preparar al paciente para la
cirugía en dos aspectos: físico y psicológico.
– Físico, proporcionándole la alimentación, los cuidados, los análisis, etc. que
requiera.
– Psicológico, intentar reducir al mínimo la ansiedad y el estrés. De esta manera,
el paciente tendrá menos riesgos quirúrgicos, posibilidades de tener una recu-
peración más rápida, y ninguna o menos complicaciones.

2.3.3. Fase intraoperatoria


Esta fase comprende la intervención del paciente por parte del cirujano y su equi-
po. Una vez en el quirófano, deberá colocarlo en cualquiera de estas posiciones:
– Decúbito supino: el paciente está acostado boca arriba. Esta es la posición más
común principalmente cuando se trata de cirugías abdominales.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Decúbito prono: el paciente se encuentra acostado boca abajo. Esta posición se


utiliza en las cirugías de la columna vertebral.
– Decúbito lateral: el paciente está recostado del lado derecho o izquierdo. Esta
posición se utiliza para las cirugías de tórax, riñones e hígado.
– Posición de Trendelenburg: el paciente se encuentra acostado boca arriba, con
las piernas elevadas. Se utiliza para las cirugías de la parte inferior del abdomen
o de los genitales internos.
– Posición ginecológica: la paciente se encuentra acostada boca arriba, el sacro
apoyado sobre el borde distal de la mesa y las piernas colocadas sobre las gre-
bas. Sirve para las intervenciones de los genitales externos y la zona anal.
Otras:
– Posición fowler.
– Posición de Sims o semiprono.
– Posición genupectoral.

Decúbito supino

Decúbito prono
Decúbito lateral

Ginecológica Genupectoral

Sims o semiprono

Fowler Tredelemburg

DisƟntas posiciones quirúrgicas

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Tema 25. Atención y preparación del paciente para una exploración o intervención quirúrgica

Cuando un paciente sea intervenido, requerirá de atención en distintas etapas, la


cual es proporcionada por enfermería y auxiliares de enfermería. Hay que preparar
la sala quirúrgica y revisar que todo se encuentre en condiciones, y si existe algún
problema, reportarlo al servicio de mantenimiento. Asimismo, verificar que el mate-
rial quirúrgico sea el correcto para el procedimiento que se va a realizar, además de
comprobar que estén completos.

2.3.3.1. La cama quirúrgica


– Se reúne todo el material atendiendo al orden en que se ocuparán.
– Higiene de manos y colocarse guantes no estériles, si es necesario.
– Colocar la cama en posición horizontal y, si es posible, que la altura correspon-
da a la posición de trabajo.
– Retirar la ropa sucia de la cama, sin sacudirla, ésta se dobla o enrolla sobre sí
misma y se deposita en una bolsa azul.
– El colchón se centra y se cambia o se estira la funda.
– Se coloca la sábana bajera y se fija debajo del colchón, haciendo las esquinas en
mitra y metiendo los laterales.
– Colocar la sábana entremetida, si es necesario, en el tercio medio de la cama,
con las costuras hacia los pies, centrándola y fijándola por debajo del colchón,
por los dos laterales.
– Luego se coloca la sábana encimera, dejando entre 20 y 50 cm en la cabecera
para el embozo. La parte inferior se introduce debajo del colchón y se dejan las
esquinas para hacerlas junto con la manta y la colcha. Esto también se puede
hacer pieza a pieza.
– Se coloca la manta y la colcha, y se centran en la cama.
– Volver la sábana sobre la manta y la colcha en la parte superior, para hacer el
embozo.
– Ahora, con la colcha, la manta y encimera juntas se confecciona, en cada esqui-
na de la parte inferior del colchón, un “borde en mitra”.
– La sábana superior, la manta y la colcha deben colgar por igual a los lados de la
cama y no se deben fijar debajo del colchón.
– Colocar en la cabecera de la cama una entremetida o un paño de campo o un
protector de celulosa.
– La lencería superior debe estar doblada a los pies de la cama (facilita el cambio
del paciente desde la camilla).
– Corroborar que la cama quede con el freno puesto y en la posición más baja
posible.
– Verificar que la cama disponga de un soporte de suero.
– Recoger, limpiar y ordenar todo lo que se ha utilizado.
– Retirarse los guantes y lavarse las manos.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Para tener en cuenta:


– La cama debe hacerse después del aseo del paciente.
– No colocar la ropa de un paciente sobre la cama de otro paciente.
– Tener cuidado de no retirar sondas, catéteres, etc.
– Las camas deben quedar sin arrugas para evitar la presión sobre las extremida-
des de los pacientes.
– La sábana superior debe estar libre y no debe ejercer presión sobre las extremi-
dades del paciente.
– la felpa de la funda del colchón debe colocarse siempre hacia arriba.
– No deben mezclarse la ropa sucia con la limpia.
– La ropa sucia debe colocarse en la bolsa azul, nunca sobre el suelo.
– En los pacientes inmovilizados, se levanta al paciente en bandeja y se cambia la
sábana bajera como si la cama estuviera desocupada.
– Si durante este proceso ocurriera alguna complicación o si el paciente lo solici-
tara, hay que interrumpir el proceso.
– Controlar que después de desplazar la cama, ésta quede con los frenos puestos.
– El arreglo de la cama coordinarlo con las otras actividades, como pruebas de
diagnóstico, etc.
– Cuando el paciente se encuentra en la cama y se realiza el arreglo de ésta, hay que
colocar la barandilla si se coloca al paciente en decúbito lateral para evitar caídas.
– Tener cuidado de no hacer fricción y de no erosionar la piel del paciente.
– Una vez hecha la cama, verificar que las sondas, catéteres y demás, estén bien
colocados y permeables.

2.3.3.2. En el quirófano
Dentro del quirófano estará una enfermera, el auxiliar de enfermería, el aneste-
siólogo, el ayudante del cirujano. La instrumentista es una enfermera quirúrgica. Es
la persona responsable de preparar la mesa que contenga el material quirúrgico y
quien colaborará con los cirujanos, proporcionándoles los materiales que necesiten.
El circulante, por su parte, brinda apoyo tanto al equipo de cirujanos, como al anes-
tesiólogo y a la instrumentista, como sería, solicitar los servicios radiológicos para el
quirófano, solicitar paquetes de sangre, preparar las muestras para llevarlas a analizar
al departamento de Anatomía Patológica. El circulante puede ser una enfermera o un
auxiliar de enfermería, depende del centro de que se trate. Todo el material que se uti-
lice, como gasas y demás, deberá contabilizarse. El cirujano o los cirujanos, antes de
iniciar el cierre, solicitarán conteo de gasas. La suma de ese material sucio con el lim-
pio (el que todavía se encuentra en la mesa de la instrumentista) debe coincidir con
las gasas que previamente haya contado la instrumentista antes de usarlo. Significa
que la instrumentista, cuando coloca su mesa, contabiliza las gasas que tiene. De esta
manera, se tiene la certeza de que no se queda ninguna gasa en el interior del cuerpo
del paciente. Si esto sucediera, acarrearía complicaciones médicas al paciente, además

134 © Ediciones Rodio


Tema 25. Atención y preparación del paciente para una exploración o intervención quirúrgica

de problemas legales, y no solo al cirujano, sino a todo el equipo que ha participado


en la cirugía.

2.3.3.3. La anestesia
El método de anestesia que se utilice dependerá del tipo de intervención, del es-
tado de salud del paciente, de su edad, peso, sexo, talla, antecedentes médicoquirur-
gicos, alergias, estado psicológico, etc. También influyen las preferencias técnicas del
anestesiólogo y del cirujano.
Una vez que el paciente se encuentra en el quirófano, los anestesiólogos pueden
administrar: anestesia general, regional, local o sedación consciente. En la anestesia
general, el paciente se encuentra inconsciente e inmóvil. En la regional, el paciente
experimenta la pérdida de sensaciones de una parte de su cuerpo. Es decir, el paciente
se encuentra consciente, aunque puede estar sedado. Para ello, el anestesiólogo puede
recurrir al bloqueo nervioso, a la anestesia intrarraquídea, a la anestesia epidural o
a la anestesia regional intravenosa. En la local, el paciente presenta pérdida de las
sensaciones en un sitio determinado, como puede ser una parte de la piel por una tu-
moración. En la sedación consciente, el paciente experimenta disminución del estado
de conciencia, sin pérdida de su autonomía respiratoria, y es capaz de responder a los
estímulos físicos y verbales. Se suele administrar este tipo de anestesia en aquellos
pacientes que serán sometidos a una broncoscopía, por ejemplo.

2.3.3.4. Instrumental
Existe una gran diversidad de instrumentos quirúrgicos que dependen del tipo de
procedimiento que se realizará. No obstante, los más usuales son los siguientes, y los
hay de varios tamaños y diseños:
– Instrumental de corte: bisturí, hojas de bisturí y tijeras. Ejemplo: tijeras de
Metzenbaum.
– Pinzas de disección: sirven para separar los tejidos.
– Pinzas hemostáticas: sirven para hacer hemostasia de los vasos sanguíneos
sangrantes. Hay pinzas con y sin dientes.
– Separadores: como su nombre lo indica, sirven para separar los órganos. Los
hay manuales y estáticos. Los manuales tendrán que ser sostenidos por los
ayudantes del cirujano; los estáticos se sostienen solos, gracias al sistema de
engranaje del instrumento.
– Instrumental para sutura: que sirven para afrontar las heridas. Hay de distintos
tipos.
– Instrumental de tracción para cirugías abdominales: se usan para separar órga-
nos abdominales sin lesionarlos. Ejemplos: Fórceps de Duval, de Babcock, etc.
– Instrumental para intervenciones traumatológicas: estos instrumentos tienen
la particularidad de ser elementos muy duros, ya que se trabajará con los
huesos.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Instrumental para cirugías laparoscópicas: este tipo de cirugías son las más
frecuentes. Para realizarlas, se abren pequeños orificios a través de los cuales se
insertan tubos. Inicialmente, se introduce dióxido de carbono con la finalidad
de separar las paredes de la cavidad. También se introduce una cámara para
poder ir visualizando todo el procedimiento a través de una pantalla, que po-
drá mirar el cirujano y su ayudante.

Algunos Ɵpos de instrumental

2.3.4. Fase posoperatoria


Cuando la cirugía ha finalizado, el paciente es trasladado a la sala de recuperación.
Cierto tipo de cirugías ameritan que el paciente sea conducido a una sala de cuidados
intensivos. Esto puede suceder porque su intervención sea de gran magnitud, como
sería, por ejemplo, un trasplante de corazón, o cuando el paciente se encuentra muy
inestable desde el punto de vista hemodinámico o haya cursado un transoperatorio
muy complicado.
De forma general, hay que valorar siempre los siguientes aspectos:
– Respiración: estar atentos a si tose, si tiene dificultad respiratoria. Escuchar sus
sonidos respiratorios. Preguntar si siente dolor cuando respira. Mirar si tiene
secreciones y avisar. Algunos medicamentos producen depresión respiratoria.
Mirar si la respiración en superficial, lenta o poco profunda. La oximetría nos
permite determinar la saturación de oxígeno que nos será de gran utilidad.
Debería rondar entre el 92 y el 100%. Esto también dependerá del paciente, de
la cirugía y de sus patologías previas, de si es fumador crónico. De un paciente
con EPOC o con enfisema esperaríamos cifras de saturación de oxígeno de
menos del 100%.

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Tema 25. Atención y preparación del paciente para una exploración o intervención quirúrgica

– Circulación: para mirar el estado cardiovascular, los parámetros que nos ayu-
dan son la tensión arterial y la frecuencia cardiaca. La hemorragia, los efectos
de la anestesia y los trastornos electrolíticos pueden desencadenar complica-
ciones cardiovasculares. La hemorragia a veces puede no ser visible, cuando se
trata de una hemorragia interna, y en ocasiones podemos evidenciarla a través
de los drenajes. No es normal que un drenaje se llene de sangre en grandes
cantidades y de forma constante, o que los apósitos se llenen de mucha sangre
continuamente.
– Temperatura: hay que mantener la temperatura corporal. La anestesia, debido
a que disminuye la función orgánica del paciente, reduce su metabolismo y,
por tanto, la temperatura corporal. También la misma intervención quirúrgica
permite la pérdida de calor. Los pacientes, entonces, al despertar sienten frío.
En ese sentido, hay que abrigarlos para mantener su temperatura. El control
de ésta también se enfoca en caso de aumento de la misma. Es normal que se
incremente un grado o grado y medio, pero luego se normaliza. Si esta no dis-
minuye y, por el contrario, se incrementa, puede ser signo de infección.
– Equilibrio hidroelectrolítico: es importante vigilar el estado de hidratación del
paciente: sus mucosas orales, la turgencia de la piel, la uresis y la cantidad. A los
pacientes que han sido intervenidos y que permanecerán varios días ingresa-
dos, que poseen drenajes, por lo general, se les solicitan analíticas para verificar
el estado electrolítico.
– Estado neurológico: los pacientes deben estar conscientes y saber responder al
tiempo, al espacio (dónde están) y a la persona (quiénes son). Su fuerza moto-
ra y la sensibilidad deben estar conservadas. Salvo que se trate de una cirugía
neurológica, tanto el personal médico como el de enfermería se encargarán de
verificar estas funciones. Pero el auxiliar puede observar estas funciones en los
pacientes, desde cómo caminan o caminaban previo a su cirugía, si no tiene la
fuerza suficiente en una mano para sostener un vaso, etc.
– Integridad de la piel y de la herida: los auxiliares deben estar atentos a la pre-
sencia de lesiones nuevas en la piel, que pudieran reflejar alergias o sensibilidad
a los fármacos. Si detectan petequias o hematomas, quemaduras, y reportarlo
de inmediato.
– Aparato genitourinario: a veces, dependiendo de la cirugía, los pacientes no
presentan uresis sino hasta después de 6 a 8 horas. Es preciso verificar que
no tengan globo vesical (retención de orina). Después de este período, deben
tener una uresis espontánea y normal. Su ausencia hay que reportarlo de inme-
diato, o si los pacientes refieren dolor en abdomen inferior, deseos de orinar y
dificultad para hacerlo.
– Aparato gastrointestinal: después de una cirugía, los pacientes se mantienen
en dieta absoluta durante unas horas. Los anestésicos disminuyen la motilidad
gastrointestinal, de ahí que los pacientes también refieran náuseas. En ocasio-
nes, puede haber distensión abdominal. Cuando aparecen los movimientos pe-
ristálticos, se inicia la tolerancia con líquidos, si no existe contraindicación y si
tampoco hay distensión. Si estos son tolerados, se continúa con sólidos.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Control del dolor: el dolor es un aspecto muy subjetivo, ya que todos tenemos
umbrales diferentes, es decir, la tolerancia es diferente de persona a persona.
Un dolor muy intenso puede chocar a un paciente, puede dificultar que reali-
ce sus actividades de forma normal. Hay que preguntarle al paciente cómo se
siente, si siente dolor, y si lo siente, una forma de poder hacernos una idea es
basándonos en una escala (EVA). Le preguntamos al paciente cuánto le duele
del 1 al 10. Siendo 1 mínimo, y 10 lo máximo de dolor.
– Postura y movimiento: si el paciente todavía no ha recuperado la movilidad
completa, hay que ayudarlo a cambiar de posición de forma segura, siempre y
cuando no exista contraindicación. De esta manera también prevenimos las úl-
ceras de presión. Al paciente hay que estimularlo a moverse, a que se incorpore
poco a poco. Esto es porque la actividad física disminuye las molestias digesti-
vas, los problemas circulatorios y respiratorios. Puede hacerle movilizaciones
pasivas de las extremidades y cambios posturales, tanto como sea necesario.
Los cambios de postura de los pacientes anestesiados deben hacerse de forma
lenta, para permitir que el aparato circulatorio se adapte a los cambios de la
distribución de la sangre.

2.3.4.1. Unidad de cuidados intensivos


Si el paciente es trasladado a una UCI, sus signos vitales serán monitorizados es-
trechamente: tensión arterial, frecuencia respiratoria, frecuencia cardiaca, temperatu-
ra, saturación de oxígeno (y si tienen catéteres, los valores serán más precisos), PVC
(presión venosa central), gases arteriales (y con mayor razón si sale intubado), etc.
Además de controlar y contabilizar el gasto que el paciente tenga de drenajes, como
sonda urinaria, penroses, sellos de agua…. y reportar también sus características.

2.3.4.2. Sala de recuperación


Cuando el paciente es trasladado a la sala de recuperación, aunque su estado no
sea crítico, como es el caso de los pacientes que son trasladados a una UCI, también
precisan de la monitorización respiratoria, circulatoria, neurológica, electrolítica, y
del dolor.
Inicialmente los signos vitales se toman frecuentemente, cada 10 minutos o antes,
dependiendo del estado del paciente. Esto es porque después de una intervención, hay
que vigilar las posibles complicaciones inmediatas que, en caso de aparecer, puedan
ameritar la reintervención del paciente. Si, por ejemplo, se ha realizado una cirugía a
un paciente a quien se le han ligado los vasos, y durante su recuperación su tensión
arterial baja bruscamente, aumenta su frecuencia cardiaca, el paciente está pálido,
hay que considerar la posibilidad de que estos vasos estén sangrando y, lo más pro-
bable, es que tenga que reintervenirse. Por tanto, la estrecha vigilancia del paciente
permitirá dar una respuesta más rápida y disminuir complicaciones más graves en el
paciente. De ahí la importancia de que el auxiliar esté atenta del estado de conciencia

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Tema 25. Atención y preparación del paciente para una exploración o intervención quirúrgica

del paciente, de si orina, de si refiere que le falta el aire, de si lo mira más pálido y debe
informarlo de inmediato.
El personal de enfermería es quien se encarga de la monitorización, no obstante,
dado que los auxiliares también están muy cerca de los pacientes realizando labores
de apoyo a enfermería, también deben estar atentos a la evolución de los pacientes, e
informarlo de inmediato si fuera el caso.
El paciente operado se da de alta de la sala de recuperación cuando se ha verificado
que sus signos vitales se han mantenido normales y constantes durante, por lo menos,
una hora. Que su vía aérea está permeable, que no presenta dificultad para respirar,
en otras palabras, que no tiene problemas respiratorios. El paciente debe estar cons-
ciente y despierto, alerta, y debe responder a las órdenes. Además se comprueba que
puede mover las 4 extremidades, que el color de su piel es normal, que tiene un buen
llenado capilar, que no hay datos de cianosis que se miran en los lechos ungueales. Las
soluciones intravenosas deben estar permeables. Se verifica también que los apósitos
estén intactos, y que no haya salida excesiva por los drenajes o tubos. El paciente debe
estar orinando.

2.3.4.3. Alta del paciente de la sala de recuperación a su habitación


Cuando llega a la habitación, la monitorización de los signos vitales debe conti-
nuar al principio cada 30 minutos durante 2 horas, luego cada horas durante 4 horas,
y finalmente cada 4 horas durante 24 a 48 horas. Aquí, el paciente debe ser capaz de
ducharse (si es autónomo), o con ayuda del auxiliar de enfermería, dependiendo del
paciente, se inicia tolerancia a la vía oral, se vuelve a verificar que las excretas y la
uresis sean normales, que canalice gases, que pueda deambular sin problemas, sin
marearse, que no presente náuseas o vómitos, que esté sin fiebre, y que el dolor esté
controlado, que no haya sobrecarga de líquidos, el edema de miembros inferiores es
uno de varios de los signos de sobrecarga.
La herida debe estar en óptimas condiciones.
Hay que recordar que ciertas enfermedades aumentan el riesgo de infección po-
soperatoria, como la diabetes, la insuficiencia renal, la obesidad, la edad avanzada,
la administración de corticosteroides, medicamentos inmunosupresores, antibióticos
por períodos prolongados, deficiencia de proteínas, anemia…

2.3.4.4. Alta a su domicilio


El paciente es dado de alta a su domicilio, una vez que se haya mantenido estable
hemodinámicamente, sin estado nauseoso, sin vómitos, sin fiebre, con buen estado
general, con control del dolor. Si el paciente es autónomo, debe tener la capacidad
para ducharse por sí mismo, vestirse, desvertirse, de caminar, no presentar mareos.
Los pacientes egresan con indicaciones precisas de lo que tienen que hacer en su casa
para continuar su tratamiento (ya sean ejercicios, medicación, cuidados de sondas o
bolsas colectoras) con fecha de su próxima cita para control, y entender perfectamen-
te en qué circunstancias deben acercarse a los servicios de urgencias, o, dependiendo
de su condición, llamar al 112.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

2.3.5. Complicaciones posoperatorias


Las complicaciones quirúrgicas son frecuentes, y aparecen incluso en las interven-
ciones menores. Las complicaciones pueden ser leves (resolutivas) hasta llegar a ser
graves (que pueden dejar insuficiencias funcionales irreversibles). Éstas pueden ser de
diversos tipos: complicaciones relacionadas con la intervención, con la causa y según
el momento en que aparecen.
a) Complicaciones según la relación con la intervención
Las complicaciones que aparecen según la relación con la intervención concreta
pueden ser generales e inespecíficas, que van desde la afectación a los grandes apa-
ratos, cardiovascular, respiratorio…. etc., hasta las heridas. Las más importantes son:
– La fiebre posoperatoria. Es normal que inmediatamente después de una ciru-
gía se incremente la temperatura un grado o grado y medio que desaparece
espontáneamente hacia el tercer día. Si aumenta o persiste más tiempo, debe
ser considerada como una complicación y buscar el foco de infección, ya sea a
nivel pulmonar, en la herida propiamente dicha, en los riñones, etc.
– Las infecciones. Las heridas quirúrgicas pueden infectarse ya que, durante la
cirugía, quedan expuestas al medio ambiente. Por otro lado, han sido manipu-
ladas durante la intervención.
– Complicaciones vasculares: trombosis venosa: sucede cuando un trombo (coá-
gulo) se encuentra en una vena que, aunque no ocluya por completo el vaso,
reduce su diámetro y enlentece y reduce el paso de sangre. La embolia es otra
entidad que consiste en la obstrucción de una o varias arterias pulmonares a
causa de un trombo venoso. El choque aparece debido al fracaso funcional del
corazón debido a muchas causas. La oliguria, que es la disminución de la ure-
sis, es normal después de la cirugía, pero es pasajera. Hay que estar atentos en
caso de que persista y avisar.
– Alteraciones pulmonares:
▷ hipoventilación: por lo general se debe al dolor y a la debilidad. Ambos
factores reducen la cantidad de oxígeno que debe llegar a los alvéolos y hay
retención de dióxido de carbono.
▷ Atelectasias, que pueden aparecer debido a que los alveolos no se expanden
por completo debido a una ventilación insuficiente.
▷ Neumonía: puede suceder por la acumulación de secreciones en las vías
respiratorias.
– Úlceras por decúbito: que aparecen con más frecuencia en las personas mayo-
res y en quienes están inmovilizadas.
Las complicaciones debidas a la enfermedad dependen del tipo de intervención.
Y entre las complicaciones locales y específicas podemos encontrar los problemas
hemostáticos: debidos a alteraciones en la coagulación o a una hemostasia quirúrgica
defectuosa; la lesión quirúrgica a un órgano, que puede suceder por la presión exce-
siva y continua con un separador; la dificultad para la curación de las heridas, que
ocurre cuando éstas están infectadas.

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Tema 25. Atención y preparación del paciente para una exploración o intervención quirúrgica

b) Complicaciones según la causa que las provoca: pueden deberse a la anestesia,


a la intervención (como la hemorragia), y a las características del propio paciente (sus
patologías de base, etc.).
c) Complicaciones según el momento en que aparecen: pueden ser inmediatas o
tardías. Si aparecen antes de 24 horas o durante las primeras horas del posoperatorio,
son inmediatas, como las hemorragias. Y si aparecen después de 24 horas, son tardías,
como el desarrollo de seromas, dehiscencia de la herida quirúrgica, hematomas, etc.

3. DRENAJES QUIRÚRGICOS
La colocación de bolsas de ostomía, la colocación de sondas Foley, las curaciones y
otros diferentes tipos de drenajes están bajo la supervisión del personal de enfermería.
No obstante, todo auxiliar debe tener conocimiento de qué son y para qué sirven. El
conocimiento general de estos aspectos le permitirá comprender la fisiopatología del
paciente de manera global, se sentirá familiarizado con estos dispositivos, sin temor,
y podrá darse cuenta cuando alguna situación que se presente no corresponda con la
normalidad para que lo notifique de inmediato.
El drenaje es un dispositivo, ya sea catéter o sonda, que se coloca en una cavidad
natural, o en aquellos espacios que han sido formados por una herida quirúrgica o
traumática, cuya finalidad es la de permitir el paso del contenido de dicha cavidad al ex-
terior, es decir, fuera del cuerpo del paciente. Este contenido puede ser aire, sangre, pus.
Objetivo de los drenajes:
– Eliminar la acumulación de líquidos.
– Disminuir el dolor después de la cirugía.
– Reducir al mínimo las cicatrices.
– Prevenir la formación de hematomas y seromas.
– Disminuir la contaminación de las heridas.
– Servir de profilaxis de fugas de los conductos secretores.

3.1. Tipos de drenaje


Los drenajes pueden clasificarse de acuerdo a su finalidad (profilácticos, terapéu-
ticos), por su extensión (selectivos, amplios), por su número (único y múltiple), por
el punto de salida (por la herida o por contrabertura), por el material que se utiliza
(simple y mixto), por su mecanismo de acción (pasivos y activos), este último es que
se abordará.

3.1.1. Drenajes pasivos


a) Capilaridad
En un drenaje pasivo, los volúmenes que se manejan no son muy grandes, además
de que vacían con más lentitud. Los mecanismos de los que se vale para vaciar son la

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

capilaridad o la gravedad. Cuando un líquido sube o baja a través de un tubo fino (que
se denomina capilar) a esto se le denomina capilaridad. La adherencia a este tubo o
capilar también dependerá de otros factores como el tipo de líquido, el grosor del tubo
(mientras más fino, mayor la adherencia), de la viscosidad. Los drenajes que actúan
per capilaridad son el Penrose y el drenaje cigarrillo.

b) La fuerza de gravedad
En este caso, el extremo interno del drenaje o tubo se encuentra a una mayor al-
tura que el extremo terminal que se encuentra fuera del cuerpo. De tal manera que
el líquido se desplaza desde arriba hacia abajo del tubo. Entre ellos, podemos citar: el
tubo de Kher, los tubos de silicona, el drenaje pleural simple y el Saratoga por declive.

3.1.2. Drenajes activos


Estos drenajes desplazan un volumen mayor a una mayor rapidez, por lo cual ne-
cesitan de una energía externa. Entre estos drenajes se encuentran el pleurovac, los
tubos de silicona, el Saratoga, el Redon.

Algunos drenajes

Drenajes más comunes


Penrose: este drenaje es pasivo. El penrose tiene una banda radioopaca para que
pueda ser monitorizada por radiología.
El tubo de silicona: también es un drenaje pasivo, ya que utiliza la gravedad. Los
hay de diferentes diámetros, dependiendo de las necesidades quirúrgicas. Una vez

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Tema 25. Atención y preparación del paciente para una exploración o intervención quirúrgica

colocado en el interior, al sacarlo por la piel se fija a ésta y se coloca en el exterior a


una bolsa colectora.
El tubo de Kher: actúa por gravedad y tiene forma de T. Suele colocarse en la vía
biliar.
El Redon: este actúa por aspiración. Es de polietileno y tiene perforaciones latera-
les cuya finalidad es la de absorber el líquido. Este tubo se sujeta a la piel (sutura) y se
conecta a un tubo de vidrio que está al vacío.
El pleurovac: es un dispositivo activo. Ejerce presión negativa continuada. A tra-
vés del pleurovac se vacía líquido, aire o ambos simultáneamente. La idea es reexpan-
dir el pulmón. Por tanto, debe vigilarse estrechamente que las columnas de líquido
sean las correctas y que el dispositivo se encuentre en posición horizontal.

4. CURACIONES
4.1. Generalidades
Todas las heridas, la colocación de drenajes, tubos y demás requieren de curacio-
nes diarias. Las curaciones ayudan a que las heridas cierren y previenen las complica-
ciones. En todas, hay que buscar procesos inflamatorios, aumento de la temperatura
local, hiperemia, dolor que puedan indicar que existe un proceso infeccioso. Hay que
vigilar que todos los drenajes o sondas estén permeables, es decir, que no estén oclui-
dos total o parcialmente. Si están fijados a la piel, mirar que estén bien fijados, que no
se haya soltado un punto y que la sonda o drenaje estén bien sujetos. En el caso del
pleurovac, vigilar que las columnas de líquido sean las correctas, que esté el disposi-
tivo horizontal, que la piel del paciente se encuentre en buenas condiciones, es decir,
que además de verificar que no existan datos de infección, mirar que no haya escape
de aire hacia los tejidos. Cuando esto sucede, al palpar la piel se produce una sensa-
ción de crepitación, lo cual se denomina enfisema subcutáneo. Esto puede suceder,
por ejemplo, en un paciente con una fractura de costilla que ha hecho un neumotórax.
El cirujano estipula en qué momento se iniciará la cura de las heridas. Hay quienes
dejan transcurrir 24 a 48 horas antes de quitar el apósito. Otras no requieren tanto
tiempo, y se indica cambiar los apósitos cuando estos se llenen de secreciones. Antes
de proceder a una curación, esperar 30 minutos para que el analgésico haya hecho
efecto en el paciente. Al retirar el apósito, hay que tener cuidado de jalar los drenajes
(si los hubiere).

4.2. Técnica de las curaciones


Material: agua estéril o solución salina isotónica, gasas estériles, esparadrapo, tije-
ras, guantes estériles, pinzas, solución de povidona yodada, tubos, en caso de que se
haya solicitado cultivo de secreciones, cremas o pomadas si están indicadas.

© Ediciones Rodio 143


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

En herida cerrada con puntos:


– Pasos iniciales: identificar que sea el paciente, explicarle el procedimiento y
para qué lo va a realizar y solicite su consentimiento y colaboración. Si está
inconsciente, también hay que explicarle el procedimiento y el motivo de reali-
zarlo. Preparar todo el material estéril que se necesitará y colocarse los guantes.
– Retirar el apósito.
– Limpiar los bordes de la herida con suero fisiológico o solución antiséptica.
Con las pinzas se realizan movimientos del centro hacia afuera de la herida.
De tal forma que del exterior no se vuelva al centro para no contaminar. Puede
hacerse en forma vertical u horizontal.
– Colocar el nuevo apósito sobre la herida teniendo cuidado de que los bordes
queden bien afrontados. Hay que ayudarse con la tensión del esparadrapo.
– Se retira el material, se desecha en el lugar indicado, y se retiran los guantes y
se lavan las manos. El paciente debe quedar limpio.
En herida abierta:
– Pasos iniciales (se mencionan antes).
– Retirar el apósito, y si requerirá de cultivos, es el momento para tomar las
muestras.
– Utilizando gasas estériles y pinzas se procede a limpiar la herida. Si la herida
está infectada, hay que eliminar todo el tejido necrótico y el material purulen-
to, se realizará la limpieza con un antiséptico, vigilando que el paciente no sea
alérgico a ella, teniendo en cuenta el germen que se encuentre en la herida y
los efectos secundarios del antiséptico. Los tejidos deben quedar vitalizados.
– Se lava la herida con solución salina isotónica o agua estéril en chorro para
ayudar a limpiar mediante el arrastre hasta que quede limpia, sin ningún resto.
Luego se aplica solución antiséptica (povidona iodada), se deja un rato, y luego
se lava con agua, se seca gentilmente y se cubre con gasas estériles, previa colo-
cación de pomada si está indicada.
– Si la herida se cerrara de segunda intención, se utilizarán las curas oclusivas o
semioclusivas para que el proceso de cicatrización sea más rápido.

4.3. Seguimiento de las heridas


Todas las heridas deben curarse, y la periodicidad dependerá de sus característi-
cas. Una herida infectada requerirá curaciones diarias. Si por el contrario, está limpia,
no es necesario hacer curaciones diarias, ya que debemos dejar que aparezca el tejido
de granulación para que la herida cicatrice. Si estamos constantemente haciendo cu-
raciones, barremos con todas estas células.
En cuanto al cierre de las heridas, hay dos procesos:
– el cierre por primera intención, y
– el cierre por segunda intención.

144 © Ediciones Rodio


Tema 25. Atención y preparación del paciente para una exploración o intervención quirúrgica

a) Cierre por primera intención


Este cierre significa afrontar los bordes de una herida para ayudar al proceso de
cicatrización. Al hacer una incisión se provoca la muerte de un número de células epi-
teliales y de tejido conjuntivo. Pero, como en una herida quirúrgica, no hay pérdida
de tejido corporal, los bordes están bien perfundidos y el riesgo de infección es bajo,
existe garantía de que el cierre de primera intención tendrá éxito.

b) Cierre de segunda intención


Son aquellas que no se suturan y se dejan cicatrizar espontáneamente debido a
las particularidades de la herida. Esto puede ocurrir en caso de quemaduras, en las
úlceras por presión, o en una herida dehiscente infectada. El proceso de cicatrización
lleva más tiempo y además tiene un riesgo mayor de infección. Por otro lado, drena
más que líquido que, en el caso de las heridas cerradas y el tejido de granulación, es
más frágil que el normal.

4.4. Complicaciones de las heridas


Hablamos de complicaciones de las heridas cuando aparecen situaciones o fenó-
menos que retardan la cicatrización, o aquellas circunstancias que las empeoran par-
cialmente o por completo.
– Hemorragia: cuando una herida sangra, es posible que un vasito esté sangrado,
o que algún punto de sutura se haya soltado. Si la hemorragia es externa es más
fácil poder detectarla, no así si se trata de una hemorragia interna sin drenaje.
Si la sangre llegara a acumularse entre el tejido celular subcutáneo y la piel y no
tuviera orificio de salida, podría formarse un hematoma. El hematoma podría
infectarse; en caso de permanecer ahí, podría dificultar el proceso de cicatri-
zación de la herida.
– Infección: se caracteriza por el enrojecimiento de la piel, está inflamada, con
aumento de la temperatura local, la piel se vuelve muy sensible y, si hay drenaje,
podría observarse material purulento.
– Dehiscencia: una vez retirado los puntos, si la herida se vuelve a abrir estamos
ante una dehiscencia de la herida. Esto se debe a que el tejido conectivo no ha
podido resistir las fuerzas mecánicas de distensión. Esta situación puede ocu-
rrir entre el tercero y el onceavo día posterior a la cirugía.
– Fístula: es un canal que se forma entre dos cavidades, o entre una cavidad y el
exterior del cuerpo. Puede ocurrir cuando existe irritación del contenido de
una cavidad con otro órgano que está próximo, o entre un órgano y la piel. Los
líquidos podrían causar irritación cutánea.
– Evisceración: es la salida de las vísceras. Esto puede suceder cuando se rompen
las suturas o cuando, una vez que se han retirado los puntos, los tejidos no han
resistido la presión intraabdominal. Es importante que, ante una evisceración,
de inmediato, se coloquen sobre las vísceras trapos estériles empapados con so-
lución salina (que no esté fría) cubrirlas y llamar urgentemente a los médicos.

© Ediciones Rodio 145


4.5. Secreciones que pueden drenar a través de las heridas
– Seroso: es un líquido claro.
– Purulento: es más viscoso, y el color puede ser amarillento, verdoso o café.
Puede haber dolor intenso.
– Serosanguinolento: tiene suero y sangre. Puede ser más hemático y menos se-
roso o viceversa. Si es más hemático, será más rojizo. Y si es más seroso, el color
rojo será mucho menos intenso por efecto del suero.
– Hemático: es más viscoso y hay sangre roja, rutilante.
Servicio Andaluz de Salud
(SAS)

26
Temario específico
Vol. 2

Tema
Atención y cuidados al paciente
de Salud Mental en los ámbitos
Servicio Andaluz de Salud (SAS)

hospitalarios y comunitarios: Concepto


de Trastorno Mental Grave, cuidados
de necesidades básicas durante
la hospitalización y en atención
domiciliaria al paciente y familia
cuidadora
Auxiliares de Enfermería

Mª Belén del Río Sánchez


Licenciada en Medicina y Cirugía
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Índice esquemático
1. Introducción

2. Fisiopatologías
2.1. Concepto de salud mental
2.2. Concepto de Trastorno Mental y Trastorno Mental Grave. Principa-
les enfermedades mentales

3. Incidencia de los problemas mentales en Andalucía


3.1. Estadísticas de población
3.2. Recursos sanitarios en salud mental de Andalucía

4. Ámbito de actuación de los profesionales de auxiliar de enfermería en la


red comunitaria de salud mental
4.1. Ordenación de la Salud Mental en Atención Primaria (AP)
4.2. Ordenación de la Salud Mental en Atención Especializada (AH)
4.3. Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental (UGCSM)

5. Necesidades más frecuentes en los pacientes de salud mental


5.1. Cuidados y necesidades básicas durante la atención domiciliaria
5.2. Cuidados y necesidades básicas durante la hospitalización y situacio-
nes de emergencia

148 © Ediciones Rodio


Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

1. INTRODUCCIÓN
La reforma psiquiátrica en España fue iniciada, de manera formal e institucional,
mediante la promulgación en 1986 de la Ley General de Sanidad, que reconoció la
asistencia psiquiátrica como una prestación más del Sistema Sanitario. Este paso ori-
ginó la sustitución del Hospital Psiquiátrico, como proveedor exclusivo de atención, a
un modelo de orientación comunitaria. Esto ha puesto de manifiesto las necesidades
asistenciales de estos pacientes, que no son otras que las derivadas de su acceso a una
ciudadanía plena: atender las manifestaciones clínicas de la enfermedad y el deterioro
en el funcionamiento general del sujeto, paliar los déficits sociales que acompañan al
desarrollo de la patología y que contribuyen a agravarla, modificar las barreras socia-
les que impiden su inserción plena y garantizar el respecto a sus derechos. Además,
junto con las prestaciones consideradas como estrictamente sanitarias, se debe ofre-
cer cobertura a la rehabilitación psicosocial de las discapacidades y facilitar la aten-
ción a la necesidad de apoyo social y comunitario, de inserción laboral y alojamiento.
Por ello, es imprescindible que todos los profesionales encargados de la asistencia
en Salud Mental, trabajen de manera conjunta, formando un equipo multidisciplinar
de consulta y apoyo social y clínico, a pacientes y familiares. Los auxiliares de enfer-
mería, como profesionales asistenciales clínicos que son, deben conocer las estrate-
gias propuestas por las autoridades y organismos competentes en la materia, para la
mejora del desarrollo asistencial clínico y la reinserción completa de estos pacientes
en la sociedad.

2. FISIOPATOLOGÍA DE LA SALUD MENTAL

2.1. Concepto de Salud Mental


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Salud Mental es “un estado de
completo bienestar mental”. Hay que recordar que esta misma institución define a la Salud
como: “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia
de afecciones o enfermedades”. Con ello, ya se deja intuir que la salud mental abarca una
amplia gama de actividades, directa o indirectamente relacionadas con el componente “sa-
lud”, no pudiéndose concebir esta sin un correcto desarrollo psicosocial por parte de los
individuos.
Otra definición muy extendida, dada por el psiquiatra Luis Rojas Marcos, durante su
investidura como presidente de la Corporación de la Salud de Nueva York en 2014, es: “la
Salud Mental es un estado de bienestar psicológico y emocional que permite al sujeto em-
plear sus habilidades mentales, sociales y sentimentales, para desempeñarse con éxito en las
interacciones cotidianas”.
Así como la ausencia de enfermedad no supone una garantía de salud física, lo mismo
ocurre respecto a la salud mental. Por otra parte, no se puede entender a la salud mental
como una realidad totalmente separada de la salud física, como ya se decía en la Antigua
Roma en su expresión “mens sana in corpore sano”.

© Ediciones Rodio 149


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

2.2. Concepto de Trastorno Mental y Trastorno Mental


Grave. Principales enfermedades mentales
Se puede definir al Trastorno Mental como “el síndrome o patrón de carácter psi-
cológico sujeto a interpretación clínica que, por lo general, se asocia a un malestar
o a una discapacidad”. Teniendo en cuenta esta definición, se puede decir que, una
Enfermedad Mental es “aquella que se produce a raíz de una alteración que repercute
sobre los procedimientos afectivos y cognitivos del desarrollo, la cual se traduce en
dificultades para razonar, alteraciones del comportamiento, impedimentos para com-
prender la realidad y para adaptarse a diversas situaciones”.
Las consecuencias por las cuales un individuo puede desarrollar algún tipo de
trastorno mental son muchas y variadas, aunque pudiéndose clasificar en: factores
biológicos (ya sean de origen genético, neurológico o metabólico), ambientales o psi-
cológicos.
Igual que hay múltiples causas predisponentes a padecer un trastorno mental,
existen innumerables síntomas para describir la misma tipología, pudiendo aparecer
unas en un individuo y otras en otro, aunque padezcan el mismo trastorno.
Como Trastorno Mental Grave (TMG) se entiende como “aquel trastorno mental
de duración prolongada y que conlleva un grado variable de discapacidad y disfun-
ción social”.
Según los criterios recogidos en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders (DSM) y por la International Statistical Classification of Diseases and Related
Health Problems (CIE), la definición operativa de TMG es:

150 © Ediciones Rodio


Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

– Diagnóstico de trastorno mental:


▷ Las siguientes categorías diagnósticas son habitualmente incluidas en la de-
finición de TMG: Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, trastornos
bipolares, trastornos depresivos mayores graves recurrentes, trastorno ob-
sesivo-compulsivo grave y trastornos de la personalidad severos.
▷ Con exclusión de aquellos casos que tengan como diagnóstico principal:
q Demencia y otros trastornos mentales orgánicos
q Retraso mental moderado o severo
q Trastornos de la conducta alimentaria
q Trastornos relacionados con sustancias
– De duración prolongada, en función de uno o ambos de los siguientes criterios:
▷ Tiempo mínimo de evolución desde el diagnóstico de 12 meses y/o
▷ Tiempo mínimo de evolución desde inicio de enfermedad de 24 meses
▷ Con importante grado de disfunción, medida según los siguientes criterios
▷ Actividad global funcional evaluada por la EEAG≤ 60 y
▷ Discapacidad funcional evaluada por OMS/Das ≥ 8
– De gravedad clínica global apreciable:
▷ Evaluada mediante Icg ≥ 5
Estos elementos serán utilizados como criterios de inclusión del caso en los pro-
gramas de TMG que son desarrollados dentro del Servicio de Salud Público de An-
dalucía (SSPA), siendo especialmente prioritarios aquellos casos que tengan un perfil
clínico de mayor severidad y complejidad asistencial.
Se hará una breve descripción de los trastornos mentales más frecuentes dentro
de la sociedad:
2.2.1. Trastornos somatomorfos
Los trastornos somatomorfos pueden describirse como síntomas “físicos” que
sugieren un trastorno corporal, pero no se llega a descubrir una alteración orgánica
que lo justifique ni un mecanismo fisiopatológico que lo explique, por lo que se
relacionan con factores psicológicos que, además, no dependen de la voluntad del
paciente.
El enfermo somatomorfo es aquel en el que, tras realizar la anamnesis y las prue-
bas complementarias necesarias, no se demuestra una patología orgánica que justi-
fique su estado. Expresan por medio de sus síntomas somáticos diversas tensiones
de tipo psicológico, bien porque su nivel de estrés supera su capacidad de asimila-
ción, o bien porque sus propios conflictos psicológicos favorecen la expresión so-
mática. Los enfermos funcionales o somatomorfos son claramente identificables,
respondiendo correctamente a los tratamientos fármaco- psicoterapéuticos, y, ade-
más, desarrollan una buena relación y deseos de colaboración con el profesional
clínico. El problema radica en que se puede caer en una dinámica de petición de
pruebas diagnósticas innecesarias, junto con una cantidad de tratamientos exage-
rados para su problema.

© Ediciones Rodio 151


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Dentro de los trastornos somatomorfos más frecuentes, se pueden distinguir:


– Trastornos ficticios: el paciente se hiere o enferma de modo premeditado y
compulsivo, sin poder hacer nada para evitarlo (Por ejemplo, el Síndrome de
Münchausen).
– Trastornos hipocondríacos: el paciente se preocupa irracional y exagerada-
mente por su estado de salud, manifestando multitud de “supuestos” síntomas
y patologías que van apareciendo progresivamente, es decir, cuando se solucio-
na uno aparece otro nuevo.
– Trastornos por simulación: el paciente desarrolla el cuadro patológico “por vo-
luntad propia”, para obtener un beneficio o evitar un conflicto. Una vez logrado
su objetivo, se deja de presentar el cuadro clínico.
2.2.2. Ansiedad
La ansiedad es un mecanismo de adaptación ante una situación de peligro real o ima-
ginaria, y que produce en el organismo una serie de respuestas de activación (fisiológicas,
conductuales y cognitivas) y de alerta para que el individuo responda en las mejores condi-
ciones posibles. La sensación de incomodidad, inquietud e intranquilidad que experimenta
el paciente en los primeros momentos del ataque de ansiedad, puede llegar a provocar una
crisis de pánico y ciertas modificaciones conductuales.
Normalmente esta sensación, ante las circunstancias cotidianas de la vida, es normal y
de tipo adaptativo, mientras que la patológica se manifiesta ante un peligro que objetiva-
mente no es real o desproporcionado, tanto en duración como en intensidad.
Dentro de los trastornos por ansiedad más frecuentes, se pueden distinguir:
– Fobias: la OMS define a estos trastornos como: “estados neuróticos con miedo anor-
malmente intenso hacia ciertos objetos o situaciones específicas, que normalmente
no causarían dicho efecto”. Se diferencian 2 tipos: específica o simple y social. La pri-
mera hace referencia a un miedo intenso, persistente, desproporcionado e irracio-
nal, ante la presencia de un contexto, un objeto o la simple idea de que la situación
temida pueda ocurrir (miedo a los animales, sangre, altura, espacios cerrados…).
La fobia social es el temor persistente e intenso a situaciones sociales que puedan ser
embarazosas o humillantes, lo cual provoca estados de ansiedad o verdaderas crisis
de angustia (hablar en público, acudir a actos sociales…).
Pueden ser clasificadas de muy variadas maneras, aunque la forma predominante
entre los especialistas psiquiatras es:
▷ Fobias a estímulos externos o de situación: son aquellas cuyo factor desencade-
nante tiene relación con el ambiente que rodea al enfermo (agorafobia, claustro-
fobia…).
▷ Fobias de impulso: son aquellas cuyo factor desencadenante es una situa-
ción que se considera como altamente peligrosa pero que, en realidad, no
lo es.
▷ Fobias funcionales: son aquellos cuyo factor desencadenante tiene relación
con un proceso vivido o con un miedo intenso a demostrar carencias o di-
ficultades propias a los demás (eritrofobia, dismorfofobia…).

152 © Ediciones Rodio


Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

– Trastorno de pánico: el paciente presenta crisis de ansiedad recurrente e inten-


sa, de inicio súbito o inesperado, que puede acompañarse de un “estado antici-
patorio de nerviosismo e intranquilidad”, intentando evitar las situaciones que
lo desencadenan. Una característica del trastorno es que la persona no es capaz
de identificar claramente el cuadro, con ningún hecho o situación concreta.
– Trastorno generalizado de ansiedad: el paciente describe y manifiesta ansiedad
persistente, continua y preocupación excesiva ante los acontecimientos de la
vida cotidiana (debido principalmente a la visión poco realista que tienen de su
propia vida). La persona suele mostrar temblores, dolores musculares, estados
depresivos, tensión psíquica, nerviosismo, irritabilidad y sintomatología so-
matomorfa (palpitaciones, dolor torácico, hipoventilación, náuseas, síntomas
neurovegetativos…).
– Trastorno obsesivo-compulsivo: según la OMS, los trastornos obsesivo-compulsivo
son “estados cuyo síntoma sobresaliente es un sentimiento de compulsión subjetiva
(que debe ser resistido) para efectuar alguna acción, persistir en una idea, recordar
una experiencia o rumiar acerca de un asunto abstracto. Los pensamientos no de-
seados que se entremeten, la insistencia de las palabras o ideas, las reflexiones son
percibidas por el paciente como inapropiados o carentes de sentido. La idea obse-
siva es reconocida como ajena a la personalidad, pero proveniente de dentro de sí
misma. Las acciones obsesivas pueden adquirir un carácter casi ritual con el fin de
aliviar la ansiedad. Las tentativas para desechar los pensamientos que no son acep-
tados pueden conducir a una lucha interna más acentuada con ansiedad intensa”.
El paciente, durante la época de obsesión, desarrolla ideas, pensamientos, im-
pulsos o imágenes que siente como “intrusivos”, ajenos a él y fuera de su con-
trol (suelen referirse a situaciones sexuales o de violencia). Durante la época
compulsiva, presenta una conducta o acto mental repetitivo, tratando de ali-
viar o prevenir la ansiedad (lavado repetido de manos sin necesidad justificada,
comprobar multitud de veces que ha cerrado la puerta al salir…).
– Trastorno por estrés postraumático: aparece tras una experiencia traumática, vivida
con gran intensidad por el paciente y que podría haber puesto en peligro su vida
(robo, accidente, violación, atentado terrorista, secuestro…). No hace falta vivirlo
íntegramente para desarrollarlo, simplemente siendo observador puede desencade-
narse el TEPT. El intenso miedo experimentado puede llegar a hacer revivir el acon-
tecimiento en forma de sueños, pensamientos, imágenes…que vuelven a generar la
misma angustia que durante el suceso
– Trastorno de angustia: aunque los pacientes pueden ver sus capacidades mentales
seriamente mermadas durante el trastorno, en general suelen mantener la percep-
ción de la realidad, aunque distorsionada, siendo este el desencadenante del proceso
agudo. Suele manifestarse en forma de crisis súbitas y precedidas de un estado dis-
tímico y de inestabilidad emocional. No llega a ser tan violento o dramático como
los trastornos de pánico, pero sí desarrolla una sintomatología muy parecida, desta-
cando principalmente los síntomas vegetativos (sudoración, palpitaciones, frialdad,
náuseas, vómitos). El pensamiento desencadenante a una crisis de angustia, en la
mayoría de los pacientes, es la sensación de muerte inminente (más intensa que
durante las crisis de ansiedad). Si esto se cronifica en el tiempo y no se pone reme-

© Ediciones Rodio 153


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

dio farmacológico, el enfermo acaba inmerso en el llamado “estado de angustias”,


proceso que puede durar semanas o meses y en donde se producen constantemente
crisis de angustia y otros problemas de salud derivados de ellas (insomnio, pesadi-
llas, irritabilidad, temores, fobias).

2.2.3. Trastornos afectivos


Los trastornos afectivos suelen ser muy frecuentes entre la población. Se desarro-
llan a cualquier edad y su duración e intensidad están aumentando en estos últimos
años.
Según el DSM-IV, este tipo de trastornos se pueden clasificar en 3 grupos:
– Episodios afectivos: episodio depresión mayor, episodio maníaco y episodio
mixto.
– Trastornos depresivos: trastorno depresivo mayor y trastorno distímico.
– Trastornos bipolares.
Dentro de los trastornos afectivos más frecuentes, se puede distinguir:
– Episodios afectivos:
▷ Episodio depresivo mayor: cuadro psíquico recurrente que cursa con una
alteración del estado del ánimo (declinándose especialmente por caracte-
rísticas tipo depresivas), que se acompaña, en la mayoría de las ocasiones
por trastornos de ansiedad. La capacidad de sueño y la alimentación se
ven seriamente mermadas en la mayoría de los pacientes. Suelen ser de-
nominadas depresiones endógenas (o melancólicas) y cursan con una serie
de síntomas característicos: alteraciones emocionales (tristeza continua y
patológica), alteraciones del pensamiento (negatividad extrema ante acon-
tecimiento de escasa o relativa importancia), alteraciones somáticas (tipo
menstrual, digestiva, sexual, apetito…), alteración de los ritmos circadia-
nos (sueño) y alteraciones de la conducta (disminución de la atención y
distracción permanente e inexplicable).
▷ Episodio maníaco: alteraciones del estado del ánimo en donde predomina,
principalmente, un carácter anormalmente expansivo, elevado y suscepti-
ble. Tres de las características básicas de este trastorno son: aumento exce-
sivo de la autoestima, disminución evidente y preocupante de las horas de
sueño necesarias y alteraciones conductuales de predisposición irritativa
(fuga de ideas, agitación, verborrea absurda…). Suelen requerir hospitali-
zación ya que, en algunos casos, el enfermo se convierte en un peligro para
la sociedad.
▷ Episodio mixto: está caracterizado por alteraciones cíclicas maníaco-depre-
sivas que suelen durar, al menos, varios días. Los cambios de humor pueden
producirse en el mismo día, e incluso varias veces. Entre los síntomas más
destacados se encuentran el insomnio, los eventos psicóticos y las ideas sui-
cidas recurrentes.

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Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

– Trastornos depresivos:
▷ Trastorno depresivo mayor: se caracteriza por uno o más episodios depre-
sivos mayores, pero, con mayor perpetuidad en el tiempo y mucho más
agudos. Tiene alto riesgo de cronificarse y es mucho más frecuente en mu-
jeres. El paciente presenta un humor depresivo, pérdida de la capacidad de
interesarse y disfrutar de las cosas, y una disminución de la vitalidad que
puede llegar incluso, a un cansancio extremo. Un síndrome depresivo pre-
senta alteraciones patológicas a nivel emocional, cognitivo, conductual y en
la regulación biológica del propio organismo.
▷ Trastorno distímico: estado de ánimo crónicamente depresivo, con larga
duración temporal y sin haber variaciones de humor a lo largo del día. Los
síntomas más específicos son: falta o exceso de sueño (hipersomnia), fatiga,
pérdida o aumento del apetito, angustia, pérdida de capacidad de concen-
tración. Presenta larga duración (al menos dos años).
– Trastornos bipolares: quedan definidos por la OMS como: “psicosis afectiva
que puede aparecer ya en forma depresiva, ya maníaca, en forma sucesiva o
con un intervalo de normalidad”. Los síntomas más característicos de la fase
maníaca son: excitación, euforia, hiperactividad, insomnio, manifestaciones
de alegría excesiva y comportamiento violento o autodestructivo. Durante la
fase de depresión suele ocurrir lo contrario: apatía, hipoactividad, profunda
tristeza, culpabilidad… Se ha demostrado una cierto carácter genético en estos
trastornos.

2.2.4. Trastornos psicóticos


La característica más evidente de los trastornos psicóticos es que el paciente pierde
el contacto con la realidad. Los síntomas más frecuentes son los delirios y las alucina-
ciones. Los delirios son ideas erróneas, de certeza subjetiva absoluta, impermeables
a cualquier argumentación lógica, y de contenido inverosímil. Las alucinaciones son
percepciones irreales y negativas que el paciente crea y que asume como reales (escu-
chan voces, sienten ser maltratados…).
La sintomatología esencial de los trastornos psicóticos se suele agrupar, para
facilitar su estudio, en 2 grupos:
– Síntomas primarios: percepciones delirantes, alucinaciones de cualquier índo-
le (auditivas, sonoras, perceptivas…), creencia de que les roban los pensamien-
tos y vivencias inventadas.
– Síntomas secundarios: alteraciones delirantes y del pensamiento, trastornos
afectivos, cambios en el lenguaje, catatonia, autismo, pérdida de la sociabilidad.
Las percepciones vividas por los pacientes son experiencias sensoriales sin estí-
mulo, es decir, se producen sin necesidad de un desencadenante que las inicie. Dentro
de ellas, las más destacadas son las alucinaciones. Se definen a las alucinaciones como
“una sensación de carácter subjetivo que no está anticipada por una impresión que
influya sobre los sentidos”. Son percepciones falsas porque no hacen referencia a nin-

© Ediciones Rodio 155


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

gún estímulo físico exterior concreto, pero que la persona asegura sentir. Las más fre-
cuentes son las auditivas (el enfermo incluso dialoga con estas voces, discute y rebate
sus argumentos), visuales, olfativas, gustativas, táctiles y cinestésicas (alteraciones de
los órganos internos que le causarán una muerte inminente o bien, sensación de que
alguien o algo se los roban).
Dentro de los trastornos psicóticos más frecuentes, podemos distinguir:
Esquizofrenia: la OMS la define como: “grupo de psicosis en las que se presenta
una deformación fundamental de la personalidad, una distorsión característica del
pensamiento, una sensación de ser dominado por fuerzas extrañas, delirios que pue-
den ser extravagantes, percepción perturbada, anormalidades en el aspecto y que no
se ajustan a la situación real, y autismo. Sin embargo, se mantiene usualmente una
conciencia clara y una capacidad intelectual intacta”. Los cambios de conducta más
evidentes que puede sufrir un esquizofrénico, y que van a llevar a su diagnóstico,
son: disminución del rendimiento en todos los sentidos, aislamiento de la sociedad,
lenguaje empobrecido, tendencias interpretativas en cuanto a su propia vida, risas
incoherentes e injustificadas, apatía, mala higiene personal, cambios en los hábitos de
alimentación y alteraciones sensoperceptivas.

CRITERIOS
A. Síntomas característicos Ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje de-
sorganizado (p. ej., descarrilamiento frecuente
o incoherencia), comportamiento catatónico
o gravemente desorganizado, síntomas nega-
tivos.
B. Disfunción social/laboral Desde el inicio de la alteración, una o más
áreas importantes de actividad, como son el
trabajo, las relaciones interpersonales o el cui-
dado de uno mismo.
C. Duración Persisten signos continuos de la alteración du-
rante al menos 6 meses.
D. Exclusión de los trastornos esquizofrénicos El trastorno esquizofrénicos y el trastorno del
y del estado de ánimo estado de ánimo con síntomas psicóticos se
han descartado debido a:
– No ha habido ningún episodio depresivo
mayor, maníaco o mixto concurrente con
los síntomas de la fase activa.
– Si los episodios de alteración anímica han
aparecido durante los síntomas de la fase
activa.
E. Exclusión del consumo de sustancias y de El trastorno no es debido a los efectos fisioló-
enfermedad médica gicos directos de alguna sustancia (p. ej., una
droga de abuso, un medicamento o de una en-
fermedad médica)
Cuadro 1: Criterios diagnósticos DSM IV para la esquizofrenia

156 © Ediciones Rodio


Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

CRITERIOS
F. Relación con un trastorno generalizado del Si hay historia de trastorno autista o de otro
desarrollo trastorno generalizado del desarrollo, el diag-
nóstico adicional de esquizofrenia sólo se rea-
lizará si las ideas delirantes o las alucinaciones
también se mantienen durante al menos 1 mes.
Cuadro 1: Criterios diagnósticos DSM IV para la esquizofrenia

Paranoia: el paciente desarrolla ideas delirantes persistentes. No suelen bus-


car ayuda médica al no tener conciencia de su enfermedad, lo que les vuelve muy
suspicaces en todo lo que atenta a su delirio.

2.2.5. Trastornos por demencia


La Organización Mundial de la Salud, define demencia como: “un síndrome
debido a una enfermedad del cerebro, generalmente de naturaleza crónica o pro-
gresiva, en la que hay déficit de múltiples funciones corticales superiores, entre
ellas la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la
capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. La conciencia permanece clara.
El déficit cognoscitivo se acompaña por lo general, y ocasionalmente es prece-
dido de un deterioro en el control emocional del comportamiento social o de la
motivación”.
Las principales características clínicas que se evidencian en un paciente con
demencia son: disminución rápida y reseñable de la capacidad intelectual, dis-
función cognoscitiva (afasia, apraxia o agnosia), dificultad para memorizar o
recordar y, en ocasiones, cambios de personalidad.

3. INCIDENCIA DE LOS PROBLEMAS MENTALES EN


ANDALUCÍA
3.1. Estadísticas de población
Para un análisis detallado de la situación de las Enfermedades Mentales en Anda-
lucía, se ha recogido información procedente de las expectativas y necesidades detec-
tadas en los pacientes con problemas en SM, sus familiares, colectivos profesionales
implicados, asociaciones involucradas en la temática y organizaciones que velan por
los derechos de la ciudadanía.
Según la evaluación de la Encuesta Andaluza de Salud (EAS), las caracterís-
ticas más destacadas en cuanto a la problemática de las Enfermedades Mentales
en Andalucía, son:
– La autopercepción de SM ha descendido en todos los grupos de edad, haciéndo-
se más evidente en el grupo estadístico de 25 a 44 años. Este descenso es menos

© Ediciones Rodio 157


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

perceptible en aquellas personas pertenecientes al mismo grupo de edad, pero con


estudios superiores y niveles educativos más altos.
– Un mayor número de problemas mentales están asociados a rangos de bajos niveles
económicos y educativos.
– En España, los trastornos mentales más comunes se han incrementado significa-
tivamente en AP. La carga de enfermedades, expresada en años de vida ajustados
por discapacidad, colocan a los problemas de SM en el cuarto lugar de prevalencia,
detrás de las enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido conjuntivo, del
sistema circulatorio y los tumores.

Exploración de los síntomas de demencia a través de entrevista clínica (DSM IV)

• Exploración de los síntomas cognitivos


▷ Memoria: ¿Le cuesta recordar el nombre de algunas personas, lo que hizo el día
antes, dónde deja sus cosas?
▷ Orientación: ¿Sabe dónde se encuentra ahora?¿Se ha perdido alguna vez?
▷ Lenguaje: ¿Tiene dificultades para recordar el nombre de algunas cosas comunes?
¿Le cuesta entender o decir algunas frases? ¿Tiene problemas para leer o escribir?
▷ Capacidad: ejecutiva ¿Le cuesta tomar decisiones, opinar, organizar actividades o
afrontar nuevas situaciones?
▷ Gnosias: ¿tiene dificultades para reconocer personas u objetos conocidos?
▷ Praxias: ¿Puede vestirse, abrocharse, manejar las llaves?
▷ Razonamiento: ¿Es capaz de tomar decisiones adecuadas?
• Exploraciones del estado de ánimo y conducta
▷ ¿Se encuentra triste, apático? ¿Está irritable, malhumorado, nervioso?
▷ ¿Tiene problemas de sueño? ¿Problemas de alimentación?
▷ ¿Ha habido cambios en su personalidad o en su comportamiento habitual? ¿Está
más susceptible, mas huraño, más desconfiado? ¿Se encuentra extraño, raro, au-
sente?
• Exploración de la funcionalidad
▷ Actividades de la vida diaria avanzadas: ¿Puede realizar las mismas tareas laborales
o sociales? (Trabajo, ocupaciones)
▷ Actividades de la vida diaria instrumentales: ¿Puede realizar sin ayuda las tareas
domésticas?(Usar el transporte, el teléfono, los cuidados de la casa, manejar los
asuntos económicos, etc.) ¿Es capaz de manejar los aparatos de la casa? ¿Se maneja
bien con el dinero sin ayuda?
▷ Actividades de la vida diaria básicas: ¿Puede caminar, levantarse, vestirse, ir al ser-
vicio o alimentarse sin ayuda?

158 © Ediciones Rodio


Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

Prevalencia punto de trastornos mentales.


Estudio PISMA-ep. Andalucía
Trastorno Prevalencia Casos
Cualquier trastorno mental 14,8 666
Episodio depresivo 6,4 289
Episodio depresivo recurrente 4,8 215
Depresión melancólica (DSM-IV) 3,0 136
Trastorno distímico 0,9 39
Episodio maníaco 0,2 9
Trastorno de la angustia 2,0 88
Agorafobia 0,6 26
Trastorno obsesivo-compulsivo 1,0 47
Trastorno de estrés postraumático 1,2 54
Trastorno de ansiedad generalizada 2,2 91
Trastorno de la personalidad 10,8 487
Trastorno límite de la personalidad 2,5 114
Trastorno psicótico (Punto) 1,6 73
Trastorno psicótico (Vida) 2,8 127
Trastorno déficit atención/hiperactividad (adulto) 0,4 19
Dependencia alcohol 2,8 127
Dependencia a otros tóxicos 2,2 99

– Los problemas de SM suelen ser más frecuentes en mujeres, especialmente aquellas


con invalidez o incapacidad permanente.
– El consumo de psicofármacos ha aumentado en estos últimos años, al contrario que
la combinación de hipnóticos- sedantes. Se mantiene estable el consumo de litio y
antipsicóticos.
– En cuanto a salud laboral, los trastornos mentales destacaron por producir incapa-
cidad permanente a edades más jóvenes. Por otra parte, las personas en situación
de incapacidad o invalidez tienen mayor riesgo de padecer trastornos mentales. Las
bajas laborales temporales por este tipo de patologías también se han visto incre-
mentadas.
– Aumento de las enfermedades mentales en la población reclusa, emigrantes, per-
sonas sin hogar, víctimas de violencia de género y demás colectivos en riesgo de
exclusión o vulnerables.
– El envejecimiento de la población conlleva un aumento de las personas dependien-
tes y con ello, un incremento en el riesgo de patologías de SM.
– Las discapacidades pueden impedir la participación plena y efectiva del paciente en
la sociedad, generando un mayor riesgo de Enfermedad Mental.

© Ediciones Rodio 159


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

3.2. Recursos sanitarios en Salud Mental de Andalucía


La red de atención a la SM del SSPA incluye los servicios de AP, AH y Urgencias.
Sus equipos multidisciplinares interactúan desde los diferentes niveles asistenciales
para una mejor calidad de la atención sanitaria.
El primer contacto de las personas con problemas de SM en el SSPA se establece,
con carácter general, en el ámbito de AP. La atención especializada se lleva a cabo en
dispositivos específicos en SM, distribuidos por toda la geografía andaluza y organi-
zados en UGC de SM. Estas UGC de SM son dependientes de las diferentes áreas hos-
pitalarias o Áreas de Gestión Sanitaria (AGS), donde se presta atención ambulatoria y
hospitalización parcial- completa.

REHABILITACIÓN CON SOPORTE


RESIDENCIAL U HOSPITALARIO
– Comunidades terapéuticas.
– Alternativas residenciales.
Equipo de atención
Primaria

PROGRAMAS COMUNITARIOS
S
DE REHABILITACIÓN
– Rehabilitación en régimen de
Centro de Salud Mental día.
– Programas de empleo con apo-
yyo.

ATENCIÓN HOSPITAL
GENERAL Unidad de cuidados prolongados
– Unidad de hospitalización
– Urgencias 24 horas
– Interconculta
– Hospital de Día

La Atención Especializada en SM se divide en diferentes actividades asistenciales por


dispositivo: Unidades de SM Comunitaria (USMC), Unidades de Hospitalización de SM
(UHSM), Hospitales de Día de SM (HDSM), Unidades de Rehabilitación de SM (URSM)
y las Comunidades Terapéuticas de SM (CTSM).
La Atención Temprana es definida como el conjunto de actuaciones, enfocadas a la
población infantil de 0- 6 años, con la finalidad de prevenir o detectar de forma precoz, la
aparición de cualquier alteración durante su desarrollo. Para ello, se realiza una interven-
ción integral, dirigida a potenciar capacidades y evitar o minimizar posibles deficiencias,
durante la evolución psicología y social del niño.

160 © Ediciones Rodio


Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

4. ÁMBITO DE ACTUACIÓN DE LOS PROFESIONALES DE


AUXILIAR DE ENFERMERÍA EN LA RED COMUNITARIA DE
SALUD MENTAL
La distribución administrativa y funcional de todos los Servicios de Salud
Mental, dentro de SSPA, se regula a través del Decreto 77/2008, de 4 de marzo,
de ordenación administrativa y funcional de los servicios de Salud Mental en el
ámbito del Servicio Andaluz de Salud.
Teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo 2 de ese mismo Decreto, los
objetivos generales de atención a la salud mental en el SAS son:
– Promocionar la salud mental, la prevención de la enfermedad, la asistencia, los
cuidados y la rehabilitación de las personas con problemas de salud mental,
aplicando el modelo comunitario de atención a la salud mental conforme a lo
previsto en el artículo 18.2 de la Ley 2/1998, de 15 de junio, y de acuerdo con
los principios generales de equidad, eficiencia y calidad.
– Desarrollar en todos los dispositivos asistenciales de atención a la salud mental
programas y actividades de rehabilitación.
– Garantizar la continuidad de la atención sanitaria, de cuidados y el apoyo a la
integración social, mediante programas transversales de coordinación de los
dispositivos de atención a la salud mental con otras instituciones y dispositivos
no sanitarios implicados en la atención comunitaria a la salud mental.

4.1. Ordenación de la Salud Mental en Atención Primaria


(AP)
La Atención Primaría constituye el primer paso en la asistencia clínica mental,
siendo fundamental que todos sus profesionales sean capaces de realizar un diagnós-
tico precoz de las patologías mentales más frecuentes dentro de la sociedad.
Teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo 3 del Decreto 77/2008, las fun-
ciones, en cuanto a Salud Mental se refiere, de los centros de AP son:
– Establecer el primer contacto con las citadas personas.
– Realizar la valoración y definición de las estrategias de intervención, teniendo
en cuenta el enfoque de género.
– Prestar atención sanitaria en los casos que no requieran atención especializada.
– Realizar la derivación de las citadas personas al nivel especializado de atención
a la salud mental, en los casos que sea necesario.
– Identificar la necesidad de apoyo social, facilitando el acceso a los servicios
comunitarios.
– Colaborar con los dispositivos de atención especializada a la salud mental en el
seguimiento de personas con trastorno mental grave.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

4.2. Ordenación de la Salud Mental en Atención


Especializada (AH)
Según el artículo 4 de ese mismo Decreto, la atención especializada a las personas
con problemas de salud mental se organiza, en el Servicio Andaluz de Salud, a través
de los siguientes dispositivos asistenciales:
– Unidad de salud mental comunitaria.
– Unidad de hospitalización de salud mental.
– Unidad de salud mental infanto-juvenil.
– Unidad de rehabilitación de salud mental.
– Hospital de día de salud mental.
– Comunidad terapéutica de salud mental.
Estos dispositivos asistenciales estarán ubicados en las áreas hospitalarias o áreas
de gestión sanitaria que corresponda. Las categorías profesionales que formarán parte
de los equipos multidisciplinares de asistencia, quedan recogidas en el artículo 11:
– Psiquiatría.
– Psicología Clínica
– Enfermería.
– Terapia Ocupacional.
– Auxiliar de Enfermería.
– Trabajo Social.
– Monitor Ocupacional.
– Otro personal estatutario de gestión y servicios.
La descripción detallada de cada una de las unidades asistenciales será explicada a
continuación, haciendo mención al número del artículo del Decreto 77/2008, de 4 de
marzo donde se hace referencia a cada una de ellas:

Unidad de Salud Mental Comunitaria USMC (Artículo 5)


La Unidad de Salud Mental Comunitaria es el dispositivo básico de atención
especializada a la salud mental, constituyendo su primer nivel de atención espe-
cializada. Su ámbito de actuación estará determinado por la población que tenga
asignada el área hospitalaria o área de gestión sanitaria en la que esté adscrita.
Dicha unidad constituye el dispositivo con el que se coordinarán el resto de los
dispositivos asistenciales de atención a la salud mental.
– Las funciones de la USMC, en relación con las personas con problemas de sa-
lud mental, son las siguientes:
– Prestar atención integral a pacientes de su ámbito poblacional en régimen am-
bulatorio o domiciliario.
– Desarrollar programas de atención comunitaria que integren actividades de
carácter preventivo y de promoción de la salud, asistenciales, de cuidados y de

162 © Ediciones Rodio


Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

rehabilitación y de apoyo a la integración social, en coordinación con aquellos


recursos que contribuyan a la mejor atención de estos pacientes.
– Garantizar la continuidad asistencial y de cuidados con otros dispositivos asis-
tenciales.
– Apoyar y asesorar a los centros de atención primaria en la atención a los pro-
blemas de salud mental de la población asignada, mediante la realización de
actividades de formación, interconsultas u otras.
– Coordinar la derivación de pacientes al resto de dispositivos de salud mental,
cuando las necesidades de los mismos así lo requieran.
– Proponer la derivación de pacientes a otro centro o servicio vinculado con el
Servicio Andaluz de Salud mediante convenio o concierto.

Unidad de Hospitalización de Salud Mental UHSM (Artículo 6)


La Unidad de Hospitalización de Salud Mental es un dispositivo asistencial de
salud mental destinado a atender las necesidades de hospitalización en salud mental
de la población correspondiente a su área hospitalaria de referencia o área de gestión
sanitaria.
Las funciones de la UHSM, en relación con las personas con problemas de salud
mental, son las siguientes:
– Prestar la atención especializada y el apoyo asistencial necesario, en régimen de
hospitalización completa y de corta estancia.
– Dar el alta al paciente en la unidad de hospitalización e informar de la misma
a la correspondiente unidad de salud mental comunitaria, al objeto de garanti-
zar la continuidad asistencial y de los cuidados de enfermería. Si se considera
conveniente la derivación a otros dispositivos asistenciales de salud mental, se
realizará en coordinación con la unidad de salud mental comunitaria.
– Atender a pacientes ingresados en otros servicios del hospital que lo precisen.
– Participar en el desarrollo de programas de atención a pacientes con alto ries-
go de hospitalización, coordinándose con las unidades de salud mental co-
munitaria y otros dispositivos asistenciales de salud mental de su ámbito de
influencia.

Unidad de Salud Mental Infanto-juvenil USMIJ (Artículo 7)


La Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil es un dispositivo asistencial destinado
a desarrollar programas especializados para la atención a la salud mental de la pobla-
ción infantil y adolescente menor de edad, del área hospitalaria de referencia o área de
gestión sanitaria correspondiente.
2. Las funciones de la USMIJ, en relación con las personas menores de edad con
problemas de salud mental, son las siguientes:
– Prestar la atención especializada a la salud mental, en régimen ambulatorio y
de hospitalización completa o parcial, a la población infantil y adolescente me-

© Ediciones Rodio 163


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

nor de edad con trastorno mental, derivada desde las unidades de salud mental
comunitaria de su ámbito de influencia.
– Prestar apoyo asistencial a requerimiento de otros dispositivos asistenciales de
salud mental.
– Desarrollar programas asistenciales específicos para la atención a las necesi-
dades planteadas por las unidades de salud mental comunitaria, o la generada
por las instituciones públicas competentes en materia de atención y protección
de menores.
– Asegurar la continuidad asistencial y de cuidados, tanto en el ámbito hospitala-
rio como en el comunitario, con independencia de que el ingreso de la persona
menor de edad se produzca en la propia unidad, o en otros servicios de hospi-
talización del área hospitalaria o del área de gestión sanitaria correspondiente.
– Apoyar y asesorar al resto de los dispositivos asistenciales de salud mental en
su ámbito de influencia, en el desarrollo de programas de atención a la salud
mental de la población infantil y adolescente.

Unidad de Rehabilitación de Salud Mental URSM (Artículo 8)

La Unidad de Rehabilitación de Salud Mental es el dispositivo asistencial de salud


mental que tiene por objeto la recuperación de habilidades sociales y la reinserción
social y laboral, en régimen ambulatorio, de pacientes con trastorno mental grave del
área hospitalaria de referencia o del área de gestión sanitaria correspondiente.
Las funciones de la URSM son las siguientes:
– Prestar atención especializada, mediante el desarrollo de programas específi-
cos de rehabilitación, a pacientes derivados de las unidades de salud mental
comunitaria de su ámbito de influencia.
– Dar el alta al paciente de la unidad de rehabilitación de salud mental e informar
de la misma a la unidad de salud mental comunitaria de referencia, al objeto de
garantizar la continuidad asistencial y de cuidados.
– Apoyar y asesorar al resto de los dispositivos asistenciales de salud mental en
su ámbito de influencia, en el desarrollo de programas de rehabilitación para
personas con trastornos mentales.
– Colaborar, mediante una actuación coordinada, con los organismos e insti-
tuciones públicas con competencia en materia de servicios sociales, para la
reinserción social de enfermos mentales.

Hospital de Día de Salud Mental HDSM (Artículo 9)


El Hospital de Día de Salud Mental es un dispositivo asistencial de hospitalización
parcial y se configura como recurso intermedio entre la unidad de salud mental co-
munitaria y la unidad de hospitalización de salud mental.

164 © Ediciones Rodio


Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

Las funciones del HDSM, en relación con las personas con problemas de salud
mental, son las siguientes:
– Prestar atención especializada, en régimen de hospitalización diurna, a pacien-
tes derivados desde las unidades de salud mental comunitaria de su ámbito de
influencia, mediante el desarrollo de programas individualizados de atención.
– Dar el alta al paciente del hospital de día de salud mental e informar de la
misma a la unidad de salud mental comunitaria de referencia, al objeto de
garantizar la continuidad asistencial y de cuidados. Si se considera conveniente
la derivación a otros dispositivos asistenciales de salud mental, se realizará en
coordinación con la unidad de salud mental comunitaria.
– Realizar las correspondientes interconsultas cuando el hospital de día de salud
mental se encuentre ubicado en un centro hospitalario que carezca de unidad
de hospitalización de salud mental.
– Participar en el desarrollo de programas comunitarios de atención a pacientes
de alto riesgo o con trastorno mental grave, que se desarrollen por las unidades
de salud mental comunitaria u otros dispositivos asistenciales de salud mental
encargados de desarrollar los programas mencionados.

Comunidad Terapéutica de Salud Mental CTMS (Artículo 10)


1. La Comunidad Terapéutica es un dispositivo asistencial dirigido al tratamiento
intensivo de pacientes que requieren una atención sanitaria especializada de salud
mental, de forma permanente, completa y prolongada.
2. Las funciones de la CTMS, en relación con las personas con problemas de salud
mental, son las siguientes:
– Prestar atención especializada a pacientes con trastorno mental grave deriva-
dos desde las unidades de salud mental comunitaria.
– Dar el alta al paciente de la comunidad terapéutica e informar de la misma a
la unidad de salud mental comunitaria de referencia, al objeto de garantizar la
continuidad asistencial y de cuidados. Si se considera conveniente la deriva-
ción a otro dispositivo específico de salud mental, se realizará en coordinación
con la unidad de salud mental comunitaria.
– Participar en el desarrollo de programas comunitarios de atención a pacientes de
alto riesgo o pacientes afectados por trastornos mentales graves, que se desarro-
llen por las unidades de salud mental comunitaria u otros dispositivos asisten-
ciales de salud mental encargados de desarrollar los programas mencionados.
– Desarrollar programas de atención parcial en aquellos casos que sean precisos.

4.3. Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental (UGCSM)


La UGCSM es la estructura organizativa responsable de la atención especializada a la
Salud Mental de la población e incorpora los dispositivos asistenciales del área hospitalaria
o área de gestión sanitaria correspondiente.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Según el artículo 12 del Decreto 77/2008, de 4 de marzo, los objetivos que tienen
las UGCSM son: el desarrollo de la actividad asistencial, la promoción de la salud, la
prevención de la enfermedad, los cuidados de enfermería, la rehabilitación y el apoyo
a la integración social de las personas con problemas de salud mental. Estas Unidades
asistenciales deberán estar integradas por profesionales de diversas categorías y áreas
de conocimiento, que trabajarán conjuntamente, para la consecución de los objetivos
propuestos (art. 13). Este personal se encontrará sujeto a movilidad dentro de los dis-
positivos asistenciales de salud mental pertenecientes al ámbito del área hospitalaria
o área de gestión sanitaria correspondiente, si las necesidades de organización así lo
requieren y de acuerdo con la normativa vigente. Todos los facultativos especialistas
en psiquiatría que presten servicios en los diferentes dispositivos asistenciales, parti-
ciparán en la realización de jornada complementaria para la asistencia urgente en los
dispositivos asistenciales de salud mental de referencia, de acuerdo con la normativa
vigente (art. 20).

Las funciones de la UGCSM son las siguientes (art. 14):


– Prestar asistencia sanitaria individual y colectiva (en régimen ambulatorio, do-
miciliario, de urgencias y de hospitalización parcial o completa), a la población
del área hospitalaria o área de gestión sanitaria a la que se encuentre. Se realiza a
través de la coordinación entre los dispositivos asistenciales de salud mental que
la integran (con capacidad de organizarse de forma autónoma y descentraliza-
da), de conformidad con lo establecido en el artículo 19.
– Desarrollar la atención especializada a la salud mental en su ámbito territorial,
llevando a cabo la implantación de procesos asistenciales, programas de salud
y el desarrollo del Plan Integral de Salud Mental, en función de la planificación
establecida por la Dirección Gerencia del hospital o Gerencia del área de ges-
tión sanitaria a la que se encuentre adscrita la unidad de gestión clínica de salud
mental.
– Establecer los mecanismos de coordinación con los demás centros y unidades
del Sistema Sanitario Público de Andalucía con los que esté relacionada, a fin de
lograr una atención sanitaria integrada, con criterios de continuidad en la asis-
tencia y cohesión de las diferentes actividades.
– Desarrollar actuaciones de promoción de la salud, la educación para la salud,
la prevención de la enfermedad, los cuidados y la participación en las tareas de
rehabilitación y apoyo a la integración social y comunitaria de las personas con
problemas de salud mental, que reciben atención en alguno de los dispositivos
asistenciales de la unidad.
– Desarrollar las actividades de coordinación con los servicios sociales comuni-
tarios que sean necesarias para mejorar la atención a las personas con trastorno
mental y favorecer su inserción social.
– Realizar las actividades necesarias para el desarrollo de planes y programas de pro-
moción del uso racional del medicamento y gestión eficaz y eficiente de la presta-
ción farmacéutica, en el ámbito de la atención a la salud mental.

166 © Ediciones Rodio


Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

– Evaluar las actuaciones realizadas y los resultados obtenidos, así como la participa-
ción en programas generales de evaluación y acreditación establecidos por la Di-
rección Gerencia del Servicio Andaluz de Salud, con criterios de orientación hacia
los resultados en salud, la mejora continua y la gestión eficiente de los recursos.
– Realizar las actividades de formación continuada necesarias para adecuar los
conocimientos, habilidades y actitudes del personal de la unidad a los mapas de
competencias establecidos para cada categoría profesional, así como participar en
aquellas otras actividades formativas adecuadas a los objetivos de la unidad de ges-
tión clínica.
– Realizar las actividades de formación pregraduada y postgraduada correspondien-
te a las diferentes categorías profesionales y áreas de conocimiento, de acuerdo con
los convenios vigentes en cada momento en estas materias.
– Participar en el desarrollo de proyectos de investigación y otros estudios científicos
y académicos relacionados con los fines de la unidad, de acuerdo con los criterios
generales y prioridades establecidas por la Dirección Gerencia del hospital o Ge-
rencia del área de gestión sanitaria.
– Aquellas otras que estén fijadas en los acuerdos de gestión clínica u otras de análo-
ga naturaleza que le puedan ser atribuidas por la Dirección Gerencia del hospital o
Gerencia del área de gestión sanitaria.

5. NECESIDADES MÁS FRECUENTES EN LOS PACIENTES DE


SALUD MENTAL
Dentro de las diferentes funciones con las que cuenta un auxiliar de enfermería
en el hábito de Salud Mental, la motivación es una cuestión fundamental. Deben pro-
curar animar siempre al paciente a que haga las cosas por sí mismo o que colabore
con el cuidador. Es fundamental la actitud activa del individuo dentro de su proceso
asistencial o rehabilitador.

5.1. Cuidados y necesidades básicas durante la atención


domiciliaria

5.1.1. Funciones básicas a realizar por el Auxiliar de Enfermería con


el propio enfermo mental
Estas funciones, o bien pueden ser llevadas a cabo por el propio auxiliar o pue-
den ser aconsejadas tanto al paciente como a su familia, para que lo realicen por sí
mismos. Como se ha comentado anteriormente, es muy importante que el cuidador
cuente con la colaboración del enfermo y que este vaya desarrollando funciones por
sí mismos, pero siempre dentro de sus posibilidades.

© Ediciones Rodio 167


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Una vez que el paciente, especialmente si es senil, recibe el alta de la Unidad de Salud
Mental, puede ser necesario realizar una serie de cambios en el domicilio o lugar donde re-
side, sobre todo para evitarle posibles peligros. Dentro de estas medidas, podemos destacar:
– Reemplazar las escaleras por rampas.
– Evitar los suelos demasiado pulidos.
– Colocar barandillas de seguridad en los pasillos y cuartos de baño.
– Adaptar la altura de la cama a las posibilidades del enfermo, siempre intentando que
pueda acostarse y levantarse por sí mismo.
Dentro de los cuidados generales a todos los pacientes con problemas mentales que
deban ser atendidos o asesorados por un auxiliar de enfermería, destacan los siguientes
aspectos:
Cuidados sobre higiene corporal:
Los pacientes con trastornos mentales, en ocasiones, descuidan su higiene (incluso, en
algunos trastornos es considerado como un síntoma). El auxiliar de enfermería deberá ha-
cer especial énfasis en este aspecto, tanto si es él mismo quien debe hacerlo o quien debe
aconsejarlo. Dentro de las medidas higiénicas más importantes, destacan dos: la higiene de
los pies y de la piel.
Relacionados con los pies. Los pies son zonas muy delicadas y sensibles ya que sopor-
tan todo el peso de nuestro cuerpo. Es normal que, por ello, requieran cuidados especiales.
El objetivo principal es evitar la aparición de complicaciones podológicas que pudieran su-
poner al paciente un agravio de su salud. Para ello, se pueden realizar una serie de medidas
generales:
– Aplicar diariamente lociones hidratantes específicas para pieles sensibles, en las zo-
nas más delicadas como el talón y los espacios interdigitales.
– Hacer baños curativos para evitar posibles descamaciones y durezas. Sería reco-
mendable hacerlos, al menos, una vez en semana y sumergiendo los pies en agua
con jabón pH neutro durante 30- 35 minutos.
– Realizar friegas con alcohol si la sudoración o el olor son excesivos.
– Limpiar bien y concienzudamente las uñas y cortarlas con frecuencia.
– Limar la planta con piedra pómez para eliminar células muertas en descamación.
Relacionados con la piel. La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano, llegan-
do a alcanzar casi el 20% de nuestro peso corporal. Además, hay muchas enfermedades
características de esta zona corporal. Para hacerse una idea de la importante de sus cuida-
dos, el 32% de las consultas especialistas de 2016 en Andalucía fueron a causa de patologías
dermatológicas. Dentro de las medidas a seguir para una correcta higiene, son:
– Aplicar cremas hidratantes y dermoprotectoras después del baño para evitar la des-
camación excesiva.
– Prevenir la aparición de escaras, si el paciente se encuentra inmovilizado. Para ello,
se deberán recurrir a cambios frecuentes de postura e hidratación máxima de las
zonas en contacto con soportes de descanso.

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Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

– Evitar los baños frecuentes con jabón y abundante agua para evitar sequedad y des-
camación excesiva.

Cuidados sobre nutrición y dietética


La nutrición es básica para mantener una correcta y buena salud. Los pacientes con pro-
blemas mentales, especialmente si viven solos, descuidan mucho este aspecto debido a va-
rios motivos: falta de motivación, pocos recursos económicos, problemas para ser indepen-
dientes… por todo esto, es necesario que el auxiliar de enfermería haga especial hincapié en
los aspectos nutricionales más básicos y que sepa llevarlos a cabo de manera satisfactoria.
Como promedio, se suele considerar que las necesidades energéticas en adultos son,
aproximadamente, 2100 kcal para los hombres y 1600 para las mujeres. De esas kcal, el 50%
deberán corresponderse a hidratos de carbono, el 30% a proteínas y el 20% a grasas.
Aunque muchos pacientes les cuesta (o incluso no quieren) masticar, es fundamental
que no sigan dietas blandas o semilíquidas, especialmente para evitar la hipotonía del tracto
intestinal. Dentro de las pautas a marcarles, se deberá poner especial atención a:
– Aumentar el consumo de fibra, tanto soluble procedente de frutas y verduras como
insoluble de los cereales. La proporción ideal sería 1:3 respectivamente.
– Evitar las comidas muy grasas y ricas en colesterol. Cocinar con aceites saludables
como el de oliva.
– Disminuir la ingesta de sal.
– Mantener una hidratación constante y adecuada. Se recomienda en torno a 1- 1,5l
de líquido, repartiéndose de manera lo más equitativamente posible entre la maña-
na y la tarde.
– Evitar los alimentos ricos en azúcar.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Cuidados relativos al descanso y hábitos del sueño


Durante el sueño, nuestro cuerpo se regenera. Además, con el sueño nuestra mente fija
los recuerdos y las materias aprendidas durante el día. Unos malos hábitos de sueño suelen
repercutir seriamente en la vida de los enfermos, especialmente en aquellos con problemas
graves de trastorno mental. Una buena educación del descanso, junto con técnicas de auto-
relajación, pueden llegar a ser una gran ayuda a los pacientes para mejorar sus problemas
psíquicos.
Aunque el descanso es muy necesario, hay que huir del sueño excesivo, ya que puede
conllevar sentimientos de inutilidad al paciente, agravando sus problemas psicológicos.
Para evitar esto, se deben tener en cuenta una serie de medidas:
– Ajustar el tiempo de sueño a las características y necesidades del individuo.
– Programar actividades de relajación que sean un comienzo de la adquisición de
buenos hábitos del sueño.
– En algunos pacientes será importante impedir la siesta ya que esta puede provocar
una disminución del sueño por la noche y más paranoia, ansiedad o control inade-
cuado de la medicación.

Cuidados relativos al ejercicio físico


La actividad física debe formar parte esencial en la vida de cualquier persona. Con pau-
tas correctas y estables de ejercicio físico diario, las mejoras en la salud son muy considera-
bles, especialmente en enfermos con trastornos mentales, haciéndoles más fácil, entre otras
cosas, la inserción plena dentro de la sociedad, fomentando relaciones interpersonales. Se
debe priorizar aspectos tales como:

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Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

– Recomendar ejercicios aeróbicos moderados pero constantes, creándose un hábito


de actividad de, mínimo, 2- 3 veces por semana.
– Ajustar la actividad física a las características de cada paciente.
– Para aquellos pacientes mentales de edades avanzadas, se aconsejará dejar a un lado
los ejercicios de fuerza y promover actividades suaves como la natación y la gimna-
sia de mantenimiento.
– Intentar que los ejercicios físicos sean al aire libre. Aquellos pacientes que puedan
ser un peligro a la sociedad, deberán estar vigilados.
– Aconsejarles pautas y ejercicios que mejoren sus capacidades vitales (especialmente
la respiratoria y circulatoria), que puedan hacerse en el domicilio y sin peligro para
su integridad física.

Cuidados médicos preventivos


La medicina preventiva es una especialidad clínica de gran relevancia. Con ella, lo que
se pretende, fundamentalmente, es evitar o retrasar la aparición de enfermedades. Además,
uno de sus objetivos más destacados actualmente es el diagnóstico precoz de tratamientos
que todavía no han manifestado sintomatología y que pueden agravarse, o incluso provo-
car, la muerte, si no se controlan y corrigen a tiempo.
Dentro de la Salud Mental, la medicina preventiva tiene un papel fundamental en el
correcto manejo de estos enfermos. Es necesario que, tanto el profesional médico de AP
como el especialista psiquiatra valoren la posibilidad de aparición de nuevas enfermedades
o el enmascaramiento de otras ya existentes.
A la hora de proponer tratamientos médicos, será necesario valorar y prever la capa-
cidad de los enfermos mentales en seguirlos de manera autónoma. Si se consideran no
capaces, los responsables de su control serán los auxiliares de enfermería. Estos deberán
proporcionar los medicamentos siguiendo las pautas marcadas por el médico y sin realizar
ningún tipo de cambio sin antes consultarlo.
Dentro de los aspectos preventivos, el auxiliar de enfermería deberá tener especial ma-
nejo y atención en:
– Determinar periódicamente la tensión arterial.
– Pruebas oculares.
– Mediciones de glucemia.
– Controles odontológicos rutinarios.
– Recordar todas las citas médicas pendientes del enfermo.

5.1.2. Funciones básicas a realizar por el Auxiliar de Enfermería


con la familia y/o cuidadores del enfermo mental
Cuando una persona es diagnosticada con algún trastorno mental, la familia pasa
a convertirse en su principal apoyo. En ocasiones, el escaso conocimiento de la pa-
tología, la dificultad en el manejo del paciente o la poca disponibilidad temporal de

© Ediciones Rodio 171


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

los familiares, hacen que el cuidado de enfermos mentales se convierta en una gran
angustia y desconsuelo por parte de los familiares, que no saben responder ante las
demandas asistenciales de la persona con el trastorno mental.
Todo esto hace imprescindible la labor del Auxiliar de Enfermería como vehículo
formador e informador a la familia de aquellos pacientes mentales que necesiten cui-
dados especiales. También deberá servirles de apoyo asistencial, en aquellas tareas que
o bien no puedan o bien no sepan realizar.
Dentro de las propuestas que deberá hacer a los familiares y/o cuidados del pa-
ciente, se destacan:
– Definir un cuidador principal dentro de la familia. La rutina es una demanda
imprescindible para muchos enfermos mentales y el cambio de persona que los
atiende puede conllevar un agravio de su estado. Esta persona también será la
encargada de la comunicación con los profesionales clínicos y de la planifica-
ción de las citas médicas o de otra cualquier índole.
– Evitar la agitación del paciente y aquellas situaciones que pudieran ocasionarle
la aparición de una crisis de ansiedad o de alguna otra relacionada con su pa-
tología.
– Observar, vigilar y tutelar al paciente, especialmente en las primeras fases de
adaptación al tratamiento y tras el regreso al domicilio tras el alta hospitalaria.
– Si el enfermo no tiene suficiente autonomía o su capacidad mental está fuer-
temente mermada, explicar las pautas cotidianas a seguir en cuanto a aseo,
limpieza, tareas domésticas o alimentación.
– Definir y mantener, lo máximo posible, una rutina diaria al paciente, evitando
situaciones que puedan ocasionarle una pérdida de control personal.
– Evitar posibles fugas o escapes del paciente, especialmente en situaciones agu-
das de su enfermedad o en aquellos que, al no tener suficiente capacidad men-
tal, puedan extraviarse o perderse.
– Asegurar una correcta higiene del paciente.
– Evitar malos hábitos de alimentación y el sobrepeso (muy habitual en pacientes
psiquiátricos sin control familiar).
– Esforzarse y concienciar al paciente en que debe tener la máxima autonomía
posible, dentro de sus posibilidades.
– Establecer el tiempo que el enfermo deberá destinar, diariamente, a la realiza-
ción de ejercicio físico.
– Asegurar y planificar los chequeos médicos.
– Conseguir que el paciente pierda lo menos posible su capacidad de sociabili-
zación.
– Promover actividades mentales que mejoren las capacidades intelectuales de
aquellos enfermos con problemas de retraso mental.
– Dar mucho apoyo emocional al paciente.

172 © Ediciones Rodio


Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

– Solicitar ayuda médica o asistencial clínica cuando ocurra alguna circunstan-


cia fuera de sus conocimientos o de su capacidad de contención.
– Asegurar que el paciente toma, diaria y correctamente, su medicación.
– Buscar ayuda a través de asociaciones de enfermos o de familiares de enfermos.
– Solicitar las ayudas económicas necesarias para mejorar la calidad de vida de
los pacientes con enfermedades mentales.
– Promover aquellos cambios que puedan ser necesarios en el domicilio del pa-
ciente para mejorar su seguridad.
– Conseguir valoraciones periódicas del estado de su patología en aquellos en-
fermos cuya situación puede verse agravada con el paso del tiempo o que nece-
sitarían un cambio en la medicación.

5.2. Cuidados y necesidades básicas durante la


hospitalización y situaciones de emergencia

5.2.1. Actuación en pacientes internados


En términos legales, la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, señala
que: “el internamiento forzoso del enfermo mental requerirá para ello previa autori-
zación judicial” (artículo 763). El internamiento voluntario es el más frecuente y no
está regulado por esta Ley.
Se pueden distinguir dos situaciones dentro de la decisión del internamiento for-
zoso o involuntario para un enfermo mental:
– Internamiento urgente: los responsables de permitir el traslado de un paciente
de forma inminente a un centro psiquiátrico pueden ser la persona que está cui-
dando del enfermo o su médico. De esta medida deberá ser informado el Juez de
guardia dentro de las 24 horas siguientes a la decisión de solicitar el ingreso. Las
causas que aconsejarán tomar esta determinación son: riesgo de auto o heteroa-
gresividad, pérdida grave de la autonomía personal o grave enfermedad mental.
– Internamiento ordinario no urgente: los responsables de solicitar el traslado se-
rán los mismos que en el caso anterior y también deberá ser informado el Juez
de guardia dentro de las 24 horas siguientes. El paciente será valorado por un
facultativo médico para determinar si el ingreso está realmente o no justificado.

5.2.2. Actuación en pacientes con riesgo de suicidio


Las pautas a seguir por el Auxiliar de Enfermería serán siempre las indicadas por
los profesionales médicos. Las más frecuentes son:
– Controlar a los pacientes con riesgo suicida durante la noche.
– Conocer en todo momento la situación física del paciente. Si se considera que el
riesgo de suicido es muy alto, será tratado como de máxima vigilancia.

© Ediciones Rodio 173


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Acompañar y revisar todas las acciones que estos pacientes tengan con el resto,
siempre y cuando estos contactos estén autorizados por un médico.
– Permanecer presentes siempre que el paciente utilice material de riesgo con el que
pueda atentar contra su vida.
– Seguir las indicaciones médicas, que quedarán recogidas en la hoja de curso
clínico.

5.2.3. Actuación en pacientes agresivos


La agresividad es una de las manifestaciones más frecuentes dentro de una Unidad de
Asistencia Mental. Como agresividad entendemos “la tendencia a actuar o a responder de
forma violenta ante un estímulo de cualquier origen”. También se puede definir como un
conjunto de patrones de actividad que pueden manifestarse con intensidad variable y que
va asociado, normalmente, con la falta de respeto, la ofensa o la provocación.
Dentro de estas situaciones, las funciones más básicas que deberá desarrollar un Auxi-
liar de Enfermería, son:
– Avisar de inmediato al médico y la enfermera responsable del paciente.
– Disminuir los estímulos externos ya que sirven como fuente de relajación al
paciente.
– Colaborar en la sujeción mecánica del paciente, siempre bajo prescripción médica
(se empleará como último remedio). Todos los trabajadores deberán colaborar en
esto, incluso el médico psiquiatra.
– Pedir a los demás pacientes que se alejen de la escena, mientras se está intentado
controlar la situación.
– Informar al paciente de todo el proceso que se va a llevar a cabo.
– Tranquilizar a los demás pacientes una vez se haya superado la situación de emer-
gencia.
Dentro de los procesos de sujeción a los pacientes agresivos, se distinguen 3 tipos de
procedimientos y en los cuales, el Auxiliar de Enfermería deberá participar: verbal, farma-
cológico y mecánico.
Los dos primeros, el verbal y el farmacológico deberán ser usados en este orden.
Solo si no funciona ninguno de ellos se pasará a la sujeción mecánica. Se caracteriza
por sistemas de inmovilización físicos que impidan la libre disposición de movimien-
tos por parte del paciente. Se tiene que usar como último método, siempre evitando
lastimar al enfermo y sin vulnerar sus derechos. Deberá ser recomendada por un
facultativo médico e incluida en el hoja de control clínico. Se usará cuando el paciente
no disminuye su conducta violenta tras un ineficaz manejo verbal por parte de perso-
nal asistencial y no controlable con medicación.

5.2.4. Actuación a personas y familiares con Trastorno Mental Grave


(TMG)
Una vez diagnostico el enfermo con TMG, los profesionales sanitarios deberán ade-
cuarle un plan personal de atención, denominado Plan Individualizado de tratamiento

174 © Ediciones Rodio


Tema 26. Atención y cuidados al paciente de Salud Mental en los ámbitos hospitalarios y comunitarios

(PIT). En este documento se recogerán todos los datos relevantes del paciente para que
su asistencia clínica, tanto en el área de Psiquiatría como en cualquier otra, sea más rápi-
da y eficaz. Por lo tanto, deberá contar con: diagnóstico y pruebas iniciales del paciente,
los responsables que lo atendieron, los seguimientos de las evaluaciones periódicas y así
como las necesidades que se pueden prever tendrá el paciente. Deberá estar consensua-
do por los profesionales asistenciales y el paciente.
Durante la atención de un enfermo de TMG todos los profesionales asistenciales
deberán estar unificados y en consenso para que las medidas adoptadas con el paciente
sean realizadas con una actitud empática y de apoyo, primando esto en cualquier situa-
ción clínica.
Todos los profesionales están obligados a tener una relación, tanto con el enfermo
como con la familia, lo más favorecedora posible hacia una alianza terapéutica a largo
plazo. Además, deberán ser partícipes de los diferentes métodos asistenciales existentes.
El Auxiliar de Enfermería, como miembro del equipo asistencial, deberá conocer de
primera mano y colaborar en un buen desarrollo de las necesidades expuestas anterior-
mente y de las diferentes intervenciones terapéuticas que existen para los pacientes con
TMG. Para este tipo de pacientes, existen en la actualidad 3 tipos de intervenciones en
cuanto a tratamiento:

Intervenciones biológicas:
– Tratamiento farmacológico: deberá ser aquel que mayor eficacia tenga en el pa-
ciente, con el mínimo de efectos secundarios. Suele ser cambiado o combinado
a lo largo de la evolución del paciente. El Auxiliar de Enfermería deberá velar
por la buena adhesión y cumplimiento del paciente a la posología indicada por
el médico.
– Terapia electroconvulsivas: Tratamiento psiquiátrico que consiste en inducir
convulsiones mediante el uso de impulsos eléctricos. Se ha utilizado con ciertos
beneficios en enfermos con cuadros de depresión mayor prolongados y en tras-
tornos de manía. Deberá ser indicado por un especialista médico.

Intervenciones psicológicas:
– Psicoterapia: Se realiza a través de procedimientos y técnicas psicológicas para
paliar o remitir la sintomatología de las enfermedades mentales. Suele ir combi-
nado con tratamiento farmacológico. Durante las sesiones, el Auxiliar de Enfer-
mería deberá prestar ayuda a los pacientes y colaborar en que las sesiones sean lo
más satisfactorias posibles.
– Entrenamientos en habilidades sociales: Consisten en la aplicación de técnicas
psicológicas enfocadas a mejorar las habilidades sociales del enfermo y en una
futura y venidera inclusión en la sociedad. El Auxiliar de Enfermería deberá
realizar las mismas funciones especificadas en la psicoterapia, con una especial
atención al acompañamiento y apoyo del enfermo y la familia durante el proceso.

© Ediciones Rodio 175


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Rehabilitación cognitiva en la esquizofrenia: Se realiza mediante modelos psico-


lógicos que intentan mejorar el funcionamiento cognitivo general y paliar défi-
cits específicos de los enfermos con esquizofrenia.
– Técnicas psicoeducativas: Permiten un mejor comportamiento y conductas en
aquellas personas con las capacidades intelectuales disminuidas o alteradas. Se
pueden realizar en diferentes ámbitos: domicilio del paciente tras el alta hospita-
laria, centros especializados o en las Unidades de Salud Mental de algunas Áreas
Hospitalarias.

Intervenciones sociales:
Su cometido fundamental es favorecer y aumentar la autonomía de los diferentes
pacientes con TMG y mejorar sus habilidades sociales para su entera integración en
la vida ciudadana. Durante las mismas, el papel del Auxiliar de Enfermería es muy
importante, siendo partícipe del apoyo que estos enfermos necesitan, al igual que ani-
mar y empatizar con la familia para facilitarles el proceso de aceptación del trastorno
y su rehabilitación.
Para realizar esto, existen varios programas, destacando dos por su utilizad y su
gran frecuencia de uso:
– Programas residenciales: Atención basada en el control 24 horas por parte de
personal de apoyo. Son las denominadas “Casas Hogar”.
– Programas ocupaciones: Atención basada en el control, algunas horas del día,
por parte del personal de apoyo. Suelen incluir técnicas de enseñanza de habi-
lidades domésticas y de manejo cotidiano.

176 © Ediciones Rodio


Servicio Andaluz de Salud
(SAS)

27
Temario específico
Vol. 2

Tema
Atención y cuidados en el anciano.
Concepto de ancianidad, cambios
Servicio Andaluz de Salud (SAS)

físicos asociados con el envejecimiento.


Apoyo a la promoción de la salud y
educación sanitaria. Medidas de apoyo
a la persona cuidadora del anciano
dependiente. Atención a la mujer en el
embarazo y planificación familiar
Auxiliares de Enfermería

Mª de los Ángeles Hermosilla Cotán


Diplomada Universitaria en Enfermería
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Índice esquemático
1. Introducción
2. Atención y cuidados en el anciano: concepto de ancianidad, cambios fí-
sicos asociados con el envejecimiento
2.1. Concepto de ancianidad
2.2. Cambios físicos asociados con el envejecimiento
2.3. Requisitos del personal de Auxiliar de Enfermería/TCAE para traba-
jar en una Unidad de Geriatría
3. Apoyo a la promoción de la salud y educación sanitaria
4. Medidas de apoyo a la persona cuidadora del anciano dependiente
4.1. Pautas de actuación del cuidador o del Auxiliar de Enfermería/TCAE
5. Atención a la mujer en el embarazo y planificación familiar
5.1. Atención a la mujer en el embarazo
5.2. Planificacion familiar

178 © Ediciones Rodio


Tema 27. Atención y cuidados en el anciano

1. INTRODUCCIÓN
El término envejecimiento actualmente no se identifica con enfermedad ni inca-
pacidad, se puede orientar como una etapa más de la vida, en la cual el individuo está
más vulnerable a modificaciones físicas y biológicas del organismo.
En este tema se aborda la ancianidad con una información completamente actua-
lizada. Se realiza la descripción de ancianidad empleando las definiciones utilizadas
por la OMS y por la especialidad de geriatría.
Las personas mayores experimentan en esta etapa de su vida, una serie de cam-
bios, en este capítulo se describen dichos cambios teniendo en cuenta al individuo en
su globalidad: aspectos biológicos y sociales.
El Auxiliar de Enfermería/TCAE, como profesional dedicado al cuidado del in-
dividuo, tiene que cumplir una serie de requisitos para desarrollar su labor en las
unidades de geriatría, para ello tiene que formarse en habilidades y capacitaciones,
dirigidas al ámbito de la gerontología.
En esta etapa de la vida, como consecuencia de los cambios que se producen, es
de gran importancia la promoción de la salud, llevada a cabo mediante actividades de
educación sanitaria.
En este capítulo, se aborda también las funciones del Auxiliar de Enfermería/
TCAE en la atención a la mujer en el embarazo, parto y puerperio, tratando también
el tema de la planificación familiar.
Incluyendo las últimas tendencias en este campo, conocimientos específicos sobre
el embarazo y la preparación al parto.
Se desarrolla el tema de la planificación familiar, entendida ésta como una herra-
mienta fundamental para que las personas puedan vivir una sexualidad saludable.

2. ATENCIÓN Y CUIDADOS EN EL ANCIANO: CONCEPTO


DE ANCIANIDAD, CAMBIOS FÍSICOS ASOCIADOS CON EL
ENVEJECIMIENTO
2.1. Concepto de ancianidad
Se puede definir ancianidad como los cambios bio-psico-social, experimentados
en un individuo, y se relacionan con el uso del organismo a lo largo de la historia de
la persona. Es un proceso paulatino y de adecuación individual.
También se puede definir como el periodo de la vida después de la fase adulta,
cuyo comienzo lo dispone la comunidad. En los países desarrollados se inicia a partir
de los 65 años, que suele corresponder con la edad de jubilación.

© Ediciones Rodio 179


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

La ancianidad se puede clasificar en:


– 60 a 74 años: ancianidad joven.
– 75 a 84 años: ancianidad vieja.
– 85 a 99 años: ancianidad longeva.
– mayor de 100 años: centenaria.
Según la OMS existen tres tipos de envejecimientos:
– Envejecimiento exitoso:
Baja probabilidad o ausencia de enfermedad, falta de incapacidad relacionada
con alguna patología, asociada a una elevada aptitud cognitiva y funcional.
– Envejecimiento saludable:
Incluye una práctica durante toda la vida, el poder estar activo durante más
tiempo, poder jubilarse más tarde y de forma paulatina, tener una existencia de
vida más activa después de la jubilación y emplearse en tareas que incrementen
la salud.
– Envejecimiento activo:
La OMS define el envejecimiento activo como el proceso de optimización de
oportunidades para luchar por la salud, por la participación activa en la vida,
y por la seguridad de alcanzar calidad de vida cuando el ser humano envejece.
Los adultos mayores tienen mucho por aportar: tienen un saber de los años y
la pericia de la vida y, al mantenerlos saludables, activos e independientes, pue-
den continuar colaborando con la sociedad, sus familias, y tendrán una vida
más plena.

La edad fisiológica se define como la edad según el envejecimiento de órga-


nos y funciones. Existen dos términos relacionados con la ancianidad que son
la Geriatría y la Gerontología:

Geriatría
Es la rama de la medicina dedicada a los aspectos preventivos, clínicos, terapéuti-
cos y sociales de las enfermedades de los ancianos.

180 © Ediciones Rodio


Tema 27. Atención y cuidados en el anciano

Gerontología

Es la ciencia básica que estudia el proceso de envejecimiento de los seres


vivos.
Desde el punto de vista de la geriatría, la tipología de pacientes ancianos se clasi-
fica en:
– Anciano Sano: persona de edad avanzada con ausencia de enfermedad obje-
tivable.
– Anciano Enfermo: anciano sano con una enfermedad aguda.
– Anciano Frágil: persona de edad avanzada que, por condiciones médicas, men-
tales, o sociales se encuentra en situación de equilibrio inestable. Es un indivi-
duo independiente pero tiene un alto riesgo de volverse dependiente.
– Paciente geriátrico: persona de edad avanzada, con enfermedades crónicas que
provocan dependencia; suele acompañarse de alteración mental y/o de proble-
ma social.

2.2. Cambios físicos asociados con el envejecimiento


Durante el envejecimiento se producen una serie de cambios en la persona, a va-
rios niveles, que veremos a continuación:

2.2.1. Cambios biológicos


Con el paso de los años se va produciendo un desgaste de la capacidad del organis-
mo para la regeneración celular.
La apoptosis, o muerte celular programada, es un proceso selectivo, las células
están planificadas genéticamente para ir desapareciendo selectivamente, sin embargo
durante la vejez la apoptosis aumenta, resultando una carencia de células.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Los tejidos y las células del organismo, debido a agentes exógenos, tales como fac-
tores físicos, químicos y biológicos, y por otra parte los agentes endógenos: tumores,
autoinmunidad y las alteraciones genéticas causan o bien una funcionalidad insufi-
ciente de la célula o que ésta no actúe dando lugar a una lesión.
Existen unas transformaciones que se deben al paso del tiempo y que tienen carác-
ter continuo e irreversible, son las siguientes:
– Cambios en la composición corporal: disminuye el tejido muscular y aumenta
el porcentaje de grasa. Este factor se ha relacionado con las alteraciones bilia-
res, hiperlipemias, la hipertensión etc.
– Descenso del agua corporal total: esto influye en los procesos relacionados con
la dilución, como la ingesta de medicamentos diurético, y en la termoregula-
ción, dando lugar a una mayor probabilidad de deshidratación.
– Descenso de la masa ósea: con una mayor probabilidad en la población feme-
nina, en los dos años siguientes a la menopausia, y que se manifiesta con una
elevada fragilidad ósea y un elevado riesgo de osteoporosis.

A.1. Cambios gastrointestinales


El problema de la malnutrición y anorexia en la vejez es muy generalizado, lo que
puede provocar la aparición o aumentar la intensidad de diferentes patologías.
Aparecen diferentes modificaciones que afectan al apetito, a la digestión y a la
absorción de los nutrientes.
La carencia de piezas dentales exige una limitación a la acción de triturar los ali-
mentos en la boca, con lo que las digestiones se convierten en más lentas y pesadas.
Como efecto de las alteraciones en ciertas hormonas y medicamentos, la respuesta
normal al apetito se ve modificada. Existe un descenso de la excreción de jugos di-
gestivos; con el paso de los años, la función excretora de las distintas glándulas que
forman parte en la digestión ven alterada su respuesta. También se lleva a cabo una
mala absorción de ciertas sustancias como el hierro, vitamina B12 y el calcio.
También se ve afectada la motilidad intestinal, manifestándose en cuadros de estre-
ñimiento agudo, este problema lo sufren aproximadamente el 50% de esta población.

A.2. Cambios sensoriales


Debido, principalmente a una disfunción de las papilas gustativas, se produce una
elevada sensibilidad a los alimentos dulces y salados, lo que da origen, a la ingesta de
alimentos altamente sazonados o azucarados.
Son muy frecuentes los cambios en el gusto, olfato, oído, etc. Aparece en la vejez
las hipoacusias (disminución de la capacidad auditiva) relacionadas con la edad. Así
como la presbicia, que es el resultado de la pérdida de la capacidad de acomodación
del ojo, lo cual ocurre en toda la población a partir de los 40 años, también conocida
como vista cansada.

182 © Ediciones Rodio


Tema 27. Atención y cuidados en el anciano

A.3. Cambios en el sistema renal


La consecuencia principal es el aumento de la excreción de proteínas y electrolitos
por orina, de forma que el equilibrio hidroelectrolítico se ve modificado, da lugar a
la aparición de edemas en los miembros inferiores, y además la pérdida de proteinas
lleva en muchos casos, a una hipoproteinemia.
La función renal disminuye aproximadamente en un 50% entre los 30 y los 80
años. Este problema afecta aproximadamente a un 75% de la población adulta.

A.4. Cambios metabólicos


La transformación metabólica más significativa es la intolerancia a la glucosa. Esto
se traduce en un cambio en el metabolismo de los hidratos de carbono. Ello, se debe
a un descenso en la elaboración de insulina por parte del páncreas. Además, pueden
estar implicados varios factores, como los cambios en los hábitos dietéticos y un des-
censo de la actividad física. También se produce un descenso del metabolismo basal.

A.5. Cambios en el sistema cardiovascular


Se produce una rigidez de las paredes arteriales (ateroesclerosis). Se debe, por un
lado, a la pérdida de elasticidad del tejido arterial y venoso, una situación inherente,
a la edad. Y, por otro, puede ser debido a una alimentación rica en productos grasos,
esta situación produce una aumento de la presión arterial (hipertensión).
Otra modificación que altera al sistema cardiovascular es la hipercolesterolemia, y
que en las personas mayores suelen estar aumentadas.

A.6. Cambios neurológicos


Las patologías más frecuentes son el Parkinson, Alzheimer, junto con la Demencia
Senil, que condicionan de manera muy seria la calidad de vida de las personas ancia-
nas. Se desconoce el mecanismo que las desencadenan, y son diversas las investiga-
ciones que se llevan a cabo para poder conocer su etiología, y poder así lograr una
curación o bien disminuir en lo posible los trastornos que originan.
En el envejecimiento se origina una disminución del numero de neuronas, una
disminución del volumen cerebral, una disminución de la sustancia blanca, y de la
corteza cerebral frontal, entre otras alteraciones, todo como consecuencia de la muer-
te celular. Con el transcurrir de los años, va dando lugar a un envejecimiento en las
capacidades mentales.
A partir de los 30 años se produce la decadencia de las capacidades mentales que
se ve incrementada en la ancianidad. En la vejez, hay una disminución de la capacidad
de decisión a la hora de resolver problemas, ésta se acompaña de una disminución en
los procesos de pensamiento. La capacidad cognitiva y de expresión oral suelen estar
modificadas. La imaginación y capacidad creativa se mantienen. Existen modificacio-

© Ediciones Rodio 183


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

nes en la memoria y suele dar origen a periodos de amnesia, sobre todo relacionado
con el factor tiempo (olvidos de acontecimientos recientes).
El carácter y la personalidad no suelen verse modificadas, a menos que se originen
cambios a nivel fisiológico. La capacidad de adaptación suele estar reducida por el
temor a los acontecimientos nuevos y desconocidos.

A.7. Cambios inmunológicos


La capacidad de defensa natural se ve disminuida, de manera que los microorga-
nismos pueden actuar sobre el organismo más fácilmente. Las barreras de defensa
natural están mas debilitadas e incluso, en determinadas patologías, dejan de existir,
y el sistema, que facilita la defensa al organismo mediante la agresión a los factores
nocivos externos, está disminuido en número y calidad. Esta condición justifica el
aumento de enfermedades en esta etapa de la vida. El cambio se pone de manifiesto
con un declive del proceso inmunológico global.

A.8. Cambios músculo-esqueléticos


Existe una predisposición al cambio de tejido muscular, por tejido graso, y que
es inherente a la edad. Hay una disminución total de las proteínas, que se pone de
manifiesto, tanto a nivel musculo-esquelético, como de los órganos vitales. Otro pro-
blema importante es la disminución de la densidad ósea y el consecuente elevación
del riesgo de sufrir osteoporosis, patología muy habitual entre la población femenina
de edad avanzada.

2.2.2. Cambios Sociales


El cambio del rol del anciano se plantea desde tres dimensiones:

El anciano como individuo


Las personas, en su última etapa de vida, son más consciente de que la muerte está
cerca. La manera de afrontar la muerte va cambiando con los años. Hay ancianos que
rehúsan el hecho de morir y suelen envolverse de angustias y miedos. Y otros ancia-
nos viven el tema de la muerte como una huida, como el fin de una vida de sacrificios,
problemas, responsabilidades…

El anciano como integrante del grupo familiar


El rol del anciano con la familia se ve modificado, porque suelen coexistir con
sus hijos y nietos. Las etapas con ellos pasan por distintas fases. Existe una primera
fase en donde el anciano es aún independiente, y su rol es de ayuda a los hijos para
criar a los nietos. La segunda fase, cuando empieza a surgir problemas de salud en el
anciano, y los roles se invierten, es cuando la familia suele institucionalizar al anciano
(internarlo en una residencia).

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Tema 27. Atención y cuidados en el anciano

El anciano como persona capaz de afrontar las pérdidas


La vejez es una época de la vida en la que se pone de manifiesto diferentes tipos
de pérdidas (facultades físicas, psíquicas, económicas, rol, afectivas, etc.) Las pérdidas
afectivas se ponen de manifiesto por la desaparición de la pareja o de algún amigo
íntimo. Van asociadas por un aumento de estrés emocional y sensación de soledad.

La persona anciana tiene la facultad de contribuir con su sabiduría y llevar a cabo


nuevas tareas en el ámbito comunitario. Su rol se basa en una actividad fundamental:
la tareas en el ámbito comunitario, tales como ONG, asociaciones vecinales, sindica-
tos, grupos políticos.
La gran mudanza que sufre la persona anciana, es la jubilación. La jubilación es la
fase de un individuo que, tras haber cumplido una edad y desarrollar una labor pro-
fesional durante una serie de años, finaliza su carrera profesional.
Las relaciones sociales y el poder adquisitivo del individuo, disminuyen al dejar su
actividad profesional.
La sociedad en general, debe conocer las consecuencias de la jubilación para pre-
venir sus efectos negativos y llegar a la etapa de la jubilación de una manera más pre-
parada. Es de obligada necesidad, en esta etapa de la vida, intentar buscarse aficiones
complementarias para que la jubilación, en vez de ser una merma en la calidad de
vida, sea un aumento de la misma.

2.3. Requisitos del personal de Auxiliar de Enfermería/TCAE


para trabajar en una Unidad de Geriatría
El Auxiliar de enfermería/TCAE debe adquirir una serie de habilidades y destre-
zas relacionadas directamente con la geriatría:
– Aplicar técnicas de atención especializada en geriatría.
– Tener conocimientos sobre los cuidados en psico-geriatría.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Conocer todo el proceso de envejecimiento y los cambios biológicos que se


producen en el organismo, como consecuencia de las patologías relacionadas
con la vejez.
– Comprensión interpersonal y empatía con las personas ancianas.
– Capacidad de trabajo en grupo.
– Profesionalidad y madurez personal.
– Tener los conocimientos fundamentales de enfermería.

3. APOYO A LA PROMOCIÓN DE LA SALUD Y EDUCACIÓN


SANITARIA
La promoción de la salud en la población anciana tiene como objetivo funda-
mental disminuir las enfermedades, sus secuelas y las muertes prematuras, así como
mantener la función y la calidad de vida.
La actuación psicosocial con las personas mayores, a través de actividades de edu-
cación para la salud grupal, los grupos de autoayuda o actividades de voluntariado,
pueden generar beneficios para aumentar la calidad de vida de las personas mayores.
La promoción de la salud se realiza mediante actividades de educación sanitaria
como las siguientes:

Deshabituación del Tabaquismo


El consumo de tabaco es la primera causa de morbi-mortalidad del individuo y es
el principal causante de enfermedades prematuras.

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Tema 27. Atención y cuidados en el anciano

El tabaquismo es el principal factor de riesgo en seis de las catorce causas de muer-


te en el anciano. El abandono del tabaco, incluso en edades avanzadas, repercute po-
sitivamente en la salud.
El riesgo de morir de una enfermedad del corazón se reduce a la mitad, en un
año, y el riesgo de sufrir un accidente vascular cerebral, una enfermedad obstructiva
crónica o un carcinoma, disminuye sustancialmente. Por esta razón, los facultativos
recomiendan constantemente la supresión del consumo de tabaco.

Promover una disminución en la ingesta de alcohol


La predisposición a sufrir determinadas enfermedades va íntimamente ligada a
la ingesta de alcohol, como es el caso la cirrosis hepática, o determinados tipos de
carcinomas e incluso la aparición de fracturas óseas en los ancianos. Por esta razón,
se aconseja el abandono en casos de consumo excesivo y, en cualquier caso, llevar a
cabo un consumo moderado.
Promoción del desarrollo de actividad física
La vida sedentaria se va incrementando con el paso de los años, y una gran parte
de la población de ancianos llevan una vida sedentaria. Existen estudios que seña-
lan el beneficio de realizar ejercicio físico con periodicidad, con lo que se reduce el
índice de morbi-mortalidad y aumenta la calidad de vida. Por este argumento, se
recomienda el desarrollo de algún tipo de ejercicio físico adaptado a cada necesidad
del individuo.
La práctica del ejercicio físico o deporte aconsejada debe ser de tipo aeróbico, debe
de durar no más de media hora, realizarlo como mínimo 3 veces por semana, y con
una intensidad adecuada para la edad del anciano y su estado físico.
Igualmente deberían realizar, además, sesiones semanales de ejercicios de resis-
tencia y flexibilidad para luchar contra el deterioro del aparato músculo-esquelético,
que favorece las fracturas por caídas, el desarrollo de las actividades de la vida diaria
y la postración prematura.
Promoción de una alimentación saludable
Una alimentación proporcionada, y un adecuado estado nutricional, son pilares
fundamentales para conseguir y mantener un correcto estado de salud a lo largo de
toda la vida. La elaboración de una dieta correcta juega un papel fundamental en la
prevención de numerosas patologías como son: la hipertensión arterial, las cardiopa-
tías, ciertos tipos de carcinomas, la obesidad, la diabetes, la osteoporosis, etc. La car-
diopatía isquémica es una de las primeras causas de morbi-mortalidad en el anciano,
y se relaciona directamente con práctica de estilos de vida y hábitos dietéticos, poco
saludables.
La malnutrición es un problema difícil de abordar en el anciano, ya que en ella in-
terviene varios factores como son: la soledad, agravamiento de problemas socio-eco-
nómicos, la dependencia para el desarrollo de las actividades de la vida diaria, pro-
blemas dentales, la inmovilidad, pluripatologías crónicas que precisan de múltiples
fármacos, la depresión, el alcoholismo, etc.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Los problemas de sobrepeso se observan con una menor incidencia entre la po-
blación anciana, y afecta más a las mujeres que a los hombres. Una vez instaurada la
obesidad, generalmente en la etapa adulta, requiere un tratamiento que se basa en
cambios en la dieta, desarrollo de ejercicio físico y apoyo psicológico.
El individuo anciano tiene que controlar a diario los niveles de ingesta de calorías,
sal, calcio, agua, fibra dietética, proteínas y otros nutrientes para reducir el riesgo de
complicaciones.

Promover la vacunación
La vacuna estacional, recomendada a toda la población anciana, es la vacuna an-
tigripal, ya que entre las personas que tienen alto riesgo de tener complicaciones rela-
cionadas con la gripe están precisamente los mayores de 65 años.
La OMS recomienda la vacunación antigripal anual masiva en este grupo de per-
sonas como estrategia para reducir la incidencia de enfermedad y la mortalidad aso-
ciada a ésta.
Otra vacuna aconsejada en esta franja de edad es la vacuna contra el neumococo.

Evitar accidentes domésticos


Es frecuente, en estas edades, sufrir accidentes en el ámbito doméstico, para ello es
importante tener en cuenta los siguientes puntos.
– Emplear un calzado adecuado, sin cuñas elevadas.
– Emplear lentes de graduación adecuada y revisiones periódicas.
– Evitar el uso de tapetes o alfombras que puedan deslizarse.
– Emplear una iluminación correcta en las habitaciones.
– Extremar la precaución en la ingesta de medicamentos, especialmente somní-
feros y ansiolíticos ya que pueden aumentar el riesgo de caídas.
– Los antihipertensivos y diuréticos pueden causar una bajada brusca de la ten-
sión arterial y provocar desvanecimientos, aumentando el riesgo de caídas.
– Emplear orinal durante la noche, para evitar ir al cuarto de baño, y así dismi-
nuye el riesgo de caerse en la oscuridad.
– Emplear férulas protectoras de caderas disminuye la fractura de caderas alrededor
de un 50%.

4. MEDIDAS DE APOYO A LA PERSONA CUIDADORA DEL


ANCIANO DEPENDIENTE
El cuidado de un familiar dependiente es una tarea que se prolonga en el tiempo,
que exige una serie de cambios a nivel familiar, laboral y social. Las personas que
atienden directamente a familiares dependientes, tienen que dar respuestas a diferen-
tes labores, esfuerzos y tensiones que se generan con la labor del “cuidar”, todo ello

188 © Ediciones Rodio


Tema 27. Atención y cuidados en el anciano

repercute directa o indirectamente en la figura del cuidador, así como de las personas
que lo rodean.
En ocasiones la figura del cuidador es llevada a cabo por Auxiliares de Enfermería/
TCAE en el domicilio de la persona dependiente, por ello, es de gran importancia
conocer las medidas de apoyo.
Existe una serie de factores que influyen a la hora de desarrollar el papel de cuidador:
– El grado de salud física y mental de la persona cuidadora.
– Nivel de conocimiento sobre la enfermedad, tener capacidad para cuidar y re-
solver problemas o dificultades que pueden ir apareciendo en la evolución de
la enfermedad.
– Nivel de colaboración y asistencia, el reparto de tareas y obligaciones, así como
el apoyo emocional, que recibe del núcleo familiar.
– Disponer de una acomodación de la jornada laboral: simplificación o cambios
en los turnos de trabajo para poder disponer de tiempo libre.
– Ayudas institucionales.
– Nivel de incapacidad de la persona dependiente, la evolución de la enfermedad
y las complicaciones.

4.1. Pautas de actuación del cuidador o del Auxiliar de


Enfermería/TCAE
4.1.1. Favorecer la autoestima y autonomía de la persona
dependiente
– Intentar no realizar comentarios poco favorables en presencia de la persona
dependiente.
– Los problemas que van surgiendo se deben de intentar resolver con todos los
miembros de la familia, cada uno debe dar su opinión y llegar a un consenso
pacífico.
– Siempre que las condiciones sean las adecuadas, y en la medida de sus posibili-
dades, la persona dependiente debe tomar sus propias decisiones.
– No se debe limitar a la persona dependiente, dejar hacer lo que pueda hacer,
favorecer su independencia y autonomía.
– Mantener siempre la intimidad de la persona, evitar que la persona se sienta
molesta, en situaciones de mayor privacidad como son el aseo o higiene per-
sonal.
– Respetar sus ideologías y creencias religiosas, facilitando en la medida de lo
posible su práctica.
– Fomentar el esparcimiento y ocio.

© Ediciones Rodio 189


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Emplear los recursos personales, técnicos y materiales que ayuden a aumentar


la calidad de vida.
– El aprendizaje de nuevas actividades se debe llevar a cabo de una manera pau-
latina.
– Conservar siempre un buen nivel de comunicación, con un lenguaje claro y
directo.
– Tomar medidas para prevenir los accidentes domésticos.

4.1.2. Pautas durante el aseo y el baño


– Instaurar tareas y horarios fijos, de esta manera la persona vincula determina-
das circunstancias con la hora del baño.
– Explicar a la persona en todo momento las pautas que vamos a realizar.
– Posibilitar y mostrar el uso correcto del material empleado para el aseo.
– Emplear las condiciones correctas de iluminación, limpieza y temperatura du-
rante el aseo.
– Preservar la intimidad de la persona. Mantener la puerta del baño cerrada y así
evitaremos que la persona se sienta molesta.

4.1.3. Pautas en la incontinencia de esfínteres


– Emplear estructuras como la elevación del inodoro, orinales, etc.
– Proporcionar ayudas auxiliares como pañales, cambiadores, etc.

4.1.4. Pautas en la vivienda


– Suprimir las barreras arquitectónicas, para facilitar y favorecer el desplaza-
miento de la persona a cualquier estancia de la misma.

190 © Ediciones Rodio


Tema 27. Atención y cuidados en el anciano

– La pavimentación debe ser de suelos antideslizantes y de rápido secado.


– Emplear una buena iluminación y ventilación en las habitaciones.
– Los muebles con cajones deben ser de fácil apertura y cierre.
– Las cocinas que no sean eléctricas, deberán de poseer sistema de seguridad
antifugas.
– No emplear materiales que se rompan con facilidad, como espejos, y evitar el
uso de materiales tóxicos.
– Emplear carteles con dibujos en las puertas, elementos como calendarios, relo-
jes grandes que ayudan a la orientación temporo-espacial.
– Suprimir todos los elementos que puedan dar origen a accidentes y caídas.
– Realizar cambios posturales de forma periódica, cuando la movilidad está re-
ducida.
– Las personas con demencias o Alzheimer no deben salir solas y, en todo mo-
mento, tienen que estar identificadas.

4.1.5. Pautas en la alimentación


– Instaurar horarios y tareas fijas para facilitar la rutina durante la alimentación.
– Emplear una dieta variada y equilibrada.
– Emplear mobiliario y utensilios adaptados a la persona.
– Dar a la persona el tiempo necesario para la ingesta de los alimentos.

4.1.6. Pautas frente a los trastornos del sueño


– Evitar cambios en las rutinas de sueño.
– Evitar dormir durante el día, entretener a la persona durante el día.
– Durante la cena, evitar la ingesta de gran cantidad de alimentos y ricos en grasas.
– Facilitar una habitación adecuada, tranquila, sin ruidos.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

5. ATENCIÓN A LA MUJER EN EL EMBARAZO Y


PLANIFICACIÓN FAMILIAR
El proceso asistencial de la mujer embarazada se inicia en atención primaria, jun-
tamente con el desarrollo de los programas de planificación familiar.
Los Programas de atención a la mujer tienen como misión principal atender a sus
necesidades, tanto en la edad reproductiva como en el climaterio.
Engloba diferentes subprogramas:
– Planificación familiar.
– Embarazo y preparación al parto.
– Parto y puerperio.
– Menopausia.
– Cáncer ginecológico y mamario.
– Enfermedades de transmisión sexual.

5.1. ATENCIÓN A LA MUJER EN EL EMBARAZO


El embarazo es una etapa de la mujer que requiere de una atención y cuidados
específicos.
Antes de desarrollar el tema de la mujer embarazada llevaremos a cabo un recor-
datorio de los periodos del desarrollo prenatal y del proceso de la fecundación.

5.1.1. Periodos del desarrollo Prenatal


Fecundación e implantación
La fecundación se produce en el tercio externo de la trompa de Falopio.
Para que se produzca la unión del espermatozoide con el óvulo, cada uno de ellos
ha de perder la mitad de su dotación genética (23xx y 23 xy).
El óvulo tiene una vida media de 24-48 h y el espermatozoide de 4-6 días.
Una vez el óvulo es fecundado (el huevo) tarda entre 3-4 días en llegar a la cavidad
uterina.
En el camino hacia el útero, el huevo sufre varias divisiones. Cuando llega al en-
dometrio, el huevo recibe el nombre de blastocito. Al 6º día de haberse producido la
fecundación, el huevo se implanta en el endometrio, y empieza a producir la hormona
gonadotropina coriónica (es la hormona que se determina en las pruebas de embarazo).

Periodo Embrionario
Desde el día 18 hasta el día 55 de la gestación.

192 © Ediciones Rodio


Tema 27. Atención y cuidados en el anciano

Periodo Fetal
Desde la 8ª semana de gestación hasta el nacimiento.
Hay un desarrollo y maduración de los diferentes órganos.
Hasta la 8ª semana de gestación se habla de embrión y, a partir de aquí, de feto.
Las sustancias nutritivas son transportadas al feto por la placenta, que posee dos
arterias y una vena.

5.1.2. Programa de atención a la mujer embarazada


El programa de atención a la mujer se lleva a cabo en las sucesivas consultas prena-
tales, siguiendo un plan de cuidados de la mujer embarazada y del feto.

Educación maternal
Consiste en un programa de formación dirigido a futuros padres, que incluyen
actividades de entrenamiento físico y psíquico dirigidas hacia el embarazo, parto y
puerperio.
En el programa de educación maternal se resuelven dudas y temores relacionados
con el embarazo y parto, se informa sobre los cambios fisiológicos y molestias habituales.
En la educación maternal se imparte los conocimientos necesarios para reconocer
situaciones de riesgo, tanto para la madre como para el feto. Se informa de los dere-
chos que tienen tanto padres como recién nacidos, (recogido en el Decreto 101/95,
18 Abril).
También se enseñan los diferentes tipos de analgesia en el parto, así como los di-
ferentes tipos de partos. Se refuerza la importancia de la Lactancia Materna (técnicas
y consejos).

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

El programa está formado por 10-12 sesiones normales, y una visita al hospital la
sala de partos, los quirófanos y tomar contacto con el medio hospitalario.

5.1.3. Funciones de la Aux. de Enfermería/TCAE en las consultas


prenatales
Las actividades que desarrolla la Auxiliar de Enfermería/TCAE en las consultas
prenatales siempre son de colaboración y/o apoyo a Matrona o Médico Obstetra.

5.1.3.1. Primera consulta prenatal (8-12 semanas)


– Si la mujer se presenta de una manera prematura antes de las 12 semanas de
gestación, será necesario realizar un test de embarazo para realizar la confir-
mación clínica.
– Una vez confirmado el embarazo, se realiza la determinación de las semanas de
gestación y la fecha probable del parto.
– Se realiza la historia clínica perinatal y se abre el Documento de salud de la
embarazada, que la mujer deberá llevar siempre con ella.
– Exploración física que incluye el peso, talla, tensión arterial y frecuencia car-
diaca, exploración genital y mamaria.
– Descartar factores de riesgo de las enfermedades de transmisión sexual.
– Solicitar pruebas analíticas completas, bioquímica,Test de O’Sullivan, hemo-
grama, estudio de coagulación, serología sérica, urocultivo, grupo sanguíneo y
factor Rh, esta última muy importante para descartar posibles incompatibili-
dades con el recién nacido.
– Llevar a cabo actividades de educación sanitaria en relación a:
▷ Alimentación, que debe ser completa, variada, equilibrada, y bien hidrata-
da. La mujer embarazada debe de iniciar la ingesta de acido fólico meses

194 © Ediciones Rodio


Tema 27. Atención y cuidados en el anciano

antes de la fecundación para prevenir problemas del tubo neural en el feto,


y debe seguir tomando durante el embarazo, mínimo durante el primer
trimestre.
▷ Actividad física y sexual, andar diariamente mínimo 30 minutos. Mantener
la actividad sexual, excepto en los casos de amenaza de aborto.
▷ Higiene bucodental.
▷ Hábitos tóxicos como consejos antitabaco y dejar de beber alcohol.

DSE

5.1.3.2. Segunda consulta prenatal (11-13 semanas)


La segunda consulta se realiza entre las 11-13 semanas.
– Control peso materno: una inadecuada alimentación durante el embarazo, está
relacionada con bajo peso al nacer, nacimientos prematuros y defectos congé-
nitos. Un exceso en la alimentación está relacionada con mayor predisposición
a la diabetes gestacional y obesidad.
– Control tensión arterial: de gran importancia para vigilar las posibles com-
plicaciones de una preclampsia y eclampsia, que constituyen las principales
causas de morbi-mortalidad en este periodo.
– Control de altura del fondo uterino, permite identificar posibles alteraciones
en el crecimiento del feto y Maniobras de Leopold; son las palpaciones abdo-
minales, para determinar la presentación, situación y posición del feto.
– Auscultación de la frecuencia cardíaca.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Control de los exámenes de laboratorio, valorar niveles de hemoglobina, glu-


cemia y Rh. Mujer embarazada, que sea Rh negativo, se debe realizar la prueba
de test de Coombs indirecta, en el caso que no estuviera sensibilizada, se debe
realizar la profilaxis anti-D a las 28 semanas.
– Iniciar tratamiento con hierro, si procede, y continuar con las actividades de
educación sanitaria propuestas en la primera consulta.
– Exploración ecográfica.
– Informar de los síntomas y signos de alarma.

5.1.3.3. Tercera consulta prenatal (16-18 semanas)


– Anamnesis: datos sobre la evolución del embarazo.
– Control del peso, tensión arterial, altura uterina, y auscultación fetal con Do-
ppler.
– Control de exámenes de laboratorio, valorar los diferentes parámetros.
– Reforzar los consejos de educación sanitaria.

5.1.3.4. Cuarta consulta prenatal (18-20 semanas)


– Anamnesis: datos sobre la evolución del embarazo.
– Control del peso, tensión arterial, altura uterina.
– Control de exámenes de laboratorio, valorar los diferentes parámetros analí-
ticos.
– Exploración ecográfica, se puede observar el sexo del feto.
– Reforzar los consejos de educación sanitaria.

5.1.3.5. Quinta consulta prenatal (24-28 semanas)


– Anamnesis: datos sobre la evolución del embarazo.
– Control del peso, tensión arterial, altura uterina,y auscultación fetal con Do-
ppler.
– Control de exámenes de laboratorio, valorar los diferentes parámetros analí-
ticos.
– Reforzar los consejos de educación sanitaria.
– Vacunar contra el tétano.

5.1.3.6. Sexta consulta prenatal (28-32 semanas)


– Anamnesis: datos sobre la evolución del embarazo.
– Control del peso, tensión arterial, altura uterina,y auscultación fetal con Do-
ppler.

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Tema 27. Atención y cuidados en el anciano

– Control de exámenes de laboratorio, valorar los diferentes parámetros analíti-


cos. La mujer embarazada que sea Rh negativo, se debe realizar la prueba de
test de Coombs indirecta, en el caso que no estuviera sensibilizada, se debe
realizar la profilaxis anti-D a las 28 semanas.
– Reforzar los consejos de educación sanitaria.
– Reforzar vacuna antitetánica si procede.

5.1.3.7. Séptima visita y sucesivas hasta momento del parto (32-40


semanas)
– Anamnesis: datos sobre la evolución del embarazo.
– Control del peso, tensión arterial, altura uterina, y auscultación fetal con Do-
ppler.
– Control de exámenes de laboratorio, valorar los diferentes parámetros analí-
ticos, acompañando la prueba de coagulación para la colocación de anestesia
epidural durante el parto.
– Reforzar los consejos de educación sanitaria.
– Detección de estreptococo del grupo B (EGB), a partir de la semana 35-37 de
gestación.

5.1.4. Funciones de la Aux. de Enfermería/TCAE en la sala de parto


y puerperio

5.1.4.1. Ingreso en la unidad de obstetricia


– Comprobar previamente que la habitación y el baño estén limpios, que funcio-
na todo correctamente.
– La mujer gestante llega a la unidad acompañada de un celador y será recibida
por la Aux. de enfermería/TCAE, enfermera y/o matrona., y procederán a pre-
sentarse (nombre y categoría profesional)
– Facilitar la presencia de un acompañante, quien ella desee.
– Indicar dónde está el baño y el timbre.
– Facilitar un armario para guardar sus pertenencias (ropa y calzado…).
– Entregar camisón, toalla y compresas.

5.1.4.2. Ingreso en sala de parto


– Emplear ropa adecuada para el quirófano de paritorio: gorro, mascarilla, bata
y calzas.
– Organizar el paritorio, con todo el material esterilizado, manteniéndolo en sus
envoltorios correspondientes.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Organizar la mesa del recién nacido con un campo estéril con gasas, tijeras y
la pinza del cordón.
– Facilitar la ropa esterilizada al acompañante que solicite presenciar el parto,
con bata, calzas, gorro y mascarilla..
– Ayudar a la gestante en la camilla del paritorio, colocándola en posición gine-
cológica.
– Realizar el aseo perineal de la gestante y rasurado parcial si precisa.
– Colaborar con la matrona y el médico en todo lo necesario, asumiendo tareas
propias o bien delegadas.
– Mantener al recién nacido en contacto, piel con piel, con su madre.
– Realizar al aseo perineal de la puérpera, colocación de compresas, hielo si
precisa, cambiar de camisón y pasar a la paciente, con ayuda del celador, a la
cama.

Sala de partos

5.1.4.3. Ingreso en la unidad de puerperio


– Confort de la puérpera y del recién nacido.
– Incentivar a la lactancia materna, ayudando en todo lo que la puérpera nece-
site.
– Ayudar en la higiene de la puérpera y del recién nacido cuando proceda.

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Tema 27. Atención y cuidados en el anciano

5.2. Planificación familiar


La planificación familiar requiere de un desarrollo de educación continuada para
promover, desde edades tempranas, valores, actitudes y capacidades para una pater-
nidad/maternidad responsable como consecuencia de una elección libre y consciente.
Antes de desarrollar el tema de planificación familiar, llevaremos a cabo un recor-
datorio de la fisiología del aparato reproductor femenino.

5.2.1. Fisiología del aparato reproductor femenino

5.2.1.1. Regulación hormonal de los ovarios


Los ovarios están regulados por el eje hipotálamo-hipófisis-ovárico-útero.
El hipotálamo libera el factor liberador de las gonadotropinas, que actúa sobre la
hipófisis, haciéndole liberar las hormonas foliculoestimulante (FSH) y Luteinizante
(LH). Estas hormonas actúan sobre los ovarios haciéndoles producir progesterona y
estrógenos, y ayudando a la maduración del folículo.
Las hormonas femeninas son:
– Esteroideas, se producen en el ovario y son estrógenos, progesterona.
– Hipofisarias, se producen en la hipófisis y son 3: Foliculoestimulante FSH, pro-
mueven el desarrollo del folículo, Luteinizante (LH), cuya función es interve-
nir en la ovulación y el mantenimiento del cuerpo luteo y la Prolactina, es la
encargada de la secreción láctea.

5.2.1.2. Ciclo ovárico


La finalidad del ciclo ovárico es proporcionar un óvulo para que sea fecundado.
El ciclo tiene 2 fases:
Fase 1: Se produce la maduración del óvulo (14 días).
Fase 2: Se forma el cuerpo lúteo.
La ovulación tiene lugar a los 14 días del ciclo y corresponde con un pico muy
elevado de FSH y LH (aumentan más las LH).
Después de la ovulación, el folículo de Graaf se colapsa y empieza una fase regre-
siva llamada cuerpo luteo, que aumenta la producción de progesterona y disminuye la
de estrógenos (si no hay embarazo).
Si no hay embarazo, aproximadamente entre el día 23-26 del ciclo, aparece el cuer-
po luteo albicans. Si por el contrario, el óvulo es fecundado, el cuerpo luteo no pasa a
albicans, se convierte en el cuerpo luteo gravídico.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

5.2.1.3. Ciclo endometrial


Se producen cambios en el endometrio, a la vez que el ciclo ovárico.
El ciclo endometrial tiene como finalidad proporcionar un lugar adecuado para
que el óvulo fecundado anide y se desarrolle.
Los estrógenos y la progesterona actúan sobre este ciclo.
Tiene 4 fases:
– Fase proliferativa o fase preovulatoria.
– Fase secretora o fase postovulatoria.
– Fase isquémica o fase premenstrual.
– Menstruación: la menstruación tiene una frecuencia entre 21-35 días. Dura
2-8 días (aunque lo normal es que dure de 4-6 días).
Si no hay embarazo se producen las fases 3 y 4.

Esquema ciclo ovárico y endometrial.

5.2.2. Planificación familiar y Métodos anticonceptivos


Según la OMS la Planificación familiar se define como el derecho básico de la
pareja de decidir de manera libre y responsable cuántos hijos tener y cuándo (espa-
ciamiento).
Los objetivos generales de la planificación familiar son:
– Modular los intervalos entre embarazos.

200 © Ediciones Rodio


Tema 27. Atención y cuidados en el anciano

– Determinar el número de hijos que desea cada familia.


– Organizar el tiempo en que ocurren los nacimientos, en relación con las edades
de los progenitores.
– Ayudar a mujeres, con problemas de fecundidad, a ser madres.
– Evitar embarazos no deseados
– Mejorar la salud de la madre, sus hijos y la familia en general.
– Evitar las enfermedades de transmisión sexual: Hepatitis,VIH,Herpes, Gono-
rrea, Sifilis, etc.

5.2.2.1. Métodos anticonceptivos


A.1. Métodos naturales
Son aquellos métodos que se basan en la fisiología hormonal de la mujer, en los cua-
les hay privación de relaciones sexuales durante la ovulación y los días cercanos a ella.
Existen varios métodos:
– Método de la temperatura basal: consiste en recoger en tablas la temperatura
corporal a lo largo del ciclo menstrual. De este modo, se advierte el pico de
temperatura producido por la ovulación.
– Método de la ovulación o Método Billings: se basa en los cambios del flujo o
moco cervical, para identificar la fase fértil del ciclo.
– Método de la amenorrea de la lactancia: la lactancia materna puede proveer
protección contra el embarazo, es un método muy poco fiable.
A.2. Métodos de barrera
Son aquellos métodos que de manera mecánica obstruyen el paso de los esperma-
tozoides o de manera química afectan la motilidad o vitalidad espermática, evitando
la fecundación.
– Preservativo masculino: es el método ideal para prevenir el contagio de las
enfermedades de transmisión sexual.
– Preservativo femenino.
– Diafragma.
A.3. Métodos químicos y hormonales
– Espermicidas: son productos químicos que desactivan o matan a los esperma-
tozoides.

© Ediciones Rodio 201


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Anticonceptivo subdérmico: implante compuesto por una varilla que se coloca


por debajo de la piel del brazo de la mujer, ofreciendo protección anticoncep-
tiva por tres años, va liberando hormonas.
– Parches transdérmicos: parches colocados en el brazo de la mujer, van liberan-
do pequeñas dosis de hormonas diariamente.
– Anillo vaginal: es el método más innovador en anticoncepción femenina, un
anillo transparente, suave y flexible que se coloca vía vaginal liberando una
dosis diaria de hormonas.
– Píldora trifásica: altamente eficaz de dosis hormonales baja. Indicado también
para el tratamiento de acné de leve a moderado.
– Píldora progesterona: recomendada para mujeres que no pueden tomar estróge-
nos. Es la única píldora recetada durante la lactancia.
– Píldora post-coito: método hormonal de uso restringido, sólo se debe usar en
caso que falle el método de barrera.
A.4. Métodos irreversibles
– Ligadura de trompas.
– Vasectomía.

202 © Ediciones Rodio


Servicio Andaluz de Salud
(SAS)

28
Temario específico
Vol. 2

Tema
Atención y cuidados del paciente
en situación terminal/cuidados
Servicio Andaluz de Salud (SAS)

paliativos y persona cuidadora. Duelo,


tipo y manifestaciones, apoyo
al cuidador principal y familia.
Cuidados post-mortem
Auxiliares de Enfermería

Mª de los Ángeles Hermosilla Cotán


Diplomada Universitaria en Enfermería
Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Índice esquemático
1. Introducción

2. Atención y cuidados del paciente en situación terminal/cuidados palia-


tivos y persona cuidadora
2.1. Definición de situación terminal
2.2. Definición de cuidados paliativos
2.3. Cuidados del paciente en situación terminal
2.4. Funciones de la Aux. de Enfermería/TCAE en la atención del pacien-
te en situación terminal. Persona cuidadora

3. Duelo, tipo y manifestaciones. Apoyo al cuidador principal y familia


3.1. Etapas del duelo
3.2. Tipos de duelo
3.3. Manifestaciones
3.4. Apoyo al cuidador principal y familia

4. Funciones de la Aux. de enfermería/TCAE en los cuidados post-mortem


4.1. Etapas de los cuidados post-mortem

204 © Ediciones Rodio


Tema 28. Atención y cuidados del paciente en situación terminal

1. INTRODUCCIÓN
Los Cuidados Paliativos fueron incorporados en España ha finales del siglo XX,
desde esa fecha hasta la actualidad, los cuidados a los pacientes terminales, se focaliza
en toda la extensión del enfermo, como persona, comprendiendo que ésta tiene unas
exigencias individuales, y bien definidas, que se encuentran en constante transforma-
ción y crecimiento.
La atención y cuidados del paciente en situación terminal tiene como ob-
jetivo principal intervenir en el cuidado de los síntomas, garantizar el control
de la autonomía, defender los derechos de la persona, proporcionar compa-
ñía, asegurar los valores y estilos de vida, considerar la particularidad, lograr el
bienestar, la calidad de vida, la continuidad de los cuidados.
En esta unidad se aborda el tema del duelo en su totalidad tratando los diferentes
tipos de duelos y sus definiciones. Se realiza una descripción de las etapas de la muerte
según el modelo Kübler-Ross.
El tema del cuidador principal es tratado, en primer lugar, definiendo la figura del
cuidador, y después se realiza una amplia descripción de uno de las patologías más
frecuente en este grupo: el síndrome del cuidador.

2. ATENCIÓN Y CUIDADOS DEL PACIENTE EN SITUACIÓN


TERMINAL/CUIDADOS PALIATIVOS Y PERSONA CUIDADORA

2.1. Definición de situación terminal


La situación terminal se define como el momento donde la enfermedad terminal
se encuentra entre enfermedad incurable avanzada y la situación de agonía.
La enfermedad incurable avanzada, es de curso progresivo, gradual, con diverso
grado de afectación de la autonomía y de la calidad de vida, con respuesta variable al
tratamiento específico, que evolucionará hacia la muerte a medio plazo.
La enfermedad terminal, en fase evolutiva e irreversible con síntomas múltiples,
impacto emocional, pérdida de autonomía, con muy escasa o nula capacidad de res-
puesta al tratamiento específico y con un pronóstico de vida limitado a semanas o
meses, en un contexto de fragilidad progresiva.
Situación de agonía es la que precede a la muerte cuando ésta se produce de forma
gradual, y en la que existe deterioro físico intenso, debilidad extrema, alta frecuencia
de trastornos cognitivos y de la conciencia, dificultad de relación e ingesta y pronós-
tico de vida en horas o días.

2.2. Definición de cuidados paliativos


Según la OMS, se define cuidados paliativos como la asistencia que mejora la ca-
lidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con

© Ediciones Rodio 205


Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y alivio del sufri-


miento por medio de la identificación temprana e impecable evaluación y tratamiento
del dolor y otros problemas, físicos, psicológicos y espirituales.
Los cuidados paliativos se basan en el concepto de la Ortotanasia: dar al individuo
una muerte digna. Mediante estos cuidados se intenta evitar la distanasia o ensaña-
miento terapéutico.
Los cuidados paliativos no deben limitarse a los últimos días de vida, sino aplicar-
se progresivamente a medida que avanza la enfermedad y en función de las necesida-
des de pacientes y familias. Los cuidados paliativos se pueden administrar en el medio
hospitalario o domiciliario.
Los objetivos de los cuidados paliativos son:
– Colaborar al curso natural de la enfermedad, no se pretende ni precipitar ni
prolongar la muerte.
– Integrar los campos psicosociales y espirituales al cuidado del paciente.
– Facilitar sistemas de soporte a los pacientes, para vivir de una forma activa
hasta la muerte.
– Dar soporte a la familia, para acomodarse durante toda la fase la enferme-
dad, y posteriormente en el duelo.
– Afianzar la vida y asumir la muerte como una fase más del ciclo vital.
– Proporcionar unos cuidados precoces en el curso de la enfermedad, de forma
conjunta con otros tratamientos que pueden alargar la calidad de vida, tales
como quimioterapia o radioterapia, e incluir aquellos estudios precisos para
entender mejor y manejar situaciones clínicas difíciles.
– Facilitar aplacamiento del dolor y otros síntomas.
Según la a Sociedad Española de Cuidados Paliativos, se define cuidados paliativos
como:
“Los cuidados paliativos se basan en una concepción global, activa y viva de la te-
rapéutica, que comprende la atención de los aspectos físicos, emocionales, sociales y
espirituales de las personas en situación de enfermedad terminal: siendo los objetivos
principales el bienestar y la promoción de la dignidad y autonomía de los enfermos y su
familia, y los medios terapéuticos, el control de síntomas, el apoyo emocional y la comu-
nicación cuando estemos delante de una enfermedad avanzada, progresiva e incurable,
sin posibilidades razonables de respuesta a un tratamiento específico y con una muerte
previsible a corto plazo, causada ya sea por un cáncer, SIDA o cualquier otra enferme-
dad crónica y progresiva.”
En las fases finales de la enfermedad, en las que el tratamiento es predominan-
temente paliativo, puede existir un espacio para el intento destinado a las medidas
curativas. La transición de los cuidados curativos a paliativos es, a menudo, gradual,
y debe basarse en las necesidades individuales de la persona, más que en un plazo
concreto de supervivencia esperada.
Por otro lado, el duelo puede requerir atención durante una fase prolongada. Los
cuidados paliativos deben comenzar en las fases tempranas del diagnóstico de la en-
fermedad que amenaza la vida, simultáneamente con los tratamientos curativos.

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Tema 28. Atención y cuidados del paciente en situación terminal

El modelo Kübler-Ross, comúnmente conocido como las cinco etapas de la muer-


te, fue presentado por primera vez por la psiquiatra suizo-estadounidense Elisabeth
Kübler-Ross.
Originalmente, aplicó estas etapas a las personas que sufren enfermedades termi-
nales, y luego a cualquier pérdida catastrófica, esto puede incluir eventos significati-
vos en la vida tales como la muerte de un ser querido, divorcio, drogodependencia, un
diagnóstico de infertilidad, etc.
Estas etapas no necesariamente tienen que darse en el mismo orden:
1. Negación. «Me siento bien», «esto no me puede estar pasando, no a mí».
La negación es solamente una defensa temporal para el individuo. Este senti-
miento es generalmente reemplazado con una sensibilidad aumentada de las
situaciones e individuos que son dejados atrás después de la muerte.
2. Ira. «¿Por qué a mí? ¡No es justo!», «¿Cómo me puede estar pasando esto a
mí?». Una vez en la segunda etapa, el individuo reconoce que la negación no
puede continuar. Debido a la ira, esta persona es difícil de ser cuidada por sus
sentimientos de ira y envidia.
3. Negociación. «Dios, déjame vivir al menos para ver a mis hijos graduarse»,
«haré cualquier cosa por un par de años más». La tercer etapa involucra la
esperanza de que el individuo puede, de alguna manera, posponer o retrasar
la muerte. Usualmente, la negociación por una vida extendida es realizada con
un poder superior a cambio de una forma de vida reformada. Psicológicamen-
te, la persona está diciendo: «Entiendo que voy a morir, pero si solamente pu-
diera tener más tiempo...».
4. Depresión. «Estoy tan triste, ¿por qué hacer algo?»; «voy a morir, ¿qué sentido
tiene?»; «extraño a mis seres queridos, ¿por qué seguir?». Durante la cuarta
etapa, la persona que está muriendo empieza a entender la seguridad de la
muerte. Debido a esto, el individuo puede volverse silencioso, rechazar visi-
tas y pasar mucho tiempo llorando y lamentándose. Este proceso permite a la
persona moribunda desconectarse de todo sentimiento de amor y cariño. No
es recomendable intentar alegrar a una persona que está en esta etapa. Es un
momento importante que debe ser procesado.
5. Aceptación. «Esto tiene que pasar, no hay solución, no puedo luchar contra
la realidad, debería prepararme para esto». La etapa final llega con la paz y
la comprensión de que la muerte está acercándose. Generalmente, la persona
en esta etapa quiere ser dejada sola. Además, los sentimientos y el dolor físico
pueden desaparecer. Esta etapa también ha sido descrita como el fin de la lucha
contra la muerte.
Llegados a este punto, es importante enunciar una serie de conceptos:
– La distanasia: encarnizamiento, obstinación o ensañamiento terapéutico, es
el empleo de todos los medios disponibles, a veces desproporcionados, para
prolongar artificialmente la vida y, por tanto, retrasar la llegada de la muer-
te en pacientes en estado final de la vida, a pesar de que no haya esperanza
alguna de curación.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Eutanasia es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente ya des-


ahuciado, con su consentimiento y la intención de evitar sufrimiento y dolor.
– Ortotanasia o muerte digna es la actuación correcta ante la muerte por par-
te de quienes atienden al que sufre una enfermedad incurable o en fase
terminal. En este concepto se basan los cuidados paliativos.

2.3. Cuidados del paciente en situación terminal


Los cuidados del paciente en situación terminal van dirigidos a cubrir sus
necesidades básicas, basado en unos cuidados de confort:
– Nutrición e hidratación.
– Eliminación de los productos de desecho del organismo.
– Moverse y mantener una postura adecuada.
– Sueño y descanso.
– Mantenimiento de la higiene personal y protección de la piel.
– Comunicarse con otras personas, creencias y valores personales, siendo capaz
de expresar emociones, necesidades, miedos u opiniones.
Nutrición e hidratación
En la situación terminal de la enfermedad, frecuentemente se manifiesta anore-
xia, caquexia y falta de apetito. Un paciente terminal presenta un metabolismo basal
alterado y las necesidades energéticas disminuyen, no precisa la misma cantidad de
alimento que una persona sana.
La falta de apetito en el enfermo terminal provoca una situación de ansiedad en la
familia, se debe explicar esta situación y cual es la causa.
Pautas de actuación
– Nivel de hidratación mantenida: agua, leche, zumos e infusiones.
– Acomodar los horarios de comida a las rutinas del paciente.
– Acomodar la ingesta de alimentos al apetito del paciente.
– Favorecer las comidas trituradas, de esta manera permite la deglución.
Cuando la enfermedad avance, las necesidades del paciente de alimentarse e hi-
dratarse disminuyen, y en determinadas circunstancias sólo es preciso una buena hi-
giene de la boca e hidratación de los labios.
Eliminación de los productos de desecho del organismo
El trastorno más frecuente en los pacientes terminales es el estreñimiento, como
consecuencia de la administración de determinados fármacos que se emplea para mi-
tigar el dolor como la morfina, la falta de movilidad y la propia debilidad del paciente.
Pautas de actuación
– Nivel de hidratación mantenida: agua, leche, zumos e infusiones, para conse-
guir heces más blandas.

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Tema 28. Atención y cuidados del paciente en situación terminal

– Proporcionar intimidad al paciente, a la hora de evacuar.


– Paciente que presenten incontinencia urinaria y/o rectal, hay que extremar las
medidas de higiene y protección de la piel.
– Evitar superar las 48-72 horas sin evacuar, las heces se vuelven duras, dando
lugar a la formación de fecalomas.
– Ejecutar técnicas de movilización del paciente, para prevenir el estreñimiento.
Moverse y mantener una postura adecuada
Es fundamental en este tipo de pacientes mantener una buena postura mientras se
encuentran encamados, para evitar la aparición de úlceras por presión.
Estas úlceras se producen a consecuencia de una presión mantenida en determi-
nadas zonas sobre una superficie más o menos dura. Las zonas más frecuentes de apa-
rición de estas lesiones son en las prominencias óseas como tobillos, talones, rodillas,
pelvis y coxis.
Es fundamental la prevención, una vez que aparecen estas úlceras son difíciles de
tratar.
Pautas de actuación
– Conservar una alineación corporal y distribución del peso de forma adecuada,
e impidiendo el contacto directo con las prominencias óseas entre sí.
– Prevenir el movimiento de arrastre.
– En posición de decúbito lateral no sobrepasar un ángulo de 30º.
– Disminuir la presión en los puntos de riesgo mediante:
▷ Cambios posturales: es la medida preventiva primordial cuando el paciente
no puede movilizarse por sí solo. Se modifica la posición del enfermo cada
2 ó 3 horas, siguiendo un ciclo programado para impedir la lesión en las
zonas de riesgo.
▷ Paciente encamado: decúbito supino, decúbito lateral y decúbito prono.
Para un mejor control en la prevención de las úlceras también existen una serie de
medios complementarios como son los dispositivos dinámicos y estáticos.
Entre los dinámicos se encuentran:
– Colchón de aire alternante.
– Colchón de agua.
– Colchón de viscoelástica.
Entre los estáticos se encuentran:
– Protectores locales de tobillos y codos.
– Soporte textil como las empapaderas.
– Barreras líquidas como aceites o cremas.
– Apósitos de hidrocoloide y poliuretano.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Colchón anƟescara

Sueño y descanso
En este tipo de pacientes es muy frecuente las alteraciones del ritmo circadiano; el
reposo y el descanso son aspectos muy importantes, ya que permiten un cierto grado
de recuperación del cansancio del enfermo.

Estado de
Actividad
vigilia
Ciclo
circadiano Dormir
(no-REM)
24 h Descanso
Reposo
Soñar
(REM)

La etiología suele ser muy variada: dolor, fatiga, miedos, angustias, incontinen-
cias…
Pautas de actuación
– Emplear técnicas de relajación mediante la musicoterapia o masaje.
– Proporcionar un espacio tranquilo, temperatura agradable, sin ruidos, ilumi-
nación adecuada.
– Proporcionar una bebida caliente, leche o infusión, inducen el sueño.
– Dar la posibilidad al individuo que se sincere y expresar su malestar y mie-
dos, reduce el nivel de estrés y angustia. Sentirse acompañado, y la seguri-
dad de que siempre hay alguien pendiente de él, facilita conciliar el sueño.
Mantenimiento de la higiene personal y protección de la piel
Es fundamental una buena higiene personal del paciente y mantener la integridad
tisular, así evitaremos la aparición de problemas.

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Tema 28. Atención y cuidados del paciente en situación terminal

Pautas de actuación
– Proporcionar masajes agradables, ayudan al retorno venoso y a tranquilizar al
paciente.
– Fomentar una piel limpia, sin humedades y con buen nivel de hidratación,
usando gel neutro para el aseo cotidiano. Emplear empapaderas que actúan
absorbiendo la humedad.
– Las curas de las fístulas o de lesiones tumorales es función del personal de
Enfermería.
– Mantener un buen nivel de higiene buco-dental. Es un problema frecuente en
este tipo de pacientes, una higiene deficiente desencadena problemas e impe-
dimento para comunicarse y alimentarse. Realizar cepillado de los dientes y
lengua, utilizando un dentífrico y cepillo suave para evitar la irritación o lesión
de la mucosa.
– La aparición de la xerostomía, o boca seca, se puede aliviar ofreciendo líquidos
a pequeños sorbos, realizando enjuagues tras las comidas.
– Hidratación de los labios, empleando cremas labiales o hidratantes. No se reco-
mienda el uso de vaselina, ya que puede aumentar la sequedad.
Comunicarse con otras personas, creencias, valores personales
Evitar la pérdida paulatina de autonomía e independencia, que provocan, tanto en
el paciente como en su entorno más cercano, un grado elevado de miedo, ansiedad,
malestar y preocupación.
Pautas de actuación
– Promover y ayudar al individuo a tomar una determinación sobre su enferme-
dad y cuidados.
– Conservar la autonomía e independencia del individuo, motivar a la persona
para realizar las tareas que pueda llevar a cabo. Auxiliar al paciente con distin-
tos dispositivos como andadores, sillas de ruedas, etc.
– Respetar las creencias religiosas del paciente, facilitando la práctica de las
mismas.

2.4. Funciones del Auxiliar de Enfermería/TCAE en la


atención del paciente en situación terminal. Persona
cuidadora
– Conservar una buena imagen externa del paciente; favorecer el aseo corporal
y buco-dental.
– Favorecer el descanso nocturno del individuo.
– Mitigar en todo momento el dolor y otros síntomas como nauseas, fiebre, su-
doración, malestar general…

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

– Ayuda psicosocial de la familia, aportando asesoramiento de otros profe-


sionales como psicólogo y servicio social.
– Administrar al paciente cuidados de comodidad y tranquilidad.
– Facilitar una atención personalizada e integral del individuo.
– Propiciar un espacio agradable, habitación ordenada, ventilada, luz adecuada,
control de visitas…
– Fomentar que todos los miembros de la familia tomen parte del cuidado
del paciente.
– Empatizar con el paciente y familia, y conocer, respetar las etapas de la muerte.

3. DUELO, TIPO Y MANIFESTACIONES, APOYO AL CUIDADOR


PRINCIPAL Y FAMILIA
Se define duelo como el conjunto de manifestaciones fisiológicas, intelectuales,
emocionales, conductuales y espirituales que se manifiestan como consecuencia de
una perdida.
En ninguna otra situación como en el duelo, el dolor producido es TOTAL: Es un do-
lor biológico (duele el cuerpo), psicológico (duele la personalidad), social (duele la socie-
dad y su forma de ser), familiar (nos duele el dolor de otros), y espiritual (duele el alma).
La finalidad de un duelo es dar expresión y cause sano a los sentimientos, serenar
el sufrimiento dominando la pena de la separación, aceptar la realidad de la muerte y
amar al fallecido, con un nuevo lenguaje de amor.
En la atención inicial del duelo se debe de prevenir la aparición del duelo pa-
tológico, ayudando a la familia a la resolución del proceso del duelo, mediante
la expresión de sus sentimientos.

3.1. Etapas del duelo


Se desarrolla en 5 etapas:
1ª etapa: Impacto y negación.
2ª etapa: Conciencia de la pérdida.
3ª etapa: Introversión y mantenimiento.
4ª etapa: Reajustar.
5ª etapa: Recuperación y sanación.
1ª etapa: Impacto y negación
Sus características son:
Oleadas de angustia aguda, agitación, llanto, sensación de ahogo, incredulidad,
confusión, inquietud, respiración suspirante, vacío en el abdomen, pensamientos ob-

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Tema 28. Atención y cuidados del paciente en situación terminal

sesivos y algunos síntomas físicos: debilidad muscular, temblor incontrolable, perple-


jidad, mareos y palpitaciones.
2ª etapa: Conciencia de la pérdida (desorganización)
Sus características son:
Ansiedad de separación, estrés prolongado, agresividad, impotencia, frustración,
hipersensibilidad, trastornos del sueño, miedo a la muerte, comportamiento de bús-
queda, sentir la presencia del muerto.
En esta etapa llena de conflictos surge la culpa real o imaginaria. La culpa puede
tomar varias formas:
– Sentirse culpable de estar vivo. Auto acusaciones. Culpa fantasiosa.
– Recapacitar de lo ilógico que es sentir culpa por algo que no podemos contro-
lar como es la muerte, disminuirá la culpa y allanara el camino para la resolu-
ción de un duelo sano.
A medida que los síntomas y reacciones iniciales gradualmente pierden su inten-
sidad y la persona acepta intelectualmente la nueva situación, comienza la segunda
etapa.

3ª etapa: Introversión y mantenimiento


Sus características son:
Repaso obsesivo de los acontecimientos pasados, aislamiento, impaciencia,
fatiga y debilidad, necesidad de sueño aumentada, desesperación, desamparo,
impotencia.

4ª etapa: Reajustar
Sus características son:
Reconstruir la forma de ser, retomar el control de la propia vida, disminución
gradual del estrés, aumento de energía física y emocional.
La persona realiza un balance entre lo que ha perdido y lo que le queda, y lo que
ha aprendido.

5ª etapa: Recuperación y sanación


En esta etapa la persona toma nuevamente el control sobre la vida. Es tiempo de
dejar partir e iniciar nuevas relaciones.
El sufrimiento pasado debe servir como un estímulo para evolucionar y abrirse a
los demás. Por eso, es importante vivir a fondo las cuatro primeras etapas, antes de
pasar a la quinta.
Es posible volver a la vida, volver a amar, y volver a sonreír.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

3.2. Tipos de duelo


Existen varios tipos de duelo:

Saludable o positivo
La persona tiene que reincorporarse al mundo a partir de una nueva identidad,
en el cual no esta incluido el ser querido fallecido, lo que no significa que se vaya a
olvidar.

Emergente
El sufrimiento aparece por etapas, fechas o circunstancias.

Anticipado
Precedido con tiempo y pleno conocimiento de la situación, permite prepararse
anímicamente.

Retardado
Es un duelo inhibido o reprimido. Se puede tener una reacción emotiva en el mo-
mento de la pérdida, pero no va en proporción con el significado de la pérdida de un
ser querido.

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Tema 28. Atención y cuidados del paciente en situación terminal

Crónico
Es un pesar inusitadamente intenso que no disminuye con el tiempo y, por lo tan-
to, se transforma en una manera de ser.

Patológico
El duelo anormal puede presentarse de diversas maneras, que va desde el retraso
del duelo, o la ausencia de éste, hasta un duelo muy intenso y prolongado.

Negado
Es la ausencia de la expresión del duelo en el momento de la pérdida.

Extraordinario
Ocasionado por situaciones críticas de la muerte; aborto, suicidio, homicidio, tor-
tura, cuerpos sin aparecer, guerras, etc.

3.3. Manifestaciones
A continuación, se describe una lista de las manifestaciones más comúnes:
– Sentimientos:
▷ Tristeza.
▷ Enfado.
▷ Culpa.
▷ Ansiedad.
▷ Soledad.
▷ Fatiga.
▷ Impotencia.
▷ Anhelo.
▷ Alivio.
▷ Insensibilidad
▷ Confusión.
– Conductas:
▷ Soñar con el fallecido.
▷ Evitar recuerdos.
▷ Suspirar.
▷ Llorar.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

▷ Atesorar objetos que le pertenecía.


▷ Buscar a la persona fallecida.
– Fisiológicas:
▷ Opresión en el pecho.
▷ Sensación de presión en la garganta.
▷ Sensibilidad al ruido.
▷ Falta de aire.
▷ Debilidad muscular.
▷ Falta de energía.
▷ Sequedad de boca.
– Pensamientos:
▷ Incredulidad.
▷ Confusión.
▷ Preocupación.
▷ Alucinaciones breves y fugaces.
▷ Sentido de presencia.

3.4. Apoyo al cuidador principal y familia


El cuidador principal es el interlocutor principal de la familia del enfermo,
es la persona responsable de la mayoría de las atenciones físicas y emocionales
que precisa la persona enferma en la fase terminal, su papel es importante, y es
de suma importancia saber identificarlo, proporciona la intervención del equipo
asistencial.
El cuidador principal ayuda a desarrollar la alternativa asistencial de la atención
domiciliaria. En el domicilio, la relación enfermo-cuidador se basa fundamentalmen-
te en el cariño. Las intervenciones socio-sanitarias se dirigen tanto hacia la persona
dependiente como hacia su entorno.
La función de atender a un paciente terminal no está exento de repercusiones para
la salud. La sobrecarga física y emocional que presentan los familiares, pueden llegar
a provocar una crisis en la estabilidad familiar. Una vez producida la pérdida del ser
querido, el cuidador principal presenta el riesgo de convertirse en enfermo secun-
dario, desarrollando, como principal característica, un proceso de duelo que puede
convertirse en patológico.
Los cuidadores principales entienden el cuidado como un sentimiento de obliga-
ción y se comportan como cuidadores únicos; se sienten tan obligados en su papel,
que cualquier delegación a otro miembro de la familia les puede generar sentimientos
de culpa.

216 © Ediciones Rodio


Tema 28. Atención y cuidados del paciente en situación terminal

3.4.1. El síndrome del cuidador


El Síndrome del Cuidador es un trastorno que se presenta en personas que desem-
peñan el rol de cuidador principal de una persona dependiente. Se caracteriza por el
agotamiento físico y psíquico. La persona tiene que afrontar de repente una situación
nueva para la que no está preparada y que consume todo su tiempo y energía. Se
considera producido por el estrés continuado (no por una situación puntual) en una
lucha diaria contra la enfermedad, y que puede agotar las reservas físicas y mentales
del cuidador.
Los principales síntomas de alarma que nos deben hacer sospechar la existencia
del Síndrome del Cuidador son:
– Agotamiento físico y mental.
– Labilidad emocional: cambios de humor repentinos.
– Depresión y Ansiedad.
– Conductas de consumo abusivas: tabaco, alcohol.
– Trastorno del sueño.
– Alteraciones del apetito y del peso.
– Aislamiento social.
– Dificultades cognitivas: problemas de memoria, atención.
– Problemas laborales.

3.4.1.1. Fases del síndrome del cuidador


Primera fase o de estrés laboral: Fase de alarma
La situación con la que se encuentran, en muchas ocasiones, es no tener prácti-
camente tiempo libre para sí. Viven para y por la persona que cuidan, tratándose de
demostrar así mismo que pueden con todo.

Segunda fase o de inadecuación personal: Fase de resistencia


Empiezan los trastornos emocionales y psicosomáticos…
Deriva de la sensación de falta de apoyo que recibe de los demás o de, al menos,
comprensión que recibe de los demás.
Se traduce a una situación de impotencia en el cuidador, hiriendo su valía.

Tercera Fase: Inadecuación personal


– Consecuencias que afectan a nivel físico y psíquico. Como pueden ser: estar
constantemente fatigados, tener sobrecarga, úlceras gástricas…..
– Sentimiento de culpa, y no será más que la creencia de que la forma de atender
a su familiar no ha sido la apropiada. Se siente tan implicado en el cuidado, que
cualquier momento que no se encontró con la persona dependiente, lo inter-
pretará como abandono o traición.

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Auxiliares de Enfermería. Temario específico. Volumen 2

Cuarta fase: De vacío personal: Fase de agotamiento


Fatiga, signos físicos y psicológicos que nos indicarán que debemos descansar
para reponer nuestro desgaste. Comienza una preocupación excesiva, incapacidad
para tomar decisiones, bloqueos mentales, sensación de confusión, dificultad para
mantener la atención, mal humor, hipersensibilidad para hacer frente a las críticas,
trastorno del sueño, enfermedades... aparece el síndrome del cuidador.

3.4.1.2. Consejos para evitar la aparición del síndrome


– La persona cuidadora tiene que aprender a expresar sus sentimientos en rela-
ción con la enfermedad.
– Debe preguntar todas las dudas que tenga en relación la enfermedad.
– La persona cuidadora debe de pedir ayuda siempre que pueda, a su entorno
familiar.
– Valorar los recursos económicos para considerar la posibilidad de contratar a
un cuidador externo.
– Localizar asociaciones de apoyo, con personas en las mismas circunstancias.
– La persona cuidadora tiene que disponer de un tiempo diario para su esparci-
miento.
– La persona cuidadora tiene que aprender a dar tiempo a la persona enferma
para aceptar su enfermedad, no acelerar las diferentes etapas de aceptación.
– Intentar mantener un equilibrio en la ámbito familiar, saber distinguir y con-
trolar la manipulación o los chantajes emocionales por parte del enfermo: po-
ner límites a los cuidados.
– La persona cuidadora debe de mantener un elevado nivel de autoestima.
– Ejercitar técnica de relajación y pensamiento positivo.
– Mantener una correcta ingesta de alimentos, dieta equilibrada.

218 © Ediciones Rodio


Tema 28. Atención y cuidados del paciente en situación terminal

4. FUNCIONES DEL AUXILIAR DE ENFERMERÍA/TCAE EN LOS


CUIDADOS POST-MORTEM
La atención postmortem es el conjunto de intervenciones del personal de enfer-
mería que se proporcionan al cadáver y a sus familiares. El objetivo de los cuidados
post-mortem es preparar al cadáver para su inhumación o cremación.

4.1. Etapas de los cuidados post-mortem


Los cuidados post-mortem se deben de realizar siguiendo una serie de etapas:
– Avisar e informar con tacto y respeto a los familiares de la muerte del familiar.
– Facilitar a la familia que lo solicite, la asistencia de representantes religiosos
según sus creencias.
– Guardar la mayor asepsia e higiene.
– Manipular el cadáver con guantes.
– Respetar la dignidad del fallecido.
– Preparar el equipo para amortajar, vendas de gasa, algodón, etiquetas de iden-
tificación, bolsas para guardar las pertenencias del cadáver, sudario.
– Aislar el cadáver, retirar ropa de cama y del paciente, así como apósitos, sondas
y otros dispositivos.
– Permitir a los familiares, siempre que lo soliciten, participar en los cui-
dados.
– Alinear el cuerpo, cerrar los párpados, colocar prótesis dental, si es posible, y
elevar ligeramente la cabecera de la cama.
– Presionar ligeramente el abdomen, taponar cavidades y sellar incisiones.
– Realizar la higiene parcial o totalmente el cadáver.
– Identificar al fallecido con etiquetas en el tórax y extremidades inferiores.
– Depositar el cuerpo del fallecido dentro del sudario.
– Retirar todo el equipo utilizado, y guardar las pertenencias del fallecido en una
bolsa identificada para ser entregados a los familiares.

© Ediciones Rodio 219


Temario específico
Auxiliares de Enfermería Servicio Andaluz de Salud (SAS) Vol. 2
(SAS)
Servicio Andaluz de Salud

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