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Servicio

Aragonés de Salud

Materia Específica. Temario y test

Celadores
Servicio Aragonés de Salud
©
Ediciones Rodio, S. Coop. And
©
Los autores
Primera edición, marzo 2016 (332 páginas)
Diseño de portada: Ediciones Rodio, S. Coop. And
Edita: Ediciones Rodio, S. Coop. And
Alameda de Hércules, 32-33. 1.ª planta. 41002-Sevilla
Teléfono: 955 28 74 84
Fax: 955 09 38 48
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info@edicionesrodio.com
ISBN: 978-84-16506-85-9

Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las
correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente,
en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de
soporte o comunicada a través de cualquier otro medio, sin la preceptiva autorización
Índice

Temario Materia Específica

Tema 10. Nociones Básicas de la asistencia sanitaria I: La Atención Primaria: la


Zona Básica de Salud, los Equipos de Atención Primaria y el Centro de Salud. La
actuación del Celador en los Equipos de Atención Primaria .................................................... 11
Tema 11. Nociones básicas de la asistencia sanitaria II: La Atención Especializada.
Los órganos directivos, reglamento de estructura y organización y funcionamiento
de los hospitales. Hospitales de la Comunidad Autónoma de Aragón ............................... 21
Tema 12. La atención al usuario. El derecho a la información y la confidencialidad.
La tarjeta sanitaria ............................................................................................................................................. 29
Tema 13. Funciones de vigilancia. Funciones de asistencia al personal sanitario
facultativo y no facultativo. Relación del Celador con los familiares de los enfermos.
Actuaciones en las habitaciones de los enfermos y las estancias comunes. Aseo del
paciente .................................................................................................................................................................... 49
Tema 14. El celador en su relación con los enfermos. Traslado y movilidad de los
pacientes. Técnicas de movilización de pacientes. Uso y mantenimiento del material
auxiliar (grúas, transfer, sillas, camillas, sujeciones, correas…). Actuación del celador
en relación con los pacientes terminales ............................................................................................... 97
Tema 15. Normas de actuación del celador en los quirófanos. Normas de higiene.
La Esterilización................................................................................................................................................... 119
Tema 16. Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos. Actuación
en las salas de autopsias y mortuorios. Relación del celador con los familiares de las
personas fallecidas ............................................................................................................................................. 131
Tema 17. Los suministros. Suministros internos y externos. Recepción y almacena-
miento de mercancías. Organización del almacén. Distribución de pedidos ................... 151
Tema 18. El traslado de documentos y objetos. Manejo y traslado de la documen-
tación sanitaria ..................................................................................................................................................... 157
Tema 19. Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias. Criterios
de actuación del Celador en urgencias frente a traumatismos, heridas, quemaduras
y asfixia. Nociones generales sobre primeros auxilios................................................................... 163
Tema 20. Concepto de infección intra hospitalaria. Prevención. Gestión de resi-
duos sanitarios. Clasificación, transporte, eliminación y tratamiento................................... 203

Test Materia Específica

Test del tema 10-11 ........................................................................................................................................... 257


Test del tema 12 .................................................................................................................................................. 263
Test del tema 13 .................................................................................................................................................. 271
Test del tema 14 .................................................................................................................................................. 281
Test del tema 15 .................................................................................................................................................. 289
Test del tema 16 .................................................................................................................................................. 297
Test del tema 17 .................................................................................................................................................. 305
Test del tema 18 .................................................................................................................................................. 311
Test del tema 19 .................................................................................................................................................. 317
Test del tema 20 .................................................................................................................................................. 325
Presentación

El equipo editorial de Ediciones Rodio, con más de 20 años de experiencia en


el sector del libro para la preparación de oposiciones, pone a tu disposición este eficaz
manual para la preparación de las pruebas de acceso a la categoría de Celador en el
Servicio Aragonés de Salud.
La convocatoria ha sido aprobada mediante Resolución de 4 de febrero de 2016,
publicada en el Boletín Oficial de Aragón, número 30, de 15 de febrero de 2016.
Este volumen desarrolla los contenidos que componen los 11 temas del “Temario
Materia Específica” (temas 10 al 20) del Programa Oficial para el acceso a la categoría de
Celador, publicado en el mismo Boletín de la convocatoria.
Son temas convenientemente desarrollados y organizados didácticamente para
que el opositor pueda prepararse con éxito a la prueba solicitada.
Este Manual incluye baterías de preguntas, con cuatro respuestas alternativas,
sobre los contenidos de cada tema, eficaz complemento para afianzar los conceptos ex-
puestos.
Sólo nos queda desearte el mayor de los éxitos.
Tu triunfo es nuestro triunfo.
Servicio Aragonés Materia Específica. Temario y Test
Celadores de Salud

Temario Materia Específica


Tema 10
Nociones básicas de la asistencia
sanitaria I: la Atención Primaria: la
Zona Básica de Salud, los Equipos
de Atención Primaria y el Centro de
Salud. La actuación del Celador en
los Equipos de Atención Primaria
Nociones básicas de la asistencia sanitaria I

Índice esquemático

1. La Atención Primaria: la Zona Básica de Salud, los Equipos de


Atención Primaria y el Centro de Salud
1.1. Atención Primaria
1.2. Centro de Salud
1.3. Equipos de Atención Primaria
2. La actuación del Celador en los Equipos de Atención Primaria

12
Nociones básicas de la asistencia sanitaria I

1. LA ATENCIÓN PRIMARIA: LA ZONA BÁSICA DE


SALUD, LOS EQUIPOS DE ATENCIÓN PRIMARIA Y
EL CENTRO DE SALUD
El Sistema Nacional de Salud está organizado en dos niveles:
– nivel básico que se encarga de la atención primaria.
– nivel superior que se ocupa de la asistencia especializada.
Esta organización está pensada para que el nivel básico sea el primer contacto
de los ciudadanos con el sistema de salud. Así, si el primer nivel no puede resol-
ver el problema de salud, la persona es derivada al segundo. El nivel de asistencia
primaria actúa de filtro del sistema.
El trabajo es distinto según se realice en cada uno de los dos niveles de asis-
tencia, porque cada uno de ellos tiene una diferente función y organización.
Las Áreas de Salud se subdividen en Zonas Básicas de Salud. En cada una
de ellas se encuentra un Centro de Salud que presta la atención básica de salud.
En cada área de salud pueden existir Equipos de Apoyo que prestan los servicios
que, considerándose propios de la atención primaria, no son prestados directa-
mente por el centro de salud.

1.1. Atención Primaria


La Atención Primaria de salud (siglas: APS), según la definición dada en
la ‘Declaración de Alma-Ata, aprobada por la Conferencia Internacional sobre
Atención Primaria de Salud de Alma-Ata de1978, convocada por la Organiza-
ción Mundial de la Salud (OMS) es la siguiente:
2... la asistencia sanitaria esencial, basada en métodos y tecnologías prácticos,
científicamente fundados y socialmente aceptables, puesta al alcance de todos
los individuos y familias de la comunidad mediante su plena participación y a
un costo que la comunidad y el país puedan soportar, en todas y cada una de
las etapas de su desarrollo con un espíritu de autoresponsabilidad y autodetermi-
nación. La atención primaria forma parte integrante, tanto del sistema nacional
de salud, del que constituye la función central y el núcleo principal, como del
desarrollo social y económico global de la comunidad.”
Las características básicas de la atención primaria son la accesibilidad, la
coordinación, la integralidad y la longitudinalidad.
– La accesibilidad es la provisión eficiente de servicios sanitarios en relación
con las barreras organizacionales, económicas, culturales y emocionales.

13
Nociones básicas de la asistencia sanitaria I

– La coordinación es la suma de las acciones y de los esfuerzos de los servi-


cios de atención primaria.
– La integralidad es la capacidad de resolver la mayoría de los problemas de
salud de la población atendida (en atención primaria es alrededor del 90%).
– La longitudinalidad es el seguimiento de los distintos problemas de salud
de un paciente por los mismos profesionales sanitarios: médicos y enfer-
meros.
Éste es el pilar básico de la asistencia sanitaria (curación y prevención de la
enfermedad y promoción de la salud) y el 1º nivel de contacto de los usuarios
con el sistema y está dirigido a individuos, familia y comunidades buscando acti-
vamente la participación de éstos en la promoción y mantenimiento de la salud.
La Atención Primaria de Salud tiene como objetivo curar la enfermedad y,
más aún, impedir su aparición, lo que favorece que aumente el nivel de salud.
Impedir su aparición haciendo que los factores responsables de su génesis no
pueda producirla efectivamente. Para ello, se promoverá todo aquello que au-
menta el nivel de la salud de la persona. Esto se fundamenta en que es mejor
para las personas no enfermar que ser curada. Lógicamente les ahorra sufri-
miento y en muchas ocasiones es más fácil y efectivo impedir la aparición de la
enfermedad que tratar de curarla.

1.2. Centro de Salud


Es la estructura física y funcional que posibilita el desarrollo de una atención
primaria de salud coordinada globalmente, integrada, permanente y continuada.
En el medio rural pueden existir consultorios locales en los diferentes núcleos
de población o municipios de las zonas básicas de salud, considerándose centro
de salud el que se encuentra en el municipio cabecero, el denominado equipo
de atención primaria (EAP) que está formado por profesionales sanitarios y no
sanitarios de distinta cualificación, dirigidos por un coordinador médico.
Modalidades de atención domiciliaria del centro de salud:
– Espontánea: que en algunos casos es de carácter urgente, generalmente la
realiza el médico.
– Programada: con tareas de prevención, educación sanitaria, promoción
de autocuidado y rehabilitación con objeto de mejorar la calidad de vida,
puede ser una visita médica o de enfermería, este último casi incluye
control y administración de fármacos por vía oral o parenteral, toma de
constantes vitales, sondaje, extracciones sanguíneas, cura de heridas post
operatorias, etc...

14
Nociones básicas de la asistencia sanitaria I

Además, se han implantado puntos de atención continuada en los que se


atiende a los pacientes fuera del horario habitual del centro de salud. En zonas
urbanas esta atención se continua prestando mediante dispositivos específicos,
que en el ámbito rural es el EAP, quien asume la atención continuada y de urgen-
cia que se realiza en el centro de salud.
– Realizar actividades de promoción de la salud, mediante la educa-
ción sanitaria de la población sana y enferma, actuaciones sobre el medio
ambiente y el fomento de la participación de la comunidad en la resolu-
ción de problemas de la salud. Sus objetivos son la adquisición de cono-
cimientos y el desarrollo de hábitos y actitudes favorables hacia la salud.
Es importante la colaboración de otros miembros de la comunidad como
padres, maestros, farmacéuticos, veterinarios y autoridades locales.
– Prevención de enfermedades, se dirige a problemas identificados en el
diagnósticos de la salud, en grupos concretos de población mediante pro-
gramas específicos como puede ser los programas de vacunación infantil,
programas de diagnostico precoz de cáncer, campañas de vacunación an-
tigripal a grupos de riesgo.
– Llevar a cabo actividades de docencia y formación continuada
para los miembros del equipo, así como investigaciones clínicas y epi-
demiológicas.
– Llevar a cabo el diagnóstico de salud de la zona, para conocer el
nivel de salud de la población y los factores que lo condicionan. Igual-
mente, permite conocer el grado de consecución de los objetivos de salud
planteados en los distintos programas que realiza el centro.
Los programas básicos que se consideran de Atención Primaria son:
▷ programas materno - infantil.
▷ programas de atención al adulto y anciano.
▷ programas de atención al medio.
– Evaluar las actividades realizadas y los resultados obtenidos.
– Docencia e investigación: los EAP realizan actividades de formación
pre y post graduados, así como estudios clínicos y epidemiológicos.
– Participar en programas de salud mental, laboral y ambiental.
– Trabajo en equipo, que está motivado por la complejidad científica y
tecnológica de los cuidados de salud actuales y sirve para mejorar la efica-
cia de la organización.
– Actividades de atención a la comunidad: son un componente muy
importante de la atención primaria y derivan de pensar que algunos de los

15
Nociones básicas de la asistencia sanitaria I

problemas de salud que afectan a la persona tienen su origen o se abordan


más eficazmente cuando se diagnostican y tratan a la comunidad. En este
tipo de actividades se trabaja mediante programas, es decir, acciones pla-
nificadas que pueden tener varias fases y pueden someterse a evaluación
para conocer su grado de éxito. En las acciones sobre al comunidad se
tiene en cuenta a las instituciones comunitarias (ayuntamientos, diputacio-
nes, etc...) y a las personas influyentes de la comunidad.
Los programas se hacen sobre poblaciones específicas: niños, trabajadores,
mujeres, ancianos, etc... por ejemplo, están muy difundidos los programas de
salud bucodental para niños, accidentes infantiles, prevención de drogodepen-
dencia, etc...

1.3. Equipos de Atención Primaria


Constan de un núcleo básico de profesionales formado por médicos gene-
rales, pediatras, puericultores, enfermeras, matronas, auxiliares de enfermería,
trabajadores sociales, personal administrativo y celadores. Además mantiene es-
trecha correlación con veterinarios y farmacéuticos titulares. Su ámbito de actua-
ción es la zona básica de salud.
El nº de profesionales del equipo depende de la población adscrita, cada mé-
dico debe tener entre 1250-1500 personas, los pediatras entre 1250-1500 niños
hasta 14 años de edad.

1.3.1. Estructura humana


Un Equipo de Atención Primaria (EAP) está compuesto por los profesionales
de la salud.
– Médicos. 1 médico de familia por cada 1.500-2.000 pacientes, 1 pediatra
por cada 1.000 niños menores de 14 años.
Funciones:
▷ Prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación.
▷ Consulta en el centro de salud o en los domicilios.
▷ Atención a demanda o programada.
▷ Sesiones clínicas.
▷ Participar en las comisiones.
▷ Coordinar el centro de atención primaria.

16
Nociones básicas de la asistencia sanitaria I

– Enfermería. Una por cada 2.000 pacientes.


Funciones:
▷ Planificación de cuidados. Entrenamiento del paciente para autocui-
dados.
▷ Consulta monotemática programada.
▷ Atención a domicilio.
▷ Curas e inyectables.
▷ Salud buco-dental.
▷ Extracciones.
▷ Técnicas: ECG, Espirometrías, etc.
▷ Participar en las comisiones.
▷ Educación sanitaria.
– Administrativos. Varía según el tamaño del centro de salud.
Funciones:
– Cita previa.
– TIS / asignación de médico.
– Tramitación de analíticas, radiografías, derivaciones, recetas a Inspección.
– Elaboración de estadísticas.
– Participar en las comisiones.

1.3.2. Funciones de los EAP


Prestar asistencia sanitaria: ambulatoriamente ya sea demanda del usuario
o de forma programada, también se presta asistencia domiciliaria y de urgen-
cia en colaboración con los equipos especializados.
El sistema de cita previa permite al paciente acudir a la consulta de su médico
de familia en fecha y hora previamente concertada telefónicamente, reducién-
dose los tiempos de espera. Además, se optimiza la distribución del volumen
asistencial entre los diferentes días de la semana.
Los pacientes también pueden acudir directamente al centro sin haber solici-
tado cita previa en lo que se denominan visitas urgentes.
Las visitas programadas se solicitan con más antelación, generalmente son
para el control de pacientes crónicos incluidos algunos de los programas espe-
cíficos del centro (diabetes, hipertensión,...) o para actividades de prevención y
promoción de la salud.

17
Nociones básicas de la asistencia sanitaria I

Se entiende por trabajo en equipo:


– Marcarse unos objetivos comunes.
– Reconocer la capacidad de competencia de cada profesional adscrito de
forma multidisciplinar.
– Mantener criterios de coordinación para distribuir funciones y actividades.
– Participar en común en la toma de decisiones y evaluación continuada del
EAP.
Este equipo básico cuenta con elementos de apoyo especializados en odonto-
logía, salud mental, atención a la mujer, laboratorio, radiología, farmacia, veteri-
naria y salud pública y comunitaria.
Los EAP se comunican e interrelacionan con la asistencia de salud pública a
nivel local, provincial y autonómico.

2. LA ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LOS EQUIPOS


DE ATENCIÓN PRIMARIA
Sus funciones son (suele ser uno por turno):
– Información.
– Reponer materiales.
– Repartir las historias clínicas.

La satisfacción del cliente


En la Sanidad no es algo aleatorio sino que depende de dos variables que
son: las expectativas y la realidad del servicio.
El cliente puede percibir: que recibe lo mismo que esperaba, con lo que es
un cliente satisfecho; que perciban más de lo que esperaban, por lo que es un
cliente muy satisfecho o que reciban menos de lo que esperaba, por lo que es un
cliente insatisfecho.
El cliente de la Sanidad tiene una serie de necesidades que demanda que
sean cubiertas entre ellas son: respuesta atención rápida; atención individualiza-
da; fiabilidad formación y conocimiento del profesional; ser tratado con respecto
y dignidad; confort físico; orientación; afecto; aspecto adecuado del personal;
apatía.

18
Nociones básicas de la asistencia sanitaria I

La comunicación
En la atención al cliente son de dos tipos: técnico sanitaria y humana.
Presenta varias barreras entre ellas: lugares inapropiados, barreras físicas;
momentos inadecuados; emociones alteradas; interrupciones; generalizaciones
y juicios prematuros; mensajes vagos e inconsistentes; diferentes versiones de
hechos pasados; diferentes códigos; estereotipos; etiquetas; ignorar mensajes im-
portantes; da órdenes; no ser sinceros o adular en exceso; no da importancia a
su problema; comparar con otras personas.
El tener al paciente informado quiere decir, darle las debidas explicación a
un paciente mentalmente capacitado, del diagnóstico y naturaleza de su enfer-
medad, tratamientos posibles y ventajas e inconvenientes de cada uno, así como
la comparación entre ventajas e inconvenientes de intervenir y de no intervenir,
presentándole la información de forma suficiente, comprensible e imparcial y
presentándole la alternativa por él elegida para que de o no su consentimiento,
todo ello sin sacar ventaja de su ascendiente psicológico sobre el paciente
Gran parte de estos derechos y deberes estaban recogidos también en la O.M.
de 1972 de Reglamento, Gobierno y Servicio de las Instituciones Sanitarias.
La Carta de Derechos y Deberes de los usuarios también se refiere a la infor-
mación y la confidencialidad: el paciente tiene derecho al respeto de su intimidad
(y su personalidad, dignidad,...), sin que pueda ser discriminado por razones de
tipo moral, social, económico o ideológico, derecho a la confidencialidad de toda
la información relativa a su proceso en la institución, incluido el secreto de estan-
cia en la misma, salvo por exigencias legales, derecho a la libre elección entre las
alternativas que le presente el responsable médico, precisándose el consentimien-
to expreso excepto: cuando la urgencia sea extrema, cuando pueda afectar a la
salud pública, cuando exista imperativo legal, cuando el sujeto esté incapacitado,
en cuyo caso tomarán la decisión los responsables legales del mismo, a que se
le asigne un médico, cuyo nombre se le indicará y que será el responsable de
suministrarle la información, a recibir información previa y a dar o no su consen-
timiento para la realización con él de pruebas experimentales o ensayos clínicos,
o para ser utilizado en tareas docentes. Esta información deberá incluir objetivos,
riesgos para el paciente y procedimientos a seguir.

19
Tema 11
Nociones básicas de la asistencia
sanitaria II: la Atención
Especializada. Los órganos
directivos, reglamento de estructura
y organización y funcionamiento
de los hospitales. Hospitales de la
Comunidad Autónoma de Aragón
Nociones básicas de la asistencia sanitaria II

Índice esquemático

1. La Atención Especializada. Los órganos directivos, reglamento de


estructura, organización y funcionamiento de los hospitales
1.1. La Atención Especializada
1.2. Clasificación de los hospitales
1.3. Organización hospitalaria

2. Hospitales de la Comunidad Autónoma de Aragón

22
Nociones básicas de la asistencia sanitaria II

1. LA ATENCIÓN ESPECIALIZADA. LOS ÓRGANOS


DIRECTIVOS, REGLAMENTO DE ESTRUCTURA,
ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LOS
HOSPITALES

1.1. La Atención Especializada


La atención especializada o secundaria se caracteriza por:
– Se realiza en hospitales y centros de especialidades dependientes de éstos.
– Prestar atención sanitaria de complejidad, es decir, aquella que no ha
podido ser ofrecida por los profesionales del nivel de atención primaria.
– Desarrollar el resto de las funciones de los hospitales.
– La función fundamental del hospital es prestar asistencia especializada (ge-
neralmente en régimen de internamiento) realizar actividades de promo-
ción de la salud y prevención de la enfermedad , conforme a los progra-
mas de cada área de salud, así como la investigación y la docencia.
– El acceso a los servicios hospitalarios se llevará a cabo una vez que las
posibilidades del diagnóstico y tratamiento de los servicios de atención pri-
maria se hayan visto superados, salvo en aquellos casos de urgencia vital.
Estos centros de especialidad no deben confundirse con las consultas externas
de los hospitales, en ellas hay también especialistas que asisten en régimen am-
bulatorio a sus pacientes pero sólo atienden aquellos que han estado ingresados
en el hospital o que van a estarlo al cabo de poco tiempo.

1.2. Clasificación de los hospitales


Se pueden establecer varios tipos según diferentes clasificaciones: según su
dependencia patrimonial (privados y públicos) nivel asistencial (baja-media y alta
tecnología), tipo de pacientes (agudos o de corta estancia/crónicos o de estancia
media-larga), función (Hospitales generales: todas las especialidades/Especiales
monográficos: se dedican preferentemente a unas determinadas especialidades).
Dentro de los hospitales generales se puede establecer varios tipos, teniendo
en cuenta alguna de las clasificaciones mencionadas:
– nivel a: hospital comarcal o básico.
– nivel b: hospital general de distrito o referencia.

23
Nociones básicas de la asistencia sanitaria II

– nivel c: hospital general de alta tecnología o regional, dispone de todas las


especialidades en hospitalización, consultas externas y urgencias. Sus ser-
vicios de diagnósticos y tratamiento son adecuados al tamaño y tecnología
de que dispone.
La utilización de estos servicios se suele hacer por niveles, aunque los casos
graves y urgentes suelen requerir hospitalización desde el 1º momento.

1.3. Organización hospitalaria


La organización del hospital incluye la jerarquía del responsable (grado de res-
ponsabilidad) y la división de trabajo en diversas funciones (tipo de trabajo). De
forma que si queremos saber el lugar que ocupa una persona en una empresa (en
este sentido el hospital es una empresa) tendremos que conocer su grado de res-
ponsabilidad y el trabajo especifico que realiza. Cuando esta organización se repre-
senta de manera sinóptica o esquematiza al resultado se le denomina organigrama.
La composición de un hospital público es variable, estando en general for-
mada por los responsables de divisiones y servicios y también en ocasiones por
personas que no trabaja en el hospital, como los responsables de la comunidad
a la que el hospital atiende.
En la dirección del hospital hay órganos unipersonales o comisiones.
Las comisiones deben reunirse con una perioricidad preestablecida, la geren-
cia y la dirección pueden tener nombrado a los correspondientes subdirectores
que colaboran con los directores respectivos.
– Gerencia de hospital: el director gerente es la mayor autoridad del hos-
pital y su máximo representante. Tiene una visión del conjunto del hospi-
tal por lo que se encarga de programar y coordinar todas las actividades
que en él se realizan. Cada cierto tiempo confecciona informes sobre las
citadas actividades hospitalarias. Bajo la responsabilidad directa de la ge-
rencia quedan las áreas de: actividad de atención al paciente, control de
gestión, informática, asesoría jurídica, admisión, recepción e información,
política personal y análisis y planificación.
– Dirección médica: el director médico coordina los servicios médicos y
otros servicios sanitarios de la división médica. El control de la actividad asis-
tencial, la docencia y la investigación en el hospital son responsabilidad suya.
La dirección médica se responsabiliza de los servicios y unidades que lle-
van a cabo las actividades incluidas en las áreas de atención médica, ci-
rugía, pediatría, documentación y archivos clínicos, hospitalización de día,

24
Nociones básicas de la asistencia sanitaria II

hospitalización a domicilio y otra área cualquiera que desarrolle funciones


de médico asistencial.
El director de la división médica tiene como subordinado directo a los jefes
de servicio del hospital. Las unidades asistenciales con rango inferiores
a los servicios se denominan secciones y tienen su correspondiente jefe.
Como subordinado del jefe de sección están los médicos adjuntos y los
médicos residentes, éstos últimos son licenciados en medicina y cirugía
que sean obteniendo un título de especialista.
– Dirección de enfermería: el director de enfermería es el responsable de
los servicios de enfermería. Sus funciones son las mejoras de las activida-
des asistenciales, la docencia y la investigación desarrollada por el personal
de enfermería.
Pertenecen a la dirección de enfermería las áreas de salas de hospitaliza-
ción, quirófano, unidades especiales, consultas externas, urgencias,... los
responsables de las unidades de enfermería se denominan supervisores y
dependen de un subdirector o de un adjunto de enfermería.
Dentro del personal de enfermería de un hospital se reconocen dos nive-
les: enfermeros titulados y auxiliar e enfermería (FP grado medio). En el
nivel de enfermeros titulados se establecen generalmente categorías que
corresponde a director de enfermería, subdirector de enfermería , super-
visores generales, supervisores de unidad y enfermeras. En la división de
enfermería de un hospital se encuadran también los técnicos superiores
(con estudios de FP de grado superior)
– Dirección de gestión y servicios generales: está al frente de la divi-
sión del mismo nombre. El director de gestión y servicios generales está a
la cabeza de los servicios hospitalarios relacionados con este tipo de fun-
ciones. Estos servicios representan el apoyo administrativo, hostelero, de
obras y mantenimiento y de seguridad que necesitan los demás servicios
de hospital para funcionar adecuadamente. Dependen de esta dirección
las áreas de gestión económica, gestión presupuestaria y financiera, ges-
tión administrativa y política de personal, suministros, hostelería, orden
internos y seguridad, obras y mantenimiento.

2. HOSPITALES DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE


ARAGÓN
Seguimos lo expuesto en el Decreto 174/2010, de 21 de septiembre, del Go-
bierno de Aragón, por el que se aprueba el reglamento de la estructura y funcio-
namiento de las áreas y sectores del Sistema de Salud de Aragón.

25
Nociones básicas de la asistencia sanitaria II

En el CAPÍTULO SEGUNDO destacamos: ATENCIÓN ESPECIALIZADA


Artículo 13. Hospital
1. El hospital es la estructura sanitaria responsable de la atención especiali-
zada, programada y urgente, tanto en régimen de internamiento, como ambula-
torio y domiciliario de la población de su ámbito territorial. Desarrolla, además,
las funciones de promoción de la salud, prevención de la enfermedad, asistencia,
rehabilitación, investigación y docencia, en coordinación con la atención prima-
ria y de acuerdo con las directrices establecidas en el Plan de Salud y los objetivos
anuales de las áreas de salud.
2. Cada Área de Salud, a través de su Sector, contará, al menos, con un
hospital general, dotado de los servicios que aconsejen la población a asistir, su
estructura y los problemas de salud.
3. La estructura y organización de las unidades clínicas hospitalarias serán
aprobadas por la Dirección Gerencia del Servicio Aragonés de Salud, a propues-
ta de la Gerencia del Sector, oídas la Comisión de Dirección del Centro, la Comi-
sión Técnico Asistencial y la Junta de Personal y de acuerdo con la planificación
establecida por el Área de salud correspondiente.
4. La atención programada derivada de las actividades realizadas en este
nivel asistencial deberá realizarse tanto en jornada de mañana como de tarde.
El Gerente del Sector, a propuesta del Director del Centro, oídos los órganos de
dirección y asesoramiento mencionados en el párrafo anterior, así como la Junta
de Personal, determinará el horario de funcionamiento más adecuado para cada
unidad clínica del hospital.
5. En aquellos casos en que, previa valoración de la demanda de cada unidad
concreta, resulte imprescindible para garantizar una adecuada asistencia, y siem-
pre que las características específicas de la actividad de que se trate no permitan
o aconsejen el establecimiento de turnos de trabajo, el Director del Centro, previo
informe de la Comisión Mixta Hospitalaria, establecerá el equipo de guardia ne-
cesario para mantener la atención continuada de los pacientes ingresados y de
las urgencias internas y externas.
Artículo 14. Centros de Especialidades
Los centros de especialidades son instituciones sanitarias de atención especia-
lizada que prestan sus servicios a la población en régimen ambulatorio, debiendo
disponer del equipamiento y recursos sanitarios precisos para tal fin. Su organiza-
ción y funcionamiento deben permitir la aplicación de criterios de alta resolución
de la demanda.
Los centros de especialidades se adscribirán a un hospital del Área de salud.

26
Nociones básicas de la asistencia sanitaria II

Artículo 7. Línea asistencial de Atención Especializada


1. La atención especializada comprende actividades asistenciales, diagnósti-
cas, terapéuticas, de rehabilitación y cuidados, así como aquellas de promoción
de la salud, educación sanitaria y prevención de la enfermedad cuya naturaleza
aconseja que se presten con un mayor nivel de especialización.
2. La atención especializada garantizará la continuidad de la atención integral
al paciente, una vez superadas, las posibilidades de la atención primaria y hasta
que aquél pueda reintegrarse en dicho nivel.
3. El acceso a los servicios de atención especializada se realizará a instancia
de la Atención Primaria, exceptuándose en todo caso las situaciones de urgencia
y los casos que excepcionalmente se determinen.
4. La atención sanitaria especializada comprenderá:
a) La asesoría sobre pacientes requerida desde la atención primaria
b) La asistencia especializada en consultas.
c) La asistencia en hospital de día.
d) La asistencia en régimen de internamiento.
e) La indicación o prescripción y la realización, en su caso, de procedimientos
diagnósticos y terapéuticos.
f) La atención paliativa a enfermos terminales.
g) La atención a la salud mental, en régimen ambulatorio, de internamiento
y domiciliario.
h) La asistencia y cuidados de rehabilitación.
i) La atención urgente.
j) Actividades de información y vigilancia en la protección de la salud cuya
naturaleza aconseja que se realicen en este nivel.
5. La atención especializada deberá ser prestada, siempre que sea posible, en
régimen ambulatorio.

27
Tema 12
La atención al usuario. El derecho a
la información y la confidencialidad.
La tarjeta sanitaria
La atención al usuario

Índice esquemático

1. La atención al usuario
1.1. Atención y servicio al ciudadano
1.2. Las cartas de servicios al ciudadano
2. El derecho a la información y la confidencialidad
2.1. El derecho de información sanitaria
2.2. El derecho a la intimidad
2.3. El respeto de la autonomía del paciente: el consentimiento informado
3. La tarjeta sanitaria
3.1. Idea general. Concepto
3.2. El Real Decreto 183/2004, de 30 de enero, por el que se regula la tarjeta
sanitaria individual

30
La atención al usuario

1. LA ATENCIÓN AL USUARIO

1.1. Atención y servicio al ciudadano


Dado el dinamismo que rodea el ambiente administrativo y las exigencias de
un mundo cambiante, los entes públicos necesitan incorporar nuevas herramien-
tas que les permitan hacer uso de los recursos disponibles.
Para el público, el servicio se relaciona con factores como:
a) Elementos tangibles: que incluyen la apariencia de las instalaciones, el
equipo, la presentación del personal y materiales de comunicación, etc.
b) Cumplimiento: se relaciona con el hecho de si el servicio prometido se
realiza correcta y oportunamente, si recibió el resultado en la fecha prome-
tida y si lo recibió en las condiciones solicitadas.
c) Disposición: para ayudar a los usuarios y ofrecer un servicio ágil.
d) Cualidades del personal: que demuestran que son competentes en su
trabajo y capaces de inspirar confianza.
e) Empatía: porque entienden sus necesidades, preocupaciones y su situa-
ción actual.
Para un trabajador del área de salud, lo principal debe ser centrarse en el
cumplimiento de lo que se espera de él, ya que al solicitarlo, el usuario espera
recibir la información a tiempo y en la forma correcta.
Atención y servicio no es lo mismo, por eso, si solo mejoramos la atención
al público o la imagen de las instalaciones, si solo uniformamos al personal, etc.
no garantizamos que el ciudadano perciba un servicio de calidad , para ello es
necesario saber dar cumplimiento de ejecución del servicio. El ciudadano evalúa
un servicio con base en los cinco factores mencionados anteriormente y, de entre
estos, el cumplimiento es quizás el más importante.
Enfocarse en el cumplimiento, le permitirá a la Administración mejorar el ser-
vicio, al mismo tiempo que el usuario quedará satisfecho.
Para lograr que una estrategia de relaciones con el usuario sea exitosa, los
factores a tomar en cuenta son:
1. Las relaciones con el ciudadano deben ser lo más eficaces que sea posible.
2. Hay que definir hasta dónde se desea llegar en la atención al público.
3. Hay que tomar en cuenta el hecho que el ciudadano desea negociar con:
quien le conozca, quien comprenda sus necesidades y quien satisfaga sus

31
La atención al usuario

necesidades. Por lo que para relacionarse con él es necesario asegurarse


de disponer de la información requerida para poder darla.
4. Las mejores herramientas son aquellas que permiten recopilar y preservar
información para la organización y para el ciudadano.
La mejora de las técnicas de atención al público requiere responder a los
siguientes interrogantes:
– ¿Conoce cómo funcionan los procedimientos actuales? Si están documen-
tados, será necesario actualizarlos constantemente.
– ¿Están los procesos orientados al ciudadano? Al tenerlos documentados
habrá que verificar cuál y si le resuelvo el problema al ciudadano, o no.
– ¿Cómo orientar la organización al ciudadano? Es necesario definir el al-
cance de esta orientación y luego, pedir asesoramiento de un experto, para
construir un plan de gestión del cambio.
– ¿Se lograrán los objetivos? El entrenamiento del recurso humano, la elec-
ción de la tecnología, su implantación y monitoreo, son elementos que
orientarán la estrategia en la atención al público.
Los ciudadanos, cada vez, exigen una mayor cercanía, eficacia y eficiencia en
la prestación de los servicios públicos, por lo que la Administración pública ha
de esforzarse en satisfacer más y mejor sus necesidades y requerimientos, antici-
pándose a los mismos.

1.2. Las cartas de servicios al ciudadano


Estas son documentos escritos por medio de los cuales la Administración in-
forma sobre los servicios que presta, los derechos de los ciudadanos y usuarios en
relación con ellos, y los compromisos de calidad en la prestación de los mismos.
Estas Cartas de Servicios al Ciudadano se elaboran por los órganos, unidades
y centros responsables de los servicios a los que se refieren.
La Administración presta, a través de las Oficinas y Puntos de Información y
Atención al Ciudadano, los siguientes servicios:
– Ayudar y orientar a los ciudadanos en la localización de los diferentes ór-
ganos de gestión, los puestos de trabajo y los empleados públicos.
– Dar la información que se solicite y aclarar las dudas sobre los procedi-
mientos, trámites, requisitos y documentación necesarios para formular
solicitudes, acceder al disfrute de un servicio o beneficiarse de una pres-
tación, etc.

32
La atención al usuario

– Registrar y recibir los escritos, solicitudes, documentos o instancias que


presenten los ciudadanos.
– Recibir y tramitar las quejas y sugerencias que los ciudadanos formulen
respecto del funcionamiento de la Administración.

2. EL DERECHO A LA INFORMACIÓN Y LA
CONFIDENCIALIDAD

2.1. El derecho de información sanitaria


El derecho de información sanitaria lo regula la Ley 41/2002, de 14 de no-
viembre en su Capítulo II, en concreto en los artículos 4 a 6, cuyo contenido
pasamos a exponer:
El artículo 4 de la Ley bajo la denominación de “Derecho a la información
asistencial” manifiesta que:
“1. Los pacientes tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier actua-
ción en el ámbito de su salud, toda la información disponible sobre la
misma, salvando los supuestos exceptuados por la Ley. Además, toda persona
tiene derecho a que se respete su voluntad de no ser informada. La información,
que como regla general se proporcionará verbalmente dejando constancia en
la historia clínica, comprende, como mínimo, la finalidad y la naturaleza de
cada intervención, sus riesgos y sus consecuencias.
2. La información clínica forma parte de todas las actuaciones asistenciales,
será verdadera, se comunicará al paciente de forma comprensible y adecuada
a sus necesidades y le ayudará a tomar decisiones de acuerdo con su propia y
libre voluntad.
3. El médico responsable del paciente le garantiza el cumplimiento de su
derecho a la información. Los profesionales que le atiendan durante el pro-
ceso asistencial o le apliquen una técnica o un procedimiento concreto también
serán responsables de informarle.”
El artículo 5 de establece como titular del derecho a la información al PA-
CIENTE, en los siguientes términos:
“1. El titular del derecho a la información ES EL PACIENTE. También serán
informadas las personas vinculadas a él, por razones familiares o de hecho, en la
medida que el paciente lo permita de manera expresa o tácita.

33
La atención al usuario

2. El paciente será informado, incluso en caso de incapacidad, de modo ade-


cuado a sus posibilidades de comprensión, cumpliendo con el deber de informar
también a su representante legal.
3. Cuando el paciente, según el criterio del médico que le asiste, carezca de
capacidad para entender la información a causa de su estado físico o psíquico,
la información se pondrá en conocimiento de las personas vinculadas a él por
razones familiares o de hecho.
4. El derecho a la información sanitaria de los pacientes puede limitarse
por la existencia acreditada de un estado de necesidad terapéutica.
Se entenderá por necesidad terapéutica la facultad del médico para actuar pro-
fesionalmente sin informar antes al paciente, cuando por razones objetivas el
conocimiento de su propia situación pueda perjudicar su salud de manera grave.
Llegado este caso, el médico dejará constancia razonada de las circunstancias en
la historia clínica y comunicará su decisión a las personas vinculadas al paciente
por razones familiares o de hecho.”
Además el artículo 6 dispone que los ciudadanos tenemos derecho a Dere-
cho a la información epidemiológica en los siguientes términos:
“Los CIUDADANOS tienen derecho a conocer los problemas sanitarios de la
colectividad cuando impliquen un riesgo para la salud pública o para su salud
individual, y el derecho a que esta información se difunda en términos verdade-
ros, comprensibles y adecuados para la protección de la salud, de acuerdo con
lo establecido por la Ley.”

2.1.1. Información en el Sistema Nacional de Salud


El artículo 12 de la Ley 41/2002 de 24 de noviembre señala:
“1. Además de los derechos reconocidos en los artículos anteriores, los pa-
cientes y los usuarios del Sistema Nacional de Salud tendrán derecho a recibir
información sobre los servicios y unidades asistenciales disponibles, su calidad y
los requisitos de acceso a ellos.
2. Los servicios de salud dispondrán en los centros y servicios sanitarios de
una guía o carta de los servicios en la que se especifiquen los derechos y obliga-
ciones de los usuarios, las prestaciones disponibles, las características asistencia-
les del centro o del servicio, y sus dotaciones de personal, instalaciones y medios
técnicos. Se facilitará a todos los usuarios información sobre las guías de partici-
pación y sobre sugerencias y reclamaciones.
3. Cada servicio de salud regulará los procedimientos y los sistemas para ga-
rantizar el efectivo cumplimiento de las previsiones de este artículo.”

34
La atención al usuario

2.1.2. Derecho a la información para la elección de médico y de


centro
El artículo 13 Ley 41/2002 establece que los usuarios y pacientes del
Sistema Nacional de Salud, tanto en la atención primaria como en la especializa-
da, tendrán derecho a la información previa correspondiente para elegir médico,
e igualmente centro, con arreglo a los términos y condiciones que establezcan los
servicios de salud competentes.
Además hay que señalar que la Disposición adicional quinta señala que la
información, la documentación y la publicidad relativas a los medicamentos y
productos sanitarios, así como el régimen de las recetas y de las órdenes de pres-
cripción correspondientes, se regularán por su normativa específica, sin perjuicio
de la aplicación de las reglas establecidas en esta Ley en cuanto a la prescripción
y uso de medicamentos o productos sanitarios durante los procesos asistenciales.
Y Disposición adicional segunda Aplicación supletoria, manifiesta que
las normas de esta Ley relativas a la información asistencial, la información para
el ejercicio de la libertad de elección de médico y de centro, el consentimiento
informado del paciente y la documentación clínica, serán de aplicación suple-
toria en los proyectos de investigación médica, en los procesos de extracción y
trasplante de órganos, en los de aplicación de técnicas de reproducción humana
asistida y en los que carezcan de regulación especial.
Para terminar y en relación al derecho de información el artículo 23 de la
Ley 41/2002, manifiesta que:
“Los profesionales sanitarios, además de las obligaciones señaladas en materia
de información clínica, tienen el deber de cumplimentar los protocolos, registros, in-
formes, estadísticas y demás documentación asistencial o administrativa, que guar-
den relación con los procesos clínicos en los que intervienen, y los que requieran los
centros o servicios de salud competentes y las autoridades sanitarias, comprendidos
los relacionados con la investigación médica y la información epidemiológica.”

2.2. El derecho a la intimidad


El derecho a la intimidad se regula en la Ley 41/2002, de 14 de noviembre,
en su Capítulo III en concreto en el artículo 7 que dispone:
“1. Toda persona tiene derecho a que se respete el carácter confidencial de
los datos referentes a su salud, y a que nadie pueda acceder a ellos sin previa
autorización amparada por la Ley.
2. Los centros sanitarios adoptarán las medidas oportunas para garan-
tizar los derechos a que se refiere el apartado anterior, y elaborarán, cuando

35
La atención al usuario

proceda, las normas y los procedimientos protocolizados que garanticen


el acceso legal a los datos de los pacientes.”

2.3. El respeto de la autonomía del paciente: el


consentimiento informado
El principio general que inspira la Ley 41/2002 y que debe estar presente en
cualquier atención sanitaria es el respeto a la autonomía del paciente, que con-
siste en reconocer validez y eficacia jurídica a las decisiones que libre,
reflexionada y voluntariamente ha tomado éste sobre los tratamientos
sanitarios que quiere permitir o rechazar. Y en este sentido, recuérdese que
las decisiones tomadas en ejercicio de la autonomía privada deben ser respeta-
das por los profesionales sanitarios (art. 2.6).
El Capítulo IV de la Ley está dedicado al respeto de la autonomía del
paciente artículos del 8 al 13 cuyo contenido pasamos a exponer y a
comentar.

2.3.1. Concepto de consentimiento informado


El consentimiento informado, de acuerdo con la definición prevista en el
art. 3, consiste en:
“La conformidad libre, voluntaria y consciente de un paciente, manifestada
en el pleno uso de sus facultades después de recibir la información adecuada,
para que tenga lugar una actuación que afecta a su salud”
Los requisitos de libertad y voluntariedad son reiterados por el artículo 8 de
la Ley 41/2002 de 14 de noviembre que dispone:
“1. Toda actuación en el ámbito de la salud de un paciente necesita el
consentimiento libre y voluntario del afectado, una vez que, recibida la in-
formación prevista en el artículo 4, haya valorado las opciones propias del caso.
2. El consentimiento SERÁ VERBAL POR REGLA GENERAL. Sin embargo,
se prestará por escrito en los casos siguientes:
– intervención quirúrgica,
– procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasores y
– en general, aplicación de procedimientos que suponen riesgos o inconvenien-
tes de notoria y previsible repercusión negativa sobre la salud del paciente.
3. El consentimiento escrito del paciente será necesario para cada una de las
actuaciones especificadas en el punto anterior de este artículo, dejando a salvo

36
La atención al usuario

la posibilidad de incorporar anejos y otros datos de carácter general, y tendrá


información suficiente sobre el procedimiento de aplicación y sobre sus riesgos.
4. Todo paciente o usuario tiene derecho a ser advertido sobre la posibilidad
de utilizar los procedimientos de pronóstico, diagnóstico y terapéuticos que se le
apliquen en un proyecto docente o de investigación, que en ningún caso podrá
comportar riesgo adicional para su salud.
5. El paciente puede REVOCAR LIBREMENTE POR ESCRITO su
consentimiento en cualquier momento.”

2.3.2. Límites del consentimiento informado y consentimiento


por representación
El artículo 9 (cuyos números 4 y 5 son redactados por la Disposición Final
Segunda de la L.O. 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de
la interrupción voluntaria del embarazo) establece que:
“1. La renuncia del paciente a recibir información está limitada por el in-
terés de la salud del propio paciente, de terceros, de la colectividad
y por las exigencias terapéuticas del caso. Cuando el paciente manifieste
expresamente su deseo de no ser informado, se respetará su voluntad haciendo
constar su renuncia documentalmente, sin perjuicio de la obtención de su con-
sentimiento previo para la intervención.
2. Los facultativos podrán llevar a cabo las intervenciones clínicas indis-
pensables en favor de la salud del paciente, sin necesidad de contar con su
consentimiento, en los siguientes casos:
a) Cuando existe riesgo para la salud pública a causa de razones sa-
nitarias establecidas por la Ley. En todo caso, una vez adoptadas las
medidas pertinentes, de conformidad con lo establecido en la Ley Orgáni-
ca 3/1985, se comunicarán a la autoridad judicial en el plazo máximo de
24 horas siempre que dispongan el internamiento obligatorio de personas.
b) Cuando existe riesgo inmediato grave para la integridad física o
psíquica del enfermo y no es posible conseguir su autorización,
consultando, cuando las circunstancias lo permitan, a sus familiares o a las
personas vinculadas de hecho a él.
3. Se otorgará el consentimiento por representación en los siguientes
supuestos:
a) Cuando el paciente no sea capaz de tomar decisiones, a criterio del médi-
co responsable de la asistencia, o su estado físico o psíquico no le permita
hacerse cargo de su situación. Si el paciente carece de representante legal,

37
La atención al usuario

el consentimiento lo prestarán las personas vinculadas a él por razones fa-


miliares o de hecho. (Incapaces naturales: se trata de aquellos pacientes
que, a criterio del médico responsable, no pueden prestar válidamente el
consentimiento por razones físicas o psíquicas que son de naturaleza esen-
cialmente transitoria, motivo por el que no se ha establecido mecanismo
alguno de defensa de su persona y patrimonio).
b) Cuando el paciente esté incapacitado legalmente. (Incapaces legales).
c) Cuando el paciente menor de edad no sea capaz intelectual ni emocio-
nalmente de comprender el alcance de la intervención. En este caso, el
consentimiento lo dará el representante legal del menor después de haber
escuchado su opinión si tiene doce años cumplidos. Cuando se trate de
menores no incapaces ni incapacitados, pero emancipados o con dieciséis
años cumplidos, no cabe prestar el consentimiento por representación. Sin
embargo, en caso de actuación de grave riesgo, según el criterio del facul-
tativo, los padres serán informados y su opinión será tenida en cuenta para
la toma de la decisión correspondiente.
4. La práctica de ensayos clínicos y de técnicas de reproducción humana
asistida se rige por lo establecido con carácter general sobre la mayoría de edad
y por las disposiciones especiales de aplicación.
5. La prestación del consentimiento por representación será adecuada a las
circunstancias y proporcionada a las necesidades que haya que atender, siempre
en favor del paciente y con respeto a su dignidad personal. El paciente partici-
pará en la medida de lo posible en la toma de decisiones a lo largo del proceso
sanitario. Si el paciente es una persona con discapacidad, se le ofrecerán las
medidas de apoyo pertinentes, incluida la información en formatos adecuados,
siguiendo las reglas marcadas por el principio del diseño para todos de manera
que resulten accesibles y comprensibles a las personas con discapacidad, para
favorecer que pueda prestar por sí su consentimiento.”

2.3.3. Condiciones de la información y consentimiento por escrito


El artículo 10 de la Ley 41/2002 de 14 de noviembre, manifiesta:
“1. El facultativo proporcionará al paciente, antes de recabar su consenti-
miento escrito, la información básica siguiente:
a) Las consecuencias relevantes o de importancia que la intervención origina
con seguridad.
b) Los riesgos relacionados con las circunstancias personales o profesionales
del paciente.

38
La atención al usuario

c) Los riesgos probables en condiciones normales, conforme a la experiencia


y al estado de la ciencia o directamente relacionados con el tipo de inter-
vención.
d) Las contraindicaciones.
2. El médico responsable deberá ponderar en cada caso que cuanto más
dudoso sea el resultado de una intervención más necesario resulta el previo con-
sentimiento por escrito del paciente.”

3. LA TARJETA SANITARIA

3.1. Idea general. Concepto


El artículo 57 de la Ley 16/2003 de 28 de mayo de cohesión y calidad del
Sistema Nacional de Salud define la tarjeta sanitaria individual en los siguientes
términos:
“1. El acceso de los ciudadanos a las prestaciones de la atención sanitaria
que proporciona el Sistema Nacional de Salud se facilitará a través de la tarjeta
sanitaria individual, como documento administrativo que acredita determinados
datos de su titular, a los que se refiere el apartado siguiente. La tarjeta sanitaria
individual atenderá a los criterios establecidos con carácter general en la Unión
Europea.
2. Sin perjuicio de su gestión en el ámbito territorial respectivo por cada
comunidad autónoma y de la gestión unitaria que corresponda a otras Adminis-
traciones públicas en razón de determinados colectivos, las tarjetas incluirán, de
manera normalizada, los datos básicos de identificación del titular de la tarjeta,
del derecho que le asiste en relación con la prestación farmacéutica y del servicio
de salud o entidad responsable de la asistencia sanitaria. Los dispositivos que las
tarjetas incorporen para almacenar la información básica y las aplicaciones que
la traten deberán permitir que la lectura y comprobación de los datos sea técni-
camente posible en todo el territorio del Estado y para todas las Administraciones
públicas. Para ello, el Ministerio de Sanidad y Consumo, en colaboración con
las comunidades autónomas y demás Administraciones públicas competentes,
establecerá los requisitos y los estándares necesarios.
3. Con el objetivo de poder generar el código de identificación personal
único, el Ministerio de Sanidad y Consumo (hoy de Sanidad, Servicios Sociales
e Igualdad) desarrollará una base de datos que recoja la información básica de
asegurados del Sistema Nacional de Salud, de tal manera que los servicios de
salud dispongan de un servicio de intercambio de información sobre la pobla-

39
La atención al usuario

ción protegida, mantenido y actualizado por los propios integrantes del sistema.
Este servicio de intercambio permitirá la depuración de titulares de tarjetas.
4. Conforme se vaya disponiendo de sistemas electrónicos de tratamiento de
la información clínica, la tarjeta sanitaria individual deberá posibilitar el acceso a
aquélla de los profesionales debidamente autorizados, con la finalidad de cola-
borar a la mejora de la calidad y continuidad asistenciales.
5. Las tarjetas sanitarias individuales deberán adaptarse, en su caso, a la
normalización que pueda establecerse para el conjunto de las Administraciones
públicas y en el seno de la Unión Europea.”

3.2. El Real Decreto 183/2004, de 30 de enero, por el


que se regula la tarjeta sanitaria individual

El Real Decreto 183/2004, de 30 de enero, por el que se regu-


la la tarjeta sanitaria individual (ha sido modificado recientemente por
R.D. 702/2013, de 20 de septiembre, por el que se modifica el R.D. 183/2004, de
30 de enero, por el que se regula la tarjeta sanitaria individual), en desarrollo del
artículo 57 expuesto anteriormente, regula y desarrolla, la emisión y validez de la
tarjeta sanitaria individual, los datos básicos comunes que de forma normalizada
deberán incorporar, el código de identificación personal del Sistema Nacional de
Salud y la base de datos de población protegida de dicho sistema.
Este real decreto se dicta al amparo del artículo 149.1.16ª y 17ª de la Consti-
tución Española, y de acuerdo con lo previsto en el artículo 57 de la Ley 16/2003
de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud.

3.2.1. Emisión y validez de la tarjeta sanitaria individual

El artículo 2 del RD 183/204 de 30 de enero dispone que:


“1. Las Administraciones sanitarias autonómicas y el Instituto Na-
cional de Gestión Sanitaria emitirán una tarjeta sanitaria individual
con soporte informático a las personas residentes en su ámbito territo-
rial que tengan acreditado el derecho a la asistencia sanitaria pública.
2. La tarjeta sanitaria individual emitida por cualquiera de las Administracio-
nes sanitarias competentes será válida en todo el Sistema Nacional de Salud, y
permitirá el acceso a los centros y servicios sanitarios del sistema en los términos
previstos por la legislación vigente.”

40
La atención al usuario

3.2.2. Datos básicos comunes y especificaciones técnicas de


la tarjeta sanitaria individual
Según el artículo 3 del RD 183/2004 (redactado por el número uno del
artículo único del RD 702/2013, de 20 de septiembre, por el que se modifica el
RD 183/2004, de 30 de enero, por el que se regula la tarjeta sanitaria individual):
“1. Con objeto de disponer de datos normalizados de cada persona, en su con-
dición de usuaria del Sistema Nacional de Salud, independientemente del título
por el que accede al derecho a la asistencia sanitaria y de la administración sanita-
ria emisora, todas las tarjetas sanitarias incorporarán una serie de datos
básicos comunes y estarán vinculadas a un código de identificación
personal único para cada ciudadano en el Sistema Nacional de Salud.
2. Los datos básicos a incluir en el anverso de la tarjeta sanitaria son:
a) Identidad institucional de la comunidad autónoma o entidad que la emite.
b) Los rótulos de “Sistema Nacional de Salud de España” y “Tarjeta Sanitaria”.
c) Código de identificación personal asignado por la administración sanitaria
emisora de la tarjeta (CIP-AUT).
d) Nombre y apellidos del titular de la tarjeta.
e) Código de identificación personal único del Sistema Nacional de Salud
(CIP-SNS).
f) Código de identificación de la administración sanitaria emisora de la tarjeta.
3. En los supuestos en los que así lo autorice la ley, atendidas las necesida-
des de gestión de las diferentes administraciones sanitarias emisoras, podrán
incorporarse además a la tarjeta sanitaria el número del Documento Nacional
de Identidad de su titular o, en el caso de extranjeros, el número de identidad de
extranjeros, el número de la Seguridad Social, la fecha de caducidad de la tarjeta
para determinados colectivos o el número de teléfono de atención de urgencias
sanitarias, todos ellos en formato normalizado. Igualmente se podrá incluir una
fotografía del titular de la tarjeta sanitaria.
4. A instancia de parte, o de oficio en aquellas administraciones sani-
tarias que así lo prevean en su normativa, en el ángulo inferior derecho de la
tarjeta sanitaria se grabarán, en braille, los caracteres de las iniciales de Tarjeta
Sanitaria Individual (TSI).
5. El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, de acuerdo con
las comunidades autónomas y demás administraciones públicas competentes,
establecerá los requisitos y los estándares necesarios sobre los dispositivos que
las tarjetas incorporen para almacenar la información básica, y las aplicaciones

41
La atención al usuario

que las traten deberán permitir que la lectura y comprobación de los datos sea
técnicamente posible en todo el territorio del Estado.
6. Las características específicas, los datos normalizados y la estructura de la
banda magnética de la Tarjeta Sanitaria Individual se adaptarán a las especifica-
ciones que figuran en el anexo.

ANEXO introducido por R.D. 702/2013, de 20 de septiembre,


1. Anverso
SISTEMA NACIONAL DE SALUD DE ESPAÑA
Modelo
sin fotografía Tarjeta Sanitaria
Imagen

Ins tucional

BGKX004499816015
99999999Z 29/12345678/24 02/16 902505061
NOMBRE APELLIDO PRIMERO APELLIDO SEGUNDO
BBBBBBBBQR648597 807024000122 TSI
BRAILLE

Modelo
con fotografía SISTEMA NACIONAL DE SALUD DE ESPAÑA
Fotogra a
Tarjeta Sanitaria

Imagen
Ins tucional

BGKX004499816015
99999999Z 29/12345678/24 02/16 902505061

NOMBRE APELLIDO PRIMERO APELLIDO SEGUNDO

BBBBBBBBQR648597 807024000122 TSI


BRAILLE

Descripción: A nivel informativo en este temario:


– Ángulo superior izquierdo: imagen institucional de la administración
sanitaria emisora o fotografía del titular de la tarjeta sanitaria.

42
La atención al usuario

– Franja superior o universal:


1.ª línea (a la derecha): Sistema Nacional de Salud de España (Arial
Narrow, 9 pt, negrita). Rótulo.
2.ª línea (a la derecha): Tarjeta Sanitaria (TNRoman, 10 pt, negrita).
Rótulo.
– Franja media:
Entre la segunda línea de la franja superior y la primera línea de la franja
inferior se incluirá la imagen institucional de la Administración Sanitaria
emisora de la tarjeta en el caso que en el ángulo superior izquierdo se sitúe
la fotografía del titular.
– Franja inferior
1.ª Línea: BGKX004499816015 (TNRoman, 11 pt, negrita).
(Código de identificación personal asignado por la Administración Sa-
nitaria que emite la tarjeta)
2.ª Línea: Adicionales
DNI
Nº SS
(TNRoman, 9 pt, normal)
Fecha de caducidad
Teléfono de urgencias
 Formato DNI: ocho dígitos y letra de control.
 Formato NIE: letra inicial, siete dígitos y letra final de control.
 Formato Número Seguridad Social: doce dígitos, dos de provincia,
ocho de orden y dos de control.
 Formato Fecha de caducidad: mm/aa.
 Formato Teléfono: máximo nueve dígitos.
3.ª Línea: NOMBRE APELLIDO PRIMERO APELLIDO SEGUNDO
(TNRoman, 9 pt, negrita).
(Hasta 40 caracteres, si tiene más el punto de truncado sería el último
carácter. De ser necesarios más caracteres se minorará el tipo de letra
respetando en todo caso la inclusión de los datos en una única línea).
4.ª Línea: BBBBBBBBQR648597 80724000122 Braille
(Ambos códigos NTRoman, 9 pt, negrita) (si procede).
CIPSNS: 16 caracteres alfanuméricos.

43
La atención al usuario

CITE (Código administración sanitaria emisora de la tarjeta): once


dígitos (según norma UNE- EN 1387:1997) en el siguiente orden:
 2 dígitos: área de actividad (80).
 3 dígitos: código país norma ISO 3166.
 5 dígitos: código de la entidad que emite la tarjeta.
 1 dígito de control.
– Ángulo inferior derecho: A instancia de parte, o de oficio en aquellas ad-
ministraciones sanitarias que así lo prevean en su normativa, se grabarán
en Braille los caracteres de las iniciales de Tarjeta Sanitaria Individual, si-
guiendo la norma UNE-EN 1332.1:2010, en su parte 5 de marzo de 2006.
2. Reverso:
Banda magnética con tres pistas:
– Pista 1 alfanumérica:
CIP-xx asignado por la administración sanitaria emisora de la tarjeta.
CIP-SNS único asignado por el Sistema Nacional de Salud.
Código de la administración sanitaria emisora (dos dígitos, el sof-
tware de lectura convertirá este código al CITE que figura en el anverso de
la tarjeta).
Nombre y apellidos del titular.
– Pista 2 numérica: libre.
– Pista 3 regrabable.
3. Características específicas:
– Tamaño de la tarjeta: ID1 siguiendo los estándares ISO 7810 de 1985.
– Si la tarjeta incorpora chip su ubicación se atendrá a la norma UNE-
EN 1387:1997.
– Banda magnética, de alta coercitividad, de lectura-escritura, con tres pis-
tas, norma ISO 7811 de 1985.

3.2.3. Código de identificación personal del sistema nacional


de salud
El artículo 4 del RD 183/2004 establece que:
“1. La asignación del código de identificación personal del Sistema Nacional
de Salud se realizará en el momento de inclusión de los datos relativos a cada
ciudadano en la base de datos de población protegida por el Sistema Nacional

44
La atención al usuario

de Salud, desarrollada por el Ministerio de Sanidad y Consumo (hoy Ministerio


de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad), y actuará como clave de vinculación
de los diferentes códigos de identificación personal autonómicos que cada perso-
na pueda tener asignado a lo largo de su vida.
2. El código de identificación personal del Sistema Nacional de Salud tendrá
carácter irrepetible y será único a lo largo de la vida de cada persona,
independientemente de la Administración sanitaria competente en su atención
sanitaria en cada momento.
3. Dicho código de identificación facilitará la búsqueda de la informa-
ción sanitaria de un paciente que pueda encontrarse dispersa en el
Sistema Nacional de Salud, con el fin de que pueda ser localizada y consul-
tada por los profesionales sanitarios, exclusivamente cuando ello redunde en la
mejora de la atención sanitaria, con pleno respeto a lo dispuesto en la Ley Orgá-
nica 15/1999 de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter
Personal, y en la Ley 41/2002 de 14 de noviembre, básica reguladora de
la autonomía del paciente y de los derechos y obligaciones en materia de infor-
mación y documentación clínica, garantizando asimismo la confidencialidad e
integridad de la información.”

3.2.4. Base de datos de población protegida del Sistema


Nacional de Salud
El artículo 5 del RD 183/2004 dispone respecto a la base de datos de pobla-
ción protegida por el Sistema Nacional de Salud (BDU) que:
“1. Con el fin de proceder a la generación del código de identificación personal
del Sistema Nacional de Salud, el Ministerio de Sanidad y Consumo, a través del
Instituto de Información Sanitaria, desarrollará una base datos que recoja la infor-
mación básica de los usuarios del Sistema Nacional de Salud, así como el fichero
histórico de las situaciones de aseguramiento y de la adscripción de la persona, en
su caso, a diferentes Administraciones sanitarias a lo largo de su vida.
2. Para facilitar la gestión de la población protegida, su movilidad y el acceso
a los servicios sanitarios, dicha base actuará como un sistema de intercambio de
información entre las Administraciones sanitarias. La información que recoja de-
berá posibilitar la coherencia de los datos de aseguramiento, evitar la adscripción
simultánea a distintos servicios de salud y obtener la mayor rentabilidad posible
en los cruces de datos entre los ficheros oficiales necesarios para su correcto
mantenimiento.
3. La base de datos de población protegida del Sistema Nacional de Salud
será mantenida por las Administraciones sanitarias emisoras de la tarjeta sanita-

45
La atención al usuario

ria individual. Dichas Administraciones serán las competentes para la inclusión


en aquélla de las personas protegidas en su ámbito territorial. Del mismo modo,
serán las responsables del tratamiento de los datos, actuales e históricos, de su
población protegida.
4. Dicha base de datos respetará el modelo de funcionamiento y de gestión de
las bases de datos de tarjeta sanitaria individual de cada Administración sanitaria.
En Aragón la Ley 6/2002, de 15 de abril, de Salud de Aragón, por la que
se establece la libre elección del profesional sanitario titulado, servicio y centro,
en la forma que reglamentariamente se establezca.
5. La base de datos incorporará información del sistema de Seguridad Social
y del mutualismo administrativo, con el fin de suministrar a las Administraciones
sanitarias datos permanentemente actualizados que permitan la correcta gestión
de las situaciones de las personas respecto a altas, bajas, cobertura de prestacio-
nes y movilidad de pacientes en la Unión Europea, de acuerdo con los reglamen-
tos comunitarios vigentes en esta materia.
6. El plan de explotación estadística de la base de datos será acordado por el
Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, y la información obtenida
se pondrá a disposición de las Administraciones sanitarias. En todo caso, la infor-
mación que se facilite a estos fines será previamente objeto de disociación.
7. El Ministerio de Sanidad y Consumo atenderá con los medios de que dis-
ponga el funcionamiento de la base de datos.”

3.2.5. Seguridad y accesos


La relación de agentes del sistema sanitario autorizados para el acceso a la
base de datos y sus capacidades de operación con esta base serán acordadas por
el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
Sin perjuicio de las competencias atribuidas a la Agencia Española de Protec-
ción de Datos, el Ministerio de Sanidad y Consumo determinará las medidas de
índole técnica y organizativa que hayan de imponerse en relación con la base de
datos de población protegida del Sistema Nacional de Salud y que sean nece-
sarias para garantizar tanto la seguridad como la disponibilidad de los datos de
carácter personal, evitando su alteración, pérdida, tratamiento y, en especial, el
acceso no autorizado a aquélla. En todo caso, dichas medidas se atendrán a lo es-
tablecido en la legislación vigente en materia de protección de datos personales.
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, como responsable
de la base de datos, aplicará las medidas de seguridad y accesos de conformidad
con lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999 de 13 de diciembre de Protección

46
La atención al usuario

de Datos de Carácter Personal, y en el Real Decreto 263/1996 de 16 de febrero,


por el que se regula la utilización de las técnicas electrónicas informáticas y tele-
máticas por la Administración General del Estado.

3.2.6. Cesión de datos


El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en caso de consi-
derar necesaria la cesión de los datos de esta base, recabará la asistencia de la
Agencia Española de Protección de Datos, a fin de que por ésta se determinen
los supuestos bajo los que podrá efectuarse la cesión a terceros. Dicha cesión se
atendrá, en todo caso, a la normativa vigente en materia de protección de datos
personales.

3.2.7. Colectivos asegurados a través de regímenes


especiales
El artículo 8 del RD 183/2004 redactado por el número dos del artícu-
lo único del RD 702/2013, de 20 de septiembre, por el que se modifica el
RD 183/2004, de 30 de enero, por el que se regula la tarjeta sanitaria individual
establece:
A cada titular y beneficiario asegurado a través de regímenes especiales le
será expedida una tarjeta sanitaria, con las adecuaciones derivadas de las carac-
terísticas de estos regímenes de aseguramiento, con soporte informático, con las
características básicas que se definen en este real decreto incluida la asignación
de un código de identificación personal del Sistema Nacional de Salud. Los datos
de dicha tarjeta sanitaria se incorporarán al sistema de intercambio de infor-
mación que proporciona la base de datos de población protegida del Sistema
Nacional de Salud.

47
Tema 13
Funciones de vigilancia. Funciones
de asistencia al personal sanitario
facultativo y no facultativo. Relación
del Celador con los familiares de
los enfermos. Actuaciones en las
habitaciones de los enfermos y las
estancias comunes. Aseo del paciente
Funciones de vigilancia

Índice esquemático

1. Funciones de vigilancia
2. Funciones de asistencia al personal sanitario facultativo y no
facultativo
3. Relación del Celador con los familiares de los enfermos
3.1. Servicio de información
3.2. Conceptos básicos de la Ley 41/2002
3.3. Características de la atención al usuario
3.4. Funciones del Celador con relación a la información
4. Actuaciones en las habitaciones de los enfermos y las estancias
comunes
4.1. Unidad del paciente
4.2. Instalaciones colindantes a la habitación
4.3. La cama hospitalaria
4.4. Actuaciones del celador en habitaciones y estancias comunes
4.5. Actuación del Celador ante enfermos especiales
5. Aseo del paciente
5.1. Definición de higiene
5.2. Higiene del o de la auxiliar de enfermería
5.3. Higiene del paciente
5.4. Lavado en general
5.5. Vestir y Desvestir al paciente

50
Funciones de vigilancia

1. FUNCIONES DE VIGILANCIA
Las funciones a realizar por los celadores, se recogen en la Orden de 5 de julio
de 1971, del Ministerio de Trabajo, por el que se aprueba el Estatuto de Personal
no Sanitario al Servicio de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social
(B.O.E. n° 174 de 22 de julio de 1971).
Aunque se ha promulgado el nuevo Estatuto Marco que afecta a todo el per-
sonal estatutario del Sistema Nacional de Salud (Ley 55/2003, de 16 de diciem-
bre) y deroga los tres estatutos vigentes hasta la fecha, las funciones recogidas en
el antiguo Estatuto continúan vigentes (según la Disposición Transitoria Sexta de
la Ley 55/2003).
Dichas funciones son:
1. Tramitarán o conducirán sin tardanza las comunicaciones verbales, docu-
mentos u objetos que les sean confiados por sus superiores. Trasladarán de
unos servicios a otros los aparatos o mobiliario que se les indique.
2. Harán los servicios de guardia que correspondan dentro de los turnos que
se establezcan.
3. Realizarán excepcionalmente aquellas labores de limpieza que se les en-
comienden cuando su realización por el personal femenino no sea idónea
o decorosa en orden a la situación, emplazamiento, dificultad de manejo,
peso de los objetos o locales a limpiar.
4. Cuidarán, al igual que el resto del personal, de que los enfermos no hagan
uso indebido de los enseres y ropas de la Institución, evitando su deterioro
o instruyéndoles en el uso y manejo de las persianas, cortinas y útiles de
servicio en general.
5. Servirán de ascensoristas cuando se les asigne especialmente ese cometido
o las necesidades del servicio lo requieran.
6. Vigilarán las entradas de la Institución, no permitiendo el acceso a sus de-
pendencias más que a las personas autorizadas para ello.
7. Tendrán a su cargo la vigilancia nocturna, tanto del interior como exterior
del edificio, del que cuidarán estén cerradas las puertas de servicios com-
plementarios.
8. Velarán continuamente por conseguir el mayor orden y silencio posible en
todas las dependencias de la Institución.
9. Darán cuenta a sus inmediatos superiores de los desperfectos o anomalías
que encontraren en la limpieza y conservación del edificio o material.
10. Vigilarán el acceso y estancia de los familiares y visitantes en las habita-
ciones de los enfermos, no permitiendo la entrada más que a las personas

51
Funciones de vigilancia

autorizadas, cuidando no introduzcan en las instituciones más que aquellos


paquetes expresamente autorizados por la Dirección.
11. Vigilarán, asimismo, el comportamiento de los enfermos y de los visitantes,
evitando que estos últimos fumen en las habitaciones, traigan alimentos o
se sienten en las camas y, en general, toda aquella acción que perjudique
al propio enfermo o al orden de la Institución.
12. Tendrán a su cargo el traslado de los enfermos, tanto dentro de la Institu-
ción como en el servicio de ambulancias.
13. Ayudarán, asimismo, a las Enfermeras y Ayudantes de Planta al movi-
miento y traslado de los enfermos encamados que requieran un trato es-
pecial, en razón de sus dolencias, para hacerles las camas.
14. En caso de ausencia del peluquero o por urgencia en el tratamiento, rasu-
rarán a los enfermos masculinos que vayan a ser sometidos a intervencio-
nes quirúrgicas en aquellas zonas de su cuerpo que lo requieran.
15. En caso de ausencia del peluquero o por urgencia en el tratamiento, rasu-
rarán a los enfermos masculinos que vayan a ser sometidos a intervencio-
nes quirúrgicas en aquellas zonas de su cuerpo que lo requieran.
16. En los quirófanos auxiliarán en todas aquellas labores propias del Celador
destinado en estos servicios, así como en las que les sean ordenadas por
los Médicos, Supervisoras o Enfermeras.
17. Bañarán a los enfermos masculinos cuando no puedan hacerlo por sí mis-
mos siempre de acuerdo con las indicaciones que reciban de las Supervi-
soras de planta o servicios, o personas que las sustituyan.
18. Cuando por circunstancias especiales concurrentes en el enfermo, no pue-
da éste ser movido sólo por las Enfermeras o Ayudantes de planta, ayuda-
rá en la colocación y retirada de las cuñas para la recogida de excretas de
dichos enfermos.
19. Ayudarán a las Enfermeras o personas encargadas a amortajar a los en-
fermos fallecidos, corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al mor-
tuorio.
20. Ayudarán a la práctica de autopsias en aquellas funciones auxiliares que
no requieran por su parte hacer uso de instrumental alguno sobre el cadá-
ver. Limpiarán la mesa de autopsias y la propia sala.
21. Tendrán a su cargo los animales utilizados en los quirófanos experimenta-
les y laboratorios, a quienes cuidarán alimentándolos, manteniendo lim-
pias las jaulas y aseándoles, tanto antes de ser sometidos a las pruebas
experimentales como después de aquellas y siempre bajo las indicaciones
que reciban de los Médicos, Supervisoras o Enfermeras que les sustituyan
en sus ausencias.

52
Funciones de vigilancia

22. Se abstendrán de hacer comentarios con los familiares y visitantes de los


enfermos sobre diagnósticos, exploraciones y tratamientos que se estén
realizando a los mismos, y mucho menos informar sobre los pronósticos de
su enfermedad, debiendo siempre orientar las consultas hacia el Médico
encargado de la asistencia del enfermo.
23. También serán misiones del Celador todas aquellas funciones similares a
las anteriores que les sean encomendadas por sus superiores y que no
hayan quedado específicamente reseñadas.

2. FUNCIONES DE ASISTENCIA AL PERSONAL


SANITARIO FACULTATIVO Y NO FACULTATIVO
– El celador es el personal estatutario encargado de distribuir documenta-
ción y pequeños objetos que deben ser enviados a las distintas unidades
que conforman el centro asistencial.
Debe hacerlo con rapidez, diligencia, orden y seguridad, adoptando las
medidas adecuadas para que los documentos u objetos confiados lleguen
a su destino sin deterioro.
Tiene el deber de cooperar en el mantenimiento y confidencialidad de la
documentación de que se le hace entrega para su transporte. Al igual que
el resto del personal al servicio de las instituciones sanitarias, el celador
se atendrá al deber de reserva y sigilo respecto de la información de las
historias clínicas y documentación complementaria de los pacientes.
En el cumplimiento de su cometido se conducirá con discreción, no divul-
gará el contenido de las comunicaciones verbales que deba pasar, espe-
cialmente cuando la información que facilitar tenga que ver con el estado
de salud del paciente, y mucho menos informar a familiares, acompa-
ñantes u otras personas del contenido de los documentos relativos a los
procesos asistenciales del enfermo, aunque los conozca.
El precepto de reserva es inviolable. La no observancia de lo establecido
anteriormente será motivo de sanción disciplinaria.
– Trasladará, en su caso, de unos servicios a otros los aparatos o mobiliario
que se le indique.
Para el traslado de muebles, equipos y material, el celador se personará en
la unidad peticionaria una vez recibida la solicitud de traslado y efectuará
el porte. Una vez realizado el traspaso, pedirá conformidad del mismo.
Igualmente, el celador retirará las camas en mal estado, o colchones, para
su restauración y conservación, cumpliendo siempre el horario, rutas y
prioridades marcadas.

53
Funciones de vigilancia

– Tendrá a su cargo el traslado de los enfermos, tanto dentro de la institución


como en el servicio de ambulancias.
Durante el traslado de un enfermo, ya sea en silla de ruedas o en cama
hospitalaria, el celador estará pendiente del estado físico del paciente y de
su bienestar. Su objetivo es que este realice el trayecto seguro, cómodo y
abrigado convenientemente, y nunca lo dejará solo.
Se prohíbe al celador dar información de la situación clínica actual del
paciente a los familiares u otras personas, y se abstendrá de hacer comen-
tarios acerca del estado de salud del paciente durante el traslado de los
enfermos o en cualquier otra circunstancia.
– Ayudará a las enfermeras y auxiliares de planta al movimiento y traslado
de los enfermos encamados, que requieran un trato especial en razón a sus
dolencias, para hacerles las camas.
– Cuando por circunstancias especiales concurrentes en el enfermo no pue-
da éste ser movido solo por la enfermera o ayudante de planta, ayudará
en la colocación y retirada de las cuñas para la recogida de excretas de
dichos enfermos.
– Excepcionalmente, lavará y aseará a los enfermos masculinos encamados
o que no puedan realizarlo por sí mismos, atendiendo a las indicaciones
de las supervisoras de planta o de servicio.
Bañará a los enfermos masculinos cuando no puedan hacerlo por sí mis-
mos, siempre de acuerdo con las indicaciones que reciban de las supervi-
soras de planta o servicio o personas que las sustituyan.
– Realizará excepcionalmente aquellas labores de limpieza que se le enco-
mienden cuando su realización por el personal femenino no sea idónea o
decorosa en orden a la situación, emplazamiento, dificultad de manejo,
peso de los objetos o locales que limpiar.
– Rasurará a los enfermos masculinos que vayan a ser sometidos a inter-
venciones quirúrgicas en aquellas zonas de su cuerpo que lo requieran, en
caso de ausencia del peluquero o por urgencia en el tratamiento.
– En los quirófanos auxiliará en todas aquellas labores propias del celador
destinado en estos servicios, así como en las que les sean ordenadas por
los médicos, supervisoras o enfermeras.
– Ayudará a las enfermeras o personas encargadas a amortajar a los enfer-
mos fallecidos, corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al mor-
tuorio.
– Ayudará a la práctica de autopsias en aquellas funciones auxiliares que no
requieran por su parte hacer uso de instrumental alguno sobre el cadáver.
Limpiarán la mesa de autopsias y la propia sala.

54
Funciones de vigilancia

– Tendrá a su cargo los animales utilizados en los quirófanos experimentales


y laboratorios, a quienes cuidarán alimentándolos, manteniendo limpias
las jaulas y aseándolos, tanto antes de ser sometidos a las pruebas expe-
rimentales como después de aquellas y siempre bajo las indicaciones que
reciban de los médicos, supervisoras o enfermeras que les sustituyan en
sus ausencias.
– Asimismo será función del celador realizar todas aquellas tareas similares
a las anteriores que le sean encomendadas por sus superiores y que no
hayan quedado específicamente reseñadas en los apartados anteriores.

3. RELACIÓN DEL CELADOR CON LOS FAMILIARES


DE LOS ENFERMOS

3.1. Servicio de información


La orientación en información que debe facilitar el celador a los usuarios se
enmarca dentro del derecho “a la información sobre los servicios sanitarios a
que puede acceder y sobre los requisitos necesarios para su uso” que reconoce el
artículo 10.2 de la Ley general de sanidad a los usuarios de las administraciones
públicas sanitarias y el capítulo II de la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica
reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia
de información y documentación clínica.

3.2. Conceptos básicos de la Ley 41/2002


A este respecto, vamos a analizar los derechos y obligaciones de los pacientes
en materia de información, basándonos en la citada Ley 41/2002, básica regu-
ladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de
información y documentación clínica. Son conceptos que debe conocer y tener
en cuenta el Celador que desarrolla su actividad en los centros sanitarios.
La dignidad de la persona humana, el respeto a la autonomía de su voluntad
y a su intimidad orientarán toda la actividad encaminada a obtener, utilizar, ar-
chivar, custodiar y transmitir la información y la documentación clínica.
Toda actuación en el ámbito de la sanidad requiere, con carácter general, el
previo consentimiento de los pacientes o usuarios. El consentimiento, que debe
obtenerse después de que el paciente reciba una información adecuada, se hará
por escrito en los supuestos previstos en la Ley.
El paciente o usuario tiene derecho a decidir libremente, después de recibir la
información adecuada, entre las opciones clínicas disponibles.

55
Funciones de vigilancia

Todo paciente o usuario tiene derecho a negarse al tratamiento, excepto en


los casos determinados en la Ley. Su negativa al tratamiento constará por escrito.
Los pacientes o usuarios tienen el deber de facilitar los datos sobre su estado
físico o sobre su salud de manera leal y verdadera, así como el de colaborar en su
obtención, especialmente cuando sean necesarios por razones de interés público
o con motivo de la asistencia sanitaria.
Todo profesional que interviene en la actividad asistencial está obligado no
sólo a la correcta prestación de sus técnicas, sino al cumplimiento de los deberes
de información y de documentación clínica, y al respeto de las decisiones adop-
tadas libre y voluntariamente por el paciente.
La persona que elabore o tenga acceso a la información y la documentación
clínica está obligada a guardar la reserva debida.
Los pacientes tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier actuación
en el ámbito de su salud, toda la información disponible sobre la misma, salvan-
do los supuestos exceptuados por la Ley. Además, toda persona tiene derecho a
que se respete su voluntad de no ser informada. La información, que como regla
general se proporcionará verbalmente dejando constancia en la historia clínica,
comprende, como mínimo, la finalidad y la naturaleza de cada intervención, sus
riesgos y sus consecuencias.
La información clínica forma parte de todas las actuaciones asistenciales, será
verdadera, se comunicará al paciente de forma comprensible y adecuada a sus
necesidades y le ayudará a tomar decisiones de acuerdo con su propia y libre
voluntad.
El médico responsable del paciente le garantiza el cumplimiento de su de-
recho a la información. Los profesionales que le atiendan durante el proceso
asistencial o le apliquen una técnica o un procedimiento concreto también serán
responsables de informarle.
El titular del derecho a la información es el paciente. También serán informa-
das las personas vinculadas a él, por razones familiares o de hecho, en la medida
que el paciente lo permita de manera expresa o tácita.
El paciente será informado, incluso en caso de incapacidad, de modo ade-
cuado a sus posibilidades de comprensión, cumpliendo con el deber de informar
también a su representante legal.
Cuando el paciente, según el criterio del médico que le asiste, carezca de
capacidad para entender la información a causa de su estado físico o psíquico,
la información se pondrá en conocimiento de las personas vinculadas a él por
razones familiares o de hecho.

56
Funciones de vigilancia

El derecho a la información sanitaria de los pacientes puede limitarse por la


existencia acreditada de un estado de necesidad terapéutica.
Los ciudadanos tienen derecho a conocer los problemas sanitarios de la co-
lectividad cuando impliquen un riesgo para la salud pública o para su salud indi-
vidual, y el derecho a que esta información se difunda en términos verdaderos,
comprensibles y adecuados para la protección de la salud, de acuerdo con lo
establecido por la Ley.
Toda persona tiene derecho a que se respete el carácter confidencial de los
datos referentes a su salud, y a que nadie pueda acceder a ellos sin previa auto-
rización amparada por la Ley.
Los centros sanitarios adoptarán las medidas oportunas para garantizar los
derechos a que se refiere el apartado anterior, y elaborarán, cuando proceda, las
normas y los procedimientos protocolizados que garanticen el acceso legal a los
datos de los pacientes.
Toda actuación en el ámbito de la salud de un paciente necesita el consen-
timiento libre y voluntario del afectado, una vez que, recibida la información
necesaria, haya valorado las opciones propias del caso.
El consentimiento será verbal por regla general. Sin embargo, se prestará por
escrito en los casos siguientes: intervención quirúrgica, procedimientos diagnós-
ticos y terapéuticos invasores y, en general, aplicación de procedimientos que
suponen riesgos o inconvenientes de notoria y previsible repercusión negativa
sobre la salud del paciente.
Todo paciente o usuario tiene derecho a ser advertido sobre la posibilidad
de utilizar los procedimientos de pronóstico, diagnóstico y terapéuticos que se le
apliquen en un proyecto docente o de investigación, que en ningún caso podrá
comportar riesgo adicional para su salud.
El paciente puede revocar libremente por escrito su consentimiento en cual-
quier momento.

3.3. Características de la atención al usuario


La consideración y el respeto hacia las personas que usan los servicios sanitarios
podemos concebirlos las más importantes características de la atención al usuario.
Las características generales de esta atención pueden ser:
– Respetar las diferencias y ofrecer atención en condiciones de equidad e
igualdad.

57
Funciones de vigilancia

– No admitir tratos discriminatorios a los usuarios, ni diferencias en la aten-


ción sanitaria, a los pacientes por su etnia, religión, clase social, sexo,
orientación sexual, estado civil, aspecto físico, etc...
– No permitir la utilización de términos despectivos ni marginadores.
– Si se priorizase la atención de un paciente sobre otro, ello obedecería a cri-
terios estrictamente profesionales, clínicos y según las normas establecidas.
– La equidad también supone que deban utilizarse más medios con aquellos
pacientes que así lo ameriten, ya que requieren una asistencia más com-
pleja y con más recursos técnicos y humanos.
– No se realizarán juicios morales sobre el comportamiento de los pacien-
tes; por ejemplo, en personas que padecen enfermedades de transmisión
sexual.
– Cuando un Facultativo se acoja a la objeción de conciencia, para la rea-
lización de determinadas intervenciones, deberá dirigir a los pacientes a
otros profesionales que puedan atender a sus necesidades.
– Se evitará la utilización de adjetivos peyorativos y juicios de valor en la
descripción de las personas.
– Comprender y respetar la intimidad de las personas que usan los servicios.
– Propiciar espacios y condiciones para que la comunicación clínica pueda
realizarse de manera reservada, sin la presencia de personas ajenas.
– No hacer coincidir diversos pacientes en la misma consulta.
– En el caso en que se requiera la presencia de varios profesionales, no se
realizarán comentarios personales que no interesen a esos otros profesio-
nales. La presencia de profesionales en formación se permitirá siempre
que ello no violente al paciente.
– Informar sobre enfermedad y muerte de manera delicada, reservada y
confidencial.
– Dar la oportunidad a los usuarios de expresarse y responder a sus dudas
con serenidad.
– Proteger la confidencialidad de todos los datos de los usuarios: tanto per-
sonales como sanitarios.
– No deben incluirse en la Historia clínica del paciente datos íntimos e irre-
levantes con respecto al tratamiento clínico.
– Mantener la confidencialidad como principio general.
– La información personal del usuario es tanto la información personal ad-
ministrativa (nombre, dirección, estado civil, etc...) como los registros clíni-
cos, se haya obtenida verbalmente o mediante documentos escritos.

58
Funciones de vigilancia

– La información personal de los usuarios, que deben manejar los profe-


sionales, solo será utilizada para los servicios que se les preste en dicha
organización.
– Se cuidará de que los profesionales que accedan a la información personal
sean aquellos que la necesiten, a fin de que los servicios al usuario sean
efectivos.
– Dentro de los límites permitidos, se garantizará que la información per-
sonal que exponga un usuario a un profesional, y que desee mantener
reservada, sea respetada.
– Los profesionales localizarán un lugar reservado para conversar acerca de
un paciente, cuando el tema de la conversación así lo precise.
– Antes de ofrecer un parte médico sobre “personajes públicos” los profesio-
nales deberán recabar el consentimiento del paciente o de sus familiares.
– Las Historias clínicas y la documentación clínica no deben circular ni estar
expuestas en sitios públicos.
– La amabilidad será señal de profesionalidad y de respeto.
– El profesional de la institución sanitaria debe mantener la cortesía y las
buenas maneras, como muestra del respeto mutuo necesario en el proceso
asistencial. Aunque el usuario pueda perder la paciencia, el profesional no
debe hacerlo.
– El tratamiento que debe utilizarse para dirigirse a los usuarios adultos debe
ser siempre “usted”. A los usuarios mayores de edad debe tratarse de
modo respetuoso.

3.4. Funciones del Celador con relación a la información


Como ya hemos visto, el artículo 14.2 del Estatuto del Personal no sanitario es-
tablece, como primera función de los celadores que: “tramitarán o conducirán sin
tardanza las comunicaciones verbales que le sean confiadas por sus superiores”.
Ello implica que los celadores han de transmitir a compañeros, subordinados,
familiares de los pacientes o público en general, las comunicaciones verbales
(instrucciones, mensajes, avisos...) que les indiquen sus superiores o profesiona-
les autorizados, por delegación de estos.
En consecuencia, los celadores tienen atribuida, entre otras, la función de
transmitir información.
Respecto a la orientación, el celador remitirá al usuario al servicio o unidad
por la que pregunte y, en caso de duda, al servicio de atención al paciente.

59
Funciones de vigilancia

Los datos que constituyan el contenido de la orientación serán transmitidos


de forma comprensible y amable.
Algunas de las tareas de los celadores relativas al área de actividad y orienta-
ción de los pacientes y familiares son:
– Avisar a los acompañantes de los familiares asistidos en urgencias que
pasen a las dependencias en la que van a ser informados de la asistencia
y evolución del paciente.
– Llamar a los familiares de los enfermos intervenidos para que el médico les
informe del desarrollo de la intervención.
– Avisar a los familiares del paciente que va a ingresar en planta para que (al
menos uno) le acompañe.
La información al público debe ser clara, completa, amable, sencilla para
poder ser entendida por cualquier persona.
El Celador, dada su movilidad en las Instituciones, puede llegar a enterarse
del estado de un paciente, del diagnóstico, de una posible intervención, etc...por
ello está obligado a guardar silencio acerca de todo lo que conozca a causa del
ejercicio de su profesión, ante los enfermos, familiares, visitantes, compañeros e
incluso personas ajenas a su trabajo.
Si es interrogado por la familia no deberá dar ninguna información sobre el
estado del enfermo, sino dirigirla amablemente hacia el personal facultativo.
En resumen, la atención al enfermo y a los familiares se concreta en las si-
guientes funciones:
a) Orientación al usuario durante su estancia en el Centro Sanitario, referida
al propio Centro:
▷ Ubicación de los Servicios y Unidades del Centro.
▷ Horario de los distintos servicios.
▷ Información a los pacientes sobre las horas de visita y consulta para la
información médica.
b) Atención personalizada a familiares:
▷ Disminuir la preocupación de los familiares.
▷ Información a los familiares sobre la planta o Servicio en el que se en-
cuentra el paciente, incidencias, tiempos de espera, traslados, etc.
▷ Localización de familiares por el servicio de megafonía para traslado de
avisos, información o llamadas telefónicas del exterior.
▷ Canalizar las quejas, reclamaciones y sugerencias de los usuarios.

60
Funciones de vigilancia

Por las características del trabajo del Celador, debe tener en cuenta que, en
determinados momentos, puede llegar a ser alguien vital para quien le consulta,
sea éste familiar o paciente, por lo tanto, debe proceder con sumo cuidado te-
niendo conciencia del efecto de sus actos y palabras hacia dichas personas.
Además, el Celador siempre debe tener muy presente que va a tratar en mu-
chos casos a personas que sufren y que, por lo tanto, su comportamiento delante
de ellos o sus familiares ha de ser siempre muy humano y delicado; ya que, en
éstas circunstancias, el enfermo y los familiares son más susceptibles y detectan
con mayor facilidad los pequeños detalles.
Los celadores tienen encomendadas también funciones de vigilancia, tanto
en el acceso y estancia de familiares y visitantes como en el acceso a las entradas
de la institución.

4. ACTUACIONES EN LAS HABITACIONES DE LOS


ENFERMOS Y LAS ESTANCIAS COMUNES

4.1. Unidad del paciente


Se considera unidad del paciente el espacio que ocupará éste durante su
estancia en el hospital, esto es, su habitación. Hay que procurar que ésta sea lo
más agradable, cómoda y limpia posible en base a una serie de puntos mínimos:
– La habitación tendrá un máximo de cuatro camas, una mesilla por usua-
rio, armarios, sillas y como ideal un baño por habitación.
– El espacio entre cama y mesilla ha de ser suficiente para posibilitar al
personal sanitario la realización de sus actividades con comodidad. El
espacio entre cama y cama y pared lateral será de 1,20 m aproximada-
mente.
– Habrá por cama y enfermo una toma de oxígeno, una de vacío, una cuña
y botella, un timbre de alarma, barandillas si son necesarias…
– La luz será preferentemente natural y, en su defecto, lo más moderada
posible.
– El tono de las paredes será de colores no estresantes, pastel y mate.
– Ideal que las salas fuesen insonorizadas y, si no, se favorecerá un ambiente
lo más tranquilo posible.
– La temperatura oscilará entre 18 y 22 grados.
– Mobiliario y accesorios de la habitación.

61
Funciones de vigilancia

Su finalidad será proporcionar la mayor comodidad al paciente, como el ca-


rro-bandeja para tomar comidas en la cama, biombo o cortinas para preservar
la intimidad.

4.2. Instalaciones colindantes a la habitación


Deberá existir un teléfono cercano, pasillos amplios, suelos antideslizantes,
biblioteca, sala de televisión, salas de juegos, sala de visita.

4.3. La cama hospitalaria


Debe posibilitar que el paciente se encuentre cómodo y que el personal sanita-
rio realice sus funciones con facilidad. Una medida de aproximadamente 210 cm.
de largo, con espacio entre el colchón y el cabecero o piecero, que serán desmon-
tables. La anchura debe ser de un metro y la altura graduable entre 50 y 90 cm.

62
Funciones de vigilancia

La espalda y los pies deben poder elevarse a distintos ángulos. La cama llevará
cuatro ruedas bloqueables permitiendo el traslado y acción de sus mecanismos
por una sola persona.

4.3.1. Partes de la cama


– Colchón. Puede ser anti escaras o de presión alternante que estimula la
circulación cutánea para prevenir las úlceras por presión.
– Ropa de cama: Funda de colchón con dos caras, una absorbente y otra
impermeable. Sábanas y entremetidas de algodón. Hule; actualmente se
usan pañales abiertos entre la sábana bajera y la entremetida. Manta de
lana. Colcha exterior. Almohada, será blanca y baja.

4.3.2. Accesorios de la cama


– Barandilla, para evitar caídas en pacientes con esta posibilidad.
– Arco de protección, para evitar el roce del paciente con las sábanas.
– Armazón de Bolkman, atraviesa la cama sosteniéndose por un asta al pie-
cero, facilita la incorporación del paciente mediante un trapecio que le
sirve de apoyo.
– Soporte para los pies. Tableros que se ajustan para evitar la aparición de
edemas. Suelen emplearse férulas anti rotación para inmovilizar el pie y
mantenerlo en posición anatómica.
– Tablas para fracturas o de cama. Para pacientes traumatológicos propor-
ciona dureza y rigidez favoreciendo la posición anatómica del cuerpo.
– Protectores de barandilla. Para evitar que el paciente se lesione si se golpea
con la barandilla.
– Cuñas tope o quesitos. Acolchados de forma triangular que mantienen la
estabilidad del paciente.
– Soporte o pie de suero. Desde la cama o portátil, sostiene las botellas de
suero.

4.3.3. Tipos de camas


– Camillas de exploración. Sirven para la exploración y el transporte del
paciente. Se utilizan en los consultorios de los hospitales, los centros de
salud, etc. Deben cubrirse con una sabanilla antes de colocar al paciente,

63
Funciones de vigilancia

que será cambiada después de su utilización. Las camillas de exploración


pueden ser:
▷ Rígidas. Tienen una estructura de tubo metálico hueco, sobre la que
se asienta un colchón con base rígida, recubierto de piel o de algún
material similar fácilmente lavable. Puede llevar ruedas para facilitar su
desplazamiento, y un sistema de freno que las bloquee.

▷ Articuladas. Suelen tener una sola articulación, situada en el cabecero,


que se puede elevar hasta 90° respecto al plano de la cama. Tiene dos
o tres segmentos móviles y adaptables a las necesidades del enfermo.
– Camas de descanso. Están destinadas a pacientes que van a permane-
cer en el hospital durante largos periodos de tiempo.
▷ Cama metálica de somier rígido. Consta de un somier rígido, sin arti-
culaciones. En algunos modelos puede elevarse la parte de la cabeza
mediante una manivela.

▷ Cama articulada. Es la que más se utiliza en los hospitales y consta de


un somier metálico articulado, formado por dos, tres o cuatro segmen-
tos móviles que se accionan con una manivela situada en los pies o en
los laterales de la cama. En las camas motorizadas la movilización se
realiza a partir de un mando eléctrico. Cada articulación permite dividir
la cama en dos segmentos; por lo tanto, la cama con dos articulaciones

64
Funciones de vigilancia

tiene tres segmentos y la cama con tres articulaciones, cuatro segmen-


tos. En la de tres segmentos el superior soporta la cabeza y la espalda,
el central es para la pelvis, y el inferior para las extremidades inferiores.
En la de cuatro segmentos se diferencia una posibilidad de moviliza-
ción más, bien en la cabeza/hombros, bien en las rodillas. Este tipo de
camas facilita la acomodación del paciente y los cambios posturales.

▷ Cama ortopédica, traumatológica o de “Judet”. Consta de un marco,


llamado «marco de Balkan», que sujeta unas varillas metálicas, situa-
das por encima de la cama, para acoplar unas poleas que, mediante
cuerdas, soportan diferentes sistemas de pesas. Para realizar la tracción,
uno de los extremos se aplica al paciente y en el otro se colocan las pe-
sas. Una tracción es una técnica terapéutica que aplica fuerzas sobre un
hueso, músculo o articulación. Puede ser cutánea o esquelética. En la
primera, la fuerza se ejerce sobre la piel, y en la segunda, sobre los hue-
sos, a partir de clavos quirúrgicos, alambres, etc. Los objetivos de esta
técnica son alinear una extremidad fracturada, evitar deformaciones en
el caso de parálisis y aliviar el dolor de un traumatismo osteoarticular
(fractura, luxación, etc.).También está provista de un estribo o «trián-
gulo de Balkan», que permite al paciente moverse ligeramente para
incorporarse o cambiar de posición. Se utiliza, sobre todo, en trauma-
tología, con pacientes que sufren fracturas, luxaciones, parálisis de las
extremidades, politraumatismos, etc.
▷ Cama electrocircular. Está formada por dos armazones metálicos circu-
lares, unidos entre sí por un plano rígido que gira sobre los anteriores.
La cama puede adoptar cualquier posición: horizontal, vertical, incli-
nada en todos los ángulos y boca abajo. Además, está provista de un
interruptor que permite un movimiento lento en sentido circular y que
puede ser manejado por el propio paciente. Pueden acoplarse soportes
para los pies, barandillas laterales, cintas de sujeción y cualquier otro
elemento que facilite los cambios de presión en la superficie corporal,
evitando así las úlceras por presión. Se utiliza en grandes quemados,

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Funciones de vigilancia

politraumatizados o en lesiones medulares, es decir, en casos de inmo-


vilización a largo plazo.
▷ Cama RotoRest. Es una cama que mantiene al paciente sujeto, pero gi-
rando constantemente, por lo que distribuye los puntos de presión. Se
utiliza para prevenirla aparición de úlceras por presión. Permite giros y
cambios de posición laterales y longitudinales. Para este tipo de camas
se emplean armazones o sujeciones laterales, de la cabeza, de los pies
y para el giro, así como almohadillas amortiguadoras.
▷ Incubadora. Se emplea para mantener a los recién nacidos prematuros
en un ambiente adecuado de temperatura y humedad, con el fin de
asegurar sus condiciones de vida. Permite la manipulación del bebé
desde el exterior, a través de unos dispositivos a modo de guantes o
puertas. Se pueden regular con precisión la humedad, la temperatura y
la concentración de oxígeno.

▷ Permiten monitorizar al recién nacido (frecuencia cardíaca, frecuencia


respiratoria y temperatura), así como conectarle a un respirador, ha-
cerle la aspiración de secreciones si fuese preciso, utilizar la unidad ne-
bulizadora, aplicar la lámpara de luz azul (hiperbilirrubinemia), etc. La
cámara donde se coloca al bebé es de material transparente, lo que fa-
cilita tanto el aislamiento como su control y observación. Suele situarse
sobre un mueble metálico, con compartimientos que permiten guardar
el material necesario para los cuidados. Hay incubadoras provistas de
ruedas que facilitan el desplazamiento en aquellos casos en que sea
adecuado, y algunas van equipadas, incluso, con todo el material nece-
sario para prestar cuidados intensivos.

66
Funciones de vigilancia

4.3.4. Técnicas de arreglo de la cama


El objetivo de estas técnicas es favorecer el bienestar general del paciente y
satisfacer su necesidad de descanso y sueño. Por lo tanto, es importante man-
tener la cama limpia, sin arrugas, con el fin de que proporcione comodidad al
paciente y le permita moverse sin sensación de agobio. Además, se contribuye
a favorecer el descanso si la habitación está limpia, sin malos olores, sin ruidos
ni estímulos molestos y con unas condiciones ambientales apropiadas. Desde el
punto de vista psicológico, el descanso se verá favorecido con intervenciones de
enfermería que disminuyan la ansiedad.
Deben tenerse en cuenta unas normas generales para el arreglo de la cama y
conocer los procedimientos concretos que se emplean en cada situación.

Normas generales
– La ropa de la cama se cambiará por la ma-
ñana, tras el baño o aseo del paciente, y
además siempre que se manche o se moje.
– Antes de iniciar la técnica de arreglo de
la cama, hay que tener preparado todo el
material necesario.
– En el caso de que se preparen varios equi-
pos para rehacer más de una cama, se
empleará un carro de ropa limpia, con to-
dos los equipos necesarios, y otro de ropa
sucia, en el que se depositan las bolsas
que contienen la ropa de cama retirada de
cada paciente.
– Para evitar que estos carros sirvan de vehículo de transmisión de microor-
ganismos de un paciente a otro, se dejarán en el pasillo, a la puerta de las
habitaciones.
– Se ha de realizar el lavado higiénico de las manos antes y después de llevar
a cabo el procedimiento. Se ponen los guantes.
– Se explica el procedimiento al paciente y se pide su colaboración.
– Cuando no esté contraindicado, se coloca la cama en posición horizontal.
– El cubre colchón, la bajera y la entremetida no deben tener arrugas, ya que
pueden producir molestias y favorecer la aparición de irritaciones y úlceras
por roce o presión.
– La encimera, la manta y la colcha deben cubrir al paciente hasta los hombros.
Se ajustan bajo el colchón, en la zona de los pies, sin remeterlas por los lados.

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Funciones de vigilancia

– La ropa de cama sucia no debe entrar en contacto con el uniforme del


personal. Se depositará directamente en la bolsa que está dentro de la
habitación o en el carro que está en la puerta, pero nunca se dejará en el
suelo o sobre otra cama o silla que hubiera en la habitación.
– La ropa de cama retirada no debe agitarse en el aire para evitar la disper-
sión de microorganismos.
– El arreglo de la cama debe hacerse con rapidez y precisión, pero evitando
los movimientos bruscos cuando el paciente se encuentre en ella.
– Se usa un biombo para proteger la intimidad del paciente, cuando sea
necesario.

Procedimientos de arreglo de la cama.


Describimos los procedimientos apropiados para preparar una cama según
diferentes situaciones:
– Cama cerrada. Es la cama del hospital que permanece vacía hasta la ad-
misión de un nuevo paciente. La puede hacer un solo TCAE.
– Cama abierta. Es aquella que corresponde a un paciente ingresado que la
ocupa, pero que puede levantarse. La puede hacer un solo TCAE.
– Cama ocupada. El paciente permanece en ella cuando se arregla.
– Cama quirúrgica. Es la que se prepara para recibir a un post-operado.

Trato con el paciente.


La actitud de los técnicos es muy importante a la hora de arreglar la cama.
Ponte en el lugar de un paciente en estas dos situaciones:
a) Llegan dos auxiliares de enfermería a hacer tu cama, y todo el tiempo
hablan de sus cosas, de la película que vieron anoche, del día libre que no
consiguieron, etc.
b) Si al llegar te saludan, y te explican que vana hacer la cama, te preguntan
cómo te encuentras, te escuchan y te tienen en cuenta. Seguro que el pa-
ciente se sentirá mucho más cómodo en la segunda situación.

Importante. Antes de hacer la cama, hay que preparar el equipo necesario


y lavarse las manos, así como comprobar que la cama no está ocupada por nin-
gún paciente. Si la ocupó un paciente infecto contagioso, se deberá utilizar una
bolsa de sucio especial para la ropa, de un color determinado según las normas
hospitalarias de tratamiento de objetos contaminados.

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Funciones de vigilancia

4.3.5. Cama cerrada


1. Lavarse las manos y ponerse los guantes.
2. Colocar sobre una silla todo el material necesario en orden inverso a como
se va a utilizar. Es decir, almohadón, funda de almohada, colcha, manta,
sábana encimera, entremetida, empapador, sábana bajera y cubre colchón.
3. Frenar las ruedas de la cama y colocarla en posición horizontal.
4. Quitar la colcha y la manta. Si van a volver a utilizarse, doblarlas correcta-
mente para hacer con ellas la cama.
5. Retirar la ropa sucia, pieza a pieza, sin agitarla, doblándola o enrollándola
sobre sí misma, y depositarla en la bolsa de sucio.
6. Extender y fijar el cubre colchón.
7. Colocar la sábana bajera de forma que el derecho quede hacia arriba.
Debe dejarse el largo adecuado para poder fijarla bajo el colchón, remeter
primero la cabecera y luego los pies, haciendo las esquinas en mitra o
inglete, y remeter por los laterales. Para hacerla:
8. Situar la entremetida en el tercio medio de la cama, centrándola, y reme-
tiendo por los dos laterales del colchón. Si fuera preciso, se colocará el
empapador sobre la entremetida, de forma que quede completamente ta-
pado por ella. Tanto la bajera como la entremetida y el empapador deben
quedar perfectamente estirados y sin arrugas.
9. Colocar la sábana encimera centrada, dejando el revés de la sábana hacia
arriba. Remeter la parte inferior bajo el colchón y dejar las esquinas, para
hacerlas junto con la manta y la colcha (aunque también puede hacerse
pieza a pieza). La sábana puede extenderse en sentido longitudinal o bien
transversal (estirando desde la cabeza hacia los pies). Puede extenderse
como la sábana inferior.
Claves y consejos. En ocasiones, los dibujos que llevan serigrafiados las
sábanas en sentido longitudinal con el nombre del hospital nos servirán
como referencia para su colocación centrada en el colchón.
10. Extender la manta de manera que la parte superior quede a la altura delos
hombros, a unos 20 cm del cabecero de la cama.
11. Colocar la colcha y centrarla. Con la colcha, la manta y la encimera juntas
se confecciona, en cada esquina de los pies del colchón, un borde mitra.
En la parte superior, volver la sábana sobre la manta y la colcha, para ha-
cer el embozo. La sábana superior, la manta y la colcha deben colgar por
igual a los lados de la cama y no se deben remeter bajo el colchón.
12. Después de comprobar el buen estado de la almohada, se coloca la funda
y, sobre ella, el almohadón, dejándola en la cabecera de la cama.

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Funciones de vigilancia

13. Comprobar que la ropa de la cama queda bien estirada.


14. Ordenar la habitación y comprobar que el timbre funciona.
15. Retirar la ropa usada y llevarla al cuarto de sucio o seguir el procedimiento
de la institución (hospital).
16. Quitarse los guantes y lavarse de nuevo las manos.

4.3.6. Cama abierta


El procedimiento se realiza siguiendo los pasos descritos para la cama cerra-
da, pero deben tenerse en cuenta algunas diferencias:
1. Después de extender la sábana encimera, se aconseja dejar espacio para los
pies del paciente. Uno de los medios para conseguirlo es hacer un pequeño
pliegue o doblez en sentido transversal a la altura de los pies de la cama.
Esto es una medida de comodidad al añadir espacio adicional para los pies.
2. Si el paciente volviera a ocupar la cama, se le abrirá, de forma que su
acceso le resulte fácil.

4.3.7. Cama ocupada


Para hacer una cama ocupada, el procedimiento a seguir será distinto depen-
diendo del grado de colaboración del paciente. Si puede colaborar, será suficien-
te un TCAE, que indicará al paciente de qué forma debe colocarse para facilitar
la realización de la técnica. Si no puede colaborar, es aconsejable que interven-
gan dos TCAE, para que el arreglo de la cama se haga de forma más cómoda y
sin riesgos para el paciente (como el de la caída al suelo).
Al realizar las movilizaciones del paciente dentro de la cama, los TCAE deben
prevenir riesgos, como la caída accidental del paciente de la cama, provocarle
lesiones en la piel con relojes o pulseras (que además pueden ser un reservorio
de microorganismos), etc.
Si el paciente tuviera sueros, drenajes u otros sistemas terapéuticos, normal-
mente el procedimiento lo realizan la enfermera y el TCAE para evitar descone-
xiones accidentales, reflujos del drenaje o de la bolsa de diuresis, etc.
– Informarse de la situación del paciente para saber si se le puede mover, o
si es necesaria la colaboración de la enfermera.
– Observar los equipos terapéuticos que tenga el paciente para evitar el ries-
go de desconexiones, reflujos, extracción de catéteres, etc.

70
Funciones de vigilancia

Arreglo de una cama ocupada


Objetivo. Realizar un correcto arreglo de una cama ya ocupada por un pa-
ciente que no puede levantarse.
Proceso operativo. En general, el procedimiento se realiza siguiendo los
mismos pasos descritos para la cama cerrada, pero deben tenerse en cuenta
algunas diferencias:
1. Preparar el equipo necesario y, después de lavarse las manos, llevarlo a la
habitación del paciente, dejándolo sobre una silla como se describió para
la cama cerrada.
2. Lavarse las manos y ponerse los guantes y la bata, si fuese preciso.
3. Explicar al paciente el procedimiento que se va a realizar, pidiendo su co-
laboración.
4. En caso de ser una habitación compartida, colocar un biombo para preser-
var la intimidad del paciente.
Cada uno de los TCAE se situará a un lado de la cama y seguirá, simultánea-
mente, estos pasos:
1. Retirar la colcha, aproximando los bordes superior e inferior, e introducirla
en la bolsa de sucio. Hacer lo mismo con la manta. Si la colcha y la manta
se van a reutilizar, doblarlas y colocarlas sobre una silla.
2. Si la sábana encimera no está sucia, se afloja por los pies y se deja coloca-
da sobre el paciente, para cubrirle mientras se arregle la cama. Se doblará
hacia el paciente una parte de la sábana para que no estorbe mientras se
realiza la técnica, asegurándose de que el paciente no queda destapado.
3. Retirar la almohada, dejándola apoyada sobre una silla o sillón, y quitar
el almohadón. En determinadas situaciones, puede dejarse para que el
paciente esté más cómodo.
4. Colocar al paciente en decúbito lateral, de forma que quede sujeto por
uno de los TCAE y descanse en un lado de la cama.
5. El otro TCAE recogerá la entremetida, el hule o empapador y la sábana
bajera desde el lado más lejano de la cama hacia el cuerpo del paciente.
6. Extender la sábana bajera. Sujetarla bajo el colchón en la cabeza y los
pies, y hacer en ambas esquinas el doblez en mitra. Recoger el resto de
sábana limpia, enrollándola hacia el paciente.
7. Colocar la entremetida en el tercio medio de la cama, fijándola bajo el
colchón. El resto se recoge próximo al cuerpo del paciente.

71
Funciones de vigilancia

8. Entre los dos TCAE, cambiar de posición al paciente, girándolo hacia el


lado contrario, de forma que quede acostado en la otra orilla de la cama
(ya limpia).
9. Un auxiliar sujeta al paciente, mientras el otro se cambia al otro lado y
extiende bien las piezas dela cama (sábana bajera, hule y entremetida),
estirándolas para evitar que se formen arrugas. Retirarla ropa sucia sin
airearla e introducirla en la bolsa de sucio.
10. Fijar la ropa en las esquinas; para ello se hace la esquina de mitra en la
cabecera y los pies con la sábana inferior.
11. Colocar al paciente en decúbito supino, con la cabeza sobre la almohada
en la que se ha puesto un almohadón limpio. Extender la sábana encimera
limpia, al tiempo que se recoge la pieza que cubría al paciente.
12. Poner después la manta y la colcha, haciendo las esquinas en mitra.

4.4. Actuaciones del celador en habitaciones y


estancias comunes

4.4.1. En las habitaciones y estancias comunes


1. Cuidar de que los enfermos no hagan uso indebido de los enseres.
2. Instruir en el uso de persianas, cortinas y útiles.
3. Ayudar a Enfermeras y Auxiliares al movimiento y traslado de enfermos.
4. Revisar y mantener el funcionamiento de sillas de ruedas, pies de gotero, etc.
5. Vigilar el acceso y estancia de los familiares.
6. Cuidar que los familiares y visitantes no introduzcan más que los paquetes
autorizados.
7. Vigilaran el comportamiento de enfermos y visitantes.
8. En caso de conflicto requerirán la presencia del Servicio de Seguridad.
9. Velaran por conseguir el mayor orden y silencio.
10. Se abstendrán de hacer comentarios sobre diagnósticos, exploraciones y
tratamientos.

4.4.2. En relación con el puesto funcional de planta


1. Traslado de enfermos para la realización de pruebas o consultas.
2. El Celador será responsable de la documentación que le entregue el perso-
nal de Enfermería.

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Funciones de vigilancia

3. Traslado de los cadáveres al mortuorio.


4. Tramitaran o conducirán las comunicaciones verbales, documentos, co-
rrespondencia u objetos.
5. Trasladaran, de unos servicios a otros, el aparataje o mobiliario que se
requiera.
6. Revisar diariamente las balas de oxigeno.
7. Harán los servicios de guardia dentro de los turnos establecidos.

4.5. Actuación del Celador ante enfermos especiales

4.5.1. Actuación del celador en torno al enfermo mental

4.5.1.1. Higiene
– Realizar baño o ducha diarios.
– Mantener las uñas cortas y limpias.
– Fomentar un patrón de cepillado e higiene bucal regular.
– Cuidar la higiene de ojos, nariz y oídos.

4.5.1.2. Alimentación
– Control de la dieta según pauta médica.
– En casos de depresión profunda, anorexia o bulimia se vigilarán exhaus-
tivamente.

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Funciones de vigilancia

4.5.1.3. Eliminación
– Se valorará:
1. Frecuencia.
2. Consistencia.
3. Presencia de dolor o sangrados.
– Se valoraran los cambios en el patrón de eliminación.
– Se vigilara incontinencia urinaria y/o fecal.
– Se controlara la aparición de náuseas y vómitos.

4.5.1.4. Actividad y ejercicio


– Se preguntara sobre su grado de actividad física antes del ingreso.
– Se valoraran las limitaciones que presente, pero fomentando su autono-
mía.
– Se estimulara la actividad física en pacientes depresivos profundos.
– Se controlara la hiperactividad de los pacientes anoréxicos con entorno
tranquilo.
– Con alucinaciones se evitará la actividad que pueda dañarles.

4.5.1.5. Reposo y sueño


– Se valoraran las alteraciones que presenten:
1. Insomnio – Disminución del sueño.
2. Hipersomnia o letargo.
3. Necesidad de medicación sedante o hipnótica.
– Se estimulara al paciente para que respete los horarios normales de vigilia
y sueño.
– Ante estados de hiperactividad o sueño profundo se comunicara con en-
fermería para descartar posibles efectos de la medicación.
– No se interrumpirá el sueño nocturno para dar medicación.
– En las unidades de psiquiatría se evitaran ruidos durante las horas de sue-
ño nocturno.

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Funciones de vigilancia

4.5.1.6. Autoimagen y autoconcepto


– En las depresiones profundas se fomentara la autoestima.
– En los pacientes narcisistas o con alucinaciones será preciso reubicarles en
la realidad.
– Se fomentara una correcta adecuación en el vestido y el maquillaje.

4.5.1.7. Sexualidad y reproducción


– Al detectar conductas aberrantes o abusos sexuales se comunicara al facul-
tativo y se eliminaran evitando emitir juicios de valor.

4.5.1.8. Relaciones y ocio


– Valorar el tipo de relación que tiene el paciente.
– Fomentar un entorno terapéutico entre pacientes y equipo medico.
– Ofertar actividades recreativas.

4.5.1.9. Seguridad
– Seguridad física:
1. Tranquilizarle primero con palabras amables.
2. Medidas de contención mecánica (barras laterales, correas, etc.).
3. En último caso, se recurrirá al tratamiento farmacológico.
– Seguridad emocional.

4.5.2. Mantener una relación cordial sin menospreciar al


paciente
Los cuidados psiquiátricos:
– Aceptación del paciente y su enfermedad (no juzgar).
– Escuchar al paciente.
– No mentir, ni dar falsas promesas (ganar la confianza).
– Respetar al enfermo e informarle que tiene derecho a ser respetado.

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Funciones de vigilancia

4.5.3. Actuación del celador ante un enfermo deprimido


– Necesidades de seguridad:
1. Vigilar de forma constante al deprimido.
2. El riesgo de suicidio es mayor cuando el paciente se encuentra mejor.
– Necesidades fisiológicas:
1. Excepcionalmente, lavaran y asearan a los pacientes masculinos enca-
mados.
2. Bañaran a los pacientes masculinos que no puedan por si mismos.
3. Ayudaran en la colocación y retirada de las cuñas.
4. Favorecer el ejercicio físico, acompañándolo a dar algún paseo.
– Necesidades psicológicas:
1. Hablar siempre con el paciente deprimido, ayudándole a expresar sus
sentimientos.
2. Mejorar su autoestima, elogiándolos y alabándoles.
3. Demostrarle interés, pasando un tiempo cada día con él.

4.5.4. Actuación del celador frente a un enfermo agitado


– Medidas generales:
1. Llamar inmediatamente a la Enfermera de la unidad.
2. Separar al enfermo agitado de otros enfermos.
3. Mantener su seguridad, no oponiéndonos al delirio, sino aceptándolo
con calma.

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Funciones de vigilancia

4. Pueden ser necesarios medios de contención física.


5. Deberá observar gestos, expresiones y propósitos del enfermo y anotarlo.
6. Cuidar que la habitación del enfermo este iluminada suavemente, in-
cluso por la noche.
7. Evitar en lo posible toda clase de estímulos.
8. Demostrar mucho interés y confianza – escuchar al enfermo.
9. Prevenir el agotamiento del agitado.
– Medidas fisiológicas:
1. Ayudarle en sus necesidades de higiene.
2. Procurar que duerma suficientemente.

4.5.5. Inmovilización de un agitado durante una crisis aguda


– Es preciso que el enfermo no lo vivencie como castigo.
– Procedimiento:
1. Se espolvorea talco o se aíslan con algodón.
2. Se ata una mano de un lado y un pie del otro.
3. Se atan los cuatro miembros no entrecruzándolos sobre el pecho.
4. Doblar una sábana en tres, pasarla por encima del abdomen y los mus-
los del paciente y fijarla.
5. Se debe cuidar no molestar la respiración.
6. Protección contra la caída
7. Correas resistentes a nivel de los pies.

5. ASEO DEL PACIENTE

5.1. Definición de higiene


Se denomina higiene al conjunto de procedimientos que conllevan a conservar
mejor la piel, el cabello y las uñas de los pacientes, lo cual constituye una mejor
defensa contra las enfermedades. Si se trata de una paciente enfermo, la higiene
debe ser aún más rigurosa, porque está más expuesto a los microorganismos. La
figura encargada de la higiene del paciente es el o la auxiliar de enfermería.

77
Funciones de vigilancia

La higiene correcta permite que la piel cumpla sus funciones de protección.


Esto es, si no se elimina el sudor, por ejemplo, se acumulan en la piel estas se-
creciones y el polvo, lo cual evita que la piel respire o absorba medicamentos.
Tampoco podrían eliminarse productos tóxicos irritantes, y la piel podría mace-
rarse e infectarse.

5.2. Higiene del personal que está en contacto con el


enfermo
Tan importante es realizar una higiene correcta en el paciente, como la higie-
ne del personal que está en contacto con el enfermo. Para ello:
– Su ropa debe estar siempre limpia (para evitar la diseminación de gérmenes),
sin manchas, presentable, de tal modo que su apariencia refleje limpieza.
– Debe lavarse las manos antes y después que brinde algún cuidado o aten-
ción a un paciente.

5.3. Higiene del paciente


La higiene se define como aquellos procedimientos que tienen la finalidad de
mantener limpio todo el cuerpo de una persona. Si esta persona es dependiente
parcial o total para desarrollar estas funciones, el papel de la familia, del equipo
de enfermería y del auxiliar de enfermería tiene una gran relevancia en el cuida-
do y mantenimiento de la higiene de los pacientes.

5.3.1. Objetivo de la higiene


– Que la piel se mantenga limpia, sin secreciones.
– Que se encuentre libre de olores.
– Eliminar la proliferación bacteriana.
– Mejorar o estimular la circulación sanguínea.
– Facilitar la observación de la piel.
– Mantener la integridad de la piel.
– Proporcionar al paciente la sensación de bienestar físico mediante la higiene.
– Mejorar su autoestima, ya que el paciente está mejor al sentirse limpio,
presentable, sin malos olores, etc.
Es así que la higiene debe realizarse cuantas veces sea necesario, teniendo en
cuenta las condiciones particulares de cada paciente.

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Funciones de vigilancia

5.3.2. Generalidades
Hay que tener siempre en consideración el pudor del paciente, porque podría
ser incómodo estar expuesto ante otros testigos diferentes de quienes le estén
brindando una atención. Algunas recomendaciones son las siguientes:
– Tener preparado el equipo antes de comenzar.
– Antes de iniciar el procedimiento, explicarle al paciente que se le realizará
la limpieza, para qué, y solicitar su colaboración, y que manifieste si existe
algo, durante el procedimiento, que le incomode o moleste.
– Que la temperatura del medio ambiente sea adecuada, alrededor de los 25º.
– Que la temperatura del agua esté entre los 37 y 40ºC.
– Que no haya corrientes de aire en el cuarto de baño.
– Respetar la privacidad del paciente en el momento del baño (ya sea con
cortinas, puertas cerradas, mamparas, etc.), de esta manera disminuimos
su ansiedad.
– Usar jabones neutros.
– Solicitar la participación de paciente para fomentar su autonomía.
– Verificar si para el baño se necesitará solo una persona, o dos, como sería
el caso de una persona inmovilizada.
– No cansar al paciente, es decir, que no haga movimientos innecesarios y
muy de prisa.
– Vigilarlo, si está cansado, si su frecuencia cardíaca está elevada.
– Observar la piel, sus movimientos (actividad física), y conversar con él.

5.4. Lavado en general


Los baños pueden ser parciales o completos en:
a) La cama.
b) La bañera.
c) La ducha.
La técnica que se elija dependerá de las circunstancias de cada paciente, de
si es autónomo o parcialmente autónomo, y de las preferencias del paciente. Las
residencias tienen horarios ya sea de mañana o tarde. Las personas que tienen
trastornos demenciales pueden tener miedo y volverse agresivas, dado que no
logran comprender lo que está pasando. Por tanto, hay que moderarse con la
voz, de tal forma que ellos se puedan tranquilizar.

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Funciones de vigilancia

Para el baño, debemos considerar:


– Lavado del cuerpo: por partes, baño, ducha o baño en la cama.
– Lavado y peinado del cabello.
– Cepillado de los dientes.
– Afeitado.
– Cuidado de las uñas.
– Cuidado de las orejas.

Equipo

– Dos toallas de baño y dos de cara, toallas de papel, guantes.


– Jabón recomendado, en pastilla o líquido.
– Colonia o loción relajante, esponjas, paños.
– Manta de baño, para cubrir al paciente.
– Pañuelo desechable.
– Cepillo de dientes y vaso, dentífrico.
– Peine o cepillo para el pelo, loción, talco, desodorante o antitranspirante.
– Tijeras, termómetro de baño.
– Maquinilla de afeitar, tijeras y lima para uñas.
– Camisón, pijamas o ropa limpia y ropa de cama limpia.
– Delantal de plástico y guantes desechables.
– Si el paciente tiene catéteres u otras sondas, tener los equipos necesarios.
– Bolsa de plástico para recoger la ropa sucia.
– Palangana con abundante agua caliente (entre 39 y 40 ºC).

Recomendaciones previas

– Preparar todo el material que necesitará (se mencionó antes).


– Identificar que sea el paciente (ya sea por la pulsera y otro medio).
– Explicarle al paciente y obtener su consentimiento y cooperación.
– Respetar su intimidad.

80
Funciones de vigilancia

5.4.1. Lavado en cama - Baño completo en la cama


– Recomendaciones previas.
– Ofrecerle la cuña o el orinal protegiendo su intimidad.
– Lavarse las manos.
– Poner los frenos a la cama, para evitar movimientos imprevistos que pon-
gan en riesgo la seguridad del paciente y ajustar la altura para su moviliza-
ción y manipulación seguras.
– Ajustar la altura de la cama para la movilización y manipulación sean seguros.
– Colocar los utensilios en una mesa auxiliar, de forma que sea de fácil acceso.
– Cerrar puertas y ventanas.
– Retirar todo el exceso de ropa de la cama, de forma que no haya elemen-
tos innecesarios y exista un mejor acceso al paciente.
– Verificar que las barandillas estén subidas.
– Retire el avisador.
– Baje la barandilla que está a su lado.
– Colocarse los guantes.
– Coloque sobre el paciente una toalla de baño.
– Baje la cabecera del paciente, teniendo en cuenta sus enfermedades y
tolerancia. Deje al menos una almohada.
– Coloque la mesa auxiliar, y sobre ella, coloque toallas de papel.
– Verificar la temperatura de la palangana.
– Ahora suba la barandilla de su lado.
– Llene la palangana hasta las 2/3 partes a una temperatura de 39 a 40ºC.
Con el termómetro se puede medir la temperatura. También se puede usar
el codo para comprobar la temperatura.
– Colocar la palangana sobre la mesa.
– Bajar la barandilla.
– Colocar una toalla sobre el pecho del paciente.
– Hacer una manopla.
– Con agua lavar alrededor de los ojos sin jabón. Se inicia con el ojo más
distante, y luego el más próximo. Antes de aplicar jabón en el rostro, pre-
guntar al paciente si desea que se le aplique jabón.

81
Funciones de vigilancia

– Lavar, enjuagar y secar el rostro, las orejas y el cuello, y fomentar que nos
ayude. Seque con la toalla que está en el pecho, sin fricción, sino con to-
ques para que absorba el agua.
– Retirar el camisón ayudando previamente al paciente a moverse, si lo pue-
de hacer, cerca de usted.
– Colocar una toalla para cubrirlo, por debajo del brazo contrario.
– Sujetar al paciente colocando su palma sobre el codo del paciente, de esta
forma, el antebrazo del paciente descansará sobre el del auxiliar.
– Lavar brazo, hombro, axila. Enjuagar y secar con golpecitos.
– Colocar la palangana sobre la toalla, y enseguida colocar la mano del pa-
ciente dentro del agua para lavarla. Limpiar uñas; se puede usar la lima.
Fomentar la ayuda del paciente si es posible.
– Retirar la palangana y secar bien la mano. Cubrir el brazo con una manta
de baño, y repetir el mismo procedimiento con el otro brazo.
– Luego, colocar una toalla de baño cruzada sobre el pecho. Sujetar la toalla
y tirar de la manta por debajo hasta la cintura.
– Al levantar la toalla lavar el pecho, enjuagar y secar con toques absorben-
tes, no hacer fricción.
– Colocar la toalla sobre el pecho, a lo largo, y el abdomen, sin destapar al
paciente. La manta se coloca ahora hasta la zona púbica.
– Levantar un poco la toalla y lavar, enjuagar y secar.
– Luego tirar de la manta hasta los hombros, y cubrir ambos, y retirar la toalla.
– Ahora cambiar el agua jabonosa. Al retirarse por más agua, no olvidar subir
la barandilla. Al regresar con el agua, tomar la temperatura de la misma.
– Cubrir el área genital y descubrir la pierna más alejada, y colocar por de-
bajo de ella una toalla a lo largo de la pierna.
– Para lavar la pierna, doblar la rodilla (si es posible) y colocar su brazo (del
o de la Auxiliar) por debajo de ella y proceder a lavar, enjuagar y secar.
– Si el paciente no tiene contraindicación para doblar la rodilla, doblarla y
colocar el pie sobre la palangana (esta tiene que colocarse sobre la toalla).
– Lavar el pie, los dedos y entre los dedos, se puede usar una lima. Enjuagar,
retirar la palangana y secar el pie sin fricción, cuidando de que las partes
interdigitales queden bien secas.
– Enseguida cubrir la pierna y retirar la toalla que está por debajo de la pier-
na. Repetir lo mismo con la otra pierna.
– Cambiar nuevamente el agua y medir la temperatura. No olvidar que cada
vez que tenga que alejarse de la paciente, hay que subir la barandilla.

82
Funciones de vigilancia

– Rotar al paciente de forma que queden frente a usted la espalda y los


glúteos del paciente. Colocar sobre la cama una toalla a lo largo de la
espalda y las caderas. Ahora lavar la espalda. Iniciar por el cuello y fina-
lizar en los glúteos. Enjuagar y secar y colocarlo en su posición original.
Se puede realizar un masaje en la espalda en este paso, o hasta el final
del baño.
– Cambiar el agua y medir la temperatura. Proceder con el lavado perineal.
Valorar un cambio de guantes. El lavado perineal debe ser diario, máxime
si el paciente lleva una sonda vesical permanente, o después de la aplica-
ción de un enema, o sencillamente cuando se ensucie.
– Puede realizarle un masaje al paciente.
– Aplicar lociones, desodorantes o aquellos artículos que el paciente suele
aplicarse después del baño. En esto consiste la atención personalizada.
– Vestir al paciente, o ayudarlo a vestirse, si él puede colaborar, y cepillar su
cabello.
– Hacer la cama
– Acomodar al paciente, y colocar todo en su lugar.
– Lavarse las manos e informar a la enfermera sus observaciones.
Recordar que mientras realizamos el procedimiento, observar la piel del pa-
ciente en busca de alteraciones, como las úlceras de presión.

5.4.2. Baño parcial


– Recomendaciones previas.
– Ayudar al paciente a desplazarse hasta el baño, ya sea que camine, o que
necesite silla de ruedas, etc.
– Verificar la temperatura adecuada del agua.
– Ayudarlo a desvestirse, si es que lo necesita.
– Mientras el paciente realiza esta actividad, hay que observarlo.
– Ayudarle a acercarse al baño, con o sin dispositivos mecánicos.
– Ayudarle a que él mismo se lave. Comenzar con el rostro y el cuello, para
que en estas regiones utilice agua limpia.
– Luego apoyarlo a lavarse el cabello, si lo necesita.
– Ayudarle a lavarse el cuerpo, si lo necesita.
– Ayudarlo a que salir del baño. Se le ayuda a sentarse sobre una silla, colocan-
do previamente una toalla sobre la silla para evitar que resbale o sufra caídas.

83
Funciones de vigilancia

– Ayudarlo a secarse y a vestirse.


– Ayudarlo, si requiere, a la higiene de su boca (dientes, prótesis…).
– Ayudarlo a peinarse, si lo necesita.
– Ayudarlo a que se siente en una silla o sobre la cama. La idea es que des-
pués del baño pueda descansar, que se sienta relajado.
– Desechar el equipo adecuadamente.

5.4.3. Duchas
– Recomendaciones previas.
– Para la ducha se utilizan, como ayuda, un banco fijo o una silla móvil.
– Ayudar al paciente a desplazarse al baño, ya sea caminando o con ayuda
de dispositivos mecánicos.
– Ayudarlo a desvestirse, si es necesario.
– Ayudarlo a sentarse en una silla de ducha o en un banco, con la finalidad
de evitar riesgos de caídas.
– Verificar la temperatura del agua y contar con la aprobación del paciente.
– Ayudarlo a lavarse, de forma que disfrute el lavado de su cuerpo.
– Ayudarlo a lavarse el cabello, si lo necesita, y ayudarlo a secarse.
– Seguir con la normativa ya comentada.

5.4.4. Técnicas por zonas

5.4.4.1. Higiene bucal


Con el lavado se pretende que los dientes estén limpios, evitar la halitosis y
prevenir caries e infecciones. Por otro lado, proporcionarle al paciente la sen-
sación de bienestar. Un paciente con una adecuada higiene también saborea
mejor los alimentos. Existen algunos alimentos que producen mal sabor de boca;
otros producen una capa blanquecina en la lengua y en los carrillos. También
hay factores externos que influyen en la sequedad de la boca, como el tabaco, el
oxígeno, una pobre ingesta de líquidos.
La higiene bucal debe hacerse cuando el paciente se despierta, cuando termina
de comer y antes de irse a la cama. Las cerdas deben ser suaves. Es preciso detec-
tar alteraciones a nivel bucal, a veces el paciente tiene los labios con grietas, des-
hidratados, inflamados o con vesículas, o llagas, placas blanquecinas (en la boca
o en la lengua), hemorragia que se presenta con el cepillado, dientes sueltos, etc.

84
Funciones de vigilancia

A) Paciente consciente
– Recomendaciones previas.
– Reunir el material: cepillo de dientes, vaso, pajita, batea, toalla para la
cara, toallas de papel, guantes. Las toallas de papel servirán para colocar
lo que va a utilizar.
– Elevar la cama para ayudar a la higiene postural. Asegurarse de que las
barandillas estén subidas.
– Luego, ya para iniciar, bajar la barandilla.
– Ayudarle a incorporarse para que pueda sentarse.
– Colocar una toalla sobre su pecho.
– Colocar la mesa auxiliar y ajustarla para que quede próxima a él.
– Colocarse los guantes.
– Tomar el cepillo y colocar sobre las cerdas la pasta dental.
– Colocar debajo del cepillo la batea, y aplicar agua sobre el cepillo.
– Cepillar los dientes gentilmente. Si el paciente está consciente y puede
lavárselos él mismo, puede ayudarlo. Puede ser el caso de que esté cons-
ciente, pero no pueda realizarse la higiene bucal, por lo que el auxiliar de
enfermería tendrá que cepillarle los dientes.
– Cepillar la lengua, si lo requiere.
– Que la persona se enjuague la boca con agua, mientras la batea la coloca
por debajo de su barbilla. Este paso puede repetirlo.
– Darle enjuague bucal con solución sosteniendo mientras tanto la batea
debajo de su barbilla.
– Una vez que haya terminado, retirar la toalla, quitarse los guantes y des-
echarlos.
– Acomodar al paciente.
– Retire los utensilio, colóquelos en su sitio, limpie los equipos y la mesa.
– Lávese las manos y reporte a enfermería sus observaciones.
El cepillado consiste en colocar el cepillo en un ángulo de 45 grados. Para
la parte superior externa, se colocan las cerdas en el nacimiento del diente y se
desplaza de arriba hacia abajo, los movimientos son se arriba hacia abajo. Luego
vamos con la parte interna, e igualmente es de arriba hacia abajo. Con la parte
inferior, se colocan las cerdas en la raíz del diente y se desplaza el cepillo de abajo
hacia arriba. Posteriormente cepillamos en forma horizontal con movimientos de
atrás hacia adelante sobre las muelas superiores e inferiores. Terminamos con
la lengua. Colocamos el cepillo en la base y los desplazamos hacia adelante, de
adentro hacia afuera, haciendo una especie de barrido sobre toda la lengua.

85
Funciones de vigilancia

B) Paciente inconsciente
Un paciente inconsciente no puede hablar, puede tener mascarilla de oxígeno,
o estar intubado. Estos pacientes no pueden ingerir alimentos sólidos ni líquidos,
y su boca tiende a estar seca debido a que la mantienen abierta, o reciben oxíge-
no. Dado que no pueden deglutir, hay que evitar que, al realizar la higiene bucal,
el líquido sea aspirado por el paciente. Para ello hay que colocar su cabeza de
lado, haciendo girar su cabeza. De esta forma, el exceso de líquido podrá salir
de la boca. En un paciente inconsciente, lo mejor es utilizar la mínima cantidad
de líquido para realizar la higiene, para disminuir el riesgo de aspiración. Para
mantener la boca abierta, se utiliza un depresor lingual almohadillado. Tenga
cuidado de introducir sus dedos, ya que podría sufrir una mordedura. Recuerde
que independientemente de que el paciente pueda escucharla o no, explíquele lo
que le va a realizar y para qué.
Pasos:
– Lavado de manos.
– Reunir todo el equipo que necesitará: torundas de algodón, producto de
limpieza indicado para ese paciente, depresor lingual almohadillado, una
batea, lubricante para labios, toalla para el rostro, toallas de papel, guan-
tes.
– Sobre las toallas de papel, que están sobre la mesa auxiliar, colocará lo
que va a utilizar.
– Corroborar la identificación del paciente con su pulsera.
– Explíquele el procedimiento y el motivo.
– Conserve su privacidad.
– Eleve la cama para ayudar a su higiene postural, y cerciórese de que las
barandillas estén subidas.
– Cuando vaya a comenzar, baje la barandilla del lado.
– Colocarse los guantes.
– Debe colocar al paciente de lado, cerca de usted, girando su cabeza.
– Colocar la toalla debajo de la cara del paciente.
– La batea se coloca por debajo de su barbilla.
– Acomodar la mesa auxiliar, de tal forma que pueda alcanzar sin esfuerzo
los utensilios.
– Con el depresor con almohadilla separe las mandíbulas, sin usar la fuerza.
Si no puede, solicite ayuda.

86
Funciones de vigilancia

– Proceder a limpiar la boca con torundas de esponja humedecidas con el


producto indicado para el paciente. Se limpia primero la parte superior-in-
terna de los dientes, luego la parte externa, el cielo de la boca, la parte
interna de los carrillos y los labios, y lengua. Después con una torunda hú-
meda (con agua) se procede a limpiar la boca enjuagando. Las torundas,
una vez utilizadas, hay que colocarlas en la batea.
– Colocar lubricante en los labios.
– Retirar la toalla.
– Quitarse los guantes y desecharlos.
– Proceder a explicarle al paciente que ha terminado y que lo va a acomo-
dar.
– Colocar al paciente en su posición original.
– Subir la barandilla y colocar el avisador a mano.
– Limpiar y colocar los utensilios y la ropa sucia donde corresponda.
– Despedirse del paciente.
– Lavarse las manos.
– Informe a la enfermera sus observaciones.
Cuidado de la dentadura postiza:
– Recordar que primero hay que llamar a la puerta.
– Explicar al paciente el procedimiento.
– Reunir el material: cepillo para la dentadura postiza con cerdas blandas, la
caja de la dentadura (que tenga los datos paciente), el producto limpiador,
vaso con agua fría, pajita, enjuague bucal, batea, toalla para la cara, toa-
llas de papel, guantes.
– Identificar al paciente con la pulsera.
– Mantener la intimidad.
– Bajar la barandilla.
– Colocar una toalla sobre el pecho del paciente.
– Colocarse los guantes.
– Pedirle que se retire la dentadura; si no puede, retíresela usted con gasas
para evitar que resbale: sujete la dentadura superior con el pulgar y el ín-
dice. Haga movimientos de arriba hacia abajo, una vez liberada, sáquela
despacio. Luego tome la dentadura inferior con los dedos pulgar e índice,
y con movimientos giratorios, retírela.
– Colocarla en la batea.

87
Funciones de vigilancia

– Si tiene barandillas, asegúrelas.


– Tome la batea, la caja de la dentadura, el cepillo y el producto limpiador
y llévelos al baño.
– Recubra el lavabo con una toalla.
– Llene el lavabo de agua.
– Enjuagar la dentadura bajo el chorro de agua templada o fría, luego la
coloca en la caja.
– Coloque el producto de limpieza sobre el cepillo y cepille las dentaduras.
– Enjuague las dentaduras bajo el chorro de agua (mirar las instrucciones del
fabricante respecto a la temperatura del agua).
– Colocarlas en la caja y las cubrimos con agua fría hasta cubrirlas.
– Lavar la batea
– Llevar la caja de la dentadura y la batea a la mesa auxiliar.
– Bajar la barandilla.
– Colocar en posición al paciente para realizar la limpieza bucal.
– Darle el enjuague bucal y coloque la batea debajo de la barbilla.
– Luego pídale que se coloque la dentadura y, si no puede, la auxiliar debe
hacerlo.
– Tomar la dentadura superior con el pulgar y el índice, mientras que con
la otra mano suba el labio superior. Ahora presione con sus índices hasta
colocarla. El mismo procedimiento para la dentadura inferior, sujétela con
los dedos índice y pulgar mientras tira suavemente del labio inferior para
insertar la dentadura, presionando hacia abajo.
– Colocar la caja de la dentadura en el cajón de arriba de la mesa de noche.
– Retirar la toalla
– Quitarse los guantes y desecharlos.
– Acomodar al paciente y acercarle el avisador.
– Subir las barandillas, de acuerdo al plan asistencial del paciente.
– Limpiar los utensilios y colocarlos en su sitio. Seguir normas hospitalarias
estipuladas.
– Lavarse las manos.
– Reportar las observaciones.

5.4.4.2. El lavado de las manos


El paciente debe lavarse las manos con frecuencia, como antes de comer o
después de ir al baño. Para ello, se le puede acercar una silla para sentarse y

88
Funciones de vigilancia

lavarse las manos, o sentarlo al borde de la cama y acercarle un barreño con


agua tibia sobre una mesita auxiliar. Si no puede levantarse, se sube la cama a la
posición de Fowler y se le acerca el barreño.

5.4.4.3. El afeitado en la cara


Es importante conocer el grado de autonomía del paciente, ya que esto nos
permite darnos cuenta si puede colaborar con nosotros. Asimismo saber su esta-
do de salud, como si toma anticoagulantes, y sus hábitos personales.
– Lavarse las manos y colocarse guantes.
– Material: espejo, toalla, palangana con agua tibia, pañuelos de papel, lo-
ción para después del afeitado (si la usa), rasuradora eléctrica o navaja de
rasurar, crema de afeitar.
– Explicar al paciente lo que realizará y para qué, y obtener su consentimien-
to y colaboración, si es que puede ofrecerla.
– Colocar al paciente en posición adecuada. Si está inconsciente, en decúbi-
to supino y la cabeza un poco elevada. Si está consciente, en sedestación.
– Mantener su privacidad.
– Colocar sobre el tórax una toalla.

a) Afeitado con rasuradora eléctrica


– Conectar la rasuradora, ajustar el cabezal.
– Efectuar movimientos circulares.
– Preguntar al paciente si se le aplica loción o masaje.

b) Con navaja de rasurar


– Humedecer una toalla en agua caliente y colocarla sobre la barba (de tal
forma que no sufra quemaduras) durante por lo menos 1 minuto.
– Colocar crema de afeitar sobre la barba. En caso de que utilice jabón,
frotar hasta hacer espuma.
– Comenzar a afeitar con la navaja, sujetando la navaja con su mano domi-
nante, y con la otra, la piel.
– Inicie con las patillas, luego el mentón, en el sentido del crecimiento del
pelo. Seguir en cuello, luego nariz y boca con movimientos cortos y suaves.
– Enjuagar la navaja con frecuencia, y si se seca el jabón, aplicar más.
– Lavar y secar la cara al paciente.

89
Funciones de vigilancia

– Aplicar loción o masaje sin frotar el rostro, si el paciente lo desea (pregun-


tar al paciente).
– Recoger e informar a enfermería.

5.4.4.4. El lavado del cabello

Dependiendo de las condiciones del paciente, valorar si el lavado de cabello


lo realiza en su cama o en una silla, para ello debe conocer la edad del paciente,
su grado de autonomía, su estado de salud, el tratamiento que recibe, su estado
emocional y mental, sus hábitos personales, su tipo de cabello, etc. El lavador
puede ser en la cama o en la silla.
– Explicar al paciente lo que se le va a realizar, y pedir su consentimiento y
colaboración, si es que la puede proporcionar. Si el paciente está incons-
ciente, de igual forma, hay que explicarle el procedimiento que le realizará.
– Lavarse las manos y colocarse guantes.
– Reunir el material: silla, palangana para el agua, dos jarras con agua ca-
liente a 37 ºC y verificar la temperatura; champú, acondicionador, toallas,
peine (personal), secador, hules de plástico, algodón. Si el paciente estará
sentado en una silla, no necesitará palangana ni hules de plástico.
– Colocar al paciente en posición adecuada: si es en la cama: en decúbito
supino y colocar su cabeza en el borde superior de la cama. Si es en la silla:
sedestación con hiperextensión cervical.
– Procurar que la temperatura del medio ambiente sea de 25 ºC.
– Cerrar puertas y ventanas para que no entren corrientes de aire.
– Mantener la intimidad del paciente.
– Si el paciente está consciente, valorar si puede ir al baño, en caso contra-
rio, se realizará el lavado en la misma habitación.

a) En la cama
– Lavarse manos y colocarse guantes.
– Colocar el cabezal de la cama en un plano horizontal y retirar la almohada.
– Acercar el paciente al borde superior de la cama.
– En una silla, hay que colocar la palangana para recoger el agua del lavado.
– Colocar hules debajo de la cabeza y los hombros, y sobre los hules se
coloca una toalla.

90
Funciones de vigilancia

– Con el hule se hace un túnel dirigido a la palangana para que se deposite


el exceso de agua.
– Retirar los accesorios que haya en el cabello (cintas, etc.), peine o cepille
y desenrede.
– Colocar la toalla en torno al cuello y hombros del paciente.
– Colocar una almohada por debajo de los hombros.
– Se puede colocar algodón en los oídos, hay que preguntarle al paciente,
siempre que no esté contraindicado.
– Mojar el cabello y aplicar champú y masajear con movimientos suaves con
las yemas de los dedos en todo el cuerpo cabelludo.
– Enjuagar y volver a aplicar champú, masajear y enjuagar y aplicar suavizante.
– Escurra toda el agua con las manos.
– Secar con la toalla, frotando suavemente, y peinar, desenredar, y luego
secar con el secador a temperatura intermedia y cambiar las zonas para
evitar exceso de calor. Peinar como desee el paciente.

b) En la silla
– Lavarse las manos, colocarse una bata, y colocarse los guantes no estériles.
– Colocar el respaldo de la silla frente al lavabo y pedirle al paciente que
tome asiento.
– Retire cintas, horquillas, etc., del cabello.
– Colocar una toalla sobre el cuello y los hombros.
– Ofrecer algodón al paciente, si no existe contraindicación.
– Pedirle al paciente que hiperextienda el cuello, si no hay contraindicación.
– Y, como se dijo antes, humedecer, aplicar shampú, masajear, enjuagar,
champú, enjuagar, y luego suavizante etc.
– Deje al paciente cómodo.
– Recoger el material e informar.

5.4.4.5. El lavado del perineo

Aseo perineal femenino


– Explicarle al paciente lo que se le realizará y solicitar su colaboración y
consentimiento y proteger su intimidad.
– Lavarse las manos.

91
Funciones de vigilancia

– Reunir el material: jabón, manoplas, toalla de baño, manta de baño, ter-


mómetro para el agua, almohadilla impermeable, guantes, toallas de pa-
pel. Todo esto se coloca en la mesita auxiliar.
– Colocar a la paciente en fowler.
– Desvestir a la paciente, y si ella puede hacerlo, que colabore para fomentar
su autonomía.
– Colocar sobre la paciente una toalla para proteger su intimidad y mante-
nerla con calor.
– Si la paciente puede lavarse a sí misma, dejar que lo haga, en caso contra-
rio: colocarla en decúbito dorsal. Cubrirla con una toalla o manta.
– Llenar la palangana con agua y medir la temperatura.
– Doblar las rodillas de la paciente, si no existe contraindicación, y separar
las piernas, o que solo las separe sin doblar las rodillas.
– Colocarse los guantes.
– La almohadilla impermeable se coloca por debajo de los glúteos.
– Descubrir el área hasta el abdomen, humedecer la manopla , escurrirla y
aplicar jabón (si no fuera jabonosa).
– Separar los labios mayores y lavar de una sola vez, de arriba hacia abajo,
y de delante hacia atrás. Este procedimiento puede repetirlo hasta que la
zona esté limpia, y utilizar más manoplas o esponjas.
– Enjuagar el perineo con una esponja limpia. Ahora, separar nuevamente
los labios, y limpiar de arriba hacia abajo, de delante hacia atrás. En cada
zona se debe utilizar una parte limpia de la manopla, por lo que se nece-
sitará otras más.
– Secar sin fricción.
– Bajar la manta o la toalla para volverla a cubrir y dejarla en decúbito dorsal
con las piernas extendidas, sin flexionar las rodillas.
– Girarla hacia el lado contrario suyo.
– Aplicar jabón en la manopla o esponja y limpiar la zona anal, desde la
vagina hacia el ano hasta que quede limpia. La parte de la manopla que
se utilice debe estar limpia, por lo que se necesitarán otras más.
– Enjuagar con una manopla limpia, desde la vagina hacia el ano hasta que
quede limpia. Se necesitarán más manoplas. Luego secar con suavidad,
sin fricción.
– Retírese los guantes y desecharlos.
– Colocar al paciente en su posición y retirar todo lo que se ha utilizado: almoha-
dilla, toalla, etc. Lavarse las manos, y notificar a enfermería sus observaciones.

92
Funciones de vigilancia

Aseo perineal masculino


Los primeros pasos es como el anterior.
– Replegar el prepucio, sujetar el pene y limpiar la punta con un movimiento
circular. Comenzar desde la uretra hacia la parte externa. Repetir hasta
que esté limpio y cada vez con una manopla limpia.
– Enjuagar y colocar el prepucio en su posición normal.
– Lavar el pene hacia abajo, enjuagar.
– Pedir al paciente que doble las rodillas, si puede, o ayudarlo a que lo haga
si no está contraindicado.
– Separar sus rodillas.
– Lavar el escroto, enjuagar y secar suavemente. Bajar sus rodillas y cubrir
al paciente.
– Girarlo al lado contrario al suyo.
– Limpiar la zona anal igual que se explicó antes en el aseo perineal femenino.
– Quitarse los guantes y desecharlos.

5.5. Vestir y Desvestir al paciente

5.5.1. Desvestir a una persona


– Identificar a la personas y explicarle lo que se le va a realizar y proteger su
intimidad.
– Lavarse las manos.
– Conseguir una manta.
– Bajar la barandilla y colocar al paciente en decúbito supino y cubrirlo con
la manta; doble las sábanas enrolladas o tipo acordeón hasta la altura de
los pies.
– Elevar la cabeza de la persona.
– Desabrochar los botones o cremalleras y dirigir la ropa a los lados del
paciente y retirar primero de la extremidad dominante. Si está acostado,
colocar al paciente en posición lateral, se retira la prenda que quede libre,
arriba, y luego se gira al paciente, y se retira el otro lado.
– Si la ropa se cierra por delante de la persona, se sienta a la persona, y se
retira siempre del lado dominante, siempre se deja al último el lado débil.
Por ejemplo, si la persona tiene secuelas de un EVC y su brazo derecho
presenta disminución de la fuerza motora, para retirarle la ropa se hará

93
Funciones de vigilancia

primero del brazo izquierdo porque no está afectado, y se deja al final el


lado afectado.
– Si es un jersey, y el paciente está acostado, se sube la prenda y se retira del
lado dominante, luego se sube al cuello y se retira el lado más débil.
– Con los pantalones, y si el paciente puede movilizarse, le solicitamos que
levante las caderas y los glúteos, de esta manera hacemos descender el
pantalón y lo retiramos.
– Si tiene afectación de una pierna, se le acuesta y se gira al paciente y se
retira primero del lado dominante (el lado débil quedará tocando la cama),
y luego se gira y se retira de la parte débil.

5.5.2. Vestir a una persona


– Como siempre, identificar a la persona, explicar el procedimiento, guardar
su intimidad, tener listo todo el material.
– Lavarse las manos.
– Desvista a la persona (ya se explicó).
– Colóquela en decúbito supino y la cubre con una manta.
– Si pondrá una prenda que se cierra por detrás: primero deslice la prenda
por el brazo y el hombro débiles, luego por el lado fuerte, levante la cabeza
y los hombros y cierre por detrás. Si la persona está acostada, entonces,
igualmente acostada primero deslice la prenda por el brazo y el hombro
débiles, y luego el fuerte, luego la gire hacia usted y extienda la ropa hacia
la espalda, luego la gira al lado contrario y acerque la ropa a la espalda y
anude o abroche.
– Si la ropa se cierra por delante y la persona puede moverse, deslice la
prenda por el lado débil, eleve la cabeza y los hombros y pase la ropa por
detrás, acuéstela y deslice la ropa por el brazo dominante. Si no puede
incorporarse, deslice la ropa por el lado débil, y gire al paciente hacia us-
ted, coloque la ropa por detrás del paciente, y luego lo gira alejándolo de
usted, extienda la ropa por la espalda, colóquelo en decúbito supino y des-
lice la ropa por el hombro dominante que faltaba, y abroche o abotone.
– Para colocar un jersey y si la persona puede movilizarse, introduzca el jer-
sey por la cabeza, luego incorpore la cabeza y los hombros del paciente, y
deslice la manga por el lado débil, baje la prenda, y luego deslice la prenda
por el lado dominante. Si la persona no puede mantenerse semisentada,
introduzca el jersey por la cabeza y deslice por el hombro y brazo débiles,
luego lo gira hacia usted, y extiende la ropa por detrás del paciente, luego

94
Funciones de vigilancia

lo coloca en decúbito supino, y desliza la ropa por el hombro y el brazo


dominantes. Abroche o abotone.
– Para los pantalones, si se puede movilizar, se introducen por los pies, am-
bos, se suben por las piernas, pedir a la persona que levante las caderas
y los glúteos, y subir los pantalones hasta la cintura, y luego pedirle que
baje las caderas. Si el paciente no puede movilizarse, se introducen los
pantalones por los pies, hasta las piernas, se gira al paciente sobre su lado
dominante y se sube el pantalón del lado débil, luego se gira sobre su lado
débil, y se sube el pantalón del lado dominante. Abroche.
– Poner calcetines, zapatos antideslizantes.
– Ayudar al paciente a levantarse de la cama, si puede. Pero si se va a acos-
tar, acomódelo, cúbralo, suba las barandillas, acérquele el dispositivo por
si necesita llamar, lávese las manos y presente su informe.

95
Tema 14
El celador en su relación con los
enfermos. Traslado y movilidad
de los pacientes. Técnicas de
movilización de pacientes. Uso y
mantenimiento del material auxiliar
(grúas, transfer, sillas, camillas,
sujeciones, correas…).
Actuación del celador en relación con
los pacientes terminales
El celador en su relación con los enfermos

Índice esquemático

1. El celador en su relación con los enfermos. Traslado y movilidad de los


pacientes. Técnicas de movilización de pacientes. Uso y mantenimiento
del material auxiliar (grúas, transfer, sillas, camillas, sujeciones,
correas…)
1.1. Movilización y traslado de pacientes
1.2. Técnicas de movilización
1.3. Traslado de paciente encamado, en camilla y en silla de ruedas
1.4. Posiciones anatómicas básicas
2. Actuación del celador en relación con los pacientes terminales
2.1. Al paciente
2.2. A la familia

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El celador en su relación con los enfermos

1. EL CELADOR EN SU RELACIÓN CON LOS


ENFERMOS. TRASLADO Y MOVILIDAD DE LOS
PACIENTES. TÉCNICAS DE MOVILIZACIÓN
DE PACIENTES. USO Y MANTENIMIENTO DEL
MATERIAL AUXILIAR (GRÚAS, TRANSFER, SILLAS,
CAMILLAS, SUJECIONES, CORREAS…)

1.1. Movilización y traslado de pacientes


En la mayoría de los hospitales, gran parte de sus pacientes se encuentran
con una reducida movilidad debido a sus enfermedades, por lo que va a ser muy
habitual que tengamos que colaborar en su movilización y en su traslado.
Los celadores deberán tener en cuenta una serie de normas generales para
realizar las movilizaciones.
– Seguir las instrucciones del personal sanitario.
– Mantener la intimidad del paciente en todo momento.
– Adoptar las medidas de higiene necesarias, en cada caso.
– Evitar movimientos bruscos al llevar a cabo las movilizaciones.
– Garantizar en todo momento la seguridad del paciente.
– Seguir las normas ergonómicas, como son levantarse con la fuerza de los
músculos de las piernas y no con los de la espalda, ésta es también una
técnica de movilización y transporte de pacientes.
No solo deben tener en cuenta las normas de todo personal sanitario si
no que para realizar una buena movilización y no incumplir ninguna de las
normas antes citadas el celador deberá seguir unos pasos previos y otros pos-
teriores.
A) Pasos previos:
▷ Lavarse las manos e informar al paciente del movimiento que se va a
realizar, y pedirle su colaboración.
▷ Retirar aquellos elementos que molesten y preparar el material adecua-
do que se va a necesitar.
▷ Colocar la cama para la perfecta movilización del paciente y posterior-
mente frenarla.
▷ Por último, tener extrema precaución con las vías, los sueros y drenajes
y realizar el cambio postural o movilización.

99
El celador en su relación con los enfermos

B) Pasos posteriores. Una vez terminada la movilización acomodar al pa-


ciente, volver a colocar los sueros y drenajes, y verificar que el paciente este
cómodo y no haya sufrido daños, en el caso de que si, avisar a la enfermera.
Por último, antes de comenzar a describir las movilizaciones, cabe nombrar los
dispositivos y materiales necesarios que ayudan al celador a la movilización del
paciente. Estos son: sábanas, grúas y arneses, discos giratorios, transfer, rolón,
escabel, potencia o trapecio.

1.1.1. Tipos de Movilización


Podemos llamar movilización a una serie de ejercicios que tienen por finali-
dad conseguir que se restablezcan las funciones disminuidas por la enfermedad,
mantener el alineamiento corporal, la fuerza y el tono muscular, estimular la au-
tonomía, y el autocuidado.
Dependiendo del paciente, clasificamos las movilizaciones en activas o pasi-
vas, en términos generales, aunque también se consideran las movilizaciones ac-
tivas-asistidas y activas-resistidas según la acción del terapeuta sobre el paciente.
A) Activas.
Son aquellas movilizaciones que puede llevar a cabo el paciente por sí mis-
mo, aunque debe estar supervisado por un profesional. Consta de movi-
mientos musculares y articulares de la zona del cuerpo que interese ejercitar.
El celador estimulará al paciente encamado para que mueva los brazos y
las piernas.
B) Activas-asistidas.
Es realizado por el mismo paciente con sus propias fuerzas, de forma vo-
luntaria o automática refleja, corregidos o ayudados por el terapeuta o bien
mediante sistemas instrumentados. Tienen por objetivo mantener o recupe-
rar el trofismo muscular y el balance articular, y evitar rigideces articulares.
C) Activas-resistidas.
El paciente realiza una movilización activa contra una resistencia externa,
que se opone al movimiento. Ellas imponen la participación voluntaria del
paciente y descansan en el trabajo muscular. El objetivo principal será el de
recuperar o mantener la función muscular y facilitar los movimientos articu-
lares, integrándolos en el esquema corporal, evitando la atrofia muscular.
D) Pasivas.
Son aquellas movilizaciones, realizadas por el terapeuta o el celador, so-
bre el paciente. Este tipo de movilidad suele ser usada en pacientes que

100
El celador en su relación con los enfermos

tienen parálisis o algún tipo de anestesia, es decir pacientes que no pue-


den hacer esfuerzo físico.

1.1.2. Traslado de pacientes


Los pacientes de un hospital pueden ser
trasladados de diversas formas, las más comu-
nes son a pie, en silla de ruedas o en camilla.
En los apartados siguientes hablaremos de
cómo transportar a un paciente en silla de rue-
das, en cama o en camilla, en este apartado, pro-
cederemos a explicar cómo trasladar un paciente
a pie y los instrumentos de ayuda que existen.
A pie podrán trasladarse los pacientes enfermos leves, conscientes y orienta-
dos, casi siempre son traslados de corta duración y el paciente puede ir vestido
con su propia ropa, en el caso de que lleve la ropa del hospital habrá que ofre-
cerle una bata.
Para el paciente es el traslado más cómodo ya que se vale por sí mismo y no
depende de nadie. En ocasiones el celador procede a colocarse delante del pa-
ciente para guiarle por dónde ir, pero eso puede ser peligroso puesto que pierdes
de vista al paciente, no ves el ritmo de paso que sigue y puede ocurrir algo. Acon-
sejamos ir a su lado, al ritmo que indique el paciente, y ofreceremos un brazo si
lo creemos oportuno para proporcionarle apoyo y seguridad.
Durante este tipo de traslado, el paciente además de la ayuda del celador
puede precisar de la ayuda de algún instrumento adicional que le proporcione
más estabilidad y seguridad en la deambulación.
Veremos algunos de ellos a continuación.

1.1.2.1. Andadores
El paciente va erguido en todo momento,
con el andador delante de él y el celador a su
lado. Las patas del andador deben reposar en
el suelo y los pies del paciente posicionarse a
unos 15 cm de distancia el uno del otro.
Las caderas y las rodillas deben estar rectas,
procurando que los pies no se desvíen, por úl-
timo se debe ajustar la altura.

101
El celador en su relación con los enfermos

1.1.2.2. Bastón
El paciente debe ir erguido. La longitud del bastón será equivalente a la exis-
tente desde el trocánter mayor del paciente al suelo. El bastón debe ir colocado
paralelo a la pierna y la punta estar bien apoyada en el suelo.
El bastón debe cogerse con la mano contraria de
la extremidad inferior afectada.

1.1.2.3. Muletas o dos bastones


El celador debe colocarse en el lado afectado, li-
geramente detrás del paciente. El paciente debe pa-
sar todo el peso al pie sano y desplazar las muletas
hacia delante, haciendo oscilar la pierna afectada
hacia delante.

1.2. Técnicas de movilización


Las técnicas de movimiento consciente son el principal componente y el hilo
conductor, para el desarrollo de la consciencia corporal.
A través de este tipo de técnicas aprendemos que es nuestra intención la que
dirige los músculos, en lugar de que la voluntad esté dominada por la acción
refleja de estos.

1.2.1. Movimientos del paciente hacia la cabecera de la cama

1.2.1.1. Con ayuda del paciente


Cuando realizamos un movimiento con ayuda del paciente solo hará falta
una persona para realizar la movilización. Se debe pedir al paciente su colabora-
ción, flexionar sus rodillas y si es posible, que éste se agarre al trapecio.
El paciente, de ese modo, se impulsará hacia el cabezal de la cama, mientras
al mismo tiempo, la persona que le sujeta le ayuda a realizar el movimiento y, de
ese modo, evitaremos que se golpee la cabeza con el cabecero.

1.2.1.2. Sin ayuda del paciente


En este caso, harán falta dos personas para realizar la acción, estos se coloca-
rán cada uno a un lado de la cama y, de esta forma, simultáneamente, desplaza-
rán al paciente hasta la cabecera. Otra opción es agarrar al paciente por las axilas.

102
El celador en su relación con los enfermos

1.2.2. Movimientos del paciente hacia un lateral de la cama


Para realizar este movimiento sin ayuda del paciente es necesario dos ce-
ladores. Deben colocarse a cada lado de la cama, lo más cerca posible del
paciente.
Se procederá a doblarle la rodilla contraria al sentido del giro y, a continua-
ción, empujar, con la sábana, hacia el centro de la cama. Finalmente, comproba-
remos que el brazo no fue presionado bajo el cuerpo.

1.2.3. Movimiento del paciente de la cama al sillón o silla de


ruedas

1.2.3.1. Con ayuda del paciente


Para realizar este movimiento, solo se usa un celador, en el caso de que el
paciente pueda colaborar. Se sitúa la silla o sillón junto a la cama o paralela a
ella, una vez realizado, hay que incorporar la cabeza del paciente en posición
Fowler.
Sujetando al paciente por los hombros y las rodillas, le giraremos hasta sen-
tarlo al borde de la cama, flexionaremos las rodillas para abrazar ligeramente al
paciente por la cintura, para ayudarle a incorporarse de pie y, a continuación, en
un cuarto giro, le sentamos en la silla o sillón.
Por último, siempre hay que mirar que el paciente este cómodo y no haya
sufrido daños.

1.2.3.2. Sin ayuda del paciente


Lo primero es tener un segundo celador que colabora contigo, ya que el pa-
ciente no puede hacerlo. Y, como hemos explicado en el paso anterior, fijar la silla
o sillón junto a la cama y paralela a ella.
Incorporaremos la cabeza del paciente en posición Fowler, un celador se
colocará a la altura de la cabeza del paciente y otro a la altura del lumbar del
paciente.
El celador que lo sujeta por la lumbar, deberá subirlo un poco y, el otro, le
cogerá por las axilas, debiendo tener el paciente los brazos hacia el tórax.
Para finalizar, el otro celador cogerá al paciente por las rodillas y muslos y, en
un movimiento sincronizado, se le trasladará a la silla o sillón.

103
El celador en su relación con los enfermos

1.2.4. Movimiento del paciente de plano a plano

1.2.4.1. Con ayuda del paciente


Para realizar este movimiento solo es necesario una persona. Colocaremos los
dos planos a la misma altura, si es posible. Inmovilizaremos ambos y cubriremos
el hueco entre ambos. Posteriormente, nos colocaremos en el lado del plano
contrario en el que se encuentre el paciente, acompañándole en el movimiento
y procurando que no voltee.

1.2.4.2. Sin ayuda del paciente


Se precisa la colaboración de dos personas. Los dos planos deben estar a la
misma altura y posteriormente inmovilizar ambos y cubrir el hueco entre ambos.
Se coloca a una persona a cada lado, cada una coge la sábana, lo más próxi-
mo posible al paciente. La persona más alejada del paciente apoyará su rodilla
en el plano vacío, para ayudarse en la movilización.
Y, finalmente, de forma sincronizada, desplazamos al paciente al plano al que
queremos movilizarle.

1.3. Traslado de paciente encamado, en camilla y en


silla de ruedas
El médico y/o el personal de enfermería son quienes deciden que un paciente
debe ser trasladado y cómo debe hacerse: a pie, en silla, en cama o camilla.
Los criterios que son usados para transportar a los pacientes son: la enferme-
dad del paciente, la edad, la movilidad y la orientación mental.
Las formas de trasladar a un paciente se pueden realizar de tres modos dis-
tintos, en silla, a pie o en cama o camilla. En este apartado, especificaremos los
denominados en el título.

1.3.1. Silla de ruedas


La estructura de una silla de ruedas es muy variada, es decir las hay sencillas
o con motor, aunque para trabajar en un hospital se usan las sencillas y nos cen-
traremos en ellas.

104
El celador en su relación con los enfermos

En la silla de ruedas, se trasladan enfermos leves, conscientes y orientados, pero


afectados en alguna parte del cuerpo. Pueden ser traslados de corta o larga duración.
El paciente normalmente va vestido, con el pijama del hospital, con lo cual,
habrá que ofrecerle una bata y una toalla o sábana para que le tapen las piernas.
La silla de rueda de piecero, es la más cómoda para pacientes con una lesión
en las extremidades inferiores. En esta silla, el traslado es relativamente cómodo,
el paciente va sentado y tiene buen campo de visión, aunque no controla la ve-
locidad o los giros.
En los traslados de silla de ruedas es muy importante que el celador mantenga
una postura de la columna vertebral recta y alienada, respetando la curvatura na-
tural de su espalda y teniendo en todo momento la vista al frente. Deberá evitar
giros bruscos del tronco y deberá prestar excesiva atención a las extremidades
inferiores, sobre todo cuando estas estén afectadas, circulando de manera lenta y
teniendo cuidado en lugares donde puede haber accidentes.

Cuando se vaya en ascensor con un paciente en silla de ruedas, el paciente


no deberá quedar de frente a la pared, con lo cual el celador deberá entrar de
espaldas en éste y no de frente. Lo ideal es que dentro del ascensor estemos a su
vista, podemos ponernos delante o a su lado, que es mucho más seguro.

1.3.2. Cama o Camilla


Son los traslados más incómodos de llevar a cabo, los más molestos para el
paciente y los más lentos. Este sistema se emplea con todo tipo de pacientes.
Para trasladar a un paciente en una camilla, el celador debe tener en cuenta
que debe estar sentado en una postura de 90º o semisentado en 45º, con fractu-
ras de cadera en 20º y si es en decúbito prono o tiene algún tipo de fractura en
la columna, siempre es en 0º.

105
El celador en su relación con los enfermos

Para poder manejar bien la camilla es necesario conocer su estructura y las


partes de ésta.
– Barandilla de protección del paciente. Se unen a modo de manillar para
manejar la camilla.
– Barras frontales y traseras, son los mangos de protección.
– Cabezal.
– Palo de suero. Se pueden poner tanto a la derecha como a la izquierda del
paciente, lo correcto es colocarlo en el mismo lugar donde se encuentra la vía.
El paciente deberá ir tapado con una sábana o toalla, las barandas o barandi-
llas deben de estar siempre subidas y se circulará siempre con la misma precau-
ción que con una silla de ruedas, es decir por la derecha en las esquinas y por el
centro en los pasillos rectos.
Barandas Cabezal

Barra
trasera

Barra
frontal

1.3.2.1. Conjunciones

Una conjunción es solo una forma de trasladar a un paciente que describe la


posición del camillero y garantiza la comodidad y seguridad del paciente.
No todos los pacientes son iguales, con lo cual no todos sufren las mismas pa-
tologías, o dentro de una misma enfermedad, pueden sufrirlo de forma distinta,
con lo cual hay que trasladarlos de forma distinta. Para ello están las conjuncio-
nes, que diferenciamos entre conjunción A, B, YB y Giro.

Conjunción A
Se utiliza para pacientes leves, conscientes y orientados. El celador se coloca
detrás de la barra trasera y la coge con su mano derecha y con la mano izquierda

106
El celador en su relación con los enfermos

coge la barandilla izquierda del paciente, es decir con la mano derecha empuja y
con la izquierda dirige. En el caso de que sea zurdo, adoptará la posición contraria.
Esta posición es la más cómoda para el paciente, ya que tiene buen campo de
visión y se mueve en sentido natural.
El celador intentará mantener los segmentos de su cuerpo alienados para evi-
tar el cansancio, y la tensión. El desplazamiento siempre será longitudinal.

Conjunción B
Se utiliza para pacientes graves, inconscientes, desorientados y para cualquier
paciente sobre el que tengamos dudas. Es la más segura cuando se realiza con
un solo celador.
El celador se coloca delante de la barra frontal, con su mano derecha coge
dicha barra y con la izquierda coge los pies de la cama, y al igual que en la con-
junción anterior, con la mano derecha empuja y con la izquierda dirige.
En esta conjunción los pacientes están incómodos y crean un cierto nivel de
desconfianza hacia el celador, ya que su campo de visión es nulo y van hacia
atrás, dando lugar a que en ocasiones se maree.
El celador debe circular con la máxima precaución, debe vigilar al paciente y
ver por donde va en todo momento, evitando posibles golpes.

107
El celador en su relación con los enfermos

Conjunción YB
Todas las conjunciones que empiezan por Y,
indica que la camilla es manejada por dos cela-
dores. Se utiliza cuando la camilla es muy pesa-
da o el paciente está en estado crítico, o para el
traslado de cadáveres.
El primer celador adopta la posición de la
conjunción B, y el segundo coge la barandilla
contraria con las dos manos y empuja y dirige
a la vez. El paciente se siente igual que en la
conjunción B, puesto que sigue circulando de
espaldas.
En esta posición hay que tener en cuenta que
existe un paciente, y no descuidarle, es decir que
los celadores no se pongan a hablar entre ellos,
dejando de lado al paciente, o haciendo como
si no existiera.

El giro
Para realizar un giro, cuando solo hay un celador, éste se pondrá de espaldas
a la esquina donde va a realizar el giro, con las manos cogerá la barandilla corres-
pondiente y, con los brazos extendidos, empujará la camilla e irá girando sobre sí
mismo hasta alcanzar su objetivo.
El celador mantendrá la columna recta y las extremidades inferiores ligera-
mente separadas, de este modo se aumenta la base de sustentación y se consigue
un mayor equilibrio.

1.4. Posiciones anatómicas básicas


Por lo general el paciente que se encuentra en el hospital, debido a su enfer-
medad, puede tener su movilidad reducida. Por lo tanto, tendremos que ayu-
darles para que realicen movimientos que son fundamentales. Las posiciones
más frecuentes que se requieren para facilitar la exploración, el tratamiento y la
prevención de lesiones.
La posición anatómica puede estudiarse de acuerdo a tres ejes: el eje vertical
(de la cabeza a los pies), el eje transversal (de lado a lado) y el eje anteroposterior
(de adelante hacia atrás).

108
El celador en su relación con los enfermos

1.4.1. Posición anatómica estándar


El estudio se inicia con el cuerpo en lo que se conoce como posición anató-
mica estándar o posición cero. En esta posición de partida la persona estará de
pie, con la cabeza y el cuello rectos, los brazos a ambos lados del cuerpo y con
las palmas de las manos hacia delante con la mirada hacia el frente.
Las piernas estarán extendidas y ligeramente separadas, con los pies y los to-
billos también extendidos. Esta misma posición anatómica estándar, si el cuerpo
está situado en una camilla, implica que lo que con anterioridad observaba hacia
delante pasa a mirar hacia arriba, mientras que lo que observaba hacia atrás,
mira actualmente hacia abajo.
La posición anatómica puede estudiarse de acuerdo a tres ejes:
– El eje vertical (de la cabeza a los pies).
– El eje transversal (de lado a lado).
– El eje anteroposterior (de adelante hacia atrás).
Los principales planos anatómicos son:
– El plano medio, que divide al cuerpo en dos
partes: izquierda y derecha.
– Los planos frontales, que separan al cuerpo en
anterior y posterior.
– Los planos axiales, que son orientados de ma-
nera horizontal.
– Los planos sagitales, son perpendiculares a los
frontales.
– Los planos oblicuos, son aquellos que dividen
el cuerpo en una dirección que no resulta pa-
ralela al resto de los planos.

1.4.2. Decúbito supino o dorsal

El paciente está tumbado sobre la espalda, con los brazos y las piernas exten-
didas y pegados al cuerpo, es decir paralelos al suelo.
El uso de esta posición corporal sirve para las exploraciones médicas, cam-
bios posturales, en el post-operatorio, en la estancia en cama.

109
El celador en su relación con los enfermos

Para facilitar la postura se pueden colocar cojines que favorecen la alienación


del cuerpo:
a) Colocar uno bajo el cuello, y los hombros, para evitar la hiperextensión del
cuello.
b) Bajo el tercio inferior del muslo, para elevar el hueco poplíteo.
c) Bajo la parte inferior de las piernas, para elevar los talones.

1.4.3. Decúbito prono


El paciente está tumbado boca abajo, paralelo al suelo, con las piernas exten-
didas y la cabeza girada hacia un lado. Los brazos pueden estar extendidos a lo
largo del cuerpo o extendidos a lo largo del cuerpo y colocarlo a ambos lados de
la cabeza.
Esta figura es frecuente en pacientes operados de la zona dorsal, en la estan-
cia en cama, en exploraciones.
Los cojines en esta postura están colocados:
a) Bajo la cabeza.
b) Bajo el diafragma, para evitar hiperextensión de la curvatura lumbar y la
presión excesiva en las manos, este cojín es opcional.
c) Bajo el tercio inferior de las piernas, para que los dedos del pie no rocen
con la sábana.

1.4.4. Decúbito Lateral


El paciente está tumbado sobre el lateral del cuerpo, paralelo al suelo. La
espalda deberá estar recta y los brazos flexionados y próximos a la cabeza. La
pierna inferior está en extensión o ligeramente flexionada y la superior permane-
ce flexionada por la cadera y la rodilla en ángulo recto.

110
El celador en su relación con los enfermos

Esta postura se aplica para la higiene, la estancia en la cama, dentro del plan
de cambios de postura. Conviene colocar almohadas:
a) Bajo la cabeza, y bajo el brazo y el hombro para favorecer el alineamiento.
b) Bajo el muslo y la pierna superior, para elevar la pierna y la cadera.
c) Detrás de la espalda, para mantener una buena alineación.

1.4.5. Sims o semiprona


Es la posición intermedia entre el decúbito prono y el decúbito lateral. La
cabeza estará ladeada y el brazo inferior extendido hacia atrás y separado del
cuerpo. El brazo superior estará flexionado próximo a la cabeza. La pierna in-
ferior se mantiene semiflexionada y la superior flexionada por la cadera y la
rodilla.
Se emplea en pacientes inconscientes y en posiciones alternativas. Los cojines
en esta postura se colocan:
a) Bajo la cabeza, y el hombro, y la parte superior del brazo.
b) Bajo el muslo y la parte superior de la pierna.

1.4.6. Fowler o semisentado


El paciente permanece semisentado, con las rodillas ligeramente flexionadas.
El respaldo de la cama, forma un ángulo de 45º. La posición de Fowler alta es
aquella en la que la cabecera de la cama estará elevada 90º respecto de los pies,
y la de semi-Fowler aquella en la que la elevación es de 30º.

111
El celador en su relación con los enfermos

Se emplea en pacientes con problemas cardíacos o respiratorios (asma, enfi-


sema, bronquitis crónica, etc), para facilitar actividades, como comer o leer.
Las almohadas deberán colocarse de la siguiente manera:
a) Detrás del cuello y los hombros.
b) Detrás de la zona lumbar.
c) Bajo antebrazos y las manos, para evitar la tensión en los hombros y suje-
tar los brazos y manos, si el paciente no los utiliza.
d) Debajo, y a los lados, de la parte superior de los muslos.
e) Bajo el tercio inferior de los muslos, bajo los tobillos, para elevar talones.

1.4.7. Trendelenburg
El paciente permanece tumbado, en decúbito supino, sobre la cama o cami-
lla, en un plano oblicuo de 45º respecto al suelo, con la cabeza más baja que
los pies.
Se emplea para el tratamiento quirúrgico de los órganos pelvianos, como
paso previo para recolocar al paciente y ante lipotimias y otras situaciones que
requieran un buen aporte sanguíneo cerebral.

112
El celador en su relación con los enfermos

1.4.8. Antitrendelenburg o Morestin


Es una posición similar a la anterior, pero, en ésta, la cabeza está más elevada
que los pies, mientras el paciente descansa en un plano inclinado de 45º respecto
al suelo. Está indicada en pacientes con problemas respiratorios y hernias de hiato.

1.4.9. Roser
El paciente está tumbado sobre el dorso de su cuerpo, con la cabeza colgando
y sus hombros coinciden con el extremo superior de la superficie de apoyo. Los
brazos se mantienen extendidos a lo largo del cuerpo.
Puede emplearse en exploraciones, en intervenciones quirúrgicas y en algu-
nas actividades de enfermería, como el lavado de pelo del paciente encamado.

1.4.10. Ginecológica o de litotomía


El paciente estará tumbado sobre el dorso de su cuerpo, con la cabeza col-
gando y sus hombros coinciden con el extremo superior de apoyo. Los brazos
se mantienen extendidos a lo largo del cuerpo. Las piernas estarán elevadas,
flexionadas y separadas.
Puede emplearse en exploraciones e intervenciones ginecológicas, sondajes,
lavados y en intervenciones quirúrgicas.

113
El celador en su relación con los enfermos

1.4.11. Genupectoral o mahometana


El paciente se apoya sobre sus rodillas, con el tronco inclinado hacia adelante,
los brazos cruzados sobre la superficie de apoyo y la cabeza sobre ellos.
Se emplea en exploraciones rectales y en algunas intervenciones quirúrgicas.
En esta postura hay que prestar atención por si el paciente siente malestar.

1.4.12. Posición de punción lumbar


El paciente estará tumbado de lado, en posición fetal o sentado con la espalda
flexionada. Puede emplearse en punción lumbar y en aplicación de anestesia
epidural.

1.4.13. Posición sentado


El paciente estará con el torso levantado.
Indicada en tratamiento de oxigenoterapia y en
la administración de medicamentos.
Las almohadas deberán colocarse de la siguien-
te manera:
a) Detrás del cuello y los hombros.
b) Detrás de la zona lumbar.
c) Bajo antebrazos y las manos, para evitar la
tensión en los hombros y sujetar los brazos y
manos, si el paciente no los utiliza.

114
El celador en su relación con los enfermos

1.4.14. Bipedestación
Paciente en posición vertical sobre los pies. Postura indicada para pruebas
radiológicas.

2. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON


LOS PACIENTES TERMINALES
La comunicación en la fase final de la vida es uno de los más poderosos
instrumentos de alivio no sólo para el paciente, sino también para su familia,
además de ser un vehículo muy importante de transmisión del apoyo social y
emocional. Facilita recoger mejor sus síntomas, sus necesidades y sus deseos de
conocer o no el diagnóstico y de participar en el tratamiento. Se construye con
sinceridad y capacidad para demostrar comprensión por la situación que están
pasando tanto el paciente como su familia.
La enfermedad tiende a dejar sin protección al enfermo y a revelar más fácil-
mente sus puntos fuertes y débiles. Una buena comunicación como bien indica
Sánchez Sobrino, 1998 “refuerza el principio de autonomía, la autoestima, la
seguridad, la búsqueda de ayuda realista, la movilización de recursos y facilita la
adaptación y la colaboración del paciente.
Disminuye la ansiedad en la familia y en el enfermo, reduce la intensidad de
los síntomas, facilita el conocimiento y manejo de los sucesos futuros y ayuda a
plantear objetivos más realistas con respecto a la enfermedad”.
La comunicación en la fase final de la vida es uno de los más poderosos
instrumentos de alivio no sólo para el paciente, sino también para su familia,
además de ser un vehículo muy importante de transmisión del apoyo social y
emocional. Facilita recoger mejor sus síntomas, sus necesidades y sus deseos de
conocer o no el diagnóstico y de participar en el tratamiento. Se construye con
sinceridad y capacidad para demostrar comprensión por la situación que están,
pasando tanto el paciente como su familia.
La enfermedad tiende a dejar sin protección al enfermo y a revelar más fácil-
mente sus puntos fuertes y débiles. Una buena comunicación como bien indica
Sánchez Sobrino, 1998 “refuerza el principio de autonomía, la autoestima, la
seguridad, la búsqueda de ayuda realista, la movilización de recursos y facilita la
adaptación y la colaboración del paciente. Disminuye la ansiedad en la familia
y en el enfermo, reduce la intensidad de los síntomas, facilita el conocimiento
y manejo de los sucesos futuros y ayuda a plantear objetivos más realistas con
respecto a la enfermedad”.

115
El celador en su relación con los enfermos

“Los pacientes no consideran suficiente que se les diga que piensen positiva-
mente. Necesitan un ambiente positivo en sus cuidados”.
Macrae.

2.1. Al paciente
El paciente debe ser el principal protagonista de esta etapa por lo que el co-
nocimiento del diagnóstico puede serle de gran utilidad para facilitarle tomar las
medidas oportunas, arreglar sus asuntos pendientes, dar valor a lo que merece
la pena, intentar dejar organizadas las cosas, reunirse con sus seres queridos y
despedirse adecuadamente.
Las personas se enfrentan mejor a su futuro cando conocen el curso previs-
to y los aspectos naturales de la muerte. Si no se le informa de lo que tiene, el
enfermo no participa ni desarrolla recursos de adaptación a la enfermedad, se
establece la conspiración de silencio y quedan muchos asuntos sin resolver.
El momento de comunicar a una persona un diagnóstico fatal es una difícil
situación. No hay una forma única de hacerlo, y el profesional debe tener siempre
presente los derechos del enfermo y respetarlos, y saber individualizar en cada caso.
El paciente tiene derecho a saber la verdad, pero en ocasiones también a no
saberla; en algunos países, sobre todo anglosajones, se tiende a decir toda la ver-
dad, entre otras cosas para evitar responsabilidades legales; en cambio en otros
países se tiende a ocultar el diagnóstico.
Siempre hay que tener en cuenta si la persona quiere más información, qué
es lo que quiere saber y si está preparada para recibirla.
Se debe investigar mediante preguntas abiertas, todo lo que ya sabe, (incluido
informaciones de otros profesionales), lo que piensa, o lo que le está preocupan-
do en esos momentos.
Preparar previamente la situación; procurar estar en un ambiente agradable,
sin interrupciones; utilizar un lenguaje sencillo, con palabras neutras que no ten-
gan una connotación negativa; utilizar la comunicación no verbal para transmitir
afectividad, verificar que entiende lo que se está diciendo, aguardar en silencio
respetando el tiempo necesario para que reflexione; contestar las preguntas y
ofrecer disponibilidad para todas las futuras dudas que van a ir surgiendo.
Hay que valorar el equilibrio psicológico del paciente y es útil para ello in-
vestigar reacciones previas ante situaciones difíciles. Puede que la información
provoque un choque emocional; algunos factores de riesgo son: pacientes con
depresiones severas o enfermedades mentales graves; dolor muy intenso; dro-

116
El celador en su relación con los enfermos

gadicción; ancianos socialmente aislados; personas que rechazan los contactos


sociales. En estos casos hay que ser muy prudentes y valorar que repercusión
puede tener la información administrada.
En cualquier caso la comunicación de la verdad debe darse de forma paulati-
na y continuada, respetando el ritmo individual. Hay que mantener siempre en el
enfermo una esperanza realista, por ejemplo esperanza de disminuir los dolores,
de ser bien cuidado, etc.

2.2. A la familia
La familia juega un papel fundamental y debe estar correctamente informada
sobre la enfermedad y su evolución. Si se cuenta con su autorización, se comu-
nicará la verdad de forma progresiva, en pequeñas dosis, (acomodación), para
aminorar el impacto de la noticia y darles tiempo para ajustarse a las implicacio-
nes de la enfermedad. Se les proporcionará apoyo psicológico adecuado tanto
de forma verbal como no verbal, no sólo al principio, sino a lo largo de todo el
proceso, evitando darles falsas seguridades.
No siempre es “lo que se dice”, sino “la forma como se dice”, lo que cuenta
más para su satisfacción. Es preciso ser sensibles a sus preocupaciones, sus dudas
y preguntas posteriores a veces reiterativas, porque en su mayoría “no oyen” el
diagnóstico la primera vez.
Es muy común informar del diagnóstico y pronóstico de una enfermedad fa-
tal antes a la familia que al propio paciente, incluso cuando éste da muestras de
querer ser informado plenamente. Esto está en contraposición con lo que ocurre
con otras enfermedades en las que se mantiene la confidencialidad y no se infor-
ma a otras personas a no ser que el paciente lo desee.
El momento de conocer el diagnóstico supone un gran impacto emocional;
habrá que buscar un ambiente apropiado y tratar de saber lo que ya conocen, lo
que intuyen y lo que quieren saber, para de forma sencilla decirles la verdad de
forma progresiva. La manera de informar a la familia será distinta de la del pa-
ciente, así como los contenidos; Para hacerlo es importante conocer previamente
los deseos de éste de compartirla o no.
La información deberá ser reiterada varias veces, ocurre frecuentemente que
no entienden o no pueden entender lo que se les dice y muchas veces tienen
miedo de una información que no tienen con quien compartir.
En ocasiones tratan de evitar a toda costa que el paciente sepa la evolución
de su enfermedad, lo que impide compartir sentimientos, miedos y dudas y hace
que éste se sienta cada vez más aislado.

117
El celador en su relación con los enfermos

Se debe evitar que la familia y los profesionales demos mensajes discordan-


tes; cuando insisten en que ocultemos la información al enfermo, debemos tratar
de convencerles que es mucho mejor la sinceridad y trataremos de fomentar una
comunicación veraz entre ambos.

118
Tema 15
Normas de actuación del celador
en los quirófanos.
Normas de higiene. La esterilización
Normas de actuación del celador en los quirófanos

Índice esquemático

1. Tipos de cirugía, según sus fines


2. Tipos de cirugía, según su complejidad y riesgo quirúrgico
3. Fases del acto quirúrgico
4. Elementos del quirófano
4.1. Diseño y construcción
4.2. Circulación área quirúrgica
4.3. Los movimientos en el quirófano
4.4. Temperatura y humedad
4.5. Ventilación
4.6. Ropa y protectores quirúrgicos
5. Lavado de manos
6. Normas de higiene en quirófano
6.1. Higiene en el área quirúrgica
6.2. Esterilización
6.3. Transporte del material estéril

120
Normas de actuación del celador en los quirófanos

1. TIPOS DE CIRUGÍA, SEGÚN SUS FINES


– Cirugía diagnóstica. Para determinar la extensión de la enfermedad y
conocer su causa.
– Cirugía curativa. Para curar la enfermedad y acabar con el proceso en
el acto quirúrgico.
– Cirugía paliativa. Para alivio de los síntomas, aunque no supone una
mejoría global.

2. TIPOS DE CIRUGÍA, SEGÚN SU COMPLEJIDAD Y


RIESGO QUIRÚRGICO
– Cirugía mayor. Se refiere a operaciones complejas y de larga duración
que generalmente intervienen a zonas extensas del organismo y conllevan
un riesgo importante.
– Cirugía menor. Son intervenciones más cortas y sencillas, sobre zonas
más pequeñas del cuerpo, conllevando menor riesgo.
Estos dos tipos de cirugía se podrán tratar como Programadas o de Urgencia,
con distintas actitudes antisépticas.

3. FASES DEL ACTO QUIRÚRGICO


1. Incisión cutánea.
2. Hemostasia de los vasos sanguíneos encontrados (evitando el sangrado).
3. Manipulación de los órganos sobre los que se dirige la intervención.
4. Sutura de la incisión.
5. Colocación de drenajes, apósitos, tracciones, según la intervención.
El diseño del quirófano para prevenir las infecciones quirúrgicas, debe seguir
dos principios:
1. Luchar contra la contaminación fuera de la sala con sistemas de tránsito
adecuados dentro de la unidad.
2. Separación de las áreas sépticas y asépticas dentro del departamento y del
quirófano, facilitando así las técnicas de esterilización.

121
Normas de actuación del celador en los quirófanos

4. ELEMENTOS DEL QUIRÓFANO


La estructura física de un área quirúrgica tiene como objetivo principal el pro-
porcionar un ambiente seguro y eficaz al paciente y personal sanitario para que
la cirugía se realice en las mejores condiciones posibles.
Para potenciar al máximo la prevención de la infección estas áreas deben
cumplir una serie de requisitos:
– Paredes, techos y suelos deberán estar recubiertos de materiales lisos, no
porosos, que permita su fácil limpieza. Se evitarán los ángulos, esquinas y
hendiduras.
– Las puertas deben ser correderas y deslizantes, nunca abatibles ya que és-
tas últimas provocan fluctuaciones y corrientes de aire con el consiguiente
riesgo de contaminación.
– No debe haber ventanas.
– No deben colocarse rieles.
– Las instalaciones de aire acondicionado debe ser exclusiva para el bloque
quirúrgico.

Un buen sistema de comunicaciones, para solucionar situaciones de emer-


gencia. Incluyen instalaciones telefónicas, tubos neumáticos para el envío de
muestras al laboratorio y sangre, las luces de emergencia y disponer de un servi-
cio informático.

4.1. Diseño y construcción


El tamaño mínimo recomendado para los quirófanos suele ser de 6 × 6 m,
que debe ser de 7 × 7 cuando la sala se va a utilizar para cirugía cardíaca o neu-

122
Normas de actuación del celador en los quirófanos

rocirugía, los cuales requieren equipo adicional. La altura del techo debe ser, por
lo menos, de 3 m, que permite la colocación de lámparas, microscopios, y si se
coloca aparato de rayos X precisa una altura adicional de 60 cm. El piso debe ser
liso, sólido y fácil de limpiar. Por otro lado, debe existir un área de preoperatorio
para la preparación del paciente. Esta sala, la sala de despertar, así como las salas
de Reanimación y/o UCI deben estar próximas entre sí y bien comunicadas.

4.2. Circulación área quirúrgica


En la actualidad existe el concepto de construir una zona limpia y una zona
contaminada, dentro del área quirúrgica. Tradicionalmente se ha construido un
corredor periférico o un acceso a un área de distribución estéril alrededor de cada
sala de cirugía. Aunque este concepto resulta lógico en teoría, no se ha demos-
trado una modificación de las tasas de infección de heridas operatorias, en los
distintos estudios que se han realizado en este sentido. Posiblemente esto se debe
a que el enfermo y el personal son las principales causas de infección operatoria.
Por otro lado, no se suele respetar el sentido de la circulación del quirófano y
además el grado de dispersión de bacterias suele ser bajo.
Se divide en 3 zonas principales de restricción progresiva para eliminar fuen-
tes de contaminación:
– Zona Negra.
– Zona Gris.
– Zona Blanca.
La zona Negra es la primera zona de aislamiento o amortiguación. En ella se
prepara al paciente con la ropa espacial para uso en quirófano.
La zona Gris es la zona limpia. Cualquier persona debe vestir un pijama qui-
rúrgico y llevar mascarillas, así como gorros para evitar la caída de cabellos en
zonas esterilizadas.
La zona blanca es la zona de máxima restricción, y donde se encuentra la sala
de operaciones.

4.3. Los movimientos en el quirófano


Serán:
– Con amplitud suficiente y en una misma dirección, evitando el paso de
materiales limpios por áreas sucias.

123
Normas de actuación del celador en los quirófanos

– El ingreso del personal del quirófano es por vestuario, colocándose un


ambo de uso exclusivo.
– El ingreso del paciente se hará en camilla especial.
– Las puertas del quirófano se mantendrán cerradas mientras dure la cirugía.
Al terminar la cirugía, la ropa sucia y los residuos contaminados deben salir
del quirófano en bolsas de acuerdo con las normas.

4.4. Temperatura y humedad


La temperatura del quirófano debe ser de 18º a 21º, aunque se necesitan
temperaturas mayores durante la cirugía pediátrica y en pacientes quemados.
La humedad suele mantenerse entre 50 y 60%. La humedad superior produce
condensación mientras que la humedad menor favorece la electricidad estática.

4.5. Ventilación
El objetivo que se pretende alcanzar con la ventilación de los quirófanos es la
disminución en la concentración de partículas y bacterias. Estas concentraciones
bajas se alcanzan cambiando el aire del quirófano de 20 a 25 veces hora y ha-
ciendo pasar el aire por filtros de alta eficacia para partículas en el aire, los cuales
eliminan cerca del 100% de las partículas mayores 0.3 u de diámetro.

124
Normas de actuación del celador en los quirófanos

De esta forma, quedan eliminadas la mayor parte de las bacterias y hongos


aunque no los virus, que tienen tamaños menores.
Utilizando estos métodos útiles de ventilación se consigue mantener una con-
centración de partículas de 3 - 15 por metro cúbico, aunque en diversos estudios
realizados, la mayor parte de los quirófanos mantienen unas concentraciones de
partículas de 45 - 60 por m3.
Se han realizado intentos de reducir el riesgo de infección en el quirófano.
Con este fin, se han introducido el aire ultra limpio y el flujo laminar con los
que se han obtenido resultados dispares, pues mientras algunos autores afirman
que con estas tecnologías han disminuido los porcentajes de infecciones, como
por ejemplo, en cirugía ortopédica, otros afirman que es suficiente la renovación
habitual con buenas medidas antisépticas globales para mantener unos índices
de infecciones aceptables.
Otro aspecto interesante es mantener una presión de quirófano positiva con
el fin de evitar la entrada de aire desde los pasillos, y, de este modo, hacer que
el aire de quirófano salga hacia los pasillos, cuando se abren las puertas de los
mismos.

4.6. Ropa y protectores quirúrgicos


La ropa quirúrgica y los campos colocados entre las áreas estériles y no es-
tériles del campo quirúrgico y el personal, actúan como barreras y protegen de
esta forma contra la transmisión de bacterias de un área a otra. La característica
más importante que debe tener la ropa quirúrgica es su impermeabilidad a la
humedad, ya que el efecto capilar de un paño o uniforme mojado transmitirá
bacterias de un lado a otro del material. Los uniformes quirúrgicos, cuando son
reutilizables, deben ser de algodón con una densidad de tejido entre 420 y 810
hilos/metro. Además, para que se comporten como barrera a la humedad hay
que tratarlos con una sustancia impermeabilizante. Hoy se utilizan como alterna-
tiva batas desechables fabricadas con fibra de celulosa procesada y tratada, ya
que las batas fabricadas con 810 hilos/m., son eficaces como barrera pero tienen
el inconveniente de la pérdida de dicho efecto cuando se ha lavado más de 75
veces. Por ello, sería conveniente utilizar batas desechables como mínimo en
intervenciones de alto riesgo.
Los guantes quirúrgicos protegen a los cirujanos de los líquidos contaminados
del paciente y al paciente de las manos del cirujano. No obstante, diversos estu-
dios han encontrado que hasta en un 15% de los casos se rompen los guantes
durante la intervención o presentan orificios al final de la misma, aunque no
parece que sea causa de aumento de las infecciones.

125
Normas de actuación del celador en los quirófanos

La mascarilla se debe utilizar porque un porcentaje importante del personal


de quirófano son portadores de gérmenes altamente patógenos en los orificios
nasales o en la boca. Hay estudios contrapuestos cuando se ha intentado de-
mostrar el efecto de la mascarilla. Mientras algunos encuentran disminución de
infecciones con la utilización de mascarilla, otros han encontrado resultados simi-
lares utilizando o no mascarilla aunque estos últimos estudios se han realizado en
intervenciones de corta duración.
La colocación de las botas quirúrgicas y alfombras adherentes a la entrada de
los quirófanos no han demostrado utilidad en la disminución de las infecciones
quirúrgicas.

5. LAVADO DE MANOS
El objetivo fundamental del lavado de manos del personal sanitario es reducir
la flora residente y la flora contaminante de manos y antebrazos. En la actuali-
dad, diversos estudios comparativos han demostrado que su duración debe estar
comprendida entre los 3 y 5 minutos. Se recomienda que se realice en 2 ó 3 ve-
ces, enjuagándose cada vez, con el fin de retirar el jabón contaminado. Se suele
realizar con cepillos que llevan incorporado clorhexidina. Se recomienda incidir
sobre dedos, pliegues, uñas.

Materiales básicos del quirófano:


– Aspirador.
– Bisturí eléctrico.
– Brazo con tomas.
– Calentador de aire para manta de calor.
– Carro de anestesia.
– Dispensador de mascarillas y cepillos de manos.
– Pinchos para contaje de gasas y compresas.
– Cubo (papelera).
– Enchufes.
– Grifo.
– Mesa de quirófano.
– Lámpara móvil.
– Mando de la mesa.

126
Normas de actuación del celador en los quirófanos

– Medidor de temperatura y humedad.


– Mesa para instrumentar.
– Mesa de Mayo.
– Monitor.
– Negatoscopio.
– Palangana.
– Taburete.
– Timbales.
– Tomas de tierra.
– Toma de oxigeno.
– Toma de vacío.
– Ventana intermedia.
– Compresión de sueros (lo relacionado con sueros).
– Equipo de reanimación.

6. NORMAS DE HIGIENE EN QUIRÓFANO

6.1. Higiene en el área quirúrgica


El área quirúrgica es una zona de especial riesgo para la adquisición de una
infección hospitalaria, por cuanto supone de instrumentación, manipulación, y
de ruptura de barreras naturales del enfermo, por lo que es muy importante cum-
plir las normas higiénicas en este Área.

127
Normas de actuación del celador en los quirófanos

6.1.1. Medidas referentes al espacio físico


– Circulación. En el área quirúrgica se delimitan las siguientes zonas:
▷ Zona aséptica o limpia.
▷ Zona séptica o sucia.
▷ Esclusas.
– De personal.
– De pacientes.
– De instrumental y material.
Existirá una correcta y visible señalización de las distintas zonas del bloque
quirúrgico.
Se ha de limitar estrictamente la circulación y permanencia de personal inne-
cesario, así como la conversación dentro de los quirófanos.
Todo el personal que entre en el área deberá utilizar la ropa exclusiva para la
zona, debiendo cambiarse cada vez que salga de la misma.
Las puertas de los quirófanos deberán permanecer cerradas durante las in-
tervenciones.
La circulación inadecuada del personal y material favorece la propagación de
microorganismos patógenos.

6.1.2. Medidas referentes al personal


En la zona quirúrgica no se permitirá el paso a ninguna persona ajena a la misma.
Si por cualquier circunstancia tuviese alguna persona que entrar en ella, tendrá
que regirse por las mismas normas que el personal del quirófano. Se observarán
estrictamente las medidas de higiene individual, vestimenta y lavado de manos qui-
rúrgico. La vestimenta que se utilice dentro de la zona quirúrgica no podrá usarse
fuera de la misma. Las precauciones a seguir por el personal sanitario en quirófano
son importantes para prevenir infecciones tanto en los enfermos como en ellos mis-
mos. Deben tomarse con todos los enfermos, independientemente de que se sepa
que tienen una patología infecciosa o no. Vestimenta de aislamiento o quirúrgico.

6.2. Esterilización
La esterilización es una técnica de saneamiento preventivo para conseguir
la asepsia, o sea, la destrucción de todos los microorganismos y sus formas de

128
Normas de actuación del celador en los quirófanos

resistencia que puedan existir en la superficie o en el espesor de un objeto cual-


quiera. Obtiene como resultado la ausencia de todo germen vivo consiguiendo
material estéril.
Consiste en destrucción o en la eliminación de cualquier tipo de vida micro-
biana, de los objetos inanimados, incluyendo las formas esporuladas de hongos
y bacterias. Significa el nivel más alto de seguridad y, por tanto, de letalidad (o
eficacia biocida).

6.3. Transporte del material estéril


La integridad del envoltorio ha de estar garantizada durante el transporte. El
material voluminoso se distribuye en carros herméticos, el de pequeño tamaño
en bolsas de plástico cerradas.
Almacenaje del material estéril en las unidades clínicas.
Una vez fuera de la central el material se almacena en un lugar limpio, seco y
fácil de limpiar.
Se almacena lo necesario para cubrir 48 horas y se coloca por orden de fecha
de caducidad.

129
Tema 16
Actuación del celador en relación con
los pacientes fallecidos. Actuación en
las salas de autopsias y mortuorios.
Relación del celador con los
familiares de las personas fallecidas
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

Índice esquemático

1. Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos.


Actuación en las salas de autopsias y mortuorios
1.1. Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos
1.2. Actuación del celador en las salas de autopsias y los mortuorios

2. Relación del celador con los familiares de las personas fallecidas


2.1. Introducción
2.2. Duelo: Características y tipos de duelo
2.3. Fases del duelo
2.4. Manejo del duelo
2.5. Duelo anticipado en pacientes terminales y familiares

132
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

1. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON


LOS PACIENTES FALLECIDOS. ACTUACIÓN EN LAS
SALAS DE AUTOPSIAS Y MORTUORIOS

1.1. Actuación del celador en relación con los


pacientes fallecidos
La muerte es el cese total y definitivo de todas las funciones vitales del orga-
nismo humano. En los documentos oficiales y partes de defunción es frecuente el
término “éxitus” para referirse al momento del fallecimiento. No obstante, tam-
bién recibe el nombre de defunción, deceso u óbito.
La valoración y certificación de la muerte es competencia del personal sa-
nitario, no obstante, señalaremos algunos de los signos que manifiestan que el
paciente ha fallecido:
– Signos precoces: ausencia de movimientos respiratorios en la ausculta-
ción, no hay movimiento del tórax ni del abdomen, no se ausculta el latido
cardíaco, desaparece el pulso, pérdida de sensibilidad cutánea y ausencia
de tono muscular.
– Signos tardíos: enfriamiento del cadáver, rigidez cadavérica, aparición
de livideces y putrefacción cadavérica.
La actuación de los celadores en relación con los pacientes fallecidos se
centrará en ayudar a las enfermeras o personas encargadas de amortajar a
los enfermos fallecidos, corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al
mortuorio.
La situación que se produce entre los familiares cuando el paciente agoniza,
y especialmente en el momento del óbito es muy particular, por lo tanto, es ne-
cesario prestar especial atención a dichas personas. En dicho momento se debe
tranquilizar a la familia, pedirles serenidad y, con amabilidad, que se retiren a
otras dependencias.
El Celador se encargará del amortajamiento y traslado del cadáver al tana-
torio.
El amortajamiento del cadáver consiste en la preparación del mismo para que
pueda ser velado por los familiares, antes de proceder a su entierro.
El amortajamiento deberá realizarse en la mayor intimidad posible y en el
menor plazo, para evitar que aparezca el rigor cadavérico y, posteriormente, el
cadáver pueda ser trasladado al tanatorio.

133
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

El amortajamiento consiste básicamente en:


– Desconectar y retirar los dispositivos, sondas y catéteres que tuviera el
cadáver.
– Retirar los objetos personales del cuerpo.
– Asear el cadáver.
– Taponar los orificios naturales, por donde es frecuente que el cadáver pier-
da sangre o secreciones, mediante algodones o gasas.
– Cerrar los ojos y la boca del cadáver y, si no fuera posible, anudar una
venda desde el mentón a la cabeza.
– Sujetar los tobillos con una venda.
– Colocar el cadáver encima de una sábana grande y disponer sus brazos
alrededor del cuerpo.
– Doblar la sábana de forma que cubra todo el cadáver e identificarlo con
una etiqueta colocada en un lugar bien visible.
– Cubrir el cuerpo totalmente con otra sábana y pasarlo a una camilla para
su traslado al mortuorio.
El traslado al mortuorio deberá realizarse, una vez recibido el parte de trasla-
do correspondiente, por lugares poco frecuentados y de una forma discreta frente
al resto de los enfermos o familiares que los visitan. Si al cadáver se le debiera
realizar previamente una autopsia, deberá ser conducido por el celador hasta la
sala correspondiente, donde será depositado en una cámara frigorífica.

1.2. Actuación del celador en las salas de autopsias y


los mortuorios

1.2.1. Conceptos generales


El trabajo a realizar en el área del tanatorio por parte del celador conlleva una
serie de situaciones que precisan del conocimiento de algunos conceptos:
– Éxitus: palabra que proviene del latín y que significa muerte. Se utilizan
también como sinónimo defunción, deceso u óbito.
– Tanatorio, mortuorio: es una institución situada en un edificio separado
del hospital, que presta servicios funerarios.
– Mortaja: se emplea como vestimenta que envuelve al cadáver para en-
terrarlo.

134
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

– Tanatopraxia: es toda práctica mortuoria que permite la conservación y


exposición del cadáver con las debidas garantías sanitarias.
– Tanatopsia, autopsia y necropsias post mortem: consiste en la di-
sección y examen del cuerpo de una persona fallecida, para determina la
causa de la defunción o la presencia de un proceso patológico. Se distin-
guen dos tipos de autopsias:
– Tanatología: se entiende por tal la suma de conocimientos relativos a la
muerte, desde el punto de vista médico-legal especialmente.
– Rigor Mortis o rigidez cadavérica: es el endurecimiento del cuerpo que
se produce de dos a cuatro horas después de la muerte.
– Livideces cadavéricas (livor mortis): como consecuencia del cese de
la circulación sanguínea, los hematíes comienzan a romperse liberando
hemoglobina y decolorando los tejidos. A esta decoloración se la conoce
con el nombre de livor mortis.

– Putrefacción: es la descomposición de la materia orgánica muerta por la


acción de las bacterias.
– Autopsia clínica: es el examen realizado sobre el cadáver de una per-
sona fallecida a causa de enfermedad, y que tiene como objetivo final la
confirmación de las causas de la muerte.
– Autopsia médico-forense: es el estudio de un cadáver o restos huma-
nos con el fin de informar a la autoridad judicial de las causas y circuns-
tancias de su muerte.

1.2.2. Actuaciones en las salas de autopsias y tanatorios


La autopsia o necropsia es la intervención que se realiza en un cadáver para
examinar sus órganos con el objetivo de averiguar las causas de la muerte.

135
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

El trabajo del Celador en la sala de autopsias conlleva una serie de actua-


ciones y trabajos con diferente instrumentación cortante, lo que hace que sea
necesario el conocimiento preciso de las medidas profilácticas a llevar a cabo.

Mesa de autopsias
La autopsia la realizará el personal médico especializado y consiste en la aper-
tura del cráneo, tórax, abdomen y raquis del cadáver. La actuación del celador
en las autopsias consistirá en:
– Conducir el cadáver desde las cámaras frigoríficas hasta la mesa de autop-
sia, desmortajándolo si fuera necesario.
– Colocar el cadáver en la mesa donde se haya de practicar la autopsia.
– Colaborar con el personal sanita-
rio en todo aquello que no requie-
ra la utilización de instrumental
sobre el cadáver.
– Asear el cadáver.
– Amortajar y colocar el cadáver en
el mortuorio, cuidando del aspec-
to externo del difunto.
– Limpiar la mesa y la sala de au-
topsia.
– Limpiar el instrumental empleado
en la autopsia.
– Entregar las muestras orgánicas o
de otro material en los servicios
correspondientes.

Equipo
– Guantes:
Se recomienda el uso de guantes
de látex y desechables.
Éstos son la protección de barrera más importante en este servicio.
La mesa de autopsias requiere, dado los procedimientos que allí se lle-
van a cabo, una limpieza exhaustiva. La utilización de guantes durante la
limpieza aumenta la protección del personal frente a accidentes de riesgo
biológico o físico (cortes, pinchazos, etc.).

136
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

Los guantes se deben usar, siempre que:


▷ Se vaya a tocar directamente sangre y fluidos corporales, así como en
el manejo o limpieza de los instrumentos.
▷ Se retiren del cuerpo catéteres, sondas, etc., es decir, cualquier objeto
utilizado en procedimientos invasivos.
▷ Cuando el celador tenga heridas o cortes en las manos, ya que consti-
tuirían una puerta de entrada de gérmenes.
Si durante el trabajo los guantes se deterioran
o se rompen, el celador se lavará inmediata-
mente las manos y se colocará un par nuevo.
– Batas:
Las batas que se suelen usar son desecha-
bles, es decir, de un solo uso. Con la correcta
colocación de las batas se impide que existan
salpicaduras de sangre que alcancen al tron-
co o a las extremidades. Las batas actuales
son perfectamente impermeables por lo que
la seguridad es mucho mayor.
– Mascarillas y gafas.
Las mascarillas y las gafas, al igual que las batas, se utilizan para prevenir
las salpicaduras de los fluidos corporales. Asimismo existen enfermedades
que se transmiten por las vías respiratorias (tuberculosis, etc.). Ante estas
situaciones se recomienda el uso de mascarillas de alta resolución.

Consejos
En el uso de utensilios cortantes, sobre estructuras duras, son necesarias las
batas, mascarillas y gafas, para evitar salpicaduras y el posterior contagio.
El procedimiento del lavado ordinario de manos es uno de los pilares básicos
para evitar la contaminación a través de microorganismos.
Pasos a seguir ante una exposición accidental con fluidos corporales:
– Aunque se utilicen perfectamente los medios de protección pueden existir
situaciones en las cuales exista una exposición accidental con sangre u
otros líquidos corporales. En estos casos la manera de proceder es:
En caso de pinchazo o cortes:
▷ Retirar el objeto punzante.
▷ Limpiar la herida con abundante agua y dejar que la sangre fluya du-
rante 2 o 3 minutos.

137
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

▷ Utilizar algún antiséptico y cubrir con un apósito.


▷ Comunicación del incidente.
▷ Si la piel no ha sufrido ninguna lesión o herida en la solución de conti-
nuidad, se procederá al lavado de manos con agua y jabón. Si la sangre
entra en contacto con las mucosas se lavará inmediatamente con agua.
El instrumental, siempre que se pueda, será desechable y, en caso de que no
lo sea, se procederá de la siguiente forma:
– Utilizar guantes para su limpieza.
– El material se lavará previamente antes de enviarlo al departamento de
esterilización.
– Aclarar con abundante agua corriente.
– Envío al departamento de esterilización.

2. RELACIÓN DEL CELADOR CON LOS FAMILIARES


DE LAS PERSONAS FALLECIDAS

2.1. Introducción
Se aborda el tema del duelo en su totalidad tratando los diferentes tipos y sus
definiciones. Se realiza un acercamiento del modelo Kübler-Ross, para describir
el duelo anticipado en pacientes terminales y familiares.
El dolor por la pérdida de nuestros seres queridos, forma parte de nuestra
condición como especie humana, está enclavado en nuestra herencia como seres
racionales.
La atención y cuidados del paciente en situación terminal tiene como objeti-
vos principales; intervenir en el cuidado de los síntomas, garantizar el control de
la autonomía, defender los derechos de la persona, proporcionar compañía, ase-
gurar los valores y estilos de vida, considerar la particularidad, lograr el bienestar,
la calidad de vida, la continuidad de los cuidados. Todo ello se podría definir en
varias palabras: “Dar una muerte digna a la persona”.

2.2. Duelo: Características y tipos de duelo


Se define duelo como el conjunto de manifestaciones fisiológicas, intelectua-
les, emocionales, conductuales y espirituales que se manifiestan como conse-
cuencia de una perdida.

138
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

Según la Real Academia de Lengua la palabra duelo se define de las siguien-


tes maneras:
1. Dolor, lástima, aflicción o sentimiento.
2. Demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene
por la muerte de alguien.
3. Reunión de parientes, amigos o invitados que asisten a la casa mortuoria,
a la conducción del cadáver al cementerio o a los funerales.
En ninguna otra situación como en el duelo, el dolor producido es TOTAL: Es
un dolor biológico (duele el cuerpo), psicológico (duele la personalidad), social
(duele la sociedad y su forma de ser), familiar (nos duele el dolor de otros), y
espiritual (duele el alma).
La finalidad de un duelo es dar expresión y cauce sano a los sentimientos,
serenar el sufrimiento dominando la pena de la separación, aceptar la realidad
de la muerte y amar al fallecido, con un nuevo lenguaje de amor. El periodo de
duelo por lo general dura de uno a tres años.

Tipos de duelo
Existen varios tipos de duelo:
– Saludable o positivo
La persona tiene que reincorporarse al mundo a partir de una nueva iden-
tidad, en el cual no está incluido el ser querido fallecido, lo que no significa
que se vaya a olvidar. Las características físicas y psicológicas que se pue-
den presentar en un duelo normal:
Sentimientos Pensamientos
Tristeza Incredulidad
Enfado Confusión
Culpa Preocupación
Ansiedad Alucinaciones breves y fugaces
Soledad Sentimiento de presencia
Fatiga
Impotencia
Anhelo
Alivio
Insensibilidad
Confusión

139
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

Conductas Fisiológicos
Soñar con el fallecido Opresión en el pecho
Evitar recuerdos Sensación de presión en la garganta
Suspirar Sensibilidad al ruido
Llorar Falta de aire
Atesorar objetos que le pertenecían Falta de energía
Buscar a la persona fallecida Sequedad de boca
Un gran número de personas presentan reacciones de tristeza de muy di-
versa intensidad, las reacciones más profundas no deben de recibir el diag-
nóstico de depresión.
– Emergente.
El sufrimiento aparece por etapas, fechas o circunstancias.
– Anticipado.
Precedido con tiempo y pleno conocimiento de la situación, permite pre-
pararse anímicamente. Este tipo de duelo es frecuente cuando el ser que-
rido se encuentra en situación terminal, aunque no haya fallecido, es una
forma de adaptación a lo que va a llegar.
– Retardado.
Es un duelo inhibido o reprimido. Se puede tener una reacción emotiva
en el momento de la perdida, pero no va en proporción con el significado
de la perdida de un ser querido. La persona experimenta síntomas y con-
ducta que le causan dificultades y sufrimiento, pero no las relaciona con la
pérdida del ser querido.
– Crónico.
Es un pesar inusitadamente intenso que no disminuye con el tiempo y, por
lo tanto, se transforma en una manera de ser. El duelo se queda como pe-
gado en el dolor, pudiéndose arrastrar durante años, unidos muchas veces
a un fuerte sentimiento de desesperación.
– Patológico.
El duelo anormal puede presentarse de diversas maneras, que va desde
el retraso del duelo, o la ausencia de este, hasta un duelo muy intenso y
prolongado.
– Negado.
Es la ausencia de la expresión del duelo en el momento de la perdida.
Adquiere la forma de no sentir el dolor, bloquear los sentimientos que
están presentes. A veces se refuerza esta actitud evitando pensamientos
dolorosos. Idealizar al difunto, evitar las cosas que le recuerdan a él o a

140
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

ella, y consumen alcohol, drogas, o psicofármacos son otra manera en que


la gente refuerza la negación.
– Extraordinario.
Ocasionado por situaciones críticas de la muerte; aborto, suicidio, homici-
dio, tortura, cuerpos sin aparecer, guerras, etc.
Entre las manifestaciones externas del duelo cabe destacar: física, emocional,
cognoscitiva, conductual, social y espiritual.

2.3. Fases del duelo


Se desarrolla en 5 etapas:
– 1ª etapa: Sentimiento de vacío y negación.
– 2ª etapa: Conciencia de la perdida, choque y desorganización.
– 3ª etapa: Sentimiento de culpa.
– 4ª etapa: Reajustar.
– 5ª etapa: Recuperación y sanación.

1ª etapa: sentimiento de vacío y negación


Sus características son:
Oleadas de angustia aguda, agitación, llanto, sensación de ahogo, incredu-
lidad, confusión, inquietud, respiración suspirante, vacío en el abdomen,
pensamientos obsesivos y algunos síntomas físicos: debilidad muscular,
temblor incontrolable, perplejidad, mareos y palpitaciones.

2ª etapa: conciencia de la pérdida, choque y desorganización


Sus características son:
Ansiedad de separación, estrés prolongado, agresividad, impotencia, frus-
tración, hipersensibilidad, trastornos del sueño, miedo a la muerte, com-
portamiento de búsqueda, sentir la presencia del muerto.
En esta etapa llena de conflictos surge la culpa real o imaginaria. La culpa
puede tomar varias formas:
– Recapacitar de lo ilógico que es sentir culpa por algo que no podemos
controlar como es la muerte, disminuirá la culpa y allanara el camino para
la resolución de un duelo sano.

141
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

A medida que los síntomas y reacciones iniciales gradualmente pierden su


intensidad y la persona acepta intelectualmente la nueva situación, comienza la
segunda etapa.

3ª etapa: sentimiento de culpa


Sus características son:
Repaso obsesivo de los acontecimientos pasados, aislamiento, impacien-
cia, fatiga y debilidad, necesidad de sueño aumentada, desesperación,
desamparo, impotencia.
Sentirse culpable de estar vivo. Auto acusaciones. Culpa fantasiosa.

4ª etapa: reajustar
Sus características son:
Reconstruir la forma de ser, retomar el control de la propia vida, disminu-
ción gradual del estrés, aumento de energía física y emocional.
La persona realiza un balance entre lo que ha perdido y lo que le queda y lo
que ha aprendido.

5ª etapa: recuperación y sanación


En esta etapa la persona toma nuevamente el control sobre la vida. Es tiempo
de dejar partir e iniciar nuevas relaciones.
El sufrimiento pasado debe servir como un estimulo para evolucionar y abrir-
se a los demás. Por eso es importante vivir a fondo las cuatro primeras etapas,
antes de pasar a la quinta.
Es posible volver a la vida, volver a amar, y volver a sonreír.

2.4. Manejo del duelo


Aunque al principio parece imposible se tiene que aprender a vivir sin esa
persona, se logra al final del duelo. Aceptar que uno es independiente, y que la
vida continua, existen otras personas alrededor que lo necesitan:
– La persona debe enfrentar el presente y aceptar su pasado de esta manera
consigue poder proyectar un futuro. El individuo debe recuperar el interés
por la vida.

142
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

– Las diferentes etapas del duelo, lleva un tiempo, es inevitable que la per-
sona se sienta mal, y esto debe ser considerado como normal, las tareas
cotidianas al principio cuesta mucho esfuerzo mental y físico de llevarlas a
cabo, la persona debe ser consciente que es una etapa que pasará.
– El dolor no se debe esconder, se debe de expresar y compartirlo, poder
desahogarse.
– Seguir los rituales de funeral, ir al tanatorio, ayudan a sobrellevar los pri-
meros momentos de la pérdida. Conservar objetos de la persona fallecida,
suele ser positivo para algunas personas y para otras no tanto, se debe
hacer lo que se considere mejor en ese momento.
– Para poder desahogarse es muy importante hablar de lo sucedido y del
muerto, no es positivo tratar de olvidarlo.
– Existe una tendencia natural en el ser humano para eliminar el sufrimiento,
y para ello hay una tendencia a ingerir fármacos, hay que hacer frente a
la realidad y para ello hay que hacerlo en plenitud de nuestras facultades
físicas y psicológicas.
– En estas fases no es bueno el aislamiento, la compañía de familiares y
amigos ayudan a expresar los pensamientos negativos.
– La etapa del duelo es un momento de confusión y en esta fase se debe de
evitar tomar decisiones importantes y transcendentales para la persona,
como por ejemplo adquirir una propiedad, tener descendencia.

2.5. Duelo anticipado en pacientes terminales y


familiares
La situación terminal se define como el momento donde la enfermedad termi-
nal se encuentra entre enfermedad incurable avanzada y la situación de agonía.
La enfermedad incurable avanzada, es de curso progresivo, gradual, con di-
verso grado de afectación de la autonomía y de la calidad de vida, con respuesta
variable al tratamiento específico, que evolucionará hacia la muerte a medio plazo.
La enfermedad terminal, en fase evolutiva e irreversible con síntomas múlti-
ples, impacto emocional, pérdida de autonomía, con muy escasa o nula capaci-
dad de respuesta y con un pronóstico de vida limitado a semanas o meses, en un
contexto de fragilidad progresiva.
Situación de agonía. La que precede a la muerte cuando ésta se produce de
forma gradual, y en la que existe deterioro físico intenso, debilidad extrema, alta
frecuencia de trastornos cognitivos y de la conciencia, dificultad de relación e
ingesta y pronóstico de vida en horas o días.

143
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

Según la OMS, se define cuidados paliativos como la asistencia que mejora la


calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asocia-
dos con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y ali-
vio del sufrimiento por medio de la identificación temprana e impecable evalua-
ción y tratamiento del dolor y otros problemas, físicos, psicológicos y espirituales.
Los cuidados paliativos no deben limitarse a los últimos días de vida, sino
aplicarse progresivamente a medida que avanza la enfermedad y en función de
las necesidades de pacientes y familias. Los cuidados paliativos se pueden admi-
nistrar en el medio hospitalario y en el medio domiciliario.
Los objetivos de los cuidados paliativos son:
– Colaborar al curso natural de la enfermedad, no se pretende ni precipitar
ni prolongar la muerte.
– Integrar los campos psicosociales y espirituales al cuidado del paciente.
– Facilitar sistemas de soporte a los pacientes para vivir de una forma activa
hasta la muerte.
– Afianzar la vida y asumir la muerte como una fase más del ciclo vital.
– Proporcionar unos cuidados precoces en el curso de la enfermedad, de
forma conjunta con otros tratamientos que pueden alargar la calidad de
vida, tales como quimioterapia o radioterapia, e incluir aquellos estudios
precisos para entender mejor y manejar situaciones clínicas difíciles.
– Facilitar aplacamiento del dolor y otros síntomas.
– Dar soporte a la familia para acomodarse durante toda la fase la enfer-
medad, y posteriormente en el duelo. En esta fase el paciente presenta las
siguientes necesidades alteradas:

Nutrición e hidratación
En la situación terminal de la enfermedad, frecuentemente se manifiesta ano-
rexia, caquexia y falta de apetito. Un paciente terminal presenta un metabolismo
basal alterado y las necesidades energéticas disminuyen, no precisa la misma
cantidad de alimento que una persona sana.
La falta de apetito en el enfermo terminal provoca una situación de ansiedad
en la familia, se debe explicar esta situación y cual es la causa. Nivel de hidrata-
ción mantenida: agua, leche, zumos e infusiones. Disminuir la falta de apetito del
paciente; suprimir ciertos olores. Acomodar los horarios de comida a las rutinas
del paciente. Acomodar la ingesta de alimentos al apetito del paciente. Favorecer
las comidas trituradas, de esta manera permite la deglución.

144
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

Cuando la enfermedad avance, las necesidades del paciente de alimentarse


e hidratarse disminuyen, y en determinadas circunstancias sólo es preciso una
buena higiene de la boca e hidratación de los labios.

Eliminación de los productos de desecho del organismo


El trastorno más frecuente en los pacientes terminales es el estreñimiento,
como consecuencia de la administración de determinados fármacos que se em-
plea para mitigar el dolor como la morfina, la falta de movilidad y la propia
debilidad del paciente.
– Nivel de hidratación mantenida: agua, leche, zumos e infusiones, para
conseguir heces más blandas. Proporcionar intimidad al paciente, a la
hora de evacuar.
– Paciente que presenten incontinencia urinaria y/o rectal, hay que extremar
las medidas de higiene y protección de la piel.
– Evitar superar las 48-72 horas sin evacuar, las heces se vuelven duras,
dando lugar a la formación de fecalomas.
– Ejecutar técnicas de movilización del paciente, para prevenir el estreñi-
miento.

Moverse y mantener una postura adecuada


Es fundamental en este tipo de pacientes mantener una buena postura mien-
tras se encuentran encamados para evitar la aparición de úlceras por presión.
Estas úlceras se producen a consecuencia de una presión mantenida en deter-
minadas zonas sobre una superficie más o menos dura. Las zonas más frecuentes
de aparición de estas lesiones son en las prominencias óseas como tobillos, talo-
nes, rodillas, pelvis y cóxis.
Es fundamental la prevención, una vez que aparecen estas úlceras son difíciles
de tratar.
Conservar una alineación corporal y distribución del peso de forma adecua-
da, e impidiendo el contacto directo con las prominencias óseas entre sí. Prevenir
el movimiento de arrastre.
En posición de decúbito lateral no sobrepasar un ángulo de 30º. Disminuir la
presión en los puntos de riesgo mediante:
– Cambios posturales: es la medida preventiva primordial cuando el pacien-
te no puede movilizarse por sí solo. Se modifica la posición del enfermo

145
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

cada 2 ó 3 horas, siguiendo un ciclo programado para impedir la lesión en


las zonas de riesgo.
– Paciente encamado: decúbito supino, decúbito lateral y decúbito prono.

Sueño y descanso
En este tipo de pacientes es muy frecuente las alteraciones del ritmo circadia-
no; el reposo y el descanso son aspectos muy importantes ya que permiten un
cierto grado de recuperación del cansancio del enfermo.
Emplear técnicas de relajación mediante la musicoterapia o masaje.
Proporcionar un espacio tranquilo, temperatura agradable, sin ruidos, ilumi-
nación adecuada.
Proporcionar una bebida caliente, leche o infusión, inducen el sueño.
Dar la posibilidad al individuo que se sincere y expresar su malestar y miedos,
reduce el nivel de estrés y angustia. Sentirse acompañado, y la seguridad de que
siempre hay alguien pendiente de él, facilita conciliar el sueño.

Mantenimiento de la higiene personal y protección de la piel


Es fundamental una buena higiene personal del paciente y mantener la inte-
gridad tisular, así evitaremos la aparición de problemas.
– Proporcionar masajes agradables, ayudan al retorno venoso y a tranquili-
zar al paciente.
– Fomentar una piel limpia, sin humedades y con buen nivel de hidratación,
usando gel neutro para el aseo cotidiano. Emplear empapaderas que ac-
túan absorbiendo la humedad.
– Las curas de las fístulas o de lesiones tumorales es función del personal de
Enfermería.
– Mantener un buen nivel de higiene buco-dental, es un problema frecuente
en este tipo de pacientes, una higiene deficiente desencadena problemas
e impedimento para comunicarse y alimentarse. Realizar cepillado de los
dientes y lengua, utilizando un dentífrico y cepillo suave para evitar la irri-
tación o lesión de la mucosa.
– La aparición de la xerostomía, o boca seca, se puede aliviar ofreciendo
líquidos a pequeños sorbos, realizando enjuagues tras las comidas.
– Hidratación de los labios, empleando cremas labiales o hidratantes. No se
recomienda el uso de vaselina, ya que puede aumentar la sequedad.

146
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

Comunicarse con otras personas, creencias, valores personales


– Evitar la pérdida paulatina de autonomía e independencia, que provocan
tanto en él paciente como en su entorno más cercano, un grado elevado
de miedo, ansiedad, malestar y preocupación.
– Promover y ayudar al individuo a tomar una determinación sobre su en-
fermedad y cuidados.
– Conservar la autonomía e independencia del individuo, motivar a la per-
sona para realizar las tareas que pueda llevar a cabo. Auxiliar al paciente
con distintos dispositivos como andadores, sillas de ruedas, etc.
– Respetar las creencias religiosas del paciente, facilitando la practica de las
mismas.
Según la a Sociedad Española de Cuidados Paliativos, se define cuidados
paliativos como:
“Los cuidados paliativos se basan en una concepción global, activa y viva
de la terapéutica, que comprende la atención de los aspectos físicos, emociona-
les, sociales y espirituales de las personas en situación de enfermedad terminal:
siendo los objetivos principales el bienestar y la promoción de la dignidad y
autonomía de los enfermos y su familia, y los medios terapéuticos, el control de
síntomas, el apoyo emocional y la comunicación cuando estemos delante de
una enfermedad avanzada, progresiva e incurable, sin posibilidades razonables
de respuesta a un tratamiento específico y con una muerte previsible a corto
plazo, causada ya sea por un cáncer, SIDA o cualquier otra enfermedad crónica
y progresiva.”
En las fases finales de la enfermedad, en las que el tratamiento es predomi-
nantemente paliativo, puede existir un espacio para el intento destinado a las me-
didas curativas. La transición de los cuidados curativos a paliativos es a menudo
gradual, y debe basarse en las necesidades individuales de la persona más que
en un plazo concreto de supervivencia esperada.

147
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

Por otro lado, el duelo puede requerir atención durante una fase prolongada.
Los cuidados paliativos deben comenzar en las fases tempranas del diagnóstico
de la enfermedad que amenaza la vida, simultáneamente con los tratamientos
curativos.
El modelo Kübler-Ross, comúnmente conocido como las cinco etapas de la
muerte, fue presentado por primera vez por la psiquiatra suizo-estadounidense
Elisabeth Kübler-Ross.
Originalmente aplicó estas etapas a las personas que sufren enfermedades
terminales, y luego a cualquier pérdida catastrófica, esto puede incluir eventos
significativos en la vida tales como la muerte de un ser querido, divorcio, drogo-
dependencia, un diagnóstico de infertilidad, etc.
Estas etapas de duelo anticipado no necesariamente tienen que darse en el
mismo orden:
1. Negación.
«Me siento bien», «esto no me puede estar pasando, no a mí».
La negación es solamente una defensa temporal para el individuo. Este
sentimiento es generalmente reemplazado con una sensibilidad aumen-
tada de las situaciones e individuos que son dejados atrás después de la
muerte.
2. Ira.
«¿Por qué a mí? ¡No es justo!», «¿cómo me puede estar pasando esto a
mí?».
Una vez en la segunda etapa, el individuo reconoce que la negación no
puede continuar. Debido a la ira, esta persona es difícil de ser cuidada de-
bido a sus sentimientos de ira y envidia. Cualquier individuo que simboliza
vida o energía es sujeto a ser proyectado resentimiento y envidia.
3. Negociación.
«Dios, déjame vivir al menos para ver a mis hijos graduarse», «haré cual-
quier cosa por un par de años más»
La tercer etapa involucra la esperanza de que el individuo puede de algu-
na manera posponer o retrasar la muerte. Usualmente, la negociación por
una vida extendida es realizada con un poder superior a cambio de una
forma de vida reformada. Psicológicamente, la persona está diciendo: «En-
tiendo que voy a morir, pero si solamente pudiera tener más tiempo...».
4. Depresión.
«Estoy tan triste, ¿por qué hacer algo?»; «voy a morir, ¿qué sentido tiene?»;
«extraño a mis seres queridos, ¿por qué seguir?»

148
Actuación del celador en relación con los pacientes fallecidos

Durante la cuarta etapa, la persona que está muriendo empieza a enten-


der la seguridad de la muerte. Debido a esto, el individuo puede volverse
silencioso, rechazar visitas y pasar mucho tiempo llorando y lamentándo-
se. Este proceso permite a la persona moribunda desconectarse de todo
sentimiento de amor y cariño. No es recomendable intentar alegrar a una
persona que está en esta etapa. Es un momento importante que debe ser
procesado.
5. Aceptación.
«Esto tiene que pasar, no hay solución, no puedo luchar contra la realidad,
debería prepararme para esto».
La etapa final llega con la paz y la comprensión de que la muerte está acer-
cándose. Generalmente, la persona en esta etapa quiere ser dejada sola.
Además, los sentimientos y el dolor físico pueden desaparecer. Esta etapa
también ha sido descrita como el fin de la lucha contra la muerte.

Fases del duelo an cipado en pacientes terminales y familiares


1. Negación 5. Aceptación
2. Ira 3. Negociación
4. Depresión

149
Tema 17
Los suministros. Suministros
internos y externos. Recepción y
almacenamiento de mercancías.
Organización del almacén.
Distribución de pedidos
Los suministros

Índice esquemático

1. Mapa del almacén


2. Gestión de stock
3. Reaprovisionamiento y movimientos internos
4. Control económico
5. Funciones del celador en el Servicio de almacén
6. El Código de barras

152
Los suministros

1. MAPA DEL ALMACÉN


La definición del mapa del almacén pasa por una necesaria clasificación de
zonas, a saber:
– Recepción/revisión.
– Pulmón de entrada.
– Zona de estanterías de almacenaje/preparación.
– Zona de apilado en bloque.
– Zona de preparación exclusiva.
– Zona de «drive-in».
– Zona de rotos.
– Zona de expediciones.
– Pulmón de salida.

2. GESTIÓN DE STOCK
La gestión de stock es, quizás, la labor más importante de todo el sistema, ya
que el buen o mal funcionamiento del mismo significará o no la disponibilidad
de un stock físico fiable y de los controles que lo garanticen.
Deberá garantizar la plena integridad referencial, es decir, la posibilidad de co-
municación de cualquier actualización del stock en tiempo real. Al mismo tiempo,
deberá disponer de la posibilidad de efectuar un cierre de inventario a voluntad
del usuario y de obtener históricos de movimiento del stock.
Es básico este control de las existencias de cada artículo para evitar situacio-
nes de desabastecimiento que darían lugar al incumplimiento de la labor asis-
tencial encomendada a la Institución. Para evitar esto, se debe tener siempre un
determinado stock de cada artículo que variará en función del uso de estos. Así,
las existencias de jeringuillas desechables, por ejemplo, será siempre mayor que
la de sondas nasogástricas. También se debe llevar un control de los artículos que
consume cada Servicio o Unidad para evitar consumos indebidos.

3. REAPROVISIONAMIENTO Y MOVIMIENTOS
INTERNOS
El control del almacén debe de incluir, lógicamente, no solamente el control
de los movimientos de entrada y/o salida, («movimientos externos»), sino tam-
bién el de los movimientos de reaprovisionamiento y/o colocación/descolocación
(«movimientos internos»).

153
Los suministros

4. CONTROL ECONÓMICO
Esta función corresponde a la Unidad de Intervención, que puede existir en
cada hospital, y su objetivo es cuidar de que se cumplen las previsiones estable-
cidas en los Presupuestos y las normas de contratación establecidas en la Ley de
Contratos de las Administraciones Públicas.

5. FUNCIONES DEL CELADOR EN EL SERVICIO DE


ALMACÉN

Distribución de Pedidos
La finalidad, razón de ser y objetivo último de los almacenes es la distribución de
pedidos. Para ello, los distintos Servicios o Unidades de la Institución presentan sus
pedidos en un impreso normalizado que recibe distintas denominaciones (Vale de
Almacén, Hoja de Pedido, etc.), para que los Celadores Almaceneros preparen los
mismos. Una vez preparado, según la periodicidad previamente determinada (dia-
ria, semanal, etc.), el personal auxiliar de cada Servicio o Unidad retirará el material.
El Celador del almacén de encargará de la carga y descarga de los productos
que lleguen o se encuentren en el almacén de los centros sanitarios.
Como casos excepcionales se pueden dar situaciones imprevistas de desabas-
tecimiento, situaciones de urgencia, o los Servicios que requieren del Almacén
materiales de entrega inmediata, como es el caso de los Servicios de Manteni-
miento.
En estos supuestos, como es lógico, no hay días fijados para entrega del ma-
terial. La petición del material debe hacerse, como dijimos anteriormente, en im-
preso normalizado, debiendo ir firmada por la persona responsable del Servicio
(Supervisores de Planta, Jefe de Unidad, etc.) indicando:
– Denominación del material.
– Código.
– Cantidad solicitada.
– Identificación del Servicio, fecha y firma. La mercancía será retirada junto
con una copia de la hoja de pedido, en la cual el personal del almacén
habrá consignado previamente la cantidad realmente servida, junto a la
que se solicitó.
Para poder controlar las existencias de un almacén, desde el punto de vista logís-
tico, se necesita conocer la ubicación de las mercancías en el interior del almacén.

154
Los suministros

6. EL CÓDIGO DE BARRAS
Un código de barras es sencillamente una etiqueta con un número determina-
do de barras negras inscritas en ella.
Cada barra tiene la posibilidad de representar un dígito particular de acuerdo
con su posición en el código total. Si el dígito está presente, la barra es ancha; si
el dígito no está presente la barra es fina.
Los códigos de barras representan datos en una forma legible por las má-
quinas, y son uno de los medios más eficientes para la captación automática de
datos. Además, pueden contener una gran cantidad de información para un ope-
rador adecuadamente equipado y ofrecen el beneficio adicional de suministrar la
misma muy rápidamente.
La primera patente para un código de barras, que tenía forma circular, fue
solicitada en 1949 en Estados Unidos por N.J. Woodland.
Los códigos de barras se emplearon por primera vez a principios de la década
de 1960 para identificar material rodante ferroviario.
En las distintas industrias y aplicaciones se emplean varias «simbologías» (con
vendones de codificación) diferentes para los códigos de barras. Una de las más
utilizadas es el símbolo internacional de número de artículo, llamado símbolo EAN
por las siglas en inglés de la Asociación Europea para la Numeración de Artículos.
Este símbolo se emplea en el comercio abierto para identificar los productos al pa-
sar del fabricante a los mayoristas, distribuidores minoristas, y de ahí al cliente final.
La principal razón para la introducción de códigos de barras en un sistema
de almacenamiento, es el adelanto que supone para la identificación de los pro-
ductos en stock.
La disponibilidad del equipo necesitado para operar con ellos, puede justifi-
car también el uso de estos códigos de barras para una buena identificación de
las ubicaciones.
Los códigos de barras utilizados como identificadores para las operaciones de
almacenaje tienen que ser frecuentemente leídos por aparatos manuales. Estos
aparatos iluminan la etiqueta por medio de una luz emitida por diodos y leen la
luz reflejada mediante un receptor comparador electro-óptico.
Aparte el equipo de lectura, se requerirá, ade-
más, un decodificador para interpretar las lecturas
en caracteres alfabéticos y números decimales y
también para realizar los chequeos.

155
Tema 18
El traslado de documentos y
objetos. Manejo y traslado de la
documentación sanitaria
El traslado de documentos y objetos

Las funciones de los celadores, relacionadas con la documentación clínica


se traducen en la tramitación o traslado de las comunicaciones verbales, docu-
mentos, correspondencia u objetos que les sean confiados por sus superiores,
así como el traslado de aparatos o mobiliario de unos servicios a otros. Estas
funciones se desarrollan de la siguiente forma:
a) Tramitación de comunicaciones verbales.
Los celadores han de transmitir a sus compañeros, superiores, subordina-
dos o público las comunicaciones verbales (instrucciones, mensajes, infor-
mación, etc.) que les indiquen sus superiores o profesionales autorizados,
por delegación de éstos.
b) Traslado de documentos.
Tradicionalmente el documento ha sido el «escrito con que se prueba, acre-
dita o se hace constar una cosa». Modernamente es «todo soporte de in-
formación que trata de enseñar algo a alguien» o «todo elemento de infor-
mación fijado sobre un soporte material o toda expresión de pensamiento
fijada materialmente y susceptible de ser utilizada para consulta, estudio
o prueba». El concepto de documento abarca, pues, mucho más que el
documento escrito. Así, distinguimos los siguientes tipos de documentos:
1. Según su forma, hay documentos:
 Gráficos: manuscritos, Historias Clínicas.
 Tipográficos: libros, impresos, fotocopias.
 Iconográficos: retratos, grabados, fotografías, microfichas, planos,
ilustraciones, radiografías.
 Plásticos: sellos, monedas, medallas.
 Fónicos: discos, compactos de música.
 Audiovisuales: diapositivas, películas, vídeos.
 Informáticos: cintas magnéticas, CD ROM, disquetes, memorias
USB portátiles.
2. Según su origen, hay documentos:
 Primarios: libros, folletos, informes catálogos, historias clínicas.
 Secundarios: revistas de sumarios, de resúmenes o citas.
 Terciarios: perfiles bibliográficos.
Son documentos de traslado ordinario por los celadores:
▷ Hojas de interconsulta.
▷ Pedidos a Almacén General, Almacén de Fungibles, Farmacia, Lencería.
▷ Partes de Mantenimiento.

159
El traslado de documentos y objetos

▷ Historias Clínicas.
▷ Peticiones y resultados de analíticas y pruebas diagnósticas (radiogra-
fías, ecografías, urografías, arteriografías, etc.).
▷ Peticiones de ambulancia.
▷ Partes de quirófano.
▷ Petición de exploración en otros Centros e Instituciones.
▷ Peticiones de citas.
▷ Órdenes de hospitalización.
c) Traslado de correspondencia.
Cartas, impresos, revistas y correo externo o interno, en general.
d) Traslado de objetos.
Todos los de uso común en las Instituciones sanitarias: cajas, carros, enva-
ses, medicamentos, tubos y muestras y enseres en general.
e) Traslado de aparatos y mobiliario.
Aparatos electromédicos, muebles, proyectores, fotocopiadoras. En caso
de haber peones en la plantilla del Hospital (categoría creada por el Real
Decreto Ley 3/1987, de 11 de septiembre), habrá que delimitar las fun-
ciones entre éstos y los celadores en este función de traslado de aparatos
y mobiliario. El modo en que los superiores «confían» a los celadores el
traslado de documentos, correspondencia, objetos, aparatos y mobiliario
no ha de ser siempre mediante una orden verbal directa. Lo habitual es
asignar por escrito los deberes que corresponden a los celadores de cada
Unidad y su ejecución puede realizarse por iniciativa del propio celador o
a petición de otros profesionales, aunque no sean sus superiores, y, por
supuesto, por orden de aquéllos.
f) Otras tareas.
Aparte de lo ya indicado, se recogen a continuación algunas de las tareas
más frecuentes de los celadores de las Instituciones Sanitarias relativas a
esta función de traslado de documentos y objetos:
▷ Reparto de correspondencia dentro del Centro.
▷ Entrega de avisos verbales y escritos a los compañeros, superiores o
público.
▷ Tramitar los pedidos al almacén, recogiendo el material cuando esté
dispuesto, y traslado del mismo a la Unidad correspondiente.
▷ Traslado de historias clínicas entre el Archivo y las Unidades del Hospi-
tal: consultas, servicios diagnósticos, plantas de hospitalización.

160
El traslado de documentos y objetos

▷ Traslado de porta firmas desde las Unidades administrativas a asisten-


ciales hasta las Direcciones o Jefaturas correspondientes, para que los
escritos sean firmados y/o registrados, en su caso, y posterior devolu-
ción a las Unidades.
▷ Reposición de colchones, trasladando los viejos al Almacén y recogien-
do de allí mismo los nuevos.
▷ Reposición de determinado material de Lencería, haciendo lo mismo
que con los colchones (almohadas, fundas de colchón).
▷ Los celadores adscritos a Servicios de Almacén se encargarán del tras-
lado del material dentro del mismo.
▷ El celador de quirófano transportará los aparatos del área quirúrgica
que le requiera el personal sanitario.

161
Tema 19
Recepción, movilización y traslado de
pacientes en Urgencias. Criterios de
actuación del Celador en urgencias
frente a traumatismos, heridas,
quemaduras y asfixia. Nociones
generales sobre primeros auxilios
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

Índice esquemático

1. Funciones del Celador en Urgencias


1.1. Funciones específicas del Celador en la UVI
1.2. Funciones del Celador en Urgencias
2. Criterios de actuación del Celador en urgencias frente a traumatismos,
heridas, quemaduras y asfixia. Nociones generales sobre primeros
auxilios
2.1. Técnicas de reanimación cardiopulmonar básica
2.2. Obstrucción por cuerpo extraño
2.3. Heridas
2.4. Quemaduras
2.5. Urgencia y prioridad

164
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

1. FUNCIONES DEL CELADOR EN URGENCIAS


Los celadores destinados en el área de cuidados críticos requieren contrastada
experiencia profesional y dominio de las técnicas de movilización de pacientes
así como estar uniformados con batas asépticas, que se renovarán cada vez que
se abandonen estas dependencias.

1.1. Funciones específicas del Celador en la UVI


1. Auxiliarán en todas las labores propias del celador.
2. Traslado de los enfermos.
3. Trabajos de fuerza que requiera la Unidad.
4. Lavado y aseo de pacientes.
5. Colocación y retirada de cuñas.
6. Amortajar a los enfermos fallecidos y traslado de los cadáveres al mortuorio.
7. Tramitarán o conducirán las comunicaciones que le sean confiadas.
8. Trasladarán el aparataje o mobiliario que la Unidad requiera.

1.2. Funciones del Celador en Urgencias


Las actividades de los Celadores de la Sección de Urgencias serán las que
siguen:
– Tramitarán, sin demora, el traslado de los documentos, historias, material
de pruebas diagnósticas o aparatajes que le sean encomendados, asegu-
rándose de la adecuada recepción de los mismos por el personal compe-
tente.
– Trasladarán a los pacientes a las dependencias que les sean indicadas por
el personal facultativo o de enfermería, asegurándose de las condiciones
correctas para su traslado y devolviendo a la Sección de Urgencias los
medios empleados para el traslado.
– Realizarán, sin demora, el traslado de muestras biológicas y peticiones de
exploraciones, efectuando la recogida de resultados, cuando así sea re-
querido.
– Cuidarán, al igual que el resto del personal, que los pacientes y familiares
no hagan uso indebido de los materiales, enseres e instalaciones de la
Sección de Urgencias.

165
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

– Asumirán las indicaciones del Jefe de Sección y del Supervisor de Enfermería.


– Realizarán todas las funciones delegadas por sus superiores, siempre que
no contravengan las normas establecidas en el ordenamiento vigente.
– Se asegurarán, al comienzo del turno de trabajo, de que los medios de
transporte de pacientes estén en condiciones adecuadas de uso. Las ano-
malías que se detecten se comunicarán de inmediato al Encargado de
Turno para su reparación.
– Mantendrán la entrada provista de carros y camillas.
– Avisarán a los familiares de los pacientes que van a ingresar para que los
acompañen.
– Sujetarán a los niños cuando sea necesario.
– Prestarán apoyo a otras áreas de la Sección de Urgencias distintas a las
que estén adscritos funcionalmente (Consultas u Observación), cuando las
necesidades del Servicio lo requieran.
– Cuidarán de que no permanezcan en el área de Urgencias las personas
que no estén autorizadas, y que los pacientes y familiares permanezcan en
las zonas habilitadas para ellos.

2. CRITERIOS DE ACTUACIÓN DEL CELADOR EN


URGENCIAS FRENTE A TRAUMATISMOS, HERIDAS,
QUEMADURAS Y ASFIXIA. NOCIONES GENERALES
SOBRE PRIMEROS AUXILIOS

2.1. Técnicas de reanimación cardiopulmonar básica

2.1.1. Generalidades
La causa más frecuente de paro cardiorrespiratorio (PCR) en el adulto es
la cardiopatía isquémica. En Europa, la principal causa de muerte súbita es de
origen cardiaco, lo cual sucede en la vía pública, en el trabajo, en el domicilio, es
decir, fuera de las instituciones sanitarias. Las posibilidades de sobrevivencia son
mayores cuando el evento ha sido presenciado y cuando los pasos de la Cadena
de Supervivencia se realizan de forma correcta. De ahí que el conocimiento de
estos pasos y de la Reanimación Cardiopulmonar (RCP) y su adecuada ejecu-
ción aumentan las posibilidades de supervivencia.
Antes de iniciar con la descripción de las distintas maniobras de reanimación,
debemos explicar ciertos conceptos.

166
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

2.1.2. Definiciones

2.1.2.1. Concepto de paro respiratorio


Significa el cese de la respiración funcional de forma espontánea, lo cual pro-
voca la pérdida del nivel de conciencia de manera progresiva y, como conse-
cuencia, la parada cardiorrespiratoria (PCR) en menos de 5 minutos.
Es una interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la res-
piración y circulación espontánea.
Causas:
a) Obstrucción de la vía aérea.
b) Intoxicaciones.
c) Traumatismos torácicos y craneales.
d) Accidentes cerebrovasculares (ACV).

2.1.2.2. Concepto de paro cardíaco


Consiste en el cese de los latidos cardíacos que conduce a la pérdida del
estado de conciencia en cuestión de segundos y, en consecuencia, al paro respi-
ratorio en menos de 1 minuto.

2.1.2.3. Concepto de paro cardiorrespiratorio (PCR)


Es la interrupción de la circulación y la respiración de forma brusca, inespera-
da, que es potencialmente reversible, provoca el cese del transporte de oxígeno a
los órganos vitales y, en consecuencia, la muerte biológica irreversible.

2.1.2.4. Concepto de resucitación cardiopulmonar (RCP)


Es el conjunto de maniobras secuenciales, que tienen el objetivo de revertir
el paro cardiorrespiratorio. Específicamente nos referimos a dos maniobras fun-
damentales: compresiones torácicas y respiraciones de rescate. Estas dos ma-
niobras, aplicándolas conjuntamente, pueden salvar la vida de personas. Las
compresiones ayudan a que la sangre continúe fluyendo a través del organismo,
y a través de las respiraciones se lleva oxígeno a los pulmones. El cerebro y el
corazón son los dos órganos principales que sufren lesiones durante una parada,
por lo que mediante la RCP se previene el daño a estos órganos. Si la RCP se
aplica correctamente, es más probable que la desfibrilación sea efectiva, en caso
de que el paciente requiera desfibrilación.

167
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

2.1.2.5. Soporte vital


El soporte vital se refiere al conjunto de maniobras que se realizan con la
finalidad de revertir una parada cardiorrespiratoria, lo que implica sustituir de
forma artificial la respiración y la circulación hasta lograr restaurar dichas fun-
ciones de forma espontánea. Cuando la vida de una persona se encuentra en
situación de riesgo inminente, estas maniobras permiten seguir manteniendo
las funciones vitales para evitar la parada cardiorrespiratoria. Además de ello,
es importante conocer las formas en que se da la alerta a los servicios de emer-
gencia.
No obstante, la importancia que tienen las maniobras para sostener la respira-
ción y la circulación, también es de suma importancia conocer el contexto en el
que se desarrolla la parada cardiorrespiratoria. Esto significa que el conocimiento
de las distintas etapas, realizadas de forma ordenada y consecutiva en un tiempo
lo más breve posible, influirá en la supervivencia. En otras palabras, la asistencia
del paciente que se encuentra en parada cardiorrespiratoria (PCR) comprende
cuatro pasos o eslabones fundamentales, lo cual se conoce como la Cadena de
Supervivencia.
En definitiva, el Soporte Vital es un concepto amplio, que integra, junto con
las maniobras de RCP, contenidos referidos a la prevención y difusión de los co-
nocimientos a la población.
El soporte vital puede ser básico o avanzado.

Soporte vital básico


El soporte vital básico puede ser realizado por cualquier persona que
tenga los conocimientos mínimos necesarios sobre el tema. No es necesario
que sea un sanitario. Tampoco involucra el uso de medicamentos. Para que
estas maniobras sean efectivas, deben aplicarse antes de los primeros 4 mi-
nutos de haber sucedido la parada cardiorrespiratoria. Con ello, se intenta
mantener las funciones vitales a la espera de que acuda el personal sanitario
especializado.

Soporte vital avanzado


Comprende las maniobras de reanimación, así como aquellas medidas para
prevenir la aparición del paro cardiorrespiratorio. Aquí interviene un equipo sa-
nitario especializado. Para la aplicación del soporte vital avanzado se necesitan la
realización previa del soporte vital básico, independientemente de que la propor-
cione equipo médico especializado o no.

168
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

2.1.2.6. La Cadena de Supervivencia


Son los pasos que deben seguirse, en un orden establecido, a la mayor bre-
vedad posible:
1. Reconocimiento precoz de los síntomas de gravedad del paciente y activa-
ción de los Sistemas de Emergencia Médicos.
2. Inicio precoz de maniobras de reanimación.
3. Desfibrilación precoz.
4. Cuidados postreanimación.

1. Reconocimiento precoz de los síntomas de gravedad del paciente y


acceso a los sistemas de emergencia
Este paso consiste en detectar los síntomas de una posible parada cardiorres-
piratoria, como pueden ser: dolor muy intenso en el centro del pecho, que no
desaparece con el reposo, que se irradia hacia el brazo, el cuello o la mandíbula,
que se puede acompañar de mareos, sudoración, palpitaciones. Si se piensa que
la persona se encuentra en parada cardíaca, hay que llamar urgentemente al
112. Otras circunstancias serían hemorragia, un accidente, ahogamiento, atra-
gantamiento, pérdida del conocimiento, etc.

2. Inicio precoz de maniobras de reanimación (soporte vital básico)


Son las maniobras que realizará un testigo presencial, si posee los conoci-
mientos para hacerlo. En caso de una parada cardíaca, hay que realizar de in-
mediato compresiones torácicas y las respiraciones de rescate, en tanto llega el
equipo del soporte vital avanzado.

3. Desfibrilación precoz
El desfibrilador es imprescindible para revertir algunos tipos de PCR, como
la fibrilación ventricular. De hecho, es el único tratamiento efectivo en caso de
determinadas arritmias. El uso de los DEA (desfibrilador externo automático)
permite realizar la desfibrilación por personas inexpertas. El DEA es un aparato
a través del cual se realiza la desfibrilación , que consiste en el paso de corriente
eléctrica determinada a través del miocardio, cuyo objetivo es restablecer la
actividad eléctrica de forma coordinada. Hoy en día hay desfibriladores au-
tomáticos y semiautomáticos, fáciles de usar. Debido a estas características se
encuentran disponibles en los aeropuertos, en los centros comerciales, instala-
ciones deportivas, etc.

169
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

Importante: cuando se tenga que utilizar el desfibrilador, hay que tener en


cuenta que por cada minuto de retraso, la posibilidad de éxito de la desfibrilación
se reduce en un 10%.

4. Cuidados postreanimación para restaurar la calidad de vida


Aquí podemos tener dos escenarios:
a) Personas inexpertas o expertas que han realizado la RCP con éxito (y no
cuenten con ningún equipo). En este caso, el cuidado postreanimación
se centraría en la colocación del paciente inconsciente en la posición de
recuperación.
b) Si, por el contrario, después de una RCP exitosa acuden los profesiona-
les sanitarios especializados, los cuidados postreanimación consistirán en
la aplicación de técnicas avanzadas para mejorar la recuperación de los
pacientes (soporte vital avanzado). Para que sea efectivo debería iniciarse
antes de los primeros 8 minutos de iniciada la parada cardiorrespiratoria.
El soporte vital básico y el avanzado pueden ser para adultos y Pediátrico.
Hay que tener en cuenta en la Cadena de Supervivencia que el primer es-
labón varía cuando se trata de niños, ya que se hace énfasis en la prevención
de accidentes en niños y lactantes. Esto significa que no debe dejarse al alcance
de los niños objetos con los cuales pueda atragantarse, o sustancias tóxicas que
puedan ser ingeridas por ellos, o no dejarlos solos cerca de las piscinas, etc. Es
de suma importancia tener en consideración las edades, ya que las causas que
desencadenan PCR son diferentes, en los adultos son principalmente de origen
cardíaco, en los niños se relaciona con las vías respiratorias.

Cadena de supervivencia

2.1.2.7. DEA (Desfibrilador Externo Automático)

Generalidades
El DEA es un aparato que analiza el ritmo cardíaco de las víctimas y luego
realiza una descarga sincronizada y de una magnitud suficiente para restaurar la

170
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

actividad eléctrica cardíaca, si la requiere. Cuando el DEA analiza el ritmo cardía-


co, nadie debe tocar a la víctima.
No todos los ritmos son desfibrilables. Esto significa que la descarga eléctrica,
que emite el DEA, no es para todos los ritmos cardíacos, sino solo para la fibrila-
ción ventricular (FV) y la taquicardia ventricular sin pulso (TVSP). Si una víctima
requiere de desfibrilación, por cada minuto que pasa entre la parada y la desfibri-
lación, la mortalidad aumenta alrededor del 10%. Pero si se inician las maniobras
de RCP, este porcentaje disminuye. Por ello, la sobrevivencia de la víctima puede
duplicarse o triplicarse cuando se realizar una RCP precoz.
El objetivo de la desfribilación es que la actividad eléctrica cardíaca se restaure
y, por consiguiente, la circulación espontánea.
Debido a que las paradas cardiorrespiratorias suceden fuera del ámbito hospi-
talario, se han colocado DEAs en distintos lugares donde, por estadística, suelen
ocurrir, tal es el caso de los aeropuertos, centros comerciales, etc. Estos aparatos
son fáciles de usar, las instrucciones, dadas por mensajes de voz, son muy claras
y sencillas.
También se cuenta con el DESA, que es un desfibrilador externo semiauto-
mático.

DEA 1, 2 y 3

171
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

El DEA en los niños


Se ha comentado que el origen de la parada cardiorrespiratoria en los niños
es por lo general en las vías respiratorias por hipoxia, intoxicaciones, hipotermia,
etc., siendo el porcentaje de origen cardíaco menor.
En los niños de 8 años en adelante, se puede usar el DEA estándar, pero en
los niños de 1 a 8 años se deben utilizar parches pediátricos o un modo pediá-
trico. No obstante, si no se cuenta con ellos, usar el DEA del que se disponga. Si
el fabricante del DEA ha puesto en la etiqueta que puede ser utilizado en niños
menores, podrá usarse como lo indiquen las instrucciones.

Observaciones del DEA


– Si la víctima está mojada (por sudor, agua de mar, etc.), debe secarla antes
de colocarle los parches del DEA.
– Si la víctima tiene piercings o joyas, que no puede quitar, los parches deben
colocarse apartados de ellos. Nunca colocar los parches sobre joyas o piercings.
– Si la víctima tiene un marcapasos, colocar el parche por debajo del mar-
capasos o a un lado. Por lo general, los marcapasos se pueden visualizar a
través de la piel por debajo de la clavícula.
– Si el vello resulta un problema para el análisis del DEA, recorte de forma
urgente. Por lo general, el vello no es un problema.
– En caso de que la víctima tenga parches sobre el tórax (de medicamentos)
o vendajes u otro tipo de material que tenga en el tórax, debe ser retirado.

Medidas de seguridad
1. Seguridad para el reanimador
NUNCA debe tocar a la víctima cuando:
– El DEA esté analizando el ritmo cardíaco: porque puede interferir en el
reconocimiento del ritmo de la víctima.
– Durante la carga.
– Durante la descarga.

2. Seguridad para el resto de personas


NADIE DEBE TOCAR A LA VÍCTIMA cuando:
– El DEA esté analizando el ritmo cardíaco.
– Durante la carga.

172
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

– Durante la descarga.
– Gritar “Todos fuera”, y verificarlo visualmente.

Equipo DEA
Dentro del DEA debe haber siempre:
– Toalla pequeña/ pañuelos de papel.
– Guantes.
– Maquinilla de afeitar.
– Mascarilla facial.

2.1.2.8. Posición lateral de seguridad (o posición de recuperación)


Se refiere a la posición en que debe colocarse a una persona, dependiendo de
su estado de conciencia. Esta posición permite:
– Mantener libre la vía aérea en aquellos pacientes que se encuentran con
pérdida del estado de alerta.
– Evita que la lengua bloquee la vía aérea.
– Evita la broncoaspiración, al drenar hacia fuera los líquidos de la boca.
Conducta por seguir:
– Si la víctima está consciente: hay que dejarla en la posición en que se
encontró. Intentar averiguar qué ha sucedido y reevaluarla con regularidad.
– Si está inconsciente y respira con normalidad: colocarla en posición la-
teral de seguridad.

Técnica:
– Si la víctima tiene gafas, retirárselas.
– Colóquese al lado de la víctima, arrodillada, y coloque, las dos piernas de
la víctima, rectas.
– Coloque en ángulo recto el brazo que se encuentre más cerca suyo, flexio-
ne el codo. La palma debe quedar hacia arriba.
– Colocar la palma de la otra mano de la víctima, la que está más alejada de
usted, sobre la mejilla homolateral (si es la mano derecha, sobre la mejilla
izquierda y viceversa). Para ello deberá cruzar el brazo más alejado sobre
el pecho de la víctima.

173
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

– Mientras sostiene, con su mano, la mano de la víctima sobre la mejilla, con


la otra mano tome la pierna más alejada por la rodilla y tire la pierna hacia
arriba, flexionándola, de tal manera que el pie permanezca sobre el suelo.
– En esta posición (mano sobre la mejilla y la otra mano sobre la rodilla en
flexión), gire a la víctima hacia usted.
– La pierna de arriba debe quedar flexionada, haciendo ángulo recto con la
cadera y con la rodilla.
– La cabeza debe inclinarse hacia atrás para mantener la vía aérea libre.
Incluso, puede colocar la mano de la víctima por debajo de la mejilla.
– Vigile la respiración de forma regular.
La posición correcta en que debemos colocar a un paciente inconsciente que
necesite cuidados de reanimación cardiopulmonar es en decúbito supino con la
cabeza en hiperextensión.

Posición lateral de seguridad en adultos

174
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

2.1.3. Soporte Vital Básico en adultos


Hay diferencias entre pacientes adultos y pediátricos. En los primeros, el ori-
gen de la parada cardiorrespiratoria es, por lo general, cardíaco; en los segundos,
alteraciones en las vías respiratorias.
Una RCP precoz puede duplicar o triplicar las posibilidades de su-
pervivencia del paciente, y aumentan si la desfibrilación se realiza en
los primeros 3-5 minutos después de la parada.

Resucitación cardiopulmonar (RCP)


En la RCP hay dos acciones primordiales:
a) Compresiones torácicas.
b) Respiraciones de rescate.

Algoritmo
1. Acercarse a la víctima con precaución, de forma segura
Esto significa que debe verificar que no exista peligro para usted, peligro para
la víctima o para cualquier otro testigo. Hay distintas circunstancias que deben
considerarse: si es un accidente automovilístico, el tránsito debe estar controlado
antes de que usted pueda acercarse a media carretera, donde los coches avanzan
a gran velocidad. Otros ejemplos serían un incendio, un escape de gas, etc.
2. Comprobar el estado de conciencia de la víctima
Preguntarle a la víctima si se encuentra bien.
a) Si no responde, moverla ligeramente de los hombros, dado que no sabe-
mos si puede tener lesión cervical, y preguntarle si está bien.
b) Si respondió, solo hablándole o al moverla, hemos corroborado que está
consciente.

Verificar estado de conciencia

175
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

Si está consciente
En este caso:
– Dejamos a la persona como está, sin moverla. Si hubiese algún peligro
para la víctima, tendríamos que alejarla del lugar.
– Investigar qué le ha pasado, y si fuera necesario pedir ayuda.
– Estar reevaluando a la víctima de manera frecuente.
Si está inconsciente…

3. Gritar pidiendo ayuda


Si la víctima no responde al hablarle ni al moverla, corroboramos que está
inconsciente. Qué hay que hacer?
– Gritar pidiendo ayuda.
– Si hay alguien o llega alguien, pídale que se quede con usted porque po-
dría necesitarlo.
– Si no llega nadie en su ayuda, entonces grite con fuerza para intentar lla-
mar la atención, sin separarse de la víctima.

4. Abrir la vía aérea


Abra la vía aérea. Para hacerlo:
– El paciente debe estar poca arriba, luego colo-
que una mano sobre la frente de la víctima e
incline la cabeza hacia atrás con suavidad.
– Después levante el mentón. Coloque dos dedos de
su otra mano por debajo del mentón y levántelo.
Con este procedimiento impedimos que la lengua
obstaculice la parte posterior de la garganta. Cuando Maniobra
las personas están inconscientes, la lengua puede blo- frente-mentón
quear la vía aérea. adulto

5. Comprobar la respiración
Mientras mantiene abierta la vía aérea, debe VER, OIR y SENTIR en no más
de 10 segundos.
– Ver: si hay algún movimiento en el pecho.
– Oír: escuchar la presencia de ruidos respiratorios.

176
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

– Sentir: si siente la respiración de la víctima en su mejilla, al acercarse, no


hay que confundir una respiración anormal (irregular, o superficial y ruido-
sa, o agónica) con la respiración normal. Y si, transcurridos los 10 segun-
dos, no sabe si respira o no, entonces proceder como si no respirara.

Mirar oir y escuchar si respira

6. Llamar al 112
a) Si respira:
▷ Llamar al 112.
▷ Colocar al paciente en posición lateral de seguridad o de recuperación,
de preferencia sobre el lado izquierdo, sin presionar el tórax, y que la vía
aérea esté accesible para poder estar revalorando la respiración. Siempre
hay que tener en consideración que puede haber lesión de la columna.
▷ Vigilar la respiración de la víctima.
b) Si no respira y está solo:
▷ Llamar al 112 y pedir una ambulancia. Si es necesario, tendrá que de-
jar a la víctima para llamar.
▷ Busque un DEA (desfibrilador externo automático).
▷ Si hay DEA, aplíquelo.
▷ Si no hay DEA, comience con la RCP.
Si no está solo, hay alguien con usted:
▷ Pídale a la otra persona que llame al 112 (dé su nombre, el lugar donde
está, y decir que la víctima está en parada cardíaca).
▷ Luego dígale que consiga de inmediato un DEA.
Mientras tanto, usted inicie con maniobras de RCP.

177
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

Si no hay un DEA, iniciar la RCP.


Comenzar con las compresiones torácicas.
Compresiones torácicas
– Colocar al paciente boca arriba, y si es posible, colocarlo sobre una super-
ficie dura.
– Comprimir el esternón hacia la columna vertebral.
– Realizar 100 compresiones en un minuto, no más de 120 en un minuto.
Técnica:
– El talón de la mano debe colocarse en el centro del pecho.
– El talón de la segunda mano sobre el de la primera, con los dedos entre-
lazados.
– Los hombros deben estar sobre el pecho y los codos rectos.
– Comprimir el esternón 5-6 centímetros, y luego se libera la presión sin
perder el contacto con el cuerpo del paciente.
– Hay que realizar 30 compresiones torácicas, que puede contar en voz alta.
Observaciones: cuidar de no ejercer presión sobre las costillas, sobre la parte
superior del abdomen, ni sobre la parte inferior del esternón. Si hay otro reani-
mador, deben relevarse cada determinado tiempo para evitar el agotamiento.
Respiraciones de rescate
Después de las 30 compresiones, dar 2 respiraciones de rescate.
Técnica:
– Con la maniobra frente-mentón, utilice los dedos de la mano que están en
la cabeza para pinzar la nariz. Con la mano que tiene el mentón elevado
deje que se abra la boca.
– Tome aire y coloque sus labios alrededor de la boca de la víctima y exhale
durante 1 segundo a un ritmo constante. Si es posible, observar si el pecho
de la víctima se eleva al insuflar el aire. Con cada respiración, se podría
elevar el pecho de la víctima, como si fuese una respiración normal.
– Manteniendo la maniobra frente-mentón, retire su boca de los labios de
la víctima y deje salir el aire que ha insuflado al mismo tiempo que vuel-
ve a tomar aire para la segunda inflación. Cuando retira su boca de los
labios de la víctima, puede observarse que el pecho de la víctima des-
ciende.
– Repita el procedimiento.

178
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

Observaciones
– Con cada respiración de rescate, el pecho de la víctima debería elevarse,
si no lo hace, hay que revisar la boca del paciente en busca obstrucciones
visibles, y luego hay que verificar que la maniobra frente-mentón la esté
realizando de manera correcta.
– Si no se puede realizar la respiración boca a boca, debido a problemas con
la boca de la víctima, las respiraciones serán boca-nariz.
– Si la víctima tiene una traqueotomía, serán boca-traqueotomía.
– Si no se desea o no se puede realizar la respiración boca-boca, por distin-
tas razones, se realizarán únicamente las compresiones torácicas.
– Existen válvulas unidireccionales que impiden la transmisión oral de mi-
croorganismos. Es preciso que los reanimadores tomen medidas de segu-
ridad.
Cuándo detener la RCP:
– Hasta que llegue ayuda.
– Si la víctima comienza a respirar normalmente.
– Si el reanimador está agotado.
En caso de que no quiera o no pueda realizar las respiraciones de rescate,
haga solo las compresiones torácicas. Como no habrá respiraciones, las com-
presiones deberán ser continuas a un ritmo de 100 por minuto, no más de 120
por minuto.

Compresiones torácicas en adultos

179
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

Infecciones
– Existe cierto temor a sufrir contagio de enfermedad durante la RCP, no
obstante, por estadística, no se ha reportado ningún caso de contagio de
VIH ni de hepatitis B durante la realización de estas maniobras.
– Si la piel del reanimador no está intacta, entonces sí aumenta el riesgo de
transmisión de enfermedades. Por tanto, evitar tener contacto con los flui-
dos corporales como sangre, sudor, esputo, lágrimas, vómito.
ALGORITMO SOPORTE VITAL BÁSICO EN ADULTOS

¿NO RESPONDE?

Grite pidiendo ayuda

Abra la vía aérea

¿NO RESPIRA NORMALMENTE

Llame al 112

30 compresiones torácicas

2 ventilaciones de rescate

30 compresiones

Si hay DEA
1. Póngalo en funcionamiento.
▷ Cuando abre el aparato, puede activarse de inmediato. Si no se activa
de inmediato, es que hay que oprimir el botón ON.
▷ Enseguida quítele la ropa del pecho a la víctima
2. Tome los parches.
▷ Dentro de los envoltorios se encuentran los parches, sáquelos.
▷ La forma en que se debe colocar los parches sobre el pecho de la vícti-
ma viene descrito en los envoltorios o en los mismos parches.

180
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

3. Colocar el primer parche.


Este parche debe ir por debajo de la axila izquierda.
4. Colocar el segundo parche.
El segundo parche debe colocarse por debajo de la clavícula derecha a un
lado del esternón (paraesternal).
5. No tocar a la víctima.
Una vez que se han colocado los parches, nadie debe tocar a la víctima
mientras que el DEA realiza el análisis del ritmo cardíaco.
6. Seguir las instrucciones del DEA.
Cuando el análisis ha finalizado, el DEA puede dar dos instrucciones:
a) Administrar La Descarga:
 Indique que NADIE toque a la víctima y verifíquelo luego.
 Apretar el botón de descarga.
b) Comenzar la RCP.
 Si el DEA lo indica, debe iniciar con la RCP inmediatamente co-
menzando por las compresiones torácicas, y luego con las respira-
ciones de rescate.
Si la víctima se despierta, se moviera, abriera los ojos o comenzara a respirar
con normalidad, DETENGA LA RCP. No retire aún los parches. Déjelos. Si la
víctima respira con normalidad, pero sigue inconsciente, colóquelo en posición
de recuperación, y vigile la respiración.

2.1.4. Recomendaciones 2010. Principales cambios de las


guías para la resucitación

Las actuales recomendaciones son el resultado de un proceso que el Comité


Internacional de Coordinación sobre Resucitación (ILCOR) comenzó en el año
2006, en el que trabajaron un total de 281 expertos de todo el mundo.
Después de conseguir el consenso de todos los grupos de trabajo, el Consejo
Europeo de Resucitación (ERC) emitió, en octubre del año 2010, las recomen-
daciones que han de servir para todos los países europeos. Dichas recomenda-
ciones están basadas en el documento de consenso del ILCOR, pero teniendo en
cuenta también las diferencias geográficas, económicas y médicas que presenta
Europa respeto al resto del mundo.

181
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

Estas últimas recomendaciones pretenden conseguir dos objetivos:


– Simplificar los protocolos y diferenciar lo mínimo posible el protocolo de
adultos del de niños, para así mejorar la enseñanza y facilitar la retención
en la memoria.
– Aumentar la efectividad de los protocolos haciendo algunas modificacio-
nes en estos.
No obstante, las directrices que se describen en este manual no son la única
forma en que se debe actuar, simplemente representan una recomendación am-
pliamente aceptada de cómo llevarse a cabo una reanimación de forma segura
y efectiva. La publicación, en un futuro, de nuevas recomendaciones no implica
que éstas no sean seguras o efectivas.

Resumen
– Los operadores de los teléfonos de emergencias deben ser entrenados
para interrogar a las personas que llaman. Esta información debería cen-
trarse en el reconocimiento de la ausencia de respuesta y la calidad de la
respiración. Se enfatiza la importancia de las boqueadas o “gasping” como
signo de parada cardíaca.
– Todos los reanimadores, entrenados o no, deberían proporcionar compre-
siones torácicas a las víctimas de parada cardíaca. Hacer especial énfasis
en aplicar compresiones torácicas hasta una profundidad de, al menos, 5
cm y a una frecuencia de, al menos, 100 compresiones/min, permitir el
retroceso completo del tórax, y reducir al máximo las interrupciones de las
compresiones torácicas. Los reanimadores entrenados deberían también
proporcionar ventilaciones con una relación compresiones-ventilaciones
(CV) de 30:2. Para los reanimadores no entrenados, se fomenta la RCP
con sólo compresiones-torácicas guiadas por teléfono.
– Los dispositivos con mensajes interactivos durante la RCP permitirán a los
reanimadores una retroalimentación inmediata, y se anima a su utilización.
– Se destaca la importancia de la realización temprana de compresiones to-
rácicas sin interrupciones. Mucho mayor énfasis en minimizar la duración
de las pausas antes y después de los descargas; se recomienda continuar
las compresiones torácicas durante la carga del desfibrilador.
– Se destaca también la reanudación inmediata de las compresiones torácicas
tras la desfibrilación; junto con la continuación de las compresiones durante
la carga del desfibrilador, la descarga de la desfibrilación se debería conse-
guir con una interrupción de las compresiones de no más de 5 segundos.
– La seguridad del reanimador sigue siendo fundamental. Se reconoce que
el riesgo de daño de un desfibrilador es muy pequeño, sobre todo si el

182
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

reanimador utiliza guantes. La atención se centra ahora en una rápida


comprobación de seguridad para minimizar la pausa pre-descarga.
– Cuando se trata de una parada cardiaca fuera del hospital, el personal de
los servicios de emergencias médicas (SEM) debería proporcionar RCP de
calidad, mientras se dispone de un desfibrilador, se coloca y se carga, pero
ya no se recomienda la realización de forma rutinaria de un período previo
de RCP (por ejemplo, dos o tres minutos) antes del análisis del ritmo cardiaco
y la descarga. Para algunos SEM que ya han implementado completamente
un período pre-determinado de compresiones torácicas antes de la desfibrila-
ción a sus pautas de actuación, dada la falta de datos convincentes que apo-
yen o rechacen esta estrategia, es razonable que continúen con esta práctica.
– Se estimula un mayor desarrollo de los programas de DEA – es necesario un
mayor despliegue de los DEAs tanto en áreas públicas como residenciales.
– En el supuesto de que le ocurra un accidente laboral, el Auxiliar de enfer-
mería debe acudir, para recibir la asistencia de primeros auxilios y urgen-
cias, a la Unidad de Urgencias que le corresponda al Centro Asistencial en
el que se encuentre prestando sus servicios.

2.1.5. Carro de parada: reposición y mantenimiento del material


Para atender los casos de parada cardiorrespiratoria, son indispensables los
carros de parada, los cuales deben encontrarse en condiciones óptimas. Para
ello, el carro debe disponer de todo el material indispensable para la atención
urgente e inmediata del paciente en PCR. En tal sentido, el material debe estar
bien organizado, ordenado, con medicación no caducada, de tal forma que su
disposición agilice y no entorpezca la atención rápida de los pacientes.
El carro de parada debe ser revisado diariamente y por turnos.
Además de la revisión de los medicamentos, también es imprescindible revi-
sar el funcionamiento de los aparatos: desfibrilador, el laringoscopio, que funcio-
nen bien las bombillas, las pilas de repuesto, etc.
El material que debe estar incluido y en buenas condiciones es el siguiente:

1. Vía aérea y ventilación


a) Equipo de intubación:
▷ Laringoscopio con palas de varios tamaños.
▷ Pilas y bombillas de repuesto.
▷ Tubos orotraqueales adultos.

183
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

▷ Mascarillas laríngeas adultos.


▷ Tubos de Guedel de varios números.
▷ Pinzas de Magill adulto y pediatría.
▷ Fiador para tubo orotraqueal.
▷ Fijación del tubo (esparadrapo y cinta de retorta).
▷ Respirador manual (ambú) con reservorio de oxígeno y con diversas
mascarillas faciales.
▷ Sondas de aspiración (yankauer).
▷ Lubricante hidrosoluble.
▷ Jeringa de 20 cc (para insuflar el neumotaponamiento).
▷ Mascarillas de oxígeno: Ventimask®, reservorio y aerosoles.
▷ Kit de cricotomía.
▷ Bombona de oxígeno con manómetro.
▷ Alargadera de oxígeno.

2. Circulación
a) Tabla.
b) Equipo de perfusión:
▷ Compresor.
▷ Llaves de tres pasos.
▷ Cánulas tipo Abbocath® de varios calibres.
▷ Equipo de goteo.
▷ Apósitos para sujeción.
▷ Vía intraósea (nº 14G y 18G).
▷ Kit de vía central.
▷ Jeringas varios tamaños.
▷ Agujas.
▷ Sistemas de suero.
▷ Sistemas de sangre.
▷ Sistemas de bomba de infusión.
▷ Tubos para analítica (bioquímica, hemograma, coagulación).

184
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

3. Medicación

– Adrenalina.
– Atropina.
– Flumazenilo.
– Morfina.
– Adenosina.
– Sulfato de magnesio.
– Bicarbonato 1 M.
– Cloruro cálcico.
– Dopamina.
– Dobutamina.
– Nitroglicerina.
– Naloxona.
– Diazepam IV.
– Amiodarona.
– Glucosmón R-50®.
– Sueroterapia:
▷ Fisiológico 100 cc y 500 cc.
▷ Glucosado 5% 500 cc.
▷ Suerlo Voluven 500 ml.
▷ Bicarbonato 1 M.

4. Otros

– Carro de paradas.
– Desfibrilador (DEA, DESA).
– Gel conductor.
– Parches del desfibrilador.
– Povidona yodada, esparadrapo, apósitos, guantes, guantes estériles, ga-
sas, etc.
– Sedas rectas.

185
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

2.2. Obstrucción por cuerpo extraño


La causa de obstrucción más común es debida a alimentos, como la carne, el
pollo y el pescado, principalmente el pollo. En los niños, por su parte, se debe a
monedas o a juguetes y también debido a golosinas. Como las obstrucciones son
más frecuentes con los alimentos, por lo general hay personas que pueden pre-
senciar el evento. La víctima que come experimenta ahogo, puede tomarse del
cuello y luego presentar pérdida del estado de conciencia. De ahí la importancia
de no confundir la obstrucción con un síncope, o un problema cardíaco que pue-
den provocar dificultad respiratoria y, por consiguiente, cianosis.
La obstrucción puede ser leve o grave.

Obstrucción en paciente consciente

Manifestación Preguntar ¿te estás Otros signos


atragantando?

Obstrucción leve Sí No puede hablar, toser y respirar

Obstrucción grave No puede hablar No puede respirar, hay aumento trabajo


respiratorio inconsciencia

2.2.1. Obstrucción leve de la vía aérea en pacientes conscientes


Un paciente que tiene una obstrucción leve de la vía aérea es capaz de emitir
sonidos claros, puede toser o incluso hablar, y está consciente.

186
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

En este caso, hay que animar al paciente a toser y no realizar ningún otro tipo
de maniobra, se mantiene en observación el estado general de paciente, vigilan-
do que no se deteriore. El mecanismo de la tos produce una presión positiva en
la vía aérea, por lo que es la maniobra más efectiva para que la víctima expulse
el cuerpo extraño que está ocluyendo la vía aérea.
Hay dos resultados:
– Se resuelve favorablemente.
– No se resuelva favorablemente, es decir, que la tos no ha sido efectiva y el
paciente persiste con la obstrucción, y su estado general puede deteriorar-
se. Siendo así, se maneja como obstrucción grave.

2.2.2. Obstrucción severa de la vía aérea en pacientes


conscientes
En este caso, el paciente está consciente, tiene cianosis, no puede emitir so-
nidos claros, y tiene importante dificultad para respirar, y se puede observar un
enorme esfuerzo o trabajo respiratorio (tiraje suplaclavicular, intercostal). Aquí la
tos no es eficaz. En esta obstrucción severa, el paso que sigue es la inconsciencia
y un paro cardiorrespiratorio.

Pasos
– Identificar que el paciente consciente no puede respirar bien, no puede
hablar, no puede emitir sonidos claros.
– Inclinar hacia delante el tronco del paciente, mientras se apoya el pecho
sobre su antebrazo y con la mano se le sujeta la mandíbula. Enseguida dar
5 golpes enérgicos con la palma de la mano sobre la espalda, en la zona
interescapular. Hacer 5 intentos.
– Si después de 5 intentos no se ha logrado liberar la vía aérea, hay que co-
locarse por detrás del paciente, y abrazarlo por debajo de sus brazos. Una
mano se cierra en puño colocando el dedo pulgar por dentro de la mano.
Esta mano se coloca entre el ombligo y la última porción del esternón
(apéndice xifoides). Con la otra mano sujete la muñeca y comprima con
fuerza hacia arriba 5 veces. (Maniobra de Heimlich).
– Si persiste la obstrucción, alternar los cinco golpes en la espalda con las
cinco compresiones abdominales, hasta que el paciente pueda expulsar
el cuerpo extraño o hasta que el paciente quede inconsciente. En caso de

187
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

que no se resuelva la obstrucción y el paciente pierda el conocimiento,


realizar RCP 30:2.

2.2.3. Obstrucción de la vía aérea en pacientes inconscientes


– Avisar al 112.
– Colocar a la víctima en el suelo (con cuidado), de preferencia sobre una
superficie lisa y dura.
– Iniciar las maniobras RCP 30:2.

Observaciones

– Al iniciar RCP, cuando se abra la boca hay que corroborar la existencia de


algún cuerpo extraño.
– Se recomienda que para el retiro de cuerpos extraños en la boca estos de-
ben ser visibles, se ha de intentar evitar introducir los dedos en la cavidad
oral a ciegas.
– Cuando el tratamiento de una OVACE ha tenido éxito, es posible que
todavía haya cuerpos extraños en el tracto respiratorio del paciente. Por
otro lado, las compresiones abdominales pueden provocar daños graves,
por lo que en ambas circunstancias los pacientes deben ser valorados por
un médico.

188
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

Valore la gravedad

Obstrucción grave de la vía aérea Obstrucción leve de la vía aérea


(tos inefec va) (tos efec va)

Consciente
Anime a seguir tosiendo
Inconsciente 5 golpes
Con núe valorando que no se deteriore hacia
Inice RCP interescapulares
tos inefec va o hasta que se resuelva
5 compresiones
la obstrucción
abdominales

2.3. Heridas
Herida es toda lesión que produce una pérdida de la continuidad de la piel
y/o las mucosas, creando una puerta de entrada para los gérmenes y facilitando
la infección. La producción de una herida desencadena un síndrome inflamato-
rio, pérdida de sustancia, hemorragia, separación de los bordes y una serie de
síntomas acompañantes que dependen del asiento topográfico y de la profundi-
dad de las lesiones.

2.3.1. Clasificación
Las heridas se pueden clasificar según diferentes patrones:
– Atendiendo a su profundidad:
▷ Laceración, sólo afecta a epidermis.
▷ Herida superficial. Afecta hasta tejido celular subcutáneo.
▷ Herida profunda o complicada. Afecta a estructuras subdérmicas (apo-
neurosis, músculos, nervios, vasos, etc.).
▷ Herida penetrante. Cuando el trayecto de la herida comunica cavida-
des naturales con el exterior (tórax, articulaciones, etc.)
▷ Heridas por empalamiento. Cuando el agente traumático se introduce
por los orificios anal o vaginal, dilacerando sus paredes.

189
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

– Atendiendo a su dirección, respecto al eje mayor del tronco, cabeza, cuello


y extremidades, pueden ser longitudinales, transversales, oblicuas y espi-
roideas.
– Atendiendo a la forma que adoptan en la piel: lineales, arqueadas, angulo-
sas, estrelladas, puntiforme, irregulares si no reúnen una forma determinada:
▷ Heridas con colgajo.
▷ Heridas con pérdida de sustancia.
– Atendiendo a las características del agente productor o mecanismo de pro-
ducción. Constituye el método más utilizado en clínica:
▷ Heridas punzantes. Ocasionadas por objetos terminados en punta afi-
lada o cónica (punzones, estiletes, etc.). Predomina la profundidad de
la lesión con respecto a la extensión en superficie.
▷ Heridas incisas. Producidas por objetos con bordes cortantes o aristas
afiladas (navajas, bisturís, vidrios, etc.) Sus bordes son nítidos, regu-
lares y sin desgarros, localizándose sus lesiones específicamente en la
zona de dehiscencia o separación tisular.
▷ Heridas contusas. Provocadas por el impacto de objetos romos dota-
dos de considerable energía cinética, mostrando bordes irregulares y de
aspecto contuso con zonas necróticas, hemorragias intersticiales, etc.
▷ Heridas inciso-contusas. Son heridas donde se entremezclan las ante-
riores formas clínicas.
▷ Heridas por arrancamiento o desgarro.
▷ Heridas por mordeduras. Se caracterizan por su irregularidad y el grave
componente infeccioso representado por los gérmenes, en gran parte
anaerobios, procedentes de la boca del agresor.
▷ Heridas por arma de fuego.

2.3.2. Síntomas
Las heridas pueden originar repercusiones de índole general o sistémica,
como una respuesta vasovagal, traducida por un síncope o lipotimia y en casos
más graves shock hipovolémico, además de la afectación de los diferentes órga-
nos con cuadros clínicos particulares.
Los síntomas locales son característicos de toda herida: dolor, hemorragia y
separación de los bordes:
– Dolor: como consecuencia de la irritación ejercida sobre las terminaciones
nerviosas sensitivas, por el propio traumatismo y por su exposición al me-
dio ambiente. Es constante y localizado.

190
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

– Hemorragia: por rotura de los vasos implicados en el área de la herida y


determinan su origen: arterial, venoso o capilar, ésta última también llama-
da hemorragia en sábana.
– Separación de los bordes de la herida: inicialmente temporal o transitoria
que depende fundamentalmente de las características del agente etioló-
gico y la forma en que actúa. Posteriormente se produce una separación
permanente o definitiva, una vez que el agente causante ha dejado de ac-
tuar y que va a depender de la capacidad elástica de los diferentes tejidos
lesionados.
La cicatrización y epitelización de las heridas siguen una cronología que po-
demos dividir en varias fases:
– Fase catabólica: tras unja incisión cutánea los bordes se separan y la
sangre de los vasos seccionados se expande rellenando la cavidad y sa-
liendo al exterior.
– Fase reparativa: está encaminada al cierre de la solución de continuidad
cutánea.
Tipos de cicatrización:
– Cicatrización por primera intención. Cuando una herida es aséptica, inci-
sa, no complicada y la pérdida de sustancia permite la unión inmediata de
los bordes mediante punto de sutura, se dice que es una cicatrización por
primera intención o primaria. El resultado es la curación con una repara-
ción anatómica adecuada, con cicatrización rápida, sólida, más o menos
elástica y estéticamente aceptable.
– Cicatrización por segunda intención. Cuando existe pérdida de sustancia
que impide el cierre primario, o la herida está infectada, no se puede su-
turar. En este caso la cicatrización se produce a partir de tejido de granu-
lación procedente del fondo y los bordes de la herida, hasta que rellena
el vacío y se cubre de epidermis. Es una cicatrización lenta, irregular, más
extensa e inelástica.
– Cicatrización por tercera intención. Algunos autores denominan cicatriza-
ción por tercera intención a los casos en que la herida no se sutura inme-
diatamente, sino tras un lapso de tiempo en el que crece tejido de granu-
lación o se sutura por primera intención y posteriormente, por dehiscencia
o infección hay que esperar a que granule.

2.3.3. Factores que modifican la cicatrización


En el proceso de reparación de las heridas hay influencias generales y locales,
positivas y negativas. En un extremo está la herida limpia y delimitada, en un su-

191
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

jeto joven y en un asiento anatómico bien irrigado como es la cara. En otro está
una herida sucia, irregular, en el pie de un anciano diabético.
Factores generales:
– Nutrición.
– Hipovitaminosis C.
– Hipovitaminosis A.
– Una anemia intensa influye negativamente en la curación de las heridas.
– Edad, mucho mas corto en niños que en personas mayores.
– Alteraciones endocrinas: obesidad, diabetes.
– Fármacos: ACTH y cortisona.
– Citotóxicos. Usados por vía general o tópica.
Factores locales:
– Aporte sanguíneo. Cuanto mejor sea la vascularización de la zona herida,
mejor cicatrizará.
– La presencia de colecciones hemáticas, serosas o cuerpos extraños
– Inervación.
– Infección. Las heridas infectadas no cicatrizan.
– Agentes corrosivos.

2.3.4. Valoración del paciente


Es importante valorar la lesión en el contexto en el que se produce, así las
complicaciones que ponen en peligro la vida del paciente tienen prioridad sobre
el cuidado local de la herida:
1. Estado general del paciente: constantes vitales, estado del nivel de
conciencia, permeabilidad de la vía aérea.
2. Antecedentes personales: edad, alergias, enfermedades y tratamiento.
3. Localización anatómica de la herida: Las heridas situadas en zonas
bien vascularizadas se infectan menos, las localizadas en zonas sujetas a
movimiento o tensión o perpendiculares a las líneas de tensión de la piel,
condicionan peores resultados estéticos.
4. Características de la herida: Limpia o contaminada, pérdida o no de
sustancia, lesiones asociadas.
5. Profilaxis antitetánica: Está indicada, tanto por aspectos médicos como
legales.

192
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

Antes del tratamiento de cualquier herida se debe:


1. Preparar un lugar, lo más limpio posible, para colocar el material y sentar
o tumbar al paciente.
2. Tratar el dolor, si es necesario y administrar una gammaglobulina antitetá-
nica, salvo que se compruebe que el herido está correctamente vacunado
contra el tétanos.

Material para la cura de heridas.

3. Preparar el material que se va a utilizar y desinfectar el instrumental (tije-


ras, pinzas…). Lavarse las manos con abundante agua y jabón, cepillán-
dose las uñas, y desinfectarlas con un antiséptico (alcohol). Ponerse los
guantes estériles de látex.
Material necesario (valorar en cada caso):
▷ Suero Fisiológico.
▷ Povidona yodada (Betadine), Clorhexidina diluida.
▷ Gasas y guantes estériles.
▷ Paño fenestrado estéril.
▷ Vendas o apósitos.
▷ Jeringas (2, 5, 10 ml).
▷ Agujas subcutáneas (SC) e intramusculares (IM).
▷ Anestésicos: Mepivacaína (Scandicaín) 1% (10 mg/ml) - 2% (20 mg/
ml). Su efecto se manifiesta rápidamente y dura 45-90 minutos, ligera-
mente vasoconstrictora (contraindicado en dedos, pene, orejas).
▷ Suturas no reabsorbibles 2/0, 3/0, 4/0, 5/0 (seda, nylon, prolene).
▷ Suturas reabsorbibles 2/0, 3/0, 4/0 (Dexon, Vicryl).
▷ Pinzas con dientes.
▷ Tijeras de corte y disección.
▷ Bisturí n.º 15 y mango n.º 3.
▷ Mosquitos curvos.
▷ Portaagujas de tamaño mediano.

193
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

2.3.5. Tratamiento de la herida


El objetivo de la reparación de una herida es controlar la hemorragia, preve-
nir la infección, preservar la función de la zona lesionada y recuperar la estética.

Procedimiento
1. Valoración y exploración de la herida: Siempre antes de anestesiar,
explorar la sensibilidad y movilidad de la zona, para descartar lesión de
nervios y/o tendones y examinar en busca de cuerpos extraños.
2. Preparación de la herida: Se limpian los bordes de la herida con povi-
dona yodada o clorhexidina, con un movimiento en espiral del centro a
la periferia. Retirar los cuerpos extraños si son accesibles (con cepillado o
pinzas). Se prepara el instrumental y el material necesario sobre un paño
estéril (ver figuras siguiente).

194
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

3. Anestesia local: Las heridas limpias se anestesian a través de los labios


abiertos de la herida, las sucias, alrededor de la lesión (perilesional).
4. Limpieza de la herida: Mediante irrigación con suero fisiológico a pre-
sión moderada directamente sobre la herida. En heridas muy contamina-
das, se realiza mediante cepillo estéril y agua y jabones neutros o antisép-
ticos, desde el centro de la herida y en forma circular, hacia el exterior.
5. Rasurado: Mejora la visualización de la herida, pero no es un factor de
infección, se afeita lo menos posible. No deben rasurarse nunca las cejas.
6. Desbridamiento de los tejidos: Mediante el procedimiento de Frie-
drich, que consiste en el corte de todos los tejidos desvitalizados mediante
bisturí o tijeras hasta conseguir unos bordes limpios. Es obligado en todas
las heridas contaminadas o infectadas y en la mayoría de las contusas.
7. Hemostasia de la herida: Mediante compresión directa o localización y
ligadura del vaso sangrante.
8. Cierre de la herida:

A) Cierre primario (primera intención):


– Heridas con mínima contaminación bacteriana.
– Con hemorragia controlable.
– Sin tejido necrótico en el interior de la herida.
– Heridas no contaminadas, con menos de 6 horas de evolución.
– Heridas limpias hasta 24 horas de evolución (desbridamiento + antibiótico).
– Heridas sucias sin eritema ni exudado con menos de 6 horas de evolución
(desbridamiento + antibiótico).

B) Cierre secundario (segunda intención):


– Mordeduras humanas o por animales
– Heridas por aplastamiento con abundante tejido desvitalizadas.
– Heridas contaminadas o de más de 12 horas de evolución (24 horas en
cara y cuero cabelludo)
– Heridas con signos de infección.
– Cuando el desbridamiento no es satisfactorio.
– Si hay pérdida de sustancia que no permite el cierre directo.
En heridas pequeñas y con bordes próximos se tapa la herida con un apósito
estéril. El cierre primario mediante sutura es la mejor solución estética y funcio-

195
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

nal; en laceraciones pequeñas y existe poca tensión, se puede utiliza en su lugar


suturas cutáneas adhesivas (strips).
El objetivo de la sutura es la aproximación de los bordes limpios de la herida
con la mínima tensión para no isquemizar el tejido y cicatrice correctamente. Si
al aproximar los márgenes se observa cierta tensión, se puede despegar el tejido
celular subcutáneo mediante tijeras o bisturí.
Si no está correctamente vacunado contra el tétanos, administrar gammaglo-
bulina antitetánica, intramuscular en la nalga, y vacuna antitetánica subcutánea
en el hombro.
En heridas en el tórax debe colocarse al accidentado en posición semisen-
tado o reclinado sobre el lado afectado con la cabeza y los hombros levantados,
en la posición que encuentre más alivio.
Si la herida «respira» (sopla) o si a través de ella sale sangre con burbujas, hay
que tapar primero con la mano y después colocar un apósito con varias capas
de gasas grasas que cubran completamente la herida, y taparlo con un plástico o
papel de aluminio, sujetándolo por tres lados

Cómo taponar una herida soplante en el tórax.

Si la herida está en el abdomen: Colocar una compresa o paño limpio y un


vendaje que no comprima. Si hay salida de asas intestinales, no intentar meterlas
otra vez en el abdomen; cubrirlas con compresas empapadas con suero fisiológi-
co o agua hervida dejada enfriar, para que no se sequen.

Colocar al enfermo acostado boca arriba y con las piernas flexionadas.

196
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

2.4. Quemaduras

2.4.1. Clasificación
La clasificación de las quemaduras se realiza en función a la profundidad:
– De primer grado o epidérmica: lesiones eritematosas no exudativas,
poco dolorosas a la presión.
– De segundo grado o dérmica:
▷ Superficiales: lesiones hiperémica exudativas, muy dolorosas a la pre-
sión, con flictenas. Se mantienen los folículos pilosebáceos.
▷ Profundas: lesiones hiperémicas exudativas, dolorosas a la presión, sin
flictenas, que pueden mantener o no los folículos pilosos.
– De tercer grado o subdérmicas:
▷ Superficiales destrucción total de tejidos, con necrosis de los mismos
que se manifiestan con aspecto carbonado o blanco nacarado.
▷ Profundas: sobrepasan el espacio subdérmico.
▷ Extensión: para conocer la superficie corporal quemada (SCQ) se apli-
ca en el adulto la regla de los 9 o de Wallace. Existe otra regla muy fácil
de recordar: la palma de la mano del enfermo representa el 1% SCQ.
 Cabeza y cuello: 9%.
 Tórax y abdomen: 9% cada uno.
 Espalda: 9% parte superior y 9% parte inferior.
 Miembro superior: 9% cada uno.
 Miembro inferior: 18% cada uno. 9% por delante, 9% por detrás.
 Genitales: 1%.
Criterios para clasificar la extensión de una quemadura (American Burn As-
sociation):
– Quemadura menor:
▷ Quemadura de segundo grado menor del 15% de SCTQ en adultos o
menor del 10% de SCTQ en niños.
▷ Quemadura de tercer grado menor del 2% de SCTQ sin afectar zonas de
atención especial (ojos, oídos, cara, manos, pies, perineo, articulaciones).
▷ Excluye lesiones eléctricas, por inhalación, traumatismos concurrentes,
todos los pacientes con riesgo elevado (es decir, extremos de edad,
enfermedad concurrente).

197
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

– Quemadura moderada no complicada:


▷ Quemaduras de segundo grado de 15 a 25% de SCTQ en adultos o 10
a 20% en niño.
▷ Quemaduras de tercer grado menores del 10% de SCTQ que no afec-
tan zonas de atención especial.
▷ Excluye lesiones eléctricas, por inhalación, traumatismos concurrentes,
todos los pacientes con riesgo elevado (es decir, extremos de edad,
enfermedad concurrente).
– Quemadura grave:
▷ Quemaduras de segundo grado mayores del 25% de SCTQ en adultos
o 20% en niño.

2.4.2. Procedimiento
1. En el lugar del accidente:
▷ Eliminar la fuente de calor, apagar el fuego, la corriente eléctrica etc.
▷ Enfriar la zona con agua del grifo, a temperatura ambiente, durante
cinco minutos. Si la quemadura es química se mantendrá el lavado
durante 30 minutos.
▷ Retire los objetos que puedan comprimir la piel (anillos, reloj etc.), al
producirse edema después de la quemadura.
▷ Cubra la quemadura con un paño limpio y mantenga la temperatura
corporal, para realizar el traslado a un centro sanitario.
▷ Si la quemadura se localiza en la cabeza, cara o extremidades, mantén-
galas elevadas, para minimizar el dolor y el edema.
2. Tratamiento tópico:
▷ Colocar a la persona en una posición cómoda.
▷ Valorar el dolor y aplicar un analgésico si fuera necesario.
▷ Intervención psicológica (información previa y breve instrucción contri-
buye al bienestar emocional, mayor control de las lesiones y el dolor).
▷ Desbridar restos de tejido necrótico con gasas estéril humedecida en
suero fisiológico.
▷ Aplicación de pomadas según el caso (hidrogeles, ácido hialurónico,
colagenasa, sulfadiacina argéntica).
▷ Separar los dedos de manos y pies con gasas vaselinazas o mallas hi-
drocoloides para evitar adherencias.
▷ Cubrir con apósitos absorbentes.

198
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

▷ Vendajes sin compresión.


▷ Administrar toxoide tetánico
▷ Reposo (sobre todo si las quemaduras son en miembros inferiores).

Quemaduras de primer grado


– Se procederá al enfriamiento con fomentos con agua o suero fisiológico
10-15 minutos.
– Hidratación abundante de la piel varias veces al día y hasta que desapa-
rezcan las molestias de dolor, prurito y sequedad.
– No llevar ropas que compriman ni rocen porque la piel podría despren-
derse fácilmente.
– No se precisan antisépticos, cremas de antibiótico ni corticoides. La utilidad
del corticoide tópico para disminuir el dolor y la inflamación es discutida.
– Evitar la exposición solar durante algún tiempo.

Quemaduras de segundo grado superficial


– Enfriamiento de la quemadura convenientemente.
– Actuación ante las flictenas: Ante este tema tan controvertido, hay autores
que indican retirar todas las ampollas, otros indican puncionar y drenar
su contenido y otros que se dejen intactas. Si la flictena ya está rota, si
su aspecto es frágil o bien si el contenido tiene un aspecto turbio, lo más
indicado podría ser desbridarla. Si la flictena tiene un contenido claro y no
presenta un aspecto frágil (piel gruesa), existe controversia, pero en estos
casos se podría optar por no desbridarla si es de tamaño pequeño (<1cm)
y desbridarla si es extensa. Se puede optar por retirarlas pasadas 24 horas,
siendo menos doloroso. No está demostrado que la flictena preserve de la
infección. Las flictenas se pueden contaminar a partir de la flora saprofita
que coloniza el interior de las glándulas sudoríparas y sebáceas, también
impedirán que los productos antibacterianos lleguen al lecho de la herida.
– Está contraindicado frotar el lecho para limpiar la suciedad, además de
producir dolor, disemina gérmenes, es preferible aplicar productos que
ayudan fisiológicamente a retirar todos los restos de suciedad, como los
hidrogeles, realizando curas frecuentes.
– Los restos de epidermis desvitalizada que esta muy adherida a la dermis se
irá desprendiendo progresivamente en posteriores curas.
– Para la cura se aplicaran apósitos de cura en ambiente húmedo, hidro-
geles, mallas hidrocoloides, malla de silicona, apósitos de plata, apósitos

199
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

hidrocoloides, ácido hialurónico, etc. También cumplirán una función de


confortabilidad, no deben de adherirse al lecho ni doler en la retirada. De-
ben de evitar la evaporación y tener capacidad de absorción de exudados.
– En las quemaduras de segundo grado superficial sin riesgo de infección se
puede prescindir de agentes tópicos antimicrobianos.
– Se recomienda valorar la primera cura a las 24 horas y posteriormente se
espaciarán las curas según el seguimiento que se quiera realizar, las carac-
terísticas de la quemadura y el apósito elegido.

Quemaduras de segundo grado profundo


– Se utilizaran los mismos criterios y materiales que en las de segundo grado
superficial.
– Se producirá en los primeros días un desbridamiento autolítico y posterior-
mente sobre el décimo día comienza a aparecer el tejido de granulación.
Si transcurridas tres o cuatro semanas no ha epitelizado, se realizará una consulta
a cirugía plástica que valorará su desbridamiento y cobertura con injerto cutáneo.

Quemaduras de tercer grado


– Una vez limpia y valorada la lesión se aplicaran los apósitos con el mismo
criterio mencionado anteriormente.
– La escara se comenzará a eliminar con desbridamiento autolítico o enzi-
mático para, posteriormente, ir realizando desbridamiento cortante. Siendo
necesario tratamiento quirúrgico; dejan secuelas cicatriciales y retracciones.
– Si es una quemadura circular, sobre todo en extremidades, provocará un
compromiso circulatorio por retracción de las escaras y presión interna
debido al edema. Se deberá practicar de forma urgente una escaratomía,
para evitar un síndrome compartimental que puede producir isquemia y
necrosis. Los primeros síntomas del síndrome compartimental son: ador-
mecimiento del miembro afectado, parestesias, hormigueo y dolor.
Observaciones:
En todos los casos una vez epitelizada la quemadura se recomendará protec-
ción solar diaria con fotoprotectores.
Signos de alarma:
– Aparición de exudado purulento
– Signos inflamatorios alrededor de la lesión
– Profundización de la lesión.

200
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

Manejo del quemado crítico:


1. Valoración inicial siguiendo ABCD.
2. Administración de oxigenoterapia a alto flujo
3. Canalización de vía venosa periférica en zona no quemada. Realizar la
monitorización de las constantes: TA, FR, temperatura, FC, SatO2 y ECG
completo. Se llevará a cabo sondaje vesical con diuresis horaria.
4. Administración de fluidos. Fórmula de Parkland.
5. Controlar el dolor desde el inicio de la reanimación.
6. Realizar la relajación muscular, si es necesario. Se recomienda no utilizar
bloqueadores neuromusculares despolarizantes por el riesgo de hiperpota-
semia posterior.
7. Mantener temperatura, valorar necesidad de escarotomías y prevenir ulce-
ras de estrés.

2.4.3. Quemaduras por electrocución


Las quemaduras eléctricas se clasifican en dos grupos:
– Alto voltaje: por una descarga de electricidad de tipo industrial. Ésta
provoca la muerte por destrucción masiva de tejidos y por depresión del
centro respiratorio bulbar.
– Bajo voltaje: ocasionadas por una descarga de electricidad del hogar.
Puede causar arritmia potencialmente mortal como fibrilación ventricular
e inhibición del centro respiratorio bulbar. Se producen espasmos en los
músculos flexores de la extremidad afectada quedando el herido “pegado”
a la fuente de la corriente.
– Las lesiones dependen del órgano que está afectado. Así en función
del órgano afectado, las lesiones pueden ser:
– Piel: Marcas de corriente de entrada (quemadura amarilla oscura, depri-
mida y poco dolorosa) y de salida (suele ser de forma irregular, elevada,
mayor que la anterior y con aspecto de estallido). Ambas con una zona
central isquémica, rodeada de una zona necrótica.
– Riñón: lesiones por hipovolemia y por miohemoglobina.
– Pulmón: fracturas costales y heridas pleurales si el foco de contacto está
en el tórax. La corriente alterna puede producir parálisis tetánica de los
músculos respiratorios.
– Corazón: fibrilación ventricular, arritmias y extrasístoles.
– SNC: alteración de la consciencia, parálisis en los centros respiratorios, afasia.

201
Recepción, movilización y traslado de pacientes en urgencias

– Vasculares: necrosis y agregación plaquetaria con trombosis y rupturas


secundarias de las arterias.
El tratamiento de urgencia de una quemadura eléctrica se realiza siguiendo
las mismas pautas de manejo que en los quemados térmicos, teniendo en cuenta
los siguientes aspectos:
1. Retirar al herido de la fuente de corriente con material aislante.
2. Realizar maniobras de reanimación aunque la víctima lleve tiempo en pa-
rada cardiorrespiratoria, pues se recuperan frecuentemente sin presentar
lesiones cerebrales posteriores.
3. Llevar a cabo la monitorización cardíaca para controlar arritmias. En que-
maduras eléctricas por bajo voltaje se necesita observación hospitalaria
durante 24 h, por el riesgo de arritmias ventriculares.
4. Realizar la reposición que puede requerir líquidos en doble cantidad que el
quemado térmico
5. Identificar posibles lesiones asociadas y tratarlas.

2.5. Urgencia y prioridad


Según la O.M.S.:
Urgencia: es la situación o el evento que no amenaza la vida de la persona
de forma inminente, es decir, que no peligra ningún órgano vital de su organis-
mo. Si sucediera, sería en cuestión de horas de evolución. La atención no debe
ser superior a 6 horas.
Emergencia: es aquella situación en la que la vida de la persona está en
peligro o algún órgano o parte vital del organismo. Debe resolverse durante la
primera hora a partir de su desenlace.
Prioridad: este término hace referencia a la anterioridad de algo respecto de
otra cosa, en términos de tiempo o de orden. Las prioridades se determinan a partir
de una comparación. Por tanto, para determinar la prioridad respecto a determina-
das atenciones, o tareas o actividades se han de tener en cuenta distintos aspectos.
En el campo de la medicina de urgencias y emergencias, la prioridad 1 pone en ries-
go la vida del paciente, por lo tanto, amerita una atención inmediata, sin demora.
Por ejemplo, una situación de emergencia puede ser cuando un accidentado,
tras un accidente automovilístico, sufre la amputación de un brazo, en este caso
debe trasladarse el miembro amputado hasta el hospital dentro de una bolsa,
y ésta, a su vez, dentro de otra que contenga hielo, pero sin estar en contacto
directo con el miembro.

202
Tema 20
Concepto de infección
intrahospitalaria. Prevención.
Gestión de residuos sanitarios.
Clasificación, transporte,
eliminación y tratamiento
Concepto de infección intrahospitalaria

Índice esquemático

1. Concepto de infección intrahospitalaria. Prevención


1.1. Infección, desinfección, asepsia y antisepsia
1.2. Desinfectantes y antisépticos: mecanismos de acción de los desinfectantes
1.3. Métodos de limpieza y desinfección de material e instrumental sanitario
1.4. Cadena epidemiológica de la infección nosocomial
1.5. Barreras higiénicas
1.6. Consecuencias de las infecciones nosocomiales
2. Gestión de residuos sanitarios. Clasificación, transporte, eliminación y
tratamiento
2.1. Clasificación
2.2. Transporte y almacenamiento
2.4. Eliminación y Tratamiento
2.5. Manipulación de Citostáticos

204
Concepto de infección intrahospitalaria

1. CONCEPTO DE INFECCIÓN
INTRAHOSPITALARIA. PREVENCIÓN

1.1. Infección, desinfección, asepsia y antisepsia


La limpieza, desinfección y esterilización del material constituye uno de los
programas de eficacia probada para la prevención y control de las infecciones
hospitalarias, por lo que se hace imprescindible la elaboración de políticas sa-
nitarias que apliquen medidas de asepsia y antisepsia rigurosas en personas y
materiales en contacto con los pacientes.
Cada hospital debe de disponer de un programa para las actividades de des-
infección de materiales y superficies, que ha incluir los siguientes aspectos:
– Desinfectantes a utilizar, con la forma de utilización, tiempo de aplicación
y tiempo para recambio del producto.
– Medidas a adoptar o condiciones de trabajo para proteger la salud de los
trabajadores que los manipulan.
– Valoración de la posibilidad de establecer rotaciones para evitar la apari-
ción de resistencias.
La necesidad de limpieza, desinfección o esterilización de un determinado
material se han de basar en la utilización que se le vaya a dar (penetración en
tejido estéril, o bien contacto con mucosas o piel intacta, en que será necesa-
ria una desinfección o limpieza únicamente), y el tipo de contaminación del
objeto ya sea por microorganismos especialmente resistentes o especialmente
virulentos.
Actualmente se acepta la clasificación de Spaulding de los productos sa-
nitarios según el grado de contacto con el paciente que determinará el riesgo de
infección en:
– Producto sanitario crítico: es el material que entra en contacto con el
sistema vascular y zonas estériles del organismo. Requiere esencialmente
un procesamiento de limpieza, seguido de esterilización.
– Producto sanitario semicrítico: es el material que entra en contacto
con mucosas y piel no intacta. El procesamiento de este material requiere
limpieza seguida de nivel alto de desinfección.
– Producto sanitario no crítico: es el material que entra en contacto con
piel intacta, pero no con mucosas o no toca directamente al paciente. Re-
quiere procesamiento de limpieza seguido de un nivel intermedio o bajo
nivel de desinfección.

205
Concepto de infección intrahospitalaria

Debemos aclarar una serie de términos que se utilizan mal en muchas oca-
siones.

Definiciones:
– Infección es la penetración en un organismo humano (huésped) de un
microorganismo o agente infeccioso. En general se reserva el nombre de
infección para el caso de microorganismos y el de infestación para el caso
de parásitos más estructurados. En la actualidad se utiliza con mayor fre-
cuencia el término enfermedad transmisible frente al de enfermedad in-
fecciosa.
– Endemia cuando existe la presencia constante de una enfermedad trans-
misible en una zona geográfica.
– Epidemia cuando el número de casos excede claramente la frecuencia
prevista.
– Pandemia en el caso de que una epidemia traspase las fronteras de un
país.
– Desinfección es el proceso que elimina todos o prácticamente todos los
gérmenes presentes en los objetos inanimados.
– Asepsia es la ausencia total de microorganismos patógenos y no pató-
genos.
Es un conjunto de medidas y técnicas encaminadas a impedir la contami-
nación (la proliferación de microorganismos infecciosos), en los materiales,
en el medio ambiente hospitalario, en los pacientes y personal sanitario.
– Antisepsia comparte los mismos objetivos que la desinfección pero refe-
ridos a gérmenes presentes en piel, mucosas u otros tejidos vivos.
– Esterilización es la destrucción o eliminación completa de toda forma de
vida microbiana (incluidos hongos y bacterias esporuladas). Puede llevar-
se a cabo por procesos físicos o químicos.

1.2. Desinfectantes y antisépticos: mecanismos de


acción de los desinfectantes

1.2.1. Desinfectantes
Los desinfectantes son productos químicos capaces de destruir microorga-
nismos patógenos, con excepción de las esporas, alterando su estructura o su
metabolismo.

206
Concepto de infección intrahospitalaria

Las características principales de un buen desinfectante son:


– Alto poder desinfectante. Debe ser capaz de destruir a los microorganismos.
– Tiempo de actuación corto. Será mejor desinfectante el de acción más
rápida.
– Estabilidad. No debe sufrir alteraciones, ni modificar su poder al entrar en
contacto con las superficies a desinfectar.
– Alta solubilidad. Normalmente el fabricante recomienda diluir el desinfec-
tante en agua o alcohol a una determinada concentración.
– No ser tóxico ni irritante, para el usuario, ni corrosivo para el material y
los tejidos.
– Ser biodegradable. Para evitar la contaminación medioambiental.
– Tener bajo coste, fácil conservación y un olor agradable.
Como no existe un desinfectante ideal, la tendencia de las industrias fabrican-
tes es asociar dos o más desinfectantes para obtener un producto, que, sumando
sus ventajas, y, sin aumentar los inconvenientes, sea capaz de actuar de forma
enérgica, rápida y eficaz.
La desinfección debe utilizarse exclusivamente para los materiales que no
precisan ser esterilizados.

Importan simo seguir las instrucciones del fabricante del desinfectante a


la hora de la u lización del producto.

También hay que considerar, a la hora de elegir un desinfectante químico, la


toxicidad y efecto corrosivo sobre el instrumental.
Desarrollamos en este tema el Glutaraldehido, el Hipoclorito sódico y los
Amonios cuaternarios por ser los que más se usa en los ámbitos sanitarios.

1.2.1.1. Glutaraldehido
El glutaraldehido es un desinfectante altamente utilizado en el medio hospita-
lario debido a que tiene un amplio espectro de acción, es activo en presencia de
material orgánico y no es corrosivo. Dependiendo del tiempo de exposición se
alcanzan distintos grados de desinfección.
– Al esperar 12 horas se obtiene esterilización.
– Con 30 minutos, desinfección de nivel alto.
– Con 10 minutos, de nivel bajo.

207
Concepto de infección intrahospitalaria

Si el material que se va a desinfectar está sucio con sangre, pus o cualquier


elemento orgánico, se va a alterar el poder de desinfección. El material orgánico
actúa como barrera física y se interpone entre el desinfectante y la superficie de
contacto del material a limpiar, por lo que es recomendable limpiar previamente
todo el material que será sometido a desinfección.
No es corrosivo.
Se utiliza para la desinfección de alto nivel en materiales que no se pueden
someter a altas temperaturas como endoscopios, los cuales tienen fibras ópticas
delicadas y piezas de goma.
Es una sustancia tóxica, no sólo para el personal que lo manipula, sino tam-
bién para las personas que utilizan el instrumental. Por lo tanto se debe enjuagar
el instrumental después de la desinfección para eliminar todo el desinfectante
impregnado.
Se inactiva después de dos semanas de preparada y por dilución, por ejemplo
al sumergir instrumentos previamente lavados con agua sin secarlos.

1.2.1.2. Hipoclorito sódico


Grupo químico:
– Halógeno derivado clorado.
– Fórmula química: NaClO.

Las lejías son soluciones acuosas de hipoclorito sódico.

Propiedades físico-químicas
Sal sódica del ión hipoclorito. El ión hipoclorito en solución acuosa se expresa
como cloro activo (cloro libre).
Reacciona con formaldehído produciendo bis-clorometiléter, un compuesto
carcinógeno.
En contacto con ácidos fuertes como el HCl se forma Cl2, compuesto alta-
mente irritante del tracto respiratorio y las mucosas.
En su envase original y sin diluir tiene un pH superior a 11-12. En estas con-
diciones su degradación es muy lenta.
Es corrosivo para los metales, algunos plásticos y el caucho.

208
Concepto de infección intrahospitalaria

Mecanismo de acción
Se desconoce el mecanismo de acción exacto del hipoclorito sódico. Sin em-
bargo se ha demostrado que el ácido hipocloroso (HClO) es el responsable de la
destrucción de los microorganismos. Concretamente es la forma no disociada la
que presenta mayor capacidad microbiocida.
Presenta un inicio de acción rápido pero no muy prolongado.

Espectro de actividad
Bactericida de elevada potencia y amplio espectro antimicrobiano.
En general las formas vegetativas de las bacterias y los virus son más sus-
ceptibles que las esporas, los hongos y los protozoos. Sin embargo, la mayor
resistencia de los microorganismos se puede compensar acidificando la solución
desinfectante, incrementando la temperatura o la concentración de hipoclorito
sódico.

Indicaciones y concentraciones de uso


El hipoclorito se utiliza en los hospitales como desinfectante de alto nivel en
algunos materiales, como desinfectante de bajo nivel en superficies ambientales
no críticas y a bajas concentraciones en el tratamiento de agua potable.

Aplicaciones como desinfectante


– Desinfección del agua potable: incluye el agua de bebida, la utilizada
para la preparación de alimentos y hielo, para ducharse y lavar la ropa,
en los sistemas de calefacción y aire acondicionado, en procesos de hidro-
terapia y en sistemas de aguas residuales. La mayoría de los sistemas de
distribución de agua contienen una concentración de cloro libre o activo
de 0,5 -1 ppm (1 mg/L).
– Eliminación de Legionella spp: la concentración de cloro de los siste-
mas de distribución de agua no es suficiente para eliminar este patógeno.
Se puede utilizar la hipercloración, que consiste en añadir hipoclorito sódi-
co al agua potable (ya contiene cloro) para conseguir concentraciones de
cloro libre (o activo) de 2-6 ppm.
▷ La EPA (Environmental Protection Agency) estableció legalmente los
criterios necesarios para una buena calidad del agua potable; según
ella la cantidad de cloro residual en el agua potable debe estar entre
0,1 mg/L y 0,3 mg/L.

209
Concepto de infección intrahospitalaria

– Desinfección de instrumental médico que necesita una desinfec-


ción de alto nivel por estar en contacto con membranas mucosas y piel
no intacta. Entre ellos destacamos:
▷ Prótesis dentales: inmersión en hipoclorito sódico al 0,525% durante
10 minutos.
▷ Tonómetros: solución de 5.000 ppm (0,5%) de cloro libre durante 5-10
minutos. Posteriormente se aclaran con agua y se secan.
▷ Muñecos de reanimación cardiopulmonar: solución de 500 ppm
(0,05%) de cloro libre durante 10 minutos. Posteriormente se aclaran
con agua y se secan.
▷ Jeringas y agujas: soluciones de 5,25% de hipoclorito sódico. Esta téc-
nica sólo se utilizará en países donde, por cuestiones económicas, no
pueden utilizarse jeringas y agujas de un solo uso. Se requiere un tiem-
po mínimo de contacto de 30 segundos.
– Desinfección de superficies: se utilizan diluciones de hipoclorito só-
dico que contienen de 500 a 5.000 ppm de cloro libre (0.05-0,5%) para
asegurar la eliminación de virus y bacterias. Una dilución del 0,1% (1000
ppm) es suficiente para la desinfección general de superficies. Sin em-
bargo, cuando existe presencia de materia orgánica y sangre se utilizarán
soluciones al 1% (10.000 ppm).

– Lavado de ropa: se ha demostrado que el uso de lejía a temperaturas


de lavado de 22-50 ºC tiene la misma eficacia que el lavado a tempera-
turas >71 ºC en la eliminación de patógenos.
– Asistencia a domicilio: tiene utilidad en la desinfección de objetos que
están en contacto con mucosas, como los tubos de traqueotomías. Se puede
utilizar una dilución de 1:50 de una lejía comercial de 5,25% (1.000 ppm,
0,1%).

210
Concepto de infección intrahospitalaria

Precauciones de uso
Las soluciones de hipoclorito sódico comercializadas son las lejías. Estos pro-
ductos contienen una concentración de cloro activo no inferior a 35 g/L y no
superior a 100 g/L.
No debe mezclarse hipoclorito sódico con productos ácidos porque se produce
gas cloro (Cl2), irritante del tracto respiratorio y de las membranas mucosas. En ex-
posiciones importantes a dicho gas puede aparecer neumonitis y edema pulmonar.
Tampoco debe mezclarse con formaldehído por el riesgo de producir bis-clo-
rometiléter (compuesto cancerígeno).
En caso de exposición ocular deben irrigarse los ojos con abundante agua o
solución salina fisiológica (0,9% de NaCl) durante un mínimo de 15 minutos. Si
persiste la irritación, el dolor, la hinchazón, el lagrimeo o la fotofobia debe acu-
dirse al médico.
Si la solución desinfectante ha contactado con la piel es necesario lavar el
área expuesta con abundante agua y jabón. Si persiste la irritación o el dolor es
preciso acudir a un médico. Se debe retirar inmediatamente la ropa contaminada
y lavarla antes de volver a usarla.
Tras inhalación de vapores, si existe dificultad para respirar o tos, es necesario
respirar aire fresco. Debe consultarse un médico si persiste la dificultad respiratoria.
Después de una ingesta accidental es importante beber inmediatamente
abundante agua o leche. Está contraindicada la ingestión de sustancias ácidas
o básicas.

1.2.1.3. Amonios cuaternarios


Los compuestos más usados en las unidades hospitalarias son cloruro de
al-quil-dimetil-benzil-amonio, cloruro de alquil-didecildimetil-amonio, y el cloru-
ro de dialquil- dimetil-amonio.

Mecanismo de acción
Su acción se debe a la inactivación de enzimas productoras de energía, a la
desnaturalización de las proteínas celulares y a la ruptura de la membrana celular.

Espectro
Fungicida, bactericida y virucida sólo contra los virus lipofílicos.

211
Concepto de infección intrahospitalaria

No es esporicida, ni micobactericida, ni tampoco presenta acción sobre los


virus hidrofílicos.

Ventajas y desventajas
Constituye un buen agente para la limpieza debido a su baja toxicidad. Los
restos de gasa y algodón pueden afectar su acción.

Indicaciones de uso
Por su baja toxicidad puede ser utilizado para la desinfección de superficies y
mobiliario.

Concentraciones de uso
Las concentraciones de uso varían de acuerdo con la combinación de com-
puestos de amonio cuaternarios en cada formulación comercial.

1.2.2. Antisépticos
Los antisépticos son compuestos orgánicos o inorgánicos que se utilizan para
eliminar o inhibir la presencia y proliferación de microorganismos en tejidos vi-
vos, es decir, la flora residente y la transitoria.
En general, el uso de antiséptico está recomendando para:
– Disminuir la colonización de la piel con gérmenes.
– Lavado de manos habitual en unidades de alto riesgo.
– Preparación de la piel para procedimientos invasivos.
– Para la atención de pacientes inmunocomprometidos o con muchos facto-
res de riesgo de Infección Nosocomial.
– Posterior a la manipulación de material contaminado.
– Lavado quirúrgico de manos.
– Preparación pre operatoria de la
piel.

212
Concepto de infección intrahospitalaria

1.2.2.1. Características y selección de soluciones


antisépticas

Alcoholes
Su mecanismo de acción corresponde a la desnaturalización de las proteínas.
Tienen buena acción contra las formas vegetativas de las bacterias Gram + y -,
bacilo tuberculoso, hongos y virus, hepatitis B y VIH.
Su aplicación en la piel es segura y no presenta efectos adversos, solo seque-
dad de la piel en algunos casos de uso de formulaciones no cosméticas.
Es de rápida acción, incluso desde los 15 segundos. Aunque no tiene efecto
químico de persistencia sus efectos biológicos de daño microbiano permanece
por varias horas.
Existen tres tipos de alcoholes útiles como antiséptico:
– Etílico.
– Propílico.
– Isopropílico.
El de mayor uso es el alcohol etílico, pos su disponibilidad, ya que respecto
a la efectividad no se han demostrado diferencias importantes. Respecto a la
concentración, la más utilizada es al 70%, ya que aparte de producir menos se-
quedad e irritación de la piel y es de menor costo.
Los alcoholes son volátiles e inflamables por lo que deben ser almacenados
en condiciones apropiadas.

Tintura de yodo
Su acción se produce por oxidación e inactivación de los componentes celulares.
Su uso es relativamente seguro y su acción es rápida, pudiendo mantener el
efecto hasta 2 horas
Tiene un amplio espectro de acción, su concentración habitual de uso es entre
1 a 2% de yodo y yoduro de potasio en 70% de alcohol
Este producto tiene como principal desventaja la irritación de la piel y que-
maduras de tipo química, especialmente cuando se deja por muchas horas en la
piel sin retirar el producto.
Su uso masivo responde a la facilidad de su preparación y bajo costo. Se utili-
za por muchos años para la preparación de la piel antes de la cirugía y en menor
frecuencia previo a las punciones.

213
Concepto de infección intrahospitalaria

Povidona yodada

Presenta el mismo mecanismo de acción y espectro de los yodados.


Es un compuesto soluble en agua que resulta de la combinación del yodo y
polivinyilpyrrolidona con lo cual se mejora la solubilidad del yodo y permite su
liberación en forma gradual a los tejidos. Este efecto determina una menor irrita-
ción de la piel y una mayor disponibilidad del producto en el tiempo.
El término yodo disponible se refiere a la cantidad de yodo disponible como
reservorio y el de yodo libre al porcentaje en solución en condiciones de actuar, es
decir una solución de povidona yodada al 10%, contiene 1% de yodo disponible
y la concentración de yodo libre es de 1 a 2 partes de un millón que se mantiene
hasta agotarse el yodo disponible. Esta ventaja del producto se pierde al diluirse en
agua, ya que en estas circunstancias se comporta como solución acuosa de yodo.
Su actividad puede verse disminuida por la presencia de sangre u otra materia
orgánica.
Las concentraciones de uso habitual como Lavado quirúrgico son al 7,5% y
8% y el utilizado para curas es al 10%.
En relación a la tintura de yodo o lugol, presenta menor irritación dérmica. Se
deben usar con precaución en los recién nacidos y quemados.
Su acción antiséptica se clasifica entre nivel alto y nivel intermedio. Son le-
tales en minutos para las bacterias, hongos, virus, protozoos, quistes amebas y
esporas. Sin embargo, frente a esporas secas requiere de un mayor tiempo de
exposición (horas).
Los antisépticos yodados tienen la ventaja de ser baratos.

Clorhexidina
Su acción está determinada por daño a la membrana celular y precipitación
del citoplasma.
Posee un amplio espectro de acción, actúa sobre bacterias, gram + y gram -,
no tiene acción sobre el bacilo tuberculoso y débil en hongos. Su acción antiviral
incluye VIH, herpes simplex, citomegalovirus e influenza.
Las ventajas que justifican el uso de Clorhexidina son la acción germicida
rápida y su duración prolongada gracias a que esta sustancia tiene gran adhesi-
vidad a la piel, tiene un buen índice terapéutico.
Su uso es seguro incluso en la piel de los recién nacidos y la absorción a través
de la piel es mínima. Solamente se ha reportado toxicidad en instilaciones de
oído medio y ojos.

214
Concepto de infección intrahospitalaria

La rapidez de su acción es intermedia y posee alto nivel de persistencia de su


acción debido a una fuerte afinidad con la piel, por lo que sus efectos antimicrobia-
nos permanecen hasta 6 horas después de su uso, el mayor efecto que cualquiera
de los agentes utilizados para el lavado de manos. Presenta un importante efecto
acumulativo de modo que su acción antimicrobiana aumenta con su uso periódico.
Su actividad no se ve afectada por la presencia de sangre u otras sustancias
orgánicas, sin embargo su acción se puede ver afectada por surfactantes no ió-
nicos o aniones inorgánicos presentes en el agua dura y componentes utilizados
en su preparación, razón por la cual su actividad es fórmula dependiente y esto
determina las distintas concentraciones de uso.
Las formulaciones más comunes son al 2% y 4%.

Triclosán
Es un derivado fenólico relativamente nuevo que actúa produciendo daño en
la pared celular de los microorganismos. Es de amplio espectro bacteriano, mejor
para Gram + y hay poca información sobre su actividad en virus.
Es absorbido por la piel intacta lo cual determina su persistencia y su rapidez
de acción es intermedia.
No se ha demostrado efecto alergénico ni mutagénico en períodos cortos de uso.
Su actividad es mínimamente afectada por la materia orgánica.
Las concentraciones de uso habitual son entre 0,3% y 2%.
Se indica principalmente para el lavado de manos de tipo clínico donde se
utiliza en barra al 1% y en preparaciones líquidas al 0,5%.

PRODUCTOS ANTISÉPTICOS
Povidona Tintura de
Clorhexidina Alcohol Triclosan
yodada yodo
Concentración 2-4% 70-90% 7.5% - 10% 1-2% en 70% 0.3 - 2%
Espectro Amplio Amplio Amplio Amplio Regular
Acción Intermedio Rápida Intermedia Rápido Intermedio
Efecto Excelente Mínimo Mínima Mínimo Excelente
Persistencia Alta No posee Intermedia Intermedia Alta
Irritación Baja Alta Alta Alta Baja
Reacciones Reacciones
Toxicidad Ototoxicidad Para la piel No
Alérgicas Alérgicas
Inactivación Mínima Alta Alta Si Mínimo
Se inactiva con clo- Se absorbe por
Volátil, sin Debe
ro, nitrato o jabón. las mucosas. No afecta
Observaciones No afecta a los efecto residual, No en patología removerse al Pseudomonas.
inflamable. secarse.
Mycobacter. tiroídea.

215
Concepto de infección intrahospitalaria

1.2.2.2. Pautas para el uso correcto de los antisépticos


– Limpia la piel antes de aplicar la solución antiséptica.
– Prepara la solución antiséptica a la concentración adecuada.
– Etiqueta la solución antiséptica con fecha de preparación y caducidad.
– No mezcles antisépticos.
– Nunca recargues los envases de antisépticos sin previa limpieza y secado
de los mismos.
– Respeta el tiempo de contacto para evitar efectos tóxicos.
– Mantén cerrados los envases de antisépticos cuando no estén en uso.
– Evita contaminar los antisépticos y procura preservar la concentración.

1.3. Métodos de limpieza y desinfección de material e


instrumental sanitario
Se hace necesario definir y desarrollar los conceptos de limpieza y desinfec-
ción, ya que ayudarán a su comprensión.

1.3.1. Limpieza
Es la técnica (manual y/o mecánica)
que origina una reducción cuantitativa
de contaminación macroscópica.
La limpieza rigurosa es el paso obliga-
do antes de poner en marcha cualquier
método de esterilización o desinfección.

Objetivos de la limpieza
– Eliminar los restos de materia orgánica e inorgánica de los mismos.

La presencia de cualquier suciedad o partícula extraña (incluso si ésta es


estéril) sobre los instrumentos y materiales, puede provocar peligrosas
complicaciones en un paciente si penetra a través de una herida. El cuer-

216
Concepto de infección intrahospitalaria

po tiende a rechazar cualquier materia extraña que penetre en el cuerpo.


El resultado puede ser el retraso en su recuperación y cicatrización, con
un sufrimiento adicional para el paciente. Esto puede ser extremadamente
peligroso si durante una intervención, una partícula extraña penetra en el
torrente sanguíneo.
Cuando la suciedad orgánica como sangre o tejidos se deja secar, puede
adherirse fuertemente a las superficies y tras el paso del tiempo, ser mucho
más difícil de extraer, Por lo que es esencial que los materiales se limpien
tan pronto como sea posible tras su uso.
– Reducir el número de microorganismos presentes en los objetos.
Mediante la limpieza, la población de microorganismos residentes sobre los
materiales (Carga Microbiana) se reduce considerablemente. Al eliminar la
suciedad visible, incluyendo cualquier resto de sangre o pus, se eliminará
el caldo nutritivo que puede facilitar la pervivencia de microorganismos
que hayan podido sobrevivir.
Pero existe otro riesgo: los restos de los organismos muertos pueden causar
reacciones febriles si penetran en el flujo sanguíneo. Los residuos produ-
cidos por estos organismos muertos es lo que se conoce como pirógenos.
Existen microorganismos que contienen sustancias químicas venenosas
(endotoxinas) que pueden ser liberadas en el momento de su muerte y
que pueden causar enfermedades muy serias.
Todo esto constituye razones adicionales para reducir la Carga Microbiana
lo máximo posible antes de pasar al procedimiento de desinfección o este-
rilización.
– Favorecer los procesos de desinfección y esterilización.
La mayor parte de la suciedad la constituyen restos de tejidos y sangre,
que contienen proteínas. Cuando las proteínas se calientan sobre los
50 ºC, pueden adherirse entre ellas, proceso que se conoce con el nombre
de coagulación. En los procesos de desinfección por agua caliente, o pos-
teriormente, durante la esterilización por vapor, los materiales se exponen
a temperaturas más altas, y por tanto, residuos proteicos pueden quedar
adheridos fuertemente al material.
Por tanto, estos aspectos se consideran fundamentales:
▷ Toda suciedad debe ser extraída con anterioridad al proceso de desin-
fección y/ o esterilización.
▷ La temperatura del agua, utilizada en el pre-lavado, no debe superar
los 50 ºC.
Tras la limpieza, todos los instrumentos deben ser inspeccionados para cons-
tatar una correcta limpieza y secado. Se debe prestar especial atención a las par-

217
Concepto de infección intrahospitalaria

tes más difíciles de los instrumentos, tales como los engranajes, zonas dentadas,
tubuladuras, etc. Esta comprobación se realiza habitualmente cuando se realiza
la revisión funcional de los instrumentos.

El círculo de la limpieza
La acción limpiadora global sobre los materiales, puede ser representada
mediante un círculo, donde cada sector indica la contribución relativa de aquel
indicador sobre el total de la acción limpiadora (círculo de limpieza de Sinner).
Dependiendo del método de limpieza utilizado, el reparto de los diferentes facto-
res puede diferir.
Los factores implicados en la limpieza son:

Calor Acción química

Disolvente

Tiempo Acción mecánica

– El disolvente: el agua es el portador donde la suciedad va a ser disuelta,


suspendida y transportada, extrayéndola de los materiales que van a ser
lavados. El agua es el medio donde todas estas acciones se desarrollarán.
– La acción mecánica: como el frotado, cepillado, rociado mediante agua
a presión, o lavado ultrasónico.
– La acción química: el jabón o detergente con agua es utilizado para ab-
sorber y suspender la suciedad y los gérmenes. Los productos de limpieza
pueden contener agentes químicos adicionales, que matarán los microor-
ganismos, disolverán las proteínas y protegerán los instrumentos.
– El calor: mejora el poder de dilución del agua y del jabón o detergente;
para prevenir la coagulación la temperatura de la prelimpieza para los
detergentes neutros debería ser inferior a los 50º C, aproximadamente;
los detergentes alcalinos, sin embargo, necesitan de las altas temperaturas

218
Concepto de infección intrahospitalaria

para hidrolizar (rotura de las moléculas mediante la acción del agua) los
residuos proteicos. Por tanto, la temperatura durante la limpieza principal
necesita ser la adecuada para el tipo de detergente escogido.
– El tiempo: Se necesita un tiempo mínimo de exposición para que estas
acciones sean efectivas sobre los materiales, va a depender de los métodos
e intensidad de otras acciones.

Tipos de lavados
– Lavado automático.
Es un método por el que se elimina la materia orgánica de forma automá-
tica, lo que permite que el proceso sea homogéneo y controlable, evitando
que existan diferencias en el tiempo, cantidad de agua, detergente, tempe-
ratura, así como de procedimiento.
Es el método ideal para lavar los materiales ya que mejora la efectividad
de la limpieza y minimiza los riesgos del personal a microorganismos pa-
tógenos.
El detergente utilizado se utilizará en concentraciones recomendadas por
el fabricante, la temperatura del agua de lavado, que no podrá sobrepasar
los 45º, la cantidad de agua en el ciclo, el flujo y la presión en las diferentes
fases del proceso, afectarán a la efectividad del proceso.
Este método se utiliza para todos los materiales termorresistentes que va-
yan a ser reutilizados.
El lavado mecánico puede realizarse mediante lavadoras adaptadas para
la limpieza de material quirúrgico, disponiendo de diferentes bandejas que
se adapten a las características de los materiales procesados o mediante
túneles de lavado, proceso similar al anterior, pero más mecanizado.
– Lavado manual.
La limpieza manual se requiere para materiales delicados y complejos,
teniendo especial cuidado en la limpieza de instrumentos con rosca y an-
claje, debiendo ser desmontados para que no quede materia orgánica.
Se usarán detergentes que formen poca espuma y se seguirán las reco-
mendaciones del fabricante para la concentración de dicho detergente y
tiempo. La temperatura del agua de lavado no deberá sobrepasar los 45º
para evitar la coagulación de la materia orgánica.
Este método se utiliza para aquellos materiales que no pueden ser lavados
de forma mecánica, materiales termosensibles como pueden ser: motores,
lentes, cámaras, cables de luz, baterías, material endo-urología, ópticas...

219
Concepto de infección intrahospitalaria

– Lavado por ultrasonidos.


Los ultrasonidos producen ondas de alta frecuencia que dan alternancias
de presión y de depresión.
El tratamiento de ultrasonidos está especialmente indicado para la limpie-
za de instrumental de acero inoxidable y siempre que haya incrustaciones,
ya que es un sistema adecuado para eliminar eficientemente la suciedad.
Para el lavado en la cuba de ultrasonidos, el instrumental se colocará en
posición abierta para que puedan penetrar las ondas y así poder desin-
crustar la suciedad. La temperatura de las soluciones de lavado de la cuba,
debe estar a 45º.
El contenido del baño debe ser reemplazado a intervalos regulares siguien-
do las indicaciones del fabricante, ya que demasiada concentración de su-
ciedad en la cuba de ultrasonidos perjudica un buen resultado del lavado.
Los instrumentos deben estar totalmente sumergidos en la solución de lim-
pieza.
Es imprescindible un aclarado abundante del instrumental, después de ser
tratado en el baño ultrasónico para evitar todos los restos orgánicos depo-
sitados en la superficie del instrumento.
No se debe utilizar el baño ultrasónico para la limpieza de artículos de
goma y plásticos, ya que estos tienden a absorber los ultrasonidos.
– Secado del material.
El secado es un proceso muy importante después de haber realizado la
limpieza ya que evita la corrosión del instrumental y permite una esteriliza-
ción correcta y eficaz. Si ponemos instrumentos húmedos en el autoclave,
el exceso de humedad producirá una baja concentración del agente esteri-
lizante en esa zona e incluso en toda la cámara. Además las gotas de agua,
al igual que los restos hemáticos, actúan de barrera protectora sobre las
bacterias y se habrá producido una esterilización dudosa.
Se requiere un meticuloso secado interno y externo del material, realizándo-
lo, ya sea de forma manual, con paños de papel o textil absorbentes que no
desprendan residuos (hilachas), o de forma mecánica, sobre todo las partes
internas que se podrán realizar con calor seco, ultrasonidos o aire a presión.

1.3.2. Desinfección
Es un proceso destinado a conseguir la eliminación de microorganismos, con
excepción de las esporas, alterando su estructura o su metabolismo, indepen-
dientemente de su estado fisiológico.

220
Concepto de infección intrahospitalaria

El proceso de desinfección que actualmente se aplica en el ámbito hospitala-


rio, es la desinfección química, esta puede ser manual (por inmersión) o automá-
tica (por lavadoras o desinfectadoras). De estos procedimientos de desinfección,
el menos aconsejable es el manual por la imposibilidad de control automático de
los parámetros del proceso.

Desinfección química
Debe utilizarse exclusivamente para los materiales que no precisan ser esterili-
zados. Para la desinfección química se utilizan desinfectantes que son sustancias
químicas que aplicadas sobre material inerte, sin alterarlo de forma sensible, des-
truyen los microorganismos en general, patógenos y no patógenos.
Existen tres niveles de actividad de la desinfección:
– Desinfección de bajo nivel. Es el procedimiento químico que trata de
destruir la mayor parte de las formas vegetativas bacterianas, algunos vi-
rus de tamaño medio o lipídicos y la mayor parte de hongos, pero no las
esporas bacterianas ni Mycobacterium tuberculosis.
– Desinfección de nivel intermedio. Procedimiento químico que trata
de inactivar todas las formas vegetativas bacterianas, la mayor parte de
hongos, virus de tamaño medio y pequeño (lipídicos y no lipídicos), el
virus de la Hepatitis B y Mycobacterium tuberculosis, pero no garantiza la
destrucción de esporas bacterianas.
– Desinfección de alto nivel. Es el empleo del procedimiento químico
cuyo fin es inactivar todos los microorganismos, excepto algunas esporas
bacterianas. En periodos largos de exposición (10 horas) pueden llegar a
ser esporicida y por ello, esteriliza. Se consigue mediante la inmersión del
material previamente limpiado y secado, en solución líquida desinfectante
a la dilución de uso adecuada y durante un tiempo definido. Se utiliza
fundamentalmente, para el material semicrítico.

1.4. Cadena epidemiológica de la infección nosocomial

1.4.1. Definición de infección nosocomial


La atención de los pacientes se dispensa en establecimientos que compren-
den desde Centros de Salud muy bien equipados y hospitales universitarios con
tecnología avanzada hasta unidades de atención primaria únicamente con servi-
cios básicos. A pesar del progreso alcanzado en la atención hospitalaria y de sa-

221
Concepto de infección intrahospitalaria

lud pública, siguen manifestándose infecciones en pacientes hospitalizados, que


también pueden afectar al personal de los hospitales.
Las infecciones contraídas en los establecimientos de atención de salud están
entre las principales causas de defunción y de aumento de la morbilidad en pa-
cientes hospitalizados. Son una pesada carga para el paciente y para el sistema
de salud pública.
La infección nosocomial (IN) tradicionalmente se ha definido como “Una
infección contraída en el hospital por un paciente internado por una razón distin-
ta de esa infección. Una infección que se presenta en un paciente internado en
un hospital o en otro establecimiento de atención de salud en quien la infección
no se había manifestado ni estaba en período de incubación en el momento del
internado. Comprende las infecciones contraídas en el hospital, pero manifiestas
después del alta hospitalaria y también las infecciones ocupacionales del perso-
nal del establecimiento.
Actualmente, se habla de Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria
(IRAS), se definen como “aquellas que se adquieren o desarrollan como conse-
cuencia de la atención sanitaria”.
Desde el punto de vista de la vigilancia epidemiológica, los Centers for Disea-
se Control and Prevention (CDC) americanos la han definido como:
“Todo cuadro clínico, localizado o sistémico, que es el resultado de una re-
acción adversa debida a la presencia de uno o varios agentes infecciosos o sus
toxinas, sin evidencia de que estuviese presente o en fase de incubación en el
momento del ingreso hospitalario”

1.4.1.1. Epidemiología de las IN


Hoy en día, las IN siguen siendo la complicación más frecuente en pacientes
hospitalizados. Entre un 5-10% de todos los pacientes ingresados en los hospi-
tales desarrollarán una o más infecciones como consecuencia de su ingreso o
de los distintos procedimientos diagnósticos-terapéuticos recibidos. Esto supone
que en EE.UU., aproximadamente, 2 millones de pacientes cada año adquirirán
una infección, de los que 90.000 fallecerán como consecuencia directa de la
misma, con un coste añadido estimado de 35.700 a 45.000 millones de dólares
por año.
Las infecciones nosocomiales agravan la discapacidad funcional y la tensión
emocional del paciente y, en algunos casos, pueden ocasionar trastornos disca-
pacitantes que reducen la calidad de la vida. Son una de las principales causas
de defunción. Los costos económicos son enormes. Una estadía prolongada de
los pacientes infectados es el mayor factor contribuyente al costo.

222
Concepto de infección intrahospitalaria

Un estudio mostró que el aumento general del período de hospitalización de


los pacientes con infecciones de heridas quirúrgicas fue de 8,2 días y osciló entre
3 días en casos de una intervención quirúrgica ginecológica, 9,9, una general y
19,8, una ortopédica.
Una estadía prolongada aumenta no solo los costos directos para los pacien-
tes sino también los indirectos por causa del trabajo perdido. El mayor uso de
medicamentos, la necesidad de aislamiento y el uso de más estudios de labora-
torio y otros con fines de diagnóstico también elevan los costos. Las infecciones
nosocomiales agravan el desequilibrio existente entre la asignación de recursos
para atención primaria y secundaria al desviar escasos fondos hacia el tratamien-
to de afecciones potencialmente prevenibles.
En España los datos del Proyecto EPINE (Estudio de Prevalencia de las Infec-
ciones Nosocomiales en España), que consiste en una encuesta de prevalencia
anual en la mayoría de los hospitales de agudos del país, nos confirma en el
año 2013 el descenso de las infecciones hospitalarias, con una frecuencia de
infecciones nosocomiales de 6,60%; es decir, de cada 100 pacientes ingresados
cinco sufren una infección durante su estancia en el hospital, siendo éste el mejor
resultado recogido en toda la historia del estudio
En la gráfica podemos ver la evolución de los resultados de EPINE desde
1990 al 2008.

11
10
9
8
Prevalencia (%)

7
6
5
4
3
2
1
0
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08
19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 20 20 20 20 20 20 20 20 20

Prevalencias de la infección nosocomial Prevalencias de infectados

Evolución de las prevalencias de infección nosocomial y de pacientes con infección nosocomial. Estudio EPINE 1990-2008.

Estas cifras varían en función del tipo de hospital, siendo más elevadas en los
hospitales de tercer nivel o universitarios (de más de 500 camas) debido a la ma-
yor gravedad de la enfermedad de base de los pacientes ingresados y a la mayor
complejidad de las técnicas diagnósticas y terapéuticas utilizadas. Las Unidades
de Cuidados Intensivos (UCI), con prevalencias entre el 30 y el 40%, son las
áreas con mayores tasas de infección, mientras que las cifras de prevalencia más
bajas se producen en las áreas de pediatría y ginecología-obstetricia.

223
Concepto de infección intrahospitalaria

Las infecciones del sitio quirúrgico (ISQ), las infecciones del tracto respiratorio
bajo, incluidas las neumonías relacionadas con la ventilación mecánica (NRVM),
las infecciones del tracto urinario (ITU) y las bacteriemias constituyen aproxima-
damente el 80% de todas las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria
en nuestro ámbito; se ha detectado un aumento de la infección del sitio quirúr-
gico y del tracto respiratorio y, de tal forma que las prevalencias de infección
prácticamente se han igualado en las 3 localizaciones, suponiendo cada una de
ellas aproximadamente un 20% del total de las infecciones nosocomiales.
Los datos del EPINE de 2008 mostraron la siguiente distribución: 22,5% la
infección respiratoria, 21,4% la urinaria, 20,6% la quirúrgica y 15,4% la bacte-
riemia.
Según datos de EPINE de 2013, vemos que la distribución ha cambiado, sien-
do las infecciones quirúrgicas (26,36%) las primeras, seguidas de las respiratorias
(20,85%), urinarias (18,58%) y bacteriemias relacionadas con catéter (12,56%).
Uno de los datos más preocupantes que revela el EPINE durante los últimos
años es el alto consumo de antibióticos, donde se evidencia que aproximada-
mente un 50% de los pacientes ingresados están recibiendo antibioterapia mien-
tras que en la Unión Europea, el consumo medio no llega al 40%. Dado que el
uso elevado de antibióticos está relacionado con el aumento de infecciones por
bacterias resistentes, éste será uno de los puntos clave a observar en los sucesivos
estudios.

1.4.1.2. Etiología de las IN


La etiología de las infecciones hospitalarias ha experimentado una constante
evolución en los últimos 40 años. Aunque los microorganismos gramnegativos,
como Enterobacterias y Pseudomonas aeruginosa siguen siendo los agentes cau-
sales más frecuentes, durante las últimas décadas se ha producido un aumento
considerable de otros patógenos nosocomiales.
En los años 80 se asistió al resurgimiento de los estafilococos, con la aparición
de cepas resistentes a la meticilina, y comenzaron a surgir los estafilococos coa-
gulasa negativos multirresistentes.
Durante la década de 1990 las nuevas pautas de terapia antibiótica, que fre-
cuentemente incluyen el uso de varios antimicrobianos, favorecieron el incre-
mento de estafilococos coagulasa negativos, hongos oportunistas y gérmenes
multirresistentes, y la aparición de brotes de infección, como los producidos por
S. aureus resistentes a la meticilina (SARM), Enterococcus spp. con resistencias a
la ampicilina, gentamicina y otros aminoglucósidos, Acinetobacter baumannii en
la UCI o Aspergillus spp. en quirófanos.

224
Concepto de infección intrahospitalaria

Últimamente se está asistiendo al incremento de las infecciones producidas


por bacilos gramnegativos productores de beta-lactamasas de espectro extendi-
do (BLEE) (especialmente E. coli y K. pneumoniae) y Ps. Aeruginosa multirrre-
sistente.
Según los datos del estudio EPINE, los gérmenes con mayor prevalencia en
los hospitales españoles en el año 2013 fueron: Escherichia coli, Pseudomonas
aeruginosas, Staphylococcus aureus, Enterococcus faecalis, Staphylococcus epi-
dermidis y Klepsiella pneumoniae

1.4.1.3. Factores predisponentes de las IN


Uno de los principales objetivos de los programas de vigilancia es la identifi-
cación de subgrupos de pacientes que presentan una mayor probabilidad de de-
sarrollar una IRAS, para así detectar la población diana susceptible de implantar
las medidas de prevención más adecuadas.
La probabilidad de que un paciente se infecte depende de tres componentes
fundamentales:
El riesgo endógeno del enfermo.
– La modificación del riesgo endógeno por los tratamientos y otros procedi-
mientos derivados de la hospitalización.
– La mayor o menor exposición a microorganismos potencialmente pató-
genos.
Debe resaltarse la importancia que tiene el contagio a través de las manos del
personal sanitario, que sigue siendo el principal mecanismo de transmisión.

225
Concepto de infección intrahospitalaria

1.4.1.4. Factores de riesgo intrínsecos


Los factores de riesgo intrínseco o dependientes del paciente no sólo reducen
la resistencia a la infección, sino que también condicionan el tipo de infección,
fundamentalmente en cuanto a su localización y etiología. Entre ellos, los princi-
pales descritos son:
– La edad.
– La enfermedad de base del paciente.
– Determinadas enfermedades crónicas.
– Y todo aquello que conlleve un deterioro del sistema inmunitario.
Estos factores no son modificables, aunque su conocimiento permite la actua-
ción de forma preventiva sobre dichos pacientes.

1.4.1.5. Factores de riesgo extrínsecos

Son aquellos derivados de la hospitalización e incluyen tanto las maniobras


diagnóstico-terapéuticas a las que se somete a los pacientes como el medio am-
biente que lo rodea.
Las infecciones más frecuentes son aquellas relacionadas con dispositivos mé-
dicos, como la ventilación mecánica, los catéteres vasculares o las sondas urina-
rias y/o con los procedimientos quirúrgicos. Los profesionales sanitarios también
son un agente epidemiológico muy importante en la cadena de transmisión de la
infección nosocomial, pudiendo ser el reservorio y/o fuente de infección. Además
tienen un papel primordial en la prevención y el control de la misma, ya que so-
bre ellos pesa la responsabilidad de garantizar una adecuada higiene hospitalaria
y el cumplimiento de las medidas de prevención.

1.5. Barreras higiénicas

Las medidas de limpieza, desinfección y esterilización constituyen la base de


la higiene hospitalaria. Así que todo el personal debe conocer, aplicar y controlar
de forma estricta este tipo de medidas.
Dichas medidas deben estar protocolizadas y debemos ser estrictos al ejecu-
tarlos y no saltarnos ningún paso.

226
Concepto de infección intrahospitalaria

1.5.1. Higiene de Manos


La higiene de manos es la medida más importante para la prevención y con-
trol de las infecciones nosocomiales, además de una medida básica de protec-
ción del personal sanitario.
La forma más frecuente de transmisión de microorganismos patógenos entre
pacientes se produce a través de las manos del personal sanitario (transmi-
sión cruzada).
La “fuente” de estos microorganismos la forman no sólo los pacientes con
infecciones producidas por estos microorganismos, sino también aquellos pa-
cientes que están colonizados (en la piel, aparato respiratorio, digestivo, secre-
ciones, etc) por los mismos y en esos momentos no muestran síntomas o signos
de infección.
Otra fuente de adquisición de microorganismos en las manos del personal
son las superficies de mobiliario, aparatos, utensilios, enseres, etc. que están en
contacto directo con el paciente infectado o portador.
Para evitar la transmisión de microorganismos entre pacientes debe utilizarse
de manera adecuada un producto que elimine la “flora transitoria” (microor-
ganismos que se adquieren tras el contacto con un medio contaminado y que
contaminan las manos de manera transitoria) es decir, una descontaminación de
las manos.

1.5.1.1. Técnica de Higiene de Manos

A. Cuando se descontaminan las manos con una solución alcohólica, aplicar


el producto en la palma de una mano y frotar ambas manos, cubriendo toda la
superficie de las manos y dedos hasta que las manos estén secas (IB). Seguir
las instrucciones del fabricante acerca de la cantidad de producto que haya que
utilizar.
B. Cuando se lavan las manos con agua y jabón, mojar primero las ma-
nos con agua, aplicar luego, la cantidad de producto recomendado por el
fabricante y frotar vigorosamente ambas manos juntas, durante al menos 15
segundos, cubriendo toda la superficie de las manos y dedos. Enjuagar las
manos con agua y secarlas completamente con papel de secado desechable.
Usar el papel de secado para cerrar el grifo. Evitar el uso de agua caliente,
debido a que la exposición repetida al agua caliente puede aumentar el riesgo
de dermatitis (IB).

227
Concepto de infección intrahospitalaria

Pasos a seguir cuando se descontaminan las manos con una solución alcohólica

C. Cuando se lavan las manos con agua y jabón, éste se puede utilizar en
forma líquida o en polvo. No se recomienda usar jabón en barra, si en caso ex-
cepcional se utiliza, se debe tener en cuenta que la jabonera facilite el drenaje y
se deben usar barras pequeñas (II).
D. No se recomiendan las toallas de tela de uso múltiple o las de tipo de
rollo (II).

228
Concepto de infección intrahospitalaria

Pasos a seguir cuando se lavan las manos con agua y jabón

1.5.2. Higiene de Manos Quirúrgica


A. Quitar anillos, relojes y pulseras antes de comenzar
el lavado (II).

229
Concepto de infección intrahospitalaria

B. Retirar los restos de debajo de las uñas utilizando un cepillo de uñas y agua
corriente (II).
C. Cuando se va a realizar un procedimiento quirúrgico se recomienda la
antisepsia de las manos con jabón antiséptico (IB).
D. Cuando se va a realizar un procedimiento quirúrgico se deben frotar las
manos y antebrazos con jabón antiséptico durante el tiempo recomendado por
el fabricante, generalmente entre 2 y 6 minutos. Mayor tiempo de frotamiento
(p.e.: 10 minutos) no es necesario (IB).

E. Cuando se use una solución de base alcohólica de actividad persistente, se


deben seguir las instrucciones del fabricante. Antes de aplicar la solución alcohó-
lica, se deben lavar las manos y antebrazos con jabón y secarlos completamente.
Tras la aplicación de la solución se debe esperar, antes de ponerse los guantes, a
que las manos y antebrazos estén completamente secos (IB).
F. Prestar atención especial a la desinfección de uñas, borde periungueal, de-
dos y pliegues interdigitales.

1.5.3. Uso de guantes


En las últimas décadas se ha producido una sobreutilización de los guantes
en los cuidados sanitarios, por una incorrecta interpretación de las llamadas me-
didas de precaución estándar o universal (absolutamente necesarias para evitar
la infección del personal sanitario a partir de infecciones de los pacientes, sobre
todo de virus hematógenos como el VIH y el VHC).

Los guantes si no se u lizan correctamente, es decir, cambiándolos entre


pacientes, pueden actuar como vehículos de transmisión de microorganismos.

230
Concepto de infección intrahospitalaria

Por tanto, tan importante como una correcta higiene de manos es una ade-
cuada utilización de guantes, no usándolos cuando no es necesario y cambián-
dolos entre pacientes, distintas zonas del mismo paciente, etc.
Recordar:
– Deben utilizarse guantes cuando pueda existir contacto con sangre, secre-
ciones, fluidos corporales, piel no intacta o mucosas de un paciente.
– Debe evitarse el uso de guantes en situaciones no recomendadas, debido
a que puede olvidarse cambiarlos entre pacientes. Específicamente, debe
evitarse circular con guantes.
– Deben retirarse los guantes después del contacto con el paciente y des-
echarlos (no lavarlos entre pacientes).
– Cuando es necesario utilizarlos, los guantes deben cambiarse siempre en-
tre pacientes, y entre áreas “contaminadas” y “no contaminadas” del mis-
mo paciente.
– El uso de guantes no evita en ningún caso la necesidad de descontami-
nación de manos. Por tanto, aunque se hayan utilizado, debe realizarse
descontaminación de manos entre pacientes al retirarse éstos.

1.6. Consecuencias de las infecciones nosocomiales


Las infecciones nosocomiales constituyen un riesgo permanente de la asis-
tencia sanitaria, con una notable repercusión en morbilidad, estancias y costos.
La infección nosocomial, como problema de salud, tiene un impacto econó-
mico, humano y social, no solamente en el paciente, sino también en su proyec-
ción en la comunidad.
– Impacto humano.
▷ Daño físico y psicológico del paciente durante su complicación.

231
Concepto de infección intrahospitalaria

▷ Secuelas irreversibles orgánicas y funcionales.


▷ Pérdida de órganos vitales.
▷ Pérdida de la vida.
▷ Daño psicológico en la familia y amistades.
– Impacto social.
▷ Afectación personal y de la familia del paciente infectado (económica,
psicológica y social).
▷ Gastos sanitarios extra, que redundarían en otra actividad útil.
▷ Procesos legales de acusaciones y otros litigios.
▷ Pérdida de prestigio del personal de salud y de las instituciones involu-
cradas.
– Impacto económico.
▷ Aumento del costo hospitalario
▷ Pérdida de trabajo, disminución de la producción y de la productividad.
▷ Pérdida de salario e ingresos familiares del afectado (días no trabaja-
dos, peritaje, jubilación).
▷ Utilización del recurso material y humano calificado en detrimento de
otras actividades de la salud.
▷ Costos hospitalarios extraordinarios, que corresponderían a otra acti-
vidad útil.
La infección nosocomial entendida como una complicación de la asistencia
sanitaria, encaja dentro de la definición de evento adverso, y como tal ha sido
uno de los sucesos más frecuentes observados en los estudios realizados sobre
esta materia, como el Harvard Medical Practice Study o el Estudio Nacional so-
bre los Efectos Adversos ligados a la Hospitalización (ENEAS) realizado en nues-
tro país. En este último, las infecciones nosocomiales representaron el 25,3% del
total de eventos adversos detectados, siendo el segundo más frecuente después
de los relacionados con la medicación.
Hoy en día se considera la vigilancia y control de las Infecciones relacionadas
con la Asistencia Sanitaria (IRAS) como un componente crítico de la seguridad
clínica y una prioridad dentro de las políticas de calidad y seguridad del paciente.
Así, la organización Mundial de la Salud (OMS) ha promovido que el primer reto
de la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente para los próximos años
sea precisamente la IRAS y, en nuestro país, el Plan Nacional de Calidad para el
Sistema Nacional de Salud también ha incorporado entre sus líneas estratégicas
la prevención de la infección nosocomial.

232
Concepto de infección intrahospitalaria

2. GESTIÓN DE RESIDUOS SANITARIOS.


CLASIFICACIÓN, TRANSPORTE, ELIMINACIÓN Y
TRATAMIENTO

2.1. Clasificación
La clasificación de residuos se realiza según el tipo de residuo que se genere,
siendo el personal que trabaja en los distintos servicios el encargado de identi-
ficar los residuos que produce, segregarlos y envasarlos para su posterior elimi-
nación. De ahí la importancia de saber identificar y diferenciar los distintos tipos
de residuos.

2.1.1. Residuos no peligrosos: se impone la recogida selectiva


para disminuir el volumen de residuos que se depositen en
vertederos
– Grupo I: Residuos generales asimilables a urbanos: son los que se
producen fuera de la actividad asistencial (comedores, salas adminis-
trativas, salas de espera, etc.). Se recogen en bolsa de color negro (nor-
mativa UNE 53-147-85 y de un mínimo de 200 galgas), las repone y
retira el servicio de limpieza.
– Grupo II: Residuos sanitarios asimilables a urbanos: son los que se produ-
cen por la actividad asistencial y/o de investigación asociada, que no están
incluidos entre los considerados como residuos sanitarios peligrosos. Se
producen en todos los lugares donde se realice atención sanitaria. Se reco-
gen en bolsa de color marrón, en bolsa (normativa igual que la anterior)
no mayor de 60 litros. Son cerradas, retiradas y repuestas por el servicio
de limpieza.

2.1.2. Residuos peligrosos


– Grupo III A. Residuos peligros sanitarios.
– Grupo III B. Residuos químicos y citostáticos.
– Grupo IV. Residuos radiactivos.
– Grupo V. Residuos peligrosos de origen no sanitario.
Estos residuos contienen sustancias que pueden representar un peligro para
el medio ambiente, la salud humana o los recursos naturales. Están identificados

233
Concepto de infección intrahospitalaria

con un asterisco en la Lista Europea de Residuos (LER), y la finalidad de esta


ley es la de ayudar a clasificar los residuos en función de su origen y naturaleza.
Codificación según R.D. 833/1988 y R.D.952/1977. Para la identifica-
ción de los residuos peligrosos se les asigna un código compuesto por 7 dígitos,
cada uno de los cuales caracterizan el residuo y facilita su control desde que se
produce hasta su destino final. El código nos aporta la siguiente información:
– La razón por la que hay necesidad de que sea gestionado (productor).
– Cómo va ser gestionado (gestor).
– El tipo de genérico o categoría a la que pertenece su estado físico: líquido,
lodo, sólido y gas licuado o comprimido (productor).
– Principales constituyentes (fichas de datos de seguridad/caracterización).
– La actividad que lo genera (productor).
– El proceso generador del mismo (productor).
Etiquetado de los residuos. Deberán estarlo de forma clara, legible e inde-
leble y al menos en la lengua española. Debe figurar:
– El código de identificación del residuo.
– Nombre, dirección y teléfono del titular del residuo.
– Fecha de envasado. Indica el comienzo del almacenamiento. Este tiempo
de almacenamiento no podrá exceder de 6 meses.
– La naturaleza de los riesgos que presenta el residuo.
– La etiqueta se fijará firmemente al envase y se anularán las anteriores para
evitar confusiones.
– Se deben imprimir con los pictogramas correspondientes, en negro sobre
fondo amarillo-naranja.

2.1.3. Grupo III A. Residuos peligrosos sanitarios


Son los producidos en la actividad asistencial y/o de investigación asociada,
que conlleva algún riesgo potencial para los trabajadores expuestos o para el
medio ambiente, o por razones de ética o estética, siendo necesario observar me-
didas de prevención en su manipulación, recogida, almacenamiento, transporte,
tratamiento y eliminación.
Están constituidos por residuos de pacientes con infecciones altamente vi-
rulentas y erradicadas, residuos de pacientes con infecciones de transmisión
oral-fecal, por aerosoles, filtros de diálisis de pacientes infecciosos, residuos pun-
zantes y cortantes independientemente de su origen, cultivos y reservas de agen-

234
Concepto de infección intrahospitalaria

tes infecciosos, residuos de animales infecciosos de experimentación, cantidades


importantes de líquidos corporales, especialmente sangre humana, residuos ana-
tómicos humanos reconocibles. Se desglosan en:
a) Infecciosos.
b) Material cortante/punzante. Se depositan en contenedores de un máximo
de 3 litros.
c) Cultivos y reservas de agentes infecciosos, se incluyen los residuos de pa-
cientes en diálisis con virus VHC, VHB, VIH.
d) Residuos infecciosos de animales de experimentación, y material en con-
tacto con ellos.
e) Vacunas vivas y atenuadas. Viales y jeringas con restos y las vacunas caduca-
das.
f) Sangre y hemoderivados de forma líquida. En cantidades mayores a 100
ml, la orina se vierte en el desagüe y el envase a la basura (RSAU).
g) Residuos anatómicos no identificables. Procedentes de exéresis quirúrgi-
cas, placentas, piezas anatómicas sin formol…
Se recogen en bolsas de color rojo que cumplan la normativa UNE 53-147-85,
con galga mínima de 400, preferentemente de material reciclado, y en contenedores
reutilizables o de un solo uso (en ese caso no será necesaria la bolsa), de color verde
de 60 litros. Los residuos considerados M.E.R. (Material Específico de Riesgo), en
contenedores azules y se añadirá una etiqueta con la leyenda incineración.

2.1.4. Grupo III B. Residuos químicos y citostáticos


Es el material de desecho contaminado con productos de naturaleza química.

1. Medicamentos citotóxicos y citostáticos


Incluyen los medicamentos y las excretas de los pacientes que los han recibi-
do. Estos residuos presentan propiedades mutagénicas, teratógenas y canceríge-
nas que pueden producir efectos locales irritantes, vesicantes y alérgicos.
Principios de eliminación: La principal premisa es la de evitar el residuo, para
ello se realizará una producción centralizada. Facilitar un mejor conocimiento y
aprendizaje. Favorecer la instauración de circuitos de detección de errores, lo que
lleva a una mejor calidad del producto y seguridad de los técnicos.
Almacenaje: se realizará en el servicio de Farmacia, en los servicios donde se
tenga que administrar solo estará las unidades de administración inmediata, el

235
Concepto de infección intrahospitalaria

personal conocerá las propiedades de estos productos, estar en dispositivos que


prevengan roturas y limiten la extensión de fugas, deben estar separadas del resto
de medicamentos.
Deben prepararse en campana de flujo laminar vertical, protegiéndose con
guantes, bata y mascarilla, desechando los residuos en el contenedor con su bolsa
adecuada. Contenedor de color rojo, volumen máximo de 60 litros, con bolsa roja.
Son de un solo uso, están elaborados con materiales rígidos, impermeables, resis-
tentes a agentes químicos y materiales perforantes, disponen de cierre provisional
que garantiza la estanqueidad hasta el llenado y con cierre hermético provisional.
Una vez finalizado su uso debe identificarse como “RESIDUO CITOTÓXICO”.

2. Residuo de origen químico


Existen diversos tipos:
– Medicamentos desechados. No son considerados peligrosos pero son so-
metidos a recogida selectiva. Se incluyen los caducados, restos y los que
se han alterado por cualquier causa.
– Residuos líquidos: líquido revelador o similar de las radiografías, desinfec-
tantes a base de aldehídos. Otros no sanitarios pero que se producen en su
actividad: aceites usados, disolventes, productos químicos, etc.
– Mercurio. Están en materiales de medida (termómetros, etc.), pilas de bo-
tón y algunas lámparas.
– Reactivos de laboratorio. Se clasifican a su vez en:
▷ Disolventes halogenados. Contienen más del 2% de algún halógeno.
Son muy tóxicos e irritantes, en algunos casos cancerígenos (clorofor-
mo, cloruro de metileno, etc.).
▷ Disolventes no halogenados: líquido orgánico inflamable que contenga
menos del 2% de un halógeno. Son inflamables y tóxicos. Evitar mez-
clas con productos que no sean insolubles (etanos, metanol, etc.).
▷ Disoluciones acuosas. Soluciones acuosas de productos orgánicos e
inorgánicos.
▷ Ácidos. Ácidos inorgánicos y soluciones acuosas de concentraciones
mayores del 10%. Hay que tener precaución pues pueden tener reac-
ciones de incompatibilidad.
▷ Aceites. Aceites minerales derivados de mantenimiento y calefactores.
▷ Sólidos: parafina, carbón activo…
▷ Especiales. Reactivos caducados y obsoletos. No deben mezclarse entre
si no con los de otro grupo.

236
Concepto de infección intrahospitalaria

▷ Mezclas. Se tratarán como el producto más peligroso de los que contenga


la mezcla, o que tengan simultáneamente consideración de dos grupos
diferentes, (restos anatómicos conservados en formol se considerarán re-
siduo III A y III B y se etiquetarán conforme a lo dispuesto en cada uno
de los grupos.
▷ Sustancias clasificadas como cancerígenas o mutagénicas.
▷ Recipientes y envases. Todos los hayan contenido restos del grupo III B.
Fichas de datos de seguridad. Contendrán información sobre los productos
que contiene, con lo que va a facilitar su clasificación sin tener que analizarlo.
La clase de residuo y su peligrosidad va a depender del tipo de sustancias que lo
componen y la concentración del preparado que forman.
Sustancias: son elementos químicos y sus compuestos en estado natural, o
los obtenidos mediante cualquier procedimiento de producción, incluidos los
aditivos necesarios para conservar la estabilidad del producto y las impurezas
que resulten del procedimiento utilizado, excluidos los disolventes que puedan
separarse sin afectar la estabilidad de la sustancia ni modificar su composición.
Preparados: son mezclas o soluciones compuestas por dos o más sustancias.
En una ficha de datos de seguridad debe aparecer información correspon-
diente a los siguientes apartados:
– Identificación de la sustancia o preparado y del responsable de su comer-
cialización.
– Composición/información sobre los componentes.
– Identificación del los peligros.
– Primeros auxilios.
– Medidas de lucha contra incendios.
– Medidas en caso de vertido accidental.
– Manipulación y almacenamiento.
– Controles de la exposición/protección personal.
– Propiedades físicas-químicas.
– Estabilidad y reactividad.
– Información toxicológica.
– Información ecológica.
– Consideraciones relativas a la eliminación.
– Información relativa al transporte.

237
Concepto de infección intrahospitalaria

– Información reglamentaria.
– Otra información.
Una vez estudiadas las fichas de cada producto que componen un residuo,
nos podemos encontrar en tres situaciones:
– Que la sustancia o preparado no sea peligroso.
– Que sea peligroso. Estará identificado con un símbolo de peligro.
– Que no se obtenga información suficiente o concluyente. Se recurrirá a
análisis de laboratorio.
Condiciones de envasado y almacenamiento de residuos químicos. Se harán en
forma que se evite la generación de calor, explosiones, igniciones, formación de sus-
tancias tóxicas o cualquier efecto que aumente su peligrosidad o dificulte su gestión.
El personal que manipule estos residuos debe cumplir las siguientes normas
de seguridad:
– No beber, comer o fumar.
– Utilizar, siempre que sea necesario, equipo de protección personal adecua-
do: gafas, guantes y/o mascarilla.
– Nunca pipetear con la boca, utilizar medios mecánicos.
– Las superficies de trabajo se descontaminarán periódicamente, siempre
que los productos que se utilicen lo hagan necesario y cuando se produzca
un derramamiento.
– La operación de vertido en los contenedores de residuos debe hacerse de
forma lenta y controlada, interrumpiéndose si se observa algún fenómeno
anormal, como la aparición de gas o un aumento excesivo de la temperatura.
– Si la sustancia es muy volátil, se utilizará, para el vertido, una campana de
extracción.
– Para el trasvase de líquidos se utilizarán embudos, con objeto de evitar las
salpicaduras y los derrames accidentales.
– No utilizar aquellos envases que presenten roturas, deformaciones, no dis-
pongan de tapón o tengan el cierre en mal estado, por la posibilidad de
que durante su manipulación puedan presentar fugas o incluso puedan
llegar a romperse.
– La boca de los contenedores de los residuos líquidos no debe tener un diá-
metro grande, para evitar que el contenido del recipiente se desparrame
de inmediato en caso de caída.
– Los contenedores no deben llenarse más del 90% de su capacidad, para
evitar salpicaduras.

238
Concepto de infección intrahospitalaria

– Una vez terminada la operación de vertido, se cerrará bien el contenedor


hasta su próximo uso, con el fin de evitar la exposición de los trabajadores
a los agentes químicos.
– Los residuos líquidos se recogerán en garrafas especialmente diseñadas
y homologadas para el transporte de mercancías peligrosas por carretera
(salvo los citotóxicos). En general estos residuos se recogerán en contene-
dores amarillos, con una reseña sobre el contenido de los mismos.

2.1.5. Grupo IV. Residuos Radiactivos


De la eliminación de los residuos radiactivos se encarga ENRESA (Empresa
Nacional de Residuos Radiactivos), que es la empresa que gestiona en España,
los materiales contaminados de baja y mediana actividad, de acuerdo con el Real
Decreto 1.522/84.
Las instalaciones donde se produce este residuo, para favorecer su gestión, tie-
nen que llevar a cabo una segregación, caracterización y documentación del mismo.
La gestión de estos materiales y sus fuentes, debe llevarse a cabo con arreglo
a: principios generales de protección radiológica, normativa vigente y recomen-
daciones de la Guía de Seguridad del CNS (Consejo de Seguridad Nuclear).
Se puede dividir la gestión de estos productos en cuatro fases:
– Segregación: los productos que son radiactivos de los que no son. De los
que son se separarán en razón de su estado físico, naturaleza fisicoquímica
y periodo de semidesintegración.
– Caracterización: conocer su actividad y a partir de ella, su actividad espe-
cífica por unidad de masa.
– Almacenamiento: previo al almacenamiento deberán de etiquetarse con
su identificación en la que se incluirá radionucleidos, actividad media es-
timada en la fecha de cierre, tipo de residuo, instalación de procedencia,
tasa de dosis de contacto, fecha de cierre, fecha prevista de evacuación.
– Evacuación: se hará pasado en tiempo para que pueda ser considerado
residuo no radiactivo, o cuando llegue la fecha comprometida con la em-
presa suministradora o gestora de residuos radiactivos.

2.1.6. Grupo V. Residuos peligrosos de origen no sanitario


Se podría decir que son productos que teniendo la consideración de peli-
grosos, son generados en las actividades de mantenimiento y soportes de los
Centros Sanitarios. Se incluirían: aceites lubricantes usados, pilas (Ni/Cd, Hg),

239
Concepto de infección intrahospitalaria

baterías, filtros bactericidas, tóner de impresoras y fotocopiadoras, envase vacíos


de disolventes, aceites, pinturas, barnices y productos de limpieza, etc.

2.1.7. Segregación y envasado. Dependerá de su clasificación


a) Segregación: se necesitará una adecuada formación de todo el personal
involucrado en el proceso de producción del residuo y una adecuada in-
fraestructura par la correcta segregación en el origen sin que se mezclen los
distintos grupos de residuos.
Una segregación estricta y normalizada reducirá, en gran medida, la can-
tidad de ellos que requieran un tratamiento más exigente, manteniendo a
la vez los niveles de riesgo al mínimo.
b) Envasado.

Residuos Envases Contenedores


Residuos Generales Bolsa NEGRA
Asimilables a Urbanos
(RGAU)
Pedir envases a Suministros

Residuos Sanitarios Bolsa MARRÓN


Asimilables a Urbanos
(RSAU)
Pedir envases a Suministros

Residuos Sanitarios Contenedor


Infecciosos. Sangre y VERDE
hemoderivad.(>100 ml.) (Destruible) 60 L.
Restos anatómicos (no o Contenedor
regulados por D. Policía VERDE
Sanitaria Mortuoria). (Reutilizable)
Agujas y otro material cortante 60 L. + Bolsa roja
o punzante (en contenedor – Restos
punzantes amarillo y luego
dentro del verde.)
Vacunas vivas y atenuadas.
Pedir a Limpiadora

240
Concepto de infección intrahospitalaria

Restos de Animales. Contenedor AZUL


Residuos considerados (Destruible) 60 L.
Material Especifico de Riesgo
Sanitario (MER)
Pedir a Limpiadora

Residuos Citotóxicos y Contenedor ROJO


Citostáticos (Destruible) 60 L.
Pedir a Limpiadora

Químicos Sólidos. Contenedor


Reactivos de Laboratorio. AMARILLO
Restos pequeños anatómicos (Destruible) 60 L.
conservados en formol.
Pedir a Limpiadora

Disolventes Halogenados Garrafa BLANCA


(Xilol, Formol...) y no (Destruible) 25 L.
Halogenados.
Líquidos de reveladoras.
Otros residuos peligrosos
líquidos (Líquidos de
autoanalizadores...)
Pedir a Limpiadora
Mercurio (Retirar la En bote de cristal
limpiadora) o Plástico
Cualquier

Pilas Envase
Pedir a Suministros Especifico para
pilas

241
Concepto de infección intrahospitalaria

MEDICAMENTOS Contenedor
CADUCADOS BLANCO
(excepto Citotóxicos y (destruibles) 60 L
Citostáticos)
Pedir a Limpiadora

Envases Vacíos Sacos


Voluminosos de residuos “Big-Bag” 1 m3
peligrosos (con pictograma
naranja) de Lavandería,
Mantenimiento,
laboratorio, Cocina, etc.
Filtros campanas flujo
laminar. (Con etiqueta de
biosanitario peligroso o
etiqueta de citotóxico).
Pedir a Limpiadora

Con e queta interna indicando el po de residuo.

2.2. Transporte y almacenamiento


a) Gestión intracentro:
▷ Recogida: la periodicidad va a depender de la zona, la actividad y del
residuo que se genera. A excepción de algunos no peligrosos de origen
no sanitario, será como mínimo diaria. Cada centro productor estable-
cerá un programa de gestión acorde a sus necesidades.
▷ Transporte:
 Los envases no se arrastrarán por el suelo, se acercará los carros al
lugar de recogida.
 Cuando sean envases perforables, el personal de limpieza cogerá las
bolsas por arriba y mantendrá suspendidos y alejados del cuerpo,
para evitar posibles pinchazos.
 No se harán trasvases de residuos entre envases.
 El personal de limpieza deberá usar guantes que impidan el con-
tacto directo de la piel con los envases y que protejan de posibles
accidentes traumáticos.
 La precaución más importante es que los envases están convenien-
temente cerrados.

242
Concepto de infección intrahospitalaria

Los productores dispondrán de zonas de almacenamiento de los residuos peli-


grosos para su gestión posterior, bien en la propia instalación, siempre que esté
debidamente autorizada, o bien mediante su cesión a una entidad gestora de
estos residuos.
▷ Almacenamiento:
 Temporal. No deberá exceder de12 horas. Este lugar debe estar se-
ñalizado, cerca del punto de producción, bien ventilados y con los
residuos convenientemente envasados. Sus paredes deben ser de
fácil limpieza y no podrán coincidir con circuitos limpios o zonas de
tránsito.
 Final. El tiempo de almacenamiento de los residuos peligrosos no
podrá exceder de 6 meses. En el caso de los del grupo III A será de
48-72 horas, salvo para aquellos contemplados en los apartados b y
e de este grupo. Este plazo no será de aplicación en aquellos centros
sin bloque quirúrgico y con una producción de residuos peligrosos
inferior a 100 Kg./mes.
b) Gestión extracentro. Corresponde a la Consejería de Medio Ambiente
regular, autorizar y supervisar el correcto cumplimiento de las normas esta-
blecidas para la gestión de residuos en el exterior de los centros sanitarios.
▷ Sistemas de registro y control.
▷ Todos deben llevar un registro de la producción de residuos en sus instala-
ciones. Los no peligros se separaran en origen, de aquellos subsidiarios de
valoración o reciclado. Tienen que estar en posesión de la documentación
que acrediten las entregas realizadas. Los peligrosos se entregarán a ges-
tores autorizados.
▷ Residuos sanitarios asimilables a urbanos.
▷ Transporte externo. Se debe realizar igual que con las precauciones de
los urbanos. Los Ayuntamientos están obligados a su recogida, trans-
porte y eliminación externa.

2.4. Eliminación y Tratamiento


El tratamiento y eliminación de los residuos sanitarios del grupo III y citostá-
ticos deberá atender a criterios de inocuidad, asepsia y salubridad con el fin de
garantizar la eliminación de los gérmenes patógenos y la protección del medio
ambiente.
Fuera de los centros, los residuos del grupo II se tratarán y eliminarán como
residuos asimilables a los municipales.

243
Concepto de infección intrahospitalaria

Los residuos del grupo III se podrán eliminar mediante incineración, en hor-
nos preparados para esta finalidad y estarán construidos con unas características
técnicas definidas.

Se ha de tener en cuenta que cuando se habla de incineración se refiere a


incineración efectuada fuera del recinto sanitario y llevada acabo por empresas
autorizadas que ofrezcan toda la garantía de no contaminar el medio ambiente,
según la Orden 18 de octubre de 1976 (M. Ind., BB.OO.E. 3-12-1976, rect. 23-2-
1977), sobre Prevención y corrección de la contaminación atmosférica de origen
industrial, y el Real Decreto- legislativo 1302/86 de 28.6, (M. Obras Púb., B.O.E.
30-6-1986) sobre Evaluación de impacto ambiental.

La generación de residuos biológicos sanitarios representa fundamentalmente


un problema de seguridad e higiene en el trabajo, especialmente en el interior
de los centros sanitarios, mientras que el riesgo de infección para la comunidad
es poco importante y prácticamente limitado a ciertas infecciones no endémicas
de España. El riesgo mayor proviene de una incineración inadecuada. Por este
motivo, en muchos países, se está imponiendo como medida alternativa a la
incineración, el tratamiento de los residuos mediante la esterilización y, una vez
triturados, se asimilan a los residuos urbanos.

Otro método de eliminación es el tratamiento por microondas, aunque este es


más complejo que el anterior, ya que primero se han de humedecer los residuos
pues sólo así las microondas serán efectivas.

Los residuos del grupo III también se podrán eliminar como residuos asimila-
bles a los municipales, siempre que hayan sido previamente tratados mediante
esterilización por vapor caliente a presión por técnica de autoclave, es decir me-
diante acción desinfectante por proceso fraccionado de vapor al vacío.

Los residuos del grupo III que sean cortantes y punzantes, como agujas de
bisturí, estiletes y cualquier material metálico que pueda ser vehículo de transmi-
sión de enfermedades, podrán ser tratados mediante esterilización en el mismo
centro, y después eliminados como residuos asimilables a los municipales.

La eliminación de residuos citostáticos se realizará mediante neutraliza-


ción química o incineración a una temperatura que pueda garantizar su des-
trucción.

Los residuos anatómicos identificables y cadáveres serán gestionados según


lo establecido en el Decreto 95/2001, de 3 de abril, que aprueba el Reglamento
de Policía Sanitaria Mortuoria, legislado por la Comunidad Autónoma de Anda-
lucía.

244
Concepto de infección intrahospitalaria

Minimización de residuos
Un residuo es un material destinado al abandono y en principio sin utilidad
ni valor, por lo que se plantea para su poseedor la necesidad de eliminarlo. Las
técnicas para llevar a cabo esto se dividen en dos grandes grupos:
– Técnicas consistentes en un cambio radical del proceso productivo.
– Las que implican cambios o mejoras en el proceso actual o en sus opera-
ciones relacionadas.
Algunos ejemplos de procesos que persiguen la minimización:
– Potenciar la valoración de los subproductos susceptibles a tal fin: envases
de papel, cartón, latas, vidrio, aceites vegetales, etc.
– Buenas prácticas de compras, con el uso de criterios ecológicos: productos
en contenedores reutilizables, productos con etiqueta ecológica.
– Buenas prácticas en los procesos: radiografías digitales, reutilización del
papel, segregación adecuada en los puntos de producción, etc.
– Buenas prácticas en logística: inclusión en los pliegos de concurso públicos
de compras.
El SAS posee un plan con las actuaciones a realizar en este apartado, están
recogidas en el Plan de Minimización de Residuos del Servicio Andaluz de Salud.

2.5. Manipulación de Citostáticos


Este apartado está incluido en los contenidos anteriores, pero al ser produc-
tos de muy alto riesgo a la hora de su utilización y procesado, se trata de forma
independiente.

2.5.1. Vías de entrada


Los medicamentos citostáticos presentes en el ambiente pueden ser incorpo-
rados al organismo por:
– Inhalación del polvo o aerosoles, e incluso de los vapores generados a
temperatura ambiente.
– Ingestión (comida o cigarrillos contaminados).
– Penetración a través de la piel o mucosas.
– Los cosméticos dificultan la eliminación y pueden dar lugar a exposición
continuada.

245
Concepto de infección intrahospitalaria

2.5.2. Factores del riesgo


La magnitud del riesgo depende de:
– La toxicidad inherente de cada citostático.
– Tradicionalmente se han considerado más peligrosos los agentes alquilan-
tes. Los antimetabolitos, por ejemplo, no son mutagénicos en el test de
Ames, aunque este hechono garantiza su inocuidad. En todo caso, éste es
un factor sobre el que no se puede actuar ya que viene condicionado por
la prescripción médica.
– El nivel de exposición, que se relaciona con:
▷ La carga de trabajo.
▷ Las condiciones de manipulación.
– Protección ambiental.
– Material de protección.
– Técnica de manipulación. Implica procedimientos, adiestramiento y eva-
luación periódica.
▷ El tiempo de exposición. Es aconsejable aplicar sistemas de rotación
entre el personal adiestrado.
▷ La fase del proceso. Hay mayor riesgo en la preparación y los derrames
accidentales, aunque las medidas de protección deben incluir todas las
fases del proceso.
▷ Determinadas características del manipulador. Embarazo, edad repro-
ductiva, exposición simultánea a otros agentes, etc.

2.5.3. Procedimiento de preparación


Instalaciones. Área de Trabajo
Características estructurales:
– El área de trabajo estará concebida como un recinto exclusivo con acceso
restringido al personal autorizado.
– Constará de al menos dos zonas bien diferenciadas, conectadas entre sí
por una zona de paso (en total tres zonas):
– Una antesala destinada al almacenamiento y acondicionamiento del ma-
terial.
Una zona de paso que sirve de zona transferencia de materiales y personas
a la zona de preparación y actúa de barrera frente a la contaminación,

246
Concepto de infección intrahospitalaria

tanto microbiológica hacia la zona de preparación, como de productos


biopeligrosos hacia el exterior.
En la zona de paso el personal debe colocarse el material de protección
cuando vaya a entrar en la zona de preparación y retirárselo cuando cir-
cule hacia la antesala. Es aconsejable la instalación de mecanismos que
impidan la apertura simultánea de las 2 puertas de la zona de paso.
– La zona de preparación propiamente dicha, en que se ubica la CBS. En
ella se dispondrán el mínimo número de estantes o armarios, y se alma-
cenará la mínima cantidad posible de material (siempre en muebles cerra-
dos). Se recomienda que las baldas y encimeras no entren en contacto con
la pared, dejando libre un espacio de unos 10-30 cm. Idealmente sólo se
almacenará una pequeña cantidad de material cuya finalidad es evitar la
salida a la antesala cuando se haya cometido un error en la planificación
del material necesario para una preparación concreta. La antesala y la
zona de preparación deben disponer de intercomunicadores de voz, ya
que las puertas de comunicación no deben ser abiertas durante el proceso
de preparación.
También se aconseja la utilización de materiales de separación que permi-
tan el contacto visual.
– Al menos la zona de paso y la de preparación tendrán la consideración
de zonas limpias siendo sus materiales semejantes a los que se utilizan en
las áreas quirúrgicas: superficies sin aristas (paredes, suelos, techos, super-
ficies de trabajo), fabricadas con materiales lisos, no porosos y provistos
de un revestimiento que permita su lavado con agua abundante (pintura
plástica, resina epoxi).
– El aire de ambas zonas debe ser tratado a través de circuitos independien-
tes que controlan tanto la entrada, previa filtración a través de un filtro
HEPA, como la extracción. La climatización del aire, que preferentemente
se toma del exterior, debe realizarse previamente al filtrado. Los requeri-
mientos en cuanto a calidad del aire no están bien establecidos para ins-
talaciones de este tipo. Muchos autores consideran que los requerimientos
de las normativas que regulan la manipulación de productos estériles en el
ámbito industrial pueden ser excesivos y probablemente no están pensa-
das para su aplicación en las unidades de citostáticos hospitalarias.
– El tratamiento de aire permite aplicar gradientes de presión entre zonas
para controlar el flujo de aire entre ellas. Dado que en el área de prepa-
ración debe aplicarse presión positiva para mantener la asepsia y presión
negativa para evitar la salida de contaminantes biopeligrosos hacia zonas
adyacentes, existe cierta controversia sobre cuál de los 2 aspectos debe
prevalecer. En nuestra opinión la zona de preparación debe someterse a
presión negativa para minimizar el riesgo de contaminación del entorno.

247
Concepto de infección intrahospitalaria

Paralelamente, la zona de paso debe tratarse con presión positiva, de ma-


nera que el aire que ingrese a la zona de preparación, al proceder de esta
zona que también recibe aire filtrado, sea de calidad suficiente
– Las CBS clase III (aisladores) pueden ser instaladas en zonas con menos
requerimientos de calidad de aire y presiones diferenciales ya que se trata
de sistemas más herméticos.

Zonas del área de preparación con las presiones diferenciales.

Normas en el área de trabajo


– No se permitirá comer, beber, masticar chicle, fumar ni almacenar alimentos.
– Se evitarán las corrientes de aire y los movimientos bruscos que puedan
provocar turbulencias en el flujo laminar de la CBS.
– El personal no utilizará maquillaje ni otros productos cosméticos ya que
pueden provocar una exposición prolongada en caso de contaminación.
Asimismo durante el trabajo debe evitarse el contacto de los guantes con
áreas susceptibles de ser contaminadas y en particular el contacto con la
cara.
– El paso a la zona de preparación se restringirá al máximo, siendo obligato-
ria la colocación de todo el material de protección.

Limpieza
La limpieza de la sala tiene una doble finalidad:
– Mantener las superficies limpias de polvo para mantener la clase de la sala
y minimizar la carga bacteriana.

248
Concepto de infección intrahospitalaria

– Descontaminación de trazas de citostáticos.


El suelo se limpiará diariamente con una mopa por arrastre (nunca se ba-
rrerá) y a continuación con un detergente desinfectante (como los usados
en quirófano) o con lejía. La limpieza de las paredes se hará semanalmen-
te con agua y jabón. El material de limpieza se considerará exclusivo para
el área de preparación y se desechará como si estuviera contaminado.
El personal que lleva a cabo la limpieza de la sala de preparación estará debi-
damente entrenado e irá provisto de material de protección.

Cabina de Seguridad Biológica (CBS)


Las preparaciones de citostáticos deben realizarse en Cabinas de Seguridad
Biológica (CBS).
Clase II tipo B o Clase III (Aislador), de flujo laminar vertical.
Deberán estar certificadas y cumplir los estándares internacionales. Asimismo
es importante cuidar del mantenimiento de las mismas que se realizará por per-
sonal cualificado, quedando siempre debidamente documentadas.
Clasificación
– Clase I:
No recomendada para el manejo de citostáticos.
Proporciona protección para el manipulador y el ambiente pero no para el
producto.
Constan de un solo filtro HEPA en la salida del aire al exterior.
– Clase II:
El funcionamiento, el flujo de aire vertical tras atravesar un filtro HEPA
alcanza la superficie de trabajo, se bifurca a través de las rejillas de la mis-
ma y continua circulando por un septo interior hasta que, tras un nuevo
filtrado, es impulsado por una bomba en parte de nuevo a la superficie de
trabajo y el resto a través de una nueva filtración al exterior de la cabina.
Se crea así una presión negativa que se compensa con la entrada de aire
exterior por el frontal de la cabina. Es precisamente esta cortina de aire
exterior la que actúa como protección para el manipulador.
La protección del producto vendrá definida por la proporción de aire exte-
rior absorbida y la calidad del mismo.
– Clase III (Aisladores)
Son compartimentos de trabajo totalmente cerrados de forma que la zona
de trabajo queda totalmente aislada. El aire se introduce a través de un

249
Concepto de infección intrahospitalaria

filtro HEPA y la salida es mediante doble filtración. La manipulación se


realiza a través de unos guantes fijos incorporados en la misma cabina.
Los materiales se introducen en ella a través de una cámara de transfe-
rencia. Para manejo de citostáticos se recomienda que trabajen a presión
negativa. En principio los requerimientos de área limpia son menores que
con las de clase II.
Entre sus inconvenientes cabe destacar una mayor dificultad de operativi-
dad que exige un período de entrenamiento mayor por parte del personal.
Con ellas se consigue protección tanto para el manipulador como para el
producto.

Esquema de funcionamiento de una CBS.

250
Concepto de infección intrahospitalaria

Procedimiento de tratamiento de residuos


Se consideran residuos citostáticos:
– Los restos de medicamentos Citostáticos generados en la preparación y
administración.
– El material utilizado en la preparación y administración (agujas, jeringas,
frascos, bolsas, sistemas de infusión...).
– El material de protección de los manipuladores (ropa protectora desecha-
ble, guantes, mascarilla...).
– El material utilizado en la limpieza de las zonas donde se lleva a cabo la
manipulación (especialmente la preparación y administración).
– El material procedente del tratamiento de derrames accidentales.

Material necesario
– Contenedores rígidos específicos para el material cortante y/o punzante
que una vez llenos se depositarán en:
– Contenedores de mayor volumen preferiblemente rígidos (algunas comu-
nidades admiten contenedores semi-rígidos o bolsas de plástico de galga
superior a 200), de material que no emita gases tóxicos en su incineración,
con cierre hermético. Estarán identificados con el rótulo que corresponda
en función de la Comunidad Autónoma que corresponda.

Manipulación y almacenamiento
– Los contenedores nunca se situarán en lugares de paso dentro de las uni-
dades donde se manipulan citostáticos y se retirarán cada 12-24 horas.
– El almacenamiento final se hará de forma independiente del resto de resi-
duos, en lugar ventilado y a ser posible refrigerado. El tiempo máximo per-
mitido varía en función de las legislaciones autonómicas y está en función de
la temperatura pero a temperatura ambiente nunca será superior a 72 horas.
– Durante todo el proceso de recogida y traslado de las bolsas y contenedores,
es necesario que se asegure el mínimo contacto del personal con el contenido
de estos recipientes. Por ello deberá contar con los medios de protección ade-
cuados para evitar riesgos derivados de la manipulación de estos residuos.

Eliminación
– La eliminación de estos residuos se realizará mediante la recogida de los
mismos por una empresa autorizada para ello y su posterior incineración.

251
Concepto de infección intrahospitalaria

– La incineración debe realizarse a 1000 ºC en hornos provistos de filtros


que protejan el medio ambiente es el sistema más idóneo para la elimina-
ción de citostáticos.
– Se desaconseja la inactivación química al ser un proceso complejo que
implica multitud de procedimientos distintos en función del material de
que se trate.

2.5.4. Tratamiento de las excretas de pacientes con


tratamiento citóstatico
Se debe tener presente que una fracción variable de los fármacos se eliminan
del organismo humano sin alteración, y que en muchas ocasiones sus metabo-
litos poseen actividad citotóxica, pudiendo ser esto especialmente importante
cuando se administran dosis altas de estos medicamentos. El tiempo de elimina-
ción de un fármaco es variable en función de su farmacocinética, dosis aplicada y
vía de administración. A continuación se documenta los tiempos de eliminación
de distintos fármacos citostáticos.
Las excretas deberían de recibir el mismo proceso de eliminación que el resto
de residuos citostáticos, pero razones de factibilidad hacen que actualmente sea
muy complejo cumplir con lo recomendado. Como mínimo, debe disponerse de
baños dotados de un sistema que permita el lavado continuo o bien disponer de
un sistema de evacuación independiente y dirigido a un colector para materiales
peligrosos hospitalarios, con arqueta de registro. Sin embargo, deben dictarse
unas normas para que el personal sanitario tome medidas de protección, como
en el caso general de la manipulación de citostáticos, llevando dobles guantes de
látex, bata impermeable, mascarilla y gafas de protección cuando exista riesgo
de salpicadura, y evitando todo contacto cuando se estén manipulando estas
excretas. Si no es posible tratar las excretas con un neutralizante específico, serán
abocados al desagüe diluidos con una gran cantidad de agua.
Cuando se utilicen las excretas para la determinación de pruebas analíticas,
la recogida, almacenamiento y manipulación deberá realizarse con especial pre-
caución.
La lencería de pacientes que hayan recibido tratamiento citostático en las
últimas 48 horas y que esté muy contaminada con excretas y vómitos se des-
echarán en las bolsas destinadas a los contenedores de residuos citostáticos. Si
esta lencería estuviera poco contaminada se colocará en unas bolsas de material
lavable y éstas, a su vez, en unas bolsas impermeables identificadas. Una vez en
la lavandería, tras retirar la bolsa impermeable, se sumergirán en lejía y posterior-
mente se procederá al lavado habitual. El personal directamente en contacto con
la lencería deberá ir protegido con guantes de látex y bata.

252
Concepto de infección intrahospitalaria

2.5.5. Protocolo de derrames de productos citotóxicos

Kit de derrames de citotóxicos


– Cantidades suficientes de papel absorbente (o polvo), gasas o toallas ab-
sorbentes, mejor si están impregnados de sustancias absorbentes como
alginatos.
– Dos pares de guantes de polivilino o neopreno.
– Calzas para zapatos, gafas protectoras y bata.
– Mascarillas protectoras desechables para polvo, vapores y aerosoles.
– Dos bolsas de residuos citostáticos claramente etiquetadas.
– Cantidad apropiada de solución alcalina o lejía.
– Botellas de agua para eventuales irrigaciones.
– Recogedor y escobillas desechables.
– Todo el personal que maneja sustituir por manipula fármacos citostáticos
debe familiarizarse con los procedimientos a seguir en caso de derrames.

Procedimiento a seguir en caso de derrames


En caso de derrame de material citostático en cualquier área que no sea el
interior de una cabina citotóxicos el procedimiento es el siguiente:
– Sacar el contenido del kit y colocarse la mascarilla, bata desechable de baja
permeabilidad, gafas de seguridad, gorro, calzas y dos pares de guantes.
– Limitar el área del derrame: colocar gasas o paños, mejor si están impregna-
dos de sustancias absorbentes (alginatos), para cubrir el líquido del derrame
y dejar que se empape. Si hubiese polvo en el derrame estas medidas se ex-
tremarán ya que el peligro de aerosoles es mucho mayor, para minimizarlo
se colocará una gasa o paño y sustituir por procederemos a mojar mojamos
con precaución esta gasa para que el polvo se disuelva y se absorba.
– Con ayuda de gasas, introducir los residuos en bolsas de plástico, de color
rojo y de galga 400, cerrarlas con grapas y echarlas al contenedor.
– Limpiar el suelo contaminado, utilizando la fregona y el cubo reservado
para este uso, en primer lugar con agua jabonosa. Después verter lejía
concentrada en la zona contaminada y fregar posteriormente con solución
de lejía diluida.
– Desechar el material empleado en la bolsa de residuos citostáticos.
– Todo el material contaminado deberá disponerse en unas bolsas de plásti-
co resistentes, de galga 400, la cual permita el almacenamiento seguro de

253
Concepto de infección intrahospitalaria

estos residuos e impida su rotura (sobre todo por objetos punzantes como
agujas o trozos de vidrio). Las bolsas deben de estar rotuladas de forma
que adviertan que el material que contienen está contaminado con citos-
táticos. Dichas bolsas se almacenarán en un contenedor rígido desechable
hasta proceder a su eliminación final.
– En el caso del uso de contenedores de un solo uso no se hace necesario el
envasado previo en bolsas.
– En ocasiones si el derrame es de gran dimensión podrían utilizarse sus-
tancias neutralizantes. Pero esta práctica no está exenta de riesgo por tra-
tarse de productos químicos irritantes, cuyo manejo inadecuado, o even-
tual rotura del envase que lo contiene, podría dar lugar a lesiones en los
manipuladores. Para que la neutralización sea efectiva es necesario un
tiempo idóneo de contacto que excede el tiempo prudencial de solución
de un problema por derrame. Otro inconveniente es que existen lagu-
nas de conocimiento sobre la toxicidad de los productos resultantes de
la neutralización. Además, los agentes neutralizantes tienen caducidad y
periódicamente habría que reponerlos con una nueva fabricación lo que
aumentaría la probabilidad de accidente en los técnicos preparadores ya
que son sustancias irritantes y corrosivas.
– Por todo ello no parece aconsejable distribuir pequeñas muestras de agen-
tes neutralizantes en el kit de derrame que se localizan en las unidades
clínicas donde se realizan la administración de los medicamentos citostá-
ticos. Si debe figurar en el protocolo de derrame la consigna de que ante
la ruptura o derrame de un preparado citostático, debe llamarse lo antes
posible al Servicio de Farmacia, que evaluará la conveniencia o no de un
tratamiento con agentes neutralizantes.

254
Servicio Aragonés Materia Específica. Temario y Test
Celadores de Salud

Test Materia Específica


Test n.º 10-11
Test n.º 10-11

1. Las características básicas de la Atención primaria son:


a) La accesibilidad, la coordinación, la integralidad y la asistencialidad.
b) La accesibilidad, la descoordinación, la integralidad y la longitudinalidad.
c) La accesibilidad, la coordinación, la integralidad y la longitudinalidad.
d) La coordinación, la interactividad y la longitudinalidad.

2. La accesibilidad es:
a) La provisión eficiente de servicios sanitarios en relación con las barreras
organizacionales, económicas, culturales y emocionales.
b) La capacidad de resolver la mayoría de los problemas de salud de la
población atendida (en atención primaria es alrededor del 90%).
c) La suma de las acciones y de los esfuerzos de los servicios de atención
primaria.
d) El seguimiento de los distintos problemas de salud de un paciente por los
mismos profesionales sanitarios: médicos y enfermeros.

3. La integralidad es:
a) La provisión eficiente de servicios sanitarios en relación con las barreras
organizacionales, económicas, culturales y emocionales.
b) La capacidad de resolver la mayoría de los problemas de salud de la
población atendida (en atención primaria es alrededor del 90%).
c) La suma de las acciones y de los esfuerzos de los servicios de atención
primaria.
d) El seguimiento de los distintos problemas de salud de un paciente por los
mismos profesionales sanitarios: médicos y enfermeros.

4. La longitudinalidad es:
a) La provisión eficiente de servicios sanitarios en relación con las barreras
organizacionales, económicas, culturales y emocionales.
b) La capacidad de resolver la mayoría de los problemas de salud de la
población atendida (en atención primaria es alrededor del 90%).
c) La suma de las acciones y de los esfuerzos de los servicios de atención
primaria.
d) El seguimiento de los distintos problemas de salud de un paciente por los
mismos profesionales sanitarios: médicos y enfermeros.

5. Indique la respuesta incorrecta. Los equipos de Atención primeria


constan de un núcleo básico de profesionales formado por:
a) Enfermeras, matronas, auxiliares de enfermería,...
b) Médicos generales, pediatras, puericultores,...

258
Test n.º 10-11

c) Personal de oficios, lavanderos, pinches, ...


d) Trabajadores sociales, personal administrativo, celadores...

6. No es una función de los Enfermeros en los EAP:


a) Atención a domicilio.
b) Educación sanitaria.
c) Tramitación de analíticas, radiografías, derivaciones,...
d) Extracciones.

7. En un hospital, coordina los servicios médicos y otros servicios


sanitarios de la división médica el:
a) Director sanitario. c) Gerente del hospital.
b) Director de Enfermería. d) Director médico.

8. A la cabeza de los servicios hospitalarios relacionados con el apo-


yo administrativo, hostelero, de obras y mantenimiento y de segu-
ridad que necesitan los demás servicios de hospital para funcionar
adecuadamente está:
a) El Director gerente.
b) El Director de gestión y servicios generales.
c) El Director administrativo.
d) Ninguno de los anteriores.

9. El Decreto del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el regla-


mento de la estructura y funcionamiento de las áreas y sectores del
Sistema de Salud de Aragón es el:
a) 23/2016, de 9 de febrero.
b) 6/2008, de 30 de enero.
c) 17/2010, de 2 de septiembre.
d) 174/2010, de 21 de septiembre.

10. Indique la respuesta equivocada.


a) La atención programada derivada de las actividades realizadas en este nivel
asistencial deberá realizarse tanto en jornada de mañana como de tarde.
b) La estructura y organización de las unidades clínicas hospitalarias arago-
nesas serán aprobadas por la Dirección Gerencia del Servicio Aragonés
de Salud, a propuesta de la Gerencia del Sector, oídas la Comisión de
Dirección del Centro, la Comisión Técnico Asistencial y la Junta de Per-
sonal y de acuerdo con la planificación establecida por el Área de salud
correspondiente.

259
Test n.º 10-11

c) Cada Área de Salud, a través de su Sector, contará, al menos, con dos


hospitales generales, dotados de los servicios que aconsejen la población
a asistir, su estructura y los problemas de salud.
d) Los centros de especialidades son instituciones sanitarias de atención es-
pecializada que prestan sus servicios a la población en régimen ambula-
torio, debiendo disponer del equipamiento y recursos sanitarios precisos
para tal fin.

260
Solución a los test n.º 10-11

1. c) La accesibilidad, la coordinación, la integralidad y la longitudinalidad.

2. a) La provisión eficiente de servicios sanitarios en relación con las barre-


ras organizacionales, económicas, culturales y emocionales.

3. b) La capacidad de resolver la mayoría de los problemas de salud de la


población atendida (en atención primaria es alrededor del 90%).

4. d) El seguimiento de los distintos problemas de salud de un paciente por


los mismos profesionales sanitarios: médicos y enfermeros.

5. c) Personal de oficios, lavanderos, pinches, ...

6. c) Tramitación de analíticas, radiografías, derivaciones,...

7. d) Director médico.

8. b) El Director de gestión y servicios generales.

9. d) 174/2010, de 21 de septiembre.

10. c) Cada Área de Salud, a través de su Sector, contará, al menos, con dos
hospitales generales, dotados de los servicios que aconsejen la pobla-
ción a asistir, su estructura y los problemas de salud.

261
Test n.º 12
Test n.º 12

1. Señale la respuesta incorrecta. El facultativo proporcionará al pa-


ciente, antes de recabar su consentimiento escrito, la información
básica siguiente:
a) Las consecuencias relevantes o de importancia que la intervención origi-
na con seguridad.
b) Los riesgos relacionados con las circunstancias personales o profesionales
del paciente.
c) Los riesgos probables en condiciones anormales, conforme a la experien-
cia y al estado de la ciencia o indirectamente relacionados con el tipo de
intervención.
d) Las contraindicaciones.

2. Las instrucciones previas podrán revocarse:


a) En los casos que marca la ley exclusivamente.
b) Libremente en cualquier momento dejando constancia por escrito.
c) Libremente en cualquier momento de forma verbal o escrita.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es cierta.

3. El consentimiento informado, de acuerdo con la definición previs-


ta en el art. 3 de la Ley 41/2002 de 14 de noviembre, consiste en:
a) La conformidad que debe prestar obligatoriamente por escrito de un
paciente, manifestada en el pleno uso de sus facultades antes de recibir la
información adecuada, para que tenga lugar una actuación que afecta a
su salud.
b) La conformidad libre, voluntaria y consciente de un paciente, manifes-
tada en el pleno uso de sus facultades antes de recibir la información
adecuada, para que tenga lugar una actuación que afecta a su salud.
c) La conformidad libre, voluntaria y consciente de un paciente, manifes-
tada en el pleno uso de sus facultades después de recibir la información
adecuada, para que tenga lugar una actuación que afecta a su salud.
d) La disconformidad libre, voluntaria y consciente de un paciente, mani-
festada en el pleno uso de sus facultades antes de recibir la información
adecuada, para que tenga lugar una actuación que afecta a su salud.

4. La renuncia del paciente a recibir información:


a) No se reconoce por la Ley.
b) Está limitada por el interés de la salud del propio paciente.
c) No está limitada por el interés de la salud de terceros.
d) Ninguna de las anteriores es correcta.

264
Test n.º 12

5. Cuando el paciente no sea capaz de tomar decisiones, a criterio del


médico responsable de la asistencia, o su estado físico o psíquico
no le permita hacerse cargo de su situación, y no pueda prestar el
consentimiento informado. Si el paciente carece de representante
legal:
a) El consentimiento lo prestarán las personas vinculadas a él por razones
familiares o de hecho.
b) El consentimiento no se prestará.
c) Tendrán en ese mismo acto nombrar representante legal.
d) El médico es quien de forma personal lo decida.

6. El Consentimiento informado, se prestará por escrito en los casos


siguientes:
a) Intervención quirúrgica.
b) Procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasores.
c) En general, aplicación de procedimientos que suponen riesgos o incon-
venientes de notoria y previsible repercusión negativa sobre la salud del
paciente.
d) En todos los casos anteriores.

7. La toma en consideración de los deseos expresados anteriormente


con respecto a una actuación médica en su persona por un pa-
ciente que en el momento de la intervención no se encuentra en
situación de expresar su voluntad se conoce como:
a) Eutanasia activa. c) Testamento vital.
b) Eutanasia pasiva. d) Consentimiento informado.

8. La prestación del consentimiento informado es:


a) Un deber del facultativo que atienda al paciente.
b) Un deber de todo el personal sanitario.
c) Un derecho del paciente.
d) Una obligación del paciente.

9. No serán aplicadas las instrucciones previas:


a) Que no se hayan formalizado ante Notario.
b) Que correspondan exactamente con el supuesto de hecho previsto por el
sujeto en el momento de emitirlas.
c) Que incorporen actuaciones previstas en el ordenamiento jurídico.
d) Que incorporen previsiones contrarias a la buena práctica clínica.

265
Test n.º 12

10. El reconocimiento legal de que se respeten los deseos expresados


anteriormente en el documento de instrucciones previas es una
manifestación del derecho:
a) A la información sanitaria.
b) A la autonomía del paciente.
c) Al derecho de decisión personal recogido en la Constitución.
d) A la segunda opinión.

11. En la legislación sanitaria española, el consentimiento escrito del


paciente:
a) Es una exigencia legal.
b) Es conveniente.
c) No es necesario.
d) Es obligatorio en determinados casos.

12. Indique la respuesta incorrecta en relación con los requisitos del


consentimiento informado:
a) Debe ser libre.
b) Debe ser voluntario.
c) La decisión de consentir debe anteceder a una información adecuada.
d) La persona que lo presta debe tener capacidad para conocer, compren-
der y querer el alcance de su decisión.

13. El derecho del paciente a no ser informado:


a) No está reconocido por la Ley.
b) Podrá restringirse en cualquier momento.
c) Podrá restringirse cuando será estrictamente necesario en beneficio del
paciente.
d) Sólo podrá ejercitarse si el paciente designa a un familiar o a otra persona
a la que se le facilite la información.

14. Indique la respuesta incorrecta, en relación con los requisitos del


consentimiento informado:
a) Debe ser voluntario.
b) Debe ser libre.
c) La persona que lo presta debe tener capacidad para conocer, compren-
der y querer el alcance de su decisión.
d) La decisión de consentir debe anteceder a una información adecuada.

266
Test n.º 12

15. Señale la respuesta correcta:


a) La Tarjeta Sanitaria es el documento que identifica individualmente a los
usuarios ante el Sistema Sanitario Público.
b) Cada persona, independientemente de su edad, debe disponer de su
tarjeta sanitaria individual.
c) Es importante que los niños tengan su propia tarjeta, desde el nacimiento.
d) Todas las respuestas anteriores son correctas.

267
Solución al test n.º 12

1. c) Los riesgos probables en condiciones anormales, conforme a la expe-


riencia y al estado de la ciencia o indirectamente relacionados con el
tipo de intervención.

2. b) Libremente en cualquier momento dejando constancia por escrito.

3. c) La conformidad libre, voluntaria y consciente de un paciente, manifes-


tada en el pleno uso de sus facultades después de recibir la información
adecuada, para que tenga lugar una actuación que afecta a su salud.

4. b) Está limitada por el interés de la salud del propio paciente.

5. a) El consentimiento lo prestarán las personas vinculadas a él por razones


familiares o de hecho.

6. d) En todos los casos anteriores.

7. c) Testamento vital.

8. c) Un derecho del paciente.

9. d) Que incorporen previsiones contrarias a la buena práctica clínica.

10. b) A la autonomía del paciente.

11. d) Es obligatorio en determinados casos.

12. c) La decisión de consentir debe anteceder a una información adecuada.

13. c) Podrá restringirse cuando será estrictamente necesario en beneficio del


paciente.

14. d) La decisión de consentir debe anteceder a una información adecuada.

15. d) Todas las respuestas anteriores son correctas.

269
Test n.º 13
Test n.º 13

1. Las funciones a realizar por los celadores, se recogen en:


a) La Orden de 5 de julio de 1971.
b) La Orden de 5 de julio de 1991.
c) El Estatuto de Personal no Sanitario al Servicio de las Instituciones Sani-
tarias de la Seguridad Social de 1971.
d) Son correctas las respuestas a y c.

2. ¿Cuál de las siguientes no es una función del Celador de los cen-


tros sanitarios, según su Estatuto?
a) Servirán de ascensoristas cuando se les asigne especialmente ese cometi-
do o las necesidades del servicio lo requieran.
b) Tendrán a su cargo la vigilancia nocturna, tanto del interior como exterior
del edificio, del que cuidarán estén cerradas las puertas de servicios com-
plementarios.
c) Realizarán habitualmente aquellas labores de limpieza que se les enco-
mienden.
d) Darán cuenta a sus inmediatos superiores de los desperfectos o anoma-
lías que encontraren en la limpieza y conservación del edificio o material.

3. ¿Cuál de las siguientes no es una función del Celador de los cen-


tros sanitarios, según su Estatuto?
a) Velarán continuamente por conseguir el mayor orden y silencio posible
en todas las dependencias de la Institución.
b) Tramitarán o conducirán sin tardanza las comunicaciones verbales, docu-
mentos u objetos que les sean confiados por el personal del centro sanitario.
c) Vigilarán el acceso y estancia de los familiares y visitantes en las habita-
ciones de los enfermos, no permitiendo la entrada más que a las perso-
nas autorizadas, cuidando no introduzcan en las instituciones más que
aquellos paquetes expresamente autorizados por la Dirección.
d) Vigilarán las entradas de la Institución, no permitiendo el acceso a sus
dependencias más que a las personas autorizadas para ello.

4. Marque la respuesta errónea en relación con las funciones del Ce-


lador de los centros sanitarios, según su Estatuto:
a) En caso de ausencia del peluquero o por urgencia en el tratamiento,
rasurarán a los enfermos masculinos que vayan a ser sometidos a inter-
venciones quirúrgicas en aquellas zonas de su cuerpo que lo requieran.
b) Vigilarán el comportamiento de los enfermos y de los visitantes, evitan-
do que estos últimos fumen en las habitaciones, traigan alimentos o se
sienten en las camas y, en general, toda aquella acción que perjudique al
propio enfermo o al orden de la Institución.

272
Test n.º 13

c) En los quirófanos auxiliarán en todas aquellas labores propias del Cela-


dor destinado en estos servicios, así como en las que les sean ordenadas
por los Médicos, Supervisoras o Enfermeras.
d) Tendrán a su cargo el traslado de los enfermos, dentro de la Institución,
pero no en el servicio de ambulancias, que será competencia exclusiva
del técnico de ambulancia.

5. Señale la proposición equivocada en relación con las funciones


del Celador de los centros sanitarios, según su Estatuto:
a) Limpiarán la mesa de autopsias y la propia sala.
b) En caso de ausencia del peluquero o por urgencia en el tratamiento,
rasurarán a los enfermos masculinos que vayan a ser sometidos a in-
tervenciones quirúrgicas en aquellas zonas de su cuerpo que lo requie-
ran.
c) Cuando por circunstancias especiales concurrentes en el enfermo, no
pueda éste ser movido sólo por las Enfermeras o Ayudantes de planta,
ayudará en la colocación y retirada de las cuñas para la recogida de ex-
cretas de dichos enfermos.
d) Con discreción, podrá hacer comentarios con los familiares y visitantes
de los enfermos sobre diagnósticos, exploraciones y tratamientos que se
estén realizando a los mismos.

6. Indique la solución falsa en relación con las funciones del Celador


de los centros sanitarios, según su Estatuto:
a) Se abstendrán de informar sobre los pronósticos de las enfermedades de
los pacientes, debiendo siempre orientar las consultas hacia el Médico
encargado de la asistencia del enfermo.
b) Ayudarán a las Enfermeras o personas encargadas a amortajar a los en-
fermos fallecidos, sin embargo, no corre a su cargo el traslado de los
cadáveres al mortuorio, que será tarea del facultativo.
c) Ayudarán a la práctica de autopsias en aquellas funciones auxiliares que
no requieran por su parte hacer uso de instrumental alguno sobre el ca-
dáver.
d) Tendrán a su cargo los animales utilizados en los quirófanos experimenta-
les y laboratorios, a quienes cuidarán alimentándolos, manteniendo lim-
pias las jaulas y aseándoles, tanto antes de ser sometidos a las pruebas
experimentales como después de aquellas y siempre bajo las indicaciones
que reciban de los Médicos, Supervisoras o Enfermeras que les sustituyan
en sus ausencias.

273
Test n.º 13

7. Cuál de las siguientes no puede considerarse una característica


general de la atención al usuario de los servicios sanitarios:
a) No deben incluirse en la Historia clínica del paciente datos íntimos e irre-
levantes con respecto al tratamiento clínico.
b) Los profesionales localizarán un lugar reservado para conversar acerca
de un paciente, cuando el tema de la conversación así lo precise.
c) No admitir tratos discriminatorios a los usuarios, ni diferencias en la aten-
ción sanitaria, a los pacientes por su etnia, religión, clase social, sexo,
orientación sexual, estado civil, aspecto físico, etc...
d) Todo personal de una institución sanitaria puede acceder a la informa-
ción personal administrativa de cualquier enfermo.

8. No es una función del Celador con relación a la información al


usuario:
a) Orientación al usuario durante su estancia en el Centro Sanitario, referida
a la ubicación de los Servicios y Unidades del Centro.
b) Llamar a los familiares de los enfermos intervenidos para informarles del
desarrollo de la intervención.
c) Avisar a los acompañantes de los familiares asistidos en urgencias que
pasen a las dependencias en la que van a ser informados de la asistencia
y evolución del paciente.
d) Todas son funciones de los Celadores.

9. Señale la proposición errónea sobre las funciones del Celador,


con relación a la asistencia al personal sanitario facultativo y no
facultativo:
a) Durante el traslado de un enfermo, ya sea en silla de ruedas o en cama
hospitalaria, el celador estará pendiente del estado físico del paciente y
de su bienestar.
b) Trasladará de unos servicios a otros los aparatos o mobiliario que se le
indique.
c) Ayudará a la práctica de autopsias en aquellas funciones auxiliares que
requieran por su parte hacer uso de instrumental sobre el cadáver. Lim-
piarán la mesa de autopsias y la propia sala.
d) En los quirófanos auxiliará en todas aquellas labores propias del celador
destinado en estos servicios, así como en las que les sean ordenadas por
los médicos, supervisoras o enfermeras.

10. ¿Qué es la unidad del paciente?


a) La característica de que cada usuario es diferente a los demás.
b) El paciente en sí mismo.

274
Test n.º 13

c) El espacio que ocupará éste durante su estancia en el hospital, esto es, su


habitación.
d) Todas son falsas.

11. ¿Cuántas camas tendrá como máximo una habitación?


a) Dos. c) Dependerá del tipo de habitación.
b) Una, idealmente. d) Cuatro.

12. ¿Qué tipo de luz será la preferible en las habitaciones?


a) Blanca radiante.
b) Artificial intensa para favorecer la visión en las curas de enfermería.
c) Negra para visualizar los virus coprófagos en las curas de enfermería.
d) Natural y, en su defecto, lo más moderada posible.

13. La cama llevará cuatro ruedas bloqueables permitiendo el traslado


y acción de sus mecanismos por una sola persona:
a) No, deben llevarla siempre dos personas.
b) Esto es correcto.
c) El transporte se realizará preferentemente en camilla.
d) a y c son correctas.

14. ¿Qué es un colchón anti escaras?


a) Un tipo de colchón que minimiza el riesgo de alergias.
b) Un tipo de colchón ya en desuso.
c) De presión alternante.
d) De presión fija que estimula la circulación cutánea.

15. ¿Qué es el Armazón de Bolkman?


a) Facilita la incorporación del paciente mediante un trapecio que le sirve de
apoyo.
b) Coadyuvante en la fractura múltiple de costillas.
c) Un recubrimiento o dosel en la cama que preserva la intimidad.
d) a y c son ciertas.

16. ¿Para qué sirven los protectores de barandilla?


a) Para evitar que el paciente se lesione si se golpea con la barandilla.
b) No existe este artículo.
c) Para proteger la barandilla del uso continuado.
d) Todas son falsas.

275
Test n.º 13

17. ¿Cuáles son los tipos de camillas de exploración?


a) Limpias y estériles. c) De muchos tipos.
b) Sucias y limpias. d) Rígidas y articuladas.

18. ¿Qué es una cama articulada?


a) La más utilizada en los hospitales, facilita los cambios posturales.
b) Un tipo de cama traumatológica.
c) La que permite su desplazamiento.
d) Todas son falsas.

19. Respecto a la cama ortopédica:


a) No existe este tipo de camas en un hospital.
b) Se usa más en cirugía.
c) Se localiza en quirófano.
d) También se denomina traumatológica o de Judet.

20. La incubadora:
a) Se emplea para mantener a los recién nacidos prematuros.
b) Se usa sobre todo en el animalario.
c) Se utiliza en laboratorio de hematología.
d) a y b son correctas.

21. Sobre la técnica de arreglo de la cama:


a) Se ocupará el servicio técnico externo.
b) Se llevará a cabo siempre entre dos personas.
c) Se realizará con el familiar del paciente.
d) El objetivo de estas técnicas es favorecer el bienestar general del paciente
y satisfacer su necesidad de descanso y sueño.

22. ¿Con qué frecuencia se cambiará la ropa de cama?


a) Siempre que el paciente lo solicite.
b) Por la mañana y cuando se moje.
c) Cada dos días, por norma general.
d) a y c son correctas.

23. Se ha de realizar el lavado higiénico de las manos antes y después


de llevar a cabo cambio de ropa de cama. Se ponen los guantes:
a) Esto es correcto.
b) No es necesario usar guantes, sólo si es un paciente infeccioso.

276
Test n.º 13

c) Por norma, se lavan las manos después del procedimiento.


d) Es correcto y se usarán guantes específicos para esta tarea.

24. Respecto de la ropa de cama:


a) La ropa de cama retirada no debe agitarse en el aire para evitar la disper-
sión de microorganismos.
b) Debe agitarse para oxigenarla.
c) Será de tonos pastel.
d) A y c son correctas.

25. ¿Qué es una cama quirúrgica?


a) Es la que se prepara para recibir a un postoperado.
b) La utilizada en quirófano.
c) La utilizada en Despertar de quirófano, siempre.
d) Todas son falsas.

26. En las habitaciones y estancias comunes, el celador:


a) Ayudará a las enfermeras con las técnicas quirúrgicas.
b) Estará el mínimo tiempo indispensable.
c) Informarán sobre diagnósticos, exploraciones y tratamientos.
d) Velaran por conseguir el mayor orden y silencio.

27. ¿Quién vigilará el comportamiento de enfermos y visitantes en las


habitaciones?
a) El celador.
b) Preferentemente el Supervisor de guardia.
c) El celador y las fuerzas del orden.
d) El servicio de seguridad siempre.

28. El celador de planta se ocupa de:


a) Rellenar los partes diarios de incidencias relacionados con su puesto.
b) Regar las plantas, entre otras.
c) Traslado de enfermos para la realización de pruebas o consultas.
d) Traslado de los cadáveres al mortuorio, junto con el forense.

29. ¿Quién trasladará de unos servicios a otros los aparatos?


a) El celador junto con los técnicos.
b) El celador.
c) Dependerá de la decisión del jefe de personal.
d) Todas son correctas.

277
Test n.º 13

30. Marca la afirmación incorrecta.


a) La higiene correcta permite que la piel cumpla sus funciones de protec-
ción.
b) La figura encargada de la higiene del paciente es el higienista.
c) La higiene de un paciente enfermo debe ser más rigurosa, porque está
más expuesto a los microorganismos.
d) Ninguna de las anteriores.

31. Señala la opción correcta:


a) La temperatura del medio ambiente debe encontrarse alrededor de los
20º para ser adecuada.
b) La temperatura del agua debe estar entre los 30 y 35 ºC.
c) No debe entablarse ninguna conversación con el paciente.
d) Ninguna de las opciones lo es.

32. Marca la afirmación incorrecta sobre el lavado del cabello:


a) La temperatura del agua caliente debe ser de 35º.
b) Hay que procurar que la temperatura del medio ambiente sea de 25 ºC.
c) Debe mantenerse la intimidad del paciente.
d) Al paciente hay que explicarle el procedimiento que se le realizará.

33. Señala la opción correcta al desvestir a una persona:


a) Colocar al paciente en decúbito supino.
b) Elevar la cabeza de la persona.
c) Desabrochar los botones o cremalleras y dirigir la ropa a los lados del
paciente y retirar primero la de extremidad dominante.
d) Todas las opciones son correctas.

278
Solución al test n.º 13

1. d) Son correctas las respuestas a y c.

2. c) Realizarán habitualmente aquellas labores de limpieza que se les enco-


mienden.

3. b) Tramitarán o conducirán sin tardanza las comunicaciones verbales, do-


cumentos u objetos que les sean confiados por el personal del centro
sanitario.

4. d) Tendrán a su cargo el traslado de los enfermos, dentro de la Institución,


pero no en el servicio de ambulancias, que será competencia exclusiva
del técnico de ambulancia.

5. d) Con discreción, podrá hacer comentarios con los familiares y visitantes


de los enfermos sobre diagnósticos, exploraciones y tratamientos que
se estén realizando a los mismos.

6. b) Ayudarán a las Enfermeras o personas encargadas a amortajar a los


enfermos fallecidos, sin embargo, no corre a su cargo el traslado de los
cadáveres al mortuorio, que será tarea del facultativo.

7. d) Todo personal de una institución sanitaria puede acceder a la informa-


ción personal administrativa de cualquier enfermo.

8. b) Llamar a los familiares de los enfermos intervenidos para informarles


del desarrollo de la intervención.

9. c) Ayudará a la práctica de autopsias en aquellas funciones auxiliares que


requieran por su parte hacer uso de instrumental sobre el cadáver. Lim-
piarán la mesa de autopsias y la propia sala.

10. c) El espacio que ocupará éste durante su estancia en el hospital, esto es,
su habitación.

11. d) Cuatro.

12. d) Natural y, en su defecto, lo más moderada posible.

13. b) Esto es correcto.

279
Test n.º 13

14. c) De presión alternante.

15. a) Facilita la incorporación del paciente mediante un trapecio que le sirve


de apoyo.

16. a) Para evitar que el paciente se lesione si se golpea con la barandilla.

17. d) Rígidas y articuladas.

18. a) La más utilizada en los hospitales, facilita los cambios posturales.

19. d) También se denomina traumatológica o de Judet.

20. a) Se emplea para mantener a los recién nacidos prematuros.

21. d) El objetivo de estas técnicas es favorecer el bienestar general del pa-


ciente y satisfacer su necesidad de descanso y sueño.

22. b) Por la mañana y cuando se moje.

23. a) Esto es correcto.

24. a) La ropa de cama retirada no debe agitarse en el aire para evitar la dis-
persión de microorganismos.

25. a) Es la que se prepara para recibir a un postoperado.

26. d) Velaran por conseguir el mayor orden y silencio.

27. a) El celador.

28. c) Traslado de enfermos para la realización de pruebas o consultas.

29. b) El celador.

30. b) La figura encargada de la higiene del paciente es el higienista.

31. d) Ninguna de las opciones lo es.

32. a) La temperatura del agua caliente debe ser de 35º.

33. d) Todas las opciones son correctas.

280
Test n.º 14
Test n.º 14

1. En la posición de trendelenburg el paciente:


a) Permanece tumbado sobre el dorso de su cuerpo, con la cabeza colgan-
do y sus hombros coinciden con el extremo superior de la superficie de
apoyo.
b) Descansa en un plano inclinado de 45º respecto al suelo, con la cabeza
más elevada que los pies.
c) Permanece tumbado en decúbito supino sobre la cama o camilla, en un
plano oblicuo de 45º respecto al suelo, con la cabeza más baja que los pies.
d) Se apoya sobre sus rodillas, con el tronco inclinado hacia adelante, los
brazos cruzados sobre la superficie de apoyo y la cabeza sobre ellos.

2. Los celadores deberán tener en cuenta la siguiente serie de normas


generales para realizar las movilizaciones:
a) Mantener la intimidad del paciente en todo momento.
b) Garantizar en todo momento la seguridad del paciente.
c) Evitar movimientos bruscos al llevar a cabo las movilizaciones.
d) Todas son correctas.

3. Una movilización activa-resistida es aquella que:


a) Realiza el paciente en contra de su voluntad.
b) Realiza el paciente con sus propias fuerzas, de forma voluntaria o auto-
mática refleja, corregidos o ayudados por el terapeuta o bien mediante
sistemas instrumentados.
c) Realiza el paciente una movilización activa contra resistencia externa que
se opone al movimiento.
d) a y c son correctas.

4. ¿Cómo transportar, en un hospital, a enfermos leves?


a) En silla de ruedas. c) En camilla.
b) A pie. d) Todas las respuestas son correctas.

5. El celador, al trasladar a enfermos leves y conscientes, debe ir si-


tuado:
a) Delante del paciente, para orientarle en el camino.
b) Al lado del paciente, y si es necesario proporcionarle apoyo y seguridad
con el brazo.
c) Detrás del paciente, para evitar posibles caídas y daños.
d) Ninguna de las anteriores es correcta.

282
Test n.º 14

6. Las patas del andador deben reposar en el suelo y los pies del pa-
ciente posicionarse a unos ____ cms de distancia en uno del otro:
a) 12. b) 15. c) 7. d) 10.

7. Si queremos realizar un movimiento del paciente hacia el lateral


de la cama y no contamos con la colaboración del paciente:
a) Será necesario dos celadores, que deberán colocarse a cada lado de la
cama, lo más cerca posible del paciente.
b) Será necesario tres celadores, que traccionarán a la vez de la sábana ha-
cia el mismo lado.
c) Dejamos al paciente en posición de decúbito supino, ya que podríamos
ocasionar asfixia.
d) Todas las respuestas anteriores son incorrectas.

8. Los criterios que son usados para transportar a los pacientes son:
a) La enfermedad del paciente.
b) La edad.
c) La movilidad.
d) Todas las respuestas anteriores son correctas.

9. ¿Qué postura es usada para realizar tactos rectales?


a) Genupectoral. c) Punción lumbar.
b) Litotomía. d) Trendelenburg.

10. En la conjunción…. el celador se coloca a los pies de la cama y con


la mano derecha empuja y con la izquierda dirige:
a) Conjunción A. c) Conjunción YB.
b) Conjunción B. d) a y b son correctas.

11. Una conjunción es…


a) Una forma de trasladar a un paciente en silla de ruedas y describe la po-
sición del celador.
b) Una forma de trasladar pacientes a pie, con dos celadores.
c) Una forma de trasladar pacientes, tanto en silla de ruedas como en camilla.
d) Una forma de trasladar a un paciente, que describe la posición del celador.

12. En qué postura el paciente está boca abajo, paralelo al suelo, con
las piernas extendidas y la cabeza girada hacia un lado:
a) Decúbito prono. c) Decúbito dorsal.
b) Decúbito lateral. d) Posición estándar.

283
Test n.º 14

13. El bastón debe colocarse …


a) En la misma mano que la extremidad inferior afectada.
b) En la mano contraria que la extremidad inferior afectada.
c) Es indiferente.
d) Ninguna de las anteriores es correcta.

14. El palo de suero de una camilla se posiciona:


a) A la derecha del paciente, si éste es diestro.
b) A la izquierda del paciente, si éste es zurdo.
c) Es indiferente.
d) Preferiblemente en el lado donde se encuentre la vía.

15. ¿Cuáles son las partes de una camilla?


a) Palo del suero, barandilla derecha e izquierda, barra frontal.
b) Barra trasera, cabeza y palo del suero.
c) Palo de suero, cabezal, barra trasera, baranda y barra frontal.
d) Palo de suero, cabezal, barras laterales, barra trasera y delantera.

16. Cuando se vaya al ascensor con un paciente en silla de ruedas el


paciente:
a) Entrará de frente en el ascensor con lo cual quedara mirando a la pared.
b) Es indiferente como entre en el ascensor.
c) Entrará de espaldas empujado por el celador, para quedar de frente a la
puerta.
d) Es indiferente como entre, pero el celador debe estar siempre a su lado.

17. Para trasladar a un paciente en camilla existen tres posturas, éstas


son:
a) Sentado en una postura de 90º, semisentado en 45º, si tiene fractura de
cadera 20º y con fractura en la columna 0º.
b) Sentado en una postura de 90º, semisentado en 50º, si tiene fractura de
cadera 0º y con fractura en la columna 20º.
c) Sentado en una postura de 80º, semisentado en 40º, si tiene fractura de
cadera 0º y con fractura en la columna 10º.
d) Ninguna de las respuestas es correcta.

18. ¿Cuál de estas posiciones no existe?


a) Sims. c) Fowler.
b) Semidorsal. d) Morestin.

284
Test n.º 14

19. Entre los pasos posteriores que un celador debe realizar se en-
cuentra:
a) Volver a colocar los sueros y drenajes.
b) Lavarse las manos.
c) Informar al paciente del movimiento que se va a realizar.
d) Pedirle la colaboración al paciente.

20. La conjunción B:
a) Se utiliza para pacientes graves, inconscientes, desorientados y para cual-
quier paciente sobre el que tengamos dudas.
b) Se utiliza para pacientes leves, conscientes y orientados.
c) Esta posición es la más cómoda para el paciente ya que tiene buen cam-
po de visión y se mueve en sentido natural.
d) a y c son correctas.

21. En el giro:
a) Cuando solo hay un celador, este se pondrá de espaldas a la esquina
donde va a realizar el giro.
b) El celador mantendrá la columna recta y las extremidades inferiores lige-
ramente separadas.
c) Con las manos, el celador, cogerá la barandilla correspondiente y con los
brazos extendidos empujara la camilla e ira girando sobre sí mismo hasta
alcanzar su objetivo.
d) Todas las anteriores son correctas.

22. Son elementos claves en el manejo de los pacientes terminales:


a) Una valoración cuidadosa.
b) La planificación de intervenciones.
c) El mantenimiento del plan de cuidados.
d) Las opciones a y b son correctas.

23. En relación a la información a la familia:


a) A la familia se le comunicará la verdad de forma progresiva, en pequeñas
dosis, para aminorar el impacto de la noticia y darles tiempo para ajus-
tarse a las implicaciones de la enfermedad.
b) No siempre es “lo que se dice” sino “la forma como se dice” lo que cuen-
ta más.
c) Es muy común informar del diagnóstico y pronóstico de una enfermedad
fatal, antes al propio paciente que a la familia.
d) Las opciones a y c son correctas.

285
Test n.º 14

24. La familia pasa por distintas fases de adaptación a la enfermedad:


a) Negación, Enfado, Pacto, Depresión, Duelo, Aceptación.
b) Negación, Enfado, Rabia, Depresión, Aceptación.
c) Negación, Enfado, Pacto, Depresión, Aceptación.
d) Negación, Enfado, Depresión, Duelo, Aceptación.

286
Solución al test del tema nº 14

1. c) Permanece tumbado en decúbito supino sobre la cama o camilla, en


un plano oblicuo de 45º respecto al suelo, con la cabeza más baja que
los pies.

2. d) Todas son correctas.

3. c) Realiza el paciente una movilización activa contra resistencia externa


que se opone al movimiento.

4. d) Todas las respuestas son correctas.

5. b) Al lado del paciente, y si es necesario proporcionarle apoyo y seguridad


con el brazo.

6. b) 15.

7. a) Será necesario dos celadores, que deberán colocarse a cada lado de la


cama, lo más cerca posible del paciente.

8. d) Todas las respuestas anteriores son correctas.

9. a) Genupectoral.

10. b) Conjunción B.

11. d) Una forma de trasladar a un paciente que describe la posición del celador.

12. a) Decúbito prono.

13. b) En la mano contraria que la extremidad inferior afectada.

14. d) Preferiblemente en el lado donde se encuentre la vía.

15. c) Palo de suero, cabezal, barra trasera, baranda y barra frontal.

16. c) Entrará de espaldas empujado por el celador, para quedar de frente a


la puerta.

17. a) Sentado en una postura de 90º, semisentado en 45º, si tiene fractura


de cadera 20º y con fractura en la columna 0º.

287
Test n.º 14

18. b) Semidorsal.

19. a) Volver a colocar los sueros y drenajes.

20. a) Se utiliza para pacientes graves, inconscientes, desorientados y para


cualquier paciente sobre el que tengamos dudas.

21. d) Todas las anteriores son correctas.

22. d) Las opciones a y b son correctas.

23. b) No siempre es “lo que se dice” sino “la forma como se dice” lo que
cuenta más.

24. c) Negación, Enfado, Pacto, Depresión, Aceptación.

288
Test n.º 15
Test n.º 15

1. ¿Qué es la cirugía diagnóstica?


a) La realizada en Atención Primaria siempre.
b) La que se realiza para determinar la extensión de la enfermedad y cono-
cer su causa.
c) No existe este tipo de cirugía.
d) La que acaba con el proceso en el acto quirúrgico.

1. La Cirugía mayor se refiere a:


a) Operaciones complejas y de larga duración que generalmente intervie-
nen a zonas extensas del organismo y conllevan un riesgo importante.
b) La practicada sobre pacientes muy voluminosos.
c) La practicada por personas de edad avanzada.
d) La de urgencia con alto grado de asepsia.

3. ¿Cómo estarán las áreas sépticas y asépticas en la zona de quiró-


fano?
a) Lo más esterilizadas posible.
b) Separadas, facilitando así las técnicas de esterilización.
c) Lo más cercanas posible, facilitando el traslado del paciente.
d) Todas son falsas.

4. Los movimientos en el quirófano serán:


a) Los mínimos indispensables.
b) Siempre por la zona “sucia”.
c) El ingreso del paciente se hará en camilla especial.
d) Las puertas del quirófano se mantendrán abiertas mientras dure la cirugía.

5. El objetivo que se pretende alcanzar con la ventilación de los qui-


rófanos es:
a) La disminución en la concentración de partículas y bacterias.
b) La disminución de la temperatura.
c) La disminución de los virus de los pacientes.
d) Todas son ciertas.

6. ¿Cómo se ha de realizar un correcto lavado de manos del personal


sanitario?
a) Entre 30 y 50 segundos. Se recomienda que se realice en 2 ó 3 veces,
enjuagándose cada vez, con el fin de retirar el jabón contaminado.
b) Entre 3 y 5 minutos. Se recomienda que se realice en 2 ó 3 veces, enjua-
gándose cada vez, con el fin de retirar el jabón contaminado

290
Test n.º 15

c) Entre 5 y 10 minutos. Se recomienda que se realice en 2 ó 3 veces, en-


juagándose cada vez, con el fin de retirar el jabón contaminado.
d) Todas son falsas.

7. Entre las funciones del celador en quirófano, estarán:


a) Tendrán a su cargo el traslado de los pacientes desde la unidad corres-
pondiente a Quirófanos, Reanimación y viceversa.
b) Observarán las normas internas del Servicio de Quirófano generales para
toda la Unidad, en especial las referidas a la asepsia o higiene.
c) El Celador introduce y saca a los enfermos del Área Quirúrgica para las
intervenciones, colocándolos y retirándolos de la mesa de operaciones
ayudados por el personal sanitario.
d) Todas son ciertas.

8. La esterilización es:
a) Un tipo de operación ginecológica.
b) La destrucción o en la eliminación de cualquier tipo de vida microbiana,
virus y bacterias.
c) a y b son correctas.
d) Consiste en destrucción o en la eliminación de cualquier tipo de vida mi-
crobiana, de los objetos inanimados, incluyendo las formas esporuladas
de hongos y bacterias.

9. En cuanto al transporte de material estéril:


a) La integridad del envoltorio ha de estar garantizada durante el transporte.
b) Lo ha de realizar un auxiliar especializado.
c) Se ha de llevar a anatomía patológica.
d) a y b son correctas.

10. Funciones específicas del Celador en la UVI:


a) Traslado de los enfermos.
b) No podrán salir de este servicio.
c) Trasladarán los cadáveres al mortuorio.
d) a y c son correctas.

11. Los celadores en urgencias:


a) Cuidarán de que no permanezcan en el área de Urgencias las personas
que no estén autorizadas, y que los pacientes y familiares permanezcan
en las zonas habilitadas para ellos.
b) Se asegurarán, al comienzo del turno de trabajo, de que los medios de
transporte de pacientes estén en condiciones adecuadas de uso.

291
Test n.º 15

c) Realizarán, sin demora, el traslado de muestras biológicas y peticiones


de exploraciones, efectuando la recogida de resultados, cuando así sea
requerido.
d) Todas son ciertas.

12. En el bloque quirúrgico:


a) Todo el personal que entre en el área deberá utilizar la ropa exclusiva
para la zona, debiendo cambiarse cada vez que salga de la misma.
b) La circulación inadecuada del personal y material favorece la propaga-
ción de microorganismos patógenos.
c) Existirá una correcta y visible señalización de las distintas zonas.
d) Todas son ciertas.

13. El área quirúrgica es una zona de especial riesgo para la adquisi-


ción de una infección hospitalaria:
a) Por cuanto supone de instrumentación, manipulación, y de ruptura de
barreras naturales del enfermo.
b) No es una zona de riesgo especial de infección por la asepsia existente.
c) Por lo que es muy importante cumplir las normas higiénicas en este Área.
d) a y c son correctas.

14. Durante las intervenciones quirúrgicas:


a) El celador permanecerá en el antequirófano por si precisaran de sus ser-
vicios.
b) Jamás entrará el celador al quirófano.
c) Irá al almacén a por los sueros.
d) El celador ayudará al anestesista.

15. Señala materiales básicos del quirófano:


a) Aspirador, bisturí eléctrico.
b) Carro de anestesia, calentador de aire para manta de calor.
c) Ventana exterior, toma de oxígeno y anhídrido carbónico.
d) A y b son correctas.

16. Los campos colocados entre las áreas estériles y no estériles del
campo quirúrgico y el personal:
a) Están prohibidos.
b) Actúan como barreras y protegen de esta forma contra la transmisión de
bacterias de un área a otra.

292
Test n.º 15

c) Están prohibidos porque actúan como transmisores de bacterias de un


área a otra.
d) Todas son incorrectas.

17. ¿Qué es la cirugía paliativa?


a) La que se realiza rápidamente por no disponer de tiempo vital.
b) La que más agiliza las listas de espera.
c) La que cura la enfermedad pero no los síntomas.
d) Todas son incorrectas.

293
Solución al test del tema nº 15

1. b) La que se realiza para determinar la extensión de la enfermedad y co-


nocer su causa.
2. a) Operaciones complejas y de larga duración que generalmente intervie-
nen a zonas extensas del organismo y conllevan un riesgo importante.
3. b) Separadas, facilitando así las técnicas de esterilización.
4. c) El ingreso del paciente se hará en camilla especial.
5. a) La disminución en la concentración de partículas y bacterias.
6. b) Entre 3 y 5 minutos. Se recomienda que se realice en 2 ó 3 veces, en-
juagándose cada vez, con el fin de retirar el jabón contaminado
7. d) Todas son ciertas.
8. d) Consiste en destrucción o en la eliminación de cualquier tipo de vida
microbiana, de los objetos inanimados, incluyendo las formas esporu-
ladas de hongos y bacterias.
9. a) La integridad del envoltorio ha de estar garantizada durante el trans-
porte.
10. d) a y c son correctas.
11. d) Todas son ciertas.
12. d) Todas son ciertas.
13. d) a y c son correctas.
14. a) El celador permanecerá en el antequirófano por si precisaran de sus
servicios.
15. d) a y b son correctas.
16. b) Actúan como barreras y protegen de esta forma contra la transmisión
de bacterias de un área a otra.
17. d) Todas son incorrectas.

295
Test n.º 16
Test n.º 16

1. Éxitus:
a) Significa éxito.
b) Significa muerte.
c) Se emplea como vestimenta que envuelve al cadáver para enterrarlo.
d) Es toda práctica mortuoria que permite la conservación y exposición del
cadáver con las debidas garantías sanitarias.

2. Tanatopraxia:
a) Es el endurecimiento del cuerpo que se produce de dos a cuatro horas
después de la muerte.
b) Es la descomposición de la materia orgánica muerta por la acción de las
bacterias.
c) Es toda práctica mortuoria que permite la conservación y exposición del
cadáver con las debidas garantías sanitarias.
d) Es el examen realizado sobre el cadáver de una persona fallecida a causa
de enfermedad, y que tiene como objetivo final la confirmación de las
causas de la muerte.

3. Señale la respuesta equivocada:


a) Como consecuencia del cese de la circulación sanguínea, los hematíes
comienzan a romperse liberando hemoglobina y decolorando los tejidos.
A esta decoloración se la conoce con el nombre de rigor mortis.
b) La Mortaja se emplea como vestimenta que envuelve al cadáver para
enterrarlo.
c) Autopsia médico-forense: es el estudio de un cadáver o restos humanos
con el fin de informar a la autoridad judicial de las causas y circunstancias
de su muerte.
d) Éxitus se utiliza como sinónimo defunción, deceso u óbito.

4. La autopsia o necropsia es:


a) Toda práctica mortuoria que permite la conservación y exposición del
cadáver con las debidas garantías sanitarias.
b) Es la descomposición de la materia orgánica muerta por la acción de las
bacterias.
c) La intervención que se realiza en un cadáver para examinar sus órganos
con el objetivo de averiguar las causas de la muerte.
d) El endurecimiento del cuerpo que se produce de dos a cuatro horas des-
pués de la muerte.

5. Una de las actuaciones del celador en las autopsias no es:


a) Asear el cadáver.
b) Limpiar el instrumental empleado en la autopsia.

298
Test n.º 16

c) Conducir el cadáver desde las cámaras frigoríficas hasta la mesa de au-


topsia y, si hubiera que desmortajarlo, llamará al personal sanitario.
d) Entregar las muestras orgánicas o de otro material en los servicios corres-
pondientes.

6. En las autopsias, los guantes se deben usar cuando:


a) Tenga heridas o cortes en las manos, ya que constituirían una puerta de
entrada de gérmenes.
b) Se retiren del cuerpo catéteres, sondas, etc., es decir, cualquier objeto
utilizado en procedimientos invasivos.
c) Se vaya a tocar directamente sangre y fluidos corporales, así como en el
manejo o limpieza de los instrumentos.
d) Todas son correctas.

7. Señale la respuesta errónea en relación al amortajamiento:


a) Deberá realizarse en la mayor intimidad posible y lentamente.
b) Consiste en la preparación del mismo para que pueda ser velado por los
familiares, antes de proceder a su entierro.
c) El Celador se encargará del amortajamiento y traslado del cadáver al
tanatorio.
d) Todas son correctas.

8. ¿Cuál de las siguientes no es una fase en el proceso de amortaja-


miento de un cadáver?
a) Taponar los orificios naturales, por donde es frecuente que el cadáver
pierda sangre o secreciones, mediante algodones o gasas.
b) Colocar el cadáver encima de una sábana grande y disponer sus brazos
alrededor del cuerpo.
c) Liberar los tobillos.
d) Desconectar y retirar los dispositivos, sondas y catéteres que tuviera el
cadáver.

9. Con respecto al duelo:


a) Es una reacción adaptativa ante la pérdida de un ser querido.
b) Aparecen una serie de emociones y sentimientos encadenados como: tristeza,
dolor, rabia y sentimientos ambivalentes hacia uno mismo y los demás.
c) La intensidad y duración del duelo varían en cada persona, pero suele
ser proporcional al significado de la pérdida.
d) Todas las opciones son correctas.

299
Test n.º 16

10. Algunos factores de riesgo que pueden producir choque emocional


en pacientes terminales son:
a) Pacientes drogadictos.
b) Pacientes enfermedades mentales graves.
c) personas que rechazan los contactos sociales.
d) Todas las respuestas son correctas.

11. El período de duelo, por lo general, dura:


a) De seis meses a un año. c) De dos a seis años.
b) De uno a tres años. d) De tres a seis meses.

12. Soñar con el fallecido y Atesorar objetos que le pertenecían son


características propias de:
a) Sentimientos. b) Pensamientos. c) Conductas. d) Memorias.

13. ¿Qué tipo de duelo es la ausencia de la expresión del duelo en el


momento de la perdida?
a) Duelo negado. c) Duelo extraordinario.
b) Duelo patológico. d) Duelo retardado.

14. Las siguientes actuaciones (ansiedad de separación, estrés pro-


longado, agresividad, impotencia, frustración, hipersensibilidad,
trastornos del sueño, miedo a la muerte, comportamiento de bús-
queda, sentir la presencia del muerto) son típicas de la etapa de
duelo denominada:
a) Sentimiento de vacío y negación.
b) Sentimiento de culpabilidad.
c) Conciencia de la pérdida, choque y desorganización.
d) Negación y desorganización mental.

15. Las cinco etapa del duelo son:


a) Sentimiento de vacío y negación, conciencia de la perdida choque y des-
organización, sentimiento de culpa, depresión, recuperación y sanación.
b) Sentimiento de vacío y negación, conciencia de la perdida choque y des-
organización, sentimiento de culpa, reajustar, recuperación y sanación.
c) Sentimiento de vacío y negación, conciencia de la perdida choque y des-
organización, sentimiento de culpa, reajustar, depresión.
d) Sentimiento de vacío y negación, conciencia de la perdida choque y des-
organización, depresión, reajustar, recuperación y sanación.

300
Test n.º 16

16. En el manejo del duelo, las afirmaciones siguientes son verdaderas,


excepto una:
a) El dolor no se debe esconder, se debe de expresar y compartirlo, poder
desahogarse.
b) Es bueno el aislamiento, la compañía de familiares y amigos pueden avi-
var los recuerdos.
c) La persona debe enfrentar el presente y aceptar su pasado de esta mane-
ra consigue poder proyectar un futuro.
d) El individuo debe recuperar el interés por la vida.

17. ¿Cual de los siguientes enunciados, no es un tipo de duelo?


a) Duelo Crónico. c) Duelo Saludable.
b) Duelo Agudo. d) Duelo Anticipado.

18. En relación al duelo, cuando decimos que hay una ausencia de la


expresión del duelo en el momento de la pérdida.¿De que tipo de
duelo estamos hablando?
a) Duelo extraordinario. c) Duelo crónico.
b) Duelo retardado. d) Duelo negado.

19. Según el modelo de Kübler-Ross, ¿cuales son las etapas de la


muerte o duelo anticipado?
a) Negociación, Ira, Soledad, Depresión y Aceptación.
b) Negociación, Ira, Preocupación, Depresión y Aceptación.
c) Negociación, Ira, Negociación, Depresión y Aceptación.
d) Negociación, Ira, Confusión, Depresión y Aceptación.

20. En la etapa del duelo de conciencia de la pérdida, choque y desor-


ganización, es característico:
a) La culpa real o imaginaria. c) Frustración.
b) Estrés prolongado. d) Todas las respuestas son correctas.

21. ¿Cuáles de estas etapas no forman parte del duelo?


a) Depresión. d) Recuperación y sanación.
b) Sentimiento de culpa. d) Reajustar.

301
Solución al test del tema 16

1. b) Significa muerte.

2. c) Es toda práctica mortuoria que permite la conservación y exposición


del cadáver con las debidas garantías sanitarias.

3. a) Como consecuencia del cese de la circulación sanguínea, los hematíes


comienzan a romperse liberando hemoglobina y decolorando los teji-
dos. A esta decoloración se la conoce con el nombre de rigor mortis.

4. c) La intervención que se realiza en un cadáver para examinar sus órga-


nos con el objetivo de averiguar las causas de la muerte.

5. c) Conducir el cadáver desde las cámaras frigoríficas hasta la mesa de


autopsia y, si hubiera que desmortajarlo, llamará al personal sanitario.

6. d) Todas son correctas.

7. a) Deberá realizarse en la mayor intimidad posible y lentamente.

8. c) Liberar los tobillos.

9. d) Todas las opciones son correctas.

10. d) Todas las respuestas son correctas.

11. b) De uno a tres años.

12. c) Conductas.

13. a) Duelo negado.

14. c) Conciencia de la pérdida, choque y desorganización.

15. b) Sentimiento de vacío y negación, conciencia de la perdida choque y


desorganización, sentimiento de culpa, reajustar, recuperación y sana-
ción.

16. b) Es bueno el aislamiento, la compañía de familiares y amigos pueden


avivar los recuerdos.

303
Test n.º 16

17. b) Duelo Agudo.

18. d) Duelo negado.

19. c) Negociación, Ira, Negociación, Depresión y Aceptación.

20. d) Todas las respuestas son correctas.

21. a) Depresión.

304
Test n.º 17
Test n.º 17

1. El mapa de almacén es:


a) La ubicación de la farmacia dentro del hospital.
b) La distribución de las estanterías de medicamentos.
c) Una clasificación necesaria de zonas como: recepción, pulmón de entra-
da, estanterías de almacenaje, etc…
d) Ninguna es correcta.

2. El stock es:
a) La cantidad de artículos del almacén.
b) Sistema de control de existencias.
c) Conjunto de artículos del almacén, establecidos de forma que exista una
cantidad máxima y una cantidad mínima que permita el abastecimiento
controlado.
d) b y c son correctas.

3. En cuanto a la gestión del stock en farmacia, podemos decir que:


a) No es una labor imprescindible, solo es un control.
b) Garantiza la posibilidad de comunicación de cualquier actualización del
stock en tiempo real.
c) Es una labor de gran importancia, pues su buen o mal funcionamiento
significa la disponibilidad de un stock fiable.
d) b y c son ciertas.

4. El control de las existencias de cada artículo en farmacia:


a) Evita situaciones de desabastecimiento.
b) Es una función rutinaria anual.
c) Posibilita hacer pedidos más económicos.
d) Sirve para conocer los artículos más demandados.

5. ¿Cómo se evitan los consumos poco adecuados en los distintos


servicios de un hospital?
a) Haciendo histórico de consumo.
b) Teniendo unos pedidos mínimos de referencia.
c) Llevando el control de los artículos que consumen cada uno de ellos.
d) Es imposible controlar los consumos de los servicios.

6. ¿Cuál es la finalidad, razón de ser y objetivos del almacén?


a) Controlar las existencias. c) Distribuir los pedidos.
b) Ordenar los pedidos. d) Hacer balance de los pedidos.

306
Test n.º 17

7. ¿Qué nombre recibe el impreso donde las unidades o servicios


presentan sus pedidos?
a) Vale de almacén. c) Hoja de stock.
b) Hoja de pedido. d) a y b son correctos.

8. Los celadores de almacén tendrán dentro de su cometido:


a) Preparar el pedido. c) Limpiar el almacén.
b) Abrir y cerrar el almacén. d) a es cierta.

9. ¿Cómo se llama el impreso normalizado que utiliza el celador de


almacén, para los pedidos de las distintas unidades?
a) Vale de almacén. c) Pedido de servicio.
b) Hoja de pedido. d) a y b son ciertas.

10. Los pedidos de almacén una vez preparados se distribuyen, según


una periodicidad determinada:
a) Dos días a la semana.
b) Siguen una periodicidad determinada (diariamente, semanalmente).
c) Siempre mensualmente.
d) Cada servicio pide según sus necesidades.

11. Cuando un servicio requiere al almacén una entrega inmediata:


a) No hay días fijos para estos imprevistos.
b) No se contempla este supuesto.
c) Solo se distribuye el día que le corresponde.
d) Para imprevistos se determina un día a la semana.

12. ¿Quién firma el impreso normalizado de petición de material?:


a) Médicos y enfermeras. c) Supervisores.
b) El celador de la unidad. d) Cualquier persona del servicio.

13. En la hoja de pedido debidamente firmada también se indicará:


a) Denominación del laboratorio. c) Peso u número de unidades.
b) Denominación del material. d) Composición y origen.

14. ¿Se debe aclarar la cantidad que realmente se sirve, cuando difiere
de la que pidió el servicio?:
a) No es necesario. c) a y b son ciertas.
b) Solo con los estupefacientes. d) Si, es lo correcto.

307
Test n.º 17

15. Los códigos de barras:


a) Son etiquetas con un número determinado de barras inscritas.
b) No representan números.
c) Representan datos legibles por máquinas.
d) a y c son ciertas.

308
Solución al test del tema 17

1. c) Una clasificación necesaria de zonas como: recepción, pulmón de en-


trada, estanterías de almacenaje, etc…

2. d) b y c son correctas.

3. d) b y c son ciertas.

4. a) Evita situaciones de desabastecimiento.

5. c) Llevando el control de los artículos que consumen cada uno de ellos.

6. c) Distribuir los pedidos.

7. d) a y b son correctos.

8. d) a es cierta.

9. d) a y b son ciertas.

10. b) Siguen una periodicidad determinada (diariamente, semanalmente).

11. a) No hay días fijos para estos imprevistos.

12. c) Supervisores.

13. b) Denominación del material.

14. d) Si, es lo correcto.

15. d) a y c son ciertas.

309
Test n.º 18
Test n.º 18

1. Las funciones de los celadores, relacionadas con la documenta-


ción clínica, se traducen en (señale la respuesta más completa):
a) El traslado de las comunicaciones verbales, documentos, corresponden-
cia u objetos que les sean confiados por sus superiores, así como el tras-
lado de aparatos o mobiliario de unos servicios a otros.
b) La tramitación o traslado de los documentos, correspondencia u objetos
que les sean confiados por sus superiores, así como el traslado de apara-
tos o mobiliario de unos servicios a otros.
c) La tramitación o traslado de las comunicaciones verbales, documentos,
correspondencia u objetos que les sean confiados por sus superiores, así
como el traslado de aparatos o mobiliario de unos servicios a otros.
d) La tramitación o traslado de las comunicaciones verbales, documentos,
correspondencia u objetos que les sean confiados por sus, compañeros y
superiores, así como el traslado de aparatos o mobiliario de unos servi-
cios a otros.

2. Señale la respuesta correcta y más completa. Los celadores han


de transmitir a:
a) Sus compañeros, subordinados o público las comunicaciones verbales
(instrucciones, mensajes, información, etc) que les indiquen sus superio-
res o profesionales autorizados, por delegación de estos.
b) Sus compañeros o público las comunicaciones verbales (instrucciones,
mensajes, información, etc) que les indiquen sus superiores, por delega-
ción de estos.
c) Sus compañeros, superiores, subordinados o público las comunicaciones
que les indiquen por escrito sus superiores o profesionales autorizados,
por delegación de estos.
d) Sus compañeros, superiores, subordinados o público las comunicaciones
verbales (instrucciones, mensajes, información, etc) que les indiquen sus
superiores o profesionales autorizados, por delegación de estos.

3. Son documentos de traslado ordinario de los celadores:


a) Peticiones de ambulancia. c) Partes de quirófano.
b) Hojas de interconsulta. d) Todos lo son.

4. Indique la respuesta errónea en relación a las tareas de los celadores:


a) Lo habitual es asignar por escrito los deberes que corresponden a los
celadores de cada Unidad.
b) Pueden trasladar cajas, carros, envases,... pero no muestras biólogicas,
debido a que éstas son materiales sanitarios peligrosos.

312
Test n.º 18

c) Tramitar los pedidos al almacén, recogiendo el material cuando esté dis-


puesto, y traslado del mismo a la Unidad correspondiente.
d) Reposición de colchones, trasladando los viejos al almacén y recogiendo,
de allí mismo, los nuevos.

5. Indique la respuesta errónea en relación a las tareas de los celadores:


a) Trasladar aparatos del área quirúrgica.
b) Solicitar una nueva tarjeta sanitaria al usuario que la necesite.
c) Reposición de determinados materiales de lencería.
d) Traslado de historias clínicas.

313
Solución al test n.º 18

1. c) La tramitación o traslado de las comunicaciones verbales, documentos,


correspondencia u objetos que les sean confiados por sus superiores,
así como el traslado de aparatos o mobiliario de unos servicios a otros.

2. d) Sus compañeros, superiores, subordinados o público las comunica-


ciones verbales (instrucciones, mensajes, información, etc) que les in-
diquen sus superiores o profesionales autorizados, por delegación de
estos.

3. d) Todos lo son.

4. b) Pueden trasladar cajas, carros, envases,... pero no muestras biólogicas,


debido a que éstas son materiales sanitarios peligrosos.

5. b) Solicitar una nueva tarjeta sanitaria al usuario que la necesite.

315
Test n.º 19
Test n.º 19

1. El cese de la respiración funcional de forma espontánea, lo cual


provoca la pérdida del nivel de conciencia de manera progresiva y,
como consecuencia, la parada cardiorrespiratoria (PCR) en menos
de 5 minutos, se denomina:
a) Paro respiratorio.
b) Paro cardíaco.
c) Paro cardiorrespiratorio.
d) Las opciones a y b son correctas.

2. Las causas del paro respiratorio son:


a) Obstrucción de la vía aérea e intoxicaciones.
b) Accidentes cerebrovasculares.
c) Traumatismos torácicos y craneales.
d) Todas las opciones son correctas.

3. El paro cardíaco conduce al paro respiratorio en:


a) 5 segundos. c) En dos minutos.
b) Menos de un minuto. d) En Tres minutos.

4. Paro cardiorrespiratorio:
a) Es la interrupción de la circulación y la respiración de forma brusca, ines-
perada y reversible, provocando una muerte reversible.
b) Es la interrupción de la respiración de forma brusca, inesperada, y po-
tencialmente reversible, provocando el cese del transporte de oxígeno
a los órganos vitales y, en consecuencia, la muerte biológica reversible
o no.
c) Es la interrupción de la circulación y la respiración de forma brusca, in-
esperada, y potencialmente reversible, lo que provoca el cese del trans-
porte de oxígeno a los órganos vitales y, en consecuencia, la muerte bio-
lógica irreversible.
d) Es la interrupción de la circulación y la respiración de forma inesperada,
y que es potencialmente irreversible, provocando el cese del transporte
de oxígeno y , en consecuencia, la muerte biológica potencialmente re-
versible.

5. El conjunto de maniobras secuenciales, que tienen el objetivo de


revertir el paro cardiorrespiratorio se denomina:
a) Soporte vital. c) Cadena de supervivencia.
b) Resucitación cardiopulmonar. d) Soporte cardiopulmonar.

318
Test n.º 19

6. Los pasos que deben seguirse en este orden: reconocimiento pre-


coz de los síntomas de gravedad del paciente y activación de los
Sistemas de Emergencia Médicos, inicio precoz de maniobras de
reanimación, desfibrilación precoz, cuidados post-reanimación,
corresponden a:
a) Soporte vital. c) Cadena de supervivencia.
b) Resucitación cardiopulmonar. d) Soporte cardiopulmonar.

7. Para analizar el ritmo cardíaco de una persona y luego realizar


una descarga sincronizada de magnitud suficiente para restaurar
la actividad eléctrica cardíaca, si es necesario, se utiliza:
a) DEA.
b) PCR.
c) RCP.
d) Ninguna de las opciones es correcta.

8. Marca la afirmación correcta:


a) No todos los ritmos son desfibrilables.
b) La descarga eléctrica que emite el desfibrilador es para todos los ritmos
cardíacos, incluyendo la fibrilación ventricular y la taquicardia ventricular
sin pulso.
c) Si una víctima requiere de desfibrilación, por cada minuto que pasa entre
la parada y la desfibrilación, la mortalidad aumenta alrededor del 20%
d) El objetivo de la desfibrilación es que la actividad eléctrica cardíaca se
restaure y, por consiguiente, la respiración espontánea.

9. En qué caso se actúa de la siguiente manera ante una victima: se


deja a la persona como está, sin moverla; si hubiese algún peligro
para la víctima, tendríamos que alejarla del lugar; se investiga qué
le ha pasado, y si es necesario pedir ayuda; reevaluar a la víctima
de manera frecuente:
a) Si está consciente.
b) Si está inconsciente.
c) Si está a ratos consciente y a ratos inconsciente.
d) Ninguna de las opciones anteriores es correcta.

10. Señala la opción incorrecta. Las respiraciones de rescate:


a) Se dan después de 30 compresiones.
b) Utilizan la maniobra frente-mentón.

319
Test n.º 19

c) Requieren que, sin mantener la maniobra frente-mentón, se retire la boca


de los labios de la víctima y así dejar salir el aire que se ha insuflado, al
mismo tiempo que vuelve a tomar aire para la segunda inflación.
d) Necesitan que, con cada una de ellas, el pecho de la víctima se eleve, si
no lo hace, hay que revisar la boca del paciente en busca obstrucciones
visibles.

11. Señala la afirmación incorrecta. En relación al soporte vital básico


pediátrico, en los niños:
a) El origen de la PCR es con mayor frecuencia de tipo respiratorio.
b) Comenzaremos primero con las maniobras de reanimación durante, al
menos, 1 minuto antes de solicitar ayuda.
c) Se hace hincapié en las ventilaciones, a diferencia de los adultos en los
que se hace énfasis en las compresiones.
d) La PCR , por su origen, lo hace ser potencialmente menos reversible en
los niños que en los adultos.

12. Marca la afirmación incorrecta sobre la OVACE:


a) En los niños, generalmente, se debe a monedas, a juguetes o también
debido a golosinas.
b) Cuando se debe a alimentos, por lo general hay personas que pueden
presenciar el evento.
c) Es importante no confundir la obstrucción con un síncope, o un proble-
ma cardíaco que pueden provocar dificultad respiratoria y cianosis.
d) La causa más común en niños, es por alimentos, como la carne, el pes-
cado, y principalmente el pollo.

13. Cuál de las siguientes recomendaciones no se corresponde a las


del ERC:
a) Los operadores de los teléfonos de emergencias deben ser entrenados
para interrogar a las personas que llaman.
b) Todos los reanimadores, entrenados o no, deberían proporcionar com-
presiones torácicas a las víctimas de parada cardíaca.
c) Simplificar los protocolos y diferenciar al máximo el protocolo de adultos
del de niños, para así mejorar la atención, la enseñanza y facilitar la re-
tención en la memoria de estos.
d) Se destaca la importancia de la realización temprana de compresiones
torácicas sin interrupciones.

320
Test n.º 19

14. Según la O.M.S., áquella situación en la que la vida de la persona


está en peligro o algún órgano o parte vital del organismo, y que
debe resolverse durante la primera hora a partir de su desenlace,
se denomina:
a) Urgencia.
b) Emergencia.
c) Prioridad.
d) Ninguna de las anteriores es correcta.

15. Cuál de las siguientes medicaciones no forman parte del carro de


parada:
a) Amiodarona. c) Dobutamina.
b) Cloruro de sodio. d) Flumazenilo.

16. Atendiendo a su profundidad, las heridas pueden ser:


a) Laceración, sólo afecta a epidermis.
b) Heridas con colgajo.
c) Heridas con pérdida de sustancia.
d) Heridas inciso-contusas.

17. ¿Qué tipos de heridas se caracterizan por su irregularidad y el gra-


ve componente infeccioso representado por los gérmenes, en gran
parte anaerobios, procedentes de la boca del agresor?
a) Heridas contusas.
b) Heridas por arrancamiento o desgarro.
c) Heridas punzantes.
d) Heridas por mordeduras.

18. Cuando una herida es aséptica, incisa, no complicada y la pérdida


de sustancia permite la unión inmediata de los bordes mediante
punto de sutura, se dice que es una cicatrización:
a) Por primera intención. c) Por tercera intención.
b) Por segunda intención. d) Por cuarta intención.

19. ¿Qué debemos hacer cuando una herida se encuentra en el abdo-


men?
a) Colocar una compresa o paño limpio y un vendaje que comprima.
b) Si hay salida de asas intestinales, no intentar meterlas otra vez en el ab-
domen; cubrirlas con compresas empapadas con suero fisiológico o agua
hervida dejada enfriar, para que no se sequen.

321
Test n.º 19

c) Tapar primero con la mano y después colocar un apósito con varias ca-
pas de gasas grasas que cubran completamente la herida, y taparlo con
un plástico o papel de aluminio, sujetándolo por tres lados.
d) Todas las respuestas son correctas.

20. ¿Qué características presentan los tubos de drenaje?


a) Son láminas cilíndricas, generalmente de caucho, más duras que el pen-
rose, pero con indicaciones similares.
b) Son drenajes rígidos de silicona o polivinilo conectados a sistemas de
succión de diversos tipos.
c) Son rígidos y multiperforado que se conectan a un tubo de succión o
vacío que posibilita la aspiración de colecciones.
d) Son tubos formados por silicona, caucho o polietileno con un diámetro
que oscila entre los 3 y los 15 mm. El mecanismo de funcionamiento se
basa en el drenaje por gravedad.

21. El drenaje formado por un catéter de silicona muy flexible, blando


y con múltiples perforaciones se denomina:
a) Drenaje tipo Formeister.
b) Drenaje tipo Jackson Pratt.
c) Drenaje tipo Babcock.
d) Drenaje tipo Abramson.

322
Solución al test n.º 19

1. a) Paro respiratorio.

2. d) Todas las opciones son correctas.

3. b) Menos de un minuto.

4. c) Es la interrupción de la circulación y la respiración de forma brusca, in-


esperada, y potencialmente reversible, lo que provoca el cese del trans-
porte de oxígeno a los órganos vitales y, en consecuencia, la muerte
biológica irreversible.

5. b) Resucitación cardiopulmonar.

6. c) Cadena de supervivencia.

7. a) DEA

8. a) No todos los ritmos son desfibrilables.

9. a) Si está consciente.

10. c) Requieren que, sin mantener la maniobra frente-mentón, se retire la


boca de los labios de la víctima y así dejar salir el aire que se ha insufla-
do, al mismo tiempo que vuelve a tomar aire para la segunda inflación.

11. d) La PCR, por su origen, lo hace ser potencialmente menos reversible en


los niños que en los adultos.

12. d) La causa más común en niños, es por alimentos, como la carne, el


pescado, y principalmente el pollo.

13. c) Simplificar los protocolos y diferenciar al máximo el protocolo de adul-


tos del de niños, para así mejorar la atención, la enseñanza y facilitar la
retención en la memoria de estos.

14. b) Emergencia.

15. b) Cloruro de sodio.

16. a) Laceración, sólo afecta a epidermis.

323
Test n.º 19

17. d) Heridas por mordeduras.

18. a) Por primera intención.

19. b) Si hay salida de asas intestinales, no intentar meterlas otra vez en el


abdomen; cubrirlas con compresas empapadas con suero fisiológico o
agua hervida dejada enfriar, para que no se sequen.

20. d) Son tubos formados por silicona, caucho o polietileno con un diámetro
que oscila entre los 3 y los 15 mm. El mecanismo de funcionamiento se
basa en el drenaje por gravedad.

21. b) Drenaje tipo Jackson Pratt.

324
Test n.º 20
Test n.º 20

1. Según Spaulding, es el material que entra en contacto con el siste-


ma vascular y zonas estériles del organismo:
a) Producto sanitario semicrítico. c) Producto sanitario no crítico.
b) Producto sanitario crítico. d) Producto biológico.

2. Según Spaulding, es el material que entra en contacto con muco-


sas y piel no intacta:
a) Producto sanitario semicrítico. c) Producto sanitario no crítico.
b) Producto sanitario crítico. d) Producto biológico.

3. Según Spaulding, es el material que entra en contacto con piel


intacta, pero no con mucosas o no toca directamente al paciente:
a) Producto sanitario semicrítico. c) Producto sanitario no crítico.
b) Producto sanitario crítico. d) Producto biológico.

4. Requiere procesamiento de limpieza seguido de un nivel interme-


dio o bajo nivel de desinfección:
a) Producto sanitario semicrítico. c) Producto sanitario no crítico.
b) Producto sanitario crítico. d) Producto biológico.

5. Requiere esencialmente un procesamiento de limpieza, seguido de


esterilización:
a) Producto sanitario semicrítico. c) Producto sanitario no crítico.
b) Producto sanitario crítico. d) Producto biológico.

6. Es la técnica (manual y/o mecánica) que origina una reducción


cuantitativa de contaminación macroscópica:
a) Limpieza. b) Desinfección. c) Esterilización. d) Secado.

7. La limpieza tiene como objetivo:


a) Eliminar los restos de materia orgánica e inorgánica de los mismos.
b) Reducir el número de microorganismos presentes en los objetos.
c) Favorecer los procesos de desinfección y esterilización.
d) Todos los anteriores.

8. Es el método ideal para lavar los materiales ya que mejora la efec-


tividad de la limpieza y minimiza los riesgos del personal a mi-
croorganismos patógenos:
a) Lavado automático. c) Lavado por ultrasonidos.
b) Lavado manual. d) Secado del material.

326
Test n.º 20

9. Proceso muy importante después de haber realizado la limpieza ya


que evita la corrosión del instrumental y permite una esterilización
correcta y eficaz:
a) Lavado automático. c) Lavado por ultrasonidos.
b) Lavado manual. d) Secado del material.

10. Está especialmente indicado para la limpieza del instrumental de


acero inoxidable y siempre que haya incrustaciones, ya que es un
sistema adecuado para eliminar eficientemente la suciedad:
a) Lavado automático. c) Lavado por ultrasonidos.
b) Lavado manual. d) Secado del material.

11. Se utiliza para materiales termosensibles como pueden ser: moto-


res, lentes, cámaras, cables de luz, baterías, material endo-urolo-
gía, ópticas...:
a) Lavado automático. c) Lavado por ultrasonidos.
b) Lavado manual. d) Secado del material.

12. Es la destrucción o eliminación de cualquier tipo de vida microbia-


na de los materiales procesados, incluidas las esporas:
a) Desinfección de bajo nivel.
b) Desinfección de nivel intermedio.
c) Desinfección de alto nivel.
d) Esterilización.

13. Método de esterilización que se realiza en Autoclaves:


a) Calor seco. c) Radiaciones.
b) Calor húmedo. d) Óxido de etileno.

327
Solución al test n.º 20

1. b) Producto sanitario crítico.

2. a) Producto sanitario semicrítico.

3. c) Producto sanitario no crítico.

4. c) Producto sanitario no crítico.

5. b) Producto sanitario crítico.

6. a) Limpieza.

7. d) Todos los anteriores.

8. a) Lavado automático.

9. d) Secado del material.

10. c) Lavado por ultrasonidos.

11. b) Lavado manual.

12. d) Esterilización.

13. b) Calor húmedo.

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