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UNIDAD 1.

PERSONA Y SOCIEDAD

1. LA AUTONOMÍA PERSONAL
1.1 La adolescencia
- La adolescencia es un periodo de transición entre la
infancia y edad adulta, caracterizado por una serie de
cambios físicos y psicológicos.

- Estos cambios hacen que la adolescencia sea una época


complicada en la vida de la persona, pero, también,
fundamental para la formación de la personalidad y la
adopción de actitudes y comportamientos maduros.

- Los cambios más significativos en la actitud del


adolescente son:
- Piensa cada vez más acerca de sí mismo y de sus
sentimientos.
- Reflexiona con frecuencia sobre cómo le gustaría
que fuera su vida futura.
- Le gusta tomar sus propias decisiones y se resiste a
asumir los mandatos o normas que le imponen sus
padres o la sociedad. De ahí la rebeldía típica de esta
época.
- Las relaciones con la familia y, especialmente, con
los padres se van haciendo más difíciles El
adolescente necesita romper con los vínculos de
dependencia familiar para madurar y hacerse
autónomo. Por eso, no es raro que esta etapa resulte
conflictiva desde el punto de vista familiar. No
obstante, el papel de la familia sigue siendo básico en
la vida del adolescente y, especialmente, en relación a
las cuestiones que afectan a su futuro.
- Por el contrario, se estrechan las relaciones con los
amigos, en los que deposita gran parte de la confianza
que antes tenía en su familia. La amistad y, más tarde,
las relaciones de pareja se convierten en un elemento
básico en la vida del adolescente.

1.2 La autonomía personal


- La autonomía es la capacidad que tienen las personas
para pensar y decidir por ellas mismas y, por lo tanto,
actuar con libertad.

- No es fácil ser autónomo y actuar con libertad, pues


existen una serie de elementos que impiden que la persona
sea libre y haga lo que realmente quiere. En este sentido,
debemos destacar:
- La necesidad de sentirnos integrados socialmente,
importante a todas las edades pero especialmente en
la adolescencia, puede hacer que actuemos para
agradar a los que nos rodean, en vez de hacer lo que
realmente nos gustaría. Así, en ocasiones, podemos
vernos “arrastrados” a hacer cosas que no deseamos o
no atrevernos a comportarnos como realmente somos.

- Las adicciones (drogas, móvil, etc.) nos crean


dependencia y limitan y, en casos extremos, anulan
nuestra capacidad de decidir.

- El miedo a personas o situaciones de peligro (real o


imaginario) nos condiciona y puede provocar que no
nos atrevamos a hacer cosas que nos gustaría.
- Los medios de comunicación nos trasmiten una
visión de las cosas que condiciona nuestra manera de
pensar y de actuar.

1.3 La responsabilidad
- La responsabilidad consiste en hacer las cosas sabiendo
que tienen unas consecuencias y que, por tanto, debemos
pensar antes de actuar para determinar qué es lo que más
nos conviene. En este sentido, debemos tener presente que
actuar responsablemente, muchas veces, supone hacer
cosas que no nos resultan agradables o cómodas.

2. LA AUTOESTIMA
- La autoestima es la valoración que hace la persona de sí
misma.

- En la autoestima influyen decisivamente las personas que


nos rodean (familiares, amigos, etc.) y sus opiniones sobre
nosotros.

- La autoestima tiene tres grados:


a) Autoestima excesiva cuando la persona se
sobrevalora. Esta situación puede conducir al
egocentrismo, el egoísmo, la intolerancia y, muchas
veces a un tipo de personalidad que suscita rechazo.

b) Autoestima baja cuando la persona se infravalora.


Esta situación produce inseguridad en nosotros
mismos y puede conducir a la depresión, la
drogadicción, la agresividad, los trastornos
alimentarios (anorexia, bulimia, etc.) y, en casos
extremos, al suicidio.
c) Autoestima equilibrada cuando la persona se
valora en su justo término: conoce y aprecia sus
virtudes y, también, sabe que tiene defectos, pero no
los magnifica. Estas personas tienen confianza en sus
capacidades, suelen ser positivas y suelen ser
apreciadas y queridas por los demás.

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