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El Ministerio Público es el organismo autónomo del Estado que tiene como funciones principales la

defensa de la legalidad, los derechos ciudadanos y los intereses públicos, la representación de la


sociedad en juicio, para los efectos de defender a la familia, a los menores e incapaces y el interés
social, así como para velar por la moral pública; la persecución del delito y la reparación civil. El
Ministerio Público está organizado en 34 Distritos Fiscales en todo el país, dirigidos por la
Presidencia de la Junta de Fiscales Superiores de cada uno.
El Fiscal de la Nación: es la máxima autoridad de la entidad, quien es elegido entre los miembros
de la Junta de Fiscales Supremos, por un período de tres años, que se pueden extender por
reelección únicamente por dos años más.
Los fiscales: Son profesionales que cuentan con autonomía funcional, es decir, actúan
independientemente en el ejercicio de sus atribuciones, las que desempeñarán según la
Constitución y de acuerdo a ley.
Funciones:
Representa al Ministerio Público - Fiscalía de la Nación.
Actúa de oficio, a pedido de la víctima o cuando alguien lo solicita
Dirige la investigación del delito desde el inicio.
Obligaciones
Actúa con independencia de criterio: Sus actos están regidos solo por la Constitución y la ley,
considerando las directivas o las instrucciones que emita la Fiscalía de la Nación.
Conduce la investigación preparatoria: Al ejecutar los actos de investigación que correspondan, no
solo indaga las circunstancias que permitan comprobar la acusación sino, también, las que sirvan
para librar o atenuar la responsabilidad del imputado.
Interviene permanentemente en todo el desarrollo del proceso: Puede interponer los recursos y los
medios de impugnación que la ley establece.

La Defensoría del Pueblo en el Perú fue creada por la Constitución Política de 1993, como un
organismo constitucionalmente autónomo, para defender los derechos fundamentales, supervisar
el cumplimiento de los deberes de la administración estatal, así como la eficiente prestación de los
servicios públicos en todo el territorio nacional.
La Defensoría atiende -en todo el país- quejas, consultas y pedidos de ciudadanos que, por
alguna causa, han experimentado la vulneración de sus derechos. No desempeña funciones de
juez o fiscal ni sustituye a autoridad alguna. No dicta sentencias, no impone multas ni sanciones.
Elabora informes con recomendaciones o exhortaciones a las autoridades, cuyo cumplimiento
encuentra sustento en su poder de persuasión y en la fortaleza de argumentos técnicos, éticos y
jurídicos. La Defensoría
del Pueblo es, pues, un colaborador crítico del Estado que actúa, con autonomía, respecto de
cualquier poder público o privado, en nombre del bien común y en defensa de los derechos de la
ciudadanía. En razón de ello, ejerce su mandato con objetividad, profesionalismo y
responsabilidad, nunca por oposición arbitraria o injustificada frente al Estado. El nuevo defensor
del pueblo es el excongresista Josué Manuel Gutiérrez Cóndor, con 88 votos a favor. En razón de
su legitimidad, resulta vital que los ciudadanos y ciudadanas perciban y sientan a la Defensoría del
Pueblo como una institución no solo cercana, sino entrañablemente comprometida con la solución
de sus problemas.

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