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TRADUCCIÓN
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BERTRÁN
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1935
: _,l . SOCIEDAD GENERAL ll;SPAÑOLA DE LIBRÉRfÁ
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ENCUESTA
SOBRE
LA MON ARQUIA
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El mando de muchos no es buenQ. Debe haber un solo jefe.
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• o pocos franceses a quienes no puedo dejar de considerar 1
como buenos franceses, porque no tienen conciencia de la
; alicia que ,entraña su atolondramiento, hablan hoy de un par-
ido o de un sistema político como podrían hacerlo de un caba-
0 de carreras, y ponen toda su curiosidad en preguntarse:
-¿ Llegará el primero?
La afición a adivinar, la de las apuestas y acaso también la
'esperanza o el deseo de un provecho personal inmediato, les
hacen perder de vista todas sus posibilidades de ciudadanos :
. se olvidan de que pueden actuar y, por consiguiente, transfor-
mar la suerte, por lo que se limitan a contemplar los aconteci-
mientos en vez de forjarlos, y apuntan los golpes en vez de
darlos, como podrían. Yo aviso a esta clase de espectadores
ociosos y pasivos que las hojas que aquí. siguen no están es-
critas para ellos. No me sentiría capaz de dedicarlas más que
a ciudadanos verdaderos. Dirígense únicamente a una selec-
ción ciudadana acongojada por el evidente peligro nacional.
Para esta selección, por dicha bastante numerosa, lo inte-
resante y lo que apasiona no es el pronosticar cuál de las "per-
sonas de bien" o cuál de los "nacionalistas" tiene alguna posi-
bilidad de trbnfar primero, porque el azar es el único dueño
de la suerte: ante las opuestas ideas y los partidos compe-
tidores, lo único que a esta selección importa es descubrir
dónde radica la conveniencia pública. Con una trágica so-
licitud rebusca qué hombre, qué régimen dará satisfacción a
las condiciones físicas de nuestro bienestar y, sintiéndose más
202 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
gante y generosa. Resolución, finura, evidentes virtudes alta de un reinado efectivo, teorías tan profundas acerca
ran de los cuadritos de frío cartón. Pero, a despecho de la Monarquía nacional, que todos los espíritus competentes
cosa patente, ¡ cuántos misterios guardan las cuatro peque adllliran y saborean.
imágenes! ¡ Cuánto pasado y cuánto porvenir! Para un : , Qué educación política y qué pura tradición hubo de tras-
triota francés ¡qué magnífica e inquietante procesión de sueñ . ~r semejante padre a su hijo! Pero el señor duque de
· ans difiere en un punto importantísimo de su predecesor:
re1 . . t
"De este grupo de hombres y de mujeres, particulanne no es un teorizante; pero Francia ya no necesita a u~ eo-
de aquel que es el jefe de todos, dependen los destL.".!osde ' nte: toda la teoría está hecha y sólo hace falta aplicarla.
inmenso imperio, la suerte de una gran nación. Y no se di una especie de providencia dinástica hizo casi siempre apa-
que esta dependencia no será efectiva hasta que llegue cer en la serie de los Capetos, generadores y ordenadores de
reinar Felipe VIII: esta familia Capeta, aun estando dester ·· rancia, los caracteres apropiados a las necesidades de cada
da, tal vez precisamente por estarlo, es la depositaria de omento. Según todos aquellos que lo conocen, el señor duque
fortuna francesa. Orleans parece indicado para realizar las ideas políticas que
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...,11J.os pr1nc1p:es
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siguen •
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..... •
n1damente fuera de Frai.J.cia a heredado con la sangre. Joven, hombre de aire libre más
o alejados del Trono, será que hay grandes probabilidades h' ue de gabinete, necesita el trabajo y las ocupaciones de la
tóricas de que nosotros mismos como pueblo hemos de esta da activa. Gran cazador, tirador perfecto y navegante apa-
alejados de los verdaderos movimientos de la vida. nado, tiene esta resistencia, este espíritu de empresa y esta
"Los movimientos opuestos, los de la muerte, han comenz oncepción ágil y rápida que son esenciales al hombre de acción.
do ya. Los agentes de la descomposición destruyen y se r I'uesto que su padre y su tío-abuelo meditaron durante tres
parten nuestro cuerpo político. Sólo la realeza puede oponer de siglo por sl, él obrará, ateniéndose a sus reflexio-
se a su obra e impedir que las fuerzas de la anarquía nos '-
hagan retroceder a los elementos primitivos ..."
Para avivar estas reflexiones había yo cogido el retrato
del conde de París, junto con eJ del señor duque de Orleans· ANDRÉ BUFF'ET
mis pensamientos iban de hijo a padre, de padre a hijo, así
confrontados por la mirada, esforzándose en penetrar dentro La puerta se abre. Aparece M. André Buffet: otro argu-
de uno Y de otro para formularme las relaciones de sucesión mento viviente de la política real.
entre ambos príncipes. En efecto, nada nos hace ver mejor el decidido gusto del
príncipe por la acción como la deliberada elección, el favor
El padre fué un gran talento. Movidos por el fundado odio constante de que M. Buffet goza. En el Tribunal Supremo he-
que los mediocres sienten por quienes están por encima de mos visto a este lor,enés de cuarenta y tres años que aparen-
ellos, Thiers y los discípulos de Thiers no han perdonado mm- ta apenas treinta y seis. El cabello corto y negro, el bigote duro,
:ª al co~d: de París. Las burlas y las injurias de esos peque- los hombros sólidos le daban un aire mucho más militar que
abogadil. Es verdad que regía su elocuencia por la razón, pero
nos a~1b1c1osos y de esos grandísimos tontos constituyen hoy
para el uno de esos homenajes al revés que tan preciosos son una razón esencialmente práctica e inspirada por una indoma-
para la historia. Nacido en medio de los horrores revoluciona- ble energía: ni Déroulede ni Guérin lo superaron en esto.
rios Y parlamentarios, este príncipe supo encontrar el espí- ¡Cuántas veces, en la cárcel, se trató de separar a André
ritu de la tradición monárquica tal como el conde de Cham- Buffet del partido de la Monarquía! Paul Déroulede le decía:
bord la definiera. Heredero de Enrique V, Felipe VII nos legó. -¡ Pero si usted es plebiscitario! -¿ Plebiscitario yo?- André
1 !
CON M, ANDRÉ BUFFET
207
206 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
Buffet iba a lanzarse ya sobre Déroulede. Este explica los suburbios me daba, en un lenguaje brutal, la
ista de • ·, .
-De doctrina, seguramente no, pero la doctrina importa ula abreviada de todos los anhelos de la nac10n.. .
nos que e.I temperamento, y el temperamento de usted es pleb' ·~·Francia?-me decía-¿Francia? No es republicana, n;
citario.- M. Déroulede quería decir con esto: ~Usted es ené " ,,;~ta ni monárquica. ¡, Quiere ust,ed saber lo que es•
par.•w ,
gico y no le gustan ni las pequeñas habilidades de pasillo ia es amiga de la mano dura.
la inútil palabrería de la tribuna, ni las equívocas negocia~ anc ' buen parisiense M. André Buffet no ignora el argot,
. Como ' - d
nes que en los salones florecen. la malsonante palabra poignarde i no le choca, y hasta ana e:
Entendida así, la apreciación era justa. La palabra de -Amiga de la mano dura ... ; acaso sea e~to ...
André Buffet tiene algo de acción. Parece que se pinta en "Creo, en efecto, que Francia, e~lo~uec1da, enervada, des-
. , por su mal mclmada a declararse en
su rostro al mismo tiempo que resuena en su voz. Su perfil de ieíiltada, se sen t ira, , .
medalla antigua-nariz y frente de la más pura estirpe griega, . vor del primer gobierno de buen puño que -se 1~ antoJe pa-
mentón romano-refleja, al animarse, el calor, la animación. ..ª. t es decir, antijudío, es decir, opuesto al partido de Drey-
la vivacidad, la jocundidad de la vieja Galla; un gran gest~ trio ;rancia su cabeza y su corazón, el pueblo y las clases selec-
fus. . ' 1 gobierne. quiere un régimen fuerte. Pero
afirmativo mide y precisa el discurso; a veces es un nervioso tas aspira a que se a , f
paseo lo que da vida y movimiento a la idea a los ojos del r.v; usted? : a menudo lo más opuesto a la ver~adera . uerza,
interlocutor; y nada resulta tan sorprendente como el oír e:x.. ~s precisamente la apariencia de la fuerza. i Quiera Dios Jue
presadas unas ideas tan discretas a través de una Francia no se deje engañar por esta apariencia! La exper1en-
tan apasionada. da"Por
sería mortal.
lo demás,
. .
tengo la convicción de que esta expe;1e_nc1a
no se intentará nunca. Pruébalo la historia de est~s ~ltrmos
Tras preguntarme por tantos amii::· .:;"comunes como se ha - " Francia es un enfermo que tiene miedo del ciruJano, y
visto obligado a dejar en París, ,. :1cÍré Buffet se pone a mi ª:;"~sto todo el mundo se le ¡;_cerca a hablarle de multitud de
disposición. · \arlatanes, de empíricos, y de fabricantes de curalotodo. Ella
-Hable usted-me Jice-; contestaré a todas sus pregun- :scucha encantada todo lo que le dicen, pero esper~ Y no se
tas: no hay una sola cuestión política que la Monarquía no , 'd Entretanto el mal se agrava, el dolor apremia Y ame-
deba afrontar, "porque es capaz de resolverlas todas". c.ec1 e. • 1 · t
naza el fin: es absolutamente preciso resolverse a a m erven-
Yo contesto que tal es mi convicción, y como André Buffet 7.,. hae:o votos por que Francia se resuelva a ella a
ción. l'.O
me estrecha a preguntas sobre el estado de la opinión en Pa-
tiempo."
rís y en provincias, le digo:
-La opinión no ta cambiado después del año último. Us- M. Buffet se calla.
ted sabe mejor que yo cómo estaba la opinión entonces, cuan-
do usted sostenía ante el Tribunal Supremo la política de la 1 La alahra usada en el originrul francés, poignarde, y, sustanti·
a~ente ~o,ignardise, es de dificil adaptación al ,ca.stell~no en est~ cas~
audacia, la política del reto... Estas son palabras de usted v ' t"do 11·teral En 1791 el pueblo llamó ch,,e,;aliers du. poignar
con su sen 1 • ' . do en las
Se ha sido audaz contra Francia, se la ha desafiado, y Francia (caba lleros del puñal) a los realistas que se reumeron, arma . sd, d n
· b d"ó a una soc1e a co -
querría hoy que alguien fuera lo bastante audaz en favor suyo 9
rr~;;:~:ru~i:ia:i: ff:~::~aE:n ~;s:::i::a r:e ~;ra~:~ió~e::é:s~~~ a~::=
y desafiara a sus •enemigos en su nombre ... midor Pero el sentido con que aqui se usa, sm con ,
M. André Buffet aprueba con su silencio. Yo me acuerdo ceden~es históricos, ni con el literal de p~ñ~l, sino _con elu~~ _1aJ:!~b;~
de un ejemplo y añado: ue etimológicamente da .origen a este ultimo (poing,_ P · P .•
~ue se neva en el puño), se corresponde con un sentido de autoridad,
-El mismo día en que salí para Bruselas, un joven nado- de mano fuerte para el gobierno. (N. del T.)
208 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M. ANDRÉ BUFFET . 209
res. Es un soldado, pero no solamente soldado, sino ciudad · d está doblemente asegurac1a por la persona del príncipe Y""
li el sistema de sucesión hereditaria, los contribuyentes, cuan- ..
y el primero ?e todos ellos. Un rey de Francia puede perf
r les pide que acepten tal o cual sacrificio, tienen una doble
tamente hace:r:,que un civil administre sus ejércitos de tie se - . . , , , r
y mar, según costumbre del antiguo régimen, que no por e .. n:tía de que, una vez realizado este, se hallaran prac 1ca-
quedarán sometid.9s a un poder civil, toda v,ez que el Pod " ªte a cubierto de nuevas demandas. El Fisco no rodará por
en "d d .
supremo conserva su esencia militar, puesto que se vincula: 'ndientes fatales. Una voluntad soberana, una autor1 a v1-
la persona del rey. . , . -. estarán alerta para regularlo todo, moderarlo todo, y
encv,
"Eliminad· la República y automáticamente quedará elirni ra frenar cuando haga falta.
nado este prohlema, C01!, tantos otros de una gravedad no :tne. "Obtener concesiones en el orden fiscal sin alarmar por
a la opinión, garantizar la propiedad contra la revolución
nos amenaza~ora. La Monarquía es la paz pública. Esta paz 0
hace posibles todas las reformas. ¿ Qué digo? Las necesita para cialista que la amenaza, al tiempo que se obtenga de ella
sostenerse." a equitativa aportación que haga falta; interponerse, nego-
Cierto día este punto de vista tuvo una singular precisión, ciar sin tregua entr,e el pobre y el rico, el que tiene y el que
tiene, para obtener del primero lo que puede ceder de grado
0
para dar satisfacción al segundo en la medida de sus ne- 1
LA MONAR,{JUIA REFORMADORA cesidades, ¿ no es esto la obra maestra de toda política fiscal?
pues sólo la Monarquía puede realizarla. 1
"Sí-dijo M. Buffet-. La Monarquía es esencialmente re~: ,. "¿Prefiere usted que pasemos a otro orden de cosas, a
formadora. Sólo ella lo es. Pero ¿ se da usted cuenta de por• otros ejemplos?" 1
qué? ·
"Yo no ceso de pensar para mis adentros en la mayor de las INCAPACIDAD DE. LA REPúBLICA PARA DESCENTRA-
ventajas de la Monarquía. En razón de que• perdura y hace LIZAR
perdurar las cosas a su alrededor, en razón de que garantiz~
con toda su fuerza las leyes que necesita promulgar, puede mos- "He seguido con una curiosidad que usted puede adivinar la
trarse osada y, en alguna medida, aventurada, sin grandes gran encuesta sobre la descentralización, empezada· y 11:'vada a .!
riesgos. • feliz término en el ·transcurso de este invierno y esta pnrnavera
"Fíjese usted bien en lo que estamos viendo en materia de, por el periódico republicano más antiguo, Le National.
impuestos. La menor reforma asusta. ¿ Por qué? Porque toda "Lo primero que me ha sorprendido ha sido una cosa. Parte
medida parece anunciar otras medidas dirigidas en el mismo de los homb!'es políticos interrogados sobre la necesidad de
sentrdo y porque nunca se sabe en dónde se detendrá el poder ampliar los poderes de los consejeros locales o de crear grandes
una vez puesto a vesbalar por la pendiente que sea. El poder circunscripciones más o menos autónomas, han respondi_do con
republicano es débil por definición, es limitado y cambiante, es una especie de indignación, como si se les hubiera invitado a
irresponsable, porque es colectivo. L0s límites que establece, despedazar la patria. Tal indignación puede ser exagerada o
las barreras que levanta no tienen nada de fijo y cambian sin fingida. ¿ Pero quién no ve que, estando bajo la República, es
cesar. Está en su naturaleza el que los arrasen fuerzas irre- decir, sin un jefe permanente, la prudencia patriótica se sentirá
sistibles. Es un sistema de gobierno que va siempre más lejos en el deber de descentralizar con mucha más tacañería de lo
de donde quiere ir: sus menores inclinaciones resultan temi- que cabría osar bajo un régimen monárquico? Sólo un _rey,
bles. Totio es en él peligroso y sospechoso. Por tanto. nada hace. Ún poder estable y hereditario, puede responder de la umdad
"Por e( contrario, en una Monarquía, en la q~e la estabi- de la patria ...
•
218 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M. ANDRÉ BUFFET 219
"Por nada del mundo, un rey de Francia dejaría co términos· o dejarse atrofiar por la centralización_ Y
htre es t os . d
·• prometer la obra de sus más antiguos predecesores. Su mis . víctima de una congestión parisiense, o, en e] caso e
razón de ser, su función capital, consiste en sostenerla. orir una descentralización suficiente, exponerse a profundas
btener .
existe para velar por Ia integridad de esta obra. Pero, mientra duras que podrían tener como consecuencia una ver-·
esgarr a
exista, puede, en cada momento adoptar las medidas que ell dera guerra civil.
exija, y por esto, tiene la posibilidad de conceder cuanto quiera ·ª "f:/' no se quiere que Francia perezca asfixiada, hay que des-
Las numerosas franquicias que desde su altura pueda 'tito~ . "\·zarla pero hay que conservar la centralización si no se
centra i , Y t l
gar suponen, por parte de quienes se aprovechen de ellas, e i . estar temblando por la umdad francesa. o no engo a
constante reconocimiento del poder unitario, personal y rea quiere b - ·
·• o-racia de ser republicano, pero, si lo íuera, no sa ria como
que las defiende, las otorga y las garantiza. Si surg,e un peli- deSo • · l
Urme de esta dura alternativa. La Monarqma nac10na con-
gro nacional, se desvanecen naturalmente, o, por mejor decir, ; :~ia fácilmente ambos términos, pero sólo ella es capaz de ha-
siendo, como son, una expresión natural de las variedades na-
cerlo, . .
cionales, ceden ante la necesidad suprema de salvar a la nación. _ ·· "Un rey puede a la vez mantener la unidad y afloJar las
Jefe del Ejército, órgaIJ.Ovivo de las necesidades del bien pú- , • ndas a las variedades nacionales. Tiene bastante fuerza para
blico, el rey no ha de hacer más que dar una señal, y todos los ; r1e .
. defender aquélla y salvar éstas de sus prop10,s ex~esos.
poderes de Francia se reconcentran en su mano. : "Francia es la obra política de la Monarqma. Sm rey-usted
Una República, menos dúctil y también menos fuerte, está lo ve-corre el riesgo de asfixiarse o de romperse en veinte
obligada a adoptar en tiempo de paz las mismas precauciones ;
· pedazos." . ., . •
que en tiempos de una guerra europea; bajo su imperio, los y 0 guardo silencio, por no hallar obJecwn posible. M:. Burfet
ciudadanos viven en un perpetuo estado de sitio. ,Es fatal,
continúa: .
pues, una descentralización parsim•miosa y más verbal que "Por lo que hace a la segunda hipótesis, estoy tranquilo
auténtica. Pero una descentralización así de ficticia, ¿ bastaría ¡porque Francia no morirá de una_ descentr~lización, cierta-
acaso a ese país excesivamente concentrado, excesivamente en- mente! Los republicanos se guardaran muy b!en de desce~tra-
cuadrado, excesivamente reglamentado que está ahogándose lizar. Aunque quisieran, no pueden hacerlo. vea ustec., s1 no,
por todo este modo de vivir? los lamentables fracasos de las Comisiones instituídas por
"No lo creo. Es preciso hacer una amplia descentralización 1 • MM:. Ribot y Barthou.
De modo que la Francia republicana no puede escoger más que "No pueden descentralizar porque no existen, perduran Y
gobiernan más que gracias a la centralización. En efecto, todo
l. Durante una de mis últimas visitas, M. André Euffet, volviendo
• a este tema capital, me enseñó en el mismo National las conclusiones del
poder republicano nace de la elección_ ~• si quie:'e mantenerse
primer Congreso de la Federación regionalista frances,a que acababa de en la elección siguiente, el el,ecto, mm1stro o diputado, nece-
celebrarse en París (julio de 1900) bajo la presidencia de M, Charles sita tener bien cogido a su elector. Y ¿ quién tiene cogido al
Le Goffic, el con0<:ido escritor bretón. De las discusiones parece des-
prenderse que hay que establecer el acuerdo para un programa mínimo elector? El funcionario. Y ¿ quién tiene cogido al funcionario?
de cierta limitación. El pronóstico de M. Buffet resulta, pues, comproba- El ,elegido, ministro o diputado, mediante la cadena adminis-
do una vez más. Pero, a pesar de ser un poco desvaídos, ciertos pro- trativa. Descentralizar la administración equivale, pues, a cor-
gramas desarrollados en el primer Congreso comportan detalles peligro-
sos, tales como la capitidism'nución política del distrito; y no se hará tar en dos o tres trozo!'! esta cadena de seguridad, es devol-
obra rle descentralización serla empequeñeciendo el distrito, destruyén- ver al funcionario una parte de independencia y al elector la
dolo en provecho del cantón, sino, al contrario, dándole desenvolvimien- libertad correspondiente. El ministro y _el diputado pierden así
to, como me ha.cla observar M. Anclré Buffet, de acuerdo con las auto-
ridades competentes en este asunto : el poeta Mistral, el geógrafo P. Fon- sus instrumentos electorales. Puede usted estar seguro de que
cin, M. Frédérlc Amouretti, M. Jules Angot des Rotours, etc. no renunciarán a ellos más que a la fuerza. Nunca prescin-
220 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M, ANDRÉ BUFFET 221
dirán, por su gusto, del funcionario-criado. Estas gentes n C iza la afición al funcionariado, hace que se abandone, se
·
ningunos · 'd as.
smc1 os {,;ida y se venda la tierra, qué se la liqnide, en una palabra.
"Confiese usted que la Monarquía hereditaria, libre del 'u,pruniendo al propietario terrícola, suprime la más impor-
de la elección, tendría para esto otras facilidades. Tend ~u .·nte de las fuerzas sociales y naciom.les.
posi'b'l'd
i i a
d d e descentralizarse. El interés nacional v po ria "El Manifiesto de San Remo demuestra cuán grande es la
· · t , ., reo licitud del príncipe para estos problemas. El duque de Or-
s1gmen e, su interes propio se lo impondrían a las claras
mo un deber." e eans sabe que la fuerza de Francia radica, como él dice,
Y diciendo esto, M. André Buffet se quedó pensativo. "Des, n la iiicorporación del individuo al t.erruño. El mejor medio
centralizar ... Esto es tan importante hoy como pudo serl e restaurar esta completa unión del ciudadano y de la propie-
· l o XII, con t n'b mr
el s1g · a l a constitución
. de los Municipio s,o,. en en ad territorial consistiría, a mi entender, en convertir ésta en
el xm, reglamentar la vida corporativa; en el xvn, humillar a •unindividuo. La tierra ha de tener su personalidad moral. No
, 1 la casa de ... 4.ustria y, en nuestrns dí~Q l"Ar-"11q11i<::!to::1r .,,...'1.esl
...... :se trata, no, de otorgarle privilegios y derechos, sino de pro-
- ........
...,, ....
'"''"'..,...... ........O,J......... ... O
Mosela y nuestro Rhin. Descentralizar = reconstruir a Franci¡;,: teger su vitalidad. Suprimiríase aquel artículo del Código que
establece que nadie está obligado a aceptar un indiviso. El jefe
.de familia podría, sin amenguar la herencia de ninguno de sus
LA VIDA LOGAL.-LA PROPIEDAD.-LA FAMILIA hijos, legar a uno solo su autoridad sobre la tierra y, así, sólo
el nuevo jefe de familia podría solicitar que el proindiviso ce-
"Usted ,es del Midi y yo soy del Este, pero, sobre este sara. Voy aún más l,ejos, con lo que emparejo con aquellos ami-
punto, am~os tenemos necesariamente las mismas ideas, pues- , gos nuestros que preconizan la libertad de testar. Si no admito
to que, baJo formas muy diversas, hemos presenciado las mi_ esta libertad para la trasmisión de toda propiedad mobiliaria,
mas caiamidade~. Hay que reconstruir una vida local. Hay q:e ni siquiera para los inmuebles desprovistos de valor moral y
político, en cuanto se refiere a la tierra yo quisiera que todo
rehaoer la prop1ed~~ terrícola, condición de la vida local. Hay
•,]Uerehacer la familia, de la que depende toJo. jefe de familia tuviera el derecho de legar a uno solo de sus
hijos, no sólo su autoridad sobre una finca indivisa, sino hasta la
"Para rehacer la familia, algunos monárquicos se conten- entera propiedad de sus Uerras. Yo quisiera que se restable-
tarían con establecer una absoluta libertad de testar. y O no ciera en este aspecto y en este sentido el derecho de susti-
soy de su opinión. tución.
"Esta libertad ha desaparecido de las costumbres. Nues- "En efecto, la. propiedad rural no es sólo una riqueza indi-
tros padres de familia pueden disponer de una parte (la cuar- vidual, una fortuna personal, sino que, como ha dicho el poeta 1,
ta, por lo menos) de su fortuna, y son pocos los que usan de "es grandísimo honor poseer una tierra".
este de~e~ho. Y, si se usara mucho, me temo que, en vez de "La propiedad rural es una institución política y me atreve-
reconshtmr con ello la familia, se la destruyera sembrando en ría a decir que es bien y capital nacional. A este título merece
su seno toda clase de divisiones. No debemos enemistar a los que la ley la defienda, la proteja y la fortalezca. Note usted
hijos de un mismo padre por unos deleznables intereses ma- que no había de haber en esto ningún equívoco. Todos verían
teriales. la cosa tal cual es. El propietario rural comprendería fácil-
"Con todo, si bien veo este hecho, advierto asimismo los mente que no se trata de favorecer, de mejorar, ni de perju-
desastr?sos_ efectos de la legislación vigente. Nuestro sistema dicar a ninguno de sus hijos, sino de asegurar la integridad de
sucesorio tiene c~i_no con~ecuencia el pulverizar la propiedad
y hacer que los h1Jos se sientan ajenos a su patrimonio, gene- l. CHARLES DEl P0MAIROLS, Regards intimes.
222 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M, ANDRÉ BUFFET 223
dable no sólo para los pequeños propietarios, sino para los umenta sin cesar y resulta cada vez más desastrosa. Si
e a . d
mos asalariados. La vida de los campos reflorecería de nuev logra detener dicho éxodo, se detiene, a la vez, el aument~ e
"De esto-fíjese usted bien-derivaríase un resultado competencia entre los.trabajadores. Se ofrece menos trabaJo y
primer orden, y es ~ste: que el éxodo de los campesinos a l pide más, con lo que el precio del salario crece natural-
ciudades se detendría." ente. De la restauración del campo depende, como usted ve,
Al llegar a este punto, no supe retenerme de pedir a r.o.o~ suerte del habitante de las ciudades: desde este punto de
sieur Buffet que hiciera llegar al príncipe mi respetuosa fe ista, hemos vuelto por completo a los tiempos de Sully, cuya
citación. El régimen contemporáneo desconoce al obrero de · olítica acaso tenía algo de bueno.
campo. ;Bajo la República, nadie se ocupa más que del obre "Sé perfectamente lo que van a decir. Si el campo cesa de fa-
ro urbano. El campesino es un paria. Salvo en período elec- cilitar ,nuevos contingentes obreros, vendrán fatalmente otros
toral, no se tiene para él más que desdén. Él no es pueblo. El del extranjero. -¿Fatalmente? Habría que verlo. Si esta afluen-
pueblo es el obrero de la gran industria. Hasta los funciona.; cia amenazara al trabajo nacional, se empezaría por nivelar la
ríos que enseñan economía política se hacen cómplices de los competencia entre el productor extranjero parásito de nuestro
políticos a este respecto; para ellos la clase de los consumido- ..m~lo v el productor indígena. Y, si el acceso de exóticos con•
res, que es la única que goza de la benevolencia de dichos ca- :,;~~ar;, podrían tomarse las medidas de protección necesarias."
balleros, no la forman más que los obreros industriales y de ,· -Esto--dije yo--es un comienzo de socialismo, o, por lo
núcleos urbanos. El campesino es tratado como si no con. menos, de proteccionismo o intervencionismo. ¡ Qué dirán nues-
sumiera o no fuese más que un animal de producto ... tros librecambistas! •
-Esta gran injusticia me ha indignado siempre-contes- -Estas palabras terminadas en ismo-replica M. Buffet-
ta M. Buffet-. No obstante, no debe darse pie a que adversa- .•sen las más vacías del mundo. Las gentes se matan por ellas
rios de mala fe digan que la política del señor duque de Orleans y, si se las analiza de cerca, se descubre que casi nunca corres-
'l sacrifica la industria a la agricultura y abandona a los obre- . ponden a ninguna realidad. La Inglaterra librecambista tiene
ros para favorecer a los campesinos. Vamos a ver cómo la la aduana más feroz del universo... En muchos casos, esta in-
verdad es muy distinta. tervención del Estado, que es costumbre condenar, constituye
una simple medida de humanidad, sin la que la vida resultaría
casi imposible.
L,A POLITIOA REAL: LOS OBREROS INDUSTRIALES.- "•Quienes no se pagan de palabras tienen en cuenta que las
LA ASOCIAClóN cuestiones llamadas sociales, económicas o morales se reducen
casi siempre a una cuestión política. Así ocurre con el problema
"Porque, en realidad, la política monárquica se aplica a tra- de la intervención del Estado. Lo que vale el Estado que
tar estos diversos problemas contemporáneos siguiendo un rigu- interviene, vale su intervención. Esta resulta absurda y de-
roso método Gientífico. Si empieza preocupándose del campesino, sastrosa si el Estado vive entregado a las competencias y su-
es, entre -otras mil razones, porque no hay ningún otro medio bastas de la demagogia o si vive enfeudado a los explotadores
para llegar al obrero. cosmopolitas de la nación.
"No se puede mejorar la condición de los obreros si no se "Puede, por el contrario, ser bienhechora y útil si el Esta-
mejora previamente la condición de los campesinos, porque el do, emancipado de la finanza internacional, está por igual libre
malestar de los campos hace que afluyan a las puertas de las de la tiraní_a caprichosa de las turbas y de sus cortesanos.
ciudades verdaderos ejércitos de nuevos aspirantes al trabajo
industrial, y estos recién llegados ocasionan una competencia "Una Monarquía nacional realizará en estos dos aspectos la
15
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r1
!
226 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M, ANDRÉ BUFFET 227
plena libertad del Estado, el cual, siendo perfectamente libre pu ·•a. y si resulta ventajoso (ya todo el mundo está de acuerdo en
•
de, a mi entender, en algunos casos (yo no digo que deba hacer¡ !lo) el devolver este servicio, sea a los municipios, sea a la cor-
siempre) intervenir en los conflictos qel capital y el trabaj oración universitaria autonomizada, no hay razón ninguna
sea en su calidad de juez, sea como jefe de la policía nacion ara hacer que el Estado asuma tales otros servicios ruinosos.
Prevenir ciertos males y reprimirlos todos, me parece que so porque los obreros sufrirían las consecuencias de la ruina del
las dos funciones del Estado. Estado más aún que los capitalistas.
"El derecho de los obreros a la huelga es indiscutible, pero "El papel del Estado consiste en estimular lo mejor que
tienen otros derechos más 13ue el de holgar. Tenen un derecho ueda los esfuerzos de las asociaciones mutualistas para la or-
no menos real y menos respetable a que no se les excite, se ganiz~ción de los retiros obreros. La República, a través de
les explote y se les engañe por agentes ajenos a su profesión.'. sus oradores, inunda estas asociaciones de buenas palabras,
El noventa y nueve por ciento de las huelgas actuales son de ,pero las retiene bajo una severa tutela. La Monarquía, en cam-
orden político y no económico: todo fautor de desórdenes p0 • · bio, las emanciparía.
líticos en la esfera económica debería sufrir un castigo ejem.. "El señor duque de Orleans s,e propone, en.efecto, exhumar
plar. Porque una de las funciones del Estado es defender de · v seguir en este orden de cosas las grandes ideas del conde de
los perturbadores la pujanza, la autonomía y el progreso del : Chambord y del conde de París. Es preciso que el obrero halle
trabajo nacional. Pero otra función le es propia y es corolario en la asociación un principio de resistencia, de seguridad y de
de ésta: velar por las condiciones generales de la salud y el des- progreso legítimo. Pero sólo la Monarquía puede favorecer ple-
• ::!rrollo de la raza. Y, cuando estas condiciones generales se ven ' namente la asociación. Una República no puede mirar las aso-
hmenazadas, debe intervenir. . ciaciones sin un movimiento de inquietud y hasta de alarma, y
"La limitación de las horas de trabajo para el niño se com- ello ha de ser necesariamente así: "Las Repúblicas necesitan
prende perfectamente, pero no la admito para el obrero adulto, ejercer sobre 7,as asociaciones cuyo carácter no es exclusiva-
cuya dignidad ofende y cuya actividad detiene. Los obreros ·. . mente comercial una vigilanoia más estrecha que las M onar-
franceses no merecen que se les haga así de menos. Ellos mis- ". . quías." Estas palabras son de un republicano, M. Eugene Pie-
mos perciben que en esto habría para ellos una temible dismi- rre, secretario general de .la Pvesidencia de la Cámara de los
nución moral y económica. diputados. La República es, en efecto, un poder colectivo y débil
"Por lo demás, estas intervenciones directas deberían ser y teme a todo otro poder colectivo que tiende a dominar, so-
lo menos frecuentes posible. El Estado ha de descargarse lo más bre todo CUl:!,Ildo,como en el caso de las sociedades obreras,
que pueda de todas las funciones de este género de las Asociacio- este 1luevo poder procede de las masas profundas de la na-
nes profesionales, morales y religiosas, a las que vigila y controla ción. Los jefes de una república se dirán siempre -¿ Y si, al
desde muy alto, pero dejándolas obrar a su guisa y siguiendo asociarse estas gentes, fueran a concertarse para dejar de
sus inspiraciones espontáneas. iEl sueño de ciertos demócratas, votar?
el de los socialistas de Estado, consiste en hacer asumir al "Inquietud ésta perfectamente extraña a la Monarquía, ya
Poder central una carga creciénte de funciones y deberes: que el príncipe hereditario está por encima de los caprichos de
todo lo transformarían en servicio público. Por el contrario, ins- la elección, por lo que no puede temer a las asociaciones más
pirándose en el principio de la desc,entralización, la Monarquía que a part'tr cteí momento en que pudieran resultar" peligrosas
1
restringe cada vez más el número de los servicios de esta clase. para la pública tranquilidad."
Transforma en provecho de la iniciativa individual. y en favor
de las asociaciones y comunidades, ciertos servicios que el Es-
tado retiene inútilmente hoy. Por ejemplo, la insttucción públi-
228 ENCUESTA SOBRE LA ~.'IONARQUÍA CON M. ANDRÉ BUFFET 229
Entre tres
..
o cuatrotientos recortes de periódicos que se había
CON M, ANDRÉ BUFFET 233
hecho leer, había conservado precisamente aquél. :. ntra tan mal administrada es porque unas institucio-
encue · · en
·es detestables han impedido a unos hombres, a :7eces emm •
"-¡Está m.uy bien!-decía al tiempo que releía el artículo-
Al fin se sabrá que yo haré respetar las convicciones de todo ; e bien intencionados, que dieran toda su medida Y tod? ~l
tes y d.rían dar Lo que más me pasma en la Repubh-
no hay otra d·ist·inciónque 'la, de bu,enos y malos franceses, 8 fruto que po : . __ . , _ tal t . ha dado
"El positivista Ritti, que ha fundado, en contra de las ca- • es la espantosa dllap1di:1.dOu de .en.os a qu~ .
ca treinta años Se han gastado en vano -energ1cas vo-
pillitas más o menos científicas y literarias, 1.1.n"a
"Liga para la. 1ugar en · F · n ha
defensa de la libertad espiritual", podría, como usted ve, contar .Juntades Y brillantes Y sólidos pensamientos:
,,, i rancia o
entre lo.s suyos al joven jefe de la Casa de Francia. sacado, ni podía sacar, nada de ellos •
bilidad del pueblo es una quimera absurda que no nued ", . r , ni política exterior. El presidente, como buen candidato,
e ace 10
tar ningún hombre serio. Vamos derechamente a lo es _. ··vita el mostrar en nada la menor preferencia, por temor a
enc1a
Yo doy por sentado que el dictador es un hombre de bi" na.jenarse en su reelección el menor grupo de electores. El
, . ,. en, u
Déroulede. Acaba de ser elegido. ¿ Cual será su polític ? , • esdichado fluctúa; ya no dirige.
sueña en su reelección, le interesa convertirse en servidª · S "Y aun, y durante mucho tiempo, los Estados Unidos, ais-
. 1 • or de
las pas10nes popu ares y de los errores de la mayoría. p . lados al otro lado del planeta, no conocerán ninguna de· las pesa-
. • 11 ero,
s1 no piensa en e a, se expone a que lo sustituya cualquiera , das obligaciones políticas que pesan sobre los pueblos europeos 2 •
sepa a d u 1ar errores Y pas10nes, or mariamente dueños del que
. d" .
··Pero Francia! Sus intereses, lo mismo dentro que fuera, exigen
. . Pue-
blo so b erano. Si piensa en e 1lo, pierde al país. ,¡r si no, pierde ~l máximo de estabilidad, de continuidad y, a un tiempo mismo,
el poder, y unos competidores indignos se encargarán de · de valentía, de iniciativa. Pues esta iniciativa y este espíritu
.• . • con.
sumar, cuando . se, haya ido, la pérdida de la patria. ·Su pat r10.·.
• ';,de conservación requieren por igual un poder director constante.
tismo le obl!gara, pues; a un golpe de Estado, y, si no lo dh ,roda interrupción y todo corte serían funestos. So pretexto
':l ,' faltara ' a sus . d eb eres
. para con la patria ' pero , dándolo , pro.
"• . de acabar con la anarquía pariamentaria y de restaarar el
t¡
¡
1'
1
bará que la vwlencrn y la perturbación revolucionarias
en la lógica absoluta del régimen plebiscitario.
· orden, Paul Déroulede llevaría la anarquía al grado máximo y
convertiría el desorden en una instituéión.
"Me da pena que Déroulede se pierda en unos sueños tan
-Por lo demás--insiste M. Buffet-, si Déroulede es de- mal fundados y, sobre todo, me da pena el que un hombre que
l rouledista, porque no se puede plebiscitar más que a él y • sirve a Francia con toda su alma la sirva tan mal."
l
¡i Francia. t·1ene que h acerse derouledista como él, 6• qué será
' dBI
Generosas y conformes al puro espíritu caballereséo, estas
., d D' ·
la nacion cuan o eroulede desaparezca? Muerto e'l, el reg1- , ·e lamentaciones sobre la suerte de M. Déroulede ~e parecieron
1 men se para,,... Pero ¿ y Francia? El derouledismo no respo n de
a esta cuesbon, presente de continuo en la mente de un monár-
desproporcionadas al asunto, y bruscamente di a entender a
M. André Buffet el sentimiento que me inspiraban:
quico, que puede gritar siempre, en cambio: El Rey ha muerto.
1 ¡Viva el Rey!
"La República de D~roulede sería necesariamente, no por
,
-Deje usted, deje usted, interrumpo-.
elemento divisor.
Su Déroulede ,es un
certificado de qwe nos había recibido muy mal! EI incide "Ya veo que me he ido un poco lejos de Déroulede, que era
te me resultó tan original, que· me interesé en la cosa bre quien usted me preg°;mtaba. Déroulede, nacionalista, se
no dudé en enviarle, con objeto de hacerle el favor que obligado a defenderse de toda alianza nacional, caso natural
pedía, una carta escrita en términos muy vivos, en que le d efatal en un republicano. Hoy pone él la República por enci•
cía que no me podía ,explicar su petición después de las ins a de todo. ¡Mejor! Porque, en adelante, s!'remos só!o los mon•
lentas maneras que había empleado con nosotros, que él se ha rquicos quienes digamos: "Ante todo, Francia" y quienes con-
bía conducido con nosotros como un hombre perfectamente lna ·uremos a todos los partidos nacionales a unirse en contr~ del
educado y que no cabía pedir un certificado a quien había des: xtranjero. Cada vez será más exacto lo que usted ha dicho:
pedido de su casa. Supongo fundadamente que el buen ho1nbre ue sólo nosotros representamos el nacionalismo integral.
quedó contento, porque no oí hablar más de él. Tal es la des-
confianza de los republicanos entre sí. 1vacionalistas y antisemitfjl,s: Drumont, Thiébaud, Barres
"¿ Y cuál es la razón de esto? Pues que un republicano no pue-
de creer en el republicanismo de su vecino en el que no ve "Pero esta gran oposición nacionalista ¿ resultará tan derro-
~Y tal vez con ello se juzga él a sí mismo-más que una si- ·._,,n,.:i,.,,,,,
Mmn 1::i:
l,.LJ.CI,_..., .... _
------ --
Renública
-- -.,1.
parlamentaria?
•
Y tantos !alen-
.,
•
mulación. Bajo otros gobiernos, los funcionarios sostenían las tos de primer orden ¿ se verán condenados a desaparecer antes
mejores y más correctas, relaciones personales con los más de- ; •de que Francia los utilice ?
cididos adversarios del régimen. Pero hoy, si no quiere resuJ. "Aquí tenemos a Drumont. Drumont es uno de lo~ ..hoir:·
tar sospechoso. hace falta que el republicano, y sobre todo el bres que mayor inü.uencia •habrán ejercido• en su época. El
neorepublicano, haya dado prendas de cierta especie, haya co- cuarto de siglo que _va de 1886,. fecha de la _apariéióri de La
metido algún acto que lo ,enajene por completo a los otros Francia judía, a 1909 le pertenece. Y no está acabado, ade-
pE.rtidos." más, el período. En esta incubación del antisemitismo, en la
-Pero-pregunto yo-¿qué acto, qué prenda le bastarán? que ciertamente no han escaseado lal! brutalidades, los errores
-Permítame usted que le conteste con un nuevo recuerdo., de detalle, las exageraciones, las cóleras y las crueldades ge-
Yo he luchado mucho en provincias; los parisienses no cono- nerosas, Drumont ha sabido dar vida a una gran idea. Los de-
cen lo bastante el verdadero rostro de la República en pro- talles se olvidan, pero la abstracción dura en el alma del pue-
vincias, que es todavía menos agradable que el otro: enséñe- blo y la idea antisemita fué arrojada en ella con decisión. ,
sdo usted. En 1889, un elector conservador, pero de opiniones "Pero, siendo, como es, tan osado por naturaleza, ¿ por que
republicanas, vino a verme y me expresó con gran franqueza Drumont no se atreve ni a estudiar siquiera, ni a mencionar,
cuánto sentía no poder votar por mí. -Llámese usted republi- nuestra solución monárquica del antisemitismo? El señor du-
cano--me dijo-y somos muchos los que, tras esta declaración, que de Orleans ha contestado siempre con franqueza, Y a me-
podríamos votarle. -Pero si yo no soy republicano. -Lláme- • nudo con vehemencia, a las preguntas que La Libre Parole
selo usted de .todos modos. -Yo no hago esto; no diré nunca acostumbra a hacer, al revés de Déroulede, que guarda un si-
más que lo que pienso, y, aunque así no fuera, se equivoca usted leni:io excesivamente prudente. Un patriota como Drumont, o
f,igurándose que, si lo dijese, me creerían. No me bastaría con omo ese Jules Guérin, a quien yo envío desde aquí un recuer-
15
decirlo, sino que necesitaría demostrarlo, cometer alguna inf a• do de simpatía y de admiración, deberían darse cuenta de que
mia que me cerrara para siempre la puerta de otros medios. sólo la nación organizada puede arreglar las cuentas a los ju-
¡Es esto lo que me aconseja usted que haga? No, ¿verdad? díos. Y la nación organizada es la Monarquía.
Entonces déjeme ·usted que me quede lamentándome de no po-
der tener su voto. "Aquí tenemos a Thiébaud. Espíritu claro, aunque un poco
16
242 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M. ANDRÉ BUFFET 24:3
caprichoso, palabra enérgica, impetqosa, cálida, acaso sea ue distintos. Estos cambios de. personal no me interesan. Un
.. , y su ar d or ttlo a mente romanos, el primer ,co
su conc1s10n roonárquico no piensa más que en la patria, es decir, en el
mis a po l't'
. t 1 1co d e nues t ro tiempo.
· Po1
¿ Cree usted que tan henn interés más general, y este interés sólo lo representa bien
sos dones hayafl. dado un resultado digno de ellos?"
un rey.
-¡ El bc;mlangismo es su obra !-contesto yo.
-Yo he sido antiboulangista, muy antiboulangista-con. "¡Y Barres! Huelga el elogio del escritor, y, a mayor abun-
testa M. André Buffet-, y sigo siéndolo. Como soy monár ·. 'damiento, el hombre es amigo de usted. En su magnífico Appel
co, me horroriza la dictadura personal. Con todo, el boulangi;Ui au soldat inserta unas palabras que un publkista de extrema
fué, pr,escindiendo de detalles, la afirmación popular de la :~ · derecha no contradiría, pero que también podría firmar uno
cesidad de un jefe, la declaración de los derechos del pueblo e . de extrema izquierda: tan por igual concretan las dolencias del
ser guiado, la manifestación del deseo, de la necesidad y e~. país y el remedio a que éste secretamente aspira:
gusto autoritario de los franceses. "Framcia-dice-pasará del antiguo liberalismo a un protec-
"¡Sentimiento innegable! ¿ Y cómo Thiébaud no verá que cionismo general que su ins.tinto de enfermo reclama.
sólo. 1~ herencia monárquica es capaz dé dar a este sentimien- "Nadie ha definido mejor la crisis que atravesamos y el
to una forma concreta y sólida? A él le gusta hablar de las sentido en que es muy probable que pudiera resolverse. Pero,
federaciones y de la anarquía célticas, que, según él, reapare- planteado así el problema y con la solución indicada, más las
c~eroq, ~ajo forma• feudal después que la invasión de los bár- ideas harto conocidas del autor de los Déracinés sobre la des-
baros acab¿ con 1~ administració; rom~:i.a.: Y observa cómo centralización, me sería facilísimo deducir de su fórmula, con
hoy reaparecen bajo forma p~rlamentaria, judía y protestan- rigor matemático, la fórmula de la Monarquía nacional y de-
• te: :7erdadero !eudalism? e~lesiástico. Sí, buen número de pe- mostrar sin dificultad ninguna que sólo ésta corresponde a
quenas fuerzas que se d1buJaban ya a fines del siglo xv1 están aquélla.
corroyendo la unidad morl!l y política de nuestro país. ¡ y Thié- "Pero la inteligencia de Maurice Barres es demasiado des-
baud no se decide a aplicar a ,este mal antiguo el antiguo re- pierta para que haga falta explicarle nada y demasiado patrio-
medio que por dos veces lo curó: nuestra Monarquía capeta ta para que pueda no rendirse a las ,evidentes necesidades del
de los Felipe-Augusto y los Elli'ique IV! bien público. ¡ Y Maurice Barres no duda; sin vacilación nin-
"¿ Qué invoca él contra la oligarquía? La democracia. Pero guna se aparta de la idea de Monarquía!
la democracia pura es un poder completamente negativo. No "Se lo confieso a usted: esto es mi escándalo y mi pasmo.
es capaz más que de destruir: por ejemplo, agotar nuestros La Historia futura no podrá explicarse todas estas compli-
recursos económicos tras haber debilitado nuestra fuerza polí- caciones.
tica. El hombre que se convierta en leal servidor de la demo-
cracia, la perderá y, juntamente con ella, se perderá él con el
país. Los republicanos moderados: M. Méline, los melinistas y mon-
sieur Rambaud.
"Todo lo que puede lograrse contra la oligarquía reinante
es, y ello a costa de un espantoso derroche de esfuerzos y a.. "En el grupo oportunista hay, sin duda, odiosos bandidos
través de dificultades infinitas, promover un personal nuevo dignos de castigo; ¿ pero cree usted que el sector que se llama
una nueva oligarquía de gentes menos averiadas que nuestro~ republicano moderado no representa importantes fuerzas fran-
déspotas contemporáneos. Pero, suponiendo que durara, puede cesas?
apostarse que no tardaría mucho en sufrir las consecuencias de "Yo he corr.1:>atido.siempre en nuestra común provincia a
los mismos males, o que daría lugar a otros equivalentes, aun- M. Méline y a sus amigos de la pléyade vosguiana, MM. Krantz
..
244
ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
CON M. ANDRÉ BUFFET 245
Y Boucher, porque su política ha participado a menudo de!
ta ero cierta, era una Monarquía, aunque no una Mon-
espíritu sectario de Jules Ferry y por representar, además ,: cor , P · d ' ·
la anarquía republicana con los peligros que de ella se deri~ uía nacional. Estos caballeros exponen lo meJor e si mis-
van. Pero personalmente los estimo: tienen la tenacidad del arq a desaparecer 2 en las oscilaciones y en las futuras ban-
vosguiano, saben lo que quieren y se mantienen ñrmemente . ::otas del régimen tan bien representado hoy por su obra
fieles Fl. esta voluntad en el orden económico y político. En su maestra ..."
obra hallo algo sano: el gusto de la tierra lorenesa, uno de -¡ Panamá, Panamá! .
los buenos sabores de Francia. M. André Buffet sonríe sin decir nada y prosigue:
"Pero estas cualidades individuales han sido siempre des- "M. Méline, especialmente, parece no darse cuenta de su
mentidas, neutralizadas y, en cierto modo, anuladas por obra ' lancólico destino. Su aplicación a los intereses permanentes
del mecanismo republicano. ¿ Volverán algún día al poder? md e la agricultura hubiera podido darle el sentimiento exacto
Acuérdese usted de cómo los arrojaron de él. Todo el Viejo dee los intereses permanentes de la pa t r!ª: · M'as ~u'n que la
Partido Republicano, todos los genuinos partidarios del Cate- agricultura, necesita la patria de una pohbca contmu~da. En
cismo de los Derechos del Hombre se aliaron a un traidor y ai el mejor de los casos, la República equivale en Francia. a un
perpei:uo
• --'-'-- .3_ -"~-"~" ~~'h
ua.uv;:, ...,,. ol +<>ne>te
--.t'-· VP.rde
·- del Gobierno.
partido de un traidor para derribarlos. Y una vez volvieran a 5,ULU Ut:: "V'-'•~ ~·
ser ministros, ¿ estarían ya libres del mismo perpetuo ries- p r tanto los movimientos de una política republicana serán
go? De modo que su obra, en la República, está condenada a re- n:cesaria~ente cada vez más incoherentes. Dejad que esta ata-
sultar corta e imperfecta y casi inútil. xia prospere y llegaremos a la anarquía pura.
"Antes de su debilidad dreyfusista, M. Ana tole France ha-
bía explicado en la Academia de qué modo la presencia y la "Uno de los colegas más distinguidos de M. Méline, M. Ra1:1-
ausencia de un monarca dan la clave del éxito y el fracaso de baud, miembro del Instituto y profesor de la Sorbona, h_acia
un Lesseps. notar un día que Rusia, en el espacio de tres cuart_os de siglo,
no había tenido más que tres ministros de Negocios ~xtran-
"En Francia-dijo-ia voluntad lenta, sorda, a veces obscura jeros (esto era antes de !a muerte del conde de Muravieff) : Y
pero continua y soberana, que sostuvo la obra de Suez, no existí~ nosotros en treinta años hemos tenido treinta y nueve cam-
ya para asegurarla contra los violentos ataques de las pasiones, de los bios completos de Ministerio. Y el mismo M. Rambaud, al te-
instintos y los azares, para defenderla de ella misma y para moderar ner que ocuparse en Le Matin de las analogías existe~tes entre
una nueva empresa más arriesgada que la primera ... Nada había Francia y Polonia, ha hecho notar cómo este des~ac1ado Esta-
ya en la débil, difusa y cambiante dirección de los negocios públi- do constituía en realidad una República. Pues s1 las palabr~s
cos que fuese capaz ni de contener los apetitos de una banda de
financieros, de aventureros y de políticos del saqueo, ni de dete- encierran algún sentido, el historiador que ha sacado ~stas ati-
ner ese pánico instintivo de las turbas que, en un momento, lo nadas observaciones de la realidad tiene muchos motivos para
derriba todo. Y todo se hundió 1. temblar por nuestro porvenir nacional." ,
-Entonces-pregunto yo a M. Buffet-¿ por que M. Ram-
"Página admirable que si M. Méline y sus amigos releyeran
a diario, podrían aplicar a su caso. ¡También ellos necesitarían 2 M André Buffet me hizo otra observación en este mismo sen~do:
un monarca! ¡También ellos necesitarían que una voluntad "-N~ habria que decir-dijo-otro tanto de la excel_ente o~ra de M. ::~
continua y soberana los sostuviera! ,El régimen que sirven
está en esto por debajo del Segundo Imperio, que, en medid11.
c'iianel en favor de las cooperativas
¡ector y su patrono
yo llamarla
politico:
indispensable,
y las mutualidades - ll:l -es su P
patronato necesario, protectorado
pero ¿_quién protegerá_ al pr~!~c!~:m:nr:
!:~
de-
cinará al patrono contra los caprichos y fl.uétuac1ones
l. ANATOL!I FRANCEl, Dí.scurso de recepción en la Acaidemia francesa. mocrático y republicano d·e que él mismo, d epen de?• Esta es la •eterna
cuestión que se plantea en estos asuntos.
CON M, ANDRÉ BUFFET 247
246 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
el rey de Francia no podría reinar en nombre de un partido.
baud no es 1.aonárquico? ¿ Por qué todos los espíritus mod "Todo lo quees nacional es rtuestro." Lo ha dicho él. E;:sto
rados y prudentes como él no forman una Liga antirr bl~- quiere decir que todos los talentos, todos los méritos, todas las
? U M , epu 1·
cana . na onarqma nacional opondría a tantas y ta t . dedicaciones serán, no digo ya acogidos, sino buscados y solici-
bl M ' n eilJ..i.
es onarqmas
, E ,europeas un poderío exterior digno d el no:m. tados. Se les honrará y recompensará según merecen. Sólo una
b re f rances. ¡ llos lo saben de sobra! dinastía apoyada en nueve siglos de esplendor histórico puede
-Reconoz~o. que el prejuicio republicano no debería exist' premiar y distinguir como es debido a los grandes servidores
para tales esp1ritus. Este prejuicio es ya caduco. Pero se sie: de Francia." Yo lo sostuve frente al Tribunal Supremo: "Un
ten atados por una especie de lealismo sentimental. Lo que presidente de la República no es nada. Un dictador es dema-
tengo, curiosidad de saber ,es si serán capaces de sacrifica/: siado. O mejor dicho: no es bastante, porque el dictador es,
su pa1s a esta debilidad. ante todo, él mismo y no Francia."
"Para personificar a la patria, a la Patria enta.ra, nos hace
"En resumen, estos espíritus moderados representan en cier-
falta un rey."
to modo la razón, la reflexión y el saber del pueblo francés
Son la ,c~beza _del país, pero, por faltar el rey, esta cabeza re~
sul.ta deb1l y sm acción verdadera. "Dadme una palanca lo bas-
OONCLUSióN
tan~e fuerte Y un punto de apoyo, decía Arquímedes, y levan-
tare el mundo." Todos estos talentos son como otras tantas . .. Me pareció al llegar aquí que las últimas palabras de
pal7,ncas que no quieren tener el punto de apoyo necesario. M. André Buffet venían a ser una conclusión de nuestras con-
Los otros, los llamados más específicamente nacionalis- versaciones. Me.había dado satisfacción completa. En la medi-
t~s, representan una protesta legítima, generosa y patriótica. da de lo posible en un tema parecido, el ilustre desterrado acaba-
vien~n- ser como la exaltación y la exasperación de nuestr; oa de definirme la esencia de la naturaleza de la Monarquía fran-
sensibilidad, pero yo entiendo que ésta, por no haber rey, se cesa y de los principios de la próxima restauración.
malogra al azar y se derrocha en vano, falta de dirección. Mues-
t~an tal vaguedad en la doctrina y tal indecJ.sión en la prác- Pero cuando iba a decir adiós al jardín del. Faubourg Saint-
tica , qu e d e 1o uruco
' · de que son capaces es de protestar. Eh- Gilles, M. André Buffet me evocó un tJ.Oi.stere.cuerdo, el recuer•
carnan una cólera, pero no una razón. do de su padre. El ilustre presidente de la Asamblea Nacional
fué para su hijo, en los días de su mocedad, maestro en los
. "Y o no soy capaz de desear que unos acontecimientos dema- primeros elementos"' de la ciencia política. Una expresiva Y
siado duros veng~n, por fin, a demostrar plenamente a unos y triste frase que aquel gran ciudadano gustaba de repetir en sus
a otros l~ necesidad de la Monarquía nacional que a todos últimos días me parece muy propia para hacer meditar a todos
~os ha.ce igualmente falta. Preferiría que se rindieran a esta
los buenos franceses. Hela aquí :
idea a menos costa para Francia, en virtud del solo esfuerzo
de su clarividencia Y su generosidad. Podrían así ahorrar- "Desde hace algún tiempo-decía M. Buffet a su hijo-,
n_os revoluciones Y guerras y largos años de decadencia silen- una duda, una duda profunda y creciente, no cesa de atorme,i-
ciosa. Tarde o t~mprano, a buen o a mal precio, vendrá el día tarme. Después de tantas desdichas pasadas, frente a tantas
de la verdad pohtica. ·crisis pr,esentes y tantas otras como se preparan, llego a pre-
"Pero diga usted bien a todo el mundo-y en esto creo po- guntarme si Francia .podrá salvarse todavía ... "
der hablar en nombre del señor duque de OrI,eans-, di.ga usted M. André Buffet me repetía estas palabras con una voz
por todas partes que, lo mismo si tarda que si viene pronto,
248 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
Me d ºd d
. . e~p1 o e ~- Buffet Y me alejo preocupado por una CON EL CONDE DE LUR-SALUCES
comc1denc1a: aquel Joven nacionalista de los suburbi"os
·
curiosa f rase ,sobre la Francia "am ·ga d 1 d , cuya
. · , 1 e a mano ura" había
yo cita~o a M. Andre Buffet, este joven, digo, que acababa de
convertirse
. a la
. Monarquía , me hab1'a f ormu 1a d o en muchas
ocas10nes
, e:r mismo pensamiento de M. Buff e t pa dr e en terrni.
•
me pareció que tenía que esperar a terminar mis con·
o
nos mas crudos: --
N ferencias con M. André Buffet para ir a visitar a su compa-
"Si la Monarquía e; o no posible et:'
Francia yo no lo sé Yo ñero de lucha y de destierro. Gustábame, por el contrario, com-
sé más que · ' · no partir entre el jefe del gabinete político del señor duque de
. una cosa: que sin la Monarquía estamos reventados."
Orleans y el jefe de los Comités monárquicos del Suroeste
Ni M. Buffet padre, ni M. Buffet hijo dijeron esta malso- todas mis horas de discusión y de investigación política, y, así,
nante pal~bra. Mal~onante, pero fuerte. Al bajar de la frente la luz de las palabras que recogía se doblaba para mí. La ma-
de los sabios al ardiente tumulto de las muchedu"mbres · t ñana o la tarde transcurrían generalmente en Faubourg Saint-
d d d , , cier as
ver a es a quieren pronto peso, volumen Y ;nergía. Sólo así Gilles, pero, por la noche, me subía por unas .amplias y nuevas
pueden actuar sobre la realidad. avenid-as al barrio llamado de Leopoido, hasta el domicilio del
i Ojalá nuestras verdades se realicen lo ··antes posible, Por- conde Eugene de Lur-Saluces. También aquí frondosos árbo-
que son la última esperanza de la patria 1. · les se alzan en ramilletes por entre las masas de piedra azul
y de ladrillo rojo. Frescos jardines y grandes parques avizó-
en liso::~::zS:nosdrecord~ aqu~ que el_himno de los "Camelots du Rw" ranse al extremo de las veredas y despliegan una frondosidad
dad baja de la :ren% ~:tr~!:cc!o: parcial a este voto de 1900. La ver- verdosa sobre el horizonte. También aquí,· traspuesto el dintel,
blica: sa i.os a este cuplé relativo a la Repú-
se haría más activa, de lo que se seguirían, de modo espontá- . de la vieja ortopedia. La Mon~rquía francesa será menos ti-
neo, no pocos progresos: nuestros engranajes mejorarían con :: r.aorata.
una simplificacíón que todas las Comisiones parlamentarias del
mundo y todos los Gabinetes ministeriales no pueden ni ima. "Hay que suprimir los departamentos, porque casi ninguno
ginar. responde a nada real. Hay que substituírlos con regiones mu-
"Tomemos por ejemplo la Universidad. ¿No cree usted que cho más vastas. No faltarán tontoe que digan que pretendemos
le interesaría mucho verse emancipada de la tutela adminis- resucitar las antiguas provincias. Cierto es que, si en algún
trativa, recobrar su autonomía y hasta dejar crecer a su lado sitio los intereses antiguos y los nuevos coinciden, donde la
otras Universidades con derechos equivalentes a los suyos, es forma del territorio, la ley de las relaciones y el trazado de
decir, otros tantos organismos con la responsabilidad de la los caminos producen un conjunto que coincida con la delimita-
instrucción en Francia, con la libertad de escoger sus progra. ción del antiguo régimen, no habría razón para oponerse por
mas y sus métodos y la autoridad necesaria para imponerlos e ningún apriorismo a esta concordancia histórica. Si todavía
imponer las sanciones que hicieran falta? existen una Bretaña, una Provenza, una Borgoña y una N or-
,.,.,,,,,füL trataremos a estas provincias lo mismo que a las
~~;;;·;~c~;;~~iendo su existen;ia, ya que ¿ a qué razón violar,
ABOLIGióN DE REGLAMENTACIONES Y SEGG!ONA- en su daño, el derecho natural?
MIENTOS.-DESTRUGCIONES NECESARIAS "Pero, cuando se presente el caso, nos atendremos a lo con-
trario; estamos dispuestísimos a ello. Los ferrocarriles han
"Al mismo tiempo que se acabe con la reglamentación uni- creado naturalmente nuevos centros, nuevas regiones; Y cien
forme, brutal y anónima y que se la sustituya por un juego de años de rebeldía sistemática contra la naturaleza de las cosas
libertades, de autoridad y de responsabilidades vivas, habrá habrán servido por lo menos para enseñar a Francia que no
que librar a Francia del seccionamiento contra natura que en- se debe mutilar la realidad. La sumisión a las realidades que
torpece sus movimientos. ¡ Fuera la cuadrícula arbitraria y si- comprueban la estadística y la geografía se L~pone a cual-
:rnétrica ! Lo vivo no es simétrico; lo natural es siempre va- quier política tradicional y, por consiguiente, a la monárqui-
riado. Por lo demás, esta variedad y esta carencia de sime- ca. Esta destruirá lo artificial, lo ficticio, y resucitará lo natural
tría no excluyen el orden: pruébalo la misma naturaleza, en y lo eterno.
que tan admirablemente se muestra. Si una mujer se ahoga, el
primer cuidado del médico es aflojarle el corsé; rigurosamen-
te enconsertada por las instituciones consulares, Francia ne-
cesita poder respirar. Pues las instituciones de la Corona sig-
LAS COMARCAS DE FRANCIA - ..
nifican el rompimiento de este aparato compresivo. Sustitui- "Al libertar, por segunda vez, los municipios, al constituir
rán las circunscripciones arbitrarias con circunscripciones na- grandes regiones, la Monarquía tampoco podrá des~eñ~r estas
turales, aquellas que marcan la naturaleza del país y el carácter naturales y admirables subdivisiones de las provmcias, que
permanente de sus moradores. constituían antaño las comarcas y que han sobrevivido más o
"Hay muchos descentralizadores que sólo piensan en aumen- menos en todas partes: Quercy, Limagne, Agenais, Médoc, Bi-
tar el poder de los prefectos, sin imponer a éstos el menor gorre, Armagnac, etc. Me dice usted que :un geógrafo de ~an
aumento de responsabilidad. Otros no tienden más que a ha- distinción, que, por lo demás, es enemigo nue~tro en pohtica,
cer desaparecer aquí y allá pequeños órganos de transmisión M. Foncin, inspector general de la Universidad, ha hecho un_a
que juzgan inútiles, dejando, en cambio, subsistir el mecanismo ardida e ingeniosa defensa de la división por comarcas; el
263
CON EL CONDEDE LUR·SALUCES
262 ENCUESTASOBRE LA MONARQUÍA . 1 de primera intención,
d que forjan en el pape y h cer
podrá defenderse y hacer todas las reservas que quiera, pero · tapete ver e y d talles la Constitución destinada a a t
lo que en este sentido enseña M. Foncin va directamente con. 'a.si en sus menores e : Mejor nos representamos es a
e terna felicidad del pais. . tentamente y a diario
tra la destructora obra revolucionaria. 1a e berano que sigue a . .
"Opone al compás democrático e igualitario del Consulado \.obra como la de ~n so e las fuerzas del país y, a m~d1da que
1 trabajo espontaneo d . . los nuevos orgamsmos, les
la constitución real de la patria, que es exactamente lo que nos.'
:e crearse y tomar cons1stenc: ;arte de autoridad, de liber-
otros hacemos por nuestro lado. Por consiguiente, de corazón
y de pensamiento, ya que no de voluntad, M. Foncin está con va entregando poc~ .ª Pdº~? \ándose desde aquel momento, a
de responsab1llda ' un1 o-11' los desearnos
nosotros. Está con nosotros a pesar suyo; en cambio, a nos. ta d y de ellas hacen y a correo-
otros no nos cuesta nada darle nuestra aprobación: los monár. vigilar el uso que
quicos consideramos como una obligación y un placer el no · posibles.
distinguir a los hombres por el color de sus ideas; aplaudimos
a todos los buenos servidores del país, y donde vemos el mérito LAS. ASOCIACIONES
allí vamos a buscarlo. Como ha dicho el señor duque de Or- ue al francés le importa mucho
Ieans en su discurso de York House: "Todo lo nacional e8 "Se ha dicho a men~do q o no creo que se le pueda
.,....<.s
la igualdad que la libertad, yt y no aprecia la libertad,
nuestro; no .tenemos por qué temer ningún concurso, cualquie- ....... . . . s· no gus ade ola .,.esponsabilidad, sen t·l·
inferir mayor mJur1a. 1
ra que sea el punto del horizonte de donde venga."
no sea más que por temor .• rto
"Una Francia así dividida naturalmente, tendría unos ad- t al Vez t· por c1e •
,miento que no es muy atrae iv;Í En el estado de aislamiento
! ministradores designados naturalmente tanto a la elección del
y con todo, es muy excu~a e. olucionario se siente de-
soberano como a la del sufragio popular. Según observaba el
a qu~ le reduce el individualismo rhev bres y d~masiado débil
l constituyente Thouret, "un plan de división de un gran hnpe-
.d n medio de los oro d 1 erle
rio equivale casi por sí solo a una Constitución." Los intereses masiado pe rd 1 o e b"l"dad seria. Para evo v
· na responsa 1 1 dis
1 de cada región tendrían más fuerza que las intrigas de una para asumir nmgu , . mo hay que poner a su -
Corte o que los caprichos de un pueblo. Ellos designarían sus la afición a responder de s1 nus o ~reo que la asociación yue-
representantes útiles y sus delegados competentes. Pero la res- p osición una fuerza
f
poderosa Yly Cuanto más libertad y, por
de esta c ase. , pro-
ponsabilidad inherente al cargo de cada uno, una vez bien de darle una uerza d' a las asociaciones, mas
. . t más poder se e d volverse
definida, permi~iría que los abusos y las culpas fuesen repri- cons1gmen e, , . . . tiva del ciudadano de esen
midos co~1certeza y rigor tanto por parte del pueblo como por babilidades tendra la 1mc1\a constitución voluntaria y regiila-
parte del rey. y afinarse. De este modo ertiría en uno de los ele-
d -e corporaciones libres se conv , social". ,Esta obser-
da de <Leni• armonia
m,entos más poderosos or "' el cual añadía: "Las corpo-
METóDIOA PRUDENCIA EN LAS MUTACIONES vación es del conde de Chambord; organización del Municipio
raciones podrían tener parte ,en -~ " Fíjese usted en que esta~
"Esto quiere decir q'ue los nuevos organismos que deben y ser una de las bases de~:u ;:::bord datan del 20 de abr1!
crearse no han de nacer de la improvisación de un decreto, instrucciones del conde formadores y los que finge
sino que han de ser obra de las fuerzas vivas del país, vuel- d 1865. Todos los franceses re sus Cuestiones so-
e M W ldeck-Rousseau en F de
tas a su libertad de .acción, de tal modo que la función venga serlo, incluídos . a . M J Paul-Boncour1, en su e -
por sí misma a crear el órgano. De modo que la obra de un ·azes y su joven secretario, . .
ci . colaboración con el
Gobierno reformador no se concibe como se concibe la de una h publicado después, en
l. :M. PauI-Boncour a
asamblea de políticos trascendentes reunidos alrededor de un
l
264
ENCUESTASOBRE LA MONARQUÍA
CON EL CONDE DE LUR-SALUCES 265
ralismo económico, plagian antiguas .
de Chambord. No ha hab"d , º. concepc10nes del conde un hombre haya podido hacer d~ útil no muere con él, sino que
pasó por un ant· d l o prmc1pe peor conocido que éste; se transmite con la sangre y el nombre a su descendencia. El
icua o Y se ant· . b .
sus contemporáneos. 1c1pa a en cuarenita años a fruto de antiguos esfuerzos, unido al esfuerzo actual, hace
"Na·
J. a - !e puede oividar tarnpoc éste más eficaz y afortunado, de lo que se deriva para el bien
de la asociación el objeto de su o qu~ el. conde de París hizo , público un gran provecho. Todas las cosas adquieren así un
cuerde usted sus traba ·os s s m~dltac1ones preferidas. Re. gran aire de solidez y de fuerza. La tradición viva se convier-
Trade Union inglesas JT ob~~e1_alibertad de asociación y las' te entonces, según la bella expresión de un gran escritor mon-
· am 1en el se t· · b
Por lo que hace al se - d an 1c1pa a a su tiempo árquico, M. Paul Bourget, en "ese genio de la perduración que
nor uque de Orlea . .
tancias, Y sobre todo en s , . . ns, en varias circuns. , asienta lo que es sobre todo lo que fué". En otros términos:
afirmado la completa conf~r::~m~ d1scurs~ de York House, ha lo mismo que en la caída de los cuerpos, se produce una adi-
augustos predecesores . O . , de sus ideas con las de sus ción creciente, una aceleración continua. Las fuerzas reunidas
príncipes de la C . d,'\:ue luc1~a previsión la de todos estos en un instante dado se aumentan con todas las fuerzas acumu-
asa e Francia r Est b d .
volver a ser ir.~ ,-.~_,--- a an es1gnados para
naturalmente •;º • , _ •
1:;u• t:;:; ta·e ia patria. Su pensamiento se iba
cues IOnes más deli d
ladas durante los instantes que lo precedieron.
"Para hacer sensible la bienhechora acción de la transmi-
plantearse en el espíritu público. ca as, aun antes de sión hereditaria, echad cuenta de lo que ocurre cuando llega a
faltar: los cuerpos políticos pasan de un período de actividad
a una crisis de esterilidad. Como en el ingenioso mecanismo
REORGANIZACióN DE LAS FAMILIAS FRANCESAS de Atwood, una vez quitado este acelerador, el movimiento, de 1
acelerado que era, se hace uniforme, es decir, una simple ma-
"En el orden natural ( u
lia es la primera ent t dq e yo llamo plan divino)' la fami-
nifestación' de la inercia: la pieza motriz podría continuar f
re o as las asocia · l , . su curso durante eternidades, que este tiempo infinito no aña-
la menos artificial l c1ones, a mas drrecta, . 1
diría para nada el menor átomo de energía a su movimiento
hombres. Con todoy la ?ue_ ~enos depende del capricho de los
que duraría y se desarrollaría sin ganar nada.
régimen anárquico 'qu: 1:m~~:o:ra~_cesa ha_ sufrido mucho del
"En el principio de transmisión hereditaria hay un ele-
F'rancia ha sufrido mu h uc1on le asignara, y la misma
n1ento de aceleración metódica que permite a las fuerzas hu-
de la familia La C c o por falta de una buena constitución
· orona restablecer: • manas producir, sin desperdiciar nada, sus mayores resulta-
el triple uso de 1 l"b t a necesariamente en ella
a 1 er ad la a t .d d dos. Francia sería insensata si no supiese añadir a su trabajo
sin el que nuestra est· ' , u on a Y la responsabilidad,
rrible debilitación. irpe esta amenazada de caer en una te- e.dual todo el esfuerzo capitalizado de los franceses de antaño.
Es menester que las familias vuelvan a ser aptas para merecer
y desmerecer lo mismo que los individuos.
LAS FAMILIAS y LA TRADICióN
LA IGUALDAD EN FRANCIA
"La familia puede consider
de la tradición. Cuand , ~r_se como el vehículo natural
o esta sohdamente constituida, lo que Se objeta una vez más a estas verdades que son inaplica-
a.utor de la Enou,esta sobre ia, M bles porque el francés-aseguran-es igualitario. Pero ¿ lo es
de textos titulada La Repúbl"- onarquía,, una interesantlsima colección
Lct R,epública y la descentra;:z: la desoentrál·ización. (Nota de. 1909.) tanto como todo esto? ¿ Lo es tanto como para ir ·contra su
Nouvelle Librair~e N,a,tionale ( ción ha sido reeditada en 1924 por la. conveniencia y contra la conveniencia pública? Yo no veo que
un vo,J.umen en 16.º). (Noia del editor.)
los franceses sean igualitarios en la trasmisión de los patrimo-
1
Mi querido Maurras:
l i
274 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
FELIPE DE
LA ENCUESTA
1
'.)
(LAS RESPUESTAS)
APÉNDICES
hecho llegar sus estudios hasta las agrupaciones de la vida - . Voy a repetir los términos de la Encuesta:
. - d publica l.o "¿Qué es Za Monarquía?t'
y h u b 1ese ap 11ca o su poderoso talento a esta parte indi"'~pensable
de su obra, tanto él como sus colaboradores hubieran visto el Una ·institución que convierte los intereses públicos de los fran-
tacto. como una institución ~ustificada, y, estudiándole, le hubie:: ,ceses en intereses personales y privados de un hombre. O me-
considerado como un orgamsmo necesario a la vida presente d 'jor aún: una institución que hace de los intereses públicos de los
socie"ddt'
a , a1 como en el cuerpo del hombre lo es el cerebro e1a
h ;Jranceses el patrimonio de una familia. Es decir , una institución
' y U- _que coloca Za cosa pública francesa bajo Za salvaguardia de un
biesen pensado que su buen funcionamiento tiene un capital inte-
rés para la salud del cuerpo socia}. {egoísmo. ·
¿ No es verdad que este es un sistema de gobierno de una
Es un poco excusable el que cueste trabajo el rechazar , aun que
sea en parte, las orientaciones marcadas por La Science Sociaie. ,,''.sencillez admirable? Más aún: es el medio señalado por ia Natu-
los meritísimos trabajos llevados a cabo por ésta, no solamente ha~ 7¡raleza. Esto es lo que esencialmente me subyuga en el sistema mon-
agrandado y renovado, a los ojos de quienes les han seguido, la ;,árquico: que es el medio natural.
concepc10n de la sociedad, sino también su capacidad de compren- Voy._a explicarme: la naturaleza confía a cada uno de los se-
sión general de las ideas y de los hombres. ,• / res el cuidado de su propia conservación, y para ello lo dota de un
Pero los acontecimientos de que Francia es víctima y las ense- ,, sentimiento, principio de sus acciones, que es el egoísmo. El ser
ñanzas de usted, mi querido Maurras, han hecho ver a algunos lec- dotado de inteligencia, el hombre, puede llegar a unas transaccio-
tores de la Science Sociale, entre los que me cuento, que errarían ,;,,nes con sus semejantes, a estipular unas alianzas, hasta a eri•
limitándose enteramente a sus orientaciones para la solució 1'1 de r,glrlas en el terreno de lo absoluto, y de este modo llegar a dar
las cuestionee que nos apremian. La institución del Estado acaso , la ilusión del altruismo, pero todo ello será en razón de su mismo
podía ser indiferente a los campesinos de la costa de Escandinavia egoismo. El egoísmo es para el individuo el medio de proveer a su
del siglo XI y hasta a los compañeros de Cedrico. Pero su exis- ,; existencia y el principio de la estabilidad de esta existencia misma.
tencia y su manera de ser no pueden ser indiferentes a los trance. Gustan los redactores de La Science Sociale de hablar, siguien-
ses de 1902. do a Le Play, del plan providencial; con estas palabras expresan,
Uno de los méritos de usted, mi querido Maurras, ha sido el " o mejor dicho, reconocen que la armonía total de una sociedad de-
haber restaurado la noción del Estado en las mentes francesas, en , pende únicamente del ejercicio del egoísmo por las unidades que la
una época en que, paralelamente a otras influencias secundarias, componen, es decir, que se mantiene unida y próspera no en virtud
el republicanismo y el liberalismo la habían destruido. Ha hecho ' \ de las cualidades altruistas, sino por la sola rebusca, por parte de
usted que se contemple al Estado en sí mismo, como órgano pro- · cada uno, de su propio interés exclusivo. Sólo cuando el hombre
pio, independiente, cuando se le creía condicionado a unas concep- mira a su interés propio, sirve eficazmente a la sociedad. ¿ Qué se
ciones de baja metafísica heredadas del siglo XVIII. , desprende de esto sino que nada grande, ni de carácter general,
Por lo que a mí respecta, maduro ya el espíritu, apremiado por es viable si se basa únicamente en el amor al prójimo (excep-
uno de nuestros amigos 1 , y estimulado por una fórmula que Vau- , tuando, como cosa fuera de discusión, los grupos religiosos), en la
geois ha repetido en estos últimos tiempos, ha llegado el momen- abnegación, la virtud, la conciencia, fuerzas intimas, raras, frágiles:
to de que exprese a usted mi adhesión a la institución real. fantasmas? ¿ Qué valen estas apariencias frente al egoísmo, ex-
Y no es que la razón de mi monarquismo no haya sido for- presión del ser "que quiere vivir" ?
mulada hasta ahora: a usted le es familiar, pero tiene en su abo•• Y siendo así, ¿ a quién vamos a entregar nuestros intereses pl'.l.-
no el ser la más fuerte de todas, el sobresalir entre todas, y me blicos, a quién entregaremos el Estado? ¿ A la virtud de uno o de
siento inclinado a exponerla, puesto que no ha sido más que indi- varios centenares de hombres que hayan sobresalido en el oficio de
cada, tanto en la Encuesta, por M. Buffet y usted, como en L' Actio-n canclidato ? ¿ O bien al egoísmo de una familia?
Frangaise, por Vaugeois. El hombre prudente pensará que debe servi"¡.se del medio cons-
tante que la naturaleza le ofrece y no le pasará por las mientes
tratar de forzarla, porque sabe que el medio que ella le presenta
l. No hay ninguna indiscI'eción en dar el nombre de éste, que es es el único eficaz y que, de pretender sustitUirlo por otro, no im-
M. Jacques Ba.inville.
616 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA APÉNDICES 617
pedirá por esto su acción omnipotente, si bien entonces ;pmpadour) no andaban tan descaminadas al encarnizarse con-
0
contra su propia inclinación. iraFederico y contra el Estado naciente que ellas trataron de aho-
Nemo naturae, nisi parendo, imperat. En efecto, lo que ve:rnoa garen la cuna. Los historiadores que uncínimemente han censurado
en los parlamentarios es el cuidado de su solo interés personal. ¡; Madame de Pompadour no hab'Ían visto lo que nosotros hemos
·~nido al alcance de nuestros ojos. Ella y sus ministros, Machault
¿ Tendré que afiadir que ea vano el preguntarse si un hereder .!JBernis, pre,Jint-ieron con gran justeza que no debe favorecerse la
resultará más "capaz" que un elegido, cuando sabemos que sólo ¡° iformaci6n de Estados nuevos en un cuadro tan estricto como es
institución real cuenta con la plenitud del conocimiento? Porqu: ;el cuadro de las naciones europeas; que hay que intenfarlo todo
posee todo aquello en que ésta se basa y todo lo que la hace posi- 1antes que dejar que crezcan aquellos que anuncian grandes ambi-
ble, las fuerzas esenciales de lo inconsciente, la sensibilidad y 105 'c-iones. La marquesa, ciertamente aconsejada por cabezas :r¡iás
movimientos reflejos. ,sólidas que la suya, había comprendido que Austria era mucho
¿ Puedo, pues, en adelante oir hablar, a propósito de monarqti!a ,;,menos temible que la nueva nación dirigida por un príncipe joven, •
y de república, de forma (!) de gobierno, de indiferen 014 de la igran político y ya consumado militar, apoyado y flanqueado por
cuestión de forma'/ :la irreductili>le enemiga, Inglaterra, en la que reinaba uno• de los
2.o La segunda y última pregunta de la Encuesta es ésta: La \mayores hombres de Estado que han gobernado una nación.
institución de una Monarq1da tra-dicional, hereditaria, antiparlam.,,.- " Lo que nos falló fué la ejecución. Aquella cantidad de ge-
taria y descentralizada, ¿es o no de salud públicaf ~nerales que mandaban a los rusos, los círculos alemanes, a los
La primera pregunta era de orden teórico; la segunda lo es d-a ,austríacos y los franceses no siempre se entendieron (como pu-
orden práctico; completa la primera en cuanto deja a los •hechos ' do verse en Rosbach), y, aun vencido, aquel reyezuelo que no
la justificación de la excelencia de la teoría monárquica; ju.stifica- ·:tiene por encima de si, como hombre de guerra, más que a Napo-
ción indirecta, pero plena y suficiente. No se puede responder más ,león, era todavía superior a Daun, por muy vencedor que éste fue-
que con un sí. se. Muchos han reprochado a Madame de Pompadour sus eleccio--
Su buen amigo nes. Los generales designados por la marquesa habían servido ya
OCTAVE TAlJXIER en la guerra de sucesión de Austria y no todos carecían de talen-
tos militares, pero faltó el mando supremo, los diversos mandos
Ilustremos con una viñeta las rudas y claras verdades ex- no se entendieron, y enfrente estaba Federico. No se sacó de las
puestas por Octave Tauxier. En el mismo número en qfü: apa- victorias todo el provecho posible. Además, Francia, agol::iada de
recieron éstas, uno de los colaboradores de L' Action Francaise deudas, pagaba por todos sus aliados, mientras que el rey de Prusia
. , metía el brazo hasta el codo en los cofres de la rica Inglaterra.
Richard Cosse, publicaba 1 unas importantes notas sobre esa
· -' Por este lado había una alianza sencilla y apretada entre dos
política de Luis XV y de Madame Pompadour que tan pronto
grandes hombres de Estado, uno de los cuales era, al mismo tiem-
ha sido presentada como un espantapájaros, tan pronto como po, el primer capitán de su siglo. Por el otro lado, confusión, inte-
algo escandaloso, y cuyas operaciones, cálculos y móviles estu- , '. reses numerosos y dispares, tropas diseminadas y oficiales valien-
vieron, no obstante, regidos por el sentido de los intereses de ; tes, pero para tos cuales el oficio de soldado ya no era la sola pre-
la Monarquía. En el mismo rebajamiento de la persona del rey, ocupación. Y, además, Francia vivía todavía de la gloria de Luis XIV,
la Corona seguía siendo lo que es y· conservaba un fuerte as- del mismo modo que, bajo Napoleón, Prusia vivía de la gloria de
cendiente sobre la opinión (que es lo que se trata de demostrar): Federico II. El error de Madame de Pompadour fué el no darse
·' cuenta de esta situación. Pero ¡Francia era todavía tan poderosa
Cotillón I, CotilLón II y Cotillón III (sabido es que Federico de- y Prusia era tan poca cosa!,;¡._ No obstante, Madame de Pompadour
signaba con estos noml:ires a las dos emperatrices y a Madame de habia olido al enemigo. ¿ Podremos nosotros censurarla con de-
l. A propósito de la correspondencia de Choiseul y de Voltalre, co-
mentada, en la Revue des Deux JJiondes del 15 de enero de 1902, por un l. Este pensamiento, 'dice Richard Cosse en una nota, "transpira en
critico asaz malévolo, ".M:. Pierre Calmettes. todas las cartas de Choiseul a Voltalre".
618 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
•
no ha podido digerir todavía a Rosbach y la pérdida de las
lottias. Permítasenos que lo repitamos: 1814, 1815, 1848, 18~~-
1~70 Y 1871 y el sesgo general de la Historia de Francia en Í
'
UN PRIMER BOSQUEJO DE NUESTRAS DOCTRINAS --
,. • siglo XIX debería~ inspirar por lo menos modestia a los ce;.
L 6 de mayo de 1899, señalaba el autor de la Encuesta sobre
sores
t . de Choiseul y de la Pompadour. De 1715 a 1174 , los e~
ranJer~s no entraron tres veces en París. El mapa de Europa
E la Monarquía a los ledores de la Ga~ette de F'r.ano.e "un
vasto movimiento contrarrevolucionario" ante el que los mon-
no ha sido rehecho de arriba a abajo a nuestra costa de 171=-
árquicos discurren a menudo distraídamente y del que "debe-
a 1774. Y todo nos demuestra que nuestras desgracias del s~
rían ser directores y coordinadores", y, entre otras cosas, es-
g~o XIX no habrían podido darse bajo la Monarquía. Esta hu-
cribía lo siguiente :
b1e:'~ pros~guido contra la Casa de Prusia la política de limi-
tac1~n aplicada por Richelieu a la Casa de Austria. Cuando "Desde hace diez años, que, en plena Academia 1, Renan declaró
~e piensa, por una parte, en el trastrueque de las alianzas ba- bancarrota de la revoliteión, todo espíritu robusto ha trabajado
Jo Luis XV y, por otra, en la guerra de América bajo Luis XVI de algún modo en destruir uno u otro de los Grandes Principios,
s~ comprende que el hilo de las primeras intrigas revoluciona~ si no todos los Grandes Principios a la vez. Destruyendo de este
r~as se descubra hoy en Londres y Berlín, y se saca en condu- modo las causas de destrucción, hacíase posible la reconstTucción
sión que la iniciación de nuestras revoluciones fué un resulta- general.
do de la intervención metódica de Prusia y de Inglaterra, los Saquemos la cuenta:
:Crítica del sistema sucesorio revolucionario. Libertad de tes-
dos Estados que han utilizado mejor desde entonces, primero tar. Reconstrucción de la Familia. (Paul. Bourget, Henrl Coulon,
las divisiones y, después, el descenso de nivel del Estado po~ Spronck, toda la escuela de la Paz social, etc.)
lítico francés. Crítica de la centralización municipal. Libertad local. Recons-
trucción del Municipio. (Mistral, Barres, :Marcere, todos los grupos
descentralizadores del Norte, del Oeste, del Este o del Mediodía,
etcétera).
Crítica de la provincia. Libertad regional. Reconstrucción co-
marcal. (Los anteriores, Foncin, etc.).
Crítica del liberalismo económico. Libertad sindical. Recons-
trucción de los grupos profesionales o corporaciones. (Todos los so•
cialistas de todos los matices, desde M. Deschanel hasta Monsieur
•
Nirman ... )
Crítica del liberalismo político. ·Libértad, '? independencia, o
IU);,nt;
r
620 APÉNDICES 621
.
ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
vertirían
y la Monarquía
no piensan aún en hacerlo! ¡ Si los monárquicos
sieran! ¡Si los monárquicos supieran! En algunos meses se con-
en los directores indiscutibles
quedaría consagrada,
de la conciencia francesa
por lo menos ante la opi-
qui-
'1
nión. No faltaría más que convertirla
unánime del espíritu público.
en un hecho como postulado 1
1
APÉNDICES 623
r
624 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA APÉNDICES 625
ción que debe ejercer; una transitoria y, la otra, permanente· Hoy, la libertad y sus peligros están arriba, queremos decir,
primer lugar, haciendo justicia en los criminales de Estado · e,i ¿iu donde se ventilan los asuntos capitales que comprometen el
a· ndo a segui 'da a la reconstitución
ce ie
Y pro.
y la dirección del país. ,porvenir de la nación y la seguridad del Estado; en cambio, la au-
,, ridad, en sus extremos rigores, se ha reservado, con perfecta
LA DICTADURA MONÁRQUICA; SUS PRINCIPIOS
,fuutilidad, para los de abajo, para los súbditos entre los que, por
ÍI contrario, la discusión, las diferenciaciones, la iniciativa de cada
1
Los abajo firmantes, escritores monárquicos hablando · ¡udadano, estarían no sólo desprovistas de peligro, sino que se-
• en su 'an provechosas;
so l o. nombre, pero invocando, a más de las tradiciones y e,ons t ¡_ la autoridad soberana y decisiva aplicase al
t uc1ones de la antigua Monarquía francesa los discursos '· enor detalle de las relaciones de los particulares con la Adminis-
• Y CRrtas
del sefíor conde de Chambord de Su Alteza el conde de Pa · U,ación.
. '
su Adltezat el d~que de Orleans, en particular los recientes manifies- ; Invertir este orden, colocar la libertad abajo, la autoridad arri-
t os e es e último, afirman en primer hwar qu,, el J'"'fe
.,. o - - ....
1~ c-
cJ.s.ia,
ª" ..,y.
;¡ja,,es, ni más ni menos, reconstituir el orden natural y racional;
de Francia les aparece como un dictador necesario tanto ~- , ;~or tanto, la constitución monárquica significaría, sencillamente; la
rey legitimo. como • :.i:onstitución natural y racional del pais, al fin recuperada, y el
Afirman, en segundo lugar,
que el gobierno del Rey de Fran • :IJ6ino del Rey no significa más que el retorno a nuestro orden.
r.ri. p1-:..--
..-1•• ...,.--...:..... _ ~,..~~ --,..------~c1a
AJ.V _..,.,,._,UV y vengauor en SU,S primeros actos
-.....-.;;.JCL.!. UC ;::)IC:J, L~,l-'l.t::~Ur
de dictadura para poder ser reparador en los que sigan a fstos. Las libertades, abajo
Afirman, finalmente, que la represión ejercida por el Rey evitar"
e~ multiplicar inútilmente los rencores. No debe formarse en Fran~ No hay vejación legal o ilegal que la Administración francesa
c1a un nuevo partido de vencidos y de parias. La venganza pública. ,io se permita contra los contribuyentes y administrados. No hay
debe alcanzar a los cabecillas, a- todos los cabecillas, pero a ellos ¡nsolencia que la burocracia no se permita contra los ciudadanos.
solos: el Rey traerá la paz y el olvido a los seducidos y extravia- Un César anónimo e impersonal, todopoderoso, pero irresponsable 1
dos. Su abuelo Enrique IV, que no daba excesiva importancia a e inconsciente, dedicase a molestar a los franceses desde la cuna.
las sediciones del pueblo bajo, no vaciló en hacer ejecutar a cincuen- Lo mismo si vive aislado que si decide asociarse, el ciudadano fran-
t~ ~aballerós de una sola provincia, culpables de preparar la guerra cés puede estar seguro de tropezarse a cada paso de su camino
c1v1l. De modo que la acción real no debe dirigirse más qui; contra ·~on el César-Estado, con el César-burocracia, que le impone, ora sus
los grandes criminales, pero debe buscarlos con una fria y metó- :orientaciones junto con sus prohibiciones, ora sus mercancías jun-
dica energía, sin otro sentimiento que el amor del pais y el odio to con los subsidios que hay que pagarle.
de los enemigos de la nación. Después de la Commune, se fusiló Los negocios públicos que el ciudadano conoce mejor están
a millares de obreros y se dejó escapar a los jefes: un Rey de l!Ometidos a la vigilancia o al capricho del Estado. Sin el Estado,
Francia hubiera castigado a estos últimos sin misericordia pero padre de familia, un ayuntamiento, una directiva de sociedad,
hubiera perdonado al pueblo. ' un simple comité de fiestas, no pueden decidir casi nada en aquello
···································· ·························································· que de más cerca les toca y que les interesa de modo inmediato.
'.Asociaciones voluntarias, como las sociedades morales y políticas,
Ri;';GIMEN MONÁRQUICO oasociaciones naturales, como la familia, el municipio y la provin-
cia, todas las agrupaciones de ciudadanos, se ven, ora paralizadas
Después de que la dictadura monárquica haya resuelto esta por las leyes del Estado, ora inclusive por el capricho de los jefes
crisis, nos queda por prever lo que habrá de ser el gobierno nor- Jemporales del mismo ...
mal del reino. No sólo éste molesta y perturba al ciudadano francés, sino que
Lo co_ncebim;s como el régimen del orden. Concebimos este le proporciona comodidades peligrosas: le sirve en casos en que él de-
orden como algo conforme a la naturaleza de la nación francesa y '.beria servirse a si mismo, le desacostumbra de la reflexión y de la
a las reglas de la razón universal. Err otros términos: concebimos ,,acción personal; de e?te modo el Estado adormece y atrofia la
este régimen como el reverso del que estamos sufriendo. ;,función cívica; el ciudadano se hace ignorante, perezoso y. flojo;
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626 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA APÉNDICES 627
pierd<c el sentido y el espíritu públicos· tratado como un Los municipios y comarcas (o distritos), media.11.te una serie de
.. . ' • menor
acaba hac1endose
. digno de la tutela· , los inmediatos inte ' ¡nedidas liberadoras, prudentemente escalonadas, vendrán a ser
su comunidad no le interesan ni le ocupan; deja hacer a los cura. \iueños de regular según les plazca sus propios asuntos, dispo-
dores que se ocupan del patrimonio común· aíslase de sus . niendo de su orden interior sin intervención del Estado, decidien-
· . • conciu-
dadanos y viene a caer en la condición individualista del sal . _idoen aquellos asuntos que son familiares, o pueden serlo, a cada
del primitivo. VaJe Y :uno de sus miembros y sin otro límite en esta honesta y razona-
. Por una cons:cuencia natural de este régimen, ciudades de diez ;ble libertad que el bien común y la seguridad del reino.
mil almas no encierran, a menudo, un solo habitante que sea digno de Esas vastas regiones que se extienden alrededor de nuestras
ellas. ¿ Por qué molestarse en hacer ciudadanos en lugares en .grandes ciudades (Lyon, Burdeos, Marsella, Lilla, Nancy, Tolosa,
el Estado centralizado se encarga, sin excepción, de todas las tar:: ;Rouen, Montpellier, Grenoble, Besarn;;on, Limo ges, Clermont, etc.)
cívicas?, Pero la verdad es que estas tareas el Estado las hace serán reconocidas por la Ley y libertadas del seccionamiento depar-
mal _porque está mal aparejado para realizarlas. Las distintas co- ;tamental, que es absurdo y anárquico; los territorios aglomerados
munidades • van resbalando asi hacia una decadencia profunda , a la ,;alrededor de estas capitales naturales obtendrán progresivamen-
q~e e 1 mismo Estado les sigue: pobre en hombres, Francia será ; te la autonomía para todo aquello que se refiere a sus asuntos
bien pronto pobre en todo. : propios y que no comprometa el interés nacional; unos grandes
~Consejos provinciales, bajo el control superior, pero lejano, del
Cons!derando que los tiempos de verdadera y sólida prosperi- ~Estado, colabqrarán en el despertar y renacimiento del cuerpo en-
dad ~acional fi,eron en Francia aquellos en que el Poder real ind¡¡- hero de la patria, que la política jacobina ha empequeñecido.
pendiente Y_ dueño de las atribuciones propias del Estado no impe- Las asociaciones profesionales, confesionales y morales, dota-
día. a los diferentes Cuerpos, asociaciones y comun,idades de la na- ' das de la más amplia libertad, serán sometidas al derecho común
ción el dirigir libremente sus particulares intereses; y consideradas como personas civiles autónomas que se ocuparán
Considerando que a la decadencia de la Monarquíct nacional s _ ::por sí mismas de su orden interno, por este espíritu de cuerpo que
guió, bajo los Barbones, la decadencia de dichos Cuerpos, asoci:. , es el princir,io de todo progreso; tendrán capacidad de poseer, de
ciones y comunidades, ya que cada intromisión del poder real en s ' adquirir, de enajenar, pero pagarán impuestos y multas y, en caso
t . u
· de indignidad legal, serán borradas de la vida común, temporal-
au onomia se señalaba paralelamente por una secreta disminución
de este mismo poder; : mente o a perpetuidad.
Considerando que estas clarísimc,s lecciones dadas al Rey y a
Francia por ocho siglos de experiencia histórica no habrán de ser Resumiendo: en la actualidad, el ciudadano es como mi esclavo
inútiles ni para Francia ni para el Rey; : en, todas aquellas cosas en que es competente y que directamente
El poder real no puede en adelante dejar de tender con firr;;,eza, fe iiJectan, en todo aquello de que está bien enteraao y que tiene,
aunque con prudencia y sin prescindir de las etapas indispensable 8 : p<¡,r tanto, capacidad de juzgar. El poder real le devolverá la libre
en la práctica, al restablecimiento de estas libertades allí do-nde · d'isposición y la soberanía en estos asiintos que le fueron arranca-
el interés superior de la Patria y del Estado no exijan la supre- dos sin derecho, sin utilidad y hasta con detrimento del v·igor de la
macía absoluta de la autoridad central. patria.
Es decir: que las familias se organizarán como les plazca; cada Esto es lo que hará el Rey en favor de las libertades: se las
uno testará como quiera, los padres que deseen constituir en su devolverá a los ciudadanos, saldrá garante de ellas, será su de-
descendencia unos bienes hereditarios intangibles e inalienables, fensor y su c"ustodio. Veamos ahora lo que hará en favor de la
tendrán completa libertad para hacerlo; las familias, reconocida:, autoridad, de~entendida, como queda dicho, de los detalles íntimos
por fin como asociaciones naturales, tendrán capacidad para ad- de la vida civil.
quirir derechos análogos a los de los ciudadanos y poseer en co-
mún un patrimonio honorífico y moral, lo mísmo que poseen un pa-
trimonio natural.
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r
ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
APÉNDICES 629
1
.te o treinta meses; no es posible que dure más un gabinete repu-
La autoridad, arriba
blicano que deberia, nada menos, subvenir a las más graves nece-
sidades políticas y económicas de la nación. ¿ Qué grande o peque-
El r~y restaurará, definirá y utilizará la autoridad para fines to almacén, qué insignificante tenducho de fruterla o de zapa-
puramente nacionales.
tero remendón podria soportar semejante cambio continuo y siste•
El Estado francés, que actualmente se ocupa de todo h t rnático de dirección? ¿ Qué industria no se arruinaría si el perso-
• as a de
hacer escuelas . de vender cerillas, y que, como es natural, lo nal director de la misma cambiará cada diez, veinte o treinta
hace todo mahs1mamente y vende unas cerillas que no se meses? 1.
cienden y distribuye una ense:fianza insensata, este Estad; en. Ningún ministro tiene tiempo suficiente para estudiar los servi-
bº . , es, en
cam 10, mcapaz de cumplir los cometidos que le son propi cios que tiene la obligación de dirigir. Apenas si los conoce de vista.
os, y
se abandona a los representantes del poder legislativo. Los minis- Por lo mismo, el pobre hombre se ve obligado a dejar que los jefes
tros no son otra cosa que mandatarios y servidores de 8 .,n,,d _ de Sección cuiden de todo. De vez en cuando, impelido por algún
~ - ore5
Y diputados, y no piensan más que en obedecer a sus dictados a gTupo parlamentario, los atosiga con w1a pasión ignorante y vio-
fin de conservar la cartera. Como expresa una enérgica fórmula lenta, y así se pasa de la Rutina. a la Revolución sin térrnino me-
"~l elector mendiga favores del diputado, que los mendiga del mi~ dio posible. Ni dirección seria, sólida, personal, ni tradición segura,
rustro, el cual, a im vez, mendiga los votos de! diputado que mendiga y, así, nuestra ad...i-r.Jnistraciónno adelanta w, paso; ya es bastante
los sufragios del elector" 1.
i:,i logra evitar el ir para atrás.
Una clase de ciudadanos profundamente despreciada por el pafa Porque esta inestable dirección ministerial se ve dividida con-
entero, convierte en oficio la influencia y la intriga y mercadea tra si misma hasta la locura. Nada de unidad de pensamiento
con el_Ias. Senadores, diputados, corredores electorales... Sólo por entre los miembros del mismo Ministerio. Ni siquiera nada de uni-
casualldad se encuentra un caráder independiente entre mil indi _ ,. dad de planes en el mismo ministro. Por una parte, tiene que con-
viduos de tal profesión. Los que pasan por tener las manos lim- tentar a sus amigos, y por otra, tranquilizar a los adversarios. La
pias son unos patentes majaderos. La misma mañana de la elec- maniobra parlamentaria es, de consiguiente, el agobio de su políti-
ción de Loubet, pudo escribir con razón uno de nuestros maestros ca general que está totalmente subordinada a aquélla. Como la
que el futuro elegido del Congreso brillaba más que por nada Dor mayor parte de los ministros procede de la vergonzosa clase que
su insuficiencia intelectual. ··
vive del presupuesto, y como ésta no se sostiene más que gracias
Siempre ignorantes y limitados, a menudo famélicos y corr~m- a la pandilla de sus compinches electorales, los recursos de la na-
pidos, he aqui lo que i::on los dueños de Francia. Nos dicen que se ción son entregados al píllaje. Los gastos inútiles y de origen elec-
los sustituirá, pero cambiar el personal no sirve de nada. Una asam. toral aumentan a diario, y los ingresos se ven reducidos por U.'l
'Jlea que por casualidad estuviera compuesta por gentes ilustra- movimiento paralelo. Defensa nacional, industria y comercio de
das veríase reemplazada en breve plazo, como la asamblea de 137·;, • la nación, todo es sacrificado a los menudos intereses de nuestros
por una horda de agitadores, captadores del sufragio popular. Si fabricantes de escrutinios. Si se traza un puerto, para ellos es.
los sustitutos fueran, al llegar, personas decentes, el mecanismo Para ellos se construyen las carreteras; para ellos, los ferrocarriles.
del régimen los pervertiria pronto. Ya el conde de París lo ha hecho Al interés general no se le reserva más que una pequeña parte.
notar: una institución como ésta corrompe a sus hombres, quie- Nuestra potencia financiera se agota para satisfacción de la clien-
nesquiera que éstos sean.
tela electoral de los diputados y de los senadores influyentes, del
¿ Qué viene a ser, pues, semejante gobierno? ¡Un .fantasma, un. mismo modo que nuestra potencia política se consume en asentar
juego de palabras! Los diversos jefes que en él actúan son dema- firmemente y en defender con obstinación la influencia de estas
siado equivalentes entre sí para sobrepasarse y vencerse nunca de
un modo definitivo. Todo lo más que dura, poco más O menos, la. 1. Estos espacios de tiempo han aumentado hasta treinta y seis Y
victoria de uno de sus conglomerados ministeriales, es diez, vein- cuarenta meses en los largos ministerios de Waldeck-Rousseau, Comoos
y C!emenceau, pero no por ello disminuyó su hilarante insuficiencia,
1. Les mo1·ts qui parlent, del vizconde de Vogüé. como lo demuestra el estado de nuestros grandes servicios técnicos, la
Marina, por ejemplo. (Nota de 1909.)
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1 630 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA APÉNDICES 631
gentes. Impotente para el bien público, el régime.'1, cua d elección sensata y emitir una opinión válida sobre las cuestiones
t en d e ser f uer t e, gasta n °
sus recursos fiscales y sus instrumentos Pre-
de que están más alejadas de él, las más profundas y las más espi•
defensa en establecer a sus hombres o en consolidar la anar . nosas de la política general. Y el elector, el ciudadano, cuya com-
que con ellos reina. quia petencia en asuntos modestísimos se hacia sospechosa antes, se ve
Debido a estas dilapidaciones,
y asimismo por falta d · de pronto obligado a poseer las luces de las cinco clases del Ins-
d'irecci º6 n compe t en t e y continuada,
el comercio disminu e una
tituto, puesto que tiene que elegir entre la politica radical y la
· d t · d · ye Y la
m us na . esc1ende, a pesar del aumento ficticio que la E xposic16n • • oportunista, entre la autoritaria y la liberal, entre socialismo y ca-
ha determmado. La agricultura no vend. e sus productos , O 1os venct,,. pitalismo, y ha de ejercer el derecho de orientar mediante su
mal, Y el prestigio político de Francia experimenta la misma d " voto la legislación, la alta justicia, la diplomacia, la organización
'ó epre-
s1 n que su poderio económico. Un poder sin vigor que ad.mini t
~a débilmente el Ejército y no se ocupaba de capitanearlo,
Jado durante dos años enteros que fuera blanco de todos los in-
h:~:: militar y naval del país entero.
Jamás quimera tan absurda ha sido realizada con probidad. En
vez de lamentarse de ello, lo que hace falta es ver todo lo que
sultos. Y, en el orden diplomático, después de meterse, no sin in- tiene de irrealizable y darse cuenta de que, aun siendo indepen-
coherencia, en la empresa de Fashoda, no pudo salir de ella más diente, probo e inteligente, el elector carecerá siempre de compe-
que a costa de nuestra común vergüenza. La alianza rusa ha de- tencia sobre la mayor parte de los asuntos sometidos a su juicio.
jado hasta de figurar en el vocabulario de las conversaciones d Tal incompetencia lo hace, o violento y ciego, o vacilante y versátil,
Europa 1. e y, a menudo, ambas cosas a la vez. El elector francés se pasa la
Sin duda, Bismarck previó no pocos de nuestros males actual vida concediendo sus votos a unos desconocidos sin más garantía.
cuando hizo todo lo que pudo para someternos al sistema repub~~ que el color de los carteles en que los candidatos publican sus de-
cano .. Bismarck no ignoraba que la fuerza de un Estado supone claraciones respectivas. Semejante sistema estimula, excita, deter-
la unidad de pensamiento y el espíritu de continuidad, la cohesión mina a los partidos de oposición, aun a los decentes, y con más
Y la organización. Y como el régimen de la República no es otra motivo a los que no lo son, a provocar el mayor número posible
cosa que la ausencia de una voluntad directora y de un pensa- de escándalos y catástrofes, de modo que den motivo al mayor
miento sostenido en la cumbre del poder, se daba perfecta cuenta número de cambios a cada renovación electoral. El interés de par-
de h~sta qué punto tal régimen es causa de división y de perpetuo tido reemplaza de este modo al bien público. Y poco a poco se va
camb10 en el pueblo que a él se entrega. descomponiendo Francia.
Ya pueden decirnos los republicanos parlamentarios, y con ellos A todo esto, ¿ en qué se convierte el Estado? En un esclavo:
los plebiscitarios, que este poder inestable y débil se asienta sobre esclavo de las Cámaras, esclavo de los partidos parlamentarios y
una firme base. La base que ellos juzgan tan sólida es la voluntad de las pandillas electorales, esclavo hasta de estos acontecimie11tos
Hacional expresada por las elecciones legislativas o los plebisci- imprevistos que bajo semejante régimen desencadenan, con el pá-
tos; de ella viene, puesto que en ella reside-afirman-la autoridad nico, mutaciones de opinión y, por consiguiente, de personal y de
gubernamental. Los mismos hombres que niegan al ciudadano el dirección, pero que son precisamente los que requerirían, con rela-
derecho de tratar las cuestiones que conoce y de dirigir los intere- ción al bien público, el máximo de firmeza, de estabilidad y de po-
ses que le son más inmediatos, los mismos hombres que niegan sesión de sí mismo. Hay que trastrocarlo todo cuando más falta
al elector municipal el derecho de cambiar de sitio una fuente 0 haría estabilizarlo; se destituye a Varrón en el momento preciso
de abrir un ca~ino sin permiso del Estado, por la más sorpren- en que haría falta colmarlo, aun siendo incapaz y hasta indigno,
dente de las ficc10nes constitucionales atribuyen a este mismo ciu- de los testimonios de la confianza del Estado.
dadano, a este mismo elector, el poder absoluto para hacer una Por esta triple y cuádruple esclavitud en el interior, tiende el
Estado francés a la servidumbre exterior; los otros Estados no to-
. l. Esta ~lia~za nos condujo a una especie de acuerdo con Alema- leran su aparente independencia más que para dejar que se hunda
nia (18 c1e Jumo c1e 1895, E:iel), que tuvo como resultado el crac de mejor, que degenere y se descomponga por si mismo.
Fashoda. Por nuestra parte, con nuestro desconsiderado coqueteo eón
Inglaterra, contribuimos a que Rusia se extraviara por los caminos
de Mttkden. (Nota ele 1909.) Considerando que los escritores abajo firmantes están penetra.•
1
r
APÉNDICES 633
632 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
dos de las necesidades políticas que pueden escapar a sus conctu- '811, albedrío conscíente, legal y responsable, y eZ de sus sucesore8,
dadanos, y que actúan como apoderados y hermanos mayores de ,a,segurarán la unidad, Za constancia y permanencia de de8ignios,
la raza, en el pleno ejercicio de los deberes y de los derechos que , '-con "1,a ayuda y colaboración de hombres competentes que forma-
las desventuras públicas les confíeren; . 1,.án en los Consejos técnicos y en las asambleas locales.
Considerando que son con.scientes de la obligación de velar y
proveer a la común salvación; ;i Expliquemos ahora al detalle la ma.llera de funcionar el Esta-
Considerando que la salvación común, condición de todos los do según el programa esbozado. Desaparecerá el Parlamento a la
derechos, impone un esencial deber hacia la comunidad nacional• · .r_J.nglesa.La experiencia parlamentaria ensayada desde 1815 a 1830
Considerando que ésta, la patria, el Estado, no Bon, ni much~ ,y desde esta fecha a 1848 por las gentes más honorables Y hasta
menos, asociaciones nacidas de la elección personal de sus miem- ilustradas, fué un rotundo fracaso. Si bajo la Restauración Y el
bros, Bino creaciones de la naturaleza y de la necesidad; '.Gobierno de julio hubo considerables progresos, si cabe decir que
Considerando también que la unidad de Francia no está forma- · nuestro capital moral y econórr,.ico se rehizo en aquellos dias Y
da por un cierto número de individuos exi.stentes en un momento 'que aun estamos viviendo del capital entonces amasado, la Hist':
dado y unidos por determinadas ideas- o determinados gustos efi- l'_.ria nos enseña que estos progresos ~e realiz~ron a pesar del régt·
meros, sino, al contrario, por un determinado número de familia.s Jrnen parlamentario, gracias al espintu politlco de los_ ~rillcipe~-~
que se desenvuel·ven de edad en edad y tienen en co1nún ciertos in- ·:a verdaderas dictaduras ministeriales (el duque de Richelleu, Vi•
tereses permanentes: intereses del territorfo que se debe defender_, Jlele, Guizot) : dictaduras que, por lo demás, no hubieran sido po-
de Za raza que hay que perpetuar, del capital económico y moral ésibles fuera de la Monarquía.
que hay que desarrollar; , El príncipe necesita tener una responsabilidad definida. Como
Considerando que la ausencia fatal de toda autoridad perma- · ;:dice Renan, "la Monarquía nos muestra una nación concentrada
nente bajo el régimen
profundos intereses
republicano
generadores
amenaza
de la fuerza
y compromete
francesa,
estos
de la vo-
en un individuo, o, si se prefiere, en una familia, y alcanzando
, este medio el más alto grado de la conciencia nacional, toda vez
por 1
'
luntad, de las ideas y de los sentimíetttos que son propios de 'que ninguna conciencia puede valer como la que responde a. un
franceses; ;solo cerebro", cualquiera que sea, por otra parte, el valor particu-
El ciudadano francés confiará, en virtud de un fideicomiso so- lar del cerebro en cuestión.
lemne e irrevocable 1 , a la rama sitperviviente de la familia Gap.eta Los ministros serán responsables ante el principe. Cada afio se
el ejercicio de la soberanía. Mediante lo cual, se restaurará Za ·'reunirá en Paris una delegación de las asambleas provinciales para
autoridad en la cima del Estado. El Poder central se verá así . votar y vigilar las finanzas comunes. París será la sede ordinaria
libre de las emulaciones de los partidos y de las asambleas y de •••
de la Corte y el punto de reunión permanente de todos los grandes
!os caprichos electorales: recobrará el Estado su libertad de movi- Cuerpos del Estado.
mientos. Con responsabilidad plena, en el indivisible interés de su. ,. Damos este nombre a todos los Cuerpos que lo merecen: Cá-
familia y de su pueblo, el rey, jefe del Estado, reinará y gobernará. . maras Industriales y Comerciales, Unión de las Corporaciones, So-
( ciedad de los Agricultores de Francia, Instituto, etc. Los Consejos
i del rey se reclutarán, naturalmente, entre estas elevadas Cáma-
l. Podrá objetársenos que este :fideicomiso o abandono de derechos
seria en si mismo un acto de la voluntad popular y que con esto ras técnicas, testigos autorizados de la actividad Y de la pro~~c-
caemos en el mismo sistema que estamos condenando. Esta objeción ' ción de Francia, sin nada de común con la cohorte de arnb1s-
de orden lógico no nos la presentará ningún lógico correcto. En efecto, . • tas, intrigantes y charlatanes que, so pretexto de un mandato elec·
una cosa es una doctrina de mitología politica en virtud de la que la toral bullen en el Palacio de Borbón y en el Luxemburgo, ajena al
voluntad popular es soberana por el solo hecho de que es la voluntad
popular, y otra cosa un determinado acto de esta misma voluntad ,~jer· · ,,país,' separada del pais y de sus intereses más valiosos, tanto co·
cido por una vez y, en lugar de ser tomada como fundamento, fundada mo de sus más puros sentimientos.
en la razón y en el interés público. Este acto determinado de la vo- , De este modo, el pais productor, el pais que trabaja, estará en
luntad popular valdrá tanto cuanto valgan dicha razón y dicho !nte• : ininterrumpido contacto con el Poder público, y éste, convertido en
rés: de consiguiente,
volitivo.
será lógicamente anterior y superior a dicho acto
"un órgano especial, será duefio absoluto de su especialidad. Se po-
634 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
APÉNDICES 635
drá aconsejarle y esclarecerle las cuestiones, pero, en virtud del
principio de la división del .trabajo, no se le entorpecerá en aquella
acción que le es propia. Los aludidos Consejos técnicos del trono COMPARACIÚN DE LOS DOS REGÍMENES, MONÁRQUICO Y REPUBLICANO
estas asambleas profesionales, podrían constitUir más adelante lo~
elementos de un nuevo Senado; pero, aparte de que un Senado , Tenemos un gobierno republicano y una administración monár-
creación histórica, no se improvisa, acaso; será más convenient~ quica, y el bien público exige que este disparatado orden de cosas
que los Consejos técnicos, expresión de las competencias particu. rmine.
lares, se mantengan habitualmente aislados unos de otros, Para La administración debe ser republicana, puesto que su oficio es
que cada uno de ellos pueda ejercer plenamente su autoridad res. ervir al público; el gobierno debe ser monárquico, puesto que s.u
pectiva, y, cuando haga falta, se podrá reunirles en congresos misión es gobernar. Porque lo que importa a la vida de los adrni-
bien formar con ellos ciertas comisiones mixtas en las que el rey,0 Yíii.strados es la libertad, y lo que importa a la vida política de una
en persona o a través de sus comisarios, ejerza la función de nación es la autoridad, base del espíritu de continuidad Y de la
moderador, iniciador y árbitro. responsabilidad y la decisión.
En previsión de las posibles intromisiones de las asambleas lo- La autoridad, arriba; las libertades, abajo; he aquí la fórmula
cales o profesionales en detrimento de las regalías del Estado, san, una constitución monárquica.
ciones establecidas en las leyes del reino las harán imposibles
0
las reprimirán con máximo rigor. Asimismo, los ciudadanos perju- La absiirdia República una e indivisible dejará de alimentar a
dicados por algún poder inferior podrán apelar al principe en lil- . ;los diez mil tiranuelos im,isibles e in:an_gibles, p~r~ millares de
tima instancia, como a árbitro supremo y juez. inapelable, cuyo, "\ equeñas repúblicas de toda clase, republicas domesticas, como la
p . l . .
papel será el dirimir, el conciliar y moderar a unos y a otros. Con ; familia, repúblicas locales, como los municipios Y. a~ provincias,
todo, no se mezclará en sus asuntos más que en caso extremo y :repúblicas morales y profesionales, como Zas asociacio~e_s,. se ad-
a demanda de parte, porque su atención estará solicitada por pre- lministrarán libremente, garantizadas, coordinadas y ~irigidas en
ocupaciones más importantes. {su conjunto por un poder único y permanente, es decir, personal
iY hereditario y, por lo tanto, eficaz y ~abio, interesado en la con-
En resumen: el Estado, representado por el poder real en tocia, ! servación y en eZ ilimitado desenvolvimiento del Estado.
cuestión de política general que, por su altura y complejidad, es-
capa al análisis, y a la competencva de los particulares, quedará Hay que tener en .cuenta que este Estado, tan fuerte en su pl'i-
restablecido en sus derechos naturales y racionales, que son la in- . t' a función gubernamental, apenas tendrá fuerza para intentar
. va lV 1 . d da o
dependencia y la autoridad. Tanto más gustoso se las reconocerá 'i1a menor cosa contra el ciudadano. Porque, así como e . cm a n
el ciudadano, cuanto que, incapaz de ejercer por sí mismo los mi- de la República Francesa se halla reducido a sus propias fuerzas
cesarios poderes,, es el primer perjudicado, tanto en su fortuna, como individuales para luchar con el enorme mecanismo del Estado,
en su dignidad, por la carencia de protección y de dirección nacio- el ciudadano del nuevo Reino de Francia, encuadra~~ en una ~u~-
nal. El Estado tendrá consejeros, pero no tendrá más que un solo tiplicidad de comunidades fuertes y libres (su familia, ~u mumc1-
señor. pio, su provincia, su corporación, etc.), se verá defendido por la
fuerza de cualquiera de ellas, igualmente empeñadas en salvarlo
De este modo se conciliarán en el nuevo reino de Francia, con- , de toda injustificada arbitrariedad. .
forme ,a sus tradiciones nacionales, la autoridad y la libertad, ne- · Las garantías del ciudadano en el Estado republicano_ son abso-
cesarias ambas en el mismo grado. lutamente teóricas, pero en cambio derivan de una teona (los de-
rechos del hombre) que lleva al desconocimiento de los derechos
del Estado: en la práctica, resulta que se desvanecen por comple-
to. Respetuosa, por el contrario, de los derechos d~l Est~d~, la
teoría monárquica confiere al ciudadano unas gara~tias practicas,
garantías de hecho; éstas no son invi~lables teóricamente, pero
prácticamente resultan dificilisimas de violar.
1
636
r
1 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA APÉNDICES 637
! de
La libertad es un derecho bajo la República
h bº
ran un hecho cierto, real y tangible.
.
' pero es Solo t
• rec o: en cam 10, bajo la Monarquía nacional las libert d lll
a es se-
'' adiestrado como sea posible. El resto de los contingentes
nales seria sometido a seis u ochó meses de ejercicio, con llama-
iníento de un mes cada dos años 1. El principio de la división del
nacio-
abierto desde hace cien años, anarquismo administrativo, cmarqui.s- :yez, pero que de diez veces se da en nueve), que el jefe del Estado
mo de Estado, el Estado sin dueño, la Administración dueña de todo ;. 0 comprometerá fácilmente el porvenir de su dinastía Y que hará
curará la causa de nuestras miserias. Somos monárquicos porqu; todos .sus cálculos con prudencia y reflexión. Estas virtudes verda-
entendemos que sólo la Monarquia es capaz de realizar esta cura de '¡¡eramente paternales, propias de un jefe de familia, distinguieron
urgencia. recisamente a la Casa de los Capetos en su obra de constitución
Un Parlamento nacido de la elección, depende también de la elec- de Francia. De un reinado a otro, los príncipes de aquélla se ap,i-
ción; de consiguiente, no puede conferir al Estado ni autoridad ni in- caron no a ganar demasiado en una sola empresa, por temor a per-
dependencia. Y un jefe de Estado que lo sea en virtud de plebiscito Jle :aer demasiado después, como ha sucedido luego a partir de Napo-
encuentra en condiciones idénticas a las de un Parlamento. Si su nom- ;-eón. Pero, a diferencia de Napoleón I y de Napoleón m, que de-
bramiento es temporal ¡qué prima se ofrece a las mayores agitacio- •·aron una Francia-ambos-más pequeña de lo que la habían encon-
nes electorales! ¡Y qué perturbación periódica en el Estado! El presi- ltrado, los descendientes de Hugo Capeto todos t rasnu ·t·1eron su pa-
dente de los Estados Unidos, en América, no se atreve, ni aun en '.trimonio tal como lo habían recibido de sus antecesores o aumenta-
coyunturas de la mayor gravedad, a tomar una sola decisión, a cor- •,üo con alguna provincia.
tar una discusión importante ni dar una orden precisa, si está pró- Por consiguiente, si para evitarnos inútiles y peligrosas ·luchas
xima la fecha de la elección presidencial, porque teme, al aventurar electorales, para prevenir la periódica repetición de agitaciones Y,
una opinión cÚalqu.iera, enajenarse las simpatías de un grupo de en fin, para tener paz, conviene confiar el poder a una familia, es
electores. Si el nombramiento es vitalicio, ¡qué prima se ofre- .ievidente que este honor debe recaer en la más antigua Y más ilustre
ce al asesinato y, en todo caso, qué revolución, qué agitación, ·,de las familias francesas. Ni la familia Bonaparte, por glorioso-que
qué transportes de fiebre malsana se preparan para el momento de .haya sido su papel histórico, ni ninguna otra Casa francesa, cuales-
sucederle! Este régimen fué el que perdió a la desventurada Polo- :quiera que sean los servicios que haya hecho a la nación, ofrece. ga-
nia, porque, en vez de reducir y circunscribir la emulación guber- :rantías comparables a las de la raza de los Capetos que no tiene
namental a una clase, a una casta, a una familia, la extiende al país ;:otra superior en antigüedad a ella en Europa y que es nuestra.
entero. _;Mucho más aún: es nosotros mismos. Su Jústoria es la nuestra. El
Además, e! tal dictador no es responsable más que para un tiem- ,haz de nuestra tien·a tiene estampado en todas partes su nombre
po : como máximo, el de la duración de su vida. En estas condicio- y su recuerdo. Lo mismo que Iván el Grande fué llamado el uni-
nes, si evita los errores y las. imprudencias de un orden demasiado ficador de la tierra rusa, esta dinastía puede ser calificada de unifi-
directo e inmediato, nada le impide comprometer, gravar y sacri- "cadora de la tierra francesa. Sin ella, Francia no existiría. Esto es
ficar el porvenir del país; esto es propio de la dictadura persona!; l,una rigorosa verdad indiscutible.
he aqui por qué nosotros pedimos el poder soberano, no para un
. El recuerdo de Roma hizo la unidad italiana. La realidad de la
hombre, no para un pueblo, sino para una familia, representante
: raza y de la lengua germánicas, unida a las tradiciones de Cario-
de este pueblo y ella a su vez representada por un hombre.
.•magno y del sacro Romano Imperio, ha hecho la unidad alemana.
Esperamos que no se nos responderá con sornas sobre el azar
La unidad británica es producto de la condición insular. Pero la uni-
del nacimiento. ¡Como si la elección no tuviera también sus azares!
( dad francesa, obra de politica, de la más hábil, paciente Y firme
¡ Como si éstos no fueran peores que los primeros! Se educa a un
politica autoritaria, es fruto, y fruto exclusivo, de _un pensa~ento
delfín para el Trono, pero a nadie se le educa como candidato a la
,sostenido durante mil años por la Casa de Francia. Esta urndad,
presidencia de la República. Por lo demás, ¿ cuándo en algún pais,
que hoy nos parece tan sólida, espontánea y natural, es obra de
ni siquiera en las tribus más salvajes, el azar natural de la herencia
' nuestros príncipes. La naturaleza habíase limitado a hacerla po-
ha elevado al Trono una sucesión de mediocridades comparal:>les a
" sible, pero no necesaria ni fatál: los príncipes la formaron Y
la serie Carnot-Périer, Faure-Loubet? Este cuádruple vacío fué ele-
labraron como un artista da su rasgo personal a la materia en
vado al sillón presidencial por la elección de dos asambleas reuni-
das en solemne congreso. 'que trabaja.
El sistema de la herencia monárquica supone, conforme a un ¡ Dinastía verdaderamE)nte terrícola y campesina, puesto que ha
sentimiento natural de previsión doméstica (que puede fallar una iredondeado sus tierras y articulado nuestro país, pero de la que no
1
r
640 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
41
719
iNDICE
\
263
'
Las asociaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .......... . 264
EL PRIMER LIBRO DE LA· "ENCUESTA SOBRE .· ación de las familias francesas ........... .
LA MONARQU:t.<\." Reorgamz ........ . 264
Las familias y la tradición .. ······ ............. ······ .. ··.·.·.......... . 265
Págs.
La igualdad en Francia ·······················. ······· ..... ··········· 266 l
Una gran herencia perdida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ........... . 267
CON NUESTROSDESTERRADOS 199 Nobleza abierta .... • •• · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 268 1
Con M. André Buffet ..................................................... . 201 Libertad del jefe de familia ................................ .
269
I. - Los retratos ......................................................... . 201 ············· ············
Conclusión ········· · · · · · · · · · · · · · · ··~·;;~~~·~· ·~~··~~tor de la "Encuesta
M. André Buffet ................................................... . !<.05 Carta del señor ditque de ~71
La Monarquía parlamentaria ................................... . 209 sobre la Monarquía" 1
Un César con fueros ........................... . 213
.,.,.,UEST = SOBRE
'
II. - Teórico y práctico ............................................... . 214 LIBRO DE LA "ETt,,V
A
EL SEGUNDO LA MONARQUíA"
La Monarquía reformadora ..................................... . 216
275
Incapacidad de la República para descentralizar ........ . ~17
LAS RESPUESTAS ······ ·················:·········~~··{~
························
Academia Fran-
.1
La vida local. - La propiedad. - La familia ........... . 220
Una poli ti ca real: Los obreros agrícolas .................... . 223 Carta de J:IJ.I.Paul Bourg-et, miembro ................ . 283
La política real: Los obreros industriales. - La Aso- cesa ....... • · · · ··················· ············· 286 1
Respuesta a :M. Paul Bourget ···································· 291
ciación ............................................................ . 224 ·············
La política real: Libertad religiosa y filosófica ........... . !<.28 Lo que· dijo la prensa ••· •.. · · · · · · · .. · · · · · · · · ........... . 301 1
La política real: Su personal .................................... . 232 Carta de M. Maurice Barres ..... : ................................... . 304
La "Liga de la Patria francesa" .......................... . 233 Respuesta a M. Maurice Barres. • · · · · · · · · ·:::::::: ..............
Después de nueve años ..................... .
. 311 1
Los Bona parte .................................................. . 233 313
Paul Déroulede .................................................. . 234 d M Rugues Rebell •······1······ ········· ·················· 318
ta
Nacionalistas y antisemitas: Drumont, Thiébaud, CarResp:es¡a a M. Rugues Rebell ·································
319
Barres ............................................................ . 241 Carta de M. Gustave Boucher ···························:::: ........ . 321
Los republicanos moderados: M. Méline, los melinis- Respuesta a M. Gusta ve Boucher ............................. . 323
tas y M. Rambaud ......................................... . 243
Conclusión 247
d M Henri Vaugeois ······················ 334 1
Car;::sn:1es¡a a M. Henri vaugeois ·····················.:::::::::·.:: 340
CON EL CONDEDE LUR-SALUCES............................................ . 249 Des~ués de nueve años ............................... .
Naturaleza de la Monarquía .......................................... . 252 Carta de M. Lucien Moreau . . . . . . . . . . . . . . . . . . ···················
. ...............
347
. 353
1
Base de toda reforma .................................................. . 253 M Lucien Moreau •••· · · · · · · · · · · · · .
Algunos índices históricos ............................................ . 254
Respues t a a · . . ............. . 357
Después de nueve años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ............ . 359 1
La Revolución ............................................................. . 255 d M Charles Le Goffic ................. . 363
Libertad, autoridad, responsabilidad ............................. . 255 Car t a e · Goffic ...... •••· · · · · · · · ·
Respuesta a M. Charles Le ......... . 371
La centralización, enemiga del poder central ................. . 256
Centralización militar ................................................... . 258 carta de M. Henry HBorrydea;:r~~·~~· ·:::::::::::::: ·.:::: ·......... . 373
Respuesta a J:ILr. en
l
Descentralización para lo demás ................................... . 258
Carta de M. Jacques Bainville : . ··:1·1· ............. . ·············· 379
Anulación de reglamentaciones y seccionamientos. - Des-
Respues t a a
M Jacques Ba1nv1 e
·
· · · · · · · .. · · ..
383
385
1
trucciones necesarias ................................................ . 260
Caplain-Cortambert ··· · · · · · · · · · ·· · · ..... .
Las comarcas de Francia .............................................
Metódica prudencia de las mutaciones ..........................
. 261
. 262
carta d e M · · J
1
1
1
J
720
ÍNDICE
ÍNDICE 721
1
1
Pág"l!.
Págs.
Respuesta a M. J. Caplain-Cortambert
························ 391
Carta de M. Lionel des Rieux ...................................... . VI.-7 de noviembre de 1903 ..................... :::::::::::::::::: 573
Respuesta a M. Lionel des Rieux .............................. . 395 VI I -14 de noviembre de 1903 .............. ·:.. . . 579
Después de nueve años ............................................ . 400 · " t ,. ~-. Como 1mplan-
404 Oonclusión del tercer libro de la Encues a . ¿ ••••••.••.•••••..••
Carta de M. Louis Dimier ............................................. . taremos la Monarquía? · · · · · · · · · · · · · ·· · · · · ··· · · · · · · · · 587
Respuesta a M. Louis Dimier .................................... . 405
- Necesidad positiva de la esperanza ..... ··""······ ...... . 588
Después de nueve años ............................................ . 412 III. _ Fundamen t o de la esperanza: la · fuerza ............ ., . 589
414 .- Le ·timidad del empleo de la fuerza .................... .
Carta a M. Léon de Montesquiou .................................... . 590
Respuesta a M. Léon de Montesquiou ....................... . 417 III. L gi• otencia lega 1·1st a •· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ................ . 592
IV.
V -- a imp . . ble para el empleo eficaz de
Después de nueve años ............................................ . 420 Condición mdispensa
422
Advertencia a las personas prácticas .............................
La carta abierta de M. Eugene Ledrain .......................... .
.
425 . P~!:,!:::z.~.
:::::::
:: :: ::::::::: ::::::::::::: 593
595
437 - Otra condición especial para el efi
Continuación.)
Respuesta a M. Eugene Ledrain ................................ . VI. ( - a ............. . .................. .
442 caz empleo de la fuerz 597
Opinión de M. Sully Prudhomme, miembro de la Acade-
.
VII. - Diálogo sobre la d1recc1 •ón de los asuntos .. • • · •• •
..............· · · · · · ·
. 598
. mia Francesa ........................................................ . 601
VIlI -El esfuerzo último •·························:··· és
Respuesta a M. Sully Prudhomme .......................... . 457
461 La ad~esión de M. Jules Lemaítre a la Mona~~.~~~·.~.~~.~~···
Carta de M. Copin-Albancelli ........................................ . de seis años ... ••· • • · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 603
Respuesta a M. Copin-Albancelli .............................. . 465
Después de nueve años ............................................ . 472 APltNDICES
477
Carta de M. Albert Jacquin ··········································· I - Carta de adhesión de Octave T a uxier . _ La politica
(D Ri-
Respuesta a M. Albert Jacquin ................................. . 479
485 . d Luis XV y de Mme. de Pompadour .
Carta de M. Albert Arnavi"elle ...................................... . chard
e Cosse) •·····························:·· ·····••···•·· ... 611
Respuesta a M. Albert Arnavielle ............................. . 493
496 II. _ Un primer bosque Jo . de nuestras doctrinas ............. · ·.
· · · · · · · · · · 619
La opinión de Forain .................................................. . III -Dictador Y rey ·········· ..············:···:··:····· 622
499 . . La dictadura monárquica: sus pnnc1p1os .............. . 624
Carta de M. Frédéric Amouretti ................................... .
Después de nueve años ........................................... -.. 503 El régimen monárquico .. • •··· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 614
513 Las libertades, abajo ........................................... . 625
Conclusión del segundo libro de la "Encuesta" ........ .'........... .
515 La autoridad, arriba ·· · · · · · · ·; · · · · · · · · · · ·;· 628
EL TERCER LffiRO DE LA "ENCUESTA SOBRE Comparación de los dos reg1mene~, ......................... .
635
LA MONARQUíA" publican~ · · · ·1·a· · ·po
Consecuenc1a: ··· 1 {:¡¡~~
·
~~·~~~~uica. cuestión
• reli-
Págs.
•
l
VIII. - El ~scándalo ....................................... .
691
IX. - El nuevo ad~~~~~~~~~··:····· .... ···················· .. ····
696
X. - Las reformas · · · · · · · ··· ·· · · · · · · · · · · · · · ·· · · ·· ·· ··
701 t 1
XI. - La dimisión d~~-· .. · .. · · · · · · · .. · · · · · · · · · · · .. · · · · · · ·
706 ¡
XII. - De París a Santiago .. · · · · · · · .. · · · · · .. · ·" ........ · ..
················•·························· 710
LA TRADUCCION ESPAÑOLA DE LA "ENQUli:TE SUR
LA MONARCHIE" TERMINOSE DE IMPRIMIR EL
DtA 25 DE AGOSTO, FESTIVIDAD DE SAN LUIS,
EL REY CRUZADO, EN LOS TALLERES
DE IMPRENTA ALDECOA, S. A.,
DE LA CIUDAD DE BURGOS.
AÑO MCMXXXV
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