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TRADUCCIÓN

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ENCUESTA
SOBRE

LA MON ARQUIA

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1 ,
El mando de muchos no es buenQ. Debe haber un solo jefe.

(Palabras de Ulises, el más sen-


sato de todos los griegos.-HOME·•
RO, IHada, II, 204-5.)

f
• o pocos franceses a quienes no puedo dejar de considerar 1
como buenos franceses, porque no tienen conciencia de la
; alicia que ,entraña su atolondramiento, hablan hoy de un par-
ido o de un sistema político como podrían hacerlo de un caba-
0 de carreras, y ponen toda su curiosidad en preguntarse:
-¿ Llegará el primero?
La afición a adivinar, la de las apuestas y acaso también la
'esperanza o el deseo de un provecho personal inmediato, les
hacen perder de vista todas sus posibilidades de ciudadanos :
. se olvidan de que pueden actuar y, por consiguiente, transfor-
mar la suerte, por lo que se limitan a contemplar los aconteci-
mientos en vez de forjarlos, y apuntan los golpes en vez de
darlos, como podrían. Yo aviso a esta clase de espectadores
ociosos y pasivos que las hojas que aquí. siguen no están es-
critas para ellos. No me sentiría capaz de dedicarlas más que
a ciudadanos verdaderos. Dirígense únicamente a una selec-
ción ciudadana acongojada por el evidente peligro nacional.
Para esta selección, por dicha bastante numerosa, lo inte-
resante y lo que apasiona no es el pronosticar cuál de las "per-
sonas de bien" o cuál de los "nacionalistas" tiene alguna posi-
bilidad de trbnfar primero, porque el azar es el único dueño
de la suerte: ante las opuestas ideas y los partidos compe-
tidores, lo único que a esta selección importa es descubrir
dónde radica la conveniencia pública. Con una trágica so-
licitud rebusca qué hombre, qué régimen dará satisfacción a
las condiciones físicas de nuestro bienestar y, sintiéndose más
202 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA

fuerte que las causas que determinan nuestra ruina,


tará la patria.

A mi entender, sólo la Monarquía dispone de un pod


lo bastante vivo, bastante regular y bastante duradero y, p
tanto, suficientemente penetrante, para llevar a cabo la difí
salvación de Francia. Pero, siempre que alguien afirma est CON M. ANDRÉ BUFFET
virtudes de la Corona, los mejores espíritus piden que se
defina: _-¿Pero en qué consiste realmente la Monarquía?
Y como no hay cosa más fácil que dar esta definición o cont
tar a las objeciones que suscita, se sigue de ello que, cuan I
uno ha replicado a todo, le objetan en seguida: -¿ Está uste
bien seguro ? Esta Monarquía es la de usted, la Monarquía t ·
como usted la concibe, pero ¿ es de veras la Monarquía?
¡Son tantos los amigos que, lo mismo en París que en pr Faubourg .Saint-Gilles, a diez minutos de la Estación ~el
vincias, me han apremiado con la misma duda! No podía aguan: odía es una larga calle muy recta, sombreada aqu1 Y
tar más y me puse a buscar para ellos respuestas oficiales que eádipor álamos,
' tilos l fresnos, verdeantes ram illetes que d es-
pudieran dejarles satisfechos. ·· ordan de pequeños jardines alineados. A unos pasos, la casa
La opinión monárquica tiene dos representantes a los q~é de M. Buffct.
dan relieve a un tiempo la confianza del príncipe y la estim , Es de ladrillo rojo y piedra azul, alta, estrecha, profunda
de sus amigos y el odio y ,el rencor de los enemigos de la na- y en todo parecida a aquellas que un ,ejército de albañiles no
ción. El destierro que soportan, las funciones que ejercen, las ·· a de levantar en todos los confines de Bruselas. Y, con todo,
aprobaciones que a diario reciben, confieren a los dos condenado;· a
apenas se franquea el umbral de la puerta, se h acen percep 1 ~s
por el Tribunal Supremo una autoridad que nadie puede poner tro gusto, otra atmósfera: aquí se respira el aire de Fr~ncia.
en duda. En el saloncillo en que me introducen, un bronce de Mignon
He ido, pues, a ver a M. André Buffet, jefe del Gabinete' encima de la chimenea evoca elocuentemente las mela~colías
político del señor duque de Orleans, y al conde de Lur-Saluces, del destierro, pero, sol;>reuna mesa de roble, a la luz lluviosa Y
presidente de los Comités monárquicos del Suroeste. Uno y brillante que penetra por el ventanal, las fotogra~í,as de la
otro residen en Bruselas. He aquí el resumen de sus declara- familia real recuerdan con quién y por amor de quien se so-
ciones. ' porta este injusto destierro. Aquí, están el ~eñor duque de
Orleans y la señora. condesa de Par1s. En medio de ellos, Y de
perfil, el conde de París preside este mudo consejo de la Cas_a
de Francia. De igual modo, en la dirección de una Monarqma
histórica el alma de los muertos ilumina las resoluciones de
·los vivos.
Los retratos tienen sendas dedicatorias. Examino con cu-
riosidad los autógrafos y me entretengo en relacionarlos con
la fisonomía. Al noble acento de los rasgos se corresponde con
perfecta exactitud el movimiento de una gran escritura ele-
CON M. ANDRÉ BUFFET 205
204 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA

gante y generosa. Resolución, finura, evidentes virtudes alta de un reinado efectivo, teorías tan profundas acerca
ran de los cuadritos de frío cartón. Pero, a despecho de la Monarquía nacional, que todos los espíritus competentes
cosa patente, ¡ cuántos misterios guardan las cuatro peque adllliran y saborean.
imágenes! ¡ Cuánto pasado y cuánto porvenir! Para un : , Qué educación política y qué pura tradición hubo de tras-
triota francés ¡qué magnífica e inquietante procesión de sueñ . ~r semejante padre a su hijo! Pero el señor duque de
· ans difiere en un punto importantísimo de su predecesor:
re1 . . t
"De este grupo de hombres y de mujeres, particulanne no es un teorizante; pero Francia ya no necesita a u~ eo-
de aquel que es el jefe de todos, dependen los destL.".!osde ' nte: toda la teoría está hecha y sólo hace falta aplicarla.
inmenso imperio, la suerte de una gran nación. Y no se di una especie de providencia dinástica hizo casi siempre apa-
que esta dependencia no será efectiva hasta que llegue cer en la serie de los Capetos, generadores y ordenadores de
reinar Felipe VIII: esta familia Capeta, aun estando dester ·· rancia, los caracteres apropiados a las necesidades de cada
da, tal vez precisamente por estarlo, es la depositaria de omento. Según todos aquellos que lo conocen, el señor duque
fortuna francesa. Orleans parece indicado para realizar las ideas políticas que
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...,11J.os pr1nc1p:es
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siguen •
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..... •
n1damente fuera de Frai.J.cia a heredado con la sangre. Joven, hombre de aire libre más
o alejados del Trono, será que hay grandes probabilidades h' ue de gabinete, necesita el trabajo y las ocupaciones de la
tóricas de que nosotros mismos como pueblo hemos de esta da activa. Gran cazador, tirador perfecto y navegante apa-
alejados de los verdaderos movimientos de la vida. nado, tiene esta resistencia, este espíritu de empresa y esta
"Los movimientos opuestos, los de la muerte, han comenz oncepción ágil y rápida que son esenciales al hombre de acción.
do ya. Los agentes de la descomposición destruyen y se r I'uesto que su padre y su tío-abuelo meditaron durante tres
parten nuestro cuerpo político. Sólo la realeza puede oponer de siglo por sl, él obrará, ateniéndose a sus reflexio-
se a su obra e impedir que las fuerzas de la anarquía nos '-
hagan retroceder a los elementos primitivos ..."
Para avivar estas reflexiones había yo cogido el retrato
del conde de París, junto con eJ del señor duque de Orleans· ANDRÉ BUFF'ET
mis pensamientos iban de hijo a padre, de padre a hijo, así
confrontados por la mirada, esforzándose en penetrar dentro La puerta se abre. Aparece M. André Buffet: otro argu-
de uno Y de otro para formularme las relaciones de sucesión mento viviente de la política real.
entre ambos príncipes. En efecto, nada nos hace ver mejor el decidido gusto del
príncipe por la acción como la deliberada elección, el favor
El padre fué un gran talento. Movidos por el fundado odio constante de que M. Buffet goza. En el Tribunal Supremo he-
que los mediocres sienten por quienes están por encima de mos visto a este lor,enés de cuarenta y tres años que aparen-
ellos, Thiers y los discípulos de Thiers no han perdonado mm- ta apenas treinta y seis. El cabello corto y negro, el bigote duro,
:ª al co~d: de París. Las burlas y las injurias de esos peque- los hombros sólidos le daban un aire mucho más militar que
abogadil. Es verdad que regía su elocuencia por la razón, pero
nos a~1b1c1osos y de esos grandísimos tontos constituyen hoy
para el uno de esos homenajes al revés que tan preciosos son una razón esencialmente práctica e inspirada por una indoma-
para la historia. Nacido en medio de los horrores revoluciona- ble energía: ni Déroulede ni Guérin lo superaron en esto.
rios Y parlamentarios, este príncipe supo encontrar el espí- ¡Cuántas veces, en la cárcel, se trató de separar a André
ritu de la tradición monárquica tal como el conde de Cham- Buffet del partido de la Monarquía! Paul Déroulede le decía:
bord la definiera. Heredero de Enrique V, Felipe VII nos legó. -¡ Pero si usted es plebiscitario! -¿ Plebiscitario yo?- André

1 !
CON M, ANDRÉ BUFFET
207
206 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA

Buffet iba a lanzarse ya sobre Déroulede. Este explica los suburbios me daba, en un lenguaje brutal, la
ista de • ·, .
-De doctrina, seguramente no, pero la doctrina importa ula abreviada de todos los anhelos de la nac10n.. .
nos que e.I temperamento, y el temperamento de usted es pleb' ·~·Francia?-me decía-¿Francia? No es republicana, n;
citario.- M. Déroulede quería decir con esto: ~Usted es ené " ,,;~ta ni monárquica. ¡, Quiere ust,ed saber lo que es•
par.•w ,
gico y no le gustan ni las pequeñas habilidades de pasillo ia es amiga de la mano dura.
la inútil palabrería de la tribuna, ni las equívocas negocia~ anc ' buen parisiense M. André Buffet no ignora el argot,
. Como ' - d
nes que en los salones florecen. la malsonante palabra poignarde i no le choca, y hasta ana e:
Entendida así, la apreciación era justa. La palabra de -Amiga de la mano dura ... ; acaso sea e~to ...
André Buffet tiene algo de acción. Parece que se pinta en "Creo, en efecto, que Francia, e~lo~uec1da, enervada, des-
. , por su mal mclmada a declararse en
su rostro al mismo tiempo que resuena en su voz. Su perfil de ieíiltada, se sen t ira, , .
medalla antigua-nariz y frente de la más pura estirpe griega, . vor del primer gobierno de buen puño que -se 1~ antoJe pa-
mentón romano-refleja, al animarse, el calor, la animación. ..ª. t es decir, antijudío, es decir, opuesto al partido de Drey-
la vivacidad, la jocundidad de la vieja Galla; un gran gest~ trio ;rancia su cabeza y su corazón, el pueblo y las clases selec-
fus. . ' 1 gobierne. quiere un régimen fuerte. Pero
afirmativo mide y precisa el discurso; a veces es un nervioso tas aspira a que se a , f
paseo lo que da vida y movimiento a la idea a los ojos del r.v; usted? : a menudo lo más opuesto a la ver~adera . uerza,
interlocutor; y nada resulta tan sorprendente como el oír e:x.. ~s precisamente la apariencia de la fuerza. i Quiera Dios Jue
presadas unas ideas tan discretas a través de una Francia no se deje engañar por esta apariencia! La exper1en-
tan apasionada. da"Por
sería mortal.
lo demás,
. .
tengo la convicción de que esta expe;1e_nc1a
no se intentará nunca. Pruébalo la historia de est~s ~ltrmos
Tras preguntarme por tantos amii::· .:;"comunes como se ha - " Francia es un enfermo que tiene miedo del ciruJano, y
visto obligado a dejar en París, ,. :1cÍré Buffet se pone a mi ª:;"~sto todo el mundo se le ¡;_cerca a hablarle de multitud de
disposición. · \arlatanes, de empíricos, y de fabricantes de curalotodo. Ella
-Hable usted-me Jice-; contestaré a todas sus pregun- :scucha encantada todo lo que le dicen, pero esper~ Y no se
tas: no hay una sola cuestión política que la Monarquía no , 'd Entretanto el mal se agrava, el dolor apremia Y ame-
deba afrontar, "porque es capaz de resolverlas todas". c.ec1 e. • 1 · t
naza el fin: es absolutamente preciso resolverse a a m erven-
Yo contesto que tal es mi convicción, y como André Buffet 7.,. hae:o votos por que Francia se resuelva a ella a
ción. l'.O
me estrecha a preguntas sobre el estado de la opinión en Pa-
tiempo."
rís y en provincias, le digo:
-La opinión no ta cambiado después del año último. Us- M. Buffet se calla.
ted sabe mejor que yo cómo estaba la opinión entonces, cuan-
do usted sostenía ante el Tribunal Supremo la política de la 1 La alahra usada en el originrul francés, poignarde, y, sustanti·
a~ente ~o,ignardise, es de dificil adaptación al ,ca.stell~no en est~ cas~
audacia, la política del reto... Estas son palabras de usted v ' t"do 11·teral En 1791 el pueblo llamó ch,,e,;aliers du. poignar
con su sen 1 • ' . do en las
Se ha sido audaz contra Francia, se la ha desafiado, y Francia (caba lleros del puñal) a los realistas que se reumeron, arma . sd, d n
· b d"ó a una soc1e a co -
querría hoy que alguien fuera lo bastante audaz en favor suyo 9
rr~;;:~:ru~i:ia:i: ff:~::~aE:n ~;s:::i::a r:e ~;ra~:~ió~e::é:s~~~ a~::=
y desafiara a sus •enemigos en su nombre ... midor Pero el sentido con que aqui se usa, sm con ,
M. André Buffet aprueba con su silencio. Yo me acuerdo ceden~es históricos, ni con el literal de p~ñ~l, sino _con elu~~ _1aJ:!~b;~
de un ejemplo y añado: ue etimológicamente da .origen a este ultimo (poing,_ P · P .•
~ue se neva en el puño), se corresponde con un sentido de autoridad,
-El mismo día en que salí para Bruselas, un joven nado- de mano fuerte para el gobierno. (N. del T.)
208 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M. ANDRÉ BUFFET . 209

-Entonces-digo y~, la Monarquía ¿ será este régi •


fuerte que Francia necesita?
-Sólo ella puede serlo necesariamente. PARLAMENTARIA
"Lo admirable en la Monarquía es la ductilidad,
dad de su fuerza. y 0 objeto:
"Parlamentaria o plebiscitaria, una República depende -Sí, pero ¿y el parlamentarismo?
talento y del ánimo de .sus partidarios. Pero un soberano h :M. Buffet empieza por sonreírse. Me mi.ra unos s.egundos
reditario está harto directamente interesado en el bien públj 0
impaciente y después, inclinando la cabeza, con aire zum-
para gobernar sólo según su humor o según un sistema. Es el e n me dice:
rebro, el centro nervioso de la nación. Tiembla por el peJi -¡La Monarquía parlamentaria! ¡También usted! ¿Es que
gro común y aspira a la común prosperidad. Su ser íntimo ede usted creer en ella?
su función necesaria y natural o., si usted pi,efiere usar ei -No creo en ella, pero en Francia sí se cree, o se finge
lenguaje de los geómetras, su posición, le obligan a adaptarse a er. Este es el más grave de todos los daños que se nos
las necesidades del bien núblico. No ha"'.,·
J.-
7 duda ñA '1.
r:i--:c. ,-.n
,.u.., .P
- -
....
..'I
l..lt:Ue usan ante la opiriión.
equivocarse en la interpretación de estas necesidades, pero -i Parlamentaria, parlamentaria!
trata de descubrirlas, no puede dejar de hacerlo y, una vez ad- Y, encogiéndose de hombros, André Buffet, re:corre de arri-
vertido el error, su mismo interés le induce a rectificarlo ..." · ba a abajo el salón. Siento que está, más aún que indignado,
-En este momento no hay error posible-interrumpo yo, í!lolesto:
-No, no lo hay. Las circunstancias actuales han de hacer· · -i Haría mucha falta acabar con ,esta palabra! La Monar-
a la Monarquía "de mano dura", como dice su amigo. · quíaes representativa y no parlamentaria. Un rey que reina Y 1
"Digamos, si usted quiere, autoritaria. Nada más fácil para ¡~gobierna: ¿está bastante claro? .
la Monarquía. Como no depende en lo más mínimo de la elec-'. il. -Clarísimo--le digo--: sólo que la diferencia no la enhen- J
ción y no se siente obligada a halagar la opinión con inútiles ,,;:dela generalidad de las gentes.
excesos, la Monarquía tiene a la vez la fuerza necesaria para • y M. André Buffet, continuando sus paseos, murmura:
ser lo inexorable que convenga y la capacidad, más rara aún, "¡Parlamentaria!"; y, volviéndose un poco bruscamente, pro-
de moderar una represión harto justa. sigue:
"Se oprime al Ejército y se traiciona a la nación. Usted co- -¿ Quiere usted que le diga la verdad sobre este punto, no
noce por sus discursos y sus cartas al señor duque de Orleans: teórica, sino práctica? La he aprendido de mi padre, cuyas lec-
el príncipe es un soldado; no sabe separar los dos términos ciones y recuerdos me sirven de experiencia.
pueblo y ejército. Acuérdese usted de sus palabras: "No ven- "¡Pues bien!: En _el estado en que se encuentra la Europa
garé más qwe las injurias hechas a la Patria"; pero esté occidental, yo no veo ninguna constitución que en su texto, le-
usted seguro de que .estas injurias las vengará. tra o espíritu pueda tenerse por parlamentaria o antiparlamen-
"¿ Quiere usted la medida exacta de una represión monár· taria: sólo por el uso de una constitución, por su funcionamien-
quica?:
"Hará todo lo que sea preciso. Nada más que Zo preciso. Pero
todo lo preciso."
to, se la podrá tener por una u otra. Casi ,en todas partes hay
Parlamentos encargados de votar los créditos. ¿ Dirá usted que
existe el parlamentarismo en cada uno de los países que tienen
-
·'l1Il Parlamento? Pues Alemania lo tiene. ¿ Y acaso está casti-
gada por el parlamentarismo? No, ¿verdad?
"¿ La Constitución establece una exacta división de poderes?
14
210 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M. ANDRÉ BUFFET 211
:
Sí: el control, para las asambleas; para el jefe del poder, el g "La Monarquía francesa halló un día su propia definición.
bierno efectivo ... Pero esto será una distribución en el Pape na definición perfecta. Es la frase de Enrique IV antes de la
Hay países en donde el parlamentarismo ejercita menos dere talla de Ivry: Estad pendientes de mi penacho blanco, porque
chos de los que le confieren en su texto explícito las leyes cons. rn,pre lo hallaréis en el camino de la glo1'ia y del honor. ¿Hay
titucionales. Y, por el contrario, hay otros en los que el Parla~ Igo más netamente antiparlamentario, o más monárquico, ni
mentarismo se ha arrogado derechos infinitamente más vasto ás francés? ..."
que los que la Constitución le atribuye. -¡ Oh !-corto yo, resuelto a jugar hasta el fin mi papel de
"¿ De dónde proceden estas diferencias entre e1 texto y la abogado del diablo-: ¡Enrique IV está un poco lejos!
práctica? Débense, ni más ni menos, al carácter del jefe del · ,ll/I. André Buffet se me acerca:
poder. No me refiero sólo a su carácter personal, sino al ca. -®n serio: ¿ es que la Monarquía, tal como la había prepa-
rácter de los principios a que obedece. Un presidente de Repú. rado el conde de París, le parece a usted un sucedáneo del par-
blica, hechura del parlamentarismo, está inerme contra el Par.· ¡am.entarismo?
lamento, cualesquiera que sean los poderes legales que se le con-.. -Por desgracia, tuvo demasiado esta reputación.
fieran. Por el contrario, un príncipe hereditario concentra en sí M. Buffet insiste:
por su misma esencia, el máximo de poderes efectivos contr¡ · -Pero ¿ la merecía?
esta calamidad." Y sigue desenvolviendo su pensamiento:
"Usted trata a los enemigos del parlamentarismo. ¿ Qué es
-Sí, pero-digo yo a M. Buffet-: que quieren? Quieren asegurar la independencia del poder
usted, el parlamentarismo? central, quieren darle estabilidad, unidad de pensamiento, du-
-Ninguna de las definiciones que de él se dan me satisfa- ración y fuerza. Quieren libertarle de la cominación indiscreta,
ce. La única que encuentro algo satisfactoria es esta: Es par- irresponsable, tumultuaria, de las asambleas, fácilmente anár-
lamentario todo aquel que prefiere las explicaciones a una ac- quicas y a veces hasta opuestas al sentimiento o el interés de
titud. la nación... ¿No es esto ?"
"En política, explicar equivale a disfrazar, a engañar. Las .., -Exactamente.
explicaciones no las entienden nunca más que aquellos a quie- -¡Pues bien!: El conde París no quería ni más ni menos
nes interesa entenderlas. El pueblo sólo entiende bien las acti- que esto. Había hallado el medio práctico de devolver al Es-
tudes. tado su libertad. Medio sencillísimo: debía votarse el presu-
"Cuando se habla ante el pueblo, es para engañarlo y, por puesto para un período de años; las deliberaciones anuales del
este medio, servirse de él. La impopularidad del parlamentaris, Parlamento no versarían más que sobre las modificaciones y las
mo deriva de que el pueblo se ha dado cuenta de la maniobra novedades que hubiera que introducir en el presupuesto primi-
y, si no la comprende en todos sus detalles, la percibe y deja tivo, sobre los créditos, en una palabra. Ahorro de tiempo, de
de creer en él. Lo que ayer aparecía como una habilidad, se ha palabras, de entorpecimientos, de vanas querellas: si se la mira
convertido en una tontería. Hábil o tonto, el parlamentarismo es de cerca, reforma capital.
invariablemente una cosa rastrera y equívoca. -Pero reforma técnica. Y el pueblo no es ningún gran téc-
• "Una Monarquía nacional rechaza naturalmente tales com- nico. N ó mira las cosas de cerca ... Al conde de París ni siquiera
binaciones. En Francia, el poder no debe hacerse oír más que lo escucharon, por muy lamentable que esto haya sido.
excepcionalmente: debe ser visto. Cuando se le ve, se le sigue; -Muy lamentable. M. Charles Benoist se ha dolido un día
Pero cuando habla, la gente se para, no entiende nada de sus de que su amigo Jules Lemaitre lo hubiera despojado de su
explicaciones, se turba, discute lo que dice y le abandona .. Constitución. Nosotros podríamos quejarnos también (si la idea
212 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
CON M. ANDRÉ BUFFET
213
monárquica no fuera patrin10nio de todos) de que M. Déroule
haya cogido al conde de París sus ideas sobre la preparación ' roienzos del affaire Dreyfus), el conde de París lo pedía y 1
las leyes. Cuando las Cámaras o el Gobierno necesitan una ley articulaba en 1885. i El príncipe estaba de vuelta de los me•
no son ellos quienes deben hacerla, sino que deben pedírse · nismos constitucionales de la Restauracié.n y del Gobierno 1
a los ,especialistas, a los legistas de profesión, es decir, al Co julio, mecanismos calcados sobre los ingleses, pero importa-
sejo de Estado. Este heredero de los Consejos administrativ os en un país que no tiene las instituciones y las costum-
del antiguo régimen trabajará conforme a las normas que se¡ res de Inglaterra!
indiquen, hasta tanto que sus dos clientes, el Gobierno y l "La concepción del conde. de París derivaba de la antigua
Cámaras, queden satisfechos de su obra. He aquí el medio- onarquía. Pero en ella se acordaban y conciliaban la polí•
el único-de evitar también las equivocaciones, las contradi¿ ·ca de un Ríchelieu con la de un Suger, la Monarquía republi-
ciones y los olvidos que abundan en el trabajo legislativo con, ·a.na Y comunalista de la Edad Media con ,el régimen unitario
temporáneo. ¿ Y era parlamentarismo esto ? • nacionalista de los Borbones: libertad civil y administra-
"¿ Y la descentralización? ¿ Acaso era parlamentaria la Mon:' tiva. Firme autoridad política. El Estado es dueño de los ne-
arquía, tan fuertemente descentralizada, del conde de París? gocios del Estado; las asociaciones locales, profesionales O con•
Acuérdese usted de su fórmula admirable: El Municipio libre ..,..: fesionales son dueñas de sus asuntos particulares.
- ... en el Estado libre, completo yo. No puedo retenerme de .· "¿Ha~_régimen más autoritario, es decir, más potente para
acabar el pensamiento y la frase de M. Buffet, porque se refiere Ja salvac1on y el progreso nacional?
a la cuestión que más me preocupa. Pero él prosigue : . "¿ Pero hay régimen más libre y más respetuoso de la con- I
-Sí, el Estado libre. ¿ Y qué quiere decir esto sino el Estado dición de los individuos? Estos hallan en la libertad y la vita-
fuerte, el Estado desembarazado del parasitismo parlamenta- lidad garantizada a sus agrupaciones respectivas todas las segu- I
rio, el Estado soberano en su fuero propio, emancipado del yugo ridades que puedan apetecer y todos los apoyos que necesiten.
anárquico de los diputados, controlado por ellos, pero no dozni•. · -Entonces, ¿ ¡vivan los municipios!? l
nado, el Estado libre y dueño de sí, la autoridad central úni- . -¡ Y las provincias y las asociaciones, y los organismos
camente subordinada al interés general? M. Judet decía un día de todo orden !-replica M. Buffet-. i Viva la Francia orga- l
en Le Petit Journal: nizada! Pero ¡abajo la r.narquía, es decir, la República!

Una lamentable tendencia de nuestra época consiste en man-


Y, como yo aprobase con todas mis fuerzas semejante con- 1
·.cepción gubernamental, M. André Buffet añade:
tener hasta lo insoportable las prerrogativas del Estado en los más
pequeños detalles de la administración, que lo hacen odioso, al 1
mismo tiempo que se le debilita por la cima en aquello que tiene de UN CESAR CON FUEROS
más esencial, de más necesario. Y sería precisamente el movimien-
to inverso lo que conseguiría nuestl'a unión, si fuéramos pruden-
tes Y previsores. Despojemos al Estado de sus minimos pero desagra- -Los nacionalistas no piden otra cosa en sus sueños más 1
dables privilegios, que no son más que tm instrumento de tiranía completos. Me han contado una certera frase que pinta su esta-
local en manos de funcionarios exagerados y omnipotentes, pero
apretemos más y más el haz invencible de las fuerzas que corres•
do de espíritu. Es de un nacionalista a quien preguntaban
cuál sería el régimen que él preferiría y contestó tranquila-
l
ponden a la misión superior del Estado y que le permiten garanti• mente: "UN CÉSAR CON FUEROS". Por César ,entendía una auto-
zar nuestra seguridad colectiva, nuestro orgullo nacional y nues• 1
ridad enérgica Y, por fueros, libertades comunales y provinciales,
tra grandeza exterior.
Pero este nacionalista hablaba español y latín 1. Hablando 1
"Lo que M. Judet pedía en 1897 (estas líneas datan de los l. En el texto francés se dice literalmente Un Oés,m· avec des fueros.
(N. d.et T.) 1
I
1
1
214 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M. A.c'IDRÉ BUFFET 215
francés, hubiera dicho, poco más o me nos, como e 1 conde de Pocas cabezas habrá más atrevidas y moderadas a la vez:
París: Estado lib1ie, Mu'Yllicipiolibre: "Créame usted-se complace en repetir-: hay que ser a la
"Municipios libres; vez práctico y teórico. Nunca me arredraré de pl~ntear un pro-
"Asambleas nacionales reducidas a su papel de re pres ·• blema en los términos más abstractos, pero procuraré siempre
tan tes, es decir, de controladoras. en. ·comprobar la solución del mismo ,en la experiencia. Aun en
"Un Estado lo más fuerte po~ible, es decir dotado de esta experiencia imaginaria que consiste en un ejemplo bien
jefe hereditario. . . ' escogido. Un ejemplo, si se le escoge y desenvuelve con preci-
"Este es el triple elemento de la Monarquía francesa." sión, es la contraprueba de todo sistema. Bien están las teo-
. rías, pero, antes de aplicarlas, asegurémonos ,d,e que no tie-
•nén •nada de impracticables." · ...
Lo acabado de su espíritu positivo tenía necesariamente
II
"que aumentar la simpatía intelectual que M. André Buffet me
había inspirado.
TEóRIGO Y PRÁCTICO Habíamos hablado ya de la esencia de la Monarquía ; aho-
ra teníamos que ocuparnos de las reformas que se requieren.
'l'r~s estas palabras, hubiera podido retirarme, porque, en Lo uno exige lo otro. Inútilmente se esperará ni,tlguna refor-
res~~~as cuentas, lo que yo había pedido a M. Buffet era una ma en tanto que perdure la República, pero querer traer la
defim~10n, Y acababa de dármela lo más precisa posible. El más :Monarquía y no querer ninguna reforma es como trazar un
autorizado de todos los lugartenientes del rey me anunciaba 0 triángulo y negarse a admitir que la suma de los ángulos es
me c?nfirmaba que la futura Monarquía nacional consistiría igual a dos rectas.
esencialmente:
1. º., En la herencia del poder, es decir, en su fuerza y· su "La primera preocupación del Rey será, naturalmente, ga-
durac10n paralelas a la fuerza y a la duración de la nación. rantizar el bien público. Desde luego, habrá que conservar, pero
2.º _En la eliminación del parlamentarismo, in(!omp;tible esta conservación se hará naturalmente. Por el solo hecho de
con la hbertad y la responsabilidad del Jefe del Estado . que habremos dejado de vivir en República y de que la Monar-
_3.º En la descentralización territorial, aclministrati~a pro- quía sea, de!!aparecerán multitud de cuestiones irritantes y de
fes10nal, moral y religiosa. ' arduas dificultades.
Yo ,n? tenía, pues, más que retirarme. Pero la seducción "Fijaos, por ejemplo, en ese grande y terrible problema de
del espmtu de M. Buffet es tal, que no es fácil renunciar a su la subordinación de lo militar a lo civil, que es mortal para
trato una vez que sz, ha penetrado en su intimidad. toda República. Esta cuestión sólo puede plantearse bajo la
República; bajo la Monarquía no existe siquiera, porque en ella
Mi estancia en Bruselas se prolongaba ... ,1i. m 1· primera
·- • •
v1s1- el poder político no está dividido, sino que se mantiene in-
ta al Faubourg Saint-Gilles, siguieron una segunda y una ter- diviso e indivisible, enteramente concentrado en el jefe del Ejér-
cera. ?ra, en el pequeño salón, frente a las efigies reales, ora cito, enteramente concentrado en el jefe del Estado, es decir:
en el Jardm, en, el que M. Buffet se entretiene en cultivar plan- en el rey. ¿ Objetáis acaso que el presidente encarna, entre
tas que, le e11v1an
. de Francia , no cesaba e'ste d e desenvo 1ver nosotros, el antiguo poder real? Sí, en la Constitución, en un
a~te _mi, en conJu~to y en detalle, tal como se los exponía al trozo de papel. ¡Pero de hecho!
P:mc1pe, que repehd~n:ente los ha aprobado, ciertos puntos de "Y, a diferencia de un soldado dictador o presidente, los
vista de su claro esp1ritu sobre la organización nacional. intereses que el rey representa no son exclüsivamente milita-
CON M. ANDRÉ BUFFET
217
216 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA

res. Es un soldado, pero no solamente soldado, sino ciudad · d está doblemente asegurac1a por la persona del príncipe Y""
li el sistema de sucesión hereditaria, los contribuyentes, cuan- ..
y el primero ?e todos ellos. Un rey de Francia puede perf
r les pide que acepten tal o cual sacrificio, tienen una doble
tamente hace:r:,que un civil administre sus ejércitos de tie se - . . , , , r
y mar, según costumbre del antiguo régimen, que no por e .. n:tía de que, una vez realizado este, se hallaran prac 1ca-
quedarán sometid.9s a un poder civil, toda v,ez que el Pod " ªte a cubierto de nuevas demandas. El Fisco no rodará por
en "d d .
supremo conserva su esencia militar, puesto que se vincula: 'ndientes fatales. Una voluntad soberana, una autor1 a v1-
la persona del rey. . , . -. estarán alerta para regularlo todo, moderarlo todo, y
encv,
"Eliminad· la República y automáticamente quedará elirni ra frenar cuando haga falta.
nado este prohlema, C01!, tantos otros de una gravedad no :tne. "Obtener concesiones en el orden fiscal sin alarmar por
a la opinión, garantizar la propiedad contra la revolución
nos amenaza~ora. La Monarquía es la paz pública. Esta paz 0
hace posibles todas las reformas. ¿ Qué digo? Las necesita para cialista que la amenaza, al tiempo que se obtenga de ella
sostenerse." a equitativa aportación que haga falta; interponerse, nego-
Cierto día este punto de vista tuvo una singular precisión, ciar sin tregua entr,e el pobre y el rico, el que tiene y el que
tiene, para obtener del primero lo que puede ceder de grado
0
para dar satisfacción al segundo en la medida de sus ne- 1
LA MONAR,{JUIA REFORMADORA cesidades, ¿ no es esto la obra maestra de toda política fiscal?
pues sólo la Monarquía puede realizarla. 1
"Sí-dijo M. Buffet-. La Monarquía es esencialmente re~: ,. "¿Prefiere usted que pasemos a otro orden de cosas, a
formadora. Sólo ella lo es. Pero ¿ se da usted cuenta de por• otros ejemplos?" 1
qué? ·
"Yo no ceso de pensar para mis adentros en la mayor de las INCAPACIDAD DE. LA REPúBLICA PARA DESCENTRA-
ventajas de la Monarquía. En razón de que• perdura y hace LIZAR
perdurar las cosas a su alrededor, en razón de que garantiz~
con toda su fuerza las leyes que necesita promulgar, puede mos- "He seguido con una curiosidad que usted puede adivinar la
trarse osada y, en alguna medida, aventurada, sin grandes gran encuesta sobre la descentralización, empezada· y 11:'vada a .!
riesgos. • feliz término en el ·transcurso de este invierno y esta pnrnavera
"Fíjese usted bien en lo que estamos viendo en materia de, por el periódico republicano más antiguo, Le National.
impuestos. La menor reforma asusta. ¿ Por qué? Porque toda "Lo primero que me ha sorprendido ha sido una cosa. Parte
medida parece anunciar otras medidas dirigidas en el mismo de los homb!'es políticos interrogados sobre la necesidad de
sentrdo y porque nunca se sabe en dónde se detendrá el poder ampliar los poderes de los consejeros locales o de crear grandes
una vez puesto a vesbalar por la pendiente que sea. El poder circunscripciones más o menos autónomas, han respondi_do con
republicano es débil por definición, es limitado y cambiante, es una especie de indignación, como si se les hubiera invitado a
irresponsable, porque es colectivo. L0s límites que establece, despedazar la patria. Tal indignación puede ser exagerada o
las barreras que levanta no tienen nada de fijo y cambian sin fingida. ¿ Pero quién no ve que, estando bajo la República, es
cesar. Está en su naturaleza el que los arrasen fuerzas irre- decir, sin un jefe permanente, la prudencia patriótica se sentirá
sistibles. Es un sistema de gobierno que va siempre más lejos en el deber de descentralizar con mucha más tacañería de lo
de donde quiere ir: sus menores inclinaciones resultan temi- que cabría osar bajo un régimen monárquico? Sólo un _rey,
bles. Totio es en él peligroso y sospechoso. Por tanto. nada hace. Ún poder estable y hereditario, puede responder de la umdad
"Por e( contrario, en una Monarquía, en la q~e la estabi- de la patria ...


218 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M. ANDRÉ BUFFET 219

"Por nada del mundo, un rey de Francia dejaría co términos· o dejarse atrofiar por la centralización_ Y
htre es t os . d
·• prometer la obra de sus más antiguos predecesores. Su mis . víctima de una congestión parisiense, o, en e] caso e
razón de ser, su función capital, consiste en sostenerla. orir una descentralización suficiente, exponerse a profundas
btener .
existe para velar por Ia integridad de esta obra. Pero, mientra duras que podrían tener como consecuencia una ver-·
esgarr a
exista, puede, en cada momento adoptar las medidas que ell dera guerra civil.
exija, y por esto, tiene la posibilidad de conceder cuanto quiera ·ª "f:/' no se quiere que Francia perezca asfixiada, hay que des-
Las numerosas franquicias que desde su altura pueda 'tito~ . "\·zarla pero hay que conservar la centralización si no se
centra i , Y t l
gar suponen, por parte de quienes se aprovechen de ellas, e i . estar temblando por la umdad francesa. o no engo a
constante reconocimiento del poder unitario, personal y rea quiere b - ·
·• o-racia de ser republicano, pero, si lo íuera, no sa ria como
que las defiende, las otorga y las garantiza. Si surg,e un peli- deSo • · l
Urme de esta dura alternativa. La Monarqma nac10na con-
gro nacional, se desvanecen naturalmente, o, por mejor decir, ; :~ia fácilmente ambos términos, pero sólo ella es capaz de ha-
siendo, como son, una expresión natural de las variedades na-
cerlo, . .
cionales, ceden ante la necesidad suprema de salvar a la nación. _ ·· "Un rey puede a la vez mantener la unidad y afloJar las
Jefe del Ejército, órgaIJ.Ovivo de las necesidades del bien pú- , • ndas a las variedades nacionales. Tiene bastante fuerza para
blico, el rey no ha de hacer más que dar una señal, y todos los ; r1e .
. defender aquélla y salvar éstas de sus prop10,s ex~esos.
poderes de Francia se reconcentran en su mano. : "Francia es la obra política de la Monarqma. Sm rey-usted
Una República, menos dúctil y también menos fuerte, está lo ve-corre el riesgo de asfixiarse o de romperse en veinte
obligada a adoptar en tiempo de paz las mismas precauciones ;
· pedazos." . ., . •
que en tiempos de una guerra europea; bajo su imperio, los y 0 guardo silencio, por no hallar obJecwn posible. M:. Burfet
ciudadanos viven en un perpetuo estado de sitio. ,Es fatal,
continúa: .
pues, una descentralización parsim•miosa y más verbal que "Por lo que hace a la segunda hipótesis, estoy tranquilo
auténtica. Pero una descentralización así de ficticia, ¿ bastaría ¡porque Francia no morirá de una_ descentr~lización, cierta-
acaso a ese país excesivamente concentrado, excesivamente en- mente! Los republicanos se guardaran muy b!en de desce~tra-
cuadrado, excesivamente reglamentado que está ahogándose lizar. Aunque quisieran, no pueden hacerlo. vea ustec., s1 no,
por todo este modo de vivir? los lamentables fracasos de las Comisiones instituídas por
"No lo creo. Es preciso hacer una amplia descentralización 1 • MM:. Ribot y Barthou.
De modo que la Francia republicana no puede escoger más que "No pueden descentralizar porque no existen, perduran Y
gobiernan más que gracias a la centralización. En efecto, todo
l. Durante una de mis últimas visitas, M. André Euffet, volviendo
• a este tema capital, me enseñó en el mismo National las conclusiones del
poder republicano nace de la elección_ ~• si quie:'e mantenerse
primer Congreso de la Federación regionalista frances,a que acababa de en la elección siguiente, el el,ecto, mm1stro o diputado, nece-
celebrarse en París (julio de 1900) bajo la presidencia de M, Charles sita tener bien cogido a su elector. Y ¿ quién tiene cogido al
Le Goffic, el con0<:ido escritor bretón. De las discusiones parece des-
prenderse que hay que establecer el acuerdo para un programa mínimo elector? El funcionario. Y ¿ quién tiene cogido al funcionario?
de cierta limitación. El pronóstico de M. Buffet resulta, pues, comproba- El ,elegido, ministro o diputado, mediante la cadena adminis-
do una vez más. Pero, a pesar de ser un poco desvaídos, ciertos pro- trativa. Descentralizar la administración equivale, pues, a cor-
gramas desarrollados en el primer Congreso comportan detalles peligro-
sos, tales como la capitidism'nución política del distrito; y no se hará tar en dos o tres trozo!'! esta cadena de seguridad, es devol-
obra rle descentralización serla empequeñeciendo el distrito, destruyén- ver al funcionario una parte de independencia y al elector la
dolo en provecho del cantón, sino, al contrario, dándole desenvolvimien- libertad correspondiente. El ministro y _el diputado pierden así
to, como me ha.cla observar M. Anclré Buffet, de acuerdo con las auto-
ridades competentes en este asunto : el poeta Mistral, el geógrafo P. Fon- sus instrumentos electorales. Puede usted estar seguro de que
cin, M. Frédérlc Amouretti, M. Jules Angot des Rotours, etc. no renunciarán a ellos más que a la fuerza. Nunca prescin-
220 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M, ANDRÉ BUFFET 221

dirán, por su gusto, del funcionario-criado. Estas gentes n C iza la afición al funcionariado, hace que se abandone, se
·
ningunos · 'd as.
smc1 os {,;ida y se venda la tierra, qué se la liqnide, en una palabra.
"Confiese usted que la Monarquía hereditaria, libre del 'u,pruniendo al propietario terrícola, suprime la más impor-
de la elección, tendría para esto otras facilidades. Tend ~u .·nte de las fuerzas sociales y naciom.les.
posi'b'l'd
i i a
d d e descentralizarse. El interés nacional v po ria "El Manifiesto de San Remo demuestra cuán grande es la
· · t , ., reo licitud del príncipe para estos problemas. El duque de Or-
s1gmen e, su interes propio se lo impondrían a las claras
mo un deber." e eans sabe que la fuerza de Francia radica, como él dice,
Y diciendo esto, M. André Buffet se quedó pensativo. "Des, n la iiicorporación del individuo al t.erruño. El mejor medio
centralizar ... Esto es tan importante hoy como pudo serl e restaurar esta completa unión del ciudadano y de la propie-
· l o XII, con t n'b mr
el s1g · a l a constitución
. de los Municipio s,o,. en en ad territorial consistiría, a mi entender, en convertir ésta en
el xm, reglamentar la vida corporativa; en el xvn, humillar a •unindividuo. La tierra ha de tener su personalidad moral. No
, 1 la casa de ... 4.ustria y, en nuestrns dí~Q l"Ar-"11q11i<::!to::1r .,,...'1.esl
...... :se trata, no, de otorgarle privilegios y derechos, sino de pro-
- ........
...,, ....
'"''"'..,...... ........O,J......... ... O
Mosela y nuestro Rhin. Descentralizar = reconstruir a Franci¡;,: teger su vitalidad. Suprimiríase aquel artículo del Código que
establece que nadie está obligado a aceptar un indiviso. El jefe
.de familia podría, sin amenguar la herencia de ninguno de sus
LA VIDA LOGAL.-LA PROPIEDAD.-LA FAMILIA hijos, legar a uno solo su autoridad sobre la tierra y, así, sólo
el nuevo jefe de familia podría solicitar que el proindiviso ce-
"Usted ,es del Midi y yo soy del Este, pero, sobre este sara. Voy aún más l,ejos, con lo que emparejo con aquellos ami-
punto, am~os tenemos necesariamente las mismas ideas, pues- , gos nuestros que preconizan la libertad de testar. Si no admito
to que, baJo formas muy diversas, hemos presenciado las mi_ esta libertad para la trasmisión de toda propiedad mobiliaria,
mas caiamidade~. Hay que reconstruir una vida local. Hay q:e ni siquiera para los inmuebles desprovistos de valor moral y
político, en cuanto se refiere a la tierra yo quisiera que todo
rehaoer la prop1ed~~ terrícola, condición de la vida local. Hay
•,]Uerehacer la familia, de la que depende toJo. jefe de familia tuviera el derecho de legar a uno solo de sus
hijos, no sólo su autoridad sobre una finca indivisa, sino hasta la
"Para rehacer la familia, algunos monárquicos se conten- entera propiedad de sus Uerras. Yo quisiera que se restable-
tarían con establecer una absoluta libertad de testar. y O no ciera en este aspecto y en este sentido el derecho de susti-
soy de su opinión. tución.
"Esta libertad ha desaparecido de las costumbres. Nues- "En efecto, la. propiedad rural no es sólo una riqueza indi-
tros padres de familia pueden disponer de una parte (la cuar- vidual, una fortuna personal, sino que, como ha dicho el poeta 1,
ta, por lo menos) de su fortuna, y son pocos los que usan de "es grandísimo honor poseer una tierra".
este de~e~ho. Y, si se usara mucho, me temo que, en vez de "La propiedad rural es una institución política y me atreve-
reconshtmr con ello la familia, se la destruyera sembrando en ría a decir que es bien y capital nacional. A este título merece
su seno toda clase de divisiones. No debemos enemistar a los que la ley la defienda, la proteja y la fortalezca. Note usted
hijos de un mismo padre por unos deleznables intereses ma- que no había de haber en esto ningún equívoco. Todos verían
teriales. la cosa tal cual es. El propietario rural comprendería fácil-
"Con todo, si bien veo este hecho, advierto asimismo los mente que no se trata de favorecer, de mejorar, ni de perju-
desastr?sos_ efectos de la legislación vigente. Nuestro sistema dicar a ninguno de sus hijos, sino de asegurar la integridad de
sucesorio tiene c~i_no con~ecuencia el pulverizar la propiedad
y hacer que los h1Jos se sientan ajenos a su patrimonio, gene- l. CHARLES DEl P0MAIROLS, Regards intimes.
222 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M, ANDRÉ BUFFET 223

una fuerza local, de perpetuar las familias, los nombres, los p


trimonios-tanto moral como materialmente-. UNA POL!TICA REAL: LOS.OBREROS AGRiCOLAS
"Estoy pensando, sobre todo, en las pequeflas fincas rura
les. Cuando la división no las ha castigado demasiado, sus pro· --Pero, para lograr esto-digo yo a M. Buffot-, más que
pietarios, conocidos como tales desde varias generaciones, son la instauración de una Monarquía es precisa la intervención
los más importantes, los más considerados del pueblo y de la personal del rey.
comarca. Un Gobierno digno de este nombre se apoyaría en ., -¡Pero esta intervención no podría faltar! Le respondo de
esta fuerte raza autóctona que, en vez de combatir su influen~• ello-repone sonriente.
cia, no desperdiciaría ocasión de distinguirla y honrarla. "El señor duque de Orleans está especialmente resueito a
"En cuanto a los grandes propietarios, la Monarquía fran~ ¡a, defensa de los intereses rurales. El discurso de San Remo,
cesa no se contentaría con predicarles la residencia, sino que · que hay que leer una y otra vez, anuncia claramente una polí-
se la impondría como un puesto de honor. El rey Luis XIV fué tica terrícola, una política campesina, una política de influencia
el primer causante de la disolución monárquica al centralizar niral, orientada ,en el sentido del renacimiento agricola de
absorbiendo y desarraigando; procuró destruir toda influencia . nuestras provincias. Para este renacimiento se tentarán todos
que no fuese la suya y, para acabar con las ajenas, atrajo a los medios: estímulos de mil clases a nuestros productores, ri-
los grandes del Reino a su corte. En cambio, las personas guroso castigo de los especuladores parásitos .•.
caídas en desgracia eran invitadas a retirarse a sus tierras, "Los Sindicatos agrícolas, las Cajas de crédito agrícola ha-
con lo que vivir lejos de Versalles tenía la apariencia de haber llarán en el rey de Francia una enérgica protección. Pero a los
caído en desgracia. Yo quisiera que la Monarquía empleara el judíos entregados a un escandaloso tráfico de las propiedades
sistema opuesto: el del destierro en la Corte." se les parará los pies en este saqueo mediante una exacta le-
André Buffet se para un instante. Con el índice en alto, la gislación. La tierra francesa se ligará a familias bien arraiga-
cabeza erguida, repite la frase: -Sí, el destierro en la Corte. . das al terruño. También el trabajo de la tierra, hoy precario
"Sería, en efecto, de la mayor importancia el que se supie- y aventurado, se hará estable.
ra en la Monarquía de mañana que, si el pequeño vizconde que, "Desde que el propietario ha dejado de residir y de gastar
para su entretenimiento, no repara en daños, ha sido llamado sus ingresos en sus propias tierras, no se emplea al jornalero
a París, es para que deje de dañar al prójimo. nada más que para trabajos de utilidad inmediata y sólo en las
"En provincias, la independencia, o, lo que es lo mismo, lá épocas de los grandes trabajos rústicos. Caído así en la cate-
autoridad y la confianza del rey. En la Corte, la desconfianza, goría de una mercancía cualquiera, el trabajo de los campos
la vigilancia del soberano, la reducción a la impotencia de soporta pesadas holganzas. Puede decirse que un jornalero
dañar y (salvo ciertos casos muy concretos) un a modo de agrícola está parado de ciento cincuenta a doscientos días al
estar en desgracia ... año. .
"Que el rey de Francia hiciera algunos escarmientos de este "Unas costumbres nuevas que impusieran la .residencia al
género y el abandono de la vida rural no tardaría en parecer ante propietario y restablecieran la comunidad de infer(!'Ses entre
la opinión pública un verdadero venir a menos moral. Todo el el patrono y el obrero harían que éste volviera a ser un colabo-
mundo vería en la deserción de las comarcas una abdicación rador, como lo fué antaño, no lo que es hoy: un proveedor me-
política. Por ganas de agradar o por pundonor, gran número de cánico. Renacería la confianza recíproca. Las dificultades irían
desarraigados voluntarios volverían así a sus casas solares." a medias. Uno ayudaría al otro. Habría un mutuo socorro.
Gran número de males, consecuencia del absentismo, se reme-
diarían fácilmente. La vida rural volvería a ser cómoda y agra-
224 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M. ANDRÉ BUFFET 225

dable no sólo para los pequeños propietarios, sino para los umenta sin cesar y resulta cada vez más desastrosa. Si
e a . d
mos asalariados. La vida de los campos reflorecería de nuev logra detener dicho éxodo, se detiene, a la vez, el aument~ e
"De esto-fíjese usted bien-derivaríase un resultado competencia entre los.trabajadores. Se ofrece menos trabaJo y
primer orden, y es ~ste: que el éxodo de los campesinos a l pide más, con lo que el precio del salario crece natural-
ciudades se detendría." ente. De la restauración del campo depende, como usted ve,
Al llegar a este punto, no supe retenerme de pedir a r.o.o~ suerte del habitante de las ciudades: desde este punto de
sieur Buffet que hiciera llegar al príncipe mi respetuosa fe ista, hemos vuelto por completo a los tiempos de Sully, cuya
citación. El régimen contemporáneo desconoce al obrero de · olítica acaso tenía algo de bueno.
campo. ;Bajo la República, nadie se ocupa más que del obre "Sé perfectamente lo que van a decir. Si el campo cesa de fa-
ro urbano. El campesino es un paria. Salvo en período elec- cilitar ,nuevos contingentes obreros, vendrán fatalmente otros
toral, no se tiene para él más que desdén. Él no es pueblo. El del extranjero. -¿Fatalmente? Habría que verlo. Si esta afluen-
pueblo es el obrero de la gran industria. Hasta los funciona.; cia amenazara al trabajo nacional, se empezaría por nivelar la
ríos que enseñan economía política se hacen cómplices de los competencia entre el productor extranjero parásito de nuestro
políticos a este respecto; para ellos la clase de los consumido- ..m~lo v el productor indígena. Y, si el acceso de exóticos con•
res, que es la única que goza de la benevolencia de dichos ca- :,;~~ar;, podrían tomarse las medidas de protección necesarias."
balleros, no la forman más que los obreros industriales y de ,· -Esto--dije yo--es un comienzo de socialismo, o, por lo
núcleos urbanos. El campesino es tratado como si no con. menos, de proteccionismo o intervencionismo. ¡ Qué dirán nues-
sumiera o no fuese más que un animal de producto ... tros librecambistas! •
-Esta gran injusticia me ha indignado siempre-contes- -Estas palabras terminadas en ismo-replica M. Buffet-
ta M. Buffet-. No obstante, no debe darse pie a que adversa- .•sen las más vacías del mundo. Las gentes se matan por ellas
rios de mala fe digan que la política del señor duque de Orleans y, si se las analiza de cerca, se descubre que casi nunca corres-
'l sacrifica la industria a la agricultura y abandona a los obre- . ponden a ninguna realidad. La Inglaterra librecambista tiene
ros para favorecer a los campesinos. Vamos a ver cómo la la aduana más feroz del universo... En muchos casos, esta in-
verdad es muy distinta. tervención del Estado, que es costumbre condenar, constituye
una simple medida de humanidad, sin la que la vida resultaría
casi imposible.
L,A POLITIOA REAL: LOS OBREROS INDUSTRIALES.- "•Quienes no se pagan de palabras tienen en cuenta que las
LA ASOCIAClóN cuestiones llamadas sociales, económicas o morales se reducen
casi siempre a una cuestión política. Así ocurre con el problema
"Porque, en realidad, la política monárquica se aplica a tra- de la intervención del Estado. Lo que vale el Estado que
tar estos diversos problemas contemporáneos siguiendo un rigu- interviene, vale su intervención. Esta resulta absurda y de-
roso método Gientífico. Si empieza preocupándose del campesino, sastrosa si el Estado vive entregado a las competencias y su-
es, entre -otras mil razones, porque no hay ningún otro medio bastas de la demagogia o si vive enfeudado a los explotadores
para llegar al obrero. cosmopolitas de la nación.
"No se puede mejorar la condición de los obreros si no se "Puede, por el contrario, ser bienhechora y útil si el Esta-
mejora previamente la condición de los campesinos, porque el do, emancipado de la finanza internacional, está por igual libre
malestar de los campos hace que afluyan a las puertas de las de la tiraní_a caprichosa de las turbas y de sus cortesanos.
ciudades verdaderos ejércitos de nuevos aspirantes al trabajo
industrial, y estos recién llegados ocasionan una competencia "Una Monarquía nacional realizará en estos dos aspectos la
15

l
r1
!
226 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M, ANDRÉ BUFFET 227

plena libertad del Estado, el cual, siendo perfectamente libre pu ·•a. y si resulta ventajoso (ya todo el mundo está de acuerdo en

de, a mi entender, en algunos casos (yo no digo que deba hacer¡ !lo) el devolver este servicio, sea a los municipios, sea a la cor-
siempre) intervenir en los conflictos qel capital y el trabaj oración universitaria autonomizada, no hay razón ninguna
sea en su calidad de juez, sea como jefe de la policía nacion ara hacer que el Estado asuma tales otros servicios ruinosos.
Prevenir ciertos males y reprimirlos todos, me parece que so porque los obreros sufrirían las consecuencias de la ruina del
las dos funciones del Estado. Estado más aún que los capitalistas.
"El derecho de los obreros a la huelga es indiscutible, pero "El papel del Estado consiste en estimular lo mejor que
tienen otros derechos más 13ue el de holgar. Tenen un derecho ueda los esfuerzos de las asociaciones mutualistas para la or-
no menos real y menos respetable a que no se les excite, se ganiz~ción de los retiros obreros. La República, a través de
les explote y se les engañe por agentes ajenos a su profesión.'. sus oradores, inunda estas asociaciones de buenas palabras,
El noventa y nueve por ciento de las huelgas actuales son de ,pero las retiene bajo una severa tutela. La Monarquía, en cam-
orden político y no económico: todo fautor de desórdenes p0 • · bio, las emanciparía.
líticos en la esfera económica debería sufrir un castigo ejem.. "El señor duque de Orleans s,e propone, en.efecto, exhumar
plar. Porque una de las funciones del Estado es defender de · v seguir en este orden de cosas las grandes ideas del conde de
los perturbadores la pujanza, la autonomía y el progreso del : Chambord y del conde de París. Es preciso que el obrero halle
trabajo nacional. Pero otra función le es propia y es corolario en la asociación un principio de resistencia, de seguridad y de
de ésta: velar por las condiciones generales de la salud y el des- progreso legítimo. Pero sólo la Monarquía puede favorecer ple-
• ::!rrollo de la raza. Y, cuando estas condiciones generales se ven ' namente la asociación. Una República no puede mirar las aso-
hmenazadas, debe intervenir. . ciaciones sin un movimiento de inquietud y hasta de alarma, y
"La limitación de las horas de trabajo para el niño se com- ello ha de ser necesariamente así: "Las Repúblicas necesitan
prende perfectamente, pero no la admito para el obrero adulto, ejercer sobre 7,as asociaciones cuyo carácter no es exclusiva-
cuya dignidad ofende y cuya actividad detiene. Los obreros ·. . mente comercial una vigilanoia más estrecha que las M onar-
franceses no merecen que se les haga así de menos. Ellos mis- ". . quías." Estas palabras son de un republicano, M. Eugene Pie-
mos perciben que en esto habría para ellos una temible dismi- rre, secretario general de .la Pvesidencia de la Cámara de los
nución moral y económica. diputados. La República es, en efecto, un poder colectivo y débil
"Por lo demás, estas intervenciones directas deberían ser y teme a todo otro poder colectivo que tiende a dominar, so-
lo menos frecuentes posible. El Estado ha de descargarse lo más bre todo CUl:!,Ildo,como en el caso de las sociedades obreras,
que pueda de todas las funciones de este género de las Asociacio- este 1luevo poder procede de las masas profundas de la na-
nes profesionales, morales y religiosas, a las que vigila y controla ción. Los jefes de una república se dirán siempre -¿ Y si, al
desde muy alto, pero dejándolas obrar a su guisa y siguiendo asociarse estas gentes, fueran a concertarse para dejar de
sus inspiraciones espontáneas. iEl sueño de ciertos demócratas, votar?
el de los socialistas de Estado, consiste en hacer asumir al "Inquietud ésta perfectamente extraña a la Monarquía, ya
Poder central una carga creciénte de funciones y deberes: que el príncipe hereditario está por encima de los caprichos de
todo lo transformarían en servicio público. Por el contrario, ins- la elección, por lo que no puede temer a las asociaciones más
pirándose en el principio de la desc,entralización, la Monarquía que a part'tr cteí momento en que pudieran resultar" peligrosas
1
restringe cada vez más el número de los servicios de esta clase. para la pública tranquilidad."
Transforma en provecho de la iniciativa individual. y en favor
de las asociaciones y comunidades, ciertos servicios que el Es-
tado retiene inútilmente hoy. Por ejemplo, la insttucción públi-
228 ENCUESTA SOBRE LA ~.'IONARQUÍA CON M. ANDRÉ BUFFET 229

tatolicismo. Si hubieran obed~cido, como se les instaba a q~e


L.;1 POL1TICA REAL: LIBERTAD RELIGIOSA. Y · o hicieran, tal vez la Iglesia estuviera• perdida en Francia,
1 .
SóFICA orque, en adelante, se la hubiera representado como a msa-
p
ciá.ble ·
dominadora dl"..
e as conciencias que gana 1os corazone s
Engolfado en el gran tema de la asociación, M. ' • después los espíritus para llegar a la tiranía más perfecta.
prosigue: ~elizmente, ha habido grandes obispos que han contestado a.
"Esto se hace particularmente patente en materia de aso.' los dignatarios romanos su Non possumus. Felizmente, lo mejor
ciación religiosa. Las Congregaciones y, de un modo más general · del clero, lo mejor de los fieles han sabido mantener sus de-
la Iglesia hacen que la República no pueda dormir tranquil; . rechos. Lo mismo que en Alemania en tiempos de Windthorst,
No hay preocupación mayor en la República que la de impe. Íos monárquicos franceses, tan generosos como prudentes, han
dir las intromisiones del clericalismo. Se pone en ello todo el · sabido salvarse, y con ellos salvar a los suyos, del reproche
celo posible, pero la antigua Monarquía hacía menos ruido y de servilismo político. Nadie podrá escribir en adelante que
conseguía mucho más. los católicos de Francia son súbditos de un soberano extranje-
ro. No tenemos otro soberano en la tierra que el nieto de
"No tengo ningún reparo, yo, católico, y católico practi- san Luis, no tenemos otra patria terrestre más que Francia."
cante, en recordar la política anticlerical de la Monarquía des. Y, sorprendiendo en mi cara una sonrisa de placer, M. Bu-
de San Luis hasta Carlos X. Aquella Monarquía nacional era ffet añade:
religiosa y respetuosa del derecho de asociación. Manteníase "Por lo demás, no crea usted que esta pobre tentativa de
muy por encima de las innumerables comunidades locales 0 adhesionismo nos haya indispuesb en lo más mínimo con la
morales que constituían la vida del país. Pero no soportó nunca Iglesia. La mayor parte de los monárquicos son católicos fer-
no digo ya una usurpación, ní siquiera la sombra de una usur~ vientes, como lo fueron el conde de Chambord y el conde de Pa-
pación en sus prerrogativas temporales. rís v como lo es también el duque de Orleans. Los católicos son
''Vea usted, en contraste, la República. Grosera hasta la harto modestos cuando piden la igualdad política, porque tie-
insolencia con los obispos sucesores de los Apóstoles, hostil y n3n derecho a un trato privilegiado, siendo, como son, en Fran-
quisquillosa con los monjes y los religiosos de cualquier clase dé cia, los más, los más antiguos y los más interesados en el des-
hábito, la República ha tolerado no obstante ... ¿ qué digo?: ha envolvimiento interior y exterior del país.
deseado, ha provocado, ha negociado y mendigado de la Curia "La Iglesia católica tiene, por derecho histórico y por de-
romana una intervención que el más débil y timorato 1ie los recho nacional, un privilegio manifiesto sobre las otras confe-
príncipes de la Casa de Francia no hubiera aguantado ni si- siones. No hay motivo para envidiarle ninguna prueba de
quiera en pensamiento. La Santa Sede ha sido invocada en los honor y de dignidad que se le· tribute. A falta de fe, impon-
asuntos de Francia no para lo espiritual, ni siquiera para de- dríase una tradición de respeto aun a los monárquicos no cató-
cidir en algún punto litigioso que participara de la disciplina licos. ¿ No es así?"
eclesiástica y del derecho público, sino para disponer sobera- En vez de asentir, me pareció útil preguntar, al llegar a
namente d,el deber político, del deber civil de los católicos este punto, tan seriamente como hubiera podido hacerlo el
franceses, en cuanto católicos y en cuanto francése~. mismo M. Ranc,. si lq,s no católicos, principalmente los paga-
11
A mí me sorprendió, casi tanto como la docilidad de· cier- nos, los ateos, panteístas o positivistas, no serían quemados
tos católicos, la tranquilidad republicana y la indiscrt::,ción ro- públicamente bajo el reinado de Felipe VTII.
mana. Y creo que los monárquicos, con su actitud deferente, -No lo creo-replicó con no menos seriedad M. André
pero intransigente, han salvado en Francia el porvenir del Buffet-. Hasta estoy seguro de que el Estado reclutará sus
230 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
CON M. ANDRÉ BUFFET 231
funcionarios entre los franceses de cualquier creencia. ¿ Q
uno de aquéllos cumple .con su deber? ¿ Tiene en su esfera los ta. a ntaño los respetuosos, los te~bloroeos servidores de la
roarquía nacional eran ellos.
.. Usted sabe de soblra a an t'ipa-
lentos que hacen falta? Pues el Estado no tendrá por qué sa
:npersonal, fundamental y, por así decirlo, física, que esta
lirse de este terreno. Buena o mala;" la faquisición religio •·
que los veyes de Francia no aceptaron nunca, supone una u:'?. entecilla inspira al señor duque de Orleans: pues, a pesar de
Íl éste se ha declarado enemigo de las querellas de raza Y
de conciencia que se h~ perdido. El rey de Francia no pe.
º~eligión. Nada de vio;encias inútiles. ¿ Para qué? Lo que
drra a los franceses otra umdad moral que la que se deriva d
civismo y del patriotismo. e,1 'e falta es abolir el régimen anárquico y cosmopolita de los
haCe
•udíos, y no colgar o despedti.zar a algunos pobres ( ¡ o ricos.
. ')
-P,ero, interrumpo yo, ¿y las confesiones que precisarnent
·ablos.
alteran este patriotismo, falsean el sentimiento cívico y fo~
mentan un estado de espíritu anárquico? "Vaya, que bastará con una buena ley sobre la tierra, una
exacta policía económica y financiera y, sin duda tambi~n, con
-En este caso, tales confesiones se hacen culpables de u · a revisión completa de los i,egistros de empadronamiento Y
'
crimen, pero d e un crimen
. d e derecho común. Por ejemplo: han
: las cartas de naturalización. ~os bandid~s ~udíos pas~rán
habido protestantes que se han portado muy mal durante el por el tamiz en su calidad de bandidos, y los Jud1os extranJeros
affaire Dreyfus. Pues por dreyfusianos es por lo que se les .en su calidad de extranjeros. •
hubiera podido perseguir. Pero no echemos en olvido los her-
mosos ejemplos de firmeza y patriotismo dados por el coman.
"Dejemos esto: la cuestión judía es, ciertamente, una cues-
dante Lauth o por M. André Lebon, protestantes ambos, en
tión económica y étnica y se regulará desde este dobl~ punt?
sus deposiciones de Rennes y del Tribunal de casación. Uno y
de vista. No tiene nada de cuestión religiosa, ~oral m :filos?-
otro supieron despojarse de las pasiones de su secta para cwn.
plir, respectivamente, su deber militar y su deber civil. . fica. Filosófica, moral y religiosamente, todo es digno de co~si-
deración, porque en este momento hay de todo: en la concien-
-Pero ¿uo sería conveniente que, por lo menos, el Estado cia francesa coexisten las ideas más diferentes. No hay que
vigilara unos grupos religiosos tan proclives como lo es este
a la anarquía revolucionaria? ... hacer más que dejar que el tiempo haga su obra, no sin con-
ceder una preferencia muy natural a las ideas filosóficas !
-LEl Estado vigila a todo el mundo: esta es su primera re- morales que unen a los hombres y facilitan las funciones po_h-
galía. Lo ve todo y lo sabe todo, y por lo mismo puede sacar ticas y nacionales del Estado. Así lo exige la naturaleza nus-
buen partido de todos. No olvidemos esta moraleja del gran ma de la Monarquía.
siglo:
"En cuanto a las disposiciones personal,es del señor duque
El Monarca prudente y sabio de Orleans, esta anécdota se las aclarará a usted: Un tren
de sus menores súbditos sabe sacar provecho muy mañanero, el tren del destierro, acababa de deja~e todo.
y conoce los diversos talentos: soñoliento en Bruselas. Un periodista belga me abordo en la
Nada es inútil a las personas de seso. misma estación y allí mismo me tomó unas declaraciones. 1/sted
comprenderá que, en semejante estado y a aque11a hora, ,no
-¡Bien, bien!-digo yo-: ¿y los judíos? puse ·mucho cuidado en sopesar los térm~os de a_quéllas. A~
-Los judíos-contesta M. André Buifet, ~~yos .negros ojos día siguiente, leyendo mis palabrgs, ya bien despierto, sentí
brillan de ingeniosa malicia-, los peores judíos pueden servir cierta inquietud y temi haber exagera?-º• por mi crudeza de
a su modo. · lenguaje, la tolerancia religiosa del señor duque de Orleans.
"La República se ha convertido en su respetuosa servidora Pero apenas había llegado a Londres a ver al príncipe, cuando
' éste me habló de mis declaraciones para felicitarme por ellas.
232 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA

Entre tres
..
o cuatrotientos recortes de periódicos que se había
CON M, ANDRÉ BUFFET 233

hecho leer, había conservado precisamente aquél. :. ntra tan mal administrada es porque unas institucio-
encue · · en
·es detestables han impedido a unos hombres, a :7eces emm •
"-¡Está m.uy bien!-decía al tiempo que releía el artículo-
Al fin se sabrá que yo haré respetar las convicciones de todo ; e bien intencionados, que dieran toda su medida Y tod? ~l
tes y d.rían dar Lo que más me pasma en la Repubh-
no hay otra d·ist·inciónque 'la, de bu,enos y malos franceses, 8 fruto que po : . __ . , _ tal t . ha dado
"El positivista Ritti, que ha fundado, en contra de las ca- • es la espantosa dllap1di:1.dOu de .en.os a qu~ .
ca treinta años Se han gastado en vano -energ1cas vo-
pillitas más o menos científicas y literarias, 1.1.n"a
"Liga para la. 1ugar en · F · n ha
defensa de la libertad espiritual", podría, como usted ve, contar .Juntades Y brillantes Y sólidos pensamientos:
,,, i rancia o
entre lo.s suyos al joven jefe de la Casa de Francia. sacado, ni podía sacar, nada de ellos •

La "Liga de 1,a Patria francesa"


LA POLITICA REAL: SU PERSONAL
". Qué lástima que ios hombres de la Patrie Franpaise no
haya~ comprendido esta verdad! Sin duda, ti~n~~ razo~ _c~~~C:,
-Entre· las normas que el señor duque de Orleans se en- . d . quieren expulsar al personal dreyfusante, JUCllO Y mc:1.:su11
contró, en cierto modo, en su cuna, aquella que acaso le es más q:e deshonra Y traiciona a Francia. Pero andaríail me~os acer- 1
grata de todas y que ha heredado del conde de París, que a tados si no advirtieran que el personal renovado estara expues-
~u vez la heredara del conde de Chambord, se resume en este to, por la fuerza de las cosas, a culpas que acaso sea? pe?res. 1
axioma: ". Pero de veras no lo advierten? ¿La alta Y fina mtehgen-
"No hay ni debe haber un partido monárquico."
. d¿ un Lemaitre la ardiente sensibilidad francesa de un
cia e ' ?Y ·1 n 1
Coppée pueden hurtarse a una ~isión ta~ ciar;. ' si o ve '
"El monarquismo existe tal como debe existir: como esta- . por qué obran lo mismo que si no lo vieran .
do de opinión, como movimiento, pero no puede ser un parti- ¿ "Dos verdades hay de que se olvida demasiado esta grande
do. La razón de ,ello es muy sencilla. El rey de Francia no Y buena "Liga del Bien público". La primera emana del c~~de
puede ser el rey de un partido, porque es enemigo de los ban- de París: "Las instituciones han corrompido a los hombres ' y
dos. Los detesta todos como otros tantos obstáculos a la uni- lo que aquí es pasado puede ponerse lo mismo, e; presente que
dad de la patria. Los monárquicos no se han ocultado nunca en futuro. Ello será en tanto que dure la Repub.ic~. La segun-
que su fidelidad no les daba derecho más que a la simpatía per- da creo que emana de Dantón: "No se desfruye mas ?ue aq_ue-
sonal de su príncipe, pero ésta no les otorga ninguna hipoteca llo que se sustituye." Ni Coppée ni Lemaltre acabaran con la
para el porvenir. Su recompensa no puede consistir más que tiranía de nuestros comunes adversarios en tanto no tengan
en el bien público, cuyos fieles promotores habrán sido. una doctrina completa y un ré~imen org.ánico que oponerle.
"¿ Quiere usted conocer el pensamiento íntegro de un hom-
bre a quien °la prensa republicana ha calumniado vilmente en
Los Bonaparte
este punto, como en tantos otros? ¡ Pues bien!: yo consideraría
como una desgracia para la Corona el cambio total, inmedia-
to, del personal, de los funcionarios, aun de orden adminis- "En cambi~, hay una doctrina bonapartista que_ c~n~iste
trativo. en que el pueblo elija al príncipe. Es el hombre, el mdivid~o,
· · t e, el prm-
11.quien el plebiscito aclama y eleva. Por cons1gmen .
"¿ Por qué ciertos republicanos de hoy no iban a ser bue-
nos administradores bajo el régimen de mañana? Si Francia cipe, para ser' elegido, debe hacerse ver, mostrarse, convertir-
se en alguien aplaudido y popular. Pero Francia no conoce a

234 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
CON M. ANDRÉ BUFFET 235
ninguno de los pretendientes bonapartistas. ¿ Pero es que
dos? ¿ Y en qué consisten sus diferencias de carácter
8 premo. En virtud de su misma
. teoría, el régimen dictato-
0 . ri'a precario y pasajero. Por el contrario, las institucio-
programa? Nadie lo sabe, y hasta parece que ellos se esfuer 1a.1 se d' .
cen en que todo el mundo lo ignore. - d la Monarquía serían sólidas, permanentes y tra 1c10na-
es e , , b' .
s: ¿ por qué no las habra formulado el, que tan ien se eK-
"¿ Príncipe Luis? ¿ Príncipe Víctor? ¿ Dos personalida
resa?
¿:
des o dos entidades? Si son entidad, ¿ en qué consiste ésta?
~?qué su respectiva personalidad? Yo admiro una contra~
dicc10n tan palmaria entre el principio generador del plebisci-• ues
"Y no es que a él le importe personalmente el poder. En
tras conversaciones de prisión, Déroulede me ha contado
. , · 1
'6
e rno
había ido a ofreaer a muchos personaJes
, po1,1t1cos e pues-
, M
tu, que es la popularidad, y la política de los príncipes plebis.
to de homb11e!\.quien plebiscitar que el no quer1a para s1. e
c~t~rios... Mas ¿ acaso existe esta política? Si existe, está muy
disnnulada. (J es una pura intriga, o no es nada. ¡ En un re- 10 ha dicho y lo creo. Déroulede es de este temple.
• "Desgraclad;i.mente, Y· por causa· de un malentendido de
ciente manifiesto, uno de los príncipes Bonaparte se felicitaba
rden intelectual, Déroulede es el hombre de un hombre: tanto
de haber estado haciéndose el muerto!
"La gran ambición del partido bonapartista, su p11etensión
;i este hombre fuese él mismo, como si fuese otro, Déroulede
•• ee que el Elegido de la democracia tendría capacidad bas-
conocida, co1!siste, hoy por hoy, en modificar su emblema y
:nte para normalizar cada· situación política que se presen-
s~stitu~r en él el águila por el topo. Yo no conozco al prín-
tase. Porque-dice él-el pueblo no se equivoca. El sufragio
cipe ~1ctor y no puedo juzgarle, pero sí digo que su partido
se aphca a reprensentarlo ,en público como tal. pone de manifiesto cuál es la tendencia de la nación y . cuál
la política útil a los intereses nacionales. Infunde ~n. qmenes
"Si el sentimiento plebiscitario es tan vivo como afirman al-
designa su infalible instinto director. Una vez pleb1scitado, el
~nas personas de buena intención, pero extraviadas, yo ad-
general Boulanger habría recibido la inspira~ión popular, toda
vierto a los bonapartistas que el señor duque de Orleans ocu-
pa ante la opinión el sitio de un Bonaparte." vez que su poder hubiese emanado del rmsmo., pueblo. Por
consiguiente, no cabía que se equivocara. Hubierase conver-
tido, por gracia de estado, en un político... Por lo demás, el
Pauz Déroulede jefe plebiscitado no tiene que consultar a sus electores en _las
cuestiones de detalle, porque es un conductor en un cammo
previamente trazado.
-¡Pero-digo yo-tenemos a ese condenado de Déroulede!
"He aquí, tan fielmente como puedo reproducirla en subs-
-Condenado, si usted se empeña; en todo caso, el mejor de
tancia. la teoria que Déroulede me ha expuesto muchas veces.
c~ndenados. El podrá representar una amenaza de per<li-
Me pr~guntará usted, sin duda, quién establecería la distinción
cion Irreparable para su país, pero crea usted que es con la
mejor intención del mundo. entre los detalles sobre los que no se debe consultar al pue-
blo y el conjunto en que el pueblo debe ser sobe~ano. Pero_ •no
. "Yo siento un gran afecto por Paul Déroulede, que ha con-
nos detengamos en esto. Sin duda, me preguntaria usted s1 el
qu15tado toda mi amistad en nuestra común prisión. Su bon-
pueblo de 1852 .no se equivocó en grande cuando adoptó con el
d~d como hombre privado, su generosidad como ]lombre pú-
segundo .de los Bonaparte esa política italiana y alemana de
blico, su _valentía, su elocuencia, su audacia, le· han conquista-
las nacionalidades que nos condujo a Sedán. Tampoco me de-
do a_dhes1onesY ad.zniraciones. ¡ Fuerzas santas, preciosas a la
tengo en esto.
Patria! ¿Porqué las emplea él contra la conveniencia nacional?
"Porque es bien claro, en efecto : l.º, que un dictador ele-
"Yo me imagino a un Déroulede monárquico, "Déroulede pa-
rangonando la Monarquía con la República ante 'el Tribunal gido en plebiscito decidiría lo mismo sobre el conjunto q~e s~-
bre el detalle, y 2.º, que no es menos claro que eso de la mfah-

236 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M. ANDRÉ BUFFET 237

bilidad del pueblo es una quimera absurda que no nued ", . r , ni política exterior. El presidente, como buen candidato,
e ace 10
tar ningún hombre serio. Vamos derechamente a lo es _. ··vita el mostrar en nada la menor preferencia, por temor a
enc1a
Yo doy por sentado que el dictador es un hombre de bi" na.jenarse en su reelección el menor grupo de electores. El
, . ,. en, u
Déroulede. Acaba de ser elegido. ¿ Cual será su polític ? , • esdichado fluctúa; ya no dirige.
sueña en su reelección, le interesa convertirse en servidª · S "Y aun, y durante mucho tiempo, los Estados Unidos, ais-
. 1 • or de
las pas10nes popu ares y de los errores de la mayoría. p . lados al otro lado del planeta, no conocerán ninguna de· las pesa-
. • 11 ero,
s1 no piensa en e a, se expone a que lo sustituya cualquiera , das obligaciones políticas que pesan sobre los pueblos europeos 2 •
sepa a d u 1ar errores Y pas10nes, or mariamente dueños del que
. d" .
··Pero Francia! Sus intereses, lo mismo dentro que fuera, exigen
. . Pue-
blo so b erano. Si piensa en e 1lo, pierde al país. ,¡r si no, pierde ~l máximo de estabilidad, de continuidad y, a un tiempo mismo,
el poder, y unos competidores indignos se encargarán de · de valentía, de iniciativa. Pues esta iniciativa y este espíritu
.• . • con.
sumar, cuando . se, haya ido, la pérdida de la patria. ·Su pat r10.·.
• ';,de conservación requieren por igual un poder director constante.
tismo le obl!gara, pues; a un golpe de Estado, y, si no lo dh ,roda interrupción y todo corte serían funestos. So pretexto
':l ,' faltara ' a sus . d eb eres
. para con la patria ' pero , dándolo , pro.
"• . de acabar con la anarquía pariamentaria y de restaarar el


¡
1'
1
bará que la vwlencrn y la perturbación revolucionarias
en la lógica absoluta del régimen plebiscitario.
· orden, Paul Déroulede llevaría la anarquía al grado máximo y
convertiría el desorden en una instituéión.
"Me da pena que Déroulede se pierda en unos sueños tan
-Por lo demás--insiste M. Buffet-, si Déroulede es de- mal fundados y, sobre todo, me da pena el que un hombre que
l rouledista, porque no se puede plebiscitar más que a él y • sirve a Francia con toda su alma la sirva tan mal."
l
¡i Francia. t·1ene que h acerse derouledista como él, 6• qué será
' dBI
Generosas y conformes al puro espíritu caballereséo, estas
., d D' ·
la nacion cuan o eroulede desaparezca? Muerto e'l, el reg1- , ·e lamentaciones sobre la suerte de M. Déroulede ~e parecieron
1 men se para,,... Pero ¿ y Francia? El derouledismo no respo n de
a esta cuesbon, presente de continuo en la mente de un monár-
desproporcionadas al asunto, y bruscamente di a entender a
M. André Buffet el sentimiento que me inspiraban:
quico, que puede gritar siempre, en cambio: El Rey ha muerto.
1 ¡Viva el Rey!
"La República de D~roulede sería necesariamente, no por
,
-Deje usted, deje usted, interrumpo-.
elemento divisor.
Su Déroulede ,es un

--Se equivoca usted: el elemento divisor no es Déroulede,


;:!Ulpade las personas, smo de las instituciones, una República sino la República, a la que él se aferra obstinadamente.
empeorada 1 •
"Déroulede sufre, como todos los republicanos, la inelucta-
"Como nuestro amigo M. Frédéric Amouretti ha hecho no-
ble, la cruel ley republicana, que es la ley del exclusivismo. La
tar muchas veces, la crisis electoral de la Presidencia caUS1
cada cuatro años, en los Estados Unidos, un período de •
· d ., , iner
ª~
cia cuya urac1on varia entre doce y dieciocho meses. ·D 2. La evolución americana ha resultado más rápida de Jo que pen-
· h d • 1 oce saban los monárquicos franceses. Así es como hemos podido ver modi-
o di ec10c o meses e impotencia periódica por cuatro - d
· · 'd • l' anos e ficarse los fenómenos propios del régimen electivo. Como brillantes hechos
ejercicio pres1 encia . Imaginaos nuestra Exposición de 1900 de guerra habían valido en 1896 a Mr. RoosevfJt una brillante popularl-
repitiéndose cada cuatro ruios. Todo se para; ni política inte- a·ad, los políticos lo relegaron a la vicepresidencia de la Unión. El ase-
sinato del presidente M:ac Kinley le devolvió la presidencia por una espe-
cie de principio hereditario. Luego lo reeligieron. Ahora acaba de cons-
l. En el texto francés, la palabra empirée c~-peo
vu, ra d a ) permite ha- tituirse en gran elector de Mr. Taft. Una especie de César sobrepóne-
cer, _aun _-con 1~ .protesta de no querer hacerlo, un retruécano a base de se a las instituciones republicanas en el mismo instante en que América
em.p~re (Lmpen.o), opo_rtuno al tratar de Déroulede, que coincidía con los empieza a adquirir el aspecto de Estado· polltico completo en el mundo.
partidarios del im,peno bonapartuita en la fómuJ del I b' • Este sincronismo confirma con harta claridad nuestras ideas para que ,,_
del T.) a Pe 1scito. (Nota
haga falta insistir en ello. (N-ota de 190!\.)
CON M. A..1'l'DRÉBUFFET 239
238 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA

sufre como los cuerpos obedecen a la fuerza de 7


que él me hizo bromeando con reticencias Y reservas
,

su voluntad no puede resistir a ella. . o·


't' 3i • •
-"Es muy comprometido-me
as. d ec1a-,
, comprome t·i-
111c •
"Yo .comprendo su apasionamiento de monárquico , pe . esto que estoy haciendo." -En · broma, en broma,---le
irno, , l d ,
¿ cómo es que los mejores amigos de Déroulede, que son re • t' acaba usted de darme la verdadera Jormu a el re-
n~ . .
blicanos,. echan en cara a este hombre, cuyo carácter y cp ue ustedes nos prometen. Si yo necesitara una cerilla,
. . . u .e1i q t . .
patriotismo no se discuten, que carece de clarividencia y hasta un cigarro, se lo pediría a usted sin tan os miranuen-
espíritu político? ¿ Por qué se califica de increíble esa carta s, y aun si lo que le pidiera fuese su vot~ ? su apoyo p~ra
Georges Thiébaud ?" 1 • · nseguir el bien público, tampoco me sentir1a comprometido
-Ha humillado al candidato que patrocinaba-interrmnp lo :más minimo. Esta es la diferencia que hay entre nosotros,
yo-. Ha pretendido servirse de un hombre inteligente y enér :monárquicos, que no podemos sentirnos compro1:1etidos por
5
gico como de un peón para el juego de damas de su polític; ada ni por nadie, y ustedes, republicanos, que se sienten com-
¿ Y para obtener qué?: el más completo de los fracasos elec rornetidos por iüdo y que a menudo hasta temen serlo por
torales. · na nonada.
-Este es el veproche de los amigos de Thiébaud, pero a "Pero es que esta desconfianza no es ninguna novedad,
mi entender no tienen razón. Lo que Déroulede ha hecho, lo han ;ino una necesidad republicana que, bajo la República, se ha.
hecho antes todos los republicanos y lo harán todos aún en el· dado en todo tiempo. ¿ Quiere usted que se lo demuestre con
porvenir. Déroulede, una vez situado en el plano republicano, '-unas anécdotas más o menos personales? Hace unos ~uince
no podía moverse de otro modo. Déroulede no dependía de sí - s un subprefecto de Mirecourt fué dimitido
ano, • por el dehto de
mismo, l:;ino del espíritu republicano; su política se desenvuelve,~ haber estrechado la mano a uno de mis hermanos al encon-
pues, norma}mente y acabará siendo, usted lo verá, cada vez . trarlo en la calle. Otro subprefecto de Mirecourt se hizo excu-
más "particularista", ya que la República no puede ser otra sar discretamente cerca de mi padre, que era senador, por no
cosa que el gobierno de una secta, de un partido, y ~e to- haberle visitado (visita que, por lo demás, es una obligación
do republicano se ve constreñido, si sus intenciones no ·de los funcionarios administrativos para con los miembros de
de resultar sospechosas, a precau~iones, a exclusiones y a las asambleas, en virtud de unos reglamentos que si.guen vigen-
protestas de desconfianza. tes, pero que nadie observa). Según él, había pedi~o -~ermiso ~l
"Mire: estos días pasados me venía a la memoria un ve- ministro para hacer la visita, y como respuesta rec1b10 la prohi-
-:uerdo de prisión al releer la famosa carta de Déroulede a bición de hacerla, acompañada de severas observaciones acer-
Thiébaud. Unos días después de haber venido a constituirse ca de lo inconveniente de su petición. En 1885, Y siendo can-
prisionero, ~e tropecé en un pasillo a Marcel Habert, al que didato en los Vosgos, fuí, acompañado de mi amigo Y compa-
acompañaba su abogado M. Chenu. Al verme, me preguntó si ñero de lista M. Bouloumié, a casa de un elector influyente del
podía darle una cerilla; petición sencillísima e inocentísima ,.. distrito de Neufcháteau que era republicano. El recibimiento
que nos hizo, si. bien correcto en la forma, en el fondo fué más
l. Véase Le Drapeau, de 22 de julio de 1900. En esta carta, Dérou-
lede hablaba como un p¡jncipe: " ... Seguid, a pesar de todo. Yo acepto
bien frío• no nos ocultó que no obtendríamos nunca sus votos.
t~da mi parte de responsabilidad en esta campafia. Usted no la ha quel- ¿ y sabe 'usted qué pasó?: pues que el desgraciado fué denun-
r1do: yo s•oy quien se la pidió. Si sale derrotado, no será usted el ven- .., ciado por haber recibido nuestra visita; él ,no era funcionari~,
cido, sino yo." En el mismo documento se Jeian, además estas, palabras:
:Quería y.o también aprovecharme de esta circunstancia electoral para pero :tenía un sobrino-nieto en el Registro de Marsella Y ¡cual
separar claramente a los nacipnalistas republicanos de todos esos n,a- no sería mi sorpresa al recibir dos meses después una carta
cionalistas sin epíteto que creen poder ocultar bajo esta expresión tan nlarmadísima en que me comunicaba las amenazas que el Go-
democrática y tan dara sus secretas aspiraciones monárquicas." (Nota.
de 1909.J bierno había hecho a su s_pbrino y me pedía que le diese un
240 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M. ANDRÉ BUFFET 241

certificado de qwe nos había recibido muy mal! EI incide "Ya veo que me he ido un poco lejos de Déroulede, que era
te me resultó tan original, que· me interesé en la cosa bre quien usted me preg°;mtaba. Déroulede, nacionalista, se
no dudé en enviarle, con objeto de hacerle el favor que obligado a defenderse de toda alianza nacional, caso natural
pedía, una carta escrita en términos muy vivos, en que le d efatal en un republicano. Hoy pone él la República por enci•
cía que no me podía ,explicar su petición después de las ins a de todo. ¡Mejor! Porque, en adelante, s!'remos só!o los mon•
lentas maneras que había empleado con nosotros, que él se ha rquicos quienes digamos: "Ante todo, Francia" y quienes con-
bía conducido con nosotros como un hombre perfectamente lna ·uremos a todos los partidos nacionales a unirse en contr~ del
educado y que no cabía pedir un certificado a quien había des: xtranjero. Cada vez será más exacto lo que usted ha dicho:
pedido de su casa. Supongo fundadamente que el buen ho1nbre ue sólo nosotros representamos el nacionalismo integral.
quedó contento, porque no oí hablar más de él. Tal es la des-
confianza de los republicanos entre sí. 1vacionalistas y antisemitfjl,s: Drumont, Thiébaud, Barres
"¿ Y cuál es la razón de esto? Pues que un republicano no pue-
de creer en el republicanismo de su vecino en el que no ve "Pero esta gran oposición nacionalista ¿ resultará tan derro-
~Y tal vez con ello se juzga él a sí mismo-más que una si- ·._,,n,.:i,.,,,,,
Mmn 1::i:
l,.LJ.CI,_..., .... _
------ --
Renública
-- -.,1.
parlamentaria?

Y tantos !alen-
.,

mulación. Bajo otros gobiernos, los funcionarios sostenían las tos de primer orden ¿ se verán condenados a desaparecer antes
mejores y más correctas, relaciones personales con los más de- ; •de que Francia los utilice ?
cididos adversarios del régimen. Pero hoy, si no quiere resuJ. "Aquí tenemos a Drumont. Drumont es uno de lo~ ..hoir:·
tar sospechoso. hace falta que el republicano, y sobre todo el bres que mayor inü.uencia •habrán ejercido• en su época. El
neorepublicano, haya dado prendas de cierta especie, haya co- cuarto de siglo que _va de 1886,. fecha de la _apariéióri de La
metido algún acto que lo ,enajene por completo a los otros Francia judía, a 1909 le pertenece. Y no está acabado, ade-
pE.rtidos." más, el período. En esta incubación del antisemitismo, en la
-Pero-pregunto yo-¿qué acto, qué prenda le bastarán? que ciertamente no han escaseado lal! brutalidades, los errores
-Permítame usted que le conteste con un nuevo recuerdo., de detalle, las exageraciones, las cóleras y las crueldades ge-
Yo he luchado mucho en provincias; los parisienses no cono- nerosas, Drumont ha sabido dar vida a una gran idea. Los de-
cen lo bastante el verdadero rostro de la República en pro- talles se olvidan, pero la abstracción dura en el alma del pue-
vincias, que es todavía menos agradable que el otro: enséñe- blo y la idea antisemita fué arrojada en ella con decisión. ,
sdo usted. En 1889, un elector conservador, pero de opiniones "Pero, siendo, como es, tan osado por naturaleza, ¿ por que
republicanas, vino a verme y me expresó con gran franqueza Drumont no se atreve ni a estudiar siquiera, ni a mencionar,
cuánto sentía no poder votar por mí. -Llámese usted republi- nuestra solución monárquica del antisemitismo? El señor du-
cano--me dijo-y somos muchos los que, tras esta declaración, que de Orleans ha contestado siempre con franqueza, Y a me-
podríamos votarle. -Pero si yo no soy republicano. -Lláme- • nudo con vehemencia, a las preguntas que La Libre Parole
selo usted de .todos modos. -Yo no hago esto; no diré nunca acostumbra a hacer, al revés de Déroulede, que guarda un si-
más que lo que pienso, y, aunque así no fuera, se equivoca usted leni:io excesivamente prudente. Un patriota como Drumont, o
f,igurándose que, si lo dijese, me creerían. No me bastaría con omo ese Jules Guérin, a quien yo envío desde aquí un recuer-
15
decirlo, sino que necesitaría demostrarlo, cometer alguna inf a• do de simpatía y de admiración, deberían darse cuenta de que
mia que me cerrara para siempre la puerta de otros medios. sólo la nación organizada puede arreglar las cuentas a los ju-
¡Es esto lo que me aconseja usted que haga? No, ¿verdad? díos. Y la nación organizada es la Monarquía.
Entonces déjeme ·usted que me quede lamentándome de no po-
der tener su voto. "Aquí tenemos a Thiébaud. Espíritu claro, aunque un poco
16
242 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON M. ANDRÉ BUFFET 24:3
caprichoso, palabra enérgica, impetqosa, cálida, acaso sea ue distintos. Estos cambios de. personal no me interesan. Un
.. , y su ar d or ttlo a mente romanos, el primer ,co
su conc1s10n roonárquico no piensa más que en la patria, es decir, en el
mis a po l't'
. t 1 1co d e nues t ro tiempo.
· Po1
¿ Cree usted que tan henn interés más general, y este interés sólo lo representa bien
sos dones hayafl. dado un resultado digno de ellos?"
un rey.
-¡ El bc;mlangismo es su obra !-contesto yo.
-Yo he sido antiboulangista, muy antiboulangista-con. "¡Y Barres! Huelga el elogio del escritor, y, a mayor abun-
testa M. André Buffet-, y sigo siéndolo. Como soy monár ·. 'damiento, el hombre es amigo de usted. En su magnífico Appel
co, me horroriza la dictadura personal. Con todo, el boulangi;Ui au soldat inserta unas palabras que un publkista de extrema
fué, pr,escindiendo de detalles, la afirmación popular de la :~ · derecha no contradiría, pero que también podría firmar uno
cesidad de un jefe, la declaración de los derechos del pueblo e . de extrema izquierda: tan por igual concretan las dolencias del
ser guiado, la manifestación del deseo, de la necesidad y e~. país y el remedio a que éste secretamente aspira:
gusto autoritario de los franceses. "Framcia-dice-pasará del antiguo liberalismo a un protec-
"¡Sentimiento innegable! ¿ Y cómo Thiébaud no verá que cionismo general que su ins.tinto de enfermo reclama.
sólo. 1~ herencia monárquica es capaz dé dar a este sentimien- "Nadie ha definido mejor la crisis que atravesamos y el
to una forma concreta y sólida? A él le gusta hablar de las sentido en que es muy probable que pudiera resolverse. Pero,
federaciones y de la anarquía célticas, que, según él, reapare- planteado así el problema y con la solución indicada, más las
c~eroq, ~ajo forma• feudal después que la invasión de los bár- ideas harto conocidas del autor de los Déracinés sobre la des-
baros acab¿ con 1~ administració; rom~:i.a.: Y observa cómo centralización, me sería facilísimo deducir de su fórmula, con
hoy reaparecen bajo forma p~rlamentaria, judía y protestan- rigor matemático, la fórmula de la Monarquía nacional y de-
• te: :7erdadero !eudalism? e~lesiástico. Sí, buen número de pe- mostrar sin dificultad ninguna que sólo ésta corresponde a
quenas fuerzas que se d1buJaban ya a fines del siglo xv1 están aquélla.
corroyendo la unidad morl!l y política de nuestro país. ¡ y Thié- "Pero la inteligencia de Maurice Barres es demasiado des-
baud no se decide a aplicar a ,este mal antiguo el antiguo re- pierta para que haga falta explicarle nada y demasiado patrio-
medio que por dos veces lo curó: nuestra Monarquía capeta ta para que pueda no rendirse a las ,evidentes necesidades del
de los Felipe-Augusto y los Elli'ique IV! bien público. ¡ Y Maurice Barres no duda; sin vacilación nin-
"¿ Qué invoca él contra la oligarquía? La democracia. Pero guna se aparta de la idea de Monarquía!
la democracia pura es un poder completamente negativo. No "Se lo confieso a usted: esto es mi escándalo y mi pasmo.
es capaz más que de destruir: por ejemplo, agotar nuestros La Historia futura no podrá explicarse todas estas compli-
recursos económicos tras haber debilitado nuestra fuerza polí- caciones.
tica. El hombre que se convierta en leal servidor de la demo-
cracia, la perderá y, juntamente con ella, se perderá él con el
país. Los republicanos moderados: M. Méline, los melinistas y mon-
sieur Rambaud.
"Todo lo que puede lograrse contra la oligarquía reinante
es, y ello a costa de un espantoso derroche de esfuerzos y a.. "En el grupo oportunista hay, sin duda, odiosos bandidos
través de dificultades infinitas, promover un personal nuevo dignos de castigo; ¿ pero cree usted que el sector que se llama
una nueva oligarquía de gentes menos averiadas que nuestro~ republicano moderado no representa importantes fuerzas fran-
déspotas contemporáneos. Pero, suponiendo que durara, puede cesas?
apostarse que no tardaría mucho en sufrir las consecuencias de "Yo he corr.1:>atido.siempre en nuestra común provincia a
los mismos males, o que daría lugar a otros equivalentes, aun- M. Méline y a sus amigos de la pléyade vosguiana, MM. Krantz

..
244
ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
CON M. ANDRÉ BUFFET 245
Y Boucher, porque su política ha participado a menudo de!
ta ero cierta, era una Monarquía, aunque no una Mon-
espíritu sectario de Jules Ferry y por representar, además ,: cor , P · d ' ·
la anarquía republicana con los peligros que de ella se deri~ uía nacional. Estos caballeros exponen lo meJor e si mis-
van. Pero personalmente los estimo: tienen la tenacidad del arq a desaparecer 2 en las oscilaciones y en las futuras ban-
vosguiano, saben lo que quieren y se mantienen ñrmemente . ::otas del régimen tan bien representado hoy por su obra
fieles Fl. esta voluntad en el orden económico y político. En su maestra ..."
obra hallo algo sano: el gusto de la tierra lorenesa, uno de -¡ Panamá, Panamá! .
los buenos sabores de Francia. M. André Buffet sonríe sin decir nada y prosigue:
"Pero estas cualidades individuales han sido siempre des- "M. Méline, especialmente, parece no darse cuenta de su
mentidas, neutralizadas y, en cierto modo, anuladas por obra ' lancólico destino. Su aplicación a los intereses permanentes
del mecanismo republicano. ¿ Volverán algún día al poder? md e la agricultura hubiera podido darle el sentimiento exacto
Acuérdese usted de cómo los arrojaron de él. Todo el Viejo dee los intereses permanentes de la pa t r!ª: · M'as ~u'n que la
Partido Republicano, todos los genuinos partidarios del Cate- agricultura, necesita la patria de una pohbca contmu~da. En
cismo de los Derechos del Hombre se aliaron a un traidor y ai el mejor de los casos, la República equivale en Francia. a un
perpei:uo
• --'-'-- .3_ -"~-"~" ~~'h
ua.uv;:, ...,,. ol +<>ne>te
--.t'-· VP.rde
·- del Gobierno.
partido de un traidor para derribarlos. Y una vez volvieran a 5,ULU Ut:: "V'-'•~ ~·

ser ministros, ¿ estarían ya libres del mismo perpetuo ries- p r tanto los movimientos de una política republicana serán
go? De modo que su obra, en la República, está condenada a re- n:cesaria~ente cada vez más incoherentes. Dejad que esta ata-
sultar corta e imperfecta y casi inútil. xia prospere y llegaremos a la anarquía pura.
"Antes de su debilidad dreyfusista, M. Ana tole France ha-
bía explicado en la Academia de qué modo la presencia y la "Uno de los colegas más distinguidos de M. Méline, M. Ra1:1-
ausencia de un monarca dan la clave del éxito y el fracaso de baud, miembro del Instituto y profesor de la Sorbona, h_acia
un Lesseps. notar un día que Rusia, en el espacio de tres cuart_os de siglo,
no había tenido más que tres ministros de Negocios ~xtran-
"En Francia-dijo-ia voluntad lenta, sorda, a veces obscura jeros (esto era antes de !a muerte del conde de Muravieff) : Y
pero continua y soberana, que sostuvo la obra de Suez, no existí~ nosotros en treinta años hemos tenido treinta y nueve cam-
ya para asegurarla contra los violentos ataques de las pasiones, de los bios completos de Ministerio. Y el mismo M. Rambaud, al te-
instintos y los azares, para defenderla de ella misma y para moderar ner que ocuparse en Le Matin de las analogías existe~tes entre
una nueva empresa más arriesgada que la primera ... Nada había Francia y Polonia, ha hecho notar cómo este des~ac1ado Esta-
ya en la débil, difusa y cambiante dirección de los negocios públi- do constituía en realidad una República. Pues s1 las palabr~s
cos que fuese capaz ni de contener los apetitos de una banda de
financieros, de aventureros y de políticos del saqueo, ni de dete- encierran algún sentido, el historiador que ha sacado ~stas ati-
ner ese pánico instintivo de las turbas que, en un momento, lo nadas observaciones de la realidad tiene muchos motivos para
derriba todo. Y todo se hundió 1. temblar por nuestro porvenir nacional." ,
-Entonces-pregunto yo a M. Buffet-¿ por que M. Ram-
"Página admirable que si M. Méline y sus amigos releyeran
a diario, podrían aplicar a su caso. ¡También ellos necesitarían 2 M André Buffet me hizo otra observación en este mismo sen~do:
un monarca! ¡También ellos necesitarían que una voluntad "-N~ habria que decir-dijo-otro tanto de la excel_ente o~ra de M. ::~
continua y soberana los sostuviera! ,El régimen que sirven
está en esto por debajo del Segundo Imperio, que, en medid11.
c'iianel en favor de las cooperativas
¡ector y su patrono
yo llamarla
politico:
indispensable,
y las mutualidades - ll:l -es su P
patronato necesario, protectorado
pero ¿_quién protegerá_ al pr~!~c!~:m:nr:
!:~
de-
cinará al patrono contra los caprichos y fl.uétuac1ones
l. ANATOL!I FRANCEl, Dí.scurso de recepción en la Acaidemia francesa. mocrático y republicano d·e que él mismo, d epen de?• Esta es la •eterna
cuestión que se plantea en estos asuntos.
CON M, ANDRÉ BUFFET 247
246 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
el rey de Francia no podría reinar en nombre de un partido.
baud no es 1.aonárquico? ¿ Por qué todos los espíritus mod "Todo lo quees nacional es rtuestro." Lo ha dicho él. E;:sto
rados y prudentes como él no forman una Liga antirr bl~- quiere decir que todos los talentos, todos los méritos, todas las
? U M , epu 1·
cana . na onarqma nacional opondría a tantas y ta t . dedicaciones serán, no digo ya acogidos, sino buscados y solici-
bl M ' n eilJ..i.
es onarqmas
, E ,europeas un poderío exterior digno d el no:m. tados. Se les honrará y recompensará según merecen. Sólo una
b re f rances. ¡ llos lo saben de sobra! dinastía apoyada en nueve siglos de esplendor histórico puede
-Reconoz~o. que el prejuicio republicano no debería exist' premiar y distinguir como es debido a los grandes servidores
para tales esp1ritus. Este prejuicio es ya caduco. Pero se sie: de Francia." Yo lo sostuve frente al Tribunal Supremo: "Un
ten atados por una especie de lealismo sentimental. Lo que presidente de la República no es nada. Un dictador es dema-
tengo, curiosidad de saber ,es si serán capaces de sacrifica/: siado. O mejor dicho: no es bastante, porque el dictador es,
su pa1s a esta debilidad. ante todo, él mismo y no Francia."
"Para personificar a la patria, a la Patria enta.ra, nos hace
"En resumen, estos espíritus moderados representan en cier-
falta un rey."
to modo la razón, la reflexión y el saber del pueblo francés
Son la ,c~beza _del país, pero, por faltar el rey, esta cabeza re~
sul.ta deb1l y sm acción verdadera. "Dadme una palanca lo bas-
OONCLUSióN
tan~e fuerte Y un punto de apoyo, decía Arquímedes, y levan-
tare el mundo." Todos estos talentos son como otras tantas . .. Me pareció al llegar aquí que las últimas palabras de
pal7,ncas que no quieren tener el punto de apoyo necesario. M. André Buffet venían a ser una conclusión de nuestras con-
Los otros, los llamados más específicamente nacionalis- versaciones. Me.había dado satisfacción completa. En la medi-
t~s, representan una protesta legítima, generosa y patriótica. da de lo posible en un tema parecido, el ilustre desterrado acaba-
vien~n- ser como la exaltación y la exasperación de nuestr; oa de definirme la esencia de la naturaleza de la Monarquía fran-
sensibilidad, pero yo entiendo que ésta, por no haber rey, se cesa y de los principios de la próxima restauración.
malogra al azar y se derrocha en vano, falta de dirección. Mues-
t~an tal vaguedad en la doctrina y tal indecJ.sión en la prác- Pero cuando iba a decir adiós al jardín del. Faubourg Saint-
tica , qu e d e 1o uruco
' · de que son capaces es de protestar. Eh- Gilles, M. André Buffet me evocó un tJ.Oi.stere.cuerdo, el recuer•
carnan una cólera, pero no una razón. do de su padre. El ilustre presidente de la Asamblea Nacional
fué para su hijo, en los días de su mocedad, maestro en los
. "Y o no soy capaz de desear que unos acontecimientos dema- primeros elementos"' de la ciencia política. Una expresiva Y
siado duros veng~n, por fin, a demostrar plenamente a unos y triste frase que aquel gran ciudadano gustaba de repetir en sus
a otros l~ necesidad de la Monarquía nacional que a todos últimos días me parece muy propia para hacer meditar a todos
~os ha.ce igualmente falta. Preferiría que se rindieran a esta
los buenos franceses. Hela aquí :
idea a menos costa para Francia, en virtud del solo esfuerzo
de su clarividencia Y su generosidad. Podrían así ahorrar- "Desde hace algún tiempo-decía M. Buffet a su hijo-,
n_os revoluciones Y guerras y largos años de decadencia silen- una duda, una duda profunda y creciente, no cesa de atorme,i-
ciosa. Tarde o t~mprano, a buen o a mal precio, vendrá el día tarme. Después de tantas desdichas pasadas, frente a tantas
de la verdad pohtica. ·crisis pr,esentes y tantas otras como se preparan, llego a pre-
"Pero diga usted bien a todo el mundo-y en esto creo po- guntarme si Francia .podrá salvarse todavía ... "
der hablar en nombre del señor duque de OrI,eans-, di.ga usted M. André Buffet me repetía estas palabras con una voz
por todas partes que, lo mismo si tarda que si viene pronto,
248 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA

~r~v~. La emoción lo detuvo. Pero reanudó en seguid


1denhco acento la trágica profecía del hombre de· E tad
"S" b s o.
. in em argo, creo que la salvación de Francia es . •
posible. Pero he aquí la última certeza de m' ·a . . aun
h ,1 1. i vi a. si Franciá
,.a .,,e sa.varse, no la salvará rnás que la 1rlonarquía."

Me d ºd d
. . e~p1 o e ~- Buffet Y me alejo preocupado por una CON EL CONDE DE LUR-SALUCES
comc1denc1a: aquel Joven nacionalista de los suburbi"os
·
curiosa f rase ,sobre la Francia "am ·ga d 1 d , cuya
. · , 1 e a mano ura" había
yo cita~o a M. Andre Buffet, este joven, digo, que acababa de
convertirse
. a la
. Monarquía , me hab1'a f ormu 1a d o en muchas
ocas10nes
, e:r mismo pensamiento de M. Buff e t pa dr e en terrni.

me pareció que tenía que esperar a terminar mis con·
o
nos mas crudos: --
N ferencias con M. André Buffet para ir a visitar a su compa-
"Si la Monarquía e; o no posible et:'
Francia yo no lo sé Yo ñero de lucha y de destierro. Gustábame, por el contrario, com-
sé más que · ' · no partir entre el jefe del gabinete político del señor duque de
. una cosa: que sin la Monarquía estamos reventados."
Orleans y el jefe de los Comités monárquicos del Suroeste
Ni M. Buffet padre, ni M. Buffet hijo dijeron esta malso- todas mis horas de discusión y de investigación política, y, así,
nante pal~bra. Mal~onante, pero fuerte. Al bajar de la frente la luz de las palabras que recogía se doblaba para mí. La ma-
de los sabios al ardiente tumulto de las muchedu"mbres · t ñana o la tarde transcurrían generalmente en Faubourg Saint-
d d d , , cier as
ver a es a quieren pronto peso, volumen Y ;nergía. Sólo así Gilles, pero, por la noche, me subía por unas .amplias y nuevas
pueden actuar sobre la realidad. avenid-as al barrio llamado de Leopoido, hasta el domicilio del
i Ojalá nuestras verdades se realicen lo ··antes posible, Por- conde Eugene de Lur-Saluces. También aquí frondosos árbo-
que son la última esperanza de la patria 1. · les se alzan en ramilletes por entre las masas de piedra azul
y de ladrillo rojo. Frescos jardines y grandes parques avizó-
en liso::~::zS:nosdrecord~ aqu~ que el_himno de los "Camelots du Rw" ranse al extremo de las veredas y despliegan una frondosidad
dad baja de la :ren% ~:tr~!:cc!o: parcial a este voto de 1900. La ver- verdosa sobre el horizonte. También aquí,· traspuesto el dintel,
blica: sa i.os a este cuplé relativo a la Repú-

Et l'on s'en ¡ ...


.. el visitante francés advierte en la disposición, en la forma y
en la atmósfera de todas las cosas un sentimiento y un gusto
Et l'on s'en f •.• que no son belgas.
Aunque ligados por una amistad fuerte y estrecha y vi-
viendo en una intimidad casi diaria, pocos hombres presenta-
rán un contraste más claro que estos dos monárquicos unidos
por la misma suerte. No se parecen ni por fuera ni por den-
tro, tan cierto es que la Monarquía francesa concilia todas las
variedades del temperamento nacional.
Viendo a M. Buffet ir y venir tempestuosamente, lanzarse
sobre las objeciones y llevarse por delante las opiniones ajenas
como si fueran reductos, se le confiaría de buen grado el man-
do de un regimiento: el Regimiento de la Gascuña o del Lan-
250
ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
CON EL CONDE DE LUR-SALUCES 251
guedoc. Tiene el tono y el aire de un militar nacido en el
Sur del Loire. Pero, como ya es sabido, es de los Vosgos ..,, . rque ateos o m1'sticos , siguen de ordinario . un
cubrimientos, po ' " . . irado en la experiencia.
abogado. En cambio, M. de Lur-Saluces, jefe de escuadrón r;.. método .rea
1· ta directameULe msp
is T tar no da un cua dr o completo de la vida de un
d
tirado 1, tiene el porte de un filósofo y, aunque es meridional d 1
o tal vez precisamente por ser del Mediodía, de Mont.esquieu: La v1 a nueni todo momen t o despierta una idea exacta. e a
es un filósofo silencioso y concentrado. Gin melancolía ni tris.·· pueblo, pero imagen sumaria, un resumen v1gor~s~,
teza, pero sin vanos ensueños, es un contemplativo y parece misma. . Da
t· de ella
elocuente; a d qu i'e'rese en ella el sentido ad1v1-
una _
siempre absorbido por algún problema. sio-nifica
"' ivo dY y de sus me d"10s m ás seguros. Todo lo esen
nador del or l en ncial del mecam ·smo de las sociedades se
Pero habla sin ambages y con precisión. Los monárquicos cial, y sólo o ese ,. . n más razón, en el ma-
de la Giro.nda recuerdan la vigorosa y sabia campaña que tuvo 'bl el movmuento y, co 'b
hace sens1 e en C o a ojos vistas, se perc1 en
como resultq.do el segundo pacto de Burdeos. Los iectores del . nejo de las tropas armadas. om uno se aplique a ello con
Reveil Fran,;:aissaben que escribe con elegancia, pureza y vigor. , los cómos a poco que M d
los porgues y . . ' d editación. Nada faltaba a . e
Lo mismo escribiendo que hablando, M. de Saluces sugiere espíritu de contmmdad y e m elente teorizador político; el
más que dice, reserva más que indica. Con todo, si se le trata, llegar a ser un exc
pronto se advierte que las artes le son familiares y las cien. Saluces para , tero laba anticipadamente tanto por su
rigor de sus teor1as se . p s curiosidades y sus lecturas.
cias le están abiertas. Apenas hay ·un museo de Europa, desde gusto de la acción real como por su
Atenas y Constantinopla hasta Londres y Amberes, que no
haya visitado y profundizado al detalle. Otro tanto hay que , ero escogidos y reveladores, apa-
decir de las bibliotecas. Le gustan los libros, creo que todos,
Libros en corto numero: p -
. •a s en el salon en que ·
M de Saluces me. recibe
pero sobre todo los de Historia. En Historia su gusto es apa. recen esparc1 o l't que ocupa desde hace cmco me-
t baja del hote l o . Lib e
sionado y su saber erudito, pero saber agradable y sin. osten- en la plan a . lgunos números de La r
ses. Entre montones de re_v~s~a;t~:Z Y moral de Fra.ncia entre-
tación ni aparato. Si hoy ,es la esperanza de cuantos soñamos
Parole, veo La reforma inte e te señalada y tiene los már-
en una Monarquía protectora de toda cultura superior, acaso 1 abundan emen ,
en tiempos menos agitados que los nuestros M. de Saluces hu- abierta; se a ve , .. este diálogo entre Ernest Renan
genes llenos de notas a lap1z' ecerá de interés. Al lado, la
biera sido un simple curioso, un puro aficionado de las cosas
bellas. Y el conde de Lur-Saluces no cla~ 'ta Gru··ber Y el Augiiste
T · 0 de Jesm ,
Introducción al posi ivis~ , K h Estas obras de libre y pro-
Pero no. Aparte la Estética, otro demonio lo posee y en d r de Leon u n.
Comte conserva•· o ,se codean con otros volúmenes más peque-
todo tiempo lo hubiese influido: es la carerra militar y la vida 1
fana especu ac10n _ que por su formato Y
de oficial; fueron ellas las que movieron su inteligencia a sus , 1 alcance de la mano ' , 1
ños-éstos, mas a . 1 1·teratura sagrada: me sa ta a
investigaciones de filosofía política. Este caso resulta menos · 'n denuncian a 1 d'
encuadernac10 , 't . , de Jesucristo, recor an-
excepcional de lo que podría creerse. M. de Wollmar en Ale- t 't 1 de una [mi acion .
los ojos el .I .u terlocutor
o es un creyen te firmísimo al mismo
mania, Dragomiroff en Rusia y, entre nosotros, el marqués
dome que m1 m , . , s libre aquel, entre todos los mon-
de la Tour du Pin La Charce se han visto arrastrados por el
tiempo que el espmtul ma ntile~ del nacionalismo Y del so-
ejercicio y el hábito de la profesión militar, casi tanto como por árquicos, con el que . os . ge
su íntima afición, a meditar sobre los principios y las leyes
cialismo se entie~d~n m:::~istrativo y político de Bélgica y
de la organización, en los que a menudo hacen interesantes des-
En fin, un Codigo a b El estado independiente del
una copiosísima encuesta so tre do emplea su duro ocio en
1. Salió de la Escuela Militar a los veinte años para la campaña de
t que el des erra t
1870. Tomó parte, entre otras, en la batalla de Cou!miers.
Congo
ponerse demues ran de. las prac
al corriente , t'icas de sus huéspedes, nues ros
vecinos.
252 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON EL CONDE DE LUR-SALUCES 253
La conversación con M. de Saluces adquirió, como era · der forzar a un país a que reviviera su vida al revés. No cabe
tural, un sesgo muy distinto del que tuvo la sostenida na etener la evolución de un pueblo,. lo mismo que no es pos1'bl e
M. Buffet .. Con este último mantuve el más vivaz y pintor co etener la de un cuerpo vivo: el papel del poder es el de regula-
d e Ios d ia-- 1ogos, y culpa mia
, ese
es si los lectores no lo han . arla y dirigirla sin coartarla, de modo que resulte fecunda.
'b'd A , . Per ,
c1 1 o. qm, en cambio, tuve una exposición precisa, concre "Este sería el papel de la M:onarquía. El rey tendna que
ta Y encadenada como un teorema. Mi interlocutor salía al p onvertirse en el iniciador y director necesario de profundas re-
de todas mis preguntas. Las preveía y las contestaba en c·ªª orrnas que la salvación de nuestro país exige imperiosamente.
· , 1er
to modo, como desde tiempo inmemorial, tal como pueden se l
l . ro
as re l ac10nes esenciales de las ideas y de las cosas. El sistema'
formaba un bloque, pero un bloque jaspeado y matizado con LA BASE DE TODA REFORMA
extrema finura. ·
. He a~uí el amplio cuadro de historia política cuyas prm,J_ "Tenemos que r.ecobrarnos de un gran atraso de rutina, de
cias goce al preguntar a M. de Saluces qué es lo que era, exac- ' error y de anarquía. Desde hace cien años no se ha empren-
ta y esencialmente, la Monarquía. _,;,-1,..
U,J.U. e,,,,,.;~
..... ...,.., ___ ., mf>tóilir.amente
v _,_, __ --- ----- - reforma ale-una.
._. -;_Y por
- qué?
- Pues
porque el país, durante este período, no ha tenido una ba~e
·.fija. Una transformación feliz y duradera no se produce mas
NATURALEZA DE LA MON ARQUIA que contando con algún punto de apoyo que no cambie. Me-
cánicos ingeniosos podrán haber procurado corregir tal ele-
"Sin duda, se cae en infinitos errores al discurrir sobre la mento defectuoso, pero, en cuan to ponían la mano en él, se des-
naturaleza de la Monarquía. Para algunos pobres de espíritu, plazaban y alteraban lo mismo los otro_s elementos del sistema;
vo~ver a la Monarquía consiste simplemente en instalar en el por consiguiente, la reforma intentada no tenía otro resultado
~hseo a la p~rsona del rey. Sustituyen a M. Loubet con Fe- que el de extender un desorden al que precisamente se quería
hpe VIII atribuyéndole poco más o menos las mismas fun- poner fin.
ciones.
"La Monarquía es un centro fijo. No cabe compararla me-
, "Otros hacen a la Monarquía una injuria más grosera jor que a uno de estos pivotes que, sin ser inmóviles, no se mue-
a~n: le confían la custodia de una caja de caudales, la suya. ven de su sitio mientras que el resto del aparato se mueve.
Ei rey es, ?ara ellos, el patrono y garante sur,remo de la Bolsa. Cuando hayamos restablecido el pivote, la antigua evolución
Con este titulo lo invocan, a voz más bien baja, por miedo de regular y feliz podrá reanudarse.
atraer la curiosidad de los socialistas ...
"-Todos juntos, y cuando queráis reanudaremos el gran
"Otros, en fin, y son tal vez los más, conciben la Mon- movimiento de 1789." Esta invitación del conde de Chambord
a_rqu~a como un salto atrás, como una galvanización de ins- a Francia me parece trazar el programa de la Monarquía fu-
tituciones caducas, como una resurrección pura y simple del tura.
pasado.
"Por lo demás, bien se ve que, frente a la situación actual,
_"Pero nada de esto es cierto. Por una parte, Francia no ne- la idea de que ha habido una equivocación, de que la revo-
cesita para nada un rey inoperante. Por otra, necesita algo lución ha arrastrado al país a un camino equivocado y que
má~ _que un simple gendarme. Defensor natural de todo interés hace falta volver al punto de partida, para rectificar el error,
leg1,:imo, un rey de Francia tiene deberes superiores.
se abre más paso cada día entre una multitud de buenos espí-
Su papel no puede consistir en intentar la absurda obra ·,r ritus exentos de todo prejuicio.
que sería desastrosa si no fuera imposible, consistente en pre~ "¿No ha sido esta idea, o por lo menos algo parecido, la que
254 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON EL CONDE DE LUR-SALUCES 255

quiso expresar el primer número de L' Action Frangaise, que en


arbolaba su "ante todo, reacción"? i, LA REVOLUCióN
"Sí, reacción ante todo, es decir, retorno a la bifurcación
en que nos equivocamos de camino, pero para reanudar el ver. Pero, previendo una objeción, M. de Lur-Saluces se anti-
dadero camino del progreso continuo y de los normales desen- cipa:
volvimientos, no para volverse atrás ni retornar al pasado. "Confieso que Luis XVI ha sido el primero y el único de su
tirpe que no estuvo a la altura de las circunstancias y, si el
.
. rey mártir no hubiera pagado esta culpa con su propia sang~e,
ALGUNOS INDICIOS HISTóRICOS diría que en 1789 la aut~ridad polí~ica ~ufrió ~n culpab~e eclip-
se. cuando Mirabeau gritaba no se que especie de equivalente
"De hecho, el pivote real ha sido lo que durante ocho siglos aq uel apóstrofe que la leyenda le atribuye: " ...No saldremos
ha permitido la duración de Francia. Apoyados en la Monarquía, de esto más que por la fuerza de las bayone t as " , se asegura
a
nuestros padres dominaron las dificultades más graves y las ue se volvió a sus vecinos y les dijo en voz baja: "Pero
qhace falta que las bayonetas vengan: ¡estamos ... per d'd 1
i os. .
más agudas crisis: la Monarquía hacía posible la solución, ¡0
mismo si se trataba de problemas religiosos, como en las gue. "Y es verdaderamente sensible que las bayonetas no salle•
rras de religión, o de problemas políticos, como en la guerra de ran en aquel momento. El poder real flaqueó en sus prerroga-
los Cien años. tivas naturales. Y, una vez herida la Monarquía, lo que era un
"La historia, nótese que digo la historia, de Juana de feliz y tranquilo movimiento de reformas perdió su natmal
Arco, en aquello que tiene de más auténtico, confirma esta pivote, se desvió, se hizo anárquico y revolucionario. En vir-
idea. Yo no sé si usted ve en la historia de Juana de Ar- tud de la Constitución del año VIII, en la que Bonaparte con-
co un hecho milagroso. Para mi lo sobrenatural es paten- densó todo el jacobinismo, la Revolución desembocó exacta-
te en ella. Pero, milagrosa o no, natural o sobrenatural, es mente en lo que más se oponía a los anhelos que la inspiraron,
una historia monárquica. La Monarquía fué el centro normal, en este abominable cesarismo administrativo, gobierno anó-
constante y hasta único de la misión (diga usted función, si lo nimo e irresponsable, que ha originado en Francia estcis dos
prefiere) de Juana de Arco. Vese en eila la solución de una órdenes de decadencia:
gran c11isisfrancesa po,r medio de la Monarquía. "El rebajamiento, la debilitación y la eliminación final del
"El patriotismo de Juana de Arco es monarquismo. Una ciudadano.
vez que ha logrado hacer consagrar a Carlos VII en Reims, "El rebajamiento, la debilitación y la desorganización final
considera como terminada su carrera. Pero ¿ cuál había sido su del Estado.
primer cuidado desde el momento en que llegó a Bourges? Re-
conocer y designar "al verdadero rey". Fueron sus propias pa-
labras. Se comprende que, luego que el gentil Delfín quedó se- LIBERTAD, AUTORIDAD, RESPONSABILIDAD
ñalado a sus pueblos en virtud de la unción, Santa Juana qui-
siera retirarse. Y, en efecto, ya sin ella, la Monarquía recon.s- "Estos dos órdenes de decadencia originados por la Revo-
tituída reconquistó poco a poco a Francia y bajo Carlos VII lución tienen como causa próxima el instrumento revoluciona-
y sus sucesores no cesó de fortificarla y engrandecerla." rio por excelencia: la centralización. Centralizar consiste (cual-
quiera que sea el nombre que se le dé) en cargar en el poder
l. Action Fra,i,qai,se de 1 de agosto d,e 1899. central toda la responsabilidad, y, para hacer frente a ella, el
poder necesita absorber todas las libertades Y reclamar parr.
256. ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON EL CONDE DE LUR-SALUCES 257
él toda la autoridad, ya que las tres cosas van juntas: aut . "Desde hace cien años, el poder central se halla en la si-
d nd 1·b t d b.,.d d , ·
e, , _1 er a y responsa 111 a son termmos que representan
ori.
tuación de un atleta que levanta· un peso muy fuerte y que lo
los diferentes aspectos de una realidad, las diversas rel . sostiene a brazo alzado hasta el momento en que, fallándole los
.
nes d e una misma .
idea. · ac10.
· wúsculos, vese obligado a dejarlo caer. El poder central ha de-
"La antigua Monarquía tuvo excusa en buscar en Jo · jado caer a menudo su carga. Esto ha ocurrido, hasta 1870,
tralización una fuerza que creyó indispensable pa;a lucha: ;;:~ · cada quince o dieciocho años, y, desde que estamos bajo la Re-
t~a la poderosa Casa de Austria en el exterior y, en el inte. ' pública, ocurr~ cada oc~o o nueve -~eses: No son ya_ revolu-
nor, contra las facciones políticas y religiosas que destrozab
a~ p~ís. Pero _la Monarquía se dió perfecta cuenta de que h:~
bia ido .demasiado lejos en este camino ,· el rey Luis XVI J.uzgo,
· ' ciones, sino simples caidas de :Ministerio. Estos reiterados
cambios dentro del régimen actual parecen menos importan-
tes y menos trágicos que antaño, en razón de que el ser que
necesario descargar al poder real de una parte de las respon sostiene el peso de las responsabilidades es ficticio e imper-
bilidades que lo aplastaban y pretendió hacer revivir antigusa- sonal, lo que equivale a decir que sus responsabilidades son
. os
organismos que tendían a atrofiarse, de modo que pudier ilusorias y que, de hecho, estamos viviendo en pura anarquía.
transmitirles, con una parte de responsabilidad, la parte corrP,~ "Parece que hasta aquí no nos hayamos dado bien cuenta
pendiente de autoridad y de libertad. No hay duda de que -~¡ de los términos del problema que hay que resoiver. Ora so pre-
P_rovocar la reunión de la Asamblea de los notables, su obje- texto de defender la libertad, ora para devolver al país la se-
tivo era hacer revivir las antiguas provincias y devolverles guridad y el orden, lo único que se ha hecho ha sido complicar
su función de antaño en el gobierno del país. de una manera más o menos hábil los engranajes del poder
"iEn la descripción, tan llena de encantos y de finas y pro- central, ya con el designio de entorpecer su acción, ya, por el
fundas observaciones, que M. Maurice Barres nos ha hecho del contrario, buscando el hacerla más eficaz, y así es como,
Vall~ del Mosela, no ha dejado de hacer notar los indicios que en estado de perpetua inestabilidad, no acabamos de oscilar
hallo en Lorena de este ensayo de reconstitución. "Saint-Phlin entre la anarquía y la tiranía. No se ha comprendido que im-
podría añadir-dice-que las ideas nacionales tuvieron un in- portaba menos el desplegar talentos de sutil relojero en la
~ento de reanimación de 1786 a 1789: esta pequeña nación mal confección del mecanismo del poder central, que el descargar-
mformada esperó un gobierno indígena por medio de una asam- lo del formidable peso de responsabilidades que, de todos mo-
blea provincial" (V Appel au soldat).
dos, era el único en llevar y bajo el que acababa siempre por
sucumbir. No se ha visto que era preciso dejarle la parte que
le correspondía y repartir el resto sobre otros hombros... Hay
LA CENTRALIZA.ClóN, ENEMIGA DEL PODER CENTRAL que tener bien en cuenta que la duración del antiguo régimen
debióse a la descentralización: el feudalismo; los municipios,
"Cuando la revolución pudo operar las reformas necesarias luego; después, las corporaciones religiosas, obreras y de otras
por el contrario, agravó el mal haciendo desaparecer los últi~ clases, las universidades y los parlamentos fueron otros tan-
~os vestigios de la organización-provincias, asociaciones, et- tos organismos medianeros entre el poder central y el indi-
c~tera-, .confiscando en provecho del poder central toda auto- viduo y que tenían su parte de responsabilidad y de libertad.
ridad Y libertad, pero asumiendo por esto mismo toda la res- "Se dirá, sin duda, que quiero volver a un orden de cosas
ponsabilidad, con lo que la revolución debilitó el poder central hoy desaparecido. Hay que anticiparse a las objeciones, incluso
~ejos d~ !orti:ficarlo. Aquel funesto presente fué la causa de 1~ a las más tontas. Es indiscutible que las antiguas institucio-
mestabilldad de que ha sufrido el poder central durante el nes tuvieron antaño su razón de ser; desempeñaron entonces
,siglo XIX.
un papel útil, por cuanto correspondían a las condiciones de la
17
258 ENCUESTASOBRE LA MONARQUÍA
CON EL CONDEDE LUR-SALUCES 259
existencia social y a las ideas y las necesidades del tiempo deben funcionar bajo una vigilancia más que bajo una direc-
Pero no porque una cosa haya funcionado bien una vez, haj
ción y dar la medida de su utilidad y su actividad bienhechoras
que querer restablecerla. No hay fusil que haya proporcionado más por los resultados que de ellos se obtengan que por su do•
más victorias que el fusil de piedra, y, a pesar de ello, no se cilidad y su ciega sumisión a las circulares emanadas de arri-
le ocurrirá a nadie dárselo a la infantería francesa y quitarle ba. Yo estimo que la solución del problema de la alianza de
sus Lebels. Pero hará falta, en cambio, dejarle un fusil, y de
la autoridad y la libertad debe buscarse en este equitativo re-
análogo modo es menester dejar que, en lugar de los antigu
03 parto de las responsabilidades. Se sorprenderá usted tal vez
organismos que facilitaron la descentralización, se formen otros si le digo que he sacado esta concepción del estado político
adecuados a las necesidades actuales y que la faciliten a su · y social de un país de mis experiencias militares. ¡Tan cie~to es
vez.
que el mismo Ejército, elemento centralizador y centrahzado
por excelencia, puede suscitar, desde ciertos puntos de vista,
la idea clara de la descentralización!
CENTRALIZAOióN MILITAR
"¿ Cuál es el Ejército en donde la autoridad tiene más
fuerza o es menos discutida? Sin duda, el ejército prusiano.
"Nótese, con todo, que en la antigua organización había un i Pues bien!: estudie usted los principios sobre los que se
grave elemento de desorden. Cada uno de estos organismos par. basa su admirable organización y se convencerá de que este
ticulares (señor feudal, municipio, corporación y hasta aba- Ejército tan fuerte y tan disciplinado es el más descentrali-
día) disponía en cierta medida de fuerza militar, de lo que se zado de todos. Su cuerpo de oficiales es, en cierto modo, autó-
derivaban guerras interiores harto frecuentes. nomo y se recluta a sí mismo, y, a mayor abundamiento, en
"La fuerza militar debe hallarse enteramente en manos todos los grados del mando, cada oficial tiene su parte de res-
del soberano: hay en esto un género de responsabilidad que él ponsabilidad con la parte correspondiente de autoridad e ini-
tiene que reservarse. Tiene que conservar bajo su sola auto- ciativa, palabra que en el lenguaje militar sustituye la de li-
ridad el ejército del país. Sólo él tendrá la iniciativa del em- bertad. Si no temiera alargar desmesuradamente esta conver-
pleo que debe dársele. En realidad, como los alemanes dicen, sación, me sería fácil mostrar con ejemplos el equilibrio, la
",el rey debe ser el jefe de guerra". El Ejército es entre sus fuerza y, al mismo tiempo, la elasticidad que da a las institu-
manos como una potente espada con la que protege al país ciones militares de Prusia la aplicación de semejante principio.
del enemigo de fuera y defiende en el interior los derechos y Ahora se han decidido, en una medida harto restringida toda-
la libertad de todos.
vía a introducirlo en el Ejército francés, y, ciertamente, esta es
la :nás fecunda de todas las imitaciones que nos hemos creído
en el caso de hacer de nuestros vecinos desde 1870. Un simple
DESCENTRALIZAClóN PARA LO DEMAS
capitán -es responsable de su compañía y de su escuadrón. Lo
administra y lo instruye según sus ideas: lo único que se le
"Exceptuado el orden militar, todos los grados de todos los pide es el buen resultado. Yo sé muy bien, por experiencia,
órdenes de la jerarquía política, administrativa, jurídica y ci- hasta qué punto semejante sistema desarrolla en los oficiales
vil deben descentralizarse, es decir, implicar una cierta suma el espíritu de iniciativa. Igualmente fortalece entre la tropa la
de libertad (con relación al poder), de autoridad (con relación disciplina y el espíritu de cuerpo.
al público) y de responsabilidad (con relación a uno y otro). "¿ Y por qué este sistema, que resulta excelente en la vida
"Los diversos órganos, de creación más o menos espon- militar no iba a ampliarse a los servicios públicos? Cuando las
tánea, que se escalonen entre el poder central y los individuos respon~abilidades estuvieran mejor establecidas, la. autoridad
260 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON EL CONDE DE LUR·SALUCES 261

se haría más activa, de lo que se seguirían, de modo espontá- . de la vieja ortopedia. La Mon~rquía francesa será menos ti-
neo, no pocos progresos: nuestros engranajes mejorarían con :: r.aorata.
una simplificacíón que todas las Comisiones parlamentarias del
mundo y todos los Gabinetes ministeriales no pueden ni ima. "Hay que suprimir los departamentos, porque casi ninguno
ginar. responde a nada real. Hay que substituírlos con regiones mu-
"Tomemos por ejemplo la Universidad. ¿No cree usted que cho más vastas. No faltarán tontoe que digan que pretendemos
le interesaría mucho verse emancipada de la tutela adminis- resucitar las antiguas provincias. Cierto es que, si en algún
trativa, recobrar su autonomía y hasta dejar crecer a su lado sitio los intereses antiguos y los nuevos coinciden, donde la
otras Universidades con derechos equivalentes a los suyos, es forma del territorio, la ley de las relaciones y el trazado de
decir, otros tantos organismos con la responsabilidad de la los caminos producen un conjunto que coincida con la delimita-
instrucción en Francia, con la libertad de escoger sus progra. ción del antiguo régimen, no habría razón para oponerse por
mas y sus métodos y la autoridad necesaria para imponerlos e ningún apriorismo a esta concordancia histórica. Si todavía
imponer las sanciones que hicieran falta? existen una Bretaña, una Provenza, una Borgoña y una N or-
,.,.,,,,,füL trataremos a estas provincias lo mismo que a las
~~;;;·;~c~;;~~iendo su existen;ia, ya que ¿ a qué razón violar,
ABOLIGióN DE REGLAMENTACIONES Y SEGG!ONA- en su daño, el derecho natural?
MIENTOS.-DESTRUGCIONES NECESARIAS "Pero, cuando se presente el caso, nos atendremos a lo con-
trario; estamos dispuestísimos a ello. Los ferrocarriles han
"Al mismo tiempo que se acabe con la reglamentación uni- creado naturalmente nuevos centros, nuevas regiones; Y cien
forme, brutal y anónima y que se la sustituya por un juego de años de rebeldía sistemática contra la naturaleza de las cosas
libertades, de autoridad y de responsabilidades vivas, habrá habrán servido por lo menos para enseñar a Francia que no
que librar a Francia del seccionamiento contra natura que en- se debe mutilar la realidad. La sumisión a las realidades que
torpece sus movimientos. ¡ Fuera la cuadrícula arbitraria y si- comprueban la estadística y la geografía se L~pone a cual-
:rnétrica ! Lo vivo no es simétrico; lo natural es siempre va- quier política tradicional y, por consiguiente, a la monárqui-
riado. Por lo demás, esta variedad y esta carencia de sime- ca. Esta destruirá lo artificial, lo ficticio, y resucitará lo natural
tría no excluyen el orden: pruébalo la misma naturaleza, en y lo eterno.
que tan admirablemente se muestra. Si una mujer se ahoga, el
primer cuidado del médico es aflojarle el corsé; rigurosamen-
te enconsertada por las instituciones consulares, Francia ne-
cesita poder respirar. Pues las instituciones de la Corona sig-
LAS COMARCAS DE FRANCIA - ..
nifican el rompimiento de este aparato compresivo. Sustitui- "Al libertar, por segunda vez, los municipios, al constituir
rán las circunscripciones arbitrarias con circunscripciones na- grandes regiones, la Monarquía tampoco podrá des~eñ~r estas
turales, aquellas que marcan la naturaleza del país y el carácter naturales y admirables subdivisiones de las provmcias, que
permanente de sus moradores. constituían antaño las comarcas y que han sobrevivido más o
"Hay muchos descentralizadores que sólo piensan en aumen- menos en todas partes: Quercy, Limagne, Agenais, Médoc, Bi-
tar el poder de los prefectos, sin imponer a éstos el menor gorre, Armagnac, etc. Me dice usted que :un geógrafo de ~an
aumento de responsabilidad. Otros no tienden más que a ha- distinción, que, por lo demás, es enemigo nue~tro en pohtica,
cer desaparecer aquí y allá pequeños órganos de transmisión M. Foncin, inspector general de la Universidad, ha hecho un_a
que juzgan inútiles, dejando, en cambio, subsistir el mecanismo ardida e ingeniosa defensa de la división por comarcas; el
263
CON EL CONDEDE LUR·SALUCES
262 ENCUESTASOBRE LA MONARQUÍA . 1 de primera intención,
d que forjan en el pape y h cer
podrá defenderse y hacer todas las reservas que quiera, pero · tapete ver e y d talles la Constitución destinada a a t
lo que en este sentido enseña M. Foncin va directamente con. 'a.si en sus menores e : Mejor nos representamos es a
e terna felicidad del pais. . tentamente y a diario
tra la destructora obra revolucionaria. 1a e berano que sigue a . .
"Opone al compás democrático e igualitario del Consulado \.obra como la de ~n so e las fuerzas del país y, a m~d1da que
1 trabajo espontaneo d . . los nuevos orgamsmos, les
la constitución real de la patria, que es exactamente lo que nos.'
:e crearse y tomar cons1stenc: ;arte de autoridad, de liber-
otros hacemos por nuestro lado. Por consiguiente, de corazón
y de pensamiento, ya que no de voluntad, M. Foncin está con va entregando poc~ .ª Pdº~? \ándose desde aquel momento, a
de responsab1llda ' un1 o-11' los desearnos
nosotros. Está con nosotros a pesar suyo; en cambio, a nos. ta d y de ellas hacen y a correo-
otros no nos cuesta nada darle nuestra aprobación: los monár. vigilar el uso que
quicos consideramos como una obligación y un placer el no · posibles.
distinguir a los hombres por el color de sus ideas; aplaudimos
a todos los buenos servidores del país, y donde vemos el mérito LAS. ASOCIACIONES
allí vamos a buscarlo. Como ha dicho el señor duque de Or- ue al francés le importa mucho
Ieans en su discurso de York House: "Todo lo nacional e8 "Se ha dicho a men~do q o no creo que se le pueda
.,....<.s
la igualdad que la libertad, yt y no aprecia la libertad,
nuestro; no .tenemos por qué temer ningún concurso, cualquie- ....... . . . s· no gus ade ola .,.esponsabilidad, sen t·l·
inferir mayor mJur1a. 1
ra que sea el punto del horizonte de donde venga."
no sea más que por temor .• rto
"Una Francia así dividida naturalmente, tendría unos ad- t al Vez t· por c1e •
,miento que no es muy atrae iv;Í En el estado de aislamiento
! ministradores designados naturalmente tanto a la elección del
y con todo, es muy excu~a e. olucionario se siente de-
soberano como a la del sufragio popular. Según observaba el
a qu~ le reduce el individualismo rhev bres y d~masiado débil
l constituyente Thouret, "un plan de división de un gran hnpe-
.d n medio de los oro d 1 erle
rio equivale casi por sí solo a una Constitución." Los intereses masiado pe rd 1 o e b"l"dad seria. Para evo v
· na responsa 1 1 dis
1 de cada región tendrían más fuerza que las intrigas de una para asumir nmgu , . mo hay que poner a su -
Corte o que los caprichos de un pueblo. Ellos designarían sus la afición a responder de s1 nus o ~reo que la asociación yue-
representantes útiles y sus delegados competentes. Pero la res- p osición una fuerza
f
poderosa Yly Cuanto más libertad y, por
de esta c ase. , pro-
ponsabilidad inherente al cargo de cada uno, una vez bien de darle una uerza d' a las asociaciones, mas
. . t más poder se e d volverse
definida, permi~iría que los abusos y las culpas fuesen repri- cons1gmen e, , . . . tiva del ciudadano de esen
midos co~1certeza y rigor tanto por parte del pueblo como por babilidades tendra la 1mc1\a constitución voluntaria y regiila-
parte del rey. y afinarse. De este modo ertiría en uno de los ele-
d -e corporaciones libres se conv , social". ,Esta obser-
da de <Leni• armonia
m,entos más poderosos or "' el cual añadía: "Las corpo-
METóDIOA PRUDENCIA EN LAS MUTACIONES vación es del conde de Chambord; organización del Municipio
raciones podrían tener parte ,en -~ " Fíjese usted en que esta~
"Esto quiere decir q'ue los nuevos organismos que deben y ser una de las bases de~:u ;:::bord datan del 20 de abr1!
crearse no han de nacer de la improvisación de un decreto, instrucciones del conde formadores y los que finge
sino que han de ser obra de las fuerzas vivas del país, vuel- d 1865. Todos los franceses re sus Cuestiones so-
e M W ldeck-Rousseau en F de
tas a su libertad de .acción, de tal modo que la función venga serlo, incluídos . a . M J Paul-Boncour1, en su e -
por sí misma a crear el órgano. De modo que la obra de un ·azes y su joven secretario, . .
ci . colaboración con el
Gobierno reformador no se concibe como se concibe la de una h publicado después, en
l. :M. PauI-Boncour a
asamblea de políticos trascendentes reunidos alrededor de un

l
264
ENCUESTASOBRE LA MONARQUÍA
CON EL CONDE DE LUR-SALUCES 265
ralismo económico, plagian antiguas .
de Chambord. No ha hab"d , º. concepc10nes del conde un hombre haya podido hacer d~ útil no muere con él, sino que
pasó por un ant· d l o prmc1pe peor conocido que éste; se transmite con la sangre y el nombre a su descendencia. El
icua o Y se ant· . b .
sus contemporáneos. 1c1pa a en cuarenita años a fruto de antiguos esfuerzos, unido al esfuerzo actual, hace
"Na·
J. a - !e puede oividar tarnpoc éste más eficaz y afortunado, de lo que se deriva para el bien
de la asociación el objeto de su o qu~ el. conde de París hizo , público un gran provecho. Todas las cosas adquieren así un
cuerde usted sus traba ·os s s m~dltac1ones preferidas. Re. gran aire de solidez y de fuerza. La tradición viva se convier-
Trade Union inglesas JT ob~~e1_alibertad de asociación y las' te entonces, según la bella expresión de un gran escritor mon-
· am 1en el se t· · b
Por lo que hace al se - d an 1c1pa a a su tiempo árquico, M. Paul Bourget, en "ese genio de la perduración que
nor uque de Orlea . .
tancias, Y sobre todo en s , . . ns, en varias circuns. , asienta lo que es sobre todo lo que fué". En otros términos:
afirmado la completa conf~r::~m~ d1scurs~ de York House, ha lo mismo que en la caída de los cuerpos, se produce una adi-
augustos predecesores . O . , de sus ideas con las de sus ción creciente, una aceleración continua. Las fuerzas reunidas
príncipes de la C . d,'\:ue luc1~a previsión la de todos estos en un instante dado se aumentan con todas las fuerzas acumu-
asa e Francia r Est b d .
volver a ser ir.~ ,-.~_,--- a an es1gnados para
naturalmente •;º • , _ •
1:;u• t:;:; ta·e ia patria. Su pensamiento se iba
cues IOnes más deli d
ladas durante los instantes que lo precedieron.
"Para hacer sensible la bienhechora acción de la transmi-
plantearse en el espíritu público. ca as, aun antes de sión hereditaria, echad cuenta de lo que ocurre cuando llega a
faltar: los cuerpos políticos pasan de un período de actividad
a una crisis de esterilidad. Como en el ingenioso mecanismo
REORGANIZACióN DE LAS FAMILIAS FRANCESAS de Atwood, una vez quitado este acelerador, el movimiento, de 1
acelerado que era, se hace uniforme, es decir, una simple ma-
"En el orden natural ( u
lia es la primera ent t dq e yo llamo plan divino)' la fami-
nifestación' de la inercia: la pieza motriz podría continuar f
re o as las asocia · l , . su curso durante eternidades, que este tiempo infinito no aña-
la menos artificial l c1ones, a mas drrecta, . 1
diría para nada el menor átomo de energía a su movimiento
hombres. Con todoy la ?ue_ ~enos depende del capricho de los
que duraría y se desarrollaría sin ganar nada.
régimen anárquico 'qu: 1:m~~:o:ra~_cesa ha_ sufrido mucho del
"En el principio de transmisión hereditaria hay un ele-
F'rancia ha sufrido mu h uc1on le asignara, y la misma
n1ento de aceleración metódica que permite a las fuerzas hu-
de la familia La C c o por falta de una buena constitución
· orona restablecer: • manas producir, sin desperdiciar nada, sus mayores resulta-
el triple uso de 1 l"b t a necesariamente en ella
a 1 er ad la a t .d d dos. Francia sería insensata si no supiese añadir a su trabajo
sin el que nuestra est· ' , u on a Y la responsabilidad,
rrible debilitación. irpe esta amenazada de caer en una te- e.dual todo el esfuerzo capitalizado de los franceses de antaño.
Es menester que las familias vuelvan a ser aptas para merecer
y desmerecer lo mismo que los individuos.
LAS FAMILIAS y LA TRADICióN
LA IGUALDAD EN FRANCIA
"La familia puede consider
de la tradición. Cuand , ~r_se como el vehículo natural
o esta sohdamente constituida, lo que Se objeta una vez más a estas verdades que son inaplica-
a.utor de la Enou,esta sobre ia, M bles porque el francés-aseguran-es igualitario. Pero ¿ lo es
de textos titulada La Repúbl"- onarquía,, una interesantlsima colección
Lct R,epública y la descentra;:z: la desoentrál·ización. (Nota de. 1909.) tanto como todo esto? ¿ Lo es tanto como para ir ·contra su
Nouvelle Librair~e N,a,tionale ( ción ha sido reeditada en 1924 por la. conveniencia y contra la conveniencia pública? Yo no veo que
un vo,J.umen en 16.º). (Noia del editor.)
los franceses sean igualitarios en la trasmisión de los patrimo-
1

r CON EL CONDE DE LUR-SALUCES


267
266 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
, . , a1aún modo, forma tangible a
nios materiales. Admiten las desigualdades hereditarias de la ste título nobiliario daria, en 1 ~ola a la descendencia dd
fortuna: ¿por qué no han de admitir que una herencia de ho. herencia de honor ~sie~:eraciones, salvo el .caso im· .
nor y consideración conquistada en el servicio del país cree ricano durante ~na ser1:emérito. Entre todos los privilegios
otras semejantes y hasta más legítimas? 'robable, pero posible, de nc1·a1 y no consiste más que en
'lo uno es ese , ,
"Hasta voy más lejos. Los franceses de hoy se lamentan la nobleza, so . dadanos Todos los demas
e b ue los otros cm . .
de que el dinero lo sea todo, pero ello es la consecuencia de tener más de eres q . or así decirlo, superfluos .. Sm
un régimen de igualdad democrática en el que el dinero nece. .·ri-vilegios son accesor~?s ybl'P bliga" se decía antaño. ¿No
P h y nobleza No eza O ' • tan
sariamente tiene que ser amo absoluto. Mientras no se llegue aquél; no a 1 re~rganizar este privilegio de asumir .-
a realizar la quimera del reparto igualitario de la riqueza,·· 'resulta urge~:e e d t· án todos que hay en este senti
sólo el dinero continuará diferenciando a los hombres entre , ble obligac1on y no a ver ir , ,,
no_ t una fuerza preciosa para el pa1s .
sí. Todo se compra, hasta el talento y la gloria. Hay un solo
.rn1en ° ·
"S3ría un crimen privar 1e de ella .
poder capaz de equilibrar el poder del dinero, y es el que no
tenga su origen en él, el que sea de orden moral y no de orden
material. Al lado de las herencias materiales que dependen de
la naturaleza, reconozca la ley las herencias morales que la :NOBLEZA ABIERTA
naturaleza sabe también constituir, y pronto Turcaret, ya sea modo, la nobleza debe ser una inst~tu~
de Israel o de Judá, encontrará la horma de su zapato. . "Concebida d~ este todos Constantemente se renue'Q'a. s
ción abierta. Abierta a . bsorbe Y desaparece. El pa-
. . ne a menos se rea 1 . .
una estirpe v1e . .' mo otro patrimonio cua quiera.
UNA GRAN HERENCIA PERDIDA trimonio honorífico se disipa co t nerlo. un gran título mal
fuerzo para sos e ' .
es menester un e S ndo por el contrario, una
..enza Pero cua
gu , d
Para que se me entienda mejor, me serviré de un brillante sostenido es una ver . h bre cualquiera una fuerza e
ejemplo: el del teniente coronel Marchand. Es evidente que sangre fecunda afirma en un om d y generosa entonces la
dora desinteresa a '
este joven oficial se ha portado como un caballero, en toda la originalida d crea ' 1 . i·ente rconoce Y sienta e1
. d. h el rey ey viv ' "' bl
fuerza de la expresión. Es certísimo, pues, que los hijos de ley o, meJor ic o, ' ill la carta de enno e-
Marchand, si los tuviera, serían posesores, al mismo tiempo hecho entregando, como una estamp a,
que éte la casa y las fincas de su padre, de un patrimonio moral cimiento. . n fiscal la nobleza compra-
de incomparable valor. Pues la ley francesa registrará la he- "Cuanto a la nobleza de orige . ·ta,c1·o·nde la auténtica,
. d. a una torpe 1m1
rencia material de los hijos de Marchand, pero no tendrá para da, es una broma in ign ' d trata de usurparlo. La noble-
nada en cuenta el otro patrimonio superior: dejará que se bo- cuyo principio niega, aun cua~ º. y e1 poder real se limita
. e crea a si misma, .
rre y se desvanezca. Legalmente, nada distinguirá a los hijos za no se compra, s da . Acaso la nobleza del Imper10 n:
del héroe de los demás ciudadanos, bastantes en número, que a reconocerla una vez crea . \ , le diera sus títulos'? ¿ Que
llevan en Francia el nombr,e de Marchand; por consiguiente, existía ya antes de que Napo eon consagrar su existencia
h . , ste sino reconocer y h b'
éste habrá conquistado en vano un sólido título de gloria: la otra cosa izo e . de las victorias que a ia
ley francesa lo desconoce. Supone gratuitamente que el honor bautizándola con el nombre mismo
es algo absolutamente personal. Desconoce la verdad psicoló-
gica de que los hechos gloriosos del padre espolean a los hijos
a no mostrarse indignos de él. ..
conseguido?
"Ya ushted.vl~: ~:e
za los hec os, im
e:;:jt:; la olítica monárquica no fuer•
qu; la naturaleza obre.

"La Monarquía hubiera creado a Marchand conde o barón,


268 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA CON EL CONDE DE LUR-SALUCES 269

,,endarla, con lo que otra vez su autoridad se ha visto gran-


LIBERTAD DEL JEFE DE FA}.JILIA ero.ente empequeñecida.
- "La Monarquía devolverá al jefe de familia, junto con la
libertad de testar, o los equivalentes de la misma, el derecho
"Puesto que hemos hablado de la familia, permítame uste
·correspondiente a su deber de educador. Este es sagrado y en
que le haga ver en los ataques que ha sufrido a partir d
' ta 1 esfera debe reinar la más completa . libertad. Acaso aun lle-
Revolución una prueba más de la estrecha solidaridad que e. 1 .
. ex1s. i a convenir que el Estado renuncie en favor de 1os Mum-
te entre esa~ tres ideas de autoridad, responsabilidad y liber. gue . . • t ., ·
· ·os a una parte de sus establecumentos de ms rucc10n pn-
tad. ¿De que modo-y desde el comienzo-se ha realizad · c1p1 M · · ·
t . o maria. La ley belga dispone que haya en cada umc1p10 una
a aque a este organismo esencial de la sociedad: la familia 'I
escuela por lo menos y deja a los Municipios completamente
:ues disminuyendo las responsabilidades de su jefe, limitán~
dueños de escoger y organizar la escuela a su gusto, pero, como
olas a la duración de su existencia y obligándole a deshacer a
es debido, bajo su responsabilidad.
la hora de su muerte la obra de su vida. Para ello ha hecho ·
fa!tn arrebatarle una li.berta.d: Ja rlP t~~t-:n• e~ ri~n;~ ..-1.,.,...'l"
• • • --- ...,.,.....
..,........
_! ......... uv ulSpo-
1,,1.\,.,V-',..1,,

ner . de sus bienes a s~ _arbitrio o para el mejor provecho de


CONCLUSJóN
los mtereses de la fam11Ia cuya carga tuvo encomendada.
1o que, a1 mismo
. t·1empo, se ha disminuído su autoridad lib ' con. 1
tando· a los hijos del temor de desmerecer. er "Ninguna autoridad sobre los ciudadanos sin una libertad
equivalente con relación al poder central, pero nada de libeT- 1
"Evidentemente, yo no pretendo que se impida a nad· tad sin una suma de responsabilidad equivalente a ella. Tal eG
l rt· . l ie
e repa, 1r. .por 1gua su patrimonio entre sus descendient es,
. .
P~-ro s1 ~ms1era que se peri:utiese a los partidarios de la parti- la norma que el buen sentido, la tradición y la ciencia polí- r
tica habrán de imponer a los reorganizadores, cualesquiera que
c10n desigual el testar segun su manera de entender los debe- sean del nuevo reino de Francia. A través de esta norma, ca-
res paternales. Creo funesta la partición igualitaria. La Histo-
J
be ;acer posibles todas las condiciones que el bien común re-
ria enseña que, cuando los ingleses quisieron debilitar a Irlan-
quiere . .Sin ellas, no veo ni puedo ver nada más que una mise-
da o destruir las riquezas de los colonos franceses de Bou b,
1 . . . r on, rable anarquía."
es 1mpus1eron el sistema establecido por el Código Napoleón,
pero se guardaron muy bien de aplicarlo en su país. Nuestros
No añadiré una sola palabra, no trazaré una sola línea de
conciudadanos harían muy discretamente si meditaran sobre
explicación. Algunos ciudadanos franceses, no aventureros en
este punto. El papel de la Corona no podría consistir en im-
busca de una circunscripción a la que manejar, sino unos ciu-
ponerles un sistema, pero no hay duda de que hará t d l
ºbl o o o dadanos preocupados tan sólo del bien público y a los cuales
pos1 e para ilustrarlos y para dar a los más advertid 1
f ·i·d . os as yo ensalzaba las excelencias de la Monarquía, me preguntaban:
ac1 1 ades necesarias. Ya usted ve que, como siempre, nos
-Pero ¿ qué es la Monarquía?- Yo fuí a preguntárselo a quien
~arece que el remedio consiste, no en la compresión, sino en la
libertad. tenía títulos para contestar a la pregunta. Nuestros dos des-
terrados, uno tras otro, lo han hecho. Uno tras otro han ilus-

:r~ "Pero todavía se ha cometido un atentado más grave con-


_Ili~/damfüa.Se ha tr~tado d~ arrebatar al jefe una respon-
"'ª i a que le era mas propia que otra ninguna.: la d 1
trado su definición de la Monarquía nacional. Y o la he traído
aquí textualmente y me he esforzado cuanto he podido para
ponerla al alcance de todos aquellos a quienes interesa, es de-
d ., d 1 h" · e a
e ucac1on e os 1Jos; para ello, se le ha privado de una liber- cir al común de los buenos ciudadanos.
tad, la de escoger a los maestros a quienes él quisiera enco- 'Acaso esta selección ciudadana a la que yo quería ofre-
270 ENCUESTA SOBRE LA MON\RQUÍA

cer la encuesta sobre la Mo.11arquíanos diga lo que piensa de


esta pregunta que desde ahjz•a se plantea ante ella:
La institución de una Monarquía tradicional, hereditaria ,
antiparlamentaria y descentralizada, ¿ es o no de salud p·ú-
blica?

FIN DEL LIBRO PRIMERO CARTA DEL

SEÑOR DUQUE DE ORLEA.NS


AL AUTOR DE

LA ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA


Marienbad, 18 agosto 1900.

Mi querido Maurras:

Con el interés más vivo he seguido su "Encuesta sobre la


]}Jonarquía" y las declaraci01l!es que le han hecho Buffet y
Litr~Saluces.
Todos mis amigos pueden d;iferir sobre matices de opinión
o interpretaciones de las reformas indispensables; están en su
derecho; pero lo que de hoy en adelante quedará sentado es
la .profunda unidad de la concepción monárquica, esenoialmen-
te reformadora. Reformar para conservar: este es todo mi
programa.
No he de pronunciarme sobre el detalle. Un príncipe que
tuviera la pretensión de regularlo por anticipado, sería bien
poca cosa. Pero un príncipe que no se declarara sobre los prin-
Npios, no sería nada.
Me he explicado ya sobre algunas cuestiones esenoiales a
la vitalidad del país. He defendido al Ejército, honor y salva-
guardia de Francia. He denunciado el cosmopo~itismo judío y
francmasón, perdioión y deshonra del país.
Pero hay otras cuestiones sobre las que los franceses tie-
. nen derecho a pcd!irme 1ma declaración neta y categórica. Cuén-
tase entre ellas la más obsesionante para usted: la descentra-
lización.
¡La descentralización! Es la economía y la libertad; es el
mejor contrapeso, al mismo tiempo que la más sólida defensa,
de la autoridad. De ella, pues, dependen el porvenir y la sal-
vación de Francia. Ningún poder débil sería capaz de descen-
tralizar. Apoyado en el Ejército nacional, constituyendo por .
mí mismo un poder central enérgico y fuerte en cuanto tradi- l
cional, soy el único capacitado para resucitar la vida espontánea
1
18

l i
274 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA

en la ciudad y en el campo y para librar a Francia. de la opre-


s1iónadministrativa que la ahoga.
La descentralización depende en parte del poder real y del
s,entimiento ·que la anime, así como de la dirección que el rey
pueda imprimir por sí mismo, pero es también un problema de·
orgamzación política y geográfica. Voy a dedicar a este pun- ·
to la preferencia en mis meditaciones. La cuestión será some-
tida inmediiatameinte a estudio, con la Íirme voluntad no sólo
de llegar a buen término, sino de llegar a él rápidamente. Quie-
ro que entretanto se sepa.
Y créame, mi querido Maurras,
su muy affmo., EL SEGUNDO LIBRO

FELIPE DE

LA ENCUESTA
1
'.)

SOBRE I.JA MONARQUÍA

(LAS RESPUESTAS)
APÉNDICES

CARTA DE INCORPORACIÓN DE OCTAVE TAUXIER

'ACTION FRANQAISEdel 1. 0 de abril de 1902 publicó la adhe-


sión a la Monarquía de Octave Tauxier, joven "que píen-
a con fuerza", en frase de M. Jules Lemaitre. Precedía a su
'arta una introducción, algunas líneas de la cual servirán para
"ue se conozca mejor el camino por donde el amigo que nos
a sido prematuramente arrebatado había llegado a la adop-
,ión de nuestras ideas. Tras recordar su definición, ya clásica,
el Imperio {"el Imperio •es una reacción contra 7,a, anarquía,
ro no contra las causas de la anarquía"), decíamos:

El método severo que debe a M. de Tourville y al grupo de


• critores de la Science Sociale ha acabado obligándole a nombrar
por su nombre a la verdadera reacción contra la anarquía: la
, onarquía. Vese, pues, obligado a separarse en un punto de sus
' aestros y de sus amigos: desgarradura penosa, pero indispen-
able.
' Su irritante desdén de la política, su ignorancia de las funcio-
'es del Estado, su insensata indüerencia por lo que ellos se atre-
en a llamar la forma del gobierno, condenaban a los jefes de esta
•~scuela a verse abandonados por un espíritu científico como era
- auxier.
Verdad es que el Estado ¡:noderno, su Administración, su buro-
éracia, han multiplicado las intromisiones. Pero, al reprochar al
, stado el haber invadido la esfera privada, había que reprocharle
~multáneamente el abandono de sus funciones propias, sus altas
1
r
612 ENCUESTA SOBRE LA lVIONARQUÍA APÉNDICES 613
funciones de Estado: política extranjera, policía general, Ejército He aquí la carta de Octave Tau.xier:
y alta justicia. Separándose de aquellos caballeros, Tauxier Po-
drá llenar la inmensa laguna que dejan en el centro de su sis--. "Mi querido Maurras:
tema. Y ellos mismos tendrán que agradecérselo dentro ele nada,
cuando usted llevaba a cabo la Encitesta sobre la Monarquía, yo
Démosle nosotros gracias ahora mismo. Apenas iniciado, Tau.
:o era monárquico, sino unicamente, y tanto como el que más, anti-
xier perfecciona y completa una de nuestras fórmuls.s más im.
republicano.
portantes: la de la identidad de los intereses de una dinastía na.
} Por aquel entonces, seguidor asiduo de los trabajos de la re-
cional con los intereses mismos de .la nación. Adivinad::., por 1,'.Ion-
,y:ista La .Science .Sociale, me desentendía, como ella, del problema
tesquieu, aprehendida por Renan, esta verdad, que pasa hoy a
n1anos-doctas manos-de Octave Tauxier, fué formulada en los 0el Estado. Los redactores de aquella revista, influidos por M. Tour-
'tfue, profesan una especie de recelo hacia la institución del Esta-
siguientes términos en la Encuestia sobre la Monarqiiía (primer
do; partidarios y propagandistas de la acción privada, opónenla a
fascículo): "ANDRE BUFFET:-Una República depende del talento
a. acción pú-blica como puede oponerse el bien al mal, y, llevados
y del ánimo de sus partidarios. Pero un soberano hereditario
,'par su sistema, no mencionan la acción de los poderes públicos
está demasiado directamente interesado en el bien público para
"como no sea para denunciar sus abusos o su impotencia.
gobernar sólo según su humor o según un sistema. El es el cere-
Convierten un hecho cierto-la excelencia de la acción privada-
bro, el centro nervioso de ia nación. Tiern.bla por el peiigi:o co-
mún, aspira a la común prosperidad. Su naturaleza profunda, su
·en punto de partid.a para venir a parar en el desprecio de la ac-
,,ción del poder público, de la institución estatal. Transformados asi
función necesaria y natural, o, si usted prefiere decirlo en términos de
i.en liberales, parece que desean un Estado impotente, y hasta creo
geometría, su posición, oblíganle a conducirse de acuerdo con las
: '.que estos discípulos de Le Play, despistados por un sistema erró-
exigencias del bien público. No hay duda de que puede equivocarse
neamente fundado, tienen cierta simpatía por nuestro presente
en la interpretación de estas necesidades, pero trata de decubrirlas,
fanarquismo.
no puede dejar de hacerlo, y, apenas advierte el error, su propio
.. Por otra parte, ¿ no es cosa de sorprenderse el hecho de que el
interés lo induce a rectificarlo."
~examen de la Nomenclatura 1 esté detenido desde hace nueve afies
En el segundo fasciculo de la Encuesta, en el que se repite bas-
tante este tema, sostengo, principalmente al contestar a Barrés,
, jy
precisamente en el primer escalón de las agrupaciones de la
.;vida pública: el Municipio? Los redactores de La .Science .Socia?,;,
que este es el privilegio del gobierno hereditario, personal o co-
,.-hago excepción de M. de Rousiers-que se paran ante las agru-
lectivo, aristocrático o monárquico. Las dinastías "buscan, como
paciones de la vida privada, ¿ acaso consideran como no existentes
todo lo humano, su interés particular, pero, buscándolo, procuran,
· Uas agrupaciones de la vida pública? Un lector asiduo de La Scien-
además y al mismo tiempo, el interés general". 1
;ce Sociale tiene motivos para pensar que, si M. de Tourville hubiera
Cuando sistematizaba estas ideas, ya indiqué su sutilid2.d. Tuve
que desarrollarlas mil veces en la Gazette de France, Le SoleiZ y ; Is
:Idea con este término expresada y definida, se ha epilogado sobr·e la
Le Figaro. ¿ Han sido bien comprendidas? M. Georges Fonsegrive, :palabra y todos nnestros demócrata,s cristianos se ha:~ aprovechado de
cuya inteligencia nadie seria capaz de negar, las ha discutido en ?ella para acusar a nuestras .doctrinas, bien ele eliminar el altruismo y
su libro La Crise Sociale, sin que parezca haberlas penetrado exac•• :de rechazar los más generosos arranques del alma humana, o bien hasta
·::deponerse al servicio de las malas pasiones que engendra el egoismo, o,
tamente. Le invito a que profundice las explicaciones de M. Tau- ,por mejor decir, sus •extravíos. Limitémonos a clecir que no comprenden
xier, que son luminosas. Apenas hay comparación entre nuestros ¡lo que es bien fácil de comprender. El teorizador del altruismo, Augusta
rápidos diseños y la forma perfecta que nuestro amigo da a la .Comte, ya aconseja a los politicos y hasta a los moralistas "que llamen
gran verdad política que con nosotros aspira v. servir 1. :los inipttlsos personales en ,ayuda de Zas necesidades sociciles". No sólo no
ihay nada más sensato, sino nada mejor, en todos los sentidos de la pala-
bra, desde todos los puntos de vista. A despecho de alguna aspereza
l. Como va a verse, Octave Ta1.L-..ier, queriendo designar las co~as ;de lenguaje debida a su personal filosofia del mundo, Octave Tauxier
con un término completamente explicito e lnequivoco, emplea la palabra · 'no dice más que esto. No sólo no descarta la virtud, sino que la sos-
egoismo en su evidente sentido de instinto de conservación. de voluntad '.tiene, Je d:,. puntc,.s de apoyo. (Nota de 1909.)
de vivir o de tendencia del ser a perseverar en su ser, ley común a todo · l. La Nc-menclatura es la tabla de los fenómenos sociales en el or-
lo que existe. Como era natural, hall,'\:,dolo más cómodo que discutir la iden en que se determinan unos a otros.
APÉNDICES 615
614 ENCUESTA SOBRE. LA MONARQUÍA

hecho llegar sus estudios hasta las agrupaciones de la vida - . Voy a repetir los términos de la Encuesta:
. - d publica l.o "¿Qué es Za Monarquía?t'
y h u b 1ese ap 11ca o su poderoso talento a esta parte indi"'~pensable
de su obra, tanto él como sus colaboradores hubieran visto el Una ·institución que convierte los intereses públicos de los fran-
tacto. como una institución ~ustificada, y, estudiándole, le hubie:: ,ceses en intereses personales y privados de un hombre. O me-
considerado como un orgamsmo necesario a la vida presente d 'jor aún: una institución que hace de los intereses públicos de los
socie"ddt'
a , a1 como en el cuerpo del hombre lo es el cerebro e1a
h ;Jranceses el patrimonio de una familia. Es decir , una institución
' y U- _que coloca Za cosa pública francesa bajo Za salvaguardia de un
biesen pensado que su buen funcionamiento tiene un capital inte-
rés para la salud del cuerpo socia}. {egoísmo. ·
¿ No es verdad que este es un sistema de gobierno de una
Es un poco excusable el que cueste trabajo el rechazar , aun que
sea en parte, las orientaciones marcadas por La Science Sociaie. ,,''.sencillez admirable? Más aún: es el medio señalado por ia Natu-
los meritísimos trabajos llevados a cabo por ésta, no solamente ha~ 7¡raleza. Esto es lo que esencialmente me subyuga en el sistema mon-
agrandado y renovado, a los ojos de quienes les han seguido, la ;,árquico: que es el medio natural.
concepc10n de la sociedad, sino también su capacidad de compren- Voy._a explicarme: la naturaleza confía a cada uno de los se-
sión general de las ideas y de los hombres. ,• / res el cuidado de su propia conservación, y para ello lo dota de un
Pero los acontecimientos de que Francia es víctima y las ense- ,, sentimiento, principio de sus acciones, que es el egoísmo. El ser
ñanzas de usted, mi querido Maurras, han hecho ver a algunos lec- dotado de inteligencia, el hombre, puede llegar a unas transaccio-
tores de la Science Sociale, entre los que me cuento, que errarían ,;,,nes con sus semejantes, a estipular unas alianzas, hasta a eri•
limitándose enteramente a sus orientaciones para la solució 1'1 de r,glrlas en el terreno de lo absoluto, y de este modo llegar a dar
las cuestionee que nos apremian. La institución del Estado acaso , la ilusión del altruismo, pero todo ello será en razón de su mismo
podía ser indiferente a los campesinos de la costa de Escandinavia egoismo. El egoísmo es para el individuo el medio de proveer a su
del siglo XI y hasta a los compañeros de Cedrico. Pero su exis- ,; existencia y el principio de la estabilidad de esta existencia misma.
tencia y su manera de ser no pueden ser indiferentes a los trance. Gustan los redactores de La Science Sociale de hablar, siguien-
ses de 1902. do a Le Play, del plan providencial; con estas palabras expresan,
Uno de los méritos de usted, mi querido Maurras, ha sido el " o mejor dicho, reconocen que la armonía total de una sociedad de-
haber restaurado la noción del Estado en las mentes francesas, en , pende únicamente del ejercicio del egoísmo por las unidades que la
una época en que, paralelamente a otras influencias secundarias, componen, es decir, que se mantiene unida y próspera no en virtud
el republicanismo y el liberalismo la habían destruido. Ha hecho ' \ de las cualidades altruistas, sino por la sola rebusca, por parte de
usted que se contemple al Estado en sí mismo, como órgano pro- · cada uno, de su propio interés exclusivo. Sólo cuando el hombre
pio, independiente, cuando se le creía condicionado a unas concep- mira a su interés propio, sirve eficazmente a la sociedad. ¿ Qué se
ciones de baja metafísica heredadas del siglo XVIII. , desprende de esto sino que nada grande, ni de carácter general,
Por lo que a mí respecta, maduro ya el espíritu, apremiado por es viable si se basa únicamente en el amor al prójimo (excep-
uno de nuestros amigos 1 , y estimulado por una fórmula que Vau- , tuando, como cosa fuera de discusión, los grupos religiosos), en la
geois ha repetido en estos últimos tiempos, ha llegado el momen- abnegación, la virtud, la conciencia, fuerzas intimas, raras, frágiles:
to de que exprese a usted mi adhesión a la institución real. fantasmas? ¿ Qué valen estas apariencias frente al egoísmo, ex-
Y no es que la razón de mi monarquismo no haya sido for- presión del ser "que quiere vivir" ?
mulada hasta ahora: a usted le es familiar, pero tiene en su abo•• Y siendo así, ¿ a quién vamos a entregar nuestros intereses pl'.l.-
no el ser la más fuerte de todas, el sobresalir entre todas, y me blicos, a quién entregaremos el Estado? ¿ A la virtud de uno o de
siento inclinado a exponerla, puesto que no ha sido más que indi- varios centenares de hombres que hayan sobresalido en el oficio de
cada, tanto en la Encuesta, por M. Buffet y usted, como en L' Actio-n canclidato ? ¿ O bien al egoísmo de una familia?
Frangaise, por Vaugeois. El hombre prudente pensará que debe servi"¡.se del medio cons-
tante que la naturaleza le ofrece y no le pasará por las mientes
tratar de forzarla, porque sabe que el medio que ella le presenta
l. No hay ninguna indiscI'eción en dar el nombre de éste, que es es el único eficaz y que, de pretender sustitUirlo por otro, no im-
M. Jacques Ba.inville.
616 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA APÉNDICES 617

pedirá por esto su acción omnipotente, si bien entonces ;pmpadour) no andaban tan descaminadas al encarnizarse con-
0
contra su propia inclinación. iraFederico y contra el Estado naciente que ellas trataron de aho-
Nemo naturae, nisi parendo, imperat. En efecto, lo que ve:rnoa garen la cuna. Los historiadores que uncínimemente han censurado
en los parlamentarios es el cuidado de su solo interés personal. ¡; Madame de Pompadour no hab'Ían visto lo que nosotros hemos
·~nido al alcance de nuestros ojos. Ella y sus ministros, Machault
¿ Tendré que afiadir que ea vano el preguntarse si un hereder .!JBernis, pre,Jint-ieron con gran justeza que no debe favorecerse la
resultará más "capaz" que un elegido, cuando sabemos que sólo ¡° iformaci6n de Estados nuevos en un cuadro tan estricto como es
institución real cuenta con la plenitud del conocimiento? Porqu: ;el cuadro de las naciones europeas; que hay que intenfarlo todo
posee todo aquello en que ésta se basa y todo lo que la hace posi- 1antes que dejar que crezcan aquellos que anuncian grandes ambi-
ble, las fuerzas esenciales de lo inconsciente, la sensibilidad y 105 'c-iones. La marquesa, ciertamente aconsejada por cabezas :r¡iás
movimientos reflejos. ,sólidas que la suya, había comprendido que Austria era mucho
¿ Puedo, pues, en adelante oir hablar, a propósito de monarqti!a ,;,menos temible que la nueva nación dirigida por un príncipe joven, •
y de república, de forma (!) de gobierno, de indiferen 014 de la igran político y ya consumado militar, apoyado y flanqueado por
cuestión de forma'/ :la irreductili>le enemiga, Inglaterra, en la que reinaba uno• de los
2.o La segunda y última pregunta de la Encuesta es ésta: La \mayores hombres de Estado que han gobernado una nación.
institución de una Monarq1da tra-dicional, hereditaria, antiparlam.,,.- " Lo que nos falló fué la ejecución. Aquella cantidad de ge-
taria y descentralizada, ¿es o no de salud públicaf ~nerales que mandaban a los rusos, los círculos alemanes, a los
La primera pregunta era de orden teórico; la segunda lo es d-a ,austríacos y los franceses no siempre se entendieron (como pu-
orden práctico; completa la primera en cuanto deja a los •hechos ' do verse en Rosbach), y, aun vencido, aquel reyezuelo que no
la justificación de la excelencia de la teoría monárquica; ju.stifica- ·:tiene por encima de si, como hombre de guerra, más que a Napo-
ción indirecta, pero plena y suficiente. No se puede responder más ,león, era todavía superior a Daun, por muy vencedor que éste fue-
que con un sí. se. Muchos han reprochado a Madame de Pompadour sus eleccio--
Su buen amigo nes. Los generales designados por la marquesa habían servido ya
OCTAVE TAlJXIER en la guerra de sucesión de Austria y no todos carecían de talen-
tos militares, pero faltó el mando supremo, los diversos mandos
Ilustremos con una viñeta las rudas y claras verdades ex- no se entendieron, y enfrente estaba Federico. No se sacó de las
puestas por Octave Tauxier. En el mismo número en qfü: apa- victorias todo el provecho posible. Además, Francia, agol::iada de
recieron éstas, uno de los colaboradores de L' Action Francaise deudas, pagaba por todos sus aliados, mientras que el rey de Prusia
. , metía el brazo hasta el codo en los cofres de la rica Inglaterra.
Richard Cosse, publicaba 1 unas importantes notas sobre esa
· -' Por este lado había una alianza sencilla y apretada entre dos
política de Luis XV y de Madame Pompadour que tan pronto
grandes hombres de Estado, uno de los cuales era, al mismo tiem-
ha sido presentada como un espantapájaros, tan pronto como po, el primer capitán de su siglo. Por el otro lado, confusión, inte-
algo escandaloso, y cuyas operaciones, cálculos y móviles estu- , '. reses numerosos y dispares, tropas diseminadas y oficiales valien-
vieron, no obstante, regidos por el sentido de los intereses de ; tes, pero para tos cuales el oficio de soldado ya no era la sola pre-
la Monarquía. En el mismo rebajamiento de la persona del rey, ocupación. Y, además, Francia vivía todavía de la gloria de Luis XIV,
la Corona seguía siendo lo que es y· conservaba un fuerte as- del mismo modo que, bajo Napoleón, Prusia vivía de la gloria de
cendiente sobre la opinión (que es lo que se trata de demostrar): Federico II. El error de Madame de Pompadour fué el no darse
·' cuenta de esta situación. Pero ¡Francia era todavía tan poderosa
Cotillón I, CotilLón II y Cotillón III (sabido es que Federico de- y Prusia era tan poca cosa!,;¡._ No obstante, Madame de Pompadour
signaba con estos noml:ires a las dos emperatrices y a Madame de habia olido al enemigo. ¿ Podremos nosotros censurarla con de-
l. A propósito de la correspondencia de Choiseul y de Voltalre, co-
mentada, en la Revue des Deux JJiondes del 15 de enero de 1902, por un l. Este pensamiento, 'dice Richard Cosse en una nota, "transpira en
critico asaz malévolo, ".M:. Pierre Calmettes. todas las cartas de Choiseul a Voltalre".
618 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA

masiada severidad por haber perseguido con encarnizamiento h


ta tratar de aniquilarlos, a Prusia y al prusiano ? ' as-

Las amantes de Luis XV y la imprevisión general de


reinad o summ1s · · t ran la principal
. . de las obJ"eciones quaquel .,.
dir" e se
1gen contra nuestra teoría de la Monarquía. Alo-uno de
tro . º nues.
_s anugos que perdona fácilmente la unidad italiana v 1 II
unidad alemana, sin hablar de Sedan y de Metz a Napoleó; mª


no ha podido digerir todavía a Rosbach y la pérdida de las
lottias. Permítasenos que lo repitamos: 1814, 1815, 1848, 18~~-
1~70 Y 1871 y el sesgo general de la Historia de Francia en Í
'
UN PRIMER BOSQUEJO DE NUESTRAS DOCTRINAS --
,. • siglo XIX debería~ inspirar por lo menos modestia a los ce;.
L 6 de mayo de 1899, señalaba el autor de la Encuesta sobre
sores
t . de Choiseul y de la Pompadour. De 1715 a 1174 , los e~
ranJer~s no entraron tres veces en París. El mapa de Europa
E la Monarquía a los ledores de la Ga~ette de F'r.ano.e "un
vasto movimiento contrarrevolucionario" ante el que los mon-
no ha sido rehecho de arriba a abajo a nuestra costa de 171=-
árquicos discurren a menudo distraídamente y del que "debe-
a 1774. Y todo nos demuestra que nuestras desgracias del s~
rían ser directores y coordinadores", y, entre otras cosas, es-
g~o XIX no habrían podido darse bajo la Monarquía. Esta hu-
cribía lo siguiente :
b1e:'~ pros~guido contra la Casa de Prusia la política de limi-
tac1~n aplicada por Richelieu a la Casa de Austria. Cuando "Desde hace diez años, que, en plena Academia 1, Renan declaró
~e piensa, por una parte, en el trastrueque de las alianzas ba- bancarrota de la revoliteión, todo espíritu robusto ha trabajado
Jo Luis XV y, por otra, en la guerra de América bajo Luis XVI de algún modo en destruir uno u otro de los Grandes Principios,
s~ comprende que el hilo de las primeras intrigas revoluciona~ si no todos los Grandes Principios a la vez. Destruyendo de este
r~as se descubra hoy en Londres y Berlín, y se saca en condu- modo las causas de destrucción, hacíase posible la reconstTucción
sión que la iniciación de nuestras revoluciones fué un resulta- general.
do de la intervención metódica de Prusia y de Inglaterra, los Saquemos la cuenta:
:Crítica del sistema sucesorio revolucionario. Libertad de tes-
dos Estados que han utilizado mejor desde entonces, primero tar. Reconstrucción de la Familia. (Paul. Bourget, Henrl Coulon,
las divisiones y, después, el descenso de nivel del Estado po~ Spronck, toda la escuela de la Paz social, etc.)
lítico francés. Crítica de la centralización municipal. Libertad local. Recons-
trucción del Municipio. (Mistral, Barres, :Marcere, todos los grupos
descentralizadores del Norte, del Oeste, del Este o del Mediodía,
etcétera).
Crítica de la provincia. Libertad regional. Reconstrucción co-
marcal. (Los anteriores, Foncin, etc.).
Crítica del liberalismo económico. Libertad sindical. Recons-
trucción de los grupos profesionales o corporaciones. (Todos los so•
cialistas de todos los matices, desde M. Deschanel hasta Monsieur

Nirman ... )
Crítica del liberalismo político. ·Libértad, '? independencia, o

l. El 28 do febrero de 1889, contestando al disc-urso de recepción de


M. Jules Claretie.

IU);,nt;
r
620 APÉNDICES 621
.
ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA

fuerza nacional. Restauración


los dictatoriales,
de la libertad gubernamental.
todos los plebiscitarios, todos los autoritarios,
(T<>dos
to-
hores, los desilusionados
;,reconstrucción.
exigen que se les presente un plan de
Como acabamÓs de ver, este plan viene im-
l
dos los antiparlament?-rios, Lemaitre, Coppée, Quesnay, Drumont
Guérin, Déroulede, Cavaignac, etc.). . '
,:plicito en la forma misma de las lamenta:iones
está inscrito en la misma estructura
naciona_I~s,
del pa1s y de la nac1on.
i
Sumad las cinco criticas, y tendréis la critica de todo el siste-
ma !ibe¡aI, parlamentario y repu°fi¡tcano. Smnad las cinco liberta-
:Basta con analizarlas
"a
de buena fe. El anhelo general dirígese
la Monarquía. Y la Monarquía es la expresión de nuestras
1
des, y tendréis las cinco libertades o cinco poderes naturales en
que se basaba la Constitución de la antigua FrancJa. Sumad, fina}. necesidades elementales. En esto radica exactamente
;fundo realismo de nuestra doctrina.
el pro-
\
mente, a la institución hereditaria de la familia el estatuto pennu-
nente del municipio y de la provincia, la institución profesional y
• cl principio estable de la autoridad política, y tendréis la fórm~la
de la Monarquía.
Y todas estas tesis son profesadas, sostenidas y apoyadas por
sectores considerables de las clases directoras francesas y a me-
nudo hasta por organizaciones poderosas. Lo que queda por hacer
es unirlas, agruparlas, ordenarlas. ¡ Y esto no se ha hecho! ¡ y los
.. monárquicos

vertirían
y la Monarquía
no piensan aún en hacerlo! ¡ Si los monárquicos
sieran! ¡Si los monárquicos supieran! En algunos meses se con-
en los directores indiscutibles
quedaría consagrada,
de la conciencia francesa
por lo menos ante la opi-
qui-
'1
nión. No faltaría más que convertirla
unánime del espíritu público.
en un hecho como postulado 1

Anterior en muchos meses a la fundación de L' Action Fran-


raise, y en más de un año a la Encuesta sobre la Monare¡uia,
este bosquejo ligeramente optimista (ya que no se preocupa de
'
las dificultades de la acción y se equivoca un poco sobre la
"rapidez"), tiene, con . todo, la buena cualidad de definir con
precisión la doctrina que hemos elaborado, expuesto y propa-
gado durante más de diez años.
Desde 1899, perfectamente conscientes de lo que queríamos
y de adónde íbamos, nuestro objetivo estaba concretado. Le.
hemos sido fieles, y, por una justa reciprocidad, no nos han fal-
tado las corroboraciones de los hechos. Hanse producido ta!
como las habíamos previsto y anunciado, como si hubieran e.:l··
tado a nuestro servicio. Es que están al servicio de la verdad
...
que estamos desentrañancj.o. El juego de los efectos y las cau-
sas ha acabado por producir una situación tan inquietante, que
muchos franceses de toda condición empiezan por nombrar el
mal con su verdadero nombre: sin ambages dicen ya República
y Democracia. P,ero, .para renunciar a los elementos destruc-

1
APÉNDICES 623

. tarel texto. MM. Charles Vincent y Jacques de la Massue fue-


-;on los primeros en adherirse la idea. Al mismo tiempo nos a
'' egaba un voto del más alto valor: era el de un v,eterano de
;la Causa real, hombre de alta inteligencia, de carácter firme,
Íde extenso saber, M. Auguste Cordier, director entonces del
'.Nouvelliste de Bordeaux. Francia y el rey han perdido en él a
r '.ungran servidor. Los nuevos monárquicos, por aquel entonces
harto desconocidos y harto discutidos, no olvidarán nunca los
DICTADOR Y REY 1 ,preciosos estímulos que recibieron desde el primer momento
'.'deAuguste Cordier. Un lamentable quidproquo, al que siguie-
~ron algunas discusiones completamente verbalistas (del todo
Acaso no creáis que en la fiebre -de los pri- :ajenas a la dirección del mundo monárquico) atravesóse en la
meros días casi me había hecho legitimista y
que estoy todavía muy tentado de serlo si se >proyectada publicación. De aplazamiento en aplazamiento, lle-
me demuestra que la transmisión herec!::ta·ria gamos a fines de la primavera siguiente. Comenzó entonces
del Poder es el único medio de escap,ar al ce-
sarismo, consecuencia fatal de la cle·•nocraoia en .Bruselas y continuó en París la Encuesta sobre la Monar-
tal como se entiende en Francia. , quía, y, como estaba concebida sobre el mismo plan y según
ERNEST RENAN. (Carta del 14 enero de 1852.) ;las mismas doctrinas que Dictador y rey, "aquel primer do-
. :,cumento hacíase superfluo; quedóse, pues, en borrador que
hubo de ser dado a la luz de tanto en cuanto para satisfacer
D cos días
ICTADOR Y REY" ha sido compuesto en el verano de 1899, po-
después de las detenciones del 13 de agosto. Al-
la curiosidad de un amigo o para esclarecer alguna discusión.
;Pero más de una conversión a la Causa monárquica fué apresu-
gunos de nuestros amigos estaban acusados de complot; por
¡ rada y maduró gracias a su lectura. El día en que se renunció
ello nos había parecido justo, conveniente y necesario el res-
;seriamente a su publicación inmediata, alguien exclamó: -¡Qué
ponder al desafío de la Justicia oficial con nuevas empresas.
. (lástima! ¡Era tan claro! ...- Ninguna otra oración fúnebre me
Hasta aquel momento se había hablado mucho de monar-
·. \hubiera dado tanto gusto.
quismo, pero siempre en término"S tan vagos o tan expediti-
- He aquí lo esencial de aquel documento :
vos, que la pe.labra ~o decía nada concreto al espíritu, o bien le
1 ............................ , •.•.•••.•••..•.•••.••••••••••••••••••.•••.•••••••••.••.•••••••.••
sugería imágenes del más puro arcaísmo. Hacíase urgente el
devolver sus vivos colore.s al nombre de una institución cuya . Llégannos las adhesiones de todos los sectores de la opinión
necesidad se hacía sentir más y más cada día que pasaba a \y de todos los puntos del pais. Más numerosas serían todavía'. a n_o
todos los franceses reflexivos. Mi amigo Frédéric Amouretti, ser un desdichado prejuicio : muchos antidreyfusistas Y antisenn-
a quien consulté el primero, aprobó mis planes y me animó con . tas, patriotas tan enérgicos como apasionados, se ~gu~an la res-
entusiasmo. Por mis ~otas podrá v,erse cómo colaboró en esta , tauración monárquica como un régimen hafto desd1bu1ado, harto
empresa y en qué" n:ltldida. La mejor forma de un· acto de este : templado, demasiado parlamentario para q11e pueda poner fin a los
género nos· pareció que sería una declaración de los escritores ; manejos de los facciosos. Con la declaración que sig~e nos propo-
nemos sobre todo 1 acabar con este prejuicio y defirur lo que en-
monárquicos que dejara sentados con claridad cuál habría de
hendemos y hemos entendido siempre por Monarquía.
_ser el papel momentáneo y cuál era la esencia permanente del
Es menester que todos los franceses en edad Y estado de apre-
régimen monárquico tradicional. Púseme en seguida a redac- ciar una doctrina política co~ozcan la Monarquía en la doble fWl-
1. Extracto de L' Action Fr,u1Y1,qa1Jse
de 1 de agosto de 1903. 1. Las palabras "sobre todo" son de Frédérk An10uretti.
1

r
624 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA APÉNDICES 625

ción que debe ejercer; una transitoria y, la otra, permanente· Hoy, la libertad y sus peligros están arriba, queremos decir,
primer lugar, haciendo justicia en los criminales de Estado · e,i ¿iu donde se ventilan los asuntos capitales que comprometen el
a· ndo a segui 'da a la reconstitución
ce ie
Y pro.
y la dirección del país. ,porvenir de la nación y la seguridad del Estado; en cambio, la au-
,, ridad, en sus extremos rigores, se ha reservado, con perfecta
LA DICTADURA MONÁRQUICA; SUS PRINCIPIOS
,fuutilidad, para los de abajo, para los súbditos entre los que, por
ÍI contrario, la discusión, las diferenciaciones, la iniciativa de cada
1
Los abajo firmantes, escritores monárquicos hablando · ¡udadano, estarían no sólo desprovistas de peligro, sino que se-
• en su 'an provechosas;
so l o. nombre, pero invocando, a más de las tradiciones y e,ons t ¡_ la autoridad soberana y decisiva aplicase al
t uc1ones de la antigua Monarquía francesa los discursos '· enor detalle de las relaciones de los particulares con la Adminis-
• Y CRrtas
del sefíor conde de Chambord de Su Alteza el conde de Pa · U,ación.
. '
su Adltezat el d~que de Orleans, en particular los recientes manifies- ; Invertir este orden, colocar la libertad abajo, la autoridad arri-
t os e es e último, afirman en primer hwar qu,, el J'"'fe
.,. o - - ....
1~ c-
cJ.s.ia,
ª" ..,y.
;¡ja,,es, ni más ni menos, reconstituir el orden natural y racional;
de Francia les aparece como un dictador necesario tanto ~- , ;~or tanto, la constitución monárquica significaría, sencillamente; la
rey legitimo. como • :.i:onstitución natural y racional del pais, al fin recuperada, y el
Afirman, en segundo lugar,
que el gobierno del Rey de Fran • :IJ6ino del Rey no significa más que el retorno a nuestro orden.
r.ri. p1-:..--
..-1•• ...,.--...:..... _ ~,..~~ --,..------~c1a
AJ.V _..,.,,._,UV y vengauor en SU,S primeros actos
-.....-.;;.JCL.!. UC ;::)IC:J, L~,l-'l.t::~Ur

de dictadura para poder ser reparador en los que sigan a fstos. Las libertades, abajo
Afirman, finalmente, que la represión ejercida por el Rey evitar"
e~ multiplicar inútilmente los rencores. No debe formarse en Fran~ No hay vejación legal o ilegal que la Administración francesa
c1a un nuevo partido de vencidos y de parias. La venganza pública. ,io se permita contra los contribuyentes y administrados. No hay
debe alcanzar a los cabecillas, a- todos los cabecillas, pero a ellos ¡nsolencia que la burocracia no se permita contra los ciudadanos.
solos: el Rey traerá la paz y el olvido a los seducidos y extravia- Un César anónimo e impersonal, todopoderoso, pero irresponsable 1
dos. Su abuelo Enrique IV, que no daba excesiva importancia a e inconsciente, dedicase a molestar a los franceses desde la cuna.
las sediciones del pueblo bajo, no vaciló en hacer ejecutar a cincuen- Lo mismo si vive aislado que si decide asociarse, el ciudadano fran-
t~ ~aballerós de una sola provincia, culpables de preparar la guerra cés puede estar seguro de tropezarse a cada paso de su camino
c1v1l. De modo que la acción real no debe dirigirse más qui; contra ·~on el César-Estado, con el César-burocracia, que le impone, ora sus
los grandes criminales, pero debe buscarlos con una fria y metó- :orientaciones junto con sus prohibiciones, ora sus mercancías jun-
dica energía, sin otro sentimiento que el amor del pais y el odio to con los subsidios que hay que pagarle.
de los enemigos de la nación. Después de la Commune, se fusiló Los negocios públicos que el ciudadano conoce mejor están
a millares de obreros y se dejó escapar a los jefes: un Rey de l!Ometidos a la vigilancia o al capricho del Estado. Sin el Estado,
Francia hubiera castigado a estos últimos sin misericordia pero padre de familia, un ayuntamiento, una directiva de sociedad,
hubiera perdonado al pueblo. ' un simple comité de fiestas, no pueden decidir casi nada en aquello
···································· ·························································· que de más cerca les toca y que les interesa de modo inmediato.
'.Asociaciones voluntarias, como las sociedades morales y políticas,
Ri;';GIMEN MONÁRQUICO oasociaciones naturales, como la familia, el municipio y la provin-
cia, todas las agrupaciones de ciudadanos, se ven, ora paralizadas
Después de que la dictadura monárquica haya resuelto esta por las leyes del Estado, ora inclusive por el capricho de los jefes
crisis, nos queda por prever lo que habrá de ser el gobierno nor- Jemporales del mismo ...
mal del reino. No sólo éste molesta y perturba al ciudadano francés, sino que
Lo co_ncebim;s como el régimen del orden. Concebimos este le proporciona comodidades peligrosas: le sirve en casos en que él de-
orden como algo conforme a la naturaleza de la nación francesa y '.beria servirse a si mismo, le desacostumbra de la reflexión y de la
a las reglas de la razón universal. Err otros términos: concebimos ,,acción personal; de e?te modo el Estado adormece y atrofia la
este régimen como el reverso del que estamos sufriendo. ;,función cívica; el ciudadano se hace ignorante, perezoso y. flojo;
40
626 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA APÉNDICES 627
pierd<c el sentido y el espíritu públicos· tratado como un Los municipios y comarcas (o distritos), media.11.te una serie de
.. . ' • menor
acaba hac1endose
. digno de la tutela· , los inmediatos inte ' ¡nedidas liberadoras, prudentemente escalonadas, vendrán a ser
su comunidad no le interesan ni le ocupan; deja hacer a los cura. \iueños de regular según les plazca sus propios asuntos, dispo-
dores que se ocupan del patrimonio común· aíslase de sus . niendo de su orden interior sin intervención del Estado, decidien-
· . • conciu-
dadanos y viene a caer en la condición individualista del sal . _idoen aquellos asuntos que son familiares, o pueden serlo, a cada
del primitivo. VaJe Y :uno de sus miembros y sin otro límite en esta honesta y razona-
. Por una cons:cuencia natural de este régimen, ciudades de diez ;ble libertad que el bien común y la seguridad del reino.
mil almas no encierran, a menudo, un solo habitante que sea digno de Esas vastas regiones que se extienden alrededor de nuestras
ellas. ¿ Por qué molestarse en hacer ciudadanos en lugares en .grandes ciudades (Lyon, Burdeos, Marsella, Lilla, Nancy, Tolosa,
el Estado centralizado se encarga, sin excepción, de todas las tar:: ;Rouen, Montpellier, Grenoble, Besarn;;on, Limo ges, Clermont, etc.)
cívicas?, Pero la verdad es que estas tareas el Estado las hace serán reconocidas por la Ley y libertadas del seccionamiento depar-
mal _porque está mal aparejado para realizarlas. Las distintas co- ;tamental, que es absurdo y anárquico; los territorios aglomerados
munidades • van resbalando asi hacia una decadencia profunda , a la ,;alrededor de estas capitales naturales obtendrán progresivamen-
q~e e 1 mismo Estado les sigue: pobre en hombres, Francia será ; te la autonomía para todo aquello que se refiere a sus asuntos
bien pronto pobre en todo. : propios y que no comprometa el interés nacional; unos grandes
~Consejos provinciales, bajo el control superior, pero lejano, del
Cons!derando que los tiempos de verdadera y sólida prosperi- ~Estado, colabqrarán en el despertar y renacimiento del cuerpo en-
dad ~acional fi,eron en Francia aquellos en que el Poder real ind¡¡- hero de la patria, que la política jacobina ha empequeñecido.
pendiente Y_ dueño de las atribuciones propias del Estado no impe- Las asociaciones profesionales, confesionales y morales, dota-
día. a los diferentes Cuerpos, asociaciones y comun,idades de la na- ' das de la más amplia libertad, serán sometidas al derecho común
ción el dirigir libremente sus particulares intereses; y consideradas como personas civiles autónomas que se ocuparán
Considerando que a la decadencia de la Monarquíct nacional s _ ::por sí mismas de su orden interno, por este espíritu de cuerpo que
guió, bajo los Barbones, la decadencia de dichos Cuerpos, asoci:. , es el princir,io de todo progreso; tendrán capacidad de poseer, de
ciones y comunidades, ya que cada intromisión del poder real en s ' adquirir, de enajenar, pero pagarán impuestos y multas y, en caso
t . u
· de indignidad legal, serán borradas de la vida común, temporal-
au onomia se señalaba paralelamente por una secreta disminución
de este mismo poder; : mente o a perpetuidad.
Considerando que estas clarísimc,s lecciones dadas al Rey y a
Francia por ocho siglos de experiencia histórica no habrán de ser Resumiendo: en la actualidad, el ciudadano es como mi esclavo
inútiles ni para Francia ni para el Rey; : en, todas aquellas cosas en que es competente y que directamente
El poder real no puede en adelante dejar de tender con firr;;,eza, fe iiJectan, en todo aquello de que está bien enteraao y que tiene,
aunque con prudencia y sin prescindir de las etapas indispensable 8 : p<¡,r tanto, capacidad de juzgar. El poder real le devolverá la libre
en la práctica, al restablecimiento de estas libertades allí do-nde · d'isposición y la soberanía en estos asiintos que le fueron arranca-
el interés superior de la Patria y del Estado no exijan la supre- dos sin derecho, sin utilidad y hasta con detrimento del v·igor de la
macía absoluta de la autoridad central. patria.

Es decir: que las familias se organizarán como les plazca; cada Esto es lo que hará el Rey en favor de las libertades: se las
uno testará como quiera, los padres que deseen constituir en su devolverá a los ciudadanos, saldrá garante de ellas, será su de-
descendencia unos bienes hereditarios intangibles e inalienables, fensor y su c"ustodio. Veamos ahora lo que hará en favor de la
tendrán completa libertad para hacerlo; las familias, reconocida:, autoridad, de~entendida, como queda dicho, de los detalles íntimos
por fin como asociaciones naturales, tendrán capacidad para ad- de la vida civil.
quirir derechos análogos a los de los ciudadanos y poseer en co-
mún un patrimonio honorífico y moral, lo mísmo que poseen un pa-
trimonio natural.
628
r
ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
APÉNDICES 629
1
.te o treinta meses; no es posible que dure más un gabinete repu-
La autoridad, arriba
blicano que deberia, nada menos, subvenir a las más graves nece-
sidades políticas y económicas de la nación. ¿ Qué grande o peque-
El r~y restaurará, definirá y utilizará la autoridad para fines to almacén, qué insignificante tenducho de fruterla o de zapa-
puramente nacionales.
tero remendón podria soportar semejante cambio continuo y siste•
El Estado francés, que actualmente se ocupa de todo h t rnático de dirección? ¿ Qué industria no se arruinaría si el perso-
• as a de
hacer escuelas . de vender cerillas, y que, como es natural, lo nal director de la misma cambiará cada diez, veinte o treinta
hace todo mahs1mamente y vende unas cerillas que no se meses? 1.
cienden y distribuye una ense:fianza insensata, este Estad; en. Ningún ministro tiene tiempo suficiente para estudiar los servi-
bº . , es, en
cam 10, mcapaz de cumplir los cometidos que le son propi cios que tiene la obligación de dirigir. Apenas si los conoce de vista.
os, y
se abandona a los representantes del poder legislativo. Los minis- Por lo mismo, el pobre hombre se ve obligado a dejar que los jefes
tros no son otra cosa que mandatarios y servidores de 8 .,n,,d _ de Sección cuiden de todo. De vez en cuando, impelido por algún
~ - ore5
Y diputados, y no piensan más que en obedecer a sus dictados a gTupo parlamentario, los atosiga con w1a pasión ignorante y vio-
fin de conservar la cartera. Como expresa una enérgica fórmula lenta, y así se pasa de la Rutina. a la Revolución sin térrnino me-
"~l elector mendiga favores del diputado, que los mendiga del mi~ dio posible. Ni dirección seria, sólida, personal, ni tradición segura,
rustro, el cual, a im vez, mendiga los votos de! diputado que mendiga y, así, nuestra ad...i-r.Jnistraciónno adelanta w, paso; ya es bastante
los sufragios del elector" 1.
i:,i logra evitar el ir para atrás.
Una clase de ciudadanos profundamente despreciada por el pafa Porque esta inestable dirección ministerial se ve dividida con-
entero, convierte en oficio la influencia y la intriga y mercadea tra si misma hasta la locura. Nada de unidad de pensamiento
con el_Ias. Senadores, diputados, corredores electorales... Sólo por entre los miembros del mismo Ministerio. Ni siquiera nada de uni-
casualldad se encuentra un caráder independiente entre mil indi _ ,. dad de planes en el mismo ministro. Por una parte, tiene que con-
viduos de tal profesión. Los que pasan por tener las manos lim- tentar a sus amigos, y por otra, tranquilizar a los adversarios. La
pias son unos patentes majaderos. La misma mañana de la elec- maniobra parlamentaria es, de consiguiente, el agobio de su políti-
ción de Loubet, pudo escribir con razón uno de nuestros maestros ca general que está totalmente subordinada a aquélla. Como la
que el futuro elegido del Congreso brillaba más que por nada Dor mayor parte de los ministros procede de la vergonzosa clase que
su insuficiencia intelectual. ··
vive del presupuesto, y como ésta no se sostiene más que gracias
Siempre ignorantes y limitados, a menudo famélicos y corr~m- a la pandilla de sus compinches electorales, los recursos de la na-
pidos, he aqui lo que i::on los dueños de Francia. Nos dicen que se ción son entregados al píllaje. Los gastos inútiles y de origen elec-
los sustituirá, pero cambiar el personal no sirve de nada. Una asam. toral aumentan a diario, y los ingresos se ven reducidos por U.'l
'Jlea que por casualidad estuviera compuesta por gentes ilustra- movimiento paralelo. Defensa nacional, industria y comercio de
das veríase reemplazada en breve plazo, como la asamblea de 137·;, • la nación, todo es sacrificado a los menudos intereses de nuestros
por una horda de agitadores, captadores del sufragio popular. Si fabricantes de escrutinios. Si se traza un puerto, para ellos es.
los sustitutos fueran, al llegar, personas decentes, el mecanismo Para ellos se construyen las carreteras; para ellos, los ferrocarriles.
del régimen los pervertiria pronto. Ya el conde de París lo ha hecho Al interés general no se le reserva más que una pequeña parte.
notar: una institución como ésta corrompe a sus hombres, quie- Nuestra potencia financiera se agota para satisfacción de la clien-
nesquiera que éstos sean.
tela electoral de los diputados y de los senadores influyentes, del
¿ Qué viene a ser, pues, semejante gobierno? ¡Un .fantasma, un. mismo modo que nuestra potencia política se consume en asentar
juego de palabras! Los diversos jefes que en él actúan son dema- firmemente y en defender con obstinación la influencia de estas
siado equivalentes entre sí para sobrepasarse y vencerse nunca de
un modo definitivo. Todo lo más que dura, poco más O menos, la. 1. Estos espacios de tiempo han aumentado hasta treinta y seis Y
victoria de uno de sus conglomerados ministeriales, es diez, vein- cuarenta meses en los largos ministerios de Waldeck-Rousseau, Comoos
y C!emenceau, pero no por ello disminuyó su hilarante insuficiencia,
1. Les mo1·ts qui parlent, del vizconde de Vogüé. como lo demuestra el estado de nuestros grandes servicios técnicos, la
Marina, por ejemplo. (Nota de 1909.)

1 1

1
1

1'
1 630 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA APÉNDICES 631

gentes. Impotente para el bien público, el régime.'1, cua d elección sensata y emitir una opinión válida sobre las cuestiones
t en d e ser f uer t e, gasta n °
sus recursos fiscales y sus instrumentos Pre-
de que están más alejadas de él, las más profundas y las más espi•
defensa en establecer a sus hombres o en consolidar la anar . nosas de la política general. Y el elector, el ciudadano, cuya com-
que con ellos reina. quia petencia en asuntos modestísimos se hacia sospechosa antes, se ve
Debido a estas dilapidaciones,
y asimismo por falta d · de pronto obligado a poseer las luces de las cinco clases del Ins-
d'irecci º6 n compe t en t e y continuada,
el comercio disminu e una
tituto, puesto que tiene que elegir entre la politica radical y la
· d t · d · ye Y la
m us na . esc1ende, a pesar del aumento ficticio que la E xposic16n • • oportunista, entre la autoritaria y la liberal, entre socialismo y ca-
ha determmado. La agricultura no vend. e sus productos , O 1os venct,,. pitalismo, y ha de ejercer el derecho de orientar mediante su
mal, Y el prestigio político de Francia experimenta la misma d " voto la legislación, la alta justicia, la diplomacia, la organización
'ó epre-
s1 n que su poderio económico. Un poder sin vigor que ad.mini t
~a débilmente el Ejército y no se ocupaba de capitanearlo,
Jado durante dos años enteros que fuera blanco de todos los in-
h:~:: militar y naval del país entero.
Jamás quimera tan absurda ha sido realizada con probidad. En
vez de lamentarse de ello, lo que hace falta es ver todo lo que
sultos. Y, en el orden diplomático, después de meterse, no sin in- tiene de irrealizable y darse cuenta de que, aun siendo indepen-
coherencia, en la empresa de Fashoda, no pudo salir de ella más diente, probo e inteligente, el elector carecerá siempre de compe-
que a costa de nuestra común vergüenza. La alianza rusa ha de- tencia sobre la mayor parte de los asuntos sometidos a su juicio.
jado hasta de figurar en el vocabulario de las conversaciones d Tal incompetencia lo hace, o violento y ciego, o vacilante y versátil,
Europa 1. e y, a menudo, ambas cosas a la vez. El elector francés se pasa la
Sin duda, Bismarck previó no pocos de nuestros males actual vida concediendo sus votos a unos desconocidos sin más garantía.
cuando hizo todo lo que pudo para someternos al sistema repub~~ que el color de los carteles en que los candidatos publican sus de-
cano .. Bismarck no ignoraba que la fuerza de un Estado supone claraciones respectivas. Semejante sistema estimula, excita, deter-
la unidad de pensamiento y el espíritu de continuidad, la cohesión mina a los partidos de oposición, aun a los decentes, y con más
Y la organización. Y como el régimen de la República no es otra motivo a los que no lo son, a provocar el mayor número posible
cosa que la ausencia de una voluntad directora y de un pensa- de escándalos y catástrofes, de modo que den motivo al mayor
miento sostenido en la cumbre del poder, se daba perfecta cuenta número de cambios a cada renovación electoral. El interés de par-
de h~sta qué punto tal régimen es causa de división y de perpetuo tido reemplaza de este modo al bien público. Y poco a poco se va
camb10 en el pueblo que a él se entrega. descomponiendo Francia.
Ya pueden decirnos los republicanos parlamentarios, y con ellos A todo esto, ¿ en qué se convierte el Estado? En un esclavo:
los plebiscitarios, que este poder inestable y débil se asienta sobre esclavo de las Cámaras, esclavo de los partidos parlamentarios y
una firme base. La base que ellos juzgan tan sólida es la voluntad de las pandillas electorales, esclavo hasta de estos acontecimie11tos
Hacional expresada por las elecciones legislativas o los plebisci- imprevistos que bajo semejante régimen desencadenan, con el pá-
tos; de ella viene, puesto que en ella reside-afirman-la autoridad nico, mutaciones de opinión y, por consiguiente, de personal y de
gubernamental. Los mismos hombres que niegan al ciudadano el dirección, pero que son precisamente los que requerirían, con rela-
derecho de tratar las cuestiones que conoce y de dirigir los intere- ción al bien público, el máximo de firmeza, de estabilidad y de po-
ses que le son más inmediatos, los mismos hombres que niegan sesión de sí mismo. Hay que trastrocarlo todo cuando más falta
al elector municipal el derecho de cambiar de sitio una fuente 0 haría estabilizarlo; se destituye a Varrón en el momento preciso
de abrir un ca~ino sin permiso del Estado, por la más sorpren- en que haría falta colmarlo, aun siendo incapaz y hasta indigno,
dente de las ficc10nes constitucionales atribuyen a este mismo ciu- de los testimonios de la confianza del Estado.
dadano, a este mismo elector, el poder absoluto para hacer una Por esta triple y cuádruple esclavitud en el interior, tiende el
Estado francés a la servidumbre exterior; los otros Estados no to-
. l. Esta ~lia~za nos condujo a una especie de acuerdo con Alema- leran su aparente independencia más que para dejar que se hunda
nia (18 c1e Jumo c1e 1895, E:iel), que tuvo como resultado el crac de mejor, que degenere y se descomponga por si mismo.
Fashoda. Por nuestra parte, con nuestro desconsiderado coqueteo eón
Inglaterra, contribuimos a que Rusia se extraviara por los caminos
de Mttkden. (Nota ele 1909.) Considerando que los escritores abajo firmantes están penetra.•
1

r
APÉNDICES 633
632 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA

dos de las necesidades políticas que pueden escapar a sus conctu- '811, albedrío conscíente, legal y responsable, y eZ de sus sucesore8,
dadanos, y que actúan como apoderados y hermanos mayores de ,a,segurarán la unidad, Za constancia y permanencia de de8ignios,
la raza, en el pleno ejercicio de los deberes y de los derechos que , '-con "1,a ayuda y colaboración de hombres competentes que forma-
las desventuras públicas les confíeren; . 1,.án en los Consejos técnicos y en las asambleas locales.
Considerando que son con.scientes de la obligación de velar y
proveer a la común salvación; ;i Expliquemos ahora al detalle la ma.llera de funcionar el Esta-
Considerando que la salvación común, condición de todos los do según el programa esbozado. Desaparecerá el Parlamento a la
derechos, impone un esencial deber hacia la comunidad nacional• · .r_J.nglesa.La experiencia parlamentaria ensayada desde 1815 a 1830
Considerando que ésta, la patria, el Estado, no Bon, ni much~ ,y desde esta fecha a 1848 por las gentes más honorables Y hasta
menos, asociaciones nacidas de la elección personal de sus miem- ilustradas, fué un rotundo fracaso. Si bajo la Restauración Y el
bros, Bino creaciones de la naturaleza y de la necesidad; '.Gobierno de julio hubo considerables progresos, si cabe decir que
Considerando también que la unidad de Francia no está forma- · nuestro capital moral y econórr,.ico se rehizo en aquellos dias Y
da por un cierto número de individuos exi.stentes en un momento 'que aun estamos viviendo del capital entonces amasado, la Hist':
dado y unidos por determinadas ideas- o determinados gustos efi- l'_.ria nos enseña que estos progresos ~e realiz~ron a pesar del régt·
meros, sino, al contrario, por un determinado número de familia.s Jrnen parlamentario, gracias al espintu politlco de los_ ~rillcipe~-~
que se desenvuel·ven de edad en edad y tienen en co1nún ciertos in- ·:a verdaderas dictaduras ministeriales (el duque de Richelleu, Vi•
tereses permanentes: intereses del territorfo que se debe defender_, Jlele, Guizot) : dictaduras que, por lo demás, no hubieran sido po-
de Za raza que hay que perpetuar, del capital económico y moral ésibles fuera de la Monarquía.
que hay que desarrollar; , El príncipe necesita tener una responsabilidad definida. Como
Considerando que la ausencia fatal de toda autoridad perma- · ;:dice Renan, "la Monarquía nos muestra una nación concentrada
nente bajo el régimen
profundos intereses
republicano
generadores
amenaza
de la fuerza
y compromete
francesa,
estos
de la vo-
en un individuo, o, si se prefiere, en una familia, y alcanzando
, este medio el más alto grado de la conciencia nacional, toda vez
por 1

'
luntad, de las ideas y de los sentimíetttos que son propios de 'que ninguna conciencia puede valer como la que responde a. un
franceses; ;solo cerebro", cualquiera que sea, por otra parte, el valor particu-
El ciudadano francés confiará, en virtud de un fideicomiso so- lar del cerebro en cuestión.
lemne e irrevocable 1 , a la rama sitperviviente de la familia Gap.eta Los ministros serán responsables ante el principe. Cada afio se
el ejercicio de la soberanía. Mediante lo cual, se restaurará Za ·'reunirá en Paris una delegación de las asambleas provinciales para
autoridad en la cima del Estado. El Poder central se verá así . votar y vigilar las finanzas comunes. París será la sede ordinaria
libre de las emulaciones de los partidos y de las asambleas y de •••
de la Corte y el punto de reunión permanente de todos los grandes
!os caprichos electorales: recobrará el Estado su libertad de movi- Cuerpos del Estado.
mientos. Con responsabilidad plena, en el indivisible interés de su. ,. Damos este nombre a todos los Cuerpos que lo merecen: Cá-
familia y de su pueblo, el rey, jefe del Estado, reinará y gobernará. . maras Industriales y Comerciales, Unión de las Corporaciones, So-
( ciedad de los Agricultores de Francia, Instituto, etc. Los Consejos
i del rey se reclutarán, naturalmente, entre estas elevadas Cáma-
l. Podrá objetársenos que este :fideicomiso o abandono de derechos
seria en si mismo un acto de la voluntad popular y que con esto ras técnicas, testigos autorizados de la actividad Y de la pro~~c-
caemos en el mismo sistema que estamos condenando. Esta objeción ' ción de Francia, sin nada de común con la cohorte de arnb1s-
de orden lógico no nos la presentará ningún lógico correcto. En efecto, . • tas, intrigantes y charlatanes que, so pretexto de un mandato elec·
una cosa es una doctrina de mitología politica en virtud de la que la toral bullen en el Palacio de Borbón y en el Luxemburgo, ajena al
voluntad popular es soberana por el solo hecho de que es la voluntad
popular, y otra cosa un determinado acto de esta misma voluntad ,~jer· · ,,país,' separada del pais y de sus intereses más valiosos, tanto co·
cido por una vez y, en lugar de ser tomada como fundamento, fundada mo de sus más puros sentimientos.
en la razón y en el interés público. Este acto determinado de la vo- , De este modo, el pais productor, el pais que trabaja, estará en
luntad popular valdrá tanto cuanto valgan dicha razón y dicho !nte• : ininterrumpido contacto con el Poder público, y éste, convertido en
rés: de consiguiente,
volitivo.
será lógicamente anterior y superior a dicho acto
"un órgano especial, será duefio absoluto de su especialidad. Se po-
634 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA
APÉNDICES 635
drá aconsejarle y esclarecerle las cuestiones, pero, en virtud del
principio de la división del .trabajo, no se le entorpecerá en aquella
acción que le es propia. Los aludidos Consejos técnicos del trono COMPARACIÚN DE LOS DOS REGÍMENES, MONÁRQUICO Y REPUBLICANO
estas asambleas profesionales, podrían constitUir más adelante lo~
elementos de un nuevo Senado; pero, aparte de que un Senado , Tenemos un gobierno republicano y una administración monár-
creación histórica, no se improvisa, acaso; será más convenient~ quica, y el bien público exige que este disparatado orden de cosas
que los Consejos técnicos, expresión de las competencias particu. rmine.
lares, se mantengan habitualmente aislados unos de otros, Para La administración debe ser republicana, puesto que su oficio es
que cada uno de ellos pueda ejercer plenamente su autoridad res. ervir al público; el gobierno debe ser monárquico, puesto que s.u
pectiva, y, cuando haga falta, se podrá reunirles en congresos misión es gobernar. Porque lo que importa a la vida de los adrni-
bien formar con ellos ciertas comisiones mixtas en las que el rey,0 Yíii.strados es la libertad, y lo que importa a la vida política de una
en persona o a través de sus comisarios, ejerza la función de nación es la autoridad, base del espíritu de continuidad Y de la
moderador, iniciador y árbitro. responsabilidad y la decisión.
En previsión de las posibles intromisiones de las asambleas lo- La autoridad, arriba; las libertades, abajo; he aquí la fórmula
cales o profesionales en detrimento de las regalías del Estado, san, una constitución monárquica.
ciones establecidas en las leyes del reino las harán imposibles
0
las reprimirán con máximo rigor. Asimismo, los ciudadanos perju- La absiirdia República una e indivisible dejará de alimentar a
dicados por algún poder inferior podrán apelar al principe en lil- . ;los diez mil tiranuelos im,isibles e in:an_gibles, p~r~ millares de
tima instancia, como a árbitro supremo y juez. inapelable, cuyo, "\ equeñas repúblicas de toda clase, republicas domesticas, como la
p . l . .
papel será el dirimir, el conciliar y moderar a unos y a otros. Con ; familia, repúblicas locales, como los municipios Y. a~ provincias,
todo, no se mezclará en sus asuntos más que en caso extremo y :repúblicas morales y profesionales, como Zas asociacio~e_s,. se ad-
a demanda de parte, porque su atención estará solicitada por pre- lministrarán libremente, garantizadas, coordinadas y ~irigidas en
ocupaciones más importantes. {su conjunto por un poder único y permanente, es decir, personal
iY hereditario y, por lo tanto, eficaz y ~abio, interesado en la con-
En resumen: el Estado, representado por el poder real en tocia, ! servación y en eZ ilimitado desenvolvimiento del Estado.
cuestión de política general que, por su altura y complejidad, es-
capa al análisis, y a la competencva de los particulares, quedará Hay que tener en .cuenta que este Estado, tan fuerte en su pl'i-
restablecido en sus derechos naturales y racionales, que son la in- . t' a función gubernamental, apenas tendrá fuerza para intentar
. va lV 1 . d da o
dependencia y la autoridad. Tanto más gustoso se las reconocerá 'i1a menor cosa contra el ciudadano. Porque, así como e . cm a n
el ciudadano, cuanto que, incapaz de ejercer por sí mismo los mi- de la República Francesa se halla reducido a sus propias fuerzas
cesarios poderes,, es el primer perjudicado, tanto en su fortuna, como individuales para luchar con el enorme mecanismo del Estado,
en su dignidad, por la carencia de protección y de dirección nacio- el ciudadano del nuevo Reino de Francia, encuadra~~ en una ~u~-
nal. El Estado tendrá consejeros, pero no tendrá más que un solo tiplicidad de comunidades fuertes y libres (su familia, ~u mumc1-
señor. pio, su provincia, su corporación, etc.), se verá defendido por la
fuerza de cualquiera de ellas, igualmente empeñadas en salvarlo
De este modo se conciliarán en el nuevo reino de Francia, con- , de toda injustificada arbitrariedad. .
forme ,a sus tradiciones nacionales, la autoridad y la libertad, ne- · Las garantías del ciudadano en el Estado republicano_ son abso-
cesarias ambas en el mismo grado. lutamente teóricas, pero en cambio derivan de una teona (los de-
rechos del hombre) que lleva al desconocimiento de los derechos
del Estado: en la práctica, resulta que se desvanecen por comple-
to. Respetuosa, por el contrario, de los derechos d~l Est~d~, la
teoría monárquica confiere al ciudadano unas gara~tias practicas,
garantías de hecho; éstas no son invi~lables teóricamente, pero
prácticamente resultan dificilisimas de violar.
1

636
r
1 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA APÉNDICES 637

! de
La libertad es un derecho bajo la República
h bº
ran un hecho cierto, real y tangible.
.
' pero es Solo t
• rec o: en cam 10, bajo la Monarquía nacional las libert d lll
a es se-
'' adiestrado como sea posible. El resto de los contingentes
nales seria sometido a seis u ochó meses de ejercicio, con llama-
iníento de un mes cada dos años 1. El principio de la división del
nacio-

:trabajo rechaza el sistema de la nación armada, fundado, en teoría,


CONSECUENCIA: LA POLÍTICA MONÁRQUICA 'n un grave error histórico (los voluntarios de 1792) y realizado, en
'a práctica, mediante una detestable falsificación del sistema alemán.
La autoridad real así superpuesta a las libertades cívi , 3. º CUESTIÓNECONóMICA.-Se perseguirá la usura.
tiza r á necesanamente
· un mayor bienestar privado y cas garan - Condenando toda hipócrita filantropía, se defenderá al pueblo
fuerza nacional. una mayor
,trabajador de los agiotistas lo mismo que de los agitadores y los
Examinemos ahora cómo cabrá arreo-lar las tr . .demagogos. Los abusos del capitalismo, que son el pretexto de la

m á s espinosas de la política francesa. "' es cuestione 8
'agitación revolucionaria, serán estrechamente vigilados. Se protege-
1.o ~_CUESTIÓN RELIGIOSA.-Con la libertad de asociaciones ,,. 'rá a la industria nacional y al trabajo nacional contra el trabajo y
el renac1m1ento de los grandes Cuerpos compañía . " ,Ja.industria del extranjero y asimismo contra los especuladores cos-
' . s Y comun1ctacte~
au tó nomos, se tenderá necesariamente a la suprcsi6 1-1 a'el '.'¡nopolitas establecidos entre nosotros. Un pueblo sano y fuerte eli-
t presu-
pues o de culto y del de las Universidades. La Universidad y el \rnina por sí mismo estos parásitos. "La buena politica" le saneará
Culto deben bastarse por sí mismos a sus propias necesidades ~:1a Hacienda. La n.nminisifrn,.,íñn, arrancada por fin al doni.lrJo rcvo-
El Catolicismo, religión tradicional de Francia, recobrará· t '¡ucionario del Parlamento y a la somnolente rutina de la burocra-
los honores a que tiene derecho. Sólo un gobierno de ignor todos '.c1a, podrá convertirse en un buen auxiliar de la actividad pública.
. ~My
ergumenos ~odia regateárselos y eliminar, por ejemplo, de la Responsable de la administración ante la Corona, cada ministro
Sor_bona de Lms IX y de Gerson la enseiíanza de la Teología. Este 'tendrá buen cuidado de introducir en ella las reformas anheladas
régimen de pequeñeces concluirá, pero es indiscutible que sob }por el pueblo. Se formará una política financiera por el estilo de la
territo · f · • re el
. no rances remará la más completa libertad intelectual. ·. :policía politica, no para entorpecer las transacciones, sino para evitar
LeJos de perturbar la obra de investigación científica y :filosófica a los ciudadanos esas súbitas ruinas cuyas consecuencias sufre el
es men_ester que el Estado secunde y facilite su deaenvolvimien~ país entero. La propiedad será defendida y estimulada en todas sus
to mediante ayudas y distinciones concedidas a cuantos hombres · formas, desde la simple lib.reta de la Caja de Ahorros, órgano ele-
sobresalgan en ella. Por lo demás no puede haber confr t en- mental de la defensa personal, hasta la propiedad territorial, que
tre los espíritus religiosos y los espíritus científicos en1ce~ te- , , constituye la base física de la patria.
rreno ~:me de ~a organización y la dirección de las sociedades.
La pohtica catóhca excluye la ideología revolucionaria que h
,.iza a lo p T . t ' orro- CONCLUSIÓN
. . s os1 ~vis a~, Y, por lo que hace a la politica positivista, son
evidente~ sus s1mpatias y afinidades con el Catolicismo. El Estado
Por más que se diga, esta esperanza de un renacimiento francés
no tendra más que practicar el deber para consigo mismo de no fa-
no tiene nada de quimérico, porque, si bien es cierto que la vitali-
vorecer ni subvencio~ar, tal como ha hecho la inimitable República
; dad del pais está amenazada, no parece, por fortuna, que esté de-
actua~, teorías que tienen por fin próximo O como objeto inmediato
masiado gravemente debilitada. Moral, física y financieramente, so-
la r_wna del Estado; de consiguiente, la anarquía política y sus
'. mos muy ricos aún, pero se derrochan nuestras riquezas y se ad-
t~onzantes serán estrechamente vigilados, y, si hay alguna confe-
. ministran mal. Quien cure las dos llagas políticas que se nos han
~ón religiosa que tienda a esta anarquía, se la someterá a una vi-
gil~cia que es de derecho natural. Lo mismo ocurriría con las Con-
l. ¿Hará falta repetir que, en asunto tan delicado, la voluntad de
fesiones q~ie tendieran a perjudicar el interés nacional en provecho dictador y rey se ejercerá con más independencia aún que en los otros?
del extranJero.
Nos limitamos a indicar el principio. En República, los intereses del
2.o CUESTIÓNMILITAR.-El Rey de Francia, único con autoridad Estado y los del Ejército son divergentes y rivales. En Monarquía, con-
para ~mpre~~er semejante reforma, formará un Ejército profesio- vergen y se alian; el Estado puede, en ella, preocuparse de poseer un
'· Ejército más sólido y de mejor calidad, al tiempo que aligera el peso
nal, signo viviente de su fuerza y de nuestra unidad, tan numeroso
económico y social del militarismo.
638 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA APÉNDICES 639

abierto desde hace cien años, anarquismo administrativo, cmarqui.s- :yez, pero que de diez veces se da en nueve), que el jefe del Estado
mo de Estado, el Estado sin dueño, la Administración dueña de todo ;. 0 comprometerá fácilmente el porvenir de su dinastía Y que hará
curará la causa de nuestras miserias. Somos monárquicos porqu; todos .sus cálculos con prudencia y reflexión. Estas virtudes verda-
entendemos que sólo la Monarquia es capaz de realizar esta cura de '¡¡eramente paternales, propias de un jefe de familia, distinguieron
urgencia. recisamente a la Casa de los Capetos en su obra de constitución
Un Parlamento nacido de la elección, depende también de la elec- de Francia. De un reinado a otro, los príncipes de aquélla se ap,i-
ción; de consiguiente, no puede conferir al Estado ni autoridad ni in- caron no a ganar demasiado en una sola empresa, por temor a per-
dependencia. Y un jefe de Estado que lo sea en virtud de plebiscito Jle :aer demasiado después, como ha sucedido luego a partir de Napo-
encuentra en condiciones idénticas a las de un Parlamento. Si su nom- ;-eón. Pero, a diferencia de Napoleón I y de Napoleón m, que de-
bramiento es temporal ¡qué prima se ofrece a las mayores agitacio- •·aron una Francia-ambos-más pequeña de lo que la habían encon-
nes electorales! ¡Y qué perturbación periódica en el Estado! El presi- ltrado, los descendientes de Hugo Capeto todos t rasnu ·t·1eron su pa-
dente de los Estados Unidos, en América, no se atreve, ni aun en '.trimonio tal como lo habían recibido de sus antecesores o aumenta-
coyunturas de la mayor gravedad, a tomar una sola decisión, a cor- •,üo con alguna provincia.
tar una discusión importante ni dar una orden precisa, si está pró- Por consiguiente, si para evitarnos inútiles y peligrosas ·luchas
xima la fecha de la elección presidencial, porque teme, al aventurar electorales, para prevenir la periódica repetición de agitaciones Y,
una opinión cÚalqu.iera, enajenarse las simpatías de un grupo de en fin, para tener paz, conviene confiar el poder a una familia, es
electores. Si el nombramiento es vitalicio, ¡qué prima se ofre- .ievidente que este honor debe recaer en la más antigua Y más ilustre
ce al asesinato y, en todo caso, qué revolución, qué agitación, ·,de las familias francesas. Ni la familia Bonaparte, por glorioso-que
qué transportes de fiebre malsana se preparan para el momento de .haya sido su papel histórico, ni ninguna otra Casa francesa, cuales-
sucederle! Este régimen fué el que perdió a la desventurada Polo- :quiera que sean los servicios que haya hecho a la nación, ofrece. ga-
nia, porque, en vez de reducir y circunscribir la emulación guber- :rantías comparables a las de la raza de los Capetos que no tiene
namental a una clase, a una casta, a una familia, la extiende al país ;:otra superior en antigüedad a ella en Europa y que es nuestra.
entero. _;Mucho más aún: es nosotros mismos. Su Jústoria es la nuestra. El
Además, e! tal dictador no es responsable más que para un tiem- ,haz de nuestra tien·a tiene estampado en todas partes su nombre
po : como máximo, el de la duración de su vida. En estas condicio- y su recuerdo. Lo mismo que Iván el Grande fué llamado el uni-
nes, si evita los errores y las. imprudencias de un orden demasiado ficador de la tierra rusa, esta dinastía puede ser calificada de unifi-
directo e inmediato, nada le impide comprometer, gravar y sacri- "cadora de la tierra francesa. Sin ella, Francia no existiría. Esto es
ficar el porvenir del país; esto es propio de la dictadura persona!; l,una rigorosa verdad indiscutible.
he aqui por qué nosotros pedimos el poder soberano, no para un
. El recuerdo de Roma hizo la unidad italiana. La realidad de la
hombre, no para un pueblo, sino para una familia, representante
: raza y de la lengua germánicas, unida a las tradiciones de Cario-
de este pueblo y ella a su vez representada por un hombre.
.•magno y del sacro Romano Imperio, ha hecho la unidad alemana.
Esperamos que no se nos responderá con sornas sobre el azar
La unidad británica es producto de la condición insular. Pero la uni-
del nacimiento. ¡Como si la elección no tuviera también sus azares!
( dad francesa, obra de politica, de la más hábil, paciente Y firme
¡ Como si éstos no fueran peores que los primeros! Se educa a un
politica autoritaria, es fruto, y fruto exclusivo, de _un pensa~ento
delfín para el Trono, pero a nadie se le educa como candidato a la
,sostenido durante mil años por la Casa de Francia. Esta urndad,
presidencia de la República. Por lo demás, ¿ cuándo en algún pais,
que hoy nos parece tan sólida, espontánea y natural, es obra de
ni siquiera en las tribus más salvajes, el azar natural de la herencia
' nuestros príncipes. La naturaleza habíase limitado a hacerla po-
ha elevado al Trono una sucesión de mediocridades comparal:>les a
" sible, pero no necesaria ni fatál: los príncipes la formaron Y
la serie Carnot-Périer, Faure-Loubet? Este cuádruple vacío fué ele-
labraron como un artista da su rasgo personal a la materia en
vado al sillón presidencial por la elección de dos asambleas reuni-
das en solemne congreso. 'que trabaja.
El sistema de la herencia monárquica supone, conforme a un ¡ Dinastía verdaderamE)nte terrícola y campesina, puesto que ha
sentimiento natural de previsión doméstica (que puede fallar una iredondeado sus tierras y articulado nuestro país, pero de la que no
1
r
640 ENCUESTA SOBRE LA MONARQUÍA

puede decirse exactamente si es la audacia o la prudencia lo que


mejor la caracteriza!
La politica de los Hohenzollern, tan fatal para Francia, pero
tan provechosa para el pueblo alemán, no es más que un buen cal-
co y un plagio meditado de la política de los Capetos.
Aunque salida de una comarca del pa1s, esta dinastía popular
y militar fué extendiéndose poco a poco hasta los confines de las
antiguas Galias y su tradición se fundió con todas nuestras tradf.
clones. Las libertades que nos han arrebatado cien años de ces~-
rismo y de anarquía son las que nuestros padres conquistaron an-
tafl.o bajo el cetro de los Capetos y que éstos reconocían en su
solemne consagración. La Monarquía y las libertades murieron
a la vez. Todo hace prever que han de renacer juntas.
UNA
Hay una Francia ideai--dicen en su estropajoso lenguaje los re-
tóricos de origen inglés, alemán y l;elvético que mangonean la igle-
sia republicana-. Nosotros nos sentimos ciudadanos de u._ria Francia
real. Y entendemos por Francia una realidad más querida y más
hermosa que todo, y no un concepto nebuloso. Pulcherrima re,·um,
CAMPAÑA MONÁRQUICA 1
como decía el romano de su propia patria: comprendemos con este
nombre el territorio y sus variedades, la sangre y sus ricos mati- l
ces, las tradiciones, los intereses y los sentimientos. Pensamos en EN "LE FIGARO"
las casas, en los altares, en las tumbas en que yacen santos despo-
jos. Esta Francia real, siendo como es, y necesitando de la Monar-
quía, postula, por definición, habiendo sido lo que ha sido, la Mon- 1901-1902 {
arquía del jefe de la Casa de Francia. Siendo éste quien es, se adE>-
cua perfectamente a sus conveniencias y necesidades. El pueblo está
próximo a sentirlo. ¡Ojalá los espíritus cultivados reconozcan esta
natural relación entre una gran nación y una larga dinast.ia de
príncipes, comprendiendo al fin la fórmula de nuestro porvenir na-
cional: "Lo que nuestros antepasados hicieron por costumbre y po;-
sentimiento, prosigámoslo nosotros mismos, con la Beguridad y la 1
precisión científicas, por convencimiento y por voluntad.
í
\

41
719
iNDICE

718 ÍNDICE Págs.

\
263

'
Las asociaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .......... . 264
EL PRIMER LIBRO DE LA· "ENCUESTA SOBRE .· ación de las familias francesas ........... .
LA MONARQU:t.<\." Reorgamz ........ . 264
Las familias y la tradición .. ······ ............. ······ .. ··.·.·.......... . 265
Págs.
La igualdad en Francia ·······················. ······· ..... ··········· 266 l
Una gran herencia perdida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ........... . 267
CON NUESTROSDESTERRADOS 199 Nobleza abierta .... • •• · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 268 1
Con M. André Buffet ..................................................... . 201 Libertad del jefe de familia ................................ .
269
I. - Los retratos ......................................................... . 201 ············· ············
Conclusión ········· · · · · · · · · · · · · · · ··~·;;~~~·~· ·~~··~~tor de la "Encuesta
M. André Buffet ................................................... . !<.05 Carta del señor ditque de ~71
La Monarquía parlamentaria ................................... . 209 sobre la Monarquía" 1
Un César con fueros ........................... . 213
.,.,.,UEST = SOBRE
'
II. - Teórico y práctico ............................................... . 214 LIBRO DE LA "ETt,,V
A

EL SEGUNDO LA MONARQUíA"
La Monarquía reformadora ..................................... . 216
275
Incapacidad de la República para descentralizar ........ . ~17
LAS RESPUESTAS ······ ·················:·········~~··{~
························
Academia Fran-
.1
La vida local. - La propiedad. - La familia ........... . 220
Una poli ti ca real: Los obreros agrícolas .................... . 223 Carta de J:IJ.I.Paul Bourg-et, miembro ................ . 283
La política real: Los obreros industriales. - La Aso- cesa ....... • · · · ··················· ············· 286 1
Respuesta a :M. Paul Bourget ···································· 291
ciación ............................................................ . 224 ·············
La política real: Libertad religiosa y filosófica ........... . !<.28 Lo que· dijo la prensa ••· •.. · · · · · · · .. · · · · · · · · ........... . 301 1
La política real: Su personal .................................... . 232 Carta de M. Maurice Barres ..... : ................................... . 304
La "Liga de la Patria francesa" .......................... . 233 Respuesta a M. Maurice Barres. • · · · · · · · · ·:::::::: ..............
Después de nueve años ..................... .
. 311 1
Los Bona parte .................................................. . 233 313
Paul Déroulede .................................................. . 234 d M Rugues Rebell •······1······ ········· ·················· 318
ta
Nacionalistas y antisemitas: Drumont, Thiébaud, CarResp:es¡a a M. Rugues Rebell ·································
319
Barres ............................................................ . 241 Carta de M. Gustave Boucher ···························:::: ........ . 321
Los republicanos moderados: M. Méline, los melinis- Respuesta a M. Gusta ve Boucher ............................. . 323
tas y M. Rambaud ......................................... . 243
Conclusión 247
d M Henri Vaugeois ······················ 334 1
Car;::sn:1es¡a a M. Henri vaugeois ·····················.:::::::::·.:: 340
CON EL CONDEDE LUR-SALUCES............................................ . 249 Des~ués de nueve años ............................... .
Naturaleza de la Monarquía .......................................... . 252 Carta de M. Lucien Moreau . . . . . . . . . . . . . . . . . . ···················
. ...............
347
. 353
1
Base de toda reforma .................................................. . 253 M Lucien Moreau •••· · · · · · · · · · · · · .
Algunos índices históricos ............................................ . 254
Respues t a a · . . ............. . 357
Después de nueve años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ............ . 359 1
La Revolución ............................................................. . 255 d M Charles Le Goffic ................. . 363
Libertad, autoridad, responsabilidad ............................. . 255 Car t a e · Goffic ...... •••· · · · · · · · ·
Respuesta a M. Charles Le ......... . 371
La centralización, enemiga del poder central ................. . 256
Centralización militar ................................................... . 258 carta de M. Henry HBorrydea;:r~~·~~· ·:::::::::::::: ·.:::: ·......... . 373
Respuesta a J:ILr. en
l
Descentralización para lo demás ................................... . 258
Carta de M. Jacques Bainville : . ··:1·1· ............. . ·············· 379
Anulación de reglamentaciones y seccionamientos. - Des-
Respues t a a
M Jacques Ba1nv1 e
·
· · · · · · · .. · · ..
383
385
1
trucciones necesarias ................................................ . 260
Caplain-Cortambert ··· · · · · · · · · · ·· · · ..... .
Las comarcas de Francia .............................................
Metódica prudencia de las mutaciones ..........................
. 261
. 262
carta d e M · · J
1
1
1
J
720
ÍNDICE
ÍNDICE 721
1
1
Pág"l!.
Págs.
Respuesta a M. J. Caplain-Cortambert
························ 391
Carta de M. Lionel des Rieux ...................................... . VI.-7 de noviembre de 1903 ..................... :::::::::::::::::: 573
Respuesta a M. Lionel des Rieux .............................. . 395 VI I -14 de noviembre de 1903 .............. ·:.. . . 579
Después de nueve años ............................................ . 400 · " t ,. ~-. Como 1mplan-
404 Oonclusión del tercer libro de la Encues a . ¿ ••••••.••.•••••..••
Carta de M. Louis Dimier ............................................. . taremos la Monarquía? · · · · · · · · · · · · · ·· · · · · ··· · · · · · · · · 587
Respuesta a M. Louis Dimier .................................... . 405
- Necesidad positiva de la esperanza ..... ··""······ ...... . 588
Después de nueve años ............................................ . 412 III. _ Fundamen t o de la esperanza: la · fuerza ............ ., . 589
414 .- Le ·timidad del empleo de la fuerza .................... .
Carta a M. Léon de Montesquiou .................................... . 590
Respuesta a M. Léon de Montesquiou ....................... . 417 III. L gi• otencia lega 1·1st a •· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ................ . 592
IV.
V -- a imp . . ble para el empleo eficaz de
Después de nueve años ............................................ . 420 Condición mdispensa
422
Advertencia a las personas prácticas .............................
La carta abierta de M. Eugene Ledrain .......................... .
.
425 . P~!:,!:::z.~.
:::::::
:: :: ::::::::: ::::::::::::: 593
595
437 - Otra condición especial para el efi
Continuación.)
Respuesta a M. Eugene Ledrain ................................ . VI. ( - a ............. . .................. .
442 caz empleo de la fuerz 597
Opinión de M. Sully Prudhomme, miembro de la Acade-
.
VII. - Diálogo sobre la d1recc1 •ón de los asuntos .. • • · •• •
..............· · · · · · ·
. 598
. mia Francesa ........................................................ . 601
VIlI -El esfuerzo último •·························:··· és
Respuesta a M. Sully Prudhomme .......................... . 457
461 La ad~esión de M. Jules Lemaítre a la Mona~~.~~~·.~.~~.~~···
Carta de M. Copin-Albancelli ........................................ . de seis años ... ••· • • · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 603
Respuesta a M. Copin-Albancelli .............................. . 465
Después de nueve años ............................................ . 472 APltNDICES
477
Carta de M. Albert Jacquin ··········································· I - Carta de adhesión de Octave T a uxier . _ La politica
(D Ri-
Respuesta a M. Albert Jacquin ................................. . 479
485 . d Luis XV y de Mme. de Pompadour .
Carta de M. Albert Arnavi"elle ...................................... . chard
e Cosse) •·····························:·· ·····••···•·· ... 611
Respuesta a M. Albert Arnavielle ............................. . 493
496 II. _ Un primer bosque Jo . de nuestras doctrinas ............. · ·.
· · · · · · · · · · 619
La opinión de Forain .................................................. . III -Dictador Y rey ·········· ..············:···:··:····· 622
499 . . La dictadura monárquica: sus pnnc1p1os .............. . 624
Carta de M. Frédéric Amouretti ................................... .
Después de nueve años ........................................... -.. 503 El régimen monárquico .. • •··· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 614
513 Las libertades, abajo ........................................... . 625
Conclusión del segundo libro de la "Encuesta" ........ .'........... .
515 La autoridad, arriba ·· · · · · · · ·; · · · · · · · · · · ·;· 628
EL TERCER LffiRO DE LA "ENCUESTA SOBRE Comparación de los dos reg1mene~, ......................... .
635
LA MONARQUíA" publican~ · · · ·1·a· · ·po
Consecuenc1a: ··· 1 {:¡¡~~
·
~~·~~~~uica. cuestión
• reli-

JULES LEMAiTRE Y SU AMIGO ...............••..•.....•..••..........••......


. . Ttar Cuestión económica ........ . 637
giosa. Cuestión m1 1 • ................ .
531 Conclusión •·• · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · .. · · · · · · · · · · · · 637
Un nuevo estado de espíritu, por M. JU!es Lemaitre ............... .
537
I. -14 de septiembre de 1903 ................................... . UNA CA1v1PAÑA MONÁRQUICA EN "LE FIGARO"
II. - 3 de octubre de 1903 ......................................... . 537
ID. - 10 de octubre de 1903 ......................................... . 544 PRÓLOGODE 1911 .............................................................. . 643
IV. - 24 de octubre de 1903 ......................................... . 551 647
558 Introducción: La diosa Francia ··················:::·:::::::::::::::::::::
V. - 31 de octubre de 1903 ......................................... . I. _ La acogida . , ••· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·· 653
566
II. - La educación de Monk ..................................... . 659
722 ÍNDICE

Págs.

III. - La política de Barrés ..... . 664


IV. - La Casa de Francia ; · · · · · · · · · · · · · · · · ·: · · · · · · · · · · · · · ·
670
V. - Mademoisellé Jean · · · · · · · · · · · · ···· · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·
675
VI. - Contra el i cisma · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ···· · •
680
VII. - Pues hay que vi~i¡;~~- · · ....· · · · · · · · · · · · .. · · · · · .. · · · .. · · ·
686

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VIII. - El ~scándalo ....................................... .
691
IX. - El nuevo ad~~~~~~~~~··:····· .... ···················· .. ····
696
X. - Las reformas · · · · · · · ··· ·· · · · · · · · · · · · · · ·· · · ·· ·· ··
701 t 1
XI. - La dimisión d~~-· .. · .. · · · · · · · .. · · · · · · · · · · · .. · · · · · · ·
706 ¡
XII. - De París a Santiago .. · · · · · · · .. · · · · · .. · ·" ........ · ..
················•·························· 710
LA TRADUCCION ESPAÑOLA DE LA "ENQUli:TE SUR
LA MONARCHIE" TERMINOSE DE IMPRIMIR EL
DtA 25 DE AGOSTO, FESTIVIDAD DE SAN LUIS,
EL REY CRUZADO, EN LOS TALLERES
DE IMPRENTA ALDECOA, S. A.,
DE LA CIUDAD DE BURGOS.
AÑO MCMXXXV

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