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Este poema honra a la Madre Tierra como una figura maternal que ha dado vida a innumerables especies y las ha abrazado sin discriminación. Celebra la belleza y la interdependencia de la naturaleza a través de las estaciones, y expresa gratitud hacia la Tierra por sustentar a todas las especies y ser un refugio en el presente y futuro.
Este poema honra a la Madre Tierra como una figura maternal que ha dado vida a innumerables especies y las ha abrazado sin discriminación. Celebra la belleza y la interdependencia de la naturaleza a través de las estaciones, y expresa gratitud hacia la Tierra por sustentar a todas las especies y ser un refugio en el presente y futuro.
Este poema honra a la Madre Tierra como una figura maternal que ha dado vida a innumerables especies y las ha abrazado sin discriminación. Celebra la belleza y la interdependencia de la naturaleza a través de las estaciones, y expresa gratitud hacia la Tierra por sustentar a todas las especies y ser un refugio en el presente y futuro.
madre de este mundo y de todas sus especies. Queremos volvernos a ti con respeto, bello planeta verde en la inmensidad del cielo. Has dado a luz a innumerables especies, creado infinitas maravillas de la vida, amado con profundo sentido de no discriminación, abrazado a todas las especies sin rechazar ni una, leal, fidedigna, tolerante y estable, madre que sustenta a todas las especies. Bodhisattvas infinitos brotan de tu fresco y verde regazo. Madre, tu abrazas y transformas, barriendo todo odio humano, creando nueva vida día y noche, ayudando a que broten de la tierra flores celestes. Abierta a miles de otras galaxias compartes tu alegría en el triquiliocosmos. La interdependencia es tu verdadera naturaleza, conservar y proteger para que nada se pierda, no ser, no nada, no eternidad, no aniquilación, ni igual, ni diferente, sin venir, ni partir, tu amor no conoce límites, tus virtudes no tienen tacha. Las cuatro mentes inconmensurables son tu naturaleza. Al igual que los cuatro grandes océanos, nunca se secan. (C) En cuanto regresa la primavera, luces un nuevo traje bello y fresco, de rojas rosas, de verde sauce. Cuando llega el verano, toda la flora muestra sus brillantes colores. En todas partes se hallan buenas semillas, dulces frutos. Cómo brillan los colores del bosque en otoño hasta que llega el invierno y el cielo se llena de copos de nieve. El canto de la marea vespertina es como el retumbar del trueno. La luz del amanecer pinta un cuadro sin par, haciendo visible todo el esplendor del universo. Eres la más bella flor del sistema solar, la sabiduría que ilumina las diez direcciones, la mente que se abre a todo lugar. Madre, eres el paraíso del presente, haces posible el futuro para todas las especies. A ti venimos y en ti tomamos refugio, no perseguimos nada, aceptamos lo favorable y lo adverso. Vemos que estás siempre en nosotros, nos vemos en ti por siempre, queremos seguir tu buen ejemplo y vivir cada momento con paz y alegría. Honor a la refrescante bodhisattva Madre Tierra.