Poema*
Matsuo Basno
RE 2G ZO i Bt
NE = LSM LE AZ
ae BOO k t+ # B
EOD O BS mes 8 ® lt
Fei P 6 BB t & > ay
Dt RAK IA RE
He RE Kk wUKH EHO
CZ Rit &§ LRT SO
weet 7 DO |< oO Re
Gy ws $2 RR eK
ESE eR BE BU
CRE Fae ORS T
[ee 4) eh Be TF
oSRT OUD 2 #
Wim eT PR HY FE
DO BO > ey) &
RoR RE ee owe S
209% tS
Sms FRE SE
aS H.C SRE HE
Eee ke ae
2H Ss TKR
ns Ee tTRUEBA
Y 0 it &b OR &
Tle RN ERY
SS Tle?
=O MS HE) L
% te Be Ri Fed CO
Sth RID DE
PU Oo SK ADR I
Be te Le ee
* Matsuo Basho, Senda de Oku, cadeciin de Octavio Pat y Eiki
hi Heyashiya, ror, Mésico, 2005,
nimero 447, marzo 2008
(meses y los dias son viajeros de la eternidad. El aio que se va y
I que viene también son vajeros. Para aquellos que dejan flotar
‘us vidas a bordo de los barcos o envejecen conduciendo eaballos, to-
dos los dias son viaje y su casa misma es vise. Entre los antigu
‘muchos murieron en plena ruta. A mi mismo, desde hace mucho, €o-
mo jirén de nube areastrado por el viento, me turbaban pensamien-
tos de vagabundeo. Después de haber recorrido la costa durante el
‘oroiio pasado, volvia mi choza a orilas del ro y bari sus tlarais.
All me sorprendié el tmino del aio; etonces me nacieron las ganas,
de cruzat el paso de Sheakawa y legar a Oku cuando la nebla eubee
cielo y campos. Todo lo que veia me invitaba al viaje: tan poseido
«estaba por los dioses que no podia dominar mis pensamientos los es
Pititus del camino me hacian sefas y no pod fijar mi mente ni ocu-
parme en nada. Remendé mis pantalones rotos,cambié la cntas a mi
sombrero de paja yunté moxa quemada en mis piemas, para forale-
‘eras, La idea de la luna en Ia isla de Marsushima llenaba todas mis,
horas. Ce mi cabaa y me fui ala casa de Sampo,’ para esperar ahi
cf dia de a said. En uno de fos pilaes de mi choracolgué un poema
de ocho estofas.’ La primera devia asi:
tres abors
en mi choza — matana:
asa de muecas.’
IaGaveta 3