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Unidad 2: “Introducción
“Introducción a la Biblia”
¿Qué es la Biblia?
Si bien toda ella constituye un solo gran mensaje de Dios, se halla distribuida en
73 unidades literarias o libros, de los cuales:
– 46 pertenecen a la primera parte, llamada Antiguo Testamento, o Antigua
Alianza (Primera Alianza), y fueron escrito antes de Cristo;
– y 27 a la segunda parte, llamada Nuevo Testamento, o Nueva Alianza
(Segunda Alianza), y fueron escritos después de Cristo.
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¿Qué diferencia tiene la Biblia católica con la protestante?
– La tradición oral: Desde 1900 a.C. hasta David, 1000 a.C.: Hay tradiciones ora-
les sobre los Patriarcas, la salida de Egipto (Éxodo), sobre el desierto; y sobre el
establecimiento y radicación en la tierra de Cana{n. Aunque haya algún escrito
aislado, era pura tradición oral de padres a hijos, de generación en generación.
– La tradición escrita: Hacia el año 1000 a.C., David y Salomón ordenaron a los
sacerdotes y a los escribas coleccionar las tradiciones en un solo escrito. Se re-
dacta así el “Pentateuco”. Mientras tanto aparecen los primeros profetas, los
primeros Salmos y Proverbios.
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¿Cómo y cuando se formaron los libros del Nuevo Testamento?
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¿Qué son los libros apócrifos?
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¿Qué diferencia hay entre los evangelios canónicos y los apócrifos?
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2) “Las verdades que la Biblia enseña son las referidas a nuestra salvación”
3) “Para entender correctamente un texto bíblico hay que tener en cuenta la intención de los auto-
res”
Este principio quiere expresar que, cuando una frase de la Biblia tiene muchos sig-
nificados, el correcto no es el m{s lindo, ni el que m{s me guste, ni siquiera el m{s pro-
fundo, sino aquel que quiso darle el autor. Por lo tanto, lo correcto no es lo que uno pue-
de “hallar” en un texto, sino, ante todo, lo que el autor quiso decir en él.
Ahora bien, ¿cómo hacer para descubrir lo que el autor bíblico quiso decir? Existen
algunos elementos que se deben tener en cuenta:
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es claro.
II) En número como símbolo: Un número simbólico es aquel que no indi-
ca una cantidad, sino que expresa una idea, un mensaje distinto de
él, que lo supera y lo desborda. No siempre es posible saber por
qué “tal” número significa “tal” cosa.
III) El número gem{trico: El tercer sentido que puede tener un número en
la Biblia es el gem{trico. ¿Qué significa esto? La lengua hebrea (como
la griega) tenía una particularidad. Mientras en castellano escribimos
los números con ciertos signos (1, 2, 3...), y las letras con otros dife-
rentes (A, B, C...), en hebreo se emplean las mismas letras para escri-
bir los números. De esta manera, si sumamos las letras de cualquier
palabra se puede obtener siempre una cifra. El número así obtenido
se llama “gem{trico”.
4) “Para descubrir el sentido exacto de los textos Sagrados hay que tener en cuenta toda la Biblia”
Este tercer criterio significa que, para saber lo que enseña la Biblia sobre determi-
nado tema, no basta con leer un versículo, o un p{rrafo, y ni siquiera un libro, sino que
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hay que tener en cuenta qué dice toda la Biblia sobre ese tema.
La verdad de la Biblia no est{ en determinada frase o versículo, sino en la totalidad
de la misma. Por consiguiente, un libro puede aclarar lo dicho por otro anterior, puede
completarlo, o puede corregirlo. No se debe tomar, pues, una frase bíblica aislada del
contexto, separada (como muchas veces hacen los miembros de algunas sectas), y tenerla
como irrefutable.
Dios ha ido revelando la verdad en forma progresiva. ¿Qué significa este princi-
pio? Que Dios fue revel{ndose al hombre poco a poco, a través de la historia. Dios eligió,
para revelarse, a un pueblo con un nivel religioso y moral tan bajo como el de cualquier
otro de su época. Y no lo transformó de golpe. No le enseñó todo desde un principio.
Como buen pedagogo, lo fue educando lenta, gradualmente, en la medida en que el pue-
blo podía y estaba en condiciones de comprender. A través de los siglos, el pueblo de
Israel fue madurando con la revelación divina, hasta que al llegar a lo que se llama “la
plenitud de los tiempos”, Dios envió a su Hijo Jesús para que transmitiera ya la culmina-
ción de sus enseñanzas.
Esta revelación progresiva quedó reflejada en la Escritura. Por eso es posible des-
cubrir, a lo largo de la Biblia, una evolución de las ideas. Vemos que muchas afirmaciones
van cambiando, van modific{ndose, a medida que avanzamos hacia los tiempos de Cristo.
La Biblia entera debe leerse en esta perspectiva.
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Este criterio de interpretación individual se conoce como libre examen o libre in-
terpretación de la Biblia, difundido por las iglesias protestantes. Los católicos no pode-
mos ni debemos seguir este criterio.
Método de la Lectio divina
a) Leer todo el texto, con la convicción de que Dios nos habla. Realizar
una lectura pausada y atenta del texto. Tener una actitud de interiori-
zación. Hacer silencio para oír a Dios.
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Es el momento de rumiar, dialogar, actualizar. Para esto debemos pre-
guntarnos: ¿Qué nos dice este texto a cada uno de nosotros? ¿Y a nues- Actualizar
tra comunidad hoy, aquí? la Palabra…
Es el momento de reflexionar la Palabra, ahondar el mensaje de Dios,
¿Qué repetir las palabras significativas... escuchar cada frase. Aplicar el men-
le digo saje a lo cotidiano. Actualizar y rumiar la Palabra uniéndola con la vida.
a Dios?
3– Oración:
Es el momento de orar, alabar, suplicar a Dios. Para ello debo leer nue-
vamente el texto respondiendo a Dios. Conversar con Dios a partir del
texto. Orar
Trato de responder a las interpelaciones que surgen de la lectura. la Palabra…
¿Qué queremos decirle a Dios en este momento?
¿Qué También es el momento de preguntarse sobre el modo en que cada uno
hago? est{ siguiendo a Jesús y su proyecto.
4– Contemplación-
Contemplación-Acción:
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