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Universidad Nacional Autónoma Nacional de

Honduras en el Valle de Sula

Integrantes GRUPO #6:


Angie Valeria Mejía Rodríguez (20212021257)
Edna Roxana Molina Melgar (20212030965)
Yoharis Noribeth Mejía Aldana (20212020988)
Rigoberto Gonzáles (9821156)
Brandy Michelle Rosales Bardales

Asignatura:
2000 – Teoría general del Estado

Catedrático:
Edgardo Flores Figueroa

Trabajo:
Informe

Fecha de entrega:
4/7/2022

1
Índice

INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 3

El Estado como unidad política organizada ....................................................... 5

Los elementos del Estado. .................................................................................... 7

Soberanía del Estado. .........................................................................................10

El bien común del Estado. ..................................................................................17

Conclusión ...........................................................................................................22

Bibliografía ..........................................................................................................23

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INTRODUCCIÓN

Se aborda la temática acerca del Estado como unidad política organizada, antes que nada,

será necesario plasmar en el presente informe la definición de Estado… Consiste en la entidad

jurídica y política que está ubicada en un ámbito físico determinado y que ejerce poder

respecto de un conjunto de personas. En la terminología de Jellinek, al espacio físico en

mención se denomina territorio, al conjunto de personas se le denomina pueblo o población y

al poder que el Estado ejerce se le conoce como poder político. Es evidente que la ausencia de

cualquiera de dichos elementos determina que la entidad ante la cual nos encontramos no es

un Estado.

Ahora bien, se define en general como poder a la capacidad que tiene una entidad o

persona de influir en las conductas de las demás, estando el poder político a su vez

caracterizado por la coerción que puede ejercer el Estado sobre la población a través del uso

de la fuerza, que a su vez se encuentra legitimada por el derecho, siendo un elemento

constitutivo del Estado.

Uno de los temas primordiales de la Teoría del Estado consiste en elaborar el concepto

propio del objeto de su conocimiento, el concepto del Estado. El concepto de la Teoría

general del Estado, así como la idea del Estado de Derecho, denotan en forma de

simplificación lógica una multitud de cuestiones y problemas consagrados a la consideración

teórica y a la organización práctica del Estado. Y es, por cierto, significativo para el

planteamiento de tales problemas y su resolución el que éstos asuman un carácter amplio, al

menos relativamente. Se indagará, pues, aquí acerca del Estado en un sentido «universal», tal

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como Derecho y Estado se manifiestan también, en general, en la fórmula «Estado de

Derecho», por tanto, sin restricción por factores que aun presuponiendo de cualquier modo lo

universal hacen, sin embargo, hincapié en lo particular, como, por ejemplo, tendría que

hacerlo un estudio de la Teoría general del Estado español, o alemán, inglés, etc., conforme a

lo delimitado de su objeto y según la naturaleza del planteamiento de las cuestiones a éste

relativas.

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El Estado como unidad política organizada

Como la palabra “Estado” se reserva en concreto, para denominar a la estructura política que

surge en Europa Occidental a partir de la Edad Moderna. ¿Como llamaríamos entonces a las

formas políticas anteriores al Estado moderno? En la Edad antigua y en la Edad Media, como no

se conoció la sociedad política surgida con características propias a partir del Renacimiento,

tampoco se empleó la palabra “Estado”. Se utilizaron otras expresiones: Polis, Civita, Imperium,

Res pública. Con la aparición de la idea moderna del Estado, nace igualmente la voz que le

corresponde. Puede atribuirse a Nicolás Maquiavelo en el siglo XVI, el haber introducido la voz

“Estado” en la literatura científica, asimilándola a “gobierno”, en el capítulo inicial de su obra

“El Príncipe”, para referirse a cualquier fenómeno político: Monarquía, una República etc.

En esta evolución debemos distinguir dos épocas:

➢ La primera cuando existían esas formas políticas en proceso de desarrollo, pero

no se empleaba el término “Estado”.

➢ La segunda cuando ya existen formas políticas definidas y que si se emplea el

término “Estado”.

Pero es hasta en el siglo XVIII que se consolida la expresión “Estado” y se aplica

para designar a la “totalidad de la comunidad política”, y hoy en día goza de

consagración universal.

Podemos llegar a obtener el concepto de Estado de distintas formas:

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➢ Una de ellas es mediante la generalización de hechos, mediante una inducción; tomamos

los hechos que ocurrieron en el desarrollo de la Historia Universal, o bien los acaecidos

en un período determinado de esta misma Historia; y con base en los mismos,

comparando los distintos Estados que existieron y existen, llegamos al concepto.

➢ Otro camino es el seguido por aquellos pensadores que no parten de datos reales, de

hechos ocurridos en el curso de la Historia, sino que procura obtener concepciones

abstractas de tipos ideales de Estados. Es aquel en el que se hace una construcción ideal

de Estado.

➢ En tercer lugar, tenemos aquellos autores que mezclan ambos caminos y tratan de llegar a

la elaboración del concepto de Estado mediante una inducción con base en datos de la

realidad, y por medio de la construcción mental que realizan con base en esos datos de la

realidad.

¿Qué es el Estado?

➢ Es la comunidad políticamente organizada dentro de un ámbito territorial

determinado, cualquiera que sea su momento histórico.

➢ El Estado es la Sociedad civil Jurídica y Políticamente organizada.

➢ Es una sociedad humana, establecida en el territorio que le corresponde, estructurada

y regida por un orden jurídico, que es creado, aplicado y sancionado por un poder

soberano, para lograr el bien público temporal, formado por una institución con

personalidad moral y jurídica” (Francisco Porrúa Pérez).

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Etimología

La palabra castellana “Estado”, tiene su origen etimológico en el vocablo latino “Status”

de “Stare”, “estar”, es decir, situación, modo de ser o estar de las personas o de las cosas.

Los elementos del Estado.

En términos jurídicos y sociales, un Estado es la forma y organización de la sociedad, de su

gobierno y al establecimiento de normas de convivencia humana; es la UNIDAD jurídica de los

individuos que constituyen un PUEBLO que vive al abrigo de un territorio y bajo el imperio de

una Ley, con el fin de alcanzar el bien común. Este es un concepto jurídico-político, y puede

expresarse así: Es el conjunto de instituciones que ejercen el gobierno y aplican las leyes sobre la

población residente en un territorio delimitado, provistos de soberanía, interna y externa.

Visto esto, repasemos de manera resumida cómo son los elementos del estado, y qué los

caracteriza.

1. Territorio

El territorio es la condición previa, fundamental y más necesaria para la aparición del Estado.

No hay que olvidar que los estados existen siempre ligados a una realidad material, porque está

muy vinculado al control de qué recursos se explotan y cómo son procesados y comercializados.

Por eso, su ámbito de influencia puede ser ubicado en un mapa. Además, el territorio es lo que

permita que exista el asentamiento de una población; evidentemente, sin personas tampoco hay

organización social (por lo menos, no una que sea humana).

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Y es que si el territorio es uno de los elementos del Estado es también porque permite generar

consenso acerca de qué parcelas de territorio son propiedad de quién. Una vez que ciertas

personas o familias pasan a dominar algunos terrenos y los recursos que hay en ellos, pueden

negociar con estos, ofreciendo la posibilidad de comprarlos o de trabajar en ellos a cambio de

algo, y de esa forma van surgiendo otros productos susceptibles de convertirse en propiedad

privada.

2. Población

Tal y como hemos visto, la población también es un elemento imprescindible para que puedan

existir los estados. Además, es necesario que esta sea relativamente numerosa, porque de otra

manera apenas se tendrá posibilidad de crear un marco de comercio, asignación de propiedad

privada e influencia política o militar. Cuando hay muchas personas viviendo en un territorio, no

solo aparece la posibilidad de especializarse en una profesión muy específica y aliarse con otros

compatriotas que actúan como una red de apoyo social. Además, se generan dinámicas culturales

que cohesionan estos colectivos: surgen hábitos y costumbres comunes, idiomas o maneras de

hablar, símbolos compartidos, sistemas de valores similares, etc.

Esta clase de fenómenos antropológicos y sociológicos actúan como un pegamento

social que mantienen a las personas unidas más allá de las obligaciones a las que los ciudadanos

del Estado se acogen por obligación legal. Y como los hijos e hijas de los pobladores de un

Estado nacen inmersos en este sistema de organización, pasan a formar parte de él incluso antes

de darse cuenta de ello. En definitiva, la población no es solo una parte imprescindible del

Estado; también permite que este tenga continuidad, gracias ap paso de una generación a la

siguiente.

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Además, la población también tiene implicaciones en el potencial económico de un país.

Por ejemplo, si en un Estado la mayoría de los habitantes no tienen recursos para vivir bien,

seguramente costará poco dinero darles empleo, y esto influye en los acuerdos que el gobierno

realiza con otros países.

3. Gobierno

Tal y como hemos visto, un Estado es una forma de organización social y de organización

política. El gobierno es la entidad en la que se concentra la gestión y toma de decisiones sobre

esta última. Existen diversos mecanismos por los que el gobierno puede tomar decisiones e

implementarlas en un territorio y población, pero en los últimos siglos estos suelen surgir de

diversos órganos de gobierno que trabajan de manera coordinada pero paralela, de manera que

no sea un grupo reducido de personas el que tenga la última palabra en todo. La principal

división entre estos órganos de gobierno queda concretada en la separación de poderes propuesta

por Montesquieu y reivindicada aún hoy en día: poder ejecutivo, poder legislativo y poder

judicial. Velar por la independencia de estos tres tipos de poderes sirve fundamentalmente para

garantizar que todo el mundo se someta a las normas de convivencia de la misma forma, sin que

se puedan crear excepciones ad hoc para mantener a una élite fuera del alcance de la ley.

4. Soberanía

La soberanía es el consenso acerca de quién decide qué sobre qué territorio. Es, en

resumidas cuentas, el poder supremo del que emanan todos los demás, y por ello va relacionado

con la noción de la autoridad. Al ejercer la soberanía, se toman decisiones acerca de lo que debe

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hacerse dentro de los límites territoriales y diplomáticos de un Estado, y en ocasiones, en

contextos bélicos, también fuera de estos. Este es uno de los elementos del Estado más abstractos

y con más capacidad de generar debate y polémicas, porque definir quién debe ser el sujeto

soberano puede llevar a conclusiones muy diferentes a través de razonamientos muy diversos.

Durante miles de años, en la mayoría de las sociedades se asumía que quien mandaba era

fundamentalmente un rey (en las tiranías) o un grupo de personas pertenecientes a la élite de una

sociedad (en las oligarquías). A partir del surgimiento de la Edad Moderna, sin embargo, se ha

ido evolucionando hacia un tipo de organización política en la que el sujeto soberano es la

población, aunque no de manera directa, sino mediante sistemas de democracia representativa y

la celebración de elecciones para elegir determinados representantes políticos que se ofrecen a

trabajar en los órganos de gobierno estatales, regionales o municipales.

Por otro lado, los conflictos territoriales entre grandes grupos o entidades políticas son

también luchas por la definición del sujeto soberano. En los movimientos secesionistas, por

ejemplo, se intenta sustituir un sujeto soberano (por ejemplo, "italianos") por otro de ámbito más

local (por ejemplo, "sicilianos").

Soberanía del Estado.

La soberanía en su inicio nace como una concepción de índole política, que posteriormente

evoluciona en un concepto de índole jurídica. Situaciones determinadas en la historia motivaron

razonamientos que dieron origen al concepto de soberanía.

El pensamiento griego específicamente de Aristóteles nos da el concepto de autarquía, es

decir, el bastarse a sí mismo sin depender de los demás; sólo exige, para que exista el Estado, la

independencia potencial y activa respecto del exterior, independencia que se funda, tal vez, no

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tanto en su naturaleza de poder supremo, cuanto en la situación que le es propia al Estado, de ser

en sí mismo suficiente para satisfacer todas sus necesidades. Este concepto aristotélico está

ligado con el pensamiento griego en relación con el mundo y con la vida, y sólo puede

comprenderse examinando esa especial concepción helénica del mundo y de la vida.

Roma, no obstante, su crecimiento y su fuerza, no llegó a una formulación teórica del

concepto del Estado y, en consecuencia, de ese elemento del Estado que es el poder y su atributo,

la soberanía.

En el mundo antiguo no existió una situación que hiciera nacer ese concepto, que es la

oposición del poder del Estado a otros poderes. En cambio, en épocas posteriores surgieron esas

luchas y el Estado, para consolidarse, tuvo que luchar con otros poderes sociales, surgió como

Estado soberano. con motivo de esas luchas, al triunfar en las mismas.

En forma clara y exacta ya encontramos una construcción en relación con la soberanía en el

pensamiento político de Juan Bodin o Bodino, que vivió del año 1530 a 1591, o sea, en pleno

siglo XVI. Este autor, en su obra Los Seis Libros de la República, dice: "República es un

derecho de gobierno de varios grupos y de lo que les es común con potestad soberana."

Como dice Adolfo Posada, el aporte original de Bodino es el concepto específico de

soberanía, como cualidad esencial de un Estado. Sólo es República, es decir, Estado, afirma

Bodino, aquella que tiene un poder soberano. Define el poder soberano, la soberanía, diciendo

que es la "potencia absoluta y perpetua de una República".

Para comprender el concepto de soberanía es importante reconocer como primera

característica que se trata de poder, o sea que la soberanía es el adjetivo que encierra únicamente

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al poder del Estafo y lo distingue con su presencia de los otros poderes sociales. Con esta nota se

puede establecer “soberanía” como el poder supremo del Estado.

La soberanía es de carácter interno; es algo que tiene lugar en el seno de la comunidad

política. No permite que acciones de otros Estados intervengan en los asuntos interno del mismo,

esto es lo que se conoce como Independencia. El origen de la soberanía proviene de la existencia

del Estado mismo; es conexo al origen del Estado, su realidad consiste en ser una cualidad o

modo de ser necesario de la comunidad política estatal, que no puede existir ni explicarse sin ese

adjetivo de su poder.

El 15 de septiembre de 1821 se proclamó la independencia y nació la Federación

Centroamericana, habiéndose decretado su primera Constitución el 22 de noviembre de 1824, y

siendo su territorio el mismo que antes comprendía el antiguo reino de Guatemala compuesta por

cinco Estados: Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, y una de las

declaraciones fundamentales, las siguientes: “Todo hombre es libre en la República. No puede

ser esclavo el que se acoja a sus leyes, ni ciudadano el que trafique con esclavos “. Dicha

Constitución fue reformada por el Congreso Federal el 13 de febrero de 1835.

Disuelta la Federación, la primera Constitución del Estado de Honduras se emitió en la ciudad

de Comayagua, antigua capital del país, el 11 de diciembre de 1825, y después se emitieron por

su orden la de 1831, la de 1839, la de 1847, la de 1865 y la de 1873 emitidas también en la

ciudad de Comayagua. En la nueva capital, Tegucigalpa , fueron emitidas la de 1880 en el

Gobierno del Doctor Policarpo Bonilla; la de 1908 en el Gobierno del Doctor Miguel R. Dávila;

la de 1908 en el Gobierno del Dr. Miguel R. Dávila declarando vigente la Constitución de 1894;

la de 1924 en el Gobierno provisional del General Vicente Tosta; la de 1936 en el Gobierno del

General Tiburcio Carias Andino; la de 1957 en el Gobierno del General Oswaldo López Arellano

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y la actual Constitución de la República de Honduras en el Gobierno democrático del Doctor

Roberto Suazo Córdova, Honduras es un Estado de Derecho, soberano, constituido como

República libre, democrática e independiente para asegurar a sus habitantes el goce de la justicia,

la libertad, la cultura y el bienestar económico y social.

La soberanía corresponde al pueblo del cual emanan todos los poderes del Estado que se

ejercen por representación. La soberanía del Pueblo podrá también ejercerse de manera directa, a

través del Plebiscito y el Referendo. La suplantación de la Soberanía Popular y la usurpación de

los poderes constituidos se tipifican como delitos de Traición a la Patria. La responsabilidad en

estos casos es imprescriptible y podrá ser deducida de oficio o a petición de cualquier ciudadano.

DEL TERRITORIO

El territorio de Honduras está comprendido entre los Océanos Atlántico y Pacífico y las

Repúblicas de: Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Sus límites con estas Repúblicas son: 1)

Con la República de Guatemala los fijados por la sentencia arbitral emitida en Washington, D.C.,

Estados Unidos de América, el veintitrés de enero de mil novecientos treinta y tres. 2) Con la

República de Nicaragua, los establecidos por la Comisión Mixta de Límites Hondureño-

Nicaragüense en los años de mil novecientos y mil novecientos uno, según descripciones de la

primera sección de la línea divisoria, que figura en el acta segunda de doce de junio de mil

novecientos y en las posteriores, hasta el Portillo de Teotecacinte y de este lugar hasta el Océano

Atlántico conforme al laudo arbitral dictado por Su Majestad el Rey de España, Alfonso XIII, el

veintitrés de diciembre de mil novecientos seis cuya validez fue declarada por la Corte

Internacional de Justicia en sentencia del dieciocho de noviembre de mil novecientos sesenta. 3)

Con la República de El Salvador los establecidos en los Artículos diez y seis y diez y siete del

Tratado General de Paz suscrito en Lima, Perú el treinta de octubre de mil novecientos ochenta,

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cuyos instrumentos de ratificación fueron canjeados en Tegucigalpa, Distrito Central, Honduras,

el diez de diciembre de mil novecientos ochenta en las secciones pendientes de delimitación se

estará a lo dispuesto en los artículos aplicables del Tratado de referencia.

El Estado ejerce soberanía y jurisdicción en el espacio aéreo y en el sub-suelo de su territorio

continental e insular, mar territorial, zona contigua, zona económica exclusiva y plataforma

continental.

DE LOS TRATADOS

Artículo 15. Honduras hace suyos los principios y prácticas del derecho internacional que

propenden a la solidaridad humana, al respeto de la autodeterminación de los pueblos, a la no

intervención y al afianzamiento de la paz y la democracia universal.

Honduras proclama como ineludible la validez y obligatoria ejecución de las sentencias

arbítrales y judiciales de carácter internacional.

Artículo 16. Todos los tratados internacionales deben ser aprobados por el Congreso Nacional

antes de su ratificación por el Poder Ejecutivo.

Los tratados internacionales celebrados por Honduras con otros Estados, una vez que entran

en vigor, forman parte del derecho interno.

Artículo 20. Cualquier tratado o convención que celebre el Poder Ejecutivo referente al

territorio nacional, requerirá la aprobación del Congreso Nacional por votación no menor de tres

cuartas (3/4) partes de la totalidad de sus miembros.

Artículo 21. El Poder Ejecutivo puede, sobre materias de su exclusiva competencia, celebrar o

ratificar convenios internacionales con Estados extranjeros u organizaciones internacionales o

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adherirse a ellos sin el requisito previo de la aprobación del Congreso, al que deberá informar

inmediatamente.

LOS FUNDAMENTOS Y LAS CARACTERÍSTICAS

La nación es una comunidad humana establecida por vínculos de idioma, cultura, historia y

territorio. El Estado se constituye por tres elementos fundamentales: territorio, población y

gobierno. Estos elementos, articulados alrededor de intereses y objetivos comunes, dan lugar a la

organización del Estado y a lo que se conoce como Estado Nación.

El Estado se crea para la defensa y el bienestar del conjunto poblacional en función del cual se

ha integrado. Lo anterior queda claramente establecido en el artículo 1 de la Constitución de la

República, que señala “Honduras es un Estado de Derecho, soberano, constituido como república

libre, democrática e independiente para asegurar a sus habitantes el goce de la justicia, la

libertad, la cultura y el bienestar económico y social”

Soberanía estatal. Es la garantía legítima de autogobierno e independencia de un territorio

respecto a otros países. su violación a menudo provoca conflictos diplomáticos o bélicos entre

naciones.

Soberanía individual o de minorías de élite. Existe un soberano o una minoría con poder

relevante cuentan con la capacidad de dirigir un territorio y la vida de sus ciudadanos de forma

directa. Existen ejemplos como la figura de los reyes absolutos en la antigüedad o el caso de las

Es el caso de las autocracias o dictaduras.

Soberanía popular. Se trata de una renovación del anterior tipo, dando pleno poder a la

ciudadanía. Esta se encarga de la toma de decisiones y la composición de órganos de poder con

cierto nivel voluntario de representación

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Existen otras modalidades atendiendo a la naturaleza de cada territorio y el hincapié que

realicen en determinados sectores. Es el caso por ejemplo de la soberanía alimentaria, tendencia

que aboga por el poder territorial para el proteccionismo de sus productores agrícolas locales

frente a los exteriores, la soberanía respecto a la gestión de ciertos recursos naturales como el

petróleo, las piedras preciosas u otros minerales

LOS INTERESES Y OBJETIVOS NACIONALES

Los intereses nacionales son las aspiraciones comunes permanentes que constituyen las

condiciones en que la sociedad desea convivir, tanto en lo interno como en lo externo. Se definen

en términos de carácter general y están estrechamente vinculados a valores y aspiraciones

compartidas por la sociedad hondureña, como la democracia, la justicia, el desarrollo humano

sostenible, la solidaridad, la paz, entre otros.

El interés nacional es una categoría general que integra a todos los intereses particulares y

expresa lo que el Estado trata de alcanzar y proteger.

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El bien común del Estado.

Al mencionar “bien común” estamos hablando de un estado de bienestar para todos o más

profundamente del bien ser para luego bien estar entre todos. El bien común ha de ser el objetivo

número uno de todo Estado. En primer lugar, hay que decir que el bien común hace referencia a

un bien perteneciente a toda la sociedad en conjunto, es decir, que no es propiedad privada de

ninguna persona. En segundo lugar, consiste en un beneficio para todos que es indivisible y que

no se forma por la suma de cada bien individual. Asimismo, el bien común constituye una

obligación del Estado, por lo que todos los aspectos relacionados con el derecho como la justicia,

el orden, la seguridad o las normas jurídicas se constituyen con el objetivo de garantizar el bien

común.

El bien común o procomún es un concepto que en general puede ser entendido como aquello

que nos influye para bien a todos los ciudadanos o a la comunidad como los sistemas sociales,

instituciones y medios socioeconómicos de los que ellos dependen. Más recientemente, John

Rawls lo definió como “ciertas condiciones generales que son de ventaja para todos.” Todas las

grandes ciencias comparten un interés en las precondiciones necesarias para obtener un cierto fin

social que es percibido como deseable. Consecuentemente el concepto de bien común contiene

diferentes elementos o puede ser estudiado desde diferentes perspectivas.

El interés desde este punto de vista no se centra en individuos sino en comunidades o

sociedades. En las palabras de Simón Bolívar: “Son derechos del hombre: la libertad, la

seguridad, la prosperidad y la igualdad. La felicidad general, que es el objeto de la sociedad,

consiste en el perfecto goce de estos derechos” y "El sistema de gobierno más perfecto es aquél

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que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de

estabilidad política."

En esta perspectiva no puede haber bien común a menos que las sociedades estén integradas y

sean estables, es decir, que haya Cohesión social. En otras palabras: a menos que esos sistemas

sociales sean viables en el largo plazo. Pero lo que incrementa esa viabilidad social no

necesariamente aumenta la utilidad individual o bienestar de cada individuo. Así, desde este

punto de vista se puede entender el bien común como la suma de las condiciones de la vida

social que permiten que los individuos libremente den forma a sus vidas. El propósito del Estado

(entendido como la sociedad políticamente organizada) sería entonces proveer a los individuos

de los medios para que puedan efectivamente llevar a cabo esas elecciones. John Rawls sin

embargo introduce una distinción entre "lo bueno", que es crear un mundo material mejor como

quiera que eso se defina y "lo justo", que crea las condiciones para una sociedad libre y justa, una

que permite la persecución de la virtud, pero no prescribe el cómo hacerlo o qué es exactamente

lo que se desea. Así, el bien común sería el bien que es común a cada ciudadano, el bien de cada

uno de los ciudadanos, más que una concepción definida o concreta de lo que constituye el bien

para todos y cada uno.

En definitiva, son cuatro los elementos que constituyen el Bien Común:

1. Las condiciones sociales de paz, justicia y libertad.

2. Un conjunto de bienes materiales, educativos, éticos.

3. Equidad en el reparto de esos bienes.

4. Una adecuada organización social.

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La razón de ser de cuantos gobiernan radica por completo en el Bien Común. De donde se

deduce claramente que todo gobernante debe buscarlo, respetando la naturaleza del propio Bien

Común y ajustando al mismo tiempo sus normas jurídicas a la situación real de las

circunstancias. Siendo superior al interés privado, es inseparable del bien de la persona humana,

comprometiendo a los poderes públicos a reconocer, respetar, acomodar, tutelar y promover los

derechos humanos y a hacer más fácil el cumplimiento de las respectivas obligaciones. Por

consiguiente, la realización del Bien Común puede considerarse la razón misma de ser de los

poderes públicos, los que están obligados a llevarlo a cabo en provecho de todos los ciudadanos

y de todo hombre considerado en su dimensión terrena-temporal y trascendente respetando una

justa jerarquía de valores, y los postulados de las circunstancias históricas.

Si toda comunidad humana posee un Bien Común que la configura en cuanto tal, la

realización más completa de este Bien Común se verifica en la comunidad política. Corresponde

al Estado defender y promover el Bien Común de la sociedad civil, de los ciudadanos y de las

instituciones intermedias. Ha de ser considerado como un valor de servicio y de organización de

la vida social, del nuevo orden de la convivencia humana. Pero no solo el Estado debe aportar las

condiciones, es tarea de todos.

Caben dos extremos:

El estado que se encarga de todo, peca por exceso. Se busca el perfeccionamiento del hombre,

pero este ha de poner de su parte. Si el Estado impone las condiciones coarta la libertad

individual. El estado liberal en el que cada uno se ocupa de sí mismo, peca por defecto.

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A través de estas cosas queda al alcance de los gobernantes beneficiar a los demás órdenes

sociales y aliviar grandemente la situación de los proletarios, y esto en virtud del mejor derecho

y sin la más leve sospecha de injerencia, ya que el Estado debe velar por el bien común como

propia misión suya. Y cuanto mayor fuere la abundancia de medios procedentes de esta general

providencia, tanto menor será la necesidad de probar caminos nuevos para el bienestar de los

obreros. Mas, aunque todos los ciudadanos, sin excepción alguna, deban contribuir

necesariamente a la totalidad del bien común, del cual deriva una parte no pequeña a los

individuos, no todos, sin embargo, pueden aportar lo mismo ni en igual cantidad. Cualesquiera

que sean las vicisitudes en las distintas formas de gobierno, siempre existirá en el estado de los

ciudadanos aquella diferencia sin la cual no puede existir ni concebirse sociedad alguna. Es

necesario en absoluto que haya quienes se dediquen a las funciones de gobierno, quienes

legislen, quienes juzguen y, finalmente, quienes con su dictamen y autoridad administren los

asuntos civiles y militares. Aportaciones de tales hombres que nadie dejará de ver que son

principales y que ellos deben ser considerados como superiores en toda sociedad por el hecho de

que contribuyen al bien común más de cerca y con más altas razones. Los que ejercen algún

oficio, por el contrario, no aprovechan a la sociedad en el mismo grado y con las mismas

funciones que aquellos, aunque también ellos concurren al bien común de modo notable, aunque

menos directamente. Y, teniendo que ser el bien común de naturaleza tal que los hombres,

consiguiéndolo, se hagan mejores, debe colocarse principalmente en la virtud. De todos modos,

para la buena constitución de una nación es necesaria también la abundancia de los bienes del

cuerpo y externos, «cuyo uso es necesario para que se actualice el acto de virtud». Y para la

obtención de estos bienes es sumamente eficaz y necesario el trabajo de los proletarios, ya

ejerzan sus habilidades y destreza en el cultivo del campo, ya en los talleres e industrias. Más

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aún: llega a tanto la eficacia y poder de los mismos en este orden de cosas, que es verdad

incuestionable que la riqueza nacional proviene no de otra cosa que del trabajo de los obreros. La

equidad exige, por consiguiente, que las autoridades prodiguen sus cuidados al proletario para

que este reciba algo de lo que aporta al bien común, como la casa, el vestido y el poder

sobrellevar la vida con mayor facilidad. De donde se desprende que se habrán de fomentar todas

aquellas cosas que de cualquier modo resulten favorables para los obreros. Cuidado que dista

mucho de perjudicar a nadie, antes bien aprovechará a todos, ya que interesa mucho al Estado

que no vivan en la miseria aquellos de quienes proveen unos bienes tan necesarios.

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Conclusión

Después de haber llevado a cabo este trabajo investigativo, se pudo arribar a las siguientes

conclusiones tomando como base el conocimiento adquirido durante su elaboración:

➢ La forma de Estado u organización territorial o modelo de Estado es aquella que hace

referencia a los diversos modelos que los Estados pueden adoptar en base a la relación

dada entre sus tres elementos constitutivos: la forma de gobierno, la división territorial

y el régimen político.

➢ El Estado realiza disímiles acciones encaminadas hacia las esferas política, económica

y social principalmente, pues son estas las funciones específicas que rigen y facilitan

la vida del conglomerado social o la comunidad y la razón de ser del aparato estatal.

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Bibliografía

Bolivar, S. (s.f.). wikipedia. Obtenido de wikipedia:


https://es.wikipedia.org/wiki/Sim%C3%B3n_Bol%C3%ADvar
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Kaiser, S. (s.f.). blioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la


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Porrúa, F. (2005). Teoría del Estado. México: Porrúa.

Honduras, E. d. (2014). Ley de la protección de la soberanía aérea. Tegucigalpa.


Resdal. (2022). Resdal. Obtenido de https://www.resdal.org/Archivo/hon-lb-part1.pdf

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