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Ilyssa judith Rijo Acosta 20-1336

Actos iniciales

El proceso penal dominicano se caracteriza por poseer ciertas directrices reglamentadas e


invariables que surgen con el propósito de crear ese camino a seguir que cuide tanto las
formas, como principalmente, la protección de los derechos fundamentales de cada imputado.
Este procedimiento consta de cinco fases esenciales,el procedimiento preparatorio, el
procedimiento intermedio, la fase de juicio, la etapa de impugnación de la sentencia o
recursiva y como fase final la de ejecución. De manera indistinta en cada una de estas una vez
culminada e iniciada la posterior queda impedida cualquier posibilidad de retrotraerse en el
proceso y violar el tan sagrado principio de preclusión, el cual de no ser celosamente
reguardado pudiera pues ocasionar un detrimento directo del acusado en cuestión.

El proceso legal puede iniciarse mediante denuncia de cualquier ciudadano o funcionario


público, o de oficio por los órganos encargados de la persecución penal, como la Policía o el
Ministerio Público. Se ha añadido la posibilidad de presentar una querella por parte de la
víctima o cualquier ciudadano en casos específicos. Cuando se reporta un delito, la
información disponible suele ser limitada, destacando la necesidad de llevar a cabo una
investigación para reconstruir los hechos, determinar si constituyen un delito y evaluar si se
cumplen los requisitos para aplicar la ley penal a un individuo en particular.

La querella representa otra vía para dar inicio a un proceso en delitos de acción pública. Esta
puede ser presentada por la víctima en casos que afecten directamente sus intereses, o por
cualquier persona en situaciones que involucren a funcionarios públicos (artículo 85 del
CPP). En situaciones donde los delitos afectan intereses colectivos o difusos, asociaciones y
entidades cuyo propósito esté directamente vinculado con esos intereses pueden actuar como
querellantes (artículo 85 del CPP). Además, los órganos encargados de la persecución penal
tienen la capacidad de iniciar investigaciones por iniciativa propia en delitos de acción
pública, sin depender de una instancia específica de una persona o autoridad. Esta facultad les
permite tomar conocimiento directo de un hecho aparentemente delictivo, dando inicio a todo
el proceso legal (Artículos 30, 88, 91, 273 del CPP).
El nuevo Código defiende dos intereses clave al establecer que el procedimiento preparatorio
no es público para terceros (artículo 290). Esta medida busca proteger la investigación y la
aplicación de la ley penal al evitar la publicidad al inicio de las indagaciones, lo que podría
comprometer su éxito al alertar a los involucrados y encubridores. Además, se busca
salvaguardar la imagen de los investigados, ya que las primeras sospechas necesitan
verificación y una exposición pública inicial puede dañar su reputación. Aunque los medios
de comunicación tienen responsabilidad al informar sobre la persecución del delito, se
destaca que el uso de la prensa debe realizarse con precaución, ya que una inculpación
pública equivale a un juicio, afectando la presunción de inocencia. El artículo 95 apartado 8
del nuevo Código establece el derecho del imputado a no ser presentado de manera
perjudicial ante los medios o la comunidad. Esto se refuerza al exigir el consentimiento
expreso del arrestado para su presentación ante los medios, y por la obligación de los
funcionarios de mantener discreción sobre las actuaciones de la investigación (artículo 276.6
y 290 del CPP).

Las "diligencias preliminares" son las investigaciones inmediatas realizadas por la policía al
recibir información sobre un posible delito. Estas acciones buscan obtener y asegurar
pruebas, prevenir la fuga u ocultamiento de sospechosos, tomar declaraciones de personas
presentes y evitar consecuencias adicionales al hecho (artículo 274, y arts. 91 y 92 del CPP).
La policía cuenta con atribuciones específicas para llevar a cabo estas investigaciones, como
realizar inspecciones, levantar e identificar cadáveres, realizar registros sin orden judicial
(excepto en casos específicos), entrevistar a personas presentes en el lugar del hecho, entre
otras.

La subordinación funcional de la policía respecto del Ministerio Público, El nuevo Código


establece que la policía encargada de las diligencias preliminares está subordinada al
Ministerio Público, con el objetivo de mejorar la eficiencia en la investigación y la
recopilación de pruebas que serán legalmente incorporadas al proceso (ver artículos 22, 88,
92, 93, 259 CPP, entre otros). Los fiscales tienen la responsabilidad de guiar legalmente el
trabajo policial y deben ser especialmente cuidadosos en respetar las garantías procesales y
los derechos fundamentales del imputado. El no cumplimiento de estas normas puede llevar a
la invalidez de evidencias, afectando la credibilidad de la investigación y generando
situaciones de impunidad.
Es crucial que el fiscal oriente la labor policial, especialmente en cuanto a las garantías
procesales, ya que la participación del imputado y la defensa en la obtención de pruebas
aumenta la confianza de los jueces, especialmente en un sistema que sigue los principios de
libertad probatoria y valoración libre bajo reglas de sana crítica. La dirección técnica del
Ministerio Público sobre la policía es esencial, ya que, a pesar de que la ley reserva la acción
penal a los magistrados del Ministerio Público, en la práctica, la policía ejerce un papel
significativo al impulsar la acción penal, controlar la instrucción, recopilar pruebas y orientar
las investigaciones. Esto contraviene el principio constitucional de que la autoridad judicial
disponga directamente de la policía judicial, convirtiéndose en la policía judicial quien
influye directamente en la autoridad judicial, orientando su trabajo según sus propias
opciones e intereses.

La investigación fiscal, la noción de llevar a cabo una investigación preparatoria no es


novedosa. La raíz más antigua de un procedimiento preparatorio dirigido por el acusador se
puede rastrear hasta el enjuiciamiento acusatorio romano, conocido como "quaestio, acusatio
o iudicium publicum", junto con su sistema de acusación popular, que también parece haber
existido en el contexto acusatorio griego.

Aunque la labor del fiscal en la investigación es la parte más destacada y extensa del proceso
preparatorio, no debe confundirse la idea de procedimiento preparatorio con la investigación
inicial o preliminar. En el procedimiento preparatorio se engloban diversas actividades, como
las diligencias preliminares realizadas por la policía, los actos conclusivos de la etapa como
la acusación y sus traslados, o la solicitud de sobreseimiento. Además, se incluyen las
acciones específicas del juez, como la obtención anticipada de pruebas, las medidas
cautelares, la afectación de garantías constitucionales (allanamiento, intervención telefónica,
etc.), y cualquier otro aspecto incidental que deba resolverse.

Definición de una política general de investigación y actuación, Con la implementación del


nuevo Código, se insta al Ministerio Público a diseñar una política de persecución penal bien
planificada, flexible y revisable en todas sus áreas de competencia. Esta política debe reflejar
los valores y la opinión de la comunidad. Dada la variabilidad de la criminalidad,
motivaciones diversas y perpetradores de distintos sectores, se reconoce la necesidad de
estrategias diferenciadas para prevenir y reprimir delitos, considerando aspectos como los
delitos ecológicos, abusos de poder, corrupción, delitos culposos en la circulación, abuso de
poder económico en la empresa privada, asaltos callejeros, delitos de drogas, entre otros.

El nuevo Código también introduce mecanismos de diferenciación en la respuesta penal,


abandonando la posición inflexible basada en teorías absolutistas de la pena. Se establecen
alternativas como el principio de oportunidad, conciliación, suspensión del proceso a prueba
y proceso abreviado. Esto significa que ante un hecho aparentemente delictivo, no es
necesario seguir obligatoriamente un proceso hasta una sentencia definitiva; existen diversas
opciones. El Ministerio Público, como responsable de una parte significativa de la política
criminal del país, debe planificar cuidadosamente estas respuestas, considerando factores
sociales, económicos, humanos, jurídicos y circunstanciales.

La actividad de investigación llevada a cabo por el Ministerio Público es completamente


informal y tiene como objetivo principal establecer si existen fundamentos suficientes para
iniciar un juicio. Esto se logra recopilando los elementos de prueba necesarios para respaldar
la acusación o la defensa del imputado, según lo establecido en el artículo 259 del nuevo
Código.

La objetividad de la investigación, La tarea del fiscal consiste en determinar si existen


razones para llevar a juicio, fundamentando así la acusación o la defensa del imputado. Esto
implica un interés social tanto en condenar al culpable como en absolver al inocente. Tanto la
policía como el fiscal deben investigar todos los hechos de manera objetiva, presentando
todos los elementos probatorios, independientemente de que favorezcan o incriminan al
imputado.

El nuevo Código Procesal enfatiza este deber al establecer que el procedimiento preparatorio
busca recopilar pruebas para fundamentar la acusación o defensa del imputado (art. 259).
Además, obliga al Ministerio Público a extender la investigación tanto a las circunstancias de
cargo como a las de descargo, actuando con urgencia y conforme a criterios objetivos (art.
260 CPP). Estas disposiciones instan a una actitud específica por parte de la policía y el
Ministerio Público, y los jueces de la etapa preparatoria deben velar por su cumplimiento. Se
destaca que el Ministerio Público es un órgano de justicia más que un mero acusador
fanático, lo que debe guiar la práctica de las investigaciones.
La valoración inicial del caso por parte del fiscal, Como resultado de la política del
Ministerio Público para evitar injusticias al emprender la persecución penal de manera
innecesaria o inútil, el fiscal debe hacer una evaluación inicial de cada caso tan pronto como
llegue a su conocimiento, antes de continuar con las investigaciones. En otras palabras, al
avanzar en la investigación preparatoria, el fiscal ya ha adoptado un criterio específico sobre
el curso del procedimiento, al menos según el estado actual de las diligencias. Esto indica
que, en ese momento, no contempla la posibilidad de optar por otras opciones, como el
archivo, la incompetencia, la aplicación de un criterio de oportunidad, la suspensión del
proceso a prueba, el procedimiento abreviado, la conciliación u otras medidas para concluir el
proceso de manera diferente.

La actividad probatoria del fiscal, Los elementos probatorios que serán fundamentales para la
sentencia deben ser introducidos en el proceso durante el debate oral y público. El juicio
representa la fase más significativa y crucial de todo el proceso penal, ya que garantiza la
introducción de pruebas de manera completa, en presencia de todos los participantes del
proceso, incluyendo las partes y el juez. Esto facilita su análisis y evaluación de manera
pública y contradictoria. Las etapas previas del proceso no deben reemplazar al juicio, y, para
garantizar esto, se reduce la eficacia probatoria de los actos realizados preliminarmente, a
menos que se haya seguido el mecanismo planificado para los anticipos de prueba. En
términos generales, esto implica que el fiscal no puede ordenar la práctica de pruebas durante
la investigación que tengan valor en el juicio, a menos que esté expresamente autorizado.

El representante del Ministerio Público y la policía tienen la autorización para custodiar y


verificar, a través de la inspección del lugar y objetos, los rastros y efectos materiales
relacionados con el delito. Se documenta detalladamente en un acta todo lo observado,
siempre que no sea un lugar privado que requiera una orden judicial (arts. 173 y 180 CPP).
Tanto el fiscal como la policía tienen la facultad de ordenar la inspección corporal del
imputado o de cualquier persona, así como de lugares y objetos, cuando existan razones que
sugieren la presencia de elementos de prueba útiles para la investigación o la ocultación del
imputado (artículo 175 CPP).
De manera excepcional, cuando la demora en solicitar autorización al juez represente un
peligro, tanto el fiscal como la policía pueden disponer la realización de exámenes médicos y
otros peritajes sobre el imputado, como análisis de sangre, para verificar circunstancias
relevantes para la investigación (artículo 99 párrafo 3 CPP).

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