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¿Qué es el Dinero?
El témino dinero se deriba de la moneda romana de plata: El Denarius.
Sirve de plataforma intermedia para optimizar el intercambio de bienes y servicios,
evitando las inexactitudes propias del trueque.
Es todo activo o bien generalmente aceptado como medio de pago por los agentes
económicos para sus intercambios y que además cumple las funciones de ser unidad
de cuenta y valor.
Para que un bien pueda ser calificado como dinero se deben satisfacer tres criterios:
Medio de Intercambio.
Unidad de Cuenta.
Conservacion de Valor.
Medio de Intercambio.
Es para evitar las ineficiencias de un sistema de trueque. Cuando un bien es requerido
con el solo propósito de usarlo para ser intercambiado por otras cosas, posee esta
propiedad.
Además, el dinero debe ser un bien ligero y fácil de almacenar y de transportar.
Unidad de Cuenta.
Cuando el valor de un bien es utilizado con frecuencia para medir y comparar el valor
de otros bienes o cuando su valor es utilizado para denominar deudas, se dice que el
bien posee esta propiedad.
La unidad de cuenta significa que es la unidad de medida que se utiliza en una
economía para fijar los precios.
Conservacion de Valor.
Cuando un bien es adquirido con el objetivo de conservar el valor comercial para
futuro intercambio, entonces se dice que es utilizado como un depósito de valor.
El dinero es un depósito de valor pero no el único, cualquier activo que mantenga su
poder adquisitivo a lo largo de tiempo servirá como depósito de valor.
El dinero es resultado de un pacto social, donde todos aceptan entregar sus bienes o
servicios a otros, a cambio de los símbolos monetarios (billetes, monedas, etc.); por
lo tanto, el respaldo del dinero es la suma de los bienes y servicios de la Población; o
sea el PIB.
En general, se tiende a asociar al dinero con los billetes, las monedas o, tal vez, los
cheques. Pero eso no es una muy buena apreciación del concepto dinero, y por lo
tanto no es una muy buena respuesta. Ya que por un lado, los billetes y las monedas
sólo representan a una parte de la oferta del dinero, y, por otra, los cheques no son en
realidad dinero.
David reconoció a Dios como propietario de todas las cosas. Él dijo: 1oCro. 29:11
Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor;
porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh
Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.
Si Dios nos ha dado un ministerio debemos entender que todo lo que ese ministerio
posee pertenece a Dios, por lo tanto debemos cuidar con diligencia de las cosas y
el dinero que El provee para el funcionamiento de ese ministerio.
1oCro. 29:12 Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en
tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a
todos.
Por el solo hecho de que viene de Dios tenemos que ser buenos administradores de
las cosas y el dinero que El nos ha dado, no tenemos que despilfarrar los bienes
como si no tuvieramos que dar cuenta de ellos.
Debemos recordar que Dios provee para todas las necesidades del ministerio que
El te ha dado, aun las tuyas personales, por lo que debemos administrarlas
correctamente, ya que no son para mi enriquecimiento personal sino para el buen
funciona-miento del mismo.
Tito 1:7 Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador
de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso
de ganancias deshonestas,
1aCor. 4:2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea
hallado fiel.
Hechos 17:25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo;
pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
1a Corintios 6:19–20 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo,
el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque
habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
1a Tim. 6:8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
Dios tiene un propósito para la vida de cada uno de nosotros, una misión;
oportunidad única que nos ha dado en su plan eterno, no porque él nos necesite,
sino por amor ha determinado darnos un lugar en su obra.
Cada vez que tenemos que hacer una tarea necesitamos los insumos para hacerla.
Si alguien va a construir una casa necesita el dinero, el espacio, los materiales, los
trabajadores, etc. Nosotros necesitamos recursos para cumplir los objetivos.
Del mismo modo que Dios ha prometido la provisión necesaria para nuestro diario
vivir, El proveerá aún más allá, para las cosas a las cuales nos ha llamado, El no ha
determinado que sobrevivamos la vida, sino que la vivamos y que la vivamos
haciendo su voluntad. Él nos dará lo necesario y aún más para hacer esto.
Dios está comprometido con Su palabra, y los principios y promesas que Él se ha
dispuesto a cumplir. Promesas como su Provisión, la Abundancia y la
Sobreabundancia, están esperando para ser reclamadas por todos sus Hijos.
Dios quiere darte lo mejor. Pero lo mejor no es lo que deseamos necesariamente,
Dios no se ha comprometido a darte todo lo que quieras, Dios se comprometió a
proveernos todo lo necesario para cumplir nuestro propósito en la tierra, para hacer
Su voluntad.
Provisión
El diccionario define proveer como “Acción que consiste en proporcionar lo
necesario a alguien para un fin determinado”.
La provisión es necesaria para solventar una necesidad. Podemos dividir la
provisión en dos conjuntos, uno el de lo material, es decir la comida, una casa,
abrigo, todas las cosas para la vida física. El segundo conjunto abarcaría una
provisión espiritual, o sea los dones, la unción y el respaldo de Dios, necesarios
para cumplir la tarea que nos haya asignada para ser cubierta.
Un ejemplo sería, cuando el pueblo de Israel necesitó alimento mientras estaba en
el desierto, Dios los sacó de Egipto, así que Dios proveyó el maná. Exodo 16.
El nunca hace nada de manera parcial o incompleta, Dios siempre tiene cada
detalle de nuestra vida planeado y cada necesidad detectada para ser cubierta.
Abundancia
El diccionario de la RAE define abundancia como “Prosperidad, riqueza,
bienestar”.
Hay una pregunta que debemos plantear: ¿Cómo llegamos a la abundancia en
Dios?, la respuesta a esta pegunta se encuentra en Proverbios 3:9-10
Prov. 3:9 Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y
serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.
Dios quiere que lo honremos con nuestra mente, con nuestro corazón y con
nuestras cosas. Debemos recordar que todo cuanto tenemos viene de Dios. Todo lo
que tenemos lo tenemos porque así le ha placido a Él que lo tengamos.
Cuando tenemos la comprensión de que Dios es quien nos da todo, es impensable
no honrarlo con todo lo que tenemos, de hecho todo lo que tenemos ni siquiera es
nuestro, es de Él, nosotros solo fungimos como administradores de todo lo que él
ha puesto a nuestro cuidado.
Un problema muy serio en la actualidad es que vivimos en una sociedad
rotundamente materialista. Damos valor a nuestra vida, y a la de los demás, de
acuerdo a la cantidad y calidad de cosas que poseemos; hemos puesto nuestro valor
en las cosas. Eso nos ha llevado a poner a las cosas mismas en un lugar de
preeminencia en nuestra vida.
Dios conoce lo que necesitamos, y Él como padre quiere solventar esa necesidad,
pero es muy diferente lo que necesitamos a lo que deseamos.
Hemos llegado a confundir provisión y abundancia de Dios con tener todo cuanto
nuestros ojos desean. Los cristianos hemos llegado a ser tan materialistas y
superficiales como si no conociéramos en absoluto las cosas mucho más valiosas
que Dios nos ha dado, como Jesús lo dijo:
Mateo 6: 25 “¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?”.
La pregunta es ¿Honrarás a Dios con eso material que deseas, o solo es un deseo
egoísta?
1) El primer paso a la abundancia es honrar a Dios con nuestros bienes.
Otro punto muy importante en cuanto a la abundancia es la posición de nuestro
corazón. Nuestro corazón no debe estar inclinado a las bendiciones, sino hacia
aquel que da las bendiciones. Dios nunca nos va a dar algo que nos vaya a alejar
de Él.
Las cosas materiales nos son útiles y ciertamente una estabili-dad financiera es
algo totalmente deseable, pero las cosas nunca serán nuestra felicidad ni nuestra
paz.
El autor de Eclesiastés nos deja esto muy claro:
Eccl. 2:1 Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de
bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.
El autor de Eclesiastés tuvo riqueza más que ningún otro, pero luego de desear
todo lo material que veían sus ojos y poseerlo, supo que las cosas no son lo más
importante en la vida.
2) El segundo paso a la abundancia es no inclinar nuestro corazón ante las cosas.
Prov. 23:5 ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se
harán alas como alas de águila, y volarán al cielo.
Prov. 27:24 Porque las riquezas no duran para siempre; ¿Y será la corona para
perpetuas generaciones?
3) El tercer paso a la abundancia es bendecir a otros.
Dios pone cosas a nuestro cuidado no solo para satisfacernos nosotros, sino para
bendecir y mostrar el amor de Cristo con otras personas. Las cosas que Dios nos da
no son simplemente cosas, son oportunidades; oportunidades para saldar las
necesidades de otros.
Dios pone abundancia en nosotros, no solo para nuestro disfrute, sino para que
seamos de bendición.
Sobreabundancia
Este tema ha sido de gran controversia, sobre todo por el mal manejo y mal
testimonio con el que se ha tratado. Pero bíblicamente hablando en la única forma
en la que Dios promete sobreabundancia, se trata del diezmo. 2aCor. 9:6
Hay dos puntos de vista equivocados en cuanto al diezmo:
Uno es la llamada teología de la prosperidad.
El otro punto de vista erróneo es que no hay que diezmar ya que no estamos bajo
la ley.
Finalmente lo más importante ante todo es tener nuestra vista y corazón puestos en
Dios. Su naturaleza no cambia aunque cambien nuestras circunstancias. El es Dios
en todo momento y eso es lo que nos define como hijos de Dios, no las cosas que
tengamos. Ser rico no es tener mucho, sino necesitar poco.
Fil. 4:11-13 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme,
cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humilde-mente, y sé tener abundancia; en
todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así
para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que
me fortalece.
1aTim. 6:10 Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual
codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos
dolores.
No necesariamente tienes que ser rico para amar el dinero, porque es, como ya
dijimos, un problema del corazon. Siendo pobre puedes amar el dinero.
La Biblia nos advierte contra los planes rápidos y faciles de hacerse rico, tienes
que tener cuidado por que dice la Biblia:
Prov. 23:4 No te afanes por hacerte rico; sé prudente, y desiste.
Dios no provee, ni estamos aquí para estar acumulando riquezas, nuestras
poseciones así como el dinero deben ser usados para glorificar a Dios, aunque Dios
tambien nos da para nuestro confort y distraccion.
Debemos mantenernos libres de toda avaricia, codicia y envidia, todas estas cosas
van en contra de lo que aprendemos en la Biblia.
Avaricia: Afán desmedido de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas. Lc 12:15;
Heb 13:15
Codicia: Afán excesivo de riquezas. Deseo vehemente de algunas cosas buenas. Pr
21:26
Envidia: Emulación, deseo de algo que no se posee. Dolor o desdicha por no
poseer uno mismo lo que tiene el otro. Prv 14:30.
En tu afan de hacerte rico evita endeudarte, no busques dinero en otro sitio que no
sea tu trabajo. Buscar financiar tu estilo de vida con deudas no es sensato.