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2023

Niveles de Organización de la Evid

Asignatura: Investigación en epidemiologia.Catedrático: Juan Antonio


Córdova Hernández.
Dra. Lisseth Domínguez Castañeda Residente 1 er año de Epidemiologia

universidad autonoma de juarez | [Dirección de la compañía]


El concepto «medicina basada en la evidencia» (MBE) .
Se utiliza para describir un nuevo enfoque de la docencia y la práctica de la medicina
consistente en la utilización consciente y explícita de la mejor evidencia científica clínica
disponible procedente de la investigación biomédica como base esencial para la toma de
decisiones en la práctica clínica, combinada con la experiencia clínica y los valores y
expectativas del paciente en el contexto de los recursos disponibles (fig. 5.1). Se considera
un proceso sistemático de búsqueda, evaluación y uso de los hallazgos de la investigación
biomédica, aplicando criterios explícitos para evaluar críticamente dichas pruebas y
considerar como evidencias útiles solamente las que tengan la calidad suficiente. Dado el
enorme volumen de información disponible actualmente, que además es cambiante y
muchas veces redundante, de calidad desigual y compleja de interpretar, este proceso es
un reto importante, y es precisamente para hacerle frente para lo que surgió la MBE.
Los profesionales sanitarios adquieren competencia, conocimiento y capacidad de juicio a
través de la experiencia, y esta pericia produce habilidades clínicas y perspicacia para
detectar los signos y síntomas clínicos, así como una mejor comprensión de los factores
individuales, culturales y sociales. Sin embargo, una excesiva confianza en la propia
experiencia puede ser engañosa, ya que puede basarse en falsas impresiones sobre los
beneficios y perjuicios de las diferentes actuaciones. Por otro lado, sin experiencia clínica,
la práctica se arriesga a ser «tiranizada» por la evidencia. Por ello, ambos elementos deben
ser combinados adecuadamente. Inicialmente, la MBE se centró en formar a los
profesionales en la valoración crítica y el uso de la literatura científica publicada para
ayudarles a resolver las preguntas que se plantean en la práctica clínica. A medida que ha
ido progresando, ha ido incorporando herramientas que facilitan la identificación y el
acceso la información necesaria.
Formulación de la pregunta clínica .
En la mayoría de los encuentros con un paciente deben tomarse decisiones sobre aspectos
como la selección del tratamiento más adecuado o la realización de una exploración
complementaria, por ejemplo. La estrategia de la MBE para abordar estas situaciones
implica reconocer que se necesita más información para poder tomar la mejor decisión
posible, y el primer paso es convertir esta necesidad en una pregunta clínica que pueda ser
contestada. La formulación correcta implica la identificación de cuatro elementos, que
pueden recordarse fácilmente mediante el acrónimo PICO (tabla 5.1): P. Paciente y/o
problema de salud de interés. I. Intervención o factor de estudio (tratamiento, causa,
factor pronóstico, etc.) que se considera. C. Intervención o factor de referencia con el que
se va a comparar. O. Variable o variables que permiten evaluar el resultado de interés
(outcome) y decidir qué alternativa es preferible.
La pregunta puede hacer referencia a un tratamiento (efectos de diferentes intervenciones
para mejorar la función del paciente o evitar resultados no deseables), daño o etiología
(efectos de agentes potencialmente perjudiciales sobre la función del paciente, la
morbilidad y la mortalidad), diagnóstico (utilidad de una intervención para diferenciar a los
sujetos que tienen una enfermedad o condición de los que no la tienen) o pronóstico
(estimar la evolución futura de una enfermedad o característica).
Búsqueda de evidencias El segundo paso de la práctica de la MBE es la localización de la
evidencia apropiada para poder responder a la pregunta. Este proceso puede ser
complejo, dada la gran cantidad y variedad de fuentes de información disponibles.
Desgraciadamente, no todas ellas proporcionan información de la misma calidad,
relevancia y utilidad, por lo que el profesional debe decidir el tipo de evidencia que
necesita, identificarla fuente más adecuada para encontrarla y desarrollar una estrategia
eficiente para localizarla. Si las pruebas existentes no están fácilmente disponibles, los
profesionales pueden basar mayoritariamente su práctica en la información más accesible,
aunque no sea la más adecuada. Dada la rápida evolución de las fuentes disponibles, se
están creando nuevos y mejores recursos que intentan conjugar el número creciente de
investigaciones relevantes con servicios que sintetizan las mejores evidencias, y que
pueden clasificarse jerárquicamente en seis categorías, en la denominada estructura 6S
(DiCenso et al., 2009) (fig. 5.2). En el nivel inferior se sitúan las publicaciones primarias de
estudios de investigación, mientras que el resto de los niveles corresponden a diferentes
formas de filtro, crítica o síntesis de las evidencias disponibles. La estrategia consiste en
comenzar buscando en el recurso de mayor nivel disponible para el problema planteado,
con la finalidad de aprovechar el trabajo ya realizado por otros y no invertir el poco tiempo
disponible en repetirlo si ya existe alguna fuente que puede proporcionar la información
adecuada. El nivel más elevado de la pirámide está ocupado por los denominados
«sistemas». Idealmente, estos sistemas deberían evaluar y sintetizar con criterios
explícitos toda la evidencia relevante sobre un problema clínico y, de forma total o
parcialmente automatizada, integrarla con informaciones procedentes de pacientes
concretos o de registros electrónicos de pacientes, asegurando que se tenga a mano toda
la evidencia necesaria relativa a la situación concreta. En el futuro ya no sería necesario
que el profesional consultara el sistema, ya que sería este mismo el que presentaría la
información necesaria. Actualmente, todavía no se dispone de sistemas que alcancen este
nivel de desarrollo, pero existen algunas iniciativas que avanzan en esa dirección, aunque
habitualmente se centran en problemas concretos, no siempre se basan en una revisión
explícita y actualizada de la evidencia, y suelen haber sido desarrolladas en entornos
reducidos, lo que las hace difícilmente exportables. Los sumarios integran las mejores
pruebas disponibles relacionadas con un determinado problema o situación de salud,
basándose tanto como sea posible en revisiones sistemáticas (síntesis). Se incluyen aquí
las GPC basadas en la evidencia, que son un elemento esencial de la práctica de la MBE, y
se comentan más adelante. Pueden localizarse en bases de datos específicas, como la
National Guidelines Clearinghouse (www.guideline.gov) o la Guidelines Internacional
Network(www.g-i-n.net), o bien en los portales de las organizaciones que las desarrollan.
En España hay una iniciativa denominada GuiaSalud (www.guiasalud.es) para construir un
catálogo de GPC a disposición del Sistema Nacional de Salud. Las sinopsis de síntesis
corresponden a descripciones del proceso y conclusiones de revisiones sistemáticas, y a
menudo incluyen una valoración crítica de las mismas. Un ejemplo de este tipo de
recursos es la Database of Abstracts of Reviews of Effectiveness (DARE), del Centre for
Review Dissemination (CRD). Las síntesis corresponden a las revisiones sistemáticas
basadas en una búsqueda rigurosa de la evidencia existente, su evaluación crítica y la
combinación de los resultados para obtener una estimación del efecto de la intervención.
Sus principales características se presentan más adelante. Las revisiones pueden
encontrarse en bases de datos específicas, como la Cochrane Database of Systematic
Reviews, o en bases de datos bibliográficas, que incluyen las referencias de revisiones
publicadas en revistas. Desgraciadamente, la mayor parte de las revisiones sistemáticas se
limitan a evaluar únicamente intervenciones terapéuticas o preventivas, y no todas están
verdaderamente basadas en la evidencia, por lo que, si no se tienen las garantías
suficientes, deberán evaluarse críticamente.

Las sinopsis de estudios corresponden a documentos elaborados con métodos explícitos


para resumir estudios individuales, proporcionando información breve y eficaz para su uso
clínico. Habitualmente se trata de publicaciones que identifican los estudios publicados en
las principales revistas, seleccionan los que son potencialmente relevantes y que cumplen
unos criterios explícitos de rigor metodológico, y los sintetizan en forma de resúmenes
estructurados y comentados. Estas publicaciones suelen denominarse «revistas
secundarias»
Si fallan los niveles anteriores, o si se necesitan más detalles, debe recurrirse a la
búsqueda de artículos originales individuales que presenten estudios de investigación y,
una vez localizados los potencialmente relevantes, evaluarlos siguiendo los criterios para
su lectura crítica. La búsqueda no debe realizarse de forma precipitada. En primer lugar,
debe seleccionarse la base de datos más adecuada y trasladar los elementos de la
pregunta clínica a los términos adecuados del lenguaje que utiliza. El más utilizado en el
ámbito de la medicina es el MeSH (Medical Subject Headings
[www.ncbi.nlm.nih.gov/mesh]), que se usa para indizar las bases de datos de la National
Library of Medicine (NLM) de EE. UU., entre las que se encuentra Medline, pero que
también es utilizado por otras bases de datos y servicios de búsqueda. El lenguaje natural
puede ser útil cuando se busca información sobre temas de reciente aparición para los que
todavía no hay descriptores, o cuando no existen términos adecuados en el tesauro,
situación relativamente frecuente para muchos temas de interés en APS.
Valoración crítica de un artículo original
El tercer paso en la aplicación de la MBE es la valoración crítica de las evidencias
identificadas. Si corresponden a algún tipo de síntesis o sinopsis y puede asumirse que se
ha elaborado tras una identificación y valoración crítica sistemática y rigurosa de las
pruebas existentes, puede obviarse la valoración de su validez y pasar directamente a
considerar su aplicabilidad. En caso de que no sea así, o que correspondan a estudios
originales, debe evaluarse críticamente la calidad de la evidencia que aportan mediante la
valoración de tres aspectos: la validez interna, la magnitud de los resultados y su
aplicabilidad a los propios pacientes y el contexto.
Validez interna del estudio
La validez interna es el grado de solidez o rigor de un estudio, en el sentido de que el
modo en que ha sido diseñado y realizado permite estar razonablemente convencido de
que sus resultados no están sesgados y proporcionan una respuesta correcta a la pregunta
de investigación. Por lo tanto, la definición clara y precisa del objetivo del estudio, la
elección del diseño adecuado y su realización con el rigor metodológico necesario son los
elementos clave para que los resultados sean válidos. La fuerza de la evidencia varía según
el diseño utilizado (fig. 5.3).
claramente definida y la utilización de un diseño adecuado, también es fundamental la
muestra de sujetos que se estudia no solo porque debe ser la idónea para la investigación,
sino porque será un factor determinante de la aplicabilidad de los resultados. Cuando un
estudio se basa en la comparación de dos o más grupos, es importante que sean similares
en los factores pronósticos en la línea basal, utilizando la asignación aleatoria cuando es
factible. Esta comparabilidad debe haberse mantenido a lo largo de todo el estudio, de
forma que todos los sujetos deben ser seguidos y estudiados de la misma manera,
independientemente del grupo al que pertenecen, sometidos a la misma pauta de visitas e
intervenciones, y utilizando técnicas de enmascaramiento si es necesario. Además, el
resultado debe haber sido medido por una variable adecuada, y el seguimiento debe
haber sido lo suficientemente largo y completo para poder detectarlo. Debe tenerse
especial prudencia cuando se utilizan variables intermedias o subrogadas como sustitutas
de la verdadera respuesta de interés clínico. El análisis de los datos debe haberse realizado
de forma adecuada, y la conclusión debe ser acorde con sus resultados. Los criterios
específicos de validez dependen del tipo de estudio que se ha llevado a cabo y de su
finalidad. En la tabla 5.2 se presentan los más importantes
Magnitud de los resultados .
Si puede considerarse que el estudio es suficientemente válido, el siguiente paso es la
valoración de la importancia de sus resultados, que no debe basarse exclusivamente en la
significación estadística, sino que debe tenerse en cuenta su magnitud para determinar si
son relevantes clínicamente. Los resultados de un ensayo clínico pueden expresarse de
diferentes maneras. En el ejemplo de la tabla 5.3, la reducción absoluta de riesgo (RAR) del
5% indica que el tratamiento ha reducido en un 5% la incidencia acumulada de accidente
vascular cerebral (AVC) en 5 años en sujetos con hipertensión arterial, en relación con el
placebo. En cambio, la reducción relativa de riesgo (RRR) de 0,33 (o del 33%) indica que en
el grupo tratado se ha reducido una tercera parte de la incidencia de AVC observada en el
grupo placebo, es decir, del riesgo basal. El número de casos que es necesario tratar para
prevenir un evento (NNT) mide el «esfuerzo» terapéutico que debe realizarse para
prevenir un suceso indeseable adicional, y equivale al inverso de la RAR. En el ejemplo, su
valor es 20, lo que indica que es necesario tratar a 20 personas con el fármaco durante 5
años para prevenir un caso más de AVC que si se utilizara placebo
La expresión de los resultados exclusivamente como medidas relativas puede resultar
engañosa y hacer que se sobreestime el efecto beneficioso real de un tratamiento. La tabla
5.4 muestra que, en el caso de una intervención que produce una RRR del 33%, el valor del
NNT varía enormemente en función del riesgo basal de los sujetos a los que se aplica. Por
ello, para valorar el beneficio potencial de una intervención, es importante tener en
cuenta la incidencia del proceso que se intenta reducir en la población a la que se va a
aplicar la intervención sanitaria (riesgo basal). En los estudios sobre la utilidad de una
prueba diagnóstica, la finalidad del análisis es cuantificar su capacidad para clasificar
correcta o incorrectamente a una persona según la presencia o ausencia de una
enfermedad. Las medidas más utilizadas son la sensibilidad, la especificidad y los valores
predictivos (tabla 5.5). Cuando una prueba tiene una sensibilidad muy alta, un resultado
negativo sirve para descartar la enfermedad (la probabilidad de un falso negativo es muy
pequeña). Si tiene una elevada especificidad, un resultado positivo es prácticamente
diagnóstico (existen pocos falsos positivos). Otra forma de expresar los resultados son los
cocientes de probabilidad.
El cociente de probabilidad de una prueba positiva (CPP) se calcula dividiendo la
sensibilidad por el complementario de la especificidad. En el ejemplo, su valor es 48,5, lo
que indica que en el grupo de pacientes diagnosticados de infección urinaria la
probabilidad de encontrar un resultado positivo con la tinción con azul de metileno es 48,5
veces mayor que en los individuos en los que se ha descartado la enfermedad.
Análogamente, el cociente de probabilidad de una prueba negativa (CPN) se calcula
dividiendo el complementario de la sensibilidad por la especificidad. Su valor de 0,2 en el
ejemplo indica que un resultado negativo se encontró cinco veces (1/0,2 = 5) más
frecuentemente en los individuos sin infección urinaria que en los que sí la tenían. Pruebas
con CPP altos (por encima de 10) conducen a probabilidades posprueba elevadas, incluso
con probabilidades preprueba de tan solo un 25%, mientras que CPP bajos (por debajo de
0,25) conducen a probabilidades posprueba muy reducidas (tabla 5.6). Valores
intermedios de CPP no producen grandes ganancias informativas. La determinación de la
magnitud del riesgo asociado a una exposición se hace comparando la incidencia del
resultado adverso de interés en un grupo expuesto al factor de estudio.
con la de un grupo no expuesto (tabla 5.7). La medida de asociación más utilizada es el
riesgo relativo (RR). Un valor de 1 indica que no existe asociación entre la exposición y el
resultado adverso, mientras que si es mayor de 1 indica que existe una asociación positiva
(aumento del riesgo) y, si es menor, una asociación negativa (disminución del riesgo). En
los estudios de casos y controles, dado que no pueden determinarse directamente las
incidencias, se utiliza la odds ratio (OR), que es una buena aproximación del RR cuando el
riesgo basal es bajo. Otra medida que puede utilizarse en los ensayos clínicos y estudios de
cohortes es la diferencia de riesgos o de incidencias (DR), que cuantifica en términos
absolutos el exceso de riesgo de los expuestos en relación con los no expuestos. Su inverso
es una medida similar al NNT, que indica el número de personas que es necesario que
estén expuestas para que se produzca un daño o resultado adverso (NND), y cuyo valor en
el ejemplo es 19, lo que indica que se produce una muerte más entre los fumadores que
entre los exfumadores en un año, por cada 19 sujetos que continúan fumando. Otra
medida, similar a la RRR, es el riesgo atribuible en los expuestos (RAE), cuyo valor en el
ejemplo de la tabla 5.7 indica que más del 40% del riesgo de morir en un año en los
sujetos del estudio que continúan fumando puede ser atribuido al consumo de tabaco. Los
resultados de los estudios sobre pronóstico suelen expresarse como una frecuencia
acumulada en un momento de tiempo determinado (p. ej., la mortalidad observada en los
sujetos con cáncer de próstata a los 5 años de evolución), o bien como la mediana de
supervivencia, que indica la duración del seguimiento en la que han muerto la mitad de los
sujetos de la cohorte. Las curvas de supervivencia permiten conocer cómo se modifica la
probabilidad de desarrollar el suceso a lo largo del tiempo. Existen técnicas estadísticas
que permiten comparar curvas de supervivencia o ajustar el cálculo de la probabilidad de
desarrollar el suceso por diferentes factores. Independientemente del diseño y de la
medida que se utilice, la magnitud del resultado observado en un estudio no es más que
una estimación puntual de la verdadera magnitud del efecto o asociación de interés. Por
ello, la correcta interpretación de un resultado requiere valorar también la precisión con
que se ha estimado este resultado, para lo que debe prestarse atención a los límites del
intervalo de confianza (IC) del 95%.
Aplicabilidad de los resultados El tercer aspecto de la valoración crítica de un artículo se
refiere a la aplicabilidad de los resultados del estudio a los pacientes que se atienden en la
propia consulta o al sujeto concreto sobre el que hay que tomar la decisión clínica. No se
trata simplemente de determinar si sus características difieren de las de los sujetos
estudiados, sino de evaluar si estas diferencias pueden hacer sospechar que se obtendrían
resultados distintos. Para poder hacerlo, los artículos deben detallar los criterios de
selección utilizados, la procedencia de los sujetos y el procedimiento seguido para
seleccionarlos, así como describir las características de los participantes. Los estudios con
criterios de selección restrictivos tienen mayores limitaciones para la extrapolación,
mientras que los estudios pragmáticos, que utilizan criterios más laxos, son más fácilmente
generalizables. Algunos aspectos para valorar la aplicabilidad de los resultados de un
ensayo clínico aleatorizado a una paciente concreto serían: biológicos(diferencias
fisiopatológicas en la enfermedad que puedan conducir a una respuesta al tratamiento
menor, y diferencias en algunas características del paciente que puedan disminuir la
respuesta al tratamiento); sociales y económicos (diferencias importantes en el
cumplimiento por parte del paciente que puedan disminuir la respuesta al tratamiento, y
diferencias importantes en el cumplimiento por parte del profesional que puedan
disminuir la respuesta al tratamiento), y epidemiológicos (otros problemas de salud
concomitantes del paciente que puedan alterar significativamente los riesgos y beneficios
del tratamiento, y diferencias importantes en el riesgo de resultados adversos de los
pacientes no tratados que puedan alterar la eficiencia del tratamiento). Si el sujeto se
adapta al perfil promedio de los incluidos en el estudio, los resultados se consideran más
fácilmente aplicables. Sin embargo, si se trata de un sujeto de mayor edad, con la
enfermedad en un estadio diferente o con problemas de salud concomitantes, debe
utilizarse el juicio clínico y valorar si existe alguna razón que haga dudar de la adecuación
de extrapolar los resultados. La tabla 5.4 mostraba que el esfuerzo necesario para evitar
un evento, expresado como NNT, es mucho mayor en los sujetos de bajo riesgo que en los
de alto riesgo. La determinación del riesgo de un paciente concreto puede hacerse a partir
de los datos del estudio si incluye información sobre diferentes subgrupos, o bien de otras
fuentes, como estudios sobre pronóstico, por ejemplo. Sin embargo, no debe olvidarse
que los análisis de subgrupos pueden ser engañosos, ya que la realización de múltiples
comparaciones aumenta la probabilidad de encontrar un resultado estadísticamente
significativo simplemente por azar y, además, si los subgrupos son de pequeño tamaño, el
análisis puede ser incapaz de detectar diferencias relevantes. Cuando un estudio presenta
análisis de subgrupos, hay que ser muy cauteloso al interpretarlos, y evaluar
detenidamente si el efecto es de gran magnitud, si el tamaño del subgrupo es grande, si
responde a una hipótesis establecida previamente al inicio del estudio, si se han analizado
pocos subgrupos, si se han observado los mismos resultados en otros estudios y si existe
un mecanismo plausible que los explique. Si no se cumplen estas circunstancias, hay que
ser escéptico sobre la posibilidad de aplicar los resultados. Además, para valorar la
aplicabilidad, existen algunas cuestiones más específicas diferentes según la finalidad del
estudio (tabla 5.8). Se trata, en términos generales, de comprobar si los resultados
observados son extrapolables al paciente y el entorno en que se debe tomar la decisión,
de manera que pueda garantizarse, dentro de lo razonable, que el sujeto se beneficiará de
ella.

Aplicación de la evidencia El núcleo de la APS es la relación entre el profesional y el


paciente, uno de cuyos aspectos centrales es el proceso de toma de decisiones. La
identificación y evaluación de la mejor evidencia científica disponible no es más que un
aspecto de este proceso. Aunque existan pruebas convincentes, válidas y consistentes
sobre la eficacia de una intervención en diferentes circunstancias, lo que no ocurre con
frecuencia, su administración en una situación concreta no siempre es la mejor decisión
(fig. 5.4). De hecho, profesionales diferentes pueden tomar decisiones distintas, e incluso
puede hacerlo un mismo profesional, basándose en la misma evidencia científica, y ser
todas ellas apropiadas, ya que se aplican a contextos concretos diferentes. Puede ocurrir
que no se disponga de los recursos necesarios, que existan obstáculos para llevarla a cabo
(falta de tiempo, accesibilidad limitada a exploraciones, falta de habilidades del
profesional, etc.), o que existan circunstancias como la presencia de comorbilidad, de
factores de riesgo adicionales o de tratamientos concomitantes que deban tomarse en
consideración. Por otro lado, también puede ocurrir que el paciente o el profesional
asignen diferentes valores de utilidad a las diferentes opciones posibles, de manera que la
decisión más apropiada no sea la «ideal» según la evidencia. No basta con encontrar
pruebas de que una intervención es eficaz para decidir administrarla. Que se pueda hacer
algo no quiere decir que se deba hacer. Debe evaluarse el impacto potencial de la
actuación sobre el pronóstico del paciente, los resultados y su calidad de vida. Si el
paciente no va a beneficiarse, no debería hacerse. Es necesario realizar un análisis amplio
de las fortalezas, debilidades y lagunas de las pruebas disponibles, evaluar la evidencia en
el contexto del paciente y estar seguros de que se hacen cosas que marcan la diferencia.
Es importante tener en cuenta que no existe la misma capacidad para generar pruebas de
alta calidad de todas las intervenciones. Así, por ejemplo, es más frecuente en el caso de
las farmacológicas, ya que se han destinado muchos más recursos a obtenerlas, sin que
ello quiera decir necesariamente que estas intervenciones sean las mejores. También se
dispone de más pruebas sobre las intervenciones dirigidas a grupos de población
fácilmente accesibles que de las dirigidas a grupos marginales, lo que implica la
consideración de la equidad en el proceso En la toma de decisiones en APS, además de la
evidencia científica y de las preferencias y valores del paciente, influyen otros muchos
factores: familiares, culturales, socioeconómicos e incluso los pronunciamientos de política
sanitaria. Por ello, se necesita más y mejor información sobre estos aspectos, lo que
implica utilizar también otro tipo de evidencias, incluso a veces obtenidas con técnicas
cualitativas. Sería importante desarrollar mecanismos para que este tipo de evidencia
también fuera accesible con rapidez para el profesional sanitario.
REVISIONES SISTEMÁTICAS DE LA EVIDENCIA CIENTÍFICA
Una revisión sistemática de la evidencia científica (RSEC) es una metodología explícita,
estructurada, rigurosa, exhaustiva y multidisciplinar aplicada a la búsqueda, evaluación y
síntesis de la mejor evidencia disponible para responder a una pregunta clínica concreta.
Se trata de una herramienta de gran utilidad en el proceso de toma de decisiones en la
práctica clínica en el contexto de la aplicación de la MBE. El cuadro 5.3 resume las
principales etapas de la realización de una RSEC. Dado que su finalidad es intentar
responder una pregunta clínica concreta, el primer paso es definirla con claridad y
precisión, para lo que puede ser de utilidad el método PICO (v. tabla 5.1).

Por otro lado, ya que se pretende sintetizar toda la evidencia disponible, los aspectos
relacionados con su búsqueda e identificación son fundamentales, requiriendo una
estrategia de documentación específica. Deben realizarse los esfuerzos necesarios para
intentar localizar todos los estudios existentes, tanto los publicados como los no
publicados, para reducir el posible impacto de un sesgo de publicación que pueda
conducir a una conclusión errónea. Por ello, la búsqueda se realiza en varias bases de
datos y se complementa con una búsqueda manual y contactos con expertos. Una vez
identificados los artículos candidatos, deben seleccionarse los que serán incluidos en la
RSEC, para lo que deben aplicarse criterios explícitos con la finalidad de seleccionar los
trabajos que abordan la pregunta de interés y que presentan unas características
metodológicas que se consideran adecuadas. Posteriormente, los estudios seleccionados
deben ser evaluados críticamente para valorar su calidad metodológica, para lo que suele
aplicarse alguna de las escalas validadas con esta finalidad, que tienen en cuenta los
mismos aspectos que la lectura crítica de los estudios individuales. A menudo se establece
un punto de corte en la puntuación de la escala para incluir en la RSEC solamente los
estudios que tienen la calidad suficiente para considerar que sus resultados son válidos. A
continuación se extraen los datos de los diferentes estudios: datos generales,
características del diseño, tipo de pacientes, características metodológicas, intervenciones
de estudio y de comparación, comparabilidad inicial de los grupos, variables de respuesta,
etc. Es conveniente que la valoración crítica y la extracción de datos sean realizadas como
mínimo por dos revisores independientes y, a ser posible, de forma enmascarada,
evaluando posteriormente su concordancia Si se considera razonable combinar los
resultados de los estudios, se realiza un metaanálisis que aumenta la potencia y la
precisión estadísticas, permite responder preguntas no abordadas por los estudios
individuales o explorar diferencias entre los resultados de los estudios y generar nuevas
hipótesis. Obviamente, su uso no garantiza la validez de los resultados, ya que esta
depende fundamentalmente de la calidad de los estudios individuales. Es importante
examinar si el resultado global es consistente, es decir, si está muy influido por la forma en
que se ha realizado la RSEC, para lo que se llevan a cabo análisis de sensibilidad
reanalizando los datos en función del tipo de diseño, la calidad metodológica, el tamaño
de la muestra o el año de publicación, por ejemplo. Si se obtienen resultados consistentes,
la conclusión de la RSEC se ve fortalecida. En ocasiones, al aplicarla MBE para responder
una pregunta clínica, debe realizarse la valoración crítica de una RSEC, para lo que pueden
utilizarse los criterios presentados en el cuadro 5.4.

GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA


Existe una amplia variabilidad en la práctica clínica tanto en la forma como en la
intensidad de la atención prestada entre áreas geográficas o grupos de profesionales, sin
que se puedan evidenciar las razones que justifican las diferencias observadas. El
reconocimiento de esta variabilidad ha promovido el diseño de estrategias para reducir su
impacto negativo en los procesos asistenciales, la más importante de las cuales ha sido la
formulación de recomendaciones específicas que informen y guíen la decisión médica ante
problemas clínicos específicos. Esta estrategia se ha centrado en la elaboración de
protocolos dentro de los ámbitos asistenciales y, sobre la base de una metodología muy
estructurada y rigurosa en el marco de la MBE, se ha ido asentando la elaboración de guías
de práctica clínica (GPC).
El Institute of Medicine estadounidense define las GPC como el conjunto de
recomendaciones basadas en una revisión sistemática de la evidencia y en la evaluación de
los riesgos y beneficios de las diferentes alternativas, con el objetivo de optimizar la
atención sanitaria a los pacientes. Desde este punto de vista, las GPC constituyen un
conjunto de recomendaciones diseñadas para ayudar, tanto a los profesionales sanitarios
como a los usuarios, a seleccionar las opciones diagnósticas o terapéuticas más adecuadas
en el abordaje de una condición clínica específica. Una visión diferente permite
conceptualizar las GPC como productos de gestión del conocimiento que informan y guían
la toma de decisiones clínicas a partir de la estructuración de los conocimientos explícito y
tácito. El conocimiento explícito correspondería a los resultados de las revisiones
sistemáticas de la evidencia científica, mientras que el conocimiento tácito estaría
relacionado con el generado por las características de los profesionales y el contexto en
que estos trabajan. Los factores que determinan la necesidad de desarrollar GPC se
describen en el cuadro 5.5, siendo la variabilidad en la práctica clínica el más
determinante. Diferentes estilos de práctica clínica pueden conducir a variaciones no solo
en el consumo de recursos sanitarios, sino también en los resultados clínicos obtenidos y
en la calidad del acto asistencial Diseño y elaboración de guías de práctica clínica El
proceso de introducción de GPC consta de las siguientes fases: diseño, elaboración,
diseminación, implantación y evaluación del impacto. La fase de diseño y elaboración de
una GPC consta de dos etapas complementarias: la planificación del diseño de la guía y la
ejecución de dicho diseño y elaboración de la GPC propiamente dicha. La etapa de
planificación se describe en el cuadro 5.6. La composición de los miembros del grupo que
diseñará la guía ha de ser multidisciplinar, tanto en lo que respecta al número de
profesionales como a la representación de las diferentes disciplinas implicadas en el tipo
de condición clínica seleccionada. Un elemento importante para el reconocimiento de la
GPC es el hecho de que esté avalada por una o varias sociedades científicas, lo que podría
facilitar los procesos de diseminación e implementación de la guía. Debido al importante
número de condiciones clínicas que pueden ser objeto de GPC, es necesario establecer
criterios de prioridad. El primero es la disponibilidad de evidencia científica con respecto a
las diferentes opciones existentes para el manejo diagnóstico y/o terapéutico de la
condición clínica seleccionada. Otros criterios adicionales son: a) la valoración de la
magnitud del problema de salud y la medida de su impacto en el sistema sanitario, según
criterios epidemiológicos y/o de consumo de recursos; b) la posibilidad de identificar las
intervenciones sanitarias que se utilizan en su abordaje clínico; c) la falta de consenso
entre los profesionales respecto a los criterios de idoneidad en la aplicación de dichas
intervenciones; d) la presencia de variabilidad en los estilos de práctica clínica; e) la
introducción de nuevas tecnologías que compiten con las ya adoptadas, y f) la percepción
de que la GPC es necesaria en esa área clínica, ya que permitiría reducir la
morbimortalidad asociada a la condición clínica y/o mejorar la calidad asistencial Las
etapas y fases en las que se estructura el diseño y la elaboración de una GPC aparecen
descritas en el cuadro 5.7.

Una de las etapas más importantes es la RSEC, que debe permitir identificar la evidencia
directa proporcionada por los estudios de investigación y la indirecta procedente del
análisis de datos y la información recogida con otras finalidades (registros clínicos,
utilización de servicios, datos económicos, etc.). En esta fase también deben analizarse
otras GPC existentes para comprobar si se puede realizar su actualización y adaptación al
contexto sanitario en el que se quiere aplicar. En la fase de análisis de la RSEC deben
integrarse las evidencias directa e indirecta mediante diferentes metodologías (análisis de
decisiones, análisis económico, análisis de políticas sanitarias, análisis del impacto social,
etc.) que permitan una contextualización de los resultados en un ámbito sanitario
específico. Existen diferentes sistemas de categorización de la calidad de la evidencia y la
fuerza de las recomendaciones. Actualmente el más utilizado es el Grading of
Recommendations Assessment, Development and Evaluation (GRADE), que proporciona
un marco estructurado y transparente para la evaluación de la calidad de la evidencia por
desenlaces de interés de las diferentes alternativas, e incorporando otros factores
relevantes en la elaboración de las recomendaciones, como los valores y preferencias de
los pacientes y del público y el uso de recursos y costes (www.gradeworkinggroup.org). La
elaboración de una GPC ha de garantizar el cumplimiento de los siguientes atributos:
validez, fiabilidad, reproducibilidad, aplicabilidad y flexibilidad clínicas, claridad,
multidisciplinariedad en su elaboración, revisión planificada, coste-efectiva y
documentación. Las GPC son válidas si su aplicación en el contexto clínico para el que
fueron diseñadas produce los resultados clínicos y los costes esperados, así como si sus
recomendaciones surgen de un análisis detallado de la evidencia científica. Son fiables si,
utilizando la misma metodología de elaboración e igual evidencia científica, otro grupo
distinto de profesionales llega a las mismas conclusiones en las recomendaciones que
contiene. A su vez, estas serán reproducibles si diferentes profesionales sanitarios las
aplican de igual forma en contextos sanitarios similares, como, por ejemplo, en diferentes
centros de salud. La aplicabilidad clínica de las GPC está determinada por su adecuación a
los contextos clínicos y a las poblaciones definidas en la evidencia científica analizada. El
atributo de flexibilidad clínica se refiere a la citación explícita en las GPC de las situaciones
o excepciones en las que no se pueden aplicar total o parcialmente sus recomendaciones.
Las GPC deberían ser escritas en un lenguaje comprensible para todos los potenciales
usuarios, por lo que se suelen exponer en diferentes formatos de presentación. El proceso
de elaboración de las GPC es multidisciplinar y debe garantizar su participación activa en
los grupos de discusión profesional, en la prueba piloto y en las diferentes revisiones, de
acuerdo a un calendario que garantice la evaluación periódica de las recomendaciones con
el objeto de añadir una nueva evidencia científica o revisar el proceso de consenso
profesional. El último atributo se refiere a la descripción de las características del proceso y
la metodología de elaboración de la guía, las personas que han participado y la evidencia
que se ha analizado Diseminación, implantación y evaluación del impacto Realizar GPC no
supone, per se, por muy diseñadas que estas estén, su correcta implantación. Para que
esto ocurra se requiere un proceso de diseminación que incluya la presentación de la GPC
a los profesionales que la van a implementar. Una estrategia de diseminación efectiva
debería incluir una descripción transparente del proceso de elaboración de la guía, una
vinculación entre las recomendaciones contenidas y el nivel de evidencia científica que las
fundamenta, un reconocimiento de liderazgo científico que apoya el proceso de
elaboración y una identificación de la documentación revisada. Las estrategias de
diseminación e implantación deberían incorporar aspectos de carácter evaluativo relativos
al análisis del proceso de implementación, la recogida de información por parte de los
profesionales y la medida de los resultados que se van obteniendo. Esta visión integrada
del proceso desde el diseño de una GPC hasta el análisis del impacto es muy importante,
ya que permite anticipar las barreras que pueden dificultar su implantación Las estrategias
de diseminación son múltiples y los diferentes aspectos que hay que tener en cuenta en
este proceso aparecen citados en el cuadro 5.8. Estrategia de implantación Es
imprescindible complementar la diseminación con acciones de refuerzo realizadas en el
lugar en el que se ha de implantar la GPC: contactos directos de tipo personal con finalidad
formativa, educación grupal, recordatorios de las recomendaciones diseminadas,
resultados de auditorías, sesiones clínicas con aplicación práctica de las recomendaciones
que incluyan un debate sobre ellas, implicación de los pacientes, respaldo de líderes de
prestigio, implicación de la estructura organizativa, mecanismos de incentivación y
vinculación a estrategias e instrumentos de mejora de la calidad. Una estrategia de
implantación debe incidir, básicamente, sobre estos cuatro niveles (Conroy, 1995).

1. Aumentar los conocimientos que tienen los profesionales sobre la condición clínica
tratada. 2. Modificar las actitudes de los profesionales para conseguir que acepten
las recomendaciones, pasando a ser consideradas estas como el mejor estándar de
calidad en el manejo de la enfermedad. 3. Cambiar prácticas y conductas de
acuerdo con las recomendaciones de la guía. 4. Mejorar los resultados de salud y la
satisfacción de los pacientes.
Posiblemente, uno de los factores más importantes para garantizar la implantación de una
GPC es el diseño de un sistema de incentivos que recompense la potencial mejora de la
calidad asistencial atribuible a su adopción. Uno de los factores que parecen facilitar la
adopción de las GPC es su utilización bajo una evaluación rigurosa de las condiciones de
aplicación y de los resultados clínicos que esta produce. La evaluación de las GPC debe
tener en cuenta tanto una valoración del cumplimiento de los atributos antes descritos
como del posible impacto que puedan tener en el sistema sanitario sobre aspectos como
la efectividad de la práctica médica, la eficiencia en la asignación y distribución de
recursos, la calidad asistencial, la idoneidad en la aplicación de los procedimientos
asistenciales, la equidad en la provisión de la asistencia o la formación continuada y la
educación de los profesionales y los pacientes. El instrumento desarrollado por la
Colaboración AGREE (www. agreetrust.org) permite la evaluación de GPC según estos
criterios genéricos: propósito y alcance de la GPC, participación de los usuarios
potenciales, rigor científico en su elaboración, claridad en el lenguaje y formato de
presentación, aplicabilidad e independencia. El proceso de elaboración de las GPC descrito
presenta ciertas limitaciones. La primera de ellas se refiere a la complejidad del proceso de
elaboración, que supone la incorporación de un elevado número de profesionales y
requiere el apoyo de las instituciones públicas y las sociedades científicas. Esta
complejidad es secundaria a la naturaleza probabilística de la medicina y a las limitaciones
de la evidencia científica, hecho que, a su vez, resulta incompatible con la tendencia a la
protocolización total de la práctica médica. Otra limitación procede de la necesidad de
posicionar las GPC en una situación que no altere el principio de autonomía profesional ni
la relación médico-paciente, a la vez que garantice una adecuada praxis médica.
Las GPC se orientan, sobre todo, al diagnóstico y tratamiento de enfermedades y no
inciden mucho en factores relacionados con la organización de la atención sanitaria.
Asimismo, la evidencia científica que las fundamenta está más orientada a los resultados
clínicos derivados de la adopción de tecnologías específicas, obviando las medidas
relacionadas con el proceso asistencial. Esta limitación asociada a la escasa investigación
en el proceso de cuidar implica que existan pocas GPC en el ámbito de enfermería, en el
que es más frecuente encontrar vías y protocolos de práctica clínica que guías.
Básicamente, la implantación de una guía depende más de factores culturales
relacionados con el conocimiento tácito que con el explícito.

J. M.ª Argimón Pallàs, A. Guarga Rojas, J. Jiménez Villa, Medicina basada en la evidencia: guías y
protocolos, 25 junio 2020, España.
Guía para la búsqueda de literatura para una revisión sistemática
Al trabajar en una revisión sistemática o de síntesis de evidencia, los bibliotecarios debemos
desarrollar y documentar de forma transparente y completa las estrategias de búsqueda para que
sean reproducibles.

¿Por qué hay que buscar en varias bases de datos?


Es esencial seleccionar múltiples fuentes porque una solo no puede contener toda la
información que responde a nuestra pregunta. Es decir, una sola base de datos no
representa todas las investigaciones potencialmente relevantes que existen. Si eligiéramos
incluir solamente una base de datos, estaríamos introduciendo un sesgo de selección en
una etapa temprana del proceso de revisión. Tweet

¿En cuántas bases de datos hay que buscar?


Teniendo ya claro que hay que buscar en más de una base de datos (Bramer W, 3013 y
2016), hay que decir que se desconoce el número óptimo de bases de datos que hay que
consultar y que no existe evidencia de la cantidad de bases de datos en las que se debe
buscar (Ross-White A et al.).

Debido a la diversidad de preguntas abordadas por las revisiones sistemáticas, no puede


haber un estándar acordado para lo que constituye una búsqueda aceptable en términos
del número de bases de datos buscadas (CRD’s guidance, 2009).

Debemos tener presente que añadir múltiples bases de datos puede dará lugar a
búsquedas con resultados muy elevados en los que, pasado un número de base de datos,
resulten irrelevantes. Por otro lado, hay que tener en consideración las desventajas en el
uso de múltiples bases de datos para los bibliotecarios. Resulta muy arduo y complicado
traducir una estrategia de búsqueda a múltiples interfaces y sintaxis de búsqueda, ya que
los diferentes códigos de campo, sintaxis de cada base de datos y plataforma, los
operadores de proximidad que difieren entre interfaces y las diferencias en los términos
del tesauro entre bases de datos añaden una carga importante. Además, para los
revisores el proporcionarles el resultados de un exceso número de bases de datos les
conlleva mucho tiempo ya que deben examinar un exceso de títulos y resúmenes,
probablemente irrelevantes.

Pero, ¿cuáles elegir?


Las bases de datos que utilicemos para localizar la evidencia va a depender del tema de
revisión, de la posibilidad de acceso a las bases de datos y el presupuesto disponible para
el equipo de revisión, y siempre dentro de la limitación de tiempo. Como norma general,
hay que empezar por las fuentes de información que tienen mayor probabilidad de ser
más productivas dentro del tema de nuestra revisión, ya que te proporcionarán la
mayoría de los estudios. En caso de duda, recomiendo hacer pruebas de búsqueda de
nuestro tema de revisión en varias bases de datos y seleccionar las que proporcionen
mayores y mejores resultados.

¿Qué dicen los expertos?


Un estudio de Wilchor M. Bramer concluye que las búsquedas han de realizarse en
Embase, MEDLINE (incluidas las publicaciones Epub ahead of print), Web of Science (Core
Collection) y Google Académico (las 200 primeras referencias relevantes) como mínimo.
Para temas especiales como enfermería y ciencias del comportamiento y mental se debe
añadir bases de datos como CINAHL y PsycINFO, respectivamente. Para revisiones donde
los ECA hay que buscar en CENTRAL. Si se ignora una o más de las bases de datos que
identifican como las cuatro bases de datos clave dará lugar a búsquedas más precisas, con
un menor número de resultados, pero los investigadores deben decidir si eso vale la pena
por el aumento de una mayor probabilidad de pérdidas de referencias relevantes. Este
estudio también destaca una vez más que buscar bases de datos solo no es suficiente para
recuperar todas las referencias relevantes. (Bramer WM, et al.).
Si nuestra revisión fuera de intervenciones terapéuticas, habría que buscar en las bases
de datos generales (MEDLINE y Embase) y CENTRAL. Además, se deben incluir las bases de
datos relevantes para el tema de revisión (p. ej., CINAHL para temas relacionados con la
enfermería, PsycINFO para intervenciones psicológicas).
Además de MEDLINE y Embase, que suelen considerarse las principales bases de datos
internacionales sobre atención sanitaria general, muchos países y regiones producen
bases de datos bibliográficas que se centran en la bibliografía producida en esas regiones
y que suelen incluir revistas y otras publicaciones no indexadas en otros sitios, como el
African Index Medicus y LILACS (para América Latina y el Caribe) (MECIR C24-25).
Para la búsqueda de estudios cualitativos, además de MEDLINE y Embase, hay que buscar
en CINAHL y PsycINFO. A lo que habría que añadir Scopus, y ProQuest Dissertations &
Theses Global. Agregar PubMed aumenta la recuperación a 93.1% (Frandsen TF et al.).
Para las revisiones de evaluaciones económicas, la combinación de las bases de datos
Embase + Scopus + HTA Database + MEDLINE o PubMED (indistintamente) es la más
eficiente (Arber M et al.).
Si el tema incluye la asistencia social, hay una serie de bases de datos disponibles, como
ASSIA (Applied Social Sciences Index and Abstracts), CSA Sociological Abstracts y CSA
Social Services Abstracts, que podrían utilizarse. Las bases de datos mencionadas
anteriormente son todas temáticas, pero hay otras, como AgeInfo, Ageline y ChildData,
que se centran en un grupo de población específico que podría ser relevante para el tema
de la revisión.
En revisiones de ciencias sociales y humanas, Lluís Codina recomienda utilizar
siempre Scopus + Web of Science del grupo general, así como Dialnet Plus y las bases de
datos del CSIC si la investigación se va a presentar en una universidad española.
¿Si busco en Embase (Elsevier), es necesario buscar también en MEDLINE?
La búsqueda en Embase.com incluye MEDLINE. Sin embargo, debemos buscar en las dos
bases de datos por separado, ya que Embase tiene un contenido significativo que no está
disponible en PubMed/MEDLINE. Además, la indexación Emtree hace que incluso la
información compartida por las dos bases de datos se pueda encontrar de forma exclusiva
en Embase.
Razones por la que es necesario buscar en MEDLINE y en Embase.
¿Cómo incluye Embase el contenido de MEDLINE?

 Más de 2800 revistas son exclusivas de Embase y 3000 títulos de revistas


están cubiertos tanto por Embase como por MEDLINE. Ambos conjuntos
están indexados por Embase usando Emtree.
 2500 revistas de MEDLINE no están indexadas por Embase usando Emtree,
sino que están indexadas usando el MEDLINE thesaurus MeSH.
 Estos registros indexados de MEDLINE se entregan a Elsevier diariamente.
Después de la deduplicación, se incorporan a Embase para producir
«registros exclusivos de MEDLINE». Elsevier no vuelve a indexar estos
registros exclusivos de MEDLINE. Sin embargo, su indexación se asigna a los
términos de Emtree. De esta manera, los términos de Emtree se pueden
usar para buscar todos los registros de Embase, incluidos los de MEDLINE.

¿Si tengo acceso a SCOPUS, también necesito buscar en Embase y en la WoS?


Las búsquedas en Scopus se centran en resúmenes y citas, mientras que una búsqueda en
Embase proporciona información adicional a partir de su indexación estructurada de texto
completo con el tesauro EMTREE.
Dado que Scopus no utiliza Emtree para facilitar la asignación de sinónimos y las
búsquedas jerárquicas, nuestra búsqueda puede recuperar un número significativamente
menor de resultados que en Embase. Por ejemplo, una búsqueda en Scopus sobre «heart
attack» omite los registros que mencionan «myocardial infarction» o los indizados
utilizando el término Emtree «heart infarction».

Además, los subtítulos de Embase no están disponibles en Scopus, por lo que las
búsquedas no pueden acotarse del mismo modo. Por ejemplo, no es posible limitar las
búsquedas de fármacos a los registros centrados en los efectos adversos.

Razones por las que debo buscar en Embase y SCOPUS.


¿Es recomendable buscar en Google Académico?
Dado que Google Scholar indexa el texto completo de los artículos, la búsqueda en él
añade artículos relevantes que no se encuentran en las otras bases de datos. Por lo tanto,
encuentra artículos en los que el tema de investigación no se menciona en el título, el
resumen o los términos del tesauro, sino que los conceptos sólo se tratan en el texto
completo.
Sin embargo, la búsqueda en Google Académico supone un reto, ya que carece de las
funciones básicas de las bases de datos bibliográficas tradicionales. Además, las
estrategias de búsqueda están limitadas a un máximo de 256 caracteres, lo que significa
que crear una estrategia de búsqueda exhaustiva puede resultar laborioso (Bramer W,
2017).

Wilchor Bramer recomienda limitar la búsqueda en Google Académico a las primeras 200
referencias relevantes.

Elección de la plataforma
Como es lógico, la búsqueda en diferentes bases de datos dará inevitablemente resultados
diferentes al ser su cobertura distinta. Pero además, la búsqueda en la misma base de
datos a través de diferentes interfaces o plataformas puede dar lugar a resultados
diferentes. Por ejemplo, buscar en Embase a través de Embase.com o mediante OVID, o
buscar en MEDLINE a través de Web of Science, EBSCO, OVID o incluso a través de
PubMed. Y no solo porque las plataformas difieran en diferentes sintaxis y herramientas
de búsqueda, sino que el contenido también puede diferir (PubMed vs MEDLINE/Ovid;
Embase/Elsevier vs. Embase/Ovid).

¿MEDLINE vía PubMed u Ovid?


PubMed es considerado por algunos como más fácil de usar. Además, en búsquedas de
revisiones sistemáticas, PubMed tiene una sensibilidad más alta que Ovid/MEDLINE con
una precisión comparable y NNR (number needed to read) (Katchamart W et al.).

Por el contrario, muchos bibliotecarios eligen Ovid MEDLINE, ya que permite realizar una
búsqueda más enfocada. Sus herramientas que permiten una sintaxis de búsqueda con,
por ejemplo, operadores de adyacencia, que hacen que nuestro resultado sea más preciso
que con PubMed.

Otros especialistas en información estaban a favor de buscar en ambas. Indicaban que


merece la pena realizar una búsqueda complementaria de PubMed, además de la
búsqueda principal en MEDLINE (Ovid) para una revisión sistemática, ya que se realiza
rápidamente y si recupera estudios únicos, recientemente publicados, y ahead-of-print,
mejorando la actualización de las revisiones sistemáticas. Sin embargo, tal como indica
Wichor Bramer en su correo de 12 de diciembre de 2022 a la lista de distribución
expertsearching@pss.mlanet.org, hoy en día buscar en PubMed no añade ningún valor
cuando ya se ha buscado en MEDLINE a través de OVID u otra plataforma similar. La razón
de por qué antes se recomendaba era porque había bastante retraso entre los artículos
añadidos a PubMed y a MEDLINE, pero ya no es así. Hoy en día el retraso es solo de 1 o 2
días, por lo que se puede ignorar ya que esos días extra no suponen ninguna diferencia en
nuestra revisión. (Más información
en: https://wkhealth.force.com/ovidsupport/s/article/PubMed-vs-Ovid-s-Medline-
1489081398582).
Hoy en día, buscar en PubMed no añade ningún valor cuando ya se ha buscado en
MEDLINE a través de OVID u otra plataforma similar dado que el retraso en la indización
es de solo 1 o 2 días.
Tweet

Por contra del uso de PubMed estaría su problema de indización de revistas depredadoras
(Ross-White A, et al.).
¿Embase vía Embase.com o Ovid?
No hay una diferencia notable entre Ovid y Embase.com en términos de resultados de
búsqueda sin embargo, Embase.com fue calificado como más fácil de usar en comparación
con Ovid (Fortier KJ et al.)

BIBLIOGRAFÍA
Bramer WM, Rethlefsen ML, Kleijnen J, Franco OH. Optimal database combinations for
literature searches in systematic reviews: a prospective exploratory study. Syst Rev.
2017;6(1):245. doi: 10.1186/s13643-017-0644-y. PMID: 29208034; PMCID: PMC5718002

Higgins JPT, Lasserson T, Chandler J, Tovey D, Thomas J, Flemyng E, Churchill


R. Methodological Expectations of Cochrane Intervention Reviews. Cochrane: London,
Version February 2022. Disponible
en: https://community.cochrane.org/mecir-manual/standards-conduct-new-cochrane-
intervention-reviews-c1-c75/performing-review-c24-c75
Bramer WM, Giustini D, Kramer BM, Anderson PF. The comparative recall of Google
Scholar versus PubMed in identical searches for biomedical systematic reviews: a review
of searches used in systematic reviews. Syst Rev. 2013;2:115.

Bramer WM, Giustini D, Kramer BMR. Comparing the coverage, recall, and precision of
searches for 120 systematic reviews in Embase, MEDLINE, and Google Scholar: a
prospective study. Syst Rev. 2016;5:39.

Centre for Reviews and Dissemination. Systematic reviews: CRD’s guidance for
undertaking reviews in health care The Centre; 2009. Disponible
en: https://www.york.ac.uk/crd/guidance/
Ross-White A, Godfrey C. Is there an optimum number needed to retrieve to justify
inclusion of a database in a systematic review search? Health Inf Libr J. 2017;33:217–24.

Frandsen TF, Gildberg FA, Tingleff EB. Searching for qualitative health research required
several databases and alternative search strategies: a study of coverage in bibliographic
databases. J Clin Epidemiol. 2019 Jun 25;114:118-124. doi: 10.1016/j.jclinepi.2019.06.013.
PMID: 31251982.
Arber M, Glanville J, Isojarvi J, Baragula E, Edwards M, Shaw A, Wood H. Which databases
should be used to identify studies for systematic reviews of economic evaluations? Int J
Technol Assess Health Care. 2018 Jan;34(6):547-554. doi: 10.1017/S0266462318000636.
PMID: 30442221.

Codina, Lluís. Revisiones bibliográficas sistematizadas: Procedimientos generales y


Framework para Ciencias Humanas y Sociales. Barcelona: Máster Universitario en
Comunicación Social. Departamento de Comunicación. Universitat Pompeu Fabra, 2018
[documento en pdf, acceso: https://repositori.upf.edu/handle/10230/34497%5D
Elsevier. Learn and Support – Embase | Elsevier [Internet]. Elsevier.com. 2021 [consultado
19 dic 2022]. Disponible en: https://www.elsevier.com/solutions/embase-biomedical-
research/learn-and-support#:~:text=Scopus%20searches%20focus%20on
%20abstracts,significantly%20fewer%20results%20than%20Embase
Katchamart W, Faulkner A, Feldman B, Tomlinson G, Bombardier C. PubMed had a higher
sensitivity than Ovid-MEDLINE in the search for systematic reviews. J Clin Epidemiol. 2011
Jul;64(7):805-7. doi: 10.1016/j.jclinepi.2010.06.004. PubMed PMID: 20926257.

Duffy S, de Kock S, Misso K, Noake C, Ross J, Stirk L. Supplementary searches of PubMed to


improve currency of MEDLINE and MEDLINE In-Process searches via Ovid. J Med Libr
Assoc. 2016 Oct;104(4):309-312. PMID: 27822154; PMCID: PMC5079494.

¿Sabes que en PubMed se indizan revistas fraudulentas? [Internet]. BiblioGETAFE.


BiblioGETAFE; 2018 [consultado el 19 dic 2022]. Disponible
en: https://bibliogetafe.com/2018/10/09/sabes-que-en-pubmed-se-indizan-revistas-
fraudulentas/
‌Ross-White A, Godfrey CM, Sears KA, Wilson R. Predatory publications in evidence
syntheses. J Med Libr Assoc. 2019 Jan;107(1):57-61. doi: 10.5195/jmla.2019.491. PMID:
30598649; PMCID: PMC6300240.

Fortier KJ, Kiss N, Tongbram V. What is the optimal search engine for results from Embase
and Medline: Ovid or Embase.com? Value Health 2013;16(3):A25 doi:
10.1016/j.jval.2013.03.147

¿Qué son los filtros de búsqueda y principales herramientas para su localización?


Los filtros de búsqueda (a veces denominados hedges en inglés) nos ayudan a
perfeccionar la estrategia de búsqueda y están constituidos por una combinación de
términos o descriptores y diseñadas para localizar tipos de estudios determinados.
Pueden estar diseñados para recuperar registros de investigaciones que utilizan un diseño
de estudio específico (por ejemplo, ensayo clínico) o por tema (por ejemplo, COVID-19) o
por alguna otra característica de la pregunta de investigación (edad de la población).
Para su utilización hay que combinarlo con los resultados de una búsqueda por temas
mediante el operador AND.

¿Por qué utilizar filtros de búsqueda?


La gran ventaja de su utilización es el de reducir significativamente el número de registros
que los investigadores deben cribar. Sin embargo, los filtros de búsqueda no están
disponibles para todos los tipos de estudios, todas las bases de datos o todas las interfaces
de bases de datos.
Los filtros pueden tener un enfoque muy específico o pueden ser de alto nivel. Los filtros
de búsqueda pueden estar diseñados para maximizar la sensibilidad (o la recuperación) o
para maximizar la precisión (y reducir el número de registros irrelevantes que deben ser
evaluados para su relevancia).
Los métodos utilizados para elaborar los filtros de búsqueda deben ser claramente
descritos por los autores y también se requiere una evaluación crítica por parte de los
usuarios. La calidad de los filtros de búsqueda puede valorarse mediante herramientas de
valoración crítica que evalúan el enfoque del filtro, los métodos utilizados para crearlo y la
calidad de las pruebas y la validación que se han llevado a cabo para garantizar su
rendimiento con un nivel específico de sensibilidad, precisión o especificidad. También es
importante conocer la fecha de creación del filtro para poder evaluar su vigencia.

Herramientas para localizar filtros


El ISSG SFR tiene como objetivo proporcionar un fácil acceso a los filtros de búsqueda
publicados y no publicados diseñados para encontrar estudios con métodos específicos.
En su página The InterTASC Information Specialists’ Sub-Group Search Filter
Resource (@ISSG_Filters) podemos encontrar una recopilación de diferentes filtros para
diversas bases de datos y plataformas https://sites.google.com/a/york.ac.uk/issg-search-
filters-resource/home
The InterTASC Information Specialists’ Sub-Group Search Filter Resource
(@ISSG_Filters) disponible en: https://sites.google.com/a/york.ac.uk/issg-search-filters-
resource/home
Otro recurso interesante de filtros es el CADTH (Canadian Agency for Drugs and
Technologies in Health) Search Filters Database que recientemente su web ha sido
renovada.
Esta base de datos presenta una variedad de filtros de búsqueda desarrollados y
mantenidos por el CADTH’s Research Information Services Filters Working Group. Estos
filtros han sido ampliamente probados por este equipo y son utilizados habitualmente en
los proyectos del CADTH. Algunos filtros han sido validados con un conjunto de artículos
de referencia, mientras que otros han sido validados de forma pragmática.

Tiene la ventaja de que, además de poder navegar por los índices de categorías, base de
datos y plataforma para explorar las colecciones, disponemos de una ventana de
búsqueda básica y un formulario de búsqueda avanzada.

CADTH Search Filters Database. Ottawa: CADTH; 2022: https://searchfilters.cadth.ca.


Accessed 2022-10-10.
Metaanálisis en red («Network Meta-Analysis»)
Los metanálisis tradicionales (MT) se basan en comparaciones directas entre una
intervención y un comparador (placebo o tratamiento estándar), con el propósito de analizar
cuantitativamente e integrar los resultados disponibles en diferentes estudios de una
intervención de interés. Estos tiene limitaciones:

 No pueden comparar más de 2 tratamientos alternativos a la vez. Por lo


tanto, en situaciones clínicas donde existen múltiples opciones de
tratamientos que compiten entre sí, el MT tradicional no puede proporcionar
información sobre los efectos relativos y potencial daño de todos los
tratamientos de forma simultánea.
 En los casos que no existen ensayos clínicos aleatorizados que comparen de
forma directa 2 o más intervenciones.
Por eso, en 2002 se propuso los metaanálisis en red (MTR) como un procedimiento
estadístico de síntesis de evidencia capaz de comparar diferentes alternativas terapéuticas a
través de comparaciones directas e indirectas (Lumley T. Network meta-analysis for
indirect treatment comparisons. Stat Med. 2002 Aug 30;21(16):2313-24. doi:
10.1002/sim.1201. PMID: 12210616.).
Definición de metaanálisis en red (Chaimani A, Caldwell DM, Li T, Higgins JPT, Salanti G.
Chapter 11: Undertaking network meta-analyses. In: Higgins JPT, Thomas J, Chandler J,
Cumpston M, Li T, Page MJ, Welch VA (editors). Cochrane Handbook for Systematic
Reviews of Interventions version 6.3 (updated February 2022). Cochrane, 2022. Available
from http://www.training.cochrane.org/handbook).
Diferencias entre los metaanálisis tradicionales y los metaanálisis en red.
Cualquier conjunto de estudios que vincule 3 o + intervenciones a través de
comparaciones directas forma una red de intervenciones. En una red de intervenciones
puede haber múltiples formas de hacer comparaciones indirectas entre las
intervenciones. Estas son comparaciones que no se han realizado directamente dentro de
los estudios y se pueden estimar mediante combinaciones matemáticas de las
estimaciones disponibles del efecto directo de la intervención. La evidencia mixta es la
surgida mediante la síntesis de evidencia directa e indirecta (basados en un comparador
común).
Una red conectada de intervenciones implica que todas las comparaciones de
tratamientos en una red están directa o indirectamente conectadas entre sí. Una
intervención no puede incluirse en el modelo MTR si no se compara directamente con al
menos otra intervención.

Diagrama de red. Ejemplos de tipos de geometrías de la red: a) modelo con red en cierre
simple; b) modelo red con cierre en estrella; c) Modelo en red conectada; d) modelo en
red con cierre complejo.
Para que un MTR sea válido tiene que darse 3 supuestos metodológicos o principios
básicos para las comparaciones indirectas son: homogeneidad, transitividad y
consistencia.

BIBLIOGRAFÍA
Labarca G, Uribe JP, Majid A, Folch E, Fernandez-Bussy S. Como interpretar una revisión
sistemática con comparaciones múltiples o network metaanálisis. Rev Med Chil. 2020
Jan;148(1):109-117. doi: 10.4067/S0034-98872020000100109. PMID: 32730443.

Labarca G, Uribe JP, Majid A, Folch E, Fernandez-Bussy S. Como interpretar una revisión
sistemática con comparaciones múltiples o network metaanálisis. Rev Med Chil. 2020
Jan;148(1):109-117. doi: 10.4067/S0034-98872020000100109. PMID: 32730443.
Labarca G, Uribe JP, Majid A, Folch E, Fernandez-Bussy S. Como interpretar una revisión
sistemática con comparaciones múltiples o network metaanálisis. Rev Med Chil. 2020
Jan;148(1):109-117. doi: 10.4067/S0034-98872020000100109. PMID: 32730443.

Labarca G, Uribe JP, Majid A, Folch E, Fernandez-Bussy S. Como interpretar una revisión
sistemática con comparaciones múltiples o network metaanálisis. Rev Med Chil. 2020
Jan;148(1):109-117. doi: 10.4067/S0034-98872020000100109. PMID: 32730443.

Labarca G, Uribe JP, Majid A, Folch E, Fernandez-Bussy S. Como interpretar una revisión
sistemática con comparaciones múltiples o network metaanálisis. Rev Med Chil. 2020
Jan;148(1):109-117. doi: 10.4067/S0034-98872020000100109. PMID: 32730443.

¿Merece la pena incluir los resúmenes de congresos en las revisiones sistemáticas?

Las revisiones sistemáticas obligan a intentar reunir toda la evidencia, incluida la no


publicada. Pero existe controversia relativa al esfuerzo y beneficio de incluir estudios
presentados solo en conferencias.
En mi experiencia, los revisores suelen mostrarse escépticos de la necesidad de inclusión
de este tipo de literatura gris. Por otro lado, los bibliotecarios nos encontramos con
muchísimas dificultades para localizar el contenido completo de la comunicación de un
congreso y el contacto con los autores suele ser frustrante por su escaso éxito.

¿Qué nos recomiendan las pautas existentes?


La Cochrane lo considera «altamente deseable» buscar fuentes de literatura gris
relevantes al generar una revisión e indica que «Review authors should generally search
sources such as dissertations and conference abstracts». La United States Agency for
Health Care Research and Quality (AHRQ) recomienda que se consideren estas
búsquedas «Reviewers should routinely consider searching conference abstracts and
proceedings to identify unpublished or unidentified studies and should consult with their
Technical Expert Panels for specific conferences to search». También señala»… dado el
hecho de que solo el 60 % de los ensayos controlados aleatorios descritos en resúmenes
de congresos alcanzan la publicación completa y la publicación completa está asociada
con resultados que favorecen la intervención de prueba, entonces los resúmenes de
congresos de las reuniones más probables que publiquen resúmenes de ensayos
probablemente valga la pena buscarlos». El IOM describe que la literatura gris incluye
registros de ensayos, resúmenes de conferencias, libros, disertaciones, monografías e
informes en poder de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos
(FDA) y otras agencias gubernamentales, académicas, comerciales e industriales. El
estándar 3.2.1 recomienda que quienes realicen una revisión sistemática deben “buscar
en bases de datos de literatura gris, registros de ensayos clínicos y otras fuentes de
información no publicada sobre estudios».
Argumentos a favor y en contra de la inclusión de resúmenes de congresos
¿Cómo deben los revisores sistemáticos manejar los resúmenes de congresos?
Por un lado, en los estudios que comparan resúmenes de congresos y artículos publicados
en su totalidad del mismo estudio solo encuentran diferencias menores. Otros estudios
que han examinado las diferencias en las estimaciones del tratamiento de metanálisis con
y sin resúmenes de congresos informan de cambios en la precisión, pero por lo general no
en la estimación del efecto del tratamiento. Sin embargo, en algunos casos, la inclusión de
resúmenes de congresos marcó una diferencia en la estimación del efecto del
tratamiento, no solo en su precisión.
Antes de decidir arbitrariamente incluir o no resúmenes de congresos en una revisión
sistemática, Scherer y Saldanha nos dan las pautas que deben considerar los revisores
sistemáticos. Nos recomiendan que:

1. Si la evidencia disponible es escasa o contradictoria, puede valer la pena


incluir resúmenes de conferencias.
2. Sin embargo, generalmente los resúmenes no proporcionan toda la
información necesaria para evaluar el estudio y evaluar la elegibilidad para
una revisión sistemática. Por lo tanto, si se incluyen los resultados de los
resúmenes de congresos, es necesario hacer los esfuerzos que sean
necesarios para contactar a los autores del resumen y examinar los
registros de estudios como ClinicalTrials.gov y los protocolos publicados
para obtener información adicional y confirmatoria sobre métodos y
resultados.
3. Además, para examinar el impacto de incluir los resúmenes, siempre se
debe completar un análisis de sensibilidad con y sin resúmenes de
congresos.
También, nos proporcionan un diagrama de flujo que muestra sus
sugerencias sobre cómo abordar el uso de resúmenes de congresos en la
revisión sistemática.
Scherer, R.W., Saldanha, I.J. How should systematic reviewers handle conference
abstracts? A view from the trenches. Syst Rev 8, 264
(2019). https://doi.org/10.1186/s13643-019-1188-0
BIBLIOGRAFÍA
Lefebvre C, Glanville J, Briscoe S, Featherstone R, Littlewood A, Marshall C, Metzendorf M-
I, Noel-Storr A, Paynter R, Rader T, Thomas J, Wieland LS. Chapter 4: Searching for and
selecting studies. In: Higgins JPT, Thomas J, Chandler J, Cumpston M, Li T, Page MJ, Welch
VA (editors). Cochrane Handbook for Systematic Reviews of Interventions version 6.3
(updated February 2022). Cochrane, 2022. Disponible
en: www.training.cochrane.org/handbook.
Institute of Medicine (US) Committee on Standards for Systematic Reviews of Comparative
Effectiveness Research. Finding What Works in Health Care: Standards for Systematic
Reviews. Eden J, Levit L, Berg A, Morton S, editors. Washington (DC): National Academies
Press (US); 2011. PMID: 24983062.

Balshem H, Stevens A, Ansari M, et al. Finding Grey Literature Evidence and Assessing for
Outcome and Analysis Reporting Biases When Comparing Medical Interventions: AHRQ
and the Effective Health Care Program. 2013 Nov 18. In: Methods Guide for Effectiveness
and Comparative Effectiveness Reviews [Internet]. Rockville (MD): Agency for Healthcare
Research and Quality (US); 2008-. Disponible
en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK174882/
Scherer, R.W., Saldanha, I.J. How should systematic reviewers handle conference
abstracts? A view from the trenches. Syst Rev 8, 264
(2019). https://doi.org/10.1186/s13643-019-1188-0
Hackenbroich, S., Kranke, P., Meybohm, P. et al. Include or not to include conference
abstracts in systematic reviews? Lessons learned from a large Cochrane network meta-
analysis including 585 trials. Syst Rev 11, 178 (2022). https://doi.org/10.1186/s13643-022-
02048-6

Decidir qué tipo de revisión es el más adecuado.

Existen múltiples tipos de revisiones de síntesis. Una paso inicial antes de comenzar
nuestra revisión sistematizada es seleccionar qué tipo de revisión es la más adecuada a
nuestros objetivos y tipo de pregunta de investigación.

Para ayudarnos en este proceso disponemos de la herramienta Right


Review (https://whatreviewisrightforyou.knowledgetranslation.net/), antes conocida
como «What Review is Right for You?».
Página de inicio de «Rigth
Review»https://whatreviewisrightforyou.knowledgetranslation.net/
Esta herramienta está diseñada para proporcionar orientación y material de apoyo a los
revisores sobre métodos para realizar y reportar la síntesis de conocimiento. Su propósito
es ayudar a los usuarios a seleccionar cuál de las 41 síntesis de conocimientos
cuantitativas o cualitativas (https://whatreviewisrightforyou.knowledgetranslation.net/
site/methods) incluidas sería apropiada para su pregunta de investigación a través de un
conjunto de preguntas simples.

Cómo estructurar la estrategia de búsqueda para revisiones sistemáticas: tres enfoques diferentes pero
complementarios
La lógica booleana es el enfoque establecido por la práctica para construir la estructura de
las estrategias de búsqueda generales y para las revisiones de ciencias de la salud (1). Aun
así, existen diversos enfoques para la construcción de nuestra estrategia de búsqueda
experta para revisiones sistemáticas. Dado que no hay ningún consejo en PRESS, PRISMA,
MECIR o PRISMA-S que nos recomiende seguir uno u otro de los enfoques. Los 3 tipos o
enfoques para estructurar las estrategias de búsqueda:

 Construcción línea a línea;


 Búsqueda por bloques; y
 Construcción en una única línea (párrafo).

Existen diversos enfoques para la construcción de nuestra estrategia de búsqueda experta
para #RevisionesSistemáticas (por líneas, bloques o párrafo).
Tweet

En la siguiente presentación se resume estos tres enfoques, en qué consisten, ejemplos de


ellos, ventajas e inconvenientes, así como recomendaciones de uso.

A la hora decidir que enfoque utilizar tengo que tener en consideración desde el
objetivo/propósito de nuestra búsqueda, nuestras preferencias y las del usuario. Además,
la búsqueda en sí misma y su complejidad puede ser necesario utilizar un enfoque u otro e
incluso una mezcla de varios en la misma estrategia de búsqueda. Por último, hay que
tener en cuenta que no todas las interfaces de búsquedas/plataformas/bases de datos
permiten los tres enfoques.

La estructura de la estrategia de búsqueda para #RevisionesSistemáticas dependerá


del propósito de la presentación de la estrategia de búsqueda, preferencias, complejidad
de la búsqueda y las posibilidades de búsqueda de la base de datos.
Tweet
Tabla resumen de los principales enfoques utilizados en las estrategias de búsqueda para
revisiones sistemáticas, adaptado de Farhad (2).
En mi caso, suelo preferir la búsqueda por bloques, es decir, una línea por cada concepto
de búsqueda partiendo de nuestra pregunta estructurada (PICOs). De esta forma, la
búsqueda se corresponderá con el marco de nuestra pregunta del que partimos en
nuestra revisión (3). Sin embargo, en búsquedas complejas puede que no sea posible
dividir las búsquedas en bloques de un solo concepto y que algunos bloques pueden tener
subbloques y o que sea necesario una combinación de las tres estructuras.

BIBLIOGRAFÍA
1. MacFarlane A, Russell-Rose T, Shokraneh F. Search Strategy Formulation for
Systematic Reviews: issues, challenges and opportunities. Intelligent
Systems with Applications. 2022: 200091.
2. Shokraneh, Farhad. Structure of Search Strategies for Systematic Reviews:
Line by Line versus Block by Block versus Single-Line. Medium 6 June 2021;
[Revisado 9 June 2021]. Disponible
en: https://farhadinfo.medium.com/structure-of-search-strategies-for-
systematic-reviews-line-by-line-versus-block-by-block-versus-d59aae9e92df
3. Campos-Asensio C. Cómo elaborar una estrategia de búsqueda
bibliográfica. Enferm Intensiva. 2018 Oct-Dec;29(4):182-186. English,
Spanish. doi: 10.1016/j.enfi.2018.09.001. PMID: 30291015.

Consejos de búsqueda experta: Blog UX Caucus Database Tip Sheet team


1 MARZO 01+02:00 2022 DEJA UN COMENTARIO
Los bibliotecarios y especialistas en información contamos con una nueva fuente muy
valiosa, el blog que el UX Caucus Database Tip Sheet team ha lanzado para ayudar a
difundir consejos y sugerencias de búsqueda experta en bases de datos y otras herramientas.

La dirección es: https://uxcaucustips.blogspot.com/


Las entradas disponibles hasta la fecha, con un pequeño resumen, son las siguientes:

Sugerencia n.º 1: Exportación masiva desde Google Scholar.


Mediante la herramienta Harzing’s Publish or Perish es posible la exportación masiva
desde Google Scholar.
Y siempre teniendo presente las pautas del gran Wichor Bramer, que sugiere limitar la
recuperación de los primeros 100-200 resultados.

Sugerencia n.º 2: Verifique si hay indexación computerizada errónea en Embase.


A diferencia de MEDLINE, donde los registros en proceso aún no tienen MeSH asignado,
en Embase los registros recién agregados se indexan computarizadamente con EMTREE. Si
bien para artículos de revista esta indexación es revisada y corregida por un indexador
humano, la indexación de actas de conferencias nunca se somete a revisión humana. Por
este motivo, los resultados recientes y los resúmenes de conferencias tendrán una gran
cantidad de falsos positivos debido a la indexación automatizada incorrecta, y la asignación
de términos del EMTREE solo es de confianza para artículos de revistas completamente
indexadas.

Consejo n.º 3: Modos de búsqueda en EBSCO CINAHL.


Contrariamenta a lo que podemos estar esperando, si escribimos nuestros términos
individuales de búsqueda (p. ej.: ginger pregnancy nausea recupera 7 referencias) la base de
datos no los combina automáticamente con el operador AND. Hay dos soluciones: la
primera consistiría en añadir los operadores booleanos entre los términos (p. ej.: ginger
AND pregnancy AND nausea recupera 130 referencias); la segunda forma sería ajustar el
modo de búsqueda a «Buscar todos mis términos de búsqueda» que aplicará
automáticamente AND a todos los términos individuales y devolverá el mismo conjunto de
resultados que con la primera opción.
Aj
uste de modo de búsqueda a «Buscar todos mis términos de búsqueda».

Sugerencia n.º 4: Adyacencia de Ovid MEDLINE y etiquetas de campo.


En el MEDLINE de Ovid la búsqueda por adyacencia en el campo .kw. solo funciona si las
palabras están en diferentes líneas, pero NO recupera artículos si los términos forman parte
de un mismo encabezamiento MeSH. La solución si queréis usar la búsqueda por
adyacencia dentro de un solo encabezamiento de palabra clave, será usar la etiqueta de
campo .kf. en vez de .tw. (p. ej.: (surg* adj teach*).kf.).

Consejo n.º 5: El problema con las comillas tipográficas.


Para evitar el mensaje de error «unsupported characters» en MEDLINE de Ovid.
Ca
mbios en las opciones de Word para evitar el mensaje de error «unsupported characters» en
Ovid.
Consejo n.º 6: Uso de Covidence para rastrear e informar referencias de bola de nieve
para el diagrama de flujo PRISMA 2020.

Sugerencia n.º 7: Exportación masiva desde ProQuest.


ProQuest proporciona una función de exportación para ayudar a aquellos que trabajan en
grandes proyectos de revisión de literatura, como revisiones de alcance y revisiones
sistemáticas. En esta entrada te enseñan como configurarlo, pero ojo, solo se puede solicitar
esta exportación masiva DOS VECES al día.

Y, por último, si tiene un consejo inteligente o una solución para una base de datos,
plataforma o herramienta puedes ponerte en contacto con Andy Hickner
(alh4014@med.cornell.edu) o Kate Saylor (kmacdoug@umich.edu) y unirte al equipo del
blogs o compartir sus consejos y ellas escriben la publicación por ti.

#MLAUXCaucus #SystematicReviews #medlibs #ExpertSearching

Aplicación de la inteligencia artificial en PubMed

Ante la sobreabundancia de información, las bases de datos y los motores de búsqueda


están adoptando el aprendizaje automático. Introducen algoritmos para proporcionar
resultados más rápidos y «relevantes». Veamos como PubMed incorpora varios de estos
algoritmos:

1. La sugerencia de consultas (autocompletar) que consiste en presentar al


usuario consultas populares a medida que ingresa términos en el cuadro de
búsqueda, lo que puede resultar en búsquedas con más éxito
(https://www.ncbi.nlm.nih.gov/labs/pmc/articles/PMC2815412/). Esta
característica ha sido muy utilizada en Google durante bastante tiempo.
2. La expansión de consultas es cuando un algoritmo modifica ligeramente la consulta del
usuario para corregir términos mal escritos o agregar opciones de vocabulario controlado.
Esto incluye el mapeo automático de términos.
«Details» en la pantalla de búsqueda avanzada.

Nursig mapea a «breast feeding»


PPE
(abreviatura de personal protective equipment) mapea a la revista «Polit Philos econ»

St. Louis OR Saint Louis mapea a un investigador


Age spots mapea y busca age como revista y spots como exanthema y metrorrhagia
3. Para eliminar la ambigüedad del nombre del autor, utilizando información como los
coautores y las fechas de publicación
(https://www.ncbi.nlm.nih.gov/labs/pmc/articles/PMC5530597/).
4. Utilización del aprendizaje automático para indexar algunos artículos, lo que significa
que a una parte de los artículos se les asignan términos MeSH sin intervención de
personas a través de un algoritmo con un componente de aprendizaje automático. Esta
indización pasará a ser automática a mediados de 2022. Más información
en: https://www.nlm.nih.gov/pubs/techbull/nd21/nd21_medline_2022.html
5. Algoritmo Best Match de recuperación de la información que primero usa BM25 para
procesar los resultados de la búsqueda y luego usa LambdaMART, un algoritmo L2R, para
reclasificar los primeros 500 resultados
(https://jmla.mlanet.org/ojs/jmla/article/view/1236).
Tweet

Acceso gratuito a MEDLINE en todo el mundo: breve


recorrido histórico
Hemos normalizado encender el ordenador y buscar MEDLINE en Internet de forma
gratuita. Pero eso no siempre ha sido así. Por eso es bueno recordar la historia de cómo
unos visionarios hicieron posible este enorme avance.

El Index Medicus fue desarrollado por John Shaw Billings, director de la Biblioteca de la
Surgeon General’s Office, del Ejército de los Estados Unidos. Esta biblioteca más tarde se
convirtió en la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (NLM). Cuando
trabajaba en su tesis doctoral descubrió que no había una biblioteca que tuviera los
recursos necesarios para su investigación. Para solucionar esto, John Shaw Billings creó
una colección y también creó catálogos de índices.
El Index Medicus comenzó a editarse en 1879. Tenía una periodicidad mensual. Existió
otra versión acumulada anual, el Cumulated Index Medicus publicada en papel desde
1960 hasta 2004. También existió una versión reducida desde 1970 hasta 1997,
llamada Abridge Index Medicus con la indización de revistas nucleares.
Durante los 125 años que el Index Medicus se publicó en papel. El último número de
Index Medicus se publicó en diciembre de 2004 (Volumen 45) siendo desplazado por los
recursos en línea.

En 1957 el personal de la NLM comenzó a planificar la mecanización del Index Medicus,


para poder manipular toda la información para producir productos auxiliares como índices
impresos, catálogos y bibliografías temáticas. En la década de 1960, la NLM comenzó a
computarizar el trabajo de indexación mediante la creación de MEDLARS: En 1960 se
preparó un pliego de condiciones detalladas y para la primavera de 1961 se envió a 72
empresas una solicitud de propuestas para desarrollar el sistema. Como resultado, se
adjudicó un contrato a la empresa General Electric. Nació MEDLARS en 1964 que tuvo un
coste de $ 3 millones para su desarrollo y en el momento de su conclusión no permitía el
acceso al público.
MEDLARS se convirtió en MEDLINE (MEDLARS OnLine) en 1971 cuando la NLM ofreció
búsquedas de MEDLARS «en línea» a otras bibliotecas médicas y computadoras remotas
capaces de iniciar sesión en NLM MEDLARS system. Rápidamente, la NLM puso a
disposición de determinadas instituciones las cintas magnéticas con los datos del sistema
disponible para establecer servicios descentralizados de búsqueda en todo el país.
Pero para la búsqueda eficaz en los primeros MEDLINE hacía falta un entrenamiento
especial en los encabezamientos de materia, los comandos de búsqueda y la lógica
booleana. Además, la consulta era muy costosa pues se realizaba a través de módem
telefónico. Por esto los bibliotecarios y especialistas en información buscaban por los
investigadores y profesionales de la salud (búsquedas mediadas, con intermediario).

Cuando en 1984 Donald A. B. Lindberg MD prestó juramento como Director de la


Biblioteca Nacional de Medicina norteamericana (NLM), MEDLINE era consultado
fundamentalmente por bibliotecarios entrenados para usar su interfaz de lenguaje de
comandos. Había tarifas por búsqueda, principalmente por el coste de usar redes
comerciales de telecomunicaciones.
Trece años más tarde, en 1997, MEDLINE pasó a ser gratuito para cualquier persona con
conexión a Internet y un navegador web. Lindberg director de la Biblioteca Nacional de
Medicina de EE. UU. (NLM) durante 30 años. El énfasis de Lindberg en el acceso abierto a
la literatura biomédica se considera un ejemplo de apertura científica ética.

El año 1986 también fue el comienzo de importantes avances en el frente tecnológico de


la NLM. El objetivo de Don Lindberg era poner más información médica al alcance de los
profesionales de la salud. La NLM ofreció su base de datos MEDLINE a las empresas que
distribuyen información en discos de video. Uno de los primeros jugadores en este campo
del CD-ROM fue Cambridge Scientific Abstracts, que pronto fue seguido por otras 20 o
más compañías.
La Conferencia de la FNLM (Friends of the National Library of Medicine) en junio de
1996 sobre aplicaciones de atención médica de la autopista de la información presentó la
oportunidad perfecta para presentar al Senador Frist el lanzamiento de Internet Grateful
Med (IGM) e invitarle a realizar una búsqueda.
El 26 de junio de 1997 MEDLINE estuvo disponible de forma gratuita en Internet. El
vicepresidente Gore, cuyos esfuerzos estaban centrados en promover la importancia de la
“carretera digital” de la nación norteamericana, participó en el lanzamiento de PubMed,
un sistema que brindaría acceso gratuito a MEDLINE a través de la World Wide Web. El
vicepresidente Al Gore sentado en Capitol Hill frente a un ordenador realizó la búsqueda
gratuita inaugural de MEDLINE.
BIBLIOGRAFÍA
Kulikowski CA. Donald A. B. Lindberg: Inspiring Leader and Visionary in Biomedicine,
Healthcare, and Informatics. Yearb Med Inform. 2020 Aug;29(1):253-258. doi: 10.1055/s-
0040-1701972. PMID: 32303093; PMCID: PMC: 7442506.

Smith KA. Free MEDLINE Access Worldwide. Stud Health Technol Inform. 2022 Feb
1;288:167-177. doi: 10.3233/SHTI210992. PMID: 35102838.

Cravedi K. NLM’s Revolution in Consumer Health Information to Improve Patient


Outcomes. Stud Health Technol Inform. 2022 Feb 1;288:245-254. doi:
10.3233/SHTI211000. PMID: 35102845.

Ayuda PubMed: Consejos de búsqueda en PubMed


PubMed contiene información de citas bibliográficas (por ejemplo, título, autor, revista,
fecha de publicación) y los resúmenes de artículos y algunos libros. Incluye la base de
datos de MEDLINE®; citas de artículos en el archivo PubMed Central (PMC) con textos
completos de uso gratuito, incluso de artículos sobre informes de investigaciones
financiadas por los Institutos Nacionales de Salud (NIH); y citas de libros Bookshelf del
Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI) (www.ncbi.nlm.nih.gov/books).

Además, incluye enlaces al texto completo de otras fuentes, cuando están disponibles,
tales como el sitio de la editorial, el archivo PubMed Central (PMC) y al texto completo de
las revistas suscritas por tu Biblioteca.

En caso de duda, acude a tu Biblioteca donde te proporcionaremos más información y


consejos que te ayudarán a sacar mayor partido de este recurso gratuito indispensable en
ciencias de la salud.

¿Es recomendable enfocar la búsqueda en Embase


en las estrategias para revisiones sistemáticas?
Aunque Embase es una base de datos recomendada para realizar búsquedas sistemáticas,
es difícil una búsqueda eficiente dada la gran cantidad de términos del Emtree con la que
se indizan los registros (un promedio de 3 a 4 términos mayores y hasta 50 términos
menores). En comparación, los registros de MEDLINE pueden contener un promedio de 10
a 20 términos del MeSH. Este alto volumen de términos de indización puede conducir a
una deficiente precisión en las búsquedas de Embase al recuperar grandes cantidades de
registros irrelevantes, lo que aumenta la carga de procesamiento de registros dentro del
proceso cribado y selección de los estudios.

Por este motivo, cuando buscamos en EMBASE para HTA (Health technology assessments)
y/o RS (revisiones sistemáticas) existe la recomendación pragmática de reducir los
resultados de búsqueda, enfocando esta mediante la realización de búsquedas de
encabezamientos de materia combinados con subencabezamientos (calificadores) y/o
búsquedas con encabezamientos de materia limitados a aquellos con un enfoque principal
(encabezados principales o major headings).

En el estudio de Glanville y cols (1) buscaron la evidencia que apoya esta práctica no
formal de enfocar la búsqueda en Embase y llegaron a las siguientes recomendaciones y
conclusiones:
 Parece imprudente debilitar las estrategias mediante el uso de la técnica de
enfoque, a menos que los autores de la búsqueda estén seguros de que
están enfocando una estrategia altamente sensible.
 Si este fuera el caso, el enfoque más seguro parecería enfocar los términos
de Emtree para la intervención.
 No se recomienda enfocar tanto la población como la intervención en
términos de Emtree debido a la pérdida de sensibilidad observada.
 También se debe tener precaución al considerar enfocar los términos de
Emtree en más de dos conceptos.
 Los desarrolladores de estrategias de búsqueda que construyen búsquedas
en temas distintos a las revisiones de tratamientos de drogas deben realizar
pruebas de sensibilidad antes de enfocar sus estrategias, ya que sus
estrategias pueden ser subóptimas debido a los desafíos de buscar temas
más difíciles de encontrar.
 El problema estaría en saber desde el principio si una búsqueda ya es
altamente sensible.
 Los autores recomiendan a los buscadores inexpertos que busquen el
asesoramiento experto de un especialista en información con experiencia
en búsquedas en Embase y MEDLINE para los propósitos de RS y HTA, como
lo recomiendan muchos documentos de orientación.
Referencia: Glanville J, Kaunelis D, Mensinkai S, Picheca L. Pruning Emtree: does focusing
Embase subject headings impact search strategy precision and sensitivity? [Internet].
Ottawa: CADTH; 2015 Apr. [citado 2022-01-27]. Disponible
en: https://www.cadth.ca/pruning-emtree-embase

¿Qué es una revisión de alcance o scoping review?


Las revisiones de alcance son proyectos «exploratorios» que mapean sistemáticamente la
literatura disponible sobre un tema, identificando conceptos clave, teorías, fuentes de
evidencia y lagunas en la investigación. A diferencia de las revisiones sistemáticas, estas se
deben realizar cuando lo que se necesita no son respuestas detalladas a preguntas
específicas, sino más bien una visión general de un campo amplio. Están indicadas para
hacer una primera aproximación de un tema, identificando los elementos esenciales y
mostrando los aspectos que precisan ser investigados. Incluye una cierta sistematización
y, por lo tanto, el proceso puede ser repetido.

Las revisiones de alcance se llevan a cabo por varias razones, siendo la más común
explorar la amplitud o profundidad de la literatura, resumir la evidencia, informar
investigaciones futuras e identificar o abordar las lagunas de conocimiento. A menudo
estas revisiones son el punto de partida para posteriores revisiones sistemáticas.
Las revisiones de alcance son particularmente útiles cuando la literatura es compleja y
heterogénea. Las revisiones de alcance pueden proporcionar información útil para los
tomadores de decisiones sobre la naturaleza de un concepto y cómo ese concepto se ha
estudiado en la literatura a lo largo del tiempo.

De hecho, el número de revisiones de alcance se duplicó de 2014 a 2017, demostrando la


popularidad de este método en la literatura (Tricco AC, Lillie E, Zarin W, O’Brien K,
Colquhoun H, Kastner M, et al. A scoping review on the conduct and reporting of scoping
reviews. BMC Med Res Methodol 2016; 16: 15.).
Pollock D, Davies EL, Peters MDJ, Tricco AC, Alexander L, McInerney P, Godfrey CM,
Khalil H, Munn Z. Undertaking a scoping review: A practical guide for nursing and
midwifery students, clinicians, researchers, and academics. J Adv Nurs. 2021
Apr;77(4):2102-2113. doi: 10.1111/jan.14743. PMID: 33543511; PMCID: PMC8049063.

Principales diferencias entre una revisión sistemática y una revisión de alcance.


Protocolo
Actualmente, las revisiones de alcance no pueden registrarse en PROSPERO. Sin embargo,
los autores que realicen una revisión de alcance deben considerar publicar, registrar o hacer
que su protocolo esté disponible a través de plataformas como Figshare, Open Science
Framework, ResearchGate, Research Square o similar para que esté disponible
gratuitamente (ver entrada anterior «Dónde registrar el protocolo de una revisión
sistemática«). La revista del JBI Evidence Synthesis es una vía para publicar protocolos de
revisión de alcance (y sus revisiones posteriores) que siguen la metodología del JBI.
Aquí dejo el enlace a la plantilla de Protocolo para revisión de alcance de Joanna Briggs
Institute (https://jbi.global/scoping-review-network/resources)
Tipo de fuentes
Una revisión de alcance puede incluir cualquier tipo de literatura (por ejemplo, estudios de
investigación primaria, revisiones sistemáticas, meta-análisis, cartas, pautas, sitios web,
blogs).

Estrategia de búsqueda
Debería aspirar a ser lo más completo posible. Se debe incluir una estrategia de búsqueda
completa para al menos una base de datos importante como apéndice del protocolo y en la
revisión posterior. La búsqueda será realizada por un bibliotecario y posteriormente
revisada por otro bibliotecario. Es esencial mantener una documentación clara y detallada
de la estrategia de búsqueda realizada, incluidas las fechas de búsqueda y los términos
clave utilizados, suficiente para permitir la repetición de búsquedas. Se deben detallar otras
fuentes adicionales, como la búsqueda manual de revistas específicas, incluidos los
nombres de las revistas y los años de búsqueda. Si se estableció contacto con los autores
para obtener datos adicionales, se debe indicar en la revisión. Se recomienda que los
autores no apliquen restricciones de idioma a menos que exista una justificación razonable,
como la viabilidad o la limitación de recursos.

Resultados
Se podría considerar que la sección de resultados de una revisión del alcance contiene dos
secciones amplias, la primera de las cuales describe los resultados de la estrategia de
búsqueda y el proceso de selección, incluido un diagrama de flujo PRISMA. La segunda
sección proporciona la información clave o los resultados relevantes para los objetivos o
preguntas para la revisión del alcance. Los resultados de una revisión de alcance pueden
presentarse como un mapa de los datos extraídos de los artículos incluidos en forma de
diagrama o tabular, y / o en un formato descriptivo que se alinee con los objetivos y el
alcance de la revisión.

Dejo una recopilación de la bibliografía más relevante de este tema:


Peters MDJ, Marnie C, Colquhoun H, Garritty CM, Hempel S, Horsley T, Langlois EV,
Lillie E, O’Brien KK, Tunçalp Ӧ, Wilson MG, Zarin W, Tricco AC. Scoping reviews:
reinforcing and advancing the methodology and application. Syst Rev. 2021 Oct
8;10(1):263. doi: 10.1186/s13643-021-01821-3. PMID: 34625095; PMCID: PMC8499488.

Peters MDJ, Marnie C, Tricco AC, Pollock D, Munn Z, Alexander L, McInerney P,


Godfrey CM, Khalil H. Updated methodological guidance for the conduct of scoping
reviews. JBI Evid Implement. 2021 Mar;19(1):3-10. doi:
10.1097/XEB.0000000000000277. PMID: 33570328.
Pollock D, Davies EL, Peters MDJ, Tricco AC, Alexander L, McInerney P, Godfrey CM,
Khalil H, Munn Z. Undertaking a scoping review: A practical guide for nursing and
midwifery students, clinicians, researchers, and academics. J Adv Nurs. 2021
Apr;77(4):2102-2113. doi: 10.1111/jan.14743. PMID: 33543511; PMCID: PMC8049063.

Khalil H, Peters MD, Tricco AC, Pollock D, Alexander L, McInerney P, Godfrey CM,
Munn Z. Conducting high quality scoping reviews-challenges and solutions. J Clin
Epidemiol. 2021 Feb;130:156-160. doi: 10.1016/j.jclinepi.2020.10.009. PMID: 33122034.

Peters MDJ, Godfrey C, McInerney P, Munn Z, Tricco AC, Khalil, H. Chapter 11: Scoping
Reviews (2020 version). En: Aromataris E, Munn Z (Editors). JBI Manual for Evidence
Synthesis, JBI, 2020. Disponible
en: https://synthesismanual.jbi.global. https://doi.org/10.46658/JBIMES-20-12
Ruiz-Perez I, Petrova D. Revisiones panorámicas. Otra forma de revisión de la literatura.
Med Clin (Barc). 2019 Aug 16;153(4):165-168. doi: 10.1016/j.medcli.2019.02.006. PMID:
30954292.

Munn Z, Peters MDJ, Stern C, Tufanaru C, McArthur A, Aromataris E. Systematic review


or scoping review? Guidance for authors when choosing between a systematic or scoping
review approach. BMC Med Res Methodol. 2018 Nov 19;18(1):143. doi: 10.1186/s12874-
018-0611-x. PMID: 30453902; PMCID: PMC6245623.

Tricco AC, Lillie E, Zarin W, O’Brien KK, Colquhoun H, Levac D, Moher D, Peters MDJ,
Horsley T, Weeks L, Hempel S, Akl EA, Chang C, McGowan J, Stewart L, Hartling L,
Aldcroft A, Wilson MG, Garritty C, Lewin S, Godfrey CM, Macdonald MT, Langlois EV,
Soares-Weiser K, Moriarty J, Clifford T, Tunçalp Ö, Straus SE. PRISMA Extension for
Scoping Reviews (PRISMA-ScR): Checklist and Explanation. Ann Intern Med. 2018 Oct
2;169(7):467-473. doi: 10.7326/M18-0850. PMID: 30178033.

Tricco AC, Lillie E, Zarin W, O’Brien K, Colquhoun H, Kastner M, Levac D, Ng C,


Sharpe JP, Wilson K, Kenny M, Warren R, Wilson C, Stelfox HT, Straus SE. A scoping
review on the conduct and reporting of scoping reviews. BMC Med Res Methodol. 2016
Feb 9;16:15. doi: 10.1186/s12874-016-0116-4. PMID: 26857112; PMCID: PMC4746911.

Diagrama de flujo PRISMA 2020


Ya os comentaba en la entrada anterior «Actualización de la guía para la presentación de
informes de revisiones sistemáticas: desarrollo de la declaración PRISMA 2020» que la
declaración PRISMA se había actualizado (y que podéis encontrar traducida al español por
Rafa Bravo aquí).
En el siguiente documento tenéis una tabla con los recursos de PRISMA 2020: dónde
encontrar qué. Traducida de: McKenzie JE, et al. Updated reporting guidance for
systematic reviews: Introducing PRISMA 2020 to readers of the Journal of Affective
Disorders. J Affect Disord. 2021;292:56-57. DOI: 10.1016/j.jad.2021.05.035.

Hoy quiero hablar del nuevo diagrama de flujo de PRISMA 2020. Los diagramas de flujo en
las síntesis de evidencia permiten al lector comprender rápidamente los procedimientos
básicos utilizados en una revisión y examinar la criba y selección de estudios a lo largo del
proceso de revisión.

Con respecto al diagrama de flujo PRISMA publicado en 2009, la nueva versión tiene
importantes novedades que podemos ver en la siguiente plantilla:
Plantilla de diagrama de flujo PRISMA 2020 para revisiones sistemáticas (traducida del
original por Rafael Bravo)
El nuevo diseño está adaptado a partir de diagramas de flujo propuestos por Boers, Mayo-
Wilson et al. y Stovold et al. Las cajas en gris solo deben completarse si procede; de lo
contrario, deben ser eliminadas del diagrama de
flujo. https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1003583.g001
Y donde:

Documento («report») hace referencia a un documento (papel o electrónico) que


proporciona información sobre un estudio en particular. Podría ser un artículo de revista,
una preimpresión, resumen de conferencia, el registro de estudio, informe de estudio
clínico, tesis, manuscrito inédito, informe gubernamental o cualquier otro documento que
proporcione información relevante.
Registro («record») es el título o resumen (o ambos) de un documento indexado en una
base de datos o sitio web (por ejemplo, un título o resumen para un artículo indexado en
MEDLINE). Los registros que hacen referencia al mismo documento (por ejemplo, el
mismo artículo de la revista) son «duplicados»; sin embargo, los registros que se refieren a
documentos que son similares (por ejemplo, un resumen similar presentado a dos
congresos diferentes) deben considerarse únicos.
Estudio («study») es una investigación, como un ensayo clínico, que incluye un grupo
definido de participantes y una o más intervenciones y resultados. Un «estudio» puede
tener varios documentos. Por ejemplo, los documentos podrían incluir el protocolo, el
plan de análisis estadístico, las características de referencia, los resultados del desenlace
primario, los resultados de los daños, los resultados de los desenlaces secundarios y los
resultados de los análisis mediadores y moderadores adicionales.
Hay disponible una herramienta DiagrammeR R que nos permite desarrollar un diagrama
de flujo personalizable que cumple con los estándares PRISMA 2020.
BIBLIOGRAFÍA
Page MJ, McKenzie JE, Bossuyt PM, Boutron I, Hoffmann TC, Mulrow CD, Shamseer L,
Tetzlaff JM, Akl EA, Brennan SE, Chou R, Glanville J, Grimshaw JM, Hróbjartsson A, Lalu
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Tricco AC, Welch VA, Whiting P, Moher D. The PRISMA 2020 statement: an updated
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Mayo-Wilson E, Li T, Fusco N, Dickersin K; MUDS investigators. Practical guidance for using


multiple data sources in systematic reviews and meta-analyses (with examples from the
MUDS study). Res Synth Methods. 2018 Mar;9(1):2-12. doi: 10.1002/jrsm.1277. PMID:
29057573; PMCID: PMC5888128.

Stovold E, Beecher D, Foxlee R, Noel-Storr A. Study flow diagrams in Cochrane systematic


review updates: an adapted PRISMA flow diagram. Syst Rev. 2014 May 29;3:54. doi:
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