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FILOSOFÍA DEL LENGUAJE

Selección de textos acerca de la intencionalidad en F. Brentano y E. Husserl, Documento


de Cátedra.

Brentano, F., Psicología desde un punto de vista empírico, trad. J. Gaos, 1935, Cap I., § 5.
Es característica de los fenómenos psíquicos su referencia a un objeto.
Husserl, E., Ideas relativas a una fenomenología pura y filosofía fenomenológica (Ideas I),
trad. J. Gaos, México, FCE, 19622, § 36. Vivencia intencional. Vivencia en general.
Husserl, E. Meditaciones Cartesianas, trad. J. Gaos y M. García-Baró, México, FCE, 1996,
§ 17. Los dos lados de la investigación de la conciencia como órdenes correlativos de
problemas. Direcciones de la descripción. La síntesis como forma primaria de la
conciencia.
Psicología
desde un punto
de vista empírico

Franz Brentano
La traducción española de Hernán
Scholten está en Internet.

La traducción española de José


Gaos se publicó en 1935 en la edito-
rial de la Revista de Occidente en
Madrid.
Tabla de contenido 3

Tabla de contenidos:

Prólogo de Ortega ................................................... 11


Libro I. La psicología como ciencia ....................... 15
Capítulo I. Sobre el concepto y función de las
ciencias psíquicas.................................................... 15
§ 1. Definición de la psicología como ciencia del
alma. ................................................................. 17
§ 2. Definición de la psicología como ciencia de
los fenómenos psíquicos. ................................. 26
§ 3. Valor propio de la psicología. ................... 45
Libro II. Sobre los fenómenos psíquicos en general61
Capítulo I. De la distinción entre los fenómenos
psíquicos y los fenómenosfísicos............................ 61
§ 1. Necesidad de estudiar detenidamente la
cuestión. ........................................................... 61
§ 2. Explicación de la distinción mediante
ejemplos. .......................................................... 63
§ 3. Los fenómenos psíquicos son
representaciones o tienen representaciones por
base................................................................... 65
§ 4. Definición de los fenómenos psíquicos por
su carencia de extensión. Contradicción que se
alza frente a esta definición.............................. 76
Tabla de contenido 4
§ 5. Es característica de los fenómenos psíquicos
su referencia a un objeto. ..................................81
§ 6. Los fenómenos psíquicos sólo pueden ser
percibidos por la conciencia interior; para los
físicos sólo es posible la percepción exterior....86
§ 7. Los fenómenos psíquicos sólo pueden existir
fenoménicamente; los físicos pueden también
existir en la realidad. .........................................88
§ 8. Si es exacto, y en qué sentido lo sea, decir
que los fenómenos psíquicos sólo existen uno
tras otro, mientras que los físicos existen muchos
a la vez. .............................................................91
§ 9. Retrospección sobre las definiciones de la
ciencia física y la ciencia psíquica. ...................97
De la clasificación de los fenómenos psíquicos ....103
Prólogo a la 2.ª edición, 1911. ...............................103
Libro II. Sobre los fenómenos psíquicos en general
...............................................................................107
Capítulo V. Ojeada a los principales ensayos de una
clasificación de los fenómenos psíquicos..............107
§ 1. División platónica del alma en tres partes:
una concupiscente, otra irascible, otra racional.
........................................................................107
§ 2. Las divisiones fundamentales de los
fenómenos psíquicos en Aristóteles................112
§ 3. Influjo de las clasificiaciones de Aristóteles,
Wolff, Hume, Reid, Brown.............................115
Tabla de contenido 5
§ 4. División tripartita en representación,
sentimiento y apetito. Tetens, Mendelssohn,
Kant, Hamilton, Lotze. ¿Cuál fue propiamente su
principio directivo? ........................................ 116
§ 5. Aceptación de los tres miembros de la
división por la escuela herbatiana. ................. 133
§ 6. Las divisiones de Bain. ........................... 134
§ 7. Retrospección de los principios empleados
en la clasificación fundamental...................... 138
Capítulo VI.División de las actividades psíquicas en
representaciones, juicios y fenómenos de amor y odio
.............................................................................. 140
§ 1. Eliminación de las clasificaciones que no
proceden del estudio de los fenómenos psíquicos.
........................................................................ 140
§ 2. Debe preferirse en la actualidad una
clasificación que tome por principio el diferente
modo de referencia de referencia al objeto
inmanente. ...................................................... 142
§ 3. Las tres clases fundamentales naturales son:
representaciones, juicios y fenómenos de amor y
odio................................................................. 147
§ 4. Procedimiento que debe seguirse para
justificar y fundar esta división. ..................... 151
Capítulo VII. La representación y el juicio, dos
distintas clases fundamentales .............................. 154
§ 1. Testimonio de la experiencia interna. ..... 154
Tabla de contenido 6
§ 2. La diferencia entre la representación y el
juicio es una diferencia de las actividades
mismas. ...........................................................155
§ 3. No es una diferencia de intensidad. .........160
§ 4. No es una diferencia de contenido. ..........162
§ 5. No es exacto que el enlace del sujeto y el
predicado u otra combinación semejante
pertenezca a la esencia del juicio. Demuéstralo,
primero: la consideración de la proposición
existencial afirmativa y negativa. ...................167
§ 6. Segundo: lo confirma la consideración de las
percepciones, sobre todo las condiciones de las
primeras percepciones.....................................170
§ 7. Tercero: se infiere de la reductibilidad de
todas las predicaciones a proposiciones
existenciales. ...................................................173
§ 8. No hay, pues, más remedio que reconocer la
peculiaridad del juicio en el modo particularde su
referencia a su contenido. ...............................186
§ 9. Todas las peculiaridades que en otros casos
caracterizan la diferencia fundamental en el
modo de referirse al objeto, se encuentran
también en nuestro caso. .................................188
§ 10. Retrospección sobre los tres modos de
fundamentación...............................................194
§ 11. La concepción errónea de la relación entre
la representación y el juicio fue ocasionada por el
Tabla de contenido 7
hecho de que en todo acto de la conciencia va
incluido un conocimiento............................... 195
§ 12. Hay que añadir los motivos verbales del
error: primero, la denominación común del
pensamiento.................................................... 199
§ 13. Segundo, la expresión en proposiciones.
........................................................................ 200
§ 14. Consecuencias de haber desconocido la
naturaleza del juicio: en la metafísica. ........... 202
§ 15. En la lógica............................................ 205
§ 16. En la psicología. .................................... 209
Capitulo VIII. Unidad de la clase fundamental para el
sentimiento y la voluntad...................................... 212
§ 1. La experiencia interna enseña la unidad de la
clase fundamental para el sentimiento y la
voluntad: primero, mostrándonos estados
intermedios que ofrecen entre sí tránsitos
continuos y paulatinos.................................... 212
§ 2. Segundo, dándonos a conocer el carácter
coincidente de sus referencias al contenido. .. 218
§ 3. Demostración de que lo mismo sucede con
respecto al sentimiento................................... 221
§ 5. Carácter de las diferencias de clase dentro de
la esfera del sentimiento y la voluntad. Son
definibles merced a los fenómenos que les sirven
de base............................................................ 234
Tabla de contenido 8
§ 6. Diferencias subordinadas en el modo de
referirse al objeto. ...........................................238
§ 7. Ninguna de las peculiaridades que en otros
casos señalan la diferencia fundamental en el
modo de la referencia al objeto, caracteriza la
diferencia entre el sentimiento y la voluntad. .242
§ 8. Retrospección de la precedente triple
explicación. .....................................................249
§ 9. Las causas principales que ocasionaron el
error sobre la relación entre el sentimiento y la
voluntad fueron las siguientes: primero, la
particular unión de la conciencia interna con su
objeto pudo fácilmente confundirse con una
modalidad especial de la conciencia. ..............251
§ 10. Segundo, la voluntad supone una capacidad
de actuación irreductible a la facultad de amar.
........................................................................253
§ 11. Añadióse a éstos un motivo verbal: la
denominación inadecuada de la clase común con
el nombre de apetito........................................258
§ 12. También el error sobre la relación entre la
representación y el juicio fomentó el error sobre
la relación entre el sentimiento y la voluntad.
Referencia de las tres ideas de lo bello, lo
verdadero, lo bueno a las tres clases
fundamentales. ................................................259
Tabla de contenido 9
Capítulo IX. Comparación de las tres clases
fundamentales con el triple fenómeno de la
conciencia interna. Determinación de su origen
natural. .................................................................. 267
§ 1. Cada uno de los tres aspectos de la
conciencia interna corresponde a una de las tres
clases de fenómenos psíquicos....................... 267
§ 2. El orden natural de las tres clases
fundamentales es éste: primero, representación;
segundo, juicio, y tercero, amor. .................... 270
Distinción entre fenómeno psíquico y… 81
§ 5. Es característica de los fenómenos psíquicos su
referencia a un objeto.
¿Qué carácter positivo podremos, pues, indicar?
¿O acaso no hay ninguna definición positiva, que
valga conjuntamente para todos los fenómenos psí-
quicos? A. Bain piensa, en efecto, que no hay ningu-
na.13 Sin embargo, y a los antiguos psicólogos han
llamado la atención sobre una especial afinidad y
analogía que existe entre todos los fenómenos psí-
quicos, y en la que los fenómenos físicos no tienen
parte.
Todo fenómeno psíquico está caracterizado por lo
que los escolásticos de la Edad Media han llamado la
inexistencia14 intencional (o mental)15 de un objeto, y
que nosotros llamaríamos, si bien con expresiones no
enteramente inequívocas, la referencia a un conteni-
do, la dirección hacia un objeto (por el cual no hay
que entender aquí una realidad), o la objetividad in-
manente. Todo fenómeno psíquico contiene en sí

13
The senses and the intellect, Introd.
14
Esta palabra no significa la no existencia, sino la existencia
en.- (N. del T.)
15
Usa también la expresión “estar objetivamente (objective) en
algo”, la cual, a quererse servir de ella ahora, sería tomada a la
inversa, como designación de una existencia real fuera del espí-
ritu. Pero la expresión de “ser objetivo en sentido inmanente”,
que se usa a veces en el mismo sentido, y en la cual el inmanen-
te impide manifiestamente el equívoco temible, puede reempla-
zarla.
Distinción entre fenómeno psíquico y… 82
algo como su objeto, si bien no todos del mismo mo-
do. En la representación hay algo representado; en el
juicio hay algo admitido o rechazado; en el amor,
amado; en el odio, odiado; en el apetito, apetecido,
etc.16
Esta inexistencia intencional es exclusivamente
propia de los fenómenos psíquicos. Ningún fenóme-
no físico ofrece nada semejante. Con lo cual pode-
mos definir los fenómenos psíquicos diciendo que
son aquellos fenómenos que contienen en sí, inten-
cionalmente, un objeto.

16
Ya Aristóteles ha hablado de esta inherencia psíquica. En sus
libros sobre el alma dice que lo sentido, en cuanto sentido, está
en quien siente; el sentido aprehende lo sentido, sin la materia;
lo pensado está en el intelecto pensante. En Filón encontramos
igualmente la doctrina de la existencia e inexistencia mental.
Pero confundiendo ésta con la existencia, en su sentido propio,
llega a su contradictoria doctrina del Logos y las Ideas. Cosa
parecida les sucede a los neoplatónicos. San Agustín menciona
el mismo hecho, en su doctrina del Verbum mentis y el exitus
interior de éste. San Anselmo lo hace en su famoso argumento
ontológico, habiendo muchos subrayado que el fundamento de
su paralogismo consistió en considerar la existencia mental
como una existencia real (cf. Ueberweg, Historia de la filoso-
fía, II). Santo Tomás de Aquino enseña que lo pensado está
intencionalmente en el que piensa; el objeto del amo, en el
amante; lo apetecido, en quien apetece, y utiliza estas afirma-
ciones para fines teológicos. Explica la inherencia del Espíritu
Santo, de que habla la Escritura, como una inherencia intencio-
nal mediante el amor. Y trata de hallar también cierta analogía
con el misterio de la Trinidad y de la procedencia del Verbo y
del Espíritu ad intra, en la existencia intencional que hay en el
pensamiento y en el amor.
Distinción entre fenómeno psíquico y… 83
Pero también aquí tropezamos con discusiones y
oposiciones. En especial, Hamilton niega la propie-
dad indicada a una clase muy amplia de fenómenos
psíquicos, a saber, a todos aquellos que él denomina
sentimientos (feelings), al placer y dolor, en sus muy
variadas especies y matices. Respecto a los fenóme-
nos del pensamiento y el apetito, coincide con noso-
tros. Manifiestamente, no hay pensamiento sin un
objeto pensado, ni apetito sin un objeto apetecido.
“En cambio –dice- en los fenómenos del sentimiento
(los fenómenos del placer y el dolor), la conciencia
no representa ante sí la impresión o estado psíquico,
no lo considera para sí (aparte), sino que, por decirlo
así, está fundida en unidad con él. La peculiaridad
del sentimiento consiste en que en él no hay nada,
fuera de lo subjetivamente subjetivo (subjectively
subjetive); no se encuentra ni un objeto distinto del
yo, ni ninguna observación del yo”.17 En el primer
caso, habría algo “objetivo”, según el modo de ex-
presarse Hamilton; en el segundo, algo “objetiva-
mente subjetivo”, como en el conocimiento de sí
mismo, cuyo objeto Hamilton llama sujeto-objeto;
Hamilton, negando ambas cosas, en lo que se refiere
al sentimiento, niega a éste, del modo más decisivo,
toda inexistencia intencional.

17
Lect. on Metaph., I, p. 432.
Distinción entre fenómeno psíquico y… 84
Sin embargo, lo que Hamilton dice no es comple-
tamente exacto. Ciertos sentimientos se refieren, in-
negablemente, a objetos que el propio lenguaje indi-
ca, mediante las expresiones de que se sirve. Deci-
mos que nos alegramos de algo por algo, que nos
entristecemos o apesadumbramos por algo; y también
se dice: esto me alegra, esto me duele, esto me hace
daño, etc. La alegría y la tristeza, lo mismo que la
afirmación y la negación, el amor y el odio, el apetito
y el desvío, siguen claramente a una representación y
se refieren a lo representado en ésta.
Nos inclinaríamos a asentir a Hamilton, sobre to-
do, en aquellos casos en los que, como hemos visto,
sucumbimos más fácilmente a la ilusión de que el
sentimiento no tiene por base ninguna representa-
ción, como, por ejemplo, en el caso del dolor desper-
tado por un corte o una quemadura; pero el motivo
no es otro que la propensión a esta suposición, erró-
nea, como vimos. Por lo demás, Hamilton reconoce,
con nosotros, el hecho de que las representaciones
forman el fundamento de los sentimientos, sin excep-
ción, y, por tanto, también en este caso. Con lo cual
su negación de que corresponda un objeto a los sen-
timientos resulta tanto más sorprendente.
Una cosa hay que añadir: el objeto al cual un sen-
timiento se refiere no es siempre un objeto externo.
Cuando oigo un acorde, la complacencia que siento
Distinción entre fenómeno psíquico y… 85
no es propiamente una complacencia en el sonido,
sino una complacencia en 1a audición. Quizá incluso
se pudiera decir, no sin razón, que se refiere a sí
misma, en cierto modo, y que, por tanto, resulta, más
o menos, lo que Hamilton dice; a saber: que el senti-
miento está “fundido en unidad” con su objeto. Pero
esto pasa del mismo modo en muchos fenómenos de
la representación y del conocimiento, como veremos
en la investigación sobre la conciencia interna. Sin
embargo, en éstos hay una inexistencia mental, un
sujeto-objeto, para decirlo con las palabras de Hamil-
ton; lo mismo, pues, sucederá con aquellos senti-
mientos. Hamilton no tiene razón cuando dice que en
ellos todo es “subjetivamente subjetivo”, expresión
ésta que propiamente se contradice a sí misma, pues
donde no se pueda hablar de objeto, tampoco cabe
hablar de sujeto. Bien mirado, Hamilton atestiguaba
en contra suya al hablar de una fusión en unidad del
sentimiento con la impresión psíquica. Toda fusión
es una unificación de varias cosas; de modo que la
expresión figurada, que debía hacer intuitiva la pecu-
liaridad del sentimiento, sigue refiriéndose a cierta
dualidad en la unidad.
Podemos, pues, considerar, con razón, la inexis-
tencia intencional de un objeto como una propiedad
general de los fenómenos psíquicos, que distingue a
Distinción entre fenómeno psíquico y… 86
esta clase de fenómenos de la clase de los fenómenos
físicos.
§ 6. Los fenómenos psíquicos sólo pueden ser per-
cibidos por la conciencia interior; para los físicos
sólo es posible la percepción exterior.
Otra propiedad, común a todos los fenómenos
psíquicos, es la de que éstos sólo son percibidos en la
conciencia interna, mientras que la única percepción
posible de los fenómenos físicos es la externa.
Hamilton hace resaltar este carácter distintivo.18
Alguien pudiera creer que en una definición se-
mejante se ha dicho harto poco, pues lo natural pare-
ce más bien definir, a la inversa, el acto por el objeto,
o sea la percepción interna, en oposición a cualquier
otra, como percepción de los fenómenos psíquicos.
Pero la percepción interna, prescindiendo de la singu-
laridad de su objeto, tiene otra cosa que la distingue;
a saber: aquella evidencia inmediata, infalible, que a
ella sola le corresponde entre todos los modos de
conocer objetos de experiencia. Cuando decimos,
pues, que los fenómenos psíquicos son los aprehen-
didos por la percepción interna, queda dicho que su
percepción tiene una evidencia inmediata.
Más aún. La percepción interna no es sólo la úni-
ca que tiene evidencia inmediata: es la única percep-

18
Ibídem.
EDMUND HUSSERL

ID E A S
relativas a una fenomenología pura
y una filosofía fenomenológica

FONDO DE CULTURA ECONóMICA


MÉXICO- BUENOS AIRES
Traducc ión de
JosÉ GAos
P1imera edición en ,~lemán, 1!)13
Primera edición en_ espaíl9l, 1949
Segunda e~lici<ín en español, 1962

La edición oliginal de c>la obra fue registr¡¡da en


Halle, Alemania, por Max ~iemeyer, con el título de
Ideen z¡¿ einer reinen Phiinomenologie und fJhdno-
lnCnologischen .Philosoj;hie
·.
Derecho~ resenados co{¡(mmc a la ley
@ 1949, Formo DE CULTUR•\ ECONÓMICA
Avenida de la l.iniversidad, 975- México 12, P. F.

Imptcso y hecho en México


Printed and made in Afexico
CONCIENCIA Y REALIDJ\D NATURAL
Cosa semejante constatamos acerca de cualesquiera cogita-
lÍtJ?7csen el sentido de 1a esfera cartesiana de ejemplos, por res-
pecto a tocbs las Yin·ncias del pensar, del sentir y querer, sólo
que, con1o se pondr<i de manifiesto (en el próximo parágrafo),
el "estar dirigido a", el "estar vuelto hacia", que distingue a la
actualidad, no se identifica, como en los ejemplos de representa-
ciones sensibles, preferidos por ser mis simples, con el atender
a los objetos de la conciencia que los afncsa y destaca. T.:unbién
de todas e::tas Yin:ncias e& patentemente cierto que !as acLualcs'
están rodeadas de un "haio" de inactuaies; la con-iente de las
ui·uencias" no f)l(edc constar nuilca dé fmms actualidades. Preci-
samente estas últimas determinan, en la mús amplia generaliza-
ción posible por encima rlel círculo de nuestros ejemplos, y en
el contraste con las inactualidades en que las hemos puesto, el
sentido plenario de la '-expresión "cogito", "tengo conciencia de
algo", "lleYo a cabo un drto de conciencia". Para mantener rigu-
rosamente distinguido este concepto tan preciso, le reservamos
exclusivamente los términos cartesianos de cogito y cogitationes,
a no ser que indiquemos expresamente la modificación por me-
dio de una adición, como "inactual". etc.b
e Podemos definir un yo "en vigilía" como un yo que, dentro
de la corriente de sus viYencias, practica continuamente la con-
ciencia en la forma específica del cogito; lo que no quiere
decir, naturalmente, que dé, ni pueda dar a estas vivencias cons-
tantemente, o en general, una expresión predicativa. Hay tam-
bién, en efecto, su jetos-yos animales. Pero a la esencia de la
corriente de vivencias de un yo en vigilia es inherente, según
lo arriba dicho, que la cadena de cogitationes que corre sin
solución de continuidad esté constantemente rodeada de un me-
dio de inactualidad siempre presto a pasar al modo de la ac-
tualidad, como, a la im·ersa, la actualidad a inactualidad.

s 36. \'!VENerA Il\Tr:..Kc.IONAL. vrvENCIA EN GENERAL

Por profunda que sea la alteración que experimentan las vi-


vencias de la conciencia actual al pasar a la inactualidad, siguen
teniendo, sin embargo, las Yivencias modificadas una significa·
_ti\a comunidad de esencia con las primitivas. En general es
MEDITACióN FENOMENOLóGICA
mhe 1 en Le a la esencia de todo cogito actual ser conciencia de
algo: Pero a su modo es también, según lo antes expuesto, la co-
gitatio modificada igualmente conciencia, ya de lo mismo que la
correspondiente no modificada. La propiedad esencial y general
de la. ¡;;onciencia se conserva, pues, en el curso de la modifica-
ción: Todas las vivencias que tienen en común estas propiedades
csen.ciares se llaman también "vive1J_cias intencionales"_ (actos,
en el' sentido más amplio de las Investigaciones lógicas); en
Lanto son conciencia de algo, se dicen "referidas intencionalmen-
te" a este algo.
b Obsérvese bien que aquí no se habla de una 1·elación entre

nerto proceso psicológico -llamado vivencia- y otra existencia


Tea! en sentido estricto -llamada objeto- o de un enlace epsico-
lógíco que en la 1·ealidad objetiva tuviera lugar entre lo uno y
lo otro. d Se habla, antes bien, de vivencias puramente según su
esencia, o de esencias puras y de lo que en las esencias est<i ence-
nado con absoluta necesidad,- "a pTiori".
El ser una vi\encia conciencia de algo, por ejemplo, una fic-
ción ficción de un determinado centauro, pero también una per-
cepción percepción de su objeto real, un juicio juicio de su
1 elación objetiva, etc., es cosa que no afecta al e hecho de la
'Í\ encia que forma parte del mundo, especialmente dentro del
complejo de los hechos psicológicos, sino a la esencia pura y
aprehendida en la ideación como pura idea. t En la e~encia de la
vivencia misma entra no sólo el ser conciencia, sino también
de qué lo es y en qué sentido preciso o impreciso lo e<;.g h Por
ende cst<i también encerrado en la esencia de la conciencia
inactual en qué íorma de cogitationes actuales sea trasponible J
por medio de la modificación acabada de exponer que designa-
mos como "vuelta de la mirada de la atención hacia Jo antes no
atendido".
Por vivencias en el sentido más amplio entendemos todo
aquello con que nos encontramos en la corriente de bs viven-
cias; así, pues. no sólo las vivencias intencionales, las cogitatio-
ncs actuales y potenciales. tomadas en su plena concreción, sino
cuanto ingrediente encontremos en esta corriente y sus partes
concretas.
Fácilmente se Ye, pues, que no todo ingrediente de la unidad
cono cta de n:1a YÍ\ encia intencional tiene él mismo el carácteT

--= ~ - -=~- -~-


- -;:----=
-- -~
. ..
·~=~ ~ ---r~~. _,_.~~"'--:--
CONCIENCIA Y REALIDAD NATURAL
fundamental de la intencionalidad, o sea, la propiedad de ser
"conciencia de a1go".-Esto concierne, por ejemplo, a todos los
datos de la senüición, que desempeñan un papel tan grande en
•• las intuiciones perceptivas de cosas. En la vivencia de la pcrcep-
< u m ele este papel blanco, o más exactamente, en aquel de ~us
componentes que se refiere a la cualidad de blancura del papel,
nos cnconoamos,- vol.¡;iendo adecuádamente la mirada," con el
dato de la sensación del blanco. Este blancob es algo que adhiere
imep.n ablemente a-la esencia de la percepción concreta, y que
adhie1e a ella como ingrediente concreto. En cuanto contenido
C\.lnhidor del blanco fenoménico del papel, es sostén de una
intenc!Onaliclad, pe10 no e' él mismo conciencia ele algo. Exac-
t.lmc;nte lo mismo cabe decir de otros datos de las vivencias, por
ejemplo, de los llamados sentimientos sensibles. Hemos de ha-
blar de ellos todavía más extensamente más adelante.

§ 5 i. I:L "r:STAR DIRIGIDO A" DEL YO PURO E!'< EL COGITO


Y EL ATENDER APREHI:NSOR

~111 poder entrar aquí más a fondo en un análisisc descriptivo


de las \ ivencias·intencionales, haremos resaltar algunos aspectos
d1gnos de atención para las consideraciones ulteriores. Llevada
a c<~bo una vivencia intencional actualmente, o sea, en el modo
del cogzto, en ella se "dirige" el sujetod al objeto intencional. Al
cogzto mismo es inherente, como inmanente a él, un "mirar a" el
objeto, que, por otra parte, brota del "yo", el cual no puede, pues,
faltar nunca. Este "mirar a" algo el yo es, según el acto, en la
pc1 < t puün percipiente, en la ficción fingidor, en el querer vo-
lcn te. en el agrado un mirar con agrado, etc. Esto quiere
dcci 1, pue~, que este tener a la \Ísta. ante los ojos del espí-
litu, 1nherente a la esencw del cogito> del actoe en cuanto tal,
no es a su \ez un acto peculiar, y en especial que no debe
confundirse con un percibir (en ningún sentido, por amplio que
fue,<,e), ni con ninguna de las ~emás clases ele actos emparenta-
dos con las percepciones. Es de obserYar quef objeto intencional
de un acto de conciencia (tomado tal como es en cuanto pleno
co11elato de éste) no quiere decir en modo alguno lo mismo que
objeto aprehendido. Solemos introducir sin más el estar aprehen-
dido en el_~~_::~~-to-=-~~- 9bjetos- (de o_?jeto hen general), po~que

A-- - ... - - - - -=
" 1 " ' " - - --=-~-~_:-----=:"
--__
......,._
íNDICE GENERAL

Prólogo a la edición alemana de zg5o 5


Introducción 7

LIBRO ·PRIMERO

INTRODUCCiúN GENERAL
A LA FENOMENOLOGíA PURA

Sección Primera

LAS ESENCIAS Y EL CONOCIMIENTO DE ELLAS

Cap. l. Hechos )' esencias . . . . .................... .


§ 1. Conocimiento natural y experiencia . . . . 1M
1
§ 2. El hecho. Inseparabilidad del hecho y la
esencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
§ 3· Intuición esencial e intuición individual . 20
§ 4· Intuición esencial y fantasía. Conocimien-
to de esencias independiente de todo cono-
cimiento de hechos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
§ 5· Juicios sobre esencias. Juicios de validez
universal eidética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
§ 6. Algunos conceptos fundamentales. Univer-
salidad y necesidad ....... , . . . . . . . . . . . 26
§ 7· Cie~~ias de hechos y ciencias de esencias . 27
§S. Relaciones de dependencia entre la ciencia
de hechos y la ciencia de esencias . . . . . 29
§ g. Región y eidética regional . . . . . . . . . . 30
§ 10. Región y categoría. La región analítica y
sus categorías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
§ 11. Objetividades sintácticas y sustratos últi-
mos. Categorías sintácricas . . . . . . . . . . . . 35
§ 12. Género y espeCie . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
§ 13. Generalización y formalización . . . . . . . . 38
§ 14. Las categorias del sustrato. La esencia y
el -ró()~; n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
~~ 5~o ~- -- -" --=----=~. --- íNDICES=-

§ 15. Objetos independientes y dependientes. El


concreto y el individuo ...... _.. _... _. 41
§ 16. Región y categoría en la esfera dotada de
contenido material. Conocimientos sinté-
ticos a jJrimi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
§ 17. Conclusión de las consideraciones lógicas 45

Cap. II. EHóneas interpretaciones natumlistas


§ 18. Introducción a las discusiones críricaó 46
§ 19. La identificación empirista de la experien-
cia y del acto en que se da algo origina-
riamente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
§ 20. ·El empirismo como escepLicismo 50
§ 21. Oscuridades del lado idealista 53
§ 22. El reproche de realismo platónico. La
esencia y el concepto . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
§ 23 Espontaneidad de h ideación. La cso1cia
y lo fictum : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
§ 24. El principio de todos los p1incipios 58
§ 25. El positivista es en la pr;'tctica un itwesli-
gaclor de la narura1eza, el investigador ele
la naturaleza es en la reflexión un positi-
vista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
§ 26. Ciencias de la actitud dogmática y cien-
cias de la actitud filosófica . . . . . . . . . . . . Gr

Sección Segunda

J\1EDJTACIÓN FENO!\!ENOLÓ(;JCA Ft'NDAMENTA!.

Cap. I. La tesis de la actitud natural ')! la desconexión


de la misma
§ 27. El mundo de la actitud natural: yo y mi
mundo circundante
§ 28. El cogito. Mi mundo circumbntc natural
y los mundos circundantes ideales _ . . . . . 66
§ 29. Los "otros" sujetos-yos y el mundo circun-
dante natural e íntersubjetívo . . . . . . . . . . 68
íNDICE GE!\:ERAL !)21

§ 30. La tesis general de la actitud natural 68


§;p. Cambio 1adical de la tesis natural. La
"desconexión". la "colocación entle pa-
1 éntesis'' 6g
§ 32. La trcox1í fenomenológica 73

Cap. IL La contlcncta y la 1ealldad natutal í ·1


§ 33· P1imera refe1encia a la "conoenCia pma
o "trascendental como 1esiduo fenomeno-
lógico í4
§ 34· La esenoa de la conoencia como LCma 7~
§ 35· El coglto como ··acto" La modiflcación
de mactuahdad 79
§ 36. Vi>encia mtenoonal Vn·enua·en general
§ 37· El "estar dmgido a" del yo puro en el
cogz to y el a tendel ap1 ehensor
§ 38. Reflexiones sobre actos. l'ercepoones m-
manen tes y t1 ascendentes
§ 39· La concienc:a y la reahdad natural La
concepción del hombte "ingenuo" S¡
§ 40. Cualidades primarias y secundarias. La
cosa dada en pe1sona, "me1a apa1iencia"
de la "verdad fís1ca" go
§ 41. Los ingredientes " el objeto trascendente
de la petcepción
§ 42 El ser como conciencia ; como realidad
en ~ent1do estricto D1stmción de princi-
pio entre los modo~ de la mtuiClÓn 94
§ 43- Aclaiaoón de un error de puncipio 97
§ 44· El se1 meramente fenoménico de lo tras-
cendente )' el ser absoluto de lo inmanente 99
§ 45· La Vl>encia no percibida y la realidad en
sentJdo estricto no percibida
§ 46. Indub1tabilidad de la percepción inma-
nente, dubilabilidad de la trascendente
!}22 1'\DJCf.S

Cap III La rcgwn de la conetcncw jJuw 108


§ 47 ~¡ mundo natm.tl como con elato de la
conoenna I oS
§ 48 Postbtl!dad lógtca y conttasenttdo efectJ\O
ele un mundo fuc1 a ele nuestJ o mundo I 10
§ 49 La connenoa absolut.1 como lC~1duo de la
amqullaoon del mundo I 12
§ 50 La actitud fenomenologiCa y la conoenoa
,, puta como campo ele la fcnomenologta 11)
§ 51 El sigmflcaclo de las constele¡ acwne~ t1 as
ccndentales pte\ ta~ JI6
Nota I18
§52 Complementos La cosa ilSica y la "causa
desconooda de las apalienoas" 119
~53 Los se, ec; ammados y la conoenoa pstco
logiCa I25
'" §54 Contmuaoón La vnenoa psJColog¡ca tra~
cenden te es con tmgen te v 1 el a tn a, la '1
\en o a trascendental es necesalla y abso
luta I27
§55 Concluswn Toda Iea!Idad en sentido es
tucto existe pm obia de un "da1 sentt
do" Nada de "Idealismo sub¡etivo" I29

Cap IV Las 1 cduccwncs fenomcnologicas I3I


§56. La cuest1ón del alcance de la teduccwn
fenomenológiCa CienCias de la natm ale1a
) del espnltu 13 1
~ 37 La cuestiÓn de la deKone . . . ión del yo 132
§ 38 La ti ascendenoa de Dws, desconectada I33
§ )9 La trascendencia de lo eiclético Deseo
nexión de la lóg1ca pura como mathes1s
1l11WC1Salts I3S
§ Go La desconexión de las d1sciplmas etdeti
co-ma tena les 1~ ¡
§ 61 La sigmficaoón metodológica del Sistema
de las teduccwnes fenomenológicas 139
fNDICE GENERAL
-
§ 62. Indicaciones epistemológicas. Actitud dog-
márica y actitud fenomenológica . . . . . . . . 142
Nota . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143

Sección Tercera

SOBRE EL MÉTODO Y LOS PROBLEMAS


DE LA FENOMENOLOGÍA PURA

Cap. l. Preliminares metodológicos . . . . . . . . . . . . . 145

§ 63. La especial significación ele las considera-


ciones metodológicas para la fenomeno-
logía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
§ 64. La auto-desconexión del fenomenólogo . . 147
§ 65. La referencia retroactiva de la fenomeno-
logía a sí misma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
§ 66. Fiel ~xpresión de datos claros. Términos
unívocos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
§ 67. Método de la aclaración. "Cercanía de lo
dado" )' "lejanía de lo dado" . . . . . . . . . . 151
§ 68. Verdaderos y falsos grados de claridad.
Esencia de la aclaración normal . . . . . . . . 153
§ 6g. El método de aprehender esencias con ple-
na claridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
§ 70. Papel de la percepción en el método de la
aclaración de esencias. Puesto preferente
de la libre fantasía ....... ·. . . . . . . . . . . 155
§ 71. El problema de la posibilidad de una
eidética descriptiva de las vivencias . . . . . . 159
§ 72. Ciencias concretas, abstractas, "matemáti-
cas" de las esencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
§ 73· Aplicación al problema de la ferÍomeno-
logía. Descripción y definición exacta . . 163
§ 74· Ciencias descriptivas y ciencias exactas . . 165
§ 75· La fenomenología com·o ciencia descripti-
va de las esencias de las vivencias puras 166
Cap. II. Estructuws universales de la conciencia. pura . . 169
§ 76. El tema de las siguientes •investigaciones 16g.
§ 77· La reflexión ·como peculiaridad fundamen-
tal de la esfera ele las vivencias. Estudios
en la reflexión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172
§ 78. El estudio fenomenológico de las reflexio-
nes sobre las vivencias . . . . . . . . . . . . . . . . 176
§ 79· Digresión crítica. La fenomenología y las
... · dificultades ele la "autoobservación" . . . . r8o
§So. La referencia de las vivencias al yo puro 189
§ 81. El tiempo fenomenológico y la conciencia
del tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191
§ 82. Continuación. El triple horizont'e de las
vivencias es a la vez el horizonte de la re-
flexión sobre las vivencias . . . . . . . . . . . . . 194
§ 83. Concepción de la corriente unitaria ele las
vi\'encias como "idea" . . . . . . . . . . . . . . . . . 196
§ 84. La intencionaliclacl, tema fenomenológico
capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198
Sobre la terminología . . . . . . . . . . . . . . . . . 200
§ 85. -ül:q sensible, ~lOQ<Jll1 intencional . . . . . . . . 202
§ 86. Los problemas funcionales . .. . . . . 207
Nota . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210

Cap. III. Nóesis y nóerna 210

§ 87. Advertencias previas ....... ___ .. _. _.. _ 210


§ 88. Ingredientes y componentes intencionales
de las vivencias. El nóema 212
§ 8g. Proposiciones noemáticas y proposiciones
de realidad. El nóema en la esfera psico-
lógica . _____ .. _. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 1 5
§ go. El "sentido noemático" y la distinción en
"objetos inmanentes" y "objetos reales" . 217
§ 91. Extensión de lo anterior a la esfera más
amplia de la intencionalidad . . . . . . . . . . 220
§ g2. Los desplazamientos atencionales en los
aspectos noético y hoemático ....... _. _ _ 222
1NDIC~ GENERAL
§ 93· Paso a las estructuras noético-noem:íticas
de la es(era superior de la conciencia ...
§ 94· La nóe.sis y el nóema en el dominio del
juicio . . . . . . . . . . . . . . . . . . .... ---- · · · · <)<) ...
--¡
§ 95· Las distinciones análogas en la esfera del
sentimiento y de la voluntad ......... .
§ g6. Tdnsito a los capítulos ulté'riores. Obser-
Yacíones finales . . . . . . . . . . . . . . ..... . 233

Cap. JV. Sobre los tJroblemas de las estructznos noético-


noemálicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235
§ 97- Los elementos hyiéticos y noéticos como
ingredientes de las vivencias, los compo-
nentes noemáticos como no ingredientes . 235
""'§ 98. Modos de ser del nóema. Morfología ele
las nóesis. Morfología de los nóem:1s . . . . 239
§ 99· El núcleo noemático y sus caracteres en la
e~fera de las percepciones y las represen-
raciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213
§ 100. Grados de las representaciones ordenados
según leyes esenciales y manifiestas en Ia
nóesis y el nóema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245
§ 1 o 1. Características de los grados. "Reilexio-
nes" de distinto género . . . . . . . . . . . . . . . . 246
§ 102. Paso a nuevas- din1ensiones de caracterís-
ticas ................................. 248
§ 103. Caracteres de creencia y caracteres de ser 249
§ 104. Las .modalidades dóxicas como modifica-
el ones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 51
§ 105. La modalidad de creencia como creencia,
la modalidarl ele ser como ser . . . . . . . . . . 253
§ 1 oG. La afirmación y la negación y sus correla-
tos noem;íticos .......................... 254
§ 107. Tvlodificaciones reilerativas ............ ~ · :255
§ 108. Los caracteres noemáticos no son determi-
naciones de la "reflexión" ............. • 256
§ 109. La modificación de neutralidad . . . . . ~. · 258

·-
íNDICES
§ 110. Conciencia neutralizada y legitimación por
la razón. El asumir . 259
§ 111. La modificación de neutralidad y la fan-
t'asía 261
§ 112. Reiterabllidad de la modiflcaoón de fan-
sía, no relterabilidad de la modlficaoón
de neutralidad 263
§ 113. Posioones actuales y potenoales 265
§ 114. Más sobre la potenoahdad de las tesis y
la modificaciÓn de neutralidad 269
§ 115. Aplicacwnes. El concepto ampliado de
acto Actos llevados a cabo y mociones
de_ actos
§ 1!6. Paso a nuevos análisis. Las nóesis funda-
das y sus correlatos noemáticos 276
§ 1i7. Las teSIS fundadas y conclusión de la doc-
tr ma de la mocliflcaoón de neutralinción.
El concepto uni"ersal de teSIS 279
§ 118. Síntesis de la concienCia. Formas sintác-
ticas 283
§ 119. ConversiÓn de los actos politéticos en mo-
notét1cos 286
§ 120. Posioonahdad " neutralidad en la esfera
1 '\'
de las sin tesis ·-: 288
§ 121. Las sinta'.is dó::\.icas en la esfera del senti-
miento y de la 'oluntad 289
§ 122 Modos de llevarse a cabo las síntesis articu-
ladas El "tema" 292
§ 123 Confuswn y distmción como modo de lle-
' a1 se a cabo los actos sintéticos 294
§ 124. La capa noético-noemática del "lagos". El
srgmhca1 y la significaciÓn 295
§ 125. Las modalidades del llevar a cabo en la
esfeia de la e::\.presión lógica ) el método
de la aclaraCión 299
§ 126. Integridad y univetsalidad de la expresión 301
§ 127. La exp1esión de los juicios y la e::\.presión
de los nóemas afectivos 302
1NDICL GEl\.l:.RAL

Secczón Cum ta
LA RAZÓl\ Y LA REALIDAD

Cap I El senttdo noematlco y la 1efe,enna al ob¡eto 306


~--

§ 128 Int10duccwn 306


§ 129 El "contemdo' y el "objeto", el contenido
como "scntlclo" 308
§ 130 Deslmde ele la esencia '~enlldo noema-
l!co" \)10
§ 131 IJ "objeto" o la "\ dete1mmable en el
sent1do noenut1co' 312
§ 132. El núcleo como sentido en el modo de su
plem tud 3 15
§ 133 La propos1cwn noematiCl PioposJc.JOnes
tetrcas ) smtettcas L.1s proposJCIOnes den-
tiO del clommw de las 1ep1esentacwnes 31;¡
§ 134 Mmfologta apofantlca 317
§ 135 El Objeto y la connenc1a Paso a la feno
menolog1a de la ra?on 321

Cap II. Tenomenología de la 1azon


§ 136 La prnne1a fmma fundamental de la con-
nenoa l,lCIOnal el "ve1" que da ongma
narnente 323
§ 137 L\Jdenoa en gene1al y evrdenoa mtelec-
tual Euclenoa "o11gmaua" y "pu1a", asei-
t?nca y apodrctJca 328
§ 138 E' tdenoa adecuada e m adecuada ~29
§ 139 Entretep1111ento de todas las especres de
1a?Ón \t e1 dad teónca, a' wlogrca y p1 a e-
ti ca 332
§ 140 Confnmaoon La legitimidad sm ev1den-
oa Equn alenoa de la e' tdencra mtelec-
tual posroonal v la neut1al 333
§ 141 Posroón Iacwnal mmed1ata y med1ata
Ev1denoa medrara 337
1NDICES
§ 142. La tesis racional y el ser . . . . . . . . . . . . . . . 340
§ 143· El darse adecuadamente una cosa como
. · Idea en sentido kantiano . . . . . . . . . . . . . . . 341 .
§ 144. La realidad y la conciencia que da orígi- ·
nariamente: observaciones finales . . . . . . . 343
§ 145· Critica nlativa a la fenomenologia de la
evidencia ··· ···················· 3·H

Cap. III. Grados de urziversalidad en los problemas de la


teo,-ía de la mzón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 348
§ 146. Los problemas más universales . . . . . . . . . 348
§ 147. Ramificaciones de los problemas. La ló-
gica, la axiología y la práctica formales . 350
§ 148. Problemas ele la teoría ele la .razón refe-
rentes. a la ontología formal ...... _. . . . . 353
§ 149. Los problemas de la teoría de la razón
relativos a las ontologías regionales. El pro-
blema de la constitución fenomenológica . 35.5
§ 150. C::ontinuación. La región cosa como hilo
conductor trascendental . . . . . . . . . . . . . . . 359
§ 151. Capas de la constitución trascendental de
la cosa. Complementos . . . . . . . . . . . . . . . . 363
§ 152. Extensión del problema de la constitución
trascendental a otras regiones . . . . . . . . . . 365
§ 153- El problema trascendental en toda su ex-
tensión. División ele las investigaciones . 366

Epílogo .............. : .................. , .......... .


Apj!}_dices ............. .' ..... ~ .............. _........ . 397
Adición 1. Al § 10 y al § 13 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399
Adición 11. A las pp. 33 ss . .............. - - . - - . - 401
Adición m. A la p. 34 s. . ............. - . - - · - · - · 401
Adición Iv .. Al § 11, p. 35 s. . .......... - - - - - - · · · 402
Adición v. Al § 11, p. 36 .................... - .. -- · 4°3
Adición vi. ...................................... . 407
Adición vu. A la p. 57 ........................... . 407
Adición VIII. A la p. 75 S. : : - · · · - · · · · · · · · · · · · · · · · · · 408
.')~'}

Ad1crón IX. A la p. 76 <;,Jo


Adición :A. A la p 76 411
Adición XI. A la p. 86 s. 416
Adición XII. A la p. 100 418
Adición
Adición
xm. A las pp. 105 ss.
XIV A la p. 1 1 1
.
;. .pg
122
Adioón xv. A Ia p. 122 423
AdiCIÓn xv1. A b p. 190 1"-
~J

.\d!C!Óll X\II. A b p. ~12 s. 425


Adioón xvm. A la p. 200 426
,\d1oón xrx. A las pp. 240 ss. -±!:!8
Adioón xx. Al § 113 pp. 265 ss 429
Athuón X:AI. Al § 113, pp 26) s> 430
Ackción XXII. P. 28o 43 1
Adin.ón xxm. A la p. 28~ r 43 2
Adición XXIV. Al§ 132, p. 3I5 434
Adioón xxv. A las pp :324 >S 436
Aclictón xxvi Al § 137, pp '128 'S 436
Adtuún XXVII ;\ ]as pp ']28 SS 437
Achción xxvHr. Al s I13· p. 341 s. 44 1
Adtnón X'dX Al ~ ''11· p )4') s. 443
~oúu· t 1 lc:do 'A •
'1.-r:J
Ap6ntlll.c críllco H7
tndzce rmnlítrco 487
r Q M l -NTJ 1I; JSStRl
MBDfTACfONES
CARTESIANAS
EDMUND Ht SSKRL

MEDITACIONES
CARTESIANAS
Pió logo i\v
fosi C. VOS

FONDO DE C I E R R A ECONÓMICA
MÍXICO
1 Iflfíí 1 < (l 1 ) í1 )< mol (( oí \H \ 1 1< 1 -
S;U <!M(Í 5 >J? I IIH ni uta \ u vis ir t u ( tÍM f
I I Mil 1 í (

[ ítulo original
( (ntt swmsche Meaüatumen

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í FONDO df ( i i n ra hi o\o\ík \ S \ n* ( V
i) k o i <)<)(> i ()\DO DL c l i n RA í c ONOMK a
( iikkii Pu icho \jusco 227 1 4200 Mkxito D l
ISBN ()()S-U>-22r>(>l
ini|n< <»( ii \i< \i< <>
MEDITACIÓN SEGUNDA 87

desde luego para ella la enorme riqueza de temas que hay


en la descripción de la cogita qua cogitata, pero también
el verdadero sentido y los problemas particulares de la des-
cripción de las cogiíationes mismas como modos de la con-
ciencia.

§ 17. Los dos lados de la investigación de la conciencia


como órdenes correlativos de problemas.
Direcciones de la descripción. La síntesis como
forma primaria de la conciencia

Pero una vez claros para nosotros de antemano el punto


de partida y la dirección de los problemas, el resultado es,
dentro desde luego de nuestra actitud trascendental, impor-
tantes ideas directrices para los problemas ulteriores. La
dualidad de la investigación de la conciencia (por el mo-
mento dejamos aparte la cuestión del yo idéntico), debe ca-
racterizarse, desde el punto de vista meramente descripti-
vo, como una indisoluble correlación; el modo de conexión
que une un acto de conciencia con otro acto de conciencia,
como la «síntesis» privativa de la región de la conciencia.
Si, por ejemplo, tomo el percibir este cubo por tema de la
descripción, vea en la reflexión pura que «este» cubo está
dado continuamente como unidad objetiva, en una mudable,
multiforme diversidad de variantes fenoménicas en relacio-
nes determinadas. Estas variantes no son en su curso una
sucesión incoherente de vivencias. Transcurren, por el con-
trario, en la unidad de una «síntesis», por cuya virtud se
presenta a la conciencia en ellas uno y el mismo objeto.
El cubo, el uno y mismo cubo, se presenta ya «de cerca»,
ya «de lejos», en ios cambiantes modos del «aquí» y el
«allí», por respecto a un ^<aquí absoluto», no por inadver-
tido menos presente a la conciencia (en el «propio cuerpo»,
siempre también presente). Pero cada variante fenoménica
MI I)M ACIONL S C\R11S!AN\S

dclei minada de uno de estos modelos, v. gr. «el cubo aquí


ceica», se revela a su vez como la unidad sintética de una
diversidad de variantes fenoménicas correspondientes a ella.
La cosa cercana, en cuanto la misma cosa cercana, se pre-
senta ya por este «lado», ya por aquél, y cambian las «pers-
pectivas visuales», pero también las «táctiles», las «acús-
ticas» y demás «variantes fenoménicas», como podemos ob-
servar dirigiendo la atención de la manera correspondiente.
Si nos fijamos ahora particularmente en cualquier nota del
cubo, entre las que se hacen patentes en la percepción de
él, por ejemplo, en su figura o en su color, o en una cara
sola, o en la figura cuadrada de ella, o en su color, tenemos
otra vez lo mismo: siempre nos encontramos con que la
nota destacada es una «unidad» de «variantes» que se su-
ceden. Viéndola directamente, tenemos v. gr. la forma o el
color uno y estable; en la actitud de la reflexión, las corres-
pondientes variantes fenoménicas de la orientación, de la
perspectiva, etcétera, que se suceden sin solución de conti-
nuidad. Pero además cada una de estas variantes fenomé-
nicas, por ejemplo, el escorzo de la forma o del color es,
en sí misma, por ejemplo, manifestación de su forma, de
su color, etcétera. En suma, un cogito cualquiera no es con-
ciencia de su cogitatum en un vacío sin distinciones, sino
en una variedad descriptiva de una estructura noético-noe-
mática perfectamente determinada, esencialmente propia
justo de este idéntico cogitatum.
Descripciones paralelas a la de la percepción sensible (y
de sumo alcance como se ve al hacerlas) son posibles de
todas las intuiciones, así pues también de los demás mo-
dos de intuición, como el recuerdo, que hace el objeto in-
tuitivo por segunda vez, y la expectativa, que lo hace intui-
tivo por anticipado: por ejemplo, también la cosa recordada
se presenta por lados, en perspectivas cambiantes, etcétera.
Mas para hacer justicia a las diferencias entre los modos
de la intuición, por ejemplo, a lo que diferencia el dato del
recuerdo respecto del dato de la percepción, tendrían que
MEDITACIÓN SEGUNDA 89

entrar en cuenta nuevas dimensiones descriptivas. Una nota


generalísima queda, empero, como la valida para toda mo-
dalidad de la conciencia: el ser conciencia de algo. Este
algo, el «objeto intencional en cuanto tal» de todo acto de
conciencia, se halla presente a ésta como unidad idéntica
de cambiantes modos de conciencia, ya sean noético-noemá-
ticos, intuitivos o no intuitivos.
Una vez que nos hemos apoderado del sentido de la ta-
rea fenomenológica de la descripción concreta de la concien-
cia, se nos abren perspectivas verdaderamente infinitas de
hechos jamás investigados antes de la fenomenología. To-
dos ellos pueden ser designados como hechos de la estruc-
tura sintética que dan unidad noético-noemática a las dis-
tintas cogitationes (en sí, como todos concretos sintéticos)
y también a las unas por respecto a las otras. Únicamente
el poner en claro la índole propia de la síntesis hace fruc-
tífero el mostrar en el cogito, en la vivencia intencional,
una conciencia de, o sea, hace fructífero el importante des-
cubrimiento de Francisco Brentano, que la intencionalidad
es el carácter descriptivo fundamental de los «fenómenos
psíquicos»; y sólo ello deja efectivamente en franquía el
método de una teoría descriptiva de la conciencia, una teo-
ría tanto psicológico-natural cuanto fiIosófico-trascendental.

§ 18. La identificación como una forma


fundamental de la síntesis.
La síntesis universal del tiempo trascendental

Si consideramos la forma fundamental de la síntesis, a sa-


ber, la de la identificación, se nos presenta por lo pronto
como una síntesis que lo domina todo, pero que transcurre
pasivamente, b a j o la forma de la continua conciencia inte-
rior del tiempo. Toda vivencia tiene su temporalidad viven-
cia!. Si se trata de una vivencia en que se presenta como
ÍNDICE GENERAL

Nota del Editor, por MIGUEL GARCÍA-BARÓ ........... 7


Historia y significado, por JOSÉ GAOS 11

Introducción
§ 1. Las Meditaciones de Descartes, prototipo de la
reflexión filosófica ... .. . ... ... ... . . . 37
§ 2. Necesidad de un comienzo radicalmente nuevo
en la filosofía . . .... .. ... 40
Meditación Primera: En que se recorre el camino que
lleva al ego trascendental
§ ? La revolueión cartesiana y la idea directriz de
una íundamentación absoluta de la ciencia 47
§ 4. Descubrimiento del sentido teieológico de la
ciencia, viviéndola c o m o fenómeno neomático. 4<>
§ 5. La evidencia y la idea de la auténtica ciencia .. 5>
§ 6. Diferenciaciones de la evidencia. La postulación
filosófica de una evidencia apodíctica y prime-
ra en sí ... ... ... . . 55
§ 7. La evidencia de la existencia en el mundo no es
apodíctica; su inclusión en la revolución ear-

§ 8. El ego cogito c o m o subjetividad trascendental. 59


§ 9. Alcance de la evidencia apodíctica del «yo
existo» ... .. ... . ... ... 63
§ 10. Digresión. Cómo Descartes falla al girar en sen-

§ 11. El vo psicológico y el yo trascendental. La tras-


cendencia del mundo . ... 67
Meditación Segunda: En que se explora el campo tras-
cendental de la experiencia en busca de sus estruc-
turas universales

^ra^enderiraiente^.. .^ .COnOCimiení° 75

233
234 ÍNDICE GENERAL

§ 14. Las corrientes de las Cogitationes. Cogito y co-


gitatum ... ... ... ... 78
§ 15. La reflexión natural y la reflexión trascendental. 80
§ 16. Digresión. Necesidad de que también la refle-
xión «psicológica pura» empiece, como la tras-
cendental, con el ego cogito 85
§ 17. Los dos lados de la investigación de la concien-
cia como ordenes correlativos de problemas.
Direcciones de la descripción. La síntesis c o m o
forma primaria de problemas . .. 87
§ 18. La identificación c o m o una f o r m a fundamental
de la síntesis. La síntesis universal del tiempo
trascendental . 89
§ 19. Actualidad y potencialidad de la vida inten-
cional .. ... 92
§ 20. Peculiar índole del análisis intencional ... 95
§ 21. El objeto intencional como «hilo conductor tras-
cendental» ... ... 99
§ 22. La idea de la unidad universal de todos los ob-
jetos y el problema del esclarecimiento de su
constitución ... 102

Meditación Tercera: En que se desarrollan los proble-


m a s d e la c o n s t i t u c i ó n de la v e r d a d y la realidad
§ 23. Concepto más estricto de la constitución tras-
cendental bajo el título de razón y sin razón ... 107
§ 24. La evidencia c o m o presencia auténtica y sus mo-
dalidades .. 108
§ 25. Realidad y cuasi-realidad 110
§ 26. La realidad como correlato de la verificación
evidente 111
§ 27. La evidencia habitual y la potencial como fun-
ciones constitutivas del sentido de «objeto exis-
tente» . ... 112
§ 28. La evidencia presuntiva de la experiencia del
mundo. El mundo c o m o idea correlativa de una
evidencia empírica perfecta .. 113
§ 29. Las regiones ontológico-formales y materiales
como índices de sistemas trascendentales de evi-
dencias 115

Meditación Cuarta: En que se desarrollan los proble-


m a s d e la c o n s t i t u c i ó n del ego t r a s c e n d e n t a l m i s m o
§ 30. El ego trascendental, inseparable de sus viven-
cias ... ... 119
§ 31. El yo c o m o el polo idéntico de las vivencias ... 120
§ 32. El yo como sustrato de habitualidades 1211
235 ÍNDICE GENERAL

§ 33. La concreción plena del yo c o m o una mónada


y el problema de su autoconstitución . 122
§ 34. Principios formales del método fenomenológico.
El análisis trascendental como análisis eidético. 123
§ 35. Digresión por la psicología interna eidética ... 128
§ 36. El ego trascendental como un universo de po-
sibles formas de vivencias. Leyes esenciales de
la composibilidad de las vivencias en coexisten-
cia y sucesión ... 129
§ 37. El tiempo c o m o forma universal de toda génesis
egológica ... 131
§ 38. Génesis activa y pasiva 133
§ 39. La asociación corno principio de la génesis pa-
siva 137
§ 40. Transito a la cuestión del idealismo trascen-
dental 138
§ 41. La auténtica exposición fenomenológica del ego
cogito c o m o «idealismo trascendental» 140
Meditación Quinta: En que la esfera trascendental del
s e r s e revela c o m o i n t e r s u b j e t i v i d a d m o n a d o l ó g i c a
§ 42. Exposición del problema de la experiencia de lo
otro saliendo al paso de la objeción de solip-
sismo 149
§ 43. El m o d o de darse óntico-noemático del otro,
como hilo conductor trascendental para la teo-
ría constitutiva de la experiencia de lo otro ... 151
§ 44. Reducción de la experiencia trascendental a la
esfera de lo m í o propio 153
§ 45. El ego trascendental y la apercepción de sí
m i s m o como hombre psicofísico (reducida a la
esfera de lo propio) 160
§ 46. Lo propio como la esfera de las actualidades y
potencialidades de la corriente de vivencias ... 161
§ 47. El objeto intencional pertenece también a la
concreción monádica plena de lo mío propio.
Trascendencia inmanente y mundo primordial. 165
§ 48. La trascendencia del mundo objetivo, de orden
más alto que la trascendencia primordial 167
§ 49. Diseño previo del curso de la exposición inten-
cional de la experiencia de lo ajeno 169
§ 50. La intencionalidad mediata de la experiencia de
lo ajeno como «apresentación» (apercepción ana-
lógica) ... ... 171
§ 51. La parificación como componente constitutivo
por asociación de la experiencia del otro 175
§ 52. La apresentación c o m o especie de experiencia
con un estilo propio de verificación 177
23ó ÍNDICJb GI:NEKAI

§ 53, Las potencialidades de la esfera primordial y su


función constitutiva en la apercepción del orí o 180
§ 54. Explicitación del seníido de la apresentación
que es experiencia del otro .. 182
§ 55. De cómo constituyen comunidad las mónadas,
y de la primera forma de objetividad: la natu-
raleza inter sub jet iva . ... 185
§ 56. Constitución de los grados superiores de la co-
munidad intermonadológiea ... ... ... 194
§ 57. Esclarecimiento del carácter paralelo de la ex-
posición endopsíquica y la egológico-trascen-
dental ... ... ... . ... 198
§ 58. Articulación de los problemas de la analítica
trascendental de las comunidades mtersubjeti
vas de orden superior. Yo y mundo en torno ... 198
§ 59. La explicitación oníológiea y su lugar en el con-
junto total de la fenomenología trascendental
constitutiva . . . . . . . . . . . . . . . . . 204
§ 60. Resultados rnetafísicos de nuestra exposición de
la experiencia del otro ... ... 207
§ 61. Los problemas tradicionales del «origen psico-
lógico» v su eselarecimiento fenomenológico ... 210
§ 62. Caracterización compendiada de Ja exposición
intencional de la experiencia del otro ... 217
Conclusión
§ 63. La tarea de una crítica de la experiencia y del
conocimiento trascendentales . . ... . ... ... ... 225
§ 64. Palabras finales ............... 227

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