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Comte, Augusto Guzmán Cerros Jazmín

“La ley histórica de los tres Curso de Filosofía E01


estados. Clasificación del 15 de Marzo de 2007
saber científico. Medidas de
orden práctico. Cientificidad y
método positivo. Clasificación
de las ciencias. El método
positivo en la sociología. Y El
progreso social.”
En La Filosofía Positiva
Ed. Porrúa, S.A. Colección
“Sepan Cuantos” No. 340
México, 1986. pp. 22-25 y 40-
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IDEA CENTRAL
Este artículo habla de los tres estados por los que nuestro conocimiento pasa en
su camino: el estado teológico, metafísico y positivo o científico. Es este último estado,
el que Comte nos explica, a lo largo de su obra, y tiene como fin la eliminación de los
otros dos con la aplicación de la ciencia, existiendo una clasificación para cada
conocimiento científico o para cada ciencia. Logrando un progreso social.

CONCEPTOS PRICIPALES
Estado teológico, estado metafísico, estado positivo, filosofía natural, método
positivo, física, matemática, química, biología, estática, dinámica, astronomía, física
social, progreso social.
CONCEPTOS NUEVOS

DESARROLLO
Para Comte, por la naturaleza misma del espíritu humano, cada rama de
nuestros conocimientos está obligada en su marcha a pasar sucesivamente por tres
estados teóricos distintos: el estado teológico o ficticio; el estado metafísico o
abstracto; por último, el estado científico o positivo. En el primero, los hechos
observados son explicados, es decir, vistos a priori, según hechos inventados. Por
imperfecto que sea, nos es indispensable para poder ir más lejos. El segundo estado
tiene por único destino el servir de medio de transición del primero al tercero. Su
carácter es híbrido: liga los hechos según las ideas que nos son ya en absoluto
sobrenaturales por entero. El tercer estado es el modo definitivo de una ciencia
cualquiera. Los dos primeros no estaban destinados más que a prepararlo
gradualmente. Los hechos están ligados de acuerdo con ideas o leyes generales de
un orden enteramente positivo, sugeridos o confirmados por los hechos mismos.
Según Comte, este saber científico que pasa por los tres estados anteriores, se
puede clasificar, para ello hay dos condiciones fundamentales:
En primer lugar, era menester que todas las ciencias particulares se hubieran
sucesivamente hecho positivas, porque el conjunto no podría ser positivo en tanto que
todos los elementos no lo fueran. Este orden es el del grado de complicación mayor o
menor de sus fenómenos, o en otros términos, de su relación más o menos íntima con
el hombre. En segundo lugar, hacía falta que el sistema social preparatorio, en el cual
la acción sobre la naturaleza no era sino el fin indirecto de la sociedad, hubiera llegado
a su época última. La política científica debe establecerse naturalmente puesto que,
vista la imposibilidad absoluta de abstenerse de una teoría, si ésta no tuviera lugar,
habría que suponer que la política teológica se iba a reconstruir al no ser la política
metafísica una teoría verdadera, sino una doctrina critica útil para una transición. En
resumen, no ha habido nunca una revolución moral mas inevitable, dura y urgente a la
vez que la que debe ahora elevar a la política el rango de las ciencias de observación
en manos de los sabios europeos coordinados solo esta revolución puede hacer
intervenir una fuerza preponderante, la única capaz de regularla y de preservar a la
sociedad al colocarla en el verdadero camino del sistema social perfeccionado que
reclama imperiosamente el estado de sus inteligencias.
Para poner en la actividad a esas fuerzas científicas, Comte nos expone que
seria necesario presentar el programa general de los trabajos teóricos para
reorganizar la sociedad elevando la política al rango de las ciencias de observación.
Este programa se compone de tres series de trabajos: la primera tiene por objeto la
formación del sistema de observaciones históricas sobre la marcha general del espíritu
humano perdiendo el carácter teológico y metafísico y siendo la base del carácter
científico. La segunda se propone perfeccionar esta acción mientras dependa de las
facultades del agente. Y la tercera consiste en la exposición general de la acción que
pueden ejercer los hombres civilizados sobre la naturaleza para reformarla a su favor.
Comte dice que solo es posible llegar al método positivo mediante el examen
filosófico de las ciencias. No es posible estudiar el método aisladamente de las
investigaciones en que se emplean, o resulta un estudio muerto incapaz de fecundar el
espíritu que a el se dedique.
Comte explica que nuestro arte de observar se compone, en general, de tres
procedimientos diferentes: 1° observación, examen directo del fenómeno tal como se
presenta; 2° experimentación, contemplación del fenómeno mas o menos modificado
por circunstancias artificiales que intercalamos expresamente buscando una
exploración mas perfecta; y 3° comparación, la consideración gradual de una serie de
casos análogos en que el fenómeno se vaya simplificando cada vez más.
Para obtener una clasificación natural y positiva de las ciencias fundamentales
Comte expone que debemos buscar su fundamento en la comparación de los diversos
órdenes de fenómenos cuyas leyes procuran describir. Este orden es determinado por
el grado de simplicidad o por el grado de generalidad de los fenómenos. Hay pues,
que comenzar por el estudio de los fenómenos más simples, continuando
sucesivamente hasta los más particulares o complicados, si queremos concebir la
filosofía natural de un modo verdaderamente metódico.
Habiendo indicado así la regla fundamental que debe presidir la clasificación de
las ciencias, Comte pasa a la construcción de la escala enciclopédica. Una primera
contemplación del conjunto de los fenómenos naturales es dividida por Comte en dos
clases: la primera comprende los fenómenos de los cuerpos brutos; la segunda los de
los cuerpos organizados.
Comte dice que no se puede proceder al estudio de la física orgánica sino
después de haber establecido las leyes generales de la física inorgánica, ya que nos
estamos ajustando al orden de generalidad y dependencia de los fenómenos. La física
inorgánica, se divide en dos secciones distintas: la física celeste o astronomía y la
física terrestre. La física se subdivide a su vez, en dos porciones: según que estudie a
los cuerpos desde el punto de vista mecánico o desde el químico. Toda esta
distribución es de las ramas de la ciencia de los cuerpos brutos. Análoga división se
establece en la ciencia general de los cuerpos organizados. Todos los seres vivos
presentan dos órdenes de fenómenos esencialmente distintos: los relativos al
individuo, y los que conciernen a la especie. Hay dos secciones en la física orgánica:
la fisiología y la física social. Como resultado de todo esto, Comte explica que la
filosofía positiva se halla naturalmente dividida en cinco ciencias fundamentales:
astronomía, física, química, fisiología y física social.
Según Comte, es la ciencia matemática la que debe constituir el punto e partida
de toda educación científica racional, sea general, sea específica, lo cual explica el
uso universal que se ha establecido desde hace largo tiempo a este respecto.
Resultando así definitivo el plan racional que guiará constantemente el estudio de la
filosofía positivista: la matemática, astronomía, física, química, fisiología, y física
social.
Comte define a la matemática como la medida indirecta de las magnitudes,
proponiéndose determinar las magnitudes unas por otras, conforme a las relaciones
precisas que existen entre ellas. El espíritu matemático consiste en mirar siempre
como unidas entre sí todas las cantidades que puede presentar un fenómeno
cualquiera, para deducirlas unas de otras.
Para él, la astronomía es la única rama de la filosofía natural en cuyo estudio el
espíritu humano se ha liberado rigurosamente de toda influencia teológica y
metafísica, directa o indirecta, lo que facilita el presentar con claridad su verdadero
carácter filosófico. Tiene como objeto el descubrir las leyes de los fenómenos
geométricos y mecánicos que nos presentan los cuerpos celestes.
Comte explica a la física como la ciencia que consiste en estudiar las leyes que
rigen las propiedades generales de los cuerpos, ordinariamente tomados en masa y
constantemente colocados en circunstancias susceptibles de mantener intacta la
composición de sus moléculas y aún casi siempre su estado de agregación. El objeto
final de la física es prever, lo más exactamente posible, todos los fenómenos que
haya de presentar un cuerpo colocado en un conjunto cualquiera de circunstancias
dadas, excluyendo siempre las que podrían desnaturalizarle.
Para la química, Comte dice que tiene como objeto general de estudiar las
leyes de los fenómenos de composición y descomposición que resultan de la acción
molecular y específica de diversas sustancias, naturales o artificiales.
Según Comte, la idea de vida presupone de dos elementos indispensables: un
organismo apropiado y un medio conveniente. De la acción recíproca de estos dos
elementos resultan inevitablemente todos los diversos fenómenos vitales. Por lo que la
biología positiva debe, ser mirada como destinada a referir constantemente el punto de
vista anatómico y fisiológico, en otros términos, el estado estático y el dinámico. Es
decir, que debe tender a permitirnos prever cómo actuará, en determinadas
circunstancias un organismo, o por qué estado orgánico ha podido ser producido tal
acto realizado.
La última clasificación de las ciencias es la física social, a ésta, Comte la define
como el estudio positivo del conjunto de las leyes fundamentales propias de los
fenómenos sociales, y su finalidad es advertir con nitidez el sistema de operaciones
que han de liberar a la sociedad de su fatal tendencia a la disolución inminente y
conducirla de modo directo a una nueva organización más progresiva. Este estudio
tendrá dos partes: una estática y otra dinámica. La parte estática corresponde a la
doctrina positiva del orden, que consiste en la armonía del a sociedad humana. la
parte dinámica constituye el progreso social.
En cuanto al progreso social, Comte dice que la verdadera idea de progreso,
parcial o total, pertenece necesaria y exclusivamente a la filosofía positiva. Sólo esta
filosofía podrá descubrir la verdadera naturaleza del progreso social, es decir,
caracterizar el término final, jamás realizable, hacia el que tiende a dirigir a la
humanidad y hacer conocer a la vez la marcha general de este desarrollo gradual.
Conclusión:
Estoy de acuerdo con Comte en lo que dice que el conocimiento científico pasa
por tres estados: el teológico, metafísico y científico o positivo. En este último estado,
podemos ver que es en dónde se desarrolla todo nuestro conocimiento a fin de lograr
un progreso. Y lo hace a través de las ciencias, qué estas son las que nos dan un
conocimiento científico, es decir, un conocimiento que lograremos a través de la
aplicación de un método, ya que no hay ciencia si no existe un método. En cuanto a la
clasificación de las ciencias, es un poco confuso porque nos llevan a tantas
subdivisiones que se puede perder el contenido de lo que se quiere explicar. Sin
embargo, se logra rescatar un poco la idea al final del texto.
Para Comte la sociedad debe progresar, haciéndolo mediante la aplicación de
la ciencia y eliminando todo idealismo de la explicación de un fenómeno, esto es que
mediante un método, y utilizando la razón, se busquen las causas de los fenómenos y
no mediante seres inventos de sobrenaturales.

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