Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Teatro en Estado Puro Ricardo Bartis
El Teatro en Estado Puro Ricardo Bartis
Índice
2. La escena actual……………………………………………………………………..3
6. Lista de referencia……………………………………………………………………12
1
“El teatro en estado puro: Ricardo Bartís” – Bar-On; Taller de Reflexión Artística I
2
“El teatro en estado puro: Ricardo Bartís” – Bar-On; Taller de Reflexión Artística I
2. La escena actual
“Si es absolutamente necesario que el arte o el teatro sirvan para algo, será para
enseñar a la gente que hay actividad que no sirven para nada y que es indispensable
que las haya.”
Eugene Ionesco
Pero al igual que el mundo, las sociedades y las tecnologías, el arte también avanza
junto con el teatro, surgiendo nuevas necesidades, inquietudes, y por lo tanto, nuevas
tendencias.
Tadeusz Kantor es un ejemplo de los últimos grandes directores que han aparecido.
Inspirando su arte en el dadaísmo, la pintura informal y el surrealismo, la investigación
a través de la yuxtaposición de maniquíes y actores vivos, la aparición de los
happenings.
Por otro lado, encontramos la figura de Robert Wilson, construyendo su teatro a través
de sensaciones cromáticas provenientes de la luz principalmente. La iluminación es
destacable en el trabajo de Wilson. Sus obras remontan muchas veces a otras obras
3
“El teatro en estado puro: Ricardo Bartís” – Bar-On; Taller de Reflexión Artística I
Peter Brook aparece como otros de los directores más influyentes del teatro
contemporáneo. Con puestas en escena innovadoras y distinguidas se ha posicionado
en un lugar destacado. Además de escribir diversos libros teóricos sobre la práctica de
la actuación, su experiencia en el teatro, sus viajes, sus vivencias aplicadas al arte. Se
destacan obras como: “El espacio vacío”, “La puerta abierta”, ”Hilos de tiempo”, entre
otras.
“Para Bartís hay una cultura nacional, un imaginario nacional, un destino y un sentido
nacionales, y deben encarnarse en el espesor de sentido de sus obras. Perón, San
Martín, la dictadura del 76, el universo de Roberto Arlt y Armando Discepolo, el
fracaso, el relato de la pérdida, el pattern del padre muerto y la orfandad, regresan una
y otra vez a sus espectáculos con variaciones. Pero Bartís inscribe esa zona de
sentido oblicua e intermitentemente, como golpes a la conciencia del espectador.”
4
“El teatro en estado puro: Ricardo Bartís” – Bar-On; Taller de Reflexión Artística I
“La actuación debe ser una lucha. Uno debe pelear por eso que quiere y confiar. Si es
cuestionado seguir adelante, con confianza y orgullo.”
Ricardo Bartís
Ricardo Bartís es hoy en día uno de los directores más prolíferos en lo que respecta al
teatro. Actor, director y maestro de varias generaciones de actores se ha vuelto una
representante de alta preponderancia en el ámbito teatral argentino, y una figura
destacada a nivel mundial.
Bartís toma como punto de partida la teatralidad a través de las formas que construyen
en el espacio, a través del movimiento se construye lo espacial para establecer así un
sistema narrativo. Los actores entran al escenario, el territorio de la representación, el
cual toma vida una vez que el actor entra en escena. Allí sucede la acción, la cual es
siempre desarrollada a sabiendas de la presencia de un público al cual va dirigido.
Bartís llama a este público (la denominación público pareciera tener una connotación
más comercial, lo cual este director no busca) bajo el pseudónimo de “punto de vista”.
Las acciones del actor escapan de lo cotidiano, conduciendo así que cada signo
remita a una imagen precisa. No se construyen personajes, no en la teoría, si no que
surgen empíricamente: el personaje se constituye a partir de una forma de estar en el
espacio. He aquí el mencionado teatro de estados. El texto no es un punto de partida,
si no que irá apareciendo a través de la acción.
“El texto ha tenido siempre una supremacía ideológica en relación con la forma y el
cuerpo, y se ha ido cristalizando la creencia de que el relato textual es el relato de los
sucesos escénicos, y los sucesos escénicos no tienen nada que ver con el relato
textual, porque está en juego una situación de otro orden. Primero, una situación de
carácter orgánico. Hay cuerpos, organicidad corporal, sangre, musculatura, química,
energías de contacto que se van a poner en movimiento. Lo otro, el texto, es una
excusa para eso.” (Bartís: 13).
5
“El teatro en estado puro: Ricardo Bartís” – Bar-On; Taller de Reflexión Artística I
Bartís apunta a entrenar al actor a través de una asociación libre, con especial
atención a la direccionalidad en el tiempo y el espacio. Se actualiza un momento del
pasado y en simultáneo se reconoce el presente. El actor indaga en una poética y en
la relación con sus reacciones frente a estímulos que se le van proponiendo en forma
sucesiva. Estas acciones precisamente son las que provocan la ruptura.
El actor se conduce a través del ritmo, estableciendo una tonalidad específica
mediante la repetición. Se exagera el texto, no en palabras, si no en energía, o en
expresión. Brindar demasiada información banaliza la actuación, ingenuiza el juego y
la situación en particular.
“La palabra, y sobre todo la palabra escrita – que produjo la revolución total a causa
del fenómeno de la imprenta -, ha funcionado siempre como égida y elemento
vinculado a la ley y por ende al padre, y nosotros percibimos en la actualidad de
manera tremenda el dominio de lo que sería la dependencia de la escritura. La
literatura empezó a funcionar como un vampiro de la actuación y cuando apareció la
escritura poética, la actuación adoptó moralidad. […] El texto y la poesía le dan una
legalidad a esa otra cosa perversa, primitiva y desagradable que es que alguien quiera
actuar, porque sabe que hay otra cosa mejor que lo que le pasa en la vida: que ahí,
cuando actúa, vive intensamente, de manera más pura y más plena.” (Bartís: 13).
6
“El teatro en estado puro: Ricardo Bartís” – Bar-On; Taller de Reflexión Artística I
Man Ray
Los dadaístas han realizado obras que marcaron hitos en el arte, ya que justamente
rompían con los establecido, y no sólo eso, si no que lo cuestionaban. Marcel
Duchamp, uno de sus principales referentes, realizó una parodia de La Gioconda de
Leonardo Da Vinci dibujándole un bigote y titulándola “L.H.O.O.Q” lo cual en francés
era igual a “Elle a chaud au cul”, traducido: “Ella tiene el culo caliente.” Este mismo
artista también presentó un retrete de porcelana colocado al revés y lo tituló Fontaine,
siendo esta una obra muy cuestionada en la época, la cual ha marcado historia en el
arte.
Por su parte, Jean Arp, realizó una obra polémica y reconocida, luego de mirar un
dibujo que había roto y tirado en muchos pedacitos porque no le gustaba, notó que la
disposición en la cual quedaron las partes luego de la caída reflejaba la novedad
plástica que él buscaba. Reunió los fragmentos y los pegó, de acuerdo a como lo
7
“El teatro en estado puro: Ricardo Bartís” – Bar-On; Taller de Reflexión Artística I
había dictado la casualidad. Un nuevo movimiento nacía y aparecía cada vez con más
fuerza, con la intención de cambiar y modificar las reglas. Si el arte es el reflejo de las
sociedades en sus respectivos contextos, el dadaísmo definitivamente fue la
representación más fiel y genuina de lo que ocurría en el mundo en esa época.
El teatro de Bartís es un teatro de procesos. Estrena una obra cada un período de dos
o tres años y genera un gran movimiento el ámbito teatral. Es que este director se
toma su tiempo de investigación y de búsqueda para alcanzar una obra que lo
identifique y que conforme parte de su lenguaje.
8
“El teatro en estado puro: Ricardo Bartís” – Bar-On; Taller de Reflexión Artística I
La asociación libre, típica del movimiento dadaísta y del trabajo de Bartís, se distingue
en el desarrollo de la obra. Las figuras del espectáculo ya fallecidas, un líder que
organiza, la espera de los textos, y los vestuarios, traídos por un camionero que muere
en un accidente, por eso está ahí junto con ellos. Un mozo del bar de al lado que es
pareja de una de las actrices y se acerca a espiar como avanzan los ensayos.
No hay valores estéticos, por más que la obra sea visualmente muy atractiva, se
contraponen imágenes icónicas discordantes, como el camionero o el mozo, una foza
de la cual salen actores, un inglés que está presente en medio del caos de los actores
ya que se cruzó el océano y murió en un accidente de barco. Todos estos elementos
brindan un carácter sumamente dadaísta.
“¿El teatro como sustitución de un proyecto político y social? O el teatro como una
cancha neblinosa donde existen los cruces, la necesidad de que algo me permita
reconocer aquel que fui, aquellas cosas que uno pensó. Porque si no a veces el
pasado tiene algo de irreconocible, de ajeno. A lo mejor es un elemento de la
condición humana que el teatro formula, porque el teatro intenta por momentos
producir niveles de energía que permitan conectar mundos que de otra manera nos
son ajenos, inconexos. El teatro, sumatoria de escenas que se ignoran, que se hacen
señas entre sí, que se desconocen. El intento a través de los procedimientos teatrales
de crear una malla, una ligazón que no es el sentido, que no es la narración
tradicional, sino la construcción poética que genera una “verdad” proveedora de
formas: el lenguaje.” (Bartís: 9).
La crítica hacia el sistema teatral es filosa y mordaz. Una vez más Bartís demuestra su
lenguaje. La construcción del espacio, de los personajes, del ritmo, del humor, son
aspectos muy cuidados y precisos. Un trabajo notable y sagaz. La actuación se
impone una vez más. Y los textos no llegan…
9
“El teatro en estado puro: Ricardo Bartís” – Bar-On; Taller de Reflexión Artística I
“Bartís es el director de los devenires dramáticos. Puro rizoma. Especie mágica del
teatro del acontecimiento. Del teatro del devenir. Esa es su singularidad específica. Su
firma como creador. Su sello. Su marca. Lo necesitamos para seguir apasionándonos.
Para seguir con esa maravillosa e incierta aventura que es el teatro.”
Eduardo Pavlovsky
10
“El teatro en estado puro: Ricardo Bartís” – Bar-On; Taller de Reflexión Artística I
El contexto social, el fútbol, la sexualidad, la política, son entre otros los principales
aspectos que se entremezclan en las clases y las obras de Bartís. Es un teatro muy
propio, y personal. No sólo para el director, si no que él ha logrado que su teatro
contenga cierta universalidad en su hacer que pueda constituirse como propio en cada
actor, ya que justamente, cada actor desarrolla su imaginario, su mundo, sus
inquietudes y acciones de una manera personal. Bartís comienza a relacionarse con el
teatro por una necesidad personal y dentro de un contexto adverso. Desde ese lugar
es que construye y busca, en forma constante. Transgresor y desobediente, pero no
caprichoso, Bartís ha construido una poética única y singular a nivel mundial.
Formador de grandes personalidades del teatro argentino como Rafael Spregelburd,
Alejandro Catalán, Bernardo Cappa, María Onetto, entre otros, Bartís continúa su labor
y sus clases, estrenando obras en su sala de Palermo, el Sportivo Teatral. Nunca ha
dejado el teatro independiente, ni ha abandonado sus orígenes, su búsqueda se ha
afianzado y establecido como una nueva forma de ver y realizar el teatro.
Aun hoy sigue cuestionando al teatro actual, sus formas y sus estéticas. Descree de
los llamados “maestros”, de la pedagogía pseudo paternal que se genera en las
clases, y se muestra descontento del funcionamiento del sistema de teatro público. Por
eso, Bartís continua y reafirma su búsqueda, en su espacio, en su lugar, su casa, que
es el Sportivo de la calle Thames. Propone un teatro más vivo y más puro que nunca,
donde el actor siente, vive, tiene impulsos y persigue sus necesidades, dando lugar a
la creación, sin límites, sin reglas ni normas. Eso es Bartís, el caos minuciosamente
trabajado, la creación colectiva a partir del otro, lo más genuino del actor en escena,
sin ideas ni imposiciones. Prescinde del texto, de reglas y de formas encasilladas. Que
no se imponga el texto, ni la literatura, que se imponga la actuación. Para eso el teatro,
para eso la creación.
El teatro como una forma de vida, como una construcción colectiva, como un reflejo
del contexto, como fenómeno social, artístico y político.
El arte, representante de una época, una huella de las sociedades, una marca en la
historia, una espina clava, una ruptura. Bartís ha hecho eso, ha marcado la historia de
nuestro teatro, porque en definitiva y en parte, él es nuestro teatro.
11
“El teatro en estado puro: Ricardo Bartís” – Bar-On; Taller de Reflexión Artística I
6. Lista de referencia:
Aires: Paidós.
12