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Control Social

Quién moldea nuestras acciones?


Qué es el control social?

El control social se refiere a los mecanismos por los cuales la


sociedad o los grupos dentro de ella influyen en el comportamiento
de cada uno para mantener el orden y la cohesión social.
Es una teoría procedente de la sociología que se basa en que las
relaciones sociales no son siempre armoniosas. Por eso, los códigos
de conducta aprendidos durante las distintas etapas de
socialización de los individuos incluyen varias formas de control de
la conducta.
En cuanto a los tipos de control social, hay múltiples clasificaciones,
siendo estas ampliables y no excluyentes.
Control de acción: prevención de determinadas conductas desde la
conformidad del sujeto que las interioriza como normas sociales.
Control de reacción: aquellas que la sociedad lleva a cabo una vez se
ha cometido la conducta desviada para ponerle fin. Aquí entrarían
controles estatales por la fuerza (en estados autoritarios por ejemplo),
legales, coercitivos (penales o civiles), etc.
Control difuso: es el ejercido por los diferentes actores de esa
sociedad (por ejemplo, los medios de comunicación de masas, la
familia, la religión, los partidos políticos).
Control formal: es el establecido legalmente que se realiza en una
comunidad regulada a través de normas y procedimientos públicos
que regulan la conducta (por ejemplo, las instituciones mentales o las
cárceles).
Control informal: el que vertebra todo el sistema desde la familia
pasando por la escuela y el trabajo. Hay autores que consideran que
cuando el control informal falla entran en juego los controles
formales.
Pero qué es lo que determina el comportamiento de una persona?
Según un estudio del socialista Sigmund Freud en su teoría del ¨super yo¨
lo que se vive en la infancia marcará el destino de la persona, esas
vivencias determinarán como enfrentará futuras situaciones para
resolverlas, debido a que “los motivos generadores de la conducta son
fundamentalmente infantiles y se encuentran anclados en el pasado”
Lo que se ha instaurado desde los primeros años de vida es un rasgo
permanente de la personalidad, un factor constitutivo de vulnerabilidad.
Las estrategias que el niño obtenga a través de su desarrollo, así como los
mecanismos que ocupe y el aprendizaje que adquiera conformarán la
estructura que lo conducirá a actuar con un patrón en específico.
El individuo, por tanto, es el resultado de las expectativas de sus padres,
maestros, y finalmente de la sociedad, es un cúmulo de introyecciones que
se depositan a través de las primeras personas al cuidado de él, pero que
vienen desde la cultura. Estas introyecciones se dan mientras el individuo
está atravesando el proceso de la formación de la personalidad, lo cual
surge en la temprana infancia.
El efecto Pigmalión, también conocido como profecía autocumplida,
describe cómo las expectativas de los demás pueden influir en nuestro
comportamiento y autoimagen. Cuando las personas prevén cómo
actuaremos o qué lograremos, es probable que esas expectativas se
confirmen.
Nuestra percepción de nosotros mismos está fuertemente influenciada
por cómo los demás nos ven, sienten o piensan.
Las creencias externas tienen un impacto significativo en nuestra
autoestima.
El efecto Pigmalión opera como una profecía autocumplida, ya que las
expectativas de los demás pueden facilitar que adoptemos
comportamientos alineados con esas creencias.
Para hacer frente a este efecto, es importante:
-Reconocer las virtudes: conocer y reconocer las propias fortalezas y
habilidades.
Que un individuo sea bueno en algo no quiere decir que tu seas torpe en todo.
-Enfocarse en lo positivo: centrarse en lo que se hace bien y en las metas
alcanzables, escala de acuerdo a tus posibilidades.
-Preocúpate por los problemas del hoy, el mañana traerá sus propios
problemas.
-Asumir el aprendizaje: aceptar que no nacemos sabiendo todo y asumir el rol
de aprendiz en situaciones nuevas.
-Reducir la presión: evitar la presión excesiva y el perfeccionismo.
-Fomentar la autoestima: dejar de lado la envidia, comentarios negativos y
empezar a elaborar planes que de verdad nos ayuden a crecer como personas.
Conclusión
Las expectativas positivas o negativas que la sociedad, los padres, los
maestros o los empleadores tienen sobre un individuo pueden influir
significativamente en su rendimiento y resultados, por tanto el efecto
Pigmalión destaca la importancia del control social en la formación de las
expectativas y su impacto en el comportamiento y desempeño de las
personas, es fundamental ser consciente de este fenómeno para
promover expectativas positivas que impulsen el desarrollo y el éxito
de los individuos en lugar de limitarlo.
Webgrafía
https://www.unir.net/derecho/revista/teoria-del-control-social/
https://www.medigraphic.com/pdfs/epsicologia/epi-2013/epi132d.pdf
https://somosestupendas.com/efecto-pigmalion/
https://essaeformacion.com/efecto-
pigmalion#:~:text=Los%20m%C3%A1s%20peque%C3%B1os%20son%20lo
s,este%20tiene%20sobre%20s%C3%AD%20mismo.
https://www.mininterior.gov.co/control-
social/#:~:text=El%20control%20social%20es%20el,de%20la%20democrac
ia%20y%20la

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