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Daniel Capítulo I

PRINCIPIOS DE GRANDEZA

Texto Bíblico
Pro 22:29 ¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará ;
No estará delante de los de baja condició n.
Introducción
¿A cuántos Padres les gustaría ver a sus hijos siendo exitosos en la vida? Y ¿A
cuántos niños, adolescentes y jóvenes les justaría triunfar ser reconocidos?
Antes de desarrollar el tema de esta mañ ana, Permítanme compartir con ustedes 2
anécdotas cortas que nos hará n reflexionar en el asunto.
En sus rondas a través de una gran penitenciaría, un capellá n vio a uno de los reclusos
cosiendo un parche de tela en una vieja prenda. Saludó al hombre alegremente, le dijo:
— ¡Buenos días, mi amigo! ¿Cosiendo hoy?
— No, capellá n— replicó el hombre con cara de tristeza—, ¡cosechando!1
Se dice con mucha razón que la vida es lo que cada uno hace de ella.
En un templo antiguo se encontró cierta pintura, que en ella se observaba a un rey que
convierte su corona en una cadena. A su lado está la figura de un esclavo que convierte
sus cadenas en una corona.2
¿Có mo podemos sembrar para cosechar en abundancia, que principios podemos
seguir para no sembrar vientos y cosechar tempestades como lo dijo el profeta?
I. Fundamentos sólidos para una buena educación.

Dan 1:3 Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de
Israel, del linaje real de los príncipes,
Dan 1:4 muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer,
enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e
idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñ ase las letras y la
lengua de los caldeos.

1. La base de la primera formació n proviene de los padres.

1
Gerhard Pfandl, Daniel el vidente de babilonia, (Miami, FL: APIA, 2004), 9.
2
“Huellas Divinas”. Recuperado 14 octubre 2020. https://huellasdivinas.com/arquitectos-de-nuestro-
destino.
Deu 4:9 Por tanto, guá rdate, y guarda tu alma con diligencia, para que
no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu
corazó n todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos,
y a los hijos de tus hijos.

Deu 4:10 El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb,


cuando Jehová me dijo: Reú neme el pueblo, para que yo les haga oír mis
palabras, las cuales aprenderá n, para temerme todos los días que
vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos;

2. Ejemplos bíblicos de la correcta educació n.


a) Moisés
É xo 2:8… llamó a la madre del niñ o,
É xo 2:9 a la cual dijo la hija de Faraó n: Lleva a este niñ o y
críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crio.

b) Con profunda gratitud emprendió su tarea, que ahora no


entrañ aba peligro. Aprovechó fielmente la oportunidad de
educar a su hijo para Dios.
c) Estaba segura de que había sido preservado para una gran obra.
d) Sabía que pronto debería entregarlo a su madre adoptiva.
e) Se vería rodeado de influencias que tenderían a apartarlo de
Dios.
f) Todo esto la hizo má s diligente y cuidadosa en su instrucció n que
en la de sus otros hijos.
g) Trató de inculcarle la reverencia a Dios y el amor a la verdad y a
la justicia.
h) Oró fervorosamente que fuera preservado de toda influencia
corruptora.
i) Le mostró la insensatez y el pecado de la idolatría.
j) Le enseñ o desde muy temprana edad a postrarse y orar al Dios
viviente, el ú nico que podía oírlo y ayudarlo en cualquier
emergencia.
É xo 2:10 Y cuando el niñ o creció , ella lo trajo a la hija de Faraó n, la cual
lo prohijó , y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo
saqué

k) En Moisés no se borraron las impresiones que había recibido en


su niñ ez.
l) No podía olvidar las lecciones que aprendió junto a su madre.
m) Le fueron un escudo contra el orgullo, la incredulidad y los vicios
que florecían en medio del esplendor de la corte.

En un grado sumo, la madre modela con sus manos el destino de sus


hijos. Influye en las mentes y los caracteres, y trabaja no solamente
para el presente sino también para la eternidad. Siembra la semilla
que germinará y dará fruto, ya sea para bien o para mal.
La madre no tiene que pintar una forma bella sobre un lienzo, ni
cincelarla en un má rmol, sino que tiene que grabar la imagen divina
en el alma humana. Muy especialmente durante los añ os tiernos de
los hijos, descansa sobre ella la responsabilidad de formar su
cará cter. Las impresiones que en ese tiempo se hacen sobre sus
mentes que está n en proceso de desarrollo, permanecerá n a través
de toda su vida.
Al igual que la Manoa la pregunta de todo padre y madre debe ser:
“¿Cuá l debe ser la manera de vivir del niñ o y qué debemos hacer con
él?” (Jueces 13:12) Muchos han considerado livianamente el efecto
de las influencias prenatales; pero las instrucciones enviadas por el
cielo a aquellos padres hebreos, y dos veces repetidas en la forma
má s explícita y solemne, nos indican có mo mira nuestro Creador el
asunto. Y no bastaba que el niñ o prometido recibiera de sus padres
un buen legado. Este debía ir seguido por una educació n cuidadosa y
la formació n de buenos há bitos.

n) Los padres deben dirigir la instrucció n y la educació n de sus


hijos mientras son niñ os, con el propó sito de que sean piadosos.
o) Son puestos bajo nuestro cuidado para que los eduquemos, no
como herederos del trono de un imperio terrenal, sino como
reyes para Dios, que han de reinar al través de las edades
eternas.
Toda madre debe comprender que su tiempo no tiene precio; su
obra ha de probarse en el solemne día de la rendició n de cuentas.
Entonces se hallará que muchos fracasos y crímenes de los hombres
y mujeres fueron resultado de la ignorancia y negligencia de quienes
debieron haber guiado sus pies infantiles por el camino recto.
Entonces se hallará que muchos de los que beneficiaron al mundo
con la luz del genio, la verdad y santidad, recibieron de una madre
cristiana y piadosa los principios que fueron la fuente de su
influencia y éxito.
La palabra "educació n" significa má s que un curso de estudios.
La educació n comienza cuando el niñ o está en los brazos de su
madre. Mientras la madre moldea y forma el cará cter de sus
hijos, los está educando (Good Health, julio de 1880).

La obra de educació n y formació n debería comenzar en la


primera infancia del niñ o, porque entonces la mente es má s
impresionable, y las lecciones impartidas se recuerdan mejor
(Carta 1, 1877).

La preparación precoz de los niños es un tema que debería


estudiarse cuidadosamente. Necesitamos convertir el tema de
la educació n de nuestros hijos en una preocupació n, porque su
salvación depende mayormente de la educación que se les
imparte en la niñez. Los padres y guardianes deben mantener
pureza en el corazó n y en la vida, si desean que sus hijos sean
puros. Como padres y madres, deberíamos educarnos y
disciplinarnos. Luego como maestros del hogar, podremos
formar a nuestros hijos, prepará ndolos para la herencia inmortal
(Review and Herald, 8-9-1904).

Los jóvenes deberían ser educados cuidadosa y juiciosamente,


porque los malos hábitos formados en la infancia y la
juventud a menudo perduran durante toda la vida. Que Dios
nos ayude a ver la necesidad de realizar un comienzo correcto
(The Gospel Herald, 24-12-1902).

II. La decisión personal.

Dan 1:8 Y Daniel propuso en su corazó n no contaminarse con la porció n de la


comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió , por tanto, al jefe de los
eunucos que no se le obligase a contaminarse.

Las bases son puestas por los padres, pero los hijos toman la decisión
final.

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