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Bloque 2. La Edad Media: Tres culturas y un mapa político en constante cambio (711-1474).

1. Explica las causas de la invasión musulmana y de su rápida ocupación de la Península.

Tras el ascenso al trono del rey Rodrigo (710) se producen graves disputas sucesorias con los hijos del rey muerto Witiza (702-710), ya que éste había nombrado como
sucesor al trono a su hijo Agila, pero el concilio de nobles y eclesiásticos eligió a Rodrigo como rey, lo que abrió un periodo de guerra civil entre ambos bandos. Estas
disputas favorecieron la llegada de los musulmanes a la península ibérica. Un ejército bereber al mando de Tariq cruza el estrecho de Gibraltar y derrota y mata al rey
Rodrigo en la batalla del Guadalete (711).

A continuación Musa, gobernador del norte de África, pasa a la península con un ejército mayor y controla gran parte de la Península Ibérica, a la que llamarán Al-Ándalus
(718). A partir de entonces solo quedarán fuera del control musulmán los territorios montañosos de la cornisa cantábrica y los Pirineos, de difícil acceso y control y de
poco interés económico para los invasores. Los musulmanes intentan extender sus dominios más allá de los Pirineos, pero son derrotados por los francos en la batalla de
Poitiers (732), con lo cual se frena la expansión musulmana y el dominio se centra en la península ibérica.

La rápida conquista musulmana (711-718) fue debida a causas externas, como el intenso proceso de expansión del imperio árabe desde Oriente, que había dominado el
norte de África en los años anteriores a la invasión; pero también a causas internas, la principal la debilidad del reino visigodo provocada fundamentalmente por:

-la crisis política producida por las disputas por la sucesión al trono entre los partidarios de Rodrigo y Agila, 1
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-la crisis económica y social de la Hispania visigoda, afectada por la pobreza y la tensión social entre la minoría dominante y la mayoría de población campesina; esta
última no tenía ningún interés en defender el poder visigodo y percibió en ciertos lugares la llegada de los musulmanes como una liberación tanto económica como social,
incluso respetando la religión de los pueblos sometidos (cristianos y sobre todo judíos).

- La política de pactos o capitulaciones que se llevó a cabo entre musulmanes y nobles visigodos, acuerdos donde se respetaba la religión y los bienes de los sometidos a
cambio del pago de algunos impuestos. Con ellos la nobleza visigoda aseguraba mantener su poder territorial y los musulmanes mantenían el control del territorio de
forma rápida y efectiva, sin grandes gastos ni preocupaciones en mantener grandes contingentes militares.

En los últimos años esta visión clásica de la rápida conquista musulmana está siendo matizada e incluso rebatida por nuevos estudios históricos, que intentan explicar la
aparición de un estado musulmán en la península Ibérica más como un proceso de aculturación islámica de las poblaciones peninsulares desde los centros de difusión de
dicha cultura en el próximo oriente y Egipto, a través del norte de África, que como una simple conquista militar y política de muy difícil verosimilitud según la información
aportada por las fuentes históricas. En definitiva, no se trataría de que los árabes conquistaran de forma rápida la península, sino de que los peninsulares se fueron
progresivamente arabizando e islamizando, por el influjo de una cultura islámica con mayor pujanza en el ámbito mediterráneo y contra la que era muy difícil que la
decadente cultura visigoda pudiera enfrentarse o resistir; de forma que aproximadamente un siglo después de la llegada de los musulmanes la península ya estaba
plenamente arabizada e islamizada en su lengua, religión y cultura, dando lugar a lo que conocemos como Al-Ándalus.
2. Representa una línea del tiempo desde 711 hasta 1474, situando en una fila los principales acontecimientos relativos a Al Ándalus y en otra los relativos a los reinos cristianos.
711 756 929 1031 1086

Invasión y conquista musulmana Fin del califato Invasión almorávide


Emirato dependiente Emirato independiente Califato de Córdoba Reinos de Taifas

SIGLOVIII SIGLO IX SIGLO X SIGLO XI

722 830 897 910 927 1035

Batalla de Covadonga Fundación Reino de Pamplona Independencia de Traslado de la capital a León Independencia del Creación de

Fundación Reino de Asturias los condados catalanes Fundación Reino de León condado de Castilla reinos de

Inicio de la Reconquista del imperio carolingio del reino de León Aragón y Castilla

1147 1238 1492


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Invasión almohade Reino nazarí de Granada Fin del reino nazarí

SIGLO XII SIGLO XIII SIGLO XIV SIGLO XV

1128 1137 1230 1469 1474

Independencia del Reino Unión del reino de Aragón unión de los reinos de Castilla y León Matrimonio de Isabel de Castilla Isabel I

de Portugal y los condados catalanes y Fernando de Aragón se corona

Creación Corona de Aragón Creación de Corona de Castilla reina de Castilla


3. Describe la evolución política de Al Ándalus.

En la historia de Al Ándalus se distinguen las siguientes etapas políticas:

3.1. Emirato dependiente (711-756)

El territorio era dirigido por un emir (gobernador) que dependía del califa de Damasco, máxima autoridad política y religiosa del islam. La capital del emirato se situó en
Córdoba, lugar bien comunicado entre la Andalucía bética y la meseta y el periodo se caracteriza por las continuas luchas entre beréberes (habitantes islamizados del norte
de África que habían pasado a la península), habitualmente marginados y los árabes (aristocracia militar procedente de Arabia que había llegado con la invasión) que
dominaban la sociedad andalusí. Dichos conflictos dificultaron el establecimiento del poder del emir en todo el territorio y facilitaron que el norte peninsular quedara
como una zona sin controlar y casi independiente. La inestabilidad fue la nota dominante de este periodo en Al-Ándalus.

3.2. Emirato independiente (756-929)

En el año 756 llega a Al-Ándalus Abderramán I, único superviviente de la matanza de la familia omeya que había dominado el califato de Damasco hasta 750. Abderramán
asume el poder político andalusí tras derrotar al emir anterior y decide convertir el territorio en emirato independiente, renunciado a obedecer en lo político al nuevo
califato abasí (responsable de la matanza de su familia) pero manteniendo la subordinación religiosa al califa de modo formal. Los años de su gobierno y de sus sucesores
son de reforzamiento del poder central del emir, no sin tener que afrontar distintos conflictos internos con territorios que buscaban la independencia y externos contra la
amenaza de francos y vascones. En esta época se consolida el estado andalusí, con el establecimiento de un sistema fiscal permanente y el aumento de la recaudación de
impuestos, la creación de una administración estable, un ejército mercenario y sobre todo se produce una rápida e intensa islamización de la sociedad andalusí. 1
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3.3. Califato de Córdoba (929-1031)

Abderramán III decide proclamarse califa y así se independiza totalmente del califato abasí de Bagdad. El califato de Córdoba se convierte en el estado más importante y
poderoso de la Europa occidental. Es la época de máximo esplendor andalusí y de apogeo económico, político y cultural. El califato organiza una poderosa administración
que controla todo el territorio. El gobierno y la corte se centralizan en Córdoba y desde allí se gobierna un territorio dividido en 21 coras o provincias, al frente de las
cuales está un gobernador provincial. Se cobran fuertes impuestos, sobre todo a los no musulmanes y se mantiene un poderoso ejército mercenario que garantiza la
seguridad y mantiene amenazados a los reinos cristianos. Con Alhakam II se mantiene esta situación pero con Hixem II el califa pierde el poder político en favor del hayib
(primer ministro) Almanzor, que mantiene el poderío del califato hasta su muerte (1002). A partir de entonces se abre una época de guerras civiles entre los distintos
territorios de Al Ándalus gobernados por familias aristocráticas, que termina con la abolición del califato en 1031. El territorio se divide en pequeños reinos
independientes, los llamados “Taifas”.
3.4. Reinos de Taifas (1031-1086)

Las taifas son los pequeños reinos en los que se dividió Al Ándalus tras la disolución del califato. Reinos débiles desde el punto de vista militar, debieron someterse a pagar
tributos (parias) a los reinos cristianos del norte que se encontraban en plena expansión. Tras la conquista del reino taifa de Toledo en 1085, lo que suponía el avance
cristiano en todo el centro peninsular, los reyes de estos reinos de taifas decidieron pedir ayuda a los almorávides, con lo que comienza el control norteafricano del
territorio andalusí.

3.5. Imperios almorávide y almohade (1086-1238)

Los almorávides eran bereberes norteafricanos que había fundado un imperio que dominaba el norte de África, con la característica fundamental de su interpretación
rigurosa del islam. En 1086 pasan a la península ibérica para contener el avance cristiano sobre los reinos de taifas andalusíes, derrotando a Alfonso VI de León y
sometiendo bajo su poder a los reinos de taifas. Su dominio fue estable durante el siglo XI y 1ª mitad del siglo XII. Una nueva invasión norteafricana, la de los almohades
(1147) sustituye a los anteriores almorávides, debido a nuevos avances cristianos y al descontento de la población andalusí. Los almohades conquistan los reinos de taifas
y sitúan su capital en Sevilla, sosteniendo la frontera durante la 2ª mitad del siglo XII y principios del XIII, pero su derrota ante los reinos cristianos en la batalla de las
Navas de Tolosa (1212) precipita el hundimiento del poder almohade y el avance de la conquista castellana por gran parte de Andalucía, mientras los monarcas
aragoneses conquista el reino de Valencia y las Baleares.

3.6. Reino nazarí de Granada (1238-1492)

En plena decadencia del poder musulmán y ante el avance cristiano en la península, se funda el reino nazarí por parte de la dinastía creada por Mohamed-Ben-Nazar,
primero con centro en Jaén y después con capital en Granada. Dicho reino ocupó territorios de las actuales provincias de Málaga, Granada y Almería y se declaró vasallo
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del reino de Castilla, manteniendo su independencia en base a un inestable equilibrio entre su alianza con Castilla y continuas llamadas a los nuevos señores musulmanes
del norte de África, los benimerines. Pese a ello, el reino va perdiendo territorios lentamente durante los siglos XIV y XV, hasta que en 1492 es conquistado por los reyes
católicos, desapareciendo así el último reino musulmán de la península ibérica.
4. Resume los cambios económicos, sociales y culturales introducidos por los musulmanes en Al Ándalus.

Al Ándalus aportó formas de vida distintas a las de los reinos cristianos de Europa Occidental, sobre todo en sus primeros siglos.

-cambios económicos: los musulmanes reactivaron el crecimiento económico de la península; así la agricultura, base de la economía andalusí, recibió un notable impulso
con el perfeccionamiento de las técnicas de regadío y la introducción de nuevos cultivos (arroz, cítricos, algodón, productos de huerta) y la ganadería se potenció con la
ganadería ovina, equina y la cría de gusanos de seda para el textil. La artesanía, centrada en las ciudades, destacó en la fabricación de textiles, orfebrería, cerámica y
artesanía del cuero (cordobanes). El comercio interior tuvo su centro en las ciudades, lugares de redistribución e intercambio local entre productos agrícolas y artesanales.
El comercio exterior se desarrolló notablemente, al convertirse Al-Ándalus en intermediario entre las rutas procedentes del mundo musulmán de Oriente y África (que
aportaban productos de lujo como perfumes, marfil, sedas) y la Europa cristiana (armas, aceite o tejidos). El sistema monetario se basó en un estable bimetalismo con el
dinar de oro y el dírham de plata. En Al-Ándalus las ciudades no decayeron como en el resto de Europa y se convirtieron en centro de comercio a través de sus mercados
permanentes (zocos) y en sede de la administración territorial; eran las más grandes de Europa y tenían importantes servicios públicos (baños públicos, bibliotecas, etc).

-cambios sociales: la sociedad andalusí tuvo como característica principal la coexistencia de distintos grupos sociales, caracterizados según criterios étnico-religiosos o de
poder social. Según su religión pueden establecerse dos grandes grupos: musulmanes y no musulmanes. Los musulmanes conformaban la mayoría de la población y se
distinguían según su momento de integración en el islam: los árabes, que ocupaban un lugar privilegiado; los bereberes del norte de África, que ocuparon zonas rurales en
la meseta y zonas montañosas y los muladíes, peninsulares convertidos al islam, que eran el grupo mayoritario en número y el último escalón social. Los no musulmanes,
conocidos como dimníes, eran los protegidos del islam, ya que practicaban religiones permitidas por el profeta Mahoma, las religiones monoteístas contenidas en la Biblia
y con el mismo dios que los musulmanes: eran los cristianos (mozárabes) que siguieron practicando su religión pero que fueron disminuyendo progresivamente por la
conversión al islam de la mayoría de la población andalusí; y los judíos, una minoría económicamente muy destacada en el comercio, la artesanía y la banca. Los eslavos,
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esclavos procedentes de la Europa central y oriental, eran un grupo minoritario que acabaron ocupando cargos en el ejército y la administración al ser liberados. Según el
poder social se estableció una poderosa aristocracia, mezcla de árabes invasores y visigodos que se convirtieron al islam, que dominaban la economía y la administración.
Tras ella, unas clases medias urbanas (funcionarios, comerciantes, artesanos y alfaquíes). Por último, el pueblo llano, formado por campesinos y artesanos de las
ciudades. Cabe destacar el importante número de esclavos existentes en la sociedad andalusí, dedicados sobre todo a labores en el campo. La convivencia entre todos
estos grupos fue generalmente pacífica, aunque también se produjeron importantes revueltas tanto de índole religioso, como la revuelta mozárabe o la sublevación
muladí en Andalucía del siglo IX, como de índole social (revuelta del arrabal de Córdoba en 818).

-Cambios culturales: El principal cambio cultural fue la introducción de una nueva religión, el islam, doctrina monoteísta que supone la sumisión a Alá. Acompañando a la
religión llega la lengua árabe, que se convirtió en la lengua oficial. Con la llegada de los musulmanes se experimenta un renacimiento cultural y una convivencia
productiva entre las tres culturas establecidas en la península: la musulmana, la cristiana y la judía. En las ciencias destaca las matemáticas (introducción del álgebra y la
numeración árabe), la astronomía (Azarquiel), la medicina (Abulcasis y Maimónides) y la filosofía (Averroes). La geografía y la historia recibieron un importante impulso. En
las artes destaca en literatura un importante florecimiento de la poesía (Ibn Hazm con el collar de la paloma) y la introducción del arte islámico, con importantes obras
arquitectónicas como la mezquita de Córdoba, El palacio de Medina Azahara, la Aljafería de Zaragoza y la Alhambra de Granada. Destaca la importancia que los
musulmanes dan a la decoración, con motivos geométricos, vegetales y epigráficos.
5. Describe las grandes etapas y las causas generales que conducen al mapa político de la península Ibérica al final de la Edad Media.

En el norte peninsular, no ocupado por los musulmanes, surgieron unos núcleos cristianos que se convirtieron en foco de resistencia contra el islam, estos núcleos
fueron convirtiéndose progresivamente en reinos que fueron avanzando en su conquista hacia el sur peninsular, sobre el territorio andalusí. Surge así el concepto de
Reconquista, proceso histórico en que los reinos cristianos de la Península Ibérica buscaron el control de los territorios en poder del dominio musulmán. Este proceso
tuvo lugar entre los años 722 (fecha probable de la rebelión de Pelayo y de la supuesta batalla de Covadonga) y 1492 (conquista del Reino nazarí de Granada por los Reyes
Católicos). Sin embargo, el término podría ser inexacto, pues los reinos cristianos que «reconquistaron» el territorio peninsular se constituyeron con posterioridad a la
invasión islámica, a pesar de los intentos de estas monarquías por presentarse como herederas directas del antiguo reino visigodo. Se trataría más bien de un afán de
legitimación política de estos reinos, que se consideraban herederos y descendientes de los visigodos, así como de un intento por parte de los reinos cristianos de
justificar sus conquistas (neogoticismo). Más aún, considerando el hecho de que tras el derrumbe del Califato (a comienzos del siglo XI), los reinos cristianos optaron por
una política de dominio tributario –parias– sobre las taifas en lugar de por una clara expansión hacia el sur; o las pugnas entre las diferentes coronas –y sus luchas
dinásticas–, que solo alcanzaron acuerdos de colaboración contra los musulmanes en momentos puntuales. Por tanto, sería más ajustado a la realidad hablar de conquista
cristiana.

5.1. Origen y consolidación de los reinos cristianos (siglos VIII al X)

- zona occidental (Galicia, Asturias, Cantabria). En los territorios montañosos de la Cordillera Cantábrica en 722 Pelayo, noble astur, vence a los musulmanes en la
legendaria batalla de Covadonga, con lo que se puede dar por fundado el reino astur, que se consolida con sus sucesores. La capital se sitúa definitivamente en Oviedo y
con Alfonso III se alcanza la línea del Duero. A principios del siglo X se conquista León y se traslada la capital a dicha ciudad, creándose el reino de León. En la frontera
sureste el condado de Castilla va adquiriendo una progresiva autonomía (927, el conde Fernán González se declara independiente del poder leonés), hasta convertirse en
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reino de Castilla en el siglo XI (1035).

- zona oriental (País vasco, Navarra, Aragón y Cataluña). Las zonas enclavadas en los Pirineos dan lugar a la aparición de distintos núcleos de resistencia, estos núcleos
fueron organizados por los emperadores carolingios en la Marca Hispánica, zona fronteriza para contener el avance islámico, creando condados gobernados por condes
que dependían del poder carolingio. Estos condados irán independizándose paulatinamente de dicho poder. Así en el Pirineo occidental surge en el siglo IX (830) el reino
de Pamplona, en el Pirineo central el condado de Aragón (817) que se convirtió en reino de Aragón en el siglo XI (1035) y en el Pirineo oriental los condados catalanes
integrados en la Marca Hispánica permanecieron bajo poder carolingio durante más tiempo. Dichos condados catalanes se fueron independizando del poder carolingio y
se unificaron en torno al condado más importante, el de Barcelona, durante el siglo IX (897). En 987 se produce la total independencia de dichos condados de la monarquía
carolingia.

5.2. Expansión de los reinos cristianos (siglos XI al XIII)

Con la desaparición del califato de Córdoba y la aparición de los reinos de taifas (1031) se favorece la expansión progresiva de los reinos cristianos hacia el sur.

- Los reinos de León y de Castilla avanzan hacia el centro peninsular conquistando Alfonso VI el reino taifa de Toledo (1085), sufriendo una paralización de las conquistas
con la llegada de almorávides y almohades, hasta la derrota definitiva de estos últimos en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Fernando III unifica definitivamente los
reinos de Castilla y León (1230 creación de la Corona de Castilla) y hace avanzar la conquista cristiana por Andalucía, dominando todo el valle del Guadalquivir. Alfonso X
incorpora Murcia, Huelva y la costa de Cádiz.
Este rey ordenó crear el Honrado Consejo de la Mesta en 1273, reuniendo a todos los pastores de León y de Castilla en una asociación nacional y otorgándoles
importantes prerrogativas y privilegios tales como eximirlos del servicio militar y de testificar en los juicios, derechos de paso y pastoreo, etc. Con el paso del tiempo, se
añaden nuevos privilegios reales a la Mesta, junto con una fiscalización especial para protegerla de los agricultores, lo que provocó largos e incontables pleitos. La Mesta
es considerada una de las agrupaciones corporativas o gremios más importantes de Europa de la Edad Media y el primer gremio ganadero.
También desarrolló la cultura a través de la escuela de traductores de Toledo, que designa desde el siglo XIII, a los distintos procesos de traducción e interpretación de
textos clásicos greco-latinos , que habían sido vertidos del árabe o del hebreo a la lengua latina sirviéndose del romance castellano o español como lengua intermedia, o
directamente a las emergentes lenguas vulgares, principalmente al castellano. La conquista en 1085 de Toledo y la tolerancia de los reyes castellanos cristianos con
musulmanes y judíos facilitaron este comercio cultural que permitió el renacimiento filosófico, teológico y científico primero de España y luego de todo el occidente
cristiano. En el siglo XII la Escuela de traductores de Toledo vertió principalmente textos filosóficos y teológicos. En la primera mitad del siglo XIII esta actividad se
mantuvo. Por ejemplo, reinando Fernando III, rey de Castilla y de León, se compuso el Libro de los Doce Sabios (1237), resumen de sabiduría política y moral clásica pasada
por manos «orientales». En la segunda mitad del siglo XIII el rey Alfonso X el Sabio (rey de Castilla y de León, en cuya corte se compuso la primera Crónica General de
España) institucionalizó en cierta manera en Toledo esta «Escuela de traductores», centrada sobre todo en verter textos astronómicos, médicos y científicos.

- En 1143 se crea el reino de Portugal, cuando Alfonso Enríquez se proclama rey abandonando la obediencia al reino de León. El reino portugués avanza sobre territorio
musulmán conquistando Lisboa y a mediados del siglo XIII el Alentejo y el Algarve en el sur, culminando así la conquista territorial portuguesa.

- El reino de Navarra (Pamplona) se debilita a partir del siglo XI ante reinos cristianos más potentes como Castilla y Aragón, que le cierran su expansión territorial hacia el
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sur. Parte de la Rioja, Álava y Guipúzcoa son cedidas a los castellanos y la llegada de la dinastía francesa de Champaña en el siglo XIII vincula para largo tiempo el reino de
Navarra a la monarquía francesa.

- En el reino de Aragón Alfonso I conquista el valle del Ebro y en 1137 se produce la creación de la corona de Aragón con el matrimonio del Conde de Barcelona Ramón
Berenguer IV y la hija del rey aragonés Doña Petronila, al fusionarse bajo un único gobernante los condados catalanes y el reino de Aragón. La corona de Aragón se
expandirá a lo largo del siglo XIII por la costa mediterránea, conquistando la comunidad valenciana y las Baleares y terminando la conquista peninsular en su zona de
influencia.

A partir de entonces la conquista cristiana se estabiliza, apareciendo así la configuración de la llamada “España de los cinco reinos”, que durará con algunas alteraciones
territoriales hasta el final de la Edad Media (siglos XIV-XV): son la Corona de Castilla, la Corona de Aragón, el reino de Navarra, el reino de Portugal y el reino nazarí de
Granada.
6. Explica el origen de las Cortes en los reinos cristianos y sus principales funciones.

Las Cortes se configuran como asambleas consultivas para el gobierno del reino formadas por representantes de los tres estamentos, cuando a las reuniones de la Curia
Regia, consejo de nobles y eclesiásticos que asesoraban al rey, se incorporan representantes de las ciudades.
Las primeras cortes aparecieron en el reino de León (1188) y en Castilla aparecieron en 1217. En la corona de Castilla su poder fue limitado, teniendo siempre carácter
consultivo y de aprobación de subsidios, pero en Navarra y Aragón tuvieron cierto poder legislativo.
En la Corona de Aragón cada reino tenía sus propias Cortes (Aragón, Cataluña y Valencia) desde el siglo XIII y tenían función legislativa y votaban impuestos. En Cataluña
se creó una delegación permanente de las Cortes (la Generalitat) con la función de recaudar impuestos y vigilar el cumplimiento de las leyes.
En Navarra Las Cortes se reunieron desde 1253 y el monarca tenía que respetar los fueros, derechos y tradiciones del reino. El rey tenía que consultar ciertas decisiones y
los fueros limitaban el poder real.

Entre sus funciones estaba la posibilidad de presentar quejas y peticiones al rey, conceder nuevos impuestos y establecer subsidios, ya que el rey las solía convocar para
pedir recursos económicos para sus campañas militares. También debían aceptar las leyes y el nombramiento de los herederos y nuevos reyes o reinas.

7. Compara la organización política de la Corona de Castilla, la Corona de Aragón y el Reino de Navarra al final de la Edad Media.

7.1. Corona de Castilla.


Los siglos XIV y XV son años de incremento del poder nobiliario, tras la muerte de Pedro I (1369) y el acceso al trono de su hermanastro Enrique de Trastámara (Enrique
II). Este último consiguió el poder en una guerra civil contra su hermanastro y recompensó a los nobles que le habían apoyado con donaciones (mercedes enriqueñas) que
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cimentaron el poder económico y político y la influencia social de los nobles más poderosos del reino. A lo largo del siglo XV los reyes castellanos intentaron reforzar su
poder, lo que produjo conflictos entre los reyes y la poderosa nobleza castellana durante los reinados de Juan II y Enrique IV. Se limitaron las funciones de las Cortes, se
crearon instituciones reales como la Audiencia y se reformó el Consejo Real. A la muerte de este, se hace con el trono su hermanastra Isabel I de Castilla (la reina
católica). A partir de entonces se producirá un proceso de reforzamiento del poder real y de expansión territorial, con la conquista del sur peninsular a los musulmanes,
el control del estrecho de Gibraltar y la proyección hacia África y el Atlántico (conquista de las Canarias).
Durante el reinado de Alfonso X se creó el Honrado Concejo de la Mesta en 1273, reuniendo a todos los pastores de León y de Castilla en una asociación nacional y
otorgándoles importantes prerrogativas y privilegios tales como eximirlos del servicio militar y de testificar en los juicios, derechos de paso y pastoreo, etc. Con el paso del
tiempo, se añaden nuevos privilegios reales a la Mesta, como pasará a ser conocida, junto con una fiscalización especial para protegerla de los agricultores, lo que provocó
largos e incontables pleitos.

7.2. Corona de Aragón.


El siglo XIV supone un siglo de grave crisis en Aragón, ya que a los problemas sociales y económicos se une el problema sucesorio al morir sin descendencia Martín I. El
Compromiso de Caspe (1412) resuelve la sucesión al trono con la elección del noble castellano Fernando de Antequera, integrante de la familia real castellana de los
Trastámara. El nuevo monarca respetó las instituciones del reino y la tradición pactista establecida en Aragón pero sus sucesores intentaron reforzar el poder real frente a
la nobleza. Tal situación degeneró en una guerra civil (1462-72) durante el reinado de Juan II, rey que contaba con el apoyo de los campesinos y los habitantes de las
ciudades, y que se enfrentó contra la nobleza aragonesa. El rey logra imponerse en la guerra pero la solución final del conflicto llega por consenso al establecerse un
pactismo moderado que obliga al rey a respetar las leyes de la corona pero pudiendo intervenir en las instituciones de gobierno. En política exterior La corona aragonesa
protagoniza una gran expansión mediterránea, que ya había comenzado con la conquista de las Baleares en el siglo XIII (1229-35). Se conquista Sicilia (1282), los ducados
de Atenas y Neopatria en Grecia (1311), Cerdeña (1326) y el reino de Nápoles (1445) en Italia. Estas conquistas marcan el inicio del dominio de la corona aragonesa en el
Mediterráneo, que se extenderá durante varios siglos.

7.3. Reino de Navarra.


El reino de Navarra continúa durante los siglos XIV y XV siendo un pequeño reino encajonado entre las dos grandes coronas españolas de Castilla y Aragón, sin
posibilidades de expansión y bajo el control y protección de la monarquía francesa. Tres dinastías reales francesas (Champaña, Capeta y Evreux) se suceden en el trono
navarro hasta la muerte de Blanca I de Navarra (1441). Una guerra civil resuelve la sucesión a favor del rey de Aragón Juan II, pero tras un corto periodo bajo poder
aragonés se suceden de nuevo las dinastías francesas de Foix y Albret hasta la conquista final y anexión del reino de Navarra a la Corona de Castilla en 1513.

8. Comenta el ámbito territorial y características de cada sistema de repoblación, así como sus causas y consecuencias.

Paralelamente a la conquista de territorios por parte de los reinos cristianos se procede a la repoblación del territorio, es decir, a atraer y asentar pobladores procedentes
de los reinos cristianos con el objetivo del control político y militar del territorio y su explotación económica, con la finalidad de establecer una frontera fuerte y efectiva
contra el islam. Ésta se realizó en distintas fases y a través de distintas modalidades:

- Siglos VIII-X: En el valle del Duero y en los condados catalanes predominó el sistema de presura (aprisio), que consistía en que se otorgaba a los repobladores las
tierras que ocuparan en los territorios conquistados. La consecuencia fue la abundancia en estos territorios del norte peninsular de pequeños campesinos propietarios
libres.
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- Siglos XI-XII: entre los valles del Duero y del Tajo predominó la repoblación concejil: los concejos de las ciudades se acogían a un fuero o carta puebla (documento
que otorgaba a los núcleos repobladores libertades y exenciones fiscales para favorecer la repoblación) para repartir tierras entre los repobladores que quisieran habitar
en dicho concejo. La consecuencia fue el establecimiento de importantes núcleos de población con propiedad libre y extensas tierras comunales (alfoz).
- En el reino de Aragón durante el siglo X predominó la repoblación nobiliaria en el valle del Ebro, la cual, dirigida por los nobles del reino, creó grandes dominios
territoriales nobiliarios (señoríos) trabajados por mudéjares (musulmanes a los que se les permite permanecer en los territorios conquistados).
- 1ª mitad del siglo XIII: entre los valles del Tajo y del Guadiana y en la provincia de Teruel se procede a la repoblación por parte de las órdenes militares, instituciones
religioso-militares de monjes-soldados que, a cambio de garantizar la defensa de estos territorios frente al Islam, logran extensos territorios.
- 2ª mitad del siglo XIII: por último, en el valle del Guadalquivir, Valencia y Murcia predominó el sistema de repartimientos, por los que el rey repartía tierras entre los
participantes que habían colaborado en la conquista. La principal consecuencia fue que la nobleza, la Iglesia y las órdenes militares obtuvieron grandes dominios
territoriales.

9. Explica el origen y características del régimen señorial y la sociedad estamental en el ámbito cristiano.

La sociedad estamental en los reinos cristianos tuvo un carácter feudal menos intenso que en el resto de Europa. La ocupación musulmana, la situación de guerra
permanente y la repoblación, que permitió la existencia de cierta abundancia de pequeños campesinos libres (a diferencia del resto de Europa), originaron unas formas
particulares de feudalismo hispánico. Solo hubo una zona donde el feudalismo típico de origen europeo se implantó con prontitud, la zona de la Marca Hispánica bajo la
influencia francesa de francos y carolingios. En el resto de territorios se fueron consolidando de forma más tardía las instituciones feudovasalláticas que son la base de la
sociedad feudal y se crearon grandes señoríos laicos y eclesiásticos. Con el avance del tiempo los campesinos cayeron progresivamente bajo el régimen señorial, dominio
sobre la población que ejercían los señores feudales (grandes nobles y eclesiásticos) que dominaban el territorio y controlaban el poder político y judicial. Así los
campesinos entregaban sus tierras a los señores y estaban sujetos al pago de rentas y distintos servicios al señor, a cambio de la protección que dicho señor les otorgaba.
De ser campesinos libres pasan a ser campesinos siervos (dependientes de un señor que tiene derechos jurisdiccionales sobre ellos), en un régimen de semiesclavitud que
se conoce como servidumbre. De este modo, A finales del siglo XIII podemos hablar de la existencia de un feudalismo pleno en los reinos cristianos de la Península
Ibérica.

La sociedad medieval tenía carácter estamental, con tres estamentos (nobleza, clero y pueblo llano) diferenciados por su función y situación jurídica:
-Estamentos privilegiados: nobleza y clero.
La nobleza ocupaba la cúspide de la pirámide social, con privilegios como la exención de impuestos, leyes especiales que la protegían, posesión de tierras y a ella quedaba
reservado el ejercicio del poder político y de la actividad guerrera. Podemos distinguir una alta nobleza (condes, duques, marqueses…) que eran los grandes propietarios de
la tierra y dominaban los cargos importantes de gobierno, ejerciendo una gran influencia social; y una baja nobleza (hidalgos, caballeros…) con pocas tierras y que se
dedicaban fundamentalmente a la guerra, al finalizar la conquista cristiana dicho grupo fue empobreciéndose paulatinamente. La institución del mayorazgo (el hijo mayor
del noble difunto hereda el título y todas las posesiones territoriales) hizo que las propiedades no se dividieran y así se conformaron poderosos linajes nobiliarios que
mantuvieron su poder e influencia durante bastantes siglos.
El clero era el otro estamento privilegiado exento de impuestos, ocupado en la atención religiosa a la población, pero que también desempeñó un importante papel político
y de influencia social, además de contar con importantes posesiones territoriales (señoríos). Sus importantes ingresos se completaban con el diezmo, impuesto eclesiástico
que suponía entregar cada año la décima parte de la riqueza de una persona cristiana a la Iglesia. El alto clero estaba formado por los altos cargos eclesiásticos (obispos,
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arzobispos, abades…) y su modo de vida se parecía mucho al de la alta nobleza, ya que muchos de ellos eran integrantes de familias nobiliarias que encontraban una
posibilidad de mantener su status social al ingresar en la Iglesia. El bajo clero (curas de parroquia, monjes….) procedían del estado llano y su modo de vida se parecía al de
los campesinos.

-Estamento no privilegiado: pueblo llano.


Formado fundamentalmente por campesinos pero también incluía a los burgueses o habitantes de las ciudades. Dicho estamento no tenía privilegios y era el encargado
del trabajo manual y del pago de los impuestos, constituyendo el último escalón social. En el norte peninsular predominaban los pequeños campesinos libres y
propietarios, menos en los condados catalanes donde estaban sujetos a la servidumbre. En el sur peninsular la mayoría de campesinos eran siervos. Con el renacimiento de
las ciudades y a partir del siglo XI fueron surgiendo los burgueses, dedicados a actividades artesanales y comerciales, con la importante ventaja de que las ciudades estaban
libres del poder señorial. Junto a la mayoría de cristianos existían dos minorías bien diferenciadas: los judíos habitaban sobre todo en las ciudades y se dedicaban a
profesiones liberales, comerciales y a las finanzas, algunos de ellos tenían un importante nivel económico (banqueros, prestamistas) lo que provocaba la hostilidad y a veces
la violencia contra ellos por parte de la sociedad cristiana (progromos: matanzas de judíos). Los mudéjares (musulmanes que vivían en los reinos cristianos) trabajaban en el
campo como agricultores pero también eran artesanos de las ciudades, siendo también discriminados por la población cristiana.
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