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Para acompañar…

¡Hola hermanas! Junto con mis compañeras María Ignacia (CIL), Sofía
Rodríguez, Melina Salazar, Yasmina Machado (ARG) y Leticia
Zeitounsian (URU) nos encontramos en Ejercicios Espirituales y en los
días previos a nuestra Primera Profesión el 24 de enero. Las invito a
acompañarnos con su oración y hacerlas parte de nuestra
preparación como grupo. A continuación les comparto las lecturas y
un canto que juntas elegimos para guiar nuestro inminente paso.

Lectura del Profeta Isaías

Voy a recordar las misericordias Él fue su salvador en el peligro.


del Señor, las alabanzas del Señor: No fue un mensajero
todo lo que hizo por ni un enviado,
nosotros el Señor, él en persona los salvó,
sus muchos beneficios con su amor y
a la casa de Israel, benevolencia los rescató,
lo que hizo con su compasión los liberó y los llevó siempre
y con su gran misericordia. en los tiempos antiguos.

Él dijo: “Son mi pueblo,


hijos que no engañarán”.
CANTO

Amar y más amar, María José Bravo

Esclava para la libertad, Somos un cuerpo


tu me llamas por mi nombre; enviado en misión
enamorada de tu voluntad, al servicio de tu Reino;
Salvador de los pobres. fieles, Jesús,
despierto el corazón
Aquí estoy, con toda mi fragilidad, al dolor de tu Pueblo.
dispuesta a seguirte hasta el final.
Testigos de tu Resurrección,
Amar y más amar abrazamos confiadas el mundo.
porque el amor todo lo vence Despojadas y pobres queremos
y pedir sin cesar este amor. vivir solo para amar.
Amar y más amar Con toda la Iglesia marchamos, Señor,
porque el amor todo lo vence peregrinas en la historia;
y adorarte con mi vida y con mi voz. signo y promesa de tu comunión,
Dios de misericordia.
Somos un cuerpo enviado en misión
al servicio de tu Reino;
fieles, Jesús, despierto el corazón
al dolor de tu Pueblo.
EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN:
15, 9-17

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:


Como el Padre me amó, yo también los he amado: permanezcan en mi
amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como
yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su
amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su
alegría sea perfecta.
Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los
he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus
amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no
los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo
los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi
Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a
ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea
duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo
concederá.
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.

Palabra del Señor


Gracias a cada una por hacerme un lugar en esta familia y
acompañarme en el deseo de responder a la voluntad de Dios. Guardo
un gran cariño por cada una, las espero el 24.

Leticia.

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