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El manjar regalado
de este suelo terrenal
es Jesús Sacramentado
Dios eterno e inmortal.
Guía: Hermanos: estamos en la presencia del Señor. Jesús, el amigo de los jóvenes, ha
venido a nuestro encuentro bajo la forma de pan. Los ojos de la fe nos hacen reconocer su
presencia entre nosotros. Este será un momento de oración y de alegría, de gozo y de
esperanza. Porque un Dios que se hace pequeño y se encierra en un trozo de pan para
quedarse con nosotros, no sólo es digno de admiración, sino, sobre todo de adoración.
Porque teniéndolo tan cerca, es imposible que no se anime nuestra fe para poder hablarle y
contarle nuestras preocupaciones, imposible que no se afiance nuestra esperanza para
esperar de Él todas las respuestas a nuestras inquietudes. Aprovechemos este rato de
oración para hablar y callar, admirar y adorar, orar y escuchar.
Momento de silencio
Oración
Reflexión
El papa Francisco nos dice que podemos sintetizar el mensaje en dos palabras: ‘conversión’
y ‘perdón de los pecados’. Son dos aspectos que califican la misericordia de Dios que, con
amor nos cuida. Hoy tomamos en consideración la conversión.
Jesús insiste aún más en la dimensión interior de la conversión. En ella de hecho toda la
persona está involucrada, corazón y mente, para volverse una criatura nueva, una persona
nueva. Cambiar el corazón y que uno se renueve.
Cuando Jesús llama a la conversión no se erige juez de las personas, sino lo parte estando
cercano, del hecho de compartir la condición humana, y por lo tanto la calle, la casa, el
comedor… La misericordia hacia quienes tenían necesidad de cambiar de vida se realiza
con su presencia amable, para involucrar a cada uno en su historia de salvación. Y Jesús
persuadía a la gente con amabilidad, con amor.
Y con este comportamiento Jesús tocaba la profundidad de los corazones de las personas y
estos se sentían atraídos por el amor de Dios y empujados a cambiar de vida.
La verdadera conversión se realiza cuando recibimos el don de la gracia y una clara señal
de su autenticidad es que nos damos cuenta de las necesidades de los hermanos y estamos
listos a ir a su encuentro.
Jesús con la mano extendida nos dice ven, ven a mí, que el trabajo lo hago yo. Yo te
cambiaré el corazón, te cambiaré la vida, te haré feliz.
¿Pero creemos esto o no? Es así, es Jesús que está con nosotros y nos invita a cambiar de
vida. Y es ÉL con el Espíritu Santo que siembra esta inquietud que nos invita a cambiar
vida y ser un poco mejor.
Sigamos por lo tanto esta invitación del Señor y no opongamos resistencias, porque
solamente si nos abrimos a su misericordia, encontraremos la verdadera vida y la verdadera
alegría. Solamente hay que abrir bien la puerta y él hace el resto, él hace todo. Pero hay que
abrir el corazón para que nos pueda curar y llevarnos hacia adelante.
Momento de Silencio
Canción
PESCADOR DE HOMBRES
AGRADECIMIENTO
Ante el Señor Sacramentado demos gracias por el gran misterio de la Eucaristía y por su
presencia permanente en la Iglesia, diciendo: Te damos gracias, Jesús Eucaristía
Oh Dios, te pedimos que envíes a tu pueblo los servidores que necesita. Escoge de
nuestras parroquias, de nuestros hogares una abundante cosecha de ardientes apóstoles
para tu Reino: sacerdotes, religiosos, misioneros y apóstoles seglares; y haz que
llamados por Ti nunca pierdan conciencia de la grandeza y necesidad de su vocación.
Virgen María, enseña a decir a todos los llamados por el Señor un sí con alegría, como
el que tú dijiste en la Anunciación. Amén
ALMA MISIONERA
**Coro**
Llévame donde los hombres
necesiten tus palabras
necesiten mis ganas de vivir
donde falte la esperanza
donde todo sea triste
simplemente por no saber de ti
**Coro**
ORACION DE ABANDONO
Yo te ofrezco mi vida
Te la doy con todo el amor de que soy capaz
Porque te amo y necesito darme,
Ponerme en tus manos sin medida,
Con infinita confianza, porque tú eres mi Padre.
ALABANZAS AL SANTISIMO
El manjar regalado
de este suelo terrenal
es Jesús Sacramentado
Dios eterno e inmortal.