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Bercovich: "El acuerdo con el FMI no va a funcionar,

se tendrá que renegociar en pocos meses"


Los objetivos del acuerdo con el FMI, ajuste, inflación, tarifas y las alternativas para
una salida a favor de las grandes mayorías. Conversamos con el periodista y
economista Alejandro Bercovich, pocas horas luego del cierre de la negociación y el
envío del acuerdo con el Fondo al Congreso por parte del Gobierno de Alberto
Fernández.

Viernes 4 de marzo de 2022 | https://www.laizquierdadiario.com/Bercovich-El-


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El acuerdo con el FMI llegó al Congreso - Lo analizamos con Alejandro Bercovich -


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Luego de incontables afirmaciones y confirmaciones fallidas de que la negociación con


el Fondo Monetario Internacional (FMI) estaba finalizada, durante las últimas
semanas, el Gobierno envío al Congreso el acuerdo este jueves y este viernes por la
tarde dio a conocer a la letra chica del nuevo programa.

Si el oficialismo logra su objetivo estará avalando la fraudulenta deuda contraída por


la gestión de Mauricio Macri por US$ 44.000 millones. Además de someter al país a
los lineamientos del Fondo por al menos 10 años. Sobre este tema conversaron Pablo
Anino (economista de La Izquierda Diario y columnista de El Circulo Rojo) con
Alejandro Bercovich (economista, periodista y conductor del programa Brotes Verdes)

Ya está el acuerdo definitivo con el FMI en el Congreso, en manos de los


diputados ¿Qué análisis hacés de los aspectos más relevantes de este acuerdo?

Lo que se conoció es muy poco. Son tres artículos con cinco páginas de “buenas
intenciones”, pero no es ni la carta de intención, ni el memorándum de entendimiento,
ni el memorándum de políticas económicas y financieras, que son los elementos con los
que se evalúa un programa con el FMI. [N. del E.: esta entrevista se realizó el viernes
por la mañana, cuando el Gobierno aún no había presentado en el Congreso los
documentos con los detalles del acuerdo] Son los compromisos que asume un Gobierno
frente al Fondo. Solo sabemos lo que trascendió en el borrador del 12 de febrero. El
cuadro con la proyección de inflación y crecimiento es el mismo que estaba en el
borrador de esa fecha. Ese borrador ya mostraba que éste es un acuerdo que prevé un
crecimiento muy bajo para los próximos años, una inflación muy alta, y que esboza lo
que siempre pasa con el FMI, esboza direcciones de reformas estructurales. Durante
todo el acuerdo, en el borrador, se ven referencias estructurales a lo que el Fondo
siempre quiere.
El Fondo exige y para que se apruebe en el directorio, el staff les pide a los gobiernos
que lo incluyan, marcas estructurales, que son formas de aproximarse hacia lo que
ellos consideran que es un sistema laboral o previsional justo o adecuado para crecer.
Entonces, ahí se establecen directrices, como que los planes sociales sean
direccionados y financiados por el Banco Mundial, que el sistema previsional se
extienda de forma voluntaria, dicen ellos voluntaria, que los regímenes especiales sean
levantados, que se intente suprimir toda restricción a contratar y despedir
trabajadores. No se establecen con compromisos inmediatos y fuertes, que es lo que
destaca el Gobierno y tiene razón, pero sí se esbozan como direcciones.

Lo que más me preocupa a mí es el tema de la inflación. El Fondo dice que comparte


con el Gobierno la idea de que la inflación es multicausal, pero las medidas que exige
son las del recetario ortodoxo, menos emisión de dinero, reducción del déficit fiscal, y
acumulación de reservas para frenar expectativas de inflación por devaluación.

La proyección de inflación es muy alta hacia el 2024, parece ser como que se
trasluce un mecanismo inflacionario, el que se dice que se va a combatir, pero va
a ser una herramienta central del programa para licuar partidas presupuestarias,
por ejemplo.

Sí, y además con esto, algo que me dijo un economista vinculado al macrismo, es que
este acuerdo si baja muy fuerte la inflación, explota. No puede funcionar. Para mí el
acuerdo se va a renegociar en pocos meses. Está tan mal formulado el programa y es
tal Frankenstein, por las dificultades políticas que tuve el Frente de Todos para
procesar internamente cómo resolver esta herencia envenenada de Macri, muy
efectiva de Estados Unidos y el G7 para mantener a Argentina constreñida en sus
posicionamientos. Yo creo que este programa va al fracaso en mucho menos tiempo de
lo que creen, incluso sus propios críticos internos. No le va a dar tiempo al Gobierno
para reorganizarse antes de las PASO. Es un error muy grave firmarlo.

Pero yendo al punto concreto de la inflación, si la inflación bajara de 50 % al 35 % en


un año, este acuerdo vuela por el aire, porque no solamente el 60 % del gasto viene
indexado por la inflación pasada, sino que ahora se indexa más todavía, porque también
se indexan las tarifas por el Coeficiente de Variación Salarial de los salarios formales,
y si cayera la inflación, la recaudación iría la retranca, y se olvidaría ese sendero de
reducción de déficit. El Fondo necesita que la inflación sea alta y no se dispare, pero
que sea alta muchos años más. La experiencia nuestra marca que, con esa inflación, con
el 54 % que dejó Macri, no se recuperan los ingresos reales. Y ese debería ser el
principal objetivo de cualquier plan económico que se ponga en marcha hoy.

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el acuerdo en Congreso y en las calles"

Ayer hubo una novedad, que es la segmentación de tarifas de usuarios en tres


partes. El gobierno decía que le iban a sacar los subsidios de los ricos, pero
ahora en el decil más alto de los ingresos, aparecen los que tienen ingresos
individuales por $ 77.500, entonces creo que se abre una caja de pandora.
Retomando lo que analistas energéticos decían, no alcanza con el aumento de
tarifas que estaba planteado y efectivamente parece que no alcanzó.

De hecho, ayer la demora en que se conozcan estos lineamientos generales, que insisto
que no son el acuerdo, debe haber tenido que ver con eso. Así como no pudieron
procesar las diferencias internas de cómo encarar políticamente la negociación,
tampoco hay acuerdo interno en qué hacer con las tarifas en un momento internacional
tan delicado. El año pasado, los barcos que trajeron las autoridades de Camesa para
generar electricidad, se pagaron a 8 dólares el millón de BTU. Antes de la guerra, el
BTU valía 32 dólares el gas licuado. Ahora a una semana de estallada la guerra, llegó a
valer 52.

Es imposible que bajen los subsidios en un 0,6 % del PBI aún con el aumento de
tarifas, que va a ser mucho mayor que lo que había anunciado el kirchnerismo. Para el
grueso de la población, con esta fórmula que pactaron con el FMI, va a ser 42 %. Es
menos que la inflación. Lo que dicen comunicadores progresistas es que te sube el
cable o la prepaga o la comida y lo pagás. Eso es parte de una situación material
holgada, que no tienen la mayoría de laburantes.

Con esa plata no se va a aumentar la AUH. Lo que se ahorre en subsidios va a ir al pago


de la deuda.

Pero si todo aumenta, uno podría decir “qué injusto que los sectores medios pretendan
ser subsidiados cuando aumentan todo”. Ahora, cuando todo sube, si sube también la
tarifa, puede ser la tarifa de gas y luz la que te empuje a la pobreza si ya estás al
borde. Ya aumentaron los alquileres y no hay políticas gubernamentales para frenarlos.
Aumenta la comida y el Gobierno se muestra impotente para frenarlo. Bueno, si
aumentan las tarifas de luz y gas, las puede frenar con una resolución. Si hace que
aumenten por encima de la inflación para recuperar la tarifa de los concesionarios,
están trabajando para ellos. Es una discusión que se disfraza de distributiva. Lo mismo
que la de “ahorremos en subsidios para aumentar la AUH”. Con esa plata no se va a
aumentar la AUH. Lo que se ahorre en subsidios va a ir al pago de la deuda.

Mencionabas también que la política hacia los planes sociales es ir focalizándolo y


atarlo a los organismos internacionales.

Ahí también hay un equívoco en la discusión. Es una cuestión fiscal y estructural.


Mientras dicen “es injusto subsidiar a los ricos que se calientan la pileta entonces
subámosle la tarifas a todos 42 %”, también demoraron un año el gasoducto de Vaca
Muerta, que podría haber aliviado esa situación, y es algo que ya está pago por el
Impuesto a las Grandes Fortunas. Es algo problemático de disfrazar de épica. Hay
mucho de mala praxis, error y cortocircuito interno en un paso que va a marcarle la
vida a toda una próxima generación.
¿Crees que Cambiemos estará contento de votar el acuerdo en el Congreso? ¿No
es una suerte de convalidación del fraude que nos hizo Macri con el préstamo más
grande de la historia? ¿Cómo leés lo que dicen?

Son los que están especulando y extorsionando con su aval o no en el Congreso desde
el riñón de Macri, y que participaron del proceso de endeudamiento más vertiginoso
que haya habido en ningún país en la historia del capitalismo. Son unos cínicos y
caraduras. Que vengan a intentar convencernos de que el gobierno de Macri se
endeudó menos que otros o que este Gobierno con esta firma le deja una bomba de
tiempo al que viene, es algo que solamente en un país con una prensa muy direccionada
y colonizada por el poder económico que está detrás de Macri se puede permitir.

Algunas encuestas marcan que muchos piensan que el gobierno de Fernández se


endeudó más que Macri. Habla de hasta qué punto el de Macri fue un conglomerado
empresarial, judicial, corporativo y mediático. Es una mentira flagrante y muy
evidente desde el momento en el que nadie le presta en el mundo a la Argentina.
Alberto no es que no se endeuda porque no quiere, no se endeuda porque no puede.

Me parece que no hemos logrado construir como sociedad un anticuerpo frente a la


calamidad del macrismo. Estamos vulnerables a la posibilidad de su regreso. No era
solo tarea del Frente de Todos o el Ejecutivo entablar esa discusión sobre qué vamos
a hacer con el saqueo de esos cuatro años. Macri debió haber ido a Tribunales y a
prisión por lo que hizo. Ahora el Gobierno amaga con agitar la causa donde se investiga
el origen y destino de esa deuda, parece una tomada de pelo. Los dos están
convalidándola ante un Fondo Monetario que ahora va a decir “es tuya la deuda”.

Cabe una autocrítica para todos los gremios, organizaciones sociales y partidos. Los
comunicadores y economistas críticos, ¿hicimos lo suficiente para que toda la sociedad
entienda hasta qué punto fue un saqueo eso? En algún caso no alcanzó lo que hicimos, y
en otros estamos viendo, como en el caso de la CGT, una complicidad infame con algo
que al pueblo trabajador le va a costar mucho. No me resulta extraño porque es la
misma dirigencia sindical que está atornillada a sus cargos, la misma dirigencia que
avaló las privatizaciones en los noventa también de la mano del Fondo Monetario.

Vos estuviste en Grecia para recoger testimonios de la devastación que dejó la


troika, en la que estaba incluido el FMI ¿Qué significa el cogobierno? Algo que
Grecia vivió en carne viva

Grecia es el país que sufrió el peor derrumbe económico del capitalismo moderno en
tiempos de paz. Ningún país perdió como le pasó a Grecia un 25 % del PBI en menos de
10 años, y que haya experimentado la emigración de un 10 % de su población en tan
poco tiempo, de la mano de un programa económico.

Para darse una idea, en Ucrania hay 44 millones de habitantes y en una semana de
guerra salieron un millón de refugiados. Todavía no llegó al 10 %. En Grecia vivían casi
11 millones de personas, y emigró 1.200.000 durante la sucesión de gobiernos
conservadores, con la Troika integrada por el Fondo. Hubo una ola de suicidios de
gente que se quedó sin trabajo. Las jubilaciones fueron reducidas a menos de la mitad
de lo que cobraban. Uno de los entrevistados de la película es un aeronáutico jubilado
que tenía un régimen especial y cobraba 500 euros y antes de la Troika cobraba 1200.

En el caso griego se ve el deterioro de las condiciones de vida. Es muy notable. Hay


combis que van con lavarropas y enchufes recorriendo las plazas para que la gente en
situación de calle porque se quedó sin laburo, pueda enchufar sus celulares. Todos
negocios de prendas por 1 euro, o vacíos y tapiados. Es muy visible la destrucción
económica que dejó el Fondo Monetario. Es verlo de manera muy concreta. A Grecia la
Troika le quiso imponer un castigo, para que nadie más se le pare de manos, un castigo
ejemplar, por eso aplastó como aplastó al gobierno de Syriza, más allá de sus errores
propios, y por eso se ensañó con la movilización del pueblo griego, que tiene una
particularidad como la de Argentina que es salir a movilizarse mucho a las calles.

Y sí, nos pueden decir “acá no hay reformas estructurales como en Grecia”, pero qué
se yo, la reforma laboral acá ocurre de hecho, cada vez hay más laburantes
informales, las jubilaciones están devaluadas, son de $ 32.000, menos de 150 euros.
No hay ni de casualidad margen para aplicar un ajuste como que aplicó Grecia porque
ya estamos ajustados a un nivel muy severo. Lo que presentan como alivio es que en
realidad ya estamos mal y nos quieren meter más en ese espiral, ese espiral de disputa
por el excedente, un espiral de lucha de clases. En esa lucha, el FMI y las potencias
extranjeras juegan para un sector de la población local que es la elite que se
enriqueció con la pandemia y gracias a este crédito durante el macrismo, comprando
esos dólares baratos.

Hasta 2034 se vienen las revisiones del FMI y hay inconsistencias en el plan
¿Qué contradicciones observás en los términos del acuerdo, en la posibilidad de
su cumplimiento?

Creo que este acuerdo va a tener que renegociarse, va a colapsar mucho antes de lo
que cree el ala del oficialismo que considera que con esto gana tiempo o llega al final
del mandato sin turbulencias. El FMI es un organismo político. Que le haya exigido a la
Argentina un alineamiento tan concreto como el de la Embajada de Estados Unidos y la
presión internacional, tiene mucho que ver con esta refinanciación.

Brasil, por ejemplo, más allá que me parece correcto condenar la invasión a Ucrania
que es una aberración, Brasil se dio el lujo de no condenar nada y decir que tiene
negocios con Rusia. Bolsonaro se da ese lujo porque no tiene al FMI detrás. Le acaban
de dar 3.000 millones de dólares a Ucrania, el FMI es tan estricto con sus criterios
de repago de la deuda, y a Ucrania bombardeada, que no podrá poner en
funcionamiento su capacidad productiva durante años, le da 3.000 millones de dólares
sin ningún criterio de repago. Se lo da, como los 450 millones de dólares que puso el
Fondo de la Paz de Europa para comprarle bombas y tanques a Ucrania. Es un apoyo
bélico que lo da el Fondo Monetario.

Hace unos meses, escribiste en la Revista Crisis, una nota titulada “¿y si no le
pagamos al fondo?” Me resultó interesante porque, más allá de la izquierda y
otras pocas voces críticas, el acuerdo es presentado como la única alternativa y
todo el resto sería caos ¿Es así? Hubo marchas muy importantes el 11 de
diciembre y el 8 de febrero en rechazo al acuerdo. Se prepara una movilización
para el día en qué se trate en el Congreso lo enviado por el Ejecutivo. ¿Cómo ves
el rol de estar en la calle para enfrentar el acuerdo?

Yo creo que es un chantaje que nos pidan las alternativas a nosotros, a los que
criticamos el acuerdo. La construcción de alternativas no es individual. El ministro de
Economía quizás cree que puede resolver con cuatro amigos suyos de la Universidad de
La Plata un problema político que tiene Argentina hace más de 200 años. Yo no creo
poder resolverlo, ni con vos. No es una cuestión de esgrima verbal. Es una gesta social
y política sacarse de encima un yugo, como pasó con muchos otros.

No pueden invertir la carga de la prueba, los que gobiernan son ellos, los que
prometieron otra dirección son ellos, y los que habían denunciado este mecanismo de
endeudamiento como algo perverso y condicionante para el pueblo, son ellos. Entonces,
los que tienen que explicar por qué ahora este acuerdo menos malo es la salida, son
ellos.

Por eso me parece respetable la actitud de Máximo Kirchner, criticada por inmadura o
extemporánea, tanto adentro como afuera del Frente de Todos. Me parece que es una
admisión de la impotencia política que debe sentir su sector en este momento dentro
del Frente de Todos.

Las alternativas tenían que construirse con el tiempo, no es momento de preguntarse


si habían alternativas, el día del vencimiento de pagos es este 22 de marzo, el
momento de preguntarse era antes del 10 de diciembre de 2019, y las alternativas
tenían que construirse política y socialmente de un modo lo más democrático posible,
de abajo para arriba. Sabiendo que tenían costos esas alternativas. Había que hacer
un trabajo de educación también de qué es prioritario y qué no en un país que tiene a
la mitad de la población pobre, sin poder pensar en ningún viaje subsidiado al exterior
como eran los pasajes en cuotas y en dólares que se sacaron y hubo gente que se
escandalizó. Eso también es tarea de la izquierda, porque me parece que la imaginación
de otro mundo posible tiene que ser lo suficientemente realista como para que no nos
achaquen a los que somos críticos de este tabicamiento de la imaginación, que no nos
achaquen infantilismo, inmadurez, y todas esas cosas que el macartismo habitualmente
despliega.

Sí, nos achacan como que somos el caos, pero yo creo que, si uno ve la historia
reciente, medidas que plantea la izquierda como la nacionalización de la banca, es
para preservar al pequeño ahorrista o los recursos para quien quiera irse de
vacaciones cruzando la frontera, y no que se fuguen como se fugaron en el
macrismo escandalosamente y se siguieron fugando con la avenencia del Banco
Central. Creo que es más realista, y es difícil el debate como decías vos, va
contra un sentido común que se establece desde los medios de comunicación, los
dirigentes sindicales y sociales, pero desde el punto de vista práctico estamos
convencidos de que la lucha por el socialismo es lo que verdaderamente vale, pero
estamos planteando cuestiones inmediatas como la defensa del salario, del ahorro
y los recursos naturales.

Esta bueno que lo plantees así porque yo creo que el clivaje es el 99 % contra la elite.
No es como hace 200 años, burgueses y proletarios. Es muy claro que el ataque es
contra el 99 %. Lo difícil es entablar esa discusión.

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