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Despedida.

Conferencia á beneficio de la Biblioteca pública de Chivilcoy


POR JUANA MANSO.

Vecinos de Chivilcoy. Todos los regocijos humanos pueden compararse al humo que se disipa
en el espacio; por eso aquellos acontecimientos que abren una era nueva en la vida de los
pueblos, merecen dejar huella mas profunda que los re cuerdos de un banquete, de un baile,
de los brindis y arranques del entusiasmo popular.

La iniciacion de una Biblioteca pública, me ha parecido el resultado mas lógico é inmediato que
podia traeros la inaguracion del ferro-carril que ha puesto este pueblo á distancia de cinco
horas de la capital de la Provincia, el resultado lógico del Telégrafo que ha suprimido la
distancia y os ha puesto al habla con Buenos-Aires.

De qué servirian los ferro-carriles sino tuviesen por mision ademas del desarrollo del comercio
y de la industria, el contacto de las ideas el intercambio de las conquistas del pensamiento? ¿Y
cómo pueden los hombres que no leen seguir el rápido curso del movimiento intelectual del
siglo? Para qué quieren los que no saben leer 6 no leen jamás libros y diarios, ¿Ferro carriles ni
telégrafos?

Por eso á la vez que debeis crear Escuelas, necesitais bibliotecas como el complemento de las
primeras.

No basta aprender á leer, es tambien necesario cultivar el gusto por la lectura, para que ese
pasatiempo venga á ayudarnos á la obra de nuestra educacion propia, de nuestro progreso
moral é intelectual.

El hombre recibe de la escuela los primeros rudimentos que contribuyen mas tarde á su
engrandecimiento, ó que estacionarios se esterilizan por la inaccion del espíritu y son como la
simiente de que nos habla Jesus en una de sus parábolas.

Como el Evangelio no es popular todavia entre nosotros, me tomaré la libertad de repetirla


aqui, porque el ejemplo de esta como de todas las parábolas del Salvador, eran dirijidas á los
sencillos habitantes de los campos. El decia:

“La palabra del hijo del hombre es como la semilla que siembra el labrador. Unas veces cae
sobre tierra pegada á la roca, que aunque brote no tiene consistencia la raiz, otras cae sobre la
roca viva, vienen las aves del cielo y se la llevan en sus picos, otras caé en tierra fértil y produce
ciento por uno.”

Hay niños que sin proporcion de cultivar lo que aprendieron en la escuela, lo olvidan antes de
llegar á ser hombres, esa es la semilla que cayó en la roca.

Otros conservan lo que aprendieron en un ser apenas para su uso particular. Esa es la semilla
que cayó en la tierra pegada á la roca.
Otros en fin, como Franklin, pobre niño hijo de un velero, aprendiz tipógrafo, filántropo toda
su vida, millonario al morir, bien hechor eterno de la humanidad, por el descubrimiento del
para rayos, por el del Telégrafo eléctrico que preparó y Morse perfeccionó; por la iniciacion de
las bibliotecas públicas; como Lincoln leñador de las florestas del oeste, correo de un pueblo,
almacenero, abogado, capitan de milicias, redentor en fin de la esclavitud de una raza que su
triste color condenaba á la degradacion la preocupacion y la injusticia; como Sarmiento, en fin;
el Horacio Mann de la República Argentina, hijo de una familia honesta y pobre mozo de
tienda primero, maestro de escuela despues, ministro, Gobernador de provincia, y honor de
nuestra patria; tales hombres representan la tierra fértil que dá ciento por uno. Todos ellos
han tenido por punto de partida el rancho y la cartilla de la escuela, el resto ha sido la obra del
libro, de la meditacion y de la perseverancia.

El hombre que no contrae temprano el hábito de leer se disipa; en la necesidad de alimentar


aquella actividad incesante del espíritu humano busca pasatiempos, frivolos, estériles, cuando
no peligrosos á su moral, á su salud. Las facultades mentales se estravian y la vida es una
oscilacion ó una vegetacion segun las organizaciones pero se desvia de su destino y deja de ser
un progreso.

Voy á esplicar mi pensamiento. Qué hemos venido á hacer al mundo?

Que objeto tiene la vida que por tan limitado espacio de tiempo nos concede el Altísimo? . –

Hemos refleccionado alguna vez sobre esto?

El primer hombre que encaró la vida bajo este punto de vista fué Horacio Mann, otro humilde
niño hijo de un labrador y labrador él mismo, educado en los campos por el libro leido en los
momentos de solaz, si, ese hombre Horacio Mann fué el primero que una vez alcanzando á
hacer sus estudios se fijó en esta gran cuestion: “el carácter progresivo de la raza humana.”

Este carácter progresivo es ingénito é inherente á la humanidad, es el don de la divinidad y el


impulso dado á la vida indi vidual, desarrolla ó contraria ese carácter impreso por el Creador á
la criatura.

De ahí la necesidad de la instruccion como progreso individual que trae por la aglomeracion de
hombres educados, el progreso colectivo de la raza en particular y de la especie en general.

Un niño que nace en la ignorancia, y en ella crece, cuando llegue á ser hombre, cómo habrá
contribuido al progreso de su especie, ni de su raza?

Planta agreste, sus frutos serán amargos.

La vida impone deberes, y tiene un fin, Dios la concede al hombre como un beneficio no como
una tortura, como un bien in apreciable, no como un castigo. No para sufrir y curbarse, sino
para trabajar y avanzar por el camino de la perfeccion de si mismo, hácia otra perfeccion ,
desconocida que se llama la inmortali dad.

El libro, pues, considerado como el locomotor de los conocimientos útiles, de los sentimientos
castos, de los fallos severos de la historia, es un gran poder moralizador en la vida moderna, en
que los pueblos se agitan movidos por las corrientes eléctricas, de la libertad del pensamiento,
de la conciencia y del trabajo.

Considerado el libro bajo otro aspecto, cuando las miserias de nuestras pasiones, traen, al
corazon el desencanto de los amo res que creimos eternos, de las amistades que supusimos
invariables, cuando la muerte en su cosecha incesante, nos roba los caros objetos de nuestra
afecciones, qué amigo mas fiel, qué consolador mas asíduo que el libro, con quien nos
hallamos frente á frente en la hora del desconsuelo ó de la decepcion?!

Es tiempo tambien, de dar una base sólida á la administracion local, propendiendo al


desarrollo intelectual y moral de nuestros pueblos: no nos hagamos ilusiones por mas tiempo
la libertad no tiene otra base que la educacion universal, la república sin inteligencia cultivada
y sin virtudes públicas, es imposible.

Es tiempo de refleccionar y de obrar. Dios se cansa de so portar los desaciertos de los hombres
y de los pueblos, por eso se dice vulgarmente: Dios consiente y no para siempre.

Todos los dias, á cada momento, se nos vienen á los lábios los Estados Unidos: Chivilcoy es
conocido por el vulgar apodo de pueblo Yankee. Mostremos entonces que merecemos el
honor de representar el carácter iniciador y perseverante de los Yankees, y mas que todo su
respeto y su gratitud para con sus bien hechores.

Voy á narrar un episodio de nuestra historia comparada á la historia de los Yankees, en


corroboracion de mi pensamiento.

En 1820, dos oradores famosos, dos estadistas colosales, trabajaban por cimentar la República
en América, y con las chispas de su génio, iluminaban con antecedencia el camino que debian
recorrer ambas Américas en la vía del progreso, de las instituciones y de la civilizacion humana.
Esos dos colosos del nuevo mundo estaban colocados, uno en las riberas del Océano Atlántico
y se llamaba Webster.

El otro, en las márgenes del rio de la Plata, y se llamó Bernardino Rivadavia.

Webster decia á sus contemporáneos, las bases de la República son tres. Educacion universal:
prácticas religiosas, y distribucion equitativa de la propiedad territorial.

Aquí Rivadavia, creaba escuelas para las mujeres revindicando su personalidad intelectual,
traia colonos, para dividir la tierra en justas proporciones y condensar la poblacion, reformaba
los conventos, para que removido el fanatismo que es la zizaña de que nos habla la escritura,
el sentimiento religioso se espandiese robusto en una atmósfera de libertad; y por último, él
dijo: “La Escuela es el secreto de la prosperidad de los pueblos jóvenes.”

A la vez que en los Estados Unidos, se ensayaba aqui el sistema de Lancaster, y allá como aquí
el año 25 oyó el sursun corda, que emprendian los estadistas Norte Americanos y el estadista
Argentino.

Por qué fenómeno desconocido no estamos hoy nosotros á la altura de aquel pueblo, si la
misericordia Divina nos deparó un guia tan sábio como el que tuvo Norte América?
Por qué habiendo tenido un general Belgrano, corazon: honrado y virtuoso al par de
Washington, por qué habiendo tenido un Rivadavia, génio tan colosal como el de Webster nos
encontramos hoy rezagados y á retaguardia de los Estados Unidos, en vez de encontrarnos á la
par? Por qué, ¿si, por qué?

Voy á decirlo.

Los Americanos, creyeron la palabra de Webster; acataron y amaron á Washington: y aun hoy
dia se venera su memoria y se cumplen sus preceptos.

Nosotros, no reparamos en estas sublimes palabras de Bel grano: “la virtud se recompensa á si
misma”. Crucificamos á Bel grano, nos sublevamos contra las doctrinas de Rivadavia, le
volvimos la espalda, lo arrojamos de la patria como á un forajido, lo condenamos á la
espatriacion hasta la tumba.

Y cuáles han sido los resultados de la creencia en el génio y el respeto á la virtud allá; del
desprecio á la virtud y de la persecucion al génio aqui?

Cuáles han sido los resultados de conducta tan opuesta?

Allá el progreso y la felicidad nacional, la libertad afianzada la república en el apogeo de su


esplendor.

Aqui la guerra civil, la tirania de veinte años azotándonos y hoy la rápida degradacion de
nuestra raza á punto de correr el riesgo de desaparecer el gobierno republicano por que los
resortes del sistema representativo no juegan, no hay electores y los tribunos elegidos están
para convertirse en asalariados, en merca chifles, por que los deberes de la ciudadania son
pesados y los derechos despreciados por inútiles.

Paremos al borde del abismo, hay una tabla, esa tabla esa ancla, esa rama providencial, es la
educacion universal.

No la escuela gratuita, no la escuela comunal. La escuela comun: la educacion de todos


costeada por todos.

La biblioteca de todos por todos y para todos.

La caridad cristiana en accion, la enseñanza mutua por la palabra hablada y por la palabra
escrita: el cumplimento del precepto religioso y de la libertad civil, amaos mútuamente,
enseñaos mútuamente toda nocion benéfica y pura.

Voy á la ciudad á pedir libros para la Biblioteca de Chivilcoy, y á los vecinos de este pueblo les
confio, no mi pensamiento sino su propio interés.

Dejo á las damas de Chivilcoy, mejor dicho á las madres el cuidado de ayudarme en esta
empresa, por el bien de su localidad, y por su propio interés.

La mujer es un mito en la humanidad; Dios ha puesto en su corazon el ideal del amor que no
existe sobre la tierra; madre, esposa, amante, ha hacido para mártir: su abnegacion jamás llega
á ser comprendida; madre, sus hijos le traspasarán el corazon mil veces sin sospecharlo;
amante, cuando ella ofrece la esencia divina de su alma, el amante se contentará con la
posesion; es posa, cuántas decepciones la esperan, qué hombre la elevará tanto en su respeto,
como sincero y sin límites en su amor!

La mujer, pues, no tiene un amigo mas leal que el libro; él será el cómplice y el consolador de
sus males, él calmará su pesar de un modo mas radical, que los banales consuelos que no
llegan, hasta su corazon dolorido. La mujer que lee y ama la lectura, luchará mejor contra el
infortunio, contra alguno de esos dolores agudos que saben quebrantar las fibras de los
corazones mas firmes

Señoras de Chivilcoy: á vosotras confio el empuje de nuestra biblioteca pública que va á


formarse con el primer plantel. Un libro de Sarmiento, y los silenciosos amigos de mis horas de
angustia, son los compañeros de mi soledad, voy á desprenderme de ellos, para hacer acto de
abnegacion de todos los bienes de la tierra.

Todavia, considerada por el lado material, la idea de la Biblioteca, es oportuno hoy mas que
nunca para Chivilcoy.

Si planteamos aquí el sistema de escuelas comunes de modo que todos los niños reciban el
beneficio de la educacion, y puedan darle aplicacion útil é inmediata por el libro, Chivilcoy
alcanzará en breves años el destino que le señala su posicion en nuestra compaña, y la riqueza
de sus campos. Es preciso no con tentarse con enviar sus trigos al mercado, ni sus lanas á
Europa; Chivilcoy ganará mas estableciendo molinos para sus granos y centros fabriles de
tegidos para su lana. Entonces ensanchado su comercio por la industria, en vez de simple
abastecedor de materia prima, Chivilcoy será industrial tambien, pero ese cambio de su modo
de ser actual, solo tendrá lugar por el intermedio de la Escuela comun y de las bibliotecas
públicas,

El hombre iletrado, que nada sabe, nada puede producir tampoco, es menester enseñarlo
antes, educar sus facultades intelectuales, educar sus sentimientos, para que despues, él por
su vez tambien, eduque la tierra que produce mejor, eduque sus animales para sacar de ellos
mejor partido, del caballo el maneje del arado, de la vaca la lecheria modelo.

Pero lo repito, sin prévia educacion, no hay mas que barbárie, estagnacion, progreso negativo
y los propios ferro-carriles y telégrafos se esterilizan por la falta de una buena direccion dada al
espíritu humano.

Hace 8 años en la introducion de los Anales, decia Sarmiento, “dentro de diez años el humo de
la locomotora avanzará en los campos desiertos del Oeste, sin que los habitantes estén
dispuestos con antecedencia á el manejo de los delicados resortes de la civilizacion.”

Hé aquí la profecía realízada: ahí teneis á vuestras puertas el gran beneficio que la viabilidad
moderna ofrece al ensanche de la riqueza; estais preparados para recibirlo?

Sé que vuestros campos están bien cultivados, que poseeis ganaderias numerosas, máquinas
tambien, de las que libertando el brazo del hombre del trabajo manual, centuplican las fuerzas
pro ductoras del pensamiento; pero hay otro elemento creador indispensable. Usando de las
palabras de Washburn, un inteligente gobernador de alguno de los Estados del Oeste, os
preguntaré: ¿Qué cantidad de cerebro cultivado, posee Chivilcoy? Cuántos hombres saben leer
en este Partido? Y cuántos no saben. Esto por lo que respecta al presente; ahora en cuanto al
porvenir, cuántos niños tiene este Partido? ¿Cuántos se educan? ¿Cuántos quedan por
educarse? El progreso que anhelamos no tiene otra solucion que a cantidad de cerebro
cultivado en posesion de cada pais.

La libertad, este bello ideal de las almas generosas, esa aspiracion ingénita de la humanidad,
cómo se alcanza? Todos están de acuerdo en reconocer sus beneficios, todos aspiran á su
posesion hasta con el ardor que consume.

Sin embargo, el camino del entusiasmo no es el que conduce á la libertad.

Como todos los grandes efectos, la libertad reconoce una causa humilde; pero en la América
del Sud, suspirando por el resultado, no se quieren reconocer los medios prácticos de
alcanzarlo.

No podemos creer, ni el testimonio de nuestros ojos. Decimos, si los Estados Unidos


prosperan, es la raza. Si son libres, es la índole del orígen Sajon. Si la República es alli una
realidad, es porque sus comienzos fueron diversos que los nuestros, allá se colonizaba el
pueblo espontáneamente. A nosotros nos colonizaba la monarquia en su provecho.

Sin negar todas las desventajas de nuestro orígen, tengo la certeza que la obra de los Padres
Peregrinos que fundaron la gran República Americana, se habria desvirtuado, si los ciudadanos
hubiesen descuidado la obra de la educacion universal.

Anoche, un aventajado niño, preludiando al orador de génio cuyo destino auguramos


espléndido, si él sabe encaminar su espíritu y su estudio al conocimiento de las verdades
prácticas de la economia social; ese aventajado niño, decia anoche que la democracia es la
revindicacion de la personalidad del hombre individual y por concecuencia del hombre pueblo.

Si, esto es la democracia en la acepcion filosófica del concepto.

Busquemos ahora el medio de establecer la individualidad humana en la esfera del


pensamiento y de la accion; como fuerza cooperadora del progreso y de la perfectibilidad
humana.

Es claro que si se conserva el individuo en el estado de ignorancia, su individualidad será


negativa y la degeneracion de la democracia enjendrará la demagogia.

La libertad por otra parte, señores, no es ni el estridor de las armas, ni el himno de la victoria,
ni el rapto del espíritu impulsa do por el entusiasmo.

Qué es la libertad? En la esfera individual, es la tranquila y fuerte posesion de sí mismo; las


acciones sujetas al fallo de la razon, las pasiones enfrenadas al poder de la conciencia; toda vez
que desconocemos estas leyes, maculamos nuestra libertad, don del creador de todas las
cosas.

La libertad en el pueblo es la soberania.


La soberania es el ejercicio de los derechos, adquirido por el cumplimiento de los deberes
sociales y morales del ciudadano.

La libertad individual como la soberania universal, requieren pues, una habilitacion prévia sin
cuyo concurso, ni el hombre será libre jamás, ni el pueblo será nunca el soberano capaz de
discutir sus propios intereses, defenderlos y pesarlos en la balan za del buen criterio.

La prosperidad y la fuerza de los Estados Unidos vienen de haber considerado temprano la


educacion, como un resorte político de buena administracion, como el primer deber del
magistrado y la responsabilidad universal de los ciudadanos. Por eso el distrito prepara
ciudadanos al Municipio, el Municipio al Estado, el Estado á la Nacion y todas estas
responsabilida des tienen hoy una causa comun de que carecian ahora treinta años atrás.

El hogar, la madre, la mujer ilustrada y preparada para un destino superior que los quehaceres
domésticos, no estorban ni encadenan, sino que poetizan y subliman.

La libertad en la práctica, es el pueblo educado por sí mismo despues que la iniciativa de la


autoridad le abrió el camino por la prédica incesante, y por sábias leyes que le facilitaron con
rentas apropiadas la realizacion de tan inmenso sacrificio.

El hombre no tiene la conciencia de su propia degradacion, ó de su ignorancia, sin que un


espejo de refraccion, no le presen te la deformidad de su estado moral é intelectual.

Contento con la satisfaccion de sus necesidades apremiantes, necesita para caminar á la


perfeccion guias iluminadores que lo convenzan de su atraso, de su pobreza, y es esa la mision
del gobernante. El gran fin de la política, el ideal de la administracion es la educacion universal,
como base de la soberania universal.

Esa educacion universal no tiene otro motor, otro agente mas que la escuela comun, es decir,
escuela por todos y para todos, lo que difiere de escuela comunal, que quiere decir escuela
costea da por la comuna ó municipal.

En el dogma de la educacion comun, el legislador crea por la ley fondos especiales destinados
á responder á los gastos de la educacion del pueblo, como propietario de la tierra que ocupa y
soberano destinado á gobernarse á sí mismo.

La ley establece ademas, la responsabilidad de todos los ciudadanos por su propia educacion y
la de sus hijos y conciudadanos. Como se vé esta no es precisamente la enseñanza
compulsatoria, sino el reconocimiento de un deber impuesto por la vida, y cuya práctica
envuelve estas dos ideas eslabonándolas— El hombre libre y responsable.

Esa responsabilidad, trae el impuesto voluntario, la cotizacion entre sí para educarse juntos,
por la escuela primero, por el libro despues.

Cuando en cada uno de los estados de la union se afirmó la escuela comun, el segundo paso de
la legislatura, fué ordenar la creacion de una biblioteca en cada distrito.
Despues la difusion de la lectura ha sido tal, que se han dotado de bibliotecas, las escuelas, los
hospitales, las cárceles, yo misma visitando la penitenciaria de Pensilvania, he estado en su
biblioteca.

La Universalidad de lectores y de personas que saben escri bir, ha producido ese consumo
asombroso de libros, de papel, de tipos y ese ensanche fabuloso de las rentas del correo.
Réstame ahora hablaros de la realizacion de la biblioteca pública que yo denominé antes de
ayer, Bibiloteca Sarmiento, fué un deseo aislado que no viene con el carácter de imposicion, el
pueblo de Chivilcoy y su vecindario resolverán como mejor encuentren.

Entremos al terreno de la realidad.

Todas las bibliotecas conocidas, se han fundado por donativos especiales, ó por asociaciones.

Lo que yo propongo, tiene por primer plantel un libro que Sarmiento me encarga ofrecer á
Chivilcoy como óbolo de la inauguracion de su via férrea, y los volúmenes de mi uso que he
ofrecido,

El Sr. Ministro de Gobierno, el inteligente y simpático Dr. Avellaneda, aceptó la idea y ofreció
libros. Chivilcoy por las simpatias que tiene en Buenos Aires, recibirá pues, otras muchas do
naciones, y su vecindario como el primer interesado contribuirá, lo espero, con mayor calor.

Pero ante todo, es necesario organizar recursos y asociacion que secunde el pensamiento y lo
torne en realidad latente.

Yo propongo á mis amigos de Chivilcoy, que se forme primero una comision que tome desde
ya el distintivo de sucursal de la Sociedad de Franklin.

Es la sociedad que ha fundado la Biblioteca popular de San Juan y que aspira á fundar una del
mismo género én cada pueblo de la República Argentina.

En Gualeguay provincia de Entre-Rios, ya se aglomeran elementos para una.

Decimos, pues, que se forme una comision de vecinos de Chi vilcoy, que inviten toda aquella
parte de su poblacion apta á ingresar en la Asociacion Franklin.

El dinero reunido esta noche puede servir á los primeros gastos. Yo facilitaré los estatutos de la
Sociedad Franklin, á la que una vez organizada la Asociacion de la Biblioteca aquí, puede
dirigirse para ponerse en contacto.

La Sociedad estipulará una cuota mensual discrecional, establecerá reuniones frecuentes, y


tomará una fuerte iniciativa en reunir elementos, es decir, libros y dinero.

Los libros deberán franquearse no solo á los sócios efectivos sino á subscritores mensuales y á
subscritos eventuales por obras, premuniéndose con las garantias nesesarias para evitar el
estravio ó destrozo de los libros.

La Municipalidad puede tambien apropiar ó un fondo permanente ó un dinero mensual para la


Biblioteca. Estos son los medios que me ocurren por el pronto, y temiendo fatigar la atencion,
voy á terminar revelando al vecindario de este pueblo, una conversacion habida delante de mí.
Un Sr. Diputado de la Provincia, ofrece presentar ante las Cámaras, el proyecto para que
Chivilcoy sea elevado al rango de Ciudad, mediante los siguientes adelantos materiales.

Dar nombres á sus calles y plantarlas de árboles; mensurar sus casas; delinear un cementerio
público; que el vecindario construya su Iglesia, que la Municipalidad lleve á cabo el
pensamiento de crear el sistema de escuelas comunes.

Réstame agradecer en nombre de la civílizacion y del progreso de esta localidad, la


cooperacion de las personas que han querido hacerse un honor en contribuir á la lectura de
esta noche, primer óbolo del pueblo á su biblioteca. En primer lugar al Sr. Inspector de
Escuelas, que acaso disidente conmigo en este momento, como hombre de espíritu y merced á
su buena índole, ha comprendido que los individuos no somos mas que los servidores de las
ideas y que estas nos imponen sacrificios de todas clases, entre los cuales, las afecciones á los
resentimientos personales están en primera línea.

Agradezco al Sr. D. Juan Madera y á su talentosa niña, haber retardado su regreso á la ciudad
para prestar hoy el contingente de su buena voluntad é inteligencia.

Doy mil gracias á la comision de damas que han querido ser las tesoreras del primer dinero con
que fundamos su futura biblioteca, asi mismo agradezco á las que han amenizado los
intermedios con las suaves armonias del piano.

Señores, donde hoy se levanta el teatro de Chivilcoy, cuyo propietario es el Sr. Krause; hace
años existia un pajonal en el desierto y aquí plantó su carpa, el primer pionner europeo, que
vino llamado por el hombre modesto, que como Franklin fué el alma de Estados Unidos, es hoy
el alma de Chivilcoy, todos lo sabeis, hablo del ciudadano Manuel Villarino.

Augusto Krause, pues, vino aquí con su familia, sujetándose á toda clase de privaciones, él ha
dotado á Chivilcoy de un teatro y en este como en el hermoso piano de Erard ha esterilizado
un capital; anoche para la lectura á beneficio de los Inválidos, como hoy para esta otra lectura
ha cedido su teatro iluminado y su piano, sin retribucion alguna; honor al desinterés y á la
filantropia.

Voy finalmente á consignar un hecho nuevo en la vida intelectual de la mujer Argentina y de


nuestros pueblos.

Chivilcoy es el primer pueblo de Sud América, donde tiene lugar una lectura sobre Educacion, y
lejos de dispersarse á su anuncio, ha pagado por oir. Es esta tambien la vez primera que las
mujeres rinden culto público al saber, prestando el contingente de su inteligencia, á la
realizacion de un pensamiento civizador. (*)

Esta noche las mujeres de este humilde pueblo de nuestra campaña, acaban de inaugurar la
aparicion de la capacidad intelectual de la mujer, siendo las primeras Argentinas, que levantan
tan alto sus nombres, en la iniciativa de la educacion en Sud América.

Hecho nuevo y honroso que consignaré en los Anales de la Educacion.

La lectura es hoy un arte de ornato, es la ciencia de persuadir por el magnetismo de la


entonacion y la pureza de la diccion, ciencia para la cual el primer Colejio del mundo, Harvar
Colegio ha establecido un prémio público anual, al que concurren indiferentemente, viejos
profesores y jóvenes señoritas.

Continuad en tan buen camino; organizad sociedades de lecturas públicas dominicales;


adelante, adelante y el porvenir es vuestro.

Ahora, mis amigos de Chivilcoy, réstame deciros que me separo de vosotros con el corazon
penetrado de un sentimiento indeleble de profunda gratitud, no solo por las demostraciones
de simpatia de que hé sido objeto, sino porque los Anales cuentan entre vosotros mas
patrocinadores que en la populosa ciudad de mi nacimiento. Buenos Aires, me dá 35
suscritores: Chivilcoy 40— hecho significativo que abonará en el porvenir por el buen criterio
de este pueblo; sobre el que pido la bendicion de Dios para las mieses de sus campos; la union
de sus vecinos y el acierto de su administracion local.

(*) Las señoritas Adelina Salvadores y Germana Aramburú.

Ortografía original. Anales de la Educación Común. Vol. IV. 1866.

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