Está en la página 1de 30
Capiruo VII DE LA ASAMBLEA § 57. Generalidades. — Muchas son las teorfas formu- ladas acerca del origen de la asamblea, pero el precedente inmediato mas aceptado se refiere a las reuniones celebradas por los socios de la Casa di San Giorgio, mas tarde Banca di San Giorgio. Sin embargo, en las sociedades francesas de mediados del siglo xvi la asamblea aparece separada de la administracién de la sociedad’. § 58. Naturaleza. — Para Swuru la asamblea es la reunién de sus accionistas congregados en las formas y con- diciones prescriptas por la ley y los estatutos?. Ropricugz la define como la reunién de accionistas legalmente convocada y reunida para expresar la voluntad social en asuntos de su competencia®; para otros autores es el medio técnico para que los socios expresen su voluntad. Dentro de la misma linea de pensamiento se la identifica como la misma asociacién, y en tal sentido las sucesivas asam- bleas, a partir de la constitutiva, son identificadas con esta, que sigue en funcionamiento a través de toda la vida de la entidad, lo que en opinién de sus sostenedores se justifica por- ‘ Havperin, Isaac, Sociedades anénimas, Depalma, Buenos Aires, 1974, 2 Hatperin, Isaac, ob, cit., p, 289, 8 Sipuru, Juan B., Comentario del Cédigo de Comercio argentino, n° 1315. 224 MANUAL DE DERECHO COOPERATIVO: que solo la asamblea que le ha dado origen decide poner fin a su existencia. Para Havrenin no hay tal calidad de supremo de este 6r- gano, pues sus deliberaciones y decisiones valen solo en los li- mites de sus facultades legales y estatutarias. Para poder afir- mar que es soberana, segiin este autor, la asamblea se deberia reunir con la presencia de la totalidad de los asociados y re- solver por unanimidad. De alli, sostiene, que no quepa aceptar que es la continuacién de la asamblea constitutiva misma‘. La asamblea es un mandatario que debe actuar dentro de los limites establecidos por la ley y los estatutos, segin la concepcién clasica. Pero la asamblea no ejerce representacién alguna en sentido juridico, pues expresa una voluntad propia, es un 6rgano de gobierno’. La nocién de érgano sufre posteriormente un cambio, de- finiéndoselo como el ente que ejerce sus funciones a través de personas fisicas. Para Pézz las asambleas son verdaderos cuerpos colegiados, depositarios de una especie de soberania corporativa; son por ello la mas alta autoridad de las colec- tividades organizadas. La asamblea es la propia corporacién obrando. Para el autor, la asamblea no es un 6rgano, pues para considerarla tal, se le deberia asignar ese caracter es- pecial de complemento y de auxiliar que particulariza a aquel y del que carece la asamblea en nombre del grupo; esa repre- sentacién se confunde de tal modo que hasta desaparece ca- si para convertirse en accidn del grupo mismo. Dice el jurista: “Toda asociacién se gobierna y maneja por sus érganos 0 por las personas de sus representantes legales, y de acuerdo con ellas la asamblea semeja ser un 6rgano. No obstante —sos- tiene, coincidente con la teoria de la realidad de las corpora- ciones- la asamblea es la corporacién en estado de concrecién, no es un 6rgano, ya que la naturaleza de su gestién se ca- racteriza netamente por ser la obra de la propia voluntad del grupo”®. 4 Hatrerin, Isaac, ob. cit., p. 290. © Hatrenin, Isaac, ob. cit., p. 290. 6 Paez, Juan L., Tratado tedrico-practico de las asociaciones, 3° ed., Ediar, Buenos Aires, 1964, ps. 193 y 194. DE LA ASAMBLEA 225 § 59. Laasamblea en el sistema cooperative. — Coin- cidimos con PArz en que la asamblea no es un érgano pro- piamente dicho por faltarle los rasgos que lo tipifican, es decir, su caracter complementario y auxiliar, Mas si consideramos que las funciones de administracién y fiscalizacién interna de las actividades de la cooperativa estan relacionadas y son exa- minadas por la asamblea, que es el cuerpo que desempefia el gobierno de la entidad, en este sentido podriamos decir que _ es el Grgano de mayor jerarquia de la cooperativa. La asamblea es la reunién de asociados que han sido con- vocados con arreglo a la ley y a los estatutos, para considerar los asuntos incluidos en el orden del dia, en cumplimiento de su funcién de gobierno, la cual se concreta a través de la ma- nifestacién de una voluntad colectiva. Esta voluntad colectiva se puede caracterizar como la unidad hecha de individualidades agrupadas. El concepto expuesto coincide con la naturaleza del sistema, definido por la Alianza Cooperativa Internacional, en el Congreso del Centenario celebrado en Manchester en 1995, cuando dice: “Una cooperativa es una asociacién auté- noma de personas que se unen voluntariamente para satisfacer sus comunes necesidades y aspiraciones econémicas, sociales y culturales, por medio de una empresa de propiedad conjunta, democraticamente gobernada”. Democracia es, en la coopera- tiva, una forma de interactuar entre quienes han organizado la entidad y la conducen en base a la aplicacién de reglas de igualdad de derecho y de obligaciones entre sus miembros. Cierto es que la deformacién de la palabra “democracia”,» aplicada a la cooperativa, ha llevado a no pocos intérpretes, en particular de quienes se desemperian en las distintas esferas de la actividad publica, a establecer como fundamento de sus medidas y pronunciamientos que quienes no son asociados, por ser parte de un Estado que se declara democratico, deben gozar de los mismos derechos que los asociados, pero no soportar las mismas obligaciones, sean éstas personas de existencia fi- sica 0 ideal. Sin embargo, con relacién a las obligaciones que recaen sobre los asociados, quienes se pronuncian a favor de Ja igualdad de derechos entre asociados y usuarios no aso- ciados, por ejemplo en las cooperativas de servicios publicos, 226 MANUAL DE DERECHO COOPERATIVO remarcan que los ultimos, por no ser asociados, no deben sopor- tar las mismas obligaciones que deben cumplir os asociados. En esta tesitura, la palabra “democracia” provoca una revo- lucién constante que la leva a participar de los més variados voluntarismos que postulan las m4s amplias facultades nor- mativas a la conquista de una nueva realidad fabricada a su medida. . La cooperativa no tuvo su origen en la igualdad genética de los hombres, que como sujetos son tnicos e irrepetibles, sino ‘como respuesta a sus humanas necesidades. De alli el régimen de puertas abiertas, la neutralidad que en lo politico, frecuentemente vemos vulnerada en nuestro pais en el orden provincial y municipal. La asamblea es, en la cooperativa: a) Imprescinpiece. La inexistencia de asamblea en la coo- perativa es inconcebible, no solo porque de ella emanan las normas que rigen la vida de la entidad, sino porque no se concibe la practica de la democracia, que es principio del sis- tema, sin el colegio de asociados, donde cobra efectiva vigencia. b) Soserana. Porque la asamblea ejerce la autoridad su- prema e independiente dentro de la cooperativa, solo limitada por la ley y el estatuto. En efecto, sus poderes no son om- nimodos, pues su desenvolvimiento se tiene que ajustar a las normas legales y estatutarias. La soberania de la asamblea se manifiesta en el gobierno de la mayorfa. Este gobierno de la mayoria debe responder al interés social, entendiéndose este como el destinado a sa- tisfacer los intereses de los asociados sin discriminacién al- guna, teniendo en cuenta que cada asociado, por ser tal, es titular de idénticos intereses que los demas asociados, Puede ocurrir que la mayoria puede imponer una deci- si6n ajena al interés social, pero esa decisién carecer4 de le- gitimidad por estar fundada en conveniencias sectoriales y no. sociales. . 227 DE LA ASAMBLEA ' ne El pronunciamiento de 1a mayoria es el encor eene cna tario y libre que define Ia voluntad de Ia masa de siitiaene a partir de la premisa de In entidad de intereses, miembros, : “Cuando 1a decisién comporta una respuesta ajena a Jos intereses sociales, no puede ser considerada como la volunta de los asociados. ¢) Posse racurraps inpeiecanies. Las facultades propias de la asamblea, atribuidas por la ley y/o reservadas por el estatuto, son indelegables. La asamblea podré modificar la competencia que se le haya asignado en el estatuto, a través de una reforma estatutaria. Mientras ello no ocurra, debe ejer- cer plenamente sus facultades. d) No reve ex cARACTER DE PERMANENTE. Ya sea que se la considere como la cooperativa en estado de concrecién, o como 6rgano, la asamblea solo funciona cuando es convocada conforme a las normas estatutarias y legales. e) Aupiro NATURAL PARA EL EJERCICIO DEL PRINCIPIO DEMO- crdrico. La democracia en el sistema cooperativo ha sido con- sagrada y reconocida como principio por la Alianza Cooperativa Internacional. La ley especifica en nuestro pais la concreta en el art. 2° en tres de sus incisos. En el inciso 2, al establecer el principio de puertas abiertas, segin el cual no existe limite estatutario al numero de asociados. En el inc. 3, cuando prescribe que cada asociado cuenta con un voto, cualquiera que sea el numero de cuotas sociales que detente en la cooperativa. Por ultimo, en el inc. 7, cuando prevé que no tienen Por fin principal ni oliticas, religiosas, de na- cionalidad, regién o raza, ni imponen condiciones de admisién vinculadas a ellas, 228 MANUAL DE DERECHO COOPERATIVO, estos son electores ¥ clegidos para integrar el 6rgano de ad- ministracién y el de fiscalizacién, que conducen y fiscalizan, respectivamente, la op atoria de la cooperativa, Con su su- fragio el asociado aprucba 0 desaprucha la gestion de aquellos sobre todos los asuntos que segdan la ley y cl estatuto estdin reservados a la competencia de la asamblea. También cobran vigencia de] mismo modo las normas internas, estatutarias y reglamentarias, elaboradas por los propios aso- ciados, que rigen la vida de la instituci6n. fin sintesis, a través de la asamblea, el asociado ejerce facultades inherentes a la confeccién de normas, a la confor- macién de los érganos de administracién y fiscalizacién, funcio- nes de contralor, cuando la asamblea juzga la actuacién de es- tos tltimos érganos, y asume, como miembro del colegio de asociados, las decisiones que las normas legales y estatutarias consideran de mayor trascendencia para la cooperativa. Todo ello es posible a través del derecho de participacién e informacién amplia en la asamblea, que se concreta en forma igual para cada asociado. Cada miembro dispone de un voto, sin que ninguno tenga mejor derecho, ya sea que se trate de ini- ciadores, fundadores, consejeros, etcétera. Tampoco los miem- bros de los érganos de administracién y fiscalizacién tienen mejores derechos por desempefiar esos cargos. érganos, y decide § 60. Asamblea ordinaria y extraordinaria. Dife- rencias, — a) Temas A Tratar. La ley 20.337 trata de las asambleas en el capitulo VI. El art, 47 diferencia las asam- bleas ordinarias y extraordinarias. Las primeras se distinguen de las segundas, mds que por el aspecto temporal de su re- alizacién, por el temario a considerar. Seguin la norma citada, es de tratamiento exclusivo de la asamblea ordinaria el balance general, ol estado de resultados y cuadros anexos, juntamente con la memoria, el informe del sindico y del auditor, previsto en ol art. 41. El art. 39 de la LCoop. establece, por su parte, la obligatoriedad de la con- fecci6n anual del inventario, balance general, estado de re- sultados y demas cuadros anexos. Dk LA ASAMBLEA 229 La periodicidad en la realizacién de laa asambleas resulta de la obligacién estatuida en el art. 39, en cuya consecuencia el art. 47 prevé Ia realizacién de las asambleas ordinarias den- tro de los cuatro moses del cierre del ejercicio, Dicho cierre se debe prever en cl estatuto, y el plazo de cuatro meses pos- teriores al mismo para Jar alizacion de la asamblea parece fundarse en la necesidad préctica de confeccionar Ja documen- tacién cuyo tratamiento sera objeto de dicha asamblea. Como se advierte, el aspecto temporal no es el que dis- tingue las asambleas ordinarias de las extraordinarias, sino los asuntos por resolver, Las asambleas ordinarias pueden tratar todos los temas que generalmente son resueltos por las asambleas extraordi- narias, pero estas tltimas no pueden tratar los asuntos que son de resorte de las primeras. Desde luego, es condicién para su tratamiento la inclusién en el orden del dia. . b) Epoca pe reatizacién. Como se ha dicho, la época de realizacién de unas y otras asambleas no constituye un ele- mento distintivo auténomo. Las asambleas ordinarias se deben realizar, conforme al art. 47 de la LCoop., dentro de los cuatro meses siguientes a la fecha de cierre del ejercicio. Mas alla de ese lapso, la asam- blea ordinaria se realizara fuera de término y por tanto esta situacién, al infringir expresas disposiciones de la ley, es pa- sible de Ja sustanciacién del sumario previsto en el art. 101 de la LCoop. Las asambleas extraordinarias pueden ser realizadas en cualquier tiempo y convocadas, conforme al art. 47 de la LCoop., por consejeros, sindicos o asociados. § 61, Facultades de la autoridad administrativa pa- raampliar el plazo, — 131 lupso de cuatro meses posteriores al cierre del ejercicio dentro del cual se debe realizar la asam- blea ordinaria no puede ser prorrogado por autoridad admi- nistrativa alguna, pues la ley no otorga dicha facultad. DERECHO. COOPERATIVO 230 MANuat. DE Esta situacién es distinta a la que surge del art.57 de la LCoop., segin el eval la autoridad de aplicacin, y solo ella puede autorizar la ampliacién del plazo de treinta dfas de du- racién maxima del cuarto intermedio pre’ en la norma co- mentada, siempre que las circunstancias particulares del caso asi lo aconsejen. En la prictica, el incumplimiento de la realizacién de la asamblea ordinaria dentro del plazo se debe a que Jas entidades no concluyen en tiempo la confeccién de Ja documentacién a que se refieren los arts. 39 y 40 de la LCoop. En estos casos la apelaci6n al recurso de convocar en término a asamblea ordinaria y a pasar a cuarto intermedio es improcedente frente a las exigencias del art. 41 de la LCoop., el cual dispone la puesta a disposicién de los asociados y el envio a la autoridad de aplicacién y al érgano local competente, en este tiltimo caso cuando correspondiere, del balance general, estado de resul- tados y cuadros anexos, juntamente con la memoria, los infor- mes del sindico y del auditor, y demas documentos, dentro del plazo legal y estatutario de comunicacién de la convocatoria. Los asociados deben concurrir a la asamblea debidamente informados, a través de la documentacién de que disponen. Solo por medio de un proceso de conocimiento previo la opinién puede ser fundada y, consecuentemente, el voto responsable. Asimismo, las autoridades administrativas de contralor de- ben contar con dichos elementos con antelacién a la realizacién de la asamblea para una mayor eficacia en la fiscalizacién publica. Se trata tanto del control institucional como el de la actividad, en el caso de que ella esté sujeta, en cuanto a ope- ratoria, a normas reguladoras de regimenes especificos, v. gr., el financiero o e] del seguro, En relaci6n a las asambleas extraordinarias, la ley ha pre- visto cudndo procede la convocatoria, en el art. 47, Estas opor- tunidades son: a) Cuando lo disponga el consejo de administracién. E) desenvolvimento de la entidad frecuentemente genera situacio- nes que hacen necesario gu sometimiento al colegio de aso- ciados, en lapsos que no admiten esperar la realizacién de la asamblea ordinaria, por ejemplo cuando los estatutos deter- minan que la adquisicién de bienes que componen el activo DE LA ASAMBLEA 231 fijo se deba someter a decisién asamblearia, 0 si tal pronun- ciamiento es necesario cuando las aludidas operaciones supe- ren los montos establecidos en el estatuto, o para elegir con- sejeros en el caso de que no estuvieran previstos suplentes en el estatuto, 0 que, estando previstos, hubieran reemplazado a los titulares. En este caso, si bien el sindico puede designar consejeros, debe convocar a asamblea inmediatamente. Cuan- do se hubiese producido acefalia en el consejo, o la disminucién de los miembros, incorporados los suplentes, impidiera sesionar validamente, la convocatoria a asamblea extraordinaria sera necesaria, pues la intervencién del s{ndico es siempre un re- medio extremo y transitorio. Las facultades asamblearias no pueden ser asumidas por ningun otro érgano. Otro ejemplo es el caso de renuncia de un consejero por ausentarse del lugar o por grave enfermedad. En estos casos, si bien el art. 66 de la LCoop. condiciona la aceptacién de la renuncia por el consejo de administracién a que no afecte el regular funcionamiento del cuerpo, estableciendo que en tal caso el renunciante deberd continuar en funciones hasta tanto la asamblea se pronuncie, la realidad impone la necesidad de convocar en forma urgente a asamblea para que este 6rga- no considere la renuncia y designe reemplazante. Desde luego que si la celebracién de la asamblea ordinaria es inminente, no sera necesario convocar a extraordinaria. En el caso de la sindicatura ocurre lo mismo, pues las descriptas son situaciones que no admiten dilacién, ya que impiden el regular funcionamiento de los érganos. 6) Cuando lo resuelva el sindico, de acuerdo con el art. 79, inc. 2. Esta norma se refiere a la atribucién de la sindica- tura de convocar, previo requerimiento al érgano de adminis- traci6n, a asamblea extraordinaria cuando lo juzgue necesario. Este inciso pone de relieve el papel del érgano de fisca- lizaci6n privada en los intereses de la masa de asociados. Si bien el art. 79 califica de atribuciones de la sindicatura la enu- meracién que en diez incisos realiza, hubiera sido m4s propio denominarlos deberes, como acertadamente hace la ley de so- ciedades, pues la actividad que la norma comentada enumera: es indispensable para la eficiencia del organo. 152 232 MANUAL DE DERECHO COOPERATIVO c) Cuando lo soliciten asociados cuyo nimero equivalga por lo menos al diez por ciento del total, salvo que el estatuto exigiera un porcentaje menor. En la préctica se ha suscitado una cuestién de interpretacién de esta disposicién, Frecuen- temente se ha interpretado que, al decir la ley “por lo menos el diez por ciento del total”, esté fijando el porcentaje minimo y que el estatuto puede establecer uno superior. De estar a esta interpretaci6n, la frase siguiente: “salvo que el estatuto exigiera un porcentaje menor”, no tendria sentido alguno. : Sin duda, lo que la ley ha querido decir es que, cuando en el estatuto no se previera porcentaje para solicitar la con- vocatoria a asamblea, siendo indiscutible el derecho de los aso- ciados a solicitarla, se deber4 entender que, a falta de defi- nicién estatutaria en cuanto al numero, no se podra exigir un porcentaje mayor del diez por ciento. Luego, ese “por lo menos” que se interpreta como el minimo, en realidad es el tope maximo que la ley establece ante la imprecisién estatu- taria, a fin de garantizar el ejercicio de los derechos de los asociados. En el mismo sentido, la expresién “salvo que el estatu- to exigiera un porcentaje menor”, esta indicando claramente que, cuando existe disposicién estatutaria, esta podra prever un porcentaje inferior al diez por ciento, en cuyo caso, con- cordante con el criterio seguido por el legislador en la primera parte del art. 120 de la LCoop., lo dispuesto en la ley opera de pleno derecho, salvo aquellas normas de la misma ley que supediten su aplicacién a lo establecido en el estatuto. Si bien el art. 120 tuvo el propésito de evitar colisiones entre las dis- posiciones de la ley y las preexistentes en los estatutos de las entidades que se encontraban funcionando regularmente al tiempo de la entrada en vigencia de la ley 20.337, la dis- posicién es de aplicacién, sin forzamiento, & las situaciones posteriores a la entrada en vigor del nuevo régimen, y por lo tanto, ajustadas a él, En la duda, se habran de interpretar las normas en favor del ejercicio de los derechos por parte de los asociados y, en particular, en el caso de disposiciones como esta, que implican su activa y democratica participacién. 234 Manuat. CHO COOPERATIVO librada a la propia cooperativa oa la autoridad administrativa de aplicacién, en cada caso concreto. Parece més adecuado y menos sujeto a los avatares sur- gidos de los cambios en la administracién y a la puja de in- tereses en las cooperativas establecer un criterio interpretativo general, a partir de la disposicién legal y en armonia con los principios del sistema cooperativo. Tal interpretacién debe partir de una valorizacién correcta de los factores en juego, y dentro de ellos, sin duda, el que ostenta la maxima jerarquia es aquel que facilita el ejercicio de la democracia. § 62. Denegatoria, — El art. 47 in fine de la LCoop. dispone que el consejo de administracién puede denegar el pe- dido incorporando los asuntos que lo motivan al orden del dia de la asamblea ordinaria, cuando esta se realice dentro de los noventa dias de la fecha de presentacién de la solicitud. La ley es clara en cuanto se refiere a la realizacién de la asamblea ordinaria y no, como alguna vez se ha pretendido, a la determinacién de la convocatoria o a la comunicacién de esta. La dificultad de que el tema no aparezca en el orden del dia por haber llegado la solicitud después de la citacién puede ser salvada por medio de una comunicacién que amplie el te- mario por tratar, y en’ caso de no existir tiempo para efectuar dicha comunicacién, la asamblea tiene oportunidad de pasar a cuarto intermedio a fin de la debida’toma de conacimiento por parte de los asociados. Es oportuno sefialar que el objeto de la convocatoria a asamblea extraordinaria, en todos los casos, es subsanar si- tuaciones que por razones de urgencia no pueden aguardar a la realizacién de la asamblea ordinaria. Sin embargo, la valoracin del caracter impostergable del tratamiento de los temas propuestos por el porcentaje establecido en el estatuto no es resorte del consejo, que deberé proceder como indica la ley. En los demés casos, la participacién de los asociados en ella, a través de sugerencias e iniciativas, 1 2 Por ejemplo, queda asegurada por medio de la inclusién de los ti emas que proponen zoo DE LA ASAMBLEA naria, de acuerdo con en el orden del dia de la asamblea ordi wa ines.5 9 7, de ie lo previsto en los arts. 8’, inc. 7, y 47 ¥ LCoop. con lo previsto en § 63. Convocatoria. — Concordante aa las asambleas el art. 47, el art. 48 de la LCoop. establece que las a ; deben ser convocadas con quince dfas de anticipacién por lo rma prevista en el estatuto. Dispone ademas menos, y en la fo1 u r considerar. que la convocatoria incluira el orden del dia po sider La norma mencionada tiende a garantizar el efectivo ejer- cicio del principio democratico, y en tal sentido el procedimiento a seguir es el siguiente: a) El consejo de administracién, en reunién realizada con- forme a las previsiones de los arts. 69 y 70 de la LCoop., debe disponer la convocatoria, determinando dfa, hora, temario y lugar de la reunién. b) El consejo de administracién debe comunicar a los aso- ciados, en la forma prevista en el estatuto, fecha, hora, temario y lugar de reunién, con quince dias de antelacién a la misma, por lo menos. El estatuto puede establecer un plazo mayor, lo que ocurre en los casos de cooperativas que por su objeto estén sujetas al contralor administrativo de otros organismos, ademas del inherente a la autoridad de aplicacién y a los érganos locales competentes en materia cooperativa. Es el caso también de asambleas constituidas por delegados, en las que, por razones de economia, se suele comunicar la fecha de las asambleas primarias o de distrito, y la de celebracién de la asamblea general, conjuntamente, Asimismo puede ocurrir, cuando pro- cede la eleccién de consejeros y sindicos; que el sistema elec- toral previsto en el estatuto establezca la presentacién de listas de candidatos, con lo que el plazo de comunicacién se suele ampliar para facilitar la presentacién de las mismas, establecer un perfodo de tachas, un plazo para la oficializacién, etcétera. : En definitiva, 1) que la ley contempla es el lapso minimo eee 7 dae del legislador, para que el asociado adop- ciadamnéate infor que tueran menester, para participar ade- mado en la asamblea. El derecho de infor- 236 MANUAL DE DERECHO COOPERATIVO: macién es uno de los fundamentales del asociado, y por ello con- sagrado expresamente por la ley de cooperativas en el art. 21, con el cual concuerdan los arts. 41 y 47 de la misma ley. c) Comunicar con la misma anticipacién a la autoridad de aplicacién y al érgano local competente. La sola comunicacién al érgano local competente, o a la autoridad de aplicacién, no suple la obligatoriedad de la doble comunicacién. Esta omisién hace pasible a la infractora del sumario previsto en el art. 101 de la ley 20.337, modificada por la ley 22.816; con mas razén, en el caso de falta de co- municacién a ambos 6rganos de contralor publico. Tal conduc- ta, ademas de ser violatoria de expresas disposiciones legales y estatutarias, se puede considerar, en cuanto a sus motiva- ciones, elusiva de la fiscalizacién publica. Esta situacién de- bera ser adecuadamente ponderada por el sumariante y, sin perjuicio de la sancién administrativa que corresponda, puede acarrear la declaracién de irregularidad e ineficacia de la con- vocatoria, y el condigno pedido a la justicia de aplicacién de las medidas previstas en el art. 100, inc. 9. a) Formauipapes DE LA convocaroria. La convocatoria de- be incluir el orden del dia por considerar. La cuestién es im- portante, pues la transcripcién en la comunicacién de la convo- catoria se debe cefiir estrictamente a lo aprobado por el consejo de administracién. Téngase en cuenta que, seguin el art. 58 de la LCoop., es condicién para el tratamiento por la asamblea que el asunto esté incluido en el orden del dia; salvo el articulo 59, la remocién de consejeros y sindicos, que puede ser adop- tada aunque el asunto no figure en el orden del dia, si es consecuencia directa de un asunto incluido en él. El orden del dia no debe ser ambiguo, debe ser lo suficientemente in- formativo y preciso. La comunicacién de la realizacién de la asamblea, junto con el orden del dia, debe mencionar la fecha y hora de reuni6n. Ello es légico si se tiene en cuenta la finalidad de la comu- nicacién, pero ademas surge del art. 49 de la LCoop., referido al quérum para sesionar, al declarar la validez de la sesién con cualquier numero de asistentes, una hora después de la los asociados. Este autor, a nuestro juicio acertadamente, se- fiala que el derecho a la oposicién no se perderfa por haber transgredido sin observaciones la norma legal, ni porque la mayoria de asociados habitara cerca de donde se pretende re- alizar la asamblea‘. § 66. Quérum. — El articulo 49 de la ley prescribe que el quérum para sesionar es de la mitad mas uno de los asocia- dos, pero que podran sesionar validamente cualquiera que fue- ra el ntimero, una hora después de la fijada en la convocatoria. La ley ha querido salvar situaciones bastante comunes, en las que el numero de asociados que concurren a las asam- bleas es muy reducido. En estos aspectos tiene mucho que hacer la educacién cooperativa. A través de ella los miem- bros de la cooperativa conocen el valor de su presencia en el érgano de gobierno. La cuesti6n no se subsana con una segunda convocatoria, que por lo demas hace mas costoso el procedimiento, por lo cual consideramos acertada la solucién dada por la ley. La asistencia a las asambleas en las cooperativas es, como hemos dicho en el parrafo anterior, una consecuencia de la educacién cooperativa, que impulsa a llevar conductas participativas. gCual es el nimero minimo de asociados necesario para realizar validamente la asamblea? Atruaus considera que el minimo deberé ser uno en condiciones de votar en razén de lo prescripto por el art. 54 de la ley, que restringe la parti- cipacién de consejeros, sindicos, gerentes y auditores (estos Ultimos si son a la vez asociados) en asuntos vinculados con la gestién y responsabilidad de los mencionados®. En nuestra opinién, el numero debe ser de dos asociados en situacién de sufragar vdlidamente. Ello porque, ademis de las razones apuntadas por Aruaus, se debe tener en cuenta que el art. 55 de la LCoop. exige que la asamblea designe dos de sus miembros para aprobar y firmar el acta respectiva jun- 8 Auriaus, Alfredo A., Tratado de derecho cooperativo, 2° ed., Zeus, Ro- sario, 1977, p. 341. ® Auruaus, Alfredo A., ob. cit., p. 344. DE LA ASAMBLEA 245 tamente con las autoridades indicadas por el estatuto. Estas, generalmente, son el presidente y el secretario. El minimo de fedantes previsto en la ley es de dos, por lo cual, faltando uno de ellos, el acta es ineficaz como medio de prueba de lo acontecido en la asamblea. Hatperin considera que, hasta tanto no se firme, juridicamente no existe acta”. Existen otras opiniones en relacién con la ley mercantil, que consideran invdlido el acto sobre la base de lo prescripto por los arts. 975, 976, 977 y 1183 del Céd. Civil. Ello, por cuanto la ley ha fijado la forma del acto. Sin embargo, la opinién que sustentamos deja ain pen- diente cuanto menos un problema. Supongamos que los dos asociados concurrentes a la asamblea emiten votos no concor- dantes en las cuestiones objeto de debate. Tratandose de las materias previstas en el art. 54 de la LCoop., el presidente no podria desempatar. En tal situacién, no quedaré otra via para adoptar resolucién sobre el tema que pasar a cuarto in- termedio y tratarlo nuevamente con un mayor numero de asis- tentes, 0 convocar a nueva asamblea. Es verdad que el mayor numero de votaciones no impide el empate, salvo nimero impar de votantes, con lo que se po- dria presentar una situacién similar a la que ejemplificamos en el parrafo anterior, pero no es menos cierto que es mas facil lograr el desempate en reiteradas y sucesivas votacio- nes sobre el mismo tema cuando el numero de sufragantes es mayor. § 67. Asistentes a la asamblea. — a) Los asocrapos. La asamblea se conforma con los asociados, quienes solo podran ser privados del derecho a asistir y participar a causa de alguna sancion disciplinaria firme o por haber incurrido en mora en la integracién de sus cuotas sociales. Por la resol. SAC 203/89, los asociados que hayan apelado la exclusién u otras medidas adoptadas por el Consejo que afecten a uno o més de ellos pueden asistir a la asamblea que trate el recurso, acompaiiados por asesores letrados, re- 10 Hatrerin, Isaac, ob. cit., p. 318. 46 f DERECHO COOPERATIVO, MANuaL DE DERECHO © 2 vir Ia presencia de escribnnos fedatarios y Ia asistencia quer jgnales en ciencins ceonémicas, cuando Ia materia en de Proto eevsrente n tos casos aludidos aaf lo amerits, previa diecast vio au calidad onto Ia prosidoncia do la asanblea, acrodttteipamos de la opinién da que Ia asistencia a les asam. pleas por parte de tos asociados es un derecho y un deber, bien que el incumplimiento de este ditimo, por no ser objeto de sanciones de ningin tipo, tiene un caréeter moral”, ‘AttHaus opina que los asociados carecen del derecho de asistir a las asambleas de delegados. Creemos que los aso- ciados pueden asistir a las asambleas de delegados. Lo que no pueden hacer es participar con voz ni con voto, pero ello no impide que puedan ofr los debates. El hecho de que los de- legados los representen no los priva del derecho de asistencia. Los asociados delegados integran la asamblea; los asocia- dos que no revisten el caracter de delegados, que deseen con- currir, serén meros asistentes. b) Los MiEMBROS DEL CONSEJO DE ADMINISTRACION, SINDICA- TURA, GERENTES, AUDITORES. Coincidimos con ALTHAUS en que no solo tienen el derecho sino el deber de asistir a las asambleas. La participacién de los miembros del consejo y la sindicatura queda sujeta a las limitaciones previstas en el art. 54 de la LCoop., que operan también en el caso de gerentes y auditores, quienes por lo demas deberdn ser asociados para intervenir. El mismo criterio es de aplicacién a las asambleas de delegados, pero no a las asambleas electorales de distrito, en las que la finalidad de la obligatoriedad de la asistencia, por un lado, y las restricciones a la participacién, por el otro, carecen.de fun- damento, dada la simultaneidad de realizacién y el contenido exclusivamente electoral de dichas asambleas de distrito. p °c) Auronaves poniicas pe conrraLon. Ademas de los macignarios que representan a los entes administrativos de contralor institucional, Instituto Nacional de Asociativismo y 4 PAgz, Juan L,, ob. cit., p, 342, | DE LA ASAMBLEA 247 Economia Social y érganos locales competentes en su caso, cuando las cooperativas tienen por objeto actividades contro- ladas por autoridades establecidas por regimenes espectficos, los representantes de dichos organismos pueden asistir a las asambleas a los fines de fiscalizar esa actividad. Asimismo, las autoridades concedentes de servicios publicos, de acuerdo con el art. 104 de la LCoop., estdn facultadas para enviar sus representantes a las asambleas, al solo efecto de contralor de los aspectos vinculados a la concesién. § 68. Requisitos formales que deben cumplir los asistentes. — Los asociados no deben cumplir con formalidad alguna para asistir a la asamblea, salvo en aquellos casos en que el estatuto previera la presentacién de credenciales para asistir a ella, o que la entidad tuviera previsto un libro de asistencia, en cuyo caso deberdn firmar este registro. La ley de cooperativas no exige llevar este libro; no obstante, coin- cidimos con AurHaus en la conveniencia de hacerlo”. En el caso de exigirse la presentacién de credenciales, las mismas son confeccionadas por la administracién y entregadas en un plazo breve antes de la reunién a los asociados. Este sistema esta previsto frecuentemente en los estatutos.y re- glamentos. Este es, por otra parte, el procedimiento seguido por la ley de cooperativas en cuanto a las asambleas de delegados. En efecto, el art. 50 in fine de la ley establece que, previamente a la constitucién definitiva de la asamblea, esta se ‘debe pro- nunciar sobre las credenciales de los delegados presentes. § 69. Régimen de representacién. — Se deben distin- guir dos tipos de representacién: la convencional y la legal. La primera se configura al amparo del art. 51 de la LCoop., con las siguientes limitaciones: a) que el estatuto no la prohiba; 5) que el mandatario sea asociado; c) cada mandatario puede representar hasta dos asociados como maximo, y d) los con- 12 Aurnaus, Alfredo A., ob. cit., p. 342, 248 MANUAL DE DERECHO COOPERATIVO sejeros, sindicos, gerentes 0 auditores no pueden representar a asociados, de acuerdo con la prohibicién del art.54 de la LCoop. Si bien la ley no distingue en relacién con el tema, nos parece que el caso de las asambleas realizadas por delegados debe ser objeto de otro tratamiento. En efecto, si partiendo de la premisa de que la ley no lo prohfbe llegamos a Ja con- clusién de que un delegado puede representar a dos delegados, las consecuencias de tal tesitura podrian ser tanto mas ca- tastréficas cuando mayor sea el numero de delegados repre- sentados, y como resultado, un pufiado de delegados resolveria los asuntos de mayor trascendencia en la cooperativa. Supon- gamos el caso de una cooperativa que tenga cinco mil asociados, y que elija, segtin sus estatutos, un delegado por cada cien asociados: el total de delegados seria cincuenta. Ahora bien, como cada delegado podria representar a dos, dieciséis per- sonas resolverian los asuntos mas importantes de una entidad de cimco mil asociados. Es evidente que tal postura eclipsa el factor personal, que en el sistema es de la mayor relevancia, ademas de burlar el tope numérico puesto por la ley al régimen de representacién y voto. Por esta via, en el caso del ejemplo, cada asociado delegado, ademas de representar a cien asocia- dos, representa a dos asociados més que son delegados y a los doscientos asociados que debian ser representados por estos dos delegados. Por otra parte: gpueden los representantes de los asociados ser representados? La ley se refiere en el art. 51 a un asociado que no puede representar a mas de dos asociados, y si bien no distingue entre asociados y asociados delegados, tampoco hace excepcién a la regla que establece el tope maximo de representaciones para el caso de asambleas constituidas por delegados. Creemos que, como tantas otras situaciones, esta se debe resolver teniendo en cuenta los principios sobre los cuales se sustenta la ley y la finalidad que las prescripciones legales tienen. En este caso concreto, la limitacién del ré presentacién tiende a hacer efectivo el principio democratico, a través de la participacién de los asociados en el érgano de mayor jerarquia de la entidad. La asamblea sin los asociados gimen de re- Dr LA ASAMBLEA _— El temario que la asamblea tra- yciado con razonable antelacién : ae zacién, pues ello le da la oportunidad de meditar y i o] previ isis al debate con conceptos surgidos del previo analisi : presentan. La ley, en e § 70. Orden del dia. te debe ser conocido por el ase a su rea coneurrir de las distintas situaciones que se n Z0 minimo art. 48, comentado en este capitulo, establece un plazo de quince dias antes de la asamblea para comunicar la re- alizacién de la misma y el envio del orden del dia. i La ley fulmina de nulidad toda decisi6n sobre materias extrafias a las incluidas en el orden del dia, salvo la eleccion de los encargados de suscribir el acta (art. 52) y la remocién de consejeros y sindicos, pero a condicién de que ella sea aceptada como consecuencia de un asunto incluido en él (art. 59). § 71. Presidencia. — Quien ejerza la presidencia del consejo de administracién, el presidente designado o quien lo reemplace, segtin lo previsto en el estatuto, preside la asamblea y dirige sus debates, cuando ha sido convocada por dicho cuer- po. No importa que se trate de asambleas constituidas por delegados; el presidente del consejo de administracién es el presidente nato de la asamblea. Este criterio no se aplica en el caso de las asambleas elec- torales de distrito, debido a la imposibilidad practica por parte de dicho consejero para presidir una pluralidad de asambleas celebradas simultaneamente en distintos lugares. En este ca- so, la propia asamblea elige a un presidente ad hoc. En ausencia de disposicién legal, el estatuto podria prever que la presidencia de la asamblea fuera ejercida por otro aso- ciado, pero ese procedimiento no se da en los estatutos inscrip- tos en el Registro Nacional. Y es que el papel del presidente a eee en cooperativas como en sociedades eta ae ea ha fide definido, en este aspecto, de presidir y dieveir ae " ste en atribuirle la facultad manera lo ha reconocido | i a es ae oes A distinta conclusién ees a ae eens tratar y resolver ae se lebe arribar si la asamblea debe jones inherentes al propio presidente del consejo de administracién, En tal situacién, y a los efec- 252 MANUAL DE DERECHO COOPERATIVO. tos de presidir la asamblea, se debera designar a otro asociado. Las circunstancias indicarén si deberd recaer en quien lo reem- plaza habitualmente en sus funciones como presidente del con- sejo, segtin el estatuto, en otro miembro de este cuerpo, 0 en un tercer asociado. § 72. Asambleas convocadas por la autoridad admi- nistrativa o por el juez. — La ley de cooperativas no se refiere a la facultad de la autoridad administrativa de fisca- lizacién publica ni del juez de designar los funcionarios que han de presidir las asambleas por ellos convocadas. Sin embargo, teniendo en cuenta que tales situaciones son generadas por causas graves y que el propésito es encaminar los procedimientos por los carriles de la ley y el estatuto a fin de reencauzar a la entidad o resguardar los intereses de asociados y terceros, en el caso de liquidacién, es aqui conve- niente aplicar lo previsto en el art. 242 de la LSC, pues tal aplicacién supletoria armoniza con la ultima parte del art. 118 de la LCoop., que al autorizarla, la condiciona a que las dis- posiciones a aplicar se concilien con las de la ley de coope- rativas y la naturaleza de estas. El art. 242 de la LSC, en su parte final, dispone: “Cuando la asamblea fuera convocada por el juez o la autoridad de contralor, ser presidida por el funcionario que estos designen”. § 73. Desarrollo de la asamblea. — La asamblea se” inicia previa consideracién de las credenciales, en el caso de asambleas constituidas por delegados, y el otorgamiento y ex- hibicién de credenciales de los asociados, si asi lo previere el estatuto; firma del libro de registro de asistencia de asociados, si lo hubiere. Se designaran los asociados que deberan sus- cribir el acta juntamente con el presidente y el secretario. A nuestro juicio, para cumplir acabadamente con la fina- lidad de la ley, la designacién de los asociados que han de suscribir el acta prevista por el art. 55 de la LCoop. debe pro- ducirse inmediatamente de iniciada la reunién y como primer punto del orden del dia. Tal opinién se sustenta en el caracter DE LA ASAMBLEA i6 er of los demas facilitar la libertad de expresién y de ser ofdos por lo: miembros”. tree El derecho de voz les asiste a todos los cee ee inderogable, porque es esencial dentro del sistema, P' i de dijimos, puede ser objeto de reglamentacién, como forme ae garantizar su ejercicio para todos los miembros de la asa) por igual’, § 74, Cuarto intermedio. — El articulo 57 de la ley 20.337 dispone que, una vez constituida la asamblea, debe con- siderar todos los asuntos incluidos en el orden del dia. Si por cualquier razén este no se pudiera agotar en la misma sesi6n, la asamblea puede continuar dicho tratamiento en otra u otras reuniones que constituyen continuacién de la misma asamblea; es lo que se designa como cuarto intermedio. Las reuniones de cuarto intermedio se deben realizar dentro de los treinta dias de iniciada la asamblea. Sin embargo, dicho plazo puede ser ampliado por la autoridad de aplicacién cuando las cir- cunstancias asi lo exijan. En la reuni6n en la que se decide pasar a cuarto intermedio se debe especificar dia, hora y lugar de reanudaci6n, no siendo necesaria nueva convocatoria, ni comunicacién alguna, ello por tratarse de la misma asamblea que se realiza en varias reu- niones hasta agotar el orden del dia. El pasaje a cuarto intermedio generalmente se adopta cuan- do las deliberaciones se prolongan por la complejidad de los asuntos, cuando las resoluciones a adoptar dependen de in- formes o datos que se necesita acopiar, de la evacuacién de una consulta ante organismos publicos, etcétera. En la practica tropezamos con casos que desvirtuan la apli- cacién del cuarto intermedio, motivados generalmente por la femora de los entes publicos, que coloca a las cooperativas en Pariaiomameyirtclanses el art. 57 de la LCoop. o infrin- es a la convocatoria de asambleas. 13 Hatrerin, Isaac, ob. cit., p. 309, M4 Aumuaus, Alfredo A., ob. cit., p, 345,

También podría gustarte