§ 76. El derecho de voto. — Las resoluciones de las
asambleas se adoptan mediante el voto de los asambleistas.262 Mawuat
DeRECHO COOPERATIVE
El voto en las cooperativas es un derecho inalienable del
asociado, a través del cual cada individualidad manifiesta su
Voluntad, la cual, amalgamada con In voluntad de los coaso-
ciados, expresa la voluntad social. A través del voto, los asocia-
dos levan a la concrecién el sistema democratico, que, siendo
pilar del cooperativismo, ha sido consagrado por la ley espe-
tifica en el art. 2°, ine. 3, al establecer que cada asociado cuenta
‘con un voto, regla que solo tiene una excepcién: Ias cooperativas
de segundo grado segin el art. 85 de la LCoop.
En ellas el régimen de representacién y voto, que debe
estar provisto en el estatuto, puede ser proporcional al némero
de asociados, al volumen de las operaciones de las asociadas de
primer grado, 0 a ambos conceptos, a condicién de fijar un
Ininimo y un méximo que aseguren la participacién de todas
las asociadas e impidan el predominio excluyente de alguna
de ellas.
a) Resraiccronss. El derecho de voto reconoce las siguien-
tes restricciones:
1. Consesenos, SINDICOS ¥ CUANDO FUEREN ASOCIADOS, GERENTES
‘yauprtores: No pueden votar, segtin el art. 54 de la LCoop., so-
bre la memoria, balance y demas asuntos relacionados con su
‘gestién, ni acerca de temas vinculados con su responsabilidad.
Ello es razonable teniendo en cuenta que a través de tales
temas, la asamblea, al juzgar el resultado de In gestién, esté
juzgando a quienes la llevaron a cabo. De admitirse el ejercicio
del derecho de voto en estos casos, se podrian producir con~
flictos de intereses, situacién que sin duda no favorece a In
cooperativa
2. CUANDO #1. ASOCIADO NO REUNA 108 NEQUISITOS DE ANTIGORDAD
FUADOS ex #1, estaTUTO: A nuestro juicio, este caso solo Se pre~
senta en las cooperativas que deben realizar asamblens elec-
torales de distrito, en las que por dificultades on In confeccién
¥ puesta a disposicién del padrén on los distritos, se suele
Poner un limite temporal para el ojercicio del derecho de voto,
de tal modo que los asocindos que ingresen a partir de deterDe ta Asammtsa 263
minada fecha, indicativa de un plazo anterior a la realizacién
de las asambleas de distrito, no podrén votar en la asamblea,
ni tampoco ser votados. La justificacién, 0 por lo menos la
explicacién de esta restriccién, se asienta en la precisién en
Jos datos consignados en los padrones, que apuntan a una doble
finalidad. Por una parte, tales datos son utilizados para Ia
confeccién de las listas de candidatos a delegados por el d
trito, si ese fuera el sistema previsto en el estatuto, o sim-
plemente como informacién para individualizar a los asociados
Que habran de votar. Asimismo, los oponentes gozan de datos
ciertos para controlar a los propuestos en las listas rivales.
Por otra parte, se pueden verificar los votantes, en cuanto a
si se hallan o no en condiciones estatutarias de votar.
Sin embargo, el plazo debe ser el mas breve posible, te-
niendo en cuenta que ni las dificultades practicas para la con-
feccién del padrén, ni la precisién que la seguridad juridica
demanda pueden exceder prudentes pautas temporales, de ma-
era que resulte burlado el derecho inalienable del asociado.
Se podrian incluir entre las excepciones al ejercicio del
derecho de voto a los asociados que, por sanciones disciplinarias
firmes, 0 por efecto de la mora en la integracién de las cuotas
sociales, no pueden participar de la asamblea, Pero ereemos
ve, por obvia, la conclusién se impone; no pueden votar porque
no pueden participar de la asamblea. No se trata de una ex.
cepcién en relacién con quienes tienen derecho a participar
de la asamblea, como en los casos anteriores,
b) Ex voro, su rorwa. La votacién se realiza en la reunién
asamblearia por los asociados, por si o por otros, cuando en
este ultimo caso representaran a otros asociados, de acuerdo
con la autorizacién legal y estatutaria,
‘A través de la interpretacién de las disposiciones de la
ley 20.337, podemos concluir que el legislador se ha preocupado
Por asegurar la participacién personal de los asociados on los
debates y la adopcién de resoluciones. En efecto, ol art. 50
de la ley prevé la realizacion de la asamblea por distritos para
Ja eleccién de quienes habran de representar a los asociados
en Ia asamblea general, cuando el nimero de asociados de264 MANUAL Dé DERECHO COoPERATIVO
la cooperativa supere los cinco mil, o bien cuando los asociados
residieran en lugares distantes de aquel en que se realiza la
reunién, de conformidad con cl art. 48 de la LCoop. Esta es,
a nuestro juicio, una de las dos excepciones que hace Ia ley,
respecto de la actuacién directa por el asociado: la primera,
la admisién del voto por poder si el estatuto no lo prohtbe,
y la segunda, la previsién de la realizacién de asamblea por
istritos en los casos mencionados, que es otra forma de re-
presentacién del asociado en la asamblea.
De considerarse la emisiGn del voto por otros medios, v. gr.
por correspondencia, 1a intervencién del asociado estaria li-
mitada al sufragio sin intervencién de las deliberaciones pre-
vias, tan utiles para la adopeién de decisiones fundadas.
‘Auraaus sostiene que nuestra ley, a diferencia de la fran-
cesa y la italiana, no admite el voto por correspondencia, moda-
lidad que ha sido criticada por Buunern, por privar a la decisién
de la necesaria deliberacién previa, y no ofrecer suficientes
garaitias de autenticidad”. Coincidimos con esta opinién.
La votacién se realiza inmediatamente después de efee-
tuado y cerrado el debate de cada punto del orden del di
El estatuto o el reglamento pueden establecer el procedimiento
‘a seguir en los debates asamblearios.
En cuanto al voto secreto, coincidimos con Auriaus, quien
manifiesta que participa de la reserva que en el tema hace
Fania, que impide la individualizacién de los asambleistas vo-
tantes en determinado sentido, a los fines de la responsabilidad
que les cupiere™. |
Sin embargo, continua el autor, el sistema no serd objetable
a los fines de la eleccién de delegados, consejeros y sindicos,
porque de ello no deriva normalmente responsabilidad y por-
fue. si se suscitara una cuestién de impugnacién de voles,
oie seria debatida en la asamblea, y la omisién de votos para
Sesolver el tema no estaria amparada por el mismo secreto
que aquellos sufragios,
Una cuestién que merece
ala reconsideracién en la asam
nuestra reserva es 1a referente
plea de decisiones ya adoptadas.
17 Aunaavs, Alfredo A., ob. cit., p. 949.
1s Autnavs, Alfredo A., ob. cit, p. 50.Dr 1a asamnes 265
Una solucién admitida por alguna corriente doctrinaria es que
la reconsideracién sea votada por la asamblea y aprobada por
ciertas mayorfas™.
Si bien la facultad de reconsiderar surgirin de los poderes
implicitos que la asamblea tendria por ser el cuerpo de com-
petencia, segin Ia ley y el estatuto, para resolver Ia decision
tomada en procura de un mayor ajuste de la misma al interés
social, la cuestién no siempre se configura en situaciones igua-
les, 0 por lo menos similares,
Axruaus cita In opinion de Haurenw, quien sostiene que
adoptada la resolucién, ella ya no podra ser modificada por
la misma asamblea, porque de esa manera se podria sorpren-
der la buena fe de los socios que se ausentaran de la asamblea
después de la votacién, y diserepa de ella por considerar im-
plicita en los poderes de todo érgano colegiado Ia posibilidad
de revocar sus propias decisiones. Cita en apoyo de su tesitura
el reglamento de la Cémara de Diputados de la Nacién y agrega
que no advierte por qué motivo atendible merezca tutela la
negligencia de quienes se ausentan de una asamblea antes
de su clausura y mientras se halla, por consiguiente, en pleno
goce de sus potestades.
Coincidimos con Autnavs en que la negligencia no debe
ser amparada, No obstante, pensamos en otro ejemplo que
es habitual en nuestras costumbres. Supongamos el caso de
un grupo de asociados que llega a la asamblea cuando ya se
han tratado varios puntos del orden del dia. Si se acepta sin
més la reconsideracién de lo tratado, estos asociados podrian
exigir que se trate nuevamente y finalmente la decisin adop-
tada seria modificada. En este caso, también se estaria am-
parando la negligencia de quienes no concurrieron a la hora
de iniciacién de la reunién.
Otro ejemplo lo constituye 1a asamblea que reanuda sus
deliberaciones después de un cuarto intermedio, En estos ca-
05, es frecvente que los asociados que concurren a las distintas
sesiones de la misma asamblea no sean exactamente los mis-
18 Moueavo, Armando A., Organizacién de las cooperativas, 9 ed, Gher-
si, Buenos Aires, 1979, p. 112.
' AtraUs, Alfredo A., ob. ct, p. 350.266 MANUAL, DE DERECHO CoorERATIVO
mos. Siendo la reconsideracién factible, y pudiendo segin la
Jey pasar una o mas veces en treinta dias a cuarto intermedio,
extremando las situaciones planteadas en el ejemplo, en la
primera reanudacién del cuarto intermedio se podrian modi
fear las decisiones anteriores por concurrir asociados que no
asistieron a la primera reunién, y ast sucesivamente.
Es verdad que en mucho se podrian atenuar los efectos
perniciosos del uso ilimitado de la facultad de. reconsiderar
Jos asuntos ya resueltos, a través de la exigencia de mayorias
especiales que la aprobaron. Pero no es menos cierto que de
no admitirse la reconsideracién en la misma asamblea de los
topicos por ella resueltos, el derecho a rever las decisiones
del cuerpo existira siempre a través de posteriores asambleas.
Esta solucién presenta la ventaja de no prolongar las delibe-
raciones, quizds innecesariamente, como ocurre cuando grupos
interesados en entorpecer el desarrollo de la asamblea apelan a
distintos recursos. Estas situaciones, de las que existen abun-
dantes precedentes administrativos, se plantean generalmente
en las pujas electorales.
Coincidimos con Haren en que las resoluciones adop-
tadas por una asamblea no pueden ser modificadas por la mis-
ma asamblea. Ello en virtud de que, ademas de las razones
apuntadas, la decision se adopta una vez debatida el tema,
cerrada la discusién y emitidos los votos. Quien desee obtener
la aprobacién de la decisién que propugna, tiene la oportu-
nidad, mientras la cuestién se debate, de presentar sus puntos
de vista y de abogar por el resultado deseado, esmerandose
en la exposicién de los argumentos que mejor conduzcan al
resultado querido”. :
$77. Mayortas, — Segin ol art.53 de la ley 20.337,
las resoluciones asamblearias se adoptan por simple mayoria
de los presentes en el momento de la votacién, La regla ge-
neral es Ja mayorfa simple.
El cémputo de la mayoria se ofectiia sobre los Asociados
en la asamblea y no sobre el total de asociados.
% Haureniy, Isaac, ob. elt, p. 317.