Está en la página 1de 6

TEMA 4. CLIMAS Y ZONASBIOCLIÁTICAS.

EL TIEMPO Y EL CLIMA
COMO CONDICIONANTES DE LAS ACTIVIDADES HUMANAS.

En este tema vamos a tratar la climatología, una de las ramas más amplias de la
Geografía y de extrema complejidad en su estudio. En primer lugar, entenderemos los
conceptos de tiempo y clima, también la adaptación del hombre al clima y las
alteraciones que sufren como consecuencia de las acciones del hombre. Explicaremos
los distintos factores y elementos que conforman el clima, veremos cómo estos se
generan distintos tipos de clima y cómo se desarrollan en zonas concretas. Finalmente,
hablaremos sobre el cambio climático y de las actividades humanas que inciden sobre
él, aludiendo a la actualidad y sus consecuencias en las actividades de los sectores
económicos.
A nivel curricular el tema puede ser trabajado en 1º de ESO y en 2º de Bachillerato, tal
y como establece el siguiente currículo:
- Decreto 83/2016, de 4 de julio.

El tiempo y el clima son dos fenómenos que aparecen constantemente en la


climatología. Ambos expresan un estado de la atmósfera y generan una combinación de
fenómenos atmosféricos. La idea moderna de clima es inseparable de a noción de
tiempo. Podríamos definir, por un lado, el tiempo atmosférico es el estado de la
atmósfera en un lugar y tiempo determinados y se caracteriza por su variabilidad. La
ciencia que lo estudia es la meteorología. Por otra parte, el clima es un concepto más
permanente y sería el estado medio de la atmósfera en una zona geográfica determinada.
La ciencia que lo estudia es la Climatología.
El hombre siempre ha tenido que adaptarse al medio y se halla condicionado por los
contingentes medioambientales. El clima ha sido determinante a lo largo de la historia,
especialmente en el sector agropecuario. No obstante, desde la Revolución industrial y
el despliegue tecnológico, el hombre ha conseguido cierta independencia de los factores
medioambientales, aunque, también ha sido el causante de modificar ciertos aspectos
del clima y del tiempo. Si bien el debate es intenso respecto a si el principal y único
causante de las afecciones del planeta es el ser humano, existen hechos determinantes y
estudios que demuestran que si se mantienen las costumbres actuales a mediados del
siglo XXI el planeta sufrirá consecuencias catastróficas. Actualmente somos participes
de algunas modificaciones en las temperaturas, veranos de olas de calor y 40º, o la
práctica desaparición de las estaciones, en otoño se pueden ver temperaturas de hasta
25º en función de la zona. Hemos generado lo que conocemos como microclimas al
modificar de firma sustancial las condiciones ambientales, pagando un alto coste
ecológico y económico.
Pero para entender cómo funciona el clima y valorar las acciones del ser humano
tenemos que conocer que elementos y factores derivan de ellos. Por elementos del clima
entendemos los diferentes fenómenos que originan la circulación atmosférica que serían
la presión atmosférica es el peso de una columna de aire en un punto concreto de la

1
tierra, en función del tipo de aire puede generar borrascas o anticiclones. Los frentes
denominados así por el choque de dos masas de aire donde ninguna de ellas pierde sus
propiedades, normalmente el aire frio eleva el caliente y se da en el Frente polar
generando borrascas en las zonas templadas. La temperatura es la cantidad de calor que
tiene la atmósfera por efectos de la radiación solar, el aire se caliente por efecto de la
radiación y por el contacto con el suelo. Hay varios tipos de temperaturas: verdadera (un
momento dado), la medias de las verdaderas y las corregidas (las verdaderas
transformadas a nivel del mar). Otro elemento es la humedad del aire o cantidad de
vapor de agua que contiene el elemento y que se produce por las altas temperaturas de
los océanos, los mares, los lagos y ríos. Distinguimos entre humedad absoluta y relativa.
Finalmente, las precipitaciones son caídas de agua en estado líquido (lluvia) o sólido
(nieve o granizo) acumuladas en los núcleos de condensación. Se miden con el
pluviómetro y diferenciamos regímenes pluviométricos: el ecuatorial (lluvias diarias), el
tropical (Estaciones seca y húmeda) y el templado (lluvias a lo largo del año con
factores que influyen en su cantidad y distribución)
Los factores climáticos pueden ser de dos tipos: dinámicos o geográficos. El primer
grupo tiene en cuenta las acciones naturales de la tierra en la atmósfera. Tenemos que
tener en cuenta lo que conocemos como circulación general atmosférica, proceso
mediante el cual el viento redistribuye las diferencias térmicas y de presión sobre la
Tierra. De manera general, el aire cálido ecuatorial asciende, siendo desviado hacia el
Este en el hemisferio norte por la fuerza de Coriolis, se enfría, se cae y se acumula sobre
los 30º, generando una zona de altas presiones. Una parte de este aire sigue hacia
latitudes más altas, otra parte regresa al Ecuador donde se desvía de nuevo, esta vez
hacia el oeste, formando los vientos alisios. Por otro lado, el aire frío de los polos
desciende hacia el Ecuador, sobre los 60º bajo el aire más cálido, elevándolo y
generando el frente polar y una zona de bajas presiones. Entre la zona de altas y bajas
presiones, a su vez, soplan vientos que se desvían a la derecha, creándose la circulación
general del Oeste. De esta forma se generan los distintos anillos de presión sobre la
tierra: uno de bajas presiones ecuatoriales, donde convergen los alisios y se da
ascendencia de aire sin vientos superficiales (zona de convergencia intertropical), dos de
altas presiones subtropicales, dos de altas presiones polares y dos de bajas presiones
ligadas a los frentes polares. Además de todo lo anterior, señalamos la aparición de
anticiclones polares, masas de aire frías y húmedas, que se originan en los casquetes
polares por la falta de radiación. Son vientos del este que permiten la aparición de las
corrientes marinas (corriente del Labrador). Por último, otras anomalías que se generan
de la circulación en determinadas zonas serían los monzones, los ciclones o huracanes,
la gota fría o, ya más localizado en el espacio, el efecto foehn.
El segundo grupo se refiere a los factores geográficos por los que se ven afectados esos
cinturones de presión. Entre estas afecciones señalamos la distribución de los océanos y
continentes que divide esa presión en células cerradas que se desplazan en ambos
hemisferios, subiendo hacia latitudes más altas en verano y más bajas invierno. De
hecho, los cinturones subtropicales son los responsables de que aparezcan zonas
desérticas en las latitudes situadas al oeste de los continentes, mientras en el Este se
producen copiosas lluvias. En el cinturón de bajas presiones donde circula el jet-stream,
la presencia de los continentes hace que disminuya la velocidad y se divida en ramales.

2
Así podemos determinar que los distintos cinturones de viento y presión originan los
grandes anillos climáticos, mientras que los distintos subclimas vienen determinados
por cómo se mueven las células dentro de cada anillo.
Se han propuesto multitud de variantes de los climas teniendo en cuenta diferentes
ópticas, pero en climatología la complejidad de caracteres que dan a cada clima su
individualidad no permite una definición objetiva de las unidades a clasificar. En
consecuencia, estudiamos varias clasificaciones que aluden a distintos aspectos para
identificar los distintos climas. Podríamos destacar las clasificaciones biogeográficas
cuya base organizativa se centra en las necesidades hídricas de las plantas, normalmente
utilizados por los botánicos y donde destacamos la de Koppen (1900). Esta clasificación
comprende climas como el del bobad, del olivo, estepario etc. Otra clasificación sería la
propiamente climática en base a fenómenos meteorológicos en función de dominios
climáticos y pluviales, otros como Alissow con base en las masas de aire. La
clasificación genética analiza los factores de cada clima como carl Troll que se centra en
las características estacionales, aunque sigue siendo más famosa la de Koppen elaborada
entre 1919-1923 con una simplicidad y rigor que aseguran su éxito y habiendo sido
modificadas y actualizadas, organizadas en agrupaciones de letras. Finalmente
señalamos las clasificaciones geográficas trabajas especialmente por la escuela francesa,
concretamente destacan los trabajos de Emmanuel de Martonne que aporta al concepto
la aplicación de la perfección global. En nuestra clasificación seremos bastantes
sintéticos.
Por un lado, destacamos las zonas climáticas donde encontramos climas intertropicales
(A). Tienen una temperatura alta durante todo el año (+18º) y elevadas precipitaciones,
son los denominados climas cálido-lluviosos. Dentro de estos climas encontramos tres
tipos: ecuatoriales (Af) con lluvias abundantes durante todo el año y desarrollado en
zona de áfrica, Asia, América y muchos archipiélagos del Pacífico; los climas
tropicales (Aw) con altas precipitaciones en verano y sin ellas en invierno, es una
degradación del clima anterior; y los climas monzónicos (Am) caracterizados por tener
una estación seca definida, pero durante las lluvias las precipitaciones son más altas que
el clima tropical.
En otro lado, los climas desérticos (B) o áridos donde las precipitaciones son escasas o
nulas y se localizan tres subtipos: estepario (Bs) la estación seca se da en verano y las
lluvias son aprovechadas en invierno, se dan generalmente en las inmediaciones de los
climas mediterráneos cálidos (norte de África, Siria, parte de Irán, sur de Australia y
puntos de california) templados (Resto de Irán y España) y fríos (Interior de Rusia); y
clima desértico (Bw) la estación seca es el invierno y las lluvias se suceden en verano
por lo que se aprovecha el recurso hídrico en menor medida, se dan en las proximidades
de los trópicos son cálidos desde el Sáhara hasta el mar rojo, templados en Namibia,
norte de Chile, sur de Perú y baja California.
Los climas templados (C) ocupan la mayor extensión planetaria por lo que son muy
variados. Encontramos el clima oceánico (Cf) en el noroeste de Europa (norte de
Portugal y España), en la costa noroeste de EEUU y costa este de Canadá, Sur de Chile,
suroeste de Australia, Noroeste de Nueva Zelanda y Tasmania; el clima mediterráneo
en el sur de Europa, Asia Occidental, Norte de África, costa de Chile California y sur de

3
Australia; y el clima templado (Cw) con la estación seca en invierno y localizado en las
fachadas occidentales de los continentes, este de EEYY, Este de China, Japón, Este de
Argentina y Australia.
También los climas fríos (D) caracterizan los tipos de climas de alta altitud, pero solo en
el hemisferio norte ya que en el sur no hay tierras emergidas. La temperatura es más
rigurosa que en los anteriores climas y destacan los climas de la fachada occidental (Df)
con mayor cantidad de precipitaciones en invierno en forma de nieve y en zonas del
norte y centro de Noruega, costa oeste de Canadá y Alaska; los climas de la fachada
oriental (Dw) con temperaturas muy bajas y precipitaciones escasas desarrollado en el
norte de China, este de Siberia, Noroeste de EEUU y Valle de San Lorenzo; finalmente,
climas continentales (Df y Dw) con inviernos muy duros y de larga duración localizado
en zonas del interior de los continentes desde Polinia hasta el Pacífico y desde las
rocosas a los grandes lagos.
Los climas de Tundra (ET) en torno a los polos en nla costa norte de Siberia, Canadá y
Alaska. Los climas Polares (EF) en los Polos en los casquetes polares Ártico, Antártico
y Groenlandia. Los climas de Montaña donde cada dominio climático tiene su propio
clima de montaña, por ejemplo la zona templada alpino (ET) tibetano o montañas secas
en Asia.
Atendiendo a las variables climáticas (agua, luz, temperatura), topográficas
(orientación, altura, pendiente) y edáficas (Características del suelo porosidad, textura.
Permeabilidad) determinamos que todos estos factores interrelacionados entre sí
constituyen un medio climático original para la vida y lo analizamos a través de las
cuatro zonas bioclimáticas y sus variantes. Por un lado, la zona intertropical que se
divide en tres: la zona tropical, caracterizada por la abundante pluviosidad concentrada
en un periodo de tiempo y la adaptación del ciclo vegetativo de las plantas a este medio
(estepas con espinos, matorrales, bosque tropical seco o bosque monzónico); la zona
ecuatorial asentados cobre suelos rojos ferralíticos destacan el bosque ombrofílo (selva
verde de hoja perenne) y bosque semiombrofílo (menos aporte hídrico y algunos
bosques de hoja caduca); la sabana con formaciones herbáceas altas y espesas de
árboles y arbustos de talla variable con suelos ferralíticos.
Por otro lado, la zona Extratropical se divide en el hemisferio boreal y el hemisferio
austral. El primero de ellos se aprecia en cuatro zonas concretas: zona Polar y
Subpolar (La Tundra y la Taiga), zona templada propiamente dicha (bosques
caducifolios de robles, hayas etc. y bosques mixtos de planifolios y coníferas), zona
templada cálida en áreas de clima mediterráneos de suelos pardo mediterráneos y térra
rosa (bosques de encinas y alcornoque) y los dominios continentales, las esteoas
situadas en el interior de las grandes masas continentales suelos de cherozem. En cuanto
al hemisferio austral, encontramos una zona polar y subpolar (enorme bloque de hielo,
poco desarrollo biológico), zona templada (bosques mixtos homogeneidad florística y
fisiológica), zona templada cálida (perennifolios y afinidades flora tropical) y las
estepas (aspecto de las sabanas con eucaliptos en Australia)
Las dos últimas zonas bioclimáticas son las áridas que se dan en regiones áridas e
hiperáridas (desiertos), en zonas tropicales y subtropicales Australia o América del Sur,
y regiones semiáridas con menos sequías se convierte en un medio más enriquecido. Y

4
las últimas zonas serían las de montaña que se da tanto en zonas templadas y frías (piso
subalpino, alpino y nival) como en zona tropical (gigantismo de sotobosques altos y
densos casi impenetrables).
Especial mención debemos hacer al clima canario ya que su complejidad nos lleva a
determinar que existen microclimas dentro del archipiélago, presentan contrastes
climáticos en distancias muy cortas. La teoría indicaría que se adecua a un clima cálido
y seco, pero al tener en cuenta factores como la insularidad y el relieve aparecen
considerables contrastes de precipitaciones y temperaturas muy bajas. A grandes rasgos
podríamos decir que se caracteriza por precipitaciones muy escasas e irregulares en las
zonas bajas debido al anticiclón de las Azores. En las zonas de medianías las
precipitaciones aumentan considerablemente en las vertientes de barlovento expuestas a
los vientos alisios, húmedos y constantes, generando un estancamiento denominado mar
de nubes que aporta gran humedad ambiental. En las vertientes de sotavento la cantidad
pluviométrica se reduce. Finalmente, en la zona de cumbres situadas a mayor altitud los
vientos alisios dejan de hacer su efecto y se reducen las precipitaciones.
Todos estos factores en relación al clima y las zonas bioclimáticas que hemos ido
analizando están sufriendo un retroceso debido en gran parte a la acción antrópica que
se ha dado en el planeta, especialmente a raíz de la revolución industrial y el desarrollo
tecnológico. Y, como decíamos anteriormente, el debate respecto a los problemas que
derivan de la actividad humana en el medio no puede determinar que la acción sea
directa, pero los estudios si auguran un camino transcendental en el planeta si el ser
humano continua en esta línea. Como ya hay un tema completamente dedicado a los
efectos que derivan de las actividades humana, vamos a centrarnos ahora en como
inciden los factores medioambientales y la climatología en los distintos sectores
económicos.
El sector primario abarca las actividades agrarias y ganaderas. Las primeras dependen
de las diversas zonas bioclimáticas, pero la tecnología ha roto esos límites. No obstante,
el hombre ha sido capaz de modificar el ámbito ecológico de muchas especies vegetales,
a través de la selección de especies o luchando contra las adversidades climáticas: la
aridez mediante la irrigación, los excesos hídricos con técnicas de drenajes, las heladas
mediante estufas o plástico, el exceso de calor combinando plantas de diferentes alturas.
La ganadería lo tiene más fácil ya que la capacidad de adaptación animal es superior a la
vegetal, además su movilidad les permite acomodarse a mejores condiciones por lo que,
aun existiendo límites, las barreras climáticas son menores. El hombre ha sabido adaptar
sus necesidades al aprovechamiento ganadero de varias maneras: protegiendo al ganado
de las inclemencias del tiempo mediante la estabulación, adaptándose a los ciclos
estacionales con la práctica de la trashumancia, y seleccionando y obteniendo mediante
cruce razas más resistentes a los climas.
El sector secundario o industrial es el menos afectado de los tres ya que no están tan
supeditados a los condicionantes naturales. El hombre ha manipulado el medio como un
depredador para su propio beneficio y ha sabido utilizar en su favor los fenómenos de la
atmosfera y los elementos de la tierra con construcciones de explotaciones mineras y
petrolíferas. La consecuencia de la vida industrial se traduce en un aumento del CO2 y

5
cuando esta actividad se reduce a un núcleo urbano masificado puede acarrear
problemas de tipo respiratorio como el smog en Inglaterra.
Finalmente, el sector terciario o turismo donde el clima no impide su realización, pero si
condiciona el tipo de turismo. Existen numerosos índices climático-turísticos que
permiten elaborar mapas de zonas turísticas potenciales y actividades en función del
clima. Las afecciones climáticas se limitan a la construcción de infraestructura que
tienen que tener en cuenta algunos elementos de la atmósfera y el medio en el que se
levantan. En las zonas intertropicales donde la temperatura media es elevada vemos
mayor atracción turística como en el Caribe; otras zonas desérticas también atraen un
turismo minoritario relacionado con deportes de aventura, también ocurre en las zonas
de montaña que además de escalada o aventuras también se realiza el senderismo. Los
climas templados del mediterráneo suponen un gran atractivo porque coinciden con el
periodo vacacional masivo de occidente, mientras que el resto de climas templados son
menos atractivos por las lluvias y la temperatura más alta.
Es necesario acabar haciendo referencia a la cada vez mayor incidencia del tiempo
meteorológico en la vida diaria del hombre de manera destructiva, mediante catástrofes
(arriadas, inundaciones, etc.), caos en múltiples sentidos (la ciudad se colapsa en días de
lluvia), la destrucción de cosechas, pérdidas de ganado, falta de alimentos, rotura de
vías de comunicación etc. Estos riesgos suelen afectar de manera más dura a los países
con menor grado de desarrollo. Su predicción es necesaria, así el servicio de
meteorología está inserto en la estructura organizativa de los estados (Instituto
Meteorológico Nacional, perteneciente al Ministerio de Medio Ambiente en España), y
su información está presente diariamente en los medios de comunicación.

También podría gustarte