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Módulo de Contextos de la Práctica Pedagógica y Educativa

Diplomado en Pedagogía para Profesionales No Licenciados

Universidad del Magdalena

Julio Román Maza Villegas

Ensayo sobre la historia de dos escuelas: una ilustración del apartheid educativo en Colombia.
Capítulo 7. La Quinta Puerta

La calidad educativa cuántica: de cómo un ser humano y la luz se manifiestan según las circunstancias

En Colombia, el sistema educativo y el acceso a la educación a menudo están determinados por


contextos y factores como el estrato, ubicación geográfica, ideología política de quién está en el poder,
cualidades de los profesores y hasta factores tan irrelevantes la orientación o preferencia sexual. Con el
relato de Jesús, se explorará cómo la vida de un ser humano es definida por los contextos y
oportunidades educativas a la que tiene acceso y cómo desde dos contextos diferentes se pueden
moldear principios y se realizará un paralelo constante con uno de los fenómenos físicos que dio origen a
la mecánica cuántica. A través de esta experiencia, se examinará el impacto los contextos en la calidad
educativa de estos personajes (Chacón, 2019).

La existencia misma y su intrincada tribulación como las redes de un pescador marcarían el equilibrio
entre felicidad y tristeza en la vida de Jesús, desde su nacimiento los matices de su vida parecían
plasmados sobre un lienzo dicotómico. Sus padres, don José y doña Josefa encarnaban el norte y sur de
la sociedad dejando un tatuaje en blanco y negro en el ser de Jesús. A la ecuación de la vida de Jesús se
integraban los resplandecientes logros académicos de don José, quien no por mérito, sino por riquezas
logró educarse en escuelas pomposas de cadetes y recitales culturales todos los martes, su mayor logro
fue la medalla Uroburo, otorgada a quienes terminan donde comenzaron y destruyen lo que elaboraron
con dedicación militar toda su vida. Se podría decir que don José era una partícula. Doña Josefa, por su
parte, no tuvo la dicha ni oportunidad de ser educada ni por sus padres o parientes, ella deambulaba
intrincadamente llegando a casas de familias a veces ricas que la explotaban laboralmente y castigaban
cualquier atisbo de la pequeña por aprender cosas más allá de los quehaceres de la casa y a veces
pobres quienes le brindaban más de lo que podían dar y le enseñaron a leer, escribir y criticar. Se podría
decir que doña Josefa era una onda.

Para Jesús, este ser humano marcado por la desigualdad, en sentido literal y figurado, ser hombre o
mujer se convirtió en otro campo de batalla incorporado en su vida. Como partícula, experimentaba la
libertad y la aceptación social. Sin embargo, como onda, se encontraba en un mar de desigualdades de
género, donde las expectativas y las oportunidades se oponían en un abrir y cerrar de ojos. Mientras los
hombres avanzaban con confianza hacia una vida digna, las mujeres se veían forzadas a dejar de luchar
por un lugar en la sociedad, desvaneciéndose como ondas solitarias en el horizonte.

En las escuelas colombianas, ser blanco o no-blanco es sinónimo de barrera y perjuicios que limitan de
sobremanera las oportunidades, Jesús nació con un color de piel bastante diferente al de la aristocracia
colombiana, la que hace leyes y ordena a qué hora sale y se oculta el sol, por lo que no tuvo acceso a las
solemnes escuelas de su padre José, sino a escuelas de tiza, barro y hambre. Sin embargo, a medida
pasaban los años y crecía su resentimiento hacia el linaje de los poderosos, esos pigmentos de
melatonina en su piel se iban desvaneciendo, encontrando sonrisas y puertas abiertas con su mirada y
los privilegios poco a poco diluyeron el rencor. Así, logró estudiar ciencias médicas en la Universidad de
la Cordillera (una de las más costosas del país) y experimentó como protagonista de la dicotomía, la
disparidad de la calidad educativa pública (Pendola et al., 2021), en donde las sillas son de barro y se
deshace cuando llueve y la calidad educativa privada, en donde no hay necesidad de sentarse porque
siempre se tiene energía para aprender más a cada minuto y los profesores tienen apellidos alemanes o
japoneses.

Las raíces de esta disparidad en la educación en Colombia son tan profundas como la discusión de las
teorías clásicas y cuánticas y quizás no encontremos nunca una explicación a un problema que no tiene
por qué serlo, la educación de calidad debe ser una norma tan común y básica como alimentarse
balanceadamente. La historia de Jesús, contada en este relato, constituye realidades diarias de cada
colombiano.

Bibliografía

Chacón, F. (2019). Calidad educativa: Una mirada a la escuela y al maestro en Colombia. Educación y
ciudad, 36, 35–49.
Pendola, A., Mann, B., Marshall, D., & Bryant, J. (2021). Community Insurgency: Constituency, School
Choice, and the Common Good. Democracy and Education, 29(2).
https://democracyeducationjournal.org/home/vol29/iss2/1

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