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Prima facie, cuando se versa acerca del tema de alimentos, recogido en diversos

cuerpos legales nacionales, como el Código Civil en su artículo 481, en el Código


Penal en el artículo 149 e incluso en nuestra Carta Magna que considera un pilar
importante y objeto de protección a la familia, considerándola como la institución
básica de la sociedad (artículo 4 de la Constitución). Por estas razones, sucede
que cuando el tema alimentario es materia de discusión en procesos judiciales,
nuestro ordenamiento jurídico constitucional prevé una excepción a la regla «no
hay cárcel por deudas» en su apartado número 2 inciso 24 literal c nos lo deja
entrever casi de manera diáfana; y esto es, cuando se admite iniciar un proceso
en vía penal, ante la falta de pago. Ahora bien, es solicitante precisar que para
algunos jurisconsultos respecto al tema que nos reúne, el de Omisión a la
Asistencia Familiar (OAF), nuestra Constitución en cuanto al apartado antes
mencionado nos indica un principio que no limita el mandato judicial por
incumplimiento de deberes alimentarios; por lo cual lo que tratan de decir estos
autores es que el artículo 149 del CP sería inconstitucional. No obstante, estos
son algunos comentarios que sirven como preámbulo o exordio al tema que se
tratará consiguientemente.

La cuestión de la prescripción de la acción penal en el delito de Omisión de


Asistencia Familiar tipificado en el título IV, art. 149 de nuestro Código Penal es un
tema complejo y de gran importancia en el ámbito legal y social. A raíz del caso en
concreto, se presentan dos posiciones opuestas que son muy interesantes,
debatibles y, desde luego, para nada apodícticas, pues la cuestión sobre cuándo
debería comenzar a computarse el plazo de prescripción y, en última instancia, si
debiese permitirse que este delito prescriba o no, se respaldan en dos argumentos
que lejos de generar una pendencia -irónicamente- resultan en dos posiciones
antagónicas y, además ambos fundamentos son válidos por lo que, no se trata de
tomar partido a favor únicamente de uno de ellos, sino de analizar las diversas
implicancias, circunstancias y elementos del caso en concreto, para que
finalmente el juzgador tome una decisión que no afecte los derechos
fundamentales, en este caso, tanto del alimentante como del alimentista.
Un primer criterio es aquel que, argumenta que la prescripción de la acción penal
debería comenzar a partir del momento en que se notifica el requerimiento para el
pago de las pensiones devengadas bajo apercibimiento de remitirse copias al
Ministerio Público. Esto se basa en la idea de que el delito de Omisión de
Asistencia Familiar es un delito instantáneo con efectos permanentes y, que la
prescripción es esencial para evitar que los procesos penales se vuelvan
indefinidos en el tiempo, lo que podría ser perjudicial para los derechos de todas
las partes involucradas.

Mientras que el segundo sostiene que la prescripción debería comenzar a partir


del momento en que se haga efectivo el pago de la obligación alimentaria. Esta
posición se basa en la idea de que el delito es de peligro y permanente y que no
debería permitirse la prescripción, especialmente en casos en los que los
obligados evaden sus responsabilidades.

Ambas posiciones tienen méritos y preocupaciones legítimas. La primera posición,


que aboga por un plazo de prescripción basado en la notificación del
requerimiento, se centra en la importancia de garantizar un plazo razonable para
los procesos penales y evitar que se prolonguen indefinidamente. Esto es
consistente con los principios del debido proceso y los derechos fundamentales de
la persona en el marco de un Estado de Derecho Democrático Constitucional.

Por otro lado, la segunda posición se preocupa por la protección de los derechos
de los menores alimentistas y argumenta que el delito de Omisión de Asistencia
Familiar tiene un carácter peligroso y permanente que no debería permitir la
prescripción. Su enfoque es garantizar que los obligados cumplan con sus
responsabilidades de asistencia familiar que cuenta con seguridad y
reconocimiento constitucional

En última instancia, la cuestión de la prescripción en el delito de Omisión de


Asistencia Familiar es un dilema complejo que debe sopesar los intereses de
justicia, el interés superior del niño (Ley N.° 30466) y el derecho a un proceso legal
justo y razonable. La resolución de esta controversia debe basarse en un análisis
exhaustivo de la legislación aplicable, la jurisprudencia y los estándares
internacionales de derechos humanos, en aras de lograr un equilibrio adecuado
entre los diversos intereses en juego.

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