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El Código Penal, regula en su Capítulo IV, artículo referente a la Omisión de Asistencia Familiar
en el Artículo 149. Artículo 149. El que omite cumplir su obligación de prestar los alimentos
que establece una resolución judicial será reprimido con pena privativa de libertad no mayor
de tres años o con prestación de servicio comunitario de veinte a cincuentidós jornadas, sin
perjuicio de cumplir el mandato judicial. Si el agente ha simulado otra obligación de alimentos
en connivencia con otra persona o renuncia o abandona maliciosamente su trabajo, la pena
será no menor de uno ni mayor de cuatro años. Si resulta lesión grave o muerte de estas
pudieron ser previstas, la pena será no menor de dos ni mayor de cuatro años en caso de
lesión grave, y no menor de tres ni mayor de seis años en saso de muerte. El artículo anterior
refiere al incumplimiento de una resolución judicial, lo que significa que necesariamente debe
existir juicio con resolución mandataria de alimento. Esta resolución puede ser de una
sentencia firme o la de una asignación anticipada, para que proceda la denuncia penal, que
haya habido previo requerimiento. Sobre el particular la Ley N° 28439 del 7 de diciembre del
2004 en su artículo primero, refiere que si el obligado, luego de haber sido notificado para la
ejecución de sentencia firme, no cumple con el pago de los alimentos, el Juez a pedido de
parte y previo requerimiento a la parte demandada bajo apercibimiento expreso, remitirá
copia certificada de la liquidación de las pensiones devengadas y de las resoluciones
respectivas, al fiscal provincial penal de turno a fin de que proceda con sus atribuciones, y que
dicho acto sustituye el trámite de interposición de denuncia penal.
Conclusiones:
Según Villanueva (2009, p. 353), “el principio de oportunidad es un instituto novedoso del
Derecho Procesal Penal, la misma representa un mecanismo de 18 simplificación del
procedimiento, es decir una opción para la obtención de una solución para el caso a través de
procedimientos menos complejos que el procedimiento común que dilata mayor tiempo”.
Para Melgarejo (2013, p. 155) la fuente del principio de oportunidad encontramos en el Código
Procesal Penal, en sus propios términos: La fuente del principio de oportunidad, se encuentra
en la ley penal adjetiva, establecido en el artículo segundo del CPP. Por primera vez se
introdujo en el Código Procesal Penal de 1991, el mismo que fuera modificado mediante Ley
que Agiliza el Procedimiento de Abstención del Ejercicio de la Acción Penal N° 27664
(08/02/02) e incorporado el último párrafo mediante "Ley de Celeridad y Eficacia Procesal
Penal" No 28117 (10/02/03). Los Reglamentos de la Fiscalía de la Nación para la utilización de
este Principio. 2.2.1.2. Normativa del Principio de Oportunidad.
A partir del año 2004, con la dación del Nuevo Código Procesal Penal, el sistema acusatorio
adversarial trae consigo de manera precisa el Principio de Oportunidad con el propósito de ser
eficaces y alcanzar una justicia para todas las partes. Actualmente, si bien es cierto se utiliza el
principio antes citado, especialmente en los procesos de omisión de la asistencia familiar,
también lo es que no todas las partes del proceso se encuentran conformes con su aplicación,
esta disconformidad, qué duda cabe se da en la parte agraviada o víctima, por cuanto el
imputado se obliga a esta especie de justicia penal negociada a pagar los montos adeudados
en la vía civil, sin embargo, no cumplen con el pago que usualmente se fija en armadas.
código del niño y adolescente, Art. IX el cual refiere que, cuando las autoridades o los
adultos adopten decisiones que tengan que ver con los menores deberá prevalecer lo que
sea mejor para su desarrollo y bienestar, en razón del respeto a sus derechos.
En consecuencia, el acta de acuerdo que se pretende llevar a cabo en sede fiscal, donde el
sujeto activo reconoce su culpabilidad y pretende llegar a un acuerdo con el sujeto pasivo
en representación del menor, realmente llega a cumplir su objetivo cuando existe un
límite en el plazo de pago que establece la norma, se evidencia que no, por el contrario, de
no llegar a un acuerdo el fiscal responsable incoara el proceso inmediato. A ello, el
Acuerdo Plenario Extraordinario N° 2-2016/CIJ-116, hace referencia que el delito de
omisión, exige pronunciamiento previo de lo resuelto en la vía civil, respecto al derecho
del menor y de la obligación del sujeto activo […], no siendo los únicos elementos para
fundar el juicio de culpabilidad ni la determinación de una pena condenatoria, ya que lo
que se sanciona no es “el no poder cumplir” sino el “no querer cumplir” […]. Como se
observa, esta analogía da sustento a la problemática existente, ya que el deudor
alimentista quiere cumplir, pero necesita que se valore la capacidad económica, y de
acuerdo a ello se establezca un plazo razonable para cumplir con lo requerido,
(adjuntando pruebas que lo acrediten); salvaguardando así el derecho del menor
vinculados al deber de asistencia, y no con limitaciones para su cumplimiento toda vez
que, se aleja de tal interés para el menor.
ya que el deudor alimentista quiere cumplir, pero necesita que se valore la capacidad
económica, y de acuerdo a ello se establezca un plazo razonable para cumplir con lo
requerido, (adjuntando pruebas que lo acrediten); salvaguardando así el derecho del
menor vinculados al deber de asistencia, y no con limitaciones para su cumplimiento toda
vez que, se aleja de tal interés para el menor.
el Bien Jurídico que se busca proteger es el deber de asistencia que se le debe al menor,
Ese deber entendido como la obligación económica en busca de lograr satisfacción de
todas las necesidades fundamentales para su supervivencia
Por otro lado, varios autores coinciden que el bien jurídico protegido no es otro que la
familia y los deberes de tipo asistencial, entonces, porque este principio en el delito de
Omisión al menor no cumple con proteger ese bien jurídico vinculados al deber de
asistencia, sino por el contrario, el fiscal al fraccionar una liquidación de devengados lo
establece sin que exceda los nueve meses limitando al deudor, que tiene toda la intención
de pagar, que quiere ponerse a derecho, cuando ve en riesgo su libertad.
Por otro lado, La reparación civil se efectúa debido a la consecuencia del delito cometido y
que el responsable de tal ilícito le corresponde resarcir, tal como lo establece el CC Art 93°
de reponer lo afectado (bien) y/o una indemnización por lo causado, tal es así, que para
los casos de omisión se evidencia una puesta en peligro desde el momento en que no se
cumplió con el pago impuesto por el juez, generándose desde ese momento los intereses
respecto al delito de Omisión de la Asistencia Familiar, su aplicación en la administración de
justicia se presenta dramática por lenta y engorrosa principalmente para la parte agraviada.
Sobre el particular es de precisarse que antes de que la parte interesada denuncie penalmente
por el delito de omisión a la asistencia familiar, primero ha debido recurrir a la vía civil por el
pago de alimentos en alguna de sus formas, lo que implica que luego de admitida la demanda
en la vía civil, se cumple con todas las etapas establecidas hasta expedirse sentencia, en caso
de no haber mediado conciliación entre los justiciables, haberse efectuado la liquidación de las
pensiones alimenticias, aprobación y requerimientos de ley para recién poder recurrir a la vía
penal correspondiente, lo cual evidentemente significa que en la práctica no sea un proceso
sumarísimo, y muchas veces no obstante de que la demandante obtenga una sentencia
favorable, no puede materializar el cobro del monto fijado en la misma, no debiendo olvidarse
que el mayor porcentaje de las demandas sobre esta materia proviene de personas
pertenecientes a los estratos económicos empobrecidos de la sociedad. Nuestra preocupación
al abordar este tema es porque esta omisión dolosa, el incumplimiento del deber alimentario
vulnera uno de los más importante bienes jurídicos protegidos por la Constitución: La familia. Y
no obstante haberse previsto su tramitación procesal y sancionar a los obligados que
incumplen con este deber básico para el ser humano como es el de proveer los medios
económicos para la subsistencia de los miembros de su familia, o a quienes la ley señala, el
número de procesos sobre esta materia es elevado en relación a los otros delitos contra la
familia.