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TITULO VIII

DE LAS ACCIONES ESPECIALES


CAPITULO I
PRINCIPIOS GENERALES

por Fabiana H. Schafrik de Nuñez, Pablo A. De Giovanni y Darío E. Reynoso

Art. 449º - Régimen. Las acciones especiales que se regulan en este título se rigen
por sus disposiciones y sólo supletoriamente por las restantes disposiciones del código.

Concordancias con el CPCCN: Este artículo no tiene concordancia expresa con el CPCCN,
aunque se observa a modo de ejemplo que el artículo 542 del CPCCN señala en su tercer y
cuarto párrafo la aplicación de normas contenidas en otros Libros de aquél cuerpo legal.

COMENTARIO

Las acciones especiales a las que se refiere el artículo 449 del CCAyT son: el juicio
de ejecución fiscal (Capítulo II), la desocupación de bienes del dominio privado del Estado
(Capítulo III) y la revisión de cesantías o exoneraciones a empleados públicos (Capítulo
IV).
Todas ellas se rigen, en primer término, por las disposiciones que las regulan en sus
respectivos capítulos y por las demás normas del Código ante la ausencia de norma
específica.
Así resultan de aplicación supletoria los Títulos: II “Las reglas procesales”, en
especial los capítulos I a VIII (excepcionalmente lo será el capítulo XI que trata sobre la
intervención de terceros); III “Actos procesales”; VI “Recursos”; VII “Modos anormales de
terminación del proceso”, X “De la prueba”, (excepto lo referido a la prueba de testigos y
excepcionalmente procederá la prueba pericial) y XII “Procesos de ejecución – ejecución de
sentencias”.

CAPITULO II
JUICIO DE EJECUCIÓN FISCAL

En primer lugar, al referirnos a las ejecuciones fiscales, resulta conveniente


aproximarnos al concepto de juicio ejecutivo atento que, dentro del derecho procesal, la
ejecución fiscal es una especie dentro de ese género de procesos.
Así, podemos decir que el juicio ejecutivo se encuentra sometido a un trámite
específico, diferente al proceso “ordinario”, con menor número de actos procesales y mayor
celeridad, tanto en su desarrollo como en su conclusión.
Se puede establecer que se trata de un proceso de ejecución porque, por un lado, no se
persigue una decisión judicial que declare la existencia o inexistencia de un derecho
sustancial incierto, sino la satisfacción de un crédito legalmente presumido como existente,
en razón del contenido del documento que se exhibe.
Asimismo, el efecto inmediato de este tipo de procesos, obviamente una vez
verificado el título por el juez, consiste en una intimación de pago (acto conminatorio), que
da comienzo al trámite.
Desde otro punto de vista, en la ejecución fiscal la autoridad administrativa pretende
obtener el cobro de tributos que no han sido satisfechos oportunamente.
El Modelo de Código Tributario para la América Latina define, en su artículo 13, a
los tributos como “... las prestaciones en dinero que el Estado, en ejercicio de su poder de
imperio, exige con el objeto de obtener recurso para el cumplimiento de sus fines”.
Una vez determinado por el órgano respectivo el hecho imponible, y sancionada la
respectiva ley, (nullum tributum sine lege previa), el ciudadano comprendido por éste se
encuentra obligado a tributar.
Desde este punto de vista -tributario-, el juicio de ejecución fiscal, o apremio, fue
concebido como un procedimiento tendiente a asegurarle al Estado la recaudación de
gravámenes en un término breve, ante la falta de pago por parte del contribuyente.
Sin perjuicio de ello, la ejecución fiscal debe ser entendida como un instrumento más,
que se agrega a otros de los que dispone el Estado, para hacerse y disponer de los recursos
necesarios en miras de ejercitar sus políticas y dar cumplimiento a sus fines específicos. En
el caso de ejecuciones fiscales en el ámbito de la Ciudad Autónoma, destacamos que
depende del representante del GCBA procurar que avance el procedimiento, hasta la
satisfacción del crédito por parte de la autoridad administrativa.
La ejecución fiscal es una vía procesal que encuentra sustento en el principio de
legitimidad de los actos administrativos. Como sostiene Juan Carlos Cassagne: “...la
presunción de legitimidad del acto administrativo encuentra fundamento en la presunción
de validez que acompaña a todos los actos estatales, principio que se basa a su vez en el
deber del administrado de cumplir el acto administrativo, considerando que el acto
administrativo debe considerarse en armonía con el ordenamiento jurídico, teniendo por
consiguiente fuerza ejecutoria, para efectivizar su cumplimiento”1.
Finalmente, señalamos que, en el derecho comparado, existen dos sistemas de
recaudación de las deudas tributarias: el sistema judicial y el sistema administrativo.
El sistema judicial se caracteriza por el hecho de que la autoridad administrativa debe
acudir a los órganos del Poder Judicial, ordinarios o especiales, para obtener el cobro de lo
adeudado y no pagado voluntariamente por el sujeto pasivo, no actuando, por lo tanto,
directamente sobre el patrimonio del deudor para exigir el pago coactivo.
Es necesaria la existencia de una deuda firme, líquida y exigible y una vez que consta
la existencia de tal deuda, la administración elabora el documento (en nuestro derecho, la
boleta o constancia de deuda), que constituye el título ejecutivo y que servirá de base para
la demanda ante el órgano judicial.
Esta es una diferencia de posición de la Administración frente a los demás sujetos de
un juicio ejecutivo, pues es el ente público acreedor quien elabora, por sí mismo, el título
ejecutivo, al cual se le confiere la misma fuerza ejecutiva que la sentencia judicial 2.
En oposición al judicial, el sistema administrativo de ejecución tributaria se
caracteriza por la ausencia de los órganos judiciales en el procedimiento.
La diferencia fundamental radica en el hecho de que, tanto la apreciación de las
causas de oposición, como la adopción de las medidas coactivas contra los bienes del
deudor, corresponde a los órganos administrativos competentes.
El régimen de ejecución fiscal legislado por la ley federal Nº 11.683, luego de la
reforma por ley 25.239, otorgó amplias facultades al ‘agente fiscal’ en el trámite de las
ejecuciones fiscales, en desmedro de la función judicial. Podemos hablar de un sistema que
combina notas del administrativo y del judicial.
Tanto ello es así, que la ley faculta, en la actualidad, al agente fiscal a librar, bajo su
firma, mandamiento de intimación pago y eventualmente embargo si no indicase otra
medida alternativa por la suma reclamada especificando su concepto con más el quince por
ciento para responder a intereses y costas, indicando también la medida precautoria
dispuesta.
Estas amplias atribuciones que comprende la ‘traba de embargos’ han sido
cuestionadas por los diferentes autores3.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sistema de ejecución es plenamente
judicial4 y está legislado en los siguientes artículos:
1
CASSAGNE, Juan Carlos, “Derecho Administrativo”, T II, Buenos Aires, Abeledo Perrot, 1996, página
229.
2
LOPEZ DIAZ, Antonio , “La recaudación de deudas tributarias en vía de apremio”, Madrid, Instituto de
Estudios fiscales. Ediciones jurídicas, 1992, página 147.
3
GALLASSO Sandra y AMEZTOY Agustín, “La reforma en la Ley de Procedimientos Fiscales”. Segunda
Parte, elDial.com.DCF9; GALLASSO, Sandra, “La reforma en la Ley de Procedimientos Fiscales”, Primera
Parte, elDial.com DCFA; GRECA, Hugo, “Inconstitucionalidad de la delegación de las facultades
jurisdiccionales en la Ejecución fiscal en la ley 11.683”, La Ley 20/10/04, 5; LEVENE Ricardo (n.), “El
artículo 92 de la Ley 11.683 modificado por ley 25.239. Una inadmisible intromisión a la función
jurisprudencial”, La Ley 2003-A, 1237, entre muchos otros.
4
Hubo un intento en el proyecto de reforma del Código Fiscal que promovió el Poder Ejecutivo para el año
2007 de otorgar mayores facultades a los mandatarios para la traba de embargos sin intervención judicial. El
proyecto del Ejecutivo proponía un agregado al inciso 12 del artículo 4º del mencionado Código en los
términos que pasamos a transcribir: “FACULTADES DE LA DIRECCION GENERAL-... “asimismo la
Dirección General podrá, a través de la Procuración General, disponer la traba de embargos sobre cuentas o
activos bancarios y financieros y la intervención de caja y embargo de las entradas brutas equivalentes al
veinte por ciento y hasta el cuarenta por ciento de las mismas”. Este intento fue desechado por la Legislatura
local, y sujetó la traba de dichas medidas a la decisión judicial.
Art. 450º - Supuestos comprendidos.- El cobro judicial de todo tributo, pagos a
cuenta, anticipos, accesorios, actualizaciones y de las multas ejecutoriadas, que determinen
las autoridades administrativas, se hace por vía de ejecución fiscal establecida en este
código, sirviendo de suficiente título, a tal efecto, la boleta de deuda expedida por la
Dirección General de Rentas y Empadronamientos, organismo equivalente o por la
autoridad que aplique la multa.

Concordancias con el CPCCN: Este artículo guarda cierta similitud con el artículo 604 del
CPCCN, aunque adaptado en su redacción a la realidad normativa de la Ciudad Autónoma.

COMENTARIO

Este artículo, sirve de base para la interposición en el fuero de ejecuciones fiscales de


los tributos, multas ejecutoriadas y otros recursos previstos en el Código Fiscal de la
Ciudad.
La norma en comentario debe ser complementada con el artículo 129 del Código
Fiscal (t.o. 2007), que señala que se puede ejecutar por vía de ejecución fiscal, y sin previa
intimación administrativa de pago, la deuda por gravámenes, intereses o multas no
abonadas, en los términos establecidos y resultantes de: 1) resolución definitiva
debidamente notificada, consentida expresa o tácitamente por el administrado o agotada la
vía administrativa; 2) declaraciones juradas; 3) liquidación administrativa en concepto de
pago a cuenta del impuesto sobre los Ingresos Brutos, cuando se ha omitido la presentación
y pago de las declaraciones juradas respectivas, conforme lo establecido por el artículo 154
(t.o. 2007); 4) liquidación administrativa de los tributos para cuya percepción no sea
necesaria la declaración jurada del contribuyente por ser determinados por la Dirección
General; y 5) liquidación administrativa de las deudas por la prestación de servicios
especiales, por uso de sitios públicos y arrendamientos precarios o a término de inmuebles
del dominio privado del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (artículo 365
del Código Fiscal, t.o. 2007).
Por otra parte, si bien la ejecución de multas de tránsito se rige por las disposiciones
de este código, en virtud de la materia, es el fuero contravencional y de faltas el competente
para dirimirlas.
En lo que concierne a las multas, la normativa prevé que éstas pueden ser objeto de
esta acción especial sí y sólo sí se encuentran ejecutoriadas, es decir, firmes en sede
judicial5.

Art. 451º - Intimación de pago. Excepciones.


En la ejecución fiscal, si el/la ejecutado/a no abonara en el acto de intimársele el
pago, queda desde ese momento citado de venta, siendo las únicas excepciones admisibles
las siguientes:
1) Falta de personería en el/la demandante, o sus representantes;
2) Espera documentada;
3) Litis pendencia, en otro tribunal competente;
4) Falta de legitimación pasiva en el/la ejecutado/a para obrar;
5) Pago, total o parcial, o cualquier otro modo de extinción de las obligaciones,
documentado mediante constancia expedida por la autoridad administrativa o entidad
pública o privada autorizada a percibir el tributo en su nombre, o cuando se haya expedido,
por autoridad competente, una certificación de inexistencia de deuda que comprenda el
período reclamado;
6) Falsedad o inhabilidad de título basada exclusivamente en vicios de forma de la boleta
de deuda;
7) Prescripción;
8) Cosa juzgada.

5
TSJBA, 13/11/02, “Buenos Aires Container Services S.A. s/ queja por recurso de inconstitucionalidad
denegado en ‘Buenos Aires Container Services S.A. c/ GCBA s/ otros procesos incidentales’ ”; Cám. Cont.-
Adm. y Trib. CABA, Sala I, 26/8/03, “Selectora Géminis SA c/ GCBA s/otros procesos incidentales y Cám.
Cont.-Adm. y Trib. CABA, Sala I, 2/9/03, “Corporación de alimentos S.A.C.I.F. c/ GCBA s/impugnación de
actos administrativos”, entre otros.
Concordancias con el CPCCN: concordante parcialmente con los artículos 605 y 544 del
CPCCN

COMENTARIO

Las excepciones previstas por el CCAyT son más amplias que las contempladas en
el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y en la ley federal Nº 11.683. Éstas son
aún más acotadas.
En el CPCCN, el artículo 544 enumera como excepciones procedentes: la
incompetencia; la falta de personería en el ejecutante, en el ejecutado o en sus
representantes, por carecer de capacidad civil para estar en juicio o de representación
suficiente; litispendencia en otro juzgado o tribunal competente; cosa juzgada; falsedad
material o inhabilidad extrínseca del título; falta de legitimación para obrar pasiva en el
legitimado; pago total o parcial documentado, compensación de crédito líquido; quita,
espera, remisión, novación, transacción, conciliación o compromiso documentado y
prescripción.
La ley Nº 11.683, en el artículo 92, prevé como excepciones la de: pago total
documentado; espera documentada; prescripción e inhabilidad de título por vicio extrínseco.
Si bien la primera parte del artículo prevé la posibilidad de que el ejecutado pueda
pagar en el momento de la intimación, la totalidad de los Juzgados de primera instancia del
fuero contencioso administrativo y tributario de la CABA han decidido que la intimación de
pago se efectúe por medio de cédula, y otorgan un plazo de cinco días para depositar
judicialmente el importe reclamado, más lo presupuestado para intereses y costas.
Tal situación tuvo su origen en el hecho de que al iniciar el Fuero sus actividades
(02/10/2000), no se habían designado todavía oficiales de justicia, sino sólo oficiales
notificadores y el Reglamento General de Organización y Funcionamiento del Poder
Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Resolución Nº 152/99 del Consejo de la
Magistratura de la CABA), al determinar el procedimiento para la percepción de dinero u
otros bienes, dentro de las diligencias de notificación o secuestro, sólo menciona a los
primeros (Título II, Cap. IV, pto. 2.21). Puede sostenerse que los oficiales notificadores no
se encuentran facultados para recibir dinero por parte de los ejecutados6.
De tal manera, cabe señalar que el depósito efectuado dentro del plazo para oponer las
excepciones previstas en este artículo surte el mismo efecto que el pago realizado al
momento de la intimación.
Asimismo, la intimación que se realiza importa también que el ejecutado quedará
citado de venta, excepto que la intimación de pago resulte inválida por algún defecto o vicio
en su diligenciamiento. A partir de ese momento, entonces, corre el plazo para oponer las
siguientes excepciones:

I) Falta de personería en el/la demandante, o sus representantes.

Antes de comenzar a analizar esta excepción es conveniente efectuar una precisión


conceptual puesto que no es extraño encontrar escritos o presentaciones en donde se
confunden los conceptos de legitimación y personería, aunque estas dos palabras
correspondan a conceptos jurídicos bien distintos.
Palacio7 señaló que esta excepción no sólo procede en el caso de que el actor o el
demandado sean civilmente incapaces (en forma absoluta o relativa), sino también en el
supuesto que sea defectuoso o insuficiente el mandato invocado por quien pretenda
representar a aquéllos. El autor ha indicado que la falta de personería pone de manifiesto la
falta de capacidad procesal o cualquiera de los defectos de representación mencionados,
pero no la ausencia de legitimación para obrar.
Realizada la aclaración, debemos señalar que esta excepción es una de las llamadas
dilatorias, ya que su efecto es el de dar un plazo para que se subsane el defecto y por ella se
6
2.21 El oficial de Justicia que en una diligencia procesal proceda al secuestro o recepción de una suma de
dinero, títulos valor u otros bienes, debe actuar del siguiente modo: 2.21.1. si es dinero en efectivo,
depositarlo en el Banco Ciudad de Buenos Aires, sucursal Tribunales, a la orden del magistrado que ordenó la
medida y como perteneciente a las actuaciones en que se emitió la orden (Res. 152/99 CMCABA con las
modificaciones introducidas por las Res. Nº 138/00, 175/00, 405/00, 36 (01 y 251/02)
7
PALACIO, Lino Enrique, “Manual de Derecho Procesal Civil”, T I, 8ª edición, Buenos Aires, Abeledo-
Perrot, 1991, página 405/406.
pone en evidencia: a) la falta de capacidad civil (legitimatio ad processum); y b)
insuficiencia de la representación invocada por quien comparece en juicio por un derecho
que no sea propio.
En el caso concreto de las ejecuciones fiscales, corresponderá indicar que la
representación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en estos juicios es ejercida por los
llamados “mandatarios” a los cuales se les otorgó un poder a fin de efectuar la gestión de
cobro de la deuda fiscal en mora y de los certificados de deuda emitidos por los
Controladores de la Unidad Administrativa de Control de Faltas.
Esta relación entre la Ciudad (mandante) y sus mandatarios se encuentra regida por el
decreto Nº 42/02 dictado por el Jefe de Gobierno de la Ciudad 8, que dejó sin efecto los
anteriores decretos N° 1.574/97; N° 631/97; N° 612/97; N° 1.621/97 y N° 2.103/99, que
regulaban tal relación.
Estos mandatarios son designados por el Jefe de Gobierno y deben poseer el título de
abogado, con acreditación de un mínimo de cinco (5) años de ejercicio de la profesión 9 y se
rigen en sus relaciones con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, conforme las normas
que para el contrato de mandato tiene establecidas el Código Civil, en todo cuanto no se
oponga a las normas que regulen la organización administrativa10.
Así, han sido muy escasas las oportunidades en las cuales se ha interpuesto esta
excepción. Creemos que ello se debe a que los Juzgados realizan un examen preliminar de
los poderes presentados por los mandatarios (arts. 40, 41 y 270 inc. 1º del CCAyT) y, ante la
menor omisión o deficiencia en la presentación de éstos, ordenan subsanarlas (art. 271 del
CCAyT), incluso hasta en detalles tales como la falta de firma en la copia del poder que se
agrega al expediente (art. 41, 2º párrafo del CCAyT).
Por otro lado, atento su carácter dilatorio, en caso de admitirse esta excepción de falta
de personería el juez debe otorgar un plazo para que la parte actora subsane el defecto,
aplicando subsidiariamente el artículo 286 inc. 4º del Código de rito, en donde ha sido
previsto este procedimiento para aquellos casos en que se hace lugar a esta defensa en los
juicios de conocimiento.
La jurisprudencia nacional ha dicho, en igual sentido: “la falta de presentación del
poder o de poder suficiente no puede acarrear la pérdida del derecho que se intentó
ejercitar, en tanto no medie una intimación del juzgado destinada a subsanar dicha
irregularidad. A la misma conclusión se llega por vía de la excepción de falta de personería
pues la ley ritual establece la fijación de un plazo dentro del cual el interesado debe
ratificar la gestión o acompañar el instrumento respectivo”11.
Sin perjuicio de lo dicho hasta aquí, respecto del poder otorgado a los mandatarios
para representar a la Ciudad en estos juicios, conviene puntualizar que, conforme el decreto
42/02 más arriba citado, la Procuración General del Gobierno de la Ciudad tiene a su cargo
la superintendencia procesal, auditoría jurídica, contable e imparte a los mandatarios las
directivas jurídicas que estime pertinentes, siendo obligatorio el patrocinio letrado de los
profesionales de la Procuración General en los escritos de contestación de excepciones,
memoriales y sus contestaciones, recursos extraordinarios y sus contestaciones y quejas12.
Los mandatarios pueden efectuar gestiones extrajudiciales para el cobro de la deuda,
y deben promover las respectivas ejecuciones fiscales en un plazo que no podrá exceder de
los treinta (30) días corridos desde la recepción del título ejecutivo, salvo inminencia de
prescripción en cuyo supuesto las acciones se iniciarán de inmediato. Si dejaran prescribir
una deuda, sin perjuicio de la responsabilidad patrimonial por los daños emergentes de su
negligencia, se procede de inmediato a la revocación del mandato13.
Una supuesta demora en el inicio del juicio por parte del mandatario después de
recibir el título ejecutivo dio lugar a que un demandado planteara una excepción de falta de
personería basada en que, si éste lo hacía fuera del plazo acordado por el mandante,
implicaba que carecía de facultades para ello. Este planteo fue rechazado puesto que no se
había verificado el incumplimiento del plazo señalado, pero, aún así, se señaló que en todo
caso ello podía importar algún tipo de sanción al mandatario por parte de la Administración,
pero de ningún modo ello podía interpretarse ni alegarse como una especie de plazo de
caducidad y, mucho menos, que ello aparejara una falta de personería en ese mandatario 14.
8
Dictado el 15-01-02 y publicado en BOCBA del 22-01-02.
9
art. 2º del Dec. 42/02.
10
art. 5º del Dec. 42/02.
11
Cám.Nac.Civ., Sala G, 21.02.89, "D'A. de G.O. c/ G.R.J.”.
12
art. 9 del Dec. 42/02.
13
art. 8 del Dec. 42/02 (texto conf. Dec. 1944/05).
14
Juzgado Nº 5, Sec. Nº 10, Cont.- Adm. y Trib. CABA, 8/04/02, “GCBA c/ Echavarria-Pollizi-Soldini S.A.
s/ ejec. fiscal”.
Por último, es importante señalar que, los mandatarios no podrán aceptar pagos de
modo personal y directo. Si el contribuyente optara por abonar la deuda en forma
extrajudicial, podrá hacerlo mediante el pago en el Banco de la Ciudad de Buenos Aires,
con la boleta que a tal efecto podrá emitir sólo el mandatario. El pago del capital se
efectuará junto con los gastos y honorarios y estos ingresarán en el Banco de la Ciudad de
Buenos Aires, simultáneamente con los gravámenes, accesorios y multas. Los mandatarios
no pueden aceptar sumas a cuenta, ni otorgar recibos provisorios, ni recibir en forma directa
el importe total o parcial de dichas liquidaciones15.

II) Espera documentada;

Respecto de la espera se ha dicho que es un nuevo plazo que el acreedor, en forma


convencional o por su propia voluntad, acuerda al deudor para el cumplimiento de la
obligación, sin que pueda exigirse el cumplimiento de ésta antes de su vencimiento16.
A su vez, el otorgamiento de este nuevo plazo puede surgir por imperio legal 17 y la
jurisprudencia ha expresado que la simple promesa de espera no es elemento suficiente para
fundar esta excepción18.
Otros dos requisitos necesarios para la procedencia de la defensa son: que dicha
espera se encuentre documentada y que tales documentos se acompañen al momento de
interponer la excepción, existiendo la posibilidad de que se ofrezca prueba tendiente a que
dichos instrumentos puedan ser exhibidos al juez si no se encuentran en poder del
ejecutado19.
Ahora bien, en las ejecuciones tramitadas ante el fuero Contencioso Administrativo y
Tributario, la interposición de esta excepción se ha dado, esencialmente, en casos en los que
el contribuyente había suscripto un plan de facilidades por alguno de los distintos regímenes
que periódicamente han estado vigentes en la Ciudad de Buenos Aires, respecto de deudas
tributarias en mora, ya sea que éstas estuvieran en litigio o no.
Al respecto, resulta importante determinar el momento en que se suscribió el plan de
facilidades.
En aquellos litigios en los que el plan había sido otorgado antes del inicio de la
ejecución fiscal y éste incluía los períodos o conceptos que constan en el certificado de
deuda, la ejecución debería ser rechazada20.
En los planes de facilidades de pago que fueron suscriptos con posterioridad a la
intimación de pago, la respuesta tampoco sería dificultosa, puesto que no podría
interponerse excepción alguna.
Sin embargo, la dificultad se presenta cuando el plan fue otorgado luego de la
iniciación del juicio, pero antes de producirse la intimación de pago.
En una anterior edición de esta obra, hemos sostenido que esta excepción resultaba
procedente cuando: a) existe un plan de facilidades de pago que el demandado viene
cumpliendo regularmente, y b) acompaña la prueba documental correspondiente que
exterioriza la voluntad del acreedor, mediante un convenio documentado vigente; es decir,
que no está caduco. Señalamos, también, que en dichos casos las costas debían estar a cargo
de la actora, pues podría haber desistido del proceso luego de haber otorgado el plan21.
Sin embargo, ésta no ha sido la posición adoptada por la Cámara del fuero
Contencioso Administrativo y Tributario que, en casos en que el acogimiento al plan de
facilidades importaba el allanamiento liso y llano –por expresa disposición de la res.
2243/DGRYEI/98, artículo 3°– dijo: “habiéndose el demandado allanado lisa y llanamente
a la pretensión del Fisco, encontrándose acreditado el cumplimiento del plan de Facilidades

15
art. 11 del Dec. 42/02.
16
Cám. Cont. Adm. y Tributario, Sala I, 25/11/04, “GCBA c/ Danisant SA s/ ejecución fiscal”.
17
BUSTOS BERRONDO, Horacio, “Juicio Ejecutivo”, 3ª. ed. actualizada, La Plata, Librería Editora Platense
S.R.L., 1981, página 207; URRESTI Patricio Esteban y PASQUALINI Ana Elisa Defensas admisibles en el
juicio de ejecución fiscal en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, XXXIV Jornadas
Tributarias, Colegio de Graduados en Ciencias Económicas. Noviembre de 2004, página 361.
18
Cám. Nac. Civ., Sala C, 7-III-1991, SJ691, D.J., 1993 –2-798; Juzgado Nº 5 Cont. Adm. y Trib. de la
CABA, Secretaría Nº 10, 10-09-02,“GCBA c/Castro Oscar s/ejecución fiscal”.
19
URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa, ob. cit. página 362.
20
Al decir de URRESTI-PASQUALINI (ob. cit. página 362) por tratarse de un supuesto de extinción
documentada de la deuda, ya que las normas que regulan los planes consideran que, en estas condiciones, el
plan extingue por novación a la deuda originaria.
21
BALBIN, Carlos F. (director), “Código Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos
Aires”. Comentado y concordado, comentario al art. 451, 1ª edición, Buenos Aires, LexisNexis/Abeledo-
Perrot, 2003, página 866.
de Pago mediante la presentación de los recibos correspondientes (...) y siendo que las
costas y gastos del juicio se encuentran incluidos en el citado plan, solo resta confirmar el
archivo de las actuaciones dispuesto a fs. 3322”.
En lo que se refiere al trámite que debe darse a las ejecuciones fiscales en las que se
suscribió un plan de facilidades, se consideró: “[e]l art. 24, decreto n° 2076/01 —
reglamentario de la ley n° 671— dispone que el acogimiento válido al plan de facilidades
previsto en la ley antes citada, produce la paralización de los juicios de ejecución fiscal
seguidos contra el contribuyente, hasta la cancelación total de la deuda. Asimismo,
(…) establece que el acogimiento implica el reconocimiento de la pretensión del fisco por el
ejecutado, encontrándose facultada la administración para solicitar el dictado de la sentencia
sin más trámite, cuya ejecución queda supeditada al total cumplimiento del plan de
facilidades solicitado23”, motivo por el cual, según dicha jurisprudencia, los magistrados
deben mandar llevar adelante la ejecución y supeditar la ejecución, o no, de la sentencia al
cumplimiento del plan de facilidades.
De esta manera, la Cámara del fuero resuelve cada caso de acuerdo a las normas que
regulan cada plan, que generalmente autorizan el dictado de una sentencia condicional,
supeditada al cumplimiento de las obligaciones asumidas por el suscriptor, o bien importan
el allanamiento del contribuyente a la pretensión fiscal24.

III) Litispendencia, en otro tribunal competente;

A diferencia de la ley Nº 11.683, que no la enumera como una excepción admisible,


en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires el artículo 451, inciso 3, CCAyT, la prevé entre
las excepciones que puede plantear el ejecutado25.
La litispendencia fue definida por la Corte Suprema de Justicia de la Nación como
una excepción procesal26.
El objeto de la excepción de litispendencia es evitar que se produzca el planteamiento
de una misma discusión ante jueces distintos que lleve al dictado de sentencias
contradictorias. A ello corresponde agregar que existen dos clases de litispendencia: por
identidad y por conexidad.
La excepción se configura cuando coexisten dos procesos en los que se verifica la
llamada triple identidad de sujetos, objeto y causa, en trámite ante tribunales igualmente
competentes27, situación que no excluye la posibilidad de que ambos juicios tramiten ante el
mismo juzgado.
Sin embargo, resulta necesario que ambos procesos sean ejecuciones fiscales, puesto
que no es procedente cuando la defensa intenta esgrimirse en un juicio ejecutivo, ante la
existencia de una causa de conocimiento iniciada por el ejecutado ante otro juzgado para
discutir dichos tributos, no sólo porque ello implicaría dejar al arbitrio de éste la pretensión
de cobro ejecutivo, sino también porque no cabe la posibilidad del dictado de sentencias
contradictorias, en tanto la que se dicte en la ejecución fiscal no hará cosa juzgada en la de
conocimiento ordinario28.
Es importante señalar que ambos juicios deben tramitar al momento de interponer la
defensa, puesto que en el caso de que en uno de los juicios exista sentencia firme, haya
desistimiento del actor o se hubiere dictado la caducidad de la instancia 29, no se configuraría
la litispendencia.

22
Cam. Cont. Adm. y Trib. CABA, sala II, 19/03/2003, in re “GCBA c/Estado Nacional Argentino
s/ejecución fiscal”; URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa, ob. cit. páginas 362/363.
23
Cam. Cont. Adm. y Trib. CABA, sala I, 26/08/2003, in re “GCBA c/ Publicar Propaganda s/ ejecución
fiscal”; 23/09/03,“GCBA C/ Inmobiliaria Posadas s/ ejecución fiscal”, entre otros.
24
URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa, ob. cit. página 363.
25
URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa PASQUALINI, ob. cit. página 363.
26
GIULIANI FONROUGE y NAVARRINE Camila Susana, “Procedimiento Tributario y de la seguridad
social”, Buenos Aires, Depalma, 1999, página 496.
27
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 11/03/2004, “GCBA c/Federico Calzetta e hijos S.A.
s/ejecución fiscal”; Sala II, 28/06/2002, “GCBA c/ Harrod’s Buenos Aires Limited S.A. s/ ejecución fiscal.
28
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 21/05/2004, “GCBA c/ Hipódromo Argentino de Palermo
SA s/ ejecución fiscal”; URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa Pasqualini, ob. cit. página
364.
29
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 11/03/2004, “GCBA c/Federico Calzetta e hijos S.A.
s/ejecución fiscal”; URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa, ob. cit. p. 364
La jurisprudencia del fuero también desechó la posibilidad de que exista
litispendencia cuando se pretende fundamentarla en la existencia de un recurso
administrativo pendiente de resolución30.

IV) Falta de legitimación pasiva en el/la ejecutado/a para obrar;

Calificada doctrina procesal ha dicho que existe falta de legitimación cuando no


media coincidencia entre las personas que efectivamente actúan en el proceso y aquellas a
las que la ley habilita especialmente para pretender o contradecir, respecto de la materia
sobre la cual versa aquél31.
En el marco del juicio de ejecución fiscal, entonces, la falta de legitimación pasiva
se configura cuando no media coincidencia entre la persona obligada al pago de la deuda
tributaria y el sujeto pasivo de la pretensión ejecutiva32.
No obstante que esa excepción puede verificarse respecto de cualquiera de los
gravámenes, tributos e impuestos que se ejecutan en este tipo de juicios, lo cierto es que la
mayoría de los planteos a este respecto se verificaron en los juicios en los que se reclaman
gravámenes de patentes sobre vehículos y las contribuciones por alumbrado, barrido y
limpieza.

Patentes sobre vehículos

Sin dudas, el reclamo ejecutivo de este gravamen ha sido el que más ha generado la
interposición de esta excepción.
Resulta oportuno recordar que el Código Fiscal estipula que los sujetos obligados al
pago de este tributo son: “Los titulares de dominio, inscriptos en ese carácter en el
Registro de la Propiedad del Automotor, así como los poseedores a título de dueño son
sujetos pasivos del gravamen y deben abonarlo hasta que soliciten y obtengan la baja
fiscal pertinente…”33.
De tal manera, múltiples son las situaciones respecto de la titularidad, tenencia y
posesión de automotores, que han llevado a interponer esta defensa. Entre las más
importantes deben destacarse la suscripción de un boleto de compraventa, la denuncia de
venta inscripta en el Registro de la Propiedad Automotor, el robo o hurto del vehículo y el
desguace de éste.
El primero de los casos, esto es, sustentar la defensa por medio de la presentación de
un boleto de compraventa sin que la transferencia se haya inscripto en el Registro de la
Propiedad Automotor, no ha generado dificultad en tanto el sujeto pasivo resulta ser el
titular del automotor que consta en el Registro, siendo inoponible al Fisco dicho recibo de
venta (arts. 1195 y 1999 Cód. Civil) 34. Igual respuesta mereció la presentación de una
constancia de asunción de la responsabilidad civil por parte de un tercero como fundamento
de la excepción35.
Las mayores dificultades se han presentado en los casos de contribuyentes que
entregaron la posesión del vehículo sin inscripción de la transferencia en el Registro –
únicamente suscribieron un boleto de compraventa-, pero que realizaron ante ese organismo
la correspondiente denuncia de venta.
Al respecto, resulta importante destacar la sanción en el año 1999 de la ley 25.232 -
que reformó el artículo 27 del dec. 6582/58- que obligó a los Registros de la Propiedad
Automotor a comunicar –entre otros- a la Dirección General de Rentas de la Ciudad de
Buenos Aires, las denuncias de venta que efectúen los titulares de los automóviles,
desligando a estos últimos del pago del tributo, a partir de la fecha de tal denuncia de venta.
Sin embargo, incluso en códigos fiscales posteriores a 1999 se exigía la
comunicación y acreditación de esa denuncia de venta por parte del contribuyente ante la
30
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 28/06/2002, “GCBA c/ Harrod’s Buenos Aires Limited S.A.
s/ ejecución fiscal.
31
FALCON, Enrique M., “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación anotado, concordado y
comentado”, tomo III, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1997, página 347, con cita de PALACIO.
32
URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa, ob. cit. página 365.
33
Artículo 264, Código Fiscal Texto Ordenado 2007, con similar redacción en Códigos y Ordenanzas Fiscales
de años anteriores.
34
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 24/09/2003, “GCBA c/ Mascia Miriam s/ ejec. Fiscal”; Sala
II, 14/11/2002,“ GCBA c/ “Frare Claudio s/ ejec. Fiscal”.
35
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 05/02/2002, in “GCBA c/ Sanguino Oscar s/ ejecución
fiscal”.
Dirección General de Rentas36.
El tema que se debatió era si resultaba o no suficiente la denuncia de venta para
acreditar la falta de legitimación pasiva, y qué pasaba si el contribuyente no cumplía con la
comunicación a la Dirección General de Rentas que exigía el Código Fiscal.
Incluso para períodos anteriores a la entrada en vigencia de la ley nacional 25232,
algunos juzgados de primera instancia del fuero señalaron que era suficiente la denuncia de
venta para desobligar del pago de períodos posteriores de patentes; ello por cuanto –el
automotor– salió del patrimonio del contribuyente, por lo que intentar perseguir su cobro
implicaba gravar una capacidad contributiva inexistente.
Sin embargo, la Cámara del fuero sostuvo que dicha normativa no era aplicable
cuando las circunstancias producidas se encontraban regidas por las disposiciones vigentes
antes de 199937.
No ofrece mayores dificultades la solución cuando se trata de períodos posteriores a
1999 y el ejecutado realizó la respectiva denuncia de venta, puesto que al respecto se torna
aplicable plenamente la norma antes mencionada38.
Idéntica es la solución cuando la transferencia se inscribió en el Registro de la
Propiedad Automotor39, debido a que el contribuyente no es sujeto pasivo del tributo con
posterioridad a dicha transferencia. Al respecto se ha dicho que, en el impuesto de patentes
sobre vehículos en general, el sujeto pasivo obligado al pago es el dueño o poseedor a título
de dueño del vehículo, por lo cual el reclamo de períodos posteriores a la inscripción de la
transferencia resulta improcedente, toda vez que el demandado ya no era dueño ni poseedor
del rodado al momento de devengarse el impuesto correspondiente a dichos períodos y la
inscripción de la transferencia le es oponible al Fisco, conforme lo previsto en el artículo 1º
del decreto Nº 6582/58, por tratarse de un tercero. Así, se estableció que la baja a la que
alude el Código Fiscal no puede ser otra que la inscripción del cambio de titularidad ante el
Registro, pues de otro modo aquella norma del Código Fiscal resultaría inconstitucional por
contravenir otra de rango superior (artículo 31 de la Constitución Nacional)40.
Similar criterio se adoptó cuando el automóvil fue hurtado y tal circunstancia se
inscribió en el Registro de la Propiedad Automotor, por cuanto el contribuyente dejó de
revestir el carácter de titular inscripto del rodado y no resulta responsable del pago del
gravamen41. No obstante ello, si el ejecutado no realizó la denuncia ante la Dirección
General de Rentas las costas del proceso se impondrán en el orden causado42.
En lo que se refiere a los automotores que se entregaron para desguazar, en muchos
casos con motivo del llamado “plan canje”, se dijo que si se encontraba acreditado que el
contribuyente inscribió la baja definitiva del dominio en el Registro de la Propiedad
Automotor, dicha inscripción le era oponible a cualquier tercero –incluido el Fisco-, a partir
de esta fecha. Así las cosas, la falta de comunicación a la Dirección General de Rentas no
torna la deuda exigible en tanto ya se había procedido a desguazar el vehículo generador de
la deuda43.

V) Pago, total o parcial, o cualquier otro modo de extinción de las obligaciones,


documentado mediante constancia expedida por la autoridad administrativa o entidad
pública o privada autorizada a percibir el tributo en su nombre, o cuando se haya
expedido, por autoridad competente, una certificación de inexistencia de deuda que
comprenda el período reclamado.

36
Verbigracia el artículo 234 del Código Fiscal (t.o 2002).
37
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 30/09/2002, “GCBA c/ Sneideroff Carlos H. s/ ejecución
fiscal”.
38
Artículo 27 del decreto Nº 6582/58 reformado por ley Nº 25.232.
39
Debemos tener en cuenta el carácter constitutivo de la inscripción.
40
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 13/08/02, "GCBA c/ Luri, Lino R. s/ ejec. fiscal- radicación
de vehículos", en igual sentido: Sala II, 22/04/2003,“GCBA c/ Gomila, María Gemma s/ejecución fiscal". En
una línea similar: Sala I, 29/04/2004,"GCBA c/ Bernardino Rivadavia s/ ejecución fiscal-radicación de
vehículos"; íd., 01/07/2002,"GCBA c/ Gorbea, Laura Mabel s/ ejecución fiscal”; Sala II, 14/02/2002,"GCBA
c/ Cohen, Moisés León s/ejecución fiscal".
41
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 10/09/2003, in re “GCBA c/ Cacciatore María Elisa s/
Ejecución Fiscal”, entre otros.
42
URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa, ob. cit. página 366; Cám. Cont. Adm. y Trib. Sala
II, 30/12/2003, in re “GCBA c/ Campora Rodolfo s/ ejec. Fiscal”.
43
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 24/05/2005, in re “GCBA c/ Ttes. Del Tejar S.A. s/ ejec.
Fiscal”. En igual sentido, la Sala I, 25/02/2005, resolvió in re “GCBA c/ MODO S.S. TTE. AUT. s/ejecución
fiscal”, que “una interpretación armónica del decreto 2345/99 permite decir que, en los casos en trámite
judicial, basta la presentación de la documentación original entregada por el RNPA, sin que sea necesaria
efectuar la baja ante Rentas”.
El pago es el modo de extinción de la obligación por excelencia. Sobre el particular,
el artículo 725 del Código Civil de la Nación dispone que “…es el cumplimiento de la
prestación que hace el objeto de la obligación”.
Sin embargo, la norma local va más allá y prevé como excepciones válidas la
configuración de cualquier otro modo de extinción de la obligación.
Para que proceda la excepción, el pago o la extinción de la obligación por otra
modalidad, requiere que esté documentado; ello podrá ser mediante la constancia expedida
por autoridad administrativa, entidad pública o privada autorizada a percibir el tributo en
su nombre o una certificación –de autoridad competente– de donde surja la inexistencia de
deuda.
La excepción resulta más amplia que la que rige para los tributos nacionales a los
que se aplica la ley Nº 11.683, ya que la norma local recoge como excepción al pago
parcial. En efecto, el artículo 92 de la ley Nº 11.683 sólo contempla la excepción de pago
total, lo que ha llevado a la doctrina a considerar el pago parcial como una excepción
implícita44.
Tal como se ha adelantado más arriba, para que prospere la excepción, el pago debe
estar documentado y cancelado el tributo antes del inicio de la demanda, si no se da este
último presupuesto, será de aplicación lo dispuesto en el artículo 452 del CCAyT.
Un ejemplo de constancia emitida por entidad privada, serían los certificados que
emite el responsable obligado por ley a realizar una retención. En una causa tramitada en el
fuero local, se consideró que procedía la excepción con la simple certificación de las
compañías de seguro emitidas como constancias de pago del impuesto sobre los ingresos
brutos45.
Además, la excepción abarca “cualquier otro modo de extinción de las
obligaciones…”. En materia tributaria, el Código Fiscal prevé dos modos de extinción de la
obligación, a saber: el pago y la compensación. Al admitir la compensación como modo de
extinción de la obligación, la normativa fiscal se aparta de lo dispuesto en el artículo 823
apartado 1) del Código Civil. Ello en virtud de la reconocida autonomía calificadora del
derecho tributario.
Existen otros modos de extinción de las obligaciones en el Código Civil de la
Nación, algunos con algún andamiaje en esta materia (novación y confusión), otros cuya
aplicación la doctrina –en general– ha rechazado de plano (transacción) 46. Para determinar la
procedencia de la excepción será necesario cotejar, por las características propias de la
materia tributaria, la viabilidad para el derecho tributario local de cada uno de los supuestos
contemplados en el artículo 724 del Código de fondo.
Como se ha anticipado, el código de forma local prevé la posibilidad de sustentar la
excepción en la expedición por autoridad competente de “… una certificación de
inexistencia de deuda que comprenda el período reclamado…”. Así, ha resultado habitual
la presentación, por parte de los contribuyentes, de certificaciones o constancias que daban
cuenta de que la deuda se encontraba abonada o bien era inexistente. Asimismo, aún cuando
esas constancias no se encontraran en poder de los ejecutados al momento del planteo de la
excepción, se requirió estos certificados por medio de prueba informativa dirigida a la
Dirección General de Rentas, e incluso los llamados “hard-copys” emitidos por la
Administración, que daban cuenta del pago de la deuda o bien de su inexistencia.

VI) Falsedad o inhabilidad de título basada exclusivamente en vicios de forma


de la boleta de deuda;
En el proceso ejecutivo, la defensa relativa a la aptitud del título es viable cuando
se cuestiona su idoneidad jurídica, sea porque no figura entre los mencionados por la ley,
porque no reúne los requisitos a que ésta condiciona su fuerza ejecutiva (existencia de
cantidad líquida, exigible, etc.) o porque el ejecutante o el ejecutado carecen de legitimación
procesal en razón de no ser las personas que figuran en el documento como acreedor o
deudor. Su planteo se limita a las formas extrínsecas del instrumento, sin que pueda
discutirse la legitimidad de la causa, ya que la solución contraria implicaría desvirtuar la
naturaleza sumaria del juicio ejecutivo y supeditar la pretensión que constituye objeto de
éste a contingencias probatorias que deben ser materias de un proceso de conocimiento
44
GIULIANI FONROUGE y NAVARRINE Camila Susana, “Procedimiento Tributario y de la seguridad
social”, Buenos Aires, 1999, Depalma, página 490.
45
Juzgado Nº 10, Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, 18/5/05, “GCBA c/Morey, Pedro Italo /ejecución fiscal”.
46
GIULIANI FONROUGE Carlos María y NAVARRINE Susana Camila, “Derecho Financiero”, Volumen I,
7ª edición, Buenos Aires, Depalma, 2001, página 575 y ss y VILLEGAS Héctor, “Curso de Finanzas,
Derecho Financiero y Tributario”, 3ª edición y 2ª reimpresión actualizada, Buenos Aires, Depalma, 1983,
página 258 y ss.
posterior. Esta regla, como dijimos, no es absoluta, pues cede cuando existe la seria
posibilidad de que la condena se funde en una deuda inexistente y esta circunstancia resulte
de las constancias de la causa47.
Los artículos 129 in fine y 364 (t.o. 2007) del Código Fiscal establecen como único
requisito de la boleta de deuda que aquella se encuentre suscripta por funcionario autorizado
de la Dirección General. Una situación similar se plantea en el ámbito nacional para
aquellos tributos alcanzados por la ley Nº 11.683.
Pero la ausencia de una norma que disponga los requisitos básicos que debe reunir
una boleta de deuda no puede significar que los títulos puedan confeccionarse de cualquier
modo; existen requisitos mínimos para que la boleta cumpla con los efectos que la ley le
otorga.
En este sentido, el artículo 186 del Modelo de Código Tributario para América
Latina enseña que para que el documento administrativo constituya título ejecutivo deberá
reunir: 1º) lugar y fecha de la emisión; 2º) nombre del obligado; 3º) indicación precisa del
concepto e importe del crédito, con especificación, en su caso, del tributo y ejercicio fiscal
que corresponda, tasa y período de interés; 4º) individualización del expediente respectivo,
así como constancia de si la deuda se funda en declaración del contribuyente o, en su caso,
si se han cumplido los procedimientos legales para la determinación de oficio o para la
aplicación de sanciones; 5º) nombre y firma del funcionario que emitió el documento, con
especificación de que ejerce las funciones debidamente autorizado al efecto.
Sin perjuicio de la sola mención normativa a la firma del funcionario autorizado
como único requisito para considerar hábil el título de deuda, la jurisprudencia del fuero ha
ido avanzando en aquella concepción, al sentar que tal habilidad también requiere la
mención en el título de lugar, fecha y su condición de ser la culminación de un
procedimiento administrativo previo48.
En la causa “Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires c/Gumma SRL
s/ejecución fiscal”49, sobre la base de lo dispuesto en el Modelo de Código OEA BID y la
doctrina en la materia, se fijaron los requisitos que debía contener una boleta de deuda para
ser considerada hábil50.
En el caso, que trató sobre la ejecución fiscal iniciada por un tributo autoliquidado
por la demandada, el tribunal señaló que dichos requisitos son: a) firma y aclaración del
funcionario autorizado; b) nombre y número de inscripción del contribuyente; c) la fecha y
lugar de emisión; d) el concepto, período fiscal e importe; y e) el origen de la deuda 51.
En otro orden de ideas, se ha señalado también que el título es inhábil cuando se
emite solamente mencionando a una persona determinada y luego, a lo largo de la contienda
judicial, se pretende enderezar la demanda contra una persona diferente52.
No obstante ello, si en el título de deuda se alude expresamente al co–demandado
genérico y éste no ha sido desistido por la parte actora, la demanda admite ser reencauzada
contra un demandado diferente53.
Es interesante la opinión de la Cámara del fuero ante los supuestos de falta de firma
de funcionario autorizado en las boletas de deuda (único requisito legal que para su
habilidad requiere el ordenamiento fiscal). Ante la decisión de algunos jueces de primera
instancia de rechazar in límine la ejecución fiscal por falta de firma en la boleta de deuda, la
Sala I ha sostenido la aplicación del artículo 271 del CCAyT, sobre la base de considerarlo
una deficiencia subsanable.
La postura que brega por el rechazo de la demanda se sustenta en que la boleta de
deuda y la demanda que la acompañan revisten distinta naturaleza, lo que impediría hacer
extensibles los efectos de la subsanación al documento que la acompaña54.

47
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 28/6/01, “Alvear Palace Hotel S.A. c/GCBA s/impugnación
de actos administrativos –incidente para elevar a Cámara–,Daniele, Centanaro (en disidencia) y Russo.
48
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 19/10/2001, “GCBA. c/Cronos SAIC s/ejecución fiscal”.
49
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 27/8/2004.
50
URRESTI, Patricio E., La excepción de inhabilidad de título y los requisitos de la boleta de deuda, ED, t.
210, páginas 275 a 286.
51
Estos requisitos de adaptarán según el concepto que dé origen a la boleta de deuda.
52
La Sala II del fuero, 20/03/2002, en autos “GCBA c/Egües Ignacio Julio s/ejecución fiscal”, Cám. Cont.-
Adm. Sala II, 20/3/2002 “GCBA c/Bosch Jesús”, Cám. Cont.-Adm. y Trib. CABA, sala I, 05/07/2005
“GCBA c/Durán Teresa Virginia s/ejecución fiscal” y de Sala II, 25/02/2005 “GCBA c/Scoppa Carlos
Octavio y Carlevato s/ejecución fiscal”.
53
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 12/12/2003, “GCBA c/ Banca Nazionale del Lavoro SA
s/ejecución fiscal” y de la misma Sala, del 30/10/2003, “GCBA c/Publicar S.A. s/ejecución fiscal, entre
otros”.
54
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 26/7/2005, “GCBA c/Piglia, Ricardo s/ejecución fiscal”.
La excepción por vicios extrínsecos ha tenido una amplia aplicación a casos
judiciales. Ejemplos de ello son: error al consignar en la boleta de deuda el número de
caducidad del plan de facilidades55 y falta de coincidencia entre el monto consignado en la
boleta de deuda con el que surgía de la actuación administrativa que le diera origen 56.

La inhabilidad de título por inexistencia de deuda.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha ratificado la procedencia de la


excepción en casos de inexistencia de deuda57.
El caso más usual, en el que se ha hecho aplicación de la excepción, es el del
demandado exento en el pago del tributo reclamado58.
Otra utilización de la excepción se ha dado en los supuestos en que la boleta de
deuda tenía por objeto el cobro de revalúo retroactivo en la contribución de alumbrado,
barrido y limpieza territorial y de pavimentos y acera, por el concepto de adecuación de
empadronamiento59.
También ha sido utilizada –la excepción– cuando la administración tributaria no ha
dado debido cumplimiento a los procedimientos excepcionales que la normativa fiscal
establece para el cómputo en declaraciones juradas de conceptos o importes improcedentes
(artículo 145 C.F. t.o. 2007) o para los pagos a cuenta (artículo 154 del Código Fiscal, t.o.
2007). La excepcionalidad de los procedimientos referidos está dada en que el
procedimiento de determinación de oficio es, cuando procede, el que mejor se adecua a
satisfacer las reglas del debido proceso adjetivo.
En este sentido, la Cámara del fuero, –siguiendo jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación –, ha dicho: “…la facultad asignada al fisco en la norma
invocada debe interpretarse restrictivamente, por constituir una excepción al principio que
consagra el Código Fiscal relativo a la determinación de oficio de las obligaciones
tributarias y teniendo en consideración que, en dicho marco, el contribuyente cuenta con la
vista que asegura la defensa de sus derechos60”.
Otra aplicación de la excepción se da cuando no se ha agotado la vía en la
administración fiscal del concepto cuyo cobro se pretende por el juicio de ejecución fiscal y,
por ende, no podría hablarse de deuda líquida y exigible61.
Debe recordarse la aplicación de la excepción cuando estamos ante la ejecución de
una multa que no está ejecutoriada, es decir, que no está firme en sede judicial62.
La inexistencia de deuda obliga, en cierto modo, a entrar en el análisis de la causa
de la obligación. En un caso, la Cámara del fuero produjo una prueba pericial contable a los

55
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 31/10/2005, “GCBA c/plan de facilidades solicitud 602107
s/ejecución fiscal”.
56
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 14/11/2005, “GCBA c/Mercuri Carlos Alberto s/ejecución
fiscal”.
57
CSJN, T 324 P 1924, “GCBA c/Roman S.A”, CSJN, T 325 P 1008, “DGI c/Banco 1784”, CSJN, T 327 P
4791, “Administración Federal de Ingresos Públicos c/Templar S.A.”, CSJN, T 327 P 4832, “Municipalidad
de Paraná c/Reula Emilio R.”, CSJN, T 327 P 4474, “Municipalidad de Santiago de Liniers c/Irizar, José M.”,
entre muchos otros precedentes. Cabe recordar el comentario al fallo Irizar de CASAS José Osvaldo,
Sentencia descalificada por no haber acreditado la publicación de ordenanza impositiva, La Ley 10/02/2005-
3-PET 2005, 25.
58
Cám. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 15/05/2003, “GCBA C/Laboratorios Beta S.A.”; Sala I, Sala
I, 23/05/2003, “GCBA c/River Plate” y Sala I, 20/04/2004, “GCBA c/Francella Guillermo”.
59
CSJN, T 324 P 1924, “GCBA c/Román S.A. Comercial”, Cám. Cont. –Adm. y Trib, de la CABA, Sala I,
30/3/2004, “GCBA c/Cohen Daniel Alejandro”, Cám. Cont. –Adm. y Trib, de la CABA, Sala I, 7/05/2004,
“GCBA c/ Lombardi Pedro Luis y ots”, Cám. Cont. –Adm. y Trib, de la CABA, Sala II, 15/05/2003, “GCBA
c/González Nora Graciela, González Cristina Mónica y Aída Teresa Meligrana”, Cám. Cont. –Adm. y Trib,
de la CABA, Sala II, 03/12/2004, “GCBA c/ Pastorini Diego” y muchos otros.
60
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 08/11/2006, “GCBA c/Pixel S.R.L.”. Con similar alcance
cabe mencionar, Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 21/09/2005, “GCBA c/La Montovana”; Sala I,
07/11/2005, “GCBA c/Orlando Néstor” y Sala II, 07/11/2005, “GCBA c/Gran Ferrari S.A”.
61
Cám. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 29/08/2005, “GCBA c/Bouzo Juan Carlos”.
62
TSJBA, 13/11/02, “Buenos Aires Container Services S.A. s/ queja por recurso de inconstitucionalidad
denegado en ‘Buenos Aires Container Services S.A. c/ GCBA s/ otros procesos incidentales’ ”.
efectos de determinar si el contribuyente no había realizado actividades en la jurisdicción de
la Ciudad durante el período reclamado63.

VI) Prescripción;

Las normas fiscales, tanto en el ámbito nacional (ley Nº 11.683) como en el local,
se apartan de lo dispuesto por el Código Civil de la Nación, en materia de prescripción.
Surgen diferencias en cuanto al plazo de prescripción (artículo 4027 C.C.) y el modo en que
se inicia el cómputo del mencionado plazo (artículo 24 C.C.).
La autonomía calificadora del derecho tributario 64 tiene como consecuencia la
aplicación, en primer término, de las reglas de esta rama del derecho y, luego, las de las del
derecho privado.
Este principio se plasmó expresamente en el artículo 10 del Código Fiscal (t.o.
2007).
Tal como lo tiene resuelto el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, la temática referida a la prescripción de los tributos es una materia local.
Por tanto, las normas que rigen dicho instituto son las del Código Fiscal de la Ciudad.
Ello por cuanto se refiere a la prescripción de tributos locales, que constitucionalmente
corresponde sea normada por las autoridades locales y no por las nacionales.
Las diferencias apuntadas en el régimen de prescripción de las obligaciones
tributarias por la normativa fiscal y el previsto en el derecho civil han sido debatidas por la
doctrina tributaria65.
Sin perjuicio de que el diseño normativo de los códigos fiscales locales es similar al
que la ley 11.683 tiene en este tema, el carácter federal de esta última normativa disipa el
conflicto que pudiera plantearse cuando el enfrentamiento se da entre una norma provincial
o municipal con las normas del Código Civil de la Nación.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación no ha mantenido un criterio uniforme al
respecto, más de las veces ha hecho prevalecer las normas del Código Civil de la Nación y,
en forma aislada, las de las normas fiscales locales.
Más recientemente, en el caso “Filcrosa S.A. s/quiebra s/incidente de verificación
de Municipalidad de Avellaneda66”, el más Alto intérprete de la Constitución señaló que
resultan inconstitucionales ciertas normas municipales que determinaron un plazo de
prescripción para deudas fiscales, más allá del plazo establecido en el Código Civil 67.
Para ello ha sostenido la mayoría del Tribunal que las normas que sobre
prescripción tiene el Código Civil de la Nación constituyen derecho de fondo, y no puede
ser regulado, en forma diferente, por las autoridades locales (artículo 75 inciso 12 de la
Constitución Nacional).
Luego de que el Alto Tribunal expresara su criterio en el fallo reseñado, se planteó
una causa en la que se discutía una cuestión similar en el ámbito de la CABA. El Tribunal
Superior de Justicia, con nuevos y sólidos fundamentos, se apartó de lo resuelto en
“Filcrosa” en la causa: “Sociedad Italiana de Beneficencia en Buenos Aires s/ queja por recurso
de inconstitucionalidad denegado en: Sociedad Italiana de Beneficencia en Buenos Aires c/ DGC
(Res. nº 1881/DGR/2000) s/ recurso de apelación judicial c/ decisiones de DGR (art. 114 Cod.
Fiscal)”68.
En este sentido, resulta razonable que quien posea la facultad de crear el tributo, posea
también la facultad de determinar cuándo prescribe su cobro69.

63
Cám. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 31/10/2005, “GCBA c/Comaco SRL”.
64
GARCIA BELSUNCE, Horacio A. "La autonomía del derecho tributario. (A cuarenta años de mi primera
clase universitaria)", Buenos Aires, Depalma, 1996. JARACH Dino, “Finanzas Públicas y Derecho
Tributario”; Buenos Aires, Cangallo, 1993.
65
GIULIANI FONROUGE, Carlos María, “Procedimiento Tributario y de la Seguridad Social”, Buenos
Aires, Depalma 1999, página 371 y VILLEGAS, Héctor, “Curso de Finanzas, Derecho Financiero y
Tributario”, Buenos Aires, Depalma 1983, página 262.
66
CSJN, 326:3899.
67
CSJN, 326:3899, Municipalidad de Avellaneda s/ Verif. en Filcrosa SA p/ quiebra; LL 12-11-03.
68
17 de noviembre de 2003.
69
El máximo Tribunal de la Ciudad en “Sociedad Italiana” señaló: “La Ciudad de Buenos Aires goza
y ejerce facultades tributarias propias, como las provincias junto a las que integra el sistema federal
argentino y con las que concurre en el régimen de coparticipación previsto en el artículo 75, inc. 2°,
de la Constitución Nacional" (Del voto de la Dra. Conde). "La CN -por ciertas razones políticas- se
apartó de su modelo americano del norte en tanto las provincias cedieron parte de la legislación
común (no federal) a la competencia del Poder Legislativo nacional (Art. 75, inc. 12). Empero,
según también observo, no cedieron específicamente la institución de la prescripción liberatoria, ni
la fijación de los plazos de esa prescripción. Lo cedido en la norma constitucional citada es el
desarrollo de la llamada legislación material, más específica y literalmente, la sanción del Código
Civil. De tal manera, cuando el Art. 75, inc. 12 (numeración actual), menciona los diferentes
En la mencionada causa “Sociedad Italiana”, el Dr. Maier expresó: “Cuando el art. 75, inc. 12
(numeración actual), menciona los diferentes códigos de Derecho material, tan sólo ha establecido una pauta
de distribución de competencia legislativa entre la Nación y las provincias respecto del Derecho común, pauta
que, interpretada racionalmente, no sólo debe obedecer al texto de los actuales arts. 121 y 126 de la CN -
legislación local la regla, legislación nacional la excepción-, sino que, en el caso particular de los gobiernos
locales, debe respetar las autonomías legislativas reconocidas. Conforme a ello, si el poder de legislación de
ciertos tributos reside en las legislaturas locales, también el poder de ceñir a plazo ese deber tributario o su
ejecución reside en la legislatura local creadora del deber, puesto que el art. 75, inc. 12, de la CN, no
encomienda al Congreso la regulación exclusiva de la institución de la prescripción y sus plazos, sino, muy
por lo contrario, le atribuye el poder de legislación sobre las relaciones civiles, de Derecho privado, aun
cuando en esas relaciones intervenga el Estado (CC, 3951)”.
Tiempo más tarde, el Tribunal Superior de Justicia local tuvo oportunidad de
analizar un planteo en el que se discutía el momento a partir del cual debía computarse el
plazo de prescripción. Se trató del caso “GCBA c/ Constructar SA s/ ejecución fiscal s/
recurso de inconstitucionalidad concedido70”. El Tribunal local, con nueva integración,
mantuvo el criterio sostenido en “Sociedad Italiana”.
El artículo 68 del CF (t.o. 2007) establece que las acciones y poderes del fisco para
determinar y exigir el pago de los tributos prescriben: a) por el transcurso de cinco años para
el caso de contribuyentes inscriptos, así como en el caso de contribuyentes no inscriptos que
no tengan obligación legal de inscribirse o de denunciar su condición de sujeto pasivo de la
obligación tributaria ante la Dirección General, o que, teniendo esa obligación y no

códigos de Derecho material, tan sólo ha establecido una pauta de distribución de competencia
legislativa entre la Nación y las provincias respecto del Derecho común, pauta que, interpretada
racionalmente, no sólo debe obedecer al texto de los actuales arts. 121 y 126 de la CN -legislación
local la regla, legislación nacional la excepción-, sino que, en el caso particular de los gobiernos
locales, debe respetar las autonomías legislativas reconocidas" (Del voto del Dr. Maier). "La
prescripción puede ser regulada tanto por la legislación de fondo como por la legislación local. El
criterio de distribución de competencia no puede construirse a partir de priorizar las normas del
Código Civil sin atender al tipo de relaciones jurídicas involucradas. Como sostiene mi colega el
juez Julio B. J. Maier en el apartado 1 de la primera parte de su voto, "el Congreso de la Nación se
ha pronunciado ya hace tiempo acerca de los plazos de prescripción de "Las acciones del Fisco
para determinar y exigir el pago de los impuestos..." (Art. 56, ley 11.683, t. o. al 13/7/1998, B. O.
20/7/1998; y, antes aún, Art. 1º, ley 11.585 para los restantes impuestos nacionales, tasas y
contribuciones de mejoras, no incluidos en la ley 11.683)". También a través de "la ley Nº 19.489,
dictada también por la autoridad nacional, pero ésta vez como legislatura local (entonces Art. 67,
inc. 27, CN), para la entonces Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires". Los plazos fijados -y
las razones y presupuestos en que se sustentan y diferencian- por el Congreso de la Nación como
poder legislativo nacional, coinciden con los distintos plazos de prescripción contemplados en la
norma que dictara en su carácter de legislador local, aplicados en la sentencia que se recurre (10 y
5 años, según el contribuyente esté o no inscripto)" (Del voto de la Dra. Alicia Ruiz). "Tengo para
mí que la primera de las articulaciones, consistente en la pretensión de que se aplique la
prescripción quinquenal prevista en el Art. 4027 inc. 3º del Código Civil, a expensas de la
contemplada en la ley Nº 19.489, no puede prosperar, habida cuenta de que: a) la autonomía
dogmática del Derecho tributario -dentro de la unidad general del Derecho- es predicable respecto
de tal rama jurídica tanto en el orden federal como local; b) la unidad de legislación común,
consagrada por el Congreso Constituyente de 1853, quedó ceñida a las materias específicas a que
se alude en la Cláusula de los Códigos, no pudiendo trasvasarse dichas disposiciones, sin más, al
ámbito del Derecho público local; c) la "sumisión esclavizante" del Derecho tributario local al
Derecho privado, podría conducir a consecuencias impensadas, reproduciendo desconceptos
como los que se observan en el voto de la mayoría recaído en la causa: "Doña Tomasa Vélez
Sarfield" -ya citada-, del año 1882, en que se reputó el Impuesto a las Herencias como una legítima
forzosa impuesta al causante. A modo de ejemplo sirva efectuar una breve reseña de
consecuencias disvaliosas: el Impuesto de Sellos, como no se paga por años o por períodos más
cortos, prescribiría para todos los otorgantes de los instrumentos, aunque no tengan obligación de
inscribirse, a los diez años; las uniones transitorias de empresas, al carecer de personalidad
jurídica, no podrían ser contribuyentes del Impuesto sobre los Ingresos Brutos, a pesar de revestir
tal carácter en el Impuesto al Valor Agregado (impuesto también genérico al consumo); y los
gravámenes que pesan sobre inmuebles en condominio con tasas progresivas parcelarias,
deberían reliquidarse, de volver a cobrar vigencia la tesis civilista adoptada in re: "Ana Masotti de
Busso y otros v. Provincia de Buenos Aires" (Fallos: 207:270), sentencia del 7 de abril de 1947; d)
se afectaría el principio de igualdad esencial entre el Estado Nacional y las provincias como entes
gubernativos, en cuanto la potestad tributaria normativa -atributo iure imperii-, sufriría menoscabo
en el segundo de los supuestos, a diferencia del primero; e) se quebraría la actual unidad y
uniformidad de legislación sobre prescripción en el ámbito específicamente tributario, a tenor de las
disposiciones análogas contenidas en la ley Nº 11.683; f) en subsidio, se pasaría por alto que la ley
local Nº 19.489 -lex posterior y lex specialis-, ha sido sancionada por el órgano titular con la
atribución de dictar los Códigos de fondo y; g) también en subsidio, se convertiría en Ley Suprema
una interpretación sólo posible y no pacífica de un artículo del Código Civil para menoscabar la
autonomía de los Estados locales, con lesión palmaria al federalismo que sustenta la Carta Política
de 1853 (del Voto del Dr. José Osvaldo Casás)."
70
23 de febrero de 2005.
habiéndola cumplido, la regularicen espontáneamente; b) por el transcurso de diez años en
el caso de contribuyentes no inscriptos, que tuvieren obligación de hacerlo; c) por el
transcurso de dos años a contar a partir de la fecha de presentación en concurso del
contribuyente.
El plazo de prescripción comienza a correr a partir del primero de enero del año
siguiente al que se produce el vencimiento de los plazos generales para la presentación de
las declaraciones juradas o ingreso del gravamen (artículo 69 del Código Fiscal t.o. 2007).
Deberá tenerse en cuenta si se ha producido alguna causal suspensiva de la
prescripción en sede administrativa, para lo cual será necesario contar con el expediente
administrativo a fin de constatar la causal (artículos 76 y 77 del Código Fiscal, t.o. 2007).
Además, la normativa fiscal establece los supuestos en que la prescripción se interrumpe
(artículo 78 Código Fiscal, t.o. 2007).
Ante el silencio normativo, el modo de contar los días es el previsto en el artículo
25 del Código Civil.
Otro supuesto relativo a la prescripción ocurre cuando la ejecutada plantea la
aplicación de la prescripción prevista en la ley concursal. En el caso de la Ciudad de
Buenos Aires ello no genera inconvenientes, atento que el artículo 68 inciso c) del Código
Fiscal (t.o. 2007) establece un plazo de prescripción idéntico al de la ley de concursos.
Distinto es el caso en el ámbito nacional, dónde la legislación fiscal federal no
prevé un plazo especial para el supuesto de concurso o quiebra del demandado. En ese
contexto, la Sala III de la Cámara Nacional Federal en lo Contencioso Administrativo, en
autos “Valle de las Leñas c/ DGI”71 se ha pronunciado en favor de la preeminencia de la
prescripción establecida por la ley tributaria contra la establecida en la ley 24.522 72.

VIII) Cosa Juzgada

Esta defensa tiene su origen en la “exceptio rei iudicatae” del Derecho Romano,
siendo su objetivo proteger al demandado de una nueva acción y una nueva sentencia,
puesto que existe una necesidad de certeza a partir del dictado de una decisión judicial que
pone fin a un conflicto.
Eduardo Couture definió a la cosa juzgada como la autoridad y eficacia de una
sentencia judicial cuando no existen contra ella medios de impugnación que permiten
modificarla73.
En el juicio ejecutivo, esta excepción procede, en primer lugar, cuando habiéndose
denegado la ejecución en virtud de haber prosperado una excepción perentoria (falsedad de
título, prescripción, pago, etc.), la parte actora interpone una nueva pretensión ejecutiva
basada en el mismo título que la anterior. Pero no procede si el rechazo de la ejecución
obedeció a la circunstancia de haberse acogido una excepción dilatoria (incompetencia, falta
de personería, espera, etc.), pues en tales supuestos cabe, una vez subsanado el defecto que
determinó la excepción, la prosecución del proceso o la iniciación de uno nuevo74.
El concepto de cosa juzgada está previsto en el Título XII, Capítulo III “de las
excepciones previas”, artículo 282, inciso 7 del CCAyT: “Cosa juzgada. Para que sea
procedente esta excepción el examen integral de las dos contiendas debe demostrar que se
trata del mismo asunto sometido a decisión judicial, o por existir continencia, conexidad,
accesoriedad o subsidiariedad, la sentencia firme ya ha resuelto lo que constituye la materia
o pretensión deducida en el nuevo juicio que se promueve”.
La jurisprudencia del fuero contencioso administrativo y tributario hizo plena
aplicación de ese precepto en un caso sometido a su conocimiento75.

71
Allí señaló: “El plazo de prescripción de la acción de cobro del Fisco Nacional, respecto de un
contribuyente debe regirse por la ley 11.683 y no por el artículo 56 de la ley 24.522, pues el proceso tributario
no queda afectado por la fuerza atractiva de los procesos universales, previstos en la ley de concursos y
quiebras, ya que de lo contrario, las normas tendientes a regular relaciones de derecho privado, avasallarían el
régimen instaurado para el ejercicio de las acciones y poderes fiscales para determinar impuestos y aplicar
multas” (“La Ley” del 05/12/2005).
72
Un buen análisis de esta problemática puede verse en el trabajo de VILLANUEVA, Alejandro,
FERNANDEZ VALLE, Rodrigo y MAINARDI, Karen, “La prescripción de los obligaciones tributarias en
los concursos de acreedores”, P.E.T. Nº 275.
73
COUTURE, Eduardo, “Fundamentos del derecho procesal Civil”, 16ª reimpresión, Buenos Aires, Depalma,
1993, página 401.
74
PALACIO, Lino, “Tratado de Derecho Procesal Civil”, T VII, 4ª reimpresión, Buenos Aires, Abeledo-
Perrot, página 460/461.
75
Cám. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 11/3/04, “GCBA c/Pomato Mario s/ejecución fiscal”.
La cosa juzgada puede definirse, en general, como la inmutabilidad o
irrevocabilidad de la decisión jurisdiccional —incluso determinadas decisiones
interlocutorias—, cuando no procede contra ella ningún recurso susceptible de modificarla.
Se trata, por lo tanto, de una cualidad que la ley confiere a la resolución a fin de dotarla de
estabilidad76.
Según se ha dicho, la decisión judicial consentida o ejecutoriada deviene
inmutable77.
La Cámara de Apelaciones en lo Contencioso-administrativo y Tributario local ha
señalado: “El fundamento de dicho instituto reside en valoraciones de seguridad jurídica
que aconsejan la estabilidad de las decisiones judiciales. Su sentido no consiste tanto en
impedir la apertura de nuevos debates, cuanto que en estos no se desconozca lo resuelto con
anterioridad, o, dicho de otra manera, procura evitar que en una nueva resolución se decida
en modo contrario a como se ha fallado antes. Se trata, en definitiva, de impedir que la
jurisdicción se vea expuesta a la posibilidad de contradicción, lo cual evidentemente podría
ocurrir si se sometiera a juicio dos veces la misma pretensión. Para determinar si existe cosa
juzgada, el juez debe realizar un examen de la decisión con el nuevo asunto que se plantea,
que entraña una comparación entre ambos debates —el ya resuelto y el que ahora se
pretende— tendiente a determinar si existe coincidencia entre el contenido de la resolución
y la nueva situación que se intenta someter a juicio. El magistrado, al realizar este análisis,
debe guiarse por el propósito del legislador al crear el instituto de cosa juzgada, es decir,
asegurar la eficacia del caso juzgado. Entonces, es oportuno puntualizar que los límites
objetivos de la cosa juzgada —esto es, la materia alcanzada por la resolución— están
representados por el objeto de la decisión, que comprende dos elementos, a saber, el objeto
—la pretensión o pretensiones controvertidas en el litigio— y la causa —el fundamento de
la pretensión y los elementos básicos que la constituyen78".
En el fuero local la excepción de cosa juzgada es procedente ante dos procesos de
ejecución fiscal; no se daría cuando lo fallado en una ejecución fiscal pretende hacerse valer
en un proceso ordinario en el que se discuta la validez del tributo, su constitucionalidad o su
vigencia.
Aún cuando la norma nada dice, corresponderá que el ejecutado acompañe, al
momento de oponer la excepción, testimonio o copia certificada de la sentencia firme que se
invoca, o bien identifique con precisión el juzgado y secretaría en donde tramitó el otro
proceso, a los fines de que se requiera la remisión del expediente.
Si se declara procedente la excepción de cosa juzgada, ello implicará el rechazo de
la ejecución y el archivo del expediente.

Art. 452º - Pago. Requisitos. Archivo.- Los pagos efectuados después de iniciado el juicio,
los pagos mal imputados por el/la contribuyente o no comunicados por el contribuyente o
responsable en la forma que se establezca, no son hábiles para fundar excepción. Acreditado
el pago, procede el archivo de los autos o reducción del monto demandado.

Concordancias con el CPCCN: No hay un artículo concordante con aquél.

COMENTARIO

El supuesto que prevé la norma se da cuando el pago es efectuado con posterioridad


al inicio del proceso judicial de ejecución fiscal.
En el supuesto de que el pago sea total, corresponde ordenar el archivo de la causa,
pero si el pago es parcial, la ejecución continúa su trámite por la diferencia existente entre el
pago acreditado y el monto demandado.

76
PALACIO, Lino, “Derecho Procesal Civil”, ob.cit. t. V, Nº 678, página 497 y ss.
77
CHIOVENDA, Giusseppe, “Instituciones”, vol. I, p. 437; CARNELUTTI, Francesco, “Eficacia, autoridad e
inmutabilidad de la sentencia”, en “Estudios de derecho procesal”, vol. II, página 365 y ss., autores citados
por MORELLO Augusto y otros, “Código Procesal Civil y Comercial”, tomo IV-B, Buenos Aires, Abeledo-
Perrot, 1998, página 228.
78
Cám. Cont. -Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 29/06/2006, “Varani Eluchanz, Teresa Gladys c/GCBA y
Otros s/Daños y Perjuicios”. Del voto de los Dres. Carlos F. Balbín, Horacio G. A. Corti y Esteban Centanaro.
En caso que el pago realizado con posterioridad al inicio del juicio haya sido
efectuado en forma total, corresponde que las costas estén a cargo del demandado, por haber
sido la falta de pago la causal del inicio de la acción de ejecución fiscal.
Se han dado en el fuero numerosos casos en los cuales, si bien el pago (incluidos
los honorarios del mandatario) fue efectuado por el contribuyente con posterioridad al inicio
de las actuaciones, se realizó antes de ser intimado de pago por el mandatario. En estos
casos se decidió imponerle las costas a la parte actora por cuanto el contribuyente no debía
cargar con los costos procesales ocasionados por la incomunicación entre la administración
tributaria y sus mandatarios a los que no daba instrucciones de desistir del proceso.

Art. 453º - Trámite de las excepciones.- El tribunal desestima sin substanciación


alguna las excepciones que no sean de las autorizadas por la ley, o que no se hayan opuesto
en forma clara y concreta, cualquiera sea el nombre que el/la ejecutado/a les hubiese dado.
En ese mismo acto dicta sentencia de remate.
De las excepciones opuestas y documentación acompañada se da traslado con
copias por cinco (5) días al ejecutante, debiendo el auto que así lo dispone notificarse
personalmente o por cédula.
Al contestar el traslado el ejecutante tiene la carga de ofrecer la prueba de que
intente valerse.

Concordancias con el CPCCN: Guarda similitud con el artículo 547 del CPCCN. Se ha
eliminado en su redacción, el último párrafo del Código de forma nacional, en tanto
dispone: “No se hará declaración especial previa acerca de la admisibilidad o
inadmisibilidad de las excepciones”.

COMENTARIO

El artículo 453 del CCAyT no ha previsto expresamente un plazo para que el


demandado oponga excepciones para su defensa.
Para suplir esta falta de plazo, se fijó el de cinco días previsto para oponer las
defensas en el capítulo de ejecución de sentencias (artículo 404 del CCAyT) coincidente, a
su vez, con el plazo general para la contestación de traslados (art. 133 CCAyT).
Por el contrario, la norma en comentario sí contempla un plazo (de cinco días)
para que la parte actora conteste el traslado de las excepciones opuestas y la documental
acompañada, auto que deberá notificarse personalmente o por cédula.
Por último, se establece que el ejecutante tendrá la carga de ofrecer en esa
contestación la prueba de la que intente valerse, respecto de las defensas y excepciones
opuestas por el contribuyente ejecutado.

Art. 454º - Excepciones de puro derecho. Falta de prueba. Si las excepciones


fueren de puro derecho o se fundasen exclusivamente en constancias del expediente, o no se
hubiere ofrecido prueba, el tribunal pronuncia sentencia dentro de diez (10) días de
contestado el traslado. Si no se ha contestado, el plazo se computa desde el vencimiento del
plazo para contestar.

Concordancias con el CPCCN: este artículo resulta concordante con el artículo 548 del
CPCCN La única salvedad que cabe realizar es que en el ámbito nacional, el código de
forma impone que de no contestarse el traslado el plazo para resolver desde que se hubiere
requerido la resolución; mientras que en el CCAyT dicho plazo corre automáticamente, sin
necesidad de que la parte pida la resolución.

COMENTARIO

La norma en comentario establece la obligación por parte del Tribunal de


expedirse acerca de las excepciones –luego de haberlas sustanciado con la actora- dentro del
plazo de diez días, en el caso en que tales defensas se funden en constancias del expediente
o no se hubiese ofrecido prueba.
Si bien ello no trae aparejado mayores complejidades interpretativas, lo cierto es
que la norma que comentamos ha tenido trascendencia para determinar si se produce la
caducidad de la instancia en supuestos en los cuales, luego de la intimación de pago no se
opusieron excepciones.
Así se dijo que, una vez cumplida la intimación de pago, el juez debe dictar
sentencia dentro de los diez días, contados a partir del vencimiento del plazo fijado para
oponer excepciones (arg. art. 454 y cctes., CCAyT) y que, por ello, no podía declararse
dicha perención en aquellos casos en que el juez no había dictado ésta, por configurarse una
situación en la existe una actuación pendiente por parte del tribunal79.

Art. 455º - Prueba.- Cuando se hubiere ofrecido prueba que no consistiese en


constancias del expediente, el tribunal acuerda un plazo común para producirla, tomando en
consideración las circunstancias y el lugar donde deba diligenciarse.
Corresponde al/la ejecutado/a la carga de la prueba de los hechos en que funde las
excepciones.
El tribunal, por resolución fundada, desestima la prueba manifiestamente
inadmisible, meramente dilatoria o carente de utilidad.
Se aplican supletoriamente las normas que rigen la prueba, en lo pertinente.

Concordancias con el CPCCN: Guarda similitud con lo dispuesto en el artículo 549 del
CPCCN

COMENTARIO

Entendemos que el ordenamiento procesal vigente en el fuero establece como


principio que, siempre que se ofrezca medios probatorios que no fueran la documental
aportada, el Tribunal deberá abrir la causa a prueba, en tanto ésta sea sobre hechos
controvertidos y conducentes, y fijar un plazo para su producción. Ello por cuanto para
rechazar los medios probatorios que las partes pretendan producir, el Juzgado debe emitir
una resolución, fundando los motivos del rechazo.
Sin perjuicio de ello, la tradición jurisprudencial sobre la materia indica que los
medios probatorios se reducen en este tipo de ejecuciones. Debe tenerse en cuenta que, por
tratarse de un proceso ejecutivo, el marco de conocimiento es más acotado que en el proceso
denominado “ordinario” (aunque la denominación en este Código no sea esa). En general,
se han rechazado las declaraciones testimoniales y las pericias contables. Esta circunstancia
está íntimamente relacionada con la limitación existente de discutir la causa de la
obligación.
Cabe destacar también que, en uso de las facultades previstas en el artículo 29
del CCAyT, el juez puede ordenar medidas para mejor proveer que no hayan sido
propuestas como medios probatorios por las partes.

La citación de terceros en juicios de ejecución fiscal.

Es dable destacar que en muchos juicios de ejecución fiscal, los contribuyentes


demandados proponen la citación como terceros de otras personas, físicas o jurídicas, a las
que atribuyen el carácter de sujeto pasivo de la relación tributaria.
Sin embargo, en consonancia con la doctrina y la jurisprudencia nacional, los
fallos del Fuero han vedado la citación de terceros en este tipo de procesos. El fundamento
de ello es que su admisibilidad desnaturalizaría la estructura sumaria del proceso 80 y porque
a diferencia de lo que sucede en los juicios de conocimiento, los procesos de ejecución no
tienen por objeto la declaración de derechos dudosos o controvertidos, ni es posible discutir
en ellos la causa de la obligación81.

Art. 456º - Sentencia. Apelación.- Producida la prueba se declara clausurado el


período correspondiente; el tribunal pronuncia sentencia dentro de los diez (10) días.
La sentencia es apelable cuando el monto reclamado en el juicio de ejecución fiscal
sea superior al que establezca la reglamentación que dicte el Consejo de la Magistratura.

79
Cám. Cont. -Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 20/08/2003, “GCBA c/ Tonda I. s/ejecución fiscal”.
80
Cám. Cont. -Adm. y Trib., de la CABA, Sala II, 12/10/01,“GCBA c/Monkobodzky Rubin s/ejecución
fiscal”.
81
Cám. Cont. -Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 05/7/02, “GCBA c/ Galante Alberto s/ejecución fiscal”;
ídem del 07/08/03, “GCBA. c/Bunge, Guerrico Enrique s/ejec. Fiscal”.
Concordancias con el CPCCN: Presenta cierta similitud con los artículos 550 y 242 del
CPCCN El monto fue fijado en primer lugar por Resolución del Consejo de la Magistratura
N 149/1999, cuyo artículo 2º fue derogado posteriormente por la Resolución del Consejo de
la Magistratura Nº 487 del 13 de julio de 2004.

COMENTARIO

En lo que respecta al monto a ingresar, será el nominal más los intereses. Éstos
incluyen los resarcitorios y los punitorios.
Los intereses resarcitorios surgen ante la falta total o parcial de pago de las
deudas que no se abonen dentro de los plazos establecidos al efecto sin necesidad de
interpelación, según expresa disposición del artículo 64 del Código Fiscal (t.o. 2007). Es de
la esencia de este tipo de intereses retribuir al acreedor por la indisponibilidad del dinero
adeudado, que el deudor mantiene en su poder82.
Los intereses punitorios, surgen cuando es necesario recurrir a la vía judicial y
se devengan a partir de la iniciación del juicio (artículo 65 del Código Fiscal, t.o. 2007). La
naturaleza de estos últimos es castigar el incumplimiento.
Ambos intereses, son fijados por resoluciones del actual Ministerio de
Hacienda. En algunas ocasiones se ha cuestionado en sede judicial la constitucionalidad del
monto de estos intereses y dicho planteo ha sido rechazado hasta el momento83.
El recurso de apelación se concede en relación, en atención a las características
propias del proceso de ejecución fiscal, que impiden, en principio, calificar la sentencia
dictada en ella como definitiva 84. Resulta, por ende, de aplicación para su interposición y
fundamentación las reglas contenidas en el CCAyT.
En cuanto al mínimo para la apelabilidad de la sentencia, el artículo 2º de la
Resolución Nº 487/04 del Consejo de la Magistratura, reglamentaria en la materia, fijó en
pesos cinco mil ($ 5.000.-) el monto mínimo en concepto de capital a partir del cual es
procedente el recurso de apelación contra las sentencias definitivas recaídas en procesos de
ejecución, con excepción de los recursos interpuestos contra la regulación de honorarios
profesionales.
En consecuencia, no se computan los intereses de la boleta de deuda para la
base de cálculo85.
Por su parte, el artículo 1º de la Resolución Nº 149/99 del Consejo de la
Magistratura, aún vigente, dispone el mismo límite de apelabilidad para los juicios de
conocimiento, con excepción de los casos de obligaciones de carácter alimentario y en los
que se controvierta la procedencia de multas, en los que no habrá límite de monto.
La cámara del fuero ha entendido que las multas en procesos de ejecución fiscal
están excluidas del límite de apelabilidad, conforme lo dispuesto en el artículo reseñado 86.
Un tema a considerar es la medida en que será procedente la apelación de la
sentencia en aquellos casos en que el demandado no hubiera opuesto excepciones, o su
presentación no contenga defensas que puedan ser tratadas como excepciones por el
tribunal. Sin duda, la apelación de la sentencia, cuando no se ha presentado el demandado a
oponer excepciones, podría obligar a la Cámara a la revisión de alguna nulidad procesal en
cuanto a la notificación de la intimación de pago, si de ello surgiere que se le cercenó al
ejecutado el derecho de defensa.
Pero ¿qué ocurre si el demandado pretende hacer valer defensas no esgrimidas
oportunamente? ¿Corresponde, en este supuesto, concederle el recurso de apelación?
El CCAyT no contiene una cláusula similar a la del artículo 554 del CPCCN.
Este último establece que la sentencia de remate será apelable cuando: a) el juez desestima
las excepciones opuestas; b) las excepciones tramiten como de puro derecho; c) se hubiere
producido prueba respecto de las excepciones o d) versare sobre puntos ajenos al ámbito
natural el proceso o causare un gravamen irreparable en el juicio ordinario posterior.
82
BOCCHIARDO José Carlos, Derecho Tributario Sustantivo o Material en obra colectiva “Tratado de
Tributación”, Tomo I, “Derecho Tributario”, Volumen 2, dirigido por Horacio GARCIA BELSUNCE,
Astrea, 2003, página 181.
83
Cam. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 23/04/02, “GCBA c/DOTA S.A. de Transporte
Automotores y Cam. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 12/08/03, “GCBA c/Comellas Marcelo
Angel”, entre muchos otros.
84
Cám. Cont. -Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 16/0/01, “GCBA c/Wainerman y Gonilska, Julio Pablo
s/ejecución fiscal.
85
86
Cám. Cont. -Adm. y Trib. de la CABA. Sala II, 11/10/06, “GCBA c/Charles Henry SRL s/queja por
apelación denegada”.
No surge de la norma referenciada la posibilidad de apelar una sentencia en un
expediente en el que no se ha opuesto ninguna excepción. Sin embargo, en el ámbito local,
a pesar del silencio normativo, en lo que respecta a ejecuciones fiscales, ha prevalecido la
aplicación del principio de preclusión, salvo en los supuestos de manifiesta inexistencia de
deuda87.
No olvidamos, la manda genérica del artículo 247 del CCAyT que dispone que
el tribunal no puede fallar sobre capítulos no propuestos a la decisión del tribunal de
primera instancia.
El Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad –por mayoría– no ha hecho lugar a
un recurso de queja por denegatoria de un recurso de inconstitucionalidad de la Cámara, en
el que se debatió este tema. Aquel recurso se fundó, precisamente, en el rechazo de la
apelación de la sentencia por haber dejado vencer el plazo para oponer excepciones 88.
En el Título XII que trata sobre los Procesos de ejecución–ejecución de
sentencias, capítulo III, los artículos 406 y 407 podrían brindar el marco normativo para la
postura sostenida por el más Alto Tribunal local.
El artículo 406, que versa sobre la prueba, señala que si no se acompañasen los
documentos el tribunal rechaza la excepción sin sustanciarla; esa resolución es irrecurrible.
El artículo siguiente dispone que, vencidos los cinco días sin que se planteen
excepciones, se continúa la ejecución, no pudiéndose interponer ningún recurso.

Art. 457º - Repetición.- En los casos de sentencias dictadas en los juicios de


ejecución fiscal por cobro de tributos, la acción de repetición sólo puede deducirse una vez
satisfecho el tributo adeudado, accesorios y costas.

Concordancias con el CPCCN: No guarda similitud con el CPCCN Los requisitos para la
procedencia de esta acción están expresamente previstos en el Código Fiscal de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.

COMENTARIO

Los requisitos para la procedencia de la acción de repetición están previstos en


el artículo 61 del Código Fiscal (t.o. 2007). La mentada norma dispone que los
contribuyentes y responsables deberán interponer, ante la Dirección General, reclamo de
repetición, cuando consideren que el pago ha sido indebido y sin causa, previa verificación
–por parte de la administración tributaria– de la inexistencia de deuda con respecto al tributo
de que se trate.
Se circunscribe la procedencia de la acción de repetición en los supuestos de: a)
existencia de pago; b) que éste haya sido efectuado por error o sin causa.
Giuliani Fonrouge y Navarrine señalan un tercer presupuesto de la acción que es
la protesta al momento de efectuar el pago89. Consideramos que la normativa local no exige
tal requisito para la viabilidad de la acción de repetición, razón por la cual, su exigencia
deviene innecesaria90. Este requisito fue introducido de manera pretoriana por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación y en el ámbito nacional la ley 11.683 suprimió su
exigencia.
Una mención especial corresponde hacer con relación a la obligatoriedad o no
de la interposición de reclamo previo, para la admisibilidad de la acción de repetición. Si
bien no se trata de uno de los supuestos previstos en el artículo 3º del CCAyT, que requiere
el agotamiento de la vía administrativa previa, la normativa fiscal ha señalado su
obligatoriedad, al parecer en todos los casos91.
En el ámbito nacional, regido por la 11.683, el artículo 81 establece cuándo
resulta procedente el reclamo previo y cuando no se exige.
87
Cám. Cont. -Adm. y Trib. de la CABA. Sala I, 29/12/05, “GCBA c/Parmalat Argentina S.A.”.
88
TSJCBA, 20/11/06, “Diversas Explotaciones Rurales S.A. s/queja por recurso de inconstitucionalidad
denegado en “GCBA c/Diversas Explotaciones Rurales S.A. s/ejecución fiscal”.
89
GIULIANI FONROUGE, Carlos María y NAVARRINE Camila Susana, “Procedimiento Tributario y de la
seguridad social”, ob. cit., página 433.
90
Cám. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 28/09/06, “Central Puerto S.A. c/GCBA s/repetición”.
91
Cám. Cont. –-Adm. y Trib. de la CABA. Sala I, 20/3/01, “Droguería del Sud c/GCBA s/repetición”.
En efecto, el artículo 81 de la ley 11.683 distingue dos situaciones, la del pago
espontáneo y la del pago a requerimiento. En el primer caso, el contribuyente debe
interponer reclamo previo ante la Administración; si el tributo se pagare en cumplimiento de
una determinación cierta o presuntiva, la repetición se deduce –sin reclamo previo–
mediante demanda, a opción del contribuyente, ante el Tribunal Fiscal de la Nación o la
justicia nacional.
En un principio, en el fuero, utilizando la doctrina del ritualismo inútil, nuestra
jurisprudencia no exigió el reclamo previo si la acción de repetición versaba sobre la
devolución de lo pagado en virtud de un revalúo inmobiliario retroactivo92.
La jurisprudencia local, a partir del caso “Del Valle SACI c/GCBA
93
s/repetición ”, ha hecho aplicación de los criterios de la normativa nacional a nuestro
ámbito, a pesar de la parca norma local.
A diferencia de lo que ocurre en el ámbito nacional a partir de la sanción de la
ley Nº 25795, no se requiere en el ámbito local probar el empobrecimiento para la
procedencia de la acción en los casos de repetición de impuestos indirectos.
En efecto, el párrafo introducido por ley 25795 Nº en el artículo 81 de la ley
11683 agrega como requisito adicional para la procedencia de la repetición de impuestos
indirectos por parte de los contribuyentes de derecho, que acrediten que no han trasladado el
impuesto al precio, o que habiéndolo trasladado acreditasen su devolución en la forma y
condiciones que establece la Administración de Ingresos Públicos (AFIP)94.

Art. 458º - Independencia de los sumarios administrativos.- El cobro de los


tributos por vía de ejecución fiscal debe tramitar independientemente del curso del sumario
a que pueda dar origen la falta de pago de aquéllos.

Concordancias con el CPCCN: No presenta concordancia con el CPCCN

Art. 459º - Diligenciamiento de mandamientos y notificaciones.- El


diligenciamiento de los mandamientos de ejecución y embargo y las notificaciones, pueden
estar a cargo de empleados/as de la Dirección General de Rentas o autoridad equivalente
cuando ésta lo requiera. En estos casos, el tribunal designa al/la funcionario/a propuesto/a
como oficial de justicia ad hoc dentro del término de cuarenta y ocho (48) horas. El costo
que demande la realización de diligencias fuera del ámbito urbano es soportado por la parte
condenada en costas.
La actora puede igualmente, una vez firme la resolución que mande llevar la
ejecución adelante, proponer martillero/a para efectuar la subasta debiendo el tribunal que
entiende en la causa, designar al/la propuesto/a. La publicación de los edictos pertinentes se
efectúa por el término de dos (2) días en el Boletín Oficial de la Ciudad de Buenos Aires y
en otro diario de los de mayor circulación del lugar.
Es aplicable, en lo pertinente, el capítulo IV del título XII.

Concordancias con el CPCCN: No guarda similitud con un artículo en especial del CPCCN

COMENTARIO

El CCAyT, prescribe –a diferencia, por ejemplo, del CPCCN- la posibilidad de


requerir que se designe un Oficial de Justicia ad hoc, el que podrá ser un empleado de la
Dirección General de Rentas o de autoridad equivalente.
En consonancia con esta norma, el Reglamento General de Organización y
Funcionamiento del Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Resolución
Nº 152/99 del Consejo de la Magistratura de la C.A.B.A), ha establecido: “Los magistrados
y los integrantes del Ministerio Público pueden asignar funciones de Oficial de Justicia y
92
Cám. Cont. –-Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 14/03/2001, “Macho Laura y ots. C/GCBA”.
93
Cám. Cont. –-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 05/08/05.
94
Cabe mencionar que antes de la incorporación normativa de la teoría del empobrecimiento, estuvo vigente
en un período por creación pretoriana del máximo tribunal nacional. La teoría tiene raíz civilista y fue
rechazada en aquella ocasión ya que sometía a los contribuyentes a una prueba negativa, cual era que el
importe del impuesto pagado en exceso, no debía ser trasladado. Al poco tiempo de su nacimiento, esta teoría
fue extendiendo su campo de aplicación por los tribunales, años más tarde, la propia Corte Suprema de
Justicia de la Nación, T 297 P 500, dejó de lado la aplicación de la teoría, a partir del fallo “Petroquímica
Argentina S.A. (P.A.S.A.)” del 17 de mayo de 1977 hasta su incorporación normativa por la ley 25.795. Más
recientemente, el máximo tribunal nacional hizo aplicación de la doctrina in re “Nobleza Piccardo SAIC
c/Estado Nacional s/Dirección General Impositiva” (CSJN 327:4023).
de Oficial Notificador ‘ad hoc’, cuando la ley lo autorice, dando cuenta de inmediato al
Consejo de la Magistratura95”.
Se dispone también, como principio, que el costo del diligenciamiento de las
notificaciones en extraña jurisdicción será a cargo del condenado en costas, con lo cuál será
posible que estos gastos puedan ser adicionados en la liquidación definitiva que practique la
Administración, ya sea cuando el contribuyente abone la deuda en efectivo o cuando se
ejecuten judicialmente bienes muebles o inmuebles embargados de éste último.
Por otro lado, la última parte del artículo le otorga a la Ciudad la facultad de
proponer un martillero para subastar los bienes embargados, debiendo el juez interviniente
designar al propuesto. Creemos que esta prerrogativa otorgada a la ejecutante recoge las
habituales cláusulas incluidas en contratos de mutuos hipotecarios, en los que el acreedor se
reserva el derecho a designar al martillero.
Por último determina el plazo de dos días para la publicación de los edictos de
subasta en el Boletín Oficial de la Ciudad y otro diario de mayor circulación, remitiendo al
capítulo IV del título XII en todo lo restante.

Art. 460º - Honorarios.- Los/las procuradores/as, mandatarios/as o funcionarios/as


que representen o patrocinen al Fisco tienen derecho a percibir honorarios, salvo cuando
éstos estén a cargo de la autoridad administrativa y siempre que haya quedado totalmente
satisfecho el crédito fiscal.

Concordancias con el CPCCN: No tiene su correlato en el CPCCN

COMENTARIO

Esta norma reafirma el derecho de los representantes y/o patrocinantes del Fisco
a cobrar honorarios por la labor judicial desarrollada, siempre que se cumplan dos
requisitos: a) que el pago de las costas se encuentre a cargo de los ejecutados, puesto que no
corresponde que la autoridad administrativa le abone honorarios a sus representantes; b)
que previamente se haya satisfecho el crédito fiscal.
Entendemos que ello se debe a que la Administración no puede hacerse cargo de
honorarios de sus propios letrados en juicios en los cuales no se hizo lugar a su pretensión.
En forma coincidente, el decreto 42/02, que regula la relación entre los mandatarios y la
Administración, estableció que estos reciben “…como única retribución los honorarios y
gastos que deba satisfacer el deudor moroso por las diligencias judiciales o extrajudiciales
realizadas”96. Además, resulta lógico que, toda vez que el objetivo de la ejecución fiscal es
satisfacer el crédito que tiene el Estado respecto de los contribuyentes morosos, se supedite
el cobro de los honorarios al efectivo ingreso de las sumas debidas al fisco.
Asimismo, en el marco del decreto 42/02 se estableció: “en los casos en que el
contribuyente opte por abonar la deuda en forma extrajudicial, el mandatario podrá liquidar
en concepto de honorarios un siete por ciento (7%) del total de la deuda hasta el dictado de
la sentencia; tanto por su labor extrajudicial como judicial; el doce por ciento (12%) cuando
el juicio se encuentra en etapa de ejecución de sentencia y diez por ciento (10 %) cuando se
otorgan planes de facilidades de pago, con excepción de aquéllos que se encuentren
regulados y firmes. Esta escala de honorarios deberá fijarse en lugar visible en las oficinas
de atención al público. Excepto los supuestos de otorgamiento de planes de facilidades, no
se admite el cobro de honorarios hasta la íntegra satisfacción del crédito fiscal 97”.
Sin embargo, la jurisprudencia ha señalado que no es necesario que se haya
satisfecho el crédito fiscal para que pueda regularse los honorarios de los mandatarios. Su
ejecución futura, sí estará condicionada a la satisfacción del crédito98.

Art. 461º - Forma de las notificaciones.- Las citaciones, notificaciones,


intimaciones de pago, etc., son practicadas de acuerdo con las previsiones de este código, o
en cualesquiera de las siguientes formas:

95
Reglamento Gral. de Organización y Funcionamiento del Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires (Res C.M N° 152/99 con las modificaciones introducidas por las Res. C.M. Nº 138-00, 175-00, 405-00,
36-01 y 251-02) T. IV, cap. III, pto. 2.11.
96
art. 6º del Dec. 42/02.
97
art. 12 del Dec. 42/02.
98
Cám. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 7/12/2004, “GCBA c/ Pizzurno Inés s/ ejecución fiscal” y
Sala II, 30/11/2004, “GCBA c/ Luchesi Sergio s/ ejecución fiscal”.
1) Por carta certificada con aviso especial de retorno, a cuyo efecto se tiene la carga
de convenir con el correo la forma de hacerlo con la mayor urgencia y seguridad; sirviendo
el aviso de retorno de suficiente prueba de la notificación, siempre que la carta haya sido
entregada en el domicilio del/la contribuyente aunque aparezca suscripto por un tercero;
2) Personalmente, por medio de un/a empleado/a de la Dirección General de Rentas
o autoridad equivalente, quien deja constancia en acta de la diligencia practicada y del lugar,
día y hora en que se efectuó; exigiendo la firma del/la interesado/a. Si éste/a no supiere o no
pudiera firmar, puede hacerlo, a su ruego, un/a testigo.
Si el/la destinatario/a no estuviese o se negare a firmar, deja igualmente constancia
de ello en acta. En días siguientes, no feriados, concurren al domicilio del/la interesado/a
dos funcionarios/as de la actora para notificarlo. Si tampoco es hallado/a, dejan resolución o
carta que deben entregar en sobre cerrado, a cualquier persona que se hallare, haciendo que
quien lo reciba suscriba el acta.
Si no hay persona dispuesta a recibir la notificación o si el/la responsable se negare
a firmar, proceden a fijar en la puerta de su domicilio y en sobre cerrado el instrumento de
que se hace mención en el párrafo que antecede.
Las actas labradas por los/las empleados/as notificadores/as hacen fe mientras no se
muestre su falsedad.

Concordancias con el CPCCN: No tiene concordancia con el CPCCN

COMENTARIO

Esta norma dispone, como principio general, una remisión a los distintos tipos
de notificación previstas en el Código de forma en comentario (Título III, Cap. VI, arts. 117
a 132, CCAyT), pero establece una serie de alternativas de notificación como, por ejemplo,
la carta certificada con aviso de retorno y la notificación personal, por intermedio de un
empelado de la Dirección General de Rentas.
No obstante ello, estas dos alternativas no han tenido mucha aplicación desde la
puesta en funcionamiento del fuero. Remitimos a lo dicho en el comentario a los artículos
451 (primera parte) y 459.

Art. 462º - Secreto fiscal.- Las declaraciones juradas, manifestaciones e informes


que presenten los/las contribuyentes, responsables o terceros presenten a la Dirección
General de Rentas o autoridad equivalente, y los juicios de demanda contenciosa en cuanto
consignen aquellas informaciones, son secretos.
Los magistrados/as, funcionarios/as, empleados/as judiciales o dependientes de la
actora, están obligados a mantener el secreto de todo lo que llegue a su conocimiento en el
desempeño de sus funciones sin poder comunicarlo a persona alguna ni aún a solicitud
del/la interesado/a, salvo a sus superiores jerárquicos.
Las informaciones divulgadas en violación al secreto fiscal no son admitidas como
pruebas en causas judiciales, debiendo los tribunales rechazarlas de oficio, salvo en las
cuestiones de familia o en los procesos criminales por delitos comunes cuando aquéllas se
hallen directamente relacionadas con los hechos que se investiguen, o cuando lo solicite el
interesado en los juicios en que sea parte contraria el fisco nacional, provincial o municipal
y en cuanto la información no revele datos referentes a terceros.
El secreto establecido en el presente artículo no rige cuando deba citarse por edictos,
para los organismos recaudadores nacionales, provinciales o municipales, siempre que las
informaciones respectivas estén directamente vinculadas con la aplicación, percepción y
fiscalización de los gravámenes de sus respectivas jurisdicciones.

Concordancias con el CPCCN: no tiene concordancia con el CPCCN

COMENTARIO

En la ley Nº 11.683 se instauró en 1946 el instituto del secreto fiscal. De esta


forma, se quiso asegurar a los contribuyentes que sus declaraciones tendrían exclusivamente
una finalidad fiscal, y quedarían al margen de toda divulgación o utilización de terceros.
Por lo tanto, la obligación de los ciudadanos contribuyentes de presentar
declaraciones juradas, exhibir comprobantes y demás elementos de juicio justificativos,
generan un derecho del Fisco a exigir esta información, más este derecho tiene sus límites
en las leyes que reglamenten su ejercicio, siendo el fundamento de esa limitación el
principio de razonabilidad.
Este principio limita el derecho del fisco puesto que, de lo contrario, se afectaría
la intimidad de las personas.
El derecho del individuo a la intimidad genera un ámbito que podríamos
denominar de reserva individual, exigiendo consecuentemente de parte del Estado una
conducta omisiva.
Ahora bien, esta intimidad es abarcativa de la libertad de conciencia, de
expresión, al derecho de intimidad, a la inviolabilidad del domicilio, de la correspondencia y
de los papeles privados.
Por lo tanto, los datos aportados a la Dirección General de Rentas no deben ser
utilizados por esta última con otros fines que los previstos por la ley fiscal. Las bases de
datos de la Dirección General de Rentas deben ser absolutamente reservadas; ésta no puede,
so-pretexto de combatir la evasión, revelar la información que posee, puesto que al
brindarse esta información se afecta económica y financieramente al contribuyente.
Una norma de similares alcances está prevista en el artículo 86 del Código
Fiscal (t.o. 2007).

APLICACIÓN SUPLETORIA DE LAS NORMAS DEL CÓDIGO FISCAL.

El Código Fiscal de la Ciudad establece los distintos tributos existentes en el


ámbito local, como así también los aspectos que hacen al cumplimiento de la obligación
tributaria. Haremos alusión a aquellas que consideramos tienen mayor incidencia en el
proceso contencioso.

Carácter de la notificación de la intimación de pago.

También se aplican en este punto las reglas generales del CCAyT. Resulta
interesante el juego de las cláusulas del código de forma local, con las disposiciones
contenidas al respecto en el Código Fiscal. En efecto, este último le otorga carácter de
constituido al domicilio fiscal, denunciado por el contribuyente ante la administración
tributaria99.
Ello así pues existe como deber formal en cabeza del contribuyente mantener
actualizado, en la forma que dispone la mentada administración, tal domicilio. Su
observancia coadyuva al cumplimiento del aspecto sustancial de la obligación tributaria: el
pago del tributo.
Si bien no se trata de un domicilio constituido ad litem, sino del denunciado
ante la administración tributaria, éste goza con arreglo de expresa disposición legal, de los
efectos del domicilio constituido, en el ámbito judicial100.
Las consecuencias de otorgar dicho carácter al traslado del inicio de la
ejecución fiscal a la otra parte, saltan a la vista. De no darse el carácter de constituido al
domicilio, serán de aplicación las reglas contenidas en el artículo 287 del C.C.A. y T.
Para que proceda la notificación al domicilio con carácter de constituido, se
deben dar algunas de las siguientes circunstancias: a) que de la boleta de deuda surja
expresamente el domicilio fiscal y el nombre del contribuyente; b) que del documento
emitido por el sistema informático de la Dirección General de Rentas, agregado a la
demanda, surja el nombre del demandado y domicilio fiscal 101; o c) que se encuentre
agregado el informe de dominio en el caso de ABL.
El tema del domicilio del demandado y sus efectos en el trámite del
procedimiento de ejecución fiscal permite extraer algunas conclusiones, basadas en la
experiencia del funcionamiento del fuero. El Código Fiscal prevé, y así lo ha entendido la
jurisprudencia local, que el domicilio denunciado por el contribuyente ante la Dirección
General de Rentas genera en el trámite de ejecución fiscal, los efectos del domicilio
constituido. Es decir que se tendrán por válidas las notificaciones efectuadas en él,
debiendo proceder el oficial notificador a diligenciar la cédula, como si se tratara de un

99
TSJCBA, 05/03/2003, “Inversora Quillén S.A. s/quiebra por recurso de inconstitucionalidad denegado en
“GCBA c/Inversora Quillén S.A. s/ ejecución fiscal”.
100
CSJN, T289 P 89, “Fisco Nacional c/Loterszpil, Samuel s/ejecución fiscal”.
101
Cám. Cont.Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 06/08/02, “GCBA c/Blousson Alfredo s/ejecución fiscal –
radicación de autos”.
domicilio constituido por la parte demandada en autos. Esta cuestión no ha generado mayores
inconvenientes y ha sido adoptada por la totalidad del fuero.
La Cámara de Apelaciones ha resuelto: “El domicilio fiscal es el lugar en donde se encuentran
los contribuyentes a efectos de la fiscalización tributaria, y que determina la sede del cumplimiento de sus
obligaciones y deberes. Surge del artículo 24 del Código Fiscal (texto según Ley Nº 541) que entre los efectos
formales del domicilio fiscal se destaca el de constituir el lugar donde serán cursadas válidamente las
notificaciones al contribuyente. En tal sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene dicho que,
aunque no se trate de un domicilio constituido ad litem, sino del fiscal denunciado ante las autoridades
administrativas, éste goza, con arreglo a una expresa disposición legal -refiriéndose al artículo 13 de la Ley Nº
11.683, equivalente al artículo 24 del Código Fiscal local-, de los efectos propios del domicilio constituido,
incluso en el ámbito judicial102”.
Un supuesto especial respecto del domicilio de la parte demandada se planteó
ante la invocación por parte de los mandatarios del GCBA, de una norma contenida en el
artículo 23 de la ley 745 (Código Fiscal t.o. 2002, hoy existe una norma similar en el
artículo 24 de Código Fiscal t.o. 2007). Pretendía el GCBA que pudiera notificarse al
demandado, utilizando la figura del domicilio fiscal, en la sede de la DGR, esto es el de la
calle Viamonte al 900. Es decir, que se consideraran válidas las notificaciones efectuadas a
la parte ejecutada, en el domicilio de la propia actora.
Los Juzgados del fuero rechazaron tal solicitud y entendieron que la norma
invocada se refería a la actuación en sede de la autoridad administrativa, pero que no
resultaba aplicable en sede judicial.
Las formulas utilizadas para el rechazo resultaron similares, por ejemplo:
“Asimismo, respecto de la solicitud de notificación a Viamonte 900, teniendo en cuenta que
el art. 23 de la ley 745 regula el supuesto de falta de denuncia del domicilio fiscal, que se le
denuncie incorrectamente o que el domicilio que se denuncia sea inexistente; ello a los
fines de que al domicilio se lo tenga por constituido en la sede de la Dirección General de
Rentas, corresponde puntualizar que tal directiva no otorga el carácter de domicilio fiscal.
En efecto el art. 23 que se invoca, se configura a efectos de llevar a cabo las notificaciones
del procedimiento administrativo, que se tramita en sede administrativa y no es aplicable al
proceso judicial desarrollado en los presentes actuados, por ello, no ha lugar a lo
solicitado103”.

Monto Mínimo.

El artículo 56 del Código Fiscal (t.o. 2007), establece que la DGR puede no
realizar gestiones administrativas de cobro, provenientes de las obligaciones tributarias,
cuando el monto de los tributos adeudados sea inferior al fijado por la ley tributaria.
A pesar de que la redacción del artículo se ha ido modificando, la norma generó
dudas interpretativas, por cuanto no resultaba claro si la ejecución fiscal iniciada por un
monto menor podía ser rechazada in limine por el tribunal, por entenderla dentro del
principio de bagatela o si, una vez que la Administración optaba por emitir la boleta de
deuda y transferirla al mandatario, había que continuar con la tramitación en sede judicial de
la ejecución. Algunos juzgados del fuero optaron por rechazar las demandas, invocando el
Código Fiscal y razones de economía procesal.
Con una redacción anterior del Código Fiscal, la alzada resolvió la cuestión al
sostener: “...que nos encontramos ante una facultad discrecional otorgada por el Poder
Legislativo a la Administración, para iniciar –a su arbitrio– los procesos judiciales de esta
naturaleza. En consecuencia, corresponde inferir que el organismo recaudador ha utilizado
la facultad otorgada por el Legislador, iniciando la demanda pertinente, por lo que la suerte
del recurso se encuentra definida104”.
Es de interés resaltar que la Cámara, en el fallo comentado, realzó la aplicación
del principio pro actione. A igual conclusión, por sus propios fundamentos llegó la Sala
II105.
En la redacción actual del Código, la facultad de iniciar o no la ejecución fiscal,

102
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 03/07/01, “G.C.B.A. c/Louis, Pedro Gastón
s/Ejecución Fiscal”, del voto de los Dres. Nélida M. Daniele, Esteban Centanaro y Eduardo A.
Russo.
103
Juz. Nº 4, Sec. Nº 7, Cont.- Adm. y Trib. de la CABA, 01/03/2004, “GCBA c/Torsby SA s/ejecución
fiscal”.
104
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 11/07/01, “GCBA c/Spurio Omar Norberto s/ejecución
fiscal”.
105
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA , Sala II, 20/02/2002, “GCBA c/Deglauy Rached s/ejecución fiscal”.
parece quedar más clara en cuanto la norma establece que la DGR “puede no realizar
gestiones administrativas de cobro por deudas provenientes de las obligaciones tributarias”.
Y agrega que, para el supuesto de promoverse la acción judicial, la Ley Tarifaria también
fija los importes pertinentes. Es decir que la Legislatura de la CABA, ha autorizado a la
autoridad administrativa a no procurar el cobro de deudas tributarias, siempre que su monto
sea inferior al que se fija anualmente en la ley tarifaria.
Queda entonces a criterio del sujeto legalmente autorizado - la DGR- el intento de
percepción del crédito, y no podrían los jueces rechazar las ejecuciones iniciadas que
persigan el cobro de un monto menor al fijado.

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