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SALA DE CASACIÓN LABORAL

MAGISTRADO PONENTE : CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO


NÚMERO DE PROVIDENCIA : SL21177-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : RECURSO DE ANULACIÓN
FECHA : 06/12/2017
DECISIÓN : NIEGA ANULACIÓN DE LAUDO

PROBLEMA JURÍDICO
1. ¿La incursión de un sindicato en una causal de disolución genera ope legis su extinción o,
por el contrario, se requiere de sentencia judicial ejecutoriada que así lo declare?

2. ¿La disolución de la agremiación sindical durante el trámite del recurso de anulación


exime a la Corte de su deber de resolverlo?, o para decirlo de otro modo ¿la extinción del
organismo sindical vuelve inocuo o fútil un pronunciamiento de la Corte?
El libelo se traza para dirimir el conflicto colectivo de trabajo que se presentó entre Tejidos de
Punto Lindalana S.A.S. y su sindicato de trabajadores, en cuanto a la solicitud de anulación del
Laudo Arbitral, pues es el Tribunal de Arbitramento es el organismo que está habilitado
legalmente para crear prestaciones o superar las existentes, en tanto ello hace parte de la
dinámica inherente a los conflictos colectivos de naturaleza económica, siempre y cuando no sean
manifiestamente inequitativas.
Partiendo del hecho de que la relación trabajador-empleador puede llegar a ser desequilibrada y
desigual y, de cierto modo, contradictoria, el diálogo social que se expresa a través de la
negociación colectiva procura que las partes armonicen bajo un espíritu de equidad y cooperación
sus intereses, y viabilicen a través de acuerdos sus diferencias.
Ahora bien, para que desde un punto de vista constitucional y legal, una de sus partes, en
específico el sindicato, deje de subsistir, no basta con que se encuentre incurso en una de las
causales de disolución previstas en el artículo 401 del Código Sustantivo del Trabajo, sino que,
además, se requiere de una sentencia judicial que ordene su disolución, conforme lo establece el
artículo 4.º del Convenio 87 de la OIT, aprobado por la Ley 26 de 1976, y el artículo 39 de la
Constitución Política, al señalar que "la cancelación o la suspensión de la personería jurídica sólo
procede por vía judicial".
Esto significa que hasta tanto no exista una providencia judicial ejecutoriada, la organización
sindical conserva su personería jurídica y, por tanto, su capacidad para ser sujeto de derechos y
obligaciones, y efectuar actos con trascendencia para el derecho.
Y si ello es así, la pauta que debe marcar la fecha en la que un sindicato deja de existir y, por ende,
de tener vocación para ejercer sus funciones legales y estatutarias y representar los intereses y
derechos de sus asociados, es la data de la sentencia judicial que define su personería, en tanto
que solo con ella se concreta su realidad en el mundo del derecho y los efectos de haber estado
incursa en causal de disolución. No otra interpretación, a juicio de la Sala, deriva del mandato
categórico del artículo 39 de la Constitución Nacional.
Esto implica, sin más, que la aspiración del recurrente de que se declare la nulidad total del laudo
arbitral, es infundada, puesto que, con independencia de si el sindicato estuvo de facto incurso en
la causal de disolución por haber reducido su número a menos de 25 afiliados, esa circunstancia
por sí sola, es decir, sin que esté acompañada de una sentencia judicial que declare esa situación,
no le arrebató al Tribunal competencia para emitir el laudo arbitral».
«Ha sostenido la Corte que la equidad es el parámetro que debe guiar la decisión de los árbitros al
momento de resolver sobre los conflictos económicos que sean sometidos a su consideración.
Esto implica que cuando una norma se ataca por violación a este principio, le corresponde a la
parte recurrente demostrar que la decisión generó un abierto desequilibrio entre las partes, bien
por lo injustificado de las cargas impuestas o por su desproporcionalidad al poner en serio y grave
peligro el normal funcionamiento de la empresa.
Al invocar la «inequidad manifiesta» como fundamento de su solicitud de anulación, debe
demostrar con detalle y elementos de convicción sólidos, en qué medida la cláusula atacada
genera una situación de desequilibrio financiero al interior del ente económico, o cómo su
aplicación compromete la sostenibilidad y la viabilidad de sus operaciones, por lo tanto, cabe
resaltar que en la sustentación de la impugnación, el recurrente se limita a aseverar que la
decisión es inequitativa, pero no demuestra de forma detallada, completa, proyectada y soportada
de qué manera la empresa se encuentra en imposibilidad económica de acceder a los incrementos
salariales, o porqué a la fecha su situación financiera cambio radicalmente respecto a la que existía
para cuando estuvo vigente el convenio colectivo 2010-201.
Finalmente la Sala niega el recurso y determina que hasta tanto no exista una providencia judicial
ejecutoriada, la organización sindical conserva su personería jurídica y, por tanto, su capacidad
para ser sujeto de derechos y obligaciones, y efectuar actos con trascendencia para el derecho. Y si
ello es así, la pauta que debe marcar la fecha en la que un sindicato deja de existir y, por ende, de
tener vocación para ejercer sus funciones legales y estatutarias y representar los intereses y
derechos de sus asociados, es la data de la sentencia judicial que define su personería, en tanto
que solo con ella se concreta su realidad en el mundo del derecho y los efectos de haber estado
incursa en causal de disolución.

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