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el 17-01-24]
Argentina, Fondo de Cultura Económica, 1952, pp. 22. 24-27. 29. 31-33. 37-40.
[Disponible en]
https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=documentos/10221.1/73455/1/in
Hola. Hoy doy información del primer capítulo del libro Introducción a la historia de
Bloch (tienes en la pantalla el texto para saber quién es Bloch) qué cuenta con siete
El segundo, II. La historia y los hombres, hace énfasis en los «actos humanos, nacidos
de necesidades colectivas y que solo fueron posibles merced a una estructura social
determinada» (P. 24) dónde «la historia quiere aprehender a los hombres» (y sí,
El tercero, III. El tiempo histórico, donde en vez de darle una arrolladora [Imagen de La
Antigüedad o los 15 años que ocupó Lutero en salir como reformador religioso, al
historiador le interesaría más señalar, en estos ejemplos, «el lugar exacto que ocupa la
«lo que haya podido mantener de eterno una crisis del alma como la del hermano
Martín» (P. 26) sin olvidar que el tiempo atribuye tanto continuidad, como un «cambio
El cuarto apartado, IV. El ídolo de los orígenes, cosa que significaría peligro (peligro de
Don Ramón) sí lo consideramos como aquello «que basta para explicar» las cosas. Otro
enemigo de la historia es «la manía de enjuiciar» (P. 29) (los osos mas malosos de la
historia de México). Evitemos eso :), pues «un fenómeno histórico nunca puede ser
Ojo, si quieres entender en qué circunstancias surge este texto y otro datos, te dejo acá
arriba el video donde hablo de la introducción de este libro. Cuéntame lo que gustes en
los comentarios. Por favor comparte este video y regálame un me gusta, ¡Qué seguimos
ya!
Porfirio con un iPhone) donde parece que los distintos puntos de partida a largo del
curso del tiempo se han visto afectados «en relación con nosotros» por una fuerte
«experiencia única es siempre importante para discriminar sus propios factores y, por lo
tanto, para suministrar su propia interpretación» (P. 37) en juego con su respectiva
que señala la facultad de captar lo vivo como «la cualidad dominante del historiador»,
(P. 38) pues «siempre tomamos de nuestras experiencias cotidianas, matizadas, dónde
es preciso, con nuevos tintes, los elementos que nos sirven para reconstruir el pasado»
(P. 39), contemplando que tanto en este tema, como en todas partes «lo que el