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1. Introducción general
2. Conectivas
Considérese el razonamiento
A partir de suponer que Mar del Plata está a orillas del Mediterráneo, se sigue
que Mar del Plata está en el hemisferio Norte.
Pero Mar del Plata está en el hemisferio Sur.
No es cierto que Mar del Plata esté a orillas del Mediterráneo
Su conclusión dice
No es cierto que Mar del Plata esté a orillas del Mediterráneo.
La frase “no es cierto que” está expresando la negación. Emplear la palabra “no” es la
forma estándar para negar que se dé un hecho o situación determinada. En castellano
tenemos otras formas sinónimas, tales como:
Mar del Plata no está a orillas del Mediterráneo,
No se da que Mar del Plata esté a orillas del Mediterráneo
2.2. La conjunción
Las palabras “pero”, “no obstante”, “aunque” (y otras semejantes) expresan un matiz
adversativo: se dan conjuntamente dos hechos, pero con una cierta oposición. Sin
embargo, no tomaremos en cuenta este matiz adversativo ya que, desde el punto de
vista lógico, lo importante es que estas expresiones indican que dos hechos se dan
conjuntamente.
2.3 La disyunción
2.4. El condicional
Préstese atención al razonamiento
Piénsese ahora en los signos para las operaciones aritméticas de suma y de resta “+”
y “-”, que expresan lo mismo que las palabras “más” y “menos”, eliminando sus
ambigüedades y dándole un carácter universal: compárese la expresión numérica
“7+5” con la frase “siete más cinco”. Mientras que la segunda requiere comprender la
lengua castellana, la primera únicamente exige conocimiento de la notación aritmética,
conocimiento que posee cualquier persona que conozca aritmética,
independientemente de la lengua histórica que hable. El uso de signos especiales es
importante desde el punto de vista cognitivo: además de ofrecer claras ventajas
visuales, permite alcanzar un nivel de abstracción mayor. Fácilmente, pueden
introducirse variables para los individuos del dominio en consideración (es decir,
expresiones que sirven para referirse de manera indeterminada a cualquier elemento
de un cierto conjunto) y así expresar generalidades, como la propiedad conmutativa de
la suma: “x + y = y + x”, que es mucho más engorroso y complicado de formular en
palabras del castellano (u otra lengua histórica).
El ejemplo de los numerales y el de los signos para operaciones aritméticas muestran
lo que puede denominarse un lenguaje técnico (o, mejor, notación técnica), que
aparece en el contexto de una lengua histórica (tómese, por ejemplo, cualquier manual
de álgebra escrito en castellano). Otro caso muy conocido es el de los signos para los
elementos de la tabla periódica (“H” para el hidrógeno, “Fe” para el hierro, etc.) y la
manera de hacer referencia a otras sustancias empleando combinaciones de los
mismos (como “H2O” para el agua). Lo característico de este lenguaje técnico es que
es específico de una disciplina o un área del conocimiento y lo emplean los expertos
en ella. Estos simbolismos especiales tienen un carácter convencional, es decir
resultan de una cierta decisión o acuerdo entre los que trabajan en la disciplina
concreta (álgebra, química o lógica). Se toman decisiones acerca de los signos a
emplear y la manera de componerlos.
Se pueden resumir las ventajas de introducir signos especiales para las expresiones
específicas de una disciplina en los siguientes tres puntos:
Se entiende que este enunciado afirma “Mar del Plata no está a orillas del
Mediterráneo”, o cualquiera de sus expresiones sinónimas.
Se entiende que este enunciado dice “Estados Unidos es un país industrial y Estados
Unidos exporta trigo”, o cualquiera de sus sinónimos.
Este enunciado dice, mediante la notación lógica, lo mismo que “Bolivia le vende gas a
Brasil o Paraguay le vende electricidad a Brasil”, o cualquiera de sus sinónimos.
que quiere decir: “Si Argentina exporta software, entonces exporta tecnología
informática”, o cualquiera de sus sinónimos.
Introducimos una nueva conectiva que se define por medio del condicional y la
conjunción, que es el bicondicional. Se lo expresa de manera estándar en castellano
empleando la frase “si y sólo si”. Considérese el ejemplo:
Resulta evidente que este enunciado puede inferirse de los dos enunciados siguientes
tomados conjuntamente:
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Asimismo, de (1) se infieren deductivamente (1a) y (1b). El enunciado (1) dirá, por lo
tanto, lo mismo que el enunciado
El bicondicional es un condicional para ambos lados y por ello se simboliza con una
doble flecha . Así, la forma regimentada de expresar (1) será
Estos signos no agotan todas las conectivas posibles, pero son la base del llamado
lenguaje de enunciados, o lenguaje proposicional, en el cual pueden definirse otras
conectivas sobre la base de algunas de estas.
Se puede observar que, mientras la negación afecta a un único enunciado, las demás
conectivas vinculan dos. La negación es una conectiva unaria, mientras que las
demás, conjunción, disyunción y condicional, son binarias.
A fin de concentrar la atención en las conectivas y destacar la estructura lógica de los
enunciados, podemos introducir letras del alfabeto latino, que estarán en lugar de los
enunciados afectados por las conectivas. Tal como se ha hecho antes para la
presentación empleando diagramas, se usarán las letras A, B, C, D y E para indicar
enunciados cualesquiera. Así se ve claramente que la negación es unaria, pues si se
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representa “Mar del Plata está a orillas del Mediterráneo” con la letra A, el enunciado
“Mar del Plata no está a orillas del Mediterráneo” se reescribirá “¬ A. En cambio, si se
sustituyen “Estados Unidos es un país industrial” por la letra B, y “Estados Unidos
exporta trigo” por la C, entonces “Estados Unidos es un país industrial y Estados
Unidos exporta trigo” se representara “B C”. Análogamente, si se reemplazan “Bolivia
le vende gas a Brasil” por la letra D y “Paraguay le vende electricidad a Brasil” por la D,
entonces “Bolivia le vende gas a Brasil o Paraguay le vende electricidad a Brasil” se
rescribirá “D E”. Similarmente, si representamos “Argentina exporta software” con la
letra D y “Argentina exporta tecnología informática” con la C, expresaremos el
enunciado “Si Argentina exporta software, entonces exporta tecnología informática”
mediante “D → C”, etc.
y luego
(2) (Buenos Aires está próximo al Ecuador (¬ Buenos Aires está sobre el
Río de la Plata))
Finalmente, se tendrá
(3) (Buenos Aires está en Colombia → (Buenos Aires está próximo al
Ecuador (¬ Buenos Aires está sobre el Río de la Plata)))
Los tres pasos muestran la manera en que los enunciados se van componiendo hasta
llegar a la premisa que se deseaba representar. El enunciado (3) refleja de manera
precisa la lectura lógica del enunciado original en castellano.
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(3’) ( A →( B (¬ C) ) )
Por cuestiones prácticas, se pueden obviar los paréntesis externos, dándolos por
sobreentendidos, sin que esto cree problema alguno en su lectura e interpretación. Lo
mismo puede hacerse con los paréntesis que encierran una negación, que es una
conectiva unaria.
El esquema destaca con precisión cuál es la estructura del enunciado respecto de las
conectivas, esta será su estructura lógica. La posibilidad de representar estas
estructuras será muy importante en la unidad 3, cuando se pretenda llegar a una
definición satisfactoria de validez.
4.01 Introducción
Supóngase una hoja en blanco como el espacio donde están todos los enunciados
que se pueden afirmar como verdaderos; esto queda representado en el gráfico:
Sócrates es mortal
Platón es filósofo
___
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Aquello que en la hoja queda representado puede expresarse como “Hay algo ”. Dicho
de otro modo, en términos lógicamente más apropiados, el universo del que habla todo
enunciado que pueda aparecer (es decir, pueda estar inscripto) en la hoja de
aseveración no es vacío. A este universo o dominio de objetos se lo llama universo de
discurso. Si además se inscribe una expresión predicativa cualquiera en uno de los
extremos de la línea de identidad, se asevera que esa expresión se aplica a algo en el
universo de discurso. Por ejemplo, dado el predicado “es filósofo”, se tiene el gráfico
___es filósofo
Con esto se está afirmando: “Algo es filósofo” o “Existe un filósofo”. Así, queda
expuesta gráficamente un concepto lógico: la cuantificación existencial.
Ahora bien, imagínese que se hace un corte, con una tijera o un cortante, en la
hoja dando lugar a un agujero en ella, tal como se ve en el gráfico siguiente:
Cualquier cosa que se “inscriba” dentro de ese corte en la hoja, no estará aseverado,
o, mejor, no está en el espacio de los enunciados verdaderos pudiéndose entender
como una representación de otro concepto lógico: la negación de un enunciado y no
podrá por ello ser verdadero. De aquí, por el principio de bivalencia, el enunciado será
falso. Así, dado un enunciado A cualquiera, se tiene el gráfico.
A
Los enunciados que están en el alcance del corte están fuera de la hoja de
aseveración. La negación de un enunciado es, claramente, un enunciado, de mayor
complejidad.
A B A B A
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Este gráfico expresa algo muy diferente, pues se afirma en la hoja de aseveración que
existe algo de lo cual no se predica P; es la afirmación de una cuantificación
existencial. Finalmente, si a su vez, este enunciado pasa a caer dentro de un corte,
resulta otro enunciado distinto más complejo, cuya estructura se refleja en el gráfico
Y que niega que haya algo de lo que P no se predique. En otras palabras, P se predica
de todo objeto. Esto se dice en el lenguaje ordinario como “Todo es P”. Aquí se
representa la estructura de un importante concepto lógico: la cuantificación universal.
Aseverar que no hay algo a lo que no se aplique un predicado equivale a decir que ese
predicado se aplica a todo individuo del universo de discurso. Nótese que este
concepto implica dos cortes uno dentro del otro, “encajonados”, por así decirlo.
Otro concepto lógico fundamental resulta de aplicarse a pares de enunciados; es
un concepto diádico, como la conjunción, pero con una estructura más compleja que
incluye cortes “encajonados” también. Comencemos con la siguiente idea: Si un
enunciado queda dentro de un corte, el cual está rodeado de un corte, el resultado
equivale a inscribir simplemente el enunciado. Esto quiere decir que, desde el punto
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de vista lógico, es equivalente decir “no se da que no B” y decir “B”. De este modo,
puede determinarse (sin tener todavía una demostración en sentido estricto) que los
siguientes dos diagramas exhiben una equivalencia lógica (la que, prima facie, parece
bastante razonable):
B
B
El segundo corte, que está adentro del primero, hace que el enunciado vuelva a estar
directamente sobre la hoja de aseveración; lo que queda recortado (fuera de la hoja de
aseveración) es una especie de anillo (que está vacío), y el enunciado B está sobre la
hoja de aseveración. Eliminar ese anillo no modificaría en nada la aseveración de B.
Así queda exhibido en diagramas lo que se conoce como principio de doble negación.
Ahora bien, ¿qué sucede si inscribimos en el gráfico de la izquierda (que tiene dos
cortes) un enunciado cualquiera A entre ambos cortes? Por de pronto, el gráfico
correspondiente sería el siguiente:
A B
Nótese que, de un lado, A no está aseverado en la hoja, sino que está dentro del
alcance del primer corte (está dentro del “anillo” recién mencionado). De otro lado, B
ya no es totalmente independiente, sino que está vinculado con A por las operaciones
hechas al inscribir los dos cortes. ¿Tiene algún sentido este gráfico? Basta con tener
las ideas de corte y de ver enunciados aseverados conjuntamente en la hoja para
aclarar la situación: El gráfico exhibe el enunciado compuesto por la negación de que
A se dé conjuntamente con la negación de B. En otras palabras, el gráfico muestra el
caso de que no se da conjuntamente A y no B, o sea: No se da que A y no B. Esto
equivale a A y no B no puede aseverarse conjuntamente. Por lo tanto, si se llega a dar
el caso de A, entonces se da el caso de B. El diagrama exhibe el resultado de una
operación resultante de dos cortes efectuados de un modo peculiar: Ni A ni B son
afirmados directamente sobre la hoja de aseveración; ambos quedan fuera de la hoja,
pero de una manera peculiar. Lo que queda aquí es la estructura o esquema
representado gráficamente como:
En este gráfico aparecen un corte exterior y un corte interior. Aquello que esté inscripto
en el corte exterior funcionará como una condición o supuesto y lo que está inscripto
adentro del corte interior será lo condicionado o lo que depende del supuesto. El corte
exterior abre la posibilidad de introducir supuestos en nuestro discurso, que son
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4.2. Conjunción
El caso de la conjunción puede presentarse en los siguientes términos: el hecho de
que una conjunción sea verdadera significa que ambos miembros de la conjunción son
verdaderos. Así, “Laura estudia Administración y Damián estudia Educación” es
verdadero cuando y únicamente en el caso de que sean verdaderos los dos
enunciados “Laura estudia Administración” y “Damián estudia Educación”. En otras
palabras, A B es verdadero si y sólo si tanto A como B son verdaderos. Si uno de los
dos es falso, la conjunción no podrá ser verdadera.
4.3. Disyunción
La disyunción puede entenderse del siguiente modo: una disyunción es verdadera
cuando y únicamente cuando alguno de los dos miembros de la disyunción es
verdadero. Nuevamente, se advierte la indeterminación que expresa la disyunción. De
aquí, si un enunciado A B es verdadero, entonces A es verdadero o B es verdadero,
pero no puede determinarse cuál de los dos casos se da. Así, si es verdadero el
enunciado “Damián estudia Administración o estudia Educación”, es verdadero
“Damián estudia Administración” o es verdadero “Damián estudia Educación”, pero no
se sabe cuál de las dos alternativas se da (incluso podrían darse conjuntamente). Lo
que no puede ocurrir si aquella disyunción es verdadera, es que ambos miembros
sean falsos. Esta posibilidad queda excluida.
4.4. Negación
Una negación es verdadera si y sólo si el enunciado afectado por la negación es falso.
Así, rotular el enunciado “Laura no estudia Educación” como verdadero equivale a
decir que el enunciado “Laura estudia Educación” es falso. Entonces, afirmar “¬A es
verdadero” es lo mismo que indicar “A es falso”.
4.5. Condicional
El condicional requiere alguna reflexión preliminar. La verdad del enunciado “Si Laura
estudia Administración, entonces Laura es estudiante universitaria” debe interpretarse
en el sentido de que nunca puede ser verdadero su antecedente “Laura estudia
administración” y falso el consecuente “Laura es estudiante universitaria”. O sea, un
condicional es falso si y sólo si el antecedente es verdadero y el consecuente falso. En
signos: A → B es falso, si A es verdadero y B falso. En los restantes casos el
condicional no será falso, de modo que, por el principio de bivalencia, A → B deberá
ser verdadero. Esto lleva a situaciones paradójicas como las siguientes:
Así, el enunciado “Si Buenos Aires está en Colombia, entonces Buenos Aires tiene
clima templado húmedo” es, en la situación actual, verdadero. Este es el sentido usual
que tiene el condicional en lógica, llamado “condicional material”, que no cubre todos
los usos del condicional propios del lenguaje cotidiano. No obstante, debe quedar claro
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que la interpretación básica del condicional lleva a considerar falso un condicional con
antecedente verdadero y consecuente falso. Por lo tanto, un condicional que tenga
antecedente verdadero, deberá tener consecuente también verdadero, si el
condicional es verdadero. En signos: si A → B es verdadero y A es verdadero,
entonces B es verdadero.
4.6. Bicondicional
El bicondicional es la conjunción de dos condicionales: un condicional y la conversión
de antecedente y consecuente en el mismo. En signos: (A B) es la conjunción de (A
→ B) y (B → A). Así pues, sus condiciones de verdad resultan de combinar las
condiciones de verdad del condicional y la conjunción. De aquí se sigue que un
bicondicional es verdadero si sus dos enunciados componentes tienen el mismo valor
de verdad.
Si se representa los valores de verdad verdadero y falso con las letras v y f, se pueden
presentar las condiciones de verdad para las conectivas en la forma de una tabla o
matriz, tal como sigue
v v f v v v v
f v v f v v f
v f f f v f f
f f v f f v v
(1) Para que una conjunción sea falsa es suficiente que uno de sus miembros
sea falso.
(2) Para que una disyunción sea verdadera basta con que uno de sus
miembros sea verdadero.
(3) Para que un condicional sea verdadero es suficiente que el antecedente sea
falso o el consecuente verdadero.
Si Tagore nació en Calcuta, entonces hablaba bengalí, pero esta lengua está
emparentada con el hindi o con el punjabí.
(Tagore nació en Calcuta → Tagore hablaba bengalí) (la lengua bengalí está
emparentada con el hindi la lengua bengalí está emparentada con el punjabí).
(A → (B (¬ C))
(D → (¬ C))
C
(¬ (A D))
Esta simbolización mediante la notación lógica nos permite destacar las conectivas y
concentrarnos en la estructura lógica del razonamiento. Lo que se obtiene es la
representación lógica del razonamiento original formulado en castellano en los que se
llama lenguaje de enunciados o proposicional.
Código de simbolización:
A: Malinzin era intérprete de Hernán Cortés
B: Malinzin hablaba castellano
C: Malinzin hablaba náhuatl
D: Malinzin hablaba quiché
(A → (B (C D)))
(A (D))
(B C)
Código:
A: el japonés está emparentado con el coreano.
B: el japonés pertenece a la familia lingüística del chino clásico
C: el japonés está vinculado con el tibetano.
Simbolización
(A → (B))
((B) → (C))
(A → (C))
5. Cuantificadores
Las palabras “todos” (tal como sus sinónimos: “cualquier”, “cada”, etc.) y “alguno” (así
como sus sinónimos: “existe al menos uno”, “hay”, etc.) se llaman “cuantificadores” y
son expresiones lógicas, del mismo modo que las conectivas. Pero tienen
características distintas. Cuando en un enunciado se dice “todos los ...” o “algún ...” se
hace referencia a una cantidad no precisada de objetos o individuos de cierto tipo. Por
lo tanto, se presupone que hay un cierto conjunto de cosas (las de ese tipo, cualquiera
sea). En el lenguaje técnico de la lógica se denomina “universo de discurso” o
“dominio de cuantificación” a ese conjunto, e “individuos” a las cosas que lo integran.
Así, cuando nos referimos a una cantidad de entidades de un dominio sin indicar
cuántos son ni enumerarlos, sino empleando las expresiones “todos los ...” o “algún
...”, estamos cuantificando con respecto a los individuos de ese dominio o universo.
Para aclarar estas ideas, tómese el ejemplo siguiente.
Todo es perecedero
Aquí se está expresando que cualquiera sea la entidad que se considere, esa entidad
es perecedera. El enunciado hace una afirmación acerca de todo lo que hay.
Sencillamente llamamos “dominio de cuantificación” a ese conjunto universal integrado
por todo lo que hay. En cambio, mediante el enunciado
Algo es perecedero
se indica que hay alguna entidad que es perecedera. Así, el enunciado hace una
afirmación acerca de al menos un objeto del dominio de cuantificación. Una vez más,
las palabras “todo” y “algo” presuponen un conjunto de entidades (a las que llamamos
“individuos”) al cual se aplican estas expresiones lógicas.
El razonamiento va de una afirmación referida a todos los objetos del dominio a otra
afirmación acerca de un caso particular, el de Chipre. En la premisa se está queriendo
decir: “Cualquier cosa (del dominio) tiene gobierno autónomo”. La expresión “todo”
cuantifica sobre el dominio y por ello es un cuantificador. Esas cosas o individuos del
dominio no están necesariamente especificados: no se indica cuáles son o que
características tienen, sino que se supone únicamente que son elementos del dominio
de cuantificación. Al hablar de “individuo del dominio” se hace un uso implícito de
variables para las entidades del dominio, que podemos representar (como es habitual
en matemática) mediante las letras x, y o z. Así resulta que la premisa del
razonamiento se reescribe como
Es decir, las frases lógicas son “para todo x”, “cada x”, “cualquier x”, etc.
En el caso de los cuantificadores, del mismo modo que ocurría con las conectivas, se
emplearán signos especiales, que reemplazarán en la notación lógica a frases del
castellano como “para todo x”, “cualquier x” y otros sinónimos, regimentando el uso de
estas expresiones. En el caso de la cuantificación universal el signo especial será “x”
(llamado “cuantificador universal”). De este modo, la premisa del razonamiento visto
en 3.3.3 se escribirá del siguiente modo:
x ( x tiene gobierno autónomo)
Usando los signos lógicos respectivos, se puede representar este enunciado como
(1b) x y ( x ama a y )
menos un elemento del conjunto (puede ser él mismo, puede ser otro, o muchos otros)
tal que aquel (el cualquiera, cada uno) ama a este (alguno).
Un ejemplo adicional, referido a un dominio mucho más general es:
(2) Algo es causa de todo
Se advierte que en ambos ejemplos se usan diferentes variables. Cada variable está
ligada a un cuantificador distinto, y es para evitar confusiones que se emplean
diferentes letras para las variables de individuo. Esto es lo que se llama “cuantificación
múltiple”.
Si empleamos los signos para cuantificadores, el razonamiento
se representa así
x y ( x ama a y )
y ( Laura ama a y )
Nótese las diferencias con la formulación en castellano, sobre todo en el orden de las
palabras
para referirse a elementos del dominio: funcionan como nombres. (En la gramática del
castellano, los tres integran la categoría de sustantivos propios, pero eso no es
importante aquí, sino más bien cada uno de ellos designa algún individuo del dominio).
La forma que tienen de referirse a un individuo está determinada, es siempre la misma
(nombran siempre al mismo individuo), es constante. Por eso, estas palabras son
casos en castellano de lo que llamaremos “constantes de individuo”. En el enunciado
(a) se atribuye a Puán ser cabecera de partido, en (b) a Chipre tener un gobierno
autónomo, y en (c) se atribuye a Holanda ser una monarquía. En otros términos, en (a)
se afirma de la ciudad que “Puán” nombra, que es cabecera de partido: en (b) se dice
del país que “Chipre” designa, que tiene un gobierno autónomo; finalmente, en (c) se
asevera del país al que la palabra “Holanda” se refiere, que es una monarquía. Una
forma equivalente es decir que en (a) ser cabecera de partido se predica de Puán, en
(b) tener un gobierno autónomo se predica de Chipre, y en (c) ser monarquía se
predica de Holanda.
Así, se dirá, en general, en la terminología técnica de la lógica, que de los individuos
se predica algo. Hay expresiones que sirven para predicar de los individuos, como “es
una monarquía”, “tener gobierno autónomo”, “ser cabecera de partido”, “ser oficina de
correos de”. Otros ejemplos de predicados son “ser argentino”, “ser mujer”, “ser
número primo”, “ser más alto que”, etc. Por este motivo se habla de un lenguaje de
predicados cuando se incluyen cuantificadores
Obsérvese que la introducción de los cuantificadores como constantes lógicas nos ha
conducido a un análisis de los enunciados que considerábamos atómicos. En el caso
de las conectivas, no importaba cómo era un enunciado atómico; era, justamente, la
unidad última a partir de la cual se construían los enunciados con conectivas
(enunciados moleculares). Ahora la situación es distinta. Para expresar
adecuadamente enunciados que incluyen cuantificadores, debemos distinguir en el
enunciado qué es individuo y qué es un predicado.
Ahora bien, los predicados “es una monarquía”, “es argentino”, “es metal” se atribuyen
a sólo un individuo por vez. Así, se predica “es una monarquía” de España, “es
argentino” de Diego Maradona y “es metal” del hierro. Una situación diferente es la de
predicados como “ama a”, “está al sur de”, “es estudiante de”, “es más extenso que”,
etc. En estos casos, asignamos el predicado a dos individuos (o a un par de
individuos) en cada oportunidad. El predicado “ama a” se atribuye, por ejemplo, a
Laura y Damián, obteniéndose el enunciado “Laura ama a Damián”; el predicado “está
al sur de” se aplica a La Plata y Buenos Aires, para formular el enunciado “La Plata
está al sur de Buenos Aires”; el predicado “ser estudiante de” se predica de Laura y la
Carrera de Comunicación, dando lugar al enunciado “Laura es estudiante de la
Carrera de Comunicación”; el predicado “es más extenso que” vincula a Brasil y
Uruguay, diciéndose entonces “Brasil es más extenso que Uruguay”. En el grupo de
ejemplos, empleamos predicados de grado uno o monádicos; en el segundo usamos
predicados de grado dos o diádicos.
Continuando esta idea, tómese el predicado “está entre ... y ...”, y piénsese en un
contexto en el que se habla de las edades de la historia, por ejemplo, La Edad
Antigua, La Edad Media y La Edad Moderna. Puede formularse, entonces, el
enunciado “La Edad Media está entre La Edad Antigua y La Edad Moderna. Otro caso
es el de “regala ... a ..”, con el que es posible construir el enunciado “Laura regala el
último CD de Robby Williams a Damián”. Análogamente, el predicado “traduce a ...
al...”, que permite formar el enunciado “Damián traduce a Shakespeare al castellano”.
En estos tres ejemplos empleamos predicados de grado tres o triádicos. Por supuesto,
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Del mismo modo que sucedía en el caso de las conectivas, se pueden simbolizar
predicados y constantes de individuo. Se logra, así, destacar la estructura puramente
lógica de un enunciado, un conjunto de enunciados o un razonamiento, por medio de
letras para predicados y constantes de individuo. Para los predicados vamos a usar las
letras mayúsculas P, Q, R, S, T, etc., y para las constantes de individuo las letras
minúsculas, a, b, c, d, e, etc. Nótese que, para simbolizar predicados empleamos
letras mayúsculas del alfabeto latino diferentes de las usadas para simbolizar
enunciados. Las letras para constantes de individuos pueden considerarse como
meras etiquetas para indicar individuos del dominio. Ambos tipos de signos sirven para
representar los aspectos de los enunciados que no son lógicos, y por ello no son
signos lógicos, sino signos descriptivos. Su uso se entenderá mejor al ver ejemplos
concretos. Veamos cómo se representan los razonamientos de las secciones 3.1. y
siguientes.
Aquí el predicado es “x tiene gobierno autónomo”, que puede simbolizarse como “Px”,
y al nombre “Chipre” le asignaremos la constante de individuo “c”. Siguiendo la idea
vista en la sección 2.4.1 en relación con las conectivas, conviene establecer aquí
también un código de simbolización, pero ahora relativa a predicados y constantes de
individuo, que en este caso sería:
Px: x tiene gobierno autónomo
c: Chipre
El razonamiento queda simbolizado así:
x Px
Pc
Qa
z Qz
xy Rxy
y Rby
7.1. Introducción
El problema general de caracterizar las constantes lógicas se aplica también al caso
de los cuantificadores. Como las conectivas, los cuantificadores se emplean en
contextos en los que se hacen inferencias deductivas. Los usamos cuando queremos
hacer deducciones, extraer conclusiones, encontrar una inconsistencia. Los signos
especiales que se han introducido para los cuantificadores regimentan o normalizan
las expresiones que se usan en cualquier lengua histórica para expresar ciertos
conceptos lógicos. De este modo, son tratados, tal como sucedía con las conectivas,
con total independencia del idioma en el que se están usando. Los signos especiales
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introducidos para los cuantificadores tienen un significado implícito en nuestro uso del
lenguaje cotidiano, que ahora debe hacerse explícito: debemos desarrollar, aunque
sea aproximadamente, las características de los cuantificadores, que hemos
destacado por medio de los signos especiales.
Este análisis se hará sobre la misma base que en el caso ya visto de las conectivas.
Se tendrá, así, que una forma de fijar qué entendemos por un cuantificador consiste en
determinar las condiciones que hacen verdaderos o falsos enunciados en los que
estos aparecen. A diferencia del caso de las conectivas, será necesario considerar,
además, la idea de un dominio de cuantificación. También haremos otra suposición
vinculada con el principio de bivalencia: en los ejemplos que vamos a considerar,
todas las constantes de individuo se refieren a un individuo o entidad en particular.
Asumiremos, además, que para todo individuo del dominio de cuantificación hay una
constante que sirve para nombrarlo. Se ofrece a continuación las condiciones de
verdad para cada uno de los cuantificadores.
x Px
Pa Pb Pc ...
x Px
Pa Pb Pc ...
Claro que, como estas cadenas pueden ser infinitas, es imposible tratarlas
análogamente a la conjunción y disyunción tales como las hemos presentado. Así, por
ejemplo, no es podemos elaborar tablas para los cuantificadores similares a las
empleadas en el caso de las conectivas.
negación: ¬
conjunción:
CONECTIVAS: disyunción:
condicional: →
PARA bicondicional:
CONSTANTES
LÓGICAS: universal: x
SIGNOS CUANTIFICADORES: existencial: x
LÓGICOS
PARA
VARIABLES DE INDIVIDUO: x, y, z, etc.
.
PARA
PREDICADOS: P, Q, R, S, T, etc.
SIGNOS
NO LÓGICOS PARA
CONSTANTES DE INDIVIDUO: a, b, c, etc.
PARÉNTESIS: (, )
y la conclusión es:
Nótese que en esta simbolización de la conclusión hay una conjunción que no está
expresada de manera explícita en su formulación en castellano.
Véase el siguiente ejemplo de razonamiento, que suele aparecer en todos los
manuales de lógica:
Así, la estructura lógica del enunciado “Todos los hombres son mortales” contiene no
sólo el cuantificador universal, sino también un condicional.
Si se emplean letras para predicados y constantes de individuo, se puede formular el
código:
x (Qx→ Px)
Qa
Pa
Si empleamos el código:
Obsérvese el empleo de los paréntesis tanto para agrupar enunciados con conectivas
como para indicar el alcance de los cuantificadores.
Estos dos razonamientos formulados en la notación lógica son ejemplos del lenguaje
de predicados o cuantificacional.
Los paréntesis sirven para indicar también el alcance del cuantificador, es decir, hasta
dónde, en el enunciado, abarca el cuantificador. Todas las veces que figure dentro de
los paréntesis la misma variable de individuo que aparece en el cuantificador se
considerará que ésta está dentro del alcance del cuantificador. Esto está ligado con la
aparición de variables y requiere una mayor aclaración posterior a través de los
ejemplos. En el esquema de enunciado
z Pz → y (Tzy Sy)
Este enunciado es verdadero si nunca puede darse que “Pa” sea verdadero y “Qa”
falso, “Pb” sea verdadero y “Qb” falso, “Pc” sea verdadero y “Qc” falso, y así siguiendo
con todas las constantes de individuo.
1.
Todo evoluciona Algo evoluciona
x (x evoluciona) x Px x (x evoluciona) x Px
2.
Nada evoluciona Algo no evoluciona
x ((x evoluciona) ) x (Px) x (x evoluciona) x (Px)
3.
Si Cuauhtémoc era azteca, entonces no todos los aztecas eran cobardes o supersticiosos.
en lenguaje regimentado
Código:
Px: x es azteca
Qx x es cobarde
Rx: x es supersticioso
a: Cuauhtémoc
Simbolización:
Pa → x (Px → ( Qx Rx) )
4.
Ningún azteca era cobarde; sin embargo algunos de ellos eran supersticiosos y
Moctezuma era supersticioso.
Código:
Px: x es azteca
Qx x es cobarde
Rx: x es supersticioso
a: Moctezuma
z (Pz → Qz) ( z ( Pz Rz ) Ra )
5. Los alanos y los cimbrios eran germanos. En consecuencia, los cimbrios no eran
musulmanes y los alanos tampoco; pues ningún germano era musulmán.
Código:
Px: x es alano
Qx: x es cimbrio
Rx: x es germano
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Sx: x es musulmán
x ( (Px Qx ) → Rx ) x ( (Px Qx ) → Rx )
x (Rx → ( Sx) ) x (Rx → ( Sx ))
x (Qx → ( Sx)) x (Px → ( Sx)) x ( (Px Qx ) → ( Sx))
z ( (Pz Qz ) → Rz ) x ( (Px Qx ) → Rx )
y (Ry → ( Sy) ) x (Rx → ( Sx) )
x (Qx → ( Sx)) x (Px → ( Sx)) z ( (Pz Qz ) → ( Sz))
6. Hay funcionarios que no son honestos. Ya que no todos los jueces son
imparciales. Sin embargo, cualquiera de ellos es un funcionario. Además, ningún
juez que no sea imparcial es honesto.
Código:
Px: x es juez
Qx: x es imparcial
Rx: x es funcionario
Sx: x es honesto
Simbolización
x (Px → Qx)
y (Py → Ry)
x ( (Px Qx) → ( Sx))
z (Rz ( Sz))
Supóngase, tal como sucedía en casos anteriores, que se está hablando de los países
del mundo y considérese los siguientes enunciados:
1. Suiza es montañosa.
2. Finlandia es boscosa.
3. Suiza está al sur de Finlandia y Finlandia no está al sur de Portugal.
4. Si Suiza es montañosa, entonces algo (del dominio considerado) es montañoso.
1. Pa
2. Qb
3. Rab ¬Rbc
4. Pa → x Px
Como en los casos de las secciones precedentes, se advierte que los signos no
lógicos, predicados y constantes de individuo, cumplen también una función
semántica. Ellos marcan categorías semánticas que son presupuestas en la lógica y
que hace que los enunciados atómicos posean una estructura, en términos de
individuos del dominio y de lo que se predica de ellos.
Una primera idea intuitiva es que los predicados monádicos expresan propiedades de
objetos del dominio y los poliádicos expresan relaciones entre ellos. Esto merece
alguna aclaración. En el contexto de nuestra representación, decimos cosas acerca de
las entidades del dominio; esto es, predicamos acerca de ellas, y al hacerlo, puede
decirse, les adscribimos determinadas propiedades y afirmamos que entre ellas
median determinadas relaciones.
Tómese nuevamente, a título de ilustración, los países del mundo como el dominio de
objetos al que nos referimos. Estos países pueden ser montañosos, boscosos, pueden
tener salida al mar, etc. (es decir, pueden tener propiedades). También puede darse
que un país tenga más habitantes que otro, sea más pequeño que otro, se encuentre
al norte de otro (relaciones entre dos países), o dados tres países puede darse que
uno de ellos limite con los otros dos (relaciones entre tres países), etc.
De este modo, la representación se organiza en torno de objetos (individuos),
propiedades, relaciones. A los individuos se hará referencia mediante las constantes
de individuo y todo lo que se diga de los individuos se expresará mediante predicados.
Esto se puede resumir en el siguiente cuadro:
NOMBRE PREDICADO
│ /
DESIGNACION │ / PREDICACION
│ /
│ /
│ /
INDIVIDUO
Esta simbolización es más rica y compleja en cuanto a su contenido extra lógico, pero
los signos lógicos que aparecen son los mismos que en las anteriores simbolizaciones,
y están combinados del mismo modo. Por eso, las tres representaciones de este
razonamiento tienen idéntica estructura o forma lógica.
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o bien: o bien:
x(x es fábrica→y(x contamina y)) x(x es fábrica y(y es río x contamina y))
x (Px → y (Qxy) ) x ( Px y( Ry Qxy) )
o bien: o bien
3.
Toda fábrica contamina algún río
4.
Hay fábricas que contaminan todos los ríos
5.
Ninguna fábrica contamina todos los ríos
6.
Todo ciudadano elige diputados y senadores.
Código:
x ( Px → ( y Qxy z Rxz) )
8.
El Rig Veda fue escrito en la lengua sánscrito. De modo que el sánscrito es una
lengua sagrada. Pues la lengua en que está escrito cualquier texto sagrado es
sagrada; y el Rig Veda es un texto sagrado.
Código:
Pxy: x está escrito en lengua y
Qx: x es texto sagrado
Rx: x es lengua sagrada
a: el Rig Veda
b: el sánscrito