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Lógica - FCE
APUNTE
LA NOTACION LÓGICA
0. Preliminares
(0.1) un signo es cualquier cosa que indica o refiere a otra para quien interpreta el
signo.
Esto quiere decir que el signo resulta de un proceso semiótico que involucra a tres
elementos: (1) el objeto mismo que es signo (el “signo vehículo”, o “signo objeto” (2)
aquello a lo que el signo se refiere, la designación, que usualmente es un objeto
diferente del signo vehículo, y (3) aquello que interpreta al signo como signo del objeto
designado: el interpretante, que implica un sistema de interpretación. El siguiente
diagrama visualiza esta relación entre los tres aspectos de todo signo.
SIGNO - VEHICULO
DESIGNADO INTERPRETANTE
Como ejemplo, piénsese en un caso concreto de código QR: las marcas dentro del
cuadrado son el signo vehículo, que mediante un lector óptico (la cámara del celular)
designa, hace referencia a, otro objeto (una imagen, un texto, etc.) que se interpreta
como el menú de un restaurante. (Es cierto que en este ejemplo la interpretación es
compleja pues requiere el lector óptico que nos lleva a otro signo objeto.)
Además de este ejemplo, estos tres elementos que integran el proceso
semiótico (signo vehículo, designado e interpretante) aparecen en cualquier sistema
de signos: el semáforo que se usa para organizar el tránsito, las figuras geométricas,
los símbolos químicos, los diagramas de flujo, los emoticones, el lenguaje ordinario,
que son todos sistemas de signos.
La lógica simbólica construye un sistema de signos especial, la notación lógica,
con el fin de representar la estructura de la relación de inferencia. En estos sistemas,
signos más simples se organizarán para obtener signos más complejos (esto es lo que
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Sin duda se ha percibido que nos estamos ocupando de signos y sistemas de signos.
El objeto de estudio de la lógica, puede afirmarse no sin cierta audacia, está en el
plano semiótico. Para referirnos a los signos y sus características necesitamos hacerlo
desde otro sistema de signos: el lenguaje cotidiano, expresado a través de algunas de
las lenguas históricas (el castellano en nuestro caso) con el eventual añadido de
signos especiales. En otras palabras, hablamos de sistemas de signos por medio de
(usando) otros sistemas de signos. Es costumbre denominar metalenguaje al sistema
de signos que usamos para describir a aquel sistema de signos del que nos
ocupamos, el cual recibe el nombre de lenguaje objeto (el lenguaje que es nuestro
objeto de estudio). Esta distinción entre lenguaje objeto y metalenguaje puede dar la
impresión de dificultad. En todo caso, aquí basta hacer unas consideraciones muy
básicas (al menos por ahora).
Para dar un ejemplo sencillo, pensemos en una gramática del inglés escrita en
castellano. Nuestro objeto de estudio es la lengua inglesa, o sea, es el lenguaje objeto,
mientras que el castellano se emplea para hacer referencia al inglés, por lo que
funciona como metalenguaje. Lo que sucede es que en el metalenguaje vamos a
necesitar nombres, o sea, signos del metalenguaje para designar signos del lenguaje
objeto. Un recurso muy usual en la escritura es utilizar comillas simples o dobles (da lo
mismo aquí). Por, escribimos: “All human beings are mortal” es un enunciado en inglés
cuyo verbo está en tiempo presente. En esta afirmación no hacemos referencia en
castellano a los seres humanos o a los mortales, sino a un enunciado (tipo) en inglés
(el que está entre las comillas dobles). Al entrecomillarlo convertimos a toda la
expresión incluyendo las comillas en nombre (o designador) de la expresión que está
dentro de las comillas.
Otro ejemplo es el siguiente. En
Se habla del objeto físico que es la luna y se niega de ese objeto que tenga atmósfera.
En cambio, en
Se habla de la designación que tiene el signo “La luna”. Nótese que en este ejemplo el
castellano funciona tanto como el lenguaje objeto y como el metalenguaje; pero las
comillas nos permiten hacer la distinción. También sucederá que usaremos signos
específicos como designadores. Por ejemplo, podemos convenir que “a” designe al
nombre “la luna”, y entonces el enunciado anterior puede escribirse como
Una distinción que se tomará en cuenta es la que se hace entre Tipo (type en inglés)
de un signo y Caso (token en inglés). Para decirlo rápidamente es la distinción entre
una clase general de signo en general y sus instancias concretas particulares. La
mejor manera de explicar esta distinción es a través de ejemplos. El numeral (signo de
número) “505” contiene tres casos de signos concretos: una aparición del signo tipo “0”
y dos apariciones del signo tipo “5”. Otro ejemplo aparece en el enunciado “Todos los
argentinos son argentinos”, en el que el signo “argentinos” aparece con dos casos
distintos. Finalmente, en el postulado de conmutatividad de la suma “x+y = y+x”, los
signos tipo “x” e “y” aparecen dos veces, y lo mismo ocurre con el signo tipo “+” de
suma. En esa ecuación hay siete casos de signo, pero únicamente cuatro signos tipo.
La distinción se vuelve indispensable en el desarrollo y aplicación de la notación lógica
y sistemas de deducción.
2. Conectivas
2.1. La negación
Considérese el razonamiento
A partir de suponer que Mar del Plata está a orillas del Mediterráneo, se sigue
que Mar del Plata está en el hemisferio Norte.
Pero Mar del Plata está en el hemisferio Sur.
No es cierto que Mar del Plata esté a orillas del Mediterráneo
Su conclusión dice
No es cierto que Mar del Plata esté a orillas del Mediterráneo.
La frase “no es cierto que” está expresando la negación. Emplear la palabra “no” es
la forma estándar para negar que se dé un hecho o situación determinada.
En castellano tenemos otras formas sinónimas, tales como:
Mar del Plata no está a orillas del Mediterráneo,
No se da que Mar del Plata esté a orillas del Mediterráneo
2.2. La conjunción
de vista lógico, lo importante es que estas expresiones indican que dos hechos se dan
conjuntamente.
2.3 La disyunción
2.4. El condicional
Préstese atención al razonamiento
expresiones que designan otros números. Así, “256” se refiere al número que se
designa en castellano con la frase “doscientos cincuenta y seis”, y está claro que este
número es diferente de nombrado con el numeral “562”, pese a contener los mismos
dígitos.
Piénsese ahora en los símbolos para las operaciones aritméticas de suma y de
resta “+” y “-”, que expresan lo mismo que las palabras “más” y “menos”, eliminando
sus ambigüedades y dándole un carácter universal: compárese la expresión numérica
“7+5” con la frase “siete más cinco”. Mientras que la segunda requiere comprender la
lengua castellana, la primera únicamente exige conocimiento de la simbología
aritmética, conocimiento que posee cualquier persona que conozca aritmética,
independientemente de la lengua histórica que hable. El uso de símbolos, además de
ofrecer ventajas visuales, permite alcanzar un nivel de abstracción mayor. Fácilmente,
pueden introducirse variables para los individuos del dominio en consideración (es
decir, expresiones que sirven para referirse de manera indeterminada a cualquier
elemento de un cierto conjunto) y así expresar generalidades, como la propiedad
conmutativa de la suma: “x + y = y + x”, que es mucho más engorroso y complicado de
formular en palabras del castellano (u otra lengua histórica).
El ejemplo de los numerales y el de los símbolos de operaciones aritméticas
muestran lo que puede denominarse un lenguaje técnico (o simbología técnica), que
aparece en el contexto de una lengua histórica (tómese, por ejemplo, cualquier manual
de álgebra escrito en castellano). Otro caso muy conocido es el de los símbolos para
los elementos de la tabla periódica (“H” para el hidrógeno, “Fe” para el hierro, etc.) y la
manera de hacer referencia a otras sustancias empleando combinaciones de los
mismos (como “H2O” para el agua). Lo característico de este lenguaje técnico es que
es específico de una disciplina o un área del conocimiento y lo emplean los expertos
en ella. Estos simbolismos especiales tienen un carácter convencional, es decir
resultan de una cierta decisión o acuerdo entre los que trabajan en la disciplina
concreta (álgebra, química o lógica). Se toman decisiones acerca de los símbolos a
emplear y la manera de componerlos.
Se pueden resumir las ventajas de introducir signos especiales para las
expresiones específicas de una disciplina en los siguientes tres puntos:
Se entiende que este enunciado afirma “Mar del Plata no está a orillas del
Mediterráneo”, o cualquiera de sus expresiones sinónimas.
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que quiere decir: “Si Argentina exporta software, entonces exporta tecnología
informática”, o cualquiera de sus sinónimos.
Introducimos una nueva conectiva que se define por medio del condicional y la
conjunción, que es el bicondicional. Se lo expresa de manera estándar en castellano
empleando la frase “si y sólo si”. Considérese el ejemplo:
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Resulta evidente que este enunciado puede inferirse de los dos enunciados
siguientes tomados conjuntamente:
Asimismo, de (1) se infieren deductivamente (1a) y (1b). El enunciado (1) dirá, por
lo tanto, lo mismo que el enunciado
Los tres pasos muestran la manera en que los enunciados se van componiendo
hasta llegar a la premisa que se deseaba representar. El enunciado (3) refleja de
manera precisa la lectura lógica del enunciado original en castellano.
A su vez, si representamos “Buenos Aires está en Colombia” con A, “Buenos Aires
está próximo al Ecuador” con B y “Buenos Aires está sobre el Río de la Plata” con C,
se obtiene la expresión:
(3’) (A ( B (¬ C)))
Por cuestiones prácticas, se pueden obviar los paréntesis externos, dándolos por
sobreentendidos, sin que esto cree problema alguno en su lectura e interpretación. Lo
mismo puede hacerse con los paréntesis que encierran una negación, que es una
conectiva unaria.
El esquema destaca con precisión cuál es la estructura del enunciado respecto de
las conectivas, esta será su estructura lógica. La posibilidad de representar estas
estructuras será muy importante en la unidad 3, cuando se pretenda llegar a una
definición satisfactoria de validez.
Los signos especiales que se han introducido para las conectivas y los
cuantificadores regimentan o normalizan las expresiones usadas en cualquier lengua
histórica para expresar conceptos lógicos De este modo, son tratadas con total
independencia del idioma en el que se empleen. Este hecho será de particular
importancia para el estudio de la lógica. Los signos especiales introducidos para las
conectivas y cuantificadores tienen un significado que hasta ahora estuvo implícito en
nuestro uso del lenguaje cotidiano. Pero este significado ahora debe hacerse explícito:
debemos desarrollar, aunque sea aproximadamente, las características de las
conectivas. En la lógica simbólica se han ofrecido diferentes alternativas para ello.
Antes que nada, estas constantes lógicas se emplean en contextos en los que se
hacen inferencias deductivas: las usamos cuando queremos hacer deducciones,
extraer conclusiones, encontrar una inconsistencia. Es por eso que las constantes
lógicas son útiles en relación con la obtención de conocimiento. Así pues, un punto de
partida para estudiar el problema del significado de las constantes lógicas es buscar
una respuesta a la pregunta: ¿qué podemos deducir en forma más directa o inmediata
de un enunciado que contenga una constante lógica determinada? Esta cuestión, a su
vez, sugiere la otra pregunta: ¿en qué circunstancias (o bajo qué condiciones)
podemos deducir un enunciado con una constante lógica determinada?
El significado de las constantes lógicas presenta notorias diferencias con el
significado que se puede asignar a términos individuales o a expresiones predicativas.
Es un problema de nivel u orden. Las constantes lógicas tienen significado únicamente
en el contexto de enunciados; por si mismas, por separado no designan nada
(pertenecen a lo que en la tradición lógica se llamaban expresiones
sincategoremáticas). En este sentido tienen un carácter funcional: enunciados o
predicados (según se trate de conectivas o cuantificadores) son argumentos a los
cuales los signos lógicos se aplican, obteniéndose un valor, o sea, según cómo sean
los argumentos, se obtiene un (único) valor.
A continuación, damos una primera idea, informal y aproximada, de cómo entender el
uso de las conectivas en los razonamientos deductivos. Esto es importante ya aquí
está la base para comprender por qué una forma de razonamiento es válida o no lo es.
Veremos cada caso: negación, conjunción, disyunción y condicional, y nos referiremos
a casos en la práctica deductiva. Esta primera aproximación partirá de una de las
formas de caracterizar lo que es un enunciado en términos del concepto de verdad:
(4.1) Un enunciado es cualquier signo del cual tenga sentido decir que es verdadero o
falso.
(o sea, el enunciado A no designa algo que ocurra. En este caso, es común decir que
el enunciado A es falso. Si afirmamos que “(¬ Buenos Aires es capital de Brasil)” es
porque afirmamos que el enunciado “Buenos Aires es capital de Brasil” es falso. Como
una primera idea, se tiene lo siguiente:
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Esto excluye totalmente, entonces, que de una disyunción pueda deducirse por
separado cada uno de sus miembros. A la vez no puede suceder que de una
disyunción no se deduzca ninguno de sus miembros (aunque quede indeterminado
cuál).
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(AB)
A .
B
5. Código de simbolización
Si Tagore nació en Calcuta, entonces hablaba bengalí, pero esta lengua está
emparentada con el hindi o con el punjabí.
((Tagore nació en Calcuta Tagore hablaba bengalí) (la lengua bengalí está
emparentada con el hindi la lengua bengalí está emparentada con el punjabí)).
Código de simbolización:
A: Malinzin era intérprete de Hernán Cortés
B: Malinzin hablaba castellano
C: Malinzin hablaba náhuatl
D: Malinzin hablaba quiché
(A (B (C D)))
(A (D))
(B C)
Código:
A: el japonés está emparentado con el coreano.
B: el japonés pertenece a la familia lingüística del chino clásico
C: el japonés está vinculado con el tibetano.
Simbolización
(A (B))
((B) (C))
(A (C))
5. Cuantificadores
Las palabras “todos” (tal como sus sinónimos: “cualquier”, “cada”, etc.) y “alguno”
(así como sus sinónimos: “existe al menos uno”, “hay”, etc.) se llaman
“cuantificadores” y son expresiones lógicas, del mismo modo que las conectivas. Pero
tienen características distintas. Cuando en un enunciado se dice “todos los ...” o “algún
...” se hace referencia a una cantidad no precisada de objetos o individuos de cierto
tipo. Por lo tanto, se presupone que hay un cierto conjunto de cosas (las de ese tipo,
cualquiera sea). En el lenguaje técnico de la lógica se denomina “universo de discurso”
o “dominio de cuantificación” a ese conjunto, e “individuos” a las cosas que lo integran.
Así, cuando nos referimos a una cantidad de entidades de un dominio sin indicar
cuántos son ni enumerarlos, sino empleando las expresiones “todos los ...” o “algún
...”, estamos cuantificando con respecto a los individuos de ese dominio o universo.
Para aclarar estas ideas, tómese el ejemplo siguiente.
Todo es perecedero
Aquí se está expresando que cualquiera sea la entidad que se considere, esa entidad
es perecedera. El enunciado hace una afirmación acerca de todo lo que hay.
Sencillamente llamamos “dominio de cuantificación” a ese conjunto universal integrado
por todo lo que hay. En cambio, mediante el enunciado
Algo es perecedero
se indica que hay alguna entidad que es perecedera. Así, el enunciado hace una
afirmación acerca de al menos un objeto del dominio de cuantificación. Una vez más,
las palabras “todo” y “algo” presuponen un conjunto de entidades (a las que llamamos
“individuos”) al cual se aplican estas expresiones lógicas.
Es decir, las frases lógicas son “para todo x”, “cada x”, “cualquier x”, etc.
este caso, que es una monarquía). Para indicar que se hace referencia a los
elementos del dominio de manera indeterminada, nuevamente se puede hacer uso de
las variables x, y, z, etc., de modo que el enunciado queda como:
Existe al menos un x tal que x es monarquía.
Debe subrayarse que los cuantificadores incluyen variables de individuo, las que
pueden considerarse también como expresiones lógicas.
En el caso de los cuantificadores, del mismo modo que ocurría con las conectivas,
se emplearán signos especiales, que reemplazarán en el lenguaje técnico de la lógica
a frases del castellano como “para todo x”, “cualquier x” y otros sinónimos,
regimentando el uso de estas expresiones. En el caso de la cuantificación universal el
signo especial será “x” (llamado “cuantificador universal”). De este modo, la premisa
del razonamiento visto en 3.3.3 se escribirá del siguiente modo:
x (x tiene gobierno autónomo)
(1b) x y (x ama a y)
La situación aquí descripta es la siguiente: imagínese el dominio como un
conjunto. Se dice de cualquiera que se tome de ese conjunto, que para ese cualquiera
hay al menos un elemento del conjunto (puede ser él mismo, puede ser otro, o muchos
otros) tal que aquel (el cualquiera, cada uno) ama a este (alguno).
Un ejemplo adicional, referido a un dominio mucho más general es:
(2) Algo es causa de todo
que debe entenderse como
(2a) Existe un x (del dominio) tal que, para todo y (del dominio), x es causa de y.
Usando los símbolos para cuantificadores, el enunciado se reescribe así:
(2b) x y (x es causa de y)
Se advierte que en ambos ejemplos se usan diferentes variables. Cada variable
está ligada a un cuantificador distinto, y es para evitar confusiones que se emplean
diferentes letras para las variables de individuo. Esto es lo que se llama “cuantificación
múltiple”.
Si empleamos los símbolos para cuantificadores, el razonamiento
se representa así
x y (x ama a y )
y (Laura ama a y )
para referirse a elementos del dominio: funcionan como nombres. (En la gramática del
castellano, los tres integran la categoría de sustantivos propios, pero eso no es
importante aquí, sino más bien cada uno de ellos designa algún individuo del dominio).
La forma que tienen de referirse a un individuo está determinada, es siempre la misma
(nombran siempre al mismo individuo), es constante. Por eso, estas palabras son
casos en castellano de lo que llamaremos “constantes de individuo”. En el enunciado
(a) se atribuye a Puán ser cabecera de partido, en (b) a Chipre tener un gobierno
autónomo, y en (c) se atribuye a Holanda ser una monarquía. En otros términos, en (a)
se afirma de la ciudad que “Puán” nombra, que es cabecera de partido: en (b) se dice
del país que “Chipre” designa, que tiene un gobierno autónomo; finalmente, en (c) se
asevera del país al que la palabra “Holanda” se refiere, que es una monarquía. Una
forma equivalente es decir que en (a) ser cabecera de partido se predica de Puán, en
(b) tener un gobierno autónomo se predica de Chipre, y en (c) ser monarquía se
predica de Holanda.
Así, se dirá, en general, en la terminología técnica de la lógica, que de los
individuos se predica algo. Hay expresiones que sirven para predicar de los individuos,
como “es una monarquía”, “tener gobierno autónomo”, “ser cabecera de partido”, “ser
oficina de correos de”. Otros ejemplos de predicados son “ser argentino”, “ser mujer”,
“ser número primo”, “ser más alto que”, etc.
Obsérvese que la introducción de los cuantificadores como constantes lógicas nos
ha conducido a un análisis de los enunciados que considerábamos atómicos. En el
caso de las conectivas, no importaba cómo era un enunciado atómico; era,
justamente, la unidad última a partir de la cual se construían los enunciados con
conectivas (enunciados moleculares). Ahora la situación es distinta. Para expresar
adecuadamente enunciados que incluyen cuantificadores, debemos distinguir en el
enunciado qué es individuo y qué es un predicado.
Ahora bien, los predicados “es una monarquía”, “es argentino”, “es metal” se
atribuyen a sólo un individuo por vez. Así, se predica “es una monarquía” de España,
“es argentino” de Diego Maradona y “es metal” del hierro. Una situación diferente es la
de predicados como “ama a”, “está al sur de”, “es estudiante de”, “es más extenso
que”, etc. En estos casos, asignamos el predicado a dos individuos (o a un par de
individuos) en cada oportunidad. El predicado “ama a” se atribuye, por ejemplo, a
Laura y Damián, obteniéndose el enunciado “Laura ama a Damián”; el predicado “está
al sur de” se aplica a La Plata y Buenos Aires, para formular el enunciado “La Plata
está al sur de Buenos Aires”; el predicado “ser estudiante de” se predica de Laura y la
Carrera de Comunicación, dando lugar al enunciado “Laura es estudiante de la
Carrera de Comunicación”; el predicado “es más extenso que” vincula a Brasil y
Uruguay, diciéndose entonces “Brasil es más extenso que Uruguay”. En el grupo de
ejemplos, empleamos predicados de grado uno o monádicos; en el segundo usamos
predicados de grado dos o diádicos.
Continuando esta idea, tómese el predicado “está entre ... y ...”, y piénsese en un
contexto en el que se habla de las edades de la historia, por ejemplo, La Edad
Antigua, La Edad Media y La Edad Moderna. Puede formularse, entonces, el
enunciado “La Edad Media está entre La Edad Antigua y La Edad Moderna. Otro caso
es el de “regala ... a ..”, con el que es posible construir el enunciado “Laura regala el
último CD de Robby Williams a Damián”. Análogamente, el predicado “traduce a ...
al...”, que permite formar el enunciado “Damián traduce a Shakespeare al castellano”.
En estos tres ejemplos empleamos predicados de grado tres o triádicos. Por supuesto,
puede encontrarse predicados de grado incluso mayor, que se denominan, en general,
“predicados poliádicos”.
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Del mismo modo que sucedía con los enunciados en el caso de las conectivas, se
pueden simbolizar predicados y constantes de individuo. Se logra, así, destacar la
estructura puramente lógica de un enunciado, un conjunto de enunciados o un
razonamiento, por medio de letras para predicados y constantes de individuo. Para los
predicados vamos a usar las letras mayúsculas P, Q, R, S, T, etc., y para las
constantes de individuo las letras minúsculas, a, b, c, d, e, etc. Nótese que, para
simbolizar predicados empleamos letras mayúsculas del alfabeto latino diferentes de
las usadas para simbolizar enunciados. Las letras para constantes de individuos
pueden considerarse como meras etiquetas para indicar individuos del dominio.
Ambos tipos de signos sirven para representar los aspectos de los enunciados que no
son lógicos, y por ello no son símbolos lógicos, sino símbolos descriptivos. Su uso se
entenderá mejor al ver ejemplos concretos. Veamos cómo se representan los
razonamientos de las secciones 3.1. y siguientes.
x Px
Pc
Qa
z Qz
xy Rxy
y Rby
7.1. Introducción
El problema general de caracterizar los signos lógicos se aplica también al caso
de los cuantificadores. Como las conectivas, los cuantificadores se emplean en
contextos en los que se hacen inferencias deductivas. Los usamos cuando queremos
hacer deducciones, extraer conclusiones, encontrar una inconsistencia. Los símbolos
especiales que se han introducido para los cuantificadores regimentan o normalizan
las expresiones que se usan en cualquier lengua histórica para expresar ciertos
conceptos lógicos. De este modo, son tratados, tal como sucedía con las conectivas,
con total independencia del idioma en el que se están usando. Los símbolos
especiales introducidos para los cuantificadores tienen un significado implícito en
nuestro uso del lenguaje cotidiano, que ahora debe hacerse explícito: debemos
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En términos de verdad, se tendrá que “x Px” será verdadero, a condición de que
el predicado “Px” se atribuya a todo individuo del dominio. Ahora bien, sobre esta
base, ¿cuáles son las condiciones inmediatas para deducir un enunciado x Px?
Obviamente no basta con encontrar el caso de un individuo del dominio, ni de unos
pocos individuos. Si así fuera, la inferencia no sería deductivamente válida. Tiene que
ser una inferencia de cada uno de los individuos del dominio tomados conjuntamente.
(7.2.1) Un enunciado “x Px” es verdadero si y sólo si al reemplazar “x” en “Px” por
cualquier constante de individuo se obtiene un enunciado verdadero
(es decir, “x Px” es verdadero si y sólo si “Pa”, “Pb”, “Pc”, “Pd”, etc. son todos
enunciados verdaderos).
negación: ¬
conjunción:
CONECTIVAS: disyunción:
condicional:
PARA bicondicional:
CONSTANTES
LÓGICAS: universal: x
SIGNOS CUANTIFICADORES: existencial: x
LÓGICOS
PARA
VARIABLES DE INDIVIDUO: x, y, z, etc.
.
PARA
PREDICADOS: P, Q, R, S, T, etc.
SIGNOS
DESCRIPTIVOS PARA
CONSTANTES DE INDIVIDUO: a, b, c, etc.
y la conclusión es:
x (x es primo x es mayor que 17 ).
Nótese que en esta simbolización de la conclusión hay una conjunción que no
está expresada de manera explícita en su formulación en castellano.
Véase el siguiente ejemplo de razonamiento, muy común en los manuales de
lógica:
Si empleamos el código:
Px: x es cabecera de partido
Txy: x tiene adjudicado y
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Los paréntesis sirven para indicar también el alcance del cuantificador, es decir,
hasta dónde, en el enunciado, abarca el cuantificador. Todas las veces que figure
dentro de los paréntesis la misma variable de individuo que aparece en el cuantificador
se considerará que ésta está dentro del alcance del cuantificador. Esto está ligado con
la aparición de variables y requiere una mayor aclaración posterior a través de los
ejemplos. En el esquema de enunciado
z Pz y (Tzy Sy)
Este enunciado es verdadero si nunca puede darse que “Pa” sea verdadero y “Qa”
falso, “Pb” sea verdadero y “Qb” falso, “Pc” sea verdadero y “Qc” falso, y así siguiendo
con todas las constantes de individuo.
Código:
Px: evoluciona. Qx: x es sociedad Rx: x se transforma
1.
Todo evoluciona Algo evoluciona
x (x evoluciona) x Px x (x evoluciona) x Px
2.
Nada evoluciona Algo no evoluciona
x (x evoluciona) x Px x (x evoluciona) x Px
3.
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Si Cuauhtémoc era azteca, entonces no todos los aztecas eran cobardes o supersticiosos.
en lenguaje regimentado
Código:
Px: x es azteca
Qx x es cobarde
Rx: x es supersticioso
a: Cuauhtémoc
Simbolización:
(Pa (x (Px ( Qx Rx) ))
4.
Ningún azteca era cobarde; sin embargo, algunos de ellos eran supersticiosos y
Moctezuma era supersticioso.
Código:
Px: x es azteca
Qx x es cobarde
Rx: x es supersticioso
a: Moctezuma
(z (Pz Qz) ( z ( Pz Rz ) Ra ))
1. Los alanos y los cimbrios eran germanos. En consecuencia, los cimbrios no eran
musulmanes y los alanos tampoco; pues ningún germano era musulmán.
Código:
Px: x es alano
Qx: x es cimbrio
Rx: x es germano
Sx: x es musulmán
x ( (Px Qx ) Rx ) x ( (Px Qx ) Rx )
x (Rx ( Sx)) x (Rx ( Sx))
x (Qx ( Sx)) x (Px ( Sx)) x ( (Px Qx ) ( Sx))
z ( (Pz Qz ) Rz ) x ( (Px Qx ) Rx )
y (Ry ( Sy)) x (Rx ( Sx))
x (Qx ( Sx) ) x (Px ( Sx)) z ( (Pz Qz ) ( Sz))
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2. Hay funcionarios que no son honestos. Ya que no todos los jueces son imparciales.
Sin embargo, cualquiera de ellos es un funcionario. Además, ningún juez que no
sea imparcial es honesto.
Código:
Px: x es juez
Qx: x es imparcial
Rx: x es funcionario
Sx: x es honesto
Simbolización
( x (Px Qx) )
y (Py Ry)
x ( (Px ( Qx)) ( Sx))
z (Rz ( Sz))
Supóngase, tal como sucedía en casos anteriores, que se está hablando de los
países del mundo y considérese los siguientes enunciados:
1. Suiza es montañosa.
2. Finlandia es boscosa.
3. Suiza está al sur de Finlandia y Finlandia no está al sur de Portugal.
4. Si Suiza es montañosa, entonces algo (del dominio considerado) es montañoso.
1. Pa
2. Qb
3. Rab ¬Rbc
4. Pa x Px
términos de individuos y lo que se predica de ellos. Una idea es que los predicados
monádicos representan propiedades de objetos del dominio y los poliádicos
representan relaciones entre ellos. Esto merece alguna aclaración. En el contexto de
nuestra representación, decimos cosas acerca de las entidades del dominio; esto es,
predicamos acerca de ellas, y al hacerlo, puede decirse, les adscribimos determinadas
propiedades y afirmamos que entre ellas median determinadas relaciones.
Tómese nuevamente, a título de ilustración, los países del mundo como el dominio
de objetos al que nos referimos. Estos países pueden ser montañosos, boscosos,
pueden tener salida al mar, etc. (es decir, pueden tener propiedades). También puede
darse que un país tenga más habitantes que otro, sea más pequeño que otro, se
encuentre al norte de otro (relaciones entre dos países), o dados tres países puede
darse que uno de ellos limite con los otros dos (relaciones entre tres países), etc.
De este modo, la representación se organiza en torno de objetos (individuos),
propiedades, relaciones. A los individuos se los designará mediante las constantes de
individuo y todo lo que se diga de los individuos se expresará mediante predicados.
Esto se puede resumir en el siguiente cuadro:
Más aun, también podría pensarse en una simbolización con predicados de grado
dos, como “x está en y”, “x está próximo a y”, “x está sobre y”, y en la cual se
distinguen “Colombia”, “el Ecuador”, “Río de la Plata”, “Brasil” como constantes de
individuo. Es decir, empleando el código:
Pxy: x está en y
Qxy: x está próximo a y
Rx: x está sobre y
a: Colombia
b: Buenos Aires
c: el Ecuador
d: el Río de la Plata
e: Brasil
la representación del razonamiento (*) es:
Esta simbolización es más rica y compleja en cuanto a su contenido extra lógico, pero
los símbolos lógicos que aparecen son los mismos que en las anteriores
simbolizaciones, y están combinados del mismo modo. Por eso, las tres
representaciones de este razonamiento tienen idéntica estructura o forma lógica.
o bien: o bien:
x(x es fábricay(x contamina y)) x(x es fábrica y(y es río x contamina y))
x (Px y (Qxy) ) x ( Px y( Ry Qxy) )
o bien: o bien
3.
Toda fábrica contamina algún río
4.
Hay fábricas que contaminan todos los ríos
5.
Ninguna fábrica contamina todos los ríos
6.
Todo ciudadano elige diputados y senadores.
Código:
x ( Px ( y Qxy z Rxz) )
8.
El Rig Veda fue escrito en la lengua sánscrito. De modo que el sánscrito es una
lengua sagrada. Pues la lengua en que está escrito cualquier texto sagrado es
sagrada; y el Rig Veda es un texto sagrado.
Código:
Pxy: x está escrito en lengua y
Qx: x es texto sagrado
Rx: x es lengua sagrada
a: el Rig Veda
b: el sánscrito
9. Bibliografía Ampliatoria
Jeffrey, Richard C.: Lógica formal: su alcance y sus límites, Trad. cast. de Angel
D´Ors, Pamplona, Eunsa, 1999. caps. 2 y 4.