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Lógica - FCE

APUNTE
LA NOTACION LÓGICA

0. Preliminares

0.1. El concepto de signo

La notación lógica es un sistema de signos para construir la forma lógica de


enunciados y razonamientos. Supondrá ideas muy básicas de la semiótica o teoría
general de los signos. Dicho brevemente,

(0.1) un signo es cualquier cosa que indica o refiere a otra para quien interpreta el
signo.

Esto quiere decir que el signo resulta de un proceso semiótico que involucra a tres
elementos: (1) el objeto mismo que es signo (el “signo vehículo”, o “signo objeto” (2)
aquello a lo que el signo se refiere, la designación, que usualmente es un objeto
diferente del signo vehículo, y (3) aquello que interpreta al signo como signo del objeto
designado: el interpretante, que implica un sistema de interpretación. El siguiente
diagrama visualiza esta relación entre los tres aspectos de todo signo.

SIGNO - VEHICULO

DESIGNADO INTERPRETANTE

Como ejemplo, piénsese en un caso concreto de código QR: las marcas dentro del
cuadrado son el signo vehículo, que mediante un lector óptico (la cámara del celular)
designa, hace referencia a, otro objeto (una imagen, un texto, etc.) que se interpreta
como el menú de un restaurante. (Es cierto que en este ejemplo la interpretación es
compleja pues requiere el lector óptico que nos lleva a otro signo objeto.)
Además de este ejemplo, estos tres elementos que integran el proceso
semiótico (signo vehículo, designado e interpretante) aparecen en cualquier sistema
de signos: el semáforo que se usa para organizar el tránsito, las figuras geométricas,
los símbolos químicos, los diagramas de flujo, los emoticones, el lenguaje ordinario,
que son todos sistemas de signos.
La lógica simbólica construye un sistema de signos especial, la notación lógica,
con el fin de representar la estructura de la relación de inferencia. En estos sistemas,
signos más simples se organizarán para obtener signos más complejos (esto es lo que
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se llama sintaxis). Se determinará, según el interpretante, una designación a para los


signos simples y de aquí resultará una designación para los signos más complejos
(esto es lo que se llama semántica), y por supuesto habrá que ver problemas relativos
a los diferentes interpretantes de los signos (que se analizan en la pragmática).

0.2. El nivel metalingüístico

Sin duda se ha percibido que nos estamos ocupando de signos y sistemas de signos.
El objeto de estudio de la lógica, puede afirmarse no sin cierta audacia, está en el
plano semiótico. Para referirnos a los signos y sus características necesitamos hacerlo
desde otro sistema de signos: el lenguaje cotidiano, expresado a través de algunas de
las lenguas históricas (el castellano en nuestro caso) con el eventual añadido de
signos especiales. En otras palabras, hablamos de sistemas de signos por medio de
(usando) otros sistemas de signos. Es costumbre denominar metalenguaje al sistema
de signos que usamos para describir a aquel sistema de signos del que nos
ocupamos, el cual recibe el nombre de lenguaje objeto (el lenguaje que es nuestro
objeto de estudio). Esta distinción entre lenguaje objeto y metalenguaje puede dar la
impresión de dificultad. En todo caso, aquí basta hacer unas consideraciones muy
básicas (al menos por ahora).
Para dar un ejemplo sencillo, pensemos en una gramática del inglés escrita en
castellano. Nuestro objeto de estudio es la lengua inglesa, o sea, es el lenguaje objeto,
mientras que el castellano se emplea para hacer referencia al inglés, por lo que
funciona como metalenguaje. Lo que sucede es que en el metalenguaje vamos a
necesitar nombres, o sea, signos del metalenguaje para designar signos del lenguaje
objeto. Un recurso muy usual en la escritura es utilizar comillas simples o dobles (da lo
mismo aquí). Por, escribimos: “All human beings are mortal” es un enunciado en inglés
cuyo verbo está en tiempo presente. En esta afirmación no hacemos referencia en
castellano a los seres humanos o a los mortales, sino a un enunciado (tipo) en inglés
(el que está entre las comillas dobles). Al entrecomillarlo convertimos a toda la
expresión incluyendo las comillas en nombre (o designador) de la expresión que está
dentro de las comillas.
Otro ejemplo es el siguiente. En

La luna no tiene atmósfera.

Se habla del objeto físico que es la luna y se niega de ese objeto que tenga atmósfera.
En cambio, en

La expresión “La luna” designa al satélite natural de La tierra.

Se habla de la designación que tiene el signo “La luna”. Nótese que en este ejemplo el
castellano funciona tanto como el lenguaje objeto y como el metalenguaje; pero las
comillas nos permiten hacer la distinción. También sucederá que usaremos signos
específicos como designadores. Por ejemplo, podemos convenir que “a” designe al
nombre “la luna”, y entonces el enunciado anterior puede escribirse como

La expresión a designa al satélite natural de La tierra.

La distinción puede resultar un tanto confusa e innecesaria, pero ya se verá su utilidad


y los problemas que evita. Volviendo a cuestiones concretas de lógica, nos
referiremos a razonamientos formulados en lenguaje ordinario y los vamos a
esquematizar (o formalizar) por medio de una notación especial. Esta notación tendrá
signos especiales.
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0.3. Tipo y caso de un signo

Una distinción que se tomará en cuenta es la que se hace entre Tipo (type en inglés)
de un signo y Caso (token en inglés). Para decirlo rápidamente es la distinción entre
una clase general de signo en general y sus instancias concretas particulares. La
mejor manera de explicar esta distinción es a través de ejemplos. El numeral (signo de
número) “505” contiene tres casos de signos concretos: una aparición del signo tipo “0”
y dos apariciones del signo tipo “5”. Otro ejemplo aparece en el enunciado “Todos los
argentinos son argentinos”, en el que el signo “argentinos” aparece con dos casos
distintos. Finalmente, en el postulado de conmutatividad de la suma “x+y = y+x”, los
signos tipo “x” e “y” aparecen dos veces, y lo mismo ocurre con el signo tipo “+” de
suma. En esa ecuación hay siete casos de signo, pero únicamente cuatro signos tipo.
La distinción se vuelve indispensable en el desarrollo y aplicación de la notación lógica
y sistemas de deducción.

1. Introducción: palabras lógicas y deducción

Cuando, en breve, se analice un método para determinar la validez de


razonamientos deductivos desde la perspectiva de la lógica matemática, se pondrá de
relieve la importancia de ciertas frases o palabras. Estas son las expresiones lógicas o
términos lógicos, y representan lo que se llamará “constantes lógicas”. En lo que sigue
vamos a enumerar y clasificar estas expresiones lógicas y sentar las bases de un
sistemas de signos para representarlas, con el que se puede desarrollar una notación
lógica.
Si se retoman los ejemplos ya analizados al presentar el concepto de
razonamiento, se pueden encontrar en ellos expresiones lógicas. Así, en

Todos los planetas giran alrededor del sol


Marte es un planeta
Marte gira alrededor del sol

aparece la palabra “todos” en la primera premisa. En el siguiente ejemplo

Si la temperatura de la superficie terrestre aumenta, entonces la


precipitación pluvial aumenta y el nivel de los mares se eleva.
La temperatura de la superficie terrestre está aumentando.
El nivel de los mares se eleva.

se expresa en la primera premisa una condición con el término “si”. La segunda


premisa afirma que se da la condición indicada en la primera premisa. De aquí que se
pueda inferir lo que está condicionado. Esta frase “si ..., entonces..”, también cumple
una función lógica; es una expresión lógica. En el razonamiento

La lengua estonia pertenece al grupo indoeuropeo o pertenece al


grupo fino-ugrio
La lengua estonia no pertenece al grupo indoeuropeo.
La lengua estonia pertenece al grupo fino-ugrio
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la primera premisa se refiere a una situación en la que se presentan dos alternativas,


indicada por “o”, y la segunda premisa excluye la primera alternativa al incluir un “no”.
La palabra “o” es también una expresión lógica. “Todos”, “si ..., entonces ”, “o”, “no”
cumplen un papel extremadamente importante en la consideración de esos
razonamientos como válidos.
Nótese que estas palabras son muy diferentes en su significado de otras que
aparecen en el lenguaje cotidiano. Piénsese en nombres como “Juan” o “Argentina”,
en expresiones como “estudiante”, “número primo”, “rojo”, “alegre”, “substancia”,
“núcleo atómico”, “planilla de asistencia”. Todas estas palabras o frases se refieren a
cosas de diferentes ámbitos de la realidad. En cambio, las palabras lógicas del párrafo
anterior no tienen esa característica; ¿de qué habla la palabra “o”? Las expresiones
lógicas parecen pertenecer a otra categoría, pues cumplen con una función distinta.
Se puede comparar el papel que desempeñan las palabras lógicas con el de las
operaciones de suma, resta, multiplicación, etc. en aritmética. Estas operaciones son
imprescindibles para hacer cuentas en aritmética: uno suma, resta o multiplica
cantidades y las características de estas operaciones se fundan en leyes o principios
propios de la aritmética, que garantizan, en definitiva, que las cuentas sean correctas.
Así como la aritmética estudia estas operaciones, la lógica estudia aquello a lo que se
refieren las palabras lógicas (y sus versiones en los diferentes idiomas, por cierto).
Frente a este hecho, uno tiende a pensar que tendrá que ocuparse de problemas
gramaticales, y en este caso de la gramática del castellano, pues se habla de
“palabras” y su función. Pues bien, esto es así, pero sólo hasta cierto punto. Es cierto,
en primer lugar, que nos ocuparemos de entidades lingüísticas, pero no de un idioma
concreto (como el castellano, el chino, el árabe, etc.), sino de lo que esas palabras
significan. En segundo lugar, tendremos que ver problemas que se pueden considerar
gramaticales, pero de una gramática en un sentido más general: una gramática lógica,
que no está ligada a ningún idioma o lengua histórica en particular.
Se distinguirá dos tipos de expresiones lógicas: las conectivas y los
cuantificadores.

2. Conectivas

Tómese el ejemplo siguiente:

(*) Si Buenos Aires está en Colombia, entonces está próxima al Ecuador y no


está sobre el Río de la Plata.
Si Buenos Aires está en Brasil, entonces no está sobre el Río de la Plata.
Buenos Aires está sobre el Río de la Plata.
No se da que Buenos Aires esté en Colombia o esté en Brasil.

Tanto en las premisas como en la conclusión de este razonamiento aparecen


expresiones lógicas que pertenecen al tipo de las conectivas. Las conectivas del
castellano que figuran aquí son: “si, ...entonces”, “y”, “no”, “no se da que”. Se las llama
“conectivas” porque conectan enunciados. Estas son palabras del castellano que
cumplen una función lógica; se refieren a operaciones lógicas. Veremos ahora cada
una de ellas.
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2.1. La negación

Considérese el razonamiento

A partir de suponer que Mar del Plata está a orillas del Mediterráneo, se sigue
que Mar del Plata está en el hemisferio Norte.
Pero Mar del Plata está en el hemisferio Sur.
No es cierto que Mar del Plata esté a orillas del Mediterráneo

Su conclusión dice
No es cierto que Mar del Plata esté a orillas del Mediterráneo.

La frase “no es cierto que” está expresando la negación. Emplear la palabra “no” es
la forma estándar para negar que se dé un hecho o situación determinada.
En castellano tenemos otras formas sinónimas, tales como:
Mar del Plata no está a orillas del Mediterráneo,
No se da que Mar del Plata esté a orillas del Mediterráneo

2.2. La conjunción

Tenemos aquí otro ejemplo muy elemental de razonamiento:

Estados Unidos es un país industrial.


Estados Unidos exporta trigo.
Estados Unidos es un país industrial y Estados Unidos exporta trigo.

En la conclusión de este razonamiento se afirma una conjunción entre dos


enunciados:
Estados Unidos es un país industrial y Estados Unidos exporta trigo.

La palabra “y” expresa de manera estándar la conjunción. La conjunción sirve


para indicar que se dan conjuntamente dos hechos, es decir, brinda información
conjuntiva.
Formas sinónimas, desde el punto de vista lógico, son:
Estados Unidos es un país industrial y exporta trigo.
Estados Unidos es un país industrial pero exporta trigo.
Estados Unidos es un país industrial aunque exporta trigo.
Estados Unidos tanto es un país industrial como exporta trigo.
Estados Unidos es a la vez un país industrial y exporta trigo.
Las palabras “pero”, “no obstante”, “aunque” (y otras semejantes) expresan un
matiz adversativo: se dan conjuntamente dos hechos, pero con una cierta oposición.
Sin embargo, no tomaremos en cuenta este matiz adversativo ya que, desde el punto
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de vista lógico, lo importante es que estas expresiones indican que dos hechos se dan
conjuntamente.

2.3 La disyunción

Véase el siguiente ejemplo de razonamiento:

Bolivia le vende gas a Brasil o Paraguay le vende electricidad a Brasil.


Bajo el supuesto que se dé cualquiera de estos dos casos, Brasil
soluciona su problema energético.
Brasil soluciona su problema energético

La primera premisa del razonamiento dice:


Bolivia le vende gas a Brasil o Paraguay le vende electricidad a Brasil.

Aquí tenemos una disyunción. La palabra “o” expresa de manera estándar la


disyunción. La disyunción sirve para expresar información alternativa: indicar
situaciones que pueden darse, pero no se sabe cuál de ellas sucederá (o, incluso, si
ocurrirán las dos conjuntamente, lo cual será también posible).
Algunas formas sinónimas, desde el punto de vista lógico, son:
Ya Bolivia le vende gas a Brasil, ya Paraguay le vende electricidad a Brasil.
Se da el caso de que Bolivia le vende gas a Brasil o el caso de que Paraguay le
vende electricidad a Brasil.
O bien Bolivia le vende gas a Brasil o bien Paraguay le vende electricidad a Brasil.
Bolivia le vende gas a Brasil a menos que Paraguay le venda electricidad a Brasil.

2.4. El condicional
Préstese atención al razonamiento

Si Argentina exporta software, entonces exporta tecnología informática.


Argentina exporta software.
Argentina exporta tecnología informática.

La primera premisa dice:


Si Argentina exporta software, entonces exporta tecnología informática.

La expresión “si ..., entonces” expresa de manera estándar el condicional. En un


enunciado condicional se afirma que la ocurrencia de un hecho (que Argentina exporte
tecnología informática, en este ejemplo) está condicionada o depende de que suceda
otro acontecimiento, la condición (que Argentina exporte software). Por eso, el
condicional transmite información hipotética, es decir, indica qué condiciones deben
cumplirse para que ocurra el evento condicionado. La condición se indica en el
antecedente del condicional (“Argentina exporta software”). Lo condicionado se
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describe en el consecuente del condicional (“Argentina exporta tecnología


informática”).
Otras formas de expresar información condicional, además de la estándar, son:

Suponiendo que Argentina exporte software, Argentina exporta tecnología


informática.
Argentina exporta software, sólo si Argentina exporta tecnología informática.
Argentina exporta tecnología informática, si exporta software. (Inversión de
antecedente y consecuente)
Argentina exporta tecnología informática, a condición de que exporte software.
Argentina exporta tecnología informática, en caso de que exporte software.
El hecho de que Argentina exporta software implica que exporta tecnología
informática.

2.4.1. Condiciones necesarias y suficientes

El antecedente de un condicional expresa las condiciones suficientes para que


suceda lo afirmado en el consecuente: basta que ocurra el hecho indicado en el
antecedente para que tenga lugar lo descripto en el consecuente. Así, en el ejemplo
precedente, que Argentina exporte software es condición suficiente para afirmar que
exporta tecnología informática.

El consecuente de un condicional expresa condiciones necesarias del


antecedente. Toda vez que ocurra lo indicado en el antecedente, entonces
necesariamente sucederá lo descripto en el consecuente. En el ejemplo anterior, el
hecho de que Argentina exporte tecnología informática es condición necesaria para
que exporte software.

3. Signos especiales para las conectivas

Como se ha visto, en castellano existen diferentes palabras y frases que se


pueden emplear para referirse a las conectivas. En cuanto a su uso exclusivamente en
razonamientos deductivos, las expresiones sinónimas hacen referencia a la misma
conectiva, entendida como una operación lógica o constante lógica. Esta variedad de
frases y palabras puede llevar a confusiones, pueden presentarse situaciones en que
no quede claro a cuál conectiva se está refiriendo una frase o palabra determinadas.
Evitar estas situaciones es importante, pues establecer qué conectivas aparecen en un
razonamiento es un paso imprescindible para determinar la validez de muchos
razonamientos deductivos.
Con el fin de resolver este problema se introducen símbolos especiales para las
conectivas que se acaba de presentar. De este modo, queda claro cuál es la conectiva
que se emplea en cada caso.
Esto es algo usual en la historia de la ciencia y de la técnica. Un ejemplo sencillo
está dado por la numeración arábiga, tal como la empleamos en diferentes aspectos
de la vida. Los numerales “1”, “2”, “3”, etc. se refieren a números y significan
respectivamente lo mismo que las palabras “uno”, “dos”, “tres”, etc. del castellano. No
obstante, sus ventajas posicionales y composicionales son obvias. Así, con nuestro
sistema decimal, agrupar los dígitos del “0” al “9” en un orden, da lugar a nuevas
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expresiones que designan otros números. Así, “256” se refiere al número que se
designa en castellano con la frase “doscientos cincuenta y seis”, y está claro que este
número es diferente de nombrado con el numeral “562”, pese a contener los mismos
dígitos.
Piénsese ahora en los símbolos para las operaciones aritméticas de suma y de
resta “+” y “-”, que expresan lo mismo que las palabras “más” y “menos”, eliminando
sus ambigüedades y dándole un carácter universal: compárese la expresión numérica
“7+5” con la frase “siete más cinco”. Mientras que la segunda requiere comprender la
lengua castellana, la primera únicamente exige conocimiento de la simbología
aritmética, conocimiento que posee cualquier persona que conozca aritmética,
independientemente de la lengua histórica que hable. El uso de símbolos, además de
ofrecer ventajas visuales, permite alcanzar un nivel de abstracción mayor. Fácilmente,
pueden introducirse variables para los individuos del dominio en consideración (es
decir, expresiones que sirven para referirse de manera indeterminada a cualquier
elemento de un cierto conjunto) y así expresar generalidades, como la propiedad
conmutativa de la suma: “x + y = y + x”, que es mucho más engorroso y complicado de
formular en palabras del castellano (u otra lengua histórica).
El ejemplo de los numerales y el de los símbolos de operaciones aritméticas
muestran lo que puede denominarse un lenguaje técnico (o simbología técnica), que
aparece en el contexto de una lengua histórica (tómese, por ejemplo, cualquier manual
de álgebra escrito en castellano). Otro caso muy conocido es el de los símbolos para
los elementos de la tabla periódica (“H” para el hidrógeno, “Fe” para el hierro, etc.) y la
manera de hacer referencia a otras sustancias empleando combinaciones de los
mismos (como “H2O” para el agua). Lo característico de este lenguaje técnico es que
es específico de una disciplina o un área del conocimiento y lo emplean los expertos
en ella. Estos simbolismos especiales tienen un carácter convencional, es decir
resultan de una cierta decisión o acuerdo entre los que trabajan en la disciplina
concreta (álgebra, química o lógica). Se toman decisiones acerca de los símbolos a
emplear y la manera de componerlos.
Se pueden resumir las ventajas de introducir signos especiales para las
expresiones específicas de una disciplina en los siguientes tres puntos:

(a) universalidad del sistema de signos,


(b) estandarización (o unificación) de las expresiones,
(c) construcción de un método formal o un cálculo.

Se indican, a continuación, los signos correspondientes a cada conectiva

3.1. Negación:  (que se lee simplemente “no”)


La conclusión del razonamiento visto en 2.1. se representa así:

( Mar del Plata está a orillas del Mediterráneo)

Se entiende que este enunciado afirma “Mar del Plata no está a orillas del
Mediterráneo”, o cualquiera de sus expresiones sinónimas.
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3.2. Conjunción:  (que se lee “y”)


La conclusión del razonamiento que figura en 2.2. se reescribe como

(Estados Unidos es un país industrial  Estados Unidos exporta


trigo).

Se entiende que este enunciado dice “Estados Unidos es un país industrial y


Estados Unidos exporta trigo”, o cualquiera de sus sinónimos.

3.3. Disyunción:  (que se lee “o”)


La primera premisa del razonamiento de 2.3. se expresa del siguiente modo:

(Bolivia le vende gas a Brasil  Paraguay le vende electricidad a Brasil).

Este enunciado dice, mediante el simbolismo lógico, lo mismo que “Bolivia le


vende gas a Brasil o Paraguay le vende electricidad a Brasil”, o cualquiera de sus
sinónimos.

3.4. Condicional:  (que se lee “si ..., entonces”)


La premisa analizada en ejemplo de 2.4. se representa ahora como

(Argentina exporta software  exporta tecnología informática)

que quiere decir: “Si Argentina exporta software, entonces exporta tecnología
informática”, o cualquiera de sus sinónimos.

3.5. Lenguaje regimentado

El lenguaje que estamos usando, el castellano en este caso, queda entonces


regimentado o normalizado respecto de las conectivas: Las expresiones lógicas del
lenguaje quedan normalizadas en estos signos, que tendrán un significado específico -
como se verá más adelante-. Adviértase que, como sucede en aritmética, el síigno es
independiente de cualquier idioma concreto (puede usarse en textos escritos en
diferentes idiomas). Para dar un ejemplo, en química “H2O” designa la sustancia agua,
pero tal como ésta es concebida en química, no según la idea que se tiene en la vida
cotidiana del agua

3.6. El caso del bicondicional

Introducimos una nueva conectiva que se define por medio del condicional y la
conjunción, que es el bicondicional. Se lo expresa de manera estándar en castellano
empleando la frase “si y sólo si”. Considérese el ejemplo:
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(1) Laura vive en Buenos Aires si y sólo si vive en la ciudad capital de


la República Argentina.

Resulta evidente que este enunciado puede inferirse de los dos enunciados
siguientes tomados conjuntamente:

(1a) Si Laura vive en Buenos Aires, entonces vive en la ciudad


capital de la República Argentina.
(1b) Si Laura vive en la ciudad capital de la República Argentina,
entonces Laura vive en Buenos Aires.

Asimismo, de (1) se infieren deductivamente (1a) y (1b). El enunciado (1) dirá, por
lo tanto, lo mismo que el enunciado

(1c) Si Laura vive en Buenos Aires, entonces vive en la ciudad capital


de la República Argentina y si Laura vive en la ciudad capital de
la República Argentina, entonces Laura vive en Buenos Aires.

El bicondicional es un condicional para ambos lados y por ello se simboliza con


una doble flecha . Así, la forma regimentada de expresar (1) será

(1d) (Laura vive en Buenos Aires  Laura vive en la ciudad capital


de la República Argentina).

3.7. Tabla de resumen de las conectivas

Conectiva símbolo expresiones en castellano


Negación ¬ no, no se da que, etc.
Conjunción  y, tanto ... como, pero, aunque, si bien, etc.
Disyunción  o, o bien ... o bien; ya ... ya, etc..
Condicional  si ..., entonces; sólo si; en caso de que, etc.
Bicondicional  si y sólo si, etc.
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3.8. Signos para enunciados

Se puede observar que, mientras la negación afecta a un único enunciado, las


demás conectivas vinculan dos. La negación es una conectiva unaria, mientras que las
demás, conjunción, disyunción y condicional, son binarias.
A fin de concentrar la atención en las conectivas y destacar la estructura lógica de los
enunciados, podemos introducir letras del alfabeto latino, que estarán en lugar de los
enunciados afectados por las conectivas. Para eso se usarán las letras A, B, C, D y E
para indicar enunciados cualesquiera. Funcionarán como abreviaturas de los
enunciados que representan. Así se ve claramente que la negación es unaria, pues si
se representa “Mar del Plata está a orillas del Mediterráneo” con la letra A, el
enunciado “Mar del Plata no está a orillas del Mediterráneo” se reescribirá “(¬ A)”. En
cambio, si se sustituyen “Estados Unidos es un país industrial” por la letra B, y
“Estados Unidos exporta trigo” por la C, entonces “Estados Unidos es un país
industrial y Estados Unidos exporta trigo” se representará “(B  C)”. Análogamente, si
se reemplazan “Bolivia le vende gas a Brasil” por la letra D y “Paraguay le vende
electricidad a Brasil” por la D, entonces “Bolivia le vende gas a Brasil o Paraguay le
vende electricidad a Brasil” se rescribirá “(D  E)”. Similarmente, si representamos
“Argentina exporta software” con la letra D y “Argentina exporta tecnología informática”
con la C, expresaremos el enunciado “Si Argentina exporta software, entonces exporta
tecnología informática” mediante “(D  C)”, etc.

3.9. Composición de enunciados.

Se puede observar en la presentación de las conectivas que cada expresión


resultante de la aplicación de una de las conectivas va siempre encerrada entre
paréntesis. Esto sirve para indicar la composición que se ha hecho al añadir la
conectiva a un enunciado. Esto puede generalizarse para el caso de sucesivas
aplicaciones. Esto se puede entender mediante el siguiente ejemplo.

Si se toma el razonamiento formulado al comienzo de la sección 2 y se desea


simbolizar la primera premisa:

Si Buenos Aires está en Colombia, entonces está próxima al Ecuador


y no está sobre el Río de la Plata

se tiene la impresión de que hay dificultades para representar adecuadamente cómo


las conectivas afectan a los enunciados que son, a su vez, parte de este enunciado.
Por ejemplo, en esta premisa aparecen el condicional, la conjunción y la negación, así
que debe aclararse cuáles son los enunciados directamente vinculados mediante cada
una de estas conectivas. Lo que hay aquí es una composición de enunciados en un
grado creciente de complejidad, y esta complejidad debe ser analizada. La conjunción
y el condicional son conectivas binarias, así que sólo pueden conectar dos
enunciados. Queda claro que aquí la negación afecta sólo a “Buenos Aires está sobre
el Río de la Plata”. La conjunción “y” está vinculando dos enunciados “Buenos Aires
está próxima al Ecuador” y “Buenos Aires no está sobre el Río de la Plata”, que
constituyen el consecuente de un condicional. El enunciado “Buenos Aires está en
Colombia” es el antecedente de ese condicional. Vemos una complejidad creciente
que va de enunciados más simples a otros más complejos. A fin de indicar esta
complejidad creciente generada por sucesivas composiciones de enunciados
emplearemos los paréntesis “(“ y “ )”.
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Así, podemos representar en lenguaje regimentado estos enunciados como


(1) (¬ Buenos Aires está sobre el Río de la Plata)
y luego
(2) (Buenos Aires está próximo al Ecuador  (¬ Buenos Aires está sobre el Río
de la Plata))
Finalmente, se tendrá
(3) (Buenos Aires está en Colombia  (Buenos Aires está próximo al Ecuador 
(¬ Buenos Aires está sobre el Río de la Plata)))

Los tres pasos muestran la manera en que los enunciados se van componiendo
hasta llegar a la premisa que se deseaba representar. El enunciado (3) refleja de
manera precisa la lectura lógica del enunciado original en castellano.
A su vez, si representamos “Buenos Aires está en Colombia” con A, “Buenos Aires
está próximo al Ecuador” con B y “Buenos Aires está sobre el Río de la Plata” con C,
se obtiene la expresión:
(3’) (A ( B  (¬ C)))
Por cuestiones prácticas, se pueden obviar los paréntesis externos, dándolos por
sobreentendidos, sin que esto cree problema alguno en su lectura e interpretación. Lo
mismo puede hacerse con los paréntesis que encierran una negación, que es una
conectiva unaria.
El esquema destaca con precisión cuál es la estructura del enunciado respecto de
las conectivas, esta será su estructura lógica. La posibilidad de representar estas
estructuras será muy importante en la unidad 3, cuando se pretenda llegar a una
definición satisfactoria de validez.

3.9.1. Enunciados atómicos y moleculares

Acabamos de ver cómo se componen enunciados más complejos a partir de


enunciados más simples por medio de conectivas. En la terminología de la lógica se
llamarán “atómicos” a los enunciados que no tengan conectivas (y, en general, que no
tengan expresiones lógicas), y a los enunciados que tienen al menos una conectiva se
los llamará “moleculares”. Debe subrayarse una vez más la importancia de los
paréntesis para indicar la molecularidad del enunciado.

4. El uso de las conectivas en las deducciones

La compresión de cómo funcionan las expresiones lógicas parte de analizar el uso


y su finalidad en el lenguaje cotidiano. Esta cuestión se puede plantear también por
medio de la pregunta ¿Por qué necesitamos expresiones lógicas en el lenguaje
cotidiano? En él se emplean nombres para las cosas de las que hablamos, palabras
que indican propiedades o características de aquello a lo que nos referimos, verbos
para indicar acciones realizadas por nosotros u otras entidades, etc. ¿Qué lugar
ocupan, en este panorama, las expresiones lógicas, considerando que no tienen este
aspecto descriptivo? Piénsese qué ocurriría si en el lenguaje cotidiano no tuviéramos
expresiones lógicas, qué situaciones seríamos incapaces de describir en ese caso. No
podríamos decir, por ejemplo, “Si el lunes es feriado, entonces no tendremos clase”,
“Después del examen, me tomo una cerveza o me voy a ver una película”, etc. Hay
miles de afirmaciones más que no podríamos formular.
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Los signos especiales que se han introducido para las conectivas y los
cuantificadores regimentan o normalizan las expresiones usadas en cualquier lengua
histórica para expresar conceptos lógicos De este modo, son tratadas con total
independencia del idioma en el que se empleen. Este hecho será de particular
importancia para el estudio de la lógica. Los signos especiales introducidos para las
conectivas y cuantificadores tienen un significado que hasta ahora estuvo implícito en
nuestro uso del lenguaje cotidiano. Pero este significado ahora debe hacerse explícito:
debemos desarrollar, aunque sea aproximadamente, las características de las
conectivas. En la lógica simbólica se han ofrecido diferentes alternativas para ello.
Antes que nada, estas constantes lógicas se emplean en contextos en los que se
hacen inferencias deductivas: las usamos cuando queremos hacer deducciones,
extraer conclusiones, encontrar una inconsistencia. Es por eso que las constantes
lógicas son útiles en relación con la obtención de conocimiento. Así pues, un punto de
partida para estudiar el problema del significado de las constantes lógicas es buscar
una respuesta a la pregunta: ¿qué podemos deducir en forma más directa o inmediata
de un enunciado que contenga una constante lógica determinada? Esta cuestión, a su
vez, sugiere la otra pregunta: ¿en qué circunstancias (o bajo qué condiciones)
podemos deducir un enunciado con una constante lógica determinada?
El significado de las constantes lógicas presenta notorias diferencias con el
significado que se puede asignar a términos individuales o a expresiones predicativas.
Es un problema de nivel u orden. Las constantes lógicas tienen significado únicamente
en el contexto de enunciados; por si mismas, por separado no designan nada
(pertenecen a lo que en la tradición lógica se llamaban expresiones
sincategoremáticas). En este sentido tienen un carácter funcional: enunciados o
predicados (según se trate de conectivas o cuantificadores) son argumentos a los
cuales los signos lógicos se aplican, obteniéndose un valor, o sea, según cómo sean
los argumentos, se obtiene un (único) valor.
A continuación, damos una primera idea, informal y aproximada, de cómo entender el
uso de las conectivas en los razonamientos deductivos. Esto es importante ya aquí
está la base para comprender por qué una forma de razonamiento es válida o no lo es.
Veremos cada caso: negación, conjunción, disyunción y condicional, y nos referiremos
a casos en la práctica deductiva. Esta primera aproximación partirá de una de las
formas de caracterizar lo que es un enunciado en términos del concepto de verdad:
(4.1) Un enunciado es cualquier signo del cual tenga sentido decir que es verdadero o
falso.

4.1. La negación: información negativa

La negación es la única conectiva unaria que tomamos en consideración en nuestra


lista de conectivas. El signo ¬ representa expresiones como “no”, “no se da que”, etc.
El problema es que estas frases reciben diferentes interpretaciones en la vida
cotidiana. La negación no es un concepto sencillo. Al interpretar la negación en
contextos deductivos, uno debe comenzar por preguntarse qué puede llevar de la
manera más inmediata a deducir una negación, un enunciado de la forma (¬A). Una
primera idea es que

(4.1.1) (¬A) se deduce a partir que A no se dé.

(o sea, el enunciado A no designa algo que ocurra. En este caso, es común decir que
el enunciado A es falso. Si afirmamos que “(¬ Buenos Aires es capital de Brasil)” es
porque afirmamos que el enunciado “Buenos Aires es capital de Brasil” es falso. Como
una primera idea, se tiene lo siguiente:
14

(4.1.2) Una negación es verdadera si y sólo si el enunciado afectado por la negación


es falso.

4.1.1. Nota sobre negación y contradicción


Una manera de afirmar la verdad de un enunciado negado es mostrar que la
suposición del enunciado (sin la negación) conduce a una contradicción. En efecto, si
un enunciado permite deducir una contradicción, el enunciado es falso, y por lo tanto
su negación es verdadera. Un ejemplo ilustrará esta idea. Recuérdese el caso visto en
relación con el concepto de consistencia en la Unidad 1. Si se afirma que Puerto
Madryn está al sur de Río Gallegos, entonces se llega a contradicciones tales como la
expresada en “Puerto Madryn está al norte del paralelo 50 y no está al norte del
paralelo 50”. Luego, es falso que Puerto Madryn esté al sur de Río Gallegos, y por lo
tanto es verdadero que Puerto Madryn no está al sur de Río Gallegos. Otro hecho
evidente es que una contradicción (un enunciado que nunca puede ser verdadero) se
deduce de afirmar un enunciado cualquiera y su negación (ya que ambos no pueden
ser verdaderos conjuntamente). Esta relación entre negación y contradicción es muy
importante para la lógica, especialmente para el desarrollo de métodos de deducción
4.2. La conjunción: información conjuntiva
El caso de la conjunción puede presentarse de manera sencilla en los siguientes
términos: el hecho de que una conjunción sea verdadera significa que ambos
miembros de la conjunción son verdaderos. Así, “Laura estudia Administración y
Damián estudia Educación” es verdadero cuando y únicamente en el caso de que
sean verdaderos los dos enunciados “Laura estudia Administración” y “Damián estudia
Educación”. En otras palabras,
(4.2.1) (A B) es verdadero si y sólo si tanto A como B son verdaderos. Si uno de los
dos es falso, la conjunción no podrá ser verdadera.
De aquí, si A es una premisa y B es otra premisa, entonces se deduce la conjunción
(A B). Asimismo, de (A B) se deduce A y se deduce B .

4.3. La disyunción: información disyuntiva

La conectiva diádica disyunción indica un cierto grado de indeterminación. El signo de


la disyunción  representa expresiones como “o”, “... a menos que...”, entre otras del
lenguaje cotidiano. La información disyuntiva que transmite un enunciado de la forma
(A  B) es que se da alguno de los dos ya sea A, ya sea B (o, eventualmente los dos),
sin saber cuál de los dos se da. La disyunción sirve para afirmar la existencia de
situaciones alternativas. Por eso, si se afirma una disyunción (A  B), entonces alguno
de los dos A o B podrá ser afirmado, pero no ambos, A y B, por separado. Cada
alternativa puede suponerse, al modo de una hipótesis o una conjetura, pero no puede
afirmarse.

En términos de verdad y falsedad, la disyunción puede entenderse como sigue:

(4.3.1) Un enunciado (A  B) es verdadero si y sólo si A es verdadero o B es


verdadero

Esto excluye totalmente, entonces, que de una disyunción pueda deducirse por
separado cada uno de sus miembros. A la vez no puede suceder que de una
disyunción no se deduzca ninguno de sus miembros (aunque quede indeterminado
cuál).
15

4.3.1. La disyunción y los dilemas


La disyunción cumple una función indispensable en los razonamientos dilemáticos:
estos razonamientos presentan opciones que bien podrían ser contradictorias entre sí.
Como por ejemplo que alguien tiene la alternativa de invertir sus ahorros en bonos o
en moneda extranjera. Queda claro que la conclusión que se obtenga deductivamente
a partir de una disyunción requerirá argumentaciones posteriores.

4.4. El condicional. Información hipotética

El condicional, representado por la flecha , ocupa un lugar especial. El


condicional sirve para expresar información hipotética, es decir, información de que
algo (el consecuente) se da bajo una condición (el antecedente). Por lo tanto, afirmar
en una deducción un enunciado (A  B) es afirmar una situación hipotética: afirma B a
condición de que se afirme A. En otras palabras, la afirmación de un condicional
significa que no puede ser que se afirme A y no se afirme B.

Esto lleva a la siguiente primera idea:

(4.4.1) (A  B) es verdadero si y sólo si B es verdadero bajo la condición de que A


sea verdadero.

4.4.1. Nota sobre el condicional y la relación de deducción


Existe un paralelismo entre el condicional y la relación de deducción. Un
razonamiento es válido (según la definición provisional formulada en la Unidad 1), si
siempre que tiene premisas verdaderas, la conclusión también lo es. En el caso de un
razonamiento que tenga una única premisa, el razonamiento es válido si siempre que
esa única premisa es verdadera la conclusión también lo es (en ese caso la conclusión
se deduce de la premisa). Pero, en estas circunstancias, el condicional formado por la
premisa como antecedente y la conclusión como consecuente será verdadero. En
suma:
(4.4.2) Un condicional A  B es verdadero si B se deduce de A.
Por ejemplo, a partir de afirmar como premisa “(Laura estudia Administración 
Laura es estudiante universitaria)” se afirma como conclusión de una deducción que
“Laura es estudiante universitaria”, siempre que se afirme también como premisa
“Laura estudia Administración”. Por lo tanto, el condicional verdadero puede verse
como una manera de expresar la relación de deducción entre dos enunciados.
La utilidad del condicional en deducciones se manifiesta en la regla que
en la historia de la lógica se ha llamado Modus Ponens: A partir de (AB) y
de A, puede deducirse B; esquemáticamente

(AB)
A .
B

Esta es una de las reglas más fundamentales de la lógica.


16

5. Código de simbolización

Al simbolizar con letras el enunciado (3) de la sección anterior, se estableció una


correspondencia entre los enunciados atómicos en castellano que integraban (3) y
letras mayúsculas para enunciados. Esta correspondencia puede indicarse así

A: Buenos Aires está en Colombia


B: Buenos Aires está próximo al Ecuador
C: Buenos Aires está sobre el Río de la Plata

Llamaremos a esta correlación o correspondencia “código de representación en el


simbolismo lógico” o “código de simbolización”.

5.1. Ejemplo de aplicación:

Si Tagore nació en Calcuta, entonces hablaba bengalí, pero esta lengua está
emparentada con el hindi o con el punjabí.

en lenguaje regimentado queda como

((Tagore nació en Calcuta  Tagore hablaba bengalí)  (la lengua bengalí está
emparentada con el hindi  la lengua bengalí está emparentada con el punjabí)).

Tenemos 4 enunciados atómicos a los que les asignaremos, respectivamente, las


letras A, B, C y D, es decir, emplearemos el siguiente
Código:

A: Tagore nació en Calcuta


B: Tagore hablaba bengalí
C: la lengua bengalí está emparentada con el hindi
D: la lengua bengalí está emparentada con el punjabí

En la notación lógica queda como


((A  B)  (C  D))

6. Formulación de razonamientos en la notación lógica.

Si consideramos nuevamente el ejemplo formulado al comienzo de la sección 2, y


se agrega al código propuesto en 4.9. la siguiente representación
D: Buenos Aires está en Brasil
se puede simbolizar el razonamiento (*) como
(A  (B  (¬ C))
(D  (¬ C))
C
(¬ (A  D))
17

Esta simbolización nos permite destacar las conectivas y concentrarnos en la


estructura lógica del razonamiento. Lo que se obtiene es la representación lógica del
razonamiento original formulado en castellano.

4.12. Ejemplos ulteriores de aplicación

1. Malinzin fue intérprete de Hernán Cortés, sólo si hablaba castellano y también


náhuatl o quiché. Por lo tanto, Malinzin hablaba castellano y náhuatl; pues era la
intérprete de Hernán Cortés pero no hablaba quiché.

Código de simbolización:
A: Malinzin era intérprete de Hernán Cortés
B: Malinzin hablaba castellano
C: Malinzin hablaba náhuatl
D: Malinzin hablaba quiché

De acuerdo con el código se obtiene la simbolización siguiente

(A  (B  (C  D)))
(A  (D))
(B  C)

2. Si el japonés está emparentado con el coreano, entonces no pertenece a la familia


lingüística del chino clásico. Pero si no pertenece a esta familia, entonces tampoco
está vinculado con el tibetano. En consecuencia, el japonés está emparentado con
el coreano, sólo si no lo está con el tibetano.

Código:
A: el japonés está emparentado con el coreano.
B: el japonés pertenece a la familia lingüística del chino clásico
C: el japonés está vinculado con el tibetano.

Simbolización
(A  (B))
((B)  (C))
(A  (C))

5. Cuantificadores

Las conectivas no capturan todas las expresiones lógicas de los razonamientos


deductivos. Piénsese en el siguiente ejemplo, que bien podría ser extraído de alguna
información sobre la organización administrativa de la Provincia de Buenos Aires.

Todas las cabeceras de partido tienen adjudicada al menos una oficina de


correos
Hay al menos una oficina de correos que Puán tiene adjudicada, si Puán es
cabecera de partido
18

Cuesta pensar que la estructura lógica de este razonamiento pueda analizarse


exclusivamente en términos de conectivas. En la conclusión, está claro que se habla
de Puán: se dice de Puán que es cabecera de partido y que tiene adjudicada al menos
una oficina de correos. Por lo tanto, hay una conjunción implícita aquí. Pero esto no es
lo más importante en este razonamiento; en él aparecen las palabras “todos” y “hay al
menos uno” como imprescindibles.

Las palabras “todos” (tal como sus sinónimos: “cualquier”, “cada”, etc.) y “alguno”
(así como sus sinónimos: “existe al menos uno”, “hay”, etc.) se llaman
“cuantificadores” y son expresiones lógicas, del mismo modo que las conectivas. Pero
tienen características distintas. Cuando en un enunciado se dice “todos los ...” o “algún
...” se hace referencia a una cantidad no precisada de objetos o individuos de cierto
tipo. Por lo tanto, se presupone que hay un cierto conjunto de cosas (las de ese tipo,
cualquiera sea). En el lenguaje técnico de la lógica se denomina “universo de discurso”
o “dominio de cuantificación” a ese conjunto, e “individuos” a las cosas que lo integran.
Así, cuando nos referimos a una cantidad de entidades de un dominio sin indicar
cuántos son ni enumerarlos, sino empleando las expresiones “todos los ...” o “algún
...”, estamos cuantificando con respecto a los individuos de ese dominio o universo.
Para aclarar estas ideas, tómese el ejemplo siguiente.

Todo es perecedero

Aquí se está expresando que cualquiera sea la entidad que se considere, esa entidad
es perecedera. El enunciado hace una afirmación acerca de todo lo que hay.
Sencillamente llamamos “dominio de cuantificación” a ese conjunto universal integrado
por todo lo que hay. En cambio, mediante el enunciado

Algo es perecedero

se indica que hay alguna entidad que es perecedera. Así, el enunciado hace una
afirmación acerca de al menos un objeto del dominio de cuantificación. Una vez más,
las palabras “todo” y “algo” presuponen un conjunto de entidades (a las que llamamos
“individuos”) al cual se aplican estas expresiones lógicas.

Se parte, entonces, de un dominio de objetos (o universo de discurso), a cuyos


miembros (los individuos del dominio) se adscriben propiedades o atributos, o se los
relaciona con otras entidades. En general, se dirá que se predica de estos individuos.
Se considerarán los dos cuantificadores que se indican a continuación.

5.1. Cuantificador universal

Supóngase que, en un texto referido a países o estados nacionales del mundo,


aparece el siguiente razonamiento:

Todos tienen gobiernos autónomos

Chipre tiene un gobierno autónomo

El enunciado con el cuantificador universal es la premisa

Todos tienen gobiernos autónomos.


19

Este enunciado contiene la palabra “todos”, que expresa la cuantificación universal.


Hay variados recursos en castellano para expresar la cuantificación universal.
Estas son algunas expresiones que tomaremos como sinónimos (desde el punto de
vista lógico) de la premisa que estamos analizando:

Cada uno tiene gobierno autónomo.


Cualquiera tiene gobierno autónomo.

El razonamiento va de una afirmación referida a todos los objetos del dominio a


otra afirmación acerca de un caso particular, el de Chipre. En la premisa se está
queriendo decir: “Cualquier cosa (del dominio) tiene gobierno autónomo”. La expresión
“todo” cuantifica sobre el dominio y por ello es un cuantificador. Esas cosas o
individuos del dominio no están necesariamente especificados: no se indica cuáles son
o que características tienen, sino que se supone únicamente que son elementos del
dominio de cuantificación. Al hablar de “individuo del dominio” se hace un uso implícito
de variables para las entidades del dominio, que podemos representar (como es
habitual en matemática) mediante las letras x, y o z. Así resulta que la premisa del
razonamiento se reescribe como

Para todo objeto x (del dominio), x tiene gobierno autónomo.

Es decir, las frases lógicas son “para todo x”, “cada x”, “cualquier x”, etc.

5.2. Cuantificador existencial

Siguiendo con el mismo tema de países del mundo, tómese el ejemplo:

Holanda es una monarquía


Hay una monarquía
La cuantificación existencial está expresada en la conclusión de este
razonamiento: “Hay una monarquía”. Sinónimos, desde el punto de vista lógico, son,
entre otros:
Existe una monarquía.
Algo es una monarquía.
Alguno es monarquía.
Al menos hay una monarquía.

En el razonamiento se concluye que hay al menos un individuo del dominio de


cuantificación que es una monarquía (por eso es una cuantificación existencial). Este
enunciado no afirma que sea un individuo en particular, ni que sea uno solo; podrían
ser más de uno. La cuantificación existencial expresa una indeterminación: hay al
menos uno, pero no se especifica cuál o cuáles son. También se cuantifica aquí sobre
todo el dominio, pero se dice que hay al menos un individuo del que se afirma algo (en
20

este caso, que es una monarquía). Para indicar que se hace referencia a los
elementos del dominio de manera indeterminada, nuevamente se puede hacer uso de
las variables x, y, z, etc., de modo que el enunciado queda como:
Existe al menos un x tal que x es monarquía.
Debe subrayarse que los cuantificadores incluyen variables de individuo, las que
pueden considerarse también como expresiones lógicas.

5.3. Signos especiales para los cuantificadores.

En el caso de los cuantificadores, del mismo modo que ocurría con las conectivas,
se emplearán signos especiales, que reemplazarán en el lenguaje técnico de la lógica
a frases del castellano como “para todo x”, “cualquier x” y otros sinónimos,
regimentando el uso de estas expresiones. En el caso de la cuantificación universal el
signo especial será “x” (llamado “cuantificador universal”). De este modo, la premisa
del razonamiento visto en 3.3.3 se escribirá del siguiente modo:
x (x tiene gobierno autónomo)

Para la cuantificación existencial, usaremos el signo “x”, indicando en el


simbolismo de la lógica lo que en castellano se dice con las expresiones “hay al menos
un x”, y sus sinónimos. La conclusión del razonamiento visto en 3.3.2. se representa
como
x (x es monarquía)

En estos casos los paréntesis se emplean para indicar el alcance del


cuantificador: el cuantificador rige para toda aparición de la misma variable
dentro del los paréntesis.

5.4. Tabla de resumen de los cuantificadores

Cuantificador Símbolo expresiones en castellano


Universal x todo, cualquiera, cada uno, todos los, los, etc.
Existencial x existe, hay al menos uno, algún, algunos, etc.

5.5. Composición de cuantificadores

En un enunciado puede aparecer más de un cuantificador. Un caso típico, en un


contexto que trata de seres humanos, es:
(1) Todos aman a alguien.
En este enunciado figuran dos palabras que expresan cuantificación, de carácter
universal la primera y de índole existencial la segunda, así que debe interpretarse del
siguiente modo:
(1a) Para todo x (del dominio), existe un y (del dominio), tal que x ama a y,
Usando los símbolos lógicos respectivos, se puede representar este enunciado como
21

(1b) x y (x ama a y)
La situación aquí descripta es la siguiente: imagínese el dominio como un
conjunto. Se dice de cualquiera que se tome de ese conjunto, que para ese cualquiera
hay al menos un elemento del conjunto (puede ser él mismo, puede ser otro, o muchos
otros) tal que aquel (el cualquiera, cada uno) ama a este (alguno).
Un ejemplo adicional, referido a un dominio mucho más general es:
(2) Algo es causa de todo
que debe entenderse como
(2a) Existe un x (del dominio) tal que, para todo y (del dominio), x es causa de y.
Usando los símbolos para cuantificadores, el enunciado se reescribe así:
(2b) x y (x es causa de y)
Se advierte que en ambos ejemplos se usan diferentes variables. Cada variable
está ligada a un cuantificador distinto, y es para evitar confusiones que se emplean
diferentes letras para las variables de individuo. Esto es lo que se llama “cuantificación
múltiple”.
Si empleamos los símbolos para cuantificadores, el razonamiento

Todos aman a alguien


Laura ama a alguien

se representa así
x y (x ama a y )
y (Laura ama a y )

Nótese las diferencias con la formulación en castellano, sobre todo en el orden de


las palabras

6. Predicados y constantes de individuo

Los cuantificadores, tal como se acaba de decir, presuponen un dominio de


cuantificación, integrado por los individuos sobre los que se cuantifica. Cuando no se
hace especificación alguna, este dominio está integrado por entidades de cualquier
tipo (el tipo de entidad no es relevante desde el punto de vista lógico). Más aún, el
dominio estará integrado por todo lo que haya o se pueda tomar en consideración; es
el universo entero, en el sentido más general. Al dominio de cuantificación se lo llama,
entonces, “universo de discurso”.
Ahora bien, en el análisis de los enunciados en los que se detectan
cuantificadores debe quedar claro que está implícita la referencia a un dominio de
cuantificación, a cuyos elementos son los individuos. Los cuantificadores cuantifican
respecto del dominio. Pero además, en estos enunciados se atribuyen ciertas
propiedades a esos individuos, o se indica que mantienen determinadas relaciones
entre sí.
En los ejemplos dados en 3.2.1. y 3.2.2. aparecen enunciados como (a) “Puán es
cabecera de partido”, (b) “Chipre tiene gobierno autónomo” y (c) “Holanda es una
monarquía”. En cada caso, “Puán”, “Chipre” y “Holanda” son palabras que se usan
22

para referirse a elementos del dominio: funcionan como nombres. (En la gramática del
castellano, los tres integran la categoría de sustantivos propios, pero eso no es
importante aquí, sino más bien cada uno de ellos designa algún individuo del dominio).
La forma que tienen de referirse a un individuo está determinada, es siempre la misma
(nombran siempre al mismo individuo), es constante. Por eso, estas palabras son
casos en castellano de lo que llamaremos “constantes de individuo”. En el enunciado
(a) se atribuye a Puán ser cabecera de partido, en (b) a Chipre tener un gobierno
autónomo, y en (c) se atribuye a Holanda ser una monarquía. En otros términos, en (a)
se afirma de la ciudad que “Puán” nombra, que es cabecera de partido: en (b) se dice
del país que “Chipre” designa, que tiene un gobierno autónomo; finalmente, en (c) se
asevera del país al que la palabra “Holanda” se refiere, que es una monarquía. Una
forma equivalente es decir que en (a) ser cabecera de partido se predica de Puán, en
(b) tener un gobierno autónomo se predica de Chipre, y en (c) ser monarquía se
predica de Holanda.
Así, se dirá, en general, en la terminología técnica de la lógica, que de los
individuos se predica algo. Hay expresiones que sirven para predicar de los individuos,
como “es una monarquía”, “tener gobierno autónomo”, “ser cabecera de partido”, “ser
oficina de correos de”. Otros ejemplos de predicados son “ser argentino”, “ser mujer”,
“ser número primo”, “ser más alto que”, etc.
Obsérvese que la introducción de los cuantificadores como constantes lógicas nos
ha conducido a un análisis de los enunciados que considerábamos atómicos. En el
caso de las conectivas, no importaba cómo era un enunciado atómico; era,
justamente, la unidad última a partir de la cual se construían los enunciados con
conectivas (enunciados moleculares). Ahora la situación es distinta. Para expresar
adecuadamente enunciados que incluyen cuantificadores, debemos distinguir en el
enunciado qué es individuo y qué es un predicado.

6.1. Grado de predicados

Ahora bien, los predicados “es una monarquía”, “es argentino”, “es metal” se
atribuyen a sólo un individuo por vez. Así, se predica “es una monarquía” de España,
“es argentino” de Diego Maradona y “es metal” del hierro. Una situación diferente es la
de predicados como “ama a”, “está al sur de”, “es estudiante de”, “es más extenso
que”, etc. En estos casos, asignamos el predicado a dos individuos (o a un par de
individuos) en cada oportunidad. El predicado “ama a” se atribuye, por ejemplo, a
Laura y Damián, obteniéndose el enunciado “Laura ama a Damián”; el predicado “está
al sur de” se aplica a La Plata y Buenos Aires, para formular el enunciado “La Plata
está al sur de Buenos Aires”; el predicado “ser estudiante de” se predica de Laura y la
Carrera de Comunicación, dando lugar al enunciado “Laura es estudiante de la
Carrera de Comunicación”; el predicado “es más extenso que” vincula a Brasil y
Uruguay, diciéndose entonces “Brasil es más extenso que Uruguay”. En el grupo de
ejemplos, empleamos predicados de grado uno o monádicos; en el segundo usamos
predicados de grado dos o diádicos.
Continuando esta idea, tómese el predicado “está entre ... y ...”, y piénsese en un
contexto en el que se habla de las edades de la historia, por ejemplo, La Edad
Antigua, La Edad Media y La Edad Moderna. Puede formularse, entonces, el
enunciado “La Edad Media está entre La Edad Antigua y La Edad Moderna. Otro caso
es el de “regala ... a ..”, con el que es posible construir el enunciado “Laura regala el
último CD de Robby Williams a Damián”. Análogamente, el predicado “traduce a ...
al...”, que permite formar el enunciado “Damián traduce a Shakespeare al castellano”.
En estos tres ejemplos empleamos predicados de grado tres o triádicos. Por supuesto,
puede encontrarse predicados de grado incluso mayor, que se denominan, en general,
“predicados poliádicos”.
23

Para indicar de manera explícita y sin ambigüedades el grado de un predicado


puede recurrirse a las variables de individuo, simplemente como indicadores del grado.
Por ejemplo, “x es un estado autónomo”, “z es cabecera de departamento” son
predicados de grado 1, “x ama a y”, “z es más extenso que x” son predicados de grado
2, “y está entre z y x”, “x traduce y al z” son predicados de grado 3. El número de
variables diferentes en el predicado determina el grado.
En síntesis se tiene

 PREDICADOS DE GRADO 1 (PREDICADOS MONÁDICOS)


 PREDICADOS DE GRADO MAYOR QUE 1 (PREDICADOS POLIÁDICOS)

6.2. Signos para predicados y constantes de individuo

Del mismo modo que sucedía con los enunciados en el caso de las conectivas, se
pueden simbolizar predicados y constantes de individuo. Se logra, así, destacar la
estructura puramente lógica de un enunciado, un conjunto de enunciados o un
razonamiento, por medio de letras para predicados y constantes de individuo. Para los
predicados vamos a usar las letras mayúsculas P, Q, R, S, T, etc., y para las
constantes de individuo las letras minúsculas, a, b, c, d, e, etc. Nótese que, para
simbolizar predicados empleamos letras mayúsculas del alfabeto latino diferentes de
las usadas para simbolizar enunciados. Las letras para constantes de individuos
pueden considerarse como meras etiquetas para indicar individuos del dominio.
Ambos tipos de signos sirven para representar los aspectos de los enunciados que no
son lógicos, y por ello no son símbolos lógicos, sino símbolos descriptivos. Su uso se
entenderá mejor al ver ejemplos concretos. Veamos cómo se representan los
razonamientos de las secciones 3.1. y siguientes.

Todos tienen gobiernos autónomos


Chipre tiene un gobierno autónomo

Aquí el predicado es “x tiene gobierno autónomo”, que puede simbolizarse como


“Px”, y al nombre “Chipre” le asignaremos la constante de individuo “c”. Siguiendo la
idea vista en la sección 2.4.1 en relación con las conectivas, conviene establecer aquí
también un código de simbolización, pero ahora relativa a predicados y constantes de
individuo, que en este caso sería:
Px: x tiene gobierno autónomo
c: Chipre
El razonamiento queda simbolizado así:

x Px
Pc

El segundo caso era


24

Holanda es una monarquía


Hay una monarquía

Aquí, el predicado es “x es una monarquía”, que puede simbolizarse como “Qx”, y


podemos referirnos a Holanda con la constante de individuo “a”. El código resultante
es:
Qx: x es monarquía
a: Holanda
De este modo, obtenemos

Qa
z Qz

Finalmente, en el tercer ejemplo

Todos aman a alguien


Laura ama a alguien

figura el predicado “x ama a y” que podemos simbolizar como “Rxy”. Designando a


Laura con la constante de individuo “b”, el código será:
Rxy: x ama a y
b: Laura

Así, se obtiene la simbolización

xy Rxy
y Rby

7. El uso de los cuantificadores en las deducciones

7.1. Introducción
El problema general de caracterizar los signos lógicos se aplica también al caso
de los cuantificadores. Como las conectivas, los cuantificadores se emplean en
contextos en los que se hacen inferencias deductivas. Los usamos cuando queremos
hacer deducciones, extraer conclusiones, encontrar una inconsistencia. Los símbolos
especiales que se han introducido para los cuantificadores regimentan o normalizan
las expresiones que se usan en cualquier lengua histórica para expresar ciertos
conceptos lógicos. De este modo, son tratados, tal como sucedía con las conectivas,
con total independencia del idioma en el que se están usando. Los símbolos
especiales introducidos para los cuantificadores tienen un significado implícito en
nuestro uso del lenguaje cotidiano, que ahora debe hacerse explícito: debemos
25

desarrollar, aunque sea aproximadamente, las características de los cuantificadores,


que hemos destacado por medio de los símbolos especiales.
Para ello será necesario incluir la idea de un dominio de cuantificación, respecto
del que se cuantifica (aunque la extensión de este dominio como la naturaleza de sus
elementos estará totalmente indeterminada; coincidirá con lo que llamamos universo
de discurso. También supondremos, para simplificar, que todas las constantes de
individuo se refieren a un individuo del dominio de cuantificación, y además, que para
todo individuo del dominio de cuantificación hay una constante que sirve para
nombrarlo.

7.2. El cuantificador universal: información general (universal)


¿Para que sirve afirmar una cuantificación universal? ¿Qué se puede deducir
inmediatamente de un enunciado universal? Si se afirma como premisa un enunciado
x Px (formulado esquemáticamente; P puede ser un predicado cualquiera), entonces
sin duda se puede deducir válidamente cualquier caso Pa (donde a se refiere a un
individuo del dominio de cuantificación). Si se afirma “Todo es percedero” el predicado
“es perecedero” se afirmará de cualquier individuo del dominio.

En términos de verdad, se tendrá que “x Px” será verdadero, a condición de que
el predicado “Px” se atribuya a todo individuo del dominio. Ahora bien, sobre esta
base, ¿cuáles son las condiciones inmediatas para deducir un enunciado x Px?
Obviamente no basta con encontrar el caso de un individuo del dominio, ni de unos
pocos individuos. Si así fuera, la inferencia no sería deductivamente válida. Tiene que
ser una inferencia de cada uno de los individuos del dominio tomados conjuntamente.

Por todo esto, se tiene:

(7.2.1) Un enunciado “x Px” es verdadero si y sólo si al reemplazar “x” en “Px” por
cualquier constante de individuo se obtiene un enunciado verdadero

(es decir, “x Px” es verdadero si y sólo si “Pa”, “Pb”, “Pc”, “Pd”, etc. son todos
enunciados verdaderos).

7.3. El Cuantificador existencial: información existencial


Afirmar una cuantificación existencial “x Px” significa que se afirma que el
predicado “Px” se atribuye a un individuo (indeterminado) del dominio. Del mismo
modo, un enunciado “x Px” será verdadero, a condición de que “Px” se predique de
algún individuo del dominio de cuantificación (aunque queda indeterminado de cuál
individuo se trata). Y si “x Px” es verdadero, entonces sucederá igualmente que “Px”
se predica de algún individuo del dominio. Así, “Hay un millonario” es verdadero si y
sólo si de algún individuo puedo afirmar que es millonario. Por eso, decir que un
enunciado “x Px“ es verdadero, es lo mismo que aseverar que “Pc” es verdadero para
alguna constante de individuo “c” (quedando indeterminado para cuál).
Esto nos lleva a lo siguiente:
(7.3.1) Un enunciado “x Px” es verdadero si y sólo si al reemplazar “x” en “Px” por
alguna constante de individuo se obtiene un enunciado verdadero (es decir, al menos
uno de los enunciados “Pa”, “Pb”, “Pc”, “Pd”, etc. será verdadero).
26

8. Representación en la notación lógica

8.1. Resumen: La notación lógica

negación: ¬
conjunción: 
CONECTIVAS: disyunción: 
condicional: 
PARA bicondicional: 
CONSTANTES
LÓGICAS: universal: x
SIGNOS CUANTIFICADORES: existencial: x
LÓGICOS

PARA
VARIABLES DE INDIVIDUO: x, y, z, etc.
.

PARA
PREDICADOS: P, Q, R, S, T, etc.
SIGNOS
DESCRIPTIVOS PARA
CONSTANTES DE INDIVIDUO: a, b, c, etc.

SIGNOS AUXILIARES: PARÉNTESIS: (, )

8.2. Casos con conectivas y cuantificadores

Hasta ahora conectivas y cuantificadores se han presentado de manera separada,


pero ambos tipos de símbolos lógicos aparecen entremezclados en enunciados y
razonamientos del lenguaje cotidiano. Véase el caso siguiente.

23 es mayor que 17 y ambos son números primos


Existe un número primo mayor que 17

Como predicados tenemos: “x es número primo” (de grado uno o monádico) y “x


es mayor que y” (de grado dos o diádico). La premisa contiene conjunciones, de modo
que, regimentándola con símbolos lógicos, queda como:
23 es mayor que 17  (23 es número primo  17 es número primo)
27

y la conclusión es:
x (x es primo  x es mayor que 17 ).
Nótese que en esta simbolización de la conclusión hay una conjunción que no
está expresada de manera explícita en su formulación en castellano.
Véase el siguiente ejemplo de razonamiento, muy común en los manuales de
lógica:

Todos los seres humanos son mortales


Sócrates es un ser humano
Sócrates es mortal
Su validez salta a la vista: de la verdad de las premisas se sigue forzosamente la
verdad de la conclusión. Los predicados en cuestión son “x es ser humano”, “x es
mortal”, y “Sócrates” es la única constante de individuo. La primera premisa es el único
enunciado donde aparece al menos un símbolo lógico: “todos”. Sin embargo, ¿cómo
debe interpretarse? El enunciado no está diciendo “Todo es mortal”, sino “Todo lo que
cumple con la condición de ser humano, es mortal”, o, en otras palabras, “Cualquier
cosa es mortal a condición de que sea ser humano”. Así pues, la forma regimentada
de este enunciado con símbolos lógicos dice:
x (x es ser humano  x es mortal).
Así, la estructura lógica del enunciado “Todos los hombres son mortales” contiene
no sólo el cuantificador universal, sino también un condicional.
Si se emplean letras para predicados y constantes de individuo, se puede formular
el código:

Qx: x es ser humano


Px: x es mortal
a: Sócrates

y el razonamiento se representa en la notación lógica como


x (Qx Px)
Qa
Pa
Veamos cómo puede simbolizarse el razonamiento visto al comienzo de la
sección 3. Este caso es más complejo e incluye predicados de grado dos.

Todas las cabeceras de partido tienen adjudicada al menos una oficina de


correos
Hay al menos una oficina de correos que tiene adjudicada Puán, si Puán es
cabecera de partido

Si empleamos el código:
Px: x es cabecera de partido
Txy: x tiene adjudicado y
28

Sx: x es oficina de correos


a: Puán
la representación del razonamiento en la notación lógica es

z (Pz  y (Tzy  Sy))


Pa  x (Tax  Sx)

Obsérvese el empleo de los paréntesis tanto para agrupar enunciados con


conectivas como para indicar el alcance de los cuantificadores.

8.2.1. Nota. Variables y aparición de variables


Dentro de un enunciado formulado en el simbolismo lógico, una variable puede
aparecer repetidas veces. Por ejemplo, en el enunciado “x (Qx Px)” la variable x
aparece tres veces, una con el cuantificador y las dos restantes dentro de los
paréntesis. La variable es siempre la misma (es decir, “x”), pero tiene tres apariciones.
En el enunciado “z (Pz  y (Tzy  Sy))”, las variables “z” e “y” aparecen tres veces.
Cuando se habla de la variable en un enunciado no importan las apariciones, pero si
se habla de sus apariciones debe indicarse cuál específicamente. Por ejemplo, puede
decirse en el caso del segundo enunciado que la variable “y” aparece en el
consecuente del condicional, pero no en el antecedente.

8.2.2. Alcance de los cuantificadores

Los paréntesis sirven para indicar también el alcance del cuantificador, es decir,
hasta dónde, en el enunciado, abarca el cuantificador. Todas las veces que figure
dentro de los paréntesis la misma variable de individuo que aparece en el cuantificador
se considerará que ésta está dentro del alcance del cuantificador. Esto está ligado con
la aparición de variables y requiere una mayor aclaración posterior a través de los
ejemplos. En el esquema de enunciado

z (Pz  y (Tzy  Sy) )

el paréntesis que precede a “Pz” y el que está al final de la expresión no sólo


componen el condicional, sino que indican el alcance del cuantificador universal “z”.
Si se los eliminara, se obtendría

z Pz  y (Tzy  Sy)

y no quedaría claro que “z” está afectando a todas la apariciones de la variable z en


la expresión dada. Por lo demás, esta expresión recibiría una interpretación totalmente
distinta y no sería una representación correcta en el simbolismo lógico del enunciado
original:
Todas las cabeceras de partido tienen adjudicada al menos una
oficina de correos.
29

8.2.3. Nota. Condicional y cuantificación universal.

En el contexto de cuantificaciones universales, el condicional sirve para expresar


regularidades que se dan en ámbitos de la realidad, y que reciben el nombre de leyes
o enunciados legaliformes. Por ejemplo, los enunciados “Todos los metales conducen
el calor”, “Todos los hombres son mortales” expresan una regularidad, y se simbolizan
asI:
x (Px  Qx)

Este enunciado es verdadero si nunca puede darse que “Pa” sea verdadero y “Qa”
falso, “Pb” sea verdadero y “Qb” falso, “Pc” sea verdadero y “Qc” falso, y así siguiendo
con todas las constantes de individuo.

8.3. Ejemplos ulteriores de aplicación

Código:
Px: evoluciona. Qx: x es sociedad Rx: x se transforma

1.
Todo evoluciona Algo evoluciona
x (x evoluciona) x Px x (x evoluciona) x Px

Toda sociedad evoluciona Algunas sociedades evolucionan


Las sociedades evolucionan Hay sociedades que evolucionan
Cualquier sociedad evoluciona Existe una sociedad que evoluciona
x (x es sociedad  x evoluciona) x (x es sociedad  x evoluciona)
x (Qx Px) x (Qx  Px )

Algunas sociedades evolucionan y se


Toda sociedad evoluciona y se transforma
transforman
x (x es sociedad  (x evoluciona  x se
x (x es sociedad  (x evoluciona  x se
transforma) )
transforma) ) x ( Qx  (Px  Rx) )
x (Qx (Px  Rx) )

2.
Nada evoluciona Algo no evoluciona
x (x evoluciona) x Px x (x evoluciona) x Px

Ninguna sociedad evoluciona Algunas sociedades no evolucionan


x (x es sociedad   x evoluciona) Hay sociedades que no evolucionan
x (Qx   Px) x (Qx   Px)

Ninguna sociedad evoluciona y se transforma Hay sociedades que no evolucionan ni se


x (x es sociedad   (x evoluciona  x se transforman
transforma) ) x (x es sociedad  ( x evoluciona   x se
x (Qx   (Px  Rx) ) transforma) ) x (Qx  ( Px   Rx) )

3.
30

Si Cuauhtémoc era azteca, entonces no todos los aztecas eran cobardes o supersticiosos.

en lenguaje regimentado

(Cuauhtémoc era azteca  (x (x es azteca  (x es cobarde  x es supersticioso)))

Código:
Px: x es azteca
Qx x es cobarde
Rx: x es supersticioso
a: Cuauhtémoc

Simbolización:
(Pa  (x (Px  ( Qx  Rx) ))

4.
Ningún azteca era cobarde; sin embargo, algunos de ellos eran supersticiosos y
Moctezuma era supersticioso.

(z (z es azteca   z es cobarde )  ( z (z es azteca  z es supersticioso)  Moctezuma


era supersticioso) ))

Código:
Px: x es azteca
Qx x es cobarde
Rx: x es supersticioso
a: Moctezuma
(z (Pz  Qz)  ( z ( Pz  Rz )  Ra ))

1. Los alanos y los cimbrios eran germanos. En consecuencia, los cimbrios no eran
musulmanes y los alanos tampoco; pues ningún germano era musulmán.

Código:
Px: x es alano
Qx: x es cimbrio
Rx: x es germano
Sx: x es musulmán

Dos maneras de simbolizar el razonamiento son las siguientes:

x ( (Px  Qx )  Rx ) x ( (Px  Qx )  Rx )
x (Rx  ( Sx)) x (Rx  ( Sx))
x (Qx  ( Sx))  x (Px  ( Sx)) x ( (Px  Qx )  ( Sx))

También podríamos simbolizar este mismo razonamiento empleando otras variables,


por ejemplo:

z ( (Pz  Qz )  Rz ) x ( (Px  Qx )  Rx )
y (Ry  ( Sy)) x (Rx  ( Sx))
x (Qx  ( Sx) ) x (Px  ( Sx)) z ( (Pz  Qz )  ( Sz))
31

2. Hay funcionarios que no son honestos. Ya que no todos los jueces son imparciales.
Sin embargo, cualquiera de ellos es un funcionario. Además, ningún juez que no
sea imparcial es honesto.

Código:
Px: x es juez
Qx: x es imparcial
Rx: x es funcionario
Sx: x es honesto

Simbolización
( x (Px  Qx) )
y (Py  Ry)
x ( (Px  ( Qx))  ( Sx))
z (Rz  ( Sz))

8.4. Individuos, propiedades y relaciones

Supóngase, tal como sucedía en casos anteriores, que se está hablando de los
países del mundo y considérese los siguientes enunciados:

1. Suiza es montañosa.
2. Finlandia es boscosa.
3. Suiza está al sur de Finlandia y Finlandia no está al sur de Portugal.
4. Si Suiza es montañosa, entonces algo (del dominio considerado) es montañoso.

Un posible código es:


a: Suiza Px: x es montañoso
b: Finlandia Qx: x es boscoso
c: Portugal Rxy: x está al sur de y

los enunciados quedarían representados en el simbolismo así:

1. Pa
2. Qb
3. Rab  ¬Rbc
4. Pa  x Px

Como en los casos de la sección precedente, se advierte que el simbolismo de la


lógica también sirve para representar cierta estructura de los enunciados atómicos, en
32

términos de individuos y lo que se predica de ellos. Una idea es que los predicados
monádicos representan propiedades de objetos del dominio y los poliádicos
representan relaciones entre ellos. Esto merece alguna aclaración. En el contexto de
nuestra representación, decimos cosas acerca de las entidades del dominio; esto es,
predicamos acerca de ellas, y al hacerlo, puede decirse, les adscribimos determinadas
propiedades y afirmamos que entre ellas median determinadas relaciones.
Tómese nuevamente, a título de ilustración, los países del mundo como el dominio
de objetos al que nos referimos. Estos países pueden ser montañosos, boscosos,
pueden tener salida al mar, etc. (es decir, pueden tener propiedades). También puede
darse que un país tenga más habitantes que otro, sea más pequeño que otro, se
encuentre al norte de otro (relaciones entre dos países), o dados tres países puede
darse que uno de ellos limite con los otros dos (relaciones entre tres países), etc.
De este modo, la representación se organiza en torno de objetos (individuos),
propiedades, relaciones. A los individuos se los designará mediante las constantes de
individuo y todo lo que se diga de los individuos se expresará mediante predicados.
Esto se puede resumir en el siguiente cuadro:

constantes de individuo ---- designan ----- objetos (individuos)


predicados monádicos ---- corresponden a ---- propiedades de objetos
predicados poliádicos ---- corresponden a ---- relaciones entre objetos

8.5. Nota. Problemas de riqueza expresiva: predicados y enunciados

El razonamiento (*) formulado al comenzar la sección 2, acerca de la ubicación de


Buenos Aires, también puede simbolizarse analizando los enunciados en términos de
predicados y constantes de individuo, y esto pese a no contener cuantificadores. Si
establecemos el código:
Px: x está en Colombia
Qx: x está próximo al Ecuador
Rx: x está sobre el Río de la Plata
Sx: x está en Brasil
b: Buenos Aires
el ejemplo (*) se puede expresar simbólicamente así:
(Pb  (Qb  (¬ Rb)))
(Sb  (¬ Rb))
Rb
(¬ (Pb  Sb))

Como este razonamiento contiene únicamente conectivas, en realidad no hay


variaciones en su estructura lógica. Como se verá en la unidad 4, su validez podrá
determinarse siguiendo cualquiera de las dos simbolizaciones. Sin embargo, esta
última representación, al analizar el interior de los enunciados en términos de
predicados e individuos, muestra más estructura que la anterior. Por eso se dice de
esta simbolización que tiene una mayor riqueza expresiva.
33

Más aun, también podría pensarse en una simbolización con predicados de grado
dos, como “x está en y”, “x está próximo a y”, “x está sobre y”, y en la cual se
distinguen “Colombia”, “el Ecuador”, “Río de la Plata”, “Brasil” como constantes de
individuo. Es decir, empleando el código:
Pxy: x está en y
Qxy: x está próximo a y
Rx: x está sobre y
a: Colombia
b: Buenos Aires
c: el Ecuador
d: el Río de la Plata
e: Brasil
la representación del razonamiento (*) es:

(Pba  (Qbc  (¬Rbd))


(Pbe  (¬ Rbd)
Rbd
(¬ (Pba  Pbe))

Esta simbolización es más rica y compleja en cuanto a su contenido extra lógico, pero
los símbolos lógicos que aparecen son los mismos que en las anteriores
simbolizaciones, y están combinados del mismo modo. Por eso, las tres
representaciones de este razonamiento tienen idéntica estructura o forma lógica.

8.7. Ejemplos ulteriores de aplicación:

1. Código: Pxy: x contamina y Grado de P= 2

Todo contamina algo Algo contamina todo Nada contamina todo

x y (x contamina y) x y (x contamina y) x  y (x contamina y)


x y Pxy x y Pxy x y Pxy

Todo contamina todo Algo contamina algo Nada contamina nada

x y (x contamina y) x y (x contamina y) x y  (x contamina y)


x y Pxy x y Pxy x y Pxy

2. Código: Px: x es fábrica Qxy: x contamina y Rx: x es río


Grado de P= 1; Grado de Q= 2; Grado de R: 1
34

Toda fábrica contamina algo Algunas fábricas contaminan todo

x(x es fábrica  y x contamina y) x(x es fábrica  y(x contamina y))


x ( Px  y Qxy) x (Px  y Qxy)

o bien: o bien:

xy(x es fábrica  x contamina y) x y (x es fábrica  x contamina y)


x y (Px  Qxy) x y (Px  Qxy)

Ninguna fábrica contamina todo Algunas fábricas contaminan algunos ríos

x(x es fábricay(x contamina y)) x(x es fábrica  y(y es río  x contamina y))
x (Px  y (Qxy) ) x ( Px  y( Ry  Qxy) )

o bien: o bien

xy(x es fábrica  x contamina y) xy(x es fábrica  (y es río  x contamina y))


x y (Px  Qxy) x y ( Px  ( Ry  Qxy) )

3.
Toda fábrica contamina algún río

x (x es fábrica  y (y es río  x contamina y) )


x ( Px  y ( Ry  Qxy) )

4.
Hay fábricas que contaminan todos los ríos

x (x es fábrica  y (y es río  x contaminan y) )


x ( Px  y ( Ry  Qxy) ).

5.
Ninguna fábrica contamina todos los ríos

z(z es fábrica  y( y es río  z contamina y) )


z ( Pz  y ( Ry Qzy) )

6.
Todo ciudadano elige diputados y senadores.

x (x es ciudadano  ( y (x elige como diputado a y)  z (x elige como senador a z) ) )

Código:

Px: x es ciudadano (grado 1)


Qxy: x elige como diputado a y (grado 2)
Rxy: x elige como senador a y (grado 2)
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x ( Px  ( y Qxy  z Rxz) )

8.
El Rig Veda fue escrito en la lengua sánscrito. De modo que el sánscrito es una
lengua sagrada. Pues la lengua en que está escrito cualquier texto sagrado es
sagrada; y el Rig Veda es un texto sagrado.

Código:
Pxy: x está escrito en lengua y
Qx: x es texto sagrado
Rx: x es lengua sagrada
a: el Rig Veda
b: el sánscrito

El razonamiento es simbolizado como


Pab
x y(( Qx  Pxy)  Ry ))
Qa
Rb

9. Bibliografía Ampliatoria

Legris, Javier: Deducción y representación. Una introducción a la lógica de primer


orden. Buenos Aires, Economizarte, 2001, caps. 2 y 3

Jeffrey, Richard C.: Lógica formal: su alcance y sus límites, Trad. cast. de Angel
D´Ors, Pamplona, Eunsa, 1999. caps. 2 y 4.

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