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SOCIEDAD CIVIL Y GOBERNANZA

En el Perú al parecer vamos cada vez más “de guatemala a guatepeor”. Nuestro país
no solamente sufre de crisis de gobernabilidad, es decir, que los que están en el poder
no tiene la capacidad de gobierno, sino que tiene también un problema de gobernanza,
es decir, que en el ejercicio del gobierno o en la toma de decisiones más importantes, la
participación de la sociedad civil es baja o nula. Veamos tres razones.
Primero, el conflicto entre los poderes del Estado, que ya se ha hace costumbre, se da
en una suerte de círculo vicioso permanente: vacancia van vacancias vienen, “te cierro
el Congreso”, “te denuncio”, “tú tienes más denuncias”, etc. Se trata de una crisis de
gobernanza que supera todas las precedentes en el país. Incluso, supera al dicho de
que nacimos en un país siempre en crisis.
Segundo, parece que los diferentes actores políticos implicados en esta crisis así lo
quisieran, porque a río revuelto mayores ganancias. Las y los políticos de turno no
tienen ningún interés por superar o resolver la crisis, puesto que, como reza el dicho,
“es mejor pájaro en mano que cien volando”. No se quieren ir. Posiblemente porque aún
no han recuperado la inversión realizada para llegar a ese puesto. Propio de la lógica
del neoliberalismo: el caos es ganancia, pero es ganancia para los que tienen el poder,
ya sea económico o político. Así se juega en el Perú. Mientras tanto quienes lo sufren
son lo más pobre, los más vulnerables del país, a quienes nunca llegó el chorreo que
les prometió economía neoliberal, esa economía que pidió sacrificio de los pobres con
la promesa de que un día habría para todos y todas. Esa promesa no se ha cumplido. Y
Ud. y todos lo vivimos día a día.
Tercero, tenemos una sociedad civil desintegrada, con poca fuerza organizativa para
garantizar la gobernanza en el Perú. No obstante, gracias al poder que le da su
naturaleza, esa sociedad civil se activa en ciertos momentos, como oleadas o
ventarrones de ciudadanía, advierte su presencia, genera esperanza y luego
desaparece del escenario, sin dejar propuestas. Es posible que eso pase con la marcha
convocada para el 5 de noviembre próximo. Hoy tenemos una sociedad civil con débil
incidencia en las grandes decisiones que se toman en el país. Eso explica los
retrocesos tenidos en el Perú respecto a algunas políticas como las reformas
educativas, o la lucha contra violencia hacia la mujer, o los avances hacia una
economía más social y solidaria con los pobres o las reformas políticas.
Si la gobernanza es la forma de gobierno basada en la interrelación equilibrada del
Estado, la sociedad civil y el mercado para lograr un desarrollo económico, social e
institucional estable, es necesario contar con una sociedad civil articulada con
capacidad de participación propositiva o con capacidad de ser escuchada, una
sociedad civil que fomente el interés público. Alentamos pues toda participación
ciudadana organizada que vigila, propone y hace incidencia en las políticas locales,
regionales y nacionales.

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