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El problema del alma (antropológico) en Aristóteles.

I. Ontología. Unidad substancial.


Aristóteles sostuvo que toda substancia es un compuesto hilemórfico, cuya distintción es sólo inteligible.
El alma no es un espíritu separable del cuerpo, pues no puede existir sin el cuerpo, ya que es la forma o
estructura de un cierto tipo de cuerpo, el cuerpo vivo. Pero tampoco es ella misma un cuerpo, sino algo
de un cuerpo, su forma o estructura. El alma es esa organización o estructura del cuerpo que le permite
realizar sus funciones vitales.
II. Biología.
1) Principios vitales.
Lo que tiene alma (es decir, todos los seres vivos) se distingue de lo que no la tiene por el hecho de
vivir. Los diferentes tipos de almas o principios vitales se estructuran en una jerarquía funcional. La
forma inferior de alma es el alma vegetativa, que ejerce las funciones de la nutrición y la reproducción.
Los animales además están capacitados para moverse y necesitan tener sensaciones e incluso memo-
ria, y poseen el alma sensitiva porque resultan funcional para su supervivencia. Un grado más alto en
la escala funcional de la vida es la del alma racional humana, que además de las funciones vegetativas
y sensitivas posee logos: inteligencia y lenguaje. La naturaleza no hace nada en vano y ha dado al ser
humano el lenguaje. Los otros animales tienen sólo voz (phone), y con ella pueden expresar y transmitir
sus sensaciones. Pero los humanes tienen además capacidad lingüística, pueden hablar, y así comuni-
carse unos con otros sobre lo justo y lo injusto, lo conveniente y lo perjudicial, etc.
2) Fisiología.
a) Nutrición humana. Los alimentos que comemos, mediante cocciones sucesivas, se van transformando
en sangre y en otros tejidos.
b) Reproducción. la menstruación es un residuo de aquellas cocciones y en la hembra embarazada, se
utiliza como material para la formación de la cría y, en la no embarazada, se pierde periódicamente.
Este residuo se produce porque las hembras no son capaces de llevar el proceso de cocciones suce-
sivas hasta su extremo, como los machos, que en su última cocción o destilación de la sangre pro-
ducen el esperma. Sólo el esperma contiene el agente reproductivo, transmite forma y actividad, Y
sólo el animal pleno, el macho, genera suficiente calor como para producirlo. Las hembras son ani-
males imperfectos, las mujeres son como niños o como eunucos, incapaces de alcanzar la tempera-
tura requerida para producir el esperma.
c) Funcionamiento orgánico. Aristóteles tiene una visión termodinámica del funcionamiento del cuerpo.
La necesidad de nutrirse que contribuye a la creación de tejidos y órganos genera un calor que ha
de ser compensada por un proceso de enfriamiento que se realiza entre los pulmones y el cerebro.
III. Dimensión intelectual. (Animal racional)
1) La facultad racional es activa de dos maneras: como potencia del pensamiento científico y como
potencia deliberativa La primera tiene por objeto la verdad, la verdad por sí misma, mientras que
la segunda busca la verdad no por la verdad en sí misma sino con miras prácticas y prudenciales.
2) El entendimiento agente, activo, abstrae las formas a partir de las imágenes o phantasmata, las
cuales, una vez recibidas en el entendimiento pasivo, son conceptos en acto.
3) En un breve y oscuro pasaje, quizá como residuo nostálgico del platonismo, Aristóteles añade que,
aunque cada humano tiene su propia intuición pasiva, que muere con él, como el resto de su alma y
de sus capacidades psíquicas, la intuición intelectual activa es algo impasible, inmortal y eterno.
IV. Dimensión socio-política. (Animal político).
1) El ser humano posee el logos no sólo para descubrir la verdad, sino que es acorde con su naturaleza
política. El hombre es un animal político puesto que su racionalidad se manifiesta, desarrolla y des-
pliega en el ámbito de la polis. No sólo existe la pólis naturalmente, sino que es por naturaleza
anterior y más importante que el individuo y la familia.
2) Las deliberaciones políticas basadas en el uso racional de los principios filosóficos, se plasman en las
leyes de la ciudad formuladas y ejecutadas por los más aptos.
3) Las potencialidades del alma humana no son iguales en todos. Las mujeres, los esclavos, los que
trabajan para proporcionarse el sustento y los bárbaros no tienen el logos en la misma medida que
el varón griego libre. Por naturaleza, unos nacen para mandar y otros para obedecer. Y aquellos cuya
potencialidad les permite el liderazgo tienen que desarrollarlo adecuadamente y ser formados en
consecuencia.
4) Ciudadanos son los que tienen derecho a participar en la administración o gobierno de la ciudad. En la
práctica, el ciudadano es el hombre cuyos padres son también ciudadanos, tienen rentas, y, por tanto,
son los más aptos para ejercer el liderazgo y el mando.

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