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1
REVISTA PATRIÓTICA
DEL

PASADO fi.RGENTINO
POH

llNUEL RIC!ll00 TRELLES

Pero, qué quiere Td I á mas del cigarro y


del mate, hemos de tener otros vicios , para
completar el triángulo de nuestra perdicion; y
ese tt'rcer lado 8aco, es la manía de embarrar
papel que nadie lée.

71141' Maria G11li"7"ta.

TOMO I

BUENOS AIRES

Imprenta EUROPEA, Calle Moreno número 5 I


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1888
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INTRODUCCION

e:En los nidos de antaño, no hay pájaros


ogaño , , dice un refran español, censurando á
los que dejan pasar la ocasion para aprovechar ó
ganar.
1:. Creerá tal vez el lector que, al empezar nuestra
r plática con ese proverbio, nos proponemos de-
f, mostrarle que pretendemos un provecho ó ga-
c{ nancia, publicando una tercera Revista, conti-
nuacion de las dos anteriores que dimos á luz
gratuitamente : la del Archivo General y la de la
Biblioteca de Buenos Aires, 8 vol. en 4°.
Pero nada hay mas inexacto; porque las unas,
como la otra, son nidos, de antaño, que no encon-
c.2 traron aquellas, ni encontrará ésta, ocasion pro-
~ pia para producir ganancia , fuera de la satisfac-
¿ cion moral del autor, rindiendo un servicio al
j
f público y á las letras nacionales. Por eso la inti-
tulamos Revista P,;;ftls

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IV INTRODUCCION

El reproche del refran , viene por consiguiente


á referirse, en nuestro caso, á aquella parte del
público que deja pasar las oportunidades que se
le presentan para adquirir conocimientos útiles,
sin trabajo y con insignificante espendio : conoci-
mientos relativos precisamente al pasado del país
en que vive, en que se encuentran los orígenes
y la filiacion de todo lo que en él ha existido y
existe, y es conveniente conocer á todos sus ha-
bitadores.
Asentamos estas consideraciones, con el único
objeto de que, si fuese necesario, quede estable-
cido el hecho histórico, respecto de la poca pro-
teccion que obtienen, entre nosotros, trabajos de
la naturaleza del que ofrecemos, procurando ex-
humar el pasado de la patria del soterramiento
que en su mayor parte se mantiene, bajo el polvo
de los archivos nacionales, provinciales y parti-
culares.
Y, si del público pasamos á los gobiernos, ¿po-
dríamos esperar _proteccion de su parte , precisa-
mente nosotros, detentados por mas de uno de
ellos , que retienen, del modo mas incalificable,
desde hace largos años, los honorarios que nos
deben por ilustrar las mas importantes cuestiones
territoriales que se han ofrecido en la República?
Con semejantes antecedentes, nadie se persua-
dirá que persistamos en nuestro propósito de ser-

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INTRODUCCION V

vir á todos, ofreciéndoles los datos útiles del pasa-


do histórico y administrativo que les presentamos
en las páginas de esta publicacion.
Será una prueba mas que les daremos de la
sinceridad patriótica y de la fe que tenemos en la
utilidad de los estudios de nuestra predileccion.
Emprendemos, pues, esta obra, sin contar con
mas proteccion que la que generosamente tengan
á bien dispensarle los particulares que la favo-
rezcan, cargando á nuestra costa lo que falte para
la impresion de cada volúmen.
Seguiremos en ella, el mismo órden que en
nuestras anteriores revistas, sin pretender colabo-
racion, como no la pretendimos en aquellas, ex-
cepto la de los nombres que, como autorizan tes
de los hechos pasados, figuren en los documentos
que publiquemos.

MANUEL RICARDO TRELLES.

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DICTÁMENES DESATENDIDOS

A propósito de lo que espresamos en la introduc-


cion, respecto de la tenaz negativa del P. E. Nacio-
nal, durante mas de una administracion, á satisfacer-
nos los honorarios que nos debe por ilustrar las
cuestiones territoriales de la República, insertamos á
continuacion el dictámen del ilustrado Procurador Gene-
ral de la Nacion, Dr. don Eduardo Costa, y la resolu-
cion de la H. C. de DD. aconsejando el procedimiento
que corresponde en justicia de conformidad con el
dictámen mencionado.
El público juzgará por esas piezas, si es creible
que, en una que se llama república constituida, pueda
negarse justicia á un ciudadano nativo, que le ha
rendido servicios especiales, procediendo á su res-
pecto, como no se procede con el último de los es-
trangeros que se encuentre en caso semejante.
¿Será porque los estrangeros tienen ministros y
cónsules y algo mas, para hacer respetar sus derechos
correspondientes, y que los argentinos que no estén
en la gracia del P. E., no gocen de los derechos

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2 REVISTA PATRIÓTICA

constitucionales comunes á todos los habitantes del


país?
Hé aquí los dictámenes desatendidos:

Diotámen del Sr. Procurador General de la N aoion

Sef'íor Ministro :-En 1863, recibió el sef'íor Trelles


la comision de trabajar una memoria sobre los lími-
tes de la República, reservándose el Gobierno acor-
darle una retribucion merecida (decreto de Agosto
24 de 1863, foj. 1.)
Por espacio de diez af'íos, el sef'íor Trelles ha de-
dicado su tiempo y su inteligencia al desempefio de
esta comision, no ménos difícil que delicada, dando
á la publicidad tres memorias sobre los límites de
la República con Chile, Bolivia y Paraguay, y nume-
rosos artículos sobre la misma materia. Sus trabajos
han merecido la aprobacion mas calurosa de todas
las personas entendidas y del público en general.
Para apreciar su importancia, bastará recordar, se-
gun el mismo señor Trelles observa, que ellas habi-
litan al Gobierno de la Nacion para defender y re-
clamar cuarenta mil leguas de territorio nacional.
Cumplida por parte del señor Trelles la comision
que recibió, es llegado el caso de que el Gobierno
de la Nacion cumpla por la suya la obligacion que
para con él contrajo, acordándole la retribucion me-
recida.
No tengo embarazo en declarar que en manera
alguna me encuentro habilitado para formar juicio
acerca de la importancia de esta retribucion, y pre-

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DEL PASf.D0 ARGENTINO 3

sumo que pocos lo estarán, pues se necesita para


ello estudios y conocimientos muy espedales y muy
poco comunes. No puedo por consiguiente abrir
opinion sobre la última proposicion del señor Trelles.
Paréceme el temperamento mas natural, para dar
una solucion á este asunto, el que el mismo interesado
á foj. 1 3 indica: el nombramiento de personas compe-
tentes, que en vista de todos los antecedentes, deter-
minen la retribucion debida, á fin de que pueda V. E.
recabar del Congreso la autorizacion competente -
Noviembre 5 de I 878.
EouARDO CosTA.

Diotámen de la Comision de .Peticiones de la Cámara


de Diputados

A la Honorable Cámara de Diputados-La Comi-


sion de Peticiones y Poderes ha tomado en conside-
racion la solicitud del señor don Manuel Ricardo
Trelles, sobre regulacion y pago de los honorarios
que le correspondan por sus trabajos sobre límites
de la República con las _de Chile, Bolivia y Paraguay,
y por las razones que espondrá el miembro infor-
mante, tiene el honor de aconsejaros la sancion del
decreto : e Ocurra donde corresponda. >
Sala de la Comision, Setiembre 1 º de I 88 5 - Da-
vZ:d Zamórano- Bustos - C. Sosa.

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4 kl.WISTA PATRIÓTICA

Informe del miembro de la Oomision Sr. Zambrano, en la


sesion de 9 de Setiembre de 1886

La Comision aconseja la sancion del decreto que


acaba de leerse, porque considera que no entra en
la esfera de accion del poder legislativo, resolver en
el reclamo del sefior Trelles, sino que corresponde,
esclusivamente, al ¡.,oder administrativo.
No c1n!.aré á la Cámara haciendo una relacion de
la larga tramitacion que ha seguido este asunto.
Me bastará indicar, únicamente que el Poder Ejecu-
tivo por decreto de 24 de Agosto del afio 63, comi-
sionó al sefior Trelles, para que, formando una com-
pilacion de los diferentes documentos que pudiera en-
contrar, redactar una memoria ilustrativa de los títulos
á los límites que cuestionaba nuestro país con las re-
públicas de Bolivia, Chile y el Paraguay.
El sefior Trelles cumplió su mision, desempefiándola
con la ilustracion que hace notar la vista fiscal, pero,
al gestionar el pago ante el Poder Ejecutivo, no se
le hizo lugar.
Insistiendo en su gestion, el poder ejecutivo le acordó
mil quinientos pesos por su trabajo.
No conforme con esta cantidad, insistió nuevamente,
y entonces el P. E. remitió al Congreso el asunto,
para que resolviera lo que creyese conveniente, no
considerándose autorizado para invertir la cantidad
que importaba el trabajo del sefior Trelles.
La Cámara de Diputados, en ese entónces, declaró
que no le correspondia resolver sobre ese asunto, y
dispuso que volviese al Ejecutivo.- Así sucedió.

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DEL PASA l>U ARGENTINO 5

Ante una nueva gestion del señor Trelles, el Poder


Ejecutivo insistió en su primitiva resolucion, acor-
dándole la misma cantidad. Entónces este seftor, no
conforme con ella, ocurre al Congreso, solicitando
que autorice al Poder Ejecutivo para que nombre
árbitros 6 peritos que aprecien su trabajo.
La Comision encuentra que esto seria irregular ;
que no es de la facultad de la Cámara indicar al
Poder Ejecutivo el camino á seguir en un asunto
que es puramente administrativo.
Si por un decreto se comisionó al seftor Trelles
para la redaccion de esa memoria, es el Poder Eje-
cutivo quien debe ordenar el pago, siguiendo la tra-
mitacion que corresponda. Tal es el nomóramzento
de perso,-,,as conocedoras de la materia, que puedan
at,redar ese trabajo.
Por estas consideraciones, la Comision crée que
la Cámara debe sancionar el decreto de : , Ocurra
donde corresponda , .
-Se aprueba el despacho de la Comision.

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6 REVISTA PATRIÓTICA

LOS LIBROS PARROQUIALES

SU IMPORTANCIA HISTÓRICA Y CIENTÍFICA

Buenos Aires,Junio 14 de 1883.

Señor General D. Bartolomé Mitre.


Mi querido General: -Al acompañarle el tomo 1v
de la Revz'sta de la Biblioteca, y como amigable
felicitacion por su regreso á la patria, le dirijo estos
,
'
renglones en que consigno una noticia relativa á su 1

familia.
Hace como seis meses que me ocupo, á ratos, de 1
la version del libro parroquial mas antiguo que se ha
conservado de la ciudad de Buenos Aires.
Es un volúmen formado de cuadernos y fragmentos
de libros parroquiales de diferentes afios, comprendi-
dos entre los de 1601 y 1659 .
Contiene partidas de bautismos, matrimonios, defun-
ciones y confirmaciones, todo trunco con relacion al
período indicado.
De los aftos que resultan completos, formaré la
estadística correspondiente, para publicarla en la Re-
.vista de la Biblioteca, y aprovecharé todos los datos
que contiene el libro, para dar principio á la forma-
cion de un Nobiliario de nuestras familias coloniales.
Tal vez parecerá estrafto este título que daré á
ese trabajo, aplicado á las familias de una colonia de
América. Antes de meditarlo bien , á mí me habria

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DEL PASADO ARUENTINO 7

parecido del mismo modo, impropio; y, sin duda por


eso, pensé en el primer momento clasificarlo de Fa-
miliario, inventando al efecto esta denominacion. Pero
luego comprendí que la calificacion era inaceptable,
por cuanto mi trabajo ~olo se referirá á las familias
de raza europea de nuestra poblar.ion, ennoblecidas
por el hecho de pisar el suelo de América y sus-
tentar la conquista y poblacion de estos países, bajo
las constituciones que los regian.
Segun estas, y lo que manifiesta la historia, la
poblacion de las colonias estaba dividida en tres
grandes ramas, correspondientes á igual número de
razas, regidas por leyes diferentes. La igualdad de
derechos de la raza humana , proclamada por su Re•
dentor, no había sido reconocida en la práctica, cuando
se verificaba la colonizacion americana.
Los colonizadores europeos, venían á América á ser
sefiores de vasallos indígenas que recibían en enco•
miendas de yanaconas y mitayos tributarios, como de
esclavos africanos que adquirian con su peculio, para
servirse de ellos y comerciarlos como cosas.
Los colonos se ennoblecian además, por sus heróicas
acciones como conquistadores, y por sus servicios de
todo género, rendidos á la república colonial á que
se vinculaban. La nobleza adquirida de este modo,
la mas estimable é imperecedera, reconocía el mismo
origen que la de las naciones del viejo mundo civi-
lizado. Carecía únicamente de la insustancial forma-
lidad del pergamino.
Creo que estas consideraciones, justifican la pro-
piedad del título de Nobiliario que daré á mi trabajo.

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8 R~VISTA PATRIÓTICA

Antecedentes históricos, estadísticos y genealógicos,


tan curiosos como importantes, que esparcirían inmensa
luz sobre nuestra sociabilidad, desde los primeros
tiempos de la conquista, se obtendrían de la com-
pulsa de los libros parroquiales existentes.
Tarea vasta, entre las muchas de tan gran tamafío
que es indispensable acometer, para ilustracion de la
historia colonial en cada una de las manifestaciones
de nuestra sociabilidad.
La compulsa estadística solamente de los libros
parroquiales, revelaría, entre otros hechos desconoci -
dos, el movimiento de nuestra poblacion colonial, y
sería un excelente medio de verificacion de los flajelos
que la diezmaron en diferentes ocasiones, á pesar de
la salubridad de nuestro clima.
La intensidad de esos padecimientos, resultaría es
clarecida por las tablas de mortalidad comparada, y
con solo esas tablas, se pondrían de manifiesto, tal
vez, otros flajelos de que no se ha conservado me-
moria.
La importancia científica de semejantes antecedentes,
no puede pues ponerse en duda.
Las pestes anteriores á la de 1608 ; la epidemia en
los ganados y en los indios de 1 609 ; la peste de
162 1 ; la terrible epidemia de I 641 á 1643 ; la en-
fermedad reinante en 165 2 ; la epidemia general
entre 1652 y 1672; las pestes de 1717 y la de
1 7 34; la enfermedad contagiosa en la campaña de
I 778; la peste de la cárcel en 1790 1 etc., etc., en-
contrarian en nuestros libros parroquiales los mas
preciosos comprobantes numéricos.

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DEL PASADO ARGENTINO 9

En mi Nobiliario de Buenos Aires, encontrarán sus


primeros progenitores algunas de nuestras familias
actuales, y muchas los encontrarian, si el trabajo se
adelantase abarcando sucesivas épocas posteriores.
Vd. recordará que en el catastro del éjido de esta
ciudad, levantado el afio 1 768, encontramos un Mitre,
figurando con su apellido solamente, como poseedor
de un terreno de 1 40 varas en cuadro, que debia
contribuir con cinco pesos anuales.
Sin otros documentos, cualquiera creería que ese
Mitre era el fundador de la familia de vd. en el
Rio de la Plata. Pero, tengo á la vista el libro par-
roquial de que vengo ocupándome, y en el folio 155,
sorprendo otro Mitre, apadrinando á un indio charrua
en las confirmaciones que dió el dia 8 de diciembre
de 1647, nuestro obispo limefio Fray Cristoval de
Mancha y Velasco.
Estevan de Mitre, el padrino del indio charrua en
1647, aparece entre nuestros progenitores, con ciento
veinte y cinco aftos de antelacion al que ya conocía·
mos como vecino en el éjido de esta ciudad en 1 768.
No hay motivo que se oponga á considerarlo como
el verdadero fundador de la familia de su apellido
en Buenos Aires, la cual, partiendo de ese antece-
dente resulta con dos siglos y medio la antigüedad
americana. (*)

(*) Los ascendientes coloniales de la familia Mitre, que hemos


encontrado mencionados en documentos auténticos, hasta ta fecha
de esta publicacion, son los siguientes :
1<> Estevan de Mitre en 1747, et padrino de confirmacion del
indio charrua mencionado.

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10 REVISTA PATRIÓTICA

Cuantas noticias de esta ó semejante naturaleza,


que cada ciudadano tiene el derecho de procurar
para su satisfaccion, contienen nuestros inmensos é
inexplorados archivos, casi inutilizados hasta ahora,
por el almacenamiento en que se encu<.::ntran, privados
de la luz y el aire libre de la publicidad que les
daria vida con palpable utilidad científica.
Reciba vd. con la benevolencia acostumbrada, t-stos
desordenados renglones y la noticia que le trasmito
sobre la antigüedad de su familia en estas regiones.
Dia llegará en que se complete la resurreccion de
muchos de nuestros meritorios predecesores, convo-
cados al juicio final de nuestra historia.
Quedo de vd. como siempre , affmo. amigo y S. S.

MANUEL RICARDO TRELLES.

2° Felipe Mitre, 1730. En el repartimienb de tierras de estan -


cias inmediatas á Montevideo que, cori autorizacion del gobernador
Zabala, hizo el capitan don Pedro Millan, sef'ialó la primera suerte
de tres mil varas de frente. de la otra banda del arroyo de Pando,
al poblador Felipe Mitre.
3° Francisco Ja\'ier de Mitre. En 1733 era vecino de Buenos
Aires y negociaba en cueros de la Banda Oriental con la real com-
pañia del asiento de Inglaterra.
4° Don Francisco Ja\'ier de Mitre: capitan, comisionado para
el empadronamiento de la poulacion de los parti ios de Areco y
Cañada Honda de la jurisdiccion de Buenos Aires, en 1744.
5° Mitre, sin mencionarse el nombre de bautismo, figura como po-
seedor de una cuadra de tierra, en el catastro del égido de la ciudad
de Buenos Aires del af'ío de 1768.
6º Dof'ia Maria Antonia Mitre: por real órden de 24 de diciembre
de 1798, el rey le acordó la pension que le conespondia en el mon-
tepio militar. No conocemos el documento; tomamos la noticia de
un índice de reales órdenes comunicadas al gobierno del Rio de la
Plata.

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EL CARACHIRA MIRÍ
¿ ÚNICO REMEDIO CONTRA EL CÓLERA MORBt:S ?

Presentamos un específico indicado contra el terrible


flagelo que diezma los pueblos en sus misteriosas
apariciones y pasage por ellos.
Lo sometemos al juicio de los hombres competentes,
por ~i lo creen digno de ser tomado en consideracion.
La indicacion pertenece á un médico práctico de
la Compañía de Jesus, que estudió las yerbas y plan•
tas medicinales de esta parte de América, principal-
mente en las Misiones, donde se dedicó á ese estudio
por espacio de largos años.
La planta á que él atribuye la virtud de curar el
cólera, el carachirá mi'rí, en nuestro concepto, merece
ser buscada, analizada y aplicada para esperimentar
sus efectos; pues su indicacion no ha sido apreciada
todavía por la ciencia, siendo para ell.1 completamente
desconocida, tratándose de un manuscrito inédito de
materia médica que puede llamarse indígena de estas
regiones.
Al efecto, creemos que la autoridad á quien cones-
ponda, debiera costear un comisionado que se ocupase
esclusivamente de la investigacion, para descubrir la
planta en las localidades en que se produce y estu-
diarla en todo sentido, informando sobre los re-
sultados.
a

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12 REVJST.\ PATRIÓTICA

Tratándose de un enemigo de Ja naturaleza des-


tructora del cólera, no deben omitirse diligencias ni
gastos que tiendan á procurar los medios propios
para contrarestarlo , empezando por prestar atencion
á las indicaciones de la esperiencia.
¿ De qué otro modo, sino por indicaciones seme-
jantes, se han obtenido los beneficios que disfruta
la humanidad de la quina del Perú~ de la ipecacuana
del Brasil, del matico de Bolivia, de la pepsina y la
semilla de zapallo de Buenos Aires, y, en una palabra,
de los innumerables específicos americanos que han
enriquecido la farmacopea universal?
Insertamos la descripcion de la planta y sus espe-
cies segun el autor, con las virtudes que le atribuye,
aplicada en las formas que indica contra ciertas
dolencias.
En el tomo segundo de esta Revista, nos propo-
nemos insertar la obra completa del hermano Pedro
Montenegro, concluida en Misiones en 171 o, de la
cual estractamos ahora solamente este tratado sobre
el Carachtrá mzrí.

GenJlbre •llveatre-C&rachlrá mJ.ri

El Carachz"rá mzrí que llama el indio, es una es-


pecie de Carachí guazú, que es el que en Espafta
llaman pan de puerco, ó pan porcino, del cual hacen
el ungüento tan celebrado para las quemaduras de
fuego, y entre estos pobres indios hallo lo usan para
lo mismo, no mas que machacado y aplicado á las
lagas de quemazones.

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DEL PASADO ARGENTINO 13

Esta planta tiene en esta tierra tres especies : la


primera tiene raiz grande, como una libra de peso,
redonda y algo negra, por defucra lisa, las hojas
oscuras : la segunda es blanca, así la raiz como las
hojas, tiende bástagos largos y su raiz es menor :
la tercera es la que aquí dejo dibujada, su raiz larga
á modo de batatilla, de la figura que aquí demuestra;
tiende dos 6 tres sarmientos 6 bastaguillos delgados
por tierra, con sus florecitas moradas á modo de
campanillas, algo pálidas 6 blanquecinas;. su fruto es
del tamafio que ahí se muestra, y lo mismo el grandor
de sus hojas, llenos de ciertas semillas chatas con
olor y gusto de genjibre, y lo mismo su raiz ; de
suerte que las comen asadas en tiempo de hambre,
como así mismo las del Carachí guazú ,· y cierto que
yo tomara de muy buena gana, que se me razonara
la comida con sus raíces, en lugar de especerías, y
viviera mas sano en estas tierras, que con la pimienta
ó pimenton, que abrasan é irritan la sangre y cólera,
como lo muestra la esperiencia, á hombres de com-
plexion ardiente, y mas confortante, como lo podrán
ver por la esperiencia. T éngola por caliente en el
primer grado, y seca en el segundo.
Sus virtudes. - Machacada su batata y cocida muy
bien, tomado de su cocimiento un cuartillo, con onza
y media de miel de abejas, deshace las obstrucciones
de las vias y materias de lombrices del vientre inferior,
y prohibe los humores de putrefaccion, y cura las
llagas internas.
ltem. - Tornando de su raiz una onza, y media
tapenoá cocidas, y tomando vómito con ellas, es

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REVISTA PATRIÓTICA

único remedio en tiempo de pestecillas de viruelas


y sarampion, y de calenturas y cámaras que provie-
nen de corrupcion del aire, 6 de malos mantenimientos,
6 por comer y beber malos mantenimientos.
Su yetí (batata) crudo, machacado con unos granos
de sal, aplicado á las máculas que salen por el cuero,
las cura, y lo mismo hace con los empeines que
comienzan á cundir, y el fuego de San Anton, ó
culebrillas.
Item. -Si toman de ella una batatilla y dos dragmas
de verbena bien cocidas, es preservativo de pestilencia :
su cocimiento puesto unas gotas de vinagre, bebiendo
cada vez medio cuartillo, mata los gusanos y lombrices
chatas, que son las de peor ralea.
Todavia no quiero dejar de dotarlo de su genealogía
de pan porcino, y es en curar las llagas de fuego , pues
cociendo mui bien su yetí (batata) y mui molido, batido
con claras de huevo, encora y encarna dichas llagas en
breve, aplicándola á modo de ungüento, con una plancha
de hilas, remudándola de dos en dos dias en tiempo frio,
y en tiempo caliente cada dia.
Cocida en tres partes de agua y una de vinagre fuerte
de buen vino, tomando de su cocimiento cuatro onzas,
es único remedio para retener vómitos de cólera y cursos
d un tiempo, que llaman los médicos cólera-morbo, ó pa-
sz'on arábiga, por haber mucho de este maten la Arabia.
Cura así mismo el flujo hepático del hígado, que es
cuando con fiebre ardiente hay cámaras de mas sangre
que escremento; enfermedad mui ordinaria en estas tier-
ras de las Misiones, en los indios, por ser mui sanguiños
y no sangrarse jamas de prevencion, y cuando llegan á

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DEL PASADO ARGENTINO 15

caer malos, casi toda la sustancia del hígado está per-


dida, y así prorumpe en sangre para alivio, y si al prin-
cipio no se cura con un par de sangrias y tales medicinas
que preserven de corrupcion, casi todos mueren, ó mui
raro escapa.

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PESTES Ó EPIDEMIAS

CRONOLOGÍA DE SUS INVASIONES SOBRE BUENOS AIRES

Cuando las mas recientes epidemias que ha esperi-


mentado el país, no nos hubiesen demostrado de una
manera tan horriblemente elocuente, que no debemos
librarnos á la proverbial fama de salubridad de que
goza esta parte de Sud-América, ni cifrar toda nues-
tra confianza en las volubles ráfagas de los vientos fa.
vorables, la historia de las epidemias que han tenido
lugar en Buenos Aires, desde sus primeros tiempos
debiera fijar nuestra atencion sobre la necesidad de
no descuidar las medidas higiénicas, aconsejadas como
capaces, si no de impedir la reproduccion de semejan-
tes calamidades, al menos de hacerlas menos destruc-
toras.
Desgraciadamente no tenemos una historia, pero ni
siquiera una cronología de nuestras epidemias. Si nos
lanzamos á filosofar en materias científicas ó históri-
cas, sin los antecedentes indispensables para deducir
verdaderas consecuencias, nada de estrafio tiene que
cometamos errores como el de creer que es un fenó-
meno tan raro como nuevo en nuestro país, la apa-
ricion de una epidemia.
No debe creerse por esto que vamos á presentar una
historia, pero ni siquiera una cronología completa de
nuestras epidemias. No es al que esto escribe á quien

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DEL PASADO ARGENTINO

por derecho y por obligacion correspondería ese tra-


bajo. Pero una vez en posesion de datos, en su ma-
yor parte desconocidos, nos creemos en el deber de
ponerlos al alcance de quienes puedan utilizarlos en
oportunidad. Los reuniremos aquí para que sirvan de
punto de partida á investigaciones 6 trabajos mas
completos.

Recordemos, ante todo, que los cronistas nos de-


jaron una triste memoria de los padecimientos de la
primera poblacion de Buenos Aires; y aunque esos
escritores se refieren al hambre que se esperimentó
entonces, es sabido que esa es una causa muy apropó-
sito, entre muchas otras, para producir la peste.
Los antiguos habían hecho de la Peste una hor-
rible divinidad, hija de la Noche y hermana del Ham-
bre.
En tan horrible hermandad, la presenta Barco de
Centenera en los siguientes versos del canto IV de
su poema e La Argentz"na •, dando cuenta de la pri-
mer peste que esperimentó la poblacion de Buenos
Ayres. Dice :

. . . . . . . . . . la perra,
Pesli/era, cruel ltamóre canina,
A todos abandona y los arruina.

Comienzan á morir todos rabiando,


Los rostros y los ojos consumidos:
A los niftos que mueren sollozando
Las madres les responden con gemidos

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18 REVISTA PATRIÓTICA

Es oportuno observar aqui que, en el período de me-


dio siglo que corrió de 1502 á 1554, hubo quince
veces peste en Europa, siendo Barcelona, Sevilla, Va-
lencia, Játiva, Mallorca, Zaragoza, ;\lurcia y Alcalá
de Henares, los puntos de España, mas terriblemente
azotados. 1
Fué precisamente, durante ese período, en I 5 34, que
se preparó, en Sevilla, la espedicion de don Pedro de
Mendoza, para el Río de la Plata; y esa circunstan-
cia dá motivo para sospechar que los espedicionarios
trageron de su país el gérmen de la enfermedad que,
ayudada de los trabajos y privaciones de un largo vía-
ge y la falta de bastimentos, vino á desarrollarse en
Buenos Aires, causando grandes estragos.

Veinte y ocho at\os solamente habian corrido ,


desde la segunda funclacion de Buenos Aires, y en
tan corto lapso de tiempo, ya había sufrido pestes
que la dejaron con muz' poco servicio, por lo que se
sintió la necesidad de pedir licencia para suplir esa
falta, introduciendo un número de esclavos negros,
cuya importacion estaba prohibida. El acuerdo del
cabildo que á esto se refiere, dice :
e Y luego propuso el capitan Manuel de Frias, alcal-
de ordinario, que se pida á el señor gobernador que,
pór cuanto ha sido nuestro Señor servido, por mu-

1 Mellado. Ene. Moderna, artículo Epidemia.

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DEL PASADO ARGENTINO 19

chas veces, haber habido muchas enfermedades en esta


ciudad, y de ellas haber quedado muz· poco servicio,
por donde los vecinos están en mucha necesidad dél,
y no haber naturales en la tierra, y los que hay no
acuden á servir; y vista toda esta pobreza, y no te-
ner quien los sirva, y S. M. haber hecho merced á los
dichos vecinos de las permisiones que á los tales con-
cedió; que se sirva de dar licencia que con el retorno
de las harinas, sebos y cecinas que cada uno tiene,
conceda á esta dicha ciudad que pueda traer algu-
nos esclavos de Guinea, para que esta dicha ciudad
vaya en aumento, y S . M. vista la pobreza de ella,
lo concederá por bueno. Y visto por este cabildo lo
propuesto por el dicho alcalde dijeron: que se le pida
á el sefior gobernador así, y de la manera que se
propuso, y á el procurador general que se le dé voz
para que pida ante el sefior gobernador, por peticion,
lo que sobre ello conviene., '
En el acuerdo siguiente, la corporacion decretó
,que el procurador general de esta ciudad vaya con-
tinuando con las peticiones á el sefior gobernador, so-
bre los negros que pidió en su peticion, atento que
esta ciudad está tan pobre y con tanta necesidad, por
las muchas pestes que en ella ha habido, y para que
vayan en aumento los edificios, obras y labores que
con ellos han de sustentar los vecinos y moradores de
esta ciudad. 2
En las instrucciones que el mismo afio de 1608
dió el cabildo al P. Juan Romero, para que lo repre-

x Cabildo de 8 de Enero de 1608.


2 Cabildo de 1 5 de Enero de 1 6o8.

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20 REVISTA PATRIÓTICA

sentase en la corte, se encuentra lo siguiente: e que


S. M. se sirva, compadeciéndose de esta tierra y gran
necesidad en que ha quedado de servicio, con la gran
mortandad que ha habido de naturales, conceder que
se puedan traer algunos negros del Brasil 6 de An-
gola, en retorno de los frutos de la permision, para
que con ellos se hagan las cementeras, y se vaya edi-
ficando la ciudad, y se pueda acudir á ayudar á los
conventos que están por hacer, y otras cosas de su.
real servicio y aumento de esta república, con que se
sobrellevarán los moradores de este puerto y lo po-
drán mejor sustentar. Y para todo, siendo necesario,
hacer presentacion de las informaciones, peticiones y"
apelaciones presentadas y hechas ante el señor go- .
bernador, que vá todo en grado de aptlacion. , 1

El año de 1 609, se esperimentó una epidemia en


los ganados y en los indios. El documento en que se
revela el hecho, dice así :
e En el dicho cabildo se propuso y trató que, por
cuanto de algun tiempo á esta parte muere en esta
ciudad y su jurisdiccion mucha cantidad de ganados,
vacuno, ovejas y cabras, y ganado de cerda , y esto
es en tanto estremo que se tiene por ramo de pestilenáa,
y que llega y cunde ya hasta las chacras del rio
Lujan; y aun algunos 1.'ndios que van en busca de los

1 Reg. Estadístico de B. Aires. 1865 1 tom. I, pág. 121.

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DEL PASADO ARGENTINO 21

dickos ganados, mueren súbitamente; y para remedio


de lo susodicho, es conveniente el pedir á Dios, por
su misericordia, atage la dicha pestilencia, con oracio-
nes y sufragios ; para ello en dicho cabildo se acordó
se haga un novenario, sacando en procesion al bien-
aventurado San Martin, patron de esta ciudad, y lle-
vándole á la Iglesia Mayor, donde se ponga cada dia
en un altar, y allí se diga misa y salve todos los
4ias del dicho novenario, y se pida limosna para las
dichas misas y sufragios y cera ; y para que tenga
efecto, se dé aviso al cura y vicario de esta ciudad y
prelados de los conventos, pidiéndoles y suplicándoles
en nombre de este cabildo, acuden á los dichos su-
. fragios ; y se comete á los diputados de este cabildo,
que son el capitan Pedro Hurtado, alcalde ordinario,
y Martin de Marichaga, alferez real, y Julian Pabon,
y que cada dia de los del dicho novenario se pida la
1; :nosna por la ciudad y á la puerta de la Iglesia por
los capitulares del cabildo, dos cada dia, por su turno:
con lo cual se cerró el dicho cabildo, y lo firma-
ron. 1

Doce afios despues, en 1621, hubo otra peste de


que murió mucko servido, segun documento que he-
mos publicado, importantísimo en muchos respectos
para la historia de estas provincias, en el cual se lée:

1 Acuerdo del cabildo de 24 de marzo de 16o9.

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22 REVISTA PATRIÓTICA

«En todas estas Indias y las de Méjico, no hay pro-


vincia con gente mas pobre y falta de cosas necesa-
rias para su sustento y alimento y vestuario que la
de esta tierra; porque en afios fértiles, se coge algun
trigo y maíz para el sustento, y hay algunos ganados,
y en afios estériles se padece como se ha esperimentado
con muertes y dafios sucecivos por la dicha esterilidad,
demas que, en la peste de r62r, y en otra que ha ha-
bido antes, ha muerto mucho servz"cio, etc. 1

En la tercera edicion de la Historia Argentina, por


Dominguez, pág. 108 leemos lo siguiente:... e por los
afios de 1641 á 1643, ocurrió en Buenos Aires, una
de las grandes secas periódicas en este país, seguida
de estraordinaria escasez y de una terno/e epüiemi'a.
La ciudad, dice el doctor Xarque, en la vida del P.
Diaz Tafio, abunda en trigo, maíz, legumbres y todos
frutos, de que son fértiles sus campos, en cuyo con-
torno, por mas de treinta leguas, hay muchas here-
dades que llaman chacras y estancias; pero con la
falta de lluvia, se secaron los pantanos, manantiales
y anegadizos, se encendieron los pajonales y abrasa-
ron los percheles. De esta lamentable calamidad, re-
sultó la peste, en la tierra mas sana y cielo mas be-
nigno que en aquellas provincias se conoce; y como
los lugares mas vecinos distan casi cien leguas, en

1 R. Estadístico de B. Aires - 1865, - tom. 11, pág. 60.

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DEL PASADO ARGENTINO 23

la hambre rabiosa, no pudieron hallar socorro , El


mismo escritor, testigo de los hechos, dice que no ha-
bía entonces en Buenos Aires médico, ni medicinas,
pero, poco antes había llegado, e un grande cirujano,
mui caritativo y entendido, de la Compafiía de Jesús,
á quien la esperiencia y necesidad habia hecho Proto-
médico~ llamado Bias Gutierrez, cuyo nombre es dig-
no del bronce por sus virtudes sefialadas. , Aun-
que el autor no esplica qué clase de peste fué aquella,
dice, en referencia á las enfermedades reinantes que:
csuelen cundir algunas epidemias de labardz:llos, dolo-
res de costado, calenturas malignas, sarampion, virue-
las y otras semejantes, , etc.

Al prmc1p10 de una carta del virey conde de Sal-


vatierra al cabildo de Buenos Ayres, fecha 30 de Ju-
nio de 1653, leemos lo siguiente: e Mucho me he hol-
gado con las noticias que me dais en vuestra carta de
6 de marzo de este afio, de estar esa ciudad libre de
la enfermedad que me decís ha padeddo,, etc. lo que
dá lugar á creer que, en 16 5 2, es peri mentó esta ciudad
otra peste.

Despues del afio de 1652 y antes de 1672, segun


se colige de documentos que tenemos á la vista, hubo
una epidemia general en esta ciudad y su jurisdiccion,

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24 REVISTA PATRIÓTICA

de que murió la mayor parte de la gente del servicio,


de que resultó la imposibilidad de atender las hacien-
das como correspondía y el alzamiento consiguiente de
las mismas. Trascribamos uno de los documentos que
se refieren al hecho.
eEn la ciudad de la Trinidad, puerto de Buenos
Ayres, en veinte y siete dias del mes de abril, de
mil y seiscientos y setenta y dos arios, ante mí el ca-
pitan Marcos Gutierrez de Vargas, alcalde ordinario de
esta ciudad, Juan Gutierrez Barragan, vecino della, para
la justifi.cacion de su accion presentó por testigo á
Baltasar Alonso, vecino desta ciudad, del cual y del
dicho alcalde recibí juramento por Dios y una cruz,
en forma de derecho, so cargo del cual prometió de
decir verdad ; y siendo preguntado por la peticion pre-
sentada, dijo : que por tener como tiene este testigo
su estancia en el pago de la Magdalena, y estar como
cosa de una legua la estacia que fué de su padre del
dicho Juan Gutierrez Barragan, habrá veinte años po-
co mas ó menos que le vió tener en ella más de ca-
torce mil vacas de rodeo, y sus corrales, la cual sabe
le tocó parte della á el dicho su hijo, y así mismo vi6
como el dicho Juan Gutierrez Barragan, el mozo, te-
nia en su chacra, que está una legua de la estancia
que fué del dicho su padre, dos mil vacas de rodeo, con
sus corrales, por lo cual es hecho constante y cierto que
los susodichos han sido y son accioneros legítimos del
dicho pago de la Magdalena de mucho tiempo á esta
parte, y que tuvieron m11cho multiplico, y sabe cómo por
la peste general que hubo en esta ciudad, y haberse muerto
la maytir parte de la gente del servicio, y no poderse ka-

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DEL PASADO ARGENTINO

cer rodeo del ganado, se retiró la ma, or parte dél á tier-


1

ras realengas; por lo cual es hecho constante y cierto que


tienen derecho á el ganado retirado á tierras realengas
como lleva referido; y que esto que ha dicho es ]a pura
verdad, so cargo del juramentó que fecho tiene: leyóse
este su dicho y ratificóse en él y dedaró ser de edad de
cincuenta atios, lo firmó conmigo dicho alcalde y dos
testigos en conformidad de lo acordado en esta razon por
]os sefiores presidente y oidores desta real Audiencia : -
Marcos Gutierrez de Ilargas. - Ea/tasar Alonso. -
Testigo, Diego Alvarez. - Testigo, Don Antonio Ro-
mero.•
Resulta de lo manifestado que en los primeros se-
tenta afios de la existencia de Buenos Aires, pueden
contarse lo menos cinco pestes ó epidemias; y esto,
sin poder decir al mismo tiempo que conocemos com-
pletamente los anales de ese período.
Ninguna noticia podemos dar sobre la segunda mi-
tad del siglo xvu, pues no llegan á esa época nues-
tras investigaciones; lo que, sin duda, no prueba que
Buenos Aires lo pasase sin sufrir calamidades seme-
jantes á las relacionadas de la primera mitad.

A prmc1p1os del siglo xvm , en 171 7 , tuvo lugar


la peste de que instruyen los siguientes documentos :
e En la mui noble y mui leal ciudad de la San-
tísima Trinidad, puerto de Santa Maria de Buenos
Aires, á nueve de Octubre de mil setecientos y diez

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26 REVISTA PATRIÓTICA

y siete afios, el sefior Mariscal de Campo don Bruno


Mauricio de Zabala, caballero de la Orden de Cala-
latrava, Gobernador y Capitan General destas Pro-
vincias del Rio de la Plata, por S. M . que Dios
guarde, dijo : que por cuanto de algunos días á esta
parle se ha esperimentado que han muerto y mueren
muchas personas en esta cz'udad, sin que se sepa de
qué enfermedad; y para venir en conocimiento de la
que es , y tomar la determinacion conveniente, man-
dó se haga comparecer ante Su Sefioria, á don Pedro
Costanza, que es el único médico de profesion que
hay en esta ciudad, y á don José Gonzales, cirujano
mayor deste presidio, y á los de los r.avios de guerra
y de registro que se hallan en este surgidero, y que,
debajo de juramento declaren si saben de qué pro-
vienen la enfermedad ó enfermedades que al presente
se padece en esta ciudad, y qué providencia se podrá
tomar para atajarla, haciéndoles en orden á ello las
preguntas y repreguntas que convengan, y lo firmó : -
ZA vALA. - Ante mí , Franc-i'sco de Merlo , escribano
público y gobierno.
e En Buenos Aires , á diez de octubre de mil y

setecientos y diez y siete afios, en cumplimiento del


auto anterior, su Señoria mandó parecer ante si á los
capitanes don Pedro Costanza , don José Gonzales ,
don Pedro Vibes, don Felipe Duba], don Juan Bau-
tista Barramendi , don Gerónimo Grasso, del navío
Nuestra Señora del Carmen y San Antonio, del Rey;
y el dicho don Pedro Vibes, don Antonio de Inda y
don Sebastian de Castro , que lo son de los navíos
de registro, á quienes su Señoría les recibió jura-

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DEL PASADO ARGENTINO

mento en forma de derecho, en cargo del cual pro-


metieron decir verdad ; y habiendo oído el citado auto
dijeron : qve las enfermedades q11,e comunmente hoy
están agravando el lu(ar, parecen ser unas calenturas
pútridas malz°gnas, las cuales se demuestran por sus
accidentes, procedidos de diferentes causas, sz'n partz"-
cipar por ni'ngun modo, segun el sentz"r de todos, de
malignidad de peste, ni de venenata, cualidades que
es el fin por el cual Su Sei\oria les ha llamado para
que dijesen si era la enfermedad de peste : que en
cuanto á los medios que pueden precaver al remedio
de los pobres, que, si se puede sei\alar casa en que
esten asistidos particularmente, en el abrigo necesario
y lo demas de su asistimiento , porque depende del
poco alwi'go y del poco asz"slt°miento de sus personas,
y en lo <lemas, cada uno, el que asistiere, verá, como
la causa presente; y que no se ha de presumir que
de los enfermos que han saltado en tierra de los na-
vios se hayan originado dichos achaques, que lo que
se ha espertmentado en los principios, que et que ha
sudado /nen ha sido breve sano, y los que han venido
de los navios ha sido del achaque del morbo corbuto,
y ese tampoco es contagioso , y así no se puede
presumir que ellos hayan sido el motivo de las en-
fermedades del pueblo. Lo cual dijeron ser la verdad
en cargo del juramento que llevan fecho en que se
afirmaron y lo firmaron con Su Sei\oria, de que doy
fé : ZABALA. - Bachiller don Pedro Costanza - Jo-
seph Gonzalez - Philtppe Duval - Juan Gerónimo
Grasso - Antonio Inda - Pedro Yives - Seóas-
lian de Castro - Juan Bautista Larramendi -
1

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REVISTA PATRIÓTICA

Ante mí, Francisco de Merlo, escribano público y


gobierno. ,

A pesar del juicio de los médicos consultados, res•


pecto de la causa de la peste de 171 7, parece, por
los acuerdos de cabildo de 20 y 2 2 de mayo de 1 74 I,
que insertamos á continuacion, que la conciencia ge-
neral se hizo sobre la impor tacion del mal por los
pasageros ó tripulaciones de los navíos surtos á la
sazon en el puerto.
Se impondrá tambien el lector por los documentos
que siguen, de las pestes que padeció esta ciudad en
los afios de 1734 y 39,
Rogativa por la peste. - En cuyo estado se trató
que por cuanto se está esperimentando general epi-
demia, de que se está muriendo diariamente gente, de
que se halla congojada la ciudad; y para aplacar la
divina justicia , se ocurra al ausilio y proteccion del
glorioso patron el señor San Martin, por cuyo medio
se ha esperimentado siempre conocidos favores del
cielo, y que así se empiece el martes cinco del cor-
riente, dándose por dicho señor alcalde de primero
voto las órdenes competentes al mayordomo de la
ciudad. 1
Fiesta de toros. - Tratóse que por cuanto es cos
tumbre correrse toros en obsequio del glorioso pa-

1 Acuerdo de 3 de octubre de 1 734.

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DEL PASADO ARGENTINO 29

tron el sefior San Martín, por los particulares favores


y beneficios que de continuo se reciben por su inter-
cesion, de la divina piedad ; y hallándose esta ciudad
tan escasa de medios , se han comedido voluntaria -
mente algunos vecinos á hacer bolsico de doscientos
pesos y dar los toros de valde, y que así para que
se consiga el fin mencionado, se peticione á los her-
reros y carpinteros, á que los unos hagan rejones y
garrochas, y los otros las astas, segun el posible de
cada uno, y se haga el repartimiento por los seño-
res diputados ; y se nombraron al general don José
Ruiz de Arellano y á don Matias Solana , quienes
procederán á los gastos con la moderacion posible 1
respecto de ser tan corta la cantidad ofrecida. 1
Misa de rogativa. - Tratóse que, por cuanto se
estan esperimentando muchas enfermedades y muertes,
sin duda por la falta de agua ; y para conseguir el
favor y piedad de Dios nuestro Señor, se ocurra al
glorioso patron el señor San Martín, cantándose una
misa con rogativa; y nombraron á dichos señores
alcalde de primer voto, para que prevenga al set'íor
dean y al señor alguacil mayor ¡.,ara que pida ro-
gativas á los conventos, y el mayordomo ponga la
cera y <lemas necesario. 2
Rogativa al patron. - Tratóse que, por cuanto se
está esperimentando muchas calamidades de la justa
indignacion de nuestro Dios y Set'íor, y para apla-
carla se impetre el patrocinio del glorioso patron del

1 Acuerdo de 17 de noviembr_e de 17 34.


2 Acuerdo de 10 de julio de 1739 .

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REVISTA PATRIÓTICA

sefior San Martin, haciéndole una rogativa, y se nom


bre diputado á dicho sei\or alcalde de primer voto
y se dé orden al mayordomo para que pida roga-
tiva á los conventos y ponga la cera. 1
Sobre dos fragatas. - En cuyo estado se trató
que por cuanto han arribado al puerto de San Fe-
lipe de Montevideo dos fragatas de guerra que pasa-
ban al Mar del Sur, y se dice generalmente que viene
casi toda la gente enferma , habiéndose muerto mu-
chos , y porque justamente se puede recelar algun
contagio de la dicha gente enferma, como se espert:
mentó el año de diez y siete, de otra semejante arri-
bada de las fragatas del cargo del seftor don Bar-
tolomé de Urdinza, una i'mponderaóle mortandad de
los vecinos y moradores de esta ciudad, y de la mayor
parte de este reyno; y que así se acordó sean citados
todos los sefiores individuos para tratar y acordar
lo que se deba practicar, para precaver cualquier
datio que pueda sobrevenir á esta república; y setia-
laron el dia lunes veinte y dos de mayo, aunque es
feriado , por ser causa urgente ; para lo cual serán
citados todos por el portero del cabildo. 2
Otro acuerdo. - En cuyo estado se leyó y tuvo
presente el decreto de ayer veinte y uno del cor-
riente, por el sefior gobernador y capitan general de
estas provincias, que se trajo por el sefior alcalde de
primer voto, á la peticion presentada por dicho pro-
curador general , representando á Su Set\oria los da-

1 Acuerdo de 15 de julio de 1739.


2 Id. de 20 de mayo de 1741.

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DEL PASADO ARGENTINO 31

ftos ~ inconvenientes que pueden resultar á la causa


pública de introducirse en esta ciudad la gente de
mar que ha venido de arribada del Mar del Sur en
las fragatas de S. M. que están en la ciudad de San
Felipe de Montevideo, como se esper1:mentaron el año
pasado de setecientos diez 'Y siete y diez y ocho en otra
semejante arribada de tas fragatas del cargo del selíor
don Bartolomé Urdinza, con gran mortandad de sus
lza6üadores, y en las demas ciudades del ,,eyno; á que
se proveyó por S. S. que se nombrasen por parte
de la ciudad uno 6 dos cirujanos que pasen en com-
paftia de dicho procurador , á reconocer la gente
enferma de dichos navíos y la calidad de sus enfer-
medades , si es contagiosa, y que informen á este
gobierno de lo que reconocieren , y fecho se dará
providencia segun que convenga. En cuyo estado
entró el ~eftor don Bartolomé Montaner , regidor , y
se le leyó lo hasta aquí escrito; y respecto de que
el procurador dá razon de haber prevenido á don
Juan Martinez y don Matias Grimau , cirujanos , para
que ejecuten la diligencia prevenida en dicho decreto,
unánimes y conformes les nombraron para dicho reco-
nocimiento , y que interin se ejecuta , se suplique y
represente al sefior gobernador, no permita se intro-
duzca en esta ciudad persona ninguna venida en estos
navíos , hasta que se tome con el dicho reconoci-
miento la providencia mas necesaria al bien y utilidad
de este vecindario, que escarmentado de los estragos
pasados, temen con justo motivo , se repita , siendo
iguales las causas que le ocasionaron , y que para
que con mayor eficacia se impresionen á S . S . las

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32 REVISTA PATRIÓTICA

razones del justo temor que tiene esta ciudad , se


nombran á los señores alcaldes , para que mas difu·
samente espongan las que tienen comprendidas, y
faciliten con S. S. los medios mas proporcionados á
librarnos del riesgo inmediato y al alivio de la tripu-
lacion de dichos navíos.
En cuyo estado fueron llamados dichos cirujanos ,
á quienes se les hizo saber el nombramiento, el que
aceptaron , y en su virtud juraron á Dios nuestro
Señor y á una santísima cruz de hacer á su leal
saber y entender el reconocimiento y dar la razon
fielmente, si es contagioso ó no el achaque que pa-
dece la mencionada gente, y á la conclusion dijeron :
Así lo juramos y amen . Para el costo de su tras-
porte se le libraron á cada uno cincuenta pesos con-
tra el dicho señor alcalde de segundo voto, con cargo
de reintegro, y que se saque luego testimonio de
este acuerdo. 1
Proposici'on sobre la epidemi·a. - En cuyo estado, el
dicho señor don Juan de la Palma, propuso y dijo :
que por cuanto de algunos meses á esta parte, se
ha estado esperimentando en los pagos de esta juris-
diccion y extramuros de esta ciudad, mucha mortan-
dad de sus habitadores, de una enfermedad que hasta
ahora no se ha podido conocer, y se debe justamente
recelar un grave estrago , y es su parecer que des-
pues de ocurrir con deprecaciones á implorar la di-
vina piedad, se pase luego á hacer anatomía de dos
ó tres cadáveres, para ver de qué proviene tan es-

1 Acuerdo de 22 de Mayo de 1741

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DEL PASADO ARGENTINO 33

trai\o y mortal accidente , haciéndose para ello junta


de los cirujanos que hay en la ciudad ; que vista
esta proposicion de una conformidad , acordaron se
practique dicha anatomia, encargándose de ello dicho
señor alcalde de primer voto, para que haga compa-
recer á los dichos cirujanos, y que sea con la bre-
vedad posible, dándose de ello cuenta al sei\or go-
bernador y capitan general. 1
Soóre negros enfermos. - Acordóse que por cuanto
el navio de negros de Guinea que ha llegado en
San Felipe de Montevideo, se tiene entendido que
dichos negros vienen enfermos de epidemia ; y ha-
llándose esta ciudad bien afljida de la que ha p1de-
cido mas há de ai\o y medio , se debe recelar
justamente el que esta ciudad se le acreciente este
trabajo mas, por lo que se le suplique al señor go-
bernador y capitan general para que se sirva mandar
hacer reconocimiento de dichos negros, y, siendo cierto
que vienen epidemiados , que precisamente hagan la
cuarentena en la otra banda de este rio, y á lo me-
nos bien distante de esta ciudad, para que se pueda
preservar con el favor de Dios , de la dicha epide-
mia ; y la representacion la harán los dichos alcalde
de primer voto y don Juan de la Palma. :z
Dipz,tacion soóre negros de Guinea. - En cuyo
estado los dichos sen.ores alcalde de primer voto y
don Juan de la Palma , dieron razon de haber efec-
tuado la diputacion antecedente, sobre reconocimiento

1 Acuerdo de 30 de abril de 174:z.


:z Acuerdo de 8 de enero de 17 43.

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34 REVISTA PATRIÓTICA

de negros de Guinea , que vienen en un navio , si


tienen 6 no tienen epidemia , y que S. S. ofreció
mandarlo practicar, y si la ciudad quisiere despachar
persona indtpendiente de su parte al reconocimiento,
lo podrá hacer, y que dará todas las providencias
necesarias á la preservacion de la ciudad. 1

Lo mismo que hemos dicho de la segunda mitad


del siglo xvn, podemos repetir de casi todo el xvm:
- no conocemos completamente los anales de ese
período. Solo ocasionalmente, con motivo de otras
investigaciones, se han presentado á nuestra vista los
.
'
documentos que se refieren á epidemias en el siglo
pasado.
A las que quedan apuntadas , sigue la que se re•
vela en el documento siguiente , la que tuvo lugar
el afto de 1 77 8 :
e Exmo. Seftor : - El ilustre cabildo de esta ciu-
dad , está debiendo al ramo de Guerra, cinco mil
ciento setenta pesos cuatro reales, pagados en diver-
sos tiempos, desde el afto de mil setecientos setenta
y ocho, hasta el de mil setecientos ochenta y nueve
á los capellanes, cirujanos, y sangradores que fueron
d ta campaña de esta capz"tal, et pri·mer año citado,
á socorrer sus habt"tantes con medicinas corporales y

1 Acuerdo de 11 de enero de 1 743 •

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DEL PASADO ARGENTINO 35

espirituales, con ,,,olivo de wna enfermedad contagiosa


que se propagó en ella. En solicitud de este cobro ,
hicimos representacion á la Superintendencia con fecha
de treinta y uno de agosto de mil setecientos ochenta
y nueve , cuyo curso ignoramos, y tambien las pro-
videncias que puedan haberse tomado para el efecto;
circunstancia que nos obliga á repetir nuestras instan-
cias , lisongeándose nuestra esperanza de conseguir
este. el celo y honor con que V. E. mira todos los
asuntos del mejor servicio del Rey. Dios guarde á
V. E. much9s a1\os. - Buenos Aires, siete de sep-
tiembre de mil setecientos noventa y cinco . .- Exmo.
Setior. - Antonio de Pinedo. - Felix de Casamayor.
- Antonio Carrasco. - Exmo. Seftor Virey Superin-
tendente de Real Hacienda.
La violen'4J epzaemia que se desarrolló en la carcel
pública de esta ciudad en julio de 1 796, aunque
afortunadamente no pasó de aquel recinto , debe sin
embargo mencionarse en estos apuntes. '
A pesar de los largos períodos de nuestros anales
que nos falta conocer , se vé por los datos manifes-
tados , que , de los dos siglos que precedieron al
presente , pueden relacionarse las epidemias siguien-
tes , con solo los documentos que nos han ido ca-
yendo á la mano , sin intencion , por nuestra parte ,
de ocuparnos de la materia.
Pestes anteriores al afio de 1608.

1 La carcel y la peste de 1796. - Documento histórico pre-


cedido de una introduccion por el Dr. D. Vicente G. Quesada:
inserto en el tomo 1v, pág. 227 de la Revista de Bnenos Aires.

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REVISTA PATRIÓTICA

Epidemia en los ganados y en los indios, 1 609.


Peste del afio de 162 1.
Terrible epidemia entre 1641 y I 643.
Peste 6 enfermedad de 1 6 5 2.
Epidemia general entre 1652 y 16¡2.
Pestes de 1717, 1734 y 39·
Enfermedad contagiosa en la campafia, 1 7 78.
Peste de la cárcel en 1796.
Dejamos á personas mas competentes y que estén
premunidas de datos mas ámplios, tanto el trabajo
de llenar los vacios que manifiestan los que ofrece-
mos, como el de agregar los mas conocidos del siglo
presente, respecto de nuestras pestes 6 epidemias.

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EL DR. FERNANDEZ DE AGUERO
GENEALOGÍA DE SU ASCENDENCIA

El doctor do'l Juan Cayetano Fernandez de Agüero,


cura de la parroquia de la catedral de Buenos Aires,
en 1792, hizo el exámen y arreglo de los libros
parroquiales que se habían conservado, desde el afto
de 1601, hasta el de I 784. Los anotó para su me•
jor inteligencia y busca de antecedentes, y señaló los
vacíos que resultaban por destruccion de los corres-
pondientes á los veinte primeros aftos y de algunos
utros períodos del movimiento de esta poblacion.
En una de esas anotaciones espresa que había
sido cura, en Areco, durante quince años, y que
iban veinte y cinco que lo era de la catedral. Esta
nota no tiene fecha, por lo que solamente hay la
probabilidad de que la escribió en el espresado afto
de 1 792, en que se ocupaba del arreglo del archivo
del curato.
En unas páginas en blanco que encontró en el
libro primero, escribió una genealogía de la familia
portuguesa de Amador Baz Alpoin y dofta Margarita
Cabral de Melo, su muger, de una de cuyas ramas
descendía el doctor F ernandez Agüero, por línea
materna, pues era hijo del capitan de corazas don
Amador Fernandez de Agüero y doña Petrona Cabral
de Melo Alpoin.

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REVJST.\ PATRIÓTICA

En diferentes artículos aprovecharemos los intere-


santes datos que revela ese escrito, que insertamos
á continuacion, en que se suplen asientos parroquialec;
perdidos, con noticias de familia constatadas por
documentos particulares.
Consta que el doctor F ernandez de Agüero, con-
tinuaba de cura de la catedral en 1795, gozando los
réditos de una capellanía de quinientos setenta y dos
pesos dos y medio reales de principal, sobre las
casas del hospital de mugeres.
El doctor F ernandez de Agüero, objeto de estas
pocas noticias biográficas que nos es dado comunicar,
no tenia, al parecer, parentesco alguno con el filósofo
de los mismos apellidos, presbítero y doctor don
Juan Manuel F ernandez de Agüero, natural de la
ciudad de Tuy, en Galicia, que se educó en nuestro
país, é hizo un papel notable entre sus distinguidas
ilustraciones.
Hé aquí el escrito genealógico.

Suplemento d. lo mucho que /alta en este y otros


libros primitivos parroquiales, por noticias sacadas
de instrumentos verídicos, y algo de los mismos lz'óros
parroquiales.
Digo tambien que habiendo reconocido todo este
Libro Primero, aunque debió haber otros libros ante-
riores á este, al cual precedieron todos los primeros
casamientos y bautismos de mas de veinte afios de

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DEL PASADO ARGENTINO 39

fundacion de esta ciudad de Buenos Aires, y no se


sabe de ninguno de ellos, y por eso intitularon por
primero este presente libro, y en él veo las muchas
faltas de casamientos y bautismos que aun en este
mismo debian estar, sobre faltar los de muchos atios;
y despues en el libro tercero de casamientos de es-
patioles, se le perdieron cuarenta y cinco fojas que
se pudrieron en humedad, en las cuales, por las que
le quedaron muy malas, se comprendian y contenian,
diez y seis á diez y siete atios de casamientos, desde
el atio de 1630 hasta el de 164 7, que le faltan, y
todo hace notable perjuicio al esclarecimiento de mu-
chas familias. Por tanto, he tenido á bien espresar
aquí, las noticias verídicas y notorias de las familias
de don Amador Baz y Alpoin, y de su legítima
muger dotia Margarita Cabral de Meto, que vinieron
casados y con algunos hijos que habian ya procreado
en la isla de Santa Maria, perteneciente al reino de
Portugal, que entonces era de la corona de Espatia ;
y uno de los hijos que trageron, se llamaba don
Manuel Cabral de Meto Alpoin, que fué vecino muchos
atios de esta ciudad, y declarado por tal vecino por
el muy ilustre cabildo que lo eligió por alcalde de
la Santa Hermandad, aunque cierta persona que tuvo
votos para el mismo cargo, se lo disputaba, ponién-
dole la objecion de que era portugués ; y como ya
tuviese mas de diez y seis aftos de vecino, quedó en
su alcaldía por los atios de 1620 y tantos. Se sabe
tambien que el afio de 1612, fué con licencia á
Lisboa, donde se presentó informacion en forma,
requiriendo al Rey de Armas de nobleza que allí

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REVISTA PATRIÓTICA

residia, para que, mediante constar por el instrumento


informativo, ser hijo legítimo de Amador Baz de Al-
poin y de Margarita Cabral de Melo, su muger,
moradores en Buenos Aires, y naturales de la isla
de Santa Maria, y personas nobles; y que por parte
de dicho su padre era nieto de Estevan Alpoin, y
estos descendían del noble linaje de los Alpoin, que
son hidalgos, y que por parte de dicha su madre era
nieto de Matias Nufiez Cabral y viznieto de Nufio
Lorenzo, descendientes de los nobles linajes de los
Cabrales y Melos, que son hidalgos de cota de
armas, unos y otros, así por parte de su padre como
de su madre; y visto su requerimiento é instrumento
auténtico, proveyó dicho Rey de Armas, y registró
los libros de nobleza é hidalguia, y halló registradas
las armas de los nobles linages de los Alpoins, Ca-
brales y Melos, que son hidalgos de cota de armas,
y . que por pertenecerle al dicho Manuel Cabra} de
Alpoin, por parte de sus padres y abuelos, se las
daba y dió compartidas en un escudo y con la
correspondiente relacion de sus cuarteles.
Se sabe tambien que se avecindó en la ciudad de
San Juan d~ Vera de las Corrientes, donde est.i su
noble é ilustre descendencia, como tambien en la
ciudad de Santa F é ; y obtuvo los empleos muy ho-
noríficos en servicio de la corona de Espafia, á cuyos
instrumentos y patentes me remito, no omitiendo la
noticia auténtica que dió el Padre cronista de su pro-
vincia Pedro Lozano, en la descripcion del Gran.Chaco,
§ 15, donde dice: e Y aunque saliendo de las Cor-
rientes el maestro de campo Manuel Cabral de Alp?in,

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DEL PASADO ARGENTINO 41

noble lusitano, gran soldado y servidor de nuestros


monarcas, acompaft.ado de competente milicia, hizo el
esfuerzo por recuperar aquella tierra, y volver á poblar
la ciudad (era la de la Concepcion de Buena Espe-
ranza) y sujetar á estos bárbaros (los calchaquies),
no fué posible , .
Es igualmente constante que los referidos consortes,
don Amador Baz Alpoin y dofta Margarita Cabral,
trageron una hija legítima que se llamaba dofta Isabel
, Cabra} de Melo Alpoin, la cual se casó en esta ciudad,
el afto de mil seiscientos veinte, con don Antonio
Govea Cospedal, de cuyo matrimonio procrearon á
dofta Gregoria Cabra} de Melo Govea Cospedal, la
cual se casó en esta misma ciudad con el general
don Miguel de Riglos ; y segun la fe de su bautismo,
que fué dia veinte y tres de marzo del afto de 1627,
fué despues su casamiento en aquel intermedio de
los diez y seis af\os de las fées de matrimonios que
se perdieron por alguna humedad que padeció el
libro parroquial que ya se dijo. De este matrimonio
no hubo sucesion, segun parece, f dejó ella por su
universal heredero al espresado general, su esposo,
don Miguel de Riglos, quien despues fué casado en
segundas y terceras nupcias.
Así mismo, aquellos dichos consortes don Amador
Baz de Alpoin y dof\a Margarita Cabra] de Meto,
trageron á esta ciudad, desde aquella referida isla de
Santa Maria, otro hijo llamado don Cristobal Cabra}
de Melo Alpoin, que se casó en esos aftos que faltan
al libro averiado, y segun los . tiempos en que empe-
zaron á nacer sus hijos, fué su casamiento con dofta

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REVISTA PATRIÓTICA

Maria Carabajal de Salas, que era hija legítima del


capitan don Gonzalo Carabajal y de dofta Maria de
Salas, cuyo casamiento consta en este presente libro
en el afio de 161 2, al folio 6 1 ; y tambien tuvieron
de este matrimonio, otra hija llamada dofta Leonor
Carabajal de Salas, que á un mismo tiempo estaba
casada con el capitan Diego Gutierrez Humanes, tio
camal de dofta Juana Gutierrez de Paz y Serrano,
madre de los dos seftores obispos don Fray Gabriel
y don Fray Juan de Arregui y del alferez real don
José de Arregui y de dofta Juana Maria de Arregui,
que fué casada con el gobernador de la provincia
del Tucuman don Juan de Armasa, y, despues de
viuda, fué la primera madre priora y fundadora de
este monasterio de Santa Catalina en Buenos Aires.
El espresado, pues, don Cristoval Cabra! de Melo
y Alpoin y dicha su esposa dotia Maria Carbajal
de Salas, tuvieron los hijos legítimos que se hallan
en este presente libro, como lo fueron don Gerónimo
Cabra) de Melo Carbajal de Salas y su hermano
legítimo el jesuita P. Gregorio Cabral de Melo Al-
poin Carbajal y Salas, rector que fué del colegio
grande de esta ciudad , y provincial de esta pro-
vincia.
Los otros hermanos fueron : don Antonio Roman
Cabra! de Melo Alpoin Carbajal y Salas , que fué
casado con dofia Leonor de Morales, y fueron sue-
gros del regidor perpétuo de esta república don Mi-
guel Gerónimo de Esparza Rodríguez , por haberse
casado con su hija dotia Antonia Cabral de Melo
y Morales , quienes procrearon á don Juan Miguel

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DEL PAS,\DO ARGENTINO 43

de Esparza y Morales, alcalde ordinario y oficial real


en esta ciudad y sus cajas reales, quien fué padre
de doña Bernarda de Esparza y Cabral, que se halla
casada con don Juan Canaveris, y con muchos hijos
legítimos de menor edad, en estos años de 1 7S6.
Otros hijos de los dichos don Cristóval y doña
l\faria, fueron don Eugenio, que nació el afio de 1648,
y otro Eugenio que nació año de 1650, y otro lla-
mado Cristóval , que lo declara en su testamento,
otorgado por los años de 1654, en que falleció dia
2 2 de febrero .

Del mismo modo, aquellos dos referidos consortes


don Amador Baz de Alpoin y doña Margarita Cabra}
de Meto, <lemas de los referidos hijos que trajeron,
y de los que aquí ya avecindados les nacieron, como
adelante st! individualizará , trageron tambien desde
la isla de Santa Maria otro hijo , llamado don Juan
Cabra! de Melo Alpoin, del cual, por ser yo el pre-
sente cura rector, su descendiente por parte materna,
tengo mas noticias que sirvan de mayor suplemento á
las fallas de este y <lemas libros parroquiales antiguos.
Este, pues, don Juan Cabra! de Melo Alpoin, segun
los nacimientos de los hijos legítimos que tuvo y
constan del presente primer libro, fué aquí casado
en el intermedio tiempo en que faltan las fées de
casamientos de 16 años, en el libro que se ha men-
cionado, averiado y fallido, con doña Ines Leal de
Ayala, hija legítima del capitan don Mateo Leal de
Ayala, alguacil mayor que fué muchos años de esta
ciudad, y alcalde ordinario, y teniente gobernador y
gobernador interino, segun consta de los libros cap1-

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44 REVISTA PATklÓTlCA

tulares, y aun de estos parroquiales ; y era casado


con doña Magdalena de Aguilar, suegros del referido
capitan don Juan Cabral de Melo Alpoin, quien de
su referido matrimonio , tuvo el primer hijo, que les
nació at\o de 1638, por agosto, y se llamó Juan
Cabra! de Melo Alpoin Leal de Ayala y Aguilar, y
se halla en este libro, fol. 1 46, el cual fué teniente
y luego capitan de caballería de corazas del número
de esta ciudad , cuyo título original pára en mi po-
der, por ser mi abuelo materno, y Í«.1é casado con
mi abuela doña Juana Rodríguez Quintero Naharro,
nieta legítima del capitan y alcalde ordinario don
Juan Rodriguez Quintero y de dofia Maria Naharro
Humanés, é hija legítima del capitan don Juan Nuñez
Bohorquez y de doña Ana Rodriguez Quintero Na-
harro, y se halla se bauti!>mo folio 1 50 vuelta.
De este capitan de corazas don Juan Cabra) de
Melo Leal de Ayala y de la dicha su muger dof\a
Juana Rodríguez Quintero Naharro, nació, afio de 1678,
mi madre legítima doña Petrona Cabra! de Melo
Alpoin Leal de Ayala y Aguilar, etc., folio 249,
libro 4 ; y se casó afio 1696, con mi padre el capi-
tan de corazas don Amador Fernandez de Agüero,
regidor y alcalde ordinario dos veces en esta ciudad,
síndico procurador general de ella, hijo legítimo del
capitan don Ignacio Fernandez de Agüero, alferez
real y alcalde ordinario dos veces, familiar de título
de la ~anta Inquisicion y teniente general de este
gobierno, justicia mayor y ca pitan á guerra, cuyas
fées de bautismos y casamientos se hallan en los sub-
secuentes libros respectivos.

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DEL PASADO ARGENTINO 45

Tuvo tambien aquel don Juan Cabral de Meto


Alpoin Leal de Ayala, mi abuelo, otro hijo legítimo,
don Leandro Cabral etc., que se avecindó en la ciu-
dad de Salta, y fué padre del doctor Cabral, clérigo
presbítero, y de otra mucha descendencia allí cono-
cida y distinguida . Item, á don Gregorio Cabra} ,
padre del maestro don Narciso Cabral, clérigo pres-
bítero, beneficiado de esta santa iglesia , y de dofia
Maria del Tránsito Cabral, etc., que fué casada con
el alferez de dragones don Santiago Martinez; y á
don Jacinto Cabral, etc., padre de dofia lnes Cabra}
que fué casada con el alferez de artilleria don Luís
Fogasa; y á dofia Ana Cabra!, etc., que fué casada
con el capitan don Pablo Cordobes Hurtado, que
tuvieron un hijo clérigo presbítero llamado don Se-
hastían Cordobes Hurtado Cabra!, etc.
Item, á dofia Maria Cabra} de Melo Ayala, etc.,
que fué casada con don Amador Rodríguez de Sosa,
hermano legítimo de doña Ana Rodriguez de Sosa,
que fué casada con el capitan de caballeria de este
presidio don Antonio de Pando , suegros del factor
don Martín José de Altolaguirre, etc., y no tuvieron
sucesion dichos don Amador y dofia Maria Cabral.
Item, aquel capitan don Juan Cabra} de Meto
Alpoin , tuvo tambien, el año de 1650 ~ otro hijo
legítimo, Pablo, de quien no hay mas noticia; y tuvo
tambien una hija legítima llamada doña Francisca
Cabral de Meto Alpoin Leal de Ayala, que fué ca-
sada, y se halla la fé de su confirmacion en este
libro al folio 161, y se halla su fé de bautismo po-
los af\os de 1645, del libro 3°, folio 10, y la de su

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RFVISTA PATRIÓTICA

casamiento, afio de 1659, folio 110, habiendo sido


casada con el oficial real de estas reales cajas don
Alonso Muóoz de Gadea, quienes se hallan en dicho
libro 4º por padrinos de algunos huérfanos, que por
que no tuvieron sucesion, los criaron y apadrinaron
y aun los apellidaron ; y yo, como tal sobrino y
nieto de dicha señora dofia Francisca, obtengo una
capellanía , aunque cort::i., del residuo de sus bienes.
Ultimamente se sigue poner en este suplemento,
despues de haber dado las noticias de los cuatro
hijos legítimos que trageron en menoredad de aquella
isla portuguesa de España, los antedichos consortes
don Amador Baz de Alpoin y doña Margarita Ca-
bra! de Melo, otros hijos legítimos qlle les nacieron
en esta ciudad de Buenos Aires; y porque no hay
lugar en estas cuatro fojas que hallé en blanco, aunque
averiadas, añadiré aquí otras que en nada perjudican
á este libro, para ilustrarlo mejor con las <lemas fami
lías que proceden del tal don Amador y doña Marga-
rita - Doctor Juan Cayetano Fernandez de Agüero.
( Sin poner aquí nuevas fojas. véanse desde el
folio I 89.)
Folio 1 89. - En estas fojas que he hallado agre-
gadas á esta encuadernacion, pongo lo ~iguiente :
Amador. - Siguiendo , pues, la descendencia de
hijos de aquellos consortes don Amador Baz de Al-
poin y de doña Margarita Cabra! de Melo, de que
ya queda hecha la relacion desde el folio 43, 1 de

1 Estos consortes Amador Baz Alpoin y dofla Margarita Cabra!


de Melo, vinieror. de la isla de Santa Maria, y trageron, por los afios

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DEL PAS.-.DO ARGENTINO
47

los que les nacieron en la isla de Santa Maria,


síguese ahora hacerla de los otros hijos que ya ave-
cindados en este puerto de Santa Maria de Buenos
Ayres, les nacieron aquí por los años de 1601 y
y de 1603, y se verán en este presente libro, en
los folios 3, 4 y 9.
En dicho afio de 1601, al folio 3, se halla la fe
de bautismo del primer hijo que les nació aquí en
Buenos Aires, y se llamó, como su padre, Amador,
cuya descendencia posterior estendió y reunió á las
demas descendencias de sus hermanos mayores ya
referidos, don Manuel, dofia Isabel, don Cristóval y
don Juan.
Siendo, pues, este hermanito Amador ya de veinte
y ocho años, se casó en el añq de 1629, el dia 29
de abril, con doña Ana Romero de Santa Cruz, se-
gun consta del segundo libro parroquial, al folio 33;
y pasados los primeros afios de casados, hasta el de
1636, se halla en dicho segundo libro, que es de
casamientos y de bautismos, que les nació una hija
llamada Maria; y despues, en el afio de 1639, un
hijo llamado José, de quienes no se tiene mas noti-
cia. Pero, en el afio de 1643, por agosto, les nació
otro hijo llamado Juan, que con sus apellidos de

de 1600, los hijos siguientes, nacidos en aquella isla : dr,n Manuel


Cabra! de Melo Alpoin, don Cristóval Cabra! de Melo Alpoin, doi'la
Isabel Cabra\ de Melo y don Juan Cabra} de Melo Alpoin. - Item,
en Buenos Aires procrearon, d• spues, dichos consortes, á Amador el
0

afio de 1601, otro Amador el afio de 1602, y una Maria el afio de


1603. - Véanse en este libro, á los folios 2, 4 y 9. - Itero, los hijos
que sus hijos isleflos tuvieron, ver folio 43. - (Nota escrita de pui'lo
y letra del cura doctor don Juan Cayetano F ernandez de Agüero.)

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REVISTA PATRIÓTICA

abuelos y padres, fué don Juan Baz Alpoin Cabral


de Melo Romero de Santa Cruz, y de este hijo
prosiguió la numerosa descendencia ilustre en que se
reunieron las parentelas descendientes de aquellos
cuatro hermanos mayores referidos, islanos, porteños
de la isla de Santa Maria, con esta originada de
aquel hermanito porteño de este puerto de Santa
Maria de Buenos Aires, don Amador Baz de Alpoin
Cabra] de Melo, padre de dicho don Juan Baz de
Alpoin, etc., quien fué, despues, en el año de 1676,
folio 61 ~ casado con doña Sabina Lava yen de Tapia
de Rangel, hija legítima de primer matrimonio, del
contador oficial real don Agustin de Lavayen y de
su legítima muger primera, doña Juana de Tapia
Rangel, y por fa11ecimiento de esta, se volvió á ca-
sar el referido contador don Agustin, con doña Maria
Ponce de Leon, hija legítima del adelantado don
Rodrigo Ponce de Leon y de dofia Isabel de Na-
harro, una de las ocho hijas del poblador de esta
ciudad, el capitan don Cristóval Naharro y de su
legítima muger doña Isabel Nieto Humanés de Ma-
lina ; y así le nacieron á dicho contador otros hijos
é hijas que se apellidaron Lavayen Ponce de Leon;
y porque de los libros parroquiales de esta santa
iglesia consta los hijos é hijas dé ambos matrimonios
del espresado contador don Agustin de Lavayen,
con las específicas distinciones de las madres, Tapia
Rangel, los unos, y Ponce de Leon, los otros; solo
hago de paso esta realacion, por lo que convenga
en todo tiempo discernir los grados de parentesco de
las personas descendientes por ambos matrimonios.

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DEL PASADO ARGENTINO 49

Volviendo, pues, al capitan don Juan Baz de Al-


poin y su espo~a dofia Sabina LaYayen de Tapia
Rangel, iré refiriendo los hijos que tuvieron, y conocí
muchos afios al hijo varon don Juan Baz de Alpoin,
clérigo sacerdote, que falleció mozo. 1

1 Así concluye el escrito genealógico del doctor Fernandez de


Agüero. Tal vez la continuacion que ofrece en sus últimos renglones,
se encuentre en los libros parroquiales posteriores, los que no hemos
enido ocasion de examinar.
M . R. Tre/les.

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LA YERBA !PESEN

.!pesen es palabra que no pertenece á la lengua


guaraní, pero que la usaron los conquistadores del
Rio de la Plata, para designar la yerba mate ó del
Paraguay. En documento del año 1596, la encontra•
mos aplicada en ese sentido, con motivo de prohi-
birse el uso de la yerba, bajo graves penas, por
auto del teniente general Hernandarias de Saavedra,
en virtud de representacion de Antonio Lamadrid,
procurador general de la Asuncion, en que enume•
raba los graves inconvenientes de su elaboracion y
mayores de su uso, pues, rara era la persona que
en aquella ciudad no la bebiese, con ofensa de Dios,
desatendiendo las muchas t>xcomuniones y penas fu].
minadas por los jueces eclesiásticos contra tan arrai-
gado vicio, y á pesar de las reprensiones de los pre-
dicadores y penitencias de los confesores, que tanto
sobre ello han voceado y trabajado, dice el docu-
mento.
Hernandarias de Saavedra , fué un perseguidor
constante de la elaboracion y uso de la yerba de su
patria, una de las mas valiosas producciones del Pa-
raguay. En diferentes ocasiones escribió al rey sobre
el particular, pidiéndole cédulas que vigorizasen sus
actos prohibitivos. Estos liegaron al estremo de la

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DEL PASADO ARGENTINO 51

arbitrariedad, ordenando hasta la quema del artículo,


la cual no le produjo otro resultado que la conde-
nacion de la audiencia de Charcas, mandándole in-
demnizar á los propietarios damnificados por su arbi-
trariedad. Consta todo por el propio testimonio de
Hernandarias, en comunicacion al rey del año de
1 61 8, que dice en la parte correspondiente :
e Tambien he puesto remedio en las vejaciones

que se hadan á los indios de la dicha ciudad y de


la provincia de Guayrá , sacándolos de sus tierras
para coger la yerba, que es un géflero de bebida
de que otras veces he dado cuenta á V. M., que
asi en cogerla, como en traerla á cuestas de muchas
leguas la tierra adentro , por caminos ásperos , hasta
la ribera del rio, eran tratados con tal tiranía, cual
jamas se ha usado con vasallós de V. M., pues mu-
chos mueren en este trabajo infieles; y como cosa tan
digna de ser vedada, así por esto, como por el mal
uso de esta bebida, que hace á los hombres viciosos
y haraganes , he hecho muchos castigos en los mer-
caderes y personas que la traginaban , hasta quemar-
se/a , ejecutando un auto proveido por el licenciado
don Francisco <le Alfaro, en que lo ordenó así; de
que los dichos mercaderes se han quejado en la au-
diencia de la Plata, que ha librado provisiones con-
denándome en el valor de ella ; y así convendría que
V. M. enviase cédula en que se prohiba trato tan
perjudicial y de tanto dafto , aun para los que la
toman, que <lemas del estrago de la vida, es grande
el de la hacienda, que la gastan en comprarla. ,
Lozano, en su Historia de la conquista del Para-

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REVISTA PATRIÓTICA

guay , refiere una especie de auto de fé semejante,


mandado ejecutar por el mismo Hernandarias en la
plaza mayor de Buenos Aires, contra la yerba que
para su uso train del Paraguay los indios remeros
de la embarcacion en que el gobernador hacia la
visita de su jurisdiccion. El acto fué acompafiado de
una alocucion del gobernador á los indios despoja-
dos, que copia Lozano en su historia.

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LOS APELLIDOS

Berni, en el prólogo de su obra sobre los Títulcs


de Castilla , dice : < No debe fiarse un escritor en
las meras voces de los apellidos para los enlacei;,
porque se espone á errar ; pues es notorio que ele
un mismo apellido , hay ilustrísimas familias, otrai;
menos ilustres, y otras plebellas, sin mediar en todas
tres la menor conexion de parentesco. ,
Pero, no es solo por lo que espresa este autor,
que puede equivocarse un genealogista, sino tambien
porque en cierta época, en que se encuentra com-
prendida la conquista de América, acostumbraban lo:;
padres distinguir á sus hijos, no solo con los apelli-
dos, sino tambien con los nombres y apellidos <l<!
de personas ilustres , fuese por razon de reconoci-
miento á la proteccion ó servicios que de ellas hu-
biesen recibido, 6 por motivos semejantes.
Numerosos ejemplos de esta naturaleza, nos ofrece
la sola época colonial del Rio de la Plata ; pero ,
consignamos solamente algunos , somo comprobante
de lo dicho.
Martín Suarez de Toledo, fué un conquistador que
vino á estos países con el adelantado Cabeza de Vaca,
llegando á desempefiar puestos distinguidos. Tuvo
su primer hijo en la Asuncion, á quien no puso su
nombre ni <lió sus propios apellidos, sino el nombre

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54 R~VISTA PATRIÓTICA

y ape!lidos del segundo conde de Castellar don Her-


nando Arias de Saavedra. Es de creer que esto res-
pondía á motivos personales de agradecimiento hácia
el espresado conde 6 hácia su padre, el primero de
ese título, pues ambos parecen contemporáneos de
Suarez de Toledo.
Juan de Garay, ilustre conquistador y poblador
de estas regiones, que habia dado su nombre y ape-
llido á su hijo natural, conocido en nuestros anales
por Juan de Garay , el mozo, dió á una hija de su
legítimo matrimonio con doña Isabel Becerra, el nom-
bre y apellido de doña Gerónima de Contreras, es-
presando, tal vez, en ese acto, su reconocimiento ó
respeto propio 6 el de la familia de su esposa, hácia
algun miembro de la ilustrísima familia de los caba-
lleros Contreras , como la califica Rivarola en su
Descnpcion de la República de Gé,tova.
Mas probable nos parece esta última congetura,
por cuanto la hermosa y desgraciada muger de Rui
Diaz Melgarejo, que era hija del capitan Becerra, se
llamaba dofia Elvira de Contreras, y, por el apellido
del padre, parece era hermana de la muger de Garay,
doña Isabel Becerra.
Como los relacionados, se encuentran á cada paso
ejemplos en nuestros anales, como tambien de adop-
tar los hijos los apellidos de las madres 6 de los
abuelos, en lugar del · de los padres.
Resulta, por consiguiente, que los apellidos no son
guia segura del orígen 6 descendencia de las perso-
nas que los llevan, y que, en materia de genealo-
gias, debemos atenernos al principio del heráldico

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DEL PASADO ARGF.NTINO 55

Lopez de Haro y otros escritores concienzudos, esto


es, buscarlas y fundarlas en las cróniº1,as, anales r
memoriales antiguos, comprobados por escrituras au-
ténticas, testamentos, particiones, herencz"as, diferencias
de pleitos en los consejos y privz"legios reales, dotac·io-
nes de monasterios)' sepulcros antiguos, por donde se
aver·igua la verdad.

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EL CAPITAN FERNANDEZ LOBO

Aparece en los anales de Buenos Aires el capitan


Nufío Fernandez Lobo, con anterioridad al afio de
1629, segun se vé por el primero de los documen-
tos que insertamos á continuacion.
Consta que vino con su esposa doña Juana de
Valdenebro, de las provincias del Tucuman, y se
avecindó en Buenos Aires, formando en esta ciudad
a familia de los Fernan<lez de Agüero, sin que po-
damos esplicar el cambio del segundo de sus ape-
llidos por el de Agüero que llevaron sus descen-
dientes.
Como se verá por el primero de los siguientes
documentos, el gobernador don Francisco de Céspe-
des, le nombró, en 1629, para desempeñar una co-
mision relativa á ganados, en las chacras y estancias
del rio de las Conchas.
Don Pedro Estevan Dávila, sucesor de Céspedes
en la gobernacion, confirmó el nombramiento de
Fernandez Lobo para dicha comision , espresando
ser persona de satisfaccion y confianza, que habia
servido en las ocasiones oportunas del real servicio,
como consta del segundo documento.
Son los datos que han llegado á nuestro conoci-
miento, respecto del fundador de la familia de los
F ernandez de Agüero en Buenos Aires.

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DEL PASADO ARGENTINO 57

De su hijo legítimo el teniente general Ignacio


Fernandez de Agüero, damos noticia en artículo á
parte.

Oomision al Oapitan Nuño Fernandez Lobo, padre del


general don Ignacio Fernandez de Agüero

Don Francisco de Céspedes, gobernador y capitan


general de estas provincias del Rio de la Plata, por
S. M. etc.
Por cuanto por auto que hoy he proveido, he
mandado se despache comision en forma á el capitan
Nutio Fernandez, vecino de esta ciudad, para que
en el Rio de las Conchas, haga guardar y cumplir
las ordenanzas que prohiben que de esta banda del
dicho rio, no tengan ningunos dueños de estancias
ni chácaras, ningunos ganados mayores ni menores ;
y para que haga todas las causas criminales que se
ofrecieren en el pago del dicho rio de las Conchas,
y traiga y vuelva á esta ciudad todas y cualesquier
cosas de contrabando y pasageros, y deshaga todos
los agravios que se ofrecieren; y fechas las dichas
causas y estando en estado de sentencia, me las
remita con los presos, para que yo las sentencie y
en todo haga justicia. - Por la presente doy comi-
sion á el dicho capitan Nuño Fernandez, vecino de
esta dicha ciudad, persona que de ordinario asiste
en la hacienda de chácara y estancia que tiene en el
dicho pago del rio de las Conchas, para que, alzan-
do vara de la real justicia conozca de todas las cau-
sas criminales que se ofrezcan en el dicho pago, y

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58 REVISTA PATRIÓTil';A

haga guardar y guarde las ordenanzas que hablan


sobre los ganados, y todos los que hallare de esta
banda de el dicho rio, los haga echar y eche de la
otra, donde no hagan daño, y mandar pagar los que
hubieren hecho á los dueños de las dichas chácaras,
y para que pueda volver á esta ciudad todas las
personas que de ella salieron para las provincias de
arriba sin mi licencia y contrabando á lo que S. M.
manda y órdenes de bandos publicados por mi
mandado, y todas las cosas que llevaren los dichos
pasageros ú otras personas de contrabando ; y todo
fecho, lo traiga y remita ante mi, para que en todo
provea just1c1a, que para todo ello y lo de ello
anejo y concerniente le doy comision bastante J. el
dicho capitan Nuño Fernandez, la que en tal caso
se requiere y es necesaria, y mando á todos y en
cualesquier personas, vecinos y moradores, estantes y
habitantes en esta dicha ciudad y su jurisdiccion, le
hayan y tengan por tal juez comisario, para cono-
cer en el dicho pago de el rio de las Conchas y de
Lujan y Areco, hasta la jurisdiccion de la ciudad de
Córdova, de las d:chas causas, y le obedezcar., guar-
den y cumplan sus mandatos so las penas que les
pusiere, en que desde luego les doy por condenados,
lo contrario haciendo. - Fecha en la ciudad de la
Trinidad, puerto de Buenos Ayres, á veinte del mes
de agosto de mil y seiscientos y veinte y nueve años.
- DoN FRANCISCO DE CÉSPEDES. - Por mandado
del señor Gobernador, Alonso Agreda de Vergara,
escribano de gobierno. Sin derechos.

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DEL PASADO ARGENTINO 59

Ratiftcaoion del señor Gobernador don Pedro Estevan


Dé.vila
En la ciudad de la Trinidad, puerto de Buenos
Ayres, en diez y nueve dias del mes de abril de mil
y seiscientos y treinta y dos años, ante el señor
maestro de campo don Pedro Estevan Dá vila, caba-
llero de la Orden de Santiago, gobernador y capitan
gentral y justicia mayor de estas provincias del Rio
de la Plata por S. M. se presentó la comision de
suso ; y vista por su Señoria dijo , que : atento ser
el capitan Nuño Fernandez persona de satisfaccion y
confianza, y que ha servido á S. M. en las ocasio-
nes que se han ofrecido de su real servicio y lo hará
y continuará , ratifica y confirma y aprueba la dicha
comision dada por el señor gobernador don Francisco
de Céspedes su antecesor, para que use de ella el
dicho capitan Nuf'ío Fernandezi segun y como en ella
se contiene, y siendo necesario, en nombre de S. M.
como su gobernador y capitan general se la dá de
nuevo segun y como en ella se contiene, y el poder
y facultad que puede y ha lugar por derecho ; y
manda á todos los vecinos que tienen sus chácaras
y estancias y <lemas labores en el dicho pago de las
Conchas, y <lemas personas de cualquier calidad que
sean, cumplan y guarden sus órdenes y mandamien-
tos, so las penas que les pusiere, y mas de dos-
cientos pesos para la real cámara de S. M. y gastos
de guerra á los inobedientes, y que procederá contra
ellos con todo rigor, y lo firmó de su nombre : -
DoN PEDRO EsTEVAN DÁVILA. - Ante mi, Alonso
Agreda de Ver(ara, escribano mayor de gobernacion.
- Derechos, un peso. s

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IGNACIO FERNANDEZ DE .AGUERO

Natural de la ciudad de Buenos Aires, era el ca-


pitan Ignacio Fernandez de Agüero, hijo legítimo del
capitan Nuñ.o Fernandez Lobo y dot'\a Juana de Bal-
denebro , personas de calidad que vinieron á esta
capital de las prov111c1as del Tucuman, y en ella se
avecindaron.
Era casado con doñ.a Mariana de Sanabria , de la
cual tenía siete hijos en 1664, cuando se levantó el
empadronamiento de esta ciudad, que publicamos en
el tomo 1 .del Registro Estadístico de 1859.
En 1674, Fernandez de Agüero, contaba mas de
treinta af'ios de servicios, teniendo casa poblada, sus-
tentando armas y caballos y acudiendo á su costa
en todas las ocasiones que se habian ofrecido.
Habia desempeñado los cargos de alcalde ordina-
rio de segundo voto en 1666, de primer voto en 76
y 80, de alcalde de la Santa Hermandad, procurador
general, alferez real, etc. en diferentes años.
Fué tambien familiar de la lnquisicion, por nom-
bramiento de los inquisidores de la ciudad de los
Reyes, fecha 6 de abril de 1668, cuyo cargo aceptó
prestando el juramento correspondiente ante el comi-
sario de la lnquisicion, mae5tro don Valentin de Es-
cobar Becerra, arcediano de esta catedral, puesto de

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DEL PASADO ARGENTINO 61

rodillas delante de un Crucifijo, sobre cuya peaña


puso la mano derecha, y dijo : « Juro á Dios y á
la Cruz de usar bien y fielmente el dicho oficio, y
guardar secreto en las cosas y casos del Santo Ofi-
cio, etc.
Por sus servicios, los de sus antepasados y los de
su esposa, obtuvo por merced del gobernador don
Andrés de Robles, en 167 5, la encomienda de indios
Ser;anos, del cacique Altanu, compuesta de diez in-
dividuos, á que se agregaron despues otros de la
misma nacion.
En el espresado año, ¡ior muerte del teniente ge-
neral don Cristóval Gimenez Lobaton, fué nombrado
Fernandez de Agüero para sucederle en el cargo,
por el mismo gobernador Robles. Este , en 167 7 ,
certificó que cuando vino á estas provincias el año
de 1674, conoció á F ernandez de Agüero, vecino de
ellas, como uno de los de mas calidad, crédito y celo
en el servicio de S. M. y conservacion de esta repú-
blica, de cuyas particulares prendas le habia infor-
mado, muy especialmente, su antecesor don José
Martinez de Salazar , constándole ser casado y em-
parentado con las familias mas antiguas, nobles, de
pobladores y conquistadores, en cuya Yirtud le había
elegido por su lugar-teniente , cuyo cargo sirvió con
muy particular aprobacion, integridad y celo, y acep-
tacion de toda esta república, etc.
Ponemos á continuacion los títulos de familiar del
Santo Oficio, y el de merced de la encomienda de
indios Serranos del cacique Altanu. Obran originales
en los autos que instruyeron los hijos de don Isidro

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62 REVISTA PATRIÓTICA

José Balbastro, en I 806, para calificar su legitimidad


y nobleza.
De los mismos autos hemos tomado copias de
otros documentos que figuran en esta publicacion
relativos á los Fernandez de Agüero, gracias á la
amabilidad del doctor don Antonio Piran, actual de-
positario de esos interesantes antecedentes autén-
ticos.

Primer nombramiento de familiar de Inquisicion del


teniente general Ignacio Femandez de Agüero

Habiendo sido informados de que en la persona


del capitan Ignacio Fernandez de Agüero, vecino de
Buenos Ayres, concurren muchas y buenas partes, y
que es á propósito para acudir al servicio de la ln-
quisicion, hemos tenido por bien de nombrarlo por
ahora por Familiar de este Santo Oficio en esa dicha
ciudad y puerto y su jurisdiccion, para que como tal
acuda con puntualidad y cuidado á lo que le fuere
cometido y encargado ; y antes de ser admitido al
uso del dicho oficio, se le reciba el juramento de
fidelidad y secreto acostumbrado, y en los actos pú-
blicos le honrará como á los demas ministros nom-
brados. - Guarde N. Señor , etc. - Reyes , 6 de
abril de 1669. - Don Cristóval de Castilla y Za-
mora. - Doctor Don Alvaro de lbarra. - Doctor
:Juan de Huerta. - Por mandado del Santo Oficio,
Don Juan de fJelasco, esbribano.
Juramento. - En la ciudad de la Trinidad, puerto

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DEL PASADO ARGENTINO

de Buenos Ayres , en once dias del mes de agosto


de mil y seiscientos y sesenta y nueve afios, ante
el sefior maestro don Valentin Escobar Becerra, ar-
cediano de la Santa Iglesia Catedral de esta dicha
ciudad y Comisario del Santo Oficio de ella, por los
mui ilustres señores inquisidores de la ciudad de los
Reyes : pareció el capitan Ignacio Fernandez de
Agüero, vecino y morador de esta ciudad, y pre-
sentó el nombramiento de familiar de este Santo
Oficio en esta ciudad, dado por dichos señores inqui-
sidores, en cuyo cumplimiento , estando puesto de
rodillas delante de un santo Crucifijo, sobre cuya
peafia puso la mano derecha, dijo : que jura á Dios
y á la Cruz de usar bien y fielmente el dicho oficio
de tal familiar del Santo Oficio, acudiendo á todo lo
que le fuere por él ordenado, y guardará secreto en
las cosas y casos de este Santo Oficio ; y á la con•
clusion de este juramento dijo : Si así lo hiciere ,
Dios nuestro Sefior me ayude, y al contrario, me lo
demande. - Y fecho lo referido, su merced le recibe
y ha por recibido por tal familiar de este Santo
Oficio, y manda se le dé el nombramiento que pre•
senta y esta diligencia original para su resguardo, y
que se ponga razon de todo en el libro correspon•
diente de este Santo Oficio y lo firmó con el suso•
dicho. - El Maestro Don Valentin de Escobar Be-
cerra. - Ignaci·o Fernandez de Agüero. - Ante mi,
Juan de Reluz y Huerta, notario del Santo Oficio.

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REVISTA PATRIÓTICA

Nonbramiento de Familiar del Santo Oftcio de la ciudad


y puerto de Buenos Ayres á favor del oapitan Ignacio
Femandez de Agüero. - Registrado.

Por cuanto para la espedicion de los negocios que


se suelen ofrecer tocantes al Santo Oficio de la In •
quisicion en la ciudad y puerto de Buenos Ayres,
conviene proveer personas de toda confianza, lustre
y satisfaccion para ministros de ella , y al presente
haber falta de familiares en dicha ciudad y puerto de
Buenos Ayres. Por tanto, habiendo sido informados
de que en la persona del capitan Ignacio Fernandez
de Agüero, vecino de dicho puerto de Buenos Ayres,
concurren los partes y requisitos necesarios para
ejercer el oficio de familiar, y que acudió con toda
puntualidad, secreto, fidelidad y cuidado á todo lo á
él tocante y perteneciente, que por nos y nuestro
comisario de dicho puerto, le fuere cometido y enco-
mendado, tenemos por bien de nombrarle, corno por
la presente le nombramos~ por familiar de este Santo
Oficio , en dicha ciudad y puerto de Buenos Ayres ,
y mandamos á dicho comisario que antes y primero
de admitiros al ejercicio de dicho oficio, os reciba el
juramento de fidelidad y secreto acostumbrado, y que
nos envíe testimonio de haberlo hecho, y despues le
honrará en los actos públicos que se ofrecieren, como
se ha hecho y hace con los demas ministros nom-
brados . En testimonio de lo cual mandarnos dar y
dimos el presente, firmado de nuestros nombres, se-
llado con el sello del Santo Oficio y refrendado del
infrascrito secretario del secreto. - Dado en la In-

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DEL PASADO ARGENTINO

qms1c1on de los Reyes, á treinta y un dias del mes


de julio de mil y seiscientos y setenta y tres afios.
- Doctor 7uan de Huerta Gutierrez. - Doctor don
Bartolomé Gonzalez Poveda. - Por mandado del Santo
Oficio de la Inquisicion, Don Miguel Roman de Au-
lestia. ( Un sello)

Título y merced de la encomienda de indios de naoion


Serranos, sujetos al cacique Altanu, en el oapitan
Ignacio Fernandez de Agüero.

El maestro de campo don Andrés de Robles, ca-


ballero del Orden de Santiago, gobernador y capitan
general de estas provincias del Rio de la Plata, por
S. M. que Dios guarde.
Por cuanto habiéndose dispuesto el poner en re-
duccion y pueblo los indios de las naciones del dis-
trito de esta provincia, que de ordinario han andado
retirados por las pampas y sierras , para obviar los
dafios que se habian esperimentado , se hizo padron
de dichos indios, y entre ellos parecieron diferentes
indios de nacion Serranos, que de muchos afios á
esta parte residen en dicho distrito, se hizo padron
de ellos con sus caciques y parcialidades y constó por
partida de dicho padron la del cacique Altanu ; y
habiéndose puesto edictos por mandado de mi ante-
cesor, para los encomendar, por no haber habido
quien los pidiese, se quedaron en la forma antece-
dente; y con noticia de lo referido, dispuse que en

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66 REVISTA PATRIÓTICA

conformidad de lo que disponen las reales cédulas y


ordenanzas , mandé se pusiesen edictos para esta y
otras encomiendas que hallé vacas, asignando cin-
cuenta días de término, para que dentro de ellos se
opusiesen las personas beneméritas que quisiesen y
pretendiesen derecho á ellos, y publicados y fijados
dichos edictos, se opusieron á los dichos indios y
cacique Altanu, el capitan Cristoval de Loyola, que
murió durante el dicho término, y el capitan Ignacio
Fernandez de Agüero, vecino de esta ciudad, y am-
bos á dos justificaron por informacion y otros recau-
dos que presentaron, los méritos y ser vicios que ale-
garon concurrían en ellos ; y con vista de todos los
papeles y autos fechos en este particular, en veinte
y cuatro días del mes de noviembre próximo pasado,
proveí auto haciendo mcrce<l de dichos indios y en-
comienda referidos , al dicho capitan Ignacio F ernan•
dez de Agüero, como dél parece, con tal que ente-
rase la tasa de un afio , asignada por cédula real,
para la paga de las casas de aposento de los sef\o-
res del real Consejo de la!> Indias, y la media anata
que se debe por razon de dicha merced, cuyo tenor
con el de la certificacion que presentó á este gobierno
de haber hecho dichos enteros en poder de los jue-
ces oficiales de la Real Hacienda, es el siguiente:
Auto. - · En la ciudad de la Trinidad , puerto de
Buenos Ayres, en veinte y cuatro días del mes de
noviembre de mil y seiscientos y setenta y cuatro
años , el señor maestro de campo don Andrés de
Robles , caballero del Orden de Santiago , goberna-
dor y capitan general de estas provincias del Rio

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DEL PASADO ARGENTINO 67

de la Plata, por S. M. que Dios guarde, habiendo


visto estos autos fechos en este gobierno, sobre en-
comendar los indios de nacion Serranos, sujetos al
cacique Altanu, sobre que se pusieron edictos que se
publicaron en esta ciudad, y fijó un tanto de ellos en
la plaza pública de ella , llamando, citando y empla-
zando, á todas las personas beneméritas, hijos y nie-
tos de pobladores y conquistadores, como se dispone
por reales ordenanzas , para que dentro de cincuenta
dias se opusiesen á la dicha encomienda, y dentro de
este término consta se opusieron á esta dicha enco-
mienda el capitan Cristoval de Loyola, quien murió
durante dicho término de los dichos cincuenta dias, y
el capitan Ignacio Fernandez de Agüero, vecino y
natural de esta dicha ciudad, quedando único opósito. 1

Y habiéndose por una y otra parte presentado los


papeles y méritos de sus servicios ; y el dicho capi-
tan Ignacio Fernandez de Agüero, justificado por
informacion que di6 los dichos sus méritos y servicios,
y que es hijo legítimo del capitan Nuño Fernandez
Lobo y doña Juana de Bal<lenebro, personas de cali-
dad, y que vinieron á esta ciudad de las provincias
del Tucuman con su familia á hacer vecindad en ella,
y que dicho su padre hizo muchos servicios á S. M.
y especialmente el haber trai<lo á esta dicha ciudad
de la dicha provincia del Tucuman una compaiiia de
gente pagada que levó para socorrerla en ocasion de
enemigos, y que despues fué muchos años capitan
de una de las compafiias del número de esta dicha
ciudad, y que el susodicho de mas de treinta afios
á esta parte ha servido á S. M. teniendo casa po•

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68 REVISTA PATRIÓTICA

blada, sustentando armas y caballos , y acudir á su


costa y mension á todas las ocasiones que se han
ofrecido del real servicio , y ocupado los cargos de
alcalde de la Santa Hermandad , procurador general
y el de alcalde ordinario y alferez real, por nombra-
miento y eleccion del cabildo, justicia y regimiento
de ella, y está casado con dofia Mariana de Sana-
bria, nieta de Anton García Caro y Guillerma Men-
dez de Sanabria, personas que vinieron á este puerto
con licencia de S. M. por pobladores y conquistadores
de esta provincia ; y que el dicho Anton García Caro,
sirvió en dicha conquista y poblacion muchos afios, y
fué teniente de gobernador y juez de residencia, por
nombramiento y título del gobernador Hernandarias
de Saavedra, como consta del título original que pre
sentó, y que el susodicho se halla pobre y con once
hijos legítimos que sustenta ; y por lo referido, y
concurriendo en el susodicho las demas buenas par-
tes y calidades que S. M. ordena por sus reales
cédulas, y en remuneracion y premio de los dichos
sus méritos y servicios, y que de los cargos que ha
obtenido, ha dado muy buena cuenta y residencia, y
esperando que en adelante acudirá á lo que fuere de
su obligacion, y que tendrá los dichos indios en re-
duccion y con la doctrina , policia y enseñanza que
convenga á su conservacion y aumento , y que les
hará todo buen tratamiento como á vasallos libres ;
y por haber quedado, como dicho es, único opositor
por la muerte del dicho Cristoval de Loyola - Dijo,
en nombre de S. M. y en virtud de los poderes que
de su persona real tiene, como su gobernador y ca-

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DF.L PASADO ARGF.NTINO

pitan general de estas provincias , que por su noto


riedad no van aquí insertos, le hace merced y enco
mienda al dicho capitan Ignacio Fernandez de Agüero
de la dicha encomienda de indios de nacion Serranos,
sujetos al dicho cacique Altanu, contenidos en el pa •
dron que de ellos hizo el capitan Lorenzo de Santa
Cruz, teniente general de gobernador, justicia mayor
y capitan á guerra que fué de estas dichas provin-
cias, por el mes de diciembre del afio pasado de
setenta y dos, que segun consta de dicho padron que
son catorce indios, los doce de tasa y dos reserva-
dos, incluso el dicho cacique Altanu y los <lemas
indios á él sujetos y pertenecientes, encomendándo-
selos, como se los encomienda por dos vidas, la suya
y la de su legítimo sucesor. conforme á la ley de la
sucesion, y con el mismo derecho, antigüedad y pro-
piedad que la debe haber y gozar y le pertenece,
con sus tierras , aguadas , montes creaderos y caza-
deros, usos y costumbres, derechos y servidumbres,
segun y de la manera que les pertenece conforme á
ordenanzas, y con tal que el dicho capitan Ignacio
Fernandez de Agüero haya de continuar el hacer
vecindad en esta dich'l ciudad, teniendo casa poblada,
armas y caballos, y acudir á todos cargos que por
razon de vecino encomendero está obiigado, y que
cuando tome posesion de la dicha encomienda y lc1
administre, hará todo buen tratamiento á los dichos
indios sus encomendados , y les dará y hará dar la
doctrina y enseñanza de que necesitaren en las cosas
de nuestra Santa F é Católica, y hacer el pleito ho-
menage de fidelidad y lo <lemas que se acostumbra,

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70 Rt'VISTA PATRIÓTICA

demas de que ha de ser obligado á defender los


dichos indios en todos sus pleitos, causas y negocios
civiles y criminales, y guardar y cumplir en todo y
lo demas el tenor y forma de las ordenanzas de estas
provincias, por lo cual en cuanto á estos particulares
y obligaciones referidas, su Sefioria le encarga al
dicho capitan Ignacio Fernandez de Agüero la con-
ciencia y descarga la de S. M. y suya. - Con lo
cual , y tomada la posesion de esta encomienda, le
acudirán con las tasas , tributos y mitas que está
dispuesto por dichas reales ordenanzas y sin exeder
de ellas ; y el susodicho ha de ser obligado á pagar
el derecho de la media anata que le toca por razon
de esta merced y encomienda, para lo cual ante los
jueces oficiales de la Re l Hacienda de estas provin-
cias que residen en esta ciudad , á que le tasen lo
que debe satisfacer de este derecho y con cargo y
advertencia que ha de satisfacer y pagar lo que le
tocare por cada indio de tasa la limosna de aceite y
vino que S. M. por su real cédula de veinte y cuatro
de octubre del afio pasado de mil y seiscientos y
cincuenta y cinco, manda se cobre de los encomen-
deros de esta provincia para las religiones de ella, y
en cumplimiento de lo dispuesto por reales cédulas,
ha de ocurrir el dicho capitan Ignacio Fernandez de
Agüero por sí ó por su procurador con poder bas-
tante y testimonio de todos estos dichos autos y
título que se le ha de despachar de esta merced y
encomienda ante S. M. en su real consejo de las
Indias, á pedir en ella la confirmacion de esta mer-
ced y estar á derecho con el señor fiscal de S. M.

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DEL PASADO ARGENTINO

de dicho real consejo en todos grados é instancias ,


con pena y señalamiento de estrados , en bastante
forma de derecho , y dentro de seis años que corren
desde hoy dia de la fecha , presentará la dicha con-
firmacion , so las penas contenidas en las reales cé-
dulas que de esto tratan ; y mando que al susodicho
se le despache título en forma de esta merced y
encomienda, con insercion de este auto, con tal que
primero y ante todas cosas conste por certificacion
de los dichos jueces oficiales de la Real Hacienda,
ha enterado en la Real Caja de su cargo el año de
demora de esta encomienda que por la real cédula
de diez y siP.tc de marzo del año pasado de mil y
seiscientos y cincuenta y siete, está asignado para la
paga de casa de aposento de los sefiores del real
consejo de Indias y el dicho derecho de la media
anata. Y así lo proveyó, mandó y firmó don ANDRÉS
DE Ronu:s. - Ante mi , Juan de Beluz y Huerta,
escribano de S. M.
Certiftcaczon. - Don Pedro de Alvarado, contador,
juez oficial de la Real Hacienda de estas provincias
del Rio de la Plata y las del Paraguay por S. M.
que Dios guarde , certifico como en el libro real ,
manual borrador, que está en esta Real Contaduría,
donde se asientan las partidas de cargo y dato, está
una partida rubricada de los jueces oficiales de la
Real Hacienda, .i. fojas setenta y nueve, que sacada
á la letra, es del tenor siguiente :
Partida . - En veinte y siete dias del mes de
noviembre de mil y seiscientos y setenta y cuatro
años~ enteró en estas reales cajas, el capitan Ignacio

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REVISTA PATRIÓTICA

F ernandez de Agüero, cuarenta y nueve pesos y cua-


tro reales corrientes de á ocho, por razon de la mer
ced que se le hizo por este gobierno, de la enco-
mienda de indios Serranos sujetos al cacique Altanu,
que son once indios de tasa, á razon de cuatro pesos
y medio cada uno ; y esta paga se hace por el afio
de demora , en conformidad de cédulas de S. M.,
como consta del padron de dichos indios que pára
en el oficio del escribano de gobierno Juan dt> Beluz
y Huerta; y para que conste de su entero, lo rubri-
camos.
Partida. - Así mismo consta en el libro real de
medias anatas, á fojas treinta y dos vuelta, una par-
tida de cargo, firmada de los dichos señores, que es
en la manera siguiente : - En veinte y siete de no-
viembre de mil y seiscientos y setenta y cuatro años,
t:nteró en la real caja y en el ramo de medias anatas,
el ca pitan Ignacio F ernandez de Agüero , veinte y
cuatro pesos y seis reales , por razon de la media
anata de once indios que se le hizo merced por este
gobierno, de la encomienda de indios de nacion Ser-
ranos, sujetos al cacique Altanu, por el primer año
de demora, en conformidad de cédulas de S. M. y
para que conste lo firmamos. - Como consta y pa-
rece de los libros reales manual y medias anatas, á
que en lo necesario me refiero, y de pedimento del
capitan Ignacio F ernandez de Aguero , doy la pre-
sente, y para que conste donde convenga que es
fecha en la casa de la real Contaduría de Buenos
Ayres, en treinta de noviembre de mil y seiscientos
y setenta y cuatro años. - Don Pedro de A/varado.

(
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I
DEL PASADO ARGENTINO 73

En cuya conformidad, mandé despachar el presente,


por el cual, en nombre de S. M. y en virtud de los
reales poderes que de su persona real tengo, que
por su notoriedad no van aquí insertos, os hago
merced á vos el dicho capitan Ignacio Fernandez
Agüero, de la dicha encomienda de los dichos indios
de nacion Serrana, sujetos al cacique Altanu, conte-
nidos en el padron que de ellos se hizo el alfo pa•
· sado de mil y seiscientos y setenta y dos, y los
demas que le perteneciesen á dicho cacique, por dos
vidas, la vuestra y la de vuestro heredero y legítimo
sucesor, conforme á la ley de la sucesion, y con las
<lemas calidades y derechos que contiene el dicho
auto, y habeis de ser obligado á hacer vecindad en
esta dicha ciudad , sustentando armas y caballlos y
acudir á todas las cargas de vecino feudatario, y
hareis el pleito homenage y juramento de fidelidad
acostumbrado en manos de mi lugarteniente general
y capitan á guerra de esta ciudad y provincias, 6
cualquiera de los alcaldes ordinarios de ella, y que
hareis todo buen tratamiento á los dichos indios
vuestros encomendados , y que los defendereis en
todas sus causas y negocios, así civiles y criminales,
sin consentir en manera alguna se les haga agravio
por ninguna persona; y os encargo juntamente la
educacion, doctrina y enseñanza de los dichos indios
en las cosas de nuestra santa fe católica y que los
tengais en paz y política cristiana, sobre cuyo parti-
cular os encargo la conciencia y descargo la de S. M.
y mia; y tambien habeis de tener particular cuidado
en mandarles cura de sus enfermedades y pagarles

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74 Rf.:VISTA PATRIÓTICA

enteramente su trabajo personal, y satisfacerles lo


demas que les perteneciere, como lo fio de vuestras
obligaciones, y que cumplireis con lo dispuesto por
las reales ordenanzas de estas provincias, sin exeder
de ellas, en lo que tocare, en manera alguna, y so
las penas que contienen , y especialmente en la co-
branza y uso de la~ tasas que os deben satisfacer y
dar, y los tratareis como á vasallos libres; y porque
S . M., que Dios guarde, por su real cédula de veinte
y cuatro de octubre del año pasado de mil y 'seis-
cientos y cincuenta y cinco, manda que en estas di-
chas provincias se cobre de los encomenderos la
limosna de aceite y vino para las religiones, estareis
advertido que luego que se disponga esta diligencia,
habeis de satisfacer y pagar la cantidad de pesos que
se os cargare para la limosna referida , conforme al
cómputo que se hiciere y os perteneciere por el tri -
buto de cada indio de tasa de esta dicha encomienda,
conforme al padron que se hizo para la paga de las
casas de aposento de los señores del real consejo de
Indias , como consta de la certificacion suso inserta ;
y ordeno y mando á dicho mi lugarteniente general
y cualquiera de los alcaldes ordinarios de ella ante
quien os presentareis con este título, os cien la po-
sesion de la dicha encomienda en todos los dichos
indios, 6 cualquiera de ellos en nombre de los <lemas,
real, corporal, actual, jure domini vel quasz", conforme
á derecho, sin perjuicio de tercero que mejor derecho
tenga, y en ella os defiendan y amparen , sin con-
sentir en manera alguna seais desposeído de la dicha
encomienda, ó cualquiera de los dichos indios de ella,

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DEL PASADO ARGENTINO 75

sm que primero seiais oído y por fuero y derecho


vencido, lo cual cumplan por lo que les toca, pena
al que lo contrario hiciere de doscientos pesos cor-
rientes, aplicados por mitad, cámara de S. M. y gastos
de las fortificaciones de este castillo, en que les doy
por incursos lo contrario haciendo, y declaro hahei:;
cumplido con el entero del año de demora y el de-
recho de la media anata ; y habeis de ser obligado,
en conformidad de lo dispuesto por reales cédulas, á
presentaros ante S. M. en su real consejo de las
Indias, con poder bastante y testimonio de todos estos
autos y pedir confirmacion de esta merced y enco-
mienda , y estar á derecho con el señor fiscal de
dicho real consejo , en todos grados é instancias;
para lo cual desde luego os cito y emplazo, especial
y perentoriamente, con apercibimiento que, no lo ha-
ciendo así, los autos y sentencias que se dieren y
pronunciaren, os pararan entero perjuicio, como si á
todo presente fuésedes. y dentro de seis años, que
corren y se cuentan desde el día veinte y cuatro de
noviembre próximo pasado, habeis de presentar la
dicha confirmacion, so las penas contenidas en las
reales cédulas que de esto tratan. En fé de lo cual
mandé dar y dí el presente, firmado de mi mano y
sellado con el sello de mis armas y refrendado del
presentt: escribano de gobierno. - Que es fecho en
la ciudad de la Trinidad, puerto de Buenos Ayres,
en seis días del mes de diciembre de mil seiscientos
setenta y cuatro años . - ANDRÉS DE RoBLES . -
Hay un sello. •- Por mandado de su Señoría, Juan
de Reluz y Huerta. 6

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AMADOR FERNANDEZ DE AGUERO

Amador Fernandez de Agüero era hijo legítimo del


teniente general Ignacio Fernandez de Agüero y de
doña Mariana de Sarabria.
De alferez de guion de la compañia de caballos de la
guardia del gobierno, fué ascendido á capitan de una
de las compat'iias de caballos corazas de la guarnicion
de Buenos Ayres, con fecha 28 de junio de 1 702,
en virtud de sus servicios y de sus antepasados, sus
muchas y relevantes prendas de sangre y nobleza,
segun las espresiones del despacho original.
En 1705 el sargento mayor García Ros, cabo prin-
cipal de las tropas que el afio anterior concurrieron
al sitio de la Colonia del Sacramento, certificó sobre la
valiente y buena comportacion de Fernandez de Agüe-
ro, entre los que mas se distinguieron desde el prin-
cipio hasta el fin de la campaña.
El mismo año, el gobernador don Alonso Juan de
Valde1. Inclan, espidió otra certificacion semejante á la
de Garcia Ros, respecto de los méritos y servicios de
Fernandez Agüero.
En 1 7 1 o fué electo síndico procurador general de
esta capital, y <los años despues alcalde de segundo
voto. En 171 3 desempeñó otra vez el cargo de síndico
procurador general. En 171 7 y 1 8, regidor y defen-

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DEL PASADO ARGENTINO 77

sor de menores, continuando de regidor en 1; r 9 y


20. Alcalde de primer voto en 7 2 1 y regidor en 2 2.
Amador F ernandez de Agüero fué casado con dot'ia
Petrona Cabra) de Melo, de quien tuvo por hijos á
dot'ia Maria Ana Fernandez de Agüero y al doctor
don Juan Cayetano Fernandez de Agüero, cura de la
catedral de Buenos Ayres en 1792, de quien nos hemos
ocupado anteriormente.
Ponemos á continuacion los documentos que acre•
di tan los méritos y servicios de Amador F ernandez de
Agi.iero.

Nombramiento de oapitan de carabinas , en el alferez de


guion Amador Fernandez de Agüero

El maestro de campo don Manuel de Prado Mal-


donado, veinte y cuatro perpétuo de la ciudad de
Sevilla, gobernador y capitan general de estas pro-
vincias del Rio de la Plata, por S. M. (Dios le guar-
de) etc.
Por cuanto el capitan Juan Cabral, que lo es 3ctual
de una de las compañias de caba11os corazas del nú-
mero de esta ciudad, armada de carabinas, se halla
fuera de esta dicha ciudad, y haberme pedido y su-
plicado me sirviese de reformarle, atendiendo á ha-
llarse falto de salud; y siendo preciso nombrarla de
las calidades, prendas y <lemas requisitos que el caso
pide, por cualquier futuro contingente que se puede

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78 REVISTA PATRIÓTICA

ofrecer en este puerto; y porque soy informado -:le


que todas las partes y calidades necesarias, se hallan
y concurren en la persona del alferez Ama.:lor de
Agüero, que lo ha sido de guion general de la com-
pañia de caballos de las guardias de este gobierno, y
que ha servido en todas las ocasiones que se han ofre-
cido del real servicio de S. M., y á los méritos suyos
y de sus antepasados, atendiéndolos y esperando que
en lo de adelante lo continuará, fiándolo así de sus
muchas y relevantes prendas de sangre y nobleza, he
tenido por bien elegir y nombrar~como por el presente
elijo, proveo y nombro, en nombre de S. M. y como
su gobernador y capitan general, á vos el dicho alferez de
guion Amador Fernandez de Agüero, por capitan de ca-
ballos corazas de la dicha compañia de carabinas que
ha tenido á su cargo el dicho Juan Cabra) de Ayala,
por todo el tiempo que fuere mi voluntad, para que
le useis y ejerzais en todos los casos y cosas á él
tocantes y pertenecientes; y ordeno y mando á todos
los oficiales y reformados de que se compone dicha
compañia, os hayan y reciban y veneren por tal ca-
pitan de la dicha compañia, y á los <lemas capitanes,
oficiales y soldados del número de esta ciudad y pre-
sidio, os conozcan~ veneren y respeten por tal capi-
tan, y os guarden y hagan guardar todas las honras,
franquezas, preeminencias y prerogativas que por razon
del dicho oficio debeis haber y gozar bien y cumpli-
damente, obedeciendo vuestras órdenes como las mas
propias, sin arbitrar ni dispensar en ellas, pena de que
serán castigados á usanza de guerra ; y mando al
comisario de la caballería don Juan Baz de Alpoin,

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DEL PASADO ARGENTINO 79

os dé y ponga en posesion del dicho oficio, releván-


doos, como os relevo del derecho de la media anata
que por razon del dicho oficio debeis haber pagado,
por lo dispuesto por la real cédula de S. M. Para
lo cual mandé despachar el presente, firmado de mi
nombre y sellado con el sello de mis armas, y re-
frendado del infrascrito secretario de la capitanía ge-
neral, en este papel comun á falta del sellado.
Fecho en la ciudad de la Trinidad, puerto de Bue-
nos Ayres, en veinte y ocho días del mes de junio
de mil setecientos y dos años. MANUEL DE PRADO
MALDONADO. Por mandado de S. S. Don Bernardo
Guerrero Barre/o

Certiftoacion á. favor del oapitan Amador Fernandez de


Agüero

Don Baltasar Garcia Ros, sargento mayor del pre-


sidio y plaza de la Trinidad, puerto de Buenos Ayres,
cabo principal y gobernador de todas las tropas que
concurrieron á la otra banda de este rio, contra por-
tugueses, al sitio de la plaza de la Colonia del Sa-
cramento, islas de San Gabriel.
Certifico que conozco y he visto servir á S. M.
(Dios le guarde) de mas de tres afios á esta parte á
Amador Fernandez de Agüero, de capitan de caba-
llos corazas de una compañia de las que se componen
de las milicias de esta ciudad, el cual se ha hallado
siempre pronto con su gente en cualquiera ocasion

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80 REVISTA PATRIÓTICA

que se ha ofrecido de arma, corredurias ú otras dili-


gencias del real servicio, siempre á su costa y men-
sion; y habiendo llegado el caso de hacer la guerra
á los portugueses, fué nombrado por este gobernador
y capitan general para pasar á la otra banda del Río
de la Plata con su compafiia, que ejecutó pronto y
gustoso, y así mismo no faltó á guardia alguna que
tocara á su batallon durante el sitio de la Colonia
del Sacramento; y habiendo llegado el caso de des-
montar algunas compafiias de caballeria, para la guar-
nicion y trabajo de los ataques, fué uno de los pri-
meros que se ofrecieron, mostrando en todo su mucho
espíritu, valor y noble sangre y celo al mejor servicio
de S. M. Y porque le considero digno de todas las
honras y mercedes que S. M. fuere servido hacerle.
Y para que conste, y á su pedimento, di la presente
firmada de mi mano y sellada con el sello de mis
armas, en Buenos Ayres á 15 de octubre de 1 705
afios.-DoN BALTASAR GARCIA Ros.-(Hay un sello).

Carta á 8. M. á favor del ca.pitan Amador Fernandez de


Agüero

Yo, Francisco de Angulo, escribano del Rey nues-


tro Señor, público secretario de gobierno y hacienda
real, doy fé y verdadero testimonio á los señores que
la presente vieren, de como ante mí pareció el capitan
Amador F ernandez de Agüero, vecino de esta ciudad
y me pidió le diese dos copias, por duplicado, de una

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DEL PASADO ARGENTINO 81

carta, escrita por el señor gobernador y capitan ge-


neral de esta provincia del Rio de la Plata, don Juan
de Valdez Inclan, informando al rey nuestro Señor de
Jos servicios y méritos del susodicho, para lo cual
hizo exhibicion para dicho efecto ante mi, y su tenor
de ella es el siguiente:
e Señor: - El capitan Amador F ernandez de Agüero
es uno de los honrados vecinos de esta ciudad, y de
las primeras familias de ella, y ha servido á V. M.
en las compat'íias del número de algunos años á esta
parte, habiendo tres que se halla ejerciendo de capitan
de caballos de una de ellas, con cuyo puesto pasó de
mi orden al sitio que se puso á la Colonia del Sa-
crameqto en conformidad de reales cédulas de V. M.
donde se mantuvo durante la campaña, hasta la fuga
que hizo el enemigo, cumpliendo enteramente con su
.obligacíon en todas las ocasiones que se ofrecieron;
por lo cual le juzgo digno de todas las honras que
la real benignidad de V. M. fuere servido conferirle.
Nuestro Sefi_or guarde la católica, real persona de
V. M. en aumento de mayores reynos y seriorios, mu -
chos años, como la cristiandad los ha menester.
Buenos Ayres y octubre veinte y seis de mil sete-
cientos y cinco años. - Señor - DoN ALoNso JUAN
DE VALDES Y INCLÁN.
Segun que consta y parece, esta copia fué sacada
de la carta original que ante mí exhibió, con la cual
fué corregida y concertada, y habiéndolo hecho , se
la devolví, y despues de ello , habiendo autorizado
esta dicha copia, se la entregué, con que uno y otro
llevó á su poder. Y de pedimento del capitan Ama
7

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REVISTA PATRIÓTICA

dor F ernandcz de Agüero , doy el presente en la


ciudad de la Trinidad, puerto de Buenos Ayres, en
veinte y siete dias del mes de octubre de mil sete•
cientos y cinco at\os, en este papel comun á falta
del sellado. - En testimonio de verdad : Francisco
de Angulo, escribano de S. M.

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EL P. TOMAS FALKNER

DATOS BIOGRÁFICOS, IMPUTACION INFUNDADA, ETC.

Tomas Falkner, nació en Manchester el I; de oc-


tubre de 1 707 , y á la edad. competente fué · dedi-
cado al estudio de la medicina, que profesaba su
padre. Vino á la América del Sud y · enfermó en
Buenos Aires, no pudiendo por esta causa regresar
á Europa.
Restablecido en su salud , resolvió ingresar en la
Compafiia de Jesus , y fué recibido en 1 4 de marzo
de 1 7 3 2, á la edad de veinte y cinco afios.
Ejerció su ministerio entre los indígenas , por
cerca de cuarenta años, en el Chaco, el Paraguay,
Tucuman y las Pampas, y fué uno de los comisio-
nados por el gobierno español para practicar I por
mar, el reconocimiento de la costa comprendida en-
tre el Rio de la Plata y la Tierra del Fuego.
Con motivo de la espulsion de la Compañia , fué
enviado á Espafia, de donde pasó á su patria y mu-
rió en Plowden Hall, en el condado de Salop, el 30
de enero de 1 784.
Escribió : A descrzplion of Patagonia an /he ad-
joiºni,rg parts of 5outh Amerita - Hereford, 1 7 74.

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R~VISTA PATRIÓTICA

El mismo año de la publicacion de esta obra, fué


traducida en Londres , al español , por don Manuel
Machon , permaneciendo inédita desde entonces la
traduccion, hasta el año de 1836 que la dió á la
estampa don Pedro de Angelis, en su Coleccion de
obras y documentos sobre el Río de la Plata, ilus-
trándola con un discurso preliminar.
La misma copia que sirvió de original para esta
primera edicion castellana, se conserva en la Biblio-
teca Nacional de Buenos Aires. Contiene un prólogo
del traductor y un prefacio del caballero Bercley ,
cuyas piezas suprimió indisculpadamente el editor.
Pero, por la primera de esas piezas se descubre que
Angelis se dejó dominar por el cargo caviloso que
el traductor hizo á Falkner, con motivo de un pár-
rafo de la obra en que el autor manifiesta su modo
de ver sobre las consecuencias que podria producir
la toma de posesion de la Patagonia por alguna
nacion estrangera.
Angelis creyó, plagiando á Machon, que el modo
de ver de Falkncr, le daba derecho para penetrar
sus intenciones, suponiéndolas conspiradoras contra
la nacion que le había dado acogida. Reconoce, no
obstante, la gravedad del cargo y la obligacion de
justificarlo.
Al efecto trascribe el mismo pasage de la obra
que había trascrito Machon en su prólogo, con igual
objeto. Pero, nada contiene ese pasage que justifique
el cargo que imaginó lVlachon y plagió irreflexiva-
mente Angelis.
Palkner espresó su modo de ver sobre el particu-

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DEL PASADO ARGENTINO 85

lar, en u11a obra escrita para el público, y lo hizo


con tan buen derecho como cualquier escritor en
cualquier tiempo.
Si porque era hijo de la Gran Bretaf'ia, los espa-
ñoles pudieran considerar su modo de ver, como una
incitacion á la Inglaterra sobre la conveniencia de
posesionarse de la Patagonia, los ingleses. con igual
libertad • habrian podido considerarlo como una ad-
vertencia á la España, para que procurase evitar la
usurpacion ; y en apoyo de este juicio, podrian ex-
hibir la resolucion de Cárlos III, mandando poblar
las tierras patagónicas despues de publicada la obra
de Falkner, entre otros objetos, con el de resguar-
darlas de cualquier tentativa que pudiese intentarse
contra el dominio espaf'iol en ellas.
Cada parte de las impresionadas por el testo del
pasage quedaría, por consiguiente, dueña de su cri-
terio, y Falkner ileso á pesar de los comentadores
suspicaces.
La obra de Falkner, como queda dicho, vió la
luz en I 77 4, y en el mismo afio la tradujo al espa-
f'iol don Manuel Machon, denunciando el pasage alu-
dido. Sesenta y dos af'ios despues, en 1836, don
Pedro de Angelis repite la denuncia y formula como
suyo el mismo cargo contra el autor de la Descrzp-
á'on de la 1-atagoma, cuyo territorio, á pesar <le estas
pueriles manifestaciones, continúa en posesion de los
descendientes de la nacion descubridora.
Terminaremos advirtiendo que, en la traduccion de
que se sirvió Angelis , aparece suprimida la Adver-
tencia, el Índice y el Pr~facio contenidos en la edi-

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86 REVISTA PATRIÓTICA

cion inglesa. Carece tambien del Mapa que ilustra la


pubticacion, grabado en Londres, en 1772, por To-
mas Kitchin , hidrógrafo de S. M. B. ; cuyo mapa
fué formado con presencia de planos inéditos de la
region. y del reconocimiento de la costa austral prac-
ticado por órden del rey de Espana , en que figuró
Falkner.
Ese mapa, como la Descripcion de Patagonz'a, se-
i\alan una importante jornada de etapa, en la histo-
ria de las esploraciones geográficas de nuestro país.

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DON PEDRO ANDRES GARCIA

SUS TRABAJOS TOPOGRÁFICOS INÉDIT03

Al dar á la estampa algunos de los escritos iné-


ditos de) coronel don Pedro Andrés Garcia, fundador
en nuestro país de una distinguida familia, nos parece
imprescindible reproducir la noticia biográfica que de
tan constante impulsador de nuestros progresos, es-
cribió el sefior de Angelis en 183 7. Dice así:
e El Coronel Don Pedro Andrés Garcia falleció en
Buenos Ayres el dia 2 1 de Abril de 183 3, en su
abanzada edad de 76 afios. Nació en Santillana,
cerca de Santander, donde se educó en un colegio de
esculapios, y pasó á América en la edad de las ilu-
siones y esperanzas. Adquirió gran renombre en las
invasiones de los Ingleses, en que con valor heróico
peleó al frente d<! hs Montañeses; y cuando el curso
de los acontecimientos lo colocó en una situ,1.cion mas
azarosa, teniendo que pronunciarse entre una patria
que idolatraba, y los nuevos destinos que se prepa•
raban en las Colonias, se identificó con los de sus
hijos, y obró, no con la hesitacion de un tránsfuga,
sino con la firmeza que inspira el recuerdo de un
acto magnánimo. Desde entonces fueron muí pocos )os

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88 REVISTA PATRIÓTICA

momentos que pasó en el descanso, acreditando sumo


celo é inteligencia en todos los trabajos que le fue-
ron encomendados.
e A los que hemos mencionado, deben agregarse:
1° Un plan de contribuciones, que elevó al Gobierno
en 181 1 , para la manutencion de un ejército de 6,000
hombres. 2º Una razon estadística de los partidos
de campaña, con sus respectivos planos, indicando los
terrenos baldios y los poblados. 3º Un reconocimien-
to científico del caudal de aguas del Rio de las Con-
chas, de la fuerza de su corriente, de la elevacion de
sos barrancas y de todo cuanto era necesario para
establecer una fábrica de armas en sus inmeditaciones.
4° Un padron general de los habitantes de los par•
tidos de campaña. 5° Un mapa topográfico, desde
la provincia del Tucuman hasta el desaguadero. 6°
Otro de todas las provincias del antiguo vireynato
de Buenos Ayres, hasta el puente de Apurimac, en
que se comprendía el Reyno de Chile, sefíalando los
rios navegables, etc.
e Estos apuntes los hemos sacado de un cuaderno
autógrafo, que nos ha sido franqueado por el Sefíor
Dr. D. Tomas Manuel de Anchorena, á quien los
que se interesan en el buen nombre del Coronel Gar-
c1a, deben agradecer la conservacion de estos títulos
con que lo presentamos á la consideracion públi-
ca, . 1
De los trabajos inéditos del Coronel García, rela-

1 Discurso preliminar al Diario de la espedicion á la Sierra de


la Ventana.- Col. de Angelis, tomo~º·

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DEL PASADO ARGENTINO 89

cionados por Angelis, poseemos los que insertamos


.i continuacion, debidos á la generosa amistad que nos
dispensó en vida el Dr. Don Manuel Rafael Garcia,
uno de los dignos descendientes del autor.
Hubieran visto la luz en una de nuestras anteriores
Revistas, pero lo impidió la falta de espacio por la
abundancia de materiales.
Cumplimos ahora con el grato deber de dedicar su
publicacion á la memoria de tan distinguido como
excelente amigo.
Encabeza la coleccion, el detalle de los trabajos
gráficos ejecutados por el coronel Garcia y elevados
al Gobierno á principios de 181 3, que solo mencio-
nó en globo el señor de Angelis.
Sigue al índice, la nota de rem1s1011 de los infor-
mes relativos á los partidos de las Conchas, San
Isidro y Moron, de los cuales nos falta el último.
Vienen luego por 6rclen cronológico, el reconoci-
miento del rio de las Concha.e; en 1814 y vanos
borradores de notas y cartas de 182 2.

Índice de los planos é informes que se remiten a.l Superior


Gobierno.

Plano número 1 - Comprende el pueblo y puerto


de las Conchas y el de la Villa de San Fernando de
Buena Vista, con el término de su curato.
Id número 2, 3, 4 y 5 unidos, corresponden á los
cuatro pliegos siguientes, hasta la chacra de Francisco

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REVISTA PATRIÓTICA

Caste1li, que demuestra la costa y término del parti-


do de San Isidro por su frente al Paraná.
Id. número 6 - Río de las Conchas, desde el paso
de Morales, donde termina el partido de San Isidro
por la banda oriental, limítrofe en ac¡uel punto con
Moron, y por la banda occidental hasta el mismo pa-
so el término y comprehension del curato de las Con-
chas con el Pilar .
Id. número 7 - Plano de San Isidro y nueva planta
del pueblo.
Id número 8 - Planta y pueblo de Moron.
Id. número 9 - Planta y pueblo de San Antonio
<lel Camino.
Número ro - Un cuaderno que contiene tres in-
formes de número I á 3, de los partidos de las
Conchas, San Isidro y Moron incluso el hospicio de
Merlo, que manifiestan exactamente el estado de
cada uno y medios que pueden adoptarse para 5us
meJoras.
Nota . -Los colores carmín y verde denotan la com-
prehension y límites de los curatos y partidos de las
Conchas y San Isidro El amarillo y verde el de San
Isidro con el de Flores, y el flor de romero y verde
con Moron. Las poblaciones se diferencian en las tintas
amarilla y rosada; éstas son de ladrillo y aquellas de
PªJª·

Nota del coronel Garcia al Superior Gobierno

E1:mo. Señor:-Consiguiente á la comision que V. E.


se ha servido poner á mi cargo, he reconocido los

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DEL PASADO ARGENTINO 91

partidos d~ las Conchas, San Isidro y Moron, y de-


lineado las poblaciones que parece necesario establecer
en ellos, cuyos planos acompaño, para que, si mere-
cen la superior aprobacion , se manden llevar á
efecto.
El actual estado de estos partidos, se manifiesta en
los informes que acompaño. Sus habitantes, dignos
de mejor suerte, son acreedores á la proteccion de
V. E. y á que se les libre de la opresion en que los
tienen algunos propietarios pudientes, con negarles los
pasos, pastos y aguadas á sus haciendas.
Para poder manifestar á V. E. estos males, he crei-
do oportuno levantar, en punto mayor, los adjuntos
planos: estos demuestran las suertes de tierras indivi-
duales, poblaciones y costas de los rios Paraná y
Conchas, con la mas posible exactitud, y afianzan la
justicia del vecindario labrador, para que se espida la
providencia conveniente, con las declaraciones de los
éjidos y campos comunes propuestos.
Mas de r.200 familias y de 6.000 habitantes que
pueblan estos partidos, pueden hacerse felices, adop•
tanda los medios proporcionados á sus mejoras.
Las poblaciones que interesan al Estado, darán una
nueva forma para que, amaneciendo en ellas la ilustra-
cion civil, forme cada una un depósito de ciudadanos
útiles. No me persuadiré jamas, que esta sea obra
superior á nuestras fuerzas; porque la apatia con que
se quiere caracterizar á estas honradas gentes, debe
sufrir mucha limitacion y contraerse solo á aquellas
que la necesidad las hace vagas.
Generalmente anhelan por la sociedad, desean el

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92 REVISTA PATRIÓTICA

orden y policia, suspiran por la educacion de sus


hijos y no rehusarán todo sacrificio al logro de estos
objetos: y si una desgracia les continuase su triste
situacion, bien presto se disolverian los restos de esta
importante porcion del Estado.
La mensura de tierras, es de absoluta necesidad
para aclarar las que se le ocupan al Estado, especial-
mente desde el paso del Rey al Sud, y que V. E.
tenga á bien mandar que los propietarios me mani-
fiesten los documentos de sus pertenencias y dén las
razones de haberes y familias, con distincion de edades
y sexos, para perfeccionar la estadística que voy for-
mando; en inteligencia que no elevarán queja de des-
comedimiento alguno en las operaciones respectivas,
antes bien quedarán convencidos de su utilidad.
No faltan genios mal avenidos con el orden y comun
felicidad, cuando de esta puede recibir mengua la codi.
cia de su interes particular, que procurando abusar de
la buena fé y st-ncillez de estas gentes, les persuaden
á que semejantes disposiciones van á serles de una
gravosa consecuencia. Por esta razon creí no deber
aventurar la tranquilidad pública, cierto de que~ como
ahora, llegaria tiempo en que, sin violencia se ejecu-
tase á la vista del superior decreto de esta refe-
rencia.
Parece que nada debe arredrar á V. E. de la em-
presa, pues las mismas campafías proporcionarán ausi-
lios para su regeneracion, con solo la sup~rior proteccion
en los medios que se arbitren y la eleccion de per-
sonas que sepan conducirse segun las miras ulteriores
aprovechando la bella disposicion de sus habitantes.

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DEL PASADO ARGF.NTINO 93

Espedidas las resoluciones que hagan concebirá los


naturales todo el bien que V. E. vá á presentarles,
perfeccionaré el plan topográfico de los cuatro partidos
situados entre los dos rios Matanza y Conchas, desde
sus nacientes, con la ajustada estadística de elJos, y
entonces se comprenderá mejor los brazos útiles dis-
ponibles y las ventajas que podía reportar al Es-
tado.
Ademas de los informes que dirijo con los planos
numerados, acompaño una nota que espresa el conte-
nido de cada uno, para la mas fácil inteligencia.
Crea Y. E. que mis deseos, sttt ser nuevos por la
felicidad de la Patri·a, salen de la esfera comun, y
quisiera que mis hues correspondiesen para dar la
prueba menos equh,oca de esta verdad, y emplearlas
en su obsequio, como lo he hecho y haré siempre que
esté á mis alcances. 1
Dios guarde á V. E. muchos años. Capilla del
Buen Viage y Enero 20 de 1813.
PEDRO ANDRÉS GARCIA.

1 Hemos subrayado el último párrafo de la nota del coronel


Garcia, para llamar la atencion sobre los patriéiticos sentimientos
del autor, que, en otra quE: publicamos tambien ahora, repitió, diez
aftos despues, en los siguientes términos: - Nada mt ts mas grato
que ocupar mu servidos y cortos talentos m obsequio de un país a
quim amo y debo por tantas raJtmts rtlribuir parte de lo mucho
con que me Iza distinguido y honrado.
El c<,ronel Garcia, formaba en la falange de espa1foles europeos
liberales, que figurará siempre con hvnra en la historia de la revo•
lucion argentina por sus principios adelantados y su reconocimiento
á la sociedad que les había discernido consideracion y distinciont:s
merecidas.

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94 REVISTA PATRIÓTICA

Nota del mismo comisionado al cabildo de Buenos Ayres

hxmo . •5eñor: - Acompaño á V. E . los planos é


informes que con esta fecha dirijo al Exmo. Superior
Gobierno , relativos á la comision de mi cargo, para
que sepa su estado y se sirva espedir las providen-
cias que creo necesarias al mejor desempeño y pun-
tual cumplimiento del objeto que movió á la Superio-
ridad y á V. E . á la empresa de tan interesante
obra.
Los informes y las razones que estos contienen, de
la populacion y sus productos, manifestarán á V. E .
la urgente necesidad de acudir prontamente á mejorar
los partidos con las providencias de justicia á que
son acreedores en el órden de policia y poblacion.
Cuando haya perfeccionado el plano topográfico de
los cuatro partidos situados entre los dos ríos Ma-
tanza y Conchas, con la ajustada estadística de ellos,
se comprenderá mejor los brazos útiles disponibles y
ventajas que reportará el Estado; entonces remitiré
copia para que V. E. con sus conocimientos y el de-
cidido empeño en los acrecentamientos de la Patria,
continue en interesar sus respetos por la felicidad pú-
blica del Estado.
Creo un deber de mi atencion comunicarle el actual
estado de mi comision y ratificarle la alta considera •
cion con que lo respeto.
Dios guarde á V. E . muchos años. - Capilla de
Buen Viage y Enero 20 de 1 8 1 3.
PEDRO ANDRÉS GARCIA,

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DEL PASADO ARGENTINO 95

Partido de las Conchas

Exmo. Señor: - El partido de las Conchas y cu-


rato de este nombre, hoy de San Fernando de Buena
Vista, dista de la capital de Buenos Ayres, al N. O.
6 1/2 leguas; linda por el S. E. con el de San Isidro.
por el O. con el de el Pilar , y por el N. E. con
el Rio de la Plata. La principal poblacion restaurada,
la forma el nuevo pueblo ó villa de San Fernando
de Buena Vista , sobre una punta de tierra firme á
las márgenes del Paraná : ella es de. un cuadrilongo
irregular , 6 figura trapecia ; su base empieza con
siete cuadros de á cien varas, hasta un tercio de su
longitud ; sigue una cuarta parte mas con tres y
medio cuadros de las mismas dimensiones, y termi-
na en cinco cuadros ; siendo su total longitud de
quince, con algunas sobras de barrancas.
Cuando en 22 de octubre de 1582, el general
Juan de Garay hizo repartimiento de estas tierras á
sus capitanes, que firmó en la tierra firme del arroyo
de las Palmas, no muy distante de este partido, se
hallaban pobladas de naturales guaranís , con sus
asientos de labores que conservaron los caciques con
sus parcialidades, al mando de los capitanes á quie-
nes se habían entregado en encomienda; y se colige
de las mismas mercedes que esta parte de las Con-
chas y sus limítrofes , recayeron en el adelantado
Torres de Vera, Cárlos Marte! de Guzman, Rodrigo
Ortiz de Zárate, Luis Gaitan y Pedro Moran.
Como la situacion cómoda y saludable en terrenos
feraces de labranza, ofrecían á sus habitantes venta-

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REVISTA PATl<IÓTICA

jas y seguridad, fué de preferencia en la estimacion


de los primeros pobladores, y para ocuparlos y cul-
tivarlos vinieron á ellos sesenta vecinos, que estable-
cieron el curato de San Martín obispo, patron de la
ciudad, que erigió el ilustrísimo Mancha, obispo de
Buenos Aires , en el año de 1 6 30, segun se indica
del sínodo que el mismo ilustrísimo formó en aquel
año. 1
La capilla que sirvió ele parroquia á aquel nuevo
curato, estuvo situada en terrenos del capitan Fredes,
que hoy son de los herederos del capitan don Juan
José Castro y don Domingo Lima.
Este curato tuvo por límite al S. el curato de San
Isidro, en el monte que se llamaba de Cabral. El
gobierno tenia en aquel tiempo establecida una guar-
dia 6 piquete de caballería , que celaba la costa y
el órden público, cuyo mando conservó muchos afios
un Manuel Serafin, con respeto y estimacion , de
quien, aunque en edad avanzada, viven sus nietos en
la casa que dejó.
Las irrupciones de Portugal y repetidas guerras
con esta potencia , desde principios del siglo xv11 ,
precisaron al gobierno á extraer de sus labranzas á
estos vecinos, obligándoles á tomar las armas, de que
provino su ruina y la despoblacion, y por consecuen-

x En notas marginales, sin firma y de letra que no conocemos,


se tacha de inexacto todo lo que dice el autor respecto de la creacion
del curato, que no lo hubo en las Conchas hasta el tiempo del obispo
Malvar, y que el sínodo mencionado, no tuvo lugar en 1630, sino
en 1655, durante el gobierno de la diócesis por el sefior Mancha y
Velasco.

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DEL PASADO ARGENTINO 97

cía necesaria dejó de existir el párroco y la feligre-


sía, hasta haberse perdido la memoria de su antigua
fundacion. 1
En tiempos mui posteriores, restableció el gobierno
una pequeña guardia cerca del rio de las Conchas: mas
para celar el contrabando que por necesidad se hacia,
si hemos de dar crédito á la anciana y respetable opi•
nion de nuestro mayores, que para el reparo de ene-
migos y utilidad pública. Al abrigo de esta guardia
se situaron algunos naturales de Vizcaya; rozaron los
montes de la costa del rio y establecieron faenas de
leña y carbon, con que abastecían á la capital. Mas,
bien fuese este su principal objeto, 6 el de asegurar
mejor su clandestino comercio con los portugueses, se
fomentó la poblacion y puerto de las Conchas, y lle•
gó á un número de habitantes que se sometio á re-
conocer por cura al sacerdote que moraba en San
Isidro, por los años de ¡ 40. en cuya fecha ya no se
hallaban ni fragmentos <le la parroc¡uia de San Martin
obispo. 2
Crecio el número de fides en aquel nuevo estable-
cimiento, y considerándose á mucha distancia de San
Isidro para los ausilios espirituales ejecutivos, trataron
de feligresia independiente. Esta solicitud la instaron

x Una nota m:.i.rginal dice: «En las erecciones de curatos no


hay tal relacion > Quiere decir que el coronel Garcia obtuvo
esos datos ¡,or tradiccion.
2 Una anoucion marginal, espresa: < En la erreccion de 1730,
fué declarado este paragc de las Conchas, como parte del de San
Isidro, que fué erigido en curato en dicho año, con nombramiento
del cura pro¡:>ietario en la person:i del doctor don Javier Rendon.,

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98 REVISTA PATRIÓTICA

con viveza, y se les concedió solo misa, que es de


notoriedad celebró allí la primera, un religioso fran-
ciscano Fr. Francisco Goytia, bajo la vela de un bar-
co que podemos decir fué el templo primero en que
fué adorada la Majestad divina en el puerto de las
Conchas. Como los vecinos observasen que las cuan-
tiosas limosnas que prodigaban, no se invertían, ni
adelantaban la pequeña capilla de paja que los reli-
giosos de aquel órden habían hecho con ellas á be-
neficio de los concurrentes y que su estrechez y des-
servicio, no les sufragaba, quedó de enterratorio, y
ult;mamente hemos visto sus ruinas, y convinieron
en hacer iglesia á sus espensas, que es la que a1lí
hoy existe, y que debió su fábrica en la mayor parte
á dotia Magdalena Bonelo de aquel vecindario, natu-
ral de Buenos Ayres, cuyo templo aunque en el dia
ruinoso, está en ejercicio y muy decente. El Hus-
trisimo Señor Don Manuel Antonio de la Torre la
erigió en anexo de San Isidro, hasta que probase con-
gruidad y el Ilustrísimo Sr. Malvar la erigió en parroquia,
cuyo beneficio obtuvo en propiedad desde luego de su
restablecimiento y deslinde el Doctor don Manuel de
Ochagavia.
Este templo se halla el. las margenes del Rio de
las Conchas, lugar que sin duda pareció el mas á
proposito entonces por la elevacion del terreno sobre
la superficie comun de aquel lugar; pero él, sin em-
bargo, en los repetidos períodos del Paraná, en sus
extraordinarias crecientes, ha sido muchas veces ane-
gado, y el embate de las aguas le ha desplomado y
la mi:;ma suerte han corrido los <lemas edificios de

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DEL PASADO ARGENTINO 99

que se compone aquel pueblo, situados á la ribera


y fuera ele ella, en que se han seguido incalculables
perjuicios y trastornos, que motivaron el empefio de
moradores á tratar de la translacion de la parroquia
y pueblo, á la tierra firme de la punta que hoy es
San Fernando, y con especialidad, desde el 6 de
Junio de 805 1 la cual mandó ejecutar el Marqués de
Sobremonte á consulta del Ecxmo. Cabildo y con
precedente junta de guerra, con cuyo acuerdo libró la
providencia para delinear la poblacion que se realizó
sin retardo.
El doctor don Manuel San Ginés, cura párroco pro•
pietario, fabricó á sus espensas la capilla provisional
que está en ejercicio con miras <le que luego que le-
vantase la que debía servir de parroquia le sirviese de
propia habitacion. El Ilusº. Sr. don Benito Lue eri-
gió esta capilla provisional en anexo ; mas luego que
estuvo formada parte de la nueva poblacion detalla-
da, y en fabrica la iglesia parroquial , se recibió la
aprobacion de su traslacicn y ereccion bajo el nom-
bre de San Fernando de Buena Vi5ta, dejando á la
ciudad el derecho á salvo sobre el título de Villa, por
haber expuesto se la perju.:licaba, y no haber sido
oída en este particular. Esta nueva iglesia de San
Fernando es fabrica de ladrillos y techos de argamasa
de cál, con sacristía y campanario del mismo material,
se halla concluida y en estado de colocarse, y debe
su progreso esta obra al mismo cura párroco, por ha-
haberla hecho con su patrimonio sin concurrencia del
vecindario segun ha expuesto.
El curato se divide de los limítrofes por las sombras

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100 REVISTA PATRIÓTICA

de carmín y amarillo que señala el plano : en él, se-


gun !a razon mas puntual del padron del párroco, se
hallan I 40 familias en San Fernando, en el antiguo
pueblo de Conchas 73, en la banda occidental del
rio 4 7, hasta el paso de Morales, y 7 en la falda de
las Lomas, que unidas forman un total de 2 74 fa-
milias, y por el cómputo conrnn asciende á 1370
personas. La ocupacion y subsistencia de estos habi-
tantes es de tráfico mercantil, mas de dos tercios y el
resto de labradores y pescadores.
La planta de la Villa de San Fernando está deli-
neada en 1 5 cuadras de longitud y en razon de 5
de latitud de á I oo varas cada una, y 1 4 de luz en
las calles, su rumbo al Norte del mundo verdadero.
Los terrenos todos tienen propietarios, sus pertenen-
cias, ó son de vecinos ya establecidos, ó de cinco
suertes de otros tantos dueños de ellas, los cuales
venden ó arriendan á los que pretenden avecindarse;
y como esto se conciert.t entre los pretendientes y
propietarios , resulta deformidad en la poblacion por
no guardar la línea demandada, y dejar las sobras
de barrancas s<:ñaladas para desahogo del vecindario,
segun resolucion anterior espe<lida á este efecto por
manera que entre la justicia del propietario en dis-
poner de sus terrenos, la del comprador para sus
usos, y lo determinado en beneficio comun del pue-
blo, aparece un contraste, que demora el progreso
de la poblacion, retrasa los intereses de los dueños,
y la planta se desconcierta con los que arbitraria-
mente se pueblan sin sujecion á lo delineado ; y pa-
rece de necesidad conciliar estos estremos por aten-

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DEL PASADO ARGENTINO 101

der prontamente al mayor interés, que sin duda debe


ser el aumento de aquel vecindario en órden y po-
licia.
Todos los bañados que circuye aquella Villa, y á
la antigua poblacion de Conchas debieron ser propios
y égido de ella, asi para su desahogo, como para
auxiliar con los arriendos de aquellos los estableci-
mientos públicos que se hacen de absoluta necesidad,
especialmente la instruccion civil y cristiana de los nifios
de ambos sexos, y sucesivamente, caree!, cementerios,
hospital y casas consistoriales, dejando al cuidado
dei Superior Gobierno lo perteneciente á otros ramos
de su peculiar resorte no menos interesantes.
Acaso seria oportuno y el mas pronto remedio ,
medir con presencia de los títulos de propiedad
de cada interesado de los cinco, los terrenos que
comprende el pueblo y éjido propuesto, y sabido lo
que á cada uno se ocupaba, justipreciarlo y reinte-
grarles sus importancias , arbitrando los medios del
pago sin retardo . Los que están de la poblacion á
la banda oriental hasta el arroyo de Silva, en la
rivera del rio de Conchas, señalado con la letra E,
pertenecen al Estado, y la superioridad del gobier-
no podrá aplicarlos ; el que se halla desde el espre-
sado arroyo hasta el paso del Carupag , letra F,
perteneció al Fisco por sentencia que ganaron los
vecinos de Conchas á los Ramos y otros que se
decían propietarios en la Audiencia de Charcas, los
cuales compró don Fabian Ortiz al mismo Fisco, y
<lonó su importancia al vecindario ; resultaudo, en
suma, una parte muy diminuta de bañados de age-

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102 REVT~TA PATRIÓTICA

na pertenencia, si es que no son comunes 6 perte-


necen al Estado ; pero como no debe despojarse á
los que se consideren duefios, bajo cualquier título
que les sufrague su propiedad, aunque sea de buena
fe, convendria allanar estas dificultades para facilitar
el paso á las <lemas que ofrece toda nueva planta y
establecimiento.
Los cuadros que con puntos de tinta descienden en la
planicie de la poblacion hasta las orillas del Paraná,
prolongando las cal11es por la barranca es un auxi-
lio á la Villa, tan útil como necesario, así para el
desahago de sus habitantes, como por las ventajas
en los abastos, industria y policia, especialmente si
se le concede la estension de los <lemas bajos y ter-
renos que riegan las crecientes del Paraná hasta el
paso de la Horqueta por el oeste, sefialado con la letra
D; entonces en medio de la abundancia de hortalizas,
de todo género de frutas, y otras siembras útiles co·
mo el lino , se podrian ver unas frondosas alamedas,
que reparando los frecuentes asaltos de desmedidas
crecientes, sirviesen de honesto recreo, reportando
ademas el benl!ficio de sus maderas para diferentes
usos. Esta extension se hace tan precisa cuanto
es angustiada la jurisdiccion que le ha cabido, y se-
ñala la línea limítrofe con San Isidro, que se introduce
casi hasta el primer cuadro de la poblacion en la ca-
ñada de Castro.
Cuando los estragos de la extraordinaria creciente
del Paraná, hicieron conocer á los vecinos de las Con-
i::has la necesidad de apartarse de estos riesgos, y al
comercio asegurar mejor sus intereses, el gobierno,

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DEL PASADO ARGENTINO 103

acaso movido del clamor de unos y de las represen-


taciones de otros, se decidió á mandar delinear la
planta de la nueva poblacion, y un canal que asegu-
rase los frutos que se importan por aquel punto. Las
corporaciones y tribunales interesados, á quienes pare-
ce se procuró oir, se prestaron sin demora, y el del
Consulado suministró tres mil pesos á intereses para
facilitar los primeros pasos de estas nacientes obras,
que se emplearon en galpones para los obreros, en
auxilios y útiles para las labores, en un terreno para
Guardia, y en la paga de algunos solares que se
presentaron á familias pobres y desgraciadas en las
crecientes sufridas. El canal se puso en obra cuya
línea se demuestra desde el punto C al punto L.
Pero habiendo sobrevenido la ocupacion de la Capital
por las armas de la Gran Bretaña : la reconquista de
sí misma á los 40 dias ; la defensa en el nuevo
ataque del general Witelok; y finalmente las altera-
ciones seguidas hasta el dia, han enervado aquella
interesante obra, haciendo indispensable la suspension
por la carencia de fondos que debían sostenerla, y
ademas incompatible con las atenciones del Estado
en las circunstancias ocurridas ; pero esto no quiere
decir, que ya hasta tiempos tranquilos, no vuelva la
Superioridad los ojos sobre una obra que en su
clase es la primera, y en su importancia la mas inte-
resante de la provincia y la que asegura á la capi-
tal los primeros artículos de su susistencia.
Los arbitrios que le fueron señalados para redi-
mir el principal é intereses de los 3000 ps. y conti-
nuar la obra, estaban situados sobre un medio real

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104 TtEVISTA PATRIÓTICA

por cabeza de ganado vacuno del que sirve de abasto


al puerto de las Conchas, San Fernando y San Isidro:
otro medio real sobre cada carretada de leña de la
que se trae de los montes del Estado , un real por
salida del puerto de toda canoa , dos por las pira-
guas y botes, y otros impuestos sobre angadas de
maderas y barcos procedentes del Paraguay y su
carrera, que en el dia parece que nada de esto últi-
mo tiene efecto en falta de comercio con aquella pro-
vincia. Los derechos que se cobraban sobre estos dos
ramos hacian su entero los contribuyentes en la
aduana: no así los primeros, por exigirse en el
puerto de las Conchas, pasando á manos del recep-
tor de alcavalas , y de la de éste á poder de don
Antonio de las Cagigas , tesorero del canal proyec-
tado para el pago de principal é intereses del suple-
mento hecho por el Consulado.
No parece impracticable la continuacion de estas
obras, en razon de los fondos que se hallen de ellas
y puedan acrecerles. La investigacion de lo primero
se hará fácilmente por la que dén los recaudadores,
y tesoreros, y acaso podrán unirse los que con se-
paracion tenia de esta pertenencia la tesorería del
Excmo. Cabildo. Tomando la villa todos los terrenos
que han de constituirla y beneficiándolos á los que
intenten establecerse en ellos á precios cómodos, arren-
dando los demás á beneficio comun, producirán la
cóngrua de escuelas públicas que se necesiten : se
arreglará la policia y edificios del modo que corres·
ponde , y se evitarán las deformidades y vicios que
la arbitrariedad introduce, cuando no <::stán suj<::tos

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DEL PASADO ARGENTINO 105

estos ramos á l'receptos de rigurosa observancia. Y


podrán darse tambien las medidas que adelanten el ca-
nal iniciado, si á la superioridad pareciese conveniente
establecer un pequefio presidio, en donde los reos
que á él se destinen cumplan sus condenas, estando
bajo el mando y direccion de un comandante miiitar
activo, de genio creador y capaz de llenar las inten-
ciones del superior Gobierno.
El punto de San Fernando , por la atencion del
puerto, mantiene una guardia respetable de tropa
de línea, un destacamento de artillería y otro de
milicias auxiliares, además del vecindario armado para
contener las incursiones de los enemigos que repe•
tidamente ha hecho y constantemente amenaza. Por
lo mismo parece de necesidad formar allí un cuartel
en que puedan alojarse con seguridad y comodidad :
á este efecto ya tiene terreno el más proporcionado,
que es el q11e señala la letra B; es el más avanzado
y dominante á la costa, y su fortaleza si se construye
cubre la poblacion y defiende el puerto. La forma-
cion de esta casa fuerte y cuartel, evita los gastos
mensuales que insume el Estado en alquileres parti-
culares, sin comodidaJ, ni resguardo del soldado ni
del enemigo , si alguna vez intentase avanzar aquel
punto, y entonces seria fácilmente extensiva la obra al
presidio necesario para quedar custodiado de la misma
guardia. En tiempo de paz parece igualmente útil para
mantener el órden público, y tropa alternada por destaca-
mentos, donde reciban la instruccion y disciplina militar
de que carezcan, y sean benéficos á la poblacion, en
el modo que lo son siempre las tropas bien regladas.

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106 REVISTA PATRIÓTICA

A menos distancia de legua, se halla una mina de


conchilla de que actualmente está haciendo cal un
vecino de aquella inmediacion ; la leña está cerca Ja
que el Estado tiene en los talares ; los obrages de
ladrillos se pueden establecer , como otros que hay
dentro del pueblo, con que poniendo en movimiento
estos auxilios, que hacen pesadas y gravosas en la
mayor parte tales obras, es visto que progresarian,
y que con rapidez extraordinaria veria el superior
Gobierno perfeccionado este proyecto . El canal se
halla delineado sobre el terreno que señala el pla-
no C. L., á distancia de la poblacicn 600 varas; em-
pieza al márgen del Paraná, y debe terminar al Oeste
cerca del Paso Grande, á recibir las aguas del rio
Conchas, en el punto K. Esta obra que tantas ven-
tajas ofrece en favor de la provincia y utilidad de
las interiores, parece que por ser el primer ensayo
de esta clase, exige del superior Gobierno particular
atencion para que pueda llevarse á efecto : en él,
despues de hecho, se notarán los defectos, que podrán
enmendarse en otros de que tantos necesitamos para
las importaciones y exportaciones de nuestros frutos
y manufacturas. Su cauce presentará la proporcion
de extraerle aguas para heridos dt molinos de grano
y de papel, para máquinas de asierras, que ahorren
brazos y hagan más cómodas las maderas, fertilizará
las campiñas que atraviese y hará seguras las cosechas
de linos y granos de toda especie que en ellas se em-
pleen; y, finalmente para que, matizada con árboles útiles,
presente el arte unido á la naturaleza la vista mas agra-
dable y risueña que pueda escogitar nuestro interes

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DEL PASADO ARGENTINO 10;

Urge mas esta medida, si se atiende á que la


poblacion y vecindad de las Conchas cada día se mira
mas destruida por los arroyos y terrenos cortados que
forman las crecientes, á término de aislarse cada casa
en el suyo, y el pueblo de nuevos ríos que se van
formando. como es el que llaman del Tigre y otros
que ya la circuyen ; y sinó se da un puerto equiva-
lente á aquel , quedan destruidas las poblaciones y
terminado el giro de que se ha hecho mencion , y
por eso los vecinos trasladados á San Fernando an.
helan á la extension de su egido, á la continuacion
del canal y al desahogo de que carecen, por hallarse
circuidos de propietarios, de rios y términos de otras
jurisdicciones con que se miran encarcelados en I 5
cuadras de longitud y poco mas <le 4 de latitud, con
premuras que debilitan los ánimos mas dispuestos y
priban el adelanto de los pueblos que tanto interesa
al Estado.
Para animar la situacion calamitosa de este vecin-
dario en la persecucion que sufre de los enemigos con
tenaces y crueles hostilidades, obligándole á abandonar
sus pacíficos hogares, á andar errante, con sus familias
por diversos partidos, parece que la ~uperioridad entre
otras vproidencias que crea tomar en favor de este ve-
cindario puede mandar se lleve á efecto y sin infraccion
la que las madres de familia de ambos pueblos ga
naron, sobre serle,; privativo el ramo de abasto de
pán , sin ingerencia de panaderos, ni irlo á buscar
á San Isidro ; pues es cosa averiguada que los fondos
crecidos de estos destruyen los cortos principales de
aquellas que, contentándose con una ganancia módi-

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108 RE.VISTA PATRIÓTICA

ca, pero repetida, se ve mejor servido ~1 público en


cantidad y cualidad ; y cada una de estas benemé-
ritas matronas reporta el sustento diario de sus hijos,
teniéndolos en contínua y honesta ocupacion. Mien-
tras que los padres de estas honradas familias discur-
ren unos por los montes entre innumerables riesgos
de toda suerte de enemigos en los cortes de maderas
útiles, faenas de leña y carbon, otros incesantemente
ocupados en conducciones por mar y tierra de aque-
llos artículos con iguales exposiciones para reportar
un mezquino y escaso lucro con que auxiliar á sus
hijos ; y finalmente otros en proporcionar y conducir
á la capital la pesca que ella consume, á costa de no
menores zozobras. Por todas y de todas estas manos
laboriosas recibe la mayor parte de sus abastos Buenos
Aires, dignas por ello y por ser la porcion de ciuda-
danos mas virtuosos, á que se les mire, atienda y coad-
yuve con singular atencion y preferencia.
Este pueblo desplegará el poder y riquezas de que
es suscepti'Jle, cuando llegue el momento feliz en que
se vea girar francamente el comercio de las provincias
y pueblos que bañan los rios Paraná, Urnguay, Paraguay
y demas navegables que les rinden sus aguas. El será
sin duda el puerto seguro y de comercio cuantioso de
Buenos Aires, porque no estará precario de las even-
tuales expediciones extrangeras, y abrigará sin peli-
gro todos los frutos que suministren aquellas vastas
provincias que deben adelantar con la industria para
no depender de otras naciones, teniéndolos el Estado
en su seno. De modo que siendo privativa á este
puerto la importacion de aquellos artículos, y aun

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DEL PASADO ARGENTINO 109

muchos de exportacion concluida la obra iniciada, se


convertirá en un seguro almacén general, en astillero
de construccion para navegar á todas partes sus bu-
ques. Será un puerto y pueblo defendido de toda
clase de enemigos por el arte á muy poca costa.
Será, en fin, mercante, marinero y de industria, y el
subalterno de la capital mas rico y el mas útil y
contribuyente al Estado, por las proporciones que le
da la naturaleza sobre otros muchos á corta distan-
cia de aquella de donde puede auxiliarse para sus
progresos, partiendo con ella sus lucros.
La parte labradora é industriosa que contiene este
partido, y que necesitan se auxilien respectivamente
en los quebrantos y trastornos de sus haciendas y
policía rural de ellas, como que son unas mismas con
las que deben proporcionarse á los partidos de San
Isidro~ Moron y Flores, se entenderán comprendidos
como limítrofes y tan análogos cuando allí se in -
forme de ellas, puesto que deben ser correlativos
y comprendidos bajo un plano topográfico, desde las
nacientes de los ríos :\fatanza y Conchas, hasta sus
confluencias con el Paraná.
Luego que el superior Gobierno esté en pleno
poder y tranquilidad sobre el archipiélago del Paraná,
le es no menos interesante hacer examinar las islas en
que se hallan retraídas muchas familias avecindadas con
las fieras, para sacarlas de tan triste situacion y poner-
las en sociedad, de la que han fugado tal vez delincuen-
tes, ó por servir mas libremt!nte á sus pasiones, y
son correspondientes á este partido de las Conchas,
del cual he procurado hacer su descripcion, segun su

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I 10 REVISTA PATRIÓTICA

actual estado y circunstancias, sin perjuicio de ade-


lantar las <lemas que sean posibles. - Partido de las
Conchas y Diciembre 9 de 181 2.
PEDRO ANDRÉS GARCIA.

Partido de San Isidro

El curato de este partido, que segun se ha ma-


nifestado en el de las Conchas, devio haber sido
erigido antes que aquel con el nombre de Monte
Grande, y cuyos límites se estendian hasta el Monte
de Cabra}, corrió, sin duda, la misma desgraciada
suerte en la poblacion que el de San Martín Obispo, 1
por iguales causas, y devio su restablecimiento al ca-
pitan don Domingo Acasuso, soldado que fue en la
antigua Guardia de Conchas, de quien, por tradicion,
se conserva una piadosa anécdota de fundar capilla
á San Isidro, en el lugar que hoy está situada la
iglesia, lo que executó andando los tiempos, por
haber venido á mejor fortuna, haciendo antes una
capilla provisoria de boveda en que se celebró misa
el 3 1 de octubre de 1 707, y hoy sirve de ha vita•
cion al cura Párroco. 2

1 NQ/a marginal. - Ninguna de las erecciones que he visto


hablan de tal curato de San Martin, y así parece su puesto.
2 .Id. id. - Fué en 1694, como consta de la presentacion que
hizo en el concurso de 1 730 don Fe mando Ruiz y Corredor su pri •
roer capellan.

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DEL PASADO ARGF.NTINO I I I

Hecha esta obra en pro comunal de aquellas gen-


tes, segun se colige de la fundacion y dotacion de
ella , trató el capitan Acasusó de perfeccionarla de
un modo duradero, y en 10 de julio de I 707 se
determinó el lugar para la fábrica de la iglesia que
está en uso. Se abrieron los cimientos de la pared
que mira al Oriente , y en una caxa de plomo, á
antigua usanza en obras de esta ciase, se colocaron
varias monedas con la inscripcion siguiente : e Esta
Yglesia dedicada á San lsi"dro Labrador, se cimentó
el año de 1707, governando la Silla Aposto/zi:a Cle-
mente XI, y el Ymperi'o Phdipe 5°. ,
No perdonó gastos ni fatiga que pudiesen contri-
buir al propuesto fin y pronta conclusion de una
obra tan interesante al beneficio público, y la vió
finalizada en I 8 de febrero de I 708, colocandola so-
lemnemente el 2 7 del mes de mayo del propio año,
dia de Pascua de Pentecostés, en que se celebró en
ella la primera misa.
La iglesia es de boveda y regular arquitectura, (3) de
ladrillo y cal, consta de 37 1/3 varas de longitud, y
7 I / 3 de latitud, con su pórtico, coro alto, sacristía
y torre del mismo material , regularmente adornada
en su interior, y bien servida de cuatro sacerdotes
en los ausilios espirituales ; debido todo al celo de
su benemérito cura propietario el M" don Bartolomé
Marquez.
Despues que el fundador don Domingo Acamso
suministró los ornatos correspondientes , dotó al ca-

3 No/a marginal - De malísima arquitectura.

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II 2 REVISTA PATRIÓTICA

pe1lan con un fondo de cuatro mil ps. y á la Iglesia con


los arriendos de una suerte de tierras de 300 varas
de frente y una legua de fondo, á fin de que sub-
sistiese un sacerdote que a.usiliase al vecindario con
su ministerio. Por este órden se mantuvo la Capilla
sirviendo á los fines propuestos por el fundador 2 2
años, hasta que en el de I 7 30, fué erigida en par-
roquia por el cabildo de esta Santa Iglesia Catedral
en sede vacante, con calidad de que las capellanías
que tuviese dicha iglesia, no estaban , ni quedaban
aligadas al curato, segun el auto de creacion que
debe existir en la Curia Eclesiástica.
Las poblaciones se han aumentado siempre en ra-
zon de los ausilios espirituales que se les han pro-
porcionado, en la de la localidad ventajosa~ puertos
que faciliten el consumo de abastos que ellas pueden
producir con otros giros, y principalmente con las
franquicias del Gobierno en protegerlas, presentán-
doles alicientes que animen su agricultura é indus-
tria, señalando á las familias terrenos en que afirmen
sus hogares, para que la sociedad les facilite, ademas
de seguridad, medios de emprender sus labores res-
pectivas gradualmente.
No podia esto suceder en la capellania de San
Isidro , porque estando vinculadas las tierras segun
el órden que manifiesta su creacion, era forzoso
estuviesen solo ocupadas <le arrenderos ; tampoco
era asequible en los terrenos inmediatos, porque
siendo suertes de igual ó mayor estension de otros
propietarios, resultaba el mismo inconveniente , y
siempre habrá de suceder necesariamente la despobla-

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DEL PASADO ARGENTINO 113

cion, aun en los puntos mas favorecidos de la na-


turaleza , sino se cortan los abusos que hasta aquí
Jo han embarazado en grave daño del cultivo y po-
blacion; y así es que, un partido tan proporcionado
para ser poblado, no contiene mas que 308 familias
y 1 609 personas, segun el padron del párroco, no
'ibstante que su poblacion envía ideas mucho mas
.!bultadas; pero como los mas propietarios, no solo
:. están avecin<lados, sino que aun cohartan y limitan
•• i progreso de la agricultura con notable menoscabo
de las útiles labranzas, es consiguiente su atraso.
Este partido es de 468 labradores, que tienen en
servicio mas de doscientas carretas para los acarreos
de abasto para la capital y uso de sus labranzas,
mantienen mas de 1 2 mil cabezas de ganado va-
cuno, caballar y mular al propio efecto, con no pocas
majadas de ovejas; sus sementeras de trigo, maiz, zebada,
legumbres y hortalizas, son las mas gruesas en pro•
porcion del terreno y apenas quP.dan francas, en las
I 2 leguas cuadradas de que consta, algunas sendas
con tres caminos que se dirigen á la ciudad y otros
puntos de la campaf\a. Asi cultivado y cortado el
terreno por todas partes, sufre los incalculables per-
juicios de ver derrotadas sus mieses los labradores
por falta de pasos, de pastos y aguadas comunes de
que están privados, por la tenacidad de los propieta-
rios en no qm!rer franquear los caminos que entre
suerte y suerte debe haber segun el orden del re-
partimiendo de don Juan de Garay, tanto para el ma•
nejo interior de las labranzas, como para las aguadas
de los ríos Paraná y Conchas, que le son privados
9

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I I 4 REVISTA PATRIÓTICA

por una muralla impenetrable de cercados y zanjas


que la codicia de algunos propietarios ha J1evado
hasta la misma barranquilla donde baten las aguas,
obstruyendo los pasos, entradas y salidas de la playa,
especialmente del Paraná á los carros pescadores, y
dificultándolos aun para la infantería y caballeria, á
términos que las patrullas que velan sobre la costa
de este rio no pueden llenar sus deberes por esta
causa.
De esto se resienten los labradores y desmayan
en sus útiles tareas, porque á cada paso experimentan
la ruina de sus sembrados el que les hieran y maten
los animales en que libran su subsistencia 6 que
perezcan, á necesidad, estándoles cerrados los caminos,
pastos y aguadas de que deben valerse.
Parece que peligra la verdad y que toca en el
extremo de exageracion este particular; por lo tanto,
l
he creído oportuno aclararlo del mejor modo posible,
levantando el plano de las costas en punto mayor
!'
para demostrarlo. Las poblaciones, calles y cercados
tienen aislados á los labradores y precisados á rodear
dos y tres leguas si han de redimir á sus ganados
1
de la pérdida por falta de agua, ocupando todo un
dia en esta diligencia.
Desde San Isidro hasta San Fernando de Buena
Vista se observará segun el plan0 núm. :2, una calle
cerrada por derecha é izquierda sin franqueza de mas
paso que uno; y siguiendo el plano 3º hasta los Oli-
vos otra calle de bajada, y desde estos hasta la ca-
lera, último término del partido por aquel frente, otra,
como se advierte del plano núm. 4. Estas desgracias han

r--_ ,

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DEL PASADO ARGENTINO 115

cansado la constancia de cuantos han emprendido Ja


sÍt'.mbra y cultivo de montes de utilidad, y no deja-
rán jamás progresar á la agricultura, si la autoridad
no arranca estos vicios que destruyen la poblacion y
riqueza del Estado, aniquilándose por esta causa el
depósito de hombres útiles y el almac:en mas seguro
de granos, legumbres, aceite de oliva, linos y otros
montes y plantas de que es susceptible el terreno
con la porcion de manos trabajadoras mas aplicadas
en labranza de toda esta campaña, que podrá distin-
guir bien cualquiera que eche una ojeada sobre la
asídua asistencia y contraccion personal á todas horas
sobre sus sementeras.
Si por todo lo expuesto, estos labradores son acree-
dores á la proteccion y auxilio del superior Gobierno
para su regeneracion rural, no es menos necesaria
para la formacion de ciudadanos virtuosos y aplicados
en la educacion civil, estableciendo escuelas públicas
que loe, ilustren arbitrando medios que sufraguen para
ello ; é igualmente ordenan que la policía vele en la
formacion del nuevo pueblo delineado, enmendando
en lo posible la irregularidad del ya formado ; de
modo que reparando los derrumbes que hacian las
aguas por falta de clireccion, no acaben de destruirlo,
pues aunque de buenos edificios, sirven solo para
presentar uoa pieza monstruosa. mas parecida á las
aldeas de los árabes, que á los pueblos de nuestro
tiempo á quien df'gradan.
Presentar á V. E. un deslinde general de este par-
tido, tan interesante á la capital como á sus propios
habitantes, seria sin duda obra que detallaría hasta la

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l
116 REVISTA PATRIÓTICA

última diferencia su pormenor para resolver con mas


acierto en cada uno de los medios que puedan em-
plearse en su felicidad; pero observo que seria alar-
mar á una porcion de propietarios, comprometer á
muchos pacíficos labradores y alterar las posesiones
ancianas, que acaso mas á favor de la antigüedad de
su posesion, que de el derecho legítimo con que ob-
tienen, est::n en dominio de ellas ; podrá hallarse un
equivalente en la sábias medidas del Gobierno que,
cuando no de pronto, muy en breve logre ponerse
por aproximacion en aquel caso.
Parece que en razon de la próxima vecindad de.la
capital y de la necesidad de esta en sus abastos, en
que vé el labrador prontamente sus espendios que
le animan á no decaer del empeño de sus labores
para multiplicar sus utilidades, debe proporcionársele
terreno que cultive y auxilios con que ejecutarlo ; y,
de este modo, es que una legua cuadrada r~ndirá mas (
que ahora cuatro, porque siendo propietario arbitra y
especula en todos los ramos que puede producirle su
terreno, y en la clase de arreodero mide sus labores
por los frutos que pueden solo desempefiarle de su
contribucion anual con una triste y muy es::asa ma -
nutencion de su familia, que tal vez está en .cueros
sin trato civil, ni salir á la luz pública por su extre- · "
macla desnudez. Estos son los cuadros que en cada
uno de estos miserables ranchos, que llaman pobla-
ciones, se ven, y de estas extremadas necesidades re-
sultan las incivilidades, el abandono, los robos, des-
gracias y despoblacion.
La cosecha de trigo de este partido es variable, no

1
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DEL PASADO ARGENTINO I I 7

solo por la desigualdad consiguiente al temperamento


sino tambien por la falta de proporciones en los que
se dicen labradores : acaso una mitad de ellos no pue-
de hacer como es necesario las tierras, porque obli-
gándolos su pobreza á auxiliarse mutuamente en los
aperos necesarios á la labranza, es consiguiente se les
escape el tiempo de arañar mas bien que de arar las
tierras; de que se sigue que faltándole á estas el
beneficio debido, es muy corto el rinde, á proporcion
de la feracidad que presentan los terrenos; deducién-
dose de este principio que la labranza del pudiente
es regularmente mas aventajada que la del necesitado;
pero contrayéndome, y segun la mejor razon, la co-
secha de trigo de un año comun es de 28 á 30 mil
fanegas y sus rindes por el mismo órden de año co-
mun de 20 á 25 por una. Teniendo de costo al
labrador desde que comienza á hacer sus tierras hasta
ponerlo en la plaza de Buenos Ayres, de 18 á 20 rs.
cada fanega.
La cosecha de cebada ha sido sumamemente corta
en este partido por falta de de-:licacion á ella ; pero
convencidos los labradores, de poco tiempo acá, de
serles útil, del poco costo que les tiene, asi en las
sementeras como en las recolecciones, (pues no pasa
de 4 rs. por fanega) se han dedicado ya á sembrarla
y su cosecha se calcula hoy de 3 á 4 mil fanegas.
El maíz es la menor de todas las cosechas de granos
de este partido , pues no pasar.i. de 1 .ooo fanegas,
teniéndoles de costo á dos rs. cada una de ellas. A
excepcion del corto gasto comun, en razon de hortiliza
las cebollas y ajos son las únicas producciones de mas

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118 REVISTA PATRIÓTICA

consideracion, pues ademas de los consumos del mis-


mo partido, siempre se extraen mas de cien mil ristras
de las primeras y 20 mil de los segundos, teniéndoles
de costo como un cuartillo de real.
Las huertas de sandías, melones y zapallos, son á
las que se han dedicado con mas esmero los vecinos
de este partido, y aunque les demandan un trabajo
asíduo por la diaria asistencia que exige su cultivo y

,
gastos de peones para su carpida, se calcula no obs-
tante que este ramo les deja de cinco á seis mil pesos
de producto.
Los montes de leña de esta jurisdiccion, se hace el
cómputo que producen de 7 á 8 mil pesos y que su
¡
1

costo principal puede ser de dos mil pesos. La pesca


era uno de los renglones mas ventajosos al partido,
pero hoy, con el privilegio de carnes, se halla suma-
mente abatido y apenas se cuentan de 12 á 14 redes
y espineles, cuyos productos están calculados en ocho
mil pesos anuales libres de gastos. Las frutas de
duraznos, naranjas, estacas para ranchos y otras pro-
ducciones de las islas y montes dtl Paraná á que algu-
nos vecinos se dedican, se conceptúa puede dejarles
de utilidad de cuatro á seis mil pesos.
El abasto de carnes, cuando la navegacion interior
•.
á los Paranás y Uruguay están francas, asi de este
partido como de el de Conchas, de que igualmente
se surten, forma un ramo de mucha consideracion; lo
es igualmente el de buques costeros para la importa-
cion de todos los frutos de aquella banda y maderas
cortas de construccion, que su giro está calculado en
mas de 100,000 pesos y en otro tanto el de abastos

l
1
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DEL PASADO ARGENTINO 119

públicos y acarreos que le son privativos, de las im-


portaciones y extracciones á las provincias del Para-
guay, Misiones, Corvientes y Santa Fé, de que hoy
están desgraciadamente privados por las hostilidades
de los enemigos del Estado.
No se incluyen en cálculo los obrajes recientemente
establecidos de ladrillo y cal que probablemente harán
ventajas, como las fabricas de jabon y sebos que
igualmente pueden establecerse sobre las pocas que
hay con adelantos respecto á otras, atendiendo á la
mayor proporcion de leña y materiales, de forma
que la disposicion de los naturales. unida á la loca-
lidad p;i,ra hacer rápidos progresos este partido y que
sus habitantes sean felices, parece que solo está pen-
diente de la voluntad del superior Gobierno en in-
clinarse á su proteccion, y los medios que acaso po•
drian adoptarse provisionalmente, sin perjuicio de otros
mas eficaces que diesen un movimiento veloz á este
vecindario, son los siguientes:
Pastos, aguadas r caminos. - Que se franqueen los
pastos y aguadas comunes facilitando los caminos que
deben estar expéditos entre uno y otro propietario
al menos de 1 2 varas de ancho, conforme al reparti-
miento del restaurador D. Juan de Garay, en que debe
haber menos dificultades porque necesariamente han
llevado invibita esa carga las suertes y no pueden jus-
tamente resistirla los poseedores, dejando libres los
bajos del Paraná reputándose por comunes; y cuando
lugar no haya á esta medida, deben quedar abiertos
los caminos de entrada al rio y dos más <¡ue corran
paralelos, uno al pié de la Barranca alta de 1 6 varas

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120 REVISTA PATRIÓTICA

de ancho, y otro de igual extension sobre la barran-


-
quilla donde baten las aguas, vestidos de álamos ele-
vados, para que quede franca la vista de uno á otro
y nunca pueda servir de bosque ni atrincheramiento al
enemigo : quedando los espacios entre una á otra ala-
meda útiles para el cultivo de linos, alfalfas y huertas
de hortalizas que, aplicados y beneficiados por arriendo
en favor de los establecimientos públicos, darán un
fondo competente á beneficio de las poblaciones á que
correspondan, segun se demuestra en d plano núm. 1
,,.,
del pueblo de San Fernando de Buenavista.
Que los labradores de este parti'do, 110 tengan mas
ganados que los de sur labranzas. - - Que los labrado-
res de este partido tengan los animales vacunos, caba-
1lares y mulares propios de su servicio, contando entre
estos el de vacas lecheras, por formar una considerable
parte de auxilio para mantener sus familias; pero
débeseles prohibir seriamente crías de ellos y mucho
menos de yeguas y otras bestias que, además de esteri-
lizar los campos de pasto para las labranzas, son su-
mamente perjudiciales á los sembrado!'=.
Que se obligue á hacer planli'os de árboles. - Que
á todo arrendero que tenga poblacion se le obligue
á hacer un pequef\o plantío de árboles útiles anual- ...
mente, proporcionando el número y calidad á la que
tenga el terreno y facultades del arrendero, para que,
durante su permanencia en él, los disfrute, y si le
conviniere mudarse, deberá abonarle su importe á
justa tasacion el propietario, de modo que siempre
el Estado reporte el aumento de las plantas útiles de
que ahora carece y la industria de su cultivo y suce-

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DEL PASADO ARGENTINO I2 1

sivamente el de sus producciones, no perdonando esta


falta á ninguno, pues si la paternal vigilancia del Go-
bierno se ve precisada á tomar medidas activas para
impeler á los hombres hácia su propio bien, que ahora
desconocen, vendrá tiempo en que bendecirán las auto-
ridades que se dttsvelaron por su beneficio y conser-
vac1C1n.
Que et propietario venda ltis tierras que no pueda
cultivar por si. - Si el propietario no pudiere labrar
]as tierras por sí de modo que sus escaseces 6 indo-
lencia atrasen la agricultura, y alguno de sus arren-
deros ú otro labrador tuviere proporciones de com-
prarlas en parte 6 todas á justa tasacion, deheria
obligársele á ello por el aumento que recibe la agri-
cultura y el anhelo con que el labrador cultiva su
propiedad~ á diferencia ele cuandL, es colono, en este caso
trabaja sin atreverse á hacer especulaciones y se con-
trae solo á Jo que probablemente le producirá para
el pago del arriendo anual, y en aquel, libre de estos
cuidados, hace mil experimentos de sus tierras á un
mismo tiempo para probar cuál le rinde mtjor cuenta,
y sus desvelos los contrae á mejorarlo.
Ter,,,enos que pueden decla1·arse por comunes á este
par!t"do. - El bañado del rio de las Conchas, hasta el
paso de Morales, él que se estiende este partido, tiene
por la banda oriental 1 200 varas, y otras tantas por
la occidental, y debe servir de pastos comunes, agua-
das, y de descanso á los ganados de labranza, sin
que en esto se recele remotamente el mas leve per-
juicio, asi por no poder tener por ahora otra aplica-
cion, como porque las suertes de tierra de pan llevar

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122 REVISTA PATRIÓTICA

no arrancan ni pueden medirse desde las márgenes


del rio, y se cortan de este modo con una providen-
cia de autorid:id porcion de litigios que empobrecen
y han aniquilado en todos tiempos á estos vecinos,
haciendo que por este costado se franqueen los cami-
nos entre unos y otros propietarios como en el Paraná,
digo propietarios y no suertes, porque hallándose al-
gunas subdivididas en 20, 30 y hasta 50 propietarios,
seria un trastorno al vecindario ir á buscar el camino
á 500, 1 .ooo 6 2 .ooo varas la salid:l ó entrada en su
casa como se advierte en la calle no interrumpida de po-
blaciones y cercados de San Isidro á San Fernando
de Buena Vista; evitando ademas las extensiones
de sembrados al tránsito preciso de buscar aguadas
y pastos y aun de los mismos usos domésticos de
sus carruajes y demas faenas de un labrador.
Obiigacz'ones que deben t.'mponerse á los p1·opt"etarios
pudientes. -- A los propietarios pudientes y de terre-
nos proporcionados como son casi todos los situa-
dos de las barrancas altas adentro de las chacras,
debería obligárseles á que anualmente plantasen deter-
minado número de olivos, almendros, nogales y otros
de que carecemos, para ir estableciendo la cosecha
de aceituna, aceite, almendra, nuez y otras frutas que
presentan diferentes artículos interesantes de comercio
que no tenemos ; pues cuanto mas demoremos este
cultivo , tanto mas tiempos seremos tributarios en ellos
de otras provincias y naciones extranjeras; y lo mi~mo
el cultivo de robles, encinas y ayas, cuyos frutos son
tan útiles para la cria de ganado de cerda, ademas 1

1
de las ventajas de sus excelentes maderas, premian-
j

)
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DEL PASADO ARGENTINO

do, si pareciere cnnveniente 1 al ciudadano que presente


el almásigo ó plantas de que deben proveerse los
campos, sin que lo tardo de ellas retraigan de esta
necesaria empresa, porque aun cuando no alcanzáse•
mos á disfrutar de todos sus frutos y beneficios,
llevarLmos al sepulcro la gloria de haberlo establecido
y el placer de haber dado este ejemplo á nuestros
hijos, para que; cultivando los montes saquen todas
las ventajas que de ellos son susceptibles.
Planta IÚ San Jsid1·0, necesi'dad de adelantar el
pueblo y f áct'l medio de hacerlo. - El pueblo delinea-
do nuevamente en San Isidro, está tirada su planta
como para poder reformar parte de la antigua pobla-
cion y que la policía cuide dt: dar direcciou á las
aguas para que no acaben de destruirlo. El benemé•
rito capellan presbítero don José Eusebio de Arévalo
conociendo que la calidad de colonos alejaba los
pobladores, se decidió á dar los sitios de su admi ·
nistracion propios del patrimonio de la capilla, gra•
ciosamente á cuantos quisiesen alli avecindarse, suje·
tándolos únicamente á pagar el justo precio del valor
de ellos cuando las superioridades respectivas permitie·
sen la venta, en atencion á ser esta prohibida por
cláusula de la fundacion expresa ; y bajo de este
concepto se han poblado ya 2 2 vecinos, y entre las
poblaciones se hallan I I casas de azotea hechas á
todo costo. La ddineacion por lo mismo ha recaído
en la mayor parte sobre terrenos de la Iglesia del
Santo. Y por ello el Gobierno está escusado de este
nuevo gasto. y las familias pobres de aquel vecindario
tienen ese recurso para remediar sus indigencias á

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124 REVISTA PATRIÓTICA

beneficio de la g-enero!-ida<l y patriotismo de dicho


prcsb{tno capellan Arévalo, entonces y mas facilmen•
te podrán propcrcionar educacion civil y cristiana á
sus hijos.
Escuelas públicas. - Son repetidos los clamores de
aquel partido y su benemérito cura y vicario para el es-
tablecimiento de escuela pública. Han hecho sus ges-
tiones al Exmo. Cabildo de la capital, pidiendo les
ausilie para dotar á un maestro. El párroco se ha
comprometido á hacer á sus expensas la obra mate•
terial de la escuela, esta tiene I o varas de largo, 5 de
ancho y 4 1/2 de elevacion con techo de azotea, y
siendo su costo óoo pesos con que ha contribuido
aquel anciano vicario, se ha visto precisado, por no
quedar comprometido en emp(:'ño, y cuidadoso de cum-
plir su oferta~ á aumentar sus necesidades sobre los
ai\os que le molestan, desprendiéndose de un criado
de su servicio de mano para que su importe le libra-
se del reato ; y ya se h:.i.lla en estado la obra de
recibir su perfeccion, dotando al que haya de servir de
maestro. Estas necesidades urgen al estremo y no
atendidas, son un necesario mal del Estado y aun de
la religion. Parece pues que podría inclinarse al
mismo Exmo. Cabildo para que pensionase un maestro
que se entregase á la enseñanza públic::i de un núme-
ro muy considerable de niños que sin arbitrios en sus
padres para ilustrarlos, se crian desgraciadamente en la
mas crasa ignorancia.
Yo no puedo mirar sin sentimiento la multitud de
precio!-os jóvenes que pueden hacerse útiles al Estado
en todo género de servicio, cuando los veo envueltos

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DFL PASADO ARGENTlNO 125

en la miseria y en la incapacidad por sí de desviarse de


e11a y que á poca costa del Estado podrían mejorar
sus suertes por medio de la instruccion proporcionada;
e11a es por otra parte la porcion mas sana de la re-
pública, la de mas sinceridad y sencillez de costumbres,
la mas recomendable por su noble ejercicio; y en fin,
la mas necesaria á la conservacion del Estado, y por
lo mismo he creído un deber de mi comision implorar
de la superioridad los auxilios que estos hijos con
ternura claman de su paternal gobierno, en medio de
las graves y urgentísimas atenciones que le rodean.
Y o debo suspender toda otra reflexiones ya sea
rural, política, militar y benéfica, en favor de los ha-
bitantes de este partido y reservarla para cuando
oportunamente se haga perceptible y compatible con
}as circunstancias de tranquilidad que se necesitan para
su establecimiento, contentándome por ahora con ha-
ber hecho los breves apuntes que van expresados que
reasumir, á un punto de vista para que la superioridad
con mejores conocimientos, calcule y determine lo que
estime conveniente.

PEDRO A-soRts GARCIA .

Nota marginal - Sirva de gobierno que hasta de 1730 no:habia


mas curato hasta Areco inclusive que el de la catedral; as( consta
de los documentos originales que he visto.
(Sin firma).

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(26 REVlSTA PATRIÓTICA

Reconocimiento del Rlo de las Conchas

Et:mo. Señor: - Por órden del S. P. E. de 30 de


noviembre último, se me mandó reconocer y nivelar el
rio de las Conchas, con el objeto de establecer en
él la máquina de taladrar fusiles, cuyo desempef\o he
procurado con toda la exactitud que me ha sido
dable.
Las operaciones de este delicado encargo las de·
muestran las tres láminas que acompat'io: 1ª del plano
topográfico; 2ª del plano en perfil, y 3ª la del bos•
quejo de la obra, con copia, ademas, del informe dado
al S. P. , si bien esta interesante obra, por ahora, aten-
didas las circunstancias del Estado, no parece deber-
se emprender; sin embargo podria llegar tiempo en
que, mejorando los pensamientos y enmendando los
defectos que contenga, se hagan diferentes usos de
aquel cauce para simplificar nuestras manufacturas y
establecer varios ramos de comercio que hagan pro-
gresar nuestra provincia, para no ser en ellos depen-
dientes de otras convecinas, ni de naciones estrangeras,
que es segun los mejores políticos en lo que consiste
la verdadera riqueza de las potencias industriosas.
En este particular, como en todos los referentes
á mi comision , está cifrado mi anhelo en demostrar
por todos los medios posibles, que es capaz nuestro
suelo, sin mendigar nada del ageno, de elevarse al
mas alto grado de opulencia, si tratamos de alejar
la apatia y abandono en que por desgracia hemos
estado sumergidos.

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DEL PASADO ARGENTINO 127

Dios guarde á V. E. muchos aftos. •- Buenos Aires


y enero 2 8 de 1814. - Exmo. Seftor.
PEDRO ANDRÉS GARCIA.

Exmo. Cabildo Justicia y Reximto. de Buenos Aires.

Exmo Se,íor: - Luego que en 1º de diciembre


recibí la órden de V. E. para pasar al rio de )as
Conchas con los facultativos de la comision de mi cargo,
á buscar terreno proporcionado en que establecer la
máquina de taladrar caftones de fusil, á las inmedia-
ciones del puente de Marquez, procuré sin pérdida
de tiempo reconocerle desde sus nacientes y primeros
manantiales que dan agua á su cauce.
A beneficio de este ocular reconocimiento é informe
de los naturales poblados de antiguo tiempo en una
y otra costa, se halló ser el punto mas proporciona-
do, e) que demuestra la lámina ó plano número 1 °
desde el Paso comunmente dicho del Rey, hasta 900
varas mas abajo, en terrenos propios del Estado.
El alveo, ó cauce matriz de esta distancia, parece el
mas firme fondo de los que presenta toda la que
tiene en su curso, hasta la confluencia con el Paraná,
por ser de tosca. Ademas, está detenido en los
límites, que le prefijan unas barrancas altas, que no
permiten á las mayores crecientes revalsar, ni inundar
)os cam¡.,os vecinos, como sucede con el resto de su
curso hasta la confluencia dicha, de que proceden los
baftados, que dificultan establecer, esta y otras mu-

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128 REVISTA PATRI6TICA

chas fábricas sin grandes dispendios, quedando siempre


expuei:tas á su ruina.
Con estos presupuestos proporcioné instrumentos,
niveles, estadales y otros muchos útiles indispensables
á estas prolijas operaciones, que no había, y fué pre-
ciso construir y costear para proceder á la mensura
del terreno en la longitud esplicada, y en la latitud
de uno á otro borde de la superficie, y á nivelarte
en cortas distancias, 6 por partes; á medir la altu-
ra de barrancas ; profundidad del cauce desde la su-
perficie comun; descenso de las aguas y cálculo de
su porcion actual ; formando para ello siete estacio-
nes. que se rectificaron con la posible proligidad para
poner estas operaciones en su certeza, al menos por
aproximacion, en las cuales debe suponerse alguna
falencia de líneas, ya por la inexactitud de los instru-
mentos, desigualdades y convexidades naturales de los
terrenos, ya por la menos perspicacia en la vista, ya
por la parte esférica que contiene el mismo terreno
sujeto á la mensura, y finalmente, ya por otras razo•
nes que reunidas obligan á estimar por aproximacion
estos resultados.
En las 898 1/2 varas de longitud indicada tienen
las aguas un descenso de 3 pies 8 1/2 pulgadas, como
se demuestra en el perfil ó lámina núm. 2.
De la superficie del agua á la comun del terreno
es la elevacion 6 altura de la barranca de 1 2 pies.
El ámbito 6 latitud de una á otra superficie de la
barranca alta, es de 30 varas. El ancho del cauce
en el Paso del Rey, en el día, es de 3 1 5 pulgadas ;
el de su mayor profundidad siete pulgadas, habiéndose

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DEL PASADO ARGÉNTINO 129

especulado que en medio minuto su corriente hacia


un curso de 552 pulgadas. Y el volúmen de agua
con estos datos resulta ser de 1. 1 34 pulgadas, cuyo
cuerpo debe graduar el director del proyecto, si es
ó no suficiente á dar movimiento á las ruedas hori•
zontales ó verticales de que se componga la máquina.
Pueden aumentarse estas aguas facilmente franqueando
varios manantiales obstruidos, para que sufraguen en
el tiempo de la mayor escasez, como en la presente
estacion ; pues ordinariamente en los 8 meses del
afio tiene el cauce principal caudal suficiente y so-
bradas aguas.
Supuesto ser el paraje ya indicado y reconocido
el mas apropósito y que en su mayor escasez pre-
sente lo necesario al proyecto, resta determinarse el
lugar del establecimiento y obras que lo hagan útil
y permanente en las mayores crecientes á beneficio
de las que presente el arte.
Estas pudieron emprenderse de diferentes modos,
pero parece el mas bien indicado el de la extraccion
del agua necesaria por acequia, del modo que pre-
senta el bosquejo 6 lámina núm. 3, dirigida precisa-
mente por un facultativo que, reuniendo á sus cono-
cimientos científicos la práctica necesaria, no aventu-
rase los intereses del Estado á una especulacion
vana; entendiéndose solo la partE- idráulica, porque la
plantificacion del proyecto deberá ser de su director
como objeto propio y peculiar de la maquinaria, á
no ser que felizmente reuna las dos facultades.
La construccion de la represa y cauce, necesitan
antes de sus presupuestos y formacion, hacer vanos
,,,

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130 REVISTA PATRIÓTICA

piques, para reconocer la solidez del terreno y espe-


cular sobre los materiales con que hayan de cons-
truirse; tanto en las maderas, si han de formarse
cajones que resistan el ímpetu de las aguas, como
los artículos de cal, piedra, ladrillo y mezcla con que
deban solidarse. Cada uno de estos dichos artículos se
miran hoy en subidos precios por su escasez y su costo,
cuando se hallasen seria enorme.
El espesor de los muros de la represa y cauce y
su elevacion, para no ser destruidos por el embate
de las aguas, debe calcularse por aquellos reconoci-
mientos y por la fuerza de estas en sus mayores
crecientes, y tambien por la calidad de los materiales
con que han de hacerse; todo demanda, ademas de
precisos conocimientos facultativos, una práctica nada
comun de la consistencia de ellos, y por otra parte
exijen ensayos que, facilitando la firmeza de los mis-
mos artículos en calidad y cantidad, se consulte una
prudente economía para no incidir en desperdicios,
con que generalmente se destruye el mas rico era-
rio en las obras del Estado. La falta de estos cono-
cimientos facultativos me relevan de la formacion de
presupuestos y de calcular el tiempo que pueda
invertirse en semejantes majistrales obras. Yo me
haria criminal á los ojos de V. E. si intentase torpe-
mente lisonjear los deseos justos de la superioridad,
en facilitar obra de tan interesante objeto , cuando
por todo lo expuesto estoy persuadido á que, por
ahora , no puede emprenderse, y que en su caso la
deben llevar á efecto profesores de conocida inteli-
gencia y probidad, en quienes se aventure menos tan

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DEL PASADO ARGENTINO 131

importante proyecto: que es cuanto con la injenuidad


que debo puedo informar á V. E., acompañando los
planos del mejor desempeño que me ha sido posible
en cumplimiento de aquella superior disposicion.
Dios guarde á V. E. muchos años. - Buenos Aires,
1 8 de enero de 1814. - Exmo. Señor.
Es copia del original.
PEDRO ANDRES GARCIA.

Exmo. Sefior P. E. de las Provincias Unid:i.s del Río de la Plata.

Borradores de notas pasadas al Gobierno en 1822.

Exmo. Se1íor: - Luego que llegué á este punto


procuré prepararme para continuar la marcha, propor-
cionándome los auxilios de carne y caballos que me
eran indispensables, y cuando ya los miraba reunidos
para seguir el 14, el 1 3 se recibió, por conducto de
la lnspeccion General, una circular á todas las fron-
teras, previniendo á sus jefes la vijilancia y alarma
contra los invasores que debían hacer su incursion en
la luna pasada ó en la presente.
No es fácilmente esplicable la sorpresa de esta
noticia en todos los vecindarios fronterizos, y cada
uno de ellos se disponía á retirarse á lo interior, por-
que el retardo lo creían desastroso, temiendo ser víc-
timas nuevamente de la ferocidad de los indios.
Como esta novedad estaba en contradiccion con
la paz iniciada, con los reenes establecidos y demás

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132 REVISTA PATRIÓTICA

indios que me acompanaban, desprecié la especie y


aquieté estos ánimos, remitiendo con un lenguaras al
capitan Cona, á sus toldos, para que, averiguando la
certeza de esta misma novedad, volviese dándome
cuenta. Esta me.dida ciertamente agitó al vecindario:
los jefes la consideraron útil y yo dí cuenta de ella
á V. E. en el mismo dia I 3, suplicando se me apro-
base, y de que aun no he tenido contestacion.
Espero á los indios de vuelta de su encargo den-
tro de seis dias, y segun la razon de tranquilidad en
lo interior que me expongan, continuaré inmediata-
mente mi marcha y de todo daré cuenta.
La casual demora en este pueblo me ha propor-
cionado emplear la comision en levantar su plano
topográfico que tengo el honor de acompaf\ar, sefia-
lado con la lámina I lt, por deber continuar otras
que serán unidas, al fin, en el plano general y mas
fácilmente acomodables á la mejor inteligencia del
viaje.
Varias otras observaciones he procurado adquirir
referentes á la localidad, partido, distancia-;, feracidad
del suelo, tiempo de su fundacion, número de vecinda-
rio con que fué erigido este curato, el que al pre·
sente tiene de habitantes y <lemas que presenta una
idea menos equívoca de su importancia, que auxiliado
eficazmente por el gobierno para ponerlo á cubierto
de las hostilidades con que le amenazan los indios,
establecida tambien una policia rural que dé tono á una
marcha tan interesante en favor de la provincia, esta po-
drá asegurar uno de sus pueblos mas ricos por contener
ciertamente los primeros artículos que forman los la-

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DEL PASADO ARGENTINO 1 33

bores de las provincias y estados que merecen en sus


senos tan ventajosas producciones.
De estas y <lemas que en globo va expresado
adjunto tambien la nota y observaciones con alguna
extension, por lo que pueda interesar á las altas mi-
ras del gobierno en sus reformas y arreglo3, y por-
que creo proceder conforme al artículo 1 1 de las ins-
trucciones que ha tenido á bien comunicarme en de-
sempefio de la comision que me ha confiado.
Dios guarde etc. -- 2 de marzo.

PEDRO ANDRÉS GARCIA.

Exmo. Se1ior: - Pendiente del regreso de los in-


dios y lenguaráz que mandé á los toldos, no he po•
dido emprender mi marcha, y de acuerdo con este jefe
militar, he mandado una partida á reconocer los pasos
del rio Salado, del Saladillo y rio de las Flores,
para hallarmt mas desembarazado en ellos al tránsito
que podrian dificultarme sus vados, barrancas altas y
pantanos, al mismo tiempo que se abanza el reco•
nocimiento de una parte muy considerable de terre-
nos internada á los indios, para notar si hay 6 no
movimiento en ellos.
Entre tanto, considerando que podían interesar al
gobierno los planos topográficos en otros puntos re-
marcables en nuestra frontera, he dispuesto su trabajo,
y combinando la conduccion de ellos con la vuelta de

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1 34 REVISTA PATRIÓTICA

los indios y de la partida observadora, daré oportu-


namente cuenta á V. E. del resultado de la remision
de aquellos.
lvada me es mas grato que ocupar mis serz icios y 1

cor/os talentos en obsequio de un país á quiw amo y


debo por ta11tas rarwnes retribuir parte de lo mucho ,..
con que me fui distinguido y honrado.
Dios guarde á V. E. muchos años. - Marzo 20
de 1822. - Exmo. Señor.
P. A. GARCJA.
.
f

Exmo. Se1ior: - Acaba de regresar d capitan Cona


de los toldos, con el lenguaráz que le dí para averi-
guar lo cierto sobre las novedades esparcidas acerca
\.
de la nueva invasion en la frontera. •
'•
1
Felizmente arribaron á tiempo de disipar las des-
confianzas que les habían impresionado nuestros tráns-
fugas existentes entre ellos, y frecuentes comunicacio-
nes que recibían de otros mal intencionados, que
¡
desde acá los seducen para que no entren en abe-
nimiento alguno.
Esta diligencia no solo ha desvanecido toda idea
contraria á la comision, sino que ha hecho, que los
caciques ranqueles y entre ellos el nombrado Pablo,
se hayan allanado y mas otros cuatro disidentes, que
no habían querido prestarse hasta ahora.
Para evitar dudas y compromisos hasta mi llegada,
acordaron imponer pena de la vida al indio, 6 es-
t
pañol que dijese que el gobierno trataba de hacerles
-
if

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DEL PASADO ARGENTINO 1 35

la guerra sin hostilidad alguna, y envian 4 indios


mas, hijos y hermanos de caciques, para que me
acompafien con el capitan Cona, y á fin de que con
ellos les avise de mi marcha desde los diferentes pun-
tos que señalan.
Creo no deben perder instante en comunicar á V.
E. esta agradable noticia, remitiendo al lenguaráz
Santivafiez, que foé encargado de esta diligencia y la
ha practicado de un modo tan ventajoso que merece
se digne V. E. atenderlo por ahora con un vestuario
con que cubrir su desnudez, pues va con ropa prestada
y lo demas que estime conveniente, despachándomelo
inmediatamente, pues debe continuar la marcha que
estoy agitando, reuniendo caballos y el ganado pre-
ciso á la manutencion de la comitiva.
Avisaré con puntualidad el dia de mi marcha con
inclusion de las noticias estadísticas y planos que se
han trabajado en los dias de mi demora.
Dios guarde á V. E. muchos aftos. - Lobos y abril
2 de 1822.

PEDRO ANmu:s GARCIA.

Sctior Gobernador y Capitan general de la Provincia.

Borrador de carta del coronel Garcia al Sr. Rivadavia

Sr. D . JJcrnard/1to Rivadavia.

Mi estimado amigo: Con singular plact:r he rec1-

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136 REVISTA PATRIÓTICA

bido Ja apreciable de Vd. de 28 de] corriente. Yo


podré haberme equivocado en la clasificacion que he
hecho de la inteligencia de Vd., y aunque es verdad
que ningun hombre puede ser mas de lo que es,
tambien lo es que algunos parecen menos de ]o que
son, porque toman el anteojo al rebes, y entonces el
objeto queda á mayor distancia de lo que realmente
está, y no he creído equivocarme en graduar á Vd.
un justo apreciador de las cosas. Yo con esta confianza
hablo, y me dirijiré siempre á Vd. con la seguridad
que he observado en su imparcial juicio.
No me hago violencia en ninguna cosa que contri-
buya al beneficio público, aunque su desempeño sea
superior á mis fuerzas, porque alguna vez podrá pro-
ducir favorables dectos á pesar de que se mire con
indiferencia en el momento de su desempefio; pues,
6 no siempre se conoce su mérito, ó sirve de ruda
base para que otros la adelanten. Este antiguo modo
de pensar de que no han podido retraerme las per-
secuciones ni el desprf!cio, será siempre invariable, Jo
mismo que mi afecto hácia su persona de quien es su
servidor y amigo.
P1m1w ANvRi::s GARCIA.

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EL NOMBRE ACAY

Acay es pa1abra de la lengua guaraní, mal inter-


pretada por Angelis en su índice ilustrativo de l 3.
Argentina de Rui Diaz de Guzman. Dice que su sen-
tido literal es cabeza del agua; pero, esta version es
contraria á la regla gramatical que rige en el caso;
porque en ese idioma el genitivo de posesion se an-
teponf>, siempre, en la composicion de las dicciones; y
como el agua es la que está en genitivo, en nuestro
caso, debería pronunciarse la palabra al contrario de
lo que aparece, escribiéndose yacá, para significar ca-
beza del agua, y esto, dando por cierto que acá sig-
nificase cabeza en guaraní, pues en esta lengua se
espresa acang ó acangá, segun el P. Ruiz de Mon-
toya. Acai·, dice el mismo guaranista, es la interjeccion
de la muger que está en pena.
Una prueba de lo que decimos, para rechazar la
interpretacion que di6 Angel is á este nombre, la te·
nemos en el significado guaraní de la palabra arroyo,
esto es, iacan( , compuesta de t', agua, y de acang,
cabeza, cuya traduccion literal seria cabeza del agua.
Acepcion semejante á la que di6 á esta palabra el
P. Ruiz de Montoya, pero mas comprensiva, le ha-
bía dado antes Barco Centenera, en el canto tercero
de su Argentina, en la nota y versos que trascri-
bimos.

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138 REVISTA PATRIÓTICA

, Acay, en lengua guaraní, dice la nota, suena tan-


to como en lengua castellana; vdlg·amc Dios y que
maravt'll,i es es/a ; y asi llaman como con espanto á
la laguna, por oir aquel estruendo y alarido Aca;•;
de donde dijo un poeta, hablando del misterio de la
Encarnacion: Acai, que me espanta tan grande se
e reto.•
He aquí los versos:
«Otra laguna grande mas crecida,
De mas admiracion que a,¡uesta vemos,
Que está la tierra adentro algo metida;
Los indios del :\.cay en sus estremos
Habitan, y ellos dicen c¡ue fundida
Antiguamente fué gente, y creemos,
Nos dicen, está d diablo atormentando
Aquellos que pecaron en nefando.
Gran grito y alarido y gran estruendo
Allá dentro parece que resuena,
Cuando se allega junto, estremeciendo
El cuerpo, queda todo en gran pena.
Algunos de temor vuelven huyendu;
Pajas, se les antoja, y el arena
Que son diablos que vienen en pos de ellos,
Y vuelven erizados los cabellos. :,

Segun esto, parece que el nombre Acay, corres-


pondió tambien por aquellos tiempos, á la gran la-
guna que despues se denominó Ipoá, significando con
esta palabra guaraní, el sonido ó ruido de sus aguas,
pues Ipoá, quiere decir so :1ido ó ruido del agua, en
dicha lengua.
Acay: provincia de indios del Paraguay que figuró
por sus insurrecciones, en los primeros tiempos de la
conquista, Contra ella y otras de aquellas comarcas,

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DEL PASADO ARGENTINO 1 39

sus aliadas, espedicionaron sucesivamente Domingo


de !rala, Ortiz de Vergara y Felipe de Cáceres en
el período de 1542 á 1560. Los indios del Acay,
tenian sus pueblos 6 paraderos principales á catorce
leguas, mas 6 menos, al S. E. de la ciudad de la
Asuncion .
Acay: pueblo del Paraguay en la circunscripcion del
mismo nombre, situado á catorce leguas al S. E. de
la Asuncion, segun Thompson, adicionador de Alce-
do que no habia mencionado su existencia ni la del
arroyo del mismo nombre á sus inmediaciones. Se-
gun Azara el territorio de este pueblo fué propiedad
de don Gerónimo Verdejo, canónigo de la Asuncion,
cuyo oratorio servia al público desde el gobierno de
don Agustín de Pinedo; que cediéndolo el propieta-
rio á la feligresia , fué erigido en vice parroquia de
Carapeguá, por el gobernador Melo de Portugal, en
1783 . Thom¡.,son siguió la ortografia de Azara, para
escribir el nombre de este lugar, duplicando la segunda
a. Oyarvide lo escribe del mismo modo en su carta
esférica de estos paises; pero du Graty le agrega
una h entre las dos a, en su obra sobre el Para-
guay. Hemos suprimido esas agregaciones, conservan-
do al nombre su limpieza primitiva.
Acay : cerro y colinas de la comarca del mismo
nombre, en el Paraguay.
Acay, batalla de: librada en 3 de mayo de 1560,
por el gobernador Ortiz de Vergara, contra el nu-
meroso ejército de los indios rebelados de los alre-
dedores de la Asuncion. Rui Diaz de Guzman, en
su Argentina, cap. VIII~ refiere el suceso con minu-

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REVISTA PATRIÓTICA

ciosos é interesantes detalles. Segun este historiador,


el ejército de los conquistadores, se componia de 500
soldados espafioles, 3.000 indios guaranís y 400
guayacurús. El tnemigo contaba 16.000 indios que
fueron completamente derrotados, despues de las di-
ferentes peripecias de la accion.

Acav: ccrrro nevado de la jurisdiccion de Salta,


cuya elevacion la calculó de Moussy en mas de 6.000
metros. Su situacion al O. de la ciudad capital, la
fija el mismo autor en 24º 30' de lat. y 69° 10' de
long. En este cerro tiene sus principales vertientes
el rio Salado, que recorre mas de doscientas leguas
de territorio, hasta desembocar en el Paraná, á inme-
diaciones de la ciudad de Santa Fé. El origen y
significado del nombre Acay de este cerro, en region
tan distante de las guaraníticas, son hasta ahora des-
conocidos. Los vocabularios del Quichua y Aymará,
no consignan tal nombre, ni revelan por consiguien-
te su significado. Es probable que pertenezca á la
lengua Kakana de los indios Calchaquís ó á la Dia-
guita.
Ar,ay, cuesta de: la que del cerro nevado del mis-
mo nombre, desciende hácia la provincia de Jujui.

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EL NOMBRE TUBICHAMINÍ

ESTUOIO SOBRE SU SIGNIFICACION, ETC,

Carta del ür. D. Juan Me.ria Gutierrez


Asm~ndovos grato, la péilola mia
V01 fu homildosa la su corlesia,-( M4'rati,,)

Al muy ilustre .S'eñor Archivero, etc., etc.


Mi muy querido hurgador de antiguallas:-Inconti-
nenti metí mano é hombro á vuestras cartas empre-
midas, et afincando en ellas el intelecto et las gafas,
asaz me han procurado contentamiento y tolgura.
Porque en puridad, cosa es de agradecérseos et deparar
mientes et de santiguarse con agua de eglesia, la cons-
tancia et la labor de que faceis prueba descifrando
los engarabatamientos gatunos y serpentescos á que
por mal de nuestra curiosidad condenaban nuestros
tatarabuelos las inocentesletras del alphabetho. Sea
todo en vuestra loor y en pro de los vivos que andan
mejor avenidos con el papel moneda ( que no conoció
el gobernador Avendaño) que con los papeles trasla•
dados á vulgar idioma por el Caton argentino.
E ya que he enristrado la péñola para platicar con
Vuesa merced, seame permitido á mi pobre aprendiz
de la ciencia de antaño, hacerle una pequeña obser-
vac1on que sugerido me ha la nota del folio 6.

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Rl· VISTA PATRIÓTICA

Dícese allí que Tubichaminí es vocablo guaraní, en


lo cual cuadramos y caemos de acuerdo. Pero, como
ni su lVIerce<l, ni yo som1,s paisanos de Rui Diaz ni
de Hernandarias, tenemos que apelar en achaques de
semejante fabla de infieles, al calepino del P. Monto-
ya ( que de Dios goce). Veo allí que tutichá signi-
fica grande , ya denote calidad ya cantidad. Por
consiguiente este calificativo podría aplicarse con
mucha razon al arroyo que en realidad existe en
aquellas dereceras con el nombre de Tubichaminí y
á cuyas orillas debió vivir la tribu guaraní de que
hace mencion dicha nota.
Viénele bien, y como á la par, al arroyo el otro
adjetivo mini, pues este acuplado con el anterior
tubicha, daría un nombre mui propio á una corriente
humilde de aguas - arroyo entre grande y chico •-
arroyo mediano.
Si no hay por ende, inconveniente para encapu•
charle al tal arroyo el luenguísimo apelativo Tubic!ta-
miní, pudo la colonia establecida á sus márgenes
tomar este apellido, no solo por bonito, sino porque
como Vm. ha visto en el mismo l\fontoya, era usan-
za guaraní el tomar el nombre del lugar en que se
habitaba por nombre de la tribu, con lo cual nada
habian inventado aquellos bárbaros, pues entre gente
semicristiana se llaman gallegos á los nacidos en
Galicia.
Mas aun . Estando al testo del documento de
foj . 9 ( y á fé que trae aparejada fuerza consigo, pues
proviene de un corregidor de la misma reduccion)
esa parcialidad se componía <le individuos de la 11acion

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DFL PASADO ARGENTINO 143

Tubichaminí. Esto es terminante y debilita mucho


la opinion de Vm.
Tenemos, pues, que hay razones ( en plural) para
que este nombre se tomase de la topografía 6 de la
nacion; pero no hay razon ( en singular) para atri-
buirlo á la personalidad del cacique, fuese grande,
chico, ó mediano en estatura 6 en gerarquía.
Este punto es mui importante. Seria un hallazgo
el saber de cierto si las naciones de que habla el
reparto de Garay, son parcialidades de una sola
apellidadas con el apodo del cacique que las acaudi-
llaba, ó no. El sin mas, su devoto etc. etc.
Ultratumba á 1 4 Je las calendas de febrero, año
de Cristo MDCCCLXII.

Jt:AN MARIA GUTIERREZ.

Contestacion á la carta precedente

Con :ttcncion escuché,


Hi<la1go. vuestrns r:uonc-s-( Lt1rra)

Ilustrísimo Sr. Rector )' Cancelario.


¿ Sabe V. Señoría, cuanto su parla me place, y en
cuanta valía tengo las razones, enjertadas en falagos,
con que V. S. me obliga? Pues sepa que mas precio
tienen para mi, que los mesmos dineros que guar-
dan los homes.
E ya que V. S. tuvo por bien enristrar su pala-

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1 44 REVISTA PATRIÓTICA

dina péñola, p3ra ferir agradablemente mi intelecto,


cúmplele á la mia, menesterosa, tomar aprovecha-
miento, correspondiendo al falago con falago, á la
razon con razon.
Dice V. S. que vé en el calepino del P. Montoya,
que tubichá significa grande, ya denote caltdad ya
cantidad, y yo veo lo mismo que V. S. vió en el
mismo maestro. Veo tambien que ese ca!ifi,calivo podri'a
aplicarse con mucha ( con poca ó con ninguna) razon
al arro,,o que en realidad existe en aquellas derece1·as,
porque es la tendencia descubierta y manifestada por
los maestros, que cada palabra compuesta del idioma
guaraní, procura definir el objeto que representa, sin
que por eso pueda decirse que en ningun caso deje
de tener lugar ese propósito innegable, pues en infi-
nitos se nota que no fué posible llenarlo, ó se hizo
por lo general mui mal, por cuya razon se han perdido
muchos cultivadores en interpretaciones forzadas y
hasta rídiculas de vocablos que nunca han descrito
los objetos que representan.
Une V. S. los adjetivos tubichá y mini, y dice que
esta composicion daría un nombre mui propio á una
con-iente humilde de aguas; y yo no me atrevo á
negar que podría ser mui propio ese nombre, si me
constase que realmente por esa razon se le <lió al
arroyo mencionado: pero, no constándome, como no
me consta, yo no me creo autorizado para hacer esa
interpretacion, desde que, de un modo mas natural
y ajustado á las reglas del idioma, puede csprcsarse
la significacion que V. S. atribuye á la palabra que
estudiamos.

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DEL PASADO ARGENTINO 145

Y en efecto, el agua, el rio, el arroyo, el riachue-


lo, la laguna, la ensenada, etc. etc. tienen sus voca-
blos propios que los representan en el idioma guara-
ní, siendo una circunstancia inseparable de toda pala-
bra que tiene relacion con el agua, al ir acompaña-
da, 6 compuesta con el monosílabo i·, que significa
agua, como si fuese el hudor griego que los moder-
nos latinos han convertido en hidro~ para hacer de él
un uso semejante: asi se dice en guaraní i-acang por
arroyo, i-upd por laguna, etc., como decimos noso•
tros hid1-opatía, h1dropesia, etc.
Todos esos objetos. decia, tienen sus representan-
tes propios en el idioma guaraní, y siempre es un
sustantivo, como i, ó un sustantivo unido á un adje-
tivo, que queda sustantivado con tal union, como acang
unido á i forman el sustantivo z"acang, es decir arro1 0 1

ó rio flaco.
Tenemos, pues, la representacion en guaraní de la
corriente de agua que en castellano llamamos arroyo:
pero, como ese es un sustantivo comun, cuando
quisiésemos significar un arroyo mediano, el idioma
guaraní no tiene dificultad para conseguirlo sin infrin-
gir sus reglas, es decir, espresaria el objeto con el
sustantivo comun y lo calificaria con el adjetiYo corres•
pondiente: asi, para dar la idea de un arroyo media-
no, yo <liria iacang boJ·á, con la misma razon que el
P. Montoya dice: igá boyá por canoa mediana, iard
mi'ní por riachuelo, etc. etc.
Volvamos ahora al vocablo Tuói'chaminí. Este,
unas veces es adjetivo compuesto de los dos adjeti-
vos tubzch11, grande y mini pequeño, y sirve entonces
11

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REVISTA PATRIÓTICA

para calificar cualquier cosa medianamente grande,


segun la espresion del P. Montoya. Por consiguien-
te, el que quisiese sefialar una cosa determinada, con
ese calificativo de todos los objetos medianamente
grandes, no significaria ninguno. En nuestro caso,
pues, para hablar de modo que nos entendieran, necesi-
taríamos indicar la cosa que queremos decir que tiene
tal calidad, y entonces tendríamos que anteponer al
adjetivo tubichami11í el sustantivo iacag, para espre-
sar un arr()yo medianamente grande. R~cuerdo á V. S.
de paso, que, la lengua guaraní, es muy abundante
en sinónimos, y me permito notarle que boyá y tubi-
chami'ni, son sinónimos.
Otras veces lubi'chaminí es un compuesto del sustan-
tivo tubi'chá-cacique-y del adjetivo miní; y enton-
ces su traduccion es la que le he dado en la nota de
la pág. 6 del Registro de I 860, sin pronunciarme,
porque no debía hacerlo, ni por la pequeñez de la
estatura, ni por la gradacion gerárquica del cacique.
Queda, pues, demostrada la impotencia del nombre
tubz'chamini, como adjetivo, para representar ningun
objeto con la sola calidad que in-Iica, y seria muy
impropio, por consiguiente, querer significar una corrien-
te de agua espresando solo su tamafio.
Yo no entiendo del mismo modo que V. S. lo
que dice el P. Montoya, en el fól. I 29 vuelto de su
Tesoro, y ruego á V. S. que tenga la bondad de
volver á parar las mientes sobre el particular, y lo
verá por si mismo. Y aun cuando lo dijese el vene-
rable Padre, con el libro de la historia en la mano,
podríamos demostrar la inexactitud del aserto.

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Dl!.L PASADO ARGF.NTINO 1 47

La autoridad del corregidor de la reduccion, no


importa mas que la de otros corregidores y no corre-
gidores, que, sin el menor criterio, clasificaron de
naciones á simples tribus de indios, con la misma
impropiedad que otros usaron los nombres particula-
res de las tribus para designar las naciont-s de que
eran simplemente partes componentes, como lo decla-
ra Azara. Si no recuerdo mal, creo que del estudio
que hice una vez, sobre el particular, vine á deducir
que los indios guaranís distinguian las naciones por
las lenguas, en lo que, indudablemente, manifestaron
mas cacúmen que los españoles, pródigos de la cate-
goria de nacion, que aplicaron á diestra y á siniestra
entre los indios.
Sin embargo, yo no me opondría á la idea de que
los indios de nuestra reduccion proviniesen de una
parcialidad de la nacion guaraní que tuviese el mismo
nombre. Pero, á mas de sernos desconocida hasta el
presente, aquella tribu madre, Garay, cuya autoridad
es superior, 6 tan respetable como la del corregidor,
en su repartimiento de indios, no pone el nombre
Tuóichamini como el de la nacion de que provenía
)a tribu, sino como sobrenombre del cacique: que
por otro nombre se llama luóichamim, dice. Y este
es un comprobante auténtico incontestable de que
ese nombre se refería á la persona del cacique y no
á la nacion de su procedencia, ni a) nombre del lugar
que ocupaba la tribu.
E) arroyo 6 riachuelo que al presente lleva ese
nombre, Jo adquirió, á mi juicio, por la circunstancia
de haber~e establecido la reduccion á sus inmediacio-

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REVISTA PATRIÓTICA

nes; y cosa parecida debió suceder con el nombre de


Galicia, que, tal vez, se lo impusieron algunos Galos,
6 gallos, que antes, 6 en compañia de los escandina-
vos, fueron á poblar sus innominadas comarcas. Antes
que el nombre, es el hombre. Antes del nombre
del arroyo Tubichaminí, el hombre guaraní.
Cuando se demuestre que, con anterioridad al esta-
blecimiento de nuestra encomienda, á inmediaciones
de aquel arroyo, habia llegado á él la civilizacion
guaraní, recien empezaré á dudar de la exactitud de
lo que dije en mi nota de la página citada.
Otro día conversaremos mas despacio, decia Nava-
rro á Villodas, ó Villodas á Navarro, al despedirse
del paseo cotidiano que juntos hacían, debiendo adver-
tirse que, durante el ejercicio, ni el uno ni el otro
habia dicho jota. -Suyo y suyísimo
MANUEL RICARDO TRELLES.

Cómo distinguia.n la.a na.ciones los indios guaranís

5'eñor Dr. D. 7uan Maria Gut-ierre:r.

Querido amigo: -- En mi anterior decia á V., con


motivo de la errada clasificacion que hacian los es-
pañoles de muchas tribus de indios, considerándolas
como naciones, que creia. que, del estudio que antes
habia hecho sobre el particular, habia deducido que
los guaranís distinguían las naciones por las lenguas.

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DEL PASADO ARGENTINO 149

Y lo que ~ntonces dige con desconfianza de mi


memoria, ahora puedo expresarlo afirmativamente, des-
pues de haber refrescado mi estudio sobre la materia.
Abra V. el vocabulario del P. Restivo, en la página
423, y encontrará: NACIO:N, 1íemoñangaba. Estudie V.
esta palabra y verá que se compone de NEE, lcnguage,
palabras, etc., de MONÁ, hacer, engendrar, criar; y
HABA, partícula que denota el z'nstrumento con que se
hace algutea cosa, etc. Traduzca V. entonces, y no
podrá menos de formar una de estas dos versiones :
instrumento con que se hacen patabras; i'nstrumento
que crea lenguage.
De cualquiera de estos dos modos que haga V.
la traduccion ; ya tomando la lengua como el instru-
mento de la palabra, ya una porcion mas 6 menos
considerable de hombres que han creado 6 forman su
idioma, no podrá menos de convenir en que era el
lenguage el que determinaba la nacionalidad para los
indios guaranís.
Mas todavia. Vea V. el vocabulario del P. Mon-
toya, página 105, y encontrará: NACION, Abá ñemo-
ñangae, es decir, indio que hace lenguage; ó el hombre
qtte hace lenguage.
Esto en cuanto al modo cómo distinguian los gua-
ranís la nacionalidad de los indios. Por lo que respecta
á los conquistadores, recomiendo á V. lo que dice
don Félix de Azara en el cap. 1 o de sus Viages ; y
para ahorrar á V. trabajo, trascribiré aqui lo condu-
cente: e Ni los conquistadores, ni los misioneros han
pensado jamas en hacer una verdadera descripcion de
las diferentes naciones indianas : sino únicamente los

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Rl::VISTA l'ATRlÚTlCA

primeros en realzar sus proezas y los segundos en


ponderar sus trabajos. Con estas miras han aumen-
tado infinitamente el número de los indios y de las
naciones.•
Como siempre, afectísimo amigo-

M.ti NCEL RtCAR[)O TREI.LF:S.

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FÉLIX FRIAS
PRECURSOR DE TINE JUZGANDO Á BONAPARTE

El ei:oi1mo babia Napoleon creído que


pudiera ser una virtud en el ¡énio, y el
egoismo le tlejaba solo en el momento
de su a¡onia, en el seno de su desgracia.
C,ut,lor.

Un bello artículo intitulado El Egozsmo, escribió


nuestro compatriota Felix Frias, cuando acababa de
dejar las aulas de la Universidad de Buenos Aires,
para enristrar la pluma del publicista y ceñir la espa-
da de libertador, en la primer cruzada contra la tira-
nia de Rosas.
En ese escrito, consiguió su juicio sobre Bonapar•
te, hace ya medio siglo, anticipándose con notable
exactitud al juicio de la posteridad, definitivo en la
historia como en la conciencia universal.
Entonces expresó: e El que quiera comprender la
grandeza de un Napoleon, interrogue al cementerio
de la humanidad. El elemento egoísta en su cima_.
es Alejandro, es Napoleon comprando la gloria con
sangre de hermanos. No se diga que Napoleon luchó
por la libertad del mundo. La palabra, el amor, la
caridad, son el arma de la libertad, no el sable ni el
cañon. El que sentaba la humanidad en e·l patíbulo,
no peleaba por la libertad universal. La libertad no

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- ,.,
1 :,- REVISTA l'ATlUÓTICA

se ordena, se enseña. La enseñanza de la libertad


humanitaria es la mision de la filosofia, no la de un
conquistador. ,
He ahí, en pocas palabras, adelantado hace medio
siglo, el juicio definitivo de la historia que acaba de
formular lVIr. Tine, respecto de Napoleon y <lemas
titulados grandef de su género, torturadores <le la
especie humana en olocausto á su egoism<J fátuo .
Al reproducir en nuestra Revista el escrito mencio-
nado, honramos sus páginas con un recuerdo que,
sobre todo, hace honor á la inteligencia argentina,
como á los sentimientos y principios sanos de un
distinguido patriota.
Lo trascribimos del número correspondiente al
1° de julio de I 838, de e El Iniciador,, periódico
liternrio que se publicaba por entonces en Montevideo,
en que colaboraban las primeras inteligencias de ambas
márgenes del Plata.

El Egoismo

Hubo tiempo en que la gloria de los escritores era


una gloria egoísta. Las letras mismas han sido no-
civas á la Libertad, cuando fueron el instrumento de
una ambician personal. Honesto y decoroso es el
deseo de elevarse entre los hombres, pero este senti-
miento es solo digno del respeto público, cuando á la
intencion individual se hermana la intencion social.

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DEL PASADO ARGENTINO 1 53

Y o condenaria la literatura si ella pudiera ser destruc-


tora de la igualdad. Pero, por fortuna de la huma-
nidad, los escritores modernos respetan el dogma
sagrado de la soberanía del pueblo. Hoy no eg ya
el escritor el que enseña al pueblo, sino el pueblo el
que habla por la boca del escritor. La mision de
los filósofos del siglo XIX es representar y abogar
por los intereses nacionales y humanitarios. La filo-
sofia moderna es intérprete de la voluntad divina;
porque la voz del pueblo es la voz de Dios. Pasaron
ya los tiempos de egoismo '._literario. La caridad es
el alma de la literatura moderna. Dios y Libertad
es el amor de los pueblos. El escritor hable Dios y
Libertad, si aspira con Horacio:
« Exegz" momunentum are peremzius ,
Un libro en el dia es la expresion no de un hom-
bre, sino del hombre. El ciudadano debe absorver
al individuo, el hombre al ciudadano. Si observamos
la marcha de la filosofia moderna, notamos la lucha
del elemento generoso, nacional, humanitario contra
el elemento estrecho, egoista, individual. El egoísmo
en religion conduce al fanatismo, á la intolerancia. El
fanatismo amado de la inquisicion fué el suicidio del
cristianismo; por que aniquilar la caridad con el egoismo,
es matar el cristianismo. Pero la caridad es el corazon.
El hombre arrepentido gritó : e amor ª. Este grito fué el
mandato de resurreccion para el cristianismo, que
como el Hijo de Dios, murió para resucitar. El cris-
tianismo tendrá un Cielo en la Tierra y vivirá in-
mortal.
En política el despotismo, la tiranía, es el último

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1 54 REVISTA PATRIÓTICA

avance del elemento egoista. Y o sobre todos; he


aquí el despoti<;mo. Yo mas que todos, y todos
para mi, he aquí la tiranía. La tiranía es la mas
alta usurpacion de la individualidad. El pueblo
esclavo de un hombre. De la tiranía se puede decir :
voz Diabuli. Si hay un crimen que no debia perdonar
el Papa, ni perdona Dios, t>s la tiranía. Dios mismo
no es egoísta. Se hizo hombre, para ser nuestro
hermano. Predicó la humildad y la caridad, es decir
la igualdad. Lejos de derramar una sola gota de
sangre, vertió toda la suya por el hombre. Quereis
ver el elemento caritativo, humanitario en la cumbre?
Es el hijo de Dios en la cruz. La libertad pide
mártires, no asesinos. El que quiera comprender la
grandeza de un Napoüon, ittterrogue al cementerio de
la humantilad. El elemento egoísta en su cima, es
Alejandro, es Napoleon comprando la gloria con
sangre de hermanos. No se diga que Napoleon luchó
por la libertad del mundo. La palabra, el amor, la
caridad son el arma de la libertad, no el sable ni el
cai\on. El que sentaba la humanidad en el patíbulo,
no peleaba por la libertad universal. La libertad no
se ordena, se ensefia. La ensefianza de la libertad
humanitaria es la mision de la filosofia, no la de un
conquistador.
Este elemento destructor de todo progreso social
¿podrá alguna vez degradar á un pueblo todo? El
pueblo ¿ puede ser egoísta? Creemos que sí. El pueblo
no es tan soberano que lo pueda todo. No es tan
soberano que no esté sujeto á la soberanía de
Dios. Por desgracia no siempre es la voz del pueblo

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DEL PASADO ARGENTINO 1 55

la voz de Dios; por desgracia hay pueblos egoistas,


hay pueblos déspotas, pueblos tiranos. La anarquia
es el egoismo popular, como la esclavitud es el despo•
tismo individual sosteniendo al egoismo tiránico. Pero
un pueblo unidQ nunca es egoista, porque la union
y el egoismo se destruyen. Fraccionad un pueblo.
dividid los ciudadanos y tendreis la anarquía. Disolved
al pueblo, aniquilad al ciudadano y tendreis la escla-
vitud. De modo que un pueblo no pueblo, no
ciudadano es el último resultado del elemento egoista.
La unidad popular nunca es egoísta. De esta union
de los partidos nace la libertad, como el rayo del
choque de las nuves. El pueblo nunca es déspota
de si mismo. Un pueblo unido siempre espresa la
voluntad divina. Dios ha delegado su soberania eri
los pueblos. Cada pueblo es un hombre, representante
de Dios. Los pueblos reunidos hacen la representacion
humanitaria. La humanidad es Dios. Para cumplir
la voluntad de Dios es necesario batir la anarquia
humanitaria, los egoismos nacionales. La libertad
como el sol, alumbra el mundo entero. Un dia,
cuando la libertad se haya consumado, ese sol alum-
brará á la humanidad en el cielo. La tirania ha
sido el sacrificio de los pueblos. Pero este sacrificio
está consumado. La Cruz antes de la muerte de
la humanidad, pero despues de la muerte será la
resurreccion. DespU<:s de la resurreccion el Cielo.
D. v L. <•>

( 1 ) Dws y Libertad, era el seudónimo que, con solo las


iniciales, usaba entonces el autor.

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JUAN DE GARAY
si:s SERVICIOS EN EL PERÚ y RTO DE LA PLATA

La biografia del benemérito conquist::t.dor y poblador,


que llevó el nombre que encabeza estos apuntes, no
puede escribirse todavía. Faltan por de:-;cubrir datos
indispensables para completarla, llenando los grandes
vacios que median entre los hechos conocidos de su
vida, fuera de las rectificaciones que exijan algunos
de los que se le atribuyen .
Quien pretenda dar principio á escribir esa biografia,
se encontrará desde luego impedido para llenar las
primeras páginas.
No está aun averiguado el lugar del nacimiento
de nuestro fundador, la clase ó calidad de la familia
de que provenía, los motivos que le impulsaron á
trasportarse al nuevo mundo, la parte por donde se
introdujo al teatro de la conquista, el año en que lo
verificó, los elementos de que pudo disponer, luego
que pisó el suelo americano, sus primeros servicios,
ó sea el principio de su carrera de conquistador, etc.
Respecto de su nacimiento, uno de sus biógrafos,
Bocous, ha dicho que tuvo lugar en Badajoz, otro
que en Bilbao.
Ambos le atribuyen un origen noble. el uno sin
<leterminarle familia, el otro, Angelis, atribuyéndole

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DEL PASADO ARGENTINO 1 57

descender de una de Vizcaya, cuyo primogénito tenia


el título de Señor de Brazofuerte.
Los mas antiguos historiadores Je estas provincias
lo califican de vizcaíno é hidalgo, pero no ofrecen
comprobantes de estas calificaciones.
En cuanto á los motivos que le indujeron á tras-
portarse á las Indias, el primero de los biógrafos
mencionados, dice que lo hizo tratando de mejorar
de fortuna, siendo pobre la familia á que pertenecía,
trayendo solamente una carta de recomendacion para
el gobernador del Paraguay, quien le empleó á su
lado en calidaJ Je secretario.
Esto parece indicar que fuese á las provincias del
Rio de la Plata donde se dirigió Garay, y que en
ellas debió empezar sus servicios.
Pero, en un documento que publicamos en la página
79 del tomo I del Registro Estadístico de 1 862, el
gobernador de estas provincias don Mendo de la
Cueba y Benavide1., en 1638, declaró que, á mas de
los servicios que Garay habia reunido en el Rio de
la Plata, ftteron mui grandei los que hizo en la conquú-
la de los reynos del Perú, lo que perfectam(>nte con-
cuerda con el documento que manifestaremos, por el
cual par1.~ce claro que Garay tuvo por primer campo
de sus servicios las comarcas peruanas, de donde
pasó al Rio de !a Plata, no interrumpiéndolos en este
nuevo teatro, desde entonces has;ta su muerte.
Despues de la publicacion del citado documento
de 1638 1 ha sido grande la curiosidad de los cultiva-
dores de la historia patria, por couocer las hazañas
de nuestro herA.ico conquistador en el Perú, de las

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REVISTA PATRIÓTICA

que, m siquiera mencion hicieron nuestros historia-


dores.
Tócanos otra vez en suerte, el placer de comuni-
carles datos interesantes sobre el particular, trascri-
biendo textualmente una parte de la relacion de
servicios del gobernador Hernandarias de Saavedra,
que, como yerno de Garay, hacia valer los de su
sue~ro, no remunerados, para dar mas fuerza á los
fundamentos de las mercedes que solicitó varias veces
de la corte, sin obtener recompensa alguna.
Habla Hernandarias de Saavedra, en su relacion
de servicios elevada al rey en 161 2 .

e Y que así mismo es casado con doña Gerónima


de Contreras, hija legítima del capitan Juan de
Garay, el cual sirvió á V. M. de teniente de capitan
general de las provincias del Paraguay y en todas
las ocasiones que en el reyno del Perú se ofrecieron,
como fué en la poblacion del valle de Tarija, y de
allí entró con el capitan Andrés Manso, por capitan
de una compañia, en la conquista, descubrimiento y
poblacion de los Chiriguanaes y llanos de los Tama-
cocies, dollde fundó un pueblo llamado Santo Domingo
de la Nueva Rz"oja; y de allí fué en compañia del
general Nuflo de Chaves á la poblacion que hizo en
la provincia de Santa Cruz de la Sierra, asistiendo á
fundar y asentar el dicho pueblo y á conquistarla y
ponerla debajo de la obediencia de V. M. para lo
cual llevó siempre muchos soldados en su compañia,
á su costa, siendo, como fué el primero que metió
ganado vacuno en la <.!icha provincia ; como persona

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DEL PASADO ARGENTINO 1 59

principal y hombre valeroso, se le encargaron siempre


las cosas mas honradas y dificultosas de la guerra en
todas las ocasiones en que se halló, de que salió
siempre victorioso .
e Y estando la dicha provincia de Santa Cruz de
la Sierra conquistada y de paz, llegó á ella el gene-
ral Felipe de Cáceres con poderes del adelantado Juan
Ortiz de Zárate y órden del licenciado Castro, para
entrar en la gobernacion del Rio de la Plata, le apo•
sentó en su casa, y hallándose imposibilitado de hacer
la dicha jornada, por ser el camino largo y de gente
de guerra, y que los soldados que traia, se le que-
daban, se jur.tó con él y llevó consigo muchos sol-
dados y criados, á su costa, y les dió bastimentos,
armas y municiones, mediante lo cual, y haber peleado
como valiente soldado en todas las guazavara~ y pe-
leas, desbaratando escuadrones y campos formados,
llegaron á la ciudad de la Asuncion con victoria, donde
por estar la dicha ciudad tan sola y no tener trato
ni contrato con los reinos de Espat'ía, ni con los del
Perú, ni con otra parte alguna, pidió al capitan Martín
Suarez le diese la poblacion de los Timbues, por
convenir así al servicio de V. M. por el trato y
comercio de la gobernacion de Tucuman y de la
dicha ciudad de la Asuncion, y todo con ánimo de
aumentar vuestra real corona y abrir caminos para
que V. M. tuviese aviso del estado de la tierra y de
las poblaciones y descubrimientos de ella ; y habién-
dosele concedido, hizo gente á su costa para la dicha
poblacion, proveyendo á muchos soldados de armas
y municiones y demas pertrechos, y de caballos nece-

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160 REVISTA PATRtÓTICA

sarios hasta embarcarse, de navios~ barcas y bajeles


para el dicho viage. para lo cual vendió tocia su
hacienda y se empeño en mucha cantidac.1 de pesos,
con que fundó y pobló la ciudad de Santa Fé, en
la dicha provincia de los Timbues, en nombre de
V. M. y la sustentó y defendió de muchos indios na-
turales que acudieron á estorbárselo, teniendo con ellos
muchas batallas, sin tener socorro de parte alguna.
e Y estando en la dicha conquista, tuvo cartas del
adelantado Juan Ortíz de Zárate que habia llegado
al puerto de San Gabriel con quinientos hombres,
como tan celoso del servicio de V. M. sabiendo la
necesidad que él y la dicha gente traían, que morían
de hambre, fué á donde estaban con grande riesgo de
su vida, metiéndose entre los indios enemigos, peleando
con ellos y quitándoles las comidas que tenían alzadas,
con las cuales remedió la necesidad y hambre que
la dicha gente traía; y habiéndole muerto y cautivado
al dicho adelantado los indios Charruas, muchos
soldados en el dicho puerto de San Gabriel, para
asegurar la dicha armada se aventuró con doce soldados
de acaballo que traía en su compatíia, y se metió
con ellos en ciertos Yageles, y atravesando el rio del
Paraná, tuvo batalla con los dichos indios Charruas,
que eran mas de dos mil, los cuales, por estar victo-
riosos, por haber muerto muchos españoles, peleaban
con mucho ánimo, y les desbarató y mató mucha
cantidad de ellos, con que aseguró el dicho campo
del adelantado, el cual le ordenó que fuese en busca
de mas hastimentos, porque la gente que teoia padecía
mucha necesidad, y, haciéndolo así, se metió entre

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DEL PASADO ARGENTINO
- -- -- - - - -- -- - - - -- - -- - - -
los indios de guerra y les quitó mucha cantidad de
bastimentas, á fuerza de armas, y así mismo algunos
soldados españoles que habían quitado al dicho adelan-
tado; y viendo los muchos y notables servicios que
hacia á V. M. lo nombró por capitan general de
toda aquella provincia ; y si no fuera por los mu~hos
socorros que le hizo, sin ninguna duela se perdiera
él y toda su gente; y de allí volvió al socorro de la
poblacion que dejaba hecha en el puerto de San
Salvador, llevando muchos bastimentos y pertrechos
de guerra; y hecho este socorro volvió á la conquista
y poblacion de Santa Fé, á acabar de conquistar lo
que restaba de los indios naturales, y lo conquistó,
pacificó y sustentó en servicio de V. M.
e Y habiendo muerto el dicho adelantado, y quedado
él por su albacea, y encargádole á doña Juana de
Zérate, su hija heredera, para que la llevase de aquella
tierra y la casase con persona de calidad y cual con-
venía para el gobierno de aquellas provincias, la llevó
al Perú y la casó con el licenciado Juan de Torres
de Vera, y, casada, se volvió á la dicha ciudad de
la Asuncion, y hallando los naturales de ella rebelados
contra el servicio de V. M. fué á conquistarlos, en
que se ocupó ocho meses, y tuvo con ellos muchos
rencuentras, hasta que los puso de paz y se bauti-
zaron.
e Y conquistada y pacificada aquella provincia, fué

con cincuenta soldados á descubrir una provincia de


indios que llaman Miarás, y los conquistó y puso di!
paz ; y acabado todo lo sobredicho, se volvió á la
dicha ciudad de la Asuncion, donde publicó luego la
12

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REVISTA PATRIÓTICA

poblacion de Buenos Ayres, por ser cosa que V. M.


lo deseaba, por ser tan importante á todos aquellos
reynos; para lo cual hizo navíos grandes y pequefios,
y juntó setenta soldados y mil caballos y trescientas
vacas y mucho ganado, y las armas, municiones y
bastimentos necesarios, y un navio de alto borde,
para avisar á V. M. el estado de las dichas provin-
cias, como lo hizo en acabando que acabó con grandí-
simos trabajos de conquistallas, dando cuenta de
ello y pidiendo sacerdotes para la conversion de los
naturales, con quien tuvo grandes batallas y refriegas,
por ser muí belicosos, y por ser él tan valiente y
tener tantos ardides, fué siempre muí temido de
ellos, sin que se le osaren alzar ni rebelar, por
el castigo que en ellos hacia; y ha sido y es de
tanta consideracion el haber poblado aquel puerto,
así para la provincia del Paraguay y la de Tucuman,
como para Chile y los reynos del Perú, que les ha
redundado grandísimo provecho, y hubiera perecido
la armada que don Alonso de Sotomayor llevó á
Chile, si el dicho capitan Juan de Garay no le prove-
yera de comida, caballos, carreta':i, bueyes y navíos
y lo demás necesario que para llevar la dicha armada
hubo menester, hasta ponerlos en el mismo camino
de tierra, de andar en persona, de un pueblo á otro,
d,.,nde le mataron los indios naturales, sin haber sido
premiados tantos y tan buenos servicios. ,

Como en el documento trascrito, aunque relacionados


los hechos en órden cronolégico, no se espresan
fechas, parece conveniente verificar algunas, en lo

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DEL P ,\SADO ARüENTJNO

que respecta á los servicios de Garay en el Perú,


tan autorizadamente como sea posible.
El cronista Herrera, en sus décadas, y Rui Diaz de
Guzman en su Historia Argentina, estan conformes
en que Andrés Manso entró á la poblacion del valle
de Tarija, ó comarca fronteriza de los Chiriguanos,
durante el mando de los reynos del Perú por don An-
drés Hurtado de Mendoza, segundo marques de Cafiete,
cuyo período comprendió los años de 155 5 á 1561.
Al mismo gobierno atribuye Mendiburu, la espedi-
cion confiada á Manso, en su Dic. Hist. Biog. del
Perú. e Asi mismo, dice, proveyó por conquistador
de los Chiriguanos y de los llanos de Condorillo á
don Andres Manso, el cual pobló en esos lugares, y
á los dos afios fué muerto por los indios con toda
su gente.,
Convienen estas aserciones con lo que espresa el
biógrafo de los conquistadores que figuran en las
Cartas de Indias. Tratando de N~flo de Chaves,
dice que, e despues de ocuparse en varias comisiones,
tales como castigar á los Tupis, en el año de 1555,
someter los indios de Peabiyú y otra vez á los
Yarages y á los Guatas, en 155 7, se dirigió á los
llanos de Güelgorita, donde encontró al c1pitan Andrés
Manso con gentes procedentes de los Charcas. ,
Si la última fecha es exacta, como nos inclinamos
á creerla, la espedicion de Manso á la poblacion del
valle de Tarija, debió efectuarse en ese afio ó el
anterior. Con él venia, como se ha visto, el ya
capitan Juan de Garay, al mando de soldados levan-
tados á su costa, lo que parece probar que tenia edad

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REVISTA PATRIÓTIGA

competente y caudal sobrado para tales empresas,


condiciones que contradicen lo que espresó el biógrafo
Bocous. sobre el nacimiento de Garay en 1541 y la
pobreza de la familia de que provenia.
Si se dijese que la hacienda pudo adquirirla en el
Perú, facilmente Ee contestaría la observ~cion, pues
se necesita mas tiempo que el que comprenden los
quince ó dieciseis primeros años de la vida <lel hombre
para semejanks adquisiciones.
El citado biógrafo de las Cartas de Indias, fija el
año de 1 560 á la fundacion de Santa Cruz de la
Sierra, á que concurrió Garay despues de otras funda-
ciw1es; d ele I 562 á la muerte de Andrés Manso,
<lespues q11e <le él se separó Garay; y el <le 1 568 á la
<le Nuflo de Chaves, tambien despues que de él se babia
separado Garay en proteccion de Felipe de Cáceres.
Este, que había llegado á S<1nta Cruz con poderes
para gobernar las provircias del Ria de la Plata, y
no contaba con la gente necesaria para pasar de allí á
la Asuncion, pudo al fin ponerse en camino, ausiliado
por Caray, pasando á la margen izquierda del Para·
guay, por el puerto del Itatin, á fines de I 568.
Encontró alterada la comarca de los Itatines, y tuvo
que combatir con ellos en nueve encuentros consecu-
tivos, antes de llegar á la Asuncion. Se recibió del
mando á principios de I 569.
Desde entonces principian la vecindad y los servi-
cios de Garay en las provincias del Plata, de que
nos ocuparemos en otros escritos, pues en este solo
hemos tenido por objeto principal noticiar los que
rindió en el Perú.

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UNA CONJETURA

¿CUAL FUÉ LA PATRIA DE JUAN DE GARAY?

Las investigaciones practicadas hasta el presente


con el objeto de fijar la patria de Juan de Garay,
no han producido resultado, tal vez por no ser bien
dirigidas, ó por que se basaron en datos inexactos.
En tal caso, creemos que podria conducirnos al
descubrimiento, la crítica conjetural, basada en antece•
dentes conocidos é históricos.
Es un h~cho que no necesita demóstrarse, la
costumbre, mui general entre los descubridores, con-
quistadores y pobladores de América, de recordar el
nombre de su patria, al dar nombre á sus descubri-
mientos, conquistas y poblaciones.
En muchos casos, el deseo de rememorar la patria
nativa, llegó hasta el estremo de variar los nombres
primitivos, suplantándolos con otros que respondiesen
al grato recuerdo.
Es bien conocida la pretension del adelantado Juan
Ortiz de Zárate de suplantar el nombre de la gober-
nacion del Rio de la Plata, con el de la Nueva
Vizcaya.
Su sobrino y sucesor en el mando, Diego Ortiz
de Zárate Mendieta, manifestó igual pretension res-

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166 REVISTA PATRIÓTICA

pecto de la ciudad de Santa Fé, agregando á este


nombre un apellido de su eleccion.
Siendo muí curioso el documento en que esto
consta, el mas vacío de fundamento, y el mas repleto
de consideraciones inconducentes, lo trascribimos en
seguida, pidiendo disculpa por la digresion, á mérito
de tanta originalidad.
e Diego Ortiz de Zárate Mendieta, gobernador,
capitan general, justicia mayor y alguacil mayor en
todas estas provincias y gobernacion del Rio de la
Plata, nuevamente intitulada de la Nueva Vizcaya, etc.
digo : que por cuanto en nombre de la magestad del
rey don Felipe nuestro señor, al tenor y forma de
las provisiones y capitulaciones reales, yo he sido
nombrado y recibido por tal gobernador y capitan
general, con los demas cargos y oficios reales, como
á todos es mui público, notorio y manifiesto ; y así,
<lesde que fuí recibido, hasta hoy, he entendido y
entiendo en todo lo que toca al buen gobierno,
aumento y conservacion de estas dichas provincias y
gobernacion ; y así con el ayuda de Dios nuestro
Séñor, en su santo y divino servicio y en el de la
magestad del rey don Felipe, nuestro señor, y bien
general de todos los conquistadores y pobladores· de
ellas, lo entiendo hacer con bueno y católico celo,
como soy obligado. Y porque la ciudad de Santa Fé,
ha tenido, y tiene mui buenos principios en su pobla-
cion y sustentacion, y está en parte y lugar mui
conveniente, así para el trato y comercio de las provin-
cias de Tucuman y mucha parte de los reynos del
Perú, como para poder dar calor y favor de aqui

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DEL PASADO ARGENTINO

adelante al puerto y pueblo de San Salvador de la


ciudad Zaratina, é á los que de nuevo se poblaren
con el ayuda de Dios nuestro Señor, y para escala
y descanso de los navios y gente que de esta ciudad
de la Asuncion bajaren á los pueblos y puertos que
hubiere hasta Buenos Ayres y San Gabriel, y para
mejor y con mas facilida.d conquistar y atraer los
indios naturales de aquellas comarcas á la obediencia
y servicio de su magestad, al conocimiento de nuestra
Santa F é Católica, y que reciban el agua del Santo
Bautismo, para que mediante la divina misericordia
se puedan salvar : yo, en nombre de su magestad el
rey don Felipe, nuestro señor, por las causas que
van declaradas y especificadas, y por otras que me
mueven y han movido, de que su magesta<l se tendrá
por servido, cuando de ello sea certificado y avisado,
mando y ordeno, espresa y determinadamente, que
desde la publicacion de esta en adelante y para en
todo tiempo, la dicha ciudad de Santa F é, se llame,
nombre é intitule, la ciudad de Santa Fé de Luyando,
y en todos los autos, escrituras y testimonios y
suscripciones, así la llamen y nombren; y todos los
escribanos de estas provincias, así sean obligados á
la nombrar é intitular, so pena de cada doscientos
pesos de oro, aplicados para la cámara de su magestad,
en que desde luego les condeno y he por condenados,
lo contrario haciendo; pues el dicho título que de
nuevo le pongo é acreciento, no pára perjuicio alguno,
y así como dicho es, su magestad se tendrá en ello
por servido; y para que sea á todos público y noto-
rio y manifiesto, mando que primeramente en esta

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168 REVISTA PATkIÓTICA

ciudad, y despues de ella en todos los demas pueblos


que hay y hubiere en estas dichas provincias, se lea
y pregone públicamente, con la solemnidad debida,
y de ello se dé fé; y mando á Luis Marquez de
Molina, escribano dt gobernacion, la refrende-Que
es fecha á veinte y tres de junio de mil y quinientos
y sententa y seis años-DIEGO ÜRTIZ DE ZARATE
MENDIETA-Por mandado de su señoria, Luis 1Jfarquez,
escribano de gobernacion. , <•>
Probablemente Mendieta recordó algo de conside-
racion, al fijarse en el nombre del pequeño pueblo
vascongado de Luyando, para aplicarlo por apellido á
la ciudad de Santa Fé.
Pero, sea de esto lo que fuere, supuesto que lo
reservó el autor, es en la espresion de ese senti-
miento de amor á la patria y del natural deseo de
rememorarla, que fundamos nuestra conjetura respecto
de la de Garay. ·
En el escrito que precede al presente, hemos visto
que empezó en el Perú sus se.rvicios de conquistador
y poblador; que levantó una compañia de soldados
á su costa, y, capitaneándola, acompañó á l\fanso á
la fundacion de Tarija; que, con sus soldados, espedi-
cionó, al parecer, separadamente y fundó la pobla-
cion de Santo Domingo de la Nueva Rioja, sobre la
frontera de los Chiriguanos.
Ese nombre de la primera fundacion de Garay, es
el que nos ha sugerido la conjetura que manifestamos.

(1) El original de este documento, pertenece al archivo del sei'lor


general don Bartolomé Mitre.

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DEL PASADO ARGENTINO

¿Por qué llamó asi nuestro poblador á su primera


fundacion? ¿Por qué la llamó Santo Domingo, y
por qué la Nueva Rioja á la comarca en que la
estableció?
Buscamos los nombres correspondientes en la geo-
grafia de la Península, y encontramos la antigua pobla-
cion de Santo Domingo de la Calzada, á orillas del
Rio-Oja, del cual tomó nombre la comarca de la Rioja
por donde corre, una de las comprendidas en las
provincias vascongadas.
Por consiguiente, conjeturamos que Santo Domingo
de la Calzada fué la patria de Juan de Garay, y que,
si se conservan los registros parroquiales de ese
pueblo, correspondientes al primer tercio del siglo XVI,
en ellos debe encontrarse lc1 fe de bautismo de nuestro
fundador y tal vez otras noticias á su respecto 6 al
de su familia .
Y no por esto dejaremos de observar que, en la
reticencia de Mendieta, manifiesta en el auto trascrito,
cabe la sospecha de que tal vez en ella se esconde
la patria que buscamos de Juan de Garay. ¿ No sería
Luyando la del fundador de Santa Fé, en caso de
no ser la de l\1endieta?

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DOCUMENTOS INÉDITOS
SOBRE LÍMITES ARGENTINO· PAkAGUAYOS

Cartas y copias de la. Secreta.ria. de R. E.

Copia. -· Sr. Dr. D. Cár!os Tejedor.

Asuncion, Noviembre 21 1871.

Querido amigo: -El jóven Bengolea ha debido


esplicar á V. verbalmente por qué no le envié por
su conducto el apunte que le anunciaba en mi carta
anterior acerca del Chaco.
Inclúyoselo ahora, sin perjuicio de enviarle dentro
de breves dias un estracto detallado del contenido
de las disposiciones sobre que versa y quizá una copia
de esta parte de la memoria que el Ministro Falcon
guarda como un tesoro.
Yo creia. como lo indi.::an los Sres. Trelles y Saravia
en sus respectivas memorias y como parecía confir-
marse por la historia que conozco de este país, que
todas las espediciones paraguayas al Chaco se habían
reducido á simples esploraciones para hallar un cami-
no hácia el Perú, esceptuando la fundacion de la
Concepcion del Bermejo, la de Fuerte Borbon y la
de Santa Cruz de la Sierra.
Mas, por ese apunte, verá V. que, si su contenido
es fiel, lo que ignoro, se habría tratado de algo mas,

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DEL PASADO ARGF.NTINO

es decir, de verdadera fundacion de reducciones en el


Chaco hechas por el Paraguay con ánimo de ocuparlo
y aprobadas por el Rey con intencion de adjudicárselo.
Le pido, pues, de nuevo que, á todo evento, recabe
un informe detenido y profundo del Sr. Trelles que es
la persona mas competente y que tiene los recursos
á la mano.
Siempre suyo -
MANUEL QUINTANA.

Secretaria de Relaciones Exteriores.

Buenos Aires, Noviembre 23 de 187 J.

Señor D. Manuel R. Trelles.

Mi estimado sefior :-Le trascribo á continuacion


unos párrafos de una carta del Dr. Quintana, á fin
de que se sirva V. informar sobre ellos.
e En prevision de todo le acompafio unos apuntes
e sobre los documentos en que ese plenipotenciario

« paraguayo piensa apoyar sus pretensiones al Chaco


« y le pido que, con toda la brevedad que el caso
e requiere, se sirva consultar con el Sr. Trelles y
e enviarme su respuesta, que será sin disputa la mas

e competente. •

e Hágale preguntar al mismo tiempo si es cierto


e que el verdadero objeto de la venida de Vegodet
e al Río de la Plata fué hacerse cargo del Gobierno
e de Misiones para el cual habría sido nombrado y

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REVJSTA PATRI6TICA

e del que no pudo tomar posesion á causa de los


e acontecimientos políticos que se desarrollaron en
e estos paises. Escuso decirle que, en caso afirmativo,
e desearía conocer los documentos relativos. ,
El Sr. Ministro D. Tejedor espera que V. le
remitirá á la brevedad posible su contestacion sobre
esos párrafos.
Sin mas ordene V. á su afmo. S. S. S.-
P. BELÁUSTEGtJI.

Le adjunto una carta del Sr. Frias.

Ministro de Relaciones Exteriores.


Buenos Aires, Noviembre 25 de 1871.

Se,ior D . Afam,el R. Trelles.


Mi distinguido sefior:-En la trascripcion que le
hice el otro dia de unos párrafos de una carta del
Dr. Quintana, este se refería á unos apuntes que
decía que mandaba y que recien hoy han llegado,
los cuales le remito ahora.
Sin otro motivo ordene V. á su afino. amigo
y s. s. s.
P. BELÁUSTEGUI.

El Sr. Tejedor me encarga diga á V. que si le


es posible mande su contestacion para el 29, porque
el 30 hay vapor para la Asuncion.

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DEL PASADO ARGENTINO 173

Puntos culminantes

Secretaria de Relationes Exteriores.


Real cédula de 12 de febrero de I 764, por la que
se aprueba la espedicion que el Gobierno del Para-
guay practicó al territorio del Chaco con objeto de
reducir á los indios á fin de librar <le sus asaltos á
los pobladores de las fronteras de Tucuman y se
ordena al gobernador del Paraguay no haga novedad
•.... del que hagan del Tucumao.
En 1 762, el gobernador del Paraguay D. José
Martinez Fontes establece en el Chaco la n·duccion
de Abipones en el paraje llamado Timbó, á la derecha
del Bermejo, poco distante de la embocadura del
mismo rio, y avisa al Rey que esa y otras poblaciones
quedan incorporadas al Paraguay.
En 1772, el gobernador de la provincia D. Agustin
Fernando de Pinedo, estableció una reduccion en el
Chaco, en el paraje de Remolines, con la advocacion
de San Francisco Solano, cuya existencia se comprue-
ba con las correspondencias del gobernador Bernardo
de Velasco.
En 1782, siendo gobernador del Paraguay D. Pedro
Mello de Portugal, se fundó la reduccion de Tobas
en el Chaco, en el paraje ~,an Antonio.
Dicha reduccion de Tobas se fundó en I no en el
lugar llamado Naranjay, sieado gobernador D. Joa-
quín Alos.
Las tres Reales cédulas de aprobacion de las funda-
ciones del Chaco son <le 1 765, 1 ¡64 y 1769.

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174 REVISTA PATRIÓTICA

Antonio Flecha fundó establecimiento de chacras en


el Chaco, al frente de la Asuncion.
En 1786, en el Chaco, arriba de la Asuncion, en
el paraje llamado e Melodía , se fundó una poblacion
tres leguas adentro de donde es hoy la Villa Occi-
dental, por el clérigo paraguayo Américo Gonzalez.
Era de indios dispersos de diferentes tribus, se dió
cuenta por el gobernador del Paraguay y el Rey
aprobó la fundacion. Esa fundacion se hizo con los
recursos del clérigo Gonzalez.
Esto es lo principal de las Reales cédulas y títu-
los que alegan y el resumen de la Memoria de Falcon.

Observaciones y documentos para. el Dr. Quinta.na

Buenos Aires, Novienbre 28 de 187 1.

La reduccion de pueblos bárbaros por medio de


las armas 6 por la predicacion evangélica, no fué
reconocido fundamento de jurisdiccion para los gobier-
nos de Indias, y menos de anexion del territorio de
los indios sometidos ó catequizados, á otra circuns-
cripcion que aquella á que correspondían por ley.
La voluntad del soberano era la que fijaba la
comprension de las juridicciones, antes 6 despues de
las conquistas ; y una ley de límites, solo por otra
ley del mismo soberano podía alterarse, desmembrando
6 aumentando espresamente el territorio fijado en la

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DEL PASADO ARGENTINO 175
- - - - - - - - - - - -- - - -- - - -- - - - -

anterior, previa las tramitaciones é informes indis-


pensables para demostrar la conveniencia. de la
·a1teracion.
El rey se reservó la facultad de designar las divi-
siones administrativas en sus dominios de Indias,
tanto de los grandes distritos de los vireynatos,
audiencias y gobernaciones, como de provincias meno-
res. Acompafio como muestra relativa á pequefias
provincias la cédula núm . 1. Respecto de provincias
mayores todos conocemos ya muchas cédulas.
Los antecedentes manifestados por parte del Para-
guay, solo importan aprobacion de espediciones con-
tra los bárbaros depredadores de los pueblos civili-
zados que los rodeaban, y tentativos catequísticas
respecto de los mismos, es decir, aprobacion del
ejercicio de los dos únicos medios empleados en
América contra los enemigos comunes de las colonias
fundadas por la nacion conquistadora.
El Paragua} no emprendió espedicion alguna contra
los indios del Chaco, con otro objeto manifiesto que
el de asegurar su frontera, violada con frecuencia por
aquellos bárbaros.
Otro tanto hizo la gobernacion del Tucuman por
idéntica causa.
El gobierno del Rio de la Plata, en sus espedi-
ciones sobre el Chaco, ,t mas de la seguridad de sus
fronteras, tenia en vista !a toma de posesion de aquel
territorio que la ley le ; abia adjudicado.
Las pretendidas fundaciones del Paraguay sobre el
Chaco, no importaban tomas de posesion de terri-
torio que correspondiese á aquel gobierno, sino punto:;

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REVISTA PATR[ÓTICA

avanzados para contener ó vigilar al comun enemigo.


La ley prohibía las espediciones y establecimientos
de esa clase en territorio de otra jurisdiccion, sin el
consentimiento del gobierno á quien correspondía el
territorio sobre que tenían lugar. Por consiguiente
debe presumirse el consentimiento, cuando menos
tácito, por parte del gobierno del Rio de la Plata
para esas espediciooes y establecimientos avanzados
de frontera, por ser de utilidad comun~ pero no como
fundamento de derechos territoriales; porque entonces
será preciso conceder que la voluntad de los gober-
nadores bastaba para derogar las leyes de límites
dictadas por el soberano.
Si á pretesto de asegurar su frontera. los gober-
nadores del Paraguay tuvieron en vista establecer
antecedentes para preparar una adjudicacion futura
de territorio del Chaco, sus miras al respecto no
llegaron á realizarse; porque no se conoce ley ó
cédula alguna que derogue lo establecido en la de
161 7, que creó el gobierno de Gua yrá, teniendo en
vista la provincia del mismo nombre, perdida de
hecho, para el Paraguay, poco tiempo despues, y,
mas adelante, por voluntad espresa del soberano qne
la cedió á Portugal.
Desde entonces parece que el Paraguay empezó
á tomar interés por el Chaco y á proyectar espedi-
ciones y establecimientos que ridiculizó Azara y, á
imitacion de Azara, el paraguayo Sr. Peña, en uno
de sus · artículos publicados en e La Tribuna >.
Cuando el Sr. Peña se declaró contra el Tratado
de Alianza, alegó como títulos los proyectos y espe•
'

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DEL PASADO ARGENTINO 1 77

diciones que antes babia ridiculizado. Entonces le


indiqué las leyes sobre inviolabilidad de las gober-
naciones de Indias, que dejan sin ningun valor los
pretendidos títulos territoriales que ahora exhibe el
gobierno paraguayo.
Y ¿ por qué no exhibe la cédula que le adjudique
el Chaco ó parte de él ? Esto mismo le exigimos
al Sr. Pefia; y esto es lo que hay que exigir al
gobierno del Paraguay: un título de fijacion de límites
del Paraguay, derogatorio del de 161 7.
Con aprobaciones de establecimientos 6 empresas
que se pintaron como útiles á los que estaban lejos
y que ridiculizaron los que los conocieron de cerca,
como Azara y el Sr. Pefia, no se prueba la propiedad
jurisdiccional sobre un territorio, cuando media una
ley vigente sobre el particular, como la cédula de 161 7,
que creó el gobierno de Guayrá, de la provincia de
este nombre y del distrito de la Asuncion que se le
agregó por capital.
Nuestro ilustrado negociador sabrá atrincherarse en
esa ley que en vano se pretende conmover con em-
presas de que solo queda una tradicion ridiculizada.
Para tomar en consideracion, detalladamente, cada
una de esas empresas fracasadas, que se pretende
hacer valer como títulos, seria necesario mucho mas
tiempo del que me es posible disponer para el efecto.
Ese trabajo, por otra parte, es innecesario, á mi jui-
cio, desde que los hechos alegados pueden clasificarse
en su verdadera significacion por las leyes generales
y la historia. conocida de esas empresas. Sin embargo,
agregaré algunos documentos que tengo á la mano.
13

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REVISTA PATRIÓTICA

Acompafío bajo el núm. 2 1 copia de varios que


dan verdadera luz sobre la reduccion de los Remo-
linos y <lemas reducciones del Chaco.
Bajo el núm. 3, copio otros documentos, sobre
espediciones al Chaco, que bastan para demostrar la
falta de jurisdiccion del gobierno del Paraguay en
dicho territorio, cuyo descubrimiento y pacificacion
fué encomendado á dos empresarios particulares por
el gobierno superior de Buenos Aires, á cuya gober-
nacion capital pertenecía el Chaco, como habia
pertenecido siempre, desde la capitulacion con don
Pedro de Mendoza en 1534.
Esos documentos son del año de I 794, posteriores
á los presentados por el gobierno Paraguayo, y
prueban, á mas de la falta de jurisdiccion, el ninguo
efecto producido por las empresas ó fundaciones de
origen paraguayo, en el sentido de· adquisicion de
derechos territoriales.
Nuestro negociador tiene sobrados elementos para
hacer desistir al Paraguay de sus pretensiones sobre
puntos aislados y abandonados del Chaco. Si aquel
gobierno insiste en sus exigencias sobre el particular,
deben recordársele sus usurpaciones del año I o sobre
el territorio comprendido entre el Tebicuary y el
Paraná, perteneciente al gobierno de los 30 pueblos
de Misiones, y sobre el terreno de Curupaytí, perte-
neciente á Corrientes. A esos dos territorios usurpados,
es aplicable el utz.' ponz"detz's de derecho contemporáneo
á la revolucion. El Paraguay nada poseia, ni de
derecho ni de hecho en el Chaco, á tiempo de la
revolucion del año I o.

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DEL PASADO ARGENTINO 179

Los documentos relativos al gobernador nombrado


para los 30 pueblos de Misiones D. Gaspar de
Vigodet, no han pasado por mis manos. Ni sé si
se conservan en Buenos Aires los legajos que el
doctor Sonellera dice que fueron remitidos de Mon•
tevideo el afio 1 4, y entre cuyos papeles debia
encontrarse constancia del título de Vigodet. El mismo
doctor Sonellera asegura haber leido en la Asuncion
las comunicaciones de dicho Vigodet á Velasco, en
que le daba cuenta de su nombramiento para el go-
bierno de Misiones.
Tal vez sea posible al Dr. Quintana obtener datos
sobre el particular, de los archivos del Paraguay.

MANCEL RICARDO TRELLF.S.

Documentos oomprobq.ntes

NÚM. I

Real céduia de 25 de Diciembre de r773 robre


desmembracz'on y agregaci'on de varios corregi:
mt'entos, etc.

El Rey-Virey, gobernador y capitan general de


las provincias del Perú y presidente de mi real audiencia
de la ciudad de Lima : Por real despacho de dos de
julio de mil setecientos sesenta y cuatro, mandé á
esa audiencia me informase si sP.ria conveniente unir

I
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180 REVISTA PATR.lÓTICA

algunos correg1m1entos de ese vireynato, cuya cédula,


por no haber llegado el informe, se repitió en treinta
y uno de mayo de mil setecientos sesenta y ocho.
En su cumplimiento participó con fecha de doce de
julio de mil setecientos y sesenta y nueve las noticias
que para ejecutarla con el debido conocimiento había
pedido, entre otros al presidente y audiencia de
Charcas, la cual en carta de veinte y seis de setiem-
bre de mil setecientos setenta, dió aviso de la razon
que había pasado á esa de Lima. Ultimamente esta,
en carta de veinte y tres de diciembre de mil
setecientos setenta y uno, firmada tambien de vos,
ha hecho presente que los corregimientos ténues,
que por su poco valor no habría quien los solici-
· tase con mérito en esa corte, eran, en el distrito
de esa audiencia de Lima, los de Chachapoya, Luya
y Chillaos, Lamas y Santa; y en el de la audiencia
de Charcas, los de Atacama, Lipes, Pomabamba,
Apolobamba, Misque y Amparaes; que los que por
su proximidad y poco producto podrían agregarse
eran los de Luya y Chillaos, y el de Lamas al de
Chachapoyas, el de Pomabamba á T omina, y el de
Apolobamba á Larecaya. Que hechas esas agrega-
ciones serian los corregimientos de Chachapoyas y
Tomina apreciables para solicitarse con mérito en esta
corte, como igualmente lo será el de Amparaes, si
se le agregase todo el territorio de la ciudad de La
Plata, desmembrando de el de Potosí la parte que á
él pertenece. Que la provincia de Santa no es
agregable al corregimiento de Trujillo ni al de Chan-
cay, con quienes linda por ambos estremos, á causa

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DEL PASADO ARGENTINO 181

de su demasiada estension, en medio de la cual,


( que es de cuarenta y ocho leguas de longitud y diez
de latitud) solamente llega el número de sus habitantes,
segun informe del cosmógrafo de ese reyno, á dos
mil quinientos, por no permitir su terreno arenoso
y falto de aguas coltivo útil á los labradores, cuyo
incentivo, 6 el de las minas, es el que les influye
para que se estiendan las poblaciones, y que como
este corregimiento no tiene destinado salario, con
dificultad se encuentran personas apropósito que quie-
ran servirle ; pero siempre es preciso haya allí
corregidor que, adornado ele la autoridad y respeto
que infunde este título, pueda o¡.,onerse al desembarco
que en ocasion de guerra pueden hacer facilmente
los enemigos por los diferentes puertos y caletas que
hay en la costa de aquella provincia; y habiéndose
visto en mi consejo de las Indias, con lo que informó
la contaduría y dijo mi fiscal y consultándome sobre
ello, he resuelto que el corregimiento de Luya y Chi-
l/aos y el de Lamas se agreguen al de Chachapoyas,
el de Pomaóamóa al de Tomina, el de Apoloóamóa
al de Larecaya; que al de Amparaes se una el terr·i-
tori'o de la ciudad de La Plata, desmembrándose de el
de Potosí el lerritorz'o que pertenece á este. Que en
lo sucesivo se provean por vos y vuestros sucesores
en este vireynato los corregimientos de Atacama,
Lipes y Misque, como ténues y de la clase de aquellos
que no es verosímil haya sujeto de mérito que lo
solicite en esta corte. Al mismo tiempo he venido
en dotar con el sueldo de mil pesos al afio, situado
en el ramo de tributos el corregimiento de la provincia

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REVISTA PATkIÓTICA

de Santa. Todo lo cual os prevengo para que lo


tengais entendido, disponiendo como os lo mando en
la parte que os toca su cumplimiento. Y de este
despacho se tomará razon en la enunciada Contaduria
general del referido mi Consejo. Fecho en Madrid
á veinte y cinco de diciembre de mil setecientos
setenta y tres - Y o EL REY - Por mandado del Rey
Nuestro Señor, D. Miguel de San Murlt"n Cuelo.
Por cuanto el Rey nuestro $eñor en su real cédula
fecha en Madrid á veinte y cinco de diciembre de
mil setecientos setenta y tres, se dignó resolver que
el corregimie'lto de Luya y Chillaos y el de Lamas
se agreguen al de Chachapoyas ; el de Pomabamba al
de Tomina; el de Apolobamba al de Larecaya;
que al de Amparaes se una el territorio de la ciudad
de La Plata, desmembrándose del de Potosí aquella
parte que pertenece á este; y que en lo sucesivc., se
provea por mí y por mis sucesores en este vireynato
los corregimientos de Atacama, Misque y Lipes, como
ténues y de la clase de aquellos que no es verosímil
haya sujeto de mérito que los solicite en la corte,
sirviéndose al mismo tiempo de dotar con el sueldo
de mil pesos al año, situado en el ramo de tributos
el corregimiento de la provincia de Santa. Por tanto
para que la enunciada real deliberacion tenga el mas
puntual y efectivo cumplimiento en todas sus partes,
y que como vayan vacando las enunciadas provincias
accesorias, se vayan uniendo y agregando á las
principales, se publicará y hará saber esta resolucion
en los lugares y á las personas á quien toque su
cumplimiento, remitiéndose para ello una copia autén-

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DFL PASADO ARGENTINO

tica al señor presidente de la Real Audiencia de La


Plata, á fin de que la promueva en la parte que le
toque, y para que la tengan entendida y reduzcan la
ejecucion al tiempo de librarse los respectivos títulos,
asigoacion de salarios y reconocimiento de cuentas,
se tomará una razon de este decreto en el Tribunal
de Cuentas, en el juzgado de la l\Iedia Anata, en
la Contaduría de Retasas, en la de Superintendencia
de Cruzada, en el oficio de Gobierno y Cajas Reales
de esta ciudad. Lima, ocho de noviembre de mil
setecientos setenta y cuatro - D. }lfanuet de Amat-
Por mandado de S. E. Pedro Juan Sanz- Una
rúbrica -- Es copia de su original, Lima veinte y tres
de setiembre de mil setecientos setenta y cinco -
')osef de Garmendia.
Escri'to - Señor Alcalde -- El Dr. D. Tadeo Dávila,
abogado de esta Real Audiencia, como mas haya
lugar en derecho, parezco ante vuesa merced y digo :
que al mio conviene que su integridad se sirva man-
dar que el presente escribano de cabildo, con citacion
del señor procurador de la ciudad, me dé testimonio
íntegro de la Real Cédula que se halla en su archivo,
espedida en veinte y cinco de diciembre del año
pasado de setecientos setenta y tres, autorizado en
pública forma y manera que haga fé en todos juicios,
para los efectos que me convengan; por tanto á
vuesa merced pido y suplico se sirva proveer como
llevo espresado, que será justicia; juro lo necesario
en derecho no ser de malicia, y para ello etc. - Doc-
tor Tadeo Dávz"/a.
Decreto-Désele á este parte el testimonio que

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REVJSTA PATRIÓTICA

pide de la Real Cédula que espresa, autorizado en


pública forma, de manera que haga fé, con citacion
del señor procurador general de la ciudad - Arla-
chú - Proveyó y firmó el decreto antecedente el señor
capitan D. Joaquín de Artachú, vecino y alcalde
ordinario de segundo voto de esta ciudad de La
Plata. En ella á cuatro de junio de mil setecientos
setenta y ocho afios - Marti'n Josif de Terrazas,
escribano de S. M. público y de cabildo.
Cttaci'on-En la Plata, en cuatro de junio de dicho
año, yo el escribano cité con el pedimento y decreto
antecedente al licenciado D. Vicente de Arambar,
abogado de esta Real Audiencia y procurador general
de esta ciudad en su persona, de que doy fé -Adrt"an
José de Espz'¡¡osa, escribano receptor - Concuerda este
traslado con la Real Cédula y escrito originales de su
contexto que quedan en este oficio de mi cargo á
que me remito. Y para que conste, en cumplimiento -
de lo pedido y mandado en el escrito y decreto suso
insertos, doy el presente en la ciudad de la Plata,
en cuatro dias del mes de junio de mil setecientos
setenta y ocho años, siendo testigos Adrian Espino-
sa, escribano receptor, Silvestre Orgaz y Josef Calisto
Valda- En testimonio de verdad, Martzn Josef de
Terrazas, escribano de S. M. público y de ca-
bildo.
Concuerda este traslado con el de su contexto que
para efecto de sacarlo se me puso de manifiesto de
orden del Exmo. Señor Vi rey, gobernador y capitan
general de estas pronnc1as. Lo signo y firmo en
Buenos Aires á siete de enero de mil setecientos

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DEL PASADO ARGENTINO

setenta y nueve - J'oseph Zenzano, escribano Real,


público y de Gobierno.

NúM. 2

El Rey
Gobernador y capitan general de la ciudad y pro-
vincia del Paraguay: en representacion de dos de
agosto de mil setecientos setenta y seis, espuso vuestro
antecesor D. Agustín Femando de Pinedo, la paz que
había contratado con dos caciques que expresa, por
sí y á nombre de otros dos, para que vivan en el
sitio nombrado de los Remolinos. Y habiéndose visto
en mi Consejo de las Indias, con los antecedentes
del asunto, lo que informó la Contaduría y dijo mi
fiscal, he resuelto instruir á mi Virey de esas provin-
cias ( como se ejecuta por despacho de este día) de
el estado actual de esas tratadas reducciones, previ-
niéndole lo importantísimo que considero será el que
lleguen á tener el mas sólido posible establecimiento,
y que como las providencias que en vista del presente
estado se podrían espedir desde aquí, tal vez no
abrazarian, ( por falta de mas sólidos nuevos informes )
todos los particulares que se requieren, y atendiendo
á que hallándose él tan cerca de ellos, los puede
examinar muy por menor, no solamente lo ejecute
así, sino que expida tambien desde luego las provi
dencias que gradue de mas oportunas y eficaces á
que se perfeccione una obra tan del servicio de Dios

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18ó REVISTA PATRIÓTICA

y mio; lo que os participo á fin de que, como os lo


mando, y espero de vuestro celo, contribuyais con
vuestros mas activos oficios al logro de tan impor-
tante fin - Fecho en San Ildefonso á seis de setiembre
de mil setecientos setenta y siete -· Yo EL REY -
Por mandado del Rey nuestro Set'íor, Miguel de ..San
Martín Cuelo.
Al gobernador del Paraguay, para que concurra al
mejor establecimiento de las reducciones de los indios
del Gran Chaco.

Copia de informe que hice al Rey 1,uestro Señor con


fecha de I4 de Febrero de I778 .
.Señor - En real cédula de 6 de setiembre del
año p. p. me manda V. M. contribuya con mii mas
activos oficios á que se perfeccione la paz y reduc-
cion de d· ,s caciques infieles del Chaco, que, por sí
y á nombre de otros dos, habían contratado con mi
antecesor en este Gobierno D. Agustín Fernando de
Pinedo, y de vivir en el sitio nombrado los Remo-
linos, previniéndome que al Virey de estas provin-
cias ordena V. M. de las disposiciones convenientes
dirigidas al mismo fin, despues que se impouga en
el asunto, con mas sólidos nuevos informes; sobre
que debo exponer á V. M. que aunque los men-
cionados caciques parece cumplieron entonces por
su parte lo prometido, y efectivamente pasaron del
Chaco con su gente á esta vanda del río al sitio
nombrado los Remolinos, no tuvo efecto su paz ni

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DEL PASADO ARGF.NTI.NO 187

reduccion, por causas que no puedo afirmar por la


cortedad de tiempo que ha que tomé posesion de
este gobierno, y se volvieron á su antigua residencia
en el Chaco, quedando en los Remolinos uno solo
bautizado, entre diez ó doce familias e!--pañolas con
que hizo poblar aquel parage mi antecesor; pero, ~in
embargo, tengo motivos para persuadirme que los
caciques mencionados desean la paz, quienes se han
mantenido con tanta fidelidad, que no obstante de
haberse retirado á su territorio del Chaco, siempre
que sabian que otras naciones querian invadir la
provincia, daban noticia al cura de Remolinos, para
que avisase que estuviesen reunidos estos vecinos; y
con la noticia que adquirieron de mi veuida á este
gobierno, se me presentaron en el camino, no lejos
del mencionado sitio de los Remolinos, significándome
su deseo y prometiéndome sujetarse á lo que yo
dispusiere en este asunto.
Hoy hace diez días que me recibí de este gobierno,
cuyo limitado tiempo y la distancia en que se hallan
de esta capital los mencionados caciques, no me ha
permitido hacer otra cosa que despacharles propio
para que se vengan á esta capital, á fin de tratar
este importante negocio con las facultades de gober-
nador, de cuyas resultas daré cuenta inmediatamente
al Virey de estas provincias con copia de este informe.

Exmo. Sefior: - Sefíor- Paso á manos de V. E.


copia de la Real Cédula de 6 .Je setiembre último
y de su contestacion, á fin de que se imponga V. E.

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188 REVISTA PATRIÓTICA

de el estado actual de la paz y reduccion ofrecida


por algunos caciques del Chaco; y aunque en el
dicho informe de contestacion digo á S. M. que daré
cuenta inmediatamente á V. E. de lo que resultare,
tocante á la paz y reduccion de dichos caciques y
su gente, que manJé llamar, como hasta el presente
no se ha verificado su venida, he tenido por conve-
niente remitir á V . E. el citado informe, para su
superior y mas pronta inteligencia, quedando con el
cuidado de participar a V. E. despues lo que ocurriere
en el asunto.
Nuestro Señor guarde á V. E. muchos ~os.
Asuncion 1 4 de Febrero de I 7 7 8.
Exmo. Señor-B. L. M. de V. E. su mas atento
servidor-
Pedro Me/o de Portugal.

Exmo. Se11.or Virey D. Pedro de Cevallos.

Buenos Aires, Marzo 21 de 1778.

Póngase con esta representacion la Real Cédula de


6 de setiembre que en ella se cita, dirigida á este
superior gobierno sobre el propio asunto, y tráigase
todo para proveer - CEVALLOS - Casamayor.

Buenos Aires, 10 de Abril de 1778.

Respecto de que el duplicado de la Real Cédula


dirigida á este superior gobierno, que se cita en la

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DEL PASADO ARGENTINO 189

de seis de setiembre dirigida al gobierno del Para-


gua y, se le ha pasado con otros documentos al
canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba,
que ha venido á esta capital en solicitud de este 6
igual proyecto á beneficio de los indios del Gran
Chaco, pásesele esta representacion y documentos que
la acompafian, para que sobre todos informe como
se le ha prevenido - CEvALLOS - Casamayw.

Exmo. Sefior - En vista de este espediente, to


que debo hacer presente á V. E. es que, no obsstante
· de no tener conocimiento de los indios que espresa
el gobernador de la provincia del Paraguay ser Mo-
covíes, y que solicitan reduccion en aquellas fronteras :
siendo esta concesion el medio mas oportuno para
mantener en sosiego los vecinos de aquella provincia
y ta de Tucuman, reproduzco el informe que con
esta fecha tengo hecho en expediente separado rela-
tivo á otro igual intento del fundo de nueva reduccion
en las fronteras de la provincia del Tucuman, de la
propia nacion Mocoví, sin que esta pueda impedir la
ereccion de la otra en la del Paraguay, pues esta
nacion es numerosa, anda dispersa por todo el Chaco
y tiene acometido en una y ·otra provincia. Por la
razon dicha de falta de práctica de aquellos lugares,
no puedo asegurar sea 6 no el mas acertado el que
designa aquel gobernador, nombrado los Remolinos,
quien podrá para ello instruir á este superior go-
bierno.

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REVISTA PATRIÓTICA

Buenos Aires Abril 22 de 1778. - · Exmo. Sefíor


Dr. Lorenzo Suarez de Canltllana.
NoTA. - Por estos documentos se ve que, en materia de reduc-
ciones en el Chaco, el gobierno del Paraguay, como agente del
Gobierno Superior, solo desempel'iaba la comision de concurrir
6 contribuir, con activos ujidps al logro de tan inpf'rlanle fin.
Que el /trritorio de los indios del Chaco no era de la Provincia
del Paraguay. - & & &
M. R. TRELLES.

NúM. 3

El gobernador intendente de la prQ'l/incia del Para-


guoy, avisa haber pasado por el Curupaity la
espedicion dirigida á la apertura del camino hácia
Salta, sin embargo de la oposzci'on que le ht'zo
don Manuel vi"ctorz·ano de .Leon en ta carla que
acompaña en copia.

Exmo. Sefior - El teniente coronel D. José Espínola


que caminó mandando la espedicion dirigida á la
apertura del camino de Salta., me dirigió desde el
Gran Chaco un oficio que le pasó en cinco del
corriente D. Manuel Victorianó de Leon, que se
intitula pacificador del Gran Chaco y acompatío á
V. E. en copia.
Por ella vendrá en conocimiento V. E. de la
injusta oposicion que le hizo á que pasara y siguiera
su empresa hasta Salta, y que sobre el particular
aguardase las resultas de esa superioridad, sin em-

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DEL PASADO ARGENTINO 191

bargo de lo cual, atendiendo el comisionado á que


la comision que obtiene Leon es distinta de la que
le conferí, siguió su camino libremente, porque él no
va á conquistar indios, sino únicamente á proporcionar
modos de abrir un camino desde la provincia del
Paraguay á la del Tucuman, á cuya deliberacion no
puede oponerse este sujeto que, segun la relacion
que se me ha hecho de él, no es capaz de pacificar
el Gran Chaco, porque para esto son necesarios otros
arbitrios, segun la larga esperiencia que tengo con
las reducciones que ha habido en aquel continente
El motivo de haber hecho el tránsito por Curupaity,
fué porque con las lluvias creció de tal manera el
rio Bermejo que, habiéndose ensanchado, se puso
impasable, y como no era regular esponer l~ caballería
á un riesgo evidente, con anuencia del comandante de
Corrientes se verificó por aque//,z vía el pasage del
río Paraguay, para evitar el del Bermejo que con
la creciente pluvial sale de su madre inundando todas
aquellas campafias.
Los inconvenientes que se hubieran seguido de la
oposicion de dicho Leon, bien puede considerarlos
V. E. pues á mas de que la tentativa que ha em-
prendido, es sumamente favorable para la ejecucion
de sus ideas, si llegare á verificarla, nunca babia
razon para fundar una oposicion tan irracional, despues
de haberse impendido tantos costos para pagar los
ausilios que han sido necesarios para una expedicion
tan dilatada, á que se brindó él mismo por cartas
anteriores escritas al citado Espínola, y como ha juz-
gado que este quiere quitarle el mérito que supone

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REVISTA PATRIÓTICA

contraer, se abanzó á pasar dicho oficio, tratando de


frustrar un proyecto tan útil al Estado, quizá pre-
sintiendo su imposibilidad para dar espediente á su
pretendida pacificacion, que solo podrá lograrse faci-
litando el camino á Salta.
Particípolo á V. E. á fin de que se sirva prevenirle
que en lo sucesivo se maneje con armonía, sin estorbar
á esta provincia que abra el camino si lo puede
perpetuar, porque no se introduce en territorio que
él había pacificado.
Dios guarde á V. E. muchos afios-Pueblo de
ltapua, 18 de junio de 1 794 - Exmo. Señor - joa-
ch1:n Alós -Exmo. Señor Virey D. Nicolás de Arre-
dondo.

Muy Señor mio y amigo:


Habiendo hecho, el cinco de enero de mil setecientos
noventa y tres, varias proposiciones al Exmo. Sefior
Virey de estas provincias D. Nicolás de Arredondo,
con el objeto de subyugar á nuestras santas leyes
los innumerables infieles que sumergidos en la idolatría,
viven divididos en parcialidades en los amenos países
del Gran Chaco, tuvo á bien su justificacion de comu-
nicar vista al Señor Fiscal de S. M. y protector de
naturales; y en atencion á lo que este señor ministro
espuso en su respuesta de veinte y uno del mismo,
proveer con fecha 26 del citado mes y año el auto
cuyo tenor es como se sigue :
Visto este espediente dirigido al importante des-
cubrimiento de los terrenos del Chaco y navegacion

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DEL PASADO ARGENTINO 193

del río Bermejo, á que se ofrecen D. Nicolás Her-


nandez Berruso y D. Manuel Victoriano de Leon
( reservando darles el título de descubridores y paci-
ficadores para las resultas de la próxima expedicion
que meditan) deseles por ahora despacho para que
en su virtud los dos, ó cualquiera de ellos, pueda
entrar á la predicha empresa, y sea auxiliado confor-
me á las leyes, insertándose los capítulos que proponen
y deben constar, para que cualquiera persona que
directa 6 indirectamente fuere contra ellos, sea respon-
sable, como desde ahora se le declara á los dat'ios
y perjuicios y menoscabos que por su oposicion
causare á los dichos descubridores y al servicio de
ambas magestades, y para que así mismo consten las
obligaciones que contraen y las exenciones que por
ellas les competen y son, á saber : que los dichos
Hernandez y Leon, los dos, 6 uno de ellos, á su
costa, tratarán de facilitar la navegacion del rio
Bermejo, que atraviesa toda la tierra del Gran Chaco
hasta la horqueta que divide la provincia de Tarija
de la de Salta y Jujui; que desde dicho parage
registrarán y sondearán los tres brazos en que allí
se divide dicho rio, para informar si son navegables:
que del mismo modo descubrirán y abrirán camino
para facilitar el comercio con las provincias interiores
del Perú: que de todo lo que observen y ejecuten
informarán á esta superioridad, dando c11cnta de los
tratados de paces que celebraren con los indios infieles.
En recompensa de lo que y para facilitar su empresa,
podrán llevar los rescates que estimen necesarios en
mercaderías de poco valor~ como tigeras, pernes, cu-
••

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194 REVISTA PATRIÓTICA.

chillos, hachas, anzuelos, bonetes de colores, espejos,


cascabeles, cuentas de vidrio y otras cosas de esta
calidad; igualmente podrán llevar el ganado mayor
y menor que hubiesen menester, pagándolo á sus
duefios y satisfaciendo los derechos reales 6 munici-
pales que se hallen establecidos en el parage de la
estraccion; y cumpliendo con estos requisitos, las
justicias comarcanas no les pongan embarazo alguno
por ningun pretexto : asi mismo podrán retornar todos
los efectos que rescataren de los indios, de cualquiera
calidad que sean, con tal que no sean de los estan-
cados ó enteramente prohibidos por S. M. y con
calidad de que, de los metales, perlas y piedras
preciosas, pagarán, por ahora, la décima á la Real
Hacienda. Bajo cuyos supuestos las justicias de los
pueblos por donde hicieron su tránsito y pasage les
den todo favor y ayuda, y no les pongan ni consientan
poner ningun impedimento, haciéndoles acudir con
todos los bastimentos y provisiones que hubieren
menester, á justos y moderados precios, ni les estor-
ven llevar la gente que quiera seguirles con armas 6
sin ellas, sin embarazarles el viage, aunque sea á
pretesto de haber cometido antes algun delito, como
no haya parte agraviada que lo pida; todo lo que
se encarga á todas las justicias y cabos de cualquiera
clase que sean, y especialmente á las de la ciudad
de Corrientes, en que se inhibe de conocer ni tomar
parte en este negocio al actual comandante de armas,
sin perjuicio de su buena reputacion ; y esperando
este superior gobierno los buenos efe~tos que se
promete del patriotismo y honor de estos aventureros,

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DEL PASADO ARGENTINO 1 95

se reserva para las resultas de la próxima expedicion


el proveer sobre la gratificacion á que se hagan
acreedores, y hacer á S. M. la conveniente espresion
de sus méritos y servicios, permitiéndoles durante ella
que, en virtud de las facultades que les concede esta
superioridad, hagan entender y en caso necesario
compelan á cualesquiera personas que intenten igual
entrada, que se abstengan y retiren sin réplica ni es-
cusa; acudiendo á este superior gobierno á exponer
su derecho, si presumiere tenerlo. ,
Y en su inteligencia repito á V. no pase ni con-
sienta pasar á ningun individuo de los de su mando,
de esta banda á la parte del Chaco, ínterin no se
me haga constar facultades superiores; y de no efec-
tuarlo así. esperemos órdenes del Exmo. Señor Virey,
á cuyo efecto he dado parte con fecha de dos del
corriente; sirviéndose V. m. contestarme para mi
gobierno.
Nuestro Señor dé á V. m. toda felicidad y guarde
su vida muchos años - Curupaití y junio 5 de 1794-
B. L. M. de V. m. su atento amigo y servidor-
Manuel Viclorz'tmo de Leon.
Señor teniente coronel D. José de Espínola.
Es copia - Pueblo de ltapua, I 7 de junio de 1 794.

JoACHIN ALós.

Está bien que, como me avisa V. S. en oficio de


18 de junio último haya pasado por el Curupaití y
seguido la expedicion dirigida á la apertura del camino

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REVISTA PATRIÓTICA

á Salta por el Gran Chaco, sin embargo de la opo-


sícion que hizo D. Manuel Victoriano de Leon por
el oficio de que incluye V. S. copia; julio 19 <le 94.
Setior gobernador intendente del Paraguay.

NoTA- Es de advertir que la expedicion al descubrimiento del


camino t Salta, se hacia por parte del Paraguay con co:iocimiento
y anuncia del Gobierno Superior.
M. R. Trelles.
Noviembre :z8 de 1871.

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DICCIONARIO DE APUNTAMIENTOS

De cada uno de los antecedentes históricos, admi-


nistrativos 6 de otro cualquier género, relativos á un
país, no es posible formar artículos de estension
proporcionada á la que se acostumbra adoptar para
las páginas de una Revista.
Pero, no por eso debe privarse al público de mu-
chas noticias, aunque sean aisladas ó incompletas,
respecto de personas, cosas ó acontecimientos; porque,
1
aun en ese estado, pueden servir de base á investi-
gaciones que las adelanten ó completen.
De tal naturaleza hemos ido formando una compi-
lacion de gran cantidad de apuntamientos, sobre la
época colonial de estos países, tomados, en su mayor
parte, de fuentes auténticas ; de los cuales iremos
estractan<lo algunos grupos, en la misma forma de
diccionario en que están coleccionados, para ofrecerlos
al público en las páginas de la Revista Patriótica.
Si trabajos semejantes fuesen emprendidos por
personas competentes, se iría con el tiempo elavorando
una importante obra de consulta instantánea, una
verdadera Enciclopedia especial, ó, si se quiere, un
Diccionario de Conversacion relativo á nuestro país,
de cuyo beneficio aprovecharia la posteridad, para la
solucion de tantas dudas que frecuentemente se suscitan

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REVISTA PATRIÓTICA

sobre las manifestaciones públicas 6 particulares, en


toda sociedad civilizada.
Ofrecemos, pues, nuestro pobre contingente, con la
esperanza de que irá creciendy en importancia y per-
feccion por el eficaz esfuerzo de nuestros continuadores.

PRIMER EXTRACTO -A

Abaca, Antonio de la : alférez, vecino de la ciudad


de but::nos Aires en I 694.
Abadia, Baltasar: jesuita del colegio de San Miguel
del Tucuman. Recorre en mision, acompañado del
P. Juan Antonio Manquiano, todo el valle de Cata-
marca, por los años de 165 8, mas 6 menos.
Abalorios: V. Chaquiras.
Aba/os, Pedro de: escribano público y del cabildo
de la ciudad de Córdoba del Tucuman, nombrado
para los oficios de escribano mayor, público y de
cabildo de la ciudad de Santiago del Estero, por
ausencia de los propietarios, en I 624.
Aba/os y Mmdoza, Pedro de : capitan que concurrió
al :,JlW Je la Colonia del Sacramento en 1680, con-
tando á la sd.zon treinta y ocho años de edad.
Aba/lay, don Juan : curaca del pueblo de Andalgalá,

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DEL PASADO ARGENTINO 199

en la jurisdiccion de San Fernando de Catamarca,


en I 744.
Abangiy: pueblo de indios á diez leguas de la
ciudad de Santiago de Jerez, en el camino para la
de Guayrá, por los años de 1 61 5.
Aúúacoté: cacique principal de los indios Agazes,
en 1544.
Abiarú, Jon Ignacio: cacique principal de las Mi-
siones del Uruguay, que en agosto de 1641, al mando
de cincuenta indios, derrotó una partida portuguesa
de los mamelucos de San Pablo, que trataba de
fortificarse en el puerto de Buricá, en el alto Uruguay.
Parece que estos mamelucos, eran una parte de los
derrotados por el ejército de las Misiones, en marzo
del mismo año, en la batalla del Mbororé, cuyo
ejército, segun Charlevoix, fué conducido á la victoria
por el mismo cacique capitan Abiirú. V. Mbororé,
batalla del.
Abrego, Abreu, Abrigo: tres modos con que apa•
rece escrito el mismo apellido en los documentos
antiguos.
Abrego, Diego de: capitan, vecino de la Asuncion
del Paraguay en 1545; era partidario riel adelantado
Alvar Nuñez Cabeza de Vaca.
Abrego, Diego de: vecino de la Asuncion, uno de
los que, en 1572, se asentaron en la lista dé volun-
tarios para la poblacion de San Gabriel, San Juan
6 San Salvador, sobre el Uruguay, proyectada por
el teniente general Martín Suarez de Toledo, bajo
la conducta del capitan Juan de Garay.

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200 REVJSTA PATPJÓTICA

Abrego, don Francisco: sargento mayor en San


Miguel del Tucuman en 1688.
Abrego, Hernando de: vecino de la Asuncion, que
se asentó voluntario para la poblacion del Uruguay
en 1572.
Abreu, Diego de: V. Revista de la Biblioteca,
tomo I, página 401.
Abreu de Figueroa, don Francisco: capitan, vecino
feudatario y alcalde de primer voto en San Miguel
del Tucuman v ~11 ;urisdiccion en 1687.
Abreu de Figueroa, don Juan de: capitan, vecino
de la ciudad de San Felipe de Salta en 1592; obtuvo
confirmacion en dicho afio, en consideracion á su ca-
lidad y servicios, de la encomienda de indios del
pueblo de Amimana, en el valle de Calchaquí, cuyo
cacique se llamaba Chuchut, de la cual había obtenido
el depósito en el mismo afio, por merced del lugar-
teniente general de la gobernacion don Ifiigo Ramirez
de Velasco. El capitan Abrcu de Figueroa habia
recibido antes, del mismo gobernador otras mercedes
de encomiendas en el valle de Salta. Tornó posesion
judicial de la última en ! 596. Parece que vivia aun
en 1658, pues figura como vecino feudatario y alcal-
de ordinario de dicha ciudad en el afio expresado.
Acapianta: pueblo de indios de la jurisdiccion d~
la ciudad de Tucuman, encomendados á Garcia de
Medina, 1629.
Acaraguá: rio tributario del Uruguay, en cuya
márgen derecha desagua. A su márgen, 6 á inme-
diaciones, establecieron los jesuitas la reduccion de la
Asuncion del Acaraguá ó del Mbororé, que era la

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DEL PASADO ARGENTINO 201

mas abanzada hácia el oriente de las del Uruguay,


cuando en 1641 la hostilizaron los mamelucos de
San Pablo, logrando los indios que la formaban
retirarse sin pérdida á las otras reducciones. Los
invasores fueron en seguida derrotados en el Mbororé
y obligados á retirarse. En los documentos contem-
poráneos la reduccion se denomina indistintamente
del Acaraguá 6 del Mbororé .
.Acasuso, don Domingo: natural de Madrid, vecino
de Buenos Aires desde mediados del último tercio
del siglo XVII. Parece que empezó sus servicios en
esta ciudad, en clase de soldado de la guardia de
las Conchas, desempefiando varias comisiones á satis-
faccion del gobernador del rio de la Plata don José
de Herrera, hasta obtener el cargo 6 título de capitan.
Dedicado al comercio, obtuvo bienes bastantes para
dar cumplimiento á la promesa que habia hecho de
levantar una iglesia á San Isidro Labrador, en el
parage que ha bia sido teatro de sus primeros servi-
cios á la nueva patria, y en que, sin duda, habia
recibido las primeras y mas gratas impresiones por
la belleza de aquellos paisages y la sencilla hospita-
lidad de sus habitantes.
Sea por la buena direccion que dió á sus especu-
laciones comerciales, en connivencia probable con los
contrabandistas portugueses de la Colonia del Sacra-
mento ; sea por el parabólico hallazgo del tesoro á
que una tradicion atribuye su prosperidad, lo que de
ningun modo es probable ; el caso es que el capitan
Acasuso se encontró en circunstancias de dar cumpli-

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202 REVISTA PATRIÓTICA

miento á la edificacion de una iglesia para su santo


paisano.
Desde 1 694, segun el coronel don Pedro Andrés
Garcia, á quien estractamos en esta parte, funcionaba
la capilla provisoria que habia levantado Acasuso;
pero, en I o de julio de 1 707, se determinó el lugar
para la fábrica definitiva del templo, se abrieron los
c1m1entos, y en una caja de plomo fueron colocadas
varias medallas, con la inscripcion siguiente : - Esta
Iglesia dedicada á San Isidro Labrador se cimentó el
año de 1707, gobernando la sitia apostólica Clemen-
te XI y el Imperio Felipe V.
En 18 de febrero de 1 708 la obra quE-dó concluida,
y el 27 de mayo, dia de páscua de Pentecostés, tuvo
lugar la colocacion solemne, con asistencia del go-
bernador Valdes Inclan y lo mas notable de Buenos
Aires, celebrándose la primer misa.
La iglesia es de bóveda, construida de cal y canto.
Mide 37 1/2 varas de fondo y 7 1/2 de ancho, con
su pórtico, coro alto, sacristía y torre, regularmente
adornada en lo interior.
Acasuso la dotó de los ornamentos correspondien-
tes, de una capellania de cnatro mil pesos para el
capellan, y á la iglesia con los arriendos de una
suerte de tierra de trescientas varas de frente por
una legua de fondo.
Veinte y dos afios despues, en 1730, fué erigida
en parroquia por el cabildo eclesiástico de Buenos
Aires, sede vacante. V. pág. 110 de este tomo.
Entre tanto. el capitan Acasuso habia desempefiado
el cargo de tesorero de la real caja desde 5 de abril

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DEL PASADO ARGENTINO 203

de 171 2 hasta 30 de setiembre de 171 4 que hizo


dimision.
Tambien ejerció el cargo de contador de la misma
caja desde 5 de diciembre de 1721, hasta 30 de se-
tiembre de 1722.
Fué alcalde ordinario de la ciudad de Buenos Aires
y su jurisdiccion, en 1¡i6 y en 1732.
Estando suspendida, por falta dt fondos, la fá.
brica de la iglesia de San Nicolás de Bari de esta
ciudad, Acasuso proporcionó ·los que faltaban para su
conclusion. En esta iglesia se conserva su retrato.
Acay, Acaay, Acahay: tres modos con que apa •
rece escrito el mismo nombre. V. pág. 137 de este
tomo.
Acevedo, Antonio : padre jesuita, propuesto en
segundo lugar para cura de la reduccion de Santiago,
en 1692.
Acevedo, Gaspar de : escribano de registros y ha- ·
ciencia real de la ciudad de Buenos Aires en 1617-1624.
Aceveao, Luis de : regidor del cabildo de la Asun-
cion del Paraguay en 1596-97.
Acosta, Ambrosio de: sargento mayor; se escus6
de salir al mando de un tercio de españoles que se
mandó preparar en Corrientes el afio de 1715, para
espedicionar con los indios de Misiones contra los
Charruas, ÍUndándose en que estos, en venganza del
auxilio que se prestase á sus enemigos, destruirian
las e:;tancias de Corrientes y cerrarian los caminos
al comercio.
Acosta, Andrés : jesuita, natural de Oporto, nació
en 2 7 de noviembre de 1 703 y entró á la Compañia

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204 REVISTA PATRIÓTICA

en 30 de julio de 1722. Fué m1s1onero en el


Paraguay.
Acosta, Andrés Fernando de : escribano público
de la ciudad de Córdoba del Tucuman en 1621-26.
Acosta, Antonio de : ca pitan, vecino de Corrientes,
hijo del capitan Luciano de Acosta. Concurrió el
afio de 1 704 al desalojo de los portugueses de la
Colonia del Sacramento.
Acosta, Baltasar de : vecino de Corrientes, hijo
del capitan Luciano de Acosta y hermano del anterior .
Acosta, Bernardino Antonio de: capitan, vecino y
alcalde de segundo voto de la ciudad de Buenos
Aires en 1 699.
Acosta, Cristóbal : Yecino de la Asuncion del Pa-
raguay en 1642-44.
Acosta, Diego de: vecino de la Asuncion del Para-
guay en I 645, intérprete de la lengua de los indios
de la comarca.
Acosta, Diego de : capitan, natural de Buenos Aires,
vecino de la misma en 1694, en que contaba cincuenta
y ocho afíos de edad .
.A.costa, Fr. José: mercedario, capellan castrense en
el fuerte del rio Negro de Patagones en 1806-1 2 y
en 1823-26 .
.A.costa, Gonzalez de : V. Rev. de la Biblioteca.
tomo I, página 402.
Acosta, Luciano de : vecino de Corrientes; con-
currió, en clase de alférez, al sitio y toma de la
colonia del Sacramento en 1 680. En 1 707 se hallaba
en su estancia, situada á dos leguas de la del capitan
Pedro de Almiron, cuando tuvo noticia del asalto que

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DEL PASADO ARGENTINO 205

acababan de dar los Tapes de las Misiones á la tol-


deria de los Charruas amigos que servian en el
parage llamado las il1uchas Islas, al cual se dirigió,
siendo testigo de las atrocidades cometidas por los
misioneros con el buen cacique Velasco, caudillo de
los Charruas, y con tres indios mas que con el caci-
que cayeron prisioneros y fueron asesinados por los
agresores. Acosta contaba sesenta afíos en 1715.
Acosta Barros, Bento de: sargento mayor, vecino
de la Rioja en 1652.
Acuña, Cristóbal de : jesuita, nació en Burgos en
1597 é ingresó á la Compafiia en 1612. Vino de
Europa en la mision que llegó á Buenos Aires en
1 2 de marzo de 1622, conducida por el P. procurador
de la provincia del Paraguay, Francisco Vazquez
Trugillo. Pasó á Chile y al Perú y acompañó al
general T exeira encargado de explorar el rio Ama-
zonas. De vuelta á Espafia, publicó la relacion de
su viage, Madrid 1641 ; pero Felipe IV temiendo
que la obra induciria á los portugueses á remontar
el gran río hasta su origen, hizo recoger todos los
ejemplares. Segun Barcia la rareza de este libro de
Acufia, proviene del pequefio número de ejemplares
que de él se imprimió. El P. Acufia vivia aun en
Lima en 1675.
Acuña, Francisco de: vecino de la Asuncion del
Paraguay en I 580-92.
Acuña, Hector ó Victor de : vecino de la Asun-
cion del Paraguay en I 642-44.
Acuña, Juan de: vecino de la Asuncion del Para•
guay en 1597.

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206 REVISTA PATRIÓTICA

Acuña y Peso, Crispin: vecino de San Miguel del


Tucuman en 1689.
Adame, don Francisco: vecino de Buenos Aires;
en 1 779 era propietario de una casa en que habitaba,
en el barrio de las monjas Catalinas, compuesta de
esquina mirando al N. y al E., con las <lemas oficinas,
construida en terreno de diez y siete y media varas
de frente y treinta de fondo.
Aaelantaao> puerto del: inmediato á la ciudad de
la Asuncion del Paraguay, mencionado en documento
del afio de 1595, en que el teniente gobernador es-
pidió un bando para que los vecinos apercibidos para
la entrada que debia hacerse contra los Guaycurús,
fuesen á dicho puerto á pasar los caballos á la otra
banda, á cuyo efecto babia en él canoas destinadas
para la operacion.
Agaces: indios de la márgen izquierda del rio
Paraguay, fronteros de los Carios, que habitaban la
misma márgen á inmediaciones de la Asuncion. Los
Agaces eran guerreros y hostilizaban frecuentemente
á los espafioles y á los Carios sus aliadas, tanto por
tierra como por agua, ensefioreándose del rio, asal-
tand,J las chácaras de ]os cristianos é indios amigos,
como ]as canoas, que arrebataron varias veces, hasta
del mismo puerto de la Asuncion.
Durante el afio de 1 544, los tenientes de gober-
nador en dicha ciudad, primero Salazar de Espinosa
y despues Domingo de !rala, parlamentaron largamente
con sus principales, que lo eran Abbacoté, Tabó y
Alabós, á fin de que se redujesen al ~ristianismo y
al vasallage real, pero sin obtener resultado.

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DEL PASADO ARGENTINO 207

En I 5 70 los Agaces aparecen atraídos, por el te-


niente general Felipe de Cáceres, á la amistad de
los conquistadores, segun las disposiciones que dicho
general tomó en ese afio contra algunos individuos
que molestaban á los Agaces, exigiéndoles mugeres
y otras cosas, de lo cual se quejaron y fueron
atendidos, volviendo asi á la paz. En 1580 conser-
vaban la amistad con los conquistadores. Limitamos
esta noticia á lo que consta por documentos autén-
ticos que hemos tenido á Ja vista y que no ha sido
mencionado por los historiadores de la conquista.
Agreaa de Vergara, Alonso: tesorero de las pro-
vincias del rio de la Plata en 1624-26. Escribano
público y del cabildo de Buenos Aires en 1629.
Escribano mayor de la gobernacion de 1636 á 46.
Agreda de Vergara, don Sebastian : capitan, vecino
y alcalde ordinario de la ciudad de Buenos Aires
en 1705.
Agreda de Vergara, Estévan: escribano mayor y
de registros de las provincias del rio de la Plata
en 1654.
Agrelo, don lnocencio Antonio: electo secretario
de la Hermandad de la Caridad de Buenos Aires,
en I 790. Escribano público en esta ciudad en I 806.
Aguada ael Sauce: parage de la jurisdiccion de
Córdoba del Tucuman, en el valle de Salsacate.
Agudo, Alonso: vecino de la Asuncion del Para-
guay en 1545, partidario del adelantado Cabeza de
Vaca.
Agüero, don Francisco : teniente gobernador en
Corrientes, donde se avecindó por los atios de 1625.

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208 REVISTA PATRIÓTICA

Durante su tenencia, amenazada la reduccion de


Santiago Sanchez por indios enemigos, salió en su
proteccion personal mente por agua, en una balsa, y
despachando soldados por tierra, llegaron estos auxi-
lios á tiempo para salvar la poblacion. Igual proteccion
prestó á la reduccion de Santa Lucia amagada por
charruas, despachando en su auxilio al maestre de
campo Gabriel de lnsaurralde con algunos soldados.
Agüero, Pedro: jesuita, natural de Catamarca, nació
en 29 de junio de 1707 y entró á la- Compañia el
13 de noviembre de 1725. L
1
Aguila, Fernando Nuño del: alcalde ordinario de
primer voto de Buenos Aires en 16 5 2.
Aguila, Juan de: hermano de la Compat'íia de
Jesus, de los primeros que entraron en el Paraguay, i
1
procedentes del Perú, con el P. Superior Juan Romero;
murió en la Asuncion el atio de 1595.
Aguila, don Luis del : capitan, vecino de Buenos
Aires en 1 694. El gobernador don Agustín de Ro-
bles, le hizo merced en dicho año, de dos suertes de
estancia, sobre el río de las Palmas, jurisdicion de
Buenos Aires, lindando con tierras de Francisco Man-
zano de Ocampo Saavedra y de Francisco Perez de
Burgos, que eran las mismas suertes de que había
hecho merced el gobernador Céspedes, en 1620 y
tantos, al escribano Pedro de la Poveda. Era duefio
en aquel parage, ó pago de la Pesquería, de otra
suerte de estancia, por compra hecha al capitan don
José de Alvarado, doce ó catorce leguas distante de
la ciudad de Buenos Aires. Era casado con doña
Bárbola de los Reyes.

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DEL PASADO ARGF.NTINO 209

.Aguila, Luis Maciel del : capitan en Buenos Aires,


en 1702 •
.Aguilar, Jaime de: jesuita, natural de Santalea en
Aragon, nació en 25 de marzo de 1678, entró á la
Compafíia en 26 de octubre de 1696 y profesó en
2 de febrero de I 7 18. Fué misionero en el Paraguay .
.Aguilar, Juan F. de: jesuita, natural de Celadas,
en Aragon ; nació en primero de enero de 167 5 ;
entró á la Compafíia en 3 de abril de 1 696 y pro-
fesó en 2 de febrero de 1 718. Fué misionero en el
Paraguay. Probablemente era hermano del anterior.
Ag11ilera: con este apellido, figura en la lista de
voluntarios para la poblacion del Uruguay, un vecino
de la Asuncion del Paraguay, en 1 5 7 2 •
.Aguilera, Juan de: sargento mayor, vecino de la
ciudad de Santa Fé de la Vera Cruz, en 1722; con-
taba entonces sesenta y dos afíos de edad .
.Aguilera, Pedro de: vecino de la Asuncion del
Paraguay de 1542-56. Era regidor de la ciudad en
1544, y en 1556 desempetíaba un cargo en el cabildo.
Aguirre, Alejandro de: maestre de campo, vecino
fendatario de Corrientes. Concurrió al sitio y asalto
de la colonia del Sacramento en clase de capitan de
una compafíia de caballos corazas. Nombrado en
1 701 por caudillo principal del ejército guaraní desti-
nado al sometimiento de los Charruas, hizo la cam-
pafía hasta el rio Yí, donde atacados los indios ene-
migos, en un monte en que habían tomado posesion,
por su poco número respecto de los Tapes, recibió
Aguirre una herida de flecha y un golpe de piedra
que le obligaron á retirarse al real, imposibilitado

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210 REVISTA PA TRIÓTJCA

para el combate. En I 71 5 contaba ochenta y cuatro


años <le edad, y, entre otros servicios, mas de treinta
espediciones ó correrías contra los indios enemigos
del Chaco.
Aguirre, don Cristóbal de : riez oficial real y
alcalde de primer voto en Buenos Aires el año de
1 792; vecino y del comercio de esta ciudad en 1806,
ca pitan retirat!o de milicias; regidor y alcalde ordi -
nario en años anteriores .
.Aguirre, Francisco de: escribano público de la
ciudad de Lerma, en el valle de Salta, en 1584.
.Aguirre, fray Miguel ele: comendador del con•
vemu <le mercedarios de Buenos Aires en I 768 .
.Aguirre, José de: jesuita, provincial del Paraguay,
escribió cartas anuas del año e.le 171 7 al P. general.
.Aguirre, Juan Hernan<lo: jesuita, natural de Salta,
nació en 13 de abril de 1710, y entró á la Compañia
en 8 de febrero de 1727 •
.Aguirre, Pascual de : vecino de Corrientes, hijo
del capitan Pedro de Aguirre y hermano <le Valentin.
Se hallaba en la estancia de su pac.lre en 1 7 I 5, donde
le robaron los in<lios Tapes de las Misiones algunos
caballos de su propiedad .
.Aguirre, Pedro de : capitan, vecino de Corrientes.
Formó en la expedicion contra los Charruas el año
1 70 I, concurrió al sitio de la colonia del Sacramento
en 1 704, y fué te~tigo presencial de los desacatos
cometidos por los indios Tapes con el sargento mayor
don Baltasar García Ros y con el gobernador Valdes
lnclan. En 1 707 presenció el asalto que dieron los
Tapes á la toldería <lel cacique charrua Velasco,

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DEL PASADO ARGENTINO 211

amigo de los españoles de Corrientes, en cuyas estan-


cias trabajaba con sus indios á la sazon, pacíficamente,
en el parage nombrado las Muchas Islas. Aguirre
contaba sesenta años de edad en 1715, y su estancia
quedaba á tres cuartos de legua de la del capitan
Pedro de Almiron, en el mencionado parage de las
Muchas Islas. No sabia escribir.
Aguirre, Pedro de: vecino de la Asuncion del Para-
guay en 1569-91. Regidor en 86 y alcalde en 91.
Aguirre, Pedro de : capitan, vecino de Salta en
1610.
Aguirre, Pedro Gregorio de : veinte y cuatro del
cabildo de Salta en 1658.
Aguirre, Valentin: teniente, vecino de Corrientes,
hijo del capitan Pedro de Aguirre. Tenia su estan-
cia poblada á media legua de la del capitan Pedro
de Almiron, en el parage nombrado las l\fochas Islas,
cuando en 1 707 fueron asaltados los indios charruas
del cacique Velasco por los tapes de las i\Iisiones.
Ajusticiado: En 20 de octubre de 1729, se encon-
traba en capilla un reo que debia ser ejecutado a1
otro día probablemente. Con tal motivo la Herman-
dad de la Caridad de Buenos Aires acordó nombrar
por diputados .i los hermanos don Luis Jiles y don
Domingo Gallegos, para que pidiesen limosna como
tambien los <lemas hermanos que estaban nombrados
para ese efecto, guardándose lo prevenido para estos
casos por las ieglas y constituciones de la Hermandad ;
y que el hermano mayor diese las providencias necesarias
para la asistencia del condenado á muerte. Igualmente
se acordó que los hermanos sacerdotes dijesen las misas

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212 REVISTA PATRIÓTICA

prevenidas del que iba á ser ejecutado. Ignoramos el


nombre del reo, como el delito que lo llevó al patíbulo.
Alarcon, Fernando: capitan, vecino y alcalde ordi-
nario de Corrientes en 1698.
Alarcon, Juan de: sargento mayor; concurrió al
sitio de la Colonia del Sacramento en 1 ó8o ; contaba á
la sazon cincuenta y dos at\os de edad.
Alarcon, Sebastian: estudiante paraguayo que
acompañó al P. Osorio Valderrábano en su segunda
entrada á la mision del Chaco, que habiendo sidó enviado
á Salta en busca de alimentos acompat'\ado de algunos
indios chiriguanos, estos le asesinaron en el camino,
en 1639.
Alóariño, Jacinto: maestro mayor de la carpinteria
de ribera de las obras del rey en Buenos Aires, en 1 791.
Albarracin, Juan: escribano público de la ciudad de
la Asuncion del Paraguay en 1657.
Albín, don Francisco de: miembro de la Hermandad
de la Caridad de Buenos Aires en 1 790, comandante del
partido de las Vacas en 1794.
Alóin, don Melchor de . recibido por hermano en la
Hermandad de la Caridad de Buenos Aires en noviem-
bre de 1794. Nombrado administrador general de
correos en 2 de noviembre de 1814, fué jubilado el 8 de
febrero de 1821.
Alóisuri, don José de: consibiario antiguo de la
Hermandad de la Caridad de Buenos Aires en 1764,
alcalde antiguo de la misma en 1 767 ; alcalde ordinario
de primer voto en 1 769.
Albornoz, fray Ger6nimo de: religioso de la 6rden
franciscana, consagrado en Espat\a obispo del Tucuman.

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DEL PASADO ARGENTINO 213

Murió en Lisboa, antes de llegar á su diócesis. Fué el


segundo obispo electo para Tucuman. Antes que él, lo
habia sido para la misma iglesia el padre fray Gerónimo
de Villacarrillo, que renunció el cargo.
Alcalá y Rola, don Francisco de : consultor moderno
de la Hermandad de la Caridad de Buenos Aires en
1 7 5 5 ; consultor antiguo de la misma en I 7 5 8.
Alcaldes: los de barrio fueron estableciJos en Buenos
Aires por auto acordado de 11 de febrero de 1790. El
virey Arredondo en 4 de enero de 1 794 dividió la ciudad
en veinte barrios ó cuarteles y creó otros tantos alcaldes,
expidiendo con la misma fecha la instruccion que debia
servir para su gobierno. En 2 2 de noviembre de 1809,
el visey Cisneros expidió otra instruccion para los
mismos.
Alcántara, Juan Francisco de : sargento mayor en
Buenos Ayres, 1643-44.
Alcaraz, Gonzalo de : vecino de la Asuncion del
Paraguay, uno de los voluntarios que se asentaron en
1572, para la poblacion del Uruguay.
Alcayagay Salcedo, don Felipe de: capitan residente
en Buenos Aires, en 1702.
Aldao1 doctor don Fabian : miembro de la Herman-
dad de la Caridad de Buenos Aires, en 1 790.
Aldao1 don Juan Francisco: tesorero interino de la
real caja de Buenos Aires, dti:sde primero de julio de
1769 hasta fin de diciembre del mismo afio, en que hizo
dimision.
Alegre1 Juan: natural de la Asuncion del Paraguay,
vecino de la misma ciudad en 1 5 7 4, hijo de Luis
Alegre.

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¡
1

214 REVISTA PATRIÓTICA

./ll-gre, Luis: vecino de la Asuncion del Paraguay


en 1574.
A feman ae Avilés, Luis : licenciado, tesorero de la
real caja del Río de la Plata, en Buenos Aires, I 6 30.
A/faro, Diego de: natural de Panamá, hijo e.le
padres nobles; pasó á educarse á la universidad de Sala-
manca. Ase11tóse en la Compañia de Jesus, haciendo
sus votos religiosos en 4 de abril de I 6 I 6. Pidió pasar
á las Indias y partió para el Paraguay con el P. Juan de
Viana, procurador de esa provincia jesuítica.
Prosiguió sus estudios en el colegio de Córdoba del
Tucuman, ordenándose de sacerdote y obtenieclo el cargo
de ministro de aquel colegio.
Se ocupó luego en la conversión de los indios, y
recibió el nombramiento de comisario del Santo Oficio
por los inquisidores de Lima, yendo con tal motivo á
residir en la ciudad de Santiago del Estero. Alli le
hicieron rector de aquel colegio.
Pasó al Paraguay y fué rector del colegio de la Asun-
cion en I 634 y 35, trasladándose á las misiones del Pa-
raná y Uruguay, de las que fué superior. Entonces
ocurrió una invasion de los portugueses de San Pablo
sobre las rP.ducciones, logrando destruir algunas sen-
tando sus reales sobre las ruinas.
El P. superior, auxiliado por el gobernador del Para-
guay, juntó un ejército para contrarestar á los portu-
gueses, y marchó contra ellos como cabo principal,
consiguiendo vencerlos en Caazapá-guazú, pero que-
dando muerto en el campo de batalla, de un arcabuzaso
en la frente, sobre el ojo izquierdo. Tuvo lugar esta
accion de guerra el año de 1639, er. que contaba el P.

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DRL PASADO ARGF.NTINO 215

Alfaro cuarenta y tres años de edad y veinte y cinco de


jesuita.
Escribió su vida el P. Francisco Lopercio de Zurbano
y lo mencionó Alegambe en su ín<lice de los mártires de
la Compañía.
Su cuerpo fué sepultado á la derecha del altar mayor
ele la iglesia de la re<luccion de Concepcion, junto á los
restos de los padres mártires Castillo y P.odriguez.
Alferez, el : sobrenombre que daban en Corrientes
á un indio charrua, amigo de los espafíoles de aquella
ciudad, que vivía en las estancia e;; <le la jurisdiccion ocupa-
do en los trabajos de campo, como otro:-; muchos de ')U
nacion. Como fiel amigo, aconsejó al ca pitan Pedro
de Alguirre, que !-'e aguardase de los charnns, que no
podian perdonarle el haberse encontrado con los tapes
asesinos de sus hermanos en la infame deo·ollacion ,-.,

de 1 701.
Alferez, Juan: jesuita natural de Córdoba en España,
nació en 1 7 de diciem~:-c de 171 o y entró á la Compa-
ñia en 4 de febrero de 1726. Fué misionero en el
Paraguay.
Algarrobales : antiguo pueblo extinguido de indios
de la jurisdiccion de Córdoba del Tucuman, situado al
oeste de la ciudad. Departamento de la misma juris-
clicion, visitado en 1642 por los jesuitas misioneros
Lucas Quesa y Pedro Ibañez.
Algodon: parece que desde los primeros tiempos de
la conquista del Río de la Plata, se cosechaba al algo-
don en el Paraguay; pues el afio de 1582, el teniente
general Juan de Garay, en uno de sus bandos, datado
en la Asuncion en 15 de julio, prohibió que ese y otros

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216 REVISTA PATRIÓTICA

productos fuesen trasportados de la campatia á cuestas


de los indios, habiendo, como habia, cantidad de caballos
y bueyes para verificar la conduccion.
Alguacil de la mar: cargo que tenia por objeto la
vigilancia del puerto y costas de Buenos Aires, para
evitar el contrabando. Lo desempeftaba Diego Fer-
nandez en 1638.
Alguacil de mar y tierra : V. Gonzalez Paclieco,
Francisco.
Alguacil mayor: oficio que previene la ley I titulo
20, libro 8, se beneficie por cuenta de la real hacienda,
con voto activo y no pasivo en cabildo, lo cual se
observó desde la fundacion de Buenos Aires.
Alguacil mayor ae ciudad: lo mismo que el de
gobierno, existió en la ciudad de Buenos Aires este
empleo, por nombramiento del gobierno, hasta el atio
1618, que se recibió el alguacil mayor de mar y tie-
rra. Posteriormente solo hubo alguaciles de ciudad
y de gobierno, en casos de vacante de el de mar y
tierra.
Alguacil mayor ae cajas : empleo creado para Bue-
nos Aires, por los atios de 1 711, que tenia á su
cargo las visitas de los navíos, barcos, lanchas, carre-
tas y recuas, como la recaudacion de los derechos
·correspondientes tirando el ocho por ciento. El pri-
mero que ejerció este cargo fué don Silvestre de
Sarria, quien lo renunció en vida á favor de don José
Rivadavia. Muerto este y suprimido el empleo, Yol-
vieron los oficiales reales á actuar con los alguaciles
mayores, sin título de mar y tierra, ni las preemi-
nencias que por tal título obtenían.

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DEL PASADO ARGENTINO 217

Alguacil mayor de gobierno : cargo que confería el


gobernador del Rio de la Plata, con el objeto de
hacer las visitas de los. navios, actuando con los ofi-
ciales reales: nombraba tenientes, alcaide de la cár~
cel y guardas para los navíos. Los hubo en los
primeros tiempos en la ciudad de Buenos Aires,
hasta el afio de 1618, que los reemplazó el alguacil
mayor de mar y tierra.
Aliende, Mateo de: sargento y despues capitan,
vecino de Buenos Aires. En 1666 compr6, en cuatro-
cientos pesos, al capitan Cristoval Jimenez, e quinientas
varas de tierra para chácara, en el pago de la Ma-
tanza, una legua, poco mas 6 menos, de esta ciudad,
( de Buenos Aires ) las cuales quinientas varas son de
frente, con el largo que contiene el título ; y dichas
tierras lindan, por una parte con tierras de dofía Inés
de Ayala, que el vendedor las tuvo en dote y casa-
miento con dofta Justina Aguilar de Ayala, hija del
cal'itan Mateo Leal de Ayala , .
Mateo de Atiende fué casado con dofta Ana de
Reluz y Huerta, que vivía aun en 1 7 1 8, siendo ya
finado su marido.
A/gibes : Segun Bustamante, en su Lazarillo de
Ciegos Caminantes, los primeros algibes que tuvo
Buenos Aires, fueron hechos construir en sus casas
por don Domingo Basavilbaso y don Manuel del Arco,
á mediados del siglo próximo pasado.
Almada, Francisco de: fué nombrado intérprete
para la visita mandada practicar en 167 7 de ,as en-
comiendas de indios de la jurisdiccion de Santa F é,
que hablaban todos la lengua guaraní.

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218 REVISTA PATRIÓTICA
- - - - - - - - -- - - -

Almagro, don Juan Maria: asesor general que fué


del vireynato del Rio de la Plata. En I 8 I o donó
tres obras á la biblioteca pública de Buenos Aires,
recien fundada.
A/mandos, don Ramon de: propuesto para prioste
de la Hermandad de la Caridad de Buenos Aires en
I 790; fué prioste de la misma en 1 795, en sustitu-
cion de don Bernardo Calandre, que renunció.
Almaraz, Francisco de : vecino de la Asuncion del
Paraguay en 1544-45, partidari0 del adelantado Ca-
beza de Vaca.
Almiron, Cristoval: vecmo de la Asuncion del
Paraguay en 1582.
Almiron, Diego de : natural de la Asuncion del Pa-
raguay, descendiente de los primeros conquistadores,
de donde bajó á la conquista y poblacion de Cor-
rientes, el año de 1 588. Casó en esta ciudad con
doña Maria de la Calzada, y foé padre del capitan
Lázaro de Almiron.
En diferentes ocasiones que la ciudad de la Con-
cepcion del Rio Bermejo pidió socorro á la de
Corrientes, en los primeros alzamientos de los indios
comarcanos, concurrió como soldado con sus armas y
caballos, encontrándose en todas las funciones de
guerra que tuvieron lugar hasta la pacificacion de los
bárbaros. Fué capitan de una de las compañias en-
cargadas de la guarda y defensa de Corrientes y
concurrió en todos los casos de servicio que se ofre-
cieron en la guerra contra los naturales de la juris-
diccion.
Como capitan de infanteria, formó en la expedicion

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DFL PASADO ARGENTINO 219

al mando de don Pedro de Avila Enriquez, contra


los indios del valle de Calchaqui, el año de 1637,
y se halló en todos los encuentros y lances de peli-
gro que tuvieron lugar durante la campafia, en que
se encontraron por muchos dias cercados, hasta el es
tremo de casi perecer de hambre.
Formó tambien en la entrada que el año siguiente
hizo en persona el gobernador don Mendo de la
Cueva y Benavidez, contra los mismos bárbaros del
valle de Calchaquí, apesar de ser anciano á la sazon.
Ejerció varias veces los oficios de regidor, alcalde
de la hermandad y alcalde ordinario de Corrientes.
Almiron, Lázaro de : natural de Corrientes, hijo
del capitan Diego de Almiron y de doña Maria de
la Calzada, de los primeros pobladores de la ciudad,
que vinieron de la Asuncion r 588. Casó por el
año de 1625, poco mas 6 menos, con doña Catalina
de Esquive) Cabrera, hija legítima del capitan Gabriel
de Esquivel Cabrera y doña Juana Dias del Valle.
Habiéndose levantado los indios del pueblo y re-
duccion de Santa Lucia de los Astos, quemando las
casas é iglesias, con muerte de dos soldados de los
que estaban allí de guarnicion, se retiraron á las la-
gunas del Caracará, de <londe salían á hacer muchos
dafios, muertes y robos en los caminos.
Con tal motivo el gobernador de estas provincias
mandó al castigo <le los indios alzados al general
don Cristoval de Garay, concurriendo Corrientes con
hombres de guerra é indios amigos.
Entre los primeros se encontró el capitan Lázaro
de Almiron, los cuatro meses que duró la campaña

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220 REVISTA PATRIÓTICA

hasta la pacificacion de los indios rebelados, que se


sometieron despues de varios encuentros, volviendo á
reedificar su pueblo.
Acompaf\ó Almiron al maestro de campo Gabriel
de Insaurralde en su destacamento de cerca de dos
meses, en la misma reduccion de Santa Lucia, que
pretendieron despoblar los indios de tierra adentro
de nacion charrua.
Formó parte de la fuerza que al mando del maes-
tro de campo Manuel Cabral de Alpoin, salió de la
ciudad de Corrientes en proteccion del pueblo de
Santiago Sanches, asaltado por los indios enemigos
de la banda occidental del Paraná, que pasaron en
sus canoas, saqueándolo con muerte y cautiverio de
muchos indios de la reduccion.
Formó en la expedicion del gobernador don Mendo
de la Cueva y Benavidez, contra los indios Toca-
gues, Vilos y otros del valle de Calchaquí, el af\o
de 1638. Salió tambien con la gente que el teniente
gobernador de Corrientes, Juan Arias de Saavedra,
mandó en persecucion de los indios Yayanates, que
residian en la chacra de su encomendero é hicieron
fuga de ella.
Se halló, en otras dos salidas contra los indios
Hometes y Dagalastes, que intentaron hostilizar por
agua, en sus canoas, aquella ciudad y sus inmediacio-
nes, duranté la misma tenencia de Arias de Saaveedra.
Siendo teniente de gobernador el. capitan don Fran-
cisco de Agüero, sali6 con éste, en una balsa con
soldados, en proteccion del pueblo de Santiago San-
chez amagado de indios enemigos.

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DEL PASADO ARGENTINO 221

En I 66 5 casó c-n segundas nupcias con dofia Maria


de Abalos y Mendoza, natural de Buenos Aires, hija
del capitan Víctor Casco de Mendoza y de dona Ma-
yor Lopez.
Fué muchas veces ocupado en oficios de república,
de regidor, alferez real y alcalde de la hermandad,
tres veces alcalde ordinario, una de ellas en 1658, y
dos de procurador general. Era alcalJe ordinario de
primer voto en 1 66 5, y contribuyó á que las igle-
sias parroquial y de Mercedes, fuesen retejadas aquel
afio.
Almiron, Pedro de: capitan, natural y vecino de
la ciudad de Corrientes ¡ concurrió como soldado al
sitio y tema de la Colonia del Sacramento en 1 680.
El afio de I 707 se halJaba en su estancta, situada en
el parage llamado las Muchas Islas, á veinte leguas
de dicha ciudad, y presenció el asalto que dieron los
indios tapes de las Misiones, conducidos por uno de
sus misioneros jesuitas, sobre la toldería que los in-
dios charruas del cacique Velasco, amigos de los espa-
fioles, tenían establecida en dicha estancia, ocupándose
pacíficamente en la doma de potros, en vaquerías y
cerveadas.
Sorprendidos los charruas una madrugada, lograron
los tapes apoderarse de las mugeres y nifios, toman-
do prisionero al cacique Velasco y tres indios mas de
pelea, escapando los otros en un monte y laguna in-
mediatos.
El cacique charrua y los tres indios, fueron bárba-
ramente sacrificados por los tapes, llevándose á las
Misiones las mugeres y nifios arrebatados, no pudiendo

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222 REVISTA PATRIÓTICA

conseguir el sometimiento de los adultos que ganaron


el monte y laguna.
En 171 5 el ca pitan Pedro de Almiron contaba
sesenta y tres años de edad.
Almoguera, Antonio : jesuita, natural de Córdoba
en España ; nació en 1º de marzo de 1696 y entró
á la Compañia en 2 de noviembre de 171 5 ; profesó
en 2 5 de marzo de 1734. Fué misionero en la pro-
vincia del Paraguay.
Almona, Juan de: Yecino de la Asunción del Para-
guay en 1588-93.
Almuiña, Domingo Alonso de : capitan en Buenos
Aires en I 7 I 8 ; capitan reformado del presidio de la
misma ciudad en I 737 ; era entonces viudo Je Joña
Teresa Gribeo.
Alonso, Antoo: vecino de la Asuncion del Para-
guay, ut~o de los que se asentaron voluntarios para
la poblacion del Uruguay en 1572, propuesta enton-
ces por el teniente gobernador Martín Suarez de
Toledo.
Alonso, Antonio : jesuit'1, natural de l\farsales, nació
en I 2 ele agosto de I 683, entró á la Compañía en
1 2 de enero 1 700 y profesó en 2 4 de febrero de 1 71 7.

Fué misionero en la provincia jesuítica d•:l Paraguay.


Alonso, Cristoval : vecino de la Asuncion del Pa-
raguay en I 58 I.
Alonso, Domingo : capitan en Buenos Aires el
año de I 720.
Alonso, Hernando: vecmo ele la Asuncion del Pa-
raguay en I 545, partidario del adelantado Cabeza de
Vaca.

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DEL PASADO ARGENTINO

Alonso, Sebastian : vecino de la Asuncion del Pa-


raguay en 1545, partidario del adelantado Cabeza
de Vaca.
A/rinso de Ve/asco, Martin : uno de los vecinos fun -
dadores de San Juan de Vera de las Corrientes; re-
gidor de la ciudad en 1 590.
Alpacas y vicuñas : segun don Ignacio N ufiez, en
sus Efemérides, por real órden de I o de febrero de
1804, mandó la corte de Madrid, se enviasen á Es .
pafia, para regalar á ?vJadama Bonaparte, una docena
de alpacas y otra de vicuñas.
Alquizalete, don Juan Antonio : vecino de Buenos
Airesi recibido por hermano de la Hermandad de la
Caridad en noviembre de 1 746, elegido el mismo
año para hermano mayor, cuyo cargo desempeñó hasta
I 7 50. Fue consultor antiguo de la misma en 1755.
Alquizalete, don Juan Bautista de : escribano de
hacienda real y registros de las provincias del Río
de la Plata, en 1729.
Alta-gracia: estancia del colegio de la Compañía,
en la jurisdiccion de Córdoba del Tucuman, 1755 .
Altamirano, Cristoval : jesuita misionero. Se en-
contraba de cura en la reduccion del Acaraguá ó Mbo-
roré, cuando en marzo de 164 I bajaron por el alto
Uruguay, mas de cuatrocientos portugueses ele San
Pablo, con tres ó cuatro mil indios Tupis y trescien-
tas canoas. En once de dicho mes fueron derrotados
los invasores por los indios de las Misiones, á orillas
del rio Mbororé. Contaba á la sazon el P. Altami-
rano treinta y nueve afios de edad. Era superior de
las doctrinas del Paraná en setiembre de 1 660, y en

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224 REVISTA PATRIÓTICA

febrero de 1680 se le encuentra desempeftando el


mismo cargo, á la edad de cerca de ochenta aftos.
A!tamirano, Diego Francisco : provincial de la
Compat\ia de Jesus en el Rio de la Plata, T ucuman y
Paraguay en 1679-80.
A!tamirano, Diego Ignacio: jesuita, natural de
Madrid ; nació en 1 8 de setiembre de 16 58, entró á
la Compañia en 4 de abril de 1676 y profesó en 27
de setiembre de 1796. Fué misionero en el Pa-
raguay . .
A!tanu: cacique serrano que fué encomendado,
con los diez indios que formaban su parcialidad,
por el gobernador don Andrés de Robles, en 167 4,
en la persona del capitan Ignacio F t:rnandez de
Agüero. El nombre de este cacique, aparece escrito
tambien de los modos siguientes : Saltanu, Sallanusu,
Elaltanu y A/luna. V. pag. 65 de este tomo.
A!tolaguirre, don Leon : miembro de la Herman-
dad de la Caridad de Buenos Aires en 1790, con-
ciliario moderno de la misma en 1795.
A!to!aguirre, don Martín de : nombrado factor
para las reales cajas de Buenos Aires, durante la
menor edad de su hijo don Martín José, por real
despacho <le 2 8 de julio de 1 750. Tornó posesion
del cargo en 2 2 de mayo de 175 1, y sirvió en el
hasta que fué nombrado intendente de ejército para
la expedicion de Misiones y divisoria de límites con
Portugal, con retencion de su plaza, volviendo á
ocuparla en 2 de setiembre de 1761 hasta 5 de octu-
bre de 1 767 que fué relevado por su hijo don
Martín José.

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DEL PASADO ARGENTINO 225

Altolaguirre, don Martin José de : factor de las


reales cajas de Buenos Aires desde 5 de octubre de
I 767. Consiliario moderno de la Hermandad de l:>
Caridad en 1788, hermano mayor de la misma en
1790, electo segunda vez para el mismo cargo en 92
continuando hasta 94. En este año era ministro de
real hacienda jubilado. En 1810 donó siete obras
á la biblioteca pública reden fundada en Bnenos
Aires.
A/va . don Mauricio de : escribano público de
Buenos Aires en 1806.
A/va, Francisco de: escribano público y del ca-
bildo de Santiago del Estero en 1656 .
.A/varado, don Pedro: capitan y vecino de Buenos
Aires en 1 702. Falleció en esta ciudad en 7 de
diciembre de 1705. Era natural de villa Laredo,
cabeza de las cuatro villas de la costa de la mar,
montafias de Burgos. En una de las cláusulas de
su testamento declaró : e haber padecido y sustentado
por la defensa y jurisdiccion, en órden al oficio que
administré de contador oficial real de estas provin-
cias, algunas controversias y diferencias con los sefiores
gobernadores y otras personas; he presentado es •
critos en los tribunales, de lo cual no obstante eso,

l les pido perdon de todo aquello que hubiere excedido


en la defensa natural y de mi obligacion, y les per-
dono por lo que á mi toca algunas calumnias é in-
formes que se hubieren hecho, para que Dios nuestro
1
Sefior me perdone mis muchas culpas y pecados come-
1
1
tidos contra su divina magestad , . Declaró igualmente
que no habia sido casado.

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226 REVISTA PATRIÓTICA

.A/varado, don Pedro: juez real, alcalde de primer


voto en el cabildo de Buenos Aires, en 1793 .
.Alvarez, Antonio : jesuita, presente en la reduccion
de San Ignacio del Paraná en 29 de marzo de 1675 .
.A/varez de .Avila, don Pedro : capitan, regidor
de primer voto en la ciudad de San Miguel de Tu-
cuman, en 1684, ausente .
.Alvarez, don Félix: miembro· de la Hermandad
de Caridad de Buenos Aires en 1 790 .
.Alvarez, fray Bernardino: comendador del con-
vento de mercedarios de la ciudad de J ujuy en 175 3 .
.Alvarez, fray Juan: padre lector, comendador
del convento de la órden de la Merced de la ciudad
de Buenos Aires en 1693-94.
1
.Alvarez Gaytan, Francisco : vecino de la ciudad 1
1
de la Asuncion del Paraguay en 1542-44 .
.Alvarez, Juan Martin: vecino de la Asuncion del
Para gua y en 1 5 44 .
.Alvarez, Pedro : jesuita ; vino de Europa en la
mision que llegó á Buenos Aires en 1 2 de marzo de
1622, conducida por el P. procurador de la provincia
del Paraguay, Francisco Vazquez Trujillo .
.Alvarez, Per : uno de los vecinos de la Asuncion
del Paraguay que se asentaron voluntarios para la
poblacion del Uruguay, propuesta en 1572 por el
teniente gobernador Suarez de Toledo, bajo la c,,n-
ducta de Juan de Garay .
.Alvear, don Diego de : En documento que tene-
mos á la vista del año 1792, se firma Diego de Al-
vear y hs,alera Ponce de Leon, y en el mismo se
califica de , capitan de fragata de la real armada,

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DEL PASADO ARGENTINO

teniente de la compañia de reales guardias marinas


de Cartagena y comisario de la segunda division de
la demarcacion de límites entre los dominios de Es-
pafia y Portugal en la América Meridional. ,
Por los <lemas datos biográficos relativos á este
personaje, nos referimos á la interesante noticia que
dió á la luz el sefior de Angelis en el tom. IV de su
Coleccion de documentos sobre el Rio de la Plata.
Alvear, don José de: capitan de una de las com-
pafiias de infanteria del presidio de Buenos Aires
en 1665.
Alvear, Pedro de : jesuita, autorizado en 1702
por el gobernador del obispado del Paraguay, sede
vacante, para administrar los sacramentos en toda la
jurisdiccion .

A/zaga, don Mateo Ramon de : miembro de la
Hermandad de la Caridad de Buenos Aires en 1 784,
electo contador de la misma.
Alzaibar, dofia Francisca: conocida con el sobre-
nombre de la Mariscala ; poseedora de gran cantidad
de tierra en la banda oriental del Rio de la Plata ;
sostenía en 1784 un ruidoso pleito· sobre propiedad
territorial contra don Melchor de Viana y los vecinos
de Montevideo.
Alzaibar, dofia Gabriela : propietaria de una gran
estancia en la banda oriental del Rio de la Plata
en 1784.
Alzina, Vicente : jesuita, vice-rector del colegio
de Buenos Aires en 1654.
Alzo/a, Juan de : natural de Tarragona en Aragon,
., nació en 4 de marzo de 1670 1 entró á la Compafiía

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228 REVISTA PATRIÓTICA

en 1 3 de marzo de 1 690 y profesó en 8 de setiembre


de 1 ¡02. Fué misionero en la provincia del Pa-
raguay.
A.mama/o : nombre <lel paraje en que estaba po-
blada una estancia de propiedad del maestre de cam-
po don Manuel Noble Canales, en la jurisdiccion de
Catamarca, vendida en 1745 á la residencia de la
Compañia de Jesus. Se llamaba por otro nombre, el
Bolson. Su primer duefio, que la pobló, fué el te-
niente de maestre de campo Bias de Pedraza, pasan-
do despues á varios duefios, antes de Noble Canales.
A.manás: pueblo de indios encomendados de la go-
bernacion del Tucuman, situado á doce leguas al norte
de la ciudad de Córdoba ; numeroso en los primeros
tiempos de la conquista, pero extinguido ya á media- ,..'
dos del siglo pasado.
Amarilla, Bartolomé del : vecino de la Asuncion
del Paraguay en 1542-89, en cuyo período desempeftó
sucesivamente los cargos de teniente de alguacil
mayor, dos veces regidor, alcalde ordinario y de la
hermandad tambien dos veces, y teniente de conta-
dor. El último de los afios expresados contaba
ochenta dt! edad.
Amarita, don Pedro : V. Ochoa Amarz"ta, don
Pedro
Amhrosi9, Eusebio : vecino de la Asuncion del
Paraguay en 1545, partidario del adelantado Cabeza
de Vaca ,
A.minga: pueblo antiguo de indios de la jurisdic-
cion de la Nueva Rioja, situado hacia el Pantamo.
Existía en 1 7 16.

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.-¡
,
DEL PASADO ARGENTINO 229

Amontes, Santiago: hermano de la Compañia de


Jesus en la provincia del Paraguay, nació en Santiago
del Estero en I I de noviembre de 1657.
Amores, don Pedro : teniente coronel. vecino de
Buenos Aires, finado ya hacia algunos años, en 1790.
Dos niñas hijas suyas, eran pensionistas del Colegio
de Huérfanas de esta ciudad, pagando cinco pesos
mensuales cada una.
Hecha la liquidacion de los bienes del finado teniente
.'. coronel su padre, les tocó en herencia solamente dos
cuartos que rentaban ocho y medio pesos, cantidad

que no alcanzaba para satisfacer la pension. Su tu-
tor y curador don Francisco Rodrigo, lo representó
á la Hermandad de la Caridad, y esta modificó
prudencialmente la pension, para que pudiesen con-
tinuar las expresadas huérfanas manteniéndose en el
colegio.
Ampata : en 161 2 existía en la jurisdiccion de San
Miguel Jel Tucuman ó de la Nueva Rioja, un antiguo
pueblo de indios de este nombre que se extinguió
despues.
Ampuero, fray Juan de : electo provincial de los
conventos franciscanos de Tucuman, Rio de la Plata
y Paraguay en 1630, mientras se decidia la cont:-a-
't diccion hecha al padre fray Alonso Vique, electo el
af\o anterior. Terminó su trienio de provincial y le
sucedió el padre fray Nicolás de Hoz.
Amunariz, Juan de : secretario del gobernador dd
Rio de la Plata, Don Diego de Góngora, en 1623.
Anaya, Juan de: natural .de Sevilla, nació en 24
de junio de 1 66 5, entró á la Compañia en 1 3 de di-

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230 REVISTA PATFIÓTICA

ciembre de 81 y profesó en 27 de setiembre de 1705.


Fué misionero en el Paraguay.
Ancamayu : antiguo pueblo de indios de la jurisdic-
cion de Córdoba del Tucuman ; extinguido. Tenia
su asiento al poniente de la ciudad.
Andalgalá : pueblo de indios de la jurisdiccion de
San Fernando, valle de Catamarca, cuyo cura era
don luan Aballa y en 1744.
Andalgalá, fuerte de: en la jurisdiccion de San
Fernando de Catamarca, en la hacienda de Santa
Rita de Guazan, del general don Luis José Diaz .)
en I 744. í
Andicona, don Domingo de : electo segundo secre-
tario de la Hermandad de la Caridad de Buenos
Aires en 1 768-84. Era ya finado en 89. •
Andrada, Clemente de : teniente de tesorero en la
-<
Rioja el afio de 1701. Aparece como maestre de
campo y tesorero en 1709.
Andrada, Francisco de: clérigo presbítero, residen-
te en la Asuncion del Paraguay en 1545.
Andrade, Lorenzo: jesuita, natural de la Rioja en
la gobernacion del Tucuman ; nació en tres de agosto
dt'. 1 706 y entró á la Compafiia en 23 de noviembre
de 1721. ,,:
Andreu, Pedro Juan : jesuita, natural de Palma
de Mallorca ; nació en 26 de noviembre de 1696, y
entró á la Compañía en 23 de febrero de 1733.
Era doctrinero de la mi:;ion de indios Lules en 1 744,
procurador de las reducciones de la frontera del Tu-
cuman, en 1754, y posteriormente superior de las mi-
siones del Chaco.

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DEL rASADO ARGF.NTINO 231

Escribió: e Carta de edificacion al P. Juan de Es-


candon, procurador general de la provincia del Para-
guay en las co;;-tes de Madrid y Roma; en que
describe la vida del venerable siervo de Dios padre
Pedro Antonio Artigas, misionero de los indios Lules,
histinés y Tobas de dicha provincia del Paraguay , .
Barcelona, por Juan Nada!, impresor, 1 762 ; un cua-
derno en 4º.
Andujar, doctor don José de: cura rector en la
parroquia d,~ la catedral de Buenos Aires, en 1758-60.
Angel, Juan Bautista : regidor propietario de sexto
voto en la ciudad de Buenos Aires en 1 6 I 9, por tí-
tulo comprado en Potosí en cantidad de setl·cientos
pesos. En 1624 fué diputado por el cabildo para
cobrar la sisa y correduría.
Angingasta: pueblo de indios encomendados de la
gobernacion del Tucuman, situado en el valle de
Salta; muy numeroso en los primeros tiempos, que-
<faba muy disminuido á mediados del siglo pasado.
Angulo, Alonso de : vecino de la Asuncion del
Paraguay en 1 544.
Angulo, Bartolomé de : escribano público en Buenos
Aires en 1 588.
Angulo, José de: jesuita natural de Madrid, nació
en 23 de noviembre de I 699, entró á la Compañia
en 171 5 y profesó en 34. Estaba en el colegio de
Buenos Aires en 40.
Angulo, Francisco de : de la Compañia de Jesus,
comisario del Santo Oficio en Jujuy, el año de 1593.
Angulo, Francisco de: escribano público de Buenos
Aires, 1697 1 709. En 701 era el único escribano

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\
232 REVISTA PATRIÓTl(;A ,
que habia en la ciudad. En 709 lo fué tambien del
cabildo.
Anton, Jácome: vecino de la Asuncion del Para-
guay en 1596. Habia si<lo regidor en la Concepcion
del Rio Bermejo, nombrado el día de la fundacion
de la ciudad, 14 de abril de 1585, y procurador de
la Asuncion en 1593.
Antonio, Francisco : uno de los vecinos de la
Asuncion del Paraguay que se asentaron voluntarios
para la poblacion del Uruguay en 1 5 7 2.
Antonio, fray Felix: hermano de la órden de la
Merced en el convento de Buenos Aires, en 1 698.
Antropójagos : segun lo que refiere Xarque, en )a
vi<la del P. Diaz Tafio, entre los indios que habitaban
el alto Uruguay habia antropófagos. Aunque siem-
pre hemos considerado de mera invencion 6 fabulosa
la existencia de semejantes m6nstruos humanos, repro-
ducimos lo que el expresado autor asevera por via
de apuntamiento curioso. Dice que catorce hechice-
ros de los mas principales y que tenian mas vasallos
eran tan carniceros y feroces que, en pocos meses,
se habian comido mas de trescientos infantes de solo
el pueblo de Jesus Maria !
Antunes de Rivero, don Manuel: capitan residente
en la ciudad de J ujuy en 1720.
Anuncibay, don Juan Antonio de: tesorero de la
real caja de Buenos Aires desde 6 de junio de 1 707
hasta 5 de abril de 71 2.
Añangará, Diego: cacique de la reduccion del Pa-
raná, fundada por el P. Marciel de Lorenzona, en 1610.
Añasco, don h.ntonio de: caballero hijodalgo, vecino

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DEL PASADO ARGENTINO 2 33

de la Asuncion del Paraguay en , 5 75, capitan nom•


brado teniente gobernador de la provincia de Guayrá,
antes de 1585, por el teniente de gobernador y capi-
tan general Juan de Torres Navarrete. Se encon-
traba Añasco en la Asuncion como simple vecino en
1593-97. El año siguiente fué nombrado teniente
general por el gobernador Reamirez de Velasco, conti-
nuando en el mismo cargo en 1 598 por el goberna-
dor Hernandarias de Saavedra, hasta 1 7 de julio
del 99 .
En 1 606 volvió á la tenencia general de la gober ·
nacion del Plata, por nombramiento del gobernador
Saavedra, y desempeñaba el mismo cargo, y hacia la
visita de los pueblos y reducciones de Guayrá, en 161 1.
Aoiz, don Fermin de: alcalde ordinario de segundo
voto y juez de menores de la ciudad de Buenos
Aires, en 1 779.
Aparicio, Benigno · jesuita natural de Madrid,
nació en 20 de noviembre de 1676, entró á la Com-
pañia en I 694 y profesó en agosto de I 7 I 2. Fué
misionero en la provincia del Paraguay.
Aparicio, fray Juan Manuel : comendador presentado
y lector jubilado del convento de la Merced de
Bnenos Aires en I 807.
Aparicio, fray Pedro de: padre presentado comen-
dador del convento de Mercedarios de Buenos Aires
en t 7 59.
Apiteribí, nombre guaraní, compuesto al parecer
de apité, centro, medio y de tebí, asiento ; lo que daría
lugar á presumir que significase asiento det centro ó del
medio, 6 posicion central de una cosa relativamente á

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2 34 REVISTA PATRIÓTICA

otras que le sean laterales. Esta significacion con-


vendría con el curso del arroyo y situacion del puerto
que llevan ese nombre entre el Peperí al norte y el
Uruguay al sud. Este paraje del Apiterebí lo for-
tificaron, en 164 t, los mamelu~os de San Pablo
derrotados en marzo del mismo año en el Mbororé,
esperando allí refuerzos para volver sobre las reduc-
ciones del Paraná y Uruguay que los habían repe-
lido, ocupándose entretanto en esplorar la comarca
entre ambos ríos, abriendo un camino de comunica-
cion con el Iguazú. Tenían, además, una guardia
avanzada en el puerto de Buricá, que fué derrotada en
agosto de dicho .año por una fuerza al mando del
cacique misionero don Ignacio Abiarú, obligándoles á
abandonar el puesto y causándoles alguna desersion
de indios tupís que se pasaron á los misioneros.
Los portugueses en el A piterebí tenian su poblacion
entre palizadas y sementeras de maíz, etc. para
su prov1s1on. El nombre A piterebí aparece escrito
de otros seis diferentes modos en documentos anti-
guos que hemos tenido á la vista, son los siguientes:
Apatiribí, Apiterioi, Apete,-ibi, ( 1 ) Apiritibt, Api·-
retibí, Aperebí.
Apú: :}ombre que daban los indios Tobas al gober-
nador del Tucuman.
Aquilino, Ignacio : jesuita del colegio de Buenos
Aires. Sale para las reducciones del Paraná y Uru ·
guay, con el P. Diaz Taño cuando éste fué llamado

1. Apetertbl, segun el hermano Pedro Montenegro, de la Com-


pafiia de Jesus, llaman los indios al salufras, que abunda en las
Mi:liones por los montes y orillas de los rios

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DEL PASADO ARGENTINO 2 35

á la visita de las mismas por el provincial, en 1641.


Aquino, Francisco de: regidor en la Asuncion del
Paraguay en 1594, capitan y procurador general en
la misma ciudad de 161 o- 1 3.
Aquino, Pedro Antonio: vecino de la Asuncion del
Paraguay en 1642-71.
Aragon, Agustín de: rector del colegio de la
Compafiia de Santiago del Estero en 1659; rector y
vice-provincial de la misma Compafíia en Córdoba y
provincia del Tucuman en 167 5.
Aragon, António de: vecino y alcalde ordinario
de San Miguel del Tucuman en 165ó.
Aragon, don Antonio : comandante y superinten-
dente de los establecimientos de la costa patagónica
en 1808-9.
Aragon, Juan de: vecino de la ciudad de Tucu-
man en 1642.
Aragon, Alonso de : jesuita, nació en !a ciudad de
Nápoles en 1585, ingresó á la Compañia diez y siete
afios despues, y se embarcó para el Paraguay en 1616.
Enseñó latiniJad durante dos años en la Asuncion, y
en 1619 fué designado para evangelizar la provincia
del Uruguay en compafiia del P. Roque Gonzalez,
administrando la reduccion de la Concepcion. Las
privaciones y trabajos, le produjeron una enfermedad
que le obligó á retirarse á la Asuncion procurando
restablecerse; pero la gravedad del mal le causó al
fin la muerte en 10 de junio de 1629. Los biblió-
grafos mencionan varios trabajos del P. Aragon.
Compuso : Dialogki su i Sacramentt:, ed altri Mi's-
teri della Fede 1:n '1:ngua Guaran/. Yocaóulario de la

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REVISTA PATRIÓTICA

lengua guaraní ; Partículas de id; Sermones al pue-


blo; Sintaxis ; y canciones muy elegantes en la mi'sma
lengua. Escribieron su vida los padres Antonio Bea-
tillo y Diego de Boroa.
Aragon, Bernardo de: capitan, vecino feudatario
de San Miguel del Tucuman en I 689, hermano de
dofia Francisca Cano de Aragon ; tenia estancia po-
blada en aquella jurisdiccion.
Arámburu, don Bartolomé de : capitan, vecino de
Buenos Aires en I 7 I 7, casado con dofia Maria Ruiz
de Ocafia. En I 726 era capitan de una de las com-
pafiias de infanteria del número de esta ciudad, y,
conjuntamente con su esposa, vincularon las casas de
su morada por la cantidad de quinientos pesos de una
capellanía que por su testamento mandó fundar el
capitan Antonio Lobo Sarmiento, á favor del convento
de mercedarios. Las casas gravadas lindaban, por
el sud con las de don Juan de Herrera, calle en
medio, por el Este con las del licenciado don Bernabé
Gutierrez, por el norte con la de los herederos de
don Enrique Nufio del Aguila, y por el oeste con
las del alférez real don José Gonzalez, calle en
medio.
Arámburu, don Martin José de : teniente. en el
Paraguay, de los oficiales reales de Buenos Aires
en 1774-75.
Ara"la, Baltasar de : uno de los vecinos de la
Asuncion <lel Paraguay que se asentaron voluntarios
para la poblacion del Uruguay en 1572. Tal vez de-
sistió de formar parte de la espedicion. pues su nom-
bre aparece testado en la lista original.

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DEL PASADO ARGF.NTINO 2 37

Arancivia, Francisco de : alférez, vecino de Bue-


nos Aires en 1698.
Araoz, Diego Matias : jesuita, natural de Tucuman ;
nació en 24 de febrero de 1709 y entró á la Com-
pañia en igual fecha de 1 7 2 4.
Araoz, Juan de: vecino de la Asuncion del Para-
guay en 1578.
Araoz, Juan Nicolás de : capitan en la ciudad de
Tucuman en 1691.
Araoz, Juan Nicolás: jesuita, natural de Tucu-
rnan, nació en 26 de octubre de 1706 y entró á la
Compañia en 15 de noviemi:>re de 1721. Era rector
del colegio de la Rioja en 1762-64.
Araoz, Juan Tomás : jesuita, natural de Üfiate en
Vizcaya, nació en 20 de diciembre de 1701 y entró
en la Compañia en 6 de agosto de 1716. Fué mi-
sionero en la provincia del Paraguay.
Arapizandú, Tomas: cacique principal de los indios
infieles del Paraná. Acompafiado de otros caciques
de su nacion, por el afio de 161 o, presidió la emba-
jada pidiendo al gobernador Hernandarias de Saave-
dra el envio de sacerdotes que les predicasen el
Evangelio. El primer misionero destinado á los Pa•
ranás, fué el P. Marciel de Lorenzana, rector entonces
del colegio de la Asuncion, acompañado de otro jesuita.
El cacique Arapizandú recibió el bautismo con el
nombre de Tomas.
Arara[, Hernando : alcalde ordinario de la reduc-
cion de Corpus Christi, en 1679.
Arauja, don Francisco de: electo consultor de la Her-
mandad de la Caridad de Buenos Aires en 1730 y 36.

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,
REVISTA PATRIÓTICA
J
\

Araujo, don José: recibido por hermano de la
Hermandad de la Caridad de Buenos Aires en
1 795 .
Arballo de Buttamante, Pedro : tesorero, juez ofi-
cial real de las provincias del Tucuman en 1632-34.
Arbillo, Horduf\o de: vecino de la Asuncion del
Paraguay, uno de lo$ que se asentaron voluntarios
para la poblacion del Uruguay en 15 7 2. Asistió á
la fundacion de Santa Fé de la Veracruz en 1573,
y fué nombrado alcalde ordinario de la misma por
el fundador Juan de Garay.
Arcamendia, Andrés de : vecino de la Asuncion
cid Paraguay, en 1544-46; intérprete de la lengua
de los indios Agaces.
Archivo: el de la Asuncion del Paraguay, faé
fundado en 1603 por el gobernador Hernandarias de
Saavedra, despues de hacer concluir las casas de ca-
bildo y cárcel, estableciéndolo en ellas con la mayor
seguridad, reuniendo al efecto las provisiones reales
y demás documentos públicos que hasta entonces an -
daban desparramados en poder de particulares .
Ar/balo, Pedro de : vecino de la Asuncion del
Paraguay en I 545, partidario del adelantado Alvar
Nuf\ez Cabeza de Vaca. Se asentó voluntario en
157 2 para la poblacion del Uruguay proyectada por
el teniente general Martin Suarez de Toledo, bajo
la conducta del capitan Juan de Garay.
Arecayá: pueblo de indios de la jurisdiccion del
Paraguay, situado veinte leguas al sud de las reduc-
ciones jesuíticas del ltatin. Se levantó contra los
españoles en 1660. Véase sobre el particular el artí-

... 1

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DEL PASADO ARGENTINO 239

culo referente al gobernador del Paraguay Sarmiento


de Figueroa.
Areco, Anton : vecino de la ciudad de Santiago
de Jerez en 161 5.
Arechaga, don Gerónimo : miembro de la Herman-
dad de la Caridad de Buenos Aires en 1788. Había
desempeñado el cargo de cirujano del hospital de
mujeres desde su fundacion, y en 1 790 solicitó alguna
gratificacion por sus servicios, como por que, en los
primeros años, cuando el hospital no tenia botica, babia
suministrado las medicinas que necesitó el estableci-
miento. Acordó la corporacion que, por el tiempo
pasado, se le diese certificacion y las debidas gracias
por la caridad y celo con que babia servido á las
pobres enfermas, y que, para lo sucesivo, se le sumi-
nistrase el obsequio anual de doce carretadas de lefia.
Fué consiliario moderno de dicha hermandad, electo
para 1792.
Are/Jano, don José Ruiz de: V. Ruiz de Arellano,
don José.
Arenas, don Agustín: miembro de la Hermandad
de la Caridad de Buenos Aires en 1 790.
Arenas, don Juan Martin de : capitan, vecino de
Buenos Aires en 1694 en que contaba sesenta y seis
años de edad.
Aresti, .Jon fray Cristoval de : para formar una
noticia biográfica de este obispo, primero del Pa-
raguay y despucs del Rio de la Plata, pueden consul-
tarse : la Historia de la conquista del Rio de la Plata
por el P. Pedro Lozano tom. 3º pag. 518 : la Crono-
logia dt los obispos del Paraguay por el sefior Zinny,

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REVISTA PATRIÓTICA
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tomo. 3° de la Revista Nacional, pag. 62, y la Cer-


tificacion de Juan Bautista Larrazabal, entre los anexos
á nuestra Memoria sobre límites del Paraguay, pag. 47.
Aresti, don Luis de: almirante, teniente general
de las provincias del Rio de la Plata desde fines de
1641 hasta 1646.
Argandona, don Tomás Felix de : capitan de ca -
ballos corazas, gobernador y capitan genera1 de las
provincias del Tucuman de 1686 á 1691. Puede
verse su biografia en la pag. 284 del tom. 5º de la
Hist. de la conquista del Rio de la Plata, por el P.
Pedro Lozano.
Argañaraz, Martin de : teniente de gobernador en
la ciudad de Jujuy, en 1683.
Argerich, doctor don Cosme : natural de Catalut\a ;
sucedió en el empleo de médico del Hospital de
Mujeres y Colegio de Huérfanas de Buenos Aires,
al licenciado d·in Joaquin Terrero, en 1794, pagán-
dole la hermandad doscientos pesos fuertes al at\o.
F ué recibido socio de la misma hermandad el at\o
siguiente de 1 795.
Argerich, don Franciico : miembro de la Herman-
dad de la Caridad de Buenos Aires en 1790. Se
firmaba Maestro Francisco Argerich ; era presbítero.
Argüe/lo, don Juan de : sargento mayor, teniente
de tesorero, juez oficial real y alcalde ordinario en la
ciudad de Córdoba del Tucuman en 1726.
Arias, don Alonso de: miembro consultor moderno
de la Hermandad de la Caridad de Buenos Aires,
en 1758.
Arias, Felip(;:: jesuita, natural de Madrid, nació en

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DEL PASADO ARGENTINO

primero de mayo de 1705, y entró á la Compañía en


setiembre de 1728. Fué misionero en estas regiones.
Arias, Juan: mercader en la Asuncion del Para-
guay en 1597. Habia traido del Perú una ¡,equefia
factura de efectos.
Arias, don Lorenzo: sargento mayor en la ciudad
de Salta en 168 3, insigne en valor militar en la
guerra con los bárbaros.
Arias Maldonado, Jorge : jes1.1ita, presente en la
doctrina de San José en 16 de abril de 1660.
Arias Ma/donado, Juan : capitan, vecino de Buenos
Aires en 1698 1 hijo de Hernan Suarez Maldonado y
de doña Polonia de lzarra. En 1703 esta señora
era ya viuda.
Arias dt Mansilla, Diego : regidor en la Asun•
cion del Paraguay en 1598.
Arias de Mansi/la, doña Inés : natural de la ciu •
dad de Corrientes, hija de poblador y conquistador
de aquella ciudad. Siendo viuda del capitan Alonso
de Vera, el tupí, casó por el año de 163 1 con el
maestre de campo Manuel Cabral de AJpoin. Antes
que con Alonso de Vera había sido casada con un
Morgovejo que vivia por los años de 1622-24.
Arias de Mansilla, Hernando: vecino de Buenos
Aires en 1629. Compró una partesana en seis pesos,
en el remate que en dicho año se hizo de algunos
bienes del finado escribano Pedro de la Pobeda.
Arias de Mansilla, Rodrigo : vecino de Buenos
Aires, propietario de tierras en el Rio de Lujan, que
vendió al capitan escribano Pedro de la Pobeda, antes
de 1629.
17

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REVISTA PATRIÓTICA

Arias de Saavedra, Juan : maestre de campo de


Corrientes el año de 1653. Se encontraba en el
fuerte de Santiago de Baigorri, del valle de Calcha-
quí, en 1656, de donde despachó al cacique capitan
don Pablo Yatabirf, para bajar á Santa Fé con los
cien indios guaranís de su comando, á tomar allí em-
barcaciones y subir al paso de Santiago Sanchez.
En 1658, produjo un informe en defensa de los
indios guaranís, sosteniendo la nobleza de sus caciques,
que se pretendia suprimir, manifestando en él ideas
muy JU1c1osas. Lo hemos publicado en el tom. 1 °
del Registro Estadístico de Buenos Aires, pag. I 13 .
Entonces era teniente gobernador en Santa Fé, capi-
tan á guerra y superintendente de todo lo relativo á
justicia y guerra de su jurisdiccion y de la de Cor•
rientes. Maestre de campo, teniente de gobernador
en Corrientes en 1675, en cnyo tiempo hicieron fuga
los indios Yayonates encomendados en una chacra á
inmediaciones de la ciudad, para cuya persecucion
despachó soldados. Fué tambien hostilizada la ciudad
por indios enemigos que aparecieron por el río en
sus canoas, huyendo en persecucion de la gente que
contra ellos destacó el teniente gobernador. Desem-
peñó el cargo de juez pesquisidor de la audien('ia de
Charcas en la causa de querella y capítulos que se
siguió por el capitan José de Leon y Zárate, contra
el gobernador del Paraguay don Felipe Rege Gqr.
balan, 167 5. A este respecto, hemos tenido presente
un documento auténtico, datado en la Ast ncion á
22 de setiembre de 1675, que parece rectificar un
detalle de la historia del Rio de la Plata por el P.

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DEL PASADO ARGENTINO 243

Pedro Lozano, sobre la prision del expresado gober-


nador. Dice la parte conducente del documento :
e preso y remitido con guardias á la cárcel de corte
de la real audiencia de los Charcas, por el maestro
de campo Juan Arias de Saavedra, teniente de go-
bernador, justicia mayor y capitan á guerra de la
ciudad de San Juan de Vera de las siete Corrientes,
y juez pesquisidor de la dicha real audiencia, en la
causa de querella y capítulos que se sigue en ella
por el capitan José de Leon y Zárate, vecino feuda-
tario en esta ciudad, contra el dicho señor gober•
nador ,.
Arias Velazqnez, don Antonio: maestre de campo
alcalde ordinario de primer voto de la ciudad de
Salta en 17 35 .
.Arinnendi, Antonio de : jesuita, recibe la institu-
cion canónica y posesion de la doctrina de San Cárlos
en 17 de noviembre de 1675 .
.Ariza, don Alejandro de: contador de la real caja
de Buenos Aires desde primero de marzo de 1776
hasta ...•. ?
.Arizaga, don Fernando de: miembro de la Her-
mandad de la Caridad de Buenos Aires en 1 790 .
.Armenta, fray Bernado de: primer franciscano
que, como comisario de cinco compañeros de la órden,
entró en el Paraguay y Rio de la Plata, el año de
1538, por el puerto de Vera 6 de los Patos. Halla-
ron tres españoles que habían aportado allí hacia tres
años y sabían la lengua de los indios de la comarca.
Tomandolos por intérpetes, los franciscanos empeza-
ron á predicar el evangelio, convirtiendo muchos in-

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2 44 REVISTA PATRIÓTICA

dios, quitándoles los ídolos y las muchas mujeres que


tenian, casándolos con una sola. Pasaron la tierra
adentro, convirtiendo y bautizando. Llegaron al Pa-
raguay y Río de la Plata, y fueron los primeros que
predicaron el cristianismo en estas regiones. El P.
Armenta se encontraba en la Asuncion en 1 544.
Armonas, Juan de: V. A/m()na, Juan d~.
Arna/, Manuel : jesuita, natural de Teruel en
Arag,J11, nació en 2 4 de diciembre de I 7 1 o y entró
á la Compafiia en julio de 1725. Fué misionero en
el Paraguay.
Arnau, Tomas: jesuita, natural de Valencia, nació
en 13 de diciembre de 1704 y entró á h Compañía
en mayo de 1720. Fué misionsro en el Paraguay.
Aroca, fray Francisco de: uno de los primeros
franciscanos que entraron al Tucuman, por los años
de 1569. Pasó al Paraguay y Rió de la Plata, fa.
lleciendo en la ciudad de Santa Fé de la Vera
Cruz.
Arozarena, don Juan de: contador de la real caja
de llut:nos Aires, desde 9 de noviembre de I 739,
hasta 10 de julio de I 742.
Arrascaeta, don José de : vecino de Buenos Aires
en 1789.
Arrtgui, Juan Mateo : capitan, lugarteniente de
gobernauur, justicia mayor y capitan á guerra en la
ciudad de Santa Fé de la Vera Cruz y su juri5dic-
cion el año de 1677.
Arregui, don José de : capitan, alcalde ordinario y
alferez n::al en Buenos Aires en 1 702.
Arroyo, don Juan Andrés de: tesorero interino de

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DEL PASADO ARGENTINO 245

la real caja de Buenos Aires, desde primero de enero


<le 1 770 hasta 2 de octubre de 1 77 2. Asesor del
gobernador intendente de Buenos Aires, en 1 784.
Miembro de la Hermandad de la Caridad en 1 790.
Contador mayor jubilado del tribunal y audiencia real
de cuentas del vireynato del Rio de la Plata, caballero
de la real orden de Carlos III, en 1 806.
Arroyo, don l\1iguel : vecino de Buenos Aires, re-
mató el di•~zmo de la cuatropea de 1789 á 91.
Arroyo, Pedro de: jesuita, natural de Madrid, na•
ció en 7 de setiembre de 1689, entró en la Compa-
ñía en 1 704 y profesó en 1 7 2 2. Era rector del
colegio de Buenos Aires en 1740-42.
Arroyo, don Rodrigo : c?.pitan en Buenos Aires
en 1701.
Arroyo, don Tomas de: capitan, vecino de Buenos
Aires en 1 703. Síndico administrador de los bienes
y rentas de la silla apostólica, de que usaban los reli-
giosos de San Francisco de esta ciudad, en 1720 ¡
tasador general de costas.
Arroyo, doctor don Vicente : cura rector de la
parroquia de la catedral de Buenos Aires en I 78 5-9 1,
examinador sinodal del obispado ¡ miembro de la Her-
mandad de la Caridad electo consiliario moderno
en 1790.
Arroyo y Esquive/, don Tornas de : alcalde ordi-
nario de primer voto de Buenos Aires en 1 74 I .
Arteaga, Ignacio : jesuita, natural de Villafranca
en Vizcaya, nació en 31 de octubre de 1656, entró á
la Compañia en 1675 y profesó en 95. Era provincial
en el Rio de la Plata, Tucuman y Paraguay en 1726.

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Arteta. don Antonio de: contador de la real caja


de Buenos Aires desde 10 de julio de 1742 hasta 22
de marzo del año siguiente, en que fué suspendido.
Repuesto en el cargo, lo sirvió desde 2 2 de enero
de 175 3 hasta .... ? desempeñó entretanto el puesto de
oficial real interino. En 743 fué incorporado á la
Hermandad de la Caridad y en 745 elegido hermano
mayor de la misma.
Artiguez, Pedro : jesuita, natural de Palma en
Mallorca, nació el I o de febrero de 1 7 1 2 y entró á la
Compañia en 733. Fué misionero en estas regiones.
Arzac y Goyeneche, Vicente : segundo secretario
de la Hermandad de la Caridad de Buenos Aires de
1 75 5 á 6 1 en que fué electo primer secretario. De-
sempeñó además otros cargos de la Hermandad hasta
1767 que alcanzan nuestros datos á su respecto.
Arzate, Juanes . vecino de la Asuncion del Para-
guay en 1595 .
Arze, Diego de: jesuita, propuesto en tercer lugar
para cura de la doctrina de Nuestra Señora de F é,
en 1692.
Arze. Francisco: capitan, propietario de los hornos
de ladrillo que llevaron su apellido, situados á los
fondos de la tercera suerte de las chacras del Ria-
chuelo de Buenos Aires. En 1735 hacia cuatro años
que los babia establecido.
Arze, José de : jesuita, fundador de la reduccion
de San Ignacio de Tarequeá, de indios chiriguanás,
por el año de 1691, mas 6 menos.
Arze, don Juan Manuel: licenciado, asesor de la
gobernacion del Río de la Plata en 173 2. Elegido

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DEL PASADO ARGENTINO 247

asesor del cabildo de Buenos Aires, se escusó de


aceptar, porque estaba á su cargo la asesoria del
superior gobierno, á cuyo despacho pasaban en ape-
lacion muchos asuntos seguidos ante el cabildo, con-
siderando· por consiguiente incompatible el mismo
cargo en dos tribunales, uno de primera instancia y
otro superior.
Arze, don Tadeo: miembro de la Hermandad de
la Caridad de Buenos Aires en 1788-90.
Arze y Arcos, don Alonso : tesorero de la real
caja de Bue1:os Aires , desde 1 4 de agosto de 1 7 1 7,
hasta 5 de setiembre de 7 2 1, en que fué suspendido
por el cabildo. Repuesto en el cargo, lo desempeñó
desde primero de octubre de 1 7 2 2 hasta 2 3 de marzo
de 734. Volvió á desempeñarlo desde 10 de no-
viembre de 744 hasta 22 de marzo de 749, en que
fué suspendido por los visitadores. Repuesto en 4
de enero de 7 5 3 sirvió hasta ..... ?
Arze y Soria, don José de· capitan del presidio
de Buenos Aires en 1734; compró en este año una
casa á doña Maria de Hoyo y Robles, situada en el
barrio de la Merced, compuesta de un cuarto á la
calle, sala, dormitorio y puerta de calle, edificio an-
tiguo, todo cubierto de teja, con veinte y una varas
tres cuartas de frente y treinta y una de fondo, lin-
dando por el E. que es donde cae dicha frente con
casas de los herederos de Pascual de Salvatierra, por
el N. con casas del teniente don Nicolás del Pozo,
por el S. con sitio de la vendedora y un cuarto de
vivienda, por el O. que es el fondo, con don Agus-
tín Ruiz, yerno de la misma vendedora y sitio que

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ésta habia dado á su hija doña Ana de Lapuente.


Asperger, Sigismundo: jesuita, natural de Inspruck,
en Austria; nació el 28 de octubre de 1687, entró
á la Compañia en 1 703 y profesó en 19 de junio
de 726.
Misior,ero en el Paraguay, siguiendo el ejemplo de
sus predecesores el P. Ventura Suarez y el hermano
Pedro Montenegro, se dedicó al estudio de las yerbas
y plantas medicinales de estos paises, y compuso un
tratado de materia médica, mencionado por varios
escritores, pero que ha quedado inédito. El P. Lo-
zano utilizó los trabajos de Montenegro y Asperger,
como lo espresa el Doctor Lamas en su eredutísima
introduccion á la Historia de la conquista de estos
paises, sustanciándolos en varios capítulos de su
obra.
No conocemos la materia médica de Asperger, pero
poseemos copia de la del hermano Pedro Montenegro,
que nos proponemos ir publicando en la Revista Pa-
triótica.
Estos tratados, como lo observa Mr. Demt:rsay
citado por el Dr. Lamas, pueden servir de base á un
trabajo sobre la materia médica indígena, análogo al
que el sabio Dr. Martius ha publicado sobre las
plantas del Brasil.
Pero para que la obra pueda disponer de su base,
es indispensable que esta sea conocida, y por eso es
que nos proponemos dar á luz la que nos ha tocado
en suerte.
Debemos advertir por último que, el tratado sobre
la yerba mate que publicó el Telégrafo Mercantil en

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DEL PASADO ARGENTINO 249

1802, bajo el nombre del P. Segismundo, no perte-


nece á éste, sinó al hermano Pedro Montenegro, como
se verá por la publicacion que de su obra haremos
en el tomo segundo de esta Revista.
Astina, Andrés : jesuita, natural de San Sebastian
de Vizcaya ; nació el 30 de noviembre de 1703, entró
á la Compañia en 7 2 3 y profesó en tercero voto el
6 de enero de 7 34. Era rector del colegio de Salta
en 1763.
Astorga, José : jesuita, natural de Cadiz, nació en
13 de setiembre de 1681, entró á la Compañía en
1 701, profesó en 1 7 1 8. F ué migionero en el Pa-
ra gua y.
Astorga, Nicolás : jesuita, natural de Montealegre;
nació en 1 2 de marzo de 1 709, y entró á la Com-
pañia en 732. Fué misionero en el Paraguay.
Astos, puerto de los: en el rio Paraná, de-
sembocadura del Santa Lucia, á 20 leguas abajo de
la ciudad de Corrientes. En él se encontraba el
general don Cristoval de Garay y Saavedra en 20
de mayo de 16 39, de vuelta de la espedicion contra
los sublevados indios Caracarás, que habian destruido
su propia reduccion de Santa Lucia el año anterior.
Astos, Astores, Actoes, Santa Lucia de los: reduc·
cion mandada formar por el gobernador Hernandarias
de Saave<lra, en 161 5, con indios traidos del Chaco
y otros comarcanos, como los Caracarás, sobre la
marjen derecha del rio Santa Lucia, cerca de sn
desembocadura en el Paraná, á veinte leguas abajo
de la ciudad de Corrientes. En 162 1, cuando pasó
por ella el gobernador Góngora, que visitaba las

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poblaciones de la jurisdicion del Rio de la Plata, la


encontró falta de gente y sin sacerdote doctrinante,
dando por esto las órdenes conducentes para su re-
posicion, volviendo el padre franciscano doctrinante,
que se babia retirado á Corrientes. La reduccion tenia
entonces una mediana iglesia de tapias y madera, sin
ornamentos ni otra cosa para su servicio. Los indios
habitaban en algunas casas de madera y de paja, los
cristianos vestidos y los infieles desnudos. No tenían
mantenimientos, ni maíz ni trigo, pocas vacas y bueyes,
algunos caballos y algunas menudencias, fuera de las
cementeras. Buena tierra, montes para leña y ma-
dera, buena agua, cazaderos y pescaderos. Empadro-
nados~ resultaron unos 5 5 indios, 3 7 mujeres y 61
muchachos. Se ocupaban en bogar y vaquear.
Cano y Olmedilla, da á esta reduccion el sobre-
nombre de As/ores y lo mismo hlcedo. En docu-
mentos auténticos que tenemos á la vista, se le llama
de los Astos y tambien de los Actoes, sin que po-
damos atinar respecto del origen de estos desacordados
sobrenombres. Fué destruida esta reduccion por los
mismo¡ indios qu(!: la formaban, el año de 1638, 6
poco antes, quemando la iglesia y casa de los padres
franciscanos sus directores, matando dos españoles y
dejando otros dos muy mal heridos, que estaban de
guarda en ella. Despues fué restablecida.
Astudillo, don Fernando de: capitan, vecino de
Buenos Aires en I 703.
Astudillo, J. Ignacio : jesuita, natural de Buenos
Aires, nació en 24 de junio de 1678, entró á la
Compaftía en 69 2 y profesó en 1 7 1 1 •

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DEL PASADO ARGENTINO

Asuncion, doctrina fundada por el P. Roque Gon-


zalez de Santa Cruz en las tierras de Nezú, sobre
el rio Yiey, en I 5 de agosto de I 628. Despues de
la muerte del fundador y de sus compañeros los
padres Rodriguez y Castillo, parece que hubo de reti-
rarse el establecimiento á la marjen derecha del
Uruguay, entre los arroyos Acaraguá y Mbororé,
donde aparece situada con el mismo nombre por los
años de 164 I. Ese nombre comun entre esta doc-
trina y el de la ciudad capital del Paraguay, produjo
tal confusion en el ánimo de Alcedo, que le hizo
cometer una nutrida serie de errores geográficos, en
muy pocos renglones, en el artículo Acaragá de su
diccionario. Basta trascribirlo para que el lector lo
comprenda. Dice así: e Acaragá. Rio de la provincia
y gobierno del Paraguay. Viene de la de el Paraná, y
corriendo al O, desemboca en el Uruguay, donde está
la ciudad de la Asuncion. Es navegable para canoas
en todo su curso y muy abundante de pescado , .
Asuncion de nuestra Señora : advocacion de la
provincia de la órden de San Francisco, que se erigió
en el capítulo general celebrado en Roma en 16 I 2,
comprendiendo las dos custodias de Tucuman y Para-
guay, ó Rio de la Phta, que hasta entonces estaban
subordinadas á la provincia de los Doce Apóstoles de
Lima. La custodia del Paraguay se denominó tam-
bien de la Asuncion. Su primer ministro provincial
fué fray Juan de Escobar. Le siguieron: fray Diego
Echagoyan en 16 1 3 ; fray Juan de Vergara, en I 6 I 6 ;
fray Pedro Gutierrez, en 1620; fray Bernardino Guz-
man, en 1624; fray Juan de Vergara, segunda vez,

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en 1626; fray Antonio Vique, en 1629; fray Juan


Ampuero, en 1630; fray Nicolás de Hoz, en 1633;
fray Alonso Vique; en 1634; fray Francisco Truji •
llo, en 1636; fray Pedro Jimenez, en 1640; fray
Pedro de Cabrera en 1653; fray Alonso Guerrero,
en 1646 ; fray Leonardo Griveo, en 1648
Atambores : los usaban como instrumento músico,
junto con la flauta y los perigollos, los indios del
Paraná, cuando fueron los jesuitas á catequizarlos.
No hemos podido averiguar la significacion ó des-
descripcion del instrumento nombrado peri'gol!o.
Atiú : rio 6 arroyo de la provincia de Guayrá, en
la jurisdiccion de Villa Rica del Espíritu Santo, en
cuyas cabezadas moraban los caciques Carubeyú,
Boiyuzú, Mirobeté y Canduay, encomendados á Fran-
cisco Gonzalez, en 1583, poco mas 6 menos.
Atumpampa, Atupampa: nombre de un potrero
en el valle de Calamochita, jurisdiccion de Córdoba
del Tucuman, á veinte leguas mas 6 menos, al S. O.
de la ciudad.
Audiencia : la primera que tuvo Buenos Aires, fué
creada por cédula real de 2 7 de noviembre de 1661,
pero no se instaló en esta ciudad hasta 1663, extin -
guiéndose á los diez años, en 1672.
Avellaneda, don Gaspar de : ca pitan y alcalde de
segundo voto en Buenos Ayres, I 703; de primer
voto en 7 1 2, y consultor de la Hermandad de la
Caridad en 728.
Avellaneda, don Gerónimo de : cura propietario de
naturales de Buenos Aires, miembro de la Hermandad
de la Caridad en 1728.

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DFL PASADO ARGENTINO 2 53

A.vendaño, dofia Ana de : mujer del contador


de la real caja de Buenos Aires, Luis de Salcedo,
en 1627-28.
Avendaño, Marcos: jesuita natural de Arechavaleta
en Vizcaya; nació en 24 de abril de 1695, entró á
la Compafiia en 1714 y profesó en 733. Fué misio-
nero en estas regiones.
Avendaño y Valdivia, don Francisco de : caballero
del hábito de Santiago, gobernador y capitan gene-
ral del Tucuman, encargado del gobierno del Rio de la
Plata. Se encontraba en Buenos Aires, ejerciendo este
cargo, en 29 de noviembre de 1640; dictó un auto acce-
diendo á la solicitud del P. Francisco Diaz Tafio, para
que volviesen los seiscientos indios de Misiones que
iban en la espedicion contra los Calchaquis del Chaco.
con el gobernador don Mendo de la Cueva y Benavidez.
Averasturi, fray José · superior del convento de
la Recoleccion de Buenos Aires, en 1 72 2.
Avestruces: á juzgar por lo que dice el doctor
Xarque, en la vida del P. Diaz Tat'io, habia aves-
truces en la provincia de Guayrá, en los primeros
tiempos de la conquista espiritual de aquella region ;
pues refiere que el expresado padre, comió huevos
de esas aves, de una nidada que arrastraba la cor-
riente del rio Tibajiba y que sus compañeros pesca-
ron en circunstancias que absolutamente carecían de
alimento.
Avila Barrionuevo, Mclchor de: alcalde ordinario
de la ciudad de Todos Santos de la Nueva Rioja,
en 1654.
Avila, Cristoval de: vecino de la ciudad de Santa

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2 54 REVISTA PATRIÓTICA

Fé de la Vera Cruz, y alcalde de la Santa Herman-


dad en ella y su distrito, en 167 7.
Avila, Juan de: vecino de la Asuncion del Para-
guay en 1595-97.
Avila y Rivera, Antonio de : vecino y alcalde
ordinario de San Miguel del Tucuman, en 1689.
Avila de Salazar, Juan de: vecino de Santa Fé
de la Vera Cruz, sargento mayor nombrado potector
de naturales de aquella jurisdiccion en 1677, por
enfermedad del propietario, para la visita de los indios
encomendados que iba á practicarse.
Avila y Zárate, don Pedro de: maec;tre de campo
general, teniente y justicia mayor de San Miguel del
Tucuman antes de 1687.
Aya/a, Diego de : vecino de la Asuncion del Par~-
guay, 1568-88. Vá al Perú con el gobernador Fran-
cisco de Vergara y vuelve en el primero de los años
mencionados, con el teniente general Felipe de Cáceres.
En 157 2 desempeñaba el cargo de alguacil mayor de
la ciudad.
Aya/a, Juan de: capitan, vecino de Corrientes.
Tenia su estancia en el paraje nombrado las Muchas
Islas, en 1 704, y era finado en 7 1 5.
Aya/a y Murga, Francisco de : capitan, tesorero,
juez oficial real de Santiago del Estero, en 1629.
Ayuabá: cacique guaraní de la provincia de Guay-
rá, encomendado con otros al vecino de Villa Rica
del Espíritu Santo Francisco Gonzalez, en 1583, poco
mas 6 menos.
Azamor y Ramirez, don Manuel : obispo de Bue-
nos Aires en 1788 á 1796. Su noticia biográfica,

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DEL PASADO ARGENTINO 2 55

puede consultarse en un escrito del notario don Ger-


vasio A. Posadas, publicado en la pag. 505 del tomo
XXIV de la Revista de Buenos Aires, 6 en el Dic-
cionario Biográfico Nacional, sustanciada por el doctor
Molina Arrotea. Nos limitamos en este artículo á re-
lacionar los trabajos literarios del ilustrado obispo que
permanecen inéditos, segun el catálogo de la colec-
cion de manuscritos del doctor Segurola. · Son las
siguientes :
e Apuntes sobre jurisdiccion. Carta .i las monjas
Catalinas con motivo de los disturbios de las Capu-
chinas de esta ciudad. Vista fiscal en la causa de
Juan Bruno. Contestacion á lo acordado en la misma
causa. Conferencia con el cabildo secular, sobre arro-
dillarse al t"ncarnalus en las fiestas de tabla. Papel
sobre usuras. Sobre la religion del juramento. Re-
flexiones impugnando la pragmática de 1 776, sobre el
consentimiento paterno en el matrimonio , •
Azcona, fray Gregario : de la regular observancia
de San Francisco, lector j..ibilado, examinador sinodal
de los obispados de Córdoba y Buenos Aires, y mi-
nistro provincial de la provincia de la Asuncion del
Paraguay.
Azcona lmberto, doctor don Antonio de: obispo
de Buenos Aires dl.!sde el año de 1677 hasta su fa.
llecimiento en esta ciudad en 19 de febrero de 1 700.
Alcedo fija la muerte de este prelado en 1681, lo
que es un error, porque consta por documentos au-
ténticos que en 1684 hacia la visita del obispado
encontrándose á la sazon en Santa Fé de la Vera
Cruz. Consta además que existía en Buenos Aires

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REVISTA PATRIÓTICA

en 1 688, gobernando entonces estas provmc1as don


José de Herrera y Sotomayor, y la fecha de 19 de
febrero de 1 700 no <ludamos que la tomó de buena
fuente el doctor Melina Arotea, de quien á nuestra
vez la tomamos.
La noticia biográfica del obispo Azcona, puede con-
sultarse en la página 559 del tom . III de la Historia
de la conquista de estos paises por el P. Pedro Lo-
zano, y en el diccionario Biográfico Nacional, por el
citado doctor Molina Arrotea.
Azcuénaga, don Vicente de: vecino de Buenos
Aires, casado con doña Rosa de Basavilbaso, de cuyo
matrimonio fué hijo el brigadier don Miguel de Az.
cuénaga. En 17 59 don Vicente era alcalde de se-
gundo voto y juez de menores en esta ciudad. Con
motivo del establecimiento del Hospital de Mugeres
en 1784, fundó una capellanía á su favor de seis mil
pesos de capital, con rédito de trescientos anuales,
nombrando por primer capellan al presbítero don Bar-
tolomé Viera.
Don Vicente de Azcuénaga era ya finado en 1788.
La biografia de su hijo don Miguel, escrita por el
doctor don Servando García, puede verse en el Dic -
cionario Biográfico Nacional.
Aznaga, Francisco de: uno de los vecinos de la
Asuncion que se prestaron voluntarios para la pobla-
cion del Uruguay en 1572.
Azpeitia, Diego de : religioso de la Compañia de
Jesus, residente en Tucuman en I 6 59. Procurador del
colegio de Santiago del Estero 167 5.
Azuaga, don Miguel Antonio : vecino de Buenos

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DEL PASADO ARGF.NTINO 2 57

Aires, miembro de la Hermandad de la Caridad, en


que desempeñó diferentes cargos desde 17 36 hasta 7 5 5.
Azucar, e!aboracion de : la justicia mayor y cabil-
do de la Asuncion del Paraguay, en 1595, dispuso
que los maestros que eleboraban azucar, no pudiesen
llevar por costo de elaboracion, mas de la quinta
parte del producido de la cafia que se les entregase,
cuyo quinto deberia deducirse despues de sacado el
diezmo de toda la masa elaborada. Antes de esta
disposicion el costo era de la cuarta parte del pro-
ducido neto. Una escepcion se hizo á la ordenanza,
en favor de Lorenzo Menaglioto, dejándole libre para
acordar precio con los dueños de cañaverales, en razon
de tener cuatro calderas y espumadores y mozos que
espuman y saben algun tanto el dicho oficio. En 1598
el mismo cabildo tasó en cuatro tomines, 6 sea me-
dio peso, la libra de azucar.

18

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EL HERMANO MONTENEGRO

SU MATERIA MÉDICA MISIONERA (,)

La falta de médicos y de medicinas entre los con-


quistadores de estos paises, obligó á ciertos amigos
de Ja humanidad á dedicarse al estudio de ías yerbas
y plantas á que los indígenas atribuian virtudes cura-
tivas; estudio á que se consagraron en las regiones
del Rio de la Plata, entre otros de que no se ha
corn,ervado memoria, los padres jesuitas Buenaventura
Suarez, argentino, Segismundo Asperger, austriaco, y
el hermano Pedro Montenegro, español.
El P. Guevara, en su historia de la conquista de
estos paises, insertó un índice de las raices, árboles
y plantas medicinales, estudiadas por el P. Buenaven-
tura Suarez, e tan puntual en sus cálculos astronómicos,
dice Guevara, como curioso y diligente en las noticias
de buen gusto, y en seguir el curso de la naturaleza
en S'..lS dedicaJas y prolijas reflexiones , .
La materia médica del P. Segismundo Asperger,
permanece inédita, sin conocerse de ella otra cosa que

1. Aunque habiamos prometido la publicacion de esta obra


en el tomo segundo de nuestra Revista, á pedido de varias per-
z;onas, empezamos á insertarla en éste.

I
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r
DEL PASADO ARGENTINO

la mencion favorabll! que á su respecto han hecho


Bonpla•1<l y de Moussy, pues el estracto de las vir-
tudes de la yerba del Paraguay que se publicó en el
Telégrafo Mercantil, en 1802, no pertenece al P. Si-
gismundo sino al hermano Montenegro.
Felizmente ha venido á nuestras manos una copia
de la obra del hermano Pedro Montenegro, que empe-
zamos á insertar en nuestra Revista.
Pedro Montenegro, segun se deduce de sus pro-
pias palabras, vino á las Indias por los afios de 1679,
pues en 171 o, cuando concluyó su obra, hacia veinte
y cinco años que residia en América, y solo había
encontrado en ella durante sus viajes un médico ciru-
Jano.
Escribió, ó concluyó un libro de materia médica, el
espresado año de 1 ¡ 1 o. Había residido algun tiempo
en el colegio de Córdoba y despues en el de Tucu-
man, pasando en 1 702 por enfermero á las doctrinas
del Paraná y Uruguay, acompañado del P. Tomas
Moreno, concurriendo con los indios de Misiones al
desalojo de los portugueses de la Colonia en 1 704.
Escusamos formar juicio respecto de la escuela á
que obedecia n:.iestro autor, porque él mismo la ma-
nifiesta en su obra. Diremos solamente que al darla
á la estampa, creemos · ofrecer al público y principal-
mente á los hombres de ciencia, el mas precioso
monumento que pueda manifestarse sobre el estado
de la medicina en las comarcas del Rio de la Plata
á principios de el siglo XVIII.
Pero, no podemos dejar de reproducir las palabras
de Mr. Demersay, citado por el doctor Lamas en su

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260 REVISTA PATRIÓTICA

erudita introduccion á la Historia de la Conquista por


Lozano, respecto de la obra <le l\fontenegro.
e Eliminando, dice Dcmersay, lo que las observa-

ciones del autor tienen alguna vez de maravilloso, y


algunas indicaciones que el espíritu filosófico de la
ciencia moderna, no podria admitir, se pueden encon-
trar en él las bases de un trabajo sobre la materia
médica indígena, análogo al que el sabio doctor
Martius ha publicado sobre las plantas del Brasil. ,
Gomo complemento de este preliminar, recomen-
damos la lectura del cap. V de la mencionada intro-
duccion <lel doctor Lamas á la obra del P. Lozano.
Debemos advertir por último que la copia del libro
de Montenegro no tiene título, y que le hemos dado el
de Materia Médica Misionera, por creerlo propio para
suplir aquella falta. En la portada lleva la imagen
de la Virgen de Dolores, pintada á la tinta china, y
la fecha de I 7 ro, conteniendo en las primeras cuarenta
y dos páginas, sin foliatura, las materias siguientes.
La copia que nos sirve de original, está ilustrada
con I 48 láminas dibujadas á pluma, con tal limpieza
que parecen grabadas. Representan otras tantas yer-
bas y plantas, de cuya descripcion y virtudes medici-
nales trata el autor separadamente.

Dedicado á la Serenísima Reina de los siete DoloreR

Soberana Señora, reina del Cielo y de todo lo


creado ; á cuyo cargo corre el alivio y socorro del

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DEL PASADO ARGENTINO 261

género humano, pues el Todo-poderoso y sempiterno


Dios, entre millares, desde abeterno, os escogió para
remedio de los hijos de vuestro gran padre Adan,
sin ser mancillada de la culpa suya, en que incurri-
mos todos sus descendientes, librando solo á vos,
como á madre de su unigénito hijo Jesu-Cristo, re-
dentor y remediador nuestro, quien como todopode,
roso, segun sentir de muchos santos y graves expo-
sitores, tiene determinado el no conceder á ninguna
criatura gracia alguna que no sea por medio y mano
vuestra, que, como arca en que estuvo el tesoro del
Eterno Padre, para rescate del género humano, os dejó
Sefíora todas las gracias y prerogativas que por toda
la eternidad habia de repartir á todas las criaturas,
y asi sois sola vos la concebida sin pecado, hija del
Eterno Padre y madre de su unigénito hijo, esposa
del Espíritu Santo, templo y sagrario de las tres divi-
nas personas, reina de los ángeles y arcángeles, que-
rubines y serafines, tronos y dominaciones con todas
sus protestades, é iluminaciones á quien todos pos-
trados adoran despues de su Criador ; despues de
estas tan grandes prerogativas os hizo reina de este
universo globo de la tierra ; madre universal de todas
sus criaturas, que ciegos caminamos por las descarria-
das sendas de los sentidos, cargados de pecados y
miserias, sin tener mas luz que las de vuestras divi-
nas misericordias ; por lo cual, para ir al Cielo, vos
sois la escala, para ver á Dios vois sois la puerta,
para ser limpios de culpas vos sois el mar de las
aguas cristalinas adonde todos debemos acudir para
ser sanos. Vos sois la medicina y remedio para todas

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REVJSTA PATFIÓTIC:A

las enfermedades, y pues sois madre de Dolores, di-


vina setfora que sabeis por esperiencia la miseria hu-
mana á que quedamos sujetos por nuestras culpas;
humilde pongo á vuestra:; sacratísimas plantas la
proteccion de este mi pobre y corto trabajo, suplicando
á vuestra divina magestad, tome á su cargo l'l dirigir
y gobernar mis yer:-os, permitiendo que si en él lo
hubiere cosa agena de la verda:l, haya quien lo en-
miende y corrija, que aunque la intencion es cual
vuestra divina magestad bien sabe, que como indigno
y miserable hijo de entrada en vuestra casa, en el
dia de vuestros dolores, aunque indigno de tan gran
beneficio, solo gran Señora por vuestra gran miseri-
cordia y patrocinio, de que estoy muy cierto, como
asi de la asistencia vuestra en mis aflicciones y tra-
bajos, de que os doy las debidas gracias: á vos gran
reina dedico como á verdadera madre, este pequeño
y corto obsequio, para que, gobernado de vuestra
proteccion, consigan sal11d en lo adelante vuestros
amados hijos en sus dolencias, que quisiera Señora
ser poderoso para por vuestro amor poder hacer
mas por la salud de mis am:i.dos hermanos, asistién-
doles en sus dolencias por toda la eternidad.
Pero, Señora, con vuestra gracia y patrocinio, es-
pero hacer cuanto en mi fuere para cumplir con el
cargo y oficio que me habeis <lado, en lo que yo pudie-
re con vuestra divina gracia y luz, dando á vuestra
divina magestad las gracias y honores de todo, como
á reina y gobernadora de todo lo bueno, por to-
dos los siglos ele los siglos. Amen Jesus, Maria y
José.

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DFL PASADO ARGF.NTINO

De vuestra serenísima y divina magestad indigno


siervo.
Pedro Montenegro.

Prólogo al lector

Tiénese por cosa cierta, así entre los autores grie-


gos, como entre los latinos, que el inventor de la
medicina fué solo Dios inmortal, y, cierto, vá fundada
en razon la tal averiguacion, porque se deja ver y
parece cosa imposible que un hombrecillo bozal y for-
mado de un poco de lodo, el cual apenas vé lo que
tiene delante de los ojos. pueda de sí mismo com-
prender ó alcanzar tantos y tan sublimados misterios,
cuantos contiene en sí el arte medicinal, si el que le
dió vida y ser no se los declara, por donde todos
nos debemos persuadir y creer que aquel sumo ar-
quitecto nuestro, y fabricador de cielos y tierra, luego
que formó al hombre, conociendo su flaqueza y enfer-
medades, á las cuales habia de estar sujeto como
padre piadoso, nos enseñó, y cada dia nos enseña los
remedios para ellas. En primer lugar las enseñó á
nuestros primeros padres, y de mario en mano vino
á pasar á nosotros sus sucesores : sabemos tambien
que despues que sobre la tierra quedó Noé con su
familia sola, habiéndose perdido lo mej0r de ella, tuvo
paternal ¡.,rovidencia por medio de ángeles y hombres
ilustrados de su divina providencia, y así mismo por
medio de animales terrestres, volátiles y acuáticos, de

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REVISTA PATRIÓTICA

hasta el día de hoy irnos comunicando esta c1enc1a,


y prolongando este continuado favor y consuelo en
este destierro y valle de lágrimas, como padre amoro-
sísimo á tan miserables y pobres criaturas suyas, para
que de los nuevos beneficios, como de nuevo presente
y regalo le seamos cada dia mas agradecidos.
A Salomon dió la virtud de la sabiduria, con lo
cual vió y entendió cuantas plantas, animales, meta-
les y piedras que encierra la redondez del orbe y sus
cualidades y virtudes, escribiólas, y por usar la ingra-
titud humana mal de ellas, sin agradecimiento á su
creador, segun sentir de hombres doctos y graves
autores, permitió se arruinasen tales libros, para por
medio de otras criaturas suyas, poco á poco irlas
comunicando, como se vé á las claras, que hasta el
dia de hoy nos continua! poco á poco, este favor,
aunque como á ingratos, y porque no nos ensober-
bezcamos como nuestros antecesores, nos las dá clara
escasamente, criando y sacando del ser de la nada,
hombres con particular inclinacion al descubrimiento y
averiguacion de las plantas, y otros de los metales,
otros de las piedras, y otros al modo de usarlas y
prepararlas, cual á un Dioscórides, un Mathiolo Se-
nense, un Andrés de Laguna, y otroc, varios que dejo
en esta facultad eminentes y peregrinos, como Plinio,
Huerta, Menardes, Pison, Bonti, Sirena, Le"n y Bau-
thin, que son los que hasta hoy he podido leer sus
obras, que con particular vocacion los inclinó el To-
dopoderoso al descubrimiento de los simples y arte
medicinal. Esto digo, amigo lector, porque no pien-
ses que esto es acaso, ó paja, como suden decir

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DEL PASADO ARGENTINO

algunos, por genios de naturaleza que ciegos quieren


oscurecer y borrar la grandeza de la divina providen-
cia para con sus criaturas : puédote decir como cosa
cierta que desde que acuerdo tener uso de razon, me
siento inclinado al de conocer y saber la virtud de
las plantas, y el curar con ellas, á mi y á mis pró-
jimos, y á ellas debo la vida por tres veces, que de
varias enfermedades y heridas mortales de necesidad,
segun varios autores afirman no ser curables : y sino
me quieres creer, te puedó enseñar dos cicatrices en
partes muy peligrosas y muy penetrantes, con nervios
contusos y descubiert0s; y no solo á mi, sino tam-
bien á varios, en casos muy apretados, que no refie-
ro en la obra por no parecer alabanzas propias.
Esta inclinacion de la divina bondad á mi cada por
sola su gran misericordia, desde niño, como dejo dicho,
me ha siempre como constreñido y violentado á me-
terme por bcsques, ~ierras muy encumbradas y de
no pequeños peligros, aun despues que estoy en reli-
gion, atropellando varias incomodidades y trabajos, á
fin de salir con mi intento; cierto que muchas veces
me helaba de frío y otras de calor, y todo ello lo
doy por bien empleado, por el servicio que en ello
juzgo haber hecho á la divina bondad, como tan
amante de sus amados hijuelos y criaturas de la tierra.
Lo que te puedo asegurar es, que las plantas que
aquí te doy pintadas, son verdaderas medicinas para
lo que te prometen curar, que por espacio de treinta
y un años que há que comencé_á curar en el hospital
general de Madrid, algunas de ellas he reconocido
sus virtudes, y mayormente de doce años acá, que

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266 REVISTA PATRIÓTICA

por hallarme en estas tierras de la América sin botica


ni boticarios, me ha forzado á que con ellas hacerme
autor de botica, confeccionando unas con otras c1:1al
se puede ver en sus tratados : por lo cual te pido
que si en algo reconocieres yerro, me disculpes en
parte, porque no siendo de mi estado el escribir libros
con nuevo modo de composiciones y descubrimientos
de estraños y peregrinos simples en estas partes,
puedes estar cierto, me mueve m:i.s la caridad de
hacer bil:.!n á mis hermanos, que la ambicion de autor
de un libro: y si quieres ver por tus ojos la verdad
que en ello se halla, llégate donde yo asisto y tráeme
el simple que quisieres, ó que dudares ser verdadera
su virtud y verás que aplicado en la forma que digo
y con las circunstancias que pide la medicina, si es ver-
dadero ó no lo que digo. como quien lo ha esperi-
mentado, esto es, con la práctica, en el tiempo dicho,
qut algunos de los tales simples va para diez y ocho
años que estoy averiguando sus cualidades, segun su
graduacion de calor, friald?d, humedad y sequedad,
reconociendo las destemplanzas de los cuerpos, de los
vientos y las causas de las enfermedades, que si esto
no conoce bien el que ha de curar. mas seguro es
no meterse á tal oficio.
No me he atrevido á dar por escrito sus virtudes
hasta constarrne sn esperiencia, esto es., los que d~
por acá nuevamente he descubierto: lo que pongo
de Dioscórides Anazarbeo, y dos otros de Mathiolo
Senense, es porque en estas tierras desdicen en figura
de su origical ; pero son ellos, como los he probado
por la esperiencia y partes. Ahora, á lo último de

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DEL PASADO ARGENTIN0

esta obra, llegó á mis manos las obras de Guillermo


Pison y Jacobo Bonti, que escribieron en el Brasil;
trae~ varias plantas con los nombres de estas til:!rras,
de las cuales he traducido y trasladado algunas, las
que reconozco de mayores virtudes y que por acá se
pueden hallar, por ser muy semejantes éstas á las
Jel Brasil, de las cuales he descubierto ya algunas,
las cualec., pongo con sus nombres en Tupí y Guaraní,
así mismo las virtudes que dichos autores recitan de
e1las que no dudo serán ciertas, para que, s1 con el
tiempo se descubrieren, sepan usar de ellas.
Otro sí : no pretendí en este mi afan el dar por
estampa las que he descubierto de Mathiolo y Dios-
córides, y así las pongo como descubiertas al fin, solo
por escrito, con algunas de sus mas escogidas virtudes
y si mis ocupaciones y salud dieren lugar
sacar á luz otras nuevas plantas, oy
su inquisicion, y algunos animal ' pájaros y aves de
p~rtes medicinales, ?e que ~~o ya algunos apunta·
m1entos no de poca I mportrtilcia ; pero, porque en estas
partes y en estas tierr;,.,s he hallado poca fidelidad en
algunos dichos de cµ{anderos y curanderas de ningun
fundamento, me ve.~ obligado á primero que salga
de mi pluma, el certificarme, y á veces no se ofrecen
los casos en alg1.1nos años, 6 es tal la pobreza y de-
sabrigo de esto:; pobres indios, y su poco resguardo
Y cautela, que no se puede en buena conciencia ha-
cerles remedí . ~ mayores, porque es despacharlos con
mayor breved,1d á la eternidad.
No temo, amado lector, tanto la calumnia de las
mordaces y gtJlosas murmuraciones de aquellas livia-

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REVISTA PATRIÓTIC::A

nas lenguas, que hasta en los muy descarnados hue-


sos, hallan que lamer, cuanto en que estos simples
han <le llegar á manos de quien los use muy al con-
trario de lo que dejo de ellos escrito, porque como
con mucha verdad esclama el doctor Laguna, en su
prologo, diciendo : que muchas veces no surten efecto
las medicinas, no por falta propia suya, sino del que
las aplica, ó por tomar una yerba por otra su seme-
jante en figura, ó por no aplicarla á tiempo que se
debe, o por el modo y cantidad de su uso, 6 por
ignorar el que cura la causa del mal y su complica-
cion, todos puntos de consideracion médica. Esto
esclamaba dicho autor en tierras adonde solo curan
hombres capaces, y médicos y cirujanos aprobados, y
que han pasado por clases de teórica y por maestros
en práctica, ó por hospitales <le ambas materias, que
en veintiun al'los que há que entré en ella, solo un mé-
dico y cirujano he visto, todos los <lemas médicos curan-
deros y curanderas, mas les cuadra el nombre de mata-
sano. que el de cirujano, y Pl de carnicero que el de
médico ó curandero; y son tant:os y tantas los dados á
esta secta de locos, que, entre tal, ganado poco ó nada
hay que escoger; y cierto es qt1e á ellos les fuera
mejor arar para sustentarse y á dlas hilar la rueca,
que ciegos y cargados de ignoranc\a, sin advertir el
peligro de sus conciencias, ni los hJmicidios que h:-l.
cen con los pobres enfermos, que co\no necesitados
admiten el socorro que estas saband\~as ó casta de
locos les ofrece, no con pequeño riesg(¡ de sus vidas,
como yo lo he visto y remediado mas¡ de cuatro, y
á otros no hubo mas remedio que la ¡muerte y bien
f

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DFL PASADO ARGENTINO

acelerada y rabiosa de dolores que aseguro, ¡ mete


grima el pensarlo ! y aseguro cori toda verdad y se-
gun leyes naturales, que los tales deben ser casti-
gados como locos, ó tratados y tenidos por simples,
tontos y necios, segun se lée de los griegos y ro-
manos en el tiempo que florecieron : y el ver en
estas tierras semejantes charlatanes, me tenia ame-
drentado el no tratar de simple alguno, por el peligro
en que lo consideraba, porque si oyen que tal yerba
cura la retencion de orina y la doy de dosis dos
dragmas, estos tales echarán dos onzas de su sustan-
cia en una bebida, con que al que no podía orinar
ni una gota, no solo le hacen de un golpe y violen-
tamente orinar, sino que por toda la vida le dejan
orinando, y quiera Dios no sea sangre. Cata aquí,
amigo lector, el riesgo de la ignorancia, que es tan
peligroso y mas que el de la heregia. Y así te pido
que si quisieres curarte, 6 curar á otros, no te sal-
gas de las cantidades señaladas, por el riesgo grave
que tiene lo contrario, por ser esta tórrida zona en
que estamos, muy caliente y húmeda, y el calor
natural que ha de regular auxilios de las medicinas
muy debil y flaco, por salirse por los pozos, á fuerza
de grande apersion de ellos, acordándote del dicho
de Galeno : e Esto de curar consiste en cierta cua-
lidad, cierta cantidad y cierto modo de aplicacion > ;
que en tres razones, como filósofo y príncipe de la
medicina, lo encierra todo.

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270 REVISTA PATRIÓTICA

Modo de recoger las plantas, á. que tiempo y circunsta.n•


cia.e, para. su conserva.cion y dura.cion, saca.do de las
obra."1 de Pedro Andrés Ma.thiolo, hecha.e sobre lo
escrito de Dioscórides.

ADVERTENCIAS NECESARIAS

1ª Conviene que cada cosa se recoja y guarde á


su tiempo, en su propia sazon y con las circunstan-
cias que se dirá, porque, segun esto se hiciere,
serán eficaces en su obrar, ó de ningun alivio, y asi
por consecuencia.
2n Pueden ser dañosas, 6 á lo menos sin efecto.
Se han de recoger en tiempo sereno, que v.í mucho
en recogerlas en tiempo seco 6 humedo, y que la
luna esté menguante, en el último cuarto.
3°' Son de mucha mas virtud las de serranías y tierras
encumbradas, que las de los llanos ó campañas, ó
partes sombrías y montuosas, 6 lugares acuosos;
porque las de serranías son criadas y combatidas de
vientos frios y secos, con los cuales tienen sus virtu-
des unidas, sin que el calor se las haga evaporar,
y as1 mismo son menores y tienen la virtud mas
unida.
4ª Conviene saber que, segun la propiedad del
lugar y templanza del año, unas veces suelen ser
mas tempranas y otras mas tardías en salí:, florecer
y perfeccionarse las plantas, entre las cuales, por su
naturaleza, hay algunas que salen, se crian y flore-
cen y se perfeccionan por el invierno, otras florecen
y dan sus frutos dos veces al año.
5ª· Conviene para usarlas con acierto en la~ me-

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DEL PASADO ARGENTINO 271

dicinas, que el que las ha de recoger para usarlas,


ó venderlas, las vea y comple cuando nacen y cuan-
do florecen y están en su fuerza, y cuando perfeccio-
nan sus semillas, que es cuando declinan, porque
el que las viere solamente al nacer ó al estar en su
fuerza ó al declinar, no las conocerá perfectamente
en los otros tiempos, porque mudan de figura, y
esta es la causa porque muchos se engañan reco-
giendo unas por otras de muy opuestas cualidades,
aunque en algo parecidas, y asi mismo es la causa
de que muchos han predescripto y dibujádonos unas
yerbas por otras, poniendo tallo á las que no lo tie-
nen y dejando de ponerlo á las que, á sus tiempos,
por su naturaleza lo poseen.
611. Las yerbas que estienden ramos por tierra, para
guardarse para el año, deben recogerse cuando estan
cargadas de flores, como es el bledo menor, la ace-
tosa mayor, el poleo, el hisopo y agedrea y otras á
este modo. Las demás que crecen en alto, se reco-
gerán cuando esten llenas de sus simientes, antes que
de sí mismas se caigan, y sus frutos ó semillas cuando
esten sazonados, antes de caer á tierra, escepto los
frutos de las cosas astringentes que se deben recoger
antes de sazonar, como son; la semilla de arrayan, las
baulautrias, las guayabas y otras á este modo.
i' Los palos let'iosos se recogerán por el invierno en
menguante de luna.
8ª Al recoger dichas yerbas, para guardarlas, las
deben limpiar mJy bien del polvo ó tierra que al sa-
carse hubieren adquirido, y séquense á la sombra, y
cuando esten ya secas para guardarlas, las pongan

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272 REVISTA PATRIÓTICA

antes dos horas al sol, porque de llevar alguna hu-


medad se corrompen : revuéh-anse en papel muy bien,
métanse en cajon de palo, ó caja, bien tapadas.
9ª Las flores en estas tierras, tengo esperiencia que
las secadas á la sombra presto se corrompen de polilla,
6 humedad, principalmente la rosa: por tanto digo
que la sequen al sol, porque asi se guardan indemnes
y duran mas de un año con su olor y virtud, y de
otra suerte no. Y aunque algunos dirán que es
bueno que este pobre ignorante quiera ir contra las
reglas de un Diosc6rides, Mathiolo y Laguna, y otros
muchos que en esta facultu<l han escrito, como es
así; pero esta esperiencia no es solamente mia !>in que
primero me haya alumbrado el peritísimo Fr. Fran-
cisco Sirena, religioso de San Agustín, excelente
boticario moderno en su farmacopea, que cierto que
Messue viera, tuviera en que aprender, á corregir y
hacer composiciones, ó, por mejor decir, inventar las
mas seguras y sanas.
I 0 11 Las raíces se han de sacar para guardar, cuando
las plantas se van despojando de sus hojas despues
de haber dado sus semillas 6 frutos; ahora sean las
raíces leñosas <le que solo pretendemos sus cor-
tezas, ahora sean las que pretendemos sacar lágri-
mas, ó gomas, porque entonces estan ya purificados
del humor de la tierra y de su propio humor : es
bien se sequen á la sombra en los principios y á lo
último al sol, como son el mechoacan, la jalapa, la
aristoloquia y otros.
I I ª Lágrimas 6 gomas se recogen cuando el arbol
está en todo su vigor, que es cuando se vá vistiendo

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DEL PASADO ARGENTINO 2 73

de hojas y flores, sajando sus cortezas, ó hiriendo su


tronco, aunque hay algunos que por el otoño lo des-
tilan de suyo, como es el pino de estas tierras, el
anguaí y el durazno, como lo he visto.
1 2ª Las cimientes, por la mayor parte, en pasando
un año, se enrancian y sirven para el uso de medicina,
por que adquieren no se que calor estraño á la inmu-
tacion, y asi digo que de aquellos granos 6 semillas
que se pretende sacar aceites 6 licores, se saquen, luego
que se recogen, 6 á lo menos dentro de seis meses
como es las almendras, el maní, la semilla de liuaza,
la de ajongolí, ó quino blanco, y asi mismo de las
aceitunas, bayas de laurel, semilla de lentisco y del
recino ó amambaz· miri y las del tarumá, que es una
especie de olivo americano.
El guardar todas estas cosas en estas tierras, ha de
ser en vasijas que no sean porosas, porque en ollas
de barro sin vidriar se pierden, y siempre que se pu-
dieren envolver en papel, se envuelvan, ó se guarden
en calabazos gruesos y duros de corteza, secándolos
primero muy bien al iol, los cuales, cuanto mas usa-
dos son mejores.

Eeplíca.ae la virtud y modo de conocer las plantas y gra


duar sus cualidades, saca.da de la.sobras de Dioscó-
rides, Mathiolo y Laguna..

Cuatro son las cualidades: calor, frialdad, humedad


y sequedad. En cada una de éstas se cuentan cuatro

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grados, y los simples de que se trata en este libro,


tienen de estas cualidades y sus grados en ellas, calien-
tes, húmedos, fríos y secos, y rara vez se hallará
simple de una sola cualidad, sí de ordinario compli-
cadas dos y á veces tres cualidadf:s en algunos, por-
que en la superficie poseen partes frias, en el medio
húmedas, y en el centro 6 parte sólida y terrea calien-
tes; y por el contrario hay otras que la parte de calor
la poseen en la superficie, la fria, la húmeda en. el
medio y la seca en el centro ; y á este modo vemos
que un simple tomado de diverso modo, tiene distin-
tos efecti.. s y cura accidentes de diversas causas, como
v. g. el ruibarbo, dada su infusion, cura solo la cólera y
la melancolía ; tostado y dado en sustancia, no solo
no purga sino detiene la purgacion ; infuso humedece
y relaja los cuerpos ; cocido los deseca y fortifica, y
á este modo ha y otros muchos que guisándolos de
diversos modos, tienen diversos efectos.
In. Calor. En primer grado, decimos ser caliente
aquella me<licina que, aplicada 6 bebida, vemos que
calienta muy lentamente y que presto se apaga su
calor.
2ª En segundo grado, dícese ser caliente la medici-
na que tomada, ó aplicada, calienta sensiblemente, á
las claras, pero con cierta moderacion y templanza,
de suerte que no llega á encender 6 calentar de
suerte que inmute el temperamento de las partes
adonde se aplica.
3ª En tercero grado,: dícese ser caliente la medicina
que calienta con gran ardor sensible, pero de suerte que
sea tolerable; como es el ají silvestre ó campesino, que

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DEL PASADO ARGRNTINO 2 75

de suerte calienta y enciende, que es tolerable y no es


estremo.
4ª En el cuarto grado se dice ser caliente la me-
dicina que despues de aplicada de tal suerte calienta y
abrasa que apenas es sufrible, y que levanta ampollas
á la parte adonde se aplica.
1ª Prio. En primer grado fria se dice, la que
enfria poco y oscuramente.
2ª En segundo, lo que á las claras enfria, pero
templadamente.
3ª En tercero grado, lo que introduce frialdad vehe-
mente, pero no estrema.
4ª En cuarto ~rado, lo que de tal suerte enfria que
quita el sentido á los miembros .
1ª Húmedo. En primer grado es, lo que con un
suave, benigno y casi espiritual lentor humedece el
cuero ó el cuerpo, ó parte adonde se aplica.
2ª En segundo gra<lo, lo que mas notablemente
humedece.
3ª En tercero grado, lo que de tal suerte humedece
la carne, que se introduce en todos sus poros.
4ª En cuarto grado, los que con escesiva humedad
relajan, rompen y hacen caer las carnes ó partes
adonde se aplicaron, 6 que las recibieron.
1ª Sequedaa En el primer grado, son secas aque-
llas medicinas que livianamente desecan.
2ª Las que con notable moderacion desecan d
humor embebido en los poros.
30. En el tercero grado, las que demasiadamente tie-
nen fuerza de enjugar y de secar.

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276 REVISTA PATRIÓTICA

4a. Las que, desecando con violencia, chupan el


húmedo radical de los gruesos.
Cada grado de estos tiene mucha latitud, segun la
cual diremos que son calientes ó frias, secas 6 húmedas,
en principio del cuarto, del tercero ó del primero.
Además de esto se debe notar que algunas cosas se
dicen calientes actualmente, otras potencialmente ser
calientes 6 frias, y segun esta diferencia una misma
cosa suele calentar y resfriar en tiempos diversos,
como el vino, que, cuando lo bebemos frío, resfría ;
y despues dtt alterado en el estómago, con su po-
tencia y facultad nos calienta. El agua caliente, por
lo contrario, si se lavan con ella, 6 la beben por enton-
ces calienta, pero despues con su natural y fuerza,
resfría. De la misma suerte las aguas saladas y sul-
forosas, de azufre y alumbre, dado que al parecer al
presente parezcan húmedas, por su facultad y virtud
evidentemente desecan.
Las cualidades actuales de calor, humedad, frialdad
6 sequedad, se disciernen y conocen por el tacto, cuyo
principal instrumento es el cuerecito interior de los
dedos, siendo en medio de todos los excesos consti-
tuido, para lo que al tacto pareciese cálido, húmedo,
seco 6 frio, se tuviese por tal, aunque para juzgar esto
perfectamente es necesario que el tacto se acompañe
con la razon, porque como el tacto juzgue por las apa-
riencias todo lo duro por seco, y lo blando por hú-
medo, suele ordinariamente engañarse, como el cobre
derretido, que la fuerza del fuego derritió, y el agua
helada por la estrema frialdad que la congeló, aquí
la discreta xazon pone distincion en las cosas, no con-

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DFL PASADO ARGENTINO 2 77

fesando absolutamente que lo duro sea siempre seco,


ni húmedo haya de ser siempre blando, salvo cuando
lo uno y lo otro persevera en su ser natural y retie-
ne un calor moderado ; la cual distincion escluye todas
las cosas que con el demasiado calor se ablandaron,
y las que con el excesivo fria se endurecieron.
Las cualidades potenciales se conocen por los efec-
tos que con el tiempo introducen en el cuerpo hu-
mano, y tambien por las trasmutaciones que vemos
hacerse de unas en otras, por lo cual juzgamos que el
aceite y todas las otras cosas crasas, aunque tocando
refresquen potencialmente, son un poco de fuego, atento
que echadas sobre el fuego luego se convierten en llama,
y así no usamos darlas á los febricitantes, por temor
de que no se enciendan en las venas semejantemente.
Conócense tambien las virtudes potenciales de las·
medicinas, 6 simples, por los sabores que dejan al
gusto, los cuales por una mezcla de las cuatro cuali
dades primas, son engendrados, de donde nace que
á los elementos puros y simplicísimos se halló ningun
sabor, por no constar cada uno de ellos sino de dos
cualidades.
Los sabores, pues, que nos alteran la lengua y
paladar, son el acerbo, el austero, el amargo, el
salado, ei agudo 6 picante, el agrio, el acedo, el
dulce, y, finalmente, el insulso 6 insípido y muy desa-
graciado.
Llamamos sabor acerbo, al áspero, al qu.-! nos
aprieta luego la buca y nos da dentera, cual es el que
se siente en la cáscara de la granada. Del acerbo
difiere el austero solamente en ser mas blando y no

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apretar y fruncir la boca con tanta vehemencia, de


modo que diremos ser austero el membrillo. Sabor
salado diremos á aquel que algun tanto aprieta, roe
y mundifica la lengua. Llámase comunmente amargo
el que muerde y pica notablemente la lengua, comu-
nicando luego el sabor al paladar y fauces, y que
ya en corroer, ya en mundificar es molesto, y si esto
hace con calor excesivo debe llamarse agudo, como
es el de la yerba lt1s1;¡>ó, como asi mismo Jlamamos
agudo frio al agrio de cidra y al de la acetosa
mayor.
El que ablanda y halaga el paladar irritado, si lo
hace dando contento y deleite, se llama dulce, ó dulce
craso, si empalaga. Por sabor insulso ó insípido,
entendernos el sabor desabrido é ingrato á la natura-
leza, cual se siente luego en la cabeza y estómago,
sin pasar adentro del tragadero, de solo ponerlo en la
boca, cual es el de las hojas de adormidera y belefio.
Por el sabor se puede colegir el modo de poner la
graduacion á las yerbas, ó simples ; advirtiendo que,
en cada sabor de los dichos, hay de ordinario com-
plicacion de otros, como se da á entender en las re-
glas 6 anotaciones arriba dichas : como v. g. el sabor
dulce: hay dulce que empalaga, como es la azucar y
miel; hay dulce que no empalaga como es el del me-
Ion ; hay asi mismo dulce misto con agrio, como es
el de la pifia, limas y naranjas agri-dulces, que no solo
no empalagan, sino que levantan el apetito postrado,
y en fin hay dulce misto con astricion leve, cual es el
de la raíz del orozús; y aunque en un mismo sabor
hay gran diversidad en el misto, como se verá y nos

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DEL PASADO ARGENTINO 279

lo muestra la esperiencia, porque la azucar, el dulce


que empalaga, como asi mismo la miel de abejas, el
uno y otro muy templado en calor, como lo es la azu.
car : la miel de abejas calienta en el segundo grado,
aperitiva y mundificante : repárese en su gusto, sea
agudo algun tanto austero, y cuanto mas de estas
dos partes dichas tuviere, tendrá de graduacion de
calor, como yo lo he visto y probado en estas tierras,
que llega al fin del tercero grado : de suerte que,
encendiendo el estómago y entraffas, causa grave do-
lor y atolondramiento al estómago y cabeza.
Segundo ejemplo : ]a piña de estas tierras es agri-
dulce, con agudeza en su ágrio, porque no solo no es
caliente en su dulzor, sino fria en el principio del ter-
cero grado, dado que su corteza tiene partes calientes
mistas, y es muy templada, y á este modo en todos los
Siibores se debe admitir su mistion, para poder con
seguridad darles la graduacion adecuada á la causa
del accidente que pretendemos curar.
Todas las medicinas estíticas, debajo de cualquier
nombre, se comprenden en las acerbas y austeras, y
comunmente son terrestres y frias.
Las saladas, sin calentar ni enfriar demasiado, de-
secan brevemente y aprietan, por lo cual preservan
de com1pcion.
T as amargas son de natura terrestres, aunque tie-
nen partes calientes y muy sutiles.
Las agudas son escesivamente, y calientes tanto, que
se comparan al fuego.
Las agrias y acedas son frias, de sutiles partes, y
por esta causa comodamente abren los opilados poros,

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280 REVISTA PATRIÓTICA

y adelgazan los gruesos humores, en especial si no son


demasiadamente fríos.
Son calientes los dulces, pero no tanto que inflamen
ó enciendan ; los cuales con su moderado calor di-
gieren y relajan blandamente.
Todas las untuosas y crasas, naturalmente son
ácreas y acuosas, y así humedecen, resuelven y
ablandan.
Las insípidas y que del todo son desabridas, cons-
tan de partes frias y acuosas, por donde encrasan,
aprietan y engendran cierto estupor 6 entorpecimiento
en los miembros tocados de ellas.
Hállanse plantas así de árboles como de yerbas y
minerales con gran simpatía á la naturaleza humana ;
otras con antipatía y enemistad grave á ella. Las
simpáticas son aquellas que de tal snerte se agregan
á nuestra naturaleza, que tomadas ó traídas consigo
nos ayudan, sin jamás hacer daño alguno cual es el
azogue, el palo santo, etc. Las antipáticas, son las
que, no solo usadas por remedio, pero aun de tener-
las en la mano 6 cerca de sí, son mortíferas y da-
ñosas ; y así por ser esta materia de la averiguacion
de tales simples, larga y difícil en su conocimiento,
como por no convenir el que la sepan todos, me pa•
rece conveniente el no tratar de ella, por el daño
que se ha esperimentado en la malicia humana, en los
tiempos pasados, que h<l. obligado á muchos siervos
del Señor el comprar tales tratados para echarlos al
fuego, etc.
No han faltado algunos qüe, por el olor, han que-
rido juzgar de la complexion y virtud de las yerbas ;

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pero á la verdad se engañan, porque no todo lo que


bien huele es caliente, como ni todo lo hediondo lo
es : menos es frío todo lo que huele mal, ni todo lo
frio huele mal , porque vemos asi cosas frias como ca-
lientes hay muchas que huelen mal, y por lo contra-
rio hay muchas que huelen bien, asi frias como ca-
lientes.
Como tambien se escluyen los que por los colores
quieren juzgar de las facultades de los simples, y así
la señal del sabor es la mas segura y cierta, dado que,
á veces, es peligrosa, como á mí me sucedió dos ve-
ces, que por probarlos, me abrasaron la boca, de suerte
que, á no acudir presto á apagar su ardor, me hubie-
ran hecho grave daño, pero hicieron mudar el cutis de
la lengua y paladar con haber acudido á tiempo á
refregar su hervor y agudeza.
Ayudado pues, de estas reglas universales podrá
sin dificultad conocer, en llegando la medicina á la boca
de que cualidad ó virtud es dotada, y esto sin la
particular calidad que en confirmacion de ello proponen
Dioscórides y Mathiolo de los simples y yerbas .
Los cuales encargan con sumo aprieto el conoci-
miento científico, y que no tomen unas por otras, con
grave daño, por la semejanza que suelen tener unas
calientes con frias y cordiales con venenosas, euros
ejemplos pone Pedro Andrés Mathiolo, y yo dejo
por latitud.
Parecióme ser conveniente el dar noticia en esta
obra del modo de conocer las cualidades y virtudes
de las yerbas, y poder graduar los auxilios y poten-
cias, por dos razones. La primera, para que el que

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fuere de genio ó inclinadon natural, inclinado á la in- .


dagacion suya, tenga luz por donde pueda con segu-
ridad gobernarse y adelantar el descubrimiento de mu-
chas mas y mejores, que yo he averiguado por esta
América, mas fertil y abundante de ellas que ninguna
de las otras tres partes del mundo, y estoy en que
ella sola posee tanta variedad de plantas, que juzgo
iguala á las otras tres juntas, por su gran cantidad y
abundancia de calor y humedad.
La segunda causa es, para que, leyendo la luz con
que me he gobernado, no duden de su seguridad en
la graduacion ; y puedo asegurar que, lo que aquí
pongo es lo que yo he practicado con sumo cuidado,
y es solo lo muy breve y compendioso que se puede
decir, dejando dilaciones en la pluma, asi por no
ser molesto al lector, como por no referir lo que
otros mas lata y eruditamente han escrito de esta
materia, que es mucho y muy bien fundado en la
parte tóxica que pertenece en la filosofia á lo vege-
table ; y como nunca faltan censores de libros, á veces
sin estar diputados para ello de los magistrados 6
monarquías, y sucede que sin leerlo con la atencion
debida, por un solo punto en que su corto ingenio
ó estudio no alca11za la razon, lo arrojan de la mano
y comienzan á cargarle de censuras ; y esto es ordi-
naria flaqueza de aquellos poco amigos de ver libros,
de genios inquietos y bulliciosos, á modo de ciertos
peces de las aguas, que su genio es pornese en las
corrientes y turbulencias suyas, para dar sobre sus
compañeros con gran velocidad, tragando al pequeño
que su maliciosa boca puede tragar, tirando á éste la

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tarascada, al otro el pinchonazo y en fin turbando la


caridad y quietud de sus hermanos, y lo que mas
es, impidiendo su aumento y multiplico, porque qui-
tan su sosiego. ¡ Ordinaria causa de abortos y des-
truccion de toda gencracion y monarquía!!!

Advertencias necesarias para el uso de las plantas

Porque muchos que no son peritos, 6 ejercitados en


el uso de las plantas, se hallan congojados en no ha-
llando en todas las recetas las cantidades y proporcio-
nes, así de la materia de las yerbas ó palos, como de
la cantidad de agua ó licor en que se cuecen ó mezclan,
digo : que reparen la graduacion suya y su propiedad
que en cada una se dice, y viendo la primera receta,
qtte de ordinario tiene señaladas cantidades, puede
gobernarse rata por cantidad, segun el sujeto que la
ha de recibir, con proporcionar y regular su dosis.
Cuando se dice en infusion, se echa doble cantidad de
la materia que cuando se dice en sustancia.
Injuston: es infundir en algun licor caliente, como
agua, vino 6 aceite, alguna cosa, y es en dos mane-
ras. La primera es, estando el licor hirviendo echar
la materia, y apartando del fuego tapado muy bien
hasta que se enfría, 6 el tiempo que pide cada cosa.
El segundo modo es : estando el licor caliente y
apartado del fuego , echar la materia, y puesto sobre
ceniza caliente por algunas horas, removiéndolo de

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REVISTA PATRIÓTICA

cuando en cuando, sacar sin ebullicion alguna su sus-


tancia, á fin de ser muy sutil y evaporarse.
Hay algunos simples que piden leYe coc1m1ento,
cual el sen, la borraja, el culantrillo, la lengua cervina,
el mechoacan, y otros de semejantes cualidades ;
porque de darles mucho cocimiento, no solo no surten
efecto, pero hacen lo opuesto, por sarcar partes ter-
reas, ó vizcosas, que embotan y cierran la puerta á
sus virtudes primarias, por haberse evaporado por el
vapor de la ebullicion, las partes útiles. Las cosas
leñosas y densas, no solo piden cocimiento sino que
piden estar de remojo antes, veinticuatro horas, ó lo
menos doce y cocimiento de consuncion de la mitad del
licor. Las flores y yerbas de partes muy sutiles, solo
piden remojo de agua caliente, como el canchalagua,
toro-caá y poleo, etc.

Esplioacion de los vocablos de esta obra por el orden de


A. B. O., que por escusar circunloquios esplicá.ndolos,
se p:>ne al principio de ella lo que significan, y así to-
pándolos en el cuerpo, se vengan á este índice para
saber lo que significan.

A do que significa otras co-


Achoraf: tina hume- sas.
da, primera especie de Acrimonio: la agudeza.
lepra. Astriccion: el acto de
Acerho: se dice lo muy apretar !os poros.
áspero al gusto. Agil: por lo ligero.
Acetábulo : medida pe- _A greste : por lo sal-
queña, como salzerita, da- vaJe.

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DEL PASADO ARGENTINO

Alopecia: espalambrera fundidad de la llaga con


que v1eue con postillas. malicia oculta.
Aluminoso : lo que po- Caduco: se dice por
see natura de alumbre. todo lo que anda para
Albarazos: son man- caerse.
chas blancas, ó pardizcas Cataplasmas: por los
en la piel. emplastos.
Amuzca : la boira ó Causones : fiebres con-
haz <ld aceite, y lo que tinuas y ardientes.
queda de las aceitunas Cáusticos: medicinas
despues de esprimidas. que abrasan y hacen cos-
Antídoto: es medicina tras sobre donde se po-
contra vt:neno. nen .
.Apoxima: jarabe sutil Celiacos : flujos de
y claro. vientre procedidos de la
. Argema : nube de los flaqueza del estómago .
OJOS. Cicatrices : señal que
Aromático : lo que de dejan !as llagas 6 heridas.
sí da buen olor. Colirios: medicinas lf.
Austero : lo áspero al quidas para los ojos y
gusto metiiocremente. otras partes.
Consistencia: cuerpo,
B espesura ó tono de hu-
mores.
Balaustria : por las Contusion : indisposi-
flort:s y frutos tiernos an- cion de la parte apor-
tes de apartarse. reada.
Barbarismo : por la Convulsion: retraimien-
tosca manera cte hablar. to dt: nervios.
Bulboso: todo lo que
tiene raiz ct:bollada.
D
o
Decoccion : el coci-
Cacochimia: por lama- miento.
licia de los humores. Dentados : -1ue tienen
Cacohete: por la pro- dientes como de sierra.

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286 REVISTA PATRIÓTICA

Deplorada : cosa de- ó que tiene virtud de apre-


sauciada. tar.
Diafragma : la tela Estupor : adormeci-
carnosa t 1ue L11viue el pe- miento de miembros.
cho del vientre. Escrescencia: la carno-
Diarrea : demasiado sidad tiue se crece contra
flujo del vientre, por el la natural
cual salen las viandas no Exalar : evaporar, ó
del todo digeridas. rc:.u1 verse una cosa en
Disentería : cámaras humo.
de sangre con escremento Exorbitante : se dice
y raeduras de tripas. por lo demasiado.
Diseccion : incision 6 Expresion : por expri-
acto de cortar. mir ó por lo exprimido.
Diurético : lo provo- Expu!triz : por la vir-
cativo cte orina. tud expulsiva.
Dismia: El no atraer Exquisito : lo raro y
el viento necesario para pertecco.
la respiracion. Exterminar: echar fue-
ra de nuestros términos,
E o cuerpos.
Eminencias : por las Enchimia : bondad de
alturas. humores.
Epíctimas: se dicen Emphiema: cierta apos-
las cosas líquidas, ó mis- tema uei pecho.
tas, para confortar el Equimosis : derrama-
dolor. miento de sangre, entre
Espasmo : retraccion y cuero y carne.
encogimiento de nervios.
Espureo: Io bastardo. F
Estadio: es el espa• Fatal: cosa hadada 6
cio de 125 pasos. desgracia.
Estilicidio de orina : Fermentado : podrido.
es cuanuo sale gota á Fluido : por lo que
gota. siempre corre.
Estítico : lo apretante, Fomentaciones: los re-

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DEL PASADO ARGENTINO 287

medios que se aplican Hernias : hinchazones


esponjas para resolver in- de la bolsa 6 testes.
flamaciones . Hipocondrios : son los
Fractura : 1uebradura dos h11ares, debajo de las
de huesos. costillas bastardas 6 men•
Frágil: debil ó facil- dozas .
mente desmenuzable Hirinos : cosas que ha-
Fragmento: por el pe- cen estornudar por las
dazo de otro cuerpo ma- nances.
yor.
Frigo : la cuchilada en Y, I
el rostro.
Frívolo : lo vano y sm Iberia: :· ,pafia.
fuerza. lctéricos : enfermos de
o ictericia.
Igneo : cosa de fuego.
Gangrena: apostema /fiaca: pasion, dolor 6
que, no pudiéndose re- llaga del ombligo para
solver ni madurar, mor- arriba, en los intestinios
tifica la parte y el miem- delgados.
bro. Incolumidad: salud fi •
Glacial: cosa helada. ja y perfecta.
Glandifero : árbol que Infusion: acto de re-
lleva bellotas. mojar, ó loco que se puso
Glutinoso: lo pegajo- á remojo, calentando ó
so. no.
Gimnacio: estudios pú• Instilar : es caer gota
blicos. á gota.
H Inter-nodios : las co-
yunturas.
Hepáctico : lo concer- Intestinos : las tripas.
nientt! al hfgado. Intestino recto: la tri-
Hepiala fiebre : la que pa última de todas.
se hact: de tlena crudísi- Inveter ·to: por lo añe-
ma, corrupta ; cuéntasele jo y envejecido.
entre las cuotidianas.

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288 REVISTA PATR(ÓTICA

L la semejanza que tienen


con los ratoncillos Hama-
Lanuginoso : lanudo y dos muresen.
bellosu.
Lenificar : mitigar y N
ablandar.
Lenitivo : lo que miti- Nausea: el astio y
ga y ablanda. gana lle lanzar.
Lentor : la viscosidad. Nucumento: el daño.
Letargo: sueño pro- Nutrimento: el sus-
fundísimo, acompafiado de tento.
celen tura.
Llvido: lo que tiene o
color de plomo.
Locales remedios: son Oblicuamente: sinies-
los ultimos que st apli- tramente, al través.
can á las enfermedades. Omphacino: iicor de
Lúbrico : lo resbala- fruta verde.
dizo. Opthalmia: apostema
Lutes : lo cerúleo que sanguínea en el ojo, 6
tira á negro por de fuera. en la túnica blanca de él.
OpisttJtono: torcimien-
M to ctd cuerpo h 1cia la
parte trasera.
Malacia: gran que- Ortophaca : cortedad
branto de las fuerzas 6 de anhdico, o no poder
pronuncio de enfermedad. resollar el hombre, sino
Mdiceris: llagas de estando en pié recto,
la cabeza que parecen especie de asma.
panales, ó plastas.
Mlnstruo: purgacion p
mensual de las mugeres.
Mineral: cosa de mi- P alpehras: los párpa-
na 6 minera. dos de los ojos.
Músculos : los mure- Palustre: cosa de la-
cillos llamados así por gunas ó charcos.

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DEL PASADO ARGENTINO

Panículos : las telas Purpúreo: color mo-


nervosas . rado, otras rojo.
. Parogismo: el frio que
viene antes de la enferme- Q
dad 6 calentura. ~adrángulo: cosa de
Paro-vino: se dice del cuatro esquinas.
que se esprime de ubas ~adrúpedo : cosa de
pasas. ctiatro pies.
Pernicioso: por mortí-
fero 6 dafioso. R
Phrenesí: inflamacion,
6 apostema del cerebro Relajar: es abrir poros
con fiebre y locura. Resinífero : lo que
Podagra: la gota, y produce resina.
por los que tienen los Repercutir: es repri-
piés entumecidos ó traba- mir, rechazar ó volver
dos. adentro los humores.
Polenta: puches 6 po- Rt'!entriz: facultad 6
leada de cebada molida virtud que retiene.
con aceite y agua. Retraiciones: los en-
Pólipos: berrugas den- cog11mentos de miem-
tro de las narices. bros. 6 parte del cuerpo.
Pocion : brebaje de Rehuihu/cion: es re-
medicina . mover los humores de
. Precaucion: preserva- una parte del cuerpo á
c1on. otra distante
Presentáneo: por pre- Rija:· fístola en d
sente y súbito. lagrimal del ojo, pegado
á la nariz.
Problema: la cuestion
6 duda. Ruhijicar : poner rojo
Ptísicos : los que tie- el cuero con medicinas
nen llaga en el pulmon ó agudas.
livianos.
s
Putrilaginoso : lo po-
drido ó lleno de corrup- Salubridad: la sana
c1on. disposicion.
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REVISTA PATRIÓTICA
- - - - - - - - ~-- -- - - - - - - - - - - - -

Sémola: trigo candeal, 1única: cualquiera pe-


desnudo de corteza. llejuela nervosa.
Siliqua: la vaina de 'Iurbulmto: lo túrbido
cualqmer fruto, aunque y revuelto.
tambien se toma por
cierto peso .
V
Sexo : la diferencia
entre macho y hembra.
Venereo: lo dedicado
Sólido: lo macizo. á lujuria.
Sumerso: ahogado. Ventrículo: el estóma-
Suijúreas: cosas de go, y cualquier parte
azufre.
hueca del cerebro ó co-
Supositorios: mechas raz.on .
ó calas.
Vértigo: flaqueza del
Sicophanta : comedor cerebro 6 vapor.
de higos.
Vestigio: el rastro.
T Viscoso: lo pegajoso.
Vipero: !o concernien-
'Ialbina: ciertas pu- te á la vívora.
ches hechas de afrecho. Virulento : lo vene-
'Talparia: corrupcion noso.
<le la tela que cubre el Vital: lo que tiene ó
casco, y del casco apos- dá vida.
tema. romitorio: lo que se
1emperamento: la com- dá para vomitar.
plecsion. Urbanas yerbas : las
'l'errifico: lo que mete que crece11 en los jar-
miedo y espanto. dines .
'l'imos: son ciertas Uha del ojo: es una
berrugas parecidas á la hinchazoncilla.
flor del timos. Uha: que se hace en
1rociscos: unas table- la túmca del ojo. ( en la
tillas redondas. túnica blanca).

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DEL PASADO ARGEN'l'lNO

Tabla de los nombres de los árboles y yerbas, que astan


dibujadas en esta obra, en castellano y tupí.

A Arbol de ta mar in-


Acetosa mayor índica. dos: m.
Acetosa mayor. Arbol de tamarindos:}. -
Azucena, sive albarana Arbol de menjuí ó
índica. copal.
Achiote, sive 1erude. Arbol de incienso.
Al tósigo. Arbol de animé.
Algarrobo. Arbol de cacao.
Alelí, arbol. Arbol de bálsamo ne-
Almizcle, yerba. gro.
Almáciga verde de Arbol de gumi -elemí.
Plinio. Arbol de la yerba.
Almáciga. Aristoloquia rotunda:
Arrayan mayor negro. m.
Arrayan menor negro, Aristoloquia rotunda :
Arrayan blanco. f.
Arrayan chiquito. Aro dulce, sive l,1yá.
Arbol de nuez mos Artemisa verdadera.
cada. Agenjo póntico.
Arbol de clavos : m. Anacardo de Plinio.
Arbol de clavo espi- Aguarandios.
noso: f Arbol del Paraíso.
Arbol de pimienta Asaro menor.
blanca.
B
Arbol de pimienta ne-
gra. Bacucú, raiz comestible.
Arbol de pimienta Batatilla de don Anto-
larga. nio: m.
Arbol de canela. Batatilla de don Anto
Arbol de caña. fístola. nio: f.
Arbol segundo de ca- Ilejuco, ó palo de cu-
ffa • fístola. lebras.

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REVISTA PATRIÓTICA

Berbena índica. Duraznillo, vel hedion-


Berdolaga palustre. dilla.
Bledo blanco índico.
E
o
E nula campana de Dios•
Calaminta índica ma- córides.
yor. Enula de Mathiolo.
Canchalagua de Chile. Eupatorio verdadero.
Camalea. Eupa.torio de Avicena.
Carqüeja. Escabiosa índica negra:
Ceibo, 6 chopo. m.
Chilca blanca. Escabiosa blanca: /
Copaiba y su arbol. Esquinanto, ó paja de
Cacao. Meca: m.
Consuelda mayor {n. Esquínanto menor : f
dica. Eupatorio americano.
Contra yerba del Pe-
rú: m. F
CoPtra yerba: f.
Coniza mayor. Falso j-:ngibre.
Colmillo de vívora, yer- Falso anacardo de Pli-
ba: m. 1110.
Colmi11o d·e vívora: / Falso eupatorio de Pli-
Corregüela, ó purga mo.
criolla.
Criadillas de tierra dul G
ces. Guayacan colorado .
Criadillas segundas, no Guayacanes.
tan dulces. Guayabas d,.,mésticas.
Canela, arbol. Guayabas silvestres.
D Granadilla de la pasion
morada.
Díctamo cretense blan- Granadilla de la pasion
co. amarilla.
Dictamo de Candia. Guenbé.

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DEL PASADO ARGENTINO 293
---------
H Mastuerzo índico.
Higuera del infierno. Mamones, arbol melo-
Hiedra índica. nífero.
Hisopo verdadero ín- Mechoacan.
dico. Mercuriales : m. y fe-
menmo.
y
N
Yerba de murta. Nardo espigado.
Yerba de Santa Lucia. Nardo celético, 6 de
Yerba santa contra liebres.
peste y espasmos. Ninfa americana.
Yerba de Arias : m.
Yerba de Arias : f o
Yerba de vívora de Ta- Orozús, vel regalicia
rtJa. verdadera.
Yerba de vívora. Maca Orégano.
guá.
, , de vívora. Ya-
Yerba p
care caa.
Palo de culebras.
L y LI Plátano, 6 pacobá.
Pelitre mayor : dos.
Lapacho 6 palo santo Pan porcino.
del Guaicurú. Papayas del Brasil.
Llanten silvestre, pe- Pifia americana, fruta
ludo. de cardo.
Llanten palustre, índico Pino americano de bál-
Leche tres, ó jalapa. samo.
Lepidio verdadero. Poleo verdadero.
Lentisco blanco. Palo santo.
Lentisco negro.
Lino silvestre, vel zaro- R
gatona.
Raiz de china blanca.
M
Raiz de china negra.
Maní, vel alfoncigos. Rosa mosqueta.

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294 REVISTA PATRIÓTICA

s T

Salvia silvestre índica. Tabaco, nicociana.


Salsafraz de estas tier- Turnas de tierra dulces.
ras. Tamarindos: dos.
Salsafraz del Brasil. V
Sándalo colorado bas- Virga aurea.
tardo. Verbena verdadera.
San~re de drago. Vireina silvestre.
Sértula, sive vero me- Vireinas odoríferas: dos
liloto.
X
Siempre viva mayor
americana. Xengibre verdadero :
Siempre viva 2"', qniro- m.
silla. Xengibre americano,
San Antonio. sive galanga.
Xengibre silvestre.

Tabla de dichos nombres en Guaraní y Tupi.

A B

Aguapé guazú. Bacucú.


Aguaraibai guazú. Baguero mirí.
Aguaraibai mirí. Bongo pala. Tupi.
Aguarandios; mocoy. e
Aguarandió isipó.
Aguarandió mirí. Cabará caá guazú.
Ayuí ñandí. Cabará caá mirí.
Ambaí guazú. Caaberá guazú. lbirá.
Anguaí, sive lbirá-payé Caaberá mirí ; mocoy.
Añangapirí mirí. Cacahu á FI en Tupí.
Apeterebí. Caabó Yuquí.
Arazai guazú. Caaboró yoapí.
Arazai mirí. Caá-cambí.
Añangapirí caá. Caá curuzú.

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DFL PASADO ARGENTINO 2 95

Caá ahai guazú. Curi ibirá.


Caá ahai. Caá uguai ibotí pitíá.
Caá-yuquí. Caá parí, mocoy.
Cáá-imbé mirí rapó gua-
zú. E
Caá-imbe morotí. Eboraí ezaeté.
Caá-imbé hubaé Eboraí eté.
Caá-isí guazú.
Caá-isí mirí. G
Caá mbutía; mocoy.
Caáné guazú. Gengibil en Tupí.
Cafiambí guazú. Guenbé.
Caliacha, Tupí. Guabirá mi ahe guazú.
Caapé guazú. Guabiyú guazú.
Capiíró pitá bae. Guabiyú mirí abáuh
Capié-catí guazú. baé.
Capií -catí mirí. Y, I
Caá -apiá, en Tupí -
Taropé mirí. Yaguarandios ; moco{.
Caá ¡.>arí mirí. Yataibá ibirá.
Caá parí guazú. Yacaré caá.
Caá pitá guazú. Ibirá caá mirí.
Caapebá isipó morotí. lbirá isí.
Caapetaí ehebaé. Ibirá ché cotera ucaí.
Copaiba en Tupí. lbirá ucaí.
Coquerí mirí. lbotí guazú.
Caarobá en Tupí. Isipoa - poyí.
Caa riaquá tungaí caá. lbopé catupirí ehébaé.
Carachirá mirí. Ibirá yapacarií.
Carachí guazú. lbiá guazú coterá ta-
Caraguatá guazú. riaí rapó.
Caarurú mirí morotí. lbiá mirí.
Caarurú quirá ahibaé, lbotí morotí ; mosque·
ipeguá. ta yaebá.
Caarurú mirí ipomobae, lbotí morotí ; nardo
macoy. yaebá.

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REVISTA PATRIÓTICA

lbopé morotí, algar- Mboí caá, aceraí g-uazú.


roba. l\ Iboí caá, a ce raí mirí.
Ibopé guazú moha, ca• Mboí caá eté
ña fístula. Mbocayí ezaeté . •
lbopé pucú moha, ca- Mbuí guazú, mocoi .
ña fístola. f\,lbuí mirí, sive iboti •
Yetirá morotí mirí. yú.
Yetirá baí.
lñachiuna morotí. o
Isipó morotí, cotera Orégano hezaeté.
ipecacuana.
lsipó macaguá uhbaé. p
Yuapecá guazú.
Yuapecá mirí. Pacoba.
Yuquiripeí. Pará paraí.
Yutai en Tupí ; lba- Petí.
ahí. Pimpilin en Tupí.
Vaguareté caá. Pino guazú, mamones.
Pino mirí.
Palo santo.
M
R
Macaguá caá.
Mandiyú riaquá. Repotí atá rapó.
Mandubí.
Mangífera en Tupí. s
Mangaratiá en Tupí,
mocoy. Sandía rogue guazú.
Mangará mirí eté. Sandía rogue mir!.
Mangará ehébae ezae- T
té.
Marba caá. Tayí ibirá .
Malongas, dos, en Tayá.
Tupí. Tamanduaí mirí.
Mburucuyá guazú, mo- Taperibá guazú .
coí. Taperibá mirí, berbena
Mburucuyá mirí. yaeba.

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DEL PASADO ARGF.NTINO 297

Taropé mocoi co tera, Tungai caá.


higuerilla. u
Tupací yeté, mocoi. Urucú.
Toro caá, co tera malba Uiba.
ezaeté.
Tupandipí gm,zú. z
Tshinca mocoi en Tupí Zuinandí.

Tabla de las enfermedades que curan los 1:nmples que con


tiene este libro.

A Arraigan los dientes.


Ablandan el vientre y Arrancan las cosas hin•
relajan el vientre. cadas en la carne.
Apostema Arranca materias.
Abren las vías, y la de Albarazos, ó manchas
la orina. del rostro.
Adelgazan humores y Achoras.
los digieren. Atraen polilla y gusa-
Ansias y angustias dd nos.
corazon. Acelera el parto.
Ahogos, asma. B
Alopesia ó aplopegia.
Apeti:o perdido. Baidos de cabeza.
Anhelito corrompido. Bértigo.
Ardores de la orina. Bazo crecido.
Arenas. Baldados.
Alm0rranas. Bálsamos del nardo y
Ahito y replesion de de1 lentisco.
estómago. Barros de la cara.
Aclara la vista. Berrugas.
Asoleados del sol. Bubones.
Atolondrados del fue- Baho sudorífico.
go y humo de hornallas. Blanquean la dentadu-
Aton tamien to ra.

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Blanquean las cicatri. Calambres.


ces negras. Crudezas de estómago.
Cólera negra y melan-
o colía.
Confortan el cerebro. Campanilla caída, le-
Confortan el corazon y vanta.
el estómago. Carbunco
Confortan los miem- Costras y granos.
bros. Causa sueño.
Clarifican la sangre. Callos.
Ceática. D
Cámara, de sangre.
Camarientos. Dolor de cabeza.
Contusiones. Dolores de todo el
Caidas de lo alto y es- cuerpo.
trujados. Dolores internos.
Cólera y sangre. Dolores de estómago.
Calor natural y seque- Dejacion de ánimo.
dad Dolores de coyunturas
Calor perdido. Dolores celiacos.
Corrimientos. Dolor de hígado.
Cámaras pestilentes. Dolores artéticos.
Confortan las encías. Dolores de frialdad.
Conservan la vista. Dolor de costado.
Cabellos perdidos, res- Dolor de oídos.
tauran. Dolores de dientes y
Criatura muerta en el muelas.
vientre, sacan. Durezas de vientre.
Cólera morbo. Desvíos de la madre.
Contra venenos. Desopila la matriz.
Cuartanas. Dislocacion de huesos.
Catarros ferinos. Detienen cámaras.
Contra pestes. Diarrea.
Congelaciones de sc1- Discen teria.
rros. Desopilan los miem-
Convulsiones. bros internos,

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DEL PASADO ARGENTINO 299

Desmayos. Flujo epáctico.


Despiertan la virtud ge- Flujo de narices.
nital. Fluio de la orina.
Dismia ó falta de res- Flu}os de mujeres.
piracion. Fluxion de cabeza y
OJOS.
E Flaqueza del cerebro.
Epilepsia. Flaqueza del hígado.
Espasmos de nervios. Flaqueza del estómago.
Estómago. Flojedad.
Escupir sangre. Fiebre maligna y pes-
Estiliciado ele la orina. tilenté.
Estériles de frialdad. Fiebre pútrida.
Estangurria. Fiebre ardiente.
Estrel1imientos. Fiebre intermitente.
Escr6fuh1.s. F ebricitantes.
Escaldaduras. Frenéticos.
Empeines. Flatos.
Estirpan las manchas Flemon.
cárdenas del ojo. Flema salada.
Esantema. Fortifica la vista.
Erisipela. Fuegos de San An-
Escorbuto. tonio.
Etico falso. Fístolas.
Enrubian los cabellos. G
Embriaguez, impiden.
Empbsto confortativo. Gota coral, ó mal de
corazon.
F Gota.
Gonorrea.
Flujo de vientre. Golpes, ó porradas.
Flujo de sangre del Glándulas de las qui-
hígado. jadas.
Flujo de sangre por Gálico.
la boca. Gusaneras.
Flujos coléricos, Gusanos.

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REVISTA PATRIÓTICA

H Inflamaciones internas.
Heridas recientes. Inflamaciones externas.
Heridas y sus punturas. Inflamacion de los ojos.
Heridas de bala, ó Inflamacion de toda
lanza. suerte.
Heridas internas y ex Ictericia.
ternas. Intemperie cálida de
Heridas de tigres. los miembros.
Heridas de perros ra- Intestinos.
biosos. Indigestion.
Huesos quebrados. Incordios.
Huesos carcomidos y
descu bierto!ii. L
Hidropesias diversas. Lubrican el vientre.
Hidropesia humoral y Los que han tomado
ventosa. purga no han obrado.
Humores corrompidos Lombrices.
y crudos. Lombrices chatas.
Humores frios . de co- Los que están sm
yunturas. fuerzas.
Humores gruesos y Leche demasiada, re-
VISCOSOS.
suelve.
Hígado. Lepra.
Hinchazones flemáticas. Lamparon.
Hinchazones de los Lienteria.
miembros. Lobanillo.
Humor colérico.
Hipocóndrios Ll
Hijada.
Hernias. Llagas internas.
Llagas del intestino.
I Llagas cavernosas y
Intemperie fría del ce- callosas.
lebro. Llagas de rifíones y
Inflamaciones del pecho veg1ga.
y tragadero. Llagas de las encías.

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DEL PASADO ARGENTINO 301

Llagas de garganta y Morfea.


boca. Manías, ó locura.
Llagas que cunden. Males de ojos.
Llagas viejas. Manqueras.
Llagas de las piernas. Mojaduras y tormentas.
Llagas con destemplan• Memoria, aumenta.
za caliente. l\fatan y avientan las
Llagas sórdidas pulgas.
Llagas pútridas. Madurativos.
Llagálicas del cuerpo. Modo de preparar la
Llagas de las partes jalapa.
vergonzosas. Modo de sacar la al-
Llagas de fuego . máciga
Magistral receta.
M
Melancolía y tristeza. N
Menstruo retenido.
Menstruo inmódico. Nervios contusos y cor-
Molas de la matriz. tados.
Matriz resfriada. Nervios encogidos.
Mata la criatura en el Niños que se les cuaja
vientre. la leche.
Mundifican y liquidan Nubes de los ojos.
humores. Náuseas.
Mundifican llagas y o
úlceras sórdidas.
Mal francés, ( gálico) . Obstrucciones de las
Morbo gálico. vías.
Miembros descoyunta• Opilaciones.
dos. Orina retenida.
Miembrns internos. Orinar sangre.
Magulladuras. Ojos sangrientos.
Mordidos de animales Olvido.
ponzoftosos. Oscurece el tufo de las
Mordidos de serpientes. bebidas y de ajos.
.Merárquica. Otras curiosidades que

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302 REVISTA PATRIÓTICA

se pueden ver desde el Preservan del pasmo.


folio .... Preservan de corrup-
c1on.
p Perlesía.
Prefíazgo falso.
Purgan humores grue- Palpitacion del cora-
sos zon.
Purgan la flema. Purgan la cabeza.
Purgan la cólera y Pasiones frias de ner-
melancolía. vios.
Purgan la cólera. Pasiones del pecho.
Purgan y refrescan la Pechos endurecidos.
sangre. Para los recien casados
Purgan el cuerpo. que se van secando.
Purgan la matriz. Para pasar por virgen
Provocan el menstruo. 1 al desposorio.
Provocan la orina. Pleura.
Provocan arenas.
Provocan el parto. Q
Provocan sudor.
Pro,·ocan lujuria. Quiebran la piedra de
Provocan suefío. rifiones y vegiga.
Piedras de riñones y Quebradura de las par-
vegiga. tes.
Pares y sangre reteni- Quemaduras.
da del parto. Quita el frio.
Pujos coléricos y te- R
nesmo.
Pujos de frialdad. Relajacion del estóma-
Pulmón. go.
Purifican la sangre. Restriñen el vientre.
Purgaciones. Restañan la sangre.
Preservativo de pon· Roturas internas.
zoñas. Retiene el menstruo.
Preservan de pestes. Resfrescan lo interno.
Pasmo recto total. Rifíones.

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DEL PASADO ARGENTINO

Relajacion del estóma- Terciana.


go. Tabardillo.
Regüeldos. Tendones.
Respiracion, sueltan. Timpanitis.
Re11máticos. Tísicos.
Romadizo. Titfa.
Ronchas y granos. Tizana excelente.
Replesion. Tintura de achiote.
Reumas. Tinte del sándalo.
Refinan los tintes de
negro. V
Ventosidades.
s VPnenos.
Sangre retenida del par- Vívoras y otras saban-
to. dijas.
Sangre lluvia. Venas dislaceradas y
Sangre menstrua. cortadas.
Sangre congelada. Vientos corrompidos.
Sangre extravenada. Vegiga.
Sobre-huesos. Viruelas.
Sa?ampion. Viruelas locas.
Sed. Vómitos.
Sordera. Vista.
Sarna. u
Sudorífico.
Ulceras internas.
Sueldan piedras y lo-
Ulceras de riñones y
sas.
Yegiga.
T Ulceras de los intesti-
nos.
Temblores paroxisma- Ulceras sórdidas.
les. . Ulceras y llagas de los
Tullimiento de nervios. OJOS,
Torcijones de vientre. Ulceras del oido.
Tumores. Ulceras.
Tos. Ungüento célebre.

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X Xarabe del tabaco.


Xaqueca. z
Xarabe de piña. Zumbido de los oídos .

A rbol de la yerba ó " lbiré. oaé. mirí "

Virtude.; del árbol de la yerba. - Crió el Todo·


Poderoso, en estas tierras últimas de la América, este
árbol, tan hermoso y agradable á la vista, como
gustoso y provechoso á sus habitantes. En el olor
de sus hojas, muy semejantes á las del laurel de
Europa, pero algo menores; crece su tronco mas alto
y mas grueso; es cubierto de una corteza lisa blan
quecina 6 cenicienta. Sirve ésta para refinar los tintes
de neg:o, y á falta de agallas y de rasuras de vino,
se puede usar de ella para los tintes y engebes, como
para las medicinas emplásticas con que se pretende
comprimir, desecar, unir y confortar los miembros ·re-
lajados, contusos ó quebrados, por ser muy templado
su calor y constar de partes calientes y frias, como el
arrayan, y asimismo amargas y astringentes ; de suerte
que puede servir en lugar de aquél en todo lo que
fuere cocimiento ; pero, en lo que toca á infusiones,
no, porque tiene en la superficie partes lubricantes y
solutivas ; de suerte que, puestas de parte de noche en
infusion de agua caliente, y colada á la mañana y
tomada con azucar, hace cursar la 1Jurga, tres y cuatro

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DEL PASADO ARGENTINO

evacuaciones, aunque es así ingrata al estómago y


Je desabre.
Socorrió Dios con esta medicina á esta pobre tierra,
por ser mas conducente á ella que el chocolate y
vino á sus naturales habitadores, así como lo es el
cacao en el Oriente; porque estas tierras muy calien-
tes y húmedas causan graves relajaciones de miembros,
por la grave apersion de los poros, y vemos que de
ordinario se suda con exceso, y no es remedio el vino,
ni cosas cálidas, para reprimirlo, y la yerba sí, tomada
en tiempo de calor con agua fria, como la usan ]os
indios, y en tiempo frío ó templado, con agua caliente
templada, y los que la usan con agua muy caliente
y en mucha cantidad, lo yerran, y no les hará mucho
provecho.
Si se toma muy caliente, conviene ser poca la
cantidad, como cuatro ó cinco sorbos, que así conforta
el estómago, pero no hace regir, porque el agua
muy caliente seca las partes térreas y astringentes, y
comprime las vías, causando obstrucciones y ventosi-
dades molestosísimas; de suerte que dan ansiedades
al corazon, falta de suefio y desabrimiento á los
miembros principales, causando movimientos de lujuria
y cólera y melancolía : y todo ello proviene de estar
tapadas las vías, comprimidas de lo astringente de
la yerba. Yo lo he visto y curado en hombres muy
dados á ella con exceso, y muy caliente en todo
tiempo. Llaman en esta provincia mal de ánsias, y
muchos Jo padecen por esta causa, aunque es muy
antiguo por otras causas, como se vé por los autores,
así antiguos como modernos.
ª'

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306 REVISTA PATRIÓTICA

A los indios les es único remedio para las cámaras


de relajacion del estómago, que es la diarrea ó cá-
maras blancas, tomada dos ó tres veces en agua
caliente, muy de matiana, dos cucharadas de yerba,
en un mate, y una cucharada de sal desecha en dicha
agua, 6 mate, despues de haber puesto la yerba y
que haya ella dado su virtud al agua; porque la sal
comprime la yerba, de suerte que no datia las partes
astringentes.
La yerba verde, 6 seca hecha polvo sutil, 6 la
verde machacada, cura las recientes heridas y socorre
á los nervios contusos de ellas, 6 cortados, no deján-
doles entrar pasmo.
Sus hojas verdes machacadas, arraigan los dientes
y muelas que se mueven por corrimientos de calor,
y mitigan el dolor.
Socorre soberanamente á los asoleados, que por la
fuerza del sol y trabajos de caminos, se ven en grave
aprieto de dolor de cabeza y gran incendio de la
sangre y cólera, en este mouo : - Póngase cantidad
de yerba en un mate grande lleno de agua, la mas
fresca que se hallare, 6 déjenla estar á la sombra medio
cuarto de hora en infusion, y al cabo, désele á beber
al paciente la mitad, y, si tiene mas sed, désele la otra
mitad, y en calentándolo en el estómago, háganselo
lanzar, y la yerba mojada que quedó en el mate, se
le aplicará á la frente y sienes y se atará con un
pafio por espacio de hora y media 6 dos horas, y si
del todo no ha vuelto en sí, se le puede repetir el
remedio, menos el lanzar, que es aprobado remedio.
Así mismo socorre á los atolondrados del humo ó

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DEL PASADO ARGENTINO

fuego de las fornallas de metales y ladrillos, 6 cal ;


porque en estas tierras hay varios metales imperfectos,
y en éstos las mas veces hay azogue y otras cali-
dades de vapores muy nocivos al cerebro, como es
el cardenillo, antimonio, azogoe y otros ; y para ba-
jarlos es único el remedio arriba dicho, con solo
mudada una circunstancia, y es: que la yerba mojada
se ha de aplicar á los del humo en la mollera y co-
ronilla de la cabeza, y darles mas cantidad de agua
fria, 6 tibia, á beber, y que lancen dos veces á lo
menos, y asi mismo remudarle la yerba mojada bien
embebida en agua.
Tomándola antes de beber, impide la embriaguez.
Tiénese por tradicion antigua en estos países del
Paraguay y Misiones, que la enset'í.6 Santo Thomé á
los indios.
Consta de partes calientes, en el primer grado, y
de secas en el segundo ; tiene algunas frías en la
superficie, así como el arrayan.

Arbol de oopal ó menjuí - Anguai íbirá-payé.

El Angua1:, 6 por mejor decir el verdadero árbol de


menjuí 6 copal calaminta, hay por todas partes de
estas Misiones con abundancia, por todos sus montes
y bosques. Es dotado de grandes virtudes para di-
versas enfermedades, tanto que los indios, le llaman
lb-irá payé, que quiere decir árbol de hechiceros. Es

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muy poblado de hojas muy lisas y delgadas, á sets


en rama, las cuales todas se miran abiertas 6 medio
cerradas al sol, dejando tapados de él sus ramas y
troncos. Es la corteza hermosa, con ciertas acanala-
duras no profundas. Hay de este árbol cuatro espe-
cies: uno blanco, muy alto, y consta de muy largos
y gruesos troncos, de suerte que es madera peregri-
na para fábricas de grandes iglesias, para tirantes;
madera incorruptible fuera dd agua. En esta especie hay
masculino y femenino, porque el uno fructifica y el
otro no. Estos dos arrojan de sí el bálsamo del
Brasil, pero mas rubio y mas fuerte en el olor.
Las otras dos especies que es el negro, es mas
pequefio de tronco y menos alto. Hállanse en los
yerbales de la Concepcion, el cual picado su tronco
6 medio cortado, expele por la cortadura 6 talla el
perfecto menjuí, como yo lo he tenido en mis manos,
como una libra, que me trajo un indio que fué á ha-
cer yerba, y me dijo ser anguay m.i'n:, mas oscuro de
hoja y corteza mas gruesa, y muy pequefio de tron-
co, y asimismo mas delgado. No lo he visto, solo
de esta noticia.
El polvo de su corteza seca, huele á menjuí, así
quemado como por quemar, y lo que mas es, en par-
tes como en los nudos carcomidos, se halla el mismo
olor, en el polvo de su palo, cuando se va carco-
miendo de su corteza. Después de cortado, dos me-
ses puesto al sol y al agua, se hace un excelentísi-
mo bálsamo para heridas y llagas viejas, en esta
fornia:
Sus vi,tudes: Límpiase muy bien de la hez áspera

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de afuera, y luego se desnuda del palo y se pisa á


medio quebrantar y se pone en tacho grande á cocer,
hasta que le entra el agua, y bien caliente, se cuela
y exprime, y su cocimiento se vá subiendo á punto,
poco á poco, hasta tener punto de bálsamo no muy
duro; porque con el tiempo no se endurezca.
Este bálsamo es admirable para curar llagas viejas
corrupcivas de hueso, liquidándolo con vino, ó con
su cocimiento: puesto con geringuilla en la tal llaga,
de suerte que llegue al hueso.
Jtem: dado á beber una dragma, deshecho en
vino, cura las cámaras blancas, y Jo mismo hace apli-
cado al estómago por estomaticon : cual es mejor el
que el arbol destila de suyo, que es muy eficaz en
confortar el estómago y quitar cualquiera intemperie
fria suya
E] cocimiento de su palo, dado á beber, cura
las llagas internas del estómago, hígado y pulmones,
como el palo santo oloroso, y así wismo todos los
vicios de humor gálico, tan potentemente como el
mismo palo santo, y no dudo que excede al guaya-
can en virtud, y es mas grato al estómago. Esto se
ha de entender del mayor, que es el que por aquí
hay, porque el otro negro no dudo que es mas fuer-
te en virtud, del cual no puedo decir mas que es el
verdadero menjuí 6 copal, y así poseerá las mismas
virtudes de su resina.
El anguai quebrándolo, en lugar de lefia, cura la
intemperie fría del cerebro y asi mismo el zumbido
reciente de los oídos: es su fuego de color de oro,
y apenas echa humo, y lo poco que echa es muy

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310 REVISTA PATRIÓTICA

grato á los que lo reciben, a~í á los ojos como al


cerebro y al estómago. Es muy amigo del hombre,
mayormente su sombra, que es muy dulce al cerebro
y sus hojas muy gratas á la vista. En todas sus
partee; tiene resina 6 bálsamo, porque arde como tal
puesto en el fuego, y su humo es tan sutil y no es
fastidioso.
Su cocimiento dado á beber con miel de abejas,
abre las vías de la orina y menstruo, conforta el
estómago y cura las 11agas 6 úlceras internas de los
pulmones, hígado é intestinos. T omadó por largo
tiempo, desopilan todos los interiores miembros que
por crudeza 6 frialdad padecen.
Sus hojas machacadas y aplicadas con clara de
huevo á las recientes heridas, las cura y une por la
primer intencion, y asimismo socorre á las contusio-
nes de la cara.
El bálsamo que destila de suyo, 6 cortándolo en
parte, es mucho mas eficaz que el artificial; pero no
se ha de disolver ni mezclar con licor alguno; pero
sí á todos comunica su fragancia.

Arbol de gumí-elemí. "Ibirá, isi", en guarani. "lsioá. riba",


en Tupi.

Dos diversos en figura de hojas, tronco y fruto


de árboles del Gumí-elemí, se hallan en esta Améri-
ca, es á saber: el primero que doy estampado en la

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DEL PASADO ARGENTINO 31I

primer estampa, que se halla en las cabezadas del


Uruguay y asimismo en el Brasil; el segundo se
halla en el Paraguay, de donde en abundancia nos
socorren de esta admirable goma. Son frondosos y
de madera sólida, aunque dicen que no sirve para
fábricas, por la mucha carcoma que admite con el
tiempo. Hay blanco y negro de dicho árbol.
Virtudes de la Isz'cá. - Dos diversas is-icás nos traen
del Paragnay, es á saber : blanca y negra. La blanca
es mas aromática y templada en calor que la ne-
gra, muy resplandeciente y trasparente en sustancia,
así como la tn:mentina, La negra es oscura y muy
parecida de color, y así mismo vehemente y nada
agradable su olor al cerebro ; y asimismo amarga y
aguda al gusto, pero muy eficaz en calentar, confor-
tar y resolver los dolores frios de las contusiones y
conyunturas ; muy mas eficaz que la blanca, aunque
ésta no lo es poco : y así las dos desecan con deje-
cacion, mitigando todos aquellos dolores de las con-
yunturas donde se ha meti.:lo humedad y frialdad ,
Confortan asimismo la flaqueza del hígado y estó-
mago, provenida de lo mismo, aplicada á modo de
estomaticon; mezclada con parte de aceite anexo, 6
sebo de toro, á cuatro partes de isii:á, una de lo dicho,
es único remedio en la ceática, en la gota de causa
fria, en las pasiones de nervios y calambres, y en
tapar todas aquellas heridas adonde se tiene espas•
mos, por nervios cortados, 6 contusos, 6 descubiertos,
porque á las claras las desopilan y conservan su na-
tural temperamento.
Lavada 'a isúá, en seis 6 siete aguas que estén

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312 REVISTA PATRIÓTICA

tibias, y, despues de lavada, mezclarle de polvos de flor


azufre una cuarta parte á una onza de dicha isicá, y
hecho píldoras del tamafio de garbanzos, tomando
de ellas, seis 6 siete, al acostarse, es único remedio
á los que padecen llagas internas del pecho, pulmon,
intestinos delgados y gruesos; mayormente á los que
de llagas y piedra en los rifiones, vejiga y vías de
la orina.
No falta quien diga que quiebra la piedra de rifiones,
como lo ví en cierta receta que vino del Paraguay,
de sus virtudes, de mano de cierto médico práctico
de la tierra; pero, no he visto en ella tal efecto; sí
que conforta los rifiones y cura la gonorrea, que es
flujo de semen involuntario: asimismo reprime la
estangurria y las purgaciones blancas, y desopila la
matriz. El cocimiento de su agua bebida á la
larga, tiene casi los mismos efectos y socorre á los
asmáticos de causa fria.
La isicá, sin mezclar con aceite ni sebo, haciendo
pegado de dos partes de ist"cá y una de pez, apli-
cándola hecha emplasto á la ceática, por espacio de
quince 6 veinte dias, es probado remedio, mayormente
la negra, que, como dije, es mas eficaz: pegada á
las sienes quita la emicramia ó jaqueca.
Tiene virtud especial la ist"cá, de atraer afuera las
cosas hincadas en la carne, si la mezclan con el
ungüento amarillo, y de curar las heridas de nervios
y sus punturas, mayormente hecho ungüento, llamado
gumí-clemí.
Mixta la isi'cá con la goma galbano, á las veinte y
cuatro horas sacan afuera todo instrumento, 6 astilla

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DEL PASADO ARGENTINO 313

hincada en la carne, aplicada á la herida , mejor que


otra cosa alguna. Andrés Alcazar, escribe y dice del
ungüento Gumi-clemi: e es admirable en las heridas
penetrantes del pecho y vientre, porque saca las ma-
terias y sangre de lo interno por la herida, curando
la llaga al mismo tiempo: , y es así.
El ungüento gu11. í -clemí, apenas se puede componer
en estas tierras, por faltar algunos simples ; pero, en
su lugar me he valido de la composicion siguiente :
Consuelda mayor y menor, de su raiz, de cada
una, cuatro onzas ; raiz de díctamo blanco y de lentisco
negro, de cada uno tres onzas de sus cortezas; hojas
de arrayan negro, ó sus cortezas, dos onzas; rosa
seca, una onza, todo ello contuso, menos la rosa, se
pone á cocer en un azumbre de vino, hasta mermar
la mitad, y, dejado enfriar, se cuela á expresion
fuerte, en la cual s•·-! ponen, pez griega dos onzas,
pez de Abila, dara y trasparente, cuatro onzas; resi-
na de pino, seis onzas; gumí-clemí z"sirá, una libra;
sebo de toro ocho onzas; todo junto se pone á fue-
go lento, hasta consumir el vino, y se aparta y repo-
ne en bote vidriado.
Este ungüento no solo sirve á los casos arriba
dichos, pero tambien en las quebraduras de los hue-
sos y graves contusiones suyas y de los nervios, como
yo me he valido y me valgo de él.

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El ealeafráe ó Apeterebi

Hállase con abundancia, por todas partes de estas


tierras de las Doctrinas, el salsafrás, que el indio
llama Apeterebí, por los montes y bosques y á orillas
de arroyos y rios. Es palo incorruptible en el agua
y fuera de ella, cortado en menguante de luna electa.
Es aromático y de gusto amargo, sus hojas algun
tanto gruesas y muy sólidas, con un bayo muy claro
por la haz, y por el embés blanquecinas tersas, á mo-
do de plateadas, con un vello tan sutil, que no se
percibe á la vista, solo al tacto se conoce ser vellosas.
En lo alto de sus ramas, carga de tanta copia de
flor, asimismo blanquecina 6 cenicienta y aromática,
que es un pomo de florecitas, sus hojas larguitas y
muy densas, compuesta cada flor de cinco hojitas, las
cuales pegadas secas á su semilla, jamás se caen,
hasta que la semilla está en sazon, con la cual se
vienen á tierra sin despegarse de ella. La cual se-
milla es como un grano de trigo pequefto, algo
larga; y no tan grueso, que el que mas engrosase,
es vara y media de circuito ; pero es madera sólida
y muy útil para hacer de ella cuanto se quiere, así
para barriles y toneles, como para otras fábricas y
torneros.
Sus vz'rtude.,·: Es muy celebrado por las mas de las
naciones, asi bárbaras como domésticas, el salsafrás,
para el mal de piedra, y provocar las retenciones y
supresiones de la orina; y cierto que es tan eficaz y
violento en esta virtud, qt.e es menester no exceder
en su tasa, porque será exponerse á varios trabajos,

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DEL PASADO ARGENTINO 315

como son flujo de sangre por la vía, llagas de veji-


ga y carúnculos por todas las vias que hay desde
los riñones hasta la punta del caño, como lo he visto
y curado dos veces, á personas que se lo dieron en
cantidad muy exorbitante, como cuatro ó cinco dosis
de una vez. El modo de usarlo es como sigue :
para curar y quebrar la piedra y curar las llagas de
los rifiones y vejiga.
T 6mase dos dragmas de astillas, muy delgada-
mente cortadas, de las del corazon del palo, quiero
decir, no de lo blanco de junto á la corteza; pónese
á cocer en una olla de plata, ó de barro vidriado, en
cuartillo y medio de agua, y cuézase hasta mermar
casi la mitad, y al apartado del fuego se le echan
dos hojas de borraja, 6 unas cuatro ramitas de cu-
lantrillo, estando así por un rato, al cabo del que
esté para poderse beber, se le añade dos onzas de
azucar y se toma abrigo, porque provoca un leve
sudor por todo el cuerpo. Puede pasearse 6 sentarse
en aposento abrigado, y si es sujeto flaco de estó-
mago, désele medio cuartillo por la mafiana y otro
medio á la tarde, siempre algo caliente, qué es único
remedio en quebrar la piedra y expelerla á expulsion;
pero esto se supone que el sujeto que toma estas
bebidas, debe estar preparado con jarabes, sangrías
6 purga, segun la necesidad que pide la replesion
con que se hallare, porque en cuerpo pletórico, es
de mas peligro el tomar semejantes diuréticos fuertes,
que de alivio; porque abonan cantidad de humores
á las vías, junto con las piedras 6 arenas, que del
todo tapan y sofocan, y en breve se sigue la muerte.

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Estas se toman segun las fuerzas del enfermo,


6 interpoladas ó consecutivas, y así se deja siempre
á la discrecion y buen juicio del que cura.
ltem: para curar con mas seguridad las llagas 6
úlceras de los rit'iones y vejiga, se puede mezclar 6
poner raíces, dos onzas, á cocer con lo arriba di-
cho.
Jtem: el modo con que yo la he usado en uno que
padecía este mal, es como sigue: salsafrás dos onzas
de su astilla, algo gruesas, puéstolas á cocer en un
tacho cstat'iado 6 en olla limpia 6 vidriada, en dos
azumbres de agua, con cuatro onzas de cortezas de
raíces de achicorias, se cuecen los dos igualmente
hasta que las raices muestren estar cocidas, y enton-
ces se aparta, y de esta agua se toma por la mafia-
na un vaso caliente con un terroncillo de azúcar, y
por la tarde, como á las cinco, otro vaso no lleno, y
uiando de esta agua por quince dias, despues se toma
solo de apeterebí, que es lo simple que se hace echan-
do á dos onzas de apeterebí, seis azumbres de agua,
y que dé un hervor, 6 dos, como tres credos. Se le
puede echar unas cuatro cortezas de raíces de achi-
coria, 6 unas dos de borraja, y esta apartada del fue-
go, dejarla enfriar en su tinaja, echando dentro dichas
astillas, pero no las raíces, y de esta agua se bebe
la necesaria, así á las comidas como entre día. Es
probado remedio para curar la úlcera de rifiones y
vejiga, porque mundifica y encarna con admiracion
dichas llagas, y continuando por largo tiempo, las
encora.
¡Ojo! No hagan este cocimiento en cosas de cobre

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DEL PASADO ARGENTINO

ni laton, por limpio que esté, porque adquiere Jo cor-


rosivo de] cobre, entonces es muy dat\oso á lo inter-
no y violento á las llagas.
Es caliente en e] segundo grado y seco en el ter-
cero. ,

1. En el tomo II, concluiremos la insercion de la obra del hermano


Pedro Montenegro.

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ÍNDICE DEL TOMO I
P!G.

ll'ITR0DtTCCI0N.
DICT ÍMlUfBS DESA.TBNDIDOS ••.•• , •••••••• ,,., . ..... ............ •,.. 1
Dictámen del Sr. Procurador de la N acion . • • • . . . . . . • . . • • . . . . . . • . 2
Dictámen de la Comision de Peticiones de la C'ámara de Diputados. 3
Informe del miembro de la comision doctor Zambrano en la sesion
de 9 de setiembre de 1886...... .. . .... . . . . . . . . ..•... ..... .. . .. . 4
Los LIBROS PA.RROQUU.LES -· Su importancia histórica y científica.... 6
EL CA.R..lCBIR! M:111.t-¿Unico remedio contra el cólera morbll.11?.... 11
Gengibre silvestre - Carachirá mirl........................ .... • • • • 12
P11sTKS 6 EPIDEMIA.s-Cronología de sus invasiones sobre Buenos Aires 16
EL DOCTOR FBR?JA.NDBZ DE AatlERO- Genealogía de su ascendencia 87
Suplemento de lo mucho quE> falta en v11rio~ libro~ parroquiales, etc 38
LA. YERBA IPESBN................................................... 50
Loa A.PBLLID0S, ......... ••••• .. •••••••••••••••••• •••••••••••• . ..... 53
EL CA.PITAN FJ:RNA.NDBZ LOBO . ...... ... . ... ........................ 66
Comision al capitan Nuiio Fernandez Lobo......................... 57
Ratificacion por el gobernador Dávila.......... . . . . • • • • • .. • • • • • • • • 59
IGNA.C[0 FJ:RNA.NDBZ DB AGÜBRO... •• . .. ..... •• • .. • . . • . •• . • ... • . • .. • 60
Primer nombramiento de familiar de la Inquisicion.. . . . . . • • • • • • • • • • 62
Nombramiento de familiar del Santo Oficio.... • • • . . . . . • • . • • • • • • • . . 64
Título y merced de encomienda de indios serranos..... . . . • • . • . . . . 65
AMA.DOR FBRNA.NDBZ DB AGÜERO .•. . •...•....•..•....•• , ••..•. .,.... 76
Nombramiento de ca pitan de carabinas,....... • . . . • • • • • . • .. • • . . • • 77
Certificacion á favor de Amador Fernandez de Agüero............ 79
Carta á S. M. á favor del mismo capitan..... . .................... 80
Ec. P . To1us FA.LXNBR-Datos biográficos, impatacion infundada etc. 83
Do1" PBDRO ANDRÉS GA.RCIA. - Sus trabajos topográficos inéditos.... 87
Indice de planos é informes elevados al gobierno . . • . • . . . . • • . • . • . • 89
Nota del coronel Garcia al gobierno............................... 90
Nota del mibmo al cabildo de Buenos Aires...... ... .. .. ... . . .. .. 94
Partido de las Conchas.... • . • • . . . . • • . • • . . . . • . . . • • • . • • • . • .. • • . . • • 96
Partido de San Isidro.. . .. • • . . • . . . . • . . • • •• • • • • • • • • . . . • • . .. • .. • • • • 110
Reconocimiento del rio de las Conchas ..••.. ,.............. . ...... 126
Borradores de notas pasadas al gobierno.......................... 131
Carta del coronel Garci11 al aetior Rivndavia...................... 185
EL NOMBRE ACA.Y ....... ,........ . ...... . ........ • • • • • • • •• • • .. • • .. 137
Ec. NOHBRB TtrBICBA.MINI - Estudio sobre su significacion etc........ 141
Carta del Doctor Don Ju11n Mariu Gutierrez..... .. • . • • . ....... . .... 141
Conteatacion á 111 cnrta precedente • . • • . . • • •• • . .. .. .. • • . • • • • . . • .. .. • 143

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320 REVISTA PATRtÓTICA

Como• diatinguian laa naciones loa indios gu11ranís. . • . • • . . . . . . . . . . 148


Fau.s - Precursor de Tine, juzg1mdo á Bonaparte........ . .....
J:4'Bt.IX 161
El egoiFmo......... . . ••• •• • • • . . •• • . ••• •• • . ••• . • • •• • ... •• • • .... . • 162
Ju.u· DB G4B4Y -Sus servicios en el Peniy Río de II\ Plata ........ 166
UK4 0ONJ&TU&A-¿Cuál fué la patria de Juan de Ga::-ay? ........... 166
DocUKBll'TOS INÉDITOS - Sobre límites argentino-paraguayos . • .• . •. . liO
Cartas y copias de la Secretaria de R. E. .. ......................... 170
Puntos culminantes ..................... ,. .• .• .. . . • . • .•• • •• • • •• •• 178
Obse"aciones y documentos para el doctor Quintana ...•...... , • • • 174
Documentos comprobantes •...• , •• ,......... . • •• • • . • . . • • • • . • •• . • •• 179
DtOOIOlf ARIO D& 4PUNT A.lll&KT06... . • • • • • • . • • • • • • • • • • . • • • • • . .. • . . . • . 197
Primer extracto - A................... • . . . • . . . . . . . • • . . . • . • . . . . 1{18
Et HBBIIANO MoNT&NllORO - Su materia médica misionern... 268
Dedicado á la serenísima reina de los siew dolort•E,.... . . . . • • .. • • 260
Prólogo al lector. • • • • • • • . .. • • • . . . . . . . • . . . .. .. . .. . • • . • • • • • . • . . . . . . 268
Modo de recoger las plantas - Advertencias necesari ..s. . . . . . . . . • . . 270
Eaplícase la virtud y modo de conocer las plantas, etc.. . • . • • • . . . . . . 278
Advertencias necesaria~ para el uso de las planta$. . . . . . . . . . . . . . • . • 283
Esplicacion de loa voc11bl01 de esta obra por el órden de A, B, C... 28-i
Tabla de los nombres de árboles y yerba3, en cMtcllano y tn¡,í.. . . . . 291
Tabla de dichos nombres en guaraní y tnpf... . ... . .. . . . . . . . . . . . . 294
Tabla de las enfermed11des que curan los simples que contiene este
libro • • .• . . . • • . • . • . . . • • . • . • . . • • . . • • • • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . 297
Arbol de la yerba O .lbird. ca4 miri...... . . • • . . . . .. . . . . . . . . • • • • • . • • . 304
Arbol copnl ó menjuí -Anguaí ibird.·payé.. ••• •• • ••• ••• . . • . •. • . • . . . 307
Arbol de gumí-elemí. .lbird.•isi, en guarnnf. Isird-,·iba, en tupí...... 310
El salsafrás ó Apeteribí.. . . . . . . . • . . • .. • • • • • • • • • . . . . .. . • .. .. . . . . . 314

ERRATAS NOTADAS

Piglna Linea Dio1 Uue


9 31 1747 1647
56 9 a familia la familia
83 24 an and
167 21 reunido rendido
168 24 Yarages Jarayes
171 25 Vegodet Vigodet
173 19 Remolines Remolinos
175 tú tentativos tentativas
178 29 tdi ponideti., uti possidetis
179 6y9 Soncllora Somcllera
197 5 adoptar adaptar
262 9 perigollo pingollo
262 12 perigollo pingollo
259 16 un libro su libro

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REVISTA PATRIÓTICA
DEL

PASADO jlRGENTINO
POU

11NUEL BIC1RDO TRELLES

Pero, qu6 quiere vd I á mu del cigarro y


del mate, hemos de tener otros vicios, para
completar el triángulo de nuestra perdicion;
y ese tercer lado ftaco, es la manía de em-
barrar papel que nadie lee.
'J- M11ri11 G#til1'fftl,

TOMO 11

BUENOS AIRES

Imprenta EUROPEA, calle Moreno y Defensa

1888

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EL HERMANO MONTENEGRO

SU MATERIA MÉDICA MISIONERA (1)

Oa.ña-fístola. solutiva. -"Ibopé ca.tupín ehéba.é." Oa.ña. fístola.


silvestre-"Ibopé gua.zú ehéba.é"

Dos diversos árboles de caña-fístola produce esta


América: el uno es el de nuestra caña-fístola soluti-
va, el cual ordinariamente se halla en los reinos del
Perú, en Santiago de Chile, Lima, y en algunos
valles templados del rigor del frio.
La segunda especie se halla á las orillas del rio
Paraguay, rio arriba, la cual, así en figura como en
grandor, grosor y aspereza de su caña, es muy des -
igual, como asi mismo en el olor y sabor, porque
despide de sí un olor pesado al cerebro; el sab,1r es
ingrato, entre lo estercivo y amargo, aunque en
medio de los dos se percibe un dulce ingrato, como
insípido, del cual adquiere la parte solutiva que
posee , que no es inferior á nuestra cesia ordinaria,
(1) Véase la pág. 258 del tom. l .

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4 REVISTA PATRIÓTICA

y casi me atrevo á decir, la sobrepuja, sino es que,


por ser reciente ó fresca, fuese tan vigorosa; porqce
á la verdad, no ha llegado á mis manos esta cilaca-
sia solutiva verdadera, fresca, ó de pocos meses cogi-
da , como llegó la que digo del rio Paraguay , que,
haciendo la prueba en mí mismo ~ de las dos halle
ser muy inferior la de Chile, pero mas emoliente y
mas grata al estómago su pulpa.
Tiene la cafia fístola de estas tierras, las hojas
largas del largo de la cafia que está cortada, propor-
cionalmente anchas, á forma de moharra de lanza
puntiaguda, del anchor de dos dedos ; la flor en la
punta de los ramos, á modo de espiga arracimada,
unas florecitas muy encarnadas, como tambien lo son
las venillas que componen la hoja, mayormente la de
enmedio que va á lo largo de ella, y las trasversales
asi mismo rubicundas ; su hoja es delgada y suave al
tacto ; su fruto es largo de dos codos, del grosor del
brazo de un nifio de cuatro afios, por lo alto del
codo, con sus dos costuras, como la otra cat'ia -fístola,
aunque mas sobresalientes en anchor y grosicie, prin-
cipalmente la mayor que hace como dos repulgos
elevados, como costura de sastre, remachada en todo
lo interior, guarda el orden de cat'ia. fístola, así en las
rótulas y custodias á que está pegada la pulpa, co•
mo en color y figura de las semillas, las cuales, pro-
porcionadamente á la vaina, tienen el grandor como
aquellas de los tamarindos, algo menores. El arbol
es muy alto, grueso y frondoso, su corteza blanque-
cina á modo de ceniza.
Las virtudes de la c:asia solutiva - En tiempo de

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DEL PASADO ARGENTINO 5

Dioscórides, no se sabe hayan descubierto la cafia-


fístola. Mathiolo, que escribió primero que Laguna,
ya trata de ella, y Laguna en su comentario trae dos
diversas cafia-fístolas, la una con nombre de virgilia-
na, y la segunda ron el de coronaria. La virgiliana
es la de la estampa, que es la que hoy anda en uso
de medicina. La coronaria tiene el tronco cuadrado,
las hojas como las del romero , su fruto colorado y
redondo, el sabor y olor tirante mucho al de la
canela, de adonde tomó en su principio el nombre
de cásia: de todas ellas, la mejor es la que dejo
dicha, y de aquesta la mas gruesa y larga, maciza ó
pesada, la que no es nudosa de corteza, la que to-
cando una con otra, no suenan sus semillas, la que
es sucia por defuera y pingüe por de dentro , y !a
que su pulpa es templada, entre calor y frialdad, y
húmeda en el grado p1 imero.
Mathiolo dice ser remedio muy seguro en el prin-
cipio de todas las enfermedades que provienen del
calor; porque, limpiando el estómago y vientre, es
mas segura y acertada la sangría.
Laguna dice: clarifica la sangre, refrena el ardor de
la cólera y purga ligeramente los humores coléricos y
flemáticos que andan vagando por el cuerpo, vientre
y estómago. Empero, habiendo grande espesura 6
crasicia de humores, no se debe dar sola I sino acom-
pat'iarla con mirabolanos, ruibarbo , agárico 6 escamo-
nea ; porque I por su lentitud, no tiene fuerza de mo-
verlos á expulsion , y quedándose con ellos dentro
infiltrada , causa graves accidentes y torcijones de tri-
pas y estómago; y poniéndole uno de los arriba di-

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6 REVISTA PATRIÓTICA

chos, será única purga y dejará grande alivio; y de


detenerse causa grandes dolores de tripas y ventosi-
dades al estómago, que parece toda ella se convierte
en ventosidades.
Es la caña-fístola lenitiva del pecho, templa el ca-
lor de los riñones , mitiga el ardor de la orina, pre-
serva de criar arenas y piedra de riñones y vejiga,
hace dormir á los febricitantes y frenéticos, por lo
cual se suele dar de ordinario á los que desvarian;
mezclada su pulpa con aceite de almendras dulces y
tomada , es útil á -los que padecen retencion de orina,
y si se bebt! con cocimiento de orozús ó hinojo, 6
anis, hace orinar en breve y limpia de arenas los
riñones y vejiga.
Tomada con cocimiento de orozús y culantrillo,
resuelve las inflamaciones del pecho y tragadero,
Es utilísima en las calenturas ardientes que desecan
mucho los cuerpos; untando por defuera á las infla-
maciones externas que salen al cuero, las cura, prin-
cipalmente la isípula (la erisipela) 6 fuego de San
Anton.
Hay autores que dicen que, si uno, antes de comer,
tomase de ordinario tres dragmas de la pulpa de la
caña - fístola, que jamás criará piedra, ni padecerá do-
lor de estómago.
No se puede dar á los que padecen flaqueza de
los intestinos, 6 tripas, ni á los muy lúbricos de
vientre ó camarientos, porque les es dañoso.
Su dosis : á los robustos cuatro onzas, á lo menos
tres : y á los flacos dos y media.

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DEL PASADO PRGENTINO 7

Palo santo negro ó "Ibirá Ucai "- Algarrobilla


Guayacan ó "Ibirá ehé."

Cuatro diversas especies de guayacan he hallado


en estas tierras : dos en Tucuman y otras dos en estas
Misiones. La primera, el Tucuman, la llaman los
espafioles guayacan, y los indios qu·i'ebra hacha, por
su gran dureza, á la cual llama el guaraní lbirá- uca·i
Bibaé: es cierta especie de algarrobo negro.
La segunda especie que hay en Tucuman, llamada
tarco, que en guaraní llaman ....... .
El tercero, que es el que aquí doy por estampa,
llamado en guaraní y tupí Ibirá ehé, y de éste es el
que he usado en medicina, y es el propio que en
Espafia he usado y visto usar, llevado del Brasil.
La cuarta especie de palo santo, es el que en
Tucuman nos traen del Chaco, cuando Yan á corre-
durias 6 malocas de mocovies ; y los del Paraguay
nos los traen cuando ván á las <le los guaicurús, el
cual es muy aromático y resinoso. Estoy esperando
sus ramas y modo de dibujo, para decir algo de sus
admirables virtudes. Si me la trajeren podré dar su
estampa.
Advierto que el indio de estas misiones , á los cua-
tro diversos árboles , á lo menos á tres, llama Ibz'rá-
ucai·; pero solo en medicina se ha de tomar el negro
de corazon , que es esa estampa segunda , que, cier-
to, es guayacan seguro, como he sabido en Tucu-
man sanaron varios que lo tomaron; y lo mismo en
Santiago del Estero el llamado tarco, aunque lo ten-
go por sospechoso guayacan, por hallar en él las partes

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8 REVISTA PATRIÓTICA

que tiene el guayacan; pero, en la obra de curar gá1ico,


dado que no lo sea, es eficaz, y hasta las llagas de par-
tes vergonzosas, curan con solo el lavatorio del cocimiento
de sus hojas, 6 con los polvos de ellas, con admiracion,
segun me han informado varios.
Sus vZ:'rtudes - El cocimiento del guayacan bebido
por largo tiempo , cura la llaga de los pulmones, me-
jor que otro remedio alguno, como lo tengo por
experieneia, asi en mi, como en otros muchos, que
de asistir á tísicos y visitarlos, la contrtlgimos en el
colegio de Córdoba, y viéndome ya como desaucia-
do, revolviendo libros y autores para curarme, hallé
en Riveiro, como Ascensio, insigne médico en Fran·
cia, curó á muchos con el cocimiento de guayacan,
bebido por largo tiempo . Riveiro, verbo Tisis,
Laguna, verbo Guayacan, dicen curó á diez y siete
que con esos peradatos echaban los pulmones por la
boca hechos pus ó materia, y viendo yo las partes
del palo santo del Guaicurú, y juzgado era mejor que el
guayacan, usé de él, y no me engafíé; porque con
mayor eficacia y en menos tiempo, y con mayor fir-
meza se cicatriza, y mejor es la resina del palo : dos
onzas hecho menudas astillas, puesto en infusion de
diez y seis cuartillos de agua, y despues de doce
horas, se pone á herbir hasta mermar la cuarta parte :
ésta se toma á las comidas y entre dia, no usando
de otra bebida alguna, y que la comida sea asado y
guisados de carnero, aves asadas y guisadas, codor-
nices, perdices, palomas torcaces, tórtolas, pa¡,agayos,
faisanes, ó yacús en lugar; y en fin que se guarde
de todas frutas, menos las ásperas y astercivas, como
algarroba, guayabas 6 arazás de las pequen.as, mem-

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DEL PASADO ARGENTINO 9

brillo con vino y canela. Las frutillas de los mirtos


arrayanes, conducen mucho, y semejantes. La goma
se toma de cuando en cuando, peso de un real plata
de su polvo en algun licor, 6 con dicha agua.
El cocimiento· de la corteza 6 palo del guayacan,
ó palo santo negro , cura las llagas gálicas de todo
el cuerpo, con solo lavarse á menudo con él y be-
biendo al mismo tiempo su agua 6 cocimiento atrás
dicho, y asimismo los otros tres, como dejo ya
apuntado, mayormente el del Guaicurú y el llamado
tarco, aunque éste por bebida no lo he querido usar,
por no estar en uso de medicina en los autores, solo
he usado de él en las llagas por defuera ¡con admi-
rable suceso!! asi en llagas cavernosas, como en las
manifiestas, y en las del hígado y partes internas, he
usado de los dos ya dichos que están en práctica
per t'ntus sumplionem, por largo tiempo.
Cura asimismo el cocimiento del guayacan, laván-
dose con él á menudo, la tina seca y postillas de la
cabeza, y la morfea 6 mal muerto, untándolas antes
y despues de lavarse con aceite comun, 6 caracú
mt'ri, que es el tuétano de los nudillos de las manos
y pies de las vacas, y con éste he visto mejores su-
cesos en dicha tina seca.
ltem - Cura con admiracion la tina húmeda 6
achoras, la legia hecha de la ceniza de todo el palo
6 ramas, untándose asimismo antes y despues como
arriba dicho, y á falta de los dos sirve la orina pro-
pia, acabada de orinar, para deshacer el bisco de las
materias. A muchos, despues de lo dicho, les he lava-
do á lo último con el agua del palo, cociendo en

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10 REVISTA PATRIÓTICA

ella unas dos cebollas de azucena y dos onzas de


fumaria, y con felicidad. á los tres meses, quedaron
libres, procurando purgarlos y sangrarlos, siendo ne
cesar10.
Jtem - La goma 6 resina de los dos, es único
remedio á los disentéricos y flujos de vientre, toman-
do de su polvo una dragma en agua caliente; y si el
flujo proviene de cólera, ó demasiado calor, se toma
en cocimiento de rosa seca, ó de llanten. Si pro-
viene de frialdad y humedad del estómago ó hígado,
se toma en vino ó aguardiente.
Jtem - El cocimiento de la resina, tomada seis
onzas de agua bien caliente al acostarse reprime los
ahogos del asma, mezclándose una media onza de
azúcar cande, ó tres cuartos de onza: y en fin, mixto
el guayacan con la aristoloquia rotunda, no hay mal
frances que no cure, y todas las enfermedades de
reumas fria~, como diré en el capítulo del palo santo
del guaicurú aromático, haciendo bebidas magistrales,
segun la necesidad y sujetos, ó complicacion de mor-
bos.

A rrayan silvestre ne~o ó " Guabiyú "

El arrayan montano que nos pinta Dioscórides,


llaman aquí los indios guaó1yú, y en el Tucuman mallo,
es el mejor de cuantos hay en el uso de medicina,
como lo dice Andrés de Laguna en su comentario.
Hay en estas partes de las Misiones, varias especies
suyas, muy diferentes en figura y grandor, como son:

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DEL PASADO ARGENTINO I I

guabiyú guazú, guab1~1ú mirí, añangapi,rí guazú, añan-


gapirí mirí, y cada una de estas especies divídese
en blanco y negro. De ordinario el negro es mas
alto y mas aromático, y mejor para el uso de medi-
cina: su flor mas aromática y su fruto mas confor-
tante y mas cordial: úsanlo muy poco los indios por
no saber sus virtudes y modo de usarlo, aunque les
es muy gran remedio á su naturaleza y á las enfer-
medades que padecen, pues no dudo que, si lo pu-
sieran en uso, desecharan la yerba que tanto estiman.
Nace por los montes,, arroyos y por las campafias
adonde hay minas de piedras 6 por los cerros de
serranías, como por San Javier y Santa Maria.
El guabiyú es árbol de mediano grosor y gran-
dor; pero muy sólido y fuerte é incorruptible, exce-
lente para torneros y estatuas pequeñas .
Sus cortezas, hojas y fruto verdes, machacado:; y
bien cocidos, refinan y aferran los tintes de negro;
mezclados en las tintas, el mejor de todos es el gua-
biyú grande negro, el que tiene la hoja gruesa con
espina en la punta, y de éste se debe coger el fruto
para el uso de medicina, y asimismo la hoja porque
es el superior en virtud, aunque á su falta se puede
coger el del a1iangapiri guazú, que es mata peque-
fia, que es lo que digo nace en cerros, 6 á sus fa].
das, sobre minas de piedras de cobre.
Su fruta es comestible y muy amiga de los estó-
magos flacos, así la del guabiyú como la del afianga-
pirí, mayormente aquellos que por demasiado calor y
humedad, se relajau ; ¡ cosa digna de reparo ! que su
fruto á m,.:<lio sazonar comido, y masticando bien los

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12 REVISTA PATRIÓTICA

hollejos, tragando su zumo, á las tres veces que se


hace, ataja la diarrea, que son cámaras blancas, por
relajacion de estómago, siendo asf que consta de mas
frialdad que calor en el misto contrario de sus facul-
tades 6 virtudes.
Sus vz:rtudes. -La flor del arrayan 6 guabiyú, co-
cida y hecha conserva, es único remedio contra los
flujos que provienen del celebro, por flaqueza y relaja-
cion del estómago, tomada onza y media al acostarse,
ó antes de comer y cenar, ó al fin de la comida, con
uno ó dos sorbos de vino generoso tras ella. Así
mismo socorre todo flujo de vientre, que provenga
de relajacion de los miembros de la coccion, sean de
calor ó de frío, y si se le mezcla alguna flor de
romero, al hacer la conserva, 6 la tintura de romero,
es único remedio para todas las pasiones frias de los
miembros principales, mayormente del estómago, híga-
do y celebro, tomando tras ella agua de canela, 6
de anis, en lugar de vino, ó el vino segun mejor sea
acomodarse á la complexion de los enfermos.
Su fruto, cogido en sazon, y puesto á secar, qui-
tado los granillos, y guardado en parte seca, es
único remedio á las de disenterías, tomando por bebi-
da el agua de su cocimiento. Cogido verde, es mas
eficaz para cualquiera flujo de vientre, asi bebido su
cocimiento, como echando cristeles ó ayudas.

Arrayán negro menor. "Ibaúh ó Guabiyú miri"

El ibaúlt 6 gnabzyú mirÍ, es la segunda especie de


arrayan montano negro. Nace muy de ordinario á

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DFL PASADO ARGENTINO 13

las orillas de los arroyos, en partes húmedas pedre-


gosas, y así mismo á las orillas de los montes, en
partes bajas y húmedas, con abundancia : su corteza
es tersa y blanquecina, muy semejante al mayor, y
sin espina en la punta, y así mismo mas húmedas
al tacto y mas lisas : sus flores son blanquecinas,
tirante un poco al color amarillo, y muchas juntas,
á modo de racimo, 6 pomo : su fruto es asimismo me-
gricante al sazonar, pero mucho menor que del gua-
/H."yú guazú 6 arrayan negro montano, que es el esti-
mado en medicina, y aunque se puede tratar de las
dos especies debajo de la primer estampa, como lo
hago con otras plantas en esta obra, por llamar el
indio i'baúh, muy de ordinario, á toda frutilla negra,
y de estas hay varias, no quise que se confundiesen
en tomar una cosa por otra, y asimismo por poner
algunas virtudes especiales suyas, que piden mas
atencion y son muy especiales y necesarias en muchos
casos.
Sus vi'rtudes.-Además de poseer todas aquellas
dotes y virtudes del guabiyú guazú, escepto que no
es tan confortante, en los casos que pide confortar
calentando, por ser mas frio y mas astercivo en su
cualidad, pienso posee partes mas gruesas y terreas ;
todavía la esperiencia muestra que, en casos de gran
ardor y calor, sin ser nocivo en los casos de frialdad,
da mayor y mas breve alivio á las partes dolientes,
como en las contusiones de golpes, en las fracturas
y dislocaciones de los huesos, que, cierto, deja al
mayor muy atrás, y, con no pequefio sentimiento mio,
le pongo el nombre de menor, porque, cierto, pida

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]a Jey de ]a verdad y justicia, sea e] mayor en e1


nombre, pues lo es en las virtudes; pero, por no
invertir e] orden y modo de los otros autores, como
es Dioscórides, Mathio]o, Laguna y otros varios, como
tambien por no invertir e] nombre que le dan los
naturales, que es guabiyú mirí, que quiere decir arra-
yan menor. Sucede á esta nob]e planta lo que sucede
e] dia de hoy á muchos hombres en e] mundo, que,
siendo de virtudes y cualidades muy superiores, aptos
para gobernar provincias, repúbJicas y reinos, no se
hace caso de ellos, por verlos en estado bajo y hu-
milde, echando mano para tales cargos de los grandes
y activos, muchas veces llenos de ambicion y de sober-
bia y de otros muchos vicios como lo muestra la
esperiencia ; porque, con su mal ejemplo, arruinan las
repúblicas, y con sus vicios corrompen las costumbres,
que, á valerse de los humildes y al parecer despre-
ciados, todos estos inconvenientes se evitaran, hubiera
paz, tranquilidad y bonanza en los gobiernos. No
por lo dicho pretendo vituperar las virtudes admirables
de que es dotado nuestro arrayan mayor ó guabz;,,ú
guazú, si pretendo decir al lector, que, de ordinario,
en las plantas me~ores y pequei'ias, y aun en las
ra'itreras y abatidas al suelo, vemos de ordinario exe-
lP.ntísimas y eficaces virtudes; como es de contra
yerba ó taropé, la acetosa mayor ó ibiá guazú, la
yerba del pollo, que el indio dice caá yupé, el isipó
de cu]ebras ó de vívoras, que tienden sus ramas y
hojas por la haz de la tierra, no sin cierto misterio,
que parece 1as dotó su autor con dotes muy supe-
riores, como humildes, negándo]os á muchas muy

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DEL PASADO ARGENTINO 15

lozanas y engreídas, como altivas y soberbias : muy


lozanas y lucidas así en flores como en hojas, pero
muy vacías de virtudes, y lo que mas es, muy dafio-
sas y nocivas, como son los floripondios y otras
muchas que yo conozco, y por sus perniciosas cuali-
dades dejo en silencio; pues casi todas ellas son ve-
nenosas, que de éstas ni nombrarlas pretendo, porque,
como dejo dicho, es cierto que no conviene, porque
dado caso que al que lo lee no haga dafio, por su
mano puede hacerlo diciéndolo á otros por modo de
amistad 6 confianza, y con dichas confianzas 6 amista-
des, de ordinario pára la noticia en ánimos crueles y
vengativos, de adonde se han seguido la muerte á
muchos. Y o de sola una planta trato, y de ello casi
estoy arrepentido ; pero, viendo el grande uso que
tiene en esta tierra en comer su fruto, me ví como
obligado á ley de religion á decir su bueno y su
malo, que es la planta de guembé.
Es pues nuestro arrayan menor, poco conocido y
alabado en estas Misiones, único remedio en los flujos
de vientre que proceden de calor, como es el flujo
de sangre del hígado, la disentería, y en toda fluxion
colérica y sanguínea del vientre por inflamacion 6
replesion de los miembros internos.
Tomando el cocimiento de sus cogollos bien cocidos
en agua ó en vino misto con el agua, como cuatro
onzas de su cocimiento, cuatro veces en las veinte y
cuatro horas.
A un cuartillo de agua se pone una onza de sus
cogollos machacados y hierve hasta mermar la tercera
parte ; apártase y déjanse las hojas dentro hasta que

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se quiera tomar, que eche un poco de vino encima,


si hubiese gran dolor en lo interno, y un poquito de
azucar.
Así mismo se echan ayudas del cocimiento de sus
cogollos 6 cortt:zas, puesto doble cantidad de la ma-
teria, y al colarse, se le afiade un huevo con clara y
yema batido, 6 dos, y unos granos de sal, se echan
lavativas que detienen el flujo, cierran las venas dis-
laceradas de su corriente y mitiga los dolores, refres-
cando con confortacion todo lo interno. Es aprobado.

Arraya.n blanco montano ó " Afl.a.ngapirf mirf "

El Añangapiri guazú, que quiere decir grande, es


un arbolito muy pequefio, su fruto del tamafio de una
cereza garrafal, y á veces mayor, es el arrayan blan-
co, que por los bosques y arroyos hay cantidad de
árboles mayores, que llama el indio Añangapiri mir/,
porque su fruto es muy pequefio, aunque el árbol es
grande. Tiene el añangapi'ri guazú dos especies :
uno crece como una vara y media de alto, y el otro
como una tercia, y de ordinario en tierras sobre can-
teras de piedra 6 cascajosa. El mas pequefio es mas
eficaz en restrifiir y confortar, de suerte que iguala al
fUabiyú 6 arrayan negro, aunque no tiene partes tan
frias; es mas caliente, lo cual se conoce en el olor y
sabor y en sus efectos, en curar contusiones y cáma-
ras de relajacion y de los miembros particulares con-
tusos, como el arrayan, pero con mas brevedad su

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DFL PASADO ARGENTINO 17

operacion, de donde se experimenta ser mas caliente


6 mas útil, y por tanto me pareció poner aqui su
dibujo, para que se puedan valer de él, por hallarse
mas á mano y mas cercano á pueblos, y de ordinario
en las huertas.
5us virtudes : La frutilla del A1íangapz'rí, es mas
sabrosa y de mejor olor que la del Guabzyú, de color
naranjado, tirante á colorado. con ciertas rayas 6
hendiduras, á modo de las conchas; consta de uno 6
dos huesos y tiene su coronilla á modo de la del
Guabiyú. Comida, conforta al estómago relajado y
restaura el apetito perdido, confortando los miembros
de la coccion. Puédese hacer de ella conserva, para
guardarla para entre afio.
ítem: sus hojas tostadas y secas, hechas pedazos
en las manos, tomándola como se toma la yerba mate,
estanca las cámaras de sangre y las de relajacion del
estómago, mayormente si se le echan unos granos
de sal; y es mucho mas grata al estómago que la
yerba.
ítem : la corteza de sus raices machacada y bien
cocida, con un poco de rosa seca, es único remedio
en estancar cualquier flujo de sangre interna, y echa-
da por cristel, las cámaras que por acrimonia llagan
los intestinos; afiadiéndole unos dos cogollos de ro-
mero, cura la llaga del intestino recto, echando lavativas
á menudo; pero si la causa es muy ardiente, será
mejor en lugar del romero, mezclar llanten, ó dos
raices de fina guazú, que es una especie de acedera .

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18 REVISTA PATRIÓTICA

Guayabas ó " Arazá guazú "

Hállanse por estas misiones del Paraná y Urugnay,


cuatro especies de Arazás, unas grandes de fruto y
hojas semejantes á la de la estampa, otras menores
de hojas y frutos, pero su arbol es mas alto y mayor,
como de seis varas de alto. Hay otra especie muy
semejante á éstas, pero silvestre, á las orillas de los
montes, por las campañas; su fruto algo amarillo por
defuera y encarnado adentro. La cuarta especie es
la menor de fruto, tambien silvestre; llámala el indio
arazá mirí; es menos fría que las otras tres especies;
su arbol es distinto en hoja y figura.
La primera, su arbol crece á modo de matorral,
echando muchas ramas en contórno de su raiz, dividi-
das ; es redondo su fruto, del tamafío de un huevo
de gallina grande, 6 muy poco piramidal ; su flor es
pequeña de hojas, y tira á ceniciento claro, de cuatro
hojitas; tiene virtud estítica, mayormente despues de
seca.
La segunda es menor de fruto, del tamaño de peras
cermefias; es mas clara de color, tirante á pálido 6
blanco rosado; es menos fria y menos agria, y menos
estítica que la primera. Estas dos son las que de
ordinario se hallan en las huertas y chácaras de los
indios.
La tercera especie, es la mas asterciba de todas, y
es la que digo nace por las campañas; su fruto me-
diano con muchos huevecitos ó pepitas dentro. Hay
muchas por el Paraná y Paraguay de esta especie,
sembradas por las campañas, por los animalejos que

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DEL PASADO ARGENTINO 19

las comen, y en esta especie hay mayores y menores,


aunque en cualidad iguales.
La cuarta especie es el arazai mirl, en la cual hay
pequeñas de árbol, y mayores que guindas garrafales
de fruto, y de arbolito grande, grueso como un brazo
de hombre menor, el fruto mas velloso, sus hojas
angostas y largas, ásperas y vellosas, pero mas medi-
cinales que ninguna de las arriba dichas, y de menos
pulpa su fruto.
Hállase otra quinta especie, muy pequefia de plan-
ta, como de media vara, crece en alto, muy fértil de
fruto, el cual, en llegando á sazon, se pone algo ama-
rillo. Nace por las campafias y en grande abundancia
sobre la colonia de San Gabriel, de la cual me valí
en unas cámaras de contagio, que di6 á los reales
de espafioles é indios, á los cuales fué único remedio,
su fruto comido, medio verdes, que eran tantos los
que lo buscaban, que no lo dejaban sazonar, y de
sus hojas hice echar cristeres, que es casi como del
arrayan de huertas : en Espafia es muy poca su frial-
dad, consta de partes frias y cálidas mistas.
Sus virtudes: El Arazá guazú, 6 guayaba mayor,
comidos dos 6 tres de su fruta, en ayunas, conforta el
estómago relajado de calor y humedad. Su flor pi-
sada con un poco de azucar, á modo de azucar rosa-
da, hace los mismos efectos de ella ; una cuchara en
ayunas, llena, ó al principio 6 á fin de la comida, y
retiene toda fluxion de vientre colérica, 6 de calor, y
fortalece el hígado y estómago, destragado el ape-
tito.
La conserva de su fruto, quitándole muy bien los

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20 REVISTA PATRIÓTICA

huesos 6 pepitas es remedio eficaz en confortar las


partes principales relajadas, mayormente las que sir-
ven á la coccion, asi por frio, como por calor, con
solo una distincion, que cuando es por frio es menes-
ter beber un poco de vino tras ella, y poco, por habér-
melo ensefiado la esperiencia, que en vez de estan-
carlas, las cámaras, las aumenta y relaja el estómago,
como lo tengo por esperiencia. Restaura el apetito
mejor que el membrillo. si se cuecen en agua y con
un poco de vino y canela, se toma al principio de la
comida, 6 en ayunas, 6 al fin de la comida.
Púsola la divina bondad en estas tierras tan pobres
de médicos y de boticas, y la cria en tanta abundan-
cia, que hombres y animales se valen de ella para
sustento y medicina, tan propia á sus naturales que
no dudo no les conviene los menbrillos, pues aunque
haya árboles de ellos y se cuiden muy bien, no quiere
la tierra darles frutos, y si les dá alimento para tal
cual, es tan desmedrado que apenas sirve, y se caen
antes de sazonar, y el arazaí le sustenta con tanta
abundancia, que afios dá fruto dos y tres veces
al afio.
Su fruto, cogido verde y guardado para el afio, es
único n·medio para cámaras de sangre, cociéndolo
muy bien con un poco de rosa y llanten y hojas de
arrayan 6 afiangapirí, y echando cristeres una 6 dos
veces al dia.
Dicho fruto hecho polvo y dado á beber en agua
de cocimiento de romero, detiene las cámaras de calor
y de frio y los flujos de sangre del pecho 6 estómago,
y á falta de su fruto, sus cogollos tiernos. Téngola

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DEL PASADO ARGENTINO 21

por fria en el primer grado y seca en el tercero, 6


al fin del segundo.
Y o aseguro su buen éxito, la toma del cocimiento
de la fruta verde con un poco de romero y la lava-
tiva que indico, pues con sola una vez, á un pobre
mozo, lo saqué, mediante Dios, de la sepultura.
Permitidme, amado lector, decir fué un milagro, si tus
ojos hubieran palpado, me darías el crédito. Fué un
flujo copiosísimo de sangre, y la pobre madre, bafiada
en lágrimas me suplicó á que le recetara algun reme-
diecito, y le enseñé del modo que haria, y surtió el
milagro. Esta noticia doy para el bien de algun
desdichado prójimo, porque los de categoría se bur-
larán de mi caritativo aviso.- S. M.

Guayabas campesinas ó " Arazá y hezaetébae "

Arazai· mi'rí. Estas dos estampas que dt:jo dibu-


jadas, son las dos especies de guayabas qut- dije en
el tratado antecedente del arazá ó guayaba grande.
Nacen por las campañas ó campos. La mayor tiene
su arbol debajo de tierra, 6 por mejor decir su tronco,
el cual es grueso como el brazo de un hombre for-
nido. Su largo como tres varas, ó dos y media, y
al fin de ellas esparce sus raíces como los otros
arbolitos por tierra 6 greda. Sus ramas son de á
media vara de largo, muy espesas, y al salir de tierra,
comienzan á florecer y dar fruto en gran cópia : de

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22 REVISTA PATRIÓTICA

suerte que no se vé mas en su nacimiento que un


monton de frutillas que al crecer se van derribando
las unas á las otras, 6 pudriéndose, por no tener
lugar tantas en tan corto ámbito como en el de una
tercia mas de cien frutillas apifiadas, y tan apretadas
unas con otras que se hacen camas unas á las otras;
las cuales, cuando sazonan. son del tamaf\o de un
,nóu,-ucuyá de los morados ó negros. Estas especies
de arazás, cogidas verdes, son muy eficaces en retener
cámaras, echadas por ayudas cocidas muy bien con
un poco de rosa seca, con hojas de guabiyú 6 con
hojas de aguara·ibai, y bebido de su cocimiento cuatro
onzas al mismo tiempo. Haciendo este remedio tres
veces, cura las cámaras de sangre y la fluxion de
sangre menstrua inmódica, echando ayudas por la
boca de la m:ldre, y tomándolo por bebida, y todo
otro flujo de sangre que salga por la boca 6 via de
la orina, sin peligro de resfriar la parte, por ser me-
nos frias que las hortenses de arbol, mas secas y
astercivas.
Sus virtudes: Su fruta cogida al comenzar á sazonar,
o sazonada, comida, desechando sus granillos, es único
remedio en las fluxiones disentéricas y flujos coléricos,
baf'íándose tres horas despues de haberlas comido, si
es tiempo caliente, en arroyo, si frio en agua tibia,
medio caliente, en tina, dentro del aposento. Su fruto
cogido verde y guardado para el afio, es qutii pro
quó de las agallas en medicina.
Dige que la cuarta especie es mas pequef\a, á mo-
do de cerezas garrafales, y mas eficaz, y mas sanas
cualidades su fruto, y es así, como lo tengo esperi•

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DEL PASADO ARGENTINO

mentado, por lo que me sucedió sobre la colonia de


San Gabriel, con los indios que fueron por soldados
á su desalojamiento. Hay muy pocas de esta especie
por el Uruguay; solo en tierras de San Juan y San
Angel~ se hallan tal cual por las campafias; pero há-
llanse muchas por el Paraná y Paraguay. El cual
fruto así verde, como sazonado, es mas eficaz y mas
seguro en los casos arriba dichos, y á falta tomo el
montés pequefio, que lo hay por todas partes, por
ser menos frío y mas seco que los demás árboles
hortenses.

Algarrobo ó "!popé Moroti"

El algarrobo es árbol muy conocido por todas estas


provincias, aunque en estas Misiones no hay sino tal
cual que algunos PP. sembraron sus semillas en las
huertas, traídas de Santiago del Estero, á dónde todos
los montes, los mas de los árboles son de su especie.
Son cuatro las diferencias que hay, es á saber, dos
blancos masculinos y femeninos, y dos negros de dis-
tintas sefiales, porque el blanco es mayor, asi macho
como hembra. El macho echa las algarrobas de una,
y pocas largas de una cuarta. La hembra las echa á
modo de racimos de un pié, nueve 6 diez, unas veces
menos, otras mas. La negra es mas fructífera así
macho como hembra, sus frutos redondos como aque
Jlos de los judijuelos 6 frisoles; es menos gustoso y
mas cálido su fruto, y de menos estima para el uso

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de alojas y bebidas, y así es poco estimado para


comida, pues á donde la cojen para sustento y guar-
dan para entre afio, en lugar de grano, no hacen
mucho caso de ella ; pero para restrefiir y desecar es
mas eficaz que la blanca .
. 5us vz·rtudes - La algarroba verde, bien machacada
y limpia de sus granos y bainilla, de suerte que quede
solo la pulpa de adentro y de fuera de su corteza,
cuatro onzas ; sebo de chibato capado, dos onzas; sal,
media onza, mistos los tres, molidos y nutridos en
almirez, hasta que se haga como ungüento, aplicada
á modo de emplasto, sana las quebraduras recientes,
6 que no lleguen á tener afio; remudando este em-
plasto de cuatro á cuatro días, y si tomara el polvo
de la harina de la algarroba, que llaman patat', será
mas pronta y breve la cura. Se ha de poner liga-
dura fija y braguero encima, y comer y beber parca-
mente, no tomando trabajo, es aprobado.
Se hace de ella un género de aloja, que dicen
clzidia, la cual, tomada con moderacion, por la tarde
y mafiana, abre las vías, deshace la piedra y tofos
de la vejiga; purga el cuerpo de humores gruesos y
viscosos y los saca por cámara y orina con gran sua-
vidad, sin congojas ni desabrimiento.
Así la tengo tambien por único remedio para hi-
dropesía de humor acuoso, en el principio, porque
resuelve por orina la hidropesia ; y asimismo las
opilaciones, haciendo ejercicio despues de haberla
tomado.

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DEL PASADO ARGENTINO

Granadilla de la Pasion ó " Mburuouyá. n

El móurucuyá que dice el indio, es lo que en Es-


pat'í.a llaman flor de la pasion. Hay en este género
cuatro especies, que son : amarilla, encarnada, mora-
da y negra, porque asi se vuelve su fruto para sazo-
nar, y todas cuatro se conocen por sus hojas y vás-
tagos; pero de todas ellas la mas medicinal es la
negra, que es la que dejo estampada, aunque, cierto,
la morada le iguala asi en virtud como en olor y sa-
bor de su fruto, el cual es muy amari11a su sustancia
interna, y mas aromática y dulce, á mi ver, que la
de la negra. Sus hojas son trinitarias; su fruto en lo
interno partido en su nacimiento en tres ternos, y en
sustancia unido perfectísimamente ¡ cosa digna por cier-
to de reparo! que habiendo en su esfera interior, seis
ternos en todo iguales, los tres sean los que fructifi-
can, y los otros tres estén vacíos, blancos, lisos y
muy tersos, los cuales tienen su raya en medio muy
proporcionadamente, que parece nos quiere dar á en-
tender segundo misterio de Trinidad en la tierra, esto
es, en su corteza, para que nos acordemos de la hu-
manidad de Cristo, bien nuestro, y de su santísima
Madre, y de su putativo Padre y patriarca San José.
Su flor contiene casi los misterios mas sobresalientes
de la pasion de Cristo, que es el atrio, la columna,
los clavos, las llagas, heridas y cardenales de su san-
tísimo cuerpo; la corona de espinas, los azotes, la
soga con que amarraron sus sacratísimas manos á la
columna ; y si reparamos en sus ramas salen á modo
de cruz sus sarmientos del tronco, cierto, que parece

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26 REVISTA PATRIÓTICA

que quiso su autor con criar esta planta, obligar á


la contínua memoria de los misterios de la pasion de su
santísimo hijo. Pues ¿qué diré de lo agradable de su
fruto? que siendo agradable es tan aromático que
recrea los sentidos humanos, y sirve de sustento y
medicina á los hijos de Adan, así como les sirvió el
fruto de la Pasion, librándolos de la culpa, y satis-
faciendo por el1a ¡ cosa digna de reparo ! que en estas
Misiones, la cria. su autor, con grande abundancia,
por los bosques, arroyos, chácaras de indios y huer-
tas de los pueblos, con admirable providencia, suce-
diendo unas á otras sin que las siembren ni cultiven;
porque, como dejo dicho en la descripcion del guemóé,
no produce su semilla sin que pase primero por la
coccion de los estómagos y entrat'ías de los vivientes,
y esta es la causa de que se multiplica sin sembrar-
la, porque sale con los escrementos entera y con
disposicion de producir. Trépanse muy alto á veces
sus sarmientos 6 vástagos, hasta treparse á las copas
de muy altos árboles, los cuales esparcidos en lo alto
de ellos, echan sus flores y frutos, lo cual comen
hombres, monos y pájaros, de donde se multiplica
con abundancia.
Sus virtudes.- Las frutas del móurucuyá, comidas
con moderacion hasta diez de ellas, abren las vías,
refrescando el estómago, hígado y corazon, con un
modo muy suave y cordeal. Cortan los humores
gruesos y los sacan por las vías, por cierta cualidad
aguda de sus semillas, Socorre á los de piedra de
rifiones y vejiga, desaciéndola, y minorando el humor
de que se forma; y esto, no solo su fruto y granillos,

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DEL PASADO ARGENTINO

sino tambien el polvo de la corteza de sus raices, 6


el de sus hojas, dado en cantidad de una dragma al
mas robusto, y menos á los mas flacos ; pero todo
esto hace mas eficazmente la pulpa de su simiente,
que tomada una dragma, es único remedio en quebrar
y deshacer la piedra, estando el cuerpo preparado
con evacuaciones de ayudas emolientes y purgantes,
y con purga y sangria, si hubiere replesion de sangre,
6 humores, qlle esto se ha de suponer siempre pri-
mero, antes de dar remedios diuréticos fuertes, por
el riesgo á que se ponen de caer en peores dolores,
y aun en la muerte.
Su flor cogida y seca es, quid pro quo, del lúpulo,
aunque algo mas caliente y aperitiva, lo cual se re-
media echando un tercio menos en las medicinas.
Su raíz es la mejor zarza de cuantas hay, dado
que no tenga espinas ; pues la esperiencia ha mostrado,
que no hay zarza tan eficaz en destruir el mal francés,
tomada en magistrales, en lugar de zarza, porque la
excede en muchos quilates en virtud de abrir, desopi-
lar, adelgazar los humores, calentar y confortar los
miembros principales, mayormente las partes esper-
máticas, que son, el cerebro, nervios, estómago, hígado,
bazo, vejiga, intestinos gruesos y tendones ; no dese-
cando los cuerpos como lo hace la zarzaparrilla, que
á muchos ha vuelto éticos en vez de curarlos.
Junta su raiz con la raiz de china, 6 palo santo en
las magistrales, no solo cura el mal francés, sino todas
aquellas enfermedades frias del celebro y estómago
é hígado ; dolores frios de los artejos, gota de causa
fria, alopesia, vértigo, ataratamiento, olvido, zumbidos,

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28 REVISTA PATRIÓTICA

vahídos ; y, por decirlo de una vez, es el mas soberano


remedio que hallo para librarse de cualquier enfer-
medad de causa fria y humores flemáticos y gruesos
hecho magistrales, como: raíz de mburucuyá seca,
limpia y rajada. menudamente, una onza; palo santo,
onza y media; raiz de china, una onza; aristoloquia,
6 tupaci yeti, media onza; sándalo colorado, una cuar-
ta; raiz de espárrago, de achicoria y de hinojo, de
cada uno una onza; pasas de uvas sin granos, cuatro .
onzas. El modo de hacer este magistral, pondré en
el tratado de la aristoloquia rotunda.

Granadilla de la Paeíon amarilla y morada - "Mburuouyá'

Aunque en el capítulo antecedente dejo dicho de


que se hallan cuatro diversas especies de mburucu;1ds,
ó granadillas de la Pasion, esto se ha de entender
las cuatro que aquí doy por estampa de sus hojas ;
porque, además de estas cuatro, que son las medici-
nales y que estan en uso de la medicina y sustento
entre los indios, y trata de ellas Guillermo Pison en
la historia de las plantas del Brasil, hay otras seis
espúreas especies de mburucuyás, unas tan pequefias
como las frutillas de guabi'yú miri·, y su flor no se
estiende á mas ámbito y circuito que el de un medio
real de plata ¡cosa digna de admiracion ! ver en tan
breve círculo cifrados los misterios de la sagrada pa•
sion de nuestro Redentor.

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DEL PASADO ARGENTINO 29

Pero. volviendo á nuestro intento, digo: que de


solas las cuatro principales y mayores, pretendo tratar
como esperimentadas en medicina y aprobadas por
varios en virtudes. De las dos primeras dejo dichas
ya sus virtudes : ahora pretendo decir algo de las
otras dos silvestres, que se hallan á menudo por los
matorrales de serranías y á las orillas de los arroyos,
rios y montes, y á veces por las huertas de arbole-
das, adonde los pájaros traen sus semillas en las
entrafias y las vienen á sembrar de ordinario, como
dejo dicho en el tratado de los arazás ó guayabas, y
en los del guenbé.
Es pues el mburucuyá amarillo silvestre, un isipó
tan grueso como la mufieca de hombre, el cual se
trepa en las copas de los mas •~levados árboles, preo-
cupándolas y enredando todas sus ramas con varios
y esparcidos sarmientos; sus hojas muy espesas y
pequefias, casi nada hendidas, pero de tres globos,
algo rotundos, sin puntas ni comparticiones, muy den-
sas, delgadas y tersas ; su flor es de color jaspeado,
de morado y blanco, toda la conferencia de su corona
de espinas de suave y muy arómatico olor, el cual
ninguna de las otras posee tal dote, y, cierto, que
por ella da á entender no ser inferior á las dos atrás
dichas ; pero solo he podido rastrear hasta hoy poco
de él.
Sus v·irtudes.- Sus cortezas, esto es, las del vástago
6 isipó, secas y hechas polvo, confortan el estómago,
el hígado, y consumen la humedad superflua de los
miembros de la coccion y celebro, que de ordinario
acarrean flujos y fluxiones por relajacion ; asimismo

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clarifica la sangre del sexo viscoso ; iro mucho mejor


las de sus raices. Es asimismo remedio á Jas en-
fermedades frias de todo el cuerpo humano, tomando
su decoccion por largo tiempo, y en curar el morbo
gálico, estoy cierto no se queda atrás á las ya dichas
antes. Sí juzgo que, con los que por humedad y
frialdad complicadas á lo gálico, se ven baldados, es
mas conducente, por tener partes mas calientes, á lo
menos medio grado mas, y uno de calor, como lo
muestra por el sabor y confortacion.
Sus hojas machacadas y aplicadas á heridas de
aquellos que padecen gálico, 6 lavándolas con su co-
cimiento, las cura en breve, y lo mismo hace á las
llagas viejas de las piernas y brazos ; pero, mejor es
usar del polvo de sus cortezas, porque encarna y
cicatriza en breve.
El mburucuyá colorado, es su fruto algo largo á
modo de huevo, pero igual, sin puntas; son muy fre-
cuentes en las orillas de los arroyos y por los carca-
huesales, á las orillas de los bosques: es de ordinario
muy delgado su vástago, y se estiende muy corto,
como cinco 6 seis varas á lo mas ; sus flores son
moradas y la pulpa de sus granas encarnada; hay
algunos de esta especie que hacen la corteza, 6 cás-
cara de su fruto, amarilla y asimismo larga, pero en
lo interno encarnada la sustancia de su fruto, la cual
es insípida y algo ingrata al gusto, sin aquel agridul-
ce que las tres ya dichas, por lo cual son muy poco
apetecidas de los indios; solo son sustento de pájaros
y hormigas monteses, que dicen tararás.
Las raices de las otras dichas, todas ellas son blan-

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DEL PASADO ARGENTINO 31

cas de corte7.a ; pero esta cuarta especie las hace algo


cetrinas, tirante su corteza interna al color encarnado,
6 cárdeno oscuro, astrigentes y algo amargas al gus-
to, por la cual cualidad, es único remedio en apretar
las partes relajadas y blandas carnes, como lavatorios
de pies y piernas : bebidas, para retener flujos de san-
gre de lo interno, para las cámaras de sangre y flujos
disentéricos, así por bebidas como por ayudas. Y en
todos aquellos flujos inmódicos de las mujeres y re-
lajaciones de la matriz; y en fin, mezclada su raiz
con la de la consuelda mayor índica, que aquí doy
por estampa, y doy df! mi diligencia descubierta ; ma-
chacadas las dos raices, de cada una media libra, y
puestas á cocer en olla nueva de barro sin estrenar,
en cuatro ó cinco cuartillos de agua, y que merme la
mitad ; y lo mejor es quebrantar muy bien dichas rai-
ces, y, colado, afiadirle alumbre de roca una media
onza, caparrosa media onza, y con dicho cocimiento,
6 composicion, lavarse por espacio de ocho dias las
meretrices 6 mozuelas qne hayan caido en flaqueza de
carne, antes de ser casadas, pueden estar seguras que
pasarán por vírgenes en los desposorios ; mayormente
si con mecha de algodon, ó lana bien lavada, intro
<lujeren el cocimiento en boca de la matriz, por al-
gunas horas al acostarse ; y á falta de las raices del
mburucuyá, sirven las del díctamo segundo, 6 caaóerá
mirl que digo nace por las lomas.
Son las dos calientes en el segundo grado, y secas
en el tercero.

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32 REVISTA PATRIÓTICA

Piff.a mayor americana ó "Oaraguatá.."

La piña es una especie de cardo salvaje, que c;e


halla en las orillas de los montes : hay de él dos
especies, la primera es esta que aquí dejo estampada;
la segunda es muy semejante á ésta en las hojas y
tallo, pero no en el fruto, porque lo echa á modo
de racimo en la punta y remate de la vara, la cual
crece mas alta y sin hoJas : sus granos maduros . son
del tamafio de nueces, amarillos y algo aromáticos y
algo ingratos al estómago, aunque los indios los co-
men en tiempo de hambre.
La piña que aquí veis estampada, es la que se dá
en las huertas adonde la trasplantaron, no en perfec-
cion como cu,ndo está en sazon, sino como cuando
comienza á crecer, que sale de ser flor. La grande,
que está fuera de las matas, es como cuando está
perfecta y madura, la cual, en el principio y fin, para
defenderse de la violencia del sol, porque no consuma
su humedad y lozanía, echa en contorno de su prin-
cipio, varias plantas nuevas, del largor de un jeme,
que la rodean en redondo, y en la punta de la piña
una sola planta muy poblada de hojas, de suerte que
le sirve de quitasol, desde las nueve de la mañana
hasta las tres de la tarde, y entonces las que salen
del pié comienzan á suplir su falta, tapando dicha
piña, que para ser buena, mientras crece, ha de estar
así tapada; y la que por su pereza 6 pobreza, no
se proveyó con tiempo de resguardo, vemos q1.ae sale
lacrada y sin ser de provecho. Es planta muy celosa
de su conservacion y propagac1on, porque las piñas

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DF.L PASADO ARGF.NTINO 33

heridas con algun instrumento, unen su herida en poco


tiempo, siendo así que es tan húmeda, haciendo su
cicatriz tan fuerte que no le puede volver á entrar
dafio por la herida; y para su produccion sirven de
plantas las que dige la cercan, las cuales, trasplantadas
en tierra gruesa, á los dos afios dan fruto. Sienten
mucho los frios secos, como heladas y ventiscas muy
frias.
Sus virtudes-La pifia doméstica y hortense, que
es la que se cria en huertas. quitada su corteza, hecha
tajadas y puesta en infusion en vino, como seis on-
zas, y tomada en el principio de la comida, socorre
soberanamente á los que padecen piedra de rifiones y
destemplanza caliente suya : lo mismo hace tomada en
ayunas, puestas en infusion de cuatro onzas de vino,
una de azúcar y cuatro de polvo pifia, rociadas con
polvo de anís; de parte de noche y puestas al sereno,
es único remedio en quebrar y deshacer las piedras de
riftones, tomada en lugar de jarabes por la mañana
en ayunas. De su zumo se hace un excelente jarabe,
para quehrar y deshacer la piedra de riftones y ve-
jiga en la forma siguiente :
C6gense las pifias mas pingües y bien sazonadas que
se hallen y se pelan todas sus hojuelas, sin quitar la
piel, limpiándolas muy bien de todas sus comisuras y
hojas de lo escrementicio que de ellas arroja, y al
fin se lavan y se machacan en mortero limpio, pro-
curando sacarlas cuanto antes de él, y se exprime muy
bien de su zumo, el cual es bien se ponga en vasija
de barro, 6 de plata, muy limpia, porque come y des-
hace el hierro y plomo y estaño, y de todo vidriado
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34 REVISTA PATRIÓTICA

de estas tierras coge la cualidad del plomo y estaf'ío ;


y á dos cuartillos de su zumo, se le pone en infusion
por espacio de veinte y cuatro horas, dos onzas de
polvo de maiz, 6, sino lo hubiere, una onza de polvo
de semilla de hinojo, y se incorpora, dejando bien ta-
pado, en parte fresca, las veinte y cuatro horas; al
cabo de ellas se le afiade libra y media de azucar
blanca, y, desleído 6 incorporado con el zumo, se pone
á fuego de carbon, y como va hirviendo poco á poco,
se va sacando la espuma, en la cual sale la mayor parte
del visco de la pifia, y se cuela por un paño doblado:
vuélvese al fuego y se le da el punto de jarabe, y
se guarda para el uso: del cual se toma en ayunas
dos onzas y media á los flacos de complexion, y á
los robustos tres, en cuatro de agua de cocimiento de
cortezas de raiz de espárragos, ó de cocimiento de
parietaria, ó de quita rabict" muy simple, echando
dos astillas de él, y no mas, en una escudilla de agua,
y que merme la tercera parte Es único remedio en
deshacer la piedra y limpiar las llagas de los riñones
y VeJ1ga.
Item.-A los de tabardillo y fiebres ardientes, es
único remedio dar á comer un par de tajadas suyas,
porque refresca y prohibe los humores de putrefaccion,
impeliéndolos por la via de la orina, y esto hace
con admiracion, la que, cogida al principio de sazo-
nar, y echa rodajas, y secas al sol, se guarda para
entre año. Cociéndola muy bien y tomando toda su
sustancia, con un poco de azucar, refrigera las fiebres
y ardores de hígado, estómago, corazon y rifiones.
Es la pifta una de las frutas sanas que hay para

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DEL PASADO ARGENTINO 35
los ardientes de complexion y robustos de estómago,
porque templa la cólera con mas eficacia que el limon;
pero, no se puede tomar mucha de una vez. Hay
algunas de peso de cuatro libras y de cinco, consta
ser de partes frias y secas en lo interno, y calientes,
y algunas viscosas en su corteza y superficie.
Téngola por fria en el principio del tercer grado,
y seca en el primero: consta de partes muy agudas,
mas que el mas fuerte vinagre.

Oorregüela ó "Yetirá-bai"

La corregüela, ó purga criolla, que llaman por toda


la gobernacion de Santiago y Tucuman, es cierta
especie de escamonea dulce, muy benigna en su ope•
racion : hállanse de ella masculino y femenino ; capital
enemiga de los sembradus, porque enredándose con
ellos, como el Diablo con su hijo, los ahoga, y, cuando
menos les quita que fructifiquen, ahogando sus flores
con sus vástagos y hojas tan fértiles, y abunda como
mala yerba: saca de una raiz, un solo vástago, pero
éste se comparte en tantos sarmientos, que cubren
todo lo que en contorno hallan cercano, con unas
flores moradas á modo de campanillas, de las cuales
sale su fruto, en medio de tres 6 cuatro barbulitas,
á modo de hojas muy angostas acerradas y largas
de una pulgada; el cual fruto es redondo, del tamafto
de un hueso de guinda, en que se encierran tres gra·

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nos triangulares en su esfera, los cuales estan divididos


con unas túnicas, á modo de cestil cada uno ; los
cuales cogidos en sazon, son muy á propósito para
purgar la cólera y flema, con gran suavidad; y aunque
no es la verdadera escamonea, vemos por la esperien-
cia que llama de los estremos al centro de los humores,
sin congojas ni alboroto de estómago y entrafias.
Sus virtudes.- La semilla de la corregüela ó yetzrá-
bai, cogida cuando está en sazon y bien seca, se
guarda para el afio, de la cual, mondados sus granos
de la piel, y tomada dragma y media de su pulpa, ó
dos dragmas, si es muy robusto y récio de estómago,
bien machacada, con una onza de azucar blanca, en
almirez, de suerte que se muela bien, y tomando al
acostarse, purga excelentemente la flema y cólera, des-
pegando las cosas asentadas y humores viscosos que
cierran las vías y hacen obstrucciones.
ltem.-Tomada dragma y media de su pulpa y
mezclándole media dragma de sen y una onza de
azucar, todo bien molido é incorporado, tomado al
acostarse con unos dos sorbos de agua caliente ó
vino, purga excelentemente la cólera, flema y melan-
colia, y, cierto, es única purga en los que padecen
gálico y reumas del celebro.

Maní ó alfóncigo.-" Mandubi"

Hállanse dos especies de maní ó mandubi en estas


Misiones, es á saber, macho y hembra, mayor y menor,

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DEL PASADO ARGENTINO 37

que solo se distinguen en ser mayores sus vainas,


granos y hojas; y aunque el menor es el mas acei-
toso y mas denso en su sustancia, y asimismo mas
caliente y húmedo, por la grande copia de aceite
que posée ; hace sus hojas y fruto del tamafio del
dibujo suyo, con ciertas florecitas cárdenas, que rara
vez llegan á dar semilla, guardando su vigor y virtud
para sus raíces y fruto, y, cierto, que es cosa socor-
rida en estas Misiones para los pobres indios, porque
con solo cocerlos ó asarlos, les es sustento muy loable
y sano, aunque algunos no lo tienen por tal, y se
engañan á la verdad, porque tostado en el horno, y
despues en olla revuelto con unos granos de sal molida,
muy bien removidos con ella, es muy loable y sano
manjar, aunque enciende y provoca á lujuria.
Sus virltedes.- El maní grande, tostado del modo
arriba dicho, y despues molido y hecho almendrado
con poca azucar, tomando una escudilla de él á la
noche, es muy loable y sana cena para los asmáticos,
y tal vez para todos aquelios que padecen frialdad
en el pecho y estómago. Para los camarientos y de
males de orina, mayormente aquellos que padecen
llagas en la vejiga y vías, porque á un tiempo sirve
de sustento y medicina.
El aceite suyo, es quid pro quo, del de las almen-
dras dulces, y de tal suerte que no hallo diferencia
alguna, en materia de medicina, de uno al otro, por-
que mitiga el dolor de costado, mayormente cuando
fresco, quita el dolor de ijada, haciendo notable
evacuacion, y socorre, bebido, y untándose por de
fuera á todas las pasiones del pecho ; estilado en los

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oídos con un poco de zumo de rábano, restituye


gran parte del oir á los sordos, y resuelve notable-
mente el zumbido ; mezclado con muy fuertes legias,
les <lá gran virtud de enrubiar los cabellos, sin que
da~en la cabeza, y en fin. con sacar dicho aceite del
maní en materia de medicina, no nos hará falta el de
las almendras dulces y amargas, que por andar esca-
sos por estas partes, ha socorrido el Todo poderoso
con éste de granos subterráneos.
El modo de sacar este aceite, con limpieza y gran
vigor, para medicina, es como se sigue :- Cógese un
almud ó celemín de granos limpios de las cortezas
y pellejuelas, písase muy bien en mortero de pie-
dra, hasta que se haga pasta; pónese en un tar-
ro vidriado, y éste se mete en alguna olla 6 tacho
de agua hirviendo, y se deja estar allí, hasta que
toda la masa esté muy caliente, y con una cuchara
se pone á toda priesa en algun lienzo fuerte y se
mete al torno 6 prensa y se exprime; y si se quiere
volver á moler y calentar, echándole dos vasos de
agua hin·iendo, y bien removido y caliente volver á
la prensa, sacará segundo aceite .

.A.oetosa. mayor ó " Ibiá mirí "

Varias especies de acederas, quiero decir, acetosas,


he hallado por estas Misiones y provincias del Para-
guay, es á saber: la mayor, llamada oxilapato 6 ro-

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DEL PASADO ARGF.NTINO 39

maza, y cuatro otras especies suyas que se diferen-


cian en hojas y figura. La hortense y muy abultada
de hojas y .gruesa de raiz, es especie de ruibarbo,
como lo tengo por esperiencia, porque dado que no
lo es verdadero todavia, purga muy bien la cólera y
la flema, como de ella dice Andrés de Laguna, que
con su raiz se hizo harta honra en Alemania ; pero,
además se hallan otras dos especies menores, que son
las dos que aquí doy por estampa, una llamada lb-iá
guazú, que nace por las campa~as y pedregales, que
es la que digo ser consuelda menor, y esta que aquí
doy por estampa, es la mejor y mas noble y suave
de todas las acederas, por ser muy gratas al estómago
y á los miembros de la coccion, mejor que otra nin-
guna de las arriba dichas. Nacen por las rocas y
orillas de los bosques y sembrados; hace ciertas ba-
tatillas en el estremo de sus raíces, las cuales, secas
al sol y despues molidas y lavado su polvo con dos
ó tres aguas, es muy rico mantenimiento y sustento.
Sus virtudes.- Recien arrancadas las acederas, lim-
pias de su piel y cocidas en los guisados, es único
remedio á los febricitantes de fiebres ardientes, y en
las fiebres pútridas y disenterias pestilentes y coléricas,
porque prohibe los humores y corrupcion, y purga y
refresca la sangre.
Abren el apetito postrado y caído, y corrigen el
olor y anhelito corrupto, causando buen olor á los
febricitantes, que de fiebres pútridas ó pestilentes, lo
tienen corrupto; y, como dice Laguna, que es reme-
dio á los que han sido atosigados de venenos mortí-
feros, y esto hacen con mayor eficacia las semillas del

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40 REVISTA PATRIÓTICA
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lapato agudo, y oxilapato, que son las dos romazas


mayores; de suerte que no solo sirven á los atosigados
y de fiebres malignas y desenterias, pero tambien á
los mordidos de escorpiones, y si las comen antes
de morder dicho animalejo, no hará daño alguno s:.:
inficion.
ltem ---- Cocidas sus hojas y raíz con vinagre, ó
ellas solas por sí, y aplicad_1s á las máculas, llagas y
empeines del cuero, las curan ; pero conviene primero
fregar bien el cuerpo; la yerba lavándose con él miti-
ga la comezon de los miembros, cocidas en vino. Si
se esprime en los oidos suelta las úlceras de ellos ;
y enjuagándose con dicho cocimiento, mitiga el dolor
de los dientes. Y aplicadas sus hojas y raiz á forma
de emplasto dd mismo cocimiento, resuelve los lam-
parones tiernos y apostemillas detrás de las orejas.
Y cocidas con vinagre, aplicadas sobre el bazo, lo
adelgazan. Cocidas con vino, y bebiendo su coci-
miento, aprovecha mucho á la ictericia y quiebra la
piedra de la vejiga. De agua destilada de sus hojas,
simiente y raiz, quiebra con admiracion la piedra de
riñones, echando con el alambique porcion de vino y
otra tanta agua, cuanto humedezca y empa¡.,e toda la
materia. Provoca el menstruo, tomado onza y media.
Es toda acedera fria y seca en el segundo grado.

Nardo ó vara. de José-" Ibotí morotí"

Muy conocido es el nardo por estas tierras de la


América, á donde produce con gran fecundidad por

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DEL PASADO ARGENTINO 41

nuestras huertas, y á donde quiera que echan sus ce-


bollas, con tal porfia, que, aun sobre tierra arranca-
das y dejadas sin tierra, vemos se conservan sin lesion
por espacio de un afio, dándonos á entender cuanto
perseveran sin corrupcion, y cuanto poder tienen con-
tra ella, y por ser tan vulgar y conocido, no trato
más de sus sefiales y figura.
Sus v-irtudes - De las flores recien abiertas del
nardo, cogidas de mañana todas aquellas que en el
discurso de la noche abrieron, y hasta las nueve 6 las
diez del día se abren, recogidas sin rocio alguno dos
libras de su flor, cortados los pezones y metidas tn
redoma de vidrio, bien apretadas y tapada con corcho,
puesta esta redoma en baño de Maria, por espacio de
doce horas á fuego, de suerte que hierba el agua del
baño lentamente, y al cabo de dicho tiempo sacar la
redoma así raliente, y enterrada en estercolero de
ovejas, ó vacas, por espacio de veinte dias, bien ta-
pada con yeso ó barro, y despues con un pafio récio
retobada y atada dicha tapadura, de suerte que no
pueda respirar, ni tampoco admitir el olor del estier•
col, al cabo de los veinte días se saca y se pone al
sol fuerte y al sereno por espacio de otros veinte dias:
al cabo de ellos se vé toda la flor hecha bálsamo de
punto de miel : este bálsamo es el mas aromático y
subido de olor de cuantos hay, y si mal no me en-
gafío, es aquel de los antiguos con que ungían los
cuerpos muertos. Cual el que la Magdalena derramó
á los pies de Cristo, que segun graves autores afir-
man, es este nuestro nardo, sino que con el tiempo
se perdió la noticia de su composicion ; pero, hallan_do

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42 REVISTA PATRIÓTICA

yo ciertos escritos de un insigne simplicista francés,


llamado Gaspar de Bauchkin, hallé noticia de este
bálsamo, el cual dice de él mirabitia; en primer lugar
dice : cuatro gotas suyas des]eidas en una onza de
vino, es eficaz remedio á los melancólicos, y á los
que han sido mordidos de serpientes y animales pon-
zoñosos que arrojan de sí venenos frios ; asimismo,
lavando las heridas 6 mordeduras, socorre á los ato-
sigados con dichos venenos, y, tomado á la larga,
cura todos aquellos accidentes que con las mutaciones
de los tiempos padecen dichos sujetos ; socorre asi
mismo á los de intemperie fria del estómago y del
celebro, tomándolo, al recogerse, tibio ; afirma dicho
autor que es preservativo de pestes, tomadas dos go-
tas de él en vino blanco, al despertar por la maftana;
y traído consigo entre dia, causa buen olor á los cuer-
pos, y quita el mal olor del anhelito. Hasta aquí di-
cho autor.
Tomadas dos dragmas de la cebolla del nardo, en
dos onzas de vino generoso, 6 una de aguardiente,
despues de haber mordido la v{vora, embota el vene-
no, que no corra al corazon, y preserva de la muerte,
De su flor se hace conserva, la cual es remedio á los
males arriba dichos ; pero, no tan, es caliente en el
tercero grado y seco en el segundo. Eficaz.

Albarrana dulce - Azucena silvestre - " Iboti guasú "

La azucena americana se halla por valles de serra-


nias y por bagios de tierras pingües, adonde hay

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DEL PASADO ARGENTINO 43

humedad : son varias en el color; sus flores son, unas


blancas, otras coloradas ó encarnadas, otras jaspeadas
de blanco y encarnado, y en fin otras disciplinadas;
echan hojas de dos dedos de ancho :;~ tres cuartas ó
media vara de largo, con un tallo grueso y alto de
á vara, encima del cual, en cierto curroncillo, largo
y puntiagudo, se encierran cinco azucenas, el cual
abierto, se vá cada una de ellas abriendo por sucesion:
su flor á modo de embudo, cada una compuesta de
cinco hojas, todo ello misterioso, así como la verda-
dera azucena, ó lirio blanco! como representacion de
las llagas de nuestro Redentor, que parece quiere
recordarnos esta planta todos los afios al salir de su
flor la memoria de las llagas y sangre de nuestra
redencion. La menor de todas no echa hojas, solo
un tallito de á tercia, con cinco flores muy coloradas;
ésta se halla en las campafias adonde hay piedra
debajo, y así de ordinario echa el vástago cinco hojas,
aunque tal cual he hallado con una ó dos hojas muy
angostas y pequefias; su cebolla es pequefia y colorada
por defuera, y muy viscosa: no he averiguado nada
de sus virtudes, aunque en ablandar y madurar diviesos,
me parece, segun sus partes, ser único remedio.
Sus virtudes.- Segun dice Dioscórides y Andrés
Laguna que hay escila 6 albarrana blanca y negra, la
negra mas ardiente y la blanca mas benigna ; y en
estas tierras no se hallan albarranas verdaderas, y
doce que se trajeron de Espafia, se perdieron, y ja-
más fructificaron ; y así, no la admite esta tórrida
zona en sus espensas; en su lugar nos producen estas
azucenas, que dado que no son agudas tanto como

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44 REVISTA PATRIÓTICA

la albarrana, ni tan ardientes, todavia no son inferiores


en ablandar, resolver y relajar los poros, puestos sus
mucílagos en los emplastos madurativos, y para
ablandar y deshacer los humores gruesos y viscosos
del pecho y vientre, y no tan peligrosas ni tan labo-
riosas en lo interno, que con solo asarlas debajo del
rescoldo, y comida una onza de ella con miel, socorre
á los asmáticos y á los de tos cruda y tenaz, á los
aplicados y á los de crudeza de estómago y vientre,
y con segura conciencia se puede usar de su mucílago,
en todas aquellas composiciones de botica que piden
escila ó su mucílago, y verán no ser inferiores los
diaquilones y emplastos de mucílago, compuestos con
estas cebollas, á los de la albarrana; en cuanto al
vinagre y vino esquilítico, no tengo razon por donde
poder abrir la puerta, por ser mas húmedas y poco
agudas.
Son calientes en el segundo grado, ó primero, y
húmedas templadamente.

Rosa mosqueta - " Iboti moroti "

Aunque m1 mtento no es mas que tratar de las


plantas propias de esta tierra, que no están hasta
hoy delineadas con nombres propios de los autores
herbarios, todavia por no hallar dibujada la rosa mos-
queta en Dioscórides, Mathiolo, ni en Gaspar de Ba-
kin, francés, que af\adió algunas sobre Mathiolo, me

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DEL PASADO ARGENTINO 45

pareció necesario el dibujarla y declarar sus cualida-


des y excelentes virtudes y modo de usarla, por tra-
tar muy poco de ella Andres de Laguna en su co-
mentario sobre Dioscórides.
Es la planta de la mosqueta tan fecunda en estas
tierras de las Misiones, que todo el afio está echando
flores, si la riegan de continuo, cuando no llueve, ó
la plantan en parte húmeda y pingüe, va cada cre-
ciente de luna ec-hando sucesivamente nue,·os sarmien-
tos 6 varas, y en la copa de ellas sus flores, en tanta
abundancia que en solo uno de sus vástagos, 6 sar-
mientos, he contado hasta doscientos y cuarenta y mas
botones. Son de alto de tres varas, algunos de sus
vástagos muy abundantes, que hacen un círculo como
un matorral mediano.
Sus virtudes - Sus flores cogidas despues de per .
dido el rocio, cortadas sus ut\as amarillas con tigera,
como se cortan las de !as de la rosa castellana y ale-
jandrina, haciendo de ella infusiones, como se hacen
de las otras rosas, es el mas soberano y eficaz re-
medio de cuantos he hallado en plantas que haya en
estas tierras. Para purgar la cólera y la melancolía,
purificar la sangre del suero acuoso y putridinoso, y
si se le ponen 6 mezclan en la infusion los purgantes
de flema, la purga juntamente con admiracion á vuelta
de sus cualidades arriba dichas, por ser de partes
agudas muy sutiles y confortantes al hígado y cora•
zon, y muy eficaz en purgar todos los humores acres
y salados.
El modo de hacer las infusiones, es el siguiente :
cógense dos onzas de su flor, cortadas las utiitas

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REVISTA PATRIÓTICA

dichas, pónese en vasija de plata 6 vidriada á calen-


tar un cuartillo de agua, y despues de haber herbido
un Ave Maria, para que deseche la crudeza, se pone
la flor y se mueve á toda priesa con una cuchara
6 palito de cafia, y se aparta del fuego, tapándolo
muy bien con su tapador, y se deja allí hasta el dia
siguiente, que estarán ya prevenidas otras dos onzas
de dicha rosa cortada, y, colando la infusion hecha,
se pone al fuego en su calentador tapado, y, cuando
comienza á hervir, se le echa la flor y se hace la
misma diligencia, y á este modo se hace la tercera
y cuarta infusion, y al cabo de ellas se cuela por su
colador, y se le echan seis onzas 6 siete de azucar
y se sube á punto, y salen de esta infusion dos pur-
gas para personas robustas, haciendo las cuatro onzas
de infusion de sen como se acostumbra. Coja una
hoja de borraja y unos granos de maíz ó hinojo, y si
no tuvieren sen, con una onza de las rosas de mos-
queta mistas con la botraja y anís 6 semilla de hinojo,
y estas cuatro onzas de infusion, se mezclan la
tarde antes con las tres 6 tres y media de jarabe.
Advierte que, si la azucar no es muy limpia, blanca
y bien purgada, se clarifique y se suba á punto muy
subido como de melcocha ; pero lo mejor es que se
haga con buena azucar, sin meter lo astringente del
huevo, porque asi purga mejor, mas presto y con
gran suavidad, como me lo ha mostrado la esperiencia.
Hácese tambien miel rosada sin cortar la flor con
las mismas infusiones, 6 de dos infusiones doblando la
cantidad de flor que es á cada infusion cuatro onzas
de flor: eficacísima asi en purgarlos cuantos humores

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DFL PASADO ARGENTINO 47

con la infusion arriba dicha, como en mundificar lla-


gas y úlceras sórdidas, virulentas, eruginosas y pútri-
das, asi en lo externo como en lo interno, tomando
media onza cada vez, en agua de salsafrás, que es el
apelerebi, 6 en agua de llanten ó de parietaria.
Hácese tambien azucar rosado, cortándole las uftas
dichas, y de éste se toma onza y media al acostarse,
como á las diez de la noche y tras él dos sorbos de
agua caliente ; si es robusto y fuerte de estómago
puede tomar dos onzas, y purga con grandeza.
El que no pudiere regir, y si quiere regir, tome
por la maftana en ayunas ocho flores deshojadas, y
caliente el agua de un hervor, como de Ave Maria,
déjela tapada por un rato, y cuando estuviera templa-
da para poderse beber, cuélelo en vaso de estafto, 6
vidriado, ó mate y póngale un terron de azucar, le
hará regir.
Mas fácil purga y con menos trabajo, despues de
comer, como medio cuarto de hora, coma las hojas de
tres flores, y purgará muy bien.
Sus hojas secas, es mas eficaz remedio en restreftir
que las demás rosas, así en ayudas como en lavativas,
como en jarabes, para flujos de vientre y relajaciones
de los miembros de la coccion. En los casos que
se escupe sangre, 6 sale sangre del pecho, si se
mezcla con las hojas de llanten, partes iguales, y bien
cocido, se cuela y se hace lamed_or, tomado poco á
poco, como se suele, es soberano remedio, porque
ataja la sangre lluvia, puesto por abajo.
Es caliente en el grado primero, y húmeda en el
tercero.

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Ceibo, especie de Chopo - " Zainandí "

El zui11andi, es una especie de chopo ; pero no es


el verdadero chopo, porque su corteza es mas delga-
da, y mas húmeda y viscosa. El palo se parece mu-
cho al del chopo, así en la figura y grandor : hállase
de ordinario en tierras húmedas y pantanosas ; florece
por noviembre y diciembre : sus flores son encarnadas,
tiran á morado, y tifien de morado si la juntan con
flor de bledos colorados; hacen excelentes colores así
en lana como en lienzo.
Sus virtudes.- Sus cortezas limpias de lo lefioso y
aspero de afuera, machacadas y aplicadas á las heridas
de los tigres, es el único remedio para que no se
inflamen ni envenenen ; porque además de quitar el
dolor, ardor é inflamacion, las cura, siendo así que
se muestra tan húmeda y viscosa en su sustancia : lo
mismo hace su cocimiento, así de la corteza, como
de sus cogollos, y si se quiere tener mas á mano,
para caminos, se hace bálsamo 6 estracto, del mismo
modo que el del aguaraióai, y se lleva para viajes
y caminos largos, peligrosos de tales fieras ; y este
remedio usa muchas veces el tigre para refrigerar el
ardor de sus ufias envenenadas de gran calor y hu-
medad; el cual, subiéndose á él aralia su corteza pro-
fundamente, hasta el mismo palo, dejándola como
zapato azabalado, con lo cual se refresca y queda
muy ligero para sus cacerias y pescas. Dudo haya
remedio mejor que cure las heridas y mordeduras, se-
gun lo tengo experimentado ; aunque yo, á lo último
de mitigar el ardor la inflamacion, uso del acibar di-

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DEL PASADO ARGENTINO 49

suelto en su cocimiento, para mayor brevedad y se-


guridad de la cura, y mundificar en mas breve tiempo,
atajando muchas materias y exulceraciones.
Cura tambien las llagas de la:. piernas. por destem•
planza caliente y colérica ; y aplicada su corteza
machacada, ó su zumo misto con clara de huevo bien
batida á las inflamaciones de los testes, las reprime
y mitiga con admiracion ; y asimismo á cualquiera
inflamacion violenta de cólera y sangre, como es el
flemon, etc.
De su flor molida con sus cortezas, será mejor el
bálsamo hecho, y si fuere bien limpia. en tiempo
sereno cogida, será mejor, es todas sus partes es-
puestas á corrupcion. Puédese de su palo hacer ro-
delas de defensas muy buenas.
Es frio en el primer grado y húmedo en el segundo.

Arbol del Paraiso -· " Oaá. parí mirf "

El caá par/, es una planta 6 arbolito, no muy


grande, que nace por las orillas de los bosques y á
orillas de arroyos. Hay otro mas pequeño por las
campañas, sobre minas de piedras de hierro 6 cobre,
de la misma hoja y olor que el grande : es á modo
de matorralito, de vara ó vara y media de alto, mas
oloroso y mas vigoroso para el uso de medicina. Su
olor es aromático grave que enciende la cabeza; su
olor tira á grodo lobo, 6 salvia silvestre ; es un di-

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50 REVISTA PATRIÓTICA

bujo cual se ve en esa estampa, asi la hoja como la


rama, echando sus vástagos de dos en dos, á modo
de cruces encontradas al tronco proporcionalmente.
Es caliente en el fin del tercer grado y seco en el
segundo, y por tanto no crece mucho si no es tierra
muy húmeda y fresca ; consta de partes muy sutiles y
acerbas.
Sus virtudes- Cogido el caá pari y cocido muy
bien, y tomado el baho de su cocimiento, hace sudar
los humores frios y crudos que causan espasmos y
convulsiones, y quita el t 11llimiento de los nervios en-
tumidos y baldados de mojaduras; y si se dá baño
al miembro baldado, es mas eficaz el remedio.
Las ayudas hechas á donde entrare medio puñado
de sus hojas, son único remedio para la ceática y pu-
jos de frialdades; asimismo socorre á las mujeres
resfriadas del vientre y matriz, que no les viene la
regla, y muchas por tal causa se hacen estériles, echán-
doles ayudas, ó bebido medio vaso de su cocimiento,
al acostarse, tres 6 cuatro días á reo. Provoca sudor
como la calaminta y con su amargor conforta el estó-
mago y mata las lombrices del vientre y estómago.
Es resolutiva en los casos de frialdad y humedad de
las articulaciones en los músculos y ceática y encogi-
miento de nervios, si se hace con sus hojas macha-
cadas y bien fritas con sebo de toro y aceite comun,
ó unto sin sal, partes iguales del sebo, aceite y un
güento, friyendo muy bien en ellos sus hojas, hasta
quedar de color verdoso. Yo le mezclo el caá-curuztí,
y es eficacísimo en resolver dolores de frío, mayor-
mente si primt:ro abren los poros con el baf\o del co-

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DP.L PASADO ARG~'. '.'lTINO 51
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cimiento de sus hojas, dando luego la untura, y bien


abrigada la parte por dos ó tres dias.
El polvo de la corteza de sus raíces, bien limpias
de la tierra, en cantidad de una dragma, bebido en
ag;..a caliente, hace bajar la criatura muerta y corrom .
pida en el vientre, las pares y sangre retenida. Pro-
voca la orina y arenas retenidas en las uretras y ve-
jiga, y á falta de los polvos de su raiz, el de sus
hojas, añadiéndole polvos de raiz de manzanilla, me-
dia dragma, tomado en agua calientP. 6 en vino. Tengo
por cierto es su humo y su cocimiento contra los
vientos corrompidos que causan fiebres malignas y
pestilentes, asi como la calaminta 6 calamento, y es el
quid pro quo suyo.

Cama.lea - Achicoria - " Caá. uguai guazú .,

El caá 11g11aí guar.ú . que quiere decir achicoria


grande, se halla por las campañas y lomerias de los
pueblos de San Angel, San Juan y San Miguel, y
en el de la Concepcion : sus hojas son de á cuarta
de largo, sin dientes ni aserraduras por el embés,
algo e.le bellosas; echa cada una su tallo de á tercia
de alto, y en la cumbre una como alcachofa, lo inter-
no de la dicha alcachofa blanco, y que se resuelve á
lo último en flecos, con su semilla algo larga y grue-
sa como las de las lechugas, blanquecina: su flor es
colorada y su rai1. de á tercia de largu, del groscr

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REVISTA PATRIÓTICA

que demuestra la estampa, algunas, y otras meno!;,


segun el ojo de tierra que tiene de fértil y blan<la.
La comen los indios en tiempo de hambres, y asimis
mo se valen de ellas para medicina, como se dirá
adelante.
Consta de partes amargas y agudas su raiz, ma•
yormente la corteza no tiene partes leñosas, en lo interno
como las demás achicorias de estas Misiones, que son
tres diversas P-n la figura de sus hojas, y por ser tan
conocidas de todos, no las dibujo, por ser las otras
tres muy semejantes á las de la Europa, así en figura
como en virtudes : esta cuarta, me pareció conveniente
el dar su dibujo, como de cosa tan especial.
T éngola por caliente en el grado primero, y seca
en el segundo, al fin de él ; consta de partes frias
su interior; pero su corteza es caliente, como digo.
Sus virtudes -Además de ser mantenimiento muy
bueno, echada á cocer con la carne, y asada debajo
de rescoldo su raiz, tiene virtud desopilativa y aperi-
tiva de vias; corrige la putrefaccion de los humores,
dada á comer en el sustento de los enfermos, por co-
mida ó por bebida. De.,hace la piedra de la vejiga
su cocimiento bebido en ayunas, segun me han ase-
gurado, y asimismo provoca las arenas de los riño-
nes y abre las obstrucciones de las uretras y vias de
la orina.
Su raiz asada en el rescoldo y comida con sal, me
asegura cierto indio práctico, ser remedio á las cáma-
ras originadas de gusanos y á los vómitos y relaja-
cion del estómago. Lo que puedo decir es que asada
y dada á comer con vinagre y sal á modo de ensa-

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DEL PAS4fl<" ARGENTINO 53
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lada de cardo, reprime los flu3os de vientre dichos ce-
liacos y los disentéricos; á los celiacos es bien echar
vinagre y miel de abejas iguales ; para los cuales es
tambien único remedio los porotillos negros y judi-
juelos muy cocidos, hasta que todos revienten, y po-
nerle sobrada sal y miel de abejas, como para la
diarrea y para la disent~ria y flujo epático, con vina-
gre bastante y poca miel, que es aprobado remedio
dado por sustento, y quitar carne.

Lla.nten silvestre peludo - " Caá. yuquí "

El caá yuquí, 6 llanten silvestre de estas Misiones,


se hallan dos especies, en todo muy parecidas, es á
saber, mayor y menor ; el mayor y mas eficaz es el
que aquí doy por estampa, el cual hace sus hojas
largas de á cuarta, y á veces de á tercia, no muy
anchas, y puntiagudas : salen de una raiz seis 6 siete
varillas con espigas, y á veces mas, de altor de media
vara : se hallan por las orillas de los rios y arroyos,
y por lugares húmedos, pero no sombríos. El menor
se halla por las campañas y caminos, á cada paso,
como suelen decir; los dos son vellosos, mayormente
por el embés. Otras dos especies se hallan del
acuático, que no desdicen en nada de la estampa de
Mathiolo y Dioscóri<les, los cuales constan de las
virtudes que elhs dicen; pero estas dos terrestres
que se hallan por estas tierras, hallo que desdicen

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54 REVISTA rATRIÓTJCA

del original, en ser mas delgadas y angostas sus


hojas, y ser peludo y de mas varillas, y la espi-
ga del mayor mas larga y no tan gruesa como la
del ordinario llanten ; y tambien hallo ser mas aster-
civas, menos frias y mas secas; por donde juzgo
ser frias en el grado primero y secas en el princi-
pio, ó medio del tercero.
SuJ virtudeJ- El zumo de este llanten, despues de
bien machacado, esprimido y dado de él á beber onza
y media~ con una dragma de ¿ bol de aquí?, e~ único
remedio para retener cualquier flujo de sangre que
sale de lo interno, ó sea del pecho, hígado, bazo ó
estómago, y para el flujo de narices, haciendo mechas
de hilas, ó de trapo, y meterlas mojadas en él, por
caños de dichas narices, cuatro ó cinco veces continua-
das. Asimismo, restaña la sangre menstrua inmódica
de los meses y lluvia; y metiendo mechas por aquella
parte donde sale, hasta que se estanque, que es eficaz
remedio.
Hallándome una vez en cierto aprieto de una pobre
in:lia, que del pulmon arrojaba gran copia de sangre,
sin poder recibir el beático, le dí onza y media de
zumo con ocho granos de caparrosa, y, súbito resta-
ñaron la sangre, y no volvió á saber mas en mas de
un año, porque de curiosidad le pregunté, y esto le
había sucedido ya varias veces, que pareciendo impo-
sible por la sospecha de la llaga del pulmon, me
certifiqué, y fué asi, que jamás le volvió y cobró salud.
A dos de los de casa, padres de estas doctrinas,
retuve dos flujos del pecho, copiosos, con solo el
zumo: hacen lo mismo los polvos de la raíz y hojas

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DEL PASAnO ARGENTíNO 55

dados en el cocimiento del 11anten con tres granos de


caparrosa, ó en vino algo tinto.
Cura las llagas y heridas con destemplanza caliente :
su cocimiento y sus hojas, estancan el flujo de venas
y arterias menores cortadas, amasando el polvo de
la caparrosa, que manda, con la yerba y raices muy
bien machacadas, sirve tambien á los flujos de sangre
de las dos vias, bebiendo su cocimiento con claras
de huevo, echando con geringuilla.

Esquinanto menor - " Oa.pií ca.tí"

Muy diverso en figura es el que aqui doy por


verdadero esquinanto del que nos dibuja Mathiolo
senense, y de sus obras nos dá la copia Andrés de
Laguna en su ilustracion al comentario de Dioscórides,
porque es la estampa propia que sacó Mathiolo, por
no tener Dioscórides mas que el texto en griego,
sin estampa. Los dos afirman no haber visto jamás
su flor, como lo puede ver el que quisiere, diciendo
lo pacen los camellos en aquellas partes de Meca
de donde traen á la Europa y á España, y de allí
llega á estas Indias, pero del todo sin virtud y fuer-
za de calentar y disolver lo crudo y denso de los
humores, como lo pide su esencia y virtudes.
Con sumo cuidado he buscado su flor, para cierto
remedio. en las acreditadas boticas y arbolarios de
la corte de Madrid; pero en vano, porque ni traza

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.REVISTA P,\TRlÓTICA

de tallo cortado, ó pacido de los camellos, jamás


pude hallar en cajas llenas de esquinanto, solo un
modo de hojas de largor de un dedo, y asi mismo
sus raices delgadas como las de la paja, sin notable
agudeza y rubor, como nos lo predescriben dichos
autores; por donde me persuado que aquellos mal-
ditos mahometanos, enemigos del nombre cristiano,
con, la longitud del tiempo, nos venden cierto pasto,
6 paja aromática, que yo he hallado por estas Mi-
siones, ni mas ni menos que las que nos traen de
Meca. y, cierto, que á no atender con sumo cuidado,
la hubiera cogido y usado por el esquinanto; la arrojé,
fiando dd Todo poderoso, lo hallaria, y no me en-
gaf\é, porqué, estando un día de gran sol á la orilla
de cierto arroyo, á la sombra, adonde me guarecí del
cansancio del largo camino que traia, me lo deparó
d Todo poderoso, por medio del olfato ; y en fin,
despues de varias diligencias mias y de tres indios
que venian en mi compaf\ia, registrando árboles y
matorrales de alrededor, hice reparo que, en sentán-
dome en tierra, olia mas, por lo cual me puse á
buscar entre las yerbas y pasto el tal olor, cuando
el uno de los indios me dijo : tu hueles este capii
cati; dígele, sí, esto huelo, y esto es lo que busca-
ba ; saqué sus raíces, y hallé por olor y gusto, el
verdadero esquinanto, de lo cual mucho me alegré.
Ví ser rojas muchas de sus raíces, con el olor y
partes que lo dibujaban en sus escritos Dioscórides
y Mathiolo, los cuales dicen así el verdadero 6 mejor
esquinanto. Es el mejor el mas agudo, aromático,
rojo y encendido de color, el que, cuando leí en que

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DEL PASADO ARGENTINO 57

se demuestra algun tanto purpúreo, el que traído


entre los dedos, huele como á olor de rosa; y final-
mente el que al gusto es agudo y enciende la boca
con cierta mordicacion, todo se halla en este esqui-
nanto, menos el olor de rosa cuando fresco, que tira
al del clavel ; pero, al afio, es medio entre rosa y
clavo de espe.::ies, y es mas vigoroso el olor de
clavo máscandolo. Nace cercano á las lagunas y
aguas en partes bajas y que calienta mucho el sol;
son sus raices á modo de las de la grana mayor,
pero mas tiernas y familiares en sustancia : hállanse
macho y hembra. Es caliente en el principio del ter-
cer grado, y seco en el fin del primero.
Sus virtudes.- Sirve toda esta planta para el uso
de medicina; pero mayormente su flor y su raíz, la
cual es único remedio en la retencion de la orina y
de la purgacion ordinaria de los me!,eS en las muje-
res, y resuelve toda ventosidad de los miembros
internos, cociendo media onza de sus raíces y flor en
cuartillo y medio de agua, y bien tapado cueza hasta
mermar cuatro onzas: de este cocimiento se toman
seis onzas, ú ocho, segun el sujeto, y se le echa una
onza de azucar candi, ó miel de abejas, y caliente
se toma en ayunas.
La misma cantidad cocida en vino, y tomando de
él cuatro onzas en la conjuncion de la luna, quiebra
la piedra de riñones y vejiga; pero es pesado al ce-
lebro, por enviar vapores gruesos.
Tomando una cucharada de su polvo en vino, 6
en agua caliente, tres días continuos, cura todo flujo
de vientre.

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58 REVISTA PATRIÓTICA

Una dragma de sus polvos, tomada en agua de


llanten, estanca el flujo de sangre del pecho y de
todos aquellos que esgarran sangre, mundifica y ma-
dura las crudezas de lo interior.
El cocimiento de su flor y raiz en agua, bebido á
la larga, abre las opilaciones y obstrucciones del
pulmon, hígado y estómago.
Tornando una dragma de su polvo con otra de
pimienta, por espacio de algunos dias, á los que tie-
nen hastío á la comida, y á los hidrópicos, y á los
que padecen espasmos de nervios, 6 por heridas, 6
por contusiones, ó por flaquezas y frialdades ó por
ventosidades, que suelen ser los peores espasmos, y
si se dá en vino, es lo mejor, en casos de ventosi-
dades y crudezas, pero caliente.
En los espasmos que nada admiten frio, es asimismo
útil á los dolores de estómago, riñones y vejiga :
mézclase en las medicinas de ordinario contra veneno,
y no falta quien diga que misto con la pimienta y
vino, es antídoto contra el veneno y ponzoña de las
v{voras aplicándolo á la herida.
La raiz machacada, no lo tengo por esperiencia :
es el esquinanto algo estítico, por lo cual fortifica las
partes de la coccion en los flacos de estómago é hí-
gado, 6 mascado ó tomado en bebida.
Para atajada la orz·na. - Se toma una cuarta de
vino blanco, se pone en una vasija con un buen
puñado de orégano, se pone al fuego bien tapado,
para que no se evapore, y bien cocido se pone á
modo de emplasto sobre los riñones, y tambien sobre
el empeine, y si no obedece á la evacuacion, se pone

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DEL PASADO ARGENTINO 59

al paciente á que reciba un baho lento del mismo


cocimiento, con el cual se logrará el intento.

Ninfea - " Aguapé guazú "

Del Aguapé 6 Ninfea, y segun el vocablo castellano


propio suyo, se dice Nenufar, se halla á cada paso
por los arroyos y lagunas de estas Misiones y Para-
guay, dos especies tan opulentas y fecundas, que
preocupan el paso á los navegantes con sus largos y
esparcidos ramos 6 sarmientos, que por ser huecos
todos ellos, nadan en el haz de las aguas : es diver-
sa en hojas, flor y vástagos de la de España 6 Eu-
ropa: hace su flor morada, como la de la borraja,
tirante al color azul, en una como espiga del largor
de una cuarta, poco menos ; es dotada de un verde
claro y tersas sus hojas, sin venas ni acerraduras,
gruesas y densas al tacto. No he visto su semilla
hasta hoy, y juzgo que raro año la logra, á causa
de las continuas crecientes, ó avenidas que las llevan
ó pierden antes de sazonar. Tengo de ellas espe-
riencias hartas en lo que diré.
Sus virtudes: Las dos especies de Aguapé, son
tan parecidas en la flor, que apenas se distingue la
una de la otra; pero si lo son en las hojas, porque
en la una son casi redondas y de un jeme de ancho,
y las otras son puntiagudas y casi al pié angostas :
las anchas tienen unas como vejigas, del tamaño de

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60 RFVTSTA PATRIÓTICA

un huevo pequeño, cerca de la raiz, y á modo de


pera! pero en cualidad son iguales y sin diferencia en
todas sm, partes de graduacion, y así he usado de
las dos.
La flor del Aguapé, cogida fresca y machacada con
una parte de flor y des y media de azucar, y pues•
ta al sol, á modo de azucar rosado, por espacio de
quince dias, removiéndolo dos veces al dia, y guar-
dada para el año. es cordealísima en todos los efectos
de calor y sequedad, como asimismo en las pasiones
hipocondríacas, que provienen de calor de los miem-
bros principales, como es la meroquia. Lo mismo
hace en las pasiones de inflamacion 6 intemperies
cálidas de todos los interiores miembros, principal-
mente de los riñones, tomada onza y media de dicha
conserva. Tambieu la he hecho á fuego lento, con
baño de Maria.
ítem: Tornada el agua cocida de sus hojas, flor
y raices, por largo tiempo, hace bajar la cabeza del
instrumento de la deshonestidad y mitiga sus pasio-
nes. Aplicadas sus hojas á las intemperies cálidas
de los miembros que amenazan con accesos, los re-
prime y quita ; y lo mismo los flemones del rostro
y llagas de los miembros con rubor y humor colérico
y sanguineo, porque sin mordicacion alguna, lo desecan
y mundifican. Bebido el cocimiento de sus raices,
despues de secas, ó de sus hojas, restriñen el vientre
de los largos y molestos cursos celiacos y disentéricos,
mayormente si se cuecen con vino ; reprime la gonor-
rea y flujos de las hembras y sus furores uterinos;
pero si la usan á la larga les es dañosa á la matriz.

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DEL PASADO ARGF.NTINO 61

Se hace de sus flores un aceite Jlamado nenufar,


utilísimo sobremanera á los febricitantes, puesto en
los cristeres, y asimismo del zumo de sus hojas defen-
sivas, aplicados á menudo, y así es para provocar el
sueño y mitigar el dolor de cabeza, mayormente si
untan con su aceite el espinazo, pecho, hipocóndrios,
riñones y las plantas de los pies, causa dulce sueño,
y refocila todo febricitante. Es fria en el cuarto gra-
do, y seca en el segundo.

De la quirooilla - " Aguapé "

La quirocilla se halla en valles de serranías, como


ec; el de Salta y Tarija, á la orilla de los arroyos
y pantanos, entre los árboles, segun me han infor-
mado, que yo no lo he visto, y doy su estampa solo
por relacion de persona fidedigna y religioso, hijo
de aquella patria, que dice haber cogido y comido.
Es, segun dicen, de sola una hoja grande en su tronco,
el cual es el que se come, ó crudo, 6 en conserva,
ó en las viandas. Su raíz es gruesa, á modo de
cepa ; no sé si tiene flor ni semilla. Es su hoja de
vara en ancho y algun tanto mas larga; su tronco
cerca de vara, el que mas, y de grueso hacia la raiz
de la muñeca de un niiío de tres años. Todo su
caule, 6 tronco macizo y tierno y vidrioso, que se
deja quebrar con facilidad, ei cual está vestido de
ciertas espinillas blandas, que no llegan á hincar en

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62 REVISTA PATRtÓTICA

el cuero ó carne. Sus hojas vellosas y ásperas al


tacto, c-omo la de la borraja ó zapallo, dicen ser
tan anchas que, cogido su tronco en la mano, sirve
de quitasol su hoja, la cual es gruesa y con ciertos
nervios ó venas, fuertes como las del tuyá de la
tierra, que es el Aro dulce que dice Dioscórides.
Sus virtudes: - Por apuntamientos de un práctico
y muy acertado médico que curó en Salta algunos
años, de nacion italiano, hallo que curó con dicha
quirocilla, muy acertadamente en todas las pasiones
de calor y sequedad, como él dice, ser cosa mila •
grosa en los incendios de cólera y sangre, así su raíz
como su tronco, ó dando su cocimiento por bebida,
ó su sustancia por comida. Dice que provoca la
orina. que deshace la piedra, que mitiga el incendio
del corazon, hígado, estómago, intestinos, riñones y
vejiga y matriz, templando los ardores de la orina
y sus escarcaciones ; mitiga la sed de los febricitantes
y les provoca sueño suave; que restaura el apetito
perdido y las fuerzas disipadas por el demasiado ardor,
y asimismo el calor ¡.,erdido; corrige el anhelito cor-
rompido, y asimismo los humores que se pudren con
el calor febril, los prohibe de putrefaccion y saca por
la orina. Hacen de ella cierto jarabe que les enseñó
dicho autor, único en las mas de estas pasiones, que
lo he oído alabar mas que al de cidra y limon. No
lo he visto ni usado ; hablo por relaciones, y me
pareció ponerla en esta obra, por ser planta tan seña-
lada, de la mano de su autor, que jamás deja de
dar espinas á las que han de poseer grandes virtudes.
T éngola por fria en el tercer grado, y húmeda en

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DFL PASADO ARGENTINO

el segundo, ó fin del primero. Es de sabor agridulce,


que turba algun tanto la dentera.

Llanten indico - " Repoti atá "

El repoti atd, otros lo llaman caá yuqui guazú


hapó yetí, que quiere decir, e llanten grande con raiz
de batata; , pero lo mas comun es llamarle repotí
atá, que quiere decii, e corazon duro,, y es por ciertas
resquebrajaduras y asperezas que tiene en su corteza, la
cual es gruesa y densa, con notable sequedad. Sus hojas
son del tamafio que ahí está dibujado y con las mis-
mas venas algo oscuras de color, y algun tanto vellosas
y densas, algo mas gruesas que las del llanten. Sus
espigas son de á una cuarta de largo, y en ellas su
simiente, como aquella del llanten, algun tanto chata
y de color parduzco. Su yeti (batata) es del tamaño
de un limon real de los pequeños 6 medianos, el
cual, toda su sustancia, aunque blanda y muy jugosa,
es entreverada de ciertas hebras sutiles que le dán
cierta fortaleza, que no se deja cortar de los dientes
con facilidad. Es fria y seca en el segundo grado 6
principio del tercero.
Sus virtudes.- Su raiz bien lavada de la tierra,
cociéndola muy bien en tres cuartillos de agua, y que
merme el uno, tomada por hebida, es único remedio
á los que padecen fiebres malignas y pútridas con
cámaras de sangre : se puede tambien echar á cocer

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REVISTA PATRIÓTICA

con la comida en la oJla, ó en guisado de pollo, por


ser muy cordial y contra corrupcion y preservar de
ella, así como lo es la corconera y achicoria.
Jtem.- Sus cortezas, muy cocidas en agua, y al
fin echarle la tercera parte de vinagre, echado por
lavativas, ataja las cámaras de sangre que provienen
de causa pestilente, y cura las llagas de los intestinos,
y, á falta del vinagre, yo le mezclo con algunas raíces
del t'bza guazú, machacadas todas ellas iguales partes
con un poco de rosa, todo junto y bien cocido con
sola agua; y si hay llagas, aconsejo se le eche un
pufíado de afrecho sin lavar, á dichas raíces y rosa,
y al colarlo media cuchara de sal, porque encoran las
llagas y encarnan.
ltem.- Sus hojas sirven á falta del llanten, aunque
no son tan frias ni astringentes como las del llanten,
cura las recientes heridas y llagas con destemplanza
caliente, machacadas y aplicadas á las heridas.
Su raiz así cruda, comida mascada, ataja los corri-
mientos que vienen á los dientes y muelas, y las in-
flamaciones de las agallas y tragadero : reprime la
inflamacion del hígado y estómago, y los conforta cuan-
do padecen de calor ; pero no se use á !o largo,
porque comprime mucho las vias.

Yerba. de Santa. Lucia. - " Ba.guero mirí "

El Baguero mir[ que dice el indio, es la que vul-


garmente llamamos yerba de Santa Lucia, llamada

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DEL PASADO ARGENTINO

así por la semejanza que tiene con el verdadero ba-


guero, que es aquella paja de que hacen las cuentas de
rosarios llamados lágrimas, nace en las huertas y al
rededor de los sembrados en tierras labradas. Su
flor es azul resplandeciente, la cual sale <le una bolsita
á modo de cartucho, lleno de un humor cristalino
tan viscoso como la clara de huevo fresco y asimismo
trasparente. En cada uno de los curroncillos se ha•
llan dos semillas, y cada una de ellas echa su flor.
De suerte que cada curroncillo tiene dos flores, y
cada flor forma su semilla, á modo de cuentecillas
pequeñas, y llegando á sazon, son blancas y resplan-
decientes, así como las del óaguero guazú. Sus hojas
son anchas, algun tanto puntiagudas y gruesas; sus
ramos son nudosos á trechos y delgados, de suerte
que, a modo de enredaderas, se entremeten por entre
las demás yerbas, que algunos de sus sarmientos tie-
nen á dos varas, ó vara y media. Es toda la yerba
fria en el segundo grado y húmeda en el primero,
esto es cuando verde; pero seca, es fria muy templa-
damente y seca en el segundo grado, por no sé qué
género de humor viscoso que le dá gran sequedad.
Sus virtudes - Cogida la yerba verde y cocida,
bebiendo su agua, es único remedio en templar todos
los ardores del híga.do, estómago y de los intestinos,
mayormente si se pone partes iguales de estas dos
compañeras ; es á saber: celidonia y siempre-viva, y
á falta de la siempre-viva, se puede poner la verdo-
laga, que el indio llama caarurú. quirá mirí.
ltem - Ella sola cocida y tomado su cocimiento
por bebid:1., ataja el escupir sangre, cierra y conglu -
5

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66 REVISTA PATRTÓTICA

tina las erupciones y dislaceraciones de los miembros


internos, como es el hígado, estómago é intestinos.
Asimismo cura las llagas de dichos miembros por
antiguas que sean, si se toma de ella seca, 6 en
polvos, una dragma, 6 su decoccion, poniendo una
onza de yerba á un cuartillo y medio de agua, y
que cueza como tres credos ; de ésta se toma con
azucar candi 6 miel de abejas cuatro onzas en ayunas.
calentándola un poco. Asimismo cura todas las llagas
y cierra todas las antiguas fístolas, poniendo su pol-
vo encima, despues de haberlas lavado con su coci-
miento; y esto es tan probado que por vieja y antigua
que sea la llaga 6 la fístola, es indefectible el cerrarla,
ahora sea en tres vías ó junturas 6 artejos de hijadas
y <lemas miembros, en el espacio de veinte y cinco
días.
ltem : El humor cristalino que encierra en su car-
tuchillo, es único remedio en las úlceras y llagas de
los ojos, y en sus corrimientos de calor 6 humor
acre y mordaz.

Siempre viva mayor - " Ca.a.rurú gua.zú ipeguá "

La siempre viva mayor americana, es la que el


indio Barna caarurú guazú ipeguá, que quiere decir
e verdolaga del agua 1 grande. • Es de altor de tres
cuartas, 6 media vara, sus hojas muy gruesas y tier-
nas, sus tallos asimismo tiernos, que, al quebrarlos,

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DEL PASADO ARGENTINO 67

saltan como aquellos de las verdolagas: es en estremo


hermosa á la vista y agradable al gusto, con un ágrio
acedo, muy grato al estómago. Su flor es de un
color blanquecino, tirante á encarnado, y muy cordiales
en estremo sus flores, como daré á entender en ade-
lante. Nace siempre en las orillas de las aguas, y
á veces dentro de ellas, en las lagunas y arroyos ; es
menos fria que la siempre viva mayor de Europa,
atendiendo el autor de la naturaleza á la flaqueza de
calor natural del hombre en estas tierras tan ardientes,
dándole solo lo que puede tolerar de frialdad.
Sus vi·rtudes - Cocidas dos onzas de sus hojas en
cuatro cuartillos de agua, y que merme la tercera
parte, tomado por bebida, es único remedio en todas
las fiebres ardientes, y mayormente en las malignas
y pestilentes; porque, además de templar los ardores
insoportables y síntomas depravados, corrige la pu-
trefaccion suya, y mitiga la intolerable sed, con solo
tener una de sus hojas en la boca, sobre la lengua
y medio machacada; impide asimismo el que no se
resquebraje y seque la lengua, mucho mejor que la
zaragatona y pepitas del membrillo, 6 al que tira su
gran virtud se conoce en estos casos ser tan superior
á toda otra medicina, así simple como compuesta, que
no hallo cosa tan eficaz.
Si al enfermo de fiebre ardiente y maligna le die-
ren cámaras de sangre, como de ordinario sucede,
por no haber, en el principio de la fiebre, hecho las
evacuaciones universales de purga y sangría, tengo
esperiencia que echando de sus hojas media docena,
con dos mices del i'biá guazú, en la comida, al enfer-

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68 REVISTA PATRT<>TICA

mo, y echándole de las dos juntas y bien cocidas


con una onza de hojas de añangap1.'rí m-iri, 6 del
ioaúh por ayuda, con poca sal y unas claras de hue-
vo batidas, echándole lavativas, les es único remedio;
pero yo he usado de ella en esta forma :
Siempre vh·a una onza, rosa seca y echada que-
brantada, de cada una onza y media, hojas de guaói-
yú negro el menor, una onza, todo muy cocido en
azumbre y medio de agua, cuécese hasta mermar mas
de la mitad ; de este cocimiento se vá sacando á me-
dio cuartillo para lavativas, y con un huevo, con un
poco de azucar, se echan lavativas, cuatro cada día.
ltem.- Su flor cogida despues de perdido el rocío,
y machacada con azucar, una parte de flor y tres de
azucar blanca, y puesto por algunos días al sol,
removiéndolo cada dia, es único, tomada una onza
de madrugada, y otra por la tarde, disuelta en agua
fresca, 6 caliente, segun mejor com·enga al enfermo.

Palo de culebras - " Isipó morotí ''

Muchos años he andado por descubrir esta tan


noble y escogida raíz, despues que ví su dibujo en
las obras de Menardes y Huerta; pero pasados diez
y ocho años de inquisicion, llegando á mis manos
las obras de Guillermo Pison y las de Jacobo Bonti,
informado mejor de sus circunstancias, vine á descubrir.
Es pues el caápebá, una pequeña enredadera, que

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DEL PASADO ARGFNTINO

de ordinario se halla á ]as orilJas de Jos arroyos y


ríos, y tambien á ]as orillas de los bosques. En
San Borja llaman macaguá isipó; úsanla para picaduras
de vívoras: ensefiósela en aquel pueblo un indio Tupí
que se vino de la ciudad de San Gabriel huido, segun
me han dicho. Tiene sus varillas muy delgadas, de
suerte que, si no halla en que treparse, se estiende
por tierra culebreando, como se vé en el dibujo ; son
del tamafio de las de orozús, pero mas sutiles y del-
gadas, de un verde claro ; sus flores pequeñas y blan-
quecinas, tirante al color amarillo, a]gun tanto; hace
por fruto una pequeiía manzanita redonda, muy verdosa
antes de sazonar, y sazonada es amarilla algo pálida:
su raíz se mete mucho en tierra, como una vara de
profundo, esto es, las gruesas y viejas, que algunas
son del grosor de la muñeca de un nifio de dos afios ;
toda ella, á cortos trechos, con unas como sortijas natu-
rales que la rodean y hermosean, y asimismo hace como
hondeada, á modo de las escamas de las barrigas de
las serpientes 6 culebras, que parece está diciendo :
, yo soy la reina enemiga de tal canalla. ,
Sus vzºrtudes.-Llaman los portugueses, así en el
Brasil, como en Oriente, caapelá i"sipó de cobras, ó
pau de cobras¡ porque, además de ser tan parecido á
ellas en sus partes, como dejo dicho, es el mas
eficaz remedio que ellos usan en las mordeduras de
todas las serpientes que arrastran por el suelo, dando
á beber su cocimiento, y poniendo sus hojas molidas,
6 el polvo de su raiz sobre las heridas : de suerte
que, el que la trae consigo, no teme á ,las mas ma-
lignas y ponzofiosas vívoras y cerastes ; pero estos

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70 REVJSTA PATF[ÓT[CA
- - - -- - - -- - - -- - --- --·- - - - - - - - - - -- - -

enemigos no siempre son los mas frecuentes que


muerden y maltratan nuestros cuerpos.
Si las fiebres pútridas y malignas, envenenadas, ya
de las grandes replesiones, ya del ambiente corrom-
pido, ya de mantenimientos de mala sustancia y poco
limpios y mal guisados, que de ordinario en estas
tierras calientes y húmedas, muy espuestas á corrup•
cion, asaltan las mas robustas complexiones, que, cierto
es el t'sipó, ó palo de culebras, tan gran remedio en
dichas fiebres, que con solo raspar como media dragma
de su raiz, hecha polvo, en un vaso de agua fria, y
beber dicha agua con el polvo, por espacio de ocho
dias, vemos que hace retroceder toda su malicia, como
me lo muestra la esperiencia.
Es caliente y seca en el grado tercero.

Mastuerzo índico

Grande admiracion me ha causado el ver que, hasta


en las plantas, lo mas escogido de ellas se halla con
tanta dificultad. Digo esto por el mastuerzo salvaje,
que se halla en muy raras y escogidas tierras, como
es á orillas de arroyos, ó cercano á ellos, en partes
de serranías, entre cascajales, ó encima de minas de
piedras ; tiende sus ramas por tierra ó muy cercanas
á ella por sobre otras yerbecitas, por ser muy delgadas
y sutiles, aunque si muy bien correosas y recias: su
flor es pálida cenicie11ta, y su semilla á modo de una

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DEI, PASADO ARGENTINO 71

estrella, compuesta de cinco vainillas chatas, y en


ellas su simiente muy aguda y de color encendido á
rubro, como aquella del mastuerzo doméstico : toda
la planta es de un picante agudo y algo ardiente al
gusto, pero muy grato al estómago y al hígado, y su
ardor en el interior al instante se apaga, y veo que es
de mas confortacion y menos ardiente que la pimienta.
Téngola por caliente en el principio del grado
tercero y seca en el fin del primero.
Sus virtudes.- Es el mastuerzo silvestre, uno de
los únicos remedios que he hallado hasta hoy para
los que padecen el mal de loanda, que el portugués
llama mal do bi"ch.o; en otras partes llaman e mal de
gm,anillo, > y en las partes del norte y clase médica
llaman escorbuto ; porque comiendo sus hojas crudas,
ó puestas en ensalada, 6 así solas, quitan el comezon
y dolor que viene á los dientes y paladar, y asimis-
mo la flaqueza y dolores del estómago, y levanta el
apetito perdido, corrige la hediondez del anhelito,
provocando los humores por orina y cámara y desha-
ciendo la conjelacion de las reumas que se paran en
los intestinos, con graves dolores y pujos ó cámaras,
así bebiendo su cocimiento como echando ayudas de
él con sal y miel, es único remedio.
Socorre soberanamente á los nifios que se les cuaja
la leche en el estómago, 6 se les aceda y corrompe,
dándoles á comer con miel de abejas el mastuerzo
molido; asimismo les mata las lombrices pequeñas y
las saca por la cámara; aunque esta virtud la tiene
tambien la semilla del doméstico, pero no tan eficaz.
Partes iguales de mastuerzo y absintio póntico,

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REVISTA PATRIÓTICA

molido, y de sus polvos tomando dos dragmas en


vino, es único remedio en los dolores del estómago
y flaquezas del hígado que por fiebres pútridas y
pestilentes, padecen.
Comiendo la mujer que está de parto, dos onzas
de sus hojas, luego echará la criatura, aunque esté
muerta, las pares y las sangre retenida.
Para casos muy apretados de retencion de orina,
me he valido de él dos veces, poniendo á cocer de
sus hojas y de las del bledo menor, de cada uno
una onza en un cuartillo de agua, y que merme la
tercera parte, y para ésto es única su raiz, que es
á modo de un rabanito delgado, y sabe á tal.
Provoca el menstruo con artemisa en la misma canti-
dad, fortalece á los recien casados y provoca la
lujuria.

Jengibre silvestre - Carachirá. miri

El Carachi'rá mü-í que llama el indio, es una espe•


cie de Carachí guazú, que es el que en España llaman
pan de puerco, 6 pan porcino, del cual hacen el un-
güento tan celebrado para las quemaduras de fuego,
y entre estos pobres indios hallo lo usan para lo mismo,
no mas que machacado y aplicado á las llagas de
quemazones.
Esta planta tiene en esta tierra tres especies : la
primera tiene raíz grande, como de una libra de peso,

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DEL PASADO ARGENTINO 73

redonda y algo negra, por defuera lisa, las hojas


oscuras: la segunda es blanca, así la raiz como las
hojas, tiende vástagos largos y su raiz es menor: la
tercera es la que aquí dejo dibujada. su raiz larga á
modo de batatilla, de la figura que aquí demuestra ;
tiende dos 6 tres sarmientos ó vastaguillos delgados
por tierra, con sus florecitas moradas á modo de
campanillas, algo pálidas 6 blanquecinas; su fruto es
del tamaño que ahí se muestra, y lo mismo el gran•
dor de sus hojas. llenos de ciertas semillas chatas
con olor y gusto de jengibre, y lo mismo su raiz;
de suerte que las comen asadas en tiempo de hambre,
como asimismo las del Carachi guazú; y cierto que
yo tomara de muy buena gana, que se me sazonara
la comida con sus raices, en lugar de especerias, y
viviera mas sano en estas tierras, que con la pimienta
ó pimenton, que abrasan é irritan la sangre y cólera,
como lo muestra la esperiencia, á hombres de com•
plexion ardiente, y mas confortante, como lo podrán
ver por la esperiencia. Téngola por caliente en el
primer grado, y seca en el segundo.
Sus vz·rtudes - Machacada su batata y cocida muy
bien, tomando de su cocimiento un cuartillo, con onza
y media de miel de abejas, deshace las obstrucciones
de las vias y materias de lombrices del vientre infe-
rior, y prohibe los humores de putrefaccion, y cura
las llagas internas.
ítem - Tornando de su raiz una onza y media de
taperióá, cocidas, y tomando vómito con ellas, es único
remedio en tiempo de pestecillas de viruelas y saram-
pion, y de calenturas y cámaras que provienen de

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74 REVISTA PATRIÓTICA

corrupcion del aire. 6 de malos mantenimientos, ó por


comer y beber malos mantenimientos.
Su yetí (batata) crudo, machacado con unos granos
de sal aplicado á las máculas que salen por el cuero,
las cura, y lo mismo hace con los empeines que
comienzan á cundir, y el fuego de San Anton, 6
culebrillas.
ltem - Si toman de ella una batatilla y dos drag-
mas de verbena bien cocidas, es preservativo de
pestilencia : su cocimiento puesto unas gotas de vina-
gre, bebiendo cada vez medio cuartillo, mata los
gusanos y lombrices chatas, que son las de peor
ralea.
Todavía no quiero dejar de dotarla de su genea-
logía de pan porcino, y es en curar las llagas de
fuego, pues cociendo muy bien su yeti (batata) y
muy molido, batido con claras de huevo, encora y
encarna dichas llagas en breve, aplicándola á modo
de ungüento con una plancha de hilas, remudándola
de dos en dos dias, en tiempo frío, y en tiempo ca-
liente, cada día.
Cocida en tres partes de agua y una de vinagre
fuerte de buen vino, tomando de su cocimiento cuatro
onzas, es ú1iico remedio para retener vómitos de cólera
y cu,sos á un tiempo, que llaman los médicos cólera
morbo, ó pasion arábiga, por haber mucho de este
mal en la Arabia.
Cura asimismo el flujo hepático del hígado, que
es cuando con fiebre ardiente hay cámaras de mas
sangre que escremento ; enfermedad muy ordinaria en
estas tierras de las l\:lisiones, t:n los indios, por ser

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DEL PASADO ARGENTINO 75

muy sanguineos y no sangrarse jamás de prevencion,


y cuando llegan á caer malos, casi toda la sustancia
del hígado está perdida, y así prorumpe en sangre
para alivio, y si al principio no se cura con un par
de sangrias y tales medicinas que preserven de cor-
rupcion, casi todos mueren, y muy raro escapa.

Contra yerba del Perú - " Taropé " - Higuerilla. .


Contra. yerba femenina. - " Taropé miri"

El taropé, 6 contra yerba del Perú, está lo mas de


estas tierras muy abundante de ella, y casi todos los
indios la conocen. Hay en su especie macho y hem-
bra, porque, siendo semejantes en la hoja, no lo son
en la raiz ni fruto, porque la hembra es mas abun-
dante en raices y echa su flor y semilla en uno como
plato 6 media esct.dilla, como se vé en la estampa:
las dos son de igual vigor, aunque, cierto, la hembra
da muestra de mas fuerte y de mas duracion, por ser
sus raíces mas gruesas, la cual cogida en menguante
de luna de enero, marzo 6 abril, se guarda hasta
veinte años con todo vigor, que es mucho.
Sus virtudes - Tiene virtud potentísima contra las
mordeduras de las fieras que arrojan de sí ponzoña
fria, como es la vívora, culebra, áspid, ceraste, es-
cuerzo, sapos y semejantes. La misma eficacia posée
contra cualqt!iera otro veneno frio, dado en bebida 6
comida, y en destruir los accidentes que ellos dejan
impresos, tomando una dragma de su raiz medio que-

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76 REVISTA PATRIÓTICA

brantada y cocida en un cuartillo de agua, hasta que


merme la tercera parte, y dado á beber con muy
poca azucar ó miel.
llem - Poniendo su rair. machacada sobre la mor-
dedura de la vívora, ataja el veneno que no corra,
y lo estirpa, mayormente si ella es fresca, ó recien
sacada, y si luego al punto se pudiera hacer la bebida,
no correrá riesgo el mordido. en nervios, músculos,
6 en venas y arterias, que entonces aun la mayor
triaca tiene bien que hacer.
ltem - U na dragma de su raiz, cocida en el modo
dicho, y al fin del cocimiento afiadirle dos 6 tres
hojas de borraja, y colado y puesto una onza de
azucar y una media dragma de piedra bezar, tomán-
dolo caliente y arropándose muy bien, saca afuera
las viruelas y sarampion, que por el desabrigo se
metieron para adentro, 6 las que ¡ior la misma causa
no acaban de salir y dan congojas y ánsias de muerte,
habiendo ya comenzado.
Lo mismo hace con las fiebres pútridas y malig-
nas, que por la malicia del humor causan graves ac-
cidentes : con dicho sudor lo he yo mitigado y mino-
rado hartas veces, y es único remedio en ellas.
Asimismo, á los que han dado venenos en comida
ó bebida, y á los mordidos de fieras, es úni!=O reme-
dio el sudor dicho, 6 á lo menos la bebida. Puédese
dar á todos los que tuvieren modo de guardar el
sudor, y mudarle camisas, qut he visto con él milagros
de resucitar de muerte á vida.
Hallándome en campaña con muchos indios enfermos
de cámaras de relajacion del estómago, por las muchas

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DEL PASADO ARGENTINO
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77
lluvias y poco abrigo, y no tener mas que carne y
aquella flaca, cocí el taropé y á una escudilla de su
cocimiento, ponia media cuchara de sal, y desleida se
lo daba; al tercero dia mejoraban, y así lo he usado
para este mal con feliz suceso; su sudor quita el
resfrio interno.
El cocimiento de dos dragmas de su raiz, tomado
caliente con un poco de miel de abejas, deshace los
grumos de sangre extravenada en las cavidades del
pecho y vientre. Ayuda á bajar la sangre menstrua,
y la criatura muerta y corrompida en el vientre de
la madre. Asimismo mata las lombrices y gusanos
de lo interior y de las úlceras, machacándola y ponien•
do su zumo en ellas, 6 su polvo.
ítem.- Puesta en vinagre á cocer, como cuatro
credos, y apartarla tapando la vasija, olido aquel vi-
nagre, 6 lavándose con él el cuerpo, y enjuagándose
la boca, es preservativo de pestes y venenos, y tengo
por cierto que mientras durase su virtud y olor en
la piel humana, no le morderá vívora, ni culebra, ni
escuerzo, ú otra cualquiera de veneno frio ; es apro-
bado, huyen las sabandijas venenosas de su olor, y
pienso que con su contacto las mata.
Tomada en ayunas con agua caliente, y cocida
como un credo, mitiga los bochornos que se levan-
tan de la mucha humedad de la sangre, y la clarifica,
echando parte por sudor y parte por las dos vias de
cámara y orina.
T éngola por caliente en el fin del tercer grado, 6
al principio del cuarto, y por seca en el segundo : es
de partes muy agudas, y algunas corrosivas, y por

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78 REVISTA PATRIÓTICA

tanto encargo no se exceda en sus désis, que es pe-


ligroso, no mate sofocando.

Oanchalagua - " Oapií iropitá "

El capií i·ropitá, i·ñachiuná pi·tá, que dicen los indios~


es el que de Chile nos traen con nombre de e can-
chalagua,, y en Tucuman llaman e yerba de huron , ,
porque peleando éste con la vívora, cuando persigue
sus cachorruelos, para matárselos y chupar su sangre,
por defenderlos peleando con dla, si es mordido acude
volando á comer de dicha canchalagua, y despues de
comida, se revuelca, segun dicen, en ella, y, volvién-
dose á la pelea, es cierta la victoria, por el olor 6
cualidad de la yerba, con que la vívora se atolondra
y no muerde, de suerte que luego es muerta, segcn
se ha visto. Y no me espanto, porque su olor y
amargor es suficiente para embotar la vivacidad de
la vívora y furioso veneno suyo, de cualidad tan
contraria á la canchalagua.
Dos matas muy semejantes hay de esta planta ; es
á saber : blanca y negra, con solo dos distinciones,
y es que la blanca es mas alta, como de una tercia,
y la negra de una cuarta, poquito mas. La blanca
echa mas ramas ó vástagos y mayor copa, y varias
varas de una raíz, y la negra rara ~e halla, sino es
con solo un vástago, 6 tallo ; pero mas amarga y
mas eficaz en uso <le medicina. Dislínguense en el

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DEL PASADO ARGF.NTINO 79
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color, en ser el uno mas claro, y el otro en su ver-


dor mas oscuro, así como el macaguá caá. Se hallan
en partes pedregosas y ásperas, á las oriJlas de las
aguas, ó cercanas á el1as, en partes de serranías ca-
lientes y húmedas, como son los valles y arroyuelos
de las quebradas, como es en el de San Angel, Santa
Ana, serranías de San Javier y Santa Maria. Sus
flores son rubias, algo pálidas; es menos amarga que
la de Chile.
Sus vi·rtudes - El capi'í iropitá, hallo usarlo los
indios para matar las lombrices del estómago y vien-
tre, bebiendo su cocimiento y por ayuda administrado,
misto con otros, como es el lepidio, que el indio llama
caané mi'rí, con miel y sal y grasa, y, cierto, con
buenos sucesos. Empero las grandes virtudes del
canchalagua, segun nos muestra la esperiencia, son
el purificar la sangre de toda serosidad y malignas
cualidades, asi por causa de malos mantenimientos,
como por vientos muy calientes y húmedos, con cua-
lidades, venenosas y nocivas, como estas pestecillas
que vienen de calenturas pútridas y agudas, que causan
inflamaciones internas, ya en el estómago, hígado,
bazo, pulmones, diafragma y pleura, á donde se hace
el dolor de costado y muchas veces pia y dura mater,
que son las telas que cubren el celebro. Es antídoto
contra venenos frios de serpientes ; desopila el bazo,
asi bebiendo su cocimiento, como aplicando su zumo
por defuera, á modo de emplasto. Es muy alabado
su vómito en las fiebres malignas y pestilentes; el
modo de usarla es en un cuartillo de agua que esté
hirviendo echar una dragma de la yerba seca, y con

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80 REVISTA PATRIÓTICA

un poco de miel de abejas, 6 azucar, se toma su


infusion, provoca leve sudor. Es caliente en el gra-
do tercero y seca en el segundo.
Tiene el canchalagua virtud de desopilar y confor-
tar todos los miembros, así internos como externos, y
de hacer bajar los humores por cámara y orina; pro-
voca el menstruo y el parto, y, cierto, que lo tengo
por sospechoso, bebido por personas muy coléricas, si
se bebe muchas veces, porque he reconocido que en-
ciende mucho la cólera.

La yerba de murta - " Afiangapirí oaá. "

La yerba de murta, que el indio dice añangap-irí


caá, y otros caá añaclz1:uná morotí, es la que los
valencianos llaman yerba de murta1 po;:- ser su olor
muy semejante á la murta, ó arrayan menor blanco.
Es alta de tres cuartas, y la que menos media vara.
Consta de un solo pié y de una raiz desparcida en
varias raicejas. Sus hojas son tersas, algo gruesas
y suaves al tacto, y cuando van sazonando, tiran á
morado, y al estar en toda perfeccion, se tornan á
un rubio muy bajo de color, 6 como cárdenas. Su
simiente es larga como aquellas de las vireinas, y al
fin se disuelve en flec-os como de la agrimonia 6 eupa-
torio de Mesue. Su flor es amarilla.
Sus virtudes. Hállanse en esta planta las mas de
las virtudes que dejo dichas del canchalagua, solo el

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DF.L PASADO ARGENTINO 81

no ser tan apenttva, por tener partes astringentes


mistas con las agudas y calientes; pero cierto que en
purificar la !'angre y purgarla de sero, la tengo por
mas segura y no tan ardiente como es el canchala-
gua; r esto es tomándola en doble cantidad, porque
solo es caliente en el fin del grado primero y seca
en el fin del segundo, por lo cual he usado de ella
en cantidad de dos dragmas en dec0ccion, y en sus-
tancia solo una de sus polvos, para las flaquezas del•
estómago, hígado y rifiones, que por flaqueza y re-
lajacion no hacen perfectas cocciones, 6 no retienen,
segun el orden ordinario, como es la diarrea, liente-
ria y gonorrea; y mayormente en los dolores de los
artejos y gota por causa fria, o caliente y fria, mis-
tas las dos causas, como se vé en estas tierras. Es
soberano remedio haciendo baños á dichas partes con
su cocimiento; y asimismo en los dolores de cabeza
antiguos, por causa de flaqueza de dichos humores
frios ó reuma intemperata, 6 por gálico; así untán-
dose con el aceite en que se hayan frito sus hojas,
caliente y bien arropado despues, he visto grande
alivio en varios ; y lo mismo en los dolores <le gota
y artejos, es mas eficaz la untura del aceit~ que el
baño y vaho de su cocimiento.
Hágolo de esta forma : - hojas de iñachuná dos
onzas, de sus flores 6 cabezuelas, una onza, medio
quebrantadas las pongo en seis onzas de aceite 6
caracú miri, y á fuego lento las frio hasta que se
consuma la humedad y suco de las yerbas; déjolo
allí veinte y cuatro horas y al cabo lo caliento y
cuelo, y guardo para el uso.
6

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REVISTA PATRIÓTICA

En provocar el menstruo y pares no sirve esta


planta por la razon ya dicha arriba, y por ser de
menos calor, no será tan eficaz contra el veneno de
las serpientes y ambiente.

Yacaré oaá

El yacaré caá se halla en las lomerias de cascaja-


les, ó entre piedras, de ordinario, aunque tambien se
suele hallar en las campañas y serranías: hace sus
hojas vellosas y delgadas, las cuales van subiendo,
acompañando al tallo, opuestas, en disminucion, vis-
tiéndole todo al rededor, como de flequezuelos, á
modo de encajes. En lo alto de él, echa como unas
espigas blanquecinas, y en ellas sus florecitas acane-
ladas de muy grato olor, de que se forma cierta se-
milleja amarilla, á modo de aquella de los alelís
amarillos, algun tanto amarga y aguda, y de cierto olor
como el de asafétida, aunque no tan ingrato al gusto
y olfato. Búscanla los indios con toda ansia, cuando
sospechan haberles dado algunas yerbas frias, 6 cosas
venenosas y para mordeduras de víboras ó animalejos
venenosos, y así me la dió á conocer cierto indio
viejo, el mas espedito que he hallado en estas Misio-
siones en el conocimiento de las yerbas y su aplica-
c1on. Díjome llamarse así, por tener el olor del
yacaré.
Sus virtudes- La corteza de su ra1z, como media

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DEL PASADO ARGENTINO

onza, cocida en un cuartillo de agua, hasta mermar


la tercera parte, y colada, afiadirle onza y media de
miel de abejas ; bebida caliente es antídoto para toda
ponzoña fria y mordeduras de animales que arrojan
de sí venenos frios, mayormente si se continua por
bebida. Echando sus hojas á cocer en la comida, y
en los casos de haber comido mandioca brava, ó im-
perfecta, antes de sazon, es única, lanzando con ella
cuanto antes pudieren, despues de haberla comido ;
pero en las mordeduras de víboras, no es bien lan -
zarla, antes sí detenerla y tomarla á menudo, y asi-
mismo aplicar sus hojas 6 raiz machacada á la mor-
dedura.
ítem - Su cocimiento en ayunas, ó de la yerba de
su raiz, tomado con dicha cantidad de miel, es antí-
doto, y muy ordinario remedio de estos pobres indios
en las fiebres de contagio de calor y humedad, y de
las que por malos mantenimientos se enjendran; por-
que abriendo las vias y poro!>, saca por respiracion
los humores corrompidos y corrige la putrefaccion,
purificando la sangre de suero viscoso, 6 reuma mista
con ella, arrojándose despues de haberla tomado, ha-
ce sudar con eficacia, mayormente s1 se le añade
algo de cdantrillo, borraja, taropé 6 piedra bezar,
cualquiera de ellos
T éngola por caliente en el segundo grado, y seca
en el primero, ó principio del segundo.

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~4 REVISTA PATRIÓTICA

Calaminta menor - Orégano

La calaminta menor, se halla de ordinario sobre


canteras de piedra, que el indio llama i"tá ratá. Es
muy hermosa á la vista, crece de ordinario de á tercia,
y la que mas de á media vara en alto; su flor á
modo de la salvia, di! un color blanquecino tirante al
morado ; de olor aromático grave, tirante un poco al
de zorrillo, sin ser ofensivo al celebro, como el del
tal animalejo ; sus hojas asimismo aromáticas, muy
ásperas, y juntas suaves al tacto, algun tanto vellosas,
del tamaño de su dibujo, como asimismo la flor peque-
ña, metida en un cestil, á modo de barquito, que es el
dibujo de abajo, y la flor la de encima; huyen mucho
las víboras de su olor, y con él se atolondran y
exasperan, pero no mueren echándose encima, como
algunos me han dicho. Lo que estoy cierto es que,
al que la tuviere pegada á la piel, ó en la mano, no
será mordido de tal sabandija, porque totalmente las
ataranta, y todo es tirar á librarse de su olor y tufo.
Hace esta planta unas dos semillas en su cestil, 6
barquillo, <le olor suave y de color castaño, relucientes
como aquellas del nabo.
Su:. virtudes - Tiene virtud de calentar y penetrar
y deshacer los humores frios y viscosos¡ de desopilar
y abrir las obstrucciones causadas de dichos humores;
tomada en bebida, ó su vaho, ó sudor, que lo provoca
con grandeza, así como la ca!aminta mayor, es amiga
del estómago, hígado y bazo, por lo cual es única en
las bebidas con que se pretende calentar; y asimismo
en los baños con que se quiere fortalecer y desecar

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DEL P.\S,\nO ARGFNTINO

nervios y coyunturas, y deshacer humores crudos y


frios, ó haciendo composiciones de unturas 6 lavatorios,
para lo cual la uso. Hállase en gran copia por San
Luis, San Lorenzo, San Miguel y San Juan, en las
campañas, sobre dichas minas de piedra.
La yerba mascada y aplicada á las mordeduras de
las víboras, y asimismo cocido y bebido su cocimiento,
es cosa admirable y subitáneo remedio, y lavando
todo el miembro con su cocimiento bien caliente, y
al mismo tiempo beber medio vaso de él, hace salir
por los poros, por sudor, todo el veneno frio que
estuviere ya intruso en las venas y entrañas ; ahora
sea de serpientes 6 de bebidas y comidas, así como
el aguarandió mirí.
Téngola por caliente en el fin del grado tercero y
seca en fin del segundo.
Aquí me persuado podia haber colocado su autor
la receta que se puede ver en la página 86 de esta
obra, 1.

Yerba de colmillo de víbora - " Mboy caá"

El soliman de la tierra, 6 colmillo de víbora, se


halla de ordinario por las campafías adonde hay tierra
negra en la superficie de la tierra, á las caídas y faldas
de las lomas : toda la mata echa de si leche al cor-
tarla, y la raíz echa como isuá ó resina pegajosa y
muy viscosa; sus flores son blanquecinas; crece de
á cuarta de alto la hembra y de á tercia el ma-:ho;
1. Pág. 58 de este tomo.

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86 REVISTA PATHTÓTTCA

las dos tienen igual virtud y fortaleza con cierta mor-


dacidad caliente al gusto, y asimismo con mediana
agudeza. Dice!'\ que la mostró el huron peleando con
la víbora; pero, además de esta bella gracia, tiene
otras no inferiores, segun personas fidedignas me han
informado, testigos de Yista de los casos, que, á la
verdad, no lo he yo esperimentado, por no ofrecerse
la ocasion. Sí ví el uso suyo con cierto melancólico,
que la usaba en· hallándose afligido de las molestas
ventosidades que causa tal accidente, como adelante
diré el modo con que la usaba .
Es caliente en el fin del grado tercero, y seca en
el medio del segundo.
Sus virtudes- Si luego que picare ó mordiere la
víbora, se aplica á las heridas ó dentadas, la leche
ó resina de esta yerba, apaga el veneno, de suerte
que, no corre ni hace dafio alguno, y sus hojas
machacadas y puestas sobre la herida ó heridas, en
veinte y cuatro horas las cierran, dejando libre al
mordido. Si tan prt-sto no se tiene á mano, es nece-
sario tomar su cocimiento en esta forma.
En un cuartillo de agua, se pone á cocer mtdia
onza de las hojas de la yerba, hasta mermar la tercera
parte, y, con una onza de miel, se bebe caliente,
aplicando á las heridas otras hojas machacadas, y este
remedio se repite, dos ó tres veces, segun la necesidad.
Algunos van cortando dicha yerba, las puntas, por
la mafiana, y á la tarde vuelven á recoger su resina,
y la guardan para dichos casos, y, cierto, es lo mas
seguro y eficaz.
Cocida la yerba en la cantidad dicha, y bebida dos

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DEL PASADO ARGENTINO 87

6 tres veces, es único remedio á los que han dado


batacos de caidas, 6 rodadas de lo alto, y á los estru-
jados y contusos, de haber á ellos caido algun gran
peso, como de tierra, 6 minas, 6 palos, 6 de haberles
pasado carreta cargada por sobre el pecho; porque,
ademas de deshacer la sangre grumosa, conforta y
cierra las apersiones y roturas :nternas, mayormente
si por afuera la ayudan con emplastos confortativos
y abrigo.
A cierto indio, en el colegio de Córdoba, á media
noche, le pasó por medio del pecho, una rueda de la
carreta que venia picando, y le hizo pedazos cuantos
huesos tiene el pecho, por traer mas de ciento sesenta
arrobas de peso el eje; el cual de atravesar el carril
al espanto de los bueyes, por la caída del carretero,
lo hizo pedazos, y con dicho cocimiento desengrumé
la sangre, soldaron los huesos y quedó, dentro de un
mes, sano y bueno. Ví usarlo asimismo para la hipó-
condria merárquica; decia el tal, que era todo su alivio;
este tomaba su cocimiento con azucar, ó con la yerba
del Paraguay.
¿ Qué dirán los doctorcillos médicos del dia, á estas
curas admirables de los médicos antiguos? Se reirán,
no hay duda, porque, con tales yuyos, no hay nece-
sidad de los tormentos de las mentadas operaciones.

Duraenillo ó hediondilla. - " Ooquerí "

El coquerí, 6 duraznillo, se halla de él dos distin-


tas plantas, de ordinario en terrenos opuestos, como

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88 REVISTA PATRIÓTICA

es el menor, que es el negro, que de ordinario se


halla al rededor de los sembrados, ó cercos, ó partes
húmedas; este crece como vara y media de alto, y
algunas veces mas, el cuai hace las hojas como las
del durazno y las flores blanquecinas; su fruto del
tamaño de bellotas, y de su misma figura, de color
verde oscuro, y al sazo11ar se tornan amarillas; cuan-
do son verdes, es de cualidad muy fria, casi como
b mandrágora, pero al sazonar son mas templa-
das.
La segunda especie nace en partes muy húmedas,
cerca de los bosques 6 montes, á su orilla. Esta
hace mayor su tronco, y sus hojas son mas anchas,
mas largas y mas blanquecinas de color, algo vellosas;
su fruto le hace menor y algo redondo: es de mas
ingrato olor y mas amargo; de suerte q!..le esta es la
que verdaderamente le dan el nombre de hediondilla,
y, cierto, le cae bien el nombre. Las dos poseen
cualidad fria en la superficie, y en lo intrínseco de su
sustancia tiene partes muy calientes y resolutivas, por
tanto, es necesario considerar bien el modo de apli-
carla, y asimismo á que casos y sujetos se aplica ;
porque, si el sujeto es muy ardiente de complexion,
es preciso no tenga mucho tiempo puestos sus opo-
sitorios, 6 emplastos: porgue en vez de ser medicina
será enfermedad.
Sus ·úrtudes - El coque,-i, ó duraznillo, que algunos
llaman hediondilla, por su pesado olor, cocidas sus
hojas y cogollos, lavándose con su cocimiento, quita
los dolores de cabeza, así de causa fria, aplicándolo
caliente, como de causa caliente, aplicándolo tibio ó

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DEL PASADO ARGENT!~O

frio, mayormente á los que del sol y calor del fuego


de hornallas lo han adquirido.
Sus cogollos fritos en aceite, é en infundía de ga-
llina, quita los dolores antiguos de cabeza, untándose
seis 6 siete ¿á reo? al acostarse, quitando primero el
pelo a navaja y tijera, todo lo que cogen las comi-
suras del celebro, ó parte doliente, abrigándose des-
pues de la untura.
ltem - Su fruto, cogido ..-erde, machacado y cocido,
y misto con infundia de puerco y un poco de harina
de trigo y unas hojas de malva, hecho á modo de
emplasto, aplicado sobre aquellas inflamaciones de
apostemas calientes que traen gran dolor y ardor y
calentura aguda, las madura quitando d dolor con
admiracion, y lo mismo hace su fruto maduro á falta
del verde, aunque no es tan anodino y sedativo de
dolor como el verde, que es á modo de aquellas
manzanas de la mandrágora, narcótico, aunque no
llega á quitar del todo el sentimiento de la parte,
como lo hace el de:: la mandrágora y el de las ador-
mideras negras, por lo cual no hallo riesgo ó incon-
veniente en su aplicacion, por no tener partes tan
frias.
ltem - Sus hojas y c-ogollos cocidas y mezcladas
con harina• de cebada y de habas, hecho ungüento
con manteca de vaca la\'ada, cura las llagas que de
cualquier quemazon se hayan hecho, con admiracion,
y lo mismo hacen sus hojas soazadas, aplicadas á las
llagas de dicho fuego.
ltem - Sus hojas y cogollos, soazadas y aplicadas
á las inflamaciones y tumores frios, teniéndolas asi

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90 REV1STA PATRIÓTICA

calientes, aplicadas por dos horas, y remudándolas si


fuese necesario, resuelven dichos tumores.
ítem -Y puestos sobre una piedra llana bien ca-
liente. 6 ladrillo, en cantidad, y poniéndose de pie
sobre el1a, quita los tullimientos de los nervios y
músculos, por sudor violento : esto hace mejor cuando
la piedra está mas caliente, y el1as medio soazadas
y muy calientes antes de poner al baldado sobre ellas
de plantas, bien abrigado todo el cuerpo con frazadas,
remudándole el sudor, y al dia siguiente repetirlo, si
fuere necesario.
Algunos dicen que su cocimiento depurado hace lo
mismo, lavándose los pies y miembros con él bien
caliente, y aplicar dicha yerba, bien caliente, á los
miembros por algunos dias, no lo he esperimentado,
pero este otro sí.
Así la blanca como la negra. son eficaces en dichos
casos; pero hallo ser mas resolutiva la blanca; por
tanto, á cuerpos flacos ó delicados, tengo por mejor
la negra, y la blanca á los mas robustos y duros.
Es caliente en el fin del grado segundo, ó princi-
pio del primero, aunque tiene partes frias en la su-
perficie, las cuales son tan débiles que luego desa-
parecen.

.Aristoloquia rotunda. - " Tupe.oí yeti "

Dos diferentes aristoloquias rotundas se ha11an en


estas tierras de las Misiones, que, aunque las raices

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DEL PASADO ARGENTINO

son de un mismo modo. pero no las hojas, que la


mayor hace sus hojas sin aserraduras ni globos. Digo
mayor, porque sus raices son mayores, que llegan á
tener diez, y algunas doce libras castellanas de peso;
pero, la que aquí doy estampada, la que mayor se
muestra es de libra, ó, á lo mas, de veinte onzas:
hace sus hojas aserradas, las flores blanquecinas, ti-
rante á leonado, á modo de campanillas poco abier-
tas ; su fruto del grueso de la punta del dedo meñi-
que de la mano, y del largor del último nudo hacia
la uña, unas con tres semillas, otras con cuatro, las
cuales son del tamaño de perdigones 6 granos de
municíon, que decimos de matar palomas.
La vaina, cuando el fruto está en sazon, se torna
colorada, la cual es tierna como frutilla y muy viscosa
6 húmeda ; las semillas se muestran oscuras leonadas.
Llámanla comunmente los indios tupací yetí, otros
mburucu)'á mirí, y verdaderamente que la aplican desde
su infidelidad hasta el dia de hoy, para males de
frio y tullimientos, así por mal francés. como por hu-
medad y frialdad de los miembros y artejos, aunque
muy á lo bárbaro y sin mas composicion que cocer-
las con unas cortezas, 6 astillas del ibiºrá payé, 6
anguai, y beber por muchos dias su cocimiento.
Sus virtudes - La aristoloquia rotunda, tomado el
cocimiento de media onza de su raiz, bien cocida en
cuartillo y medio de agua, hasta quedar en un vaso
poco menos de cuartillo, añadiéndole dos onzas de
miel de abejas y cuatro 6 seis granos de pimienta,
tambien molida, tomada caliente, resiste á los Yenenos
y ponzoñas bebidas, y al dañ.o de las serpientes y

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92 REVJSTA PATFIÓTICA

víboras; tambien se toma nna dragma de su polvo,


bebido en vino, y se aplica tambien á las mordedu-
ras de dichas serpientes, por defuera. Bebida )a can-
tidad dicha con vino, pimienta y un poco de mirra,
expele el menstruo retenido, las pares y la criatuta
muerta en el vientre, y lo mismo hace metida en la
matriz de la mujer.
Bebi·Jo su polvo con agua, es útil al asma, al soli-
po, á los temblores paroxismales, al bazo crecido, á
las roturas y espasmos de nervios y al dolor de cos-
tado. c1 plicado á forma de emplasto. Bien machacada,
saca las astillas y casquillos hincados en la carne. Su
polvo molido y echado sobre los huesos que están
carcomidos, los escarna y limpia, y asimismo las lla-
gas y úlceras corrosivas las prohibe de corrupcion, y
limpia las llagas de las encias' y los dientes; mezclada
con la raiz de lirio y miel, hincha de carne las caver-
nosas heridas y llagas, aplicándolo á modo de un-
güento en planchas ó lechinos.
Sobre las virtudes arriba dichas, no es bien callemos
las innumerables que esta tan célebre planta tiene,
mista con otras, para curar las mas rebeldes é inve-
teradas enfermedades del género humano, á que luego
socorre, porque su cocimiento bebido á la larga, sana
todas aquellas enfermedades de frialdad y humedad :
la perlesía, la apoplejia, la gota coral, la ictericia, la
hidropesia, las cuartanas y tercianas, las opilaciones
de todos los interiores miembros, v finalmente los
antiguos dolores de las junturas. Juntada con gua-
yacan la aristoloquia, no hay mal francés por in-
veterado que sea, que no lo cure, si se sabe dar

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DEL PASADO ARGENTINO 93

con el modo que se debe, que es como se sigue :


• Palo santo electo, una libra, hecho astillas muy
menudas y delgadas de su corteza ; dos onzas de pa-
lomina 6 fumusterre seca, media onza polvos de aris-
toloquia, otra media onza pónese en remojo en quince
libras de agua por espacio de veinte y cuatro horas,
y luego se pone á fuego manso, hasta que mengüe la
mitad , en olla vidriada, y sin humo, á fuego de car-
bon, y de cuando en cuando se remueve con espátula,
que para esto se hace del mismo palo, y sacándolo
del fuego despues de consumida la mitad, se cuela y
se pone en uu frasco limpio, bien tapado, y volviendo
á echar la misma cantidad de agua, sobr,~ dicha ma-
teria, se hace hervir hasta que merme la cuarta parte,
la cual se guarda para bebida á las comidas : de las
del frasco se dan nueve onzas, antes caliente, á la
mañana, para sudar, y otras tantas á la tarde, arro-
pándolos y tapándolos del viento. El agua simple se
toma á las comidas y entre dia; esto hago con los
enfermos que reconozco gran frialdad, y aun les doy
vino infuso en las tales cosas, antes de ponerlas á
cocer en acto en olla vidriada, y pongo cuatro azum-
bres de vino, cuélase, y se vuelve la materia á la
olla, y se pone el agua arriba dicha.
Para los que no tienen frialdad grave, se ponen
mezcladas cosas templadas, como un puñado de endi,
via y otro de borraja, 6 de sus raíces con algun oro-
zús. Antes de tales curaciones, siempre es necesario
purgar antes y sangrar, si hubiere replesion.

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94 REVISTA PATR[ÓTICA

Pan de puerco, ó pa.n poroino - " Ca.ra.ohi "

El carachí que dice el indio, el pan de puercos,


del cual se hace el ungüento llamado e pan porcino , ,
tan excelente en las quemaduras del fuego, hállanse
cuatro diferentes en figura, y solo dos son las que
comen los indios, cuando hay hambrunas, que es el
carachí blanco, que es el que dejo estampado, el
cual hace sus sarmientos largos, poco poblado de ho-
jas. El segundo llaman carachí úh, que quiere decir
negro, y este tiene la raiz como el Gle Europa, y
casi las hojas, las cuales son mayores y mas oscuras
y no tan puntiagudas. Estos de ordinario se hallan
al rededor de los bosques y en sus orilJas, y por
los sembrados de rozas; y de esos hay otro que dicen
carachz'rá mz'rí, y otro carachz'rá guazú, que no son
inferiores er. virtudes, pero distintas del carachí, por
ser mas agudos y aperitivos, de los cuales pienso
poner estampa, y lo poco que de ellos he podido tener
noticia.
Sus virtudes - Las virtudes del carachí, llamado
ciclamino, y pan de puerco, son admirables en varias
enfermedades entre sí opuestas; porque, guisado de
varios modos y misto de otros, es soberano socorro
en las aflicciones de la humana naturaleza; porque,
bebidas cuatro dragmas de su polvo, con agua miel,
purga por abajo la flema, y el agua de los hidrópicos,
minorando el bazo.
Provoca el menstruo, ahora se beba, 6 se aplique
á la natura de la mujer; atada su raíz al muslo izquier-
do, dicen acelera el parto. Bebido su polvo con vino,

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DEL PASADO ARGENTINO • 95

es único remedio contra los venenos mortíferos., prin-


cipalmente contra el de la liebre marina : machacada
y á forma aplicada á las heridas de las serpientes
venenosas, las cura y prohibe el veneno.
ltem - Destilado su zumo en las narices, con miel
de abejas, purga la cabeza, y aplicado á las cataratas
ó nubes de los ojos, aclara la vista y adelgaza las
nubes y carnosidades de los ojos.
ítem - Metido con cala en el sieso, con lana 6 al-
godon, ablanda el vientre y hace regir dos 6 tres
cámaras; pero no se aplique á mujeres preñadas, que
hace mal parir, y por esta causa se junta siempre con
las medicinas que aceleran el parto.
ítem - Su raiz, machacada y cocida, mezclándole
un poco de vinagre, reprime el sieso salido afuera.
Sácase de su raiz machacada y estrujada, el zumo,
el cual á fuego manso se condensa hasta que tome
punto de miel, y se le mezcla dos 6 tres dragmas de
caparrosa quemada, y untando con este ungüento los
empeines y herpes, los sana, y todos los granos y
máculas que salen al cuero, asi de causa de flema
salada, como por humores corrompidos y de conta-
JIO.
Jtem - Su cocimiento se aplica útilmente á los
miembros desconyuntados, al dolor de la gota artri-
tide, y á las húmedas achoras de la cabeza, que es
la tiña húmeda, primera especie <le lepra.
Hácec;e del ciclamino un ungüento de artanita, que
llaman los boticarios, que sirve para relajar el vientre,
puesto sobre él á forma de emplasto, y el de pan
porcino, tan célebre para las quemaduras y escaldaduras

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REVISTA PATRIÓTICA

de todo género de licores, los cuales pondré aquí


sus recetas.
El ungüento de artanita, que sirve para ablandar y
relajar el vientre, se compone de los simples siguien-
tes : zumo de ciclamino, semi artanita, tres libras ;
zumo de cohombrillo amargo, una libra; aceite de lirios,
dos libras; nianteca de vaca, una libra; pulpa de
coloquíntida, cuatro onzas; polipodio, uncia una; eu-
forbio, media onza. Por falta del cohombril1o, 5irven
los yesgos, y por el euforbio la pimienta negra: mirra
dos dragmas y dos escrúpulos : consúmense primero
los zumos con el aceite, á fuego manso, meneando
continuamente, y molidas sutiles las demás cosas;
apartandoios del fuego, se incorporan, meneándolas
con la espátula de palo, por espacio de cuatro días,
poniéndolo encómia caliente cada vez que se haya
de remover, y al cabo de ello se añade: sagapeno,
seis dragmas y dos escrúpulos; cera, cinco onzas:
póngase todo á hervir al fuego hasta qne se incorpore
la cera y sagapeno, y apartado del fuego, caliente,
se le añad~ polvos de e:;camonea, de acíbar y colo-
quintida, de cada uno seis dragmas y dos escrúpulos ;
euforbio, dos dragmas y dos escrúpulos; salgema, cin-
co dragmas ; turbit, seis dragmas y dos escrúpulos ;
pimienta !arga y jengibre y flor de manzanilla, de
cada uno dos dragmas y dos escrúpulos; mézclese
todo muy bien, removiendo con dicha espátula hasta
que se enfrie, y repóngase para el uso.
Este ungüento, untándose con él, relaja el vientre
y purga el agua de los hidrópicos. Si;-ve á los que
padecen lombrices en el estómago, untando las partes

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DEL PASADO ARGENTINO 97

en que ellas las muerden, las mata y las hace salir


por vómito y cámara.

Lentisco blanco ó molle - " Aguara.ibai guazú "

Cuatro diferentes especies de lentisco se hallan en


estas Misiones; las dos de blanco. El uno es árbol
grande y frondoso, que en la provincia de Tucuman
llaman molle de Castilla: la segunda del blanco, se
halla en las lomerias, en tierras pedregosas y entn~
cascajales, el cual hace sus hojas mas largas y mas
claras en verdor, y algun tanto mas anchas y mas
aromáticas, con mas resina en la superficie: sus flores,
á modo de racimos, algun tanto tiran al color amari-
llo blanquecino, aromático y de muy suave olor. De
estas dos especies, se hace 6 saca un bálsamo, por
octubre y noviemke, muy eficaz y seguro para todo
género de heridas, muy excelente, en la forma si •
guiente:
Cuando el Aguaraibai ó lentisco blánco menor está
florido, se cortan sus cogollos y pomos de flor, en
cantidad, y quitando los vástagos leñosos, se macha-
can muy bien sus hojas y flores, y puestas á cocer
en tacho grande y capaz, se cubre la materia de
agua, que sobrepuje cuatro dedos á la materia, y
así estando al fuego, S'! vá colando y esprimiendo
muy fuertemente, 6 con prensa, 6 con palos atados
á modo de mangua!, por lienzo fuerte y algo ralo.
7

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98 REVISTA PATR[OTICA

Acabado de colar, se vuelve dicha coladura al fuego,


que es como leche cortada del cuajo, y se vá subiendo
á punto. Al principio el fuego fuerte, y al fin a1gun
tanto suave, por que no lo requeme y quite su na-
tural olor y color, que el cual es de color de canela
muy clara. Se conocerá estar en punto, sacando
alguna parte de él y dejándolo enfriar, que tiene
punto de melcocha no muy dura, y que echado en
agua, se vá entero á fondo, si1~ deshacerse, el cual
se apartará del fuego, y puesto en sus botes, se
guarda para el año, 6 para afios; pero con el tiempo
se vá subiendo de punto y llega á ponerse tan denso
como el ac:bar socotrino; pero, asi duro cuando se
quiere usar de él, se rebaja de punto con agua, 6
con vino, y en cierto modo es mas desecativo enton-
c~s y une mas presto las heridas, mayormente cuando
se rebaja con vi110, lo cual se hace quebrantándolo
menudamente, y puesto al fuego, con corta cantidad
de vino 6 agua, se vá removiendo á fuego lento hasta
quedar en el punto arriba dicho.
Puedo decir con verdad que es muy eficaz en con-
fortar las heridas dadas en nérvios y contusiones del
peri ostro.
Sus virtudes : El lentisco de estas tierras, no pro-
duce almáciga en cantidad, como en Europa, y la
poca que produce es poco aromática: por tanto pro-
veyó el Todopoderoso á estas Misiones del caaisi,
que es eficaz y perfecta almáciga.
El lentisco, cocidas sus hojas y bebido de su coci-
miento cuatro onzas, reprime el flujo de sangre que
s.ale por la boca, retiene el flujo de vitntre y d e.le

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DEL PASADO ARGENTINO 99

la orina y los molestos vómitos, ahora sea la causa


caliente ó fria. Sus hojas machacadas y bien cocidas,
hasta que consuman casi el agua, aplicadas asi calientes
sobre el estómago, hace lo mismo en detener cámaras
y vómitos, mayormente si al querer aplicar el esto•
maticon, se polvorea encima el polvo de almáciga, 6
del bálsamo del Curlí, que es el pino de estas tiP.rras.
Sirve este mo<lo de emplasto admirablemente para las
quebraduras <le los huesos y contusiones de cabe1:-: y
periostros, que es la tela que cubre los hueso~, y en
partes nerviosas. El bálsamo atrás dicho, además de
curar con seguridad las penetrantes y no penetrantes
heridas, y restañar con grandeza el flujo de saigre
que por ellas sale, sirve tambien en todos los casos
arriba dichos, mayormente el que se disuelve en vino,
y es mas dicaz en retener el flujo de orina y semen
6 purgaciones blancas, y restañar el flujo de sangre,
el que se disuelve en agua; y todo esto hace con
mayor eficacia el sacado de las cortezas del lentisco
negro, por ser mas astringente y menos caliente.
Hállanse en el lentisco dos diversas encías, la una
caliente y húmeda, en la superficie de sus hojas y
cortezas, y la otra fria y seca en todo el resto de su
sustancia. Pienso al fin del segundo grado 6 princi-
pio del tercero.
La almáciga de esta planta, mascada, descarga los
humores de la cabeza, aprieta los dientes que se me-
nean y corrige el anhelito corrompido, y dado perfume
á las vasijas del agua que se bebe, cociendo primero.
y poniéndola así caliente en la tinaja llena <le humo
de almáciga, retiene la estrangurria, poco á poco, to-

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100 RFVISTA PATRIÓTICA

mando dicha agua á la larga, y lo mismo hace con


el fuego de la incontinente orina y semen, tomada
fria en todo el uso ordinario.

Lentisco negro ó molle negro - "Agua.raibai mirí"

El aguaraibai 6 lentisco negro, se halla en estas


doctrinas, por las campañas, y lo mas, muy de ordi•
nario , y son dos en este género, macho y hembra,
potque el macho tiene las hojas mayores y mas grue-
sas, y encadenadas unas con otras con ciertas barbas
ó zarzillos, á modo de adorno de puntas por sus
sarmientos, como lo muestra esta estampa. La hem-
bra hace sus hojas desnudas de adorno, pegadas al
tronco, es mas abundante de semilla, mas pequefia y
afeminada en todo ; pero en virtud de confortar y re-
primir, hallo no ser menor que el macho, y tan resi-
nosas sus hojas, vástagos y raices.
Sus vzrtudi:s: - El aceite sacado por cocimiento
leve, y espresion de sus semillas, y bien curado al
sol, es único remedio para los que padecen flaqueza
de nervios, 6 calambres, untándose con é! caliente, y
poniendo encima unos paños calientes, despues de
la untura : lo mismo hace en los dolores de las con-
yunturas, que llaman artritide: quita el dolor de las
quebraduras de los huesos, y ayuda á criar el poro
para que suelden, aplicándolo en la forma dicha: lo
mismo hace en las contusiones y magulladuras de los
ncrv ivs, mÚ;:,culos y carne.

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DEL PASADO ARGENTINO IOl

llem: - El i>álsamo que se saca de las cortezas de


sus raices, sirve para curar heridas, mayormente aque-
llas de partes nerviosas, 6 que se descubre á cortar
nervios y músculos. Para soldar los huesos quebrados
con Hagas, porque á un tiempo cura la llaga y une
el poro sarco, y despues para que cubra el hueso;
y este bálsamo es mas eficaz en estos casos de hue-
sos quebrados, que el que se hace del lentisco blanco,
aunque suele causar mas comezon á la parte.
llem: - Tornada una dragma de él, deshecha en
vino, retiene las cámaras de sangre y todo flujo de
vientre, principalmente la diarrea. Tomando dos drag-
mas de él, desleido en agua de llanten, ataja el flujo
de sangre del estómago que sale por la boca, y sor-
bido por las narices, el que sale por ellas ; y puesto
en algodon, empapado, en la boca de la matriz de
las mujeres, ataja el flujo del menstruo inmódico, y
esto hace mejor si se deslie en zumo de llanten, re-
pitiendo á menudo su aplicacion, por seis 6 siete veces
unas tras otras. Es aprobado remedio y sin peligro.
Sus cogollos y hojas tiernas cocidas, á forma de em -
plasto, á las contusiones y golpes, las conforta y
mitiga el dolor, y esto hace mejor si s•; rocian con
vino antes de aplicarlas.

Leche tres ó ja.la.pa. - " Ca.á. oa.mbi "

Cuatro especies diferentes de ja!aj>a, se hatJan en


estas tierras de las Misiones; pero la mejor para uso

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102 REVJSTA PATRIÓTICA

de medicina, es la que aquí pongo su estampa, por


ser menos fria y mas amiga del estómago. Las otras
tres especies son menos pobladas de hojas y no tan
ab1,mdantes de ramas, hojas y flores¡ tienen sus hojas
mas largas, mas vellosas y no tan abundantes de leche
las dos especies primeras ; la tercera nace de ordina-
rio en un solo tronco, sus hojas muy pequeñas y en
gran copia, hace su copa á modo del pino de estas
tierras y la llaman los indios caá cambi curií. Hay
además de estas cuatro dichas, otras dos especies
menores, sus sarmientos muy sutiles, que se esparc-en
en contorno de su raiz sobre la tierra, y todas ellas
son purgantes, pero muy enemigas del estómago, de
suerte que causan grandes congojas de vómitos, su-
dor frío, desmayos y convulsiones que ponen en peli-
gro la vida, como he visto y curado á los que indis-
cretamente se la dieron por purga en cantidad doble
de dos dragmas de su polvo en sustancia, que es
sobrada purga, para el mas robusto, una dragma, y
para el flaco, media.
5us ·úrtudes - La jalapa cogida en estas tierras en
la menguante de luna de abril, sacándola de tierra
sin herirla ni quebrar sus raíces, porque no desechen
de sí la leche, y luego que se sacan lavarlas muy
bien de la tierra, y ponerlas al sol por espacio de
tres dias, para que se condense su licor en su corteza,
la cual al cuarto dia se aparta de lo leñoso de su
raiz, y se pone á secar al sol hasta que se pueda
hacer polvo sutil, el cual se pasa á cedazo mediocre,
y se prepara en el modo siguiente : Polvo de cor-
teza de jalapa una libra, aguardiente de vino bueno

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DEL PASADO ARGENTINO 103

medio cuartillo, póngase en vasija vidriada 6 de plata,


amasando el polvo con el aguardiente muy bien, y
esto se tenga dos dias apretado en la tal vasija, y
al cabo de ellos se pondrá á secar en la sombra, so-
bre alguna fuente 6 plato ancho, y se ira removiendo
y cuando está medio seco, se saca al sol hasta que
de él se seque.
Estando en este estado, purga excelentemente por
abajo y por arriba, como el antimonio, y es única
purga para los que se requieren purgar el estómago
por la boca y no echar los humores en copia á las
vías inferiores y vejiga, sin hacer datios en lo interno,
como las de las sin preparar, que causan llagas y
disenterias.
Para que purgue mt.:y bien los humores flemáticos
y gruesos, por abajo, sin vómitos, la vuelvo á poner
segunda vez en preparacion de aguardiente, y secarla
como queda dicho, lo cual obra sin congojas ni vó-
mitos, siendo preparada con aguardiente de buen vino.
La purga de la jalapa, es soberano remedio á los
que padecen enfermedades de humores flemáticos,
gruesos y crasos, como humores gálicos y dolores
artéricos, bubones, incordios, gota de frialdad y hu-
medad, sobre huesos, escrófulas y lobanillos, y lampa-
rones tiernos, que repetida segunda y tercera vez,
intervalada por quince dias, quita todas estas pasiones
y las purga por cámara y orina, preparándose primero
con dos 6 tres jarabes que preparan la flema, como
es el cantuejo 6 de cinco raices, 6 semejantes.
l!em:- En principio de enfermedades de cámaras,
catarros ferinos, lombrices y gusanos, es admirable re-

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104 REVISTA PATRlÓTICA

medio en los indios, porque quita la replesion de que


se ceban dichos accidentes, y los ataja, tomando de
su polvo peso de un real de plata, que es una drag-
ma, incorporado con conserva de corteza de cidra,
como onza y media de conserva. Es único remedio
y admirable para purgar todas las pasiones arriba di-
chas; y á falta de la conserva de cidra, lo doy en
vino, como dos onzas, ó en caldo una media escu-
dilla. La que se toma en conserva, se puede tomar
antes de dormir, tres horas despues de haber cenado,
ó por la madrugada y dormir despues de haberla to
mado La que se da en bebida por la mañana, que
no duerma el que la toma hasta acabar de obra:r.
Tengo por esperiencia de la una preparacion, mata
las lombrice!> ó las atolondra y las hace bajar por la
cámara, unas muertas y otras medio vivas, atolon-
dradas, asi como los pescados que con su leche y
polvo se cogen en abundancia, echándosela en el cebo
con que se quieren matar, como es en masa 6 en
afrecho, 6 carne picada, que volviéndose los pobres
panza arriba, van tordeando por la superficie 6 toma
del agua, sin volverse á hundir, y, poniéndm,e á la
corriente, se cogen en abundancia. Los tales, se han
de sacar las tripas y entrañas, luego que se tiran fuera
del ag-ua, asi vivos, porque así no son dañosos; pero,
para mas asegurar, se pueden salpresar.
Los accidentes que causa la jalapa, se remedian y
atajan con aguardiente ó vino bueno bebido.
Es fria en d tercer grado y húmeda en el segundo,
aunque su leche posee partes agudas corrosivas.

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DEL PASADO ARGENTINO 105

Yerb& s&nta contra peste - "C&á. ouruzú.,

El caá euruzú, que se halla por las campañas, á


las caidas de ]as lomas y en sus cumbres; salen á veces
de una raiz dos ó tres varillas vestidas de hojas en
contorno; otras ,·eces de cada raíz sa]e su varilla, y en
la punta 6 estremo de ella su flor entre blanca y
amarilla, de un olor aromático y subido de punto, ti-
rante al olor de las almendras de durazno, tan vehe-
mente que con mucho excede al olor suyo ; de suerte
que, puesto en el aposento, apenas se puede sufrir su
olor de vehemente, por lo cual, mas de dos veces, lo
he traído á partes de mal olor, para con el de dicha
yerba desterrar el de dichos aposentos 6 corredores.
Hállase que esta yerba echa sus hojas sin pezones,
vistiendo su tronco á modo de cruz, de suerte que
todo lo tapa. Es sobremanera resinosa toda la planta,
mayormente su raíz, y solo cortándola la despide, siem-
pre con el olor dicho, á modo del que las raíces
del caá -isí. Es gruesa su raíz como lo que cabe en
la mano cerrándola, y larga de un jeme, y á veces
más, otras menos recta, metida á la tierra. Hállase
en cantidad por las partes dichas en las tierras de
San Luis, San Lorenzo, San Miguel, San Juan y San
Angel, y en los Apóstoles, Concepcion y San Carlos
tal cual mata suya.
Es caliente en el fin del segundo grado y seca al
principio del tercero.
Sus virtudes - El caá curuzú, secas sus hojas, hecho
polvo y dado á beber en vino, mata las lombrices y
gusanos y los hace echar por vómito y cámara, to-

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106 REVIST.\ PATkIÓTICA

mando de su polvo media dragma en ayunas, 6 el


cocimiento de media onza de sus hojas r tallo, con
azucar 6 miel, en dos 6 tres mañanas á reo. Conforta
dicho cocimiento el estómago, asi como el de los
ajenjos, purga la flema levemente por cámara y orina;
abre las vias y con gran eficacia quiebra la piedra de
los rif'íones y vejiga, cuando la causa eficiente suya
es de frialdad de dichas partes, 6 humores fríos y reu-
máticos, provocándolos por la via de la orina y cá-
mara, mayormente si se administra parte de sus hojas
en cristeres, los cuales son eficaces á dicho efecto y
al de la esciática de causa fria y humores viscosos,
aplicando á la parte emplasto hecho de sus hojas ma-
chacadas y medio fritas con infundía de puerco 6 ca-
racúqüe mirí 6 aceite, y lo mejor será en infundía de
tigre y sebo de toro, partes iguales.
Asi mismo socorre todas las hinchazones flemáticas
de las coyunturas y las resuelve en breve.
ítem - Para los espasmos de nervios no he hallado
cosa mas eficaz que la untura de su composicion, que
se compone de hojas, flores y raiz del caá curuzú una
libra, toro caá, tamandua{ mirí, salvia, 6 en su lugar
caaimbé morotí, que es salvia silvestre y ruda 6 man-
zanilla, de cada uno de estos media libra; hojas de
malvas doce onzas, todo machacado se pone en infun-
dia de puerco, 6 de aceite libra y media ; sebo de
toro de ocho 6 diez años, dos libras : póngase todo
á fuego manso, removiéndolo á menudo, hasta que se
consuman los zumos, y se deja así enfriar por espa-
cio de veinte y cuatro horas, vuélvese á calentar y se
cuela y guarda. Esta untura disuelve los espasmos,

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DEL PASADO ARGENTINO 107

conforta ]os nervios y los dilata, y desopila con ad-


miracion. administrándola siempre caliente y con abrigo,
hace sudar todo d cuerpo y resuelve todo tumor y
dolor originado de frialdad y humedad, sino es que
haya gran replesion, que en tal caso piden evacua-
ciones los casos. Es contra los vientos corrompidos
y pec;tes.

Lepidio ó payco - " Caá.né guazú "

E1 caáné mirf, que dice e] indio, á diferencia del


caá11é guazú, que 11ama a] eneldo, Jo hay por todas
estas tierras en grande abundancia, mayor y menor.
El mayor es el que aqui doy por estampa: e] menor
es ratero, tiende sus vástagos al suelo, sus hojas son
menores, y crece de á tercia cuando mas ; pero el
grande de á vara y vara y media, en partes fértiles
y húmedas, muy cargado de semilla toda su copa y
vástagos, con profundas raíces metidas rectas por tierra,
de olor grave. y agudo en todas sus partes, amargo,
picante, y ardiente a] gusto, mayormente su semi11a
y ra1z.
Es caliente en el cuarto grado, y seco en el ter-
cero.
Sus virtudes - Porque hallo desdice esta planta, en
estas tierras, de la original de Plinio, en la flor y
semilla, · la pongo por dibujo; pero es el verdadero
lepidio de Plinio, 6 heberide de Demócrates, mayor-

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108 REVISTA rATRIÓTICA

mente el menor lepidio, que, cierto, no le falta cir-


cunstancia alguna: y Galeno dice: la heberide y el
lepidio, solo en el nombre se difieren, y del propio
sentir es Pablo Egineta, y asi por la esperiencia en la
esciática, se conoce ser él; porque, además de tener
todas las partes del lepidio, tiene sus efectos en abra-
sar y escarificar el cuero, dentro de cuatro horas, su
semilla y raíz, y así te-ngo en esta parte por mas efi-
caz el menor, del cual he usado mas de dos veces
contra el esceático y conyunturas contusas, á donde se
embebieron dolores frios, aplicada en la forma si-
guiente:
Por no levantar ampollas y hacer llagas, para la
esceática : hojas, corteza y semilla de lepidio, una
libra, muy bien machacada, póngolo á cocer, en medio
cuartillo de vino generoso, y, á medio cocer, le echo
media onza aceite de ruda 6 manzanilla, teniéndolo
tapado, vuelve á hervir hasta consumir casi todo el
vino, y, caliente, lo aplico á la esceática por espacio
de un dia, que, aunque enciende el cuerpo, no es
cáustico ; mas es necesario meter en baño despues,
porque el vino y aceite apagan su agudeza: échanse
antes ayudas comunes, á donde en lugar de eneldo,
pongo lepidio, y son únicas en el caso, como tam-
bien en desopilar la matriz. No se echen á mujeres
preñadas, porque al punto mueve y malparen, como
se ha visto, que por sospechar ser mal de matriz y
no pret'lazgo, luego movió y malparió. Válense mu-
cho de esta planta para la retencion de los meses,
usada por perfumes, vahos de su cocimiento y hva-
torios por abajo. En la provincia, y cierto matasano,

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DEL PASADO ARGENTINO 109

se atrevia á darla por bebida al sexo femenino, no


sin grave riesgo de esterilidad, que, cierto, es de
temer.
Con solo soasar el payco, y, bien caliente, des-
calza la mujer, pisar sobre él, y luego asentarse en
él, llama el menstruo y purga la madre ; arranca la
sangre retenida del parto y las pares, y lo mismo hace
su vaho, sin darlo por bebida. Segun estoy infor-
mado de personas fidedignas, bebidas cuatro onzas de
su cocimiento, en que se haya puesto dos dragmas
de su semilla, 6 tres de sus hojas con una de miel,
mata las lombrices y gusanos. Toda la yerba echa-
da por casa, mata y avienta las pulgas, y, si por dos
dias, á reo, riegan con su cocimiento el aposento, no
solo no cria pulgas, pero se mueren las q~e se traen
de afuera, y en toda la semana no se verá pulga en
su aposento ; he visto treparlas por las tablas del
cancel, y á todo tropel salir afuera huyendo de su
olor.

Verbena verdadera

Aunque mi intento, cuando comencé esta obra, no


fué escribir ni dibujar ninguna dt! las plantas que traen
dibujadas los demás herbarios; todavía por el bien
de estos pobres indios, destituidos de médicos y me-
dicinas, me veo obligado á darlec; á conocer las mejo-
res y mas útiles y necesarias á sus dolencias, que con

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i 10 REVISTA PATRIÓTICA

tanta abundancia producen sus tierras, como son la


verbena, virga aurea, calami11ta, dictamo, poleo, aris-
toloquia, palo santo ó guayacan; y asimismo porque
halle que toman unas yerbas por otras, y asimismo
palos, y para librar de algunas dudas que hay acerca
de las figuras y grandor; porque por razon de ser
estas tierras muy húmedas, producen así las hojas
como las flores y ramas de mayor grandeza, y algo
inmutadas en las flores, y por tanto dibujo las hojas
de cada planta del tamaño que es.
Tiene la verbena sus tallos cuadrados, encima de
los cuales hace sus semillas en unas . espigas á modo
de canciones de disciplinas delgadas, en las cuales va,
poco á poco, echando su flor, conforme ellos van cre-
ciendo, como aquellas del llanten, las cuales son mor!l-
das y muy amargas; la semilla pequeña y parduzca
6 lara. Llámanla yerba sagrada palomera, peristereon,
en griego, por lo mucho que las palomas se regoci -
jan y alegran con ella, y procuran revolcarse y habi-
tar á donde ella nace.
Hállanse <le esta yerba en estas doctrinas, cuatro
distintas especies ; es á saber: la que aquí dejo pin-
tada y otra mas delgada y mas abundante de ramas
y asimismo de flores y semillas ¡ las hojas mas pe-
queñas y asi mismo los tallos muy sutiles, que es la
hembra, y la que dejo estampada es el macho, segun
Plinio y otros varios herbarios.
Las otras dos especies, la una se halla por los cam-
pos, la cual hace, un solo tallo, muy ralas sus hojas
y ásperas, y poca flor 6 canelone!», muy parecida á
la verbena, la cual de ordinario se halla muy sola y

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DEL PASADO ARGEN1'INO iIl

en desierto; esta tal es la que los valencianos cogen


por yerba de la sangre, la cual deshace el bazo y saca
la sangre y agua contenida en él, por los poros. La
cuarta especie nace en los pantanos, y creo es el ma-
cho de esta dicha <;anguinaria; tiene su tallo de dos
varas de alto, sus hojas muy grandes, y asimismo
gran copia de canelones, con su flor morada en lo
alto del tallo, el cual es muy áspero y grueso, como
asimismo sus hojas ; tengo las dos por una misma
generacion, aunque la una se halla en partes secas y
la otra en el agua.
Sus virtttdtJs - La verbena, 6 yerba sagrada comun,
son dos, macho y ·hembra, las cuales poseen una misma
virtud ; cocidas en aceite, 6 fritas sus hojas, despues
de machacadas, y untándose por espacio de tres dias
la cabeza con él, tibio, quita todos los antiguos dolo-
res de cabeza y restaura los cabellos perdidos, y es-
table.:e los caducos y que se quieren caer, cuando los
tales dolores proceden de causa fria.
Sus hojas y su raiz cocidas con vino, bebidas y
aplicadas á forma de emplasto, atajan las llagas que
van cundiendo y el fuego de San Anton.
Dáse á beber contra las fiebres tercianas el tercer
nudo con todas sus hojas, comenzando á contar de la
raiz, y contra las cuartanas el cuarto; y esto hace
con mayor eficacia cogiéndola el primer día de luna,
como lo muestra la esperiencia.
Tornando su cocimiento en ayunas, con unas gotas
de vinagre de buen vino y una onza de miel ó azu
car, y por espacio de tiempo usada, es admirable remedio
contra las fiebres malignas y pútridas ; contra la ic.tericia.

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112 REVISTA PATRIÓTICA

Tomando de sus polvos dos dragmas en vino, de


mañana, su cocimiento, gargarizándose á menudo, re-
prime y cura las llagas de la garganta y boca. Co-

cidas sus hojas y aplicadas forma de emplasto, mitiga
las hinchazones é inflamaciones antiguas y las llagas
que van cundiendo, y mundifica las muy sucias.
Su cocimiento bebido por espacio de tres días, suelta
las venas rotas en lo interno, y saca por sudor los
cuajarones de grumos de sangre, ó por cámara, ó por
orina, por donde mejor conviene.

Carqueja. - " Ya.gua.raté ca.á."

Cuatro especies de carqueja ha11o en estas misiones.


La primera es la que aquí dejo estampada, que es
de hojas tan anchas como un dedo índice, la cual
nace á las orillas de montes y entre matorrales. La
segunda asimismo se halla entre tamanduai, que son
ciertas especies de xaras. La tercera nace en partes
húmedas y á orillas del agua, la cual tiene sus vás-
tagos mas altos, las hojas mas angostas y mas lar-
gas, y mas récias; la cual carga de ciertas florecitas
blancas, á modo de botoncitos. Las otras dos espe-
cies arriba dichas florecen, pero jamás he podido ha-
llarles semilla, y así juzgo que son producidas del apa-
rato de la tierra y astros 6 rocío. La cuarta especie
se halla por serranías, muy pequeña y muy menuda
de hojas, pero muy aguda y ardiente, la cual no dudo

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DEL PASADO ARGENTINO I I 3

tiene partes muy corrosivas, y que para el uso de


llagas que requieren comer y estirpar catne fungosa,
es única, y aun para atajar corrupciones de hueso.
Sus virtudes - La mejor carqueja para el uso de
medicina, hallo ser la mayor, y á su falta, la segunda,
de hojas mas angostas y mas poblada de ramas, por
ser menos agudas y no tan ardientes; las cuales cogi-
das en el mes de julio, y secas, hecho manojos y
guardadas para el año, ahorra muchos ungüentos, 111-
ventados para limpiar y curar heridas.
El modo de usar la carq ueja, es como sigue : Se
coge un manojo dt:: carqueja, medio machacada, y se
pone á cocer en tres cuartillos de agua, y cuece hasta
mermar la mitad, y dejándola enfriar, se cuela y se
esprime muy bien, y con su cocimiento tibio en tiempo
de frío, se lava muy bien la herida 6 úlcera, y si
dicha herida es pútrida ó corrosiva, se le añade un
poco de miel de abejas al cocimiento, asi en )as úlce-
ras cavernosas como en las cacohetes, con propiedad
oculta, y en las cancerosas, echado con jeringuilla, y
para encarnarse las llagas y encorar, se ha de poner
á secar la carqueja que se coció, y bien molida sutil-
mente, se ha de pulverizar la llaga, despucs de ha-
berla lavado con el cocimiento; la cura, aunque sea
muy vieja y callosa; y para tales llagas callosas es
mejor la pequeña, ó cuarta especie, y á su falta la
teicera especie, por ser mas corrosiva.
ítem -La carqueja, cogida verde, sin machacarla,
media onza de sus hojas, y puestas á cocer en un
cuartillo de agua, y que dé dos hervores, dejada en-
friar y colada, y su cocimiento volviéndolo á calentar,
8

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I 14 REVISTA PATRIÓTICA

infundiendo cuatro hojas de borraja y medio puño de


amanibai mú-J, volviendo á colar esta segunda infusión
y poniéndole seis onzas de azucar blanca, 6 almibar
clarificado, es el mejor lamedor de cuanto he experi-
mentado para curar llagas del pecho y sacar la ma-
teria por la boca, ahora sean las causas externas de
golpes, 6 por empiema 6 pericumonia, ó por haber
quedado de alguna penetrante herida, sangre estravasa,
6 por llaga del pulmon, porque tengo reconocido en
esta yerba lo que dicen del escordio, que preserva
la corrupcion, de suerte que la carne muerta que se
envolviese entre la carqueja, no se corrompe 6 agu-
sana.
Tengo de ella hechas las especies que dicen del
escordio, y pasado mas adelante con mejores sucesos
que con el escordio; porque es mas encarnativa y
menos acre, y mas amiga de la naturaleza humana.
Téngola por caliente en el segundo grado, y seca
al fin del tercero 6 principio del cuarto, por lo cual
no se puede dar por bebida, sino es templando su
sequedad, como dejo dicho.
Advierto que lo mejor es no cocerla en cosas de
azofar 6 cobre, mayormente cuando se ha de usar
por bebida, porque con su agudeza saca el sabor
y cualidad corrosiva del cobre.
Item -Sus hojas verdes machacadas y puestas á
las llagas con gusanos, los mata y cura la llaga, y lo
mismo hace con animales que con hombres, como
perros, caballos, bueyes y ovejas, como lo muestra
la esperiencia.
No se pretenda matar los gusanos internos con ella,

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DEL PASADO ARGENTINO 115

dándola alguno por bebida, porque con la prepara-


cion pierde las partes conrrosivas, y no se puede dar
sin prepararla en el modo dicho, porque es tan seca,
que mata á la larga, en dos meses, ó menos, con fiebre
ética.

Oértula. mayor - Melilocto - " Toro ca.tí."

La yerba del toro, que el indio llama asi, por ver


que los toros, bueyes y novillos la buscan y la pa-
cen, 6 comen, con gran gusto hasta consumir sus
troncos; y es la cosa qne dicha yerba consta de
partP.S muy emolientes y calientes, cual jamás he visto
semejante, ni he leido de yerba alguna, pues excede
y sobrepuja al meliloto, en ablandar y resolver du-
rezas y relajar el vientre, y por tanto es tan bus-
cada de los toros, para desatorar el vientre y entra-
f\as de las bolas que les origina la aspereza del
pasto de estas tierras, que es muy áspero y muy
seco, por la braveza y acervidad de la tierra, y asi~
aunque brutos, con instinto natural la buscan; es do-
tada de un olor suavísimo y muy aromático, como
de yerba-buena y torongil, misto sus flores, son como
de retama; pero entre amarillas y blancas, de un vacio
graciosísimo, como aquel de las mosquetas, y muy
olorosas: su raiz es grande y gruesa, algo carcomida
á trechos: nace á donde hay tierra negn, no muy
húmeda y algo fresca: la hay en abundancia en ]as

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116 REVISTA PATRIÓTICA

campafias de San Angel y San Juan, y por tal cual


parte de las Doctrinas, mayormente cercanas á lome-
rías de tierras y por el Paraná, en partes de tierra
algo negra.
Constan sus raices de varias ramas, mas de media
vara en alto, 6 de dos tercias; toda ella espele de
sí tal olor, que, de lejos, se percibe su fragancia.
Hallo que los indios la usan en sus enfermedades para
cámaras de humores muy acres, con fiebres, asi por
ayuda! como por bebida, con admirables efectos de
meJona. Llámanla algunos malva campestre 6 cimar-
rona, por ver tiene visco como la malva; pero muy
poco han reducido sus virtudes, cuando por sus par-
tes, donde está ella, está pregonando las muchas que
posee, como diré las que yo tengo experimenta-
das.
Sus virtudes - Sus hojas cocidas y machacadas,
hecho á modo de ungüento con injundia de gallina,
6 de puerco, sin sal, aplicado á las opostemas rebel-
des y crudas, 6 las resuelve, ó las madura, quitando y
mitigando el dolor, y si se Je añade un poco de
levadura, las abre, sin ser necesario opostemero ni
lanceta. Es caliente y húmeda en el segundo grado.
ítem - Cogida fresca y machacada, y puestas unas
gotas de vinagre, enjuagándose con su cocimiento,
desinflama y ablanda los flemones de la boca, mayor-
mente si se tiene dicha yerba dentro de la boca, entre
el labio y las encias. Bien cocida en vinagre, la
corteza de ~u raiz, 6 las hojas, resuelve el flemon,
por grande y duro que sea; asimismo, aplicada al
principio á cualquiera otra inflamacion de apostema,

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DEL PASADO ARGENTINO 117

con gran dolor en artejos, 6 coyunturas, la resuelve


y la repele.
Bebido de su cocimiento, como medio vaso de los
grandes, que es medio cuartillo, con una raíz de contra
yerba, echándole un poco de miel de abejas, es
único remedio en las cámaras pestilentes y malignas,
porque lubrica el vientre, y es antídoto contra la fiebre,
sacando por los poros su malicia ; por lo cual aconsejo
se abriguen despues de tomada, la cual se tomará
caliente, como sudor; y si se le echa unas dos hojas
de borraja y piedra bezar, es mas sudorífica, y mitiga
los dolores internos, asi del ventrículo, como del hí-
gado é intestinos; y si de su cocimiento cocido con
afrecho lavado, se echan lavativas, quita los pujos co-
léricos, y tenesmos~ que es cuando se tiene mucha
gana de hacer cámara y no se puede.
ltem - Su cocimiento bebido frío, en lugar de agua,
es muy saludable á los que padecen obstrucciones de
vias, durezas de vientre, retenciones de menstruo,
congelaciones de escirros en los miembros internos,
fluxiones de flema salada á los rit'íones y VPjiga, que,
cerrando las vías, forman piedra; y si toman de ella
una dragma y otra de raiz de crrrachirá mil í, es único
remedio en deshacer la piedra y abrir las vias de la
orina, tomando de su cocimiento medio cuartillo, en
ayunas, con una onza de azucar cande, 6 miel de abe-
jas á su falta.
ltem - Sus hojas secas, tostadas y molidas, tomando
de su polvo una dragma en agua de yerba buena,
retiene los flujos de vientre que provienen de relaja-
cion del estómago por frialdad 6 flaqueza, y si por

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1I 8 REVISTA PATRIÓTICA

acrimo_nia de humor colérico, en agua de llanten, ó


rosa seca, 6 de cebada tostada primero de cocerla.
Hallo ser única en las ayudas purgantes que se ha-
cen de cabezas de carnero, en lugar de meliloto, 6
de los mercuriales, que son único remedio para pur-
gar por abajo los cuerpos que no se puede por arriba,
hecha en la forma siguiente :
Se tomará una cabeza de carnero viejo, quitado el
cuero, ponla á cocer en una olla que tenga cuatro
azumbres de agua, y en estando á medio cocer, le
irás echando las yerbas siguientes : manzanilla, eneldo
y ruda, de cada una un puñado; cuezan medio cuarto
de hora, y, al · cabo de él, pon loro t:'aá, cuatro on-
zas; bledos blancos, parietaria, mercuriales, malvas,
raíces de borraja y de achicoria, y de espárragos, un
puñado de cada uno, afrecho lavado, cuezan hasta que
la carne de la cabeza se despegue de los huesos, y
si fuere tan dura que asure mas de la mitad del
agua, podrás añadir de otra agua caliente, de suerte
que quede en dos azumbres de cocimiento, del cual se
echan ayudas, añadiendo á cada una onza de miel
de abejas, media cuchara de sal y dos onzas de
aceite, 6 caracugii,e mirí; tómanse por mañana ó por
la tarde, como mejor se hallare el paciente, cada dia
una.

Ajenjos pónticos-Sandia. rogüe mirí

Hállanse dos plantas tan parecidas en las hojas, por


estas Doctrinas, que solo por el color y olor y figura

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DEL PASADO ARGENTINO I I 9

de la flor se distinguen; porque el ajenjo póntico


hace su· flor á trechos del tallo, de color dorado y
suave olor: há!lase cerca de las aguas en partes de
tierra pingüe, y á veces cerca de los sembrados, á sus
orillas. La verdadera artemisa es muy frecuente y
cercana á los pueblos, por los sembrados y huertas,
es mas oscura de color y verdosa : su espiga de la
flor, que la hace seguida en la punta de los tallos,
aunque al sazonar algun tanto amarilla, y cierto que
le falta muy poco para alcanzar en virtudes al absin-
tio póntico, dado que no es tan confortativa del es-
tómago, ni de tanto color como dicho absintio, y cierto
que á falta de éste me he valido de aquella, varias
veces, con buen suceso, poniendo un tercio mas á la
dósis: crece el absintio de mas de vara en alto, y la
artemisa poco mas de media vara.
Sus virtudes - El ajenjo póntico, es único remedio
en todas las pasiones de flaqueza y relajacion del
estómago, mayormente en las que provienen de cru-
dezas y frialdad y humedad, y as1m1smo socorre á
las pasiones y enfermedades del hígado, con notable
confortacion, y con su amargor mata las lombrices
y gusanos ; provoca y purga los humores coléricos
por cámara y orina. Empero, no aprovecha nada á
la flema contenida en el vientre, porque con su
notable estipicidad la detiene, y lo mismo cuando
hay fl~mas en el pecho ó pulmones, mayormente
cuando es flema gruesa y pegajosa, y así en tales
casos no conducen nada á tales pasiones, por la razon
arriba dicha : son muy amigos del hígado, y gratísi-
mos al estómago, por donde dispiertan el apetito per-

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120 REVISTA PATRIÓTICA

dido y confortan la digestion : masados con yerba buena


y levadura y vinagre rosado, y aplicado sobre el es-
tómago á forma de emplasto, notablemente restituye
la gana de comer de muchos dias perdida ; sirve á
este efecto tambien el vino de ajenjos de su prepa-
rac1on. Trata Dioscórides en el V libro: es el absin-
tio póntico caliente en el primer grado y seco en el
segundo, 6 en el fi11 del tercero. En Córdoba se
halla el absintio santónico, por maleza, á modo ele
decir vulgar, y el romano arriba del socavon de la
toma, á las orillas del rio, c~·rca de los sauces. No
he visto por estas tierras el vulgar y ordinario ajenjo
de España, el cual, con ser muy amargo y de ingrato
olor, es astringente y poco amigo del estómago, y
así poca falta ó ninguna hace á donde está el pón-
tico, 6 romano, que todo es uno en virtud y fuerzas,
segun Andrés de Laguna y Mathiolo senense.

Artemisa. - Sandia. rogüé gua.zú

Hállanse dos especies de artemisa en estas tierras;


la una que es la mas ordinaria y vulgar, que casi
se nos quiere meter en nuestros aposentos y corredores,
segur, es de casera. La segunda especie es mas
silvestre y cautelosa, pues solo se halla en desiertos
y despoblados lugares, por las campai'ías y cerca de
los arroyos ó rios; es mas pequei'ía que la vulgar
artemisa, que es la que doy por estampa, asimismo

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DEL PASADO ARGENTINO 121

es mas blanquecina sus hojas, y asimismo menores;


pero en la semilla es mas abundante y su flor mas
olorosa, y lo mismo toda la yerba, por donde la
tengo por mejor y mas eficaz en medicina, por ser
mas amarga y aguda, algun tanto mas que la do-
méstica, y amiga de poblados, y así la silvestre es
mas eficaz y mas pronta en sus operaciones y virtu-
des. Crece la doméstica á veces de vara de alto, de
uno ó mas pies, de solo una raiz que no guarda ór-
den ; pero la silvestre crece de á tercia cuando mas
y de solo un tallo muy delgado y sutil ; las dos hacen
algun tanto vellosas sus hojas y tallo el cual es á
veces algo esquinado, tirante y rotundo.
Sus virtudes - Su cocimiento es útil á las mujeres
para atraer el menstruo, las pares y el parto ; si se
sientan sobre él ; sirve tambien para desopilar la ma
dre y relajar sus inflamaciones. Además de esto des-
hace la piedra y provoca la retenida orina, aplicada
sobre la vejiga. La misma yerba provoca el mens-
truo. Su zumo incorporado con mirra y puesto den-
tro de la natura, atrae la madre, las mismas cosas que
el cocimiento ya dicho. Bébese tambien tres dragmas
de su zumo, para los mismos efectos. Es caliente en el
grado segundo y seca en el fln del primero. Con la cual
facultad consta de partes sutiles, y tiene cada una de
ellas potentísima \'Írtud para desopilar la matriz y to-
dos los interiores miembros, y en especial la flor de
la menor llamada afanaci"a de algunos : dando de sus
flores machacadas con miel, á los niños, l•!S mata las
lombrices y gusanos del vientre y cabeza.
Algunos llaman á la matricaria, artemisa, y cierto

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122 REVISTA PATR[ÓTICA

que poco se engat'ían, pues hallo en ella la misma


virtud que en la artemisa, dado que su Aor y hoja es
muy distinta, porque su flor es como aquella de la
manzanilla, y sus hojas como aquellas del apio, así
aserradas y compartidas. Nace solo esta yerba por
los huertos, y jamás la he podido hallar por desier-
tos ni despoblados, y así llámala el vulgo yeróa de
Santa Maria, y cierto que le cuadra el nombre, por-
que en su flor y fragancia, desde lejos dá á entender
á donde está. ¡Virtud propia de las vírgenes y ver•
<laderas religiosas!

Orozús, Regalicia. - Isipoá-poyú

El orozús de estas Misiones, y de estas provincias


del Paraguay, es muy distinto en todas las señales
estrícicas del de Europa, aunque muy semejante en
las cualidades, dulzor y gusto, y en el olor.
Hállanse por estas Misiones, dos diferencias de oro-
zús; el que aqui dejo estampado, que hace sus varas
derechas, del altor de una tercia 6 mas, las flores
amarillas y unas vainillas á modo de frijoles, con cua-
tro ó cinco semillas á modo de lentejas, aunque me-
nores. La segunda especie es muy semejante en las
flores y hojas, pero muy distinta en los vástagos,
porque los hace mas largos, mas delgados y hendidos
por tierra; es menos fértil en semillas y sus vaini-
tas menores, como aquellas de las lentejas, con dos

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DEL PASADO ARGENTINO 123

6 tres granos en vaina. Su raiz es menos dulce y


algun tanto astringente, por donde no lo tengo por
muy pectoral ; pero para cuando se pretendiere mun-
dificar el pecho 6 estómago, confortando y constri-
fiendo á un tiempo, como en las grandes caidas 6
porradas, que hay sangre extravasa en el pecho y es-
tómago, y éstos contusos ó dilacerados, lo tengo por
mejor, que dado que no sea tan emoliente y anodi-
no, es mas confortante y preservativo de corrupcion ;
y así digo que el primero es muy semejante, y aun
mas dulce que el de Europa, pues yo he usado muy
rica azucar de su zumo, á modo de pastillas.
Sus virtudes - El orozús, ó regalicia dicha, es el
perfecto y verdadero orozús que por escrito nos di-
buja Dioscórides, aunque lo contradice Andrés La
guna, diciendo estar depravados y corruptos todos
los códices griegos y antiguos en el tal capítulo ; y
cuando considero las palabras de Dioscórides, segun
las virtudes que allí le atribuye, y en decir que es
un tanto acerbo y astercibo al gusto, digo: no faltarte
letra de la verdad, ni deja duda de que se puedan
haber engafiado Andrés Laguna y sus secuaces, como
se puede ver por la esperiencia, que en arrancar los
humores gruesos del pecho, en deshacer los grumos de
sangre en él atravesados, y sacarlos hechos materia
por esgarro, excede al quP. en Espafia nos venden por
orozús, el cual no es el verdadero de Dioscórides ni en
figura ni en cualidades, pues veo es muy inferior en
las dotes y virtudes que le atribuye su autor, no dudo.
No dudo que Andrés de Laguna no anduvo la Siria
y toda la Grecia, á donde Dioscórides descubrió y es-

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124 REVISTA PATRIÓTICA

tampó muchas de las yerbas, y que por la diversidad


de regiones, aunque sean lo mismo en virtudes y
cualidades, no lo son en figu:-a y grandor, porque
en las s~rranias y partes secas son menores, que las
de los llanos y huertos ó prados, y son mas eficaces
y fuertes de vigor, por su menor estension, por cuya
razon se usan en menor cantidad las de las sierras
que las de los llanos, porque son estas mas flacas que
aquellas y mas acuosas, por lo cual crecen con disfor-
midad; causa que me ha movido á darlas por estampa,
algunas que desdicen del grandor que recitan los au-
tores, que por ser las mas necesarias á nuestras co-
munes dolencias, me parece necesario asegurar su
estampa en estas partes, como es el orozús, mercu-
riales, aristoloquia, lépido, etc.
La raíz del orozús, despues de limpia y raída su
piel, hecha pedazos, ó quebrantada, una onza de sus
polvos y dos de pasas sin sus granillos, 6 de pulpa
de higos, y puestas á cocer en tres cuartillos de
agua, hasta qne se consuma la mitad, y colado y
bien esprimido, ponerle una libra de azucar y subirla
á punto de lamedores, espumándolo muy bien y
tomando á cada media hora con unas plumas, poco
á poco, como quien lame, socorre á todas aquellas
pasiones catarrales que caen de la cabeza al pecho y
asimismo las reumáticas, ó las de otros miembros
internos mandantes que fluyen al pecho y pulmones.
Como en el dolor de costado, asma~ dísmia, pulmonia,
empiematícicas, y en fin saca todas aquellas materias
que de heridas y penetrantes del pecho se hacen
de la sangre, que en lo interno se extravenó y cuajó

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DEL PASADO ARGENTINO 125

por esputo, tomándolo á la larga, hasta estar del


todo butno el gravamen del pecho y tos. Esto tengo
con mas de cuatro hecho la esperiencia, que atravesa-
dos el pecho de lanzas y balas, en las guerras que
me hallé, que nadie pensaba que los tales pudiesen vivir
veinte y cuatro horas. por ser tales las heridas, que
se les podia dar resuello, porque el viento venia por
ellas, por mucho que se cosiesen y tapasen con bál-
samos, y asimismo porque la sangre congelada y en-
grumecida les tapaba la respiracion, y para deshacer
la tal congelacion de la sangre y comenzarla á cor-
romper, tomaba dos cucharadas de yerba y las ponia
en agua fria, como cuatro onzas, batiéndola muy bien,
y cuando veia que estaba bien infusa, le ponia una
cuchara no llena de sal molida, y encima ag~a caliente
hasta llenar el mate, templándoselo para poderlo be-
ber, y repitiendo este remedio hasta la tercera vez en
las veinte y cuatro horas primeras, deshacia los gru-
mos y soltaba la respiracion, y al tercero dia comen-
zaba á salir hecha materia con el lamedor ; con la
ayuda de nuestIO Señor que sea bendito por todo.

Bledos blancos pequedos-Oaá.rurú morotí

El bledo, que el indio llama caáru-rú, es en dos


maneras : uno blanco de hojas, y asimismo de su es-
piga de semiltas, con algunas como manchas jaspeadas
en las hojas, las cuales hacen del tamafio que aquí

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126 REVISTA PATRIÓTICA

pinto : su raiz es de ordinario una sola, muy larga y


metida á las entrañas de la tierra, asi como la grama,
que es el que aquí dejo estampado: hállanse algunos
que levantan de tierra sus ramas, las cuales son poco
manchadas sus hojas y mas claras las manchas, el cual
tengo por el macho, y la que aquí dibujo por la
hembra, la cual es mas eficaz y mas aperitiva, asi
en el purgar el vientre, como en provocar la orina.
Hállase otro muy semejante en la figura y artificio
de sus hojas y semillas; pero muy menor, de hojas sin
mancha, los vástagos mas delga.dos y las espigas en
mayor abundancia y bien pobladas de semillas; las
hojas con un verde oscuro, el cual es mucho mas eficaz
que el blanco, pues con la mitad de cantidad que de
él se tome, se vé mas pronta y violenta evacuacion,
asi tomado por bebida como en los cristeres.
Sus vz'rtndes-Todas las especies de bledos, comi-
das sus hojas, comidas con caldo de carne, son lu-
bricantes del estómago y vientre; pero para comer
son mejores aquellos que no han echado flor ni semi-
llas, mayormente estas dos especies menores que se
hallan muy de ordinario en las huertas y al rededor
de los sembrados y en medio de ellos, y por los
parajes abatidos, al rededor de las casas por donde
pisan y caminan de ordinario; en tierras estercoladas
cerca de viviendas, que parece se nos quiere dar á
conocer y meter por nuestras necesidades.
Una onza de bledo negro, que es el mas pequefio
y aparragado á tierra, cocido en un cuartillo de agua,
hasta mermar la tercera parte, tomado su cocimiento
caliente con poca azucar, suelta la retencion de la orina,

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DEL PASADO ARGENTINO

sin peligro alguno, y libra de los dolores y congojas


que causó dicha retencion: mueve el vientre, si al
dia siguiente se vuelve á tomar la mitad de la can-
tidad dicha, y juntamente las arenas de los rifíones
y vejiga, y el blanco hace lo mismo pero en doble
cantidad de sus hojas y cogollos, con sus tallos., 6 á
lo menos onza y media: tomando sus hojas y tallos
por yerbas en los guisados, abre las vias y ablanda
el vientre abstricto y seco, y es admirable remedio
á los que padecen de mal de piedra, tomando un
dia si y otro no.
Una onza de cualquiera de los dos, puesta el co-
cimiento en las cristeres ó ayudas, los a~uza de suerte
que hace hacer cinco 6 seis cámaras, muy copiosas,
como de purga; famosa ayuda para replesiones de
humores gruesos que causan convulsiones y tupores
6 perlesias. Doy la confeccion en el modo siguiente,
para tales casos, y aseguro que con muy buenos
efectos.
Malvas, manzanilla, eneldo y parietaria, de cada uno
media onza; bledos una onza; afrecho lavadoi un
puñado; cuécese todo en tres cuartillos de agua,
hasta mermar la mitad, y, colado, se le añade miel
de abejas cuatro onzas; sal, media onza, 6 una;
aceite, dos onzas ; t0do bien batido, se echa de
este cocimiento dos ayudas cada dia, por la mañana
6 por la tarde; que son únicas en las retenciones y
durezas de vientre, en los que padecen de piedra, y
mayormente en los que de mucho comer están repletos,
6 se aitan, causa de espasmos, perlesias, atontamientos,
vahidos de cabeza, y de varios accidentes.

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128 REVISTA PATRIÓTICA

El bledo blanco, cogido tierno y puesto en la


olla, con su poco de peregil y coles, relaja suave-
mente el vientre y estómago, no quiere ser de
ordinario, porque provoca tan fuertemente la orina,
que debilita las fuerzas, causa que me valgo de él
para los que padecen de hidropesia é ictericia:-
opilaciones de crudezas: -replesiones de humores cru-
dos, y eumáticos;-ahogos de corazon, con falta de
resp1rac1on.
La corteza de su raiz es en todos estos casos mas
eficaz, como asimismo los pomos, 6 espigas de su
flor y semilla.-Cogida una de sus raices y raspada
de la tierra, entada en aceite y metida por cala,
descarga el vientre de los excrementos y lo mismo la
matriz de las mujeres.
Los polvos de la corteza de su raíz, despues de
bien seca al Sol, y metida sutilmente, tomados por
las narices, descarga la cabeza de los pesados catarros
y romadizos, y de los antiguos y molestos dolores
de cabeza, y lo mismo hace el cocimiento <le toda la
yerba sorbido por las narices dos veces al dia, con
mas eficacia que la raiz de acelga, y semilla de
fienogreco, 6 alobas.
Estas dos especies de bledos pequefios no los vió
Dioscórides, ni Andrés de Laguna, ni yo tampoco
en España, á donde todos los de allá crecen en alto,
y hay blancos, colorados y negros, y si yo no los
viera usar con buen suceso no reparara jamás en
cosa tan abatida y ratera.
T éngolos por calientes en el primer grado, y
húmedos en el segundo.
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DEL PASADO ARGF.NTINO 129

Agnmonia, Eupatorio - Mbuí guazú y Mbuí miri

Hállanse á cada paso por las campañas y sierras


de lomerias, á sus faldas, el eupatorio de Mesué, <>
agrimonia, que el indio dice Mbuí guazú al grande,
y mz"1,J al pequeño, que es el que nos dibuja Mesué,
pero el grande se conoce ser el verdadero eupatorio
que no debe nada al que nos dice Dioscorides, el
cual hasta hoy no he podido descubrir. Llámase
tambien el eupatorio de Mesué alto agerato, y en
algunas partes agrimonia: crece en alto como dos
varas: el tronco 6 pie del grosor del dedo pulgar,
del cual sale cierta goma muy odorífica, aguda algun
tanto, y amarga al gusto, muy blanca y reluciente :
de la cual he usado sin temor en provocar la orina,
y abrir las obstrucciones mas ciegas y crudas, dán-
dola en cocimiento de grama, ó de raices de espárragos
con un poco de azucar. El segundo es pequeño
como media vara, seis hojas dentadas y pequeñas.: las
del grande son del tamaño de las del coquerí, anchas
de abajo y puntiagudas, con un vello sutilísimo á
modo de felpadas, blanquecinas y sin aserraduras,
(6 dentadas:) Florece por febrero y marzo: su flor es
morada y antes de reventar amarilla un poco, y
mucho mas despues de seca: hace una copa de es-
pesas cabezuelas, como se deja ver en la primera
estampa, muy suave y de grato olor al celebro y
estómago, pero muy amarga al gusto.
Sus vz''rtudes-Muy poco conocida es esta planta
en las Indias, siendo asi que :;e halla tan familiarmen-
te en estas tierras de la América, en todo lo que
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130 REVISTA PATRIÓTICA

yo he andado; pero la mejor es la que se halla en


partes de serranías, como son las del Tucuman,
Salta, Córdoba, y en estas Misiones, en las del Pa-
raná, y de la otra banda del Uruguay: en los
pueblos de San Luis hasta el de San Angel. Tiene
virtud el eupatorio de abrir universalmente todas las
vias del cuerpo humano:-provocar la orina,-y que-
brar la piedra de rifiones y vejiga:--resolver por
orina el agua de los hidrópicos,- matar las lombrices
y gusanos:-en curar todos los males del hígado,
por lo cual se llama e~pator, que en Griego eupa-
tor que dicho epar es el hígado, y por haberlo
descubierto la primera vez el rey Eupator, y asi cono-
cidamente tiene su mayor eficacia en curar efectos del
hígado, mayormente los que provienen de humores
crudos, que por formar obstrucciones, y estas corrom-
perse, y algunas veces envenenarse, causan enferme-
dades muy peligrosas.
ítem - El cocimiento de toda ella, esto es su flor,
semilla, hojas y raices cocida en vino y dado de él
á beber como cuatro onzas, socorre notablemente á
los mordidos de serpientes, y á los heridos con
instrumentos enven"!nados, como son flechas y dardos
de ordinario preparados con venenos muy frios, de
animales ponzoño~os corrompidos, dejados podrir, aun-
que tambien lo suelen hacer con yerbas: - asimismo
mata las lombrices y gusanos del hígado, estómago
y vientre, - y si se sorbe por las narices con vino su
zumo mata los de la cabeza y hueso crivoso, y su
eficacia se conoce en la gusanera de los animales
y hombres.-Sus hojas machacadas con unto de puerco

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DEL PASADO ARGENTINO 131

á modo de ungüento, cura las llagas vteJas difíciles


de encorar: - y asimismo las heridas malignas de
animales venenosos, como son las de los tigres, y
perros muy irritados y rabiosos: de los leones de
por acá.
La goma del mayor, es único remedio en quebrar
la piedra de riñones y vejiga, dando de ella media
dragma en cuatro onzas de agua del cocimiento de
su flor, ó cabezuelas, que es lo mas selecto de toda
planta.-La cantidad de su dosis es varia en los
autores, porque unos le dán una onza de la yerba
para dos cuartillos de agua, otros onza y media, y
cuece como un miserere 6 hasta mermar de las ocho
partes una, y á estos últimos me atengo: estos
mandan tomar de su cocimiento cuatro onzas y los
primeros seis, pero tomo de los dos el medio y
de los segundos cojo el modo del cocimiento, y de
los primeros la dosis, que es de seis onzas. Esto se
entiende cuando no pongo otros adjuntos, como se
suele hacer de ordinario, que entonces pongo solo
cuatro onzas de su cocimiento: como v. g. si pongo
media dragma de su goma 6 una de saturea, 6
salcifraga, anis 6 semilla de hinojo, segun lo piden
los casos.
La apósima que sigue es aprobado remedio para
cuantos casos se pueden ofrecer de abrir vías y
provocar humores por las dos vías y mayormente
para el cálculo de males del hígado y bazo.
Flor de eupatorio con sus ramas y semilla una
dragma:-cortezas de raiz de achicoria, de borraja,
de espárragos, de hinojo, de peregil, y de apio de

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132 REVISTA .PATRIÓTICA

cada una dragma y media. Hojas tiernas de Tayá


cuatro onzas: -de sén una dragma: todo esto bien
limpio se pone en una olla limpia, que sea usada
de hacer comida, con un pollo mediano que sea
gordo á cocer, con cuatro cuartillos de agua, de
parte de noche bien tapado y que vaya cociendo á
fuego manso hasta mermar mas de tres cuartillos, y
á la madrugada se pone en escudilla capaz algo
grande una dragma de cremo-tártaro y bien caliente
se pone todo el caldo en la escudilla, y deshaciendo
con cuchara el tártaro, en estando templada para
poder tomar no muy caliente, se toma, y no se
duerme: y esta medicina se repite por espacio de
siete ó nueve dias, segun la necesidad: aseguro he
visto buenos sucesos muy difíciles de curar, como
son principios de hidropesías, timpanites, y ascitis,
ictericia, hipocondría piedra, obstrucciones muy ciegas
y graves vahídos y vértigos y principio de manías.

Virga. a.urea.-Mbuí mirí. Ibotí yú

Crió la Divina Providencia en estas tierras de la


América tanta copia de Virga-Aurea, que por donde
quiera que sea mina se halla, gran copia de ella,
hermoseando los valles y campafías con su pomo
dorado, y hermosa vista, no sin gran providencia de
los vivientes, así animales como hombres, y aves,
pues todos se valen de ella como medicina, unos

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DEL PASADO ARGENTINO 1 33

tomando su flor, otros sus hojas y raíces, como lo


he observado; pero en poca cantidad, y no dudo que
es con particular instinto, porque los bueyes, caballos
y mulas la toman en corta dosis, como dos bocados
á lo mas: los pájaros y palomas torcaces la toman
su flor, y poca: solo unos pájaros de pecho amarillo
6 colorado he visto la toman con abundancia, como
por comida, son á modo de zorzales, que de ordi-
nario andan metidos entre cortaderas, ó á coro tambien
cogiendo la semilla de aquel que es mas diurética que
la virga-aurea, y mas violento en provocar la orina y
la piedra: los tales zorzales, muy parecidos al pájaro
que en España llamamos cardenal, aunque mayores;
yo los he muerto con el intento de reconocer la virtud
de su carne, la cual comí y es muy densa y amarga,
tira á parda como la de la paloma torcaz, con alguna
agudeza en su amargor, la cual no dudo sea única
para los que padecen piedra de riñones y vejiga,
asi su caldo como su carne, como la película interna
de •m estómago, y la misma carne del estómago to-
mada en poca cantidad, porque conozco excede en
fortaleza y vigor de quebrar la piedra á la túnica
del estómago del avestruz, porque altera y desabre
mas que aquella, y su carne comida 6 hecha polvo
tomada en vino, 6 aguardiente, yo he probado la una
y la otra, viéndome apurado de mal de arenas de
riñones y vejiga, y cierto hallo ser mas aficaz la de
dicho zorzal.
Sus vz.'rtudes - La Virga-aurea tomando de su flor
recien cogida toda la flor de una, se lavará y puéstola
á cocer en un cuartillo de agua como dos credos,

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1 34 REVISTA PATRIÓTICA

tomando su cocimiento con una onza de azucar por


la mafiana en ayunas, abre las vias de la orina, y
saca los humores viscosos, y gruesos de que se hace
la piedra de riñones y vejiga: conforta el estómago,
y de paso mata las lombrices con natural amargura,
y si se toma á la larga mista con raiz de borraja 6
sus hojas, con culantrillo, libra de todas obstrucciones
de vias, por antiguas que sean, y de muchas ánsias
que de ellas se originan.
ltem - La flor de dos de sus varas despues de seca
ó añeja, puesta á cocer con un pollo algo grande,
afiadiéndole unas raices de peregil, de borraja, achicoria,
de espárrago, é hinojo: las cortezas de dichas raices
bien limpias, y puesto todo junto á cocer, hasta que
esté cocido el pollo, una escudilla de este caldo con
poca 6 ninguna sal, y si tuviere en lugar de sal cremo-
tártaro es mucho mejor, y tomado muy de mañana
caliente es único remedio en quebrar la piedra de
riñones y vejiga, y mover á un tiempo las dos vias,
apartando la causa formal de la piedra, y templándola
eficiente este caldo 6 apócima, se toma por espacio
de siete ú ocho dias seguidos, 6 intervalados: y si es
muy robusto puede mezclarle una dragma de flor de
agrimonio, que no dudo se verá libre de los accidentes
de la piedra.
Tales medicinas se deja á la discrecion del médico,
su dosis, y modo de tomarlas, segun la enfermedad del
paciente, ó seguidas, 6 interpoladas, 6 mas 6 ménos
cantidad.
Sus raices hallo que los indios las cogen para ayudas
de cámaras de sangre, que juzgan ser de gusano 6

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lombrices, y los mismos infieles la usan para lo mismo,


segun me dijo un médico de los Guanosas. No lo
he usadc, ni sé sus buenos 6 malos efectos.

Aro dulce ó dragontea menor-Tayá-Mangará miri

Dos divesac; especies de aro á que el indio gua-


raní llama tayá, se hallan por estas tierras, es á
saber: el verdadero aro de Dioscórides, y Mathiolo
y tambien el aro dulce de Mathiolo, y el que
dice Andrés de Laguna ser agudo corrosivo : ca-
liente y seco en el cuarto grado. Nace en estas
tierras por las campafias húmedas, cercana á donde
pasan 6 sextan con las aguas, es muy parecido al
dulce, escepto en el fruto, porque el dulce solo
echa en lo alto del tallo cierta lanterna, que abierta
muestra cierto marlito pequefio, á modo de aquel del
guembé, pero delgado como el dedo mef'iique, todo
él claveteado de ciertos granillos, y el aro echa su
fruto á modo de piña arracimada, como lo dibujan
dichos autores en sus obras; porque hallé que no
desdice de su original, no lo dibujo.
Este nuestro dulce que se halla por las orillas de
los arroyos y rios, y pantanos, y por las huertas y
chácaras de los indios, es el que dice Galeno, y Dios-
córides, que en Egipto y Galacia llamada de ellos
cerm1aco, que se comen y ponen sus hojas en los
potajes, como sucede por acá, que no pocas veces

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lo he comido, asi sus raices como sus hojas, las cuales


son de á .tres cuartas de largo las mayores, y de á
media vara de ancho y más: sus raices como aquellas
de las cafias; pero tiernas y muy gustosas en los
guisados y asados 6 cocidos, mas sanos que los yetis,
ó batatas, por tener algun calor, que juzgo llegar al
medio del primer grado, y húmedo en el segundo, esto
es, sus hojas, porque su raiz ántes la tengo por dese-
cativa en el segundo grado.
Sus virtudes - Cocidas sus hojas con caldo de
carne, y tomadas por parte de noche por ánte lubrican
el vientre convenientemente sin molestias de aquellos
que con dificultad rigen: humedecen la sequedad del
hígado y de los miembros internos: mueven la orina
mayormente de aquellas purgaciones que dicen de
garabatillo, por ser acre y ardiente la materia, y
llagan por donde pasa - Su raíz cocida con sal, y
echándole un poco de vinagre, comiéndola dos veces
al dia, reprime los flujos coléricos y sanguíneos del
vientre, y es el único mantenimiento de aquellos que
padecen fluxiones de la cabeza - Comidas de noche
quitándole el vinagre, y en su lugar poner miel de
abejas, y no beber mucho despues de haberlas comido,
y asadas 6 cocidas con dicha miel, cierto que en los
asmáticos y reumáticos es única cena, porque á los
tales son muy dafiosas las cosas húmedas, y favorables
las secas, mayormente de noche -Hallo ser templada
dicha raiz de calor y frialdad, con cierta agudeza algo
asterciva, por lo cual deshace los humores que halla
en el paso y los liquida, y con la obstruccion conforta
y aprieta las partes, que no reciban con tanta abun-

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DEL PASADO ARGENTINO 137

dancia 1 y con sus vapores reprime el flujo del cerebro


comprimiendo en parte, y engrasando á un tiempo,
como lo tengo de experiencia en mí mismo.
El mangará doméstico es muy distinto del salvaje
en todas sus partes, porqne no echa tallo ni semilla,
solo hojas, y asi de sus batatillas las menores se
siembran para su produccion, y de una como avellana
que se siembra echa poco á poco las hojas, y varias
otras batatillas pegadas unas á otras, con su raiceja
6 pezon delgado, que á veces pasan de ochenta en
una como torta á la superficie de la tierra, las cuales
se prudt.cen, y se sustentan mediante unas raicejas
que echa la principal al pie · del nacimiento de las
hojas: es de la mejor de las raíces soterráneas que
se hallan por estas Misiones, muy semejantes en bondad
y sustancia á las criadillas de tierra, y nada frias ni
ventosas, sus hojas no se comen como las del tayá,
que quiere decir col de la tierra, cierto se allegan
mucho al sabor de las espinacas de España, si las
guisan con limpieza. Tengo por templado al mangará
en el principio del primer grado, caliente y seco en
el fin de él.
Sus virtudes - Las raices del mangará puestas á
secar y hechas chunio, asi como las papas, y acetosa
menor, es mantenimiento: tomado de noche es muy
loable á los enfermos flacos y débiles de calor de los
miembros de la coucion, como estómago, hígado, etc.
Además de lo dicho reprime los vapores del estómago
al celebro, y causa buen sueño, por lo cual se deben
dar por mantenimiento á los que padecen males de
ojos, y fluxiones de cabeza al pecho, como tísicos,

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138 REVISTA PATRIÓTICA

asmáticos, catarros ferinos, y semejantes que impiden


la respiracion, mayormente cuando la fluxion es salada
y acre, que por donde pasa inflama y exulcera, porque
tienen no sé qué virtud balsámica, y anodina, que miti-
gan el dolor y ardor de las partes internas, mayormente
el del estómago é intestinos delgados, curando al pasar
sus úlceras 6 llagas, para lo cual me valgo de ellos
en los disentéricos y camarientos-·· Asados y comidos
con miel de abejas son únicos en mundificar las llagas
internas, asi del pecho como de la via de la orina, y
vejiga - Secos y hecho polvo añadiéndole, la cuarta
parte del polvo de almáciga, tomando de noche al
acostarse media onza de dicho polvo, ó mas de una
cuarta, en vino, ataja los flujos de vientre: puédese
tomar tambien en un huevo no duro, 6 con aguar-
diente, si la causa es por mucha humedad, es lo
meJor.

Mamon ó mamones-"Pino guazú" en tupí

Del arbol de los Mamones hay masculino y feme-


nino, el masculino es el que aqui doy por estampa, el
femenino es muy semejante á él en tronco, hoJas y fruto,
solo el ser menor en todas estas cosas: crece el fruto
del macho como un melon mediano, así mismo amarillo
al sazonar, y mas blando que el melon despues de
sazonado: todo lo interior de su sustancia entreverado
de ciertas semillas casi redondas, menores que alber-
jas, con ciertas puntillas claveteadas, de sabor algo

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DEL PASADO ARGENTINO 139

agudo y picante, comen los naturales de muy buena


gana, y á veces con su semillas, dicen ser así me-
jores y mas sanos, y no lo dudo, porque saldrán
mas á priesa, del vientre: son de sabor dulce incípido
y desgraciado; pero comidos con sus semillas son mas
sanos. Dice q.ue se produce de las sem_illas despues
de haber estado en los estómagos y tripas de los
vivientes con gran fecundia, asi como el Arazá y
Guembé, y no de otra suerte.
Su sustancia es fria en el principio del segundo
grado, y húmeda en el fin de él, por lo cual no la
tengo por muy sana fruta, por constar de partes muy
viscosas, y expuestas á c-orrupcion, al contrario de
los Guembés, y piensa que los dafios del uno remedia
el otro con gran prontitud y presteza como se vé,
segun partes y cualidades, su arbol todo es esponjoso
y fistuloso, de suerte, que de una puñalada con un
velduque se atraviesa de banda sin resistencia, así
como el de los plátanos, echando por su herida copia
de agua viscosa.
Sus virtudes - El Mamon comido con sus semillas
relaja el vientre y abre las via5, asi de cámara como
de orina ; humedece todo el cuerpo de los de fiebres
ardientes. Hácese de ellos una conserva, como aque-
lla de corteza de melon muy gustosa.

Plátano - Paoobá.

Solas dos diferencias de plátanos hallo en estas


tierras, muy parecidas las dos, excepto que el fruto es

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algo diverso, así en grandor como en sabor, y olor,


porque hay los plátanos largos y delgados de grandes
racimos, que apenas pueden sustentarlos por algun
tiempo, en una mano : que lo he visto de arroba y
media de peso, su fruto ó Pacobá, casi de un jeme
<le largo, correoso de sustancia, y asimismo mas
indigestos, pesados al estómago, y mas fríos que los
que dicen de Santa Catalina, que son los que aqui
doy pintados, ó su dibujo. Crece de ordinario de
dos estados <le alto, del grosor de un muslo de hombre
robusto, pone dos ó tres años en dar su fruto, y al
primero que dá se pudre dicho árbol hasta la raiz,
saliendo otro en su lugar, y á veces dos y tres, por
lo cual se llegan á espesar las plantas mucho, y
entonces dán poco fruto. Sus hojas son de á vara
y cuarta, y de vara y media de largo, y casi de
media de ancho, muy hermosas y tersas á la vista,
y de notable virtud en refrescar á los que se po-
nen á su sombra. Sus flores son entre amaril1a y
blanca, la cual sale en la cabeza de! fruto, así como
la de la tuna, el cual es del largor de un dedo y
grueso : de suerte, que llenan algunos la mano,
muy suave en sustancia, y olor, no tan frío ni indi-
gesto, como las arriba dichas que por su pobreza las
llaman hartabellacos.
Sus virtudes - Aunque los Plátanos de ordinario
tienen mala opinion, acerca de ser poco sanos, ma-
yormente para estómagos de poco calor, y personas
delicadas y aprensivas: todavía me atrevo á decir
algunas buenas propiedades suyas, no sin experiencia,
porque comidos dos ó tres de ellos al principio de

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la comida, abren el apetito de todos aquellos que


padecen incendio en el hígado y estómago: - á los
febricitantes de fiebres ardientes, y restriccion de vientre.
Y cierto, que á los asoleados del calor del Sol, que
despues padecen dolores de cabeza, les es remedio
comiendo algunos, y aplicando su sustancia por de
fuera á la frente. Comidos por postre uno ó dos
impiden los vapores ardientes, que suben del estómago
al celebro; y asimismo la embriaguez.
Machacada su sustancia y echándole cnas gotas
de aceite rosado es repercusivo admirable en las
grandes fluxiones, é hinchazones de los miembros en
el principio suyo, y aplicado á la frente en un pañito
provoca suef'io á los de tabardete, y frenéticos, y
á los que por demasiada sequedad no pueden dormir.
Revuelta co11 flor de ceniza de sarmientos, ó cedro,
y unas gotas de vinagre, cura con admiracion las lla-
gas del fuego, y las ataja que no profundicen : lo mejor
es asarlos bajo del rescoldo para este caso, y tibio
aplicarlo : yo le mezclo como media onza de mante-
quilla ó tuétanos de ternera lavados.
Son frios en el tercer grado, y húmedos en el se-
gundo.
A su falta sirven los yetis, que es batatas.

Achiote - Urucú

Del acht'ote, que en guaraní llaman urucú, se hallan


dos diversos árboles entre ambos, silvestres, aunque

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el uno de ordinario lo plantan ya por los huertos, que


es el que aq~i doy estampado, que el otro no lo hallo en
uso para el efecto de sustento, y menos en medicina, el
cual tiene las hojas menores, mas gruesas, y mas verdo-
sas, sin vello; su fruto casi redondo del tamafio de nueces
con cáscara, menos encendida de color su semilla : aun-
que los indios se sirven de él para teñir de colorado triste
y desgraciado, y así está muy sobrado en los árboles
abiertas sus vainas, ó erizos, sin tener mas enemigos
que el Sol y aguas, que asilo pudren. El árbol del
urucú verdadero es pequeño, y desde á raíz de tierra
salen de su raíz varias ramas 6 troncos lisos de cor-
tezas, abundantes de hojas anchas y vellosas, media-
namente delgadas : sus flores en lo alto de los tallos
6 ramos, en sus puntas~ de color blanquecino, como
aquellas del malvabisco mayor, de los cuales se for-
man ciertos erizos algo espinosos de semillas, como
las del almizcJe de la tierra, y en llegando á sazon
las cogen y guardan.
Sus virtudes - Muy poco usado es el achiote en
estas Misiones, asi de los Padres como de los indios, y
cierto que con poca 6 ninguna razon desechan de los
guisados y potajes su agradable color, olor, y sabor,
pues en todas estas cosas excede y deja muy atrás
la flor del cartamo llamado azafrán de la tierra, y
mayormente en lo cordial, y socorre al corazon y al
hígado, así su semilla como las cortezas de sus raíces,
aunque aquella se antepone á éstas, y asi vemos la
mezclan en las composiciones cordiales, y en los coli-
rios para las fluciones ardientes que bajan á los ojos,
preparándola con agua rosada 6 mista su tintura con

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DEL PASADO ARGENTINO 1 43

ella dado un hervor. Además de ésto, muchos bo-


ticarios preparan su s~~milla 6 tintura á modo de los
corales, y la guardan para cordiales, á modo de tro-
ciscos. Afirma Guillermo, que socorre en tiempo de
pestilencias , y vientos corrompidos, fortificando el
corazon y estómago, tomando de su polvo una dragma
en ayunas, en agua de borraja 6 vino, 6 en cosa
adecuada. Dáse tambien contra los molestos flujos de
vientre, 6 sus poh-os 6 su tintura, en cantidad de
una onza, ó de su polvo dragma y media, en agua
adecuada como la de llanten, ó de acetosa; es único
remedio á los disentéricos en el principio, y si los
flujos provienen de relajacion es mas eficaz el polvo
de las cortezas de su raíces por ser mas desecativos,
y estíticos. - Sácase su tintura de dos maneras: la
primera es, cogiendo cantidad de semilla en mortero 6
almirez y se medio quebranta, y se le va echando
agua rosa, 6 de endivia, 6 borraja, esto es, destilada,
y removiendo se le quita la tintura por un paño
doble, una y otra vez, y esta se pone al sol en vidrio,
por espacio de cuatro dias, y se guarda para el
uso. El segundo modo de sacar tintura es poner en
remojo de agua rosada, ó de endivia una libra de
semilla en un azumbre de agua: se pone muy bien
tapado en olla vidriada á fuego muerto, por espacio
de dos horas, y cuando ya caliente mucho la tapadera,
que no st pueda sufrir, la apartan del fuego, y por
paño limpio doble se vá colando hasta que queden
sin nada de tintura, y se guarda con las condiciones
atrás dichas : este modo tengo por mejor, y la tin-
tura es eficaz : queda de ordinario en tres cuartillos de

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la coladura, por lo mucho que embebe la sequedad


suya ; es alabado cordial á los de la fiebre maligna y
pútrida, y mayormente á los cuales dán con cursos
biliosos y sanguíneos, y á los dolores celiacos, y
úlceras de los intestinos delgados y gruesos. Es fria
y seca en el grado primero su semilla, la de la corteza
en el principio del segundo.

Sangre de Drago - lbirá caaberá

Hállanse dos diversas especies de este arbol. que


por su corteza y tronco, despues de herido nos so-
corre con la sangre de sus entrañas, para que podamos
remediar, y enfrenar los desordenados y peligrosos
flujos de la nuestra. El primero se llama caaberá
en guaraní, que es el que aqui dejo estampado: el
cual nace en partes muy húmedas, á las orillas de
los arroyos y rios; sus hojas cuando se van enveje-
ciendo se tornan de blanquecinas en purpúreas, algun
tanto vellosas por el enves : sus flores asimismo
salen blanquecinas y al finsu tornan cerúleas: hace
en lo extremo de sus ramas las flores y su fruto; son
unos cartuchitos puntiagudos con solo una semilla 6
grano cada una materia, vellosa como algodon : crece
poco en alto, y su tronco no es muy grueso, porque
de ordinario se esparce en tres 6 cuatro de una raiz
6 sitio. La segunda especie de este árbol se halla en
la gobernacion del Tucuman, y la llaman los naturales

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DEL PASADO ARGENTINO 1 45

tipa, el cual hace su tronco alto, grueso, muy derecho:


de suerte, que por lo correoso y fuerte hacen de
ordinario los pértigos de carretas de él; sus hojas son
muy semejantes á éstas y asimismo su fruto y flores;
pero no he visto se vuelvan coloradas, 6 cárdenas,
cuando se van envejeciendo.
Sus virt1,des-La sangre de drago verdadera para
la medicina es el licor de este árbol, y no aquella es-
pecie de bermellon 6 cinabrio que nos dice Dioscórides y
Laguna: porque además de ser venenosa y corrosiva
tiene muy poco de astringente: y así para sacar la
sangre de drago, es necesario que á la creciente de luna
6 al último de ella, hagan talla al árbol en el mes de
julio ó agosto, poniendo un mate 6 calabala para que
la recoja, arrimando á la cision del árbol, que la dá
en abundancia y gran copia, y dejándola secar al sol,
se guarda para el uso de medicina muchos afíos; pero
la mejor es la mas nueva.
Una dragma de sangre de drago hecha polvo sutil,
y puesta en tres onzas de agua de llanten, 6 de zumo
clarificado, bebido en tres veces por espacio de veinte
y cuatro horas, retiene los flujos de sangre que salen
por la boca, y sorbido por las narices detiene los que
por ella salen, aplicando juntamente á las sienes y nuca
unos pafíitos mojados en dicha mezcla. Asimismo re-
tiene el flujo de sangre lluvia y menstruo, puesto con
algodones 6 en lana limpia cuatro 6 seis veces empa-
pados en dicho zumo, aplicándolo á la parte que sale,
6 echado en jeringa y lo mismo hace en las heridas
de venas cortadas, con flujo de· sangre.
Jtem-La sangre de drago puesta en la boca 6 mue-
10

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las que duelen, por corrimientos de calor, mitiga el


dolor y ataja el corrimiento, así de las muelas como
de los dientes, sacando la parte lesa por el exputo
6 saliva y comprimiendo la parte que vuelva á recibir.
Blanquea la dentadura y la fortifica enjuagándose con
ella y estregándola despues con pafio áspero.
Es fria en el grado tercero, y seca en el cuarto.

Ouembé, la fruta.-Ouembeí, la planta

El Todo-Poderoso y sempiterno Dios, que crió los


hombres y animales en la tierra, crió las plantas, ár-
boles y yerbas, con no menos admiracion del hombre
racional, que con razon y discurso, y por la experien-
cia rastrea sus virtudes, para bien y provecho del gé -
nero humano, pues en la abundante diversidad de
figuras, sabores, y olores de sus hojas, frutos, y troncos
recrean, sustentan y curan al hombre, en este valle
de lágrimas, y destierro miserable!! para que por ella
vengamos en conocimiento de nuestro Creador, y bien
sempiterno.
La fruta del guembé para los hombres flemáticos, y
que abundan de humores gruesos y viscosos, es único
remedio tomando una grande, 6 dos pequefias en ayu-
nas, y trás de ellas un vaso de agua fria, ó al principio
de la comida! bebiendo dicha agua fria trás ella, por-
que despesa todos los humores frios reumáticos y vis-
cosos de las vías por donde pasa, dejando descargado

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DFL PASADO ARGENTINO 1 47

el estómago y vientre de cosas asentadas y detenidas,


como se vé por la evacuacion, que luego á la hora
despues de comida causa.
El marlo de su fruto, acabado de comer sus granos,
restregándose los lamparones abiertos con él, por es -
pacio de ocho 6 <liez dias, los deseca y quema, y los
cum :-y lo mismo hace con las escrófulas y lobaui-
llos abiertos, 6 cuando comienzan á le\'antarse las
abiertas, quemando con suavidad su cestil, y las sin
abrir recientes, resolviendo el humor crudo y grueso de
que se forman con admiracion.
ltem-Sus marlos secos tres 6 cuatro de ellos, pues-
tos sobre brasas, y dando con ellos sahumerio á los
miembros baldados por frialdad ó humedad, los cura,
desopilando los nérvios y músculos con gran calor y
sequedad,-y socorre con admiracion á los temblores
paroximales por causa fria, 6 humedad, y á los que
han tomado mantenimientos muy frios 6 venenosos,
tomando dicho sahumerio sosiegan sus accidentes. Lo
mismo hace con todos los mordidos de animales de
venenos fríos, y á falta Je los marlos sirven sus hojas
secas, aunque no tan eficaces.
Las cortezas de sus raíces quemadas y hecho ceni-
zas son único remedio para matar las lombrices y gu-
sanos, tomando de su polvo media dragma, (que es
peso de un medio real plata), una 6 dos veces; es lo
mejor tomar de las cogidas de tres ó cuatro at'ios, como
son las de las esteras viejas, y para tomarse con mas
seguridad se puede tomar en un huevo blando pasado
por agua, bien incorporado, una 6 dos veces, segun la
necesidad lo pidiere. Dicho remedio arranca el ahito

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asentado en el estómago, echándolo por abajo, 6 por


vómito medio cuarto de hora despues de tomado, es
aprobado remedio.
Esta planta se conoce ser procreada del planeta Sol,
pues todas sus partes lo están diciendo, como se vé_,
que en partes algo frias no fructifica, por ser poco
ayudadas y fortalecidas de él: tiene grandes influencias
de Marte, porque es enemiga de los coléricos, y atrae
mucho de la tierra con sus raices, por lo mucho que
ella recibe de la Luna, y por eso es tan venenosa co-
gida en creciente de Luna.
El guembé es una de las mas hermosas plantas que
se halla en el orbe, entre cuantas se pintan y descri-
ben los autores, que hasta hoy sepamos han tratado
de esta materia, y solo veo se halla en esta América
en temples muy cálidos y húmedos : es hermosa y
muy deleitosa asi á la vista, como su fruto gustoso
y medicinal á la naturaleza humana. Es dotado de un
verde claro, tersas sus hojas, muy densas en sustancia,
de notables hendiduras, de ancho de á tres cuartas,
y algunas de á vara proporcionalmente largas, com-
partidas cada una de ellas en tres puntas ó globos,
y del pié de cada hoja sale como una vaina que tiene
un modo de espiga, 6 marlo, en el cual están asidos
ciertos granillos muy menudos de lo que se viste di-
cha espiga interna, toda ella claveteada de alto á abajo:
esta vaina á los quince días de producida se abre á modo
de linterna cerrando el extremo, sacando al sol y se-
reno su fruto, mostrando todo lo interior un blanco
terso como la plata, al cual se entran ciertas mos •
qurnas coloradas, y se apegan en contorno del tallo

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DEL PASADO ARGF.NTINO 1 49

6 espiga interna, por estar piramidal puesto en medio


de su vaina ó linterna, y no se salen de allí hasta
que dicha vaina se vuelve á cerrar, quedándose ellas
pegadas á la tercera parte de la espiga, en la parte
mas baja, que es la que sazona y da el fruto, el
cual es dulce : su armazon á modo de piña compuesta
de granos grandes, como aquellos del maiz blanco;
pero mas largos, compuestos cada uno de ellos de
muchos muy menudos, como aquellos de la adormidera
blanca, muy agudos y ardientes, si se estrujan entre
los dientes, todos ellos entrados 6 congregados con
una sustancia dulce muy viscosa, fria y húmeda, la
cual impide y embota su agudeza y mordacidad, de
suerte que puede comerse y ser sustento del hombre
y de animales terrestres y volatil1es: de suerte que
hasta los gatos madrugan á hurtar su fruto, siendo
de .:omplexion tan calientes y secos como son los cua-
les; á pocos dias que lo han comido arman unos con
otros graves y sangrientas pendencias, despues de las
cuales he observado se van secando y pelando, de
suerte que vienen á morir á los cuatro 6 cinco meses,
y conozco es la causa el faltarles agua despues de
haberlos comido, que á tenerla á mano la bebieran, y
no se les pegaran los granillos á las entrañas ; infun-
diéndoles sumo ardor y sequedad, lo cual hace con
todo hombre, que no los come con cautela, mayor-
mente si es colérico, y no halla humores flemáticos y
viscosos que templen su mordacidad corrosiva y tan
aguda ; y aun los tales es bien beban acabados de
comerlos, un vaso de agua en ayunas, 6 al principio
de la comida, porque de tomar vino tras ellos, á va-

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rios han puesto en grayes congojas, y á no echarlos


se fueran resecando, y deshaciendo lo interior, como
hizo á dichos gatos alzados al hurto en la doctrina
de la Concepcion, á donde yo lo observé.
Las mosquitas dichas atrás son producidas de cier-
tas hojas, que tienen en el tronco, de las hojas que
se han caido al ir creciendo con las demás pegados
al fruto de un modo viscoso, 6 resina, que por alli
despide, 6 por calidad suya propia, 6 por algunos
vientos de corrupcion, que de las lluvias se convierte
aquel humor en vivientes, de cualidades ígneas y ve-
nenosas, porque las tales moscas son mas ardientes y
venenosas que las cantáridas, y estoy cierto, que ten-
drá poco ó ningun remedio su veneno; hasta cuatro
ó seis de ellas en bebidas 6 comida, provocan lu-
Jur1a.
Unas de estas plantas se hallan en tierra; pero Jo
ordinario se hallan pendientes de los árboles en sus
troncos, á donde las caliente el Sol, tirando sus rai
ces á tierra para sustentarse, tantas le son necesarias
para subir el humor para su produccion. Esta planta
se produce de los granillos atrás dichos, despues de
haber estado en los estómagos y entraf\as de los vi-
vientes, y no de otro modo como se vé por la expe-
riencia, por ser tal su sequedad y calor, que necesita
ser primero digerida, 6 perdida la mitad y mas de
sus cualidades de fuego .
De la piel de sus raices se hacen varios tejidos de
cestillos, cedazos, esteras para estrados y salas, sogas
fortísimas para el uso de norias, para marinerías, y se
sirven los naturales de ella para muchas cosas que

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DEL PASADO ARGENTINO

pretenden =tar muy fuerte, como son sus flechas, ar-


cos, etc.
Todas sus partes, menos aquel humor viscoso que
se conoce, que dije ser frio, 6 á lo menos muy tem-
plado, son venenos calientes y secos, poco menos que
el soliman, porque vemos quema la parte á que se
aplica, asimismo la abrasa y enciende, aun con mayor
presteza, como lo muestra la experiencia. Es caliente
y seco al fin del cuarto grado.

Bejuco ó palo de culebras-Isipó moroti, cotará ipecacuana

El bejuco, que en lengua tupí llaman ipecacuana, es


cierta enredadera, á que e] indio guaraní llama isipó
morotí, otros isipó payé: nace de ordinario á las ori-
llas de los bosques, y cercano á las aguas, ó en par-
tes húmedas: hay blanco y negro, y cierto, que los
dos son una misma cosa en el vástago, excepto, que
el negro hace sus hojas menores y mas delgadas, y
echa de la parte que lo cortan una como leche, la cual
seca es verdadera goma, á modo de resina, la cual
es mas eficaz que toda la planta, aunque esta lo ~s
mucho. Su flor es blanquecina y cenicienta, y su raiz
larga muy metida á las entrafias de la tierra, mayor-
mente la de la negra, que se va recta abajo. La de
la blanca es mas somera y soslayada por tierra, me-
nos resinosa que la negra. Llaman á la blanca isipó
payé, que quiere decir cosas de hechiceros, por cuanto

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han experimentado, que á todos aquellos que han dado


yerbas, ó bocado, que desahumándose con sus raíces
y vástagos reciben gran<le alivio en sus congojas, ma-
yormente aqueilos que toman una corta cantidad de
su conocimiento, segun estoy informado, de varios mé-
dicos indios los mas capaces.
Sus vz"rtudes - Tornando de la corteza de su raiz
una dragma de su polvo en dos onzas del cocimiento
suyo, 6 en vino, es remedio eficaz á todo flujo de
vientre, excepto al epáctico, que á la verdad lo irri-
ta mas, por tener partes muy agudas y calientes ;
pero en la disenteria, diarrea y flujos celiacos del
vientre á todos es socorro, 6 tomando su decoccion,
6 sus polvos en vino, 6 cosa acomodada al flujo, como
es misto con polvos de vizcocho, con harina de maiz
tostado, 6 en un huevo asado duro.
Echando de sus raíces media onza sin quebrantar,
poniéndolas á cocer con hojas de arrayan y un poco
de manzanilla, en tres cuartillos de agua hasta que
merme los dos 6 la mitad, tomando su cocimiento por
ayuda, con poca sal, miel y aceite es aprobado re-
medio, para pujos, porque de una vez evacúa, y llama
la materia, y quedan libres. Cocida dicha cantidad
con hojas de Ilanten, rosa seca, y unas hojas de ro-
mero en un vaso de agua, y otro de vino, y en su
coladura echar un poco de harina de cebada ó clara
de huevo, es el único remedio que hay para las lla-
gas del intestino recto, que á veces parecen disente-
rías, y no son sino llagas de dicho intestino, que dan
cámaras de sangre con pujo y tenesmo, ( que es gran
gana de regir y no poder). Es el bejuco caliente

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DEL PASADO ARGENTINO 153

en el segundo grado y seco en el tercero, aunque


parece consta de partes frias al sabor, mistas con las
amargas ¡ · pero en la confortacion suya se conoce tener
dos grados de calor, aunque como digo puede tener
en la superficie algo de frialdad de la tierra á donde
nace no darle el sol de ordinario.

Guabirá.

Cuatro diversas especies de guabir:ís se hal1an por


estas tierras, es á saber: dos árboles grandes, que
cada uno de ellos son diversos en hojas, fruto y cor-
tezas, el uno mayor y el otro menor: el uno claro
de color sus hojas y el otro verdes oscuras y mayo-
res que las del blanco. Las otras dos especies son
chiquitas, aparragadas á. tierra sus vástagos, aunque
en el Paraná he visto otra 5ª especie muy semejante
á esta que doy por estampa; pero de vara de alto
sus varas, y algunas mas; pero en el sabor y partes
muy semejantes, y asimismo en la flor, hojas y fruto:
túvelo por el mayor de esta cuarta especie, que es
el mejor en medicina, y sabor de su frutilla: nace
en lomerias de serranías, á donde hay cascajales y
piedras debajo : su flor es blanca y su raiz gruesa asi
como un puno, y algunas redondas, otras largas, muy
macizas y pesadas, las cuales están cubiertas de una
corteza muy gruesa, y de sustancia encarnada, muy
astringente y fria al gusto, tirante al sabor ácido : sus

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1 54 REVISTA PATRIÓTICA

hojas poseen las mismas cualidades, aunque no tan


frias, su fruto casi lo mismo, excepto la pellejuela, que
consta de partes calientes y secas, con que templa
las frias de su sustancia; tienen de ordinario cada una
tres pepitas dentro cubiertas de sustancia viscosa.
La frutilla de los dos primeros es á modo de pe•
pillas cermefias, algo menores, aunque tal cual es de
su grosor y tamafio ; pero con cierto mal olor en la
piel, tirante al de las chinches campestres, que al co-
mer enciende algun tanto la lengua y paladar, así como
el ají mollar, que no pica mucho, por lo cual es reme-
dio á su tiempo para los naturales de la tierra, que
comidos con su hollejo les purga de la flema y hu-
mores viscosos y frios, y si ellos los cogieran de ma-
fiana antes de encenderlos el Sol, y por espacio de
dos horas los metieran en agua fria y luego los co-
mieran, no les encendiera, como los enciende en calen-
turas á los que se desmandan en comer muchos, y
calientes del Sol : tienen éstos las mismas sefiales y
figuras que los pequefios, excepto que al madurar se
vuelven amarillos, y son mayores, y de sustancia tem-
plados de calor.
Es la corteza de la raíz del menor guabi.rá fria y seca
en grado segundo en el fin de él.
Sus virtudes-El cocimiento de la corteza de la raiz
del guabirá, cocida media onza en un vaso .Je vino y
tomando su cocimiento en la boca, aprieta la denta-
dura y muelas, que por corrimientos de calor se mue-
ven, quitando y mitigando el dolor de la parte. To-
mando dos onzas de dicho cocimiento al irse á dormir
es único remeciio á los disentéricos y camarientos, y

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DEL PASADO ARGENTINO 155

de flujos coléricos de vientre :-asimismo aprieta todas


las carnes relajadas y flojas lavándose con él, y cura
las heridas de destemplanza caliente : y asimismo las
llagas de partes bajas, y las muy húmedas con erisipela
al rededor. Su cocimiento aferra Jos tintes de negro
de sus hojas y raiz.

Salvia silvestre índioa-Caá.imbé morotí

El caáimbé morotí i'hacuá, que dicen los indios, es


cierta especie de salvia silvestre, aunque mas caliente,
y cepuda de raiz, y asimismo mas aguda y penetrativa, es
amarga y con ardor, con alguna estipicidad, mayormente
su flor, su raíz por lo contrario es mas dulce que amar-
ga: hay algunas de 4 y otras de 6 onzas, muy densas
en sustancia, como aquellas de la raiz de China, con
solo una diferencia, y es que la raiz de la China, ó yuá•
pecá, es tirante al sabor amargo, y la del caáimbé tira
al dulce despues de seca, y es templada en calor y
sequedad : y no dudo cura el efecto gálico, y enferme-
dades frias, como ]a misma raiz de China, aunque no le
he puesto en uso, por lo poco que hay de este mal entre
los pobres indios, que aunque tengan sus tropiezos de
torpezas no los aflije el Todo Poderoso con tan cruel
azote : ahora sea por ser mas abiertos de poros, y gran
calor del So], que sudando se vuelven á recobrar las
partes vitales de su natural calor, 6 por ser muy ardien-
tes de complexion, de suerte que con facilidad se re-

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cobran del perdimiento de sustancia, y frialdad del hí-


gado y celebro; siendo así, que sus mantenimientos son
muy ténues y de poco c1lor, y de ordinario mas frios
que calientes, y muy ventosos. Hace el caáimbé su flor
muy semejante á la de la salvia, y asimismo su cestil y
cimento; pero menor, muy aromático de un olor agudo
y grave, algo penoso al celebro; es blanquecina algo
tirante al azul su flor.
Sus virtudes-Es el caáimbé blanco 6 morotí, uno de
los remedios mayores y mas eficaces que hasta hoy
tengo visto y experimentado, para con su vaho 6 la-
vatorio quitar los impedimentos fríos y húmedos de
los nérvios, músculos y artejos, que causan baldamien-
to y manqueras, espidiendo por vaho y baño el sudor
que causa su vaho, y la confortacion que causa su
lavatorio; pero soy de parecer que si la manquera es
vieja 6 antigua, como de año, se prepare primero con
jarabes y purga del humor flemático. y despues reciba
los sudores hasta tres, y trás ellos el batio 6 baños
necesarios, hasta quedar del todo libre de las juntu-
ras y nervios ; pero si estos se encogieran 6 retraye-
ran es necesario hacerles unturas resolutivas, emolientes
y confortantes, en esta forma :
Infundía de puerco sin sal, una libra; sebo de toro,
libra y media ; tuétanos de las cañas y manos de las
vacas, 4 onzas; flor de caáimbé y de manzanilla, de
cada una tres onzas; malvas, manzanilla, eneldo y ruda,
de cada una dos onzas; toro caá, 4 onzas ; romero,
una onza :-todo algo quebrantado y bien frito en las
infundias á fu•~go lento, se deja estar las infundías con
las yerbas 24 horas, al cabo de ellas se vuelve á ca-

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DEL PASADO ARGENTINO 1 57

lentar y se cuela, y se guarda para el uso, el cual


caliente, y á fuerza de friccion de manos se embeben
en las partes lesas, y se arropan y abrigan.
El modo de dar el vaho del caáimbé es como sigue :
se toma las ramas del caáimbé, y si es posible con sus
flores como cuatro libras, p6nla á cocer con 24 cuar-
tillos de agua en olla grande, hasta que mengüe la
cuarta parte, · bien tapada, al cabo sácase del fuego, y
se pone al punto en un tacho, que con un palo atra-
vesado por las dos asas, ha de estar puesto á los piés
del enfermo, el cual muy tapado todo en rededor con
frazadas, casi desnudo, puestas las plantas de los piés
sobre el palo ha de recibir el vaho con el cual sudará
furiosamente, procurando tener caliente á la mano ca-
misa para mudar el sudor, y tenderse en la cama des-
pues bien arropado, y si el sudor es muy grande que
enflaquece, se le dá algun confortativo 6 confortante,
como es sopa en vino, 6 mistela, 6 aguardiente, y si
vuelve á sudar se le remuda segunda y tercera , ez.
A los que son de complexion muy fria y secos, cons-
tipados de poros, se pone fogon dentro del aposento,
con unas piedras de pedernal muy encendidas, y de
cuando en cuando se va echando una en el tacho del
cocimiento para que levante el vaho: trás los sudores
siguientes los baños, á los cuales añado un poco de
salvia y un poco de romero, partes iguales de caái"mbé,
romero y salvia, cocidos en proporcionada agua y vino
partes iguales, muy tapado, y á fuego lento lo cuezo,
y así caliente con un paño le voy lavando, 6 con un
mate echando el cocimiento en las partes lesas, y este
cocimiento se guarda, volviéndolo á tapar con sus

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REVISTA PATRIÓTICA

yerbas dentro de dicha o1la, para los dias siguientes.


He visto como milagros con dicha cura, y no solo cura
la manquera y baldamientos; pero tambien la gota y
artriti<le, no muy inveterada, de causas frias y húmedas.
Socorre soberanamente á los hidrópicos de viento y
agua y á los opilados por mucho comer y poco ejer-
cicio 6 vida ociosa y sedentaria, y á los ahogos del
asma en tiempo de vientos fríos, y de reumas frias:
requiérese dieta y mantenimientos desecativos y buen
vino, si es acostumbrado, y sino agua del palo santo
de guaJ•curú, ó de zarza, 6 raíz de China simple.
Es el caáimbé caliente en el grado tercero en el
medio de él, y seco en el fin de él ó principio del
cuarto. Su raíz es caliente en el primero y seca en
el fin de él.
El vaho y untura arriba dicho, es muy eficaz en los
espasmos de frío, aunque la causa sea replexion, un-
tando las partes que se contraen lisiadas, y la nuca,
quijadas, pecho y espinazo .

.A.rbol del inoienso-Laurel-Ayui ñandi

El ayuí, que llaman los indios en el Tucuman, laurel,


es el verdadero árbol del incienso arábigo, segun lo
que dice Andrés de Laguna: e El árbol del incienso
e es una especie de laurel salvaje, ó silvestre, por nacer
e por los bosques con grande abundancia, el cual á
e ciertos tiempos del afio, lo sajan 6 cortan á trechos,

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DEL PASADO ARGENTINO 1 59

e y luego comienzan á destilar el incienso, y como se


e vá congelando, lo van recogiendo , . Palabras de
dicho autor.
Hay dos diferencias de ayuí; uno que el indio llama
a,,uí ñandí, porque sus frutillas tienen copia de aceite,
que es el que dejo estampado ; otro llaman ayui yné,
porque, herido 6 cortado, hiede á 'éscremento humano,
de suerte que apenas se pue<le sufrir un baston hecho
de él, en un aposento cerrado, como á mí me sucedió,
viniendo en balsa por rio, que cierto· palo de lanza que
habian los indios hecho, recien cortado y pelado, me
tuvo todo un dia engañado, hasta que viéndome in-
quieto, buscando la causa del mal olor, me desengafié
y conocí ser eficadsimo remedio para en tiempos pesti-
lenciales preservarse con el olor de su humo, y del mis-
mo palo, en los aposentos, y creo aplicado al estómago
emplasto de sus cogollos, hecho tortilla, con un par de
huevos batidos y fritos, poniéndoles al freírlos unas
gotas de vinagre, quita las ansias y angustias del estó-
mago, y por concensum, socorre el corazon y celebro.
Es aprobado. Echa su fruto redondo y grueso, sin
tener aceite; éste no sé que sea el incienso; pero el
ayuí ñandi él mismo lo dirá, porque echa dos frutos; el
primero tiene figura de bellotas de alcornoque y m~cho
aceite, así como la aceituna peqm::fia, aromático y muy
verde. El segundo fruto es á modo de pifíitas macizas,
otros como cornecuelos y otros redondos, no guardan
figura igual como el primero. Esta segunda fruta suya,
seca y molida, cogida en sazon, hecha polvo, y al mo-
lerlo tiene olor muy subido á incienso. Tuve muchos
deseos de herir su corteza en tiempo de comenzar la

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160 REVISTA PATRIÓTICA

primavera de otof\o y abril, pero por no tener modo lo


dejé; y así hágalo el curioso que tuviere lugar y esta•
don fija, que no dudo lo cogerá. El ayuí ;•tandí e~
madera muy buena para tablas y palos de tirantes y en
todo lo que no es estar en el agua ó tierra, porque no
es de aguante; al contrario, al humo es incorruptible,
pero muy fácil de pegar fuego, como lo es toda su
lefia, por el licor que posee en todas sus partes, hasta
en las hojas.
Juzgo ser caliénte en el primer grado, y á lo sumo
al principio del segundo, y húmedo templadamente.
Sus virtudes-El aceite sacado de las bayas del lau-
rel, del modo con que se saca el de las aceitunas, es
único en resoh·er y quitar dolores de frío y tumores
de congestion y en desopilar los nervios que, por al-
guna frialdad ó crudeza se han encogido, y el mas
fresco es mas eficaz en dilatarlos, si se aplica caliente
6 tíbio sobre ell,,s, y bien abrigada la parte.
Soc,>rre con admiracion á los de cámaras por humo-
res malignos y corrompidos ó inveterados, como son
los que se originan de la fiebre maligna y pestilente,
untando el vientre y estómago por de fuera y abrigo.
A falta de su aceite, 6 por no poderlo sacar, puédense
tomar sus bayas verdes; y si estas faltan, sus cogollo'i
y sus hojas mas tiernas, )' machacadas cantidad de ellas,
se pongan á freír en fuego muy lento, por espacio
de dos horas, y bien secas y muy fritas estas prime-
ras hojas en aceite ó manteca de puerco, ó en caracú
miri, que es la cafia ó médula de los huesos de las
manos y pies de la vaca, á falta de los dos arriba
dichos, fritas las primeras hojas y bien celadas y es-

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DEL PASADO ARGENTINO 161

trujadas del aceite, se volverá á pisar otras tantas y


se poncirá en la grasa 6 aceite, y se vuelve al fuego
como las primeras, y se deja así enfriar por espacio de
veinte y cuat1 o horas, y al cabo de ellas se calienta,
se cuela y se guarda para el año . Es único remedio
en las lombrices de los nii'l os, untándoles el estómago
y vientre. cuando cie la leche se les engendran.
No te ngo ex perie ncia <le su uso por lo interior,
pero no Judo s e ra muy eficaz tomada hasta doce gotas
en caluo ó dgua c;:,li e ntc, asi para las cámaras como
para bs lombrices. por con(1cer ser muy grato al es-
tóm ago, y por t-:mur he clcjadn de averiguarlo; y
ta11:bien quitará los molestos fL.tos crudo5 y ·<lolores
ilíacos . porque es muy anoJino, junto con ser resolu-
tivo .
Sus bayas verJcs y machacadas muy sutilmente,
frilas en gra sa ó manteca J e puerco, con unos huevos,
hecho todo toni li a. <::S admirable estomaticon, cuando
hay c11mras por flaqueza Je estómago 6 pqr lombri-
ces ó li e1iteria, que es salir la comida como se come.
Es aproL>aJo remedio .
S11s se;.;1111das bayas, que son las macizas, hechas
polvo y dad :i s en vino á beb er, quitan el dolÓr _de
estómago y exc:tan el apetito, deshaciendo lós tumo-
res crudos que le daf1an. del mismo modo que lo
puede hacer la triaca, y pienso que una dragma de
dicho polvo, toma<lo en ayunas, ó al acostarse, con
vino, es único remL:Jio para las c:imaras de sangre de
los indios, que proceden de gusanos chatos, por su
amargor y estipicidad. No dudo socorre su uncion á
la gota de- causa fria, por ser muy adecuada, mayor-
11

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162 REVISTA PATRIÓTICA

mente si se le mezcla con la isicá, ó trementina del


Paraguay; porque además de mitigar el dolor, forti-
fica las partes relajadas y las calienta y abriga con
no sé que confortacíon muy suave. Es aprobado.
Su flor posée un olor muy confortante al estómago
y celebro, no dudo será muy eficaz.
Su agua destilada, no tengo experiencia de ella,
por no haberla sacado; es poco mayor que la del
guabi'yú 6 arrayan montano. Esto es lo que he po-
dido rastrear de este árbol, cierto muy medicinal y
amigo de la naturaleza humana, para que por aquí
puedan otros <le mejor ingenio ir con el tiempo ave-
riguando sus Yirtudes poco á poco, por ser tan peli-
grosas las esperiencias de los simples.
Todas sus ramas, su flor, su fruto, su aceite y cor-
teza, son antídotos contra las mordeduras de vívoras
y animales , enenosos, que con sus uñas ó dientes
emponzo11an é inflaman la carne ; cociéndola y ma-
I
chacada aplicarla á las heridas, y tomando algo de su
cocimiento, es aprobado remedio en todo lo dicho.
La corteza de las raíces soterráneas, cogidas, no las
de cerca del tronco, sino las mas largas y soterráneas,
cogidas en menguante de luna, quiebra la piedra de
riñones y vejiga, bebiendo de su polvo dos dragmas
en agua hirviente, dejándola templar, ó su cocimiento,
tomado en ayunas ó al acostarse.

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DEL PASADO ARGENTINO 163

Lapacho ó ta.hibó - Palo santo del Guaycurú


"Tayí" en guaraní

El palo santo oloroso que traen del Chaco, y tier-


ras de infieles guaycurús y mbocobis, es tan parecido
al lapacho ó tahibó, que el indio llama tayí, que en
hojas y corteza no se distingue, solo en las flores
son diversos, porque las del lapacho son encarnadas
y en uno como racimo en la punta de las ramas; su
fruto, como el de yuquí ripeí; pero menor del tamaño
de ubas; el palo santo hace sus flores como anaran-
jado, tirante al color amarillo en medio de las ramas
y algunas al fin ; pero una á una, cuando mas dos ó
tres juntas, segun me han dicho, que solo he visto su
rama y corteza; no sé cuál sea su fruto, p,>rque cierto
no he podido hailar persona de cuantas he visto ve-
nir de entradas al Chaco que me diese noticias; flo-
rece el tahibó por julio y agosto, y el palo santo por
octubre y noviembre, segun dicen, los dos crecen en
alto y grueso casi igualmente, y son maderas fortísi-
mas para fabricar y estar en agua y tierra.
Sus vz·rtudes -- El palo santo del Guaycurú, ó aro-
mático y resinoso, es uno de los mas eficaces reme-
dios que hasta hoy se han descubierto en curar úlceras
y llagas de todas las partes internas: como son del
pulmon, del hígado, estómago, intestinos, rifíones y
vejiga, con solo beber su cocimiento por largo tiempo,
y asi puedo asegurar que debo la vida, afios há, á su
virtud, de una fluxion de flema salada, que bajando
al pulmon me hizo tal llaga, que echaba pura materia
en el escarro, cuando apretaba un poco la tos: de

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suerte, que ya me tenia por incurable; pero habiendo


visto que el cocimiento de este palo cura y encarna,
esto lo tr;ie francisco :1IJtato, portuguez, con admi-
racion las úlceras cavernosas, que en griego dicen
cacohetes, me determiné antes i tomar su decoccion,
que la del gu2.:·acan tan alabado de \scencio, insigne
médico en la Universi~laJ de :\Iontp-:llier. en Francia,
que dice curo á muchísimos con su decoccion, usada
por largo ti,~rnpo, que con toe.: exasperada echaban
los pulmones por la iJoca poco á poco. y lo confirma
Laguna diciendo: curó ét diez y siete de los tales tísi-
cos, y así digo, que el palo santo aillarillo ó aleonado
aromático, excede co n mlichos qui;au:s en virtud al
guayacan, e11 toJas a ,1m.l:as Jote,; y virtudt.s, que <le
él recitan todos l0s aut1Jres alll !6 uos y modernos, corno
se podrá ver por la expt:riencia : y aGemás de esto,
retiene toJos l<,s ílt1j (is Je vi•-:llt1e que proceden de
relajacion, frialdaJ y U(~:nasiada hum¡-;JaJ, con solo
tomar una Jragma del pulvo Je su resina en vino,
que la da en sobraJa abundancia, asi su corteza como
su palo : - asimismo se toma para las llagas internas
y externas su polvo.
Así del guayacan como del palo santo aromático
se hacen varias recetas J~ magistrales, segun la varie-
dad de los enfermo~ y complicacion Je morbos gali-
cados; pero yo, siguiendo la escuela de un gran li-
cenciado en medicina y muy experto cirujano latino,
el mas afamado en mis día:; en la corte de Madrid,
le he usado p ira el morbo gálico, en esta forma :
Palo santo de guayacan, una libra, hechas menu.
das astillas ; raiz de China, una onza ; aristoloquia

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rotunda, onza y media; fumusterre, dos onzas, bien


quebrantadas, ó menudamente cc., rtél.das, menos el fu-
musterre ó palomina, lo pu,1g:> ('.0 ve;1 ;k y cuatro
cuartillos de ag ua en olla Yidri; ·cla en infu~ion por
veinte y cu~.tro hor;,s, al cabo de L,s ct ;des lo pongo
á cocer hasta qt1e 1'wrn1e la rn ;,;¡d, y dcjcinJolo en-
friar lo pon ,L: o en f;-a sco , y Vll '_·h o á ech tr ut.-a tanta
agua encin:a de toda•; a •¡1 1ellas coé>as, y le doy fuego
hasta mermar la teiü:ra parle, y de esta sq;uucla doy
al enfermo por mua! Lt,bida, y de la primera doy
ocho onzas caliente á la mafiana co11 un poco de
azúcar, y otro tznto á hi tarde ¡:,ara qi:e sude. guar-
dándole el StHJqc s1·g1!n costumbre, y así he curado
á varios en cuarenta Ji,.s; los cuale~ f-S bien guarden
dieta, y bebida simple del palo, y si veo hay humor
muy ardiente y colérico, suelo poner en dicho coci-
miento unas raíces ele achicoria, ó endivia ó de
borraja.

Otra. receta. no menos eficaz y mas segura.

Palo santo, mee.lía libra; raiz de China, una onza;


aristoloquia, cuatro onzas ; polipodio, una onza y me-
dia, todo bien quebrantado y puesto en quince cuar-
tillos de agua en infusion por veinte y cuatro horas,
al cabo lo pongo á cocer en olla <le b::i.rro usada; pero
no de carne. hasta que merme la cuarta parte, á fuego
mediano, y añado raices de hinojo sus cortezas, de
espárrago, de achicoria, de borraja y de perejil,

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166 REVISTA PATRIÓTICA

de cada uno una onza, vuélvese á cocer como tres


misereres, 6 medio cuarto de hora, y se le añade sén
limpio seis onzas, cuece como credo y medio, y se
aparta y se cuela, y se guarda en frascos para tomar
de ella ocho onzas ó nueve cada mañana, y seis á la
tarde, ó calientes ó frias, segun la necesidad y apa-
rato del enfermo.
Sobre dichas cosas, quitando el sén, vuelvo á poner
veinte y ct,atro libras de agua, y se guarda para
bebida ordinaria á las comidas. Estos magistrales
abren las vías, y los humores por sudor, cámara y ori-
na, guardándose de exceso ; y guardando buen régimen
con abrigo y buenos mantenimientos, á varios balda-
dos he visto quedar libres del gálico.
Es el palo santo caliente y seco.

Tamarindos realee.-En tupí, yutai-En guaraní, ibti&hf

El árbol que da los tamarindos es de muy pequeña


estatura, á modo del de las jujubas, azufaifas, aunque
algo menores : sus hojas son de naturaleza silvestre, así
como las endrinas de España : hállanse de él dos es-
pecies, el uno mas crecido de tronco, que es el mas-
culino, el cual en fruto y hojas es mas diminuto que
el femenino, que es el primero en estampa, por ser
los que llaman tamarindos reales; no sé los haya por
estas partes, hasta la ciudad de Santiago de Chile,
que dicen los tienen ya domésticos y los c1 ian en los

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DEL PASADO ARGENTINO

huertos, y por ser estas tierras del Paraná arriba ca-


paces de ellos me pareció poner sus estampas, copia-
das de las obras de Guillermo F¡sson y de Jacobo Bontis,
que escribieron en el Brasil. Nacen estos árboles en
abundancia á modo de matorrales 6 montecillos, á donde
hay minas de oro debajo, 6 disposicion de haberlo
muy profundo en las entrafias de la tierra, segun se
ha observado. como en el Potosí, Perú y Cuzco y
otras partes de donde sacan. Echa su fruto dentro de
vainas á modo ele las de maní, 6 mandubí, que dicen
los indios en guaraní; pero mayores y mas gruesas,
agrio tirante algun tanto al sabor acedo, que turba la
mas venaz dentadura, del que recien sacado del árbol
se atreve á mascado, y por ser tan conocidos en estas
tierras no paso á dar las demás sefiales suyas.
Sus vz"rtudes-Los tamarindos que llamamos reales,
que son aquellos que nos traen con ciertas barbas á
modo de raicejas, pegadas á su sustancia, tomando
dos onzas de su pulpa infusa con infusion de sén y
unos granos de maiz, cura poderosamente la cólera y
melancolfa por abajo, sin molestia alguna; esto es,
cuando es necesario purgar semejante humor, porque
si se dieren al que necesita purgar flema, no solo
no hacen provecho, antes sí causan graves congojas, y
parece que toda su sustancia se convierte en ventosida-
des, que pone al paciente en términos de ahogarle,
con el vientre tan tenso de ella, que parecen á los
de hidropesía timpanites, antes de morir, y así doy
este aviso que siempre se corrija con semilla de anís,
6 de hinojo 6 de cominos, que así obran sin molestia
alguna. Misto los tamarindos con el ruibarbo y sén

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168 REV1STA PATRIÓTICA

es única purga á los que padecen fiebres pútridas y


ardientes :-ellos solos en infusion de agua fria con
un poco de azúcar tomad,1 por refresco de parte de
tarde, clarifica la sangre. q11ita la S<·d á los febricien-
tes, restaura el a¡wt Íl > perdido y rt'.¡_1,·i111l: crn1 t:ficacia
1

los incendios de la culera y :-anc.:re. Rcr¡u:,:re usarse


en poca cantidad en estas tierras tan ca:ili::ts y hú
medas, por estar el calor natural tan ílaco y diminuto,
por lo cual, al que más no he 11asado de tres onzas
de su pulpa cada vez, y no t::s bil'.n rt'.partir amenudo,
esto es, muchos dia.s :i reo, r1ue us;, ,lv, con discrecion
es única purga para todos los humores a<iustc;s, y muy
coléricos, para los que padecen flema ~aiada y melan-
colía hipocondriaca, que provietwn de humores gruesos
y tenaces requemados. y cierto tengo de ellos sobra-
das experiencias e11 estos casos, hecha la pu,·ga y la
preparacion en la forma siguiente:
Por tres 6 cuatro días íe doy al enfermo onza y
media de jarabe de fu,nusterre y una de jarabe de
borraja con cuatro 011Zas Je agua de endi\'Ía á la ma-
drugada, caliente ó frio, segun el tic:1npo; al cabo de
ellos, el último dia por la tarJe infunJo las cosas si-
guientes:
En seis ú ocho onzas de agua de fuente hirviente
se ponen unas dos hojas ó raíces de borraja, media
cuarta de sén, media <lragma de culantrillo, cuarenta
pasas de sol sin sus granos, cuanto anís ó hinojo cabe
entre las yemas de tres dedos, cuece todo esto como
credo y medio, y bien tapado se deja enfriar, y despues
se cuela y exprime medianamente, y volviéndolo al
fuego le pongo pulpa de tamarindo dos onzas, y ca-

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DEL PASADO ARGENTINO

lentándolo á fuego lento hasta que quiere volver á


hervir lo aparto, y añado polvos de ruibarbo un es-
crúpulo. azúcar onza y 1rn:-:ci;a, así caliente lo rc·mue\·o
muy bien y vuelvo á tapar. dej;tndolo en infusion toda
aquella noclw, y al aman ec1 -r se vu e ive á cak11tar, y
se cuela á pafio algo ralo. ó celiaw, exprirniéncl olo
muy ÍUtrtemente, y así cih nte se e.la al e:1fcrmo al
amanecer, ó antes del J ia, 110 ckja ;Hlolo clc)I 1nir ni to-
l • _· . 1 . ,
mar c,:is~ a:gu11a y s1 se rt:p;te ca(l;ci eres semanas o
1

mes, en días electos en pu• .'! ~r. es el mas único reme-


dio que terigo exv~rin~r:nt ;: do ¡;:11 a u :fcrnwr;üd tal, que
así al médico cc•mo al e¡¡ferrno suele traer al retor·
tero. sin haber fvnna de a'.i\·io con otras varias purgas
ó san r1 rías.
'·'
Téngclus por frios en el princ ipio del te rcer grado,
y secos en el principio d1:1 s:·gunclo: esto FS, los que
nos traen del P er ú , que y; c r.en si11 sal, que ]0s que
en E ::pafia 11 :: \·an d,.:: L e vanc c , por '-'t:nir sa1a :1os pier-
den mucho de su natural fr iak1a<l, y adquieren mas
sequedad, por lo cual vernos ]ns ponen de remojo
hasta perder la sal que traen, y así digo, que aquellos
son frios y secos en el medio del segundo grado.

Oopayba.-En guaraní, cupai ; en tupí, copayba

El árbol de la copayba no lo he podido ver hasta


hoy dia, aunque dos sujetos de los nuestros me ase-
guraron los hay en los montes del Jesús, en t:l Pa-

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raná, y que los dos, aunque fuera de tiempo, sacaron


de uno muy corta cantidad, con solo picar su corteza.
La estampa que aquí pongo es sacada de las obras
de Guillermo Pisson, que escribió y dibujó las plan-
tas del Brasil, y dice así :
El árbol de la copayba es grande, de tronco grueso
y alto, y muy frondoso de ramas : es de corteza casi
lisa, y cenicienta, ó blanquecina, mayormente las de
sus ramas: hace sus flores en el extremo de sus ramas,
las cuales abiertas tienen cinco hojas casi redondas,
que salen con cierta zanquilla ó pié, no muy largo de
su nacimiento: de color blanyuecino algo tirante á na-
ranjado : su fruto son ciertas pifiuelas 6 botoncillos
muy semejantes á los del ibichú~t;ui, que dice el indio
guaraní, y el árbol muy parecido á dicho toichinguí,
así en las hojas, flores y fruto, como se puede ver ; pero
no en la corteza, que es áspera la del ibichinguí.
El modo de sacar la copayba en abundancia los por·
tugueses y tupís, es cuando el árbol va brotando sus
hojas y flores por primavera, hacerle un taladro pene-
trante hasta el medio, 6 corazon del árbol, 6 con es
copio 6 barrena gruesa, como la muñeca de un hom-
bre, y en el principio de la creciente de la luna dan
los taladros, poniendo vasijas acomodadas para recibirlo,
y cuando ven que ya destila poco 6 nada, le dan fuego
al árbol á la parte opuesta del taladro, y con el calor
del fuego sin llegará quemar el árbol, en un dia sacan
copia de él : otros les abren dos y tres taladros, unos
á raiz de tierra, otros mas arriba, y otros en medio ;
pero este modo de sacarlo pierde y seca los árboles,
que raro escapa de este beneficio; los que los aman

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DEL PASADO ARGENTINO 171

se contentan con lo que él de suyo Jestila, para que


cada año les socorra, y así sacan mas ingreso de los
árboles, por no ser tan avaros como los primeros, que
no consideran :i lo adelante, ni que hay mañanai pro-
piedad y como naturaleza de los indios.
Me he informado de los portugueses y tupís, que
en el Brasil lo han sacado, y dicen, que hay árboles
muy gruesos, y en tierra pingüe, que en quince días
lJenan dos calabazas, como dos frascos, y mas, de los
nuestros de á dos cuartillos de medida mayor.
Sus virtudes-El bálsamo de copayba es hoy muy
conocido y usado por toda la Europa, Africa y Amé-
rica, y con grande estima, y subido precio en el Japon
y China, segun estoy informado, á causa de sus ad-
mirables virtudes, porque aplicado caliente á las mas
penetrantes y peligrosas heridas, las cura por primera
intencion en 24 horas, si dicha:; heridas se limpian
muy bien antes <le aplicarlos, de todo lo extraño, y
se apuntan con la correspondencia que piden las par-
tes dislaceradas ó cortadas, y esto hace con una virtud
balsámica tan templada y benigna, que en todas he-
ridas así internas como externas, en todos miembros,
á todas edades y sexos, es socorro en todo tiempo y
circunstancia, como lo tengo por experiencia en casos
muy desesperados de heridas muy penetrantes, así de
cabeza como de vientre y pecho, y en músculos y
nérvios cortados, con solo calentarlo en una cuchara
de metal hasta que hierva y humée, y con unas hilas
mojadas en él, así caliente, aplicarlo á las heridas,
cuanto caliente lo pudiere sufrir el paciente, sin que
llegue á quemar, que en tal caso no unen las heridas

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por primera intencion, antes sí labra el fuego y hace


muchas ma tnias
lton-Toma,J as cuatro 6 sets gotas en un huevo
fresco y sorb ible. bien calit'.nte y rern élto todas las
noches al acostar e. es Ú;,icn remed io á les que arran-
0

can san gr(: y 1nate ria del ¡wch,J, ah0ra s<·a por golpe
ó contu,:i o n ar.c\ya. de cai,:a ó roda(h.ra. ó métgulia-
miento, ó pr ,r h erid a pt>netrante d el pecho, ó por
fluxiones d,= hu 11,>r. q11e lL:ga,,dr) á hacr~r inflamacion
abc<:so, \'Ít>' e p< ,r esgarro con te,,,, como en ins as-
mátic c;", ¡wric11mr,r,;a, y se ,n :janc'.::S &lJCesc-'s, así del
pt>cho C< rn•i del hí;.;a ci o, esto1i·ag-c,, r;ficnes y vejiga.
Dáse tamljicn en a;.;ua de t' ;;c,i:;i0sa rc,sada, ó vino
blanco, segtrn la nect:'>idad y circun~tancias de los en-
fermos.
A cier ta muj Pr con un flujo de sangre por la boca,
con sobr.1cia tos, á causa de humores muy corrompi-
dos, por falta de la rlgla no bajar con la acostum-
brada abundancia, le dí seis gotas (.;11 dos onzas de
zumo de lla11ten c'.arifica<lo actualmente caliente, con
ta} suceso, yue atajó el flt:jo , cesó la tos y provocó
el menstruo, y en tres dias estuvo buena: la que por
el pel!gro tenia ya recibidos los Sacramentos.
Es la copayba caliente en el segundo grado, y seca
en el tercero, aunque 110 falta t1uien afirme ser húmeda
como el aceite.

Arbol de anime; en guaraní, yataibá.

El árbol que en el Brasil destila aquella tan suave


y aromática goma ó lágrima que los portugueses lla-

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DEL PASADO ARGENTINO 1 73

man anime, se halla en el Paraná en los montes de


Itapua, en el Jesús, y en el Paraguay: son dos espe-
cies muy parecidas en todo. menos en el color de las
hojas, que el uno las hace mas blanquecinas, y algun
tanto mas delgadas, que pienso ser la hembra, y el
mas oscuro de hojas el macho. Es éirbol alto y muy
coposo con muchas y muy compartidas ramas: su
corteza del tronco y ramas muy gruesas, es algo
áspera y con'o sz,rnosa, <.ie color ctiro ceniciento: la
de las ra111as üelgacias tu·.-;a, lisa y verdosa: s11s ho-
jas de Jus en d r,s y siempre en las puntas de las
ramJ.s mas anchas ck lus bd, s de a hit ra, nue los de
adentro, á J1..,11Jc se ju, Lrn. e:,;to t's, d1; la C<'111parti-
cion que hact:: la \u,a o 1;1.'.:--, io, q,!e la parli:: p :,r me-
dio: su fl<lr es ci ei- 1a p ;iíut.:la pti1H:a~..;Lllia y ti e r 1a, á
1

modo de a, ¡:1el1as vainitas de las j1k;Í ;1 s ó frijules


cua;1 J o co1p ;,;1; z;rn á cr<~cc:r: los cuales poco á poco
va ,1 cn:ciendu y c11sa:1cl:a:Hlo, como dds Ji:dus de an-
cho, ó dos y 111cuiu, ele largo del Jedo pulgar, y al
querer sazonar se pone a c¡uella vaina dura y fuerte,
con cierta sustancia tirante al color encarnado claro,
y en medio tres ó d"s pepi1as relucientes, de color
castafio cla:·o, á modo Je aquellas de los tamarindos,
ó cafia fístola: cuanJo \-erde es de sabor amargo y
astri11gente; pero al sazunar se vuelve de sabor de
harina a1go <luice, de suerte que es muy buen sus-
tento á falta Je pan, ó de maíz: echa de sí por pri-
mavera y sin ser herido, su goma, por ciertos poros
á modo de berrugas, ó tolondrones, que él de suyo
abre el oloroso anime, el cual viene en abundancia
cayendo por d tronco, hasta parar sobre la tierra,

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174 REVISTA PATRIÓTICA

hasta sus mismas raices, y aun de éstas suele salir,


de aquellas que están sobre la tierra descubiertas;
cuando va goteando, si llueve, de ordinario se disuelve
y deshace esta goma ; pero si hace tiempo seco se
logra toda ella, que despues de seca no se deja des-
hacer, quedándose blanca muy trasparente, así como
el ámbar de cuentas, algunas veces se vé alguna de
eHa que tira al color amarillo muy densa y vidriosa,
mas que la almáciga, é incienso, y muy semejante al
socino en su dureza : la cual quemada despide de sí
un olor muy suave, y grato al celebro, corazon y ven-
trículo: de suerte que es de los mas suaves olores,
y gratos á toda la naturaleza humana, de cuantos hasta
hoy he Yisto en simple alguno, porque con ser muy
suaye es muy confortativo del celebro: sácase en
abundancia sajando su corteza.
Sus virtudes-El anime administrado en perfume,
bien abrigado el cuerpo, quita y cura el dolor de ca-
beza, que procede de vientos frios, 6 mojaduras, de
tormentas, y granizo : y asimismo es remedio sobe-
rano en dar alivio á los varios accidentes que produce
la intemperie fria del celebro, cuando ya es incurable,
tomando zahumerio.
Con una parte de romero seco, otra de incienso
macho y dos de anime, molidos y mezclados los dos
puestos sobre brasas, y recibiendo su humo desde los
piés á la cabeza, abrigado y tapado todo el cuerpo,
puesto en pié con sábanas y frazadas, dejándole solo
la camisa puesta, para que mejor penetre el humo por
los poros, y habiendo recibido por espacio de tres
credos el humo, sin que se salga por abajo, se deja

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DFL PASADO ARGENTINO 1 75

así arropado echado en la cama, abrigándole los piés


con un paño caliente, y echándole otra frazada encima,
de todo se deja sudar hasta mojar la camisa y sábana,
y al cabo se muda camisa sahumada con solo romero
dejándole aquel día y el siguiente con suficiente abrigo :
quita todos los extremados accidentes, y retraiciones
con dolor, que de tal intemperie son producidos. y si
es reciente dicha destemplanza la cura con admiracion ,
ó admirable prontitud; cuando ya llega á tener cuatro
ó seis meses de longitud, es necesario sea el sudor
mas fuerte de semejante composicion.
Anime media dragma, copa! é incienso de cada uno
otra media : polvo de bermellon hecho de azogue, y
no del de mina, llamado cinabrio, otra media dragma,
que es peso de medio real de plata, todo hecho polvo,
y calentándolo al fuego en una escudilla se hace pas-
tillas cuatro, y de ellas se cogen dos sudores, cada
uno de una vez en dos días á reo. que es admirable
sudorífico en todos efectos de nérvios y junturas :
ahora sea por frialdad de los miembros de la caucion,
ahora por reumas á las súbitas y extremadas muta-
ciones de los tiempos, y vientos tan contrarios y opues-
tos, como de ordinario se vé en toda esta América,
causa ordinaria de súbitos y repentinos accidentes y
muertes. T ómase este sahumerio como arriba dejo
dicho.
Sirve el )'ataibá 6 anime para todos los emplastos
que piden incienso y almáciga, y es quid pro quo suyo
con gran ~entaja, y así vemos lo piden las composi-
ciones y recetas de la farmacopea. Aplicado á las sie-
nes su polvo amasado con aguardiente 6 vino en

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parchecitos, es remedio á los dolores de jaqueca y


cabeza . Es caliente y seco en el segundo grado en
el fin de él.

Pino americano de bálsamo ; en guaraní, curií

El curii de estas misiones y tierras del Paraguay,


es árbol muy alto, derecho y bastantemente grueso
de yara de tab la, con a!¡.;·unos nudos. propio árbol
para árboles de 1Ja\'Ío: c< ,giLio en la menguante de
luna electa en estas tierr2s. cumo son la de Junio,
Julio y AgrJsto, purq11e es su tronco piramidal, como
hecho á torno proporciu1 ,aJo en ia dism inucion de su
grc,sc;r con arlrn ir~,ble pru porciun hácia su copa, la
cual hace c,._, :no los pi11us d,: Espaiia, echando sus
ramas en cu11 turn u d,~ su tro nco á c0r ~os trechos á
rn<1do de rayos de ccch::! ó carreta, c.l<-: seis en seis y
de siete en siete por rueda. iguaimente proporcionados
al sa:ir, Ct'rranclo con sus ramas una hermosa y pirami-
dal copa . al remate de ellas echa sus pifias mayores
qu<~ las del pino de E spaii a, con ciertas espinillas
pequd'ias y c<,rvas en las cáscaras, á donde da el
fruto . el c:1al es del tamaiio que ahi dibujo, y asi-
mismo sus hujas, t,,das ellas tienen en la punta una
muy sutil , y algo enconosa espina, porque en picando
arde, y escu ece dcmdsiado. y creo ser por su calor
porque no encona ni envenena, como otras que po-
seen cualidad nociva: las cuales salen del tronco acom-
pañando sus ramas al crecer, y como van creciendo
van cayéndose.

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DEL PASADO ARGENTIN'O 177

Sus z-t'rtudes-El pino de estas tierras hiriendo su


corteza y tronco en el mes de Setiembre, destila copia
de bálsamo, algun tanto rubio, al principio de co-
menzar á estilar, blanco, y al fin colorado, tan líquido
como la trementina de abeto : éste metido en cala-
baza así tierno, y usado para heridas es soberano
remedio, así en las de huesos descubiertos, como en
las de nervios contusos, 6 cortados, porque preserva
de espasmos y convulsiones; puesto sobre el estómago,
conforta toda relajacion, que proviene de frialdad, y
humedad, y ataja la diarrea, mayormente si se da
una dragma del polvo de su resina cocida en vinagre,
ó un poco de vino, ó agua caliente: el modo de
cocerlo en vinagre es como sigue :
Cógese resina 6 bálsamo de pino del que está ya
seco, y se muele ó quebranta en almirez ó mortero,
como media libra, pónese en tacho de azofar, 6 de
cobre estafiado, y se le echa una escudilla de vinagre
fuerte, y se hace hen·ir hasta que merme el vinagre,
y así caliente se saca, y se hace bolas, exprimiendo
muy bien del Yinagre; esta masa, sirve para lo que
adelante se dirá.
Esta resina 6 bálsamo preparado con vinagre es
único remedio tomando una dragma de su polvo en
agua caliente, 6 en caldo, en ayunas, contra las cá-
maras que sobrevienen á las fiebres pútridas y ma-
lignas, que corren muy de ordinario en los indios, (y
aun Padres), y es contra las lombrices y guc;anos,
fortifica el estómago, y mascando un pedacito hace
desflemar como la almáciga en los corrimientos que
vienen á los dientes, muelas, encías y paladar, y pre-
u

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serva así su olor como su gusto de los vientos cor-


rompidos, que accidentan los cuerpos.
Sus pifias cogidas tiernas algo grandezuelas, como
huevo de avestruz, machacadas y puestas á cocer,
desechan de sí una resina blanca como la leche, la
cual apartada y puesta en las quebraduras de huesos
es admirable remedio, para criar el poro y soldarlo:
deja la tal soldadura tan firme, que apenas se conoce,
y no dan dolores á vueltas de tiempo, como los que
se unen con cosas mas templadas de calor y se-
quedad.
El cocimiento de dichas pifias echado bien caliente
en un servicio, y poniéndose sentado sobre él, cogiendo
aquel vaho caliente, mitiga el dolor de las almorranas,
que provienen de humores salados y melancólicos, y
pujos de humores acres, y mordaces, que inflaman
al salir por cámara.
El polvo del bálsamo sin preparar, sutilmente mo
lido y pulverizado en las recientes heridas, las une
por ]a primera intencion, sin hacer materia. Tornados
por sahumerios en tiempos de vientos frios, que causan
romadizos y catarros, conforta el celebro, y detienen
]as reumas que no corran, y principalmente si se toma
al acostarse, y entre dia sin salir al aire frio y
destemplado.
Lo mismo hace con las pobres mujeres resfriadas,
cuando la matriz por falta de calor se su be hácia el
estómago ó pecho, tomando sahumerio baja á su
puesto, y deja libre la respiracion, como consta de la
experiencia.
Sus piñones se comen así asados como coddos,

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DEL PASADO ARGENTINO 179

son mantenimientos mas récios y difíciles de digerir que


las castafias, pero de tanto sustento.
Es muy templado en calor, y muy seco en cua~
lidad.

Sándalo colorado ; yuquiripeí

El yuquiripti es tenido entre los indios por una


especie de cedro, y cierto es muy semejante en las
hojas y tronco; pero no en el fruto, ni en la flor, ni
en el color, olor y vetas de sus tablas, porque es
mas denso y colorado mas subido, y su hebra es tra-
bada y la del cedro lisa. Si juzgo, por sus partes y
fruto, es el sándalo <le estas tierras, porque su olor es
de sándalo colorado, no tan aromático como aquel
que nos traen del Brasil~ ni tan encendido, debe ser
por el suelo ser muy húmedo, y la tierra de otras cua-
lidades, mas ásperas, como lo es las de estas Misiones,
que hasta las yerbas tienen mucho de aspereza, y muy
vellosas.
Tiene el fruto á modo de nueces; pero en racimos
de á doce, 6 mas en racimo: cada nuez tiene cinco
granos dentro, cubiertos con su túnica encarnada:
ábrese su fruto en estando sazonadas las semillas en
cinco partes, cada cual mostrando en medio su semilla.
Su flor es entre encarnada y blanca : su tronco no es tan
grueso como el del cedro, ni tan coposo : es admi-
rable madera cogida en menguante de luna para obras

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180 REVISTA PATRIÓTICA

curiosas, como son escritorios, cuadros, puertas y ven-


tanas, por ser madera que no admite corrupcion de
polilla, ó gusano, despues de cortado en buena con-
juntura de luna á propósito, cual es en estas tierras
la de agosto ó de julio.
Sus nueces son muy amargas y astercivas al gusto,
y lo mismo sus granos, los cuales tienen cantidad de
aceite, cogidos van sazonando, y puestos algunos dias
en casa, y al cabo de ellos machacarlos y sacar su
aceite, como se saca el de nueces ó almendras. Este
aceite pienso excede en confortacion y astricion al de
arrayán para las contusiones y magulladuras, por ser
perfecto aceite de frutos, mas astercivo que el de el
arrayan, y mas confortante su olor que el del arrayan,
por ser artificial hecho con aceite de olivas.
Y o saqué el extracto de su fruto muy verde, y
machacándolo lo puse á cocer con sus semillas, el cual
salió tan aceitoso, que por muchos dias estuvo desti-
lando aceite muy verde, de á donde colegí la gran
copia que tiene, del que estando el fruto tan imper-
fecto como estaba.
Este extracto ó bálsamo apliqué á una dislocacion,
con grave contusion del espinazo y rodilla de un in-
dio, que por recoger fUavirds se cayó del árbol sobre
piedras, quedando allí casi muerto, y á los ocho 6
diez y seis dias llegó á mis manos con la dislocacion
del espinazo, la cual reducida, y aplicándole los reme-
dios ordinarios, era el dolor grave, y acordándome
del extracto que babia sacado, volví por él á casa, y
se lo apliqué al dia siguiente, quitando lo que primero
habia puesto, lo cual le mitigó los dolores y quitó la

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DEL PASADO ARGENTINO 181

inflamacion en 24 horas, de suerte que ya se movia


por sí, el que el dia antecedente no podia ni por mano
ajena, sin dar gritos, que es mucho mal en el indio,
y de ordinario mortal, como lo tué de éste, pues de
allí á diez y siete dias murió ahogado de la copia de
materia que se corrompió e.n el pecho, por no haberse
sangrado ni tomado cosa que deshiciera la sangre en-
grumada.
No me atrevo á decir que el yuquú·ipeí se tome
y use de él como del verdadero sándalo ; pero doy
esta corta noticia para los que quisieren valerse de él, 6
experimentarlo.
Su fruto verde machacado es único enjebe para
tintes de lana, color amarillo, morado y azul.

San Antonio ; en guaraní " paráparai "

El paráparaí es árbol muy alto y de buen grosor,


muy hermoso á la vista y muy saludable y grata su
sombra: sus ramas salen de dos en dos de su tronco,
opuestas : de suerte que hacen en él unas como cru-
ces hasta lo último de sus ramas, las cuales rematan
con tres hojas, como flor de lis : su corteza es algo
rajada ; pero muy poco! á modo de la del aguái 6
ióz"rá payé, muy amarga, y muy grato al estómago su
amargor, úsanla los indios, y se valen de ella para
varias medicinas de enfermedades de contagio ó pes-
tecillas de cámaras y gusanos, tomando muy poco de

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182 REVISTA PATRIÓTICA

su corteza, y vainas tiernas, 6 de sus cogollos tier-


nos, aunque todo el palo muestra uua misma virtud,
así como el anguái·, hállase por pocas partes, y muy
ralos en los bosques, 6 capaus, que dice el m-
dio.
Sus virtudes-De su corteza se saca bálsamo, del
mismo modo que de la del anguái·, el cual es único
remedio en heridas compuestas, y en llagas que van
cundiendo por la piel, mayormente si lo disuelven
con vino : y disuelto dicho bálsamo con vinagre fuerte
es remedio para empeines y costras de la cabeza, qui-
tándolas antes con orines 6 aceite, y esto hace tambien
sus hojas machacadas, 6 su piel, 6 fruto muy molido,
y puesto unas gotas de vinagre fuerte, y volviéndolo
á deshacer en el almirez á modo de ungüento, y pue5to
á los empeines 6 costras de flema salada, las cura con
admiracion, y lo mismo hace con la tifia húmeda, lla-
mada achoras, y mezclándole á dicho ungüento un
poco de aceite cara la flema salada, y tifia seca, y
tambien la morfea, 6 mal muerto, que es la segunda
especie de lepra, que á modo de escamas se estiende
por toda la piel.
Su fruto verde cuando está tierno, machacadas dos
Je sus vainas y puestas á cocer con sal, su cocimiento
mata las lombrices, así bebido por la boca en can-
tidad de cuatro onzas, como echado por ayudas.
Jtem-El fruto ó su corteza 6 el palo cocido y to-
mando su agua, no muy fuerte de cocimiento, es ad-
mirable remedio para fiebres pútridas, que van á la
larga :-y para preservarse despues de mordidos de
animales de ponzofia fria, bebidos, de los accidentes

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DFL PASADO ARGENTINO

que su malicia dejaron intrusos en las partes vitales,


y miembros de la coccion.
Tengo por cierto ser único remedio en el mal
francés, y destemplanzas frias del hígado y estómago:
y la carcoma, 6 polvo de su palo, ó corteza, cura las
llagas gálicas de las partes vergonzosas, mayormente
si se bebe su agua al mismo tiempo.

Recino, higuera del infierno; en guaraní, amambaí guazú

El amambai guazú, le llaman los del Paraguay pino


ó pinó, porque á su fruto llaman piñones. Es el
recino blanco de Plinio, que crece su árbol como el
de la higuera, y las hojas son algo parecidas en el
grandor, peró no en su aspereza y sequedad y azaba-
laduras, porque son lisas y muy hermosas á la vista,
adornadas de un verde claro y muy tersas, con bas•
tante humedad. Nace por las orillas de los bosques
y huertos adonde la tierra es fértil y húmeda ; y
cierto que, si bien se mira, es la mejor de las especies
del recino 6 tártago, á que el vulgo llama higuera del
infierno; y aunque de esta especie hay variedad, así
en la figura como en el grandor y color de sus pi-
fiones 6 semillas, y color y grandor de sus granos y
hoja, en el uso de medicina me atengo mas á este que
no á ninguna de todas las otras diferencias, por no
ser tan venenoso enemigo del estómago, no causando
tantas congojas ni náuseas, como el tártago mayor

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184 REVISTA PATRIÓTICA

ordinario. Es caliente en el primer grado y húmedo


en el tercero.
Sus virtudes-De todas las especies de recino ó
tártago, se saca aceite de sus semillas, el cual sirve
así para las lámparas como para el uso de medicina;
y así, tomadas diez ó doce gotas de él en caldo de
pollo, purga suavísimamente la flema y la cólera.
ltem - Veinte de sus granos mondados, metidos
dentro de un gallo viejo y bebido su caldo, es único
remedio en el mal de hígado y en el dolor de la
esciática, y en el dolor de las coyunturas por humores
frios y gálicos.
/tem-Sus hojas, esto es, de todos los racimos,
machacadas y cocidas y aplicadas á modo de emplasto,
estirpan los barros y las manchas del rostro y de todo
el cuerpo, así las que llaman albarazos, como de los
asoleados : aplicadas sus hojas con polenta, reprimen
las hinchazones é inffamacion de los ojos; y aplicán-
dolas calientes, ó mojadas en vinagre á los pechos
endurecidos, los relaja y resuelve la demasiada leche :
asimismo mojadas en vinagre caliente, ataja el fuego
de San Anton y de San Torcaz.

Altóoigo-En guaraní, "ibirá yapaoarü"

El yapacari1, que Mathiolo llama pistada y en


Espafia llaman altócigo, se hallan por estas Misiones
muy de ordinario en tierras húmedas, en los boa:¡ues

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DEL PASADO ARGENTINO 185

de bajíos, cerca de rios ó arroyos: es árbol alto y


frondoso, mayormente cuando se halla en las partes
dichas de tierra crasa y pingüe; pero cuando se halla
en tierras de serranías sobre piedra no crece tanto, á
imitacion de los demás árboles ; pero es mas amargo
y agudo, y mas eficaz en medicina. Hállanse mas •
culino y femenino, aunque entre sí no difieren mas
que en fructificar el uno que es la hembra, la cual
en la punta de sus tallos echa ciertos pomos de flor
algo purpúrea, á modo de la del malvabisco, y su
fruto es rojizo al sazonar, como aquel del terebinto,
algun tanto mayor: del masculino, no he podido hallar
flor ni semilla, que es la que aquí doy la estampa:
su árbol 6 su tronco es madera medianamente fuerte ;
pero dicen los naturales no valerse de ella para fabri-
car por muy pronta á carcoma, y cierto hay árboles
que pueden servir de vigas 6 tirantes, y asimismo de
rica tablazon.
Sus vi·rtudes-El yapacari"i es de partes muy sutiles
y amargas, y en su amargor, agudo, por donde los
naturales lo usan de ordinario para matar las lom-
brices y gusanos; aunque en esta virtud es potentísimo
y eficaz remedio, juzgo con no corto fundamento, que
les socorre en otros varios accidentes, que los pobres
padecen de crudezas, frialdades y flaquezas del estó-
mago, con perturbacion, y ventosidades frias y molestas
de las entrafias, como yo lo tengo observado no ser
gusano que ellos dicen, sino dichas crudezas, de que
despues se suelen de ordinario formar, y aunque como
pobres en la ciencia de la medicina no Yan muy errados
en el juicio, pues vemos por los autores, que antes

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186 REVISTA PATRIÓTICA

que generen las lombrices, ó se lleguen á formar,


causan semejantes accidentes, la flema y humores
gruesos y crudos de que se forman, y como en gente
pobre que de ordinario come mantenimientos terrestres
y de calidades frias y ventosas~ cuales son los po•
bres indios, sus mas ordinarios accidentes son de cru-
dezas é indigestiones, á causa d~ faltarles la sal, el
vino, el agucirdiente, el chocolate 6 cacao, las espe•
cedas y cosas semejantes calientes, que con sus cua-
lidades y confortacion hacen bajar las crudezas á las
vias, que á no proveerles el Todo- Poderoso de tabaco,
del ají, del guembé, guabirás, frutillas que ellos mucho
apetecen, y algunas otras semejantes, que con su
agudeza hacen bajar los humores á las vias, no dudo
perecerian en breve sus dias: y sobre todo, el ha-
berles dado el árbol de la yerba, como dejo dicho
que es su mayor refrigerio, y loable bebida. Vol-
viendo á nuestro tema, el altócigo con su amargor
mata los gusanos y lombrices de todas figuras y ca-
lidades, sean largas, sean anchas, sean redondas, sean
de figura de gusanos, 6 sean de las malignas peludas,
todas las mata y aniquila con grandeza, con mayor
eficacia que el tabaco, que adelante diré. Además
conforta el estómago, hígado, bazo, y riñones destem-
plados de causa fria, como asimismo el celebro, to-
mando su cocimiento, y tomando el perfume de sus
hojas, 6 ramas, asimismo socorre las crudezas y ven-
tosidades frias del pecho y pulmones, que causan
varios accidentes, como es asma, dismia, y puntadas
á las escápulas y músculos intercostales : y si he de
creer á cierto curuzuyára, 6 médico, el mas perito

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DEL PASADO ARGENTINO

que en estas misiones he hallado, llamado Clemente:


su cocimiento tibio, lavando con él los ojos, quita el
corrimiento que proviene de fla4ueza del celebro por
crudezas del estómago, y fortifica y aclara la vista,
así como la satucreya, 6 salcífrago de Mathiolo, y
cuando él lo afirmó, preguntado por varias veces al
descuido y con cuidado, no dudé ser así, y segun sus
partes pienso excederá á la saturea, por ser de mayor
fuerza su virtud y eficacia en confortar; enjuagándose
con él la boca algo caliente, deshace todos aquellos
vicios que suelen causar los reumatismos, como es co-
mezon é hinchazon, dolor de muelas y encías, y la
dentera, 6 adormecimiento de los dientes y muelas,
haciendo desflemarlas por saliva : esto hacen tambien
sus hojas mascadas, cuando la intemperie es fria, de
lo cual puedo dar testimon:o, que siendo por muchos
años perjudicado de este achaque, despues que lo he
usado, además de aliviarme por entonces, no fué tan
frecuente como solía, que á cada mutacion de tiempo
frio, mayormente soplando el Este y Sud, me asaltaba,
y hoy dia por la misericordia del Señor, es muy rara
la vez, y no como de antes. Atribúyolo primero á
Dios nuestro Señor, como causa prima de todo, y en
segundo lugar á las hojas del yapacan:í. Paréceme
ser caliente en el principio del tercer grado, y seco
en el segundo. Su dósis, para bebida, media onza
de sus hojas verdes para cuartillo y medio de coci-
miento, y secas la mitad menos, porque al modo de
la calamirtha, y del lepidio, seca, es mas fuerte y eficaz,
que cuando verde, por poseer algunas partes húmedas,
y aéreas, las cuales perdidas es de mayor vigor y vir-

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188 REVISTA PATRIÓTICA

tud, para cocimientos de lavatorios por de fuera que


conforta. Pongo al cuartillo y medio de agua una
onza de sus hojas verdes, y secas media, doile de
cocimiento que merme la tercera parte, que es medio
cuartillo.

Guayacán colorado-En guaraní, "oaároba ibirá uoai"

El árbol llamado caároba en el Brasil, y en guaraní


ibirá ucai uhbaé, es á lo que juzgo alguna especie
de guayacán, 6 por lo menos muy semejante en las
virtudes, porque vemos tiene los mismos efectos que el
verdadero guayacán, aunque no se dice sea al gusto
astringente; pero sí amargo. Hace sus hojas largas,
algun tanto gruesas, por la haz tersas, y por el embés
algun tanto blanquecinas, sin vello á la vista mani-
fiesto, aunque al tacto se muestra muy suave y resba-
losa llevando el dedo resbalando desde el pezon hasta
la punta, y por lo contrario, trayéndolo desde la punta
hácia el pezon no desliza al tacto, aunque no resiste
tampoco con tenacidad ; pero sí se siente no resbalar.
Sus flores son algun tanto blanquecinas, tirante á leo-
nado, parduzco, las hojas algo romas en la punta, á
manera de lenguas : su tronco grueso, y proporciona-
damente alto, su madera es sólida, y en el interior
tira algo á leonado su palo 6 astillas despues de
secas.
Sus virtudes-Las hojas del caároba machacadas, y
aplicadas á las heridas frescas las sana, y cierra en

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DEL PASADO ARGENTINO 189

breve, mayormente si con su cocimiento tíbio las lavan,


antes de ajuntadas, y bien limpia de lo estrafio apli-
car el emplasto de sus hojas sobre dichas heridas: y
al que está tocado de gálico es muy mayor remedio
que otro alguno, como tambien en las llagas viejas,
y antiguas gálicas, y en todo género de úlceras cón-
cavas, y cavernosas, echando su cocimiento con jerin-
guilla, y si la úlcera es pútrida, 6 con sordidez, mez-
clándole alguna corta cantidad de miel de abejas,
echándole alguna porcion de los polvos, muy sutil-
mente molidos, en breve las hinche de carne, y las
cicatriza.
El cocimiento de sus hojas 6 flores bebido por
algunos días, en cantidad de ocho onzas, con poca
azúcar y piedra bezar, tomando caliente y arropándose,
provoca por sudor todos aquellos humores fríos y galica-
dos, que se paran en las junturas, nérvios y músculos,
y conforta y restaura el calor natural de los miembros
de la coccion, y lo mismo hace 1a conserva hecha de
su flor, bebiendo trás ella cuatro onzas de agua atrás
dicha : no he oído ni hallo su dósis 6 cantidad en
dos autores, que de este árbol hacen mencion; pero
me parece, que para dos cuartillos del agua bastarán
de sus hojas tres cuartas de onza, que cuezan hasta
mermar casi la mitad, y para dichos dos cuartillos de
su flor fresca media onza, y si es seca las tres cuartas
de onza, y la flor cocerá solo cuatro credos bien ta-
pada si fuera fresca: si seca cueza como seis credos,
asimismo tapada : su palo no lo hallo en uso; pero
no dudo se pueda poner como el guayacán. El coci-
miento de sus hojas y corteza es tambien único reme-

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REVISTA PATkIÓTICA

dio de las hinchazones frias y dolores de todo el


cuerpo, mayormente en los galicados, así de frialdades
como del mal francés, y en el Brasil muy ordinario
remedio de los portugueses, y mestizos tupís, segun
estoy informado. Téngolo por caliente en el segundo
grado, y seco en el fin del tercero.

Papayas ó nuez indica-En tupi, " mang{fera "

El árbol llamado mangifera en el Brasil, no he


podido hallar noticias de él por estas tierras, aunque
no dudo lo hay en ellas, particularmente en el Para-
guay, á orillas de su rio, 6 en el Paraná; pero por
falta de hombres peritos en la averiguacion de las
plantas no se conocen, y así me parece acertado poner
aquí su estampa y virtudes sacada del libro de plantas
de Jacobo Bontii, escrito en el Brasil, por ser casi el
mismo clima y plantas del Brasil, y las de estas
Misiones, y Paraguay, y muchas de ellas con los mis-
mos nombres, solo que tienen de ordinario una sílaba
mas á lo últim,> la tupf que la guaraní : como v. g .,
yupicartga en tupí, y en guaraní yuápecá; y como por
acá se halla la cafia fístola del Brasil á las orillas del
rio Paraguay, y la especie de tamarindos segunda,
que el mismo autor pone, llamado carandaí. El árbol
de la copayba en los montes <lel Jesús antiguo, asi-
mismo se hallarán otros muy medicinales de aquellas
regiones en estas, por ser muy calientes y húmedas
como aquellas, etc.

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DEL PASADO ARGENTINO 191

Es árbol alto y frondoso repartido en varias, sus


hojas pequetfas puntiagudas, muy semejantes á las del
ligustro : sus flores amarillas, á modo de racimos, su
fruto como el de una grande nuez verde, algo mas
largo, dentro de gruesa corteza, encierra cierta sustan-
cia como aquella de las castafías cuando verdes, algo
mas tierna, la cual se come en varios guisados, así
como las castafías en Europa.
Sus virtudes-Las cortezas de esta nuez mangffera,
cuando verdes, guisando con ellas la comida refrigeran
el hígado, corrigen la sangre, confortando el estó-
mago, lo mismo hace su fruto, asimismo verde, el cual
es ágrio, tirante algun tanto al sabor acedo, que ape-
nas se puede sufrir en los dientes, porque les dá
tupor. Sírvense de él para las fiebres ardientes y
malignas, para las fluxiones internas del hígado y
estómago, cuando provienen de calor, como es el flujo
epáctico, y la disenteria, para corregir y enfrenar los
fllljos coléricos del hígado, estómago y riñones, y
bazo; pero despues de madura ó al sazonar muda sus
cualidades y sabor, de fria en caliente, y de astrin·
gente y agria, en dulce y suavísimo mantenimiento, con
cierto sabor á espinacas, es de muy loable sustento¡
pero ya sin las virtudes atrás dichas, antes pienso
serán contrarias, y que causarán accidentes de cólera,
por volverse de frias y secas en calientes y húmedas,
y así solo cuando verdes pueden servir en los casos
atrás dichos ; pero cuando secas serán como peste en
los tales accidentes.
De su tronco y ramas destila á la primavera cierto
licor, muy semejante á la trementina de abeto, el cual

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REVISTA PATRIÓTICA

tomado en cantidad de una dragma provoca sudor, y


asimismo la retencion de orina, es algo ingrata al
gusto, y muy viscosa, segun de ella dice Cristóbal de
Acosta, quien asegura que recien destilada del árbol
tomada en un huevo fresco, á medio asar, 6 sorbible,
deshecha dentro al rescoldo, y con una pajita irla
moviendo en el fuego hasta que se incorpore, y esté
el huevo encerado 6 algun tanto espeso, tomado así
caliente quiebra la piedra de rifiones súbitamente,
dentro de un cuarto de hora, y la hace bajar á la
vejiga, y de allí la lanza á fuera, si se repite el re-
medio á la mafiana siguiente. No traen la gradua-
cion ni del palo, ni del fruto; pero segun lo que dice
de su fruto verde, parece ser frío y seco en el tercer
grado.

Oalaminta mayor-En guaraní, "tamandua.í miri"

Dos especies de tamanduaí se hallan en estas tier-


ras de las Misiones : una grande y alta como arboli-
tos, que el indio llama tamanduaí guazú, el cual
crece por partes que han sido sembradas, y rozas de
montes, y algunas veces por partes ásperas, y al re-
dedor y oálla de montes. La que aquí dejo estam-
pada es el tamanduaí mirí, que nace en partes de
campafias fértiles y pedregosas, cerca de arroyos, ó
partes húmedas, el cual florece en primavera, hace
las flores como aquellas de la calaminta; pero muy
menores, y no tan blancas, tirante algo á moradas,

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DEL PASADO ARGENTINO 193

muy olorosas, como asimismo las hojas, y aun pienso


en la verdadera calaminta : todas sus partes y virtu-
des se acercan tanto de ella, que sirve casi á todos
los casos y accidentes que la calaminta; pero con
menor eficacia. por ser de menos calor y sequedad
que la verdadera calaminta.
Sus virtudes - El tamanduaí mirí cocido de sus
hojas ó cogollos una onza, en dos vasos de agua, que
hagan cuartillo, curan de animales venenosos, como son
culebras, vívoras, cerastes, escuerzos, y otros á este modo
de veneno frio, así bebido como aplicadas sus hojas
cocidas á modo ele emplasto á las mordeduras. Su
cocimiento bebido provoca la orina y arena de la
vejiga y riñones, y juntamente sudor, el cual es único
en los que las viruelas se les metieron para lo interno,
mayormente si le añaden cuatro hojas de borraja, y
una dragma de piedra bezar y dos onzas de azúcar,
y ponerlos muy abrigados á sudar, guardándolos muy
bien del frio, vuelve á sacar las viruelas á fuera, y
los preserva de la muerte. Y sirve asimismo contra
las roturas y espasmos de los nervios, así bebido,
como tomando su vaho de cantidad dél cocido en
tacho, 6 en olla, y despues bien caliente tomando el
baño á las partes espasmadas, y abrigarlas bien des-
pues dd sudor.
Bebiendo su cocimiento antes de los temblores pa-
roximales preserva de ellos. Cura los torcijones de
vientre y los coléricos vómitos, y contra los temblores
paroximales bebida antes de ellos, y todo esto hace
con mayor eficacia si se cuece con vino. Y asimismo
es contra los venenos, y ponzoñas bebidas, que tengan
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¡94 REVISTA PATRtÓTlCA

cualidades frias 6 muy húmedas. Libra de la icte-


ricia si se bebe con miel y con sal. Su cocimiento
mata las lombrices así largas como chatas, y las saca
por cámara, y lo mismo hace si se aplica cruda,
machacada ó cocida á la region del vientre, y estó-
mago .
Es útil á los leprosos, y que padecen flema salada,
como empeines, morgeatina, y albarazos, comidas sus
hojas cocidas ó crudas y trás de ellas se toma suero
de leche. Sus hojas estendidas por casa, 6 adminis
tradas en sahumerio ahuyentan las serpientes. Meti -
das sus hojas machacadas en la boca de la matriz de
la mujP.r, provoca el menstruo y mata la criatura en
el vientre : por tanto, no se debe dar jamás á muje-
res. e Ojo, prefíadas, : ni se pondria á donde ellas se
sientan. Cocidas sus hojas con vino, y aplicadas á
manera de emplasto, emblanquecen las cicatrices ne-
gras y estirpan las manchas cárdenas de los ojos.
Asimismo se aplican sobre la esciática á modo de em-
plasto para sacar los humores fríos de la juntura á la
superficie, la cual quema y enciende, y corroe el cuero,
de su~·rte que lo hace una llaga. Estilado su zumo
en los oídos mata los gusanos. Comida ó bebida
resuelve las molestas ve;-itosidades del vientre y con-
forta los miembros internos resfriados. Es caliente y
seca en el principio del tercer grado.

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DEL PASADO ARGENTINO 195

Eupatorio americano-En guara.ni, taperibá. caá

La yerba taperibá hállase por todas estas Misiones


en abundancia: la cual no he visto en ninguno de los
herbarios escritores, ni tampoco en ninguna otra parte
de esta Wa. Crece de alto de tres codos en las
partes de tierras secas, que en partes húmedas llega
á un estado y, mas : crece á modo de arbolito, su tallo
al principio es cuadrado ; pero cuanto mas va cre-
cien<lo va perdiendo la cuadratura, que apenas se
distingue: sus hojas son algo vellosas, delgadas, y con
cierto humor viscoso, ó visco al apretarlas, como
aquellas de los mercuriales, 6 parietaria : sus flores
son amarillas de cinco hojas, en medio como tres
cornezuelos, los dos de flor, y el de en medio es el
que sale á dar semilla, á modo de lentejas en vainas,
como judegüelos, y en racimos en la cumbre de los
tallos.
Es caliente en el grado primero, y seca en el se-
gundo, aunque al parecer tiene partes viscosas y hú-
medas cuando se coge ; pero despues de seca las
pierde: por lo cual advierto, que cuando se ha de usar
para bebidas, 6 vómitos es mejor la seca; para por de
fuera, la verde.
Hallé que esta yerba la usaban algunos de los nues-
tros con nombre de verbena, siendo así que es muy
distinta en figura, sabor, olor, y las mas de las cua-
lidades, por ser la verbena mas caliente y amarga, y
el taperibi es dulce, y muy emoliente, aunq~e para
las fiebres malignas convienen las dos en virtud, y lo
mismo para las pútridas, mayormente en los indios,

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REVISTA PATRI6TICA

como es en las viruelas y sarampion y humores cor-


rompidos, y vueltos lombrices, los cortan y hacen
bajar por abajo, y á falta de la verbena se puede
usar, mayormente en los accidentes de viruelas y sa-
rampion porque en matar lombrices no es tan eficaz
como la verbena por no ser tan amarga, dado que
prohibe de corrupcion como la verbena.
Sus virtudes-Sus hojas verdes cocidas una onza de
ellas en un cuartillo y medio de agua, tomando vomi-
torio con la yerba 6 sin ella, sosiega las ansias y an-
gustias del estómago, por humores gruesos, y visco·
sos, sacándolos por arriba, y por las vias. Su semilla
machacada, y cocida con malvas, y semilla de algodon,
aplicadas con unto sin sal á las apostemas rebeldes y
frias las madura y abre. Usanla en ayudas para todos
los males arriba dichos, y por bebida ordinaria en las
viruelas y sarampion,-y en las fiebres pútridas, y de
pestilencia, aunque no la tengo por tan eficaz como
la verbena; pero á falta de ella puede muy bien su-
plir el taperibá. Es caliente en el primer grado, y
seca en el segundo, aunque su simiente la tengo por
caliente y húmeda, por tener partes muy emolientes
y viscosas.

Vi reina silvestre, " Eyborai hezaeté "-Vireina hortense,


" Eyborai miri "

Hállanse por estas tierras cuatro diversas especies


de vireinas silvestres, á que el indio llama eyborai:
las dos que doy por estampa son las mas comunes,

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DEL PASADO ARGENTINO 197

y que ellos usan en medicina, aunque de la Baqueria


del mar traen otra nada inferior á las dos dichas, y
mas aromática : hace sus hojas parecidas en todo á la
segunda estampa; pero sus flores son muy semejantes
á las de yerba de murta, que en guaraní llaman
iñachiuná : el olor es mas subido y grave. Hállase
esta planta en la huerta del pueblo de San Lorenzo,
por haber traído su semilla y sembrádola. La cuarta
especie es la que llamamos vireinas, que se hallan por
muchos pueblos, unas dobles y otras sencillas, la cual
es muy inferior en uso de medicina, asimismo en oll)r,
y partes de agudeza y amargor. Las tres arriba di-
chas junto con ser calientes en el tercer grado, son
emolientes, y muy confortativas, y cualquiera de ellas
son amargas : téngolas por secas en el fin del primero :
dado, que despues de secas tengan algo mas de seque-
dad, pero frescas no hallo puedan pasar de lo dicho,
por tener partes viscosas ó melosas en la superficie.
Nacen por las campafias, y á donde hubo sembrados,
y muy cercanas á las viviendas de las chacras y pues-
tos estercolados, como por las huertas y rodeos anti-
guos de vacas : florecen por Abril y Mayo, su flor es
amarilla, y su simiente como las de las vireinas, algo
mas corta y mas gruesa.
Sus virtudes-Todas estas cuatro especies de virei-
nas son dotadas de una virtud muy especial para las
pasiones de los nervios, y sus encogimientos, y re-
tracciones, con no sé qué modo anodino, y juntamente
confortativo, que dejan muy atrás en esta virtud á
otra cualquiera medicina, 6 simple, y así, con admirables
sucesos, la usan los indios en semejantes pasiones de

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REVISTA P:,TRIÓTICA

baldamientos de los nérvios, cociendo cantidad de toda


la yerba en un tacho, y tomando el vapor del coci-
miento, asentados en su hamaca, cuanto caliente lo
pueden sufrir, con el cual sudan copiosamente, y bien
abrigados hasta el dia siguiente, se vuelven á bañar
con él los miembros baldados, ó con sopor, y ador-
mecimiento, y así prosiguen con su remedio hasta
hallarse del todo aliviados, y desencogidos los nervios.
Y o viendo y reconociendo la virtud tan eficaz para
este efecto, me he valido de ellas en varios pasmos
rectos, otobales, que son los que rectamente envaran
todo el cuerpo por igual, dejándole inmoble y tenso :
con el cocimiento de sus hojas y flores, y juntamente
con untura que hago apropiada para los espasmos en
esta forma :-Hojas y flores de vireina, una libra;
hoj;,s y cogollos de salvia, de manzanilla, de ruda, de
toro caá (ó meliloto), de romero, de matricaria, 6 yerba
de Santa Maria, de cada uno cuatro onzas; hojas de
malvas y de arrayán blanco, de cada uno dos onzas,
todo bien pisado en mortero se pone á freir á fuego
lento, en enjundia de puerco sin sal, sebo de toro,
grasa de tigre, y á su falta pongo el caracuqué miri,
de cada uno una libra, y á fuego lento se frien, hasta
que los zumos se consumen: déjase 24 horas en in-
fusion, y al dia siguiente se vuelve á calentar, y se
repone para eJ afio : de este ungüento dando unturas
á los miembros pasmados, ó encogidos, abrigándolos
despues muy bien, he solvido pasmo recto de diez
dias en un pobre muchacho recien convertido á la fé,
y dado alivio á muchos pasmados y doloridos de hin-
chatones de frio.

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DEL PASADO ARGF:NTINO 1 99

La virema que traen de la Baqueria la t:san los


indios por bebida de mañana con agua caliente y la
yerba, dicen para quitar el frío de las entrañas y es-
tómago. Lo que sé decir es: que resuelve podero-
samente las v·entosidades de vientre, y las ~xpele por
abajo. Provoca asimismo la orina y causa un lento
sudor. Téngola por caliente en el tercer grado, y seca
en el segundo, en el fin de él.

Ra.i..i: de la. China. blanca., " Yua.peoá. gua.zú " - Ra.iz de la.
China., "Yua.peoá. mirí"

La raíz de la China, que el indio guaraní llama


yua_pecá, y el brasilense 6 tupí dice : yuapecanga, ha
sido nuestro Señor servido el que la hallase en estas
Misiones del Uruguay y Paraná, segun el dibujo que
de ella pone Menardes y Huerta, que son los dos que
de esta planta han tratado con legalidad, y segun Gui-
llermo Pisson la dibuja en su libro de plantas: insigne
simplicista, y gran físico, y me dice del príncipe Nasau,
el cual escribió en el Brasil en el tiempo que lo ga·
1..-.:·~n los holandeses.
Hállanse dos especies de yuapecá, 6 raíz de China,
la una blanca y la otra negra: la blanca difiere de la
negra en que la blanca tiene las hojas angostas y lar-
gas, y la negra las hace á modo de harpon, como aquí
queda estampada, y los sarmientos mas gruesos y muy
largos, á modo de aquellos de la zarzamora, los cuales

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200 REVISTA PATRIÓTICA

se trepan encima de los matorrales á las orillas de los


arroyos, ríos y bosques que es adonde se hallan, y
en los montes de serranías, no se halla planta en estas
Misiones con que se pueda equivocar esta planta, segun
se puede ver por la estampa. He visto algunos de
sus sarmientos de cinco y aun seis varas de largo, con
unos escaramajos ásperos por fruto, semejantes á las
zarzamoras verdes; pero en sí secos y sin jugo comes-
tible : pone muchos afios en crecer su raiz por su
gran solidez, y cada afio brota un solo sarmiento,
como yo lo he observado, y se seca. Otro ya al co-
gerlo seco nota los afios que tiene por las hojas y sar-
mientos de la raiz, que hay algunas que pasan de cua-
renta la dicha raíz : se viste de varias raicejas tan espesas
como los ojos 6 sesos ele la esponja, y de largor de
vara y media, y otras de á vara, las cuales así como
los sarmientos tienen sus espinas, aunque muy chiquitas
y que apenas se ven ; pero siéntense al cogerlas, aun-
que por su pequefiez nos hincan en la carne.
Es cosa digna de reparo, lo que esta planta tira á
su conservacion, que ella misma lo está pregónanclo
en ornarse de tantas raicejas, á modo de quitasol, su
raíz esparciéndolas por lo mejor y mas pingüe de la
tierra, que es la superficie armada de espinas, así
raíces como sarmientos, los cuales nacen sin ellas, y
as1m1smo crecen ; pero se arman de ellas cuando se
desnudan de las hojas, que cada tronquillo de hoja
forma una aguda y larga espina, á modo de ufia de
tigre ó leon de estas tierras.
Otra cosa he observado, y es : que al cogerlas, y
luego que se cortan sus ramas y raíces hace sudar en

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DEL PASADO ARGENTINO 201

gran copia á los que la arrancan, por mas fresco que


corra el viento, y deja el tal sudor tal alivio en la
naturaleza, y tal alegria en el corazon, que parece estar
los cuerpos otros de lo que antes, único remedio para
cacoquímicos y bubosos: esto me hicieron neparar los
indios que la cogieron, diciéndome tenia aque1la pro-
piedad.
Las mejores raices son las medianas, ni las muy
viejas ni las muy nuevas, las algo nudosas á modo de
nueces, 6 de raices de cañas, las de corteza algun
tanto rubia, 6 amarilla, y dentro blancas de sustancia:
hállanse algunas muy grandes de mas de á libra, y de
color amarillo, tirante á rosado, que segun Menardez
son tambien de cleccion; Huerta dice : ser muy tem-
plada en calor, y seca en el grado segundo; pero yo
ha11o ser caliente en el primero la raiz, y las raicejas,
que son como zarzaparrilla, algo mas caliente, y efica-
sísima zarza para males de gálico~ que excede y sobre-
puja á la de la granadilla, ó flor de pasion, mayormente
para complexiones frias y húmedas.
Sus v·irtudes - La raiz de China es el mas eficaz
remedio que hallo, en lo que hasta hoy he podido
informarme, asf por lo que de él dicen los autores
citados, como por las experiencias de otros muchos,
que con solo ella he visto curar de morbos varios á un
tiempo complicados con el mal francés, 6 gálico: su
uso es como se sigue :
Toma una onza de raíz de China, y quebrantada
6 molida gruesa, pónla en tres azumbres de agua en
remojo por espacio de doce horas, y al cabo de ellas
pónla á cocer en olla de barro, hasta que mengüe la

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202 REVISTA PATRIÓTICA

mitad, apártala del fuego, y tapada déjala enfriar,


cuélase, y pónese en vaso vidriado, 6 frasco, y á la
mañana se calienta como doce onzas, y al querer her-
vir se le echan unas flores ú hojas de borraja, ó las
cortezas de su raíz, y dando un leve hervor se aparta
tapada, y en templándose que se pueda beber caliente,
se toma y se arropa para sudar, y en sudando mudar
camisa, esto se hace por mañana y tarde, echándole
un poco de azúcar al tomarla, no mucha, y puede
proseguir hasta nueve ó doce dias, segun necesidad,
guardando la dieta y regla que adelante diré.
Esta raiz de China se toma de varios modos, y para
varias enfermedades, segun la complexion y destem-
planzas de varios miembros internos y sujetos, mayor•
mente de todos aquellos morbos que es conveniente
desgastarlos. ó deshacerlos por sudor, como son opi-
laciones, obstrucciónes, hidropesia : cura todas las do-
lencias causadas de humores frios y húmedos, como
son destemplanza fria de los riñones, de la cual pro-
vienen varios accidentes, como retencion de orina,
perlesía, hernias acuosas y ventosas, gota de causa fria,
y dolores artéticos, piedra de vejiga y rifiones: pm1e
buen color á los rostros que lo han perdido, etc.

Agua.ra.ndió mirí-Agua.ra.ndió

Cuatro diversas plantas de aguaraudios se hallan


en estas Misiones, que es á saber: uno como isipó, 6

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DEL PASADO ARGENTINO 203

enredadera, que se trepa y sube por los árboles y


matorrales, hace sus hojas puntiagudas, y anchas, y su
fruto como el de la pimienta larga: el segundo crece
á modo de matorral de vara y media, hace sus hojas
mas anchas, y casi redondas, su fruto mas largo y
delgado que el primero ; pero de su misma hechura,
escepto que sus granillos son menores y mas en nú-
mero, y mas picantes, y asimismo sus hojas : el tercero
es muy pequefio, y asimismo sus hojas y semilla : crecen
todos estos por las oriUas de los montes y en medio
de ellos, en partes húmedas que entra el Sol : el
cuarto es el que asimismo se haJla por los montes, á
sus oriJJas, á modo de arbolito pequefio que es el que
aquí doy enfrente por estampa, que hace asimismo
su semilla á modo de los otros tres ; pero muy del-
gada y corta. Hállase en el Paraguay y en la Villa
otra especie de aguarandió mas pequefío y mas fino, y
eficaz en virtudes, que es la primer estampa, llamado
de los naturales de allí J'aguarandió : el brasilense le
llama yaborandi, y el guaraní 11aguarandió mirí, como
menor en figura, y cierto muy eficaz en virtudes,
como de él diré en primer lugar.
Sus virtudes-El aguarandió mirí, las dos estampas
que aquí doy son de unas mismas virtudes, escepto
que el segundo no es tan eficaz ; pero suple esta falta
el dar á tomar doble cantidad, ó á lo menos un ter-
cio mas, y as{ tomando de él dos dragmas en infusion
de vino ó caldo, provoca sudor fortísimo, y hace bajar
por orina los humores flemáticos, y gruesos, que la
suprimen y retienen, y segun de él afirma Guillermo
Pisson, es único remedio para todos aquellos que han

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204 REVISTA PATRIÓTICA

tomado mantenimiento venenoso, 6 haber sido atosi-


gados con comidas ó bebidas ele cualidades muy frias,
como son : hongos, setas, mandiocas mbacharé, y se-
mejantes, dice y ·afirma dicho autor saca por sudor y
orina el veneno, y en breve quedan libres.
Tomando ele su polvo una dragma en vino ó agua
caliente, excita calentura y suelve el pasmo de frialdad
y replesion, juntas las dos causas en el pasmo, como
acontece en las súbitas mudanzas del calor 6 frio,
muy ele ordinario en estas tierras, y á falta de su
polvo suelo usar de ají montés pequefio en igual peso,
arropando al enfermo á que sude, muy abrigado el
aposento.
La raiz mascada y traida en la boca es único reme-
dio en los flemones que se suelen originar de la fiebre
maligna y pestilente, asimismo socorre á los dolores
de dientes y muelas por humores frios, 6 reumas crudas
que caen á las raíces de los dientes y muelas, ó á las
encías y paladar, porque abre los poros, y con su
agudeza liquida lo condensado de la reuma, ó humor
crudo, y es preservativo en tiempo de vientos cor-
rompidos el usar de la decoccion de su raiz tomada
en ayunas, mayormente cuando la intemperie del am-
biente es fria y húmeda.; que cuando caliente y seca,
no dudo no será conducente, antes sí dafioso su uso.
Tomada dicha cantidad del polvo de sus raíces, con
otro tanto de nuez moscada, y media onza de cepa de
nardo, 6 de su cebolla, bien machacados los tres, dán-
dolo á comer á los mordidos de vívoras muy venenosas,
como son las del cascabel, quiririog, es soberano y
aprobado remedio, y si se diera como dos onzas de

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DEL PASADO ARGENTINO 205

vino, ó una de aguardiente de allí á un cuarto de hora,


en breve se ven libres de la infeccion del veneno,
como lo muestra la experiencia.
Fritas sus hojas y simiente en aceite 6 en enjundia,
mitiga y resuelve las glándulas de las quijadas que
suelen venir á las fiebres malignas y pestilentes, y no
dudo ser único el bafio de toda la yerba cocida en
cantidad con azufre y sal, y á lo último ponerle vi-
nagre, y caliente meterse en él los que estuvieren
heridos de dicha fiebre. Y o me he valido hartas ve-
ces de dicho cocimiento para curar la esantema, á
modo de viruelas locas, que suelen causar en algunos
pobres indios, y á los cuatro días todas en general se
sacan, y á falta de este primero he usado el segundo,
y á falta del segundo el tercero, que es el bajito, sin
tallos, solo uno muy corto, que digo se halla por los
montes, que va á modo de grana cundiendo por la
haz de la tierra.
Las hojas de los dos primeros puestas en agua por
espacio de un dia y aplicadas á las llagas de las
piernas, con destemplanza caliente, y flemónica, en
breve las cura, y hace purgar las fuentes, así como la
yedra en Espafía, mayormente las de aquellos cuerpos
crasos y flemáticos, que por abundancia de humores
gruesos forman callosidad imperfecta debajo y al re-
dedor de las pelotillas ó garbanzos, (causa conocida de
pocos quirurgos y médicos), que cierto he visto curar
algunos de estos con purgas y sangrías, ignominiosa-
mente, á causa de falta de conocimiento del mal, que
era callo, que quitado ó adelgazado poco á poco con
pelotilla de lirio de su raiz, ó la del aguarandto, 6

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206 REVISTA PATRIÓTICA

semejantes. Es caliente en el tercer grado, y seco en e1


segundo, esto es los dos que s<>n como arbolitos, los otros
son en el segundo calientes, y secos en el primero.
Lo que se ha de tomar por bebida sea siempre de sus
ratees.
La raiz del primero, que es el del Paraguay, mas-
cando y bebiendo su cocimiento purga el agua de los
hidrópicos, por boca y orina, y la trasuda por los
poros, y á su falta el segundo, que son los dos que
se ven : es probado remedio.

Asea.ro menor, "Yagua.ra.ndió mirí" - Hiedra. indica.,


"Ya.guara.odió gua.zú"

Dos diversos aguarandios guazú se hallan en


estas r:1isiones, y uno mediano, como muestro en
esta por estampa, á que el indio llama tambien
aguarandiºó mirí. Crece por las orillas de los mon-
tes y arroyos de monte á las orillas, como asimis-
mo en lo interno de los bosques adonde se hallan
huecos que entre el Sol. Su altor es de media vara,
poco mas ó menos, segun la fertilidad de la tierra.
es muy semejantt .1 asaro de Dioscórides en las vir-
tudes, y me he valido de él mas de dos veces, así de
sus hojas como de su fruto largo, muy distinto del
que echa el asaro, que es como pimienta; y á la ver-
dad, es especie de pimienta aquatrea (sic), el verda-
dero asaro, 6 sombría, como lo muestran todas sus
partes.
Hállanse, como digo, dos diversas plantas de agua-

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DEL PASADO ARGENTINO 207
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randió mayores, á saber: una crece de alto como vara


y media, y en partes muy húmedas dos varas y mas.
La segunda especie es como á modo de enredadera
que se trepa en los árboles y matorrales, á las orillas
de los arroyos y bosques. Los dos hacen sus hojas
grandes y muy densas, medianamente gruesas, poco
menos que la de la yerba. pero mayores y casi re-
dondas. El fruto del menor es del largor de media
cuarta, á modo de la pimienta larga, aunque mas largo
y menos delgado ; pero el de isipó es como pimienta
larga, como dejo dicho en su tratado, pero menor
en calor y agudeza y confortacion, y segun el dibujo
de la pimienta larga de Guillermo Pisson, me ha dado
que sospechar, su dicho aguarandió isipó, ó enreda-
dera, y por la mucha humedad de estos climas, ser
menos picante y mas templado ; pero no me atrevo
á decir con verdad, ser pimienta larga, si, muy pare-
cida y casi muy semejante, y que á falta de ella yo
no tuviera mucho escrúpulo usar de la semilla 6 fruto
del aguarandió, en todo lo que es materia emplástica
ó emulsoria, por defuera, con solo doblar la cantidad
de la cantidad de la del aguarandió, ó cuando me-
nos un tercio mas en su peso. Constan los tres agua-
randios dichos de partes agudas y sutiles, y mistas
algunas grasas y térreas. Téngolos por calientes en
el segundo grado y secos en el tercero, aunque hallo
en lo superficial de sus hojas cierta cualidad fria ó
templada, de suerte que aplicadas al principio de las
erisipelas 6 llagas erisipelosas de las piernas, repelen
y en !!arte resuelven, como se puede ver por la expe-
riencia en toda llaga de destemplanza caliente, y en

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208 REVISTA PATRIÓTICA

las cancerosas en dicha destemplanza como lo tengo


experimentado y averiguado varias veces.
Sus virtudes - El yaguarandió mediano, que el m-
dio dice yagurandio miri, cogidas de sus hojas un
bnen pufiado y puestas á cocer en dos cuartillos de
agua hasta mermar la mitad, echándole un puño de
sal y media onza de azufre, es remedio único en la
esantema, ronchas y granos que salen en las verdaderas
viruelas, cuando por el desabrigo 6 viento frío se han
metido para adentro, dando con él lavatorio al cuerpo,
cuanto caliente se puedt: sufrir. Asimismo cura la
tifia húmeda, que llaman achoras, y añadiendo á dicho
cocimiento dos onzas de aceite, cura la tiña seca y
despega sus escamas, lavándose con dicho cocimiento
todos los días. Sus hojas, puestas en las fuentes, las
hacen purgar, con admiracion, cierto humor craso y
sórdido, mayormente de los que padecen humores
gruesos y viscosos, y á los que por esta causa no les
purgan las fuentes como es necesario, y para aquellos
que padecen callosidad imperfecta dentro del agujero
de la fuente, es único remedio la pelotilla de su raíz,
6 pedazo de ella, puesta en lugar de garbanzo. Su
semilla es lo mas eficaz de la planta, y en segundo
lugar la raíz ; despues el tronco y hojas. Cuando se
pretende abrir, adelgazar y calentar, he usado de la
semilla que sin levantar ampollas ni hacer escara, so-
corre su cocimiento con no pequeño alivio á los de la
esciática, por humores gruesos y fríos, mayormente
si se echan cristeres de dichas hojas con otras yerbas
calientes ordinarias en las ayudas, como manzanilla,
malvas, nida, eneldo, etc.

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DEL PASADO ARGENTINO 209

El aguarandió guazú, es el mayor que dejo dicho.


Se trepa á manera de enredadera en las demás P.Ian.
tas vecinas : hace sus hojas grandes, á veces de poco
menos de á cuarta ; pero de ordinario son las más
del tamafío de la estampada, algun tanto gruesas, y
su semilla del grosor del dedo meñique hacia la punta;
toda ella muy parecida á la pimienta larga, pero no
tan ardiente ni picante. Sus hojas y raíces son agu-
das, pero menos picantes que las demás de los
aguarandios, por lo cual solo para llagas de piernas
con des~emplanza caliente, las he usado, poniéndolas
primero de remojo en agua fria, por espacio de una
noche, y á la mafíana curar con ellas limpias de agua
y frialdad actual, y, cierto que hasta hoy no he visto
cosa mas única para llagas viejas y varicosas y con
principio de cáncer.

Meohoe.oá.n, "Yetirá. mirí"

Hállanse en estas tierras de las Misiones dos espe•


cíes de mechoacán blanco y negro, el blanco es el que
aquí está dibujado, por ser el que sirve para purgar:
el negro tiende sus vástagos muy largos y gruesos, y
muy poblados de hojas, mucho mayores que las del
blanco, algo oscuras y muy vellosas, sus vástagos de
mas de ocho varas ele largo, sus flores moradas á modo
de campanillas algo largas, y puntiagudas á su naci-
miento á modo de embudo, en solas las cuales se
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210 REVISTA PATRIÓTICA

parecen al blanco, aunque éste las tiene menores, como


asimismo las hojas y vástagos, que el que mas tiene de
largo y mas se llega á estender por tierra es dos
varas, y lo ordinario vara y cuarta. El negro son sus
raíces muy gruesas y leñosas, toscas, y las mas careo•
midas con abundancia de verdoso y oscuro, y deján-
dolo secar se torna casi negro : por lo contrario el
blanco es muy hermosa su raíz, así por fuera como
por dentro muy blanco en sustancia, y de grato olor,
purga con notable sosiego la flema, cólera y melan•
colía, mayormente si se mezcla con otro que le sirva
de agente como para purgar ia flema, á una dragma
de su polvo en sustancia media dragma de semilla de
cartamo, 6 de hojas de poleo, 6 seis granos de jalapa
preparada, ó un escrúpulo agárico trocescado : para
purgar la cólera se le pone un escrúpulo de ruibarbo,
6 tres granos de diagridio, ó escamonea: para la me-
lancolía dos escrúpulos de sén, y media dragma de
mechoacán, esto es sustancia: si se quiere en infusion
es necesario doble dósis. Si se saca su leche por ex-
presion, y se guarda hecho panes es muy · eficaz, y muy
grata : sácase en esta forma :
En el último cuarto de luna de julio, ó en la de
agosto, se cogen las raiees sin herirlas, y se lavan muy
bien, y se raspan de la tierra y túnica, 6 piel externa,
y luego al punto se rallan en unos bilques de barro
vidriado, 6 sin vidriar, y despues de rallada sutii se le
salpica con agua, y luego se pone en lienzo grueso,
no muy ralo y se exprime con prensa, recibiendo su
leche en un bilque, y en estando lleno se deja asentar
muy bieo, y se pone al Sol tapado con un paño hasta

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DEL PASADO ARGENTINO

que se seca, y así se guarda. De su leche se puede


tomar hasta una dragma para los robustos, y dos es-
crúpulos los mas flacos, y á los nifios uno, y á los mu -
chachos escrúpulo y medio. Del polvo de su raíz en
sustancia se dá dos dragmas, 6 en caldo 6 en vrno,
6 puesto en alguna conserva.
Consta por la experiencia, que para las molestas
ventosidades, que por mucho tiempo han dado trabajo,
es único remedio una dragma de su polvo tostado
antes de comer, ó al fin de la comida, tomado á secas
y un sorbo de vino trás él, mayormente á los que
padecen \'entosidades hipocondriacas, ó frias .
Se hace de toda su sustancia una conserva muy
eficaz para lo mismo, á modo de mazacotes, y de ella
se dá hasta dos onzas, rallándolo como para sacar la
leche, y haciéndolo cocer en poca agua, y teniendo
azúcar prevenido tanto de peso como hay de materia
rallada, y puestos los dos al fuego se le va subiendo
poco á poco á punto, y despues de estar como ma-
zacotes se corta en pedazos pequefios de dos onzas y
media, y se pone á secar al Sol, y se guarda para el
uso.
El polvo tostado, peso de dos reales, tomado con
conserva de ddra, ataja el flujo del vientre con tanta
eficacia, como el ruibarbo; pero cuando se pretende
purgar reteniéndolo, es bien mezclarle con el ruibarbo,
y á su falta con la jalapa preparada: un escrúpulo de
jalapa y una dragma de mechoacán dado en vino 6
conserva de cidra. . . Se ha de entender de la corteza
de cidra: es medicina !'-.egura y que no hallo en su
sustancia parte alguna venenosa, sí tiene partes viscosas

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212 REVISTA PATRIÓTICA

é insípidas, muy templado en cualidades : de suerte,


que se pueden purgar con él los muy ardientes de
complexion, y febricitantes, sin temor de causar infla-
cion á los interiores miembros : es uno de los pur-
gantes que clarifican y purgan la sangre de sus vicios.
Es compuesto de cuatro diversas sustancias, á saber:
leche, pulpa-rala y esponjosa, muy leve y blanca
madera, á modo de hilos muy delgados, que en con-
torno rodean dicha sustancia, la cual está cercada, y
guarnecida de dichas fibras, armando cortezas, como
aquellas de las grandes y muy gruesas cebollas, está
toda la raíz embebida de cierto humor acuo_so, á modo
de agua engomada, la cual es insípida, y nada grata
al estómago, por lo cual causa á yeces vómitos cuando
se dá en infusion. Es caliente en el grado primero,
y húmedo en el segundo.

Poleo, " Tungai caá. "

El poleo que he hallado en estas Misiones, que


hasta que vine á ellas no pude dar con él por mas
que lo busqué, como tan necesario para el uso de
medicina, por hallar desdice en parte de la estampa
así de Dioscórides como la de Mathiolo, me pareció
poner por estampa yerba tan necesaria y útil para
que mejor se vea su diversidad : estiende de ordina-
ria sus ramitas sutiles por entre las malezas de las
orillas de las lagunas, del largor de tres cuartas, y á

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DEL PASADO ARGENTINO 213

veces de á vara. Hállanse tambien á orillas de arro-


yuelos, y entre cortaderas á donde hay humedad y
frescor ; en todas sus partes y señales es como el de
España y asimismo sus hojas y flores, con el olor al-
gun tanto mas aromático, por razon de ser la tierra
mas expuesta á ello, como lo vemos en otras muchas,
no hallo ni uso, ni tampoco nombre suyo entre los
indios, solo le llaman cadiaquá, que quiere decir yerba
olorosa ; pero van tomando su nombre de poleo, vién-
dolo usar y sus buenos efectos y virtudes, mayormente
para curar lombrices, cámaras y gusanos, y purgar el
vientre de ellos.
Sus virtudes - El poleo, yerba muy conocida, tiene
virtud y fuerza de calentar, adelgazar y digerir los hu-
mores : bf'bido su cocimiento medio cuartillo provoca
el parto, las pares y el menstruo, si se bebe con miel
y acibar arranca los humores gruesos embebidos en
los pulmones, por algun gran catarro ó fluxion que
haya corrido á ellos de otro miembro mandante ó prin-
cipal, y asimismo sirve á las retracciones y encogi-
mientos de los nervios. Bebido con agua y vinagre
mitiga los revolvimientos y mordicaciones del estómago,
y purga abajo la cólera negra y melancolía. Bébese
su polvo con vino contra las mordeduras de las ser-
pientes~ asimismo restablece los desmayados y amorteci-
dos dado á oler con vinagre; seco, quemado, tostado
y molido, conforta las encías su polvo puesto en
eilas. Aplicado con polenta á forma de emplasto,
mitiga toda suerte de inflamaciones, y por sí solo
cocido es útil contra la gota 6 esciática de humores
gruesos y viscosos; pero se ha de aplicar hasta que

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214 REVISTA PATRIÓTICA

encienda el cuero, y le ponga rojo. Su flor macha-


cada con tuétano de vaca ó ternera, resuelve admira-
blemente las almorranas y les quita el dolor. Macha-
cada su flor y hojas y cocidas con sal, aplicadas á
forma de emplasto deshace la dureza y crecimiento
del bazo. Su cocimiento ataja la molesta comezon
de los empeines y flema salada. Sentándose las mu-
jeres sobre el, 6 recibiendo por abajo de su cocimiento,
es útil á las durezas, ventosidades y desvios de la
madre. Quemado el poleo dentro de un aposento
bien cerrado, mata las pulgas con su humo y asimismo
las ahuyenta esparcido por dicho aposento. Hállase
de él dos especies, es á saber, macho y hembra: el
macho produce hlancas las flores y la hembra purpú-
reas, los dos son de una misma figura en todo lo de-
más, con igual agudeza y amargor. Es caliente y seca
en el grado tercero.
Tengo observado ser único remedio para los indios
en la pasion de lombrices y gusanos, tomando de su
polvo una dragma, con otro de polvo de mechoacán
dado en coserva al querer dormir, á la mañana cursan
de purga y mata los gusanos, y con tomar por bebida
su cocimiento algo simple con algunas gotas de vina-
gre por algunos dias, los mas á los ocho dias están
libres y purgados de tal efecto de lombrices 1 porque
juntamente conforta la flaqueza del hígado y estó-
mago, recobrando el calor nativo, con la cual virtud
socorre con excelencia su polvo seco echado en las
viandas á los recien casados, que por exceso se van
secando y consumiendo, apartándolos por algunos dias
de sus mujeres.

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DFL PASADO ARGENTINO 215

Mercuriales masculinos-" Marba caá." - " Tipichatf "

Hállanse los mercuriales de ordinario por los huertos


y tierras sembradas, y tambien por derrumbaderos y
pedregales de sierras, y arenales de arroyos y ríos :
son en estas tierras algo distintos en el modo de dar
la semilla, porque los que nos dice Andrés de Laguna
dan la semilla con zanca muy corta, casi pegada al
tronco, y los de por acá exceden y sobrepujan sobre
el largor de sus hojas, las cuales son muy semejantes
á las de la albahaca ; pero algo mas delgadas, y apre-
tadas en la mano la pone muy pegajosa, y muy infi-
cionada de su olor, á causa de cierto humorcillo sutil
que tiene en la superficie á modo de visco. Su si-
miente es blanca encerrada en aquellos sus botoncillos,
á modo de cruz, 6 en triángulo, de dos en dos en cada
rincon : su flor es asimismo blanca, crecen de altor de
una cuarta, y de una raiz salen varias ramas, de or-
dinario las mas de ellas tendidas á tierra, y la del
medio tira recta arriba: hállanse algunas plantas que
no se tienden á tierra por tener una sola varilla : rara
yez he podido hallar la hembra por estas Misiones, sí
~e halla en su lugar otra diferencia de mercurial, las
hojas y semilla muy parecidas al masculino ; pero no
tan emoliente. y melosa en lo exterior, por tanto no
la tengo por tan emoliente y lubricante.
Sus virtudes-El mercurial cogido un puñado de
él sin ·sus raíces, y puesto á cocer con caldo gordo
de olla, tomando una escudilla de su cocimiento una
hora antes del pasto, ablanda los estómagos y vien -
tres mas endurecidos, y que no pudieron ser purgados

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216 REVJSTA PATRIÓTICA

con el ruibarbo, escamonea 6 sén. Purga la cólera y


agua del estómago, y vientre con gran suavidad. Y
lo mismo hace tomando sus hojas cocidas con dicho
caldo de parte de noche á modo de ensalada, purga
sin ruido ni alboroto los humores crudos y acuosos
del pecho y diafragma : por tanto, es único remedio
en el principio de la hidropesia humoral y ventosa,
así tomada, como administrada en los cristeres, jun-
tos con eneldo, ruda, manzanilla, y semilla de anís,
6 poco de poleo y sus malvas con un pufiado de afre-
cho lavado : este modo de ayuda es único en el mal
de piedra de rifiones y vejiga, en los principios de
todas las enfermedades de represion, en los espasmos,
en los duros de vientre, y sobre todo, en los que han
tomado purga y no han obrado. Lo conveniente, sus
hojas cocidas y machacadas á forma de emplasto, y
aplicadas á las inflamaciones duras las resuelve, y lo
mismo á las apostemas duras y rebeldes de madurar,
y esto hacen mejor mezclando unto sin sal, mitigan el
dolor y supuran la apostema, 6 la resuelven .
Cocidos los mercuriales y hojas del bledo menor,
ó blanco, un pufiado de cada uno con carne, y bebido
una escudilla de dicho caldo en ayunas, deshace la
retencion de orina, por rebelde que sea. Quiebra la
piedra de rifiones y vejiga, y á un mismo tiempo purga
la cólera y flema por cámara y orina, y esto hace con
mayor grandeza si antes de tomar el caldo se echare
crister del mismo cocimiento, media 6 una hora antes,
en acabando de obrar tomar el caldo, es aprobado re-
medio, que rara vez se verá salga en vano, si no es
que el paciente tenga ya la virtud y fuerzas postradas.

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DEL PASADO ARGl!:NTINO 217

Los mercuriales se mezclan en las infusiones de las


purgas con admirables sucesos en todos los cuerpos
secos y difíciles de purgar, y en los que han padecido
fiebres muy ardientes, 6 quedan muy flacos de largas
y molestas fiebres pútridas, que por último requieren
purgar.se por no recaer en ellas, 6 librarse de recaídas,
que suelen ser peor que el mal primero, y muchos dan
en este escollo por la poca atencion de los médicos.
Es el mercurial caliente en el principio del prirnc::r
grado, y húmedo en el segundo.

Jengibre ó Ga.la.nga., masculino - ":Ma.nga.ra.tiá. gua.zú"


Jengibre a.merlos.no - ":Ma.nga.ra.tiá. mirí"

Dos estampas diversas en figura nos muestra Gui-


llermo Pisson, en su Dioscórides, de las plantas del
Brasil, y asimismo Jacobo Bonti en sus obras, así del
Brasil como del Oriente, de jengibre. La una con
el nombre de jengibre verdadero, que es la primer
estampa, y la segunda. con nombre de jengibre 6 ga.
langa, las dos muy diversas como dejo ya dicho, muy
semejantes á las del Brasil, me pareció muy conve-
niente ( á las del Brasil ) poner sus estJmpa!:> en esta
obra, por si acaso se llegaran á descubrir, pueda
esta América valerse de tan salubérrimas virtudes
como son las del jengibre y galanga, así para el uso de
medicina, como para conservar y corroborar la facultad

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218 REVISTA PATRIÓTICA

de los miembros de la coccion, como es la del estómago


y del hígado.
Virtudes del je,zribre v .fa!anga-Las raíces del jen-
gibre son muy semejantes á las del lirio cárdeno,
aunque mas blanquecinas de color, y algo mas densas
en sustancia, no tan esponjosas, tiernas al cogerse,
nada hebrosas ; pero despues de secas se vuelven algo
lefiosas y recias de moler : son de sustancia aguda
así como )a pimienta, aunque su agudeza es mas tarda
al gusto; pero mas intensa en acabar su ardor, y esto
hace por tener partes mas húmedas y algo astringen-
tes; pero su ardor es mas durable que el de la pi-
miP.nta, pues vemos que enciende todas las venas
universalmente : tiene virtud confortativa del estóma-
go, por lo cual Jo echan por las viandas y salsas, ó
adobos. Ablanda suavemente el vientre. y es contra
la ponzofia de las serpientes, por lo cual lo echan en
las medicinas contra veneno. Resuelve las ventosidades
molestas del vientre ; así como la pimienta, es muy
agradable al estómago, y tomado en las viandas resuelve
todos los impedimentos de la vistai mayormente cuando
provienen de demasiada humedad, ó frialdad. Comido
el jengibre oscurece el tufo del vino 1 de las cebollas
y de los ajos. Socorre poderosamente :.i los que
bebieron el napelo. Es el jen!{ibre caliente y seco
en el tercer grado, segun Pablo Egineta, aunque co-
mo dejo dicho, se halla en él cierta humedad estraña
así como en la pimienta larga, por cuya causa los
dos con facilidad son luego carcomidos de polilla 6
gorgojo. Tráenlo á Italia en ciertos vaiOs de tierra
ó arena para que no se apolille. De la galanga ver-

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DEL PASADO ARGENTINO 219

<ladera muy varios han estado los autores sobre el


dibujo, y opiniones de la galanga, porque Mathiolo
nos dice, y representa su galanga por la verdadera;
Andrés de Laguna dice: ser semejante y muy pareci-
da al acaro ; pero Galeno. y Pablo Egineta convienen
en que es aromática así como el jengibre, empero
rojas por de fuera: sus raices nudosas á modo de las
del iris, 6 lirio cárdeno, y cierto que por las bo-
ticas de Europa he visto usar por galangas ciertas
raíces como aquellas del cipero 6 juncia; pero pican-
tes algun tanto al gusto á modo de pimienta, y así
créolo, que de ella dice Laguna que venden los fa}.
sarios herbolarios a los pobres ignorantes boticarios,
raíces de cipero, pues~as en adobo de vina~re fuerte
con pimienta, por galanga verdadera, y por haber an-
dado con cuidado alguno,; años buscando la verda-
dera galanga, y no haber podido averiguar cual fue-
se, hasta que llegaron á mis manos las obras de
Guillermo Pisson, y Jacobo Bonti, que traen la ver-
dadera galanga, que es esta segunda estampa, jamás
me atreví á usar de la que por acá he hallado traí-
da de España á la botica de Córdoba por ser pican-
te en la superficie, y en lo interno asterciva y fria
como raices de juncia, (ó junua) y mi sentir es, que
segun informes escriben los dos ser la verdadera ga
langa de Guillermo, y Pablo Egineta, con todas sus
partes y circunstancias, porque Pablo dice : hace sus ho-
jas como aquellas de la caña, algo menores, sus ra-
mas de mas de vara de alto: nace por partes húmedas
y frescas, cerca de arroyos en serranías, 6 sus valles.
Dicen los indios se halla Paraná arriba el jengibre,

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220 REVISTA PATkIÓTICA

mas arriba del Salto en donde estuvieron primero, no lo


he visto.
Sus virtudl's - Es la galanga amiguísima del estÓ·
mago, así como el jengibre, por lo cual restaura el
apetito perdido, quita el mal anhelito corrompido, re-
cobra el calor natural disipados en los viejos casados,
y mozos, muy dados al vicio de mujeres, provoca á
lujuria, y todo lo dicho hace con notable eficacia to•
mando su polvo en vino blanco generoso. A:;imismo
apaga el dolor de hijada, y resuelve las molestas
ventosidades del vientre y estómago. Quita con efi-
cacia los regüeldos acedos, cuando todo esto sucede
por causa fria. Cierto cirujano curó en Madrid á
cierto mozo desustanciado de mujeres, tenido por ético
de los médicos, con solo el vino de galanga dado á
lo último de la comida, y al principio le daba mas•
tuerzo comido : he socorrido á algunos pobres mucha-
chos reden casados que se iban secando.
Es, pues, la galanga hirviente y mordaz al gusto.
caliente y seca en el tercer grado.

Almáciga verde de Plinio - En guaraní, " oaáisi "

El caáisí, ó almáciga verde de Plinio, la hay en


abundancia en el distrito de las Misiones del Uruguay,
y parte de las del Paraná, á donde se halla tierra
colorada, á modo de sierrezuelas ó lomas altas, así en
lo alto de ellas como por sus faldas, es muy lozana,

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DEL PASADO ARGF.NTINO 221

de un verde oscuro, sus hojas aceradas y hendidas con


notable variedad : en lo alto de sus tallos echa unas
como espinas ó copas de flores blanquecina!'l, olorosas,
á modo de aromo : sus tallos crecen de á dos tercias
en alto, y algunos de á vara, redondos, y muy pobla-
dos de hojas, muy entreveradas, unas grandes, y al
nacimiento de ellas otras menores. Hay en el caáisz
dos diferencias, que es blanca y negra, la una y la
otra poseen una misma virtud, aunque la negra arroja
mas resina; pero mas verde y áspero el olor, 6 bravo.
La blanca crece mas, son sus hojas mas anchas y mas
hendidas, y muy poblados sus tallos de hojas ; pero de
menos almáciga al sacarla ; pero mas blanca y mas
olorosa, y creo asimismo menos eficaz para el uso de
medicina; pero mejor y mas segura, 6 grata, para
perfume de tinajas, y vasijas de agua, para enfermos
de fluxiones de orina, gonorrea, y vientre por rela,
jacion muy húmeda, 6 flaqueza de la facultad re-
tentriz.
Echa de ordinado cuatro ó cinco ramas de su cepa,
de donde dependen sus raíces, á modo de raíces de
mandioca, de largo de á tercia y muchas de á media
vara de largo, y de grosor en medio de un dedo pul-
gar de hombre de grande estatura, repartidas por la
tierra á modo de rayos de estrella : hállanse algunas
que tienen diez y mas raíces, ó batatas, las cuales
en su piel y debajo de ella poseen la almáciga, y
luego que los hieren la arrojan por la herida: tienen
en lo interior como sustancia hebrosa, y de cualidades
entre sí ->puestas, ingrato su olor al estómago, y nada
saludable al celebro, al revés de su interior que es

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222 REVISTA PA.TRIÓTiCA

grato al celebro y estómago. Sus hojas machacadas


y puestas en las gusaneras matan los gusanos, y curan
la llaga, y pienso tendrá la misma virtud para curar
llagas viejas de las piernas y piés : no lo he esperi-
mentado.
Sus virtudes-Estan del todo faltas estas tierras de
almáciga del verdadero lentisco, y así las proveyó la
Divina Providencia de la almáciga verde de Plinio que
no es nada inferior la que esta yerba destila de suyo,
que la muy buena del lentisco, como lo muestra la
experiencia, así en el uso exterior emplástico, como en
el interior de píldoras y polvos, que se pueden tomar
con toda seguridad.
El modo de sacar la almáciga de esta raíz es en el
tiempo de primavera, que ella vá brotando: cavar la
tierra al rededor de su rama haciendo hoyo á modo de
escudilla á cada mata, y cortar todas sus ramas y ca-
beza de sus raíces, y dejarla por espacio de doce días,
que ella destile toda la resina que posee en sus raíces
esparcidas en tierra al rededor de su tronco. El se-
gundo modo que yo he usado, es coger sus raíces en
el mes de abril, mayo y junio, en menguante de Luna,
y cogidas lavarlas bien de su tierra y cortezas, secas
medio quebrantadas po11erlas á cocer en un tacho
grande, de agua clara, que cubra y sobrepuje á las
raíces medio quebranta<las, y darle fuego poco á poco,
y como va saliendo la resina encima del agua, se va
cogiendo con cuchara, y se pone en un bilque, 6 tacho,
y dejándola enfriar se saca, y lavada en agua clara,
queda muy tierna y viscosa, y para endurecerla se
pone en otra agua fresca á cocer por espacio de dos

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DEL PASADO ARGENTINO 223

horas, y á fuego fuerte, y cuando se vé que está dura


por la fuerza del fuego se aparta, y se va sacando
del tacho, y tirándola como alfeñique, ó melcocha,
lavarla y blanquearla á modo de plata, entonces se
guarda para el uso. La mejor es la que la yerba
destila naturalmente, y no la artificial ; pero no pu-
diéndose aquella coger, suple ésta sacada con arti-
ficio.
Sirve en todos los emplastos en que se pretende
confortar, y consolidar, mayormente si se mezcla con
la trementina de abeto, 6 con la del Paraguay, lla-
mada zs·i"cá, y así mezclando dos onzas de tremen-
tina, 6 isicá, con ocho de almáciga, sirve de estoma-
ticon admirable para las cámaras por crudeza, y flaqueza
del estómago. Una dragma de su polvo (que es peso
de un real), dado en aguardiente ó vino á beber, dos
ó tres veces cada dia, cada día una vez, hace lo mismo,
mata con su amargor las lombrices del estómago. El
dicho emplasto, ó estomaticon, es único en unir los
huesos quebrados, y confortar la parte lesa con tal
vigor, como el confortativo de Juan Bigo, y en per-
sonas que tienen poco abrigo es mucho mejor, por
que se agrega, tapa mejor los poros, como lo tengo
por experiencia. Lo mismo hace en las dislocaciones
de las coyunturas; pero todo ha de ser despues de
quitada la fuerza de la inflamacion, con las claras de
huevo, polvos de arrayán y rosa, y aceite de arra-
yán, 6 el de rosa á lo menos, y si no los hubiere,
batir las claras de huevo con visco de tuna de lo in-
terno de su hoja, y en patfos de algodon aplicar á la
quebradura ó dislocacion para mitigar el dolor, algo

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REVISTA PATRIÓTICA

tíbio 6 caliente, y Jo restante de )a cura dejársela al


emplasto, que él la fortificará, y rectificará.
En las relajaciones del estómago por demasiada
bebida, o comidas frias, puesto el polvo de almáciga
con aguardiente hecho estomaticon sobre él, la quita, y
lo mismo hace con las fluxiones que de tales causas
se originan, como son cámaras blancas, llamadas
diarreas.
Tambien cura aplicando su polvo en el modo arri-
ba dicho, los dolores que por las revueltas de los
tiempos se levantan, en golpes, porradas, contusiones,
fracturas ó dislocaciones antiguas, y lo mismo hace el
emplasto aunque no tan en breve.
La almáciga de cocimiento, así viscosa como se
acaba de sacar, y polvorizada con polvo de incienso
macho, 6 dándole cuerpo con dicho polvo, y aplicada
á las recientes quebraduras las suelda, mayormente si
son de nifio, y le ponen bien su ligadura, y lo mismo ha-
ce en la de los huesos.
Mascada y traída en la boca en tiempo de corri-
mientos y vientos nocivos, es admirable preservativo,
así para los corrimientos, como para los dientes y
muelas. Así machacada, que hace cerote, suelda las
piedras y platos, y vidrios quebrados, calentando los
pedazos al unirlos y poner la almáciga ; pero estos no
podrán servir para uso de comer cosa caliente. La
destila<la de suyo en el modo que dejo dicho es ca-
lienre en el segundo grado, y algo ayuda, y muy
asterciva y seca en el tercero.
La sacada por artificio tiene un grado menos de
calor, y en sequedad, es menor como medio grado,

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DEL PASADO ARGENTINO 225

y por tanto me atrevo á darla por bebida á los ca-


manc1entos. Excede la destilada y sacada por artificio
á la de lentisco viejo que nos traen de España, como
lo muestra la experiencia en el uso de medicina.

Almáciga-En guara.ni, " ca.áisí"

En vano llaman los indios á esta planta caáisí, pues


no es nada resinosa, ni despide de sí grasa alguna,
solo por parecerse algo á la yerba de la almáciga Je
Plinio, y así hallo ser la coniza mayor, y tanto que no
le quita pinta, y asimismo se halla la coniza menor
en algunas partes, que es menor de hojas, y hace sus
flores como aquellas de la agrimonia, ú eupatorio de
Avicena, algo menores sus pomos, y no tan morada la
flor: salen de las conizas igualmente de sus raíces 6
cepas, varias varillas de casi vara de largo. Las raíces
son muy leñosas y gruesas, y de una como cepa salen
varias raicejas, algunas gruesas y otras delgadas, que
se esparcen por la tierra como media vara y más : su
flor se disuelve en flecos como la de la agrimonia,
es asimismo aromática, de un olor grave muy amarga
al gusto, y seca y quemada despide de sí buen olor.
Hállase por los cerrillos y faldas de sierras, y algunas
veces en partes de lomerias de cascajales.
Sus virtudes- Theofrato dice, que la mayor es el
macho y la menor la hembra : el macho hace sus flo-
recillas tirantes al color amarillo, y la hembra moradas,
15

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226 REVISTA PATRI6TICA

y así son distintas en la flor, y así la una como la


otra tienen igual virtud en atraer á sí la polilla y gu-
sanos que hay dentro de casa, puesto un buen manojo
de ella en el suelo, y así medio seca la esparcen por
el suelo y la pegan fuego, con su humo mata las pul-
gas, extermina las arafias y mosquitos, y aventa las
vívoras y culebras y todo animal venenoso. Macha-
cada y cocida con vino, aplicada á las mordeduras de
las serpientes las socorre, y cura las heridas con ad-
miracion, así de serpientes como de instrumentos 6
palos : así como el romero, de sus flores, hojas y co-
gollos una onza cocida en vino y dado á beber cuatro
onzas de su cocimiento acelera el parto, y hace bajar
el menstruo retenido, y para sanar el estilicidio de la
orina, los torcijones del vientre y la ictericia: bebido
con vinagre el polvo de las mismas cosas sana la gota
coral. Su zumo metido en la boca de la madre, la
purga; pero hace que la mujer preñada mal para, y
lo mismo hace su cocimiento si se sientan sobre él.
La yerba puesta en aceite y dando un hervor untándose
con él es único remedio para los temblores paroximales
y el dolor de cabeza antiguo, y esto hace con emi-
nencia la menor. Son las dos calientes y secas en el
grado tercero.
Hállase otra tercera especie por los pantanos; pero
inútil y de mal olor, por lo cual la tengo por ruin
y incotut.

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DEL PASADO ARGENTINO 227

Ba.tatilla de don Antonio - Ca.ápa.rí mirí

El caáparí mirí es batatilla de don Antonio, que


así la llaman por toda la provincia del Tucuman, por
haberla dado á conocer dicho don Antonio, con no-
tables sucesos, en casos de grave aprieto : nace por
estas tierras con grande abundancia por los campos y
sembrados, y hasta por los caminos. Dos especies se
hallan de caáparí; la una es como aquí la dejo dibu-
jada, la cual nace por las partes dichas. La segunda
!lama el indio caáparí guazú, porque tiene sus ramas
mas altas y mas pobladas de hojas, y su raiz es como
de batata larga con su raiz en la punta, á modo de
cola de raton, que llega á tener una cuarta de largo,
el cual nace de ordinario cerca de arroyos á donde
hay mucha humedad, ó á las partes bajas á donde
se recoge agua : es de sustancia tan tierna como los
yetis, 6 batatas, hállanse algunas raíces del grosor de
una muñeca de hombre y de á libra y media, estos
están superficiales á la haz de la tierra sus raices ;
pero el menor está algo profundo la primera batatilla,
y tiene seis á trechos, metidos á las entrañas de la
tierra en distancia de vara y media, que yo saqué
en un ribaco de un profundo hoyo, de á donde habían
sacado miel de abeja de tierra, las cuales abajo unas
son redondas y otras algo largas, otras chatas y mas
tiernas, y mas blancas que las dos primeras, por no
ser tan agudas y recias de sustancia, ni tan macizas ;
pero para ,·ómitos mas á propósito y no tan violentas
como las de arriba.
Sus virtudes - La batatilla de don Antonio, cocida

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228 REVISTA PATRIÓTICA

una de las medianas, y tomando de su coc1m1ento


doce onzas, que es un vaso mediano, con azucar 6
miel, provoca el parto y saca la criatura muerta en el
vientre de la madre ; provoca asimismo las pares y
sangre retenida del parto. mayormente si le afiaden
al cocerla una mata de artemisa, se ha de medio ma-
chacar para cocer y que cueza como tres 6 cuatro
credos.
Iltm - Cocida y tomando de su cocimiento un mate
caliente, poniéndole una onza de azucar, arranca con
alguna violencia la sangre estravenada del pecho, para
lo cual es bien esté el enfermo en pié 6 asentado,
porque no le falte la respiracion : ahora sea de caida
6 de herida penetrante del pecho.
Item - Asimismo tomando una de sus batatas co-
cida con una raíz de jaropé 6 contra yerba, tomando
el cocimiento de los dos, cocidas como cuatro credos
en un cuartillo de agua 6 cuartillo y medio, es el mejor
contra veneno de cuantos hasta hoy he oído, para sacar
por vómito cualquier veneno ó ponzoña comida 6 be-
bida, procurando vomitar y sudar, despues de haber
vomitado la cantidad de las dos raíces, puede ser una
batatilla de las ordinarias, y como la mitad de raiz
de contra yerba 6 jaropé, se le puede echar una onza
de miel de abeja y á su falta de .azúcar. No dudo
que dicho cocimiento tomado por sudor 6 bebido es
único remedio para los mordidos de las mas veneno-
sas sabandijas, como son víboras, arafias, cerastes, fa-
langios y escorpiones.
La raíz del caápari guazú como onza 6 onza y media
de su batata quebrantada y cocida, y con su coci-

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DEL PASADO ARGENTINO 229

miento tomado vómito con la yerba, bien infundida,


arranca los mas arraigados ahitos y los corrompe por
abajo; pero deja el estómago algo relajado, por tanto
• será bueno hora y media despues de haber lanzado
tomar una sopa de vino ó una onza de aguardiente,
ó una dragma de agua de la reina de Hungría 6 triaca.
Usanla algunos indios para cámaras de sangre, así
por bebida como por ayudas, no sé con que buenos
sucesos ó malos, solo dí algun crédito á un capaz y
buen cristiano llamado Clemente que fué muchos afios
Curuzú-yara en la Concepcion y en la division del
pueblo de San Angel pasó á él con el mismo oficio
de médico, que me aseguró era buena y eficaz medi-
cina, y asi no dudo serán las cámaras por una de dos
causas, ó por indigestion grave, 6 cosa asentada en
el estómago, ó por lombrices y gusanos, que en estas
causas hallo puede ser eficaz.
El tal indio es cierto, es el único que hallo en to-
das Jas doctrinas, que tenga conocimiento de yerbas
y sepa usar de ellas con prudencia y acierto, del cual
me aseguré del nombre verdadero de muchas yerbas y
palos, por la variedad que hallo en varios pueblos,
entre los curu:;,;yaras é indios capaces : ahora sea por-
que esta gente son de muy varios sitios ó parcialida-
des, ó por habérselos ptH ·sto cada una de las parcia•
lidades distintos, 6 corromperlos con nombres que á
ellos parecieron adecuados.
Es caliente en el segundo grado y húmedo en el
primero, posée cualidades muy sutiles y agudas .

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230 REVISTA PATRIÓTICA

Criadillas de tierra palustre - Mangará. hesa.ete

El mangará que llama el indio, es una planta á


modo de nuestras achieras, sus hojas, pero menores y
sin tallo ni flor ni fruto, mas que el de sus raices
que las hace como las que aquí dejo dibujadas, las
cuales hacen como torta llana encadenada y produci-
das unas de otras á modo de turmas de tierra, las
cuales sacadas á su tiempo y puestas en los guisados
es la mejor de las raices que se hallan por estas Mi-
siones en sustento y bondad.
Hállase por las campañas otra especie de mangará
dulce, el cual, dado que no se coma por ser leñoso,
como el oruzús, todavia lo comen y mascan los mu
chachos que tienen hambre, chupando el zumo y de-
sechando lo palustre de su raiz, á modo de cafia dulce:
este se halla casi por todas las campañas, y es él de la
forma que aquí dejo c!ibujada: sus flores algo amari-
llas y sus vástagos del altor de un codo.
Sus virtudes- Las raices del mangará dulce cogidas
en menguante de luna de junio 6 julio y bien lii:1pias
de la tierra, se guardan para el año para el uso de
medicina, dejándolas secar muy bien primero al sol,
y asi verdes como secas son único remedio en los ca-
tarros, en el dolor de costado, en el asma, pulmonia
dismia y falta de respiracion, haciendo de ellas coci-
mientos y lamedores como se hacen con el oruzús,
segun los casos Jo pidieren : es muy grato al gusto,
nada amargo ni astringente, (ó quiero decir astercivo ):
y para sacar las materias contenidas en el pecho en

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DEL PASADO ARGENTINO

enfermos delicados, y de gran sentimiento de dolor,


es mucho mejor que el orozús, como lo verán por la
experiencia, porque ablanda con suavidad y sin nota-
ble calor mundifica y liquida los humores gruesos y
viscosos del pecho y exófago y pulmones, hecho lame·
dores, ó solo, ó mistos con otros en la forma siguiente:
Raices de mangará bien limpias de la piel y tierra,
hechas pedazos c'..latro onzas, póngase á cocer en un
azumbre de agua y cueza hasta mermar la mitad :
cuélase y se le añade miel de abeja y azucar, de cada
cosa media libra, vuélvese al fuego y se le da punto
de lamedor, es admirable para los muy delicados en-
fermos.
ítem - Otro lamedor com!Juesto mas eficaz : raíces
de mangarcí cuatro onzas, pasas de uvas ó de higos
sin sus granillos dos onzas, cebada limpia una onza ;
póngase á cocer e.n cuatro cuartillos de agua hasta
consumir los dos, cuélese y vuélvase al fuego y bien
caliente que comience á hervir infúndaselt: culantrillo de
poco un pufiado y apartando del fuego se deja enfriar
tapado, se cuela y con libra y cuatro onzas de azucar
se hará lamedor para las dolencias arriba dichas, que
es admirable, mayormente en el dolor de costado.
Del mangará dulce se hallan blanco y negro en sus
hojas : el blanco las hace mas vellosas y algun tanto
mas anchas ; empero, en el modo de flor son iguales
y conformes: aunque en la primera estampa están
erradas las flores, por yerro del que la dibujó, que
trajo plantas semejantes en hojas y tallo, sin haber
visto sus raices . La blanca es la última ó segunda
estampa, que es mas poblada de hojas, y asimismo

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REVISTA PATRIÓTICA

mayores, como se vé en el dibujo de la hoja. Las


dos poseen una misma cualidad y virtud.

Escabiosa indk:a verdadera-Mbutiá. uhbaé-FJsoabiosa


blanoa-Caambutiá. morotí

Cuatro diversas escabiosas se hallan por estas cam-


pafias y lomerias de estas Misiones 1 mayormente en
las de los pueblos de San Miguel. San Juan y San
Angel, es á saber: dos especies de negra y dos de
blanca, cada una de las dos son masculino y feme-
nino, porque la una es de vara en alto, y la hembra
de á tercia, poco mas delgada de ramas y pié, y asi-
mismo mas flaca en virtud, la cual echa como unas
manzanitas, qui1á sin semilla entre sus flores ó boton-
zuelos, de las dos pongo solos los dibujos de los
masculinos: el primer dibujo es la negra, que echa su
flor morad:, á modo de alcachofitas. La segunda es
la blanca, su hoja es mas corta y mas ancha, de color
ceniciento, con vello muy sutil y suave por el envés
de afuera: su raíz de ordinario es larga y lisa, las dos
son amarga¿; medi~namente, mayormente la negra. Las
dos hembras son menos amargas, así la negra como
la blanca y de menores facultades, por lo cual jamás
me he valido de ellas, como espúreas y degeneradas:
tienen las dos es.:abiosas blancas los botoncejos ó alca-
chofitas mayores que la negra, y asimismo blanca su flor.
Téngolas por calientes en el principio del grado se-
gundo y secas en el fin del tercero.

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DEL PASADO ARGENTINO 233

Sus virtudes-Todos los autores que tratan de la


escabiosa asienten que es favorable remedio para las
pasiones del pecho, hígado y estómago y bazo, por-
que abre las vias y deshace todas las obstrucciones
de los interiores miembros, y mundifica las materias,
mayorménte las del hígado y pulmones, asi sus hojas
como las raices, mayormente sus cortezas. Su zumo
destilado en los oídos cura las úlceras de ellos. Su
cocimiento se usa en los cristeres contra las disente•
rias y flujos de vientre. Sus hojas machacadas con
hollin de la chimenea, es único remedio en los pesti-
lentes carbunclos y landres. Sus hojas aplicadas á
modo de emplasto, sirven á los ojos sangrientos. Una
onza de su zumo tomado por las mañanas con un poco
de azucar es único remedio contra la sarna y contra
la lepra, y abre las opilaciones del hígado y del bazo.
Oc la de Laguna y Dioscórides hay por estas Mi-
siones en los lugares cenagosos ; pero es muy inferior
á la que nos dibuja Mathiolo, que es la que aqui
queda estampada : excepto el inmutar algunas de sus
señales y figura, por la lozania de la tierra : y en Ma-
drid he visto vender esta misma en los herbolarios de
la plazuela de los Herradores, y yo mismo la he com-
prado, con la cual machacada y á medio cocer, en
corta cantidad de agua, mezclándole hollin, reventó den-
tro de dos horas y media un pestilencial carbunclo.
No he probado esta en este caso, por no haberlos
hasta hoy visto en estas tierras de la América, que
son frúnculos á modo de grandes diviesos se ven, y
estos muy poco venenosos, si, de profunda y gruesa
raiz y con algunas señales venenosas, como es el co-

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234 REVISTA PATRIÓTICA

mezon y prurito, con dolor á las partes vecinas y


circunferencias. Si hemos de creer á cierto autor mo-
derno, que asegura que en cierta fiebre maligna, esto
es, con su agua destilada por alambique de vidrio,
dando dos onzas de ella tibia en ayunas, con mar-
garitas preparadas ó con triaca, segun los síntomas,
alababa grandiosamente para el caso diciendo: que en el
reino de :i\forcia curó con ella la fiebre maligna y landre;
que en los vómitos y flujo de vientre que de ordina-
rio acompañan á esta fiebre, ser único remedio por
cristeres y por bebida : llámase el dicho Isidro Ortiz,
cirujano de muchos años de experiencia, cuyos escri-
tos han llegado á mis manos, y cierto que son esco-
gidos en práctica, que á mas de cuatro ha hecho mucho
bien con ellos, y á mas de dos librado de enferme-
dades incurables, como es en hernias y apostemas en
los mismos testículos y riñones, que no todos tratan
de estas apostemas con legalidad y práctica; sino que
llevados de lo general y cumun de remedios poco efi-
caces, á los mas los ponen por de muerte 6 incura-
bles.

Yerba. de la. v1bora. - Ma.ca.guá. ca.á.

El macaguá caá es el verdadero trisago de Dios-


córides, aunque en la flor y modo de semilla es algo
diverso ; hállanse dos diversas especies, es á saber
blanca y negra : la blanca es mas crecida y abundante
de varas 6 vástagos de sola una raiz ; pero en todo

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DEL PASADO ARGF.NTINO 2 35
lo demás muy semejante en todo, asi en el tamafio de
las hojas como en el florecer y semillar, que solo se
distinguen en el color blanquecino 6 oscuro verde de
la negra, aunque las dos son muy semejantes en vir-
tud, pero si he de decir mi sentir, hallo ser mas efi-
caz la negra, así por ser menor, tener la virtud mas
recogida y unida, como porque hallo ser algun tanto
mas amarga; nace en los lugares templados, calientes
y húmt-'.dos, por las laderas de lomas y cerca de mon ·
tes, como es el pueblo de ltápua, San Borja, Santo
Tomé y los pueblos que están cerca de rios graneles:
es muy conocida de los indios desde su infidelidad,
pues escribe de ella el Padre Montoya, de donde es
sacada su etimología, que es nombre de un pájaro lla-
mado Macaguá, el cual haciendo arnés 6 escudo de
su ala pelea con la víbora hasta matarla, dándole fuer-
tes picotazos por entre las plumas, y sintiéndose herido
acude luego á comer la yerba, la cual le sirve de cura
y antídoto contra la maliciosa ponzofia de su contra-
rio y vuelve á la pelea si acaso no quedó del todo
muerta, y al instante se la traga entera, sin reservar
cabeza ni cola, con que se sustenta y acaba de curar
lo interno de sus entrafias de la venenosa cualidad fria
de su veneno.
Sus virtudes - Comidas sus hojas verdes como una
cuarta de ellas, luego que pica la víbora y asimismo
mascada y aplicada á la mordedura, queda sin lesion
y sin accidentes el herido. Si hubiese algunas horas
que haya mordido se toma una dragma de sus pol-
vos, ú hojas machacadas en vino tibio, y asimismo se
aplica á la herida, y de este modo sirve tambien para

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REVISTA PATRIÓTICA

contra tósigos y venenos ponzofiosos bebidos, y si


se cuece de ella una onza en cuartillo y medio de
agua y que merme la cuarta parte, tomada por vómito
preserva <le la muerte á aquellos que han comido man-
tenimientos de cualidades frias venenosas, como es la
mandioca brav3., ó mbacharé, ó batatas y mandiocas
poropís inperfectas, y antes de llegar á sazon ; que
cierto, he visto morir algunos de semejantes mante-
nimientos, y he socorrido á varios que estaban ya sin
sentidos echando espuma por la boca, fuertes convul-
siones y cardialgias al corazon; así su cocimiento como
sus polvos tomados en ayunas son muy útiles á los
que padecen calenturas p~tridas 6 intermitentes. Pre-
serva del viento corrompido, y venenoso mortífero,
todo aquel día que se ha tomado.
ítem - Quita los dolores de cabeza y temblores
paroximales, originados de causa fria, y no falta quien
afirma que quita los te:nblores y palpitaciones del co-
razon, socorriendo á los morbos comiciales de aphi-
leusia y gota coral, apartando los humores que los
originan, y sacándolos por las vias de cámara y orina
y algunas veces por sudor. Asimismo cura el dolor
de cabeza y opilaciones de nervios, originados de frial-
dad y humedad, por bebida y por baño á los nervios
y cabeza. Su cocimiento en ayunas tomado caliente
como seis onzas con una de azúcar, provoca la orina
y abre universalmente las vías de todo el cuerpo, de-
sopila el bazo y el hígado y estómago, y vías de la orina.
no dejando engendrar en riñones ni vejiga; aplicada por
defuera encima del bazo crecido de los hidrópicos y me-
lancólicos y merquicos. Cocidas cantidad de sus hojas

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DEL PASADO ARGENTINO 237

en vinagre á modo de emplasto, mezclándole algun


tanto de infundia de puerco, 6 gallina, desopila y des-
hace sus obstrucciones, disminuyendo el bazo : de
suerte, que es preciso no usarla por largo tiempo con-
tinuada, porque del todo minora y seca el bazo.
La cantidad arriba dicha de su cocimiento tomado
caliente con el azúcar, hace bajar la sangre retenida
despues del parto, y las pares, mayormente si se mez•
da con la artemisa, de cada una media onza : - y
tomado en conjuncion, ó plenilunio, purga el veneno
de los menstruos retenidos, y desopila la matriz y me-
senterio de las hembras de todo humor acuoso y seroso
con admiracion, y presumo no con pequefio fundamento,
que deshacen las dos yerbas juntas las molas de las
matrices, que á modo de prefiazgos tienen engafiadas
á muchas pobres mujeres, hasta los diez y doce meses,
como yo lo he visto; y con solo el agua de la lengua
cervina bebida por nueve días sanó, y porque esta no
se halla en todos tiempos y lugares, me parece muy
necesario dar esta noticia para alivio de tan penoso
y molesto mal.
Consta toda la planta de partes sutiles y amargas,
sin acervidad. Es caliente en el segundo grado, y
seca en el principio del tercero.

Yerba de la vívora - Mboy oaá

Esta yerba de la vívora de Tarija, tuve not1c1a de


ella y de su grande eficacia: estando en el colegio de

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238 REVISTA PATRIÓTICA

Córdoba, y pasando al de Tucuman, quiso mi fortuna,


y la de otros muchos, que con ella he curado, el que
la viese con todas sus partes menos la flor, que la
traia el Padre Rector, que al presente era d~ aquel
colegio el P. Diego Ruiz, quien partió conmigo la tercia
parte del haz que traía, y hallé ser amarga sin acervi-
dad alguna, antes sí, su amargor grato al estómago y
muy confortativo al corazon y celebro. Pasando el
afio de 1 702 por enfermero á estas Doctrinas por
órden de mis superiores, viendo la plaga de sabandijas
venenosas que la tierra produce á causa del mucho
calor y humedad, dije al P. Tomás Moreno, que venia
en mi compafiia enfermo, y acababa de venir á la con-
gregacion de aquel colegio de Tarija, y la conocía
muy bien: si tuviéramos aquí la yerba de Tarija,
presto curáramos á un pobre indio, que le acaba de
morder una vívora tal, que luego que le picó ó mordió
le faltó todo el sentido y movimiento, y aunque á éste
entonces lo remedié con hojas, y triaca con aguar-
diente, traje muy á la memoria la tal yerba, y llegando
con dicho P. Tomás al pueblo de los Apóstoles, pegado
al camino en un bajío de tierra húmeda, cerca del
agua estancada de la lluvia habia cantidad de ella, y
su Rª. me dijo : aquí tienes, mi hijo, la yerba de la
vívora de Tarija, á que respondí : cierto, que en com-
pafiia de SSª. espero descubrir cuanto bueno tiene el
cielo y la tierra: hallé ser la misma sin faltar señal
alguna, y así dí a su Magestad las debidas gracias, y
clespues á mi P. Tomás, á quien siempre veneré como
á un ángel de la tierra, por la gran santidad de vida
y apostólico misionero, con un celo insaciable de la

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DEL PASADO ARGENTINO 239

salvacion de las almas, el cual le hizo tanta fuerza,


que no reparando en la poca salud que tenia, se arro·
jaba á temples y trabajos mcy superiores á sus fuer-
zas, cuales son los de las Misiones de los Lipez, Perú,
y sus asperezas, en donde contrajo el penoso y dila-
tado mal de reumas, que por espacio de cinco años
laboreó y labró á su Rn.. la esmaltada corona de muy
ricos diamantes de paciencia, rubíes de tolerancia, es-
meraldas finas de conformidad y resignacion, en las
manos del Todo-Poderoso, con tales ejemplos de hu-
mildad y caridad, que mostró claro el gran caudal que
llevó al Cielo; justo premio de sus virtudes ! Que
cierto, era digna su vida que alguna mejor elocuencia
y pluma la escribiera para animar á los tibios y aman-
tes de sus conveniencias propias, á sacar los piés de
las alforjas, cual soy yo.
Tiene de ordinario una sola raiz, su altor de una
tercia y más, sus hojas y semillas muy parecidas al
mercurial masculino; pero como va creciendo en alto,
espigando, son las hojas mas menudas y los vástagos
duros y leñosos y muy poblados de hojas y semillas:
nace en puestos frescos entre piedr:is, cerca del agua,
ó en tierras húmedas por las campañas y lomerias, y
por donde corren las aguas de las lluvias.
Sus virtutles - Tomada una onza de sus ramas
y semilla, machacadas, y cocidas en vino, tomando
medio vaso de dicho cocimiento, y aplicada la sobra
del cocimiento con su yerba á modo de emplasto
sobre la herida, á la media hora está libre el paciente.
Cocida en agua en el modo dicho, y mascada aplicada á
la herida al mismo tiempo, hace lo mismo; pero es menes-

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ter ré~1'~oli-~medio pasarlo cuatro horas: el que no


tuv«!rt! 1forma de cocerlo, por hallarse en desierto, con
.-i·
solo mascarla y tragar el zumo, aplicando parte de la
mascada á la herida se libra, si 'l_uego que la vívora
mordiere la tiene á mano, y es ~.aprobado remedio,
como se vé por la experiencia, q~e; e9 Tarija, cierto
europeo, que la conocía, y no la quería descubrir por el
interés que le corria ; pero estando éste un día con
ciertos indios en su labor fué mordido de una vívora,
y él al instante echó mano á la faltriquera, y por haber
aquella mafíana mudado calzones se le babia quedado
la yerba en la faltriquera de los que dejó en casa, al
punto corrió á un vallecito de un arroyuelo, y un
indio t~ás de él, vió que cogió esta yerba, la mascó y
aplicó á la herida, y mascando más tragó el zumo.
Dicho indio fué mas cristiano, porque luego comunicó-
el secreto á un su compañero, y de aquí resultó el
descubrimiento para conocer su preciosa virtud, y aquel
secreto del codicioso europeo. Esto me lo contó
dicho P. Tomás Moreno.
Bebido el vino en que haya estado la yerba en
remojo, ó mezclado con su zumo, es contra todas las
mordeduras de las sabandijas y serpientes venenosas.
Provoca la orina y expele las arenas y piedras de los
riñones, y resiste á la malicia de cualquier veneno, y . .
socorre contra la pestilencia, y lo mismo hace to-
mando una dragma de su polvo en buen vino, 6 ge-
neroso, y mayormente el polvo de la corteza de su raíz
tomado e.n la forma dicha. Cocida en agua y tomando
su cocimiento abre las vías, resiste á los accidentes de
las fiebrt!S malignas y venenosas, intrusos en los hu-

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DEL PASADO ARGENTINO

mores. El agua destilada de sus ramas aclara la vista,


y esfuerza el corazon en mayor virtud que la pinpinela
menor.
Es caliente y seca en el principio del grado tercero,
á fin del segundo.

Díctamo blanco alto - Ca.é. oupeohí gua.zú - Caá.berá. mirí

Cuatro distintac:; especies de díctamo, se hallan en


estas tierras de la América, y en estas Misiones, á
cada paso, así en las tierras húmedas como en las
secas. Dos son blancos y dos negros. La que aquí
dibujo se halla de ordinario en partes húmedas, y
que cuando llueve recogen humedad, la cual es olo-
rosa, de mas de \'ara de alto: sus tallos cuadrados
desde su nacimiento; sus hojas vellosas por el enves,
y blanquecinas sus flores tirando á morado. Toda
la yerba es aromática y su flor como aquella del
espliego salvaje, en una como espiga, la cual, con-
forme se va alargando, va echando sus flores, por
espacio de dos lunas. Florece en estas partes por
_ octubre y noviembre, y aun diciembre en partes algo
frias. La segunda es la siguiente, que se halla por
las lomas y tierras de campañas. Hay tambien otras
dos especies de díctamo por las campañas, muy pa-
recidas al blanco, pero oscuras de hojas, muy aster-
civas sus raices, y tanto que no me atrevo á usar de
ellas en bebidas; solo para lavatorios de piés y manos
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REVISTA PATRIÓTICA

hinchados y contusos, por ser entonces única, tanto,


y aun mas que las dos arriba dichas, y cierto que
en arrancar las cosas hincadas en la carne, no rinde
parias á ninguna de ellas. Machacadas las cortezas
de sus raíces, como sus hojas, y puestas á cocer, muy
cocidas, hechas emplasto con unto sin sal ó aceite
viejo, aplicado sobre la parte clavada 6 con palo ó
con espina, 6 con otra cualquiera materia, como me
lo enseña la esperiencia. Pero, por bebida, téngola
por sospechosa, porque su sequedad es al cuarto
grado, y puede matar comprimiendo los órganos de
la respiracion, opilando, y volver estériles á las que
lo usaren. Esto digo por lo que veo en uso en las
edemas é hinchazones del escroto de agua ó crudeza,
que las deseca con tal fuerza, que las hace desaparecer
á la primera 6 segunda emulsion que con ella se
hace.
Sus virtudes -El díctamo blanco odorífero, que
el indio llama caaberá y guazú pucú caá, porque ven
que los ciervos comian á las partes á donde ella nace,
y se regocijan con su olor, como nosotros con el
bálsamo. Tomando muy corta porcion de sus cogo-
llos, 6 de sus mas tiernas hojas, á modo de medicina,
6 para quitar el mal olor de otras yerbas, ó para
adquirir virtud digestiva y fortificar el estómago con
su astriccion ; cosa digna de reparo que los brutos y
animales enseñen al hombre como debe vivir sano, y
que éste á título de racional sea peor que muchos
brutos. Digo esto por muchos que desechando los
mantenimientos ásperos y astringentes, que confortan
los miembros de la coccion, y los fortalecen y esta-

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DEL PASADO ARGENTINO 2 43

blecen, restaurando el apetito perdido y destragado


con comidas blandas y muy suaves al gusto, cuales
son los dulces y blandas conservas y carnes imper-
fectas, á veces antes de ser nacidas son comidas de
aquellos que aman mas el gusto que el vivir, lo cual
tienen por el mayor regalo, como sucede á los come-
dores de vitela mongana, que comen las crias de las
vacas muertas, antes de nacer, y, cierto, que cierto
pastelero de poca conciencia dice: daba debajo de este
nombre todos cuantos abortos de vacas, yeguas y
burros podía coger á las manos, hasta que fué cogido
en la maula. Volviendo á nuestro intento digo: que
no me espanto de que el ciervo viva tan sano y tantos
años, pues come el díctamo y semejantes yerbas, y
, que todas sus partes sean tan medicinales al hombre,
y su piel tan fuerte, y asimismo adorno y amparo de
valientes.
El cocimiento del díctamo, bebido, acelera el parto
y saca la criatur::i. muerta, así bebido como dado por
perfume, 6 su zumo aplicado á la boca de la matriz.
Deshace las dLirezas del bazo y lo pt,rga, así bebido
como aplicado con polenta, á modo de emplasto ; quita
las espinas y cosas hincadas en la carne, resolviendo
la inflamacion. El zumo de su raiz bebido, socorre
á los mordidos de las mas venenosas serpientes, y
juntamente aplicado á las heridas el emplasto de sus
hojas, 6 cortezas de su raiz, sin mas medicina, las
sana, y lo mismo hace con las que se hacen con ins-
trumentos de hierro envenenados. Es tal su vigor que
dicen, que, tomando la yerba y aplicándola á las ser-
pientes ponzoñosas, con solo su tacto las deja muertas,

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2 44 REVISTA PATRIÓTICA

y asimismo, usada en perfume, ó tenida por casa, es-


pele de ella toda sabandija venenosa y mal olor de
cuerpos apestados de fiebres malignas y pútridas.
Dícese tambien que en Candia, las cabras monteses,
que son los gamos, y lo mismo los ciervos heridos
de los ballesteros, con las saetas y arpones hinca-
dos, que comiendo el dictamo las arrojan de sí, y
presto sanan. La verdad, sábelo Dios. Lo cierto es
que, aplicado á las heridas, así el blanco como el
negro, las cura y prohibe de corrupcion, sacando á
fuera toda cosa estraña á las veinte y cuatro horas.

Enula ó Henula campana-Caápé, caápé guazú

La verdadera henula campana es la que el indio


llama caá cambí guazú, así como al pelitre caá-ñambí
mirí, porque los dos son casi iguales en su agudeza
y hervor, con el cual mascados hacen desflemar, aunque
la énula se muestra mas aguda recien arrancada de la
tierra, y al mes de cogida se muestra mas benigna, y
menos picante que el pelitre, y esto es por ser criada
en el agua 6 á las orillas de los pantanos. Sus hojas
son de á tercia, y otras de á cuarta de largo, y de
ancho lo que muestra la estampa: sus raices son varias
en figura así como las de la caña; pero muy delgadas
y nudosas á trechos: hace un tallo de alto como
vara y media el que mas, y en lo alto se abre en
varios ramitos para echar la flor, la cual es amarilla,

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DEL PAS.\DO ARGlNTINO 245

como esas flores de muertos de la campafia, algo me-


nores y muy cortas las hojitas del cerco de la flor,
asimismo amarillas. Hállase otrá campestre énula
por las campañas ; pero no tan aguda, y algo astrin-
gente, por lo cual no me atrevo á usarla por énula,
por h::icer sus hojas como aquellas del alelí morado,
y lü ilor casi como la de la verdadera énula; pero el
tallo es muy copudo, y á modo de matorral, alto de
una vara.
Sus vz·rtudes- La énula, cogidas sus raíces cuando
eila tiene sus tallos secos, despues de haber dado su
tallo y semilla, y en menguante ele luna, dura afios
para el uso de medicina- Sus hojas y raiz cocidas en
vino, y bien machacadas á modo de emplasto aplicado
sobre la esceática. quita su molesto y penoso dolor - Su
raíz recien cogida, y bien limpia de tierra, puesta á
secar al sol por espacio de cuatro dias, al cabo de ellos
se cuece, y despues de cocida se lava muy bien en agua
fria, y se pone en arrope ó miel, 6 almibar, y así se
guarda para el uso medicinal, como es para el asma, y
tos antigua; y para aquellos que padecen de crudezas y
frialdad del estómago, hígado y pecho, que es único re-
medio en arrancar las materias gruesas y viscosas. que
causan obstrucciones y molestas ventosidades - De
esta raiz así preparada se toma dós dragmas, 6 hecho
cocimiento~ segun mejor al enfermo gustase : provoca la
orina y las pares detenidas clespues del parto, y asi-
mismo el menstruo - Quita la tristeza y melancolía,
mayormente en las fiebres malignas y pestilentes--So-
corre .1 los mordidos de animales ponzoñosos, y veneno-
sos, confortando el corazon y estómago --Abre las vias

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REVISTA PATRIÓTICA

de todo el cuerpo, y socorre á las punturas, y espasmos


de nervios - Conserva la hermosura y rubor de todo el
cuerpo -Dispierta la virtud genital, y es veneno de los
ratones -Sus hojas cocidas y aplicadas sobre los res-
friados miemhros á modo de emplasto los sana y
vuelve á su temperamento ordinario - Untadas con
su zumo las flechas y arpones, segun opinion de al-
gunos, mata á los que con ellas fueren heridos. Es
de notable amargor, y su semilla restregando alguna
parte del cuerpo con ella, la enciende con gran come-
zon y ardor.
Téngola por caliente en el fin del tercer grado, princi-
pios del cuarto, aunque algunos la ponen en d segundo,
y seca en el segundo, aunque la ponen en el primero, co-
mo es Cratevas, Jude, Bigo y otros.
Despues de haber escrito lo atrás referido de la
segunda énula, que se halla por las campaf'ias, hallé no
ser la verdadera, y así hallándola la hice dibujar muy
á lo natural : muy distinta en las flores y modo de
echarlas, porque las echa á modo de espiga, y con
cierta flor muy menuda blanca, la cual es casi im·
perceptible: sus hojas muy parecidas á las de la énula
de Mathiolo, con un amargor agudo; pero no picante,
como aquella de la primera estampa, como tampoco
sus raices. Es dorada de un \'erde claro, con un
vello casi in perceptible en las hojas por la parte de
abajo; pero en el tallo es manifiesto: es mas templada de
calor, y mas benigna en su operacion.
Téngala por caliente en el principio del segundo
grado, y seca en el primero-Sus hojas machacadas
y aplicadas
. . de las piernas y músculos 1
á las llagas viejas .

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DF.L PASADO ARGF.NTINO 247

íngles y brazos ]as curan, y tambien á las heridas y llagas


compuestas, con brevedad y seguridad.
He sabido, que muchos pobres en el puerto de Bue-
nos Aires se curaron con ella, bebida á la larga con miel
de abeja, y pasas de uva, cocidas con dicha énula, que
allí llaman yu,,o de la pasi·on gáli"ca, de resfriados ó moja-
duras, comp!icados los dos.

Menta salva.je, "oa.ba.rá ua.á"-Menta, "oa.ba.rá oa.é. mora.ti"

La menta, ó yerbabuena montés, que en Cuzco la


llaman yi:rba de Arias, y el indio llama cabará caá,
es muy copiosa por las campañas, mayormente adon-
de hay piedras y cerrillos de serranias. Es muy olo-
rosa y poblada de hojas antes de florecer. Hay
de ella dos especies, que es blanca y negra. La
blanca es mas suave y mas ancha y menos largas
sus hojas. La negra las hace mas ásperas, mas ver-
dosas y mas angostas, y no tan espesas, y saca uno
ó dos vástagos. La blanca salen de su raiz cinco ó
seis vástagos muy poblados de hojas: su color es
entre salvia y mayorana, mixto, sus florecillas azules
claras, muy aromáticas; crece de ordinario al florecer
una vara en alto, aunque en tierras pingües se hallan
de :i vara y media, y aun de mas altura; su tallo es
cuadrado.
Hay de este género de yerba, otras dos especies
que nacen por arroyos y al rededor de los bosques,

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248 REVISTA PATRIÓTICA

mas vellosas y no tan aromáticas, á modo de mato-


rrales, leñoso el tronco á modo de grodo-lobo; no es
tan medicinal y tan grato al celebro el olor.
Sus virtudes - La menta sativa, hecha polvo y toma-
da en ayunas dos dragmas en agua caliente. quita
el dolor de estómago, por ventosidad y frialdad. Es
contra las lombrices y gusanos, mayormente ~i se toma
una onza de sus hojas cocidas en agua, echándoles
un poco de azucar ó miel, tres ó cuatro dias contínuos,
por mañana y tarde.
ítem - Los polvos de sus hojas soasadas y despues
puestas á secar en un pirupé, sobre el fuego. toman-
do peso de un real, ó dragma, que es lo mismo, hecho
gachuala, con miel de abejas, cura el ahito de los niños,
si tras ello le dan unos sorbos de agua caliente, desha-
ciendo la leche del estómago, la echan por v6mito
6 por cámaras, y juntamente les conforta los delicados
estómagos y les prohibe de lombrices, de la corrupcion
que dejó la leche y puches detenidas.
ítem-La misma yerba cocida y dado baño de su
cocimiento á cualquier miembro ó cuyunturas resfria-
das, las cura, tomando el baño algo caliente. mayor-
mente la cabeza, que provenga de resfrío.
Sus hojas machacadas, puestas á las recientes herí•
das, las cura, mayormente si la mezclan, dos partes de
yerba machacada y una de harina de trigo, es apro-
bado remedio.

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DEL PASADO ARGENTINO 249

Tabaoo-Peti, en guaraní

Hállanse en estas Misiones dos diversas especies de


tabaco, el uno blanco y el otro negro: el uno y el
otro crecen y florecen de un mismo modo, y asimismo
producen el curroncillo de su semilla, aunque la del
negro es algun tanto menor y mas oscur:i.,; las hojas,
algo mas largas y anchas, que de ordinario se hallan
muchas de media vara de largo, el cual es mas fuerte
y mas eficaz para el uso de medicinas que piden ó
requieren movimiento violento, como es el sacar las
criaturas muertas en el vientre de la madre, las pares
y sangre retenida, etc.
Hay otra segunda, ó por mejor decir tercera especie
de tabaco silvestre, al cual llaman coto, en lengua del
Cuzco, y aquí entre los indios petí zaete, ó caá yuquí:
el cual es mas eficaz en los casos de violencia, y calen-
tar y resolver, que el grande negro: sus hojas y tallos
menores, y asimismo sus flores y semillas.
Sus virtudes - La yerba del tabaco es tan alabada
de los antiguos, que llegaron á llamarla yerba sagrada,
otros, yerba santa, y dejando aparte muchas de las
virtudes que de ella escribeu, pondré aquí algunas muy
eficaces, que yo he hallado entre los españoles é indios,
muy necesarias á la pobreza de estas tierras tan faltas
de médicos y medicinas, y mayormente de ctruJanos
peritos.
La ra1z del coro, mascando de ella un pedacito,
como una pulgada de ancho, la mujer que no puede
echar la criatura muerta, 6 viva, 6 las pares, y tra-
gando el zumo ella, echa luego todo lo tenido; si no

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es que esté tan atravesada la criatura, que no pueda


salir sin que la revuelvan, y esto hace con mayor
eficacia y presteza, si la partera masca otro pedazo de
raiz, y con aquella saliva dá uncion en los ijares y
cuadrile9- á la paciente, al mismo tiempo que ella traga
la saliva de la raíz que ella mascó, poniéndola en
pié para que salga la criatura.
ltem - La misma raíz mascada. á su falta la del
tabaco negro, saca la sangre retenida, así del parto
como la menstrua, y provoca las vías á cámara y orina.
Mata las lombrices y gusanos chatos, y otra cualquier
sabandija que se cria en los cuerpos por malos man-
tenimientos.
ltem-Las hojas del tabaco, como seis de ellas, en
un cuartillo de agua, y con su cocimiento hacer jarabe,
por la mañana, en ayunas, mata las lombrices chatas,
y largas, y las saca por la cámara y á veces por vómito,
y no he hallado cosa mas eficaz, ni mejor, ni mas
segura, y si á la primera vez no mueren todas se re-
piten las dos onzas de jarabe segundo ó tercero
dia.
ltem-El cocimiento de cuatro de sus hojas, coci-
das levemente, y tomando vómito con su cocimiento,
una 6 dos veces á la semana, es único remedio á los
que padecen obstrucciones de vias , á los hidrópicos
que comienzan á hincharse ó abotagarse, á los que pa-
decen ansiedades por humores gruesos y viscosos, y á
todos aquellos que no hacen bien la coccion del estÓ·
mago, porque con s'..I agudeza y calor deshace los hu-
mores frios y crudos del estómago é hígado, aunque
ti tiene enemistad <;on ~l estómago y ~rande amistad

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DEL PASADO ARGENTINO

con el celebro, mayormente cuando hay pestes 6 vientos


corrompidos.
Sus hojas secas mascadas inuy bien y aplicadas á
las heridas ó llagas sórdidas y pútridas, ó aquellas
que ya hacen materia, las mundifica y las cura, y lo
mismo hace en las muy viejas y sucias.
A las recientes heridas que no se teme flujo de san-
gre, y se teme pasmo, si se aplica al segundo dia
preserva del pasmo, y poco á poco las cura, tapando
la parte con una 6 dos de sus hojas, porque agregan
el calor natural á la parte y la defienden del viento, mejor
que los paños.
Su semilla machacada en mortero muy bien, y mista
con injundia de tigre 6 avestruz, hecho como ungüento
al fuego, aplicado á la ceática y dolores de las coyun-
turas, antiguas y penosas, las cura, trJ.yeDllo por al-
gunos dias dicha untura abrigada con un pañito. La
cantidad de semilla será dos onzas, y seis onzas de
injundia. Y o le suelo echar á este ungüento dos onzas
de vino, y hierve hasta que se consuma, y hallo ser
eficacísimo en tales dolores.

Lino salvaje, mbocayi heeaeté-Chilca blanca., caá. boqm

El mbocayi guazú, que dice el indio, que los espa,


ñoles de estas tierras llaman lino salvaje, nace de ordi-
nario en tierras bajas, cercano á los arroyos, aunque
tambien se halla sobre canteras de piedra, á donde hay

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frescor y tierra gruesa y pingüe. El de los bajos


crece de altor de tres cuartas y más : el de los altos
y lomerías, crece de á tercia el mas alto. Su flor es
de color blanquecino tirante al azul. Echa en su es-
tremo dos ó tres cabezuelas, á modo de alberjas redon-
das, de un color claro y resplandeciente, y en cada
una de ellas tres semillas con alguna viscosidad en la
superficie: de suerte que cogidas secas y puestas en
agua caliente, hacen mucílago, como aquel de la za-
ragatona, pero amargo algun tanto al paladar, y cierto
que á falta de la linaza puede ser quid pro quo, en los
casos de ablandar, resolver y madurar, como lo tengo
esperimentado; pero reconozco es mas resolutivo, que
madurativo, porque puesto en los incordios, apostemas,
en el principio y aumento de su elevacion los resuelve.
Es caliente en el segundo grado y seca en el primero
toda la planta, menos la semilla, que es húmeda tem·
pladamente.
Sus vi·rtudes -La raíz del mboca;•f, hecho cocimiento
una onza de ella, 6 media de sus cortezas, en tres
cuartillos de agua y que cueza hasta mermar el uno,
tiene especial virtud contra las fiebres malignas, to-
mando de su cocimiento, en ayunas, ocho onzas, con
dos de miel de abejas ó jarabe de liman, ó cidra, y
asimismo es remedio á las fiebres pútri<lras y á las
mordeduras de vívoras y animales que arrojan de sí
ponzofía; á los que han tomado comidas venenosas y
muy frias¡ á los de temblores y opilaciones de nervios;
por obstrucciones frias á los de frialdad y crudeza del
celebro y partes de la coccion; á los que padecen
_opilaciones antiguas, tomándola con la miel de abejas,

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DEL PASADO ARGENTINO 2 53

todos estos de crudeza; pero en las fiebres es mejor


con los jarabes ya dichos, escepto si el enfermo pa-
dece algunas crudezas de estómago, hígado 6 vientre,
que en tal caso conviene la miel en el principio del
morbo. A falta de la raíz, sirven sus hojas y tallo.
Tornado su cocimiento, mistas partes iguales de sus
hojas y de las de verbena, con un poco de miel, pode.
rosamente matan las lombric<'s y gusanos ; y los dos,
adjunta una raiz de taropé al cocimiento, atajan todo
veneno que corre al corazon, como yo lo he visto en
uno mord:do de vfvora, doce horas despues de haberlo
mordido, en estado de muerte y con todos los sacra•
mentos, sin socorrerle varios otros remedios, y triacas.
El caabó:yuqui, que en la provincia llaman chilca
blanca, nace de ordinario por tierras altas y pedregosas:
su raiz es á modo de cepa, y de ordinario echa como
tres ó cuatro piés de ella, de alto de á vara poco
mas. Sus hojas son tersas por la faz, y de color
verde claro, y por el envés un vello muy sutil, á modo
de felpado muy blanco: no sé el de la flor y semilla,
solo se contenta con su lozanía, y el nombre de chilca
blanca nada le cuadra, porque en la lengua de Cuzco
chilca es la verdadera jara, de que en España se saca
el láudano, y esta blanca ni tiene olor, ni resina al-
guna, ni olor de jara, solo á la vista es algo parecida,
aunque en sus virtudes hallo tener algunas de la chilca
6 jara, y así averígüelo quien pudiere mejor que yo,
porque á la verdad no es jara, ni especie suya, por
faltarle todas las señales. A mi parecer le cuadra mejor
el nombre guaraní~ que quiere decir ramas que tienen
sal, y es así, que quemando sus ramas y haciendo legia

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2 54 REVISTA PATRIÓTICA

sale de ellas copia de sal tan confortante del estómago,


como aquella de los ajenjos.
Sus virtudes-Cogidas las hojas y cogollos de esta
planta, y cocidas en tacho muy bien, lavándose con su
cocimiento las partes magulladas y contusas, puestas
sus hojas medio machacadas á modo de emplasto, nota-
blemente fortifica las contusiones y quebraduras de los
huesos, mayormente si se pone en el cocimiento las
hojas dd aguaraibaí mú-í partes iguales. Asimismo
fortifica los miembros relajados, y cansados del tra•
bajo ó caminos : además de esto cura las heridas reden
dadas, con gran brevedad su cocimiento, aplicando sus
hojas machacadas sobre las heridas, las une por pri-
mera intencion. Bebido su cocimiento fortifica el es-
tómago y detiene el flujo de vientre provenido de
relajacion de calor y humedad.
Es caliente en el grado primero, y seco en el se-
gundo, con cierta estipicidad no muy manifiesta.

Hisopo mayor negro- " Caáimbé uhbaé " en guaraní

El caaz"mbé negro, que dice el indio, es cierta espe •


cie de hisopo, dado que es muy distinto: hállanse en
esta especie de planta dos distintos: uno es negricante,
y con un verde muy oscuro, muy ásperas, gruesas y
duras sus hojas, con cepa por raiz casi asimismo negri-
cante, que al cogerla es muy pesada y densa, con
algun amargor y estipicidad, de peso de tres 6 cuatro

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DEL PASADO ARGENTINO 2 55

onzas. La segunda es de hojas suaves, vellosas, al-


gun tanto mas anchas al principio, y mas agudas hácia
la punta, con aserraduras mayores, y sin cepa por
raiz: en su lugar tiene raíz larga y gruesa, muy lefiosa
y dura, es mas poblada de hojas, que la que ?.qui
doy por estampa; pero en todo lo demás muy pare-
cida á la negra en el modo de semilla y flor, la cual
es morada, y de la misma eficacia y olor, que de
la que aqui doy estampada, y solo se distinguen la
una de la otra, en ser Ja una mas oscura de color
en sus hojas, sus flores mas encendidas de azul oscu-
ro; pero en la virtud son muy iguales. Nace por
las campañas en donde hay piedras debajo, y por
las lomerias ; es toda la planta de un olor fuerte aro-
mático, á modo de cantueso muy amargo, y algo
astringente con agudeza, y algun hervor agudo al gusto,
de suerte, que hace desflemar traida en la boca, así como
la énula.
Sus virtudes-El cocimiento del caaz'mbé negro, sive
hisopo americano, tomado cuatro onzas de su coci-
miento con una de miel de abejas 6 de azúcar, mata
las lombrices del estómago, hígado y vientre, y las
hace purgar por la cámara. Tornado su cocimiento
con agua-miel tiene virtud de calentar, y adelgazar
los gruesos humores del pecho y vientre. Es contra
las inflamaciones de los pulmones y del bazo, tomado
á modo de lamedor con azúcar 6 miel. Ayuda, y
socorre soberanamente á los asmáticos, y tísicos, y á
los que pc1.decen catarros, y crudezas del tragadero,
6 escoriaciones de reumas, á la traquearteria ó canal
del pulmon. Tornada la yerba machacada como una

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dragma y media con pulpa de higos y ojimiel, dán-


dole punto á modo de conserva y tomada al acos-
tarse, abre las ciegas obstrucciones, purga por abajo
la flema y la cabeza. Extermina las lombrices, y
pone buen color á los rostros, corrigiendo el anhelito
corrompido, y es único remedio á los de vahídos de
cabeza, y vértigo, y á todos aquellos que padecen
intemperie fria del celebro, de adonde se originan
varios accidentes, rr.J.yormente en tiempo de fríos y vien·
tos destemplados.
Aplícase cocida con higos y, sal nitro en forma de
emplasto contra la hidropesía, puesta sobre el vientre,
y contra la inflamacion, y crecimiento del bazo, con
admirables efectos; pero contra las inflamaciones, cocidas
con vino. Su cocimiento bien caliente es contra los
cardenales de los ojos, aplicado bien caliente, y cocida
la yerba con higos y unas gotas de vinagre, es excelente
gargarismo, y esquinencia.
Cocido con solo vinagre y enjuagándose con él
quita el dolor de los dientes, por reuma y corrimien-
tos. Cocido en agua, y tomando su vapor hace lo
mismo, y quita el dolor de ventosidaJes de los oí-
dos.
Su polvo molido sutilmente, y echado sobre las fres-
cas heridas presto las cura y cierra.
Es caliente y seco en el tercer grado.

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Caimbé gua.zú, en guaraní

El caaimbé mirí, que de ordinario nace en lome-


rias, entre cascajales y piedras, hace su raiz á modo
de la nuez blanca, ,Je varias figuras y tolondrones,
al modo de la de la China, ó yuápecá, y aunque se
distingue mucho en el sabor y color, porque es dulce
al gusto, aunque es su dulce muy escaso, hay de esta
especie blanco y negro, difieren en el color, y en que
el negro tiene á cinco hojas juntas, y á cuatro en los
primeros trechos de hácia la tierra ó raiz : su flor es
blanquecina, tirante al color de rosa pálida, de un olor
muy aromático grave, que solo de olerlo enciende
dolor de cabeza con estornudos: sus hojas son grue-
sas, densas y muy ásperas: de suerte que, así ver-
cies como secas, acepillan y alisan el palo muy duro
y denso, así los hechos á torno, como las estátuas,
de adonde tomó su nombre en guaraní, cadimbé,
que quiere decir : yerba que afila alisando, aun-
que en este idioma guaraní se halla que general-
mente llaman caáimbé á todos aquellos árboles y plan-
tas que tienen muy ásperas sus hojas, y son muchas y
muy diversas en figura y cualidades, porque unos son
calientes y secos, otros frios y secos, otros calientes
y húmedos, y otros mistos con astringentes, calientes
y fríos templadamente, y así trataré de solo tres
cath'mbés, dejando otros, que no hallo en uso medicinal.
Hace su raíz muy gruesa, á modo de cepas ó batatas,
densa, tirante al color amarillo, y algunas leonado :
su semilla es como la de las coles, metida en unos
C()mo cartuchitos, menores que aquellos de la salvia.
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Sus virtudes-La flor del caáz'mbé y sus ramas, hallo


tener la misma virtud que el cantueso, aunque algun
tanto mas caliente y mas desecativo; pero su raiz es
mas templada en calor y mas á propósito para el uso
de medicina; en cuerpos delicados, hecho jarabe de la
flor y espigas del cadúnbé, y tomado de él dos onzas
cada mafbna, por espacio de siete días, es único pre-
servativo para aquellos que pade.!en humores gruesos,
flemáticos y crudos, y para los baldados de frialdad
y humedad, lavándose juntamente con su cocimiento
socorre sobe:anamente, á los de intemperie fria del
celebro, y asimismo á las pasiones crudas y frias del
pecho: lavándose como digo dichos miembros, ó reci-
biendo el vaho de dicho cocimiento.
El cocimiento de su raiz tornado á modo de lame-
dor, a:-ranc~ndolas por escarro mas potentemente que
el orozús, por tener partes muy sutiles y menos vis-
cosas. Su cocimiento simple, usado por bebida, á la
larga abre generalmente toda.:; las vías, deshaciendo
las mas rebeldes obstrucciones. Cura la rete.ncion de
los menstruos, purga la matriz de la mujer, la ictericia,
los temblores paroximales, las crudezas del estómago
y el mal de ojos, que de ellos se origina. Es admi-
rable en las pasiones de los huesos y nervios , frita
su flor en injundia ó aceite, y untándose á la larga
con él. Y lo mismo hace en los dolores de cabeza
antiguos, originados de intemperie fria ó húmeda. Es
caliente su flor en el tercer grado, y seca en el se-
gundo. Su raíz es caliente en el segundo, al principio
de él, y templadamente seca, que dudo pase de medio
grado de sequedad.
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DEL PASADO ARGENTINO 2 59

Verdolaga palustre - "Caá. ahá.i ", en guaraní y tupí

El caá alzái es una planta muy agradable á la vista,


y muy hermosa en su nacer y crecer : sus vástagos son
de una tercia de alto recostados en tierra, aunque sus
plantas, con su flor, se levantan en alto. Sus hojas
son de un verdor claro, como las de las verdolagas,
algo menos gruesas y mas densas : los vástagos son
correosos y recios. Su raiz larga y en medio leñosa,
como de la achicoria. Sus flores tiran á morado muy
claro. Hallo ser esta planta muy medicinal, así para
bebidas como para ayudas y comida: sus cogollos en
guisados para fiebres ardientes, y personas de com-
plexion colérica: estoy por decir, que iguala á la escor-
zonera en el uso de medicina, y muy grata al estómago
y corazon, accidentados de calor putridinoso y fiebres
ardientes: nacen por las tierras aradas, y pingües cam-
pañas, donde hay tierra negra.
Sus vi·rtudes-La corteza de su raiz limpia y quitado
lo leñoso, bien cocida c0n caldo de ave, tomando este
por sustancia es un admirable remedio en las cámaras
de sangre, que provienen de pestilencia, tomando al
mismo tiempo el agua cocida con sus hojas; y asi-
mismo ayudas, lavativas hechas con un puñado de sus
hojas muy cocidas, con otro de hojas de araz~í mirí,
de hoja ancha, 6 de a1íangapirí, 6 guabzj,uí: colado
se le añade dos claras de huevo, todo bien batido, y
un poquito de azúcar, 6 miel de cañas, y se usará á
menudo muy tibias, y media ayuda á cada vez.
Asimismo usada en el mismo modo arriba dicho
socorre con admiracion á los de fiebres pútridas, y

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260 REVISTA PATRIÓTICA

tabardillos, y en las fiebres malignas y pestilentes, que


por la corrupcion del viento son muy ordinarias en estas
tierras de las Misiones y Paraguay, por la gran demasía•
da color y humedad; pero se ha de advertir, que en estas
fiebres cuando se use en ayudas se ha de mezclar con las
ayudas purgantes, emolientes, segun la necesidad del
enfermo.
ítem-El agua de sus hojas cocida y dejada en-
friar, tomada por ordinaria bebida, es único remedio
en deshacer y liquidar los humores gruesos y salados
de que se engendran lombrices, piedra de riñones de
causa caliente y seca, 6 caliente y humedad, porque, jun-
to con su agrio tan suave, tiene partes muy sutiles y
emolientes.
Yo lo mezclo con el culantrillo, que el indio llama
amambai mirí.
ltem-Vn manojo de sus hojas, ó puñado, cocidJ.S
con otro puñado de cebada en dos cuartillos de agua,
y que cueza hasta mermar la mitad, colado el cocimiento
y puéstole una onza de azúcar, dejándolo al sereno
de parte de noche en verano, y tomado en ayunas,
es único remedio en los males de encendimientos de
riñones, y ardores de orina, purgaciones que llaman
de garabatillo, por el grave dolor y ardor que cau-
san al pasar las materias por las carúnculas, ó llagas
de la via de la orina, por ser las tales materias muy
acres ó saladas. Y o en estos casos de purgaciones
añado á las dos arriba dichas, 6 la doradilla, 6 el
culantrillo de pozo modo pugnado al sacarlo del
fuego, y lo dejo en infusion hasta que se enfrie di-
cho cocimiento, y á falta de éstos pongo cuatro hojas

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DEL PASADO ARGENTINO 261

de borraja, para que así corran mas presto las mate-


rias, y se libre mas presto al enfermo dt" pena.
Hállanse de esta yerba otras dos especies mayores
de hoja: la una la hace vellosa, y peluda, y no flo-
rece ; como esta posee partes mas viscosas como la
malva, sirve en su lugar á falta de la malva, así
para ayudas, como para ablandar y calmar dolores.
La tercera hace las hojas mayores que esta segunda,
lisas como aquellas de la verdolaga 6 mayores, y asi-
mismo sus vastagos largos y derechos hacia arriba. Es
asimismo emoliente, fria como dicha verdolaga silvestre,
que nace por los sembrados y campafias. Es mas
segura en medicinas que la verdadera hortence, que
el indio llama caárurúquirá mid. Es admirable re-
medio en lo~ casos de calor y sequedad, así puesta en los
guisados 6 comida, como por bebida y ayudas~ asi
como su primer especie que aquí dejo dibujada; aunque
hallo es mas fria y húmeda, y menos emoliente, y no tan
cordial en las fiebres en que se pide desecar, como es
las pútridas y pestilentes. '
La primera es fria en el primer grado, y seca en
el segundo La segunda es húmeda en el segundo
grado, 6 primero, aunque demuestra tener en la su-
perficie algunas partes calientes. La tercera es fria
en el principio del grado tercero, y húmeda en el fin del
segundo.

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Almizcle-Ma.ndiyú ria.ouá, en guaraní

El almizcle de la tierra es planta muy parecida


á la del algodon, aunque sus hojas son algo ma-
yores, y mas vellosas, con color mas blanquecino á
causa del bello ser largo : echa así como el algodon
de una raiz 6 cepa varias ramas, muy compartidas y
hermosas, de á vara v cuarta, 6 de vara y media :
sus flores son amarillas asimismo como las del alg-o-
don, de las cuales se forma como un pirámide ocha-
vada, ancha en el medio, y puntiaguda en los extremos,
compartida en cinco ó seis cuarterones, con ciertas túni-
cas que los dividen interiormente con suma ptrfeccion al
centro. en medio de las cuales hace cierta semilla como
aquellas de las alolbas de color castaño oscuro, la cual
semi11a en 11egando á perfeccion huele al olor del almizcle
de los caim;ines, que en guaraní 11aman yacarf, que es
el almizcle de esta América : dicen ser los testículos
del yacaré macho, yo lo he tenido, y cierto, que es
mosco, que para medicina no es inferior al que nos
venden á veces adulterado, y así volviendo á nuestro
intento digo : que esta planta es almizclada su semi-
lla, de suerte que toman su olor las cosas en que
se guarda, y asimismo el tabaco hecho polvo y nada
dañoso su olor encendido: de suerte que es mas có-
modo á los encendidos de complexion y asi no corre
riesg-o el dar vahídos al celebro. Conserv::i el olor dicha
semilla por espacio de cuatro años y aun mas, hay
algunos de los cartuchos 6 perillas que echan de sus
entrañas cien granos, y á veces mas y otras menos.
Sus virtudes - Su semilla, machacada con unto sin

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DET, PASADO ARGt:NTINO

sal, y como una dragma y media de levadura, es único


madurativo de los diviesos y frúnculos, que con grave
pena meten sus raigones hasta los huesos, con ca-
lentura y grave dolor, y lo mismo hacen sus hojas
cocidas y pisadas con lo dicho. Las hojas tiernas
suyas ó sus cogollos, son muy refrigerantes. puestos
en los cristerP.s, en las fiebres é inflamaciones internas,
asi aplicadas por defuera, como tomado por dentro,
y asimismo en los baños con que se pretende humede-
cer y refrigerar. Es único remedio tomando de la
mata sus hojas y cortezas por ser muy templadas,
muy anodinas sus cualidades, como se vé en los em-
plastos madurativos para las grandes reumáticas apos-
temas, abscesos, con suavidad los s· :pura, y llega á su
perfeccion, porque con ser templada en su frialdad
tiene partes calientes y viscosas mixtas en la super-
ficie, así como la malva.

Acetosa. mayor ó consuelda. menor- lbiá gua.zú saeté pita.

El ·i"biá guazú 6 pita, que dicen los indios, es cierta


especie de acetosa silvestre, que nace por las campa-
ñas á donde hay minas de piedra debajo y á veces á
donde no las hay. Sus ramas se estienden por en-
cima de tierra con su flor amarilla de color muy su-
bido y resplandeciente, sus raíces no guardan orden,
así como las de la batatilla de D. Antonio, saliendo
á trechos á modo de nueces de su raíz dos, tres ó

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cuatro : cuando se hallan sobre piedras no tienen mas


que una batata del tamafio de un huevo, de peso de
cuatro onzas y mas : es de sustancia densa, algo fila-
mentosa cuando verde, y seca pasa á tal densidad y
dureza, cual si fuese palo de boj : es aceda y aster-
civa al gusto, algun tanto ágria, y á un mismo tiempo
amarga, y es por su corteza, que es amarga y aster-
civa en extremo al acabarse de coger, por donde se
hace templada la frialdad: que muestra en su ácido
tirante al ágrio.
Sus virtudes - La raiz del z"/na cocida y bebido su
cocimiento y asimismo cocidas en las viandas y co-
mida, es único remedio en la disenteria originada de
cólera y sangre : y asimismo cocidas de sus raices
quebrantadas un pui'íado, mixto con otro de rosas
secas, y medio de afrecho, con poca sal, puesto por
ayuda ó lavatÍ\•as, cura las úlceras de los intestinos
gruesos, que de ordinario se hacen en el recto, por
la detencion del humor y escremento acre y ardien-
te, echadas por mafiana y tarde : y no solo es reme-
dio en la disenteria todo lo dicho ; pero asimismo y
con admirable sqceso lo uso en las fiebres malignas y
pestilentes. que prorrumpen en cámaras de humores
biliosos y atravilarios, con flujos epácticos y disenté-
ricos. enfermedad muy ordinaria en los indios y habi-
tadores de estas tierras, á causa de las muchas lluvias
é inundaciones de estas tierras tan bajas, á donde
vienen el conjunto y congregado de las tierras altas
y serranías mas lejanas á parar en estos rioc; tan cau-
dalosos, como es el rio Paraná, Paraguay, Uruguay,
Iyuí-guazú, Ibicui, Piratiné, Uruguai-pitá, Aguapeí, Ta-

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DEL PASADO ARGF.NTlNO

cuarí, Miriñai, Cuard y otros muchísimos arroyones


grandes y caudalosos, que por unas y otras bandas del
Uruguay y Paraná entran á tomar madre en estos dos.
El ibiá guazú, recien sacado de la tierra y macha-
cado, hace desflemar por saliva todos los corrimien•
tos de calor, que vienen á los dientes y muelas, y
los conforta y arraiga, con notable prontitud quitan
de él el dolor.
Es frío en el primer grado y seco en el tercero.

Consuelda mayor índica - "Caá.pitá. guazú ", en guaraní

El caápt'tá guazú es muy semejante al salsífrago


mayor de Dioscórides y Laguna; pero no en la flor,
y partes de su raiz, q:.ie es á modo de batata larga
de una cuarta, y algunas del grosor de la muñeca de
muchachos de ocho á diez años, en disminucion su
grosor hasta la punta, con ciertas barballas, 6 raice-
jas, que salen á trechos en contorno de la dicha prin-
cipal : su flor es pequeña y blanquecina cenicienta, su
simiente es larga y se disuelve en flecos al estar
sazonada, el color de lo interno de la raiz es encar-
nado, tirante al color cetrino, amarga y muy aster-
civa, de una sustancia tierna fistulosa con algunas
hebras, ó filamentos muy sutiles, los cua!es despues
de mascada se conoce : es poderosísima consuelda, en
todo excede á la de Europa; pero cuando se dá por
bebida débese dar con gran cautela, así por infusicm
como en sustancia; porque comprime y cierra las vías
con gr:1.n presteza, y puede ser de suerte que mate :

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266 REVISTA PATRIÓTICA

y además de estos, tiene no sé que especial enemis-


tad con el estómago, como la nicociana, 6 tabaco, como
lo muestra de solo mascarla. Usanla los indios en
solo ayudas, y no por bebida; pero conozco en ella
tales partes, que mixta con otros, que le templen la
cualidad antipática al ventrículo, se puede usar de ella
per imptus s1✓ mfc.'z·u1t1:s, pata los flujos de sangre que
vienen por la boca, y para los que escupen sangre,
ó baja en flujo por las vias inferiores, si procede de
los miembros principales superiores. Es caliente en el
grado segundo, y seca en el fin del tercero.
Sus virtudes-Tomada la cantidad de media dragma
hecha polvo sutil, con una dragma de polvo de arra-
yán en un huevo sorbible fresco, es admirable reme-
dio para los atravesados por el pecho de lanzadas ó
flechazos. Faltándome el arrayán la he dado con
otra media dragma de polvo de romero, y un poco de
sal, y atajé el flujo en breve, y pudo respirar el que
no podía. Aplicada por defuera hecha polvo, en
breve suelda las heridas y las preserva de corrup-
cion. Mascada arraiga y limpia la dentadura, y cura
las llagas de la boca y resquebrajaduras del sieso y
manos, 6 lavándose con su cocimiento. Asimismo cura
las llagas viejas y sucias, y mayormente las cancero-
sas. Pero su gran virtud es en soldar los huesos
quebrados en breve, haciendo crecer y llamando den-
tro de nueve dias el poro, 6 peliostro, con mayor fir-
meza que el emplasto, en la forma siguiente :
Raíz de la consuelda dos onzas, array:in, rosa seca,
romero, cogollos de aguara-ibaí ;:egro de cada uno una
onza, pónese á cocer a medio moler en un azumbre

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DEL PASADO ARGENTINO 267

de agua, hasta que merme las tres partes, y entonces


se le ai'iade un cuartillo de vino tinto, y se deja á
fuego manso cocer el un cuartillo, apártese y cuélese
por expresion fuerte, á paño ralo, y en su coladura se
disuelve pez almáciga, úica del Paraguay, partes iguales
dos onzas, y vuelto al fuego se depura el cocimiento
y se hace emplasto y se aplica en todos los casos que
el de Juan de Bigo.

Ana.cardo de Plinio - " Pinó miri "

El pz"nó mirí, que dice el indio, es la segunda espe-


cie de anacardo, que usan algunos boticarios, por no
alcanzar el verdadero ana<:ardo ; no sin grave daño
nuestro, 6 de aquellos que por aumentar la memoria
se privan e.le alguno de los sentidos, y á veces de la
vida, y otros han llegado á perder la razon, y se han
vuelto locos, como yo he visto y tratado al uno de
ellos, que siendo colegial en Alcalá de Henares tomó
la anacardina y quedó sordo de haberla tomado; pero
vivió c.lespues como 1 9 años prosiguiendo en sus es-
tudios, con no sé que género de mania, tal, que no se
apartaba de los libros, inmutado todo el natural que
antes tenia : llegó á la corte de Madrid á ser predicador
del Rey, con mucho aplauso, y á lo mejor de su
edad, que era á los 44, se volvió loco de atar, sin
poder dormir de noche ni de dia, y así, viendo cuales
efectos causó en dicho predicador, procuré saber que

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268 REVISTA PATRIÓTICA

maldita semilla fuese el anacardo, y hallándolos en


poder ó mano de cierto herbolario los cogí y traje á
casa, registrando todas sus señales, que no desdicen
en nada del pinó: además de esto, en la Doctrina de
la Concepcion hallé envuelto en un papel las cabe-
zuelas enteras de los anacardos, cual las del pino, ro-
tuladas con letras del hermano Domingo de Torres,
traídos de España, y eran sin quitar pinta los que me
vendió dicho herbolario, por lo cual los arrojé, viendo
los hay por las campañas de estas Misiones, <lespues
de haberlos cotej~<lo.
El verdadero anacardo, segun Plinio, Pablo Egineta
y Mathiolo, es fruto de cierto árbol, segun las señales
suyas, muy semejaute al amóaí guazú, que dice piñones
del Paraguay, que es el resino mayor, 6 higuera del
infierno, segun el vulgo, y cierto, me arrimo mas á
esta opinion que a la de los ignorantes simplicistas,
que toman el pinó por el anacardo, porque el ambaí
6 piñones del Paraguay como dejo dicho, purgan la
flema de todo el cuerpo, mayormente de la cabeza, y
dado que son venenosos, no son ni la mitad que · el
pinó, porque es veneno corrosivo y muy desecante,
tal, que á no acudir luego con la contra, que es la
leche bebida con aceite en cantidad, en breve mata,
segun estoy informado; y lanzarla á menudo, tomando
despues de ella cosas viscosas que emboten, como miel
de cañas con mucílagos de cebolla de nardo 6 de
lino.
Sus virtudes-La leche del pinó mirí dejada secar
y hecha pelotillas, metida en el agujero de las muelas
corrompidas, quita el dolor y las hace pedazos y polvo.

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DEL PASADO ARGENTINO

No se trague la saliva, que á buen librar dará congojas


de corazon : además, untando las verrugas con la leche
de su raiz las extirpa y quema, mayormente las pen-
dientes como pezon y las que poco han salido y van
saliendo. Cocidas sus raices con vinagre fuerte y la-
vándose con él, tibio, quita las manchas y albarazos del
cuero, y machacada con sal y aplicada á las llagas
corrosivas y pútridas ataja toda la corrupcion. Es
caliente en el tercer grado, y seco en el cuarto.

Baoucú - Raíz comestible

El bacucú es raiz comestible y estimada de los in-


dios, por lo cual la siemhran todos los años, como
cosa de cosecha, hacer de ellas una muy suave con.
serva y se comen crudos con naranja y sal: hállanse
dos especies de bacucús, uno blanco y el otro negro,
quiero decir, morado: echan ciertas flores azules y sus
hojas del tamaño de las dd aguarandi'ó, de tres en
tres en rama, su semilla es grande del tamaño de las
habas, de que carga con suma abundancia, encaramán-
dose su enredadera por cuantas plantas y varillas : lo
ponen á ocho y nueve granos en cada vaina, que á
ser sustento, como lo es, la raiz, no dudo, fuera á
esta pobre gente gran socorro ; pero es venenosa con
propiedad, por lo cual, aun la raíz tengo por sospe-
chosa, de engendrar algun.t frialdad al estómago 6
hígado. Sus raíces de un año suelen ser de seis y

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REVISTA PATRIÓTICA

ocho libras, de dos años la he visto de 1 7 libras y


media; pero las de dos años son muy duras y algo
leñosas ó llenas por decir mejor de hebras y filamen-
tos leñosos y recios. Consta de partes frias y térreas,
con algunas agudas en su corteza: no hallo que pueda
ser cordial, como algunos dicen, y si lo es, lo será
para aquellos de gran calor de hígado y estómago,
por el zumo de la naranja y pimienta con que se
come. T éngolo por frio en el segundo grado y seco
en el primero.
Sus virtudes - El bacucú asado muy bien al fuego
entre rescoldo y despues pisado y mixto con un poco
de mantequilla fresca ó tuétanos de ternera, bien la-
vados, y aplicado á las heridas y llagas del fuego las
cura en breve. Aplicado á modo de ungüento todos
los días en paño 6 en hilas, asimismo cura las costras
y granos que salen al cuero, de aquellos que han pa-
sado por muchos solares, 6 encendídoseles la sangre
y la cólera. Comido crudo templa los incendios in-
ternos del estómago, hígado y corazon.

Arbol del caca.o-Ca.ca.hu a.ti., en tupi

El árbol del cacao, aunque dudo se halle en estas


partes y regiones, con todas las circunstancias que
pide la delicadeza de su produccion ; pero me parece
que no en balde lo niega su Magestad á estas re-
giones; porque, segun muestra la experiencia, no es

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DEL PASADO ARGENTINO 271

socorro en los casos que varios autores lo prescriben,


como es en la melancolia hipocondriaca y merárquica,
etc., que en vez ele ser remedio, es muy nocivo, como
de él escribe Farfan, en su libro de práctica de estas
regiones de la América, y hallo ser la verdad, por la
experiencia que dicho autor dice de él, y así solo á
los muy frios y húmedos de estómago y muy debi-
litados de fuerzas, por semejantes causas sirve de ali-
vio; pero no usándolo de continuo, esto es, todos los
días, porque reconozco que cierra y comprime las vías
internas, ó por su astriccion y sequedad, 6 por la parte
viscosa del azucar, ó por ser adulterino en su com-
posicion, no siendo ella la que debe ser, conforme la
receta de composicion que de él pone Pablo Zaichia,
celebérrimo médico italiano, y asimismo la que trae
en su tratado Guillermo Pisson: 6 porque el calor de
esta tórrida zona, no admiten los estómagos ó com-
plexiones tanta graduacion de calor ó sequedad. Otro
si, veo que el Padre de las Misericordias y Todopo-
deroso Dios, que rige y gobierna á sus criaturas en
el mundo, concedió á estas regiones la yerba, así como
á la Nueva España el cacao, por conducir á sus ha-
bitantes y á estas conducirles la yerba caá mz'rf, como
tengo dicho en su tratado.
Dejando el tratar de sus admirables efectos y vir-
tudes que de él dicen varios autores, para las regio-
nes en que se padecen accidentes y causas frias, y
mas templadas de calor que éstas, paso á dar noticia
de su planta, segun la delinea y dibuja Guillermo Pisson.
El árbol del cacao, es de mediano altor, así como
el naranjo. Sus hojas son del largo de las del naran-

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272 REVISTA PATRIÓTICA

jo, no tan anchas ni tan puntiagudas como aquellas


del castalio, algun tanto vell->sas por el enves, de
color verde claro por la faz , con un solo nervio á ]a
larga, en medio de su longitud, dividiendo su anchor
perfectísimamente, del cual salen otros nerviecitos su-
tiles, 1atitudina1mente, algo encorvados hacia la punta.
Las flores son grandes y de un color flaco blanque-
cino, algun tanto tira en su rubor pálido al del aza-
fran, las cuales nacen pegadas al caule 6 pié de las
ramas, con pezon 6 pié muy corto, como asimismo
sus hojas. De la tal flor sale cierta fruta que, al
sazonar ó llegar á su perfeccion, es del tamafio de
un melon estriado proporcionadamente, así como ve-
mos muchos melones dentro de las estriaduras. En.
tre una y otra hay ciertas túnicas ó telas que van al
centro, en medio de las cuales están muy apretados
los granos del cacao, al modo que los del almizcle
de esta tierra; los cuales salen con la sefial de haberse
criado oprimidos, y hay algunas de estas frutas que
llegan á dar en su interior doscientos y muchas tres-
cientos granos de cacao ; los cuales son sustento, me-
dicina y moneda de sus habitadores; y así en las par-
tes del Nuevo Reino, que el Todopoderoso les so-
corrió con esta fértil planta silvestre, se vé hoy dia
domesticada y muy regalada en los huertos de sus ha-
bitadores, por el grande ingreso que de ella sacan.
Es muy delicada de complexion y nada fuerte su ma-
dera, que con facilidad se rompe, y asimismo corrom-
pe despues de cortada ; y para aumentarla siembran
sus granos, y sus plantas pequefías se trasplantan con
gran cuidado guardán<lolas <ld frio de las noches y

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DEL PASADO ARGENTINO

rigores del sol, y cerca de ellas plantan otros árboles


muy frondosos y amenos, para que las defiendan de
los torbellinos y vientos. Llámanles los naturales á
estos árboles madres del cacao. Requiere partes ba-
jias y húmedas, que es á donde de ordinario se
hallan los árboles silvestres. Son los tales árboles
coposos y muy espesos de ramas y hojas, muy pare-
cidos en todo al árbol de la yerba de aquí, así en la
espesitud de sus hojas, como en el modo de repartir
sus ramas y en la sustancia de su madera y médula
en el centro de sus ramas y tronco.
Varios afirman ser el cacao frio, como es Menardes,
Huerta, y Herrera, diciendo ser necesario templar su
frialdad con otras especies aromáticas calientes, como
es la varilla de canela, el clavo, la nuez moscada, etc.
Pero, me atengo á la opinion de Pablo Zaechia, médico
romano, y á la autoridad de Guillermo Pisson, que
dice lo probó cuando fresco y dice ser temperamento
sub (rzgz"dz· atque ltumedz·, que es decir, ser templado
en su frialdad, con leve estipicidad y algo amargo:
el cual exprimido echa de sí aceite en tanta y mas
abundancia que las almendras dulces; y aunque en su
figura y grandor, así del árbol como <le su semilla,
hay cinco especies distintas que entre sí todas discre-
pan unas de otras, en algunas circunstancias, pero en el
temperamento y cualidades todas son acordes y de
una misma sustancia, que es digno de reparo, que no
quiso el Señor, que en cosa que había de correr á ser
sustento por todo el mundo, saliese especie adulterina
de tan nobie planta, para que no pudiese haber fraude,
como lo vemos en otras muchas cosas.
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REVISTA PATRIÓTICA

Sus mas sob1"esa!t"enl&s virtudes -- Por no dejar de


decir algunas de sus virtudes, pondré aquí en breve
las mayores que de él tratan los autores.
Tomado á modo de chuño, sus granos pisados y
hechos polvo, como una escudilla, refrena los incendios
del hígado y le refresca. Purga la matriz y provoca el
menstruo retenido y abre las vías . Tornada onza y
media de su composicion, conforta el celebro, el estó-
mago y el hígado. Socorre á los asmáticos y tísicos,
y á los de catarro, y mayormente si es por causa
fria.

Arbol de la nuez moscada - En tupí, bongo pala

El árbol de la nuez moscada, que en aquellas partes


de las otras Indias, Dios produce, le llaman pala y
bongo. Pala, cuando está cargado de su fruto. Nace
este célebre árbol, con grande abundancia y lozanía,
sin cultivo alguno, en la isla de Ceilan, aunque ya lo
cultivan. Hállanse dos especies de este árbol, es á
saber: macho y hembra. Los dos igualmente fructifi-
can ; pero con una diferencia, y es, que las nueces del
macho son mayores y mas aromáticas que las de la
hembra. Por tanto los mercaderes prácticos luego las
conocen y no las compran sino á menor precio ; y los
naturales por el ingreso que en esto les corre, suelen
mezclar unas con otras para los poco versados merca-
deres forasteros; y de aquí es que las pequeñas, que
por acá nos traen, son menos aromáticas y asterch·as,
y no tan agudas.

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DEL PASADO ARGENTINO

Es de estatura mas que mediana, y con muy copio-


sas rama~, no muy poblado de hojas, las cuales salen
de sus ramas alternativamente opuestas, unas á un lado
y otras al opuesto. Son de pié muy corto, saliendo
su pié casi al pié del tronco, y sus flores lo mismo,
aunque estas nacen de las ramas inmediatamente, en
medio del trecho que hay de hoja á hoja. Sus hojas
son algo largas y delgadas, anchas de atrás y agudas
hácia la punta, del tamaño de las del nogal y de su
color terso. Las flores sou grandes y algo largas, de
seis hojas 6 hendiduras, que son las que nos venden
por macias, de color blanquecino, algun tanto rosadas
al secarse, como la del naranjo, que tira algo al color
amarillo. De las cuales flores salen las nueces, con
un piesecito corto, como aquel de sus hojas. La cor-
teza de él es blanquecina cenicienta, nada áspera en
sus ramas, aunque la del tronco suele tener leves aca-
baladuras. Sus hojas tienen un solo nervio en medio,
longitudinal, con algunas venillas que salen de él á lo
latitudinal, encorvadas un poco hácia la punta ele la
hoja, las cuales restregadas entre las manos, dejan un
suavísimo olor á nuez moscada, como asimismo, aunque
mas eficaz, sus flores . Su madera es esponjosa y fis-
tulosa, como aquella de las ramas del nogal. Su fruto
está encerrado en una corteza 6 cáscara gruesa, la cual
partida por medio, se saca el fruto, que es al salir de
color de melocoton, cuando va madurando, y la cás-
cara de un color rubicundo, á modo de oro encendido.
Sus virtudes - De la nuez moscada se saca aceite
en gran cantidad, que se dice oleo nux moState, por
las boticas, y aceite de nuez moscada, en castellano.

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REVISTA P.,TRI6TICA

Este aceite es único remedio en todas aquellas pasio-


nes frias de los nervios, en sus convulsiones, en los
dolores y torminios de ventosidades del ventrícul() é
intestinos y pecho, con solo untar por defuera, con
unas gotas de él, deshecho en aguardiente caliente,
aplicando unos paños calientes encima, pronto da so-
corro. Y lo mismo hace en el dolor de ijada, cuando
proviene de ventosidad fria, aplicando sobre el ijar
dolorido un pafiito mojado en dicho aceite y el aguar-
diente caliente, cuanto se pueda sufrir, y encima de él
otro seco caliente, y abrigándose con quietud, al ins-
tante da alivio á los torminios de las tripas, como lo
tengo por esperiencia en varios.
ltem--En el espasmo de nervios y convulsiones. dado
á beber cuatro gramos de este aceite con vino caliente,
excita calentura y suelve espasmo, como no sea de he-
rida, de puntada de nervios, y aun á ésta causa gran
alivio, si antes de tomarlo ponen á la herida y pun-
tura polvo de azufre y se le foguea con él encendido
al rededor de la herida, como yo lo he hecho y salido
bien y con vida el enfermo, que no es poca fortuna.
La nuez moscada es algun tanto picante, aguda y
astringente al gusto, y cuanto mas tiene de estas cua-
lidades 6 sabores, es mejor. Son de eleccion las gran-
des, las de algunas como azabaladuras blanquecinas,
por modo de jaspeado á la larga, las muy aceitosas,
y que, calentándolas entre los dedos, apretadas, se
deslizan algun tanto, las de color claro tirante á cas-
taño ú canelado, y en fin las que no son sarnosas
ni agujereadas de gusano, y de mayor y mas subido
olor aromático.

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DEL PASADO ARGRNTINO 2 77

La nuez moscada, machacada y dada á beber con


vino y una nuez moscada de las menores, 6 media de
las grandes, tomándolo tibio, es único remedio en los
espasmos que vienen al pecho y partes internas. Re-
petido este remedio dos veces al dia, haciendo algunas
evacuaciones por cámara, en los espasmos de replecion,
raro muere de ellos; y si no bastan las evacuaciones
de cámara, por cortas sangrías se debe evacuar la re-
plecion, continuando siempre el remedio arriba dicho,
aunque en menor cantidad, 6 tenido en la boca y
tragar la saliva.
Jtem-Comida ó traida en la boca, tragando su zumo,
. poco á poco, abre las vias, conforta el estómago y
todos los interiores miembros flacos, por flaqueza y
frialdad. Provoca la orina y quita el anhelito corrupto.
Conforta el celebro y aguza la vista. Usanla algunos
para la flaqueza de la vista y mal de ojos por cru-
dezas del estómago.
Al hacer este remedio deben ser quebrantadas las
nueces moscadas y puestas á cocer en cuartillo y me-
dio de vino blanco generoso ; se pone en vasija de
plata ó calentador estañado, bien tapada con su tapa-
dera, de modo que no respire, y á fuego manso, se
da fuego como una hora, hasta reconocer haya men-
guado la cuarta parte ; se apartará del fuego sin des-
taparlo, y estando tibio, se toma este vino, como una
onza, y asimismo mojando unos pañitos doblados en él,
se los ponen sobre los ojos, teniéndolos cerrados, abri-
gándose del viento, echados en la cama. Suele ser
único remedio, así para lo dicho como para conservar
la vista, y fortificarla, á que no pierda.

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Canela - Caliaoha ó cuourdo, en tupí

El árbol de la canela, llamado en tupí cali"acha,


cucurdo de los naturales indios, de los portugueses
canela y ele los castellanos lo mismo, y de varios reinos
de España : latinos ca.iia et cinamomum. Su árbol es
muy hermoso en repartir sus ramas del tronco, liso de
corteza, nada nudoso: sus hojas grandes como las del
laurel, asimismo grue~as, á modo de las del llantén,
adornadas de tres rayas que salen de su pezon hácia
la punta, con igual proporcion repartidas, algun tanto
rubicundas cuando tiernas. Su flor es blanca y pe-
queña, de la cual produce cierto fruto á modo de acei-
tunas de un verde oscuro, cuando llegan á sazon son
algo negricantes ó cerúleas, el cual es amargo y aus-
tero, ó astercivo al gusto : el cual apretado entre los
dedos echa de sí aceite. No sé sirva mas que de
mantenimiento á las aves que de él se sustent<1n: su
flor tiene el mismo olor de la corteza cuando fresca¡
pero seca, presto la pierde.
Sus v/rludes J' e!euion -Hállanse varias especies de
canela, que siendo gruesa y purpúrea tirante á negro,
parecida algun tanto en su color al de la rosa, que
llaman s([!i,- los árabes. En segundo lugar la que tiene
rubio el color tirante al del coral, mediana en grosor,
y fistulosa, lisa y larga, que sea bien aromática y mor-
daz al gusto con constriccion á la lengua y paladar en
el grado tercero. La que tiene sn olor vecino al vino
aromático, ó muy anexo, que es la que los árabes
llaman achy, y los mercaderes alejandrinos daphnitin :
de aquesta hay en los Mojos reducidos por los Padres
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DEL PASADO ARGENTINO 279

de la Compañia de Jesús de la provincia del Perú, y


en la de los Chiquitos de esta nuestra provincia del
Paraguay : la cual trajo el Padre Gregorio Cabra!,
secretario provincial, yendo á su visita provincial cuan-
do fué á visitar en lugar del Provincial, y ahora nue-
vamente trajo nuestro padre visitador Antonio Gariga
otra segunda especie de dicha canela, la cual es muy
gruesa y fistulosa, su color algo cetrino, cerúleo con
grande olor de vino tinto, bastantemente asterciva, y
mediana en su agudeza, de la cual se sirven los na-
turales indios de allí, y los españoles vecinos, de su coci-
miento en las fiebres originadas de gran calor y humedad
de la putrefaccion de la sangre, con admirables efec-
tos, y á la verdad, no van errados, porque segun
de ella dice Mathiolo Senenses, como adelante se
verá.
Todas las otras especies son tambien útiles á la
medicina, como la llctmada afilemon, la cual con ser
negra da de sí un olor ingrato, y tiene la corteza muy
delgada y hendida, de la misma suerte es la que lla-
man cttlo zaacar los bárbaros. Repruébase la canela
á cassia escabrosa, la blanquecina, la que yede al ca-
bruno, la que tiene la cafia sutil y escabrosa 6 sar-
nosa.
Sus vz"rtudes-Advierte el Dr. Laguna, que cassia
es canela, y cassia fístola la comun caña fístola solu-
tiva nuestra. Es la canela caliente y desecativa, cons-
tritiva ligeramente, y provocativa de la orina, cuadra
mucho á las medicinas que se hacen para aclarar la
vista, y mezclada con la segunda especie de salsifraga
de Mathiolo la fortifica y conforta, de suerte que lle-

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280 REVISTA PATRIÓTICA

gan á los noventa años sin perderla, como de sí afirma


dicho autor.
Tomada la canela 6 su cocimiento con miel de abe-
jas, hace bajar la regla á las mujeres, y untándose con
ella y la miel quita las manchas del rostro. Bebido
su cocimiento con algo de su polvo, es contra la:;
picaduras de las víboras, contra las inflamaciones in-
ternas y contra el mal de los riñones. Adminístrase
á modo de perfume, ó de baño para desopilar la ma-
triz. No hallándose el verdadero cinamomo sirve en
su lugar el peso doble de la canela para las composi-
ciones de botica.
En las partes adonde la hay, suelen sacar agua des-
tilada de sn flor y corteza verde, poniéndola de remojo
una libra de su corteza y otra de flor en seis libras de
agua rosada, y á falta de fuente esti. en infusion 24
horas en olla vidriada bien tapada, y el agua se . le
pone caliente, y encima se le echa una libra <le vino
blanco generoso, y bien tapada se deja las 24 horas,
al cabo de las cuales se pone en alambique de vidrio
ó vidriado, y bien tapado el recipiente, de suerte que
no resuelle, se va destilando á baño de maria, al cual
darán fuego fuerte : el caño del alambique que sea
largo, y si posible fuera de estaño 6 plata.
Las virtudes de esta agua son admirables en toda
enfermedad de causa fria, y muy eficaz, porque digiere
la flema y los humores lentos y viscosos los o.delgaza,
consume los flatos y ventosidades, conforta grande-
mente el celebro; corazon, estómago, hígado y bazo, y
todos los interiores m:embros flacos, ó lesos por dicha
causa, y con admiracion socorre toda pasion de nervios,

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DFL PASADO ARGENTINO 281

desmayos y dejaciones del ánimo, y es excelente re-


medio para el mal de corazon, contra las mordeduras
de animales ponzof'iosos, provoca la orina y detiene los
flujos celíacos del vientre, la náusea, recobra el apetito
perdido, aprovecha á los asmáticos que no pueden re-
sollar, á los de convulsiones ó retraiciones de nervios,
á los que están sin fuerzas . En fin, siempre que sea
necesario calentar, recobrar fuer¿as, abrir los poros,
adelgazar humores gruesos y digerir los crudos, refre-
nar venenos y humores corrompidos que causan acci-
dentes, es único remedio. Su d6sis ó cantidad es
media onza, ó tres cuartas. Mathiolo la hacia de canela
seca en la misma cantidad y forma .

Arbvl del clavo-Thsinca, en tupí-Item, espigado,


thainca. molanga, en tupi

El árbol del clavo no es muy alto, segun Menardes


y Huerta; pero segun Jacobo Bonti y Guillermo Pis-
son, son de bastante altor y con muy abundante copa,
bien compartidas sus ramas, en las cuales salen sus
hojas de tres en tres, y de cuatro en cuatro y hacia
las puntas de dos en dos y á veces una sola: hace
sus hojas del tamaño de las del peral, algun tanto
mas puntiagudas, anchas al principio, de pié largo, en
el remate de sus ramas á modo de racimos espiga-
dos, sale el fruto de ciertas flores 6 botoncillos algo
largos y angostos, sin flor manifiesta, mayormente el

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R.EVIST A PATRIÓTICA

clavo espica, el cual de ordinario es mas alto y no de


tanta copa y abundancia de hojas, las cuales son me-
nores y menos anchas, y su pico corto, sale á veces
acompaliado y vistiendo sus ramas arrimadas á sus
sarmientos ó varillas. El primero es el verdadero clavo
que nos traen á vender del Oriente: del segundo es-
pigado, que aquí nos da dibujado Guillermo Pisson
en su obra, y lo confirma Jacobo Bonti , no ha llegado
hasta hoy á mis manos, y menos á mi noticia; pero
juzgo, que por ser muy expuesto á hacer polvo no
nos lo traen mercaderes por la Europa, ó quizás
por no ser tan aromático y confortante como el pri-
mero. Tiénese por caliente en el tercer grado y seco
en el cuarto, en el fin de él ; pues no deja nacer ni
crecer al rededor de sí yerba alguna, y se ha obser-
vado que todo lo que coge su sombra lo seca, como
tambien el atraer á si el agua cercana de las vasijas
y chupársela: que cierto, á ser verdad, se descubre un
extraf\o remedio para curar los hidrópicos aquáticos,
con solo poner un buen porque de clavo debajo se
la cama del enfermo ; porque si atrae asi el agua de
las vasijas dentro de un aposento, aunque esté dis-
tante, tambien la atraerá del vientre y entraf\as de
los hi_drópicos.
Sus virtudes-Son los clavos, segt..n Pablo Egineta,
odoríferos, agudos y con bastante amargo, calientes y
secos en el tercer grado; pero segun la historia de
Etiopía, escrita por el Padre Baltasar Telles de la Cró-
nica de Portugal, es seco en el cuarto grado. En fin,
es el clavo muy confortativo de estómago, hígado y
corazon: ayuda á la digestion de los miembros de la

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DEL PASADO ARGF.NTINO

coccion, que por frialdad y humedad estén lesos 6 flacos.


Abre asimismo las vias, que por crudezas están obs-
trusas, y con su olor socorre á los frios del celebro,
aumentándoles la memoria embotada por obstrucciones
de frialdad, y demasiada humedad, y cierto, que los
tales debian traerlos día y noche colgados 6 atados al
cogote, 6 cerviz. Confortan grandemente la vista á
los que por flaqueza la han perdido, 6 van perdiendo,
usando del clavo en los manjares, y de su olor por
las narices, mayormente si va mezclado con tabaco ó
cosa purgante. El cocimiento de los clavos provoca
la orina, pero restriñe el vientre y lo deseca. Destilados
con vino, y el tal licor puesto en los ojos, notablemente
clarifica la vista, segun afirma cierto autor francés, 6
por mejor decir autora nombrada Madama Fuchote.
Dicha destilacion no solo afirma y conforta la vista, sino
que tomada de ella una onza resi~te á los venenos
mqrtíferos de serpientes frias, y asimismo de manteni-
mientos fríos venenosos, y para abrir las vías, quebrar
la piedra de riñones, y provocar la orina. Para el pasmo
y convulsiones de los nervios por causa fria, para las
contusiones y equimosis que han esparcido la sangre
entre cuero y carne, aplicando unos pañitos doblados
mojados en él tibios. Sobre todo la alaba para las
retraiciones y resfrios de la matriz, que con confortarla
la purga y quita las convulsiones ó retraiciones, vol-
viéndola á su lugar, tomando media onza, y asimismo
con un poco de algodon ó lana se aplica á la boca de
la matriz. Pónense otras varias virtudes, que dejo por
no hallar suficiente virtud, sino es, que digamos, que
los tales sean inclinados á beber aguardiente, y les

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REVISTA PATRIÓTICA

arme bien el estómago, de suerte que les haga creer al


sabor de su paladar, etc.
El modo de hacer este licor es así: - Clavo de
especies una libra, vino blanco generoso veinte iibras,
se pone el clavo y vino en el alambique bien tapado
por matriz y al rededor, y con fuego muy lento se
calienta poco a poco, y viendo estar ya caliente se
deja así hasta el día siguiente, apartándole el fuego,
al cabo de las 24 horas se volverá á poner fuego á
la hornalla, y así va destilando, de suerte que no
evapore al caer en el recipiente, destilase hasta reco-
nocer sale algo simple la destilacion, y la regla cierta
de saber esto, es, de los veinte cuartillos ,¡alga de desti-
Jacion un frasco de los grandes.

Enredadera de pimienta-Isipó de pimienta. Isipó de pi-


mienta uhbae, masculino-Pimienta longa., pinpilin, en
tupi.

La pimienta que nos dibuja Guillermo Pisson, y


así mismo Jacabo Bonti, es muy distinta de la que traen
del Oriente los portugueses, que es de árboles medianos
como la dibuja Huerta y Menardes, así no dudo hay en
el Brasil estos isipós, o enredaderas que producen pi-
mienta. Mucho se engafió Laguna en su discurso
acerca de la pimienta, como st:: puede ver, pues con solo
un árbol nos trae las tres pimientas; lo cual es falso: yo
no dudo lo hay en estas tierras de las Misiones, y Para-
guay. La tercera especie que es la larga yo la he

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DEL PASADO ARGENTINO

hallado en el Paraná, viniendo de Santa Rosa para


Itapúa, en un monte, caida en el suelo, que es fruto de
cierta enredadera, á modo de aguarandió guazú, el cual
se trepa en las copas de los árboles, y por el peli-
gro en que estábamos de cierta manada de puer-
cos monteses, muy bravos y tan carniceros 6 mas
que los tigres, dejé de informarme y certificarme
de si era la verdadera pimienta ó no, porque por
estar casi podrida de las aguas, no tenia mas agu-
deza de la que tiene el aguarandió, y por conocer
en este temple del Paraguay y Misiones, muy seme-
jante á las tierras del Brasil, pues en él se hallan
las mismas yerbas y palos, que en el Brasil, y muchos
con los mismos nombres, me pareció conveniente sa-
car estas estampas en copia de las obras de los au-
tores arriba citados, que escribieron y dibujaron las
plantas de aquellas tierras, y asi las doy por estampa
para que se puedan conocer por sus hojas y modo
de enredarse, que si mis ocupaciones me dieran lugar
á ello, espero en el Sefior la descubriré en breve.
Son las dos pimientas blanca y negra, una mis-
ma cosa en virtud: solo el ser la una blanca y la otra
negra en naturaleza, como se vé de otras muchas
plantas. Son calientes y secas en el fin del tercer
grado. La larga es caliente en el principio del ter-
cero y seca en el medio del segundo, segun sus partes.
Todas ellas tienen virtud de calentar, adelgazar y
cocer los humores fríos y crudos con confortacion al
estómago, hígado y bazo, y mayormente al corazon :
por la cual razon vemos la meten en las composicio
nes contra veneno y fiebres pestilentes.

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286 REVISTA PATRIÓTICA

Hácese de las tres pimientas en igual cantidad, he-


chas polvo, amasadas con miel una composicion lla-
mada Diatrion píperion : la cual en todas las enfer-
medades frias y húmedas del estómago, es remedio
muy saludable, cuyo ardor no pasa de las primeras
venas, y luego se apaga: por cuanto, en habiendo
confortado el estómago, y resueltas las ventosidades,
pierde su hervor y ardor.
Su polvo aplicado á la campanilla caida de la gar-
ganta, á la tercera vez la levanta. 1

1. La copia de esta obra que nos ha servido para su publicacion,


puede consultarse en la Biblioteca Nacional; put:s, como digimos en
el preliminar, se encuentra iiustrada con los dibujos de las yerbas,
árboles y plantas, de cuya descripcion y virtudes se ocupa el aut::ir . -
M . .R. T .

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OTRAS CURIOSIDADES

RECETAS SUELTAS I

Para los nervios entumecidos

Se toma una porcion de harina de trigo con el


afrecho, conforme sale de la tahona, se amasa con
agua hirviendo una porcion de la molienda, que se
considere necesaria, se hace una masa proporcionada
para extenderla sobre la parte necesaria, la que se
cubre con dicha masa, y luego se abriga con otras
cubijas : al cabo de dos 6 tres horas se experimentará
una transpiracion abundante, la que se dejará hasta
que el doliente conozca su gran mejoria, y se conti-
nuará hasta su perfecta sanidad.

1. Este recetario, no debe tomarse como parte de la obra de Mon-


tenegro, sino como un agregado que le hizo el copista ; pues por su
contenido se vé claramente que no corresponde á la obra concluida
en 1710, cuando se menciona, en una de las recetas, la medicina
curativa de Le-Roy, que empezó á figurará fines del siglo XVIII, es
decir, ochenta 6 mas af\os despues de Montenegro; y en otra figuran
el papa Pio VI y el rey de Espafia Cárlos IV, contemporáneos de
Le-Roy, cuyos datos bastan para comprobar la agregacion.-M. R. T.

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288 REVISTA PATRIÓTICA

Para el dolor de muelas

Se hace un cocimiento de pedazos de madera de


pino, y con este cocimiento se hace enjuagatorios, y se
tiene en la boca por algun tiempo, con el cual se logrará
gran meJoria.

Para sacar agua de flores sin alambique

Se toma un puchero de barro, ó de vidrio, se pone


un lienzo fino, que se atará á los bordes del puchero:
este lienzo caerá dentro en forma de saco hasta la mi-
tad de su profundidad, se llenará este saco con las
flores, cuya agua quiera sacarse, despues se calentará
un plato por su asiento, que se pondrá sobre las flores,
y se llenará de ceniza caliente, ó rescoldo, las flores
soltarán entonces toda su agua en el puchero, como si
destilara en alambique.

Para hacer queeo de batata

Se toma una cantidad de batatas, se cuecen, y des-


pues de peladas se amasan hasta que se haga pasta:
se le afiade cuajada de leche en partes iguales, 6 en
mayor 6 menor cantidad, se le pone sal, laurel, y al-
gunos clavos de especie, se deja bien tapado por un dia
sin tocarlo para que fermente un poco, luego se forman
de ella quesos pequefios del modo comun, los cuales
se mejoran á medida que se guardan.

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DEL PASADO ARGENTINO

Para hacer vino de nal'anjas

Se tomarán las naranjas mas finas y maduras, se


cortan trasversalmente en dos pedazos, se pone un
tamiz de cerda sobre la vasija donde1 deben exprimirse
unas despues de otras, hasta que no dejen jugo: se
juntan las semill.1s á un lado del tamiz 6 se sacan
para que el jugo no se ponga amargo : cuando haya
bastante líquido se echa en botellas de vidrio fuertes,
se tapan bien y se dejan reposar, hasta que las heces
se hayan precipitado al fondo: se saca lo claro y las
heces se exprimen en una manga de pafio: se mide
el líquido, al cual se le afiade una novena parte de
agua de azahar, si se quiere. Se disuelven doce onzas
de azucar para cada doce botellas, y cuando está bien
disuelta se echa el líquido en las mismas vasijas, se
tapan bien : se tendrá cuidado de removerlas una vez
al dia, por espacio de 1 5 dias, despues se vuelve á
medir y se añade medio cuartillo de S. P. de vino
para cada dos cuartillos de dicho líquido : se agita
fuertemente la mezcla. Esta operacion tambien se pue-
de hacer en un barril, habiendo una cantidad suficiente,
de modo que quede lleno. El vino de naranja es el
licor mas agradable y mas saludable que todos los li-
cores conocidos, para esto es necesario pase siquiera
un afio para. usarlo.

Para teñir el pelo

Se toma 1 2 granos de piedra infernal y luego di-


solver dichos polvos en medio pozillo de vinagre, con
19

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REVISTA PATRIÓTICA

éste se humedecerá un pincel 6 brochita para untar los


dientes del peine y peinarse el pelo, queda tefiido al
momento que se seque, observando el estado en que
se quiera. Si esta operacion se hace al sol mas breve
queda negro el pelo.

Otra para el mismo fin

Primeramente se Java la cabeza con agua tibia, en


1a cual se disolverá un poco de alumbre, luego se to-
mará dos onzas de cal viva apagada al aire, una de
litargirio y una media de cal de plomo, albayalde,
hecho todo polvo y pasados por tamiz, se deslie un
poco de este polvo con agua rosada y se unta el
pelo con esta composicion y se deja secar por seis
horas, despues se lava con un poco de agua y se deja
secar de nuevo al aire, 6 se enjuga con un lienzo ca-
liente; este polvo no tifie el cutis.

Leche virginal para hermosear el rostro

Se toma un cuartillo de vinagre blanco destilado,


se pone en un puchero nuevo, se afiaden 2 onzas de
litargirio y se hace hervir hasta disminuir la tercera
parte, entonces c;e aparta del fuego, y cuando se haya
asentado se saca suavemente por inclinacion, de modo
que no se enturbie la dccoccion, se guarda en una
botella, y se observará lo siguiente :-Se muele una
dragma de sal-gema, ó sal marina, se hace disolver c:n

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DEL PASADO ARGENTINO

un cuartillo de agua rosada y se filtra para que quede


clara : se debe poner en una botella para servirse de
ena cuando se necesite: en este caso, se echa en un
vaso tanto de una botella como de otra y al momento
se volverá una leche tan espesa como la natural : si
queda muy espesa se puede agregar agua clara, con
esta composicion se unta la cara y las manos, lo que
suaviza y blanquea el cutis.

Para sacar aoeite esenoial de rosas


Se toman doce libras de hojas de rosas, se muelen
en mortero de mármol, con tres pufiados de sal, se
deslie esta especie de pasta en 24 cuartillos de agua
de rio, y despues de haberlo dejado en infusion por
24 horas, se echa en el alambique, se le pone la ca-
beza, se tapa bien y se destila en el bafio de maria,
á un fuego muy lento: al principio sale una agua
muy olorosa, que no tarda en volverse lechosa, y se
advierte durante la operacion como una grasa nadan-
do en la superficie del agua, no es mas que el aceite
esencial de rosas. Si se logra sacar media dragma
es sefial que se ha manipulado bien, y debe conside-
rarse que con medio grano de este aceite es capaz de
aromatizar una arroba de agua. No hay que arrojar
el agua como inútil, porque es ciertamente la mejor
de rosa que puede sacarse. Una onza de esta agua
mezdada con una libra de agua comun la transforma
en una agua de rosa mas fragante que la comun
Esta operacion se repite con nuevas flores y la misma
agua, y saldrá mejor aceite, y mejor agua.

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RE\TJSTA JIATRIÓ't'ICA

A.gua de vergamota

Se toma veinte hermosas limas bien frescas, y se


rayan hasta cerca de la carne blanca, lo raspado se
echa en una cucurbita con doce cuartillos de agua co-
mun, lavando el rayo con el agua que debe ponerse
en el alambique, este se cubre con su cabeza y se
pone en el baño de maria, á un fuego moderado, re-
frescándolo muchas veces, y se sacarán ocho cuartillos
de su destilacion, que será de muy buen olor y pro-
pio para fumar.

Ungüento blanco simple

Se toma una libra de unto sin sal, y media libra de


albayalde en polvo, se pone á fuego lento hasta que
la mezcla quede fria. Es bueno para las quemaduras
y escoraciones cutáneas.

Para los callos de piés

Se toma cera amarilla y goma amoniaco, una onza


de cada cosa, y seis dragmas de cardenillo, se pone
á derretir la goma y la cera y dcspues se incorpora
el cardenillo. Este emplasto ablanda mucho los ca-
llos o clavos y los extrae enteramente, si se aplica
todos los dias, por espacio de algunas semanas. Es
eficacísimo el cardenillo cocido con miel, tambien ex-
tirpa los callos.

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DEL PASADO ARGENTINO 293

Receta curativa

Diez adarmes de canela, 1 o de culantro, 1 de rosa


de Castilla, I dicho de azúcar blanca, uno de semilla
de hinojo y uno de ads : todo se muele junto hasta
que quede hecho polvo, y despues cernido en cedazo
fino se guarda en vasija nueva, limpia y bien tapada.
se tomará en ayunas una cucharada en un pocillo de
agua de achicoria y pasada una hora se puede des-
ayunar.
Sus efectos - Quita la ronquera, hace buen estóma-
go, convierte el a11helito en su potencia, corrige la san-
grei causa sueiío, destierra la jaqueca y todo dolor de
cabeza y corrimiento. No consiente llagas en lagar-
ganta, hace buen olfato: sana los rifiones, bazo ó hí-
gado: limpia y deshace las piedras que pueden for-
marse en la vejiga. Sana escaldaduras y toda espe•
cie de llagas, y en particular las de las piernas. Lim-
pia todo mal humor. Sana los ojos y postemas igual-
mente encubiertas. Arranca la hidropesía y todo gé-
nero de latidos y sofocaciones.-Esta receta salió de
una junta que se hizo en Roma por los mejores mé-
dicos, á pedimiento de nuestro Ssmo. Pio VI, quit!n
lo dió al católico Cárlos IV, para alivio de las tropas.

Receta del panquimagogo, vomitivo purgante, segun Leroy

Vino blanco de buena calidad 4 libras: sén de la


plata 6 onzas, póngase en infusion fria durante 3 dias
teniendo cuidado de menearlo de cuando en cuando,

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294 REVISTA PATRIÓTICA
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colando y exprimiéndolo, de manera que cuando sea
posible quede la cantidad de vino empleada.
A cada libra de vino asi preparada agréguese tar•
trito antimonial de potasa, revuélvase bien y déjese
por 3 6 4 dias I dragma. Cuélese y sirve para el
uso: la dósis para los robustos será de una cuchara-
da, y para los débiles media, y para los niftos 4"' parte,
y para los de menos de un afio la 8ª parte ó gotas :
se le puede agregar té claro en corta cantidad, y obra•
rán por cámara.

Purgantes, primer grado

Escamonea de A lepo onza y media: raíz de turbit


6 dragmas ; jalapa 6 onzas, todo en polvo ; aguar-
diente de 20 grados 1 2 libras, mézclese y póngase
en infusion en el baño de maria durante 1 2 horas, á
una temperatura de 20 grados, pásese por el tamiz y
añádase el jarabe preparado como sigue :
Sén de la plata 6 onzas; agua hirviendo 24 onzas,
póngase en infusion durante 5 horas, cuélese expri-
miéndose bien y añádase despues 3 libras de azucar
rubia, haciendo segun arte un jarabe tal que, cocido
y añadido á la tintura, no lo enturbie, dejándolo aposar
por 3 dias.
Segundo grado -- Escamonea 2 onzas; raíz de tur-
bit I onza; jalapa 8 onzas, todo en polvo; aguar-
diente de 20 grados 1 2 libras. Hágase lo mismo que
se ha dicho para el primer grado, anadiendo á esta
tintura el siguiente jarabe : Sén 8 onzas : agua hir•

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DEL PASADO ARGENTINO 2 95

viendo 2 libras, póngase en infusion como se ha dicho


y aiíádase 2 y media libras de azucar rubia, haciendo
el jarabe como va indicado. ·
'[erur grado - Hágase lo mismo que lo anterior,
agregando á cada. simple una tercera parte, y lo mis-
mo para el jarabe, agregando solo á la agua media
libra y á la azucar otra media.
Cuarto grado - Hágase lo mismo, agregando á los
simples una cuarta parte y al jarabe una y media libra
de azucar. Su oósis será desde una cucharada y luego
segun la necesidad del paciente.

Para dolores gálicos

Harás polvos 4 onzas de zarza, 4 de sén, 4 de


azucar, 4 de almidon y 4 de arroz, todo mezclado se
toma por la mañana un vaso de agua tibia echándole
á este medio adarme de dicho polvo y continuará. Se
hace cocimiento de yerba carqueja y le darán baños
al enfermo con el cocimiento en la parte que le aflige.

Para ourar empacho ó asentamiento

Polvos de incienso, id de mirra, id de tusia, todo


mixto y en algodon con caña caliente, se pone en
calidad de bizma en el estómago.

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REVISTA PATRlÓTICA

Para quitar la tos

Una yema de huevo, un poco de aceite de almen-


dras y un poco de azúcar blanca, todo disuelto en
mortero de piedra, y con cocimiento de agua de ce-
bada, se hace una horchata y se toma caliente.

Arbol de diana

Se forma de este modo: Se disuelve una onza de


plata con 2 6 3 onzas de espíritu de nitro; evapórese
esta disolucion á fuego de arena hasta consumirse cer-
ca de la mitad, lo que resta se mezcla en vaso propor-
cionado con 20 onzas de agua comun en reposo
por 40 dias: en este espacio de tiempo se va for-
mando un árbol de plata con bastante analogía á los
naturales.

Para disol \Ter hinoha.zo11es de hidropesia

Raiz de perejil, id. de rábano, id. de achicoria, id.


de malvas y malvabisco, id. de hinojo y un puño de gra-
milla, todo cocido y colado se toma á pasto.

Para exterminar los piojos

Se toma una onza de semilla de perejil y media


idem de semilla de cebolla, se hace polvo fino y se
echan donde estén los piojos, y no quedará ninguno.

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DEL PASADO ARGENTINO 2 97

Para. quitar loe pujos

Se le dan al enfermo á comer pasas de higos blancos,


con los que quedará bueno, segun experiencia.

Para. ou_ra.r llaga.e de la.e pierna.e

La corteza del ceibo bien machacada, y con clara


de huevo batida puesta sobre las llagas, las cura .
Mascar una hoja de tabaco y aplicarla sobre las lla-
gas, tambien las cura.

Pa.ra. loe ojos

Se toma alcaparrosa como en cantidad de un grano


de maiz, se echa en una escudilla de agra, y luego
con una pluma se echa en ·1os ojos dos veces al día :
mitiga y deshace los humores de los ojos y las nubes.
Otro-Las cenizas de los caracoles con su carne,
mezcladas con miel y aplicada á los ojos, deshacen las
cicatrices que se forman en ellos y tanibien las nubes,
y fortifica la vista y quita las manchas que dejó el Sol
en el rostro. ·
Otro-La clara de huevo con polvos de incienso,
puesto en forma de defensivo en la frente, reprime los
humores que suelen destilar de los ojos y mitiga las
inflamaciones que les suceden.
Otro para ,-esoiver humores-La bosta de vaca 6
buey fresca, mezclada con vinagre fuerte y puesta en

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REVISTA PATkIÓTICA

forma de emplasto, resuelve las durezas, los lamparo-


nes, los diviesos y los tolondrones.

Para l& vista. y nubes

E] zumo de la albahaca instilada en los ojos mundi-


fica las nubes y deseca los humores que á ellos destilan.

Pa.r& los que pe.deoen angustia y apretura de pecho

Se prepara dos partes de agua Hovediza, y muy


bien reposada, y una de buena miel de abeja, limpia
de cera, se hierve y que merme la. cuarta parte, y
esto se tomará dos veces al dia.

Para. dolores de gota.

Se toma una calabaza 6 zapallo tierno, se raya ó


se moja bien, y se pone en forma de emplasto sobre
la hinchazon 6 dolor de gota, con lo que socorre so-
beranamente y quita el dolor.
Se toma raiz de cafia de Castilla, se mo3a, y se
hace cocimiento, éste sirve para lavar las piernas que
están inflamadas de erisipela ardiente.

P&r& aumentar l& leche á las paridas

La parida que coma cardo, sea cocido, ó el agua


de su cocimiento, le aumentará la leche.

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DEL PASADO ARGENTINO 299

Cardo santo, su cocimiento bebido vale á los dolo•


res gravísimos y vahidos de cabeza, y restituye la me•
moria perdida,
La cerraja comida acrecenta la leche á las paridas.

Para. quitar verrugas

Se toma incienso, pez y vinagre, y se· hace ungüento,


el que derriba las verrugas.

Para. las llagas de la. boca

Alumbre quemado con vinagre ó con miel, cura las


llagas de la boca y aprieta las disolutas encias, y traido
un grano de dicho alumbre crudo en la boca sana las
llagas de ella.

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NO SE HA PERDIDO

OPORTUNO RF.CUERDO DE UN SAl3l0 ARGENTINO

Con motivo del temblor experimentado en el Jitoral


del Plata, en Ja noche del 4 al 5 de junio del cor-
riente afio, se han producido diversos juicios, mas ó
menos interesantes, procurando manifestar las causas
productc,ras del fenómeno; pero en ninguno de los
escritos que al respecto han visto la luz pública, al
menos de los que han llegado á nuestro conocimiento,
se ha hecho referencia á fenómeno alguno semejante,
producido antes, sino en el mismo litoral, en comar-
ca muy inmediata <le nuestro suelo.
Nos referimos al que tm·o lugar el día 19 de oc-
tubre de 1845, en la campaña de Buenos Aires, de
que da noticia el escrito que insertamos á continua-
cion, debido á la científica pluma de nuestro bene-
mérito por sus servicios, á la vez que sabio compatriota
doctor don Francisco Javier Muñiz.
La preciosa descripcion del fenómeno, é intere~aate
teoría sobre las causas que pudieron concurrir á pro-
ducirlo, no dudamos que llamarán la atencion de los
hombres de ciencia que estudian el suelo de nuestro
país.
Por nuestra parte, cumplimos con el grato deber
de recordar ese estudio olvidado en la oportunidad
última á que nos hemos referido, y que, aunque lo

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DEL PASADO ARGF.NTINO 301

recordó, no lo pudo encontrar, el compi1ador de los


escritos científicos de nuestro venerable sabio, para
incorporar1o, como correspondía, al libro intitulado
e Vida y escritos del coronel don Francisco J. Mu-
ñiz,, segun el mismo compilador lo manifiesta en 1a pag.
361.
Se ha perdi·do, dice, la descripcion que hizo el doctor
Muñiz de un temblor de tierra esperimentado á Jo que
parece entonces en Buenos Aires, y de que escribió á
varias sociedades y aun á Darwin, segun se lée en su
carta.,
Se vé, pues, que ignoraba el compi1ador que el
principal escrito referente a1 fenómeno, habia visto la
luz pública en e) número 67 16 de la Gaceta Mer-
cantil de Buenos Aires, correspondiente al 26 de
Febrero de 1846 1 del cual lo trascribimos.
Parece indiscutiblemente justificada esta reproduc-
cion en nuestra Revista, tanto por la circunstancia in-
dicada de creerse perdida la descripcion, como porque
no es de buena ley el olvido de los hechos pasados
junto con la memoria de quienes los fijaron perdura-
blemente en nuestros anales.

Desoripoion del fenómeno y teoria. relativa.

Sefíor Editor- Esperamos se sirva Vd. admitir en


las columnas de su apreciable diario la siguiente noti-
cia de un extraordinario fenómeno de nuestras Pampas :
C,>mo haya llamado la atencion y excitado la cu-
riosidad y aun el asombro entre los habitantes de los
partidos de Navarro, Lobos, Chivilcoy y costa del

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302 REVISTA PATRTÓTICA

Salado - como podria servir algun dia de apéndice á


)a historia física del pais 1 - ó bien interese bajo otros
respectos )a referencia de este fenómeno terrestre, hasta
ahora inoido entre nosotros: daremos de é) la noticia
mejor circunstanciada, que nos fuere posible.
A las cuatro de la tarde del 19 de Octubre último,
estando la atmósfera serena, el cielo despejado y ele-
vada la temperatura, se hizo repentinamente sentir en
una línea observada desde la laguna del Socorro, seis
}eguas al Oeste del Salado, y siete á ocho del can•
ton militar Mulitas, hasta e) promedio de )os panidos
lindantes de Lobos y Navarro, un ruido subterráneo
asimilable á la ruptura de una nube que, uniforme en
estrépito, se pwpagara en trueno prolongado de Este
á Oeste, y perdiera a) fin, su decreciente estallido en
una remota lontananza.
El Norte que reinaba aquel dia, movia apenas las
pajas del desierto. El 1 8 y el 20 el viento fué el
mismo en fuerza, y el calor en los tres dias el del
verano. Del 16 que sopló el Sur hasta el 2 2 que
salió sucesivamente al Oeste, al Sur, al Norte y al
Noroeste, el termómetro no varió apreciablemente.
Solo cuando en la noche del 20 sobrevino un hura•
can del Oeste, seguido de una lluvia de 4 horas, la
temperatura refrescó en mas de un grado.

r. Nuestra historia meteórira ha recibido un lustre distinguido por


el estudio y observacion, que han hecho de los últimos cPmetas, que
aparecieron sobre nuestro horizonte, dos ciudadanos ilustrados, ami•
gos celosos del progreso de las ciencias naturales; el Sr. D. Felipe
Senillosa y el venerable patriota y acrisolado magistrado Dr. D. Vi•
cente Lopez.

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DEL PASADO ARGENTINO

En el largo trayecto de 1 5 6 mas leguas que se cuen-


tan entre los extremos indicados ( el Socorro y Na-
varro) no se notó la presencia de una causa activa
exterior. El aire, como queda dicho, conservó allí una
apacible circulacion, y algo oscuro como cuando, por
estar puro y seco en demasia, la luz se difunde menos,
no ofreció sobre el horizonte visual vapor vermicular
ú otro vestigio que ofendiera al bello azul de los
cielos.
Como no parece probable que aquel estallido se efec-
tuara bajo radios equidistantes de un centro comun
(condicion que no se observa ni en aquellos fenómenos
provenidos de la actividad redoblada de un foco ígneo
permanente, ó de causas operantes por comunicaciones
subterráneas de una alta antigüedad) es de presumir-
estando probada la latitud del tronido en diez ó mas
leguas, que su proyeccion longitudinal fuere mas allá
de las quince y que se internara todavia en el desierto.
Siendo del Socorro adelante yerma la campaña, si se
exceptúa Palantelen, punto aislado pocas leguas mas
afuera ; no es posible recoger dato alguno de propa-
gacion sonora hácia aquella parte.
La irradiacion transversal 6 sea la percepcion del
trueno en ese sentido está comprobada en aquel nú·
mero de Lguas, tomando la <-añada R-ica, chacra de
los hermanos Julianez por extremo Norte, y por Sur
el punto denominado Varangot, hoy poblado por D.
Estéban Noriega. Este y aquellos señores testigos
del fragor que fué allí bien sensible, y debió natural-
mente serlo mas allá.
A lo largo cruzó el Salado, segun se pudo calcular

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de su mayor fuerza y aparente centralizacion por aque-


11a parte, en la inmediacion al paso a,teho, no distante
del de las pi"edras, y cerca de la chacra Romero. Con-
tinuando hácia el Este, con inconcebible velocidad, se
perdió para el oido en el intermedio mas ó menos de
aque11as <los jurisdicciones.
Varios pe0nes de las provincias, acostumbrados á
la frecuencia de los temblores, recogían el ganado del
establecimiento del ca pitan D. Miguel Casal, sito en
las Encadenadas, 4 leguas al Oeste del Salado y 5
á 6 de Mulitas, donde tambien fué perceptible el tra-
quido. E11os unánimemente aseguran, lo mismo que
otros individuos, que la tierra osciló sensiblemente. Los
caballos que montaban sobrecogidos de susto, 6 como
avisados de inminente peligro, hicieron esfuerzos por
huir opuestamente al rumbo por donde se creyó pasara
el ruido. El que cabalgaba el dueño de la hacienda,
aunque muy manso, entró en viva agitacion, é hizo
movimientos violentos y desusados por correr á escape.
El ganado que conducían al r-0deo se dispers6 á la car-
rera, y los redomones atados al palenque en la estan-
cia, cortaron los cabestros y dispararon al campo.
Parece que el trueno procedió muy inmediato, sino
fué por la misma cerrillada ó cordon de médanos, que
enfila de Oriente á Poniente, 16 cuadras al Norte de
aque11as lagunas, y de cuya cercanía se apartaba en-
tonces el ganado. El se sostuvo en igual grado de
fuerza diez minutos : disminuyendo entonces gradual-
mente de intensidad terminó á los quince, por un zum-
bido parecido al que produce un trompo en movi-
miento.

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DEL PASADO ARGENTINO

Los campesinos comparan aquel estruendo sorpren•


dente, al que ocasiona el disparo de una yeguada
numerosa; novedad de la cual no puede, en cuanto á
la particular concusion que suscita en la tierra, for.
marse justa idea aquel que no la presenciara, y que
no hubiera temido ser víctima quizá de estos animales,
que corren á veces por millares y en masa cerrada por
las pampas 6 sabanas, en otras regiones de América.
La credulidad que acoge todo género de invencio-
nes, 6 sea el deseo de hacer mas señalados 6 célebres
acontecimientos como el presente, propalaron-que el
aire subterráneo hizo explosion cerca de la laguna del
Socorro, resquebrajando la tierra en aquella parte. Las
investigaciones del inteligente y activo capitan Casal,
á cuya bondad debemos varios detalles del caso, han
desmentido aquel aserto.
Sensacion, pues, tan nueva como imponente, no podía
menos que conmover á los habitantes, quienes absortos
é ignorando la superveniencia, en otra época, de igual
acaecimiento, aguardaron en profunda agitacion, el de-
senlace de aquel evento singularmente depresivo.
Ciertamente que su aparicion en los países sujetos
á temblores, habria esparcido la mas cruel y desespe•
rante zozobra, pues preceden alguna vez á terribles
sacudimientos. El memorable y mas espantoso ter-
remoto de Caracas, en r 8 r 1, fué antecedido por un
trueno y zumbido semejantes.
¿Pero hubo positivamente, en el caso que referimos,
algun estremecimiento del suelo? Nosotros suspende•
mos el asenso á la afirmacion exhibkla por varias per-
sonas contestes en el particular. Que hubo algo de
20

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extraordinario y afectante en él, distinto en poder y


en efecto del trueno ~empestuoso, no lo dudamos. La
consternacion se apoderó estrafiamente de los hombres
y de los brutos: improvisados aquellos por el senti-
miento impulsivo de conservacion, se lanzaron de sus
casas al cielo abierto, y tal como si fueran amenazados
por una catástrofe inexperimentada y peculiarmente
impresiva, son dominados primero de la irreflexion, y
cuando mas en calma, sin conciencia de lo ocurrido,
se preguntaban todavia: ¿ Qué ruido desconocido fué
aquel que terrificó tan fuertemente al corazon, y que
sobresaltara tan vivamente á los sentidos? Los irracio-
nales intimidados igu:1lmente, pero guiados por aquella
secreta inteligencia, por aquel principio innato y pri-
mitivo que regula sus operaciones, procuran : si en
suJec1on, romper sus ataduras; si en libertad, huir
prestamente hácia donde el racional supone mas re-
moto el peligro.
Esto es algo mas de lo que vemos en las mas recias
tronadas; cuando las nubes fulminantes conminan de
muerte á los débiles y míseros habitantes de la tierra.
El hombre teme y palpita ; mas no huye al raso;
quiere ocultar su pavor en el sitio mas recóndito; busca
á preservarse por medios mas ó menos fútiles y alc.i-
cinantes. El bruto se encoge y tiembla, ó contempla
con admiracion estúpida los imponentes meteoros, que
restituyen el equilibrio á la naturaleza. Pocos de ellos
se alejan del paraje en donde ha roto, con estrépito
formidable, la nube eléctrica. Mudos en trémulo y des-
conocido silencio se petrifican unos y otros ante la ira
desencadenada de los agentes que vagan en la atmós-

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DEL PASADO ARGENTINO

fera. Ahora, por el contrario, se clamorea, se inquiere


una incierta proteccion, no en los rincones de las casas
sino en la intemperie y fuera del benigno techo de los
hogares.
¿Qué significa, pues, este proceder sin ejemplo, esta
simultánea, indeliberada y violenta impresion? ¿ No
enunciará un choque de nueva especie sobre el espíritu,
la profunlla y delicada expresion de un sentimiento
desacostumbrado? ¿ No se explica suficientemente y
con propiedad la accion percuciente de la ca11sa, en la
unánime equiparacion que se hace de su efecto con el
estruendo de multitud de animales que corriendo en
tropel batieran y estremecieran la tierra?
La analogía que se advierte entre el trueno en cues-
tion y aquellos que preludian alguna vez las convul-
siones terráqueas en los países minados y en frecuente
agitacion por los fuegos subterráneos, ¿ no supone la
probabilidad, á pesar de no ser una misma la agencia,
ni en igual escala el resultado á su esfuerzo, que la
tierra vibrára algo en el caso presente? Esta conside-
racion importa mas todavia, si se reflexiona que un
trueno como el del 19, uniforme en estampido y ter-
minado en ronco y obtuso estridor; si se exceptúan
pocos casos, presagia sacudimientos débiles. Lo son
igualmente en los mismos paises ( con relacion á las
montañas 6 pisos de rocas) los que sucedan en las
llanuras, donde existe una gran masa de terrenos ter-
ciarios y de aluvion - tales como los que componen
las extremidades de este continente; siendo la austral,
ó el cabo que ella forma una prolongacion natural de
las Pampas iÚ Buenos Aires.

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Véanse aquí dos circunstancias, que podrian entrar


en babnza, aquellos que admiten en este accidente
alguna conmocion de la superficie.
La ligereza de los ranchos de la campafia, su lejana
situacion unos de otros, y la textura poco resistente
de las capas del terreno-la dificultad de conocer un
temblor cuando se siente por primera vez, si no su-
bleva la tierra, ni trastorna los edificios; dan, en rigor
sobrado motivo para la impercepcion de una ondula-
cion suave é instantánea, como, si acaeció, parece seria
en el fenómeno de Octubre. Pudo contribuir al mismo
efecto. la accion combinada de la causa rnotrix con
I

la disposicion de la tierra en aquel lugar, cuando


concurrieran, ó ceñir sobre una zona, poco ó nada po-
blada, lo mas fuerte de la agitacion. Asi se concen-
tra, alguna vez, por el lomo 6 falda de una cordillera
y dilata longitudinalmente por alli su mayor fuerza
un sacudimiento, enviando sus temblorosos y mas im-
potentes rayos laterales á menos distancia.
Pero en caso que no se conmoviera la tierra en la
duracion de aquel trueno. ¿ Puede conciliarse su tran-
quilidad exterior y Jo apacible de la atmósfera con
cualquier revolucion del suelo en el mismo sitio? Esto
es lo que precisamente ha mostrado la experiencia á
los físicos, mientras ondulaba Ja tierra - eveniencia
cuando no general, acaecible empero. Esta particular
y curiosa circunstancia se ha ejemplificado antes de
ahora, con lo que se observa entre el color del mar,
que varia de mil modos, y la preservacion de Ja atmós·
fera en el mismo estado, hay succ::sivos cambios en eJ

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color aparente de aquél, y quietud perfecta en los ele-


mentos de ésta.
Sin embargo, suele notarse que, por vehemente y
repetido que sea el traquido subterráneo, y por ex-
tenso su curso, no siempre le acompaña oscilacion de
la costra del globo, Otras veces, y lo diremos por
via de ilustracion, 6 no se efectúa la explosion al ex-
terior, ó sobreviene un eructo ( hablamos de terrenos
volcánicos) mas 6 menos copioso, por un cráter dis-
tante tal vez cientos de leguas del punto en que se
sintió el estrépito. Es tambien difícil distlnguir, aun-
que en nuestro caso parece no serlo, si es la tierra ó
el aire el vehículo estrídulo de trasmision-; y tan grave
es esta dificultad, que hombres y poblaciones enteras
de este hemisferio, con la habitud de estos espantosos
tronidos, los han equivocado con los de la artillería
enemiga, que disparara remotamente; y se han pre-
parado á la defensa de la ciudad, tomando las armas.
Por otra parte, es inadmisible que el estrépito del
19 de Octubre fuese mera continuacion de una cre-
pitacion volcánica; por cierto que sea, que el estruendo
de los estupendos elaboratorios y el de las horrísimas
fraguas terrestres se propague á mas largas distancias
por la misma tierra que por el aire. La erupcion del
Cotopaxi, en 177 4, se sintió sobre el Magdalena, á 1 50
leguas de distancia y otras hasta 200.
Pero aqui la misma naturaleza contraría aquella su-
pos1c1on. La inmensa distancia á que estamos de todo
volean activo, la extension prodigiosa de las Pampas
desnudas de montañas y serranías, si se hace abs-
traccion de remotas ramificaciones, son obstáculos in-

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310 J.EVISTA PATRIÓTICA

vencibles, que arredrarian al calculador mas atrevido


y paradójico. A la verdad, que choca admitir el curso
del sonido por tal via y á grandes profundidades, como
es indispensable que lo fuera, para alcanzarnos des-
de el apartado y frio corazon de los Andes.
No siendo, pues, netamente meteórico aquel trueno,
pues prescindiendo de accidentes negativos, no se vió
relámpago ni sobre el área sonora, ni sobre otro punto
del horizonte, ni el efecto de conflagracion volcánica;
buscar se le debe un origen mas natural, y que ligue,
bajo ciertas probabilidades y aun en concordancia con
analogías físicas, los precedentes y los accesorios en el
principal carácter del fenómeno que consideramos.
Ya se observó: que el viento era á la sazon debi-
lísimo, al menos en las bajas regiones de la atmosfera;
que ésta no contenía partículas terrosas ó pulverulen-
tas en ascencion, ni aun vapores visibles; que el trueno
fué suave, sin redoblamientos ni interrupciones; que
no hubo explosion ni lluvia eléctrica.
En tal estado de cosas no nos parece absolutamente
vago el suponer, que las exalaciones acuosas elevadas
por un sol ardiente de los reservarios ó grandes la.
gunas de las Pampas, siendo los conductores de la
electricidad atmosférica, la relacionaran desigualmente
con el constante estado eléctrico de la tierra : que en
virtud de este simple antecedente ó por la acumulacion
eléctrica, favorecida en algun punto ó puntos del espa-
cio repercutido ó retumbante, á mas de por causas in-
cógnitas, por la ausencia de truenos y por la humetacion
pluvial de los meses anteriores ; sucediera (por incom-
pleta é insuficiente la comunicacion entre la electrici-

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DEL PASADO ARGF.NTINO

dad atmosférica y la terrestre) la descarga estrepitosa.


No en la atmósfera, sino dentro de la tierra mas elec-
trizada, y donde una antigua y prolongada sinuosidad
ó un paso abierto de pronto, sirvieran de conducto ó
galeria al estallido eléctrico, y quizá tambien á los gases
inflamables puestos en ruidosa combustion.
El equilibrio de la electricidad, que es el gran resul-
tado de las explosiones atmosféricas, ¿no se restable-
cerá acaso de este modo, especialmente en ciertas con-
diciones del fluido, y segun la extension ó deficiencia
de la comunicacion entre ambas electricidades? En este
último caso, cuando no se verifica, por defecto de par-
ticipacion, la descarga absoluta (ocurrencia que ocasiona
el trueno) ¿es de rigor absoluto, es un canon dictado
por la naturaleza, que para obtener el equilibrio, las
nubes se rompan, que detonen, que la atmosfera sea
el teatro exclusivo en donde se consumen aparentemente
todos los actos, cuan grandes y sublimec¡ son, del fluido
eléctrico que envuelven, y penetra misteriosamente todos
los cuerpos del Universo?
Sea cual fuere el valor é importancia que tengan
estas conjeturas, nos inclinamos á creer: que la sola
dilatacion de los fluidos elásticos por las hendeduras é
intersticios de la tierra y su progreso acelerado mas y
mas por nuevas adiciones de la causa espansiva, (el
calórico ó ya sea, en otra hipótesis, la afluencia dd
aire frio y denso que, por una lc::y dinámica ó de gra-
vitacion, tiende á precipitarse sobre ellos, y cuyo im-
pulso poderoso hace correr un huracan sobre 50 metros
por segundo en nuestra atmósfera); explícitamente se-
ftala, con preferencia á todo otro agente, los que pu-

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dieron originar en el seno de aquella proyeccion el


trueno subterráneo del 1 9 de octubre del ai'ío próximo
pasado.
Es ciertamente sensible no haber observado el baro-
metro ni la aguja sobre el espacio resonante. Siendo
la presion de la atmósfera relativa á su densidad 6
rarefaccion y conforme con ella el efecto sobre la co-
lumna barométrica, la diferencia de altura entre el mo-
mento precedente al fenómeno y aquel en que éste tuvo
lugar, habria marcado la alterarion del aire y creado
resultados de grande y positivo interés. Las variacio-
nes accidentales en que pudo entrar la aguja (como
sucede en la apariencia de varios meteoros y en los
movimientos concusivos 6 undulatorios de la tierra)
hasta cierto punto mostrarian la conexion directa 6 in-
directa, con el magnetismo del globo, del principio
oculto, cuyo eco rugiente y enigmático hirió de estu-
pefaciente pavor á cuantos le percibieron en aquel me-
morable dia.
Villa de Lujan, 8 de febrero de 1846.

FRANCISCO JAVIER Mu~IZ,


Médico de Policaa del Departamento.

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·.

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INDICE DEL TOMO II

l'Á0$

EL H.KRMANO MoN·r.KNKORo-Su mntcria médica mi11ioncra.


<:11ña llstola ~ol11tiv11-Jbopé r.alupiri ehebaé. <.J111!1\ flstola sih·cst.r<'-
Jbopé guazú ehdJaé .... . ...... . . .. .. .. . ,, . . . . . . . . . . . . . . • . . .. • . • . . . 3
Palo santo negro 6 lbird, ucai-Alg11rrnhiln, l!'IIR\'Rfllll ó Ibirtl ehé . .. . 7
Arraynn silvestre negro, 6 guabiyú.... . . . • . • . . . . . .. . . . . . . . . . 10
A rrayan negro menor. lbauh 6 guabiyú miri . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
Ar rayan blanco montano, 6 Añangapirt. ·miri. . . . . . . . . . . . . . 16
Guayabas, 6 arazd. guazú . . . . . . . . . • . . . . . . . .. . .. . . 18
Gunyabas campesmns, 6 ara.uf hezadébae.. . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Algarrobo, 6 ipo-pé moroti .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Granadi1111 de la Pasion, 6 mburucuyd,.. .. • • . • • • • . • . • • • . . . . . . . . . .. 25
Granadilla de 111 P11sion amarilla y mor11d11 . mbun,ruyd... . . . . . . . .. . 28
Pifia mayor americana, 6 caraguatd. . . .. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
CorN>guela, 6 yetiri-baí...... .. . . . . . . . . .. . . . . .. .. . . . . . . . . .. . . . 35
Maní, 6 alfóncigc,, mandubi... . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . • . . . . . • . . • 36
Acetosa mayor, 6 ibid miri . . •• . . . . • . . . . .. .. .. . . . . .. . . . .. . 38
Nardo, 6 vara de José: ibotí moroti.. • • . • • • . . • . • • . . . . . . . . .. . .. .. 40
Albarrana dulce ; azucena silvestre : ibotí guazú. . . . . . . . . . . 42
Rosa mo~quet11 1 iboti mo,•oti..... . .. . . .... . . .. . . . .. .. 44
Seibo, especie de chopo, 1uinandL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
Arbol del Paraíso; cad.parí miri . . . .... . . . . . . .. . . . .. . . . .. .. . . . 49
Canrnleu-Achicoria; cad uguai guazú .. ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ól
Ll11nten silv,stre peludo; cad yuqui .. ...... . . . • . . . . . . . . . . . .. . . 5:!
Esquinanto munor--Capii rtiU . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . • . . . óó
~ínfea-Agt4apé guazú. . . ... .. .. .... . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . .. óO
De la quirocilla-Aguapé .. . . .. . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
Llanten fndico-Repoti atd.. . • . . . . . . . . . . . . .. • . . . . . . . . . .. . . .. . .. . . . 63
Yerba de Santa Lucia-Bagmro mirí . . .. .. . . .. .. . .. . . . . . .. .. 64
Siempreviva mayor-Cadrt4rú guazú ipegud. . . • • . . • • • • • . . . • . • . • • . • ti6
Palo de culebrus-IRipó moroti.. . ... .... ... . .. . . . . .. .. .. . .. .. .. . . 68
Mastuerzo índico.... . ...... .. ... . .. .. . . ... ... . .. . . . . . .. .. ... .... . . 70
Jengibre silvestre-Carachird, miri ... .. . .. . ... ... . .. ... . .. . . . . . . . . . . 72
Contra yerba del Perú-Taropé-Higuerilla. contra yerba fem'3nina;
Taropé, mirí. . . . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Canchalagua-Cupií iropita. • • • • • • • • • • • • • • • • • . • • • • • • • • • • • • • . • • .. 78

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La yerba de murtR-ATiangapiri cad ..........••........... 80


Yacaré cad .....•............. .. .......•.................... . •••.. 82
Cnlaminta menor-Orégano ..........•............................• 84
Yerba de colmillo de víbora; mboy r,,,t,.. . . . . . . .. . .. . 85
Duraznillo ó hediondilla; coquet'Í..................... . . . . .....•.. 87
Arisluluq11i11 rotunda; tupaci yetl........ . ...................... . 9,)
Pan de puerco, ó 1urn porcino; caraché ............ .... . .. . . 94
Lentisco blanco, 6 molle; aguaraibai _quazú .......... . 97
Lentisco negro, 6 molle nl'gro; aqi,n.raibai 11,iri • . . . . . . . . . • .•• 100
Leche (.res, 6 jnl11p11; cwí camM ............ . . . ... ............. .. 101
Yerba santn contra peste; caá c1<rHZÚ ..... .......... .. .......... . 105
Lepidio, :, paico; cwí11é. _quazú........... . . . . . . . ............ . Júi
Verbena verdudera ...... .... ........ .. ................ . l(f.)
C11rqueja; yaguareté caá ................. ................ . .. .. ... . 112
Cértula 11111yor. l\lclilocto; taro caá •... ......... , ... • .. . ... 116
Ajenjos pónticos; sandia rogué miri.......... .. .. .. .. . .......... .. 118
Artcmis11; sandia rogué guazú .....•...................... . .•.... • .. 120
Orozús, regulicia; isipoá poyú .. ............... . ..... . ........... . . 12'.l
Illedos bl:111<,oS pequeños· caárurú m-0roti •••. . . ............. .. ..... I:?ó
Agrii11uniu, cuputorio; mlmi guazú y ml.>m miri .... . ......•.•. 12!)
Virga anrea; mbul mirí; ibotl yu ............... , ........ , . 1:32
Aro dulce, ó dragontea menor; tuyá, mangará tniri. ........ . 13-5
:Mumon, ó mamonas; pino guazú, en tupí.................... . . ... . 188
Plat.Kno; pacobll ................................................ . 1:3!)
Achiote; urucú. . • • • • . • . • • . . . . . . . . . . . • . . . • . . . . •..•.......•.. 141
Sangro de drago; ibirá caáberá ...................... ........... . 14.-1
Guenbé, la fruta; guenbei, la planta.... . . . . . . . . . . . . . . ............ . 146
Ilejuco, ó palo de culebras; isip6 moroti, coterd., ip1>cncnRna .. . 151
Guabirá •••• ...••..••••.•••.......•.....................•.......• 153
Stilvia silvestre índica; caáimbé morotí ...... . . .. ... .........•....... 155
Arbol del incienso, laurel; ayué ña11ái ...................... .. ..... . ló8
Lupttcbo, ó faibó; palo santo del guaicurú, fa!lt, en p:uaraní ........ . 163
Otra receta no menos eficaz y mas segura ......................... . lfj5
T11marindos reales; en tupí, y11fal; en guaraní, ibaahi .... ......•... 166
Copaiba, en guara11í cupai; en tupí, copaiba .. . .................. .. . 16!1
Arbol de animé; en guRrnní, yataibá ...... . ... ..•......••..• . ..... 172
Pino americano de bálsamo, ~n guaraní, CHril .................... . li6
Sándalo colorado; yHqt<iriprl .. . ............... . ....... ........... . 17!1
San Antonio; en guaraní, paráparal..... . . ....••....... . ...... . .. 181
Recino, higuera dC1l infierno; en guaraní, amambai guazú . ... . ..... . 183
Altócigo; en guarnní, ibirá yapacaril ........ .....•..........•..... llH
Gu11yac11n color11do; en guaraní, caarobá ibil-4 ucal. . . . . . •... . ...... 188
1>11p11yas, ó nuez índica; en tupí, ,11a11glfera ... ... ........... . ..... . 100
Cah,minta mayor; en guaraní, tamatiduai mirl .. . ... ......... • •. . . h12
l.:Upatorio americano; en guaraní, taperibá caá .....• .............. \!)5
Vireina silvestre; ef¡borai hezaetá--Vireina burtcnsa; eyborai miri .... 195
Raiz do la China blanca; yuapecd guazú-Raiz de la China; yuapecd
miri ...... .............. • • • • • · · • • • • • • • · · · · · · · · · · · · · • · · · · · · · · ·• 199

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DEL PASADO ARGENTINO 3I 9

Aguarandió miri-Aguarandió. . .... . . . . . . . . . 202


Arnro menor; ·yagua,·,rndió mfri- -Hicdrn índica; yuguarandió gm,zú. 20ü
MPcho11c11n; yetirá miri... . . . .. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2,)9
Poleo; tw1gai cad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . • 212
Mercuriales rua:;culinos; ma,·ba caá, tipicltafi.. . . 21,:i
,Tengibrc ó g11langn, masculino; manga,·atiá guazú-Jengibrc 11mcri-
c11110; mangarati<i miri.... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . 21 i
Almácign verde Je Plinio; en· gu11n11,í, cwit1,i. . !l O
Almá<'ign; en g1111rnn!, r.a-áisi . . . .. . .. . . . . . .. . . . . . . . . .. 225
Bntntilln de don Antonio; caaparé mfri . . . . . . . . ... .... .... 227
Crintlillns dn ticrm palustre; ,nangarlí ltesueté............ 2!{0
Escabi.irn índica vcrdnder:o; 111lmtid 11hbaé--ll:sc•11biosa blnnc11; caám·
butiá mo,·oti. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2il2
Yerbn de la dborn; macagu<i cwí.. . . . ......... . .... . 2:14
Yerb,1 de 111 v!born-; mboy cad. . . . . . . . . .. .. .... .
Díctamo blanco nlto; caá cuper.hi g11azú; caáberá ,niri. . . . . . . ..... . 241
Enul11 ó Hénula c11111p11nn; caápé, cadpé guazú. . . . . . . . . . . .. ... _. . . 24-1
:Jiten ta snlvnjo: caba,·d cad-~fontn; caba,·,i caá mornti . . .. . . .. ... . . . 247
Tabuco; peti, en gunrnní... . . . . . . . . . . . . ....... . 240
Lino snlvnjc ; mbocayi l1eaaeté-C11ilc11 bilmen; caá boqui •.. 2iil
Hisopo mnyor negro; coáimbé uhbaé, en gunrnní ... . 254
Caáimbé guazú, en g1111r,rní ..... .. .. ... .......... .. : .. .. ... . 2i)7
A!mi?.clc; mandiyú riacuá, en gunrnn! ..... . .... . 2(l2
Acetosa mnyor, ó con~uldn mc11or; lbüt guazú zaeté pitá .... .. _.. .. . . 2ti3
Consuelda mnyor índicn; caapif,í g11az1í, en guaraní . . . . . . . . . . . . . . . . 2fii
Anacardo de Plinio; pino 1niri ... . ... . ......... . . . .... . . . . . . . 26i
Bacucú; raí?. co1nmt.ible .................. . ...... _. . ... . 2G'l
Arbol del enea.,; cacahu atl, en tupí. . . . . . . . . . ...... . . 2i0
Arbol de la nuez moFcndn; en tupí, bongo pala . .. _. . . 2i4
C11nel11; raliacl,a 6 cucurrlo, en tupí . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... _.... 278
.Arbol del cluvo; tl,sinca, en tupí-Item, espigndo, tlisi11ca molo11ga, eu
tupí .................. . ......... . .................. . 281
Enre<l11dcrn <lo ¡1111,ierotn; isipú de pimicntn. Isipó de pimiento Hhbae,
mnsculino-Pimientn longn; pi11pili11, en tupí ... . ......... . 284
OrR .\S CURIOSID,\DE~-Recet,1s suelta• ., , .. .. .. , .. . . , . , .. . · r 87
Purn i<'s nervios rntumecidos... . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . 2!si
Pnrn el dolor de muelas .. . ... . . 288
Pura sacnr ng1111 de flores sin nlnrubique. _.. . .. . . . ....... . . 288
l'nm hnccr queso de bntntn .... . . . .. . . _. .. .. . . . . . . . . . . ... . . ..... . ~88
Pura hnccr ,·ino de na~Pnjns .. . ... . .. . :.!S!l
Pnra te1iir el pelo.. . ..... . . . . . . . . . ... . . . . . . . . _. . .. . . 28fl
Otra para el mismo tin ......... .. ....... . .... . ...•..... . 2\lO
Lechi, virginal pnrn hermosear el roijtro.. .. . . . ....... .. ... .. . . 290
Para sac11r nceilc esencial de robas .. . ..... _ .......... . . . 2fll
Agu11 de vergamot11 . .. . . . . . . . . . . . . . . . . .... . . .. . 2fl2
U11gtic11to blanco ~implti . ............ . . . ..... . . ........ . ...... . . . 29.!
Pnrn los callos de piés. . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . :.!9.!
Rccclu curntivn .•........ . ........... . ...••••....... . ..•..•..••••.• 203

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32ó REVISTA PATRIÓTICA

Receta del panquimagogo .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .. . . . . . . . .. .. . . . 29!3


Purgantes, primer grado .. . . . ... . .... .. . .. . .... .. . .. . . ... . 29.f
Para dolores gálicos . . . . . . . . : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . :?95
Pam empacho ó asentamiento ... . . . . . . . . . ... . . . . .. . . . .. . . .... . 2%
Parn quitnr la tos. . . . .. .. ... . . . . . . . . . . . . ....... . . .. . 29(,
A rbol de Diana . ...... ......... . . .. ........ ... . . . . .. .... .. .. . . 2'J6
P11ra disoh-er hinchazones de hidropesia .. . . . . ... . . 29G
P11rn exterminnr los pi ..jos... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .... . ... .. . 296
Para quit~r los pujos . . ..... .. . .. .. . 297
Pnrn curar llagas de las piern11s .. . 297
Para los ojos. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . .. . 297
Para la vist11 y nubes. . ... ... . . . . . . . . . . . . .... .... 2ll8
Para IM que padecen angustia y npretura de pecho . 2ú8
Para dolores de gota ... . . ...... . . . . ... ...•. . . .. ... . 2'J8
Para aumentar la leche á be paridas. . . . . . . . . . . . . ~98
Pnra quitar verrugns .... . . . . . . . . . . . .... .... ... 2<J9
Para las llagas de la boca . .. . . .. .. .. .... ... .. 299
No ex HA PICBDIDO-Oportuno recuerdo de un snbio 11rgentino .. ... . 300
D cscripcion del fonómeno y teoría relativa . . 301
Nóllll NA. DI!: SUSOIUTORS:t! • . • • . . . 313

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