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EL IMPACTO DE LA MÚSICA COMO ELEMENTO MODELADOR DE LA

PEDAGOGÍA LIBERTARIA

Por

Iván León

Licenciado en educación musical

U de A

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

 Describir los diferentes estadios en que se desarrolla la música en el GIM en el marco del
concepto de competencias.
 Señalar el alcance formativo de la música en el GIM relacionando el juego y la
competición con los postulados que inspiran el modelo de pedagogía libertaria.

INTRODUCCIÓN

No sería preciso hablar de la importancia que tiene la música en la escuela cuando éste tema ha
sido ampliamente abordado por diferentes músicos y pedagogos desde del siglo XVIII. El objetivo
entonces es mostrar como la música juega un papel primordial en el desarrollo de una comunidad
inscrita en el modelo de pedagogía libertaria, tal sea el caso del “Gimnasio Internacional De
Medellín”, que mas allá de proporcionar un espacio privilegiado para el desarrollo de las
capacidades musicales con el aprendizaje de diferentes instrumentos, delega en la música gran
parte del proceso formativo de sus estudiantes. Es decir, la música en el GIM no se limita a la
formación de músicos, sino que interviene directamente en la formación de personas que viven en
comunidad, y que a partir de la música pueden elevar sus niveles de autorreconocimiento, auto
valoración y así encuentran un espacio de efectiva interacción con la comunidad.

El presente escrito pretende condensar los elementos que han permitido desarrollar procesos
efectivos a través de la práctica musical, posicionando espacios tan vitales, como el coro, los
ensambles, la clase de solfeo, el Festival de la canción GIM, la participación en el festival “Coros y
conjuntos” y la música infantil, en el marco de una pedagogía del sujeto que más allá del éxito
individual, propende por arraigar en sus estudiantes el espíritu del bien común. En otras palabras,
se espera dar cuenta de los diferentes estadios donde el quehacer musical aporta ostensiblemente
al potente ambiente formativo que palpita en la comunidad Gimnasiana.

Así mismo, más allá de la descripción de la vida musical del colegio, es importante señalar los
diferentes desafíos que implica dicha concepción de la música en la práctica de la filosofía
Gimnasiana. Uno de ellos es, sin duda, el reconocimiento de las subjetividades que conforman la
singularidad de cada estudiante y que permitirá desarrollar un proceso musical que obedezca al
cultivo de la fantasía y la formación de la voluntad.

La música en la escuela: Generalidades de la educación musical.

Partiendo de la experiencia empírica de quién escribe, se deben señalar algunos vacíos teóricos y
prácticos de la iniciación musical en el municipio de Medellín. Para empezar, son muy pocos los
maestros de música facultados para la formación de profesores en esta área, y los que existen no
alcanzan un impacto relevante en la comunidad ya que, su labor muchas veces no se desarrolla en
las facultades de música sino en academias especializadas en la iniciación musical. Sin hablar del
desdén con que muchas veces se asume la labor docente en ésta etapa del aprendizaje,
relegándola a la “fácil” ejecución de la ronda y la repetición rítmica.

Como resultado de lo anterior, no existen programas que dimensionen y abarquen los aspectos
vitales de la enseñanza musical en etapa inicial, limitando sus contenidos a la realización de
actividades que enfatizan en el adiestramiento técnico y a la obtención del logro.

Al respecto, el documento “El lenguaje rítmico-musical”1 dice: “En educación infantil no se trata de
aprender música desde un punto de vista técnico, sino de desarrollar progresivamente una
capacidad para servirse de ella como un medio de expresión y representación al servicio de los
objetivos educativos. Lo fundamental será que niños y niñas disfruten, elaboren, se expresen
utilizando su propio cuerpo y los materiales que tienen a su alcance.”

Esta definición, aunque limitada, insinúa la importancia del juego musical como el contexto vital
donde se cimentaran las posibilidades expresivas y representativas de los niños, a partir no de la
realización de rutinas preestablecidas y con resultados previstos, sino de un método basado en el
cultivo de las capacidades creativas.

“La música es un lenguaje y la principal característica de cualquier lenguaje humano es la


creatividad”2. Crear desde la palabra, desde el cuerpo y desde el sonido, evitando la mecanización
estéril de los elementos musicales, así el juego se nos presenta como el medio en que los niños
despliegan su fantasía y representan los hechos que, desde su experiencia infantil constituyen el

1
Documento obtenido en la web http://www.mcgraw-hill.es/bcv/guide/capitulo/844819876X.pdf que no
referencia el autor.
2
Romero, Lácides. “La improvisación pentatónica y modal en los procesos de lecto-escritura musical”
dominio de la realidad, o según Erickson: “Propongo la teoría de que el juego del niño es la forma
infantil de la capacidad humana para manejar la experiencia mediante la creación de situaciones
modelo y para dominar la realidad mediante el experimento y el planeamiento”.

La concepción de la enseñanza musical desde ésta óptica constituye un reto mayor si se tiene en
cuenta que muchos maestros, en su afán por resolver el día a día de su labor docente, asumen la
abundante bibliografía de métodos de iniciación musical como un catálogo de actividades que, en
el mejor de los casos, someterán su clase al ejercicio de la lúdica, prescindiendo de un efectivo
plan que conjugue las diferentes posibilidades expresivas y las necesidades particulares de sus
educandos.

El método ORFF

Teniendo en cuenta el carácter formativo que recae sobre la enseñanza musical y en consonancia
con los postulados que sustentan la pedagogía del sujeto, El “Gimnasio Internacional de Medellín”
ha adoptado el método Orff como base fundamental del proceso de iniciación musical. Más que
un método para la práctica de la música infantil, Carl Orff se propuso documentar su práctica
como docente, elaborando un método que reúne la danza, la gimnasia, el teatro, la poesía, la
imagen y por supuesto la música.

El carácter unificador del método permite la creación de diferentes escenarios donde los niños
pueden explorar sus capacidades expresivas, generando gran variedad de posibilidades en relación
al libre movimiento, la danza, el dibujo, el gesto, la palabra y el sonido en general. En pocas
palabras, es un método vivencial que, a partir de la creatividad logra la integración de las artes.

Un aspecto fundamental del método es que posibilita la participación de todos los alumnos, aún
de aquellos que no poseen características corporales y musicales muy destacadas. Es decir que
todo niño tiene la posibilidad de disfrutar de las clases y desarrollar de manera paulatina las
facultades que le permitirán interactuar de manera efectiva con su grupo, ya que, como se dijo en
principio, el adiestramiento y el dominio técnico no forman parte de los objetivos de la enseñanza
musical en la escuela, como sí la libre expresión a través del juego.

El cultivo permanente de dichas capacidades será la base fundamental sobre la cual se desplegará
de manera efectiva la autoestima del niño. Y es en este aspecto específico donde el “GIM” enfatiza
e inscribe su proyecto vocacional, esperando formar “alumnos con un máximo desarrollo de sus
potencialidades e intereses personales”3. Así pues, el campo vocacional pretende: “Desplegar una
autoestima ecuánime e insobornable, basada en el vigor y las destrezas corporales, cultivadas con
pasión y reguladas por una refinada estética”4.

3
“Proyecto vocacional GIM” realizado por Blanca Giraldo.
4
idem
En este sentido todas las bondades que ofrece el método Orff encuentran una sustentación
objetiva en los postulados planteados en el proyecto vocacional del GIM, definiendo la educación
musical como: “el espacio instituido por el GIM, para ensanchar el yo de los alumnos mediante la
practica experimental en sus diferentes manifestaciones y posibilidades”.

Más allá de lo mencionado en relación al método Orff, se destaca dentro del proceso de iniciación
musical el proyecto de coro infantil, el cual da un paso adelante en el desarrollo vocal y auditivo de
los niños, permitiéndoles explorar de manera más especializada los diferentes aspectos que
conforman la técnica del canto y reconocer sus cualidades que más adelante pondrán en juego
en los circuitos de competencia habilitados dentro y fuera del colegio.

La competencia, o mejor, la competición, hace parte fundamental del quehacer musical del
colegio, gracias al carácter cultural que condiciona y agita la vida en comunidad. Pero este será
un tema a tratar más adelante.

Aprender haciendo… y queriendo.

Uno de los espacios más importantes para la práctica musical en el GIM es la “Escuela de Música”.
Esta, convoca a todos los estudiantes que deseen especializarse en la ejecución de un instrumento
específico, para luego, toda vez que hayan adquirido las herramientas necesarias, formar parte de
los ensambles musicales. Los maestros encargados de instruir el proceso instrumental de los
estudiantes son músicos profesionales inscritos en el circuito artístico de la ciudad de Medellín,
con amplio dominio, no solo de su saber específico, sino de los diferentes aspectos musicales o
no, que se relacionan con su profesión.

Si bien se ha señalado en páginas anteriores que el objetivo de la práctica musical en el GIM no es


la formación, en el sentido estricto, de músicos a nivel profesional, es importante destacar los
significativos avances de muchos estudiantes gracias a la apropiación y al dominio técnico de su
instrumento. Incluso, algunos de ellos han alcanzado reconocimientos muy importantes en los
circuitos de competición a nivel intercolegiado de la ciudad. Estos procesos musicales exitosos,
obedecen en gran medida a un efectivo acercamiento inicial a la música, lo cual permite adquirir
paulatinamente los elementos básicos para el ejercicio musical que, con el correr del tiempo y
gracias al cultivo y despliegue de la fantasía, infunden el deseo y el interés de enfrentar con mayor
rigor el aprendizaje instrumental y musical en general.

El maestro de música cobra entonces gran importancia gracias a que es él, como modelo de
identificación, el encargado de sembrar en el estudiante el interés necesario para profundizar cada
vez más en el cultivo de sus potencialidades musicales. “Es indispensable el arte del maestro para
saber convertir el motivo y la motivación en auténtico interés mediante la efectiva proyección de
aquella en la acción de aprendizaje y de éste en los productos de aprendizaje”.5

5
Proyecto vocacional GIM
…”Corresponde, entonces, al maestro no solo depositar las semillas en el suelo nutricio sino
preparar y enriquecer este suelo para que las semillas tengan la mejor oportunidad de germinar y
desarrollarse”… 6

Uno de los desafíos más acuciosos en el proceso de enseñanza musical del GIM, consiste en no
limitar este proceso al simple desarrollo de habilidades y potencialidades del alumno. El objetivo
es pues, contribuir como maestros a la búsqueda constante de nuevos retos a partir del
reconocimiento de las particularidades y singularidades de los sujetos, despertando en éstos la
motivación auténtica por el quehacer musical, en otras palabras, educar en la libertad,
entendiendo esta gran empresa como “la formación y ejercicio constante de la voluntad en las
circunstancias del diario vivir”.7

No puede negarse que la práctica real es el elemento fundamental para alcanzar el dominio
efectivo de los elementos técnicos de la música, “aprender haciendo” parece ser el único camino
para desplegar las potencialidades del estudiante, pero a éste debe asistirle la necesidad
imperiosa por el conocimiento: “el arte de la educación libertaria no consiste tanto en crear las
condiciones para que el alumno haga todo lo que pueda y quiera, sino en lograr que quiera todo lo
que puede y debe hacer a diario” 8

En este contexto, los diferentes espacios que ofrece el GIM para el desarrollo efectivo de los
procesos musicales, como la escuela de música, la clase de solfeo, los ensambles y el coro, deben
garantizar un ambiente que posibilite el desarrollo del interés, la motivación por el aprendizaje y el
ejercicio de la voluntad.

Juego, competición y cultura

Tal como lo fuera para los antiguos griegos, la competencia juega un papel fundamental en el
desarrollo de las costumbres y rituales Gimnasianos. Es en el juego, entendido como
confrontación, que la comunidad despliega todos sus valores e ideales de belleza que se
condensan en el concepto de “virtud”, “areté”. De esta forma, la permanente confrontación
delimita el día a día de una comunidad en continua búsqueda del honor.

La música y los diferentes eventos dentro y fuera del ámbito Gimnasiano, son el escenario
privilegiado para el despliegue de las potencialidades de los estudiantes, y por esta razón, el
marco donde se exhiben y se condicionan a partir de las reglas de juego, los aspectos vitales del
actuar individual y colectivo.

Las competencias al interior del GIM se conciben como rituales sagrados que elevan al más alto
nivel a aquellos individuos aptos para la disputa. Se juega con honor y para el honor, se juega no

6
García, Ernesto. “El forjador de ideales”
7
García, Ernesto. “Postulados generales de la pedagogía libertaria”.
8
Claparéde. Tomado de “Postulados generales de la pedagogía libertaria”.
en búsqueda del entretenimiento, sino en búsqueda del reconocimiento de la tribu, y como forma
de generar elementos comunes que sirvan como hilo conductor de la cotidianidad, de generar
cultura.

“El campo semántico de este término combina tres significados: aptitud (para), disputa
(por) e incumbencia. Eventos pragmáticos que ponen en movimiento las potencias
subjetivas alrededor de un determinado «foco de logro» percibido como vital por el sujeto
competente. “El espectáculo sagrado y la fiesta agonal son las dos formas universales en
las que la cultura surge dentro del juego y como juego.” (Huizinga, p. 70) “Reina una
extraordinaria uniformidad en todas las culturas por lo que respecta a los usos agonales y
la significación que se les presta. Esta uniformidad casi completa demuestra, ya de por sí,
cuán arraigada se halla la actitud agonal lúdica en lo más hondo del alma y de la
convivencia humanas.” (Huizinga, p. 138)”9

El festival de la canción GIM, es uno de los eventos más importantes para la comunidad. Es aquí,
donde el espíritu de la fiesta agonal se proyecta en su máximo esplendor, proyectando las
cualidades vocales e instrumentales de los estudiantes y donde se puede evidenciar de mejor
forma, la vida en colectivo, ya que el ritual convoca y unifica a los miembros de cada grupo en un
ambiente de auténtica tensión por el deseo de lograr el objetivo, de ganar.

“Pero en el juego antitético de tipo agonal, el elemento de tensión, de incertidumbre por el


resultado alcanza su grado máximo. Cuanto más dificultoso es el juego, mayor es la tensión de los
espectadores”10.

El festival “Coros y Conjuntos” del colegio San Ignacio, es también uno de los espacios donde se
despliega con mayor efectividad el espíritu competitivo que alimenta la vida en comunidad del
GIM. Cada año, los mejores exponentes a nivel musical del colegio se miden con los
representantes de los colegios de la ciudad, propiciando la reunión de los miembros de la
comunidad entorno a la competencia, donde efectivamente, el objetivo es ganar, “ganarle al
otro”.

“El concepto de ganar guarda estrechísima relación con el juego. En el juego solitario el que salga
bien no significa ganar todavía. Este concepto se presenta cuando se juega contra otro”.11

Es en éste momento, cuando se gana, donde el prestigio y el honor aparecen, beneficiando y


alimentando la autoestima de la comunidad. Pero al triunfo, que posee siempre un sentido
espiritual, lo acompaña el valor concreto, material, en el caso específico del festival “Coros y
Conjuntos”, o el “Festival de la canción GIM”, un trofeo.

9
Tomado de “De los logros a la competencia”. Ernesto García.
10
Huizinga. “ Juego y competición: función creadora de la cultura.
11
Idem
En definitiva, la idea de progreso es intrínseca a la competición y es por este motivo que la
competencia cobra una trascendencia especial en la vida en comunidad del GIM, por que más allá
del sometimiento al rival, en el imaginario colectivo se siembra la idea de progreso, de
crecimiento. Todos los aspectos que involucran el ejercicio musical, como el despliegue de la
autoestima, la fantasía, el desarrollo de las potencialidades individuales y colectivas reposan en la
idea de obtención de la felicidad, fin último de la existencia del hombre.

Una educación que centre su ideal en la obtención de logros, limitará su alcance al desarrollo de
capacidades, sin imaginar que una pedagogía fundada en la libertad traspasará dicho límite gracias
al ejercicio de la voluntad y al reconocimiento de las particularidades de los miembros de su
comunidad.

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