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Un Príncipe Con Sabor A Cereza
Un Príncipe Con Sabor A Cereza
¿Alguna vez has conocido a una persona con sabor a café? Déjame y te cuento.
Las personas con sabor a café son aquellas personas que tienen un mal genio y
una personalidad bastante amarga, pero cuando conocen a la persona correcta
su sabor amargo cambia a uno más dulce.
El príncipe Anthony era ese tipo de persona amarga, nadie sabe el porqué de su
actitud tan terrible. Al príncipe no le gustaba estar rodeado de gente todo el
tiempo, le molestaba bastante.
El príncipe iba tan perdido entre sus pensamientos que no noto que iba a chocar
con alguien.
- ¡Auch! -Los dos se quejaron del dolor al mismo tiempo.
- ¡Príncipe, Anthony! Lo siento tanto, déjeme ayudarlo –La chica se levantó del
suelo para poder ayudar al príncipe Anthony a levantarse.
- Deberías tener más cuidado –Respondió el príncipe con un tono de voz que
sonaba seria, pero pacífica a la vez.
- Que grosero –Susurro para ella misma y se retiró del pasillo para dirigirse a
la cocina, ya que era su lugar de trabajo.
[...]
- Si padre, hare lo posible para conseguir esa sangre de dragón -El príncipe
acepto la misión sin rechistar y se retiró de la sala para ir a la misión asignada
por su padre.
Mientras tanto Anne se encontraba haciendo la comida con las demás cocineras,
la chica estaba tan distraída que no escuchaba lo que la jefa de cocina le
estaba diciendo.
- Necesito que vayas por las flores curativas que hay en el bosque Timberland.
- Ya veo... -Susurro Anne- ¿Usted sabe que enfermedad tiene el Rey William?
-Pregunto la joven curiosidad.
- Tienes que ir lo más pronto posible, antes de que el Rey se moleste con todos,
solo tienes tres días para completar la misión -Dijo Sandra con preocupación.
- No se preocupe señora Sandra, iré por esas flores curativas y voy a regresar
sana y salva –Dijo Anne muy segura de sus palabras.
- Eso espero –La señora Sandra le regalo una sonrisa a la joven dándole a
entender de que confiaba plenamente en ella ya que Anne era una de las chicas
más valientes que hay.
[…]
Anne no estaba muy convencida de que hayan sido las brujas las culpables
de la desaparición de los dragones, ya que ellas no eran malas como decían los demás.
- Algo no me cuadra en esta historia, pero ¿Quién sabe? Tal vez muy pronto
sepa la verdad.
Para Anne el recibir el castigo del Rey William era de las cosas más
aterradora que lo que le podría pasar. Dicen las malas lenguas que cuando
el Rey William castigaba a una persona está ya no regresaba su puesto en el
castillo y eran enviados con sus familiares con los bolsillos vacíos, ni
siquiera una moneda.
Por eso Anne estaba dispuesta a conseguir esa flor cueste lo que cueste,
solo tenía que ser cuidadosa y no meterse en un gran lio en el camino,
ya que algunas personas no tienen buenas intenciones y siempre tratan de
robar las cosas de los demás, lo cual lo hacía algo injusto porque algunas
personas se esforzaban consiguiendo sus cosas con el sudor de su frente
y el hecho de que alguien robara algo era hacia el esfuerzo de la persona no
hubiera valido la pena.
- ¡Oh genial! -Exclamo Anne contenta- Ya casi estamos cerca del puente.
Anne siguió avanzando con su caballo, pero lo que Anne no esperaba era
que alguien estuviera allí, mucho menos un ogro.
Anne bufo molesta porque sabía que iba a poder pasar tan fácil.
- Está bien, acepto esta batalla -Respondió Anne muy segura de sí misma.
- De acuerdo, pero que quede claro que no tendré piedad –Advirtió el ogro.
El ogro no sabía lo que le esperaba, ya que lo que no sabía era que Anne
no era una chica fácil de vencer, ya que ella llevaba entrenando durante
muchos años, gracias a sus hermanos mayores ella sabía cómo pelear y
sabia defenderse muy bien.
Anne empezó a dar el primer golpe al ogro, lo cual hizo que este se enfureciera
y alzo el puño para darle a Anne, pero esta logro esquivarlo con tiempo.
Mientras Anne avanzaba no pudo evitar parar al ver que había un cuerpo.
Anne se acerco al cuerpo para ver de quien se trataba, pero vaya sorpresa
la que se llevó cuando vio que se trataba del príncipe Anthony.
- ¿Pero como fue que el príncipe Anthony terminó así? -El rostro de
Anne reflejaba preocupación, ya que le pareció extraño encontrar al
príncipe todo débil.
- ¡Auch! -Se quejo este de dolor- ¡Oye! ¡¿Qué rayos te pasa?! -Pregunto molesto.
- Como sea... ¿Qué haces tu aquí? Digo, no es como que me importe -Dijo el
príncipe con inferencia.
Anne lo fulmino con la mirada por la mala actitud que el príncipe Anthony
estaba teniendo con ella.
- ¿Cómo puede ser tan irritante? -Se pregunto Anne en sus pensamientos.
- Me mandaron a una misión para conseguir las flores curativas, ya que
tu padre las necesita -Explico Anne.
El príncipe abrió los ojos como plato, era cierto ¿Cómo se le olvidado que
necesitaba las flores curativas?
- Me parece que no eres sorda ¿O sí? -La miro alzando una de sus cejas.
Anne le iba a responder pero como no tenía ganas de discutir mejor decidió
cambiar de tema.
- Entiendo...
- ¡Oye! no entiendo porque eres tan grosero conmigo, solo trato de ser
amable ¿Sabes?
- No pues, que gran honor poder acompañar al príncipe a una misión -Dijo
Anne sarcásticamente.
- Fue un placer, no me agradezcas -Soltó una pequeña risa- Como sea, camina;
no tenemos todo el tiempo del mundo ¿Sabes?
[...]
Anne y Anthony por fin habían llegado a las cuevas de los dragones, pasa ser
honestos era algo aterrador.
- Los demás dicen que se extinguieron hace poco pero yo no lo creo ¿Sabes?
- Si, eso mismo pensé; de hecho tengo una teoría de que probablemente
estén escondidos para que los humanos no les hagan más daño.
- Bueno, casi siempre -Rodo los ojos- Tan bien que íbamos...-Suspiro.
- Oye, solo bromeaba -Dijo Anne preocupada- No eres tan malo como los
demás suelen decir, solo eres como el café -Respondió la chica sonriendo.
- Si, por fuera eres amargo pero cuando pones azúcar en su vida se
vuelve más dulce -Explico ella.
- ¿Gracias? Supongo que tú no eres tan torpe como algunos lo piensan -Anne
le dio un leve golpe- Auch...-Se quejo del dolor en voz baja.
- Ni modo, no toca de otra que seguirlo -Anne siguió los pasos del príncipe
- ¿Por qué soy tan lenta? -Se regaño así misma.
Cuando por fin pudo encontrar al príncipe vio perfectamente que era un
gran dragón rojo y se veía bastante intimidante.
Lo que más le sorprendió a Anne fue que el príncipe lo tenía agarrado del
hocico y rápidamente aprovecho para sacarle sangre con una aguja.
- Yo sabía que todavía había dragones en este lugar -Sonrió la chica, ya que
si algo le gustaba a Anna era tener la razón.
- Anthony ¡Que bueno tienes la sangre de dragón! ¡Eso fue increíble! -Felicito
al joven.
El joven rio al ver el entusiasmo de Anne, de cierta forma le gusto esa reacción de ella.
Anne siguió al principe ya que el sabía donde estaban flores curativas pero al
parecer Anne fue la primera en encontrar las flores y corrió hacia ellas.
- Oh, que bueno que las encontraste Anne -El príncipe corrió a la dirección de ella.
[...]
- Así es su majestad, aquí esta loq ue nos pidio -Anne le entrego las flores curativas.
- Que bien que pudieron cumplir con la misión, ustedes dos demostraron ser muy
fuertes y valientes. Así que como recompensa Anne recibirá dinero para su familia
y tu hijo vas poder descansar y salir del castillo cuando tú quieras.
- Que bien que ahora podrás tener el dinero suficiente para tu familia ¿No?
- Si, de hecho estoy ansiosa por contarle a mi familia sobre eso -rio.
- Anne...
Fin.