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COMISIÓN 7744 .

Trabajo Práctico Número 5

Fecha de entrega 28 de junio 2022

El Cirujano Gonzalo Nalerio, se encuentra en la sala de operaciones a punto de


realizar una operación de peritonitis en un paciente con un avanzado estado de
infección.

Mientras todos los integrantes del grupo van realizando sus respectivas tareas, el
anestesista, Juan Pereyra, pregunta si alguien sabe dónde se encuentran los
frascos de anestesia. El jefe de instrumentistas, Daniel Juncos, le señala el cajón
donde se encuentran y Pereyra toma uno de ellos.

Habiendo oído la conversación entre ambos Gonzalo presta atención a la escena y


se percata de que el anestesista Pereyra confundió el frasco de anestesia con otra
sustancia calmante inadecuada para lograr el efecto de una anestesia total como la
que se requiere para esa operación.

Gonzalo le indica entonces a Pereyra el reemplazo del calmante por uno más
adecuado y luego de esperar unos minutos para que haga su efecto, practica la
operación durante la cual el paciente fallece.

Practicada la autopsia del paciente fallecido por el cuerpo médico forense, el


dictamen pericial indica que su fallecimiento fue producto de que su torrente
sanguíneo presentaba un grado muy elevado de infección y en esas condiciones el
fatal desenlace era inexorable.

Ejercicio A:Tipicidad objetiva sistemática e imputación normativa.

1) Analizar el bien jurídico afectado. Es aplicable el art. 79 del código penal o el


80 inciso 6 del código penal? (resolver con la parte especial).

2) Decidido el tipo penal aplicable, analizar la tipicidad de la conducta de


Gonzalo y describir los elementos del tipo : Verbo típico, elementos
normativos, sujetos circunstancias, etc.. El nexo de causalidad se considera
acreditado con las conclusiones de la autopsia.

3) Analizar y fundamentar si la indicación para el cambio de calmante decidida


por Gonzalo se encuentra cubierta por el “principio de confianza” (Jakobs,
Cancio o Zaffaroni)

4) Analizar si la operación en sí misma -independientemente de las


conclusiones del punto 3- implicó la creación de un riesgo jurídicamente
desaprobado (Roxin).

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Ejercicio B: Aún si como consecuencia del análisis del ejercicio A (punto 3 y 4) se


concluyera en la no imputación del resultado lesivo a Gonzalo, analizar las
siguientes cuestiones de la IMPUTACIÓN SUBJETIVA.
5) Tipicidad Subjetiva de la conducta de Gonzalo.

5.1) Aspecto Cognoscitivo. Recurrir a las reglas 2; 2.1; 2.2 y 6, del texto de
Ramón Ragues y Valles ¿Cuál resulta aplicable?.

5.2) ¿Gonzalo actuó con error de tipo?. En caso de respuesta afirmativa


¿vencible o invencible?

5.3) Caracterizar su conducta como Dolo; Culpa consciente o atípica según


sea la respuesta al punto 5.2.

RECORDATORIO DE LA GUÍA PARA EL TEXTO DE RAMÓN RAGUES I


VALLÉS.

Reglas de acreditación del CONOCIMIENTO de la concreta aptitud lesiva de la


conducta emprendida

2.- Conductas “arriesgadas neutras”. Presupuestos para la imputación a


título de dolo (sin adjetivos):

2.1 Exteriorización del conocimiento por parte del autor del resultado lesivo;

2.2 Indicios objetivos de proximidad del resultado lesivo (página 490);

6. la habitualidad o la utilidad social de la conducta (ejemplo página 473).

Trabajo Practico N5

Elementos del Derecho Penal -Comision 7774

Alumnas:Cruz Victoria, Pueyrredon Maria Constanza, Martinez Yael Abril

EJERCICIO A
1. El bien jurídico afectado es la vida, y más específicamente, la integridad física.
Consideramos que no se puede afirmar la concordancia con el tipo penal del artículo
79 ya que el resultado de muerte no es aplicable a la conducta ni del anestesista ni del
resto del cuerpo médico: basándonos en los resultados de la autopsia, el resultado fue
consecuencia del estado de infección que padecía el paciente y no del accionar
médico.

Dicho esto, tampoco se podría afirmar la concordancia con el art 80 inc 1, no solo por no ser
imputable el resultado a la conducta, sino también por el déficit de conocimiento de la
conducta llevada a cabo, esta falta nos podría llevar a un error de tipo de carácter vencible,
gracias a la advertencia del colega. Debido al error de tipo, se excluye directamente la
posibilidad de la tipicidad dolosa, ya que no hubo juicio de conocimiento concreto ni de la
antinormatividad o antijuridicidad de la conducta. Sin embargo, sí podemos analizar la
posibilidad de una tipicidad culposa. Dado este análisis, concluimos que el tipo que más llega
a adecuarse al caso es el art 84, el acto imprudente, negligente o antirreglamentario que
causare a otro la muerte. Aun así, como mencionamos anteriormente, las circunstancias no
aplican el tipo y no es imputable el resultado a la conducta, por tanto, se concluiría en la
atipicidad.

2.Seleccionamos el art 84 del Codigo Penal:” Será reprimido con prisión de uno (1) a cinco
(5) años e inhabilitación especial, en su caso, por cinco (5) a diez (10) años el que por
imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los
reglamentos o de los deberes a su cargo causare a otro la muerte.”

A. Verbo típico: “causare la muerte”, según la RAE el verbo causar significa


“producir cierto efecto o dar lugar a cierta consecuencia” y la muerte se define como
“el fin de la vida”. La ley 27447 en el artículo 36 establece que el fallecimiento se
certifica “tras la confirmación del cese irreversible de las funciones circulatorias o
encefálicas”, hecho que se reconoce “mediante un examen clínico adecuado tras un
período apropiado de observación”. Aplicar el calmante inadecuado pudo haber
causado la muerte, sin embargo, en el caso NO ES APLICABLE EL TIPO por el
resultado de la autopsia.

B. Sujeto activo: El sujeto activo tiene que estar actuando en el rol de su profesión o
arte. En este caso Pereyra, el anestesista.

Sujeto pasivo: No hay requisitos sobre el sujeto pasivo en este tipo penal. En el caso
es el paciente.

C. Circunstancia: El que cause a otro la muerte, tiene que haberlo hecho desde la
imprudencia, negligencia o de forma antirreglamentaria, es decir faltando al deber
objetivo de cuidado. Y a su vez, esta falta o inobservancia del reglamento debe ser en
ejercicio de su profesión o arte. En este caso es la falta a la lex artis, es decir, no
seguir con el protocolo correspondiente a las prácticas de cirugía con anestesia total.

D. Elemento normativo: El deber objetivo de cuidado, en este caso especificado en la


ley 17132 sobre el ejercicio de la medicina.

3.El principio de confianza, según el autor Jakobs en su libro La Imputación Objetiva en


Derecho Penal, se basa en que cuando el comportamiento de los seres humanos se entrelaza,
no forma parte del rol del ciudadano controlar de manera permanente a todos los demás; de
otro modo, no sería posible la división del trabajo. Esto se interpreta en conjunto a la
confianza presupuesta de que todos van a cumplir con su deber objetivo de cuidado. Sin
embargo, el Principio no aplica cuando el sujeto con el que se divide el trabajo demuestra no
ser merecedor de dicha confianza, ya que, de esta manera, evidencia no estar haciéndole
justicia a la confianza de que cumplirá con su rol. En el caso en cuestión, el principio se
“rompe” cuando Pereyra no actúa cumpliendo con el protocolo, es decir, no escoge la
anestesia correspondiente y tampoco verifica con atención al momento de seleccionar el
tranquilizante. Cuando Gonzalo se percata del accionar, tiene el deber de avisar y verificar o
supervisar las acciones que lleve a cabo posteriormente.
Habiendo realizado este análisis, sin embargo, consideramos que sería más pertinente llevar
al caso, el instituto de Competencia de la víctima, específicamente la organización
desgraciada de la víctima, ya que el causal de la muerte es un problema insalvable en la
configuración de la misma persona víctima- un grado muy alto de infección- y no es
imputable a ninguno de los intervinientes.

4.Claus Roxin, a través de su texto Reflexiones Sobre la Problemática de la Imputación en el


Derecho Penal; elabora una serie de criterios normativos para atribuir responsabilidad penal a
la conducta del autor que ha creado un peligro para el bien jurídico -no cubierto por el riesgo
permitido-. En este caso, la operación de peritonitis en un paciente con un avanzado estado
de infección es un riesgo permitido, es decir, es una conducta que crea un riesgo
jurídicamente relevante pero que, de modo general, está permitida: es necesaria la aceptación
de algunos riesgos para la vida en sociedad. Pereyra (el anestesista), incurre en una
equivocación del fármaco, lo cual, implica una elevación del riesgo permitido o la creación
de un bien jurídicamente desaprobado. De todas formas, el cirujano se percata y corrige el
error del anestesista incluso antes de que el fármaco sea aplicado. La elevación del riesgo,
entonces, no llega a concretarse.

Dicho esto, la conducta no es imputable porque el resultado no se produce por el accionar


médico sino que por el alto nivel de infección que presenta el torrente sanguíneo de la
víctima. De esta manera resulta imposible vincular la conducta con el tipo penal.

Ejercicio B
5. Considerando que la conducta es atípica resulta imposible llevar a cabo un análisis de la
tipicidad subjetiva, ya que primero deberíamos analizar la tipicidad objetiva y, en este caso,
concluimos que esto es irrealizable.

5.1.Tanto las reglas 2, 2.2 y 6 pueden ser de análisis para el caso. Las conductas arriesgadas
neutras enunciadas en la regla número 2, (como, en este caso, la cirugía por peritonitis),
llevan consigo un fenómeno específico, este es, que se comprende que el sujeto no ha
realizado un juicio de concreta aptitud lesiva, por lo que desde el punto de vista de la
colectividad no se considera que estas sean conductas que de forma inequívoca se realicen
siempre con consciencia de los riesgos concretos que suponen, y, gracias al significado social
de estas conductas (Regla número 6) y circunstancias, la negación del dolo es asimilable y es
tomada como la regla general. De todas formas, a esta negación del dolo presupuesta por el
tipo de conducta, se le suma el error de tipo que, cuando está presente, directamente no puede
incluirse el dolo en el análisis por haber un déficit de conocimiento en la conducta ejecutada.
Sobre el juicio de concreta aptitud lesiva en esta especie de conductas, el autor Ragues I
Valles, menciona que, siguiendo la regla general, se determina la no imputación del juicio de
concreta aptitud lesiva, y por lo tanto, la imputación del resultado a título de imprudencia.
Con respecto a la regla 2.2, el autor especifica que, en casos en que aunque no pueda
entenderse a la conducta como especialmente apta para generar el resultado, pero que se
considere que el sujeto ha captado a través de sus sentidos muestras incuestionables de la
concreta aptitud lesiva de la conducta y aun así no ha desistido de su comportamiento, puede
serle imputada la causación dolosa. En este caso, aplica la siguiente aclaración que hace el
autor: si la conducta inicial es neutra y al aparecer los síntomas de inequívoca lesividad
próxima del resultado, el autor desiste y detiene su comportamiento, no es posible imputar el
conocimiento, es decir, el requisito principal del dolo. Aun así, como mencionamos
anteriormente, se concluye en la atipicidad de la conducta.
5.2. Nosotras consideramos que el anestesista actuó con un error de tipo, ya que había un
déficit del conocimiento. En abstracto, tenía el conocimiento de que debía aplicar la anestesia
correspondiente, pero en concreto no percató con sus sentidos que la seleccionada era
equivocada para el procedimiento. Este error fue vencible, ya que el cirujano le advirtió el
error inminente y, luego de esta advertencia, Pereyra seleccionó el tranquilizante adecuado.
Por ello, es posible afirmar que se venció el error y aun asi, el resultado no le es imputable.
Por otro lado, a nuestro entender, Gonzalo no actuó con error de tipo, ya que él actuó de
acuerdo al deber objetivo de cuidado: siguió su rol, advirtió al anestesista y gracias a su
advertencia fue vencible el error aplicado anteriormente.

5.3. Según la autopsia el resultado fue producto del alto grado de infección que llevaba el
torrente sanguíneo del paciente, es decir que el cirujano, que actuó con su debido cuidado, no
provocó la muerte de la víctima. Considerando esto resulta imposible adjudicarla a un tipo
penal, por lo que concluimos que la conducta es atípica.

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