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Tema 1: Problemas y marco para el análisis del Conflicto social y la Violencia Colectiva.
Tipos de violencia:
Amplia/expansiva:
- Violencia estructural Johan Galtyng: es aquella que se sostiene en las estructuras
porque la violencia engloba un amplio espectro de injusticias y desigualdades
sociales.
- Violencia como violación de los DDHH. (¿quien es el garante de los DDHH? El
Estado)
- El conflicto es consustancialmente violento.
- Desde esta perspectiva: violencia= dominación
Restringida/Observacional:
- Se restringe a un tipo de violencia específica y es observable.
- Acción directa del empleo de la fuerza física.
- Acarrea daño personal físico o material.
- La más severa y directa.
- Su uso es la continuación de las negociaciones por otros medios.
- Puede ser usada por el Estado, grupos privados, o las personas (Nieburg)
- Atiende a los resultados visibles de su acción y no a su origen.
- Violencia=fuerza física
Violencia legitimista/estricta:
- Empleo de la fuerza contra un orden legítimo
- Hook: “el empleo ilegal de métodos de coerción física para fines personales o de
grupos” “Violencia como aberración”
- La coerción física empleada por la autoridad es constituida como legítima y debería
llamarse fuerza.
VS
- Violencia: solo se refiere a los actos de coerción física que son ilegítimos. Fuerza
ilegítima.
Forma de recoger el concepto de violencia, pero ninguna acaba de ser “buena” para
describir la realidad que tenemos.
La violencia se entiende como una acción, estado o situación que se genera y cualifica en el
seno de un conflicto. No hay que confundir violencia y conflicto, porque esta confusión
impide abordar adecuadamente la violencia política.
La violencia se manifiesta como la consecuencia de un conflicto, pero no se puede
establecer una relación causa-efecto. Y tiene como manifestación principal la violencia
física, pero no la única.
Violencia:
- imposición
- resolución sin reglas de un conflicto
- sean cuales sean los actores enfrentados
- sea cual sea la parte que imparte la imposición
- va más allá del hecho moral
1) Enfoque unidimensional: el éxito de A para que B haga algo que, de otra manera, no
haría. (Dahl)
2) Enfoque bidimensional: La importancia de este enfoque radica en que introduce el
concepto de “movilizaciones de inclinaciones”. Este enfoque hace hincapié en las
decisiones y las no decisiones. Es decir, de qué forma el poder actúa para que las
personas tomen decisiones que tengan una inclinación u otra. (Bachrach y Baratz)
3) Enfoque tridimensional: El poder se da cuando A actúa sobre B influyendo en sus
necesidades, modelándolas o determinándolas. No hay poder más supremo. Le
hace creer en que esos son sus intereses. (Steven Lukes)
● John Stuart Mill: habla de «los dos estados de inclinaciones [...] una es el deseo de
ejercer poder sobre los demás; la otra [...] la aversión a que el poder sea ejercido
sobre uno mismo».
De esto sacamos que la voluntad de poder y la voluntad de sumisión se hallan
interconectadas: La sumisión a la tiranía, no está en manera alguna siempre
causada por una «extremada pasividad». Recíprocamente, una fuerte aversión a
obedecer viene acompañada a menudo por una aversión igualmente fuerte a
dominar y a mandar. (el ejemplo de la exclavitud desmiente su teoría)
República: dominio del pueblo. La ciudad estado ateniense y romana tenían un concepto
del poder y de la ley cuya esencia no se basaba en la relación mando-obediencia. Es en la
que se basaron los hombres de las revoluciones del siglo XVIII cuando constituyeron una
forma de gobierno, una república, en la que el dominio de la ley, basándose en el poder del
pueblo, pondría fin al dominio del hombre sobre el hombre. Aunque también ellos hablaban
de obediencia, pero esta vez a las leyes, pero lo que querían significar realmente era el
apoyo a las leyes a las que la ciudadanía había otorgado su consentimiento. Es el apoyo
del pueblo el que presta poder a las instituciones de un país y este apoyo se basa en la
existencia de las leyes. Se supone que bajo las condiciones de un Gobierno representativo
el pueblo domina a quienes le gobiernan y todas las instituciones políticas son
manifestaciones y materializaciones de poder.
No hay ningún poder que se ejerza exclusivamente con violencia, porque un hombre sin el
apoyo de otros jamás tiene suficiente poder como para emplear la violencia con éxito. Por
eso, en las cuestiones internas, la violencia funciona como el último recurso del poder
contra los delincuentes o rebeldes -es decir, contra los individuos singulares que se niegan
a ser superados por el consenso de la mayoría.
La violencia, no depende del número o de las opiniones, sino de los instrumentos, y los
instrumentos de la violencia, como ya he dicho antes, al igual que todas las herramientas,
aumentan y multiplican la potencia humana. La violencia es difícil sin embargo, que pueda
transformarse en poder y dominio, aunque la pérdida de poder se convierte en una
tentación para reemplazar al poder por la violencia.
Se ha advertido a menudo que la eficacia del terror depende casi enteramente del grado de
atomización social. Todo tipo de oposición organizada ha de desaparecer antes de que
pueda desencadenarse con toda su fuerza el terror.
La diferencia decisiva entre la dominación totalitaria basada en el terror y las tiranías y
dictaduras, establecidas por la violencia, es que la primera se vuelve no sólo contra sus
enemigos, sino también contra sus amigos y auxiliares, temerosa de todo poder, incluso del
poder de sus amigos, cuando el poder está disipado/desaparece.
Seminario:
1) Si tuvieras que poner un título que recoge la idea principal. ¿Cuál sería?
2) ¿Qué aborda el texto de Hannah Arendt?
3) ¿Qué idea principal y secundarias encontramos?
“Dónde las órdenes no son ya obedecidas, los medios de violencia ya no tienen ninguna
utilidad; y la cuestión de esa obediencia no es decidida por la relación mando-obediencia
sino por la opinión y, desde luego, por el número de quienes la comparten”
¿Una democracia representativa es un modelo que tiene poder en base a la
concepción de poder de Hannah Arendt?
No, porque tiene el monopolio de la violencia (Max Weber). Según Hannah, esta violencia
se vuelve legítima. No necesariamente una democracia representativa debería de tener
poder. Al final una democracia representativa teóricamente tiene poder porque es la
representación del pueblo, y es apoyada por un número de gente que la apoya. Si no hay
violencia, hay poder. El poder es una forma concertada, que si se da en las democracias
representativas. Cuanto más apoyo tenga una entidad representativa, más poder tendrá.
(Según Hannah)
La civilización nunca está del todo finalizada y siempre corre peligro. Está en peligro porque
mantener una postura civilizatoria en una sociedad requiere un grado de autodisciplina alto,
y un alto grado de pacificación en la sociedad. Pero, a su vez, la pacificación interna de una
sociedad está también en peligro. En peligro por las tendencias de la sociedad misma. El
texto trata sobre el antagonismo entre civilización y violencia, con especial hincapié en el
contexto alemán.
Cuando se investiga la violencia se formula la pregunta errónea: ¿cómo es posible que los
seres humanos dentro de una sociedad cometan asesinatos o se conviertan en hombres y
mujeres terroristas? En contra de:
En verdad, debería ser: ¿cómo es posible que tantas personas convivan de manera
relativamente tan pacífica, tal como ocurre en nuestra época en las grandes sociedades de
los Estados de Europa, América, China y Rusia?. Porque nunca antes se ha dado en la
historia. El problema es cómo convivir aunque siga existiendo: la ira de unos contra otros, el
odio, el enfrentamiento, la rivalidad. Aunque el golpearse y el asesinarse ha pasado a un
segundo plano como algo extraordinario.
=
Investigaciones se centran: en aquellos que ejercen la violencia buscando una explicación
de por qué lo hacen.
VS
Elías: ¿cómo se puede entender que podamos convivir tan pacíficamente?. Haciendo
necesario explicar por qué los hombres no se doblegan al canon de la pacificación y
civilizatorio.
Respuesta a ¿cómo se puede entender que podamos convivir tan pacíficamente?. Hay un
determinado tipo de organización de las relaciones sociales que encauza nuestra
convivencia por sendas relativamente pacíficas.
Y quizás se puede entender mejor el problema de cómo y por qué los seres humanos en un
estado pacífico tienden a los actos violentos si añado algo sobre el cuerpo de voluntarios.
Seminario:
Desde 1933 los intelectuales occidentales, se han preocupado a menudo por el surgimiento
de las sociedades de masas en el mundo occidental, porque decían que eran más
vulnerables a movimientos políticos peligrosos que sociedades precedentes. Todas las
teorías negaban la capacidad de las masas sin líderes para la acción política racional.
Cambio social:
Conflicto político:
2 definiciones cruciales:
El conflicto político incluye todas las ocasiones en las que se dan ambas.
¿Por qué tiene lugar el conflicto político? Cuatro tipos de explicaciones disponibles se
corresponden con las cuatro principales ontologías de la ciencia social:
“soy partidario de hacer un análisis relacional de las variaciones sistemáticas que se dan
en los conflictos políticos”.
● M.Adam, Sidney y Tarrow están intentando reducir las barreras que impiden hacer la
síntesis de análisis del conflicto político. A través de impulsar ideas sacadas del
estudio comparativo de los movimientos sociales en las democracias occidentales a
zonas adyacentes de conflicto para ver que tal se sostienen determinadas
propuestas o si se sustentan en otros principios.
EJ: conexión entre los ciclos del movimiento social y las revoluciones, porque en ambos
aparecen una serie de condiciones para que un actor desfavorecido pueda lograr el éxito
reivindicativo:
1) publicitar la vulnerabilidad de las autoridades
2) proporcionar un modelo para un planteamiento operativo de las reivindicaciones
3) identificar posibles aliados
4) poner en peligro los intereses de otros actores políticos que tienen el statu quo
Esto se convierte en un ciclo si los grupos que quieren el poder, lo consiguen, entonces se
alían para encontrar nuevos contrincantes. Lo que se convierte en un proceso que divide
actores colectivos movilizados entre grupos en el poder y fuera de él, en el que algunos son
desmovilizados. También, mueve a los restantes hacia acciones cada vez más arriesgadas,
hasta que la represión, la cooptación y la fragmentación acaban con el ciclo. Estos ciclos se
repiten tanto en movimientos sociales como en las revoluciones.
Identidades en conflicto:
Define las condiciones bajo las cuales el conflicto pone en juego diferentes tipos de
identidad. Todo conflicto implica afirmaciones de identidad al igual que el desarrollo de
intereses colectivos.
Las identidades son experiencias compartidas de determinadas relaciones sociales y
representaciones de esas relaciones sociales. (ej: las mujeres se convierten en mujeres en
relación con los hombres y otras mujeres)
Conflicto y cambio:
Preguntarse por qué tiene lugar un giro de un tipo de repertorio a otro nos plantea la
cuestión de las relaciones generales entre el conflicto y el cambio social. En el caso de la
Europa de los siglos xviii y xix, las causas posibles del cambio de repertorio incluyen las
transformaciones en la organización de los gobiernos nacionales, el incremento de las
relaciones de propiedad capitalista… Pero si miramos el asunto desde el otro lado, también
podemos observar cómo la propagación de manifestaciones, huelgas y demás han influido
en todo esto. EL CONFLICTO Y EL CAMBIO SOCIAL SE INFLUYEN MUTUAMENTE.
Los analistas del conflicto político suelen relacionar con frecuencia los efectos incluidos
dentro de estas categorías superpuestas:
1. Reorganización: El esfuerzo del conflicto transforma las relaciones sociales internas y
externas de los actores implicados.
2. Realineamiento: Más concretamente, la lucha, la defensa y la cooptación alteran las
alianzas, rivalidades y enemistades entre gobernantes, otros contendientes y los grupos
reivindicativos.
3 Represión: los esfuerzos de las autoridades en la represión o consentimientos de los que
los desafían producen cambios directos e indirectos en el ejercicio de poder
4. Realización: los demandantes exigen cambios específicos, negocian con éxito con los
detentadores del poder y hasta los desplazan.
ESTAS CATEGORÍAS SE CORRESPONDEN CON LAS DE LA EOP (abajo)
- Estas nuevas guerras son comúnmente conocidas como guerras civiles o conflictos
de “baja intensidad” (término acuñado antiguamente para hablar de guerrilla o
terrorismo) pero también tienen muchas repercusiones transnacionales.
- Otros autores se refieren a ellas como guerras privatizadas o informales pero, como
es bastante complejo establecer la distinción entre lo privado/público y lo estatal/no
estatal, es más correcto denominarlas posmodernas.
- Por último, nos podemos referir a ellas como “guerra degenerada” porque
descompones las estructuras nacionales (especialmente las fuerzas militares).
También el concepto de nuevas guerras se utiliza para referirse a guerras virtuales y
en el ciberespacio. Existe un debate norteamericano sobre la “revolución de los
asuntos militares” debido a la llegada de la tecnología de la información. Según M.
Kaldor, la revolución de los asuntos militares es una revolución en las relaciones
sociales (no en tecnología), aunque esos cambios en las relaciones sociales estén
influidos por la nueva tecnología y hagan uso de ella.
Las nuevas guerras se han dado en un contexto de globalización, por eso se han
intensificado las interconexiones políticas, económicas, militares y culturales a escala
mundial. La globalización es una consecuencia de la revolución de las tecnologías de la
información y la comunicación que implica homogeneización y diversificación, integración y
fragmentación, y globalización y localización. Las nuevas guerras son consecuencia de la
guerra fría y de los vacíos de poder de periodos de transición y, en este caso, momento en
el que el bloque del Este sucumbió a la globalización del resto del mundo.
Las diferencias entre las nuevas guerras y las anteriores están en:
identidades particularistas
2) Las guerrillas
tienen el objetivo de evitar las grandes concentraciones militares y los combates y en ellas
se captura el territorio a través del control político de la población “ganándose a la gente”.
Por otro lado, la contrarrevolución usa técnicas de desestabilización sembrando miedo y
odio. Pretende eliminar las identidades distintas a través de matanzas, técnicas políticas,
psicológicas y económicas de intimidación. Esta es la razón del aumento de refugiados,
desplazados y del aumento de violencia a los civiles. Los elementos fundamentales de las
estrategias de las nuevas modalidades bélicas son comportamientos prohibidos según las
reglas clásicas de la guerra como las atrocidades sobre la población no combatiente,
destrucción de monumentos históricos, los asedios… Las unidades de las nuevas guerras
están formadas por una gran variedad de grupos (ejercito, paramilitares, fuerzas de policía,
caudillos locales…) y son muy descentralizadas en contraste con las unidades jerárquicas
de las viejas guerras. Hay que añadir que utilizan tecnología avanzada y medios modernos
de comunicación para coordinarse y negociar.
3) La economía de guerra
“No hay ninguna solución posible a largo plazo dentro de la política de identidades”. Tienen
muchas ramificaciones sociales y económicas. La solución a largo plazo es restaurar la
legitimidad y devolver el control sobre la violencia organizada a las autoridades. Es
necesario poner fin a la política particularista y exclusivista y sustituirlo por un proyecto
político que supere la división global-local y que instaure valores incluyentes y
democráticos. “Se necesita una alianza entre los defensores locales del civismo y las
instituciones transnacionales” para controlar la violencia: formada por factores políticos,
militares y económicos internacionales (teniendo presentes los derechos humanos y las
leyes de la guerra, lo que se conoce como derechos cosmopolita). En su conjunto, es una
labor de pacificación que lucha por respetar la ley cosmopolita.
Una guerra es una actividad social que incluye movilización y organización para infligir
violencia física. Está muy vinculada a la economía. Es un fenómeno que a lo largo de los
siglos ha atravesado distintas fases (cada una con una modalidad bélica diferente), muy
ligadas a la evolución del Estado moderno. A pesar de las diferencias, la guerra es una
construcción del Estado moderno territorial, centralizado, racionalizado y jerárquicamente
ordenado. Las viejas guerras fueron, sobre todo, un tipo europeo.
I. DAVID LYON
Este libro es una teoría para saber cómo funciona la vigilancia y qué lugar tiene dentro de la
modernidad. El modelo panóptico supone una idea brillante para los que llevan poco tiempo
estudiando la vigilancia pero una decepción para los que llevan mucho tiempo. “En la
actualidad existen límites a la autoridad de la imagen del panóptico”. Foucault presentó este
modelo para entender el surgimiento de las sociedades modernas autodisciplinadas y su
base era la disciplina (cómo controlar el alma para cambiar el comportamiento y la
motivación). Para Foucault:
La paradoja de Foucault es que la vertiente dura del modelo panóptico puede generar
rechazo y resistencia mientras que la vertiente blanda puede generar conformidad aunque
sean plenamente conscientes. Esto crea dudas sobre el modelo panóptico en la realidad
actual. Por eso, David Lyon dialoga con Bauman, quién ha criticado el esquema panóptico
para dejar claro que la modernidad contemporánea se ha alejado de las anteriores. El
modelo panóptico, para él, es parte de la historia anterior. ¿El advenimiento de la vigilancia
líquida implica olvidar el modelo panóptico?
David Lyon dialoga con Bauman porque cree que el panóptico es cosa del pasado, y que
han surgido formas más blandas y que se permiten más por la sociedad.
II. BAUMAN
Responde que los humanos no resuelven problemas, solo se olvidan de ellos (lo más
frecuente). “El modelo panóptico está vivo y con buena salud, mejorado electrónicamente,
cosa que nunca se hubiera imaginado Foucault pero ya no es el patrón universal o la
estrategia de dominación que era en la época de Foucault. No es ni siquiera el patrón o
estrategia principal, se ha desplazado solo a las partes inmanejables de la sociedad como
prisioneros, clínicas psiquiátricas… Es decir, personas inútiles y excluidas. La
autodestrucción es el objetivo de las técnicas panópticas cuando éstas se aplican a
elementos no aprovechables (incapacitación de los cuerpos). Esto no está mal visto por las
víctimas. Para ellos, la única forma de autoafirmarse es hacer con sus propias manos lo que
los dirigentes quieren conseguir (ej: en Auschwitz, los presos se lanzaban sobre las vallas
de alta tensión).
Cada individuo debe asegurar el dispositivo panóptico sin interrupciones y cargar con sus
panópticos individuales. Debido a los mercados de consumo y la libertad de sus jefes, los
subordinados están acostumbrados a su nuevo papel de autocontroladores.
Está de acuerdo con Bauman en que los esquemas panópticos se ocultan en los márgenes,
las instituciones totales y en las que se asimilan a éstas. Y le pregunta ¿se les puede aplicar
el mismo tipo de análisis a grupos marginados como, por ejemplo, inmigrantes o
sospechosos de terrorismo?
Hay una variante propuesta por Bigo llamada banóptico (ban: exclusión) que se aplica a los
marginales globales: se centra en las tecnologías para determinar quién debe ser objeto de
vigilancia estricta, según la “seguridad globalizada” y los “gestores de la preocupación”
como la policía o los agentes de aduanas. Las burocracias transnacionales de vigilancia y
control trabajan para controlar los movimientos de la población y forman lo que Foucault
denomina dispositif (conjunto de discursos, prácticas, normas… que crean un aparato
interconectado). El resultado es un banóptico (no un panóptico global) y personas excluidas
de un conglomerado global (no solo del Estado-nación) mediante el esquema de si son
aceptados o no; todo ello posible gracias a un conjunto que opera virtualmente y a distancia
utilizando datos interconectados.
Bigo considera, igual que Bauman que no hay “ninguna manifestación centralizada del
diseño panóptico y que si existe el dispositif es de modo fragmentado y heterogéneo”. Para
él, esto crea una forma de inseguridad transnacional (y no un panóptico) y de ella analiza
los discursos, instituciones, etc.
La función del banóptico es excluir a una minoría a través de 3 elementos a nivel global, no
Estatal:
“¿Qué le parecen estas variaciones sobre el tema del panóptico, que reconocen el
significado del dispositif de Foucault pero pretenden ir más allá para adaptarlo a las actuales
economías tecnológicas globalizadas? ¿Nos ayudan a desentrañar lo que está ocurriendo
en nuestros modernos tiempos líquidos? En ese caso, ¿se aproximaría este análisis a lo
que usted defiende o no?” Pregunta David Lyon a Bauman
Dispositif de Foucault
Banóptico de Bigo
IV. BAUMAN
Bauman reconceptualiza el término de banóptico: Afirma que Bigo solo habla de los
voluntarios, que son solo un ejemplo de banóptico y acepta el termino definiéndolo como:
“un modo de pensar la vigilancia, en el que los instrumentos de vigilancia se dedican a
mantener lejos, en vez de mantener dentro, como había el panóptico, y que se nutre y crece
con el imparable crecimiento de las preocupaciones securitarias, y no de la necesidad de
disciplinar, como era el caso del panóptico”. Por ejemplo, las cámaras de vigilancia son el
modelo principal de dispositivos banópticos con las que se mantiene el orden gracias a una
vigilancia sencilla. Además de ayudar a conseguir el comportamiento adecuado al modelo
de los “espacios defendibles”, el banóptico debe detectar a aquellos individuos que
muestren signos que no querer comportarse como es debido.
La tecnología de vigilancia tiene 2 objetivos: objetivos que han aumentado con los exiliados,
refugiados, demandantes de asilo…
1. confinamiento
2. exclusión
La expresión “estar en tránsito” es una expresión que indica un proceso con un principio y
un final. Estos son los atributos que no encajan con la definición de refugiados: ellos no
están en tránsito. Los campos de refugiado apuntan a una estancia prolongada en la que
las expectativas para terminar el viaje, son bajas (suponen un final pero no la llegada al
destino, sino el final del estado de tránsito). Se denomina “campos de tránsito” a los lugares
donde permanecen los refugiados sabiendo que precisamente estar en tránsito es lo
opuesto a su situación. Por otro lado, los campos de refugiados están formados por
“extranjeros, un cuerpo extraño, un intruso en el resto del mundo, que lo rodea con
dispositivos banópticos”. Formar parte de un campo de refugiados significa la expulsión del
mundo, haber sido expulsado y haberte colocado en una situación de exilio. Lo decisivo es
estar separado. Los exiliados no necesariamente tienen que ser extranjeros, de hecho, es
común que hayan nacido y crecido en el mismo país (o incluso mismo lugar) en el que viven
su exilio.
Agier denomina “corredores de exilio” a los campos de refugiados, los campamentos de los
sin hogar y los guetos urbanos. Los que viven en estos lugares son las personas no
necesarias, descartadas, rechazadas de la sociedad, lo que denomina desechos (por
definición, es lo contrario de útil). Estos desechos estorban un espacio que podría ser
empleado de forma más útil. El principal objetivo del banóptico es asegurarse de que los
desechos están separados y agrupados para su transporte a un contenedor de desechos, y
desde allí, el dispositivo panóptico se encargará de que se queden allí.
V. DAVID LYON
Afirma que su trabajo sobre la vigilancia y el de Bauman, encajan, a veces, y otras, no.
Están de acuerdo en que el diseño banóptico existe en aquellos lugares en los que la
necesidad del panóptico está más clara pero, algunos estudiosos de la vigilancia consideran
que se refieren a la mayoría de la población, no a minorías de desecho.
1) Por un lado, tenemos los estudios de la vigilancia del consumidor de Gandy con el
título de The Panoptic Sort. El argumento consiste en que existe un mecanismo de
selección en el mundo del marketing a partir de bases de datos, la población se
agrupa en segmentos para que los comerciantes puedan tratarlos de forma
diferente en función de su patrón de consumo: utiliza el panóptico para demostrar
cómo funciona en la definición de consumidor y cómo afecta la lógica del panóptico
a aquellos que son objeto de su vigilancia.
Según David Lyon, combina en análisis de los aspectos del panóptico con el proceso
mediante el cual los consumidores son procesados pero queriendo construir una economía
política de la información personal. Los vendedores siempre buscan racionalizar el mercado
y se centran en los consumidores que valen la pena. El proceso de selección se centra en
los que se están beneficiando del sistema, no en los excluidos: de esta forma, se está
proveyendo eficientemente a la élite con bienes y servicios. El objetivo de Gandy es señalar
es una imagen especular de la actividad discriminatoria negativa que implica la selección
panóptica. Gandy insiste en que “la discriminación racional en las economías de la
información se basa con frecuencia en criterios raciales y circunstanciales que se utiliza en
perjuicio de los que están marcados negativamente”. Es un ejemplo de panopticismo teórico
en la actualidad.
2) por otro lado, habla del sinóptico de Thomas Mathiesen, que contrasta la manera
del panóptico (unos pocos observan a muchos) ya que afirma que muchos miran a
unos pocos con los medios de comunicación de masas actuales: el panóptico
encuentra un aliado en los medios de masa actuales. La idea central: “aunque los
efectos del panóptico siguen existiendo en las sociedades, no se pueden entender
sin la idea del sinóptico”, por ejemplo, tras el 11S, se creó el sentimiento de
amenaza inminente y la necesidad de nuevas medidas de seguridad y de vigilancia
por la constante imagen en televisión y de las autoridades.
Bauman utiliza a Mathiesen para apoyar su tesis sobre la modernidad líquida para
comprender en papel de los medios de comunicación de masas. David Lyon propone una
pregunta: “¿se le ha acabado la cuerda al panóptico o sigue vivito y coleando, aunque,
quizá, ya chochea?”. Además, afirma “el sinóptico no parece ser consciente de la
fragmentación de las audiencias televisivas o de la creciente influencia de los medios
digitales en la actualidad, por eso, propone la segunda pregunta: “¿está seguro de que los
medios pueden ser espacios de crítica o de cuestionamiento de la vigilancia?”
VI. BAUMAN
El sinóptico cumple con esta nueva necesidad (ya no es como el panóptico, no es necesario
construir torres de observación, ni contratar a supervisores, etc). Ahora se espera que se
autodisciplinen y que carguen con los costes materiales y psicológicos (que ellos mismos
construyan las torres y se mantengan dentro por voluntad propia), funciones que en su
momento desempeñaba la regulación normativa (las torres de observación se han
individualizado y los procedimientos para construir muros se han desregulado). Es ahora
tarea de los voluntarios buscar oportunidades de servidumbre. “Minipanópticos domésticos
y portátiles”.
Son los usuarios de Google o Facebook los que producen la base de datos mediante sus
acciones aparentemente autónomas pero sinópticamente determinadas. Bauman no quiere
referirse a este contexto como panóptico. Los profesionales rastreadores de cualquier
cambio en los esquemas del deseo y en las conductas inspiradas en estos deseos. Son la
última rama del sinóptico que sigue operando (antes que parte de su estructura) o están
situados entre el sinóptico y el banóptico porque son una condición necesaria para las
técnicas banópticas de los mercados.
Teniendo en cuenta que el marketing necesita el conocimiento de los grupos que no son
aptos como objetivo de ventas y los que sí son objetivo, el marketing necesita el modelo
sinóptico y el banóptico y son precisamente los ingenieros que procesan los datos, los que
establecen la comunicación entre ambos. Por ejemplo, el software como relación entre
ambos tipos de vigilancia ya que permite clasificar a los que llaman para que reciban un
trato diferenciado. Los que llaman y parecen prometedores son atendidos inmediatamente
por operadores sénior y los que no resultan prometedores, esperan mucho y con mensajes
repetitivos y aburridos y, en el caso de que aguanten, son contactados con operadores de
bajo rango que no pueden solucionar el problema que motivó la llamada.
Seminario:
2. DE LA PARTICIPACIÓN A LA SUBALTERNIDAD
El desarrollo de los controles posmodernos comenzó en los años 80. Por ejemplo, en esa
década, en Francia, se impulsaron barrios dotados de nuevas tecnologías de comunicación:
el minitel (especie de ordenador) introdujo sistemas de vídeo-vigilancia participada a través
de los cuales los habitantes de los barrios “bien” asumían un papel y vigilaban las pantallas
para activar, en caso de alerta, las alarmas de la policía. En los proyectos participados los
habitantes se involucran en la gestión de la seguridad. La policía postmoderna se configura
así como cooperación entre ciudadanos ansiosos y policías públicas o privadas, en una
especie de generalización de la conversión policial de cada actor en el gobierno de la
sociedad local. Se llega así al scanorama (def: imágen obtenida desde un escáner)y a
zonas de barrios hiper asegurados y ricos, no en los pobres (slums).
3. EL GIRO NEOLIBERAL:
No hay un poder neo-liberal único ni absoluto, ya que los sujetos dominantes son
diferenciados y suelen tener conflictos. El liberalismo se caracteriza por su tendencia a
configurarse segmentado, discontinuo e inestable. El acuerdo entre los sujetos dominantes
sólo puede ser parcial.
La paz y el orden han sido considerados como normalidad y la guerra y desorden como
horrores que deben ser superados para restablecer el orden. Se ha impuesto así la idea de
que los procesos de transformación política siguen siempre la misma secuencia: orden-
desorden-orden. Sin embargo, la paz y el orden son temporales y la guerra y el desorden se
reproducen constantemente, es decir, coexisten formando una dicotomía (causada por
conflictos de intereses y asimetrías de fuerza y poder). El orden liberal globalizado no puede
garantizar un orden estable y pacífico. La lógica liberal de hoy consiste en maximizar los
beneficios con el mínimo gasto, además de garantizar una ganancia inmediata. La
reconstrucción de un orden estable y pacífico implica costos y no tiene la seguridad de
garantizar ganancias.
La inflación de los controles y de las soluciones de seguridad (tolerancia cero, más policía,
más represión, más penalidad...) es alimentada continuamente por la exaltación del
miedo/inseguridad real o fabricada a escala local, nacional o mundial
La privacidad surge por el gran incremento de los abusos y la inflación de los controles. La
inflación de espionaje y de control aparece como consecuencia inevitable del ascenso del
securitarismo liberal, sostenido también por la izquierda europea y por el consenso de la
mayoría de la opinión pública. Pero con los años, se ha demostrado que el securitarismo no
sirve para aumentar la seguridad. Por ejemplo, el atentado en Londres (se conoció a uno de
los responsables gracias a la colaboración de uno de los padres porque la policía no
lograba identificar a nadie entre las miles de grabaciones) o las tecnologías sofisticadas de
control y ataque que provocan el genocidio y la masacre en países como Afganistán, Iraq,
Líbano o Palestina.
El miedo consecuencia del proceso iniciado en los 70, ha afectado a todos los campos y ha
devenido un tema mediático recurrente (crisis energética, económica, despidos laborales,
deuda pública, criminalidad, terrorismo, invasión de los inmigrantes, epidemias…). La
población queda relegada a la impotencia frente a las amenazas. Esperan que los servicios
secretos, la policía y los dispositivos de control tengan el control suficiente para hacer
fracasar los ataques y la criminalidad. La delegación en el poder deviene siempre más
fuerte y la posibilidad de partición en el gobierno de la cosa pública se reduce hasta
desaparecer. He aquí la erosión de la acción política a favor de los actores fuertes. Uno de
los aspectos más impresionantes de 25 años de securitarismo es que a pesar del ascenso
del negocio policial-militar y la inflación de controles, no se ha reducido en absoluto el miedo
o la inseguridad. De hecho, el terrorismo contribuye a este proceso porque refuerza las
posibilidades de acción política.
Cada vez es más frecuente el espionaje en luchas por el poder económico o político (en
parte, porque cada vez es más difícil sepáralos). El matrimonio liberal entre negocios y
securitarismo produce monstruosidades que quizás todavía estemos lejos de imaginar, pero
que han sido ya experimentadas por las víctimas de las actividades represivas en las
cárceles y por las poblaciones de los países agredidos por la fuerza híbrida de los países
dominantes.
Tilly comienza señalando que el estado moderno es una forma de organización política
relativamente reciente, que se desarrolló en Europa durante los siglos XVI y XVII. A partir de
ahí, Tilly se remonta a la antigua Grecia y Roma para explorar los orígenes del concepto de
estado. Tilly argumenta que el estado moderno se caracteriza por tres elementos
fundamentales:
Nechama Tec intenta examinar el otro lado del espectro social: los salvadores. Intenta
encontrar los determinantes sociales de lo que fue un comportamiento aberrante. Tec llega
a la única conclusión posible: “Esos salvadores actuaron de una forma que les era natural”.
Provenían de todos los rincones y sectores de la “estructura social”. Por esta razón
desenmascararon la falacia de que existan “determinantes sociales” del comportamiento
moral. El Holocausto es un «paradigma» de la civilización moderna, su producto
«natural» y «normal», quién sabe si también corriente, y su «tendencia histórica». De
acuerdo con esta versión, se elevaría al Holocausto al rango de verdad de la modernidad en
vez de identificarlo como una de las posibilidades de la modernidad.
Bauman explora cómo la modernidad ha creado una cultura de indiferencia moral que ha
permitido la realización del Holocausto. Bauman sostiene que la modernidad se caracteriza
por la separación de la ética de la política y la economía, lo que ha llevado a una cultura de
indiferencia moral en la que los individuos no se sienten por las consecuencias éticas de
sus acciones políticas y económicas. Esta indiferencia moral ha permitido que las
sociedades modernas ignoren o justifiquen la violencia y la opresión en nombre de un bien
mayor, como el progreso o la seguridad.
En el contexto del Holocausto, Bauman argumenta que la producción social de la
indiferencia moral permitió que otros ciudadanos alemanes y otros europeos ignoraran o
justificaran el genocidio de los judíos y grupos considerados "inferiores" por los nazis. La
separación de la ética de la política y la economía, y la cultura de indiferencia moral resultó,
resultó que las sociedades modernas deshumanizaran a los grupos considerados
"diferentes" y justificaran su eliminación.
John Laschs señala la mediación de la acción como una de las características más notables
de la sociedad moderna. Este fenómeno consiste en que las acciones de uno las lleve a
cabo otra persona, una persona intermedia que «está entre mi acción y yo, haciendo que
me resulte imposible experimentarla directamente. El «hombre intermedio» esconde los
resultados de la acción desde la vista de los actores. El resultado es que hay muchos actos
que nadie se atribuye conscientemente. Para la persona en cuyo nombre se realizan, sólo
existen verbalmente o en la imaginación. Nunca los 29 reclamará como suyos porque nunca
los ha vivido. Por otro lado, el hombre que los ha llevado a cabo siempre los considerará
como imputables a otra persona, siendo él mismo nada más que el instrumento inocente de
una voluntad ajena.
El aumento de la distancia física y psíquica entre el acto y sus consecuencias tiene mayores
efectos que la suspensión de las inhibiciones morales: invalida el significado moral del acto
y, por lo tanto, anula todo conflicto entre las normas personales de decencia moral y la
inmoralidad de las consecuencias sociales del acto. Como casi todas las acciones
socialmente significativas se transmiten por una larga cadena de dependencias causales y
funcionales muy complejas, los dilemas morales desaparecen de la vista, al tiempo que
cada vez se hacen menos frecuentes las oportunidades para realizar un examen de
conciencia y que las elecciones morales sean más conscientes. Se consigue que as
víctimas sean psicológicamente invisibles.
—---------
Este artículo ofrece una mirada sociopolítica sobre los debates contemporáneos en torno al
terrorismo. Parte de tres presupuestos:
1) La violencia política y su explicación sólo pueden comprenderse en su contexto
sociohistórico.
2) Su estudio requiere un esfuerzo reflexivo.
3) Las explicaciones sobre el terrorismo influyen la dinámica sociopolítica.
Se inscriben en la dinámica ideológica de la Guerra contra el Terror. Se argumenta que,
tanto la violencia como su explicación han de comprenderse en el marco del conflicto
La quiebra del mundo bipolar, la reconfiguración del orden internacional desde los años
noventa y el cambio global han hecho que viejos problemas sociales se modifiquen,
estimulando el interés académico y político por otros renovados. Haciendo que el terrorismo
ahora sea uno de los campos más estudiados, lo que está relacionado con el ciclo de
violencia abierto cuando, después de los atentados del 11S, se inicia la Guerra contra el
Terror (GCT).
Pensar el terrorismo desde lo internacional supone poner en el centro del análisis la GCT
como contexto sociopolítico. Dan forma de manera internacional a las políticas y a las
narrativas hegemónicas sobre el terrorismo. La GCT en tanto conflicto a gran escala pone
en marcha un proceso ideológico con impacto político en los diseños antiterroristas de la
gran mayoría de los países y ésta es una de sus características más importantes. La CGT
es ideológica porque genera las condiciones culturales en las que el significado de la
violencia política es distinto que en épocas pasadas.
En este contexto, explicar la violencia se ha convertido en un proceso de designación
política en el que se impone una narrativa dominante que se produce desde las esferas
oficiales. Las figuras del “experto” son las piezas fundamentales de las narrativas oficiales
sobre lo que es y representa para las democracias el terrorismo.
Los debates académicos contemporáneos sobre la seguridad y el terrorismo están
atravesados por las dinámicas de la CGT, por ello se ha intensificado la producción
académica y el aumento de la financiación y de los centros dedicados al tema desde el 11S.
Pero los CST surgen como reacción al paradigma dominante y como resistencia a su
influencia sobre las políticas antiterroristas, con interés de desentrañar las dinámicas
coercitivas del antiterrorismo.
Este enfoque de estudio tiene 3 ideas principales:
- Su distancia sobre la excepcionalidad y la amenazante dinámica del terrorismo, para
examinarlo como una forma de violencia entre otras
- Su práctica académica impulsada por una teoría de la emancipación
- la relevancia pública de la investigación para contrarrestar los problemas generados
por el conocimiento dominante.
Estas tres ideas hacen de su práctica académica también una forma de activismo político.
Entre las líneas de investigación más trabajadas en los últimos podemos señalar
1) La que aborda las políticas antiterroristas y sus efectos dentro y fuera de los
estados. Lo que lleva a estudios sobre Oriente Medio y la región MENA. Y estudios
sobre las políticas anti radicalización y su impacto social y político: islamofobia,
ciudadanía, comunidades sospechosas, o libertad académica
2) La revisión crítica de los legados coloniales. Porque la reflexión sobre el terrorismo
ha permitido que las cuestiones de segregación racial y cultural estén muy presentes
en la interpretación del conflicto y la violencia.
3) Los CST al abrirse a otras epistemologías, están acogiendo una importante
producción de estudios de género y violencia y en concreto de las dinámicas
patriarcales que atraviesan tanto la violencia, como su explicación científica.
Limitaciones:
- Mantienen —con matices— la validez del concepto terrorismo
- Son estudios con mucho potencial explicativo en el ámbito de la construcción social
de la violencia pero qué — determinados por su anclaje constructivista— olvidan con
frecuencia lo socioestructural.
- Aunque hay un interés por incorporar epistemologías no anglosajones, escasean las
contribuciones de otras regiones académicas y ello repercute en la falta de estudios
de caso de regiones particulares
Si sólo nos fijáramos en la literatura dominante, parecería que hay consenso sobre el
terrorismo. Pero para aproximarse a la violencia es necesario echar mano de lo que Hellen
Dexter y Enmanuelle Pierre Guittet llaman el “paradigma basura”: los marcos, conceptos y
temas olvidados y aparentemente superados. Como son por ejemplo:
1) la definición del terrorismo y su supuesta naturaleza “nueva”
2) la inclusión del estado en el concepto terrorismo84
3) el papel de las causas profundas frente a los factores situacionales
4) …
Las dos corrientes corren el riesgo de convertirse en “guetos teóricos” y atacarse sin fin
obstaculizando el avance del conocimiento, la principal conclusión que quería extraer es
que cada una de ellas, con su explicación y su producción de verdad académico científica,
contiene una explicación de la política, del conflicto y de la violencia. Cada relato pretende
influir en las políticas de seguridad. Los TS contienen en su modo de indagación un relato
que se inscribe en la narrativa hegemónica y global de la CGT. No está fijo en estados ni
instituciones sino que fluye través de los medios, las redes de operadores de seguridad, las
comunidades de inteligencia, los grupos de expertos o las actividades académicas.
Estas dos cosmovisiones enfrentadas, entendidas como narrativas políticas, evidencian que
tanto la violencia como su explicación se producen en contextos específicos y que la Guerra
contra el Terror está dando forma a dichas explicaciones. Es por esta razón que el conflicto
forma parte del mapa teórico necesario para comprender la violencia política.
Hay un tercer campo de estudio que ha explicado la violencia siempre en el marco del
conflicto. Esta es la perspectiva más “cerrada” en los muros académicos y la que menos
interés ha tenido en la difusión de su conocimiento hacia fuera. Tiene limitaciones muy
importantes que he tratado en otro trabajo, pero ha desarrollado herramientas de gran
potencial explicativo que son aplicables a realidades específicas como el terrorismo.
2 principales contribuciones
1) el concepto de “repertorio de acción colectiva”
2) las distintas versiones conceptuales de la idea de “contexto”
Podemos capturar cómo en el marco de un conflicto, distintos actores se movilizan
colectivamente para hacer públicas sus demandas y lo hacen a través de medios, formas e
intensidades que son culturales, estructurales e históricas.
En esta lógica, el terrorismo es un medio de acción —entre otros— que cualquier actor
―incluyendo el estado― pone en marcha en un momento concreto para avanzar un
objetivo político. El repertorio cambia como resultado de factores estratégicos, recursos,
organizaciones y contexto. Es relacional y sólo puede ser explorado atendiendo a factores
micro ―individuos y motivaciones―, meso ―organizaciones y sus características― y
macro ―elementos contextuales, materiales y simbólicos―. Pero es necesario explorarlo
en contextos sociopolíticos y culturales en los que la acción tiene sentido.
Conclusión:
El conflicto es la clave contextual de toda forma de violencia política. Su olvido
epistemológico tiene ecos en su comprensión y limita la imagen que obtenemos de ella. Y
puesto que el conflicto es multidimensional, interdisciplinar ha de ser el esfuerzo para
comprenderlo. Pero también ha de ser autorreflexivo con el contexto, pues lo que
entendemos por terrorismo varía con el lugar y el momento histórico y varía con las
relaciones de poder –el poder para designar— que lo atraviesan.
El artículo revisa la hipótesis del carácter cíclico de las movilizaciones políticas que emplean
el terror como instrumento estratégico preferente. Propone una periodización en cinco
etapas:
1) la oleada populista-nihilista en el tránsito de los siglos XIX al XX;
2) el período de entreguerras centrado en el control totalitario de la población y la
mística de la liberación nacional
3) la etapa de posguerra vinculada a la aparición, desarrollo y triunfo de los
movimientos tercermundistas de independencia o de liberación nacional
4) el ciclo terrorista revolucionario producido en las sociedades del capitalismo tardío a
partir de 1968
5) el ciclo actual, caracterizado por el primordialismo étnico y el fundamentalismo
religioso.
Se trata de demostrar que el terrorismo está condicionado en su dinámica interna por
los grandes ciclos de la protesta revolucionaria o contrarrevolucionaria; que tiende a
aparecer en los períodos de declive de estos ciclos generales de protesta, y que
algunas manifestaciones de violencia terrorista han mostrado una notable capacidad
de adaptación que les ha permitido superar esa fase de agotamiento y actuar como
puente para “dar el salto” a un nuevo ciclo de protesta.
Idea sacada de David C Rapoport que expuso la hipótesis del carácter cíclico de las
movilizaciones políticas terroristas. Han sucedido desde 1880 hasta la actualidad 4 oleadas
del terrorismo. El terrorismo subersivo está ligado con estos ciclos de protesta
revolucionaria y contrarevolucionaria, y tiene la tendencia de aparecer en períodos de
declive de ciclos generales de protesta, mostrando así una gran capacidad de adaptación
porque permiten “dar el salto” a un nuevo ciclo de protesta.
La dinámica cíclica de la protesta colectiva:
La propuesta de análisis cíclico de la violencia terrorista expuesta por Rapoport es un lugar
común entre los estudiosos de la acción colectiva.
Sydney Tarrow plantea una dinámica cíclica de movilización colectiva en tres estadios:
1) La fase ascendente: Fase de incremento de violencia. Se produce cuando a la
gente que sufre agravios desde hace tiempo se le imponen nuevas injusticias, o
cuando aumentan las oportunidades para actuar por la presencia de un clima político
menos coactivo. Se produce entonces un aumento acelerado de las demandas
iniciales, que tiene tres efectos en el campo político:
- genera nuevas oportunidades de protesta al demostrar la vulnerabilidad de
las autoridades a estas reivindicaciones
- estimula las oportunidades para la acción colectiva al reducir sus costes para
otros actores, lo que permite el incremento de la contestación.
- lo que amenaza los intereses del Estado y de los grupos competidores por el
mismo espacio político
2) La fase intermedia: se llega a la cúspide de la movilización, que parece contagiar al
conjunto de la sociedad. El conflicto entre grupos se hace intenso y generalizado:
Ante esta situación, los movimientos que están recibiendo ataques crecientes a sus
intereses pueden responder de dos formas:
- verse tentados de emplear, autorizar o tolerar medios cada vez más
enérgicos de combate, como el terrorismo, cuando perciben que se va
incrementando la discrepancia entre lo que su organización recibe y lo que
aspira a obtener por legítimo derecho.
- ensayar estrategias de conciliación que conduzcan al compromiso, con el
consiguiente riesgo de cooptación e integración del movimiento en la
comunidad política, transformado en partido o grupo de presión.
3) La fase descendente del ciclo: las innovaciones tácticas planteadas para prolongar
la dinámica de la protesta conducen al recrudecimiento de los choques violentos y
de la represión, y éstos al desaliento. La gente comienza a disentir, no sólo sobre el
contenido de la acción colectiva, sino sobre la legitimidad de la misma. Todo ello
desanima la acción, y obliga a los movimientos que persisten en la protesta al
margen de los movimientos sociales de referencia a adoptar actitudes militantes
cada vez más extremadas y violentas. Comienzan a dominar formas de protesta
más convencionales, que son integradas pacíficamente en las nuevas condiciones
sociales y políticas, y las actitudes más radicales tienden al aislamiento.
Esta dinámica cíclica ha llevado al planteamiento de dos hipótesis que pretenden explicar el
origen del terrorismo:
1) La optimista: los grupos insurgentes suelen recurrir a los repertorios de acción
colectiva más innovadores y violentos con el fin de hacer frente con mayor eficacia a
las trabas que el Estado pone a las manifestaciones de oposición radical.
2) La pesimista: señala que la aparición de grupos clandestinos de tipo terrorista no es
previa al desarrollo de la protesta, sino que parece coincidir con la conclusión del
ciclo más combativo de la lucha.
En el Este de Europa, este ciclo terrorista se inició unos años antes, y no pareció vincularse
directamente a los cambios de la estructura industrial, sino a la difusión del nihilismo y a la
reclamación de derechos de ciudadanía en estructuras imperiales. Heinzen sentó los
fundamentos filosóficos del terrorismo moderno, conciliando los principios de la moral
tradicional con los expedientes políticos que justifican la revolución. no fue hasta la década
de los setenta cuando, de la mano de la colaboración de Mijail Bakunin y Sergei
Gennadevich Necháev en la redacción del Catecismo Revolucionario (1869), el anarquismo,
el populismo y el nihilismo encontraron acomodo en la táctica del individualismo terrorista
como “ciencia de la destrucción”.
En Rusia la táctica terrorista fue asumida por las organizaciones secretas populistas. Origen
con el movimiento de protesta “Marcha hacia el pueblo”= jóvenes estudiantes dejaron las
universidades para expandir el proyecto de emancipación popular de los campesinos.
Fracasó a causa del gobierno, lo que condujo a los populistas a repensar sus modalidades
de acción y a crear un partido de conspiradores que actuase en una estricta clandestinidad.
La oleada de atentados iniciada en 1878 culminó en marzo de 1881 con el asesinato del zar
Alejandro II por Naródnaia Vólia. Este magnicidio abrió un insospechado abanico de
posibilidades violentas que fue asumido de forma inmediata por un sector del anarquismo
mediante el activismo violento de pequeños grupos clandestinos que emplearon la táctica
de la “propaganda por el hecho”. En buena parte de los países afectados, la oleada
terrorista, llevada a cabo por individuos aislados o sociedades secretas, apenas sobrepasó
la década de duración, comenzó por una cruenta represión del movimiento obrero, y se
cerró abruptamente tras el asesinato del presidente Mc Kinley. Se iniciaron movimientos
terroristas en otros países también durante estas décadas.
La respuesta del Estado se articuló en tres actuaciones que coincidieron con las fases de
ascenso, apogeo y declive de la oleada subversiva.
1) los gobiernos recurrieron a instrumentos represivos convencionales, como el
Ejército, la Policía y la Justicia criminal.
2) Cuando la oleada de terror se fue extendiendo, el Estado alentó una labor represiva
más especializada, con la promulgación de una legislación antiterrorista específica.
3) En la fase de declive de la campaña terrorista se abordaron los primeros ensayos
de coordinación jurídico-policial a escala internacional.
Rapoport delimita una segunda etapa que va aproximadamente de 1917 a 1965, donde el
principal estímulo de la acción terrorista fue la liberación nacional, favorecida por un
contexto político más propicio a la autodeterminación y la descolonización. Podría
considerarse también una primera fase de violencia terrorista subsidiaria de proyectos
revolucionarios o contrarrevolucionarios vinculados con la crisis del liberalismo y la
exacerbación de los nacionalismo europeos entre las dos guerras mundiales y una segunda
etapa que va de 1945 a mediados de los sesenta donde prevalecieron los movimientos
tercermundistas de independencia o de liberación frente al dominio colonial occidental.
Durante las dos décadas que siguieron al conflicto mundial, una multitud de guerras
revolucionarias de liberación nacional contra poderes coloniales encontraron en la
revolución maoísta, no sólo inspiración, sino un protocolo contrastado de acción, donde el
acto insurreccional, en el que se incluyó ocasionalmente la lucha terrorista, se transformó en
uno de los mitos fundadores de la nación.
Se diseñó entonces una nueva táctica de lucha que podía aplicarse a cualquier país sin
tener en cuenta las condiciones sociales, políticas o económicas: la guerrilla urbana que fue
teorizada en el conocido Minimanual del dirigente comunista brasileño Carlos Marighella, y
que prendió por una década en las grandes urbes del sur América Latina como
desencadenante de una espiral de represión-resistencia armada que llevase a la
insurrección popular y en última instancia a la revolución. El auge de la guerrilla urbana fue
consecuencia directa del fracaso de la estrategia “foquista”.
La guerrilla subversiva se trasladó a las ciudades por las nuevas condiciones conflictivas
que se estaban dando en las urbes. La guerrilla urbana difiere del terrorismo convencional
en que es más discriminada y previsible en su empleo de la violencia, tiene la intención de
crear “zonas liberadas” cada vez más amplias y concibe su lucha como una etapa integrada
dentro en una estrategia global de guerra civil, con el fin de impulsar a medio plazo una
insurrección armada que le otorgue la victoria política. Pero en vez de eso, llevó a
respuestas políticas que casi siempre desencadenaban en regresión democrática. Fue
entonces cuando se generalizó la Doctrina de la Seguridad Nacional entre unos ejércitos
nacionales que desde la década de los cincuenta criticaban el pretendido desorden y
corrupción que caracterizaban a los regímenes parlamentarios.
Esta etapa tiene como fecha de referencia el año 1968, en el que se consolidaron dos
matrices estratégicas diferentes:
1) La guerrilla urbana practicada en Norteamérica, Europa Occidental y Japón por el
sector más radicalizado de las corrientes de la “Nueva Izquierda” y el terrorismo
nacionalista-separatista. Estos movimientos políticos radicales pretendieron dar a
este tipo de violencia política un valor estratégico central y casi exclusivo. Las
formaciones terroristas de la izquierda radical de los setenta tenían un concepto
global de la lucha revolucionaria, que llevó a crear organizaciones transnacionales
como Groupe d’Action Révolutionnaire Internationaliste (GARI), lo que les impulsaba
a intervenir más allá de las fronteras de sus países de origen.
2) ?
Resulta muy significativa la coincidencia cronológica entre las etapas de ascenso, apogeo y
crisis de las diversas formaciones terroristas revolucionarias en la República Federal
Alemana, Italia, España y otros países europeos.
- La táctica terrorista sin apoyo popular fue derivando hasta fines de los ochenta hacia
un activismo sectario de escasa potencialidad subversiva.
- En la etapa postrera de ese ciclo, el terrorismo ideológico de izquierda o derecha
entró en franca decadencia, mientras que algunos movimientos terroristas de
carácter nacionalista-separatista aún se mostraron capaces de prolongar una
situación de conflicto violento gracias a la articulación de un apoyo popular más
estable y consistente. El terrorismo aparece aquí como vía de escape de un
movimiento nacionalista que ha sido derrotado.
La larga estabilización política de las democracias occidentales y el clima
generalizado de libertad y permisividad política desde 1945 habían relajado la
capacidad de prevención y represión del Estado. A mediados de los setenta, una vez
que el terrorismo se transformó en una amenaza real y persistente, los gobiernos
occidentales no dudaron en aplicar medidas antiterroristas severas.
- El declive del terrorismo en Europa Occidental a partir de mediados de los ochenta
coincidió con el desarrollo de sistemas internos de seguridad sofisticados, con la
mejora material, profesionalización y especialización de las agencias policiales y de
inteligencia y con la creciente coordinación internacional.
En los años ochenta e inicios de los noventa se produjo un declive general de las acciones
terroristas. Los grupos de extrema izquierda y derecha desaparecieron casi enteramente del
panorama político europeo y amainó la furia del terrorismo nacionalista-separatista. Pero en
esos mismos años se produjo el renacimiento del “Islam conquistador” (talibanes) que figura
en el origen de la quinta y última oleada terrorista acaecida hasta la fecha.
Este nuevo ciclo, de carácter predominantemente religioso, ha brotado de cuatro
acontecimientos clave:
1) la revolución iraní
2) la retirada soviética en Afganistán, con la subsiguiente aparición y conquista del
poder por los talibanes sunnitas
3) el derrumbe de los regímenes comunistas
4) primera Guerra del Golfo Pérsico
Los mitos políticos violentos de las décadas anteriores dejaron paso franco a la
reactualización de un paradigma combatiente con un milenio y cuarto de antigüedad: la
Guerra Santa o Yihad. Durante los años ochenta muchos grupos islamistas radicalizados
iniciaron la lucha armada contra los “regímenes apóstatas” de sus respectivos países,
activando esta nueva oleada de violencia yihadista en la que nos encontramos. Incluye una
estrategia transnacional y el propósito de crear un Estado unificado para todos los
musulmanes regido por la Shari’a o ley islámica.
La Yihad global es el mejor ejemplo de cómo la mundialización del sistema de
comunicaciones ha permitido la formación de redes terroristas deslocalizadas que plantean
un terrorismo indiscriminado.
Conclusión: El fenómeno Al Qa’ida, que ha logrado conciliar un ideario retrógrado que tiene
profundas raíces en el Islam tradicional con alguno de los rasgos más relevantes del
repertorio posmoderno de acción colectiva, es una muestra evidente de que las
organizaciones violentas no surgen de la nada, sino que son el resultado acumulativo de las
experiencias ideológicas, organizativas, estratégicas, tácticas y técnicas forjadas en
diferentes episodios y etapas de acción armada, los cuales aparecen estrechamente
vinculados a los grandes ciclos históricos de movilización revolucionaria o
contrarrevolucionaria. Como en otras modalidades de protesta colectiva, la eficacia del
terrorismo depende tanto de su carácter disruptivo e innovador de sus acciones como de su
capacidad para asumir y adaptar sus referentes identitarios y sus tradiciones históricas y
culturales.
Tema 4: El conflicto en las sociedades contemporáneas:
Durante 1970 y 1980, se sucedieron las luchas a favor del reconocimiento de la diferencia
con el objetivo de afirmar identidades negadas (banderas de sexualidad, de género,
etnicidad, raza…) y de incorporar las batallas sobre la redistribución de la riqueza y el
poder; aunque se han dado casos en los que las cuestiones de identidad han alimentado
campañas a favor de la limpieza étnica o genocidio.
¿Por qué tras la caída del comunismo son tantos los conflictos que adquieren esta
forma? ¿Por qué todos los movimientos que expresan sus reivindicaciones mediante
el lenguaje del reconocimiento? Para poder responder, hace falta asumir que hay un
declive de las reivindicaciones en pos de una redistribución igualitaria. NO es que los
movimientos que exigen el reparto equitativo hayan desaparecido totalmente, sino que se
han visto reducidos debido a:
1. EL MODELO DE LA IDENTIDAD:
La idea de una sociedad puramente cultural sin relaciones económicas se aleja bastante de
la realidad actual ya que la mercantilización se ha hecho dominante en todas las sociedades
desligando, parcialmente, los mecanismos económicos de distribución de los modelos
culturales de valor y prestigio. En estas condiciones, la idea de que se puede poner remedio
a toda distribución desigual mediante una política de reconocimiento resulta engañosa: en lo
único en que puede abarcar este planteamiento es en el desplazamiento de las luchas a
favor de la justicia económica.
3. LA REIFICACIÓN DE LA IDENTIDAD:
Considerar el reconocimiento como una cuestión de status significa examinar los modelos
de valor cultural institucionalizados en la medida en que afectan a la posición de los actores.
En el caso de que dichos modelos conformen a dichos actores como iguales y capaces de
participar en la vida social, podríamos hablar de reconocimiento recíproco e igualdad de
status, de lo contrario (si son considerados inferiores, excluidos, no como plenos
participantes de la interacción social), hablamos de falta de reconocimiento y subordinación
del status. En conclusión, la falta de reconocimiento no supone una deformación psíquica,
sino una relación institucionalizada de subordinación social y no ser reconocido equivale a
no ser participante de pleno derecho en la interacción social, como una consecuencia de los
modelos de valor cultural institucionalizados.
Conclusión: El punto crucial reside en que de acuerdo con el modelo del status,
la política del reconocimiento no se detiene en la identidad, sino que aspira
a generar soluciones institucionales que pongan remedio a ofensas
institucionalizadas. Esta política aspira a superar la subordinación de status transformando
los valores que regulan la interacción, e instaurando nuevos modelos de valor que
promuevan la participación igualitaria en la vida social
Hay otra diferencia fundamental entre el modelo del status y el de la identidad: de acuerdo
con el modelo del status, los patrones de valor cultural institucionalizados no constituyen los
únicos obstáculos que impiden la participación igualitaria. La participación igualitaria es
impedida cuando algunos actores carecen de los recursos necesarios para participar como
iguales, por tanto, la distribución desigual crea una forma de subordinación e injusticia
social. Por consiguiente, a diferencia del modelo de la identidad, de acuerdo con el modelo
del status, la justicia social abarca 2 dimensiones analíticamente diferenciadas:
1. dimensión de reconocimiento: efectos de las significaciones y normas
institucionalizadas sobre las posiciones relativas de los actores sociales
Cada una de estas dimensiones está asociada con un aspecto del orden social:
Cada una de estas dimensiones está asociada con formas diferentes de injusticia:
Cada una de estas dimensiones está asociada con formas diferentes de subordinación:
Según el modelo status, las sociedades se conforman como campos complejos que
incluyen formas culturales y económicas. En condiciones capitalistas, estas 2 formas nunca
se reducen por completo a la otra. Por el contrario, la dimensión económica se desliga
relativamente de la dimensión cultural y el resultado es una desvinculación parcial de la
distribución económica con respecto a las estructuras de prestigio. De acuerdo con el
modelo status, no todas las injusticias distributivas pueden remediarse únicamente
mediante el reconocimiento, es necesaria también una política redistributiva.
El modelo del status considera que el status no puede entenderse al margen de las
condiciones económicas, del mismo modo que el reconocimiento no puede abstraerse de la
distribución. Solamente poniendo a prueba las imbricaciones complejas entre status y clase
económica se puede determinar cuál es el mejor modo de remediar la injusticia. Al rechazar
la idea de que la falta de reconocimiento es un daño cultural independiente, entiende que la
subordinación de status a menudo está vinculada a la injusticia distributiva: sin embargo
intenta limitar la complejidad de estos vínculos al considerar que no todas las injusticias
económicas pueden ser superadas únicamente mediante el reconocimiento, aboga por un
enfoque que integra explícitamente las reivindicaciones de reconocimiento y las
redistributivas y, por lo tanto, mitiga el problema del desplazamiento. El modelo de status
evita reificar las identidades de grupo (lo que necesita reconocimiento no es la identidad del
grupo, sino el status de los individuos, según esta perspectiva). Esta orientación tiene
ventajas porque evita:
APUNTES CLASE:
¿QUÉ ES EL CAMBIO SOCIAL? Multitud de procesos sociales, cada uno con su propia
lógica. No hay cambio social, sino cambios sociales. Tiene que haber una conexión de
simultaneidad entre 2 hechos + una dirección + recurrencia
· de la obligación a la tentación
Buscar recompensas y evitar castigos. Deja de ser responsabilidad del jefe el modelo
panóptico y pasa a ser una cláusula de un contrato laboral. Panóptico (miedo a ser observado,
privacidad y torres de control) vs Sinóptico (alegría de ser noticia, fin de la privaacidad y
autocontrol). Modernidad líquida: fragilidad en los vínculos sociales. No hay necesidad de
vigilancia (la rigidez de los cuerpos se ha disuelto). Hay una nueva vigilancia consentida por
nosotros aplicada a través de la seducción, no la coerción. El sinóptico es la combinación de
valores del consumo y la función de producción. Nueva economía de la visibilidad.
En los 80-90 hubo un declive general de las acciones terroristas. En el nuevo ciclo
hay un carácter religioso: terrorismo islámico, alqaeda (estructura terrorista compleja
y antioccidental que adopta una orientación yihadista, con alto grado de cohesión y
con dimensión estratégica). Se adaptan a las nuevas circunstancias. La nueva
organización islámica más reconocida es DAESH: grupo yihadista creado en 2013 y
se basa en el terror como estrategia violencia para dominar a la población.
Pretenden establecer lla ley islámica en los territorios que controlan.
CONCLUSIONES
· Los gobiernos están poco interesados en respetar los derechos humanos y la igualdad
· El nuevo terrorismo se articulará contra la idea moderna del Estado. Se articula frente
a la sociedad occidental como sociedad hegemónica.