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Exámen Conflictos y Violencia colectiva:

Tema 1: Problemas y marco para el análisis del Conflicto social y la Violencia Colectiva.

Tipos de violencia:

Amplia/expansiva:
- Violencia estructural Johan Galtyng: es aquella que se sostiene en las estructuras
porque la violencia engloba un amplio espectro de injusticias y desigualdades
sociales.
- Violencia como violación de los DDHH. (¿quien es el garante de los DDHH? El
Estado)
- El conflicto es consustancialmente violento.
- Desde esta perspectiva: violencia= dominación

Restringida/Observacional:
- Se restringe a un tipo de violencia específica y es observable.
- Acción directa del empleo de la fuerza física.
- Acarrea daño personal físico o material.
- La más severa y directa.
- Su uso es la continuación de las negociaciones por otros medios.
- Puede ser usada por el Estado, grupos privados, o las personas (Nieburg)
- Atiende a los resultados visibles de su acción y no a su origen.
- Violencia=fuerza física

Violencia legitimista/estricta:
- Empleo de la fuerza contra un orden legítimo
- Hook: “el empleo ilegal de métodos de coerción física para fines personales o de
grupos” “Violencia como aberración”
- La coerción física empleada por la autoridad es constituida como legítima y debería
llamarse fuerza.
VS
- Violencia: solo se refiere a los actos de coerción física que son ilegítimos. Fuerza
ilegítima.

Forma de recoger el concepto de violencia, pero ninguna acaba de ser “buena” para
describir la realidad que tenemos.

Relación Violencia y conflicto:

¿Siempre que hay conflicto hay violencia?: No


¿Siempre que hay violencia hay conflicto?:

La violencia se entiende como una acción, estado o situación que se genera y cualifica en el
seno de un conflicto. No hay que confundir violencia y conflicto, porque esta confusión
impide abordar adecuadamente la violencia política.
La violencia se manifiesta como la consecuencia de un conflicto, pero no se puede
establecer una relación causa-efecto. Y tiene como manifestación principal la violencia
física, pero no la única.

Violencia:
- imposición
- resolución sin reglas de un conflicto
- sean cuales sean los actores enfrentados
- sea cual sea la parte que imparte la imposición
- va más allá del hecho moral

Según la naturaleza de los conflictos sociales


1) Violencia social o civil: horizontal (igual)
2) Violencia política: vertical /desigual)

La violencia no es estructural, es situada, lo que es estructural es el conflicto.

Relación entre violencia y poder:

Dimensiones del poder:

1) Enfoque unidimensional: el éxito de A para que B haga algo que, de otra manera, no
haría. (Dahl)
2) Enfoque bidimensional: La importancia de este enfoque radica en que introduce el
concepto de “movilizaciones de inclinaciones”. Este enfoque hace hincapié en las
decisiones y las no decisiones. Es decir, de qué forma el poder actúa para que las
personas tomen decisiones que tengan una inclinación u otra. (Bachrach y Baratz)
3) Enfoque tridimensional: El poder se da cuando A actúa sobre B influyendo en sus
necesidades, modelándolas o determinándolas. No hay poder más supremo. Le
hace creer en que esos son sus intereses. (Steven Lukes)

❖ Sobre la violencia. Hannah Arendt (capítulo “Dos”) (1970)

Hannah Arendt define:


Poder: capacidad de actuar conjuntamente para lograr un objetivo común. El poder se basa
en la cooperación voluntaria y en la participación activa de los individuos en la toma de
decisiones y en la creación de un orden político.
Violencia: forma de dominación basada en la coerción física o el uso de la fuerza para
imponer la voluntad sobre los demás. La violencia es contraria al poder, ya que no se basa
en el consentimiento o la participación activa de las personas, sino en la imposición y el
sometimiento.
De esta idea nace idea de Marx: Violencia en el terreno político. La violencia no es sino la
más flagrante manifestación de poder. «Toda la política es una lucha por el poder; el último
género de poder es la violencia».

● Marx: equipara el poder político con «la organización de la violencia»


Lo que sólo tiene sentido si uno acepta la idea marxista del Estado como instrumento de
opresión de la clase dominante. VS Vamos por eso a estudiar a los autores que no creen
que el cuerpo político, sus leyes e instituciones, sean simplemente superestructuras
coactivas, manifestaciones secundarias de fuerzas subyacentes.
- ¿Acarrearía la desaparición de la violencia, en las relaciones entre los Estados, el
final del poder?
La respuesta dependerá de lo que entendamos por poder.
2 perspectivas:
1) El poder como dominación: el poder resulta ser un instrumento de mando
mientras que el mando, nos han dicho, debe su existencia «al instinto de
dominación». Desde esta perspectiva se define a la violencia como la más
flamante manifestación de poder.
vs
2) El poder como fuerza institucionalizada: El poder, en el concepto de Passerin
d'Entréves, es una fuerza «calificada» o «institucionalizada». Define al poder
como un tipo de violencia mitigada. Esta definición deriva de la antigua
noción del poder absoluto que acompañó a la aparición de la Nación-Estado
soberana europea y de los términos utilizados en la antigüedad griega para
definir las formas de gobierno como el dominio del hombre sobre el hombre -
de uno o de unos pocos en la monarquía y en la oligarquía, de los mejores o
de muchos en la aristocracia y en la democracia-.
Añadido actual a esta segunda perspectiva:
- Hoy debemos añadir la última y quizá más formidable forma de semejante
dominio: la burocracia o dominio de un complejo sistema de oficinas en
donde no cabe hacer responsables a los hombres, podría ser
adecuadamente definida como el dominio de Nadie. Es este estado de
cosas, que hace imposible la localización de la responsabilidad y la
identificación del enemigo.
- Lo que también se puede ver con el «imperativo concepto de la ley». Es el
resultado de una generalización establecida en los mandamientos de dios, en
la que se al establecer la relación entre mando y obediencia para identificar
la esencia de la ley. Convicciones científicas y filosóficas respecto a la
naturaleza del hombre han reforzado aún más esta idea. (instinto innato de
dominación y la innata agresividad del animal humano).

● John Stuart Mill: habla de «los dos estados de inclinaciones [...] una es el deseo de
ejercer poder sobre los demás; la otra [...] la aversión a que el poder sea ejercido
sobre uno mismo».
De esto sacamos que la voluntad de poder y la voluntad de sumisión se hallan
interconectadas: La sumisión a la tiranía, no está en manera alguna siempre
causada por una «extremada pasividad». Recíprocamente, una fuerte aversión a
obedecer viene acompañada a menudo por una aversión igualmente fuerte a
dominar y a mandar. (el ejemplo de la exclavitud desmiente su teoría)

República: dominio del pueblo. La ciudad estado ateniense y romana tenían un concepto
del poder y de la ley cuya esencia no se basaba en la relación mando-obediencia. Es en la
que se basaron los hombres de las revoluciones del siglo XVIII cuando constituyeron una
forma de gobierno, una república, en la que el dominio de la ley, basándose en el poder del
pueblo, pondría fin al dominio del hombre sobre el hombre. Aunque también ellos hablaban
de obediencia, pero esta vez a las leyes, pero lo que querían significar realmente era el
apoyo a las leyes a las que la ciudadanía había otorgado su consentimiento. Es el apoyo
del pueblo el que presta poder a las instituciones de un país y este apoyo se basa en la
existencia de las leyes. Se supone que bajo las condiciones de un Gobierno representativo
el pueblo domina a quienes le gobiernan y todas las instituciones políticas son
manifestaciones y materializaciones de poder.

● Jouvenel: Suponer que el dominio de la mayoría funciona sólo en la democracia es


una fantástica ilusión», «El rey, que no es sino un individuo solitario, se halla más
necesitado del apoyo general de la Sociedad que cualquier otra forma de Gobierno».

Distinción entre poder y violencia:


- El poder siempre precisa el número, mientras que la violencia, hasta cierto punto,
puede prescindir del número porque descansa en sus instrumentos.
- La extrema forma de poder es la de Todos contra Uno, la extrema forma de violencia
es la de Uno contra Todos. Y esta última nunca es posible sin instrumentos.
- Cuando una minoría pequeña y desarmada ha logrado con éxito por medio de esa
violencia. Una minoría puede tener un poder potencial mucho más grande del que
cabría suponer limitándose a contar cabezas en los sondeos de opinión. La mayoría
simplemente observadora, divertida por el espectáculo de una pugna a gritos entre
estudiantes y profesor, es ya en realidad un aliado latente de la minoría.

NO SE PUEDEN EMPLEAR COMO SINÓNIMOS ESTOS TÉRMINOS: palabras como


«poder», «potencia», «fuerza» «autoridad» y, finalmente, «violencia».
- todas las cuales se refieren a fenómenos distintos y diferentes, que difícilmente
existirían si éstos no existieran.
- El empleo correcto de estas palabras no es sólo una cuestión de gramática lógica,
sino de perspectiva histórica.
- Emplearlas como sinónimos no sólo indica una cierta sordera a los significados
lingüísticos, sino que también ha tenido como consecuencia un tipo de ceguera ante
las realidades a las que corresponden.
- Esta sordera ocurre porque para la sociedad la más crucial cuestión política es
¿Quién manda a Quién?. Entonces poder, potencia, fuerza, autoridad y violencia no
serían más que palabras para indicar los medios por los que el hombre domina al
hombre; se emplean como sinónimos porque poseen la misma función.

Ahora podemos definirlos como:


- Poder: es la capacidad humana para actuar concertadamente. El poder nunca es
propiedad de un individuo; pertenece a un grupo y sigue existiendo mientras que el
grupo se mantenga unido.
- Potencia: es la propiedad inherente a un objeto o persona y pertenece a su
carácter, que puede demostrarse a sí mismo en relación con otras cosas o con otras
personas, pero es esencialmente independiente de ellos. La potencia de, incluso, el
más fuerte individuo puede ser siempre superada por las de muchos que a menudo
se combinarán, sin más propósito que el de arruinar la potencia precisamente por
obra de su independencia peculiar.
- Fuerza: lo utilizamos como sinónimo de violencia, para indicar la energía
liberada por movimientos físicos o sociales.
- Autoridad: Puede ser atribuida a personas o a entidades. Su característica es el
indiscutible reconocimiento por aquellos a quienes se les pide obedecer; no precisa
ni de la coacción ni de la persuasión. Permanecer investido de la autoridad exige
respeto para la persona o para la entidad.
- Violencia: se distingue por su carácter instrumental. Fenomenológicamente está
próxima a la potencia, dado que los instrumentos de la violencia, como todas las
demás herramientas, son concebidos y empleados para multiplicar la potencia
natural hasta que, en la última fase de su desarrollo, puedan sustituirla. Herramienta
para multiplicar la potencia natural.

Idea poder como fachada de la violencia: El poder institucionalizado en comunidades


organizadas aparece a menudo bajo la apariencia de autoridad, exigiendo un
reconocimiento instantáneo e indiscutible; ninguna sociedad podría funcionar sin él. Como
en las relaciones exteriores y en las cuestiones internas aparece la violencia como último
recurso para mantener intacta la estructura del poder frente a los retos individuales -el
enemigo extranjero, el delincuente nativo- parece como si la violencia fuese prerequisito del
poder y el poder nada más que una fachada, el guante de terciopelo que o bien oculta una
mano de hierro o resultará pertenecer a un tigre de papel. Esto va en contra de:

Se desmiente por el fenómeno de la revolución: Esta noción pierde credibilidad con el


fenómeno de la revolución.
- Desde comienzos de siglo, los teóricos de la revolución nos han dicho que las
posibilidades de la revolución han disminuido significativamente en proporción a la
creciente capacidad destructiva de las armas a disposición exclusiva de los
Gobiernos. La realidad es que el foso entre los medios de violencia poseídos por el
Estado y los que el pueblo puede obtener, ha sido siempre tan enorme, que los
progresos técnicos apenas significan una diferencia.
- En un contexto de violencia contra violencia la superioridad del Gobierno ha sido
siempre absoluta pero esta superioridad existe sólo mientras permanezca intacta la
estructura de poder del Gobierno -es decir, mientras que las órdenes sean
obedecidas y el Ejército o las fuerzas de policía estén dispuestos a emplear sus
armas-.
- Cuando ya no sucede así, la situación cambia de forma abrupta. Cuando la
desintegración del Gobierno haya permitido a los rebeldes armarse ellos mismos,
puede hablarse de un «alzamiento armado», que a menudo no llega a producirse o
sobreviene cuando ya no es necesario. Una situación revolucionaria no evoluciona
hasta llegar a ser una revolución si no hay nadie que esté preparado para asumir el
poder y las responsabilidades que supone.

No hay ningún poder que se ejerza exclusivamente con violencia, porque un hombre sin el
apoyo de otros jamás tiene suficiente poder como para emplear la violencia con éxito. Por
eso, en las cuestiones internas, la violencia funciona como el último recurso del poder
contra los delincuentes o rebeldes -es decir, contra los individuos singulares que se niegan
a ser superados por el consenso de la mayoría.

El poder corresponde a la esencia de todos los Gobiernos, pero la violencia no.


- La violencia es, por naturaleza, instrumental; como todos los medios siempre precisa
de una guía y una justificación hasta lograr el fin que persigue. Y lo que necesita
justificación por algo, no puede ser la esencia de nada. En contra de:
- El poder no necesita justificación, siendo como os inherente a la verdadera
existencia de las comunidades políticas; lo que necesita es legitimidad. En cambio,
la violencia puede ser justificable, pero nunca legítima. Poder y violencia, aunque
son distintos fenómenos, normalmente aparecen juntos.Y la ecuación de la violencia
con el poder se basa en la concepción del Gobierno como dominio de un hombre
sobre otros hombres por medio de la violencia.

La violencia, no depende del número o de las opiniones, sino de los instrumentos, y los
instrumentos de la violencia, como ya he dicho antes, al igual que todas las herramientas,
aumentan y multiplican la potencia humana. La violencia es difícil sin embargo, que pueda
transformarse en poder y dominio, aunque la pérdida de poder se convierte en una
tentación para reemplazar al poder por la violencia.
Se ha advertido a menudo que la eficacia del terror depende casi enteramente del grado de
atomización social. Todo tipo de oposición organizada ha de desaparecer antes de que
pueda desencadenarse con toda su fuerza el terror.
La diferencia decisiva entre la dominación totalitaria basada en el terror y las tiranías y
dictaduras, establecidas por la violencia, es que la primera se vuelve no sólo contra sus
enemigos, sino también contra sus amigos y auxiliares, temerosa de todo poder, incluso del
poder de sus amigos, cuando el poder está disipado/desaparece.

VIOLENCIA Y PODER= OPUESTOS.

Seminario:

1) Si tuvieras que poner un título que recoge la idea principal. ¿Cuál sería?
2) ¿Qué aborda el texto de Hannah Arendt?
3) ¿Qué idea principal y secundarias encontramos?

La contraposición de poder y violencia. La violencia es un instrumento y el poder es un


instrumento. ¿Cuando hay poder hay violencia?= Si vemos violencia es que no hay poder.
Poder considerado como el que cohesiona. (violencia como violencia explícita)
Define los conceptos para establecer la diferencia entre poder y violencia. Para indicar que
se suele establecer la violencia como sinónimo de otras palabras(las que define).

“Las expresiones más acabadas de poder y dominación no requerirían en sentido estricto


de violencia. Ésta aparece con el cuestionamiento del orden de la relación social y en la
búsqueda por mantenerlo o subvertirlo”

“Dónde las órdenes no son ya obedecidas, los medios de violencia ya no tienen ninguna
utilidad; y la cuestión de esa obediencia no es decidida por la relación mando-obediencia
sino por la opinión y, desde luego, por el número de quienes la comparten”
¿Una democracia representativa es un modelo que tiene poder en base a la
concepción de poder de Hannah Arendt?
No, porque tiene el monopolio de la violencia (Max Weber). Según Hannah, esta violencia
se vuelve legítima. No necesariamente una democracia representativa debería de tener
poder. Al final una democracia representativa teóricamente tiene poder porque es la
representación del pueblo, y es apoyada por un número de gente que la apoya. Si no hay
violencia, hay poder. El poder es una forma concertada, que si se da en las democracias
representativas. Cuanto más apoyo tenga una entidad representativa, más poder tendrá.
(Según Hannah)

❖ Elías, Norbert. “Civilización y Violencia” Conferencia dada en el Congreso


Alemán de Sociología. (1994)

La civilización nunca está del todo finalizada y siempre corre peligro. Está en peligro porque
mantener una postura civilizatoria en una sociedad requiere un grado de autodisciplina alto,
y un alto grado de pacificación en la sociedad. Pero, a su vez, la pacificación interna de una
sociedad está también en peligro. En peligro por las tendencias de la sociedad misma. El
texto trata sobre el antagonismo entre civilización y violencia, con especial hincapié en el
contexto alemán.

Cuando se investiga la violencia se formula la pregunta errónea: ¿cómo es posible que los
seres humanos dentro de una sociedad cometan asesinatos o se conviertan en hombres y
mujeres terroristas? En contra de:
En verdad, debería ser: ¿cómo es posible que tantas personas convivan de manera
relativamente tan pacífica, tal como ocurre en nuestra época en las grandes sociedades de
los Estados de Europa, América, China y Rusia?. Porque nunca antes se ha dado en la
historia. El problema es cómo convivir aunque siga existiendo: la ira de unos contra otros, el
odio, el enfrentamiento, la rivalidad. Aunque el golpearse y el asesinarse ha pasado a un
segundo plano como algo extraordinario.
=
Investigaciones se centran: en aquellos que ejercen la violencia buscando una explicación
de por qué lo hacen.
VS
Elías: ¿cómo se puede entender que podamos convivir tan pacíficamente?. Haciendo
necesario explicar por qué los hombres no se doblegan al canon de la pacificación y
civilizatorio.

Respuesta a ¿cómo se puede entender que podamos convivir tan pacíficamente?. Hay un
determinado tipo de organización de las relaciones sociales que encauza nuestra
convivencia por sendas relativamente pacíficas.

● Max Weber: los Estados se caracterizan por un monopolio de la violencia física.


Vivimos en una organización en la que los gobernantes tienen el control sobre un grupo.
Ostenta una violencia organizada, legal, que está determinada a evitar la violencia ilegal en
el resto de la sociedad. Este monopolio es una invención técnica de los hombres. El invento
del monopolio de la violencia es un arma de dos filos: lo podemos ver en todas las
dictaduras, donde el monopolio de la violencia es únicamente empleado para beneficio de
determinadas minorías, de grupos muy concretos.
La pacificación interior de la persona, el hecho de que a la mayoría de nosotros no se le
ocurra iniciar una pelea aunque estemos muy enfadados, tiene que ver en gran parte con
los efectos de la estructura estatal de la sociedad. Toda la estructura de nuestra
personalidad está vertebrada por ésta, por ello, sentimos aversión hacia el uso de violencia.
Entre estados no existe ningún monopolio de la violencia: así es como surge lo que he
llamado un «doble vínculo» (Doppelbinder), la escalada mutua del miedo y del temor: no
existe ningún monopolio central que pueda impedir que alguien perpetre actos criminales —
aspecto éste que regía en épocas anteriores también dentro de los Estados—. Se tenía
miedo del vecino más fuerte físicamente; el más fuerte físicamente podía emplear su fuerza
para robar, chantajear y esclavizar a los demás. Nuestra civilización se encuentra en el
escalón primitivo de civilización porque hay que crear instituciones para domar la violencia,
y en las relaciones internacionales aún más primitivo.

Ej Alemania: resumen: romantización de la violencia y el poder durante la época imperial


alemana. En la época imperial la nobleza dirigió los destinos de Alemania siguiendo una
fuerte tradición guerrera. Y la burguesía tuvo que presenciar cómo el ideal de la unificación
de Alemania no le fue dado por sus propios esfuerzos, sino desde arriba, por medio de la
nobleza guerrera. Y aquí sucedió algo muy curioso, de mucha importancia para los teóricos
de la civilización. Partes de la burguesía alemana asimilaron el ethos de la guerra. Al
haberse logrado la unificación por la vía de la guerra se llegó a la conclusión de que la
guerra y la violencia eran decisivas en el mundo. Adoptaron una actitud romántica frente a
la violencia y al poder. Sean de derechas o sean de izquierdas, los terroristas se reclutan,
tanto en aquel entonces como hoy día —salvo en muy contadas excepciones—, no entre la
clase obrera, sino entre la burguesía.

Y quizás se puede entender mejor el problema de cómo y por qué los seres humanos en un
estado pacífico tienden a los actos violentos si añado algo sobre el cuerpo de voluntarios.

Ej Cuerpos de Voluntarios: fueron un receptáculo de los antiguos oficiales que volvieron de


la guerra, todos burgueses y con algunos líderes de la nobleza. La situación de los hombres
de los Cuerpos de Voluntarios era, con mucha frecuencia, desesperada: se trataba de
jóvenes sin ninguna perspectiva de futuro.
Su única esperanza era que Alemania pudiese rearmarse y que, entonces, hubiese un
ejército más grande al que poder incorporarse.

Los jóvenes necesitan perspectiva de futuro, un grupo al que puedan sentirse


pertenecientes, y una meta. Para la mayoría de los miembros del Cuerpo de Voluntarios,
con el derrumbamiento de Alemania se había perdido exactamente eso que para ellos
constituía el fin último. Soñaban, soñaban todo lo que no había ocurrido: no hubo ninguna
derrota, se nos ha traicionado y hemos de intentar que nos sea reparado el daño de esa
traición. Es decir: intentaron eliminar a la gente que firmó el tratado de Versalles. Esta
identificación con el propio país, como tarea o como sentido, era muy intensa. Y, entonces,
de golpe, este sentimiento de abandono cuando se firma el Tratado de Versalles. Siguieron
luchando; el gobierno les hizo volver, pero se amotinaron, no obedecieron las órdenes;
«¡con este gobierno no tenemos nada que ver!». Se puede ver el paralelismo. También los
terroristas de hoy tienen una expresión para ello: abandonan la sociedad. “Entonces,
cuando, a pesar de todo, nos hicieron volver, nos convertimos en unos salvajes. Redujimos
las casas a cenizas, cortamos los postes de telégrafos, arrojamos los cadáveres a las
fuentes para envenenar sus aguas, golpeamos y matamos a todo ser que cayó en nuestras
manos, quemamos todo lo que pudiese arder. ¡Enloquecimos!”
Por ello, los cuerpos de voluntarios empezaron a tener mala prensa en Alemania, Aquí se
muestra claramente y desde dentro que la desesperación por el arrebatamiento de algo es
la madre de la violencia. Se les quita lo que tenía sentido para ellos, su futuro está cerrado;
la violencia es una forma de escapar de la sociedad. Empezó entonces a romantizar la
brutalidad, muchos se pasaron al bando de Hitler, por eso dicen que sin la ayuda de estos
soldados avezados Hitler no hubiera sido capaz de cimentar su dominio.
La incapacidad de ver al otro lado es una característica típica de los terroristas. Uno está
completamente sumergido en su propio sueño. El gobierno entonces no tenía el monopolio
de la violencia o era limitado. Por ello, la República de Weimar pereció exactamente debido
a esta fractura desde dentro acarreada por el crecimiento de ejércitos privados de la
derecha y de la izquierda.

¿Está ocurriendo actualmente la falta de sentido de la República de Weimar?


El futuro de muchos jóvenes, especialmente de los jóvenes burgueses, está amenazado; no
tienen futuro ninguno y se encuentran en una situación en la que se está cortando por
completo la oportunidad de llevar una vida con algún sentido.
Se plantea: ¿No se puede achacar la culpa del terrorismo a gente en concreto, sino, que se
trata de algo dentro de la estructura de la sociedad que se manifiesta en tales actos
violentos y en el escapismo de la sociedad? ¿No se podría hacer más para procurar que se
amplíen las posibilidades de una vida que tenga algún sentido para los jóvenes, para las
personas de la generación más joven? (REFLEXIONES FINALES)

Seminario:

¿Qué entendemos por civilización? Es un concepto disputado, se suele asociar a la idea


de progreso, conducta…
Norbert Elias tiene la noción de civilización de desarrollo incompleto: el ejercicio del terror
en la guerra y la persecución no son más que descarrilamientos temporales. Casos de
retrocesos de duración limitada.

¿Cómo es posible que tantas personas convivan de manera tan pacífica?


Organización en las relaciones sociales:
- Los estados se caracterizan por un monopolio de la violencia física (Max Weber)

❖ Tilly, Charles. “Conflicto político y cambio social”. (1988)

Desde 1933 los intelectuales occidentales, se han preocupado a menudo por el surgimiento
de las sociedades de masas en el mundo occidental, porque decían que eran más
vulnerables a movimientos políticos peligrosos que sociedades precedentes. Todas las
teorías negaban la capacidad de las masas sin líderes para la acción política racional.

● William Kornshauser: Politics of Mass: señala cómo la conjunción de la accesibilidad


de la elite y la disponibilidad de las masas para ser movilizadas son los dos factores
centrales que promueven los grandes movimientos populares, cuya ideología y
liderazgo determinan hasta qué punto está amenazado el orden social. Las formas
de extremismo. Nacían de acuerdo con este argumento, de similares raíces: uniendo
públicos vulnerables con demagogos sin escrúpulos. Creía que esto se debía a una
consecuencia de la democracia y el capitalismo.
A través de esta teoría de la sociedad de masas se pueden aunar un buen número
de observaciones acerca de los fenómenos políticos en organizaciones, clases y
comunidades. Los grupos especialmente vulnerables a los movimientos de masas
manifiestan grandes discontinuidades en su estructura durante períodos de cambio.
Así, el comunismo y el fascismo ganaron fuerza en sistemas sociales que estaban
sufriendo cambios repentinos y amplios en la estructura de autoridad y de la
comunidad. Las clases sociales que proporcionan un apoyo desproporcionado a los
movimientos sociales son aquellas que poseen menores lazos sociales entre sus
miembros, es devir, sobre todo las clases sociales más bajas, aunque se encuentran
miembros de todas las clases sociales entre los participantes en la acción política de
masas.

2 teorías del cambio:


1) El cambio estructural amplio y/o abrupto destruye los coercitivos y protectores lazos
sociales
2) Tal disolución de coacciones facilita las alianzas entre los individuos atomizados y
los líderes extremistas.
Crítica: Hay que prestar atención a las creencias, intereses y compromisos
culturales que existían anteriormente.
Prestando atención a los efectos, generalmente negativos, de la atomización y la
marginalización de la participación popular en la política, así como en la significación
de la integración en redes que posibilita el reclutamiento para el movimiento social.
Porque es de importancia las creencias relevantes, intereses y compromisos
culturales que existían anteriormente en lugar de la mera disponibilidad o
vulnerabilidad psíquica a la hora de encauzar a los grupos sociales hacia diferentes
tipos de acción política colectiva.

A pesar de la crítica, teoría de Kornhauser sigue siendo importante:


Aunque la formulación de Kornhauser sobre los rasgos de la sociedad de masas ha
perdido el atractivo que tuvo en su día siempre reaparece cada vez que una nueva
serie de terribles fenómenos políticos llegan a la opinión pública. A la hora de
explicar el genocidio, la limpieza étnica, la guerra civil, el terrorismo o la corrupción
todavía se destacan regularmente la disolución de los lazos sociales integradores,
sacudidos por el cambio social, así como el carisma que demagogos sin escrúpulos
provocan en individuos desarraigados. Pero con la crítica de este autor se centraron
demasiado en criticarle y pasaron por alto ciertos elementos importantes, que
centrados en refutar las medrosas explicaciones que desacreditan la acción popular,
los especialistas en movimientos sociales, rebeliones y otras formas de conflicto
social, han empleado poco esfuerzo en encontrar las consecuencias de estas
acciones para la organización social existente.
CADENAS CAUSALES ENTRE ACCIÓN COLECTIVA Y TRANSFORMACIÓN
SOCIAL

Cambio social:

La expresión cambio social simplemente etiqueta ciertos aspectos de multitud de


diferentes procesos sociales, cada uno de los cuales sigue su propia lógica
individual. Pero no podemos aprender el cambio social como un todo. (no es
unitario). Se pueden asociar con el concepto de corriente. Nos preguntamos acerca
de:
1) Simultaneidad: ¿Se mueven juntos los cambios en el tiempo de la misma
manera?
2) Direccionalidad: ¿Se dirigen los cambios sociales en una dirección durante
largos período?
3) Recurrencia: ¿Son cíclicos los cambios sociales, volviendo regularmente a
sus puntos de partida?
Hay diferentes enfoques de análisis para estudiar el cambio social y también diferentes
manera de responder a las preguntas, las cuales no darán una respuesta universal para
todos los cambios sociales.

Conflicto político:
2 definiciones cruciales:

1) Las reivindicaciones consisten en declarar determinadas preferencias respecto al


comportamiento de otros actores.
2) Un gobierno es una organización que controla el principal medio concentrado de
coerción dentro de un territorio importante.

El conflicto político incluye todas las ocasiones en las que se dan ambas.
¿Por qué tiene lugar el conflicto político? Cuatro tipos de explicaciones disponibles se
corresponden con las cuatro principales ontologías de la ciencia social:

1) Teoría de sistemas:(ej: Kornhauser) el conflicto político se explica como una


interrupción de los procesos de equilibrio, lo que da lugar a reivindicaciones
conflictivas “protestas”.
2) Individualismo metodológico: el conflicto político es el choque de intereses de los
individuos, impulsando la competencia dentro de los límites propuestos por la
estructura de oportunidad política y la capacidad organizativa.
3) Individualismo: el cambio de las definiciones compartidas de la situación política
promueve y regula las tendencias a la competencia.
4) Análisis relacional: los cambios en las conexiones entre actores potenciales
conforman las identidades sociales, las definiciones compartidas, lo deseable, los
costes… Los actores entonces moldean la confrontación.

“soy partidario de hacer un análisis relacional de las variaciones sistemáticas que se dan
en los conflictos políticos”.

● M.Adam, Sidney y Tarrow están intentando reducir las barreras que impiden hacer la
síntesis de análisis del conflicto político. A través de impulsar ideas sacadas del
estudio comparativo de los movimientos sociales en las democracias occidentales a
zonas adyacentes de conflicto para ver que tal se sostienen determinadas
propuestas o si se sustentan en otros principios.

EJ: conexión entre los ciclos del movimiento social y las revoluciones, porque en ambos
aparecen una serie de condiciones para que un actor desfavorecido pueda lograr el éxito
reivindicativo:
1) publicitar la vulnerabilidad de las autoridades
2) proporcionar un modelo para un planteamiento operativo de las reivindicaciones
3) identificar posibles aliados
4) poner en peligro los intereses de otros actores políticos que tienen el statu quo

Esto se convierte en un ciclo si los grupos que quieren el poder, lo consiguen, entonces se
alían para encontrar nuevos contrincantes. Lo que se convierte en un proceso que divide
actores colectivos movilizados entre grupos en el poder y fuera de él, en el que algunos son
desmovilizados. También, mueve a los restantes hacia acciones cada vez más arriesgadas,
hasta que la represión, la cooptación y la fragmentación acaban con el ciclo. Estos ciclos se
repiten tanto en movimientos sociales como en las revoluciones.

Identidades en conflicto:
Define las condiciones bajo las cuales el conflicto pone en juego diferentes tipos de
identidad. Todo conflicto implica afirmaciones de identidad al igual que el desarrollo de
intereses colectivos.
Las identidades son experiencias compartidas de determinadas relaciones sociales y
representaciones de esas relaciones sociales. (ej: las mujeres se convierten en mujeres en
relación con los hombres y otras mujeres)

A pesar de su enorme variación en forma y contenido:


1. Las identidades políticas son relacionales y colectivas.
2. Por lo tanto, cambian según cambien las redes, las oportunidades y las estrategias
políticas.
3. La confirmación de las identidades políticas depende de las actuaciones contingentes, en
las que resulta crucial la aceptación o rechazo de las otras partes implicadas en la relación.
4. Esta validación restringe y facilita la acción colectiva de aquellos que comparten una
determinada identidad.
5. Existen profundas diferencias entre las identidades políticas insertadas en la vida social
rutinaria y aquellas que se presentan sobre todo en el espacio público: identidades
colectivas desconexas.

Estas propuestas rompen con 3 formas de entender las identidades políticas:

1) como una sencilla activación de rasgos personales -individuales o colectivos - duraderos


(relacionado con el individualismo metodológico y la participación política basada en el
interés)
2) como aspectos moldeables de la conciencia individual. (relacionado con los análisis de
compromiso político como proceso de autorrealización y se tiende a correlacionar con un
supuesto de individualismo fenomenológico, el entoque que afirma que la conciencia
personal es la principal o, en el extremo solipsista, la única realidad social)
3) como puras construcciones discursivas. (aparece repetidamente en los relatos
posmodernos de la identidad, muchos de los cuales también se orientan hacia el
solipsismo)
VS
Enfoque Tilly: coloca relaciones entre actores en el centro de los procesos sociales.
¿que significa relacional y colectivo? Una identidad política es la experiencia que tiene un
actor de una relación social compartida en la que al menos una de las partes, es un
individuo/organización que controla medios de coerción concentrados. Las identidades
políticas se solapan con representaciones públicas compartidas, las personas se
representan a sí mismas con categorías que le distinguen de otros segmentos de población.
(ej: vecinos, minorías, mujeres…) En cada caso se implican en actuaciones que confirman
el mérito, la unidad y el compromiso (desfilando juntos, llevando insignias…)

1) Bajo condiciones sociales determinadas, las identidades colectivas que la gente


utiliza en los conflictos se corresponden con «identidades colectivas, enraizadas o
asentadas», aquellas que forman parte de las rutinas de su vida diaria (raza, etnia,
clase). VS
Los analistas sociales tienden a etiquetar como -espontáneas» o «tradicionales» las
acciones colectivas de venganza, ridículo, obstrucción y manipulación mutua que
surgen de las identidades asentadas. Los observadores también imaginan que los
mecanismos causales centrales de la movilización derivan de transformaciones de la
conciencia individual, cuando de hecho lo que impulsa tales movilizaciones es el
reforzamiento selectivo de ciertos lazos sociales a costa de otros. Aunque
generalmente operen a pequeña escala, cuando son presionadas por los
detentadores del poder o sus enemigos, las identidades colectivas asentadas, como
las de base religiosa o étnica, pueden provocar duros y extensos conflictos.
2) Bajo otras condiciones sociales, la gente puede organizarse en identidades
colectivas segmentadas», las cuales rara vez, o nunca, están presentes en las
relaciones sociales cotidianas. Las identidades colectivas segmentadas a menudo
incluyen asociaciones voluntarias, grupos nacionales y categorías legales como
«minoría», «tribu» o personas discapacitadas». En estos casos, las personas
invocan la relevancia de lazos sociales de forma mucho más selectiva y juegan un
papel mucho más relevante en su puesta en marcha.

La distinción asentada-segmentadas, niega dos formas extremas (y contradictorias) de


entender las identidades que prevalecen en el conflicto político:

1) como simples activaciones de atributos individuales pre-existentes, o incluso


primordiales
2) como puras construcciones discursivas que tienen poca o ninguna base en la
organización social.

Cambios en los repertorios de acción colectiva:

Ciertas modificaciones en las formas predominantes de reivindicaciones en Europa


constituyeron una impresionante alteración de los repertorios de acción colectiva. Los
repertorios enlazan entre sí grupos concretos de interlocutores, y cambian por medio de
mutua interacción de las propias reivindicaciones, las cuales limitan las posibilidades de la
acción colectiva.
La evolución de la manifestación como medio de plantear reivindicaciones son formas
perfectamente definidas de organizar, anticipar y responder a demandas realizadas a través
de este medio. Las huelgas, sentadas… enlazan entre sí identidades bien predefinidas y
producen innovaciones, cambiando a la larga su configuración porque acumulan memorias,
leyes, prácticas… propias.
Los repertorios son productos culturales que aunque evolucionan, tienden a ser fuertemente
restrictivos a los cambios.

Conflicto y cambio:
Preguntarse por qué tiene lugar un giro de un tipo de repertorio a otro nos plantea la
cuestión de las relaciones generales entre el conflicto y el cambio social. En el caso de la
Europa de los siglos xviii y xix, las causas posibles del cambio de repertorio incluyen las
transformaciones en la organización de los gobiernos nacionales, el incremento de las
relaciones de propiedad capitalista… Pero si miramos el asunto desde el otro lado, también
podemos observar cómo la propagación de manifestaciones, huelgas y demás han influido
en todo esto. EL CONFLICTO Y EL CAMBIO SOCIAL SE INFLUYEN MUTUAMENTE.

Los analistas del conflicto político suelen relacionar con frecuencia los efectos incluidos
dentro de estas categorías superpuestas:
1. Reorganización: El esfuerzo del conflicto transforma las relaciones sociales internas y
externas de los actores implicados.
2. Realineamiento: Más concretamente, la lucha, la defensa y la cooptación alteran las
alianzas, rivalidades y enemistades entre gobernantes, otros contendientes y los grupos
reivindicativos.
3 Represión: los esfuerzos de las autoridades en la represión o consentimientos de los que
los desafían producen cambios directos e indirectos en el ejercicio de poder
4. Realización: los demandantes exigen cambios específicos, negocian con éxito con los
detentadores del poder y hasta los desplazan.
ESTAS CATEGORÍAS SE CORRESPONDEN CON LAS DE LA EOP (abajo)

Las categorías se corresponden con los elementos de la estructura de oportunidad política


(EOP), tal y como la entienden la mayoría de los analistas de los movimientos sociales:
- organización de instituciones políticas
- alineamientos entre las elites
- represión-facilitación
- apertura del sistema político.
Desde el punto de vista de los que desafian al poder, la EOP es más favorable allí donde
las instituciones políticas proporcionen múltiples espacios para plantear reivindicaciones, las
élites están divididas, la represión es débil y existen canales sólidamente establecidos por
dónde encauzar eficazmente las reivindicaciones.
A su vez estas condiciones se corresponden con cuatro ejes que nos jerarquizan los
diferentes regímenes desde los autoritarios hasta los democráticos:
1) Extensión de los derechos ciudadanos (0 a 1).
2) Igualdad entre los ciudadanos (0 a 1).
3) Protección de los ciudadanos frente a la acción arbitraria del
gobierno (0 a 1).
4) Consulta vinculante a los ciudadanos respecto al personal del gobierno y políticas (0
a 1)
(De este modo, 0000 implica un régimen puramente despótico, 0010 una autocracia
benevolente, 1100 un autoritarismo participativo y 1111 una democracia ideal (actualmente
inexistente)).
Tema 2: La institucionalización del conflicto y la violencia
❖ Las nuevas guerras: la violencia organizada en la era global, Mary Kaldor (1999)

La guerra es una situación contemporánea (especialmente en el mundo poscomunista), no


es un retroceso al pasado. Se trata de un proyecto de investigación sobre el carácter de
este nuevo tipo de guerra y concluye con que las guerras en Europa del Este (Los
Balcanes, antigua Unión Soviética) eran muy similares a las de África y las del sur de Asia.
M. Kaldor denomina “nueva guerra” al nuevo tipo de violencia organizada de carácter
político que se ha desarrollado en los años 80 y 90, propia de la era de la
globalización.

- Estas nuevas guerras son comúnmente conocidas como guerras civiles o conflictos
de “baja intensidad” (término acuñado antiguamente para hablar de guerrilla o
terrorismo) pero también tienen muchas repercusiones transnacionales.
- Otros autores se refieren a ellas como guerras privatizadas o informales pero, como
es bastante complejo establecer la distinción entre lo privado/público y lo estatal/no
estatal, es más correcto denominarlas posmodernas.
- Por último, nos podemos referir a ellas como “guerra degenerada” porque
descompones las estructuras nacionales (especialmente las fuerzas militares).
También el concepto de nuevas guerras se utiliza para referirse a guerras virtuales y
en el ciberespacio. Existe un debate norteamericano sobre la “revolución de los
asuntos militares” debido a la llegada de la tecnología de la información. Según M.
Kaldor, la revolución de los asuntos militares es una revolución en las relaciones
sociales (no en tecnología), aunque esos cambios en las relaciones sociales estén
influidos por la nueva tecnología y hagan uso de ella.

Las nuevas guerras se han dado en un contexto de globalización, por eso se han
intensificado las interconexiones políticas, económicas, militares y culturales a escala
mundial. La globalización es una consecuencia de la revolución de las tecnologías de la
información y la comunicación que implica homogeneización y diversificación, integración y
fragmentación, y globalización y localización. Las nuevas guerras son consecuencia de la
guerra fría y de los vacíos de poder de periodos de transición y, en este caso, momento en
el que el bloque del Este sucumbió a la globalización del resto del mundo.

La globalización es visible en las nuevas guerras debido a la presencia internacional de


periodistas extranjeros, soldados, asesores militares y organismos internacionales (ONG
como Save the Children o instituciones internacionales como la Unión Europea). Las
guerras son el símbolo de la nueva división entre los miembros de la clase
internacional que tienen facilidades y los que están excluidos de los procesos
globales (que son víctimas de asedios, hambrunas…).

Una preocupación de las consecuencias de la globalización y de interconexión mundial es el


futuro del Estado moderno ya que las nuevas guerras surgen tras la autonomía del Estado o
de la desintegración del Estado. Aparecen en la erosión del monopolio de la violencia
legítima.

- Se ve favorecida, en primer lugar, por la transnacionalización de las fuerzas


militares: tras las guerras mundiales, ha aumentado el poder destructivo de la
tecnología militar (riesgo a una guerra más destructiva que las anteriores) y existe
una mayor interconexión entre los Estados (alianzas militares, producción/comercio
internacional de armas). Esto ha favorecido una forma de integración militar mundial.
También se debe a la evolución de las normas internacionales que ilegitima la
agresión unilateral.
- En segundo lugar, el monopolio de la violencia organizada sufre la erosión de la
privatización. El proceso que se da en las nuevas guerras es inverso a los procesos
por los que evolucionaron los Estados modernos, que estuvieron íntimamente unidos
a la guerra. Para el Estado moderno se necesitaba eliminar el desperdicio, la
corrupción, la ineficacia y movilizar el apoyo popular para recaudar dinero y reclutar
hombres (la guerra se convirtió en competencia exclusiva del Estado), sin embargo,
en las nuevas guerras, los ingresos del Estado disminuyen por el declive de la
economía y la expansión del delito, corrupción, ineficacia… por lo que la legitimidad
política va desapareciendo. Por estas razones, es posible que la guerra entre
Estados sea cosa del pasado. Por ejemplo, la guerra de Bosnia-Herzegovina
comparte las características de las guerras en otros lugares. Sin embargo, se
convirtió en el foco de atención mundial y se concentraron en ella más recursos que
en ninguna otra nueva guerra.

Las diferencias entre las nuevas guerras y las anteriores están en:

Guerras anteriores Nuevas guerras

Los objetivos objetivos geopolíticos/ideológicos que se

han ido sustituyendo por una nueva división política

entre los valores incluyentes y las de identidades particularistas*

identidades particularistas

Los métodos grandes concentraciones de fuerza militar

de lucha que quieren capturar el territorio, donde las uso de guerrillas y

batallas son los enfrentamientos decisivos de lucha contrarrevolucionaria *1

Los modos vs de g.globalizadas: centralizadas, guerra globalizada con economías

de financiación totalizadoras y autárquicas de guerra descentralizadas *2

1) La política de identidades es la reivindicación del poder basada en una identidad


concreta (nacional, religiosa, de clan o lingüística). Se diferencian de las identidades
anteriores porque éstas estaban vinculadas al interés del Estado o a algún proyecto
de futuro como construir una nación. La nueva política de identidades se basa en
etiquetas, lo que es un retroceso al pasado por la reaparición de antiguos odios (es
excluyente y tiende a la fragmentación). Depende de la tradición pero aprovechan el
fracaso de otras fuentes de legitimidad política como el desprestigio del socialismo.

La política de identidades está relacionada con la globalización: es local y mundial, nacional


y transnacional + utiliza la nueva tecnología y los medios como la televisión o la radio que
exponen los símbolos de una cultura mundial de masas y su identidad cultural concreta (ej:
coches Mercedes).

2) Las guerrillas
tienen el objetivo de evitar las grandes concentraciones militares y los combates y en ellas
se captura el territorio a través del control político de la población “ganándose a la gente”.
Por otro lado, la contrarrevolución usa técnicas de desestabilización sembrando miedo y
odio. Pretende eliminar las identidades distintas a través de matanzas, técnicas políticas,
psicológicas y económicas de intimidación. Esta es la razón del aumento de refugiados,
desplazados y del aumento de violencia a los civiles. Los elementos fundamentales de las
estrategias de las nuevas modalidades bélicas son comportamientos prohibidos según las
reglas clásicas de la guerra como las atrocidades sobre la población no combatiente,
destrucción de monumentos históricos, los asedios… Las unidades de las nuevas guerras
están formadas por una gran variedad de grupos (ejercito, paramilitares, fuerzas de policía,
caudillos locales…) y son muy descentralizadas en contraste con las unidades jerárquicas
de las viejas guerras. Hay que añadir que utilizan tecnología avanzada y medios modernos
de comunicación para coordinarse y negociar.

3) La economía de guerra

En las nuevas guerras, depende de recursos externos, aumenta el paro, la producción


interior disminuye por la competencia global por lo tanto, necesitan financiación exterior o a
través del mercado negro (comercio ilegal de armas…). Esto solo se mantiene a través de
la violencia permanente que suele desencadenar en refugiados, crimen organizado o
minorías étnicas. El conflicto busca sembrar miedo y odio para crear inseguridad. Las
guerras actuales (aparentemente religiosas, lingüísticas, etc) suelen luchar contra el
multiculturalismo y el civismo.

“No hay ninguna solución posible a largo plazo dentro de la política de identidades”. Tienen
muchas ramificaciones sociales y económicas. La solución a largo plazo es restaurar la
legitimidad y devolver el control sobre la violencia organizada a las autoridades. Es
necesario poner fin a la política particularista y exclusivista y sustituirlo por un proyecto
político que supere la división global-local y que instaure valores incluyentes y
democráticos. “Se necesita una alianza entre los defensores locales del civismo y las
instituciones transnacionales” para controlar la violencia: formada por factores políticos,
militares y económicos internacionales (teniendo presentes los derechos humanos y las
leyes de la guerra, lo que se conoce como derechos cosmopolita). En su conjunto, es una
labor de pacificación que lucha por respetar la ley cosmopolita.

Ahora son fenómenos globales: por la comunicación, porque comparten características


como la importancia de la política de identidades y la desilusión por la política formal. En
todas las zonas del mundo hay una mezcla de integración y de fragmentación (en el norte
predomina la integración y en el sur la fragmentación). Ya no es posible aislar unas partes
del mundo de otras, por eso, el proyecto cosmopolita debería ser global. Este libro es una
contribución a la reconceptualización de los modelos de violencia y guerra para detener las
tragedias.

Las viejas guerras

Una guerra es una actividad social que incluye movilización y organización para infligir
violencia física. Está muy vinculada a la economía. Es un fenómeno que a lo largo de los
siglos ha atravesado distintas fases (cada una con una modalidad bélica diferente), muy
ligadas a la evolución del Estado moderno. A pesar de las diferencias, la guerra es una
construcción del Estado moderno territorial, centralizado, racionalizado y jerárquicamente
ordenado. Las viejas guerras fueron, sobre todo, un tipo europeo.

La guerra y la aparición del Estado moderno: Nosotros pertenecemos a un Estado y nuestro


enemigo a otro, por tanto la guerra es un conflicto entre Estados con intereses de Estado. El
concepto de guerra como actividad del Estado se estableció en el siglo XVIII. En las
primeras etapas de la formación del Estado europeo, los ejércitos se reunían a partir de
coaliciones feudales que servían al monarca. Pero estos ejércitos no eran muy fiables y se
desperdigaban después de cada conflicto. Fueron sustituidos por ejércitos permanentes
formados por profesionales. Los ejércitos permanentes bajo el mando del Estado acabaría
siendo la organización propia de la monopolización de la violencia y, por tanto, también del
Estado moderno. El objetivo del Estado es legitimar la guerra, la cual es a su vez, un
instrumento para perseguir el interés del Estado. Esto se transformó en las leyes de la
guerra para constituir una guerra legítima: muerte aceptable socialmente o asesinato
rechazado socialmente (pero depende de la época). Las reglas del Estado moderno:

1. la guerra sólo podía ser emprendida por los Estados soberanos


2. evitar métodos ruines como violar treguas
3. debían dejar tranquila a la población civil
4. el único personal autorizado a involucrarse eran los soldados, siempre y cuando
estuvieran inscritos, marcados, controlados, con uniforme, con las armas al
descubierto y bajo las ordenes de un jefe que tuviera la responsabilidad

❖ Vigilancia líquida como diseño post-panóptico, Bauman y David Lyon. (2013)

I. DAVID LYON

Este libro es una teoría para saber cómo funciona la vigilancia y qué lugar tiene dentro de la
modernidad. El modelo panóptico supone una idea brillante para los que llevan poco tiempo
estudiando la vigilancia pero una decepción para los que llevan mucho tiempo. “En la
actualidad existen límites a la autoridad de la imagen del panóptico”. Foucault presentó este
modelo para entender el surgimiento de las sociedades modernas autodisciplinadas y su
base era la disciplina (cómo controlar el alma para cambiar el comportamiento y la
motivación). Para Foucault:

- la visibilidad se convierte en una trampa


- las relaciones de poder caracterizan cualquier situación social

La paradoja de Foucault es que la vertiente dura del modelo panóptico puede generar
rechazo y resistencia mientras que la vertiente blanda puede generar conformidad aunque
sean plenamente conscientes. Esto crea dudas sobre el modelo panóptico en la realidad
actual. Por eso, David Lyon dialoga con Bauman, quién ha criticado el esquema panóptico
para dejar claro que la modernidad contemporánea se ha alejado de las anteriores. El
modelo panóptico, para él, es parte de la historia anterior. ¿El advenimiento de la vigilancia
líquida implica olvidar el modelo panóptico?

David Lyon dialoga con Bauman porque cree que el panóptico es cosa del pasado, y que
han surgido formas más blandas y que se permiten más por la sociedad.

II. BAUMAN

Responde que los humanos no resuelven problemas, solo se olvidan de ellos (lo más
frecuente). “El modelo panóptico está vivo y con buena salud, mejorado electrónicamente,
cosa que nunca se hubiera imaginado Foucault pero ya no es el patrón universal o la
estrategia de dominación que era en la época de Foucault. No es ni siquiera el patrón o
estrategia principal, se ha desplazado solo a las partes inmanejables de la sociedad como
prisioneros, clínicas psiquiátricas… Es decir, personas inútiles y excluidas. La
autodestrucción es el objetivo de las técnicas panópticas cuando éstas se aplican a
elementos no aprovechables (incapacitación de los cuerpos). Esto no está mal visto por las
víctimas. Para ellos, la única forma de autoafirmarse es hacer con sus propias manos lo que
los dirigentes quieren conseguir (ej: en Auschwitz, los presos se lanzaban sobre las vallas
de alta tensión).

En la moderna sociedad líquida de los consumidores todo va en la dirección de manipular


para aumentar la posibilidad de conductas deseables y disminuir las no deseables. Se ha
evolucionado desde la obligación forzosa a la tentación/seducción, desde la regulación
normativa a las relaciones públicas, etc lo que hace que el papel principal recaiga en los
subordinados (no en los jefes), en los supervisados (no en los supervisores), en los
vigilados (no en los vigilantes): de los dirigentes a los dirigidos.

La segunda tendencia consiste en la transferencia al asalariado la disciplina, la rutina, la


uniformidad y la reducción de las opciones. Esto se ha realizado a través de la búsqueda de
recompensas y evitar castigos además de facultades irracionales (como la iniciativa, la
experimentación, la autoafirmación, el entretenimiento, la emocionalidad…).

La burocracia es la mayor encarnación de la racionalidad moderna, por eso Weber enumeró


los elementos necesarios que tiene que tener la actividad humana para alcanzar la
burocracia ideal y la máxima racionalidad.

1. Rechazo a todo lo personal (creencias, preferencias…) que no son relevantes. El


objetivo es aprovechar la totalidad de la personalidad y todo el tiempo ya que los jefes y
líderes abandonan su responsabilidad sobre los trabajadores.

2. En los contratos de los subordinados pone que la construcción y el mantenimiento


de los diseños panópticos es su responsabilidad (además de la servidumbre y la
vigilancia continua), ya no es de los que subordinan.

Cada individuo debe asegurar el dispositivo panóptico sin interrupciones y cargar con sus
panópticos individuales. Debido a los mercados de consumo y la libertad de sus jefes, los
subordinados están acostumbrados a su nuevo papel de autocontroladores.

Panóptico para excluidos

Los subordinados se autocontrolan, se auto vigilan.

III. DAVID LYON

Está de acuerdo con Bauman en que los esquemas panópticos se ocultan en los márgenes,
las instituciones totales y en las que se asimilan a éstas. Y le pregunta ¿se les puede aplicar
el mismo tipo de análisis a grupos marginados como, por ejemplo, inmigrantes o
sospechosos de terrorismo?

Hay una variante propuesta por Bigo llamada banóptico (ban: exclusión) que se aplica a los
marginales globales: se centra en las tecnologías para determinar quién debe ser objeto de
vigilancia estricta, según la “seguridad globalizada” y los “gestores de la preocupación”
como la policía o los agentes de aduanas. Las burocracias transnacionales de vigilancia y
control trabajan para controlar los movimientos de la población y forman lo que Foucault
denomina dispositif (conjunto de discursos, prácticas, normas… que crean un aparato
interconectado). El resultado es un banóptico (no un panóptico global) y personas excluidas
de un conglomerado global (no solo del Estado-nación) mediante el esquema de si son
aceptados o no; todo ello posible gracias a un conjunto que opera virtualmente y a distancia
utilizando datos interconectados.
Bigo considera, igual que Bauman que no hay “ninguna manifestación centralizada del
diseño panóptico y que si existe el dispositif es de modo fragmentado y heterogéneo”. Para
él, esto crea una forma de inseguridad transnacional (y no un panóptico) y de ella analiza
los discursos, instituciones, etc.

La función del banóptico es excluir a una minoría a través de 3 elementos a nivel global, no
Estatal:

- gran poder en las sociedades liberales


- la selección (que excluye a grupos)
- la normalización de los grupos no excluidos (con la creencia de la libre circulación).

Bigo y Bauman convergen en la división entre lo global y lo local.

“¿Qué le parecen estas variaciones sobre el tema del panóptico, que reconocen el
significado del dispositif de Foucault pero pretenden ir más allá para adaptarlo a las actuales
economías tecnológicas globalizadas? ¿Nos ayudan a desentrañar lo que está ocurriendo
en nuestros modernos tiempos líquidos? En ese caso, ¿se aproximaría este análisis a lo
que usted defiende o no?” Pregunta David Lyon a Bauman

Dispositif de Foucault

Banóptico de Bigo

IV. BAUMAN

Bauman reconceptualiza el término de banóptico: Afirma que Bigo solo habla de los
voluntarios, que son solo un ejemplo de banóptico y acepta el termino definiéndolo como:
“un modo de pensar la vigilancia, en el que los instrumentos de vigilancia se dedican a
mantener lejos, en vez de mantener dentro, como había el panóptico, y que se nutre y crece
con el imparable crecimiento de las preocupaciones securitarias, y no de la necesidad de
disciplinar, como era el caso del panóptico”. Por ejemplo, las cámaras de vigilancia son el
modelo principal de dispositivos banópticos con las que se mantiene el orden gracias a una
vigilancia sencilla. Además de ayudar a conseguir el comportamiento adecuado al modelo
de los “espacios defendibles”, el banóptico debe detectar a aquellos individuos que
muestren signos que no querer comportarse como es debido.

La tecnología de vigilancia tiene 2 objetivos: objetivos que han aumentado con los exiliados,
refugiados, demandantes de asilo…

1. confinamiento

2. exclusión

La expresión “estar en tránsito” es una expresión que indica un proceso con un principio y
un final. Estos son los atributos que no encajan con la definición de refugiados: ellos no
están en tránsito. Los campos de refugiado apuntan a una estancia prolongada en la que
las expectativas para terminar el viaje, son bajas (suponen un final pero no la llegada al
destino, sino el final del estado de tránsito). Se denomina “campos de tránsito” a los lugares
donde permanecen los refugiados sabiendo que precisamente estar en tránsito es lo
opuesto a su situación. Por otro lado, los campos de refugiados están formados por
“extranjeros, un cuerpo extraño, un intruso en el resto del mundo, que lo rodea con
dispositivos banópticos”. Formar parte de un campo de refugiados significa la expulsión del
mundo, haber sido expulsado y haberte colocado en una situación de exilio. Lo decisivo es
estar separado. Los exiliados no necesariamente tienen que ser extranjeros, de hecho, es
común que hayan nacido y crecido en el mismo país (o incluso mismo lugar) en el que viven
su exilio.

Agier denomina “corredores de exilio” a los campos de refugiados, los campamentos de los
sin hogar y los guetos urbanos. Los que viven en estos lugares son las personas no
necesarias, descartadas, rechazadas de la sociedad, lo que denomina desechos (por
definición, es lo contrario de útil). Estos desechos estorban un espacio que podría ser
empleado de forma más útil. El principal objetivo del banóptico es asegurarse de que los
desechos están separados y agrupados para su transporte a un contenedor de desechos, y
desde allí, el dispositivo panóptico se encargará de que se queden allí.

V. DAVID LYON

Dice que el banóptico se da en la mayoría de la población, no sólo para los desechos:

Afirma que su trabajo sobre la vigilancia y el de Bauman, encajan, a veces, y otras, no.
Están de acuerdo en que el diseño banóptico existe en aquellos lugares en los que la
necesidad del panóptico está más clara pero, algunos estudiosos de la vigilancia consideran
que se refieren a la mayoría de la población, no a minorías de desecho.

1) Por un lado, tenemos los estudios de la vigilancia del consumidor de Gandy con el
título de The Panoptic Sort. El argumento consiste en que existe un mecanismo de
selección en el mundo del marketing a partir de bases de datos, la población se
agrupa en segmentos para que los comerciantes puedan tratarlos de forma
diferente en función de su patrón de consumo: utiliza el panóptico para demostrar
cómo funciona en la definición de consumidor y cómo afecta la lógica del panóptico
a aquellos que son objeto de su vigilancia.

Según David Lyon, combina en análisis de los aspectos del panóptico con el proceso
mediante el cual los consumidores son procesados pero queriendo construir una economía
política de la información personal. Los vendedores siempre buscan racionalizar el mercado
y se centran en los consumidores que valen la pena. El proceso de selección se centra en
los que se están beneficiando del sistema, no en los excluidos: de esta forma, se está
proveyendo eficientemente a la élite con bienes y servicios. El objetivo de Gandy es señalar
es una imagen especular de la actividad discriminatoria negativa que implica la selección
panóptica. Gandy insiste en que “la discriminación racional en las economías de la
información se basa con frecuencia en criterios raciales y circunstanciales que se utiliza en
perjuicio de los que están marcados negativamente”. Es un ejemplo de panopticismo teórico
en la actualidad.

2) por otro lado, habla del sinóptico de Thomas Mathiesen, que contrasta la manera
del panóptico (unos pocos observan a muchos) ya que afirma que muchos miran a
unos pocos con los medios de comunicación de masas actuales: el panóptico
encuentra un aliado en los medios de masa actuales. La idea central: “aunque los
efectos del panóptico siguen existiendo en las sociedades, no se pueden entender
sin la idea del sinóptico”, por ejemplo, tras el 11S, se creó el sentimiento de
amenaza inminente y la necesidad de nuevas medidas de seguridad y de vigilancia
por la constante imagen en televisión y de las autoridades.

Bauman utiliza a Mathiesen para apoyar su tesis sobre la modernidad líquida para
comprender en papel de los medios de comunicación de masas. David Lyon propone una
pregunta: “¿se le ha acabado la cuerda al panóptico o sigue vivito y coleando, aunque,
quizá, ya chochea?”. Además, afirma “el sinóptico no parece ser consciente de la
fragmentación de las audiencias televisivas o de la creciente influencia de los medios
digitales en la actualidad, por eso, propone la segunda pregunta: “¿está seguro de que los
medios pueden ser espacios de crítica o de cuestionamiento de la vigilancia?”

VI. BAUMAN

Considera que el sinóptico de Matheisen es un panóptico casero y modificado (la vigilancia


de los vigilantes). Mathiesen intentaba medir el impacto de la vigilancia de la transformación
general que se había producido en el pensamiento empresarial: lo que era la tarea de los
empresarios, se ha desplazado a los controlados y es lo que se denomina “segunda
revolución gerencial”.

En el proceso industrial de las máquinas, se daban movimientos repetitivos, una


reglamentación estricta y una vigilancia continua (a la manera de panóptico), es decir, se
limitaban los impulsos creativos de los dirigidos y de los que dirigían. Reinaba el
aburrimiento y el resentimiento porque se reprimía a la mano de obra, en vez de aprovechar
sus ventajas potenciales. La “economía de la experiencia” aprovecha todos los recursos de
la personalidad. La segunda revolución gerencial (emancipación de los empresarios de la
carga de la gestión) ha sido impuesta desde arriba, no realmente como una revolución. Los
que iniciaron esta revolución han visto ampliado su poder, su control y su dominio debido a
que se han roto los vínculos que antes los obligaban y que consideraron inconvenientes.
Durante la segunda revolución:

- desterraron las rutinas


- se negaron a gestionar (dejaron una vacante oficina de los supervisores)
- exigieron autogestión a sus empleados, sino despido: competición recurrente
- la economía de la experiencia (al favorecer la subjetividad, el juego y la
performatividad) prohíben la planificación a largo plazo y la acumulación de méritos:
movimiento continuo de los empleados

El sinóptico cumple con esta nueva necesidad (ya no es como el panóptico, no es necesario
construir torres de observación, ni contratar a supervisores, etc). Ahora se espera que se
autodisciplinen y que carguen con los costes materiales y psicológicos (que ellos mismos
construyan las torres y se mantengan dentro por voluntad propia), funciones que en su
momento desempeñaba la regulación normativa (las torres de observación se han
individualizado y los procedimientos para construir muros se han desregulado). Es ahora
tarea de los voluntarios buscar oportunidades de servidumbre. “Minipanópticos domésticos
y portátiles”.

Son los usuarios de Google o Facebook los que producen la base de datos mediante sus
acciones aparentemente autónomas pero sinópticamente determinadas. Bauman no quiere
referirse a este contexto como panóptico. Los profesionales rastreadores de cualquier
cambio en los esquemas del deseo y en las conductas inspiradas en estos deseos. Son la
última rama del sinóptico que sigue operando (antes que parte de su estructura) o están
situados entre el sinóptico y el banóptico porque son una condición necesaria para las
técnicas banópticas de los mercados.

Teniendo en cuenta que el marketing necesita el conocimiento de los grupos que no son
aptos como objetivo de ventas y los que sí son objetivo, el marketing necesita el modelo
sinóptico y el banóptico y son precisamente los ingenieros que procesan los datos, los que
establecen la comunicación entre ambos. Por ejemplo, el software como relación entre
ambos tipos de vigilancia ya que permite clasificar a los que llaman para que reciban un
trato diferenciado. Los que llaman y parecen prometedores son atendidos inmediatamente
por operadores sénior y los que no resultan prometedores, esperan mucho y con mensajes
repetitivos y aburridos y, en el caso de que aguanten, son contactados con operadores de
bajo rango que no pueden solucionar el problema que motivó la llamada.
Seminario:

1. ¿Sobre qué va el texto?Bauman presenta una discusión sobre cómo la tecnología


digital ha dado lugar a nuevas formas de vigilancia que afectan la privacidad y la
libertad individual de manera significativa.

2. Ideas principales y secundarias:


- Tipos de vigilancia: Panóptico, banóptico y sinóptico
- Cambio de la explotación derivada del jefe y esa estructura más panóptica a una
autoexplotación (sinóptica)= Servidumbre voluntaria (ej teletrabajo: no hay horarios,
ni vacaciones, tu vida entera es tu trabajo)
- 2a revolución credencial: se busca que el obrero haga más tareas, e incluso propias
del que dirige: nueva estrategia de control: ser planificador de tus propias tareas=
más eficaz y productivo. Vamos hacia modelos mucho más eficaces, que es el
autocontrol continuo
- Ya no existe un castigo directo del panóptico, sino incentivos, lo que vincula Bauman
con el consumo. El castigo deja de existir como tal, sino que empieza el autocastigo.

3. Relación con cuestiones actuales:


- Redes sociales
- Cookies

4. ¿Qué cuestiones consideráis que son importantes como científicos sociales?


De qué modo la vigilancia pareciera que tenemos una capacidad limitada de formar parte de
esa vigilancia.
Conceptos:
Panóptico: Es un neologismo creado por Jeremy Bentham: edificio panóptico: los presos no
ven al vigilante y el vigilante ve a todos:
Espejo de la modernidad (SXX)
TIene sus límites en la actualidad: ya no lo vemos de manera constante en todas las
disciplinas
Disciplina como elemento clave: “controlar el al,a”
“El que está sometido al campo de la visibilidad reproduce las coacciones del poder”

❖ Contornos bélicos del Estado securitatio: control de la vida y procesos de


exclusión social, Bessa, Gorski, Beiras y G. Rodríguez Fernández (Bessa et al)
(2010)

POLÍTICA DEL MIEDO Y DECADENCIA DE LA ESFERA PÚBLICA:

1. PRESENTACIÓN: Tras las décadas de los 80 y 90 (tras el 11M, el 11S y el 7J)


dos fenómenos se han alimentado recíprocamente: éxito de tolerancia cero a nivel local
(respuestas securitarias) y auge del miedo/inseguridades y, como consecuencia, han
aumentado los controles posmodernos, la afirmación de la necesidad del sacrificio de la
libertad en nombre de la seguridad y (el resultado político más importante, pero menos
evidente) la erosión de las posibilidades de la acción política por parte de subalternos y
disidentes.

A un control dirigido solo a la represión, la punición y la neutralización de la humanidad


excedente. Del vigilar y castigar (FOUCAULT) enmarcado en la organización política de la
sociedad que buscaba el equilibrio entre la prevención social, la prevención policial, la
represión, la penalidad y la reintegración social

En este artículo se muestra cómo la superposición de estos dos fenómenos corresponde a


una coyuntura política marcada por la reproducción de la coexistencia de orden y desorden,
de guerra y paz, del conflicto y la mediación, consecuencia de la desestructuración política
impulsada por el desarrollo neoliberal. La perspectiva política actual no parece conducir
hacia un nuevo orden, sino a una multiplicidad de poderes que pueden abusar del control y
la violencia con subalternos y competidores. Esto se debe a las consecuencias de la
revolución neo-conservadora, que acentúa la asimetría entre detentadores y excluidos del
poder. Ésta tiende a la prosperidad y la maximización de los beneficios de los actores más
fuertes, olvidando la rehabilitación social, la reintegración, la recuperación… Por lo tanto, el
control social se ha transformado:

Se derivan, entre otras cosas, perfiles raciales y encarcelamiento en masas porque la


integración y los derechos de los subalternos han dejado de interesar (puedes meter a
Wacquant) (han pasado a convertirse casi en neo-esclavos). El Estado de Derecho
universal que propone una sociedad estable y pacífica nunca ha existido, al igual que la
ilusión del Estado de Bienestar. Con la revolución neo-conservadora globalizada se elimina
esta ilusión, se humilla a la resistencia, se manipula a través del miedo y de la tolerancia
cero y se debilita la acción política de los débiles (mientras que los beneficios de otros han
alcanzado proporciones sin precedentes). Los controles posmodernos se configuran como
dispositivos e instrumentos para un modo de gestión del desorden permanente, que en
realidad, apunta a reproducir inseguridad, inestabilidad y nuevas demandas de tolerancia
cero. Las consecuencias son notables: el boom de la penalidad, crecimiento del gasto
militar-policial y frecuentes abusos, violencias y torturas por parte de la policía.

Las innovaciones tecnológicas y la accesibilidad de los dispositivos han potenciado el


espionaje, en control social y político… es decir, cualquier modalidad de ejercicio del poder.
El desarrollo de la industria de la seguridad ha creado un mercado de la información sobre
las personas, organizaciones y actividades o negocios. La “sociedad de la vigilancia” ha
triunfado porque ha aumentado la hibridación entre lo público y privado, lo interno y lo
externo y entre lo lícito y lo ilícito.

2. DE LA PARTICIPACIÓN A LA SUBALTERNIDAD

El desarrollo de los controles posmodernos comenzó en los años 80. Por ejemplo, en esa
década, en Francia, se impulsaron barrios dotados de nuevas tecnologías de comunicación:
el minitel (especie de ordenador) introdujo sistemas de vídeo-vigilancia participada a través
de los cuales los habitantes de los barrios “bien” asumían un papel y vigilaban las pantallas
para activar, en caso de alerta, las alarmas de la policía. En los proyectos participados los
habitantes se involucran en la gestión de la seguridad. La policía postmoderna se configura
así como cooperación entre ciudadanos ansiosos y policías públicas o privadas, en una
especie de generalización de la conversión policial de cada actor en el gobierno de la
sociedad local. Se llega así al scanorama (def: imágen obtenida desde un escáner)y a
zonas de barrios hiper asegurados y ricos, no en los pobres (slums).

EEUU: la privatización de los espacios públicos, la fortificación de barrios, con el


consecuente efecto de gentrificación y darwinismo social, se desarrolla en ese periodo. El
primer caso famoso en Europa fue también en los años 80: instalación del sistema de
videovigilancia en Londres para filmar a la gente (primera ciudad videovigilada) y con los
teléfonos públicos controlados. Es una “sociedad de máxima seguridad”. Frente a los
abusos de controles, se desarrolla el debate de la privacidad. En los 90, tras el scanorama,
se llega a Echelon, a la difusión planetaria del modelo de seguridad y de la exaltación del
control total posmoderno. Se ha desarrollado crítica sobre el control y el securitarismo
postmoderno. A este proceso se han sumado múltiples proyectos locales, nacionales y
globales, como la difusión de telecamaras y sistemas sofisticados o la proliferación de
policía privada y estructuras de seguridad creadas por las grandes compañías. El gobierno
inglés ha propuesto fichar sistemáticamente a los grupos de jóvenes para tener “todas” las
bandas juveniles registradas.

La combinación de revolución tecnológica, financiera y militar ha provocado la eclosión de


un proceso articulado: la hibridación de las prácticas de poder o una anamorfosis entre
orden/desorden, guerra/paz, autoritarismo/democracia y justificación de la tortura. También
se han desarrollado sistemas de armas inteligentes para la guerra o para la policía. Las
sinergias entre investigación universitaria y este desarrollo son cada vez más frecuentes y
favorecen la contaminación entre los sectores universitarios, las fuerzas militares y policías.
Ej de las nuevas tecnologías en el desarrollo de los controles posmodernos: brazalete para
monitorear el rendimiento productivo de los trabajadores.

3. EL GIRO NEOLIBERAL:

No hay un poder neo-liberal único ni absoluto, ya que los sujetos dominantes son
diferenciados y suelen tener conflictos. El liberalismo se caracteriza por su tendencia a
configurarse segmentado, discontinuo e inestable. El acuerdo entre los sujetos dominantes
sólo puede ser parcial.

La paz y el orden han sido considerados como normalidad y la guerra y desorden como
horrores que deben ser superados para restablecer el orden. Se ha impuesto así la idea de
que los procesos de transformación política siguen siempre la misma secuencia: orden-
desorden-orden. Sin embargo, la paz y el orden son temporales y la guerra y el desorden se
reproducen constantemente, es decir, coexisten formando una dicotomía (causada por
conflictos de intereses y asimetrías de fuerza y poder). El orden liberal globalizado no puede
garantizar un orden estable y pacífico. La lógica liberal de hoy consiste en maximizar los
beneficios con el mínimo gasto, además de garantizar una ganancia inmediata. La
reconstrucción de un orden estable y pacífico implica costos y no tiene la seguridad de
garantizar ganancias.

La inflación de los controles y de las soluciones de seguridad (tolerancia cero, más policía,
más represión, más penalidad...) es alimentada continuamente por la exaltación del
miedo/inseguridad real o fabricada a escala local, nacional o mundial

La desestructuración de las organizaciones políticas provoca incertidumbre entre la


población más amenazada. Los dispositivos del securitarismo neo-liberal no fueron
desarrollados para el orden estable y pacífico, sino para la imposición de un dominio que no
quiere reconocer a los subalternos (“desechos humanos” si no se adaptan, no se someten o
se rebelan). La opinión pública es empujada a creer que la inseguridad se debe a la
criminalidad o el terrorismo. Cualquier comportamiento no pasivo es descrito como un acto
subversivo que crea alarma. Se configura así un poder que explica el miedo para suprimir
todavía más cualquier posible reivindicación de los subalternos.

La revalorización de Hobbes y de Bentham ha transformado la seguridad en una suerte de


concepto totalizante casi ontológico, puede ser considerada la teorización del proceso que
ha creado consenso para un neo-autoritarismo revestido desde los nuevos discursos. La
Unischerheit transformada como inseguridad debido a la criminalidad y al terrorismo
reproduce en consecuencia el esquema hobbesiano de la delegación total del poder, que se
nutre siempre de la reproducción del miedo de los subalternos. Uso extremo del miedo para
caracterizar la organización política de la sociedad posmoderna que conduce a la sumisión
no evidente (mistificada por prácticas securitarias que en realidad contienen el neo-
autoritarismo).
4. EL SIMULACRO DE PRIVACIDAD:

La privacidad surge por el gran incremento de los abusos y la inflación de los controles. La
inflación de espionaje y de control aparece como consecuencia inevitable del ascenso del
securitarismo liberal, sostenido también por la izquierda europea y por el consenso de la
mayoría de la opinión pública. Pero con los años, se ha demostrado que el securitarismo no
sirve para aumentar la seguridad. Por ejemplo, el atentado en Londres (se conoció a uno de
los responsables gracias a la colaboración de uno de los padres porque la policía no
lograba identificar a nadie entre las miles de grabaciones) o las tecnologías sofisticadas de
control y ataque que provocan el genocidio y la masacre en países como Afganistán, Iraq,
Líbano o Palestina.

5. LA EROSIÓN DE LA ACCIÓN POLÍTICA

El miedo consecuencia del proceso iniciado en los 70, ha afectado a todos los campos y ha
devenido un tema mediático recurrente (crisis energética, económica, despidos laborales,
deuda pública, criminalidad, terrorismo, invasión de los inmigrantes, epidemias…). La
población queda relegada a la impotencia frente a las amenazas. Esperan que los servicios
secretos, la policía y los dispositivos de control tengan el control suficiente para hacer
fracasar los ataques y la criminalidad. La delegación en el poder deviene siempre más
fuerte y la posibilidad de partición en el gobierno de la cosa pública se reduce hasta
desaparecer. He aquí la erosión de la acción política a favor de los actores fuertes. Uno de
los aspectos más impresionantes de 25 años de securitarismo es que a pesar del ascenso
del negocio policial-militar y la inflación de controles, no se ha reducido en absoluto el miedo
o la inseguridad. De hecho, el terrorismo contribuye a este proceso porque refuerza las
posibilidades de acción política.

Cada vez es más frecuente el espionaje en luchas por el poder económico o político (en
parte, porque cada vez es más difícil sepáralos). El matrimonio liberal entre negocios y
securitarismo produce monstruosidades que quizás todavía estemos lejos de imaginar, pero
que han sido ya experimentadas por las víctimas de las actividades represivas en las
cárceles y por las poblaciones de los países agredidos por la fuerza híbrida de los países
dominantes.

Se ha terminado creyendo que el panóptico posmoderno ha triunfado: las encuestas de


opinión aseguran la aprobación por la mayoría de la población de los países dominantes
que espera ser protegida a cambio del sacrificio de su privacidad pero, en realidad, no es la
privacidad la que está siendo violada, sino la más mínima posibilidad de incidir en las
prácticas de poder. El dominio del miedo y el securitarismo se configura como la asimetría
más abismal entre poderes fuertes y poblaciones que no pueden disentir.

❖ Ciudades y estados en la historia universal, CHARLES TILLY (1990)

"Ciudades y Estados en la Historia Universal" es un libro escrito por Charles Tilly, un


destacado historiador y sociólogo estadounidense. El libro explora la evolución de las
ciudades y los estados a lo largo de la historia universal, desde la antigüedad hasta la Edad
Moderna. Es una obra importante y destacada en la historia y la sociología, que ofrece una
perspectiva amplia y detallada sobre la evolución de las ciudades y los estados en todo el
mundo a lo largo de la historia. En su obra, Tilly argumenta que los estados modernos y las
ciudades surgieron a través de un proceso complejo de competencia, conflicto y
cooperación entre diferentes grupos de poder. También destaca la importancia de las
instituciones políticas, económicas y sociales en la creación y sostenimiento de los estados
y ciudades.
El libro se divide en tres partes: la primera parte se centra en la formación de las ciudades y
los estados en la antigüedad (y es la única que entra en el examen). El capítulo 1 se centra
en definir el concepto de estado y explorar su origen y evolución histórica. Es una
exploración detallada y rigurosa del concepto de estado y su evolución histórica desde la
antigua Grecia y Roma hasta la Europa moderna.

Tilly comienza señalando que el estado moderno es una forma de organización política
relativamente reciente, que se desarrolló en Europa durante los siglos XVI y XVII. A partir de
ahí, Tilly se remonta a la antigua Grecia y Roma para explorar los orígenes del concepto de
estado. Tilly argumenta que el estado moderno se caracteriza por tres elementos
fundamentales:

1) una población permanente


2) un territorio claramente definido
3) un gobierno centralizado y soberano.

Además, señala que el estado moderno se distingue de otras formas de organización


política, como los imperios o las ciudades-estado, por su capacidad para monopolizar el uso
legítimo de la violencia y para crear y hacer cumplir leyes y normas. Tilly también examina
la relación entre el estado y la economía, argumentando que los estados modernos se han
visto obligados a desarrollar instituciones y políticas económicas

Tema 3: Conflicto, violencia y modernidad.

❖ Bauman, Zygmunt : Modernidad y holocausto. (Introducción: “La sociología


después del Holocausto”). (1989)

Para la sociología, existen dos formas de minimizar, juzgar erróneamente o negar la


importancia del Holocausto.
1) Presentar el Holocausto como algo que les sucedió a los judíos, un acontecimiento
que pertenece a la historia judía. Esto convierte el Holocausto en algo único y
sociológicamente intrascendente. El caso más común de este enfoque es aquel que
presenta el Holocausto como el punto culminante del antisemitismo europeo y
cristiano.
2) Presentar el Holocausto como un caso extremo dentro de u a amplia categoría de
fenómenos sociales habituales: una categoría odiosa y repelente con la que, sin
embargo, podemos (y debemos) convivir. Debemos convivir con ella debido a su
adaptabilidad y su omnipresencia pero, sobre todo, porque la sociedad moderna ha
sido desde siempre, es y seguirá siendo, una organización diseñada para reducirla,
y , quizá, eliminarla por completo. Así, se clasifica al Holocausto como un elemento
más, aunque importante, de una clase muy amplia que abarca muchos casos
“semejantes” de conflicto, prejuicio o agresión. Se atribuye el Holocausto a una
predisposición “natural” de la especie humana. De manera que, los factores que
atrajeron el Holocausto, tanto que presociales e inmunes a la manipulación cultural,
han quedado de hecho fuera del área de interés de la sociología.

El resultado final es la autosatisfacción teorética. En realidad, no sucedió nada que justifique


que se tenga que volver a criticar el modelo de sociedad moderna que ha sido tan
útil en cuanto marco teórico y en cuanto legitimación pragmática de la práctica sociológica.

Nechama Tec intenta examinar el otro lado del espectro social: los salvadores. Intenta
encontrar los determinantes sociales de lo que fue un comportamiento aberrante. Tec llega
a la única conclusión posible: “Esos salvadores actuaron de una forma que les era natural”.
Provenían de todos los rincones y sectores de la “estructura social”. Por esta razón
desenmascararon la falacia de que existan “determinantes sociales” del comportamiento
moral. El Holocausto es un «paradigma» de la civilización moderna, su producto
«natural» y «normal», quién sabe si también corriente, y su «tendencia histórica». De
acuerdo con esta versión, se elevaría al Holocausto al rango de verdad de la modernidad en
vez de identificarlo como una de las posibilidades de la modernidad.

El holocausto como criterio de modernidad:

"El holocausto no es un accidente de la historia, es su esencia. No es un episodio ajeno a la


modernidad, es su criterio y su consecuencia". -Zygmunt Bauman. Con este epígrafe,
Bauman establece la idea central del libro: que el Holocausto no es un evento aislado de la
historia, sino que es un resultado lógico de la modernidad. Bauman sostiene que la
modernidad es un proyecto que busca el orden, la uniformidad y la racionalización en todas
las áreas de la vida, y que esta búsqueda lleva a la exclusión y la marginación de aquellos
que no se ajustan a la norma. En el caso del Holocausto, este proceso de exclusión llevó a
la eliminación sistemática de millones de personas consideradas "diferentes" por los nazis.
Por lo tanto, para Bauman, el Holocausto es un criterio de la modernidad porque muestra
las consecuencias extremas de la búsqueda de la uniformidad y la exclusión de los
"diferentes" que son inherentes a la modernidad.

El significado del proceso civilizador:


En "El significado del proceso civilizador", Bauman explora la idea de la civilización y cómo
se ha utilizado para justificar la opresión y la explotación de grupos y culturas consideradas
"inferiores". El libro analiza cómo la idea de civilización se ha utilizado históricamente para
imponer y normas de una cultura dominante a otras culturas, y cómo esta imposición ha
sido utilizada para justificar la expansión colonial y el control de los recursos.

Bauman argumenta que la idea de la civilización no es sin embargo sinónimo de progreso, y


que la imposición de una cultura o un sistema de valores a otra cultura puede ser opresivo y
limitante. El libro también analiza cómo la idea de la civilización ha cambiado a lo largo del
tiempo, y cómo se ha utilizado para justificar diferentes formas de opresión y explotación en
diferentes contextos históricos

Producción social de la indiferencia moral:

Bauman explora cómo la modernidad ha creado una cultura de indiferencia moral que ha
permitido la realización del Holocausto. Bauman sostiene que la modernidad se caracteriza
por la separación de la ética de la política y la economía, lo que ha llevado a una cultura de
indiferencia moral en la que los individuos no se sienten por las consecuencias éticas de
sus acciones políticas y económicas. Esta indiferencia moral ha permitido que las
sociedades modernas ignoren o justifiquen la violencia y la opresión en nombre de un bien
mayor, como el progreso o la seguridad.
En el contexto del Holocausto, Bauman argumenta que la producción social de la
indiferencia moral permitió que otros ciudadanos alemanes y otros europeos ignoraran o
justificaran el genocidio de los judíos y grupos considerados "inferiores" por los nazis. La
separación de la ética de la política y la economía, y la cultura de indiferencia moral resultó,
resultó que las sociedades modernas deshumanizaran a los grupos considerados
"diferentes" y justificaran su eliminación.

Producción social de la invisibilidad moral:

Mecanismo social para la experiencia del Holocausto: el de implicar en la perpetración de


un genocidio a un número mucho más amplio de personas y sin que durante el proceso
estas personas lleguen a enfrentarse conscientemente ni con difíciles opciones morales ni
con la necesidad de sofocar la resistencia de sus conciencias. Nunca se produce un
conflicto de orden moral, porque los aspectos morales de las acciones no son
inmediatamente evidentes o deliberadamente se evita descubrirlos y discutirlos. En otras
palabras, el carácter moral de la acción o bien es invisible o bien permanece
intencionalmente oculto.

John Laschs señala la mediación de la acción como una de las características más notables
de la sociedad moderna. Este fenómeno consiste en que las acciones de uno las lleve a
cabo otra persona, una persona intermedia que «está entre mi acción y yo, haciendo que
me resulte imposible experimentarla directamente. El «hombre intermedio» esconde los
resultados de la acción desde la vista de los actores. El resultado es que hay muchos actos
que nadie se atribuye conscientemente. Para la persona en cuyo nombre se realizan, sólo
existen verbalmente o en la imaginación. Nunca los 29 reclamará como suyos porque nunca
los ha vivido. Por otro lado, el hombre que los ha llevado a cabo siempre los considerará
como imputables a otra persona, siendo él mismo nada más que el instrumento inocente de
una voluntad ajena.

El aumento de la distancia física y psíquica entre el acto y sus consecuencias tiene mayores
efectos que la suspensión de las inhibiciones morales: invalida el significado moral del acto
y, por lo tanto, anula todo conflicto entre las normas personales de decencia moral y la
inmoralidad de las consecuencias sociales del acto. Como casi todas las acciones
socialmente significativas se transmiten por una larga cadena de dependencias causales y
funcionales muy complejas, los dilemas morales desaparecen de la vista, al tiempo que
cada vez se hacen menos frecuentes las oportunidades para realizar un examen de
conciencia y que las elecciones morales sean más conscientes. Se consigue que as
víctimas sean psicológicamente invisibles.

El éxito técnico y administrativo del Holocausto se debió en parte a la experta utilización de


las «pastillas para dormir la moralidad» que la burocracia y la tecnología modernas habían
puesto a su disposición. Pero los nazis perfeccionaron un método: hacer invisible la
humanidad de las víctimas. El concepto de Helen Fein del universo de las obligaciones, es
decir, el círculo de personas con obligaciones recíprocas de protegerse mutuamente y
cuyos vínculos surgen de su relación con una deidad. Dentro de la visión nazi del mundo,
en la que predominaba el valor superior e incontestado de los derechos de los alemanes,
para excluir a los judíos del universo de las obligaciones simplemente había que despojarles
de su derecho a pertenecer a la nación y Estado alemanes.

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Resumen del libro entero para entenderlo


Bauman argumenta que la sociología tradicional ha fracasado en explicar el Holocausto
porque se ha centrado en el estudio de las estructuras sociales y ha ignorado la
responsabilidad individual en la creación y perpetuación del mal. La sociología ha tendido a
conceptualizar la sociedad como una estructura estable, y ha ignorado los procesos
históricos que han llevado a la exclusión y la marginación de grupos enteros de personas.
Bauman sostiene que para entender el Holocausto es necesario reconocer la importancia
de la modernidad y la ilustración en la creación de nuevas formas de exclusión social y
marginación. La modernidad, según Bauman, se caracteriza por la búsqueda de la libertad
individual y la emancipación, pero también por la creación de nuevas formas de exclusión y
marginación social. El Holocausto, en este sentido, fue el resultado de la tensión entre la
libertad individual y la necesidad de una comunidad cohesiva.

En resumen, el primer capítulo de "Modernidad y Holocausto" establece la perspectiva


sociológica y conceptual necesaria para entender el Holocausto. Bauman argumenta que la
sociología tradicional ha fracasado en explicar el Holocausto porque ha ignorado la
importancia de la modernidad y la ilustración en la creación de nuevas formas de exclusión
social y marginación. Para entender el Holocausto, Bauman propone una perspectiva
sociológica que trasciende los límites de la historia y la política y reconoce la
responsabilidad individual en la creación y perpetuación del mal.

❖ Laura Fernández de Mosteyrín: Los debates sobre el terrorismo bajo el signo


de la Guerra contra el Terror: aportaciones desde la sociología política. (2016)

La Guerra contra el Terror (CGT): es un término que se refiere a la serie de acciones


militares, políticas y económicas que se han llevado a cabo por parte de EEUU y sus
aliados en respuesta a los ataques del 11S.

Este artículo ofrece una mirada sociopolítica sobre los debates contemporáneos en torno al
terrorismo. Parte de tres presupuestos:
1) La violencia política y su explicación sólo pueden comprenderse en su contexto
sociohistórico.
2) Su estudio requiere un esfuerzo reflexivo.
3) Las explicaciones sobre el terrorismo influyen la dinámica sociopolítica.
Se inscriben en la dinámica ideológica de la Guerra contra el Terror. Se argumenta que,
tanto la violencia como su explicación han de comprenderse en el marco del conflicto

Bajo el signo de la Guerra contra el terror:


Ningún objeto de indagación en ciencias sociales puede ser comprendido fuera de su
contexto sociopolítico. De manera que los contextos han definido los problemas de estudio
en ciencias sociales desde sus orígenes históricos y que el binomio cambio/orden social es
una de las bases del pensamiento sociopolítico y sus numerosas polémicas.

La quiebra del mundo bipolar, la reconfiguración del orden internacional desde los años
noventa y el cambio global han hecho que viejos problemas sociales se modifiquen,
estimulando el interés académico y político por otros renovados. Haciendo que el terrorismo
ahora sea uno de los campos más estudiados, lo que está relacionado con el ciclo de
violencia abierto cuando, después de los atentados del 11S, se inicia la Guerra contra el
Terror (GCT).
Pensar el terrorismo desde lo internacional supone poner en el centro del análisis la GCT
como contexto sociopolítico. Dan forma de manera internacional a las políticas y a las
narrativas hegemónicas sobre el terrorismo. La GCT en tanto conflicto a gran escala pone
en marcha un proceso ideológico con impacto político en los diseños antiterroristas de la
gran mayoría de los países y ésta es una de sus características más importantes. La CGT
es ideológica porque genera las condiciones culturales en las que el significado de la
violencia política es distinto que en épocas pasadas.
En este contexto, explicar la violencia se ha convertido en un proceso de designación
política en el que se impone una narrativa dominante que se produce desde las esferas
oficiales. Las figuras del “experto” son las piezas fundamentales de las narrativas oficiales
sobre lo que es y representa para las democracias el terrorismo.
Los debates académicos contemporáneos sobre la seguridad y el terrorismo están
atravesados por las dinámicas de la CGT, por ello se ha intensificado la producción
académica y el aumento de la financiación y de los centros dedicados al tema desde el 11S.

La GCT da forma también a la tarea académica de investigar y explicar el terrorismo


porque:
- exigencia de dilucidar la especificidad del terrorismo dentro de la categoría más
general de violencia política
- explicar el terrorismo tiene implicaciones políticas en la medida en que pone en
marcha el poder de designar, qué tipos de violencias son terrorismo y cuáles no lo
son

El artículo tiene el objetivo de presentar los principales debates contemporáneos sobre el


terrorismo inscribiéndolos en el contexto de la GCT. Evidenciado que el conocimiento
forma parte del conflicto y no puede ser separado de él, se recuperará un análisis
necesariamente vinculado al conflicto y en el que actores colectivos interaccionan en
contextos materiales y simbólicos concretos bajo lógicas de poder

El terrorismo entre la violencia y la política: perspectivas y debates contemporáneo:

2 enfoques situados en el análisis de la violencia en el espacio de los conflictos del poder:


1) Estudios Ortodoxos del Terrorismo:
2) Estudios críticos:

El terrorismo ha sido un objeto de estudio fragmentado y periférico en ccss, se ha


empezado a estudiar recientemente. A pesar del interés por la búsqueda de su
especificidad, se trata de un fenómeno que por sus implicaciones políticas y morales está
muy sujeto a postulados epistemológicos. Sí podemos decir, sin embargo, que hay cierto
consenso en que el terrorismo incluye, al menos, las siguientes dimensiones:
1) violencia o amenaza;
2) objetivos políticos;
3) población civil como objetivo
4) un marcado componente comunicativo

A pesar de las complejidades que presenta el estudio de la violencia y en concreto del


terrorismo, cuando en el periodo posterior al 11S el terrorismo “regresa a un primer plano”,
según la célebre expresión de Theda Skocpol33, lo hace con características teórico
metodológicas concretas y que presentan tres desafíos a quien pretende aproximarse al
campo de estudio.

1) Todo trabajo riguroso comienza con un reconocimiento de su naturaleza política y un


posicionamiento frente a otros enfoques. Una cuestión que es habitual en cualquier
objeto sociopolítico, se vuelve singular en el caso del terrorismo porque la violencia
tiene una dimensión simbólica, cultural, comunicativa e ideológica. En el contexto de
la Guerra contra el Terror, determinar qué es terrorismo, supone distinguir entre
violencias y sus legitimaciones.
2) La cantidad de información elaborada tras el 11s es tal que discernir su calidad
científica se convierte en una tarea titánica que supone desentrañar lo específico.
3) El contexto de producción científica: Cuando la demanda de seguridad es creciente
y la alarma social aumenta ante determinados acontecimientos, el enfoque del
problem solving presiona sobre las cuestiones definidas como amenaza. Entonces,
la investigación teórica es despreciada por improductiva y los trabajos que no se
posicionan claramente frente al fenómeno que analiza son considerados
legitimadores. Ello evidencia que se trata de un estudio atravesado por el conflicto,
que dificulta su estudio y la práctica docente, porque la cultura popular asocia una
serie de símbolos, evaluaciones morales y valores a la representación del terrorismo
lo que hace difícil mantener la objetividad.

Terrorism Studies como campo ortodoxo e influyente de estudio: (Estudios ortodoxos)

Terrorism Studies: Estudios ortodoxos: En los TS se presupone un orden nacional e


internacional tendente al equilibrio y en el que el conflicto es una disfunción y un factor
desestabilizante; el terrorismo es un fenómeno patológico que constituye la principal
amenaza a las sociedades avanzadas y a la democracia liberal porque pretende afectar su
distribución de poder. El terrorismo es una violencia aberrante, antidemocrática y sectaria
que se basa en la negación de la legitimidad del otro y se caracteriza por ser indiscriminada,
arbitraria e irracional. Tiene un marcado individualismo metodológico a partir del que
individuos optan por la violencia a través de procesos de radicalización que se definen por
la exposición a ideologías radicales que conducen a violencia. La radicalización ocurre en
interacción con grupos de pares y/o espacios comunitarios “clave” en los que se aprende la
legitimación. En este proceso las organizaciones reclutan para una causa a través de
distintos mecanismos. Desde esta perspectiva el principal núcleo no son las causas, sino el
binomio ilegal/ilegítimo, porque el terrorismo es una patología frente al funcionamiento
normal del sistema, lo que conduce a investigaciones sobre los individuos que lo provocan.
El terrorismo es definifo como una forma ilgeal de violencia contra el estado y los civiles.
Estos estudios plantean varios problemas:
- Estos estudios tienen un modo de aproximación claramente ahistórico
- Hay demasiada producción con una importante escasez de datos primarios. Los
estudios contienen afirmaciones contundentes ―con implicaciones políticas
fundamentales―, a partir de datos secundarios muy frecuentemente de producción
oficial. Ignorar o incluir las subjetividades, produce diferencias muy significativas
cuando hablamos de un fenómeno tan cultural y simbólico como la violencia
- cierta obsesión cuantitativista que resulta incoherente cuando investigaciones
centradas en lo motivacional rara vez acometen la antropológica tarea de dar voz y
atender a los significados asociados por los sujetos a la violencia
A pesar de ello, los TS componen la mirada de más éxito

Critical Studies on Terrorism: un campo emergente y combativo de estudio:

Debido a la influencia dominante de los TS en las políticas antiterroristas surge en la última


década una segunda corriente de estudios que parte de un proceso reflexivo crítico sobre la
producción de conocimiento. Se produce por:
1) El replanteamiento “constructivista” difundido en las RRII desde finales de los
noventa incorpora el “giro cultural”, la cultura se pone en el centro de los debates y la
preocupación por las prácticas y los significados pasa de ser residual a ser principal
en la indagación y la explicación
2) una importante influencia de la teoría crítica y del marxismo hegeliano centrados en
la ideología, la hegemonía o las estructuras de dominación cultural e ideológica que
impregnan la vida internacional.

Pero los CST surgen como reacción al paradigma dominante y como resistencia a su
influencia sobre las políticas antiterroristas, con interés de desentrañar las dinámicas
coercitivas del antiterrorismo.
Este enfoque de estudio tiene 3 ideas principales:
- Su distancia sobre la excepcionalidad y la amenazante dinámica del terrorismo, para
examinarlo como una forma de violencia entre otras
- Su práctica académica impulsada por una teoría de la emancipación
- la relevancia pública de la investigación para contrarrestar los problemas generados
por el conocimiento dominante.
Estas tres ideas hacen de su práctica académica también una forma de activismo político.

Cosmovisión: el conflicto es un proceso normal de la sociedad y evidencia choques


por la distribución de poder. El terrorismo es interpretado, no cómo proceso
individual, sino como resultado de las dinámicas internacionales en las que los
factores sociales, económicos y culturales dan forma a los conflictos y esencialmente
a la violencia. El estudio está centrado en las prácticas y los discursos que generan y
transforman la violencia, las motivaciones individuales son una variable más, no la central.
Se centran en la producción discursiva hegemónica del antiterrorismo.

Entre las líneas de investigación más trabajadas en los últimos podemos señalar
1) La que aborda las políticas antiterroristas y sus efectos dentro y fuera de los
estados. Lo que lleva a estudios sobre Oriente Medio y la región MENA. Y estudios
sobre las políticas anti radicalización y su impacto social y político: islamofobia,
ciudadanía, comunidades sospechosas, o libertad académica
2) La revisión crítica de los legados coloniales. Porque la reflexión sobre el terrorismo
ha permitido que las cuestiones de segregación racial y cultural estén muy presentes
en la interpretación del conflicto y la violencia.
3) Los CST al abrirse a otras epistemologías, están acogiendo una importante
producción de estudios de género y violencia y en concreto de las dinámicas
patriarcales que atraviesan tanto la violencia, como su explicación científica.

Limitaciones:
- Mantienen —con matices— la validez del concepto terrorismo
- Son estudios con mucho potencial explicativo en el ámbito de la construcción social
de la violencia pero qué — determinados por su anclaje constructivista— olvidan con
frecuencia lo socioestructural.
- Aunque hay un interés por incorporar epistemologías no anglosajones, escasean las
contribuciones de otras regiones académicas y ello repercute en la falta de estudios
de caso de regiones particulares
Si sólo nos fijáramos en la literatura dominante, parecería que hay consenso sobre el
terrorismo. Pero para aproximarse a la violencia es necesario echar mano de lo que Hellen
Dexter y Enmanuelle Pierre Guittet llaman el “paradigma basura”: los marcos, conceptos y
temas olvidados y aparentemente superados. Como son por ejemplo:
1) la definición del terrorismo y su supuesta naturaleza “nueva”
2) la inclusión del estado en el concepto terrorismo84
3) el papel de las causas profundas frente a los factores situacionales
4) …

Explicaciones científicas como narrativas políticas: recuperando el conflicto para el análisis


de la violencia.

Las dos corrientes corren el riesgo de convertirse en “guetos teóricos” y atacarse sin fin
obstaculizando el avance del conocimiento, la principal conclusión que quería extraer es
que cada una de ellas, con su explicación y su producción de verdad académico científica,
contiene una explicación de la política, del conflicto y de la violencia. Cada relato pretende
influir en las políticas de seguridad. Los TS contienen en su modo de indagación un relato
que se inscribe en la narrativa hegemónica y global de la CGT. No está fijo en estados ni
instituciones sino que fluye través de los medios, las redes de operadores de seguridad, las
comunidades de inteligencia, los grupos de expertos o las actividades académicas.

De esta manera, concepto; amenaza; novedad; causas; respuesta; y acontecimientos son


las dimensiones fundamentales sobre las que se construye el relato de la violencia. Sobre
ellas se asienta el diagnóstico, porque el esfuerzo ideológico de la GCT pretende la
deslegitimación de un tipo de violencia política, a la vez que legitima otras formas de
violencia política.

Estas dos cosmovisiones enfrentadas, entendidas como narrativas políticas, evidencian que
tanto la violencia como su explicación se producen en contextos específicos y que la Guerra
contra el Terror está dando forma a dichas explicaciones. Es por esta razón que el conflicto
forma parte del mapa teórico necesario para comprender la violencia política.

Hay un tercer campo de estudio que ha explicado la violencia siempre en el marco del
conflicto. Esta es la perspectiva más “cerrada” en los muros académicos y la que menos
interés ha tenido en la difusión de su conocimiento hacia fuera. Tiene limitaciones muy
importantes que he tratado en otro trabajo, pero ha desarrollado herramientas de gran
potencial explicativo que son aplicables a realidades específicas como el terrorismo.
2 principales contribuciones
1) el concepto de “repertorio de acción colectiva”
2) las distintas versiones conceptuales de la idea de “contexto”
Podemos capturar cómo en el marco de un conflicto, distintos actores se movilizan
colectivamente para hacer públicas sus demandas y lo hacen a través de medios, formas e
intensidades que son culturales, estructurales e históricas.

En esta lógica, el terrorismo es un medio de acción —entre otros— que cualquier actor
―incluyendo el estado― pone en marcha en un momento concreto para avanzar un
objetivo político. El repertorio cambia como resultado de factores estratégicos, recursos,
organizaciones y contexto. Es relacional y sólo puede ser explorado atendiendo a factores
micro ―individuos y motivaciones―, meso ―organizaciones y sus características― y
macro ―elementos contextuales, materiales y simbólicos―. Pero es necesario explorarlo
en contextos sociopolíticos y culturales en los que la acción tiene sentido.

Conclusión:
El conflicto es la clave contextual de toda forma de violencia política. Su olvido
epistemológico tiene ecos en su comprensión y limita la imagen que obtenemos de ella. Y
puesto que el conflicto es multidimensional, interdisciplinar ha de ser el esfuerzo para
comprenderlo. Pero también ha de ser autorreflexivo con el contexto, pues lo que
entendemos por terrorismo varía con el lugar y el momento histórico y varía con las
relaciones de poder –el poder para designar— que lo atraviesan.

❖ Eduardo González-Calleja: Las oleadas históricas de la violencia terrorista:


una reconsideración. (2009)

El artículo revisa la hipótesis del carácter cíclico de las movilizaciones políticas que emplean
el terror como instrumento estratégico preferente. Propone una periodización en cinco
etapas:
1) la oleada populista-nihilista en el tránsito de los siglos XIX al XX;
2) el período de entreguerras centrado en el control totalitario de la población y la
mística de la liberación nacional
3) la etapa de posguerra vinculada a la aparición, desarrollo y triunfo de los
movimientos tercermundistas de independencia o de liberación nacional
4) el ciclo terrorista revolucionario producido en las sociedades del capitalismo tardío a
partir de 1968
5) el ciclo actual, caracterizado por el primordialismo étnico y el fundamentalismo
religioso.
Se trata de demostrar que el terrorismo está condicionado en su dinámica interna por
los grandes ciclos de la protesta revolucionaria o contrarrevolucionaria; que tiende a
aparecer en los períodos de declive de estos ciclos generales de protesta, y que
algunas manifestaciones de violencia terrorista han mostrado una notable capacidad
de adaptación que les ha permitido superar esa fase de agotamiento y actuar como
puente para “dar el salto” a un nuevo ciclo de protesta.
Idea sacada de David C Rapoport que expuso la hipótesis del carácter cíclico de las
movilizaciones políticas terroristas. Han sucedido desde 1880 hasta la actualidad 4 oleadas
del terrorismo. El terrorismo subersivo está ligado con estos ciclos de protesta
revolucionaria y contrarevolucionaria, y tiene la tendencia de aparecer en períodos de
declive de ciclos generales de protesta, mostrando así una gran capacidad de adaptación
porque permiten “dar el salto” a un nuevo ciclo de protesta.
La dinámica cíclica de la protesta colectiva:
La propuesta de análisis cíclico de la violencia terrorista expuesta por Rapoport es un lugar
común entre los estudiosos de la acción colectiva.

Sydney Tarrow plantea una dinámica cíclica de movilización colectiva en tres estadios:
1) La fase ascendente: Fase de incremento de violencia. Se produce cuando a la
gente que sufre agravios desde hace tiempo se le imponen nuevas injusticias, o
cuando aumentan las oportunidades para actuar por la presencia de un clima político
menos coactivo. Se produce entonces un aumento acelerado de las demandas
iniciales, que tiene tres efectos en el campo político:
- genera nuevas oportunidades de protesta al demostrar la vulnerabilidad de
las autoridades a estas reivindicaciones
- estimula las oportunidades para la acción colectiva al reducir sus costes para
otros actores, lo que permite el incremento de la contestación.
- lo que amenaza los intereses del Estado y de los grupos competidores por el
mismo espacio político
2) La fase intermedia: se llega a la cúspide de la movilización, que parece contagiar al
conjunto de la sociedad. El conflicto entre grupos se hace intenso y generalizado:
Ante esta situación, los movimientos que están recibiendo ataques crecientes a sus
intereses pueden responder de dos formas:
- verse tentados de emplear, autorizar o tolerar medios cada vez más
enérgicos de combate, como el terrorismo, cuando perciben que se va
incrementando la discrepancia entre lo que su organización recibe y lo que
aspira a obtener por legítimo derecho.
- ensayar estrategias de conciliación que conduzcan al compromiso, con el
consiguiente riesgo de cooptación e integración del movimiento en la
comunidad política, transformado en partido o grupo de presión.
3) La fase descendente del ciclo: las innovaciones tácticas planteadas para prolongar
la dinámica de la protesta conducen al recrudecimiento de los choques violentos y
de la represión, y éstos al desaliento. La gente comienza a disentir, no sólo sobre el
contenido de la acción colectiva, sino sobre la legitimidad de la misma. Todo ello
desanima la acción, y obliga a los movimientos que persisten en la protesta al
margen de los movimientos sociales de referencia a adoptar actitudes militantes
cada vez más extremadas y violentas. Comienzan a dominar formas de protesta
más convencionales, que son integradas pacíficamente en las nuevas condiciones
sociales y políticas, y las actitudes más radicales tienden al aislamiento.

Esta dinámica cíclica ha llevado al planteamiento de dos hipótesis que pretenden explicar el
origen del terrorismo:
1) La optimista: los grupos insurgentes suelen recurrir a los repertorios de acción
colectiva más innovadores y violentos con el fin de hacer frente con mayor eficacia a
las trabas que el Estado pone a las manifestaciones de oposición radical.
2) La pesimista: señala que la aparición de grupos clandestinos de tipo terrorista no es
previa al desarrollo de la protesta, sino que parece coincidir con la conclusión del
ciclo más combativo de la lucha.

Ha habido casos históricos de ambas.


La oleada populista-nihilista en el tránsito de los siglos XIX al XX:

La violencia resistencialista, secreta y de fuertes connotaciones religiosas anterior a la


modernidad fue dejando paso en la segunda mitad del siglo XIX a los primeros movimientos
clandestinos de alcance nacional que emplearon el terror como arma revolucionaria.
Aunque el terror de Estado aparece ligado al poder político desde épocas remotas, el
terrorismo insurgente como estrategia política deliberada tiene su origen en la época
contemporánea. Este tipo de terrorismo de finales siglo XIX nació a raíz de la invención de
la dinamita y de otras mutaciones derivadas del proceso de modernización, aunque estos
sirvierone en un principio como freno de la violencia porque no permitía a la gente reunirse
colectivamente , más tarde la urbanización alentó la acción política, agrupando a los
individuos en grandes bloques de sociabilidad, aproximando a la población a los focos de
poder, por lo que las autoridades se vieron obligadas a adoptar nuevas estrategias y
tácticas para controlar los eventuales movimientos de disidencia. Cuestiones como la
emigración, los bajos salarios, el acoso de la dinámica industrial capitalista sobre un mundo
artesanal en declive… llevo a algunos grupos extremistas a adoptar un tipo de lucha mejor
adaptada a los requerimientos de la moderna disidencia.
Rapoport fecha el curso de esta primera oleada terrorista entre 1880 y 1900. Sin embargo,
el terrorismo brotó allí donde los cambios políticos pacíficos habían despertado expectativas
de inmediata transformación social. Entonces condujo a una lucha como modo de protesta
personal exasperada, marginal y descoordinada, o así se veía.

En el Este de Europa, este ciclo terrorista se inició unos años antes, y no pareció vincularse
directamente a los cambios de la estructura industrial, sino a la difusión del nihilismo y a la
reclamación de derechos de ciudadanía en estructuras imperiales. Heinzen sentó los
fundamentos filosóficos del terrorismo moderno, conciliando los principios de la moral
tradicional con los expedientes políticos que justifican la revolución. no fue hasta la década
de los setenta cuando, de la mano de la colaboración de Mijail Bakunin y Sergei
Gennadevich Necháev en la redacción del Catecismo Revolucionario (1869), el anarquismo,
el populismo y el nihilismo encontraron acomodo en la táctica del individualismo terrorista
como “ciencia de la destrucción”.

En Rusia la táctica terrorista fue asumida por las organizaciones secretas populistas. Origen
con el movimiento de protesta “Marcha hacia el pueblo”= jóvenes estudiantes dejaron las
universidades para expandir el proyecto de emancipación popular de los campesinos.
Fracasó a causa del gobierno, lo que condujo a los populistas a repensar sus modalidades
de acción y a crear un partido de conspiradores que actuase en una estricta clandestinidad.
La oleada de atentados iniciada en 1878 culminó en marzo de 1881 con el asesinato del zar
Alejandro II por Naródnaia Vólia. Este magnicidio abrió un insospechado abanico de
posibilidades violentas que fue asumido de forma inmediata por un sector del anarquismo
mediante el activismo violento de pequeños grupos clandestinos que emplearon la táctica
de la “propaganda por el hecho”. En buena parte de los países afectados, la oleada
terrorista, llevada a cabo por individuos aislados o sociedades secretas, apenas sobrepasó
la década de duración, comenzó por una cruenta represión del movimiento obrero, y se
cerró abruptamente tras el asesinato del presidente Mc Kinley. Se iniciaron movimientos
terroristas en otros países también durante estas décadas.
La respuesta del Estado se articuló en tres actuaciones que coincidieron con las fases de
ascenso, apogeo y declive de la oleada subversiva.
1) los gobiernos recurrieron a instrumentos represivos convencionales, como el
Ejército, la Policía y la Justicia criminal.
2) Cuando la oleada de terror se fue extendiendo, el Estado alentó una labor represiva
más especializada, con la promulgación de una legislación antiterrorista específica.
3) En la fase de declive de la campaña terrorista se abordaron los primeros ensayos
de coordinación jurídico-policial a escala internacional.

Entre el control totalitario de la población y la mística de la liberación nacional: la oleada


terrorista de entreguerras.
La acción armada del populismo ruso actuó de puente con el siguiente ciclo terrorista,
algunas comunidades oprimidas en Europa del Este y del Oeste aprovecharon el impulso
nacionalista de la década final del siglo XIX para promover la creación de sociedades
secretas inspiradas en el ritual romántico de los carbonari italianos. En pocos años estas
organizaciones fueron adoptando una estructura francamente militar. Ejs: movimiento
bosnio: Ethnike Etaïria, que asesinaron a Sarajevo, la VRMO: Organización Revolucionaria
Interna Macedonia.

Rapoport delimita una segunda etapa que va aproximadamente de 1917 a 1965, donde el
principal estímulo de la acción terrorista fue la liberación nacional, favorecida por un
contexto político más propicio a la autodeterminación y la descolonización. Podría
considerarse también una primera fase de violencia terrorista subsidiaria de proyectos
revolucionarios o contrarrevolucionarios vinculados con la crisis del liberalismo y la
exacerbación de los nacionalismo europeos entre las dos guerras mundiales y una segunda
etapa que va de 1945 a mediados de los sesenta donde prevalecieron los movimientos
tercermundistas de independencia o de liberación frente al dominio colonial occidental.

El terrorismo dominante en Europa durante el período de entreguerras fue el procedente de


la derecha radical y el fascismo. Durante los años veinte y treinta, la acción violenta de las
ligas y partidos ultranacionalistas y fascistas se desarrolló a la luz del día, salvo en el caso
del Comité Secrèt d’Action Révolutionnaire (CSAR) conocido popularmente como Cagoule,
cuyas actividades de sabotaje y amenaza durante el período del Front Populaire bordearon
en ocasiones los límites del terrorismo. En el período inicial de la República de Weimar con
los intentos revolucionarios, la ocupación aliada de Renania y Palatinado… crearon en los
sectores patrióticos más radicales un ambiente de emergencia nacional frente al enemigo
interno y externo que fue el caldo de cultivo de sociedades secretas de carácter terrorista
como la protonazi especializadas en atentados contra personalidades de la naciente
república (“el terror rojo”).
La lucha frente al terrorismo revolucionario y contrarrevolucionario europeo siguió la misma
línea de cooperación internacional iniciada en la fase anterior. Hubo que esperar al
asesinato del ministro de Asuntos Exteriores francés Louis Barthou y del rey Alejandro de
Yugoslavia para que se llegara a la firma de la primera convención internacional relativa a la
prevención y represión internacional de este tipo de actos violentos, que preveía la
constitución de una Corte Internacional con jurisdicción sobre los casos de terrorismo
internacional. Pero la guerra mundial estalló antes de poner en marcha el proyecto, y la
ONU no lo asumió tras el final del conflicto, pero es lo que sentó un precedente que
recuperaría la ONU tres décadas más tarde, cuando hubo de afrontar una nueva oleada del
terrorismo internacional.

El terrorismo en los movimientos anticolonialistas de liberación nacional.


La Segunda Guerra Mundial supuso una ruptura estratégica con el pasado, al transformar el
terrorismo en instrumento de resistencia o de conquista militar. La tercera oleada terrorista,
que se extendió desde la década de los cuarenta hasta mediados de los sesenta, contempló
la aparición, desarrollo y triunfo de los movimientos tercermundistas de independencia o de
liberación nacional frente al dominio colonial occidental. Sus protagonistas fueron partidos
de carácter revolucionario que optaron por conducir un combate irregular bajo el paradigma
de la guerra prolongada que hizo célebre Mao Zedong, reformulada a partir de los años
sesenta en América Latina en la estrategia del “foco” guerrillero.

Durante las dos décadas que siguieron al conflicto mundial, una multitud de guerras
revolucionarias de liberación nacional contra poderes coloniales encontraron en la
revolución maoísta, no sólo inspiración, sino un protocolo contrastado de acción, donde el
acto insurreccional, en el que se incluyó ocasionalmente la lucha terrorista, se transformó en
uno de los mitos fundadores de la nación.

La guerra revolucionaria consistía en un complejo proceso de desestabilización


fundamentado en maniobras de presión donde se empleaban indistintamente medios
políticos, económicos, propagandísticos o militares, y donde la organización subversiva
articulaba diversos frentes (obrero, campesino, cultural) y estrategias de lucha (insurrección
guerrilla, terrorismo, guerra convencional) con el fin de consolidar un contrapoder efectivo
que facilitara el control de la población y tratara de utilizarla para paralizar la administración
y fuerzas armadas del enemigo.
La revolución cubana fue el éxito más sorprendente y espectacular de la “guerra
revolucionaria” (Che Guevara) . El modelo guevarista-castrista de revolución partía de las
hipótesis, harto discutibles, de que una fuerza guerrillera sin sólida base política podía
desarrollar un potencial militar capaz de derribar gobiernos, y de que las sociedades
subdesarrolladas están permanentemente al borde de la insurrección. La guerrilla
guevarista entró en declive por la conjunción de varias circunstancias:
1) la merma de sus apoyos exteriores, que condenó el modelo del “foco” como una
desviación “blanquista” cercana al terrorismo.
2) por el conflicto doctrinal que el castrismo libró con el comunismo ortodoxo
3) La falta de realismo de la estrategia “foquista”, al no tomar en consideración las
especificidades sociales y políticas de cada país, explicó los reiterados fracasos de
las guerrillas latinoamericanas de esa época, y su deriva hacia actividades
terroristas y bandoleriles cuando se inició la fase de declive del movimiento de
protesta revolucionaria

Se diseñó entonces una nueva táctica de lucha que podía aplicarse a cualquier país sin
tener en cuenta las condiciones sociales, políticas o económicas: la guerrilla urbana que fue
teorizada en el conocido Minimanual del dirigente comunista brasileño Carlos Marighella, y
que prendió por una década en las grandes urbes del sur América Latina como
desencadenante de una espiral de represión-resistencia armada que llevase a la
insurrección popular y en última instancia a la revolución. El auge de la guerrilla urbana fue
consecuencia directa del fracaso de la estrategia “foquista”.
La guerrilla subversiva se trasladó a las ciudades por las nuevas condiciones conflictivas
que se estaban dando en las urbes. La guerrilla urbana difiere del terrorismo convencional
en que es más discriminada y previsible en su empleo de la violencia, tiene la intención de
crear “zonas liberadas” cada vez más amplias y concibe su lucha como una etapa integrada
dentro en una estrategia global de guerra civil, con el fin de impulsar a medio plazo una
insurrección armada que le otorgue la victoria política. Pero en vez de eso, llevó a
respuestas políticas que casi siempre desencadenaban en regresión democrática. Fue
entonces cuando se generalizó la Doctrina de la Seguridad Nacional entre unos ejércitos
nacionales que desde la década de los cincuenta criticaban el pretendido desorden y
corrupción que caracterizaban a los regímenes parlamentarios.

El ciclo terrorista revolucionario en las sociedades del capitalismo tardío:


La cuarta oleada terrorista se puede datar entre fines de los años sesenta e inicio de los
años ochenta, y viene marcada por la crisis de los modelos subversivos privativos del ciclo
anterior.

Los países desarrollados contemplaron la virtual desaparición de las manifestaciones de


violencia colectiva más características del período de entreguerras. Lo que llevó a la
creación de nuevos repertorios reivindicativos que no se centraban necesariamente en el
ámbito nacional, y que daban preferencia a la vertebración de la protesta en base a
movimientos sectoriales (antinucleares, ecologistas, pacifistas…) articulados de forma muy
tenue y flexible, y relativamente independientes de las grandes opciones políticas.
En las urbes florecieron modelos insurgentes alternativos como el terrorismo, que a partir de
los años setenta se fue convirtiendo en un instrumento subversivo de uso universal.

Esta etapa tiene como fecha de referencia el año 1968, en el que se consolidaron dos
matrices estratégicas diferentes:
1) La guerrilla urbana practicada en Norteamérica, Europa Occidental y Japón por el
sector más radicalizado de las corrientes de la “Nueva Izquierda” y el terrorismo
nacionalista-separatista. Estos movimientos políticos radicales pretendieron dar a
este tipo de violencia política un valor estratégico central y casi exclusivo. Las
formaciones terroristas de la izquierda radical de los setenta tenían un concepto
global de la lucha revolucionaria, que llevó a crear organizaciones transnacionales
como Groupe d’Action Révolutionnaire Internationaliste (GARI), lo que les impulsaba
a intervenir más allá de las fronteras de sus países de origen.
2) ?

Resulta muy significativa la coincidencia cronológica entre las etapas de ascenso, apogeo y
crisis de las diversas formaciones terroristas revolucionarias en la República Federal
Alemana, Italia, España y otros países europeos.
- La táctica terrorista sin apoyo popular fue derivando hasta fines de los ochenta hacia
un activismo sectario de escasa potencialidad subversiva.
- En la etapa postrera de ese ciclo, el terrorismo ideológico de izquierda o derecha
entró en franca decadencia, mientras que algunos movimientos terroristas de
carácter nacionalista-separatista aún se mostraron capaces de prolongar una
situación de conflicto violento gracias a la articulación de un apoyo popular más
estable y consistente. El terrorismo aparece aquí como vía de escape de un
movimiento nacionalista que ha sido derrotado.
La larga estabilización política de las democracias occidentales y el clima
generalizado de libertad y permisividad política desde 1945 habían relajado la
capacidad de prevención y represión del Estado. A mediados de los setenta, una vez
que el terrorismo se transformó en una amenaza real y persistente, los gobiernos
occidentales no dudaron en aplicar medidas antiterroristas severas.
- El declive del terrorismo en Europa Occidental a partir de mediados de los ochenta
coincidió con el desarrollo de sistemas internos de seguridad sofisticados, con la
mejora material, profesionalización y especialización de las agencias policiales y de
inteligencia y con la creciente coordinación internacional.

El ciclo actual: primordialismo étnico y fundamentalismo religioso:

En los años ochenta e inicios de los noventa se produjo un declive general de las acciones
terroristas. Los grupos de extrema izquierda y derecha desaparecieron casi enteramente del
panorama político europeo y amainó la furia del terrorismo nacionalista-separatista. Pero en
esos mismos años se produjo el renacimiento del “Islam conquistador” (talibanes) que figura
en el origen de la quinta y última oleada terrorista acaecida hasta la fecha.
Este nuevo ciclo, de carácter predominantemente religioso, ha brotado de cuatro
acontecimientos clave:
1) la revolución iraní
2) la retirada soviética en Afganistán, con la subsiguiente aparición y conquista del
poder por los talibanes sunnitas
3) el derrumbe de los regímenes comunistas
4) primera Guerra del Golfo Pérsico

La difusión del fundamentalismo religioso facilitó la aparición de la gran innovación táctica


de la época: un terrorismo sagrado y primordialista con un acusado componente martirial y
autoinmolatorio que arraigó sobre todo en los sectores islámicos menos proclives al cambio
en sentido modernizador, y más duramente castigados por la crisis económica o por la
represión política instrumentalizada desde los gobiernos proocidentales. La revolución iraní
aportó un modelo revolucionario al mundo islámico. Durante los años ochenta Irán trató de
exportar la revolución mediante la internacionalización de la violencia terrorista musulmana
contra Occidente y sobre todo contra Israel. Pero este retorno al terrorismo como arma de
reivindicación político-religiosa no es privativa del mundo musulmán, también se han dado
otros como el terrorismo judío que arranca de las actividades del rabino Mehir Kahane, los
supremacistas blancos en EEUU…

Los mitos políticos violentos de las décadas anteriores dejaron paso franco a la
reactualización de un paradigma combatiente con un milenio y cuarto de antigüedad: la
Guerra Santa o Yihad. Durante los años ochenta muchos grupos islamistas radicalizados
iniciaron la lucha armada contra los “regímenes apóstatas” de sus respectivos países,
activando esta nueva oleada de violencia yihadista en la que nos encontramos. Incluye una
estrategia transnacional y el propósito de crear un Estado unificado para todos los
musulmanes regido por la Shari’a o ley islámica.
La Yihad global es el mejor ejemplo de cómo la mundialización del sistema de
comunicaciones ha permitido la formación de redes terroristas deslocalizadas que plantean
un terrorismo indiscriminado.

Conclusión: El fenómeno Al Qa’ida, que ha logrado conciliar un ideario retrógrado que tiene
profundas raíces en el Islam tradicional con alguno de los rasgos más relevantes del
repertorio posmoderno de acción colectiva, es una muestra evidente de que las
organizaciones violentas no surgen de la nada, sino que son el resultado acumulativo de las
experiencias ideológicas, organizativas, estratégicas, tácticas y técnicas forjadas en
diferentes episodios y etapas de acción armada, los cuales aparecen estrechamente
vinculados a los grandes ciclos históricos de movilización revolucionaria o
contrarrevolucionaria. Como en otras modalidades de protesta colectiva, la eficacia del
terrorismo depende tanto de su carácter disruptivo e innovador de sus acciones como de su
capacidad para asumir y adaptar sus referentes identitarios y sus tradiciones históricas y
culturales.
Tema 4: El conflicto en las sociedades contemporáneas:

❖ Nuevas reflexiones sobre el reconocimiento, Nancy Fraser (2000)

Durante 1970 y 1980, se sucedieron las luchas a favor del reconocimiento de la diferencia
con el objetivo de afirmar identidades negadas (banderas de sexualidad, de género,
etnicidad, raza…) y de incorporar las batallas sobre la redistribución de la riqueza y el
poder; aunque se han dado casos en los que las cuestiones de identidad han alimentado
campañas a favor de la limpieza étnica o genocidio.

También ha cambiado la escala de las reivindicaciones a favor del reconocimiento de la


diferencia: actualmente, impulsan muchos de los conflictos sociales en el mundo, por
ejemplo, los movimientos a favor de los derechos humanos o los movimientos sociales
como el feminismo. Estas reivindicaciones abarcan una amplia gama de aspiraciones,
desde las más emancipatorias hasta las más rechazables.

¿Por qué tras la caída del comunismo son tantos los conflictos que adquieren esta
forma? ¿Por qué todos los movimientos que expresan sus reivindicaciones mediante
el lenguaje del reconocimiento? Para poder responder, hace falta asumir que hay un
declive de las reivindicaciones en pos de una redistribución igualitaria. NO es que los
movimientos que exigen el reparto equitativo hayan desaparecido totalmente, sino que se
han visto reducidos debido a:

a) la ofensiva neoliberal contra el igualitarismo

b) la ausencia de cualquier modelo creíble de socialismo factible

c) dudas sobre la viabilidad de la socialdemocracia basada en el Estado keynesiano


frente a la globalización

En primer lugar, el desplazamiento desde la redistribución hacia el reconocimiento se


produce a pesar de la globalización y del capitalismo. En este contexto, los planteamientos
a favor del reconocimiento están sirviendo más para marginar, eclipsar y desplazar las
luchas a favor de la redistribución que para completarlas o enriquecerlas. En segundo lugar,
las luchas a favor del reconocimiento se producen en una creciente interacción transcultural
y de gran migración, aun así las luchas no contribuyen a promover la interacción
respetuosa. Provocan el separatismo, la intolerancia, el chovinismo, el patriarcado y el
autoritarismo.

Los 2 problemas (desplazamiento y reificación) pueden promover la desigualdad


económica, la violación de los derechos humanos… Por eso mucha gente ha optado por
abandonar las luchas culturales, las políticas de identidad. Sin embargo, no todas las
formas de política del reconocimiento son negativas, algunas representan respuestas
emancipatorias frente a injusticias graves que no pueden solucionarse solamente con la
redistribución. Las luchas a favor del reconocimiento, adecuadamente concebidas, pueden
contribuir a la redistribución del poder y de la riqueza, además de promover la cooperación.
Es necesario desarrollar un reconocimiento que dé cabida a toda la complejidad de las
identidades sociales.

1. EL MODELO DE LA IDENTIDAD:

El enfoque habitual de la política del reconocimiento, denominado “modelo de la identidad”


se basa en que la identidad se construye a través de un proceso de reconocimiento mutuo
(de manera dialógica) en el que hay una relación recíproca entre sujetos según la cual cada
uno contempla al otro simultáneamente como a un igual y como alguien distinto de sí
mismo. Se llega a ser un sujeto individual únicamente cuando se reconoce y se es
reconocido por otro sujeto, por lo tanto, el reconocimiento de los otros es esencial para el
desarrollo del sentido del sí y, si esto no ocurre, se sufre una distorsión en la relación que
uno mantiene consigo mismo y un daño en contra de la propia identidad.

Los defensores del modelo de la identidad sostienen que pertenecer a un grupo


infravalorado por la cultura dominante equivale a sufrir una falta de reconocimiento y una
distorsión. La política del reconocimiento pretende remediar el trastorno interior
(interiorización de representaciones negativas y falta de una identidad propia saludable)
oponiéndose a la imagen degradada del grupo que sustenta la cultura dominante. El
objetivo es tener una relación no distorsionada con uno mismo y se realiza mediante la
motivación a los grupos de un reconocimiento con autorrepresentaciones producidas por
ellos mismos para alcanzar el respeto de la sociedad.

Al unir la política del reconocimiento y la política de identidad se fomenta la reificación de


las identidades de grupo y el desplazamiento de la redistribución

2. EL DESPLAZAMIENTO DE LA REDISTRIBUCIÓN POR PARTE DE LA P.DE


IDENTIDAD:

2 de las corrientes que desplazan las reivindicaciones distributivas son:

1. Por un lado, tenemos a muchos de los defensores del modelo de la


identidad que ignoran la injusticia distributiva por completo, solo se centran en
transformar la cultura. Considera la falta de reconocimiento como un problema de
desprecio cultural y que la injusticia no tiene una base social. Abstraen la falta de
reconocimiento de su matriz institucional y ocultan su entretejimiento con la injusticia
distributiva. No logran entender el lazo entre, por ejemplo, las normas que
infravaloran las actividades femeninas y los bajos salarios de las trabajadoras;
tampoco entienden los lazos institucionalizados del sistema de bienestar social
entre: las normas heterosexistas que deslegitiman la homosexualidad con la
negación de recursos y beneficios a gays y lesbianas. Despojan a la falta de
reconocimiento de sus cimientos socioestructurales, equiporándola a una identidad
distorsionada: reducen la política del reconocimiento a la política de la identidad,
dejando desplazada la política de redistribución.

2. Por otro lado, tenemos a los que consideran la gravedad de la


distribución desigual y pretenden remediarla. Aunque las 2 corrientes desplacen. No
ignora la distribución desigual, sino que advierte que las injusticias culturales a
menudo están vinculadas con injusticias económicas pero no alcanza a comprender
el carácter que las vincula. Suponen que la distribución desigual es un efecto
secundario de la falta de reconocimiento y que las desigualdades económicas son
expresiones de las jerarquías culturales, por tanto, la opresión de clase es un efecto
de la desvalorización cultural de la identidad proletaria (clasismo). Toda distribución
desigual puede ser indirectamente solucionada mediante una política de
reconocimiento: revalorizar las identidades injustamente desvalorizadas equivale
simultáneamente a atacar las causas profundas de la desigualdad económica; no
hace falta una política redistributiva específica.

Los defensores de la política de la identidad permiten que la política del reconocimiento


desplace a la política de la redistribución, igual que en el pasado el marxismo permitió que
la política de la redistribución desplazara a la política del reconocimiento.

La idea de una sociedad puramente cultural sin relaciones económicas se aleja bastante de
la realidad actual ya que la mercantilización se ha hecho dominante en todas las sociedades
desligando, parcialmente, los mecanismos económicos de distribución de los modelos
culturales de valor y prestigio. En estas condiciones, la idea de que se puede poner remedio
a toda distribución desigual mediante una política de reconocimiento resulta engañosa: en lo
único en que puede abarcar este planteamiento es en el desplazamiento de las luchas a
favor de la justicia económica.

3. LA REIFICACIÓN DE LA IDENTIDAD:

Además del problema del desplazamiento, el reconocimiento de la política de la identidad


tiene otro problema: tienden a reificar la identidad, con el fin de expresar una identidad
colectiva autogenerada, ejerce una presión moral sobre los miembros individuales con el fin
de que estos se ajusten a la cultura de un grupo determinado. El efecto general es el de
imponer una identidad de grupo única y drásticamente simplificada que niega la complejidad
de las vidas de las personas, su multiplicidad… Irónicamente, el modelo de la identidad
lleva a la falta de reconocimiento: al reificar la identidad de grupo acaba ocultando la política
de la identificación cultural, las luchas dentro del grupo y el poder para representarlo. El
modelo de la identidad se inclina con facilidad hacia formas represivas de comunitarismo,
favoreciendo el conformismo, la intolerancia y el patriarcado.

El modelo de la identidad comienza asumiendo que la identidad es dialógica y construida


por medio de la interacción con otro sujeto, pero acaba valorando el monologuismo y dando
por supuesto que las gentes que son inadecuadamente reconocidas pueden y deben
construir su identidad por sí solas. Asume, por otro lado, que un grupo tiene derecho a ser
comprendido únicamente en sus propios términos, que nadie está justificado para
contemplar a otro sujeto desde una perspectiva exterior o disentir de la interpretación que
otro realiza de sí mismo, sin embargo, esto también contradice la perspectiva dialógica,
haciendo de la identidad cultural una autodescripción autogenerada. Este tipo de política de
la identidad fomenta el separatismo, para nada la interacción social.

4. LA FALTA DE RECONOCIMIENTO COMO SUBORDINACIÓN DE STATUS:

Se propone un enfoque alternativo, consiste en tratar el reconocimiento como una cuestión


de status social: no es la identidad específica de grupo lo importante, sino el status de los
miembros (como plenos participantes de la interacción social). La falta de reconocimiento no
afecta a la identidad del grupo, sino que significa que es imposible participar como igual en
la vida social, y para remediarlo sigue siendo necesaria una política de reconocimiento que
aspira a superar la subordinación restableciendo a la parte no reconocida como miembro
pleno de la sociedad.

Considerar el reconocimiento como una cuestión de status significa examinar los modelos
de valor cultural institucionalizados en la medida en que afectan a la posición de los actores.
En el caso de que dichos modelos conformen a dichos actores como iguales y capaces de
participar en la vida social, podríamos hablar de reconocimiento recíproco e igualdad de
status, de lo contrario (si son considerados inferiores, excluidos, no como plenos
participantes de la interacción social), hablamos de falta de reconocimiento y subordinación
del status. En conclusión, la falta de reconocimiento no supone una deformación psíquica,
sino una relación institucionalizada de subordinación social y no ser reconocido equivale a
no ser participante de pleno derecho en la interacción social, como una consecuencia de los
modelos de valor cultural institucionalizados.

La falta de reconocimiento no se transmite por medios de discursos culturales que circulan


libremente, sino por modelos institucionalizados (funcionamiento de las instituciones
sociales que regulan la interacción de acuerdo con normas culturales que impiden la
igualdad). El modelo de valor cultural institucionalizado constituye ciertas categorías como
normativas y otras como inferiores: lo hetero es lo normal, lo gay lo perverso; los hogares
con un varón al frente son correctos y, si es una mujer, no; las personas blancas son
decentes y las negras peligrosas. La falta de reconocimiento puede asumir diferentes
formas. Ha podido haber adquirido forma jurídica, ha podido ser institucionalizadas a través
de políticas gubernamentales, o de forma informal con costumbres arraigadas, etc.

Según el modelo del status, la falta de reconocimiento constituye una forma de


subordinación institucionalizada y, por consiguiente, una violación grave de la justicia. Es
necesaria una reivindicación a favor del reconocimiento que aspire a superar la
subordinación y que la parte subordinada logre participar plenamente en la vida social e
interactuar, es decir, pretenden desinstitucionalizar los modelos del valor cultural que
impiden una participación igualitaria y reemplazarlos por modelos que la favorezcan.
Remediar la falta de reconocimiento significa transformar las instituciones sociales y los
valores que regulan la interacción e impiden una participación igualitaria. Todo depende de
cómo la falta de reconocimiento se haya institucionalizado: las formas jurídicas requerirán
cambios legales, las formas políticas establecidas harán necesarios cambios políticos…

Por ejemplo, en las leyes matrimoniales, la injusticia es la institucionalización legal de un


modelo de valor cultural heterosexista que construye a los homosexuales como perversos y
a los heterosexuales como normales. Remediar esta injusticia pasa por desinstitucionalizar
dicho modelo de valor y reemplazarlo por uno alternativo que promueva la igual:
garantizándoles el mismo reconocimiento legalizando los matrimonios homosexuales o
desvincular los derechos como el estado civil de los heterosexuales. El modelo de status
permite distintas posibilidades, pueden desprenderse de diferenciaciones construidas o
tomar en consideración lo que sigue estando insuficientemente reconocido. En cada caso,
el modelo de status confecciona la solución en función de las condiciones concretas que
impiden la igualdad.

Conclusión: El punto crucial reside en que de acuerdo con el modelo del status,
la política del reconocimiento no se detiene en la identidad, sino que aspira
a generar soluciones institucionales que pongan remedio a ofensas
institucionalizadas. Esta política aspira a superar la subordinación de status transformando
los valores que regulan la interacción, e instaurando nuevos modelos de valor que
promuevan la participación igualitaria en la vida social

5. ABORDANDO LA DISTRIUBUCIÓN DESIGUAL:

Hay otra diferencia fundamental entre el modelo del status y el de la identidad: de acuerdo
con el modelo del status, los patrones de valor cultural institucionalizados no constituyen los
únicos obstáculos que impiden la participación igualitaria. La participación igualitaria es
impedida cuando algunos actores carecen de los recursos necesarios para participar como
iguales, por tanto, la distribución desigual crea una forma de subordinación e injusticia
social. Por consiguiente, a diferencia del modelo de la identidad, de acuerdo con el modelo
del status, la justicia social abarca 2 dimensiones analíticamente diferenciadas:
1. dimensión de reconocimiento: efectos de las significaciones y normas
institucionalizadas sobre las posiciones relativas de los actores sociales

2. dimensión distributiva: la asignación de los recursos disponibles a los mismos

Cada una de estas dimensiones está asociada con un aspecto del orden social:

1. dimensión de reconocimiento: concierne el orden de la sociedad según el status


(categorías social culturalmente definidas de acuerdo con el honor, prestigio y
aprecio del que disfrutan en relación con otros)

2. dimensión distributiva: concierne a la estructura económica de la sociedad


(categorías económicamente definidas o clases, que se diferencian en función de los
recursos)

Cada una de estas dimensiones está asociada con formas diferentes de injusticia:

1. dimensión de reconocimiento: la injusticia es la falta de reconocimiento

2. dimensión distributiva: la injusticia es la distribución desigual

Cada una de estas dimensiones está asociada con formas diferentes de subordinación:

1. dimensión de reconocimiento: subordinación en el status fundada sobre modelos


de valor cultural institucionalizados

2. dimensión distributiva: subordinación económica fundada sobre rasgos


estructurales del sistema económico

Según el modelo status, las sociedades se conforman como campos complejos que
incluyen formas culturales y económicas. En condiciones capitalistas, estas 2 formas nunca
se reducen por completo a la otra. Por el contrario, la dimensión económica se desliga
relativamente de la dimensión cultural y el resultado es una desvinculación parcial de la
distribución económica con respecto a las estructuras de prestigio. De acuerdo con el
modelo status, no todas las injusticias distributivas pueden remediarse únicamente
mediante el reconocimiento, es necesaria también una política redistributiva.

En las sociedades capitalistas la distribución y el reconocimiento no están separados, las


dos dimensiones interactúan entre sí. Cuestiones económicas como la distribución de los
ingresos cuentan con subtextos relativos al reconocimiento y, a la inversa, cuestiones de
reconocimiento cuentan con subtextos de tipo distributivo: el resultado puede acabar en un
círculo de subordinación, en la medida en que el orden del status y la estructura económica
se interpretan y refuerzan mutuamente.

El modelo del status considera que el status no puede entenderse al margen de las
condiciones económicas, del mismo modo que el reconocimiento no puede abstraerse de la
distribución. Solamente poniendo a prueba las imbricaciones complejas entre status y clase
económica se puede determinar cuál es el mejor modo de remediar la injusticia. Al rechazar
la idea de que la falta de reconocimiento es un daño cultural independiente, entiende que la
subordinación de status a menudo está vinculada a la injusticia distributiva: sin embargo
intenta limitar la complejidad de estos vínculos al considerar que no todas las injusticias
económicas pueden ser superadas únicamente mediante el reconocimiento, aboga por un
enfoque que integra explícitamente las reivindicaciones de reconocimiento y las
redistributivas y, por lo tanto, mitiga el problema del desplazamiento. El modelo de status
evita reificar las identidades de grupo (lo que necesita reconocimiento no es la identidad del
grupo, sino el status de los individuos, según esta perspectiva). Esta orientación tiene
ventajas porque evita:

hipostasiar la cultura y sustituir la transformación social por la ingeniería identitaria:


se centra en los efectos de las normas institucionalizadas sobre la capacidad de
interactuar

esencializar las configuraciones actuales y extinguir la posibilidad de la


transformación histórica: porque no privilegia las soluciones a la falta de
reconocimiento que valorizan las identidades de grupo existentes

el monologuismo autoritario de la política de la autenticidad y valora la interacción


transcultural, en contraposición al separatismo y los enclaves de grupo: somete las
reivindicaciones de reconocimiento a procesos democráticos de argumentación
pública. El modelo de status milita en contra del comunitarismo represivo.

CONCLUSIÓN: Las luchas a favor del reconocimiento asumen a menudo el talante de la


política de la identidad: en su aspiración a oponerse a las representaciones culturales
degradantes de los grupos subordinados, abstraen la falta de reconocimiento de su matriz
institucional y rompen su vinculación con la economía política y, en la medida en que
proponen identidades colectivas «auténticas», sirven más para reforzar el separatismo, el
conformismo y la intolerancia que para promover la interacción entre diferencias. Los
efectos tienden a ser doblemente desacertados: en muchos casos, las luchas a favor del
reconocimiento desplazan a las luchas en pos de la justicia económica al tiempo que
fomentan formas represivas de comunitarismo. Sin embargo, la solución no pasa por
rechazar la política del reconocimiento (supondría condenar a millones de personas a sufrir
graves injusticias). Lo que hace falta es una política del reconocimiento alternativa (no
identitaria) que pueda poner remedio a la falta de reconocimiento sin fomentar el
desplazamiento. El modelo del status entiende el reconocimiento como una cuestión de
status, y examinando su relación con la clase económica, se puede solucionar el
desplazamiento de las luchas por la redistribución; y evitando el modelo de la identidad, se
puede comenzar a reducir la peligrosa tendencia a reificar las identidades colectivas.

APUNTES CLASE:

¿QUÉ ES EL CAMBIO SOCIAL? Multitud de procesos sociales, cada uno con su propia
lógica. No hay cambio social, sino cambios sociales. Tiene que haber una conexión de
simultaneidad entre 2 hechos + una dirección + recurrencia

LA VIOLENCIA Y SU RELACIÓN CON EL CAMBIO SOCIAL, CHARLES TILLY Niega la


importancia de la violencia como actor clave para comprender el cambio social. Hay que
estudiar la acción coelctiva: la violencia y el conflicto es relacional. No en todas las acciones
colectivas se da la violencia. Toda sociedad está marcada por el conflicto, sin él, no habría
cohesión social.

CONFLICTO Y CAMBIO. Europa en el siglo XVIII y XIX: transformación de los gobiernos


nacionales, movimientos a áreas urbanas, aumento de la prosperidad

IDENTIDADES EN CONFLICTO: El conflicto pone en juego diferentes tipos de identidad.


Las identidades políticas son colectivas siempre, y cambian según cambien las oportunidades
y estrategias políticas. La confirmación de las identidades políticas depende de la aceptación
o rechazo de las otras partes. Esta validación restringe la identidad y facilita la acción
colectiva de los que comparten una identidad.
ANÁLISIS RELACIONAL: Tilly asegura que este análisis es el más útil para los procesos
sociales. Señala las reivindicaciones, ligadas a los movimientos sociales. En ambas se dan
condiciones para que un actor desfavorecido logre éxito reivindicando: publicitar la
vulnerabilidad, identificar posibles aliados o poner en peligro los intereses de otros actores.

MODELO PANÓPTICO: Producción de cuerpos dóciles sujetos a las normas y al poder.


Goza de buena salud sin embargo, ya no es el patrón principal (se utiliza en partes
inmanejables como cárceles, hospitales… donde se busca la incapacitación de las personas
excluidas). BANÓPTICO: Marginales globales. El banóptico actúa en los espacios
gloablizados, quién es aceptado o no en términos de exclusión social. Ej: personas que
tienen tarjeta de crédito, acceso a la red, etc.

EVOLUCIÓN DEL MODELO DE VIGILANCIA Y SINÓPTICO: De panóptico a sinóptico:

· de la obligación a la tentación

· de la regulación normativa a las relaciones públicas

· del control policial al deseo

Buscar recompensas y evitar castigos. Deja de ser responsabilidad del jefe el modelo
panóptico y pasa a ser una cláusula de un contrato laboral. Panóptico (miedo a ser observado,
privacidad y torres de control) vs Sinóptico (alegría de ser noticia, fin de la privaacidad y
autocontrol). Modernidad líquida: fragilidad en los vínculos sociales. No hay necesidad de
vigilancia (la rigidez de los cuerpos se ha disuelto). Hay una nueva vigilancia consentida por
nosotros aplicada a través de la seducción, no la coerción. El sinóptico es la combinación de
valores del consumo y la función de producción. Nueva economía de la visibilidad.

¿QUÉ ES EL TERRORIMO? Acto de violencia organizada, personalizada y justificada


debidos a causas de orden político, social o ideológico que atenta contra la vida humana (o su
seguridad o sus bienes). Acto causado para perpetuar terror. No es una ideología. Tiene su
origen en la época contemporánea. Está ligado a los grandes ciclos de protesta revolucionaria.

· movimientos populistas-nihilista (1877-


1900)

· movimientos de subversión armada en estados nacionales (1905-


1945)

· movimientos antociolonialistas de liberación (1945-


1965)

· movimientos de nueva izquierda (1965-


1980)

· movimientos primordialistas y fundamentalistas (1979-


actualidad)

En los 80-90 hubo un declive general de las acciones terroristas. En el nuevo ciclo
hay un carácter religioso: terrorismo islámico, alqaeda (estructura terrorista compleja
y antioccidental que adopta una orientación yihadista, con alto grado de cohesión y
con dimensión estratégica). Se adaptan a las nuevas circunstancias. La nueva
organización islámica más reconocida es DAESH: grupo yihadista creado en 2013 y
se basa en el terror como estrategia violencia para dominar a la población.
Pretenden establecer lla ley islámica en los territorios que controlan.

CONCLUSIONES

· Los gobiernos están poco interesados en respetar los derechos humanos y la igualdad

· La violencia se puede convertir en un estilo de vida

· El terrorismo ha estado, está y estará presente

· El nuevo terrorismo se articulará contra la idea moderna del Estado. Se articula frente
a la sociedad occidental como sociedad hegemónica.

CONFLICTOS SOCIALES Y CIUDADANÍA ACTUAL. La ciudadanía es un proceso largo


y revolucionario. Es el conjunto de ciudadanos/as (miembros de pleno derecho de una
comunidad: políticos, sociales y civiles) opinando sobre las labores del gobierno. Se hace
importante la opinión pública. La ciudadanía positiva se da en la democracia representativa.
IDENTIDAD DIFERENCIAL. La identidad diferencial no se puede distinguir de un contexto

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