Está en la página 1de 30

1

FOCAD para División de Psicoterapia

FAMILIAS QUE CONTAGIAN.


MIEDO, RESILIENCIA Y
ESPERANZA EN TIEMPOS DE
PANDEMIA
ANNETTE KREUZ SMOLINSKI
Psicóloga clínica CV-01534. Terapeuta familiar.
Supervisora Docente. Directora del Centro de Terapia
Familiar Fásica “Fase2”, Valencia

ISSN 1989-3906
Contenido

DOCUMENTO BASE ........................................................................................... 3


Familias que contagian. Miedo, resiliencia y esperanza en tiempos de pandemia

FICHA 1 ........................................................................................................... 23
Rastrear el contagio de miedo

FICHA 2 ................................................................................................................................. 26
Rastrear el contagio de la Resiliencia
Consejo General de la Psicología de España

Documento base.
Familias que contagian. Miedo, resiliencia y esperanza en
tiempos de pandemia
CONTEXTUALIZACIÓN
Soy psicóloga clínica, “veterana” y he dedicado mi práctica a la intervención con personas que vienen a sesiones
individuales, sesiones de pareja y sesiones de familia. En cualquiera de estas modalidades, empleo un pensamiento
sistémico y un abordaje sistemático que corresponde a mi modelo de intervención, Terapia Familiar Fásica (Gammer,
1989, Kreuz, 1993)
Este documento está especialmente destinado a todas las personas que de forma habitual NO trabajan con un enfo-
que sistémico ni con las familias de sus pacientes, pero que quisieran aumentar su posibilidad de entender el impacto
de la situación actual para intervenir mejor en la modalidad que es su preferencia y formación. Nos permitimos postu-
lar que cuando el individuo enferma, la familia sufre y cuando la familia sufre, el individuo enferma.
Es mi firme convicción que el conocimiento básico de los paradigmas de la comunicación humana, de la estructura
y de las pautas de interacción familiar y de los factores de resiliencia ayudan a todos los psicólogos y las psicólogas a
mejorar su práctica clínica en este tiempo tan especial y exigente.
Quizás una manera de percibir la envergadura de cambio al que estamos expuestos y que nos determina empieza
por concienciarnos de algunos aspectos cotidianos.
Desde marzo de 2020 algunas palabras han cambiado su significado y otras nuevas han sido añadidas a nuestro
vocabulario: Confinamiento, cierre perimetral, Estado de alarma, clases on-line, home office, distancia social de seguri-
dad, mascarilla, carga viral, cuarentena, vacuna, contagios, incidencia, gel desinfectante, asintomático, positivo…
Todas estas palabras que apenas tenían sentido y mucho menos impacto en nuestras vidas, ahora se han convertido
en vocabulario de “uso diario”. Los niños que han nacido después de marzo 2020 las han oído probablemente con
mucha mas frecuencia en su entorno que “fiesta”, “salir a tomar algo”, “concierto” o “ir a ver a los abuelos, a los tíos,
a los amigos”. Su encuentro con la vida es radicalmente diferente a las generaciones anteriores.
Hay un antes y un después del inicio de la Pandemia COVID-19, y no pocas personas opinan que nos encontramos
en un proceso irreversible de cambio radical, es decir en un cambio cualitativo. No hay vuelta atrás al mundo ante-
rior, el cambio incluye la habituación a muchas condiciones y la construcción de lo que se ha llamado desde el inicio
“la nueva normalidad”.
La Familia sigue siendo el sistema humano más complejo y mejor dotado para la adaptación a un mundo en cons-
tante cambio, y parece ser que también ha sido para muchos el puerto seguro en este cambio radical y catastrófico
que vivimos a raíz de la pandemia. El “quédate en casa” ha sido el contrapunto a la inseguridad y el miedo vivido en
la calle. Eso ha devuelto el sentido de “hogar” y “lugar seguro” a la casa. La capacidad de cohesión (mantenerse
unido) y la creación de estabilidad en un mundo cambiante es lo que asegura un ambiente de seguridad física y emo-
cional que todos necesitamos para crecer y prosperar.
Los Terapeutas Familiares solemos ver habitualmente más de una persona en sesión, preferentemente a todas las per-
sonas que conviven de manera habitual en una casa. No es raro que incluso se hagan sesiones familiares en esta casa
de convivencia habitual en los contextos de control social (Conen, 2007) que implican protección de menores, o
rehabilitación. Es curioso leer los comentarios, generalmente positivos, surgidos post-confinamiento, ya que las visitas
“a casa” fueron un efecto secundario inesperado e involuntario de las sesiones on-line. Tanto los terapeutas como los
pacientes lo han destacado como algo positivo (Gil, 2021). Ver a toda la familia nos da una ventaja directa para con-
trastar los efectos de cualquier reto externo sobre diferentes miembros de una misma familia y relacionar estos cam-
bios con el bienestar o malestar vivido. Es precisamente nuestro campo de trabajo el mejorar las relaciones
interpersonales, aumentar la capacidad de solución de conflictos y la voluntad de apoyo mutuo y respeto.

FOCAD
Formación Continuada a Distancia
3
Consejo General de la Psicología de España

En casi todo el mundo se han hecho investigaciones (el manejo de grandes datos con las nuevas tecnologías permite
como nunca antes conseguir una visión globalizada muy realista y no sólo aproximada) sobre la influencia y el
impacto que han tenido las medidas drásticas de contención del virus en la comunicación y las pautas de interacción
humanas, en la salud mental individual, familiar y colectiva, y en comportamientos de riesgo no directamente relacio-
nados con el contagio del virus. Algunas de las investigaciones específicas con respecto al impacto en las dinámicas
familiares se han centrado en las problemáticas (síntomas) más graves de interacción familiar: abuso de sustancias,
abuso físico, psicológico y sexual, depresión y suicidio, enfermedad mental grave. Son temas de salud pública que se
ven reflejados a nivel local (p.ej. Plan Ariadna de la Comunidad Valenciana) en el Plan Estratégico de Salud Mental
interterritorial 2021-2026 en España, en el Plan EEAD BEST de la Comunidad Europea y el Plan de desarrollo sosteni-
ble de la ONU. Un axioma sistémico postula que los problemas creados en un nivel de un sistema humano sólo pue-
den resolverse en un nivel superior. Una pandemia mundial se inició y se puede contener a nivel local, pero sólo se
podrá erradicar en un nivel superior, es decir, global.
En esta puesta al día, voy a introducir algunas ideas desde la práctica clínica de intervención sistémica que pueden
ser útiles para contextualizar, redirigir y enfocar situaciones post-agudas de esta crisis mundial. En mi opinión, creo
que hemos aprendido algo más sobre el valor de la interacción y de las relaciones humanas: hay menos idea lineal de
“causa y efecto” y más circularidad. El autocuidado incluye el cuidado del prójimo. El uso de la mascarilla se ha con-
vertido en el símbolo de este hecho: protegiéndome a mi, te protejo a ti. A los sistémicos eso no nos sorprende: mi
bienestar, incluso mi salud, depende del cuidado respetuoso de los demás, y el suyo de mi capacidad de tenerlos en
cuenta: la interdependencia humana es circularidad pura. Nos hemos hecho mucho más conscientes de esta interde-
pendencia, y le ha dado un significado algo diferente a la palabra solidaridad.
Voy a estructurar el material de “Familias que contagian” con 2 grandes ejes: 1) Contagio de miedo: reacciones a
crisis y catástrofes y 2) Contagio de fuerza: resiliencia familiar. Se e utilizarán unas viñetas clínicas ilustrativas imagi-
narias basadas en hechos reales para acompañar su comprensión.

CONTAGIO DEL MIEDO


1. Reacción a Catástrofes y línea de tiempo.
El SARS-2 Coronavirus ha causado una catástrofe mundial, y todas las catástrofes implican trauma y pérdida, siendo
las formas más graves los traumas por muertes de familiares cercanos, y traumas por pérdida de sustento existencial,
además de un agravante que se ha llamado “pérdida ambigua” (Boss, P. 2001, Goldbeter-Merinfeld, E. 2003) La
COVID-19 ha creado miedos y los ha contagiado: miedos colectivos e individuales, miedos “adecuados” y miedos
exagerados e infundados. La reacción a una situación catastrófica sigue un patrón ampliamente descrito en otros con-
textos (Psicología de Emergencias). En la figura 1 encuentra el gráfico correspondiente.
Hemos añadido a la gráfica una línea de tiempo que permite la reconstrucción de los hechos en el contexto español.
Esto puede ser muy útil a la hora de organizar y estructurar los recuerdos específicos de una persona y elaborar una
historia clínica con la posibilidad de re-definir y re-encuadrar comportamientos y reacciones. En general, nuestra
memoria es selectiva, inexacta y extremadamente maleable por experiencias posteriores, y los efectos de situaciones
traumáticas están ampliamente documentados en psicología (Thomas, A.K., 2019).
Una de las vivencias más comentadas y documentadas es precisamente la de un desdibujamiento de la percepción
del tiempo. No son infrecuentes comentarios como: “es como si este año no hubiera existido”, o “sé que mi día a día
era ‘normal’, pero apenas sé como ha pasado todo este tiempo”, o “sólo me acuerdo del día que se llevaron a mi
madre en la ambulancia, y me dijo: ¿porqué no te dejan venir conmigo? “.
En el momento de la escritura del artículo (otoño 2021), nos encontramos en plena Fase de Duelo de la reacción
post-catastrófica, con la asunción de pérdidas irreparables, y con el miedo de una réplica de contagios y muertes en el
futuro. El aumento de incertidumbre es innegable, y no sólo procede de la pandemia, sino también del aumento de
otros fenómenos relacionados con el calentamiento global del planeta que habitamos. Entre fuegos incontrolados,
inundaciones masivas y erupciones volcánicas se termina un año que muchos ya han llamado “annus horibilis”.
Los factores que modulan el impacto de una catástrofe determinada se encuentran en la tipología del acontecimien-
to traumático según Terr. Podemos diferenciar 3 tipos (Terr, 1991)

FOCAD
4 Formación Continuada a Distancia
Consejo General de la Psicología de España

Tipo I. Un solo acontecimiento crítico. (p.ej. la rotura de la presa de Tous en Valencia en 1982, o el ataque a los
Torres Gemelas de Nueva York en 2001). Estos acontecimientos traumáticos se convierten en icónicos en la
memoria colectiva a largo plazo.
Tipo II. Exposición larga a un estresor, o a una cadena larga de crisis. El primer acontecimiento genera sorpresa,
terror y miedo, las siguientes réplicas miedo de anticipación a estos acontecimientos (Seligman, M. E., & Maier, S.
F.,1967). Todas las guerras, y muchas de las grandes catástrofes ecológicas pueden considerarse del Tipo II, tam-
bién todos los abusos graves infantiles, secuestros, atentados terroristas etc. Los mecanismos de defensa psicológi-
cos habituales disponibles dependen del nivel evolutivo del sujeto tanto como de su entorno social. En especial,
los niños más pequeños dependen de manera vital de la capacidad tranquilizadora de sus padres y cuidadores.
(Green, B. L., Korol, M., Grace, M. C., Vary, M. G., Leonard, A. C., Gleser,
G. C., & Smitson-Cohen, S.,1991).
Tipo I y II combinados: Un solo acontecimiento + una condición de estrés alto posterior. Muchas situaciones de
abandono, exilio, o migración forzosa se consideran Catástrofes Tipo I y II combinados. Personas que trabajan con
refugiados (Crisis de Afganistán actual) saben que su población diana tiene condiciones mentales diferentes a pesar
de estar ya “a salvo”. La comprensión de estos conceptos determinantes condicionará el éxito terapéutico. Es más:
hay investigaciones que demuestran sin lugar a dudas qué intervenciones NO utilizar para estas poblaciones por el
posible efecto de re-traumatización.

La COVID-19 se considera una catástrofe Tipo II, o combinada


La reacción del miedo a una situación de amenaza vital es un mecanismo de supervivencia, instalado en nuestro
repertorio biológico de mamífero a nivel corporal individual. El contagio emocional grupal de miedo (a través de la
observación y de mecanismos como las neuronas espejo) también es una manera inteligente de la naturaleza de
aumentar la perduración de la especie. La sabiduría popular lo trascribe en el refranero español: “cuando veas las bar-
bas del vecino cortar, pon las tuyas a remojar.” Suele haber motivos de peso para empezar a sentir miedo cuando tu

FIGURA 1
DR. JOSÉ NAVARRO GÓNGORA, 2021. PATRÓN DE RESPUESTA BIOPSICOSOCIAL Y FASES DE IMPACTO
DESPUÉS DE UN DESASTRE Y LÍNEA DE TIEMPO DE LA COVID-19 HASTA SEPTIEMBRE 2021

FOCAD
Formación Continuada a Distancia
5
Consejo General de la Psicología de España

grupo de referencia más importante expresa esta reacción afectiva de forma explícita. Si ves que los miembros de tu
familia se alteran, el contagio emocional está asegurado. La sincronización de emociones permite la unificación de
reacciones rápidas y organizadas. Eso es vital en situaciones de amenaza vital.

2. Ventana saludable de interacción social y trauma


Sabemos que para el buen funcionamiento mental individual existe un espacio bio-psicosocial (ventana saludable de
interacción social, o ventana de tolerancia) que describe un espacio vivencial de “seguridad”, en el cual nuestro cere-
bro funciona de manera óptima, con capacidad de aprovechar sobre todo las funciones corticales superiores (lengua-
je, pensamiento abstracto, y solución de problemas). En situaciones de peligro (real o imaginario), esta capacidad se
ve mermada, incluso anulada, por los sistemas primitivos de reacción defensiva: ataque, huida y quedarse paralizado
son reacciones normales, preorganizados en las partes evolutivamente más antiguas de nuestro cerebro. El ser huma-
no tiene una capacidad relativa de influenciar sobre la ventana de interacción social: la puede estabilizar, incluso
aumentar (las técnicas de mindfulness y meditación parecen tener este efecto, (Simón, 2019) Podemos postular que
esta ventana se puede ver mermada considerablemente en situaciones de amenaza y peligro crónicos. Los mecanis-
mos bio-psicosociales de afrontar estresores crónicos siempre son limitados, y precisamos de espacios de “respiro”
para poder sobrellevarlos sin daños permanentes.
Parece ser que el aumento de la incertidumbre y de los miedos desde el inicio de la pandemia han podido tener
como efecto un estrechamiento de la ventana de tolerancia, de forma generalizada (Figura 2). Las personas reacciona-
mos con más rapidez a la defensiva, huimos de la manera que es posible, con comportamientos adictivos, aislamiento
social, nos quedamos bloqueadas, no sabemos qué decir, evitamos los contactos o nos salimos “de las casillas” con
ataques verbales e incluso físicos en situaciones que antes aguantábamos con paciencia o resignación. Durante la
pandemia las familias han vivido situaciones de crispación e irritabilidad con mucha más frecuencia de lo habitual. La
imposición de permanencia en el hogar del confinamiento y las condiciones adicionales nuevas de home-office y
home-schooling con todos los procesos adaptativos correspondientes han elevado el número de posibles conflictos
intrafamiliares, y la falta de costumbre de tener que resolverlos en un espacio breve de tiempo ha supuesto un estresor
adicional. Las reacciones a la frustración general han incluido un aumento de episodios de violencia. Madres y padres
“modernos” se han visto impulsados a pautas de comportamiento restrictivos que sólo conocían de sus propios proge-
nitores. Hijos han experimentado padres que cambiaron de un estilo permisivo a otro restrictivo sin previo aviso ni
explicación más allá de “ahora hay que hacer eso”. Muchos padres culpan a la pandemia de que les ha cambiado “el
carácter”, tanto a ellos mismos, como a los hijos. La vivencia de que hay que hacer algo “en contra de mi voluntad”
(niveles altos de disonancia cognitiva) hace mucho más probable que se inicien círculos viciosos de interacción filio-
parental, con escaladas simétricas y daños severos a la relación. Los medios de comunicación (hubo un aumento con-
siderable de consumo de noticias televisivas “en
FIGURA 2 familia”) han reproducido y siguen reproduciendo
VENTANA DE TOLERANCIA MERMADA EN SITUACIONES episodios de extrema violencia (ataques en el trans-
DE ESTRÉS CRÓNICO
porte público,insultos en la calle) que a su vez
pudieron causar círculos viciosos de retroalimenta-
ción positiva. Más miedo, menos ventana de tole-
rancia, más sobrerreacción defensiva, más miedo…
y no hablemos de programación televisiva de pelí-
culas con tramas que inciden en la temática apoca-
líptica. No está demás en este contexto, comentar
que los adolescentes son quizás el grupo más vul-
nerable. La pandemia les impidió las tan necesarias
relaciones con iguales, y les privó de poder experi-
mentar con conductas nuevas desafiando límites
dentro de una normalidad relativa.
El manejo y las formas de intervención desde la
Psicología en situaciones de trauma han cambiado
radicalmente en los últimos 10 años. Actualmente
se considera “buena praxis” tener en cuenta todos

FOCAD
6 Formación Continuada a Distancia
Consejo General de la Psicología de España

los aspectos psicofisiológicos implicados a la hora de pensar en intervenciones en trauma individual y colectivo. La
reacción post-traumática ha dejado de ser considerada una patología individual sin más. La resolución y superación
de traumás múltiples y colectivos dependerá en gran medida de la reacción adecuada del contexto familiar y social
(Kolk van der, B.,2014).
Han muerto hasta la fecha (octubre 2021) más de 86500 personas de COVID-19 en España. Aún pensando en los
casos aislados sin familiares, tenemos unas 86 mil familias en duelo por esta catástrofe. Si contamos con 2,5 familiares
directos (media del hogar español en abril 2021), son más de 215 mil personas afectadas directamente; el 55,0% de
los jóvenes de 25 a 29 años vive con sus padres. Si los fallecidos pertenecen a la generación de sus abuelos, (el 90%
de las muertes por COVID-19 se sitúa en la franja de edad por encima de los 60 años) la probabilidad de tener a un
joven paciente con situaciones traumáticas vividas es bastante alta.

a. Duelo y emociones en las familias


El manejo del duelo en tiempos de Coronavirus ha sido y está siendo difícil y complejo. Son las restricciones y
prohibiciones por cuestiones de contagio las que han convertido estos duelos en duelos complejos con peligro de
convertirse en duelos inconclusos que se compliquen con reacciones depresivas y patologías duales. Sin posibilidad
de acompañar ni despedirse, sin rituales habituales para los funerales y sin posibilidad de afecto expresado de manera
directa para consolar y consolarse, las muertes por Coronavirus dejan detrás un recuerdo de desolación y soledad. Si
a esto le añadimos la probabilidad del contagio intrafamiliar con los sentimientos de culpa (nietos o hijos que conta-
giaron a sus padres fallecidos posteriormente) nos podemos hacer cargo de las complicaciones que se viven en
muchos hogares españoles en estas fechas.
Las guías y recomendaciones publicadas pueden servir de ayuda y orientación, como por ejemplo la guía de acompaña-
miento al duelo COVID-19 del Colegio Oficial de la Psicología (https://www.copmadrid.org/web/img_db/publicaciones/guia-
de-acompanamientoal-duelo-covid-19-5f0616faaa4f3.pdf), o el documento de Apoyo al Duelo de la AEN
(https://aen.es/guia-de-apoyo-al-duelo-covid-19/)
Entender porqué tratamos con duelos complicados incluye comprender las pérdidas adicionales impuestas por
la pandemia. Esto no excluye el concepto de resiliencia, sino que lo presupone. En tiempos de crisis, los consejos
simplistas y el buenísmo son parte del panorama, pero suele ser completamente contraproducente. Como dice
una cita famosa: tener esperanza no significa pensar “todo saldrá bien”, sino tener la convicción de que lo que se
está haciendo, tiene sentido. Apoyar el proceso de duelo implica manejar de manera adecuada las emociones y
sentimientos.
El manejo de las emociones, tanto para aumentar como para disminuir su intensidad, contiene aspectos de Auto-
Regulación (o lo que la persona en cuestión sabe y puede hacer por sí misma para calmarse) y aspectos de Regulación
Interactiva (lo que hacen las figuras del entorno para influenciar la intensidad emocional o su valía).
Un clima familiar de seguridad emocional, ausencia de amenaza, presencia de tranquilidad y cuidado biológico,
psicológico y social es el “caldo de cultivo adecuado” para el desarrollo de sistemas de apego seguros, necesarios
para el crecimiento a lo largo del ciclo vital familiar e individual. Sobre esta base segura, el manejo de emociones
asegura la capacidad de protección, ya que permite tomar buenas decisiones y fomenta la comunicación verbal y no
verbal interpersonal adecuada. El apego seguro de los hijos es fruto de la interacción adecuada de los padres o cuida-
dores principales, sobre todo en la primera infancia, y requiere figuras parentales presentes, disponibles y psicológica-
mente maduras, es decir, figuras parentales que son capaces de entender y regular sus propias emociones y las de sus
bebés (Cerezo, Mª A. 2019). No es difícil imaginar las situaciones que han dificultado esta tarea en tiempos de pande-
mia. Pero no podemos resaltar lo suficiente que existen experiencias correctoras positivas a lo largo de toda la vida
que reparan situaciones deficientes y que ayudan a sanar las heridas de apego del pasado (Cyrulnik, 2018, Furman
2013). La situación terapéutica en si misma es el ejemplo más claro de esta posibilidad de corrección. Un/a/ psicólo-
go/a capacitado/a y formada/o creerá un contexto seguro y respetuoso que permite bucear en el pasado y salir otra
vez ileso a la superficie del presente, para iniciar la exploración de alternativas en cómo afrontar situaciones posibles
parecidas en el futuro.

FOCAD
Formación Continuada a Distancia
7
Consejo General de la Psicología de España

FIGURA 3
EMOCIONES Y SU EXPRESIÓN (KREUZ, A., 2011)

Nota: Hemos resaltado en rojo el aumento de emociones de fondo y primarias en este tiempo de crisis

En la fase post-pandémica el complejo mundo de las emociones tiene algunas características a tener en cuenta a la
hora de pensar en las familias que rodean a sus pacientes.
Las emociones de fondo no siempre son conscientes, y desde luego están altamente influenciados por el entorno
general. En cada uno de los miembros de la familia eso se expresará de manera diferente (fig. 3). Durante la pande-
mia, la tensión y el malestar aumentaron a niveles desconocidos con anterioridad. Las personas que trabajaron “en
primera línea” fueron las más afectados y las encuestas entre profesionales de medicina, enfermería o psicología,
revelan comentarios como “tuve momentos muy bajos”, “tuve mucho miedo al contagio” como algo habitual, no
como la excepción (Ceberio, M.R, 2021). La euforia vivida inicialmente (fase de luna de miel, vea fig. 1) con los
aplausos a las 20h en las ventanas, dio paso al descontento y desencanto post-pandémico (fase de duelo).
Solo aparentemente ha vuelto la “nueva normalidad” en un contexto de cambio, que exige aprendizajes complejos.
Todas las familias han sufrido en esta pandemia. A los psicólogos nos compete describir las superaciones y las nuevas
habilidades adquiridas para contrarrestar efectos indeseados como la indefensión aprendida, desesperanza y falta de
motivación. Sabemos que algunas características han hecho más vulnerables a determinados tipos de familias. Cono-
cer estos aspectos ayuda a entender porqué empeoran ciertas sintomatologías, y porque otras han mejorado.
En general me atrevería a decir que en las familias de los profesiones de primera línea, y por lo tanto libre de una
amenaza vital desde un punto de vista económico, se creó un aumento del miedo al contagio y una preocupación
intensa por la salud. En el resto de las profesiones, en suspenso o completamente anuladas por la pandemia, el incre-
mento del miedo, además del miedo al contagio personal, implicaba el temor a la ruina financiera y la amenaza del
futuro existencial. Sabemos por las investigaciones actuales, que el 60% de los profesionales sanitarios españoles tie-
nen problemas de salud mental (Infosalus.com, 1 de oct. 2021) y más de la mitad no se ha recuperado. Estas personas
viven en familias y tienen familiares. Si tu paciente tiene un/a familiar sanitario, su contexto vital ha cambiado radical-
mente, y su salud mental puede estar comprometida.
Los profesionales del trasporte público o de las cadenas de alimentación estaban sometidos a una tensión similar por
miedo al contagio, en gran parte sin el apoyo y reconocimiento de la sociedad traumatizada. Afortunadamente, algu-
nas empresas suplieron este defecto a nivel interno con más días libres y gratificaciones adicionales. A la hora de
cerrar este artículo, no he encontrado datos sobre el impacto post-pandémico en estos grupos profesionales, pero la
conclusión lógica es pensar en un aumento de malestar y problemas.
Empleados y propietarios de restaurantes, lugares de ocio o turismo, arte y espectáculos han sido los más visible-
mente amenazados en su existencia. La opinión pública se ha hecho eco de esta situación. Es curioso observar cómo
en algunos casos esta situación ha agudizado el ingenio y la creatividad, con una demostración de resiliencia digna
de imitación y aplauso.

FOCAD
8 Formación Continuada a Distancia
Consejo General de la Psicología de España

En nuestro Modelo de Terapia Familiar Fásica, que es un modelo sistémico integrativo de intervención, el manejo de
las emociones forma parte del recorrido habitual para averiguar las reglas y pautas de interacción en la familia.

3. El Modelo Fásico como guía de orientación

FIGURA 4
EL MODELO FÁSICO: 3 FASES DE INTERVENCIÓN Y
4 FOCOS DE CAMBIO (GAMMER, C.,1989)

El nombre “Fásico” viene del proceso secuenciado que se caracteriza por 3 fases interrelacionadas pero indepen-
dientes. La Fase de Resolución, centrada en disminuir o eliminar lo que se considera “queja principal” o “problema
inicial”, y habitualmente se presenta en la demanda, siendo el motivo de consulta al/a profesional. La demanda suele
ser considerada por el entorno y muchas veces por la persona misma “problema personal de una persona en cues-
tión”, dentro de la familia. Puede ser un niño o uno de los adultos.
La Fase de Extensión, centrada en un aumento de recursos y la prevención de una repetición de los problemas ini-
ciales, se inicia cuando el problema de la demanda se ha resuelto o disminuido considerablemente. Esta fase recobra
importancia, ya que puede focalizar de manera específica todas las capacidades de resiliencia familiar activados por
la epidemia, y ampliables con intervenciones específicas.
La Fase de Intimidad, finalmente, está centrada en una elaboración en profundidad de relaciones diádicas y aspectos
personales sobre todo de los padres de la familia y su relación conyugal.
Los cuatro focos de cambio corresponden a modelos explicativos del “porqué y para qué” del comportamiento
diana o problemático. El primer cuadrante se centra en el comportamiento observable externo en el presente
(¿quién hace qué a quien en qué contexto?), el segundo cuadrante abarca las reacciones emocionales y la ads-
cripción de significados (qué significa lo que ocurre para la familia en conjunto y cada uno de sus componente y
qué emociones provoca lo que sucede en el conjunto familiar y en los diferentes miembros), el tercer cuadrante
indaga en los aspectos históricos (¿qué pasó en la historia de la familia y de cada uno de sus componentes que
tiene que ver con el manejo de lo que pasa en el presente), y finalmente el cuarto cuadrante se ocupa de aspectos
biológicos y psicofisiológicos (corporales y mentales) personales (¿qué condiciones específicamente personales de
los miembros de la familia influyen en lo que sucede? ). La viñeta que utilizamos a continuación (pg.17) ilustra
esta forma de trabajo. Por lo tanto, todo lo que focaliza el mundo emocional de nuestro trabajo se ubicaría en el
segundo cuadrante de foco de atención. El significado emocional de las experiencias puede y suele variar de
manera considerable para los miembros de la familia. Lo que para un miembro es una situación dolorosa y angus-
tiante, puede no tener ninguna importancia para otro miembro de la familia. En este sentido, las medidas adopta-
das en el tiempo de crisis aguda por la COVID-19 pueden haber causado estragos en algunos de los miembros de
la misma familia, pero no en todos. Cada una de las medidas de contención vividas desde marzo 2020 hasta
mayo 2021 han tenido su impacto específico en la vida familiar.
Hemos elegido dos de las medidas para profundizar en los aspectos sistémicos de la Pandemia: el tiempo de Confi-
namiento y la imposición de Distancia Física aumentada.

FOCAD
Formación Continuada a Distancia
9
Consejo General de la Psicología de España

4. Confinamiento y Estructura familiar


La estructura familiar es un concepto sistémico que nos hace entender el funcionamiento de una familia. Implica la
estructura física (las personas que componen la unidad de convivencia, muchas veces llamada familia nuclear) y sus
relaciones con familiares de la familia extensa, pero también las reglas de interacción y sobre todo las pautas de
comunicación habituales. La comunicación es a los sistemas lo que es la respiración a la vida: <<no podemos “no
comunicar”>>. Pero todos sabemos que de la misma manera que podemos respirar mal, también podemos comuni-
car de forma sub-óptima, y eso crea muchos problemas. El estado de alarma y el confinamiento han sido moduladores
importantes de la estructura familiar y de las pautas de comunicación, sin previo aviso nos ha lanzado a situaciones
de incomunicación absoluta tan pronto como a convivencias no deseadas.
Cuando el 14 de marzo de 2020 se implantó el estado de alarma en España nos pilló a todos por sorpresa, a pesar
de haber visto las imágenes de China (Wuhan) y algo más tarde del norte de Italia. Hablando con mis colegas Psicólo-
gos en diferentes fórums solíamos decir que en este tiempo de pandemia, no existía una división (habitual) de “ellos”
(los pacientes y sus familias) y “nosotros” (los terapeutas y nuestras familias): todos éramos aprendices, y todos sufría-
mos los efectos del estado de alarma.
Pero los psicólogos en general y los terapeutas familiares en específico tenemos una ventaja: conocemos los ingre-
dientes básicos de todo aprendizaje, apreciamos los aspectos evolutivos y somos conscientes de las reglas de la
comunicación humana. Eso nos ayuda a entender la gestión de emociones y sentimientos difíciles y nos proporciona
una caja de herramientas para la solución de conflictos y el fomento de apoyo práctico y mutuo. Todo aquello que la
Psicología y el pensamiento sistémico ofrece para fortalecer el bienestar personal y relacional se ha intentado poner a
disposición de la sociedad en general en los foros correspondientes (Por ejemplo; Comunicado del Consejo de la Psi-
cología relacionado con el COVID 19, del 18 de marzo 2020, Documento orientativo Menteenequilibrio,
http://www.cop.es/uploads/PDF/sonae_sierra_menteenequilibro.pdf).
Los primeros 15 días, constituyeron una especie de fase de “luna de miel” con la salida de la rutina habitual y el
subsiguiente relajamiento de los estresores habituales de toda vida familiar: no trabajo para los padres, no escuela
para los chicos. En muchos hogares se vivió este efecto como “pseudo-vacacional” y casi festivo. Pero el caos se
había apoderado del mundo sanitario, y el miedo del mundo entero, y pronto se cristalizó aquello de “esto va para
largo”, acompañado de experiencias personales de perdidas traumáticas crecientes. El mismo lenguaje de las normati-
vas cambiantes, a veces en un mismo día, y el constante bombardeo con las noticias sobre contagios y fallecimientos,
consiguieron desestabilizar a la población entera.
No valían las reglas de una vida familiar en vacaciones, y tampoco las de la vida habitual. El confinamiento, sin
lugar a duda, se convirtió en una cárcel común, donde cualquiera podría ser percibido como carcelero, o como preso
con la misma realidad de fondo y donde las reglas eran estrictas, rígidas y muchas veces incoherentes. La desobedien-
cia podía llevar al peligro de muerte propia o ajena.
En muchos contextos ya se ha implantado la utilización de una gráfica llamada Genograma familiar, que plasma de
una forma simbólica la estructura de una familia con los miembros y sus relaciones afectivas. Es contenido habitual
del Master General en Psicología Sanitaria, por ejemplo. Se identifican las personas que conviven, y se amplifica
representando los miembros de la familia extensa. Pensamos que un genograma básico es imprescindible en cualquier
tratamiento psicológico post-pandémico, porque nos permite acordarnos con un vistazo de los datos relacionados con
lo importante de la vida familiar: Nacimientos y muertes, y cercanías afectivas, diferencias de edad, ausencias en el
conjunto familiar, rupturas de relación, y situaciones de migración.
Un genograma post-pandémico tiene que incluir la generación de los abuelos, es decir, tiene que ser tri-generacio-
nal por razones obvias. Fue la generación de los abuelos (y bisabuelos) la que más muertes contabilizó a causa de la
COVID-19.
El genograma también nos facilita ubicarnos en otro aspecto básico de la estructura familiar: el ciclo vital de la fami-
lia. Especialmente las familias en separación, post-divorcio, o re-constituidas han sufrido agravantes adicionales por la
situación de la pandemia. Aunque desde el punto de vista legal se han mantenido las visitas y reglamentos acordados
judicialmente, (eran de las pocas personas con hijos que se podían ver moverse por la calle en el tiempo del confina-
miento) en la práctica hubo muchas situaciones en los que los hijos, durante tiempos prolongados, no han visto ni
convivido con uno de los padres, habitualmente el padre no custodial. Comentarios habituales han sido: “no quería
poner en peligro a la niña/ al niño ni a su madre/padre”, “acordamos su madre/padre que era mejor así, porque la otra
casa no reúne condiciones”, “el padre ahora vive con los abuelos,y los chicos no han querido ir por el peligro ”. Con-

FOCAD
10 Formación Continuada a Distancia
Consejo General de la Psicología de España

viene preguntar específicamente sobre el manejo en este año y medio. Las rupturas de relación por pandemia son difí-
ciles de sanar cuando los niños son pequeños, como todas las rupturas relacionales a edades tempranas. Si los hijos
tienen edad escolar o son adolescentes hay que indagar en el efecto posible, tanto negativo como positivo.

a. Viñeta
M, madre de 3 niños de 12, 9 y 6 años, consulta en Julio de 2021 porque le preocupa el comportamiento de la hija
mayor, R. Refiere que “se preocupa mucho y se angustia mucho, tiene que tenerlo todo controlado: necesita saber
donde estamos en cada momento, domina a sus hermanos, ni les deja moverse. Según la madre, ha sufrido al menos
dos ataques de pánico desde que se han reanudado las clases. “Tiene mucho miedo a que pueda pasar algo malo, ya
desde siempre, pero ahora mucho más.” En la familia de R, ambos padres trabajan en trabajos independientes. El
padre viaja con frecuencia. El cierre de fronteras de uno de los países de visita habitual le pilló en el último viaje de
negocios, y tuvo que viajar durante 36 horas para volver a casa al inicio del confinamiento. La familia lo vivió con
mucha preocupación.

b. Utilización de la Línea de tiempo


Preguntando sobre la experiencia de la COVID en su casa, y repasando la línea de tiempo con M, me comenta lo
siguiente: “Nos pilló a todos “en casa” Ambos padres pasaron a trabajar online, pero la venta de la fábrica de la cual el
marido es gerente se paralizó por completo a partir de junio 2020. Tuvo que poner a muchos trabajadores en ERTE y ges-
tionar despidos, todo “ a distancia”. Ella tuvo reducción de jornada. Los niños encontraron el confinamiento “genial”:
nunca en los últimos años, la familia había vivido más de 15 días juntos 24h, habitualmente en las vacaciones.
Los abuelos maternos y paternos viven en el mismo pueblo, relativamente cerca, y M se ocupó de las compras y gestio-
nes de farmacia etc. “mi madre siempre se ha comportado como si hubiera COVID, es una maniática de limpieza con
rituales de lavado de mano etc. No le ha costado nada adaptarse a las restricciones”. La vida de todos sufre un importante
revés cuando fallece la hermana mayor de la madre (de 70 años) por COVID en plena tercera ola en noviembre 2020, una
semana antes de que se vacunara a la primera persona en España. Fue la madrina de M., se contagió en septiembre e
ingresó en cuidados intensivos inmediatamente. No saben como se contagió. Su hija menor tuvo que aplazar su boda
(segundo matrimonio) prevista para octubre 2020 (se llegaron a celebrar un 45,71% Matrimonios menos en España que en
el año anterior) y ni M. ni nadie de la familia extensa pudo ir al entierro de la madre de la novia.
En diciembre de 2020, la “no-cena” de navidad es extremadamente triste y solitaria, y es cuando la niña sufre su pri-
mer episodio de pánico. El padre, encargado de llevar la basura fuera, sin móvil, se encuentra con un amigo y se que-
dan charlando durante más de una hora. R piensa que le ha pasado algo. Desde entonces, “controla” tanto al padre
como a la madre por WhatsApp y llamadas constantes de móvil, (FICHA 1) y no permite perder de vista a sus herma-
nos si están con ella. El abuelo paterno ingresa con COVID en febrero 2021, con una estancia de 3 semanas en UCI,
pero sale y se recupera posteriormente en casa (mayo 2021) No sabe cómo se contagió.

FIGURA 5
RECOGIENDO LOS DATOS EN LOS 4 CUADRANTES

FOCAD
Formación Continuada a Distancia
11
Consejo General de la Psicología de España

c. El modelo de Olson (Olson, 1979)


El modelo de funcionamiento familiar de Olson nos puede, en nuestra opinión, ayudar a entender porqué hubo
muchas familias que pudieron adaptarse bien, incluso muy bien, a una situación tan nueva y diferente, modulando las
respuestas de miedo, tensión, tristeza, rabia y rechazo habituales e impidiendo que se convirtiesen en síntomas. Ade-
más nos pueden predecir cambios positivos sorprendentes y curiosos que se observaron en el tiempo de la pandemia
en las familias problemáticas: no todos los pacientes con atención en el sistema nacional de salud mental público o
privado empeoraron, algunos mejoraron, y otros se quedaron igual que como estaban.
Las dimensiones de Adaptabilidad (flexibilidad) y Cohesión, son determinantes para la estructura familiar, porque
organizan la manera en la que la familia se “autogobierna”: las reglas inherentes en el manejo del día a día. Se consi-
dera estructura familiar, aparte de los datos duros del genograma, también todas aquellas formas de interactuar esta-
bles que otorgan la identidad intransferible y única a una familia. Casi todas las reglas y límites en una familia
emergen de manera orgánica del día a día y no son conscientes. Los padres de la familia como pareja los traen desde
sus casas de origen y los renegocian en la nueva familia creada. “De cierta manera, la cohesión se vincula preferente-
mente con el universo emocional (el sentir), la adaptabilidad con el cognitivo (el pensar) y la jerarquía con el pragmá-
tico (el hacer). La cohesión equivale a la distancia relacional entre los miembros de un sistema, y se la suele
considerar inscrita entre dos polos extremos de aglutinación y desligamiento” (Linares, 2012, pg.130). Por ejemplo, en
una familia bicultural, se celebran tanto los días de Santo como los cumpleaños de los miembros de la familia. Sólo
en situaciones donde estas dinámicas “normales” se ven entorpecidas o anuladas, nos damos cuenta de su implica-
ción enorme en la vida de la familia.
Olson diferencia cuatro niveles de cohesión familiar de alta a baja: enredada (o aglutinada) conectada (o unida) ,
separada (o independiente) , y desprendida (o desligada) . La cohesión familiar es el conjunto de toda la afectividad,
intimidad y el mundo de significados comunes que constituyen las relaciones familiares. Implican los lazos emociona-
les que unen a los miembros de una familia. La flexibilidad o adaptabilidad se centra en la capacidad y habilidad de
la familia para cambiar sus estructuras, roles y normas en respuesta a las exigencias que se le plantean desde el exte-
rior. Existen cuatro niveles de Adaptabilidad, de poca a mucha: rígida, estructurada, flexible, y caótica.
El núcleo del modelo circumplejo en su parte central describe los aspectos de la estructura familiar que promueven
el apego seguro y una máxima capacitación para la resiliencia. La Resiliencia es un concepto sistémico, no describe
una característica individual. Es básicamente un estilo de afrontamiento colectivo o grupal, adecuado para superar
retos vitales y salir ganando de la experiencia.
Familias del centro del continuo, con buena cohesión y poca rigidez han podido adaptarse a la pandemia con asom-
brosa facilidad, y no sufrieron daños permanentes, aunque hayan afrontado situaciones de pérdidas como el resto de
la sociedad. Son las familias que se situarían en los
FIGURA 6 extremos de los continuos que de forma habitual
MODELO DE OLSON, 1979 tienen menos capacidad de afrontar las exigencias
que impone la vida cotidiana a una familia, sin que
esta se mueva con tropiezos y síntomas. Olson des-
cribe cinco funciones básicas de toda familia.
Nosotros preferimos enumerar aquí lo que Carl
Whitaker (1988) comentó en los inicios de la tera-
pia familiar como tareas de la familia. A) Todas las
familias tienen que tener pautas de comunicación
verbales y no verbales adecuadas. Con este lengua-
je compartido establecen acuerdos sobre el rol de
cada miembro de la familia y las relaciones entre
todos. B) Existe una estructura jerárquica en la que
los padres tienen la responsabilidad de cuidar de
los hijos mientras son pequeños, y cada persona
puede contar con su espacio físico y psicológico
individual para crecer. C) La pareja de los padres
forma un equipo que lidera dinámicamente y con
flexibilidad. D) Las personas se ayudan entre sí, y la

FOCAD
12 Formación Continuada a Distancia
Consejo General de la Psicología de España

idea del apoyo mutuo es la base de las interacciones habituales. Este apoyo se extiende al desempeño de tareas indi-
viduales, e incluye todas las actividades de los diferentes subsistemas de la familia. E) Cuando alguien sufre problemas
o síntomas físicos o mentales, los demás se dan cuenta y acuden en su ayuda. F) Los conflictos no se evitan, y su
afrontamiento implica soluciones sensibles, justas y acordadas. G) Los diferentes miembros de la familia están habi-
tuados a reaccionar con empatía, y son capaces de mentalizar los estados mentales de sus familiares; especialmente
los padres entienden el nivel de desarrollo de sus hijos, y les enseñan a empezar a comprender a los adultos. H) Todo
el sistema familiar se apoya en la interdependencia, y enfoca las acciones hacia una creciente independencia y auto-
nomía de los hijos. Estas características siguen formando parte de la base de evaluaciones actuales utilizadas en la
investigación como el cuestionario Score-15 que mide la eficacia y eficiencia de las intervenciones terapéuticas fami-
liares.

i. Familias en los extremos : Efecto diferencial del Confinamiento


Vamos a describir brevemente las características de la familias en los extremos del modelo de Olson, porque nos
explican algunos de los efectos positivos del confinamiento y del estado de alarma, “lo bueno de lo malo” y los efec-
tos negativos, “lo malo de lo malo”
Sin ánimo de sobregeneralizar, pensamos que estas orientaciones dan sentido a los datos muchas veces contradicto-
rios que nos aportan los pacientes, y nos permiten hacer preguntas más específicas a la hora de proporcionar una
explicación, aun tentativa, de lo que ha pasado.

Familias caóticas desprendidas: El confinamiento las benefició.


En las familias con muy poca cohesión y extrema flexibilidad, la vida familiar es imprevisible: los roles familiares,
que en general son complementarios, pueden cambiar drásticamente de un momento a otro. El que tenía el rol de
apoyo principal (amigo) cambia a ser el qué mas ataca (enemigo) de un momento a otro. No hay alianzas estables
entre los subsistemas (por ejemplo hermanos) ni subgrupos (por ejemplo chicos o chicas). Distancia emocional y física
son la regla. No se cuentan cosas personales o íntimas. Se valora como muy positivo ser independiente y autónomo,
hasta el punto de no tener en cuenta a otras personas del entorno familiar para tomar decisiones y actuar. Eso puede
llegar al punto de nunca compartir comidas, ni ratos de ocio, ni otros bienes. Apenas hay decisiones comunes, en
parte porque hay muy poca coincidencia en espacio y tiempo de los miembros de la familia (rituales de cohesión). La
orientación es “hacia fuera”, el bien común de la familia como conjunto se minusvalora. La regla se asemeja a: aquí
nadie manda a nadie, apáñatelas como puedas, sé autónomo que es lo que toca, y mejor que no me/nos pidas nada,
porque no puedes contar conmigo en general.
En estas familias, en un momento dado, nadie FIGURA 7
sabe donde están los demás, ni lo que va a suceder MODELO DE OLSON, 1979 – FAMILIAS DESPRENDIDAS CAÓTICAS Y
en el día, la semana, o el mes siguiente. ENREDADAS RÍGIDAS
Las reglas impuestas por la pandemia en el confi-
namiento aumentaron considerablemente el con-
tacto entre los miembros de algunas familias con
una estructura de base caótica y desligada. Muchos
hijos tuvieron que volver a su casa de origen, y se
redujeron la imprevisibilidad de las conductas pro-
pias y ajenas de forma drástica por el “quédate en
casa”. Las prohibiciones externas suplieron la falta
de estructura interna de la familia y ayudaron a ela-
borar rituales de comunicación y negociación de
espacios comunes. Muchos miembros de estas
familias reconocieron que les gustó redescubrir a
sus familiares y darse cuenta de que se podía
hablar con ellos. Un ejemplo sería seguir un pasa-
tiempo juntos (series, juegos online) como compar-
tir recetas y cocinar, entrenamientos deportivos,
tareas domesticas. Muchas familias iniciaron video-

FOCAD
Formación Continuada a Distancia
13
Consejo General de la Psicología de España

llamadas y enseñaron a sus mayores a utilizar tablets y teléfonos modernos. Algunas de estas familias han decidido
mantener este funcionamiento más funcional. El final de las restricciones no siempre les ha devuelto la organización
distante e incomunicada pre-pandémica.

Familias enredadas rígidas. El confinamiento les perjudicó.


La familia aglutinada y rígida impone un régimen estricto y casi dictatorial a sus miembros. Toda acción tiene que
beneficiar (o por lo menos no perjudicar en nada) el bien común de la familia. La vida familiar transcurre según unas
normas estrechas y códigos estrictos: horarios de comida, etiquetas de vestimenta, frecuentar grupos sociales determi-
nados, estudiar (o no) determinadas materias con determinadas notas. Nadie puede tomar la iniciativa saltándose las
múltiples reglas que rigen la vida diaria. Hay unos límites muy firmes con todo lo que “no es de la familia”, y una falta
de límites internos asombroso. Dentro de casa, todo es de todos, y cualquier reclamo de privacidad se considera una
falta de lealtad familiar grave. El confinamiento aumentó todavía más los límites con el mundo externo, y enfatizó la
idea de la absoluta dependencia intrafamiliar. Lo malo de lo malo, para decirlo brevemente. Todo el espacio se con-
virtió en compartido, todo el tiempo en común. La orientación es “hacia dentro” y se minusvalora el espacio indivi-
dual y las necesidades personales. La regla se asemeja a: aquí todos velamos por el bien común de la familia, no
hagas nada sin contar con la aprobación completa de los demás, nosotros sabemos mejor que tu mismo/a lo que te
conviene, siempre puedes contar con nosotros, pero solo si sigues nuestras reglas, que son estrictas.
Estas familias crean un clima que ahoga a sus miembros, con el riesgo de desarrollar una sintomatología grave que
finalmente ayude indirectamente a diferenciarse (p.ej. un trastorno de alimentación o una depresión clínica). No hay
que resaltar que, al mismo tiempo, y paradójicamente, esta condición le ata todavía más a la familia.
Estas condiciones de funcionamiento familiar incluyen otros factores agravantes: familias con pocos recursos, situa-
ciones de hacinamiento y pobreza con problemas graves de relación previas y trastornos mentales en sus miembros
han sido especialmente castigados. El aumento de estrés las ha llevado al borde de sus capacidades, y eso se refleja
en un aumento de sintomatología individual, y un aumento de violencia intrafamiliar. Los datos últimos sobre com-
portamientos autolesivos en jóvenes y adolescentes empiezan a ser alarmantes. Unicef informa sobre el aumento de
suicidio en jóvenes post-pandémicos: en nuestro mundo globalizado, cada 11 minutos un/a adolescente se quita la
vida. (Unicef, Estado Mundial de la Infancia, octubre 2021, resumen ejecutivo). Entidades como Papageno o Ubuntu
Andalucía, con un espíritu colaborativo, se enfrentan a estos retos post pandémicos.

5. El distanciamiento físico y la vida familiar


Otro de los aspectos sistémicos interesantes de la pandemia es la imposición generalizada de una mayor distancia
física entre las personas, con el objetivo de disminuir la posibilidad de un contagio. Hay una queja generalizada de
sentirse incómodo con la prohibición de proximidad, con algunas excepciones individuales.
Este distanciamiento lleva implícito la prohibición de contacto físico como abrazos, besos o choques de mano. Al
inicio, se hablaba erróneamente de “distancia social”. Lo que pocas personas saben es, cuál es la implicación de la
distancia social habitual en aspectos psicológicos como el apego y la seguridad (distancia de seguridad e intimidad).
Podemos postular que estos aspectos culturales se relacionan con una disminución de incertidumbre (hábitos y ritua-
les como formas de manejo del caos) y por lo tanto son un modulador complejo de situaciones de ansiedad.
En los países del sur de Europa, la distancia media social es sensiblemente menor que en los países del norte de
Europa. La imposición de una mayor distancia física por encima de los patrones culturales altera el sistema nervioso
central. Este impacto negativo tiene que ver con los estilos de apego que se establecen ligados a pautas de micro-inte-
racción en los primeros 18 meses de la vida. En el sur de Europa aprendemos que estamos seguros en una distancia
íntima de entre 15 a 30 cm. En el norte de Europa esta distancia puede llegar hasta los 45cm. Dicho de manera colo-
quial, los nórdicos se sienten invadidos cuando los del sur nos sentimos seguros, y los del sur nos sentimos “abando-
nados” cuando los nórdicos empiezan a estar cómodos. Estas diferencias pueden llevar en no pocas situaciones a
confusiones y malentendidos, incluso se ha especulado inicialmente con el im pacto en la menor frecuencia de conta-
gios en diferentes países.
Ya en los años setenta del siglo pasado, Carlos Sluzki ,pionero del pensamiento sistémico, nos explicaba el mito del
“latin lover español” y de la “sueca ardiente”. En su artículo famoso exponía las interacciones resultantes de las dife-
rencias en las distancias sociales de los dos países (Sluzki, 1976).

FOCAD
14 Formación Continuada a Distancia
Consejo General de la Psicología de España

FIGURA 8
DISTANCIA SOCIAL Y DISTANCIA FÍSICANOTA: HEMOS RESALTADO EN ROJO EL AUMENTO DE EMOCIONES DE
FONDO Y PRIMARIAS EN ESTE TIEMPO DE CRISIS

La expresión de afecto positivo e intimidad, el consuelo afectivo y la cercanía emocional, siempre o casi siempre,
implica comportamientos de cercanía física (distancia social intima) sobre todo contacto piel a piel y el abrazo pecho
con pecho. Es el lenguaje analógico, no el lenguaje verbal, el que resulta más eficaz en muchas ocasiones. El tacto es
el mayor tranquilizante interactivo en una relación interpersonal. Los bebés recién nacidos reaccionan primero al
tacto y al sonido, no a la vista. Alguien que nos acuna, nos pone la mano en el hombro o en el brazo, que nos coge
de la mano, es una persona que nos “quiere bien”.
La prohibición del contacto físico ha provocado intensos sentimientos de pérdida y tristeza y es fuente de una parte
importante del malestar, independientemente de la frustración por la interrupción de hábitos y el trastoque general de
los planes y proyectos. Los profesionales sanitarios, en la primera fase de la pandemia, tenían tremendos problemas
para poder explicarles a sus hijos pequeños porqué no les daban besos y cualquiera que ha hablado con una persona
cuyo padre o madre anciano demente estaba en la residencia ha oído la frase: “yo se lo intento explicar, pero no lo
entiende, solo llora y pregunta por qué no vienen a verle”. Y podemos dar por seguro que el número escalofriante de
los contagios de personal sanitario se debía como mínimo en parte a actos compasivos como cogerle la mano a un
anciano moribundo, o acercarle el móvil con una videollamada después de ponerle las gafas y los audífonos.
Una compañera, directora de una residencia con algo más de 200 usuarios, me llegó a afirmar: “mira, no hemos
tenido ningún fallecimiento por COVID-19, pero estoy segura de que 18 personas se han muerto por pena”. La “justa
distancia” (Kreuz, 2016) entre las personas es el garante de bienestar, y las prohibiciones de rituales de contacto físico
se puede considerar un importante factor desestabilizante.
Las consecuencias las estamos afrontando ahora en forma de depresión y ansiedad. En un artículo reciente de The
Lancet (octubre 2021) se habla de una estimación mundial de 53,2 millones de casos adicionales de trastorno depresi-
vo mayor (un aumento del 27,6%) y de 76,2 millones casos adicionales de trastornos de ansiedad (un aumento del
25,6%). Estas cifras son escalofriantes. Hay un mayor número de depresiones en mujeres, y de trastornos de ansiedad
en los jóvenes, incluyendo la población infantil.
Los sistémicos sabemos que “no hay yo sin tú” (Buber, M., 1923). Lo que las personas cercanas hacen nos confirma
en nuestra identidad. Alguien que “viene demasiado cerca” se convierte en invasor y potencial enemigo, alguien que
está demasiado lejos se considera diferente y se convierte en extraño y potencialmente peligroso. En el primer caso
tememos perder nuestra identidad porque se nos “come” nuestro terreno, en el segundo, porque dejamos de existir en
un mundo compartido y estamos solos. La distancia social es un predictor seguro de lo que podemos esperar: nos
reduce la incertidumbre.

FOCAD
Formación Continuada a Distancia
15
Consejo General de la Psicología de España

FIGURA 9
PATRONES DE DISTANCIA SOCIAL Y APEGO

Curiosamente, las medidas de distanciamiento social han declarado “zona segura” aquella zona que implica excesi-
va distancia (aislamiento) y ha convertido a la distancia estrecha no invasiva del apego seguro en una zona declarada
peligrosa. Habituarse a esta modificación ha sido posible, pero el precio es alto. El malestar y las sensaciones de cul-
pabilidad son pandémicas y se mantienen en el tiempo.

FIGURA 10
DISTANCIA FÍSICA IMPUESTA EN EL COVID

CONTAGIO DE FORTALEZA: RESILIENCIA FAMILIAR


Familias con buena cohesión y poca rigidez han podido adaptarse a la pandemia con asombrosa facilidad. La capa-
cidad de mantenerse unidos y protegidos y la creación de estabilidad en situaciones de cambio radical asegura un
ambiente de seguridad física y emocional que todos necesitamos para seguir adelante y desarrollar nuestros potencia-
les. Eso es precisamente el propósito de la familia, que sigue siendo el grupo mas especial de todos los grupos que
podemos formar los humanos.
La palabra resiliencia, un concepto sistémico, se ha vuelto popular. A todos, en un inicio, la canción famosa de
“Resistiré” nos alentaba individualmente, pero es el estilo de afrontamiento colectivo en las familias y demás grupos
humanos lo que ha sido determinante para combatir el COVID-19, el miedo y los efectos secundarios indeseados de
la pandemia. “El concepto (Resiliencia) trata de expresar la capacidad de un individuo -o de una familiapara enfren-
tarse a circunstancias adversas, condiciones de vida difíciles, a situaciones potencialmente traumáticas y recuperarse
saliendo fortalecido y con más recursos” (Pereira, 2010).

FOCAD
16 Formación Continuada a Distancia
Consejo General de la Psicología de España

La idea de transformación, no de destrucción, como foco de atención en cualquier situación de cambio, es una de las
maneras de re-encuadre que nos ayuda a bajar la ansiedad y el miedo. El “Quédate en casa” fue el contrapunto a la inse-
guridad vivida en la calle. La incertidumbre del mundo en general ha devuelto el sentido de “hogar” y “lugar seguro” a
muchas casas. Una sociedad como la mediterránea, con mucha vida social en la calle, ha redescubierto cómo en casa
existen potencialidades y cualidades dormidas de bienestar y desarrollo personal y colectivo. De hecho, las tiendas de bri-
colaje han sido las más visitadas en el momento de apertura post confinamiento, y tengo constancia que en más de una
casa se desempolvaron juegos de cartas y de mesa con efectos beneficiosos insospechados.
Es precisamente la capacidad de protegerse en la situación traumática, superar la adversidad, recuperarse de los
daños y conseguir acceder, otra vez o por primera vez, a medios de vida saludables, significativos y productivos, lo
que constituye las piezas constituyentes de la resiliencia. La experiencia adversa o traumática transforma a las perso-
nas. Su potencial destructivo es también capaz de “sacar lo mejor” de nosotros mismos y de nuestras relaciones. La
resiliencia siempre presupone relaciones significativas. Uno/a puede ser fuerte solo/a, pero ser resiliente necesita una
comunidad humana donde este esfuerzo se dota de perspectivas y de sentido, y permite prosperar y realizarse pensan-
do en un futuro a pesar de, o sobre una base de pasado traumático.
La Terapia Familiar y la intervención sistémica siempre se ha apoyado en un agudo sentido de las paradojas que la vida
depara a los seres humanos. Estas paradojas son conocidos por todos, pero no forman parte del consciente colectivo, a
no ser que la experiencia colectiva las hace visibles. Lo “bueno de lo malo”, durante la pandemia, fue resaltado en los
medios de comunicación con sorpresa: el confinamiento redujo a cero las muertes en carretera, la obligación de masca-
rillas y el lavado de manos impidió el contagio de un sinfín de afectaciones bacterianas y víricas que no tenían nada que
ver con la COVID-19, el home-office permitió actualizar a miles de usuarios reticentes en el uso de nuevas tecnologías, y
la ausencia de vuelos, barcos y turistas llenó las playas de delfines y las ciudades de ciervos.
Es sabido que un sinfín de descubrimientos que nos han salvado la vida se deben más bien al azar, y no al empeño
consciente (p. e. la Penicilina, o los rayos X). También sabemos que el cerebro tiene una curiosa habilidad de “llevar-
se” la contraria y hacer justo lo opuesto a lo intencionado: cuanto más intentamos pensar (o no pensar) en algo, más
acabamos haciéndolo.
Las visiones reduccionistas simplemente no se ajustan a la naturaleza. Por ello, la terapia sistémica muchas veces
focaliza en las excepciones y las aparentes contradicciones.
En su famoso libro “Paradoja y Contraparadoja”, fruto de una investigación en los años setenta por parte de Mara
Selvini y su equipo en familias italianas con hijos diagnosticados como psicóticos o esquizofrénicos, estos autores
hablan de intervenciones paradójicas (la famosa contra-paradoja terapéutica) como parte del éxito de sus tratamientos
(Selvini M., Boscolo L., Cecchin G. y Prata G., 1988).
El pensar fuera de lo establecido, tradicional/o habitual es una capacidad inventiva del ser humano que es especial-
mente útil en situaciones de crisis global y amenaza serias.
Este aspecto de vulnerabilidad y los afectos paradójicos forma la base de muchas intervenciones de Terapia Breve
(Véase Focad 44, 2021) Puede que la descripción de comportamientos resilientes nos hace pensar primero en actos
heroicos. Pero la realidad es que suelen ser los “héroes invisibles” los que mas nos han enseñado sobre como ser resi-
lientes en tiempos de la pandemia y en todos los tiempos de crisis de la humanidad. Debido a la utilización global de
teléfonos móviles con la posibilidad de divulgar grabaciones en tiempo real, algunos de estos comportamientos, en
principio anónimos, se hicieron virales, sirviendo de inspiración colectiva. El anciano que “visita” a su pareja demen-
te en una residencia todos los días a través de la ventana desde la calle. El panadero que lleva churros con chocolate
gratis al turno de mañana en el hospital. El farmacéutico que lleva personalmente medicaciones a las personas más
vulnerables del vecindario. La resiliencia no se debe de confundir con invulnerabilidad: toda exposición a catástrofes
y traumas puede superar los límites y causar efectos irreparables. Es mas: es precisamente la vulnerabilidad en sí, y su
reconocimiento, lo que permite la protección y la curación en situaciones de trauma colectivo. (Brown, 2016) .
“Haz todo lo que puedas, con lo que tienes, en el tiempo disponible, y en el lugar donde estés” se ha convertido en
un lema no solo de supervivencia, sino de “arte de vivir”.
Pensamos que hay comportamientos que aumentan la nutrición afectiva y social, la estimulación cognitiva y física, y
que son inherentes en el día a día de las familias funcionales y resilientes. Se contagian del cuidado mutuo, de la pro-
tección mutua, del bienestar físico y del bienestar emocional y social. Con todo ello, se inicia un circulo virtuoso de
esperanza y superación.

FOCAD
Formación Continuada a Distancia
17
Consejo General de la Psicología de España

Nuestro pensamiento circular nos hace tener en cuenta simultáneamente tanto los factores protectores como los fac-
tores de riesgo.
Los datos que aporta la Asociación Española ANAR, investigando sobre los efectos de la pandemia en niños y niñas
y adolescentes españoles en el año 2020, refieren un aumento desde el 2019 de mas de 200% en síntomas como
Ansiedad, baja Autoestima, Trastornos de Alimentación, Ideación Suicida y Autolesiones. Esto coincide con los estu-
dios comparativos llevados a cabo por centros especializados en Atención Familiar: parece ser que una gestión defi-
ciente de las emociones surgidas a raíz de la pandemia y de la postpandemia expone a los miembros de la familia a
un mayor riesgo de problemas individuales. Lo bueno de lo malo: la sociedad entera acepta la búsqueda de ayuda
psicológica como algo mas normalizado. En algunos casos, la preocupación por el COVID-19 y sus consecuencias ha
precipitado la entrada a un Centro de Atención Familiar que de otra manera hubiera sido pospuesto. (Poster Universi-
dad de Zaragoza, 2021, Congreso de Terapia Familiar Tenerife).
Pensando en los Factores de Resiliencia Familiar (Walsh, F., 2003, 2006, 2020), nos permitimos una breve exposi-
ción en clave COVID-19 de estos factores. La mirada atenta del/la psicóloga que entrevista e interviene actualmente
puede con facilidad determinar los factores de protección presentes en el caso que atiende.

1. Creación de significado de la experiencia traumática de perdida


a. Normalizar, contextualizar el sufrimiento
b. Ganar sentido de coherencia del cambio: comprensible, manejable y significativo.
Las familias funcionales han creado una narrativa que les permite integrar su experiencia familiar en un contexto
mas amplio. Tienen en cuenta su comunidad , e incluso el mundo global a la hora de comentar la forma de afrontar la
pandemia, los errores y aciertos. Los relatos de responsabilidad giran alrededor del manejo de la situación, de lo ines-
perado y novedoso, y los relatos de culpa se limitan y se evitan de forma razonable. Los rituales de duelo se renuevan
o se posponen, y se establecen nuevos hábitos y rutinas que permiten una organización del día a día con pocos focos
de conflictos. Los padres trabajan en equipo. El mundo “como era antes de la pandemia” se despide. La despedida
incluye el reconocimiento de las perdidas, pero también la oportunidad de hacer algunas cosas “mucho mejor en el
futuro” a raíz de las experiencias vividas. Se limita la dosis de noticias alarmantes y la constante repetición de malas
noticias. Se insiste en la incertidumbre como un factor molesto, pero inevitable en tiempos de crisis.

2. Perspectivas positivas: esperanza


a. Animo; reafirmar fortaleza, construir a partir de los potenciales
b. Dominar lo posible, aceptar lo que no puede ser cambiado
Los relatos de esperanza incluyen la idea de un futuro mejor, y la convicción de que lo que se hace en el momento
tiene sentido. Incluye la consciencia de que “todos dependemos de todos”. Establece metas (en nuestra familia vamos
a estar todos bien a pesar de la pandemia), planes de acción concretos (para conseguirlo hacemos/ no hacemos) con-
fianza (cada uno/a tiene capacidad de superar eso) y apoyo (nos ayudamos los unos a los otros y pedimos ayuda
donde hace falta). El aprendizaje de “cosas nuevas” se explicita como un valor en sí mismo. Los diferentes miembros
de la familia aportan sus capacidades especiales. El reconocimiento de límites y fallos (asertividad negativa) es alto. El
perdón es fomentado y se espera. La desescalada se alienta sin perder las precauciones relacionadas con el cuidado
de la salud (p.e. uso de las mascarillas). Como la situación ha cambiado de un impacto puntual a una situación cróni-
ca, se comprende y se acepta el incremento de estrés y la disminución transitoria de capacidad de tolerancia. Se
toman acciones específicas de insistir en el bienestar personal y colectivo.

3. Transcendencia y espiritualidad
a. Fe, rituales, apoyo de la congregación
b. Propósito, lazos de significado
c. Búsqueda; activismo
d. Aprendizaje, crecimiento, transformación, inspiración
Se promueve la integración en actividades de ayuda y apoyo fuera de la familia nuclear, la vinculación con los
núcleos de sociedad mas próximos (vecinos inmediatos, barrio, municipio). Si es parte de la vida de la familia, se
intensifica la conexión con la iglesia y organizaciones benéficas. En cuanto es posible, se alienta la recuperación de

FOCAD
18 Formación Continuada a Distancia
Consejo General de la Psicología de España

actividades en asociaciones que no tienen nada que ver con la pandemia. Se busca activamente ejemplos que moti-
van e inspiran.

4. Flexibilidad para adaptarse y reestablecerse


a. Restaurar la estructura, rutinas, predictibilidad, seguridad
b. Reorganizar; reasignar las funciones de los roles
c. Liderazgo fuerte: coordinación, colaboración
Establecimiento de reglas claras: En nuestra familia, al virus se le combate así. Ayuda para los más pequeños y los
más mayores, reparto de recursos (internet, ordenadores, espacio a solas, tareas de contacto con el exterior), clara
estructura del sistema parental como sistema ejecutivo, en colaboración con adolescentes y sin sobrecargar a los
niños más pequeños. Fomento de relaciones extra-familiares y control de usos de nuevas tecnologías. Muchas veces,
las tareas de casa se comparten por turnos; prevalece un sentido de justicia social en el reparto, y se enseñan habilida-
des específicas anteriormente dormidos. Los padres determinan los nuevos límites y fronteras con firmeza y flexibili-
dad (Por ejemplo: todos pueden cocinar, o hacer pasteles, todos tienen que cuidar sus pertenencias).

5. Parientes, conexión comunitaria


a. Vínculos; apoyo mutuo; redes sociales
b. Reparar relaciones distanciadas
Mantener y (re)establecer contactos con la familia extensa, y sobre todo con la generación de abuelos. Redes de
comunicación fluidas, sin eclipsar el malestar, pero focalizando posibilidades de fomentar el bienestar propio y de los
demás, juegos comunes y rituales de mensajes y videollamadas. Cadenas de favores. Hablar de las emociones y de las
oportunidades perdidas para aprovechar las situaciones posibles. Escribir cartas (e-mails)

6. Recursos económicos e institucionales


Gestión de subvenciones y recursos, solicitud de ERTE, gestión de vacunas e información sobre apoyo escolar. Posi-
bilidades de reciclaje profesional y reubicación.

7. Claridad, información consistente, mensajes


a. Clarificar el trauma y la ambigüedad relacionada con la perdida, que es lo próximo.
Recuperación de información, en su caso, de las circunstancias exactas de las muertes por COVID. Esclarecer en lo
posible situaciones y hablar con personas involucradas. Reconstruir, en su caso, la fase final de la vida de la victima
por COVID-19 y compartir toda la información de forma abierta con redes comunicacionales adecuadas, sin vulnerar
la privacidad y sin caer en el secretismo. Afrontar y expresar los sentimientos de impotencia y rabia, y recuperar ritua-
les de despedida en diferido. Elaborar formas de homenaje y de “honrar la memoria” del familiar fallecido. Entender
el proceso de duelo complejo y respetar los tiempos diferentes en los diferentes miembros de la familia.

8. Abrir espacios para compartir emociones, empatía


a. Respeto a la diferencias individuales y culturales
b. Compartir placer, humor y espacios de respiro de la tristeza.
Explicitar el ciclo vital personal y familiar. Crear espacios para la diferenciación: informarse sobre reacciones norma-
les de duelo en la infancia, adolescencia, edad adulta y en las personas de la “cuarta edad”. Utilizar información for-
mal e informal (redes sociales) como fuente de apoyo y comprensión. Sobre todo dejar espacios para la soledad, el
juego, la distracción, y los pequeños placeres. Comprender que empatía necesita comunicación bi-direccional y escu-
cha activa. Recuperar actividades de ocio y deporte.

9. Toma de decisiones colaborativas, solución de problemas


a. Tener recursos, construir con pequeños éxitos
b. Planificación proactiva, preparación; “Plan B”
c. Reavivar, revisar expectativas futuras, esperanzas y sueños
Consejo General de la Psicología de España

Integrar la nueva normalidad de manera progresiva en la vida diaria. Negociar la progresión hacia una vida en públi-
co (asistencia a clases, recuperación de obligaciones de autocuidado, planificar alternativas de trabajo y ocio). Con-
trarrestar miedos infundados con afrontamiento progresivo y modelaje. Volver a hacer planes con alternativas en caso
de que se vuelvan a imponer restricciones. Recuperar ocasiones de celebrar logros y fechas señaladas (graduaciones,
cumpleaños, etc.) con fechas concretas alternativas y rituales que tienen sentido para los participantes. Focalizar en la
superación de los retos
del día a día: manejo adecuado de emociones frente a las frustraciones y limitaciones, modulación y expresión de
afectos, fomento de nutrición bio-psico-social de todos los miembros de la familia. Aceptación de cambios y perseve-
rancia en los esfuerzos de mantener la identidad y el carácter específico de la familia y de sus miembros.

BIBLIOGRAFIA
Boss, P. (2001). La pérdida ambigua. Cómo aprender a vivir con un duelo no terminado. Gedisa.
Brown, B. (2016) El poder de ser vulnerable: ¿Qué te atreverías a hacer si el miedo no te paralizara?. Urano, Barcelona
Buber, M. (1923) Yo y tú. Herder.
Ceberio, M. (2018). El genograma. Morata
Ceberio, M. (2021). Psicólogos en el frente: La atención durante la crisis del Covid-19. De las emociones tóxicas a la
salud psicológica. Arch Med (Manizales) 21 (1), 225-237. https://doi.org/10.30554/archmed.21.1.3941.2021
Cerezo, M.A (2019). Si los bebés hablaran. Pirámide
Chow, D. MA. (2021). Listening into speech: Will say, won´t say, can´t say. Australia: Frontiers of Psychoterapist
Development. https://darylchow.com/frontiers/listeningintospeech/
Conen, M-L., Cecchin, G. (2007). Wie kann ich Ihnen helfen, mich wieder loszuwerden? Therapie und Beratung in
Zwangskontexten. Carl-Auer-Systeme, Heidelberg.
Consejo general de la psicología en España (2020, 11 de noviembre). Mente en equilibrio. Bienestar psicológico en
tiempos de la COVID-19. Las consecuencias psicológicas de la pandemia: guía de recursos y recomendaciones.
Madrid http://www.cop.es/uploads/PDF/sonae_sierra_menteenequilibro.pdf
Covid-19 Mental Disorders Collaborators (2021). Global prevalence and burden of depressive and anxiety disorders in
204 countries and territories in 2020 due to the COVID19 pandemic. The Lancet. https://doi.org/10.1016/S0140-
6736(21)02143-7
Cyrulnik, B. y Anaut, M. (2018) Resiliencia y adaptación. La familia y la escuela como tutores de resiliencia. Gedisa
D´Ascenzo, I. (2021). Yo no soy un robot. Experiencias de psicoterapia online durante la pandemia de Covid-19 en
diferentes contextos: supervisión, formación, práctica clínica: Mosaico; 77, 105-118
De la Serna, J. M. (2020). Aspectos Psicológicos en Tiempos de Pandemia. Tektime. DOI:
http://www.doi.org/10.6084/m9.figshare.13489671
EAAD Best (2021). Project EAADE-Best: Improving Depression Care and Preventing Suicidal Behaviour in Europe.
Recuperado el 10 de octubre de 2021. https://eaad-best.eu
Furman, B. (2013) Nunca es tarde para tener una infancia feliz: De la adversidad a la resiliencia. Octaedro.
Gammer, C. (1989). La Terapia Familiar Fásica: Cuadernos de Terapia Familiar, Stirpe, Madrid. Año III, 12, 10-26.
Gil Ibañez, A. M. (2021). Covid-19: El efecto del confinamiento en las relaciones familiares: posibilidades de interven-
ción terapéutica a distancia: Mosaico; 77, 90-104
Green, B. L., Korol, M., Grace, M. C., Vary, M. G., Leonard, A. C., Gleser, G. C., & Smitson-Cohen, S. (1991). Chil-
dren and disaster: age, gender, and parental effects on PTSD symptoms. Journal of the American Academy of Child
and Adolescent Psychiatry, 30(6), 945–951. https://doi.org/10.1097/00004583-199111000-00012
Goldbeter-Merinfeld, E. (2003) El duelo imposible: Las familias y la presencia de los ausentes. Herder.
INE (2021). Movimiento Natural de la Población (MNP). Indicadores Demográficos Básicos (IDB). Año 2020. Datos
Provisionales. Instituto Nacional de Estadística.
Kolk van der, B. (2014). Body keeps the score. New York: Viking, Penguin Group (hay traducción española: El cuerpo
lleva la cuenta. Barcelona: Ed. Eleftheria)
Kreuz, A. (1993). Intervenciones Sistémicas: El modelo de la Teoría Familiar Fásica. “Monografías” del Colegio Oficial
de Psicólogos del País Valencian. Fundamentos Teóricos y Práctica Clínica: Diversos Enfoques”; 1, 83-105. Depósi-
to Legal nº V-698-1993. ISBN 84-600-8363-2

FOCAD
20 Formación Continuada a Distancia
Consejo General de la Psicología de España

Kreuz, A. (2004). Emociones en Terapia Familiar: del Tabú a la Resonancia. Mesa Redonda: Psicoterapia V Congreso
Virtual de Psiquiatría. Tratamientos Psiquiatría Interpsiquis. http://www.psiquiatria.com/bibliopsiquis/handle/10-
401/3061
Kreuz, A. (2016). Paciente, cliente y persona. El terapeuta y la justa distancia relacional en el Modelo Fásico: Mosai-
co; 63, 64-69.
Kreuz, A. (2021). Perspectivas en psicoterapia: entrevista a Annette Kreuz. Boletín informativo 16ª Ed. Enero-Abril
2021, 8-11. Consejo General de la Psicología de España. División. De Psicoterapia. http://www.dpsit.cop.es/uplo-
ads/pdf/BoletinEnero2021.pdf
Laso, E. (2014). El trabajo con emociones en terapia familiar: teoría y aplicaciones. Pensamiento Sistémico. En Medi-
na, R. Laso, E. y Hernández, E. (Eds.), Pensamiento sistémico: Nuevas perspectivas y contextos de intervención. Edi-
torial
Linares, J.L (2012) Terapia Familiar Ultramoderna. La inteligencia terapéutica. Barcelona. Herder.
Martín Lobo, P. (2021). Influencias de las emociones en el aprendizaje y crecimiento personal. FOCAD 44.
Ministerio de Sanidad, Consumo y bienestar social, Gobierno de España (8 de agosto de 2021). Recuperado el 1 de
septiembre de 2021. https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/situacionA-
ctual.htm).
Navarro Góngora, J. (2021). Algunas reflexiones sobre la atención psicológica en la pandemia de la Covid-19: Mosai-
co; 77, 29-48
Olson, D. H., Sprenkle, D. H., Russell, C. S. (1979). Circumplex Model of Marital and Family Systems: I. Cohesion
and Adaptability Dimensions, Family Types, and Clinical Applications: Family Process 18 (1), 3-28.
https://doi.org/10.1111/j.1545-5300.1979.00003.x
Ortega Allué, F. J. (2021). El ritual pospuesto: vivir el duelo durante la pandemia: Mosaico; 77, 67-80
Ortega B. y Pérez C. (2021). La Táctica del cambio. Introducción a la Terapia Breve Estratégica. FOCAD 44, ISSN
1989-3906.
Papageno (31 de diciembre de 2021). Papageno. Asociación de profesionales en prevención y postvención del suici-
dio. Recuperado el 10 de octubre de 2021. http://papageno.es/andalucia-supervivientes-suicidio
Pereira Tercero, R. (2010). Trabajando con los recursos de la familia: Factores de resiliencia familiar. Sistemas Familia-
res; Año 26, nº 1, 93-115
Rodríguez Abellán, J. (2021). Nuevos retos psicoterapéuticos ante el confinamiento y la Covid-19. Intervenciones
desde un enfoque sistémico, psicobiológico y de la teoría polivagal; Mosaico; 77, 57-66
Pereira, R. (2013). Validación del Score-15, traducción al castellano: Desde lo empírico a lo cualitativo, desde la teo-
ría a la clínica. VIII Simposió Internacional sobre oportunidades en tiempos de crisis: el papel de la familia, Estan-
bul, (paper).
Plan Estratégico de Salud Mental interterritorial 2021-2026 en España, https://www.redaccionmedica.com/
contenido/images/EstrategiaSaludMental-RedaccionMedica%282%29.pdf
Póster (octubre, 2021).El Covid nos ha liado. Presentado en la sesión de Posters del XL Congreso Nacional de Terapia
Familiar en Tenerife del 21 al 23 de octubre de 2021. Tenerife, España. (No publicado)
Rolland, J.S. (2020). COVID-19 Pandemic: Applying a Multisystemic Lens; Family Process; Vol. 59 (3), 922-936
Seligman, M. E., & Maier, S. F. (1967). Failure to escape traumatic shock. Journal of Experimental Psychology, 74(1),
1–9. https://doi.org/10.1037/h0024514
Selvini M., Boscolo L., Cecchin G. y Prata G. (1988). Paradoja y Contraparadoja. Un nuevo modelo en la terapia de la
familia de transacción esquizofrénica. Paidós.
Simon, V. (2011 ). Aprender a practicar mindfulness. Barcelona. Sello Editorial.
Sluzki C. (1976), «Reconsideración del latin lover. Una viñeta etno-comunicacional con moralejas», en Acta Psiquiá-
trica y Psicológica de América Latina, vol. 22, n.º 2, págs. 107-111
Terr, L.C. (1991). Childhood traumas: An outline and overview. American J. of Psychiatry. (148), 1: 10-20.
Thomas, A.K. (2019). Avoiding memory inaccuracies by exercising control. The impact of metamemorial processes.
Psychological Science Agenda Vol. 33, nº5.
Ubuntu Andalucía (10 de octubre de 2021). Asociación Andaluza de Supervivientes por Suicidio de un Ser Querido.
Recuperado el 10 de octubre de 2021. http://ubuntu-andalucia.es
Consejo General de la Psicología de España

UNICEF (octubre, 2021). En mi mente. Promover, proteger y cuidar la saluda mental de la infancia. Resumen ejecuti-
vo. https://www.unicef.org/chile/media/6071/file/SOWC%202021%20.pdf
Walsh F. (2003). Family Resilience: A Framework for Clinical Practice: Family Process 42 (1), 1-18.
Walsh F. (2006). Strengthening family resilience, 2nd. Ed. Guilford.
Walsh F. (2020). Loss and Resilience in the time of COVID-19: Meaning Making, Hope, and Transcendence; Family
Process; Vol. 59 (3), 898-911
Weingarten, K., Galván-Durán, A. R., D´Urso, S., Garcia, D. (2020). The Witness to Witness Program: Helping the
Helpers in the Context of the COVID-19 Pandemic; Family Process; Vol. 59 (3), 883-897
Whitaker, C. (1988). Danzando con la familia. Paidós
Whitaker, C. (1991). De la Psique al sistema. Buenos Aires: Ed. Amorrortu.

FOCAD
22 Formación Continuada a Distancia
Consejo General de la Psicología de España

Ficha 1.
Rastrear el contagio de miedo
Proponemos estos pasos para rastrear el contagio (familiar) del miedo
a) Elaborar un genograma básico de la familia y de las relaciones importantes de la persona.
b) Elaborar una línea de tiempo específica que encuadran los acontecimientos du- rante y posterior a mes de marzo
2020
a. Explicar las reacciones normales a catástrofes y encuadrar la experiencia
b. Preguntar específicamente sobre los contextos y los efectos directos de la pandemia
c) Preguntar sobre la estructura familiar .

FOCAD
Formación Continuada a Distancia
23
Consejo General de la Psicología de España

Ejemplo: Genograma - Familia M.

B. PREGUNTAS ORIENTATIVAS INICIALES


Elaborar la línea de tiempo específico
¿En qué trabaja(n) las cabeza(s) de familia?
¿Cómo afectó el Confinamiento y el estado de alarma a su trabajo?
¿Hubo alguna situación especial en su trabajo o cambió de trabajo?
¿Pudo trabajar desde casa?
¿Hubo alguien que enfermó de COVID en su entorno cercano?
¿Ha perdido algún familiar por la Pandemia? ¿ Cuándo?
¿Cuándo empezaste a creer que el virus podía ser una amenaza?
¿Fuiste de los primeros o de los más tardíos de la familia?
¿Tuviste miedo? ¿Cuándo te entró miedo a ti?
¿Cómo intentaste protegerte y proteger a tu familia?
¿Quién fue la primera persona en querer vacunarse en tu familia?
¿Quién fue la última?
¿Quién fue la primera persona cercana que se infectó y cuándo?
¿Has perdido algún familiar o amigo/a cercano/a en este tiempo? ¿Fue por causa del CO- VID o por otras razones?
¿Hubo funeral?
¿Qué fiestas o celebraciones se perdieron?
¿Qué fase fue la más dura para ti y porqué?
¿Cómo fue para el resto de la familia?
¿Cómo cambió tu forma de protegerte a lo largo de los meses?
¿Qué es lo que más lamentas haber hecho?
¿Qué es lo que mas lamentas no haber hecho en el tiempo de crisis aguda?
¿Con quienes perdiste contacto por la pandemia?

FOCAD
24 Formación Continuada a Distancia
Consejo General de la Psicología de España

C.PREGUNTAS PARA CONOCER LA ESTRUCTURA FAMILIAR


¿Quiénes estáis conviviendo habitualmente en casa?
¿Hay habitaciones compartidas (niños) en vuestra casa?
¿Quién habla mucho con… (quién o quienes)?
¿Quién no suele hablar casi nunca con…?
¿Hay personas en tu familia que no se hablan?
¿Quiénes son los que riñen habitualmente?
¿Tenéis un grupo de WhatsApp como familia?
¿Quién escribe? ¿qué se manda?
¿Quién habla a quien fuera del grupo?
En el tiempo de COVID, ¿esto cambió? ¿Cómo lo hizo?
¿Tenéis alguna mascota? ¿quién se encarga de su cuidado? ¿quién no la cuida casi nunca?
¿Ha cambiado algo en vuestra casa a raíz de la pandemia? (pautas de higiene, de saludos, rutinas, etc.)

¿Qué es lo que más te ha gustado del tiempo de la pandemia en relación con tu familia?
¿Qué es lo que menos?
Si entrara en tu casa a la hora de comer, ¿qué es lo que vería habitualmente? ¿y a la hora de cenar?
¿Cómo cambió en la pandemia?
¿Cuándo alguien no viene, avisa? ¿cómo son las reglas en tu familia?
¿Hay cosas que se comparten?
¿Hay puertas cerradas en tu casa?
¿Quién puede coger cosas a quien sin preguntar? ¿ quién lo hace?
¿A quién tengo que preguntar para saber lo que pasa en tu familia?
¿En casa habláis de cómo os encontráis, y de lo que os pasa?
¿A quién de tu casa le puedes contar un secreto?
¿A quién recurres si te encuentras mal?
¿Con quién te vas de fiesta, o celebras cosas?

Ejemplo línea de tiempo ampliado Familia M.

FOCAD
Formación Continuada a Distancia
25
Consejo General de la Psicología de España

Ficha 2.
Rastrear el contagio de la Resiliencia
Rastrear pautas de resiliencia tiene que ver con ser capaz de ver y focalizar lo “bueno delo malo”.

A. ¿Como se planta cara al desánimo en mi familia?

Mira el siguiente dibujo. Su título es: Puede ser muy importante elegir bien qué informa- ción omitir durante cierto
tiempo. ¿Qué información omitisteis en la pandemia para sufrirmenos?

Es importante saber qué información omitir en cada momento.


1. Algunas veces las situaciones realmente malas tienen efectos sorprendentemente positivos. ¿Qué sorpresas agrada-
bles te llevaste del tiempo de la Pandemia, bien sobre ti mismo/a, sobre tu familia en general o miembros específicos
de la familia?
2. ¿Qué cualidades de tu familia han ayudado más a superar el confinamiento?
3. ¿Qué cosas o cualidades buenas de tu familia NO han cambiado, a pesar del CO-VID-19?
4. ¿Hay alguna cualidad de vosotros como hijos que ha ayudado especialmente?
5. ¿Hay algo que habéis hecho especialmente a consciencia como padres para con- seguir sobrevivir de la mejor
manera?
6. ¿Qué cualidades han ayudado en la adaptación a la protección contra el virus?
7. Cuando os queréis animar los unos a los otros en la familia, ¿quién es la persona que mejor lo hace? ¿cómo consi-
gue animar a otros? ¿Tu eres bueno en animar a los demás?
8. A veces “ tocar fondo” es necesario para volver a subir. ¿Cuándo te pasó esto en la pandemia?, ¿cómo te ayudaron
en tu familia? ¿Cómo ayudaste tu a los demás?
¿ Cómo conseguiste no tirar la toalla?
9. ¿Qué es lo que más habéis defendido en este tiempo tan duro para que la crisis noos lo quitara?
10. ¿A qué no habéis renunciado, a pesar de todas las restricciones?

FOCAD
26 Formación Continuada a Distancia
Consejo General de la Psicología de España

11. ¿Porqué crees que en tu familia no lo habéis pasado todavía peor?


12. ¿Qué hacéis ahora para recuperaros y seguir adelante?
13. ¿Cómo se cuida a una persona en tu familia cuando lo pasa mal?
14. ¿Quién tiene el premio “ a la persona mas paciente” en tu familia?
15. ¿A quién le deberíamos dar el premio de “sabe perdonar rápidamente” en tu fa- milia? ¿y quién tiene el premio de
“pide perdón en seguida?
16. ¿A quién le corresponde el premio de “persona con mejor humor”?
17. ¿Quién es la persona que más favores hace a los demás?
18. ¿Quién sabe hacer reír a los demás en tu familia?
19. ¿De dónde sacáis las fuerzas para afrontar toda esta situación tan rara?
20. ¿Qué propósitos o planes se ha mantenido en tu familia a pesar de la crisis?
21. ¿Cuándo buscáis buenos ejemplos, en qué personas os fijáis?
22. ¿De qué personas habéis aprendido, sin haberlo esperado?
23. ¿A quiénes dejaste de escuchar o hacer caso porque no eran de ayuda?

AUTO-TEST PARA COMENTAR EN FAMILIA:


PLANTANDO CARA AL DESANIMO: 5 pasos para salir adelante
Sabemos que muchas veces es muy difícil mantener la calma y seguir con esperanza. Especialmente con una crisis
inesperada y global, todos los recursos parecen pocos.Para hacer el ejercicio, puedes utilizar otra hoja, si quieres.

Paso 1. Todos tenemos un “lenguaje interno”, una manera de hablarnos. En tiempos difíciles, esta manera de auto-
instrucción suele ser negativa.
Mucha gente se dice cosas como: “es lo peor que me puede pasar” o “tanto esfuerzo, total para nada”, “No puedo
hacer nada”… (Puedes utilizar otra hoja). Pon las 5 frases que te has dicho en los peores momentos de la pandemia.
1.............................................................................................................................
2.............................................................................................................................
3............................................................................................................................
4.............................................................................................................................
5.............................................................................................................................

Paso 2 Estamos hechos para llevarnos la contraria hasta en momentos de deses- peración. Mira las 5 frases que
escribiste arriba, y deja que tu mente le lleve la contraria.(por ejemplo: este esfuerzo te sirve porque aprendiste …)
1.............................................................................................................................
2.............................................................................................................................
3.............................................................................................................................
4.............................................................................................................................
5.............................................................................................................................

Paso 3: revisa tus metas y motivos. Todo lo que emprendemos tiene que tener un sentido y estar dentro de un plan
de acción. Elegiste una meta antes de la crisis que sigue vigente. Si tienes problemas en seguir adelante, pregúntate si
tu meta ha cambiado.

Ahora, escribe 5 cosas, actividades o personas que te ayudan a recargar “tus pilas”, que hacen sentirte bien.
Son tus fuentes mas o menos secretas de energía. (De-porte, contacto con la naturaleza, música, gente positiva..)
1.............................................................................................................................
2.............................................................................................................................
3............................................................................................................................
4.............................................................................................................................
5.............................................................................................................................

FOCAD
Formación Continuada a Distancia
27
Consejo General de la Psicología de España

Siempre hay alguien que en el pasado te ha animado e inspirado para superarte y sobreponerte a dificultades, bien
personalmente, (p.e. una abuela, un profesor) o bien como modelo (un cantante, una figura histórica). Elige 5 perso-
nas y escribe las frases queutilizaban para inspirarte positivamente.
1.............................................................................................................................
2.............................................................................................................................
3.............................................................................................................................
4.............................................................................................................................
5.............................................................................................................................

FOCAD
28 Formación Continuada a Distancia
Notas:

También podría gustarte