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Presentación

Nombre. Scarlet del Carmen


Apellido. Sanchez
Asignatura. Parasitología
Maestra. Carmen Jazmina
Tema. Cólera en R.D
Introducción
En el siguiente trabajo estaremos realizando una
investigación sobre el Cólera en República
Dominicana. Sabiendo que el cólera es una
enfermedad bacteriana que, por lo general, se
propaga a través del agua contaminada. El cólera
provoca diarrea intensa y deshidratación. Si no
se trata, el cólera puede ser mortal en cuestión
de horas, incluso en personas previamente
sanas.
Descripción general
El cólera es una enfermedad bacteriana que, por lo general,
se propaga a través del agua contaminada. El cólera
provoca diarrea intensa y deshidratación. Si no se trata, el
cólera puede ser mortal en cuestión de horas, incluso en
personas previamente sanas.

El tratamiento moderno del agua y de las aguas residuales


prácticamente ha eliminado el cólera en los países
industrializados. Pero el cólera todavía existe en África, el
sudeste de Asia y Haití. El riesgo de una epidemia de cólera
es mayor cuando la pobreza, la guerra o los desastres
naturales obligan a las personas a vivir en condiciones de
hacinamiento sin una higiene adecuada.

El cólera se trata fácilmente. La muerte por deshidratación


grave puede prevenirse con una solución de rehidratación
simple y económica.
Síntomas
La mayoría de las personas que quedan
expuestas a la bacteria del cólera (Vibrio
cholerae) no se enferman y no se enteran de que
se han contagiado. Sin embargo, como eliminan
la bacteria del cólera en las heces durante siete a
14 días, igualmente pueden contagiar a otras
personas a través del agua contaminada.

La mayoría de los casos sintomáticos de cólera


provocan diarrea leve o moderada que es difícil
de distinguir de la diarrea provocada por otros
problemas. Otros manifiestan signos y síntomas
más graves del cólera, por lo general a los pocos
días de haberse contagiado.

Los síntomas de la infección por cólera pueden


ser los siguientes:
Diarrea. La diarrea relacionada con el cólera
aparece de repente y puede provocar
rápidamente una pérdida de líquidos peligrosa —
hasta un cuarto de galón (aproximadamente 1
litro) por hora—. La diarrea producida por el
cólera a menudo tiene un aspecto pálido y
lechoso que se asemeja al agua en la que se ha
enjuagado arroz.
Náuseas y vómitos. Los vómitos ocurren
especialmente en las primeras etapas del cólera
y pueden durar horas.
Deshidratación. La deshidratación puede
manifestarse a las pocas horas de la aparición de
los síntomas del cólera y puede ser de leve a
grave. Una pérdida del 10 % o más del peso
corporal indica una deshidratación grave.

Los signos y síntomas de deshidratación por


cólera consisten en irritabilidad, fatiga, ojos
hundidos, sequedad bucal, sed extrema, piel
seca y arrugada que tarda en recuperar su forma
cuando se la pellizca, producción escasa de orina
o ausencia de esta, presión arterial baja y latidos
del corazón irregulares.

La deshidratación puede conducir a una pérdida


rápida de minerales en la sangre que mantienen
el equilibrio de líquidos en el cuerpo. Esto se
denomina desequilibrio de electrolitos.

Desequilibrio de electrolitos
Un desequilibrio de electrolitos puede provocar
signos y síntomas graves, como los siguientes:

Calambres musculares. Se producen por la


pérdida rápida de sales, como el sodio, el cloruro
y el potasio.
Choque. Esta es una de las complicaciones más
graves de la deshidratación. Se produce cuando
un volumen sanguíneo bajo genera una caída de
la presión arterial y una caída en la cantidad de
oxígeno en el cuerpo. Si no se trata, el choque
hipovolémico grave puede provocar la muerte en
cuestión de minutos.
Cólera en República Dominicana

Patrón de infección

Un mes después de la detección del primer caso de cólera


(reportado en la semana epidemiológica3 45, periodo comprendido
del 4 al 10 de noviembre), la mayor parte de las provincias no
presentó casos confirmados de la enfermedad. Sin embargo, de
Noviembre a principios de Diciembre se registraron casos en Elías
Piña (39), San Juan (29), Santiago (30) y Santo Domingo (17), lo que
indica que el patrón de infección siguió una dirección oeste-este,
con excepción de Santiago de los Caballeros. Dentro de Elías Piña se
destacaron por su incidencia los municipios de Bánica y
Comendador, con 24 y 11 casos respectivamente.

Los datos precedentes indican que en territorio dominicano, la


propagación de la enfermedad fue rápida en los espacios donde se
concentra la población pobre, en la frontera, en las regiones
periurbanas, en las comunidades rurales y en los bateyes, así como
en provincias donde residen grandes núcleos poblacionales con
poco acceso al agua potable y a facilidades de disposición de aguas
residuales y basura.

Desarrollo de la epidemia
Durante el año 2011, la epidemia presentó dos etapas: en los
primeros meses, los casos registrados fueron observados en
comunidades rurales de la zona fronteriza, donde las
intervenciones de atención primaria realizadas por las autoridades
de Salud Pública fueron efectivas en mantener estable la incidencia
de casos. Luego, al inicio de la temporada de lluvias
(correspondiente a la semana epidemiológica 18 [1-7 de mayo]), se
observaron incrementos constantes de los casos sospechosos entre
mayo y julio, meses en los cuales resultaron afectadas las regiones
urbano-marginales de las principales ciudades como Santo
Domingo, el Distrito Nacional, San Cristóbal y Santiago.

El mapa No. 2 permite apreciar la evolución de los brotes


registrados en los centros urbanos con grandes concentraciones de
áreas marginadas.

La curva epidémica presentada en el Gráfico No. 2 muestra un


aumento rápido a partir de la semana epidemiológica 20 (15-21 de
mayo de 2011). El punto máximo se registra durante la segunda
semana de junio, con alrededor de 1,900 casos sospechosos. Luego
se verifica una reducción gradual hasta finales de año, salvo un
incremento en la SE49, producto de un brote en la comunidad
Sabana del Puerto, provincia Monseñor Nouel.

La tendencia decreciente de los casos de cólera continuó en el


primer cuatrimestre de 2012, representando una reducción de 22%
comparado con el mismo período del año anterior. Para el resto del
año se registró una disminución constante de los casos, con la
excepción de brotes aislados en algunas comunidades.

La excepción a la tendencia indicada la constituyó el municipio


Tamboril. Durante la segunda semana de abril se produjo un brote
que puso a la provincia Santiago en alerta roja debido al
incremento de la ocurrencia (un promedio de 80% de todos los
casos reportados a escala nacional hasta el mes de julio) y la
letalidad que se fue desarrollando. Es probable que el origen del
brote se encontrara en una avería del sistema de drenaje pluvial
causada por las fuertes lluvias que se registraron en la zona. El
brote continuó hasta finales de junio, cuando comenzó a disminuir,
para reactivarse a principios de agosto; luego se redujo
rápidamente. En total se reportaron unos 2,112 casos
sospechosos.4

Otros brotes de vigilancia especial ocurrieron en Moca (Espaillat) a


partir del 28 de octubre, con 318 casos sospechosos; y Jarabacoa
(La Vega) a principios de diciembre, con 79 casos.

En general, el 2012 experimentó una reducción constante de los


casos registrados, exceptuando varios brotes aislados en tres
comunidades. En comparación con diciembre de 2011, el año
terminó con una reducción de 37% en el número de casos. El mapa
No. 4 muestra que para fin de año, la incidencia había mermado en
la mayor parte de las provincias y se concentraba en Santiago y
Espaillat, producto de la aglomeración de personas, de las cuales,
alrededor del 70% consume agua no tratada y tampoco tiene
acceso a sistema de deposición de aguas residuales.
.

Para inicios de 2013 se observó la reducción de los casos


sospechosos reportados. Una comparación entre los datos
registrados a enero-abril de este año (SE1-18) y el mismo período
del año anterior muestra una disminución de 52% en la ocurrencia
de casos sospechosos.

Según los últimos datos disponibles, los casos de cólera tienden a


concentrarse en las zonas de mayor población como Santiago,
Santo Domingo y San Pedro de Macorís. Esto se debe a la gran
parte de la población que reside en sectores marginados con pobre
o ningún acceso a agua inocua y saneamiento. Existen en adición,
focos en Baoruco, La Romana y La Altagracia; y brotes pequeños y
aislados en el Distrito Nacional, Duarte, Monte Cristi, Puerto Plata,
San Cristóbal, Sánchez Ramírez, Valverde, Monseñor Nouel y San
José de Ocoa.

Los últimos datos disponibles indican que los hombres tienen una
mayor tasa de infección (0.23%) respecto a las mujeres (0.17%).
Estas diferencias apuntan a que los hombres tienen una mayor
exposición al cólera por razones ocupacionales.5

Mortalidad
Todos los años se han notificado defunciones en todos los grupos
de edad y sexo. Las defunciones registradas desde el inicio de la
epidemia totalizan alrededor de 456 personas. Casi el 80% de las
muertes ocurrieron en el transcurso del año 2011.

Un indicador importante a la hora de estudiar una epidemia es la


tasa de letalidad, definida como el número de defunciones entre el
total de infectados multiplicado por 100. Esto indica la proporción
de muertes dentro de un determinado brote. El gráfico No. 4
muestra la letalidad para cada año.
A pesar del menor número de casos registrados en 2013, la tasa de
letalidad para está en 1.9%, mayor que para todos los años
anteriores.

Casos sospechosos de cólera y tasa de letalidad, 2010-2012

El Ministerio de Salud Pública observa que la letalidad se


incrementa a partir de los 45 años y es mayor en hombres que en
mujeres. Cerca del 20% corresponde a ciudadanos haitianos que se
encontraban viviendo en el país.6

Cerca del 50% de las defunciones ha ocurrido en cinco hospitales de


referencia nacional del Gran Santo Domingo.
La evolución semanal de los casos sospechosos y las defunciones
parecen indicar una buena respuesta ante las emergencias, pero
una vigilancia continua deficiente. Cuando los casos reportados
indican epidemia, las defunciones no se disparan; cuando se reduce
la cantidad de casos, entonces aumentan las defunciones.

Tanto la incidencia de ataques como la letalidad presentan


variaciones considerables a nivel provincial, como se puede
observar en el gráfico número 7.

Al totalizar la letalidad por provincia, se observa que las que


presentan mayores tasas, exceptuando a Elías Piña, son las que
menos casos sospechosos tienen registrados. ¿Qué podría explicar
esta situación? Probablemente muchos brotes son detectados a
partir de una notificación de defunción, como se observó en
Independencia, La Romana, San Cristóbal, Peravia, Monte Plata,
Dajabón y Duarte.7

Tasa de letalidad y casos de cólera por provincia

Medidas de control implementadas

A partir de la confirmación de la presencia de cólera en Haití en


2010, las autoridades de Salud Pública establecieron la vigilancia
microbiológica de las enfermedades diarreicas agudas (EDA) en la
población mayor de cinco años de edad atendida en los hospitales
provinciales. Esto se unió a la notificación inmediata de todo caso
de diarrea líquida (caso sospechoso), la cual ya estaba establecida
en las normas nacionales y de conformidad con el Reglamento
Sanitario Internacional vigente.

Debido a que el agua contaminada para bañarse o beber se


identificó como el principal mecanismo para adquirir la infección,
se puso mayor énfasis en el tratamiento del agua de consumo
humano y la intensificación de medidas de saneamiento adaptadas
a necesidades de cada situación. En este contexto, se realizó un
levantamiento de necesidades de servicios sanitarios en Elías Piña,
San Juan y Azua, y se iniciaron proyectos de construcción de
acueductos, alcantarillado y cloración de agua para cubrir las
brechas de estos servicios en estas tres provincias.

La cooperación entre diversos sectores del Estado, como el


Ministerio de Salud, el Centro de Operaciones de Emergencias, el
Ministerio de Medio Ambiente y la Corporación de Acueducto y
Alcantarillado de Santo Domingo, fue clave para establecer
mecanismos de prevención de la amenaza en territorio
dominicano.

Con el apoyo de expertos de la OMS/OPS, CDC, USAID, UNICEF, la


Cruz Roja, la Unión Europea, la Agencia Española de Cooperación
para el Desarrollo (AECID), el Departamento para el Desarrollo
Internacional del Reino Unido (DFID) y otras organizaciones se
realizó una rápida capacitación y supervisión inmediata en el
cumplimiento de los protocolos y guías de atención/respuesta al
cólera en los distintos ámbitos del sistema de salud.

Otra medida determinante fue el abastecimiento de insumos y


medicamentos en las redes de servicios de salud públicas y el
PROMESE, en adición a los kits de tratamiento para pacientes con
cólera de moderada a severa a través de las redes de servicios de
salud.

Además de apoyo logístico, estas instituciones brindaron recursos


financieros esenciales que permitieron reforzar el Sistema Nacional
de Vigilancia Epidemiológica, mejoraron la capacidad nacional de la
Red de Laboratorios de Salud Pública para el diagnóstico del cólera
y diagnósticos diferenciales, así como la vigilancia en agua y
alimentos. Fue posible contar con insumos para clorar las fuentes
de agua, reforzando la capacidad de los inspectores sanitarios para
la rápida intervención de las fuentes de agua de consumo,
respuesta que ha sido determinante para controlar los brotes
comunitarios y reducir la incidencia.

Se implementaron las Unidades de Tratamiento de Cólera, se dotó


de insumos a la Red Nacional de Servicios de Salud y hubo una
importante movilización social y de comunicación para la
prevención de la epidemia: se produjeron masivamente (tanto en
español como creole) volantes, afiches, folletos para estudiantes,
profesores, comunidades y hogares, mensajes de televisión y radio,
con el objeto de educar a la población general en medidas
preventivas.
Conclusión

A tres años del inicio de la epidemia, la situación parece estar bajo


control en territorio dominicano. Los casos reportados han
disminuido de modo sostenido y los brotes se han reducido en
frecuencia y mortalidad.

Por otro lado, a pesar de que la incidencia de infección se ha


reducido y el número de muertes también, la tasa de letalidad ha
aumentado. Es decir, aunque hay menos personas infectadas,
actualmente muere un porcentaje más alto de quienes son
infectados que cuando la epidemia estuvo en su cenit. La situación
sugiere la necesidad de revisar la política de atención primaria.
Los organismos internacionales han reconocido la efectividad de las
medidas adoptadas por el Ministerio de Salud Pública en el manejo
de la enfermedad. Sin embargo, las autoridades reconocen que hay
varias oportunidades de mejora, como evidencia el hecho de las
diferencias de letalidad entre los hospitales de referencia nacional y
algunos hospitales regionales, que demostraron mayor efectividad
en la atención a los casos.

La provincia de Santiago de los Caballeros destaca por su incidencia


de casos en todos los años. Esto podría deberse al rápido
crecimiento que ha experimentado la ciudad y los municipios
aledaños, asociado a numerosos problemas de distribución de agua
potable y servicios sociales. En efecto, el municipio de Tamboril,
uno de los mayores productores agrícolas de la provincia y por
tanto, de especial atractivo para trabajadores migrantes, fue foco
de la epidemia después de experimentar fuertes lluvias que
averiaron el sistema de alcantarillado local.

La eliminación del cólera en la isla tomará tiempo. El


comportamiento de la epidemia ha sido muy diferente en Haití y en
República Dominicana, registrándose casi 20 veces más casos y
defunciones en Haití, debido a las condiciones de vida y acceso al
agua potable y alcantarillado, que definen la magnitud y curso de la
enfermedad. En adición, el ciclo de clima tropical propicia periodos
de alta incidencia de infección durante la temporada de lluvias.
El desafío para el futuro próximo es disminuir la tasa de letalidad a
menos de 1%. Queda por verse el desarrollo de los acontecimientos
para el resto del año, con una temporada de lluvias que recién
inicia, que podría incrementar la transmisión de la bacteria del
cólera y generar nuevos brotes. Se han dado pasos en la dirección
correcta, pero mientras continúe en Haití la epidemia, hace falta
una campaña unificada que explícitamente busque la erradicación
en la isla completa, y esta es una labor que requiere cooperación
internacional.

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