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EL DOLO

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EL DOLO

DEDICADO A NUESTRAS FAMILIAS QUIENES CON FORTALEZA CREEN EN

NOSOTROS Y NOS MOTIVAN A CONTINUAR CON OS OBJETIVOS QUE NOS

HEMOS TRAZADO EN LA VIDA.

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EL DOLO

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EL DOLO

ÍNDICE

CARÁTULA 01

DEDICATORIA 02

TÍTULO 03

ÍNDICE 04

INTRODUCCIÓN 05

CAPÍTULO I: MARCO TEÓRICO 06

1.1. CONCEPTO 06

1.2. ELEMENTOS 06

1.3. ERROR DE TIPO 08

1.4. ELEMENTOS SUBJETIVOS DE LOS INJUSTOS DISTINTOS

DEL DOLO 10

1.5. TEORÍAS 12

CONCLUSIONES 13

RECOMENDACIONES 14

BIBLIOGRAFÍA 15

ANEXO 16

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INTRODUCCIÓN

Se puede entender por culpa la posibilidad de prever o previsibilidad el

resultado no requerido. Esta es otra de las formas de participación

psicológica del sujeto en el hecho, junto al dolo el cual se puede definir

como la conciencia de querer y la conciencia de obrar, traducidas estas en

una conducta externa, es decir, es la voluntad consciente, encaminada u

orientada a la perpetración de un acto que la ley prevé como delito.

La preterintención es el resultado punible que sobrepasa la intención del

autor denominase delito preterintencional. El diccionario jurídico de

Cabanellas, define al delito preterintencional como aquel que resulta más

grave que el propósito del autor, es decir, que el autor del delito obtiene un

resultado que no se esperaba y que sobrepasa a lo que el busco o tenía

como fin a cuando cometió el delito.

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CAPÍTULO I

MARCO TEÓRICO

1.1. CONCEPTO

El dolo es la acción delictiva de manera consciente y voluntaria. Dicho con

otras palabras, alguien actúa dolosamente cuando sabe lo que está

haciendo y conoce las consecuencias derivadas de su acción. El dolo

implica que alguien quiere ocasionar un daño a otra persona y, por lo tanto,

no lo hace de forma inconsciente o involuntaria sino con toda la intención.

El dolo conlleva un delito y para que sea considerado jurídicamente como

tal debe incorporar dos requisitos: uno intelectual y otro volitivo. El requisito

intelectual del dolo implica que el delincuente sabe de antemano que la

acción que va a realizar está penada por la ley. El requisito o elemento

volitivo supone que la persona que comete el delito tiene la voluntad de

hacerlo.

1.2. ELEMENTOS

 Elemento intelectual o cognoscitivo del dolo

Para actuar dolosamente, el sujeto debe saber qué es lo que hace y conocer

los elementos que conforman el hecho típico (p. ej., en el caso del homicidio

doloso debe saber que mata a otra persona; en el hurto, que sustrae cosas

ajenas sin el consentimiento de su dueño, etc.). Ese conocimiento constituye

un requisito previo a la voluntad (no puede querer hacer algo si no se sabe

primero qué se va a hacer).

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Pero no es necesario que el sujeto antes de actuar realice una reflexión sobre

su futura acción, basta con que reconozca que en la situación concurren los

elementos objetivos descritos en el tipo. Por otro lado, no es imprescindible

que el sujeto tenga un conocimiento exacto de cada uno de los elementos

típicos, sino que es suficiente con que posea un conocimiento aproximado de

la significación social o jurídica de los elementos del tipo (valoración paralela

en la esfera del profano). P. ej., en el caso del hurto, no es necesario que el

sujeto conozca exactamente el significado del concepto de “cosa mueble

ajena”; basta con que sea consciente de que está sustrayendo (“quitando”)

un objeto a su dueño.

Si el sujeto realiza el hecho valorando erróneamente alguno de los elementos

típicos, habrá error de tipo, cuyos efectos se analizan más adelante.

 Elemento volitivo del dolo

Para actuar dolosamente no es suficiente con el conocimiento de los elementos

del hecho típico, es preciso querer realizarlo. Es la concurrencia de esa voluntad

lo que fundamenta el mayor desvalor de acción del tipo de injusto doloso frente

al imprudente: quien actúa con dolo se ha decidido en contra del bien jurídico

protegido en el tipo correspondiente.

1.3. CLASES DE DOLO

En función de la mayor o menor intensidad con que se presenten sus elementos

constitutivos, pueden identificarse tres clases diferentes de dolo: dolo directo o

de primer grado, dolo indirecto o de segundo grado y dolo eventual. El intervalo

de pena establecido en el correspondiente tipo de injusto se aplica igualmente a

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las tres formas de dolo, de modo que, en realidad, la distinción tiene relevancia

sobre todo a la hora de marcar la frontera entre el tipo doloso y el imprudente:

donde acaba el dolo eventual, comienza la imprudencia consciente.

+ Dolo directo o de primer grado

Suele identificarse con la intención o propósito. La finalidad del sujeto que actúa

con dolo directo coincide exactamente con la producción del resultado (p. ej., un

terrorista quiere matar a un coronel. Para ello pone una bomba lapa en su

automóvil).

+ Dolo indirecto o de segundo grado

La finalidad del sujeto no es producir el resultado, pero éste se asume como

consecuencia necesaria de lo querido (p. ej., el terrorista no quiere matar al

chófer del coronel, pero sabe que para conseguir su propósito –matar al coronel

con la bomba lapa‐ tiene que producir inevitablemente también la muerte de su

chófer).

+ Dolo eventual

Es la forma más débil de dolo, ya que en estos supuestos tanto el elemento

cognoscitivo como el volitivo aparecen menos intensamente. La finalidad del

sujeto que actúa con dolo eventual no es producir el resultado, pero reconoce la

posibilidad de que éste se produzca y no obstante sigue actuando (p. ej., el

terrorista sabe que la bomba lapa puede estallar en mitad de la calle matando a

peatones –resultado que puede o no producirse y que no desea‐, pero a pesar

de ello coloca la bomba).

1.3. ERROR DE TIPO

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Se señala que existe error de tipo cuando, el sujeto en la comisión del hecho no

conoce una circunstancia que pertenece al tipo legal, por ende no actúa

dolosamente. Con ese “conocimiento”, cuya falta excluye al dolo típico, se hace

referencia al elemento intelectual del dolo. Al respecto ya sabemos que es

suficiente para el conocimiento la representación de que el propio actuar

conducirá posiblemente a la realización de un tipo. El conocimiento sólo falta por

tanto cuando quien actúa no ha incluido en absoluto en su representación un

elemento del tipo. Así pues, quien p. ej. No se da cuenta de que el supuesto

espantapájaros sobre el que dispara es una persona no actúa con dolo.

Por otro lado, el error de tipo no presupone ninguna falsa suposición sino que

basta con la falta de la correcta representación. Quien seduce a una muchacha

que aun no tiene dieciséis años cumplidos actúa por tanto sin el dolo, no sólo

cuando ha supuesto erróneamente una edad situada por encima del límite de

protección, sino ya incluso cuando no ha realizado reflexión de ninguna clase

sobre la edad de la muchacha; pues tampoco en ese caso conoce una

“circunstancia que pertenece al tipo legal” (o sea la circunstancia de que la

muchacha aún no tiene dieciséis años).

El error de tipo no afecta por tanto al conocimiento o al desconocimiento de la

antijuridicidad, sino tan sólo al de las circunstancias del hecho.

La terminología “error de tipo” ha sustituido en la doctrina actual la anteriormente

empleada de “error de hecho”, del mismo modo que la expresión “error de

prohibición” ha desplazado a la anterior de “error de Derecho”. La razón es que

el tipo puede contener tantos elementos de hecho como de Derecho (elementos

normativos jurídicos) y el error sobre todos ellos merece el mismo tratamiento

con independencia de si son de hecho o de Derecho.


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Entonces queda precisado que se admite error de tipo cuando el agente realiza

un comportamiento, desconociendo alguno o todos los elementos del tipo penal.

Estos elementos pueden ser descriptivos o normativos del tipo penal. Así mismo

decimos que existe error de tipo cuando el sujeto actúa con conocimiento

equivocado de algún elemento o todos del tipo objetivo.

1.4. ELEMENTOS SUBJETIVOS DE LOS INJUSTOS DISTINTOS DEL DOLO

El injusto doloso se caracterizaría por una persona que toma la decisión de

realizar un hecho a pesar de conocer (abarcar intelectualmente), todas las

circunstancias fácticas que convertirían ese hecho en un hecho típico142. En el

injusto doloso el autor se decide con conocimiento del alcance de su decisión

por una actuación penalmente relevante. Todo ciudadano que “tiene la

realización del hecho típico ante sus ojos” está en el deber de evitar que se

produzca ese hecho. En los delitos de resultado lesivo, el autor no puede

conocer, desde luego el resultado, ya que cuando éste se produce el

ordenamiento no le puede exigir que planifique nada Sólo el posible conocer el

pasado y el presente mas no el futuro, éste sólo se puede calcular, prever,

predecir. Antes de la realización del tipo, sólo se puede pronosticar que el

resultado se producirá o que se podrá producir. Para imputar una conducta a

título de dolo basta con que una persona tenga la información de que va a realizar

lo suficiente para poder explicar el resultado lesivo. Es necesario que el autor

abarque, intelectualmente el peligro que permite explicar el posterior resultado o

el riesgo idóneo, adecuado o suficiente para producir el resultado. En el

conocimiento del peligro se encuentra implícito el conocimiento del resultado, y,

desde luego la decisión del autor está vinculada con el resultado. Actúa con dolo

el que conociendo el peligro lo omite (y es garante en casos de comisión por

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omisión). No se puede hablar en esta sede de un conocimiento seguro con

respecto a los hechos futuros, empero, se puede hablar de un cálculo con base

en el conocimiento de una serie de datos que se encuentran al alcance del autor.

En suma, para imputar una acción a título de dolo, no hace falta tener un perfecto

conocimiento de la situación, sino que la realización del hecho típico también se

ha de contar con el azar y que se ha hecho o se hará lo necesario para controlarlo

y evitar el resultado lesivo. El autor doloso, es alguien que conoce los elementos

objetivos que pertenecen al tipo, es decir, que conoce las circunstancias

concretas de un suceso real que corresponde con la abstracta descripción del

tipo penal, con lo cual se prescinde del elemento volitivo como configurador del

dolo. Este razonamiento se condice con lo prescrito por el código penal

En la acción se dan elementos exteriores (objetivos) y elementos subjetivos que

como tales transcurren en la conciencia del auto r. Este aspecto subjetivo

constituye lo que llamamos "tipo subjetivo”. El elemento más importante del tipo

subjetivo es el dolo. Ocasionalmente el tipo subjetivo contiene, además del dolo

especiales elementos subjetivos de la autoría (llamados también elementos

subjetivos de lo injusto o de la tipicidad). En algunos casos se encontrarán

también especiales elementos del ánimo.

En el sistema causalista el dolo se concebía como una de las dos formas

posibles de culpabilidad, el dolus malus, en el que se contendrían dos aspectos:

a) el conocimiento y voluntad de realizar los elementos objetivos del tipo

(conocimiento de los hechos) y

b) la conciencia de su significación antijurídica (conocimiento del derecho).

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La principal consecuencia del finalismo, procede también del concepto de acción

final: la diferente finalidad que guía al sujeto que actúa dolosamente (sabe lo que

hace y decide hacerlo) frente al que actúa imprudentemente (no quiere producir

el resultado e incluso puede no saber lo que hace) merece una diferente

valoración de su hecho. De ahí que los componentes de la antijuridicidad sean

también distintos en el tipo doloso y en el tipo imprudente: en ambos casos hay

un mismo desvalor de resultado, pero el dolo conlleva un mayor desvalor de

acción que la imprudencia. Por esa razón se habla de “tipo de injusto del delito

doloso” y “tipo de injusto del delito imprudente”.

La vertiente subjetiva del comportamiento del sujeto (o tipo subjetivo) es mucho

más difícil de probar que la vertiente objetiva, ya que hace referencia a una

disposición interna del sujeto que no podemos observar directamente, sólo

deducirla a partir de indicadores o indicios externos.

1.5. TEORÍAS

1.5.1. PARA DISTINGUIR EL DOLO EVENTUAL DE LA CULPA O

IMPRUDENCIA

En el dolo eventual el autor considera seriamente como posible la realización del

tipo legal y se conforma con ella. El contenido del injusto del dolo eventual es

menor que en el de las otras dos clases de dolo (dolo directo y dolo indirecto o

de consecuencias necesarias), porque aquí el resultado no fue ni propuesto ni

tenido como seguro sino que se abandona al curso de las cosas. Pertenecen al

dolo eventual, de un lado la conciencia de la existencia del peligro concreto de

que se realice el tipo, y del otro, la consideración seria de este peligro por parte

del autor. A la representación de la seriedad del peligro debe añadirse además,

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que el autor se conforme con la realización del tipo y soportar el estado de

incertidumbre existente al momento de la acción.

Asimismo, cuando se habla de culpa a la altura de la tipicidad en nuestra teoría

del hecho punible, se establece una distinción entre categorías como la culpa

consciente o con representación y la culpa inconsciente, entendida esta última

en el sentido que el agente tiene los conocimientos que le permitirían

representarse la posibilidad de producción del resultado, nos los actualiza, no

piensa en ellos, y por ende, no se lo representa, o lo que es lo mismo, no tiene

conciencia de la creación del peligro que siempre es de un resultado.

1.5.2. DE LA PROBABILIDAD

La variante más conocida de la teoría de la representación es probablemente la

esbozada por Mayer, quien encuentra la base para imputar la producción de un

resultado lesivo a título de dolo en la representación, de exclusivo carácter

intelectivo, que tenga el autor respecto al grado de probabilidad de dicha

producción. Este juicio de probabilidad se construye, por tanto, en la mente del

individuo, siendo indiferente si el sujeto llega a dicho juicio basándose en

expectativas razonables, en una represión inconsciente de ciertos datos de la

realidad o en otras razones de carácter psicológico; de este modo, no importa el

que el autor esté o no de acuerdo con el resultado, ni que lo consienta o no.

Pero lo que deba entenderse en la práctica por «probabilidad de producción del

resultado» dista mucho de ser diáfano en esta concepción, y desde luego poco

ayuda a aclarar la cuestión la afirmación de que probable es «más que mera

posibilidad y algo menos que preponderante probabilidad».

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Tal definición, como sostiene Díaz Pita, «presta un flaco servicio a la hora de

establecer si el sujeto estimó probable o no la materialización de la lesión de un

determinado bien jurídico y nos priva de un criterio seguro que nos permita una

imputación correcta de tal resultado».

Por otro lado, ni la teoría de la probabilidad, ni la de la representación, aclaran

suficientemente en qué se fundamenta la distinta gravedad de injusto entre el

delito doloso y el imprudente o, dicho de otro modo, por qué la existencia de un

cierto conocimiento debe implicar ya un mayor desvalor que su ausencia. En

efecto, en una sociedad como la actual, en la que de forma cotidiana los

individuos entran conscientemente en contacto con focos de riesgo para bienes

jurídicos indispensables (desempeñando tareas peligrosas que no sólo son

toleradas sino que a menudo resultan necesarias para la colectividad, aunque

implican un cierto nivel de inseguridad —industria, tráfico vial, etc.—), señalar a

la mera representación de la posibilidad/probabilidad de que, en el desempeño

de esas actividades, se produzca un menoscabo (o una puesta en peligro típica)

de alguno de esos bienes jurídicos, como única causa legitimante de la mayor

penalidad que conlleva en todo caso la actuación dolosa, parece, cuando menos,

un argumento endeble.

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CONCLUSIONES

- El dolo conlleva un delito y para que sea considerado jurídicamente como

tal debe incorporar dos requisitos: uno intelectual y otro volitivo.

- Se señala que existe error de tipo cuando, el sujeto en la comisión del

hecho no conoce una circunstancia que pertenece al tipo legal, por ende

no actúa dolosamente.

- Es la forma más débil de dolo, ya que en estos supuestos tanto el

elemento cognoscitivo como el volitivo aparecen menos intensamente.

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RECOMENDACIONES

- Se propone charlas acerca del dolo, y la importancia que esta tiene para

la sociedad.

- Se recomienda entrevistas a jueces, además de abogados especializados

en el tema.

- Se plantea exámenes exhaustivos acerca del derecho penal, y como es

que puede ser utilizado por el efectivo policial.

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BIBLOIOGRAFÍA

- CÓDIGO PENAL PERUANO

- RAMOS, LEONCIO. NOTAS DE DERECHO PENAL.

- CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ. 1993

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