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Garcia Capilla Diego Jose El Nacimiento de La Bioetica
Garcia Capilla Diego Jose El Nacimiento de La Bioetica
Autonomía en la gestión
de los valores de la vida
yel nacimiento de la bioética
18 Hay un libro de obligada referencia de! que he citado uno de los capítulos: P.
Simón, El consentimiento inftrmado, Madrid, Triacaste!a, 2000. También es intere-
sante e! capítulo: P. Simón, «El consentimiento informado y la participación de! en-
fermo en las re!aciones sanitarias», en A. Couceiro (ed.), Btoéttca para clínicos, Ma-
drid, Triacastela, 1999, págs. 133-144.
19 Recogida por Pablo Simón en e! capítulo: «Historia de! consentimiento in-
formado», ob. cit., pág. 52.
20 D. Gracia, «La tradición jurídica... », ob. cit., pág. 166.
El Código de Núremberg utiliza la expresión voluntary consent,
no inftrmed consent; este término fue usado por primera vez en el año
1957 en el Estado de California en el caso Sato v. Leland Stanftrd¡r.
University Board ofTrustees en 1957. Martin Salgo sufrió una paráli-
sis irreversible como consecuencia de una aortografía para estudiar la
arteriaesclerosis generalizada que padecía; demandó al cirujano que
se la indicó y al radiólogo que la realizó, por negligencia profesional
y por no haberle informado de que este riesgo existía. Según Diego
Gracia, la novedad de este caso está en que «no sólo exige la obliga-
ción de obtener el consentimiento del paciente, sino que además es-
tablece el deber de informar adecuadamente al paciente antes de que
decida. La novedad está, pues, en el derecho del enfermo a la calidad
de la información, y en el deber del médico de revelarla»21. Por otra
parte, la sentencia del caso Salgo fue de «agresión»; sin embargo, em-
pieza a tomar más fuerza la idea de que el consentimiento informado
es una parte constitutiva del acto médico, y por tanto su defecto debe
considerarse como «negligencia».
El desarrollo de la teoría del consentimiento informado en la dé-
cada de los sesenta se caracterizó por lo que Pablo Simón denomina
«estándar de información del médico razonable»22. El caso Natanson
v. Kline (1960) fue el primero de importancia en entrar en la polémi-
ca sobre los estándares de información. La sefiora Natanson deman-
dó al radioterapeuta y al hospital donde ejercía porque, como conse-
cuencia de la realización de una cobaltoterapia postmastectomía,
sufrió quemaduras severas en el tórax. El médico reconoció durante
el proceso que si bien la enferma había dado su consentimiento, no
había sido suficientemente prevenida de los riesgos inherentes a esta
técnica terapéutica. La sentencia insistía mucho en que para que el
consentimiento fuera válido, debería ser informado. El médico debe-
ría informar al paciente de todo aquello que un hipotético médico ra-
zonable consideraría oportuno informar si estuviera en las mismas
circunstancias. El juez del caso se preocupó de sefialar la extensión de
la información, las áreas que debía abarcar, los criterios, la necesidad
de exponerla de forma inteligible al paciente, y la consideración de
que este nuevo deber no es un obstáculo insuperable para los profe-
sionales.
• En la década de los setenta el estándar de información del médi-
co razonable es sustituido por el «estándar de información de la per-