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Problemática
de la Deuda
Pública Argentina
ISBN13 978-987-95863-7-?
ISBN OC 978-987-95863-3-4
ISBN T3 978-987-95863-7-?
Índice
PREFACIO .......................................... 7
CAPÍTULO 16 Proyecto de ley (PL) sobre déficit fiscal cero CD-68/01 . . . . 165
CAPÍTULO 17 Deuda Externa versus Estado de Derecho . . . . . . . . . . . . . 169
CAPÍTULO 18 Canje de Deuda Pública y Ley de Solvencia Fiscal . . . . . . 173
CAPÍTULO 19 Canje de deuda y pre-condiciones del nuevo
endeudamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
CAPÍTULO 20 Borrador de ideas sobre el Mega-canje de Deuda Pública
1.6.2001 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
CAPÍTULO 21 El aumento de los intereses de la Deuda Pública después
del canje de bonos del 1.6.2001 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
CAPÍTULO 22 Canje de Deuda Pública de junio de 2001 . . . . . . . . . . . . 193
CAPÍTULO 23 Crisis de deuda y finanzas públicas argentinas . . . . . . . . . 205
CAPÍTULO 24 Monto y proyecciones de la Deuda Pública Argentina . . . . 213
CAPÍTULO 25 Exposición sobre problemática de la Deuda Pública . . . . . 227
CAPÍTULO 26 Observaciones y comentarios sobre el presupuesto 2001 . . 233
CAPÍTULO 27 La crisis de Deuda del Gobierno de la Alianza . . . . . . . . . 237
CAPÍTULO 28 Deuda externa: la lógica de la usura . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
CAPÍTULO 29 Informe sobre el proyecto de ley de Presupuesto del PEN
para 1999. Deuda pública, intereses y balanza de pagos . . 243
CAPÍTULO 30 Informe sobre el proyecto de ley de Presupuesto
para 1998 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
CAPÍTULO 31 Problemática del plan argentino de convertibilidad . . . . . . 255
CAPÍTULO 32 La Deuda Externa: nuestro Tratado de Versalles . . . . . . . . 263
Prefacio
Éste es el tercero y último de los tres tomos que integran el libro sobre pro-
blemática de la deuda pública argentina.
El Plan de la Obra tiene, en efecto, una composición tripartita: la primera
parte –la deuda bajo la administración kirchner– corresponde al
análisis de los hechos más recientes relativos a la Deuda; la segunda –mega-
canje y crisis de deuda 2001– está centrada en los hechos que determi-
naron la citada crisis y los que la sucedieron hasta la asunción de la
Administración Kirchner; y esta tercera parte abarca toda una serie de escri-
tos anteriores que, en su mayoría, analizan el estado de la Deuda antes y
durante la Crisis de 2001. En todos los casos, en principio, los trabajos que
integran los capítulos tienen fecha decreciente, es decir, están editados
tomando los más recientes y remontando hacia los más antiguos.
Sin embargo, este criterio no es absoluto porque en algunos casos la
fecha del escrito puede no seguir un criterio cronológico inverso sino de
importancia comparativa, como es el trabajo sobre la Usura.
En este tercer volumen se incorporan varios artículos sobre el Megacanje
de Junio de 2001 que son anteriores a los Informes elevados por el autor a
la Auditoría General de la Nación y que no tuvieron cabida en el Tomo ii
por razones de espacio pero que tienen la doble importancia de haber sido
trabajos elaborados en su momento –en forma concomitante con los
hechos– y que fueron, en su mayoría, entregados también al Juez Federal
Dr. Ballestero cuando el autor prestó declaración testimonial en la causa por
dicho Megacanje. En éste, como en los dos tomos anteriores, se incluyen
además como Anexos artículos recientes del autor, que han sido incorpora-
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PARTE I
Trabajos sobre
Deuda Pública
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CAPÍTULO 1
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A esto hay que agregarle el peso de los servicios de intereses que se pagan
y, en particular, los intereses que se capitalizan por anatocismo. El anato-
cismo es la regla de intereses sobre intereses: los intereses que no se pueden
pagar se capitalizan, es decir se transforman en nuevo capital, y ese nuevo
capital devenga nuevos intereses. Y esto explica el mecanismo usurario y
creciente de la deuda.
A este total de deuda –que serían 150 mil millones de dólares– habría
que agregarle más de 11 mil millones que se capitalizarán en los próximos
años. Así que la deuda a fines de los cálculos prácticos argentinos se ha
reducido en realidad en un 16%: pasó de 190 mil millones a 160 mil millo-
nes de dólares. Pero como el gobierno argentino no puede pagar capital sino
que tiene que refinanciar continuamente los vencimientos, esos vencimien-
tos se tienen que refinanciar a tasa de interés más cara, y entonces la pro-
yección de la deuda es también creciente.
No los quiero abrumar con datos pero les doy algunas informaciones
básicas: si Argentina tuviera que pagar el capital que le va venciendo tendría
que abonar aproximadamente 20 mil millones de dólares por año. Este año
será un poco más y el siguiente también, pero está en ese orden. A su vez el
piso de intereses después de esta renegociación, según cálculos estimativos,
no bajaría de 8 mil millones de dólares anuales. Fíjense que tenemos una
relación 2 a 1 entre vencimiento de capital y vencimiento de intereses. La
Argentina en este momento está pagando con mucho esfuerzo la tercera
parte de esos intereses, que son 3.200 millones de dólares por año, por lo
menos según cifras del presupuesto anual de la Nación. La situación crítica
de Argentina es que hoy en día los fondos públicos alcanzan así para pagar
menos de la mitad de los intereses, sólo el 40%. La totalidad del capital se
tiene que refinanciar permanentemente.
Cuando el país le paga Capital en efectivo al fmi, privilegiadamente, en
realidad no bajamos la deuda porque lo que se le paga al fmi después hay que
pedirlo emitiendo nuevos bonos. Los últimos bonos que se han emitido lo
han hecho a una tasa de interés implícita del 15% anual. Quiere decir que
lo que se está generando ahora es una nueva bola de nieve: los intereses de la
deuda son uno de los rubros crecientes del gasto público, pero a su vez no se
pueden pagar ni esos intereses ni el capital, entonces se toma nueva deuda, la
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deuda se paga a tasas más caras, de esta manera sube el stock de deuda y suben
los gastos públicos por intereses de esa deuda. Es lo que yo llamo «el círculo
vicioso perfecto de la usura». Estos números cuando uno los maneja en miles
de millones de dólares parece que no tienen una traducción práctica, pero
para dar una impresión gráfica del peso piensen que un piso de interés de
8 mil millones de dólares al año, significa 22 millones de dólares por día,
quiere decir que por hora el país tiene que pagar casi 1 millón de dólares de
intereses devengados. Ciertamente no se pueden pagar esos intereses, por eso
una parte se capitaliza. Entonces entramos ahí en el tema de la usura.
Mi interés no es abrumarlos con más cifras sino hacer una breve referen-
cia al estado actual de las negociaciones. Esto no es una imputación al
actual gobierno, porque el problema no es de una administración determi-
nada, sino que es una constante que se ha dado en Argentina y en otros paí-
ses bajo distintos gobiernos.
El Doctor Espeche Gil muy acertadamente decía que no existen políti-
cas de Estado en función del interés nacional que sean seguidas por sucesi-
vos gobiernos. Pero yo agrego que desafortunadamente sí existen políticas
de Estado, porque la política de endeudamiento público es seguida a raja-
tabla por todas las administraciones: gobiernos militares, peronistas, alian-
cistas, radicales, etc. Cuando los gobiernos asumen, no importa cuál sea su
forma de acceso al poder, las estructuras de poder económico-financiero
que manejan el sistema de la deuda se encargan de operar sobre esos gobier-
nos de turno, incluso colocando abiertamente, como en la Argentina, sus
propios funcionarios, aquellos que han actuado en administraciones ante-
riores. Así que esto no es un juicio de valor con respecto a los funcionarios
en sí, que pueden ser o no capaces, sino que de lo que se trata es que el
actual gobierno sigue cumpliendo con los lineamientos de un sistema que
por lo menos rige indefectiblemente desde hace 30 años.
El estado de las negociaciones en curso lo sintetizo en unas pocas pala-
bras: el gobierno argentino no ha mostrado todavía cuál sería la capacidad
de repago acerca de la nueva reestructuración de deuda que ha hecho. Existe
algo que se llama «ejercicio de sustentabilidad de la deuda», que es la demos-
tración técnica financiera de cómo el país va a refinanciar deudas que dilató
a 30, 35 y 42 años de plazo, y estamos hablando de deudas que no van a
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ser pagadas por nuestra generación sino por la de nuestros nietos y bisnie-
tos. Pero cuando uno entra en la página web del ministerio de economía se
encuentra con que el ministerio de economía no ha dado a publicidad cuál
es esa capacidad de repago que garantiza el nuevo endeudamiento. Por des-
gracia, tanto esta administración como las que la precedieron, trata de con-
seguir respiro en lo financiero en lo inmediato, generalmente para llegar al
fin del mandato, en este caso el 2007, y dilatar a largo plazo, sus obligacio-
nes de fondo. No hay demostración de la capacidad de repago y en conse-
cuencia uno se hace la pregunta: ¿qué significa reestructurar una deuda
impagable? Este es el interrogante de fondo. ¿Qué significa conseguir una
ventaja relativa sobre una deuda de la cual no podemos pagar ni los intere-
ses? La respuesta es, obviamente, permanecer en el sistema de la deuda.
Para redondear mis ideas hago un solo comentario técnico, pero que es
importante. Se está generando en la Argentina una bola de nieve imparable
por la capitalización de intereses. Se han reconocido intereses a tasa cre-
ciente, en gran parte variables, cuando en el mundo están aumentando las
tasas de interés internacionales. Se hace anatocismo, o sea capitalización de
intereses, de más de la mitad de esos vencimientos de intereses que no se
pueden pagar. Se toma nueva deuda en pesos indexada por inflación, lo cual
en la Argentina hoy en día equivale a emitir deuda al orden del 12, 13 y
15% anual, que es un despropósito desde el punto de vista del pago. Se dan
garantías de pago sobre el crecimiento del país, es decir, que en la medida
que el país crezca va a pagar más a través de las Unidades ligadas al Creci-
miento. El país se compromete a recomprar anticipadamente deuda, cuando
no está en condiciones ni siquiera de pagar intereses, y se toma nueva deuda
más cara. Es todo un circuito que impide pensar en una capacidad de pago
futura mejorada. De hecho Argentina ha pasado nuevamente a la trampa de
los sistemas de tasa de interés variables. Es decir, se aduce que se tienen tasas
fijas moderadas y resulta que son tasas variables ilimitadas. La deuda desde
el punto de vista financiero es un problema insoluble, y la única considera-
ción final que me permito hacer es inherente a la responsabilidad política.
Porque cuando hablo de crisis y alternativas, pienso que el replanteo
tiene que girar en torno a considerar a la deuda como hipótesis de conflicto.
Es verdaderamente la principal hipótesis de conflicto que tenemos. Y los
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Nota
* Conferencia dada en el seminario sobre deuda externa ilegítima organizado por la
Federación Mundial de Iglesias Luteranas. Buenos Aires, 20.09.2005.
Fecha: 20.09.2005
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CAPÍTULO 2
I. Cuadro de situación
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Desde este punto de vista, la oferta de Dubai mejorada para los Acreedores
no sólo no constituye solución al problema de fondo de la Deuda Pública
sino que continúa la Política de Endeudamiento del Estado Argentino.
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así como las nuevas investigaciones que se abran sobre estos asuntos y sus
irregularidades.
2. Determinar y blanquear realmente el grado de Solvencia Fiscal para
poder responder a la Deuda Legítima bajo condiciones compatibles con
el Crecimiento Económico, lo cual implica aceptar sólo Deudas por
Capital –en el caso de los bonos, a su último valor de compra– y repro-
gramar a largo plazo las amortizaciones, sin reconocer pago de intereses
atrasados ni intereses sobre la reestructuración futura.
3. Denunciar la Co-responsabilidad de los Funcionarios y ex funcionarios
intervinientes, de los Acreedores que prestaron en condiciones leoninas,
de los Bancos Colocadores de esas Deudas, de los Organismos Multila-
terales de Crédito que actuaron como contralor del endeudamiento
–empezando por el fmi– y de las Agencias Calificadoras de Riesgo cóm-
plices del enmascaramiento de la Crisis de Deuda de la Argentina.
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Nota
* El valor interno de esta moneda tiene que despegarse del valor externo a través del
Control de Cambios; y la paridad internacional deberá determinarse por el criterio de
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cesta de monedas y/o según el método de Paridad del Poder Adquisitivo de Cassel bajo
régimen de Bilateralismo.
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CAPÍTULO 3
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CAPÍTULO 4
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públicos en las reservas internacionales dieron lugar, entre otras cosas, a que
los grandes bancos internacionales con los cuales se había constituido la
línea de Pases Contingentes para enfrentar una eventual «corrida» incum-
plieran su compromiso de disponer una masa de fondos para contener
dicha salida masiva de depósitos.
Los bancos, ante la integración de rml y Reservas con Bonos del Estado
–frente a la caída de cotización de los títulos oficiales por el estado de cesación
de pagos del Gobierno– solo habrían terminado desembolsando unos 1.800
millones de dólares y en forma tardía, después del default de fin del 2001.
Este capítulo de la historia financiera argentina reciente –y del bcra y
los Bancos en particular– es un asunto que todavía se encuentra pendiente
de esclarecimiento preciso.
El nudo de la cuestión, sin embargo, es que la idea de la culpa de la cri-
sis financiera por motivo de la corrida de depósitos sería probadamente una
falacia y que, por el contrario, los bancos –particularmente un numero bas-
tante concentrado de entidades extranjeras pero también locales– habrían
sido los verdaderos responsables de la gran fuga de divisas, que ha sido esti-
mada entre 16 y 20.000 millones de dólares, durante el año 2001.
Las explicaciones sobre las causas que determinaron esta salida de divi-
sas y la consiguiente caída de las reservas, en efecto, atribuyeron la misma
genéricamente a la corrida bancaria de Noviembre del 2001 pero ello no es
así porque el proceso de transferencias bancarias por medio del cual se
opero esta baja se dio gradualmente, en particular desde Marzo de ese año
hasta fines del mes de Noviembre.
La evolución de Depósitos y Préstamos durante el 2001 muestra así que
los bancos habían iniciado un proceso de recupero de préstamos antes que
se produjera la caída de depósitos.
La Liquidez Primaria del sistema bancario en su conjunto –recupero de
préstamos menos pérdida de depósitos– fue positiva todos los meses del
2001, hasta el «corralito» de principios de Diciembre.
Tomando todo el año cronológico entre Noviembre del 2001 y Noviem-
bre del 2000 –según datos del bcra– los Depósitos totales del sistema ban-
cario bajaron unos 16.500 millones de pesos/dólares (de 86.300 a 69.800)
mientras que el recupero de Préstamos fue, en el mismo período, de 6.600
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8.700 millones: 77.800 pre canje contra 69.100 post canje (ambos, inclu-
yendo letes, Letras de Tesorería que constituyen obligaciones a corto plazo).
En el mismo período, y aunque no se dispone de cifras exactas, nuestro
país debiera abonar, además, no menos de 50.000 millones por intereses
devengados.
De esta manera, el diferimiento obtenido de los 16.000 ó 15.400 millo-
nes citados –que no son condonación o quita sino prórroga en los pagos–
representaba solamente una décima parte (el 11%) del total de vencimien-
tos del quinquenio 2001-2005 (que sumaban 127.800 millones: 77.800 de
Capital y 50.000 de Intereses).
La operación de megacanje fue propuesta originariamente por el presi-
dente del Credit Suisse First Boston (csfb) –David Mulford– al ex Minis-
tro de Economía Domingo Cavallo, y aprobada como contratación directa
por Decreto 648/01 del presidente De la Rúa. Fue llevada a cabo a través de
un grupo de bancos –internacionales y locales– que percibieron un total
de 148 millones de dólares en concepto de comisiones.
Las facultades del Poder Ejecutivo en relación a esta operación de canje
son muy discutibles. El artículo 65 de la Ley 24.156 de Administración
Financiera del Estado permite al Gobierno Nacional realizar canjes de
Deuda Pública «en la medida que ello implique un mejoramiento de los
montos, plazos y/o intereses de las operaciones originales».
La interpretación de este artículo ha sido motivo de controversias en
cuanto al alcance de las facultades del Poder Ejecutivo y la concesión de
funciones irrestrictas para el mismo.
Por un lado, desde el punto de vista semántico y conceptual, se discute si
la redacción –fundamentalmente el «y/o»– exige como requisito el cumpli-
miento de una o más de esas tres condiciones legales: monto, plazo y tasa de
interés. Pero la cuestión es más profunda y toca a la razonabilidad o no en el
cumplimiento de estos requisitos más que a la mera cobertura de exigencias
formales, porque el Poder Ejecutivo no puede considerarse facultado a dis-
poner operaciones de canje fuera de criterios lógicos o de razonabilidad.
Caso contrario, el Gobierno siempre pudiera actuar en forma irrestricta
mejorando mínimamente una de las tres variables –que están relacionadas
entre sí– a costa del empeoramiento de las otras dos.
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El Estado Argentino no tenía capacidad de repago para cumplir con las nue-
vas obligaciones emergentes del gran canje de Títulos Públicos de Junio/2001.
Esta operación motivó una serie de críticas y provocó, en particular, dos
denuncias judiciales –Labaké y Cafiero/Fabbris– pidiendo la investigación de
una serie de irregularidades de fondo y de procedimiento ligadas a la misma.
Ambas causas se encuentran hoy a cargo del Juzgado Federal Nro. 2, que
preside el Dr. JL Ballestero, el mismo magistrado que en Julio/2000 emitió
la sentencia en la Causa Olmos –sobre ilegitimidad de la Deuda Externa–
y que fuera girada al Congreso Nacional.
Lo que esencialmente está en juego aquí con el Megacanje –luego refor-
mulado parcialmente por medio de la Conversión de Deuda del 30.11.01
y finalmente detonante del default de Diciembre del 2001– son dos cosas:
1. Si el Poder Ejecutivo actuó dentro de sus facultades legales en materia de
canje de Deuda y 2. Si la operación fue o no conveniente para los intereses
del Estado Argentino.
Tales cuestiones son obviamente muy importantes, no solamente por los
conceptos que están en juego sino además porque, desde el punto de vista
práctico, si la operación del megacanje no cumple con los requerimientos
lógicos del artículo 65 de la Ley de Administración Financiera del Estado
bajo criterios de razonabilidad, esa operación deviene nula.
Por otra parte, la posición de los funcionarios del Gobierno Nacional
intervinientes en dicha operación resultaría seriamente comprometida por-
que, junto con estas dos cuestiones centrales existiría además un problema
de base: y es que el argumento esgrimido oportunamente por las autorida-
des era que el megacanje evitaba el default mientras que –en los hechos– lo
habría precipitado aún más, puesto que habría sido precisamente el fuerte
desequilibrio adicional producido por el megacanje, en un país ya virtual o
fácticamente en cesación de pagos, el que llevó a la maniobra desesperada
del Déficit Fiscal Cero primero, a la conversión de la mayoría de los bonos
de este megacanje en préstamos garantizados después, el 30.11 (a sólo 6
meses de haberse pactado la operación) y, por último, a la declaración for-
mal del default como producto de la imposibilidad de poder cumplir con
las obligaciones de la Deuda Pública, aún antes de la devaluación de prin-
cipios del corriente año.
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el Citibank (10.000 por 850), el Galicia (casi 18.000 por 3.400) y el hsbc
(3.400 por 3.000).
Esto significa que –siempre según la muestra recogida– la operatoria de
personas físicas estuvo concentrada en muy pocos bancos comerciales, fun-
damentalmente dos: el Galicia y el Citibank, que explican el 67% de las
operaciones realizadas y el 65% de los montos transferidos (medidos sobre
el total de personas).
En el caso de empresas también se da una alta concentración de transfe-
rencias, en 10 grandes bancos, que representan el 70% de las operaciones y
el 86% de los montos transferidos: el Galicia (19% de los importes), el
beal (13%), el hsbc (23%), el abn amro (12%) y otros bancos en pro-
porciones menores (incluyendo también a dos bancos públicos, el Nación
y el bapro, con el 2,4 y el 2,3% del total de montos, respectivamente).
La información se concluye así identificando a pocos bancos en la mayoría
de las transferencias al exterior durante el 2001, de los cuales han sido estudia-
dos particularmente cuatro: el Galicia, el hsbc, el BankBoson y el Citibank.
Es importante destacar que si bien la salida de divisas tuvo una gran
diversificación en el destino de las transferencias totales, la mayoría fueron
a Estados Unidos y secundariamente a Uruguay.
Pero con una diferencia importante: que en el caso de Uruguay la pro-
porción es muy alta en cuanto a cantidad de personas físicas pero no tan
relevante en cuanto a montos transferidos, mientras que la mayor parte de
los importes fueron a los Estados Unidos (el 77% del total: 11.500 millo-
nes de dólares sobre el total relevado de 15.000).
La información disponible agrega que también fue muy concentrada la
cantidad de empresas que efectuaron la mayoría de estas transferencias al
exterior ya que casi 2/3 de los montos transferidos (el 65%) correspondie-
ron a grandes compañías que tuvieron fuerte expansión durante la década
de la Convertibilidad: por un total de 8.000 millones de dólares.
A su vez, una alta proporción de estas transferencias perteneció a empre-
sas privatizadas de servicios públicos.
Dentro de este cuadro de situación, la tesis de Cafiero y Llorens sobre la
probabilidad que gran parte de los capitales salidos del país en el 2001 lo
hayan sido por concepto de pago por la compra de títulos públicos de las
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Fecha: 15.12.2003
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I. Período abarcado
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Esta parte se refiere a las entidades u organismos a los que debiera pedirse
acceso a la información; y que son las siguientes:
a) El banco
b) La auditoría externa
c) La sindicatura
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Este punto, como el anterior es –en realidad– parte del primero (acceso a la
información del Banco), aunque no de carácter técnico sino político, dado
el tipo de decisiones superiores de que se trata.
Comprende fundamentalmente las Actas de Directorio del Banco relati-
vas a las acciones tomadas en materia de Estados Financiero-Contables, las
notas internas que se hayan intercambiado al respecto y las evaluaciones
hechas sobre las opiniones recibidas de la Auditoría y de la Sindicatura.
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h) SEDESA
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situación del mismo a las fechas respectivas y, además, para conocer los tér-
minos o criterios de evaluación en función de los cuales el bcra le otorgaba
dicha ayuda.
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Sin perjuicio de poder incorporar otros organismos a los citados en este lis-
tado, cabe recordar que existen causas judiciales en las cuales el Banco se
encuentra involucrado, como la del Megacanje de Junio de 2001 –a raíz de
sendas denuncias hechas por J. Labaké y M. Cafiero, con el patrocinio de
los letrados Iglesias y Fabris, respectivamente– que se sustancia ante el
Juzgado Federal del Dr. J. Ballestero, y a la cual sería también útil remitirse
para cruzar información agregada en dicho expediente, ya que allí están
incluidas las auditorías practicadas por la Sindicatura General del Estado
(sigen), la Auditoría General de la Nación (agn), la Oficina Anticorrup-
ción y la propia Oficina de Crédito Público (oncp), dentro del Ministerio
de Economía, así como diversas pericias de parte.
Por último, debiera dejarse abierta la posibilidad de requerir informacio-
nes específicas a otras instituciones –públicas o privadas– del extranjero, a
los fines de recabar referencias puntuales sobre operaciones determinadas de
transferencia de divisas cursadas desde y/o por el banco hacia el Exterior y
operaciones recibidas por el mismo desde otras plazas.
Y una mención final al hecho –ya anotado– que el alcance de estas
investigaciones debe extenderse a todas y cada una de las
empresas vinculadas y/o sospechadas de serlo.
Hasta aquí, las recomendaciones o sugerencias de la primera parte, rela-
tivas a las entidades a las cuales pedir acceso a la información.
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En definitiva, que resultaría tan grave la posición de las autoridades del Banco
como la co-responsabilidad de las entidades –privadas y públicas– encargadas
de su contralor. Pudieran agregarse probablemente muchos otros interrogan-
tes de este tipo pero los puntos se acotan a los aquí enunciados por entenderse
más significativos y por razones de tiempo. En todos los casos, la idea subya-
cente es que los accionistas minoritarios tienen derecho a dirigirse a la Justicia
ante la sospecha fundada que el Banco haya sido llevado a un estado de insol-
vencia a través de un manejo doloso o fraudulento en la conducción de la ins-
titución por parte de la mayoría representada en su Directorio.
Nota
* Este Informe –complementario del trabajo sobre transferencia de divisas al
exterior y crisis de deuda del 2001 (que se publica en el capítulo anterior)– fue
elaborado oportunamente para el supuesto de un caso determinado de posibles irregu-
laridades bancarias tipificables como «vaciamiento» pero es aplicable en general –según
opinión del Autor– como propuesta específica de investigación para el caso que las
autoridades públicas, accionistas minoritarios privados y/o depositantes afectados por
la Crisis de Deuda quisieran investigar el tema de referencia desde la óptica de lo ocu-
rrido con las operaciones de cada Banco.
Informe interno de fecha 18.12.03
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a) El banco
Uno de los temas a tener presente –desde el punto de vista jurídico– es que
–según el Código Civil (artículo 723 y conexos)– si mediasen vicios de ori-
gen en las operaciones de relevadas en el Banco (ya se trate de obligaciones
propias contraídas por la institución o irregularidades provenientes de sus
relaciones con empresas vinculadas), siendo una obligación original nula
ello se transmite a toda novación o arreglo de continuación de deuda que
se haya pactado luego en base a la misma, de modo que muchas o algunas
de tales operaciones pudieran quedar incursas en esta causal de nulidad.
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b) La auditoría externa
c) La sindicatura
d) El directorio
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Se aclara que, normalmente, la uif solo actúa a pedido del juez de la causa
sobre la base de operaciones sospechadas y/o cruzadas sobre su propia base
de datos. Incluso se entiende que la uif puede actuar directamente, por
separado, ante denuncias que se reciban al respecto de operaciones sospe-
chosas de lavado de dinero, es decir, en forma extrajudicial. Aunque, en este
último caso, existiría el problema del acceso o conocimiento de los resulta-
dos de la investigación mientras que el requerimiento de un juez siempre
tiene que ser informado para agregarse a la causa.
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Conclusión
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Nota
* Este Informe fue confeccionado como ampliación del anterior, que a su vez era com-
plementario del escrito sobre transferencia de divisas al exterior y crisis de
deuda del 2001; y está enfocado también desde el punto de vista de una posible
investigación acerca del comportamiento seguido por los bancos.
Si bien el trabajo ha sido desarrollado para el supuesto de un Banco determinado, las
observaciones ampliatorias aquí contenidas son extensibles a toda Entidad Financiera.
El Autor expone este Informe como continuación o desarrollo de los dos capítulos
anteriores.
Fecha: 20.12.2003
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CAPÍTULO 5
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La conjunción de todos estos elementos, que venían jugando cada vez más
negativamente desde la segunda mitad de los años 90 desemboca en la suspen-
sión de pagos de Diciembre de 2001, durante la brevísima presidencia de
Rodríguez Saá, y la salida de la Convertibilidad bajo el posterior gobierno
Duhalde. Expresado en términos de Deuda Pública ambos períodos –el de la
Convertibilidad y el actual o de post-convertibilidad– han significado
aumento de la Deuda: durante el decenio de 1990 la Deuda habría crecido a
razón de unos 10.000 millones de dólares (md) promedio por año (66.000
millones en forma directa, por duplicación del monto –que pasó de 62.000 a
128.000 md– y entre 31 y 35.000 millones, en forma indirecta, por ingresos
de privatizaciones, que tuvieron un comportamiento equivalente desde el
punto de vista que fueron ingresos extraordinarios que se utilizaron para sufra-
gar parte del déficit fiscal del Estado en lugar de tomar más Deuda Pública.
El resultado conjunto de ambos conceptos –casi 100.000 md– fue que
nuestro país se descapitalizó así paralelamente al aumento de su endeuda-
miento. Como alguna vez lo expresara acertadamente el Dr. Marcelo Las-
cano: la Argentina aumentó la Deuda y se quedó sin Patrimonio.
El perfil de vencimientos
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El tema de las cifras en valor absoluto es muy importante pero sobre estos
aspectos metodológicos no nos vamos a extender más aquí sino que solamente
lo dejamos parcialmente anotado. Volviendo entonces a los datos oficiales de
la Secretaría de Finanzas, reencontramos la cuestión de las Tasas de Interés.
El Organismo declaraba al 31.12.02 una tasa promedio del 6,05%, la que
a su vez ya era –en principio– comparativamente muy baja; pero nos atene-
mos a estas cifras «bajistas» del Ministerio de Economía pese a las fundadas
reservas que nos merecen y seguimos así con los cálculos a la tasa del 5,5%.
Si este porcentaje de interés se aplica a toda la Deuda actual del Estado
Central –de 180.000 md (sin incluir Provincias/Municipios ni Deuda Deven-
gada)– ello significa que nuestro país debiera pagar, en promedio, aproxima-
damente 10.000 md al año. Dicha cifra, convertida a pesos al tipo de cam-
bio presupuestario de 2,90, da casi 30.000 m$: el equivalente a la mitad del
Presupuesto Nacional, que es de 60.000 millones.
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Para cerrar este punto del trabajo faltaría hacer referencia, aunque muy
brevemente, al tema de la Vida Promedio, que es uno de los indicadores
relevantes dentro de la Crisis de la Deuda Argentina.
Este asunto es particularmente importante porque guarda relación directa
también con las inconsistencias en los vencimientos de Capital.
Según la Secretaría de Finanzas la vida promedio de la Deuda Pública
Nacional al 30.6.03 –que es el último dato disponible– era de 6.74 años.
Este coeficiente excluye mora de Capital e Intereses, razón por la cual el
índice real ya era obviamente menor a esa fecha, sin contar que la mitad de
la Deuda se encontraba en default, por no pago de los servicios.
Dentro de este índice promedio de vida de la Deuda existe una dispari-
dad grande entre los promedios según tipo de acreedor: así, por ejemplo, la
vida media de los Títulos Públicos es de 6.44 años mientras que la de los
Organismos Internacionales es de 3,24 años.
Si uno dividiera –muy groseramente– el stock de Deuda Pública por la
Vida Media tendría que a la Argentina le debieran estar venciendo unos
23.000 md por año, solamente en concepto de Capital (153.000/6,7); rela-
ción que se agrava si se considera la existencia de Deuda que ya está vencida
(los 18.500 millones de Atrasos: 11.500 de Capital y 7.000 de Intereses).
Si se pudiese realizar una verificación entre este promedio general y los
vencimientos anuales de los próximos años; y si a ello se añadiese una consi-
deración realista del no agotamiento o baja gradual de stock como falsa hipó-
tesis de trabajo, tendríamos casi seguramente la confirmación que el «piso» de
vencimientos anuales de Capital no bajaría de los 20.000 md anuales.
Pero la gravedad de la situación financiera actual argentina, con más de la
mitad de su Deuda en default, hace irrelevante hoy este tipo de cálculos, fun-
damentalmente porque en lugar de índices o ratios ya se debiera contar con
tales informaciones, en valor absoluto, por parte del Ministerio de Economía.
El problema no es entonces tanto la falta de datos sino la claridad de su
exposición y la paralela no disposición de explicaciones oficiales que pres-
ten el debido servicio a la ciudadanía para la comprensión y trabajo con
estas cifras e indicadores.
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Notas
1 La cifra exacta difundida por el Ministerio de Economía a los medios periodísticos era
de 178.800 md, de los cuales 94.300 (el 53% del total) se encontraban en default a esa
fecha –87.000 millones por Bonos, 5.200 a Organismos Oficiales y el resto correspon-
día a otros acreedores– y los 84.500 millones restantes (el 47%) es Deuda que se esta-
ría cumpliendo: 30.800 con los Organismos Multilaterales de Crédito (fmi, Banco
Mundial y bid), 22.600 por boden (emitidos a posteriori de la Convertibilidad),
15.600 por Préstamos Garantizados (pg) de la Nación, 10.200 de pg de Provincias y
el resto por deudas varias.
2 Pudiera suponerse –como explicación– que las renovaciones de Deuda para el Ejercicio
2004 no son completas sino que expresarían sólo la novación parcial de tales venci-
mientos de Capital, o bien que corresponden a otras partidas pero eso, en principio,
no está dicho en ninguna parte.
Informe interno del 31.10.2003
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CAPÍTULO 6
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según la cual nunca puede dejar de ser deudor. Y cuando ésta trampa se
arma, no hay forma de revertirla dentro del propio sistema.
No hay solución al problema de la deuda dentro del sistema de la deuda,
porque el sistema está armado para eso. La deuda deviene así una forma de
dominio sobre Pueblos y Estados, que lo paga indefinidamente el ciuda-
dano común –conozca o no el problema– a través de sucesivos ajustes y
exacciones que se van dando a través de la política económica. Es una
subordinación de la política económica a las finanzas públicas, cuyo obje-
tivo queda reducido a la prioridad del pago de los servicios de la deuda.
Vamos a ver, ahora, un breve cuadro de la situación para que tengamos
idea de las magnitudes del tema que estamos hablando. Me baso en cifras
oficiales pero hoy en día el monto de la deuda pública argentina es verda-
deramente un interrogante. Las últimas cifras oficiales que hay son a sep-
tiembre del año pasado cuando se daba una deuda de 130.000 millones de
dólares. Dólares o pesos reexpresados en dólares.
La última información que yo rescato es la del Fondo Monetario Inter-
nacional (fmi), en su Carta Intención del mes de enero, cuando se corro-
bora que existiría una deuda actual de 130.000 millones de dólares y se
prevé que, por pesificación asimétrica y otros conceptos, el monto aumen-
taría 30.000 millones de dólares más hasta el 30 de junio de éste año, fecha
en que terminan las metas fijadas con el fmi. Esto es que, si tomamos la
palabra oficial, la Argentina estaría debiendo un monto cercano a los
160.000 millones de dólares de deuda pública.
Ahora bien, a eso hay que agregar que las provincias en su conjunto tie-
nen una deuda consolidada de otros 30.000 millones de dólares, parte de la
cual se está traspasando al Estado Nacional en lo que yo llamo un proceso
de federalización de deudas provinciales.
Cerca de 10.000 millones de dólares de esas deudas ya han sido traspa-
sados en cabeza del Estado Nacional y el Estado las compensaría reteniendo
luego una cuota parte de la coparticipación que tiene que girarle a las pro-
vincias; con la diferencia que la titularidad está ahora en el Estado Nacional
y no en los gobiernos provinciales.
A eso hay que agregarle –aunque es un tema en que no me voy a detener–
la deuda devengada todavía no instrumentada. Esto es un problema que en
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–creo que son 600 millones de dólares–, que por definición son préstamos
que no tienen capacidad de repago. Porque un préstamo para subsidiar la
pobreza y el desempleo no genera retornos de capital como para ser pagado.
Es decir, no cumple el requisito elemental de solvencia.
Si se trata de paliar la pobreza, estos préstamos debieran ser otorgados por
otros organismos de ayuda, como el Banco Interamericano de Desarrollo y
el propio Banco Mundial –a través de la Agencia Internacional de Fomento,
que da préstamos a la pobreza o a los países pobres–. Pero resulta que el
Banco Mundial abre una línea de crédito en dólares y de los 600 millones de
dólares da una cuota parte –200 o 300 millones de dólares–; pero esa deuda
en dólares va a ser utilizada para pagar en nuestro país subsidios de desem-
pleo a razón de $150, sin contribuir con ninguna capacidad de repago.
La deuda en Argentina ha tomado el carácter de un vicio. Así como
alguien no puede dejar la bebida, el tabaco o la droga; toda ocasión es buena
para endeudarse. Se inunda la provincia y la ciudad de Santa Fe y el gober-
nador Reutemman corre a pedir un préstamo al bid, para ver de qué
manera puede paliar los efectos de las inundaciones con préstamos externos.
Simultáneamente, ocurre un paro de docentes en Entre Ríos y el gober-
nador pide y obtiene del Estado Nacional una partida de fondos del bid
para compensar el pago del Incentivo Docente que no puede abonar.
Estamos vulnerando el principio central de las finanzas públicas y de la
misma Ley de Administración Financiera, que nos dice que no pueden uti-
lizarse fondos de crédito público para el pago de gastos operativos. Sobre
esto podría abundar muchísimo, pero no quería apartarme del tema central,
más que nada por razones de tiempo.
El Estado tiene tres fuentes de financiamiento: i) la emisión controlada
de moneda; ii) la recaudación impositiva; y, iii) la toma de crédito público.
Esas son las tres fuentes clásicas de financiamiento del Estado que todos
hemos estudiado en las Universidades e incluso en la escuela secundaria.
Pero en nuestro país, se produce un fenómeno muy especial cuando se
dicta y se aplica la Ley de Convertibilidad. El Plan de Convertibilidad pro-
híbe la emisión de dinero. Por lo menos, lo prohíbe en la medida que no
aumente el respaldo cuando se fija una relación como patrón dólar. Es decir,
se fija una paridad cambiaria 1 a 1 entre el dólar y el peso y se establece un
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tope de emisión según la cantidad de dólares de las reservas, que son res-
paldo de esa convertibilidad.
Simultáneamente, la Argentina entra en una política de endeudamiento
sistemático. Durante toda la década del 90 la deuda creció a un promedio
de 10.000 millones de dólares por año. La administración Menem recibe
una deuda de 62.000 millones de dólares y deja una deuda de 122.000
millones de dólares. Exactamente una duplicación de los montos de deuda.
Por otra parte, a esa cifra habría que agregarle entre 31 y 33 millones de
dólares que ingresaron por las privatizaciones y que evitaron tomar nueva
deuda. Pero estos ingresos por privatizaciones no fueron a ningún destino
productivo, sino para compensar desequilibrios fiscales ocasionados por el
gasto excesivo.
En resumen, la deuda efectivamente tuvo un promedio de aumento de
unos 10.000 millones de dólares por año y los intereses, proporcionalmente
–para decirlo genéricamente–, aumentaron a razón de 1.000 millones de
dólares promedio por año. En los años 1992 y 1993 se pagaban unos 3.000
millones de dólares anuales de intereses y en el 2001, que fue el último año
de la Convertibilidad, se pagaron más de 11.000 millones de dólares. El cre-
cimiento exponencial de los intereses se había visto agravado por la crisis.
Reseñar todos estos hechos es imposible, pero hay dos hechos funda-
mentales que hay que destacar en relación al efecto de la deuda sobre las
finanzas públicas y el momento que vivimos. La Argentina pagó un costo
de endeudamiento por la Convertibilidad, pagó un costo de endeuda-
miento por la crisis motivada por la deuda y está pagando un costo por la
salida de la Convertibilidad.
Esos tres casos, esos tres momentos, significaron y significan aumento de
deuda. Estamos sobre sucesivos escalones de endeudamiento público –es el
tema citado de la política de deuda como política de Estado–: la asunción de
deuda que sigue alimentando las finanzas públicas sin capacidad de repago.
Uno toma el Presupuesto del año 2003 –que fue aprobado por el Con-
greso de la Nación– y encuentra que, en el mensaje del Poder Ejecutivo, se
lee taxativamente que: «... el objetivo central de la política financiera para
el Ejercicio 2003 es reestablecer el crédito público». Y después, para que no
queden dudas sobre lo que significa eso, concluye el mensaje diciendo que
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Este tema me ha tocado verlo no sólo desde afuera, sino desde adentro de
los organismos de control como la Auditoría General de la Nación, donde
uno pregunta dónde está el fundamento de la capacidad de repago, quién
hizo el estudio de la capacidad de pago de los préstamos que se toman en
los Organismos Multilaterales de Crédito y resulta que es muy difícil, si no
imposible, hallarlos. Si están, ello está en un orden de responsabilidad polí-
tica, no ligado a la evaluación técnica de los proyectos.
Las perspectivas que se presentan en lo inmediato son que nuestro país,
de una manera u otra, va hacia un nuevo escalón de endeudamiento. Esto
estaría dictado para que se produzca en cualquiera de las instancias políti-
cas. La experiencia de Lula Da Silva en Brasil ya preanuncia ese tema. Días
pasados su gobierno ha colocado una tanda de nuevos bonos por 1.000
millones de dólares, con una tanda experimental que se hizo y se colocó a
una tasa de interés del 10% anual. El redescuento de la Reserva Federal está
en 1,25%. Es decir, que el diferencial de tasa de interés que siguen pagando
los países deudores continúa siendo abismal.
Y todo esto aplicado a tasas de interés que, no solamente son usurarias
por concepto sino en relación comparativa, con las cuales va a ver que verse
en el tema de renegociación.
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Nota
* Conferencia sobre «Distintos Aspectos de la Deuda Externa Pública», dada por el autor de
este libro el 14 de mayo de 2003 en el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal.
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CAPÍTULO 7
Así como el año 1982 –con la primera cesación de pagos de México– fue el
inicio de una crisis generalizada en la moderna Deuda Externa de Iberoa-
mérica y el año 1994 –con el segundo default o incumplimiento, también
mejicano– fue el comienzo de una siguiente gran crisis en cadena por la
Deuda, así igualmente hoy, con la suspensión de pagos parcial de la Argen-
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En el primer caso –al cual nos hemos referido en el trabajo antes citado para
la Argentina– el objetivo buscado sería generalizar el uso de tipos de cam-
bio dolarizados de base flotante, sin intervención del Banco Central, de
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La Política del gobierno Bush desde los atentados del 11.9.2001 hasta la fecha
preanuncia un aspecto central dentro de la tercera ola de endeudamiento
externo que se avecinaría –por lo menos para la Argentina e Iberoamérica en
su conjunto– que esta dada por la evolución de las Tasas de Interés.
El aumento extraordinario de los Gastos de Defensa norteamericanos
esta produciendo la reaparición del problema de alto Déficit Fiscal, que la
administración Clinton había logrado eliminar.
Se estima que para el Ejercicio 2002 este déficit –después de cuatro años
consecutivos de saldos positivos– pasara a ser negativo en más de 160.000
millones de dólares.
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Fecha: 12.01.2003
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CAPÍTULO 8
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La salida de la Convertibilidad
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La clave de los resultados obtenidos hasta el presente por esta vía ha sido
la contención del impacto inflacionario de la macro-devaluación del peso,
de modo que tal devaluación sólo se tradujera en una proporción mucho
menor al aumento de los precios internos.
En los números, según los datos acumulados a Noviembre del 2002, la
devaluación del peso fue del 260% mientras que su traslado a los precios
internos fue de «sólo» un 40% medido contra precios al consumidor –72%
si se mide contra la canasta básica de alimentos de una familia tipo– y de
124% de aumento de precios mayoristas.
Una de las medidas de experimentación más interesantes habría sido la
sobre-devaluación del peso, de modo que las expectativas sobre un más alto
valor del dólar futuro generaron previsiones hiper-inflacionarias que luego
no se cumplieron.
Queda, desde ya, abierto el interrogante de si esta devaluación excesiva
fue producto de las circunstancias especulativas de los momentos de incer-
tidumbre que se vivieron desde fines del año pasado –el 2001– o si, en cam-
bio, dicha devaluación formaba parte de un plan originario en el cual se
contemplase una dólar muy alto para favorecer la mejora de la Balanza
Comercial en medio de una fuerte política deflacionaria interna.
De hecho, el aumento neto de las exportaciones –ventas externas brutas
menos retenciones– beneficio ampliamente a los sectores exportadores tradi-
cionales, si bien no aumento por ahora los montos totales anuales; pero la rece-
sión interna si actuó como fuerte factor de retracción de las importaciones (que
cayeron a menos de la mitad del 2001) dejando un amplio margen positivo.
Paralelamente a este excedente comercial, la suspensión de los grandes
pagos de servicios de la Deuda Externa –aunque parcial y transitoria– ha
producido un superávit inusualmente elevado de la Cuenta Corriente de la
Balanza de Pagos, lo que mejora nuestra posición de divisas.
Considerado desde este punto de vista –estrictamente funcional o téc-
nico– la política de salida de la convertibilidad ha sido exitosa.
Esto implica reconocer algunos hechos relevantes: 1. Que consiguió
salirse de un modelo de convertibilidad con paridad peso-dólar 1:1 con
bajo traslado inflacionario relativo de la devaluación monetaria, 2. Que el
impacto de esta inflación interna ha sido comparativamente más grave (casi
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El freno de la inflación
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mismos– para decirles cuanto es el máximo cierto de intereses que el país podrá
pagar anualmente en el futuro para seguir refinanciando su Deuda Pública.
Para ello, esto es, para poder llegar a una cifra de pago de intereses que
permita continuar con la Política de Estado de Endeudamiento Público, el
gobierno argentino debe demostrar que –pasando de un tipo de cambio fijo
y peso sobrevaluado a un tipo de cambio flotante– puede comprometerse
fehacientemente a abonar un determinado importe de servicios de intereses
y a tomar nueva Deuda.
Mientras los números –salidos de «madre» con la macro-devaluación de
Enero– no cierren en una ecuación de pago confiable, el fmi no establecerá
ningún acuerdo con la Argentina, que fijara a su vez las condiciones de base
para llegar a un nuevo convenio con los Acreedores Privados.
Dicho en otros términos: que, recién cuando se sepa los servicios de inte-
reses que nuestro país pueda pagar, se armaría un «salvataje» –una suerte de
Blindaje ii– para poder llegar después a un nuevo Plan Brady; y con ello
abrir otro ciclo de endeudamiento externo.
La discusión sobre el tiempo probable de duración del nuevo Acuerdo con
el fmi –un año (hasta fines del 2003) o solamente 7 meses (hasta Agosto)– es
secundaria dentro de este esquema, y solo tendría por finalidad real acortar el
período de vigencia del convenio para restarle capacidad de negociación al
futuro gobierno electo.
Es por este motivo que cabe sospechar, con fundamento, que las supues-
tas «peleas internas» del Gobierno –más allá que tengan o no sustrato real–
formarían parte de una escenificación destinada, en la práctica, a enmasca-
rar la demora en el Acuerdo con el fmi (Gobierno contra el Congreso por
la aprobación de leyes, Gobierno contra la Corte por los juicios contra el
corralón bancario, Congreso contra la Corte por los Juicios Políticos,
Lavagna-Pignanelli por las diferencias entre Economía y el Banco Central,
Menem-Duhalde por las elecciones internas del pj, etc.).
Todas estas controversias domesticas –además de los distractivos típicos
de la Opinión Pública en los momentos de Crisis de la Deuda– formarían
parte de un gran enmascaramiento de la cuestión de fondo, que es simple-
mente la cuestión de cómo se sale de la Convertibilidad para seguir dentro
del Sistema de la Deuda.
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Y hasta tanto este problema no quede bien definido ante nuestros acre-
edores, el estado de crisis seguirá y el país permanecerá detenido en su cre-
cimiento, o bien tendrá un muy leve ritmo de recuperación, a la espera que
la afluencia de una nueva ola de inversiones extranjeras –productivas y espe-
culativas– inyecte reactivación a la economía argentina.
Pero como los tiempos de las Finanzas son más rápidos que los de la
Economía, nosotros estamos transitando hoy los momentos clave de las
operaciones de estabilización monetaria y cambiaria que condicionaran ese
despegue futuro del Comercio y de la Producción que esperan ansiosa-
mente las autoridades. Porque la Argentina esta «parada» –y no en todos los
sectores– desde el punto de vista económico y social, pero no desde el punto
de vista financiero, donde la actividad y las decisiones tomadas en un año
son, con mucho, las más importantes de la Historia Nacional.
Lo que pasa es que se omite decir que los grandes actores en juego den-
tro de estas «negociaciones» son tres y no dos: por un lado esta, obviamente,
el gobierno argentino; y por otro –simbolizando a todos los Organismos
Multilaterales de Crédito– el fmi. Pero hay un tercer actor en la definición
de la crisis de la Deuda que –escándalo del corralón financiero mediante–
ha pasado a un segundo plano de atención en este campo, y que es la Banca,
que controla la mayor parte de la Deuda Pública, que ha determinado gran
parte de la Deuda Nacional, Provincial y Municipal del país; y que esta
desempeñando el rol mas relevante en este juego.
Los Grandes Bancos, que son responsables de haber vaciado las reservas
internacionales de la Argentina transfiriendo al exterior mas de 20.000 millo-
nes de dólares durante el año 2001, que han recibido del Banco Central el
subsidio de redescuentos por mas de 24.000 millones de pesos –de los cua-
les deben todavía mas de 17.000– y que han retenido durante el inusual perí-
odo de un año los depósitos de los ahorristas argentinos pagando tasas de
interés compensatorias bajísimas en relación a los altos costos financieros
vigentes; estos mismos bancos son los que han dispuesto de un largo año para
negociar la absorción por el Estado de las diferencias de cambio por devalua-
ción y por pesificación asimétrica, y que han visto facilitada así la recompo-
sición de su liquidez a costa de la retención de fondos a los depositantes.
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El tiempo que pasa no es neutro: las Empresas han licuado sus Pasivos y
los Bancos han recompuesto su liquidez mientras la gran mayoría de los
ciudadanos han visto retenidos y depreciados sus ahorros, y el país ha
seguido incrementando su Deuda Pública.
Y este marco interno se corresponde directamente con el cuadro finan-
ciero internacional que se presenta para la Argentina, donde los grandes
bancos de inversión que controlan la deuda en títulos públicos están avan-
zando a pasos muy firmes en materia de re-endeudamiento.
Dos de los capítulos fundamentales dentro de este cuadro de situación
son la ratificación del Megacanje de Deuda Pública de Junio del 2001,
cuyas irregularidades e inconveniencia para los intereses nacionales están
siendo investigadas por la Justicia, y la Conversión de Deuda del 30.11.01
por préstamos garantizados con la recaudación tributaria (para bonos
nacionales y provinciales), que es continuación de la anterior y cuya fase ii
esta en proceso de desarrollo.
Además, el Ministerio de Economía –por Decreto 2255/02 y normas
conexas– esta seleccionando aceleradamente la contratación de un Asesor
Financiero para la reestructuración de la Deuda con Acreedores Privados,
proceso en curso que será completado en las próximas semanas, de modo
que el nuevo gobierno electo heredaría así este contrato clave dentro de la
estrategia de refinanciación de la Deuda Pública.
Los pasos y las decisiones relevantes en materia de Deuda se precipitaran
así antes de las elecciones presidenciales, y las resoluciones ministeriales
consiguientes avanzan diariamente en esta materia.
Dentro de este contexto debe inscribirse también la reciente designación
de Alfonso Prat-Gay como presidente del bcra, lo que formaría parte del
nuevo re-posicionamiento de la Banca en dicha institución para el control
de los puntos neurálgicos vinculados a las negociaciones de la Deuda por
parte del Gobierno Nacional y a las conversaciones con los Organismos
Multilaterales de Crédito, que aparecen –en la práctica y en lo inmediato–
como competidores de los Bancos y tenedores de bonos públicos.
El tema, de por sí harto complejo, excede el alcance de estos comenta-
rios, pero debe tenerse muy presente dentro del cuadro de negociaciones
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que nuestro país esta hoy encarando; y que será una herencia no removible
de inmediato para el futuro gobierno.
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Fecha: 28.12.2002
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CAPÍTULO 9
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Desde fines del año pasado, las autoridades argentinas están manteniendo
negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (fmi) y otros Organis-
mos Multilaterales de Crédito (omc) –fundamentalmente Banco Mundial
(bm) y Banco Interamericano de Desarrollo (bid)– sin que la Opinión Pública
pueda entender bien qué es lo que el Fondo Monetario pide y por qué lo pide.
Durante un año, estas negociaciones se han estirado invocando sucesivas
y cambiantes exigencias del Fondo contra distintas argumentaciones argenti-
nas sin que el Ministerio de Economía haya suministrado todavía documen-
tación a la prensa ni al Congreso de la Nación sobre el contenido concreto de
tales puntos de negociación, cuya lista es conocida y larga de enumerar aquí.
Lo cierto es que surge una duda central, y es si realmente las partes
están enfrascadas en una «dura negociación» o si –independientemente de
la gravedad y la complejidad de la situación existente– existe una conve-
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Fecha: 07.12.2002
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CAPÍTULO 10
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Nota
* Salvo información en contrario, todas las cifras consignadas en este trabajo se expresan
en Millones (m) de Pesos y con redondeo.
Fecha: 06.12.2002
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CAPÍTULO 11
La crisis de la deuda y
las negociaciones con el FMI
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Fecha: 29.11.2002
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CAPÍTULO 12
Diagnóstico de situación
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Estos tres puntos están relacionados entre sí, y por eso hay que definir –de
una vez por todas– si se mantiene la convivencia antinatural con este esquema
de Usura o se adopta una política de confrontación para liberarnos del Sis-
tema de la Deuda.
La clave del problema está en romper con la Política de Endeudamiento
Público –que rige en el país como «Política de Estado»– replanteando los
términos de negociación de la Deuda Legítima y emitiendo paralelamente
moneda propia en forma controlada.
La trampa de fondo que se está «vendiendo» al Pueblo Argentino con-
siste en sostener el error de salir de esta Crisis de Deuda con más Endeuda-
miento Público.
Propuesta alternativa
1. La cuestión de la ilegitimidad
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2. El blanqueo de la insolvencia
3. El principio de co-responsabilidad
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Este trabajo, si bien reitera en parte lo que se expone en otros capítulos de este
mismo tomo, tiene la particularidad que se elaboró en su momento en respuesta
a varias inquietudes coincidentes en acercar propuestas alternativas para el
replanteo del problema de la Deuda durante el año 2002.
Nota
* A los efectos de realizar esta tarea debiera constituirse un Equipo de Trabajo –preferen-
temente dividido en dos Grupos (uno para los temas Financieros y otro para los aspec-
tos jurídicos)– con idea de comenzar a trabajar ya mismo, pidiendo tener acceso a la
información y a la documentación del Ministerio de Economía en materia de Deuda.
Este mismo Equipo cubriría las cuestiones pertinentes a los ejes citados de Ilegitimi-
dad, Insolvencia y Co-responsabilidad.
Informe interno de fecha 21.10.02
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CAPÍTULO 13
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1. La cuestión de la ilegitimidad
Ilegitimidad quiere decir que una gran parte de la Deuda Externa original de
la Argentina no tiene justificación económica financiera ni administrativa; que
dicha Deuda fue contraída bajo condiciones irregulares y hasta delictivas; y
que pese a que la misma fue renegociada en diversas formas las causales mayús-
culas de corrupción institucional que determinaron ese endeudamiento (que
todavía seguimos pagando) deben ser tema de debate para la Clase Política
argentina. Y formar parte de las discusiones con nuestros Acreedores.
la sentencia del juez ballestero en la causa olmos –que
fuera elevada al Congreso de la Nación en Julio del año 2000– está toda-
vía a la espera de su tratamiento parlamentario.
La discusión y ampliación de las investigaciones en torno al complejo
proceso del endeudamiento y sus actores es un componente indispensable
dentro del replanteo de negociación de la Deuda.
El sentido concreto es despejar la parte legítima de la ilegítima dentro de
esa gran deuda inicial –que luego creció y se potenció por el aumento uni-
lateral de las tasas de interés y por la capitalización o anatocismo de tales
intereses– para deslindar delitos y responsabilidades, ponderar el resarci-
miento de los daños financieros producidos al Estado y separar el trata-
miento de acreedores y bancos-agente involucrados en tales irregularidades.
2. El blanqueo de la insolvencia
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3. El principio de co-responsabilidad
debe denunciarse la co-responsabilidad en la política de
endeudamiento que llevó a esta crisis de la deuda porque éste
es el tercer componente indispensable para un replanteo de los términos de
negociación.
y esa denuncia debe extenderse a los tres niveles actuantes
en el sistema de la deuda, a través de los cuales la misma fue producida:
a) el de los funcionarios y ex funcionarios superiores a cargo
de las sucesivas negociaciones de Deuda en representación de nuestro
país, particularmente aquellos que actuaron en situación de conflicto de
intereses,
b) el de los Acreedores del Estado, particularmente los Bancos Comerciales
y grupos financieros, que a través de su conducta abusiva determinaron
y agravaron la insolvencia argentina pero no aceptaron su cuota parte de
resignación de ganancias frente a la bancarrota de nuestras Finanzas
Públicas; y
c) el de los Organismos Multilaterales de Crédito (omc) –empezando por
el Fondo Monetario Internacional (fmi)– que desde hace más de 25
años monitorean la Economía Argentina y fijan acuerdos financieros
con nuestro país que han terminado llevando la Deuda Pública y las
condiciones de endeudamiento a niveles de gravedad e insolvencia
incompatibles con el crecimiento económico mientras nos prodigaban
continuos y sistemáticos apoyos y elogios pese que nuestra situación de
insolvencia llegaba a su punto crítico.
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Fecha: 30.07.2002
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CAPÍTULO 14
es que existe usura cuando el acreedor impone condiciones tales que el deu-
dor nunca puede dejar de ser deudor.
La deuda deviene entonces perpetua y los servicios por intereses comien-
zan a crecer inhibiendo la posibilidad de cumplimiento del capital o princi-
pal de la deuda.
El ritmo de aumento de estos intereses tiende a ser mayor que el incre-
mento de los stocks de deuda y entonces los servicios impagos pasan a capi-
talizarse por anatocismo siguiendo un mecanismo de retroalimentación y
crecimiento del endeudamiento financiero que ya no es reversible.
Tal es la esencia de la usura, tanto desde el punto de vista conceptual
como práctico.
Cuando este sistema de la deuda –regido por la lógica de la usura– se
aplica al Estado los servicios de la misma se convierten en una contribución
forzosa y creciente que pagan indefinidamente todos los ciudadanos a tra-
vés de continuos planes de ajuste.
Cuadro de situación
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Los resultados del megacanje del 1.6.2001 –por medio del cual fueron
reestructurados títulos públicos por unos 30.000 millones de dólares– no
cubrieron las condiciones básicas de esta ley 24.156 bajo criterios de razo-
nabilidad:
1. el monto de la deuda pública después del canje aumentó 2.200 millo-
nes a valor nominal.
2. el diferimiento del plazo en la vida promedio del global de la deuda
sólo mejoró en 0,7 años. Y
3. el diferencial de intereses reconocido sobre la cartera canjeada –a una
nueva tasa del 15,3% de rendimiento al inversor pero a una tasa de inte-
rés implícita para el Estado de más del 17%– ha significado, en valores
constantes, la capitalización de intereses por 12.400 millones y el pago
de intereses adicionales por 38.600.
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Crisis y alternativas
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1. La cuestión de la ilegitimidad
Ilegitimidad quiere decir que una gran parte de la deuda externa original de
la Argentina no tenia justificación económica, financiera ni administrativa;
que dicha deuda fue contraída bajo condiciones irregulares y hasta delicti-
vas, y que pese a que la misma fue posteriormente renegociada en diversas
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2. El blanqueo de la insolvencia
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nes de esos títulos tienen que caer –hasta el punto en que realmente refle-
jen la capacidad de pago del país como para poder atender sus servicios–
para lograr que las tasas bajen.
El gran error –intencional o no– es que se ha buscado mantener artificial-
mente alta la cotización de los bonos argentinos cuando el país está en cesa-
ción de pagos y en estado de insolvencia para responder a sus compromisos.
y esta política de revalorización de títulos y capitaliza-
ción de intereses, amenaza convertirse en una pseudo solución
para evitar la solución verdadera, que es la baja de deuda
pública y tasas de interés a la vez.
Pero la drástica quita de capital y la sustancial disminución de los servi-
cios no nos va a ser dada graciosa y voluntariamente: hay que forzarla; y eso
debiera lograrse a través del default fáctico, a través del replanteo de los tér-
minos de negociación de la deuda que aquí se propone y contando con un
plan económico alternativo de crecimiento que sirva para garantizar el
futuro cumplimiento de las obligaciones legítimas, reestructuradas según la
nueva capacidad de repago.
3. El principio de co-responsabilidad
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economía argentina y fijan acuerdos financieros con nuestro país que han
terminado llevando la deuda pública y las condiciones de endeudamiento
a niveles de gravedad e insolvencia incompatibles con el crecimiento eco-
nómico mientras nos prodigaban continuos y sistemáticos apoyos y elo-
gios pese a que nuestra situación de insolvencia llegaba a su punto crítico.
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Fecha: 22.11.2001
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CAPÍTULO 15
Diagnóstico y alternativas
frente al problema de la Deuda Pública
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pero bajo forma de Bono Federal –como circulante aceptado en todas las
Provincias y sin devengamiento de intereses– sujeto a la administración
y contralor del Banco Central de la República Argentina (bcra).
2. Nuevo régimen de Tipo de Cambio, sobre la base esencial de diferencia
entre moneda nacional –única de uso interno dentro del país– y divisa
o moneda extranjera –sólo usada para las transacciones internacionales–
contemplando un mecanismo de conversión inicial a fecha determinada.
3. Replanteo de los términos de negociación de la Deuda Pública, según los
lineamientos básicos descriptos en el trabajo de Alternativa del 6.8 pasado:
ilegitimidad, insolvencia y co-responsabilidad.
A estas tres ideas-eje generales debieran agregarse por los menos otras dos,
de carácter complementario o auxiliar:
1. Proteccionismo de la Economía Argentina por medio de restricciones a
la actual apertura comercial indiscriminada –vía mecanismos de defensa
aduaneros y cambiarios– y defensa del Empleo Nacional bajo un nuevo
régimen de ingreso de trabajadores extranjeros.
2. Reforma de la Administración del Estado sobre la base de su concentra-
ción en las funciones de Planeamiento, Regulación y Control; esto
último fundamentalmente a través del montaje de controles de precios,
salarios y cambios internacionales.
Diagnóstico de situación
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Notas
1 Documento de trabajo del suscripto «El aumento de los intereses de la Deuda Pública
después del canje de bonos del 1.6.2001», de fecha 13.6.2001.
2 Este punto está ampliado en dos trabajos del suscripto: «Deuda Externa versus Estado
de Derecho» (del 12.7.2001) y «Proyecto de Ley sobre Déficit Fiscal Cero - cd-68/01»
(del 24.7.2001).
En ambos escritos se sostiene la tesis que la regla del Déficit Cero violenta la Seguridad
Jurídica que deviene del principio de igualdad ante la Ley, sanciona el privilegio anti-
constitucional de los acreedores financieros del Fisco y se enmarca, por ende, fuera del
Estado de Derecho.
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3 Tomando como base las últimas cifras oficiales, el aumento de la Deuda Pública en el
bienio 2001-2002 sería el siguiente:
a) Déficit Fiscal de Nación y Provincias para el corriente año 9.400 millones de dóla-
res (6.600 más 2.800, respectivamente), según el Memorando técnico de Entendi-
miento con el fmi de Mayo/2001 y su agregado de 100 millones;
b) Nuevos préstamos del Banco Mundial y del bid (Banco Interamericano de Desa-
rrollo) por 5.000 millones (2.500 millones cada uno), según el acuerdo del «blindaje»;
c) Préstamo del Gobierno de España por 1.000 millones (por el mismo convenio);
d) Consolidación de Pasivos en función de la Ley 25.344 de Emergencia Económico-
Financiera, por aproximadamente 6.000 millones de dólares (según declaraciones
del ex Ministro de Economía Machinea en el Senado con fecha 7.9.2000), y
e) Aumento de la Deuda Pública por Capitalización de Intereses (Anatocismo) en la
operación de mega-canje de bonos del 1.6, por 6.700 millones.
Hasta acá, tenemos un subtotal de 28.100 millones de dólares por concepto de nueva
Deuda durante el bienio, si bien las fechas de instrumentación de los puntos d) y e)
pueden ser más elásticas.
A esto hay que sumarle el nuevo Crédito del fmi que acaba de ser anunciado por el
Gobierno, por un monto de 8.000 millones (además de los casi 14.000 –exactamente
13.700 millones– asignados por el acuerdo de Mayo pasado): 5.000 para fortaleci-
miento de las reservas internacionales del bcra y 3.000 para respaldo de las nuevas
operaciones de canje de Deuda Pública.
Aunque también aquí las fechas de instrumentación y/o desembolso pueden variar,
estos nuevos créditos inciden en el stock previsto de Deuda.
Como todavía no se conoce el texto de la nueva Carta de Intención con el Fondo
Monetario Internacional tampoco puede saberse exactamente el carácter, contingente
o no, de la parte del préstamo destinado a refuerzo de reservas.
El subtotal de nueva Deuda Pública para el bienio 2001-2002 se elevaría así a un
monto entre 31 y 36.000 millones de dólares (según se computen 3.000 u 8.000).
Por último, cabe recordar que el anterior acuerdo con el fmi –el de Mayo– preveía un
aumento adicional de 7.000 millones en la Deuda Pública para financiar el Déficit
Fiscal consolidado de Nación y Provincias correspondiente al año 2002 (5.000 y 2.000
millones respectivamente).
De las declaraciones gubernamentales no surgiría ahora muy claramente si estos impor-
tes serán eliminados –en virtud de la regla de Déficit Fiscal Cero– o si permanecen pre-
vistos, en todo o en parte.
En caso que estas Necesidades de Financiamiento se mantengan, la Deuda del bienio
ascendería, según como se calcule, a unos 40.000 millones de dólares sobre el stock al
31 de Diciembre pasado.
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Se considera aquí que el resto de las operaciones del «blindaje» –Fondo Monetario Inter-
nacional, Bancos y afjp– no constituyen Deuda Nueva sino renovación de la existente.
El Stock de Deuda Pública Nacional –sobre la base de cifras oficiales y estimaciones
propias– estaría hoy en el nivel de unos 160.000 millones de dólares: 130.000 del Estado
Central (127.400 millones al 31.3 de este año) más 25.000 del consolidado de las
Provincias y 5.000 del total de los Municipios del país.
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CAPÍTULO 16
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Advertencia
Nota
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Está claro que estos principios, garantías y derechos reconocidos por la Constitución
–artículo 28– no pueden ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio; del
mismo modo que –por el artículo 29– tampoco pueden concederse sumisiones o
supremacías que afecten la vida, el honor o las fortunas de los argentinos.
Estas observaciones hacen, específicamente, a la muy discutible constitucionalidad de
la iniciativa de Ley (que ya tiene media sanción en Diputados).
Fecha: 24.07.2001
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CAPÍTULO 17
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CAPÍTULO 18
Inciso f ) La deuda pública total del Estado Nacional no podrá aumentar más que
la suma del déficit del Sector Público Nacional no Financiero, la capitalización de
intereses, el pase de monedas, los préstamos que el Estado Nacional repase a las
provincias y el pago establecido en las Leyes 23.982, 24.043, 24.070, 24.073,
24.130 y 24.411, cuyo límite anual de atención se establecerá en cada Ley de
Presupuesto Nacional. Se podrá exceder esta restricción cuando el endeudamiento
se destine a cancelar deuda pública con vencimientos en el año siguiente.
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d) A estos aumentos hay que agregarle una suma –que todavía no se conoce–
correspondiente al monto adicional de servicios por intereses que se está
produciendo durante el corriente ejercicio. Si bien aún no hay informa-
ción oficial al respecto, la cifra excederá seguramente con creces los 11.300
millones del Presupuesto y debiera descontarse que también sería capitali-
zada en su mayoría. Estimamos que tal incremento de intereses oscilará
entre 2.000 y 3.000 millones de dólares en el 2001; y pasaría a incidir en
más de 5.000 millones sobre el nivel actual para el 2002 (1).
e) Por último, hay que prever que el año que viene la cifra por consolidación
de deudas del Estado –aprobadas en el marco de la Ley de Emergencia
Económica 25.344 y correspondientes en su mayoría a juicios perdidos
por la Administración Pública– debiera aumentar por lo menos en 2.000
millones (equivalente al monto autorizado para el actual ejercicio).
176
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Notas
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2 El cálculo del pbi a Precios Corrientes ajustado según las nuevas metas fiscales del me del
fmi –del 3,5– es el siguiente: aumento del pb real tomado realistamente al 2% y mante-
niendo la misma Tasa de crecimiento de precios implícitos del 0,8; lo que da un incre-
mento del pbi Nominal del 2,8%. Este porcentaje, aplicado al pbi del año 2000 –290.284
millones según Presupuesto– nos da los 298.400, en lugar de los 303.400 originales.
3 Se recuerda que, por Informe separado del suscripto de fecha 16.6 –titulado «Canje de
Deuda y precondiciones del nuevo endeudamiento»– también se concluye que la opera-
ción de megacanje de Deuda no cumple con las exigencias básicas de la Ley 24.156, de
Administración Financiera del Estado.
Fecha: 04.07.2001
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CAPÍTULO 19
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Y para ello pagamos una tasa promedio sobre los nuevos bonos emitidos del
15,3% anual.
Por otra parte, las variaciones en el monto del endeudamiento público
resultantes de la operación de canje y de las nuevas deudas contraídas
durante el corriente ejercicio pudieran estar ya excediendo los topes autori-
zados por el Presupuesto 2001, las metas comprometidas en el nuevo
Acuerdo aprobado por el Fondo Monetario Internacional y los márgenes
permitidos por la Ley 25.152 de Solvencia Fiscal.
El mega-canje estaría, en dicho caso, en conflicto no solamente con la
Ley 24.156, de Administración Financiera del Estado, sino también con las
pautas de endeudamiento público contenidas en los documentos citados,
en la medida que impliquen un aumento adicional al autorizado en el total
de la Deuda Pública.
Volviendo ahora al punto específico de las causales de mejora facultadas al
Poder Ejecutivo por el artículo 65 de la Ley 24.156 tendríamos así que, ade-
más del no cumplimiento de las razones de Monto y Tasa de Interés, tam-
poco se cumpliría la de Plazo, dado el alto costo relativo de obtener una
ventaja no relevante de tiempo.
Es notable que no se haya incluido en la refinanciación por canje el stock
de Letras de Tesorería (en pesos y en dólares), que constituye hoy uno de
los factores asfixiantes mas graves de las Finanzas Públicas de la Argentina
(más de 5.000 millones, que se renuevan cada 90, 180 y 360 días, a tasas
de interés que han sobrepasado el 12 y 13% anual).
La forma de cálculo del costo financiero para determinar la convenien-
cia de la operación de canje debiera tomarse sólo por la parte de ahorro de
capital correspondiente al quinquenio 2001-2005, sin computar intereses
capitalizados y sin contemplar los vencimientos de Capital que se difieren
en el período restante de la operación (hasta el 2031).
A los efectos de analizar las supuestas ventajas financieras del canje de
bonos no correspondería, por lo tanto, incluir los diferimientos por capita-
les a vencer después del 2005 (capitales que no van a ser pagados sino refi-
nanciados) porque se supone que –según las propias cifras de Economía– la
posición de vencimientos estaría más «descargada» a partir de ese año y,
consecuentemente, no debieran justificar una reestructuración ahora (2).
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Notas
1 vencimientos de capital
Según cifras oficiales al 30.9.00 estos vencimientos anuales eran para el próximo quin-
quenio (2001-2005) los siguientes: 14.300 millones para el 2001, otros 14.300 para el
2002, 15.100 para el 2003, 13.700 para el 2004 y 11.900 para el 2005. En total: 69.300
millones, casi 70.000.
A estos vencimientos hay que agregarle el stock, permanentemente renovable, de Letras
del Tesoro –Deuda a Corto Plazo– que suma hoy algo más de 5.000 millones; de modo
que el total final de vencimientos durante el quinquenio estimado por el Ministerio de
Economía era, a fin de Setiembre pasado, de 75.000 millones.
Estas mismas cifras oficiales sobre el perfil de vencimientos por Capital para el quin-
quenio –con el mismo y cuestionable método de cálculo que implica considerar la
«amortización» de las letes solamente en el ejercicio en curso– se modificaron para el
31.12.2000 en unos 10.000 millones más: 19.700 para el 2001, 16.500 en el 2002,
17.300 en el 2003, 15.100 en el 2004 y 12.350 para el 2005. En total, 81.000 millo-
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nes que, sumándole el importe de Letras a Corto Plazo de 5.000 da 86.000 millones.
No está claro por qué las proyecciones de vencimientos del Ministerio de Economía
aumentaron en 11.000 millones entre el 30.9 y el 31.12 del 2000.
A su vez, es importante destacar que ahora –en el comunicado sobre proyección de
Capital anterior al mega-canje de Deuda– estas estimaciones de vencimientos volvie-
ron a cambiar: tomando como remanente de amortizaciones de Capital para el 2001
sólo 6.650 millones (sin contar los 5.000 de letes), se computan 19.400 millones
para el 2002, 18.200 para el 2003, 15.800 en el 2004 y 12.300 para el 2005. En total,
72.350 millones (77.400 con LETES).
2 perfil de vencimientos
Según el cuadro del Perfil de Vencimientos publicado por la Secretaría de Finanzas del
Ministerio de Economía al 31.12.2000, entre el año 2006 y el 2011 debían amorti-
zarse «solamente» 22.335 millones de dólares por vencimientos de Capital: 5.250 en el
2006, 4.740 en el 2007, 4.340 en el 2008, 4.375 en el 2009, 2650 en el 2010 y 980
en el 2001 (redondeando la última cifra).
Conforme las nuevas cifras oficiales sobre las proyecciones de Capital anterior al Canje
–informadas ahora, a comienzos de Junio– estas cifras de vencimientos resultan algo mayo-
res para el mismo período: 7.700 para el 2006, 4.935 para el 2007, 3.600 para el 2008,
4.300 para el 2009, 2.720 para el 2010 y 1.300 para el 2011; en total, 24.555 millones.
Y se estima que pasarán a ser, después del Canje, de 9.750 millones más entre el 2006
y el 2011: 9.740 en el 2006, 8.350 en el 2007, 8.330 en el 2008, 4.000 en el 2009,
2.570 en el 2010 y 1.315 en el 2011. En total: 34.300 millones. Esto significa que
–siempre conforme a las cifras oficiales del Ministerio de Economía– nuestro país tenía
un perfil de vencimientos comparativamente muy aliviado en el período 2006-2011,
de poco más de 4.000 millones/año; que ahora pasarían a un promedio anual de 5.700.
Cabe aclarar que en estos importes no está incluida la renovación de las Letras a Corto
Plazo –letes– que constituyen, como ya hemos dicho, una masa permanentemente reno-
vada de poco más de 5.000 millones anuales, lo que llevaría tales cifras anuales al doble.
Pero en ambos casos se trataría, sin embargo, de cifras «manejables» en relación a los
altos niveles de vencimiento actuales, que son superiores a los 23.000 millones por año
(dentro de Necesidades de Financiamiento del Estado del orden de los 30.000).
El «detalle» reside en que estos vencimientos de Capital no se pagan (ni está previsto
siquiera cuándo puedan pagarse) sino que serán pasibles de nuevas renovaciones, por-
que el país tiene que afrontar altísimos pagos por intereses de la Deuda Pública, que pasa-
rían a ser entre 16 y 18.000 millones por año a partir del próximo ejercicio.
Estaríamos así frente a la paradoja de tener que hacer más pagos por Intereses que por
Amortización de Capital. Y precisamente por este elevadísimo costo en el nivel de ser-
vicios por interés no podríamos descontar el Principal de la Deuda Pública, con lo que
caeríamos –por la lógica de la Usura, que reside en que el Deudor nunca pueda dejar
de ser Deudor– otra vez en la necesidad de una nueva refinanciación futura.
3 gasto público por intereses
Estos datos surgen de otro trabajo del suscripto, sobre «El aumento de los Intereses de
la Deuda Pública después del canje de bonos del 1.6.2001», de fecha 13.6.01.
Fecha: 16.06.2001
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CAPÍTULO 20
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ción, esto es, el «pateo de vencimientos para adelante» (a partir del nuevo
gobierno electo).
8. Sin embargo, existen dos gravísimas objeciones en contra de la idea de
mejora de Plazo. El Sr. Francisco Javier Llorens –de Córdoba– ha denun-
ciado ante la sigen que el Gobierno interpreta erróneamente estar
facultado para realizar el canje de bonos por la sola ventaja de plazo por-
que el artículo 65 de la Ley 24.156 tiene que entenderse abarcando
siempre 2 de las tres causales, y no solamente una (el Plazo).
9. El suscripto (HL Giuliano) sostiene –en línea con lo anterior pero bajo
razonamiento diferente– que esta exigencia de que se cumplan siempre
y necesariamente dos de las tres mejoras requeridas por la Ley surge de
una lógica de concepto porque el Plazo nunca es una variable autónoma
del Monto ni de la Tasa de Interés; de modo que siempre existiría la posi-
bilidad de fundar una decisión del Gobierno por una sola de las condi-
ciones (en este caso, la del Plazo) a costa de las otras dos.
10. Por último, y dentro de la compleja ingeniería financiera aceptada por el
Ministerio de Economía en esta operación de canje, resta el interrogante
central: cómo garantiza el Gobierno hoy que se tendrá la capacidad de
repago de las nuevas deudas en el futuro.
Recomendaciones
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Nota importante
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CAPÍTULO 21
Este trabajo tiene por objeto estimar los pagos por servicios de la Deuda Pública
después de la gran operación de canje de bonos del 1.6.2001.
Conforme los términos del Presupuesto aprobado para el corriente
Ejercicio 2001 nuestro país tiene que pagar, solamente de intereses, la suma
de unos 11.300 millones de dólares.
Esto significa un promedio diario de 30 millones: más de un millón por
hora que pasa de nuestra vida.
El total de intereses a pagar sobre el stock de Deuda Pública al
31.12.2000 –que es de 128.000 millones– da una tasa promedio real del
8,8, casi el 9% anual.
Durante el año pasado el país se endeudó a una tasa de rendimiento pro-
medio en dólares del 12,1%, con un spread equivalente a 577 puntos bási-
cos (pb) –poco menos del 6%– medido siempre en relación a bonos simi-
lares de la Tesorería de los Estados Unidos.
Dada la crisis financiera que se viene sufriendo durante el presente ejer-
cicio –con tasas de riesgo-país sobre deuda soberana del orden de los 1.000
pb– el piso del costo de endeudamiento no sólo no bajaría de esa tasa pro-
medio del 12% sino que, como mínimo, debiera oscilar entre 2 y 3 puntos
más –digamos, el 14,5%– aún considerando el supuesto de una baja de
tasas durante el segundo semestre.
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Fecha: 13.06.2001
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CAPÍTULO 22
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2. Servicio de intereses
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3. Plazos de gracia
4. Anatocismo
5. Perfil de vencimientos
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6. Precio de rescate
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los está altamente concentrada y que su tenencia, así como toda negocia-
ción al respecto (esencialmente por el mercado secundario) está en manos
de un oligopolio financiero, que trata con el gobierno argentino bajo la
modalidad fáctica de «comité de bancos».
Este «grupo de acreedores», bajo el argumento de supuestas reacciones
anónimas del Mercado, ha desatado la nueva etapa que vivimos, dentro de
la crisis permanente de la Deuda, con el propósito de aumentar los valores
de cotización de los títulos elegibles para ser canjeados.
De esta manera, los tenedores se aseguran el reconocimiento de un
mayor valor de rescate.
El segundo factor de peso en la determinación de precios más altos de
rescate –y también de piso en las tasas de interés– es el riesgo-país, fijado
por compañías calificadoras de riesgo vinculadas a los intereses de nuestros
acreedores.
Desde el Ministerio de Economía se ha dicho que la operación de canje
de Deuda se realizaría cuando la tasa de riesgo-país hubiese descendido por
debajo de los 800 puntos básicos (lo cual, además del atractivo de la tasa
diferencial, eleva significativamente el piso de sobre-tasa básica a favor de
los acreedores) pero ahora esto se agravaría porque el Gobierno está acele-
rando los trámites de emisión de los nuevos títulos mientras el riesgo-país
se mantiene muy alto.
Se da así la paradoja que primero se decía que había que esperar la baja de
la tasa de riesgo para efectuar la operación de canje mientras que ahora se esta-
ría pasando al argumento contrario: que la operación de canje debe convalidar
altas tasas para que luego baje el riesgo-país.
Por último, el tercer factor que influye en el sobrecosto de rescate está
dado por la prima o adicional que el Estado ofrecería a los tenedores como
atractivo del canje de bonos.
Dado que, como hemos visto, el valor de cotización de los títulos se ha
mantenido comparativamente elevado (y está recuperándose en forma ace-
lerada en estos días previos al canje) y que la tasa de riesgo-país se mantiene
alta, esa prima o premio estímulo para el cambio de bonos tiene también,
necesariamente, que aumentar, por el hecho que la Argentina entra en esta
operación en circunstancias de Default (el incumplimiento de sus obliga-
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Argentina debía tener una Deuda Total de 60.250 millones: 37.800 Pública
y 22.450 Privada.
La Deuda Externa del Estado Nacional, en cambio, al 31.12.2000 llegó
a los 190.000 millones: 128.000 por Deuda Pública (sin incluir Deuda de
Provincias y Municipios) (*) y 62.000 por Deuda Privada (de la cual 37.000
correspondiente a Empresas y 24.000 a Bancos).
Agregando la Deuda Consolida de Provincias y Municipios, estimada en
unos 30.000 millones más, el total de la Deuda Pública Nacional de los tres
niveles de Gobierno sería de unos 160.000 millones; y la Deuda Total de
220.000, esto es, más de 2/3 del Producto Bruto Interno (pbi).
El desvío entre las metas proyectadas en la época del Plan Brady y los
datos de la realidad presente resultó así extraordinariamente relevante: la
Deuda Pública no bajó de 62 a 38.000 millones sino que subió a 128.000.
Es decir, que la Deuda se duplicó, pese a que el Estado vendió Empresas
Públicas por valor de 31.000 millones de dólares en el período 1992-2000.
Y la Deuda Externa Privada no resultó de 22.500 millones –según lo
proyectado– sino tres veces más: 62.000.
Es importante destacar que los responsables de tales estimaciones opti-
mistas en aquel entonces –el Ministro de Economía, Dr. Domingo Cavallo
y su Secretario de Hacienda, Lic. Daniel Marx– hoy ocupan los mismos car-
gos públicos en el Gobierno de la Nación.
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no sólo la capacidad de respuesta futura del país sino también la carga que
heredará el nuevo gobierno electo en el 2003.
Como estamos a pocos meses del nuevo Proyecto de Presupuesto para el
Ejercicio 2002, es de importancia fundamental contar con este adelanto de
proyecciones relativo a la forma en que se piensa pagar en el futuro las obli-
gaciones –a contraer hoy– que emergerán de los nuevos títulos públicos.
Nota
* La Deuda Externa Pública se computa aquí según el criterio amplio de tipo de moneda
y no según el criterio de residencia del acreedor, que es –en realidad– el utilizado por
el Ministerio de Economía y el seguido por la Metodología Internacional.
Esto tiene fuerte gravitación en el cómputo de los Títulos Públicos, que constituyen el
77% de la Deuda del Estado (98.200 sobre 128.000 millones).
La aplicación del criterio de residencia es muy discutible en el caso argentino porque
distorsiona el encuadramiento de la realidad debido a la incidencia que tiene la deuda
en moneda extranjera sobre las reservas en divisas y dada la posibilidad que tales títu-
los pueden cambiar de manos entre residentes en el país y en el exterior.
Según el tipo de moneda sólo el 4% (unos 5.000 millones) de la Deuda Pública del
Estado Central está en Pesos (aunque, a su vez, respaldado en dólares, en función de la
Ley de Convertibilidad), mientras que la casi totalidad de la Deuda está en moneda
extranjera (123.000 millones sobre los 128 mil).
La clave de la diferencia reside en que nuestro país tiene la peculiaridad de emitir Deuda
Interna (según residencia original del acreedor) en Moneda Extranjera (que tiene circula-
ción legal en su territorio, con el adicional que incluso aunque se trate de una deuda en pesos
ésta es convertible final y libremente a dólares).
El Ministerio de Economía siempre computa así una cifra mucho menor como Deuda
Pública Externa –oficialmente, unos 148.000 millones de dólares al 31.12.2000
(86.000 Pública y los 62.000 de la Privada)– porque aplica el criterio de residencia del
acreedor, que en el caso de la Argentina siempre va a ser muy inferior al verdadero peso
de la Deuda Externa real, por la citada particularidad de la Convertibilidad.
El uso oficial de este criterio, por otra parte, conlleva un riesgoso manejo de cifras
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Esta corrección se refiere al monto autorizado de las operaciones de canje de Deuda, que
figura en el punto 01 de los dos escritos de referencia elaborados por el suscripto: el tra-
bajo completo (de fecha 23.5.2001) y el resumen ejecutivo del mismo (del 25.5).
Allí se dice, conforme los términos del artículo 1 del Decreto 648/2001, que se autorizan ope-
raciones de canje de títulos públicos por hasta 58.000 millones de dólares, lo cual es correcto.
Lo que ocurre es que este decreto es modificación de otro anterior –el 1161/94 (modifi-
cado a su vez por el 1179/2000)– que ya consignaba este mismo monto.
En los considerandos del Decreto 648/01 se aclara que –en virtud de ésos y otros documen-
tos anteriores– ya se han efectuado colocaciones por unos 29.000 millones, lo que dejaría
como diferencia otros 29.000 disponibles, que es la cifra máxima que maneja el Gobierno.
Esto mismo se precisa, taxativamente, en la Resolución 120/2001, por la cual se dispone
la registración de los nuevos bonos en la sec de los Estados Unidos.
Es importante dejar constancia de esta corrección.
Nota del 1.6.2001
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CAPÍTULO 23
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Este altísimo gasto por Intereses significa que el país paga más de 30
millones por día solamente por este concepto: más de un millón de dólares
por hora que pasa de nuestra vida.
La relación entre la deuda que nos vence (y renovamos totalmente) y
estos intereses que pagamos, es así de 2 a 1: por cada 2 dólares que nos ven-
cen tenemos que pagar 1 de interés.
En consecuencia –bajo estas condiciones– nunca vamos a poder descon-
tar el saldo del Principal de la Deuda, que deviene así una obligación per-
manentemente reciclada, una Deuda perpetua.
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3. Política de endeudamiento
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7. Cesación de pagos
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Como vimos más arriba, este círculo vicioso no posibilita una salida del
sistema de Endeudamiento vigente.
8. Canje de deuda
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Nota
* Transcripción de la parte del informe sobre «El Congreso y los poderes especiales al
Ministro Cavallo» del 23.3.2001:
La Argentina ha entrado en una nueva etapa de sus crisis permanente de Deuda Pública
y el Gobierno Nacional no muestra capacidad para controlar esta situación.
Desde que asumió el presidente De la Rúa ya se ha invocado cinco veces circunstan-
cias de emergencia económico-financiera para obtener el apoyo político de medidas
especiales por parte del Congreso:
La primera fue al asumir la nueva Administración –en Diciembre del 99– cuando se
fuerza el primer Compromiso Fiscal con los Gobernadores de Provincia, se pide la
aprobación del Presupuesto 2000, se establecen fuertes recortes del Gasto Público (por
1.400 millones de pesos) para compensar aumentos en los Servicios de la Deuda y se
aprueba el «Impuestazo» (por 2.400 millones).
La segunda fue con las medidas del 29 de Mayo del 2000 –a través de Decretos de
Necesidad y Urgencia– por las cuales, fundamentalmente, se bajaron los salarios en la
Administración Pública para compensar el aumentos de los Intereses de la Deuda
(unos 600 millones más).
211
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La tercera fue en Octubre pasado, cuando el Poder Ejecutivo trata de avanzar con las
correcciones presupuestarias en función del nuevo Acuerdo con el Fondo Monetario
Internacional del mes anterior y con una serie de Reformas Estructurales (sistemas pre-
visional, desregulación de obras sociales, régimen de las afjp, cambios impositivos y de
administración tributaria, riesgos de trabajo, etc.).
La cuarta crisis fue hacia fines del año pasado, cuando el Gobierno vuelve a invocar situa-
ciones de emergencia para forzar el segundo acuerdo con los Gobernadores y luego obte-
ner la aprobación del presupuesto corregido (que volvió a elevar el Déficit Fiscal en 2.200
millones de pesos sobre el proyecto original, llevándolo de 4.800 a 7.000 millones).
En base a estos últimos instrumentos el Gobierno obtuvo el paquete de salvataje finan-
ciero coordinado por el Fondo Monetario Internacional –denominado eufemística-
mente «blindaje»– que es del orden de los 40.000 millones de dólares.
Dicho Acuerdo con el Fondo Monetario –el tercero en un año de gestión de gobierno
de la Alianza– fue saludado entonces como base para la regularización de pagos, el
recupero de la confianza en la Argentina y el mantenimiento del país dentro de los
Mercados de Capitales que realimentan continuamente su Deuda Externa.
A comienzos de Marzo pasado, sin embargo, renuncia el Ministro de Economía
Machinea –que se despide saludado por masivos aplausos de la Alianza como si hubiese
llevado a cabo una gestión exitosa– y asume Lopez Murphy pero éste, inmediatamente,
plantea que el desvío de las metas pactadas con el fmi (hacía sólo dos meses) sería de
740 millones para el Primer Trimestre (sobre los 2.100 pactados) y el Déficit Fiscal adi-
cional acumulado para todo el corriente año llegaría a los 2.000 millones.
El nuevo Ministro de Economía –Dr. Cavallo– ha informado en Abril del corriente
año que el desvío del Déficit a cubrir (de más de 1.000 millones al Primer Trimestre)
llegaría a los 4.000 millones de pesos en todo el Ejercicio.
Las autoridades todavía no han dado información específica sobre estos desvíos rele-
vantes pero se sabe que gran parte de los mismos, además de la baja recaudación, se
deben a los servicios adicionales de la Deuda.
A raíz del nuevo replanteo oficial de situación el Poder Ejecutivo Nacional –con acuerdo
del Congreso– asume poderes especiales, establece un nuevo aumento de la presión tri-
butaria y produce nuevos recortes del gasto público.
Con estos elementos, se eleva una nueva Carta Intención al Fondo Monetario Interna-
cional que sería aprobada en los próximos días.
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CAPÍTULO 24
Monto y proyecciones de
la Deuda Pública Argentina
caso el stock real se acercaría a los 130.000 millones, lo que parece más pro-
bable como saldo a fin del 2000.
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5. Un compromiso similar por parte de las afjp por hasta 3.000 millones
más. En total: 32.700 millones de pesos, de los cuales 21.800 estarían dis-
ponibles durante el 2001.
A esto se le agrega el compromiso de la Argentina de realizar operacio-
nes de canje de Deuda Pública por 7.000 millones; lo que da el total gene-
ral de 39.700 millones del paquete.
Aunque el análisis de la compleja ingeniería financiera de este «blindaje»
no es el objeto de este trabajo sí cabe analizar aquí dos cosas: qué propor-
ción del mismo es verdaderamente préstamo y, dentro de ello, qué parte uti-
lizará nuestro país, convirtiéndolo en deuda firme, con el consiguiente
aumento del stock de pasivos del Estado.
En principio, en lo tocante al primer punto –y por definición– las ope-
raciones de canje de deuda no significarían incremento de Deuda Pública,
aunque los nuevos títulos se emiten a tasas de interés más altas que los que
cancelan, de modo que presionan sobre el Gasto Público a través de sus ser-
vicios y, por ende, sobre el Déficit Fiscal.
Como los Servicios por Intereses de la Deuda constituyen más de la
quinta parte del Gasto Público –este año son 11.250 millones de pesos, el
22% de las erogaciones totales– y tienen tendencia creciente, el Estado se
ha comprometido a compensar la suba de estos intereses con mayor ajuste
fiscal sobre el Gasto Primario, contra la alternativa de ingresar en una capi-
talización de intereses o anatocismo, con más aumento de Deuda.
Los compromisos de compra de bonos por parte de Bancos y afjp tam-
poco constituyen necesariamente aumento de Deuda, aunque rige la misma
reserva que en el párrafo anterior en cuanto al costo financiero adicional de
estas operaciones futuras.
Los créditos del fmi son líneas contingentes, de modo que sólo suman
a la Deuda en la medida que se utilicen.
En cambio, los préstamos del Banco Mundial y del bid, y también del
gobierno español, son deudas en firme.
Con estos elementos de apoyo ponemos pasar a calcular el incremento
de la Deuda Pública Argentina a corto y mediano plazo como resultado de
este blindaje financiero.
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7. Consolidación de deudas
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Síntesis y conclusiones
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Tal es la Síntesis del contenido del presente trabajo, del cual se desgranan
las conclusiones que se resumen a continuación:
a) El saldo actualizado de Deuda Pública del Estado a fin del 2000 sería
de 130.000 millones de pesos y sumando las deudas consolidadas de
provincias y municipios del país pasa los 156.000 pero, debido a la sen-
sible desactualización federal de datos puede establecerse por lo menos
en unos 160.000 millones. Este stock de Deuda es mayor al reconocido
oficialmente.
b) El crecimiento mínimo de esta Deuda en el bienio 2001-2002 es de
28.500 millones: 16.500 de Déficit Fiscal Nación-Provincias (9.500 para
el 2001 y 7.000 para el 2002), 5.000 de créditos del bm y bid, 1.000 del
Gobierno de España y 6.000 de nuevos bonos de Consolidación de
Deudas. Esto es: casi 30.000 millones en dos años. Este incremento es
superior al previsto por las autoridades y al contenido en los términos for-
males del último acuerdo con el fmi.
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Fecha: 28.02.2001
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CAPÍTULO 25
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Cuadro de situación
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La crisis de la deuda
Éste es el marco concreto dentro del cual se desenvuelve hoy el nuevo acto
de la Crisis por la Deuda Externa.
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CAPÍTULO 26
Observaciones y comentarios
sobre el presupuesto 2001
0. Tiempo
Este Proyecto llegó a los despachos de los legisladores del Senado muy
pocos días antes de su tratamiento y prácticamente no hubo reuniones de
asesores de la Comisión de Presupuesto sobre el tema.
En consecuencia, no se ha dispuesto del tiempo mínimo necesario para ana-
lizarlo, razón por la cual una discusión en estas condiciones significa tra-
tarlo virtualmente «a libro cerrado».
1. Necesidades de financiamiento
2. Déficit fiscal
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Nota
Cabe advertir acerca de la posible nulidad y/o inconstitucionalidad de algunas de sus cláu-
sulas que modifican otras leyes (por lo explicado en el punto 3).
Informe interno de fecha 06.12.2000
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CAPÍTULO 27
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Fecha: 15.11.2000
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CAPÍTULO 28
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CAPÍTULO 29
Conforme los términos del último Boletín Fiscal –de Octubre/98, con las
cifras de cierre del Tercer Trimestre del Año– la Deuda Pública oficial de la
Argentina al 30.9.98 es de 109.337 millones de pesos y/o monedas extran-
jeras equivalentes.
Esta Deuda produce vencimientos de Capital durante el período 99 de
17.025 millones –7.100 por Deuda Interna y 9.916 por Deuda Externa–
siendo más de la mitad de tales vencimientos Títulos Públicos (1).
Como virtualmente la totalidad del principal de la Deuda que vence se
refinancia, es decir, que las obligaciones vencidas se cubren con nuevas ope-
raciones de Crédito Público; y que a esto debe sumarse la contracción de
nueva Deuda para cubrir el Déficit Fiscal del Ejercicio –que es de 3.597
millones en el 99, contra 4.091 para el corriente año– el total a financiar es
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Este tercer punto del presente Informe trata solamente de evaluar la alta
incidencia de los servicios financieros en la proyección de la Balanza de
Pagos de la Argentina para el período 1998-2001.
La Política de Apertura Comercial seguida por nuestro país desde
comienzos de la presente década, unida al esquema de Convertibilidad
monetaria con tipo de cambio fijo y peso sobrevaluado, ha tenido y man-
tiene una presión negativa sobre la Balanza Comercial.
El Comercio Exterior Argentino, sin embargo, ha crecido sustancial-
mente en los últimos años, aunque el monto y el ritmo del aumento de las
Importaciones es significativamente mayor que el de las Exportaciones.
Como consecuencia de este proceso, y pese al aumento de nuestro inter-
cambio externo, la Balanza Comercial se prevé oficialmente que mantenga
su déficit anual creciente que iría de los 8.000 millones para el 98 a casi
8.800 en el 2001.
Todo esto, según las proyecciones contenidas en el Presupuesto.
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Nota
1 En algunos casos la suma de rubros parciales no coincide exactamente con el total supe-
rior correspondiente. Estas diferencias –que son mínimas– se deben a redondeos, omi-
siones de ítems no significativos y/o datos originales modificados.
Informe interno de fecha 24.11.1999
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CAPÍTULO 30
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Los intereses de la Deuda Pública a pagar en 1998 son del orden de los
6.800 millones de dólares y constituyen el 14% del Gasto Público Total (de
48.700 millones).
Mientras el resto de los rubros del Presupuesto se ha mantenido prácti-
camente igual respecto del plan para 1997, los Intereses de la Deuda
aumentan en un 15%: 1.000 millones más en un año, puesto que la suma
a pagar pasa de 5.800 a 6.800 millones de pesos.
Este total significa que la Argentina pagará así 19, casi 20 millones de
dólares por día –repito– solamente en concepto de intereses.
Ello implica, a su vez, que el Gasto Público se recorta para sostener un
Superávit Primario que permita al Gobierno pagar más servicios de intere-
ses por la Deuda.
La perspectiva de estos pagos (que no tienen explicación desagregada en
la Jurisdicción 90) es creciente: no sólo porque la tasa de interés promedio
considerada es baja frente a la realidad –sobre todo ahora que los préstamos
son más caros después de la Crisis Financiera Asiática– sino porque la toma
de nuevas Deudas determina una proporción en aumento de estos intereses
sobre el total del Gasto Público.
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Conclusión
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CAPÍTULO 31
cia monetario y que el tipo de cambio se fija en la relación 1:1 a los fines
de su libre conversión.
Esta reforma implica que el país renuncia a su soberanía monetaria por-
que declina tener una moneda propia: en adelante, el valor y la cantidad
necesaria de circulante para su Desarrollo Económico dependen así del
monto de sus reservas en divisas convertibles.
La nueva paridad monetaria es la base del denominado Plan de
Convertibilidad, programa económico que se funda en esta nueva relación
de valor peso-dólar y que, en lo operativo, sólo constituye un nuevo y gran
Plan de Ajuste Fiscal diseñado según los cánones tradicionales del Fondo
Monetario Internacional (fmi), esencialmente orientado a fijar un tipo
de cambio bajo para garantizar con recaudación –en moneda
local– mayores servicios de la deuda externa.
Este programa se basa fundamentalmente en dos puntos:
• el plan de ajuste propiamente dicho, por el cual el Gobierno trata de
equilibrar su presupuesto aumentando la recaudación tributaria y redu-
ciendo el Gasto Público (para compensar los crecientes servicios de la
Deuda), y
• la citada convertibilidad monetaria del Peso Argentino con res-
pecto a una moneda extranjera, el Dólar, a un tipo de cambio fijo y
retrasado con respecto a su valor real.
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La crisis de la deuda
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Aquello que –en 1992/93– fue mostrado como el logro de una «deuda mane-
jable» ha devenido, en los hechos, una Política de Endeudamiento perpetuo.
Como ya ha sido dicho, la Argentina está en virtual cesación de pagos:
se abonan sólo los Intereses (o la mayor parte de ellos) y se refinancia la
totalidad de las deudas por Capital.
Sin embargo, a la vez que se renuevan los compromisos existentes, el país
sigue contrayendo nuevos préstamos y coloca más títulos públicos en los
mercados internacionales y local.
el país no tiene capacidad de repago por estas deudas que
renueva o contrae el gobierno.
Se confiaba en que el tipo de cambio bajo –relación 1:1 entre Peso y
Dólar– iba a facilitar el pago de los servicios de la Deuda Externa pero, en
los hechos, la cosa fue al revés: el plan de convertibilidad se sos-
tiene con deuda.
la convertibilidad era, en este sentido, un pre-requisito del
plan brady (que por este motivo, entre otros, se acuerda un año después)
pero el plan ha fallado porque el país no tiene solvencia fis-
cal para responder a las obligaciones contraídas.
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Públicas con Bonos y Títulos Públicos), parte fue aplicada a cubrir el défi-
cit fiscal y parte se habría usado con fines desconocidos.
Con la realización de las ventas y/o concesiones principales –ypf,
entel, Somisa, Segba, Obras Sanitarias, Fabricaciones Militares, Rutas
Nacionales por peaje, Ferrocarriles, etc.– el Estado ha visto descender su
Patrimonio pero la Deuda, en lugar de haber disminuido, aumentó y se
sigue incrementando día a día.
Y lo que es peor, el valor comparativo de los nuevos bienes del Estado
que se venden es cada vez más bajo.
Ya no importa el monto a obtener por la venta de los Activos Públicos
–que, en su mayoría son valuados y vendidos a precio vil, y cuyas deudas
absorbe el Estado– sino el cumplimiento de imposiciones externas para que
la Argentina traspase los rubros de negocios más seguros, monopolísticos y
rentables al sector privado de la Economía, local y sobre todo internacional.
Es el caso de las Centrales Nucleares, de Yaciretá, de los Aeropuertos, del
Correo, del Banco Hipotecario Nacional (bhn), de las rutas adicionales con
peaje, etc.
El motivo de tales privatizaciones es conseguir fondos para el pago de la
Deuda Externa y la concesión de multimillonarias áreas de negocios a for-
tísimos grupos empresarios, que tienden a concentrar cada vez más la eco-
nomía del país.
Conclusión
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Fecha: 20.03.1997
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CAPÍTULO 32
La Deuda Externa:
nuestro Tratado de Versalles(1)
Parte I: La Deuda Externa como problema
político o como problema delictivo
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La Deuda Externa y
nuestro balance de pagos
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siquiera los intereses (que son 6.000 m), debiendo entonces capitalizar la
diferencia (2.500 m), como lo está haciendo –por anatocismo– transfor-
mándola en nueva deuda, que devenga a su vez nuevos intereses y hace cre-
cer más aún el monto total.
Así, cuando el gobierno Alfonsín tomó el poder, nuestro país debía
46.000 m y pese haber pagado 4.400 m durante el año pasado, a fines del
84 pasó a deber 47.800 m; y para fin del 85 debería ya entre 50.200 y
53.000 m; es decir que pese a aumentar sus pagos, los intereses sobrepasan
sus posibilidades e incrementan todavía más la deuda.
Como es lógico, si la Argentina no llega a cubrir estos Intereses, y tiene
todavía que financiar una parte de los mismos, mucho menos va a poder
cancelar el Capital de dicha Deuda, que sigue produciendo intereses que
nunca llegarán a abonarse en su totalidad.
Es que ésta es la «ley de la usura», porque a ningún usurero le con-
viene que el deudor pague y quede liberado de sus deudas, sino que perma-
nezca estrangulado financieramente de modo que nunca pueda cancelarlas.
Esta Deuda Externa es impagable y el gobierno, como todo el mundo,
lo sabe; pero los compromisos que se siguen asumiendo y las concesiones
que se continúan haciendo presuponen una falsa hipótesis de regularización
de pagos que, en la práctica, se reconoce imposible.
¿Cuánto le ha costado y le seguirá costando al país esta ficción?
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Los banqueros y los países acreedores tratan hoy a los deudores, como noso-
tros, de la misma manera que los Aliados trataron a la Alemania derrotada
después de la Primera Guerra Mundial.
Es más que una analogía o semejanza externa; se trata de una homo-
logía, porque responde al mismo sentido o naturaleza entre hechos y polí-
ticas desarrolladas, en distinta época y lugar, pero aplicadas con el mismo
criterio o mecanismo de fondo, y con la misma finalidad.
Ésta es nuestra hipótesis central, que constituye el objetivo de la
presente nota: que los organismos financieros internacionales
y los países de los bancos acreedores (principalmente los
estados unidos) se comportan hoy de la misma manera y con
prácticas que responden a la misma lógica que la aplicada
por los aliados occidentales contra el estado nacional ale-
mán después de la primera gran guerra.
El Tratado de Versalles de 1919 puso fin al conflicto de 1914/1918 y dis-
puso fuertes medidas políticas y económicas sobre el antiguo Imperio Alemán.
Además de las amputaciones territoriales, se establecieron allí, y por tra-
tados complementarios, una serie de disposiciones destinadas a neutralizar
y destruir la Economía del país y, por consiguiente, también su indepen-
dencia política.
La Parte 8 del Tratado de Versalles estaba dedicada a fijar las Cláusulas
Económicas impuestas a Alemania en concepto de Reparaciones de Guerra.
La esencia del objetivo buscado era el sometimiento indefinido de Ale-
mania, tanto financiero como económico, para que ésta no levantara más la
cabeza como Estado autónomo, y el consiguiente montaje de un esquema
de dependencia basado en la falta crónica de fondos suficientes para la
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que: «El Pueblo no está ahí para la Economía ni la Economía para el Capital,
sino que el Capital tiene que servir a la Economía y ésta al Pueblo» (11).
Conclusión
Aclaración
Las Notas son recientes, pero el texto del Trabajo se ha mantenido, sin cam-
bios, en su versión original.
Notas
1 Este trabajo corresponde a un viejo artículo del Autor –escrito con fecha 07.01.1985 y
publicado en Febrero de 1986 en el periódico Pucará (Año 2, Número 12)– que siste-
matizaba el contenido de varias conferencias suyas dadas por esa época con el mismo
título; y se reproduce aquí tal como fuera entonces editado.
La nota tiene un valor «histórico» desde el punto de vista personal de la percepción del
problema de la Deuda como instrumento de dominio asociada a un caso concreto de
aplicación moderna; y tiene también un valor como precedente de aporte al estudio de
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la Deuda como Sistema, planteo éste desarrollado luego en muchos otros trabajos y
conferencias.
Constituye, además, un análisis premonitorio de acciones de gobierno que se llevaron
a cabo a posteriori en la Argentina y en otros países del Mundo –como el caso de la
Privatización de Empresas del Estado– temas éstos advertidos aquí con anterioridad a
los hechos y cuyos principales rasgos de fondo (salvando lógicas diferencias de tiempo
y de estado de situación económica relativa) se continúan hasta el presente.
Era la década del 80, en que el alerta sobre el problema de la Deuda Pública comen-
zaba a tomar forma: los tiempos inmediato posteriores al fin del Gobierno Militar que
rigió durante 1976 y 1983; y los primeros años del Gobierno Alfonsín, que asumió
prometiendo en su campaña electoral que iba a investigar el origen de la Deuda para
determinar qué parte era legítima y qué parte no, pero que al final –con el alejamiento
del ministro de Economía Bernardo Grispun– terminó allanándose a las exigencias de
los Acreedores y convalidando los compromisos tomados por la administración militar
a través de los Acuerdos de Nueva York de 1985-1987.
Fue en esos días que el Autor conoció, entabló amistad e inició su colaboración con
Alejandro Olmos, que había presentado su Denuncia en Octubre de 1982 y se hallaba
empeñado en motorizar la denominada Comisión Villada, que finalmente no recibió
fondos y fue disuelta por el Congreso.
El Autor de este trabajo –que venía desarrollando en forma individual y primaria sus
inquietudes sobre el problema de la Deuda Externa Argentina– tomó conocimiento de
esa denuncia y contactó a Olmos poco después, a quien ubicó gracias a su publicación
Palabra Argentina. La relación con Alejandro Olmos se mantuvo desde entonces, a
nivel de colaboración, investigación y amistad, hasta su muerte en el año 2000.
La nota que se reproduce en este capítulo –confeccionada en forma independiente
sobre la base de estudios propios– tiene para el Autor una importancia excepcional por
res motivos principales: 1. Es probablemente el primero de los escritos sistematizados
sobre el tema y también uno de los primeros difundidos acerca de la materia; 2. Es el
compendio de las ideas-eje sobre la trampa del Endeudamiento Público, que entonces
pasaba por la transición entre los gobiernos militar y democrático, momento en que
todavía no se percibía que estábamos frente a un Sistema de la Deuda, y 3. Es una con-
tribución a la interpretación histórico-financiera de las Crisis de Deuda, a través de las
constantes que normalmente rigen su origen y naturaleza.
Por eso, el ejemplo de la Alemania de la Primera Posguerra Mundial tiene un carácter
paradigmático y un valor histórico importantísimo como referencia, independiente-
mente de cualquier adhesión político-ideológica.
2 Este artículo, como es notorio, enfatiza críticas no sólo de tipo técnico sino también
político, dirigidas al gobierno de entonces –la administración Alfonsín– bajo un estilo
de redacción que después el Autor fue modificando para pasar a otra modalidad, más
concreta y objetiva, y prescindente de juicios de valor.
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Este cambio en el tipo de redacción de lo trabajos con el transcurso del tiempo no sig-
nifica la invalidez de los dichos sino solamente la objetivación de los planteos.
Por otra parte, cabe aclarar que todos los gobiernos democráticos sucedidos a posteriori
del Proceso Militar –cualesquiera fuesen sus formulaciones públicas y sus variaciones
de grado– se han comportado en la práctica básicamente de la misma manera conti-
nuista en materia de Política de Endeudamiento Público.
Probablemente la Década del 90, con el aumento de la Deuda Pública y la privatiza-
ción de Empresas del Estado –bajo la administración Menem, que sucedió al fracaso y
la crisis de Alfonsín– haya sido la más representativa de este modelo de endeudamiento
de tipo «lógica de Versalles», que implicó la asunción de una segunda gran oleada de
obligaciones externas: la «deuda nueva» de los 90, que amplificó el arras-
tre de la «deuda vieja» que venía desde el proceso.
La «política de estado» de endeudamiento público sin capacidad de
repago, sin embargo, se ha prolongado hasta la fecha, particularmente con el Megacanje
De la Rúa-Cavallo de Junio del 2001 y el Megacanje Kirchner-Lavagna de Junio del 2005.
La importancia de esta observación correspondiente al texto del presente artículo
reside, en especial, en que este planteo del autor fue formulado y así expuesto repeti-
damente desde hace más de 20 años a esta parte.
3 Esta analogía –como se decía en la nota– pudiera y debiera ahondarse porque el sobre-
endeudamiento original del Estado Argentino bajo el Régimen Militar ya implicaba
una situación de vulnerabilidad, condicionamiento y dependencia que podía hacer
explosión en cualquier momento.
De hecho, nuestro país se hallaba al borde de la cesación de pagos durante el segundo
semestre de 1981 y necesitado, por ende, de una reestructuración de su Deuda Externa.
No es descartable que el gobierno Galtieri, entre sus consideraciones para recuperar las
Islas Malvinas, haya tenido en cuenta la necesidad de apelar a esta acción también apre-
miado por la inminente crisis financiera de la Deuda Externa.
Ya en posesión del archipiélago –con la supuesta «luz verde» del gobierno norteameri-
cano y el eventual favorecimiento de sus grandes multinacionales petroleras– el petró-
leo submarino pudiera haber actuado como garantía o respaldo de la necesaria reestruc-
turación de la Deuda.
Una interpretación en esta línea pudiera inferirse –entre otras referencias– de algunas
declaraciones que formulara hacia fines de 1981 el entonces Ministro de Economía, Dr.
Roberto Alemann, en el sentido que el Petróleo salvaría a la Argentina de esa crisis.
Tal es la síntesis de la hipótesis personal del autor –al margen del tema central del
artículo– a la que hace mención este párrafo.
La Deuda Externa, que había sido contraída con anterioridad a los hechos de 1982,
pudiera así haber influido en la decisión del Gobierno Militar frente a la Crisis de
Deuda que se perfilaba hacia fines del 81, pensando en que una Argentina que recupe-
rase las Islas implicaría un espaldarazo general al Régimen que le permitiría –entre otras
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Nota adicional
* La cita «histórica» de referencia del General Juan Domingo Perón donde define clara y
expresamente su posición en materia de Endeudamiento Externo está sintetizada en un
párrafo de su discurso al Pueblo de la Nación de fecha 18.2.1952 –la época de la crisis
agrícola argentina– donde decía lo siguiente:
«Situaciones similares ha enfrentado frecuentemente la República recurriendo al fácil
expediente de los empréstitos externos. Ya han llegado hasta nosotros las insinuaciones
y las ofertas de los prestamistas que anhelarían colocar sus capitales lejos del teatro de
la futura guerra y garantizados por nuestra potente y floreciente economía. Sin
embargo, preferimos afrontar la situación con nuestros propios
medios sin recurrir al peligroso recurso de los empréstitos extranje-
ros, que sólo sirven para hipotecar el futuro y comprometer la pro-
pia independencia y soberanía».
La cita pertenece al libro El Plan Prebisch – Retorno al Coloniaje, de Arturo Jauretche
(Buenos Aires, Setiembre de 1973 - página 34).
Es obvio que ninguno de los gobiernos democráticos sucedidos desde el fin del Proceso
Militar hasta la fecha, sobre todo las propias administraciones rotuladas como «justi-
cialistas» –salvo el frustrado intento del ex presidente Rodríguez Saá– han seguido las
recomendaciones señaladas por el general Perón.
Fecha: 07.01.1985
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PARTE II
Trabajos sobre
moneda y usura
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CAPÍTULO 33
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Dinero e interés
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Interés y usura
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deberes sociales del Bien Común, del Trabajo como Mercancía sujeta a
mecanismos de Oferta y Demanda del Mercado de Mano de Obra prescin-
diendo de la idea de Salario Digno para la vida del trabajador y su familia,
del no condicionamiento al criterio de equidad para el logro de la Justicia
Social, y de la licitud irrestricta del préstamo a interés y de las operaciones
financieras en general frente a las necesidades de la Economía Física o Real.
Las concepciones liberales de nuestro tiempo, íntimamente vinculadas a
las estructuras de poder económico-financiero dominantes en la Argentina
y en el Mundo, han montado todo un esquema omnicomprensivo de
subordinación de la Economía Real al mundo de la Economía Monetaria o
Financiera cuyo doble fundamento clave reside en la teoría del dinero-mer-
cancía y en la legitimidad del préstamo a interés.
Algunos economistas católicos –íntimamente vinculados con esas
estructuras de poder que impusieron la Política institucional de Endeuda-
miento en la Argentina– soslayan la gravedad de la Cuestión de la Usura y
se suman así –por error o por complicidad– al Sistema de la Deuda que
impera en nuestro país.
Son parte del Establishment que sigue proponiendo a nuestra Patria la
«salida» del problema de la Deuda con más endeudamiento, cumpliendo así
con la lógica de fondo de la Usura, que radica en que el Deudor nunca deje
de ser Deudor.
La Sociedad y el Estado Argentino están pagando muy gravemente las
consecuencias de este enfoque monetarista liberal de las doctrinas del Dinero
y el Interés que forman el sustrato conceptual del Sistema de la Deuda.
Notas
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2 Una gran parte de la Iglesia Católica en Italia esta jugada decididamente en contra de
la dictadura de las tasas de interés a través de numerosas asociaciones civiles anti-usura
–entre las cuales se destaca el movimiento del jesuita Padre Rastrelli– que reproducen
hoy en día el espíritu de los viejos Montes de Piedad medievales, donde se prestaba
dinero sin interés para competir con el negocio perverso de los usureros.
Nota complementaria
Cita correspondiente al libro de Bernard LIETAER, El Futuro del Dinero, editado por
Errepar/Longseller (Buenos Aires, 2005), página 121, donde dice lo siguiente:
«Estelle y Mario Carota, dos católicos mexicanos, en la esperanza de liberar a los países lati-
noamericanos de la crisis de la deuda que se agravó en la década de 1980, hicieron en 1985
un pedido formal al Vaticano para que aclarara su posición ante la usura. La Oficina de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, una institución de autoridad muy reconocida que
estaba entonces a cargo del cardenal Ratzinger (en la actualidad, el papa Benedicto xvi),
les informó que la doctrina de la usura nunca se había redefinido, es decir, no había sufrido
ningún cambio. Los mexicanos intentaron entonces recurrir a la opinión de expertos jesui-
tas, agustinianos, dominicanos, salvatorianos, e incluso a profesores de teología moral en
los seminarios sobre teología de la justicia económica en el Tercer Mundo, pese a lo cual
no encontraron a nadie que recordara la olvidada “doctrina de la usura”».
Fecha: 27.01.2004
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CAPÍTULO 34
1. Reforma Monetaria:
2. Reforma Financiera:
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3. Reforma Bancaria:
Este Proyecto abarca ideas que tocan solamente parte de uno –el tercero–
de los tres grandes temas que se entienden necesarios en una reformulación
política nacional, que serían: 1. Geopolítica Argentina, 2. Reforma Econó-
mica y 3. Reforma Financiera.
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CAPÍTULO 35
Para que la Argentina pueda emitir Moneda Propia como Estado Soberano
es necesario una definición de Dinero Nacional que cubra al menos tres
requisitos esenciales: 1. Que ese concepto de Dinero cumpla con las
Funciones Básicas de la Moneda (1), 2. Que tal definición posibilite el desa-
rrollo de una Política Monetaria Nacional Autónoma, y 3. Que implique
un concepto de Dinero no disociado de la defensa del Interés Financiero del
Estado, es decir, que ate irreversiblemente la naturaleza de esa moneda a los
fines del Estado Nacional Argentino.
El dinero, conceptualmente hablando, no tiene entidad: carece de valor
intrínseco y solo adquiere valor relativo por convención entre los hombres,
para cubrir las tres Funciones Básicas de la Moneda, que son: 1. Constituir
una Unidad de Medida del valor de las cosas, 2. Servir como Medio de Pago
con valor cancelatorio de Deudas y 3. Ser un instrumento de Atesoramiento.
Cabría agregar también una Cuarta Función de la Moneda, que sería su
condición de instrumento movilizador de la Economía Productiva, en la
medida que la emisión de Dinero preceda y no suceda a la creación de
Riqueza –como sería el caso de la financiación de Obras Públicas con emisión
monetaria por parte del Estado– pero este es un tema en el que no vamos a
entrar aquí porque se aparta del objetivo específico del presente trabajo.
En síntesis: como no hay Economía Nacional sin Dinero Propio, el tipo
de definición del Dinero es un prerrequisito de toda Política Monetaria.
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Concepto de dinero
Elementos de la definición
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Cabe hacer una brevísima referencia a las Instituciones Oficiales que deben
intervenir necesariamente en la instrumentación de toda esta nueva concep-
ción de la Moneda y de la Política del Estado al respecto.
El Ente fundamental a cargo de la Política Monetaria del Estado sería el
Banco Central (bcra) o Agencia Monetaria Argentina (ama), cuya fun-
ción básica es definir y proteger el valor de la Moneda.
Esta función puede ser disociada de la Superintendencia de Bancos, ya
que la idea –a ser desarrollada en otra ponencia– es que las entidades finan-
cieras no puedan emitir dinero, directa ni indirectamente, que solo puedan
conceder préstamos limitados al tope de los depósitos recibidos y que el
bcra deje de tener la función de Prestamista de Última Instancia.
El Banco Central o Agencia Monetaria tendría así una función primor-
dial y exclusiva, que es la defensa del valor de la moneda, sin la cual todo el
nuevo esquema monetario nacional se desmoronaría.
Por extensión, el mismo bcra o la ama estarían a cargo de la Adminis-
tración de Divisas (que ya no actuarían como Reservas de la Moneda
Nacional) y de los Controles de Cambio, que debieran ser totales.
La actual Superintendencia, por lo tanto, podría pasar a convertirse en
otro Ente separado, a cargo de la Contraloría de Bancos.
En todo caso, debe observarse que la nueva idea del Peso Argentino y la
Política Monetaria consecuente no abarcan aquí –por el momento– el tema
del rol de los Bancos ni la futura Política de Créditos, que serán desarrolla-
das por separado.
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Notas
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CAPÍTULO 36
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Apéndice
La fórmula operativa bajo la cual esta propuesta pudiera ser introducida en
el proyecto de Presupuesto 2004 es incorporando un artículo especial al
mismo con los siguientes contenidos:
a) Autorizase al Poder Ejecutivo Nacional –solo para el Ejercicio 2004 (dado
el carácter experimental de iniciativa)– para que, a través del Ministerio
de Economía, solicite al bcra la emisión de moneda para fines específi-
cos destinada a pagar los Gastos de Capital correspondientes a las Obras
Públicas y/u otros destinos productivos con justificada rentabilidad
económico-financiera.
b) A este efecto, el Ministerio de Economía y el Banco Central establece-
rán por resolución conjunta –dentro de los 30 días corridos de aprobada
la Ley de Presupuesto para el Ejercicio 2004– la normativa pertinente.
c) El procedimiento a determinar deberá ser simple, directo, rápido y no
burocrático, garantizándose el pago de los pedidos realizados por la
Tesorería General de la Nación dentro del plazo máximo de 10 o 15 días
hábiles a partir de recibida la solicitud de Economía en el bcra.
d) El Ministerio de Economía actuara como autoridad de Aplicación de
esta normativa y el Banco Central será el organismo de control.
e) Se llevara una cuenta especial para el consolidado de todos los pagos rea-
lizados con esta modalidad de emisión de dinero para financiamiento de
Gastos de Capital autorizados por el Presupuesto, sin perjuicio de los
movimientos bancarios y contables del caso.
f) El bcra elaborara un Informe Diario con el detalle de todos los pagos
efectuados en la fecha, identificando secuencialmente los datos básicos de
cada emisión para abonar las ordenes de pago correspondientes (acreedor,
importe, fecha de solicitud y funcionarios superiores autorizantes, etc.).
g) Este informe –por razones de transparencia fiscal– tendrá carácter
público, pero será comunicado especialmente a la Presidencia de la Na-
ción/Jefatura de Gabinete de Ministros y al Congreso Nacional/Auditoría
General de la Nación.
h) Por último, cabe agregar que el nuevo artículo propuesto debe dejar la
constancia de rigor en el sentido que se suspende toda norma que se
oponga a esta nueva disposición legal.
Se trata, lógicamente, de un borrador de ideas para la redacción de este
artículo específico del Presupuesto y que, como tal, es perfectible.
Informe interno anexo de fecha 31.10.2003
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CAPÍTULO 37
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Características del BT
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Operatoria
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–con el mismo régimen que para el Estado– salarios y otras deudas si así
es convenido por las partes (1). De la misma manera –y por medio de
actas-acuerdo u otros instrumentos legales similares, con la intervención
del gobierno provincial– los bt podrán ser aceptados como pago por los
comercios (caso supermercados y otros negocios).
d) En todos los casos los sujetos económicos o partes contratantes de la
actividad privada podrían rehusar la utilización del bt, pero –inexcusa-
blemente– si lo eligen no podrán alterar las reglas de juego de cancela-
ción y no devengamiento de intereses.
Incluso podría extenderse el uso de los bt a otras jurisdicciones, siempre
y cuando mediase acuerdo de partes.
e) Las razones de aceptación generalizada del bt como moneda paralela se
darían por tres motivos fundamentales:
1. Por la compulsión o curso forzoso por parte del Estado al colocarlo
como forma de cancelación de sus obligaciones.
2. Por el estado de necesidad, debido a la falta de circulante y la previ-
sible retracción económica de las ventas y la producción.
3. Por la conveniencia de utilizar una moneda interna en la jurisdicción
sin costo financiero o cuota de interés implícita (lo que significaría
que los precios en bt serían más baratos que los precios en pesos u
otra moneda).
Por último, por la necesaria eficacia del sistema de contralor por parte
del Estado (que constituye un desafío innovador para el Gobierno).
f) A los fines de la supervisión y control del sistema y la operatoria de los bt
se crearán tres instituciones gubernamentales, específicas y no burocráticas:
1. El Comisariato de la Moneda, cuya función básica será controlar la
emisión y uso de los bt por parte del Gobierno Provincial.
2. El Comisariato de las Finanzas Públicas, cuya tarea central será el
control y auditoría de los Ingresos y las Erogaciones Públicas. Y
3. El Comisariato de Precios y Salarios, cuya función será controlar el
congelamiento de los valores de las transacciones en relación al peso
y la deflación de los mismos en bt por eliminación del costo de los
intereses.
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Alcance
Nota importante
Notas
1 La parcial colocación o pago original a una Empresa y/o Persona Física por parte del
Gobierno Provincial tendría carácter compulsivo u obligatorio en su aceptación; lo que
es facultativo es el mecanismo de circulación que se establezca luego para el uso de los
bt. El Estado Provincial, sin embargo, debe prever también la batería de medidas de
control sobre este nuevo circulante paralelo o complementario, sobre todo para evitar
que se genere una práctica de desagio y/o especulación sobre el valor de los bonos.
2 De la misma manera que a nivel Provincial, los Municipios podrían dar estos bt como
forma de pago parcial a sus agentes de la Administración Pública y a proveedores y/o
contratistas del Estado local.
Informe interno de fecha 30.08.1999
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PARTE III
CAPÍTULO 38
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del componente de subsidios dentro del Gasto Público (con traslado gradual
del incremento de precios y tarifas de servicios públicos a los usuarios).
En lo tocante al primer punto, es improbable que el Banco Central
pueda seguir sosteniendo el tipo de cambio alto a través de la compra de
dólares con endeudamiento cuasi-fiscal (emisión de dinero para adquirir
divisas y luego esterilizarlo emitiendo deuda en letras y notas a tasa de inte-
rés cara), sobre todo frente a la perspectiva de un fuerte aumento en la liqui-
dación de exportaciones cuando se produzca el arreglo del conflicto con el
Campo, lo que derivaría en una lógica apreciación del peso (esto es, baja de
la cotización del dólar).
Esta baja del tipo de cambio es normalmente una de las exigencias clave
para aumentar el pago de la Deuda Externa porque a los acreedores finan-
cieros en moneda extranjera les conviene un peso apreciado para favorecer
la conversión de la recaudación fiscal en moneda local a una mayor propor-
ción de divisas.
La contracara de esto es que se sacrificaría la actual competitividad del tipo
de cambio –que ya viene deteriorándose en términos reales por aumento de
la Inflación– aunque se aliviaría la situación de la Deuda Externa Privada (que
según el último relevamiento del bcra –al 30.9.07– era de 51.800 md, con
una vida promedio de 2,3 años).
El segundo frente de tormenta para el Gobierno es la suba de las tasas de
interés, que ya se está produciendo también con el aumento de la Inflación,
la merma de capital prestable debido a la fuerte toma de créditos por parte
del Estado –Tesorería y Banco Central– y la fijación práctica de un «piso»
elevado de tasas derivada de las colocaciones más caras de Deuda Pública.
Y el tercer factor en juego es la Inflación Reprimida, producto de la dife-
rente evolución de los Índices de Precio Mayorista y Minorista que se arras-
tra desde la mega-devaluación adoptada como forma de salida de la
Convertibilidad (una relación de índices 2 a 1).
Como el Gobierno contiene el traslado a precios derivado de esta pre-
sión inflacionaria por medio de subsidios a los Alimentos Básicos y a los
Precios y Tarifas de Servicios Públicos, una de las formas de desacelerar el
aumento del Gasto del Estado sería su liberación de tales montos, de
manera que el costo se desplazara gradualmente a los usuarios.
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Fecha: 02.06.2008
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CAPÍTULO 39
I. Cuadro de situación
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Kirchner de Junio de 2005 (29.000 md) y prevea cómo afrontar los pagos
acumulativos de los cupones ligados al pbi.
De hecho, como ya ha tomado estado público, el Gobierno está nego-
ciando con urgencia un «blindaje» –eufemismo con el que se designa un
nuevo salvataje financiero– para poder reestructurar sus vencimientos del
año en curso y los próximos tres años, cubriendo así el período presidencial
del actual gobierno.
Este salvamento, del orden de los 8.000 md, estaría a cargo del Banco
Interamericano de Desarrollo (bid) y del Banco Mundial (bm o birf), con
la mayor parte a cargo del primero (6.000 md). Pero las sumas finales de
asistencia financiera pudieran ser mayores.
Sin embargo, ni para la cobertura de los vencimientos de Deuda ni para
responder a los nuevos créditos la Argentina puede demostrar su capacidad
de repago, razón por la cual su perspectiva sigue siendo el tradicional «pateo
para adelante» de los compromisos financieros, bajo condiciones que devie-
nen lógicamente cada vez peores.
Es la trampa de la Deuda más cara que mantiene el Círculo vicioso de la
Usura, a través del cual el Deudor –en este caso, el Estado Argentino–
nunca deja de ser Deudor.
Pero la esperanza de las autoridades, como ha venido ocurriendo no sólo
en los últimos años sino en las últimas décadas, es que el Capital Financiero
le permita lograr al gobierno de turno un nuevo respiro para sus obligacio-
nes de cumplimiento imposible.
Es muy probable que el día de mañana –como siempre– las autoridades
presenten como un «logro» a la opinión pública el acuerdo de un nuevo salva-
taje frente a la Crisis de Deuda Perpetua de la cual el país nunca puede librarse.
Y entonces, como ocurrió desde la hipoteca insalvable de la Deuda dejada
por la Administración del Proceso, se volverá a decir que la Argentina ha lle-
gado a una nueva refinanciación «exitosa» de sus pasivos, como se hizo con
los Acuerdos de Nueva York de 1985/87 bajo la Administración Alfonsín, con
el Plan Brady de 1992/93 bajo la Administración Menem, con el Megacanje
De la Rúa-Cavallo de 2001 y con el Megacanje Kirchner de Junio de 2005.
Así, las estructuras del Poder Financiero –local e internacional– nos vol-
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Notas
Fecha: 22.04.2008
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CAPÍTULO 40
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La inflación reprimida
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Nota
* Abreviaturas utilizadas: m-Millones, $-Pesos y us$-Dólares.
Fecha: 11.04.2008
335
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CAPÍTULO 41
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Por ende, es cierto y fundado lo que dice Monseñor Aguer sobre que la
Deuda es Impagable y que la misma se rige por un Sistema de Usura, de
cumplimiento imposible, con el agravante que –al contrario de lo que dice
el Gobierno– no existe Des-endeudamiento porque la Deuda está aumen-
tando unos 10.000 millones de dólares por año (paradójicamente, el mismo
ritmo de crecimiento que tuvo durante la denostada década del 90).
Nota
* Carta de Lectores dirigida por el autor de este libro a un matutino de Buenos Aires en
relación a declaraciones hechas por el Arzobispo de La Plata, Monseñor Héctor Aguer.
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CAPÍTULO 42
Diagnóstico
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Propuesta alternativa
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Notas
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CAPÍTULO 43
que concerta una operación leonina con el deudor, y luego quiere que el
deudor le pague. Algo así como interpretar que el usurero es un hombre que
actúa mal pero que en el fondo tiene derechos, razón legal. Y yo siempre
digo que no es así, que el verdadero objetivo último del usurero no es que
el deudor le pague la deuda sino que no se la pueda cancelar nunca. En el
fondo, la lógica de la usura es que el deudor nunca deje de ser deudor. Por
eso el acreedor avanza sobre el derecho del deudor. Esa es la vieja enseñanza
de San Alfonso María de Ligorio, cuando hablaba de que acá está compro-
metido el derecho de propiedad.
Si bien mi enfoque es más que nada financiero quiero acercar estos argu-
mentos financieros a aquellas connotaciones que tienen su correlato jurí-
dico. Siempre digo que nuestra visión es transformar el caos en cosmos de
información, es decir tratar de ordenar algo que aparece deliberadamente
desinformado. Y en consecuencia quiero plantear esta conclusión prelimi-
nar que constituye un dilema de fondo. El sistema económico se está rees-
tructurando, entonces el dilema es si esa reestructuración se va a hacer en
función del crecimiento de la economía productiva o en función de los con-
dicionamientos de la economía financiera y del pago permanente de los ser-
vicios de la deuda. Lo que acá está en juego es si la deuda se incorpora como
un rubro permanente al gasto público, si se institucionaliza el gasto de la
deuda dentro de las finanzas del Estado.
Anticipo un poco algo que todos sabemos, que es que el Estado tiene tres
fuentes básicas de financiamiento: la emisión controlada de dinero –no la
inflación, que es la emisión descontrolada de dinero–; la recaudación tribu-
taria, sea impositiva o previsional; y el endeudamiento público.
Las dos primeras fuentes de financiamiento no implican un costo
directo para el Estado, pero la deuda sí. La deuda es un recurso del Estado
que implica a su vez un gasto para el Estado: el gasto de los servicios de
amortización más el interés, la usura que viene atrás.
Quiero aclarar que utilizo la palabra usura deliberadamente porque eti-
mológica y conceptualmente la palabra es «usura», no «interés». Esto viene
del derecho romano, del derecho de uso, de la remuneración o alquiler por
el uso del capital. Así que prefiero usar la palabra usura, a pesar que en
forma corriente se la entienda sólo como intereses excesivos.
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Continúo con lo que decía sobre que la deuda es un recurso más del
Estado, pero que a su vez le genera gasto público. Pero cuando este gasto
público se desproporciona en relación al ingreso nos encontramos con que
tenemos que reconsiderar un problema de fondo. Si el endeudamiento
público es realmente una fuente legítima de financiamiento del Estado. Yo
creo que ahí reside la cuestión.
Es moneda corriente pensar que en Argentina no existen políticas de
Estado pero, desgraciadamente, yo observo que algunas existen, aunque no
están precisamente en función del interés nacional. Y tenemos que recordar
que en nuestro país, aunque la desinformación lo oculte, existe una política
de Estado de endeudamiento que no se declara pero que, cualquiera sea el
tipo de régimen de gobierno y el partido político de turno, se continúa a
través de los distintos gobiernos.
Entonces, la política de Estado de fondo que está bajo cuestionamiento
es la política de endeudamiento público sin capacidad de repago.
¿Qué hacemos frente a un Estado que se endeudó y se sigue endeudando
sin capacidad de pagar sus obligaciones? Les doy algunos datos basados en
cifras oficiales, Ministerio de Economía, al 31 de diciembre de 2006:
Argentina tiene una deuda pública de 163 mil millones de dólares.
Exactamente 137 mil millones de lo que se llama deuda performing, es
decir, deuda que estaba cumpliendo, y 24 mil millones de bonos que no
entraron en el Megacanje de junio de 2005. Pero estas cifras son incomple-
tas. Como todos los gobiernos –pero en el actual esto es más acentuado– se
escamotean cifras de vital importancia.
Les voy a dar primero una relación de proporción de amortizaciones:
frente a esta deuda de us$ 163 mil millones vencen, por capital, aproxima-
damente 15 mil millones por año. La cifra para este año en curso era 17 ó
17.500 millones. Salvo excepciones, como fue la del Fondo Monetario que
se pagó con reservas y la del Banco Mundial y del bid, en que hay un exce-
dente a favor de los organismos multilaterales de crédito, prácticamente la
totalidad de los vencimientos del capital no se amortizan, es decir no se
pagan, sino que se renuevan, y lo hacen por dos modalidades jurídicas: una
es la cláusula de prórroga automática y la otra la renovación de deuda.
De una forma u otra no pagamos capital sino que pateamos para ade-
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Estamos pagando tasas de interés muy cercanas a las que el país tenía que
pagar inmediatamente antes de la crisis de 2001, cuando estábamos por
entrar en default. Y la percepción internacional es esa porque, tanto por la
ventanilla central, que es la de la tesorería, la de los bonar v, como por la
tesorería de endeudamiento paralelo del Banco Central, que ya acumula un
equivalente de 20 mil millones de dólares más de deuda que no están acá, ya
se está pagando por deuda convertible en pesos entre el 11 y el 12% anual.
Son tasas que están al triple de las que se pagan en el mercado internacional.
Y con un tipo de cambio virtualmente fijo ocurre, como en los viejos
tiempos con el 1 a 1, que los capitales que ingresan tienen la garantía de un
virtual seguro de cambio –variación de centavos mediante– para entrar en
el país, convertirse a pesos, ganar en pesos, con tasas del 11 ó 12% y poder
retirarse a tiempo. Y están exentos de las restricciones de transferencias y
giros de capital.
Realmente no ha habido un ningún cambio de fondo dentro de la mecá-
nica de endeudamiento que se viene siguiendo.
Quiero señalar otro factor de peso en esta cuestión que es la indexación.
Sobre todo en el Megacanje de junio de 2005 (por favor no lo confundan
con el Megacanje de junio de 2001 de De La Rúa-Cavallo). Por razones de
tiempo no voy a poder adentrarme en este Megacanje del 2005, que fue
presentado como un éxito de negociación, y que se hizo por el doble o tri-
ple importe que el anterior (entre 60 y 90 mil millones de dólares), pero
que endeudó a nuestro país por 30, 35 y 42 años de plazo, que son los tér-
minos de los nuevos bonos emitidos, a una tasa de interés equivalente del
8,28 anual, en parte acumulativos y con tasas crecientes. Uno de los facto-
res agravantes es que esos títulos, los emitidos en pesos, que hoy en día
constituyen una tercera parte de la deuda oficial, exactamente el equivalente
a 56 mil millones de dólares, están emitidos en pesos, indexados por la
inflación. Esto significa que, con un piso de inflación, aunque muy discu-
tido, del orden del 10%, esta deuda está aumentando a un ritmo de 5.500
millones de dólares por año, solamente por indexación.
A partir de acá yo calculo que la deuda reconocida por el gobierno son
163 mil millones, más los 3.500 o 4.000 de capitalización de intereses por
anatocismo, más los 5.500 de indexación me da por resultado que la deuda,
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permanente de sus obligaciones. Por eso yo digo que estamos frente al círculo
vicioso perfecto de la usura. Tenemos un altísimo stock de deuda que no lo
vamos a poder descargar nunca tal como están planteadas las cosas.
Esa deuda devenga gastos por servicio de intereses que son gastos públi-
cos. Eso pesa sobre el gasto público, la deuda y la totalidad de los intereses
no se pueden pagar, esto obliga a contraer nueva deuda, esa nueva deuda se
tiene que pagar a tasas de interés más caras y entonces aumenta el stock de
deuda. Y así el círculo vicioso vuelve a empezar.
El sistema está armado para que no se pueda salir, no hay solución. Para
solucionar el problema de la deuda hay que cambiar del sistema de la
deuda. Porque una vez que uno acepta las reglas del juego del sistema de la
usura, de la usura no se sale.
Paso a comentar las acciones y alternativas. Yo hace mucho tiempo
vengo proponiendo y escribiendo acerca de la deuda como hipótesis de
conflicto. Considero que, en realidad, desde un punto de vista de fondo la
deuda es nuestra verdadera y más profunda hipótesis de conflicto. No un
conflicto físico, pero sí un conflicto cuyos términos son la deuda versus cre-
cimiento, con la paradoja que se nos dice siempre que es necesario cumplir
con los servicios de la deuda porque de esa manera los flujos de capitales,
las inversiones nos van a permitir crecer. Pero resulta que esto tiene una res-
tricción, porque la deuda es el principal obstáculo del crecimiento, enton-
ces nos encontramos con que ese razonamiento se invierte.
¿Qué ocurre? El actual gobierno está estirando los términos financieros,
sobre todo por razones electorales, pero va a ser indispensable tomar una defi-
nición. Lo que se prevé es que ningún gobierno que suceda al actual cambie
sustancialmente los lineamientos de la política de endeudamiento público.
Pero si algún gobernante decidiera confrontar el problema de la deuda ten-
dría tres ejes convergentes de discusión o de apertura, o lo que yo llamo «tea-
tros de operaciones», que son: ilegitimidad, insolvencia y corresponsabilidad.
Son tres ejes sobre los cuales nuestro país podría replantear los términos
de negociación de la deuda, si es que quisiera salir del problema de la deuda.
Pero aquí aparece el dilema de convivir o confrontar. Los psicólogos dicen
que ante un problema a los individuos se les presenta este dilema: convivir
con el problema, quizás toda su existencia, o confrontarlo de alguna
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Quiero cerrar haciendo una reflexión final sobre la grave vinculación que
existe entre el problema de la deuda y la crisis político-institucional que
tiene nuestro país, y que yo lo resumo de esta manera: la deuda es un epi-
fenómeno, o sea un fenómeno derivado de una crisis político-institucional
argentina. Una crisis donde la dirigencia política, y la dirigencia en general
no está a la altura de la capacidad de toma de decisiones que necesita el país.
El problema reside en esta incapacidad frente a un sistema «partidocrático»
sin representación ni legitimidad política; frente a una «partidocracia» que se
ha transformado prácticamente en una oligarquía. Y frente a una «partidocra-
cia» que en realidad depende de una plutocracia. Plutocracia se define nor-
malmente como el gobierno de los ricos –genéricamente es el gobiernos de las
estructuras económico-financieras sobre los poderes del Estado–.
Entonces este es el dilema que afronta la Argentina. Porque si Argentina
no logra sacudir su crisis político-institucional no va a poder tomar decisio-
nes para revertir el problema de la deuda. Y acá hay que tener en cuenta que
lo que está en juego no es solamente el futuro de una política económica
sino también la gobernabilidad y el destino mismo del Estado argentino.
Nota
Conferencia dada en Córdoba a mediados de 2007, en el marco del Seminario sobre Deuda
Pública organizado por la Universidad Católica local y la Federación Luterana Mundial.
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