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La importancia del Reconocimiento

Hay algo que es obvio y que acabamos odiando porque es obvio, los seres
humanos para desarrollarnos necesitamos alimento, oxígeno y agua, pero
sobre todo necesitamos caricias, William Faulkner extraordinario
novelista, en una de sus novelas “Las Palmeras Salvajes”, escribe: “Entre
el dolor y la nada, prefiero el dolor”, creo que esa frase encierra bien un
principio que enuncio Claude Steiner, que a su vez fue discípulo de Eric
Berne que a su vez fue discípulo de Sigmund Freud, quien desarrollo una
Teoría: “La Economía de Caricias”, que viene a decir que
fundamentalmente que los humanos para desarrollarnos necesitamos la
caricia externa, entendido como: no únicamente como el contacto de piel
con piel, sino una mirada, un gesto amable, un mensaje, una mano en el
hombro, una sonrisa, un feed back (retroalimentación), una crítica
constructiva, pongamos una metáfora, una analogía, si yo no tengo agua
que beber y estoy en un páramo sin agua en un desierto y llevo varios
días por ahí moviéndome sediento, y mi vida corre peligro y encuentro un
charco de agua en muy mal estado, incluso que por su hedor me frena a
acercarme, no lo dudemos, cualquiera de nosotros se tiraría de cabeza al
charco, con las caricias, con los signos de reconocimiento sucede lo
mismo, preferimos el dolor a la nada, por lo tanto, cuando un ser humano
no sabe cómo obtener caricias positivas, hace lo posible por obtener
caricias negativas, antes que no tener ningún tipo de reconocimiento, de
atención, esto es importante esencialmente en la dinámica de grupos, en
los equipos de trabajo, en la realización personal, porque muchas de las
disfunciones que observamos en las relaciones interpersonales no se
generan de manera consciente, se generan obedeciendo este principio:
“Cometo un error inconscientemente para llamar tu atención, porque ya
que tú no me reconoces positivamente, amablemente, lo que hago es
provocarte”, para poner un ejemplo: El adolescente que se revela, lo hace
normalmente, para tener la atención de ese padre ausente, por motivos
profesionales, porque tiene que laborar para pagar la hipoteca, o
simplemente porque está cansado, pégame antes que ignorarme, por eso
crea comportamientos disfuncionales, porque está clamando, por el
reconocimiento de aquella persona a la que ama y que tiene como un
referente, la rebelión muchas veces es entonces una forma desesperada
incluso descarada de llamar la atención, si fueras conscientes, nos
percataríamos de que esa llamada de atención es para obtener el
reconocimiento necesario y ambos poder crecer, a partir de la premisa de
que todo ser humano requiere caricias positivas para sobrevivir, a la hora
de relacionarnos con pares, con mandos o personas que tienen autoridad
moral o funcional, o con aquellas con quienes tenemos ascendencia, no
sirve de nada la relación tóxica, el insulto, la presión innecesaria la
presión, el acoso moral, la humillación, aquellos que dicen que tratando a
los empleados mal, sometiéndolos, rinden más, generan el espejismo de la
eficiencia a corto plazo, ya que habrá una disfunción posterior será
extraordinaria, y es más inteligente, Oscar Wilde decía que el egoísmo
verdaderamente inteligente consistía en procurar que los demás
estuviesen muy bien, para que yo esté un poco mejor, se trata de cuidar,
de respetar, de dar alas; si tú a tu hijo antes de un partido de futbol le
dices que se va a caer porque es un inútil, seguramente lo hará, lo hace
porque te ama, cumple la profecía, pero en cambio sí le dices, juega,
disfruta, si te caes ahí estaré, esa persona muy probablemente jugara
mejor que si no le dijeras nada, eso nos lleva a la conclusión de que
competimos contra nosotros mismos, tengo que superar mis umbrales de
máxima incompetencia, pero si te comparas siempre pierdes, en realidad
lo importante muchas veces no solo es ser el mejor, sino ser distinto, la
comparación sirve para dotarnos de excelencia pero no para destruir al
otro, y es entonces cuando los equipos, los grupos crecen, se hacen
fuertes, cuando no hay vanidades, cuando no hay luchas, para lograr
superar el reto, la crisis, la adversidad, cuando dos personas piensan que
el otro es confiable, de ahí nace el compromiso y la calidad, la confianza
se gana, la lógica de la confianza nace pues de: “Trata a un ser humano
como es y seguirá siendo como es, pero trátalo como puede llegar a ser
porque confías en él, porque cooperas con él y se convertirá en lo que está
llamado a ser”

Extracto de entrevista de Alex Rovira.

Lic. Antonio Sosa


Trabajador Social
USAER XLVII
Educación Especial

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